1. El Desarrollo Del Apego

DESARROLLO DEL APEGO 1.1. Introducción Los seres humanos somos una serie muy social. Nos organizamos en grupos, comunida

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DESARROLLO DEL APEGO 1.1. Introducción Los seres humanos somos una serie muy social. Nos organizamos en grupos, comunidades, familias y naciones. Pasamos mucho tiempo interactuando unos con los otros. Los niños tienen muchas relaciones sociales, con los padres, los hermanos… algunas de estas relaciones son muy breves y no tienen demasiado calado (canguros); pero otras relaciones se desarrollan mucho más intensamente, son relaciones que se suelen mantener durante muchos años, son más intensas e influyen en el desarrollo social posterior del niño (padres, hermanos, tíos…). Comprender como funciona el desarrollo cognitivo le ha llevado bastante tiempo a los investigadores ya que todo lo que tiene que ver con la interacción social es muy complejo. Un ejemplo puede ser en una escena de una madre con su hijo en el que la madre hace una gracia a su hijo y este sonríe; al sonreír el niño la madre volverá a hacerle la gracia para que el hijo vuelva a reírse. La dificultad radica en que la madre influye en la conducta del hijo pero el niño influye también a la conducta de la madre, estas relaciones son bidireccionales. Por otro lado, el bebé es productor de su entorno, en el que su conducta y sus características personales del bebé influyen en el tipo de cosas que el bebé experimenta. Por último otra dificultad que se presenta es el límite ético. El apego es esa unión emocional que se va a establecer entre el niño y la persona que le cuida. Es el lazo afectivo, largo y duradero, que se establece entre el niño y la persona más cercana a él. Aunque el niño tenga muchas relaciones sociales, al final solo unas pocas serán verdaderamente importantes en la vida que se establecerán con los parientes más cercanos. Estas van a influir mucho en la vida. Las tres principales vías del primer desarrollo son:  La etología: interesada en los orígenes evolutivos del desarrollo  Aproximaciones basadas en la influencia del entorno del aprendizaje  Modelos cognoscitivos del desarrollo

1.2. El establecimiento del apego De los contactos repetidos que el niño hace con su entorno va a establecer lazos o situaciones que se repiten de una forma muy regular. De estos lazos surge una relación especial con la persona que le cuida más

directamente, que normalmente (¡pero no siempre!) es la figura materna. A es persona especial se le denomina figura de apego. Durante mucho tiempo se pensó que esa relación se produce por las necesidades del niño (alimentación, limpieza), estas necesidades están ligadas a la supervivencia. Sin embargo, actualmente se sabe que la relación con los otros es una necesidad primaria en sí misma y se establece al margen de la alimentación y de la higiene. Estas investigaciones corresponden al etólogo K. Lorenz. Éste autor definió el troquelado. El troquelado consiste en seguir a la primera figura que se ve. Observó que las aves cuando salen del cascarón siguen al primer ser que se descubre ante ellos y establecen una relación muy fuerte con ese ser. Lorenz vinculó aves con él mismo. Esta vinculación se producía hasta que el ave se volvía independiente. Lorenz, además, dijo que este vínculo surgía porque es totalmente necesario para la supervivencia de la cría. A partir de esta investigación surgieron dos vías importantes con dos figuras clave:  Las teorías de John Bowlby  Las investigaciones de Mary Ainsworth John Bowlby y Mary Ainsworth son figuras claves en el tema del apego principalmente porque Bowlby creo la teoría del apego y Ainsworth va a demostrar experimentalmente lo que dice Bowlby.

1.3. Teoría de apego de Bowlby En el año 1950 la Organización Mundial de la Salud le pidió al psiquiatra británico John Bowlby que estudiara los problemas de salud mental de niños que se habían separado de sus padres y que vivían en orfandad. Encontró que a partir de la separación de los niños con los padres, los niños sentían miedo e intentaban escaparse. Pasaban por una etapa de depresión y que no superaban si no conseguían tener vínculos afectivos con los de su alrededor. Si ese estado depresivo no se solucionaba terminaban en un estado de indiferencia ante el contacto humano. Este estado de indiferencia lo denominó como desapego. A partir de esta experiencia Bowlby empezó a desarrollar su teoría que se basó en los estudios metodológicos, en este caso con primates, y con las observaciones clínicas que él hizo. La teoría de Bowlby está muy relacionada con la etología y el psicoanálisis, está muy influido con toda la investigación hecha con animales. Su teoría nos permite comprender la tendencia que tienen los seres humanos en establecer vínculos afectivos con otras personas. Pero, además, la teoría de Bowlby explica las distintas formas de sufrimiento emocional y los trastornos de personalidad por la pérdida de las figuras de apego. Es decir, describió el del temor a la separación, que es una respuesta bastante adaptativa. Para Bowlby, el apego se establece porque es adaptativo para el ser humano haciendo que el niño tenga una serie de conductas innatas que permita el acercamiento de éste con la madre.

Para que se establezca el apego de un niño se necesita que se instituya una larga experiencia con la persona y necesita desarrollar determinadas capacidades cognitivas y afectivas para que el niño pueda reconocer y diferenciar a la figura de apego y dirigir las conductas de apego de forma selectiva hacia ella

1.3.1. Etapas en el desarrollo del apego Bowlby dice que hay una serie de etapas por las que el apego se desarrolla progresivamente:  Preapego  Formación del apego  Fase de apego propiamente dicha  Formación de relaciones recíprocas

A. Preapego El Preapego permanece desde el nacimiento a las seis semanas de vida. En esta etapa el bebé tiene reflejos innatos dotados de valor para la supervivencia. Llora, agarra y orienta la vista hacia las personas que lo cuidan. Responde positivamente a acercamientos y caricias de adultos y reacciona ante la voz materna, pero aún no muestra conductas de apego. El niño no reconoce a la madre.

B. Formación del apego La Formación del apego se va a establecer desde las seis semanas a los 6-8 meses. El bebé distingue a la madre del resto de personas que lo rodean y le presta más atención que a cualquier extraño, es decir, diferencia a la persona que le cuida de las que no lo hacen. Reconoce situaciones habituales como por ejemplo el baño. Aunque le resulta aversiva la perdida de contacto humano, no es mayor el malestar cuando se separa de la madre que cuando lo hace de otros.

C. Fase de apego propiamente dicho La fase del apego propiamente dicho dura de entre 6-8 meses a 18-24 meses. En este tiempo el bebé si le separamos de la madre va a sufrir reacciones de ansiedad y enfado. Va a tener preferencia por la madre, incluso rechaza el contacto con otras personas. Todas sus acciones están orientadas a conseguir mayor presencia de la persona que le cuida, el niño empieza a producir conductas para llamar la atención (lloros) y así para mantener la proximidad de la conducta materna.

D. Formación de relaciones recíprocas Esta fase empieza cuando el bebé tiene entre 18 y 24 meses y continúa adelante.

Los niños hasta esta edad piensan que lo que desaparece de la vista no existe. Pero a partir de esta etapa son capaces de imaginarse a la madre cuando esta desaparece, es decir, ante la ausencia de la figura de apego, el niño hace una representación mental de ella. Es capaz de consolarse solo y por ese motivo decrece la ansiedad en ausencia de la figura de apego al comprender que no es definitiva y porque la madre se lo puede explicar verbalmente, ya que en esta etapa da comienzo la capacidad de habla. Fuerza a la madre a “negociar” sus decisiones e intenta que ésta se adapte a sus pretensiones.

1.4. La evaluación de la relación de apego en la primera infancia El procedimiento más utilizado para evaluar la calidad del apego en niños de menos de dos caños es la situación extraña de Mari Ainsworth a partir de una situación controlada. La situación extraña es un proceso de laboratorio que implica estudiar al niño en su interacción con la madre y con un adulto (extraño) en un entorno no familiar. Está diseñada para comprobar la calidad de la relación entre el bebé y su cuidador/a o madre, por lo que durante la observación es de especial interés las reacciones del niño al separarlo de la madre y cuando vuelve a reunirse con ella. Es el procedimiento mas utilizado para evaluar la calidad del apego en niños de menos de dos años. Su objetivo era observar los recursos que utiliza el niño para afrontar la separación de la figura de apego y observar la capacidad de utilizar a la figura de apego como base de seguridad en la exploración de objetos nuevos y en la interacción con adultos extraños.

1.4.1. Procedimientos de la “Situación Extraña” El método consta de 8 episodios.

A. Episodio 1 También se le puede mencionar con el nombre de “Madre, bebé y observador”. En este episodio, la madre, acompañada de un observador, lleva al niño a una habitación nueva en la que hay un conjunto de juguetes también nuevos. Y luego el observador se va. B. Episodio 2 o “Madre y bebé”. Éste tiene una duración de tres minutos en los cuales la madre pone al niño en una silla rodeada de juguetes. Y se sienta en otra silla (a cierta distancia de la del niño) participando solamente cuando el niño requiere su atención. C. Episodio 3 o “Extraña, madre y bebé”

Entra una extraña, se sienta junto a la madre (durante un minuto) y después se aproxima hacia el niño mostrándole un juguete. Después de tres minutos, la madre sale de la habitación. D. Episodio 4 o “Extraña y bebé” En este caso si el niño está jugando la extraña no participa. Si está pasivo intenta interesarle en los juguetes. Si está triste intenta distraerle o consolarle. Si no puede consolarle se interrumpe el episodio; en caso contrario, dura tres minutos E. Episodio 5 o “Madre y bebé” La madre entra, se para en la puerta para dar al niño la oportunidad de proporcionar una respuesta espontánea hacia ella. Después la extraña se va discretamente. No está determinado lo que la madre hace a continuación. Sólo se le indica que cuando el niño esté jugando se vaya después de decirle adiós. Este episodio tiene una duración indeterminada. F. Episodio 6 o “Bebé solo” Tras haberse ido la madre si deja al niño solo durante tres minutos, a menos que esté tan afligido que el episodio tenga que interrumpirse. G. Episodio 7 o “Extraña y bebé” Entra la extraña y actúa como en el episodio 4 durante tres minutos, a menos que ela situación del niño provoque la interrupción H. Episodio 8 “Madre y bebé” Vuelve la madre y se va la extraña. Se observa el comportamiento del niño.

1.4.2. Episodios en la Situación Extraña de Ainsworth Tras realizar la Situación Extraña, Ainsworth encontró 4 patrones diferentes en la conducta del niño. Estas cuatro conductas se disgregaban en dos tipos:  Tipo Seguro (tipo B)  Tipo Inseguro  Patrón evitante (tipo A)  Patrón resistente o ambivalente (tipo C)  Patrón desorganizado o desorientado

A. Patrón seguro o tipo B

El niño que tiene este patrón de conducta tiene preferencia por la madre. Llora al separarse de ella y deja de llorar cuando regresa. Usa a la madre como base segura par explorar el mundo y es calmado por la madre cuando se encuentra angustiado. Es el más frecuente de los cuatro. Es el apego más sano.

B. Patrón evitante (tipo A) Es un tipo de patrón inseguro. En este caso el niño muestra ansiedad al quedarse solo, no por la ausencia de la madre (no le preocupa). Se comporta con extraños de forma parecida a como lo hace con la madre, cuando ésta regresa, la evita, y no suele agarrarse cuando le cogen en brazos. Explora el entorno sin interactuar con los adultos.

C. Resistente (tipo C) Estos niños buscan aproximarse a la madre antes de la separación, pero cuando regresa se muestra enfadado y agresivo con ella. La presencia de la madre y que ella le coja en brazos no le calma. Suele estar angustiado por la habitación y el adulto extraño. Incluso en presencia de la madre, su conducta exploratoria es limitada.

D. Desorganizado o desorientado Al regresar la madre, muestra conductas contradictorias que indican desorganización. Muestra su desorientación mediante una expresión facial atónita. A veces llora después de calmarse. Se muestra extraño frío e inseguro.

Aunque la probabilidad de aparición del tipo B siempre es siempre mayor que los demás patrones, no en todos los países se dan las mismas proporciones. Por ejemplo, en EEUU el 75% tiene un patrón seguro y en Alemania es un 35%. Además en Alemania el tipo de patrón inseguro más dominante es el tipo A mientras que en Japón es el tipo C. Estas diferencias se deben a los modos y patrones culturales de crianza, ya que en Alemania es normal la independencia de los niños mientras que las madres japonesas no se despegan de sus hijos. Mary Ainsworth (1971) a través de la observación de la conducta de crianza de 26 madres (durante los tres primeros meses de la vida del niño) comprobó que: El grado de sensibilidad de la madre permitía predecir con gran precisión el tipo de conducta de apego que mostraban los niños en la situación “extraña” cuando cumplían un año. Clasificó en cuatro dimensiones la conducta de las madres:  Sensibilidad/insensibilidad (atentas a las necesidades del bebe)  Aceptación/rechazo (complacen al bebe/consideran al niño molesto)  Cooperación/interferencia (respetan los deseos del bebé/imponen sus deseos sobre el niño)  Accesibilidad/ignorancia (pendiente del niño/pendiente de sus propios pensamientos y actividades)

Los niños con apego seguro tienen madres con conductas sensibles, aceptantes, cooperantes y accesibles. Los niños que presentan apegos inseguros (evitante y resistente) se relacionan más con madres que son mucho más rechazantes o insensible. Mary Ainsworth establece que hay una relación importante entre características de la madre como cuidadora y tipo de apego que se da en el niño. La sensibilidad materna y la capacidad de respuesta de la madre ante las necesidades del niño van a ser dos características que va a ser muy importantes en la formación del apego seguro. Aunque no sólo influye la conducta de la madre. También puede haber otros factores como el entorno o la conducta del niño (temperamento), ya que determinadas características del niño pueden inferir en la conducta de la madre. Lo que habría que estudiar es la interacción; la influencia de las características del niño en la conducta de la madre.

1.4.3. Los estilos de apego

Después de los experimentos de Mary Ainsworth establece que hay tres patrones de comportamientos. Como resultado de la experiencia que las crías tienen con sus cuidadores, acaban desarrollando un sistema de apego bastante estable. Es una manera de pensar, sentir y comportarse que incluye:  Una representación mental de cómo son sus cuidadores y qué pueden esperar de ellos.  Una vinculación afectiva que supone investir emocionalmente a los cuidadores de manera positiva, negativa o ambivalente  Un conjunto de conductas para mantener la proximidad o recuperarla, para demandar ayudas, explorar el entorno, relacionarse con los demás interactuar en la intimidad… Al final del primer año de vida ya es posible observar patrones o estilos de apego: formas personales de comportarse que son relativamente estables. Este estilo se puede arrastrar luego a las relaciones adultas con la pareja, con los compañeros e incluso como los hijos. Los estilos de apego en la infancia se clasifican en:  Estilo de apego seguro  Estilo de apego ansioso y ambivalente  Estilo de apego evitativo  Estilo de apego desorganizado (mezcla de los dos anteriores) Procede de Main y Solomon (1986)

A. Estilo de apego seguro Este estilo de apego se caracteriza en que niños han aprendido que sus cuidadores no les van a fallar, les son incondicionales, les quieren y les valoran. Saben que la figura de apego siempre está presente y disponible para ellos y accesibles siempre que lo necesiten. Esto lo saben por experiencia, es decir, en su año de vida, los niños con apego seguro se han hecho su esquema mental de estas personas como gente de confianza. Además, precisamente por este motivo, se hacen una imagen mental de esa persona como positiva y eso les proporciona una imagen de ellos mismos como positiva, valiosa para los demás.

Después de la separación se alegran de volver a ver a la figura de apego y lo muestran hacia ellos siendo afectivos. Se consuelan enseguida cuando hay reencuentros en este sentido. Recuperan enseguida la estabilidad emocional. El éxito de este apego seguro radica en la interacción entre los cuidadores y el niño, una relación segura estable y coherente.

B. Estilo de apego ansioso y ambivalente En este estilo el niño construye un patrón de inseguridad. El niño no tiene seguro que la figura de apego esté incondicionalmente para él y por tanto necesitan que una y otra vez se lo demuestren. Son niños muy ansiosos que necesitan una y otra vez comprobar que les quieren y si sus padres están disponibles para él. Están preocupados por la relación, por ser abandonados. Soportan muy mal las ausencias, se llevan mal con los cuidadores y exploran el ambiente de forma muy poco relajada y que está muy pendiente de su figura de apego. Las manifestaciones más sustanciales de este vínculo de apego inseguro son el miedo al abandono, el temor a no recibir el cariño o respuesta de los otros, el miedo a no estar bien valorado. Su comportamiento gira en torno a la duda, a la inseguridad. Esto puede verse en la edad adulta. Personas, por ejemplo, que en sus relaciones personales, íntimas y afectivas son muy inseguras. Personas que siempre están pensando que les van a dejar sin tener ningún indicio de ello. Soportan muy mal las separaciones y cuando se reencuentran con la figura de apego se comportan de forma muy ambivalente, es decir, se comportan de modo contradictorio; por una parte buscan el reencuentro, están ansiosos por la vuelta de la madre pero cuando viene se muestran remisos a encontrarse con ella, a establecer contacto. Después del reencuentro se quedan sensibilizados y se vuelven muy pegajosos. Las características de las conductas de los niños que establecen apego ambivalente serían la ansiedad la preocupación y las conductas de hipervigilancia. Los estudios dicen que las causas son variadas: por un lado la incoherencia en la conducta de los cuidadores (a veces condescendientes y otras veces muy exigentes), otra es la utilización del chantaje emocional, criticar negativamente el valor de los hijos, diversas formas de rechazo, la propia ansiedad del cuidador…

C. Estilo de apego evitativo Es también un apego inseguro. El niño evitativo ha llegado a la conclusión que no puede contar con sus figuras de apego, que no pueden o que no quieren ayudarle. Han aprendido a no expresar ni entender las emociones de los demás y a evitar el contacto con los demás. Forman una coraza de insensibilidad para evitar el sufrimiento. El origen del patrón es la inseguridad, igual en el estilo inseguro, pero la reacción y la manera de construir el vínculo es diferente. Han aprendido a evitar las manifestaciones intimas, carecen de código de la intimidad y por eso tienen problemas para relacionarse con los cuidadores y con los amigos en un futuro.

Los niños evitativos en las separaciones no protestan porque han aprendido que las protestas y las llamadas de atención no le llevan a ningún sitio. Cuando se quedan solos están calmados, se comportan con indiferencia. Rechazan las caricias y las muestras afectivas de los cuidadores. Cuando tienen un problema no buscan el consuelo, evitan esa intimidad y se retraen sobre sí mismos. Establecen una especie de autonomía pero se sientren produndamente inseguros 5120