Alta Critica y Baja Critica

La Alta Crítica Introducción Todo conocimiento nos llega a través de dos medios: la razón y la fe. La razón requiere

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La Alta Crítica

Introducción Todo conocimiento nos llega a través de dos medios: la razón y la fe. La razón requiere que el conocimiento sea adquirido a través de la evidencia. Por el contrario, la fe no requiere de evidencias para aceptar el saber. La fe suple el conocimiento que nos es imposible alcanzar por medio de la razón. Lo que se conoce a través de la razón y la evidencia, deja de pertenecer a la fe. Las Escrituras son para nosotros la autoridad suprema en asuntos de fe. La creación, la existencia de un Dios creador, el conflicto entre el bien y el mal, el carácter de Dios, su ley, la existencia de un mundo espiritual y todo aquello que nos ha sido revelado, nos llega a través de la fe. La existencia de la fe presupone que la razón humana tiene un límite en la adquisición de conocimiento. Cuando la razón se apartada de la fe, la razón humana se extravía. Las Escrituras son infalibles en materia de fe. La fe de la cual hablamos es la revelación del conocimiento de Dios en la faz de Jesucristo. No se puede decir de razón humana que es infalible. La razón humana, la cual se exalta a sí misma y se muchas veces se jacta, se ha equivocado y seguirá equivocándose. La verdadera razón reconoce su limitación y nunca excluirá el elemento la fe. El humanismo es una filosofía que exalta el progreso de la humanidad en casi todas sus formas: el arte, la ciencia, la moral y la cultura. El humanismo no valora la religión. Para el humanismo, el progreso humano va de lo mediocre a lo perfecto y la religion parece ir en dirección opuesta. La filosofía de la iluminación es una filosofía humanista que exalta la razón como autoridad suprema del conocimiento. El racionalismo apela a la razón como única fuente del saber.

La Alta Crítica La alta crítica es la ciencia que investiga la formación de los escritos antiguos y pretende dar un mejor conocimiento sobre su autor, su bibliografía y su marco histórico haciéndolo bajo una perspectiva racionalista. La alta crítica se interesa particularmente en examinar documentos de origen dudoso o escritos cuyas fuentes originales se han perdido. Nuestro interés en la alta crítica se concentra en lo que esta ciencia humana dice de las Sagradas Escrituras. Antíguamente existía lo que podemos llamar «crítica literaria». Esta ciencia se dedicaba a examinar la autenticidad de un escrito utilizando parecidos y diferencia con escritos de la misma época. Sirvió para desmentir muchos documentos que la Iglesia Católica declaraba como auténticos y no eran más que un fraude destinado a engañar al mundo

cristiano, promover la superstición y las pretenciones papales. Las cartas apostólicas apócrifas y muchos otros escritos probaron ser engaños fabricados en épocas posteriores a sus supuestos autores. La alta crítica es un concepto formado en el siglo 18 y 19. Usa principios basados en la filosofía de la iluminación y el racionalismo. La alta crítica adoptó la razón para alcanzar la verdad y rechazó la fe cristiana que la Iglesia Católica Romana había desacreditado. La Biblia comenzó a ser analizada como un documento fraudulento y como un libro no inspirado. La alta crítica rechazó la idea de un Dios creador, de la existencia de milagros, del don profético que predice el futuro y rechazó la figura histórica de Jesús. A la Biblia quedó a merced del ateísmo disfrazado de ciencia. Sus proponentes se llaman "eruditos". Lamentablemente el mundo cristiano también reconoce a estos hombres como eruditos porque no conoce el carácter de esta ciencia. La realidad es que estos eruditos no son expertos en teología, sino que son estudiosos literatura que han sido educados con principios ateos. Los eruditos le dan un nuevo sentido a las Escrituras: las Escrituras no son inspiradas, sino que son una compilación de leyendas populares transmitidas por via oral o escrita. Los autores bíblicos no son quienes creíamos, sino que fueron otras personas que vivieron en generaciones posteriores, incluso siglos después de la muerte del alegado autor o del marco histórico del libro. La alta crítica trata los libros de la Biblia como una antología de mitos y tradiciones humanas.

La Razón Humana

La Fe Cristiana

La ciencia y la razón son el fin de la fe.

La fe permanece para siempre. Primero acabará la ciencia. (1 Cor 13:13,8)

La religión estravía la razón y la humanidad.

La humanidad se estravía con razonamientos vanos. (Rm 1:21,22)

El hombre creó a Dios en su imaginación para suplir una necesidad sicológica o para explicar lo que no se podía comprender.

La fe consiste en que Dios creó el mundo de lo que no se veía. (Heb 11:3) Nadie conoce al Padre, sino el Hijo y a quien el Hijo lo quisiere revelar. (Lc 10:22)

Las leyes naturales explican muchos supuestos milagros que suceden en la Biblia.

¿Quién hay como Jehová entre los dioses? Terrible en loores y hacedor de maravillas. (Ex 15:11) Los milagros de Dios desafían las leyes naturales.

La razón está por encima de la fe.

La fe es la demostración de las cosas que no se ven. (Heb 11:1) La Biblia es la autoridad en asuntos de fe y está por encima de la razón humana.

Es imposible predecir el futuro de la historia humana.

Para Dios no hay nada imposible. Dios lo conoce todo. Dios conoce el futuro no como un adivino, sino como quien tiene poder para dirigir nuestros destinos.

El material bíblico contiene

La Biblia tiene pequeñas aportaciones de

contradicciones que revela la existencia de más de un autor.

diferentes copistas de las distintas épocas. Estas aportaciones incluyen generalmente vocabulario, arreglos en la estructura del documento, correcciones a la gramática, pequeñas inserciones con el fin de clarificar el texto y otras pocas modificaciones que no alteran la autenticidad, ni la doctrina, ni afectan el marco histórico de la Biblia.

Crítica sobre la Autoría Uno de los debates más conocidos en la alta crítica ha sido la proposición de hipótesis que sostienen que los libros de la Biblia no han sido escritos por sus autores tradicionales y que algunos de estos libros han sido escritos en épocas posteriores a sus presuntos autores. Muchos suponen que estas hipótesis son un hecho real y son inclinados a considerar la Biblia como un gran fraude. La exaltada razón humana no parece hacer uso de la razón en este aspecto. Si se llaman hipótesis es porque estas ideas no han sido comprobadas y porque tampoco hay unidad de pensamiento entre los mismos eruditos. Desafortunadamente, el ateísmo parece inclinado a aceptar y llegar a aquellas conclusiones que satisfacen sus principios filosofías e intelectos.

Autoría de Isaías Por siglos, tanto judíos como cristianos han visto a Isaías como único autor del libro que lleva su nombre. Por 22 siglos nadie dudó de Isaías. Se tradujo la Biblia al griego, los apóstoles citaron a Isaías, los libros de Qumrán contienen a Isaías, Josefo comentó sobre Isaías y nadie cuestionó a Isaías. A fines del siglo 18, un alemán llamado Johann Doederlein cuestionó la época en que los capítulos 40 al 66 fueron escritos. De acuerdo a su pensamiento racionalista, este crítico no podía creer que alguien hubiese podido predecir la caída de Jerusalén ni mucho menos que Isaías hubiera conocido el nombre del rey que reconstruiría a Jerusalén. Otras personas tales como E. Rosenmueller y Leipzig razonaron que Isaías no pudo haber escrito los capítulos 40 al 66 porque es imposible para la razón humana predecir eventos que uno no ha visto. De aquí surgió la idea de la existencia de un autor deconocido que vivió en una época posterior a Isaías. A este supuesto autor se lo llamó Isaías Segundo. Como si fuera poco, otros críticos de nombre B. Duhn y K. Marti aseguraron haber hallado evidencia que probaba la existencia de un tercer autor desconocido a quien llamaron: Isaías Tercero. Aseguraron que los capítulos 56 al 66 fueron escritos e insertados en el libro de Isaías tres siglos más tarde, en los tiempos de Esdras. La evidencia presentada no consiste en documentos que prueban estas hipótesis, sino que consisten en razonamientos basados en principios ateos.

Argumentos a Favor y en Contra A Favor de la Crítica

A Favor de las Escrituras

El hecho de que un libro lleve un nombre como el de Isaías, no significa que Isaías es el autor del libro. Los libros de Jonás, Rut, Ester y Job llevan el nombre de sus personajes principales y se encuentran escritos en tercera persona.

El libro de Isaías comienza declarando que es la visión de Isaías y por tanto se supone que el fue su autor intelectual aunque fuera escrito por alguno de sus discípulos. Otros libros tales como Jonas, Rut, Ester y Job no pretenden confirmar la autoría del libro aunque se supone que fueron escritos por gentes que conocían la historia por vía oral. El nombre de Isaías, el nombre del rey de Judá y el nombre de Asiria desaparecen y una persona sólo habla. Esa persona es Jehová.

El nombre de Isaías desaparece súbitamente de los capítulos 40 al 66. Esto hace pensar a los críticos que el escrito proviene de otra fuente y otro autor.

Aunque el nombre de Isaías desaparece, su estilo refinado de escritura y su forma de refererirse a Dios permanece. Isaías sigue refiriéndose a Dios como «el Santo de Israel» desde el capítulo 1 hasta el 60. Ningún otro profeta aclama a Dios de la manera como Isaías lo hace. Esta expresión solo aparece cinco veces fuera del libro de Isaías.

Los capítulos 40 al 66 cambian de estilo literario. El escenario literario presupone que Jerusalén fue asolada y el pueblo está en el cautiverio. También presupone que el Ciro era conocido y que éste estaba tramando la conquista de Babilonia. El autor escribe cifrando sus esperanzas en Ciro y la liberación del pueblo.

El argumento de la alta crítica es sencillamente un argumento ateo. Los cristianos creemos en la fe y en el poder de Dios para hacer milagros y predecir el futuro.

Para un racionalista es imposible que alguien pueda predecir el futuro. Isaías escribe durante el reinado de Ezequías y bajo la amenaza del imperio Asirio. Por tanto, la lógica dice que Isaías debió hablar de Asiria y no de Babilonia. El hecho de que se menciona a Babilonia y su caída indica que fue escrito por otro autor.

Isaías predicó de la ruina que Asiria traería sobre Israel. (Is 8:7) Isaías apoyó al rey Ezequías en su resistencia contra Asiria. (2 Re 19:20) Pero Isaías conocía que era Babilonia traería la ruina sobre Judá (2 Re 20:17) y por tanto resulta lógico que él profetizara contra Babilonia (Is 47:1).

Es imposible que Isaías haya predicho con exactitud el nombre de su libertador, es decir, Ciro el Persa. Estos escritos deben corresponder a una época posterior a Isaías y bajo un autor desconocido.

El cumplimiento de las profecías de Ciro como libertador y las profecías mesianicas es un dato asombroso y constituye una evidencia de la validez de nuestra fe cristiana. Los argumentos de la alta critica son ateos.

Los manuscritos de Isaías encontrados en Qumrán están cocidos en de tal manera que unen los escritos de Isaías Primero con Isaías Segundo. Esto demuestra una separación previa y apoya la idea de dos autores diferentes.

Si esta hipótesis es válida, ¿cómo es posible que parte de Isaías Segundo aparezca en el pergamino de Isaías Primero? El razonamiento lógico nos dice que la supuesta división es una división temática bajo un mismo autor.

De la misma manera, es imposible que Isaías haya predicho la vida y los sufrimientos de Cristo. Los cristianos aplicaron estos conceptos a un Jesús ficticio en un marco histórico.

El argumento de la alta crítica es sencillamente un argumento ateo. Los ateos no están dispuestos a razonar en cuanto a la posibilidad de la existencia de un Dios.

¿Cómo es posible que haya existido un profeta y haya quedado en el olvido por más de 20 siglos? ¿Cómo es posible que nadie haya negado la autoría de Isaías durante este tiempo? ¿Cómo es posible de que no se haya encontrado un documento que sirva como prueba para verificar la identidad histórica de Isaías Segundo? La alta crítica y sus eruditos no ofrecen una evidencia razonable para explicar estas interrogantes. Los evangelios citan a Isaías como único autor de su libro. En la siguiente tabla se presenta una referencia cruzada entre Isaías y el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento no hace distinción entre dos Isaías ni tampoco apoya tal teoría.

Isaías

Nuevo Testamento

Isaías I

Isaías

Nuevo Testamento

Isaías II

Is 1:9

Rm 9:29

Is 40:3

Mt 3:3

Is 6:9

Mt 13:14

Is 42:1

Mt 12:17

Is 9:1

Mt 4:14

Is 53:1

Jn 12:38

Is 10:22

Rm 9:27

Is 53:4

Mt 8:17

Is 11:10

Rm 15:12

Is 53:7

Hch 8:32

Is 29:13

Mt 15:7

Is 61:1

Lc 4:17

Is 65:1

Rm 10:20

Es inconcebible para la fe cristiana que los apóstoles no hayan dicho nada sobre otro profeta que fuera coautor con Isaías. Las profecías de Isaías constituyeron la base del cristianismo para probar por medio de las Escrituras que Jesús era el Mesías prometido. Muchas veces se dice que la Iglesia está fundamentada sobre lo que los apóstoles vivieron y experimentaron, pero la realidad es que el cristianismo está fundado sobre la Ley y los Profetas y sobre todo lo que las Escrituras dijeron de Jesús. El libro de Isaías juega un papel importante en la venida, la vida y los sufrimientos del Mesías prometido. Negar las profecías de Isaías es como poner el fundamento para negar a Cristo. Jesús dijo que las Escrituras no podían ser quebrantadas (contradichas), pero estos falsos eruditos de la alta crítica se la pasan negando la Ley, los Profetas y los Evangélios al tratarlos como libros seculares. Nuevamente repetimos, los eruditos de la alta crítica no son eruditos en teología ni son hombres de fe. Son meramente humanistas ateos disfrazados de estudiosos. Y lo más importante, hasta el presente no han podido probar ninguna de sus hipótesis ateas.

Otras Escrituras Cuestionadas Otros temas de discusión de la alta crítica son el origen del pentateuco, los evangelios sinópticos, las cartas de Pablo y los llamados profetas menores.

El Pentateuco Según la alta crítica, el pentateuco es una compilación de cuatro documentos fuentes designados como javista, elohísta, deuteronomísta y sacerdotal. El cristiano se preguntará, ¿cómo es posible dar fe de estos documentos ya que ninguno de ellos existe hasta el presente? Tal parece que los eruditos tienen mucha fe en aquellas cosas que por conveniencia les conviene creer. Sus ideas siguen siendo hipótesis documentarias y no pueden llegar a la categoría de teorías por falta de evidencia.

Los Evangelios Sinópticos Cuando hablamos de evangelios sinópticos nos referimos a los evangelios que narran la historia de Jesús en forma cronológica. Para ser específicos, nos referimos a los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. La pregunta de la alta crítica es: ¿cómo es posible que tres personas escriban con tanta exactitud las mismas palabras? Para la alta crítica, ésto es imposible y la segunda pregunta es: ¿quién se copió de quién y cuál es la fuente original del documento? El evangelio de Marcos es el más breve y resulta razonable pensar que Mateo y Lucas tomaron los escritos de Marcos para escribir sus evangelios. La siguiente pregunta es: dado los parecidos entre Lucas y Mateo, ¿quién se copió de quién y cuál fue la fuente original del documento?

La alta crítica inventa la hipótesis del evangelio "Q" y dice que los escritos de Lucas y Mateo se copiaron de este misterioso documento. El problema más grande es la falta de evidencia para probar estas hipótesis. Como si fuera poco, la alta crítica afirma que estos documentos fueron escritos en épocas posteriores a sus autores con la finalidad de promover la idea de un libertador imaginario llamado Jesús. Hay un argumento cristiano más razonable que explica los asombrosos parecidos entre los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Cuando se organizó la iglesia, se celebraban concilios en Jerusalén, donde se decidían muchos asuntos doctrinales. (Hch 16:4) Allí se reunían los apóstoles los cuales eran testigos de la vida de Jesús. Es razonable pensar que una de las preocupaciones de estos hombres era transmitir los acontecimientos de la vida de Jesús a otras generaciones por vía escrita. (Jn 20:30,31) Mateo, Marcos y Lucas eran contemporáneos y trabajaron juntos en la preparación de la biografía de Jesús. Recolectaron las historias más significativas (Lc 1:3) y las compilaron en sus libros. Intercambiaron datos y añadieron sus propias contribuciones de acuerdo a la audiencia que querían alcanzar. Aquí no hay ningún misterio, ni plagio, ni fraude.

Las Epístolas La alta crítica niega la autoría de las epístolas de 2 de Tesalonisenses, Hebreos, 1 y 2 de Pedro, 1, 2 y 3 de Juan, Judas, Santiago y Apocalipsis. De esta manera, la alta crítica descarta casi todo el Nuevo Testamento como un legado genuino de los apóstoles. La alta crítica sitúa el origen de estas cartas en una época posterior y aun después de la muerte de sus autores.

Profetas Menores Comenzando desde Oseas y terminando en Malaquías, la alta crítica razona que casi todos estos escritos fueron redactados por autores diferentes en épocas posteriores. De esta manera, la profecía deja de ser profecía y se convierte en un recuento de historia pasada y una mentira piadosa para hacer creer que los profetas predijeron el futuro.

La Actitud de la Iglesia La Iglesia Católica toma una posición contradictoria que no es de estrañar. A finales del siglo 19, el Papa León XIII condenó la erudicción secular bíblica. Una comisión pontificia en el año 1908 declaró que no existía suficiente evidencia para negar a Isaías como autor del libro que lleva su nombre. En el año 1943, el Papa Pío XII le dio permiso a los eruditos a que interpretaran la Biblia e investiguaran las fuentes y circunstancias alrededor del texto bíblico. Esto es significativo ya que la Iglesia se proclama la única institución autorizada para interpretar las Escrituras. La Iglesia le dio al mundo secular el permiso para interpretar la Biblia a base de principios ateos. Las enseñanzas de la alta crítica forma parte de seminarios católicos y protestantes de nuestra época. Las Biblias Católicas están llenas de esta filosofía atea en sus comentarios y Biblias. Por ejemplo, los comentarios de la Biblia Nacar-Colunga nos hablan de la creación y el mundo antidiluviano como una leyenda. Se acepta la

evolución como el proceso que usó Dios para crear el mundo. También aceptan las teorías de muchos autores tales como Isaías primero, segundo y tercero. La actitud de la alta crítica puede considerarse como una respuesta atea a los abusos de la Iglesia Católica durante la Edad Media. Es un dato histórico que el clero católico fabricaba documentos espúreos para engañar al mundo cristiano. Los libros apócrifos atribuidos a los gnósticos exaltaban la santidad del domingo, la veneración de María, las doctrinas del infierno y otras más. Otros documentos fueron inventandos por los monjes en los cuales se alegaban haber ocurrido milagros relacionados en cuanto a la misa católica, los días festivos de la iglesia y la veneración de los santos. La Iglesia hizo pasar por ciertos documentos que afirmaban la autoridad papal. Años después, se comprobó que los documentos eran ilegítimos y un fraude de la Iglesia.

Conclusión La crítica literaria es la ciencia que estudia la formación de un documento. Evalúa el autor, el estilo literario, el marco histórico para establecer su autenticidad cuando el manuscrito original se ha perdido. Reconocemos que esta ciencia tiene su utilidad pero también tiene sus limitaciones cuando se trata de reconstruir un pasado desconocido. Por otro lado, la alta crítica es una crítica literaria que usa razonamientos humanistas ateos como principios para elaborar sus tesis, las cuales no dejan de ser meras hipótesis con bastante subjetividad. La alta crítica opera bajo un disfraz de erudicción, niega la fe cristiana y ridiculiza las Sagradas Escrituras. La influencia de la alta crítica se deja ver en la teología católica y ha llegado a penetrar en menor medida dentro del protestantismo moderno. La fe cristiana nos dice que la razón humana extravía al hombre cuando abandona la fe. Por fe entendemos que es todo conocimiento impartido a través de la Palabra de Dios que nos revela un Dios creador, sustentador, redentor y un ser que es todo amor.