ADICCIONES

ADICCIONES La adicción es una enfermedad primaria, que afecta al cerebro, constituída por un conjuntos de signos y sínto

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ADICCIONES La adicción es una enfermedad primaria, que afecta al cerebro, constituída por un conjuntos de signos y síntomas característicos. El origen de la adicción es multifactorial involucrandose factores biológicos, genéticos, psicológicos, y sociales. Los estudios demuestran que existen cambios neuroquimicos involucrados en las personas con desordenes adictivos y que ademas existe predisposición biogenética a desarrollar esta enfermedad. Uno de los problemas mas grandes en el estudio de la adicción, es de que a pesar de la gran cantidad de información y estudios científicos de las últimas décadas, todavía la población general persiste en cultivar ciertos mitos acerca de la adicción, que dificultan su comprensión y tratamiento. Uno de esos mitos es de que la adicción proviene de una falla moral o de una personalidad defectuosa, y que esto es asi porque el adicto es fundamentalmente "inmoral" o "malo" y merece castigo. La adicción es una enfermedad compleja de naturaleza bio-psico-social. O sea que las causas de la adicción son múltiples e interaccionan de una manera compleja para producir el desorden adictivo. Factores biológicos, genéticos, psicológicos y de personalidad, socioculturales y familiares se unen en una interacción multisistémica produciendo primero la predisposición y luego con la exposición al factor desencadenante, que podría ser: sustancias psicotrópicas, juego, sexo, relaciones, tecnología comida, etc.; se evoluciona hacia la consolidación del proceso patológico llamado adicción. Numerosos estudios han demostrado que la adicción al alcohol es mas frecuente en famliares de alcohólicos, que en familiares de personas noalcohólicas; de modo que los hijos de alcohólicos muestran una probabilidad 3 o 4 veces mayor de desarrollar el desorden alcohólico (Schuckit, 1987; Cotton, 1979).

Las diversas adicciones se categorizan para su mejor estudio y comprensión de la siguiente manera: Adicciones de Conducta

Adicciones de Ingestión

* Adicción al Juego

* Adicción Quimica

* Adicción al Sexo



* Adicción a las Relaciones



  

Adicción a Relaciones Codependencia Adicción a los Romances

* Adicción a la Religion

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* Adicción a las Sectas



* Adicción al Trabajo



* Adicción a la Internet



Adicción al Alcohol o Alcoholismo Adicción a la Cocaina Adicción a la Nicotina o Tabaquismo Adicción a la Marihuana Adicción a los Sedantes Hipnoticos Adicción a las Anfetaminas Adicción al Extasis Adicción a la Heroína Adicción al Opio

* Adicción a la Comida   

Comedor Compulsivo Bulimia Anorexia Nervosa

La negación, el autoengaño y las distorsiones del pensamiento típicas de la adicción, conforman un sistema delusional bien nutrido que atrapa al adicto en un circulo de deterioro progresivo. Este sistema se compone de una serie de creencias, mecanismos de defensa, negación, autoengaño y otras distorsiones del pensamiento que en conjunto son conocidas como el Pensamiento Adictivo Cuando uno o más miembros de una familia son adictos activos, esta familia se afecta, de manera contundente en su funcionamiento. La dinámica de las

relaciones, la comunicación y la conducta de sus miembros, cambian y se hacen disfuncionales, como resultado del proceso adictivo. Estos cambios pasan a formar parte de la dinámica de la adicción, produciendo codependencia y facilitando la conducta adictiva.

ENFERMEDAD La adicción es una enfermedad del cerebro La adicción es una enfermedad primaria, que afecta al cerebro, constituída por un conjuntos de signos y síntomas característicos. El origen de la adicción es multifactorial involucrandose factores biológicos, genéticos, psicológicos, y sociales. Los estudios demuestran que existen cambios neuroquimicos involucrados en las personas con desordenes adictivos y que ademas existe predisposición biogenética a desarrollar esta enfermedad. La adicción es una enfermedad tratable y la recuperación es posible. A continuacion una serie de documentos que contienen mas informacion acerca de la naturaleza de la enfermedad de la adiccion

EL SINDROME DE LA ADICCIÓN Los síntomas y signos típicos de la enfermedad adictiva que describen clínicamente a esta enfermedad. La adicción es una enfermedad primaria o más bien un síndrome constituído por un conjuntos de signos y síntomas característicos. A pesar de que la manifestacion clinica de la adiccion dependen ademas de las caracteristicas individuales de personalidad de cada adicto, asi como de las circunstancias socio-culturales que lo rodean, los sintomas siguen siendo caracteristicos de la enfermedad. Ademas se hace mucho mas impactante relizar que estos sintomas estan presentes aunque la adiccion sea de caracter quimico o conductual, sin que esto haga una diferencia importante en el cuadro basico sintomatico que llamamos adiccion. Algunas de los sintomas yu caracteristicas de la adiccion son descritas aqui con la intencion de poder comprender mejor el funcionamiento de esta enfermedad: * Pérdida de control del uso, caracterizada por episodios de uso compulsivo que llevan a la inversion de tiempo y energia importantes en la conducta adictiva, de modo que cada vez mas el adicto funciona con mas dificultad en su vida en general. Mientras el adicto insista en usar, el descontrol seguira afectandolo. * Daño o deterioro progresivo de la calidad de vida de la persona debido a las consecuencias negativas de la práctica de la conducta adictiva. Este detorioro se da en todas las areas de la vida del adicto y se produce de manera progresiva, a traves de las distintas etapas de la enfermedad adictiva. * Uso a pesar de daño, lo cual se manifiesta como la practica continuada de la conducta adictiva, a pesar del daño personal y familiar involucrado como consecuencia de la adiccion. Este sintoma es caracteristico de la adiccion y cuando se presenta es un marcador importante para el diagnostico. * Negación o Autoengaño cuya función es la de separar al adicto de la conciencia que las consecuencias que la adiccion tienen en su vida. De esta manera se reduce la ansiedad y ademas se protege el sistema adictivo, estableciendose un equilibrio enfermo, del cual el

adicto se resiste a salir, y que ademas es la razon por la que el adicto insiste en volver a usar aun luego de una crisis. * La Memoria Euforica es un proceso de memoria selectiva mediante el cual, de manera automatica, aflora un recuerdo de la euforia asociada con episodios de uso en el pasado. NO se recuerdan el sufrimiento o las consecuencias negativas. POr esta razon la memoria euforica es un factor importante en las recaidas y en facilitar el autoengaño caractristico de la adiccion. * El Pensamiento Adictivo se le denomina al conjunto de distorsiones del pensamiento propias de la adiccion, ademas de la negacion y el autoengaño, estas distorsiones tienden a facilitar el proceso adictivo y despegan al adicto de la realidad de sus enfermedad. * La Conducta de Busqueda es un conjuntos de conductas aprendidas durante el proceso adictivo que de manera subconciente acercan al adicto con la sustancia o con la conducta de su adiccion, asi como a las personas, lugares o situaciones relacionadas con su adiccion. Esta conducta es evidente para los que observan al adicto, pero no asi par el adicto quien no se da cuenta del riesgo. * Los Deseos Automaticos son disparados por las situaciones, los lugares y las personas relacionadas con el uso, de modo que evocan memorias euforicas asociadas a deseos de usar que se acompañan de ansiedad e ideas repetidas de uso. Estos deseos se sguen presentando por meses aun luego que el adicto este en abstinencia y en recuperacion. * Obsesion o preocupacion excesiva con respecto a las situaciones de uso y relacionadas con el uso ya sea consumo de sustancias psicotropicas o practicas de conductas. Esto lleva a invertir una energia mental desproporcionada en el proceso de adiccion que resta a las actividades vitales importantes del adicto. * Congelamiento Emocional producto de los cambios bioquimicos en el cerebro y ademas de las distorsiones psico-emocionales del proceso adictivo. Dificultad para identificar, manejar e interpretar los sentimientos, asi como una actitud de intolerancia a algunas emociones, buscando el uso como una forma de anestsia emocional. Estos sintomas se pueden presentar todos juntos o de manera selectiva y con dstinta intensidad en un momento dado, asi como pueden variar a lo largo del tiempo y con el avance de la enfermedad adictiva.

LA ADICCIÓN ES UNA ENFERMEDAD PRIMARIA El paradigma de la adiccion como enfermedad primaria es de suma importancia para entender la dinamica del adicto y poder intervenir de manera adecuada. Uno de los problemas mas grandes en el estudio de la adicción, es de que a pesar de la gran cantidad de información y estudios científicos de las últimas décadas, todavía la población general persiste en cultivar ciertos mitos acerca de la adicción, que dificultan su comprensión y tratamiento. Uno de esos mitos es de que la adicción proviene de una falla moral o de una personalidad defectuosa, y que esto es asi porque el adicto es fundamentalmente "inmoral" o "malo" y merece castigo.

Es comprensible que las personas expuestas a la adicción de otros se impacten con el comportamiento totalmente ilógico del adicto, especialmente si son testigos del detrioro progresivo de un familiar o persona cercana afectivamente. Sin embargo es precisamente ese comportamiento distorsionado el que es sintomatológico de la enfermedad de la adicción. Los estudios más recientes demuestran que el cerebro de las personas adictas es un cerebro que ha cambiado neuroquímicamente. Ese cambio neuroquímico se manifiesta en una alteración de los procesos cognitivos y de la conducta, especialmente de aquellos patrones de conducta asociados con la búsqueda y consumo de drogas. Las personas que se han enfermado con adicción, tienen una química cerebral secuestrada que cada vez hace más difícil que el enfermo controle su consumo de drogas. Por otro lado este descontrol bioquímico se acompaña de una creciente defensividad psicológica, que en cierta forma va despegando al adicto de la realidad que esta viviendo, de manera selectiva. Este autoengaño produce una falta de conciencia de las posibles consecuencias que volver a consumir traeran, minimizando asi los costos personales y sociales. Estos cambios se hacen de manera progresiva y selectiva, de modo que existen varias fases del proceso adictivo y en casi todas la persona puede conservar su inteligencia y la habilidad para funcionar excepto en asuntos relacionados con su consumo. De este modo, la compulsión o descontrol del consumo, se presenta cuando el adicto comienza a ingerir la sustancia y produce una pérdida de control del consumo, lo que se traduce en la ingestión de grandes cantidades de sustancias, inversión de mucho tiempo y energía en el consumo y todas las consecuencias que esto genera en las relaciones personales y las reponsabilidades de la persona. Esto no significa que los adictos no sean reponsables por lo que ellos hacen, sino que su conducta adictiva es el reflejo de cambios patológicos en la bioquímica del cerebro. Estos cambios bioquímicos son producidos por la estimulación del cerebro predispuesto genéticamente del adicto, que genera una reacción exagerada al consumo y que distorsiona el sistema neural de la recompensa y los instintos, por ende la conducta. La situación es similar a la del paciente que sufre de diabetes mellitus, la cual se produce por un desorden en el mecanismo de acción de la insulina y de la regulacion de la glucosa en el cuerpo. Es interesante que enfermedades tales como los desordenes cardíacos, son manejados con estrategias integrales y un grado de comprensión que incluye la prevención, intervención y tratamiento, de manera que a nadie se le ocurriría si quiera pensar que, un paciente con un infarto, merece ser castigado por haber tenido tan poco cuidado con su dieta, y menos sugerir de que no merece tratamiento. Por otro lado, condiciones tan estigmatizadas inicialmente, como el HIV y el SIDA, han sido rápidamente entendidas y aceptadas como enfermedades tratables, y el estigma ha quedado relegado a los obtusos que se empeñan en no entender la realidad en la que viven.

La adicción es una enfermedad que es tan antigua como el hombre mismo y la cantidad de personas afectadas directa o indirectamente por esta enfermedad es mayúsculo. Los estudios realizados confirman una predisposición genetica, cambios neuroquímicos precisos, un curso y sintomatología predecibles y buena respuesta al tratamiento. De los grandes pasos que se han dado en este sentido se incluyen la elaboracion de los criterios diagnósticos para dependenciua química del DSM-IV e ICD-10, y el establecimiento de la Medicina de la Adicción como una nueva especialidad médica en 1987 por la Asociación Americana de Medicina de la Adicción (ASAM) y la Asociación Americana de Medicina (AMA). Aun así, los sistemas de salud pública, continuan en negación, resistiendose a ver la evidencia científica actual, negándose a inlcuir en sus presupuestos los tratamientos para los enfermos de adicción y sus famlias. En el tratamiento de la adicción el concepto de enfermedad es proviene de la evidencia clínica a lo largo de decadas, de la investigación ceintífica y de la correcta práctica médca. Además desulta útil para lograr la autocomprensión que los pacientes necesitan para poder recuperarse. Ayuda a eliminar el estigma asociado y se abren las posibilidades de atención en salud para un problema que, sin duda, se ha convertido en uno de los problemas de salud pública mas importantes de este siglo.

DEFINICIÓN DE LA ADICCIÓN Una definición generica que pretende explicar la enfermedad de manera integral, esbozando el modelo unificado de las adicciones.

La adicción es una enfermedad primaria, crónica con factores genéticos, psicosociales y ambientales que influencian su desarrollo y manifestaciones. La enfermedad es frecuentemente progresiva y fatal. Es caracterizada por episodios continuos o periódicos de: descontrol sobre el uso, uso a pesar de consecuencias adversas, y distorsiones del pensamiento, mas notablemente negación. Primaria se refiere a la naturaleza de la adicción como entidad patológica separada de otros estados patofisiológicos que pueden estar asociados. Primaria se refiere a que la adicción no es un síntoma de otro proceso patológico subyacente. Enfermedad significa una discapacidad involuntaria. Representa la suma de fenómenos anormales que se presentan en un grupo de individuos. Estos fenómenos estan asociados con un conjunto específico de características comunes, por lo que estos individuos difieren de la norma, y que los coloca en desventaja. Frecuentemente progresiva y fatal significa que la enfermedad persiste a lo largo del tiempo y que los cambios físicos, emocionales y sociales son frecuentemente acumulativos y progresan mientras el uso continúa. La adicción causa muerte prematura a través de sobredosis, complicaciones orgánicas que involucran al cerebro, hígado, corazón, y otros organos, dependiendo del tipo de

adicción; y contribuye a la ocurrencia de suicidios, homicidios, violencia, maltrato, violación y abuso sexual, accidentes y otros eventos traumáticos interpersonales y/o familiares. Descontrol se refiere a la inhabilidad para limitar el uso, la duración del episodio de uso, la intensidad del uso y las consecuencias conductuales del uso. Preocupación asociada con el uso se refiere a la inversión excesiva de atención hacia el uso, el sustrato del uso, los efectos del uso, las situaciones relacionadas con el uso; lo cual significa una gran inversión de energía y tiempo en las actividades adictivas, traduciéndose en un relativo descuido de los intereses importantes de la vida diaria. Las consecuencias adversas son problemas relacionados con el uso que llevan a impedimentos en las areas de: salud física, funcionamiento psicológico, funcionamiento interpersonal, funcionamiento ocupacional; y problemas legales, financieros y espirituales. La negación es usada aquí, no solo en el sentido psicoanalítico de un simple mecanismo de defensa que descalifica el significado de los eventos, sino más ampliamente incluyendo un amplio rango de maniobras psicológicas diseñadas para reducir la cociencia del hecho de que el uso es la causa de los problemas del individuo, más que una solución a estos problemas. La negación se convierte en una parte integral de la enfermedad y un obstáculo importante para la recuperación.

CAUSAS DE LA ADICCIÓN La etiología de la adicción es de naturaleza compleja, constituyendose en el resultado de multiples factores bio-psico-sociales que interaccionan de manera compleja. La adicción es una enfermedad compleja de naturaleza bio-psico-social. O sea que las causas de la adicción son múltiples e interaccionan de una manera compleja para producir el desorden adictivo. Su etiología no lineal, multifactorial y sistemica hace difícil comprenderla con una visión lineal o simplista de: una causa – un efecto. Este hecho es además importante en el tratamiento de estos desórdenes pues cada persona es diferente y muestra distintos matices del problema de modo que es necesario individualizar cada caso y relizar un estudio amplio de la historia personal y familiar antes de hacer un diagnóstico. Factores biológicos, genéticos, psicológicos y de personalidad, socio-culturales y familiares se unen en una interacción multisistémica produciendo primero la predisposición y luego con la exposición al factor desencadenante, que podría ser: sustancias psicotrópicas, juego, sexo, relaciones, tecnología comida, etc.; se evoluciona hacia la consolidación del proceso patológico llamado adicción. Numerosos estudios han demostrado que la adicción al alcohol es mas frecuente en famliares de alcohólicos, que en familiares de personas no-alcohólicas; de modo que los hijos de alcohólicos muestran una probabilidad 3 o 4 veces mayor de desarrollar el desorden alcohólico (Schuckit, 1987; Cotton, 1979). Para separar la influencia de los factores de crianza y los genéticos, se han realizado estudios con gemelos adoptados que han sido conclusivos en la existencia de factores genéticos predisponentes (Prescott & Kendler, 1995)

Durante los últimos 25 años los científicos han realizado avances grandiosos que nos ayudan a entender mejor la etiolgía y dinámica de la adicción. Se han idetificado los receptores primarios de casi la mayoría de las drogas de abuso (NIDA, 1994, 1996; Kilty, Lorang & Amara, 1991; Matsuda, Lolait et al., 1990; Chen, Mestek et al., 1993) Han descubierto su localización en el cerebro y los neurotransmisores asociados a estos receptores (Koob, 1992; Self, Institute of Medicine, 1996); demostraron la activación de esas áreas durante la adicción, el síndrome de abstinencia y los deseos por drogas (Grant, London et al., 1996; Volkow, Ding et al., 1996); identificaron y separaron los mecanismos productores de la conducta de búsqueda y la dependencia física de drogas (Wise & Bozarth, 1985; Maldonado, Saiardi et al., 1997); desarrollaron modelos animales de autoadministración de drogas (koob, 1995); y mas importente que todo, demostraron la importancia del sistema mesolímbico de dopamina, en la disfunción adictiva producida por la drogas de abuso. De esta manera se va aclarando científicamente el papel de la química cerebral en el desarrollo de la adicción. Los factores de personalidad juegan un rol en el desarrollo de la adicción, teniendo en cuenta que algunas características de la personalidad, tales como la baja tolerancia a la frustración y la dificultad para lidiar con los sentimientos propios, son factores que facilitan la aparición del desorden adictivo; ningún estudio ha podido ser conclusivo en la existencia de una "personalidad adictiva". Y la experiencia clínica demuestra que existen adictos con diversos tipos de personalidad. Acerca de los factores familiares, se acepta que la familia adictiva posee por regla general la marca de la adicción en su dinámica, generandose patrones disfuncionales de interacción que van formando al niño de manera que lo predisponen al desarrollo de las adicciones y dificulta la intervención constructiva de la familia una vez instalado el desorden, eliminando la posibilidad de que la familia sea un factor preventivo o contentivo para la aparición de estos desordenes en sus miembros.

LA EVOLUCIÓN DEL PROCESO ADICTIVO La adicción es un proceso a lo largo del tiempo que cursa a traves de diversas etapas y cuyas caracteristicas cambian de acuerdo a la severidad del problema. La adicción es un proceso que se desarrolla a lo largo del tiempo. Al principio, el tipo de uso que la persona hace de la sustancia o conducta, no es adictivo, pero progresivamente, el tipo de uso varia aumentando hacia la habituación primero, y luego hacia el abuso. Aun en este momento no se puede hablar de adicción, pues el abuso es un estado en el cual la persona conserva el control sobre su uso. La línea que divide al abuso de la adicción es muy fina y muchas veces inadvertida, pero lo cierto es que si la persona predispuesta se expone al uso de la sustancia o conducta de riesgo, puede pasar esa línea y convertirse en adicto.

En sus primeras fases, la adicción puede pasar inadvertida, por la levedad de los síntomas, o por la habilidad de la persona para compensar las consecuencias negativas que la adicción tiene sobre su propia vida y sus relaciones. A lo largo de este proceso la persona pasa por diversas etapas que reflejan el agravamiento progresivo del desorden adictivo. Las distintas etapas de la adicción se relacionan a la severidad del proceso adictivo y el impacto que la adicción tiene en la vida del adicto: 1.- Etapa Temprana: En esta etapa ya la química cerebral está alterada, y esto se manifiesta en episodios de uso descontrolado que pueden no ser tan severos y fecuentes, pero son evidencia de la instalación del desorden bioquímico cerebral.Aún así la relación que la persona ha desarrollado con el sustrato de su uso, lo motiva a continuar usando, debido al refuerzo psicológico que el consumo de la sustancia o la práctica de la conducta, tiene sobre su comportamiento. Ya existe el pensamiento adictivo y comienza a manifestarse como una preocupación con el uso. Puede haber deseos automáticos y ya la persona comienza a invertir tiempo no programado en actividades relacionadas con el uso. 2.- Etapa Media: La pérdida de control es obvia y los episodios de consumo son más intensos y frecuentes. Ya comienza a haber problemas familiares serios debido al tiempo que la persona ocupa en actividades relacionadas con la adicción y el uso. El pensamiento adictivo se hace más intenso debido a la necesidad aumentada de negar o racionalizar su conducta. Comienzan a presentarse problemas laborales y escolares debido al malfuncionamiento psicosocial. La química cerebral ha cambiado de manera importante y la personalidad de la persona tambien ha cambiado, casi siempre con más irritabilidad, ansiedad e intolerancia. El ego de la persona se ha hipertrofiado para poder mantener una imagen de "normalidad" que pueda disminuir la ansiedad tanto del adicto como de las personas que lo rodean. 3.- Etapa Agravada: La inhabilidad para detener el consumo marca esta etapa del proceso adictivo. Problemas financieros severos podrian aparacer y el aislamiento social se hace evidente y marcado. Problemas severos en las relaciones familiares que pueden llegar a la separación. Pérdidas de empleo y deterioro del funcionamiento laboral se hacen presentes de manera que el adicto no puede muchas veces, ni conseguir ni mantener un empleo. La depresión severa característica de esta etapa puede ser malinterpretada como primaria, pero es en realidad secundaria al desorden adictivo. Igualmente la autoestima se ha deteriorado mucho y puede aparecer psicósis toxica, en las adicciones quimicas, e ideación psicótica en las adicciones de conducta. Estas fases no están separadas realmente y se sobreponen de manera que, es difícil saber exactamente donde esta ubicado un adicto en el proceso, pero en la mayoría de los casos se pueden utilizar para entender mejor la severidad del problema y las necesidades individuales de tratamiento.

CLASIFICACIÓN DE LAS ADICCIONES

Una clasificacion que es congruente con el modelo unificado de las adicciones, dividiendolas en dos grandes grupos: las de ingestion y las de conducta. El Síndrome Adictivo se compone de una serie de síntomas y signos que son comunes a las personas que sufren de adicción y ademas se presentan en diversas adicciones de manera que son un comun denominador. De esta manera pueden presentarse iguales sínrtomas en la adicción al acohol, como en la adicción a la cocaína, tanto como la adicción a la comida y al juego. Esto se debe a que la disfunción bioquímica del cerebro del adicto es fundamental en la génesis de la adicción, y esta respuesta cerebral enferma se puede generar con la exposición prolongada a una gran cantidad de químicos, situaciones y conductas que producen una estimulación del sistema dopaminérgico mesolimbico del cerebro de la persona predispuesta. Las diversas adicciones se categorizan para su mejor estudio y comprensión de la siguiente manera: Adicciones de Conducta

Adicciones de Ingestión

* Adicción al Juego

* Adicción Quimica

* Adicción al Sexo * Adicción a las Relaciones   

Adicción a Relaciones Codependencia Adicción a los Romances

* Adicción a la Religion * Adicción a las Sectas * Adicción al Trabajo * Adicción a la Internet

        

Adicción al Alcohol o Alcoholismo Adicción a la Cocaina Adicción a la Nicotina o Tabaquismo Adicción a la Marihuana Adicción a los Sedantes Hipnoticos Adicción a las Anfetaminas Adicción al Extasis Adicción a la Heroína Adicción al Opio

* Adicción a la Comida   

Comedor Compulsivo Bulimia Anorexia Nervosa

Esta clasificación es más bien didáctica y de utilidad clínica pero muchas veces las adicciones pueden no aparecer con diferencación clara o pueden coexistir, ya sea, con otra adicción, o con una enfermedad psiquiátrica; de modo que es necesario explorar bien para poder descubrir la extensión e intensidad del proceso adictivo. Por otro lado también puede darse el caso que una persona detenga una adicción que lo habia estado afectando y desarrolle otra adicción por medio del fenomeno llamado "sustitucion

EL CEREBRO DEL ADICTO La neuroquímica de la adicción es mucho mas clara ahora debido a las investigaciones realizadas en los ultimos años. Se atribuye el sistema mesolimbico el locus del desorden adictivo. Los cambios bioquímicos que suceden en el cerebro del adicto son los responsables de la compulsión observada en los episodios de uso descontrolado, asi como de muchas de las perturbaciones cognitivas propias de la adicción. Las últimas investigaciones implican a diversos neurotransmisores, asi como a vías o sistemas cerebrales, tales como el sistema de recompensa mesolímbico, como factores claves en el desarrollo de la sintomatología adictiva. Neurotransmisores Los neurotransmisores son sustancias químicas naturales que existen dentro del cerebro y que son responsables de las activiades cerebrales, entre otras: la motivación, las emociones y los instintos. Estas sustancias naturales son las quie median en el estado de ánimo provocando euforia o desgano, de acuerdo a una sucesión compleja de estímulos, condicionamientos y aprendizajes, cuyo objetivo es el de responder constructivamente a los estímulos del medio ambiente. Las sustancias psicotrópicas externas o drogas, asi como los estados de excitación extrema provenientes de conductas de estimulación, afectan estos neurotrasnmisores de manera que el cerebro los produce en exceso o los depleta exageradamente. Estos cambios, unidos a la predisposición a la adicción produce una respuesta aberrante, que es el reflejo de un desbalance bioquímico persistente. Los neurotransmisores mas importantes involucrados en la respuesta adictiva son: La Dopamina es predominante en las áreas del sistema de recompensa mesolímbico el cual media las repuestas de euforia y estimulación en el cerebro. Las Endorfinas se producen en las áreas mesolímbica y mesocorticales, y median las respuestas a los estímulos dolorosos, la regulación de la temperatura y la ingestión de agua y alimentos. El Acido Gamma Amino Butírico (GABA) se encuentra en la amígdala, el bulbo olfatorio, el telencéfalo ventral y el globo pálido también se ha implicado en la respuesta adictiva En realidad se asume que todos los neurotransmisores tienen un papel en la manifestación de la adicción. Aún se investiga para determinar la naturaleza de ese papel y la forma en que las vías y los químicos cerebrales interactuan para producir el desorden adictivo. El Cerebro Dual el cerebro puede dividirse en terminos de función y de vías neurológicas en dos partes: el cerebro primitivo y el cerebro racional. esta división puede ayudarnos a comprender mejor la dinámica de la neuroquímica en el proceso de la adicción. El Cerebro Racional: Esta zona del cerebro es la correspondiente a la corteza cerebral y en ella se asientan las funciones superiores intelectuales y abstractas. Es la llamada materia gris y su función es la del análisis racional de los hechos y de la información que llega a traves de los

sentidos. En el proceso de adicción esta área también se afecta produciéndose el sistema delusional de la adicción, el cual es un conjunto de pensamientos adictivos que complotan junto al cerebro primitivo para facilitar y mantener activo el proceso adictivo. El Cerebro Primitivo: Se le llama así al cerebro bajo que incluye el area de funciones vitales, las zonas mediadoras de las emociones y estados de ánimo, la generación de instintos de supervivencia y regulación corporal. Esta parte del cerebro esta involucrada directamente en el desarrollo de la adicción, y allí se encuentran los desbalances bioquímicos responsables de la compulsión, la memoria eufórica y los deseos automáticos. Alli se encuentran vías dopaminérgicas y de endorfinas tales como el sistema de recompensa cerebral. Sistema de Recompensa Cerebral Se trata de un sistema cerebral encargado de mediar en las repuestas de condicionamiento a los estímulos, produciendo recompensas bioquimicas a las repuestas adecuadas, para manejar constructivamente los estímulos. Esta compuesto por zonas mesolímbicas y mesocorticales. La estimulación excesiva de este sistema conlleva, en las personas predispuestas, a cambios bioquímicos permanentes, que median la reacción adictiva, de modo que cambia su funcionamiento y su respuesta a los estímulos ambientales. Este el sistema más importante implicado en el desarrollo de la adicción. Las áreas del cerebro que conforman el sistema de recompensa cerebral son: El Area Ventral Tegmental, El Núcleo Accumbens, La Corteza Prefrontal y el Hipotálamo Lateral. Estos núcleos cerebrales están interconectados entre sí en un circuito llamado Circuito Reforzador Limbico-Motor que esta relacionado con funciones de motivacion (el limbico) y locomotoras (el motor) Aun se continua investigando sobre las partes del cerebro que estan involucradas en la mediacion de la enfermedad adictiva y sus manifestaciones clinicas.

EL

SISTEMA

DELUSIONAL

La negación, el autoengaño y las distorsiones del pensamiento típicas de la adicción, conforman un sistema delusional bien nutrido que atrapa al adicto en un circulo de deterioro progresivo. Este sistema psicopatológico forma el núcleo de la enfermedad de la adicción en su parte psicológica. Se compone de una serie de creencias, mecanismos de defensa, negación, autoengaño y otras distorsiones del pensamiento que en conjunto son conocidas como el Pensamiento Adictivo * Negación o Autoengaño cuya función es la de separar al adicto de la conciencia que las consecuencias que la adicción tienen en su vida. De esta manera se reduce la ansiedad y además se protege el sistema adictivo, estableciéndose un equilibrio enfermo, del cual el adicto se mantiene atrapado, y que además es la razón por la que el adicto insiste en volver a usar aún luego de una crisis.  

Negación: La negación simple de las situaciones negativas producto de la adicción Minimización: Restarle importancia o significado a los eventos relacionados con las consecuencias de la adicción.

   

Racionalización: Asignar una razón lógica a algo que no la tiene o que és por naturaleza irrazonable. Justificación: Justificar el uso en virtud de algo que ocurrio en el pasado o por la forma en que lo tratan o por cualquier otra condición existente en la vida del adicto Proyección: Ver en los demás los problemas que el adicto está pasando en su propia realidad, de modo que puede culpabilizar a otros de su problema. Futurización Salirse de la realidad presente y vivir en el futuro como una manera de no ponerse en contacto con su realidad presente.

* Distorsiones del Pensamiento propias de la adicción, que son generadas por las creencias adictivas. La función de estas distorsiones es producir sufrimiento de modo que se justifique el uso de sustancias o conductas adictivas para "aliviar" ese dolor de manera enferma. Sumadas a la negación y el autoengaño, estas distorsiones tienden a facilitar el proceso adictivo y despegan al adicto de la realidad de sus enfermedad. 













Catastrofización: Asignarle una categoría de catástrofe aún al mas leve inconveniente de la vida personal. Es una manera de auto-sabotearse el crecimiento con el fin de justificar finalmente el uso. El adicto desarrolla una visión catastrófica que lo coloca en una actitud de víctima frente al mundo. Mortificación: La preocupación constante ante cualquier problema hace de la vida cotidiana, una constante ansiedad y sufrimiento que se usan como justificativo para continuar el uso. Rigidez: Dificultad para abrir la mente y considerar otros puntos de vista. El adicto se aferra a sus percepciones con una fuerza tal, que puede hacer la comunicación muy dificil, sobre todo en el area del uso y el comportamiento adictivo. Control: El miedo es la emoción fundamental en la personalidad del adicto y para manejar ese miedo, que muchas veces es desproporcionado, el adicto desarrolla relaciones basadas en el control interpersonal. Esto causa dolor en las relaciones y muchas veces termina produciendo violencia. Pensamiento Blanco y Negro: La incapacidad para ver los grises es muchas veces un fuerte componente de la mentalidad adictiva, dificultando la comprensión mutua y animando a los juicios severos. Impaciencia e Intolerancia: El adicto desarrolla una intolerancia marcada por situaciones que involucra incomodidad o es y más bien actúa por impulsividad siguiendo la regla de "quiero lo que quiero, cuando lo quiero y como lo quiero" Soberbia y grandiosidad: La personalidad del adicto regresiona en cierta manera a la adolescencia, aflorando muchas veces conflictos no resueltos con la autoridad y, conducta de reto permanente. Esto se debe a una hipertrofia del ego como compensación al deterioro en la autoimagen que se produce por el impacto de la adicción en la vida de la persona.

* Sistema de Creencias Adictivo. Todas estas distorsiones provienen del sistema de creencias adictivo que conforman la raíz del desorden adictivo en el plano mental. Para poder recuperarse de la adiccion es necesario detectar y cambiar dichas creencias adictivas.

Cuando uno o más miembros de una familia son adictos activos, esta familia se afecta, de manera contundente en su funcionamiento. La dinámica de las relaciones, la comunicación y la conducta de sus miembros, cambian y se hacen disfuncionales, como resultado del proceso adictivo. Estos cambios pasan a formar parte de la dinámica de la adicción, produciendo codependencia y facilitando la conducta adictiva. Codependencia La codependencia es la práctica de patrones disfuncionales de relación, de manera compulsiva y a pesar del daño resultante, que buscan controlar al adicto. La codependencia es un desorden aprendido en respuesta al proceso adictivo, pero puede trasmitirse de manera transgeneracional si no es tratado adecuadamente. Roles Familiares Disfuncionales Las familias que son impactadas por el proceso adictivo, usualmente cambian su dinámica y los miembros se ubican en ciertos roles que son definidos por la codependencia, y cuya resultado es la de sostener el proceso adictivo. Triángulo del Drama El triángulo del drama describe la relación de víctima, rescatador y perseguidor que es la base de la dinámica familiar enferma, en una forma de juego transaccional. Facilitación El concepto de facilitación se refiere al resultado de la codependencia y de la disfunción familiar en el proceso adictivo. La adicción se facilita y se refuerza de modo que se establece una dinámica adictiva. Intervención Familiar A pesar de que la famlia se afecta con la adicción y de que la dinámica familiar codependiente facilita el avance de la adicción, la familia organizada y enfocada puede ser un vehículo de intervención excelente. Recuperación de la Familia La familia tambien se beneficia de un adecuado tratamiento y la recuperación es también posible. Desde terapia familiar hasta grupos de autoayuda están disponibles como herraminetas de recuperación. La familia es una parte importante en la comprensión, intervención y manejo clínico de las adicciones, por lo que es necesario que la familia se involucre tanto en el tratamiento como en la recuperación de los procesos adictivos

ADICCIONES

Las adicciones son un síndrome constituido por un conjunto de signos y síntomas carcaterísticos. El origen de la mismas es multifactorial, entre los que podemos mencionar factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Algunos síntomas característicos de las adicciones son: Daño o deterioro progresivo de la calidad de vida de la persona, debido a las consecuencias negativas de la práctica de la conducta adictiva. Perdida de control caracterizada por la práctica compulsiva de la conducta adictiva. Negación o auto engaño que se presenta como una dificultad para percibir la relación entre la conducta adictiva y el deterioro personal. Uso a pesar del daño, lo cual se manifiesta como la práctica continuada de la conducta adictiva. Este daño es tanto para la persona como para los familiares. Estudios demuestran que existen cambios neuroquímicos involucrados en las personas con desordenes adictivos y que además es posible que exista predisposición biogenética a desarrollar estas enfermedades. Puede desarrollarse adicciones tanto a sustancias psicotrópicas como a actividades y hasta relaciones. Algunos casos de adicciones que podemos mencionar son: Sustancias psicotrópicas, como el alcohol, la nicotina y diferentes tipos de drogas Juegos de azar Comidas o componentes comestibles Sexo Trabajo Relaciones interpersonales, por ejemplo una pareja. La naturaleza exacta de las adicciones continua siendo motivo de análisis científicos y cada día se hacen descubrimientos que nos facilitan la comprensión de este fenómeno, que afecta a miles de personas a nivel mundial. En este trabajo nos ocuparemos de tratar ciertas adicciones y no todas, dada la complejidad de tema. Las dependencias a tratar serán: Drogadicción: los diferentes tipos de drogas y los efectos y consecuencias de las mismas. Alcoholismo Tabaquismo. 3. Drogadicción

La drogadicción es una enfermedad biopsicosocial, caracterizada por el abuso y la dependencia de sustancias químicas. Produce graves problemas físicos, familiares, laborales y sociales.

Cabe destacar que el interés público prevalece sobre las libertades individuales cuando éstas afectan derechos e intereses de terceros. En sí esta dependencia es una forma de conducta social disvaliosa, pero no cumple los principios fundamentales como para que esta conducta sea merecedora de penas. Podemos señalar que la aplicación de medidas frente a esta situación, provoca un aumento de los perjuicios y no así de los beneficios que puede acarrear. Los sistemas actuales de tratamiento para adictos tienen escasa efectividad. Generalmente para la recuperación se plantea la creación de granjas comunitarias, con un régimen flexible, y de amplia y activa participación familiar y social. En este momento no nos encargaremos de ampliar estos puntos, sino que haremos una lista de las clases de drogas existentes, con sus características y consecuencias. Anabolicos esteroides Los anabólicos esteroides, más precisamente anabólicos androgénicos esteroides, pertenecen al grupo de drogas ergogénicas, también llamadas drogas de performance. Son sustancias sintéticas derivadas de la testoesterona, una hormona natural masculina. "Anabólico" significa "constructor" o "fabricante", y "androgénico" significa "masculinizante", es decir que otorga características sexuales masculinas. Los esteroides derivan de las hormonas; a su vez, los anabólicos esteroides conforman un grupo dentro de estas drogas hormonales. Un hombre sano produce entre 2 y 10 miligramos de testosterona al día (las mujeres también la producen, pero en cantidades residuales). Las hormonas anabólicas ayudan al cuerpo a absorber las proteínas, propician el desarrollo muscular, óseo y de la piel. Las características androgénicas de la testosterona se relacionan con la masculinidad: durante la pubertad permite el desarrollo sexual masculino, el crecimiento capilar en el cuerpo y el agravamiento de la voz. Estas sustancias están diseñadas para imitar las funciones de crecimiento de la testosterona, pero afectando mínimamente sus efectos masculinizantes. Hay muchas clases y combinaciones de propiedades anabólico - androgénicas. Estos productos son usados desde tiempos relativamente recientes: en 1930 la testosterona fue sintetizada por primera vez, y se introdujo en la práctica deportiva en los años '40. En las Olimpíadas de 1952, los rusos arrasaron con las medallas en levantamiento de pesas gracias a su uso, que desde esa época se hizo masivo. Paralelamente a su utilización, los médicos notaron sus efectos secundarios. A pesar de ello, su uso fue en aumento hasta 1975, en que fueron prohibidos. Hasta la fecha, el Comité Olímpico Internacional incluyó 17 clases de anabólicos y compuestos relacionados en las listas sustancias prohibidas. Durante los años '80, muchos jóvenes no atletas los utilizaron por sus propiedades de desarrollo corporal, creándose un floreciente mercado ilegal tanto de producción como de venta de estas drogas. En la actualidad, no solo los atletas usan anabólicos esteroides. Miles de jóvenes usan estas drogas para aumentar su potencia muscular, o simplemente por "motivos cosméticos", para mejorar su apariencia física y

autoestima. Además, este consumo no se limita a los hombres sino incluye a un número creciente de mujeres. Sus usos médicos son variados, siendo utilizados en terapias contra ciertas clases de anemia, cáncer de pecho, osteoporosis y otras enfermedades. Algunos médicos afirman que sería útil su uso post quirúrgico, con el objetivo de mejorar el apetito del paciente, pero son necesarias mayores investigaciones que sustenten esta posición. El uso no terapéutico de anabólicos androgénicos esteroides en adolescentes y jóvenes adultos aumentó significativamente durante las dos últimas décadas. Los más recientes estudios hechos por The National Institute on Drug Abuse y el National Clearinghouse on Alcohol and Drug Information de los Estados Unidos prueban que el uso indiscriminado y sin control de esteroides produce severos problemas a la salud física y psiquica. Los anabólicos son normalmente tomados en forma de comprimidos. Algunos que no pueden ser absorbidos oralmente son inyectados. Su utilización sin fines médicos acarrea gravísimos riesgos que son potenciados por la utilización de "megadosis": una dosis normal prescrita con fines médicos varía entre 1 y 5 miligramos; más de 7 miligramos implican una sobredosis; algunos consumidores se aplican megadosis de 100 o más miligramos, implicando intoxicaciones que pueden llegar a ser mortales. El uso de estas megadosis se debe al falso convencimiento de que a mayores cantidades se consiguen mejores resultados. Además, llegan a saturarse de hormonas de diferentes tipos, muchas veces combinadas con otras drogas como ser estimulantes, analgésicos y antiinflamatorios. Por otra parte recurren a un consumo "cíclico", creyendo que así eliminan los efectos perjudiciales y su detección mediante análisis. Una minoría los obtiene en el mercado legal, mediante recetas fraudulentas. La mayoría de sus usuarios los obtienen ilegalmente, gracias a un complejo mercado negro de producción y tráfico que en los Estados Unidos mueve alrededor de 400 millones de dólares al año. Estas sustancias son elaboradas sin ningún tipo de control de calidad, presentando impurezas que bien pueden ser catalogadas como venenos. Peligros que acarrean Se han encontrado abundantes evidencias sobre los perjuicios que el uso de anabólicos esteroides causan al cuerpo y la mente de sus consumidores. Su uso prolongado afecta la capacidad de procesamiento de información del cerebro, pudiendo derivar en enfermedades mentales irreversibles. Además, se detectan síntomas similares a las adicciones a otras drogas: deseo incontenible de consumir nuevamente, imposibilidad de reducir las dosis y síndrome de abstinencia. Se ha probado la dependencia psicológica, estudiándose la dependencia física. Como dato significativo, se han observado ampliamente estos efectos perjudiciales no solo entre quienes se sometieron a megadosis, sino también entre quienes lo hicieron con dosis moderadas. Quienes consumen grandes dosis, típicamente sufren cambios en la experiencia y características sexuales. Los efectos perjudiciales se pueden dividir en: ? en hombres: aunque son derivados de una hormona sexual masculina, la droga puede afectar el funcionamiento del sistema reproductor. Entre sus efectos se encuentran: atrofia de testículos e hipertrofia prostática (ambos implican graves riesgos de cáncer); reducción de la producción de esperma; impotencia; calvicie; dificultad o dolor en la micción; desarrollo de pechos. Además, puede afectar al autocontrol de la agresividad y el manejo sexual.

? en mujeres: las mujeres pueden experimentar, entre otros problemas, la "masculinización": hipertrofia de clítoris; desarrollo anormal de vello facial y corporal; agravamiento de la voz. ? en ambos sexos: ictericia; acné; temblores; dificultades respiratorias; dolor, hinchazón y edema (acumulación de líquidos) en articulaciones; aumento de presión arterial; aumento de posibilidades de lesiones en músculos, tendones y ligamentos; gran incremento del riesgo de contraer cáncer en diversas formas. Estos efectos son especialmente peligrosos en preadolescentes y adolescentes, ya que su utilización aún en dosis mínimas puede afectar irreversiblemente el crecimiento. Por ello, su prescripción médica es sumamente rara, reduciéndose a casos de enfermedades graves. Por otra parte, el factor de riesgo de caer en adicción a éstas y otras sustancias, desaconsejan su uso. La forma inyectable expone al contagio con el virus HIV (que produce el SIDA), además de otras enfermedades infectocontagiosas. Es un hecho que muchos adictos a sustancias inyectables no solo no utilizan agujas descartables, sino además comparten las agujas sin esterillizar. Los efectos de los anabólicos sobre la mente fueron objeto de investigaciones en la Universidad de Harvard, donde se demostró que provocan diferentes trastornos psicológicos como ser: depresión; extrema irritabilidad: incremento en la agresividad, llegando a agresiones físicas e incluso homicidios; celos paranoicos; sentimientos de invencibilidad; expresiones grandilocuentes; megalomanía. Opio El opio proviene de la desecación del látex de la cápsula de la amapola (papaver somniferum), planta cultivada en varios países, principalmente China, India, Irán y Egipto. La planta, cuyas flores son usadas como adorno, tiene una cápsula o fruto que al serle hecha una incisión segrega un líquido lactescente que el aire oscurece y deseca, que luego se pulveriza para elaborar el opio. Éste contiene numerosos alcaloides que se forman a partir de las moléculas básicas de la morfina o de la codeína, y otras sustancias del grupo isoquinolínico, cuyo alcaloide principal es la papaverina. De todas ellas, la morfina al 10% es la que tiene propiedades más importantes, tanto terapéuticas como tóxicas. Los demás alcaloides tienen concentraciones menores: de 1 a 2%. Los derivados del opio, tanto naturales como semisintéticos, crean gran dependencia tanto física como psíquica y producen la desaparición de todas las necesidades primarias. Los preparados sintéticos poseen propiedades muy parecidas, tanto en lo que respecta a sus efectos inmediatos, como en cuanto a sus consecuencias psico-físicas. La morfina es uno de los derivados semisintéticos de los alcaloides opiáceos naturales. Al igual que otras drogas con estructura química distinta, producen analgesia, depresión respiratoria y dependencia síquica. Clínicamente se sabe que la morfina y otros opiáceos actúan sobre los sistemas responsables de las respuestas afectivas y los estímulos dolorosos, produciendo un incremento en la tolerancia al dolor mientras duran sus efectos. Las causas de la adicción a los opiáceos se explica por los fenómenos de la tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia. La tolerancia metabólica consiste en una transformación en el hígado, lugar donde se metabolizan las drogas. Si la exposición al tóxico es continua, los efectos del mismo son menos duraderos al haberse acelerado su eliminación. Este fenómeno se da también con otras sustancias, como la aspirina o la penicilina, siendo de

mayor gravedad en los opiáceos. El tipo más destacado de tolerancia es la celular, de forma tal que quienes la poseen apenas sienten el efecto de la sustancia, a pesar de tener cantidades en el organismo (esas mismas concentraciones en la sangre de un sujeto no adicto resultarían fatales). Tras el efecto de la tolerancia sucumbe la dependencia física que implica la situación de hiperexcitabilidad, depresión y super e hipersensibilidad al dolor cuando se suprime el suministro, entre otros síntomas. Finalmente deviene el síndrome de abstinencia o búsqueda compulsiva de la droga. Estudios recientes indican que en el adicto sobrevienen cambios fisiológicos que ponen en perpetua dependencia a los consumidores de opiáceos, de forma similar al diabético que precisa insulina. Sólo una parte de adictos contrae el hábito por razones terapéuticas. El habito se produce por su uso indiscriminado y prolongado en el tratamiento de afecciones que pueden atenderse de otra manera, siendo las mujeres las más predispuestas. La mayoría ingresa en la intoxicación por sugestión de otros adictos. En Oriente el modo común de hacerse adicto proviene del hábito de fumar o ingerir opio, aunque esa forma está siendo reemplazada la vía hipodérmica. En general, el adicto es una persona joven, con personalidad inestable y de escasa voluntad, que encuentra una evasión en la droga. El uso continuado agrava los factores negativos y sumerge al enfermo en abulia y ensoñación. La tolerancia se desarrolla con rapidez. El plazo en que se adquiere dependencia es corto, bastan dos semanas y a veces pocos días para producirla: por ello su aplicación terapéutica se reduce a lapsos muy cortos. Los recién nacidos hijos de toxicómanas que persistieron en la adicción durante el embarazo tienen síntomas de abstinencia, presentando convulsiones por falta de droga, pudiendo resultar en la muerte. La intoxicación por sobredosis es habitual en países con gran número de morfinómanos (Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Italia, Holanda, España, Francia, Bélgica). Además, puede producirse por error terapéutico o por intoxicación suicida, accidental o raramente criminal. La dosis mortal en personas no acostumbradas es de 0,2 g para la morfina, la heroína y el nalline; 0,5 g para la codeína; 0,30 g para el opio. Estas dosis pueden ser 10 veces más elevadas en los adictos y 100 veces más bajas en los niños. En algunos casos la intoxicación adopta una evolución sobreaguda, con coma profundo, colapso cardiovascular, miosis y paro respiratorio. Habitualmente se presentan náuseas, vómitos, sequedad corporal y calor facial. Sobreviene una somnolencia progresiva, donde al principio hay respuesta a los estímulos, pero luego se transforma en coma profundo. Durante éste, la respiración se deprime hasta hacerse muy lenta: de dos a cuatro respiraciones por minuto; ello produce una cianosis intensa. Los reflejos se atenúan hasta desaparecer. La piel se enfría por la humedad y el sudor característico en ésta etapa. Las pupilas están mióticas. Al comienzo la presión arterial se mantiene y el pulso es tenso, ya que la morfina ejerce poco efecto sobre el centro vasomotor y el aparato circulatorio, pero a medida que la hipoxia progresa, la presión desciende hasta el colapso y el shock. La temperatura desciende y a veces aparecen erupciones cutáneas. La musculatura suele estar flácida, pero en ocasiones pueden sobrevenir convulsiones. La muerte se produce por colapso cardiorespiratorio, complicaciones pulmonares, o muerte cerebral. Los síntomas agudos de intoxicación suelen presentarse dentro de los 15 minutos, aunque pueden retrasarse hasta 12 hs. Heroina Los efectos de la heroína y la morfina son similares. La principal diferencia es la mayor potencia de la heroína, ya que un gramo equivale a entre 1,80 y 2,66 de morfina en sulfato. La

heroína (diacetilmorfina) es un opiáceo de gran intensidad que produce una mayor toxicidad neuropsíquica. Es sin duda alguna, una de las más peligrosas drogas, de mayor difusión y cuya dependencia más rápidamente se contrae (dos a tres semanas). Sus efectos se sienten a los 10 minutos del suministro, alcanzando el cenit a los 60, cesando a las 3 ó 4 horas. Estos efectos son muy distintos, según se la consuma por primera vez o habitualmente. En las primeras tomas el efecto psíquico es muy fuerte, pero se va reduciendo hasta ser desplazado por la necesidad física para combatir el síndrome de abstinencia. En un período de tiempo extremadamente corto, el adicto renuncia a otro tipo de vivencias y actividades, para dedicar su vida a la obtención y consumo del estupefaciente. Los adictos suelen consumirla mezclándola con otras sustancias, como cocaína, anfetaminas, cánnabis o benzodiacepinas. La mezcla tiene dos motivos: la adulteración por el traficante y la reducción de sus efectos, ya que la ingestión de heroína en estado de alta pureza puede causar la muerte. La mezcla o corte suele ser hecha con otras drogas como anfetaminas, o excipientes tales como yeso, talco, quinina y estricnina, sustancias que son fáciles de confundir con el elemento principal. Pasividad y reducción de impulsos agresivos son consecuencias típicas del tóxico, pese a la acción euforizante que también posee. Tomada por vía nasal o fumada, la heroína tiene efectos similares a la morfina. Luego del efecto placentero de la droga sigue un estado de malestar generalizado (que no debe confundirse con el síndrome de abstinencia) que produce un descenso en picada con sentimientos de profunda depresión, que derivan en necesidad de una nueva toma. Ello comporta el riesgo de tomas sucesivas, que pueden llevar a la muerte por sobredosis, algo que que, además, es habitual entre los consumidores de esta sustancia. La dosis varía de 60 mg en personas sin tolerancia a 5 gr en quienes ya la poseen. El consumo regular de la droga conduce a la frigidez y la falta de potencia sexual. Además, provoca conductas homicidas y suicidas, así como implicaciones en accidentes. El toxicómano entra en una fase degenerativa en la que no puede realizar razonamientos complejos teniendo escasa o nula capacidad de concentración. Coca La coca, hoja del arbusto americano «Erythroxylon coca», pertenece al grupo de los estimulantes. Su consumo es ancestral en ciertas partes de Latinoamérica, donde es una práctica habitual mascar las hojas, siendo una gran mayoría de los consumidores de las zonas donde se cultiva. Su efecto sobre el sistema nervioso central es menor que el de la cocaína, dado que para extraer un gramo de esta sustancia se necesitan 160 hojas de coca. La coca es mascada con polvos alcalinos como cenizas vegetales o cal. También es fumada tanto sola como mezclada con tabaco o marihuana. La masticación de coca fue objeto de estudio por varios facultativos, como CHOPRA (1958), comprobando síntomas de abstinencia, depresión, fatiga, toxicidad y alucinaciones, seguidos por NEGRETE (1967), BRUCK (1968) quienes recogían lesiones cerebrales en masticadores frecuentes. Cocaina La cocaína es un alcaloide contenido en las hojas del arbusto «Erythroxylon coca» siendo químicamente un derivado de la latropina. Es un estimulante cerebral extremadamente potente, de efectos similares a las anfetaminas. Además, es un enérgico vasoconstrictor y anestésico local, siendo absorbido por las mucosas nasales cuando se la aspira, se metaboliza en el hígado y se elimina por la orina. Fue usada inicialmente para el tratamiento de trastornos respiratorios y depresivos. Por su efecto analgésico, se usó en intervenciones

quirúrgicas. Posteriormente se empleó con fines militares por su efecto vigorizante y el componente de agresividad que otorga. A comienzos del Siglo XX comienza a consumirse por aspiración nasal. En esta época, eran desconocidos sus efectos perjudiciales por lo que estaba presente en las fórmulas de bebidas, jarabe contra la tos, lociones capilares y cigarrillos. En 1909 existían en EE.UU. más de 70 bebidas registradas con componentes de cocaína, lo que incrementó la producción en los países donde se cultivaba coca, fundamentalmente Perú. Los estudios del uso de cocaína comenzaron, con FREUD, al que siguieron HEMMOND (1887) y BOSE (1902), los cuales encontraron sintomatología aguda y crónica en el consumo. En la década de 1980, los experimentos sobre patrones de consumo y cantidades certificaron sus efectos sobre la adrenalina, muy relacionada con la agresividad. El consumo de esta sustancia se relaciona estrechamente con hechos delictivos y de violencia. En las dos útimas décadas hubo un enorme incremento en la cantidad de personas adictas a la cocaína, resaltándose como dato significativo la adicción simultánea a otras sustancias. Las consecuencias de su consumo son complejas, involucrando daños de muy diversa índole: cerebrales, sociales, familiares, medioambientales, etc. La cocaína estimula el sistema nervioso central, actuando directamente sobre el cerebro. Sus efectos fisiológicos inmediatos son: sudoración, aumento en la potencia muscular, midriasis, incremento de actividad cardíaca y presión sanguínea, dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, convulsiones, aumento en el ritmo respiratorio y de la temperatura corporal. Estos síntomas pueden provocar la muerte por paro cardíaco o fallas respiratorias. Además se presentan irritaciones y úlceras en la mucosa nasal. Comúnmente causa congestión nasal, que puede presentarse o no con secreción liquida. El uso por vía inyectable expone al adicto a infecciones de SIDA, hepatitis B y C, tétanos y otras enfermedades infectocontagiosas. La infección con el HIV puede producirse por transmisión directa de virus al compartir agujas y otros dispositivos contaminados. Además, puede producirse indirectamente por transmisión prenatal a un niño cuya madre está infectada con el HIV. El uso y abuso de drogas ilícitas, incluyendo el crack y la cocaína, se ha convertido en el principal factor de riesgo de contagio con el virus HIV. Sumado a ello, la hepatitis C se está difundiendo rápidamente entre los adictos que se inyectan; el índice de infección varía entre el 65 y el 90 por ciento en este grupo de personas, de acuerdo al país. Hasta hoy, no se ha descubierto una vacuna contra el virus de la hepatitis C, y el único tratamiento disponible es caro, muchas veces infructuoso y con serios efectos colaterales. La cocaína es una droga extremadamente adictiva, cuyos efectos se perciben en un lapso de 10 segundos y duran alrededor de 20 minutos. Actúa directamente sobre los centros cerebrales encargados de las sensaciones del placer. Dada su alta capacidad de producir daños y hasta destrucción celular, las sensaciones que eran placenteras en sujetos recién iniciados se convierten en efectos desagradables como agitación, llanto, irritabilidad, alucinaciones de tipo visual, auditiva y táctil, delirio paranoide, amnesia, confusión, fobias o terror desmedido, ansiedad, estupor, depresión grave y tendencias suicidas. Los efectos psíquicos reconocidos por la mayoría de los autores y recogidos en publicaciones recientes incluyen euforia, inestabilidad, aumento de la comunicación verbal y de la seguridad en uno mismo, inquietud, anorexia, insomnio e hipomanía. El adicto experimenta pérdida de interés e imposibilidad de sentir placer ante la falta de la sustancia. Así, la cocaína se convierte en el único objetivo y motivo en la vida del adicto, desplazando todo tipo de sentimientos. La relación con los fenómenos criminales es expresamente citado por los autores, asociándose su consumo a la predisposición al delito.

La cocaína es consumida por muy variados tipos de sujetos y motivos. Los consumidores ocacionales son sujetos con personalidades débiles e inestables que desarrollan una rápida dependencia psicológica. La adicción a la cocaína posee condicionantes que la desencadenan, que pueden ser el reforzamiento de una personalidad insegura, que recibe un apoyo en el estímulo del tóxico. En lugar de tratar este déficit patológico con antidepresivos o fármacos estabilizadores del estado de ánimo se recurre a una vía aparentemente rápida. Los adictos habituales presentan tolerancia y necesitan de mayores dosis para alcanzar iguales resultados. A ésto puede llegarse por causas diversas pero siempre relacionadas con factores familiares, sociales y ambientales determinantes. Dado que los efectos de la cocaína sobrepasan su punto álgido a los treinta minutos, el individuo precisa varias dosis durante el día para alcanzar cierta estabilidad emocional y evitar el efecto disfórico que la propia droga ocasiona luego de varias horas desde la ingesta. Cocaina y desarrollo embrio-fetal El uso de cocaína es altamente susceptible de producir daños irreparables en recién nacidos, cuyas madres mantuvieron su adicción durante el embarazo. Esto último hizo que algunos Estados de los EE.UU. obliguen a las adictas embarazadas a realizarse tratamientos forzosos con privación de libertad mientras dura el embarazo. Aún se desconoce la total extensión de los efectos de la exposición prenatal a la cocaína, pero los estudios indican que estos bebés nacen prematuramente e insuficientemente desarrollados: con menor peso, diámetro craneal inferior y menor longitud. La determinación exacta de las consecuencias para el recién nacido es compleja, y varía de acuerdo a la droga que fue consumida por la madre. Sumado a ello, se sabe estadísticamente que las madres adictas a la cocaína abusan de otra u otras sustancias. El cuadro se complica al considerar la cantidad y variedad de drogas consumidas, la falta de cuidados prenatales, el status socioeconómico, pobre alimentación, la exposición a enfermedades infectocontagiosas, otros problemas de salud, y muchos otros factores que intervienen directamente sobre la salud del feto y el recién nacido. Se ha descubierto que la exposición a la cocaína durante el desarrollo fetal puede provocar retrasos y otras deficiencias mentales, como así también imposibilidad de mantener la atención y la concentración por períodos de tiempo mínimos como para permitir el aprendizaje. A pesar que las modernas técnicas de tratamiento permiten una recuperación significativa, es un hecho que estas terapias son sólo paliativas, y no pueden tomarse como verdaderamente eficaces. Crack También denominado "cocaína del pobre", acarrea un grave riesgo social y sanitario, por la dependencia que provoca y los efectos nocivos que ocasiona en el organismo. Se obtiene de la maceración de hojas de coca con kerosene y compuestos sulfurados, que lavada posteriormente con ciertos elementos volátiles, se convierte en el clorhidrato de cocaína. La denominada base es un tóxico de mayor potencial nocivo que la cocaína, posee impurezas que impiden su administración endovenosa. Se ingiere por inhalación, lo que conlleva lesiones en la mucosa nasal y en el aparato digestivo. También se consume fumada en cigarrillos o pipas diseñadas al efecto. La intoxicación por esta sustancia implica cuadros delirantes seguidos de procesos depresivos intensos. Sus consecuencias nocivas sobre el organismo son equiparables a las de las anfetaminas administradas por vía endovenosa, desestructurando la personalidad, y colocándola en una adicción compulsiva. Las lesiones orgánicas son evidentes e irreversibles.

Usualmente, los adictos crónicos o aquellos que llevan varios meses con ingestas de relevante cantidad y de forma continuada, sufren patologías mentales graves y crónicas como demencia o paranoia. Las lesiones en el cerebro son irreversibles. Speedball Es un combinado de heroína y cocaína con efectos psicológicos muy intensos y repercusión jurídico criminal destacable, por la perturbación mental que ocasiona. Es frecuente el consumo de estas dos sustancias simultáneamente. Los consumidores intentan evitar las consecuencias desagradables de la cocaína, manteniendo el efecto de euforia, alegría y potencia que proporciona . En otros casos el consumo conjunto de ambos tóxicos se realiza para evitar el efecto sedante de la heroína. La mezcla de un depresor con un excitante, ambos de gran potencial, provoca un estado de aturdimiento general, incoherencia, obnubilación, estupor, sopor y estado general confusión. Esta unión provoca descontrol y descoordinación psicomotriz, con riesgo de coma y muerte. Pueden presentarse cuadros delirantes paranoides, así como depresiones de gran intensidad, alucinaciones auditivas, sensoriales y visuales. Anfetaminas Fueron sintetizadas por primera vez entre la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX. Los primeros experimentos clínicos se iniciaron hacia 1930, y desde 1935 se comercializó con gran difusión en el Reino Unido, Francia y Alemania. Durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizada indiscriminadamente por todos los bandos, dado el carácter euforizante que contiene la sustancia y la agresividad otorga. El consumo de este excitante está ampliamente extendido y distribuido por todas las clase sociales. A diferencia de lo que sucede con la cocaína que la consumen preferentemente los sectores medios y altos, las anfetaminas son consumidas tanto por ejecutivos que pretenden sobreexcitación como por amas de casa que buscan un anoréxico para sus dietas o por estudiantes que preparan exámenes. Al incidir en el sistema ortosimpático causan hipertensión, taquicardia, hiperglucemia, midriasis, vasodilatación periférica, hiperpnea, hiporexia, etc. El estado de ánimo del adicto oscila entre la distrofia y la hipomanía, presentándose ansiedad, insomnio, cefalea, temblores y vértigo. Pueden aparecer cuadros depresivos y síndromes paranoides anfetamínicos. A dosis normales, sus efectos varían de acuerdo al individuo y las condiciones de ingesta. Pueden producir efectos placenteros, hiperactividad y sensación desbordante de energía, pero también causan temblor, ansiedad irritabilidad, ira inmotivada y repentina, trastornos amnésicos e incoherencia. En la última fase se describen depresión, cuadros paranoides y delirios paranoides, alucinaciones y trastornos de conducta. El consumo de anfetaminas puede conducir a actuaciones agresivas, al igual que los barbitúricos y el alcohol, por su gran efecto euforizante, unido a un descontrol en los instintos inhibitorios. Tales situaciones se producen cuando las dosis suministradas, generalmente por vía endovenosa, superan los 2 gr. Está demostrado un mayor potencial en las anfetaminas que en la cocaína, tanto en su punto más álgido como en la duración de los efectos. Reacciones muy graves se producen al consumirlas con barbitúricos en el conocido fenómeno de la pluritoxicomanía. Tomadas en dosis importantes son causantes de confusión, tensión, ansiedad aguda y miedo. También pueden precipitar psicosis paranoide en sujetos no psicóticos. La psicosis anfetamínica desarrollada por el sujeto se asemeja a la psicosis paranoica y a la esquizofrenia paranoica.

Éxtasis o MDMA La metilendioximetanfetamina (MDMA) (también conocida como "éxtasis", "ectasi", "XTC", "tiza", "cristal", "X", etc.) es una droga sintética sicoactiva con propiedades alucinógenas de gran potencial emotivo y perturbador psicológico, con efectos similares a las anfetaminas. Es una droga peligrosa en extremo por sus propiedades neurotóxicas y alta adicción, afectando a diversas zonas del sistema nervioso central. Su producción se realiza en laboratorios clandestinos a partir de materias primas relativamente fáciles de conseguir. De color blanco, sin olor pero con sabor amargo, se presenta en forma de comprimidos, cápsulas o en polvo cristalino que se disuelve en líquidos, pudiendo ser bebida, ingerida o inyectada. Sus consumidores son principalmente jóvenes adultos, que buscan en ella un estimulante que los lleva a bailar durante extensos períodos de tiempo (por ello se las suele denominar "discodrogas", "club-drugs", "dance-drugs", etc.). Durante los años sesenta se utilizó con fines terapéuticos dado que según determinados sectores de la psiquiatría ayudaba a la comunicación y al tratamiento de neurosis fóbicas. Surgió entonces la polémica médico - legal, atribuyendo a su consumo repercusiones en la delincuencia, por lo que finalmente fue ilegalizado. El éxtasis produce efectos síquicos de gran potencial perturbador, cuya duración fluctúa entre las 3 y las 6 horas desde su consumo. Inicialmente el sujeto experimenta sensaciones de confianza y excitación, a las que sigue un estado de hiperactividad e incremento en los pensamientos morbosos. Los efectos del estimulante se diluyen provocando trastornos sicológicos, confusión, problemas con el sueño (pesadillas, insomnio), pérdida de memoria, deseo incontenible de consumir nuevamente drogas, depresión, violencia, ansiedad grave, psicosis y paranoia. Estos efectos se presentan incluso luego de varias semanas del consumo. También se informaron casos graves de psicosis. Entre los síntomas físicos se citan: hiperpnea, taquicardia, anorexia, tensión y trastornos musculares similares a los presentes en la enfermedad de Parkinson, bruxismo, náuseas, visión borrosa, nistagmus, desmayos, escalofríos y sudación excesiva, signo característico durante la intoxicación. Se ha comprobado que el aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión arterial es causal de ataques cardíacos y otros trastornos cardiocirculatorios. Informes forenses indican que es causal de muerte súbita. La hiperactividad acarrea, además de los problemas cardíacos, hipertermia, deshidratación y fallas renales. Su estructura química, 3-4 metilendioximetanfetamina (MDMA), se asemeja a la estructura de la metilendioxietilanfetamina (MDEA), la metilendioxianfetamina (MDA) y la metanfetamina (MA), todas ellas drogas sintéticas causantes de daños cerebrales. La MDA, el fármaco de origen de la MDMA, es una droga similar a la anfetamina que también ha sido abusada, presentando efectos psico-físicos similares a los de la MDMA. Las investigaciones demuestran que la MDMA destruye las neuronas productoras de serotonina, que regulan directamente la agresión, el estado de ánimo, la actividad sexual, el sueño y la sensibilidad al dolor. Es probable que esta acción sobre el sistema productor de serotonina sea el origen de las propiedades síquicas. La MDMA también guarda relación en su estructura y sus efectos con la metanfetamina, la cual ha demostrado ser causante de la degeneración de las neuronas que contienen la sustancia neurotransmisora dopamina. En experimentos de laboratorio, una sola exposición a la metanfetamina en dosis elevadas o el uso prolongado en dosis bajas destruye hasta un 50% de las células cerebrales. Aunque éste daño no sea inmediatamente aparente, los estudios científicos muestran que con el

envejecimiento o la exposición a otros tóxicos pueden aparecer síntomas de la enfermedad de Parkinson. Estos comienzan con falta de coordinación y temblores y a la larga pueden causar una forma de parálisis. Alucinógenos La palabra "alucinógeno" hace referencia a las sustancias que alteran los sentidos, produciendo distorsión en la percepción de visiones, audiciones y generando sensaciones irreales. La alucinación es un síntoma de las psicosis y patologías de la mente más grave y su aparición distorsiona el conocimiento y la voluntad. Las drogas alucinógenas más importantes son el LSD-25, cánnabis sativa o marihuana, mezcalina, psilocibina y psilocina. Además de dichas sustancias hay otros muchos vegetales alucinógenos. A continuación, se presenta la descripción de los principales alucinógenos. LSD – 25 (ácido lisérgico) El LSD es una sustancia semisintética, derivado del ergot, extracto éste del cornezuelo del centeno, usado en medicina al final de la Edad Media. También fue muy utilizado en obstetricia para evitar hemorragias puerperales y promover la contracción del útero. En un principio fue utilizado con fines terapéuticos en alcohólicos, cancerosos y otros enfermos terminales para ayudarles a superar el trance. Posteriormente fue abandonada la práctica al comprobarse los resultados adversos, tales como suicidios a causa de las engañosas imágenes y terroríficas visualizaciones. También se comprobó que podía desencadenar esquizofrenia y deterioros mentales variados. La relación entre drogas alucinógenas y movimientos místico-religiosos, es un hecho comprobable históricamente, como podrá verse al estudiar otras drogas de este tipo en muchas culturas indígenas del Centro y Sur de América, donde el consumo de drogas y las prácticas religiosas siguen siendo algo inseparable. Descubierto en 1938, se considera al ácido lisérgico como el alucinógeno más poderoso, aunque no el más nocivo. Como fenómenos físicos hay que citar la midriasis, temblores, e hiperreflexia, también pueden aparecer náuseas, palidez, sudoración, taquicardia y lipotimia. Los fenómenos psíquicos se caracterizan en lo referente al estado de ánimo por fluctuaciones del humor, variando entre distimias displacenteras, euforias expansivas tales como verborrea y risa irrefrenable. La exaltación mística es tal que algunos autores denominan estas drogas como místicomiméticos. Se consideran productos psicodélicos que inhiben los mecanismos de defensa del yo, y facilitan la distribución de la sensibilidad así como la aparición de imágenes desconcertantes. Cannabis Sativa – Hachis – Marihuana El cannabis sativa es un arbusto silvestre que crece en zonas templadas y tropicales, pudiendo llegar una altura de seis metros, extrayéndose de su resina el hachís. Su componente psicoactivo más relevante es el delta–9-tetrahidrocannabinol (delta-9-THC), conteniendo la planta más de sesenta componentes relacionados. Se consume preferentemente fumada, aunque pueden realizarse infusiones, con efectos distintos. Un cigarrillo de marihuana puede contener 150 mg. de THC, y llegar hasta el doble si contiene aceite de hachís, lo cual según algunos autores puede llevar al síndrome de abstinencia si se consume entre 10 y 20 días. La tolerancia está acreditada, siendo cruzada cuando se consume conjuntamente con opiáceos y

alcohol. Respecto a la dependencia, se considera primordialmente psíquica. Los síntomas característicos de la intoxicación son: ansiedad, irritabilidad, temblores, insomnios, muy similares a los de las benzodiacepinas. Puede presentarse en distintas modalidades de consumo, sea en hojas que se fuman directamente, en resina del arbusto o en aceite desprendido de éste último. El color de la hoja va del verde amarillento al marrón oscuro según el lugar de procedencia. De la modalidad en que se presente la droga dependerá su denominación: "marihuana" es el nombre de las hojas del cáñamo desmenuzadas, que después de secarse y ser tratadas pueden fumarse (también es conocida como "hierba", "marijuana", mariguana", "mota", "mafú", "pasto", "maría", "monte", "moy", "café", "chocolate", "chala", etc.; en inglés se la conoce como: "pot", "herb", "grass", "weed", "Mary Jane", "reefer", "skunk", "boom", "gangster", "kif", "ganja", etc.); su efecto es aproximadamente cinco veces menor que el del hachís. El nombre hachís (también conocido como "hashis") deriva de los terribles asesinos (hashiscins) árabes, que combatieran en las cruzadas entre los años 1090 y 1256. El hachís se obtiene de la inflorescencia del cáñamo hembra, sustancia resinosa que se presenta en forma de láminas compactas con un característico olor. La marihuana es la forma más frecuente, conteniendo de 0,3 a 3,5 % de THC; la concentración de THC llega al 10 % en el hachís, siendo su efecto diverso según factores como la velocidad con la que se fuma, la duración de la inhalación, cantidad inhalada, tiempo que el consumidor retiene la respiración después de inhalar y el estado anímico del sujeto. El consumo oral, tanto de marihuana como de hachís, implica efectos psicológicos similares a los expresados en la forma fumada pero de mayor intensidad y duración y con efectos nocivos potenciados. Terapéuticamente se aconsejó para tratamientos de insomnio y como sedante para el dolor. También se prescribió para terapias de patologías nerviosas, así como para el tratamiento de la tos, temblores en parálisis compulsivas, espasmos de vejiga e impotencia sexual que no provenga de enfermedad orgánica. Así mismo se recomendó como afrodisiaco, antineurálgico, tranquilizante para maníaco-depresivos, antihistérico, tónico cerebral, remedio para el vómito nervioso, epilepsia y enfermedades nerviosas. Estas recomendaciones fueron posteriormente desaconsejadas unánimemente por la medicina, estando en la actualidad en estudio sólo la legalización de un fármaco derivado de esta sustancia para mitigar los dolores en enfermos cancerosos. Este empleo terapéutico ha creado profundas polémicas. En la actualidad, los científicos sostienen que la marihuana no puede considerarse medicamento en ninguna de las formas en que es consumida por los adictos. Al tratar su posible uso como medicamento, se distingue entre la marihuana y el THC puro y otros químicos específicos derivados del cánnabis. La marihuana pura contiene cientos de químicos, algunos de ellos sumamente dañinos a la salud. El THC en forma de píldora para consumo oral (no se fuma) podría utilizarse en el tratamiento de los efectos colaterales (nauseas y vómito) en algunos tratamientos contra el cáncer. Otro químico relacionado con el THC (nabilone) ha sido autorizado por la "Food and Drug Administration" de Estados Unidos para el tratamiento de los enfermos de cáncer que sufren náuseas. En su forma oral, el THC también se usa en enfermos de SIDA, porque les ayuda a comer mejor y mantener su peso. Los científicos estudian la posibilidad de que el THC y otros químicos relacionados con la marihuana tengan ciertos valores medicinales. Algunos piensan que estos químicos se podrían usar en el tratamiento del dolor severo, pero es necesario tener más evidencia antes de usarlos para el tratamiento de problemas médicos.

Durante los años sesenta comienza el consumo casi masivo de esta sustancia así como de otros alucinógenos como LSD, peyote, etc. En el mundo de la música y luego entre la burguesía intelectual norteamericana cundió la moda de fumar marihuana y hachís, extendiéndose a Europa Occidental. El cánnabis fue un signo más del movimiento contracultural pretendiendo una nueva ideología dentro de la burguesía, basada en el pacifismo, el orientalismo, el amor libre y la vida en la naturaleza. Al principio el consumo afectó a estudiantes y clases altas y medias, para después extenderse por todos los estratos sociales, consumiéndose junto con alcohol y comenzando a crear problemas sanitarios. A pesar de ser una sustancia ilegal, su consumo continúa en aumento. Está probada la relación entre el consumo de esta droga y otras como alcohol, LSD, cocaína, anfetaminas y opiáceos, habiéndose probado su función en la escalada a drogas más peligrosas. Las modalidades de marihuana disponibles a los jóvenes son más potentes que las que existían en la década del '60. Ello se debe a que los laboratorios clandestinos de los traficantes han conseguido realizar cambios a nivel genético en el cánnabis mediante sofisticados métodos de biotecnología, resultando en una mayor concentración de THC. La potencia de la droga se mide de acuerdo a la cantidad promedio de THC que se encuentra en las muestras de marihuana que confiscan las agencias policíacas. La marihuana común contiene un promedio de 3,5 % de THC. El hachís (resina gomosa de las flores de las plantas hembras) puede tener hasta 28 % de THC. El aceite de hachís, un líquido resinoso y espeso que se destila del hachís, tiene un promedio de 16 % de THC, pero puede llegar a tener hasta 43 %. El THC afecta a las células del cerebro encargadas de la memoria. Eso hace que la persona tenga dificultad en recordar eventos recientes (como lo que sucedió hace algunos minutos), y dificulta el aprendizaje bajo influencia de la droga. Para que una persona pueda aprender y desempeñar tareas que requieren de más de dos pasos, es necesario que tenga una capacidad normal de memoria a corto plazo. Estudios recientes demuestran que la marihuana crea disfunciones mentales y disminución de la capacidad intelectual en las personas que la fuman mucho y por muchos años. En un grupo de fumadores crónicos en Costa Rica, se encontró que los sujetos tenían mucha dificultad en recordar una corta lista de palabras (que es una prueba básica de memoria). Las personas en el estudio también tuvieron gran dificultad en prestar atención a las pruebas que se les presentaron. Es posible que la marihuana destruya las células de ciertas regiones especializadas del cerebro. En estudios científicos se observó que al someter a las ratas de laboratorio jóvenes al THC, presentaron pérdida de células cerebrales similares a las que se encuentran entre los animales viejos. Existen serias preocupaciones por sus efectos a largo plazo sobre la salud. Exámenes hechos sobre 450 fumadores diarios de marihuana (que no fumaban tabaco) indican que en comparación con otras personas no fumadoras, dichas personas tenían más ausencias de trabajo por enfermedad y más visitas médicas por problemas respiratorios y otras enfermedades. Los resultados muestran que el uso regular de la marihuana o del THC son factores que provocan cáncer y problemas en los sistemas respiratorio, inmunológico y reproductivo: ? cáncer: la marihuana contiene químicos cancerígenos que también se encuentran en los cigarrillos, pero en mayores concentraciones. Los estudios muestran que quien fuma cinco cigarrillos de marihuana a la semana consume la misma cantidad de químicos cancerígenos

que una persona que fuma un paquete de cigarrillos al día. El humo de la marihuana y del tabaco cambian los tejidos del sistema respiratorio. Hay evidencias de que el humo de la marihuana contribuye al desarrollo temprano del cáncer de cabeza y de cuello. ? trastornos reproductivos: la marihuana afecta las características y función sexual masculinas y femeninas. Se ha comprobado una estrecha relación entre su consumo y esterilidad. Las dosis altas de la droga pueden posponer la pubertad en los varones y tener efectos adversos en la producción de esperma. Entre las mujeres, puede cambiar el ciclo menstrual normal e inhibir la producción de óvulos. La supresión del consumo tanto de marihuana como de alcohol y otras drogas es fundamental para los tratamientos de fertilidad. ? trastornos inmunológicos: los estudios muestran que la droga impide la función normal de las células T, cuando se trata de defender al sistema respiratorio de ciertos tipos de infecciones. Las personas que tienen el virus HIV, o cuyos sistemas inmunes no funcionan adecuadamente deben evitar su uso. ? trastornos respiratorios: quienes fuman marihuana regularmente suelen tener los mismos problemas respiratorios que quienes fuman tabaco. Tienen síntomas como tos crónica y flemas (bronquitis crónica) y tienen más resfriados. El uso continuo de la marihuana puede resultar en función anormal de los pulmones y las vías respiratorias. Se ha encontrado evidencia de que el humo de la marihuana puede destruir o dañar el tejido pulmonar. Barbitúricos y sedantes Son los fármacos más utilizados en los países desarrollados. En 1887 se describieron los primeros cuadros de dependencias a tranquilizantes como el paraldehído, habiéndose extendido posteriormente a sustancias como cloral, barbitúricos, bromureído, diacepan, meprobanato, matacuolona, etc. El consumo de estas sustancias está extendido en toda la población sin haberse detectado grupos sociales o de edad determinados, aunque están más predispuestas las mujeres. En pequeñas dosis se utilizan como ansiolíticos, es decir, como fármaco que mitigan la angustia e intranquilidad, y en grandes cantidades sus efectos son embriagadores, similares a los que puede producir el alcohol. La síntesis del primer barbitúrico se sitúa en 1863, habiendo en la actualidad más de 2.500 derivados de esta sustancia. El barbital o dietil-barbitúrico fue comercializado en 1903, teniendo gran difusión años después. Estas sustancias provocan una dependencia física y psíquica, así como tendencia a aumentar el consumo por el grado de tolerancia que poseen. Los sujetos con base neurótica son los más predispuestos a la dependencia de esta sustancia, al desear aliviar la ansiedad que sufren. La mortalidad por sobredosis es elevada, siendo el tipo de fármaco más usado para el suicidio. El consumo simultáneo con alcohol es frecuente, creando interacciones potenciadoras de los efectos de ambas drogas, caracterizadas por trastornos en la coordinación psicomotriz y por el descenso del nivel de conciencia. A grandes dosis pueden presentarse cuadros comparables al "delirium tremens" del alcohol. Determinados toxicómanos consumen esta sustancia en unión de otras como alcohol, café o anfetaminas, llegando a situaciones de perturbación psíquica y física muy importantes y afectando muy notoriamente el autocontrol. La dependencia aparece después de varios meses de haber ingerido dosis diarias, aunque depende del tipo de barbitúrico. El consumo continuado durante años llega a cambiar la personalidad, transformándola en más irritable,

depresiva, y comporta pérdida de memoria y concentración. Con el tiempo los síntomas van instalándose en el sujeto pudiendo quedar una obnubilación mental permanente. En fases muy avanzadas aparecen crisis crepusculares, desorientación y alucinaciones que remiten en varios días tras disminuir o abandonar el consumo pero que pueden extenderse hasta dos meses. Benzodiacepinas El cerebro regula normalmente las emociones, pero cuando se desbordan finalizan en sensaciones de angustia incontrolables. Mediante las benzodiacepinas se aminora e incluso se anula esta sensación, provocando una situación de bienestar. Estas sustancias provocan, como otras drogas, el fenómeno de la tolerancia y en especial la "tolerancia cruzada", que es un efecto por el cual un consumidor de varias drogas se hace tolerante a otras, a pesar de no haber tenido con éstas ningún encuentro previo. De esta forma un sujeto que fue tratado con un barbitúrico puede volverse tolerante al mismo, necesitando tomar cada vez más cantidad para obtener la misma sensación. Ese mismo individuo precisará mayores dosis de benzodiacepinas que las que habría necesitado si nunca se hubiese hecho tolerante al barbitúrico. Flunitrazepan – Rohypnol Rohypnol es el principal nombre comercial del Flunitrazepam, fármaco perteneciente al grupo de las benzodiacepinas que se usa en el tratamiento a corto plazo de insomnio y como un sedante hipnótico y preanestésico (entre sus consumidores es conocido como "Rophy", "circle", "R-2", "roach-2", "roofies", "roopies", "Valium mexicano", "costilla", "cucaracha" "soga", etc. Tiene efectos fisiológicos similares al diazepam (cuyo nombre comercial es Valium), aunque el flunitrazepam es aproximadamente 10 veces más potente. Este fármaco es producido y vendido legalmente en Europa y América Latina bajo prescripción y control médico, pero en Estados Unidos de América su comercialización y consumo es ilegal. El modo de ingreso a este país es mediante contrabando, generalmente asociado al tráfico de otras substancias ilegales, principalmente cocaína y marihuana. Las estadísticas indican que su distribución y abuso están aumentando, sobre todo en Estados del sur y del sudoeste debido a su muy bajo costo, por lo que su consumo está difundido entre las personas jóvenes. Informes epidemiológicos muestran el marcado crecimiento de su consumo por parte de jóvenes, que toman la droga con alcohol o lo usan después de la ingestión de cocaína. La gran difusión de esta sustancia entre las personas jóvenes puede explicarse, en primer lugar debido a la creencia errónea de que se trata de sustancias que no pueden ser adulteradas, y en segundo lugar porque piensan que no puede detectarse su consumo mediante análisis de orina. Los adictos consumen flunitrazepam por vía oral, frecuentemente junto con alcohol u otras drogas, incluso heroína. Sus efectos empiezan dentro de 30 minutos, alcanza el cenit hacia 2 horas, y pueden persistir 8 o más horas, dependiendo en la dosis. Los efectos colaterales asociados con su uso incluyen la hipotensión, deterioro de memoria, adormecimiento, dificultades visuales, vértigo, confusión, perturbaciones gastrointestinales y retención urinaria. Aunque se trata de una droga depresiva, pueden presentarse efectos antagónicos induciendo excitación y comportamiento agresivo en algunos usuarios.

El consumo de esta droga acarrea dependencia. Una vez que ésta se desarrolla, el adicto experimenta graves efectos psíquicos como ser ansiedad extrema, tensión, inquietud, confusión, irritabilidad, pérdida de identidad, alucinaciones, delirios, fobias o terror desmedido. Entre los efectos físicos se presentan dolores de cabeza y muscular, entumecimiento y prurito en las extremidades, convulsiones, trastorno e incluso colapso cardiovascular. Todos estos efectos pueden retrasarse incluso más allá de una semana desde el último consumo. Al igual que en otras benzodiacepinas, el tratamiento para la dependencia del flunitrazepam debe ser gradual, con una progresiva disminución en su consumo. Esta sustancia es usado por muchos adictos para aliviar síntomas de la abstinencia. Químicos inhalables Dentro de este grupo de sustancias pueden citarse: 1) adhesivos: colas, tolueno, xileno, acetona, benzoles, benzaldehido; 2) aerosoles-sprays-gases: gases propelentes, óxido nitroso; 3) cementos plásticos: hexano; 4) solventes de pinturas y relacionados: petróleo, butano, trementina, aguarrás; 5) líquidos para limpieza: xileno, benzol, éter de petróleo; 6) anestésicos: éter etílico puro; 7) combustibles: bencina, naftas; 8) thinner: hidrocarburos halogenados; 10) vasodilatadores: nitrito de amilo, nitrito de butilo; y muchas otras más. El consumo de estas sustancias presenta graves problemas sanitarios. Sus consumidores son principalmente marginales, especialmente niños, aunque la adicción también se da con relativa frecuencia en ciertos grupos profesionales. Las edades más frecuentes del uso crónico de inhalantes son al principio o al final de la adolescencia. Esto se debe en parte a la invitación o presión por parte de los compañeros de escuela y amigos, curiosidad e ignorancia de los efectos tóxicos e inseguridad personal. Lo más importante es la ignorancia del problema en la casa y la negación de los padres de que sus hijos puedan tener este problema. Los motivos del consumo se deben a la curiosidad, aburrimiento, falta de estímulos, desarraigo y anomia. En el caso de los profesionales, el contacto habitual con las sustancias puede crear una adicción involuntaria; la adicción voluntaria es menos frecuente, aunque no excepcional. Generalmente estos productos son fáciles de obtener y están al alcance del adicto, son muy baratos, y no precisan de instrumentos para su uso. Asimismo, no es necesario contactar a un criminal para obtenerlos. Su uso puede hacerse en cualquier lugar, son fáciles de esconder y difíciles de detectar. Otro factor muy importante es el desconocimiento de las consecuencias y peligros de su uso. Estas sustancias se consumen en determinadas zonas rurales, como así también en ambientes marginales o de bajos recursos, donde son de las pocas drogas a las que tiene acceso fácil. Ello agrava el problema de una sustancia legal que es utilizada de forma incorrecta. La adicción a estas sustancias es el paso previo a otras drogas, llevando situaciones irreversibles. Esto suele ser desconocido tanto por la familia como por el entorno social, dado que estas sustancias pasan desapercibidas y no son relacionadas con adicciones. Hay tres grandes grupos de consumidores: 1) niños y adolescentes de poblaciones marginadas que consumen en grupo; 2) adultos que acceden al químico por su profesión o por asociación con grupos de personas con hábitos similares; 3) adultos marginales que inhalan las sustancias al igual que los niños, pero en solitario. El aspecto familiar es determinante para entender el fenómeno, habiéndose constatado cómo los inhaladores también presentan problemas con el alcohol, siendo de una clase social media baja y baja, y con problemas de abandono familiar.

El uso continuado provoca dependencia psíquica, creando una situación de necesidad de ingesta similar a otras drogas. A consecuencia de la rápida distribución por los pulmones, el inicio de la intoxicación es inmediato. Se relaciona el consumo de estas sustancias con conductas criminales y autodestructivas. La sensación de euforia primero y aturdimiento después, habitual con estos tóxicos, conlleva una perturbación psíquica grave que altera la inteligencia y la percepción. Está acreditado el fenómeno de la tolerancia respecto de los efectos en el sistema nervioso central, mientras que la dependencia física es discutida. El nivel de inteligencia disminuye, haciendo frecuentes los problemas escolares. Se presentan cambios y descuido en la apariencia física, falta de higiene, falta de atención, alteración de la memoria, disminución de la capacidad de abstracción y razonamiento, personalidad antisocial, agresividad, depresión, ataques de pánico, ansiedad y alucinaciones con trastorno en el juicio crítico y la percepción. Se presentan ataxia, oraciones incoherentes y precipitadas, diplopia, náuseas y vómitos. La interrupción de la inhalación, como así también una intensa aspiración, pueden provocar la muerte. Son causales de dependencia psíquica, pudiéndose presentar psicosis tóxicas con daños cerebrales irreparables. Los inhalantes producen una fácil sugestionabilidad, dándose experiencias alucinatorias colectivas, lo que da ejemplo de la complejidad de la intoxicación. También provoca sentimientos paranoides y excitación sexual. Se considera que la embriaguez por inhalantes es de mayor gravedad que la alcohólica, a pesar que los efectos de la intoxicación no son muy prolongados. Uno de los inhalables adictivos más difundidos es el tolueno, sustancia presente en cierto tipo de pegamentos para cueros, gomas, cauchos, corchos, cartones, etc. Es una de las sustancias que mayores trastornos ocasiona, por lo que en Argentina fue prohibida su venta a menores de edad y se tiende a su supresión. Se considera que el límite de este tóxico que puede aspirarse sin sufrir efectos secundarios es de una concentración de la sustancia en aire de 100/1.000.000. La intoxicación se presenta con 1,5 microgramos, siendo el cuadro muy grave si llega a 10 microgramos. Los efectos agudos acostumbran a durar entre 30 y 45 minutos. Las consecuencias psico-perceptivas del consumo de este tipo de sustancias es alarmante, presentándose cuadros de exaltación, alucinaciones visuales, auditivas y táctiles, como así también ilusiones catatímicas. El pegamento plástico y los correctores ortográficos contienen químicos adictivos, siendo muy utilizados por menores y adolescentes, habiendo aumentado considerablemente su consumo en los últimos años. En un principio, las primeras ingestas suponen un estado de euforia o subida del ánimo, pero tras instalarse la tolerancia que se desarrolla tras semanas o meses los consumidores habituados deben inhalar varios tubos de sustancia para alcanzar el efecto deseado. La intoxicación se caracteriza por euforia, excitación, sensación flotante, vértigo, habla farfullante y ataxia. La inhalación va acompañada de pérdida de inhibición con sensación de fuerza y capacidad no reales. La intoxicación otorga agresividad, euforia, exaltación y situaciones violentas, por lo que se potencian las posibilidades de comisión de delitos, a lo siguen, al igual que con el alcohol, periodos de amnesia donde el adicto no recuerda absolutamente nada de lo acaecido durante la intoxicación. En ocasiones aparecen alucinaciones visuales que pueden llegar a durar varias horas, lo que demuestra su gran potencial perturbador. Todos ello hace recomendable que padres y docentes realicen un control y seguimiento en la utilización de pegamentos y correctores ortográficos. Signos y síntomas de la adicción a químicos inhalables

Estos pueden ser muy variados, dependiendo del tipo de sustancia química y de la cantidad inhalada o aspirada. Frecuentemente hay olor o aliento a sustancias químicas, irritación de nariz, labios, boca o piel, manchas de sustancias químicas o pintura en la nariz, boca, manos y/o en la ropa. Los ojos suelen estar enrojecidos, algunas veces con movimientos oculares laterales rápidos involuntarios (nistagmus). Los efectos inmediatos son: mareos, somnolencia, pérdida del equilibrio, falta de coordinación, embriaguez, temblores, alteración de la memoria, falta de concentración, lentitud de movimientos, lenguaje lento e incoherente. Puede seguir un estado de excitación, tensión muscular, aprensión, agitación, irritabilidad, cambios en la presión arterial y ritmo cardiaco. Se presentan cambios de conducta y personalidad, pudiendo presentarse casos de furia histérica y violencia verbal y/o física. Debido a que el efecto dura de 15 a 45 minutos, el adicto tiende a inhalar nuevamente la sustancia tóxica. Pueden presentarse nauseas, vómitos y anorexia. Inmediatamente después del uso pueden presentarse convulsiones, estado de coma, y muerte súbita por arritmia, fallas cardíacas, asfixia, o accidente vascular cerebral. Luego de algunas horas, pueden desarrollarse acumulación de líquido e inflamación de los pulmones (edema pulmonar), hipoxia o anoxia, neumonías, convulsiones. El uso repetido o crónico deja daño permanente en el organismo: temblores, falta de coordinación, pérdida del sentido del equilibrio, reducción de la memoria e inteligencia, estados de depresión o psicosis, infartos cerebrales, trastornos del lenguaje y la memoria, epilepsia, trastornos en la sensibilidad y movimiento de las extremidades, daño al hígado y riñones, leucemia, bronquitis crónica, ceguera, sordera, daño cerebral permanente, problemas respiratorios crónicos. Daños fisicos que causan los quimicos inhalables ? Cerebelo: es el centro de la mayoría de las funciones involuntarias del cuerpo. El abuso severo de inhalantes daña los nervios que controlan los movimientos motores, lo que resulta en pérdida de coordinación general. Los adictos crónicos experimentan temblores y agitación incontrolable. ? Cerebro: las sustancias inhalables afectan diferentes partes del cerebro, provocando alteraciones sensoriales y psicológicas. Los estudios indican que estas sustancias disuelven la capa protectora de mielina que envuelve a las neuronas, dañando la corteza cerebral y pudiendo derivar en muerte celular (irreversible). Esto acarrea cambios permanentes de personalidad, pérdida de la memoria, alucinaciones y problemas de aprendizaje. ? Corazón: el abuso de inhalantes puede resultar en "Síndrome de Muerte Súbita por Inhalantes". Las dos sustancias que más frecuentemente han causado estas muertes son el tolueno y el gas butano. El gas freón interfiere en el ritmo natural del corazón, causando paro cardíaco. Los nitratos de amilo y butilo también afectan el ritmo cardíaco. ? Hígado: los compuestos halogenados, como el tricloroetileno (presente en pinturas en aerosol y correctores escolares líquidos) causan daño permanente a los tejidos hepáticos. ? Médula osea: se ha probado que el benzeno, componente de las naftas y gasolinas, causa leucemia. ? Músculos: el abuso crónico de inhalantes causa desgaste de músculos, reduciendo el tono y su fuerza.

? Nervios craneales, ópticos y acústicos: el tolueno atrofia estos nervios, causando problemas visuales y pobre coordinación de los ojos. Además, destruye las células que envían el sonido al cerebro. Ello deriva en graves posibilidades de cegueras y sorderas. ? Nervios periféricos: Inhalación crónica de oxido nitroso (propelente) y el hexano (presente en algunos pegamentos y combustibles) resulta en daño a los nervios periféricos. Los síntomas incluyen: adormecimiento de extremidades, calambres y parálisis total. ? Riñones: el tolueno altera la capacidad de los riñones para controlar la cantidad de ácido en la sangre. Este problema es reversible cuando el consumidor no es crónico y el tolueno deja el cuerpo, pero con el uso repetido puede derivar en litiasis e insuficiencia renal. ? Sangre: Algunas sustancias como los nitritos y el cloruro de metileno (thinner de pintura), bloquean químicamente la capacidad de transportar el oxigeno en la sangre. ? Sistema respiratorio: la inhalación repetida de pinturas en aerosol resulta en daño pulmonar. Casos de asfixia se han reportado cuando la concentración de solvente desplaza totalmente el oxigeno en los pulmones. Además se presentan graves irritaciones en las mucosas nasales y tracto respiratorio. Muchos químicos inhalables son potentes agentes causantes de cáncer. 4. Alcoholismo La producción de bebidas alcohólicas existe desde que el hombre conoce el fenómeno de la fermentación. Hay evidencia de su uso y consumo por pueblos prehistóricos. En el neolítico se comienza a fabricar cerveza. Hay citas en documentos egipcios sobre su consumo (3.7002.700 a.C.), y los hebreos dejaron constancia de su uso en la Biblia. Ya el Código de Hammurabi fijaba normas represivas contra su consumo, llegando a establecer la pena de muerte . Entre los griegos eran conocidos sus efectos, y aparece citado en innumerables obras, entre ellas la Ilíada, la Odisea, y la Historia de Herodoto. Los romanos lo consumían habitualmente, y se conoce el descontrol reinante en las orgías de los emperadores. La fermentación y destilación natural de los productos agrícolas cedió su espacio a la destilación artificial (S. XIV), y posteriormente a la industrial, que produjo una explosión en el consumo (S. XIX). Durante el primer tercio del S. XX se produjo en los Estados Unidos el fenómeno prohibicionista, con la llamada "Ley Seca" que proscribió la fabricación y venta de alcoholes; tan solo el vinagre, la sidra y el vino destinado a misa quedaron exentos de ella. Estas medidas fueron no sólo ineficaces sino además provocaron un fenómeno criminal sin precedentes. Por estar culturalmente arraigado y por la pésima experiencia norteamericana, ningún Estado occidental optó la vía prohibicionista; las campañas de prevención tuvieron resultados desiguales. En EE.UU. las normas sobre venta de alcohol a menores es estrictamente limitativa, siendo su cumplimiento mucho más efectivo que en el resto de Occidente. Los países árabes poseen una legislación restrictiva del consumo de alcohol, que tan sólo puede efectuarse en locales específicos, siendo prohibido en otros. El consumo del mismo está extendido, aunque el factor religioso frena su influencia. Etiología del alcoholismo Las causas son muy variadas, no habiendo acuerdo científico sobre este aspecto. Los factores cultural y biológico - genético explican gran parte de la patología. Esta adicción afecta a todas las clases sociales, por lo que no es aceptable una teoría que atienda al carácter sociocultural

bajo como factor predisponente a la adicción, dado que en las clases altas el consumo es extensivo. En cuanto al nivel de estudios es evidente que la falta de escolarización y cultura condiciona la adicción, pero no es específico del alcohol, sino de todas las drogas. No se puede atribuir una explicación única de las toxicomanías, ya que influyen problemas sociales tan variados como el delito, los problemas familiares, la anomia, el desempleo o la salud. La adicción al alcohol posee aspectos culturales importantes desde el momento en que el consumo es lícito y los menores, a pesar de las prohibiciones, no tienen problema para consumirlo. La publicidad y la permisibilidad aumentan el número de consumidores. El perfil etiológico del alcohólico se hizo de diversas formas, atendiendo a teorías biológicas, socioculturales, económicas, ambientales y psicológicas. Las teorías dinámicas y psicopatológicas entienden que los alcohólicos llegan a la adicción condicionados por una patología anterior, que unida a situaciones ambientales desencadenan el fenómeno. El entorno familiar puede ser determinante: ante la situación familiar distorsionada el sujeto erige defensas psicológicas contra la ansiedad. Por otra parte, los menores tienden a seguir el ejemplo de sus mayores. Otros motivos del alcoholismo son los deseos de evasión y de autodestrucción, dado el gran número de suicidios que presenta esta enfermedad. Se han logrado importantes progresos en la comprensión de la predisposición genética al alcoholismo. Estudios hechos sobre gemelos y hermanos mellizos indican que hay más de un gen responsable de esta predisposición. Las investigaciones no han descifrado exactamente la forma en que los genes actúan; aún se desconoce si los genes son específicamente determinantes del alcoholismo, o si interactúan en forma más general sobre el temperamento incrementando la vulnerabilidad. El éxito en el descubrimiento de los genes involucrados en la predisposición al alcoholismo ayudaría a reconocer los individuos vulnerables, y además ayudaría a prevenir y desarrollar tratamientos contra el alcoholismo. Efectos del alcohol Los efectos del alcohol son inmediatos debido a que es absorbido casi instantáneamente, pasando directamente al torrente sanguíneo. Al llegar al cerebro, narcotiza las neuronas dificultando primero e impidiendo luego la comunicación entre ellas. Esto se produce en primer término en las regiones del cerebro encargadas del razonamiento y otros procesos complejos. A medida que la alcoholización progresa se afectan las regiones primitivas. Dosis de 15 a 20 cc. de etanol en bebida diluida producen bienestar, calor en el rostro por vasodilatación periférica. Aumentando hasta 34 cc. disminuyen de forma homogénea los reflejos más sencillos. La exactitud de los movimientos habituales automáticos, como andar, comer, etc., disminuye sensiblemente, aumentando los errores hasta el 40 %. Experimentos sobre la materia indican que con dosis de 11 cc. se producen errores mecanográficos, de coordinación y de memoria. Con alcoholemia superior a 0,25 % g./l., hay doble riesgo de accidentes, dado que el alcohol perturba los reflejos y acentúa la sensación ilusoria. El consumo de alcohol altera la visión periférica, afectando la atención y el control motor ocular. Los estudios demuestran una disminución significativa en la capacidad de reacción ante estímulos visuales y auditivos, que explican la gran cantidad de accidentes que producen. Se ha demostrado que la convergencia visual intencional disminuye a partir de 300 mg./l. de alcoholemia y se debilita progresivamente al sobrepasar esa cifra. Entre 50 y 150 mg./l. la fusión binocular y la convergencia quedan afectadas. A 800 mg.n. es notable la dificultad para

apreciar las distancias, reduciéndose la capacidad de visión binocular. La reacción auditiva disminuye en un 16 % con alcoholemia de 500 mg/I. Respecto a la coordinación y dirección, los tests acreditan un aumento de errores y disminución en la velocidad de ejecución, con deterioro de la capacidad de atención en un 30 %. Un 0,05 % de alcohol en la sangre deprime las respuestas aprendidas recientemente, disminuyendo las inhibiciones y restricciones sociales y afectando al juicio. A un nivel de 0,10 % se narcotizan los centros cerebrales más antiguos y se dificultan relativamente la locución y la actividad motora. Un 0,20 % afecta profundamente el área motriz del cerebro y 0,30 % altera gravemente la percepción sensorial, entrando en un estado de estupor. A nivel de 0,40 % prácticamente se anula la percepción y la persona se encuentra narcotizada y en coma. Con niveles del 0,60 al 0,70 se afectan los centros cerebrales primitivos que controlan la respiración y la frecuencia cardíaca, y sobreviene la muerte. La tolerancia al alcohol se desarrolla en un periodo de entre 5 y 10 años, por lo que no pueden predecirse resultados inmediatos. Durante este tiempo, el adicto comprueba que con la misma cantidad o incluso más se obtienen menos resultados. Ello lleva a la convicción errónea de que al sufrir respuestas menores la nocividad del tóxico también lo es, entendiendo que se resiste mejor la droga. Las últimas investigaciones indican que la tolerancia se relaciona con las funciones del sistema nervioso central y con el proceso hepático. El hígado se deteriora por la absorción del tóxico, evitando parcialmente el deterioro en otras zonas del cuerpo, especialmente el cerebro. Uno de los primeros síntomas del avance de la patología son las amnesias alcohólicas que se caracterizan por ser totales. No obstante, el sujeto puede realizar actividades que precisan cierta racionalización, como tratos económicos o mantener conversaciones. La toxicomanía alcohólica sufre varias etapas hasta llegar a su cronicidad; se han descrito cuatro fases: ? a) Prealcohólica: su duración oscila entre seis meses y dos años durante los cuales la bebida es usada para rebajar la tensión y aliviar el nerviosismo y la ansiedad. El sujeto comienza a sentirse diferente de sus amigos, advirtiendo un rechazo por parte de la sociedad al tiempo que aumenta el autodesprecio. Se comienza a ser consciente del problema del alcohol, pero no se encuentran soluciones y persiste el consumo. ? b) Promódica: la extensión es de dos a cinco años. El alcohol pasa a ser una droga necesaria, apareciendo los primeros síntomas graves. Se manifiestan periodos de amnesia (apagones, tinieblas) y signos de lesión cerebral. Se sufren sentimientos de culpa, remordimientos, estados crepusculares. Se produce una perturbación psíquica en el agente. Se incrementan los hechos delictivos y los accidentes de tránsito y laborales. ? c) De toxicomanía crucial: se caracteriza por la pérdida del autocontrol, eliminándose la capacidad inhibitoria, con conducta autojustificable del abuso del alcohol. Se pierden la autoestima y seguridad en uno mismo. El sujeto puede asumir actitudes de grandiosidad, gestos extravagantes, discursos grandilocuentes u ostentaciones, y atribuye la culpa a los demás, con signos agresivos tales como insultos y humillaciones que suelen desembocar en violencia física. La interpretación es paranoide, existiendo la sensación de persecución por los demás. Persisten la lástima de sí mismo y los remordimientos. Se pierde el interés por las cosas, excepto por el alcohol que pasa a ser el centro de la vida del sujeto. Se producen lesiones orgánicas que producen trastornos de toda la personalidad. Los celos, la conducta paranoide, la agresividad son síntomas graves de la patología mental.

? d) Crónica: se produce una destrucción progresiva de la moralidad, con debilitación grave de las facultades mentales, pensamiento confuso, lento y prolongado. Aparecen las psicosis alcohólicas, las alucinosis, la depresión y los delirios. El sueño es conflictivo, con pesadillas y miedo infundado, crisis de angustia y confusión de ideas. Se asocian íntimamente al consumo y abuso de bebidas alcohólicas: muerte súbita; síndrome de alcoholismo embrio-fetal; dipsomanía; cáncer: bucal, de esófago, de estómago, de páncreas, de hígado; cirrosis hepática; coma alcohólico; intoxicación letal aguda; "delirium tremens" ; enfermedad de Wernicke o poliencefalitis hemorrágica superior; alucinosis alcohólica; demencia alcohólica; trastorno amnésico alcohólico o psicosis polineurítica de Korsakoff; enfermedad de Marcchafava y Bignami; esclerosis cortical laminar de Morel, mielinólisis; angustia; depresión con sintomatología somática; depresión secundaria en enfermedades orgánicas; y otras. La recuperación del alcohólico consta de diferentes etapas. Inicialmente el tratamiento se realiza bajo estricto control médico. La terapia consiste en la total supresión de su consumo coadyuvado con dietas especiales que equilibran el organismo. Paralelamente, puede ser necesario el uso de fármacos que disminuyan los temblores nerviosos y otros síntomas de abstinencia. Logrado un equilibrio metabólico y psicológico aceptable, comienza el tratamiento psiquiátrico que normalmente se realiza en grupos terapéuticos y que suelen incluir programas de apoyo al grupo familiar. Esta etapa se basa en la abstinencia total, sin límite temporal. Alcochol y SIDA Existen dos motivos fundamentales para investigar la conexión entre alcohol y SIDA: A) el alcohol afecta al sistema inmunológico; y B) el alcohol influye en el comportamiento sexual de alto riesgo. ? A) Alcohol y sistema inmunológico: el alcohol afecta la capacidad normal de respuesta a las enfermedades, produciendo un descalabro en el sistema inmunológico. Se ha demostrado científicamente que el consumo crónico de alcohol reduce el número de glóbulos blancos, la producción de anticuerpos y otras células inmunológicas, llegando a suprimir la producción de células macrófagas, que son las que libran de infecciones a los pulmones. Además, los alcohólicos están expuestos a desarrollar diversas clases de cáncer en un porcentaje que quintuplica al correspondiente a personas no alcohólicas. Los efectos inmunodepresores del alcohol pueden resumirse en dos factores fundamentales: 1) aumento en la vulnerabilidad contra infección de HIV; 2) la inmunodepresión hace que los portadores de HIV desarrollen más rápidamente el SIDA y las enfermedades relacionadas, y en formas exacerbadas. ? B) Alcohol y comportamiento sexual: las prácticas sexuales consideradas de alto riesgo para el contagio con el virus HIV son frecuentes durante los estados de alcoholización. El peligro de estas relaciones sexuales se explica de dos formas: 1) su consumo hace que el sujeto asuma comportamientos riesgosos: quienes beben alcohol se enganchan en una larga serie de actividades de alto riesgo, que incluyen prácticas sexuales inseguras (síndrome de comportamiento alcohólico); 2) el alcohol disminuye el juicio crítico y las inhibiciones. Los estudios indican una relación directa entre su consumo y actividades sexuales riesgosas. Investigaciones hechas en grupos heterosexuales evidencian una dramática disminución en el uso de condones durante relaciones sexuales no-monógamas en grupos de hombres y mujeres

que combinan sus encuentros sexuales con bebidas alcohólicas. Un estudio similar hecho en grupos homosexuales demostró que el consumo de alcohol y otras drogas es un importantísimo factor para el incremento de situaciones de alto riesgo: incluso quienes beben sólo ocasionalmente antes o durante las relaciones sexuales, duplican los riesgos con respecto a quienes no beben. Además, los hombres que no beben tienen tres veces menos probabilidades de asumir comportamientos de alto riesgo. Alcochol y accidentes de tránsito La conducción de automóviles involucra a múltiples tareas que demandan atención permanente. El manejo seguro requiere atención para la toma de decisiones rápidas en un ambiente y actividad altamente cambiante, para ejecutar maniobras basadas en dichas decisiones. El consumo de alcohol afecta a un amplio espectro de habilidades necesarias para esta tarea. Su reducción o anulación son causales directas de accidentes de tránsito. La Concentración de Alcohol en Sangre (CAS) se expresa en porcentaje de alcohol por decilitro de sangre, por ejemplo 0,10% que equivale a 0,10 gramos por decilitro. Un hombre de 75 kg tiene una CAS de aproximadamente 0,04% luego de 1 hora de haber consumido 2 latas chicas de cerveza, con el estómago vacío. Las habilidades en el manejo son afectadas en forma diferente de acuerdo a la CAS. Por ejemplo, la capacidad para prestar atención a dos o más fuentes de información visual es afectada con una CAS de 0,02%, e incluso con porcentajes inferiores. Una CAS de 0,05% se afectan los movimientos oculares, la percepción visual, el tiempo de reacción, el procesamiento de información, la performance psicomotora y la concentración para realizar diversas tareas. En comparación con conductores que no beben alcohol, la probabilidad de accidentes fatales aumentan dramáticamente en quienes han bebido: con CAS de 0,02 a 0,04%, el riesgo aumenta 2 veces; con CAS de 0,05 a 0,09% el riesgo se incrementa a 11 veces; con CAS de 0,10 y 0,14% el riesgo se dispara a 48 veces; y con CAS de 0,15% o superior aumenta... ¡380 veces! 5. Tabaquismo La adicción a los productos derivados del tabaco es la más extendida. Su aceptación cultural considera a su consumo en primer lugar como una fuente de placer y en segundo como un simple vicio o mala costumbre. Se ha determinado que los cigarrillos y otros productos de tabaco, tales como cigarros puros, tabaco para pipa o rapé (en polvo), son adictivos y que la nicotina es la droga del tabaco causante de adicción. Además, se sabe que el tabaquismo es un importante causal de accidentes cardíacos y cerebrovasculares, y ocupa los primeros lugares entre los factores que provocan cáncer. A pesar de ello, millones de personas lo consumen en sus diversas formas. Los principales elementos inhalados son monóxido de carbono y nicotina. El monóxido de carbono (CO) producido por la combustión del tabaco desplaza el oxigeno de la hemoglobina, lo cual reduce la disponibilidad de oxigeno en los tejidos. Además, el humo del cigarrillo contiene cerca de una docena de gases y alquitrán. El alquitrán de un cigarrillo, que varía entre 7 y 15 mg, expone al usuario a una alta tasa de cáncer de pulmón, enfisema y afecciones bronquiales. El monóxido de carbono del humo aumenta la posibilidad de enfermedades cardiovasculares. La nicotina provoca una de las adicciones más potentes, desarrollando en el fumador un conjunto de signos y síntomas denominado síndrome nicotínico. A mayor

cantidad de signos o síntomas presentes, mayor porcentaje de posibilidades de estar frente a un adicto nicotinómano.

Bibliografia

http://www.adicciones.org/enfermedad/index.html