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El Horóscopo de la Concepción (parte 1). Por Juan Estadella El horóscopo de la concepción, también denominado Época, corresponde astrológicamente al momento en que tiene lugar la concepción o fecundación de un nuevo ser. Biológicamente, el hecho se adscribe al preciso momento en que un espermatozoide penetra en la masa del óvulo, juntándose los dos núcleos de ambas células en uno solo; dos células se convierten en una, empezando entonces la vida del nuevo ser, pues al fin y al cabo, ésta es su primera célula. Este es el momento en el cuál entra en funcionamiento el mecanismo astrológico: es el horóscopo de la concepción. Hay que desvincular totalmente el horóscopo de la concepción de la fecha o momento en que tuvo lugar el coito, pues hay que entender que la concepción propiamente dicha, acontece ordinariamente dentro de los dos o tres días posteriores al acto sexual, aunque en casos excepcionales, se han hallado espermatozoides vivos en la trompa después de siete y ocho días. Incluso hoy en día puede reproducirse la unión de óvulo y espermatozoide en un laboratorio, con la fecundación "in vitro", siendo obvio que lo relevante es la unión de los dos gametos (masculino y femenino). Este horóscopo, es de una gran importancia en astrología, pues es una verdadera segunda carta, formando junto al horóscopo natal o Rádix, la dote astrológica individual. Un punto interesante a considerar, dejando de lado cuestiones morales, legales o religiosas, es que astrológicamente es tan importante la vinculación entre el hecho biológico de la concepción y el nacimiento, están tan engarzados astronómica y astrológicamente, que es difícil negar que desde esa primera célula creada no sea un hecho el futuro ser. El mecanismo astrológico, a la par que biológico, como no, ya se ha puesto en marcha. El estrecho ligazón astral entre ambos temas, natal y prenatal, engarzados como dos eslabones de una misma cadena, deberían añadir una nota de reflexión para el astrólogo. Con todo, muchos astrólogos se preguntan qué importancia tiene en la práctica astrológica erigir un horóscopo para el instante en que biológicamente acontece la concepción de una persona y qué razón existe para combinar este tema prenatal con el tema natal. La explicación es muy sencilla: podemos crear un paralelismo -algo distante, pero válido- con el inicio de una pequeña sociedad o empresa, creada sin trámites burocráticos (para simplificar); el momento de la concepción equivaldría al momento exacto en que dos o más socios extienden un documento privado entre ellos, firmado y rubricado, constituyendo una sociedad. En ese preciso instante, ha nacido una idea, una voluntad, un proyecto que, si bien no tiene aún cuerpo ni ha nacido legal u oficialmente, Astrológicamente ya se ha puesto en marcha un reloj, con un horóscopo válido para el momento en que los socios han acordado y firmado su iniciativa empresarial. Este tema astrológico, es totalmente operativo, desde un punto de vista interpretativo y predictivo: 1   

 

circunscrito a su nivel de eficacia y operatividad, a tenor de su naturaleza prenatal, (por decirlo así), reflejará satisfactoriamente, aunque parcialmente, a los socios y a su proyecto empresarial conjunto; además, los tránsitos futuros sobre esta carta reflejarán suficientemente el movimiento de la empresa, si bien su rol estará estrechamente ligado a un segundo horóscopo, pues algún tiempo después o quizá inmediatamente, esta sociedad creada con un simple acuerdo personal, sin más cuerpo que una hoja de papel firmada (la primera célula de la empresa), nacerá en forma externa: en el preciso momento en que dicha empresa, bien sea un comercio o un consultorio médico abra sus puertas, después del período de gestación empresarial intermedio, por denominarlo así. Ese momento, tendrá también su horóscopo y también reflejará a nivel interpretativo y predictivo la realidad de la empresa: será el equivalente al horóscopo del nacimiento o Rádix. En suma, el horóscopo prenatal y el natal, son dos caras de la misma moneda. Dos cartas que se complementan y apoyan una con la otra, con su correspondiente porcentaje de operatividad, a nivel interpretativo y predictivo, bien sea en el caso de un ser vivo o en el de una empresa. No cabe aducir en contra de considerar ambos temas una supuesta confusión o interferencia entre dichos horóscopos, pues más allá de no anularse, se enriquecen y aportan al astrólogo un panorama mucho más amplio para su práctica profesional o de investigación. No olvidemos que incluso en astrología mundial, en el apartado de horóscopos de estados, en ocasiones coexisten dos temas válidos: es el caso de los USA, que cuentan con dos temas astrológicos nacionales validados y rectificados, siendo operativos ambos: el primero, el tradicional para el 4 de Julio de 1.776 y el segundo, para el 4 de Marzo de 1.789, con diferentes ángulos ambos. En una práctica astrológica verdaderamente eficaz y rigurosa, no debe desdeñarse la utilización de ambos temas, el prenatal y el natal. Sin embargo, hay que ser conscientes que en la actualidad, en más de un 99% de veces se desprecia la Época o tema prenatal. Básicamente, por razones de tiempo y dinero; consecuentemente, es inviable su consideración y análisis en la consulta profesional. Ciertamente, la inversión de tiempo necesaria en su obtención, autentificación y estudio, lo hace poco factible para ser tomado en cuenta. A ello se suman dos graves impedimentos prácticos para su utilización: primero, la dificultad para el astrólogo medio de obtener con un mínimo de garantías de rigor o veracidad la fecha exacta de la concepción, pues no hay que olvidar que si bien las teorías legadas por la tradición astrológica no sólo no son despreciables, sino que en verdad, algunas de ellas están bien fundamentadas y son correctas, existe un elevado riesgo de error en el cálculo para su obtención, siendo para la gran mayoría de profesionales un horóscopo ingrato y difícil, ya desde su obtención. No olvidemos que respecto al tema natal o Rádix, el margen de error -en caso de no proceder previamente a su ajuste o rectificación- está limitado a unos pocos minutos de tiempo o a lo sumo en una hora, según la fuente dada para erigir el tema natal, pero en el caso de la Época, el error puede llegar a ser de días y semanas incluso, aparte de tener que considerar una posible variación de coordenadas terrestres para dicho horóscopo, que puede darse algunas veces.

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El segundo problema para abordar y poner en práctica la Época, es que no existen en el mercado astrológico textos válidos para la interpretación y predicción con el tema prenatal, a pesar de tratarse de un tema con prácticamente 2.000 años de historia. No existe una operativa clara y definida, donde situar adecuadamente a la Época, tanto de manera aislada como complementada con el tema natal. Tan sólo unos pocos textos válidos legados por la tradición, que aunque acertados en su enfoque y concepción -nunca mejor dicho-, algunos están escritos hace siglos y hay que saber situarlos en un contexto apropiado; por ende, no todas las fuentes bibliográficas tradicionales han sido traducidas e interpretadas correctamente y no están disponibles buena parte de las obras, pues no en vano, el astrólogo medio cuenta en sus estanterías con libros escritos en su mayoría después de 1.950. Curiosamente, las escasas aportaciones contemporáneas al tema de la Época, bien en forma de ponencias o artículos, se limitan a considerar meramente el cálculo o comprobación moderna de dicha carta, siendo casi nulas las investigaciones vertidas en el campo de su uso práctico, referidas a la interpretación y predicción con dicha carta o bien a su complementación con la carta natal. Diríase que para algunos autores modernos, la Época es algo así como un suvenir astrológico, una fecha mágica o una curiosidad , más biológica que astrológica para algunos, cuando en verdad estamos tratando con una perla sin par, casi equivalente al tema natal. Se descuida e ignora lo que el horóscopo de la concepción puede aportar para la comprensión de una natividad. En cualquier caso, dadas las probabilidades de caer en un grave error de cálculo, debería ser prudente toda exposición de supuestos temas prenatales que no obedezcan a un mínimo de rigor científico. En contraposición a esto, numerosos autores clásicos, como Ptolomeo, sí han ofrecido orientaciones y muestras de su utilización. Respecto al primer punto, en cuanto a la dificultad de hallar con garantías de éxito la verdadera carta prenatal, cabe congratularse hoy por hoy del gran impulso imprimido en este campo por el astrólogo alemán Alexander Marr, el cuál perfeccionó la técnica para la obtención de la Época a partir de 1.980, demostrando claramente cuán ligados están entre sí el tema prenatal y el natal, tanto astronómicamente como a nivel predictivo, con su "Test Dual". Posteriormente, cabe resaltar el esfuerzo investigador de Isaac Starkman, discípulo del primero y que junto a un pequeño grupo de astrólogos, ha continuado la labor fructíferamente. Dando por sentado que en el momento presente el uso de la Época queda reducido a la mínima expresión, procede ahora exponer cómo calcular correctamente la Época, a efectos de que el astrólogo medio puede contar desde ahora con esta herramienta sin igual que es el tema prenatal. Hay que resaltar que el proceso que se describirá a continuación, es en realidad la depuración de las indicaciones para el cálculo de la Época que nos ha legado la tradición astrológica, siguiendo una variante moderna que se desmarca en parte de los postulados más antiguos y a la que podríamos llamar "topocéntrica", por su origen respecto a los autores modernos que la propugnan, seguidores del Sistema Topocéntrico de casas, creado en los años sesenta por Vendel Polich y A.P.Nelson Page y también por la metodología y cómputo astrológico, adscrito al topocentrismo, en cuanto al proceso de obtención y verificación de la Época. 3   

 

Para abordar con garantías de éxito el cálculo de la Época, es imprescindible el contar previamente con un tema natal o Rádix rectificado a +/- 8 segundos de tiempo, pues una ligera variación en el mismo, generará una Época incorrecta o la imposibilidad práctica de su cálculo. Difícilmente cuenta el astrólogo profesional con una hora de nacimiento suministrada con total exactitud, pues como la experiencia demuestra, incluso las horas facilitadas en minutos, no redondeadas, son susceptibles de ser ajustadas. Por ello, la práctica de la rectificación de un tema natal, se hace necesaria, tanto para el mismo Rádix como para proceder al cálculo de la Época. Nótese que dada la diferencia entre el movimiento de los ángulos y de la Luna (prenatal), si tenemos una hora natal incorrecta, con un ascendente en los primeros grados de Cáncer y con un error en el mismo de unos 5 grados de más, que equivale aproximadamente a unos + 22' minutos de tiempo en la hora de nacimiento, tendremos un error en la domificación del horóscopo prenatal de 8 a 10 horas, que es el tiempo que aproximadamente tardará la Luna en recorrer dichos 5 grados de error, variando por completo la domificación de la Época. Respecto al cálculo de la Época, es necesario constatar que el procedimiento tradicional para el cálculo de dicha carta prenatal, es correcto en buena parte, pero ha debido desecharse parte de sus postulados. La Trutina de Hermes, aporta la siguiente fórmula para obtener la Época: a)"El grado del signo ascendente o descendente del tema natal, corresponde al grado y signo de la Luna en la carta de la concepción..." y b) "la posición radical de la Luna es idéntica a la del grado y signo del ascendente o descendente de la carta de la concepción...". Hallamos esta fórmula ya en el Centiloquio, obra atribuida a Ptolomeo. En el aforismo 51, se afirma: "In quo signo Luna esta geniturae tempore, illud in conceptu fac ascendens. Et in quo signo inventa fuerit in conceptu, illus aut ejus oppositum fac ascendens in partu". (Haced el ascendente en la concepción, el signo donde está la Luna en el tiempo del nacimiento, y el signo donde ésta ha sido encontrada en la concepción, o su opuesto, ascendente en el alumbramiento). Esta es una fórmula empleada y repetida incluso hoy en día. Comprobaciones experimentales modernas, han comprobado la veracidad y exactitud de la primera aseveración (a), pero han desechado por incorrecta la segunda (b). Conviene remarcar la inexactitud del punto (b), pues sólo ha sido posible validar o anular los postulados de la tradición para el cálculo de la Época en este siglo XX, gracias a la informática y a otras herramientas modernas, que han permitido aislar y depurar las reglas 4   

 

clásicas de antaño. La puesta en circulación del Sistema Topocéntrico en 1.962, ha sido fundamental, permitiendo un avance gigantesco en el tema del horóscopo de la concepción. En todo caso, Abdias Trew, que escribió una revisión crítica de la tradición astrológica, ya puso en entredicho hace mucho tiempo la validez del punto (b), pero consideró correcto el punto (a). Tampoco ha resultado válida la fórmula que establece que si en el horóscopo natal la Luna está encima del horizonte el embarazo será más corto y si la Luna natal está bajo el horizonte el embarazo será más largo. Es obvio que la validación astrológica de un hecho puramente biológico, que escapa a toda medición o registro, a excepción de casos excepcionales, sólo es posible y demostrable en el marco de la precisión astronómica y matemática que ofrece el topocentrismo. El procedimiento para el cálculo de la Época apuntado por Alan Leo en su obra "Casting the horoscope", donde dicho autor compila las reglas enumeradas por un autor del siglo XVIII, Christopher Heydon, son por tanto, totalmente incorrectas, así como las anteriores que no se ajusten a lo enumerado. Hoy por hoy, la fecundación "in vitro" permite cronometrar el instante en que se inyecta un espermatozoide en un óvulo, en laboratorio, siendo su validación, con el hecho del nacimiento a posteiori, posible. No obstante, no contamos con suficientes muestras experimentales como para poder afirmar la validez de la fórmula en casos donde existe una intermediación humana o la inducción artificial de un proceso biológico. Otra regla que ha debido ser descartada es la fórmula: "si la Luna en el horóscopo del nacimiento va hacia la oposición, será el signo ascendente el ocupado por la Luna prenatal, y si la Luna en el horóscopo del nacimiento va hacia la conjunción, será el signo descendente el de la Luna de la concepción...".En la práctica se ha demostrado que es inexacta esta fórmula, debiendo ignorarse. Definitivamente pues, se ha comprobado que la posición en grados y minutos del ascendente o descendente natales corresponde siempre a la posición exacta de la Luna en la Época, con un orbe de máximo 8' de arco, siendo la media general de 2' (enunciado "a"). Unas veces corresponde a la posición del ascendente natal y otras a la del descendente, indistintamente. No obstante, en el grueso de Épocas rectificadas y autentificadas por varios autores desde hace algunos años, se observa un ligero predominio de coincidencias entre la Luna de la Época y el ascendente natales; sin embargo, la desviación estadística observada, no es suficientemente significativa como para considerarla, pues tan sólo he considerado cerca de cien casos. Es ésta la primera regla a considerar para la obtención de la carta prenatal, antes ya que al proceder al cálculo mismo de la Época. 5   

 

La controversia que nace de la depuración de las fórmulas tradicionales para la obtención del momento de la concepción, con las variantes ya mencionadas propuestas por Alexander Marr en 1.980, no son nada nuevo, por otra parte. Dada la imposibilidad, en siglos anteriores, de poder contar con sistemas de verificación adecuados, siempre han existido dudas y controversias al respecto. A continuación transcribiré fielmente parte de un capítulo del libro "El mundo de las estrellas", de Ernst Zinner, el cuál recoge en su obra una muestra histórica de tal circunstancia: "...la arbitrariedad subía de punto si el astrólogo no tomaba como punto crítico el del nacimiento, sino el de la concepción; pues si el momento natal podía ser corregido a posteriori, como ya hemos visto que sucedía, mucho mayor era la incertidumbre acerca del momento de la concepción. Sobre este punto hubo una controversia, en el verano de 1.467, en presencia del rey de Hungría Matías Corvino, entre el astrólogo real Martín Ilkusch y el maestro Johann von Glogau, de Cracovia. Tratábase de averiguar cuando había sido concebido el hijo del conde de Rosgon, nacido el 26 de Abril de 1.467. Partiendo del estado de la Luna en el momento del nacimiento, Ilkusch había deducido que el hijo había sido concebido el 17 de Julio de 1.466. Johann von Glogau impugnó este cálculo con gran vehemencia, sosteniendo con gran acopio de argumentos que el cómputo debía establecerse a partir del último plenilunio anterior al nacimiento, lo cuál daba como fecha concepcional el 18 de Julio de 1.466. Cada uno de los dos adversarios se apoyaba en la autoridad de un autor antiguo: Johann en Tolomeo, e Ilkusch en Hermes. Como el padre del niño no había dado ningún dato que permitiera deducir el tiempo en que fue concebido éste, no había manera de comprobar experimentalmente cuál de las dos teorías era acertada, y así la polémica terminó sin resultado positivo, a menos que consideremos como tal la suma de 100 florines que se embolsó Johann von Glogau. Mucho más tarde, Georg Rollenhagen dejó sentado que la regla de Hermes no era válida, como podía demostrarse por las fechas de nacimiento y concepción de varios niños..." Valga esta anécdota para ilustrar lo apuntado, respecto a la sempiterna controversia acerca del cálculo de la fecha de la concepción. *Cálculo de la Época: Partiendo de la fecha del nacimiento, se restarán 271 días (media aproximada en días del intervalo entre la fecha de la concepción y la del nacimiento), hasta hallar una fecha teórica cercana al momento de la concepción. Para facilitar el cálculo, es recomendable el utilizar unas efemérides o un programa informático donde figuren los denominados "Días Julianos" y tomar el correspondiente al día del nacimiento. Se le restarán los 271 días y nos dará un "Día Juliano" cercano a la fecha de la concepción. Una vez hallado su equivalente en día, mes y año, nos fijaremos en qué signo estaba la Luna ese día, viendo si estaba ésta cercana (por signo) al signo ascendente o descendente del Rádix. De tratarse de una gestación normal, el día probable de la concepción será el que contenga a la Luna transitando el signo ascendente o descendente natal inmediatamente anterior o posterior a la ubicación por signo de la Luna, una vez restados los 271 días. A priori no es una selección difícil, pues por término medio 6   

 

sólo cabe escoger entre dos fechas, que serán las correspondientes a la posición radical del ascendente o del descendente. De hecho, el hallar y ajustar el tema de la Época es más fácil que el rectificar el Rádix mismo, a pesar de los márgenes de tolerancia diferentes que tienen ambos. Es muy importante y recomendable cuando ello sea posible, el guiarse de la madre, un familiar, un eventual registro o dossier médico, etc., acerca del período de gestación aproximado. Hoy por hoy, en las primeras ecografías realizadas inmediatamente después de que la mujer ha quedado embarazada, ya puede fijarse la fecha de la concepción con una semana como margen de error, gracias a la observación de las medidas del embrión. Obviamente, nos ahorrará mucho trabajo el saber que la persona fue sietemesina o que el parto se adelanto un mes o se retrasó tres semanas. De esta manera, se descartan posibles ubicaciones lunares de antemano. No obstante, siendo realistas, no siempre es posible acceder a esta información, debiendo obrar a ciegas la mayoría de veces. Para seguir con el proceso de obtención del momento de la concepción, consideraremos orientativamente una segunda regla, cuya efectividad se acerca a un 75 %. Aunque existen toda una serie de excepciones, podemos considerar que: La fase lunar del Rádix, se repite en la Época. Repito que hay que acoger con cautela esta aseveración, pues no siempre funciona, en contraposición a la primera regla, que se observa siempre. Además, deberemos considerar una mayor tolerancia para el inicio y el final de la fase lunar. Hecha esta salvedad respecto a la segunda regla a observar, tomaremos primero preferentemente la fecha en que coincida la fase lunar prenatal con la natal, bien esté la Luna en el signo del ascendente o del descendente natales. A continuación, se procederá simplemente a ajustar con exactitud la Luna prenatal del día en cuestión con el grado y minuto que corresponda al ascendente o descendente, según el signo coincidente para la fecha entre Luna prenatal y uno de los dos puntos eclípticos mencionados. Para ello, avanzaremos o retrasaremos la hora de ese día determinado hasta hacer coincidir eclípticamente la Luna prenatal y el ángulo natal que corresponda. Es sumamente sencillo, operando desde un programa informático de astrología que permita avanzar o retroceder hora a hora y minuto a minuto. Hay que tener presente que este ajuste previo no es definitivo, pues ya hemos apuntado que existe un orbe o tolerancia aceptados entre la Luna prenatal y el ángulo correspondiente. Ello significa que los 8' de arco que pueden existir de diferencia, equivaldrán a unos 15 7   

 

minutos de tiempo, antes o después. Es decir, en realidad, el margen total es de 30 minutos de tiempo en total, como lapso o período de tiempo para buscar la hora prenatal correcta: la hora, minuto y segundo en que aconteció la concepción. Nótese que el margen apuntado de más o menos 15 minutos de tiempo, equivale a una posible diferencia de unos 4 grados arriba o abajo para la ubicación correcta del Medio cielo de la Época, aproximadamente. Es importante este ajuste, pues a nivel interpretativo, cabe la posibilidad de que un planeta aparezca en un sector o casa en el que verdaderamente no está o bien los siempre importantes aspectos planetarios a los ángulos o cúspides de casa, desaparezcan o surjan otros que no existen como tales. A nivel predictivo, será prácticamente imposible proceder a realizar previsión astrológica alguna, pues no será operativa dicha Época para direcciones primarias o secundarias, tanto de la misma Época como en el Test Dual, ni tampoco serán efectivos tránsitos, cartas cíclicas ni otros sistemas predictivos que dependen de una ajustada hora de nacimiento. Un punto muy importante, es el de considerar las coordenadas geográficas donde tuvo lugar la concepción, pues hay que erigir el tema prenatal en el lugar donde se hallaba la madre en ese momento. Generalmente, coincide el lugar de nacimiento con el lugar de la concepción, como es el caso de todos los ejemplos aquí expuestos; sin embargo hay excepciones, tales como en Yitzhak Rabino, Bill Clinton o en Kinston Churchill. *Como ejemplo de cálculo de la Época, expondré el caso de Jacqueline Kennedy. Jacqueline Kennedy. Nacida el 28 de Julio de 1.929, a las 18:30:04 (TU) Coordenadas: 40º 54' N - 72º 23' O. 28 de Julio de 1.929.

Día Juliano:

2425820 -271 días 30 de Juliano:

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Octubre de 2425549

1.928.

Día

 

Jacqueline Kennedy. Rádix: 28-07-1929. (18:30:04,TU).

Época: 29-10-1928. (19:07:06,TU). Coordenadas: 40º 54' N y 72º 23' O.

(Rádix y Época, rectificados por I.Starkman) Aquí, la media aproximada de días entre la fecha de la concepción y el nacimiento (271 días), indica como epicentro teórico al 30 de Octubre de 1.928. Ese día, a las 0h.00' GMT, la Luna estaba a 21º 06' de Tauro, posición eclíptica muy cercana al descendente natal, a 17º 58' de Tauro, por lo cuál deberemos empezar por hallar el día, hora y minuto exacto en que la Luna prenatal estará a 17º 58' de Tauro y comprobar después mediante direcciones primarias, secundarias y demás sistemas de verificación si es la fecha correcta en que tuvo lugar la concepción. Si no ofrece un resultado aceptable (dentro de la franja de aproximadamente 30' de tiempo) en que debe hallarse el momento exacto de la concepción, buscaremos catorce días antes o catorce días después, para otra fecha, hasta encontrar la verdadera. En el caso del ejemplo, se confirmó como la única hora que respondía bien con direcciones primarias y demás sistemas predictivos, probando con los acontecimientos principales de su vida.

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-Fecha de la concepción o Época: 29 de Octubre de 1.928, 19:07:06 (TU), con idénticas coordenadas natales. La Luna de la Época se encuentra a 18º 02' de Tauro, exactamente la posición eclíptica de su descendente natal, a sólo 4' de diferencia. La fase lunar del horóscopo prenatal y natal coincide, estando la Luna menguando en ambas. Es importante señalar que existen diferentes cartas cíclicas lunares (revoluciones lunares sidéreas y otras variantes) que son de gran ayuda para seleccionar las diferentes fechas posibles (para distintas ubicaciones de la Luna por signo, bien del ascendente o del descendente). Hay que entender que si la fecha escogida, una vez rastreada con direcciones primarias, no ofrece un resultado satisfactorio, con adecuadas direcciones para los diferentes eventos, deberemos buscar catorce días antes o catorce días después, probando de nuevo con otra fecha y el mismo proceso. De ahí la conveniencia de ayudarse con las cartas cíclicas, pues éstas ahorran mucho tiempo y esfuerzo en la obtención de la Época. De acuerdo con esto, procede ahora el ajustar y rectificar la hora de la concepción, al igual que se opera para rectificar un Rádix, pero con la ventaja añadida de tener acotado En el tiempo el período de búsqueda, que alcanza como máximo 30 minutos de tiempo y que equivale a 8' de arco, arriba o abajo. Para ello no es necesaria una exposición detallada de todo el proceso, pues pertenece ya al campo de la rectificación del horóscopo. Sin embargo, si es oportuno apuntar que el procedimiento correcto es rectificar con direcciones primarias, usando el Arco de Naibod de 59'08.33'', técnica ancestral ésta que no necesita presentación alguna, aunque sí es preciso remarcar la conveniencia de utilizar direcciones primarias topocéntricas, tanto directas como conversas, por su mayor exactitud. También las direcciones secundarias deben ser usadas, como apoyo a la rectificación. Otras técnicas de menor difusión, como las PSSR, de una utilidad inversamente proporcional a su popularidad como técnica predictiva, también son de inestimable ayuda para rectificar la Época, así como el uso de las diferentes cartas cíclicas, que ya hemos comentado. Como validación de la rectificación de la Época, cabe recurrir a los tránsitos, directos y prenatales, que confirmarán la validez del horóscopo de la concepción rectificado. Precisamente, el calcular y levantar mecánicamente el tema de la Época, tal y como proceden un buen número de astrólogos, siguiendo ciegamente los dos enunciados tradicionales (donde hemos apuntado que una de las aseveraciones clásicas no funciona), es la causa de temas ficticios, dado que los temas prenatales resultantes no suelen someterse a las comprobaciones con direcciones (primarias y secundarias), cartas cíclicas lunares, PSSR o tránsitos (directos y prenatales), por no mencionar ya la prueba doble o Test Dual. Obviamente, en casos de sietemesinos, partos prematuros o retrasados, de no conocer tal circunstancia de antemano, el error en el cálculo del tema prenatal es seguro. 10   

 

Expondré el caso de Jacqueline Kennedy y su tema prenatal, como ejemplo de rectificación correcta de la Época, dado que la hora ajustada, funciona perfectamente con direcciones primarias: Evento: Matrimonio con J.F.Kennedy (12-09-1953). Direcciones primarias para ese día: IC (Época) dirigido, trígono Sol (Época). (directo).Orbe: 5' de arco. Venus (Época) dirigido, trígono descendente (Época). (directo).Orbe: exacto. Es sólo una pequeña muestra, pero para los principales acontecimientos de su vida, existen apropiadas direcciones primarias (y secundarias). No obstante, no queda aquí la validación de la carta de la Época, sino que debe someterse ahora al denominado Test Dual, sistema de validación y previsión astrológica creado por Alexander Marr, que básicamente consiste en cruzar direcciones primarias y secundarias (topocéntricas) entre el Rádix y la Época, cuadriplicando el número medio de direcciones resultantes, lo que permite una comprobación más fácil de ambos temas, natal y prenatal, así como deviene en una poderosa herramienta de predicción astrológica. Como se ha apuntado, se trata de dirigir un planeta o factor de la Época o del Rádix, hacia otro factor del Rádix o de la Época, respectivamente. Son direcciones inter-carta, por decirlo así, y muy operativas. Tanto este tipo de direcciones como las apuntadas para la Época solamente, no sólo tienen siempre un apropiado simbolismo planetario o por casas y ángulos involucrados, sino que maduran con un orbe reducidísimo, de unos pocos minutos de arco. Como ejemplo de Test Dual, mostraremos las direcciones para el mismo acontecimiento, la boda de Jacqueline con J.F.Kennedy (12-09-1953): Júpiter (Rádix) dirigido, sextil descendente (Época). (directo).Orbe: 4' de arco. Urano (Época) dirigido, conjunción IC (Rádix). (Converso).Orbe: 2' de arco. Nótense los orbes reducidísimos (en minutos de arco) y lo explícitos de los aspectos y planetas que intervienen para el evento (matrimonio): Júpiter, descendente, IC. Matemáticamente, la rectificación -con estos orbes reducidos, limitados- deviene demostrable, dado el bajísimo porcentaje de probabilidad de que para más eventos, confluyan aspectos (direcciones) tan explícitas e indicativas con otra hora que no sea esta; justamente, el eliminar el factor coincidencia, es la primera regla a seguir para validar no solo un sistema de rectificación, sino cualquier resultado astrológico de investigación. Podríamos probar con todas las horas, minutos y segundos que tiene el día en que fue 11   

 

concebida Jacqueline y no encontraríamos una hora que resultase tan explícita a nivel de direcciones y de los demás sistemas predictivos, para los principales acontecimientos de su vida. Sólo una hora deviene operativa: la verdadera (natal o prenatal). Los aspectos direccionales inter-carta (Test Dual) que hemos visto, y las DMO, que a continuación expondré, son una prueba más de la relación existente entre el tema prenatal y el natal. El cálculo de la Época de Jacqueline, obedece escrupulosamente a los preceptos apuntados para el cálculo según la variante topocentrista. Existe una tercera regla que confirma la validez del tema prenatal: Entre la carta prenatal y natal, existen muy frecuentemente aspectos (relaciones) por DMO. Esta, es una medición astronómica: es la distancia meridiana estereométrica en Ascensión o Descensión Oblicua al meridiano superior (ARMC) o inferior (ARIC). Por ejemplo, en el caso de Jacqueline Kennedy, existe un aspecto por DMO entre el Nodo del Rádix (a 88º 48', 3er.cuadrante) y Neptuno de la Época (a 88º 50', 4º.cuadrante). Las posiciones por DMO forman parte del "speculum" (espejo), que fácilmente podemos obtener a partir de un programa informático de astrología completo. Esta medición, obviando más particularidades que sobrepasan la finalidad de este artículo, nos permite observar que, por ejemplo, la posición de un factor radical, pongamos el planeta Marte del tema natal, que esté a 51º06' por DMO, podrá estar en idéntica posición por DMO que en el tema prenatal, con un ligero orbe, por ejemplo 51º18'. Para aspectos DMO entre ambas cartas por conjunción (planetas en el mismo cuadrante) o por oposición (planetas en cuadrantes opuestos, por ejemplo, 1-3 ó 2-4), el orbe máximo es de 25'. Para aspectos DMO por antiscio (por ejemplo, en cuadrantes 1-2,2-3,3-4 ó 4-1), el orbe máximo es de 10'. De alguna manera, es una especie de sinastría, medida no en longitud eclíptica, sino en otra medición astronómica. No entraña dificultad alguna obtener las posiciones por DMO de los planetas natales, mediante un programa que las calcule en el "speculum". Bastará comparar las posiciones natal-prenatal por dicha medición. Este tipo de aspectos se halla entre casi todos los temas prenatal y natal de cada persona. Este tipo de aspectos refuerzan la idea de unidad de Época y Rádix, estando ambos engarzados perfectamente por dichos aspectos Más allá de las tres reglas enumeradas, establecidas por el astrólogo alemán Alexander Marr en 1.980, y de la rectificación por direcciones primarias y secundarias del momento exacto de la concepción, podemos comprobar mediante diferentes sistemas (cartas cíclicas lunares, PSSR o tránsitos directos y prenatales), la autenticidad de la fecha y hora obtenida para la Época. 12   

 

Por ejemplo, verificaremos la Época de Jacqueline con tránsitos (directos y prenatales). Tomaremos un evento importante, que bastará para demostrar cuán efectivos son los tránsitos aplicados a la carta de la concepción -por si alguien cree que la Época es una carta ficticia o imaginaria-, a la par que validan la carta prenatal de Jacqueline. Sólo consideraremos a los ángulos como receptores de aspectos por tránsito, por ser aquellos los que pueden confirmar o no una eventual hora rectificada, dado que los planetas de la Época permanecen prácticamente en su misma posición, para el margen de 30' apuntado anteriormente. Evento: Fallece su segundo esposo, el armador griego A.Onassis (15-03-1.975) Plutón (en tránsito prenatal) cuadratura descendente (Época). (a sólo 48' de orbe) Urano (en transito prenatal) cuadratura IC (Época). (a sólo 61' de orbe). Neptuno (en tránsito directo) oposición IC (Época). (a 2º de orbe) Urano (en tránsito directo) en conjunción al Punto Medio de Sol/Mercurio de la Época, estando ambos en casa VIII. Este aspecto es fácil ligarlo a dos eventos de casa VIII: muerte (del esposo) y herencias, que obviamente están relacionados con el acontecimiento.

Si se comprueban los principales acontecimientos en la vida de Jacqueline Kennedy, se constatará que existen apropiados tránsitos (directos y prenatales) a los ángulos/cúspides y planetas de la Época hallada, lo cual valida invariablemente la exactitud de su tema prenatal. (continua en la parte dos del mismo documento)

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