Alcira Argumedo Resumen Cap I

ALCIRA ARGUMEDO – LAS MATRICES DEL PENSAMIENTO TEORICO POLITICO. CAP II 1. CIENCIA, POLITICA Y CULTURA. La ciencia libre

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ALCIRA ARGUMEDO – LAS MATRICES DEL PENSAMIENTO TEORICO POLITICO. CAP II 1. CIENCIA, POLITICA Y CULTURA. La ciencia libre de valores y los postulados de objetividad es cuestionada desde la aparición de la multiplicidad de corrientes teóricas que se encaran al hombre como objeto de estudio, las cuales hacen presente la relatividad del conocimiento acerca de lo histórico y lo social bajo el carácter hipotético, controvertido y controvertible de las Cs. Sociales. La autora señala que las grandes corrientes de las ciencias humanísticas están fuertemente vinculadas con proyectos históricos y políticos, que a su vez influyen o explicitan tales proyectos y así están siempre llenas de política, aun cuando se las pretenda presentar con un carácter objetivamente científico. Afirma que la presentación de estas diferencias en el pensamiento político y social no significa la descalificación de las utilidades de las herramientas teóricas y metodológicas que significan un ordenamiento de los datos de la realidad y la fundamentación de grandes líneas estratégicas. La relación entre la producción teórica y los procesos políticos, obliga a definir el lugar y la perspectiva desde donde se interpretan los fenómenos sociales, para sacarlos de un problema estrictamente académico y mezclarlo con los debates políticos sustantivos que marcan el desarrollo histórico y social. En referencia a la historiografía, Romero afirma que la historia social debe hacer el esfuerzo de llevar sus temas al campo de la más estricta objetividad, pero que no es fácil, y resalta el capítulo de la conquista latinoamericana durante los primeros siglos de la dominación hispano lusitana y señala los problemas que allí se originaron sobre la masa aborigen derrotada, y como estos problemas se suceden aun hoy. Los enfrentamientos entre blancos, originarios y mestizos han asumido responsabilidades de carácter decisivo en distintas épocas, y que han originado actos de poder. Desde una perspectiva diferente, Jauretche remarca el carácter esencialmente político de las interpretaciones históricas: Afirma que lo que se ha presentado como historia, es más bien, una política de la historia, en la que la política actuado como un actor esencial en el impedimento de una creación de conciencia nacional, tras la imposibilidad de contarse la verdadera historia de los hechos. De allí, plantea la necesidad del revisionismo histórico. Argumedo, señala que lo señalado para la historiografía es extensible al conjunto de las teorías y recursos conceptuales y metodológicos de las ciencias sociales, e invade asimismo el campo de la filosofía. Estas pueden ser consideradas como discursos políticos abiertamente intencionados a marcar el camino que se debe recorrer. Así, puede afirmarse que la filosofía de la historia acabo constituyéndose en una de sus líneas de desarrollo: la filosofía imperial que se ocupo de decidir que una elite europea era merecedora de asumir el destino de toda humanidad posible.

La filosofía, las ciencias sociales, la historia, se vertebran en marcos más amplios, en concepciones culturales y modos de ver el mundo que las tiñen de significaciones esenciales al margen de la especificidad y las características de cada una de sus áreas de estudio. Como contracara, la autora señala que es posible recuperar, sistematizar y reelaborar en términos de rigurosidad teórica el pensamiento popular latinoamericano que históricamente se ha manifestado bajo la forma del discurso político o como expresiones discursivas no académicas. Las crisis europeas deshicieron las seguridades de los pertenecientes a esa elite tan fuertemente consolidada, y a su vez, las nociones epistemológicas más preciadas heredadas del siglo anterior, de las cuales se desprenden la objetividad, neutralidad valorativa, causalidad lineal, verdad transhistorica. La crisis epistemológica está fuertemente ligada a la crisis del proyecto de la modernidad. Resalta a la crítica que la postmodernidad le realiza a su predecesora, como ligada tanto al cuestionamiento de sus proyectos políticos y sociales como a sus supuestos epistemológicos e ideológicos. DOBLE PERSPECTIVA INTEGRAL: 1) EN REFERENCIA A LAS GRANDES CONCEPCIONES TEORICAS 2) LO RELATIVO A LAS GRANDES CONCEPCIONES DE LOS PROCESOS HISTORICOS Y SOCIALES. Para analizar las corrientes del pensamiento académico – político, la autora propone un punto de vista integral, un marco abarcador entendido tanto en términos teóricos como históricos. En esta mirada critica, incluye necesariamente una perspectiva englobadora que trascienda los supuestos límites entre las diferentes disciplinas o ramas de las Cs. Sociales. Así, la discusión no se acota en conceptos aislados, ideas parciales, dado que en el marco de una visión integral de todos esos procesos ideas o fenómenos, se adquiere una visión más acabada, coherente y el verdadero sentido. Afirma que el conocimiento social “partido” es hijo de UNA de las versiones dominantes, el liberal funcionalismo que formula el requisito de establecer divisiones del saber sin considerar la vertebración de cada una de esas particularidades con los otros fenómenos que, en muchos casos inciden de manera decisiva sobre el especifico problema en estudio. Esta versión dominante promovió a partir de la segunda posguerra, la “Departamentalización” de los estudios académicos, pretendiendo elevar al plano de las ciencias autàrticas a las diferentes subramas que abarcan el acontecer histórico y social. No obstante, esta departamentalización que fijaba su validez en permitir el verdadero conocimiento objetivo de los hechos, no pudo impedir que las principales corrientes teóricas se hicieran presentes desde una forma integral, que no supone la ilegitimidad de las investigaciones sobre aspectos parciales, a diferencia de esos aspectos que niegan el significado integral de estudiar cada uno de los procesos. Para la autora, el análisis crítico de las corrientes de pensamiento desde una óptica global transdisciplinaria se conjuga

con la necesidad de abordar los fenómenos sociales e históricos desde una determinada idea de totalidad. Entendiendo como totalidad una mirada que no solo contemple en sus principales tendencias los factores y contradicciones que juegan en una sociedad determinada, sino además, la articulación de estos procesos en su relación con otras sociedades, con la dinámica internacional en un momento histórico dado. La autora pretende recuperar una visión comprensiva y abierta que reconozca el desarrollo de las sociedades y plantea la elaboración de hipótesis sin caer en un generalismo abstracto o en negar la relativa autonomía con que puede encararse el conocimiento y la investigación. Señala como carácter del liberalismo, el hecho de aislar los hechos particulares, negando la posibilidad de abordarlos desde una perspectiva de conjunto a fin de crear “verdades a medias” que le permitan fundamentar un destino manifiesto de civilizar el mundo para integrarlo al progreso del capital y la acumulación. Plantea un concepto de totalidad que sea capaz de develar los silencios de las corrientes hegemónicas y de hacer emerger las voces de los “otros” protagonistas de la historia que rompan con la versión “científica” del relato de la historia que ve solo el rostro del progreso y no de los acabados por el mismo, que habla de una actualidad y no de un nosotros de las masas populares de América Latina. POLITICO CULTURAL La relación entre lo político y lo cultural supone una articulación mediatizada entre las cs. Humanas y los patrimonios culturales que conforman el sustento para la conformación de las “voluntades colectivas” sobre las que se consolidan los proyectos de sociedad. Las formulaciones teóricas, están inmersas en contextos culturales y son expresión de época s particulares que se vertebran con las mentes dominantes de cada capa de la población de un país, las cuales ofician de referentes de la vida cotidiana y base de construcción para los concesos políticos. MATRICES DE PENSAMIENTO. Matriz teórico político: Es la articulación de un conjunto de categorías y valores constitutivos que conforman la trama lógico – conceptual básica y establecen los fundamentos de una determinada corriente. Dentro de ellas, se procesan las diferentes vertientes como expresiones o modos particulares de desarrollo teórico, las cuales constituyen ramificaciones de un tronco común aunque con sus matices, características particulares o contradicciones. Las diferentes matrices contienen definiciones acerca de la naturaleza humana, de la constitución de las sociedades, su composición y formas de desarrollo, diferentes interpretaciones acerca de la historia, elementos para la comprensión del presente y modelos de organización social. Constituyen lo marcos mas abarcadores de las corrientes ideológicas englobando a las vertientes. Se basan en la pregunta por la esencia de lo social, por el concepto o la naturaleza de la sociedad. Esta definición permite detectar las líneas de continuidad o ruptura de los valores, conceptos, enunciados

y propuestas pertenecientes a las principales corrientes ideológicas en las ciencias sociales y en el debate político de nuestro tiempo. Son formas de reelaboración y sistematización conceptual de determinados modos de percibir el mundo, de idearios y aspiraciones que nacen de procesos históricos y experiencias políticas y se alimentan de sustratos culturales que exceden los marcos estrictamente políticos que tienden a incidir con mayor o menos fuerza en las realidades y los conflictos nacionales e internacionales. SOCIEDAD: Este concepto supone una determinada visión acerca de la naturaleza humana y es el núcleo a partir del cual se estructuran los esquemas de pensamiento, dentro de los cuales adquieren su sentido los distintos conceptos. Se establece la vinculación entre conocimiento científico y concepciones políticas, se desarrollan las afirmaciones fundamentales con referencia a los sujetos y las articulaciones existentes entre las diversas manifestaciones de los procesos socio-históricos. Esta sistematización otorga la significación más ajustada a los distintos conceptos, clases sociales, la forma y funciones del estado, la construcción de hegemonía, la justicia, libertad, etc. A su vez, tales marcos conceptuales establecen las líneas metodológicas, el método de la ciencia que es diferente en sus aspectos más decisivos para cada una de las matrices consideradas. PARADIGMAS: Están vinculados fundamentalmente con el estudio histórico de las ciencias exactas y naturales, el paradigma hace referencia a las “Realizaciones científicas universalmente reconocidas que durante cierto tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica, y conlleva además teorías, métodos, y normas de investigación casi siempre inseparables entre sí. Tiende a romper con ciertas ideas acerca del carácter lineal del desarrollo científico, haciendo resaltar los cambios que se producen en las teorías explicativas, en las formas de percibir los interrogantes y las hipótesis y en los métodos de investigación a partir de las llamadas “revoluciones científicas” que dan lugar a transformaciones significativas del mundo en el que se llevaba a cabo el trabajo científico anterior. El paradigma, no toma en consideración los factores externos, mientras que las matrices de pensamiento serían las formas más sistemáticas y analíticas de fundamentación teórica y metodológica de esos factores. Por otro lado, mientras el paradigma enfatiza los momentos de crisis y de ruptura de los métodos predominantes, la matriz busca más bien establecer las líneas de continuidad histórica de determinadas corrientes de pensamiento que se reproducen en las distintas vertientes. CONOCIMEITNO: Por nuevo que parezca, nunca un conocimiento es primogeneo sino que es la reorganización de un predecesor, con ajustes y/o correcciones. Es un proceso. Existe una continuidad otorgada por los sustratos culturales y los modos diversos de ver el mundo y practicar el conocimiento, esto conlleva la recuperación de

un conocimiento valido propio del sentido común aunque se manifieste de formas no sistemáticas. Las matrices serian así, las sistematizaciones teóricas coherentizadas de esos saberes y mentalidades. La presencia de patrimonios culturales establecen las líneas de continuidad histórica transmitidas generacionalmente. No se puede dejar de lado el contexto cultural incide en los procesos sociales y políticos de carácter extra científico, de aquí que la perspectiva nacional latinoamericana recupera de las capas populares de la sociedad los saberes y visiones del mundo y se desarrolla a partir de esas OTRAS ideas. MATRICES Y EPISTEMES Según Foucault: Estructuras profundas subyacentes que delimitan al campo mas amplio del conocimiento y la percepción de una época histórica determinada en la que no interesan las eventuales conexiones internas que obedezcan a una armonía preestablecida. No es posible establecer líneas de continuidad dentro de una episteme, ni puede hablarse de una historia de epistemes ya que no hay continuidad entre una y otra. Es un fenómeno inconsciente que establece el lugar donde los hombres están instalados y desde el cual se conoce y actúa. En el marco de una misma episteme pueden convivir varias matrices de pensamiento. En la episteme moderna, por ejemplo, se encuentra la matriz del liberalismo económico. Se plantea la existencia de una continuidad epistemológica desde la Europa primaria, donde es la supremacía del continente la que esta legitimada como superior a través de los miedos y las conquistas y el desprecio por las culturas de ultramar. Y se guardo para sí, el privilegio de la voz el relato de la historia y el derecho a al palabra.