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“La experiencia cómica tiene una función intelectual de gran importancia: la capacidad de pensar en más de una dimensión.” Peter L. Berger

“De do do do, de da da da.” Sting

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Prólogo

De todas las formas del humorismo, el escrito –el humor para ser leído– es el más difícil. En el humor gráfico, el dibujo facilita la comunicación del chiste, le da un contexto y, tal vez, hasta lo explica. En el cine, la televisión y el teatro, lo visual aporta mucho, si es que no lo aporta todo. Un actor con una cara graciosa o una contextura desgraciada, un tipo que finge movimientos torpes o un fulano que habla de una forma particular pueden hacer pasar por cómica una escena que por escrito no tendría la menor gracia. Sin ir más lejos, en la televisión y el cine argentinos se ha creído, durante décadas, que para hacer humor alcanzaba exactamente con eso: caras graciosas, contexturas desgraciadas, movimientos torpes y hablares particulares, con los resultados que todos conocemos y lamentamos. El humorismo audiovisual –el humor sostenido y complementado por dibujos, imágenes, movimientos, sonidos, gestualidades y utilería– no es de por sí ni bueno ni malo. Puede ser buenísimo, y podemos pasarnos el resto de este prólogo mencionando ejemplos de talentos extraordinarios que han hecho y hacen humor excelente e inteligentísimo ayudándose de estos recursos. Pero en el ejercicio del humorismo escrito a uno le sacan hasta el banquito y sólo se tienen las veintinueve letras del alfabeto y un papel en blanco (o la pantalla de una computadora, pero “papel en blanco” suena más romántico, fino y apropiado). Uno tiene que hacer reír pero sin hablar, sin hacer dibujitos y sin poner caras chistosas. Es como un juego del Dígalo con mímica, pero más difícil: “A ver, haceme reír, pero haceme reír sin hablar, sin decir ‘a comerla’ con voz canchera, sin fingir que te resbalás con una cáscara de banana, y sin dibujarme un

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gatito que diga el remate de un supuesto chiste. Escribí algo para que yo después, cuando lo lea, me ría”. En este libro, el señor Juan Faerman (de él estamos hablando, después de todo) hace humorismo escrito. Y en este libro, él también deja ver que ha leído mucho humor escrito. Y del mejor. Porque en cada uno de los textos que componen ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!! y otros cuentos breves, su autor da cuenta de todos y cada uno de los géneros y estilos del humor escrito: el humor negro, el humor sexista, el juego de palabras, el cuento “estilo Fontanarrosa”, el texto “estilo Les Luthiers”, la rima chusca, el humor judío, la sátira. Cuando digo “estilo...”, está clarísimo desde el vamos que no se trata de que Faerman haya decidido afanarles a los señores Fontanarrosa, Allen o Luthiers, rogando que nadie se diese cuenta. No. Claramente, en estos ejercicios, el autor disecciona cada uno de estos estilos y hace sus propias versiones. Si Juan Faerman fuera guitarrista, este libro sería uno de esos discos raros y exquisitos, donde el músico se despacha a gusto tocando un tema de cada género, de cada escuela, para mostrar lo que a él le gusta, y para demostrar que puede abordar cada uno de estos géneros, escuelas y estilos con sobrada solvencia. Pero a él, como a todo virtuoso, no le alcanza con eso y va más allá. No conforme con lo que hablamos más arriba sobre lo limitado de los recursos del humor escrito, el hombre se rebela y dice: “¿Ah sí? ¡Mirá esto!”. Y se las arregla para incorporar una fotografía imposible en un texto. O hace –literalmente– magia con palabras, en un capítulo imposible de explicar de otro modo: el autor hace trucos de magia con las palabras impresas. O podría yo decir que este es el primer libro con furcios que yo haya visto en mi vida. No con “erratas”, con furcios. De los méritos profesionales y de los premios ganados por el autor ya estarán ustedes advertidos luego de haber leído las solapas o la contratapa de este libro. Pero en caso de que las solapas y la contratapa olviden decirlo, les ruego me permitan finalizar estas líneas agregando que el señor Juan Faerman es además un muy, muy buen tipo. Marcelo Lacanna

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La naturaleza enseña El camaleón es un reptil escamado, de tamaño pequeño o medio. Hay cerca de ochenta especies, la mayor parte de ellas en África, al sur del Sahara. Su nombre significa “león de tierra”, y deriva de las palabras griegas chamai (en la tierra, en el suelo) y leon (león). Es un lagarto bastante antiguo, ya que existen fósiles de camaleón desde períodos tan lejanos como el Terciario. Esta especie es famosa por su lengua rápida y alargada, por sus ojos que pueden ser movidos independientemente uno del otro, y por su habilidad de cambiar de color según el ambiente, camuflándose con el fondo, como se puede apreciar claramente en la imagen que se encuentra a continuación:

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¿Dónde está Wally?

—¿Acaso éstas son horas de llegar? ¿Dónde carajo te metiste, Walter? ¡¿Se puede saber dónde carajo te metiste?! —No, lo que pasa… —¡Lo que pasa un carajo, Wally! ¡Yo soy tu mujer! ¡Tu mujer, ¿me entendiste?! ¡Me estás haciendo pasar por la boluda del barrio! ¡Todo el mundo anda diciendo que soy la más cornuda de todas! —Vos sabés que mi laburo… —Mirá, Wally, yo entiendo todo… pero por lo menos podés llamar. —Yo creo que tengo el celu pinchado… —¡Pinchado las pelotas! ¿Tan importante te creés? ¿A quién mierda le puede interesar pincharle el teléfono a un pelotudo con anteojos y gorro de lana? —No, no, no… ¡Hay gente que me toma muy en serio! Pensá que son muchos años, muchos libros… Varias generaciones crecieron buscándome… —Me lo vas a venir a contar justo a mí… —Mirá, Marta… yo sé que es algo difícil de entender para vos, pero hay más gente buscando a Wally que a Bin Laden. —¡Además de un paranoico vos sos un flor de pelotudo! “¿Dónde está Wally?” es un juego para chicos. ¡Nadie te está buscando! ¡Nadie te persigue! 14

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—… —Ahora que lo pienso… —¿Qué? —Vos no andarás en algo raro, ¿no? —¿Algo raro como qué? —No sé… te veo muy acelerado. Con los ojos siempre abiertos como dos huevos duros. Escondiéndote todo el día y cada vez más paranoico… Hmmm… —¿Hmmm qué? —Que estoy conectando algunas cosas y empiezo a sospechar que la radiecita de la cocina no se la afanó Ramona como pensábamos… y tampoco el cucú que compramos en nuestra luna de miel en Carlos Paz… —¿Qué estás insinuando, Marta? —¡Que te drogás, Walterrrr! ¡Que te drogás! —Mujer… ¡estás demente! Si yo soy más sano que… —No te hagas el pelotudo, Walter. Te lo pido porr-favorr… ¿Pero qué digo? Vos no te hacés el pelotudo… te hacés demasiado el vivo, para mi gusto. —¿Qué? —Siempre estás rodeado de multitudes… ¡Cuántas veces habrás aprovechado para tocar culos impune y promiscuamente…! Y claro, con esa cara de forrazo que tenés, ¿quién va a sospechar algo? Lo único que espero es que por lo menos toques culos femeninos, porque no das precisamente el tipo de macho latino… bah, ni me acuerdo… ¡hace tanto que no me tocás ni con un palo! Igual… por lo que tenías para ofrecer… yo creo que la idea de “¿Dónde está Wally?” nació un día que te estabas bañando… —Pero Marti… Marti… Uyyy… ¿Te acordás cuando te decía “Marti pichi pichi cosi lindi de papiti”? —Walter, esto así no puede seguir más. Quiero el divorcio. —¿Por qué? —Por abandono de hogar. Y preparate, porque te voy a sacar hasta los calzones. Y no te hagas ilusiones pensando en doble sentido, porque es una metáfora… ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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—Mirá, Marta… me estás buscando… ¡y me vas a encontrar! —¡Y daaaale con eso! ¿No sabés decir otra cosa? ¡Me tenés podrida, Wally! Me tenés po-dri-da. Mandate a mudar YA mismo de esta casa. Supongo que eso igual no te va a costar mucho… Si no tenés otras casas por ahí, le pega en el palo… —Sos una conchuda hija de remil putas, Marta. Como tu mamá. Como tu hermana. —Hace unos años no pensabas lo mismo de mi hermana, por lo que me contó… ¡te la quisiste culear! ¡A mi propia hermana! ¡En mi propia cama! —Estaba oscuro, Marta, entendeme… —Oscuro mi culo, Walter. ¡Te quisiste pirovar a mi hermana! —Sí, ¿y qué? —¿Cómo “¿y qué?”? Si me vas a cagar, por lo menos hacela con más disimulo… —Callate, Marta, que tu hermana tiene un culito divino, esas tetitas paraditas… —…de cirugía, Walter. Son de plástico. —¿Y a mí qué mierda me importa? ¡Tu hermana está más buena que comer el pollo con la mano! —¡Te quisiste enfiestar a Lili y encima tenés el descaro de decírmelo! ¿Aparte qué pensabas? ¿Que ella no me lo iba a decir? —No sé, Marta… no sé… la verdad es que me siento muy confundido. Creo que va a ser mejor que nos tomemos un tiempo y nos replanteemos qué tipo de relación queremos. Ahora me armo una valija y cualquier cosa que necesites, ya sabés dónde encontrarme. —Sí, Wally… Seguí soñando. Cualquier día de estos te voy a ir buscar.

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Policiales

Un hombre de unos 30 años identificado como Martín López fue encontrado muerto hoy en su casa del barrio de Palermo Wisconsin. Según consta en el informe forense, la muerte se habría producido entre las 10:30 de la mañana de ayer y las 4:15 del ayer de mañana. También según los peritos, la víctima fue encontrada con 34 impactos de bala, por lo que el juez, si bien en un principio caratuló la causa como “suicidio dudoso”, al haberse presentado en la comisaría la pareja de la víctima —Dolores Arzueta, de 28 años— para confesar el encargo del crimen, decidió cambiar la carátula por “Homicidio con Dolo”. Aunque se presume que se habría dado por cuestiones pasionales, fuentes cercanas a la policía informaron que aparentemente el crimen se podría deber a un ajuste de cuentas, ya que la víctima al momento de ser asesinada estaba trabajando en una planilla de Excel. Ampliaremos.

Un hombre de unos 30 años identificado como Martín López fue encontrado ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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muerto hoy en su casa del barrio de Palermo Wisconsin. Según consta en el informe forense, la muerte se habría producido entre las 10:30 de la mañana de ayer y las 4:15 del ayer de mañana. También según los peritos, la víctima fue encontrada con 34 impactos de bala, por lo que el juez, si bien en un principio caratuló la causa como “suicidio dudoso”, al haberse presentado en la comisaría la pareja de la víctima —Dolores Arzueta, de 28 años— para confesar el encargo del crimen, decidió cambiar la carátula por “Homicidio con Dolo”. Aunque se presume que se habría dado por cuestiones pasionales, fuentes cercanas a la policía informaron que aparentemente el crimen se podría deber a un ajuste de cuentas, ya que la víctima al momento de ser asesinada estaba trabajando en una planilla de Excel. Ampliaremos. 18

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Un hombre de unos 30 años identificado como Martín López fue encontrado muerto hoy en su casa del barrio de Palermo Wisconsin. Según consta en el informe forense, la muerte se habría producido entre las 10:30 de la mañana de ayer y las 4:15 del ayer de mañana. También según los peritos, la víctima fue encontrada con 34 impactos de bala, por lo que el juez, si bien en un principio caratuló la causa como “suicidio dudoso”, al haberse presentado en la comisaría la ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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pareja de la víctima —Dolores Arzueta, de 28 años— para confesar el encargo del crimen, decidió cambiar la carátula por “Homicidio con Dolo”. Aunque se presume que se habría dado por cuestiones pasionales, fuentes cercanas a la policía informaron que aparentemente el crimen se podría deber a un ajuste de cuentas, ya que la víctima al momento de ser asesinada estaba trabajando en una planilla de Excel. Ampliaremos. 20

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Besos de Lengua

—Disculpe, señorita, ¿me permite esta pieza? —Sus disculpas quedan aceptadas, pero me parece que antes habría que aclarar a qué tipo de pieza se está refiriendo usted. —No le entiendo. —Es bastante simple si lo analiza detenidamente. Al no haber contexto en este —valga la cacofonía— texto, la palabra “pieza” no tiene un significado definido. Por ejemplo, si estuviéramos en una panadería, podría ser que yo fuera la vendedora y usted me estuviera pidiendo una hogaza de pan. Otra cosa muy distinta sería si estuviéramos en una práctica en la facultad de odontología, donde “pieza” se referiría inequívocamente a un diente. Y otra totalmente diferente si la facultad fuera la de arquitectura. En ese caso podría darse la situación de que fuéramos compañeros de estudios trazando el plano de una casa y usted me estuviera pidiendo permiso para dibujar una habitación en particular. Y ni hablar de un taller de relojería, o cualquier otro ámbito en donde se manipulen cualquier tipo de piezas. —Bueno, claro, no deja de ser cierto lo que usted dice, pero si yo le digo “Disculpe, señorita, ¿me permite esta pieza?”, lo más simple de inferir es que usted y yo estamos en un baile, y yo le estoy proponiendo que compartamos un breve ritual de danza. —Yo no estoy en ningún baile: quien está en problemas es usted. A tal punto, que ni siquiera está claro si usted es hombre o mujer. ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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—¿Cómo se atreve a poner en duda mi hombría? —No fui yo, sino el autor. Si relee el texto detenidamente, se dará cuenta de que en ningún momento se manifiesta explícitamente que usted sea un espécimen del sexo masculino. Incluso puede que ni siquiera sea una persona. —¿Y usted? ¡Ja! No me va a decir que es obvio que no podría ser otra cosa que una mujer tan sólo por la minuciosidad de su análisis… —No sea machista, ¿quiere? El asunto es muchísimo más simple… usted mismo me dijo “señorita”, y esa fue ni más ni menos que la segunda palabra que pronunció. Está bien que un caballero no debe tener memoria, aunque en su caso más que virtud eso es picardía… —¿Sabe qué? Usted es muy complicada, pero no sé por qué me cae muy bien. —Sí, usted también me resulta simpático. —¡Dijo “simpático”! ¡Entonces ya no quedan dudas de que soy un hombre! —Sí. Y si prestara un poco más de atención se podría haber dado cuenta de que antes de eso le dije “caballero”. Así que puede darse por masculinizado. No caben dudas de que usted es un hombre. Y bastante apuesto, por cierto. —¿Eso quiere decir que le gusto? —Sí, y casi le diría que me estoy empezando a enamorar de usted. —¿Empezando? ¿Es que se puede trazar una línea de progreso en el amor? ¿Es que hay una escala que tabule la intensidad de las relaciones humanas? —¡Por supuesto! Usted me gusta 6,45 en la Escala de Tellado. —La supuse un poco más culta. —Que use la escala no significa que Corín Tellado sea mi fuente de instrucción. Es más, no recibo instrucciones de nadie. Es importante que lo sepa desde el principio. No me gusta esconder. —Con eso que me acaba de decir, estoy en condiciones de transmitirle que, aunque pueda resultar apresurado, la amo. —¿Cuánto? —Mucho. 22

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—“Mucho” es un concepto totalmente relativo y por ende inespecífico. Sírvase expresarlo en una noción un tanto más objetiva para una correcta apreciación, como por ejemplo la Escala de Migré. —Déjese de boberías y deme un beso. —No quiero. ¿Es acaso suficiente el hecho de que yo le haya manifestado un incipiente amor como para que pasemos al intercambio de secreción salival? A fin de cuentas, mi madre tenía razón al advertirme que una gran proporción del universo total de hombres tiene patrones de conducta muy similares en lo que a los impulsos instintivos se refiere… —¿Sabe qué pasa? Ya lo dice el refrán juvenil: “El amor sin un beso es como los fideos sin queso”. —Disculpe, ¿pero qué clase de analogía guarda el amor con los fideos así como un beso con el queso parmesano o en su defecto reggianito? Me parece que se trata tan sólo de una relación formal, dada por la rima. Es como si yo dijera: “Amor sin un beso es como una cárcel sin un preso”. —Cierra bastante más, incluso. Y claro, si no cierra, se le escapa el preso… si me disculpa la humorada. —Me complazco en informarle que acaba de subir 15 centésimos en la Escala de Banana Pueyrredón. Un hombre con humor es algo que nunca deja de caerme bien. —Si le caí bien debe haber sido porque alguien dejó tirada la cáscara de Banana Pueyrredón. —Ese chiste no alcanzó el estándar del previo, pero haré caso omiso. Queda usted advertido. —De todas formas, retomando el tema previo, yo necesito una prueba de amor por parte suya. —¿Qué clase de prueba es esa? ¿Acaso hay pruebas diferentes según la clase de amor? ¿El amor filial es tema uno y el amor marital es tema dos? Y aunque pueda medirse, ¿acaso el amor se puede calificar? Y le digo más, tratándose del amor, ¿la prueba sólo puede considerarse con sus objetivos temáticos cumplidos cuando existe la copia entre dos estudiantes? ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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—Es una excelente apreciación, la suya, señorita… señorita… Disculpe, no sé su nombre, por lo que si no le resulta muy atrevido, para poder referirme a usted con propiedad, me gustaría saber cuál es su gracia. —Podría decirle que mi gracia es ir dejándoles por ahí tiradas cáscaras de Banana Pueyrredón a los hombres que me cortejan, pero el humor no se le está permitido en esta sociedad machista a una señorita sofisticada como yo. —Entonces, y haciendo uso del machismo que me confiere la sociedad, le propongo que cesemos en los prolegómenos, y pasemos a la pieza. —¿A qué pieza se refiere usted exactamente? —A la del telo, señorita. —Ay, qué lástima… yo quería demostrarle mis grandes habilidades como danzarina. —¿Qué? ¿Baila? —No, entra justo.

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Una mañana en Wichita, Wisconsin...

—Aquí tienes tus donas y cappuccino, Mike. —Gracias, Chris. Oye… nos acaban de anunciar por la radio que tenemos un 56 en progreso en 15 y 28. —¿56? Oh, no, no me digas que otro estúpido con un rifle. —No, hasta donde yo sé, 56 es “la caída”. —Gracias, Mike, lo tendré en cuenta. A propósito, me dijiste que era 15 y 28… ¿Qué vendría a ser eso? —Las 3 y media de la tarde, casi. —No, estaba tratando de recordar 15 y 28… 15 y 28… —43… bah, eso creo. —Debe ser. Nunca fui muy bueno con las fracciones. —No te aflijas, no nos pagan por pensar. Jajajajajajajaja… —Oye, Mike… no te ofendas, pero tu risa suena un poco falsa, como de messenger… —Disculpa, Chris, hemos llegado. ¡Vamos! —Oye Mike, ese tipo nos está apuntando… debemos andar con precaución. —Bueno, si nos está apuntando, entonces no deberemos preocuparnos por recordar la letra... —No sé por qué, pero esto me da mala espina. —A mí tampoco me gusta nada… ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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—Vamos, Mike, tiene que haber ALGO que te guste… no es bueno ser tan inconformista; haz un esfuerzo por recordar. —Lo siento, Chris; no nos pagan por pensar :-) —Tienes raz… oucchhhhh… —¡Maldito bastardo! ¡Te ha disparado! Oye, cobarde… ¡Sí, a ti te hablo! ¡Sal con las manos en alto y nadie saldrá herido! —Mike… Mike… estoy perdiendo mucha sangre… —Bueno, CASI nadie saldrá herido… ¡Resiste, Chris, resiste! ¡No te vayas compañero! —¿Dónde piensas que puedo ir con un tiro en la cara? —A un hospital, por ejemplo. Toma, te lo dije… Succiona este cítrico… —Tengo frío, Mike… ¡tengo frío! Hazme… un último… favor, Mike… Dile a Louise… dile… dile que LA AMO… —¿Qué estás diciendo? ¡Si apenas la conoces de la oficina! ¿No te parece un tanto apresurado? —Es que me encanta, Mike, me encanta… Tienes razón, Mike. Entonces… entonces… olvida lo que te acabo de decir… y dile que… que… que le apretaría sus grandes tetas con mis manos, y luego le restregaría mi pene por su cara, y la obligaría a… argghhhhhhhhh… —Que en paz descanses, muchacho. Y pierde cuidado, que se lo diré. Sí, señor. Lo haré.

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La porno que todos querríamos ver (y nadie se atrevió a pedir)

Antes de volver del trabajo a casa, Ernesto Claudio Tagliafetti hace una escala en el videoclub del barrio. Después de cenar, se va con la Mirta, mimosa, a la cama. Pero antes de entrar en acción, Ernesto pone la porno que alquiló, en la que se puede ver lo siguiente: Dick Fucker, un gordo medio pelo, entra en una oficina donde espera ser entrevistado para ocupar un puesto de trabajo. Cuando llega su turno (después de esperar media hora leyendo una revista que apesta) se encuentra con Jenna Love, que le dice: “Hmmm… Dick Fucker… Interesante… Me gustaría ver qué sabe hacer...”. Entonces Dick le cuenta sobre sus trabajos anteriores, a lo que Jenna responde diciéndole que cualquier cosa lo van a llamar. Cuando él está a punto de retirarse, ella le dice, mirando a la altura de su cintura: “No tan rápido... ¿qué tienes ahí dentro? Me gustaría tenerlo en mis manos...”, mientras le señala la carpetita que trae Dick con el currículum. Él se la entrega, y ella la deja dentro de una bandejita que dice “Archivar”, señalándole la puerta de salida. Una vez fuera del edificio, Dick, visiblemente desanimado, se va a un cabarulo, donde lo recibe una gorda desagradable que perfectamente podría ser su tía, quien le baja los lienzos y comienza a saludar al amigo. Dick, con 10 cm al palo, acaba en 20 segundos. Lo mismo sucede con la película. Fin. ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Ernesto, claramente envalentonado con lo que acaban de ver, se dispone, con sus orgullosísimos 12 cm, a hacerle pasar a la patrona los mejores 30 segundos de su vida.

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Éxitos resonantes de la “División Narcóticos”

La Policía Federal ha desbaratado una de las bandas de narcotraficantes más importantes de los últimos tiempos. Y lo ha logrado gracias al trabajo perfectamente coordinado y mancomunado de toda la fuerza. Pero aquel operativo, llamado “Café blanco” (dado que la cocaína era transportada disimulada en tambores con café), no fue el único éxito resonante obtenido por los agentes anti-narcóticos. Otra de las actuaciones destacadas de estos adalides del deber fue la captura de quienes, traficando cocaína dentro de ollas y sartenes de teflón, cayeron en el marco del operativo “Blanca Cotta”. El lector memorioso seguramente recordará el desbaratamiento de la banda proveniente del continente africano, la cual fue apresada en el marco del operativo “Negro Blanco”. O quizás también la espectacular noticia de la detención de la comitiva que, representando a su país en el mundial de tiro al blanco, traficó 125 kilos de droga de máxima pureza disimulados en el interior de los tableros de práctica en el marco del operativo “Blanco blanco”. Aunque la división “Drogas peligrosas” (la distinción de “peligrosas” admite una conclusión sobre el resto de las drogas que dejaremos para otro artículo), envalentonada por los éxitos obtenidos, está trabajando duramente tras la pista de una nueva organización delictiva. Para no entorpecer el curso de la investigación, ha revelado los detalles mínimos e indispensables. Todo lo que sabemos es que se trata de un ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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cargamento de LSD. Que hay un agente infiltrado en la organización como comprador. Y que éste ha denominado al operativo “Oso panda rojo azul verde plateado naranja con pintitas todas así fuego negro soy Fabulman y puedo volar”.

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Conduciendo los Oscar de la Academia (Gracias a Academias Oscar)

Ganarse un Oscar no significa ser bueno, sino haber hecho UNA cosa bien (cinematográficamente hablando). Por eso, si alguna vez les toca ganar uno, no se pongan contentos, ya que los habrán premiado por ESE trabajo en particular, y no por su calidad artística. Es como decir “No sé si de pedo o qué, pero esa te salió bien”; si no, pregúntenle a Mira Sorvino, que aunque recibió la preciada estatuilla, hoy bebe la hiel del olvido estelar. Claro que es otra cosa totalmente diferente si el Oscar del que hablamos es el Honorario a la Trayectoria, como el que le dieron a Groucho Marx (que nunca ganó un Oscar por una película puntual): eso significa que Groucho hizo todo bien, y no una sola cosa sobresaliente del resto. Igual que Tim Burton, que nunca ganó un Oscar por su labor, y como viene la mano, eso tampoco será pronto. Por supuesto que eso no le quita el sueño a Tim, ya que le basta con poner en el adelanto de su próxima película: “Del creador de El joven manos de tijera llega...”. Y listo el pollo; ya todos sabemos que el pibe la mueve. Aunque ay ay ay ay... ¡Qué lástima que no TODOS podamos hacer lo mismo...! ¡Cuánto más fácil sería la vida si tuviera algún efecto evocar ESE gran éxito que todos alguna vez tuvimos!

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Por ejemplo, podríamos, ante un examen de matemática, presentarle a la profesora una hoja con resultados medio pelo tirando a malos, mientras le decimos: Del creador de... “Me saqué un 9 en la prueba de Historia” y “Me tomaron justo lo que sabía en la de Geografía” llega “NO ESTUDIÉ UNA MIERDA PARA HOY”. También puede darse la situación en la que tenemos una relación insostenible con nuestra pareja. No hay motivo para afligirse, porque podremos recurrir a experiencias pasadas y decirle: Del actor de... “No sé qué me pasa, estoy confundido” y “Necesito que nos tomemos un tiempo para pensar” (I y II) llega una historia llena de acción, emoción y aventuras... “¿POR QUÉ NO ME DEJÁS DE ROMPER LAS PELOTAS, BETTY?”. O también podríamos —luego de la ruptura, en una cita importante con una nueva señorita a la que deseamos impresionar— pararnos sobre la mesa y evocar una proeza sexual inolvidable y apoteósica sucedida a fines de la década del ´80, vociferando: Del realizador de... “¡Qué tres señores talcazos que me echastes, Rrroberrto...!”. Hoy llega... “¿Así que sos contadora? Entonces con essta lapicera te voy a presentar algunos Ingresos Brutos”. Con esta forma de ver la vida, incluso nos podríamos adjudicar logros ajenos como propios sin incurrir en deslealtades.

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Por ejemplo, si no fue uno el protagonista de la performance que tanto agradeció la adolescente ochentosa y barrial del ejemplo anterior (pero contribuyó prestando el depto., por ejemplo), tendría el mismo derecho de hacer apagar la música del lugar tan sólo para decir con un vozarrón: Del productor de... “¡Qué tres señores talcazos que me echastes, Rrroberrto...!” Hoy llega... “Si sos veterinaria, después te voy a pedir que me revises el pajarito”. Como se puede apreciar después de haber leído estos ejemplos, las posibilidades que ofrece el método antes expuesto son infinitas. Por eso recomiendo elegir la mejor butaca de la que se pueda disponer, asegurarse un balde repleto de pochoclos y prepararse para disfrutar de la función que está por comenzar.

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Un momento Kodak

—Mi amor, tengo algo que decirte… —¿Qué? —Estoy embarazada… ¡Y de un varón! —¡Obvio! Si no era de un varón ¿cómo ibas a quedar embarazada? —Es un buen punto. —¿Sexo? —Ahora no… mejor dejémoslo para después. Primero hay que pensar algún nombre para el bebé. Tomá... acá tenés el libro “Pedro, Juan, María, Paula y 2000 nombres ridículos”. —Ok, gracias. Igual yo me refería a si se puede saber el sexo. —¡Por supuesto que se puede! De hecho hay sexos que saben bastante mal... —Si es varón, a mí me gusta “Esmeraldro”… —Es lindo… ¿Qué significa? —A ver… perá que se me cerró la hoja: Eluney… Embólico… Eunuco… ah, no, me pasé… Acá está… Esmeraldro: es de origen cebita y significa “el que eyacula clorofila”. —¿Y te parece que va a pegar con el apellido? —Hmmm… no sé. Igual “Esmeraldro” no pega ni con cola. —Sí, es verdad… “Esmeraldro Cola” parece una gaseosa. Una cola gaseosa… ¡Qué asco! 34

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—Bueno, si no es por la cola ¿por dónde va a sacar los gases? —Tenés razón. Igual todavía no estoy segura de que estemos embarazados… hay que confirmarlo bien con la ecografía. Tengo sólo un mes de atraso. —¿Cómo nada más que un mes de atraso? ¡Sos una perra! —¿Qué me querés decir con eso? —Que en tu caso un mes equivale a siete... ¿Y si te hacés un test? —No sé… —Dale… —Bueno, está bien. —1) ¿Cuál es el queso más consumido en el mundo? —Para mí, la muzzarella... por las pizzas. —Acá no dice la respuesta, aunque creo que estás equivocada. Para mí es el cheddar, porque es el queso que llevan los Big Macs. —Es un buen punto el tuyo. Mejor dejémoslo de lado porque no nos va a llevar a ninguna parte… ¿Oia? ¡Sentí! ¡Sentí! Patea… —¿Cómo que patea? Está mal dicho... ¡Es un ser humano! Tiene pies, no patas... —¡Pieea! ¡Pieea! —¡Qué emoción! ¿Cuándo empezará a decir sus primeras palabras? —No sé, pero para ese momento habría que tener preparado algo que suene grandioso… ya que no vamos a estar ahí para asegurarnos de que diga unas buenas últimas palabras, al menos que las primeras suenen mejor que “Dá-dá…”. —¿Y qué habías pensado? —No sé, algo tipo “nazco contento… hemos batido al enemigo”. —Hmmm… no me termina de convencer, pareciera que el enemigo es una clara de huevo. —Tenés razón. Bueno, vos seguí pensando que mientras tanto me voy a hacer un té y vuelvo. —Un té de embarazo… —Sí, jajajaa… un té de embarazo. Qué ocurrente que sos…

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Hazlo tú mismo, pana... Hoy: Taller de reggaetón Salvo raras excepciones, todos queremos ser millonarios. El problema es que es difícil encontrar la forma de lograrlo. Pero tengo buenas noticias para ti, afortunado y selecto lector: hoy, en exclusiva, pongo a tu disposición el primer taller de composición de reggaetón; algo que, sin duda, te convertirá en millonario de la noche a la mañana. De nada, para eso estamos. (Bueno, no, “de nada” no, si te haces millonario, más vale que me pases al menos un diez.)

Primera parte: la música Sin dudas, la parte más fácil de todas, porque ya está hecha. Todos los reggaetones tienen el mismo ritmo y cadencia, por lo que nuestro camino hacia la riqueza está allanado y pavimentado. Sólo falta pagar el peaje.

Segunda parte: la letra Acá la cosa se pone más compleja porque hay que trabajar un poco, aunque tampoco es como para desesperarse, ya que en el reggaetón la “temática” se repite tanto como el bombo que marca el ritmo. Por eso, lo único que restaría es escribir algo con palabras inventadas que sugieran partes sensuales del cuerpo (culemba, por ejemplo). Y si rima, mejor. Aunque en este caso, ni siquiera hay que esforzarse tanto, porque todo lo que tienes que hacer para tener tu propio éxito de reggaetón es llenar los espacios en blanco con alguna de las opciones propuestas en la plantilla de la próxima página. 36

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Vamo´ preciosa a mover el ......................... (auto/pulengo/vientre/canembo) vamo´ bombón, a bailar el reggaetón. Toda la sanda baila la fanda bajando la danda y revoleando la ..................... (tanda/baranda/bufanda/Nueva Zelanda). Mira cómo te fatigas tú y también tus amigas con ese movimiento tan sensual tu pirengo ......................... (fumiga/intriga/espiga/sándwich de miga) bajando hasta el fondo profundo bien hondo te saludan los morenos del lejano .......................... (Congo/diptongo/ rezongo). Mujer con esas formas tú los vuelves locos y mientras te miran ......................... (calembear/cocinar/depilar) se agarran el ......................... (coco/meningococo/sofoco). Mueve la falda mami, como si fuera ....................... (salami/Crash Test Dummie/Kiarostami/ Davis Jr., Sammy). Este es el reggaetón de la lobotomía de los que tenemo´ mielda en la cabeza y por cerebro una cereza. Lo bailamo en toós láos… moviendo el calembo con ......................... (cerveza/crudeza/extrañeza). ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Sacude la maremba, pá que miren lo´ cornudo´ tú estás más sabrosa que un buen ......................... (embudo/engrudo/ jamón crudo) con ese movimiento tú deja´ a todo boquiabierto´ desde lo´ ......................... (agalludo/agudo/ancudo/barbudo/barrigudo/ bigotudo/bocudo/boyudo/cabelludo/cabezudo/cachazudo/cachetudo/ cachudo/campanudo/capilludo/caprichudo/carnudo/carrilludo/cebolludo/cejudo/cerdudo/ceñudo/chaparrudo/cogotudo/conchudo/concienzudo/costilludo/crestudo/crudo/dentudo/desnudo/dientudo/escamudoespaldudo/espinudo) hasta lo´ ......................... (felpudo/filudo/forcejudo/forzudo/ganchudo/hocicudo/hollejudo/huesudo/jetudo/juanetudo/lanudo/lengudo/ lomudo/macanudo/mantudo/melenudo/membrudo/menudo/mofletudo/ molletudo/morrocotudo/morrudo/moñudo/mudo/nalgudo/narigudo/narizudo/nasudo/ojerudo/orejudo/pacienzudo/panzudo/patilludo/ patudo/peliagudo/pellejudo/peludo/penachudo/puntiagudo/rodilludo/ rudo/añudo/sesudo/sordomudo/tartamudo/testarudo/velludo/zancudo).

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Grandes conquistas de Enrique, el taxista ceceoso 1: El principio

“Miédcolez a laz doz, doz y pico de la matina. No pazaba nadanja y za había hecho el alquiled y unoz manguitoz máz, azí que dezidí id yendo a la AM/PM pada juntadme con loz muchachoz de la padada de Cabildo y Congdezo. Agado Divadavia dedecho y en Libedtad me zube una pendeja que daja la Tieda. Un lomazo bádbado y una cadita que podía zed modelo, te lo judo. —¿Adónde te zevo, muñeca? —le pdegunté. —A Santa Fe y Códdoba —me dijo. —Bombón, zo te zevo a donde quiedaz —le dezpondí— Pedo Santa Fe y Códdoba no ze juntan. —¿Y voz y zo noz cduzamoz? —me dijo ella pazándoze la lengua pod loz labioz. —Zí, pdezioza, pedo no zé a qué altuda... —dezpondí zimpáticamente pada zeguidle la codiente. —A la altuda de mi chuchi y tu cañón —me dezpondió dápida de deflejoz. Zo no podía cdeed que me eztuvieda pod comed a zemejante hembdón, pedo igual, zin mediad palabda, fuimoz al telo, y le eché zeiz zeñodez polvoz, incluido zedviz de chudedo y caquedo completoz. Yo eztaba pada zeguid midiéndole el azeite, pedo me ezpedaban loz ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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muchachoz pada ved el fulbo italiano. Y con ezo no ze jode. Igual, ze ve que tan mal no la pazó, podque me dio zu teléfono y me dijo: “zamame”. Entonzez la azedqué hazta Santa Fe y Cazao, y cuando ze bajó tidé a la miedda el papelito que me había dado. Eztaba buenízima, pedo me dejó el auto zeno de pedfume, y dezpuéz en la dadio me dompen laz pelotaz. Zoy Endique, y en cada bajada de bandeda tengo una hiztodia.”

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Ping-pong con el autor

En exclusiva, les acercamos un interesantísimo ping-pong de preguntas y respuestas con el Sr. Faerman, que nos permitirán conocer más a fondo al hombre detrás del mito. (Sí, el mito es puto y el Sr. Faerman dice que eso que andan diciendo sobre él y el mito son sólo malinterpretaciones acerca de alguna que otra expresión de apoyo). Una película: “Perfume de mujer”. Un perfume de mujer: “Volver al futuro”. Un color: Esperanza. ¿Boxer o slip?: Ambos. Uno arriba del otro. El último libro que leyó: Manual Kapelusz 2º grado. Un deporte que le gustaría inventar: El ajedrez femenino. Un recuerdo de la infancia: Las clases de flauta con el profesor

Mastronardi. Una frase: “Este será nuestro pequeño secreto”. Grupo musical: Castells/MTD (tributo a Stomp). Grupo musical revelación: Flor de Yate (Cumbia oligarca). Disco del año: Piñón Fijo canta Kiss. El logro mayor: Shrek. Un sueño por realizar: El bidet inalámbrico. Peinó: Estela para Plantas Faithful. Agradecimientos: Bar “Mitzvá”, y “El emporio del tenor” (si encuentra una nota más baja, le devolvemos su dinero). ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Rock’n’film roll (Advertencia: contiene “spoilers”)

Una de las creaciones más famosas y singulares de Fito Paéz es “Dos días en la vida”, una canción en la que el célebre músico resume con magistral precisión la sinopsis argumental de la película “Thelma & Louise”. A tal punto que escuchar la canción es recorrer en poco más de tres minutos el guión cinematográfico de dicha película. Es por ello que este libro, consciente de que este tipo de expresiones acercan al gran público al cine, hoy continúa la iniciativa del cantautor rosarino ofreciendo dos piezas análogas, que relatan otras tantas películas en forma de canción. Por eso, acomódense en sus butacas... ¡y dejen que suene la música!

Los sospechosos de siempre Una bomba vuela un barco 27 muertos, y la plata de los narcos son cinco los sospechosos uno se hace el rengo y cero cargo. Un marinero todo chamuscado que está loco e internado 42

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dice que vio al responsable y es el cuco tan mentado. Kayser Soze es el culpable Kayser Soze es el buscado ¿Dónde diablos se ha metido? ¿Cómo demonios encontrarlo? Estribillo: Es el rengo, es el rengo Kayser Soze es el rengo no te das cuenta hasta el final vi la peli, te lo prevengo… Kayser Soze y Kevin Spacey tienen las mismas iniciales pero no se da cuenta el público ni las autoridades policiales. Repite estribillo: Es el rengo, es el rengo Kayser Soze es el rengo no te das cuenta hasta el final yo la vi, te lo prevengo… (Funde a negro con títulos)

Sexto sentido De un psiquiatra fracasado un paciente se quita la vida e intentando impedir su muerte un balazo le convidan. ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Después aparece un nene que tímido golpea a su puerta el psiquiatra le pregunta y el pibe dice: “Loco… veo gente muerta”. Al principio él no cree que el pibe vea finados por eso juntos investigan qué carajo está pasando. Pasa que ni se dio cuenta que al principio lo mataron aparte, si lo supiera, la peli no valdría dos mangos. Estribillo: Está muerto, está muerto sí, Bruce Willis está muerto no te das cuenta hasta el final está bien hecho, eso es cierto. ¡Pobre Demi Moore! Primero Ghost, después Sexto Sentido… en la vida, en la ficción, le asesinaron dos maridos. Repite estribillo: Está muerto, está muerto Bruce Willis está muerto no te das cuenta hasta el final está bien hecho, eso es cierto. (Repite hasta el final inesperado)

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El tabaquismo como actividad laboral

A nadie le escapa el hecho de que el cigarrillo cobra por día miles de víctimas fatales (y, sí, el cigarrillo siempre termina siendo fatal a menos que un cigarrillo borracho en bicicleta te atropelle). Aunque debemos reconocer que, al fin y al cabo, uno elige si fumar o no, a pesar de que la afirmativa vaya contra la ley 23.344. Lo que es claramente imperdonable es lo que le sucedió a J. J. (no damos su nombre para preservar su identidad), quien ahora se debate entre la vida y la muerte (el debate da por ganador a la muerte, seamos honestos), sólo por cumplir un mandato laboral. El tema es que J. J. ahora está arrepentido de no haber dicho NO en su momento. Quizás esto se deba a un hipotético miedo a ser cesanteado (a su edad conseguir otro trabajo es una tarea más que complicada). Quizás por miedo a las represalias. Quizás por un mandato social al que no pudo sobreponerse. La cosa es que J. J. está gravemente enfermo de cáncer de pulmón y sus días están contados. Es admirable la entereza con la que J. J. enfrenta su enfermedad, hasta el gorro de lana que tapa la caída de su pelo (provocada por los tratamientos de quimioterapia a los que debe someterse), le recuerda su padecimiento cada vez que se mira al espejo. Pero el destino le está jugando la peor de todas las pasadas: a pesar del apoyo de amigos y colegas y de su gran riqueza, su propia esposa es ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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impiadosa y cruel al refregarle por la cara una sentencia que le recuerda su sino fatal: “No hay vuelta que darle, pelotudo. Los ekekos siempre mueren de cáncer de pulmón”.

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Alguien tenía que decirlo

Hoy vi “Los 10 mandamientos”. Me gustó más la tabla. Dos son compañía. Tres son multitud. Cuatro son ABBA. Los pecados capitales son ocho: Gula, Avaricia, Lujuria, Envidia, Ira, Pereza, Soberbia y Blancanieves. Afortunado en el juego, afortunado en el amor. Si los Simpsons fueran de Disney, Marge habría muerto en el primer capítulo. Si Alfonsina Storni hubiera vivido en Bolivia, más que por escritora habría sido famosa por maratonista. El régimen comunista consiste en comer sólo ensalada rusa. La masturbación es una forma de homosexualidad socialmente aceptada. Si nuestro lenguaje constara solamente de la letra “a”, las películas porno tendrían diálogos complejos. ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Los documentales de Animal Planet son las porno de los zoófilos. Si los seres humanos no tuviéramos piernas, Nike sería una marca de carritos de rulemanes. Si Wally fuera negro, sus libros serían considerados discriminatorios. Si nuestros órganos sexuales estuvieran en las palmas de las manos, el escudo nacional argentino sería prohibido para menores de 18 años. Para los chinos, Los Simpsons son beige.

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Las mujeres son de Venus, los hombres son de Marte… ¿De Marte de quién? Ya se ha dicho hasta el hartazgo que a las mujeres no las entiende nadie. Incluso alguien fue más allá (no, ¡Víctor Sueiro, no, idiota!) y dijo que “cuando una mujer dice ‘no’, en realidad quiere decir ‘sí’”. Claro que si realmente fuera así, entonces se nos plantearía un nuevo interrogante: para entender a las mujeres, ¿basta con reemplazar cada “no” por un “sí”? Veamos cómo sería esto en la práctica: Carla: Che, ¿en serio que sí querés más? ¿Sí querés que te norva otra

porción de carne? Romina: Gracias, pero sí doy más... estoy que reviento. Carla: Buesí, está bien. ¡¡¡Contame YA mismo cómo te fue con Matías!!! Romina: Callate que fue un plomazo… primero me llevó al canosí flotante, y después sís fuimos al departamento… Carla: Y ahí… Romina: Sí pasó nada… el pibe re-mosítosi: toda la síche escuchando discos de Onno Ozbourne, y cuando le pedí que cambiara, puso usí horrible de Yoko Osí. Cano lo asenosí… Carla: ¡Qué notuanoón! Me imagisí que ahí simás te habrás ido… Romina: Sí podía, porque yo le había puesto como condinoón non equa sín que después me llevaba a casa… anó que me tuve que bancar que el pibe se terminara la botella de visí… y renoén ahí me llevó. Carla: Flor de boludo, ¿sí? Romina: No… ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Forróscopo Chongonio (12/5-25/9) Ocupaciones y negocios: La luna de Penderio está en paso por el meridiano de Mondiol, lo que torna el período altamente propicio para grandes negocios, sobre todo para aquellos cuyas actividades estén relacionadas con la usura, la trata de blancas, el narcotráfico y el juego clandestino. Amor: ¿Me alcanzás la ensalada? Salud: Según la OMS, es el estado de armonía del organismo, caracterizado por la ausencia de enfermedades o síntomas. Sorpresa: Atenderá una llamada equivocada que no esperaba.

Mendicrimio (26/9-27/9) Ocupaciones y negocios: El dinero le quema en las manos, por lo que la frase “por vos pongo las manos en el fuego” es tomada como “tengo guita y te la voy a dar”. Amor: En casa de herrero, cuchillo de palo. Qué cierta es esa frase. Salud: Chequee con su médico esa gangrena que lo tiene a mal traer. Sorpresa: Se cruzará con Graciela Alfano por la calle.

Almóndigo (28/9-23/12 8:15:06) Ocupaciones y negocios: Los nacidos en estos días son bebés de apenas un par de días. Los que no, no. Amor: El amor tocará a su puerta. Pero como lo hará a la mañana y usted estará en el trabajo, se dará cuenta de que no hay nadie, y aprovechará para afanararle la tele, el equipo de música y la Playstation. Salud: Camine todo lo que pueda; encontrará mejores precios. Sorpresa: Hay puré de batata en el restaurante.

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Catrasca (23/12 8:15:07-11/5) Ocupaciones y negocios: Descubrirá una mina de oro. Lamentablemente es la mujer de González Oro, lo que es lo mismo que nada, y se preguntará si este texto no debería haber ido en “Amor”. Amor: Infidelidad. Si pasa esta semana y no se curte a nadie del trabajo, entonces preocúpese: la infidelidad de la que hablamos es de su pareja. Salud: Frecuentes ataques de eructos. Sorpresa: Se suicidará y le seguirán depositando el sueldo.

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La carrera más esperada

Densos nubarrones se agolpan en el cielo. La lluvia amenaza con postergar la velada. No obstante, previa deliberación entre los organizadores y los competidores, se decide realizar la competencia de todas formas. Los apostadores, que se cuentan por miles y siguen el evento a través de cientos de televisores en otros tantos bares, suspiran aliviados. Se rumorea que hay mucho dinero en juego. Entonces, habiéndose decidido continuar, tanto el huevo como la gallina se acomodan en sus posiciones. La ansiedad y la tensión colman el ambiente, tornando el aire casi irrespirable. La presión atmosférica contribuye a aumentar esta sensación de ahogo. El juez se dirige hacia un costado de la línea de largada, y con un disparo de salva, da la orden de salida. Largaron. Como la recta principal tiene una leve inclinación descendiente, el huevo rueda con énfasis tomando la delantera. A pesar de eso, la gallina apura el paso y saca un cuerpo y medio de ventaja. El huevo no se deja abatir, y toma la curva bien cerrada, recuperando la pole. En ese momento, suena un trueno ensordecedor, y una leve llovizna empieza a azotar a los competidores y a los asistentes. Esto es ventajoso para el huevo, que aprovecha la circunstancia para deslizarse sobre la fina capa de barro que se ha formado y así aumentar su ventaja sobre la gallina, quien trastabilla aunque rápidamente se reincorpora a la competencia. Mientras tanto, a un lado del camino se puede visualizar a un grupo de 52

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simpatizantes que vitorean al grito de “Vamos, ponga huevo”, lo cual es interpretado como una señal de aliento por parte de ambos participantes. Un corresponsal de El Tribuno de Comahue, un periódico de la vecina localidad del mismo nombre (Tribuno), montado sobre una bicicleta, sigue de cerca las alternativas de la competencia, compartiéndolas a viva voz con su grabador de mano. Faltan tan sólo diez metros y los competidores no se dan respiro. El final es vibrante y a pura emoción. Tanto el huevo como la gallina ponen sus últimas energías, y cruzan la línea de llegada al mismo tiempo, ante la euforia de los cientos de vecinos y curiosos que se han congregado para presenciar tan histórico evento. Todos, pero absolutamente todos, se preguntan: “¿Quién fue primero? ¿El huevo o la gallina?”. Pronto lo sabrán, aunque tendrán que esperar a que los jurados, luego de ver la grabación, lo dictaminen.

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Josecito, alias «El barbudo»

Hay una golosina que atormentó a varias generaciones de argentinos de la década del ’70 para acá: un paquete de pochoclos que tenía una ilustración de un nene —Josecito—, que sostenía en una mano un paquete de pochoclos que tenía una ilustración de un nene —Josecito—, que sostenía un paquete de pochoclos que tenía una ilustración de un nene… y así hasta que el cerebro nos empezaba a crujir, camuflándose con el ruido del pochoclo que estábamos masticando. Volviendo al punto, decía que no pretendo ser el que venga a descubrir esta especie de intríngulis golosinístico, sino denunciar un peligro potencial para la vida tal como la conocemos hoy día: Supongamos que yo compro y sostengo en mi mano derecha un paquete de Josecito, que tiene un paquete de Josecito, bla bla blá… No pasa nada, ¿no? ¿Pero qué sucedería si el que sostiene el paquete real de pochoclos es… ¡Josecito!? Sí, amigos, teman, tiemblen, paniqueen. Porque en ese caso, por una lógica indiscutible (dado que el infinito no tiene un solo sentido concéntrico, sino también un sentido centrífugo exterior), el paquete que contiene a Josecito comiendo pochoclo es, ni más ni menos que… ¡el universo! Es decir, roguemos que Dios no sea también Josecito. Porque algún día se va a comer los pochoclos y entonces la humanidad habrá cagado fuego. 54

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¿Sabías lo qué…

… el Guatumí Pipei era la única ave rapaz que se masturbaba? … el Guatumí Pipei se extinguió rápidamente porque se masturbaba con el pico? … el hombre es el único ser de todo el mundo animal que escribe con faltas de ortografía? … cuando se menciona al hombre en frases como la anterior también se hace referencia a la mujer? … en las peluquerías “unisex” en realidad les cortan el pelo a personas de ambos sexos? … a las heladeras en algunos países se les llama “neveras”? … antes de que se inventara la diéresis (los puntitos que van arriba de la ü, ¡bruto!), la palabra “pingüino” se pronunciaba “ping-ino”? … la videocasetera fue inventada en el siglo IV A.C. pero entonces no prosperó porque NO se había inventado el televisor? … Julio Verne fue el visionario autor de la célebre frase “En este lugar sagrado, al que acude tanta gente, hace fuerza el más cobarde y se caga el más valiente”? ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Nuevos ritmos para nuevos tiempos: cumbia oligarca

Así como por haber caducado sus proclamas los cantantes de protesta han dejado paso a los cantantes de aprobación, algo parecido está sucediendo con la cumbia villera. Quizás el origen de ambas transformaciones sea el mismo (la lenta pero sostenida recuperación económica), aunque en el caso de la cumbia villera podemos considerar un ingrediente adicional que puede haber acelerado y forzado esta transformación: el paulatino enriquecimiento de los músicos del género. Esto torna paradójico su canto, y los obliga a cambiar para reflejar la nueva realidad que viven: una nueva clase que bien podríamos denominar como “nuevos villeros millonarios” (que tan bien se camuflan entre los “viejos nuevos ricos” que más de una vez han contratado a los grupos de la antigua cumbia villera para sus fiestas). ¿Qué rasgos distintivos tiene la “cumbia oligarca”? se preguntarán ustedes. Pues bien, no demasiados, salvo por una clara temática de ostentación y lujo, una velada apología al poder y, para oponerse a la “comida de eses”, una sobreabundancia de las mismas. Por eso, sin más preámbulo, haciéndonos eco una vez más de las tendencias que se vienen, adelantamos en exclusiva la primera canción de la “Movida Cumbiera Oligarca”. 56

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“Aguanten los Jaguars” (Letra y música: Cholo Pérez “Ganzúa-Alcorta-Blaquier”, líder de “Flor de Yate”). Aguanten los Jaguarsssss Aguanten los Jaguarsssss Con llantas cromadassss Polara, tuneado, de competición Y mucho neón… ¡y mucho neón! Estribillo:

Aguanten los Jaguarssss Con brillos… amarillosss ¡Qué listo que soy! ¡Qué pillo! Intermedio rap:

Vamos a pasarla esstraordinario Con el Jaguar soy de otro grupo etario Después de pasear en el yate, ¿Cómo te ves dándole al sushi con mate? En mi Jaguar soy de otro segmento Paseando en mi Jaguar voy contento Vamos a pasarla de maravilla ¿Cómo te ves entrándole al champú con morcilla? (Repite el estribillo hasta perder el conocimiento)

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Saludá al amigo

Si existe una pregunta que desde hace décadas viene despertando acalorados debates entre hombres y mujeres, esa es: “¿Creés en la amistad entre el hombre y la mujer? No es el objetivo de este texto volver a debatir por enésima vez esa cuestión bizantina, sino tener en cuenta que implica cierta discriminación hacia quienes no son afectos (o amigos) a la heterosexualidad. Es entonces hora de adaptar esa pregunta para que incluya a quienes tienen otras elecciones sexuales, como por ejemplo: Gay hombre:

¿Creés en la amistad entre el hombre y el hombre? Gay mujer:

¿Creés en la amistad entre la mujer y la mujer? Swinger:

¿Creés en la amistad entre el hombre y la mujer de otro? Onanista:

¿Creés en la amistad entre la mano y el órgano sexual? 58

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Peón de campo:

¿Creés en la amistad entre el hombre y la oveja? Activista de Greenpeace:

¿Creés en la amistad entre el hombre y la ballena? Barney:

¿Creés en la amistad entre el dinosaurio violeta y el niño? Necrófilo:

¿Creés en la amistad entre el hombre y la muerta? Necrófilo gay:

¿Creés en la amistad entre el hombre y el muerto? Viuda hace varios años:

¿Creés en la amistad entre la mujer y el matafuegos? Bisexual:

¿Creés en la amistad?

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El doble de riesgo con la mitad de problemas

Golpearse por otro. Profesión brava, si las ¡ay! Perdón, si las hay. Claro que suponemos que a los dobles de riesgo les gusta su trabajo. O sea, tienen algo de masoquistas. Temerarios. Y, sobre todo, útiles para que los actores que no saben golpearse, no sufran. ¿Actores dije? ¿Es que sólo los actores padecen los golpes? ¿Y qué hay del resto de nosotros? ¿Acaso no sufrimos cuando nos golpeamos? ¿No sería una buena idea que todos tuviésemos dobles de riesgo? Por ejemplo: Voy manejando a 160. Se me cruza un remisero en babia. No me gustaría salir despedido a través del parabrisas y aterrizar a 30 metros. Sería muy buena idea en cambio que mi doble de riesgo muriera por mí. “No te mueras nunca”, me dice alguien. “No, para eso lo tengo a Pancho, mi doble de riesgo”, respondo con un aire de superioridad. Creo que el tema da para más, ya que me interesaría destacar que los golpes no siempre son físicos. De hecho, casi nunca lo son. Sin ir más lejos: ayer salí antes del trabajo. Llego a casa y veo un auto estacionado en la puerta. Toco el capó y está frío. Es decir, está estacionado desde hace rato. Entonces, sigilosamente, mi doble de riesgo entra y se agarra la cabeza desesperado ante lo que estoy viendo con sus ojos. No puede creer que en MI propia cama esté sucediendo esto. ¡Su esposa (labura de doble de riesgo como él) lo está engañando! ¡Y con el doble de riesgo de su mejor amigo! Entonces saca su revólver y los mata a ambos de 14 tiros. Yo, mientras tanto, llamo a la moza del bar y pido otro brownie. ¡Ah! Y un café. Doble. 60

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No seas ratón...

¿Qué sucede cuando a un chico se le cae un diente? Sí, está bien, pero yo me refería a otra cosa, además de que le queda un agujero que le hace una cara de pelotudo bárbara. Exacto: viene el Ratón Pérez y, a cambio del diente, le deja una pequeña retribución en dinero. Bah, pequeña si lo tomamos como un caso aislado, porque si consideramos que en el mundo hay aproximadamente 600 millones de niños de entre 5 y 9 años, podríamos decir que el presupuesto que maneja el Ratón Pérez es, en promedio, de 1800 millones de dólares por año (a razón de un euro por diente y sin contar los gastos de traslado), lo que alcanza para comprar seis veces la Coca-Cola Company de Brasil, o pagar cash el 30% de la deuda externa de un país como Suiza. Evidentemente, el Ratón Pérez no es un ratoncito inocente, sino la cara de una corporación más que poderosa tanto en lo económico como en lo que a logística se refiere. ¿Y cuál es el objeto de la revelación de este aparente delirio? Pues bien, ni más ni menos que el de echar un vistazo a otros ratones que no han gozado de la misma prensa que Pérez (a pesar de tener una importancia similar o mayor), quizás por cuestiones de marketing o, en algunos casos, de pudor.

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El Ratón Gómez: Cierto día por la mañana, después de una salida nocturna, Claudia (40 y pico, divorciada) termina su sesión de gym, y luego de darse una ducha para ir al trabajo, se mira al espejo tratando de descifrar la razón por la cual cada vez tiene menos éxito con los hombres. A primera vista no nota nada raro —todavía es una mujer atractiva—, hasta que repentinamente se percata de dos pequeñas pilas de billetes que reposan dobladas a la mitad entre la canilla y las llaves de agua. Al principio se niega por completo a siquiera considerar la posibilidad de que eso sea lo que algunas de sus amigas le han comentado, aunque después de escrutarse más detenidamente confirma lo inexorable: se le han caído las tetas. Resignada, cuenta el dinero que el Ratón Gómez le ha dejado y evalúa las dos opciones posibles: comprar con él un corpiño push-up o sacar un crédito personal por el monto que le falta para hacerse las lolas.

El Ratón López: Antonio es un tipo elegante, viril y exitoso. Tiene un trabajo bien remunerado y una familia de la cual se siente orgulloso. Sin embargo, una noche, luego de una larga jornada laboral y mientras baja por el ascensor de la compañía, nota que sobre el piso yace una pequeña cajita forrada en felpa. Lenta y cuidadosamente se agacha para levantarla y se encuentra con que dentro de la misma hay una Krugerrand. Como Antonio es un tipo honesto, ya está pensando la forma de encontrar a su legítimo dueño para devolvérsela. Pero al incorporarse algo lo detiene. Lo puede ver a través de uno de los espejos que recubren las paredes del ascensor: una incipiente calvicie, que lo ha hecho acreedor de una visita del tan mentado Ratón López. Luego de meditarlo durante unos instantes Antonio llega a la conclusión, ya que es un hombre preocupado por su imagen, que quizás con ese dinero pueda costearse un tratamiento para recuperar el pelo que se le ha caído.

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El Ratón Ortiz: Finalmente, después de algunas vacilaciones, Claudia se inclinó por los implantes de siliconas, los cuales luce orgullosa —a través de un generoso escote— a toda hora y en cualquier época del año, sin importar la temperatura que marque el termómetro. Su felicidad por haber recuperado el éxito de antaño entre la población masculina es casi tan grande como el volumen que ocupa la suma del perímetro de ambos pechos. Eso hizo que, de la noche a la mañana, Claudia se convirtiera, casi mágicamente, en una mujer absolutamente desprejuiciada y despreocupada. Hasta esa noche fatídica en la cual, antes de una salida similar a la que relatáramos en primera instancia (ver Ratón Gómez), Claudia descubre una pequeña cantidad de billetes similares a los encontrados en aquella primera ocasión. Aún incrédula, se deshace del corpiño, que lleva más por recurso de seducción que por necesidad, y chequea que su busto se mantenga tan desafiante a las leyes de gravedad como siempre. Efectuada dicha comprobación, Claudia se dispone a retomar sus preparativos, ya que en cinco minutos la pasará a buscar Andrea, a quien no ve desde hace más de un año, época hasta la cual ambas compartían largas charlas en... ¡el gimnasio! Entonces Claudia lo comprende todo y, a punto de estallar en llanto, comprueba que la ofrenda efectivamente pertenece al Ratón Ortiz, ya que se le ha caído el culo.

El Ratón Fernández: La vida de Antonio sigue marchando tan bien como hasta hace un tiempo. El momento lo encuentra con cierto orgullo por su apariencia, después del implante capilar que le ha devuelto gran parte de su tupida cabellera. Sin embargo, el cruel reloj biológico no detiene su marcha y, como en el famoso bolero, sigue marcando las horas. Esto lógicamente le asesta duros golpes a la autoestima que, para intentar revertir dicha sensación de malestar, lo lleva a flirtear con señoritas mucho más jóvenes que él, tan sólo para comprobar que no ha perdido un ápice de ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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su virilidad y capacidad de seducción, incluso en competencia frente a adversarios de menor edad y mejor estado físico. Fue así que cierto jueves, en el horario de lo que se suele llamar after office, y luego de degustar una exquisita selección de cervezas irlandesas en un pub cercano a su oficina, se le presenta la oportunidad de compartir un momento de mayor intimidad con esa mujer tan atractiva que lo ha estado observando fijamente desde que entró al bar. Por eso no resulta extraño que, luego de unos sugestivos flirteos, ambos decidan ir a un hotel alojamiento donde, después de prodigarse algunos arrumacos, todas las condiciones estén dadas para que se dé la tan deseada consumación. Pero, para sorpresa de Antonio, una vez que se ha despojado de sus ropas, la voluptuosa mujer decide repentinamente emprender la retirada, no sin antes hacerle entrega de un billete de 50 dólares y una tarjetita. Luego de la sorpresa y desazón inicial que lo invaden, revisa el texto de la nota en el que lee: “Para la próxima traé Viagra”, la cual está firmada “Ratoncita Fernández”. En ese momento comprende que a su edad la ingesta de tanta cerveza no hizo más que precipitar (valga la redundancia) el hecho de que se le cayera algo más que la autoestima.

El Ratón González (no confundir con Speedy González): Aunque trabajan a tan sólo algunas manzanas de distancia y almuerzan en el mismo restaurante, Claudia y Antonio no se conocen. Eso no impide que, por una de esas circunstancias del destino, coincidan en la fila de una repartición pública. Es el turno de Antonio que, si bien anda escaso de tiempo, tiene un gesto de caballerosidad para con Claudia (“¡Qué tetas! Sí, son operadas, ¿qué me importa?”, piensa Antonio) y le cede su lugar. Grande es la sorpresa de ambos cuando los empleados, llenos de algarabía y euforia, en vez de disponerse a atenderlos, celebran el repentino hallazgo de un fajo de billetes, el cual está siendo repartido en partes iguales. Por eso, aunque no saben de dónde vino el dinero, ni les importa saber que fue un regalo del Ratón González porque se les cayó el sistema. ¿“Sistema” dije? Entonces en vez del Ratón González es González Mouse. 64

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Quiero celeste

No, no fue un accidente, qué va... Sí, edulcorante, gracias. Dos, por favor. Te decía que no fue un accidente. Pero te pido que quede entre nos. No quiero que se me arme despelote y se pudra todo, como le pasó a Susana Giménez con lo de la camioneta importada. Es que me calentaba, me calentaba mucho, te juro. Yo los veía pasar y pensaba: “La puta madre, qué hijos de puta, ¿cómo hacen?”, o más bien: “¿Cómo puedo hacer yo?”. Laburando como un pelotudo en una oficina archivando expedientes, no voy a llegar ni a patadas en el culo. Y creeme que convertirme en un garca no me da. Sé que es la más fácil, pero no es para mí. Ojo, no es una cuestión moral. No... me cago en eso, porque hoy en día los valores están tan trastocados que llevarse un diego ya no se señala con el dedo acusador como antes. Ya está casi como aceptado, ¿no? Igual te decía que si no lo hago no es por moralina, sino porque no nací para eso. No sé, no me sale. Y eso que no soy un santo, ¿eh? Bah, qué sé yo, me he mandado mis cagaditas, como todo el mundo. Cosas chiquitas, como hacerse el boludo cuando en el kiosco te dan vuelto de diez cuando pagaste con cinco. O comprás un cassette virgen con cinta de cromo y la mina que cobra, que no tiene la más puta idea de cassettes, te cobra el comunacho. Y uno ahí se hace el boludo, porque después de todo esos hijos de puta te chorean por todos lados, y vos pensás “Tomá, te la devolví. Yo también te cago”. Es como un pequeño Robin Hood, ¿no? ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Bueno, la cosa es que me quemaba la capocha buscándole la vuelta y nada. ¿Podés creer que estuve años buscando la forma y no lograba descularlo? Hasta que un día que estaba pelotudeando, pasé caminando por un estacionamiento y vi un cartel que me iluminó. Así que fui a lo de Maicol, el amigo de Luis, y le pedí los datos de ese tipo que te opera con un cuchillo de cocina y nada más. Quedaba en la loma del orto, en la loma del mismísimo orto, te lo juro... aunque valió la pena. Sí, me dio turno para dos meses, pero ya había esperado tanto tiempo, que dos meses más no me iban a hacer nada. Te decía que fui a lo del cirujano milagrero, y le dije: “Ampúteme las piernas... bien cortas”. Al principio el tipo no entendía nada, pero como le chupaba un huevo, al final lo hizo. Y así, con esos regímenes de descuentos para discapacitados, pude comprarme el BMW. Cero kaeme. Hasta pude elegir color. Una maravilla. Tapizado de cuero, volante regulable, todo. El motor es un violín. Lo prendés y ni ruido hace. Con decirte que si no fuera porque tiene la computadora que te avisa, más de una vez me lo olvidaría prendido. Eso sí. Te pido de rodillas, bah, de muñones… jajajaja… que quede entre nos. No quiero que se me arme despelote como le pasó a Susana Giménez. No, gracias. Yo ya estoy. Si sigo tomando café, el hígado me va a quedar a la miseria.

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¿Indianápolis o Hindunápolis?

Etimología: Dado el hecho de que la mayoría de la población de la India profesa el hinduismo —junto con el deseo de evitar la ambigüedad del gentilicio indio (usado también para designar a los aborígenes del continente americano)—, se utiliza la palabra “hindú” para designar a los naturales de la India, y así generar una hindu-dable desambiguación en tal sentido. Es decir, la inclusion del término en nuestro vocabulario no ha sido en absoluto espontánea o natural, sino que, por el contrario, ha sido hindu-cida. Religión: Por el contrario de lo que suele creerse, el hinduismo carece de una doctrina única, teniendo cada religión la propia: Por un lado se encuentran quienes creen en un ser supremo eterno llamado Vishnú, los que se caracterizan por la decoración de sus templos por medio de ornamentos conocidos como Vishnuterie. Por otra parte, existen quienes niegan la existencia de Vishnú, y en cambio profesan la adoración hacia otra deidad llamada Shiva, a la cual se encomiendan a través de festivos y lúdicos rituales de invocación, ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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que incluyen cánticos del estilo de “Sal de ahí, Shiva, Shivita, sal de ahí, de ese lugar”. El culto a Shiva también se caracteriza, al igual que muchas otras religiones análogas occidentales, por atribuir las catástrofes naturales a la ira de su dios, la que, según la creencia, se precipita cada vez que el dios se shiva con una mala acción del hombre. Es por eso que el calendario de festividades shivaítas incluye una jornada de arrepentimiento y reflexión similar al “Día del perdón” judío, donde los hindúes le piden a Shiva clemencia y misericordia para que en su magnanimidad perdone los pecados cometidos por el hombre. Este día es conocido como “Hindulto”: una costumbre introducida en el siglo XIV por el Rajá Paddhati, que fue suspendida ante su derrocamiento a manos del Rajá Deacá. Las bases de estas doctrinas se encuentran reunidas en las llamadas Vedas: cuatro textos sánscritos que forman la base del extenso sistema de escrituras sagradas del hinduismo. Para la cultura hindú la palabra veda equivale al concepto de “conocimiento revelado”. Es decir que los papiros védicos (dispuestos en rollos al igual que la Torá hebrea), constituyen ni más ni menos que un conjunto de rollos revelados. Por último, y a propósito de las doctrinas del hinduismo, no puede dejar de mencionarse el yoga: una cosmovisión de la naturaleza, origen y destino espiritual de la humanidad, que constituye la práctica físicoespiritual más difundida en la India y de mayor trascendencia en el mundo occidental. Su nombre se debe a que, según sus practicantes, el yoga significa la “unión o integración del alma individual con Dios”, estando dicha unión constituida por varias clases de lazos espirituales llamados vulgarmente yogas.

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Entre los varios estilos de yoga existentes, el Hatha yoga es un tipo de yoga conocido por su práctica de āsanas o posturas corporales, las cuales se realizan buscando un bienestar integral ante los desórdenes o enfermedades del cuerpo. Es por ello que para obtener una mayor efectividad de las āsanas, los yoguis recomiendan acompañarlas del recitado de mantras, como por ejemplo “āsanas āsanas, colitas de ranas”. Aunque si bien los hindúes tienen profundas diferencias en lo que a fe y religión se refiere, hay algo que resulta absolutamente común a todo el territorio, y es su actividad económica, la cual está basada en los ingresos generados por las exportaciones de la hindu-stria hindu-mentaria.

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Comité de crisis de Muwled

Muwled es una pequeña nación que, al igual que otros estados independientes como el Vaticano, tiene sus propios códigos y estructura de autoridades, los cuales son muy diferentes a los comúnmente usados en Occidente. Hasta tiene su propia nomenclatura (como suele suceder con el color blanco entre los esquimales o el término “caballo” entre los árabes) para denominar a ciertas personas u objetos. Esta particularidad excede el plano idiomático y, en este sentido, Muwled es un lugar que se diferencia notoriamente del resto del mundo. Sucede que Muwled es un país que llama a las cosas por su nombre. Que desconoce la hipocresía. Es decir, habla un idioma que no le tiene miedo a la verdad. Así, por ejemplo, a las modelos se les dice “huecus”, a los abogados “hijiputus”, a la figura presidencial (surgida del ámbito político usualmente incumplidor de promesas) se la denomina “versa”, y a los publicitarios “mediocris”. Muwled, a pesar de ser un lugar en donde todo está claro y por ello se vive en armonía, se ha visto sacudido por una alarmante noticia: los servicios de inteligencia han informado que un comando terrorista planea matar al Versa, y por ello éste convoca a una urgente reunión de gabinete. 70

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Versa (a uno de sus colaboradores):

¿Qué sabemos de los conspi-

radores? Que son nativos de Muwled, y por ello sus amenazas son ciertas. Usted sabe que los Muwledeños no mentimos. Versa: ¿Cabe alguna posibilidad de que se trate de aliados que han traicionado a la causa? Colaborador: Lo único que sabemos es que se trata de un grupo que, si lo ha anunciado, no se detendrá hasta matar al Versa por el que sienten tan poca simpatía. Es decir, no son verseros. Colaborador 2: Entonces no hay tiempo que perder. La prioridad es proteger al Versa. Convoquen ya mismo a todas las fuerzas: Golpistis, Torturadorus… hasta los Pizzerus deben participar del operativo. Todos ellos. Colaborador: Pero Señor… ¡si hacemos eso la noticia se difundirá como un reguero de pólvora y la ingenuidad toda entrará en pánico! Versa: Convoquen a los mejores chantapufis y encárguenles una campaña de prensa para contrarrestar esto. Y asegúrense de que ningún medio quede sin cubrir: mentiri radial, mentiri televisiva, mentiri muda y mentiri.com. Colaborador: Señor Versa, si me permite… creo que lo más seguro es que usted y su familia se refugien en un lugar culismundis, como por ejemplo el Centro de Huevadas Empresariales. Versa: Brillante imbecilitud, Esmid. Preparen todo. Es un hecho. Asesor: ¿No hay unas jornadas de marketing ahí ahora? Colaborador 3: Déjeme ver… No. No hay ninguna huevada programada. Colaborador 2: Señor, para mayor seguridad, sugiero que su entorno desconozca dónde se encuentra. Asesor: ¿Y vice-versa? Colaborador 1: Sí, que su encuentra no entorne lo que se desconoce. Versa: No, creo que se refiere a mi sucesor en la cadena de mando. Colaborador 2: Efectivamente. Y como tal, creemos que la función natural del vice es serruchar provisionalmente si el Versa debe ausentarse por algún motivo. Colaborador:

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Versa: Entonces delegaré la corrupción en él. Es un buen momento

para que pueda servir a la patria con gran afán. Colaborador 3: Excelente decisión, señor. Lo conozco desde la universidad, y debo decir que tiene una capacidad innata para afanar. Versa: ¡Vámonos ya! Colaborador 2: Disculpe, Señor Versa… una última pregunta: Si los capturamos, ¿los eliminamos? Versa: No. En mi gobierno absolutamente todos tienen derecho a un fusilamiento justo. Colaborador: El tiempo apremia, Señor. Debemos emprender la cobardía. Versa: Sí. Lo sé. El cagazu me llama. Pronto estaré de nuevo entre ustedes. Y no teman… No tengo dudas de que el culo estará de nuestro lado.

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Lecturas mínimas

A esta altura, a nadie que se encuentre medianamente en sus cabales se le ocurriría discutir que ya se puede considerar una rama de la literatura (menor, pero rama al fin) el leer los desodorantes, shampoos y dentífricos cuando uno está sentado al trono. Díganselo si no a Nelson Wilson Washington Rodríguez, el célebre ensayista uruguayo, que de niño se quedó encerrado en el baño por 548 días y, vistas satisfechas sus necesidades básicas (su dieta alimentaria se basó en fainá1 —bien finita— la cual le era suministrada por su madre por debajo de la puerta), se entregó a la lectura plácida de los prospectos de los medicamentos que se encontraban en su botiquín. Es por ello que este libro, siempre atento a las noticias destacables de la cultura, reproduce a continuación, y en calidad de exclusiva para sus lectores, la entrevista completa que le hiciera al prestigioso erudito oriental nuestro enviado especial a Tacuarembó. Es sabido que todos los intelectuales tienen un destinatario o motivación —implícita o explícita— que funciona como hilo conductor de su obra. ¿En su caso cuál sería?

Vivimos en una sociedad enferma, por lo que, en mi caso, como en muchos otros, creo que la cultura es un vehículo útil para mitigar ciertos dolores y curar ciertos flagelos que nos provoca la falta de valores, lo que muchas veces se traduce en expresiones físicas.

1 Somos conscientes de que probablemente la dieta haya influido en su extraña conducta, pero eso es un tema para otro artículo. ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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¿En qué cree al respecto que ha contribuido su obra en particular?

Alivio sintomático de los dolores ocasionales leves o moderados como dolores de cabeza, dentales, menstruales, musculares (contracturas) o de espalda (lumbalgia). Estados febriles. Síndrome de Krupf. Arteriomastiosis y lesiones leves del tejido epitelial. Háblenos un poco de sus comienzos.

Todo empezó en la escuela primaria, cuando la maestra nos pidió que escribiéramos una composición. ¿Recuerda algo de la composición?

Cada cápsula contiene Amoxicilina (Trihidrato), 250 mg; Bromhexina clorhidrato, 6 mg; Sacarosa, 4,477 g; Almidón; Óxido de silicio coloidal; Aroma de frutas; Colorantes y excipientes permitidos. Su obra ha generado controversias varias. Es que usted ha tocado muchos temas tabú para la sociedad sin prurito en absoluto.

Nadie está obligado a comulgar con mis obras. Cada uno toma lo que quiere. Por lo que en caso de presentarse molestias gastrointestinales, erupciones cutáneas, dificultad respiratoria, vértigos y ansiedad, sensación de desasosiego o diarrea, hay que suspender la administración y acudir a un centro médico inmediatamente o llamar al Servicio de Información Toxicológica, indicando la cantidad consumida. Por otra parte, también se da el caso opuesto de gente que lo sigue casi a un nivel de fanatismo.

Me halaga eso, aunque como dijo Clorazepima Retard, siempre es recomendable no exceder la dosis recomendada. Si el dolor se mantiene durante más de 10 días, la fiebre durante más de 3 días, o bien el dolor 74

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o la fiebre empeoran o aparecen otros síntomas, hay que interrumpir el tratamiento y consultar al médico. Bueno, ya sabemos que usted tiene un público vasto. Pero nada hemos hablado de las nuevas generaciones que aún no han tomado contacto con su obra. ¿Cuál considera que es la edad ideal para iniciarse en su lectura y de qué forma?

Adultos mayores de 30 años: de 3 a 6 veces por día. Adolescentes y adultos jóvenes: 1 a 3 veces por día. ¿Qué hay de los más pequeños?

Se recomienda no dejar al alcance de los niños.

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Boludo porteño

Nostalgia del abuelo: Ladrones eran los de antes… que si te violaban, lo hacían con preservativo. Oído al pasar: A ver para cuándo riegan el cantero de Luis Brunetti al 6500… Coplas de mi país: En la punta de aquel cerro, vi una flor de tu querer. En el jardín de mis querencias, te quiero regarchar. Agradecimiento: A Carlos Divivari, por habernos enviado su interesantísimo libro “1000 etiquetas para leer en el baño”. Lo importante: No ordeñar a un toro.

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La mascota

Recuerdo perfectamente aquel día. En esa época todavía vivía sola, y la idea de tener una mascota venía rondándome en la cabeza desde hacía rato. Yo sé que tener una mascota no es lo mismo que estar en pareja, pero el solo hecho de tener en casa algo que se moviera, con ojos, que tuviera vida, me ponía de buen humor. Así fue que me acerqué a la veterinaria y me puse a buscar entre todos los animalitos que había, alguno que pudiera tener chances de vivir en el pequeño departamento sin sufrir demasiado. Al principio, y sólo por unos momentos, me encariñé con un cachorrito de Golden Retriever negro. Sí, ya sé que Golden quiere decir “dorado” y no “negro”, aunque el no saber mucho de perros, sumado a los gratos recuerdos que asocio a la palabra “Golden”, complotan para que lo llame de esta forma. Pero en seguida me di cuenta de que eso era una locura: un perro no es para un departamento. Porque cuando ladra los vecinos se quejan, porque hay que sacarlo a pasear, porque te pisha todo, porque te muerde los sillones, porque el animal siente todo eso que le juega en contra y sufre. Además, me dijeron que esa raza se viene así de grande, y no querría encariñarme con un bicho para después tener que regalárselo a cualquiera que tuviera parque. ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Por un momento pensé en llevarme un gatito que había en una canasta jugando con un ovillo de lana, pero si hay algo que no me hacía falta, era que mi depto se convirtiera en un almanaque de panadería. Después miré algunos pececitos. En una pecera había uno igual a Nemo, otro igual a Dory, y otro igual a ese que tenía una cicatriz surcándole el ojo. Me pareció una idea muy divertida recrear la pecera del dentista de Nemo, pero en seguida recordé que esos peces necesitan mucho cuidado, que la temperatura del agua, que hay que limpiar la pecera cada dos por tres, que algunos dicen que los peces son yeta… y bla bla blá. Entonces descarté esa idea, y me fui para el lado de los reptiles. Aunque también me duró poco, porque me dan asco. Sólo quedaban los pájaros. Acá había alguna chance, aunque sabía que tenía que ser muy precavida, no fuera cosa que me llevara uno que se la pasara haciendo “¡¡¡pío pío pío!!!” y no me dejara dormir los domingos. Sí, ya sé, ustedes pensarán que no hay poronga que me venga bien; en mi descargo debo decirles que ojalá hubieran estado ese día conmigo en el Golden. La cosa fue que ya me estaba por ir (de la veterinaria, no del Golden), cuando de repente lo vi: un loro. Sí. Un loro. ¡¿Cómo no se me había ocurrido antes?! Era perfecto. Justo lo que necesitaba: un animal que no hay que pasear, que no te muerde los sillones, y que, como si fuera poco, te habla. Así fue que, doce pagos con tarjeta de por medio, me llevé la jaula, el alimento, las indicaciones para cuidarlo y, por supuesto, al loro propiamente dicho. Lo primero que hice cuando llegamos al departamento fue buscarle un lugar con luz, pero que no le diera el sol de lleno. Lo segundo, ponerle un nombre. “Perico”, le puse. Sí, ya sé que no fui demasiado original, aunque mi sueldo de administrativa no me daba (ni tampoco me da en este momento) como para pagarle a un creativo publicitario que me pensara un nombre. El primer día el bicho no dijo ni mú. Y eso me pareció un buen 78

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síntoma, porque si no, más que un loro sería una vaca, y no tenía lugar para criar una. El segundo, pensando en que quizás debía “llenarle el disco rígido”, empecé a enseñarle algunas palabras. Nada muy complejo, para empezar. Sólo algunas frases más que nada funcionales como “Quiero la papa”, “Jajajaja” y, la más importante, “Hola, diosa” para que me saludara cuando yo llegaba a casa y me hiciera sentir algo parecido a la alegría de que alguien me estaba recibiendo después de un día extenuante de laburo. Así fue como empezó a hablar. Primero tímidamente. Luego comenzó a expandir su vocabulario de una forma sorprendente, repitiendo cosas que oía de la tele o la radio. Así fue que a las frases de rigor, Perico empezó a sumarle “Aceite bueno y barato, Forest 444”, “Dale gas”, y “Tomá Fanta y viví Bamboocha”, entre otras. Al principio me causaba mucha gracia, pero después, cosa que escuchaba un par de veces, cosa que repetía. En un momento hasta sentía que escuchaba las conversaciones que yo tenía por teléfono. Y fue durante una de esas conversaciones con una amiga que yo noté algo extraño: Perico me miraba. Fijo. Como pendiente de la conversación. Decidí cortar, y me quedé contemplándolo en silencio. Él no dijo nada, aunque yo presentí que algo estaba pasando. En realidad, a partir de ese momento el asunto se calmó un poco, pero yo sentía que cada vez me observaba más. Que me espiaba casi. De hecho, una vez lo sorprendí estirando el cogote cuando iba en bolas de la habitación hasta el baño para ducharme. Incluso me di cuenta de que cada vez que le ponía la comida, el roce de su pata con mi mano no era casual. Perico se estaba comportando raro, pero supuse que no era más que paranoia mía. Alucinaciones. Hasta que un día de mucho calor, mientras yo estaba desnuda mirando la tele, me pareció escuchar que dijo: “Dale… haceme un pete, cosita”. Sin dudarlo, me paré y me fui a vestir. Y desde el living se escuchó claro: “Vení que te hago una bombachita de baba…”. Yo no lo podía creer. Perico estaba imparable. Irreconocible. El colmo fue cuando yendo a la cocina a buscar algo para comer, me dijo: “Si tenés hambre, ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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comete esssta”. Decidí ignorarlo, y fui a la frutera para picar algo fresco, como para tirar hasta la hora de la cena. “Comete una manzana que te chupo la concha hasta sacarte sidra” —me sugirió. Eso era demasiado, sin dudas. No sabía qué era lo que estaba ocurriendo ni de dónde estaba aprendiendo todo eso, pero algo tenía que hacer. Entonces fui a encararlo derechito a la jaula y lo miré a los ojos. Él respondió de la misma forma y redobló la apuesta fijando la mirada, como ignorando los barrotes que nos separaban. En ese momento comprendí un par de cosas: que el “Síndrome de Estocolmo” no es joda, y que ambos compartíamos las mismas ganas de irnos a la concha de la lora.

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Si quieres triunfar

Si quieres triunfar, házle frente a las dificultades. Si quieres triunfar, aprende a ver lo positivo en la adversidad. Si quieres triunfar, sé fuerte, porque sólo los fuertes triunfan. Si quieres triunfar, deberás saber ver las oportunidades. Si quieres triunfar, no te detengas hasta llegar al fondo del desafío. Si quieres triunfar, debes forjar tu paciencia. Si quieres triunfar, tendrás que apreciar a tus enemigos, pues ellos te enseñarán qué caminos debes evitar. Si quieres triunfar, deberás aprender a reconocer tus debilidades. Si quieres triunfar, deberás hacer valer tus virtudes. Si quieres triunfar, chúpamela.

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El pajasutra (versión masculina)

Como es sabido, el onanismo debe su nombre a Onán, el primer hombre que, según la Biblia, derramó su semilla sobre la tierra (Adán... ¡Hacete cargo!). Esto, según Yahvé (Dios), era contrario a las leyes naturales que aseguran la descendencia, motivo por el cual decidió matar a Onán como castigo ejemplificador. Claro que eso fue luego de una primera advertencia que no figura en la Biblia: “Masturbaos y vuestra palma volveráse pilosa”. Lo cierto es que, más allá de la advertencia divina, la masturbación es una práctica absolutamente frecuente y popular. Tanto, que se encuentra al alcance de la mano de cualquier persona, sin distinción de raza, credo o condición social. Por eso sorprende que hasta ahora nadie haya escrito literatura alguna que proponga variantes y nuevas posibilidades. Pero si leíste bien, habrás leído “hasta ahora”. Porque en este libro siempre se piensa en lo que nadie (por algo será que nadie lo pensó), y hoy te acerca el adelanto del “Pajasutra”: el primer libro (más bien es un “manual”) que propone más de 1000 poses autoamatorias. El Pajasutra es un esfuerzo de producción que justifica la demora en la impresión de este libro. Creo, humildemente, que la espera valió la pena. Y el espero valió el pene.

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La fantasía de la fiesta con las gemelas

La Gran Willy

La fanfarrona

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Las Manos Mágicas

Fellatio

Fellatio homosexual

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Fellatio travesti

Con una casada (paja de lana)

¡Usa La Fuerza, Luke!

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Dossier especial: Qué religión elegir

La religión. Elección difícil si las hay. De hecho, muchas personalidades mundiales se han bandeado de un lado para el otro como si nada. Buenos ejemplos de ello son Tom Cruise o Madonna (que era católica y ahora es judía, por lo que debería cambiar su nombre por Rebecca y adaptar sus clásicos, como por ejemplo: True Jew, baby I love youuuu…). Por eso nosotros —la gente común—, que necesitamos más de Dios que ellos, tenemos que evaluar muy muy bien todas y cada una de las variables antes de tomar una decisión definitiva. Entonces ¿para qué está este libro si no es para sacar a sus lectores de la oscuridad? Yo no lo sé, pero te lo juro por estos knisches que lo voy a averiguar. (Ver cuadro sinóptico en la siguiente página).

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Evento

Religión

Bautismo

Catolicismo

Judaísmo

Agüita en la cabecita Bisturí en la cabecita

Punto para: Catolicismo

Ceremonia de entrada a la madurez religiosa

Comunión (Gran fiesta donde se emborrachan los grandes)

Bar/Bat Mitzvá (Gran fiesta donde se emborrachan los chicos)

Judaísmo

Comidas ceremoniales

Rosca de Reyes Pan dulce Empanadas de atún/pollo

Pletzalej Knisches Gefilte fish Varenikes Beigalaj

Judaísmo

Comidas prohibidas

Ninguna

Cualquier producto proveniente del cerdo (jamón, lechón)

Catolicismo

Música

Litúrgica no bailable

Fiesta bailable

Judaísmo

Eventos de obsequio

Navidad Reyes

Ninguno

Catolicismo

Casa central

El Vaticano

Ninguna

Catolicismo

Días no laborables

1/1 Semana Santa 8, 25 y 31/12

Todos los del catolicismo, más los del judaísmo

Judaísmo

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El jabón de Martín

Marcela va caminando por Palermo Viejo mientras hace tiempo para una reunión que tiene cerca de ahí. Se entretiene mirando vidrieras (aunque no está buscando nada para comprarse), hasta que en una algo le llama muchísimo la atención: un jabón Pibe’s de la década del 70. Su corazón se acelera: puede ser un regalo increíble para Martín, su novio. Impulsivamente entra y pregunta el precio: sabe que los de este tipo de negocios son conscientes del valor que tienen esas cosas. El tipo le dice $150. A Marcela le parece una barbaridad para semejante boludez, pero el tipo argumenta que ya no quedan más en ninguna parte, y que este en particular es quizás el más especial de todos, porque es el primero que salió de la fábrica. Que es un pedazo de historia invaluable y por eso no lo vendería ni en pedo, pero su mamá está jodida y necesita la plata, bla bla blá. A Marcela todo esto le suena a chamuyo, aunque aun así cree que es mucho mejor regalo que el último de Duran Duran (que además Martín seguro ya se compró). Entonces, resoplando, lo paga y con cuidado lo guarda en la cartera para dárselo a la noche a Martín que, cuando lo ve, no lo puede creer. Contrariamente a lo que 88

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Marcela supone, Martín lo saca del papel y se lo lleva al baño. Prende la ducha y comete el sacrilegio de bañarse con el jabón histórico de $150. Marcela no puede creer lo que ve. Y eso es que Martín se lo pasa hasta por el culo. Las bolas. Los sobacos. Lo usa con tanto vigor, que en diez segundos descabeza al jugador de fútbol de ojos de plástico transparente. Marcela está realmente enojada y decepcionada. Por eso, sin mediar palabra, se va del departamento pegando un portazo, jurando que detrás de esa puerta han quedado cuatro años de hasta entonces feliz noviazgo. Martín sigue bañándose como si nada, ignorando que Fernando Echeverría, un maestro mayor de obras y padre de familia ejemplar, que en su infancia había posado como modelo para una matriz de jabón, está muriendo luego de una corta pero dolorosísima agonía provocada por un embrujo vudú.

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Gracias, Luis Alberto

Interpolación, constelar… procólito de membrana xiliar trepime el margol. Migralación, micropolar… nokesis final es nokesis parcial. Plurisemia argónica Maltranio meltrenio elcoso… Ployan ployan hofto raso mileso.1

1. Sí, no hay nada que hacerle. Cuando estás enamorado, sentís que todas las canciones hablan de vos. 90

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Consultorio gramatical: del pluralismo y su correcta utilización

Sucede a menudo que nos encontramos ante (podemos encontrarnos despué, también, si queré) ocasiones en las que se nos despiertan dudas gramaticales, semánticas y/o/u sintácticas, como por ejemplo: “Si un perro que roba es ‘ladrón’, ¿cómo se denomina a un can que tiene una marcada tendencia a ladrar mucho?”. Y ni hablar cuánto aumentará la confusión si se trata de un perro policía que ladra en demasía. Claro que eso es tema para otro artículo, ya que el Departamento de la Lengua de ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!! y otros cuentos breves hoy se hará eco hará eco hará eco eco… de otro tipo de inquietudes. Más precisamente de aquellas relacionadas con la pluralización de ciertos sustantivos problemáticos, mediante el siguiente relato que incluye algunas situaciones que clarificarán el panorama.

Rubí Supongamos que nos queremos congraciar con una señorita a la que deseamos dar muestra de nuestro afecto y/u/o desesperación para que nos siga dando bola. Entonces decidimos obsequiarla con una piedra preciosa, por lo cual hacemos entrega de la misma acompañándola con una pequeña tarjeta que dice (textualmente): ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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“Glady, como tú vales mucho para mí y deseaba ofrendarte algo que diera testimonio de tal aprecio, te hago entrega de este humilde RUBÍ, culla belleza empalidece ante la tulla propia.” Ahora bien, resulta que Glady un buen día se va con el primer albañil que se le cruza ofreciéndole un revolcón, y nosotros nos quedamos pensando si uno de los factores que favoreció esta actitud fue la mezquindad del regalo. Por lo tanto, ante la siguiente señorita, para no cometer errores del pasado, redoblamos la apuesta y decidimos duplicar el regalo con la siguiente nota: “Noemí: tus ojos son dos luceros que me pierden. Por eso, hasta que no salga una Filcar del Amor, los homenajeo con estos DOS RUBÍS que me recuerdan a esos órganos tuyos de la visión con los que Dios te ha bendecido.” Pero resulta que un buen día Noemí muestra la hilacha y nos abandona, cambiándonos por un piquetero que, blandiendo su bastón, la seduce con la perspectiva de una velada maravillosa regada con generosas dosis de vino en cajita. Ya quedan pocas dudas de que nuestras ofrendas aún distan de ser lo suficientemente contundentes. Entonces decidimos ir por más, y cortejamos a la siguiente señorita con más despliegue joyero y una nota que dice: “Yéssica Yael: para que no dudes de la seriedad de mis intenciones, te hago entrega de estos TRES RUBÍES, que simbolizan los anhelos de que tú y yo formemos, además de una pareja dichosa, una familia próspera.” Parece que a Yéssica Yael le caímos simpáticos, aunque sin dudas eso de los hijos fue demasiado apresurado para la primera cita, por lo que ante cada llamado telefónico nuestro, ella imposta una voz de tano cincuentón y dispara carraspeando: “Dice la Yéssica que no está”. Aunque nosotros sospechamos de que intenta eludirnos, aún nos quedan 92

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dudas de que la culpa no fue nuestra, sino de la exigüidad del regalo. Por lo que, en un último intento, decidimos no correr más riesgos, e ir más allá con la siguiente damisela: “Querida Yennifer: estás más buena que cagar leyendo el diario. Por eso te regalo estos CINCO RUBISES, inspirándome en la cantidad de polvos que nos vamos a echar en el hotel si te dejás.”

Maní Parece que Yennifer se copa, y finalmente se ha formado una pareja. Pero como en una relación no todo se trata de hacer regalos caros, llega el momento de ir a tomar algo. Entonces pedimos un vermouth con ingredientes, y le solicitamos a Yennifer: “¿Me alcanzás UN MANÍ?” Cosa que Yennifer hace porque las joyas han causado una muy buena impresión en ella. Lástima que lo que Yennifer tiene de linda también lo tiene de tonta... y nos alcanza UN maní. Por eso, con nuestra mejor predisposición, le decimos: “Gracias, hmmm… ¡Qué rico! ¿Me alcanzarías un par más?” Yennifer chequea la literalidad del pedido y repregunta: “Con ‘un par’, ¿vos te referís a DOS MANÍS?” Ante esta pregunta, nos apresuramos a aclararle con una sonrisa cómplice: “No, en realidad, fue una forma figurativa… pasame al menos TRES MANÍES, así no te jodo tanto.” Yennifer contesta esforzando sus modales para no mandarnos a la mierda y así arruinar la velada: ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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“Yo te paso CUATRO O MÁS MANISES… podés comértelos todos, total a mí no me gustan.”

Reloj Mientras pasan las horas de una velada más que amena, Yennifer repara en la hora que debe ser y, pensando que mañana tiene obligaciones por cumplir, pregunta la hora. Al notar nuestro reloj, no puede evitar decir: “Tenés UN RELOJ muy lindo…” Nosotros, tratando de impresionarla pero sin sonar exhibicionistas, respondemos: “Este es uno de mis preferidos.” Ella, impactada, pregunta: “¿Cómo? ¿Tenés DOS RELOJS?” Nosotros, sabiéndonos ganadores, decimos: “En realidad los colecciono. Todo empezó cuando los primeros se me rompieron. Entonces, mientras me los arreglaban, me fui comprando otros. Así, tuve TRES RELOJES. Hasta que le tomé el gustito, y me empecé a comprar de a CUATRO RELOS.” Ella, verdaderamente admirada, pregunta curiosa: “¿Qué me querés decir? ¿Que tenés más de CINCO RELOSE?” La respuesta no se hace esperar:

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“Uhhh… sí… ya perdí la cuenta… debo tener como DIEZ RELOSES.” Absolutamente conmovida, Yennifer se excusa diciendo que le encantaría seguir la velada, pero que al día siguiente tiene que atender obligaciones ineludibles. Y en un descuido se sube a un camión de recolección de residuos que justo pasaba por ahí para perderse en el horizonte para siempre.

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Necesito mimos

Jorge había tenido otro de esos días inaguantables. Poca recaudación en el laburo, se había peleado feo con Chochi —su hermano— y para completarla, María lo dejó porque lo sorprendió mirando a otra mina que después de todo ni siquiera le había dado bola. Estaba mal, pobre Jorge. Ya lo había intentado todo para salir de ese pozo: desde psicoanálisis hasta drogas. Era inútil: nada lograba sacarlo de su profunda depresión. Sabía que trabajar de mimo era patético, aunque también sabía que para la actuación tradicional no era lo suficientemente bueno. Ya no quedaba mucho por hacer. Tampoco era la primera vez que lo había pensado. Sólo le faltaba tomar la decisión. Quizás ayudó un poco que estuviera escuchando “Viernes 3 A.M.” de Serú, y “Sobre la cuerda floja” de Baglietto. Lo pensó una última vez y llegó a la conclusión de que terminar con la farsa era la mejor —sino la única— opción. A los dos días, la policía —alertada por María que temía lo peor— encontró el cuerpo sin vida de Jorge yaciendo sobre el suelo, con la tapa de los sesos volada, y el dedo índice extendido dentro de su boca, haciendo una “L” con el pulgar que apuntaba hacia abajo.

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El reverdecer de la escritura

Cdo mchos es2diosos de la :-P estaban dispuestos a darle el a2 a las formas de expresion escrita tal como hoy las conoc-ms, los msjs de txt y el msn han reverdcido mxo la costmbr de escrib. Ya a ndie le resulta extrano cruzarse con 100s de persns leyndo y escribndo a 1 veloc. sorprendnte, y dnd sea. X la kaye. En sus kasas. D dia y d nxe. 1 hecho ke no resulta pqñ en absoluto. Los + critcs veran un empobrecimiento del lenguaje y la ortografia, pero DND sirve grrrr para analizar este fenomno d masas, ya ke los ke vemos el vaso ½ lleno podemos ver 1 ;-) en favor de una kostumbre ke parecia destinada a zzzzzz. Ke empobre-c la ortografía? Jajajaajajaajajjjj es 1 konklusion a-1 muy prematura para sakar. Habra ke esperar 1s anos. Y ke el tmpo lo diga. Salu2

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Los granaderos

Los dos granaderos están parados ahí. Inmóviles. Parecen de cera, como salidos del Museo de Madame Tussaud. Tan quietos están que perfectamente podrían estar embalsamados y nadie lo notaría. Aunque estos granaderos en particular seguro que no están muertos, porque de repente suena un disparo y uno de ellos cae chorreando sangre a borbotones. Claro que el tipo, como es un granadero, ahoga el grito de dolor pese al regio balazo que se acaba de comer (qué ironía del destino, se lo pegaron en la boca) y cae contra su voluntad al suelo (trata de no doblar las piernas, pero el esfuerzo resulta inútil). Su compañero, desesperado y víctima del pánico, no sabe qué hacer. El baleado percibe su preocupación e intenta tranquilizarlo poniéndole cara de “Dejá, dejá... no seas boludo, a ver si todavía descuidás tu puesto de laburo y te echan de un voleo en el orto”. El otro, confundido, amaga un movimiento pero en un rapto de lucidez recuerda que no debe descuidar su labor de vigilia, reincorporándose rápidamente y recuperando su congelada postura. El malherido sigue chorreando sangre, y queda claro que le restan pocos segundos de vida. Él lo sabe, por eso no quiere que su compañero se arriesgue a correr un peligro que de todas formas no va a aportar nada. No obstante, recuerda un compromiso asumido previamente y le dirige una mirada con cara de “Che, no te quiero joder, pero... ¿te puedo encargar la juntada de plata para la canchita de Papi?”. 98

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El otro lo mira de reojo con cara de “Mirá que sos loco, eh... ¿cómo te vas a preocupar por eso en este momento?”. El granadero agonizante lo mira con una cara que el otro no llega a descifrar, por lo que él por las dudas le responde poniendo una cara genérica que el otro interpreta como “Boludo, ¡claro que me voy a ocupar!”. El granadero malherido cierra sus ojos por última vez y pone cara de “Me morí”. Es porque en realidad se murió. Entonces el otro pone cara de “Pucha digo, no somos nada... Cuando venga Ramírez le voy a avisar que traigan a otro y limpien bien, pero con la cera que usaban antes que no marca tanto las pisadas”, mientras se dispone a olvidar el mal momento fijando su mirada en un punto perdido del horizonte y pensando que seguramente su jefe —el presidente— se sentirá orgulloso de él.

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Putos eran los de antes... Antes, emocionarse era de puto. Antes, leer mucho era de puto (puto el que leía). Antes, llevar una carterita bajo el brazo era de puto. Antes, bailar bien era de puto. Antes, cocinar era de puto. Antes, escuchar Village People era de puto. Antes, cuidarse el pelo era de puto. Antes, delinearse como los darkies era de puto. Antes, usar arito era de puto. Antes, ir al gimnasio era de puto. Antes, usar pulseras era de puto. Antes, usar remeras y/o pantalones ajustados era de puto. Antes, usar slip era de puto. Antes, combinar los colores era de puto. Antes, usar cremas era de puto. Antes, hacerse cirugías era de puto. Antes, usar joyas era de puto. Antes, ponerse tetas era de puto. Antes, andar en bicicleta sobre el empedrado sin asiento y sentado sobre el caño era de puto. Antes, tirar una goma y que te acabaran en la cara era de puto. Antes, hacerse enfiestar por treinta marineros rusos era de puto. Antes, ser puto era de puto.

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Las sondas que se vienen

No es ninguna novedad que el vértigo del día a día, las exigencias de la sociedad y la neurosis de estos tiempos en los que vivimos, trajeron aparejados consigo nuevos trastornos. Un buen ejemplo de ello es el cada vez más habitual panic attack (en el que el individuo siente que es atacado por panes), o el T.O.C., un síndrome que, cuando se repite, se traduce en una fobia a llamar a la puerta de alguien, o también a ejecutar en la escuela simples y rudimentarios instrumentos de percusión. Lamentablemente, al ir en aumento las presiones y alienación a las que nos empuja la febril metrópolis, se van reportando más casos de manías y fobias. Por eso hoy, en exclusiva, les presentamos un adelanto de una investigación especial sobre las nuevas fobias que se están empezando a manifestar... en reclamo de mejoras salariales. A continuación, el top ten de ellas: Agorafobia: miedo

al presente brasileño.

Aracnofobia: miedo Biastrofobia:

a los aracnos.

miedo a los hoteles de dos estrellas.

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Bidefobia: miedo Claustrofobia:

a que se acabe el papel higiénico.

miedo a encontrarse a Fidel Castro vestido

de Papá Noel. Eufobia:

miedo a tomar cocaína.

Fobiofobiofobiofobia:

miedo al miedo a tenerle miedo

al tenerle miedo. Idrofobia: miedo

al hagua.

Ivessofobia: miedo

a llegar a tu casa y encontrar a tu chica a los besos con el sodero.

Ohmofobia: miedo Senofobia: miedo

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a hacer yoga con alguien del mismo sexo.

a las tetas extranjeras.

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Una noche en una disco a todo volumen —Hola… ¿Sabías que sos muy linda? ¿Cómo te llamás? ¿Te puedo invitar un trago? —Hola… no… Vanesa… sí. —¿Siempre venís acá? ¿Trabajás o estudiás? ¿De qué signo sos? —Sí… trabajo… de cáncer. —¿Y viniste sola? ¿Te puedo usar el encendedor? ¿Qué querés tomar? ¿Un destornillador? ¿Un speed con melón? Uyyy… se te está saliendo la tuerquita de un aro… ¿querés que te lo ponga? ¿Querés que salgamos al jardín o mejor nos quedamos acá? —Sí… usá… un destornillador… sí... metémelo... adentro. —¿Cuál es tu película preferida? Uyyy… cagamos… los pibes se quieren ir… ¿Me das tu msn o preferís que te llame? ¿Eso es tu trabajo o tu casa? —ET… teléfono… casa. —Bueno, te pego un tubazo así combinamos para ir a cenar… ¿Te gusta el sushi? Ufa… Me están llamando… Hablamos, ¿dale? Quedamos así… Bye… —Sí… pegame… me gusta… dale… así… ¡Chau! (No hay nada que hacerle: si sabés encontrarle la vuelta, en los boliches se puede lograr un diálogo rico en matices.) ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Estallido social y disturbios en Tubbilandia por Gustavo Taunus (enviado especial)

El pueblo de Tubbilandia dista mucho de ser lo que todos conocemos a través de su programa de televisión más famoso. Y quizás este show —tan aclamado por niños de todo el mundo— sea el fósforo que encendió la mecha del caos que hoy reina en dicho país. Es que, como en cualquier lugar del mundo, la televisión rara vez suele ser representativa de la realidad sociopolítica que se vive en él, por lo cual el pueblo tubbiense se encuentra ante un estallido social que ya ha arrojado varios heridos y algunos muertos, quienes quizás no habrían muerto de no haber sido arrojados cuando estaban heridos. Lo cierto es que, ante la falta de respuesta por parte de las autoridades, los habitantes de Tubbilandia han iniciado largas y violentas jornadas de protesta ante el palacio de gobierno nacional, las cuales han concluido con la deposición del presidente de facto Ipsy Dipsy Fernández, quien se vio forzado a renunciar, rodeado de acusaciones escandalosas entre las cuales se incluyen un sospechoso tratado de exportación de tubbitostadas con excepciones aduaneras que beneficia al gobierno británico (que, como es de público conocimiento, comercializa a través de la BBC el programa local). Pero la expulsión del titular del poder ejecutubby, lejos de apagar la sed de justicia de los tubbienses, ha envalentonado aún más su espíritu combativo. Un pueblo que, liderado por un grupo de manifestantes 104

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armados con palos y capuchas y con sus rostros cubiertos, no tiene reparo en incendiar neumáticos provocando cortes de ruta y bloqueos a los principales accesos a la región central. Estos grupos organizados, que tienen como demanda principal el subsidio por desocupación entre otras, es conocido con el nombre de “piquetubbies”. Pero los piquetubbies no están solos en su lucha, ya que otro sector relegado (la clase pasiva) se le ha sumado en sus reclamos, los que consisten en un aumento en la pensión mínima para la tercera edad tubbiense. Es decir, los tubbilados. En realidad lo que persiguen ambos grupos es la tan demorada declaración de independencia del Reino Unido, quien ha propuesto un plebiscito (que dejará que los mismos habitantes decidan si quieren la independencia o no) para dirimir la cuestión, bajo el lema: “Tubby or not Tubby. That is the question”.

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Hazlo tú mismo. Hoy: hazlo tú mismo Buenos días, amigos. Buenas tardes, amigos. Buenas noches, amigos. (Tachar lo que no corresponda) Les damos la bienvenida a una nueva edición de “Hazlo tú mismo”, nuestro ya clásico espacio donde las diferentes actividades artísticas y las pulsiones onanistas se dan la mano (¡puaj!). Como bien podrán recordar, en la edición anterior hemos aprendido a redactar nuestros propios reggaetones. Pero hoy no nos ocuparemos de una expresión artística como la anterior, sino que es el turno de reparar una paradoja que se ha venido dando desde el mismo origen de los cursos de “Hazlo tú mismo”: ni más ni menos que aprender uno mismo a hacer un buen “Hazlo tú mismo”. Así como en la enseñanza escolar existen elementos básicos y necesarios para acometer dicha tarea de manera exitosa, como lo son el educador y el educando, para llevar a cabo cualquier “Hazlo tú mismo” que se precie de tal es fundamental contar con tres elementos indispensables: 1) Una tarea para enseñar (la enseñanza). 2) Una persona que posee el conocimiento en cuestión (el enseñador). 3) Una persona que quiera aprender a realizarla (el enseñando). A propósito, es importante señalar que, de faltar cualquiera de estos componentes, la tarea directamente no podrá llevarse a cabo (o tal como fue prevista, ya que, por ejemplo, en el caso de adolescer del ense106

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ñando, nos encontraremos frente a un “Hazlo tú mismo. Hoy: hacerse la rata”). A la hora de encarar la tarea en cuestión, aunque parezca por demás evidente, es de suma importancia contar con el conocimiento a transmitir. En el caso de no poseerse éste, recomendamos consultar a alguna autoridad o referente en la materia que nos enseñe dichos contenidos o, en su defecto, recurrir a algún “Hazlo tú mismo” que proporcione dicho saber. Claro que en este caso nos encontraríamos ante un grave dilema, ya que —si bien estaríamos copiando lo aprendido para enseñar a aprender como en una especie de “mise en abîme”—, al estar las figuras del enseñador y enseñando resumidas y condensadas en un solo actor (o actuante), también nos encontraríamos ante un caso de “Hazlo tú mismo. Hoy: aprende a plagiar”. Y esto resultaría tremendamente grave, no tanto por una cuestión ética, sino porque además de aprender como un enseñando, el enseñando estaría enseñando la enseñanza en lugar del enseñador, lo cual podría producir una paradoja temporal que podría acabar con el mundo, tal como se sugiere en la película “Volver al Futuro II” (nótese que este riesgo también está implícito en cualquier caso de “Hazlo tú mismo”, ya que el enseñando es quien se autoimparte la enseñanza). También es importantísimo para el éxito de nuestro emprendimiento contar con una persona que acepte el contrato implícito que significa aceptar que “Hazlo tú mismo” en realidad resonará en su cabeza no como “Hazlo tú mismo”, sino como “Harelo yo mismo”. Más allá de estas disquisiciones, a la hora de poner manos a la obra en la realización del propio “Hazlo tú mismo”, es importante tener a bien observar lo siguiente: a) Las chicas que pasan, sobre todo las “ligeras de ropas” (a aquellas que no lleven ropa las denominaremos simplemente como “ligeras”). ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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b) Recuerda ser didáctico y conciso: jamás deberás perder de vista (además de a las chicas ligeras) el hecho de que el sujeto que quiere aprender por las suyas es, ante todo, un omnipotente y soberbio que piensa que él mismo es alguien del cual tiene mucho para aprender (y quien, paradójicamente, tiene mucho para enseñar). c) A pesar del punto b), abstente de tratar temas de gran complejidad como “Generar fisión nuclear” o “Entender a una mujer”. No olvides que un lector frustrado por la falta de éxito difícilmente vuelva a intentarlo. d) Sé astuto a la hora de redactar. De esta forma podrás generar consignas de gran convocatoria, como por ejemplo “Hazlo tú mismo: fornica a la mujer inalcanzable”, en vez de su forma redundante: “Hazlo tú mismo: aprende a masturbarte”. Pues bien, si sigues atentamente al pie de la letra las premisas más arriba indicadas, ya estarás en condiciones de hacer tú mismo tu propio “Hazlo tú mismo”. Para estar seguro de que estás en condiciones de emprender tal tarea, tómate unos instantes y practica con el siguiente ejemplo: Trabajo práctico Nº1: “Hazlo tú mismo: regala este libro a todos tus amigos y familiares”.

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Ajetrez: Tablero y reglamento

El ajetrez es un juego de mesa —como su nombre lo indica— para ajetrés jugadores, que se desarrolla por turnos sobre un tablero cuadrado compuesto por 144 casillas. Cada bando está formado por 16 piezas, con diferentes funciones y valores. El tablero se forma alternando casillas claras, oscuras e intermedias, frecuentemente blancas, negras y grises.*1

* Foto tablero gentileza de la Chess Guevara International Federation. ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Gana el jugador que consigue entender el juego, o en su defecto el que resista más tiempo al embole y quilombo mayúsculos que éste implica. Asimismo, si se lograra/lograse/lograre/lograsa acorralar simultáneamente a ambos reyes de los adversarios sin que estos tengan escapatoria, se dará por ganado el juego en la jugada que, dada la suma inteligencia que requiere su ejecución, se conoce como “¡Ja! ¡qué mate!”. Si bien las reglas de este juego a primera vista resultan similares a las del ajedrez tradicional, se deben observar ciertas particularidades que lo diferencian de este último: >> El jugador que lleve las piezas grises, al verse desfavorecido por la posición de sus peones al comienzo del juego, puede hacer trampa siempre y cuando lo considere/considerase/considese/considerara/ considerarese necesario. >> El jugador con las piezas blancas tiene permitido retirarse a hacer pichín. >> El árbitro tiene entre sus atribuciones hacerle “sucutrule” a cualquiera de los jugadores, sin importar el resultado parcial en el que se encuentre la partida. >> El jugador con las piezas negras tiene permitido retirarse a hacer popó. >> El jugador que lleve las piezas grises puede situar, cada ocho turnos, una pequeña pelota (o pelotilla) delante de cualquiera de sus caballos (en forma indistinta), emprendiendo así un juego de “polo de mesa” del que podrán participar los otros jugadores, si así se les cantare/cantase/cantara/cantarase, paradójicamente, las pelotas. >> El jugador con las piezas grises no podrá retirarse a hacer ni pichín ni popó mientras un partido de “polo de mesa” esté teniendo lugar. 110

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>> Si ante la falta de uno o más participantes para alcanzar el número requerido se debiera convocarlo/s mediante un SMS, el nombre del juego se deberá escribir “aje3”. >> Durante cualquier juego de ajetrez está terminantemente prohibido sacarse los mocos, salvo expreso consentimiento de los otros dos jugadores. >> En ese caso, si en un descuido uno de los jugadores tomara/tomase/ tomare (quizás usted quiso decir: tomate) el moco dejado por el otro jugador, puede comérselo, considerándose esto como “jaque moco” (te comiste). >> Cualquier controversia que se generara por la interpretación incorrecta de estas reglas, se podrá consultar al árbitro, dirigiéndose a él utilizando la frase: “Tengo una duda…”, a lo que éste deberá responder: “Sí, la podonga”.

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(axuX) éiralL

aroh al se aroh al sE raguj ed aroh al se el diablo es magnífico .rarap nis odnazog y etnerfne arap otisap nU el diablo es lo mejor sotnuj sodot someraguj .sám ed átse on zilef res Estribillo: é iral iralI ho ho ho é iral irali ho ho ho adoremos a Satán, rey de los cielos.

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Ajetrez: Copa “debut y despedida”

Cae la tarde del 3 de diciembre de 2007 sobre Manhattan. Por desgracia cae torpe y estrepitosamente, por lo que sufre varios magullones. Mientras tanto, dentro del Madison Square Garden (sede de la final del Primer Campeonato Mundial de Ajetrez), las cámaras de televisión captan en imágenes la ansiedad, interés y excitación que se reflejan en las caras de las decenas de miles de espectadores que se han dado cita por un error en la cartelera que anunciaba para hoy un recital de las Spice Girls. El reloj marca las 10 AM —dado que no funciona— y todo parece estar listo para que comience el torneo. Los contendientes ya están ubicados en sus respectivas ubicaciones, salvo por uno de ellos que acaba de informar su abrupta decisión de retirarse de la competencia porque ha llegado a la conclusión de que el ajetrez se origina en un deporte (o juego) que fomenta el odio racial al enfrentar a negras con blancas. Ante esa proclama, un miembro del jurado propone que los tres bandos jueguen con piezas del mismo color, moción que es disuadida por el impacto de una silla que otro miembro propina sobre su cabeza. Por lo tanto, se decide que el osito Bimbo —el muñeco gigante que representa a la panificadora que patrocina el evento— ocupe el lugar del jugador renunciante llevando las piezas grises. Ahora sí, completas las posiciones, Jennifer López da por inaugurado el torneo subiéndose a la mesa y propinándole el puntapié inicial ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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al rey blanco, que sale disparado hacia el ojo de uno de los jugadores, quien cae al suelo al grito de “no quiero morir tan joven”. Minutos más tarde —luego de que los encargados de enfermería le efectúan unas rápidas curaciones y le recuerdan que no es para nada joven—, se reanuda la partida. Pero la acción dura poco, ya que repentinamente uno de los jugadores abandona el encuentro para ir a comer un asado (barbacoa para el público local) que, según dicen las malas lenguas, han preparado los peones en la vereda del estadio. Una hora después, ante las quejas del público que ha empezado a perder la paciencia, los jugadores regresan. Pero algo se ha roto entre ellos, y esa discordia se percibe explícitamente cuando uno agrede a otro diciéndole que luego de haberlo observardo detenidamente llegó a la conclusión de que su vida estaba regida por la ley de la “L” pero no por su virilidad, sino porque come como un caballo. Mientras tanto, el tercer jugador —en una jugada que algunos no dudan en calificar de “clarísimo offside”—, aprovecha la distracción de los otros y saca de juego a las dos torres grises, volteándolas al grito de “fichate cómo te hago la Gran Bin Laden”. Naturalmente, esto no hace más que herir la susceptibilidad del público presente, dando comienzo a una batalla campal que obliga a suspender el evento que, según las predicciones más optimistas, nunca se retomará.

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Grandes conquistas de Enrique, el taxista ceceoso 2: El regreso “Juevez a laz doz de la matina. Dejo a un pazajedo en Gaona y Nazca y como me eztaba quedando zin gaz, me pongo a buzcad una eztazión de zedvizio pada cadgad. Pada cadgad dije, no pada cagad. Pedo en un zemáfodo en dojo ze me azedca un monumento a la mujed que apoza zuz tetaz en la ventaniza y me dice: “¿Zabéz zi hay algún bondi que me zeve al bajo?” Como zo no zoy ningún bodudo y la cazé al vuelo le dije: “Zí, el 69. Acá eztá la padada… jejejeje… pedo fijate, podque pega una vuelta baztante gdande… agada pod la Boca, y va todo dedecho hazta el Camino de Zintuda, donde acaba.” “¿Y cuánto me cobdaz pod hazed eze mizmo decodido? Lo único que tengo pada pagadte ez un ziete.” Me dijo mientdaz me moztdaba el odto, que máz que un culo eda un poema. “Pedo ezo no ez un ziete, ez un diez”, le dije pada tedminad de dematadla. Entonzez cazi zin que me dieda cuenta, ze zubió y empezó haziéndome un pete que mamma mía. Como zo no daba máz de la calentuda, adimé el auto hazta Avezaneda y Adtigas, que a eza hoda eztá máz muedto que el peluquín de Zildvio Zoddán y le pegué un gadche de novela. Qué digo de novela, de pedícula. Zí, y ze ve que la pedícula eda Docky zinco… jejeje… podque fue en la calle, pedo también pod el númedo de rounds, no zé zi cazadon la metáfoda… jejeje. Ahí nomaz la mina ze bajó, me encajó un flod de chupón con ezoz labioz magiztdalez y zo zeguí mi camino. La luzezita del tanque de gaz za eztaba doja. Zoy Endique, y en cada bajada de bandeda tengo una hiztodia.” ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Estreno destacado de la semana

Título en castellano:

“El profesor de toc-toc”.

“The pipe is leaking, we need to call a really good but not so expensive plumber to fix it, and ask him to guarantee the job just in case it breaks again and messes all the kitchen up”. Título original:

Calificación “300.000 ejemplares vendidos”:

“300.000 ejemplares

vendid” (Muy buena). El cine europeo vuelve a sorprendernos con otra obra maestra que demuestra que, cuando hay buenas ideas, los grandes presupuestos a los que Hollywood nos tiene acostumbrados pasan —valga la ironía— a un segundo plano. Esta vez se trata de una excelente adaptación de “Páginas amarillas”, un libro argentino que, a pesar ser un best seller presente en cada hogar, no carece de valores que lo han convertido en un clásico de lectura obligada. Rico en la calidad y cantidad de sus personajes (los créditos finales se extienden por más de cuatro horas), “El profesor de toc-toc” se da el lujo (lamentablemente no demasiado usual en las superproducciones comerciales de hoy día) de ahondar en la psicología del comerciante noruego con una profundidad que moviliza hasta al espectador más indiferente. Sus largos silencios estremecen. 116

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Sus lentos paneos por las locaciones conmueven. Por momentos, las seis horas y media tan bien plasmadas por el realizador noruego Jurgen Mortensen nos recuerdan a Tarkovsky, y logran un clímax absolutamente fascinante que comienza con “Información útil” (donde el director le rinde homenaje a los bomberos y policías de su Oslo natal), y culmina apoteósicamente en el tramo final dedicado a “Anotaciones”. Por todo esto y mucho más, “El profesor…” es una de esas joyas que rara vez tenemos la oportunidad de presenciar, y que nadie debería dejar pasar.

From: “Críticas cine” To: “Distribuidora Eurasianfilms” Subject: Re: crítica bodriazo. Carlitos: fijate qué onda, a ver si te parece bien. Es lo mejor que puedo hacer. Realmente no sé quién mierda se va a fumar casi siete horas de gente pasando frente a cámara, pero si me das el ok, mañana lo publicamos. Abrazo y acordate de que todavía está pendiente la guita de “El profesor de melódica”.

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Reportaje telepático

Lo que muchos profetizaban como una fantasía sólo posible en un futuro lejano, hoy es una realidad tangible. Sí, amigos. La telepatía ya está entre nosotros, y muy pronto será moneda corriente. Esta disciplina, que nos brinda aplicaciones y posibilidades infinitas y —permítaseme la ironía— impensadas (o pensadas por alguien pero nadie se enteró), ya está siendo experimentada en laboratorios de investigación, e incluso en los medios de comunicación más audaces. Contándonos entre estos medios a los que hacemos referencia, y, como siempre, alertas a las manifestaciones de avanzada, no podíamos darnos el lujo de permanecer ajenos en esta apasionante carrera de avances biotecnológicos. Por eso, hoy les acercamos, en calidad de testigos privilegiados, la transcripción completa del primer reportaje telepático de la historia de los medios. Advertencia: por tratarse de un experimento aún en fase de prueba, se nos ha requerido confidencialidad, por lo cual obviaremos el nombre y apellido de los protagonistas, a quienes denominaremos simplemente “Periodista” y “Entrevistado”. Periodista: Buenas tardes, ¿cómo está? Entrevistado: Me podés tutear, che… ¿o pensás que soy tan viejo?..

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Periodista: Jajajajaaa… no, perdoname, tenés razón. Bueno, conta-

me un poco en qué andás. Entrevistado: Estoy con algunos proyectos muy interesantes… Periodista: (… como garcharte a Marisol Tagliapetre). Entrevistado: ¿Eh? Periodista: Se rumorea que están ensayando una obra con Marisol

Tagliapetre. Entrevistado: No, con Marisol nos vemos de vez en cuando porque

somos muy amigos desde que trabajamos en “Un tranvía llamado Cacho”. En realidad estoy por estrenar una obra de Chejov en el San Martín con un elenco que es un honor. Periodista: (Sí, hijo de puta, estás en el San Martín porque tu mujer le tira la goma al productor, vas a ver cómo con esta pregunta te re-cago y te hago saltar como un boludito). ¿Y cómo surgió la posibilidad de estrenar en el San Martín? Entrevistado: (Hijo de puta… puto de mierda… mirá quién habla, vos que te comiste a seis trabas* en una sola noche y se la chupaste al jefe de redacción de tu laburo). Periodista: (Pero si además de cornudo sos un infeliz hijo de mil putas). Entrevistado: (¿Por qué no te vas un poquito a la mierda?). Periodista: (La verdad, me encantaría, antes de tener que entrevistar a un mediocre de mierda que se las da de actor). Entrevistado: (Seré choto, pero por lo menos no finjo algo que no soy, como vos que te comés todas las “eses” menos la de “nasta”, y te hacés el escritor). Periodista: Bueno, muchas gracias por tu tiempo y suerte en tu estreno. Entrevistado: No, por favor, gracias a vos por tu interés en difundir las expresiones culturales. * El entrevistado pensaba con faltas de ortografía. Les pedimos disculpas.

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Pasión de multitudes y gavilanes

Siempre fue problemático el hecho de compatibilizar los gustos masculinos con los femeninos a la hora de disfrutar un programa de TV o radio. Es que los hombres solemos ser inflexibles con nuestra preferencia por todo lo relacionado con temáticas futbolísticas, mientras que las mujeres suelen inclinarse más por las historias con temáticas más sensibles, como por ejemplo alguna de las novelas de la tarde o noche. Esto antes no representaba problema alguno, ya que las novelas se daban de lunes a viernes, mientras que los partidos de fútbol se jugaban sólo en sábados y domingos. Aunque de un tiempo a esta parte comenzó a darse el hecho de que prácticamente todos los días (y a toda hora) hay fútbol, y que con la proliferación de canales internacionales, se puede sintonizar una buena ficción o culebrón en cualquier momento que se desee hacerlo. Además, a la hora del fútbol, se impone escuchar los partidos por radio —AM—, mientras que las mujeres detestan esa frecuencia por depresiva y decadente. Pero eso es un problema del pasado. Porque ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!! y otros cuentos breves hoy les presenta el adelanto del formato que hará las delicias de hombres y mujeres por igual: El fútbol novelado. En cada episodio 90 minutos de AMOR (por la camiseta), PASIÓN (futbolística) y CONFLICTOS (entre las hinchadas y los dirigentes). 120

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Ambos capitanes están en el centro del estadio. El árbitro lanza la moneda al aire y sale ceca. Jorge Julián (el capitán del equipo azul) aprieta los dientes como masticando bronca, mientras le estrecha la mano a Ricardo Luis (el capitán del equipo amarillo) y le dice:

Relator:

Jugador azul: “Esta vez te has salido con la tuya, Ricardo Luis Fer-

nández Valverde… pero juro que pronto las cosas se darán vuelta y en el segundo tiempo volveré… volveré… y-e-se-la-do-se-rá MÍO… TAL-CO-mo siem-pre de-bió-ser”. Locutor comercial: El jugador dijo “Talco”, y el talco es Veritas. Ve-

ritas. Ahora en su nueva fragancia “Susurros de esquimal”. Relator: El árbitro pita su silbato y da comienzo al partido. Ricardo

Luis apura su paso y le entrega la pelota al número 7, quien, de cabeza, la manda a un ángulo que el arquero no puede alcanzar. Ricardo Luis comienza a festejar el gol, cuando de repente ve que el lineman agita su bandera marcando posición adelantada. El árbitro anula el gol. Entonces Ricardo Luis, como una tromba, se abalanza sobre el referí y le dice: Jugador amarillo:

¿Qué osas cobrar, referí…? La concha de Clara

de las Mercedes… Referí: ¿Cómo? ¿Qué quieres decir con eso, Ricardo Luis? Jugador: Sí, referí… Clara de las Mercedes es… TU HERMANA. Referí: NOOOOO… ¡No puedes decirme eso! ¡Vete! ¡Quítate de mi vista YA MISMO…! ¡Tienes tarjeta ROJA! Comentarista: Era previsible… Lo echaron al 9 por insultar al árbi-

tro. Yo creo que si bien el reglamento está correctamente aplicado para prevenir hechos de violencia, hay que tener en cuenta que estos exabruptos pueden resultar comprensibles en momentos de tensión propios de un partido donde las cosas están calientes. ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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Locutor comercial: ¿Están calientes? Vengan a L´Amour. L´Amour…

suites con hidromasaje, habitaciones temáticas ¡y cepillitos de dientes con pasta adentro! L´Amour. Pelliza y Panamericana… ¡Al fondo! Mencionando este aviso… ¡¡¡El turno es de 3 horas!!! Hinchada: O-LÉ, O-LÉ, O-LÉ... cada día te quiero más... Ohhhh...

Paula Pía... es un sentimientoooo... No puedo paraaar... Pasión de multitudes y gavilanes… Muy pronto… por AM 980, AM… de AMor. Locutor institucional:

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El amor es ciego

Los dos eran ciegos y se conocieron en una fiesta que organizaba un amigo en común. Por eso, para saber si se gustaban, empezaron a tocarse. No faltaron las miradas condenatorias, ya que en el mundo vidente tocarse antes de gustarse suele estar muy mal visto. Pero ellos no tuvieron la oportunidad de darse por aludidos. Ella lo exploró lentamente y notó que él estaba bien dotado. Segundos después comprobó que se trataba del bastón. Sintió una leve desilusión. Él la exploró lentamente y por un momento se sobresaltó. Sintió que algo estaba mal. Segundos después comprobó que se trataba del bastón. Sintió alivio. Él se dio cuenta de que ella estaba excitada. No porque pudiera verla, sino porque pudo olerlo. Con sus manos, ella pudo leer en las mejillas de él “me gustás mucho más de lo que pensás”. Y no porque pudiera verle la cara, sino porque él tenía acné. Además, a pesar del volumen de la música ella podía palpar el latido del corazón de él. Él no pudo tener la misma percepción, ya que ella tenía grandes pechos. Aunque por estar tocándole esos grandes pechos, el corazón le importaba un carajo. Mientras tanto, afuera, en el patio, sus lazarillos seguían abotonados.

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¿Qué clase de presidente serías? (Elección múltiple)

Supongamos que te toman desprevenido y sos elegido presidente de tu país. ¿Sabrías cómo estar a la altura de las circunstancias? Para averiguarlo, nada mejor que tomar este test. Y recordá que no es tan loco: a Bush y a De La Rúa les pasó...

1. Antes de asumir, un amigo tuyo, dueño de una confitería —“La berlinesa de Boyacá”—, te ofrece mucho dinero para que pongas su marca en la banda presidencial, así millones la ven en la televisación de la ceremonia de traspaso del mando. ¿Cómo reaccionás?

a) Lo denunciás. b) Te negás pensando “no vale la pena. Para robar hay tiempo”. c) Aceptás pensando que en realidad el que queda pegado es el presidente saliente, que es quien te entregará la banda. d) Te negás porque una casa de pastas (“La delizzia de Piamonte”) te ofreció el doble. e) Aceptás y le ofrecés agrandar la oferta con el combo “Asunción tematizada”, que incluye el bastón de mando caracterizado como un churro gigante.

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2. Un grupo de desocupados amenaza con provocar disturbios si no los recibís. ¿Qué medida tomás?

a) Les tirás bombitas de agua desde el balcón presidencial y te escondés. b) Te disfrazás de Teletubby y los recibís al grito de “¡O-á! ¡Hora de Tubbytostada!”. c) Los reprimís contratando a luchadores de catch mexicano. d) Mandás cavar una fosa gigante, la llenás de agua con pirañas y tiburones y la tapás con una alfombra. e) Los recibís y les ponés veneno en el café.

3. Un periodista descubre tu relación con la ministra de Educación y Cultura (la pulposísima vedette Cindy Fedders, a quien le has dado su puesto a cambio de favores sexuales) y te chantajea con hacer público un video íntimo de ambos. Entonces:

a) Lo contrarrestás encargando una campaña publicitaria basada en el lema “Apoyar la educación es acabar con la desocupación”. b) Filmás un video porno usando dobles del periodista y del dueño del canal para el que trabaja y lo amenazás. c) Suspirás aliviado porque no saltó que —como por razones obvias no puede quedar embarazado— con el Jefe del Ejército adoptaron un hijo.

4. Repentinamente surge la amenaza de un conflicto armado con Nepal porque tu embajador en ese país decide, en un rapto de locura, amotinarse en el palacio de gobierno, declarando que ese país pasa a ser colonia suya. ¿Cuál es tu reacción?

a) No te preocupa, porque las armas que tienen se las vendiste vos, y sabés que no funcionan. ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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b) Hacés todo lo posible por detener el conflicto, ya que te desvela la perspectiva de que no te compren más droga. c) Con tu mejor cara de boludo declarás que sólo te someterás al mediado papal de Juan Pablo II, y no al de Benedicto XVI, basándote en que no ha de ser tan buen Papa, a juzgar la gran diferencia de calidad entre Rocky II y Rocky XVI.

5. Sitiado por planteos y huelgas de toda la ciudadanía debido a tu desastroso gobierno, te ves forzado a renunciar. Por eso decidís tomar una última medida:

a) De whisky. b) Te colocás un almohadón sobre el vientre y te amparás en la ley de trabajo que impide el despido de embarazadas. c) Firmás un tratado de extradición masivo y expulsás a todos los habitantes del país bajo la acusación de ser nazis prófugos. d) Decís que en realidad todo era una cámara oculta.

Mayoría de respuestas a), b), c) o d): Postulate tranquilo, estás preparado. Resultados: 126

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¡Pase a la posteridad usted mismo!

Gracias a esta sencilla guía que hoy le acercamos en calidad de primicia exclusiva, usted podrá crear las más rimbombantes frases célebres con las que asombrará a amigos y/o colegas. Como siempre, de nada. Para eso estamos. Tips importantes a tener en cuenta para la exitosa confección de una frase célebre:

1) Las comillas son fundamentales. NUNCA las olvide. 2) Firmar las frases con el nombre de un pensador (preferiblemente muerto, y durante cuanto más tiempo, mejor) le suman dos o tres puntos. Nadie se animará a decir que una frase de Lao Tsé es una huevada (ver cómo levanta la firma célebre en frases mamertas en los puntos 5 y 6). 3) Palabras como “pueblo”, “hombre” (como denominador de especie y no como sexo), “libertad” y “futuro” son clásicos más que aconsejables para asegurar la grandilocuencia de la frase. 4) Cuanto menos diga y menos específico sea, más ambicioso será el pensamiento. Problemáticas domésticas como “mi novio formateó ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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su PC porque le había entrado un virus” (Maru) no suelen generar la veneración del diciente de las mismas. 5) Si la frase es cómica o tiene un leve tinte sexista, suele ser una buena idea adjudicársela a un humorista angloparlante como Groucho Marx, Woody Allen o Lenny Bruce. Total, nadie verificará esta titularidad. Por ejemplo: “Lo bueno, si breve, perdóname.” (Woody Allen) 6) Si la frase tiene ironía o incluye una crítica ácida hacia la sociedad, Oscar Wilde es el nombre que mejor se adaptará a nuestras necesidades. “He conocido mujeres que se destacan por su sabiduría; a ninguna de ellas las he escuchado hablar.” (Oscar Wilde) Ahora sí, finalizados los preámbulos correspondientes, le dejo algunos ejercicios para que, antes de empezar a redactar sus propias frases, se vaya iniciando en el camino de la celebridad: “Un pueblo que no (verbo), nunca será (adjetivo).” (J.J. Rousseau) “Mientras un (sustantivo) (verbo) el honor de un niño, siempre habrá un hombre (adjetivo).” (Séneca) “La libertad es como (artículo + sustantivo); cuanto más se (verbo), menos se (otro verbo).” (Aristóteles) “Un hombre no vale por su (sustantivo), sino por lo que (verbo).” (Mark Twain)

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Humor negro (por Groncho Marx) Primero le cortaron una pierna. Después la otra. Más tarde, un brazo. Y el otro. Pero nada de eso le importó. En los boliches, él la jugaba de intelectual. Un día se subió a su silla de ruedas (de esas que tienen pedales accionados con la boca) y se postuló para el aviso del diario. Pedían vendedor con movilidad propia. Cuando en el casamiento el D.J. pasó el “Pepéee pepepepéeee…”, los tartamudos se besaron. Estaba sonando su tema. Había un tipo que trabajaba en una morgue. Y lo echaron a la mierda porque lo descubrieron haciendo el amor con una clienta. Fue amor a primera vista. Ni bien la vio, él pensó “está muerta conmigo”. Juzgó que su despido había sido precipitado: suponía que la relación no iba a durar mucho. Últimamente la notaba fría. Inmediatamente buscó laburo en el cementerio adonde la iban a llevar. Y se puso contento cuando le dijeron “entiérrela”. Sus celos pudieron más que él. Se había dado cuenta de que alguien más le llevaba flores. Finalmente, él decidió terminar la relación. Sentía que, a causa de su posesividad exagerada, ella ya se estaba pudriendo. Con el tiempo le reconfortó saber que había tomado la decisión correcta: al final, descubrió que ella era una calavera.

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Descubrimientos científicos

A todo investigador que se precie de tal le gustaría descubrir o elaborar algo realmente trascendente, y gracias a ese logro, ocupar un lugar destacado en la historia de la ciencia. Pero claro, no es tan fácil: de hecho, cada vez que un científico comienza un desarrollo que supone necesario e importante para la salud mundial, se topa con la máxima popular que reza “¿para qué hacer una vacuna contra el sida si ya existe? Lo que pasa es que los laboratorios no la largan porque les conviene más vender remedios que salvar vidas”. Entonces, decepcionado, al científico no le queda otra que sumirse en investigar otras cosas y llegar a conclusiones como estas: Cíentíficos del WichitaLab of Science descubrieron que el 98% de la población mundial es oriunda de Wisconsin. Esta observación surge de un experimento llevado a cabo precisamente en esa ciudad, el cual consistía en preguntarles acerca de su lugar de nacimiento a los 100 voluntarios que participaron de la encuesta. Asimismo, esta investigación arrojó otras interesantísimas conclusiones anexas, como por ejemplo que el 7% de la población mundial se llama “Martha”. Mientras tanto, sus colegas del Portland Institute of Technology publicaron un paper en la revista Nature, donde relatan cómo llegaron 130

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a la conclusión de que, contrariamente a lo que se suponía hasta ahora, los gatos no tienen 9 vidas sino 10. Según este trabajo, esto se basa en la evidencia incontrastable (?) de que los gatos recién nacidos saben que tienen que cagar en las piedritas sin que nadie se los enseñe, no por instinto, sino porque lo recuerdan de sus vidas anteriores. Es también notable el descubrimiento al que arribaron dos científicos de la Universidad de Stanford: “Quienes han hecho el amor al menos una vez en la vida, son menos propensos a ser vírgenes”. Muy diferente es lo que surge de un exhaustivo estudio llevado a cabo durante seis años por un grupo de investigadores del Experimental Research Center de Connecticut, gracias al cual descubrieron que el género humano se divide en dos grandes grupos: 1) Los que se limpian con bidet. 2) Los que se limpian con papel. Mientras tanto, sus colegas de la Ohio University han logrado arribar a la conclusión, luego de la exhaustiva observación de un grupo de chimpancés oriundos del África, que estos simios, como el hombre, se comunican por medio de un lenguaje propio, análogo al utilizado por los seres humanos. Según los investigadores, esto surgió de la observación recurrente de los hábitos masturbatorios de estos animales quienes, al tomar conciencia de la mirada de los científicos, respondían algo que se pudo interpretar como: “¿Qué mirás? ¿Nunca te hiciste la del hombre?”. Por último —y no por eso menos importante—, es notable la conclusión a la que han llegado un grupo de estudiosos en la Chatanooga Organization for Science: El 90% de los investigadores de EE.UU. está al pedo.

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Literatura esponsoreada

Hace ya varios años que Matías Pulkin recorre sin éxito las editoriales en busca de un espacio para publicar sus cuentos eróticos. Por eso, decepcionado y casi a punto de abandonar, consideró como potable la oferta de cierta revista para amas de casa que estaba dispuesta a publicar sus textos, con la única condición de que estos incluyeran veladas referencias a determinados anunciantes interesados en pautar en sus obras. Según se le explicó con toda lógica, una tendencia que ya se viene observando no sólo en los contenidos artísticos de casi todo programa de TV, sino también en obras literarias, como por ejemplo el best seller “The Bulgari Connection”. Si bien este plan no era lo que tenía en mente para su carrera literaria, Pulkin sopesó la perspectiva de que esta difusión lo acercara al gran público y, por qué no, a algún agente literario que valorara la calidad de sus textos y le propusiera un plan más acorde a los suyos. En exclusiva les acercamos la primera columna de literatura erótica esponsoreada de Matías Pulkin que aparecerá en el próximo número de “Casas y Cosas”: Amar de casa El día de Marisa recién empezaba. Y lo que ni ella ni nadie sospechaba, era que no iba a ser un día como cualquier otro. Ya había llevado los 132

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chicos al colegio, y cuando se disponía a hacer la limpieza del patio, sonó el timbre. Grande fue su sorpresa cuando miró a través de la mirilla y vio a ese hombre corpulento y sensual. Sin tener en cuenta que podría ser peligroso franquearle el paso a un extraño, abrió la puerta. De inmediato, un impulso irrefrenable la hizo abalanzarse sobre él y arrastrarlo hacia adentro de la casa. Comenzaron a besarse desaforadamente, y luego de unos segundos, siguieron dando rienda suelta a ese torrente incontrolable de pasión en el dormitorio. Hasta que algo la detuvo. Fue un segundo de fría conciencia que la hizo pensar qué clase de locura estaba cometiendo. Pero la pasión pudo más. Entonces ella sinceró sus instintos más bajos, lo miró fijo a los Lysoform, y le dijo: “Me gustaría lamer ese Yerba Mate Crines Blancas tan grande que se adivina debajo de tu pantalón”. Él le correspondió diciéndole: “Desde que te vi, no hago otra cosa que pensar en mi Suavizante Confort x 540 cc. llenando de placer tu Café Instantáneo Arlistán Capuchino Nueva Fórmula, ahora más rico y conveniente, porque rinde más y cuesta menos. Una. Dos. Mil veces. Acariciar esos Glade Susurros del Pinar duros, firmes, turgentes, y rozagantes que pugnan por salir del escote y lamerte el Fideos Don Sosa suavemente, pacientemente, hasta volverte loca de pasión”. “Sí. Sí… dame tu juego de vajilla Tsuji fina terminación varios motivos y filigranas. Lo quiero todo. Todo adentro. Hasta los huevos (grandes orgánicos de Granja Santa Luisa. Promoción hasta agotar stock de 500 docenas)” —dijo ella. Y el mundo de la gris ama de casa, por un momento, se detuvo. No se pierdan la próxima entrega de los erotizantes relatos de Matías Pulkin, donde el autor estimulará nuestros sentidos a través de una historia plena de lujuria y pasión extraterrestres intitulada “Alien a quien amar”.

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Puto el que lee (Dedicado a la memoria de Roberto Fontanarrosa)

Así, en general, la frase puede resultar demasiado ambigua. Porque, claro, otra cosa sería “Puto el que lee esto”, donde quedaría bien delimitado que te pesqué en la curiosidad, y caíste en la trampa que te tendí. Pero no, la frase no deja lugar a dudas: Puto el que lee. En general. Para decirlo claro, el que tiene la habilidad de leer es puto. De esta forma, nuestros hijos, cuando incursionan en el aprendizaje de sus primeras letras también van, en simultáneo, haciendo sus primeras armas en las artes de la homosexualidad. Por el contrario, la única forma de tener garantía de la heterosexualidad de alguien es asegurarse de que no sepa leer, o por lo menos de que no suela dársele por la lectura. Ya me imagino una publicidad gubernamental declamando a los cuatro vientos los resultados de una campaña: “Bajamos un 16% la tasa de analfabetismo, situando a nuestro país en el puesto 14 en el ránking mundial de putez”. Volviendo al punto, entonces, según la premisa de “puto el que lee”, Guido Süller es indudablemente heterosexual. No podemos decir lo mismo de Stephen King, cuya homosexualidad es imposible de ocultar a juzgar por la cantidad de libros que ha leído en su vida. De hecho, en este momento, al leer esto, vos estás siendo un poquito puto (no así yo, que estoy escribiendo a ciegas gracias a un curso de dactilografía que hice hace años en Academias Pitman). 134

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Ahora, si decidimos adentrarnos un poco más en la problemática y jugar un poquito con la imaginación, podríamos decir que “Bruce Lee” equivaldría a “Bruce Puto”. Lo mismo con el auto de los Dukes de Hazzard (El General Lee —General Puto para nosotros— algo que no desentona para nada, teniendo en cuenta que era manejado por dos hombres que inexplicablemente —hasta ahora— nunca le dieron matraca a Daisy). Y qué decir entonces de las miles de personas que, durante las décadas del 70 y 80 —cuando el gobierno militar lo prohibía— paseaban valientemente su invitación a la homosexualidad en un cuadradito de cuero en sus jeans, donde se podía ver claramente la palabra “Lee”, es decir, “Sé puto”. De todas formas, y más allá de las controversias que este artículo pueda generar, quiero decir que no tengo nada en contra de los homosexuales, siempre que cuando lean no me obliguen a leer con ellos. Porque como bien dicen por ahí, macho es el que leyó y no le gustó.

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Colorado el siete...

Muchas veces, cuando soñamos algo, solemos buscar su significado en la tabla que los muchachos de la Quiniela han redactado a tal efecto. Aunque hete aquí que los sueños incluidos en la ya legendaria clasificación suelen ser “convencionales”, por decirlo de alguna manera. Por lo tanto, seguramente más de una vez has tenido un sueño que no encuadraba con ninguno de ellos, como por ejemplo, uno donde tu ano cumplía un rol protagónico. Entonces, ¿supiste a qué número jugarle? Si soñaste con que algún compañero de oficina, munido de una abrochadora, acometía contra tu ano (“el culo te abrocho”) o que del mismo emanaban intensas precipitaciones pluviales (“el culo te llueve”) no tendría que producirse ningún conflicto, ya que sabrías que en el primer caso lo correcto era jugarle al ocho, y en el segundo al nueve. ¿Pero qué hay de los sueños menos “ortodoxos”, como por ejemplo que gracias a tu ano te has metido en un enredo? Gracias a Dios, esa preocupación ya es parte del pasado. Porque hoy te acercamos la numeración COMPLETA de sueños (la cual quedará en los anales de la historia) que viene a reparar la tremenda injusticia de que el culo sólo tuviera interpretación para los números ocho y nueve. Porque como ya es sabido, para ganar a la quiniela no basta con soñar. Además, hay que tener culo.

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1: El culo te vacuno. 2: El culo te lanza torpedos. 3: El culo te ves. 4: El culo te idolatro. 5: El culo te trinco. 6: El culo te abanicaréis. 7: El culo te compromete. 8: El culo te abrocho. 9: El culo te llueve. 10: El culo te da acidez. 11: El culo te lo hace Ponce. 12: El culo te tose. 13: El culo te florece. 14: El culo te habla en morse. 15: El culo te provocó un esguince. 16: El culo te romperéis. 17: El culo te remonta como a un barrilete. 18: El culo te trasnocho. 19: El culo te lleno de nieve. 20: El culo te parto en veinte. 21: El culo te aluno. 22: El culo te da tos. 23: El culo te llega a los pies. 24: El culo te miro en el teatro. 25: El culo te hizo un ornitorrinco. 26: El culo te levantaréis. 27: El culo te compete. 28: El culo te bocho. 29: El culo te resulta leve. 30: El culo te revienta. 31: El culo te desuno. 32: El culo te mete en enredos. 33: El culo te tira clichés. 34: El culo te parto en cuatro.

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35: El culo te delinco. 36: El culo te apodaréis. 37: El culo te somete. 38: El culo te desabrocho. 39: El culo te pone de relieve. 40: El culo te revienta. 41: El culo te juno. 42: El culo te mete miedos. 43: El culo te cagó el ciprés. 44: El culo te lleno de bicarbonato. 45: El culo te afinco. 46: El culo te baldearéis. 47: El culo te entromete. 48: El culo te encorcho. 49: El culo te admira la plebe. 50: El culo te contenta. 51: El culo te desayuno. 52: El culo te tira credos. 53: El culo te representa en comités. 54: El culo te maltrato. 55: El culo te hinco. 56: El culo te lastimaréis. 57: El culo te tiró un cohete. 58: El culo te acolcho. 59: El culo te larga aguanieve. 60: El culo te impacienta. 61: El culo te importuno. 62: El culo te importa dos bledos. 63: El culo te asustó al Gran Danés. 64: El culo te hace el bachillerato. 65: El culo te miro con ahínco. 66: El culo te boicotearéis. 67: El culo te promete. 68: El culo te escorcho.

138: El culo te sancocho.

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69: El culo te bebe. 70: El culo te recalienta. 71: El culo te mancomuno. 72: El culo te pide unos dedos. 73: El culo te voló los bisoñés. 74: El culo te lleva al celibato. 75: El culo te festeja las bodas de platino. 76: El culo te carbonizaréis. 77: El culo te pide un flete. 78: El culo te quedó mocho. 79: El culo te la hizo breve. 80: El culo te violenta. 81: El culo te embetuno. 82: El culo te mató a los samoyedos. 83: El culo te preparó dos consomés. 84: El culo te quedó chato. 85: El culo te rompo arriba del colectivo 85. 86: El culo te maxwellsmarteréis. 87: El culo te vegete. 88: El culo te derrocho. 89: El culo te lavás con Elsève. 90: El culo te representa. 91: El culo te aceituno. 92: El culo te remite a viñedos. 93: El culo te silba canciones de Alberto Cortés. 94: El culo te tira un dato. 95: El culo te intrinco. 96: El culo te desenfrenaréis. 97: El culo te arremete. 98: El culo te descorcho. 99: El culo te empuja al subleve. 00: El culo te encero.

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José frente al espejo

“Soy un desastre. No puedo hacerlo. No me animo a pedirle aumento. O por lo menos que me cambie de oficina. No sé, algo con un poquito de luz. Aunque sea como para que viva una plantita, un señor kiwi con pelo de pasto. No, mejor me la banco así. ¿A ver si me dice que no? Soy un maricón. Un gallina. UNA gallina quiero decir. No voy a poder. Voy a fracasar. Como siempre. Porque siempre fracaso. La verdad, no sé para qué mierda vivo. Bah, igual, si no me mato es porque no tengo huevos. A pesar de ser una gallina. Además, las armas me dan miedo. Son peligrosas. Podés matar a alguien. Aparte no sabría cómo hacer para conseguir un arma. Y mirá si me pego un tiro y en vez de matarme, quedo medio pelotudo. Bueno, medio pelotudo sería un progreso porque soy un pelotudo por donde me mires. Si es que me mirás. Porque además soy feo. Si por lo menos fuera tonto pero lindo. O a la inversa, feo aunque inteligente… Pero no. Si por lo menos tuviera ALGO bueno. Como para que ALGUNA mina me diera bola. No sé, no pido mucho. Aunque sea una de las viejas esas que vienen a limpiar la oficina. Están buenas, jejejeje… Bah, no sé si están buenas, pero ya me encariñé. Son muchas horas en esa oficina de mierda. Bah, supongo que no me merezco otra cosa mejor. Igual el sótano es mejor que volver a casa. Por lo menos no te jode nadie. Igual, ¿quién querría joderme además de Dios? No, Dios, no… yo sé que no lo hacés a propósito. Que tenés personas 140

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que valen más la pena para ocuparse que yo, que soy una mierda. ¿Qué digo una mierda? ¡La sombra de una mierda! Ojalá una sombra: el sol no pasa ni cerca en mi vida. Ya sé: voy a juntar plata, no sé, uno o dos años, y me voy a comprar unas zapatillas bien faroleras, voy a ir a una villa de noche, y cuando me las quieran afanar, me resisto así me cagan bien a tiros. Mejor lo pienso bien y mañana veo. Soy un perdedor. Bah, ni siquiera, porque para perder hay que jugarse alguna. Uyyy… me tengo que ir a la oficina antes de que me echen. Si es que no me echaron ya. Ojalá. Creo que ni se deben dar cuenta de que trabajo ahí.” Después de pensar esto, José exhaló profundo, agarró las llaves de su nuevo Porsche y apoyó suavemente sobre la mesa “¡NO puedes hacerlo, perdedor!”, el nuevo best seller de autodaño que está haciendo furor en Estados Unidos.

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Héroes relegados: el pata de lana

¿Por qué habiendo día de todas las cosas no hay “Día del Pata de Lana?” Piénsenlo, señores: la iniciativa puede llegar a ser provechosa. Muy provechosa, si se lo estudia bien. Sería el único día que podría tener cinco regalandos por uno solo que tienen los días tradicionales: dos, por definición, que serían entre el y la corneador/a, y tres más — en el caso de que el/la pata de lana haya llenado la cocina de humo—, que vendrían a ser el “Día del Padre de Lana”, el “Día de la Madre de Lana” y el “Día del Niño de Lana”. Sin contar los aniversarios, claro está. Piensen qué incidencia importante tendría en la reactivación del consumo. Además que sería un reconocimiento a una labor a menudo peligrosa e incluso ingrata: ¿cuántas veces el pata de lana tiene que proveer en lo que “el señor de la casa” falla? Y nunca una gratificación. Jamás un reconocimiento, ni una palmada en la espalda. Eso no es justo. Les digo más: creo que conductas de este tipo deberían reconocerse. ¿Pero qué digo reconocerse? ¡Tendrían que alentarse! Extraña que no se haya pensado antes, ¿no? Yo creo que la sociedad lo va a acoger —valga la redundancia— con alegría. Yo creo que, si bien muchas empresas se van a beneficiar con esta iniciativa, las empresas de telefonía móvil —por razones más que obvias— van a capitalizar esto más que ninguna. ¿Y cómo se implementaría esto? Fácil, Señor Gerente: primero saldríamos fuerte con esta pieza que dice: “CuerneaMe”… 142

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El “trabajo”

Martín iba hacia el trabajo, cuando vio el cartel pegado sobre el poste de luz en el que se podía leer: “Dr. Pascutti. Retornos de pareja. Trabajos. Uniones. Amarres. Resultados garantizados, aunque sea el amor imposible”. Curioso, anotó el teléfono y, cuando llegó al trabajo, llamó. Una voz femenina le dio una cita con el “doctor” en cuestión para ese mismo día, a las 19:30. Le venía bien, porque aunque él trabaja en pleno centro, como el “consultorio” quedaba lejos, calculaba que llegaría justo. Por eso, ni bien el reloj marcó las seis de la tarde, Martín emprendió raudamente el viaje hacia la cita acordada. A las 19:35, con una puntualidad casi nipona, tocó el timbre. El mismísimo doctor fue quien le abrió la puerta y, con una amable sonrisa, enseguida lo hizo pasar a un cuarto oscuro y con olor a humedad lleno de rosarios, velas y estampitas de santos con pequeños trigales adheridos. El doctor se sentó, y extendiendo gentilmente su mano, invitó a Martín a hacer lo propio en la silla que se encontraba delante de él, teniendo entre ellos como toda separación una mesa cubierta con un mantel de felpa vieja que aún conservaba algo del color morado que debió haber tenido muchos años antes. El doctor acercó su tronco hacia la mesa y, entrelazando los dedos de sus manos como guardando un pequeño pájaro, lanzó la pregunta necesaria: —Bien, amigo… ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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—Martín, me llamo Martín. —Bien, Martín… —corrigió el Dr.— ¿En qué puedo ayudarle? —Usted verá, doctor… tengo este amor imposible… —Ningún amor es imposible si se cuenta con las herramientas apropiadas. —Claro, bueno, imposible hasta ahora —aclaró con una leve sonrisa Martín. —¿Tiene una foto de la persona? —preguntó el doctor. —Eso nos puede ayudar muchísimo. —Por supuesto… —respondió Martín mientras del bolsillo interno de su saco extraía una foto un poco arrugada que transformó las facciones del doctor. —¡Pe…. pe… pe…! —¿Pero qué doctor? —trató de averiguar Martín, intrigado. —¡Es Bill Gates! —Sí, doctor. Es Bill Gates… ¿Y? ¿Qué pasa, doctor? No me diga que usted tiene prejuicios… ¡Yo creo que el amor va más allá de que los sexos sean diferentes o iguales! —No, no tengo nada contra la homosexualidad… simplemente que… —Ya sé. ¡No me diga nada! Es por las diferencias de clase social: él es un magnate y yo... yo soy un pobre empleaducho de oficina. Pero como dice la canción, “El amor es más fuerte…” —Nnooo… tampoco es eso. —¿Y entonces qué es? —Es que… es que… —balbuceaba mientras trataba de ganar algo de tiempo, buscando una respuesta que lo sacara del aprieto— ¡Bill Gates es casado! Eso… Eso… ¡Es casado! —celebró el doctor con alivio al encontrar una respuesta que supuso satisfactoria. —¿Y? —Y... ¡que no es ético destruir una pareja para formar otra! —Vamos, doctor… entiendo lo que me quiere decir, pero no se preocupe: le pagaré bien. Imagínese, si esto “sale”, ¡le podría pagar mucho más que simplemente bien! —Mire, Marcelo… 144

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—Martín. —Mire, Martín… yo hace 20 años que me dedico a esto… ¡20 años! Y nunca nadie me vino con una cosa así. ¡Es una demencia! Si me disculpa… —Me ofende —dijo Martín con sequedad—, usted se promociona proclamando que logra unir cualquier tipo de pareja ¡y eso no es cierto! —Bueno, cualquier pareja dentro de los límites razonables… Imagínese, por lo menos usted debería conocer a la persona, y que la persona lo conozca a usted… el contacto entre ambos, aunque no sea probable, ¡al menos tiene que ser posible! Si no, un día de estos se me aparece alguien con la foto de un muerto y yo no le puedo decir que no… —Bueno… —concedió Martín— quizás su punto sea entendible. —Claarooo… —suspiró aliviado el doctor. —Y digame… ¿Cómo ve la cosa con Víctor Laplace? —¿Víctor Laplace? Martín asintió rebotando la cabeza. —Es primo de una tía mía. Lejana, pero de vez en cuando nos encontramos… sobre todo cuando hay una ocasión que lo amerita, como por ejemplo en un velorio, en los casamientos… —Víctor Laplace podría ser… a ver… Entonces el doctor se dispuso a encender unas cuantas velas mientras balbuceaba oraciones incomprensibles. Luego de unos cuantos minutos, dio el trabajo por concluido, y acompañó a Martín hasta la puerta recomendándole paciencia. Pasaron los meses y, aunque pocas semanas después Martín ya había olvidado el asunto de Víctor Laplace, un día, mientras estaba tomando un café en una estación de servicio, en la pantalla del televisor, apareció algo que le hizo recordar abruptamente la entrevista con el Dr. Pascutti. Era un flash de noticiero anunciando un hecho muy llamativo: Bill Gates se habría casado en secreto con un hombre, argentino, ex mentalista, que en el video aparecía sonriente sobre un subtítulo que rezaba “Aldo Pascutti de Gates”.

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Prohombres de nuestra historia: Hoy, Ernesto J. Susvín

Sin duda alguna, el rescate de la figura de Ernesto J. Susvín es una de las grandes deudas pendientes que la historia argentina tiene con la gente. Dado que son escasas las alegorías a su figura que han sorteado el paso del tiempo y lograron arribar indemnes hasta nuestros días, el recuerdo del bravo militar criollo ha cedido paso a la remembranza de otros prohombres más políticamente correctos o de lucimiento más mediático, como es el caso de los generales San Martín y Belgrano. Jaime Renci, uno de sus principales biógrafos, ensaya una explicación al respecto: “En realidad, parece que todo se remite a un tema de celos del General Belgrano por la creciente reputación que estaba ganando Susvín. Un ‘problema de cartel’ como suele llamarse ahora.” Una teoría que, si bien suena disparatada, cobra coherencia cuando analizamos la primera estrofa de la marcha “Mi bandera”, donde se los menciona a ambos: Aquí está la bandera idolatrada, la enseña que Belgrano nos legó, cuando triste la Patria esclavizada con valor, Susvín culos rompió.

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“Eso fue el principio del fin para Susvín” —prosigue Renci. “Fue una muy desafortunada metáfora para explicar la táctica de Belgrano de ‘tenaza’, la cual consistía en atacar a los españoles hasta hacerlos retroceder, situando al regimiento a cargo de Susvín en el otro extremo. Es cierto que la acción de Susvín fue fundamental para ganar la batalla, pero se sacó de contexto lo que algún soldado había expresado, víctima de una algarabía triunfalista desmedida y apresurada: ‘Les rompimo´ el culo, les rompimo’”. En rigor de verdad, el interés de Jaime Renci por rescatar la figura de Susvín no parece desinteresada, sino que huele a remordimiento. Es que fue él y no otro quien en su infancia, bajo el seudónimo de Jaimito, popularizó —en su ya célebre secuela de chistes picarescos— la doble interpretación de la estrofa de la marcha “Mi bandera” al principio mencionada. Ante esta acusación, él se defiende: “En realidad, yo no inventé nada. Lo único que hice fue aggiornar una serie de chistes que circulaban desde el siglo XIX: los ‘Chascos de Cornelito’, un conjunto de ocurrencias muy populares entre los alumnos de Sarmiento. Y sí, reconozco que el chiste de Susvín fue desafortunado. Era muy joven, y no tenía noción del daño que podía causar”. Mientras tanto, los herederos de Susvín siguen batallando —fieles al espíritu de su antepasado— en Tribunales, donde le reclaman a Renci un resarcimiento económico por daños morales y perjuicios. Un debate que, al tocar las fibras más íntimas de los ideales patrios frente al realismo español, ha trascendido hacia los más diversos círculos intelectuales bajo el lema: “Susvín. ¿Prócer idealista o sodomita realista?”.

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Grandes conquistas de Enrique, el taxista ceceoso 3: La misión

“Zábado a laz doze de la noche. Haze un todnizo que pela los huezoz. Pedo zo todavía no hize el alquiled, azí que tengo que bancádmela y pegadle dedecho. No hay un alma en la caze. Loz viejoz za volviedon a zuz cazaz, y loz pendejoz todavía no zaliedon. Agado pod Cazao, y doblo pod Codientes pada ved si pezco a alguien que salga de loz teatdos. A loz pocoz metdoz, alguien me haze zeñaz. Zí. Tantoz añoz adiba del tacho no zon al pedo. Zube un zeñod petizito, veztido con un tapado que padece de piel. Cuando lo mido pod el ezpejo, loz calzonez ze me zenan de cacona: eda el Diego. Zí zeñod. El mismízimo Diego Admando Madadona, que me dize ‘Vamoz a Madtinez’. Zo penzé que iba a buzcad papuzeta, pedo él me dize que no, que za la dejó. Pedo igual no me puede contad a qué vamoz. Zo, como zoy muy dezpetuozo de loz pazajedos —y máz tdatándoze del Diego—, zi no me quieden contad, no pdegunto. Igual el Diego me da chadla, me tida la lengua, me dize: ‘La de minaz que te debedáz coged voz…’. Y zo le digo que bueno, que no zoy el macho latino, pedo tampoco me puedo quejad. Él sondíe pícadamente. Zegamoz a la didección que me había indicado. Eda un cazedón inmenso de donde zalía un duido de pedos enzodecedod. Zí, duido de pedos: guau, guau… El Diego ze baja y toca el timbde mientdaz me mida. Yo le 148

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pdegunto si lo ezpedo o zi ze queda ahí, y él me desponde que baje, que entdamoz loz doz. De depente apadece Izabel Sadli: un ícono de mi infanzia. Zo me pezizco pada ved zi no eztoy zoñando. La coza ez que ni bien entdamoz, la Coca ze dezabdocha la bata y queda en pelotaz. Me agada el pedazo, me lo fdota y me gadcha como haze añoz no me habían gadchado. ¡La zeñoda eztá máz en fodma que nunca, y con máz vitalidad que vadias de veinte que conozco! Mientdaz tanto, el Diego mida. Al tezded polvo, la Coca haze una pauza y dize: ‘No, bazta. Zi me vieda Admando… ¿qué didía?’. El Diego intenta convencedla diziéndole que él también ze zama Admando, pedo ella za dezidió que todo ze tedminó, y noz lleva hazta la puedta. Entonzez zubimoz al auto, y Diego me dize: ‘A Pilad’. Zin comentad nada zobde lo que pazó, zeguimoz hazta que zegamoz a una caza de puta madde en un badio cedado. —‘¿Y acá quién vive, Diego?’ —le pdegunto. —‘Midta Legdand’ —me dice, mientdaz ze baja y me da un bizete de zien dóladez. Zoy Endique, y en cada bajada de bandeda tengo una hiztodia.”

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Grandes glorias de la T.V.

Corrían los alocados años 60 y los jueves a las 21 no había familia que no se diera cita delante del televisor para sintonizar “Los Malfatti”, el exitosísimo ciclo que durante siete años ininterrumpidos hizo las delicias de millones de argentinos, alcanzando picos de doscientos puntos de rating. Esta entretenidísima y tierna comedia de enredos (auspiciada por la crema desenredante Sedal), estaba protagonizada por Vicente Murillo y Dora Barbagallo (como Pedro y Carmela Malfatti), José María Padilla (como Carlos Rufino, el pícaro tío solterón) y Marcelita Reynoso (joven promesa surgida de “Nuevas Voces de la Ópera”, el concurso de difusión cultural auspiciado por las obleas Ópera) como Patricia. Durante las siete temporadas que Los Malfatti estuvieron en el aire —los hombres en las oficinas y las señoras en las ferias—, los viernes no se hablaba de otra cosa. Tal era el suceso del programa que hasta las revistas de actualidad y chimentos como “Teleflash”, “Estrellas Catódicas” y “Sintonía Vertical” casi obligadamente (salvo raras excepciones, como lo fueron las atrevidas fotos en tailleur de Catalina Sixto y el luego desmentido romance entre los hermanos Edelmiro y Julia Carrasco) los incluían en sus portadas con la excusa de alguna entrevista, fichas personales o pósters a todo color. Hasta “Soraya” —la famosísima revista de tejido y modas— solía traer por entonces una sección especial 150

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con moldes de crochet de los pulóveres que vestían los protagonistas. Aun en pleno verano. Enrique César Ibarreta —director de programación del viejo canal 3 durante esos años— recuerda el fenómeno de esta manera: “Los Malfatti eran un producto de primerísima calidad. Con una producción cuidada y libros de Carlos Giusti y Jorge Palacios, fueron un boom de esos que pocas veces se tiene la oportunidad de ver. Tal era el furor provocado por el programa, que del ´62 al ´69, ‘Patricia’ era casi el único nombre con el que anotaba a los recién nacidos en los registros civiles”. A propósito de eso, su hijo, Ricardo Patricia Ibarreta, agrega a los dichos de su padre: “Me parece recordar como si fuera hoy al ya fallecido Padre Carmelo Bentiveo mechando frases de ‘Los Malfatti’ entre citas del Evangelio al cierre de transmisión”. No es casual que Ibarreta hijo traiga precisamente esto a colación, ya que “Los Malfatti” instalaron en el inconsciente colectivo decenas de frases y latiguillos como “Qué palazo para Rapazo”, “Cuando llueve, es bueno que los aviones vuelen con piloto”, “Eso está verde, Valverde”, “No hay nuevas, Villanueva” y “Qué meterete, Loprete”, frase que además dio nombre a uno de los temas incluidos en el long play de la banda de sonido homónima, que fue séxtuple disco de platino y ocupó las listas de los más vendidos del verano de 1968, catapultando al éxito a su intérprete y compositor, Gumersindo Franzdellensmeier (el seudónimo artístico con el que era conocido Ricky Dyke). Pero dicen que nada dura para siempre, y Los Malfatti, que parecían ser los dueños de un éxito eterno e imbatible, no pudieron escapar a esta regla… Por una parte, había que tener en cuenta que Marcelita Reynoso acusaba ya 16 abriles, y de poco servían los grandes esfuerzos de vestuario y maquillaje, así como tampoco los de los guionistas, que ya le habían hecho repetir segundo grado por sexta vez, víctima de una maestra malvada y despiadada. El personaje de la nena ingenua y aplicada ya estaba resultando poco creíble, incluso para la inocente sociedad de la época. Por otra parte, los crecientes rumores acerca del deterioro de la relación entre los protagonistas cada vez eran más difíciles de acallar. Un ¡¡¡300.000 ejemplares vendidos!!!

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secreto a voces del cual dio cuenta la revista “Señal de ajuste” en su nota de tapa, donde Vicente Murillo se defendía de un supuesto entredicho con Dora Barbagallo, declarando un lacónico: “Vieja puta, conchuda de mierda”. Algo que, como era de esperarse, dio origen a un litigio judicial por calumnias e injurias aún pendiente de resolución, el cual volvió a reunir en calidad de testigo a gran parte del elenco y reavivó los rumores de un posible regreso del programa. Claro que de concretarse tan ansiado evento, sufriría algunas pequeñas adaptaciones para aggiornar el producto a los tiempos que corren. Como por ejemplo: no se trataría de una comedia costumbrista sino de un reality show, el eje del programa no haría hincapié en los valores familiares sino que relataría en tiempo real el juicio entre Vicente Murillo y los herederos de Dora Barbagallo (que Dios la tenga en la gloria), y ninguno de los actores de la tira original sería de la partida, recayendo el protagonismo en los abogados patrocinantes de las partes involucradas. Eso sí, el nombre incluiría un fuerte guiño al programa original al retomar la muletilla que Los Malfatti entonaban a coro al finalizar cada programa: ¡Qué linda que es la vida, cuando la familia está reunida!

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Aunque parezca perfecto, yo también me equivoco (perlitas)

Como en todas las páginas 153 de este libro, les presentamos una selección de los furcios más graciosos de este libro... ¿Los vemos Señor Editor? El jabón de Martín

Marcela va caminando por Palermo Viejo mientras hace tiempo para una reunión que tiene cerca de ahí. Va mirando vidrieras hasta que en una ve… en una ve… ¡ve a la concha de su hermana! Dame otra... Reportaje telepático

Lo que muchos profetizaban como una fantasía sólo posible en un futuro lejano, hoy es una realidad posible. ¡Puta! Repetí “posible”… Va de nuevo. Los granaderos

Los dos granaderos están parados ahí. Inmóviles. Parecen de cera, como salidos del Museo de Madame Bovary… ¡Pero qué pelotudo! Era Madame Tussaud…

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Los granaderos (toma 2)

Los granaderos están parados ahí. Parecen de cera, como salidos del Museo de Madame Bovary… ¡Y dale con Madame Bovary! Hagamos una más... Grandes conquistas de Enrique, el taxista ceceoso

Zegamos a la didección que me había zeñalado… ¿Qué pazó? ¿Pod qué padamos? ¿Ezcdibí “zeñalado”? ¿Y cómo eda? ¡Ah, ziedto... indicado…! ¡La puta madde! Necesito mimos

Jajajaja… me tenté. Cortá... Cortá...

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¡Viví ya!

Me gustaría vivir en una propaganda. Para que el clima siempre sea agradable. Para no transpirar nunca. Para que mi pelo sea rubio, tupido y brillante. Para que los recuerdos de mis primeros dos o tres años tengan olor a plastilina y papel crepé. Para que mi infancia huela a bizcochuelo recién horneado. Para que mi adolescencia sea alegre y sin conflictos. Para que de adulto pueda manejar los mejores autos deportivos. Para que las borracheras sean todas elegantes, como las de Dean Martin. Para que las mujeres sean todas hermosas y se me entreguen instantáneamente (encarándome ellas, y de esta forma evitándome la poco conveniente situación del rebote). Para que mi vejez me encuentre siempre jugando al tenis. Y que la muerte sea una botella de suavizante para la ropa, delante de un fondo azul jaspeado y un eslogan ganador.

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Literatura erótica para eyaculadores precoces

Capítulo I Ella lo miró.

Fin

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Índice alfabético (Bueh, salvo el prólogo y el índice, que es parte del libro, pero no tiene sentido porque si no sabés dónde está el índice, ¿dónde te vas a fijar para encontrarlo? Es como que la palabra diccionario figure en el diccionario. ¿Cómo? ¿Figura? Ah, ahí sí me mataste...).

Prólogo por Marcelo Lacanna ...................................................... 11 Ajetrez: Copa “debut y despedida”................................................ 113 Ajetrez: Tablero y reglamento........................................................ 109 Alguien tenía que decirlo............................................................... 47 Aunque parezca perfecto, yo también me equivoco (perlitas)......... 153 Besos de Lengua............................................................................ 21 Boludo porteño............................................................................. 76 Colorado el siete... ........................................................................ 136 Comité de crisis de Muwled.......................................................... 70 Conduciendo los Oscar de la Academia (gracias a Academias Oscar).......................................................... 31 Consultorio gramatical: del pluralismo y su correcta utilización . ................................................................. 91 Descubrimientos científicos........................................................... 130 ¿Dónde está Wally? ...................................................................... 14 Dossier especial: Qué religión elegir.............................................. 86 El amor es ciego............................................................................ 123 El doble de riesgo con la mitad de problemas . .............................. 60 El jabón de Martín........................................................................ 88 El pajasutra (versión masculina)..................................................... 82

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El reverdecer de la escritura........................................................... 97 El tabaquismo como actividad laboral........................................... 45 El “trabajo”................................................................................... 143 Estallido social y disturbios en Tubbilandia por Gustavo Taunus (enviado especial).......................................... 104 Estreno destacado de la semana..................................................... 116 Éxitos resonantes de la “División Narcóticos”................................ 29 Forróscopo.................................................................................... 50 Gracias, Luis Alberto..................................................................... 90 Grandes conquistas de Enrique, el taxista ceceoso 1: El principio.................................................... 39 Grandes conquistas de Enrique, el taxista ceceoso 2: El regreso....................................................... 115 Grandes conquistas de Enrique, el taxista ceceoso 3: La misión ...................................................... 148 Grandes glorias de la T.V. ............................................................. 150 Hazlo tú mismo. Hoy: hazlo tú mismo......................................... 106 Hazlo tú mismo, pana... Hoy: Taller de reggaetón.......................... 36 Héroes relegados: el pata de lana .................................................. 142 Humor negro (por Groncho Marx)............................................... 129 (axuX) éiralI.................................................................................. 112 ¿Indianápolis o Hindunápolis? ..................................................... 67 José frente al espejo....................................................................... 140 Josecito, alias “El barbudo”............................................................ 54 La carrera más esperada . .............................................................. 52 La mascota.................................................................................... 77 La naturaleza enseña..................................................................... 13 La porno que todos querríamos ver (y nadie se atrevió a pedir)............................................................. 27 Las mujeres son de Venus, los hombres son de Marte... ¿De Marte de quién?............................................. 49 Las sondas que se vienen .............................................................. 101 Lecturas mínimas.......................................................................... 73 Literatura erótica para eyaculadores precoces................................. 156

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Literatura esponsoreada................................................................. 132 Los granaderos.............................................................................. 98 Necesito mimos............................................................................. 96 No seas ratón... . ........................................................................... 61 Nuevos ritmos para nuevos tiempos: cumbia oligarca.................... 56 ¡Pase a la posteridad usted mismo!................................................. 127 Pasión de multitudes y gavilanes.................................................... 120 Ping-pong con el autor.................................................................. 41 Policiales....................................................................................... 17 Prohombres de nuestra historia: hoy, Ernesto J. Susvín.................. 146 Puto el que lee............................................................................... 134 Putos eran los de antes... . ............................................................. 100 ¿Qué clase de presidente serías? (Elección múltiple)....................... 124 Quiero celeste .............................................................................. 65 Reportaje telepático....................................................................... 118 Rock ’n’ film roll........................................................................... 42 ¿Sabías lo qué... ............................................................................ 55 Saludá al amigo............................................................................. 58 Si quieres triunfar.......................................................................... 81 Un momento Kodak..................................................................... 34 Una mañana en Wichita, Wisconsin............................................. 25 Una noche en una disco a todo volumen....................................... 103 ¡Viví ya!......................................................................................... 155

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