Zizek - Budismo y Capitalismo

Un Buda, un hamster y los fetiches de la ideología Por Slavoj Žižek | Otoño.2003 Zizek en español Hoy una especie de sab

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Un Buda, un hamster y los fetiches de la ideología Por Slavoj Žižek | Otoño.2003 Zizek en español Hoy una especie de sabiduría agnóstica, oriental, de la nueva era, o usualmente alguna clase de falso Taoísmo o Budismo se está convirtiendo en la forma predominante de ideología. ¿Cómo funciona este Budismo? ¿Por qué es la ideología ideal para el capitalismo tardío? El mensaje fundamental [de esta nueva corriente] es "no persigas el éxito material, no participes en el juego social por entero, hacélo con distancia." Ustedes saben como son usualmente los posters de propaganda de los cursos budistas. Hay un primer párrafo anticapitalista: "No te dejes atrapar en esta lucha por lo material, retírate a la paz, etc., etc.". Pero el segundo párrafo siempre es "de esta manera vas a ser aún más exitoso en los negocios". La visión es que el funcionamiento de nuestra vida capitalista de todos los días es tan frenética, tan alocada, que para sobrevivir necesitaás tomarlo como si fuera un juego, no un compromiso real, porque si estás demasiado comprometido te volvés loco. Creo que el funcionamiento de la ideología es, en este punto, fetichista. ¿Qué significa el fetichismo en este contexto? Los fetichistas no son idiotas, son realistas. Un fetichista es alguien que, aferrándose a su fetiche, puede soportar la realidad tal como es. Déjenme contarles una historia, que es real, le sucedió a un amigo mío recientemente, cómo hizo para sobrevivir a la muerte de su esposa. Fue la trágica historia frecuente, él estaba felizmente casado, la esposa fue al doctor, de pronto le dijeron "tenés cáncer de mamas" y murió en tres meses. Pero la gran sorpresa para sus amigos fue descubrir cómo después de la muerte de su esposa, este tipo podía hablar bastante fría, normalmente, aún de los más dolorosos momentos de la muerte de su esposa. No teníamos que simular, que evitar el tema traumático... era absolutamente normal, él podía hablar sobre todo. Entonces nos preguntamos, "¿Pero este tipo es un monstruo o qué? ¿Cómo puede tratar tan fríamente la muerte de su esposa?". Pronto descubrimos el secreto. Es tan simple y ridículo que sólo porque es verdad puedo contarlo seriamente y creerlo. Nos dimos cuenta que siempre que hablaba de su mujer, de los momentos más dolorosos de su muerte, él jugaba en su regazo, con sus manos, con un pequeño hámster, la mascota de su mujer; y que este hámster era su fetiche. Funcionaba como una especie de negación simbólica de lo que estaba diciendo. Él era capaz de admitir racionalmente la muerte de su esposa, pero con el hámster bloqueaba la verdad contenida en su aceptación de esta muerte. Ustedes se preguntarán si esto es una especie de análisis salvaje muy primitivo, y cómo podemos saber que realmente esto era así. Desafortunadamente tengo la prueba, como saben los hámsters viven por muy poco tiempo: medio año después de la muerte del hámster, el tipo se quebró y debió ser hospitalizado por un intento de suicidio. Así es como creo que sobrevivimos hoy a la realidad capitalista, podemos ser muy realistas, actuar con crueldad, no tener ilusiones sobre la vida social, pero cuando encontramos a alguien que dice "No tengo ninguna ilusión, puedo aceptar la vida tal como es, cruel, sin ideales", háganle una simple pregunta: ¿Dónde está tu hámster? Mi idea es que este budismo occidental es un hámster gordo y grande. Podés participar completamente en el salvaje juego capitalista mientras tu entrenamiento y tu

meditación y demás te dan la ilusión de que esa no es la vida real, sólo estas jugando el juego social, en realidad estás en cualquier otro lado. Creo que ni siquiera podemos decir que esto es sólo una falsificación occidental, que la verdadera sabiduría oriental es algo totalmente diferente. Recientemente leí un libro maravilloso de un autor llamado Brian Victoria, Zen y guerra, que demuestra que en los 30s y 40s, con la excepción de algunos disidentes, las autoridades budistas zen japonesas apoyaron completamente al militarismo imperial japonés [...] Pero lo interesante es cómo los budistas justificaron al militarismo. Un nivel fue la justificación teleológica usual, que también conocemos en occidente, "a veces tenés que hacer un mal menor por el mayor bien, no deberíamos matar, pero matemos un poquito para prevenir una gran matanza". Pero la legitimación clave fue mucho más interesante y siniestra: la idea era que la obediencia militar absoluta e incondicional, la ejecución inmediata de órdenes, era la vía directa de la mayoría de la gente para conseguir la iluminación espiritual. Porque la idea era que el oro del esclarecimiento budista, la superación del falso "sí mismo" (self), se logra a través de la disciplina militar perfecta, donde uno se convierte en una máquina, sólo ejecuta órdenes, te sobreponés a vos mismo. Déjenme evitar un malentendido, no estoy diciendo que esto significa que el budismo zen es una falsedad, un falsedad militar secreta. Afirmo que lo mismo puede decirse de los grandes místicos de Europa occidental. Si miran de cerca a muchas de las grandes figuras místicas descubrirán que también eran políticamente activas y extremadamente crueles. Mi conclusión es simplemente que aún el esclarecimiento místico y espiritual más auténtico es éticamente neutral. No hay nada que nos prevenga de cometer los peores crímenes. Déjenme contarles un extraño hecho que pienso que es aquí profundamente indicativo. ¿Saben cuál era el libro favorito de Himmler, el jefe de la SS de Hitler? Era un libro encuadernado en un cuero especial que llevaba todo el tiempo en su bolsillo: el Bhagavad-Gítá. La idea es que así es como un soldado nazi debe cometer sus asesinatos, con una distancia interior, sin participar en ello. Ahora, para concluir realmente, pienso que por lo que debemos esforzarnos no es en las [hipocresías religiosas, no las religiones si no su utilización hipócrita]. Necesitamos una lógica diferente de compromiso colectivo, de compromiso ético. ¿Dónde encontramos esto? ¿Cuál es la solución? Me encantaría desarrollarlo, pero me piden que termine. Muchas gracias.

Artículo publicado en la edición de agosto/diciembre de 2003 de la publicación PLAN V, Una Revista Argentina de Política, Economía, Cultura y Futuro. Publicado originalmente online en: http://www.planv.com/notas/2003/ago-dic/zizek.htm

http://www.geocities.ws/zizekencastellano/artBuda.html

Capitalistas, sí..., pero zen… Por Slavoj Žižek | Mayo de 2005 Zizek en español La entrega final de la serie Star Wars [La Guerra de las Galaxias], Episodio III: La Venganza de los Sith (2005),[1] nos revela el momento crucial sobre el que pivota toda la saga, a saber, la conversión del "buen" Anakin Skywalker en el "malvado" Darth Vader, [así como el derrocamiento de la República por el Imperio Galáctico.] Su director, George Lucas, establecía así un paralelismo entre el individuo y la política. En el momento crucial de la saga de La Guerra de las Galaxias, George Lucas establece un paralelismo entre el individuo y la política. A nivel individual, su explicación recordaba a una especie de budismo pop: "Él [Anakin] se convierte en Darth Vader porque se apega a las cosas", explica Lucas. "No consigue separarse de su madre; no consigue separarse de su novia. No consigue renunciar a las cosas. Ese apego se torna ávido. Y cuando eres ávido, estás en camino al Lado Oscuro, pues temes que vayas a perder lo que posees." [2] Por contra, la Orden Jedi [3], como si de una nueva versión de la Comunidad del Grial (elogiada por el compositor Richard Wagner en su Parsifal) se tratase, aparece como una comunidad masculina cerrada que prohíbe a sus miembros cualquier forma de apego. A nivel político, la explicación resulta aún más reveladora: "¿Cómo se convirtió la República en el Imperio? (Cuestión paralela: ¿Cómo se convirtió Anakin en Darth Vader?) ¿Cómo se convierte una democracia en una dictadura? No es porque el Imperio conquistara la República, sino que la República es el Imperio." [4] El Imperio nace de la corrupción inherente a la República. Lucas explica que: "Un día, la princesa Leia y sus amigos se despertaron diciéndose, 'Ésta ya no es más la República, es el Imperio. Y nosotros somos ahora los malos'."[5] El nacimiento del Imperio Cometeríamos un error si desconsideráramos las connotaciones contemporáneas que las referencias a la Roma antigua tienen en relación a la transformación de los Estados-nación en un Imperio mundial. Por lo tanto, es preciso situar la problemática de La Guerra de las Galaxias (el paso de la República al Imperio) exactamente en el contexto descrito por Antonio Negri y Michael Hardt en su libro Imperio,[6] con el paso del Estado nación a un Imperio mundial. Existen connotaciones contemporáneas en referencia a la antigua Roma y la transformación de los Estados-nación en el Imperio global. Las alusiones políticas en La Guerra de las Galaxias son múltiples y contradictorias. Son ellas las que le confieren a la serie su poder "mítico": el Mundo Libre contra el Imperio del Mal; el debate sobre la noción de Estado-nación invocando las tesis de Pat Buchanan o de Jean-Marie Le Pen[7]; la contradicción que lleva a personas de clase aristocrática (princesas y miembros de la elitista Orden Jedi) a defender la República "democrática" contra el Imperio del Mal; y, finalmente, la toma de conciencia esencial de que "nosotros somos ahora los malos".

Tal como lo expresan las películas de la saga, el Imperio del Mal no está en alguna otra parte, sino que su aparición depende de la manera en que nosotros, los "buenos", lo combatimos. La cuestión concierne a la actual "guerra contra el terrorismo": ¿cómo va a transformarnos esa guerra? Star Wars Episodio I: La Amenaza Fantasma nos proporciona una pista crucial sobre las características "cristológicas" del joven Anakin: su madre sostiene que su nacimiento es fruto de una concepción inmaculada; la carrera de bólidos (vainas) que gana, y que evoca a la famosa carrera de carros de Ben-Hur, esa "fábula crística"). Compasión budista y amor cristiano El universo ideológico de La Guerra de las Galaxias remite al universo pagano de la Nueva Era.[8] Es lógico, por tanto, que la figura central del Mal se haga eco de la de Cristo. Desde una visión pagana, el advenimiento de Cristo es el escándalo supremo. En la medida en que diabolos (separar, desgarrar) es lo contrario de symbolos (reunir, unificar), el mismo Cristo se vuelve una figura diabólica en el sentido de que trae "la espada y no la paz" y perturba la unidad existente. Según el evangelista Lucas, Jesús habría declarado: "Si alguien viene a mí, y no odia a su padre y a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo".[9] La posición budista es, en síntesis, de indiferencia, mientras el amor cristiano es una pasión que introduce una jerarquía en la relación entre los seres. Es preciso tener en cuenta que la posición cristiana tiene una naturaleza diferente a la de la sabiduría pagana. El cristianismo, en sus comienzos, consideró como el acto más elevado lo que la sabiduría pagana condenaba como la fuente del mal, a saber, el acto de separar, de dividir, o de aferrarse a un elemento que compromete el equilibrio de todos los demás. Esto significa que habría que oponer la compasión budista (o taoísta) [10] al amor cristiano. La posición budista es, en síntesis, de indiferencia -un estado en el cual todas las pasiones están reprimidas-, mientras que el amor cristiano es una pasión dirigida a introducir una jerarquía en el orden de relación entre los seres. El amor es violencia, y no solamente en el sentido del proverbio balcánico según el cual "si no me pega, no me ama". La violencia del amor lleva a arrancar a un ser de su contexto. Confusión ideológica En marzo de 2005, el cardenal Narciso Bertone, en transmisión de Radio Vaticano, hizo una declaración condenando con firmeza la novela de Dan Brown El Código Da Vinci, a la que acusaba de estar basada en mentiras y de propagar falsas enseñanzas (como que Jesús se habría casado con María Magdalena, con la que habría tenido descendencia…) Lo ridículo de tal actitud no nos puede hacer perder de vista el hecho de que el contenido de su declaración es básicamente correcta. El Código Da Vinci inscribe al cristianismo en la Nueva Era con la rúbrica [de la restauración] del equilibrio entre los principios masculino y femenino.

El film paga por su fidelidad a los temas de la Nueva Era, no tanto por su confusión ideológica como también por su mediocridad narrativa. Retornando a La Venganza de los Sith, el film paga por su fidelidad a esos temas de la Nueva Era, no sólo por su confusión ideológica sino, también, por su mediocridad narrativa: La transformación de Anakin en Darth Vader, momento capital de toda la saga, carece de la apropiada grandeza trágica. En vez de centrarse en el orgullo de Anakin visto como un deseo irresistible de intervenir, de hacer el Bien, de ir hasta el final por aquellos a los que ama (Amidala), extraviándose de este modo en el Lado Oscuro, Anakin es presentado simplemente como un guerrero indeciso que se va deslizando gradualmente hacia el Mal al sucumbir a la tentación de Poder bajo el influjo del maligno Emperador. Dicho de otra forma, George Lucas carece del valor para establecer realmenteel paralelismo entre República-Imperio y Anakin-Darth Vader. Es la obsesión de Anakin por el Mal lo que [queriendo combatirlo] lo transforma en un monstruo. ¿Qué paralelismos hacer? En un momento en el que la tecnología y el capitalismo "europeos" triunfan a escala planetaria, la herencia judeo-cristiana, como "superestructura ideológica," parece amenazada por el asalto del pensamiento "asiático" de corte Nueva Era. El taoísmo posee todas las bazas para volverse la ideología hegemónica del capitalismo mundial. Una suerte de "budismo occidental" se presenta ahora como remedio contra las tensiones de la dinámica capitalista. Ello permitiría que nos desengancháramos y conserváramos la paz y la serenidad interior, y funcionaría como un complemento ideológico perfecto [del capitalismo]. Solución escapista La gente no es ya capaz de adaptarse al ritmo de progreso tecnológico y a las transformaciones sociales que lo acompañan. Las cosas cambian muy rápidamente. El recurso al taoísmo o al budismo ofrece una salida. En vez de intentar adaptarse al ritmo de las transformaciones, es mejor renunciar y "dejar ir", manteniendo cierta distancia interior en relación a esa aceleración, la cual nada dice sobre el núcleo más profundo de nuestro ser. En vez de intentar adaptarse, es mejor renunciar y "dejar ir", manteniendo cierta distancia interior en relación a la aceleración del mundo tecnológico. Ahora estaríamos casi tentados de utilizar de nuevo el cliché marxista de la religión como "opio del pueblo", o sea, como complemento imaginario a la miseria terrena. De esta forma, el "budismo occidental" aparece como una manera de lo más eficaz de participar plenamente de la dinámica capitalista, manteniendo la apariencia de salud mental. Si precisásemos encontrar un correlato del Episodio III de La Guerra de las Galaxias, estaríamos tentados de proponer el documental de Alexander Oey,Sandcastles: Buddhism and Global Finance [Castillos de Arena: El Budismo y las Finanzas Mundiales], un indicador maravillosamente ambiguo de las dificultades de nuestra situación ideológica actual. En el se combinan los comentarios del economista Arnoud Boot, la socióloga Saskia Sassen y el maestro budista tibetano Dzongzar Khyentse Rinpoche.

Sassen y Boot discuten sobre el alcance, el poder y los efectos del sistema financiero mundial. En pocas horas, los mercados de capitales pueden hacer subir o bajar el valor de las sociedades y de economías enteras. Khyentse Rinpoche les replica con consideraciones sobre la naturaleza de la percepción humana: "Libérate de tu apego a algo que sólo es una percepción y que no existe en realidad," declara. Por otro lado, Saskia Sassen afirma: "El sistema financiero mundial es esencialmente un conjunto de movimientos continuos." Exuberancia ilusoria Desde el punto de vista budista, la exuberancia de la riqueza financiera mundial es ilusoria, apartada de la realidad objetiva: el sufrimiento humano engendrado por las transacciones realizadas en las cámaras mercantiles y consejos administrativos, invisibles para la mayoría de nosotros. ¿Qué mejor prueba del carácter insustancial de la realidad que una gigantesca fortuna que puede reducirse a nada en pocas horas? ¿Por qué lamentar que las especulaciones sobre los mercados están "apartadas de las realidades objetivas" cuando el principio fundamental de la ontología budista enuncia que no hay "realidad objetiva"? ¿Qué mejor prueba del carácter no sustancial de la realidad, que una gigantesca fortuna que puede ser reducida a la nada en pocas horas? Ese documental proporciona así una clave para La Venganza de los Sith. La lección crítica a aprender es que no nos debemos comprometer en cuerpo y alma con el juego capitalista, sino que podemos hacerlo manteniendo una distancia interna. Pues el capitalismo nos pone ante el hecho de que la causa de nuestra subyugación no es una realidad objetiva como tal (que no existe), sino nuestro deseo, nuestra avidez por las cosas materiales y el excesivo apego que depositamos en ellas. Por consiguiente, lo que nos resta hacer es renunciar a nuestro deseo y adoptar una actitud de paz interior. No es sorprendente que un tal budismo-taoísmo pueda funcionar como complemento ideológico de la globalización liberal: nos permite participar del sistema manteniendo al mismo tiempo una distancia interna... Capitalistas, sí, pero desapegados, zen...

Extraído de: http://www.zendodigital.luzserena.net/ZD11/CapitalistasSiPeroZen-Slavoj %20Zizek.htm Artículo publicado originalmente en la edición en español de Le Monde Diplomatique, mayo de 2005. Versión original íntegra on-line en http://www.lemondediplomatique.cl/article.php3?id_article=36 Traducción de Kepa Egiluz a partir de la traducción al portugués de Teresa Van Acker (http://www.coleguinhas.jor.br/coleguinhas/diplo-starwars.htm), de la traducción al italiano de V. C. (http://www.ilmanifesto.it/MondeDiplo/LeMondearchivio/Maggio-2005/0505lm2101.html) y de la traducción parcial al castellano publicada en la Red Interactiva de Estudiantes de Chile (www. rie.cl).

http://www.geocities.ws/zizekencastellano/artCapzen.html

Esta epopeya cinematográfica de ficción científica comprende seis películas, divididas en dos trilogías. La primera trilogía: La Amenaza Fantasma (1999),El Ataque de los Clones (2002) y La Venganza de los Sith (2005). La segunda trilogía: La Guerra de las Galaxias, Una Nueva Esperanza (1977), El Imperio Contrataca (1980) y El Retorno del Jedi (1983). [2] Citado en "Dark Victory", Time Magazine, 22 de abril de 2002. [3] La Orden Jedi, en La Guerra de las Galaxias, es un grupo de individuos que tienen en común la creencia y respeto por la Fuerza, una especie de poder extra-sensorial que permite comprender y modificar en ambiente. Los enemigos jurados de los Jedi son los Sith. [4] Time Magazine, op. cit. [5] Time Magazine, op. cit. [6] Editado en Brasil por la Editorial Record, 2001. Editado en italiano por Rizzoli, 2000. [7] Patrick J. Buchanan, editorialista católico ultra-conservador, candidato a la presidencia de los Estados Unidos en el 2000. Jean-Marie Le Pen, líder del ultraderechista partido francés Frente Nacional. [8] Síntesis pseudofilosófica que surgió en California en los años 1980, y que intenta responder a las cuestiones sobre la vida evocando confusamente ángeles, extraterrestres, esoterismo, simbolismo, sabidurías orientales, vidas pasadas, experiencias psíquicas, etc. [9] Evangelio según san Lucas, 14, 26. [10] Sistema de pensamiento religioso y filosófico, el taoísmo constituye un sincretismo que se desarrolla en China en el siglo VI a. C. Como budismo, se volvió en una de las grandes religiones chinas. El taoísmo se muestra más preocupado por el individuo, con su conciencia y su vida espiritual más que especulativa, en la búsqueda de una armonía con la naturaleza y con el universo. [1]