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Zonas de Riesgo en Guatemala Territorio nacional  44% del territorio está expuesto a inundaciones. Aproximadamente 10

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Zonas de Riesgo en Guatemala Territorio nacional 

44% del territorio está expuesto a inundaciones. Aproximadamente 10 millones 311 mil 694 personas están en riesgo.



49% del territorio nacional está expuesto a deslizamientos. Al menos 9 millones 242 mil 196 personas serán las afectadas.



60 puntos en riesgo en Villa Nueva ha identificado la Conred.

Áreas expuestas a inundaciones 

Pacífico: Santa Rosa, Jutiapa, Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu y San Marcos.



Golfo de México: Petén, Huehuetenango, Baja Verapaz y Quiché.



Atlántico: Izabal, Zacapa, El Progreso, Guatemala y Alta Verapaz.

Departamentos más expuestos ante deslizamientos San Marcos, Huehuetenango, Quiché, Alta Verapaz, Baja Verapaz, Quetzaltenango, Sacatepéquez, Zacapa y Guatemala. El nivel de exposición por inundaciones alcanza a 10 millones de personas, mientras que por deslizamientos, a 9 millones, indicó la Conred. Guatemala la vulnerable Guatemala La Organización de Naciones Unidas (ONU) lo ratificó hace apenas unos meses: Guatemala es el cuarto país más propenso a desastres naturales, es vulnerable. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) lo ha reiterado y la tragedia en la Aldea El Cambray II, Santa Catarina Pinula, lo grafica. El calentamiento global es un fenómeno real que afecta a todas las naciones del mundo y Guatemala está propensa a los efectos adversos del cambio climático. Se estima que el país tendrá que soportar una carga anormal y desproporcionada de sus efectos y esto influirá en el incremento de la magnitud y la periodicidad de tormentas y amenazantes sequías, según la ley que rige los mecanismos para enfrentar dicha situación. Varios países se han unido para combatir este flagelo. Guatemala forma parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kyoto, el Convenio Centroamericano Sobre Cambios

Climáticos, la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, el Convenio Sobre la Diversidad Biológica, el Convenio de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación en Países con Sequías Severas y/o Desertificación Particularmente en África. “La situación de América Latina y el Caribe es distinta de la de los países desarrollados. Mientras que estos últimos son los que principalmente generan la externalidad global resultante de las emisiones y también la sufren, la región de América Latina y el Caribe contribuye poco a generarla pero la sufre de manera desproporcionada”, indica el informe Cambio climático y desarrollo en América Latina y el Caribe: una reseña, publicado por la Organización de Naciones Unidas (ONU). A nivel local, desde 2013 rige en el país la Ley Marco para Regular la Reducción de la Vulnerabilidad, la Adaptación Obligatoria ante los Efectos del Cambio Climático y la Mitigación de Gases de Efecto Invernadero que fue concebida para implementar planes que lograran moderar los efectos que el cambio climático provocaría en el país en el futuro y ahora, una nueva amenaza se cierne sobre las fronteras de la región con la aparición de un fenómeno climático que podría originar más destrucción que la ocurrida con el Huracán Mitch en 1998. El tema fue abordado en la última reunión de Gabinete de Cambio Climático celebrada la semana pasada en Casa Presidencial. Las autoridades alertaron sobre las deficiencias presupuestarias existentes, por ejemplo, para el Sistema de Prevención y control de Incendios Forestales (SIPECIF) se tenía previsto contar con Q46 millones de presupuesto, pero sólo les asignaron Q2 millones para 2016. Adolfo García, coordinador del Sistema Nacional de Prevención de Incendios Forestales (Sipecif), informó que en la temporada 2014-2015 se registraron 610 incendios que dañaron 11 mil 220 hectáreas y la mayoría de siniestros (51%) son intencionados, el 26 por ciento se debe a quemas agrícolas para cultivos y el resto por otras causas. “Del total de hectáreas dañadas en esta temporada, 3 mil 920 fueron en áreas protegidas donde ocurrieron 145 incendios”, agregó. “Desde 1997 y 1998 se tienen registrados unos de los peores desastres en incendios forestales, pero no se habían registrado las condiciones tan propensas para la sequía que podría surgir. Estamos padeciendo un efecto de canícula prolongada y según los pronósticos de la Nasa esos efectos llegarán directamente hasta el primer cuatrimestre del siguiente año”, explicó Benedicto Lucas, titular del Consejo Nacional de Áreas Protegidas.

La falta de recursos para enfrentar esta situación se alertó ante los diputados de la Comisión de Finanzas del Congreso, que tiene en sus manos aprobar el proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el Ejercicio Fiscal 2016. Fuentes de ese organismo reportaron que se mantendrá el rubro vigente ante la falta de acuerdos. Otro tema que preocupa a quienes integran dicho Consejo es la llegada del fenómeno conocido como Niño Godzilla cuyos efectos sobrepasarían los del Mitch y provocarían la peor sequía de la última década. En el corto plazo, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) alertó sobre el ingreso de un “falso invierno” el próximo mes y un frente frío del Golfo de México generará un descenso en las temperaturas del territorio nacional para las siguientes semanas. Se prevé que los efectos del fenómeno de “El Niño” solo puedan ser comparables con los de 1997-1998, cuando tras una época de sequía prolongada se quemaron 6 mil 700 kilómetros cuadrados (comparables con el territorio que ocupan los departamentos Guatemala y Escuintla juntos). Desastre sorpresivo Según las estimaciones oficiales, la tragedia ocurrida en el Cambray II ocurrida la noche de jueves 1 de octubre habría soterrado a unas 600 personas, de las cuales han encontrado cadáveres de unas 100, algunos ya están siendo sepultados mientras que otros se encuentran en la morgue provisional. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) aseguró que desde 2008 notificó el riesgo que conllevaba vivir en esa zona y en noviembre de 2014 se lo confirmó a la Municipalidad local. Los tres días de búsqueda han sido angustiosos. El viernes rescatistas aseguraban escuchar ruidos, pedían silencio para poder encontrar posibles sobrevivientes mientras los fotógrafos retratan el drama, los periodistas buscan historias y nuevos datos que básicamente tienen que ver con sumar uno a uno los muertos. “En 2008 se identificó la vulnerabilidad y riesgo en el sector de El Cambray 2. La última consulta de la municipalidad fue en noviembre del año pasado sobre El Cambray 1 y 2, se dijo que sí existe riesgo”, explicó Alejandro Maldonado, titular de Conred. El mal uso de los suelos y la degradación de los mismos provoca el azolvamiento en esas áreas y las lluvias provocadas por un sistema temporal. Los testimonios de los sobrevivientes lo confirman: año con año se derrumbaba un poco más. Ni

prevención ni acción, el país no está preparado para estos casos porque ni los evita ni tiene capacidad de reacción por la aguda crisis económica que ha dejado, entre otros, la corrupción. Ahora lo peor puede estar por venir El Conap y el Insivumeh advirtieron que lo peor puede estar por venir en la más reciente reunión del Consejo Nacional de Cambio Climático ante el Presidente de la República, Alejandro Maldonado. En cuanto a los desastres “naturales”, ha quedado en evidencia que no hay nada para evitarlo. La prevención no existe y ONU lo afirma: somos vulnerables. Solo en el área metropolitana, la Conred ha identificado 300 puntos de alto riesgo. Guatemala, la vulnerable, hace esfuerzos aislados para ser resiliente ante el cambio climático. Se organizan foros, talleres y discusiones, se hacen protocolos. Guatemala, la vulnerable es ahora mismo más vulnerable que nunca. Guatemala vulnerable a sismos y erupciones Los principales son las inundaciones por ríos, seguido de sismos o terremotos, huracanes, erupciones volcánicas y deslizamientos de tierra, según la clasificación de Piensa en Peligro, una herramienta desarrollada por el Fondo Mundial para la Reducción de Desastres y la Recuperación (GFDRR, en inglés), utilizada para monitorear la vulnerabilidad de los países y brindar asistencia. También menciona la escasez de agua e inundaciones en zonas costeras, como riesgo con probabilidad mediana. Para la Organización de las Naciones Unidas el país es el cuarto con mayor vulnerabilidad al cambio climático en América; los tres anteriores son islas, por lo que por territorio Guatemala es el primero. El peligro que encabeza la lista son las inundaciones, con 10 departamentos con riesgo alto, seis con medio, dos con probabilidad baja, dos con muy baja, y otros dos que no tienen el problema. Los sismos o terremotos mantienen en riesgo alto 20 departamentos, Izabal y Petén en nivel medio. De acuerdo al estudio hay más de un 20 por ciento de probabilidades de terremotos potencialmente perjudiciales en los próximos 50 años. Crece riesgo La vulnerabilidad del país empeora con la amenaza de huracanes o tormentas en los 22 departamentos. El estudio pide considerar los diseños y métodos de

construcción, pues los ciclones causan daño no solo por el viento, sino la fuerte lluvia y las inundaciones que traen. Volcanes Entidades gastan unos Q19 millones cada año en reacción ante emergencias por causas naturales.

Hay 33 volcanes de los cuales tres están activos, aunque son minoría se convierten en el cuarto peligro más grande para Huehuetenango, Quiché, San Marcos, Quetzaltenango, Sololá, Chimaltenango, Retalhuleu, Suchitepéquez, Totonicapán y Escuintla. Mientras que siete se quedan con riesgo medio y cinco con muy bajo. El quinto mayor peligro son los deslizamientos de tierra o derrumbes, que mantienen vulnerables a 13 departamentos del sur y occidente del país. El estudio señala que las zonas que pueden ser afectadas tienen patrones de lluvia, pendiente del terreno, geología, el suelo y la ocupación, así como sismos que causan derrumbes. La falta de agua es otro factor señalado por el Fondo Mundial, aunque tiene riesgo medio abarca a todo el país y consideran que podría aumentar en los próximos años por los efectos del cambio climático. Además Retalhuleu, Escuintla, Suchitepéquez e Izabal con riesgo medio y San Marcos, Quetzaltenango, Santa Rosa y Jutiapa con riesgo muy bajo, contemplan las localidades con amenaza de inundación, debido a su cercanía a las costas marítimas. Acciones El estado gasta US$2.6 millones anuales (unos Q19 millones 526 mil) en acción ante emergencias naturales, de acuerdo con Sergio Cabañas, secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred). Cabañas afirmó que es necesaria la prevención, y que las personas comprendan que viven en un lugar de peligro. “Uno busca desalojarlos, pero prefieren las cosas materiales antes que la vida de sus familias”, opinó. El funcionario agregó que tienen identificados ocho mil puntos de riesgo donde viven personas que no han encontrado otra opción. “Se ha visto últimamente que cualquier lluvia, por pequeña que sea, nos ocasiona muchos problemas; tenemos catalogadas las acciones de riesgo principalmente

para el invierno. También hay sismos, pues de las 12 placas —tectónicas— del mundo tenemos tres”, añadió. El secretario insiste en que la población es reacia a cumplir las normas de reducción de riesgo y desastres, y señala el descontrol en el ordenamiento territorial que deja propensas a las personas y hace que vivan cerca de las áreas peligrosas. Puntos críticos El estudio del Fondo Mundial clasifica el peligro en los municipios. En el caso de los que están con mayor riesgo por inundación de río se debe a que tienen corrientes de agua muy cerca a poblaciones que han sido perjudicadas por el desborde de los afluentes, principalmente en época lluviosa. Para los deslizamientos de tierra, el informe resalta la inclinación del terreno y los sismos que contribuyen a los desprendimientos, además de la humedad y el uso del suelo. En cuanto a los más vulnerables a inundación costera, se debe a la cercanía a un mar, pues las construcciones están a menos de 200 metros y, en su mayoría, no son edificaciones fuertes. Zonas de alto riesgo en Guatemala La Coordinadora Nacional Para la Reducción de Desastres (CONRED) tiene registradas doce zonas de alto riesgo en el país, en las cuales residen unas 50 mil personas que corren peligro de algún desastre natural. Estas declaraciones de riesgo se mantienen desde el 2008. “Estos puntos fueron detectados por movimiento de tierra, deslizamiento o grietas que pueden estar activas”, declaró el vocero de la entidad, David de León, quien agregó que los puntos de riesgo suman en total 8,202 en todo el país. El vocero explicó que la alerta se hizo ya que hubo requerimiento de entidades o autoridades para evaluar y emitir un dictamen. Los doce puntos declarados de Alto Riesgo por el Consejo Nacional para la Reducción de Desastres se encuentran en seis departamentos: Sololá, Zacapa, Alta Verapaz, Huehuetenango, Guatemala y Chimaltenango. De los departamentos que indica Conred, Sololá y Guatemala reportan más de un lugar vulnerable. Se identifica a Panabaj, Santiago Atitlán; Ríos San Francisco; cerro Lec, en San Andrés Semetabaj y kilómetro 144.5 la catarata de Sololá a Panajachel, en el departamento de Sololá. Las áreas de riesgo identificadas en el

departamento de Guatemala son, Río las Vacas, Chinautla; Cerro Alux, zona 1 de Mixco y sectores de Villa Hermosa, San Miguel Petapa. Las zonas de riesgo cobraron relevancia luego de la tragedia ocurrida en la aldea Cambray II en el municipio de Santa Catarina Pinula donde fallecieron 280 personas y se mantienen decenas de desaparecidos. La alerta de riesgo fue emitida en el 2001. Más presupuesto Los Q50 millones de presupuesto no son suficientes para Conred por lo que solicitan mayores recursos para el 2016 y así fortalecer la entidad. De León señala que Q125 millones sería la asignación ideal ya que les permitiría contar con delegados en todas las municipalidades. La Comisión de Finanzas encargada de evaluar el proyecto de ingresos y egresos de la nación 2016 se encuentra analizando el tema. Esta semana se encuentra realizando audiencias públicas para escuchar a las distintas entidades. Desastres naturales de Guatemala Un desastre es un suceso, natural o causado por el hombre, de tal severidad y magnitud que normalmente resulta en muertes, lesiones y daños a la propiedad y que no puede ser manejado mediante los procedimientos y recursos rutinarios del gobierno. Requiere la respuesta inmediata, coordinada y efectiva de múltiples organizaciones, no gubernamentales, del gobierno y del sector privado para satisfacer las necesidades médicas, logísticas y emocionales, con el fin de lograr la recuperación de las personas afectadas por el suceso. En las últimas décadas, Guatemala se ha visto afectada por numerosos desastres naturales, que han generado situaciones de emergencia y causado numerosas víctimas. Geográficamente, está situada en un área con altos riesgos de desastres naturales – como deslaves, derrumbes, erupciones volcánicas o terremotos -. El riesgo es tal, que Guatemala, ha sido colocada como el segundo país del mundo entre los más vulnerables ante los posibles efectos negativos del cambio climático (Conferencia Mundial de Cambio, Durban, 2011). Según las estadísticas de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), sólo durante 2013, los desastres naturales que afectaron dejaron 17 personas muertas y 744,647 afectados, principalmente a causa de las lluvias, incendios forestales, eventos sísmicos y erupciones volcánicas.

La respuesta ante estas situaciones de emergencia es un deber del Estado y la sociedad en su conjunto, quienes deben aportar en los procesos de búsqueda e identificación de las víctimas del desastre. Frente a casos de deslaves, terremotos, inundaciones, etc., en los que se dan víctimas humanas, es fundamental asegurar un manejo adecuado en procesos clave como la ubicación, recuperación, traslado, identificación y disposición transitoria y final de las víctimas. Del correcto desenvolvimiento de estas acciones resulta el respeto de los derechos humanos de víctimas y sus familias, por lo que deben realizarse con planes, protocolos y técnicas que aseguren el pleno respeto de la dignidad humana. La FAFG ha acumulado importantes experiencias en la identificación de víctimas en casos de desastres. En particular, la FAFG ha contribuido en varios casos de deslaves, como los provocados por la tormenta tropical Stan (2005) en las aldeas Cuá, Tacaná, San Marcos y en Panabaj, Santiago Atitlán, Sololá. En estos casos, la FAFG recuperó e identificó 111 fallecidos de los 136 reportados desaparecidos por el desastre. Se lograron recuperar e identificar el 85% de las víctimas reportadas, apoyando en la reconstrucción de la sociedad después de la catástrofe y dándoles a las familias la oportunidad de un entierro digno de sus familiares. Sobre esta base, FAFG pone a disposición de instituciones estatales, organismos no gubernamentales y la sociedad en general, su experiencia para contribuir en: a) Manejo del área afectada. b) Recaudación de información antemortem. c) Recuperación de cuerpos; d) Atención a familiares. e) Análisis postmortem de víctimas recuperadas. f) Análisis y comparación de ADN. g) Devolución de las víctimas a familiares para que puedan sepultarlos dignamente.