4 ejemplos de textos narrativos en primera persona

Autor Gustavo Fingier Tercera persona del singular Subjetiva Imaginaria EL ÁRBOL QUE PERDIÓ SU INFANCIA Pinto era un pi

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Autor Gustavo Fingier Tercera persona del singular Subjetiva Imaginaria

EL ÁRBOL QUE PERDIÓ SU INFANCIA Pinto era un pino de Oregòn, que desde pequeño soñaba con ser grande. Su especie llegaba a alcanzar los sesenta metros. Le habían dicho que la vista desde las grandes alturas era maravillosa. Sus amigos le mostraban distintas bellezas de la naturaleza, desde pequeñas plantas, flores, insectos, grandes animales y hasta personas, pero no les prestaba atención; iba creciendo y siempre sucedía lo mismo, lo único que le interesaba era lograr una gran altura. Cuando creció, confirmó que el panorama desde tan alto era espectacular. En las conversaciones con sus amigos, escuchaba cosas muy extrañas para él, hablaban de chicos jugando a la pelota, de perros corriendo, de abejas que se posaban sobre las flores, y cantidades de comentarios sobre seres que no llegaba a distinguir desde allá arriba. Pero ya no pudo bajar para conocerlos, se los había perdido mientras esperaba llegar bien alto.

NUESTRO TIEMPO Jaime tenía un campo en Entre Ríos. Cada dos meses, allí se reunía toda la familia. Él siempre dedicaba la tarde del sábado cabalgando con sus nietos, que tenían diez y doce años. Pero ya no podía por lo que se sentó con ellos y les explicó: –Chicos, lamentablemente, debido a mi edad, tengo problemas de columna por lo que no podré cabalgar más. No obstante, pueden ir con su padre, o incluso si él se los permite y van con cuidado, pueden hacerlo solos. –Si no es con vos no cabalgaremos más –dijeron los dos. –Pero si les gusta tanto. –En realidad no nos gusta –le dijo uno de ellos. –Lo que pasa es que debido al trabajo, compromisos y problemas, no tienes mucho tiempo para dedicarnos, sin embargo cuando cabalgamos pasamos toda la tarde juntos y ni siquiera el

teléfono nos interrumpe –le aclaró el mayor. Su abuelo los abrazó y les dijo: –Caminando no llegaremos tan lejos, pero compartiremos toda la tarde solos y juntos.

Autor Anónimo Primera persona Subjetiva Imaginaria SIN TÍTULO Son las cinco de la mañana. Me acabo de levantar, aunque no estoy seguro de estar despierto. Quizás esté soñando que escribo estas líneas. A mi lado está mi perro Woody. Durmiendo. Me sigue cuando yo me levanto, pero enseguida se echa en el suelo y vuelve a dormir. Me pregunto por qué directamente no sigue durmiendo en su cucha. De todos modos, es bueno tenerlo de compañía. Afuera sólo se escucha el viento. Parece como si yo fuera la única persona despierta en todo el mundo. Estoy intentando recordar lo que soñé anoche; si es que soñé algo. Al abrir los ojos estaba seguro de que había soñado algo. Parecía algo grandioso. Al levantarme perdió su grandiosidad y se volvió algo común. Luego, simplemente desapareció. Mi mente se niega a conservar por mucho tiempo el recuerdo de los sueños. Es hora de prepararme un café. Creo tener ya la suficiente lucidez como para servirlo y calentarlo sin hacer un desastre en la cocina. Por las rendijas de las cortinas comienzan a aparecer los primeros trazos de luz. El día comienza. Es hora de sacudirme los últimos vestigios de sueño y salir a enfrentar los desafíos de la vida cotidiana.

Autora Diana Roitberg Primera persona Subjetiva SIN TÍTULO Me senté en el primer banco. Ningún chico quiso sentarse conmigo. Tal vez porque soy nuevo en esta escuela. Escribí en mi cuaderno y la letra me salió muy prolija. También dibujé un perro. Y un árbol.

En el recreo me acerqué a un grupo que jugaba a las figuritas. Un chico de anteojos me empujó y me dijo: ”Andate deforme” ¿Qué querrá decir “deforme”? Entonces, me quedé jugando con unas piedritas, en el patio. A la tarde la maestra dijo que una compañera, Ludmila, iba a repartirnos invitaciones para su cumpleaños. Ella pasó por todos los bancos. Yo puse la mano, pero a mí no me dió nada.

Qué me importa. Después tuvimos Música. Aprendimos una canción para tomar el té. A la salida vino a buscarme mamá. La maestra le dijo que yo había estado muy bien. Es una gran suerte, le contestó mamá, que ahora los chicos con necesidades especiales puedan estar integrados en la escuela común.