Alumnos - Resumen Tema07 (Libros Sapienciales)

BACHILLER DE TEOLOGêA 7.1 TEMA 7: LIBROS SAPIENCIALES 7.1) 7.2) 7.3) 7.4) 7.5) DEL ANTIGUO TESTAMENTO La Sabidur’a

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7.1

TEMA 7: LIBROS SAPIENCIALES 7.1) 7.2) 7.3) 7.4) 7.5)

DEL

ANTIGUO TESTAMENTO

La Sabidur’a en Israel Visi—n general de los libros sapienciales Contenido y ense–anazas sobre Dios, sobre el hombre y sobre la vida moral Los Salmos: origen del Salterio y diversos gŽneros de Salmos Valor religiosos y proyecci—n mesi‡nica

Por libros did‡cticos del A.T. se entiende el conjunto que abarca libros de car‡cter sapiencial o poŽtico, diferenciado de los libros hist—ricos y profŽticos, y son siete: Job, Salmos, Proverbios, EclesiastŽs o Siracida, Cantar de los cantares, Sabidur’a y Eclesiastico o Qohelet. Insertados tras los libros hist—ricos y antes que los profŽticos en el can—n tridentino. Se llaman sapienciales porque, mediante consejos, reflexiones sapienciales y exposiciones did‡cticas, ense–an a dirigir rectamente los actos humanos a su m‡s alto fin. Se distinguen de los libros de la Ley - estos regulan la conducta del hombre mediante mandatos imperativos o jur’dicos-, y de los libros profŽticos -estos se centran en la denuncia de las faltas que comete el pueblo en oposici—n al amor de Dios-, mientras los sabios - lo hacen reflexionando aportando m‡ximas surgidas de la experiencia o recogidas de la tradici—n, que muestran los perjuicios que acarrea al hombre el separarse del temor de Dios y la Ley. 7.1 LA SABIDURIA

EN ISRAEL

En Jer. 18,18 se distinguen claramente los sabios de otros grupos de maestros en Israel - sacerdotes y profetas. A los sabios correspond’a dar el consejo, por el estudio y la ense–anza de la sabidur’a, apoyada en al Revelaci—n y la experiencia. No rara vez se lee en la Biblia que los profetas reaccionaban contra los consejos de los sabios, pero un estudio atento muestran que los profetas condenan el abuso, no el uso de la sabidur’a, que era considerada como un don de Dios. La Sabidur’a en el Oriente era entendido como un conocimiento de la vida - arte de buen vivir- y como genero literario ten’a una gran tradici—n en todo el Oriente Pr—ximo, habiŽndose desarrollado en egipto y en Mesopotamia. Los libros de la Biblia recogen buena parte de ese patrimonio, pero lo presentan con una originalidad propia y espec’fica que les viene dada por el car‡cter religioso de sus autores que todo lo enfocan desde su fe en el dios de Israel, el œnico y verdadero. La sabidur’a b’blica est‡ influenciada por las ense–anzas de los profetas, y se muestra c—mo la expresi—n sapiencial fue progresando centrando la atenci—n en Dios. As’, la sabidur’a de la Biblia consiste por encima de todo en el conocimiento y pr‡ctica de la Ley de Dios; "Comienzo de la sabidur’a es el temor del Se–or, y la ciencia del Santo es inteligancia" (Prov 9,10). 7.2 VISI—N

GENERAL DE LOS LIBROS SAPIENCIALES

En los libros sapienciales la palabra Sabidur’a adquiere diversos significados: 1. En relaci—n al hombre: a) sabidur’a especul‡tiva que proporciona el conocimiento de las œltimas razones de las cosas.

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b) sabidur’a pr‡ctica: el arte de conducirse en la vida conforme a la ley divina c) sabidur’a objetiva que coincide con la ley revelada. 2. La sabiduria como atributo divino Òtoda sabiduria proviene de DiosÓ 3. La sabidur’a personificada: es algo m‡s que personificaci—n poŽtica, aunque no llega a decirse claramente que sea una persona . 1

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Forma literaria: han sido redactados casi en su totalidad en verso, cada uno tiene su forma literaria propia. Los principales gŽneros poŽticos son: -poesia l’rica: refleja los sentimientos intimos del alma. -poes’a did‡ctica: es la que expone doctrinas morales y preceptos de vida. Los estudios sobre la tŽcnica y principios -su peculiaridad son los paralelismos- de la poes’a hebrea son relativamente recientes; se debe en gran parte al obispo anglicano R. Lowth en 1753. El paralelismo tiene una importancia fundamental en la poes’a hebrea y consiste en la igualdad o semejanza de las partes que constituyen la frase, de forma que los pensamientos y palabras de la una parte se corresponden con la otra. Es como un movimiento continuo, musical y reiterativo. A veces se encuentra incluso en la prosa . El paralelismo puede contruirse de tres formas: 1. Sinon’mico. Consiste en repetir con una expresi—n equivalente lo que se acaba de decir. Es el m‡s frecuente. Si los tŽrminos se entrecruzan se le llama quiasmo, llamado as’ por poder representarse por la letra griega ÔjiÕ, asi los miembros se entrecruzan en forma de cruz. Esto supone mayor perfecci—n , tambiŽn ayuda a comprender el significado a veces. 2. AntitŽtico. Consiste en oponer a la primera parte la segunda. As’ se dice lo pos’tivo y lo negativo , muy frecuente en Prov. 3. SintŽtico o constructivo. En el que se completa el pensamiento de la primera parte, bien coordinando otra idea . 3

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7.3 CONTENIDO

Y ENSE–ANAZAS SOBRE

DIOS,

SOBRE EL HOMBRE Y SOBRE LA

VIDA MORAL

1. JOB. Este libro est‡ dedicado a la reflexi—n sobre el problema del justo que sufre y refleja una Žpoca en la que todav’a no se ha iluminado el misterio del m‡s alla, de la muerte y retribuci—n. Job aparece como un antiguo patriarca que vive fuera de Palestina, en los l’mites de Arabia y Edom, regi—n de sabios cŽlebres. El libro consta de: a) Prologo ( cap. 1-2) car‡cter narr‡tivo. El relato cuenta como Job viv’a feliz siendo fiel servidor de Dios y poseyendo riquezas. Dios permiti— que Sat‡n le tentase para probrar su fidelidad y todo lo soporta Job con 1 Ecclo 1, 1. Toda Sabiduria proviene del Se–or, y con Žl est‡ por siempre. 2 Prov 8, 22. ÔYahweh me cre—, primicia de su camino, antes que sus obras m‡s antiguasÕ 3 Gen 37, 24. Ôuna cisterna vacia que no ten’a aguaÕ 4 Sal 2,5. Ôluego en su c—lera les habla, en su furor los aterraÕ 5 Sal 32, 10. Ômuchos son los dolores del impio, pero la misericordia ce–ira al que espera en

YahwŽhÕ 6 Sal 3, 5. Ôclamaba mi voz a Yaweh y ƒl me oy— desde su monte santoÕ

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paciencia sin maldecir a Dios. Su esposa incluso le invita a maldecir a Dios. TambiŽn aparecen tres amigos de Job que intentan consolarle (Elifaz de Tem‡n, Bildad de Suar y Sofar de Naam‡). b) Cuerpo (cap 3,1-42,6), car‡cter poŽtico. Consta de un triple ciclo de di‡logos, unos discursos finales en forma de soliloquios. Discurso de Elihu, intentando justificar el proceder de Dios, la forma es ampulosa (32-37); discurso de YahwŽh, en teofan’a, no da respuesta ya que el hombre no tiene derecho a llamar a juicio a Dios (38,1-42,6). c) Epilogo (cap 42,7-17), en prosa. Dios censura a los amigos de Job y a Žste le devuelve los bienes, en mayor abundancia. El autor y la unidad de la obra. Se concluye que exist’a una leyenda popular que un autor compuso la obra poŽtica aprovechando la leyenda, introduce tres amigos para el di‡logo y componiendo tambiŽn la respuesta de YahwŽh. Luego la obra habr’a sufrido ampliaciones con los discursos de Elihu. Como fecha de composici—n se pone entre la vuelta del destierro y la invasi—n griega. Conclusiones: El sufrimiento no es siempre consecuencia del pecado, debido a la introducci—n de Sat‡n. Aquel que permanece fiel en la prueba Dios lo premiar‡. Pero ese final feliz no siempre se da en esta vida, como lo muestran las argumentaciones de Job, apoyadas en la experiencia. El ep’logo deja abierto el problema, y que se iluminar‡ en otros libros del AT y en especial en el NT. 2. PROVERBIOS. El libro de se compone de una serie de colecciones: Primera colecci—n (Prov 1,1-9,18): contiene una serie de poemas sapiencialesen los que un padre amonesta a su hijo, o habla la sabidur’a personificada, recomend‡ndose a s’ misma o siendo confrontada con la estupidez. Segunda colecci—n (Prov 10,1-22,16): contiene 375 proverbios sueltos. Pueden estar agrupados por temas, o por alguna regla mŽtrica. Aunque no se percibe ninguna sistematizaci—n. Tercera colecci—n (Prov 22,17-24,22): consta de treinta poemas proverbiales, de dos o tres versiculos, en que los dos primeros son la exhortaci—n y el œltimo las consecuencias. Esta colecci—n tiene referencias y parecidos a un escrito egipcio denominado "La ense–anza de Amenemope". Cuarta colecci—n (Prov 24,23-34): o segunda de los sabios. Son cinco dichos, cada uno de dos a cuatro versos. Quinta colecci—n (Prov 25-29): son 128 proverbios breves, normalmente de un vers’culo. Son comparaciones y de aqu’ que predomine el paralelismo parab—lico. El cap.28-29 tiene un paralelismo antitŽtico.

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Sexta colecci—n (Prov 30, "Palabras de Agur"): empieza con un mon— logo sobre la incomprensibilidad de Dios para el hombre. Siguen unos dichos y unos proverbios numŽricos. SŽptima colecci—n ( Prov 31, palabras de Lemuel): son sentencias breves que exhorta a prevenrise de las mujeres y del vino, y a acordarse del pobre. A continuaci—n viene el poema de la mujer perfecta. El autor del libro se desconoce, aunque las colecciones se atribuyan a Salom—n, pueden tener un origen remoto en la ense–anza de aquel rey. Su redacci—n se situar’a en el s.IV a.C., y el redactor podr’a partir de colecciones independientes o que ya estuviesen uinidas en una obra anterior. Se consideran a–adidos del redactor fianl, la colecci—n a modo de pr—logo y el Elogio de la mujer perfectaa modo de ep’logo. Es un conjunto de m‡ximas de sabidur’a profana, orientada a la vida pr‡ctica en medio de la sociedad. En el conjunto de la Revelaci—n representa un paso de interiorizaci—n y vivencia de la Ley de Dios. En Prov aparece como reflexi—n humana en torno a la vida que se ha de ajustar a la ley de Dios y a las interpretaciones que produce la sociedad y la historia, tal como lo percibieron y expresaron los profetas. Tres aspectos son dignos de relevancia en lo que concierne a este libro: a) La sabidur’a es asumida por la Revelaci—n de Dios a su pueblo a travŽs de los sabios y hagi—grafos. b)La moral presentada en Prov. reconoce la pr‡ctica de las virtudes y fustiga los vicios. Insiste en la moral familiar y recomendaciones de moral social. c) La dimensi—n religiosa del libro, est‡ en lo que respecta a la manifestaci—n de Dios y la respuesta del hombre a Dios. Esta dimensi—n unida al tŽrmino Trah YahwŽh que tiene explicaciones de orden hist—rico, religioso, significativas (Alianza, Exodo). 3. ECLESI‡TICO. El t’tulo es tard’o. En el hebreo y griego es: Ôel libro de la Sabidur’a de Jesœs ben SiracÕ. La Tradici—n latina le denomin— liber iesu filii Sirac y luego Sapientia ben Sirac y liber Ecclesiastici t’tulo empleado por el Concilio de Trento. Respecto a la canonicidad, existieron dudas entre algunos escritores cristianos, como Rufino, Or’genes, Eusebio, Jer—nimo, aunque lo citan con frecuencia. El libro est‡ acompa–ado por un prologo del traductor griego, por eso se fecha en el a–o 38 del rey Everegetes, es decir el 132 a.C. En el libro se intenta recoger la tradici—n sapiencial de Israel y ofrecerla en cierto modo, como contra replica a las costumbres y formas de pensar procedentes del mundo griego. Estructura: a) naturaleza, preceptos y beneficios de la Sabidur’a (Ecl 24) b) excelencias y postulados sociales de la Sabidur’a (Ecl 42,15) c) manifestaci—n de la Sabidur’a en la naturaleza y en Israel. Hay quien ve tan solo dos partes: Ecl 1-42,15 - colecciones de sentencias-, y la segunda parte representa la gloria de dios en su naturaleza primero (hasta 43,33), y en la historia despuŽs (hasta 50,29). Aunque la doctrina de Ecl es tradicional representa un progreso en varios aspectos. Tradicional es su ense–anza de la retribuci—n del hombre

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por sus actos. Se mantiene en la tradici—n del premio o castigo en esta vida.DespuŽs de esta vida, en la honradez o maldad de los hijos, y en el recuerdo de la alabanza o execraci—n que se deja( 39,12-15). Los aspectos nuevos y originales: 1) la identificaci—n de la sabidur’a con la ley proclamada por MoisŽs, no s—lo el temor del Se–or. Integra de ese modo la sabidur’a en la Alianza en la que se di— la Ley. 2) relaciona la Sabidur’a con el culto, ya que la Ley consis te en el cumplimiento exacto y riguroso del culto. 3) Medita sobre la historia del pueblo, centr‡ndose en los personajes. Da un juicio negaticvo de los reyes, excepto de David, y alaba a los santos recordando la Alianza que Dios hizo con ellos. 4) Una referencia a los tiempos mesi‡nicos: Ecclo 36, la resaturaci—n de la doce tribus. La personificaci—n de la Sabidur’a, en el contexto de la sabidur’a pr‡ctica se personifica a la sabidur’a con rasgos femeninos, como madre y esposa. La sabiduria , identificada con la Ley, lleva la iniciativa cuando el hombre est‡ dispuesto a acogerla. La comparaci—n con la madre y esposa viene a significar que estas ejercen sobre el hombre un cuidado del que Žl tiene imperiosa necesidad, y por eso aparecen en un nivel superior. A ellas les incumbe una iniciativa y una actitud activa cuya motivaci—n no puede ser otra que el amor de madre y de esposa, Cfr Ecclo 24,18. Se identifica en este pasaje la Sabidur’a de Dios con Cristo; aunque no hay obst‡culo para presentarse tambiŽn como figura de una madre, y que se aplicar‡ posteriormente en la Iglesia a la Virgen. 4. CANTAR DE LOS CANTARES. en hebreo es 'Sir hasirin aser liselomoh': canto en grado superlativo atribuido a Salom—n autor de cantos segœn 1Rey 5,12. El autor y la fecha de composici—n. el libro no contiene referencias hist —ricas que permitan datarlo. Por el lenguaje puede ser influencia de Aram (Siria) y se encuentra tambiŽn una palabra persa, por ello indicar’a el siglo IV a.C. Fue escrito en el Norte donde era m‡s fuerte el influjo extranjero. En cuanto al autor, se ha sugerido que es recopilaci—n de cantos de amor ya existentes en la tradici—n israelita. la atribuci—n del libro a Salom—n pud— fundarse en la tradici—n que presentaba a este rey como autor de cantos. Contenido: Tiene un conjunto de poes’as de amor, puestas alternativamente en boca de la esposa y del esposo como un di‡logo, en el que se entremezclan la voz del coro compuestas por las amigas de la esposa. El amor rec’proco de los j—venes, cuya situaci—n es de prometidos, m‡s que de desposados, se buscan apasionadamente el uno al otro, parece que se encuentran y de nuevo se hallan alejados, hasta que al final del libro asistimos al encuentro definitivo. Divisi—n y estructura del Cantar: Ha tenido distintas propuestas unidas en cierto modo a su interpretaci—n. Algunos autores consideran el Cantar como una colecci—n de cantos de amor, cada uno completo en s’ mismo. Las interpretaciones se han basado en: a) cantos de bodas de ambiente rural. b) drama que se desarrolla entre un rey y una joven. c) un drama desarrollado en los cultos de fecundidad. Lo m‡s l—gico y acorde con el texto es ver en el Cantar la obra de un poeta que presenta el amor de dos j—venes, que culmina en el matrimonio. Por eso presenta escenas de tensi—n en la bœsqueda y de encuentro.Se

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emplean distintas formas de expresi—n para reflejar esa situaci—n: ya sea por di‡logos, por medio de sue–os, e incluso con algunos estribillos fijos (Ct 2,7; 3,5). Interpretaci—n: La primera impresi—n es que no se trata de una obra religiosa, ya que s—lo aparece una vez el nombre de Dios (Ct 8,6). Es un heho significativo que el Cantar estŽ incluido en los libros de la Biblia, y tenido como sagrado e inspirado por Dios. Para enterderlo cabr’an varias explicaciones. La primera se basa en una interpretaci—n aleg—rica del Cantar, en la que se contempla el amor entre Dios e Israel. Los jud’os siguen esta idea a partir de Rab’ Aquiba, ya que ese amor ven’a proclamado desde la Žpoca de los profetas como un amor esponsal.Aunque el texto no presenta tal idea, ya que los profetas hablaban del amor esponsal en un sentido metaf—rico, y era para mostrar la infidelidad de Israel. Los Santos Padres siguiendo en esta l’nea, interpretan el Cantar como expresi—n del amor de Cristo y la Iglesia. Aunque cuidando no ver en todos los detalles realidades sobrenaturales. En este contexto el Cantar ha sido tambiŽn visto como la relaci—n m’stica enter Dios y el alma La segunda interpretaci—n que se da es la literal. Son cantos de amor humano, siendo esta visi—n de estudio muy reciente. Desde esta perspectiva no es de extra–ar que el Cantar llegase a ser reconocido como libro santo: por el mismo tema del amor tal como se describe. Siendo una expresi—n inspirada por Dios de la bondad y la grandeza del amor matriminial, inscrito por Dios en el coraz—n del hombre y de la mujer desde la misma creaci—n (Gen 1-2). Canta el amor segœn el proyecto de Dios, purificado de la sensualidad y la pecaminosidad con que qued— da–ado por el pecado. Es una palabra de la Revelaci—n sobre la grandeza y la dignidad de tal amor. Su car‡cter de exclusividad presupone el matrimonio monog‡mico e indisoluble. Su fundamento: la naturaleza misma del amor esponsal en el coraz—n humano, tal como fue proyectado por Dios. 5. SABIDUR’A. Los santos Padres lo llamaban Sabidur’a de Salom—n, la Vulgata solo Sabidur’a. Autor y tiempo de composici—n: El libro va dirigido a jud’os que viven en la di‡spora, concretamente en Alejandr’a, pues corren peligro de dejarse llevar por la ciencia helen’stica. El autor se expresa en lenguaje griego. Est‡ escrito en Alejandr’a alrededor del 50 a.C. ya que cita la versi—n de los LXX y no parece conocer a Fil—n de Alejandr’a. Canonicidad. Los jud’os no lo han aceptado como libro sagrado, sin embargo la Iglesia lo recibi— del judaismo desde el principio. Se sitœa en la corriente de sabios de Israel, y su ense–anza, al igual que la de sus predecesores, est‡ centrada en la Ley de Dios. Contenido. Consta de tres partes claramente diferenciadas: a) Cap. 1-5 Tiene car‡cter moral: consecuencias de seguir o no la sabidur’a. b) Cap. 6-9 De car‡cter m‡s especul‡tivo. Origen, naturaleza y propiedades de la sabidur’a.

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c) Cap. 10-19 De car‡cter hist—rico, muestra la historia de Israel guiada por la Sabidur’a, cap. 13-15 habla del punto culminante de esa historia de la liberaci—n de Egipto. Un punto de vista que trae es sobre la inmortalidad del alma. Se ense–a en el libro, por vez primera en la Biblia, la inmortalidad del hombre, su incorruptibilidad tras la muerte, (Sab 2,23-24). Es justamente la sabidur’a y el atender a sus leyes lo que aseguran al hombre su incorruptibilidad. La sabidur’a afecta a todo el hombre entero, teniendo el alma la preeminencia en la uni—n con la sabidur’a. Aunque pueda verse algunas referencias a la filosof’a plat—nica, el autor del libro le pesa m‡s la concepci—n unitaria del hombre que le viene dada de la tradici—n del juda’smo. Lo que se desea expresar es que la bondad moral est‡ enraizada en la parte espiritual del hombre, en el alma, que es la que puede unirse con la sabidur’a, y es la que puede condicionar la cualidad del cuerpo. 6. EclesiastŽs (Qohelet). Fue escrito probablemente en el s. III a.C. por un autor que desconocemos, pero que aparece como un maestro, as’ se denomina a s’ mismo, y como Salom—n. Los LXX lo tradujeron por EclesiastŽs. En hebreo Qohelet puede significar el que convoca la asamblea. No es f‡cil esquematizr el contenido del libro, ya que los argumentos se repiten siempre, sin embargo se pueden distinguir: a) un pr—logo que abarca cap. 1,1-11. b) el cuerpo del libro, cap. 1,12-12,8. Trata todo Žl de la vanidad de las cosas de este mundo, parece que las va mencionando sucesivamente. c) ep’logo cap. 12,9-14. Plantea el valor de las realidades que vive el hombre en la tierra. La respuesta es " todo es vanidad y atrapar vientos" (Eccl 1,14). La œnica sabidur’a v‡lida para Qohelet no es otra que el percatarse del car‡cter pasajero e inconsciente de las cosas de este mundo. No porque no se valore la otra vida sino que el hecho de la muerte hace iguales a todos los hombres. Pero no es una actitud que conduzca al pesimismo, o una conducta amoral, sino lo contrario: a agradecer y saborear los peque–os placeres que Dios concede al hombre, llevando una conducta honrada. Todo podr’a resumirse en la sentencia de Eccl 12,13-14 " Todo est‡ dicho: teme a Dios y guarda sus mandamientos, pues esto es todo el hombre". Esta sentencia no est‡ presente en todo el libro, porque llega a considerar como vanidad la sabidur’a y la bœsqueda de la pefecci—n. La sabidur’a para el autor no soluciona los que se plantea en su deseo de comprensi—n y de felicidad. Aunque es œtil, la sabidur’a para gozar de la peque–as cosas de esta mundo. Sobre la retribuci—n presenta un punto diferente a Job - si los justos hallasen en esta vida la prosperidad-, para Qohelet afirma que esto no es suficiente y que tambiŽn es vanidad. La religiosidad del autor se insierta en la tradici—n del pueblo: Dios creador, que gobierna todas las cosas con su providencia. Se alaba la sabidur’a divina y se recomienda el temor de Dios y la observancia de sus mandatos. El hombre es responsable de sus acciones y est‡ sometido al premio o castigo de Dios, aunque no se entiende c—mo.

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Comprende al hombre en su doble dimensi—n sustancial y espiritual, siendo libre para obrar el bien o el mal; pero ignorante ante el misterio de Dios. 7.4 LOS SALMOS:

ORIGEN DEL

SALTERIO

Y DIVERSOS GŽNEROS DE

SALMOS

Muchos de los Salmos fueron compuestos, ciertamente para cantarlos unidos a determinados ritos, por ej. 20, 26, etc Otros reflejan que son cantados en el Templo, as’ segœn Juec 21, 19-21 se celebraban fiestas de YahwŽh con danzas y canciones; Am 5,23 habla que los sacrificios se acompa–aban de cantos y aparecen cantores en la corte del Rey ICron 25. Es acertado pensar que el culto fue el contexto en que surgieron la mayoria de los Salmos. No es posible saber hoy la fecha de composici—n, pero quiz‡ eso no es lo m‡s importante, ya que al ser recitados en diversas situaciones de la historia de Israel y de la Iglesia van adquiriendo nuevas connotaciones. El CdTrento, recogiendo la tradici—n eclesi‡stica incluye entre las escrituras can—nicas 150 Salmos (151 la de LXX). Formaci—n del salterio. Es sentencia comœn aceptada que se form— a partir de colecciones menores. Es muy probable que el nœcleo primitivo lo constituyera la colecci—n dav’dica, otros acoplamientos en los tiempos de Ezequ’as y Jos’as, reyes de Juda que fomentaron la piedad y el culto. Autores de los Salmos que se citan: -David, se le atribuyen 73 -Asab, organizador del canto en tiempo de David, 12 -hijos de CorŽ (levitas) unos 12 -otros an—nimos, 26. T’tulos de los Salmos. La mayor parte tiene unas indicaciones preliminares de ’ndole literaria, musical, litœrgica, hist—rica y de autor. Clasificaci—n de los Salmos: -de alabanza: celebran la majestad de Dios y sus intervenciones salv’ficas. -de constante acci—n de agracias: se alaba a Dios por motivos de car‡cter general. -de sœplica, m‡s numerosos. -penitenciales: dirigidos a suscitar el dolor por los pecados. -canticos de Si—n:vivos sentimientos de amor hacia JerusalŽn o hacia el Templo. -sapienciales: de finalidad did‡ctica. -hist—ricos: de acontecimientos de la historia de Israel. -mesi‡nicos: de modo m‡s directo se refieren al Mes’as (2, 110, 16, 22, 45, 72) 7.5 VALOR

RELIGIOSOS Y PROYECCI—N MESI‡NICA

Los Salmos reflejan la vida de Israel y sus sentimientos ante Dios a lo largo de m‡s de 600 a–os. Como cantos litœrgicos traspasan el tiempo concreto y entran en la aoraci—n de la Iglesia. El mesianismo de los Salmos se percibe a la luz de Cristo resucitado y de la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, su cumplimiento en su verdadero alcance escatol—gico(Sal 110) cumplido en Cristo a la luz de Act 2,33ss. El culto y el Templo tambiŽn han acrecentado su sentido, el nuevo Templo es el Cuerpo de Cristo resucitado(Ioh 2) y la nueva JerusalŽn es la Iglesia en la

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que reina Cristo. La piedad individual reflejada en los Salmos como insertada en la historia de salvaci—n vivida por el pueblo de Israel, se configura ahora como la piedad cristiana inserta en el seno de la Iglesia. La dimensi—n comunitaria se acentœa desde la consideraci—n de la Iglesia, Nuevo Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo, en la que Ôtodos so’s uno en Cristo JesœsÕ. Los Salmos tuvieron un puesto privilegiado en la vida liturgica de Israel, como expresi—n de la fe actualizada en cada momento como un acinamiento de su esperanza siempre mirando al futuro, y como voz un‡nime en la que coincid’a todo el pueblo, as’ como orientaci—n en el camino a seguir. En la liturg’a de la Iglesia sirven as’ mismo para cantar la Magnalia Dei especialmente la gran intervenci—n de Dios en Cristo, sirven para acrecentar la esperanza en el Reino de Dios, y as’ mismo para unir a los fieles en una misma oraci—n litœrgica y privada como para estimular la bœsqueda de la santidad.