13.- LA IGLESIA, Pueblo de Dios Docx

LA IGLESIA, PUEBLO DE DIOS 1.- en el documento conciliar Lumen Gentium que dice así: 'Fue voluntad de Dios el santificar

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LA IGLESIA, PUEBLO DE DIOS 1.- en el documento conciliar Lumen Gentium que dice así: 'Fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que lo confesara en verdad y lo sirviera santamente (...). Efectivamente, según el Concilio, la Iglesia es el pueblo de Dios de la Nueva Alianza. Este es el pensamiento que san Pedro transmite y las primeras comunidades cristianas: 'Vosotros que en un tiempo no erais pueblo y que ahora sois el pueblo de Dios' (1 Pe 2, 10). 2.- En su realidad histórica y en su misterio teológico, la Iglesia emerge del pueblo de Dios de la Antigua Alianza. Aunque se la designa con el nombre qahal (=asamblea), se desprende claramente del Nuevo Testamento que ella es el pueblo de Dios constituido de un modo nuevo por obra de Cristo y en virtud del Espíritu Santo. San Pablo escribe en la segunda Carta a los Corintios: 'Nosotros somos santuario de Dios vivo, como dijo Dios: 'Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo ' (6,16). El pueblo de Dios se constituye de un modo nuevo, porque forman parte de él todos los creyentes en Cristo, sin 'ninguna discriminación' entre judíos y no judíos (Cfr. Hech 15, 9). San Pedro lo afirma claramente en los Hechos de los Apóstoles al referir que 'Dios ya al principio intervino para pro curarse entre los gentiles un pueblo para su Nombre' (Hech 15, 14). Y Santiago declara que 'con esto concuerdan los oráculos de los Profetas' (Hech 15,15). San Pablo nos da otra confirmación de esta perspectiva, durante su primera estancia en la ciudad pagana de Corinto, donde oyó estas palabras de Cristo: 'No tengas miedo, sigue hablando y no calles (...) pues tengo yo un pueblo numeroso en esta ciudad' (Hech 18, 9)10). Finalmente, en el Apocalipsis se proclama: 'Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él, Dios-con-ellos , será su Dios' (Ap 21, 3). 3. Ya en el Antiguo Testamento, Israel debió el hecho de ser pueblo de Dios a una elección y a una iniciativa divina. El nuevo pueblo de Dios supera esa frontera. Comprende en sí a hombres de todas las naciones, lenguas y razas. Tiene carácter universal, es decir, católico. El fundamento de esa novedad .el universalismo. es la redención obrada por Cristo. Por eso, 'también Jesús, para santificar al pueblo con su sangre, padeció fuera de la puerta' (Hb 13,12). 'Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo' (Hb 2, 17). 4. Así se ha formado el pueblo de Dios de la Nueva Alianza, que había sido anunciada por los profetas del Antiguo Testamento, en particular por Jeremías y Ezequiel. Leemos en Jeremías: 'He aquí que días vienen (oráculo del Señor): pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo' (Jer 31, 33). El profeta Ezequiel dice: 'Os daré un corazón nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas' (Ez 36, 2627).

5. La primera Carta de Pedro su enseñanza sobre el pueblo de Dios de la Nueva Alianza, heredero de la antigua Alianza. 'Quienes creen en Cristo, renacidos no de un germen corruptible, sino de uno incorruptible, mediante la palabra de Dios vivo (Cfr. 1 Pe 1, 23), no de la carne, sino del agua y del Espíritu Santo (Cfr. Jn 3, 5)6), pasan, finalmente, a constituir un linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo de adquisición (...), que en un tiempo no era pueblo y ahora es pueblo de Dios' (Lumen Gentium, 9). 6. Se trata de la descripción de la Iglesia como pueblo de Dios de la Nueva Alianza (Cfr. Lumen Gentium, 9), núcleo central de la humanidad nueva llamada en su totalidad a formar parte del nuevo pueblo. Cristo, que lo instituyó para ser comunión de vida, de caridad y de verdad, se sirve también de él como de instrumento de la redención universal y lo envía a todo el universo como luz del mundo y sal de la tierra (Cfr. Mt 5,13.16)'. 1. ¿Qué quiere decir "Pueblo de Dios"? En primer lugar, significa que Dios no pertenece de manera propia a ningún pueblo; porque es Él quien nos llama, nos convoca, nos invita a ser parte de su pueblo, y esta invitación esta dirigida a todos, sin distinción, porque la misericordia de Dios "quiere la salvación para todos "(1 Tim 2:04, cf. Mt 28,19). San Pablo afirma "no hay ni judío ni griego... porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28) 2. ¿Cómo se convierte en miembro de este pueblo? No es a través del nacimiento físico, sino por medio de un nuevo nacimiento. En el Evangelio, Jesús dice a Nicodemo que hay que nacer de lo alto, del agua y del Espíritu para entrar en el Reino de Dios (cf. Juan 3:3-5). Es " a través del Bautismo. 3. ¿Cuál es la ley del pueblo de Dios? Es la ley del amor, amor a Dios y amor al prójimo, según el nuevo mandamiento que nos ha dejado el Señor (cf. Jn 13,34). Un amor, sin embargo, que no es sentimentalismo estéril o algo vago, sino que es el reconocer a Dios como único Señor de la vida y, al mismo tiempo, aceptar al otro como un verdadero hermano, superando divisiones, rivalidades, incomprensiones, egoísmos; las dos cosas van de la mano. 4. ¿Qué misión tiene este pueblo? La de llevar al mundo la esperanza y la salvación de Dios: ser signo del amor de Dios que llama a todos a la amistad con Él; ser levadura que hace fermentar toda la masa, sal que da sabor y preserva de la corrupción, luz que ilumina. 5. ¿Cuál es el objetivo de este pueblo? El fin es el Reino de Dios, iniciado sobre la tierra por Dios mismo. El fin entonces es la plena comunión con el Señor, entrar en su misma vida divina, donde viviremos la alegría de su amor sin medida. ¡Aquella alegría plena! Preguntémonos: ¿cómo puedo hacer crecer la fe que he recibido del Bautismo?; ¿cómo hago crecer esta fe que yo he recibido y que el pueblo de Dios tiene?; ¿cómo hago para hacerla crecer?

LA IGLESIA, CUERPO DE CRISTO 1. El Apóstol San Pablo utiliza la imagen del cuerpo para representar la Iglesia, y dice: 'En un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu' (1 Cor 12,13). Es una imagen nueva. Mientras el concepto de 'pueblo de Dios' que hemos explicado en las últimas catequesis, pertenece al Antiguo Testamento, y es recogido y enriquecido en el Nuevo, la imagen de 'cuerpo de Cristo', empleada también por el concilio Vaticano II al hablar de la Iglesia, no tiene precedentes en el Antiguo Testamento. Conviene notar, asimismo, que en las cartas de san Pablo no encontramos el calificativo 'místico', que aparecerá sólo más tarde; en las cartas paulinas se habla del 'cuerpo de Cristo', estableciendo simplemente una comparación realista con el cuerpo humano. En efecto, escribe el Apóstol que 'del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo' (1 Cor 12,12). 2. El Apóstol, quiere poner de relieve la unidad y, al mismo tiempo, la multiplicidad que es propia de la Iglesia. 'Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros, y no desempeñan todos los miembros la misma función, así también nosotros, siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo cada uno por su parte los unos miembros de los otros' (Rom 12, 4.5). 'Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros' (1 Cor 12, 27). 'También nosotros, siendo muchos, no formamos mas que un solo cuerpo en Cristo' (Rom 12, 5). 3. El cuerpo es el organismo que, precisamente por ser organismo, expresa la necesidad de cooperación entre los diversos órganos y miembros en la unidad del conjunto, compuesto y ordenado de esa manera, según san Pablo, 'para que no hubiera división alguna en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocuparan lo mismo los unos de los otros' (1 Cor 12, 25). 'Más bien los miembros del cuerpo que tenemos por más débiles, son indispensables'(1 Cor 12, 22). Y el Apóstol llega incluso a decir que 'somos miembros los unos de los otros' (Rom 12, 5) en el cuerpo de Cristo, la Iglesia. 4. Es una exigencia de armonía 'biológica' del organismo humano que, trasladada a modo de analogía al plano eclesiológico, indica la necesidad de la solidaridad entre todos los miembros de la comunidad)Iglesia. En efecto, escribe el Apóstol: 'Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo' (1 Cor 12, 26). 5. Se puede decir, por tanto, que el concepto de Iglesia como 'cuerpo de Cristo' es complementario con respecto al concepto de 'pueblo de Dios'. Se trata de la misma realidad, expresada según los dos aspectos de unidad y de multiplicidad, con dos analogías diversas. La analogía del cuerpo pone de relieve sobre todo la unidad de vida: los miembros de la Iglesia se hallan unidos entre sí en virtud del principio de la unidad en la idéntica vida que proviene de Cristo. '¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo' (1 Cor 6, 15). De este modo,

Cristo mismo es 'la cabeza del cuerpo, de la Iglesia' (Col 1, 18). La condición para participar en la vida del cuerpo es la unión con la cabeza, 'de la cual todo el cuerpo, por medio de junturas y ligamentos, recibe nutrición y cohesión, para realizar su crecimiento en Dios' (Col 2, 19). 6. El concepto paulino de 'cabeza' (Cristo)cabeza del cuerpo que es la Iglesia) significa en primer lugar el poder que le pertenece sobre todo el cuerpo: un poder supremo, a propósito del cual leemos en la carta a los Efesios que Dios 'bajo sus pies sometió todas las cosas y le constituyó cabeza suprema de la Iglesia' (Ef 1, 22). Como cabeza, Cristo transmite a la Iglesia - cuerpo su vida divina, a fin de que crezca 'en todo hasta aquel que es la cabeza, Cristo, de quien todo el cuerpo recibe trabazón y cohesión por medio de toda clase de junturas que llevan la nutrición según la actividad propia de cada una de las partes, realizando así el crecimiento del cuerpo para su edificación en el amor' (Ef 4, 15 16). Como cabeza de la Iglesia, Cristo es el principio y la fuente de cohesión entre todos los miembros del cuerpo (Cfr. Col 2, 19). Es el principio y la fuente de crecimiento en el Espíritu: de él todo el cuerpo recibe el crecimiento para su edificación en el amor (Cfr. Ef 4, 16). Por eso el Apóstol exhorta a ser 'sinceros en el amor' (Ef 4, 15). El crecimiento espiritual del cuerpo de la Iglesia y de cada uno de sus miembros es un crecimiento 'desde Cristo '(principio) y, al mismo tiempo, ..hacia Cristo' (fin). Nos lo dice el Apóstol, cuando completa su exhortación así: 'Siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta aquel que es la cabeza, Cristo' (Ef 4, 15). 7. Debemos añadir también que la doctrina de la Iglesia como cuerpo de Cristo-cabeza tiene una relación muy intima con la Eucaristía. En efecto, el Apóstol pregunta: 'La copa de bendición que bendecimos "no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?' (1 Cor 10, 16). Se trata, desde luego, del cuerpo personal de Cristo, que recibimos de modo sacramental en la Eucaristía bajo la especie del pan. Pero, siguiendo su idea, san Pablo responde a la pregunta planteada: 'Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan' (1 Cor 10,17). Y este 'un solo cuerpo' son todos los miembros de la Iglesia, unidos espiritualmente a la cabeza, que acaba de identificar con Cristo en persona. La Eucaristía, como sacramento del cuerpo y la sangre personal de Cristo, forma la Iglesia, que es el cuerpo social de Cristo en la unidad de todos los miembros de la comunidad eclesial. Baste por ahora esta breve explicación de una admirable verdad cristiana, sobre la cual hemos de volver cuando, Dios mediante, tratemos sobre la Eucaristía. ACTIVIDAD: 1.- Teniendo en cuenta el texto y después de haber leído, usa una técnica ( esquema de llaves, mapa mental, cuadros, organizador visual…etc, puede ser figura …), y desarrolla el tema. 2.- ¿Por qué san Pablo compara la Iglesia con el cuerpo humano? 3.- Te sientes parte del Cuerpo de Cristo? Explica.