Yoga - La Ciencia Del Cuerpo y Alma (Spanish Edition)

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Dedicatoria Con profundo agradecimiento dedico este libro a mis principales maestros: Per Winther, Shri J. Yogendra y su esposa Hansaji, B.K.S. Iyengar, K. Pattabhi Jois, T.K.V y K. Desikachar, Dona Holleman, Swami Ekananda y Swami Digambarananda, por haber encendido en mí y mantenido siempre viva, la llama del Yoga. Lo dedico también a todos los otros maestros que he encontrado dentro y fuera del Yoga, tanto en la India como en occidente. Han sido muchos, y todos me entregaron algo, pero sobretodo, el ferviente deseo de trasmitir... de traspasar a otros sin egoísmo alguno, los conocimientos y enseñanzas recibidas, y porque me dieron el aliento necesario para seguir mi propio camino y destino en la búsqueda de armonía entre el cuerpo, las emociones y los pensamientos. Dedico finalmente este libro a todos los estudiantes que he tenido desde que comencé a enseñar en 1987 y a todos aquellos que en 1997 descubrieron el Yoga en la antigua casa donde hoy se alza el Yogashala. Sus diferentes cuerpos y necesidades han sido sin duda alguna mi mejor escuela y una gran oportunidad como profesor de poner en práctica todo lo aprendido.

1997 Mis primeros estudiantes reunidos con motivo de la primera visita de Marina Chaselón a Chile en la Villa Vida Natural de Tomás Moro.

Agradecimientos Mis más sinceros agradecimientos a todos ustedes, por haber contribuído de una u otra forma a dar vida a este libro: Alicia y Julio (mis padres), Camila Salfate, Daisaku Ikeda, Gloria Bofarull, Elizabeth De Michelis, Javiera Larraín, Juan Marín, Kali Ray, Mauricio Wolff, Miguel Serrano, Nelson Letelier, Pedro Kupfer, Per Winther, Sharath Rangaswamy, Swami Digambar y Swami Ekananda.

“Juventud es flexibilidad física y mental; Juventud es tener energía; Juventud es tener quietud mental” Derechos Reservados de Textos y Fotografías. Prohibida la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin permiso previo por escrito de los titulares del copyright Colección Cuerpo-Mente: La Ciencia del Cuerpo y del Alma © 2008, Gustavo Ponce www.sattvayoga.cl © 2008, Editorial Flor de Loto 1ª Edición, 1999. 2ª Edición, 2003. 3ª Edición, 2008. Reservados todos los derechos ISBN 956-288-260-8 Fotografías: Gonzalo Romero Thiel Diseño y diagramación: OperaPrima Diseño / www.operaprima.cl Impresión: Quebecor World Chile Impreso en Chile / Printed in Chile

Contenido Dedicatoria 4 Agradecimientos 5 Prólogo de Swami Digambar 13 Introducción 19 Historia de una pasión 31 PRIMERA PARTE: LAS RAICES 193 La India eterna 195 Las religiones de la India 215 Hinduismo: La fe eterna 219 * Las primeras canciones: Los Vedas 219 * Los cinco principios del Hinduismo 222 * Conceptos claves para entender el Hinduismo 225 * El concepto de Avatara. El Baghavad Guita 228

* Los grandes Acharyas 233 * Hinduismo y Yoga 239 * El Movimiento Bhakti 241 * El Resurgimiento: Hinduismo moderno (Shri Ramakrishna, Swami Vivekanda, etc.) 246 Jainismo 260 Budismo 266 Sikhismo 276 Zoroastrismo 282 SEGUNDA PARTE: YOGA LA CIENCIA DEL CUERPO Y DEL ALMA 287 ¿Qué es Yoga? 289 Historia del Yoga 1 301 Historia del Yoga 2 307 Los diferentes tipos de Yoga 3119 Tantra 321 Tantra Yoga y Sexo 327 Las primeras vibraciones: OM, el sonido sagrado 339 Sánscrito: La lengua del Yoga 345 Las primeras instrucciones: Los Yoga Sutras 353 Ashtanga Yoga: El Yoga de 8 miembros 361 Introducción al Samkya 387 Hatha Yoga 393 La antigüedad del Hatha Yoga 399 La visión del cuerpo en el Hatha Yoga 405 Los Textos del Hatha Yoga 409 Las herramientas del Hatha Yoga 423 Asanas 423 Pranayama 426 Shatkarmas 430 Mudras 438 Bandhas 456 Aplicaciones prácticas del Hatha Yoga 459 Niños 459 Adulto mayor 463 El Saludo al Sol: Una técnica de Hatha Yoga de revitalización solar 475 Beneficios del Hatha Yoga 481 Hatha Yoga comparado con ejercicio convencional 489 Fisiología Yóguica versus Fisiología convencional 491 El cuerpo humano y su energía vital 493 TERCERA PARTE: YOGA EN NUESTROS DIAS 501 Inroducción 505 Mi primera clase de Yoga 513 Desarrollo del Yoga moderno 517 Yoga en Chile 531 CUARTA PARTE: EL PROFESIONAL DEL YOGA 547 El profesional del Yoga 549 La relación estudiante-profesor 559

La relación entre el profesor y su maestro 560 Glosario de términos sánscritos 563 Bibliografía 571 “En cada uno de nosotros hay un animal, un ser humano y un ser divino: esas son las tres dimensiones de nuestra existencia. Nuestro estado actual es el intermedio y no el definitivo. En estos momentos el hombre se encuentra explorando las posibilidades de expandir su conciencia. Las condiciones están cambiando y la humanidad se ha vuelto más receptiva a las nuevas ideas” 11

Prólogo a la colección Cuerpo Mente

Prólogo Swami Digambar

La milenaria ciencia del Yoga, prácticamente desconocida en occidente hasta hace tan solo cien años, se nos presenta hoy día como un sólido pilar de la cultura universal del siglo XXI. El impresionante auge y difusión de la práctica

del Yoga es bien patente en todo el mundo. Somos muchos millones de personas los que practicamos y seguimos los principios yóguicos, obteniendo una gran mejora en nuestra calidad de vida, así como el desarrollo y realización de nuestro potencial humano. El imparable florecimiento del Yoga obedece a una verdadera necesi - dad social e individual. Las condiciones de vida se han vuelto un tanto inhumanas (stress, competitividad, consumismo exagerado, desnaturalización del medio, escasez de ideales, etc.) y la estructura y organización de la sociedad (planteamientos políticos, económicos, culturales y religiosos) no satisfacen la necesidad esencial del individuo. Por dichos motivos la población en general, y el individuo en particular, necesitan de un medio que les ayude a recuperar el contacto con su verdadera identidad y un sentido más profundo de su existencia. Sin lugar a dudas, el Yoga está demostrando que satisface plenamente esta necesidad social e individual. Aunque es difícil encontrar personas que no conozcan, o hayan oído hablar de las virtudes y beneficios del Yoga, también es cierto que esta espectacular difusión acarrea sus inconvenientes. La sociedad de consumo lo absorbe todo y no siempre para bien. Observamos cómo en el ámbito del deporte muchas veces prevalece el negocio sobre el espíritu deportivo, los 15 aeropuertos más que aeropuertos parecen centros comerciales, y así un largo etcétera, entre los que también encontramos al Yoga convirtiéndose en un “producto” más de consumo. Muchos centros donde se imparten clases de Yoga no son dirigidos por profesores, sino por especialistas en marketing que consideran a los aprendices “clientes” en vez de alumnos. Estos nuevos gestores desconocen o ignoran los principios éticos del Yoga y siguen a “pies juntillas” la orientación que dictan las tendencias del “fitness” y las modas del “culto al cuerpo”. A esta comercialización abusiva hay que añadir la propagación de interpretaciones carentes de realismo y las publicaciones de baja calidad que contribuyen a difundir una visión superficial, fragmentada y un tanto deformada, donde desaparece el horizonte de la auténtica dimensión y profundidad del Yoga genuino. En un tiempo en el que predomina la aparición de “libritos” sobre el Yoga, hoy estamos de enhorabuena y damos la bienvenida a la nueva obra de Gustavo Ponce, “YOGA: LA CIENCIA DEL CUERPO Y DEL ALMA”, primer libro de su COLECCIÓN CUERPO-MENTE. Sin lugar a dudas, nos encontramos ante una colección que marcará época. Como el propio autor comenta; “un trabajo de

proporciones enciclopédicas...” que describe un mapa completo del amplísimo contexto del Yoga y que desmenuza y clarifica los principales aspectos de la teoría y las prácticas que conforman la ciencia del Yoga. Nadie mejor que Gustavo podría hacernos esta gran aportación. Un practicante experto, que es además: profesor, estudioso e investigador y que por encima de todo ama profundamente el Yoga. Asombra el enorme y generoso trabajo realizado por el autor, en el que se conjugan magníficamente la perspectiva de una visión global, el conocimiento profundo de los temas y una sólida experiencia personal. Y todo ello plasmado en un lenguaje ameno, claro y preciso. Esta obra es un verdadero regalo para la comunidad de habla hispana. Es muy raro encontrar en nuestra lengua un libro como éste, y una colección que reúna tantas virtudes. Una exposición tan rigurosa y profusa que nos presenta el Yoga en su auténtica dimensión: “un sistema de desarrollo integral del Ser Humano”. Es también admirable y de agradecer, el carácter integrador de la obra, en la que confluyen armónicamente enseñanzas de diferentes escuelas y el enriquecimiento que aportan otros especialistas y profesionales del Yoga. Al gran valor de esta colección se añade además la impresionante autobiografía del autor. Un documento fascinante que nos relata la apasionante vida de un verdadero “buscador”. El lector se sorprenderá de la sinceridad con la que Gustavo nos abre su vida y su corazón. Una vida plena y por tanto llena de contrastes, experiencias dulces y amargas, que van forjando el camino de la evolución personal y ejemplifican el coraje y la determinación que hacen posible la realización de nuestros objetivos. Resulta muy inspirador y pedagógico el comprobar como la aplicación de la filosofía del Yoga permite afrontar y superar las dificultades de la vida desde una actitud positiva y con pleno discernimiento. En fin, una lección magnífica. Estamos seguros de la gran acogida y el importante servicio que prestará esta colección. Una obra que está destinada a convertirse en una guía de inestimable valor y ayuda, para todos los que estamos embarcados en la apasionante aventura de mejorarnos y contribuir al bienestar común.

Swami Digambarananda es discípulo de Paramahamsa Satyananda y

Paramahamsa Niranjanananda. Se ha dedicado a la enseñanza del Yoga desde 1975. Es director de “BINDU” Escuela de Yoga de Chamartín, Madrid y es reconocido como Yogacharya por el International Yoga Fellowship Movement y la Bihar School of Yoga de Munger, India. Swami Digambaranda es además autor del libro “Claves del Yoga”, uno de los libros más vendidos sobre Yoga en español.

Introducción Introducción A pesar de las muchas páginas que contiene esta colección de libros, está lejos de ser una enciclopedia de Yoga. Piensa más bien que es una especie de manual que enuncia los grandes temas de esta antiquísima ciencia, arte y disciplina para que a partir de ahí puedas seguir profundizando tus conocimientos. Mi hijo Gustav-Konstantin, como la mayoría de los niños de seis años, tiene una inmensa facilidad para desarmar sus juguetes, pero cuando trata de volver a armarlos no le resulta tan fácil. En general desarmar es más fácil que armar, pero los juguetes funcionan bien solamente cuando están completos. Lo mismo ocurre con el Yoga. Cuando los primeros Yoguis vinieron a occidente a enseñarnos Yoga, empezando con Swami Vivekananda en 1893, espiritualmente éramos como niños, y al igual que los niños, separamos sus prácticas para examinarlas. En el proceso descubrimos ejercicios que pueden mejorar nuestra calidad de vida, pero nos desviaron del propósito final del Yoga: conocernos a nosotros mismos. Movido por el deseo de reintegrar los aspectos físicos, sicológicos y espirituales de la práctica de Yoga para que el estudiante serio tenga una visión general, decidí escribir esta colección. Las horas –muchísimas- que he pasado practicando, estudiando y escribiendo sobre Yoga no las cambiaría por nada en el mundo. Esta colección contiene mi más ferviente deseo como profesor, de transmitir conocimientos y aclarar conceptos sobre el tema que me ha apasionado durante tantos años. Hay un dicho por ahí que dice que la información y los conocimientos se pueden transmitir, pero que la sabiduría debe ser encontrada por uno mismo.21Este trabajo, aunque bastante incompleto, pero que gradualmente fue adqui

riendo proporciones enciclopédicas, no es otra cosa que una fuente más de información, y como todos los libros que la gente escribe, sólo representa la visión del autor. Debo confesar, -eso sí- que, ¡Me he dado un inmenso gusto recopilar y procesar la información que contiene! Quiero dejar bien en claro que la información que tienes en tus manos la he ido juntando pacientemente para ti y para mí a través de los años a medida que iba poniendo en práctica justamente lo que he plasmado en esta obra. Por lo tanto, no pretendo arrogarme ninguna originalidad ni el haber inventado nada. El Bhagavatam IV: 18.2 dice: “El hombre inteligente extrae la esencia del conocimiento de todas partes, del mismo modo que la abeja colecta el néctar de cada flor”.

La gente practica Yoga por los más diversos motivos: para mantener sus cuerpos jóvenes, sanos y flexibles, para aliviar algún problema específico como dolor de espalda, tensión, estrés, insomnio, ansiedad, migraña, pérdida de algún ser querido, cansancio, soledad o simplemente porque sienten que no están obteniendo de la vida todo lo que debieran. La lista es larga, pero siempre hay un motivo, un deseo de obtener algo quizás no de inmediato, pero sí en el futuro. El Yoga, sin embargo, no se practica para obtener una recompensa en el futuro. Si te sientes bien después de practicar, si mejora tu salud, si recibes beneficios físicos y mentales, fantástico, pero ése no es el propósito principal del Yoga. Las posturas, en un nivel superficial, tienen numerosos efectos benéficos, pero quedarse sólo en ellas, es una lástima. El enfoque que debiéramos tener cuando practicamos las posturas es la atención. La atención completa, total, en la que no hay pasado ni futuro. La cuestión de la recompensa ni siquiera surge. Cuando hacemos una postura prestando total atención a lo que estamos haciendo, es decir, alineando nuestro cuerpo en relación a su eje, la columna vertebral, sintiendo los músculos internos y externos participando en la acción mientras incorporamos concientemente la respiración, estamos en ese preciso instante llenando nuestro cuerpo con nuestra mente, desde la estructura ósea hasta la piel. Eso es Yoga, la unión del cuerpo y de la mente en el momento presente. Yoga es una herramienta cuya práctica podemos continuar hasta cualquier edad; no tiene rival con otras formas de utilización del cuerpo, con la excepción de la natación. Todos los deportes en general tienen un lado positivo y uno negativo. El positivo es que son buenos para el cuerpo; el negativo es que lo dañan. Por ejemplo en deportes competitivos como el fútbol y el tenis, el daño al cuerpo es innegable y cuando el deportista llega a la edad de treinta años es considerado viejo para continuar jugando competitivamente. Los bailarines sufren un daño menor y pueden continuar hasta los cincuenta o sesenta años, en cambio las personas que hacen Yoga pueden continuar hasta el último aliento. Como trabajo físico, en Yoga el cuerpo se mueve en todas direcciones posibles: hacia delante, atrás, hacia los lados, se lo invierte, se lo tuerce. El cuerpo trabaja siempre desde su centro hacia la periferia, desde la estructura ósea hacia la muscular. Cuando ocurre lo opuesto, por ejemplo cuando tenemos dolor de estómago, nos doblamos haciéndonos pequeños, y cuando estamos felices, abrimos el cuerpo desde el centro hacia la periferia.

La palabra Yoga deriva de la raíz sánscrita Yug, que significa “yugo”, “unión”. Es, por lo tanto, la unión del cuerpo, mente y espíritu. El Yoga es uno solo. Pero como existen tantos tipos, escuelas y métodos de Yoga con nombres diferentes, el que recién se inicia en el estudio del Yoga no sabe por donde empezar, y normalmente tarda mucho tiempo en empezar a comprender que esta gran variedad de “apellidos del Yoga” obedece a que en general los diferentes tipos, escuelas y métodos de Yoga tratan separadamente algún aspecto, como la práctica física o la meditación. El separar los diferentes aspectos del Yoga sirve sin duda para construir una base sólida sobre cada uno de ellos, pero nos hace perder la perspectiva general y corremos el riesgo de quedarnos “pegados” en alguno de ellos. La mayoría de las personas empieza a practicar un par de veces a la semana. Pronto descubre que la práctica se transforma en una especie de adicción y casi sin darnos cuenta aumentamos nuestra práctica a tres veces a la semana y luego a todos los días. Esto se produce en forma natural pues el Yoga trabaja sobre las endorfinas y el sistema nervioso parasimpático. La sensación de bienestar y de tranquilidad que obtenemos nos proporciona una gratificación inmediata. Vyn Bailey resume acertadamente a mi juicio lo que nos sucede cuando practicamos: “Nuestra preferencia debiera ser la simplicidad, pero no en el espíritu de autocastigo mórbido, sino que disciplinando el cuerpo para que aprenda a someterse con agrado a la mente. Empezamos entonces con el cuerpo, con Hatha Yoga. Lo que ocurre, sin embargo, es que después de una o dos semanas, la novedad pasa y se necesita de bastante auto-disciplina para continuar con nuestra rutina diaria de posturas y ejerci23 cios respiratorios. Sabemos que debemos hacerlo, pero nuestro cuerpo se niega. Después de perseverar durante unas cuantas semanas, el cuerpo se da cuenta que nunca se ha sentido mejor. El cuerpo ha aprendido a someterse a la mente….y a disfrutar de la experiencia. Con el tiempo, la mente aprenderá también a someterse al espíritu, y aquellas facetas poco atractivas de nuestra personalidad irán también desapareciendo gradualmente. Finalmente, el espíritu mismo, aprenderá a someterse a Dios, y entonces, habremos llegado”.

Contenido del primer libro de la colección Este primer volumen comienza con un recuento autobiográfico sobre mi encuentro con el Yoga y de lo importante que ha sido en mi vida y de cómo me ha servido en los momentos más difíciles y cruciales, sobre todo en estos últimos años. He titulado este capítulo “Historia de una pasión”.

Primera parte: Las raices En esta sección hemos tratado de dar una visión general del origen del Yoga, empezando naturalmente con un mapa de la India. Para entender bien el origen del Yoga era imprescindible echarle un vistazo a las diferentes religiones de la India, en particular al Hinduismo, religión que no debe su origen a una sola persona o libro, sino que a la sabiduría colectiva y visión espiritual de un gran grupo de hombres iluminados conocidos como Rishis. A partir de la matriz del Hinduismo salieron otras tres grandes religiones: Jainismo, Budismo y Sikhismo. Dentro del Hinduismo es posible descubrir el origen del Yoga a través de las primeras escrituras, los Vedas, Upanishads y las epopeyas. Aparte de los Vedas y los Upanishads, el Hinduismo tiene numerosas escrituras auxiliares que incluyen las dos grandes epopeyas, el Ramayana y el Mahabharata. En conjunto expresan la sabiduría colectiva y la historia de toda la humanidad y tienen una profunda influencia en todos los aspectos de la vida de los hindúes y cultura de la India y de todo el sur-este asiático desde hace miles de años. Incrustado en la epopeya del Mahabharata, que está conformado por 18 libros y cien mil versos, se encuentra la joya del pensamiento hindú, uno de los clásicos de la humanidad, el Bhagvadguita, llamado a menudo “el quinto Veda”. Bhagvadguita significa “canción de Dios”. Para entender las enseñanzas principales del Guita es fundamental conocer los cinco conceptos que son parte integral del carácter cultural hindú: 1) Los Cuatro Yugas o Ciclos de Tiempo; 2) Los cuatro Ashramas o etapas de la vida; 3) Los cuatro Purushartas o metas de la vida; 4) Los cuatro Varnas o castas y 5) Los cuatro Yogas o caminos hacia lo Divino: Jnana, Bhakti, Karma y Raja Yoga. Estos cuatro Yogas o principales caminos para alcanzar la realización espiritual involucran disciplinas físicas y mentales dirigidas a controlar la mente y las funciones corporales, especialmente la respiración. El texto clásico del Yoga es el celebrado “Yoga Sutras” de Patanjali. Los Sutras o aforismos de Patanjali describen un camino de ocho pasos, Ashtanga Yoga, (Ashtau, “ocho”; Anga, “miembro”o “parte”, como los miembros o partes del cuerpo: Yama, Niyama, Asana, Pranayama, Pratyahara, Dharana, Dhyana y Samadhi) que contienen disciplinas físicas, psicológicas y morales, que si son practicadas seriamente bajo la guía de un profesor calificado resultan en que la conciencia del buscador se eleva hasta que el Atman resplandece en toda su gloria de conciencia pura. Este camino también incluye el despertar de Kundalini Shakti, o el poder de la

serpiente, que se cree está en la base de la columna vertebral. A medida que este poder se eleva a través de varios centros ocultos, o Chakras, ubicados a lo largo de la columna, la conciencia también se eleva, hasta que finalmente explota en el Chakra superior, en la coronilla de la cabeza, -Sahasrara-, o loto de mil pétalos donde tiene lugar la fusión de Atman con Brahman y el buscador es catapultado a la máxima bendición. Este estado elevado de conciencia se llama Samadhi, la meta de todas las prácticas Yóguicas. En esta primera parte se incluye también una breve descripción de otras religiones que se desarrollaron en las tierras de la India: Jainismo, Budismo, Sikhismo y Zoroastrismo, cuyo conocimiento por parte del estudiante aplicado seguramente contribuirá a aumentar su bagaje cultural y cultura Yóguica.

Segunda parte: Yoga, la ciencia del cuerpo y del alma En esta segunda parte entramos de lleno en el tema principal de este primer libro: el Yoga. La historia del Yoga es explicada por dos conocidos pro- fesores: Pedro Kupfer y Swami Digambar. Se describen a continuación los diferentes tipos o caminos del Yoga resaltando la diferencia entre tipo de Yoga y escuela o método de Yoga. Los antiguos sabios de la India que meditaron sobre la condición humana25 hace más de 5000 años definieron cuatro grandes caminos para alcanzar Samadhi, el estado de súper-conciencia: Jnana Marg, el camino del conocimiento en el que el aspirante aprende a discriminar entre lo real y lo irreal; Karma Marg, el camino de la acción, del servicio desinteresado; Bhakti Marg, el camino del amor y la devoción, y Yoga Marg, el camino mediante el cual la mente y sus acciones son controladas. Según el maestro Iyengar, con el paso del tiempo una gran confusión se empezó a producir cuando todos estos diferentes caminos empezaron a tener un apellido común: Yoga. Del mismo modo, con el transcurrir de los siglos, el camino del Yoga -Yoga Marg-, fue dividido a su vez en numerosas corrientes que corresponden a las diferencias en el temperamento humano, y que examinadas cuidadosamente, son prácticamente lo mismo, sólo que el énfasis está más acentuado en uno u otro aspecto. De ahí surgió Mantra Yoga (Yoga de la repetición de sonidos sagrados, unidos por medio del sonido); Laya Yoga (el de la disolución de la mente como resultado de la eliminación de pensamientos); Jnana Yoga (o la unión por medio del conocimiento); Hatha Yoga (Yoga de la firmeza y disciplina, o unión por medio del coraje); Bhakti

Yoga (el de la purificación y armonización de la energía emocional a través de la devo- ción al Ser Supremo, Avatar o maestro); Karma Yoga (el Yoga de la acción o trabajo desinteresado. Tiene la intención de purificar, corregir y educar aspectos egóticos de la personalidad. Karma Yoga es el trabajo hecho con cuidado, sin egoísmo y con alegría, para bien de toda la comunidad); Raja Yoga (Yoga Real o unión por medio de la determinación y fuerza de voluntad), y muchos otros; basta mencionar que el Bhagavad Guita, menciona dieciocho diferentes tipos de Yoga, cada uno con su propio énfasis, pero los más conocidos son los ya mencionados. Enseguida exploramos la vibración primordial –OM-, para llegar al Yoga clásico, el Yoga de Patanjali condensado en sus “Yoga Sutras”. Este Yoga de Patanjali se llama también “Ashtanga Yoga” o Yoga de ocho partes. Cada una de estas partes o ramas del Yoga es descrita y analizada en detalle en esta segunda sección del libro, pero sin duda lo más relevante de esta segunda parte para la gran mayoría de los practicantes occidentales, es el Hatha Yoga, el tipo de Yoga más conocido hoy en día, y del cual Iyengar Yoga forma parte como veremos en detalle en los libros 4, 5 y 6 de esta colección. Se explica cuáles son los textos más relevantes del Hatha Yoga, sus herramientas y sus beneficios. Las herramientas del Hatha Yoga son aquellas descritas en el Hatha Yoga Pradipika, el Gheranda Samhita y otros textos. Tanto Swami Ekananda Saraswati como Kali Ray nos dan en esta Segunda Parte una visión bastante aterrizada sobre los Mudras, una de las herramientas utilizadas por el Yoga que son además la antesala del proceso meditativo. A través del libro el lector se encontrará con una gran cantidad de términos sánscritos, pues esta lengua, aunque muerta, no está muerta para el Yoga. Es importante conocer las raíces de este idioma y la forma cómo se pronuncia. Hemos incluido en consecuencia un interesante artículo sobre sánscrito. La segunda parte concluye con un interesante artículo de Daisaku Ikeda sobre la energía vital del ser humano: el Prana.

Tercera parte: Yoga en nuestros días Desde la antigüedad el Yoga se ha cubierto de una cierta aura de misterio y su enseñanza en sus épocas más remotas era incluso secreta. Esta tercera parte trata de desmitificar y hacer accesible al público moderno esta antigua ciencia

haciéndole notar que cada dia que pasa el Yoga se hace más y más popular. La gente comienza a tener interés en saber de qué se trata justo cuando en todas las sociedades del mundo hay más gente obesa y más ruido ambiental que nunca. Un poco más de 100 años después de que el Yoga llegara a occidente y a juzgar por la nueva y creciente “Industria del Yoga”, existe hambre universal por tener respuestas a las preguntas claves de la existencia que hasta el momento no han sido satisfechas ni por las religiones convencionales ni por la ciencia moderna. El comienzo de este nuevo milenio ha encontrado un público cada vez más hambriento de aventuras espirituales. La medicina convencional comienza también a aceptar al Yoga como una herramienta complementaria en el tratamiento y prevención de enfermedades. Cuento en esta sección la experiencia de un profesor hoy día bastante famoso en California que es invitado a tomar por primera vez una clase de Hatha Yoga. Creo que muchos se sentirán identificados. En el “Desarrollo del Yoga Moderno” nos referirnos a ciertos tipos de Yoga que se han desarrollado principalmente gracias a la interacción de algunos occidentales interesados en las religiones de la India y a un cierto número de indios más o menos occidentalizados en los últimos 150 años. Se podría decir que el “Yoga Moderno” es una especie de injerto de una rama occidental en el árbol indio del Yoga. La mayor parte del Yoga practicado 27 y enseñado en occidente cae dentro de esta categoría. Teniendo solo 150 años, se podría decir que es la rama más joven del árbol del Yoga, que es la única que se ha extendido a través de océanos y continentes más allá de Asia. De todos los tipos de Yoga, el Hatha Yoga es el Yoga de nuestros días pues es el que llega a la mayor cantidad de personas. Está claro que como todas las formas de Yoga, este tipo de Yoga ha sido “contaminado positivamente” por otros tipos de Yoga como Raja Yoga y otros, y vice-versa. Con el fin de que el practicante tenga una idea de la historia del desarrollo del Yoga en nuestro país investigamos cuáles eran los centros que existían en Chile antes de la aparición del Yogashala en 1997 y descubrimos que posiblemente el primer centro, que se estableció en Chile fue el de Shivananda, en 1965. Además, damos una breve reseña de algunas personas que consideramos como los “pioneros del Yoga en Chile”.

Cuarta parte: Yogui

En esta sección he tratado de desmitificar la imagen que la mayoría de las personas tiene de un Yogui. Digo aquí que el Yogui es como todas las personas y que tiene como todos, defectos y virtudes. En esta sección hablo también sobre el “Profesional de Yoga”, es decir del profesor de Yoga que piensa, respira y sueña con Yoga. Sus colegas son sus mejores amigos; habla sobre su tema predilecto cada vez que tiene la ocasión; es monotemático y recomienda el Yoga para todas y cada una de las enfermedades y sufrimientos del ser humano. Le doy gran importancia en esta sección a la ética profesional, y a la relación que se crea entre profesor y alumno, y entre el profesor y su maestro. Con respecto a esta última relación, Swami Digambar me contaba en su último viaje a Chile que es muy normal que en un principio el alumno (por su propia necesidad) ponga a su profesor en un pedestal. Pero con el paso del tiempo cuando el alumno (que no se ha purificado suficientemente y ha engordado su ego) se convierte en profesor, siente a su maestro como una losa muy pesada. Esto motiva que intente tirarlo del pedestal y se esfuerce en desacreditarlo por todos los medios. Es una reacción motivada por la inmadurez, la envidia y el sentido de la competencia, que no le permite reconocer la gran ayuda que ha recibido de su maestro a quien en última instancia, le debe casi todo lo que es.

Historia de una pasión

Historia de una pasión “Para que la vida sea una aventura, hay que contarla”. Jean Paul Sartre

Escribo estas líneas desde CANAL OM OCEAN RESORT & SPA. La belleza de este lugar mágico, la paz y tranquilidad, el susurro constante del mar, el trinar de los pájaros, la compañía fiel de mi perra “Toti”, la buena cocina vegetariana y la pureza del aire que oxigena mis pulmones, sin duda han conspirado para darme la inspiración y el coraje necesarios para lanzarme a escribir esta colección de libros y además, permitirme antes de abordar temas propios del Yoga, de compartir con ustedes recuerdos casi olvidados, que inevitablemente harán que esta parte del libro tenga un carácter un tanto autobiográfico, una especie de “Memorias de un Yogui chileno”. Tengo en la actualidad 61 años. Soy el segundo de cuatro hermanos. Mis padres afortunadamente gozan todavía de excelente salud. Por mi parte tengo también tres hijos: Alice de 22, Xime de 25 y Gustav-Konstantin de sólo 6 años. Mis hijas son mitad australianas y mi hijo mitad noruego. Mi vida sentimental ha sido bastante compleja y aunque me siento tentado a abrir en estas páginas mi corazón, no lo haré pues creo que sería necesario usar demasiada tinta que prefiero reservar para contarles en cambio cómo se produjo este amor, esta pasión por el Yoga, el más duradero, y que siento crecer cada vez con más fuerza. La historia que les contaré comienza y termina en Chile. 33

Chile 1947-1968 Como todas las historias comienzan al nacer y rara vez uno tiene claros recuerdos de su infancia y adolescencia, le pedí a mi madre Alicia Lérou, que ya cumplió 90 años, que escribiera para este libro algo sobre mis primeros años: “Un niño de mucha personalidad, inteligencia y sensibilidad. Siempre hizo lo que él quiso, incluso él mismo eligió el momento de nacer. Debió haber nacido alrededor del 24 de Diciembre de 1946, pero lo hizo pasado la medianoche del 1º de Enero de 1947.

Apenas sabía hablar y cuando lo hacía era para reclamar porque le daban órdenes o lo aseaban; aprendió a decir los garabatos que les escuchaba a los obreros que nos estaban construyendo la casa de La Calera y los aplicaba con frecuencia con la asesora del hogar “tonta bobona”, le decía, pero a mí jamás me dijo ningún garabato. Al primer colegio que asistió fue el de los Hermanos Maristas de Quillota, un colegio católico. Estuvo ahí solamente dos años pues era amonestado con regularidad por rebeldía y frecuentemente suspendido. Cuando tenía sólo 7 años le dijo por ejemplo al cura que en su opinión daba lo mismo rezar con las manos juntas frente al pecho o detrás de la espalda. Fue suspendido también en varias ocasiones por no ir a misa los días domingos. El cura les decía a los niños que los que no iban a misa eran malos. Gustavo contestaba que sus padres eran muy buenos y que nunca iban a misa. Cuando me enteré de esta situación lo retiré del colegio. Lo trasladé al Liceo de Quillota donde también tuvo problemas de conducta. Recuerdo que un profesor le pasó un cubo de cartón y le dijo que explicara las cualidades del cubo. El explicó lo que sabía, pero debe de haberle faltado algo, porque el profesor le dijo, “¿Y qué más?”, a lo que Gustavo respondió “¿Y qué más quieres que te diga viejo …” y le lanzó el cubo a la cara. Naturalmente fue castigado. Cuando cumplió 11 años lo puse en el Internado Nacional Barros Arana. Entró a Primero de Humanidades. Nunca le gustó estar interno y reclamaba por las condiciones del encierro y sobretodo por la mala comida que les daban. Durante los tres primeros años de internado hizo tal cantidad de barbaridades que nuevamente tuve que sacarlo y enviarlo a otro colegio. Entre las barbaridades que hizo, recuerdo que rompió todos los vidrios del pabellón de dibujos, algunos lavatorios, y además se robó de la sala de profesores el libro de clases y les mejoró las notas a todos sus amigos. En una ocasión se salió de la clase de historia, pero fue sorprendido afuera por el Inspector General. Gustavo le explicó que se había arrancado de la clase porque el profesor estaba “durmiendo la mona” y que un alumno estaba leyendo la materia. Por este motivo casi lo expulsan del colegio. Sus compañeros lo apoyaron y amenazaron con llamar a los periodistas. Gustavo había dicho la verdad. El rector del internado me aconsejó que lo retirara de la institución. No me quedó otra solución que enviarlo a la casa de mi hermana que vivía en Temuco.

Ahí cursó entonces el cuarto año de Humanidades. En sus estudios siempre destacó en educación física y en letras. No le gustaban las matemáticas o los ramos científicos. No hubo forma de que se aprendiera las tablas de multiplicar. Cuando tenía cerca de diez años dijo que no era necesario aprendérselas puesto que tenía la intención de comprarse un ábaco que había visto usar al padre de sus amigos japoneses que vivían en La Cruz. Desde Temuco me escribía seguido y reclamaba en sus cartas que la tía no lo dejaba leer otros libros que no fuesen los exigidos por el liceo. Siempre le gustó mucho leer. En esa época cayó en sus manos un libro de Yoga que siempre llevaba consigo a todas partes. Muchas veces se encerraba en su habitación a practicar meditación. En una de sus cartas me dijo que quería volver al Barros Arana y me prometía que se portaría bien porque quería ser alguien en la vida y en Temuco no aprendía nada nuevo. Todo lo que ahí le enseñaban ya lo había aprendido en el internado. Me decía, “en el país de los ciegos el tuerto es rey”. Fui a conversar con el rector del Barros Arana y le llevé las cartas que había guardado. Se rió mucho porque en ellas además contaba cosas muy graciosas. Se dio cuenta que Gustavo había cambiado y lo recibió nuevamente. Dos años más tarde terminaba sus Humanidades. 35

A los 16 años terminó la enseñanza media y se encontró con un problema: él quería estudiar educación física, pero le exigían conocimientos de matemática y biología para dar el bachillerato. Optó en consecuencia por darlo en letras y entró a estudiar Derecho hasta los 21 años, la edad exigida para ser mayor de edad en esa época y poder así partir a Japón a estudiar artes marciales, su sueño”

1995 Gustavo Ponce y sus padres en Chantilly, Francia.

A veces surgen dudas sobre las decisiones que se toman. Por mi parte nunca dudé sobre lo que quería hacer con mi vida: enseñar. La decisión surgió espontánea, a los 17 años. Nada tuve que hacer, nada estaba haciendo. Era verano. Reposaba yo en cama desde hacía cuatro meses aquejado de una hepatitis rebelde que había chupado toda mi energía y lo único que podía hacer con toda libertad era contemplar el curso de mis pensamientos y a veces, “abandonar mi cuerpo” para viajar a países lejanos, casi siempre con una sensación de “déjà vue”. No tuve dudas: debía aprender para enseñar. En ese tiempo mi pasión era el Judo que había practicado seriamente desde los 10 años con mis amigos japoneses de La Cruz, los Suzuki, cuya amistad estimuló mi curiosidad por conocer más de su país, de sus costumbres y por supuesto de sus artes marciales, por lo que mi decisión natural fue viajar a Japón tan pronto como pudiese, regresar, abrir una academia y enseñar. Lo que en ese momento no sabía era que regresaría para enseñar Yoga.

1967 La familia Suzuki en La Cruz

Al momento de salir de Chile yo estaba estudiando Derecho en la Universidad de Chile. No era una carrera de mi agrado. Siempre quise ser profesor de educación física pues sentía que ésa era mi vocación, pero en aquellos tiempos mis padres como la mayoría de los padres, pensaban que lo mejor para sus hijos era que siguieran alguna de las carreras tradicionales. Y como yo tenía gran afición por la lectura y me expresaba relativamente bien para mi edad, coincidieron en que debía estudiar Derecho, y ser como mi padrino que era juez de policía local. Sin embargo, el llamado interior a hacer lo que yo realmente quería hacer con mi vida fue demasiado fuerte y sólo un año antes de terminar la carrera y titularme de abogado, me fui de Chile. Los últimos dos años de universidad me los pasé practicando Judo, estudiando japonés y esperando cumplir pronto los 21 años para poder salir del país sin necesidad de tener que pedir permiso. Mis padres que siempre quisieron lo mejor para mí trataron infructuosamente de con37 vencerme de que obtuviera primero el “cartón” de abogado y que después hiciera lo que yo quisiera. Pero mi decisión estaba tomada y el 15 de enero de 1968 inicié en bus la travesía de la pampa argentina rumbo a Buenos Aires. Mi objetivo era conseguir que algún barco me llevara a Japón. Ese 15 de Enero no lo olvidaré jamás porque fue el día en que tomé la mayor decisión de mi vida, decisión que cambiaría para siempre el curso de mi destino y también porque justo en el momento en que me despedía de mis padres en la ciudad fronteriza de Los Andes, mi mamá me deslizó una gran moneda de oro. “Por si alguna vez estás en apuros”. A partir de ese momento siempre llevé esa moneda conmigo, como si fuese un talismán.

Cruzando océanos Después de numerosas peripecias, y de días en que sentía flaquear mi voluntad, logré finalmente embarcarme en un carguero holandés que me depositó en el puerto de Kobe, Japón. Mi vida habría sido muy diferente de no ser por Renato Mateazzi, un argentino que me alentó a continuar con el destino que me había trazado. Lo conocí el mismo día que me bajé del autobús cuando caminaba por una tranquila calle de un barrio relativamente pobre de Buenos Aires con mi mochila a cuestas en la que había cocido una pequeña bandera chilena. De pronto escuché sonidos familiares que salían de una casa. Me acerqué curioso y como era verano y hacía mucho calor húmedo, las ventanas de la casa que daban a la calle estaban abiertas. Me asomé y vi justamente lo que pensaba: una clase

de Judo. El profesor -Renato- tan pronto me vio asomado por la ventana me hizo señas para que entrara. Observé la clase hasta el final y cuando los estudiantes comenzaban a hacer abandono de la sala Renato me preguntó que hacía allí con una mochila al hombro. Mi historia que recién se iniciaba le causó mucha impresión, pues su sueño -me dijo- era justamente ir a Japón a estudiar Judo. Al saber que no tenía un lugar donde quedarme me llevó a su humilde casa de dos habitaciones que compartía con su madre en un apartado barrio de Buenos Aires. Recuerdo que había que tomar el tren desde la estación de Retiro. Renato era obrero en una maestranza de aceros y su sueldo apenas le alcanzaba para vivir. En sus horas libres enseñaba Judo, pero más bien por entretención, pues sus alumnos eran tan pobres como él. Durante el primer fin de semana que pasé en su casa me llevó al puerto. Aprendí así el camino de ida y vuelta a su casa. Viniendo de una familia acomodada, lo más notable de mi estadía en Buenos Aires fue que Renato me cediera su cama y que él durmiera en el suelo tirado sobre un colchón. Esto me sucedió también en Bagdad, pero esa es otra historia. Se creó con Renato una gran amistad, de esas que surgen y se mantienen cuando se tienen sueños comunes. Nos mantuvimos en contacto durante varios años hasta que sus cartas dejaron de llegar. Mucho tiempo después me enteré por su madre que había sido fusilado durante el gobierno militar por haber participado en actividades subversivas.

1968 Renato Mateazzi

El viaje desde Buenos Aires en un carguero holandés duró cuatro meses. El capitán me hizo firmar un documento en el que me comprometía a no reclamar

por las condiciones del viaje durante la travesía. Solo se me permitía subir a cubierta en los puertos, y bajar a tierra mientras se hacía la carga y descarga. La mayoría de los pasajeros eran chinos de avanzada edad que subieron a la nave en Brasil y que regresaban a China a morir. Hombres y mujeres ya sin fuerzas, ni siquiera para ir a los baños. De la comida, ni hablar. El barco hizo largas escalas para cargar y descargar en Dubai, Santos, Río de Janeiro, Ciudad del Cabo, Durban, Port Elizabeth, Tamatave, Qatar, Islas Mauricio, Reunion, Singapur y Hong Kong. Sería largo, y nos desviaríamos mucho del tema central de este libro describir las crudas condiciones en las que viajé, y las aventuras que pasé durante la travesía y en los puertos de atraque, pero posiblemente lo que más me impactó fue el paso por Sudáfrica, país sobre el cual no sabía nada, y justo en el momento de mayor apogeo del “Aparthied”, la separación racial entre blancos, negros y gente de color -“coloured”- entre los que estaban los mestizos, los orientales y los indios. Mahatma Gandhi que ejerció como abogado en Sudáfrica antes de regresar a la India 39 para liderar el movimiento pacifista de independencia de la India del imperio británico, también fue discriminado por su color. En Cape Town fui atacado en una noche por dos hombres bastante grandes y gracias a mis conocimientos de Judo -disciplina que practicaba desde los diez años-, logré reducirlos sin mayor dificultad. Menciono este hecho porque cuando la gente se entera que fui artista marcial con estudios en Japón, siempre me pregunta “¿Te han servido alguna vez tus conocimientos para defenderte?” Varias ocasiones como esta ocurrieron en años posteriores y afortunadamente mis conocimientos-reflejos, siempre me fueron de gran utilidad.

1968 En el puerto de Tamatave, Madagascar, con un marinero chino.

En Singapur subió al barco un curioso personaje, Marco Aurelio Isaza, un colombiano de mi edad que hasta Hong Kong, puerto en el que desembarcó, me cautivó e hizo soñar con entretenidísimas aventuras dignas de “Tin Tin el aventurero”, el personaje que inmortalizó el belga Hergé. Yo recién empezaba mi aventura hacia lo desconocido, mientras él ya había recorrido medio mundo y

hablaba una impresionante cantidad de idiomas y tenía al parecer bastante dinero ganado en “negocios” como me contó sin elaborar más. Lo de los idiomas me causó una fuerte impresión pues en ese momento yo sólo hablaba con dificultad algo de francés y japonés. Años más tarde me encontré con Marco Aurelio en un elegante club nocturno de Tokio -cuando todavía solía ir a clubes y discotecas- y después de darnos un gran abrazo me contó que después de pasar un tiempo en Hong Kong se había ido a Taiwán donde había pasado varios años haciendo “negocios” y que había aprendido perfectamente el idioma chino. En el club estaba con un grupo de hombres de negocios japoneses con los que hablaba en perfecto japonés, según pude comprobar. Me contó que todavía no había echado raíces en ningún lugar y que continuaba deambulando por el mundo haciendo “negocios” al más alto nivel. Nunca supe más de él, pero jamás se me olvidarán las aventuras que me contó en el barco que me sirvieron como fuente de inspiración para conocer el mundo y aprender idiomas.

Japón 1968- 1970 Con varios kilos menos desembarqué en Kobe. No sólo había bajado de peso por falta de alimentación en el barco, sino que hasta el último dólar se había esfumado de mis bolsillos. Nuevamente, al igual que en Buenos Aires me puse a deambular por las calles del puerto de Kobe con mi mochila a cuestas. Cansado, me detuve en una esquina sin decidir si cruzaba la calle o buscaba algún lugar donde sentarme. La indecisión que duró algunos minutos, hizo que un señor se acercara y entabláramos una animada conversación con las manos y palabras sueltas en japonés. Al igual que en Buenos Aires, el señor Oguino se enteró de mis planes de llegar hasta la “Meca del Judo” en Tokio -el Kodokan-, y también de que no tenía ni un mísero yen o un lugar donde pasar la noche. El señor Ogino tenía un hijo de mi edad que había salido de Japón hacía muchos años a recorrer el mundo. Posiblemente se lo hice recordar y posiblemente sintió que debía darme una mano. Pero hizo mucho más que eso: me llevó primero que nada a comer “Sushi”, un manjar hasta el momento desconocido para mí que fue debidamente apreciado por mi hambriento estómago. Luego me llevó a su casa y en los días siguientes también me guió por las calles y templos de Kyoto y Nara. Curiosamente cuando visité estas dos ciudades tuve una fuerte sensación de ya haber estado ahí. En realidad fue una experiencia que me impactó: los olores me eran absolutamente familiares, los jardines, las casas, la gente. Es dificil explicar lo que 41 sentí al visitar Kyoto y Nara, pero tuve la sensación inequívoca de no solo haber ya estado en esas ciudades, sino que de haber vivido en ellas.... ¿en

una vida anterior?. Una semana más tarde, el señor Oguino me entregó unos cuantos billetes y un pasaje para Tokio en el “tren bala” recién inaugurado en el año 1964 con motivo de los juegos olímpicos de Tokio. Tres horas después de haber recorrido más de 600 kilómetros a gran velocidad, deambulaba nuevamente con mi mochila al hombro por las calles de Tokio.

1968 Sr. Oguino en Kioto

Caminé y caminé. Cuando ya atardecía, al pasar frente a una gasolinera, me acordé de un compañero que tuve en el Internado Nacional Barros Arana donde pasé varios años, que me había contado que durante su beca de la American Field Service en Estados Unidos, se había ganado unos buenos pesos trabajando en una gasolinera. En ese momento en la tienda no había clientes. Detrás del mostrador estaba Susumo Sugiura, un joven de mi edad que me recibió muy amablemente. Supe después que era la primera vez que hablaba con un extranjero y su curiosidad era intensa. Después de conocer mi historia y de porqué me había presentado en la gasolinera a pie, tomó el teléfono y llamó a su padre, el dueño del establecimiento. Prudentemente salí de la tienda mientras él hablaba y cuando terminó, salió a buscarme diciéndome que no tenía nada de que preocuparme pues su padre había accedido a que me quedara en su casa y que podía empezar cuando quisiera a trabajar en la estación de servicio. Experimenté una alegría sin límites y sentí en ese momento que las estrellas se habían alineado una vez más para ayudarme. 1968 En la casa de los Sugiura

La casa de Susumu era una casa tradicional hecha totalmente de madera, con puertas de correderas de papel de arroz y piso de “Tatami” (paja de arroz prensada). Vivía con sus padres y sus dos hermanos. Todos trabajaban en el negocio familiar, pero tenían aficiones diferentes. Su hermano mayor por ejemplo, cultivaba “Bonsai” (árboles enanos); su hermana y su madre amaban la cocina; su padre dedicaba la mayor parte de su tiempo al trabajo y a mirar televisión y Susumu se la pasaba soñando con viajar al extranjero. Fueron días muy felices. Vida de familia, comida casera -la tradicional, no la que uno come en los restaurantes japoneses- y aprendizaje acelerado del idioma. Durante los meses que pasé con los Sugiura43no me topé con ningún extranjero, pero hice amigos entre los Yakuza, la

mafia japonesa, pues la estación de servicio estaba en el barrio de Shinjuku, que en esa época era un barrio de entretenciones nocturnas controladas en gran parte por los Yakuza. Cuando se enteraron de que un extranjero trabajaba allí, comenzó a aumentar el número de clientes de esa congregación, para deleite del señor Sugiura que veía florecer su negocio. Al parecer a los Yakuza les hacía mucha gracia ser atendidos por mí y se reían a carcajadas por la forma en que me expresaba en japonés.

1968 En la gasolinera de los Sugiura

A medida que pasaba el tiempo y que mi japonés mejoraba, pedí permiso para trabajar sólo algunas horas cada día y así poder estudiar Judo en el Kodokan. Allí conocí a “Che Carlos”, una de las tantas personas que habían venido de diferentes partes del mundo a estudiar artes marciales. Por ser argentino y tener un idioma común nos hicimos amigos rápidamente. “Che Carlos” no podía creer que yo trabajara en una gasolinera, pues la principal fuente de trabajo de los extranjeros en esa época -y muy bien pagada-, era enseñar su lengua materna o ser modelo si tenían figura y cara de modelos. Como ese no era mi caso, pronto me vi enseñando español en escuelas de idiomas y más tarde a ejecutivos de empresas que tenían relación con España o con Latinoamérica. Como no me sentía bien seguir viviendo con los Sugiuras sin trabajar, tan pronto pude independizarme económicamente me arrendé una habitación donde apenas cabía acostado. Se trataba de un inmueble de un piso construido con material ligero con muchas habitaciones unidas por un largo, estrecho y oscuro pasillo. El único baño era compartido por todos los que allí vivían, la mayoría de ellos artistas de la noche en los establecimientos controlados por los Yakuzas, de manera que frecuentemente era despertado en la noche por mujeres con unos tragos de más. Cuando hablo de baño me refiero solo al excusado y al lavamanos, pues si uno quería bañarse tenía que caminar una cuadra hasta el baño público -“Sentoo”-, que hacía poco había dejado de ser mixto, aunque la costumbre de bañarse juntos todavía se mantiene en algunos pueblos que tienen “Onsen”, aguas termales, pero cuando llegué a Tokio los hombres y las mujeres ya se bañaban separados en grandes piletas con agua que siempre se mantenía a temperaturas entre 38 y 42 grados. Los fines de semana siempre iba a visitar a la familia Sugiura. Un día Susumu me dijo que quería realizar su sueño de viajar al extranjero y empezar en Chile, país que conocía a través mío. Su padre le puso dos condiciones para viajar: que lo recibiera mi familia y que al cabo de un par de años regresara a Japón a casarse con la mujer que ellos se encargarían de buscarle, siguiendo la antiquísima tradición de “Omiai”, matrimonios arreglados en beneficio de los hijos. Estos matrimonios son notablemente muy estables, pues intervienen astrólogos en la búsqueda de la compatibilidad de caracteres de la pareja, se toma además en consideración la educación de los hijos, la situación económica de las respectivas familias y sobre todo, porque no interviene para nada el concepto occidental de “Amor”. Lo que se enfatiza es la posibilidad de que la pareja desarrolle una buena amistad que muchas veces adquiere las

características de lo que nosotros llamamos “Amor”. Curiosamente el éxito en Yoga –según algunos textos- depende de la introversión de la mente y de los órganos de los sentidos. En esos textos se encuentran referencias a las “malignas tendencias de la mente”, tales como “Amor y Odio” y a las “malignas tendencias de los órganos de los sentidos”, continuamente atraídos hacia objetos externos… En fin, para resumir el cuento: Susumu llegó con bastante dinero a Chile justo a comienzos de la Unidad Popular. Sus dólares compraban cada día más y lo estaba pasando “bomba”, a tal punto que cuando sus padres le pidieron que regresara, se negó rotundamente. Hubo un tremendo tira y afloja que se prolongó durante varios meses. Su padre lo amenazó con desheredarlo y borrarlo para siempre de la familia. Finalmente Susumu claudicó y hoy es un feliz padre de dos varones, que lo ayudan en su propia gasolinera. En Japón descubrí que además del Judo existían otras artes marciales como el Aikido, Kobudo, Karate, y varias otras a las que también me aboqué con 45 ahínco, porque quería aprovechar la oportunidad de que estaba en ese momento en el país donde se originaron esas artes. Me propuse aprender lo más posible para poder enseñar al regresar a Chile. En todas estas disciplinas obtuve el cinturón negro, la distinción máxima. Mis esfuerzos y pasión por las artes marciales se vieron recompensados ampliamente cuando me fui a vivir a Europa como les contaré más adelante. Tuve también la satisfacción de introducir el Aikido en Chile en 1976, cuando regresé por primera vez después de haber salido del país en Enero de 1968. 1969 Con mi diploma de cinturón negro en Judo

1970 Con mi profesor de Judo Uemoto

Antes de seguir con el relato, para los amantes de las artes marciales japonesas que pudieran estar leyendo estas páginas, quiero escribir algunas líneas sobre Aikido y Judo. Ambos fueron desarrollados relativamente hace poco por dos visionarios que se inspiraron en el tradicional Ju-Jitsu. El Judo obtuvo su forma defini- tiva cuando su creador, Jigoro Kano (1860-1938) fundó el famoso Kodokan, la meca del Judo en 1882. El Aikido por su parte obtuvo su forma definitiva cuando Morihei Ueshiba (1883-1969) o “O Sensei” –gran maestrocomo se le llama, consolidó en 1952 su técnica y le puso el nombre actual de Aikido. Judo significa “el camino de la suavidad” y Aikido, “el camino de la armonía”. Ambas disciplinas tienen en común el término “Do” que las conectan con el Tao chino. Ambas usan el mínimo de esfuerzo físico y redirigen la energía e impulso del adversario. Ambas cultivan el arte de la paz lo que las transforma en disciplinas que cultivan la unidad cuerpo-mente y preparan para enfrentar las vicisitudes y dificultades de la vida. Instauran una férrea disciplina y fuerza de voluntad, por medio del despertar de la conciencia corporal y del trabajo con la energía. El enfoque varía, pero los puntos de contacto con Yoga son muchos, y al igual que en el arte del Yoga, se percibe en éstas y otras artes marciales la influencia del Taoísmo, y dentro de éste, del Yin y Yang.

47 1968 M. Ueshiba con Iimura Sensei (foto tomada por G. Ponce)

En cuanto al Aikido, se podría decir que es un arte marcial familiar pues la tradición la continuó su hijo Kisshomaru Ueshiba (1921-1999) y ahora la sigue su hijo Moriteru, hasta hace algunos años también llamado “Waka Sensei” o el “joven maestro”. Hoy es el actual “Doshu”, o tercer gran maestro. Mi encuentro con Aikido se produjo por intermedio de Noriko Hayakawa una querida amiga que en esa época se desempeñaba como secretaria de la embajada de Chile en Tokio, donde yo iba de vez en cuando a leer los diarios que llegaban con un mes de atraso y en esas ocasiones aprovechaba de hablar con Noriko. Un día me contó que su marido, -Kunihiko-, practicaba Aikido y que si yo quería me podía llevar a una reunión donde participaría el fundador,- una gran ocasión-, debido a su avanzada edad. Quedé realmente impresionado con su presencia y vitalidad. Paralelamente a mi práctica de Judo decidí comenzar de inmediato a practicar Aikido con uno de los profesores más cercanos al maestro Ueshiba, Iimura Sensei. Junto con ir progresando en mi conocimiento de Japón y de su lengua y de ir pudiendo conseguir nuevos y mejores trabajos, iba progresando en el estudio de Aikido, a tal punto que antes de regresar a Chile en 1990 ya había obtenido cuarto Dan, cinturón negro, diploma que me fue entregado de manos del propio hijo del fundador, K. Ueshiba. El día de mi despedida fue inmortalizado en esta foto con él.

1990 Con Kisshomaru Ueshiba

En Judo mi progreso fue similar y varios años antes de abandonar Japón ya había conseguido el tercer Dan, cinturón negro. Debido a múltiples lesiones no pude dar el examen requerido para obtener el cuarto Dan. En lo que se refiere a artes marciales mis conocimientos, que más tarde me serían de gran utilidad, no se limitaron al Judo y Aikido, sino que también se extendieron a otras disciplinas como Iaido, Kendo y a lo que se conoce genéricamente como Kobudo (artes marciales antiguas), tales como Bojitsu, Sai, Nunchaku, etc. donde obtuve también el cinto negro, primer Dan.

1968 Mi carné del Kodokan, la meca del Judo mundial

Creo que todo tiene una razón de ser en la vida. Muchas veces no nos 49damos cuenta como la

vida nos va poniendo en nuestro camino personas y oportunidades que nos van enriqueciendo y formando como seres humanos. La vida es una sucesión de eventos encadenados entre sí por una razón. No creo que sea sólo el azar. El libro de Paulo de Cuelho “El Alquimista”, describe convincentemente el círculo que le toca recorrer y completar al pastor, el protagonista. Mi propio círculo comenzaba también a dibujarse: un día que me encontraba enseñando español a un grupo de estudiantes en “La casa de España”, me hizo llamar la directora. En su oficina había dos señores del Canal Fuji de televisión que estaban buscando a un chileno que hablara español para que sirviera de intérprete a dos chilenos que ellos habían invitado para el programa “Bankoku Bikkuri Show” (cosas sorprendentes del mundo).

1970 Con Arturo Martinez,“El hombre pájaro”

Uno de estos chilenos hacía sonar los nudillos de sus manos como si fueran castañuelas; el otro, Arturo Martínez, más conocido como “El hombre pájaro” en Chile, podía imitar perfectamente el sonido que hacían las aves o cualquier animal y también aviones, helicópteros, o el sonido del mar y del viento. Mi trabajo como intérprete gustó, y a juzgar por la llamada telefónica que recibí del canal un par de semanas después, también les gustó mi desplante frente a las cámaras y el hecho de que siendo extranjero tuviera un aspecto físico similar al de los japoneses. Se me dijo incluso que me parecía mucho a un conocido galán de cine. Lo concreto es que pronto me vi participando en “Talk Shows”, paneles de cualquier tipo, y posteriormente el canal creó especialmente para mí un programa especial que consistía en contar cuentos vistiendo “Kimono”, una versión bastante relajada del cuenta cuentos tradicional, que debe estudiar muchos años para servirse de su abanico para expresar situaciones e impostar su voz para interpretar a sus diferentes personajes. Esta antigua profesión se llama “Rakugoo” y lo que yo hacía, lo llamaron “Seiyoo Rakugoo”, o “Rakugoo occidental”. Para mí era simplemente un trabajo, un modo de obtener bastante dinero sin transpirar demasiado. Espero no haber ofendido mucho a los profesionales.

1969 En uno de mis “Talk Shows”

Me hice famoso, gané mucho dinero -por lo menos para mí-, y pude abandonar mi estrecha habitación y arrendarme un apartamento con dos habitaciones, baño y cocina, todo al estilo japonés. En esa época, además de la televisión trabajé como intérprete aceptando todo lo que se presentara. De hecho recuerdo haber sido intérprete en51un certamen de belleza, “Miss Mundo” y en una convención mundial de meteo

rología. Incluso ayudé en esa época a organizar la pelea de Godfrey Stevens por el título mundial de boxeo categoría pluma, que Godfrey quiso arrebatarle al monarca japonés Shozo Saijo, el 8 de febrero de 1970. Godfrey fue ídolo de todos los chilenos en la década de los 60 y 70. Me contaron mis padres que Chile entero sintonizó los aparatos de radios para escuchar y seguir el combate boxeril.A pesar de que cada día tenía más trabajo, nunca descuidé mi práctica de artes marciales.

1969 Vestido para uno de mis programas de televisión

1970 Godfrey Stevens

Aprendizaje del idioma Tan pronto llegué a Japón decidí aprender formalmente el idioma japonés, pues sabía que aprender a hablar y a escribir correctamente este idioma sería para mi un gran activo para el futuro. Hablar en la calle o en la casa es muy útil para

poner en práctica lo que uno ya sabe, pero no hay nada mejor que aprender un idioma con un profesor. Tan pronto tuve el dinero necesario para pagarme clases me matriculé en el “Naganuma Japanese School” y seguí la metodología de aprendizaje de esta escuela desde el comienzo hasta el momento de graduarme. Paralelamente, comencé a tomar clases de caligrafía con pincel -Shodo. Esto fue muy importante para incrementar el número de caracteres que podía retener en la memoria. La gente estudia Shodo no solo para eso, sino porque es un pasatiempo y un excelente ejercicio para desarrollar la concentración. Es un arte. De eso no cabe la menor duda. El Ministerio de Educación de Japón exige 2.000 caracteres a los alumnos que han terminado la educación superior y son justamente esos 2.000 caracteres y no otros, los que emplean los diarios y revistas. Como soy exagerado para todo, aprendí 4.000, pues para las novelas y libros hay libertad para usar tantos como uno desee.

Después de terminar mis estudios en la escuela de japonés y sintiéndome seguro de que mi manejo del idioma y del conocimiento de caracteres era tan bueno como el de cualquier japonés, postulé a la Facultad de Literatura Japonesa de la Universidad de Jochi (Jochi Daigaku). En esta universidad estudié cuatro años, lo que me trajo mucho prestigio entre los ciudadanos comunes y corrientes, pero especialmente entre los empresarios, muchos de los cuales habían pasado por la misma universidad. Como se verá más adelante el idioma fue determinante en mi vida en Japón. 53

A propósito de lo que estoy escribiendo, un pequeño recorte de la revista “Qué Pasa”:

El azar quiso que un día conociera en Tokio a una norteamericana que estaba en Japón como integrante del “Holiday on Ice”, un conjunto de bailarines y acróbatas de patinaje sobre el hielo. Este hecho que aparentemente nada tiene que ver con mi contribución al desarrollo del Yoga en Chile, es fundamental y determinante, pues me permitió aprender inglés perfectamente, un asunto nada de trivial en el mundo del Yoga y que además influyó decisivamente en el curso futuro de mi vida personal y profesional.

Estados unidos 1970 Cuando conocí a K.M. puedo decir sin exageración alguna, que no hablaba ni una palabra de inglés, ni ella de español. El problema de comunicación fue solucionado por medio de un pequeño diccionario inglés-español que todavía conservo. Cuando ella tuvo que regresar a Estados Unidos decidí acompañarla. No recuerdo el mes en que llegué a Estados Unidos, pero debe haber sido a mediados del año 1970. Podría buscar la fecha exacta en alguno de los 18 pasaportes que he repletado con timbres de todos los países que he visitado, algunos de ellos, una y otra vez, pero esto haría perder fluidez al relato. Durante el primer tiempo de mi estadía en Japón tenía que viajar cada tres meses a Corea a renovar mi visa de turista. Cada una de estas travesías a Corea era una aventura pues viajaba en tren ordinario hasta el puerto de Shimonoseki en el sur de la isla, y de ahí cruzaba en un trasbordador nocturno hasta el puerto de Pusán en Corea. Al día siguiente tomaba otro tren a Seúl -el tren del ajo-, así llamado por el predominante olor a ese tubérculo dentro del tren. El viaje de regreso era igual. Al escribir sobre mis pasaportes se me ocurrió poner aquí algunos dejando un intervalo de aproximadamente diez años entre ellos. ¡Es increíble cómo va cambiando la fisonomía de una persona con el transcurso de los años! Pero, así es la cosa... hasta que un día nos apagamos definitivamente.

1968

55 1979

1987

2003

No sólo por amor me fui a Estados Unidos. Necesitaba alejarme de Japón por un tiempo porque mi popularidad y fama aumentaba día a día… era un “rostro” de la TV, como se dice hoy, y como no disponía de auto, siempre debía viajar en buses y metros atestados de gente y no faltaba el que me reconociera y me

pidiese un autógrafo. Muchas cosas les podría contar sobre las persecuciones de las “Fans”, pero ciertamente no sería apropiado para un libro de Yoga. La verdad es que ya no daba más. Me sentía constantemente observado y era blanco de bromas entre mis compañeros de artes marciales. La primera parte del tiempo que pasé en Estados Unidos la dediqué enteramente a aprender inglés y a comer toneladas de helados frente al televisor. Un día, estudiándome frente al espejo descubrí que había desaparecido el joven y musculoso galán de la TV japonesa y en su lugar había un tipo con una enorme barriga y con muchos, muchos kilos de más. No sólo había engordado fuera de toda proporción, sino que no hacía nada por ganarme la vida. Como en Estados Unidos también estaba con visa de turista no podía trabajar legalmente de modo que estaba obligado a competir con todos los mexicanos ilegales, que como yo, vivían en Los Angeles. Los trabajos que lograba conseguir eran sólo por el día y muy mal pagados. Las pocas plazas disponibles se llenaban rápidamente. Justamente el día en que una vez regresé a casa con los zapatos totalmente estropeados por haber estado limpiando tambores con productos químicos conocí a un cubano que por su manera de hablar y actuar parecía ya “haberse hecho la América”. Me explicó con gran entusiasmo que tenía una compañía que vendía puerta a puerta objetos religiosos desde California hasta Texas, o en cualquier parte donde hubiera mexicanos. El negocio exigía disponer de un vehículo y someterse a un prolijo entrenamiento. Recuerdo que el vehículo me costó algo así como 250 dólares. La empresa del cubano vendía solo dos productos: una linda Biblia, y un cuadro de Jesucristo tridimensional que al enchufarse se iluminaba, y cuando uno pasaba frente a él, Jesucristo guiñaba un ojo. Los mexicanos, en su mayor parte de origen humilde se maravillaban con estos dos productos estrellas. Nosotros exigíamos un “Down Payment” (una cantidad de dinero inicial) para poder hacer el pedido. Posteriormente el cubano desde su oficina les enviaba los productos. Los vendedores nos quedábamos con el “Down Payment”. Era nuestro sueldo. Con él pagábamos los moteles, la comida y la gasolina y nos quedaba bastante dinero para ahorrar, pues en un día visitábamos muchas familias mexicanas. Una noche reposando en la cama de un motel de Kansas City Missouri me entró un tremendo cargo de conciencia (de lo que quedaba de ella). No podía continuar con este trabajo. Si bien es cierto que el cubano enviaba los productos, sentía que estaba engañando a los mexicanos. Vendí el auto y me tomé el “Grey Hound Bus” de vuelta a Los Angeles. Días después, tras ignorar los lamentos de mi

amiga, me encontraba a bordo de un barco rumbo Japón, vía Hawai. Ese barco era bastante diferente al que me llevó a Japón la primera vez; era un “Cruiser”, un barco de lujo norteamericano con orquestas, piscina y comidas exquisitas. A fines de Enero de 1971 el barco atracó en Yokohama. Rápidamente me incorporé a la vida a la cual estaba habituado: práctica diaria de artes marciales, clases privadas y grupales de español y de inglés y trabajos de intérprete. La televisión la dejé totalmente de lado al no ser capaz de soportar el peso de la fama, aún cuando no faltaba quien todavía me reconociera en la calle. Posiblemente lo más notable que recuerdo de los seis meses siguientes a mi regreso de Estados 57 Unidos fue que me atreví a enseñar inglés en las escuelas de idiomas y también a niños. El mercado de las clases de español, aunque cada año iba creciendo, era mínimo en relación con el mercado de la enseñanza del inglés. No lo hablaba muy bien, pero lo suficiente para hacerme pasar por norteamericano frente a los japo- neses y obtener rápidamente trabajo. Los japoneses contrataban exclusivamente a profesores “nativos”. Frecuentemente, después de demostrarles a los directores de los diferentes establecimientos en los que trabajé que mi presencia atraía a los estudiantes, les confesaba mis orígenes y terminábamos siendo muy amigos. Esa era también la época en que el grupo “Fleetwood Mac” tenía gran popularidad entre los japoneses, y alucinado con una japonesa, me atreví a probar con ella una droga llamada “LSD”, un alucinógeno. Siempre he sido contrario a las drogas y por supuesto al cigarrillo, pero se vivía un momento especial y también se consumía clandestinamente marihuana. Probé una sola vez LSD pues afortunadamente tuve un “viaje” horrible (“Bad trip” le llaman a esta experiencia).

1971 Con mis jóvenes alumnos

Europa 1971 Durante todo el tiempo que llevaba fuera de Chile mantuve contacto con Christian Krarup, uno de mis mejores amigos en el Internado Nacional Barros Arana. No sólo somos de la misma edad, sino que todos los fines de semana viajábamos en el tren que salía de la estación Mapocho hasta La Calera. Nuestras familias vivían a escasos siete kilómetros y frecuentemente nos veíamos también durante el fin de semana. Christian es descendiente de daneses y actualmente empresario y profesor de agronomía en la Universidad Católica. Con Christian habíamos quedado de encontrarnos en Estocolmo a fines del verano (europeo) de 1971, después que él concluyera sus estudios de post - grado en Dinamarca y recorrer juntos Europa. Para ese cometido Christian había comprado una “liebre” Volkswagen (una especie de “van”) que había adaptado con un par de camas y un anafe. A fines de Agosto de 1971 nuevamente me vi subiendo en Yokohama a un barco, esta vez soviético. El barco atracó en Habarosk. Ahí me subí al tren transiberiano que durante una semana fue pasando por pueblos y estepas hasta llegar finalmente a Moscú. Fue una experiencia fuerte el encontrarme en Rusia viniendo desde Japón, aunque durante el viaje en tren algo ya me había acostumbrado al sistema represivo y controlador de la ex Unión Soviética. Recuerdo que uno no podía elegir el hospedaje ni sabía donde se iba a hospedar. Luego de un interrogatorio bastante atemorizador, a uno lo llevaban al lugar de hospedaje. Nunca dejé de sentirme observado. En cada piso del hotel había un guardia y muchos policías vestidos de civil. Después de pasar unos cuantos días en esa hermosa ciudad continué mi viaje en tren a Estocolmo. Salir de la Rusia de esos días y entrar en Finlandia fue una sensación parecida a la que uno siente después de un día de intensa lluvia en Santiago cuando sale el sol iluminando nuestra majestuosa cordillera y no hay ni una pizca de “smog” en el aire. Finlandia me impresionó agradablemente por la amabilidad y belleza de sus paisajes y habitantes. Tanto me gustó, que desde esa primera vez en 1971, he regresado por lo menos unas veinticinco veces. En Finlandia me hice de excelentes amigos que todavía conservo.

59 1971 Moscú

Desde la ciudad de Turku en Finlandia, crucé en trasbordador a Estocolmo. La travesía dura toda una noche, una fiesta para aquellos que les gusta diver- tirse y consumir alcohol “Tax-Free”. Después del encuentro con Christian frente al Ayuntamiento de Estocolmo, pasamos unos cuantos días recorriendo Suecia, el inicio de una aventura que duró varios meses, con insospechadas consecuencias sobre el rumbo que tomaría mi vida a partir de ese momento. Recorrimos primero toda Escandinava y luego nos dirigimos hacia el sur, cruzando los Pirineos por Andorra y siguiendo cualquier ruta hasta llegar a Marruecos, en el norte de Africa. La mayor parte del tiempo dormíamos y cocinábamos en la Volkswagen y nos aseábamos en las estaciones centrales de las ciudades que íbamos visitando. Cuando ya se acercaba el momento en que Christian debía regresar a Chile, regresamos a Dinamarca. Fue ahí donde conocí a la mujer que sería mi primera esposa, pero como el dinero ya se me estaba empezando a acabar, decidí regresar a Japón, pero antes tenía que cumplir la promesa que le había hecho a un amigo griego que había conocido en Tokio: visitarlo en Atenas. Desde Copenhague me fui por tierra hasta Bríndisi, en el sur de Italia. Allí me embarqué para Grecia. En el puerto de Paros me estaba esperando Yannis Veronis, un misterioso griego que había conocido en el Kodokan, la meca mundial del Judo. Digo misterioso, porque durante todo el tiempo que lo conocí, jamás le trabajó un día a nadie y nadie sabía de donde obtenía el dinero para vivir en el país más caro del mundo. Mi amistad con él todavía se mantiene. Yannis me atendió a “cuerpo de rey” en su ciudad natal, la isla de Mikonos, una de las islas más cautivantes de Europa, que posteriormente visité innumerables veces como convidado especial de mi amigo.

Medio Oriente 1972 Cuando llegó el momento de continuar mi camino de regreso a Japón, el impulso que me dio Yannis no fue menor: Me ayudó con el boleto de avión hasta Bagdad, en Irak, país que siempre había querido conocer, quizás influenciado por los cuentos e historias que leí de niño. No recuerdo bien la fecha, pero debe haber sido hacia fines de Febrero o Marzo de 1972 cuando aterricé en Bagdad a media noche. Mi única preocupación en ese momento era encontrar un lugar donde pasar el resto de la noche. Me sentía muy cansado. Me bajé del taxi en alguna parte de la ciudad frente a un hotel. Estaba completo. Decidí buscar otro.

Las calles estaban en silencio y tenían muy poca iluminación. Con mi mochila al hombro caminé y caminé y cuando ya estaba empezando a desesperarme, vi a la distancia un haz de luz que salía por la puerta abierta de una casa. Había un grupo de gente mirando la televisión. Lo que miraban era el peregrinaje que hacen a la Meca miles y miles de fieles cada año. Desde el umbral de la puerta grité preguntando si había alguien entre ellos que hablase inglés. Uno de ellos se levantó y vino a mi encuentro. No recuerdo el nombre de este iraquí, pero si recuerdo que me llamaba “Habibi”, que quiere decir “querido”. Por mi parte también lo llamaba “Habibi” y nos hicimos amigos. Y, al igual que en Buenos Aires, mi amigo árabe me cedió su cama y él durmió esa noche y las siguientes en el suelo. “Habibi” fue un excelente guía turístico y juntos recorrimos la ciudad, una ciudad en esa época bastante atrasada y empobrecida donde sobresalían unas cuantas lujosas mezquitas. Me llevó también a visitar a su familia en un pueblo a algunas horas en bus de Bagdad. Y, como siempre ocurre, llegó el día en que debía continuar viaje. Desde Bagdad, en un autobús destartalado atestado de gente y de animales domésticos me dirigí a Basora y desde ahí a Kuwait. En el camino encontramos una tormenta de arena. La arena se colaba por las ventanas y rendijas del vehículo. Fue algo horrible. Tardé un par de días en sacarme el último grano de arena de mis orejas.

Mi paso por Kuwait fue quizás una de las experiencias más fuertes que he tenido. Cuando llegué Kuwait, un país carísimo, había agotado totalmente mis reservas económicas. De pronto me vi entre la espada y la pared: si llamaba a Chile o a Japón, para pedir dinero, éste no llegaría a tiempo. Necesitaba urgentemente comer y un lugar donde dormir. Se me hacía agua la boca al pasar por delante de las tiendas donde venden carne de cordero ensartada en una especie de palo vertical y de donde van cortando con un inmenso cuchillo lonjas de carne. 61 Creo que a eso le llaman “Shish Kabab”. Caminando por las calles del centro de la ciudad, la mayor parte de ellas sin pavimentar, pero transitadas por lujosísimos autos conducidos por hombres vestidos con una especie de camisón y un paño en la cabeza sujeto por un banda circular negra. Algunos se detuvieron para hacerme “proposiciones deshonestas”. Al parecer esa costumbre está arraigada en todos los países árabes. En ese momento me di cuenta cómo se sienten las mujeres cuando caminando tranquilamente por la calle son acosadas por hombres en auto. En la puerta de un edificio vi un occidental, un inglés de

cara amable que me sonrió, como siempre sucede cuando dos occidentales se encuentran en países donde uno es claramente extranjero. Es una especie de código que nace en forma espontánea. Él trabajaba en los pozos petroleros como asesor técnico. Me contó muchas cosas increíbles de los árabes y la discriminación a la que sometían a sus mujeres. También me habló de las estrictas medidas disciplinarias que tomaban cuando sorprendían a alguien que hubiese consumido alcohol. Los extranjeros, al no poder comprar alcohol, fabricaban el propio en forma clandestina, y con mucho temor a ser descubiertos. Me dijo que la manera más fácil y rápida de hacer dinero era vendiendo sangre en el hospital. La verdad es que no tenía alternativa, pues necesitaba el dinero urgente y además tenía que comprar un pasaje en barco hasta India, donde me esperaba un poco de dinero, por lo menos eso creía, y constantemente cruzaba los dedos para que así fuese. Estaba claro que nadie iría a donar su sangre voluntariamente en un país donde el estado se encargaba con creces del bienestar económico de su gente. En el banco de sangre hice gala de desconocidas dotes de negociador: Mi sangre O RH negativo, que es sumamente escasa en el mundo, la vendí una y otra vez durante tres días, dos veces al día, a precio de oro. Después del tercer día no me admitieron en el hospital pues según ellos, estaba poniendo en riesgo mi salud. Afortunadamente pude comer y comprar el pasaje más barato que había a la India. El barco hizo una interesante escala en el puerto de Karachi. Años más tarde con un grupo de amigos visité nuevamente Pakistán y compré en una fábrica de alfombras unas cuantas, todas hechas a mano por niños y niñas de entre 6 y 10 años, algunos de ellos prácticamente ciegos pues trabajaban en la penumbra para sensibilizar el tacto. El consuelo que tengo de haber comprado estas alfombras, sabiendo quien las había tejido, es que logré deslizarles a varios de esos niños una suculenta propina.

India 1972 El barco atracó en el puerto de Bombay. Posiblemente fines de Marzo. En la fila para la inmigración, había un norteamericano justo delante mío. No sé de donde salió, porque no recuerdo haberlo visto en el barco. Su comportamiento era extraño; tenía variados “tic”. Esperaba impaciente su turno para que le timbraran el pasaporte para salir a la calle. Como mi único equipaje era la consabida mochila con la bandera chilena cocida en ella, y que a esas alturas estaba bastante liviana por el tremendo calor que había empezado a hacer después que salí de Irak, me fue fácil seguir al norteamericano para ver qué iba a hacer una vez fuera del recinto de inmigración. No bien llegó a la calle, comenzó, eufórico,

a despojarse de su ropa mientras caminaba, hasta que quedó totalmente desnudo. Su última posesión era una pequeña bolsa cuyo contenido, dinero y otras cosas esparció entre los sorprendidos indios. Finalmente, gesticulando y gritando con el pasaporte en la mano, lo tiró a la multitud para zambullirse en ella segundos después. Cuando hablo de multitud, hay que haber estado en India para saber realmente lo que es eso. Experiencias como ésta y otras incluso más bizarras, vi muchas. Hay que recordar que durante esos años la India y en especial la ciudad de Goa estaban llenas de “Flower People” que consumía libremente todo tipo de estupefacientes.

1972 En la Puerta de Bombay

Sólo cuando uno está en India se da cuenta de que todo lo que uno ha leído o escuchado sobre ese país sólo se comprende realmente por medio de la experiencia directa. No hay otro camino, pues India es un asalto directo a los sentidos: sus paisajes, olores, colores, sonidos, sabores, son completamente diferentes y exóticos para nosotros los occidentales, sin mencionar la desmesurada extrema pobreza de sus habitantes y la extrema riqueza de unos pocos. Pero, para experimentar ese país y formarse una opinión propia, hay que dejar de lado hábitos y 63

rutinas, como levantarse a la misma hora, acostarse a la misma hora, comer sólo ciertas comidas, tomar el mismo camino para ir al trabajo, etc. Al estar ahí, abandonamos, queramos o no, lo que para nosotros es lo normal y en ese momento es cuando empezamos a crecer, y esto puede ocurrir en cualquier parte. Me dirigí de inmediato a la Oficina Central de Correos de Bombay, con el corazón saltándome en el pecho. Cuando estaba en Grecia le había escrito una carta a un matrimonio amigo que vivía en la India y que yo había conocido en Japón, para que me ayudaran. La conocí primero a ella. En realidad fue un encuentro curioso, pues cuando la conocí en una tienda de Tokio, pensé que era india porque vestía “Sari”, y en su frente llevaba pintado un “Bindi”. Era una mujer realmente hermosa de unos veintidós o veintitrés años. Parecía una princesa sacada de uno de los libros de Emilio Salgari que solía leer cuando era niño. Resultó ser mexicana y se encontraba en Japón con motivo de una exhibición de pinturas y esculturas de su marido. El matrimonio vivía todo el año en Madrás (Chennai) y de vez en cuando viajaban a alguna de las principales capitales del mundo a exhibir las obras.

En el correo me dirigieron a la sección llamada “Poste Restante”, sección destinada a la correspondencia para viajeros y para aquellos que no tienen una dirección fija. La carta estaba allí, esperándome y en su interior, “Rupees”. Después de pasar unos cuantos días en Bombay, tomé el tren a Madrás. Un viaje larguísimo y que se siente aún más largo cuando uno viaja en un vagón de tercera clase, con esos asientos de respaldo de madera verticales, repleto de gente, bultos y animales domésticos. Hasta ese momento siempre pensé que los

indios eran gente pacífica, pero en el tren vi cosas muy feas. Es evidente que la “no violencia” de Gandhi no es un principio practicado por todos. Llegué a media mañana a la estación de Madrás. Tomé un “Rikishaw”, (una moto adaptada para llevar pasajeros) y después de dar muchas vueltas preguntando por la dirección de mis amigos, finalmente encontré la casa. Una casa espectacular junto a una de las playas más largas del mundo. El marido era un artista colombiano, extraordinariamente amable, de aproximadamente unos sesenta años, (la edad que hoy tengo yo), que me recordaba a don Quijote de la Mancha por su altura, esbeltez, larga y puntiaguda barba blanca. Fuera de la pintura y de la escultura, su pasión era el Yoga. Fue así como tuve mi segundo encuentro con esta filosofía. El primero, había sido el libro del indio Sel- varajan Yesudian y la húngara Elisabeth Haich, “Deporte y Yoga”, que cayó en mis manos cuando era niño. Estas dos personas fundaron en Suiza en 1947 la primera escuela de Hatha Yoga en Europa. A partir de entonces, y especialmente en los años 60 y 70, las escuelas de Yoga comienzan a proliferar en el viejo continente. Rápidamente el artista colombiano me tomó bajo su protección. Un ser muy especial que llevaba una vida casi monástica. Dormía solo en el segundo piso de esa enorme casa que contaba con servidumbre para todos los menesteres, según la casta de los sirvientes. Por ejemplo había una persona que limpiaba exclusivamente los baños; otras se encargaban solo de la cocina, dos o tres para hacer el aseo y todavía un par de hombres se ocupaban del jardín. El colombiano se levantaba todos los días a las cuatro de la mañana, cosa que me parecía insólita en ese momento. Hoy, que tengo la misma edad que él tenía entonces, me levanto sólo media hora más tarde… y…. duermo solo. Curiosas las vueltas de la vida. Cuando él supo que me interesaba el Yoga, me despertaba todos los días a las cuatro de la mañana para irnos a sentar a meditar sobre la arena a escasos metros del agua. En la penumbra practicábamos simples Asanas. Luego caminábamos por la playa conversando hasta que invariablemente emergía lentamente en el horizonte, desde las profundidades del mar iluminando la creación, una inmensa bola roja recortada a veces por la silueta de algún pescador en su primitiva canoa. Regresábamos a la casa a eso de las seis de a tomar desayuno. Mis amigos se turnaban para agasajarme: ella me llevaba a los bazares y a verla bailar danza india, un espectáculo maravilloso. Cuando él me invitaba a salir, era para algo más profundo, pues quería que me empapara de la cultura de la India, de sus santos y sobre todo, de la Theosophical Society, de la cual él era miembro.

La influencia que esta sociedad tuvo en occidente fue mucho mayor de lo que la gente normalmente cree, pues la mayor parte de la literatura en la cual 65 ha estado basado el estudio de la filosofía india hasta hace muy poco, ha sido traducida por esta sociedad, e inevitablemente influenciada por sus creencias. A comienzos de la década de 1870 aparece en Estados Unidos Madame Helena Petrovna Blavatski, (1831-1891), una excéntrica mujer con ojos protuberantes que decía tener orígenes rusos aristocráticos. Atrajo rápidamente la atención en ese país al decir que “cualquier persona que piense como Darwin no puede ser superior a un mono, es decir, tonto, vulgar, ambicioso, grosero y traicionero”. Claramente, llegando a Estados Unidos dejó en claro que era una ferviente antiDarwinista. En 1875 fundó en Nueva York un movimiento que engendró a numerosos Gurus y sectas. Tuvo un gran impacto en la vida cultural, social e incluso política del momento y sin duda fue de gran importancia para el desarrollo de la espiritualidad occidental a través de sus publicaciones y por supuesto, a través de algunos de sus primeros devotos, como el filósofo alemán Rudolf Steiner, que fundó posteriormente la Sociedad Antroposófica, el carismático George Gurdjieff, P. Ouspensky y J. Krishnamurti. En 1878 la Theosophical Society se trasladó a India y en 1896 la sociedad enunció claramente sus tres metas: la formación de una hermandad universal sin distinción de razas, credos, sexo y casta; el estudio comparativo de todas las religiones, filosofías y ciencias; y la investigación de las leyes de la naturaleza que no han podido ser explicadas, y la investigación de los poderes latentes en todos los seres humanos. La sociedad se abocó también al estudio de las ciencias y pensamientos Yóguicos, pero siempre con un enfoque espiritual. Cuando Madame Blavatski murió, la sucedió otra mujer, Annie Besant (1847-1933) que descubrió a J. Krishnamurti en una playa de Madrás. Pronto proclamaron que sería un segundo Cristo y predijeron que llegaría a ser un líder mundial.

Madame Helena Blavatski

Annie Besant

Jiddu Krishnamurti

Después de más de tres meses en casa de mis amigos y a pesar de que me pidieron que me quedara más tiempo con ellos, me dispuse a continuar el viaje de regreso a Japón. Nos despedimos con lágrimas en los ojos en la estación de Madrás donde tomé el tren a Calcuta. Otro viaje interminable. Afortunadamente mis benefactores me hicieron un “préstamo” para cualquier eventualidad, y como no soy despilfarrador y el viaje era largo, una vez en Calcuta busqué hospedaje. No tuve que caminar mucho. En la fachada de un edificio-esquina construido por los ingleses, había un gran letrero que decía “Salvation Army” (Ejército de Salvación). Esta organización siempre me cayó bien con sus uniformes y bandas musicales; siempre que me los encontraba en alguna parte del mundo, contribuía con algo de dinero. Junto a indios y algunos extranjeros

me alojé ahí durante una semana aproximadamente. Fue en esa oportunidad que visité por primera vez a la madre Teresa de Calcuta, y en cada oportunidad que más adelante me tocó estar en Calcuta, siempre visité a la madre Teresa, una verdadera “Karma Yoguini”. En una de esas oportunidades un amigo me sacó esta foto con ella.

67 Madre Teresa de Calcuta

Como mi amigo colombiano me había recomendado visitar la Orden de Ramakrishna en Calcuta, eso hice. Esta Orden deriva su nombre de Shri Ramakrishna (1836–1886), santo reverenciado como uno de los más grandes en la historia de la India. La Orden fue fundada en 1897 por Narendranath Datta, más conocido como Swami Vivekananda (1863–1902), principal discípulo de Shri Ramakrishna, que fue enviado por éste a representar el Hinduismo en el Parlamento de las Religiones que tuvo lugar en Chicago, en 1893, convirtiéndose en el primer indio -embajador espiritual de la India en occidenteen unir con éxito los medios esotéricos orientales y occidentales. Esto se debió, aparte de su carisma natural, a su gran conocimiento de los trabajos de grandes filósofos como Hume, Kant, Fichte, Spinoza, Hegel, Schopenhauer, Comte, Spencer, J.S. Mill y Darwin, conocimientos adquiridos desde que era estudiante. En sus discursos era frecuente escuchar paradigmas intelectuales occidentales, además de un vocabulario y marco conceptual que le permitía comunicarse (e impresionar) a sus audiencias. Vivekananda fue también el precursor de los retiros de Yoga o “Yoga Retreats” muy populares hoy día en el mundo.

1836 - 1886 Shri Ramakrishna Paramhansa

1863 - 1902 Swami Vivekananda

Sigo con el regreso a Japón: Mi paso por Bangkok fue corto. Sólo una mirada rápida. Años más tarde, conocería Tailandia en profundidad. En Hong Kong, nuevamente me dirigí al “Poste Restante” del Correo Central con la esperanza de encontrar ahí el dinero que le había pedido a una amiga japonesa que me enviara. Desgraciadamente no había llegado por lo que no me quedó otro recurso que deshacerme del amuleto, la moneda de oro que mi mamá me había dado al momento de salir por primera vez de Chile. Cuando finalmente llegaron los fondos me embarqué rumbo a Japón. Así concluye mi primer viaje a Europa y a la India. Regresé a Japón hacia fines del verano (invierno nuestro) de 1972. Calor, lluvia y humedad. Como siempre, no me costó nada incorporarme a mis actividades habituales. Lo único diferente fue la presencia de mi novia danesa. Quiso asegurarse de que no la olvidaría y me vino a ver por un par de semanas. Como el alojamiento que yo le podía proporcionar no estaba a su altura, le pedí a mi amigo Susumu que nos alojara en la casa de su familia para que ella pudiese disfrutar de un ambiente típico japonés y conocer de cerca las costumbres japonesas. Habiendo prometido unirme a ella en Dinamarca tan pronto pudiese, unas cuantas semanas después de su regreso a Dinamarca se me ocurrió poner en un gran sobre una carta y fotocopias de mis diplomas en artes marciales japonesas y lo envié a la policía danesa, sin mayores expectativas de que me fueran a tomar en cuenta. En realidad fue un momento de inspiración el habérseme ocurrido ofrecer a la policía de Dinamarca mis servicios como instructor de defensa personal. Debo haber tenido el ego por las nubes en ese tiempo, o bien era mi juventud, a la sazón 25 años. Uno no le teme a nada. Enorme fue la sorpresa cuando recibí una carta llena de timbres de Dinamarca en la que me pedían que fuese a una entrevista asegurándome que de ser aceptado en la institución, ellos mismos se encargarían de regularizar mis papeles para que pudiese permanecer indefinidamente en el país. 69

Europa 1973-1975 Así fue como en Enero de 1973 hice las maletas (por primera vez me desprendía

de la consabida mochila) y partí en avión a Dinamarca. Iba confiado pues mi currículo era bueno.

1973 Con la estatua “Little Mermaid”, símbolo nacional de Dinamarca

Justo en el día y la hora prevista me presenté a la entrevista que se desarrolló en un clima de mucha cordialidad. Terminada la entrevista en la oficina del jefe de policía que había respondido mi carta, fui conducido a uno de los gimnasios de la institución donde se había juntado una especie de comisión conformada por oficiales, todos sobre el metro ochenta y muy serios. Por lo menos a mi me pareció así. Fue curioso: estaban llenos de preguntas, como buenos policías, y querían saber, por ejemplo, cómo defenderse cuando a uno lo atacan con una pistola o con un cuchillo. En ninguno de estos casos tenía experiencia. Bromeando, creo que les dije que en el caso de la pistola, lo mejor era rendirse o tratar de arrancar, pero cuando a uno lo atacan con cuchillo las posibilidades de desarmar al atacante no eran desdeñables. Como por arte de magia apareció un cuchillo de madera y un atacante de verdad. En realidad no tuve problemas en desarmar al adversario pues mis reflejos estaban muy buenos en aquel momento. Pero nunca falta el “vivo” que dijo que “otra cosa es con guitarra” y sacó un enorme cuchillo de verdad. La cosa se puso fea, no solo porque mi futuro en Dinamarca estaba en juego, sino porque también arriesgaba la vida. En ese momento, como en todos los momentos de crisis, me invadió una profunda calma y supongo que puse el cuerpo en piloto automático, pues segundos después mi contrincante estaba en el suelo y el cuchillo en mi mano. El gimnasio llegó a vibrar con los aplausos. A los pocos días me habían encargado la enseñanza de defensa personal de una sec- ción de la policía de Copenhague y también la organización del club de Judo de la institución. Tenía trabajo fijo, pero solo unas cuantas horas por día. ¿Qué hacer con el tiempo restante? Lo primero, ciertamente entrenar para estar en forma para hacer un buen trabajo; lo segundo, aprender rápidamente el idioma, sobre todo para comunicarme con el hijo de mi novia y lo tercero, buscar otro trabajo para complementar mi sueldo de la policía. Un día que pasaba frente al edificio de la municipalidad en el centro de Copenhague se me ocurrió entrar al mejor y más tradicional hotel de la ciudad, el “Grand Palace Hotel”. Pensé que mi dominio del japonés, inglés, español y francés podrían ser de utilidad a un hotel de esa categoría que recibe turistas de todo el mundo, especialmente japoneses. El gerente de la recepción, fue extraordinariamente amable y después de haberme dejado esperando unos momentos regresó con la respuesta del gerente general del establecimiento: podía comenzar cuando quisiera. El trabajo era entretenido, pero el sistema de turnos de la recepción no me acomodaba e interfería a veces con los horarios que tenía en la policía. Pronto encontré otro trabajo en una escuela de idiomas. Allí enseñé español a ejecutivos de empresas con negocios en España y latino América, y como una cosa lleva a la otra, a

través de un ejecutivo de la empresa “Lego”, me contrataron para que pusiera mi voz a la publicidad audio visual de esa empresa de juguetes.

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Uno de los trabajos entretenidos que hice fue de modelo para las portadas de una colección de libros sobre dos detectives, uno negro y el otro yo.

1973

En realidad todo iba bien, pero pensé que podría ir incluso mejor si montaba mi propia escuela de artes marciales, pero como necesitaba financiamiento, recurrí al padre de mi novia, uno de los magnates del cuero de Escandinavia. Fabricaba cuero para pelotas de fútbol, para sofás, ropa, etc. Era un hombre riquísimo y junto a él trabajaban sus dos hijos varones. La hija, mi novia, nunca se educó convencionalmente ni tampoco trabajó. Hizo todos sus estudios con tutores privados que venían a la mansión donde vivían en Troense, en la isla de Finn. Ahora le encuentro cierta razón al padre cuando me negó su ayuda, pero en ese momento me dio rabia. El padre del hijo de mi novia era un barón francés que había engatusado al magnate del cuero y a su hija con su título de nobleza, pero en realidad era más pobre que una rata. Pero eso no era todo. Lo peor era la infidelidad y el abuso físico al que tenía sometida a mi novia y a su propio hijo. Cuando aparecí en escena el barón se escondió. Sólo hacía notar su presencia con llamadas telefónicas insultantes de brevísima duración. Eso se mantuvo durante bastante tiempo, hasta que un día lo enfrenté en la calle. Creo que se murió de miedo, posiblemente porque sabía a lo que me dedicaba. Al no poder instalar mi academia en Dinamarca paulatinamente fui perdiendo interés por permanecer en el país. Querer establecer una academia fue posiblemente el primer indicio de mi veta empresarial, pues la vocación de profesor creo que siempre estuvo ahí. Lo único que me retuvo en Dinamarca un par de años más era mi novia y su hijo, mi primer profesor de danés a quien llegué a querer mucho. Hoy debe tener unos cuarenta años y todavía nos mantenemos en contacto. Entrando en el año 1975 la desazón era tan grande que finalmente le hice caso a mi intuición y partí solo de regreso a Japón.

Rusia 1975 Fines de febrero de 1975. Pleno invierno. Las temperaturas en el norte de Europa rara vez subían de cero. A pesar del frío me embarqué en una nueva aventura, cuyas consecuencias ni siquiera soslayaba. Creo que necesitaba tiempo para pensar, para decidir mi futuro. Tomé entonces la vía más larga de regreso, una

que ya conocía: por tren a través de Siberia y desde ahí por barco hasta Yokohama. Cuando el tren se detuvo en Viborg, el paso fronterizo entre Finlandia y Rusia, uniformados rusos subieron al tren pidiendo ver los pasaportes. Cuando vieron mi pasaporte chileno intercambiaron miradas y se dijeron algo en ruso. Me hicieron bajar del tren con mi equipaje y me dejaron solo en una habitación de la estación desde donde vi momentos más tarde el tren ponerse en marcha. En Dinamarca yo vivía en otro mundo, ocu73 pado de mis cosas, de mi nueva familia, de aprender el idioma y totalmente ajeno a lo que pasaba en el resto del mundo y en Chile. Fuera del contacto epistolar que mantenía con mis padres, prácticamente no tenía otra relación con el país. En septiembre de 1973 me enteré por supuesto que había habido un golpe de estado en Chile y que ahora los militares estaban en el poder. Seis años alejado del país me parecían muchísimos más. Toda una vida. Si me hubiese quedado siempre en el mismo lugar, posiblemente seis años me hubieran parecido sólo seis años. La noticia no me tocó mayormente, en especial porque nunca tuve interés en política. Es cierto que a partir del mes de septiembre comencé a ver grupos cada vez más numerosos de chilenos desfilando con banderas por el centro de Copenhague. Pensaban que nadie entendía nuestro idioma y gritaban consignas cargadas de bilis y de groserías. Los daneses los miraban desde lejos con una mezcla de curiosidad y de disgusto. Hay que conocer un poco a los daneses y escandinavos en general para darse cuenta que los carnavales no es algo que les nace naturalmente. Estoy conciente de que a algunos lectores posiblemente no les agrade que escriba sobre estas cosas, pero en realidad lo hago para ser coherente con el relato. Para una persona como yo, ignorante de las repercusiones políticas del golpe de estado, grande fue entonces la sorpresa que agentes soviéticos me hicieran descender del tren por el simple hecho de ser portador de un pasaporte chileno. (En ese entonces era de color rojo). Ahora que lo pienso, fue una estupidez haberme ido a meter a Rusia en ese momento. No importaba si uno era partidario de Allende, de los militares, o de nadie. Ser chileno ya era ofensa suficiente para los rusos de esos años. Desde la estación de trenes de Viborg me llevaron a un recinto policial en el que me sometieron a muchos y vejantes interrogatorios. La habitación donde me interrogaban siempre estaba oscura y la luz caía principalmente sobre mi cara, como en las películas. Teníamos un serio problema de comunicación, pues el idioma que usaron para interrogarme finalmente quedó en el inglés y el dominio que tenían de esta lengua era realmente deficiente. Todavía no tengo claro qué suponían los policías que era yo. Me encontraba totalmente indefenso y sin posibilidad alguna de pedir ayuda. Además, las relaciones estaban interrumpidas

entre la Unión Soviética y Chile. Después de varios días de interrogatorios, algunos de ellos conducidos también por “mujeres-sargento”, me metieron nuevamente en un auto sin decirme a dónde me llevaban. Estaba literalmente muerto de miedo, pero de pronto me encontré de vuelta en la estación de trenes. Mi equipaje ya estaba allí. Una vez en el tren y mientras miraba desde la ventana de mi asiento cuando comenzábamos a alejarnos de la estación uno de los policías rusos me decía “adiós” con la declaración del dinero que yo había llenado al ingresar al país. Supe de inmediato que tendría problemas al salir de la Unión Soviética. Fuera de este documento, no me quitaron nada más. En Moscú me quedé algunos días visitando los lugares turísticos y luego comencé a devorar kilómetros y kilómetros de tundra en el tren Transiberiano. Finalmente, con treinta grados bajo cero llegué a Nahodka, puerto siberiano en donde me embarcaría en un barco ruso hasta Yokohama. En inmigraciones, antes de abordar, y tal como me temía, me pidieron la declaración, y como no la tenía, me hicieron pasar a una habitación donde el oficial claramente me indicó que tenía sólo dos alternativas: dejarle a él todo lo que le interesara de mis posesiones, incluyendo por supuesto el dinero en el cierre interior de mi cinturón. (En esa época la mayor parte de los viajeros usaba esta forma de guardar el dinero, mucho antes de que aparecieran los “bananos”), y la otra, que me quedara en Nahodka, esperando que llegara mi declaración desde Viborg. Así fue como me quedé una vez más sin nada de dinero. Aunque el viaje a Japón dura solo unos días, llegar a Japón sin tener dinero ni para hacer una llamada telefónica era un prospecto un tanto desolador, pero nada en comparación con la experiencia que estaba viviendo. Recuerdo haberme prometido a mí mismo en esa ocasión no volver jamás a pisar suelo soviético, pero como siempre ocurre, el dinamismo de la vida hace que uno tenga que reconsiderar ciertas decisiones.

Japón 1975 La primavera estaba por llegar. Un olor en el aire muy particular que solo he experimentado en Japón, imposible de describir en palabras. Las primeras flores de cerezo pronto florecerían. Tan pronto regresé a Japón un conocido me invitó a ver una demostración de Bikram Yoga, organizada por la Embajada de la India en Tokio. Conocí en esa

ocasión a Budhadeb Chaudhuri, hermano de Bikram el conocido empresario del Yoga que se estableció en Beverly Hills, California, donde fundó “The Yoga College of India”, hoy más conocido como “Bikram Yoga” o “Hot Yoga” por las altas temperaturas que tienen las salas de práctica. Budhadeb, o Budha como le llamábamos, al igual que su famoso her75 mano estudió en Calcuta con Bishnu Gosh, el poco conocido hermano de Paramahansa Yogananda. Desde India Bikram emigró a Japón en 1971 y un poco más tarde Budha se reuniría con él en Tokio donde todavía está. A Budha no le ha ido tan bien como al “Guru de las estrellas” como se hace llamar Bikram, pues a pesar de la fama del hermano, y de que lleva más de 30 años en Japón, es prácticamente desconocido. Motivado por mi experiencia Yóguica de mi pasada por India en 1972, me matriculé de inmediato en la escuela de Budha. Transpiré diariamente durante gran parte del invierno japonés haciendo la serie de 26 posturas que tiene el método hasta que un día que había nevado fuertemente salí todo traspirado de la sala de clases que estaba a 40 grados de temperatura, a una de menos cuatro o cinco grado, y sucedió lo que tenía que suceder: me enfermé. Desde ese momento nunca más volví a practicar “Bikram Yoga”. Mi estadía esta vez en Japón fue relativamente corta, pero marcada por un hecho que una vez más cambiaría el rumbo de mi vida: Esta empresa, una de las más grandes de Japón, con 125 oficinas en 73 países en esa época, estaba buscando un chileno que hablase perfectamente japonés para que sirviera de intérpretesecretario-jefe de relaciones públicas, al nuevo gerente general de la recién establecida oficina de la empresa en Santiago, el señor Kenkichi Ishihara. Recibí un intenso entrenamiento de varios meses en la Marubeni Corporation. Durante ese tiempo tuve que empaparme de la forma cómo estaba organizado el comercio y la industria del Japón, conocer la fuerza política de los gigantes de la producción y el comercio y su forma de influir sobre la política del país. Las horas del día se hacían cortas para asimilar tanto en tan poco tiempo. No solo me instruyeron teóricamente, sino que me llevaron a visitar fábricas, armadurías de barcos y aviones, campos agrícolas, instalaciones pesqueras, y variadas industrias. Recuerdo sobre todo dos: la del papel por el enorme potencial de desarrollo forestal que se veía venir en Chile, y también la industria minera, por la misma razón. Marubeni Corporation posee hoy numerosas minas de cobre en Chile.

Cómodamente viajando en avión regresé a Chile por primera vez desde que salí el 15 de enero de 1968, a asumir mis funciones como “Assistant to the General Manager, Santiago Office”, como decía mi tarjeta de visita. Días después de haber regresado a Chile llegó quien sería mi primera esposa junto a su hijo, a quien matriculamos rápidamente en el colegio Saint George. Vivíamos confortablemente en una casa en La Reina.

Chile 1976 De vuelta en Chile en mayo de 1976, continué con mis actividades habituales, que incluían vida de familia, una práctica diaria de artes marciales, y mi trabajo en la oficina. En esa época introduje en Chile el Aikido, arte marcial hasta entonces desconocida en nuestro país. A mis primeros alumnos les enseñaba gratuitamente a la hora de almuerzo en un local que me prestaba un amigo cerca de la oficina. Un día, al cabo de una entrevista entre el señor Ishihara y el almirante Roberto Kelly, que estaba cargo de Odeplan (Ministerio de Planificación Nacional), el ministro me pidió que me quedara un momento. Me dijo, “¿lo felicito, dónde aprendió a hablar tan bien el español”? Hasta hoy no sé si me lo dijo en broma o no, porque era la primera vez que lo veía. En Japón, era frecuente que la gente pensara que yo era “Konketsu”, es decir mitad oriental y mitad occidental. El ministro me hizo sentirme cómodo y parecía tener todo el tiempo del mundo. Le conté entonces a grandes rasgos el periplo que había hecho desde que salí de Chile en 1968 hasta ese momento. Al día siguiente mi secretaria me anunciaba que estaba en la línea el “edecán del presidente” quien me citó para esa misma tarde al edificio Diego Portales. Estas cosas se olvidan difícilmente. Aún cuando estaba sentado en la sala de espera a las tres menos quince, recién a las cinco me hicieron pasar a la ofi- cina del presidente. En la antesala esperaban varios uniformados y funcionarios que me parecieron estar bastante nerviosos, entre ellos el famoso general Gordon, cuya identidad solo conocí más tarde por una foto que vi en el diario. El nerviosismo es contagioso, pues a medida que iba pasando el tiempo y no me hacían pasar, también comencé a ponerme nervioso, sobretodo porque desconocía el motivo por el cual me había hecho llamar nada menos que el general Pinochet a quien jamás había visto antes en persona. Cuando me dio la mano mi nerviosismo desapareció de inmediato. Frente a mí tenía a un hombre de aspecto bonachón de la edad de mi padre, que me hablaba con mucha suavidad y calma. Me explicó que el ministro Kelly le había hablado

de mí, y que al parecer yo reunía las cualidades de la persona que andaban buscando. Hacía poco se había creado Prochile, un organismo cuya misión era promover las exportaciones chilenas en el exterior y atraer la inversión extranjera hacia Chile con el objeto de sacar al país del estupor económico en77 el que se encontraba. Necesitaban a cinco personas, para abrir las cinco primeras oficinas comerciales de Chile en el exterior: Estados Unidos, Alemania, Argentina, Brasil y Japón. Pero, como siempre ocurre, nunca faltan las personas mal habladas y mal pensadas que vieron en mi nombramiento la influencia de mi hermano mayor que estuvo casado con una de las hijas del general. Mi hermano se casó con ella cuando Pinochet era teniente o capitán de una guarnición del Ejército en Iquique. Más tarde se divorciaría de Verónica para casarse nuevamente. Sea como sea, lo que escribo en estas páginas es lo que realmente sucedió. Así fue como nuevamente el destino me devolvía a Japón. Y, al igual que los japoneses hicieron conmigo, antes de regresar a asumir funciones como representante de Prochile en Japón, asimilado al rango diplomático de “Agregado Comercial”, recibí junto a los otros cuatro representantes un intenso entrenamiento, pero no en las artes diplomáticas, sino en conocer a fondo las debilidades y fortalezas económicas del país y para eso visitamos industrias de todo tipo desde el norte al sur del país para empaparnos literalmente del enorme potencial del país en las áreas donde éramos fuertes: minería, pesca, agricultura y silvicultura. El presidente Pinochet me autorizó para elegir personalmente a mis primeros colaboradores, ninguno de ellos del Ministerio de Relaciones Exteriores: Economistas, expertos en pesca y en otras especialidades. En Japón hice lo mismo con el personal local. Se formó un equipo con la “camiseta bien puesta”, todos ávidos de resultados concretos para el país. No era una cuestión de política o de partidismo, nos unía una fuerte mística que pusimos al verdadero servicio del país. Hablar de estos temas en un libro de Yoga me produce una cierta desazón, pues necesariamente habrá algunos lectores que sufrieron directa o indirectamente durante el gobierno militar, pero es absolutamente necesario que lo haga, aunque sea solo de pasada, pues como se verá más adelante, mi regreso a Japón fue determinante en el desarrollo del Yoga en nuestro país y en todo Latinoamérica. Y, hablando de Pinochet, debo dejar constancia aquí que estoy profundamente agradecido de la oportunidad que me dio a mí y a mis colaboradores de trabajar para Chile con una pasión y mística que se da sólo

cuando uno se siente verdaderamente haciendo patria en el extranjero. Esa pasión y mística nos permitió contribuir a que en esos años Japón se convierta en nuestro primer socio comercial al lograr abrir el mercado japonés a productos que estaban totalmente vedados hasta el momento para nosotros, como por ejemplo, la fruta. Todos decían en Chile que la economía japonesa era altamente proteccionista y que jamás se abriría a productos tan sensibles para su agricultura como la fruta y los productos forestales. Baste recordar que en Japón ¡un melón tuna vale alrededor de 50 dólares! La uva también es carísima y fue precisamente con esta fruta que rompimos las barreras japonesas. Confirmamos de paso que si bien es cierto que Japón protege su industria, son razonables y terminaron por claudicar ante las evidencias de seguridad sanitaria que les dimos, en este caso, probamos sin lugar a dudas que la famosa “mosca de la fruta” no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir la travesía a Japón a bajas temperaturas. Abrir el mercado japonés no fue tarea fácil pero contamos con el apoyo irrestricto de personeros del SAG (Servicio Agrícola y Ganadero de Chile) y de algunos empresarios como David del Curto, uno de los pioneros en la exportación de fruta, de quien llegué a ser un cercano amigo hasta que falleciera en un trágico accidente de helicóptero.

1978 Haciéndole entrega al presidente Pinochet de un “Kakejiku”

79 1977 Con David del Curto

La prensa local acogió con gran regocijo la entrada al mercado de la uva chilena, pues para los ciudadanos japonesas significaba consumir un producto de alta calidad a un precio menor al que estaban acostumbrados. En la fotografía en una feria degustando la uva en compañia de mi esposa australiana.

1988 Nihon Keizai Shimbun. (Degustando uva chilena en una feria de Tokio junto a mi esposa)

Las exportaciones forestales también empezaron a cobrar fuerza:

De regreso a Chile ya en forma definitiva en 1998 me dedico por completo al Yoga y a mis proyectos, pero siempre me penó el hecho de haber “trabajado para Pinochet”, a pesar de haber estado siempre alejado de la política y de haber trabajado “para Chile”. Debo confesar que más o menos en el momento que comencé a escribir este libro aparecieron a la luz pública una serie de hechos relacionados con malversación de fondos y abusos comprobados de lesión a los derechos humanos que me produjeron una gran desazón interior.

Japón 1977-1990 En mayo de 1977 llegué a Japón con esposa danesa, pero sin su hijo. El niño se quedó en un internado en Dinamarca. El padre de mi esposa que tenía gran influencia sobre ella, pensó que sería mejor para el niño permanecer dentro de ámbitos conocidos. Mi permanencia en Japón se prolongó hasta el 11 de marzo de 1990. Durante esos 13 años ocurrieron, como podrán imaginar, muchas cosas. La lista es larga. Tan larga que podría llenar docenas de páginas, pero me apartaría demasiado del tema central, el Yoga. Sólo superficialmente tocaré algunos eventos que cambiarían nuevamente el curso de mi vida. Para empezar, mi idilio con mi esposa no duró mucho, porque a ella no le gustaba Japón y añoraba su hijo. “Si realmente me quieres te vuelves conmigo a Europa. Mi padre te quiere nombrar gerente de una de las divisiones de su empresa en Suiza”. Aparte del trabajo en la Marubeni Corporation, el trabajo en la Embajada era mi primer trabajo donde podría hacer carrera. Estaba recién empezando y presentía que podría llegar lejos. Fue un momento dificilísimo, pues estaba realmente enamorado de ella. Lo pasé mal y como para tratar de anestesiar el dolor de la separación me dediqué aún con mayor ahínco al trabajo y a la práctica de artes marciales.

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Recuerdo que en 1977 viajé por primera vez a China, a Beijing. Más tarde viajaría a ese país con bastante frecuencia para promover la venta de productos derivados del yodo en China. Pero ese primer viaje fue un viaje inesperado: no recuerdo exactamente que pasó, pero un día me desperté con tortícolis o algo parecido, sólo que no se iba con el pasar de los días y mi desesperación aumentaba: no podía enderezar el cuello. Visité varios médicos en Japón, me hice masajes Shiatsu, incluso acupuntura, pero todo era en vano. Un funcionario de la Embajada me sugirió que llamara al embajador chileno en China y que le explicara lo que me estaba pasando. Los japoneses tienen una relación muy especial con China a raíz de los muchos problemas bélicos que tuvieron a través de los años, pero sienten un profundo respeto por la cultura china. Llamé entonces al embajador García Huidobro quien me hizo una cita con el director del Hospital de Medicina Tradicional de Beijing. El director del hospital me

sentó en una mesa de la que quedé con los pies colgando. El se sentó en un pequeño piso frente a mis piernas y me clavó en los costados de las pantorrillas las agujas más grandes que jamás haya visto. Indescriptible dolor. Después de un momento el doctor me indicó que moviera el cuello y como por arte de magia, recobré de inmediato la movilidad de mi cuello. Muchas son las cosas que vi en ese hospital, una operación a tajo abierto al corazón con la paciente riendo con los médicos, complicados trabajos de odontología teniendo como anestesia solo las agujas, etc. Tengo fe absoluta en la acupuntura, pero no en todos los acupunturistas. Hoy, una vez a la semana me hago una sesión de acupuntura con el doctor Yan, médico invitado por la Universidad de Santiago para impartir cursos a médicos alópatas. También en ese primer viaje y sucesivos mi curiosidad me acercó a famosos maestros de Chi Gong y de Tai Chi. Pude apreciar también los impactantes efectos del trabajo energético de estas dos disciplinas.

A partir de 1978 regresé a Chile todos los años, a veces hasta dos veces al año a rendir cuentas de mi gestión. Los numerosos artículos que se publicaron en diarios y revistas de la época sobre el aumento en el intercambio económico entre Chile y Japón dan testimonio del trabajo que hicimos. Sin la menor intención de querer probar por medio de estas páginas el fructífero trabajo de equipo que hicimos en la embajada, quiero poner a continuación la foto de una entrevista que en 1985 nos hizo a todos los agregados comerciales de Prochile, el periodista de “Economía y Negocios” de “El Mercurio” y que más tarde sería candidato a la presidencia de la república: Joaquín Lavín. Para todos nosotros, ex-agregados, es un “documento histórico”. Durante el largo período que trabajé en la Embajada que culminó en 1987 con mi nombramiento como Embajador, y que finalizó con el cambio de gobierno en 1990, las exportaciones a Japón y las inversiones de ese país a Chile se multiplicaron en tal medida que Japón desplazó a Estados Unidos y a Alemania, nuestros destinos comerciales tradicionales, para pasar a ser el primer socio comercial de Chile. Todo un trabajo de equipo que hicimos respaldados por un país que se abría por primera vez al comercio con nuestros vecinos asiáticos (separados sólo por el océano pacífico), y que contaba con los mecanismos para fomentar el comercio y daba los resguardos y seriedad necesaria para que los inversionistas del todo el mundo trajeran su dinero a nuestro país.

1988 Con el primer ministro de Japón, Sr. Uno y el canciller chileno Hernán Felipe Errázuriz.

En el prestigioso diario económico de Japón, “Nihon Keizai Shimbun”, apareció este artículo, que aunque la mayoría de los lectores no podrá leer, por lo menos se dará cuenta de la importancia que en esos años se le daba a la relación con nuestro país. 83

1990 Diario “Nihon Keizai Shimbun”:“La experiencia de las empresas japonesas”

El Día Decisivo En 1979 el presidente Pinochet me pidió que tradujera al japonés su libro, 85 el “El Día Decisivo”, (Kestudan No Hi). Para mi fue un reto de proporciones siderales que puso a prueba mis conocimientos del idioma. En 1982 la Editorial Sankei publicó el libro, -30.000 ejemplares-, cuyo lanzamiento se programó para que coincidiera con la muestra pública de un auténtico Moai de la Isla de Pascua, primero en Tokio y luego en la ciudad de Osaka. Era la primera vez que un Moai salía de la isla para ser exhibido en el extranjero. Tanto la noticia del lanzamiento del libro como la exhibición del Moai acapararon la atención de la prensa local. Augusto Pinochet Gustavo Ponce

1982 Sankei Shimbun

Hirohito Un encuentro notable en 1987, fue el que tuve con Hirohito, el Emperador de Japón.

1901-1989 Hirohito

Aunque ya lo había visto en dos ocasiones cuando formé parte de la delegación diplomática chilena para la presentación de credenciales de mis dos antecesores, cuando me correspondió el turno de presentar mis propias credenciales como Embajador de Chile en Japón, el evento no dejó indiferente a la prensa nipona. Hirohito (1901-1989) o Showa Tenno como también se lo llama, fue el 124 emperador de Japón. Su reinado fue testigo de dramáticas transformaciones en la vida japonesa, incluyendo el de su propio estatus. Hirohito era hijo primogénito del emperador Yoshihito, al cual sucedió en 1926. Recibió una educación nacionalista y tradicional bajo la tutela de los militares, y completó su formación con un viaje sin precedentes a Europa occidental, que le causó gran impresión. 87 Al regresar de aquel viaje se vio obligado a asumir la regencia que había dejado su padre, aquejado de una enfermedad mental. Hirohito al momento de su coronación adoptó para su reinado el nombre de Showa (Paz y armonía). Hubo de hacer frente al poder de los militares, que desde 1927 impulsaron la penetración japonesa en Manchuria, mientras promovían en el interior

conspiraciones tendientes a sustituir los gobiernos de partido por una dictadura militar bajo la cobertura del emperador. Hirohito, inclinado a comportarse como un monarca constitucional al estilo europeo, luchó mientras pudo contra esas tendencias, castigando a los culpables (especialmente con ocasión de la insurrección militar de 1936). Sin embargo, atenazado por el temor a perder el trono, acabó por admitir la política imperialista que impusieron los militares desde que estalló la guerra con China (1937), así como el alineamiento con la Alemania nazi y el ataque a Estados Unidos, que hicieron entrar a Japón en la Segunda Guerra Mundial (1941). Durante toda la contienda permaneció en su palacio de Tokio, sufriendo los bombardeos y compartiendo así la suerte de sus súbditos. Fue él quien, después de que los americanos lanzaran las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, aceptó la inevitable rendición en 1945 anunciándola por radio a los japoneses. Contra todo pronóstico, los aliados aceptaron el criterio de MacArthur de mantener al emperador como garantía de estabilidad y de reconstrucción del Japón vencido. Se abría así una época de grandes reformas, que se inició con la declaración pública de Hirohito en la que reconocía su carácter humano, acabando con la ficción de la monarquía sagrada tradicional. Durante la ocupa- ción norteamericana, la democratización del Japón le obligó a realizar un gran esfuerzo personal, asumiendo un papel meramente simbólico sin influencia polí- tica efectiva, debiendo salir de su palacio a conocer directamente la realidad del país. Adaptado a la nueva situación, presidió un proceso de occidentalización y de crecimiento económico espectacular, refugiándose en el estudio de la biología marina, en la que llegó a ser un gran especialista. Al morir, le sucedió su hijo Akihito. Hasta la derrota en 1945, Hirohito era considerado como un semidiós: Nadie podía mirarle a los ojos, y cuando él pasaba, todo el mundo tenía que bajar la mirada.

Este era el hombre ante quien tuve que hacer entrega de mis credenciales. El estricto protocolo que la Casa Imperial exigía a los diplomáticos no me era desconocido, pues había, como dije, formado parte de la delegación en la presentación de credenciales de mis dos predecesores. Durante unos tres días aproximadamente recibí en la Embajada al jefe de protocolo de la Casa Imperial, quien quería asegurarse de que seguiría estrictamente las reglas del protocolo: en primer lugar, en ningún caso podía dirigirle directamente la palabra sino que a través del intérprete de la Casa imperial, apostado a unos cuantos metros del emperador; segundo, tenía que hablar en mi propio idioma; tercero, al retirarme de la gran sala junto con mis acompañantes, debía hacerlo retrocediendo, de

manera de no darle jamás la espalda, y varias otras reglas que en este momento no recuerdo. Entre risas, ensayamos diligentemente junto a los otros funcionarios diplomáticos. Cuando llegó el gran día y la carroza tirada por espléndidos caballos me fue a buscar para llevarme al palacio imperial, empecé a sentir una especie de nerviosismo, similar al que experimenté cuando hacía antesala en la oficina del general Pinochet. El tráfico había sido detenido en las calles que conducían al palacio. La carroza iba precedida por uniformados en motocicletas y detrás de la carroza, en dos grandes limusinas negras, venía el personal diplomático de la embajada. La gente se detenía al paso de la carroza y saludaba alegremente. La entrada a través de la gran puerta y cuidados jardines del palacio fue majestuosa. Nos hicieron esperar en una inmensa sala donde habían sobre las mesitas cigarrillos con el crisantemo impreso en ellos. El crisantemo, “Kiku”, es el emblema de los emperadores. Esta flor de origen chino, apareció por primera vez en Japón en el siglo 8 D. de C. Tanto se impresionaron los japoneses que la adoptaron como el emblema y el sello oficial del emperador. Algu- nos de mis funcionarios fumaban nerviosamente los cigarrillos con el sello imperial. Nos ofrecieron te verde y nos dijeron que esperáramos.

89 1987 Momentos antes de presentar credenciales junto al jefe de protocolo y al personal diplomático de la Embajada

La espera fue relativamente larga. Siempre es así. Mientras más importante la persona, más tiempo hay que esperar, lo cual sin duda alguna crea un ambiente especial, a tal punto que uno sin quererlo, cada vez habla en voz más baja. Finalmente nos hicieron caminar precedidos por el jefe de protocolo, por anchos e interminables pasillos de madera de ciprés, sin un solo nudo. Todos los pasillos estaban parcialmente cubiertos por una larguísima franja de mullidas alfombras de color violeta, otro símbolo de los emperadores. Llegamos al gran salón. Inmenso. Sin un solo mueble, a excepción del sillón imperial. El emperador estaba vestido de frac, de pie frente a su sillón. Más atrás, y a su izquierda estaba el intérprete y el ministro de relaciones exteriores. Tal como se me había instruido, le hicimos una pronunciada venia que él correspondió, pero en su caso, se manifestó por medio de una simple inclinación de cabeza. Lo de la venia me resultó perfectamente natural, pues toda mi vida había practicado artes marciales japonesas y siempre antes de un combate uno debe hacerle una venia al adversario. El resto del protocolo se me olvidó en ese momento por completo y sin darme cuenta, para asombro y horror de todos los japoneses, me vi hablándole directamente en japonés al emperador. En su serio rostro se comenzó a dibujar una sonrisa y luego evidentemente divertido, me comenzó a hacer preguntas. Recibió las cartas y se las pasó sin mirar a un cortesano, y saliéndose también del protocolo, reanudó conmigo la conversación. Seguimos conversando un buen rato. El emperador parecía realmente estar disfrutando. Era la primera vez que un diplomático extranjero se dirigía directamente en japonés al emperador rompiendo todos los protocolos. La prensa japonesa dio amplia cobertura a este hecho. Después de su fallecimiento en 1989, su hijo, el emperador Akihito me invitó a almorzar en un par de ocasiones a la Casa Imperial junto a otros embajadores Todavía conservo una fotografía que me obsequió en uno de esos banquetes servidos por mozos de levita al son de los acordes de una orquesta de fondo.

1989 El Emperador Ahihito y la Emperatriz Michiko

Condecoración En 1987 Daisaku Ikeda, presidente mundial de Soka Gaikai me condecora por haber demostrado interés en la filosofía de esta organización budista laica. Como tenía muchos amigos en Soka Gakkai, una vez a la semana nos reuníamos a discutir temas relacionados con el budismo.

1987 Gustavo con Daisaku Ikeda

Daisaku Ikeda es uno de los escritores más prolífico de Japón sobre temas relacionados con el budismo. Sufrió junto a su familia los horrores de la guerra por lo que desde su adolescencia desarrolló un profundo sentimiento pacifista y un respeto hacia aquellos que también habían sufrido la persecu-91 ción del Estado japonés por sus creencias anti-bélicas. Junto con su mentor, Toda, crearon Soka Gakkai, un movimiento que promueve la paz, cultura y educación a nivel mundial. Ikeda fue distinguido con la Medalla de la Paz de las Naciones Unidas. Soka Gakkai ha creado varias universidades e institutos de filosofía oriental en diversos países y está representado en el parlamento japonés con su propio partido político: Komeito. En Chile la organización tiene también una sede.

En 1979 una “cita a ciegas” organizada por una amiga me permitió conocer a quien sería mi segunda esposa. Nos dimos cita frente a la estación de trenes de Shibuya, junto a la estatua de “Hachiko”, erigida en honor al perro que iba a recibir todos los días a su amo. La historia cuenta que el amo falleció mientras trabajaba y nunca regresó a casa, pero el perro, incansablemente, siguió yendo todos los días a la estación hasta el día de su propia muerte frente a la estación, lugar donde hoy está la estatua. Con mi novia australiana de inmediato nos hicimos realmente amigos y cómplices. Fue un gran apoyo en mi gestión como diplomático y como a veces ocurre, la amistad nos llevó al altar y de ese lazo, nacieron en Tokio nuestras dos hijas, Alice y Xime. (Alice, en honor a mi madre Alicia, y Xime, “princesa” en japonés).

93 2007 Alice y Xime

En esa época no todo era trabajo, vida familiar y artes marciales, que cada vez practicaba menos debido a mis achaques físicos. También hice cosas entretenidas, como por ejemplo ser promotor y organizador de otra pelea de boxeo, la pelea de Martín Vargas por el título mundial de peso mosca contra Yoko Gushiken en Junio de 1980. Junto con sus patrocinadores, Juan Cueto y el político Juan Hamilton, vimos la desgarradora pelea desde la esquina del aguerrido luchador chileno.

1980 Martin Vargas

A comienzos de 1980 empecé a tener serios problemas con ambas rodillas, con los hombros y columna, resultado de múltiples y recurrentes lesiones derivadas de la práctica de las artes marciales. También estuve a punto de operarme de la columna, pero afortunadamente no lo hice gracias al Yoga, que hasta ahora me ha mantenido alejado del bisturí. Ya en el año 1974 me había operado a tajo abierto de la rodilla izquierda. En esa época no existía la artroscopia y como la extirpación de los meniscos fue completa, con el pasar de los años fui desarrollando artrosis en esa rodilla, lo que ha seguido empeorando y no hay nada que hacer. El arduo aprendizaje de las artes marciales en Japón, cinco horas diarias, seis días a la semana durante tantos años y el desafío que significó ser instructor de defensa personal de la policía danesa, me inculcaron una férrea disciplina que me ayudó a amortiguar en 1982, un lapidario diagnóstico médico: si continuaba practicando artes marciales podría quedar inválido para siempre. Tenía entonces 35 años. Con un cuerpo inutilizable mi sueño de toda una vida se derrumbaba. En ese momento conocí el significado de la palabra depresión. Mi vida carecía de sentido. Ya no tenía ninguna motivación, ningún sueño, ningún proyecto. Pero el destino puso en mi camino a Per Winther, un noruego que había pasado más de quince años estudiando Yoga al pie de los Himalayas. Jamás hizo el menor aspaviento de las extraordinarias proezas físicas que podía hacer. Era el sinónimo de la humildad y simpleza. Hoy nos asombramos al ver a alguien practicando las series avanzadas de Ashtanga Vinyasa Yoga… Per, que jamás se enteró de la existencia de este método podría haber hecho sin dificultad alguna todas las posturas de todas las series, sin embargo, le daba gran importancia a las técnicas de purificación (Shatkarmas), al Pranayama y a la meditación. Me inició gradualmente, y gradualmente se fueron minimizando los dolores a mi espalda con lo que comencé a posponer indefinidamente la fusión de vérte- bras que el médico me había aconsejado. Sostuvimos largas conversaciones e hizo que se despertara en mí un extraordinario interés por ir a la “fuente”, a India, a revivir las experiencias de las que él siempre me hablaba con tanto entusiasmo. Así fue como emprendí seriamente el estudio del Yoga, mi pasión de todos estos años.

95 Per en Chakorasana II Per Winther

Per en Eka Hasta Adho Mukha Vrksasana

India: 1985-1986 A fines de 1985, después de más de dos años estudiando con Per, de nuevo emprendía viaje a India, pero esta vez con un propósito bien definido: Aprender Yoga para poder algún día enseñar en mi propio país. Con 38 años y un cuerpo castigado y achacoso, aterricé en Mumbai (Bombay), y me dirigí de inmediato al “The Yoga Institute of Santa Cruz”, que queda muy cerca del Sahar International Airport. Como iba recomendado por Per, fui acogido con gran deferencia. Estaba realmente contento en este instituto dirigido por el matrimonio Yogendra. Practicábamos mucha meditación, Asanas, Pranayama y Kriyas, y una vez al día nos reuníamos a conversar sobre filosofía Yóguica con el Dr. Jayadeva Yogendra o con su esposa Hansaji. Eran momentos realmente enriquecedores y sin darme cuenta, transcurrían los días y semanas en el instituto, que en realidad es un Ashram, pues no estaba permitido salir sin la autorización del doctor. Echaba de menos, sin embargo, una práctica física más fuerte que la que se hacía en el instituto.

1986 El doctor Jayadeva Yogendra y su esposa Hansaji 97

Un día de enero de 1986 se produjo un vuelco inesperado en mi rutina diaria: Apareció en la habitación que compartía con otras cinco personas un brasilero, Pedro, quien me contó que venía de Pune, ciudad ubicada a unos 180 kilómetros al sur de Mumbai. Había estado en el “Ramamani Iyengar Yoga Institute, el instituto del famoso profesor Iyengar, de quien yo jamás había escuchado hablar. Le habían dicho que no había cupo y que regresara en dos años más. Pedro con mucho entusiasmo me dijo que en lo de Iyengar se trabajaba el cuerpo de una manera que jamás se habría imaginado y que el profesor Iyengar “permanecía horas parado de cabeza”. Este y otros comentarios, produjeron en mí tal impacto que decidí hablar al día siguiente con el Dr. Yogendra, pues en ese momento tuve el presentimiento de que el profesor Iyengar era el Guru que, como dicen, “Aparece cuando el discípulo está preparado”. Una semana después emprendí viaje rumbo a Pune.

Ramamani Iyengar Memorial Institute “Uno debe explicar el linaje y la historia para eliminar dudas respecto a la autenticidad de las enseñanzas”. Proverbio tibetano

De la estación de trenes de Pune tomé un Rickshaw y me dirigí al “Ramamani Iyengar Memorial Institute”, instituto creado en 1975 en memoria de la difunta esposa del profesor Iyengar, Ramamani. En el hall de la recepción no había nadie. Reinaba el silencio. Debían ser cerca de las tres de la tarde. De pronto atravesó el hall Pandu, secretario personal del profesor Iyengar. Conciente de la existencia de una larga lista de espera y antes de que me dijese que no habían vacantes, le manifesté que deseaba obtener una entrevista con Guruji y le extendí mi tarjeta de visita en la que decía: “Gustavo Ponce, Comercial Attaché, Embassy of Chile, Japan”. En India los discípulos llaman a sus profesores “Guruji”. Gu en sánscrito significa oscuridad y Ru, luz. Es decir que Guru es quien guía de la oscuridad a la luz, un maestro. La partícula Ji, denota simplemente respeto y cariño.

99 1975 Ramamani Memorial Yoga Instituto

Pandu, me hizo descender al sótano donde está la biblioteca y lugar de trabajo de Iyengar. El maestro estaba escribiendo. Vestía una delgada túnica blanca y su pelo del mismo color le caía sobre los hombros. Levantó la vista y me miró con

esa mirada penetrante que sale de la sombra de sus frondosas y blancas cejas. Me observa un buen momento y luego una increíble sonrisa de marfil se dibuja en su oscura tez, propia de los indios del sur. Sentí en ese momento que había encontrado a mi maestro, y que ya me había aceptado entre sus discípulos. En efecto, al cabo de unos cuantos minutos me preguntó si podía empezar a practicar ese mismo día en la clase de las seis.

1986 Pandu asistiendo a un estudiante en Sarvangasana

En esa época Guruji enseñaba asistido por su hija mayor Geeta y su hijo Prashant. Hoy prácticamente no enseña, excepto la clase que más le apasiona: Yogaterapia, que él llama “Medical Class”. Por supuesto continúa practicando dos veces al día, dictando conferencias y haciendo demostraciones a través del mundo. Verlo practicar es de no creerlo, ¡Sobretodo cuando se piensa que tiene 90 años!

1986 Prashant, Gueeta y B.K.S. Iyengar

101 Iyengar

Sólo algunos meses después de iniciar mis estudios con el profesor Iyengar sentí que los efectos del Yoga sobre mi cuerpo y mente eran bastante profundos. Físicamente me comencé a sentir más liviano, fuerte, flexible. Mental y emocionalmente mucho más tranquilo y lleno de energía. Mi decisión de dedicar mi vida a enseñar, pero esta vez Yoga, se reafirmó más que nunca. Las artes marciales habían templado mi voluntad, pero el Yoga templaba mi espíritu.

1986 Esta foto fue sacada al día siguiente de haber regresado a Tokio, después de mi primer período de estudios intensivos con el profesor Iyengar en Pune.

Mi primera clase con B.K.S. Iyengar Recuerdo perfectamente ese primer día de clases. Me sentía nervioso. Era un poco antes de las seis cuando entré a la sala, iluminada solo por la luz del atardecer. Estaba completamente llena, unas 60 personas aproximadamente entre

indios y extranjeros. En la sala que tiene forma de abanico con una tarima en su parte más angosta, algunos alumnos hacían elongaciones, otros meditaban sentados en la postura del loto, y otros, buscaban apresuradamente un lugar en el frío piso de mármol donde poner sus esteras de goma. De pronto, todos los ruidos y murmullos cesaron cuando el profesor Iyengar entró vestido con su túnica flo- tante de la que se despojó con un solo movimiento de prestidigitador. Profundo silencio. Cerramos los ojos, cruzamos las piernas y esperamos…. Desde la tarima brotó un melódico OOOMMMM que se expandió por la sala y quedó como flotando en el aire, y antes de que se extinguiera totalmente, todos repetimos el Abhyasa Mantra. (Mantra de la práctica). Guruji continuó con su inimitable voz cantando el Mantra, que para mi sorpresa, nadie tenía ningún problema en ir repitiendo, verso por verso. Me quedé por supuesto en el Om, pero la invocación me produjo una profunda calma. No me di cuenta como transcurrieron las dos horas que duró la clase. Me impresionó la atención que el maestro prestaba a los más mínimos detalles y la forma como su presencia se hacía sentir. ¡Nadie escapaba a su mirada!

1986 B.K.S. Iyengar y Gustavo

Después de haber estudiado tantos años con el profesor Iyengar, al recordar la primera clase que tomé con él, estoy seguro que si a la salida de esa clase le hubiese preguntado a quince personas sus impresiones sobre ella, habría 103 tenido quince visiones diferentes. Un estudiante me habría dicho que “Iyengar es un genio, un profesor sin igual que sabe exactamente lo que necesitas y cuáles son tus limitaciones”; “un hombre de gran compasión y humildad”; otro alumno me habría dicho que “Iyengar es un hombre cruel que empuja a sus estudiantes más allá de sus límites y que más encima les grita y les pega cuando no hacen bien las posturas”; Otro, “un sadista, un arrogante”. De lo que no me cabe ninguna duda es que Iyengar no deja a nadie indiferente. Estudiar con el profesor Iyengar es como ser alcanzado por un rayo: Tanto sucede tan rápido que es difícil no marearse. Tardé solo algunos minutos en darme cuenta que la comprensión del cuerpo humano que tiene este hombre puede opacar a los más experimentados médicos. A cada rato lanzaba una nueva idea de cómo trabajar cierta parte del cuerpo, instrucciones tan sofisticadas que uno podría pasar un mes practicando diariamente una sola de ellas para poder asimilarla. Pero no había tiempo ni siquiera para tomar una nota mental pues Iyengar ya estaba en la instrucción siguiente y la siguiente. Después de la clase traté de escribir lo que recordaba, pero de las tantas instrucciones recibidas solo fui capaz de recordar dos o tres. Estudiar con el profesor Iyengar puede hacernos sentir estúpidos rápidamente. Un inglés me dijo que en su caso dejaba que su cuerpo absorbiera las instrucciones sin tratar de entenderlas con la mente. Recuerdo haberle escuchado decir a Iyengar en una oportunidad, años después de mi primera clase, que él no siempre estaba conciente de lo que enseñaba. “Cuando enseño me voy por completo. Ni siquiera sé que soy Iyengar. No tengo idea de quien habla por mí. Cuando dejo de enseñar recobro mi identidad.” Da la impresión de que Iyengar es una especie de transformador a través del cual pasa un increíble voltaje eléctrico que a su vez traspasa a los estudiantes. El trabajo de Iyengar es mantener la electricidad fluyendo. El tra- bajo de los estudiantes es permitir que sus cuerpos y mentes puedan absorber 220 V. en un cable adaptado para mucho menos voltaje. En la época en que comencé a estudiar con Iyengar él enseñaba dos clases al día, (un total de cuatro a cuatro horas cada día). Siempre era asistido por sus hijos Gueeta y Prashant y unos cinco a seis otros ayudantes. Seis clases cada semana

estaban dedicadas a la práctica de Asanas y cuatro a la de Pranayama. El maestro Iyengar rara vez estaba satisfecho con nuestro rendimiento. “Lo máximo que entregaste ayer debe ser lo mínimo de hoy”. Cada vez que uno cree que ya entendió algo, veinte nuevas ideas son puestas delante de uno. Realmente uno se da cuenta que el Yoga es un pozo sin fondo cuando uno está en presencia de Iyengar. Su legendario temperamento se hizo evidente para mí a partir de esa primera clase que tomé con él. No bien se había iniciado la clase cuando se embarcó en una perorata sobre cuantos de nosotros éramos estúpidos y no estábamos interesados en aprender y que gracias a nuestra displicente actitud su presión sanguínea se había ido a las nubes…

1986 B.K.S. Iyengar y Gustavo

Ya había escuchado historias sobre Iyengar antes de llegar al Instituto, de manera que esto era de esperar. Lo que no había esperado era que su arrogancia fuese compensada por una genuina humildad y su rabia por un maravilloso sentido del humor. Costaba tomarlo a veces demasiado seriamente pues después de sus peroratas salía con alguna broma. Esto mantenía a la mayor parte de los alumnos riendo y llorando alternadamente. Un camaleón, cambiando continuamente de humor. Una de las cosas que noté en esa primera y sucesivas clases, fue que el mensaje de Iyengar se puede resumir en dos palabras: estar conciente. Para la mayoría de nosotros la concentración comienza al estar concientes de solo un área del cuerpo a la vez. Iyengar describe nuestra práctica: “Cuando estiras tu mano, olvidas tu pierna. Si estiras tu pierna olvidas tu columna. Si estiras tu 105 columna olvidas tu pecho, ¿correcto?” Cuando tratamos de llevar nuestra conciencia a todas las partes de nuestro cuerpo simultáneamente, el practicante desarrolla fuertemente su “poder de concentración o Dharana. El estar conciente comienza con el cuerpo pero se va adentrando cada vez más hacia niveles cada vez más sutiles, pero el principio básico de “estar atento” está siempre presente. En cierto modo Yoga es como practicar Zen, la mente está siempre enfocada. Iyengar trataba de enseñarnos a mantener vivo en nosotros el sentido de la curiosidad durante la práctica, de modo que cada día nuevos puntos de enfoque mental pudieran ser descubiertos. Decía, “Para un Yogui, el cuerpo es un laboratorio, un lugar para experimentar e investigar”. Trataba de hacernos sentir que estábamos haciendo algo nuevo cada vez que hacíamos una Asana, que estábamos descubriendo algo diferente en Asanas que habíamos hecho millones de veces antes. Frecuentemente comentaba, “Por lo general, cuando una persona domina una postura, le resulta poco interesante. Esta es la razón por la cual uno ve a tanta gente haciendo en forma mecánica una postura. Sus mentes están en otra parte”. Una vez habló sobre Virasana (Ver quinto libro de esta colección). Según él, una de las posturas más fáciles: “Cuando haces Virasana doblas las piernas y te sientas sobre tus glúteos. Crees que has hecho la postura perfectamente. Pero ¿Cuántos de ustedes se dan vuelta para mirar en qué dirección apuntan los dedos del pie derecho y los del pie izquierdo?... Cuando lo haces aparece una duda: ¿Por qué este pie mira en esta dirección y el otro en esa otra? El pie puede estar derecho y los dedos parecen estar bien puestos, pero mirando más de cerca verás

que el talón está un poco girado hacia la derecha y el talón del pie opuesto girado en otra dirección… y mirando más de cerca todavía aparecerá otra duda: ¿Por qué un tobillo está más grueso que el otro? Sientes que la piel de un tobillo está tirante y la del otro no… Al comienzo muchas son las dudas que aparecen, pero a medida que vas progresando en tu práctica, tu inteligencia llegará a todas las áreas del cuerpo y cuando lo consigues, la inteligencia deseará penetrar un poco más profundamente y cuando eso sucede tus facultades discriminatorias aumentan.” Observando diariamente practicar al profesor Iyengar me dio la impresión que él también enfrentaba su propia práctica como un principiante ansioso de descubrir nuevas cosas, abierto a recibir las enseñanzas de sus propias observaciones. A veces decía, “Mientras más trabajo, más insignificantes son mis esfuer- zos. Tengo que contentarme con este descontento divino que me empuja a seguir adelante”.

A pesar de la profunda admiración que siento por el profesor Iyengar, hubo varios episodios en los que me sentí herido. No es del caso mencionarlos específicamente en este libro, pero en lo que respecta a su enseñanza nunca me habitué totalmente al ritmo en que conducía sus clases. Para mi gusto pasaba la materia demasiado rápido y no era posible pedirle que fuese más lento, o que repitiera o que aclarara algún concepto. Sostenía que el repetir algo una y otra vez era el signo distintivo de un profesor de poca monta. Personalmente no estoy demasiado de acuerdo con esta apreciación. Su manera brusca e impaciente de enseñar que era imitada por sus hijos y ayudantes hacía que la mayor parte de los estudiantes estuviesen tensos y asustados y que cometieran aún más errores. Ser el centro de la atención de Iyengar puede ser una experiencia devastadora. Por supuesto si uno le pide ayuda durante la clase, él siempre estaba más que dispuesto a darla, pero la ayuda venía siempre acompañada de gritos y comentarios un tanto sarcásticos y usualmente de una o dos fuerte palmadas. El hecho de ser diplomático me trajo mucha envidia de parte de mis condiscípulos y aunque nunca le pedí ayuda cuando no entendía bien como hacer una postura, él siempre estaba encima mío corrigiéndome y dándome palmadas que todavía siento en diferentes partes del cuerpo, sobretodo en la cabeza, una indicación universal para hacer ver a alguien que es estúpido, que no entiende lo que se le dice.

Me entristecía que una persona con tantos conocimientos, los entregara de una manera que crea un clima menos que óptimo para un verdadero aprendizaje. A pesar de lo escrito, una parte dentro de mí trata desesperadamente de defender al hombre de mi propio criticismo. Iyengar sostiene que una persona que es Sattvic en su forma de enseñar crea una energía Tamásica en sus estudiantes. Un profesor Rajásico, como sería el caso de Iyengar, estaría más capacitado para crear un estado de equilibrio Sáttvico en sus alumnos, uno de los grandes beneficios del Yoga. Pongamos un ejemplo: Para la mayoría de nosotros es difícil mantenerse atento en una conferencia, por buena que sea, cuando el conferencista es una persona de hablar pausado y voz monótona, pero cuando uno escucha a un orador incendiario que despliega sus habilidades histriónicas y derrocha entusiasmo (aún cuando no estemos de acuerdo con lo que dice), es probable que 107 permanezcamos totalmente atentos. Del mismo modo en las clases del profesor Iyengar es imposible aburrirse o entrar en un estado letárgico. Por otro lado Iyengar es una persona totalmente directa, como un niño. No hace ningún esfuerzo por esconder sus talentos o sus faltas. Expone su particular personalidad para que todo el mundo la vea. Uno lo puede aceptar o rechazar. No te tratará de conquistar. Creo que hay que tener valor para ser de esa manera. Como todo el mundo -creo- a través de los años lo he amado y odiado. Pero esto ocurre también en cualquier tipo de relación humana. Para concluir: para mí Iyengar es un genio, pero también es un viejo cascarrabias con corazón de niño. (Para saber más sobre el método Iyengar, consultar el libro 3, 4, 5 y 6 de esta colección).

1986: Bhagwan Shri Rajneesh Un encuentro notable fue el que tuve con Bhagwan Shri Rajneesh quien más tarde se haría llamar “Osho”. Rajneesh nació en el seno de una familia Jain en 1931. A sus discípulos les decía que a la edad de 21 años experimentó su primer “Samadhi”, el punto máximo en el desarrollo de la conciencia humana. Se consagró campeón de India en debate y ejerció como profesor de filosofía en la Universidad de Jabalpur. A partir de 1966 se dedica por completo a trasmitir sus pensamientos y revolucionarias ideas, sobretodo para la India. En 1968 se estableció en Bombay desde condujo sus famosos “campos de meditación” introduciendo sistemas revolucionarios como “Meditación Dinámica” “Meditación Kundalini” y muchos otros. A medida que sus seguidores aumentaban, especialmente aquellos que venían desde Europa, Australia,

Estados Unidos y Japón, comenzó a iniciarlos en lo que él llamaba “NeoSannyas”. Los Sannyasin son aquellos que hacen votos de renuncia a todo lo mundano para seguir un camino espiritual, y por lo general visten ropas de color naranja. Ese no era el caso de los discípulos de Rajneesh, en lo que se refiere a la renuncia, más bien todo lo contrario, aunque también se hacen llamar “Sannyasin” y vestían en esa época ropas del color del vino tinto, o más bien “rosé”. Gradualmente Rajneesh comenzó a ser llamado Bhagwan, “el bendito”.

Rajneesh

En el año 1974 Rajneesh se traslada a Pune donde abre su “Ashram”. Su fama comienza a expandirse por el mundo y sus discípulos principalmente extranjeros cansados de las religiones tradicionales y del orden establecido en sus respectivos países lo siguen ciegamente absorbiendo cada una de sus palabras y enseñanzas especialmente en relación con la práctica del amor libre por lo que más tarde Rajaneesh sería más conocido como el “Sex Guru”. Dos veces al día hablaba frente a una creciente cantidad de seguidores. Todos sus discursos fueron registrados y publicados por sus discípulos en más de 700 libros y traducidos por lo menos a unos 40 idiomas. Según “The Guiness Book of Records” es el autor más prolífico que jamás haya existido. Basta haber visitado la librería del Ashram cuyas paredes y estanterías están tapizadas con sus libros para darse cuenta de esta afirmación. Personalmente me encantaban sus discursos porque se atrevía a decir todo lo que pensaba de una manera tan lógica que todo lo que uno interiormente sabía o sospechaba sobre la vida, las relaciones entre personas, la meditación, o cualquier tema, de pronto todo comenzaba a tener sentido. Sus libros son realmente una experiencia que nadie debiera dejar de tener. Son realmente entretenidos y sobretodo, “quiebraesquemas”. A comienzos de 1980 su salud comienza a empeorar. Sufría de diabetes y problemas a la espalda. Un par de años más tarde sus discípulos norteamericanos compran una extensa propiedad en el desierto de Oregón. Rápidamente construyen una comunidad-ciudad que se llamó “Rajneeshpuram” a la que Rajneesh se muda. Dentro de poco tiempo le tocaría enfrentar la ira de los sectores más convencionales de Estados Unidos. A mediados de los años 80 surgieron a la luz pública muchos escándalos y actos ilegales que aparentemente fueron obra de su secretaria personal y de algunos miembros cercanos de su organización, lo cual le dio fuerzas al movimiento cristiano contrario a las ideas de Rajneesh. Rajneesh es arrestado y posteriormente deportado a India y la comunidad disuelta. India no lo quería de vuelta por lo que a comienzos de 1986 Rajneesh inicia un tour alrededor del mundo en busca de un país que lo acogiera a él y sus discípulos para construir una nueva comunidad. El tour duró varios meses y abarcó países como Grecia, Suiza, Inglaterra, Irlanda y otros. Sólo se le permitió109 permanecer en estos países con visa limitada de turista. A mediados de 1986, al no ser aceptado por ningún país, Rajneesh regresa a su Ashram de Pune a pesar de la fuerte oposición local que lo consideraba “persona controvertida”. El gobierno de la India hace “vista gorda” y el Guru finalmente establece su base definitiva en Pune. Este es el personaje que me tocó conocer justamente en 1986 mientras estaba en el instituto del profesor Iyengar. El profesor Iyengar tenía estrictamente

prohibido a sus alumnos que fueran al Ashram de Rajneesh so pena de ser expulsados del instituto. Siendo un hindú observante, Iyengar encontraba que las enseñanzas de Rajneesh eran aberrantes. Tal como solía decir el “Sex Guru”, cuando a uno le prohíben algo, más ganas le dan de experimentar, y si uno reprime las ganas, tarde o temprano esta represión se manifestará de alguna forma ya sea a nivel físico o mental. Personalmente, como no quería tener que vivir reprimido, me iba a escondidas todos los días al Ashram. Allí, antes de ingresar, miraba a derecha e izquierda por si veía alguien que me podría acusar. En mi casillero tenía mi túnica color vino tinto que era necesario vestir para poder circular por el recinto. Los primeros tiempos que frecuenté el Ashram viví experiencias inolvidables y cuando regresé ese año a India me sentía lleno de amor hacia todo y todos.

Un día estando en el Ashram una importante discípula alemana del “círculo interior” de Rajneesh se me acercó y me dijo que Bhagwan quería verme. Entrar a sus aposentos no era algo trivial. Primero uno tenia que pasar a través de un detector de metales y ser “olido” por un Sannyasin, porque Rajneesh no soportaba los perfumes o ciertos olores. La corta entrevista que sostuve con Rajneesh fue una experiencia que jamás podré borrar de mi mente. Es lo único que diré en estas páginas. El motivo de la entrevista era preguntarme si yo creía que había alguna posibilidad de establecerse en Chile. Evidentemente alguien le había informado que yo era diplomático. La pregunta me tomó totalmente por sorpresa y le dije que investigaría. Más tarde, a través de la discípula alemana le comuniqué que la posición de mi gobierno era similar a la de los otros países que lo habían rechazado. A pesar de eso, más tarde me hicieron una entrevista en el diario del Ashram, el “Rajneesh Times”.

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Osho, como se hizo llamar en los últimos años de su vida, abandonó su cuerpo en enero de 1990. Su gigantesca comuna de Pune es según sus seguidores, “el mayor centro de crecimiento espiritual del mundo”. En mi opinión hoy día es una especie de “Club Med espiritual”. La palabra Osho, según entiendo viene de “Oceanic”, es decir, tan grande como el océano. Osho dedicó su vida entera a provocar a todo el mundo para remecerlos en sus más arraigados fundamentos para que duden de todo lo que han venido creyendo a ciegas, obedeciendo a las tradiciones y a la fe.

1986: Kusum Modak Fue también en 1986 cuando conocí a Kusum a través de Rajay Mahtani, una amiga de origen indio que vivía en Tokio. Kusum practicaba en el instituto del profesor Iyengar y era muy amiga de Prashant, el único hijo varón del profesor. Kusum era masajista Ayurvédica. Todos los días durante todos los años que estuve estudiando con Iyengar me hacía dar masajes. Era un ritual. Nos hicimos grandes amigos. Yo sentía un poco de vergüenza por lo poco que me cobraba, aunque era su tarifa habitual. Tenía muy pocos clientes en esa época. Le hice, a modo de agradecimiento, cuanta publicidad pude entre los estudiantes de Iyengar.

Kusum

Un día invité a una amiga alemana que pertenecía al círculo más cercano de Osho a un masaje con Kusum en mi hora habitual. Quedó tan impresionada que me pidió que la convenciera para dar masajes en el Ashram. En general los indios tenían y siguen teniendo una cierta reticencia hacia Osho y sus ideas. Pero, a Kusum le pareció una excelente idea y comenzó a masajear a los Sannyasin de Osho. El entusiasmo siguió creciendo y en el Ashram le pusieron al masaje que daba Kusum nombres exóticos. Poco tiempo pasó hasta que aparecieron sus primeros “discípulos” y “terapeutas”. Hoy día Kusum es conocida incluso en el extranjero.

Gustavo recibiendo un masaje Ayurvédico de parte de Kusum

Era también un ritual que después de cada masaje Kusum me preparara un “Chai” y nos quedáramos conversando. En una de esas oportunidades me contó que algunos de los alumnos de Iyengar estaban yendo a Mysore a estudiar con un señor llamado Pattabhi Jois. También me dijo que al el profesor Iyengar eso no le parecía bien. Hice de inmediato una nota mental de irme a dar una vuelta por Mysore tan pronto pudiese, lo que sólo ocurrió en 1992. 113

1987: Japón Fue en Diciembre del año 1987 que mi vida daría otra vez un vuelco inesperado: Yo regresaba de un viaje a India y mientras esperaba que salieran mis maletas, divisé a un ángel de pelo largo, rubio y ondulado, envuelto en un abrigo de color verde, esperando su equipaje en el carrusel vecino. En ese momento, de haber sabido el sufrimiento que vendría acompañado de insospechados efectos sobre mi salud física y mental, probablemente no me habría acercado a hablarle. Podría escribir todo un libro sobre la relación en la que nos embarcamos, cuyo título podría haber sido “Historia de una obsesión”. La obsesión fue tal que me separé de mi esposa australiana y de mis hijas cuando la menor tenía solo seis meses. Pero de esta relación, la más larga y dramática que he tenido, nació en 2001 Gustav-Konstantin, mi único hijo varón y en este momento, mi mayor alegría. Se podría decir entonces que por cada cosa mala, hay una buena, o lo que es aparentemente malo en un momento determinado, puede ser bueno en otro, como le sucedió al rey que fue a cazar acompañado de un recio guardaespaldas. Mientras limpiaban las lanzas y dagas y se disponían a salir de palacio, el rey se hizo un corte profundo en una mano. El guarda espaldas le dijo en ese momento: “todo es por algo. Todo tiene un lado positivo”. Al rey le pareció que el comentario era una clara falta de respeto y lo mandó encerrar en un calabozo y partió solo a cazar alejándose cada vez más del palacio. En la jungla fue sorprendido y tomado prisionero por un grupo de salvajes que tenían por costumbre hacer sacrificios humanos. Cuando llegaron a la aldea comenzaron a lavar al rey prolijamente y en ese momento descubrieron la mano ensangrentada. El cuerpo tenía un desperfecto y no podía ser ofrecido a la divinidad por lo que lo dejan en libertad. Regresó a palacio y fue directamente a ver al guarda espaldas para liberarlo pues había comprendido el significado del comentario que había considerado insultante. Des- pués de contarle lo que le

había sucedido le pregunta al guarda espaldas: “¿Pero, cuál es lado positivo de tu encarcelamiento?”. El guarda espaldas le respondió: “Si hubiese ido con usted, tan pronto ellos se hubiesen dado cuenta que usted no servía para el ritual, me habrían matado a mí”. Estando en Japón, cada vez que podía, iba a la India a continuar mis estudios con el profesor Iyengar. Algunos años fui hasta tres veces en el año. Fue también en 1987 cuando comencé a enseñarles a mis amigos más cercanos. La experiencia me gustó mucho, y a partir de ese momento comenzó a germinar la semilla de ser más adelante profesor de Yoga.

Chile, 1987 También en el año 1987 ocurrió un hecho de gran importancia, sobre todo para los días que estoy viviendo: encontré Canal Om.

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Desde niño siempre soñé con tener algún día un lugar junto al mar, pero no muy alejado de Santiago. Desde niño visualicé las características que tenía que tener este lugar: debía ser un lugar solitario, pero próximo a mis padres que viven en Maitencillo y próximo a Santiago, no solo por la facilidad de transporte, sino que también porque en caso de emergencia por accidente u otra causa, se puede volver a la ciudad rápidamente; otra característica era que tenía que ser una mezcla de campo y playa. El mar era de la máxima importancia, pues el lugar debía contar con playa propia. Pero la principal consideración era que el lugar

tenía que ser lo suficientemente grande como para recibir mucha gente con quien compartir mis intereses. Con todo lo anterior en mente, en uno de mis viajes a Chile desde Japón, arrendé una avioneta y me vine bordeando la costa desde Valparaíso hacia el norte en busca de la tierra prometida. Veinte años atrás en el área comprendida entre Pichidangui y Los Vilos no había ni una sola casa, es decir el requisito de que tenía que ser un lugar apartado de todos, se cumplía, pero lo que más me sorprendió desde el aire fue la increíble belleza natural de toda esa zona. Al día siguiente me vine por tierra y haciendo averiguaciones di con el propietario del fundo en el que estaba la playa rocosa soñada. El dueño del fundo me dijo que justamente estaba loteando el fundo y que el lugar que yo le describía estaba a la venta, y que por ser el primer interesado me la vendería en un precio módico. Cuando me dijo el precio por hectárea realmente no lo podía creer e inicialmente incluso pensé que se había equivocado. Compré de inmediato las tres hectáreas que tiene Canal Om. El valor de la tierra fue realmente barato, especialmente para mí, acostumbrado a los altísimos precios de Japón. El gasto vino más tarde cuando a partir de 1998 comencé a construir las diferentes dependencias con las que cuenta Canal Om Ocean Resort & Spa que ocupa un lugar muy importante en mi corazón y si me detengo a pensar un segundo, tengo que concluir que mi vida o lo importante de mi vida en este momento transcurre entre el amor que mantengo a la distancia con mis hijas australianas, con mi hijo Tin Tin, mis padres, mi pareja, el Yoga, el Yogashala y Canal Om. Las personas y los lugares mencionados me proporcionan todo lo que necesito para sentirme plenamente realizado y feliz, a pesar de los muchos momentos difíciles y desagradables que me ha tocado vivir, pero como se dice, estos momentos también forman parte de la vida.

Japón 1990 A pocos meses de dejar la Embajada de Chile en Japón fui entrevistado por la periodista y fotógrafa Mónica Oportot, madre de la conocida actriz Antonia Zegers, una de mis primeras alumnas. Mónica se encontraba en Japón entrevistando al monje budista Zen, Patricio Goycolea, más conocido como “Jiku San”. Justo cuando pasó a verme a la Embajada yo estaba saliendo a hacerme un tratamiento de “Reito Chiryohoo” y la invité a venir conmigo para registrar la experiencia.

Más atrás escribí que la razón por la cual había abandonado las artes marciales japonesas en 1982 y comenzado a practicar seriamente Yoga fue para aliviar los dolores producidos por el abuso al que había sometido mi cuerpo desde mi niñez. A pesar de la práctica de Yoga y de los infructuosos esfuerzos del profesor Iyengar en su “medical class” por sanar mi rodilla derecha y sobretodo los hombros que no me permitían levantar los brazos sobre la cabeza sin dolor, seguía sufriendo seriamente. Fue en ese momento que leí en una revista japonesa que el doctor Toshima Yamauchi había abierto hacía algunos años una clínica en Yokohama, ciudad-puerto cercana a Tokio, donde había curado a miles de personas de reumatismo y artrosis por medio del frío: “Reito Chiryohoo”. La técnica consiste en exponer al paciente a temperaturas extremadamente bajas (en algunos casos hasta menos 192 grados centígrados) durante un minuto aproximadamente para luego someterlo a un intenso trabajo físico aprovechando de que el cuerpo está completamente insensible y la reacción de calor que sobrevendrá al frío. Para mí esta experiencia límite más que un desafío era una promesa de sanación que no podía dejar pasar. Estuve frecuentando la clínica durante unos dos meses hasta convencerme que no experimentaba ninguna mejoría, al igual que con la “medical class” del profesor Iyengar. Me hacían entrar en un “freezer” gigante con nada más que un short, una mascarilla, un par de orejeras y dos trozos de tela adhesivas sobre los pezones para evitar que el frío los desprendiera. El tiempo de permanencia en el “freezer” se iba aumentando paulatinamente a lo largo del tratamiento. Logré llegar a permanecer durante un minuto y medio a una temperatura de menos 180 grados; en cada oportunidad pensaba que mi organismo no resistiría, pero la temperatura la controlan de acuerdo a la fortaleza mental del paciente, de su edad, condición física, estado cardíaco y otras características. 117

En Bélgica, ya a fines del año 1990 fui a ver a uno de los más famo - sos médicos del deporte de toda Europa, el Dr.Gert Declerck. Después de someterme a numerosos exámenes que incluyeron la resonancia magnética nuclear, determinó que la única forma de aliviar los dolores a los hombros y a mi rodilla derecha era quirúrgicamente, pero que en el caso de los hombros, me advirtió, el dolor pasaría pero nunca podría conseguir mucha flexibilidad y lo máximo que podría levantar los brazos sería a la altura de la cabeza, pues los tendones de los hombros estaban cortados y no había nada fuera de la

1990 Artículo de la revista Paula

cirugía que podría ayudarme. En Yoga la flexibilidad de los hombros es muy importante para hacer cualquier postura, pero el alivio prometido era tentador. Me operé primero la rodilla derecha, esta vez con artroscopia y luego los hombros utilizando la técnica combinada de tajo abierto y artroscopia. Después de las operaciones comencé con el mismo programa que me había dado el profesor Iyengar. Un año más tarde y para sorpresa del doctor Declerck, le pude mostrar “Gomukhasana” (se levanta un brazo a lo largo de una oreja, se dobla el codo y la mano de ese brazo se engancha con la mano del otro detrás de la espalda. Ver Libro 5, Iyengar Yoga, Nivel 1 de esta colección).

Bélgica 1990-1995 El cambio de gobierno en Chile significó para mí un importante cambio de vida. Mi sentido de la lealtad hacia la persona que me había dado el trabajo que me había llevado de vuelta a Japón, éticamente, no me permitió continuar en el cargo. Pensé: “Si se va él, es lógico que yo también me vaya”. Por lo tanto, hice coincidir entonces mi salida del gobierno con la de Pinochet, de modo que el 11 de marzo de 1990 nuevamente me encontraba sin trabajo. Esta situación duró poco, pues las ofertas comenzaron a llover: una para quedarme a cargo de una empresa en Japón, otra para crear una nueva empresa de representaciones japonesas en Chile y una última, que acepté: hacerme cargo de la oficina de SQM en Bélgica, oficina que se ocupaba en esa época de la venta y distribución del salitre, yodo y litio en prácticamente todo el mundo. Me tocó viajar mucho. En realidad me pasaba casi todo el tiempo arriba de los aviones. Muchos viajes hice a la ex Unión Soviética, a pesar de que me había jurado nunca más regresar. Por supuesto durante todo el tiempo que permanecí en Europa continué practicando Yoga y como la empresa tenía oficinas en India que dependían de mí, apro- vechaba todos los viajes a ese país para ir a la escuela del profesor Iyengar. En el año 1992 una amiga, Patricia Walden que hoy frecuentemente ilustra las portadas119 del Yoga Journal me habló de Dona Holleman, una leyenda del Yoga. Fui a estudiar privadamente con ella a Italia. A través de ella, durante la Convención Internacional de Profesores Iyengar que tuvo lugar en el Crystal Palace de Londres, en 1993 conocí al italiano Renato Turla. Ambos ya han estado varias veces en Chile. Las historias y anécdotas de esos cinco años viviendo en Europa a cargo de esa

importante empresa multinacional podrían llenar decenas de páginas.

1993 Convención Iyengar Yoga, Londres (B.K.S.Iyengar al centro)

1993 Convención Iyengar Yoga, Londres (B.K.S.Iyengar al centro)

El moderno Samurai Estando en Bélgica recibí un día una llamada telefónica de Héctor Véliz Mesa, conocido periodista, escritor, rostro televiso y profesor universitario, quien además es dueño de la Editorial Cerro Huelén. Héctor –a quien yo conocía desde hacía algunos años- me preguntó si me interesaría escribir para su editorial una especie de guía para los hombres de negocios chilenos que viajan a Japón. Lo que Héctor tenía en mente era más bien una guía turística. Yo le dije que de eso había mucho, pero que podría enviarle algunos ensayos o pequeños artículos sobre cosas curiosas y aspectos desconocidos de la mentalidad del japonés moderno. Así fue como surgió el libro “El moderno Samurai”, en 1992.

1994: Peste Bubónica Sólo a mí me podía ocurrir: Fui el único occidental que contrajo la plaga maldita de la que escribió en 1947 Albert Camus en su clásico, “La peste”. Hay que recordar que esta plaga que asoló muchas regiones del planeta desapareció del mundo hace más de 100 años y que hoy sabemos sobre ella justamente a través de libros como el de Camus. 121

Ocurrió el 20 de septiembre de 1994. Por motivos de trabajo me encontraba visitando una planta química en Surat, Estado de Gujarat en India. Me hospedé en la casa de huéspedes de la empresa. Un lugar limpio y bien aireado. Al segundo día comencé a sentirme mal con síntomas parecidos a los de un resfrío, pero sin secreción nasal. En el curso de ese segundo día comenzaron a dolerme los huesos y la espalda y a tener un poco de fiebre. Pensé ir al hospital, pero quien haya estado en un hospital de la India sabrá que es mejor mantenerse alejado de ellos. Tomé la decisión de tomar de inmediato el avión a Bombay. En el avión comencé a tener náuseas y fiebre alta. Transpiraba copiosamente. Llegando me dirigí al mesón de Lufthansa y tomé el primer vuelo a Bruselas que afortunadamente no tuve que esperar demasiado. Cuando aterrizamos estaba totalmente inconciente y delirando. Los representantes de mi empresa en Bombay habían llamado a Bruselas de modo que había una ambulancia esperándome. Me llevaron de urgencia al Hospital de Enfermedades Tropicales, uno de los principales de Europa. Al comienzo los médicos pensaron que tenía malaria, pero pronto descartaron esa posibilidad. Luego pensaron que podría ser tifus. Estaban muy intrigados porque nunca habían visto nada igual. Tomaron la decisión de darme fuertes dosis de antibióticos mientras estudiaban mi caso. Uno o dos días después de haber sido admitido en el hospital entró a mi habitación un médico con un periódico en la mano. En primera plana se leía: “Brote de fiebre bubónica en la India. Todos los aeropuertos cerrados. Prohibida la entrada o salida del país hasta nueva orden”. El gobierno de la India tardó en reconocer la presencia de la enfermedad por las incalculables consecuencias sobre la economía del país hasta que cientos de miles de personas comenzaron a huir de la región de Surat. A comienzos de Octubre ya habían muerto cientos de personas. Esta enfermedad se transmite por medio de las ratas. Cuando una rata infectada se está muriendo comienza a

hincharse y las pulgas se escapan saltando al más cercano de los animales de sangre caliente: yo. Una vez determinada la causa de la enfermedad y de que yo había estado días antes en Surat lo médicos tuvieron que desempolvar los viejos textos. Estuve más de una semana delirando en el hospital y por lo menos una semana más en cama en mi casa. El destino quiso que no terminara mis días en India, por lo menos no en esa oportunidad. Si no hubiese tomado la oportuna decisión de abandonar India cuando lo hice no estaría contándoles esta historia.

1994: Certificación Iyengar El hito más importante en lo que se refiere al Yoga ese año, fue recibir de manos del propio maestro Iyengar el certificado de profesor en 1994. Un día en que yo me encontraba practicando en la gran sala del instituto me mandó llamar a su oficina. En una mano sostenía un documento enrollado y amarrado con una cinta. Con una gran y pícara sonrisa, sin decir palabra, me entregó mi diploma. Pandu, su secretario, inmortalizó la ocasión. Fue un momento muy lindo pues después nos sentamos a conversar largo rato. Cuando miro ese momento retrospectivamente no puedo dejar de pensar en las tensiones que tiene que sufrir la gente que aspira hoy a obtener un “certificado Iyengar”. Por esto mismo, encuen- tro particularmente hermosa la forma en la que me fue entregado el diploma. Nunca lo busqué, nunca di ningún examen. El examen en mi caso fue la observación directa que mi profesor hizo de mi práctica y conducta durante 9 años. Por esto mismo, encuentro particularmente hermosa la forma en la que me fue entregado el diploma. Nunca lo busqué, nunca di ningún examen. El examen en mi caso fue la observación directa que mi profesor hizo de mi práctica y conducta durante 9 años.

123 1994 Gustavo recibiendo su título de profesor

A fines del año 1995 con casi 30 años fuera de Chile, entré en un dilema existencial: O continuaba mi exitosa carrera de empresario internacional y aseguraba para siempre el bienestar económico de mi familia en Australia, o me dedicaba a ser profesor, mi verdadera vocación. Esta última alternativa era incierta pues desconocía si a la gente le interesaría el Yoga en Chile. Me dejé llevar por mi intuición. Siempre he creído que en la vida hay que hacer lo que uno realmente desea hacer y no quedarse atrapado en la aparente conveniencia de las cosas. Para sorpresa de muchos renuncié a mi trabajo y me fui otra vez a India.

Chile 1996 Regreso temporalmente a Chile a fines de 1996 a ver una propiedad que estaba en venta en la calle M. Sánchez Fontecilla: el futuro Yogashala, y me quedo hasta comienzos del año 1997. Durante ese tiempo enseñé gratuitamente a un pequeño grupo de personas que al momento de mi partida ya eran 50. A esos primeros estudiantes dediqué este libro, pues fueron los que le pusieron el corazón al proyecto que hoy late fuerte y acompasadamente. El año 1997 marca entonces el nacimiento del Yogashala.

1997 Mis primeros alumnos

125

Estando en Chile en 1996 le escribo al profesor Iyengar comunicándole que había comenzado a enseñar su método en Chile y que percibía que el interés por aprender Yoga crecería en el futuro. Inicio con el profesor Iyengar un prolífico intercambio de cartas. De esa época, la más relevante es aquella en la que me dice que está feliz de prestarme su nombre para establecer el primer centro Iyengar en Chile.

127 1996 Carta del maestro Iyengar.

Cuando me disponía a registrar el nombre “The Iyengar Institute of Chile”, cambié de opinión. Mi sexto sentido, mi intuición, me dijo que era mejor abrir un centro con un nombre no excluyente, abierto a todos los métodos y tradiciones de Yoga, e inspirándome en el famoso Yogashala de T. Krishnamacharya que funcionaba dentro del palacio de Mysore en la India, decidí usar el mismo nombre que significa simplemente “escuela de Yoga”. Mi intuición fue certera, y no me arrepiento ni siquiera un momento, pues cobijando bajo el mismo techo a una amplia gama de estilos de Yoga gradualmente el Yogashala junto con Canal Om, se ha transformado en uno de los principales centros de Yoga de Latino América y del mundo. Desgraciadamente en los últimos años nos hemos distanciado, pero guardo en un rincón muy especial de mi corazón cada año que fui al instituto del profesor Iyengar desde 1986 hasta el año 2000.

B.K.S. Iyengar y Pattabhi Jois: mis principales maestros. En la cuarta edición de la mejor revista de Yoga que en mi opinión existe, “Namarupa”, aparece un extenso artículo sobre el encuentro entre los dos titanes del Yoga más conocidos en occidente. Al leerlo, y ver la fotografía del abrazo entre Iyengar y Jois me emocioné. Lo imposible fue posible dada la rivalidad que aparentemente ha existido entre ambos. Algunos de los pormenores del encuentro me los contó Mike Hill, el fotógrafo que inmortalizó la ocasión. En 1934 Iyengar y Jois eran estudiantes del legendario Krishnamacharya que en ese tiempo enseñaba en el palacio de Mysore bajo la tutela del Maharajá Krishnarajendra Wodeyar, muy conocido por coleccionar antiguos textos en sánscrito y por ser amante del Yoga y de la música. En 1934 Iyengar fue enviado a enseñar en la ciudad de Pune por su Guru, mientras Jois permaneció en Mysore. Durante una visita que Krishnamacharya hizo en 1940 a Swami Kuvayalananda en Lonavla, una ciudad cercana a Pune y a la cual fue acompañado de Jois, los dos maestros se volvieron a encontrar brevemente. Los años fueron pasando. A partir de la chispa inicial de los años 60 y 70, el Yoga comenzó a expandirse de la misma forma en que el fuego arrasa con los pastos secos del campo. Llegó 2005: sesenta y cinco años habían pasado desde de su

último encuentro. Pattabhi Jois ya había celebrado su cumpleaños número 90 y Iyengar el número 87. Era tiempo que los dos más conocidos Hatha Yoguis se encontraran a pesar de la supuesta rivalidad entre ellos y de sus respectivos estudiantes y las bromas bien o mal intencionadas que se gastan entre ambos campos. En ese encuentro ambos gigantes se encontraron como viejos hermanos en Yoga que se volvían a ver dejando de lado las diferencias entre ellos, seguramente creadas por los seguidores de ambos. Siempre van a existir en relación al Yoga, diferencias de opinión, formas de practicar o estilos, pero lo más importante es el respeto mutuo que yace en el corazón de todas las grandes tradiciones de las que la India ha dado pruebas de sobra de coexistencia armoniosa basada en el respeto. La foto de estos dos grandes hombres de nuestro tiempo, que fueron mis profesores, es un buen ejemplo:

129 2005 B.K.S. Iyengar y Pattabhi Jois (Contribución de Mike Hill)

Después de ese período inicial enseñando en Chile, me entero de que mi novia noruega me abandonaba por una propuesta más joven y comienzo a experimentar los efectos de la separación y de los celos, pero sobretodo, de la rabia. Víctima de una terrible y devastadora depresión regreso a la India, pero antes viajé sin rumbo, por el norte de Europa. En Italia conozco a una persona que me habla de un “médium” que vive en Torino. Desesperado, buscando ayuda y consejo, lo voy a ver. Es un “gay” muy simpático que había trabajado en el aeropuerto hasta que descubre su “don”. En realidad me impresionó porque, una vez que nos sentamos a una mesa, me tomó de las manos, dio un salto, entornó los ojos y comenzó a hablar en perfecto español con voz de mujer. Retiré mis manos de las suyas y febrilmente me puse a tomar las siguientes notas: “Soy Eusebia. Nos conocemos desde hace mucho, mucho tiempo. En otros tiempos fuimos tiernos amantes. Veo que estás muy deprimido. Puedo decirte que ella tiene la cabeza en las nubes; veo que su corazón habla de ti, pero no veo que vuestra relación se rehaga, aún cuando la volverás a ver. Debes ir hacia otro corazón. Debes reabrirte al amor, recomenzar, descubrir que en torno tuyo hay corazones alegres, livianos. Ella ha experimentado mucho amor por ti, y está acostumbrada a ser tomada de la mano; tú has sido como su padre. Veo mucha tristeza en ella. Es una muchacha muy insegura, siempre necesitando que alguien la tome de la mano, que alguien la mantenga. Su temperamento es inestable: sube y baja. Va de la alegría a la tristeza. Amor mío, la relación con ella está terminada. Lo siento. Las mujeres que has podido amar en tu vida han sido muchas. El amor no ha sido avaro contigo, por el contrario, muy generoso. Veo una mujer lista para ti, pero recuerda que nada es para toda la vida. Cada amor y cada cosa tienen un significado en el momento en que se viven. Un gran amor puede durar sólo un día. No me preguntes si el amor con la mujer que te espera durará un día, un año o mil. Te ruego, amor mío, vive cada momento. Te ruego también echar raíces en tu propia tierra tan pronto puedas. Debes regresar a ella y llevar no sólo lo que has aprendido sino que toda la experiencia que has acumulado. Haz uso de tu sensibilidad. Tu proyecto en verdad no es un proyecto, sino un paso obligado que debes dar. En tu tierra no existe todavía nadie que pueda hacer lo que tú sí puedes. Esta es una tarea; no es un proyecto.

Te ruego que no le tengas miedo a la soledad, porque en el fondo has tenido pocos momentos para pensar en ti mismo y sentir en toda su potencia, tu voz interior. Momentos de soledad tendrás. Agradécelos. Esos momentos te permitirán dar mucho amor a quienes se acerquen a ti. Ya no eres el hombre que eras. Reconoce cuánto has cambiado. Has muerto en ti mismo para renacer con una piel nueva y un corazón nuevo. Tu andar por el mundo no ha sido otra cosa que tomar una valija para irte a buscar a ti mismo. Ya te has encontrado, amor mío. Puedes regresar a casa y construir tu verdadera casa interior. Sé que todavía tienes tareas que hacer, pero créeme: hay árboles llenos de frutos maduros para ti y no tendrás más que estirar la mano para recogerlos. Estás a punto de crear nuevos aspectos del amor, porque tú no fundarás una escuela de Yoga, tú fundarás una escuela de amor, donde le enseñarás a la gente que viene a ti a cuidarse, a amarse. Habrá mujeres, hombres, jóvenes, niños, ancianos que se acercarán con curiosidad a tu centro. Todos te amarán a su manera. Escucha entonces esos corazones. Amor mío, escucha el amor en cualquier forma que te sea ofrecido. Pese a que te dije que de aquí a poco habrá otra mujer para ti, ella partirá y no te sentirás nunca más solo. Habrás descubierto que eres capaz de dar y de dar con conciencia. Tengo que decirte, mi querido y amado corazón que hace mucho tiempo estuve al lado tuyo y te amé apasionadamente. Ahora no tengo carne ni brazos, pero te abrazo, y aunque no tengo labios, te beso. Mi pasión por ti es mucho más profunda, pues no es una pasión terrenal, sino celestial. Recuerda, que aunque estés en uno y mismo lugar, cada día vivirás un viaje. Buen viaje”. Sergio, el “médium”, despertó repentinamente de su trance, bañado en sudor. Me dijo en italiano que no se acordaba de nada. Que él había sido sólo un canal. Días después nuevamente me dirigía a la India, pero esta vez con un propósito bien definido: estudiar Ashtanga Vinyasa Yoga con Shri K. Pattabhi Jois, en Mysore, a quien había conocido, junto a su nieto Sharath en el año 1992. La idea era aprender este método que consideraba muy apropiado para la gente joven. (Sobre Ashtanga Vinyasa Yoga encontrarás amplia información en el libro 3 y en el libro 14 de la colección Cuerpo-Mente. El libro 14 versa exclusivamente sobre este método. Por el momento diré solamente que es el sistema de ejerci131 cios aeróbicos más antiguo del mundo).

Mysore 1997

El ambiente en la escuela de Pattabhi Jois –todos extranjeros-, el trabajo duro que comenzaba todos los días a las 4:30 A.M. y el desafío de ser con 50 años el alumno de mayor edad, me sirvió para ir adormeciendo paulatinamente las emociones y los pensamientos más negativos hacia mi ex novia. En el año 1992 cuando estuve por primera vez en Mysore, Pattabhi Jois tenía muy pocos alumnos. En esa primera visita a su escuela sentí que no estaba listo para embarcarme en un nuevo método. Para mí en ese momento no existía otra cosa que el método Iyengar, pero ahora me venía como anillo al dedo: Mientras más dura era la práctica, mejor. Mientras más sufría físicamente más aliviaba los dolores del corazón.

1997 Pattabhi Jois y Gustavo

El sufrimiento físico era en realidad un verdadero suplicio. No por mi edad, sino por mis rodillas, especialmente una de ellas que se me inflamaba cada vez que hacía la postura “Marichyasana IV”. Someter a mis rodillas día tras día a esa tortura permitía suponer que no estaba totalmente en mis cabales puesto hacerla sin meniscos ni ligamentos es una locura. Podía soportar el sufrimiento físico con la ayuda de un par de cápsulas de anti inflamatorios, que en India se venden sin receta médica, y que tomaba diariamente antes de la práctica matinal , y también con la ayuda del pinchazo que me hacían de vez en cuando en el hospital después de la práctica para sacarme el líquido de la rodilla para poder doblarla al día siguiente. Debo confesar que además de masoquismo había también mucho orgullo. El sistema de práctica de Ashtanga Vinyasa Yoga en ese tiempo en Mysore no permitía que un alumno se saltara ninguna postura de la serie. Sólo cuando uno hacía correctamente una postura se le permitía pasar a la siguiente. Si no lo hacía bien después de unos cuantos intentos, el alumno era enviado sin más a relajarse solo en el segundo piso, y de ahí a su casa. No sólo logré completar la primera serie, sino que inicié la segunda. Para mí todo un éxito! Afortunadamente después de un hecho del que les hablaré en las páginas siguientes se me permitió saltarme esa postura.

Gustavo en Marichyasana IV

Cuando desde el actual estado de equilibrio emocional en que me encuentro retrocedo mentalmente a esos días de miseria llenos de sentimientos negativos, no puedo dejar de pensar en cuán tonto y ciego estaba. Según el padre del Yoga clásico, Patanjali, de quien hablaremos bastante en algunos libros de esta colección Cuerpo-Mente, todos nosotros tenemos la opción de ser felices o miserables. Es simplemente un estado mental. Fácil entender esto, pero difícil de practicar…a pesar de eso, pienso que Patanjali tiene razón. Tener rabia contra alguien, ¿A quien le hace mal? Tener rabia 133

contra alguien es como tomar veneno y querer que le haga mal al otro…En lugar de desarrollar sentimientos de rabia hacia alguien que nos ha hecho daño, hay que tratar de desarrollar sentimientos de compasión, antes del que el odio se instale. No se trata de ser hipócrita y decir: “¡No pienso odiar a esa desgraciada!”. Hoy estoy experimentando los últimos coletazos de la tormenta (sobre ella les hablaré cuando lleguemos al año 2003). Las aguas se han aquietado al menos por ahora. Patanjali en sus famosos “Yoga Sutras” afirma que para ser feliz es imprescindible la práctica y el desapego. Práctica es la atención constante que debemos poner para no olvidar lo que realmente es importante en la vida; desapego es simplemente reconocer que no tenemos nada. La sensación de posesión es virtual, apenas el uso momentáneo de algo que creemos que es nuestro, pero que tarde o temprano perderemos. Patanjali nos aconseja que vivamos el presente y que recordemos siempre que hemos sido convidados a una fiesta de la cual no podemos llevarnos nada material.

En el año 1992 visité también por primera vez el “Krishnamacharya Yoga Mandiram, el centro de T.K.V. Desikachar en Madrás o Chennai como se llama hoy. T.K.V. Desikachar que nació en 1939 creó el centro para perpetuar las enseñanzas de T. Krishnamacharya, su padre, que murió a la edad de 101 años. El “Krishnamacharya Yoga Mandiram ofrece clases en la modalidad uno-a-uno, es decir, un profesor, un alumno, como se enseñaba en la antigüedad. Se enseñan

Asanas, Pranayamas, meditación, filosofía, Mantras, etc. Se le da gran énfasis a la investigación sobre los efectos del Yoga en pacientes con asma, esquizofrenia, problemas al corazón y desórdenes mentales, así como a los programas de enseñanza en aldeas remotas. Muchísimas son las personas que frecuentan el centro cada día. El KYM está principalmente enfocado al servicio de la comunidad local. La médula de la enseñanza de T:KV. Desikachar es Viniyoga. Esto significa que la enseñanza del Yoga se imparte según las necesidades de cada persona. Esta es la razón por la cual las clases de grupo son prácticamente inexistentes en el instituto que dirige Desikachar junto a su hijo Kausthub. El programa de clases se hace “a la medida,” tomando en cuenta su edad, sexo, ocupación, condición física, etc. A cada estudiante le es asignado un profesor que cuidadosamente observa al alumno durante la entrevista inicial. ¿Cómo se sienta en la silla sin respaldo? ¿Responde a las preguntas directamente? ¿Mira al profesor en los ojos? ¿Cómo es su respiración? ¿Cuál es la razón por la cual se acercó al instituto? Con estos y otros elementos el profesor prepara un menú que no necesariamente está dirigido a aliviar los síntomas en el caso de alguna dolencia, sino que las causas. Por ejemplo, en lugar de prescribir directamente ejercicios para el dolor de espalda, el profesor tratará primero de descubrir las causas físicas o emocionales que causaron el dolor. ¿Es una hernia? ¿Un trabajo demasiado sedentario? ¿Levantamiento incorrecto de objetos pesados? Al final de la entrevista el estudiante recibe un papel con dibujos de posturas como si fuese una receta médica. Este papel viene acompañando de consejos sobre alimentación y estilo de vida. Todas las posturas indicadas deben ser estrictamente acompañadas de una forma especial de respirar. El estudiante debe practicar en casa y venir al instituto una vez a la semana para que el profesor evalúe sus progresos.

Krishnamacharya

T.K.V. Desikachar

135 Kausthub Desikachar

Los días y semanas en Mysore transcurrían sin darme cuenta. Después de la práctica matinal un grupo de amigos nos íbamos a tomar desayuno a la casa de Nagaratna, una señora con espíritu emprendedor que preparaba desayunos occidentales con tostadas, porridge, mermeladas, frutas y cereales. Le iba estupendamente bien hasta que Pattabhi Jois decide mudarse desde Laksmi Puram a la actual sede, en Gokulam. En Laksmi Puran la sala de clases tenía capacidad para solo 12 personas. A medida que la gente iba terminando su serie

se dirigía al segundo piso a hacer por su cuenta las posturas de término y la relajación final. El puesto que dejaban los alumnos en la sala era rápidamente ocupado por aquellos que esperaban sentados en la escalera que conducía al segundo piso. Los únicos profesores eran Pattabhi Jois y su nieto Sharath Rangaswamy. Eran los “viejos tiempos”. Hoy las cosas han cambiado y la actual sala, me dicen, tiene una capacidad para 60 o más personas que son atendidos por los mismos profesores. Hay que recordar que Pattabhi Jois ya tiene más de 93 años y el período que pasa despierto durante las clases es cada vez más corto. A pesar de la avanzada edad del maestro, recién escuché que la familia de Pattabhi estaría abriendo un gran centro en Estados Unidos, espacio que les habría sido donado por una alumna de gran fortuna.

Gustavo esperando su turno

Srhi K. Pattabhi Jois, Sarath Rangaswamy y Gustavo

Después del desayuno nos íbamos a dormir una buena siesta matinal. Eso es lo que pasa con Ashtanga Vinyasa Yoga: cansa. Luego nos juntábamos a almorzar en algunos de los pocos sitios donde la comida no era tan picante y más tarde nos dábamos cita en la piscina del Hotel Southern Star, el único de 5 estrellas dentro de la ciudad. Nos quedábamos hasta tarde, disfrutando del calor de la India y hablando de…. Yoga. A veces organizábamos paseos a las lamarías budistas que se encontraban en las afueras de la ciudad o bien a la reserva natural de pájaros. En la noche por lo general comíamos en la casa de algún amigo o bien cada cual preparaba su propia cena, muy liviana pues la práctica siempre era muy temprano a la mañana 137 siguiente, excepto los sábados, nuestro único día de descanso. Como yo era residente de largo aliento toda la gente que llegaba me consultaba sobre donde arrendar una moto, donde comer, donde mandarse a hacer ropa, quién alquilaba apartamentos, etc. Era interesante ver pasar tanta gente, en especial de Estados Unidos, pero también vecinos nuestros, como Pedro Kupfer a quien conocí en esa época.

Con Manju Jois (hijo de Pattabhi) y Sarath

Venkatesh No solo tenía yo problemas a las rodillas sino que las hernias de mi columna vertebral me impedían doblarme hacia atrás estando de pie para caer sobre mis manos, una práctica habitual en Ashtanga Vinyasa Yoga. Hablando un día con el dueño de un lugar donde tenían Internet, me dijo que a la vuelta de la esquina había un señor que tenía una pequeña escuela de Yoga, que en su juventud había sido campeón de la India en una competencia de Asanas. Lo fui a ver y le pedí que trabajara conmigo para flexibilizar mi espalda para hacer “Drop Back”. Trabajamos intensamente, y aún cuando lo conseguí, no perseveré en esta práctica puesto que me producía fuertes dolores. Sin embargo, consideré que era un buen profesor y lo comencé a recomendar a todos mis amigos “Ashtanguis”, quienes a su vez lo promovieron y hoy Venkatesh es muy conocido tanto en Mysore como en algunos países a los cuales ha sido invitado en los últimos años. Demás está decir que su pequeña escuela creció considerablemente.

Con Venkatesh

“Drop Back”

139

Durante mi estadía en Mysore, que se prolongó hasta febrero de 1998, ocurrieron dos cosas que valen la pena registrar en estas páginas: La primera, hacerme leer la carta astrológica védica con el Dr. Shankaranaya, y la segunda, transformarme en un héroe local. Prácticamente todos los alumnos de Pattabhi Jois iban a consultar al Dr. Shankaranaya. La fama del doctor era tal que la curiosidad por saber el porvenir convertía la casa del doctor en un lugar obligado de peregrinaje. Cuando lo fui a ver nada sabía yo sobre astrología, ni menos sobre astrología védica. Recuerdo que nos sentamos en el suelo de tierra endurecida sobre delgadas esteras de paja. Al cabo de una hora mis piernas se habían entumecido por completo. No las sentía. Yo estaba tan fascinado con lo que me iba diciendo que sin darme cuenta transcurrieron cuatro horas más. Recuerdo que me dije que si las piernas se habían dormido era mejor no despertarlas…el problema fue cuando traté de ponerme de pie…simplemente no pude. En una breve entrevista que había tenido con él dos días antes de la maratónica sesión el doctor había anotado todos mis datos: hora, día, año y lugar de nacimiento. También me había mirado con detención las palmas de las manos, la lengua y los ojos y finalmente, me tomó el pulso. Le dije en esa oportunidad que lo me interesaba saber eran tres cosas, que me imagino son las mismas que le interesa a todo el mundo: amor, salud y trabajo, en ese orden. Sólo compartiré con ustedes los sorprendentes y más relevantes aciertos, tal cual los anoté el 23 de Abril de 1997, el día de la sesión de astrología védica: 1) Amor: Que el objeto de mi obsesión, es decir, mi ex novia, abandonaría a su joven y apuesto nuevo amor y que inevitablemente reaparecería en mi vida. Más aún, que el reencuentro me traería mucha tristeza y dolor. Me aconsejaba que pusiera mucha atención pues ella sabía como manipularme. Como si esto fuera poco, me dijo también que tendría un hijo con ella y que se quedaría a vivir en Chile. (Yo escuchaba con los ojos y oídos bien abiertos con una mezcla de fascinación, incredulidad y al mismo tiempo de deseo que todo lo que me decía fuese verdad. Pero, internamente sabía que todo lo que escuchaba era una imposibilidad absoluta, máxime que me había jurado que jamás la aceptaría de

vuelta). 2) Salud: Que tendría serios problemas a la columna vertebral, y en general con todas las articulaciones, y en especial con una rodilla. Me dijo también que me enfermaría gravemente, y que como consecuencia de esa enfermedad tendría problemas al corazón por el resto de mi vida; que debía eliminar todos los productos lácteos pues producían la mucosidad que me mantenía expuesto a resfríos y debilitaba mi sistema inmunológico; que tenía que tener cuidado de no exponerme al viento, o a las corrientes de aire. Me advirtió también que mi práctica de Yoga se centraría cada vez más en la parte terapéutica y que pondría en práctica mis conocimientos para aliviar mis propias dolencias físicas y mentales. Necesariamente mi práctica evolucionaría hacia aspectos más espirituales, más filosóficos, especialmente en mi vejez. 3) Trabajo: Que tendría, por el resto de mi vida, dos vehículos con los que conmutaría entre el centro de Yoga que estaba pensando crear en Santiago (del Yogashala nada le había hablado) y una especie de parque junto al mar (Canal Om, del que tampoco nada le había dicho), lugar que sería frecuentemente visitado por mis padres y por muchos estudiantes de Yoga de todo el mundo. Que un hombre de piel oscura que llevaría a Chile a trabajar conmigo se pondría celoso de mí y me sería desleal y que finalmente me engañaría. Me dijo también que los idiomas que sabía, en especial el español y el inglés me serían de gran ayuda para enseñar y relacionarme con mis alumnos. Que debía explotar la facilidad que tenía para comunicar mis ideas y conocimientos, a pesar de tener una personalidad contradictoria: por un lado sociable y por otro, ermitaño, y que por tener una constitución Pitta-Vatta, tenía una gran capacidad de trabajo, resistencia y concentración. Tendría momentos de intensa actividad física y otros, de intensa actividad mental. Por último, me dijo que mucha gente ha mal interpretado y continuará mal interpretando mis acciones, a pesar de que ellas sean bien intencionadas. No podré evitar que se hable mal de mí y de que se me calumnie. Es mi Karma, y tendrá que suceder el resto de mi vida. Nada podré hacer al respecto. 141

Pero, ¿Cómo me transformé en un héroe local en Mysore? Junto a mí tengo los recortes de la prensa de los principales diarios de la India de

la época, incluyendo el del “Mysore Star”, el periódico de Mysore. (La memoria es frágil de manera que me basaré en los artículos que aparecieron en la prensa para relatarles que pasó y cómo el hecho de ser héroe me ayudó con mi práctica de Ashtanga Vinyasa Yoga. Una noche yo había invitado a dos compañeras, una española y la otra italiana, a comer al Lalitha Mahal, en las afueras de la ciudad camino a Chamundi Hill, un palacio que perteneció al último Maharaja de Mysore y que ahora es el hotel más exclusivo de Mysore. Desde la ciudad tardamos unos treinta minutos en “rickshaw” (moto de tres ruedas) hasta la puerta de entrada del parque donde está el palacio. Eran cerca de las nueve de la noche y ya estaba oscuro. En la entrada un pelotón de policías detiene el “rickshaw” y nos hacen bajar. Nos dicen que no nos pueden dejar entrar porque el presidente de India se encuentra en el hotel junto a su comitiva. Yo les digo que simplemente habíamos venido a cenar y que habíamos reservado una mesa, lo que no era verdad, pero consideramos que siendo extranjeros decir eso sería suficiente para que nos dejaran pasar. El policía que estaba a cargo del grupo después de preguntarme mi nombre envía a uno de sus subalternos a la recepción del hotel. Al enterarse de que no había hecho ninguna reserva, comienza a tratarme de mentiroso y de muchas otras cosas más. Finalmente, montando en falsa cólera nos dice que quedábamos bajo arresto por haberle mentido a un oficial de policía de la India. Después de dos horas esperando en la oscuridad dentro del “rickshaw”, el policía jefe nos increpa nuevamente y se dirige en términos lascivos hacia las damas que me acompañaban. Todos sus subalternos celebraban sus ocurrencias con ruidosas carcajadas. Para nosotros dos horas era una eternidad, pero no para los policías que habían encontrado una diversión y tenían que cuidar la puerta de entrada de todas maneras durante la noche. Todavía dos horas más tarde el policía jefe, rodeado de sus subalternos adopta una actitud amenazante y claramente muestra intenciones viles hacia mis amigas. Empiezo a temer por su seguridad. A esa altura de la noche comenzaba a ser evidente para mí que estaba tratando de ablandarme con un propósito bien claro: extorsionarme. Le pido que por favor deje en libertad a las mujeres y les permitan regresar en el “rickshaw” a sus casas pues yo estaba dispuesto a hablar de platas. Al momento de partir le pido a Arantxa, mi amiga española que vaya a mi hotel, el Southern Star, y que desde mi habitación llame a Benjamín Concha, embajador de Chile en New Delhi, a quien yo conocía bien pues trabajamos juntos en la embajada de Chile en Tokio cuando yo estaba allá. Apresuradamente le pido que le explique la situación en la que me encuentro.

Finalmente llegamos a acuerdo con el policía jefe. Eran ya cerca de las dos de la madrugada. Tenía frío y no había comido nada desde el almuerzo. Me hace vaciar mis bolsillos y entregarle todo el dinero que tenía, que encontró insuficiente. Le digo que tengo más en el hotel. Acordamos que me haría acompañar al hotel por un subalterno en su motoneta. Ordenado por su jefe, el subalterno levanta el asiento de su motoneta y saca una camisa y se la pone sobre el uniforme. Agarrado al subalterno en el camino hacia el hotel que se iba iluminando con el foco de la motoneta, y mientras el viento soplaba en mi cara fui pensando qué haría al llegar. Es conocida la corrupción rampante que existe en la India y sobretodo dentro de la policía, por lo que temía represalias si denunciaba a los policías. Ellos habían anotado las direcciones de mis amigas y sabían donde yo estaba alojado. ¿Qué hacer? No quería darle el dinero convenido que en realidad para nuestros estándares occidentales no era mucho; era más bien una cuestión de principios y además pronto me encontraría en un lugar seguro. Temía sin embargo por mis amigas. Cuando llegamos al hotel el subalterno me esperó en el lobby mientras yo subí a la habitación donde estaba esperándome Arantxa que afortunadamente ya había hablado con Benjamín. El había dicho que se encargaría de todo y que no nos preocupáramos. Todavía debatiéndome sobre si debía o no entregarle dinero al policía que me esperaba en el lobby, tomé una decisión: entregarle en un sobre abierto una cantidad menor que la convenida para ponerlo en dificultades frente a su jefe. A la mañana siguiente llegó al hotel el Jefe de la Policía de Mysore acompañado de un séquito de altos oficiales. Pidió al gerente del hotel organizar una reunión conmigo. El Jefe de Policía había sido contactado a altas horas de la madrugada por el Jefe de la Policía de toda la India en Delhi, quien había recibido el reclamo de nuestro embajador. Le expliqué todo lo ocurrido la noche precedente. El Jefe policial me sugirió que no prosiguiera con el asunto y que me olvidara de todo. Era evidente que había venido a hablar conmigo sólo porque se le había ordenado que lo hiciera, y deseaba volver pronto a sus tareas. El asunto podría haber quedado ahí de no haber sido por el gerente del hotel que también había participado en la reunión. Me convenció que lo que había ocurrido no podía quedar impune y me pidió como favor personal que le concediera una entrevista a su hermano que era 143 periodista del “Mysore Star”. Una primicia así lo beneficiaría enormemente. Accedí porque le debía algunos favores al gerente. Una hora después llegó el hermano con un fotógrafo y una grabadora. Cuando el periodista se enteró de que yo había sido embajador de Chile en Japón, no cabía

en si de alegría. Tenía en sus manos una gran historia. Cuando el fotógrafo del “Mysore Star”, me vino a sacar la foto a la habitación de mi hotel nos dimos cuenta de que yo no poseía ni chaqueta ni corbata. El gerente del hotel ofreció prestarme sus propias prendas para la foto. Pero lo que no se ve en la foto es que estaba con pantalones cortos. Si en la foto hubiese salido de cuerpo entero habría sido al puro estilo colonial “British”. A la mañana siguiente apareció la historia con lujo de detalles en la prensa. La historia fue reproducida por todos los periódicos del país. El Jefe de la Policía de Mysore fue obligado nuevamente desde New Delhi a venir a tomarme una declaración formal. Ya no podía ignorar lo ocurrido. Esa misma tarde tuve que ir a la estación de policía a identificar a los policías que me habían extorsionado y vilipendiado a mis amigas. Con un dedo señalé sin hesitación alguna al encargado del pelotón y al subalterno que me había llevado al hotel. Además, demandé la devolución inmediata de mi dinero. Se me aseguró que serían sometidos a proceso y despedidos del cuerpo policial. Gustavo

Al regresar al hotel me encuentro con el periodista hermano del gerente del hotel; me estaba esperando. La prensa de Mysore informó en detalle todo lo acontecido en la estación de policía. Un par de días después mientras yo conversaba en mi habitación con Rishi, la puerta es remecida con fuertes golpes de puño. Al abrirla, me encuentro cara a cara con el jefe del pelotón. Se tiró a mis pies implorándome que retirara los cargos. Me dijo que tenía familia y que le sería imposible encontrar un nuevo trabajo (posteriormente supe que era soltero). Por supuesto no retiré los cargos. Rishi no daba crédito a sus ojos: un policía de uniforme queriéndome besar los pies y yo, retrocediendo...Rishi, a quien muchos de los que están leyendo este libro conocen, -pensando retrospectivamente-, es una persona con una suerte extraordinaria; además, nadie puede desconocer que es inteligente como la mayor parte de los indios, que se disputan a menudo con los judíos el cetro en el campo de las investigaciones y de la ciencia en Estados Unidos y otros lugares del mundo. Rishi también es un gran emprendedor y ha sabido aprovechar cada oportunidad que se le ha presentado y al igual que el personaje de Jeffrey Archer, Abel Rovnosky, en su libro “Kane and Abel”, vino a occidente literalmente a “hacerse la America” y lo está consiguiendo en menos de diez años. ¿Qué puede depararle el futuro? Probablemente nuevos éxitos económicos. El verdadero nombre de Rishi, que es un apodo que significa “sabio”, “iluminado”, es Scariya Joseph Viruthiyil. Este apodo, se lo adju- dicó él a si mismo. A Scariya Joseph Viruthiyil lo conocí en Nayar Dam, en el Ashram de Shivananda, cerca de la ciudad de Trivandrum en el sur de la India. Me encontraba en dicho Ashram debido a que mi novia estaba estudiando allí. Un día alrededor de las cuatro de la mañana nos despertaron para ir en una caminata nocturna a través de la jungla, hasta una montaña rocosa desde cuya cima se dominaba todo el lugar. Cuando ya comenzaba a iluminarse la creación con los primeros rayos del sol, en la cima de la montaña veo a un hombre haciendo “Natarajasana”, una postura que exige gran equilibrio, cuadriceps y articulación de hombros elongados y una espalda flexible. Una 145 postura avanzada. Me impresionó. También me causaron una buena impresión sus facciones y dentadura impecable, como las teclas de un piano. Su piel, como la de todos los indios del sur, es tan oscura como la de los negros de Africa, solo que en lugar de tener el pelo rizado lo tienen liso. Yo estaba en ese momento buscando a un indio para traer conmigo a Chile pues ya había echado a andar el “proyecto Yogashala”. Una década atrás el conocimiento que la gente común tenía del

Yoga era prácticamente nulo, pero la mayoría sabía que era algo que provenía de la India. Por esto, me pareció que la presencia de un indio, ayudaría a mi propósito de introducir el Yoga en Chile. Durante varios días lo observé sin que él lo supiera: el lugar donde dormía (una especie de carpa hechiza cubierta con un plástico), lo observaba durante las comidas, y especialmente durante las prácticas. No tenía ningún alineamiento corporal, pero si gran flexibilidad hacia atrás. Un día me acerqué a él y lo invité a conversar. Mi novia participó de esa conversación y de otras que tuvieron lugar en el Ashram. Me habló de la pobreza en la que vivía su familia en una plantación de cocos, y de que había sido el único seleccionado por los misioneros católicos para el sacerdocio, pero que posteriormente lo había abandonado. Le pregunté si le interesaría irse a vivir a Chile. Recuerdo que me preguntó si Chile estaba en Europa. Nunca había escuchado hablar ni de Iyengar ni de Pattabhi Jois. Estaba en Nayar Dam en un programa mediante el cual a cierto número de indios se les permitía estudiar gratuitamente. En Nayar Dam comenzó la “occidentalización” de Rishi, que continuó posteriormente en Mysore. Gracias a su columna privilegiada y al hecho de no tener lesiones y ni un solo gramo de sobre peso, sino que más bien lo contrario, su progreso fue rápido. Lo que no fue fácil fue su admisión en el instituto pues Pattabhi Jois no quiso aceptarlo después de hacerle unas cuantas preguntas. Puede haber sido a causa de su posición dentro de la sociedad hindú o bien vio en él algo que yo en ese momento no supe ver.. No era una cuestión de dinero, pues yo pagaba por ambos. Era un tropiezo importante en mis planes. Afortunadamente Amma, la esposa de Pattabhi Jois a quien yo había conocido durante mi primera visita a Mysore en 1992, se compadeció e intercedió frente a su marido quien finalmente lo aceptó por un año. Como su educación, a mi juicio no estaba completa sin tener un conocimiento del método Iyengar fui a ver al profesor Iyengar a Pune. Le hablé de Rishi, y curiosamente tuvo una actitud muy similar a la de Pattabhi Jois, solo que se negó rotundamente, y como es viudo, no pude buscar comprensión con su esposa. No me quedó más remedio que enviarlo a estudiar con mi amigo y gran profesor Vinod Dulal, que fue uno de los principales alumnos de Iyengar, quien había trabajado en el instituto desde su fundación. Posteriormente cuando ya se acercaba el momento de partir a Chile fuimos a visitar a la familia de Rishi en la plantación, donde tuve la oportunidad de conocer a su mamá y a todos sus hermanos. Conservo muchas fotos y buenos recuerdos de esa visita, así mismo fotos que le saqué a Rishi en el Ashram. Es evidente que la costumbre de andar sacando fotos es algo que adquirí en Japón. Frente a la casa hay un gran árbol que produce una fruta

parecida a una alcayota, pero rugosa y muy hedionda. Los indios dicen que es un manjar. Nunca logré entender por qué. Días después de la visita a la casa familiar le pedí a Rishi que se encontrara conmigo en Delhi, donde yo me estaba quedando en la casa de mi amigo Hortario Pérez, cónsul de Chile en la India. En Delhi le compré trajes a lo “Nerhu”, varias “Kurtas” y zapatos. Nunca entendí por qué llamaban “Kurtas” a estos pijamas que usa todo el mundo y que llegan hasta la rodilla. Luego vino la gran experiencia, en febrero de 1998: el viaje a Chile. Los grandes aeropuertos, las escaleras mecánicas, el subirse por primera vez a un avión. Todas experiencias intimidantes pero que al mismo tiempo lo llenaban de asombro. Recuerdo nítidamente ver a Rishi caminando de una forma muy peculiar en el aeropuerto de Frankfurt, como quien camina sobre brasas encendidas. Eran los zapatos. Nunca en su vida se había puesto zapatos. En realidad, a no ser que uno tenga que viajar al extranjero o ir a una metrópolis basta con sandalias o con las “hawaianas” que usaba Rishi. Cuando llegamos a Chile lo llevé a todas partes, incluyendo la casa de mis padres en Maitencillo. También visitamos a mi amigo Roberto Guzmán Lyon, abogado y poseedor del único parque urbano que todavía existe en Zapallar. Aunque era febrero Roberto tenía la chimenea encendida. Rishi no podía creer lo que estaba viendo: ¡fuego dentro de la casa! Bueno, esta es la historia contada a grandes rasgos, de este joven de Kerala que se vino al otro lado del mundo a enseñar Yoga en el Yogashala. Durante los primeros seis meses vivió conmigo, pues le acogí en mi departamento. En mi casa conoció a una periodista -Olga Madariaga-, enviada por la “Revista Mujer” a hacerme una entrevista. Al ver a Rishi quedó prendada en el acto e iniciaron una relación sentimental. Ella comenzó a tomar clases en el Yogashala, lo que cambiaría el rumbo de su vida. Decía más arriba que los indios eran inteligentes y que saben aprovechar en su beneficio las oportunidades que se les van presentando. En los dos años que Rishi trabajó conmigo hizo amistad con varias personas que siguen siendo claves en su vida: primero “Olguita” por supuesto, luego un ex ministro de economía que le consiguió su permiso de residencia en Chile, un abogado147 que trabaja en un importante estudio y a H.S. Arun, un indio de Bangalore que al igual que Rishi nunca había salido de su país y que traje también al Yogashala. Rishi cumplió en Diciembre de 2007 su sueño de conocer al profesor Iyengar,

quien a sus 90 años había ya borrado completamente de su memoria la lapidaria negativa que le había dado a través mío a ese joven de Kerala, a quien nunca alcanzó a conocer. “Vi al maestro y la impresión de su imagen me hizo de caer de rodillas para rendirle mi más sincero respeto y devoción. Ese fue mi único contacto que tuve con él”, dijo a la revista “Ya”. En el artículo aparece la foto del profesor Iyengar y más atrás la foto de Rishi vistiendo un elegante “Kurta”. Rishi regresa a Chile en Enero de 2008 con su codiciado certificado de profesor del método. Como se aprecia en el relato, Scariya Joseph Viruthiyil recibió una ayuda crucial, con la oportunidad de venir a Chile que le proporcioné. Esto bien podría haber motivado su gratitud, pues como dice el antiguo refrán español: “es de bien nacido el ser agradecido”. Infortunadamente no ocurrió así, pero prefiero omitir de mi relato los detalles de la ingratitud con que pagó lo recibido. Para ser un verdadero Maestro de Yoga, es necesario tener un elevado nivel de ser. Si no se tiene éste, se puede llegar a ser una especie de gimnasta, pero nunca un Maestro. Tampoco basta con llamarse a sí mismo “sabio” o “iluminado” para serlo. Aprovechamos la visita que Sharath nos hizo al Yogashala para grabar el único video que existe en el que él hace la tercera serie completa de Ashtanga Vinyasa Yoga.

1999 Sharath y Gustavo al centro

Chile 1998-1999 A partir de 1998, habiendo regresado para los tijerales de la construcción del Yogashala, gradualmente comienzo a pasar más y más tiempo en Chile. Mientras se termina la construcción doy clases en el gimnasio de la “Escuela de Ciegos Hellen Keller” de Ñuñoa, escuela a cargo de Gloria Bofarull, prima mía, y en la actualidad directora del Yogashala. Si bien comenzamos a funcionar como Iyengar Yoga Institute of Chile en 1997, la inauguración oficial del instituto tuvo lugar sólo en mayo de 1999 debido a que la construcción del edificio y los permisos municipales tardaron 149 más de lo esperado. Con motivo de la inauguración hicimos una gran fiesta que quedó registrada en un video (un extracto de éste puede ser visto en www.yogashala.cl). La fiesta atrajo a un gran número de personas, entre las que estaba el embajador de la India, numerosas personas del mundo cultural, empresarios y también el escritor Héctor Véliz Mesa que pronunció un discurso inolvidable. Aprovechamos la inauguración para lanzar oficialmente la primera edición de este mismo libro. Recibí con motivo de esa ocasión dos cartas muy importantes para mi del maestro Iyengar que reproduzco a continuación: Carta del maestro Iyengar, 9 de Junio de 1999

Carta del profesor Iyengar, 5 de marzo de 1999

A partir de ese momento la prensa y la televisión me dan amplia cobertura. Primero apareció un extenso artículo en la revista Capital, revista dirigida al mundo de las empresas y finanzas, y posteriormente en todos los matuti- nos, las revistas destinadas a las mujeres y en aquellas que uno normalmente encuentra en peluquerías y salas de espera de dentistas y médicos. Fui también invitado en repetidas ocasiones a la televisión a hablar de Yoga. Era prácticamente inconcebible en esa época que un ex diplomático y empresario diera un vuelco tan radical hacia lo “alternativo”, sobretodo por ser hombre. El hecho de haber sido conocido especialmente en el área empresarial despertó151 gran interés. Comenzaron a acercarse, además de mujeres que siempre han sido más curiosas y audaces que los hombres, gente de conocida trayectoria pública y empresarial, algunos de los cuales ya tenían antecedentes “alternativos” como el ex ministro de economía Alvaro García y su esposa Katu. Esto atrajo posiblemente a muchas personas de la “farándula” local y actrices como Patricia Rivadeneira, Tamara Acosta, Ximena Rivas y muchísimas otras, algunas de las cuales, años más tarde vería en una película muy divertida: “El Chacotero sentimental”. 1998 Revista Capital

Además del método Iyengar introduzco también en esa época en Chile el Ashtanga Vinyasa Yoga, Viniyoga y Dynamic Yoga. Este último método es una composición propia que surgió como respuesta a las necesidades de algunos de mis alumnos que buscaban una forma de practicar las Asanas de una manera más fluida, es decir, permaneciendo en las posturas poco tiempo de modo que las posturas se fuesen encadenando unas con otras por medio de la respiración. Agregué además un elemento poco tradicional en la práctica de Yoga: la música, pero sobretodo, introduje en el método el concepto Taoísta de Yin-Yang, lo que lo aparta de otras formas de Yoga que externamente podrían parecer similares: “Vinyasa Yoga”, “Power Yoga”, etc. Dynamic Yoga es un método que recomiendo encarecidamente a aquellas personas que gusten de una práctica exigente, variada y creativa. En 2002 Yogashala editó el libro “Dynamic Yoga y posteriormente un video sobre este método. Además del libro ya publicado, consultar el libro 3 y 13 de esta colección. Por otro lado, en esa época incluimos también en nuestra malla curricular Satyananda Yoga y Kundalini Yoga, métodos que ya existían en Chile. En ese tiempo inicié los primeros cursos de formación, y a traer profesores del

extranjero para asistirme en la difícil tarea de desmitificar el Yoga, pues hasta el momento en nuestra sociedad Yoga era “algo de la India” y sinónimo de “cosas raras que hace mi mamá o mi abuelita”. Existían sólo unas cuantas escuelas que funcionaban en casas o apartamentos y casi siempre revestidas de un aire demasiado esotérico y misterioso. Creo que la misión que me propuse fue cumplida satisfactoriamente: Creé Yogashala y Canal Om y no sólo introduje los métodos arriba mencio- nados, sino que algunos de mis primeros alumnos y profesores han creado sus propios centros de Yoga y enseñan en diferentes lugares de la capital y también en otras ciudades de Chile y del extranjero.

153 2002 Libro Dynamic Yoga Yogashala

Canal OM

Chile, 1999: OBE No recuerdo con exactitud el mes, pero fue a fines de 1999 que tuve una OBE (Out of Body Experience), o “Experiencia Fuera del Cuerpo”. Esta experiencia puede ser descrita como una sensación de “flotar” fuera del cuerpo propio y, en algunos casos percibir y “ver” su propio cuerpo físico desde algún lugar fuera del cuerpo. Es sabido que una de cada diez personas en el mundo ha tenido en algún momento de su vida una experiencia de este tipo. La ciencia todavía no parece ponerse de acuerdo sobre este tema a pesar de que es objeto de intensa investigación. Las OBE frecuentemente se producen por el consumo de drogas psicodélicas (que sólo una vez experimenté en Japón a fines de los 60 cuando estaba de moda el consumo de estos alucinógenos), o al tener sueños realmente vívidos, o por estar bajo la influencia de la anes- tesia, o estar en un estado de semi consciencia, o como producto de algún trauma, o como consecuencia de una “Experiencia de muerte inminente”, que fue lo que a mi me ocurrió. La experiencia de muerte inminente o “Near Death Experience” como se llama en inglés es frecuentemente reportada como una secuencia que parte con la sensación de flotar sobre su propio cuerpo viendo todo lo que ocurre alrededor, seguida por la sensación de pasar por un túnel, de encontrarse con familiares y amigos íntimos muertos, terminando con el encuentro con un Ser de luz. En mi caso recuerdo nítidamente la primera parte, la de flotar sobre mi propio cuerpo, de ver y de escuchar todo lo que ocurría alrededor mío. Una OBE puede conducir a una “Proyección Astral”. Una proyección astral es una interpretación paranormal de una “experiencia fuera del cuerpo” que se puede conseguir por ejemplo, por medio de la meditación profunda. El concepto de proyección astral presupone la existencia de otro cuerpo, separado del cuerpo físico capaz de viajar a planos no físicos de la existencia. Este fenómeno se experimenta cuando el cuerpo astral abandona el cuerpo físico. Esto es reportado con cierta frecuencia por pacientes que han sido sometidos155 a cirugía y como consecuencia han tenido alguno tipo de trauma. Creo que eso fue lo que precisamente me sucedió: Durante toda mi vida sufrí de sinusitis crónica. Consulté médicos alrededor del mundo. Me sometí a tratamientos de acupuntura, de aplicaciones de luz ultra violeta y otras cosas, pero cada tres meses inevitablemente tenía un episodio de

sinusitis que sólo podía curar con antibióticos. Mi organismo se iba poniendo cada vez más resistente a los antibióticos por lo que cada vez tenía que tomar los de “última generación”. En mi vida he consumido kilos y kilos de antibióticos. Estaba realmente cansado de tomar y de depender de medicamentos. Un día conversando con un primo que es otorrino-laringólogo de una de las principales clínicas privadas de Santiago, me recomienda ver a un colega suyo en la clínica que venía llegando de Alemania con la última palabra en cirugía nasal y específicamente problemas como el mío, que según mi primo se debía a una mala formación de los pasajes nasales. Se fija hora el día y la hora para la cirugía. El médico me dice que será una operación “ambulatoria”, es decir, con anestesia local regresando el mismo día a casa. Informo a mis familiares y también a mi amiga Paulina Peñafiel, una respetada astróloga. Paulina me dice que cambie la fecha de la operación porque el día fijado coincidía con la luna llena. Según ella nunca hay que operarse con luna llena pues la acción de la luna sobre los fluidos es muy fuerte, y si pensamos que nuestro cuerpo está compuesto de más de un 70% de agua, no deja de tener razón. Me advirtió que podría haber peligro de hemorragia. A pesar de haber leído sobre la influencia de la luna en los animales y en los humanos, y a pesar de estar consciente de que una de las “prohibiciones” del método Ashtanga Vinyasa Yoga es practicar con luna llena o con luna nueva, no le hice caso a Paulina. Hasta el último día trató de convencerme de que desistiera y cambiara de fecha. Llegué temprano en la mañana a la clínica. La operación tardó un buen rato. Tuvo lugar en una silla muy similar a la que usan los dentistas. El doctor me iba mostrando los huesitos que iba sacando de mi nariz. La operación concluyó con dos inmensos tapones y cuando escribo “inmensos”, en realidad debiera hacerlo con mayúscula. En ese momento tomé la decisión de pasar la noche en la clínica. Mi sexto sentido me lo pidió. Además no quería volver a mi casa donde nadie me esperaba. El médico que no quiero nombrar, -por temor a que me meta un juicio por difamación-, me dio su tarjeta donde anotó su celular y todos los teléfonos, incluyendo el de su casa por si hubiese necesidad de contactarlo. No habían pasado ni siquiera dos horas cuando comienzo a ahogarme en mi propia sangre. Toco el timbre. La enfermera se pone a llamar frenéticamente al médico. Imposible ubicarlo. Su teléfono celular estaba apagado. Llega la noche. El médico a cargo de urgencias hace que me lleven al quirófano. A esa hora no

había ningún otorrino. El médico de turno me saca los tapones que nunca terminaban de salir y ahí comienza la función. No sé que hora sería. Lo que se es que me pasé toda la noche en el pabellón de cirugías y que alrededor de las seis de la mañana fui llevado a la UTI (Unidad de cuidados intensivos). La hora la recuerdo perfectamente porque lo peor ya había pasado. La impresión de los gigantescos tapones empapados de sangre, la tensión y cansancio acumulado durante todo el día, el no haber ingerido ningún alimento ni siquiera líquido y la decisión de última hora del médico de turno de meterme por la boca un larguísimo tubo para “aspirar” la sangre que se había acumulado en el interior de mi cuerpo simplemente colmó la medida y acabó con las últimas fuerzas que me quedaban. Me vino lo que después supe que se llamaba “hipovolemia” e “hipotermia” y comencé literalmente a irme, a abandonar mi cuerpo físico. Mis signos vitales se habían extinguido por completo. La línea que saltaba momentos antes en el monitor se había aplanado; el sonido era constante. Estaba muerto. Todo esto lo podía ver y escuchar con una nitidez impresionante. Nunca tuve mayor claridad mental que en ese momento. Nunca tuve menos miedo y tanta tranquilidad y paz que en ese momento. Me había desapegado y des-identificado por completo de mi cuerpo y de mi mente normal. No sentía ni dolor ni angustia, ni frío ni calor, la sensación de tiempo había desaparecido por completo, pero estaba tan plenamente consciente como nunca lo estuve antes o he vuelto a estarlo. Disfrutaba de una visión completa, circular. Podía ver en todas las direcciones al mismo tiempo. Se habían juntado muchos médicos (entre los cuales seguramente habría más de algún otorrino llamado a última hora), y enfermeras. Podía ver claramente sus caras, la ropa que vestían, el pabellón con todos sus instrumentos y aparatos y podía sentir la desesperación del personal que me estaba tratando de resucitar. Me resulta muy difícil poner en palabras las sensaciones que experimenté; me cuesta ahora incluso recordar todo lo que experimenté, pero esa sensación de flotar fuera de mi cuerpo físico y observarlo desde arriba la siento tan real como el lenguaje ultra soez que usaban los médicos en su desesperación. Veo con toda nitidez el aparato de “electro versión” (electro-shock) con el que una y otra vez me golpeaban para revivirme. Si bien tenía esa sensación de flotar en el espacio, la sensación 157 principal no era la de tener otro cuerpo, sino que más bien la de estar soñando pero sin tener ningún sueño pues estaba ahí presente… totalmente presente, totalmente calmo, totalmente a gusto sin atisbo alguno de las sensaciones experimentadas en los momentos precedentes. No recuerdo como sucedió el resto, pero con el último golpe de electricidad que sacudió mi cuerpo, volví a entrar en mi cuerpo. El resto de la noche me mantuvieron en el pabellón custodiado permanentemente.

Alrededor de las siete de la mañana aparece el otorrino que me había operado tratando de explicar donde había estado. Mi hermano mayor me sugirió que le metiéramos un juicio millonario a la clínica, pero yo estaba tan contento de estar vivo que ni siquiera consideré la idea. Para concluir este capítulo debo agregar que la operación sólo empeoró mi problema de crónico de sinusitis. Sólo a fines de 2006 cuando dejé por completo todos los productos lácteos solucioné de raíz el problema. Desde entonces ni siquiera me he vuelto a resfriar.

2000-2005: Chile, Noruega, India. A fines de Octubre del año 2000 cumplía cerca de un año con mi nueva pareja, Claudia. Había encontrado a alguien de quien yo no tenía que ser el papá y de quien me sentía orgulloso. Era una fantástica compañera. Una relación ideal, con serias proyecciones. Pero bastó que un día mi ex novia me llamara por teléfono para que se removieran todos los sentimientos que creía olvidados y superados. Definitivamente el asunto no estaba resuelto. Se desató a partir de ese momento una vorágine de acontecimientos y encuentros con mi ex novia en diferentes partes del mundo, siendo el último de ellos en Bangalore, India, en Febrero de 2001. Era la despedida definitiva. Nos juramos nunca volver a vernos, pues en la serie de encuentros que habíamos sostenido en los meses precedentes nos habíamos dado cuenta que no teníamos ya nada en común y que vernos nos hacía daño. Siete meses después, mientras yo me encontraba participando en un seminario de Yoga en Santa Bárbara, California, me contacta mi oficina para decirme que mi ex novia necesitaba hablar urgentemente conmigo. Me cuenta que está embarazada de mí. Le digo que eso no es posible y al mismo tiempo me alegro pues mi sueño siempre fue tener un hijo con ella. Voy a verla tan pronto puedo a Oslo. Le propongo venir a Chile a tener nuestro hijo. Ella acepta justo a tiempo para poder ser admitida a bordo del avión. En la clínica Las Condes nace el 20 de Noviembre de 2001 nuestro hijo Gustav-Konstantin. Ni ella ni yo hablamos sobre su regreso a Noruega. A medida que transcurría el tiempo mi amor por mi hijo crecía y crecía. Desgraciadamente lo que ya está roto difícilmente se puede reparar y las posibilidades de rehacer y curar nuestras heridas mutuas eran cada vez más lejanas. En marzo de 2005 ella se va vivir con nuestro hijo a otro sector de Santiago.

Chile, 2003-2004: Un enemigo silencioso muestra la

cara Se me vienen a la cabeza las cinco contemplaciones diarias de Thich Nhat Hanh: “Mi naturaleza es envejecer; no puedo escapar al envejecimiento”. “Mi naturaleza es enfermarme; no puedo escapar a la enfermedad”. “Mi naturaleza es morir; no puedo escapar a la muerte”. “Todo lo que me importa y todos aquellos a quienes amo, cambiarán. Es su naturaleza. No hay forma de escapar a separarme de lo que me importa y de quienes amo. No puedo guardar nada. He venido con las manos vacías y me iré con las manos vacías”. “Mis acciones son mi única verdadera pertenencia: no puedo escapar a sus consecuencias. Mis acciones son la tierra que me sustenta”. El enemigo es la sombra que menciona el psicólogo Carl Gustav Jung “Todo hombre tiene una sombra y mientras más alejada la mantengamos de nosotros, más oscura y densa se irá poniendo”. En mi vida he tenido muchas sombras que han ido desde pensamientos negativos hasta enfermedades y159 dolores del alma. Cuando no huimos de nuestras sombras y, por el contrario, les hacemos frente, invariablemente estamos atrayendo hacia nosotros la luz. A fines del año 2003 mi cielo se cubrió con una pesada sombra llamada cáncer. El lado luminoso fue que me obligó a reflexionar sobre qué me llevó a hacer una enfermedad como ésta, la que a pesar de los avances de la ciencia siempre lleva el estigma terrible de ser letal, y que muchas personas cuando escuchan el diagnóstico lo hacen como si estuviesen recibiendo una sentencia de muerte. Comenzaré el relato sobre “mi sombra” con anotaciones que hice mientras estaba en el hospital: “Hoy es 6 de Julio de 2004 Escribo estas líneas desde la habitación número 418 de la sección para pacientes oncológicos de la Clínica Las Condes. Estoy en mi octavo y último ciclo de quimioterapia esperando “con los dedos cruzados” los resultados de la biopsia de médula ósea que me hice hace una semana de mis

crestas ilíacas que, junto con el esternón son los lugares donde se “fabrica” la sangre. Una vez que lleguen los resultados de las biopsias que fueron enviadas hace una semana a la Clínica Mayo y al MD Anderson Cancer Center de Estados Unidos, sabremos si se produjo una remisión total a nivel molecular de las células cancerosas. El procedimiento de la biopsia es bastante desagradable, una experiencia que ya tuve en dos ocasiones antes de partir con el tratamiento: a uno lo acuestan boca abajo y el cirujano, en este caso el doctor de Del Favero ayudado por su propio peso, introduce una especie de sacacorchos en ambas crestas ilíacas, atravesando unos cuatro centímetros el hueso con un ruido y dolor apreciables. Mientras escribo se me inyecta un cóctel de drogas –el último de ochoconocido como RFND (Rituximab-Fludarabina-Mitoxantrona-Dexametasona) a través de un catéter que me implantaron hace ocho meses debajo de la piel en la zona clavicular justo sobre el corazón cuando inicié el primer ciclo de quimioterapia. Un ciclo por mes con cuatro días de hospitalización cada vez. Este cóctel de drogas no me garantiza nada pues esta enfermedad es incurable y la media de sobrevivencia es de sólo 6 a 10 años, desde que es diagnosticada. Hasta el momento ya he sobrevivido 10 meses, y como no puedo abandonar la habitación en estos momentos, aprovecho la oportunidad para pensar y para escribir. “Si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: Si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto; y si le ganas, serás más humilde, más agradecido”. Facundo Cabral

15 de Diciembre de 2003, mi primer día de quimioterapia, acompañado por mi hijo Gustav-Konstantin (Tintín)

¿Cómo es que me encuentro en esta situación? En Septiembre del 2003 me descubrieron un nódulo en la garganta que resultó ser cancerígeno. El diagnóstico que hizo el Dr.Gutiérrez, mi médico tratante, fue confirmado en Puerto Rico por el Dr. Fernando Cabanillas, uno de los más prestigiosos especialistas en linfomas en el mundo y uno de los pioneros en la investigación sobre este tipo de cáncer en el MD. Anderson Cancer Center de Texas, USA.: Linfoma No-Hodking Folicular, grado IV. Un linfoma NoHodking es un cáncer de crecimiento lento, y que en mi caso seguramente se estaba incubando desde hacia unos cinco a seis años y como no habían molestias o señales externas hasta que apareció un nódulo del tamaño de una haba grande en la garganta, no había forma de saberlo. Me sorprendió sin embargo el comentario que hizo el doctor Cabanillas después de examinarme, “¿Sufrió usted hace unos cinco o seis años algún fuerte trauma emocional? Cada vez es más evidente la relación entre los problemas de orden emocional y las enfermedades, aún cuando la mayor parte de los médicos tiende todavía161 a descartar la conexión”. Justamente, el año 1996 y 1997 habían sido emocionalmente hablando los peores años de mi vida. Cuando el Dr. Cabanillas hizo el comentario de golpe tuvo sentido para mí lo que yo sabía intuitivamente a través de la meditación. Recuerdo que pocos días después del diagnóstico inicial quise estar completamente solo, incluso sin ayuda doméstica, para tratar de estar verdaderamente conmigo mismo. Me fui por una semana a Canal OM. Me pasaba todo el día meditando y casi no comía. Al comenzar cada meditación siempre me hacía la misma pregunta, “¿Por qué Yo?”. “¿Por qué Yo?”. Siempre fui el más sano de la familia. El único vegetariano. Siempre estuve preocupado de mi cuerpo y de mantener hábitos saludables. Además no hay ningún antecedente de cáncer en mi familia. “¿Por qué yo?”…. Realmente no tenía sentido el haberme enfermado, pero paulatinamente se fue formando en mi mente un cuadro primero difuso y después cada vez más nítido que no dejaba lugar a dudas sobre el origen de mi enfermedad: el sufrimiento emocional constante durante tantos años agravado por los celos y pensamientos negativos cuando recibí la fulminante noticia que la mujer de mis sueños, mi media naranja, estaba con otro. Eso tenía que dejar alguna huella física. No podía ser de otra manera. Este mismo pensamiento fue compartido más tarde por la gran mayoría de los terapeutas que mencionaré más adelante. Comprendí también cuán terrible es apegarnos de una manera loca e

insensata a otra persona. Comprendí también que ella no tuvo culpa alguna pues su naturaleza es ser como es y yo, por el contrario, con todos los años de Yoga debiera haber sabido utilizar “mis conocimientos” para no caer dominado por el imperio de los sentidos. Todos sabemos que una cosa es la teoría y otra, la práctica. Sólo una experiencia como la que estoy viviendo tiene la fuerza suficiente para llevar a la práctica los conocimientos teóricos. No tengo dudas de que jamás volveré a caer en lo mismo y que a partir de esta experiencia puedo comenzar a cultivar el verdadero desapego y ver las cosas tal como son.

Un linfoma es una alteración, una mutación de los glóbulos blancos que se rehúsan a morir y que por el contrario, se van multiplicando afectando todo el sistema inmunológico. Neoplasias (tumores) que afectan principalmente a las células del sistema linfático formado por ganglios y otros órganos como el timo, el bazo y la médula ósea. Se clasifica en distintos subtipos en función de sus características, su agresividad y pronóstico. Es incurable. La curación significa que la enfermedad no existe y la remisión, que no la veo. Grado IV, es el peor, el grado máximo en el que incluso la médula ósea está comprometida. Las causas de hacer un cáncer de esta naturaleza no están claras. Los médicos alópatas no ofrecen explicaciones, pero la gente del mundo alternativo y esotérico afirma, al igual que el doctor Cabanillas, que son acumu- laciones de toxinas emocionales no exteriorizadas. Para la acupuntura por ejemplo, las enfermedades y dolencias están directamente relacionadas con el flujo energético del organismo. Mi estómago siempre fue mi punto flaco: todo lo negativo lo recibía y guardaba allí y es precisamente ahí donde estaba la mayor concentración de adenopatías. En los momentos de mayor tensión siempre ésa era la primera área del cuerpo que acusaba la tensión o sufría al revivir alguna experiencia dolorosa en mi mente. Creo que esta explicación tiene bastante lógica y también mucho que ver con la forma en que he vivido mi vida, siempre valiéndome y apoyándome exclusivamente en mí mismo y guardándome todo para mí… Cuando me entregaron el resultado de la biopsia del tumor en la garganta sentí un fuerte impacto en el estómago, algo que sólo puedo calificar de miedo, más bien de terror a morir y no poder disfrutar a mis dos hijas y en especial a mi hijo de sólo dos años y medio en este momento. Pensar en el efecto que podría tener para su futuro la desaparición de su padre a tan temprana edad me producía una sensación muy desagradable en el estómago. Esta sensación me duró cerca de quince días. De acuerdo a los maestros de Yoga, recibir noticias chocantes,

puede lanzar a una persona al estado de Samadhi, un estado de silencio interno total acompañado por una tranquilidad y una especie de estado subliminal imposible de describir, en el que se produce una conexión absoluta con uno mismo. En occidente esto sería simplemente un estado de Schock. En mi caso, como decía, sentí terror, terror a morir. La idea de morir, sobretodo si somos jóvenes y fuertes rara vez atraviesa nuestra mente, pero ahora enfrentado al prospecto de morir prematuramente, las sensaciones en el estómago y en la garganta se hicieron cada vez más insoportables. Todos sabemos que tenemos que enfrentar, tarde o temprano lo inevitable, tenga uno 100 años o 57 como yo en este momento. No hay escapatoria. En occidente la mayoría de nosotros pensamos que la vida nos debe algo. Todos debiéramos vivir, si somos chilenos, por lo menos unos 74 años163 y si somos chilenas unos 76, de acuerdo a una estadística que acabo de leer en El Mercurio. Durante todos estos años la vida debiera ofrecernos placeres, desafíos profesionales interesantes, y felicidad. La mayoría de nosotros ni siquiera somos capaces de contemplar la posibilidad de morir jóvenes, aún cuando todas las tradiciones espirituales nos recuerdan que podemos morir en cualquier momento. Incluso nos cuesta incluso concebir la idea de morir cuando viejos. La mente humana se resiste ante el prospecto de ser forzada fuera del cuerpo que habita. Incluso cuando un amigo o pariente muere, dentro de pocos días, reprogramamos nuestro mundo interior para que continúe sin ellos. Esto no debe sorprendernos pues nuestro cerebro está diseñado para la sobre vivencia. Curiosamente, cuando empecé a tranquilizarme después del “Schock” inicial, empecé a sentirme cada vez más en paz y centrado. Comencé a concentrarme en la respiración y a darme cuenta de que poco a poco estaba empezando a fluir lenta y suavemente a través de ambas ventanillas de la nariz en forma simultánea, un patrón de respiración que los Yoguis asocian con concentración serena enfocada en un solo punto. La vívida sensación de que mi vida podría estar concluyendo probablemente precipitó esta condición en forma automática. Ahí, fue cuando me pregunté, ¿No tendrán algo que ver los años que he dedicado al Yoga con esta experiencia? ¿Qué tal si le doy una oportunidad al Yoga? Después de todo, ser capaz de enfrentar la muerte con tranquilidad y conciencia total es después de todo, una de las metas del Yoga. Comprendí que se me estaba dando una gran oportunidad de practicar en mí mismo lo que enseñaba a otros. A partir de ese momento, mi vida entró en otra dimensión.

Mis más cercanos me entregaron su apoyo incondicional y también un sinnúmero de direcciones de Internet en Chile y en el extranjero donde podría encontrar curas milagrosas. Por otro lado, mi hermana que es doctora especializada en reumatología, me recomendó ver al Dr. Gutiérrez. Comencé a informarme de todo lo que existía en el mundo. Pedí yerbas a la India y a USA, me hice asesorar por la Dra. Susana Urrutia, pediatra especializada en India en medicina Ayurvédica que preparó para mí una dieta especial, masajes y enemas con aceite virgen de sésamo. Dudé durante casi dos meses sobre si seguía el camino alternativo o el alopático convencional, y como mi enfermedad estaba tan avanzada decidí finalmente iniciar el tratamiento de quimioterapia y continuar con lo que me ofrecía el mundo alternativo, y ahora, a comienzos de Julio, sólo espero los resultados. Tanto la Dra. Emiliana Naretto que me ha apoyado con su amistad, conocimientos y optimismo desde el comienzo de mi enfermedad, como la Dra. Urrutia y las enfermeras que me atienden en esta clínica piensan que he tolerado el bombardeo químico, con menos efectos secundarios que los habituales: pérdida de apetito y de peso, náuseas y vómitos, insomnio, constipación o diarrea, hinchazón, retención de líquidos, pérdida de memoria y falta de concentración, disminución acentuada de la libido, hipo, etc. He experimentado, eso sí, una disminución importante de mi masa muscular y fuerza física, náuseas aisladas y cansancio, mucho cansancio. Cada vez más. Durante el quinto ciclo de quimioterapia tuve un serio traspié: una “fibrilación auricular completa”, un tipo de arritmia que de no ser tratada oportunamente puede producir una trombosis con efectos fatales. Me llevaron de urgencia a la unidad coronaria donde el Dr. Kauffman me administró por una vena del brazo (porque por el catéter continuaba entrando la quimioterapia) durante veinticuatro horas Amiodarona Clorhidrato un medicamento que tiene por objeto reorganizar el trabajo auricular. Desafortunadamente no dio resultado y tuvieron que hacerme una “electroversión” que consiste en anestesiar al paciente y luego darle una especie de electro-shock que paraliza momentáneamente el corazón para inmediatamente volver a hacerlo funcionar organizadamente. El procedimiento no tarda más de cinco minutos y uno se despierta completamente amnésico. El médico me ordenó continuar tomando diariamente una píldora de Amiodarona y un anticoagulante por el resto de mis días para evitar la recurrencia de la arritmia. Durante el sexto ciclo de quimioterapia me dio hipo. Al parecer esto es bastante común y el doctor se extrañó que no me hubiese pasado antes. Pero no es un hipo común. Con cada acceso, que en mi caso se producía cada dos respiraciones

saltaba sobre la cama. El hipo se produce por efecto de las drogas y hace que el diafragma tenga vida propia, incontrolable. Se me ofreció un medicamento para controlar el ataque de hipo que duró unas seis horas, pero pensando que se me iba a pasar tarde o temprano, lo rechacé e intenté liberarme de él haciendo uso de mis conocimientos de Pranayama. Después de experimentar con varias técnicas, sin que ninguna diera resultado, decidí contener por 30 segundos la respiración con los pulmones vacíos y luego inhalar corta y controladamente, para evitar que descendiera el diafragma.165 Seguí de esta manera durante unos diez minutos. Al comienzo el diafragma no quería dejarse controlar y me opuso resistencia, pero luego logré domesticarlo y cuando comencé a respirar normalmente, me quedé profundamente dormido. El primer día de cada sesión de quimioterapia es el más difícil, pues una de las drogas, el anticuerpo monoclonal Mabtera (Rituximab), puede afectar el funcionamiento del corazón; los corticoides por su parte producen mucho calor y otras molestias. La Mabtera en realidad no es propiamente quimioterapia sino que el paso previo a los tres días siguientes de quimioterapia. El día empieza con un perfil bioquímico que incluye un completo hemograma con información sobre los niveles de Creatinina en los riñones, que al igual que otros órganos, deben ser capaces de soportar las drogas. Luego me inyectan diversos medicamentos antialérgicos como el Dexametasona, el Clhorpimetron y la Ranitidina. Enseguida viene la Mabtera, que es una molécula que en su mayor parte proviene de proteínas de ratón y está dirigida específicamente contra un marcador de las células del linfoma para destruirlas y potenciar la quimioterapia del segundo día. El paso de la Mabtera es lento, gota a gota, 70 ml. por hora; tiempo durante el cual uno está conectado a la máquina la mayor parte del primer día y de la noche. Por otro lado, y a medida que avanza el tratamiento, más le cuesta a los glóbulos blancos recuperarse en forma natural, de modo que para estar listo para la quimioterapia siguiente y promover la actividad de la médula ósea, debo inyectarme en el abdomen yo mismo durante siete días consecutivos Neupogen, un medicamento que cuesta los dos ojos de la cara.

A pesar de la quimioterapia, casi siempre estoy de buen ánimo y he notado un aumento considerable de mi fuerza mental. Según la Dra. Urrutia los signos positivos en mi tolerancia al tratamiento se deben a que tengo una fisiología muy

fuerte, a mi práctica diaria de Yoga de más de veinte años, que incluye Asanas, Pranayama, Yoga Nidra y meditación de dos horas diarias en estos momentos. Antes de mi enfermedad mi práctica personal estaba concentrada en Asanas y Pranayama y la meditación no excedía la media hora. He cambiado en estos últimos meses totalmente el enfoque de mi práctica al comenzar a bucear en la esencia del Yoga que he practicado durante tantos años y creo haber despertado hacia otras dimensiones. Ahora miro todo desde otra perspectiva y cada movimiento que realizo lo hago en forma totalmente conciente y profunda, entendiendo ahora mucho mejor los mecanismos que actúan sobre mi cuerpo y mi mente. Durante estos últimos meses se ha abierto un espacio para la introspección que aproveché para desarrollar incluso un nuevo método de Yoga: Prana Shakti Yoga, un trabajo con la energía, que pienso proponer a otros pacientes de cáncer y por supuesto a mis alumnos del Yogashala. Mientras escribo estas palabras no sé si superaré o no las estadísticas. Sorprendentemente esto no me preocupa mayormente. Me doy cuenta que la muerte puede acaecer en cualquier momento, ya sea por la metástasis de las células cancerosas, o por un ataque repentino al corazón, accidente u otra causa. Necesito estar preparado, limpio Kármicamente, amando genuinamente, pero con desapego. En lugar de enfocar mis pensamientos en el futuro, cada vez más estoy viviendo el presente, no tengo muchos deseos de estar en otra parte. Si consigo mejorarme nunca sabré a ciencia cierta qué funcionó: la quimioterapia o las técnicas alternativas, o ambas. Estoy, en todo caso, muy agradecido de todos los médicos y terapeutas que me están tratando: • Dr. Jorge Gutiérrez de la Clínica Las Condes, que a pesar de no creer en “esas pamplinas alternativas” siempre me está infundiendo ánimo y siempre tiene tiempo para explicarme en términos comprensibles para mí mis dudas e inquietudes relacionadas con la enfermedad. • Dr. Rodrigo Alcázar, médico boliviano de quien recibo aplicaciones de “ozono terapia”, gotitas de flores de Bach y homeopatía. El tratamiento de ozono terapia en mi caso consiste en inyectar ozono a través de un tubo que se introduce unos treinta centímetros por el recto. En una hora se inyectan 4 “jeringas” de 50 ml. cada una a través del tubo. La idea es que los tejidos del recto absorban el ozono y lo distribuyan a través del cuerpo estimulando las defensas del organismo. Se considera el ozono como un “BRM” (Modulador de la respuesta biológica). •Tom Heckel, un ser muy espiritual, autor del libro Baba Om. Tuve con él un par

de sesiones en las que “se conectó” con sus maestros y les pidió consejos para ayudarme. Tom es un convencido que la medicina alopática167 solamente elimina los síntomas, no la enfermedad, y que la curación está en las manos de cada individuo. • Dr. Ronald Schultz, médico ginecólogo dedicado hoy a las regre - siones. Aún cuando todavía no logra hipnotizarme para hacer aflorar mi inconsciente y hacerme regresar a la niñez para explorar desde ahí pasados traumas, ha sido muy interesante conocer de cerca esta alternativa. • Amrit Singh Khalsa, maestro de Kundalini que me ha enseñado nume- rosas técnicas de su especialidad. • Swami Ekananda, Swami Digambar y Swami Shankaradevananda, todos de la Bihar School of Yoga de la India que me están dando continuamente consejos para hacer frente a la enfermedad por medio de técnicas de Satyananda Yoga. Swami Shankaradevananda es el médico australiano que nos visitó el año pasado en el Yogashala. Lleva más de treinta años tratando de validar las técnicas milenarias del Yoga para que sean aceptadas por la medicina occidental por medio de sus libros y conferencias a través del mundo. Me recomendó practicar Amaroli, durante todo el período previo a la primera quimioterapia pues durante ella no se puede hacer. Amaroli es el nombre sánscrito de la orino-terapia. •Mayo Shibazaki, la secretaria que tuve durante todos los años que tra - bajé en la embajada chilena en Japón y que mes a mes me envía concentrados de Gingseng que ella consigue en Corea y que según el Dr. Kim conocido medico chino que también está tratando de ayudarme, aumenta las defensas y da mucha energía. • Noel Hassman, que me hace reflexología y Tere Falco que me da masajes. •Cristina Sárraga, una mujer que tiene la capacidad de “tocar” el aura de las personas y que está tratando de desbloquear mis nudos emocionales para ayudarme a descubrir porqué se produjo esta enfermedad en primer lugar. • Dra. Susana Urrutia, que mencioné anteriormente y apoya con sus conocimientos de Ayurveda. • Anand Vikrant, discípulo y terapeuta de Osho quien me sometió a algo que él llama Intervención Estructural Biodinámica, trabajo creado por el propio

Vikrant, pero basado en la práctica y teoría del Dr. Wilhelm Reich y el Dr. Alexander Lowen. El objetivo de esta intervención es reanudar y completar el ciclo energético-emocional de carga y descarga del organismo. La teoría plantea que las emociones reprimidas se convierten en parte de la estructura muscular, afectando la disposición, flexibilidad y tonicidad de los músculos. El tratamiento consiste por lo tanto en apretar con mucha fuerza sistemáticamente ciertos puntos específicos y tremendamente dolorosos de los músculos transversales del cuerpo del “paciente”. El resultado es una catarsis de tipo emocional, que se manifiesta a través de llanto y rabia, lo que es en sí una profunda descarga seguida de un gran bienestar energético. • Dr. Francisco Adrover, médico argentino que trabaja en la funda - ción “Dr.Calabrese” de Buenos Aires, fundación sin fines de lucro, que me recomendó que me inyectara ADN de gametas de salmón, tres veces a la semana. • Dr. Yan, acupunturista chino invitado por la facultad de medicina de la Universidad de Santiago que me hace acupuntura dos veces a la semana para potenciar mi sistema inmunológico. • Dr. Antonio Cordero, médico cubano que vivió muchos años en China. Me enseña Chi-Kung y Tai Chi para fortalecer mi sistema inmunológico. Aunque la lista es larga, debo aclarar que no todos me tratan al mismo tiempo. Quizás debiera decir que he “probado la mano” de cada una de las personas mencionadas y que cada uno de ellos ha hecho sus mejores esfuerzos para ayudarme en sus respectivas especialidades. Además de los consejos, recomendaciones y terapias que estoy recibiendo debo agregar, para terminar, que soy un gran consumidor de Aloe Vera que afortunadamente se vende en todos los supermercados. Se dice que es una planta milagrosa. Todos los días echo dentro de la batidora un buen trozo de gel que extraigo de la hoja. Al gel le agrego cualquier fruta de la estación, unas cuantas pasas para endulzar la pócima y leche de soya. Las cáscaras las uso como crema para la cara. También consumo Noni, un jugo hecho a base de una raíz que se encuentra en Tahiti.

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Como decía, todos los terapeutas alternativos concuerdan en que el cáncer se produce cuando no se expulsan del organismo las toxinas emocionales. Hoy no me cabe la menor duda que el cáncer proviene de una actitud de resentimiento muy hondo que se mantiene durante mucho tiempo hasta que literalmente corroe el cuerpo. Es necesario hacer muchísimo trabajo mental para erradicar los repetitivos patrones de pensamiento negativos que crean sentimientos de crítica, rabia, celos, y culpa y cambiarlos por patrones de pensamientos positivos. Si no lo hacemos, la enfermedad vuelve a aparecer, una y otra vez, aún cuando los médicos la hayan erradicado temporalmente en forma artificial. Los pensamientos que hemos albergado y las palabras que hemos empleado repetidamente son la causa de nuestras experiencias. Tanto el bienestar como el malestar en nuestras vidas son la consecuencia de nuestros patrones de pensamiento que van conformando esas experiencias. Es por esto que todos los días, y varias veces en el día empleo mentalmente “palabras de poder” (Sankalpa) que son palabras o frases, siempre las mismas, que contienen un deseo y que repetidas una y otra vez a través del tiempo gradualmente se van transformando en realidad. Siento que desde Septiembre del 2003 se han producido en mí cambios graduales en mi forma de percibir las cosas. Me asombro de la facilidad con que he abandonado lo que creía importante y de cómo valoro hoy lo que es verdaderamente importante. Me he transformado también en un hombre de lágrima fácil. Dedico mucho tiempo a la lectura de libros con títulos como “It is not about de Bike; My Journey back to Life” de Lance Amstrong, el ciclista que sobrevivió un cáncer terminal y que después de su tratamiento ha ganado ya cinco veces el Tour de France. Un notable ejemplo de fortaleza. También he leído muchas biografías de Yoguis famosos, la más famosa de ellas “Autobiografía de un Yogui” de Paramahansa Yogananda. Me sorprendió observar cómo existe un factor común entre muchos de los que deciden caminar seriamente por el sendero del Yoga. La gran mayoría ha tenido como hilo conductor alguna enfermedad. En mi caso también me inicié en Yoga para sobreponerme a mis dolores crónicos a la espalda, hombros y rodillas. Ahora que la situación es más seria, he descubierto una dimensión desconocida en esta disciplina que espero estar trasmitiendo en mis clases, pues como ustedes han

podido ver, no he dejado de dar clases, aunque son pocas pues debo evitar los contagios. Siempre programo mis clases inmediatamente antes de una quimioterapia, porque es cuando los glóbulos blancos están en su período más alto de recuperación y me siento relativamente fuerte. Estoy tomando la enfermedad como una oportunidad, una sorpresa que la vida me tenía preparada para que realmente pudiese experimentar lo que significa vivir el pre- sente, el día a día, el alegrarse con las cosas simples de la vida y el disfrutar de la compañía sincera de familiares y amigos. El cáncer no tiene porqué ser una sentencia de muerte, es un camino hacia una segunda vida, a una vida más plena, más interna. A medida que voy enfrentando esta enfermedad con una mente tranquila y desapegada he podido constatar que verdaderamente me he realizado plenamente en esta vida. Para mi la autorrealización es la capacidad de reconocer los talentos naturales que uno posee y las habilidades que surgen espontáneamente en nosotros, y que han estado ahí todo el tiempo y todavía siguen allí. Esos talentos naturales son una capacidad guiada por la pasión, que estalla dentro de uno. Todos la poseemos, todos podemos alcanzarla, todos estamos diseñados para desarrollar nuestra capacidad creativa, si tenemos el coraje para hacerlo. Se dice que las personas autorrealizadas son independientes y fomentan la honestidad interpersonal. No necesitan tanto el apego, porque la pérdida y la soledad ya no las asusta. No estoy seguro que este sea mi caso. Sentir que tenemos designios superiores en esta vida nos hace fuertes. Los animales no saben que van a morir, nosotros sí. Muchas personas que recurren a ayuda sicológica buscan aliviar su frustración existencial, porque se sienten vacíos y no encuentran un motivo, una razón para vivir. No hay duda de que los ideales, cualquiera que éstos sean, nos hacen crecer. Exaltar la vida espiritual nos ayuda a desprendernos de los lastres del apego. Las personas con una vida espiritual intensa son más fuertes ante la adversidad y emocionalmente más maduras porque aprenden a renunciar y a darse por vencidas cuando deben hacerlo. Pienso que todos hemos nacido para algo especial. Es posible que aquel pequeño esbozo de genialidad infantil haya sido cercenado por nuestros padres, “por tu bien”. Creo que nunca es tarde para desarrollar la verdadera vocación, tenga uno la edad que tenga. La vida se encargará de los detalles. La mayoría de las personas deambulan de un lugar a otro tratando se sobrevivir por sobrevivir. Ese no es el camino. Hay que buscar en el interior de uno mismo y sacar a relucir la singularidad propia. Hay que abrirle espacio a la vocación. Si uno no lo hace

perderá mucho más que una oportunidad, se farreará la vida. No importa cuán exitoso o exitosa uno sea. 171 Cuando está enfermo, postrado con fiebre y dolores, lo último que a uno le importa saber es si la empresa cumplió o no con sus objetivos de venta. La gente vale por lo que es y no por lo que tiene. Las mejores ganancias en la vida suelen carecer del signo pesos. En mi caso la idea que surgió espontáneamente cuando tenía 18 años, mientras me encontraba postrado preso de hepatitis, de dedicar mi vida a enseñar, nunca me abandonó, era mi vocación. Sólo tuve que esperar para poder hacerlo y así fue como mi proyecto de vida se concretó en libros como éste, en mis hijos, en el Yogashala y en Canal OM. Creo que mi obra trascenderá, pues no me cabe la menor duda que después que abandone el cuerpo estos dos centros y posiblemente otros que surgirán a partir de ellos, se proyectarán hacia las generaciones venideras y beneficiarán a mucha gente, tal como está ocurriendo hoy, y esto me hace sentirme verdaderamente feliz y completo, y el miedo inicial que sentí cuando me diagnosticaron esta enfermedad se está transformando en alegría y en un constante descubrimiento. Podría incluso decir que he logrado una cierta “tranquilidad interior” para contemplar la creación, disfrutarla y cuidarla. Después de todo estamos de paso en este mundo y... vamos de regreso a casa.

Julio 2004- 2005: Un año y medio difícil En Julio de 2004 terminé la quimioterapia. Desde ese momento he continuado solamente con los tratamientos alternativos que mencioné antes, pero a pesar de ellos, mi recuperación fue lenta, llena de altos y bajos, y como mis defensas inmunológicas continuaban siendo insuficientes tuve que iniciar un procedimiento similar a la quimioterapia, pero ambulatorio, mediante el cual me inyectaban ciertas soluciones a la vena y ya a fines del invierno de 2005, cuando sentía que ya me estaba comenzando a afirmar, caigo enfermo de neumonía. De vuelta a la Clínica Las Condes. Una vez recuperado, voy a hacerme el examen de control que obligatoriamente tengo que hacerme cada seis meses. En ese examen se me descubrió un tumor muerto un poco más grande que una pelota de ping pon, que no había aparecido en exámenes anteriores. Me lo hice extirpar por medio de una “laparoscopia” procedimiento que consiste en inflar el abdomen del paciente al tamaño de una mujer emba- razada y hacer en él orificios por donde se insertan los instrumentos. También tuve en ese período numerosos episodios de sinusitis, bronquitis, y varias otras enfermedades menores. En resumen, desde que terminé la quimioterapia en Julio de 2004 hasta Julio de 2005, un año completo, lo pasé bastante mal. Afortunadamente con la

llegada de la primavera de 2005 me comencé a sentir cada vez mejor a tal punto que acepté la invitación de mi amigo Pedro Kupfer de participar en octubre de ese año en el Sangam (encuentro de practicantes y profesores de Yoga que normalmente reúne a unas 300 personas) que él organiza cada año en el balneario de Mariscal, Santa Catarina, Brasil. Pedro quería que yo mostrase mi método Prana Shakti Yoga, del que le había hablado en varias oportunidades. Sobre ese encuentro escribí: “Estoy a bordo del avión que me lleva desde Florianópolis a Sao Paulo donde me quedaré un par de días para dictar otro curso de Prana Shakti Yoga. Acabo de participar en el VI Sangam, o VI Encuentro de Yoga que tuvo lugar entre el 12 y el 16 de octubre en el maravilloso balneario de Mariscal que queda a unos 70 km. de Florianópolis. Este evento es organizado cada año por Pedro Kupfer. En esta oportunidad no solo reunió a profesores mundialmente famosos como Kali Ray y otros profesores norteamericanos, sino que también a la flor y nata de los profesores brasileros. Este evento congrega a practicantes de Yoga, y a músicos de fama internacional que cantan Kirtans al inicio y al término del Sangam, y cada día después de la cena. Esta sexta edición del Sangam contó, entre otras personas, con la presencia de Shri Hanuman que vino de Rishikesh, India, y Mercury Max, de Estados Unidos. El Sangam es una gran oportunidad para aprender de la inagotable fuente del Yoga, puesto que son muchas las tradiciones ahí representadas y muchos los ángulos desde los cuales se pueden discutir y practicar los más variados temas. Es además una magnífica ocasión para conocer personas con el mismo interés.

173 2006 Gustavo dictando un curso de Prana Shakti Yoga en Mariscal, Santa Catarina, Brasil

Este fue mi segundo. Sangam. En el año 2002 enseñé Iyengar y Dynamic Yoga, y en esta ocasión me tocó hablar sobre “Yoga, una efectiva herramienta contra el cáncer” y mostrar mi nuevo método, Prana Shakti Yoga a los 250 participantes que allí se dieron cita. Una experiencia inolvidable enseñar a un mar de gente que ocupó completamente el salón de convenciones del Hotel Atlántico. Aunque para ninguno de los profesores fue fácil enseñar con micrófono, el entusiasmo de todas aquellas personas ávidas de conocimiento es realmente estimulante. Después de mis clases e intervenciones en los foros que ahí tuvieron lugar, muchas personas se acercaron para preguntarme si este nuevo (y al mismo tiempo antiquísimo) método se encontraba en algún libro. Ese fue el empujón que necesitaba para continuar escribiendo.”

Prana Shakti Yoga Prana Shakti Yoga da gran importancia a la respiración, relajación y meditación, es decir, a la parte “espiritual” del Yoga. Este método que nació cuando estaba en el hospital donde solo podía trabajar con la respiración y meditar, inicialmente pensé difundirlo entre los pacientes de cáncer porque creo que es muy beneficioso para ellos. Posteriormente opté también por difundirlo entre los practicantes de Yoga, pues hoy en día la palabra Yoga se confunde con “ejercicios para adquirir elasticidad corporal” pues esta disciplina está hoy demasiado centrada en el cuerpo. Prana significa “fuerza vital” y Shakti, “energía”. La física ha demostrado que la materia es energía. Vivimos en una era en la que cada vez se reconoce con mayor claridad que la energía constituye la realidad subyacente del universo material. A medida que la humanidad vaya profundizando en ese conocimiento, un mayor número de personas llegará a comprender que la auténtica curación no consiste tanto en suprimir la enfermedad sino en fortalecer las defensas energéticas del organismo. Si nos sentimos mal es porque estamos bajos de energía o porque la energía que tenemos está desequilibrada, o como se diría en el lenguaje del Yoga, cuando los “Chakras no están alineados”. J. Donald Walter en “Secrets of Life” escribe, “El cuerpo humano no es lo que parece. Aunque superficialmente está formado por un conjunto de huesos, órganos y tejidos

carnosos, en el plano de una realidad más profunda, se compone de energía funcionando armoniosamente cuando el cuerpo se encuentra bien”. Los ejercicios que hacemos en Prana Shakti Yoga son moderados y pensados para estimular principalmente el sistema inmunológico. La medicina actual parece estar de acuerdo en que es mucho mejor para el cuerpo y la mente que aquellos ejercicios que demandan demasiada energía. En todas las culturas antiguas el ejercicio siempre fue un complemento a la medicina. Los chinos por ejemplo, siempre han considerado que sus populares sistemas, Tai Chi, Chi Gong y Wing Chun, fueron creados para focalizar la mente y desarrollar la fuerza interior.

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La literatura clásica de la China describe el cáncer como una forma de estancamiento de agua o concentración de humedad, o estancamiento del “Chi”. En otras palabras, bloqueos emocionales o energéticos. Los primeros los podríamos definir como “acumulaciones de toxinas emocionales” o “viejos resentimientos no resueltos y otras emociones reprimidas”. El estrés que todo esto acarrea altera negativamente el funcionamiento de los órganos y las células del organismo. Lo que hace el Chi-Gong, la acupuntura y también Prana Shakti Yoga es desbloquear el atoramiento emocional y energético, mediante técnicas que aunque difieren, tienen muchas veces puntos de encuentro. Prana Shakti Yoga trabaja con la respiración desde el comienzo hasta el fin de la práctica. La oxigenación de las células “seca” las condiciones de “humedad” de las células y esto es quizás uno de los factores biológicos más importantes en la cura del cáncer y de muchas otras alteraciones del organismo. Las células malignas viven en forma anaeróbica, de modo que el suministrarle oxígeno las mata y crea un desbloqueo energético. El “Chi” vuelve a fluir. Es indudable también que la alimentación influye en la curación o en la destrucción de una persona. Aunque en Prana Shakti Yoga no se dan explicaciones sobre nutrición (Ver libro No. 9 de esta colección), está claro que si les damos a las células alimentos que les gusten, les estamos dando energía para que se sigan multiplicando. Hay que saber entonces cuáles son los alimentos que las enflaquecen y debilitan. Prana Shakti Yoga integra perfectamente el movimiento con la respiración. La respiración no es solamente un proceso físico; está muy conectado con el funcionamiento de nuestra mente y emociones. Cuando estamos enojados, agitados, deprimidos o incluso excesivamente felices, nuestro patrón de respiración cambia. Cuando se altera nuestro ritmo respiratorio el estado de nuestra mente y emociones también se altera. Una respiración con un ritmo regular es indicación de que nuestra mente y emociones están estables, lo que nos permite funcionar más relajadamente. No hay duda que la conciencia sobre la respiración desarrolla la atención focalizando la mente. La visualización al igual que la recitación de Mantras son dos poderosas herramientas usadas en Prana Shakti Yoga. Los Mantras son un cuerpo de sonido que produce vibraciones ultra sónicas en el organismo. Literalmente Mantra significa “instrumento del pensamiento”. Todo sonido es una forma de

energía constituida por determinadas longitudes de ondas. El Yoga utiliza diferentes formulas sonoras para llevar al practicante a estados alterados de conciencia.

En Marzo de 2005 se produce la separación total y definitiva con la madre de mi hijo quien se va a vivir con él a otro lugar de Santiago. La relación entre nosotros no resistía un día más. Creo que fue un alivio mutuo, aún cuando mis gastos aumentaron en forma exorbitante pues se sumaban a las deudas con el banco y a los muchos otros gastos en los que estaba incurriendo en el tratamiento del cáncer y en los viajes al exterior para hacerme exámenes. Desafortunadamente no tengo seguro catastrófico (y ya es tarde para obtenerlo) por lo que mi plan de salud cubría solo una pequeña parte del tratamiento y nada de la compra de las drogas. Para empeorar mi situación, justo para mi aniversario de cumpleaños y encontrándome en Canal OM junto a mi hijo, el conserje de mi edificio me llama para decirme que tenía una citación judicial. Extrañado, regreso a Santiago para ver de qué se trataba: Había sido demandado por aún más dinero por mi ex, la persona más cercana que he tenido en la vida y con quien más años he compartido. Entro en el año 2006 con un juicio y una salud amenazada en su parte más sensible: la emocional.

2006: Con la llegada de la primavera… Los primeros meses del año 2006 fueron horribles. Parecía que mi racha de dificultades no iba a terminar más. Muchas noches sin dormir. Mi mente ocupada en pensar cómo defenderme. Todo el día hablando por celular con mi abogado. Comparendos en el tribunal de familia. La abogada de mi ex, entre las muchas e injustas cosas que dice, sostiene -rebatiendo a mi abogado-, que estoy en perfecto estado de salud. Con el objeto de demostrarle a la jueza que mi salud estaba lejos de ser lo que la abogado decía, mi defensor trata de exhibir dos certificados que habíamos obtenido con mis médicos tratantes. La jueza desdeña los documentos diciendo que en los nuevos tribunales de familia no se aceptan pruebas escritas. Llegado a este punto del relato, quiero presentar por177 primera vez estos documentos.

Las noches sin dormir y el estrés que me causaba el tener que recibir la visita de las visitadoras sociales, de concurrir al Sername (Servicio Nacional del Menor), exponer a mi hijo a los interrogatorios de los sicólogos y el estrés que me ocasionaba pagar por un abogado cuando todavía enfrentaba numerosas deudas bancarias y gastos médicos, me hacían temer por mi salud y por una recaída prematura. Ante ese cuadro, y por recomendación de la jueza propuse a la “otra parte” recurrir a una “mediación” para tratar de llegar a un “avenimiento extrajudicial”. Para hacer este cuento corto, a pesar de que las pretensiones económicas de mi ex estaban totalmente fuera de lugar, decidí aceptarlas para conseguir un poco de paz. Sentí un alivio inmediato y pude retomar mis actividades habituales y sobretodo, continuar disfrutando a mi hijo durante el escaso tiempo que se pronostica que me queda en este mundo.

2006 Certificado de la Dra. C. Canales de la Clínica Santa María

2006 Certificado del Dr. Gutiérrez de la Clínica Las Condes

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Con la llegada de la primavera comienzo a sentirme cada vez más fuerte física y anímicamente. Esto se debe a que emocionalmente estaba más tranquilo y mi sistema inmunológico cada vez más fuerte. Tres fueron los eventos más importantes de esa estación: 1) Buscando al Doctor Hamer, a través de mi amigo argentino, el Dr. Francisco Adrover, encuentro al Dr. Fusaro. El doctor Angel Alberto Fusaro es también argentino. Es catedrático de la Universidad Católica de Salta y se especializó también en inmunología y medicina biomolecular. Cada tres o cuatro meses aproximadamente tengo que viajar a Buenos Aires para visitarlo. La rutina es la siguiente: después de examinarme y de comprobar que los exámenes inmunológicos que tengo que hacerme previamente en el laboratorio de la Universidad Maimónides de B. Aires están bien, me prepara una nueva pócima usando mi propia sangre, la que debo inyectarme diariamente en el abdomen. Me imagino que esto está dando sus frutos pues me siento cada vez mejor y porque el saber que el doctor Fusaro es uno de los mejores inmunólogos de Latino América me da confianza. 2) El encuentro con Rebeca Markus fue determinante para eliminar de raíz todos los problemas de sinusitis crónica y perennes resfríos que he padecido desde mi niñez, a pesar de haber sido operado. Rebeca es brasilera y doctora en medicina Ayurvédica. Después de someterme a un extenso interrogatorio sobre mis hábitos, concluyó que debía erradicar de raíz todos los productos lácteos pues producen mucosidad en especial en personas de mi constitución Ayurvédica. Esto ya me lo había vaticinado el Dr. Shankaranaya. Gracias a Rebeca, hasta el momento que escribo estas líneas no he tenido ni un solo episodio de sinusitis o resfrío, y me siento con mucha energía. Desde el momento en que conocí a Rebeca no he tomado un solo antibiótico. Creo que en mi vida me he tragado todo el stock de una farmacia. 3) Plasmo en un libro, “Manual de Sattva Yoga” mi nuevo método y acepto una nueva invitación de Pedro Kupfer para mostrarlo en el VII Sangam, en Mariscal en Octubre de 2007 y también acepto otra invitación para hacer lo mismo en Buenos Aires en Noviembre de ese año.

Sattva Yoga Sattva Yoga es un método de Hatha Yoga inspirado en mi práctica personal de muchos años que había suspendido durante mi lucha contra el cáncer. Combina maravillosamente bien con Prana Shakti Yoga. Se compone de una “Secuencia Madre” compuesta por 45 posturas básicas que pueden ser hechas con o sin la pared. A partir de esta secuencia madre se puede practicar Sattva Yoga de diferentes formas: 1. Por medio de mini secuencias creadas tomando como base algún segmento de la secuencia madre: “Secuencias Sáttvicas”. 2. En parejas. Bauticé este trabajo con el nombre de “Sintonía fina” porque tanto la persona que ejecuta la postura como la que ayuda deben estar en perfecta sintonía. 3. Combinando Sattva Yoga con Prana Shakti Yoga. Este es un trabajo muy interesante pues se utiliza una gran gama de los elementos que conforman una completa práctica de Yoga: Mudras, Pranayamas, Prana Vidya, Bandhas, Kriyas, Meditación, relajación, etc., de manera que el practicante puede ampliar sus horizontes Yóguicos mucho más allá de las Asanas y tener una práctica variada, creativa y de alto contenido. Sattva Yoga está fuertemente influenciado por el método Iyengar, pero a diferencia de éste, en Sattva Yoga se trabaja de una manera especial con la energía (influencia de Prana Shakti Yoga). Además no se pierde el flujo de la energía durante la práctica pues no hay que preparar y utilizar “Props” ni dar demasiadas explicaciones técnicas que hacen perder el flujo de la clase enfriando el cuerpo de los estudiantes.

181 2007 Gustavo demostrando Sattva Yoga con pared

El hecho de que el método esté conformado por numerosas “Secuencias Sáttvicas”, -que pueden ser modificadas según la creatividad del practi- cante-, crea el hábito de la práctica regular. El orden de las posturas, en lo posible debe ser respetado pues han sido pensadas cuidadosamente para que los beneficios y efectos de cada una de las técnicas empapen el cuerpo y la mente de energía vital. Las posturas que conforman Sattva Yoga llevan sangre fresca y oxigenada a cada órgano y fibra del cuerpo, reestableciendo el funcionamiento óptimo de cada sistema del organismo. Como consecuencia, se consigue un peso ideal, tonicidad muscular, energía ilimitada y una sensación incomparable de bienestar. Si uno sufre de constipación, problemas digestivos, contracturas, dolores de espalda o problemas con las articulaciones encontrará que este método ayuda a aliviar todos esos malestares, pues el método nació espontáneamente en respuesta a mis numerosos achaques. Se podría decir que es un método terapéutico o puesto de otra manera, una nueva y novedosa forma de Yogaterapia.

El Dr. Hamer Comencé este capítulo diciendo que había encontrado a un inmunólogo en Buenos Aires buscando al Dr. Hamer. La reputación del Dr. Ryke Geerd Hamer fue lo que me hizo buscarlo. Durante años trabajó en las clínicas universitarias de Tübingen y de Heidelberg donde ejerció también la docencia. Tiene diversas especialidades las que incluyen la medicina interna, la pediatría y la radiología. Fue además jefe del departamento de medicina interna en la Universidad de Munich. Tiene además un hobby singular: patentar inventos. Por ejemplo, dentro del marco de la cirugía plástica, el escalpelo eléctrico Hamer que permite operar sin traumas casi 20 veces más finamente que un bisturí, y también una sierra especial para las intervenciones óseas. Recibió durante largos años el respeto y la admiración de sus colegas, y el agradecimiento de sus pacientes. Su carrera profesional e investigaciones -clásicas y ortodoxas-, reforzaban día a día su posición de reputado especialista. En 1978 en Córcega en el transcurso de una fiesta celebrada en una nave, un aristócrata italiano, el príncipe Alberto de Saboya, disparó, sin motivos ni causas aparentes, contra una persona desconocida que dormía en la cubierta de un barco cercano. Esa persona era Dirk Hamer, de 19 años, uno de los hijos del Dr. Hamer. Dirk Hamer fue trasladado todavía con vida a Munich, falleciendo

cuatro meses después en Heidelberg. La trágica muerte de su hijo afectó profundamente a la familia Hamer. El Dr. Hamer desarrolla al cabo de cuatro meses cáncer testícular y su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, fallece víctima del cáncer después de varias recaídas en 1985. A partir de la muerte de su hijo y del cáncer que desarrolló él y su esposa, el Dr. Hamer emitió la hipótesis de que tanto su cáncer como el de su mujer podrían estar relacionados con el brutal episodio que les tocó vivir. Sus estudios e investigaciones le llevaron a formular la Ley de Hierro del Cáncer, piedra angular alrededor de la cual se articula lo que él denominó “La Nueva Medicina”. En 1981 presenta la tesis sobre su descubrimiento en la facultad de medicina de la Universidad de Tübingen. El objetivo era conseguir la aprobación de sus descubrimientos para que la Nueva Medicina Germánica pudiera ser enseñada a todos los estudiantes de medicina y los pacientes pudieran beneficiarse de sus descubrimientos. Para su gran sorpresa, el comité de la Universidad rechazó su trabajo y rehusó evaluar su tesis, un caso sin precedentes en la historia de las universidades. Pero había otra sorpresa: Poco después de haber entregado su tesis, al Dr. Hamer le fue dado el ultimátum de renegar de sus descubrimientos o no ver renovado su contrato. Fue extremadamente difícil para él entender por qué estaba siendo expulsado de la clínica al presentar descubrimientos científicos bien fundamentados. El hostigamiento al Dr. Hamer culminó in 1986, cuando una sentencia de la corte le prohibió continuar ejerciendo la medicina. A pesar del hecho de que su trabajo científico nunca fue desaprobado, perdió su licencia médica a la edad de 51 años, debido a que rehusó renunciar a sus descubrimientos sobre el origen del cáncer y a regirse por los principios de la medicina oficial. Privado de una licencia médica, el Dr. Hamer dependía ahora de otros doctores para obtener escáneres cerebrales y registros médicos de pacientes. Pero estaba determinado a continuar su trabajo. Para1987 ya había analizado más de 10,000 casos y fue capaz de expandir su descubrimiento de las Cinco Leyes Biológicas de la Nueva Medicina Germánica a prácticamente todas las enfermedades conocidas en la medicina. Mientras tanto la prensa183 y la medicina establecida no pararon de atacar su trabajo. Periodistas y médicos catalogaban al Dr. Hamer de charlatán, sanador milagroso autoproclamado, líder de culto, o criminal demente que negaba a los pacientes con cáncer los tratamientos convencionales. Hubo también solicitudes para evaluar su condición mental por parte de psiquiatras elegidos por la corte. En 1997 el Dr. Hamer fue arrestado y sentenciado a 19 meses en prisión por practicar medicina sin licencia. Cuando fue arrestado la

policía confiscó sus archivos de pacientes y el fiscal se vio forzado a admitir durante el juicio que después de 5 años, 6.000 de 6.500 pacientes, casi todos con “cáncer terminal”, estaban aún vivos. Los intentos de desprestigio y desacreditación del Dr. Hamer y de sus descubrimientos, han sido constantes, a pesar del apoyo explícito de muchos colegas suyos tanto en Alemania como alrededor del mundo. La Nueva Medicina, basada en 5 leyes biológicas naturales a pesar de haber sido validada por numerosos médicos y científicos competentes, la prensa y medios de comunicación en general no ha escatimado los epítetos insultantes en relación al Dr. Hamer. Por su parte, sus partidarios alrededor del mundo, al igual que los cancerosos que pintaron en 1956 en los muros del Hospital de Villejuif de París: «Del cáncer vive mucha más gente de los que morimos» han seguido apoyándolo, y en Argentina como en muchos otros países existe una asociación de médicos que sigue sus enseñanzas y teorías. Fue así como a través del Dr. Adrover entré en contacto con el Dr. Fusaro.

Cuando Hamer comenzó a investigar las historias de sus pacientes con cáncer concluyó que como él, todos habían experimentado un trauma repentino de algún tipo. Llevó sin embargo su investigación mucho más lejos: Siguiendo la hipótesis de que todos los procesos corporales son controlados por el cerebro, analizó los escáneres cerebrales de sus pacientes y los comparó con los registros médicos y psicológicos correspondientes. Para su asombro, encontró una clara correlación entre los traumas y cómo éstos se manifiestan en los órganos y cómo todos estos procesos están conectados al cerebro. Hasta entonces, ningún estudio había investigado el origen de la enfermedad en el cerebro ni el papel del cerebro como mediador entre la psique y el órgano enfermo. El Dr. Hamer descubrió que cada enfermedad se origina por un trauma que nos toma completamente por sorpresa. En el momento que el conflicto inesperado ocurre, el trauma impacta un área específica en el cerebro causando una lesión (más tarde llamada foco de Hamer) visible en un escáner cerebral como un grupo de nítidos anillos concéntricos. Las células cerebrales que reciben el impacto envían una señal bioquímica a ciertas células del cuerpo provocando el crecimiento de un tumor, la necrosis de un tejido o la pérdida funcional, dependiendo de la capa del cerebro que reciba el golpe sorpresivo. Según Hamer la razón por la cual ciertos conflictos están irrefu- tablemente unidos a áreas

específicas del cerebro se debe a que a través de nuestra evolución, cada área del cerebro fue programada para responder de manera instantánea a conflictos que pudieran amenazar de alguna manera nuestra supervivencia. Mientras el tallo cerebral (la parte más antigua de nuestro cerebro) está programada con cuestiones básicas de supervivencia como respiración, reproducción y alimentación, el cerebro (la parte más nueva) está más relacionada con temas de tipo social y territorial. El Dr. Hamer descubrió también que cada enfermedad progresa a través de dos fases: una activa, al inicio del trauma, caracterizada por estrés emocional, extremidades frías, falta de apetito, falta de sueño, y posteriormente, en caso de que se resuelva el conflicto, una fase de curación. Este es el periodo en el que la psique, el cerebro y el órgano correspondiente entran en la fase de recuperación, frecuentemente un proceso difícil, marcado por fatiga, fiebre, inflamación, infección, y dolor. Hamer llamó a sus descubrimientos “Las cinco leyes biológicas de la nueva medicina”, debido a que su investigación es completamente concordante con las leyes naturales de la embriología y la lógica de la evolución. A través de los años, el Dr. Hamer ha sido capaz de confirmar sus descubrimientos con más de 40.000 estudios de caso. El resultado de este trabajo científico es la creación de un diagrama “Psique-Cerebro-Órgano” que señala la enfermedad, el contenido del conflicto biológico que la causa, el sitio en el escáner cerebral donde la lesión correspondiente puede ser observada, cómo se manifiesta esa enfermedad en la fase activa del conflicto, y qué se debe esperar en la fase de curación. La investigación del Dr. Hamer cambia radicalmente las muchas teorías existentes de la medicina convencional. Su explicación de la enfermedad como una interacción significativa entre la psique, el cerebro y el órgano correspondiente refuta la visión de que la enfermedad ocurre por azar o como resultado de un error de la Naturaleza. Basado en criterios científicos proba-185 dos, la Nueva Medicina Germánica rompe con los mitos de las células cancerígenas malignas o de los microbios destructivos y dice que las “enfermedades infecciosas” y los tumores cancerosos son medidas naturales de emergencia biológica practicadas por millones de años y diseñadas para salvar al organismo, y no para destruirlo como nos fue enseñado. Enfermedades tales como el cáncer pierden su imagen amenazadora y son reconocidas como programas especiales significativos de supervivencia biológica con los que nace cada ser humano. Antes de que el Dr. Hamer identificara las lesiones anulares en el cere - bro, los radiólogos los consideraban como artefactos creados por una falla en la máquina.

Pero Siemens, un fabricante de equipos de tomografía computarizada certificó que estas lesiones no provenían de ningún defecto en las máquinas porque aún cuando la tomografía es repetida y tomada desde diferentes ángulos, la misma formación anular aparece siempre en el mismo lugar. Según el Dr. Hamer para conseguir la curación, el trauma o conflicto que provocó la enfermedad debe ser totalmente resuelto. Si el trauma es muy intenso y permanece por un periodo muy prolongado de tiempo, la condición puede ser mortal. Desde luego, el individuo no muere por un tumor, sino de agotamiento como resultado de perder energía, peso y sueño. Completamente estresado, el individuo se desgasta por completo y eventualmente muere por debilidad. El objetivo de la terapia del doctor Hamer es encontrar una solución práctica y permanente al conflicto que provocó la enfermedad. Por ejemplo, un hombre que pierde su trabajo inesperadamente puede resolver, y aminorar el impacto provocado por esta situación, encontrando una nueva ocupación. Tan pronto el conflicto es resuelto, la curación sigue su curso natural. El impacto, trauma o conflicto es percibido de una forma diferente por cada individuo: para una persona perder repentinamente su trabajo puede ser percibido como el fin del mundo; otra puede ser afectado temporalmente y para una tercera persona puede ser un hecho completamente irrelevante.

La teoría de la metástasis según el Dr. Hamer: La teoría estándar de las metástasis sugiere que las células cancerígenas de un tumor primario viajan a través del torrente sanguíneo o del sistema linfático a otras partes del cuerpo donde estas producen un crecimiento canceroso en un nuevo lugar (teóricamente, esta suposición implicaría un riesgo potencial de contraer cáncer a través de una transfusión sanguínea). La Nueva Medicina Germánica no cuestiona el hecho de cánceres secundarios y terciarios. Desde luego, de acuerdo a las cinco leyes biológicas, cánceres secundarios y terciarios no son el resultado de células cancerosas que migran, sino de un segundo o tercer trauma, frecuentemente iniciado por un impacto al momento de escuchar el diagnóstico o del pronóstico de vida que el médico da al paciente, lo que pone al individuo en una situación total de pánico, causando un nuevo conflicto ó, más aún, varios nuevos conflictos, llevándolo a presentar cánceres adicionales.

Extracto de una entrevista al Dr. Hamer (1992)

“Después de una conferencia que di en Viena en Mayo de 1991, un doctor me trajo una tomografía computarizada (TC) del cerebro de un paciente. Él me pidió en representación de otros 20 colegas de la asistencia entre los que había varios radiólogos y especialistas en tomografías computarizadas, que les dijera qué enfermedad tenía el paciente y los conflictos correspondientes. Solo un nivel me fue presentado, el nivel cerebral, y a partir de éste se suponía que yo tenía que derivar hechos acerca de los otros niveles. Diagnostiqué entonces a partir de la TC un carcinoma de vejiga sangrante en la fase de curación; un carcinoma antiguo de próstata, una condición diabética, un carcinoma bronquial antiguo, y una parálisis sensorial de cierta área del cuerpo – y por cada uno de éstos el conflicto correspondiente que el paciente debió de haber experimentado. En este punto el doctor se quedó parado frente a todos sus colegas y dijo, ¡Dr. Hamer, felicitaciones! ¡Cinco afirmaciones, cinco acier- tos! El paciente tenía exactamente lo que usted dijo. Y más aún, usted pudo diferenciar lo que tiene él ahora de lo que tuvo antes.”

Sobre el doctor Hamer y sus “Cinco leyes biológicas de la nueva medicina” recomiendo visitar Google poniendo simplemente “doctor Ryke Hamer” y aparecerán muchas páginas donde es posible encontrar detalladas informaciones sobre su teoría y un listado completo de sus numerosos libros. Es posible que no estés de acuerdo con sus afirmaciones, pero sin duda no te dejarán indiferente. La teoría del Dr. Hamer parece tener sustento en la frase del médico norteamericano Larry Dossey: “Existe una profunda reciprocidad, un nexo inquebranta187 ble entre la hediondez de una enfermedad y el perfume de la salud”. No existe por lo tanto la enfermedad cuya causa sea exclusivamente de orden físico. Siempre estamos bajo la influencia de varios aspectos de orden emocional, social y psí- quico. La peculiar combinación de estos factores sobre nuestra salud siempre será una manifestación única y exclusiva, lo que significa que el organismo de cada individuo reaccionará de una forma diferente frente a cada estímulo u impacto. En la dinámica de un paciente de cáncer, enfermedad que hasta hoy desafía la ciencia, la influencia de muchos de estos aspectos es claramente detectable, de modo que un tratamiento que tome a todo el individuo y no solamente la enfermedad, debe considerar todos los aspectos relacionados al proceso que produjo la enfermedad. En realidad nuestro cuerpo necesita de cosas bastante simples para estar bien. Esto se podría sintetizar en estar atentos a nuestras necesidades más básicas, como caminar, beber, comer, dormir, etc. Lo

que realmente necesita de cosas más sofisticadas para satisfacerse es nuestra mente, nuestro ego. Nos pasamos la vida sin conocer nuestros cuerpos, sin tocar nuestra alma. Estar en contacto con nosotros mismos es mucho más que un jergón de esta “Era Acuario”. Es un hecho incuestionable especialmente cuando nos enfrentamos a una enfermedad (¡aunque ésta no sea fatal!), haciéndonos reflexionar qué nos llevó a esa situación. La represión de las emociones es sin duda alguna, causa segura de futuras enfermedades. La emoción, es un movimiento que necesita ser expresado, tal cual lo indica la etimología de la palabra: “E” (para afuera) y “Moción” (movimiento). Siendo así, nada más natural para un ser humano que entrar en estados emocionales y en la medida apropiada, expresarlos. Ya al término de este año y a punto de terminar esta historia en la que finalmente me fue imposible separar por completo el Yoga de algunos aspec- tos de mi vida personal, puedo decir que 2007 fue un muy buen año par mí y para el Yoga. Son varias las cosas que están dando cada vez más sentido y alegría a mi vida: primero que nada mi salud. Contra todas las predicciones –golpeo madera- estoy gozando de una excelente salud, o por lo menos me siento saludable y lleno de energía. Mi corazón y mi mente están tranquilos. Mi hijo crece y crece y me llena de alegría. Cada día descubre nuevas palabras, y ahora que acaba de cumplir 6 años, habla perfectamente tres idiomas: español por supuesto, inglés y noruego. En enero de 2007 realizamos el primer módulo del curso internacional de formación de profesores de Sattva Yoga en Canal OM. Este curso se abrió para aquellas personas que ya eran profesores de algún método de Hatha Yoga y para aquellos que sin ser profesores tenían una práctica de varios años. El curso contó con la participación de 30 personas que vinieron principalmente desde Brasil y otras de Argentina, Colombia, Estados Unidos, Perú y por supuesto, Chile. Por su parte, Prana Shakti Yoga está también comenzando a florecer. Estos dos métodos junto con Dynamic Yoga, con el tiempo probablemente serán los más importantes en Yogashala.

2007: El mejor año en muchos años. Mi hijo mayor, Dynamic Yoga se consolida plenamente y los otros dos más

pequeños, también continúan creciendo. Quizás por que el mayor está ya grande me olvidé de hablarles de él hasta ahora. Al igual que Sattva y Prana Shakti, son composiciones originales mías en las que he utilizado las mismas herramientas e instrumentos conocidos desde hace ya varios milenios por los practicantes de Hatha Yoga. Es algo similar a lo que ocurre con la música: la notas musicales han sido conocidas desde hace varios cientos de años, pero las melodías y canciones compuestas por los grandes artistas son únicas. Podría decirse lo mismo de la poesía, de la literatura. Todos los grandes escritores han usado exactamente las mismas letras, según el idioma en que escribieron, pero sus obras son absolutamente originales y diferentes a todo lo que existe. En Yoga ocurre lo mismo. A cada nueva composición original se le llama “Método”.

189 2007 Gustavo haciendo una postura de Dynamic Yoga Sobre Dynamic Yoga unas pocas

palabras: Tan pronto regresé a Chile comencé -como escribí más atrás- a enseñar Iyengar y Ashtanga Vinyasa Yoga, pero con el tiempo me di cuenta de la necesidad de buscar una respuesta a la necesidad de mis alumnos de tener una práctica sin “Props” (accesorios) como los que se usan en el método Iyengar y que no fuese tan exigente como la que se hace en el método Ashtanga Vinyasa Yoga. Inspirado en el trabajo de varios profesores norteamericanos, antiguos practicantes de Iyengar y de Ashtanga Vinyasa Yoga que desarrollaron alternativas propias conocidas hoy en día como “Vinyasa Yoga”, “Vinyasa Flow”, “Power Yoga”, “Yogic Art”, etc. empecé a investigar porqué estas practicas estaban creciendo con tanta rapidez, pero al mismo tiempo investigué de qué carecían. En el laboratorio que es mi cuerpo, comencé a experimentar y como la filosofía taoísta y las artes marciales fueron parte de mi vida desde que era pequeño, la infuencia de estas disciplinas pasó a ser un ingrediente que el practicante serio de Dynamic Yoga sin duda puede detectar sin dificultad. Surgió entonces una definición para el método: “Meditación en la quietud y en el movimiento entre posturas”. El elemento “Yin” y el elemento “Yang” está siempre presente, como todo en la vida, solo que en Dynamic Yoga se trabajan en una clase estas manifestaciones con total conciencia en base a una secuencia claramente definida, que en su parte propiamente Yang semeja más bien a los movimientos del “Tai-Chi” donde las posturas se mantienen solo unas cuantas respiraciones; las posturas se mantienen durante largo tiempo en la etapa Yin de la secuencia. Tanto en su aspecto Yin como Yang las posturas se van transformando lentamente en otras y todavía en otras, como la luz se va transformando casi imperceptiblemente en oscuridad y la oscuridad en luz y una contiene a la otra. La secuencia es definida por el profesor en su mente o el practicante antes de comenzar -una especie de visualización. Esto no significa entonces que todas las clases de Dynamic Yoga sean iguales; muy por el contrario todas pueden ser diferentes pero deben señirse a un patrón determinado y ése es justamente el elemento innovador y que lo distingue de otras prácticas de Yoga. En 2002 vio la luz la primera edición del libro “Dynamic Yoga” y algunos años más tarde apareció un video. El libro número 13 de esta Colección Cuerpo-Mente entrega una visión mucho más precisa de cómo se debe practicar el método. Dynamic Yoga se practica con música apropiada para cada aspecto de la práctica. Todas las posturas que se emplean son posturas de Yoga, aunque últimamente he comprobado que algunas ex alumnas mías que vienen de la danza o de la gimnasia han distorsionado en cierta manera la forma original de

trabajar con el método, lo que evidentemente no está bien.

Canal Om Marzo de 2008 OM NAMO NARAYANA (De la oscuridad nace la esperanza) 191

PRIMERA PARTE

LAS RAÍCES

La India Eterna

“Si alguien me preguntara bajo qué cielo la mente humana ha explorado los más profundos problemas de la vida encontrando soluciones para algunos de ellos, lo que debería merecer la atención incluso de aquellos que han estudiado a Platón y Kant, yo indicaría la India. Y si yo me preguntara de qué literatura, nosotros que hemos sido alimentados casi exclusivamente con los pensamientos de los griegos y romanos y en los de una raza semítica, los judíos, podríamos obtener lo necesario para hacer nuestra vida interna más perfecta, mas comprensible, más universal, de hecho más humana, de nuevo apuntaría a la India”. Max Müller Pocos países pueden igualar el tamaño y la diversidad de la India, y no hay otro país que tenga sus numerosas religiones tan enmarañadamente unidas a cada aspecto de la vida. India es un vasto y sobre poblado subcontinente de contrastes: lujoso y extremadamente pobre al mismo tiempo, con tierras planas y majestuosas montañas, playas de arenas blancas con palmeras y ríos sagrados. Es una tierra excéntrica, ruidosa, poli cromática, mística, llena de templos, sitios sagrados, rituales, música estridente, héroes y demonios, ascéticos y buscadores espirituales. Es el lugar de nacimiento de dos de las más grandes religiones, el hinduismo y el budismo, y también de otra, aunque poco conocida en occidente, el jainismo. Más de setecientos millones de personas en India son hinduistas, pero India es también el hogar de millones de musulmanes, de una vasta comunidad de cristianos y de una comunidad todavía bastante numerosa de parsis, que practican zoroastrismo. India es también la tierra de una religión relativamente reciente, el sikhismo.

En la mitología de la India los Himalayas han sido siempre la residencia de los Dioses, y aquí, más que en ningún lugar, en la sombra de estas montañas que están entre India y el Tibet, la complejidad y diversidad de la cultura religiosa de la India persiste con gran potencia. Rocas y montañas sugieren la forma de divinidades familiares. La cabeza de elefante de Ganesh, o el “lingam” de Shiva se transforman en lugares de peregrinaje y adoración de millones de devotos en búsqueda de despertar espiritual. Durante cuatro mil años India sufrió numerosas invasiones, hambrunas, persecuciones y tormentas políticas. La India moderna es un país de una variedad infinita acentuada aún más por la incorporación de moderna tecnología, pero la sabiduría milenaria, su visión holística y la esencia de la filosofía está totalmente presente lo que no deja de asombrarnos y fascinarnos como occidentales. La filosofía de la India es extremadamente compleja. Ha sido estudiada y analizada en profundidad y a pesar de eso, no hay seguridad en cuanto a los nombres de aquellas personas a las que se atribuye la autoría de muchos textos o las fechas de ellos. Incluso las traducciones del sánscrito y del pali a idiomas occidentales no deja a nadie contento, sobre todo si consideramos que hay seis sistemas filosóficos, siendo uno de ellos el Yoga. La filosofía de la india se concentra principalmente en el destino espiritual del hombre, razón por la cual está tan unida con la religión, y a veces resulta difícil separar las religiones. En las escrituras indias que datan varios milenios es frecuente encontrar referencias al Yoga como un camino hacia la Verdad. El desarrollo de los sistemas de creencias de la India puede ser dividido en forma bastante burda, en cuatro grandes períodos: El período Védico, 2500 - 600 A. de C.; el período epopéyico, 600 A. de C. – 200 D. de C.; el período de los Sutras, un poco antes de Cristo y un poco después; y el período escolástico que algunos dicen, todavía continúa.

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Dos grandes conocedores de la India: Marín y Serrano Dos escritores chilenos que fueron embajadores en India durante largos años plasman en sus respectivos libros su visión de la India de los años que les correspondió servir a Chile. Lo que ellos cuentan de manera tan magistral a mi juicio no ha variado mucho, y quizás por este motivo, Juan Marín le puso a su libro “La India Eterna”. Miguel Serrano por su parte en su libro “La Serpiente del Paraíso”, ve la India en su aspecto místico: La serpiente, “estuvo enrollada en el Arbol del Paraíso, también en el Árbol de la Columna Vertebral… Hay quienes la llaman Kundalini, hay quienes la llaman Fuego Astral…” Curiosamente, el primer libro que leí sobre la India fue el de Juan Marín, libro que el destino puso en mis manos cuando tenía dieciocho años. (Acostumbro a ponerle fecha a todos los libros que leo). Siempre pensé que era un excelente libro y que todos aquellos que fuesen a la India ya sea físicamente o en sueños, deberían leer. El libro desapareció o simplemente olvidé su existencia, pero cuando el otro día pensé que sería interesante iniciar este libro entregando una breve visión de la India, me acordé del libro. Lo busqué en mi biblioteca y apareció en menos de un minuto. Sentí que era una señal y que en lugar de darles mi visión, debía dejar hablar a Juan Marín y a Miguel Serrano, pues ellos se empaparon del país, de su legado espiritual y de sus tesoros culturales de una forma como no he conocido a nadie lo hiciera previamente, especialmente chilenos.

Juan Marín

1900-1963 Juan Marín Escribe:

“El pasado remoto de la India es un océano de historia; pero un océano sobre el cual no ha alumbrado aún el sol de la investigación y la verdad, un océano en sombras, un océano nocturno. Sólo dos o tres faros iluminan las tinieblas. Sábese a ciencia cierta que entre los años 2.000 y 1.500 A.C., un pueblo que se llamaba a sí mismo Aryas o Aryos (Señores) descendió en inmensas y sucesivas olas migratorias desde los valles de los ríos Oxus y Jaxartes en el Asia Central, y entró en la India por la cuenca del Indo, instalándose primeramente en lo que hoy es Punjab, para dominar después toda la India. Eran gente rubia y de bella apostura, dedicados principalmente al pastoreo, adoradores de una serie de dioses (Indra, Agni, Soma, Varuna, etc.) que representaban las fuerzas de la naturaleza (el rayo, el fuego, el océano, el viento, etc.); no conocían la arquitectura ni la urbanización, pero tenían una literatura poético-histórica de primera calidad: los Vedas, expresados en un idioma hasta entonces desconocido en Asia, pero que habría de tener repercusión e importancia mundiales: el sánscrito. Estos invasores Aryos, también llamados “nobles”, encontraron en la India una civilización ya milenaria, con ciudades y templos construidos en madera, conocedora del trabajo de los metales y que, por virtud de su ubicación en la cuenca del río Indo, ha sido llamada “cultura del valle del Indo”. Casi todo lo que de ella se sabe ha salido de las grandes y recientes excavaciones realizadas en Harappa y Mohenjodaro. Los hombres de esta cultura han sido llamados por James Fergusson, en su “History of Indian and Eastern Architecture”, los Dasyus, nombre por el cual los Aryos los designaban, y que puede traducirse por “esclavo”, “aborigen”, “pagano” o “bárbaro” a un mismo tiempo. Se cree que pertenecían a una raza mogol-tibetana, de origen trans-himaláyico. O mejor dicho, una misma raza mogólica habitaba ambas vertientes del Himalaya, al norte y sur de la “Gran Montaña”. Estos Dasyus adoraban a los árboles y sobre

todo a las serpientes, Nagas, y sus ritos y creencias han resistido a los embates de todas las migraciones antiguas y modernas, constituyendo el substrato de las religiones de la India hasta nuestros días; por poco que se explore bajo la superficie del vedismo, del budismo, del shivaísmo, etc., en la India, se verá aparecer vivo y robusto el arcaico culto de Nagas y de árboles que fue patrimonio de esta vieja cultura. Dinastías Nagas, es decir, que se proclamaban hijas o descendientes de 201 “hombres-serpientes”, ha habido en el noroeste de la India y en Cachemira hasta en el siglo VII D.C. Pero estos paganos no eran los únicos habitantes de la India pre-Arya: en el sur del subcontinente y teniendo principalmente como centro de su cultura lo que es hoy el estado de Mathura, florecía una civilización y habitaba una raza llamada Dravidia, cuyos orígenes son muchísimo más misteriosos aún que todo lo que hasta ahora hemos visto. Se trata racialmente de un pueblo de origen “turanio”, cuyas huellas migratorias han sido encontradas recientemente en Beluchistán y en el sur de Persia. Existe una cautivante teoría de que estos Dravidios nos son otra cosa que los sobrevivientes del sumergido continente de Lemuria, que unía al Asia meridional con África en épocas primigenias. Ellos se proclamaban de origen “lunar”, en oposición a los Aryos, que, como se sabe, son una raza “solar”, Hijos del Sol (como los Incas y los Faraones), es decir, herederos del los “atlantes”, pobladores del sumergido continente Atlántida que existiera un día entre Europa y América.

Ambas culturas chocaron a todo lo ancho de las planicies de la India central, habiendo vencido en primera instancia los Aryos -por su superioridad física e intelectual evidente-, pero triunfando al final de cuentas los Dravidios por un lento proceso de absorción y de contaminación racial e ideológica que dura hasta hoy. La pureza de la doctrina védica fue desapareciendo para dar paso a los dioses antropomorfos, que los Aryos nunca adoraron. Los templos se poblaron de estatuas de Vishnu, Shiva, Brahma, Ghanesa, Hanuman, cuyo origen hay que trazar a rutas muy distantes de los Vedas. El hermoso Ramayana, que narra las proezas del héroe “solar” Rama, dio paso al Mahabarata, en que se cuentan las batallas entre los Kurus y los Pandavas, de la familia “lunar”. Y Krishna, el dios que guía y protege al héroe Arjuna en las batallas – dios desconocido totalmente de los Vedas y de los Upanishads-, entra a ocupar un sitio dominante en los altares, junto a los demás dioses del panteón Brahmánico. Del elevado y puro misticismo de los himnos védicos se ha pasado a la poliandria, a las partidas de juego, los festines alcohólicos y las escenas de lucha de los Bharatas. Los Aryos ya no existen como una raza o una nacionalidad separada: la sociedad india, en su conjunto, se ha estratificado en castas, a la cabeza de las cuales aparece el clero poderoso materialmente, pero espiritualmente momificado en un ritualismo absurdo y sin sentido: los brahmanes. Com- partiendo con ellos el poder, figuran los Kshatryas o guerreros; más abajo los Vaysias o mercaderes, y finalmente los Sudras, o parias, ancestros de los actua- les “intocables”. Es en ese momento histórico -en el año 563 A.C.- que aparece Buda en la escena de la India y promueve una revolución religiosa sin precedentes en Asia, eclipsando a los brahmanes por un plazo de mil años. Aunque tradicionalmente Buda y los Budas que lo precedieron pertenecen a la raza “solar”, el Buda Sakyamuni era de la casta de los Kshatryas o guerreros y su prédica entrañó un ataque a fondo contra el brahmanismo, del mismo modo que las enseñanzas de Cristo fueron un ataque contra los fariseos. El Gautama Buda, predicando la abolición de las castas, la igualdad de todos los hombres y la liberación del dolor y del nacimiento por medio del Nirvana, movilizó a todos los desposeídos y humildes de la sociedad hindú. Más, su triunfo final no habría de venir sino 200 a 300 años después de la muerte de Buda -del mismo modo que el cristianismo con Constantino-, cuando el emperador Ashoka, “el Piadoso”, convirtiéndose al

budismo, oficializó y dio un auge enorme a la nueva religión. Pero, -y el paralelo con el cristianismo puede aún llevarse más lejos-, del mismo modo que el cristianismo jamás arraigó entre los judíos, sino que prosperó entre los “gentiles”, el budismo estaba condenado a morir en India y a propagarse entre pueblos extranjeros: China y Japón, Birmania y Tailandia, Indochina y Ceilán, Mongolia y Tibet, Java y Corea, etc. 203

La militancia budista de la gran dinastía Maurya y de otras dinastías que la sucedieron aparece transformada ya en un franco eclecticismo religioso bajo la Dinastía Gupta (350-650 D.C.), y el brahmanismo resucita, triunfante, de sus cenizas bajo la dinastía de los Valabhis (480-734 D.C.). Este triunfo habría de ser, sin embargo, efímero, pues un enemigo común había aparecido ya en las márgenes del Indo; el imperio Valabhi se desmorona y desaparece a fines del siglo VII D.C., dando lugar a un período caótico que dura tres siglos y que ha sido llamado el “Medioevo Hindú”. Es que el Islam ha aparecido, esgrimiendo el alfanje y la bandera del Profeta, en sucesivas y devastadoras incursiones desde Afganistán y Persia. Las múltiples y decadentes dinastías que reinan en diversas regiones del subcontinente hindú caen abatidas en los bancos de Ghaghar, en el año 1193, abriendo un nuevo capítulo en la historia de la India. Esto es ya historia contemporánea y el “océano de historia” no está más en sombras, sino perfectamente iluminado por una estricta y detallada cronología. Pues los árabes son cronistas e historiadores por excelencia, y es a través de ellos que el mundo conoce hoy mucho más de lo que aconteció entre los siglos VIII y XV. Pero debemos repetirlo, cuando el telón se alza sobre este nuevo acto de la historia de la India, el Islam no encontró ni vestigios casi de la doctrina de Buda, y el Corán hubo de enfrentarse con Vishnu, con Shiva, con Mahavira y con Krishna, que dominaban en las diversas regiones del inmenso país. La furia destructora de los “Hijos del Profeta” se ejerció sin piedad sobre los bellos templos brahmánicos y jainistas, pero no contra los de Buda, pues éstos ya casi no existían en la tierra que había alumbrado su doctrina. La conversión voluntaria o forzosa de la India al credo musulmán, con sus episodios de sangre y fuego, es cosa que ha durado ocho siglos y que ha tenido solución solamente en la pasada década con la Partición de la India en 1947 en un Estado hindú y otro Estado musulmán.

No hemos mencionado en este esquema otras invasiones menores que, aunque importantes cultural e históricamente hablando, no lograron conquistar toda la India o permanecer en su territorio durante un tiempo suficientemente largo como para justificar su inclusión es esta síntesis. Entre ellas, la incursión de Alejandro Magno, el gobierno de sus generales en los reinos greco-bacthianos, la invasión de los Yue-chi, de los Kushan, los Sakas y finalmente los Khanes mongoles, que en el siglo XV establecieron su imperio en la India hasta el siglo XVIII, que vio llegar a los ingleses y el advenimiento del “colonialismo europeo” en toda el Asia. Esa nueva forma de conquista se encuentra hoy en pleno declinar, y nuestra generación o la siguiente verán su fin definitivo”.

Los Misterios del Yoga Por Juan Marín

Su Alteza el Yuvraj Sadar Ryased Karan Singh, jefe del Estado de Janmu y Cachemira nos ha invitado a pasar una tarde con él en su “Pabellón del Lago”, sobre el lago Dal, en las cercanías de Shrinagar, sitio encantador, paraíso de holganza y refinamiento de los grandes emperadores moghules de la India. Sobre una isleta rodeada de flotantes praderas de lotos rosados y contra un telón de fondo grandioso de nevadas cordilleras y de viajeras nubes, destaca el “Pabellón del Lago” su graciosa silueta, que vista desde la distancia semeja un templete griego en las playas de una Jonia lejana. Es hombre joven este príncipe hindú, último vástago de la que fuera poderosa dinastía de los Droogas. Circunstancias excepcionales derivadas de la independencia y partición de la India y de la invasión del Estado por su vecino, Pakistán, motivaron el exilio de su padre, el Maharaja Hari Singh, y colocaron a este muchacho de 24 años sobre el trono. Su esposa, una hermosísima princesa nepalesa, apenas llega a los 19. Desde el primer momento hemos hecho una gran amistad con la principesca pareja, que se prepara a desarrollar un gobierno liberal y progresista en Cachemira, en estrecho acuerdo y conformidad con el gobierno de Nerhu en la India y a cubierto de las asechanzas de los musulmanes de Pakistán.

El principal atractivo de esta invitación es presenciar demostraciones de Yoguismo a cargo de un Yogui del Punjab, discípulo directo del célebre Guru de Krishnapathi, de Hardwar. Nos toca presenciar fenómenos aparentemente antifisiológicos, actuando como médico y espectador a la vez en la memora - 205ble sesión del

“Pabellón del Lago”. Tal es el caso de la suspensión del pulso y detención del corazón a voluntad. En el libro del médico hindú V.G. Rele, titulado “Yoga”, habíamos leído algo acerca de la notable prueba efectuada por un Yogui en el seno de la “Medical Association de Bombay”, paralizando el pulso y corazón bajo el más severo control imaginable de médicos y fisiólogos con todos sus aparatos de laboratorio. Desde el momento de aquella lectura esperábamos con gran interés la oportunidad de ser testigos de una prueba semejante. Conociendo gracias al libro de doctor Rele, los trucos habituales que hay que vigilar cuando se asiste a un espectáculo de esta clase, nuestra atención se mantuvo siempre alerta y nuestros sentidos muy despiertos para evitar ser víctimas de superchería. Igualmente para no dejarnos sugestionar o hipnotizar, peligro muy real, ya que en el curso de esa misma sesión el hombre de Punjab hipnotizó a voluntad a varios servidores del príncipe. Podemos afirmar que sin recurrir a truco alguno este hombre extraordina - rio, simplemente mediante contracciones musculares del sistema de musculatura lisa y mediante un impresionante juego de movimientos inspiratorios forzados, suspendía su pulso radial izquierdo y derecho y paralizaba las contracciones de su corazón por más de medio minuto, y no una sino varias veces, todas cuantas se lo pedimos. ¿Es necesario invocar la acción de poderes sobrenaturales para la ejecución de esta prueba? No. Esta es simplemente una prueba de Yoga a la cual se llega mediante un largo entrenamiento y ciertas disposiciones naturales. Yoga es una palabra derivada del sánscrito “Yug” que significa “unir”, “dominar”. Es la misma raíz que encontramos en el “Jujum” latino, que se traduce por “yugo”. El Yogui aspira a dominar la materia (su cuerpo) mediante el espíritu; y a unir su alma, “Jiva” con el Espíritu Universal, “Paratman” o “Brahman”. El sistema Yoga comprende dos grupos de actividades: ejercicios respiratorios llamados “Pranayama” y posturas del cuerpo denominadas “Asanas”. Hay muchas categorías de Yoga: la más elevada desde el punto de vista espiritual es “Karma Yoga”, que es la práctica prescrita en el Baghavad Guita y que consiste en consagrar todas las acciones y pensamientos a Dios; Jnana Yoga, que ordena la identificación total y plena del alma con Dios; “Laya

Yoga” o “Yoga Kundalini” o “de la Serpiente”, que es la que aprendió y practica nuestro Yogui de Punjab y de la cual diremos algunas palabras explicatorias más adelante. El profesor Arturo Castiglione, en su libro admirable “Adventures of the Mind”, cree que la ciencia Yoga puede ir más lejos aún de lo que generalmente se admite y que su objetivo final sería despertar el “inconsciente freudiano”, restableciendo con ello las rela- ciones existentes “pero dormidas” entre el individuo y el Cosmos. Veamos ahora lo concerniente a la “Yoga Kundalini” o “de la Serpiente”. La misteriosa “Serpiente Kundalini”, así llamada por los libros Tántricos de la India antigua, no sería otra cosa que el nervio “vago” o “neumogástrico” que, nacido del piso del cuarto ventrículo (en el cerebro), desciende por delante de la columna vertebral, emitiendo en su trayecto seis grandes “plexos” o redes de comunicación con el sistema nervioso autónomo, también llamado del “Gran Simpático”. Estos plexos, a saber: el faríngeo, el cardíaco, el solar, el hipogástrico y el pelviano, parecen haber sido perfectamente conocidos por los sabios indios desde los tiempos inmemoriales de los “Rishis” que poblaban las faldas del Himalaya y tienen sus nombres bien precisos en lengua sánscrita. Mediante un largo y duro aprendizaje, siempre realizado bajo la vigilancia directa de un Guru de gran experiencia, los Yoguis que profesan la “Kundalini Yoga” llegan a adquirir un completo dominio sobre el nervio “vago” y sus plexos y pueden por consiguiente influenciar funciones fisiológicas que normalmente son autónomas, como la respiración, la circulación, el peristaltismo intestinal, los movimientos del estómago, etc. Lo que los antiguos iniciados llamaban “despertar la Serpiente Dormida” equivalía, en jerga de hoy, a “estimular el nervio vago” desde uno de sus plexos, generalmente desde el plexo pélvico o perineal, que es el más accesible. Para esto bastaba con colocarse en la postura o Asana vulgarmente llamada de la “meditación de Buda”, pero con el talón del pie izquierdo comprimiendo fuertemente el peroné. Un estímulo asciende entonces a lo largo del nervio neumogástrico hacia arriba, a contra corriente, poniendo en vibración, y dentro de cierta tonalidad que el Yogui puede graduar, los plexos ya citados hasta en la última de sus finas fibras nerviosas. Con esto, una relación directa queda establecida entre el sistema nervioso voluntario y el sistema autónomo o involuntario, y de ese modo el Yogui llega a ser dueño de actos que para la mayoría de los hombres permanecen totalmente ajenos al control de la voluntad. Digamos ahora a manera de paréntesis que en todo este proceso el número seis

juega un papel de primera magnitud: 6 son –según ya dijimos- los plexos o “nidos de serpiente”, así llamados por los sabios antiguos, y 6 –o múltiplo de 6son siempre los períodos de tiempo en que el Yogui detiene su pulso o los latidos de su corazón. Según el libro “Hatha Yoga Pradipika”, Kundalini es “el Guardián del Umbral”, es la serpiente que guarda el estrecho pasaje que conduce al sitio207 secreto donde se asienta Brahma, esto es “el cuarto ventrículo”. La serpiente duerme, enrollada y vigilante, en Kanda (la región sacro-perineal), pero cuida la entrada a los dominios de Brahma, es la “conciencia (en el cerebro) de todas las sensaciones corpóreas. A menos que ella no sea “despertada”, es decir, hecha concientemente activa, “cerebrada”, el alma encarnada o sea “Jivatman” –que según los sabios orientales tiene su morada en el sitio del corazón- no logra entrar en los dominios de “Brahma-Randra” en el “cuarto ventrículo” y no consigue su liberación. Es notable en todo este asunto el simbolismo del número 6, que es el número cabalístico de la materia encarnada y cuyo símbolo son los dos triángulos opuestos y unidos en lo que se llama “escudo de David” o “sello de Salomón”. El “senario” es también el número perfecto de dos fuerzas en equilibrio, y para los hindúes el 6 es el número “Kármico” por excelencia, pues es, como sus libros dicen, el número “de la reciprocidad”. El número 6 define la “relación del Creador con lo creado”, de lo Absoluto con lo fenoménico, es la Ley del Karma que ata a las “Jivas” o almas individuales con la rueda o cadena de encarnaciones, “Samsara”. Según el célebre alquimista Cornelius Agrippa, el senario es “el lazo que ata a la Tierra con el Cielo”, es el “sello del mundo”; según Kepler, es “el número de los costados de la pirámide”. En filosofía hindú representa “el doble ternario cósmico” o la representación material de “Shakti”, que es “el principio de Dualidad engendrado en el seno de la Unidad”, es la “diversidad emergiendo del Unico Primordial, la fuente de “creación de la vida”. Es por esto que la estrella de seis puntas o “Estrella de David”, alumbra en todos los altares de las logias teosóficas y rosacrucistas del mundo. Dentro del conjunto de sistemas religiosos del hinduismo, el 6 es el símbolo de Vishnu, el “Preservador de la Vida”, y en su forma esquemática de hexagrama representa a la “flor de lys” o también el loto, que tan importante papel juega en el budismo y en la simbología de otras grandes religiones. El 6 es también el principio de “doble trinidad” o sea el que completa, armoniza y apacigua a las 3 fuerzas del Bien con las del Mal, poniéndolas en equilibrio; es la base de la pirámide

“tridimensional” del Cosmos. Los seis plexos del nervio “neumogástrico” son descritos en los libros del “Tantrismo” Shivaico e hindú-tibetano con el nombre de “Chakras” y se define como “unidades autónomas”, poseedora cada cual de su propia “Shakti”, ejerciendo influencias opuestas e inhibitorias sobre el sistema nervioso cerebroespinal. Sin entrar en mayores detalles, digamos simplemente que el estudio de estas “Chakras”, partiendo de la base de la identidad de la Serpiente Kundalini con el nervio “vago”, nos permite entender con cierta claridad los fenómenos del Yoguismo que hemos tenido la ocasión de conocer y ver de cerca, tales como: la proyección del intestino grueso hacia fuera, el volteo de la lengua hacia atrás en la faringe (gracias al cual es posible la sepultura cataléptica en vida), el lavado de estómago” a entera voluntad, la “levitación” (mediante acumulación de enormes cantidades de aire en los pulmones y aún en los vasos y tejidos de otros órganos) y otros actos de “Tantrismo” esotérico y de naturaleza sexual cuya revelación no es posible en este ensayo. Y volvemos ahora a nuestro punto de partida: en estas nociones expuestas radica la explicación de las inolvidables experiencias a que aludimos al comienzo de este ensayo, cuando en el “Pabellón del Lago” de la feérica Cachemira el Yogui Punjábico, discípulo directo del Guru Krishnapathi de Hardwar, detenía su corazón y su pulso por 12, 18, 24 o más segundos. El era un “Kundalini Yogui” y podía hacer todas las pruebas que se le pidieran.

Juan Marín, (1900-1963) médico cirujano, poeta, novelista, diplomático y ensayista. Tuvo la fortuna de asistir, el 15 de agosto de 1947, al magno acontecimiento de la Proclamación de la Independencia de India, y conocer de cerca a algunos de los hombres más importantes e influyentes de ese país en el campo de la filosofía, la política y la religión.

Miguel Serrano No recuerdo desde cuando supe de su existencia, pero ciertamente desde que me comencé a interesar en la India. A fines de los ochenta visité un centro espiritual en las afueras de Benares (hoy Varanasi), creo que fue el de Ananda Mai, la Madre, y cuando dije que era chileno, todo el mundo exclamó: “¡Embajador Serrano!”. Hoy al leer la obra que me obsequió en 1992, “La Serpiente del

Paraíso” puedo comprobar que Miguel Serrano siempre fue una persona en permanente búsqueda y por lo que escribe, se encontró con hombres notables, que nosotros como estudiantes de Yoga conocemos solo desde la distancia, a través de los libros y de las enseñanzas trasmitidas por los discípulos de los discípulos de los maestros que a él le tocó conocer. Los pasajes que transcribo a continuación tienen que ver con algunos aspectos de la India milenaria que no han cambiado mucho hasta nuestros días.

Miguel Serrano

El Kumba Mhela de Allahabad “Cuatro millones de seres se han reunido en la ciudad de Allahabad. Grandes torres de acero se levantan para que desde ellas pueda contemplarse el espectáculo y también para controlar ese mar humano. Aquí, en medio de todo esto, me siento como una brizna, perdido, impulsado por un indefinible sentimiento de respeto ante fuerzas que escapan a toda dirección y que se mezclan, se unen: los astros, la tierra, el agua, el alma. Sigo recorriendo con dificultad entre el gentío, arrastrado por sus olas. Viene la procesión de los ‘Sadhus’. Avanzan desnudos, cubiertos de cenizas, con rostros pintarrajeados, de color verde. Un enorme elefante trae sobre su lomo a un ‘Gurú’. El elefante tiene sus patas encadenadas y marcha balanceándose, cadencioso. Levanta su trompa y resopla. El pelo del ‘Gurú’ está trenzado en un moño inverosímil, rojo, café, con azafrán y excrementos. Viene completamente desnudo. Es el dios Shiva”.

En la vieja Delhi “Un día vi a un hombre tirando de un pequeño carro con ruedas. Adentro traía una cosa pequeña, un cuerpo sin piernas, sólo un busto desnudo, con muñones en lugar de brazos. Era una mujer. Sus pechos estaban comidos por la lepra y también parte de su rostro. El cabello le caía en crenchas negras. Su color era negro azulado, el color de la lepra. Pero tenía unos ojos profundos y, al pasar junto a mí, no me pidió nada. Sólo me sonrió, de una manera tan tremenda, tan primordialmente femenina, que confieso que llegué a sentir atracción por esa cosa, por esa mujer-cosa. La esencia de lo femenino estaba aún ahí, intocada, no alcanzada por el mal. El hombre que tiraba del carro marchaba insensible, mirando hacia una lejanía difusa. Ambos eran negro-azules, con el azul de la lepra”.

Trimuti211 “Frente al puerto de Bombay se encuentra la isla de Elefanta. Brahmanes del siglo VI han tallado en ella una cueva, en la roca viva. No parece obra de humanos. A través de verduras y árboles se llega a la cima. La caverna tiene cuatro entradas. La principal, conduce directamente a la presencia de una sublime visión: la ´Trimurti´, o tres cabezas de Shiva, esculpida en el muro de la roca. Los rostros miran en direcciones opuestas y tienen una expresión semejante y extática. Los ojos parecieran no ver. Están como cerrados. El dios sueña, medita, contempla lo que adentro acontece, en profundo éxtasis. Con sus ojos vueltos al interior, la ´Trimurti´ observa la esencia de lo externo. Y hay una expresión de placer y dolor inviolables en aquella divina contemplación. Shiva tiene a su cargo la actividad destructora dentro de la trilogía del hinduismo. Brahma es el creador, Vishnu el preservador y Shiva el destructor. Más, en el fondo, todos son Uno y cada uno es el Todo. Shiva como ´Nataraja´, danza en medio del círculo de fuego del Firmamento. Sólo destruye para dejar paso a una nueva creación.”

Trimuti

Badrinath

“Hace algún tiempo, en Badrinath, apareció un ´Saddhu´, al parecer de prestigio. Se instaló entre dos rocas a la entrada de una caverna y allí se quedó, soportando las inclemencias del tiempo y de la nieve. Los fieles empe- zaron a visitarle y a llevarle alimentos. El hombre tenía sus extravagancias; pero, en fin, se las aceptaban como a todo hombre santo, hasta que colmó la medida. Un día empezó a pedir leche de madre, leche de mujer, declarando que éste era su único alimento. Algunas mujeres devotas le llevaron leche en tazones, pero el santo varón la rechazó, declarando que la leche debería tomarla directamente en el pecho de la mujer. Cuando la noticia llegó a mis oídos fui a hablar con el ´Saddhu´. Le encontré allí, tal como se me había dicho, en meditación. Cuando le consulté sobre el asunto, no negó nada, aceptó el hecho, agregando que era un misterio del Yoga que yo no podría comprender…”.

Miguel Serrano: Escritor, filósofo y diplomático. Como pocos occidentales, se conectó con los personajes más relevantes de la India en su época. Amigo personal de Nerhu, Indira Gandhi, pero también amigo de numerosas luminarias como el escritor Hermann Hesse y el psicólogo Carl Gustav Jung, Tito, Dalai Lama y Neruda. Algunos de sus libros: “El círculo hermético”; “Los Misterios”; “La flor inexistente”; “El cordón dorado”.

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Las Religiones de la India Introducción “La verdad es una sola, los sabios la llaman por muchos nombres” Esta frase del Rig Veda, ha sido el cimiento del carácter cultural y religioso de la India. En ninguna parte del mundo como en la India, tanta gente de diversas culturas, y tantas religiones, ha encontrado un hogar. Durante miles de años muchos grupos de personas con diferentes culturas y religiones viajaron a la India donde encontraron un hogar donde crecer y florecer. Pareciera que en la rica y fértil tierra de la India hay algo conducente al desarrollo de la conciencia religiosa –y esto es válido no solo para el Hinduismo y sus ramificaciones, sino que también para las religiones semitas - Islam, Cristianismo y Judaísmo- que llegaron a la India desde occidente. India es realmente una tierra de fe, y dentro de sus confines se pueden encontrar seguidores de todas las principales religiones del mundo. Los orígenes del Hinduismo se pierden en el tiempo, pero hasta hoy sus seguidores suman cientos de millones tanto en la India como en otros países. Único entre las grandes religiones del mundo, el Hinduismo no debe su origen a una sola persona o libro, sino que a la sabiduría colectiva y visión espiritual de un gran grupo de hombres iluminados conocidos como “Rishis”. Tiene una gran riqueza y diversidad en sus creencias religiosas y prácticas; podría ser comparado a una enorme orquesta filarmónica compuesta de numerosos instrumentos, que juntos expresan una gran armonía. A partir de la matriz del Hinduismo salieron otras tres grandes religiones: Jainismo, Budismo y Sikhismo. El Jainismo tiene una antiquísima tradición y su último gran Tirthankar fue un noble indio reverenciado como Mahavira. Los seguidores del Jainismo, aunque hoy son relativamente pocos, pertenecen a una importante comunidad de comerciantes y juegan un rol importante en la vida social y económica de la India. Los textos de los Jains son muy antiguos, y algunos de sus templos se cuentan entre los más hermosos del mundo. Tienen una fuerte tradición de no violencia y ascetismo.

La segunda gran religión que se originó en el Hinduismo es la que fundó el príncipe Siddharta, reverenciado en todo el mundo como Gautama el Buda. La historia de su niñez protegida, su traumático descubrimiento del sufrimiento, vejez y muerte, y su renuncia en búsqueda de la liberación es universalmente conocida. Las Cuatro Nobles Verdades propuestas por él incluyen el camino óctuple de liberación espiritual, y ha influenciado a billones de personas en Asia durante los últimos veinte y cinco siglos. En la India ciertas enseñanzas del Budismo han sido incorporadas al Hinduismo, pero el Budismo es la religión predominante en todo el sur y sur-este asiático. Ha producido grandes obras de arte y arquitectura y continúa inspirando a un enorme segmento de la raza humana. La tercera religión que nació del Hinduismo debe su origen al santo Guru Nanak. La tierra de los Sikhs en la India es el estado de Punjab, pero un gran número de ellos vive también en otros estados y en el extranjero. La fe mística fundada por Guru Nanak fue transformada por el décimo gran maestro del Sikhismo, Guru Gobind Singh, en una religión militante y dinámica. El templo dorado de Amritsar es el centro espiritual de la religión Sikh, muy respetada por todas las comunidades de la India. Aparte de las cuatro grandes religiones que se originaron en la India, cuatro otras han florecido allí también durante siglos. La religión del profeta de Irán, Zoroastro, llegó a la India cuando los Zoroastrianos se escaparon de Irán después de la conquista árabe. Aún cuando numéricamente son una comunidad relativamente pequeña, los Parsis han jugado un notable rol en el desarrollo de la India en los dos últimos siglos. El libro sagrado de los Parsis, el Avesta, continúa siendo reverenciado por sus seguidores, y su adoración al fuego es practicada en las principales ciudades. El cristianismo llegó a la India muchos siglos antes de que llegara a Europa. Se cree que santo Tomás, uno de los grandes apóstoles de Jesús, visitó la India en el año 56 y fundó el primer asentamiento cristiano en el sur del país. Mucho después, con la llegada del poder colonial europeo a la India en el siglo XV, las iglesias cristianas de todas las denominaciones brotaron en diferentes partes del país. La navidad se ha transformado en una de las grandes festividades de la India, y los cristianos juegan un importante papel en las diferentes 217 esferas de la vida de la India. El Islam ha estado por mil años en tierra India desde que se produjo el primer

contacto comercial con los árabes. A partir de entonces ha existido una compleja relación entre el Hinduismo y el Islam, siendo una de las cosas más positivas el desarrollo del Sufismo que va más allá de las barreras religiosas. Hasta hoy los templos de los santos musulmanes son venerados por todas la comunidades. El Islamismo ha hecho importantes contribuciones en diferentes esferas de la vida de la India, incluyendo el idioma, música y arquitectura. La otra gran religión occidental, el Judaísmo, tiene también sus adherentes en la India, y una sinagoga ha estado activa durante siglos en el estado de Kerala.

Del mismo modo que la India tiene una gran diversidad de idiomas, razas y cultura, también tiene una gran variedad de creencias religiosas, lo que es bastante inusual en el mundo. El aforismo Védico, “La verdad es una sola, los sabios la llaman por muchos nombres”, ha sido siempre un concepto clave en India, y es por eso que a pesar de las tensiones y conflictos que se producen de vez en cuando, todas las religiones del mundo han florecido en la India. Trataremos de destacar en este capítulo las principales características y riquezas filosóficas de sus religiones.

Hinduismo: La Fe Eterna La religión que hoy se conoce como Hinduismo es sin duda alguna la más antigua y variada religión entre las grandes religiones del mundo. La palabra Hinduismo es un término geográfico basado en el nombre sánscrito del río que cruza la frontera norte de la India, el Sindhu. Para aquellos que vivían en el otro lado de este río, toda la región al sur este del Sindhu, que los griegos llamaron Indus, era llamada la tierra de los Hindus, y el vasto espectro de creencias que florecieron ahí adquirieron el nombre genérico de Hinduismo. Pero el Hinduismo se llama a sí mismo Sanatana Dharma, la fe eterna, porque no está basado en las enseñanzas de un solo maestro, sino que en la sabiduría colectiva e inspiración de grandes sabios y maestros iluminados, desde el amanecer de la civilización india.

Las primeras canciones: Los Vedas Filosofía en sánscrito es Darshana, o “ver”, lo que implica que el Hinduismo no está simplemente basado sólo en especulaciones intelectuales, sino enraizado en percepciones directas e inmediatas. Este hecho distingue la filo- sofía india de muchas corrientes de pensamiento occidentales. La más antigua e importante

escritura del Hinduismo son los Vedas, que contienen inspiradas declaraciones de sabios que consiguieron la percepción directa del Divino Ser. Los Vedas son considerados eternos, porque no son solo extraordinarias composiciones poéticas, sino que representan las verdades percibidas a través de la elevada conciencia de hombres iluminados. Los Vedas son los textos en sánscrito más antiguos que existen, y para 219 los hindúes, los más sagrados. Una característica notable de estos textos es que cada himno o verso, ha sido atribuido a un autor diferente. Se cree que estos himnos y versos les fueron revelados oralmente a Rishis o sabios por Dios, o al menos fueron inspirados por él; cada uno de ellos lleva el nombre de un Rishi diferente. Lo curioso es que nombres tales como Vasistha, Visvamitra, Narada, son nombres de personas que vivieron en épocas muy diferentes, lo que sugiere que cientos de años transcurrieron entre las diferentes fechas de su composición. Se cree también que los Vedas fueron enseñados oralmente desde hace más de 25.000 años atrás y que finalmente, fueron compilados por el sabio Veda-Vyasa, en lo que hoy se conoce como Tibet, hace unos 3.200 años. Los Vedas y el conocimiento contenido en ellos estaba reservado a los Brahmanes, la casta superior en la sociedad india. Las personas que pertenecían a castas inferiores como los Kshatrias, Vaishyas y Sudras, no tenían acceso a ellos ya que se consideraba como una grave ofensa que pudiesen ser escuchados por alguien de una casta inferior. Los Vedas dieron origen a lo que hoy se llama el “Período Védico”, que se remonta a lo menos a 2500 años antes de Cristo. Es la era en que las tribus Arias (una palabra sánscrita que significa “noble”) bajaron desde Afganistán y Asia Central a India donde empezaron a infiltrarse por el noreste y a hacer de ese país el propio. Eventualmente estas tribus controlaron todo el norte de la India, hasta Vindhya Hills, y muchos de los habitantes de esas regiones fueron empujados hacia el sur. Los invasores trajeron con ellos a sus dioses del fuego y de la guerra, Agni e Indra, respectivamente, y también su tradición de comer carne. Fue durante este tiempo que los Vedas fueron compuestos, mucho antes de que la escritura fuera introducida en India. En este tiempo se implementó también el sistema de castas, para distinguir a los Arios de los nativos indios, cuyas tierras ellos habían conquistado. La palabra Veda significa “sabiduría”, y los cuatro Vedas –El Rig, el Sama, el Yajur y el Atharva-, cada uno de ellos con cuatro secciones, contienen en

conjunto sobre cien mil versos que incluyen algunos de los más grandes poemas místicos jamás producidos en la historia de la humanidad. La parte escrita en versos, se llama Mantra, que a su vez se compone de Surkyas (himnos y versos). Hay también otra parte, la parte Brahmana que se compone de tratados en prosa sobre liturgia y rituales. La porción en versos es considerada como más antigua que el trabajo en prosa y los libros en los cuales se coleccionó el trabajo en versos se llama Samhita (colecciones), que en su mayor parte están conectados con los Brahmana. Hay además, en prosa y en versos, dos tipos de tratados conocidos como Aranyaka y Upanishad. Los Vedas contienen hermosos himnos dedicados a las diferentes fuerzas de la naturaleza como el sol, la luna, los océanos, la lluvia, el amanecer, y en todos se puede apreciar una profunda conciencia intuitiva de la unidad esencial e interconexión entre estos fenómenos. Algunas porciones tienen que ver con los rituales de los primeros Arios, los Yajna, que giran en torno al fuego sagrado que era visto como intermediario entre los humanos y los poderes divinos. Hay también fascinantes prescripciones médicas, específicamente en el Atharva Veda, y una gran cantidad de temas sociales que incluyen himnos al matrimonio y a la amistad, oraciones para procrear, longevidad, ganado y prosperidad. Tomados en conjunto, constituyen un documento único dentro de la conciencia religiosa de la raza humana. Es en realidad un verdadero milagro que los hayamos recibido intactos después de miles de años solamente gracias a la memoria, una proeza de mnemónica por la cual, miles de Brahmanes merecen infinita gratitud. Sólo a mediados del siglo diecinueve, el gran orientalista Freidrich Max Müller produjo la primera edición impresa del Rig Veda. El Rigveda es el más antiguo, el trabajo original, equivalente al antiguo testamento y Atharva-Veda, el más reciente. Debido a que en la antigüedad se trasmitían oralmente, los Vedas han sufrido algunas modificaciones. Los Upanishads se conocen como Vedanta, o el fin de los Vedas, porque están al final de la colección de Vedas y porque representan la culminación de las enseñanzas Védicas. Ciento ocho Upanishads han sido preservados, de los cuales catorce son los más importantes. Estos notables diálogos entre el maestro y uno o más discípulos tratan los más profundos problemas de la existencia humana, de la muerte, del propósito de la vida y de las etapas de la realización espiritual. El Ishavasya Upanishad, que sólo contiene 18 versos, es considerado como el más importante de todos. Los primeros versos contienen la esencia del Hinduismo:

“La totalidad del cosmos, cualquier cosa que se mueva o esté quieta, está penetrada por lo Divino”. 221

El Katha Upanishad contiene un diálogo memorable entre el niño Nachiketas y Yama, el Dios de la Muerte, y representa una notable formulación del evangelio Vedántico. Es significativo que en el Hinduismo la muerte no es algo que se mire con horror y miedo, sino que es considerada como un aspecto esencial de la existencia, tal como lo es la vida, con sus dualidades: día y noche, frío y calor, bien y mal, alegría y tristeza que están entretejidas en la textura de la existencia manifestada. Al trascender estas dualidades y al alcanzar “Brahmasthiti”, el estado de Brahman, el ser humano puede finalmente conseguir su destino cósmico. Contrario a la visión popular sobre el Hinduismo que se percibe en occidente, el Hinduismo no es una religión pasiva. Es una fe que reafirma la vida y cuya finalidad es terminar con el perpetuo ciclo de volver a nacer en el que está encarcelado todo el cosmos. El Señor Krishna describe este supremo anhelo como “la luz de las luces al otro lado de la oscuridad”. (Bhagvadgita 13.17) La consecución de este exaltado estado de conciencia no es incompatible con las acciones en este mundo. Es cierto que siempre ha habido en el Hinduismo un aspecto de renunciación, que encuentra su máxima expresión en el Jainismo y Budismo, pero es conveniente recordar que la meta del Hinduismo es un estado luminoso de suprema felicidad, no un estado negativo de auto aniquilación.

Los cinco principios del Hinduismo Hay cinco principios en el Hinduismo, que de ser correctamente comprendidos, dan la clave para entender una fe sorprendente en su aparente diversidad y complejidad. El primer principio es “Brahman”, lo que no cambia, la realidad que nunca muere y que penetra la totalidad del cosmos. Los iluminados Védicos comprendieron que todo en el universo cambia, y llamaron la creación, “Samsara”, siempre en movimiento. Pero también percibieron que detrás de los cambios había un sustrato que no cambia y del cual emana el mundo cambiante, como chispas que salen de una gran hoguera. Esta suprema entidad, que todo lo penetra, se llama “Brahman”, y ha sido descrita hermosamente en varios

Upanishads, en especial en el Mundaka Upanishad. (2.2.12): Brahman en verdad es este ser inmortal. Al frente está Brahman; detrás está Brahman. A la derecha y a la izquierda. Se esparce hacia delante, hacia arriba y hacia abajo. En verdad, Brahman es este resplandeciente universo. Del mismo modo, el siguiente pasaje en el Shvetashwetara Upanishad (4.2.4) muestra claramente que a pesar de que los hindúes adoran muchas manifestaciones de lo divino, saben que detrás de todas estas manifestaciones, está Brahman. Eres el fuego. Eres el sol. Eres el aire. Eres la luna. Eres el firmamento estrellado. Eres el Brahman supremo: Eres las aguas. Eres el creador de todo: Eres mujer, eres hombre. Eres la juventud, eres la virgen. Eres el viejo vacilante con su bastón. Estás presente en todas partes. Eres la oscura mariposa. Eres el loro verde de ojos rojos. Eres la nube que truena, las estaciones, los mares. Sin serlo, eres. Más allá del tiempo, más allá del espacio. Eres aquél del que saltaron los tres mundos. Lleno de Brahman es todo lo que vemos; Lleno de Brahman fluye todo lo que es;223 Todo es Brahman, y nunca cambia. La segunda gran percepción de los iluminados Védicos fue que del mismo modo que el mundo exterior siempre cambiante estaba penetrado por Brahman, en el mundo cambiante dentro del hombre estaba el inmortal “Atman”. Se dieron cuenta de que, “como el maíz, el mortal madura, y como el maíz, vuelve a nacer” (Katha Upanishad, 1.1.6). La entidad humana nace y vuelve a nacer a través de los tiempos, recogiendo infinidad de experiencias, moviéndose gra-

dualmente hacia la posibilidad de perfección. Esta chispa inmortal fue llamada “Atman”. El tercer principio del Hinduismo es que habiendo percibido la existencia del inmortal Brahman afuera y la de inmortal Atman adentro, los sabios iluminados fueron capaces de dar el salto crítico que les permitió constatar que Atman y Brahman eran esencialmente una y la misma cosa. Habiendo establecido la existencia de Brahman, de Atman y la relación entre ellos, el cuarto principio del Hinduismo es que la suprema meta de la vida yace en la realización espiritual a través de la cual el individuo está conciente de la imposibilidad de que Atman muera dentro de él. La realización del Atman, de una sola vez, hace que una completa nueva dimensión aparezca en escena y el alma realizada trasciende el ciclo de sufrimiento, enfermedad, vejez y muerte que son inevitables concomitancias de la vida ordinaria, la rueda del cambio y decaimiento del universo manifestado. El quinto concepto que yace en el corazón mismo del Hinduismo es el concepto de “Karma”, un concepto que incluye acción, causalidad y destino. Siendo la acción inevitable, el ser humano está atado al resultado de sus acciones: sabrosos frutos producto de sus buenas acciones y desagradables consecuencias, producto de las malas acciones. Según el Hinduismo lo que somos hoy es el resultado de nuestras acciones pasadas. Somos también los responsables de nuestro futuro, el que dependerá de cómo actuemos en el momento presente. Lejos de ser fatalistas, como equivocadamente muchos piensan, el Karma da una tremenda responsabilidad al individuo y coloca en sus propias manos la llave de su futuro destino. Naturalmente, la certera ley del Karma funciona a lo largo de un período de tiempo suficientemente prolon- gado, y es por este motivo que los hindúes creen en la reencarnación, en que el Atman vuelve a nacer una y otra vez, hasta alcanzar la liberación. De hecho, si el hombre tuviera una sola vida, el Hinduismo cree que no habría ninguna justificación moral o espiritual para las enormes disparidades y sufrimientos sin explicación, como es el caso del sufrimiento de los niños. El Bhagvadguita (2.23) dice al respecto: “Tal como el hombre se deshace de su ropa vieja y toma nuevas, el Atman se deshace de cuerpos usados y entra en otros que son nuevos”.

Conceptos claves para entender el Hinduismo

Aparte de los Vedas y los Upanishads, el Hinduismo tiene numerosas escrituras auxiliares que incluyen las dos grandes epopeyas, el Ramayana y el Mahabharata. En conjunto expresan la sabiduría colectiva y la historia de toda la humanidad y tienen una profunda influencia en todos los aspectos de la vida de los hindúes y cultura de la India y de todo el sur este asiático desde hace miles de años. El Ramayana y el Mahabharata conforman lo que hoy se llama el “Período Epico”, que empieza aproximadamente unos 600 años antes de Cristo y termina alrededor del año 200, después de Cristo. Estas dos historias son una fascinante mezcolanza de historia, mitología, política, filosofía y teología, y demuestran como la filosofía y la teología se había popularizado en esos tiempos. Inevitablemente hay muchas variaciones de ambas historias, porque su atractivo estaba en que se podían adaptar y actualizar según la audiencia. Hay también 18 Puranas, ricos en mitos y símbolos, entre los cuales los más conocidos son el Shrimad Bhagavatam, los Brahma Sutras que contienen filosofía Vedántica en forma de aforismos, y los Tantras que tratan aspectos esotéricos y de búsqueda espiritual. Hay también aquellas que contienen códigos de conducta, como el Manusmriti que busca relacionar la religión a la vida social de los hindúes. Incrustado en la epopeya del Mahabharata, que está conformado por 18 libros y cien mil versos, se encuentra la joya del pensamiento hindú, uno de los clásicos de la humanidad, el Bhagvadguita, llamado a menudo “el quinto Veda”. Bhagvadguita significa “canción de Dios”, y es una de las escrituras más importantes sobre filosofía Yóguica y ha tenido sin duda alguna, gran influencia en el desarrollo del pensamiento y vida del pueblo hindú. Pero antes de entrar en las enseñanzas del Guita, es de utilidad mencionar otros cinco conceptos que son parte integral del carácter cultural hindú, puesto que su comprensión es esencial para entender las enseñanzas principales del Guita. Brevemente: 225

1) Los Cuatro Yugas o Ciclos de Tiempo El concepto de tiempo para los hindúes es cíclico, no es linear. El universo es “Anaditananda”, sin comienzo, sin fin; pasa por fases recurrentes de manifestación y disolución. Es extraordinario como el concepto hindú de tiempo se ha tornado cada vez más comprensible a la luz de los últimos desarrollos en cosmología extra-galáctica. Cada día de Brahma, el principio creador en la trinidad Hindú, consiste en cuatro billones, trescientos veinte años, y cada noche

de Brahma tiene una duración similar. De este modo, todo el universo es un proceso de inspiración y espiración que hace Brahma; corresponde a períodos alternados de manifestación y disolución. Cada ciclo manifestado está dividido en cuatro Yugas –Satya, Treta, Dwapara y Kali. En el Satyayuga, la virtud está en el ascendente, pero disminuye progresivamente hasta que en Kaliyuga desaparece por completo. Al final de cada Kaliyuga hay una tremenda destrucción, Pralaya, des- pués de la cual reaparece otra vez la edad dorada. En estos momentos estamos en Kaliyuga. 2) Los cuatro Ashramas o etapas de la vida En la visión hindú, la vida humana está dividida en cuatro Ashramas o etapas: Brahmacharya, Grihastha, Vanaprastha y Sanyasa. Como la longevidad ideal de los hindúes era cien años, cada una de estas etapas tenía 25 años. Los primeros 25 años eran para la vida de estudiante, cuando se esperaba que el joven gastara su energía y tiempo educándose a los pies de un maestro observando abstinencia sexual. Una vez completada esta etapa, entraba en la siguiente, Grihasthashrama, o la etapa del hombre de familia. Se casaba, tenía una familia, se preocupaba de todos los aspectos económicos de ella, y participaba activamente en el bienestar de la sociedad. A la edad de 50, entraba en Vanaprashta, o la etapa de semiretiro, donde gradualmente empieza a desapegarse de las actividades mundanas y comienza a concentrarse en el estudio de las escrituras y prácticas de meditación. Finalmente, a los 75 estaba listo para retirarse completamente de la vida social para trasformarse en Sanyasi, o ascético, liberándose de todo tipo de responsabilidades, para concentrarse exclusivamente en la búsqueda espiritual. Sanyasashrama, sin embargo, podía empezar mucho antes si la persona renunciaba a la vida mundana y entraba en algún monasterio hinduista. 3) Los cuatro Purushartas o metas de la vida De acuerdo al pensamiento hindú, las cuatro metas de la vida son Dharma, Artha, Kama y Moksha. Dharma es una palabra que frecuentemente se traduce como religión, pero en realidad tiene un significado mucho más amplio. No solo tiene una connotación religiosa y filosófica sino que también una visión total del mundo, que incluye un código de conducta bajo diversas circunstancias. Viene de la raíz “Dhri”, que significa mantener, y en un sentido amplio es usado para las leyes universales de la naturaleza que mantiene el cosmos. Implica también conceptos como justicia, virtud, moral, ley y deber. Es la primera de las cuatro metas porque es la más amplia y válida a través de toda la vida de un ser

humano. Artha, o riqueza, es la segunda meta. Es interesante notar que el Hinduismo no solo tolera la importancia de la riqueza, sino que también la acepta en forma positiva como una de las cuatro metas de la vida con la condición de que su adquisición y utilización sea de acuerdo con los amplios principios de Dharma. La tercera meta es Kama, o goce sensual. Aquí, de nuevo, el Hinduismo le da gran importancia a la sensualidad, realizando que su renuncia, aconsejable para el ascético, no es recomendable para el hombre normal. Por lo tanto, el concepto de Kama está incorporado en la cultura hindú, y tiene además sus propios Shastra, en la forma del famoso Kamasutra de Vatsyayana. La meta final del pensamiento hindú es Moksha, o liberación del sufrimiento, vejez y también de la muerte misma. Como se mencionó antes, Moksha no es simplemente una cuestión de vida después de la muerte, cosa obvia para el Hinduismo; implica trascender tanto la vida como la muerte al alcanzar ese grado de espiritualidad que permite al hombre liberarse de la rueda de Samsara. 4) Los cuatro Varnas o castas De acuerdo a la tradición hindú, los seres humanos están divididos en cuatro categorías basadas en sus cualidades intrínsecas. La casta más alta es la de los Brahmanes, los pensadores, los filósofos, los sacerdotes, cuyo rol es proveer guía espiritual e intelectual a la sociedad. Luego vienen los Kshatriyas, o guerreros, cuyo Dharma es gobernar la nación y defenderla contra agresiones. En tercer lugar están los Vaishyas, o comerciantes, dedicados a la agricultura y operaciones comerciales, y aunque esto cae dentro de la esfera de servicios, éstos son la responsabilidad de la cuarta categoría, los Shudras, o trabajadores. Es interesante notar que la palabra “Varna”, también significa “color”, y si uno vuelca la mirada hacia atrás, a la historia de India, es evidente que el problema de color, como ocurrió con los Arios, la civilización Dravídica que ya existía, y las numerosas tribus aborígenes, fue un factor muy importante en el desarrollo del concepto de castas. Había ciertas categorías más allá del sistema de castas, conocidas como los descastados, y su maltrato a través de los siglos es una desgracia para la notable civilización hindú.227 5) Los cuatro Yogas o caminos hacia lo Divino La palabra Yoga deriva de la raíz “Yuj” que significa unir o enyuntar, y se refiere a la unión de Atman con Brahman, a la unión del alma individual con el ser divino universal. En la visión hindú existen varios métodos que permiten esta

unión y cada aspirante espiritual elige aquel que se adecua mejor a sus condiciones internas y externas. Aunque el camino es esencialmente uno solo, varía a tal punto que el énfasis se pone en las diferentes facultades humanas. A través del tiempo, cuatro tipos Yogas, o caminos se desarrollaron: Jnana, Bhakti, Karma y Raja. Jnana es el camino de la discriminación intelectual, apropiado para aquellos cuyo intelecto está altamente desarrollado y para aquellos a los que se les ha enseñando a discriminar entre lo real y lo irreal, lo efímero y lo eterno, hasta conseguir la realización espiritual. Bhakti, o el camino de la devoción a una forma personal de Dios, se basa en un impulso emocional y en el poder soberano del amor como vehículo para la búsqueda espiritual. En este camino hay una profunda relación emocional entre lo humano y lo divino, hermosamente expresado por Arjuna en el Guita en la relación combinada de padre a hijo, de amigo a un querido amigo y de un enamorado a su enamorada. Karma, o el camino del trabajo, es más apropiado para aquellos que se sienten atraídos al servicio social, a aliviar el sufrimiento humano, y cuya constante compulsión al trabajo está dirigida hacia lo divino. Finalmente, Raja Yoga contiene variadas prácticas espirituales que incluyen prácticas físicas y psíquicas de acuerdo a las instrucciones del trabajo clásico de Patanjali, los Yogasutras. Estos caminos de ninguna manera se excluyen, por el contrario, están en una muy buena simbiosis.

El concepto de Avatara – El Bhagvadguita Este es otro importante concepto del Hinduismo, Avatara, o el descenso de Dios en forma humana. En línea con el concepto del tiempo cíclico, el Hinduismo sostiene que ha habido numerosos descensos en el pasado y habrán muchos más en el futuro. El mismo Krishna afirma en el Guita: Cada vez que la humanidad se aparta del buen camino, Oh Bharata, Y el mal aparece, entonces me manifiesto sobre la tierra. Para dar el bien, destruir a los malos y reestablecer la rectitud. Nazco de era en era. (4.7-8) Con estos conceptos en mente, podemos volver al Bhagvadguita. Las enseñanzas de los Upanishad siempre tienen lugar en un lugar tranquilo, normalmente en Ashramas o retiros con el maestro en el bosque. El lugar donde ocurre el Bhagvadguita es totalmente diferente. Aquí el profesor y el discípulo –Shri Krishna y Arjuna- están en el corazón del campo de batalla. Las trompetas

de conchas resuenan al viento, los misiles vuelan sobre sus cabezas, y parado entre los dos ejércitos, Arjuna, el mejor arquero del mundo siente perder su valor cuando se da cuenta de que en el ejército enemigo hay parientes, profesores y amigos a quienes tendrá que matar. Le sobreviene una ola de repulsión, y en ese crítico momento implora a Krishna, su amigo y profesor, que le muestre el camino correcto. El lugar donde tiene lugar el Guita es entonces similar a lo que ocurre en la vida cotidiana del hombre. El hombre se encuentra hoy en medio de serios conflictos, externos e internos, y es en el campo de batalla de la vida donde necesita ser guiado correctamente. Esto explica la atracción que la gente moderna siente por el Guita.

Krishna instruyendo a Arjuna

Otra característica del Guita es que fusiona los cuatro caminos en un solo movimiento integral hacia lo divino. Se refiere a los cuatro Yogas, pero constantemente busca integrarlos en la relación primordial entre Arjuna y Shri Krishna, lo humano y lo divino. Mientras que el Brahmán de los Upanishad es impersonal y referido como “Eso”, en el Guita, Shri Krishna aparece como el Ser Divino que trasciende tanto lo manifestado como lo no manifestado en toda la conciencia. 229

Lo divino en el Guita no es un concepto personalizado. Al final de la enseñanza, Shri Krishna instruye a Arjuna con estas palabras: El Señor, Oh Arjuna, está sentado en el corazón de todos los seres, creando con su poder divino todo el cosmos que da vueltas como si fuera una máquina. Refúgiate en El con todo tu ser, O Bharata; por su gracia ganarás paz suprema en la morada eterna. (18.61-62) Habiendo hablado de lo divino en tercera persona, Krishna completa la enseñanza con los versos siguientes: Fija tu mente en Mí. Sacrifícate a Mí, reverénciame y a Mí, vendrás. Esta es mi promesa solemne, porque te quiero. Abandona todos los Dharmas y refúgiate sólo en Mí. No temas, te liberaré de todo pecado. (18.65-66) A través del los dieciocho capítulos que conforman el discurso espiritual de Krishna, Arjuna es guiado a través de sus dudas, una tras la otra; su temor a la muerte, decisiones sobre qué acciones debe tomar, la importancia de tener un corazón puro al enfrentarse a todas las cosas y explicaciones sobre Yoga. El Bhagvadguita es una notable fuente de inspiración y poder. Entre sus pasajes memorables está la famosa escena en el capítulo once en el que Krishna revela a Arjuna su forma divina, que incluye la totalidad del cosmos y también la gran calma detrás de toda manifestación. Es esta visión la que describe el esplendor de mil soles levantándose simultáneamente en el cielo. El Guita contiene también la afirmación, frecuentemente usada, en relación al trabajo y sus frutos.

Mientras que el ser humano debe trabajar constantemente para el bienestar del mundo, no debe apegarse a los resultados de su trabajo y debe dejarlo en lo divino. El Guita enseña entonces que hay que trabajar duro, sin apegarse, dedicando toda la vida humana al deseo divino. Involucrarse sin obsesión es el concepto clave. El antiguo arte de contar historias ha sido en gran medida reemplazado hoy por el cine y la televisión, un ejemplo de esto es la adaptación del Mahabharata que hizo para el cine Peter Brook. Esta película fue mostrada por capítulos por la televisión estatal de la India en los años 80, y vista por cientos de millones de personas. El Ramayana al parecer fue compuesto en los primeros siglos después de Cristo, y se cree que es en gran parte el trabajo del poeta Valmiki. También es una historia larga y sinuosa, con muchas variaciones, cuyo tema central es el siguiente: El rey de Ayodhya que no tenía hijos le pide a los dioses que le den un hijo, y su esposa da luz a un niño, Rama, que en realidad es una encarnación del dios Vishnu. Rama adulto se hace merecedor de la mano de la hermosa princesa Sita en una competencia, y es elegido por su padre para heredar el reino. Pero la suegra de Rama, que no es su madre, quería el reino para su propio hijo y se las ingenia para que Rama, Sita, y el verdadero hermano de Rama, sean enviados al exilio con el desafío de sobrevivir en la selva usando sólo su propio ingenio. Es aquí cuando el demonio de muchas cabezas, Ravana, trata de seducir a la princesa Sita, quien por supuesto, lo rechaza. Enrabiado, la rapta y se la lleva a su palacio, en Lanka, país-isla situado al sur de la India. Rama, ayudado por un ejército de monos dirigidos por el dios-mono Hanuman, descubre finalmente donde se mantiene cautiva a Sita y después de una gran batalla en la cual es herido de muerte su hermano, (que es salvado por Hanuman con una medicina que trae desde lejos), Ravana es derrotado y Sita rescatada. El punto álgido e inesperado de la historia se produce cuando Ravana reconoce a Rama como Vishnu, y declara su deseo de ser muerto por él, para unirse con su dios. Rama rehúsa matar a Ravana, y el demonio se transforma en su más devoto servidor. Todos retornan a Ayo231dhya donde Rama pone a Sita a través de una serie de horribles pruebas para comprobar que Sita no le fue infiel durante su cautiverio. Eventualmente, Rama es coronado rey. Si el Bhagvadguita versa sobre el conflicto entre dios y el alma, el Ramayana es sobre el conflicto entre los Arios y los nativos de la India, la tierra que saquearon

y conquistaron, y la batalla para integrar nuevas culturas con las que allí ya existían.

Hanuman

Mientras que hay muchos Avataras en las escrituras hindúes que incluyen manifestaciones de Shiva en el sur de la India, las más conocidas son las 10 encarnaciones de Vishnu, conocidas como Dashavatara. Han tenido una profunda influencia en el Hinduismo popular, e incluyen dos de las más populares y ampliamente adoradas figuras en el panteón hindú. Rama y Krishna. Es intere- sante notar que estas 10 encarnaciones representan la escalera de la evolución de una manera bastante notable: Empiezan con Matsya, el pez; luego Kurma, la tortuga anfibia; enseguida Varaha, el jabalí; luego Narsimha, el hombre-león; enseguida Vamana, el enano; luego Parashurama, el que empuña la gran hacha; enseguida Shri Rama, el noble héroe del Ramayana; después Shri Krishna, el flautista divino y guiador del carruaje en el Mahabharata: luego el Buda, y, en su encarnación final de este ciclo, y todavía no manifestado, el Kali Avatara, des- crito como un magnífico joven cabalgando un hermoso caballo blanco con una espada sembrando la muerte y la destrucción por todas partes, quizás simbolizando algún conflicto nuclear de proporciones catastróficas. La inclusión de Buda como la novena encarnación necesita de un comentario especial porque revela la gran capacidad del Hinduismo para absorber incluso movimientos heréticos. Es evidente que la fama e influencia de Buda era tan grande que no podía ser ignorada, aún cuando sus enseñanzas eran en algunos temas antagónicos con el Hinduismo clásico. Fue, por lo tanto, absorbido en el panteón hindú, y así es como es reverenciado hoy por los hindúes sin problemas. De hecho, aún cuando técnicamente el número de budistas en India es bastante reducido, enseñanzas tales como el condenar sacrificios animales, se han transformado en una corriente hindú de máxima importancia. De alguna manera lo mismo se puede decir con respecto a Cristo, puesto que la mayor parte de los hindúes no tiene dificultades en aceptarlo como una de las encarnaciones de Dios. Lo que el Hinduismo no puede aceptar es el derecho a exclusividad de ningún maestro sobre el monopolio de la divinidad y sabiduría de todos los tiempos, pasados, presentes o futuros.

Hinduismo clásico Los principales contornos del Hinduismo se han definido con la explicación que hemos dado sobre los Vedas, los Upanishads y las escrituras auxiliares que culminan con el Bagvadguita. A diferencia de otras grandes religiones, donde un solo maestro o escritura constituye la última palabra, en el Hinduismo ha habido

en los últimos dos mil años un proceso continuo de reinterpretación y redefinición por parte de una larga cadena de notables hombres y mujeres. Algunos fueron reyes y eruditos, otros, gente común, a menudo analfabetos y sin ninguna sofisti- cación. Algunos pertenecían a la casta de los Brahmanes y a la de los Kshatriyas, otros pertenecían a las castas inferiores, incluyendo a los descastados. Algunos hablaban Sánscrito puro, y otros cantaban en sus dialectos locales. Algunos vivían en grandes palacios o templos, otros en simples cabañas, o deambulaban por el país sin echar raíces. Algunos eran devotos de Shiva, el gran Señor sentado en su majestuosa soledad en la punta de una montaña; otros lo eran de Krishna, el eterno amante tocando su flauta divina en los bosques de Vrinda- van. Algunos adoraban a la gran Madre en alguna de sus innumerables formas, belleza entronada en el asiento del poder; otros rendían homenaje a una o varias de las numerosas deidades del panteón hindú. 233

Los grandes Acharyas Por motivos de espacio haremos una rápida relación de los más importantes desarrollos del Hinduismo en los últimos veinte siglos. La primera gran figura que recordamos es Tiruvalluvar (alrededor del año 300 A. de C.), el gran santo Tamil, cuyo trabajo clásico, el Tirukural, es conocido como el Veda de los Tamiles. Luego viene Adi Shankaracharya (nacido en 686 D. de C.), el extraordinario filósofo de Kerala, que escribió inspirados comentarios sobre los grandes textos hindúes, innumerables himnos a varias deidades en hermoso Sánscrito, y varios tratados sobre la filosofía no-dualista, o Advaita Vedanta. Fundó también cuatro Pithas, o centros monásticos en las cuatro esquinas de la India –en Shringeri en el sur, Dwarika en el oeste, Baddrinath en el norte y Puri en el este- y que han jugado un profundo rol en la mantención del Hinduismo clásico a través de los tiempos. Shankara enfatizó la importancia suprema de la liberación conseguida a través del conocimiento, que a su vez, nace del ascetismo y la meditación. En su sistema, la devoción y el trabajo jugaban un papel preparatorio y subsidiario.

Tiruvalluvar

Contrastando con la filosofía monista de Shankara aparece el enfoque teísta del gran erudito Tamil, Ramanuja (nacido en 1017 D. de C.) que proclamaba que el camino de la devoción era el camino supremo. El buscador tiene que desarrollar una devoción a Dios tan intensa como para darse cuenta de que él no es otra cosa que sólo un fragmento de El, y totalmente dependiente de su gracia. De este modo Ramajuna sostenía que aunque el alma individual se alce lo más alto, siempre permanecerá de alguna manera, separada de lo Divino, y así la intensa relación interpersonal subsistirá para siempre. Otro gran Acharya del sur fue Madhva (nacido en 1199 D. de C.), cuyo sistema puede ser descrito como dualista en el sentido de que Dios y el alma individual son eternamente diferentes, y la salvación no depende de su fusión entre sí, sino en que el alma permanece eternamente cerca de Dios, disfrutando la contemplación de su gloria. Madhva también sostuvo que las almas que consistentemente se desvían hacia el mal, finalmente son expulsadas en forma per- manente del universo a un estado de condenación eterna. Los grandes maestros y sus seguidores escribieron comentarios originales sobre los Prathasna-Trayi, las tres fundaciones de la filosofía hindú: los Upanis- hads, Brahma Sutras y el Bhagvadguita. Adicionalmente, el pensamiento hindú ha sido dividido por motivos académicos e intelectuales, en seis sistemas, cada uno de ellos asociado a un gran maestro. Estos seis sistemas, a su vez, han sido reducidos a tres categorías: El Vaisheshika de Kanada y el Nyaya de Gautama, forman un grupo; el Samkya de Kapila y el Yoga de Patanjali, el segundo; el Purva Mimansa de Jaimini y el Vedanta (también llamado Uttar Mimansa) de Vyasa, el tercero. Estas escuelas son consideradas “Astika”, u ortodoxas, porque todas ellas aceptan la autoridad suprema de los Vedas, mientras que las otras dos grandes escuelas de filosofía hindú, Jainismo (cuyo gran maestro Mahavira, el número 24, vivió en el siglo sexto A. de C.) y Budismo (fundado por Gautama Buda, en el mismo siglo) son considerados como “Anastika” o heterodoxo, porque repudiaron la autoridad de los Vedas.

Las formas de lo que no tiene forma Es necesario hacer notar que mientras la gente educada y los eruditos proclamaban las varias escuelas de filosofía y se disputaban entre sí, el hombre común que en su mayoría conforma el Hinduismo, siempre ha tenido devoción a

alguna deidad que representa algún aspecto o encarnación de lo Divino. El Hinduismo tiene una gran cantidad de imaginería, simbolismos e iconografía, y ha producido una inmensa cantidad de imágenes y conceptos que a menudo asombra al no-hindú. Esto ha producido una visión errónea, de que el Hinduismo es politeísta. Incentiva ciertamente la adoración de muchas formas y símbolos, pero debe entenderse que detrás de esta miríada de formas está la divinidad que 235 todo lo envuelve, reflejada en miles de formas diferentes. El Hinduismo popular gira hoy en torno a tres deidades principales: Shiva, Vishnu como él mismo, sus encarnaciones más importantes, y la Diosa. Shiva Mahadeva es el Señor primigenio, y hay razones para creer que es pre-Ario, porque todavía en los sellos aún no descifrados de la civilización del Valle Indus (alrededor de 5000-3000 A. de C.), existe una figura sentada con las piernas cruzadas con varias características asociadas a Shiva. Invariablemente Shiva es adorado junto con un Lingam, un poderoso símbolo que representa la fuerza creativa detrás de toda manifestación. Es retratado generalmente como un asceta resplandeciente sentado en meditación en la cima de una montaña con su cuerpo cubierto en cenizas, serpientes venenosas enrolladas en su cuello y el Ganges sagrado saliendo de su pelo enmarañado. También es adorado en su rol de bailarín cósmico, Nataraja, cuya danza simboliza la rueda eterna del cosmos, en el que millones de mundos son destruidos a cada momento y millones de otros surgen al ritmo eterno. La magnífica imagen de Shiva, el bailarín, representa una de las mayores obras del arte humano.

Nataraja

A pesar de su fiera apariencia, Shiva (que significa “auspicioso”) es generoso incluso con aquellos titanes que a menudo se aprovechan de él. No nació ni morirá, y es el maestro de la vida y de la muerte. En el sur de la India hay una creencia de que Shiva ha aparecido en forma humana en diferentes ocasiones, ya sea para ayudar a sus devotos o para impartir enseñanzas esotéricas. El es el Mahayogui, el gran asceta, y el patrón de todos aquellos que practican Yoga. En Kashmir se desarrolló una escuela filosófica, Kashmir Shivaismo, basada en una interpretación, hecha por el décimo gran Acharya, Abhinavagupta en el tratado Tantraloka. Shiva es el tercer dios en la trinidad hindú: Brahma el creador, Vishnu el preservador y Shiva el destructor. Nuevamente, es necesario recordar que no son tres dioses diferentes, sino que tres aspectos del mismo ser divino. Esto está magníficamente representado en la magnífica escultura monolítica “Trimurti”, en la isla Elefanta, fuera de la costa de Mumbai. Es una extraordinaria creación artística. La masiva escultura muestra claramente los tres aspectos integrados en una sola entidad divina. De hecho, el arte de la India provee innumerables claves para entender los conceptos teísticos, del mismo modo que otros textos antiguos. Fuera de la escultura y la pintura están las danzas clásicas, en especial el Bharata Natyam, que pueden dar vida a conceptos que a primera vista pueden aparecer oscuros y unidimensionales cuando han sido explorados solamente a través de la palabra escrita. Vishnu es representado acostado sobre una gran serpiente que flota en un vasto océano de leche, el Kshirasagara. En esta forma es adorado en muchos templos, especialmente en el sur, pero en otras partes de la India es más popular en dos de sus principales encarnaciones asociadas con las dos grandes epopeyas –Shri Rama y Shri Krishna. Estos dos nombres han permitido traspasar el mensaje del Hinduismo a billones de hombres y mujeres a través de los años. Shri Rama es representado con un arco en la mano, acompañado de su esposa Sita, su hermano Lakshmana, y su devoto seguidor, el hombre- mono, Hanuman. Shri Krishna es representado de varias formas, comenzando cuando era todavía un bebé, Bala Krishna, culminando con el cochero de Arjuna, Parthasarati. Pero su forma más atractiva es la de un joven vaquero, Gopala Krishna, oscuro de piel y resplandeciente, de pie con un pie cruzado sobre el otro, tocando su flauta mágica. Es normalmente adorado junto con Radha, la pastora que ha llegado a simbolizar la esencia del culto de devoción a Krishna. Vishnu es tambíen

adorado en alguna de sus encarnaciones como por ejemplo Narshimha, el hombre-león que aparece para salvar al mundo del rey-demonio Hiranyakashyapu y también salvar a su hijo, Prahlada. La tercera fuente principal de devoción es la diosa en sus numerosas formas. Es adorada como Parvati, la esposa de Shiva; Lakshmi, la esposa de Vishnu; Sita y Radha, junto con Shri Rama y Shri Krishna. Pero, y este 237 es un punto de gran importancia, ella no es solo adorada como esposa, sino por derecho propio como la esencia del poder y la belleza. Es adorada también como Durga con 18 brazos montada sobre un león matando demonios; también como Kali, la feroz diosa desnuda, de pie sobre un cadáver bebiendo la sangre de sus enemigos recién muertos; es adorada también como Saraswati, la diosa del arte, poesía y música, la patrona de todo conocimiento y sabiduría. La adoración de la gran madre aparece en Hinduismo en todo su esplendor.

Kali

Hay un mito Puránico sobre el nacimiento de Durga, lleno de simbolismo: un gran demonio, Mahishasura, que tiene cabeza de búfalo y que representa las fuerzas del mal y del materialismo consigue derrotar a todos los dioses (Devas, los que resplandecen) y establece su supremacía sobre toda la creación. Los dioses estaban desesperados, porque a pesar de todos sus esfuerzos, no podían vencer al horrible monstruo. Finalmente se juntan todos sobre la cima de una montaña y deciden juntar todos sus poderes divinos. Cada dios contribuyó con su propio poder simbolizado por un arma, guiados por el señor de los dioses, Indra. Al final del ritual, cuando todos los poderes divinos habían sido unidos, se levantó una luz incandescente que esparció su gloria por los tres mundos, y en el medio de la luz apareció Durga. Combatió con Mahishasura, y después de una terrible batalla que duró nueve días y nueve noches, finalmente le cortó la cabeza y liberó el mundo del terror. Estas nueve noches, “Navaratri”, todavía son celebradas cada año por los hindúes para simbolizar la victoria de los poderes divinos sobre las fuerzas del mal. Además de Shiva, Vishnu y la Diosa, hay muchas otras deidades, objeto de devoción y adoración de los hindúes hasta el momento presente. Dentro de este grupo está Ganesh, el hombre-elefante, que elimina los obstáculos y cuya adoración es esencial antes de comenzar con cualquier proyecto; Kartikeya o Subramanian, el hijo menor de Shiva y Parvati es ampliamente adorado en el sur de la India, como un joven con una lanza montado sobre un pavo real; Hanuman, el devoto seguidor de Shri Rama, quien a pesar de su apariencia de simio, es sabio y poderoso; Dattatreya, la deidad de tres cabezas, el patrón de los Yoguis dedicados a las prácticas esotéricas; y Ayappan, una deidad también del sur, que supuestamente es el resultado de la unión entre Shiva y Vishnu en su forma femenina, como Mohini. Surya, el dios-sol, conocido como Pratyaksha Deva, el dios visible, y es generalmente adorado a través de Gayatri Mantra. Curiosamente, Brahma, el primer dios de la trinidad hindú, tiene solo un templo dedicado a él en toda la India, en Pushkar, con lo que es claro que su adoración ha decaído con el tiempo, junto con la veneración de otros dioses como Indra y Varuna.

Hinduismo y Yoga

Es importante saber que la adoración de las diversas deidades no es 239 mutuamente excluyente. Mientras que cada hindú tiene una deidad especial para su familia, -la Ishta Devata-, normalmente adoran también tres o cuatro diferentes deidades en sus oraciones diarias, y homenajean a cualquier deidad que sea el patrón o patrona del templo que visiten. Además de las deidades antropomórfi- cas, algunos hindúes usan ciertos símbolos para ayudarse en la meditación. El más importante es Aum, (Om) que es descrito en las escrituras como el símbolo audio-visual del mismo Brahman, y es riquísimo en simbolismos. Todo un Upanishad –el Mandukya- está dedicado al Mantra Aum. La meditación en el símbolo y sonido de Aum es un importante aspecto del Yoga. El Mantra Aum (OM) ha ganado mucho peso en todo el mundo entre las personas que practican Yoga, pero por lo general no es bien comprendido. Como se explicó anteriormente, Yoga implica la unión de la conciencia humana con el Ser Divino, y en este sentido puede ser aplicado a los cuatro principales caminos para alcanzar la realización espiritual. En un sentido más específico, el Yoga involucra disciplinas físicas y mentales dirigidas a controlar la mente y las funciones corporales, especialmente la respiración. El texto clásico de este Yoga es el celebrado Yoga Sutras de Patanjali. Los Sutras o aforismos de Patanjali describen un camino de ocho pasos, Ashtanga Yoga, que contienen disciplinas físicas, psicológicas y morales, que si son practicadas seriamente bajo la guía de un profesor calificado, resultan en que la conciencia del buscador se eleva hasta que el Atman resplandece en toda su gloria de conciencia pura. Este camino también incluye el despertar de Kundalini Shakti, o el poder de la serpiente, que se cree está en la base de la columna vertebral. A medida que este poder se eleva a través de varios centros ocultos, o Chakras, ubicados a lo largo de la columna, la conciencia también se eleva, hasta que finalmente explota en el Chakra superior, en la coronilla de la cabeza, Sahasrara-, o loto de mil pétalos donde tiene lugar la fusión de Atman con Brahman y el buscador es catapultado a la máxima bendición. Este estado elevado de conciencia se llama Samadhi, la meta de todas las prácticas Yóguicas. Numerosos libros sobre Yoga y sus diferentes aspectos pueden ser encontrados en la literatura hindú, la mayoría de ellos basados en Patanjali. Incluyen Tantras, o textos esotéricos que tratan diversas prácticas y técnicas relacionadas con el despertar de Kundalini y la adquisición de poderes psíquicos. Estos poderes milagrosos o Siddhis, son aceptados como un aspecto importante de las prácticas

Yóguicas, pero su mal uso o demostraciones no son bien visto, pues pueden ser un obstáculo para llegar a la meta suprema. A través del tiempo y hoy también, siempre ha habido en India un número importante de personas que poseen tales poderes. Otro importante aspecto del Hinduismo, Yoga o cualquier otro sistema filosófico, disciplina o enseñanza, es la importancia que se le asigna al Guru o profesor. El Guru, en la tradición hindú, debe ser venerado incluso más que a los propios padres, porque si bien es cierto que nuestros padres biológicos nos dieron vida física, es el Guru quien nos conduce hacia el crucial renacimiento espiritual en el que el hombre puede conseguir su destino cósmico. Esa noción que a muchos les parece un tanto exagerada, se aclarará cuando se comprenda que el Guru humano es un símbolo del poder divino que reside dentro de todos nosotros. La misma palabra Guru, significa “aquel que disipa la oscuridad y trae la luz de la sabiduría espiritual a la oscuridad materialista de la conciencia humana normal”. El Guru juega una función única invaluable. Demás está decir que al igual que en muchas otras religiones, existe también en el Hinduismo la cuota usual de charlatanes disfrazados de maestros espirituales. En el Mundaka Upanishad se describen las dos cualidades esenciales que debe tener un Guru: Debe ser en primer lugar Shrotriya, es decir experto en las escrituras y en segundo, Brahmanishtha, es decir, establecido en Brahman o en la divina conciencia. El Hinduismo cree que es necesaria la participación de un Guru para alcanzar altos niveles de espiritualidad, aún cuando acepta que en lugar de un Guru, un libro o escritura puede ser suficiente. Hay también instancias en las cuales algunas personas han sido iniciadas por algún ser espiritual durante el sueño.

El movimiento Bhakti A pesar de los grandes disturbios que tuvieron lugar en el norte de la India por muchos siglos debido a las sucesivas incursiones y conquistas de los musulmanes, el Hinduismo continuó prosperando. De hecho, un importante aspecto en su desarrollo durante la supremacía musulmana, cuya religión aborrece muchas de las prácticas centrales del Hinduismo, en especial la adoración de imágenes, fue un movimiento hacia la devoción, que se denominó Bhakti, uno de los más interesantes en la larga historia del Hinduismo.

A lo largo de la Edad Media, aparecieron una serie de santos que predicaron el evangelio del amor divino y del éxtasis. Mientras que las enseñan241 zas previas habían sido exclusivamente en sánscrito, este nuevo movimiento quebró la rígida y conservadora dominación de la tradición Brahmánica, y por primera vez usó idiomas regionales y dialectos para propagar su mensaje. Esto conllevó una revuelta en contra del rígido sistema de castas, restricciones y tabú que se habían transformado en un aspecto negativo del Hinduismo clásico. Estos santos no solo venían de diferentes castas y comunidades, incluyendo a musulmanes y a algunas mujeres notables, sino que el mensaje estaba dirigido al hombre común. En el Islam también ocurrió lo mismo: En contra del Ulema o clérigo, siempre hubo una corriente de buscadores místicos intoxicados con el amor a Dios. Se los llamó Sufis, y fue precisamente con la tradición Sufi que el movimiento Bhakti desarrolló una particular afinidad. El primer gran maestro Sufi que llegó a la India fue Khwaja Moinuddin Chisti (nacido en 1142). Llegó a Delhi hacia el final del siglo doce y se estableció en Ajmer donde tuvo muchos discípulos, tanto hindúes como musulmanes. El gran santuario que existe allí, el Dargah Shareef, es probablemente hoy el más importante centro de peregrinación musulmana fuera de la Mecca y Medina, y también atrae a muchos peregrinos hindúes cada año. Por el lado hindú, la primera gran figura del misticismo medieval fue Ramananda (1370-1440). Aunque fue discípulo de Ramanuja, Ramananda se alejó de la tradición ortodoxa, desafió la división entre las castas y predicó en Hindi en lugar de sánscrito. Uno de sus discípulos más ilustres fue Guru Ravidas, quien era zapatero de profesión. Gracias a sus méritos espirituales llegó a ser uno de los maestros más respetados de su tiempo y todavía tiene millones de seguidores. Los discípulos de Ramananda provenían principalmente de las castas inferiores. El más famoso fue Kabir, (1440-1518), seguido fervientemente tanto por hindúes como por musulmanes. Hijo de un tejedor de alfombras musulmán, fue atraído hacia el movimiento Bhakti a una temprana edad. Sus canciones golpearon la raíz misma de la ortodoxia religiosa, del ritualismo y la intolerancia. Combinó en su persona lo mejor de la tradición Sufi y la Bhakti. Una de sus can- ciones, traducida por Rabindrath Tagore, contiene las siguientes estrofas: ¡Oh sirviente!, ¿Dónde me buscas? ¡Estoy a tu lado! No estoy ni en el templo ni en la mezquita; No estoy ni en Kaaba ni en Kailasa.

Tampoco estoy en ritos ni ceremonias; Ni en Yoga ni en renunciaciones. Si eres un verdadero buscador, Debes venir a verme de inmediato. Me encontrarás en algún momento. Kabir dice, ¡Oh Saddu!, Dios es la respiración de la respiración; No hay más que agua en los lugares sagrados para bañarse; Sé que son inútiles, porque me he bañado en ellas; Las imágenes no tienen vida, no pueden hablar. Lo sé, porque les he hablado en voz alta y clara. El Purana y el Korán son solo palabras; Al levantar la cortina he visto. Kabir cree en las palabras de la experiencia; El sabe bien que todas las otras cosas son falsas. Kabir tuvo muchos discípulos, pero hay dos maestros que fueron influen - ciados por él, y que merecen una mención especial. El primero fue Nanak (1469-1538) el fundador de la fe de los Sikh. Constantemente enfatizaba que en los ojos de Dios, “no habían hindúes ni musulmanes”, y muchos de los himnos contenidos en el Granth Sahib, el libro sagrado de los Sikhs, respaldan este concepto. Otro seguidor de Kabir fue Dadu (1544-1603) quien también fundó un poderoso movimiento basado en sus enseñanzas, conocidas como DaduPanth. Escribió hermosos himnos, y en uno de ellos dice: “Dios es mi antepasado, el creador es pariente mío; El Guru-mundo es mi casta. Soy un hijo del Todopoderoso“ El movimiento Bhakti produjo abundante literatura. Dos figuras de particu - lar importancia son Tulsidas (1527-1623) y Surdas (1478-1581). Tulsidas produjo el primero y gran clásico en Hindi, el Ramacharitamanasa (el lago sagrado de las acciones de Rama), que es la historia de Ramayana contada con gran devoción en versos en Hindi. Hay muchas versiones del Ramayana, la más importante es la versión original en sánscrito de Valmiki y la versión en Tamil de Kamban. Pero el Ramacharitamanasa ha tenido un impacto único. Para millones de hindúes 243en el norte de la

India, ha sido durante siglos la principal fundación cultural y religiosa, y hasta el día de hoy, sus versos son cantados en cada aldea y ciudad. Fue este clásico religioso el que llevaron los trabajadores indios que fueron en tiempos coloniales a trabajar a Fiji, Surinam, Islas Mauricio y otras plantaciones, y es lo que

mantiene a los descendientes de estos primeros trabajadores conectados con la tierra de sus orígenes. Tulsidas ve a Shri Rama como la suprema encarnación del Ser Divino, nacido para la salvación de la humanidad y merecedor de total devoción y dedicación.

Nanak

Surdas, considerado por algunos críticos como un poeta aún más notable, se quedó ciego en su juventud. A pesar de eso compuso hermosos poemas devocionales dirigidos a Shri Krishna. Sus descripciones de la niñez de Krishna, sus travesuras, su coqueteo con las Gopis (las pastoras) de Vrindavan, sus hazañas mágicas, su resplandeciente personalidad que tipifica al amante Divino que llama a las almas humanas con las notas doradas de su flauta eterna, son parte de la gran herencia del Hinduismo. Tanto Tulsidas como Surdas, junto con un gran número de santos, incluyendo a Pathan Rakshan, otro devoto de Shri Krishna, dieron un gran impulso al Hinduismo popular. En los tiempos en que la dominación musulmana se establecía sobre casi toda la India, y la antigua ortodoxia comenzaba a perder su ascendencia sobre la mente de la gente, el movimiento Bhakti demostró una vez más la capacidad de recuperación del Hinduismo, la capacidad de permitir a sus seguidores reestablecer y reinterpretar las eternas verdades en aquellos tiempos de cambio. En Karnataka el gran santo Purandaradasa (1840-1564) cantó las glorias de Dios y ganó una gran número de seguidores. El este de la India, en especial Bengala, siempre ha sido un importante centro de Hinduismo. El gran santo del siglo once, Jayadeva, que compuso el poema Guita Govinda en el que relata la historia de Krishna, dio un gran impulso al culto de Vaishnava en Bengala y en Orissa. Otro santo extraordinario es Chaitanya (1485-1534), considerado una encarnación del mismo Krishna, fundó el movimiento Vaishnava en Bengala. Una característica especial de su mensaje fue el uso de Kirtans, cantos corales por parte de los devotos que iban de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad. A menudo los hombres que cantaban Kirtans junto con Shri Chaitanya entraban en trance. Aunque no escribió demasiado, ejerció una profunda influencia sobre el desarrollo futuro de la literatura de Bengala y la de Orissa. Más hacia el este, en el valle Brahmaputra, otro gran maestro y reformador Shankaradeva (1449 – 1568) que escribió en Assamesse también tuvo una profunda influencia sobre los hindúes de esa región. Lo mismo se puede decir de Tukaram (1607-1649), en Maharastra. Ninguna crónica sobre el movimiento Bhakti, aunque sea breve, puede excluir los nombres de dos notables mujeres que dejaron profundas huellas de sus logros a las generaciones futuras. Lalleshwari (1317-1372) era una santa de Kashmir que consiguió la realización de Dios a una temprana edad, y cuya vida está llena de leyendas e historias milagrosas. Ella enseñó el camino a la realización a

través de un intenso amor hacia lo divino, renunciando todo apego hacia las posesiones mundanas y lazos de familia, levantándose por sobre las dualidades de casta y creencias. Escribió: Shiva está en todo y en todas partes; entonces, no discrimines, entre un Hindú y un Musulmán. Si eres sabio, conócete a ti mismo; ése es el verdadero conocimiento del Señor. Renuncié al fraude, a la mentira y al engaño; le enseñé a mi mente a ver al Único, en todos mis semejantes. ¿Cómo podría entonces discriminar, entre hombre y hombre,245 y no aceptar la comida, que me es ofrecida por otro hermano? La otra gran figura del movimiento Bhakti es Mirabai (1450 1512), una prin cesa Rajput casada a temprana edad con el Rana de Udaipur. En su niñez se había hecho devota de Krishna y dedicado su vida a él. Después de su matrimonio continuó dedicando todo su tiempo a adorar a Krishna, incurriendo en el disgusto de su marido, que incluso trató de envenenarla. Por la gracia de Krishna, sin embargo, la copa que contenía el veneno se transformó en miel y ella bailó en éxtasis ante la imagen del Señor. A continuación Mirabai renunció a su vida mundana y deambuló a través de la India cantando sus hermosas composiciones las que están entre las más conmovedoras canciones devocionales del Hinduismo. Una de sus canciones de amor más conocida es la siguiente: Con cadenitas atadas a sus pies, Mira baila en éxtasis, la gente dice que Mira enloqueció. Su suegra dice que avergüenza al clan. El Rana le envió una copa envenenada, que Mira bebe riendo. Me he transformado en la eterna sirviente de mi Narayana; el Dios de Mira es Giridhar, el que levanta montañas. ¡Oh, Indestructible! Únete a mí pronto, en tu eterno abrazo! Vemos así que en su período más difícil, el Hinduismo produjo una brillante

galaxia de santos – cantantes que aparecieron en diferentes partes del país y que inspiraron a millones por su devoción y poesía presentada en un idioma que las masas podían comprender sin dificultad alguna. Estaban re-expresando las grandes verdades védicas –la unidad de Atman y Brahman, de lo humano y lo divino- de una forma diferente que llevó el mensaje incluso a las aldeas más humildes, donde la mayoría de los hindúes siempre ha vivido.

El resurgimiento: Hinduismo Moderno Toda la historia del Hinduismo, desde cierta perspectiva, puede ser vista como un constante proceso de desafíos y respuestas a esos desafíos. El Hinduismo ha reaccionado a las grandes crisis replegándose primero dentro de sí mismo para resurgir aún con mayor fuerza. Esto sucedió con los movimientos Jain y Budista, y hasta cierto punto con los primeros misionarios cristianos y musulmanes. Pero, con la llegada de los británicos, primero como comerciantes y luego como gobernantes, el Hinduismo se vio confrontado con el mayor y más crítico desafío dentro de su larga historia. Al momento de la llegada de los británicos, el Hinduismo estaba quizás en su punto más bajo. Toda clase de supersticiones y prácticas florecían en nombre de la religión. Los tabú impuestos a las castas se habían rigidizado a tal punto que se exigía a cualquiera que retornara del extranjero que se sometiera a ritos purificatorios. Las mujeres que en el pasado ocupaban una posición importante en la sociedad como se desprende de la lectura de los Upanishads donde aparecen conversando libremente con los hombres sobre los más elevados temas filosófi- cos, se habían convertido prácticamente en esclavas de la familia. Las viudas eran tratadas con increíble crueldad, el infanticidio de niñas era una práctica habitual en algunas castas, y la inmolación de las viudas era a menudo aplicada con gran ahínco. Teológicamente, las grandes verdades que yacen detrás del pensamiento hindú, habían también sido oscurecidas por las supersticiones y la corrupción. La inspiración de los santos-cantantes medievales, aunque todavía se mantenía, había comenzado a declinar frente a la anarquía que siguió al colapso del poder Mughal. Sin duda fue uno de los períodos más oscuros en la historia de la India, y parecía que finalmente el Hinduismo había agotado sus reservas espirituales y no tenía fuerzas para enfrentar a los nuevos gobernantes. Sin embargo, una vez más el milagro se produjo: aparecieron hombres notables

que con el poder de su iluminación espiritual volvieron a encender el fuego con las chispas que aún quedaban. En 1857, después de lo que comúnmente se llama el “gran motín de la India”, que muchos ahora prefieren llamar, “la primera guerra de la independencia”, India estaba aplastada a los pies de los conquistadores, quebrada no solo en cuerpo, sino que también en espíritu. La gente había empezado a perder fe en su herencia cultural y religiosa y una nube de oscuridad espiritual se expandía por toda la India. Y, en solo 90 años, no solo se había la India levantado de las cenizas, cual ave fénix, sino que había conseguido su libertad y empezado un proceso gradual de descolonización. Este increíble logro en gran medida se puede atribuir al resurgimiento del Hinduismo. 247 Esto no significa que las otras comunidades no ejercieron ningún rol en este resurgimiento, pero al ser los hindúes quienes conforman la mayor parte de la sociedad, fueron ellos quienes proveyeron el sustento cultural necesario para volver a recobrar su identidad. Fue en el gran movimiento para conseguir reformas sociales que se produjo la primera reacción creativa al dominio británico. Sucedió en Bengala, la primera provincia india que sintió el efecto de la conquista británica, y la que experimentó el primer resurgimiento cultural. Fue aquí donde se levantó el primer líder de una larga lista de grandes líderes de pensamiento y acción, un hombre que a menudo ha sido descrito como el padre de la India moderna, Raja Rammohun Roy (1772 -1833), un hombre de rara habilidad intelectual, un gran erudito en sánscrito y pérsico, y al mismo tiempo, un gran admirador de la cultura británica. Tomó un rol muy activo en el establecimiento de las escuelas de enseñanza media en inglés en Bengala, y en 1828 fundó el Brahmo Sabha, que más tarde se transformó bajo su sucesor, Devendrantah Tagore, en el Brahmo Samaj. Este fue el primer intento deliberado de reformar y limpiar el Hinduísmo de la nociva apatía que lo había envuelto en los últimos siglos. El Brahmo Samaj, al igual que algunas de sus ramificaciones como el Adi Brahmo Samaj dirigido por Devendranath Tagore, el Brahmo Samaj de India fundado por Keshub Chandra Sen en 1868, y el Sadharam Brahmo Samaj fundado por algunos de sus seguidores en 1878, se basaban todos en la autoridad prístina de los Vedas; atacaron fuertemente la adoración de ídolos y las costumbres sociales indeseables como el Sati obligatorio, es decir, la inmolación de las viudas después de la muerte de sus esposos, en las hogueras funerarias. Los dirigentes de estos movimientos, en especial Sen, fueron en gran medida influenciados por los misioneros cristianos que estaban muy activos durante el

gobierno británico, y muchos de los servicios que dirigían estaban inspirados en los servicios de las iglesias cristianas. Bajo la influencia del Brahmo Samaj, varios otros movimientos comen - zaron en otras partes de la India, notablemente el Prarthana Samaj, fundado en Mumbay en 1867 por los grandes eruditos M.G. Ranade y R.D. Bhandarkar. Estas sociedades, que influían principalmente en la delgada línea de la socie- dad educada por los británicos jugó sin embargo un rol importante al traer una nueva conciencia intelectual sobre la sociedad hindú, e incentivó a los hindúes educados a re-examinar su herencia religiosa a luz de las nuevas condiciones. Lo mismo se puede decir de la Sociedad Teosófica fundada por Madame Blavatsky y el Coronel Olcott en Nueva York en 1875, que ganó considerable atención en India en gran parte gracias al trabajo de la señora Annie Besant. Simultáneamente, el redescubrimiento de los textos antiguos por parte de eruditos europeos como Max Müller, Ferguson y Cunningham, y el trabajo de arqueologistas y lingüistas occidentales que expusieron los extraordinarios logros del pasado hindú que había prácticamente desaparecido después de siglos de dominación foránea. Todo esto sirvió para darles a los hindúes del siglo diecinueve una nueva y rica conciencia de su herencia cultural y un renovado orgullo en su antigua religión. Todo esto se mantuvo restringido mayoritariamente a las clases educadas, a la espera de un movimiento que tocaría el corazón del Hinduismo tradicional. No hubo que esperar mucho tiempo. Una figura de gran estatura en el resurgimiento del Hinduismo fue Swami Dayananda Saraswati (1824 - 1883) que fundó el Arya Samaj en 1875. Al contrario del Brahmo y sus ramificaciones, que estaban notablemente influenciadas por el cristianismo, el Arya Samaj era un movimiento hindú fundamentalista. Swami Dayananda apasionadamente abogaba por el retorno a la pureza prístina del Hinduismo Védico, y denunciaba con intolerante indignación las escrituras post-Védicas como los Puranas. También condenó la adoración de ídolos y la distinción de castas, abogando por la igualdad entre los sexos, iniciando una extensa campaña con énfasis en la educación de las niñas y se lanzó en una cruzada en contra de la “intocabilidad”. Fue correctamente descrito como un dínamo humano; Swami Dayananda remeció la estructura misma del Hinduismo establecido. Numerosos reformas educacionales en el Hinduismo tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo diecinueve. Para abreviar este extenso capítulo, nos limitaremos a mencionar brevemente a solo cinco figuras notables que dejaron

su indeleble impresión en el moderno Hinduismo, y cuyas fuertes personalidades han recorrido un largo camino moldeando la mente de los hindúes en nuestro siglo. Son Shri Ramakrishna, Swami Vivekananda, Shri Ramana Maharshi, Shri Aurobindo y Mahatma Gandhi. Cada uno de ellos salió del corazón de la tradición hindú y reinterpretó las verdades eternas a la luz de sus propios logros espirituales. Entre todos ellos lograron un extraordinario resurgimiento de la tradición hindú. Colectivamente representan una importante fuerza en el mundo religioso contemporáneo. (En el tercer libro de esta colección, “Caminos Iluminados” ampliaremos la información sobre estos personajes). 1) Shri Ramakrishna (1836 -1886) Nacido en una empobrecida familia Brahmán en Bengala, Gadadhar Chat249 terjee comenzó a mostrar inusuales signos de éxtasis religioso a una temprana edad. A los 19 años se fue a vivir a Calcuta con un hermano mayor que había sido designado sacerdote de un templo recién construido en Dakshineshwar, en las riberas del río Ganges. El templo principal está dedicado a la diosa Kali, de la cual Calcuta deriva su nombre, y fue como devoto de la diosa que Shri Ramakrishna - como se le empezó a llamar más tarde - consiguió sus logros y disciplinas espirituales. Visiones, trances, éxtasis y rapsodias espirituales. Su agonizante deseo de ver la cara divina le fue concedido. Más tarde comenzó a tener toda la gama de experiencias espirituales descritas en las escrituras, incluyendo el Nirvikalpa Samadhi, es decir, el contacto con el Brahman, sin forma, la meta más elevada del Vedanta.

Shri Ramakrishna

Los efectos acumulativos de estas extraordinarias experiencias fueron inmensos. Gradualmente la fama de este iletrado sacerdote comenzó a expandirse por toda Bengala. Tanto el ignorante campesino, como el hombre de la ciudad, el educado, el erudito y el poeta enfilaron hacia Dakshineshwar. Entre ellos se encuentran algunas de las grandes figuras literarias como Michael Madhusudan Dutt, Ishwar Chandra Vidyasagar, Debendranath Tagore y Keshub Chandra Sen.

Dakshineshwar

A todos lo que vinieron a él les dio el mismo mensaje: les pidió que no perdieran el tiempo peleando sobre tal o cual religión, y que en cambio buscaran a Dios con un corazón puro y dedicado. El afirmaba con su propia expe- riencia espiritual que todas las creencias y religiones llevaban finalmente a la misma meta. Expresaba sus enseñanzas con ejemplos que incluso los más ignorantes e iletrados podían entender sin problemas. Sus dichos y la historia de su vida siguen siendo hasta hoy una gran fuente de inspiración. Shri Ramakrishna mostró que el Hinduismo era una fuente inextinguible de inspiración. Aunque rara vez abandonó el templo de Dakshineshwar, su presencia generaba una potente corriente de luz que iba directamente a la sociedad hindú. 2) Swami Vivekananda (1863 – 1902) Fuera de su influencia sobre aquellos que ocasionalmente visitaban Dakshineshwar, Shri Ramakrishna atrajo también a un grupo de brillantes discípulos, algunos de ellos educados en las escuelas y universidades inglesas recientemente establecidas en Bengala. Muchos de estos jóvenes habían perdido la fe en su religión tradicional. Encontraron en Shri Ramakrishna una fuente de tremenda inspiración. Entre estos discípulos se destacó Narendranath Datta, conocido más tarde en todo el mundo como Swami Vivekananda. Se dice en India que uno tiene que remontarse a Sócrates y Platón para encontrar un paralelo con la relación creada entre Ramakrishna y Vivekananda. Aunque aparentemente pertenecían a polos opuestos, fue el discípulo el que llevó el mensaje del maestro a todo el mundo. Vivekananda era un hombre de cualidades poco comunes, con un físico imponente y un gran intelecto. Justo antes de morir, Ramakrishna designó a Vivekananda su heredero espiritual. Después de deambular por toda la India esparciendo las enseñanzas de su maestro, Vivekananda decide participar en el Parlamento Mundial de las Religiones que tendría lugar en Chicago en 1893. A pesar de las dificultades que significó llegar a Esta-251 dos Unidos, su presencia, poderosa oratoria, su voz sonora y buen manejo del inglés, creó una gran sensación, a tal punto que el Parlamento de ese año es hoy recordado básicamente por su participación en él. En sus cortos 39 años de vida, Swami Vivekananda reformuló el Hinduismo a la luz de las nuevas situaciones desarrolladas durante el siglo diecinueve. Viajó

dentro y fuera de la India dando conferencias sobre los principios básicos del Vedanta que sustentan el Hinduismo. Reafirmó la divinidad de Dios, pero también la inherente divinidad del hombre. Una característica especial de sus enseñanzas fue el énfasis que puso hacia el servicio por el desposeído, el enfermo y el que padecía de hambre. A menudo hacía referencia al Rigveda, según el cual la vida tiene dos propósitos: Atmanomokshatham Jagathitaya Cha, es decir, “para el bienestar del mundo y la salvación de la propia alma”. Una de sus frases célebres: “Es un insulto predicar religión a alguien con un estómago vacío; la única forma en que Dios puede aparecerse ante las hambrientas masas de la India es en forma pan”. Enfatizó la supremacía de la vida espiritual y predicó la doctrina de la fuerza interior, lo único que podía liberar a India de sus ataduras materiales e intelectuales. Además enfatizó la unidad de todas las religiones.

Swami Vivekananda

Vivekananda influyó decisivamente en el resurgimiento del Hinduismo contemporáneo. En 1897 fundó en Belur, cerca de Calcuta, el Ramakrishna Math y la Misión. Aunque el Hinduismo tiene una larga tradición que se remonta a Adi Shankaracharya, la Misión Ramakrishna tiene por objeto tratar de solucionar los problemas de la India contemporánea, y se basó para ello en una reinterpretación de las antiguas doctrinas. Otra contribución de Vivekananda fue el dar a conocer en el extranjero, en especial en Estados Unidos, el pensamiento hindú. Antes de que Vivekananda fuera a Estados Unidos, sólo un puñado de occidentales, Indiólogos y eruditos conocía la cultura hindú, pues el público en general tenía ideas grotescas sobre el Hinduismo. Vivekananda tenía la convicción de que el papel de la India no era alcanzar su propia regeneración, sino que dar un renovado ímpetu espiritual a todo el mundo. El Hinduismo no es una religión proselitista, por lo que Vivekananda no estaba buscando convertir a nadie. Solo buscaba formular los principios básicos del Vedanta, para que su poder intrínseco hiciera su trabajo en las mentes y corazones de su audiencia. Fue una especie de pionero pues precedió a una larga lista de maestros que continúa trabajando hasta estos días en occidente. Así, tanto en India como en el extranjero, Vivekananda es una figura monumental en el Hinduismo moderno. Su “Neo-Vedanta”, como también se llama a sus enseñanzas, dio una nueva dirección al Hinduismo tradicional y continúa teniendo una profunda influencia sobre las religiones contemporáneas. 3) Shri Ramana Maharshi (1879 – 1950) Si Shri Ramakrishna fue un Bhakta por excelencia, y Swami Vivekananda un Karmayogui, Shri Ramana fue, según la tradición hindú, un Jnanayogui. Pertenecía a una familia de clase media de Tamil Nadu. A la edad de 17 años comenzó a tener una serie de potentes experiencias espirituales que culminaron cuando decide residir permanentemente en la colina sagrada, Arunachala, con la ciudad de Tiruvannamalai a sus pies. Aquí, gradualmente, comenzó a atraer devotos y vivió el resto de su vida como un santo reverenciado, o Maharshi, reconocido como una poderosa figura en el firmamento espiritual. Las enseñanzas de Shri Ramana versaban sobre el camino del auto conocimiento Vedántico y todos sus trabajos originales y comentarios sobre los clásicos hindúes se referían al proceso de auto cuestionamiento. La pregunta, “¿Quién

soy Yo”?, se encuentra en la mayoría de las tradiciones religiosas porque la búsqueda del auto conocimiento está en el corazón de la conquista espiritual. Pero, Shri Ramana hizo de esta pregunta el hito máximo de toda su filosofía. A cada pregunta él respondía haciendo una contra pregunta: “¿Quién es el que pregunta?” Así, cuando el cuerpo, los sentidos y la mente son excluidas, el verdadero “YO” comienza a aparecer en toda su gloria.253 Este proceso de introspección espiritual fue presentado por Shri Ramana con gran claridad. También enseñó técnicas de Pranayama para asistir a los iniciados a aquietar los movimientos de la mente y enfocarse en la energía psíquica al hacer la pregunta, “¿Quién soy Yo?”. El comparaba esto con una antorcha usada para encender una gran hoguera. No solo la enciende y sus llamas suben en dirección del cielo, sino que la antorcha se consume también en el proceso. Shri Ramana enseñó que si la pregunta “¿Quién soy Yo?” es hecha persistente y repetidamente, tenía la capacidad de destruir todas las ilusiones y finalmente desaparecer con el amanecer de la realización espiritual.

Shri Ramana Maharshi

Al contrario de Vivekananda, Shri Ramana nunca se preocupó del servicio social o de iniciar movimientos reformatorios. Casi nunca salió de su morada en Arunachalam, pero su presencia espiritual era tal, que era venerado por todos. Las miles de personas que subieron la montaña para verlo se contentaban tan solo con eso, puesto que en la tradición hindú, estar en presencia de un santo – Darshana- tiene sus propios méritos espirituales. Shri Ramana tenía una extraordinaria presencia. Despreocupado completamente del mundo exterior, sus palabras no provenían de su brillantez intelectual, sino que de una increíble confianza interna. Tal como Ramakrishna antes de él, era una prueba viviente del poder espiritual del Hinduismo. Se dice que la noche que dejó de existir, después de sufrir una larga y dolorosa enfermedad de la que jamás mostró ningún signo de sufrimiento, un brillante cometa atravesó el cielo y resplandeció por un momento sobre Arunachalam antes de desaparecer detrás de la montaña sagrada. 4) Shri Aurobindo (1872 -1950) Nacido en Calcuta, Shri Aurobindo Ghosh fue enviado a estudiar a Inglaterra a la edad de siete años. Se destacó en ese país por su habilidad literaria. Regresó a la India en 1893, a la edad de 21 años. Comenzó a enseñar inglés en el Baroda College, donde terminó como rector de dicho establecimiento. Una mente brillante y profundos poderes síquicos unidos a un ferviente patriotismo cultivado en Inglaterra con los escritos del movimiento irlandés Sinn Fein, lo hizo interesarse en los movimientos de libertad que comenzaban a verse en India. En 1885 un inglés, Allen Octavian Hume fundó el Congreso Nacional Indio, originándose de inmediato dos corrientes de pensamiento: los moderados que querían un traspaso gradual del poder, y los extremistas que querían inmediatamente la libertad. Shri Aurobindo rápidamente se transformó en el líder de los extremistas, junto con Lokmanaya B.G. Tilak, y en 1905, cuando los británicos empujaron la controvertida partición de Bengala, dejó su trabajo en Baroda y se sumergió en el movimiento nacionalista. Por cinco años, entre 1905 y 1910, Shri Aurobindo resplandeció en el firmamento político. Sus brillantes editoriales en el Bande Mataram y el Karmayoguin, periódicos patrióticos que él editaba, representan uno de los periodismos políticos más notables en el mundo de habla inglesa. Inspirándose en la famosa novela bengalí Anand Math de Bankim Chandra Chatterjee, escrita

cincuenta años antes, y en particular en el poema “Bande Mataram” (Viva la Madre), Aurobindo desarrolló su filosofía política. El concepto clave era la divinidad de la madre patria que él idealizó en la diosa “Bhavani Bharati”, y a partir de ahí, el concepto de nacionalismo, no simplemente como un credo político, pero como un imperativo espiritual. El espiritualismo nacionalista expuesto por él tuvo un efecto electrizante sobre la juventud de Bengala y otras partes de la India y aunque su movimiento no tuvo un éxito inmediato, tuvo por primera vez la participación de las masas y dejó una indeleble marca en el movimiento libertario indio. Mientras estuvo en Baroda, Shri Aurobindo comenzó a practicar Yoga. Durante la agitación de Bengala fue arrestado y encarcelado por un año. Fue durante esta forzada soledad que la tendencia espiritual en su psique ganó255 predominancia y aunque después fue absuelto continuó durante algún tiempo con sus actividades políticas, pero se dio cuenta de que el verdadero trabajo de su vida estaba en otra parte. En 1910 siguiendo un impulso interior repentino dejó Bengala y se estableció primero en la posesión francesa de Chandernagore y luego en otra posesión francesa, Pondicherry, de donde no se movió hasta su muerte en 1950. Durante estas cuatro décadas en Pondicherry, Shri Aurobindo desarrolló un sistema original de pensamiento. Basándose en la tradición hindú, hizo interpretaciones creativas de antiguos textos, incluyendo los Vedas y los Upanishads. Su trabajo “Essays on the Guita” es quizás el más notable de los muchos comentarios que han sido escritos sobre este texto sagrado desde Shankaracharya, mientras que su “Mágnum Opus, The Life Divine”, su masivo poema épico “Savritti” y numerosos otros trabajos son un testimonio de su gigantesco intelecto y profunda intuición.

Shri Aurobindo

Shri Aurobindo rechazó el concepto tradicional hindú de salvación individual y enfatizó aquellos aspectos del Hinduismo que hablan sobre levantar la conciencia colectiva de la raza. El concepto clave de su pensamiento era el de evolución espiritual. Según Aurobindo, el hombre es el resultado de millones de años de evolución desde organismos unicelulares a través de minerales, vegetales y formas animales. Sin embargo, el hombre para Aurobindo no es el final de la evolución. Postula una evolución todavía mayor, desde hombre a súper-hombre con facultades mentales sobrenaturales. De hecho dijo que en el próximo salto quántico en esta aventura evolutiva, la humanidad saldría de su situación actual para conseguir su destino espiritual. Shri Aurobindo escribió mucho sobre este gran salto, y presentó como medio para conseguirlo un camino propio que llamó Yoga Integral, que busca unir los cuatro caminos del Yoga, en uno solo, multifacético. La meta de Shri Aurobindo no era la salvación individual, ni siquiera la salvación de la raza, sino un cambio fundamental en la textura de la conciencia terrestre, la creación de “un nuevo cielo y una nueva tierra”. A menudo ha sido descrito como un pionero de lo sobrenatural. El Yoga Integral de Shri Aurobindo, trabajado en conjunto con su compañera, la francesa Madame Alfassa, más conocida como “la Madre”, tenía tres direcciones principales: primero, una entrega completa e integral a lo divino; segundo, levantar la conciencia humana a un nivel sobrenatural, y tercero, un retorno a la tierra después de absorber el poder y la luz de lo sobrenatural de modo que su influencia pueda ser sentida en la vida terrestre. Este énfasis en evolución, basado esencialmente en los textos hindúes, marca un nuevo desarrollo en el Hinduismo contemporáneo. 5) Mahatma Gandhi (1869 – 1948) Mahatma Gandhi es conocido en el mundo entero porque le dio al movimiento de liberación de la India una dirección única, basada en dos conceptos, Satya y Ahimsa, verdad y no-violencia, conceptos que convirtió en las piedras angulares de su filosofía política. Vestido sólo con un taparrabos, fue capaz de remecer las fundaciones mismas del Imperio Británico. El movimiento de liberación de la India marcó el final de la era colonial que había dominado la escena mundial en los tres siglos anteriores. La independencia de India en 1947 anunció la libertad de docenas de otras naciones que habían estado sometidas a la subyugación colonial. Mahatma Gandhi es reverenciado hoy en India como el Padre de la

Nación, y sigue siendo una fuente de inspiración en India y en cualquier parte donde el hombre esté tratando de conseguir su libertad. Es conveniente recordar, sin embargo, que el enfoque que Gandhi le dio a la política estaba firmemente enraizado en principios hinduistas. Era un hinduista devoto y pasará a la historia como uno de los más grandes reformadores sociales que el Hinduismo ha producido. De un cierto modo, combinó las dos corrientes de pensamiento en el movimiento de liberación: radical y moderado. Mientras aceptó la meta de los radicales de “Purna Swaraj”, o libertad completa, también insufló nueva vida en el movimiento reformatorio que era atrayente para los moderados. La principal contribución de Gandhi 257 al Hinduismo es la forma como él se ocupó del problema de los “intocables”, cuyo mal trato ha sido una de las características más penosas de la sociedad hindú. Les dio un nuevo nombre, “Harijans”, o hijos de Dios, e hizo un gesto simbólico de convivir con ellos a donde quiera que fuese, limpiando personalmente letrinas y dándole a estas clases un nuevo sentido de auto estima. Los cambios en la legislación e instituciones educacionales son un resultado directo de la influencia de Gandhi y del líder Harijan, Dr. B. R. Ambedkar. Otra contribución hecha por Gandhi, fue involucrar a las mujeres, en grandes números, en el movimiento de liberación, y el énfasis que puso en su emancipación social. Su “programa constructivo”, que incluía la propagación y comercialización de artesanías, tuvo un efecto igualitario en la sociedad hindú. Todas sus reuniones en las que se oraba, comenzaban con “Randhun”, el nombre del Señor, y su concepto de gobierno perfecto estaba representado por “Ram Rajya” el gobierno en los días de Shri Rama. Escribió también un comentario sobre el Bhagvadguita, texto que para él era una permanente fuente de inspiración. Incentivó la adoración de las vacas, no tanto por razones religiosas, sino como un símbolo de simbiosis benevolente entre los humanos y los animales.

1869 - 1948 Gandhi

El concepto de “Verdad” de Gandhi está profundamente basado en la tradición hindú. La famosa frase del Mundaka Upanishad, “Satyameva Jayate” (solo la verdad triunfa), constituía su lema, y posteriormente fue adoptado como el lema nacional de la India después de la independencia. Su insistencia sobre Ahimsa, (no violencia) también tenía sus raíces en un aspecto del Hinduismo, aún cuando este aspecto es más enfatizado en el budismo y el Jainismo. Su autobiografía “Mis experimentos con la Verdad”, es un notable documento que muestra las profundas convicciones de Gandhi. Aunque nunca dijo ser un líder religioso, y siempre mostraba humildad en estas materias, era categórico cuando decía que para él la religión tenía supremacía sobre cualquier otro aspecto, y que era absurdo pensar que la política nada tenía que ver con la religión. Enfatizaba siempre el concepto hindú de la unidad esencial y la armonía entre todas las religiones, y en sus reuniones no faltaban las lecturas de pasajes de escrituras de otras religiones. Gandhi fue en gran medida influenciado por los santoscantantes de la edad media, en especial Kabir y Mirabai con quienes compartía la simpleza y el contacto con las masas. Durante sus tres décadas de preeminencia política, la contribución de Gandhi a la regeneración del Hinduismo y a la reforma de la sociedad hindú, fue monumental.

Adicionalmente a estas cinco notables figuras del Hinduismo moderno, numerosas otras personas han hecho contribuciones a la regeneración y reinterpretación del Hinduismo en el siglo veinte. La mayoría de ellos ha fundado sus propias sociedades y organizaciones religiosas. Entre estas personas se incluyen a Paramhansa Yogananda que predicó en Estados Unidos y fundó la “Yogoda Society”; Swami Nikhilananda y Swami Prabhavananda de la Misión Ramakrishna en Estados Unidos; Swami Shivananda de Rishikesh, que fundó la “Divine Life Society”; Swami Bhaktivedanta Prabhupada, cuyo “Krishna Consciousness Movement” ha dejado una gran marca en occidente y Shri Krishna Prem, un inglés que escribió brillantes comentarios sobre el Bhagvadguita y los Kathopanishads, y quien, junto con su Guru Yashoda Ma, fundaron un templo a Krishna cerca de Almora en los Himalayas. Entre aquellos todavía activos al momento de escribir estas líneas y otros que no hace mucho estaban vivos, hay que destacar a Shankaracharya de Kanchi

Kamakoti Pitha en el sur de la India; al Swami ciego, Gangeshwarananda, que ha hecho un trabajo notable interpretando y popularizando los Vedas; Maharishi Mahesh Yogui con su Meditación Trascendental; Swami259 Ranganathananda y otros santos de la Misión Ramakrishna; Swami Chinmayananda, que fundó su propia misión para la regeneración del Hinduismo; el brillante, pero controvertido Bhagwan Shri Rajneesh (Osho); Sai Baba con sus sorprendentes materializaciones y Shri Madhava Ashish, que continúa con la tradición de su Guru, Shri Krishna Prem, en Mirtola. Una palabra especial se merece también J. Krishnamurti quien, aunque él no lo acepte, está profundamente enraizado en la tradición hinduista, y Pandit Gopi Krishna, que ha escrito notables libros sobre Kundalini. La contribución del Hinduismo en el pasado a la civilización mundial ha sido multifacético. Cubre, para mencionar solo algunos campos, las matemáticas (el descubrimiento del “cero” o Shunya, un requisito esencial para avanzar en esta ciencia); la medicina (a través del Ayurveda, uno de los más antiguos e integrados sistemas de medicina que existen); la arquitectura (que produjo maravillas tales como las cuevas de Ellora, talladas en la roca viva, y las grandes ciudades-templos del sur de la India); la danza (con el Bharata Natyam y otras formas de danza basadas en el gran tratado Bharata, el Natya Shastra); la música (tanto en la tradición de Karnataka y en la Hindustani que han tenido un importante impacto en occidente); psicología (a través del Yoga, que representa la más profunda búsqueda de los misterios de la mente humana); lingüística y literatura (a través del sánscrito, que no tiene paralelos en su poder y majestad, y otros importantes idiomas, incluyendo el Tamil); y, por supuesto, la filosofía (desde las iluminadas declaraciones de los Upanishads a través de los corredores del tiempo, hasta llegar en el siglo veinte, a Swami Vivekananda y Shri Aurobindo). En estos y otros campos, la mente hindú ha contribuido al conocimiento humano de una manera como pocas religiones lo han hecho.

El Jainismo El Jainismo, al igual que el Hinduismo y el Budismo, es una de las tres grandes religiones de la India. Mientras que las otras se esparcieron más allá de las fronteras de la India, el Jainismo se ha mantenido dentro de sus límites. Se estima que el número de seguidores de esta religión sea hoy de unos cinco millones, la mayoría de los cuales pertenecen a la comunidad mercantil.

El Jainismo no tiene líderes y sus seguidores no adoran a ninguna deidad. Siguen las enseñanzas de 24 Tirthankaras o santos. El último de ellos, y el más significativo fue Mahavira. La palabra Jain deriva de Jina, o aquel que ha conquistado enemigos tales como el apego, la pasión, los celos, etc. En la antigüedad, se llamaba a los grandes santos, o a aquellos que habían logrado liberar su alma, Jina o Buda. Los eruditos modernos prefieren llamar el Jainismo y Budismo, Shrama - nika, o religión que pertenece a la tradición ascética Shramana, en oposición a la Védica, Bramánica o hindú. Los Tirthankaras Tirthanka es un término que durante mucho tiempo ha estado reservado exclusivamente para los Fundadores de la doctrina Jain, que organizaron el Jain Sangha, (la iglesia Jain) compuesta de Saddhus, (monjes), Sadhvis (monjas), Shravaks (hombres laicos) y Shravikas (mujeres laicas). Tirtha es la iglesia Jain y un Tirthankara es aquel que establece y organiza la iglesia Jain. Los escritores Jain ofrecen otra explicación del término Tirthankara: constructores del Tirtha, el medio por el cual uno cruza el océano del sufrimiento. Los Jain creen que los veinte y cuatro Tirthankaras aparecen en cada mitad de un ciclo-tiempo y han hecho esto desde el inicio de los tiempos y continuarán haciéndolo. Las dos mitades, Aras, de cada ciclo-tiempo se llaman Utsarpini, u orden ascendente en el progreso gradual del hombre, y Avasarpini, u orden descendente que muestra el retroceso gradual del hombre. La doctrina Jain es por lo tanto, eterna, y los Tirthankaras la reestablecen de tiempo en tiempo. De los veinticuatro Tirthankaras que florecen en el Avasar- pini actual, Rishaba o Adinatha, de un pasado muy remoto, fue el primero; el número veinte y dos fue Neminatha o Arishtanemi, que en la mitología Jain se asocia con Krishna, como primo, y que obtuvo el Nirvana sobre el Monte Girnar, en Saurashtra, Gujarat. Las vidas de veinte y dos Tirthankaras, desde Rishaba a Neminatha, pertenecen más al dominio de la mitología que al de la historia. Pero el Tirthankara número veinte y tres, Parshva es aceptado por los investigadores modernos como un hombre histórico que vivió en el siglo ocho Antes de Cristo, alrededor de 250 años antes de la muerte del último Tirthankara, Varddhamana Mahavira. Los nombres de los veinte y cuatro Tirthankaras son: 1) Rishabha 2) Ajita 3)

Sambhava 4) Abhinandana 5) Sumati 6) Padmaprabha 7) Suparshva 8) Chandraprabha 9) Pushpadanta o Suvidhi 10) Shítala 11) Shreyamsa 12) Vasupujya 13) Vimala 14) Amanta 15) Dharma 16) Shanti 17) Kunthu 18) Ara 19) Mali 20) Munisuvrata 21) Nami 22) Nemi o Arishtanemi 23) Parshva y 24)261 Varddhamana Mahavira. Parshva era el hijo de Ashvasena, rey de Varanasi. Después de vivir con la familia real hasta la edad de treinta años, se retiró del mundo y se dedicó a austeridades y prácticas ascéticas. Durante este tiempo fue agredido por otro ascético, que no era Jain, llamado Kamatha, pero Parshva fue protegido por un Naga, Dharanendra. Este incidente, mezclado con elementos sobre naturales ha sido un tema muy popular en el arte, esculturas y pinturas Jains, especialmente entre los Digambaras. Varios relieves esculpidos se encuentran en el sur, en Ellora, Aihole, Badami, Kalugumalai, etc. En el Uttaradhyayanasutra, un sacerdote Jain relata la conversación entre Keshin, un monje de la orden de Parshva con Gautama, el primer discípulo de Mahavira. Consideraron en esa conversación el uso de determinado tipo de ropa, y concluyeron que signos externos tienen poca consecuencia y solo sirven para identificar a los diferentes grupos religiosos. Mahavira y sus monjes-discípulos no usaban ropa, al igual que los seguidores de Rishaba. Los seguidores de los Tirthankaras tenían la opción de usar o no ropa. De ahí que los seguidores de Parshva las usaban y los seguidores de Mahavira andan hasta hoy completamente desnudos. En todo caso, esta pequeña diferencia es superficial y no afecta la doctrina. El siglo sexto Antes de Cristo fue un período de gran actividad intelectual no solo en India, sino que también en otras partes del mundo como Grecia, Persia y China. En India, en los tiempos de Mahavira, las distinciones de clases y castas, la oligarquía sacerdotal con sus sacrificios y complejos rituales que incluían el sacrificio de animales, llegó a ser una fuente de explo- tación humana y de irritación social. Se inició como respuesta a esta situación un proceso de rebeldía, tanto filosófica como ética, independientemente de lo que dijeran las escrituras. Además de los Arios Védicos había una gran masa de la población con diferentes culturas, creencias, supersticiones, tradiciones y concepciones sobre los dioses y diosas. A medida que los Arios entraron en contacto con ellos, una cierta fusión cultural y racial fue inevitable. Esto llevó a una visión más amplia y a una mayor libertad de pensamiento. Los Kshatriya, la clase guerrera, desafió la supremacía de la clase Brahmánica, y puesto que éstos jugaban un rol

preponderante en los sacrificios, en especial en las matanzas, gradualmente se convirtieron en el blanco de los ataques de los Kshatriya, de los cuales dos príncipes, Mahavira y Gautama el Buda, lograron organizar su propia secta religiosa con su propia teología, filosofía, reglas de conducta y adoración. Mahavira El padre de Mahavira, Siddartha, pertenecía al clan de los Naya, mientras que su madre, se dice haber sido una Trishala o Vasishthi. Los Shvetambaras creen que Mahavira fue concebido en el útero de una mujer Brahmán llamada Devananda, pero el feto fue más tarde transferido al útero de una mujer Kshatriya, Trishala, por Harinegameshin, el comandante del Dios Indra, ya que Indra se dio cuenta de que ningún Tirthankara podía nacer de padres Brahmanes. La leyenda parece ser más bien reciente. En el texto canónico Shevetambara, el Bhagavati, encontramos a Mahavira respetando a Devananda como su madre, aunque no hay más detalles sobre esto en el Acharangasutra, el texto Jain que contiene información aún más antigua sobre la vida de Mahavira.

Mahavira

De acuerdo a la secta Jain de los Digambara, Mahavira se mantuvo célibe toda su vida, mientras que los Shetambaras sostienen que se casó con Yoshoda y tuvo una hija, Priyadashana. La hija se casó con un Jamali, que más tarde produjo la primera escisión en la iglesia Jain. A la edad de treinta, Mahavira renunció a la vida mundana y se hizo monje. Andaba completamente desnudo, no tenía ninguna posesión, ni siquiera un pocillo para mendigar o para tomar agua e hizo rigurosas austeridades. Permitía que los insectos treparan por su 263 cuerpo, e incluso que lo picaran. La gente le gritaba y a veces le pegaba debido a su tosca apariencia. Meditaba día y noche y vivía en diferentes lugares, bajo los árboles o cerca de las piras crematorias. Tratando de evitar cualquier actividad que pudiese ocasionar daño a otros, o a cualquier forma de vida, desarrolló la doctrina de Ahimsa. En sus caminatas por todos lados, soportó lenguaje abusivo y daños corporales, siempre con paciencia y ecuanimidad. Sus enseñanzas enfatizaron Samatva, o ecuanimidad. Después de doce años de tales austeridades, que incluían largos períodos de ayuno, Varddhamana Mahavira consiguió Kevalajnana, el conocimiento más elevado. Después de caminar por diferentes pueblos y ciudades ajeno a las inclemencias del tiempo durante treinta años, Mahavira consiguió el Nirvana en Pava, en la parte norte de Bihar, a la edad de 72 años, en el año 527 Antes de Cristo. Ahimsa Los Jain creen que los pensamientos son la fuente de la acción. La violencia en el pensamiento (Bhavahimsa), precede al daño físico, (Dravyahimsa). La violencia en pensamiento surge de la pasión, de los apegos y de las aversiones. La violencia en pensamiento es la mayor y más sutil forma de violencia. La vida de un seguidor laico se ciñe principalmente a evitar comer carne, miel, frutas, raíces, comer por la noche, beber vino, etc. Además debe desistirse de toda violencia, mentir, robar, contentarse con su propia esposa y limitar sus posesiones materiales. Estas son abreviaciones de los cinco Yamas: Ahimsa, Satya, Ashteya, Brahmacharya y Aparigraha. Literatura Canónica La literatura canónica de los Jains consiste en 12 Angas, 12 Upangas, 10 Painnas, 6 Chedasutras, 4 Mulasutras y 2 Chulikasutras, Nandisutras y Anuyogadvarasutra; colectivamente la literatura canónica Jain no pertenece a

una sola era. Los monjes Jains Hay dos tipos de monjes: Los Jina Kalpins que andan desnudos y usan el hueco de la palma de sus manos para comer o beber y no tienen posesión material alguna, y los Sthavira Kalpins que usan ropa, tienen un pocillo para mendigar, un objeto para remover el polvo y un pedazo de tela para tapar la boca e impedir que entren insectos. Ambos tipos de monjes deben cuidarse de dañar cualquier forma de vida, mentir, robar, tener sexo, posesiones, comer por la noche, sentarse sobre un sofá o silla, etc. Arte e iconografía Son conocidas en el mundo entero las pinturas en miniatura de los Jain Bhandaras, muchas de éstas, descubiertas en el noroeste de la India, entre el siglo diez y el siglo diecinueve. El trabajo en metal es uno de sus más conocidos. Miles de imágenes en metal que pertenecen a diferentes períodos, se preservan en diferentes templos en toda la India. La contribución de los Jains a la arquitectura es inmensa. Los templos en Girnar y Kumbhara en Gujarat, valen la pena visitar. Por otro lado, el Shravana Belagola en Karnataka es famoso por la estatua en piedra de Bahubali instalada en el siglo diez, que mide 17 metros y porque cada doce años una ceremonia de baño es celebrada por los Digambara Jains. Aunque de menor tamaño, dos imágenes colosales de Bahubali existen en Karkal y Venur, también en Karnataka. Jainismo y otras creencias Al igual que Samkhya Yoga, Nyaya Vaisheshika, Vedanta y el sistema Budista, el Jainismo también cree que la asociación de Karma con el alma no tiene comienzo, pues el comienzo está más allá de la comprensión humana. No existe para el Jainismo una disolución y creación periódica del Universo, como en los Puranas hindúes. Tampoco hay lugar para el creador Dios. Cada alma individual, en su puro estado de emancipación, es objeto de adoración para el hombre común. No creen tampoco en la autoridad de los Vedas. Tanto los Jains como los hindúes creen en la doctrina del Karma, siendo el principio básico de Samsara, el ciclo eterno de nacimiento y muerte, y vuelta a

nacer. A pesar de las diferencias doctrinarias, el Jainismo parece haber sido influenciado fuertemente por el Yoga y el Tantra hindúes. Tanto el Jainismo como el budismo se rebelaron contra la división Brahmánica de castas, sacrificios violentos, autoridad de los Vedas, etc. Ambos se preocuparon del sufri- miento humano en el ciclo de nacimiento y muerte, y propusieron soluciones propias. El Jainismo enfatizó la austeridad y total abstención de pertenencias. 265

Budismo Aunque tuvo su origen en India, esta religión se esparció más allá de sus fronteras durante el reinado de Ashoka, y penetró en casi todo el sur-este asiático, China y el lejano oriente. Recientemente, su influencia ha empezado a ser notada fuertemente también en occidente. Una de cada cuatro personas en el mundo es hoy budista. El budismo es más bien una filosofía espiritual que una religión. Su camino es un camino práctico. Su énfasis en la ética, humanismo, compasión y sabiduría, tiene todos los elementos para hacer de esta religión, una religión universal. En tiempo, el budismo cubre más de 2.500 años. En espacio cubre los países Theravada como Sri Lanka, Birmania, Tailandia, Camboya, Laos y partes de Bangladesh e India. También cubre los países Mahayana como Nepal, Bután, Tibet, Mongolia, Corea, Vietnam, Japón y China, aún cuando China no es estrictamente budista ya que el Taoísmo y el Confucianismo son igualmente importantes en ese país. Sin embargo, el budismo ha dominado el pensamiento chino durante muchos siglos. A cualquier parte que llegue el budismo, influencia la cultura de ese país, sea éste China, Japón, Corea o Tailandia. El arte de la dinastía T´Sang de China es considerado como uno de los más refinados en el mundo y es en gran medida budista. Muchas pagodas o templos tienen hermosas imágenes de Buda, estupas

de Sancho, cuevas de Amanta, pilares de Ashoka, etc. son un testimonio del exquisito arte que se desarrolló bajo la influencia del budismo. El budismo estableció también normas de tolerancia y compasión hacia las formas inferiores de vida que es difícil encontrar en otras religiones. Budismo es el resultado y comprensión de las enseñanzas –cuya palabra técnica es Sasana o Dhamma- de Gautama, el Buda. Es la religión y filosofía que creció alrededor de las enseñanzas impartidas por el maestro durante su vida y en los siglos que siguieron después de su muerte. Muchas veces el budismo se presenta equivocadamente como “pesimista”. Si eso fuese verdad, no encontraríamos adherentes en países como Birmania, Tailandia y otros países Theravada conocidos por ser uno de los más alegres en el planeta. Irónicamente, el budismo es una religión sin concepción de Dios. Podría ser incluida dentro de la categoría de religión mística, puesto que su propósito es alcanzar la pureza interna y la realización intuitiva de la unidad con el Universo. El budismo siempre luchó contra las castas, colores de piel y otras distinciones odiosas. Apoyó la libertad de las mujeres y su derecho de alcanzar los más altos pináculos espirituales. Su amor por los animales y la naturaleza se refleja profundamente en las escrituras. Un enemigo puede ser conquis- tado no con odio sino que con amor, tal como lo dice el verso número 5 del Dhammapada: En este mundo, el odio jamás cesa por medio del odio, sino que por medio de no odiar. Esta es la ley eterna. El budismo le da poca importancia al “Yo”. Por el contrario, el Yo debe ser eliminado para conseguir la iluminación, puesto que la idea de apegarse al Yo lleva a los deseos personales sin preocuparse de la miseria y sufrimiento de los otros. El budismo no considera ningún lenguaje como sacrosanto. Buda instruyó a sus discípulos predicar en la lengua de la gente. Esta actitud liberal es una de las razones de la popularidad de esta religión y de la rapidez con que se expandió. La impresión popular es que el budismo exige retirarse de todo lo mundano. Esto

no es correcto. El mismo Buda después de su iluminación, Bodhi, tuvo una vida muy activa. Viajó por todas partes durante cuarenta y cinco años, fundó el Sangha, la orden de la fraternidad budista que incluye también 267a monjas. Visitó

muchas ciudades y frecuentó a la nobleza y al pueblo. Lo mismo hicieron sus discípulos. El Buda introdujo lo que podríamos llamar hoy día, “democracia guiada” en el Sangha. Cada miembro tenía derecho a voto y la decisión del Sangha era tomada por mayoría. No solo el Buda manejó durante su vida el Sangha en forma democrática sino que después de su muerte continuó de la misma manera al no querer designar un heredero. Para enfatizar las virtudes del desapego y de no-posesión, se les prohibía a los monjes tener propiedades personales. Los muebles y otros artículos pertenecían al Sangha. De esta manera los intereses personales quedaban relegados. Los monasterios o Viharas se transformaron en centros para la difusión de la cultura budista, algunos de ellos incluso llegaron a ser excelentes centros educacionales como Nalanda y Takshashila, Vikramshila y Odantapuri. Atraían estudiantes desde el extranjero como se desprende de las memorias de viajeros chinos como Fa-hien, I-tsing y Yuan Chiang, que visitaron India y peregrinaron por diferentes centros budistas. El mensaje del Buda no solo cambió el curso del pensamiento indio, sino que también influenció enormemente los países vecinos. Una parte importante de la literatura budista pertenece a la literatura universal. La leyenda del Buda mantiene hasta hoy su frescura juvenil y vitalidad. Ha inspirado a poetas, escritores, intelectuales e incluso al hombre común. Su vida ha sido el tema de varias epopeyas y dramas. La epopeya clásica de Edwin Arnold, “The light of Asia”, vendió más de ciento cincuenta ediciones en occidente. Buda Nació alrededor del año 563 antes de Cristo, aunque hay un poco de controversia sobre esa fecha. El nombre de su padre era Shuddhodana y el de su madre, Mahamaya. Durante un viaje que hizo Mahamaya a la casa de sus padres dio a luz en el bosque de Lumbini. El emperador Ashoka visitó el lugar del nacimiento y para conmemorar el acontecimiento erigió allí un pilar con la inscripción

“Aquí nació Buda”. UNESCO desarrolló en Lumbini un centro internacional de peregrinaje. Al niño se le dio el nombre de Siddhartha; su nombre de familia era Gautama. Todo el mundo parece estar de acuerdo que Gautama abandonó su hogar cuando tenía 29 años y logró la iluminación o Boddhi bajo el árbol Bodhi en Boda Gaya cuando tenía 35 años y murió a la edad de 80. Desgraciadamente no existe una biografía sobre Gautama el Buda, y los textos que existen fueron escritos después que murió, y como ocurre casi siempre lo que pasó a nosotros es una mezcla de historia y leyenda. De acuerdo a la tradición, el niño Siddhartha llevó una vida de lujos y comodidades. A la edad de 16 años ganó en un concurso a su esposa Yashodhara. Tuvieron un hijo, Rahul. Los textos budistas nos informan que desde temprana edad Buda tenía una naturaleza meditativa. Nunca estuvo satisfecho con la vida acomodada que llevaba y se sentaba durante horas a meditar.

La historia de Buda nos dice que a pesar de los esfuerzos de su padre de mantener alejado a su hijo de la realidad del mundo, pues la profecía decía que el niño llegaría a ser un gran rey o un asceta, el joven príncipe salió una vez del palacio en un carro y vio en la calle primero a un hombre viejo, luego a un hombre enfermo y enseguida el cuerpo de un muerto. En cada ocasión le preguntó al conductor del carro el significado de lo que había visto por primera vez en su vida. “Esto sucede a todos los hombres” respondió el conductor, y el príncipe se conmovió al saber que la vejez, la enfermedad y la muerte eran parte de la existencia. A continuación el príncipe vio un mendigo. El conductor le informó que era un hombre sin casa. La conversación con el conductor tuvo un profundo efecto en la mente del joven. Las escrituras hablan luego de la gran renunciación del Buda. Retornó269 al palacio perdido en sus pensamientos sobre lo que había visto y en las respuestas que el conductor le había dado. Decidió abandonar su hogar en busca del lugar donde no existiese nacimiento, muerte, enfermedad o sufrimiento. Una noche en que vio a las bailarinas de palacio bailar, su mente se reveló y decidió distanciarse de los placeres sensuales. Le vino un gran sentimiento de renunciación hacia los placeres mundanos y una gran compasión por el sufrimiento de la gente. Siddartha entró una noche a la habitación donde estaba dormida su encantadora esposa Yasodhara con una mano sobre el cuerpo dormido de su hijo Rahul y se despidió silenciosamente de ellos. En medio de la noche se fue con Channa el conductor de su carro y Kanthaka, su caballo y se alejó del palacio en busca de la inmortalidad. Se despojó de la ropa palaciega y vistió el ropaje de un monje. Cortó su largo pelo con su espada y se transformó en un asceta. El príncipe estaba decidido a encontrar una respuesta a las enfermedades y sufrimiento de este mundo y a la causa de la reencarnación. Primero fue donde Alara Kalama un sabio que había dominado el arte de meditar. Gautama vivió con él, pero no encontró respuesta al sufrimiento. Luego se acercó a otro maestro de meditación, el famoso Uddaka Ramaputta, pero su problema continuó sin ser resuelto. Gautama meditó solo durante seis años, sin ninguna guía, practicando las más austeras y severas técnicas de tortura personal por lo que se debilitó mucho. Sin

embargo gracias a su gran fuerza de voluntad pudo conservar su cuerpo. Conquistó el miedo, dejó de lado cualquier deseo carnal, controló totalmente su mente, pero no pudo todavía alcanzar la iluminación. Gautama había disfrutado la vida de la riqueza y de los placeres mundanos. Ahora veía la otra cara de la medalla, con austeridades y mortificación personal. Se dio cuenta entonces que ningún extremo era bueno y que no conducían a ninguna parte. Decidió dormir y comer con moderación. Acompañándolo en sus penurias había cinco ascetas, que también estaban tratando de ver la verdad. Al ver el cambio de actitud del Buda lo abandonaron con disgusto, pensando que Gautama regresaría a la vida de lujos y placeres. Un día Buda aceptó una tasa de leche y un poco de comida que le ofreció Sujata, la hija de un hombre rico. Después de comer y de bañarse, se sentó con las piernas cruzadas debajo de un árbol, que más tarde fue conocido como el árbol Bodhi, determinado a iluminarse o a morir. Dijo, “Dejen que mi piel, mis nervios y mis huesos se pudran y que mi sangre se seque, pero no me moveré de aquí hasta no conseguir la iluminación. Fue en la noche de luna llena que Gautama consiguió la iluminación, o Bodhi, y de ahí en adelante fue llamado “Bhagavan Buda”. Se dice que fue durante el proceso de iluminación que Buda descubrió la ley Paticcasumuppada, el ciclo de doce causas y efectos que condicionan el mundo. Enseguida Buda fue a Varanasi (Benares) a predicar su doctrina a los cinco ascetas que lo habían abandonado. En la noche de luna llena les habló del “camino intermedio”, el camino en el que hay que evitar los extremos, y también “Las Cuatro Nobles Verdades”, que conforman los fundamentos del budismo. Esto incluye el Noble Camino Octuple, que también es llamado “el camino del medio”. Inicialmente los ascetas estaban recelosos, pero la carismática personalidad y el hecho de haber conseguido la iluminación terminó de convencerlos y se convirtieron en sus monjes. De ese modo parte la fundación del Sangha budista. El primer sermón de Buda a los cinco monjes se llama Dharmachakra-Pravartana, o poner en movimiento la Rueda de la Rectitud. Asi comenzó Buda a predicar durante cuarenta y cinco años, en los que encontró nobles y gente del pueblo. Quienquiera que se encontrara con el maestro se convertía de inmediato. Algunos eran discípulos laicos o Upasakas y otros, monjes o Bikkus, miembros del Sangha.

Buda entró en Mahaparinirvana a la edad de ochenta años. Nació entre dos árboles y también murió en el mismo lugar. Justo antes de morir dio sus últimas instrucciones a miles de monjes y seguidores que se habían reunido para estar con el maestro en sus últimas horas. Sus palabras memorables fueron: “Todas las cosas son pasajeras. Esfuérzate diligentemente por tu propia salvación”. Los restos de Buda fueron cremados con honores reales. Su muerte ocurrió durante la luna llena, en Abril-Mayo, del mismo modo que su nacimiento e iluminación. El Vaishaka Purnima, es celebrado por todos los budistas. Se le dio a Buda el calificativo de “Bhagavan”, porque no existe la con - cepción de Dios en budismo. Esta palabra no significa Dios, pero alguien que ha sido bendecido con todo el poder, esplendor, fama, riquezas y conocimiento. Es el término más respetuoso utilizado por los creyentes. 271

Después de su iluminación Buda se refería a sí mismo como Tathagata, “Así venido”, o “Así ido”, como los Budas anteriores a él. En los comentarios budistas hay muchos significados para esta palabra. Debe ser dicho que en los primeros tiempos del budismo Buda era retratado más como un hombre que como un súper-hombre, o como una deidad omnipotente. En su vejez, Buda se quejó de dolores de espalda. Los textos hablan de Buda como un hombre apuesto que inspiraba confianza. El proceso de endiosamiento comenzó muchos años después de su muerte, con el advenimiento de la secta Mahasanghika. Buda fue un profesor por excelencia, siempre confiado en sí mismo, con mucha facilidad de palabra, compasionado, siempre instruía a sus discípulos cómo llevar una vida virtuosa y ayudar a sus semejantes. Hay muchos ejemplos de la compasión de Buda por sus semejantes. En una oportunidad un monje estaba muy enfermo, pero sus compañeros lo abandonaron puesto que ya no servía al Sangha. Cuando Buda se enteró de esta situación, él fue personalmente a cuidarlo. Dijo en aquella ocasión al grupo de monjes: “Ustedes no tienen ni padre ni madre que los cuide. Si no se cuidan entre ustedes, ¿Quién los va a cuidar?” La vida de Buda era un libro abierto. Nunca se guardó sus conocimientos. Muy por el contrario siempre los compartió. En una ocasión declaró: “Abran sus

oídos, pues la liberación de la muerte se encuentra aquí y ahora”. Buda frecuentemente usaba parábolas para comunicarse en lugar de presentar su doctrina de una manera árida. Buda hacía énfasis en que lo único sustancial era la eliminación del sufrimiento o Dukka. Era contrario a la superstición y a la fe ciega. Enseñó que nadie debería creer simplemente porque las palabras habían sido pronunciadas por algún sabio, o estaban escritas en algún libro sagrado. De acuerdo a Buda, el sabio ve la vida en la perspectiva correcta, y la ve como un todo. Creía también en el auto examen. La actitud de Buda era la de un moderno científico. Ver todas las cosas en forma despasionada, objetivamente, sin asumir nada y probando todo. Difusión del budismo Después de la muerte de Buda, se produjo una escisión en el Sangha. Ahora que el maestro ya no estaba las diferencias sobre sus enseñanzas se comenzaron a producir. Varios consejos estuvieron dedicados a analizar las palabras del maestro y en el tercer consejo, en tiempos de Ashoka, habían aparecido más de veinte diferentes escuelas. Esto se ve como una muestra del dinamismo de las ideas budistas, influenciadas posiblemente por el pensamiento prevale- ciente de la época. El budismo comenzó a cruzar las fronteras, con el sublime mensaje de amor, compasión y sabiduría. Se estima que el número de budistas en India es de alrededor de cuarenta millones de personas. La mayor parte de ellos está en el estado de Maharashtra, donde el fundador del movimiento neo-budista y arquitecto de la constitución de la India, el doctor B. R. Ambedkar, se convirtió al budismo en una ceremonia especial con un inmenso grupo de seguidores, la mayoría de ellos “intocables”, en 1956. De esta manera los desposeídos, oprimidos y relegados por la sociedad encontraron en el budismo un medio de liberarse sicológicamente. El neobudismo también se esparció a otras partes del país. Los budistas de los Himalayas en lugares como Ladakh, Sikkim, etc. se podrían llamar “budistas tibetanos”, pues su práctica es básicamente una parte del Mahayanismo con un cierto contenido de prácticas como Tantra, ocultismo y esoterismo. En lugares como éstos siempre ha habido una fuerte inclinación de sus habitantes por la religión. La gente tiene gran fe en sus Lamas. Hay numerosos monasterios y Stupas.

El exilio del Dalai Lama y de los refugiados tibetanos después de la ocupación china, ha sido una bendición disfrazada para la gente que vive en la región de los Himalayas, pues ha enriquecido la vida cultural y religiosa de toda la región. El budismo Theravada también se esparció hacia Birmania, Sri Lanka, Tailandia, Camboya, Laos y en su forma Mahayana también a China, Japón, Vietnam y Mongolia. A dondequiera que llegó el budismo, se impregnó de las costumbres y ritos locales. En el budismo tibetano, junto con las antiguas doctrinas, uno encuentra cultos Tántricos y mágicos. En Japón se desarrolló el “budismo Zen”, que cree que la iluminación va directa y en forma instantánea al corazón del hombre. Sri Lanka recibió el budismo a través del hijo de Ashoka, Mahindra y de la hija, Sanghamitra, en el siglo tres antes de Cristo. A China entró en primer siglo después de Cristo, cuando el emperador Min Ti invitó a dos monjes indios. A Birmania entró en el mismo siglo. Japón lo recibió en el siglo VI después de Cristo, a través de Corea. De este modo el budismo fue entrando en cada región de Asia, y hoy día es una de las principales religiones en el mundo.273 Teoría del Karma Al igual que en el Hinduismo y Jainismo, el budismo también cree en el Karma. Pero el budismo no cree que el resultado de las acciones propias pueda ser borrado por medio de la oración, o por gracia divina. El budismo cree que el Karma es la ley por medio de la cual malas acciones (Akushala) traerán efectos degenerativos y las buenas (Kushala), traerán buenas cosas. Cada acción produce sus impresiones, y estas impresiones determinan el curso de nuestras vidas, hacia arriba o hacia abajo. Las diferencias que encontramos en el carácter de ciertos individuos –algunos son crueles, otros compasionados, etc.- se deben a Karmas pasados que han acumulado. El budismo se dirige a la purificación de la mente mediante la ejecución de buenas obras, de tener buenos pensamientos, amor, generosidad, amabilidad y compasión. Nosotros mismos podemos experimentar que el efecto de una buena obra es satisfacción y paz mental y que el resultado de una mala acción es intranquilidad, miedo e inseguridad. Reencarnación

El budismo cree en la reencarnación de la cual se liberará sólo cuando haya conseguido Nirvana. Suena paradójico que haya reencarnación pero no alma. El budismo no cree en nada que salga del cuerpo al momento de la muerte y se reencarne en otro cuerpo. Algunas escuelas budistas más recientes postulan la continuidad de las fuerzas vitales. Hay una continuidad pero nada permanece igual. En consecuencia no hay nada permanente o que no cambie, no hay alma inmortal (Atman), que transmigra. Es una serie que continúa sin interrupción alguna, cambiando a cada momento. Se puede dar el ejemplo de la llama de la vela, que arde durante la noche, y no es la misma, pero tampoco es diferente. De acuerdo al budismo, si hay un deseo de vivir, el hombre toma una nueva forma al nacer, en un proceso continuo. La fuerza de la vida continúa en el ciclo de vida y muerte, y se detiene solo cuando el hombre alcanza la meta suprema de Nirvana. La mente y su poder La tradición religiosa india siempre ha dado gran importancia a los poderes internos de la mente, pero el budismo le ha dado una importancia especial a la cultura mental. Los poderes internos de la mente y sus recursos son infinitos, y el budismo asigna gran importancia a desarrollarlos lo más posible a través de la meditación para sacar todas las telas de arañas o aflicciones de la mente, Kleshas. Es el pensamiento, volición y cognición lo que más importa en el desarrollo de la mente. Es correcto lo que se dice sobre la guerra, que primero parte en las mentes de los hombres y luego aparece en forma física. En los versos 42 y 43 del Dhammapada, se dice que una mente descarriada puede envolver a un hombre en tal miseria que ni siquiera un enemigo podría, y que la correcta actitud mental puede hacer más bien que la proximidad de los propios padres. Surgió una escuela llamada Vijnanavada que desarrolló la teoría de “sólo mente”. Esta idealista escuela creía que los objetos externos eran solo una proyección de la mente. La purificación interna o Chitta-Vishuddhi es más importante que los rituales. Una zambullida en el río Ganges con una mente descarriada no producirá la salvación. Una actitud mental correcta puede producir paz y alegría a todos. Budismo Zen

El budismo Zen cada día atrae más adeptos tanto en oriente como en occidente. Se desarrolló en Japón. Llegó a Japón desde China, pero sus raíces están en India. El propósito del Zen es ir más allá del intelecto. El intelecto es solo un instrumento del conocimiento. El Zen apunta a la iluminación directa e instantánea. Todo lo demás debe ser abandonado. Incluso el Dharma. Zen es “Jiriki”, es decir, esfuerzo personal, al contrario de otras corrientes que favorecen la salvación por medio de poderes externos. Zen se inspiró en algunos de los primeros comentarios de Buda: “Debes ser una isla dentro de ti mismo. No dependas de otros”. Es un acto de descubrimiento personal. Debido a la ignorancia la gente no reconoce la naturaleza de Buda dentro de uno mismo. El Zen desarrolló su propia técnica para alcanzar Satori, la palabra japonesa que significa iluminación. Zen usa Koans como un instrumento de meditación. Son una especie de adivinanzas sobre las que uno debe pensar hasta que el intelecto se cansa. Esto lleva a una iluminación instantánea. Theravada Significa “Doctrina de los Ancianos”. Se refiere a los monjes ancianos275 (Theras) del Sangha. Se considera como la primera y más antigua doctrina del budismo. El propósito de un Theravada es alcanzar Nirvana a través del triple proceso: conducta ética, disciplina mental y alto conocimiento o sabiduría. Hinayana Significa “Pequeño Vehículo”, que lo lleva a uno a la iluminación. Busca su propia iluminación y no guía a los demás. Mahayana Significa “Gran Vehículo”, que lo lleva a uno a la iluminación. Los segui - dores de esta escuela creen que Buda enseñó la salvación universal. Uno no debiera tratar de conseguir un Nirvana personal. Uno debe tratar de transformarse en un Bodhisattwa y preocuparse de actividades altruistas. Un Bodhisattwa es un futuro Buda.

Sikkismo

La religión Sikh que se originó en Punjab a partir de las enseñanzas de Guru Nanak (1469-1539), es una fe monoteísta, cuyos adherentes se encuentran en todas partes de la India y en muchas otras partes del mundo. Se estima su número en veinte millones. El área principal de concentración del Sikkismo se encuentra en el Punjab, pero muchos Sikhs se encuentran también en los estados vecinos como Haryana, Delhi, Himachal Pradesh, Janmmu y Cachemira. Los Sikhs son considerados excelentes agricultores. En las grandes ciudades como Mumbay y Calcuta los Sikhs están involucrados en diferentes comercios. Tienen sus propias escuelas y universidades. Son conocidos también por contribuir a las obras de caridad. En occidente la mayor población de Sikhs se encuentra en Inglaterra, donde tienen sus propios templos. Lo que más ha impresionado al mundo son sus atributos marciales. Son excelentes soldados y oficiales. Otra cualidad, es su gran patriotismo, lo que les ha ganado mucha admiración y respeto. Los Sikhs son fácilmente reconocibles por su apariencia física. Nunca se cortan ni el pelo ni la barba, y se cubren la cabeza con un turbante. No se les permite que usen ningún otro tipo de adminículo en la cabeza. Uno debe dirigirse a ellos usando el honorífico “Sardar” o “Sirdar”, que significa “hombre de gran respeto”. Todos los nombres Sikhs terminan en “Singh”, que significa león. Esta es una orden que emanó del último apóstol, Guru Gobind Singh. Un número considerable de personas nacidas en Estados Unidos ha adoptado la fe Sikh. Guru Nanak El fundador de la fe Sikh fue Guru Nanak. Nació en el campo, en una familia sin mayores recursos económicos. Su casta era Khatri, que en las aldeas combinan labores agrícolas con pequeños negocios. Se narran ciertos milagros que habría hecho en su juventud. Nanak, como muchos otros niños de su clase, fue enviado a estudiar contabilidad, sánscrito y persa, el idioma de la administración. Por lo que se desprende de las escrituras, no tuvo ningún interés en estas cosas mundanas. Naturalmente esto puso ansiosos a sus padres que querían que su hijo sobresaliera en los negocios. Se dice que sobrevino una tensión entre los padres y el hijo rebelde. Se dice también que las primeras palabras que pronunció Guru Nanak después de haber recibido el llamado divino fueron: “No hay hindúes ni

musulmanes”. Con esto quiso decir que antes los ojos del Señor, todos los hombres eran iguales, a pesar de las diferencias en sus creencias. Para difundir sus enseñanzas y tratar de terminar con las disputas entre religiones y entre sectas, caminó en cuatro diferentes direcciones y tardó en total treinta años. En sus peregrinaciones el mensaje era el mismo: bañarse en lugares sagrados no tenía según él ningún mérito, si el corazón de uno no estaba libre de maldad. Bañar el cuerpo y dejar la mente impura era para él como lavar por fuera un jarrón lleno de veneno por dentro. En lugares como Benares, los eruditos Brahmines lo desafiaron a debatir con ellos sobre temas como los Sahstras y los problemas de pureza o impureza ritual. Guru Nanak enseñó que todos los hombres eran iguales al nacer. Su conducta hacía que fuesen puros o impuros. En los tiempos de Guru Nanak India estaba bajo el control de los gobernantes musulmanes cuya aristocracia explotaba al hombre común. Los hindúes, en especial la casta sacerdotal en esa época era muy corrupta. El mensaje a 277 ambas comunidades siempre fue un mensaje de humanidad, compasión y conducta ética. En India en esa época proliferaban las sectas de todo tipo agrupadas bajo el nombre genérico de Yoga. Guru Nanak expuso en sus escritos e himnos la verdadera naturaleza del Yoga. Decía que el verdadero Yoga nada tiene que ver con el “pocillo” del mendicante, con el cuerpo cubierto de cenizas, con los aros de vidrio, con los cuernos musicales o con sustancias alucinógenas. Vivir entre las impurezas del mundo como la flor de loto en el agua, enraizada en ella y sin embargo inmaculada, debiera ser el ideal del Yogui.

Guru Nanak

En relación al eterno conflicto entre hindúes y musulmanes: “Ambos cami - nos son uno solo. Sólo el que se de cuenta de esta verdad será aceptado por Dios. Aquellos que piensen lo contrario y prediquen el odio se quemarán en el fuego del infierno”. De lo anterior se desprende que para Guru Nanak era de importancia cardinal la conversión del corazón, la formación de una visión espiritual. No importaba que fe profesara el sujeto y jamás le pidió a nadie que renunciara a su religión. Nanak fue duro para expresar su aversión a las invasiones foráneas, en especial las de Babar. Lamentó en cuatro himnos incluidos en el Granth Sahib, el sufrimiento de musulmanes e hindúes, quizás por primera vez en la historia. Después de viajar por diferentes partes de la India difundiendo su mensaje, decide establecer un centro alejado de las ciudades y aldeas, un centro desde el cual la luz de la verdad espiritual emanara hacia todas partes. Se estableció en un lugar llamado Kartarpur, en la ribera derecha del río Ravi junto a miembros de su familia y unos pocos discípulos. Este lugar tomaría la forma de un Ashram. Se dedicaron a la agricultura, a la oración y a la meditación. Los viajeros podían descansar allí, estar con el maestro, comer frugalmente y luego seguir su camino. Este es el comienzo de la institución Sikh de Langar, o comida gratis para los extraños y los pobres. Guru Nanak murió a los setenta años, en 1539. Aquellos que se transformaron en sus seguidores y que decidieron vivir de acuerdo a sus enseñanzas fueron llamados Sikhs. Sikh es la forma popular del término sánscrito, Shishya, que significa discípulo. Para que su mensaje no se perdiera, se registró en el libro Adi Granth, que está en la forma de himnos de amor divino e idealismo espiritual. Como sucesor nombró a su discípulo Angad. Se cuenta que tanto musulmanes como hindúes se disputadoron el cuerpo de Guru Nanak a su muerte, pues ambas comunidades lo veneraban. Al abrir el ataúd encontraron solo flores que se repartieron entre ambos grupos. La doctrina Como se dijo anteriormente, el Sikhismo en una fe monoteísta. Su concepción del Ser Supremo abraza los dos aspectos concebidos en la filosofía hindú: el que

no se atribuye, Nirguna y el atribuído, Saguna. En su aspecto no-atribuido, que no se puede conocer y es inaccesible a la mente humana, el Ser Supremo se llama Par-Brahma, para enfatizar su inescrutabilidad y carácter místico. Este Brahma se conoce en la terminología ortodoxa sánscrita como Brahman, y es diferente de la deidad Brahma, el aspecto creativo de la trinidad hindú. Guru Nanak prefería designar al no-atribuido Ser Supremo con el término Ek Onkar. Ek Onkar está al comienzo del texto Granth Sahib, y es invocado en todas las ocasiones cuando la bendición divina es buscada. Un Sihk piadoso, al comienzo de cualquier escrito, sea éste una carta, inscribirá las sílabas sagradas Ek Onkar. Este es el equivalente de Par-Brahma, o el Ser Supremo no-atribuido. El camino recomendado para el seguidor de la fe Sikh se llama Sahaj. Sahaj implica no violar o forzar ninguno de los principios de la naturaleza. No solo se opone la fe Sikh a los milagros, como una forma de demostrar eminencia 279 espiritual, sino que desaprueba el tratar de conseguir poderes sobre naturales. El camino de Sahaj se materializa en la forma de oración, meditación, concentración en la Divina Esencia. No es necesario el celibato o renunciar a la vida mundana. Otros Gurus La lista de sucesores de Guru Nanak no es larga, pero está llena de hechos notables. El primero fue Guru Angad; el segundo, Guru Amar Das, que tomó el liderazgo a una avanzada edad. Este Guru nombró como sucesor a su yerno, Guru Rama Das, a pesar de tener dos hijos. Guru Rama Das fue también poeta como sus predecesores y vivió hasta 1581. Se le recuerda principalmente por haber construído la lagunita sagrada llamada Amritsar, lagunita de la inmortalidad. Este lugar con el tiempo se fue transformando en el centro de la fe Sikh y en cierto modo, en la capital de la comunidad y una de las más importantes ciudades de la India. Es importante como centro religioso, como centro comercial con Asia Central y de alguna manera, la puerta de entrada a toda esa área, y durante el Imperio Británico, fue un importante centro de actividad patriótica. Guru Rama Das dejó como sucesor a su hijo Guru Arjan Dev, quien en el lugar donde su padre había construido la lagunita erigió un templo, el Hari Mandir. Este templo más conocido hoy como el Templo Dorado, es lo más sagrado en la fe Sikh. Alrededor de este templo creció la ciudad de Amritsar. El templo fue atacado y demolido por los invasores Mughales, que pretendían

terminar con la naciente fe. Miles de personas murieron defendiéndolo y se transformaron en mártires. En el siglo diecinueve, Ranjit Singh, el gran rey de Punjab, lo rehizo y cubrió sus paredes con mármol y revistió totalmente sus cúpulas con placas de oro, dándole gran magnificencia.

Templo Dorado

Otro de los logros del período de Guru Arjan fue la compilación de la escritura sagrada de la fe Sikh. Esto se conoce como Adi Granth. También se le llama Granth Sahib. La palabra Granth viene del sánscrito, y al igual que la Biblia o el Corán, significa libro, “El libro”. El texto final fue completado en 1604 y se depositó en el Hari Mandir. Guru Arjan fue torturado y ejecutado por el rey Jahangir. Su hijo Guru Hargobind le sucede a la edad de once años. Desarrolló un espíritu guerrero, dejó de lado las austeridades y se sentó en el trono. Guru Hargobind a su vez fue de lado las austeridades y se sentó en el trono. Guru Hargobind a su vez fue 1675), quien fue otro Guru que tuvo una muerte trágica a manos del Islam. Su hijo, y sucesor, Guru Gobind Singh tenía solo nueve años cuando lo sucedió. Fue un Guru guerrero. Creó el Khalsa. El Khalsa es una orden. Fue creada en 1699 cuando miles de seguidores se reunieron en Anandpur anunciando allí que necesitaba cinco hombres dispuestos a entregarle sus cabezas. Con la espada en la mano, esperó una respuesta. Después de una pausa inicial, uno, luego otro, cinco hombres se ofrecieron. Fueron los primeros que entraron en esta nueva orden. Estos primeros cinco y los miles que siguieron después fueron iniciados en una ceremonia con una daga, llamada Amrit o Khanda-Pahul. Se estableció un nuevo código con énfasis en estricta rectitud, heroísmo y disciplina. En la nueva orden cada cual debía velar por los otros como si fuesen hermanos, sin distinción de castas. Todos debían usar como segundo nombre el sufijo “Singh”, león. El código incluía las cinco K” –Kesh, prohibición de cortarse el pelo; Kara, un bracelete de acero; Kach, calzones; Kangha, peine y Kirpan, espada. Estos requerimientos fueron hechos obligatorios y son observados por todos los Sikhs hasta hoy. Conclusión La religión Sikh durante sus quinientos años de existencia ha jugado un rol significativo en la historia de India, como fuerza liberadora. Su influencia como fuerza espiritual también ha sido notable. Levantó la conciencia humana incul281 cando devoción al Unico Supremo Ser (Ek Onkar). Siempre tendió a eliminar el sectarismo. Nació entre dos grandes tradiciones, hinduismo e islamismo y se convirtió en una fuerza aglutinadora entre ambas. Abogó por la abolición de la “intocabilidad” y de la distinción entre castas. También le dio realce a la condición de las mujeres.

Zoroastroismo Zoroastroísmo es la religión predicada por el profeta Zarathushtra o Zoroastro del antiguo Irán. Era la religión de Irán en la antigüedad, pero hoy es profesada por una pequeña comunidad en varias partes del mundo, particularmente en India e Irán. A los Zoroastros se les conoce como Parsis, los residentes de la antigua provincia de Pars en la parte sur oeste de Irán. La comunidad Parsi que vive en la India, Irán y otros lados es una de las comunidades más pequeñas en el mundo. En la antigüedad los iraníes habían trabado lazos culturales, políticos y comerciales con muchas naciones del mundo antiguo. Los hindúes, chinos, egipcios, babiloneos, asirios, israelitas, árabes, griegos y romanos. Los Zoroastros actuales descienden de esos iraníes que florecieron y jugaron un importante rol en la historia del mundo, bajo las dinastías reales desde tiempos inmemorables, hasta aproximadamente mediados del siglo siete después de Cristo. Después de la conquista árabe y de la caída del último imperio iraní de los Sassanians en 642, la comunidad Zoroastria comenzó a declinar en número puesto que la mayoría de ellos se convirtió al islam. Un puñado de ellos se mantuvo fiel a su religión ancestral a pesar de las dificultades que tuvieron que enfrentar. Algunos de ellos se fueron de Irán y echaron raíces en la costa occidental de la India. En estos momentos hay alrededor de 150.000 Zoroastros en todo el mundo, y la gran mayoría de ellos vive en la India. A pesar de estar repartidos por toda la India, la mayoría está concentrada en Maharasthra y Gujarat. Las escrituras La primera escritura se conoce con el nombre de Avesta. Contiene las enseñanzas, sermones y oraciones compuestas por el mismo Zoroastro, pero también por sus discípulos. El Avesta es también el lenguaje utilizado en la escritura. Tiene una gran similitud y afinidad con la lengua de los Vedas. Se podría decir que son lenguas hermanas. Además del Avesta, algunos textos Zoroastros fueron compuestos durante y después del período de los Sassanian, en el idioma de esos tiempos, el Palhavi. Los textos religiosos compuestos en Palhavi en su mayoría son del siglo nueve.

En los siglos posteriores los textos en Palhavi y Avesta fueron traducidos al persa moderno. Los sacerdotes Zoroastros de la India estudiaron sánscrito y muchos de los textos de la religión Zoroastro fueron traducidos al sánscrito. Las escrituras del Zoroastroismo atrajeron la atención de estudiosos europeos, y sus textos fueron traducidos también a lenguas occidentales. Zarathustra Se dice que cuando nació sonrió y todo el país se llenó de luz. Las fuerzas del mal trataron de acabar con él cuando era un bebé pero los dioses lo protegieron. A la edad de 20 años se fue a vivir en las montañas donde pasó diez años meditando. Fue así como recibió la inspiración y el mensaje de fundar esta nueva religión. A los 30 años regresa a su ciudad natal y se dedica a difundir su religión y a formar sus primeros discípulos. Nada se sabe sobre su muerte, pero de acuerdo a la tradición, murió a la edad de 77 años. Monoteísmo El Zoroastroísmo reconoce a Ahura Mazda, “El Sabio Señor” como el único creador y amo de toda la creación. La palabra Avesta Ahura significa “Señor de la Vida”, y Mazda, “el que todo lo sabe, todo lo conoce”. De acuerdo al Zoroastroísmo el cuerpo humano está hecho de elementos terrestres, pero dentro de él hay elementos espirituales, poderes espirituales divinos sin los cuales el hombre no puede vivir. Entre los elementos espirituales del hombre, el más importante es el alma, porque el alma es el Ser espiritual del hombre. La palabra Avesta para alma es Urvan, que puede ser traducida como “el que elige”. Es decir, el hombre es libre entre dos caminos: el del bien que incluye la verdad, virtud, trabajo, servicio y filantropía, o el camino del mal, que incluye todo lo falso, vicios, holgazanería, egoísmo y debilidad. La vida humana 283

El Zoroastroísmo enseña que la vida humana es una bendición, pero también es un deber y una contienda. Es una bendición porque Dios nos ha dado un hermoso cuerpo con poderes físicos, mentales y espirituales. Dios ha hecho todas las maravillosas creaciones del la naturaleza que sostienen nuestra vida y sin las cuales no podríamos vivir. Cada momento de vida es una bendición divina, de una forma u otra. Los rayos del sol, las lluvias de los cielos, las plantas y árboles creciendo de la tierra, y muchos otras cosas, visibles o

invisibles. Pero nuestra vida es también un deber. Como seres humanos tenemos deberes hacia Dios, hacia nosotros mismos y deberes hacia los otros. Dios nos ha dado la vida y todas las buenas cosas que existen. Es, por lo tanto, nuestro deber mantener nuestros cuerpos limpios, sanos y puros de pensamiento, palabra y acción. Para el Zoroastroísmo la vida es también una contienda, una pelea continua contra el mal. La pelea es constante entre las fuerzas del bien y las del mal. Cada Zoroastro es un soldado peleando por las fuerzas del bien: virtud, verdad, servicio, etc. Sol y fuego Entre las buenas creaciones de Dios está el sol y el fuego. Ahura Mazda es el espíritu más benévolo, pero invisible para el hombre. Ahura Mazda está supuestamente “lleno de lustre, lleno de gloria”. En consecuencia todas las creaciones luminosas son consideradas como representantes de Ahura Mazda. En muchas partes de Irán había “fuegos sagrados” que se mantenían siempre encendidos. Se construyeron incluso templos para albergar estos fuegos.

SegundA pArTe

YogA: LA CienCiA deL Cuerpo Y deL ALmA

¿Qué es yoga? Yoga es un secreto. Es un secreto que no se puede comunicar. Cada uno debe descubrirlo por sí mismo. La literatura sobre Yoga crece y crece; cada autor tiene una mirada diferente sobre el mismo tema; esto es comprensible pues cada uno ha experimentado algo diferente y la gama de enseñanzas en tan vasta que es imposible que una sola persona domine todos los temas. Este libro contiene una visión más. El Dr. Garote del Kaivalya Dham Institute de Lonavla dice que “la finalidad del Yoga es el desarrollo armónico de toda la persona: cuerpo, mente y espíritu”.

Todas las genuinas escuelas de Yoga tienen la misma finalidad. Difieren sólo en los medios para conseguirla. Hatha Yoga es el tipo de Yoga más difundido en occidente. Hatha es una palabra sánscrita que significa “fuerza” y se refiere a la actividad física, característica de esta forma de Yoga. Las posturas del cuerpo juegan un rol prominente, junto con los ejercicios de respiración y relajación. Difieren de los ejercicios o gimnasia occidental que persiguen aumentar la fuerza y velocidad, o conseguir altos rendimientos físicos. El propósito del Yoga es obtener flexibilidad muscular junto con tranquilidad corporal, mental y espiritual. Desde el comienzo del siglo veinte, escuelas, Ashrams, centros y organizaciones de Yoga han comenzado a proliferar en todo el mundo occidental. Muchos son los profesores que han desarrollado técnicas propias, creando así “nuevos” métodos. De este modo las escuelas de Yoga tradicionales y no tradicionales continúan ramificándose en más y más escuelas. Chile no es la excepción. Hay ya tantas escuelas, que resulta difícil elegir entre ellas. Los tipos de Yoga como Hatha, Bhakti, Karma, Raja, etc. no deben confundirse289con las “escuelas de Yoga”, un fenómeno moderno, cuyos nombres sólo

distinguen el estilo de enseñar de un Guru o un establecimiento de otro. Las “marcas” más famosas del momento incluyen Iyengar, Bikram, Ashtanga, Dynamic y Shivananda. Para aumentar la confusión algunas escuelas de Yoga se han apropiado de palabras sánscritas que definen aspectos de sistemas o tipos de Yoga tradicionales para nombrar sus escuelas. “Ashtanga Yoga” por ejemplo, saca su nombre de los ocho miembros o partes del Yoga enunciados por el sabio Patanjali en sus Yoga Sutras. El Yoga es tan antiguo como la civilización y se practica hace miles de años. La gran cantidad de investigaciones en el campo de la ciencia moderna, de la filosofía y de la psicología, le han aportado solidez y seriedad a esta antigua disciplina. Al abordar metódicamente el estudio del Yoga nos damos cuenta que sus postulados están apoyados por miles de años y cientos de generaciones que han contribuido a su constante enriquecimiento haciendo de esta ciencia una disciplina eminentemente práctica que ayuda a lograr tranquilidad interna. Esta disciplina, magistralmente explicada en los Yoga Sutras del sabio Patanjali posiblemente alrededor del segundo o tercer siglo antes de Cristo, constituye uno de los seis sistemas filosóficos de la India. El propósito común de estas disciplinas es desterrar el sufrimiento. Los seis sistemas son: Samkya, Yoga, Vedanta, Mimansa, Nyaya y Vaisesika.

A pesar de la popularidad que ha ganado el Yoga recientemente, la mayor parte de los científicos y médicos no parecen estar demasiado entu- siasmados con esta disciplina. La mayoría de ellos ve al Yoga como algo místico, una especie de religión con poca base en el mundo moderno de la ciencia. La profesión médica está dominada por una excesiva reverencia hacia la “medicina basada en la evidencia”, que es el producto de estudios e investigaciones hechos en ambientes controlados tomando pruebas al azar. No es sorpresa entonces que no tomen en cuenta miles de años de introspección y de observación directa. Sin embargo, a medida que la medicina oriental como la acupuntura se abre camino en occidente ganando cada día más aceptación, el Yoga también, poco a poco comienza a llamar la atención, aún cuando falta mucho para que conceptos como Prana sean aceptados. Sin embargo, no hay duda de que también la práctica de Yoga contribuirá a despertar en este nuevo milenio un importante porcentaje del potencial inutilizado del ser humano. El Yoga es una forma suave, pero potente para obtener fuerza, flexibi - lidad, resistencia y serenidad mental. Aunque tuvo su origen en India, más y más personas en occidente están comenzando a practicar esta disciplina como una forma de lidiar con el estrés y las dificultades de la vida moderna. La persona común sabe hoy en consecuencia, que la práctica de Yoga hace el cuerpo fuerte y flexible y que reduce el estrés, una de las principales causas de hipertensión, insomnio, problemas respiratorios y digestivos. También sabe que el Yoga mejora el funcionamiento del sistema respiratorio, circulatorio, digestivo y hormonal. Pero lo que muchos no saben, es que el Yoga proporciona estabilidad emocional y claridad mental. Nuestra cultura occidental tiende a darle mucha más importancia y credibilidad a lo que se ve que a lo que no se puede ver. Todo el tiempo, sin embargo, nos afecta, y profundamente, lo que no se ve: sufrimos de ansiedad, depresión, tristeza, confusión, miedo, nerviosismo y de muchas otras cosas que a veces escapan al ojo. Las prácticas de Yoga nos proporcionan los elementos para trascender estos sufrimientos, y también para trascender los momentos de felicidad, porque incluso estos momentos contienen la semilla de sufrimientos futuros cuando la felicidad se acaba. Cuando realmente tenemos la “experiencia” de Yoga, de unión con el ser interno, experimentamos el aquí y el ahora. Prácticamente, la “experiencia de Yoga” se traduce en una mejor postura corporal, en una respiración más larga y conciente, en una mayor tranquilidad mental, en ser capaces de relajarnos física y mentalmente a voluntad, y en ponernos en contacto con nosotros mismos, con nuestro verdadero YO, un

verdadero desafío pues la sociedad moderna hace todo lo posible para que vivamos la vida en forma externa, para que juguemos un rol de acuerdo a la imagen que la sociedad y nosotros mismos nos hemos creado. La vida moderna nos impone una gran dosis de estrés y presiones y nos devuelve en cambio, pocas razones para vivir, para llevar una vida significativa. El Yoga puede contribuir efectivamente a llenar ese vacío en nuestras vidas. El Yoga no solo se preocupa de nuestra salud física, sino que también de nuestra salud mental, y en este sentido nos entrega herramientas para purificar nuestra mente y para alcanzar aunque sea parcialmente, autosuficiencia emo- tiva y espiritual. Digo parcialmente, pues es muy dificil alcanzar autosuficiencia total en estas dos áreas. Cuando seamos capaces de abandonar concientemente nuestros odios y resentimientos, la salud mental se hará cada vez más patente. Los miedos por su parte, tienen su propio mecanismo y cuando se exageran nos transformamos en víctimas. El Yoga nos ayuda a tomar conciencia de la necesidad de buscar en el subconciente el origen de muchos de nuestros problemas sicológicos y mentales que influencian negativamente nuestra salud mental. La herramienta más socorrida en Yoga para llegar a la fuente de nosotros mismos, de nuestro Yo, es la meditación. A través de ella tenemos la posibilidad de abrir 291 la ventana mental a la bodega donde se almacenan todas las experiencias, agradables y desagradables que hemos acumulado en nuestra vida. Otra ventana que se abre en forma natural a lo mismo, es cuando soñamos, pero en ese caso, no estamos concientes. Durante uno de los seminarios de Swami Digambar en nuestro Yogashala, él hizo una analogía bastante facil de entender en los tiempos en que vivimos cuando se refería al subconciente: “cuando uno trabaja en el computador la mente sabe en qué archivo ha almacenado cierta información. Los archivos equivaldrían a la mente subconciente, que se hace conciente cuando somos capaces de extraer la información; una vez extraída podemos utilizarla, como por ejemplo para auto curarnos. Pero cuando queremos ir más allá, al propósito final del Yoga, es decir, descubrir y actualizar el potencial infinito latente en el “inconciente”, la mente colectiva de la que hablaba Carl Gustav Jung, entonces debemos conectarnos a Internet, para tener de inmediato acceso a toda la información referente al universo y experimentarnos como parte integral de la conciencia cósmica”. Por supuesto nuestra individualidad persiste al igual que la individualidad de todos los otros individuos del globo, pero se manifiesta en este concierto cósmico como se manifestaría una ola que aparece para luego desaparecer en el inmenso océano. No somos, otra cosa que una ola en el océano.

Cuando hacemos una postura prestamos total atención al proceso: cómo estamos alineando nuestro cuerpo en relación a la columna vertebral, su eje; cómo sentimos los músculos internos y externos participando en la acción, cómo incorporamos concientemente la respiración. En ese momento estamos llenando nuestro cuerpo con nuestra mente, desde su estructura ósea hasta la piel y al hacer esto estamos uniendo en el momento presente el cuerpo con la mente. Eso es Yoga. La palabra Yoga deriva de la raíz sánscrita Yug, que significa “yugo”, “unión”. Yoga, entonces, es la unión del cuerpo, la mente y el espíritu. Esta es la definición tradicional. Sin embargo, a medida que el practicante avanza en su práctica, la palabra Yoga se irá tiñiendo para él de un sentido diferente. Por mi parte, deseo compartir, las siguientes definiciones, empezando por las más clásicas: “Yoga es aquietar los movimientos de la mente”.(Yoga Chitta Vritti Nirodhaha:Yoga Sutras de Patanjali, Capítulo 1-Sutra 2) “Yoga es equilibrio” (Bhagavad Guita) “Yoga es la desconexión (Viyoga) con la conexión (Samyoga) con el sufrimiento”. (Bhagavad Gita) “Yoga es éxtasis”. (Yoga Bhashya) “Yoga es la unión de la psique individual (Jiva-Atman) con el Yo trascendental (Paramaatman)”. (Yoga-Yajnavalkya) “Yoga es la unificación de todas las dualidades”. (Yoga-Bija) “Yoga es la unión de la inhalación con la exhalación; es la unión de la sangre con el semen y del sol y la luna”. (Yoga-Shikha Upanishad) “El Yoga es un estilo de vida que nos permite lograr una mayor felicidad en la vida”. (Swami Niranjan) “El Yoga encierra conceptos y filosofías que buscan comprender el sentido de la vida”. (Swami Niranjan) “Yoga es una herramienta para romper las obstrucciones y limitaciones del cuerpo y de la mente”. (D. Holleman) “Yoga es un vehículo para conectarnos con nuestro ser interior”. (P. Walden) “Yoga es combinar esfuerzo con relajación”. (P. Walden) “Yoga es una herramienta para despertar de nuestra amnesia espiritual, para recordar todo aquello que ya sabemos”. (D. Farhi) 293

“Yoga es una ciencia que incorpora una amplia gama de prácticas y técnicas que

pueden ser adaptadas y adecuadas a tu constitución personal y personalidad”. (D. Farhi) “Yoga es cualquier método que nos permita despertar y ver quiénes somos realmente y cuál es nuestro papel en la vida. Todo aquello que nos permita estar más concientes de nosotros mismos y más conectados con la vida es una forma de Yoga. Cualquier cosa que hagamos si la hacemos con total conciencia es Yoga. Estar concientes es la llave” (Swami Shankardev Saraswati) “Yoga es la unificación de la mente subconciente con la mente conciente; de nuestra naturaleza extrovertida con nuestros anhelos internos; de lo terrenal con lo espiritual”. (Swami Shivapremanda) “La gran paradoja del Yoga es que no hay recompensas en el futuro; la práctica es la recompensa”. (D. Farhi) “Yoga es una de las más antiguas tradiciones de la India que con el tiempo ha desarrollado un vasto arsenal de técnicas físcas y mentales dirigidas a ganar control sobre el sistema nervioso para conseguir, a voluntad, estados de trascendencia concientes y supraconcientes”. (G. Feuerstein) “El Yoga es un proceso de purificación física y mental” (Swami Digambar) “Más que un conjunto de técnicas, Yoga es un estado del espíritu”. (A. van Lysebeth) “Yoga no es un camino religioso; es un camino espiritual”. (K. Desikachar) “Las Asanas pueden transformar la forma de pensar sobre las cosas” .(Renato Turla)

A continuación mis definiciones favoritas: “Yoga es una fórmula probada durante más de 5000 años contra el estrés, la depresión, la ansiedad, el cansancio y el envejecimiento. En el plano físico, combate la obesidad, flexibiliza, fortalece y tonifica la musculatura y los órganos internos, aumentando la capacidad pulmonar y cardiovascular. En el plano emocional y mental, nos da alegría de vivir, quietud mental, auto conocimiento y nos enseña a vivir el momento presente. Puede ser practicado por cualquier persona independientemente de su edad, sexo o condición física”.

“Yoga no es luchar, sino que entregarse” “Yoga es aprender a escuchar nuestro ser interior y dejarnos guiar por él”.

“Yoga es sentir lo que hacemos, cómo lo hacemos, cuando lo hacemos, para vivir así la vida momento a momento”. Como seres humanos, somos una expresión, una configuración espe - cial de energía, de fuerza vital. La energía fluye a través nuestro, nos da vida y hace que seamos lo que somos. Si por alguna razón el flujo de energía se obs- truye o disminuye, nuestra salud se resentirá y surgirán problemas. La habilidad de nuestro cuerpo para funcionar como un conducto eficiente para el flujo de la energía, está limitada por la dureza y el anquilosamiento de nuestras articulaciones. La habilidad de nuestra mente para funcionar adecuadamente está limitada por la manera cómo la mente piensa de sí misma, por la opinión que tenemos de nosotros mismos. Yoga es una herramienta para romper las obstrucciones y limitaciones del cuerpo y de la mente. Las posturas del Yoga relajan y aquietan el cuerpo; la respiración aquieta la mente y la meditación aquieta el espíritu. El cuerpo, la mente y el espíritu, una sola unidad en quietud. La quietud no es un trance pues viene acompa295 ñada de conciencia plena. Completa quietud acompañada de conciencia total. Eso es Yoga. El Yoga mira el sistema humano en todos sus diferentes niveles y dimensiones. Tenemos un cuerpo físico compuesto de extremidades, piel, órganos, etc. y además respiramos, pero no somos los únicos que tenemos un cuerpo que respira; los animales y las plantas también lo hacen. La diferencia está en que tenemos un intelecto que nos indica como comportarnos, e influencia la forma como vemos la vida. Todos actuamos de una forma diferente; tenemos costumbres diferentes. Pero algo más profundo que el intelecto es la personalidad que cada uno de nosotros tiene. También tenemos algo llamado conciencia, que muchas veces se encuentra escondida, enterrada, pero cuando nos conectamos con ella, jamás nos engaña. Cuando nos conectamos con ella actuamos de una manera; cuando no, de otra. El Yoga se preocupa de todos estos niveles, que son interdependientes. Si uno de ellos no está equilibrado afectará inevitablemente los otros. Practicar Yoga nos hace sentirnos bien, de la misma manera como nos sentimos cuando vamos a comer a un buen restaurante. Cuando salimos a comer, el único propósito que tenemos en mente es el de pasarlo bien. Lo mismo ocurre con Yoga: un regalo para el cuerpo y la mente en medio de la jornada diaria, del tráfico de la gran ciudad, un oasis en el que podemos estar con nosotros mismos.

Cuando estiramos el cuerpo por medio de las posturas que hacemos durante una o dos horas, todo fluye más libremente, pues esta- mos estimulando la circulación de la sangre, de los fluidos corporales, de la energía nerviosa y de la electricidad del cuerpo.

Yoga es probablemente la mayor contribución de India a la humanidad. En la antigüedad era secreto de unos pocos y se transmitía individualmente de profesor a alumno y por lo general, de padre a hijo. A pesar de la propagación del Yoga, especialmente en el último siglo, hay todavía algunas prácticas y aspectos del Yoga que aún son de dominio exclusivo de ascetas. Y eso está bien, pues no todos podemos renunciar a nuestras vidas y familias para dedicarnos exclusivamente al objeto de nuestro interés. Es bastante probable que el origen del Yoga haya sido la necesidad -que descubrieron los antiguos pensadores de la India-, de encontrar una fórmula, un medio que nos permitiera conocer nuestra mente y poder así resolver situaciones producidas por ella. Se dice, por lo tanto, que el Yoga es la primera disciplina que apareció en el mundo que trabaja directamente con la mente, aún cuando

hoy día se acredita a S. Freud con el descubrimiento del sicoanálisis. Basta estudiar los textos antiguos para darse cuenta de que todo esto ya había sido estudiado en profundidad algunos siglos antes de Cristo. Los antiguos eran personas físicamente muy activas: debían caminar para ir a buscar agua o para lavar sus ropas en el río; y si querían comer tenían que salir a procurarse la comida. Es decir no tenían la necesidad de hacer posturas, pues estaban físicamente muy bien, y descubrieron que debían en cambio, desentrañar los secretos de la mente para descubrir su verdadero Yo. Es por este motivo que ya en el segundo aforismo de los Yoga Sutras, Patanjali indica el objetivo y propósito último del Yoga: calmar las fluctuaciones de la mente. De los 195 aforismos, sólo tres están dedicados a las posturas; cinco o seis a la práctica de Pranayama; sesenta a setenta a la meditación -aunque mucha gente ignora que la meditación es la esencia del Yoga. Es claro entonces que el propósito del Yoga no son las posturas, aún cuando la mayoría de las personas identifica el Yoga con posturas. En los tres aforismos dedicados a las posturas, se deja entrever que las indicaciones son solamente para aprender a estar sentado cómodamente y practicar Pranayama y meditar. La meditación, por lo tanto, es el propósito último del Yoga, pero para eso hay que preparar el cuerpo y sentarse en alguna postura que 297 nos permita permanecer en ella por largos períodos de tiempo, cómoda y relajadamente. A través de la meditación es posible conseguir la liberación o Moksha. La vida moderna nos provee hoy día de todo lo que necesitamos: basta abrir el refrigerador para alimentarnos; poner la ropa en la máquina lavadora para que se lave, etc. por lo tanto cada vez más, estamos físicamente inactivos, de ahí que apareciera la imperiosa necesidad de hacer ejercicios y el Yoga puede ser una extraordinaria herramienta para mantenernos en óptima forma física, promoviendo además los poderes curativos naturales del cuerpo, con la ventaja de que puede ser usado por cualquier persona para curarse de una gran gama de problemas físicos y emocionales. El Yoga pone a nuestra disposición numerosos caminos para ir al encuentro de nosotros mismos de acuerdo a nuestras personalidades. Hatha Yoga es solo uno de ellos.

Historia del Yoga 1 Por Pedro Kupfer

El Yoga es posiblemente mucho más antiguo de lo que se cree. Hablar de sus orígenes es tan difícil como tratar de explicar los orígenes del hombre. Muchos son los obstáculos con los que se encuentra el investigador pues son demasiados los textos antiguos que fueron perdidos para siempre. Existe también mucha contradicción entre los expertos en lo que a fechas se refiere cuando se habla de las grandes personalidades históricas vinculadas al Yoga. No sabemos casi nada, ni siquiera en relación al sabio Patanjali. Pero eso no es todo. La historia del Yoga está indisolublemente ligada a la historia de la India, la cuna de una

civilización que creó un vasto universo de ciencias y elementos que permean la vida cotidiana de todos los seres humanos. Para contar la historia del Yoga debemos tener presente que se trata de una tecnología espiritual concreta. El Yoga es inherente al ser humano y siempre estuvo vivo en la memoria de la humanidad. Cuando los niños juegan espontáneamente hacen técnicas de Yoga. Y esto es así porque forma parte de nuestra esencia. El Yoga nace a partir de la comprensión de las manifestaciones externas de la naturaleza y sus repercusiones subjetivas sobre la conciencia humana. Posiblemente los primeros Yoguis no hicieron otra cosa que escuchar y observar su propia naturaleza y para eso, posiblemente también, se internaron en la foresta para estar en contacto con la naturaleza y aprender de ella. El Yoga puede haber surgido a partir de ciertas preguntas esenciales en relación a su propio destino en el mundo y del deseo de querer transformar ese destino y ser dueños de su propia existencia. Eso los llevó a descubrir las fuerzas latentes en sí mismos, Purusha y Prakriti. La primera representa la fuerza cognitiva y la 301 segunda, la energía manifestada. El Yoga surge bastante antes que las filosofías especulativas que aparecie - ron para fundamentarlo. La fundamentación teórica del Yoga surge en respuesta a la necesidad de los primeros Yoguis de explicar sus vivencias a sus primeros discípulos.Surge así también la trasmisión de conocimientos de una larga cadena de maestros y discípulos, llamada Parampara. El Yoga comenzó a atravesar el tiempo. Durante ese proceso fueron apareciendo nuevas técnicas y experiencias que pasaron de generación en generación. Se puede decir entonces que existe una línea directa entre el practicante de hoy día y el primer Yogui. Desde nuestra perspectiva podemos distinguir algunas líneas bien defini - das que nacen del Yoga prehistórico de los tiempos Védicos (unos 6.500 años antes de Cristo). Veda significa aquello que fue visto. Constituyen la forma de literatura más antigua de la India y de la humanidad. Los Vedas son cuatro: Rig, Yajur, Sama y Atharva. Fueron compuestos unos 4000 años antes de Cristo y están escritos en versos. Muestran las creencias, costumbres y formas de vida del pueblo incluyendo fórmulas mágicas, encantamientos y oraciones dirigidas a las fuerzas de la naturaleza. Constituyen una excepcional obra literaria de inusitada profundidad que contiene en forma embrionaria todas las formas de pensamiento de la India a través de la historia, dando origen al Brahmanismo y

posteriormente al hinduismo, incluyendo al Yoga. Como todas las religiones, la del pueblo Védico se originó como un culto animista en el que los fenómenos naturales adquirían personalidad propia por lo que se los podía invocar directamente. Sin embargo, los Vedas son mucho más que eso: constituyen una impresionante estructura cosmogónica con raíces profundas en la astronomía y el cálculo matemático. Se hacen muchas referencias al Yoga a lo largo del Rig Veda. En este texto encontramos incluso una descripción cifrada del cuerpo sutil, Kundalini y los siete Chakras sobre los que se basan los diferentes Yogas Tántricos. El Rig Veda transpira Yoga en toda su extensión siendo Agni la representación de Kundalini y Soma la personificación del licor sagrado, el néctar (Amrita) de Sahasrara Chakra. Los cuatro principales dioses Védicos se identifican con diferentes tipos de Yoga: Agni, dios del fuego, se relaciona con Jnana Yoga, el Yoga del conocimiento; Soma se vincula al Bhakti Yoga, el Yoga devocional; Indra simboliza el Prana, la fuerza vital, relacionándose por lo tanto con todos los Yogas que usan Pranayama; Surya, el sol, se asocia a la realización por medio de la auto disciplina, estudio y sabiduría. En el período de los Upanishads (alrededor de 1900 A. C.) se comienza a perfilar la sistematización del Yoga. Upanishad significa sentarse a los pies del maestro (para oir sus enseñanzas). Según el autor Monier-Williams, el término significa también derrotar la ignorancia a través de la revelación del conoci- miento del Supremo Espíritu y define una doctrina que revela el misterio que yace bajo la apariencia de las cosas. Los Upanishads analizan el aspecto hermético de los Vedas y constituyen la base teórica de las escuelas filosóficas Samkhya y Vedanta. Los Upanishads son una colección de estudios filosóficoreligioso de diferentes extensiones. Algunos hablan sobre el Yoga desarrollado por los Rishis, pensadores-poetas y filósofos que vivieron alrededor del año 1900 A. de C. pero cuyas enseñanzas sólo fueron registradas entre los siglos II A. de C. y II D. de C. Los primeros Upanishads forman parte del Shruti, la literatura revelada del hinduismo. A estos primeros textos se le agregan más tarde otros, aumentando de los trece originales, hasta 112 en el siglo XV. Los Upanis- hads más recientes repiten ideas antiguas interpretándolas de acuerdo a ciertas escuelas de pensamiento. Los más extensos y antiguos son el Isa, Kena, Brihada Aranyaka, Chandogya, Svetashvatara, Maitri, Yogatattwa y Katha. Los cuatro últimos hablan sobre Yoga. Eliminando las barreras del ritualismo mecánico, los Yoguis Upanishádicos se

zambulleron dentro de ellos mismos sin otra herramienta que la concentración y meditación. Lo que marca la diferencia entre el Yoga mágico de los Vedas y el especulativo de los Upanishads es justamente el carácter práctico que asume desde ese momento. A partir de los Upanishads el término Yoga pasa a tener la connotación técnica que lo caracterizará en el futuro. Esa condición se refleja por primera vez en el Taittriya II: 4 (Yoga Atma) y en el Katha Upanishad II: 12 (Adhyatma Yoga). Un pasaje del Chandogya Upansihads, VIII: 15 dice “concentración de todos los sentidos en sí mismo”, lo que permite inferir rápidamente la práctica de Pratyahara. De la misma forma encontramos con frecuencia alusiones al Yoga en el Brihadaranyaka Upanishad, “Tome el arco de las escrituras, coloque la gran flecha de la devoción; tensione la cuerda de la meditación y acierte en el blanco, en el Ser. El Mantra es el arco, el aspirante la flecha y el Ser el objetivo. Estire ahora la cuerda de la meditación y una vez alcanzado el blanco, sea uno con él”. Los textos están escritos de una forma simbólica en que cada elemento cumple una función alegórica. Todo el Yoga está contenido en estos inspirados versos que apuntan hacia el más alto objetivo de unión (Yoga) con Purusha. Los Upanishads son interesantes testimonios de sabios que prefirieron 303 mantenerse al margen del Brahmanismo ortodoxo y de la propia existencia profana recogiéndose en la vida contemplativa. Los Upanishads hacen abundantes referencias a los Vedas, de los que citan estrofas enteras. Los más antiguos que mencionan el Yoga como el Taittriya y el Katha, muestran un lenguaje metafórico denso y tienen como protagonista a un joven llamado Nachiketas, visto como un cochero tratando de controlar un carruaje tirado por cinco briosos caballos. El cuerpo humano es el carruaje; la conciencia es el conductor; la mente representa las riendas; los caballos los sentidos y los caminos por los que ellos pasan, sus objetos. Si las riendas estuviesen flojas o el cochero desatento el carruaje no llegará a destino. Llama la atención este lenguaje ale- górico a la luz de la etimología de la palabra Yoga que significa “yugo”, “unir”, “mantener amarrado”. Yoga es asumir el control de su propio destino, ser el señor de uno mismo. En cierta parte, el Katha Upanishad dice, “Cuando los cinco sentidos y la mente están detenidos y la razón descansa en el silencio, comienza el camino supremo. La paz de los sentidos se llama Yoga, pero uno debe estar atento, pues el Yoga viene y va”. El Svetashvatara Upanishad contiene una descripción completísima de los

beneficios que produce la práctica de Yoga tanto en el cuerpo como en la transformación de la conciencia: “Cuando el practicante de Yoga tiene completo dominio sobre su cuerpo, compuesto por los elementos tierra, agua, fuego, aire y espacio, obtiene un nuevo cuerpo de fuego sutil que es superior a la enfermedad, la vejez y la muerte. Los primeros frutos de la práctica de Yoga son salud, liviandad de cuerpo, olor agradable, tez lozana, voz suave y ausencia de deseos voraces”. El último texto de este grupo, Maitri, posee apenas doce estrofas, pero se concentra en la sílaba OM y describe los cuatro estados de conciencia contenidos en cada una de las letras del Pranava: “Este Atman es el Mantra eterno Om, y sus tres sonidos, A, U y M son los tres primeros estados de conciencia”.

El segundo grupo de Upanishads se caracteriza por dar más detalles sobre las técnicas de Yoga. Muchos de los Upanishads, como es el caso del Maitri y Katha se basan en conocimientos más antiguos, porque con frecuen- cia se puede leer la frase “porque fue dicho en otra parte…”. Por ejemplo las instrucciones para practicar Dharana que encontramos en el Maitri (VI: 20) contienen detalles conocidos de todos los practicantes de Yoga: “quien com- prime la punta de la lengua contra el paladar domina su voz, su conciencia y su respiración”. En este texto también está escrito, “Este conocimiento no se debe trasmitir a los hijos o discípulos a no ser que estén aptos para reci- birlo”. Entre los Upanishads tardíos, llama la atención el Yogatattva, por su tendencia a lo concreto y lo experimental. Es un verdadero manual de instrucciones para Yoguis pues describe en detalle diversas técnicas como Asana, Mudra y Pranayama, así como cuatro tipos de Yoga: Mantra, Laya, Hatha y Raja. Además de los Shastras mencionados hay otros posteriores que también se refieren al Yoga, como el Ramayana y el Mahabharata (2000-1500 A. de C.) que hablan básicamente de Bhakti, Jnana y Karma Yoga. El Yoga Vashishta y el Yoga Sutra (aprox. 200 A. de C.) recogen y sistematizan las técnicas de concentración y meditación (Raja Yoga). Otros textos tántricos más recientes entre los cuales se destacan el Hatha Pradipika, el Gorakshashataka, el Shiva Samhita y el Gheranda Samhita (alrededor del siglo XII-XV), describen técnicas fisiológicas del Hatha Yoga, que busca la realización a través del esfuerzo físico. Da mucha importancia a la práctica de Asana (posturas), Pranayama (ejercicios respiratorios) y al Shatkarma (purificaciones corporales). A partir del “descubrimiento”

del cuerpo, se desarrollaron numerosas técnicas que usan el cuerpo como instrumento para alcanzar el estado de trascendencia. Como hemos visto el Yoga surge paralelamente al hinduismo y continúa desarrollándose dentro de ese contexto.

Pedro Kupfer, de nacionalidad uruguaya, es uno de los más importantes y conocidos profesores de Brasil: Es discipulo de Swami Dayananda; tiene profundos estudios de sánscrito y ha escrito siete libros, y ha inspirado a toda una generación de surfistas a practicar Yoga. www.yoga.pro.br

Historia del Yoga 2

Por Swami Digambar

Es muy difícil precisar el origen histórico del Yoga y existe divergencia de opiniones al respecto. Algunos autores consideran que tiene una antigüedad de más de cinco mil años, es decir, que sería anterior a los Vedas (los libros más antiguos de la humanidad). Otros, por el contrario, afirman que tiene su origen dentro del marco de los Vedas. Es evidente que el Yoga entendido como actitud personal de búsqueda y desarrollo interno, es muy anterior a dichos textos. Las técnicas Yóguicas que hoy conocemos es posible que no sean tan antiguas. Algunos autores como Mircea Eliade sostienen que el Yoga ya era conocido y practicado en la antigua civilización del Indo que floreció en los milenios tercero y segundo A. de C. Las excavaciones arqueológicas realizadas en más de sesenta lugares entre el mar de Arabia y la cordillera del Himalaya así lo evidencian. Esta civilización pudo haberse agrupado en torno a dos ciudades: Mohenjo-Daro en el sur y Harappa en el norte. En esta área se han descubierto numerosas figuritas de personas practicando posturas Yóguicas y meditación, lo que demuestra que el Yoga era conocido antes de que los Arios invadieran el subcontinente indio. Los Arios fueron un impetuoso pueblo guerrero que inviadió India hacia el año 1500 A. de C. y en cuyo seno germinó la cultura Védica. La milenaria cultura del Yoga debe su evolución a los sabios de la antigüedad que desarrollaron y aplicaron sus enseñanzas de acuerdo a las características de su época. En la antigüedad las enseñanzas eran reveladas secretamente de maestro a discípulo en una cadena que ha llegado hasta nuestros días. Con el paso del tiempo gran parte de las enseñanzas fueron transcritas, pero otra parte permanece oculta y solamente puede accederse a ellas a través del contacto 307 directo con un maestro. En cuanto a los textos clásicos son los Vedas quienes mencionan el Yoga por primera vez (Rigveda y Atharvaveda), y aunque no revelan las prácticas, sí aluden a conceptos básicos del Yoga, como la existencia del principio dinámico Vayu (Prana o energía) y su vinculación directa con la respiración. También hacen referencias a la existencia de los centros y canales psíquico-energéticos (Chakras y Nadis). Los Upanishads que son los últimos Vedas, contienen la esencia de éstos y han dado soporte a la filosofía Vedanta. En ellos el Yoga ya adquiere una base sólida

y una forma definida. El mensaje esencial de los Upanishads es que el Ser (esencia de uno mismo) solo puede conocerse a través de la Unión (Yoga), y no por la especulación. El Ser no puede realizarse fuera de uno mismo, sino en nuestro interior más profundo. Los Upanishads describen ampliamente la energía o Prana y sus implicaciones, los canales energéticos (Nadis), el concepto de Kundalini (energía primordial que yace dormida en el área del perineo), la meditación, el espíritu del Karma Yoga (Yoga de la acción), la concentración en el Mantra OM, etc. El Yogachudamani Upanishad describe aspectos prácticos de las posturas (Asanas), la regulación consciente de la respiración (Pranayama) y los centros psíquicos (Chakras). El Madukya Upanishad explica las características del Mantra OM. Sin embargo, aunque son textos que desarrollan una gran información, lo hacen en forma desordenada y nunca sistemática. Su interés no es enseñar sino inspirar y sugerir. Otros textos importantes en los que se mencionan aspectos del Yoga son: Mahabharata, Ramayana y Yoga Vashishtha. Posteriormente aparecieron los Yoga Sutras de Patanjali donde por primera vez se sistematiza la práctica de Raja Yoga (Yoga mental). Más tardíamente se escribieron muchos otros textos entre los que se cuentan los que describen el Hatha Yoga (Yoga físico): “Hatha Yoga Pradipika, Goraksha Samhita, Gheranda Samhita, etc.

Los diferentes tipos de Yoga Desde el comienzo del siglo veinte, escuelas, Ashrams, centros y organizaciones de Yoga han comenzado a proliferar en todo el mundo occidental. Muchos son los profesores que han desarrollado técnicas propias, creando así “nuevos” métodos. De este modo las escuelas de Yoga tradicionales y no tradicionales continúan ramificándose en más y más escuelas. Chile no es la excepción. Hay ya tantas escuelas, que resulta difícil elegir entre ellas. Los tipos de Yoga como Hatha, Bhakti, Karma, Raja, etc. no deben confundirse con las “escuelas de Yoga”, un fenómeno moderno, cuyos nombres sólo distinguen el estilo de enseñar de un Guru o un establecimiento de otro. Las “marcas” más famosas del momento incluyen Iyengar, Bikram, Ashtanga, Dynamic y Shivananda. Para aumentar la confusión algunas escuelas de Yoga se han apropiado de palabras sánscritas que definen aspectos de sistemas o tipos de Yoga tradicionales, para nombrar sus escuelas. “Ashtanga Yoga” por ejemplo, saca su nombre de los ocho miembros o partes del Yoga enunciados por el sabio Patanjali en sus Yoga Sutras. Los antiguos sabios de la India que meditaron sobre la condición humana hace más de 5000 años definieron cuatro grandes caminos para alcanzar Samadhi, el estado de super-conciencia, un estado imposible de describir en palabras y que desde el punto de vista de nuestra vida ordinaria, solo podría ser descrito como un estado de trance, pero es justamente lo opuesto: el hombre espiritual está tan despierto y consciente del momento presente, que en nuestro lenguaje podríamos decir que está bañado en la luz de la auto-realización. Estos cuatro caminos Marg-, son: Jnana Marg, el camino del conocimiento en el que el aspirante aprende a discriminar entre lo real y lo irreal. La realización de la divinidad propia del 311hombre a través del conocimiento.

Karma Marg , el camino de la acción, del servicio desinteresado. La manera en que un hombre realiza su propia divinidad a través del trabajo y del deber. Bhakti Marg , el camino del amor y la devoción. La realización de la divinidad a través de la devoción y amor hacia un Dios personal. Yoga Marg, el camino mediante el cual la mente y sus acciones son controladas.

Según el maestro Iyengar, con el paso del tiempo una gran confusión se empezó a producir cuando todos estos diferentes caminos empezaron a tener un apellido común: “Yoga”. Del mismo modo, con el transcurrir de los siglos, el camino del Yoga,-Yoga Marg-, fue dividido a su vez en numerosas corrientes que corresponden a las diferencias en el temperamento humano, y que examinadas cuidadosamente, son prácticamente lo mismo, sólo que el énfasis está más acentuado en uno u otro aspecto. Tenemos en consecuencia, Tantra Yoga ( La ciencia de la expansión de la consciencia y liberación de la energía); Mantra Yoga (Yoga de la repetición de sonidos sagrados, o unión por medio del sonido); Laya Yoga (Disolución de la mente, supresión total de la actividad mental (Shunnya), absolutamente necesaria para que la mente se trascienda a sí misma y se produzca la unión con uno mismo); Jnana Yoga (o la unión por medio del conocimiento); Hatha Yoga (Yoga de la firmeza y disciplina, o unión por medio del coraje); Bhakti Yoga (o unión por medio del amor); Karma Yoga (o unión por medio del servicio; trabajo hecho con cuidado, sin egoísmo y con alegría, para bien de toda la comunidad); Raja Yoga (Yoga Real o unión por medio de la realización de la divinidad a través del control de la mente), y muchos otros; basta mencionar que el Bhagavad Guita, menciona dieciocho diferentes tipos de Yoga, cada uno con su propio énfasis, pero los más conocidos son los ya mencionados. Tradicionalmente se ha considerado Raja Yoga como el tipo de Yoga más importante pues incluye todos los otros tipos de Yoga, pero no todas sus prácticas. En occidente Hatha Yoga, es el más difundido y el que gana más adeptos. Sobre este tipo de Yoga nos explayaremos ampliamente más adelante. La diferencia básica entre Hatha y Raja Yoga reside en que en Hatha Yoga los ejercicios físicos disciplinan el cuerpo y la mente induciendo cambios en la conciencia, la que se alza sobre sus niveles normales. En Raja Yoga, mediante la práctica de la meditación, la conciencia se alza por sí sola. Hatha Yoga parte de la premisa de que el cuerpo debe estar sano y bajo perfecto control. A medida que el cuerpo es sometido a un mayor control, la mente intensifica su poder sobre el cuerpo, y la mente, a su vez, cae, bajo la dominación de su naturaleza espiritual. En otras palabras, Hatha Yoga empieza “desde abajo” y trabaja para llegar arriba, mientras que Raja Yoga empieza “arriba” y trabaja para bajar. Estos dos tipos de Yoga están tan íntimamente relacionados que hay un punto en el cual confluyen y se funden en uno solo. Este punto tiene que ver con el manejo de las corrientes vitales energéticas a través de la respiración, Pranayama.

Normalmente se identifica Raja Yoga con el sistema que desarrolló el sabio Patanjali plasmado en sus “Yoga Sutras” (aforismos sobre el Yoga). Estos Sutras están fundamentados en la filosofía Samkhya, anterior al Budismo. En Raja Yoga el Yogui explora su mente en búsqueda de respuestas fundamentales. Es volcarse hacia el mundo interior trascendiendo el cuerpo físico para despertar todo el potencial que yace dormido dentro de cada uno de nosotros.

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La globalización es un fenómeno del que nada escapa y que todo envuelve: la tecnología, la ciencia, la moda, el arte, el inglés (idioma dominante), etc. El Yoga no es la excepción, y a mi juicio es algo muy positivo para esta milenaria ciencia, pues desde que pasó a occidente hace un poco más de 100 años atrás y en especial en los últimos 20 años, se ha venido produciendo en forma espontánea y silenciosa una especie de “fertilización cruzada” entre las diferentes tradiciones, tipos y métodos de Yoga. Ya nada es dominio de nadie. A mi juicio esto se produjo gracias a la naturaleza inquisidora de la mente occidental. Con esto quiero decir que una persona que se inicia en cualquier tradición de Yoga, después del algún tiempo siente deseos de explorar otras tradiciones y métodos tan pronto descubre que existen, a diferencia del oriental que se queda por lo general a los pies de su maestro y no se le pasa ni siquiera por la mente “traicionarlo”. Y una vez que tenemos conocimientos suficientes tomamos un curso de formación para ser pro- fesores o simplemente nos ponemos a enseñar, y como queremos hacerlo bien, incorporamos técnicas de otras escuelas. Para muchos, las Asanas era cosa de los Hatha Yoguis; la meditación, de los Raja Yoguis, el trabajo con la energía de los Kundalini Yoguis; la aplicación y entrega de las diferentes técnicas de Yoga a la comunidad en forma desinteresada y sin ningún fin de lucro, correspondería a los Karma Yoguis, como la madre Teresa de Calcuta, y así sucesivamente. Hoy en día las cosas han cambiado y me atrevería a decir que fueron los norteamericanos los que iniciaron el proceso, y como siempre ocurre, tarde o temprano lo que ellos inician llega a todo el planeta, para bien o para mal. En este caso, no tengo dudas: para bien. Seamos francos, ¿Podríamos concebir hoy una clase de Hatha Yoga que no se inicie con un Mudra y que no termine con una meditación o con un buen Yoga

Nidra, marca registrada de Satyananda Yoga? ¿O alguna clase donde no se reciten Mantras, entendamos o no su significado, o que no se hable de los Chakras? Por otro lado, ¿No han visto como muchas tradiciones de Yoga que siempre se mantuvieron alejadas de las Asanas hoy también las practican, aunque en forma suave, sin descuidar el “alineamiento”, marca registrada del método Iyengar?

Los cuatro Yogas o caminos hacia lo Divino La palabra Yoga deriva de la raíz “Yuj” que significa unir o enyuntar, y se refiere a la unión de Atman con Brahman, a la unión del alma individual con el ser divino universal. En la visión hindú existen varios métodos que permiten esta unión y cada aspirante espiritual elige aquel que se adecua mejor a sus condiciones internas y externas. Aunque el camino es esencialmente uno solo, varía a tal punto que el énfasis se pone en las diferentes facultades humanas. A través del tiempo, cuatro tipos de Yoga, o caminos se desarrollaron: Jnana, Bhakti, Karma y Raja. Jnana es el camino de la discriminación intelectual, apropiado para aquellos cuyo intelecto está altamente desarrollado y para aquellos a los que se les ha enseñando a discriminar entre lo real y lo irreal, lo efímero y lo eterno, hasta conseguir la realización espiritual. Bhakti, o el camino de la devoción a una forma personal de Dios, se basa en un impulso emocional y en el poder soberano del amor como vehículo para la búsqueda espiritual. En este camino hay una profunda relación emocional entre lo humano y lo divino, hermosamente expresado por Arjuna en el Guita en la relación entre el padre con su hijo, entre un amigo con su más querido amigo y entre un enamorado con su enamorada. Karma, o el camino del trabajo, es más apropiado para aquellos que se sienten atraídos al servicio social, a aliviar el sufrimiento humano, y cuya constante compulsión al trabajo está dirigida hacia lo divino. Finalmente, Raja Yoga contiene variadas prácticas espirituales que incluyen prácticas físicas y psíquicas de acuerdo a las instrucciones del trabajo clásico de Patanjali, los Yogasutras. Estos caminos de ninguna manera se excluyen, por el contrario, están en una muy buena simbiosis.

Lo intelectual, lo emocional, lo síquico y el “Karma”. A través de la práctica de Yoga es posible integrar nuestras emociones con 317 nuestra mente. Muchos de nuestros problemas tienen su origen en el hecho de que no comprendemos a los demás y menos a nosotros mismos. Nuestras emociones son ingobernables, irrefrenables. O somos insensibles o demasiado sensibles. Detrás de todo está el ego, la marca registrada de cada uno de nosotros.

El intelecto siempre está jugando con nosotros. No sabemos discernir lo correcto de lo incorrecto, lo justo de lo injusto, la verdad de la mentira. El intelecto nos dice cuánto sabemos de algo, si sabemos o no sabemos. Desde el punto de vista del Yoga, saber sirve solamente si ese conocimiento lo aplicamos a la vida misma. Para resolver los conflictos que nosotros mismos creamos constantemente el Yoga creó un sistema llamado Jnana Yoga, un acto de interiorización que busca conocer los complejos procesos de la personalidad mediante técnicas de meditación específicas, que nos permiten conocer nuestros más profundos pensamientos y sus orígenes, y cómo nos afectan en nuestra vida cotidiana. Lo emocional es un aspecto del Yoga de máxima importancia, pues es el aspecto de nuestra personalidad que se nos ha enseñado a no expresar, prácticamente desde el momento mismo en que nacemos. Se nos regaña porque lloramos. Se nos dice que llorar es malo. Se nos regaña porque estamos demasiado alegres y hacemos ruido; no se nos aplaude por expresar emociones, porque son una señal de debilidad. Esto, con los años va creando numerosos bloqueos emocionales que afectan nuestra personalidad y creamos, sin darnos cuenta, una personalidad que no era la que se suponía que debiéramos tener. Desde pequeños se nos ha estimulado a utilizar el intelecto: nos importa más nuestro coeficiente intelectual que nuestro coeficiente emocional. Para poder verdaderamente apreciar la vida y nuestra vida en sociedad, tiene que haber un equilibrio entre la inteligencia y las emociones. Durante siglos el Yoga se ha preocupado de este tema mediante la práctica de Bhakti Yoga, término que la mayoría de las veces se traduce como “Yoga de la devoción”, que sin embargo para el Yoga se trata simplemente de las emociones. Es por lo tanto muy importante para el Yoga expresar las emociones. Es un impulso que jamás debe ser reprimido. Las emociones alteran nuestra forma de ver y de vivir la vida. Bhakti Yoga, al tomar conciencia de ellas nos permite conocer mejor nuestra naturaleza interna. Las emociones nos llevan a la trascendencia y no a la dependencia. Todos buscamos el amor. Comprender el amor viene sin duda alguna de las emociones y no de la lógica. Si no dejamos brotar las emociones no tendremos nunca verdadera paz y tranquilidad. La instrospección es una de las herramientas que utiliza el Bhakti Yoga para ponernos en contacto con nuestras emociones. En el Yoga la dimensión síquica se logra mediante las técnicas de Raja Yoga y de Kundalini Yoga. La dimensión síquica no está conectada al pensamiento lógico; es parte de nuestra naturaleza.

Según Sw. Vivekanada cada hombre debe desarrollarse de acuerdo a su propia naturaleza. En el corazón mismo del Hinduismo yace el concepto de “Karma”, un concepto que incluye acción, causalidad y destino. Siendo la acción inevitable, el ser humano está atado al resultado de sus acciones: sabrosos frutos producto de sus buenas acciones y desagradables consecuencias, producto de las malas acciones. Según el Hinduismo lo que somos hoy es el resultado de nuestras acciones pasadas. Somos también los responsables de nuestro futuro, el que dependerá de cómo actuemos en el momento presente. Lejos de ser fatalistas, como equivocadamente muchos piensan, el Karma da una tremenda responsabilidad al individuo y coloca en sus propias manos la llave de su futuro destino. Naturalmente, la certera ley del Karma funciona a lo largo de un período de tiempo suficientemente prolongado, y es por este motivo que los hindúes creen en la reencarnación, en que el Atman vuelve a nacer una y otra vez, hasta alcanzar la liberación. De hecho, si el hombre tuviera una sola vida, el Hinduismo cree que no habría ninguna justificación moral o espiritual para las enormes disparidades y sufrimientos sin explicación, como es el caso del sufrimiento de los niños. El Bhagvadguita (2:23) dice al respecto: “Tal como el hombre se deshace de su ropa vieja y toma nuevas, el Atman se deshace de cuerpos usados y entra en otros que son nuevos”. Swami Vivekananda escribe sobre los diferentes tipos de Yoga o “Marg”: “Todos son diferentes caminos que conducen al mismo centro –Dios. En efecto, la variedad de creencias religiosas son una ventaja, puesto que todas las fe son buenas en cuanto incentivan al hombre hacia una vida religiosa. Mientras más sectas existan, más oportunidades habrán para llamar al divino instinto en todos los hombres”. No podemos concluir este capítulo sin hacer una breve mención sobre el Tantra, tema que se trata en profundidad en el volumen Nº 12 de esta colección.319

Tantra Por Swami Digambar

El Tantra y el Yoga no son sistemas distintos. El Tantra es una enseñanza sumamente amplia y abierta que abarca todos los aspectos de la vida humana. El Yoga es una parte del Tantra más específicamente relacionada con entrenar y preparar el cuerpo-mente para obtener equilibrio y niveles profundos de conciencia. Tantra es la ciencia de la “expansión de la conciencia”. Normalmente la mente se encuentra restringida sólo a ciertas áreas de experiencia. Los métodos y actitudes Tántricas despiertan el potencial de energía y conciencia latente en todos los seres humanos. El Tantrismo es la culminación de muchos siglos de experimentación Yóguica con el cuerpo y la mente. Es el producto de descubrimientos que ha hecho el hombre durante estados de conciencia

exaltados. La teoría y la práctica del Tantra están recogidas en los “Tantras” del Hinduismo y Budismo; están escritos en un lenguaje simbólico en la forma de un diálogo entre los amantes Shiva y Shakti. Shiva actúa de maestro respondiendo las preguntas de su compañera y discípula Shakti, también llamada Devi. La aparente separación que existe entre Yoga y Tantra se produjo a causa del lugar que ocupa la sexualidad dentro del Tantrismo. El Tantra fue duramente criticado por su libre aceptación de la sexualidad que se usa como un medio de trascendencia, de transmutación de energía. Desde la antigüedad todas las religiones han negado este aspecto considerándolo sucio y pecaminoso. Por este motivo, algunos maestros separaron la práctica Yóguica del Tantra para que 321pudiera sobrevivir. En otras palabras abandonaron la parte que era criticada y

desarrollaron la que era aceptada. El Tantra no es el “Yoga sexual” como se dice vulgarmente. Tantra es la unión con todo y en todo momento. La sexualidad es uno de los muchos aspectos de la vida, y por ello, es una parte más del Tantra. Desgraciadamente el sexo siempre ha sido un tema tabú y se ha reprimido socialmente a lo largo de la historia. Esto ha contribuído a que no pueda entenderse adecuadamente su naturaleza y se haya originado, por lo tanto, un alto índice de obsesión, represión y conflicto interno. La imagen deformada y parcial que existe sobre el Tantra hace que las personas que escuchan la palabra “Tantra” automáticamente piensen en sexo, lo que sería muy similar si al mencionar la palabra “cuerpo”, inmediatamente nuestra mente se fuera a los órganos sexuales. Es evidente que los genitales son parte del cuerpo físico, pero son solo un componente más y no parece lógico perder la perspectiva del conjunto del cuerpo. Con la popularización del Yoga en occidente y los cambios en nuestra sociedad, pienso que gradualmente se va a comenzar a comprender la amplitud del Tantra y el verdadero papel que juega la sexualidad dentro de él.

El rasgo más característico del Tantra es la actitud de aceptación de la vida en su totalidad. No rechaza nada de lo que hay en el mundo. Acepta todos los senderos y áreas de experimentación –cada cosa tiene una legítima razón de existir- y nos enseña a expandirnos en la experiencia de cada día, celebrándola y viviéndola

plenamente como un medio de alcanzar la Consciencia Superior. En cada situación de la vida, en cada sentimiento, pensamiento o acción, está contenida una profunda verdad que, si es experimentada plenamente y con entrega total, llevará a la libertad personal. Al abrirnos a cualquier tipo de experiencia y al vivirla conscientemente, estamos en la via más directa hacia la trascendencia. La religión y la moral crearon el concepto de lo bueno y de lo malo, y con ello surgió el conflicto. Es una valoración dual que ha llevado siempre a aceptar una parte y negar la otra. Esta es, sin embargo, una falsa interpretación de la mente que produce divisiones en el interior de una persona y origina un tipo de individuo escindido y en permanente contradicción, un individuo que vive solamente una parte y, que se impide a sí mismo alcanzar la integración y equilibrio innato que produce el comprender la vida como una totalidad. El Tantra es una ciencia eminentemente práctica que va más allá de lo bueno y lo malo. Todo lo que nos toca vivir es contemplado como una oportunidad para crecer interiormente. Dos cosas son importantes: aceptar la vida sin prejuicios y zambullirse en ella conscientemente. Para el Tantra el deseo, la ira, los celos, etc.…. no son algo que debamos combatir, pues cuando se adopta una actitud de lucha, automáticamente se refuerzan dichas emociones y se incrementa el conflicto. La clave está en la aceptación plena y en vivir conscientemente esas emociones. Con una actitud de aceptación y de vivencia consciente, no hay enemigos ni obstáculos. El mundo y el cuerpo se convierten en un lugar sagrado. El Tantra reconoce la particularidad de cada individuo y su potencial de crecimiento. No existe un único sendero para todo el mundo. Uno debe encontrar su propia vía en el proceso de evolución universal. El Tantra investiga numerosos aspectos: - La conciencia y sus diferentes niveles. - La creación y transformación del universo físico. - Astrología y astronomía. - La energía. - Canales y centros psico-energéticos. - Sonidos místicos (Mantras) - Ejercicios y gestos psíquicos. - Práctica espiritual (Sadhana)

- Yoga - Medicina tradicional de la India, - Etc.

Los dos senderos tradicionales del Tantra son: Dakshina Marga, o el camino de la mano derecha, adecuado para los 323 renunciantes. Destaca la pureza, austeridad y la devoción. En esta vía se prescinde de la sexualidad como medio de evolución interior. Vama Marga, o el camino de la mano izquierda, que busca la evolución espiritual combinando la práctica de Yoga con la vida sexual. Este sendero nació cuando los Yoguis descubrieron que el acto sexual puede despertar la energía “Kundalini”. Históricamente este camino ha sido menos seguido que Dakshina Marga a causa de las barreras sexuales establecidas por la sociedad. La situación hoy en día, está cambiando pues hay una mayor aceptación. Es un camino difícil y requiere de mucho control mental para poder transmutar la energía sexual en energía espiritual.

La sexualidad Tántrica El Tantra sostiene que el ser humano no tiene que negar ni luchar con su propia naturaleza, sino que aceptarla y vivirla profundamente hasta llegar a comprender el sentido y el por qué de cada cosa. La energía sexual no puede ser ignorada pues es la fuente de toda vida, la energía primordial. El Tantra acepta la energía sexual y ve en ella un medio de acercarse a la esencia de la vida. Desde la óptica del Tantra, la vida sexual puede tener tres propósitos: procreación, placer y “Samadhi” (súper conciencia). Este último aspecto es el que interesa al Tantrismo. Los Yoguis descubrieron que a través de ciertas técnicas y en especial de ciertas actitudes, el sexo puede ser un acto espiritual. Para conseguir esto es necesario aproximarse al acto sexual con una actitud meditativa, como si fuese un acto sagrado –para el Tantrismo lo es. En la relación sexual ordinaria suele existir un alto grado de posesión y dependencia, mientras que en la unión sexual Tántrica (Maithuna), la pareja conserva una

mente libre y desapegada. Los amantes se unen con una actitud de devoción y entrega. No ven en el otro la personalidad, sino la esencia divina de todos los seres humanos. El acto sexual Tántrico es un acto despojado de lujuria y apasionamiento carnal donde lo importante es la trascendencia y no la gratificación sexual. Esta experiencia con- duce directamente a un estado de profunda meditación. No todo el mundo puede acceder al sexo Tántrico pues se requiere de una larga preparación. Es común que los iniciados practiquen primero durante largos años el Tantra de la mano derecha (Dakshina Marga). Maithuna es practicado con muy poca frecuencia, quizás una vez cada seis meses, o una vez al año ya que es una experiencia muy fuerte cuyos efectos duran mucho tiempo. La polaridad positiva del hombre y la negativa de la mujer crean una fuente intensa de energía que debe ser canalizada hacia los centros superiores del cerebro donde producirá un elevado estado de conciencia. Para lograr esto una de las cosas más importantes es evitar la eyaculación ya que deprime el sistema nervioso y apaga la energía. Es fundamental también alargar el acto sexual a lo menos tres horas, tiempo durante el cual la pareja aparentemente no se mueve externamente, pero hay una actividad considerable creada por los músculos vaginales internos de la mujer. Con la ayuda de ciertos ejercicios (Kriyas) los amantes pueden elevar la energía y transmutarla en energía espiritual (Ojas Shakti). Para terminar este artículo es preciso agregar que en la relación Tántrica se sigue el mismo esquema de la creación. La mujer es la energía creadora (Shakti) y el hombre (Shiva), el testigo pasivo del juego de Shakti. La mujer hace el papel de maestra o iniciadora, mientras que el hombre juega el rol de discípulo. El éxito de la relación depende finalmente de la destreza de la mujer. Ella es la que actúa; el hombre es un medio. Debe saber despertar la energía de su compañero evitando que pierda su semen (Bindu).

Tantra, Yoga y Sexo Por Swami Ekananda Saraswati

Introducción Los factores fisiológicos que mejoran la capacidad sexual son la vitalidad, abundantes reservas de energía, buen tono muscular, músculos y articulaciones flexibles y un eficiente funcionamiento del sistema nervioso, circulatorio y glandu- lar. Por el lado psicológico, el sentirse bien sexualmente depende de estar libre de tensiones y ansiedades, y de tener una actitud abierta y relajada. El Yoga promueve todos estos factores.

Es comprensible que en los Ashrams de India y de otras partes del mundo, se imponga la castidad para poder canalizar mejor las energías vitales que requieren las disciplinas del cuerpo y la mente para alcanzar las alturas de contemplación e iluminación mística. Pero la abstinencia sexual (Brahmacharya) no se requiere de la persona común, de la mujer u hombre que practica Yoga en su casa o asiste a clases en una escuela unas cuantas veces por semana. Se espera de esta persona, por el contrario, que utilice la unión sexual para intensificar y desarrollar su vida espiritual. El coito entre una pareja que se ama puede llegar a ser un acto de contemplación Yóguica, una especie de rito sagrado, es decir lo que ocurre en Tantra Yoga. Es normal que la vida sexual entre marido y mujer adquiera una nueva frescura, vitalidad y brillo cuando uno de los dos practica Yoga y mucho más, si los 327dos lo hacen. Las Asanas o posturas aumentan la gracia y vitalidad mejorando la

capacidad sexual. Hay, sin embargo posturas específicas que restauran el vigor sexual. Entre éstas podemos mencionar Supta Virasana, Sarvangasana, Halasana, Bhujangasana, Dhanurasana, Salabhasana, Matsyendrasana. Todas estas posturas y sus variaciones aumentan la libido, tonifican las glándulas sexuales y los órganos reproductivos, mejorando la flexibilidad y movilidad de la región pélvica. Estas posturas son además altamente beneficiosas para controlar la eyaculación prematura, corregir los desórdenes de la menstruación y de la menopausia, hipertrofia de la próstata, frigidez e impotencia. Pero son los Bandhas y los Mudras que más adelante se explican, los que actúan más directamente sobre los músculos y órganos sexuales. El Hatha Yoga Pradipika enumera diez Mudras y Bandhas que “deben ser mantenidos en secreto, como quien guarda una caja con joyas”. Son: Maha Mudra, Maha Bandha, Maha Vedha, Khechari Mudra, Uddiyana Bandha, Mula Bandha, Jalandhara Bandha, Viparita Karani Bandha, Vajroli Mudra y Shakti Kalana Mudra. Se dice que las parejas orientales pueden mantener el coito durante más tiempo que las parejas occidentales: factores como las preocupaciones, el andar siempre apurado o el tratar de obtener rápidamente cualquier placer, influirían en esta desigualdad. El hombre occidental tiene una marcada tendencia a la eyaculación prematura, (estudios como los de Kinsey en Estados Unidos revelan que la mayoría de los

hombres norteamericanos tienen un orgasmo dentro de los primeros tres minutos de la unión) la que puede ser efectivamente contrarrestada de variadas formas, siendo una de ellas el control de la respiración. El orgasmo se produce por una creciente excitación fisiológica: pulso, presión sanguínea, aceleración de la respiración, etc., durante el juego amoroso. El Yoga hace uso del entrenamiento cuerpo-mente y aprovecha los efectos calmantes de una respiración lenta, suave y profunda. La práctica de Yoga promueve asimismo la habilidad de relajar los músculos y calmar la agitación de la mente.

Para las mujeres el problema es principalmente el de no llegar al orgasmo. En este caso también la relajación de la respiración, de la musculatura y de la mente juega un papel muy importante para alcanzar la satisfacción sexual. Por otro lado, tanto hombres como mujeres, durante la madurez e incluso más tarde, pueden ejercitar los músculos de control que sirven para dar y recibir placer. Uddiyana Bandha y Mula Bandha son una de las tantas técnicas que existen para este objeto. El sexo es un tema muy amplio que puede ser enfocado desde distintos ángulos para descubrir las fuerzas energéticas que contiene y usarlas para cargar de vitalidad extra el cuerpo y la mente, además de disfrutarlo sanamente y en plenitud.

Sexo desde el paraíso hasta nuestros días La historia sexual de la humanidad no comienza en el paraíso terrenal con Adán y Eva caminando desnudos. Esto no es más que un mito de la religión judía que influyó en las religiones semíticas (judía, cristiana, y musulmana). Es un mito pues existen otros grupos humanos en el planeta con teorías diferentes sobre el origen de la especie humana, y por lo tanto son todas válidas para quienes creen en ellas. No podemos, sin embargo, negar la influencia del Génesis en nuestra cultura occidental judeo-cristiana. Para muchos, Adán y Eva vivieron en el Edén incontaminados disfrutando de la creación y de la visión de Dios hasta el momento en que la mujer tienta al hombre. Al comer “la fruta del bien y del mal” se dan cuenta de que están desnudos y se ocultan de la mirada de su Creador, como si esto fuera posible. Nos encontramos por tanto con el primer momento en que se le imputa a la mujer ser causa de pecado. Es el momento en que toda la humanidad siente vergüenza de su desnudez, de su sexo. Pareciera que desde entonces, y hasta 329 no hace mucho, gran parte de la humanidad ha vivido acomplejada de lo sexual, de su uso y expresión, llegando a sufrir con ello. A partir del paraíso es la mente del ser humano la que en sus desvaríos y conceptualizaciones erradas ha mirado el sexo equivocadamente. Podemos así, apreciar que la relación sexual del hombre primitivo fue netamente instintiva, animal, para conservar la especie. A medida que evoluciona el

humano surgen los sentimientos que marcan una connotación diferente del sexo y a medida que progresa en su desarrollo racional, emocional e intelectual, da a lo sexual diferentes enfoques, dependiendo de su ubicación geográfica, de su cultura, de la época. Estas diferentes concepciones sobre la sexualidad hacen que siendo el sexo algo común a la especie humana, sea visto y tratado de forma diferente.

1917 Egon Schiele: El abrazo

El pueblo judío vivió sometido a una férrea ley sexual basada en el antiguo testamento. Una ley prohibía desear la mujer del prójimo; la adúltera era apedreada hasta la muerte. El Levítico condenaba la sexualidad entre personas del mismo sexo y la relación sexual se permitía solo con fines repro- ductivos. La actitud de los griegos era diferente, no criticaron la homosexualidad. Por el contrario, no era mal visto que un hombre tuviera alguna forma de relación con adolescentes. A pesar de ello se le daba una gran importancia a la familia, al matrimonio. Las mujeres se dedicaban de preferencia a las tareas domésticas, cuidado de la casa, de los hijos. En cuanto al sexo debían reprimir sus impulsos porque tenían poca respuesta de sus esposos ya que estos encontraban mayores satisfacciones en mujeres especializadas en el arte amatorio. Eran las cortesanas, bien vestidas, perfumadas, cultas, bien habladas, incluso artistas, que sabían hacer pasar un buen rato a un hombre. El varón griego las prefería para las lides erótico-sexuales. Es aquí donde surge el concepto de la esposa virtuosa y madre dedicada, con su sexualidad y sensualidad reprimidas, concepto que gravitó durante siglos en la cultura occidental y que dividió a las mujeres en virtuosas y pecadoras. Unos 200 años A. C. surge en Grecia el repudio por los placeres mundanos y aparece un gran auge por la búsqueda espiritual, que siglos más tarde influiría con gran peso en el pensamiento de los primeros padres de la iglesia católica para que éstos promovieran la castidad y el celibato. En cuanto a los habitantes de Esparta, querían que sus mujeres engendraran hijos sanos, aptos para engrosar las filas de su ejército. Si el marido no era apto, toleraban que el padre fuese otro. Por ser fundamentalmente madre la mujer espartana, gozaba de gran respeto y a diferencia de las griegas, confinadas en su hogar, podían tener experiencias extra-matrimoniales. Por otra parte en Oriente y Asia la visión del sexo tenía marcadas diferencias. Por ejemplo, en China el sexo y su expresión era algo sagrado, un rito. El placer del hombre se relacionaba con la satisfacción de la mujer. La dicha del hombre aumentaba en la medida del goce de su compañera. En el Tao leemos: “un hombre no logrará la dicha erótica si él y su compañera no están en armonía”. Los chinos le dieron tal importancia al goce del sexo que idearon variadas prácticas para que las parejas lo disfrutaran en plenitud como parte de la

felicidad. Occidente se vio influenciado por concepciones semíticas sobre el sexo y posteriormente por la visión del cristianismo, sobre todo por la opinión negativa del apóstol Pablo, quien vio el sexo como algo absolutamente opuesto a la espiritualidad. Decía: “El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor”, “La carne tiene apetencias contrarias al espíritu y el espíritu contrarias a la carne”. Aquí carne significa cuerpo, sentidos, sexo. Todo lo que se relaciona con la carne es pecado. Así nace el trauma psicológico del sexo pecaminoso y que gran parte de la humanidad ha sufrido por siglos. En parte es el origen de la represión sexual que cuando se libera se convierte en libertinaje sexual, no siendo sano ni acep331 table ninguno de los extremos. Occidente ha sufrido un largo período de oscurantismo sobre la sexualidad producto de muchos conflictos sicológicos donde afortunadamente hoy existe una apertura y se mira lo sexual con mayor naturalidad, más desde un punto de vista científico que desde un enfoque religioso. La responsabilidad sobre la cuestión sexual, que hasta no hace mucho había asumido la religión y la sociedad, gradualmente va quedando en la conciencia individual. Está surgiendo la responsabilidad de cada persona frente a su sexo, lo que sicológicamente es mejor. Cada persona debe ser responsable de su sexualidad y debe vivirla y experimentarla de acuerdo a su conciencia. Sin embargo, la sociedad debe vigilar porque dicha libertad sexual no perjudique o dañe a terceros, a la vez que debe continuar promoviendo una visión mental sana sobre el sexo. En cuanto a India, desde épocas inmemoriales, tuvo una visión de la sexualidad bastante especial, en comparación con la de otros pueblos. Extendió su conceptualización sobre el sexo más allá del cuerpo y de los sentidos, considerándolo como un medio más para lograr una experiencia espiritual, quedando sus teorías y técnicas plasmadas en una voluminosa obra, “Los Tantras”.

Tantra Yoga Para muchas personas la palabra Tantra no es desconocida. Además aparece en revistas y textos cada cierto tiempo. Mi maestro espiritual es Tántrico y basándome en sus enseñanzas explicaré algunos aspectos del Tantra.

El Tantrismo es un sistema filosófico de India. Además de la teoría incluye conceptos metafísicos, religiosos, y por sobre todo, práctica. Es una corriente de pensamiento de naturaleza Pan-India, que influyó notoriamente en los otros sistemas filosóficos, en la religión hindú y el Yoga, influencia que dura hasta nuestros días. Historiadores y arqueólogos confirman que el Tantra ya existía en India cuando llegaron los Arios quienes con sus dioses y los Vedas intentaron desplazarlo. Sin embargo, a partir del siglo V después de Cristo hay un resurgimiento del Tantra y la mayoría intenta redescubrir la disciplina, como si fuera la moda del momento. La palabra Tantra proviene de dos palabras sánscritas: Tan, expansión y Trayati, liberar, soltar. Tantra significa pues, liberar energía para expandir la mente y la conciencia. Esta liberación de energía solo se puede lograr a través de práctica de técnicas específicas. La teoría debe ser trascendida porque no conduce a ninguna parte, sólo la práctica produce efectos. No se trata de teorizar sobre la verdad, sino de cómo alcanzarla. El Tantra no se detiene a analizar un problema, sino en abordarlo. Por consiguiente, no es filosófico sino existen- cial. En cuanto al ser humano, el Tantra no se ocupa de sus ideales y de lo que debiera ser y de lo que debiera hacer. Más bien se ocupa de la persona como es. No le enseña conceptos filosóficos, sino que técnicas, porque es solo a través de la práctica que es posible producir un cambio, y el cambio supremo es la experiencia espiritual por medio de la trascendencia de la mente y la unión de las energías sutiles. El Tantra ofrece para los que lo practican, dos senderos: 1) Sanyasin Marga o Tantrismo de la mano derecha. Es un camino de austeridades y renuncia en el que se deben practicar ciertos principios de Raja Yoga, conocidos como Yamas y Niyamas. Quienes optan por esta línea deben retirarse de la vida en el mundo. No es apta para occidente por contener muchas restricciones difíciles de cumplir. 2) Kaula Marga o Tantrismo de la mano izquierda. Este camino parte de la base de la debilidad del ser humano. Sus prácticas no son austeras ni ascéticas, no implican renuncia ni represión. Más bien promueve el experimentar lo negativo y trabajar en trasmutarlo. Se trata de ser un alquimista de la vida en la vida. Pero es un riesgo muy grande, tanto que los maestros del Tantra lo

comparan con caminar al borde de un abismo. Por este motivo, la presencia de un guía, de un maestro es imprescindible. El Tantra promueve el Samadhi, el objetivo final del Yoga, a través de diferentes técnicas mentales llamadas Kriyas, que en el caso del Tantra, es la rotación de la conciencia. También se usa para este objetivo la repetición de Mantras y la concentración en Yantras y Mandalas. Lo anterior es muy usado por el budismo tibetano.

Yoga y sexo Según el Tantra el sexo se usa para tres cosas: para procrear, por placer 333 y para tener una experiencia espiritual. Las personas que aspiran a caminar por el sendero Tántrico pueden ser dividas en tres categorías: 1) Pashu. Persona en la que predomina la sexualidad. Debe y necesita tener permanentemente relaciones sexuales. 2) Vira. Persona esencialmente tranquila y puede perfectamente controlar su sexualidad. 3) Divya. Persona que carece de motivación sexual. Puede llevar una vida casta sin problemas. El Tantra aconseja que la mujer asuma un rol más activo durante la copulación y el hombre uno más pasivo. El hombre debe tener, en lo posible relaciones sexuales sin llegar a la eyaculación. El orgasmo produce en el hombre depresión, lasitud. Si el hombre logra reprimir su orgasmo se cargará de energía y vitalidad, tanto física como mental y la meditación será mucho más intensa.

Relieve en piedra de un templo de Khajuro

Dentro de los sistemas de Yoga el Tantra nos enseña que el sexo es para disfrutarlo, un derecho inherente al ser humano, pero también para proyectarse espiritualmente, lo que a la luz de la religión podría ser un contrasentido, y la explicación fundamental es que el Tantra ve que la experiencia espiritual se produce cuando las polaridades energéticas se unen y se fusionan. Esta unión y fusión puede ser interna cuando la persona medita y puede ser externa cuando un hombre y una mujer, dos polaridades distintas se fusionan en el acto sexual. De manera que de acuerdo al Tantra el sexo no es el objetivo sino que un medio para que la polaridad negativa del varón se una con la polaridad positiva de la mujer. No debe haber orgasmo físico, ni menos eyaculación, sino más bien orgasmo energético que por lo general se siente en la columna. Este enfoque revierte por completo la actitud de la pareja en el acto sexual. Detiene esa carrera loca que tienen algunos hombres hacia el orgasmo. Carrera que a veces parece una competencia agresiva y tensa. Todos sabemos que hombres y mujeres somos fisio- lógicamente diferentes y en lo que se refiere al sexo la respuesta de ambos tiene una gran distancia. En algunos casos ella asume una actitud pasiva, mientras él, sobreactúa. Es un error porque él responde más rápidamente a los estímulos, mientras que ella es más lenta. Si a esto le agregamos la tensión producto de la vida acelerada que se lleva, tenemos que el varón llega rápidamente al orgasmo eyaculatorio mientras ella queda defraudada. Más graves son los casos de impotencia en él y de frigidez en ella, como secuela de la tensión. La realización del sexo no es siempre feliz para las parejas, a pesar de que juega un rol importantísimo en la felicidad de las personas, y por eso el enfoque del Tantra es muy positivo porque enseña que quien tiene la mayor carga de energía positiva es la mujer y no el hombre. Su tremenda vitalidad energética le permite gestar el bebé durante nueve meses. Es por esta razón que el Tantra dice que la mujer debe tener un rol más activo que el hombre en el acto sexual.

335 Relieve en piedra de un templo de Khajuro

Por su parte el varón debe asumir un rol pasivo casi todo el tiempo. Para esto debe adoptar Shavasana, la postura del cadáver, tendido boca arriba. Esta posición tiende a disminuir su sobreactuación, retardando el instante eyaculatorio, creando una actitud de espera generosa con su compañera. La pareja Tántrica no piensa tanto en la culminación del acto sexual. Piensa más en el placer bio-eléctrico-energético y emocional. El varón disfruta, pero guarda sus reservas energéticas sin eyacular y se mantiene vigente por largo tiempo. Al conservar su energía evita que la pérdida continua lo deteriore más rápidamente que a la mujer, que como ya dijimos, constitucionalmente, tiene una mayor energía que él. La vida real nos demuestra esto. Frecuentemente vemos parejas de 70 años en que ella se mantiene en perfectas condiciones, mientras que él se mantiene en pie por milagro. Este control del acto sexual sin hacerlo culminar en la depresión de la eyaculación permite que se provoque una gran descarga de energía irradiada desde el sexo al cuerpo de cada uno de ellos, produciendo al mismo tiempo un intercambio de polaridades energéticas diferentes entre ellos con el consiguiente beneficio. Serán entonces estas mismas interacciones de energía trascenden- tal que podemos llamar experiencia espiritual. De allí que el Tantra diga que un momento apropiado para la meditación es inmediatamente al término de la unión sexual la que se complementará con una vivencia distinta, muy personal y diferente a la que tuvieron cuando estaban unidos en el abrazo amoroso.

En resumen, podríamos decir que el sexo es la expresión física de una tremenda fuente de energía llamada Kundalini, la que todos los sistemas de Yoga buscan poner en acción por diferentes métodos. Dentro de la enorme variedad de técnicas que tiene el Yoga, el Tantra Yoga es el único que usa el sexo para activar el Kundalini. El sexo es un medio, no un fin. Para la estimulación del Kundalini la energía debe ser canalizada a lo largo de la columna para unir Shakti, la energía, con Shiva, la conciencia. Esta unión es el real matrimonio Tántrico, que reviste al sexo y a la sexualidad de espiritualidad, mirado como algo sagrado porque es un don divino. Toda vez que cuando se fecunda un óvulo es posible que un espíritu viva una nueva experiencia de vida en este plano con una vestimenta humana.

Las primeras vibraciones - om, el sonido sagrado En el capítulo precedente Swami Digambar hace referencia al Mantra OM, a los Yoga Sutras de Patanjali y al Hatha Yoga. En ese orden desarrollaremos estos temas. El símbolo Aum (OM) es descrito en las escrituras como el símbolo audiovisual del mismo Brahman y es muy rico en simbolismos. De hecho, todo el Madukya Upanishad está dedicado a este Mantra. La meditación en el símbolo y sonido de Aum es un importante aspecto del Yoga. El Mantra Aum ha ganado mucho peso en todo el mundo entre las personas que practican Yoga, pero por lo general no es bien comprendido. Los Mantras Védicos, son palabras y frases con sonidos mágicos y sagrados, que reflejan el proceso mismo a través del cual los universos fueron creados, se han mantenido y disuelven, y a través del cual las almas individuales entraron en el ciclo del renacer una y otra vez en pos de la auto-realización. Se cantan siempre

en sánscrito y la vibración que producen en la mente es instantánea y maravillosa. El sánscrito es una lengua muerta, de origen Indo-Ario, la lengua clásica de la literatura de los hindúes. Su aparición se sitúa alrededor de 1800 A. de C., pero muchos eruditos piensan que es aún mucho más antigua. Se desarrolló como un vehículo de expresión de la sociedad Brahmánica y fue estableciéndose rápidamente como el principal motor de la cultura en la región en el período previo a la conquista por parte de los musulmanes.339 Este lenguaje fue perfeccionado con el propósito de que fuese capaz de expresar conceptos profundos y sutiles. Es tan extraordinaria su capacidad para expresar sutilezas espirituales y filosóficas, que se dice que fue obra de Dios. Aparece por primera vez en los Vedas y otros textos sagrados. No hay duda que OM (AUM), es el Mantra más antiguo que existe. Sobre su origen se sabe poco, a pesar de que no escasean las teorías. En Mantra Yoga una potencia mágica o mística se le atribuye a ciertas palabras. La más potente, la más sagrada de todas es OM. “Al comienzo estaba la Palabra.” Para los hindúes esa palabra es OM.

El Mandukya Upanishad explora la famosa teoría de los cuatro estados de conciencia: vigilia, ensueño, sueño profundo sin sueños, y el estado de conciencia elevada. Esto, es terreno conocido para los que practican Meditación Trascendental. El Mandukya Upanishad explica el poder y el simbolismo

místico de OM, el Mantra más venerado por el Hinduismo. OM es todo: pasado, presente, futuro. Todo en el universo es OM. El sonido OM, es en realidad AUM. La explicación tradicional para estas tres letras es que cada una de ellas representa los tres aspectos de Brahmán, o el Absoluto de la trinidad hindú: Creador, Destructor y Protector. La letra sánscrita para este sonido contiene tres sonidos, más un cuarto, que no es un sonido, pero que armoniza los tres anteriores. Los tres primeros sonidos son audibles y el cuarto sólo es escuchado en lo más recóndito de cada ser. Los tres primeros sonidos son básicos: AAA-UUU-MMM, y todos nacen del cuarto, representado en la letra OM, por un punto en su parte superior. Este punto se llama Anuswar. Es el sonido sin sonido, o lo que los budistas Zen llaman el sonido que se produce al aplaudir con una sola mano. El Mandukya Upanishad sólo lo llama “el cuarto”. Los tres primeros sonidos representan los tres estados y el cuarto, nuestra verdadera naturaleza. El hombre es como el sonido OM, un universo en miniatura. Si logramos descifrar hombre, podremos descifrar toda la existencia. La manera más rápida de comprender la existencia, el universo, es conociéndose a sí mismo. La experiencia del mundo exterior corresponde a la letra A, el primer sonido. Es el más superficial, el más elemental. Desafortunadamente millones de personas a través de todo el mundo viven y mueren solo conociendo este primer sonido. El poder, la empresa, la política, el prestigio. Es decir una vida superficial, hacia afuera. La gente vive y muere sin saber porqué vive o por qué muere. La gente lucha para sobrevivir sin saber para qué. Todos van a gran velocidad a alguna parte sin saber a qué o dónde. Ni siquiera saben quiénes son. Estas personas, sin embargo, actúan en el mundo y consiguen logros y éxitos materiales. Este estado es lo que Carl Gustav Jung llama extroversión. La persona extrovertida vive fuera de sí misma y como vive totalmente fuera de sí misma es muy activa, consigue mucho: dinero, poder, prestigio, respetabilidad. El segundo sonido -U- corresponde al estado de ensueño, de introversión. El primer sonido crea ciencia; el segundo arte. El primero tiene un enfoque objetivo de la realidad, el segundo un enfoque subjetivo. El poeta, el pintor, el bailarín, el músico pertenecen al segundo, al estado de introversión. El mundo interior nos acerca a Dios y el exterior, a la materia, pero ambos son absolutamente

necesarios. El que despierta a este estado conserva la tradición del conocimiento. Es por esto que en oriente mucha gente es muy tradicionalista, muy ortodoxa. No valoran lo nuevo y viven obsesionados con lo viejo. La tradición es más importante que el descubrimiento. El pensamiento oriental clásico nos dice que los tiempos pasados siempre fueron mejores y el momento presente es el peor. En occidente, en cambio la visión es distinta y todo se concentra en el futuro; existe la ilusión de que todo está por hacerse. En oriente hay una especie de fatalismo, que ya nada puede hacerse, Kali Yuga: el peor momento. 341

El primer sonido en psicología moderna correspondería a la conciencia; el segundo a la subconciencia y el tercero a la inconciencia. El estado de sueño sin sueños corresponde a M, el tercer sonido. Produce moderación y unión. Es un estado de fusión con el mundo. Representa un estado negativo de trascendencia. Uno cae en un estado de profunda inconciencia, pero está silencioso. No hay confusión dentro de uno. Pero es un estado negativo. No hay luz, solo oscuridad. Ni siquiera hay sueños. Se produce una cierta unión con la conciencia universal, pero en un estado de profunda inconciencia. Es cuando uno despierta en la mañana y dice “dormí profundamente. ¡Fue delicioso!”. Pero en el momento mismo que dormíamos profundamente no estábamos concientes de que dormíamos profundamente. Solo a la mañana siguiente, al despertar y sentirnos frescos y descansados pensamos que debemos haber dormido profundamente. La persona que experimenta el sueño sin sueños, la persona M, no es ni extrovertida ni introvertida. Se ha escapado de la dualidad. Ha obtenido una cierta fusión con la existencia, pero hay un peligro: esta persona puede pensar que ha llegado, pero todavía tiene que subir un peldaño más. Sólo el Yo puro, ése que es indivisible, que no puede ser descrito, el bien supremo, el que no tiene segundo, ése corresponde a la totalidad de AUM, y quienquiera que despierte a este estado realiza su Yo. El primero es el futuro, el segundo el pasado, el tercero el presente, pero en forma inconsciente, y el cuarto es el presente, pero en forma conciente. El cuarto es el estado de un Buda, de un Cristo, de un Krishna. Este es el objetivo de todos los que buscan llegar a lo más recóndito de su Ser, a la cima de la montaña. Y lo más notable es que el cuarto contiene los otros tres y la potencialidad de alcanzarlo está en la esencia misma de cada ser humano.

Sánscrito: La lengua del Yoga Por Mauricio Wolff

Resumidamente: El sánscrito es una de las 22 lenguas oficiales de la India, reconocida como lengua erudita e inambigua, por excelencia. Dió origen a diversas lenguas del subcontinente indio e influenció otras, ya sea como vocablos o en su estructura. Su origen no puede ser definido por un momento histórico, pues la lengua ya existía antes de lo que consideramos historia. Su origen es atribuído a la divinidad, y de hecho, algo de divino tiene el sánscrito. El primer registro que se tiene de la lengua es el que tradicionalmente es considerado como habiendo sido compuesto unos 3000 años antes de Cristo. Los Vedas, según sus son o respiración de Dios.

El sánscrito védico, considerado ideal para representar textos sagrados, fue compilado en su forma clásica por Su obra compuesta en 2.500 A.de C. es una obra reconocida por todos: es mucho más una definición que una descripción de gramática sánscrita. Todavia es utilizada para el estudio y comprensión de la lengua. La palabra está compuesta de dos elementos, significa refinado o perfeccionado, y es el participio pasado de , acción. Así, significa aquello que fue refinado y perfeccionado. Muchos son los motivos para estudiar sánscrito. Pero, ¿Quién soy yo 345para decir esto? Puedo, por otro lado, decir cuáles son mis motivos y tratar de inspirarlos a descubrir los suyos. Cuando trabé contacto con Yoga, todo era nuevo .... Por no saber todavía que se trataba fundamentalmente de descubrir mi verdadero Yo, todo parecia exótico y extraño. Decidí entonces comenzar a estudiar la mitología india, más que todo por una especie de fascinación. El primer contacto com la mito logia índia fue ligeramente espeluznante. Personajes con nombres enormes e incomprensibles, historias que se bifurcan, vuelven a ramificarse y regresan al punto original, sin distinguir para nada lo que acontece en este mundo o en otros. Para empeorar la situación, la lectura se hace dificil pues muchos libros y artículos no han sido traducidos correctamente. Saber cuál es la pronunciación correcta de una palabra puede ser decepcionante. En un libro aparece shiva, en otro, o , y todavia otra versión: siva. ¿Cuál sería la correcta, y como pronunciar? La única forma de saber es teniendo acceso al leyendo el texto o término lo más cercano posible a su forma original. A partir del momento que comencé a entender que en sánscrito los nombres se forman a partir de radicales que no pierden jamás su significado, la fas- cinación aumentó. Aksara En sánscrito no existen letras o alfabeto. El término alfabeto es una palabra compuesta de dos letras griegas, alfa y beta, que representa el conjunto de signos que, juxtapuestos forman palabras. En sánscrito existe sonidos o fonemas que, al

combinarlos preservan su significado original y se suman para componer nuevos conceptos. Un está compuesto de dos partes, ay . El prefijo A, como en latín significa lo opuesto del término que sigue, como en normal y anormal sumado a que significa destrucción o pérdida. Siendo así, es aquello que no es destruído, que no se pierde. Eso tiene algunos motivos. El primero es que el sonido de un no se pierde en la composición de un término; el sonido se preserva. El segundo es que el significado de cada también se preserva, haciendo que el término final sea el conjunto de todos los significados de los constituyentes. El conjunto de los alfabeto. Se llama fonador humano (vac). El término es lo que nosotros tendemos a entender como significa sonido producido a partir del aparato significa guirnalda. Una guirlanda de flores fonador humano (vac). El término significa guirnalda. Una guirlanda de flores es de Una guirlanda de sonidos o fonemas, Entendiendo la cultura a través de la lengua ¿Quieres escuchar una conclusión absurda, pero verdadera? Los indios piensan diferente a nosotros. Esto no es solo una cuestión de costumbres. Es más profundo. Está presente en el fundamento del pensamiento, de la palabra, de la acción. Cuando nuestra mente funciona, el pensamiento surge a partir de un lugar desconocido, anterior a la genética o a la cultura. La propia cultura surge desde el mismo nacimiento, que para nosotros es imperceptible. La práctica de Yoga funciona y trae beneficios; hacer eso y estudiar sáns - crito nos hace comprender mejor lo que estamos practicando. No se trata solamente de entender los nombres de las asanas, pero hacer que nuestra mente comience a funcionar como las mentes de las personas que definieron las bases del Yoga. Al comenzar a estudiar esta lengua parece que se abren otras posibilidades de comprensión que nos permiten conocemos a nosotros mismos, cada vez mejor.

El varnamala

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La cantidad de fonemas de Varnamala puede variar de 49 a 54, dependiendo del autor. Algunos presentan características muy interesantes, como el y “o” que practicamente no son usados. ¿Porqué existen? Para mantener una simetria absoluta, así los akrsara existentes son suficientes para cualquier necesidad presente o futura. Esquemas de transliteración Como ya percibiste, el Varnamala a la derecha tiene caracteres latinos equivalentes a los de la izquierda. Esta es una herramienta didáctica para una mejor comprensión del sánscrito llamada transliteración. Transliteración es copiar de un sistema a otro, en este caso, fonético. El sistema utilizado aquí es el ISO-159l9, una norma internacional de la Standards Organization de 2001 para la transliteración de las lenguas índicas. Es prácticamente una extensión al sistema académico o IAST (Intemational Alphabet of Sanskrit Transliteration) de 1912. Existen otras posibilidades de transliteración, pero siendo el ISO una ampliación del IAST, es el más recomendado. El aparato fonador A pesar de poseer más elementos que en las lenguas latinas, no es difícil memorizar el Varnamala. Basta conocer y acordarse de las cinco regiones donde los sonidos vibran em nuestro aparato fonador, y todo será más fácil. Para nombrar estas cinco regiones vamos a utilizar las palabras:

1. Gutural 2. Palatal 3. Cerebral 4. Dental 5. Labial o bilabial Los sonidos guturales se caracterizan por producir urna vibración en la garganta. Los sonidos palatales se producen cuando el dorso de la lengua toca el techo de la boca. Los cerebrales se inician con la punta de la lengua en el techo de la boca; se enrolla para que el fonema produzca su sonido. Los dentales son pronunciados detrás de los dientes del arco superior y los labiales se producen por médio de la vibración de los lábios. Nota: Como excepción del Visarga, todos los fonemas con un punto más abajo son cerebrales, por lo tanto,

pronunciados de la misma forma. Equivalencias fonéticas Enseñar a pronunciar correctamente palabras es un desafio. Debemos, en consecuencia, recurrir al uso de palabras conocidas para aproximamos lo más posible a lo deseable. Para no mutilar la lengua española, lo ideal es usar el inglés, el idioma universal de estos dias.

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Sir Willian Jones (1746-1794) ocidental pionero en estudios de sánscrito, observó en 1784: “La lengua sánscrita, cualquier edad que tenga, es de una estructura maravillosa; más perfecta que el griego, más concisa que el latín y más perfectamente refinada que ambas .. El sánscrito es un aprendizaje sin fin. Una vida es realmente corta para comprender esta lengua, pero su estudio en si nos ayuda a entender los conceptos y nos permite ponemos en el estado mental que se requiere para el aprendizaje del Yoga que estudiamos y practicamos.

Mauricio Wolff pratica Yoga desde 1992. Graduado en filosofía de la Universidad Unisinos, estudia Sánscrito, Yoga Sutrase otros textos relacionados con el Yoga desde el milenio pasado; practica además Ashtanga Vinyasa Yoga y lidera grupos de estudio en el Mangalam Yoga Studio (www.mangalam.com.br).

Las primeras instrucciones: Los Yoga Sutras Al hablar de Yoga dentro del capítulo sobre el Hinduismo, dijimos que había cuatro Yogas, o caminos hacia lo divino. Aunque está claro que el camino es esencialmente uno solo, la diversidad aparece al poner de relieve las diferencias en la personalidad o temperamento del practicante. De ahí que haya surgido el Jnana, Bhakti, Karma y Raja Yoga. El Raja Yoga contiene variadas prácticas espirituales que incluyen prácticas físicas y psíquicas de acuerdo a las instrucciones dejadas por Patanjali, en sus Yoga Sutras. Estos cuatro caminos de ninguna manera se excluyen, por el contrario, están en una muy buena simbiosis.

Patanjali

Antes de abordar el tema de los Sutras de Pantanjali, algunas palabras sobre él: Es considerado como el padre del Yoga, pues recopiló y sistematizó las enseñanzas que surgieron de la experiencia y sabiduría de muchos otros sabios, o Rishis, que vivieron en épocas anteriores a la suya. Su recopilación, los Yoga Sutras, dieron origen a lo que hoy se llama “Yoga clásico”, o como frecuentemente se le llama, Raja Yoga, (Yoga real), aún cuando no hay ninguna 353

evidencia de que él haya utilizado ese término. En su tratado se refiere en cambio a Ashtanga, o el “Yoga de ocho miembros”. Pero bien podría ser llamado “Yogameditación” a juzgar por el segundo Sutra del primer capítulo: Yoga es suspender los movimientos de la mente”. (Yoga Chitta Vrtti Nirodhaha). Aún cuando jamás se ha encontrado algún registro sobre él, o sobre su escuela, podemos decir con cierta certeza que Patanjali fue un profesor de Yoga. Más de 2.000 años después de haber escrito los Yoga Sutras, se lo considera todavía como la referencia clásica sobre Yoga y es traducido, publicado y comentado hasta nuestros días. Adicionalmente, los Yoga Sutras siguen siendo el texto básico usado en todas las escuelas de Yoga de la India, y ahora es también enseñado en occidente. Pata significa “caer” y Anjali, “manos en posición de oración”. Se dice que vivió 200 a 300 años A. de C. posiblemente incluso un poco más tarde, pero demasiado temprano para que nosotros nos formemos una imagen de cómo era. De hecho, lo poco que se sabe sobre él surge de los innumerables estudios que se han hecho sobre los Yoga Sutras. De estos estudios se desprende que era un profesor con intelecto cristalino, un genio para expresar sus pensamientos usando la menor cantidad de palabras posible. Sutra es una palabra sánscrita que significa “hilo”, “cordel”, “sarta”. Cada Sutra es como una perla en un collar. En nuestra cultura hablamos de “perlas de sabiduría”, y esa es exactamente la idea: sólo unas pocas palabras, una frase corta expresando una gran idea, un gran concepto. El libro es corto; sus aforismos breves. Pero está lleno de profunda sabiduría expresada en un admirable orden y detalle. Su tema central es el nacimiento del hombre espiritual a partir del hombre físico –el tema de todas las escrituras sagradas. Es tan claro y

al mismo tiempo está tan condensado, que a uno le dan ganas de decir, al igual que Omar cuando refiriéndose al Corán declaró, “¡Quemen las bibliotecas, pues todo su valor se encuentra en este libro!”. A pesar de que es claro, es inmensamente profundo, por lo que gran parte de los libros sobre Yoga no son otra cosa que comentarios sobre los Yoga Sutras, porque ignorarlos es imposible. Además de su trabajo principal, los Yoga Sutras, también escribió sobre Ayurveda y gramática. Estos tres temas contribuyen al desarrollo del hombre. Yoga y Ayurveda son ciencias de liberación “Moksha Shastras”. La gramática es necesaria para entender el lenguaje sin ambigüedades y para tener una comunicación sana. Es un vehículo para cultivar las áreas sutiles de la mente. Es precisamente este dominio del lenguaje lo que hizo que este Yogui iluminado pudiese comprimir toda la filosofía del Yoga en sólo 195 Sutras o aforismos. El torbellino de teorías y opiniones que existían, en directo conflicto con las suyas, lo dejó serenamente impávido. No atacó a ninguno de sus oponentes ni mostró animosidad hacia sus críticos. Su único objetivo era descubrir la verdad y compartir esa verdad. Mientras más leemos sus palabras, más fuerte emerge la imagen del perfecto erudito: tradicional en sus simpatías, preciso y metódico en su pensamiento, reverente en su concepto de lo divino, experimentado en su práctica de Yoga, y devoto al ejercicio de esa meditación que lo condujo a la iluminación y a la liberación, que es también nuestra meta. Su sistema es el epítome de la Filosofía Clásica de Yoga, considerado como uno de los seis sistemas de Hinduismo ortodoxo, presentado por Patanjali como Darshana en sus Yoga Sutras, que supuestamente data desde unos 300 años antes de Cristo y conforma la fundación del Yoga clásico y del Hatha Yoga. Sienta las bases de la psicología de Yoga: la transformación de una mente limitada, aletargada e ignorante en una poderosa fuerza creativa para el desarrollo integral del ser humano. Hay que tener presente, sin embargo, que el Yoga que se practica hoy en día, en sus variadas encarnaciones, contiene elementos de uno u otro de los seis sistemas de Hinduismo ortodoxo. Por ejemplo, la enseñanza de meditación de Siddha Yoga está basada más en las creencias del sistema Vedanta que en Yoga. Los seis sistemas están expresados en forma de Sutras y muchos de ellos cubren temas tratados por los otros. Hay referencias cruzadas entre los seis Darshanas, que crecieron uno al lado del otro. La aceptación de los Vedas como la fuente de todos estos seis sistemas explica la consistencia de muchos temas. El Yoga se diferencia de los otros sistemas en el sentido de que

no es metafísico. Los Sutras de Patanjali no eran teorías abiertas a discusión: contienen la esencia de lo que era una disciplina establecida de conducta ética, patrones ya conocidos por la gente familiarizada con los Upanishads y el Bhagvadguita. 355 Purusha y Prakrti Aproximadamente unos mil años antes de los Yoga Sutras de Patanjali, los poetas Védicos habían escrito sobre “El Único”, dándole crédito a algunas fuerzas dinámicas o a alguna forma de conciencia que permitió la creación del mundo. “Los rayos de los sabios esparcieron luz sobre la oscuridad: ¿Pero, estaba El Único arriba o estaba abajo? La fuerza creativa estaba allí, y también el fértil poder. Abajo estaba la energía, arriba el impulso. ¿Quién sabe con certeza? ¿Quién puede declarar esto aquí? ¿De dónde nació, y de dónde vino esta creación?” (del Himno de la Creación del Rig Veda). En la mayoría de las tradiciones místicas “El Único”, o el “Todo Cósmico”, es aceptado como el primer paso en la creación de la humanidad. Independiente de que “El Único” sea una fuerza externa o una luz interna, y cualquiera que sea la técnica religiosa, contemplación u oración necesaria para realizar o hacer que este concepto tenga sentido, en el Judaísmo, Cristianismo e Islam es el Dios Único, en las religiones del Lejano Oriente es el Tao, y en las tradiciones de la India, representado por medio de la visión Yóguica como Brahmán. Patanjali fue un hindú devoto, con formación filosófica en el sistema Samkhya, muy popular en esa época, y notable además por su teoría sobre la evolución; todo el sistema está basado en que la experiencia tiene como base la evolución de la naturaleza, o la materia de la cual está hecha el cosmos, -Prakrti-, que se transforma en conciencia pura, o espíritu,-Purusha. El Samkhya Darshana explicaba toda la realidad por medio de estos dos principios eternos: Purusha, espíritu, conciencia pura y Prakrti, la materia o naturaleza, que todo lo contiene. Estos dos aspectos se combinan de diversas formas y en diferentes proporciones para producir todo lo que existe: tierra, aire, cielo y todo lo que estos elementos contienen –minerales, vegetales, animales y humanos. En este sistema pareciera que no hubiese un lugar para Dios, pero a Patanjali se le da crédito por corregir esta omisión. Introduce la idea de Ishwara, o Señor, al que describe como el Ser Supremo jamás dividido por el tiempo y jamás tocado por las aflicciones y caprichos de nuestra existencia humana; omnisapiente y fuente del conocimiento concedida a los humanos, maestro de todos los antiguos

profetas y sabios. Este concepto es extraordinariamente compatible con el concepto judío Yaweh, el dios cristiano y el Alá mahometano. La imaginería de la India representa a menudo Purusha como el principio masculino, con el Lingam y Prakrti, y como lo femenino, el Yoni. El propósito del Yoga es crear una unión entre estos dos, espíritu y materia, siendo el estado último, un estado de bendición pura, lo que no es una mala imagen para los misterios de la creación, y una que explica en cierto modo los orígenes del Tantrismo. El Shri Yantra, usado como ayuda visual para conseguir la focalización de la mente en un solo punto durante la meditación, es un diagrama que ilustra justamente este concepto. Comienza en un pequeño y único punto, representando la creación, rodeado por un diseño de triángulos entrelazados dentro de múltiples capas de pétalos de flores de loto dentro de un círculo que simboliza el cosmos. Este círculo se abre en un cuadrado cuyos lados actúan como espejos que se reflejan en otros espejos “ad infinitum”. Los triángulos que miran hacia arriba representan los Lingams y los que miran hacia abajo, los Yonis. Su interpenetración representa la unión de los opuestos, espíritu y materia, macho y hembra, creación y destrucción, cielo y tierra. Al mirar a través de estos triángulos uno encuentra un punto de infinidad. Visto desde adentro hacia afuera, todo el diagrama representa el proceso de creación expansiva, desde el nacimiento de la conciencia hacia las manifestaciones externas del mundo material. Si uno empieza desde afuera y va hacia adentro, como lo haría un Yogui meditando, uno puede visualizar el proceso de repliegue de los sentidos experimentado por el meditador, alejándose del mundo material en su camino hacia un estado de focalización en un solo punto. Patanjali explica cómo Prakrti, o materia, está compuesta a su vez, por el equilibrio entre tres tendencias conocidas como Gunas. Estas Gunas son Sattwa, “claridad, armonía”, Rajas, “actividad” y Tamas, “inercia”. Estos tres principios están en la base de toda la materia, produciendo placer, dolor o indiferencia, respectivamente. La teoría es que la interacción de estos tres Gunas resulta en el siempre-cambiante potencial de la experiencia. Cuando los tres elementos están en perfecto equilibrio, se manisfiesta la quietud total. Solo cuando hay un desequilibrio en el equilibrio entre ellos, el proceso de evolución puede comenzar.

Shri Yantra 357

Se dice que Patanjali escribió los Yoga Sutras específicamente para sus discípulos. Cada Sutra puede ser entendido como el título de una lección sobre el tema a tratar, de acuerdo al conocimiento y necesidades de sus discípulos, de ahí su brevedad. Otros piensan que la explicación de la extrema condensación de los aforismos se debe a que en esa época no se conocía la imprenta y los estudiantes tenían que aprenderse los textos de memoria. Afortunadamente existen hoy numerosas traducciones y libros con extensos comentarios de cada aforismo. Recomendamos el libro de B.K.S. Iyengar, “Light on the Yoga Sutras of Patanjali” (Harper San Francisco, 320 páginas). En este libro el profesor Iyengar pone los Sutras al alcance de todos los estudiantes serios de Yoga. Los registros históricos relacionados con el trabajo de Pantanjali dejan un espacio de unos cuantos cientos de años. Pero en algún momento entre el año 650 y el año 850 D. de C. aparece un comentario sobre los Yoga Sutras escrito por Veda-Vyasa, llamado simplemente Yoga-Bhashya. Varios comentarios sobre otros trabajos famosos son atribuidos a Vyasa, de lo que se desprende que debe haber sido un escritor y no un profesor de Yoga. Sin embargo, su trabajo es el más antiguo y el más importante sobre Patanjali que nos ha llegado y sus observaciones son muy valiosas. Otra persona que contribuyó a nuestro conocimiento sobre Patanjali es Vachaspati Mishra, un brillante académico que vivió con posterioridad al año 800 D. de C. Mishra escribió comentarios sobre los sistemas Samkhya, Vedanta, Yoga y filosofía. Podemos considerar su trabajo como explicaciones sobre el trabajo de Vyasa. Ciertamente podemos beneficiarnos de sus observaciones y comentarios para profundizar nuestra percepción de los antiguos sistemas, y por lo tanto, de Patanjali y su trabajo. Los cuatro Padas Los Yoga Sutras de Patanjali (195 en total, aunque algunas ediciones tienen 196) están divididos en cuatro capítulos o Padas, palabra que traducida literalmente significa “partes de un libro”. Son: 1. Samadhi Pada (sobre la contemplación) 2. Sadhana Pada (sobre la práctica) 3. Vibhuti Pada (sobre propiedades y poderes) 4. Kaivalya Pada (sobre emancipación o liberación) Samadhi Pada

En este capítulo Patanjali define el Yoga y los movimientos de la conciencia, Chitta Vrtti. Samadhi es la última etapa del Octuple Sendero del Yoga. Samadhi es ver el alma cara a cara, un estado en el que se disuelven todas las diferencias entre cuerpo, mente y alma. Samadhi es descubrir la fuente de la conciencia. Patanjali dedica 51 Sutras a este capítulo. Sadhana Pada En este segundo capítulo Patanjali habla de Kriya Yoga, el esfuerzo dinámico que ha de realizar el aspirante, Sadhaka. Describe las cualidades necesarias para cambiar gradual y efectivamente de un estado de distracción a un estado de atención. Explica también porqué estas cualidades son importantes y en que consiste la práctica. En la primera parte de este capítulo Patanjali investiga las causas del sufrimiento, y en la segunda, describe las prácticas externas de Raja Yoga. Está conformado por el Octuple Sendero del Yoga: Yama, Niyama, Asana, Pranayama, Pratyahara, Dharana, Dhyana y Samadhi. Patanjali dedica 55 Sutras a este capítulo. Vibhuti Pada Habla sobre los efectos divinos de la práctica Yóguica. La primera parte de esta sección se ocupa de las prácticas internas que conducen a Samadhi, y en la segunda, se describen los Siddhis, o poderes sobre naturales que es posible conseguir. Se le advierte que ignore sus tentaciones y que siga el camino espiritual. Vibhuti significa “poder divino”. Patanjali dedica 55 Sutras a este capítulo. Kaivalya Pada Aquí, Patanjali distingue Kaivalya de Samadhi. Este capítulo se ocupa de la filosofía y metafísica del Yoga y de la naturaleza de la mente y la conciencia. 359 El objetivo práctico detrás de la teoría es la liberación, la emancipación espiritual (Kaivalya). Patanjali dedica 34 Sutras a este capítulo.

Ashtanga yoga: El yoga de 8 miembros o el óctuple sendero del

yoga “La llama de una vela no titila en donde no hay viento. Lo mismo ocurre con la mente del Yogui que ha logrado controlarla y está absorto en el espíritu dentro de sí mismo” Bhagavad Guita

Como ya dijimos, Yoga es uno de los seis sistemas ortodoxos del Hinduismo, trasmitido en forma de Darshana por el sabio Patanjali en sus Yoga Sutras posiblemente alrededor del segundo o tercer siglo antes de Cristo. Darshana se podría traducir como la ciencia del conocimiento o filosofía. Lite- ralmente es “manera de ver”, o más específicamente, “ver dentro”. Cuando se habla de Darshana normalmente es para referirse a los seis sistemas clásicos del pensamiento hindú, es decir, Vedanta, Mimamsa, Samkhya, Vaisesika, Nyaya y Yoga. Puesto que el sistema de Yoga tiene por objeto purificar la mente en preparación para la iluminación espiritual, Patanjali expone en los Yoga Sutras el método práctico por medio del cual el Yo, el Atman, personificado en el Bhagavad Guita como Arjuna, puede liberarse de las aflicciones del ego para seguir su camino sin distracciones. “Experiencias de placer y de dolor son los frutos de méritos y deméritos, respectivamente”, dice Patanjali en el Sutra catorce del segundo capítulo, “Pero el hombre que tiene discriminación espiritual considera todas estas experiencias como dolorosas puesto que el disfrute del placer de este momento es doloroso ya que tememos su pérdida. El placer pasado es doloroso porque nuevos deseos surgen de las impresiones361 que ha dejado en nuestra mente. ¿Y como puede cualquier felicidad durar si solo depende de nuestro estado de ánimo? Estos estados de ánimo están cambiando constantemente, puesto que uno u otro de los Gunas toma control de la mente”. Primero tenemos que diferenciar entre el Yo y el ego, porque el Yo conciente es esencialmente puro, mientras que el ego, dependiendo de la experiencia personal del mundo de cada uno, inevitablemente distorsiona esa experiencia. Se dice que el sufrimiento es causado por ignorancia de la verdadera naturaleza del mundo, Avidya. El Yo está separado de la materia y para entender esta distinción hay que liberarse del sufrimiento. Patanjali explica esta identificación equivocada del Atman con el ego, y enumera cinco causas de esa equivocación, que puede ser un obstáculo para la felicidad pues crean todo el sufrimiento. Los cinco

obstáculos son: Avidya: Ignorancia o entendimiento incorrecto, la raíz de todos los obstáculos a la felicidad. Asmita: Egoísmo, falsa identificación de uno mismo con los instrumen- tos del cuerpo y de la mente. Raga: Apego, desear algo que a uno le ha dado antes placer. Dvesa: Aversión, miedo hacia las cosas que la experiencia a uno le dicen que pueden ser desagradables. Abhinivesa: Miedo a la muerte, el amor instintivo a la vida y el miedo a la muerte. Puesto de otra forma, puro interés personal, pura gratificación personal, vanidad y auto engaño nunca puede ser el camino hacia la paz y la felicidad, hacia la moralidad o hacia las fundaciones de ninguna disciplina religiosa. Los 195 Sutras de Patanjali sientan las bases de todas las formas de Yoga. Sin embargo, es necesario precisar que si uno estudia detenidamente las formas de Yoga que existen hoy día, es posible encontrar que algunas de ellas contienen elementos de uno o varios de los seis sistemas filosóficos del Hinduismo ortodoxo. Normalmente se traduce Sutra como aforismo, un concepto profundo encapsulado en frases concisas para que puedan ser memorizadas fácilmente. Este estilo literario fue usado en India por cientos de años. Otro ejemplo de este estilo se encuentra en el Kama-Sutra. Lo compacto de cada aforismo inevitablemente hace que estén abiertos a interpretaciones, razón por la cual es fácil entender porqué el período que vio nacer los Sutras fue seguido por otro largo período de comentarios y análisis. Los Sutras sin los comentarios son difíciles de comprender al ser tan concisos y tan llenos de significado. Representan también la cristalización de las observaciones de muchas generaciones de pensadores. No existe por lo tanto una fórmula para descifrarlos con exactitud. Para hacer las cosas más complicadas todavía, hay referencias cruzadas entre los seis Darshanas que se desarrollaron más o menos al mismo tiempo. La aceptación de los Vedas como la fuente de los seis sistemas refuerza la consistencia de numerosos temas. Patanjali llamó a su Darshana “el camino de los ocho caminos, o Yoga de los 8 miembros” o Ashtanga Yoga. Algunas personas lo definen también como Raja

Yoga. Estos ocho caminos o principios nos conducen hacia el perfecto Yoga, hacia la unión con el espíritu universal, o Purusha. En ruta por este camino el Yogui puede conseguir una visión más amplia y completa de la vida, trascender la realidad y encontrar finalmente un estado de iluminación. Ashtanga Yoga : Ashtau, “ocho”; Anga, “miembro”o “parte”, como los miembros o partes del cuerpo. Es, por lo tanto incorrecto a juicio de numerosos expertos en los Yoga Sutras de Patanjali, hablar de “etapas”, “pasos” o “peldaños” en el camino del Yoga, porque esto significaría que uno debe dominar un Anga antes de intentar el siguiente. Los ocho miembros, como los miembros de un árbol, o los pétalos de una flor como me gusta visualizarlos, están orgánicamente unidos entre sí, y dependen uno del otro. Estos ocho miembros constituyen la base física, mental y moral del Yoga. Son: YAMA NIYAMA ASANA PRANAYAMA PRATYAHARA DHARANA363 DHYANA SAMADHI (Capítulo 2, Sutra 29) La práctica paralela y conjunta de estos ocho miembros conduce al practicante hacia el estado de Yoga, que es el estado de unión entre cuerpo, mente y alma. Veremos cada uno de ellos en forma separada:

Yama Normalmente se traduce Yama como principios morales. Aquí ofrecemos otra traducción o interpretación: “Conjunto de actitudes que desarrolla el practicante para armonizar su vida en relación a la sociedad, o dicho de otro modo, actitudes que debe evitar: violencia, engaño, codicia, sexo indiscriminado y egoísmo”. En sánscrito, estas actitudes son: Ahimsa, Satya, Ashteya, Brahmacharya y Aparigraha. Ahimsa

Swami Digambar, autor del libro “Claves del Yoga”, piensa que la palabra “amor” es la que mejor describe el verdadero significado de Ahimsa. Amor hacia todos los seres y cosas. En tanto que Vyn Bailey, sacerdote australiano católico, avanzado meditador Yogui y autor del libro “Patanjali’s Meditation Yoga”, ofrece la siguiente definición: “No permitas que nada ni nadie, tenga miedo de ti”. Una traducción más literal del Sutra 35, del cual Ahimsa es sólo la primera palabra podría ser: “Si uno practica el no causar daño, cesarán las hostilidades alrededor tuyo”. Algunos comentaristas de los Yoga Sutras dicen que todos los enemigos, incluyendo los animales de presa dejan de lado la hostilidad en la presencia de alguien que realmente practica este principio. Una creencia popular es la de que los animales, particularmente los perros, pueden detectar el miedo en una persona, y esperando ser agredidos, a veces atacan. Bien puede ser también que detecten nuestra serenidad y carencia absoluta de hostilidad y permanezcan tranquilos. Aquellos que abogan por la no-violencia, pueden a veces ser brutalmente violentos en sus diatribas en contra de aquellos que no comulgan con sus puntos de vista, una ironía de la naturaleza humana. Para Patanjali, más que un asunto de corte moral, el verse envuelto en cualquier forma de violencia o daño, hace perder la serenidad necesaria para poder meditar. Ahimsa es entonces, no causar daño a nadie, incluyendo a los animales, ya sea de palabra o de hecho. Según este principio, también en la práctica de las posturas, los estudiantes deben respetar los límites de sus capacidades físicas. Jamás deben forzar las posturas o estirar más allá de lo posible sus cuerpos. Posturas difíciles y potencialmente dañinas para la mayoría de nuestras rodillas occidentales, como por ejemplo la postura del loto –Padmasana- son excelentes para enseñarnos humildad y para enseñarnos que siempre debemos escuchar nuestro cuerpo y comunicarnos con él con respeto y amor. Ahimsa, según el comentarista Vyasa, es la base de los cuatro otros Yamas: si evitamos el daño en todos sus niveles y hacia todas las criaturas, nos encontraremos practicando la sinceridad, la honestidad y también cuidando de no derrochar nuestra sexualidad y de ser posesivos. Paramahansa Yogananda escribe:

“Sentado a los pies de mi maestro me hallaba en perfecta paz. Un impertinente mosquito entró en el idilio y comenzó a distraer mi atención. Tan pronto como introdujo su venenosa aguja hipodérmica en mi muslo, levanté automáticamente mi mano vengadora, pero al mismo tiempo vino a mi mente el aforismo de Patanjali sobre Ahimsa… - ¿Porqué no terminas la acción? - Maestro, ¿Tú defiendes el matar…? - No, pero el golpe mortal ha quedado impreso en tu mente. - No entiendo. - El sentido del aforismo de Patanjali es remover el deseo de matar. El mundo está inconvenientemente arreglado para la práctica de Ahimsa. El hombre puede verse obligado a exterminar las criaturas perjudiciales, pero no debe caer bajo la compulsión de la ira o de la animosidad. - Maestro, ¿Debe uno ofrecerse a sí mismo en sacrificio en vez de matar365 una bestia salvaje? - No, el cuerpo del hombre es precioso. Posee el más alto valor evolutivo porque tiene un cerebro y centros espinales únicos, Chakras. Ninguna de las especies inferiores está así capacitada. Es cierto que uno incurre en la deuda de un pecado menor si se ve obligado a matar una criatura, pero los Vedas enseñan que la pérdida injustificada de un cuerpo humano es una trasgresión muy seria contra la ley Kármica”. Ahimsa y Anekantavada Ahimsa y Anekantavada son dos de las principales enseñanzas del Jainismo, la tercera religión más importante de la India. Los Jains definen Ahimsa como “reverencia a todas las formas de vida”. Anekantavada se traduce como “la multiplicidad de verdades”. Ahimsa es un concepto clave en muchas tradiciones religiosas de la India, incluyendo el budismo. En Jainismo es un tema central en las enseñanzas de esta religión. Influenció a Mahatma Gandhi cuando impulsó su movi- miento libertador y desarrolló su famosa política de Satyagraha, “acción no violenta”, o literalmente, “aferrarse a la verdad”. Todos los monjes y religiosas Jains son vegetarianos estrictos y su aplicación del

principio de Ahimsa, es riguroso: Caminan a cualquier lugar que tengan que ir. Nunca se suben a un bus o a un tren o a cualquier vehículo, tenga éste dos o cuatro ruedas, pues piensan que estas máquinas son un peligro potencial para cualquier forma de vida. Por supuesto jamás usarían un caballo o un burro o se servirían de ellos para arrastrar carga. Algunos de los más ortodoxos ni siquiera salen de sus casas durante la estación de las lluvias pues temen pisar algún insecto, gusano o cualquier otra criatura, que normalmente aparece con la llegada de esta estación del año. A pesar del gran énfasis que el Jainismo pone en Ahimsa, es cuidadoso también en expresar que no es posible ser absolutamente no-violento. El simple acto de respirar, caminar o de tener un cuerpo es violento para algo o para alguien. El concepto de Anekantavada ayuda a templar un tanto la visión de Ahimsa que tienen los Jains. Anekantavada sostiene que para tener una comprensión verdadera de cualquier situación es necesario verla de todos los ángulos posibles. Si hacemos esto nos daremos cuenta que es imposible que una acción sea totalmente negativa o totalmente positiva. Cualquier acción puede ser vista como violenta o no-violenta, dependiendo de quien sea afectado. Jiddhu Krishnamurti, uno de los grandes filósofos del siglo pasado, pro - puso la idea que ser completamente no-violento era una ilusión. Incluso más, dijo que ni siquiera podemos a empezar a entender el principio de Ahimsa hasta que no nos encontremos cara a cara con las semillas de violencia que moran dentro de nosotros mismos. Como practicantes de Yoga, cuando miramos a nuestro alrededor y sentimos la omnipresencia de la violencia, nos preguntamos, “¿Es Ahimsa realmente posible? ¿Podemos realmente contribuir a que se terminen los sufrimientos en este mundo? ¿Qué podemos hacer?” Los Jains enseñan que lo que debemos hacer es simplemente lo mejor que podamos. En sus términos, en cada momento debiéramos maximizar la reverencia hacia todas las formas de vida y minimizar la violencia. Esto significa que debiéramos pasar cada día observando y observándonos concien- temente, aceptando calmadamente el mundo tal cual es, sin apegarnos a los frutos de nuestro esfuerzo. Respiramos, practicamos. Caminamos sobre la tierra tan cuidadosamente como podemos de acuerdo a nuestro nivel de conciencia y atención. Eso es todo.

Los Jains llaman a este tipo de práctica Upa Yoga, el Yoga de la vigilancia constante, de la observación constante sobre uno mismo y sobre los demás, incluyendo la violencia. En sus discursos Krishnamurti recomendaba mirar de frente la violencia dentro de nosotros mismos para poder entenderla y no tenerle miedo. Cuando seamos capaces de hacer esto –decía- podemos comenzar a transformarla. No violencia sobre el “Mat” Las Asanas nos ofrecen la oportunidad de maximizar la reverencia y minimizar la violencia. La práctica de Yoga tiene por objeto desarrollar nuestra atención, amplificar nuestra sensibilidad hacia los sufrimientos de otros y desarrollar compasión. Una manera de conseguir esto es dándonos cuenta de qué duele y de que nos hace sentir bien dentro de nuestros cuerpos. Si nos sorprendemos yendo codiciosamente más allá de nuestros límites, más allá de lo que el cuerpo puede hacer dentro de los límites de seguridad, aprendemos a reconocer esa conducta como una manifestación de Himsa (violencia). 367

Satya Satya es decir la verdad; es ser auténtico con los demás y con uno mismo; es no aparentar lo que uno no es. El Sutra 36, dice más o menos así: “Siendo fieles a la verdad, podremos tener la certeza de que nuestras acciones fructificarán”. Si uno se ciñe siempre a la verdad, lo que uno dice eventualmente se transformará en realidad. Los resultados parecieran seguir a la acción. En consecuencia, siempre debemos decir la verdad tanto en pensamiento, como de palabra, o de hecho. En la práctica de Asanas, Satya nos enseña a ser honestos con nosotros mismos y a no tener expectativas egoístas. Nos enseña a aceptar el nivel de nuestra práctica, tal cual es en ese momento. Ashteya Para Swami Digambar, Ashteya es ser honrado. No aprovecharse de nadie; no explotar a nadie, persona o animal. Otra interpretación de la palabra Ashteya es no robar. Sin embargo, debemos ir un poco más profundamente en su significado, al instinto de codicia, del cual robar es la expresión externa de la avaricia y la envidia, que puede afectar incluso a aquellos que jamás han pensado en robar nada.

Una traducción informal del Sutra 37, del cual Ashteya es la primera palabra, podría ser: “Cuando estamos firmemente establecidos en la práctica de nocodicia, todos los tesoros del mundo están a nuestra disposición para nuestro goce, porque hemos comprendido que la posesión nada tiene que ver con eso”. La mayoría de los comentaristas, sin embargo ofrece traducciones tales como: “Cuando uno está establecido en no-robar, todas la joyas llegarán a tus pies”, lo cual en la opinión de mi traductor y comentarista favorito, Vyn Bailey, es simplemente incorrecto. El punto que pareciera habérsele escapado a la mayoría de los comentaristas es que, una cosa es disfrutar de las riquezas de este mundo y otra, totalmente diferente, es poseerlas. El que está bien establecido en nocodicia no siente deseos de poseer riquezas o joyas. Esa persona no se siente más privada de poseer tales cosas que el visitante de una galería de arte. Las obras pueden ser admiradas, su belleza apreciada, y su artificio elogiado. Pueden ser disfrutadas a más no poder, sin la más mínima envidia por aquellos que las poseen. El goce no tiene porqué venir acompañado de posesión. Esta persona es la antítesis del que ve una hermosa flor y debe cortarla de inmediato para llevársela a casa. El goce no está en su belleza, pero en su posesión. Esto priva a otros de su propia chance de disfrutar de la belleza de esa flor, que al día siguiente estará marchita y sus semillas jamás podrán germinar. Ashteya nos enseña que la práctica de Asanas no es competitiva, que no debemos hacer comparaciones o tener celos o envidia de aquellos que tienen una práctica más avanzada. Cuando en la sala de clases observamos la práctica de nuestros compañeros, debemos hacerlo sólo para buscar inspiración. Bramacharya Hay dos corrientes extremas en relación a este Sutra, y a la palabra Brahmacharya. Están aquellos que la entienden como abstinencia sexual total, y están los que dicen que nada tiene que ver con esto. Estos últimos argumentan que la palabra Brahma significa Dios, el absoluto y Charya, ir, conducta, o bien, observar. Por derivación, Brahmacharya significaría para este grupo, “el que mora continuamente en la conciencia de Brahma, el que sigue el camino de Dios”. Se refiere simplemente a vivir derechamente. Las palabras cambian, y su significado se va modificando con el uso y con el tiempo. Para Swami Digambar, Brahmacharya, es “el que ha despertado el Kundalini; el que canaliza la energía desde el primero, hasta el último Chakra; el que ha trascendido el

sexo”. En suma, para Swami Digambar, es canalizar adecuadamente las energías sexuales. En India, antes de que el sistema educacional se expandiera por todo el país, era usual que a los doce años los niños fuesen encargados a algún Guru para que los educara y entrenara por un período de doce años. El Guru les mostraba el camino de dios, y los encaminaba por la senda del bien. Los niños eran, en estricto rigor, Brahmacharis. La continencia sexual, era por lo tanto, parte del paquete. De ahí que la palabra adquiriera connotaciones sexuales, que todavía perduran. En Hindi moderno, Brahmachari significa “soltero”. Después de este período de estudio se esperaba que los hombres se casaran, formaran y mantuvieran una familia. Esta segunda etapa en la vida religiosa del hombre se conocía como Grhastha, hombre de familia. Es poco concebible que Patanjali hubiese querido excluir de la práctica de Yoga a los no célibes, es decir, a la mayor parte de la sociedad. Podemos, por lo tanto inferir que en lugar de celibato, Brahmacharya significa continencia, restricción sexual en lugar de abstinencia. El resultado sería la adquisición de virilidad y energía adulta, pero no 369 sólo física sino que también mental. Patanjali indica que el período en que se debe ser continente no es el período de la pre-adolescencia, sino cuando los poderes sexuales se hacen presentes y uno realmente entiende lo que eso significa. Ese es el momento para inculcar virtud y para entrenarse en su práctica. Por lo tanto, una traducción que permita entender el Sutra 38, podría ser: “La continencia debe ser puesta en práctica cuando la virilidad ya ha sido adquirida”. Sri K. Pattabhi Jois, en su libro “Yoga Mala”, no escatima palabras para referirse a este tema, uno de los más extensamente desarrollados en su obra. Para él, el estado de Brahmacharya no puede ser obtenido solamente por medio de la retención de los fluidos seminales. Sólo la unión con el Supremo Ser, Brahma, es Brahmacharya. Traduce el Sutra 38, de la siguiente manera: “Una vez establecido en Brahmacharya, la energía vital puede ser obtenida”. Llama la atención su detallada explicación sobre las ocasiones consideradas adecuadas para tener relaciones sexuales. Su teoría se basa en que el hombre de familia puede alcanzar Brahmacharya y también Mukti, liberación espiritual, a pesar de la pérdida ocasional de semen, siempre y cuando observe ciertas reglas avaladas por las sagradas escrituras. Según estas escrituras, si un hombre tiene relaciones sexuales con su esposa durante el día, su poder vital se debilitará a tal

punto, de que “si persiste en esta nociva práctica, puede encontrar incluso la muerte en un plazo relativamente breve”. Ante tal peligro, las escrituras recomiendan al hombre de familia tener relaciones sexuales con su esposa durante la noche, y sólo con el propósito de procrear. Sólo en este caso, el hombre de familia podría ser considerado Brahmachari. Sin embargo, el asunto no es tan simple, pues hay que considerar qué se entiende por día y qué por noche. Y por si esto fuese poco, también el momento apropiado para la copulación. Normalmente se considera día al período entre la salida y la puesta del sol. Y noche, al período comprendido entre la puesta de sol y su nueva salida. Para los Yoguis, sin embargo, la manera de diferenciar el día de la noche es diferente. El Yogui se fijará en si está usando la ventanilla derecha o la ventanilla izquierda de la nariz para respirar. Si respira por la ventanilla derecha estará usando el Surya Nadi, el Nadi solar, y si respira por la ventanilla izquierda, estará usando el Chandra Nadi, el Nadi lunar. A través del Surya Nadi pasa la energía solar, la energía caliente y activa; a través del Chandra Nadi pasa la energía lunar, la energía fría y pasiva. Nuestra energía espiritual pasa a través del Sushuma Nadi, que corre a lo largo de la columna vertebral, pero permanece cerrado mientras no se equilibren los Surya y Chandra Nadis por medio de la práctica de Yoga. Durante el día, es decir entre la salida y la puesta del sol, y para los efectos de la copulación, Surya y Chandra Nadis deben ser ignorados, sin embargo, deben ser tomados en cuenta durante la noche. Si, por ejemplo, durante la noche sentimos que el flujo del aire inhalado y exhalado se produce a través del Surya Nadi, es decir a través de la ventanilla derecha de la nariz, debemos pensar que estamos de día y por lo tanto, no ha lugar tener relaciones sexuales. Si, por otra parte durante la noche, sentimos que la respiración se mueve solamente a través del Chandra Nadi, entonces ésa es la ocasión para copular. (Si el Chandra Nadi se activa durante el día, no debe ser tomado como una invitación para tener actividades sexuales). Esta es entonces, la manera cómo el Yogui distingue el día de la noche, en materias sexuales según Pattabhi Jois. Además de la cuestión del día y la noche, el Yogui debe tener también muy en cuenta el ciclo menstrual de su esposa. El intervalo entre el cuarto y el décimo sexto día del ciclo de la mujer es considerado como el momento correcto para el coito según las sagradas escrituras. Más allá del décimo sexto día, deja de ser correcto: la vitalidad será malgastada, y no dará ningún fruto, pero también están prohibidas las relaciones sexuales los días de luna nueva y llena (cuando el sol

entra en una nueva constelación). Sri K. Pattabhi Jois, concluye diciendo que en verdad, enfocar la mente en el supremo Brahman, sin que divague por aquí o por allá, es Brahmacharya. Por lo tanto si la mente pudiera ser estabilizada y concentrada sólo en la contemplación del Ser Supremo, en todo momento, ya sea mientras dormimos, trabajamos, comemos, o tenemos relaciones con nuestra esposa legítima, desarrollaremos esa fuerza, que podría ser considerada como Brahmacharya. En todo caso, este principio en lo que respecta a la práctica de Asanas, y Yoga en general, se podría interpretar en el sentido de que es perjudicial despilfarrar el fluido seminal pues debilita el cuerpo y la mente y deja sin energía al practicante masculino. Aparigraha Frecuentemente se traduce Aparigraha como “no-acaparamiento”. Para Swami Digambar, es no atesorar, no intentar tener más de lo que uno necesita. No acumular. Al igual que para todos los Sutras, son muchas las traducciones que existen, como la siguiente: “Con un firme apego a la no-posesión, se podrá 371 entender el misterio de la vida”. Aparigraha conforma la primera palabra de este Sutra. Muchas personas utilizan indiscriminadamente las palabras “celos” y “envidia” y frecuentemente usan la palabra “celos”, para referirse a “envidia”. Si una mujer se siente compungida porque su marido en una reunión social parece estar disfrutando de una animada conversación con una mujer joven y bonita, puede decir que siente celos. El es “suyo” y no lo quiere compartir. Los celos tienen que ver con lo que es nuestro. Pero si ella dice que siente celos de otra mujer mejor vestida o con más dinero, está usando incorrectamente la palabra. Sentimos envidia de lo que pertenece a otros. Aparigraha, como los celos, tiene que ver con lo que es nuestro. Por este motivo, en la traducción del Sutra 39 se usó la palabra no-posesión. La mezquindad, el acaparamiento, el ser posesivo con otra persona y el ser reacio a prestar o a compartir, caen dentro de esta categoría. Todas, expresiones de deseo, y en este caso, deseo a aferrarnos a lo que tenemos. La no-posesión va un grado más allá de la no-codicia. No sólo requiere el ser

desapegado de lo que ni siquiera es nuestro, pero desapegado de lo que poseemos, de lo que hemos aprendido a apreciar y a ser dependientes. Deshacerse de algo, aunque sea en forma temporal, puede ser una prueba difícil, pero nos enseña que podemos continuar viviendo y que no tenemos que depender de nuestras posesiones. Este entendimiento puede darnos claves y respuestas incluso al más fundamental misterio de la vida: ¿Por qué estoy aquí? ¿Para qué es la vida? De seguro que no es para tener cosas y posesiones. Tiene que ver más bien con independencia, no con depender. Tiene que ver con ser libres de cadenas. Sri K.Pattabhi Jois refiriéndose a este principio hace hincapié en la comida. Dice que comer más allá de las verdaderas necesidades del cuerpo, es Aparigraha. En la práctica de, Asanas este principio podría ser aplicado a la posibilidad que todos tenemos de compartir desinteresadamente con otros practicantes menos avanzados nuestros conocimientos. También puede ser aplicado al hecho que no debemos “enviciarnos” con la práctica e ir más allá de nuestros límites físicos y mentales. El progreso en la práctica debiera producirse en forma gradual.

Niyama Es el conjunto de actitudes que desarrolla el practicante para armonizar su mundo interno, o dicho de otro modo, lo que debe observar: limpieza, contentamiento, auto-disciplina, estudio personal y devoción a dios. En sánscrito, estas actitudes son: Shaucha, Santosha, Tapas, Swadhyaya e Ishwarapranidhana. Shaucha Shaucha es limpieza. A primera vista, se percibe Shaucha como algo externo. Sin embargo, a partir de la limpieza externa podemos fácilmente derivar a la idea de la limpieza interna, de la cual depende nuestra salud, y desde aquí, a la limpieza de palabra y de pensamiento. Luego, sólo un corto trecho que recorrer hasta llegar a la limpieza de corazón. En la interpretación de este Sutra por parte de Vyn Bailey, la palabra Jugupsa es traducida por él como “disgusto”, o “aversión” hacia el cuerpo propio (Svanga). Para nosotros estas expresiones son un tanto fuertes, pero los antiguos Yoguis

ciertamente no se incomodaron. El comentarista Vyasa, se expresa de esta forma sobre lo repulsivo del cuerpo: “Como su primera morada es el útero donde es bañado por jugos gástricos y más tarde exuda sudor y sufre de enfermedades, debe ser constantemente limpiado. Por este motivo, la gente educada sabe que el cuerpo es impuro”. La cuestión es que una atención meticulosa y constante sobre el cuerpo nos deja sin ninguna ilusión sobre su naturaleza. Cualquier belleza que pueda tener es solo a nivel de piel y la piel requiere también de atención constante para evitar que sea una fuente de disgusto, vergüenza e incluso infecciones. Algunas personas desarrollan una especie de nerviosismo sobre su propio cuerpo, una marcada conciencia de su naturaleza burda y material, una constatación que podría impedir progresos en el campo espiritual. Este podría ser el primer paso en la comprensión de que “Yo no soy este cuerpo; su naturaleza burda y terrenal nada tiene que ver con quien realmente soy”. Bailey piensa que la palabra Jugupsa traducida como aversión y disgusto es demasiado fuerte y sugiere en cambio reemplazarla por “alejamiento”. Este concepto también es aplicable al cuerpo de otros (Para). Contacto físico en público con otra persona es socialmente inaceptable en India: el 373resultado de una larga tradición de que tal contacto puede atar. Cercanía con

otros, a veces puede ser bueno, como por ejemplo durante las meditaciones en grupo, pero también puede ser una distracción. El progreso espiritual usualmente trae consigo una valoración de la soledad, de la carencia de contacto, y del distanciamiento de los otros (Asamsarga). Todo tiene que ver con el desapego, con el despojarse de todo lo que nada tiene que ver con el Yo. En el Sutra 41, Patanjali continúa con la limpieza, Shaucha. Los Sutras 40 y 41 forman en consecuencia una sola frase. Sattva significa esencia y Suddhi, pureza. Esta pureza esencial, el resultado de las actitudes que el practicante debe observar en relación a la limpieza, le llega al verdadero centro de su ser y nos recuerda la frase bíblica, “benditos sean los puros de corazón”. Es la fuente de las otras cualidades mencionadas aquí, y Patanjali habla sobre ella como la que conduce hacia la visión del Yo. Sau, es una forma de Su, que significa bueno, o bien. Y Manas, es la palabra más frecuentemente usada para significar mente. Esta serenidad mental es la

sensación de que todo está bien en nosotros, dentro y fuera. Eka, es uno, y Agra, punta o punto. Por el momento, podemos pensar que es la habilidad de concentrarnos. Concentración en uno solo punto, es una palabra usada hoy en día para expresar esto, y cuando más adelante hablemos de la técnica de meditación veremos cuán importante y deseable es esta cualidad de la mente. (Libro 17 de esta Colección) Indriya Jaya, literalmente significa, “dominar los sentidos”. Esto, de ninguna manera debe entenderse como una represión o restricción. Significa involucrar la generosa cooperación de nuestros sentidos y sus órganos con nuestras más altas facultades en sus actividades. Atma Darshana es esa visión del Yo, la meta de nuestras actividades Yóguicas. Nuestra capacidad (Yogyatva) o condición para esta visión se debe a la interiorización de la práctica de limpieza. Nuevamente el comentarista Vyasa indica que la pureza esencial surge de la limpieza y que las otras virtudes surgen de la anterior y pueden ser el tema de una fructífera reflexión. Santosha Santosha es contentamiento. Se produce como consecuencia de Shaucha, de la purificación corporal interna y externa; es respirar bienestar; es la alegría de vivir, de ser capaz de maravillarnos con las flores, el aire, la comida. Es estar satisfecho con lo que el presente nos da. Santosha es una cualidad de la mente y del espíritu; es la aceptación interior que nos permite soportar las molestias externas, el dolor y la angustia. Algunos perciben el espíritu de India como el espíritu de gente predominantemente pobre. Cierto. La pobreza es espantosa, las condiciones de vida son sub-humanas y la explotación es endémica. Así y todo, los pobres rehúsan ser abatidos, dominados y deprimidos. Su secreto es contentamiento. No es que ellos acepten su suerte y se resignen. Nada de eso. Puedo aceptar que las cosas no anden bien, pero no me puedo resignar a que nunca mejoren. Mi vida puede estar en juego si no acepto el hecho que necesito tratamiento médico. La aceptación es el primer paso para superarse. ¿Qué significa esto en la práctica? • Acepto el hecho de que la situación es mala. • Me pregunto honestamente, “¿Puedo hacer algo para mejorarla?” • De ser posible, lo intento –sin importarme lo que me cueste. • De no serlo, acepto el hecho de que por el momento, las cosas continua- rán

como están. Patanjali en este Sutra nos asegura que de existir contentamiento, la felicidad es alcanzable. Tapas Los hombres santos de la India visten túnicas color naranja, porque es el color de la llama del fuego, y las llamas purifican. Para ellos, las cenizas de la madera de sándalo son sagradas. Simbolizan la pureza, el resultado de haber quemado las impurezas. La palabra Tapas deriva de la raíz Tap, que significa “caliente”, “quemar”. La palabra Tapas en muchos textos aparece traducida como ascetismo, austeridad e incluso mortificación. Para algunos, estas palabras contienen asociaciones religiosas, y en ese contexto, frecuentemente conllevan una sensación de culpa. Este no es el caso en el trabajo de Patanjali. Su propósito es mejorar las funciones del cuerpo. La maquinaria humana se ha venido obstruyendo y atascando a través de años de mal uso y abusos. Debe ser limpiada si deseamos que funcione eficientemente como un instrumento de meditación. Su propósito es el aumento de la eficiencia (Siddhi) de todo el cuerpo (Kaya) y de los sentidos individuales (Indriya). 375

Por esta razón es preferible traducir Tapas como auto-disciplina. Nuestra preferencia debiera ser la simplicidad, pero no en el espíritu de auto castigo mórbido, sino que auto disciplinando el cuerpo para que aprenda a someterse con agrado a la mente. Empezamos entonces con el cuerpo, con Hatha Yoga. Lo que ocurre, sin embargo, es que después de una o dos semanas, la novedad pasa y se necesita de bastante auto-disciplina para continuar con nuestra rutina diaria de posturas y ejercicios respiratorios. Sabemos que debemos hacerlo, pero nuestro cuerpo se niega. Después de perseverar durante unas cuantas semanas, el cuerpo se da cuenta que nunca se ha sentido mejor. El cuerpo ha aprendido a someterse a la mente…. Y a disfrutar de la experiencia. Con el tiempo, la mente aprenderá también a someterse al espíritu, y aquellas facetas poco atractivas de nuestra personalidad irán también desapareciendo gradualmente. Finalmente, el espíritu mismo, aprenderá a someterse a Dios, y entonces, habremos llegado. ¿Pero, como se logra esto? Recuerda: Práctica contínua junto con constante desapego. ¡ABHYASA VAIRAGYA!

El resultado será una extraordinaria experiencia de libertad a medida que nos liberemos de nuestros deseos, hábitos y obsesiones. Swadhyaya En la India antigua a los estudiantes se les enseñaba sin usar libros y se les exigía que memorizaran los textos sagrados por medio de la repetición y el canto. Cuando el texto era completamente memorizado, sólo entonces el profesor explicaba y hablaba sobre él. Este hecho nos ayuda a entender el significado de Svadhyaya. La mayoría de los comentaristas de los Yoga Sutras, lo traducen como autoestudio, lo que en español significa estudio de sí mismo, pero esto no es lo que Patanjali quería decir. Adhyaya significa estudio de los textos sagrados, los Vedas, Upanishads y otros. El prefijo Sva, significa uno mismo. La palabra Sva-Adhayaya significa repetirse a uno mismo, que es precisamente lo que hacían los estudiantes en la antigüedad cuando estudiaban. La traducción que hace Vyn Bailey, es “estudio personal”, el estudio que hace uno mismo. Y como estudiantes, si no estamos preparados para aprender, no hay profesor que pueda enseñarnos. El estudio de los textos sagrados es acercarnos a Dios. En India la deidad se expresa de variadas formas, lo que atrae a personas diferentes, de acuerdo a su temperamento, preferencia, educación, etc. Estos personajes celestiales se llaman Devata, y sus adoradores tienen, naturalmente, sus favoritos (Ista). El propósito del estudio de los textos sagrados es establecer contacto (Samprayoga) con ellos. ¿Pero qué es lo hay que estudiar? –Para los Yoguis, una excelente introducción a la espiritualidad de la India es el Bhagavad Guita, el manual religioso de los hindúes. Para aquellos que tienen inclinaciones teológicas, los Upanishads son una mina de oro. No solamente leemos, estudiamos (Svadhyaya). De repente nos encontramos con un pasaje que puede servir de tema de meditación, y ahí nos quedamos. Una frase puede ser usada como un Mantra, y lo hacemos nuestro. Ishwarapranidhana Ishwarapranidhana: Es abandonarse a la voluntad de Dios; a dejar que la vida lo lleve a uno; es abandonarse a seguir los dictados de la voz interior; es un acto de absoluta confianza. Después de una clase de meditación una alumna se acercó al sacerdote católico Vyn Bailey y le confió, “He entendido todo lo que nos ha expli- cado; el único

problema, es que no creo en Dios y no creo que haya alguien observándome desde arriba listo para darme una bofetada si hago algo malo”. El le respondió, “Yo tampoco, pero tú debes creer en algo, de lo contrario no habrías estado aquí esta noche”. Ella replicó, “Creo que hay un nivel más elevado que el nivel en el que me encuentro”. El sacerdote le respondió, “Felicitaciones. Crees en Dios”. Su problema no era carencia de fe, era carencia de conocimiento. Creía en Dios, pero no sabía absolutamente nada sobre él: ¿Era Dios una persona, un espíritu universal o un nivel de conciencia? En su casa, en la escuela o en la iglesia, le habían hablado de Dios, pero era gente que sabía algo sobre Dios, pero que en realidad no conocía Dios, lo que es totalmente diferente. Es más importante la experiencia de Dios que saber sobre Dios por libros o por alguien. Los hindúes educados, sin excepciones, creen en la existencia de un solo Dios. Cuando hablan de Brahma, el creador, Vishnu el protector, y Shiva377el destructor y regenerador, no están pensando en tres deidades diferentes.

Están honrando las actividades cósmicas de un y único Dios. Por supuesto, siempre existe el peligro de que el ignorante pueda creer que se trata de tres dioses diferentes y caer en el politeísmo y la idolatría. De manera que los hindúes no hablan de un Dios superior, como frecuentemente se aprecia en algunas traducciones, pero de una idea superior y pura de Dios: Ishwara. La palabra está en singular, como el Yahweh de los judíos, o el Alá de los musulmanes, o el Señor de los cristianos. Pranidhana significa devoción a Ishwara (Dios); Samadhi, (contempla - ción), la forma más elevada de meditación; Siddhi, (perfección), nos lleva a la forma más elevada de contemplación. Esta es la meta que nos ha puesto Patanjali. Kriya Yoga, Yoga en práctica, involucra el cuerpo, la mente y el espíritu: disciplina física; estudio mental, y para el espíritu, devoción a Dios. En el Capítulo 2, Sutra 1, Patanjali hace una verdadera declaración de lo que para él constituye poner en práctica el Yoga, es decir, Kriya Yoga: Tapa-SwadhyayaIshwarapranidhana-Kriya-Yoga: “Auto-disciplina, estudio personal, y devoción a dios constituyen el Yoga práctico”. En estas tres actitudes se reconoce el genio de Patanjali pues vio en ellas la verdadera esencia del Yoga. Los tres elementos de este Sutra corresponden respectivamente, al cuerpo, a la mente y al espíritu. Desde el punto de vista físico, Tapas involucra un cierto grado de austeridad y auto-disciplina, y también un cierto grado de simpleza

para que el cuerpo pueda aprender a someterse a la mente. Por su parte, la mente debe ser cultivada por medio del estudio, Swadyaya Ishwara es el Señor de todo; Pranidhana es devoción hacia ese Señor la que se expresa por medio de nuestras creencias personales, de nuestro temperamento, de nuestra cultura. Kriya viene de “KR” un verbo que en sánscrito significa “hacer”. Kriya Yoga, en consecuencia, significa “hacer o practicar Yoga”. Yama y Niyama Tanto lo que hay que evitar como lo que hay que observar, Yama y Niyama, deben ser practicados en tres niveles: físico, verbal y mental, pues se refieren al estilo de vida del meditador; nos muestran cómo vivir una vida que nos hará más fácil meditar. Concentrándonos en estas dos primeras ramas del árbol del Yoga, sentiremos el beneficio no sólo en nuestra vida diaria, sino también cuando nos sentamos a meditar, y por supuesto también en la práctica de Hatha Yoga. De no ser así, las posturas no serían más que otra forma de hacer ejercicios físicos, y como practicantes, perderíamos la oportunidad de cosechar los frutos del árbol del Yoga.

Asana La palabra que emplea Patanjali cuando habla de “postura”, es Asana. El verbo As, en sánscrito significa sentarse, de manera que el significado original de Asana es sentarse. Cuando Hatha Yoga fue desarrollado, la palabra comenzó también a ser usada para todas las posturas corporales. Pero para Patanjali, Asana es la postura sentado, de las cuales hay varias clásicas, siendo la más conocida la del loto. Patanjali describe las dos características que debe tener la postura para meditar: debe ser Sthira (sin movimiento) durante todo el período de la meditación y Sukha (confortable).

Para el Hatha Yoga, la palabra Asana significa todas las posibilidades en que el cuerpo puede ser puesto a fin de conseguir efectos y beneficios específi- cos, tanto físicos como mentales. Un cuerpo flexible, fuerte y equilibrado puede permanecer durante bastante tiempo confortablemente inmóvil durante la meditación, el propósito final del Yoga, para entrar en el estado de Moksha, liberación. En otras palabras las Asanas, son un vehículo, un elemento tan importante como Yama y Niyama para ir adentrándonos en los misterios de la mente. La práctica de Asanas ha sido cuidadosamente pensada para poder tomar contacto con cada nervio, órgano, glándula y músculo del cuerpo, estirándolos 379 y fortaleciéndolos. También para activar los canales energéticos que recorren nuestro cuerpo físico y el cuerpo sutil. La práctica de Asanas no sólo significa realizar con nuestro cuerpo una determinada postura, sino que también, como veremos más adelante en el libro 5 y 6 de esta Colección, existe un movimiento previo para entrar en la postura, y luego un movimiento para salir de ella. Pero esto no es todo, mientras transitamos hacia o desde una nueva postura, o bien durante la permanencia en ellas, debemos respirar de una forma determinada, debemos también aplicar ciertos sellos energéticos y dirigir nuestra mirada hacia puntos específicos de

nuestro cuerpo, o en el espacio. Todo esto abre y limpia los canales energéticos del cuerpo sutil, potenciando nuestra energía vital.

Pranayama A primera vista se podría pensar que Pranayama, que tiene que ver con el control de la respiración, es una función netamente física, porque el Hatha Yoga se basa en ejercicios físicos. Sin embargo, hay algo único en la respiración y en el acto de respirar concientemente: transforma una práctica física en un trabajo espiritual. La respiración está tan íntimamente ligada con la conciencia que es difícil separarlas: Cuando la primera respiración anima los pulmones de un recién nacido, comienza en ese momento su vida y aparece la conciencia; y con la cesación de la respiración al momento de la muerte, la conciencia desaparece. Sin la respiración no puede funcionar la mente ni los sentidos. La respiración es el Señor del Cuerpo, y por esta razón se dice que Brahma toma en el cuerpo la forma de la respiración. La persona que practica Raja Yoga, por lo tanto, debe preocuparse de cultivar la respiración junto con la conciencia. Cuando esto sucede, Pranayama se transforma en una práctica de Raja Yoga, a pesar de que es un ejercicio físico. Es en este punto donde Hatha y Raja Yoga se juntan. Pranayama, la respiración conciente, calma la mente y se usa para adentrarse en sus misterios. Prana, en sánscrito no solo significa respiración, sino que también aire, fuerza vital y energía cósmica. Yoga, en consecuencia, no distingue entre la respiración del individuo y la energía pulsante del cosmos. Incluso nuestro idioma une también el concepto de respiración con el misterio de la condición humana: la palabra “inspiración” es sinónimo de “inhalación”. Ayama, significa control. A Kausthub Desikachar, nieto de Krishnamacharya le gusta definir Prana como “la expresión de la conciencia”. Es la expresión de la conciencia del mismo modo que la luz del sol es la expresión del sol: La luz solar entra a todas partes, un cuando no sea en forma directa; el Prana llega a todas las partes del cuerpo a las que dirigimos nuestra conciencia. Según el Yoga, parálisis de algún miembro o parte del cuerpo, es la ausencia de Prana en ese miembro o parte del cuerpo. Los antiguos Yoguis comprendieron hace mucho tiempo el rol de la respiración para enfocar y concentrar la mente. Pranayama fue, por lo tanto, desarrollado específicamente para controlar la mente.

Nuestra respiración está íntimamente ligada con nuestro estado de ánimo. Se acorta cuando tenemos miedo; se desplaza hacia la parte superior del pecho cuando estamos estresados; es irregular cuando estamos ansiosos; es suave y armónica cuando estamos tranquilos y relajados y parece desaparecer por completo cuando estamos concentrados totalmente en alguna tarea de nuestro agrado. Su importancia emana del hecho de que nuestras actividades físicas se hacen por intermedio de dos sistemas nerviosos: voluntario e involuntario. Las cosas que decidimos hacer como caminar, hablar, trabajar, jugar, etc., son actividades voluntarias. Involucran músculos, tendones, nervios: mecanismos realmente complejos controlados por el sistema nervioso voluntario, cuyo centro está en el cerebro. Hay otras cosas que ocurren, queramos o no: latidos del corazón, respiración, digestión, transpiración, circulación de la sangre y muchas otras cosas, todas hechas en forma automática, y controladas por el sistema nervioso involuntario, ubicado en la médula espinal. De todas estas actividades involuntarias, la única que podemos regular, si queremos, es la respiración. Podemos respirar lenta o rápidamente, superficial o profundamente. Podemos incluso detener nuestra respiración por unos cuantos minutos. Si emocionalmente me siento disturbado debido a un mal rato que pasé, unas cuantas respiraciones profundas pueden tener un efecto apaciguador que me permitirá razonar bien en unos momentos más. Así es como el ritmo y la duración de la respiración puede ser modificada tanto durante la inhalación como la exhalación. A través de la práctica de Asanas, los estudiantes gradualmente comienzan a entender la dinámica de la respiración. Por ejemplo, aprenden a igualar la duración de la inhalación con la de la exhalación; a sincronizar el movimiento con la respiración. Esto requiere de una atención y concentración constante en el flujo de la respiración, que nos prepara para compren- der mejor las ramas superiores de este árbol del Yoga: Pratyahara, Dharana, Dhyana y Samadhi.381 Las técnicas utilizadas en Pranayama son numerosas, y como su propósito es dirigir la energía a través de los canales energéticos, deben ir siendo practicadas a medida que el cuerpo se va fortaleciendo mediante la práctica de Asanas. Los beneficios del Pranayama son muchos, pero su práctica es bastante compleja, y puede incluso resultar peligrosa si no se aprende con un profesor experimentado. (El libro 7 de esta Colección está enteramente dedicado al Pranayama).

Pratyahara La traducción que encuentro más apropiada es “interiorización de los sentidos”. En esta etapa se separa la conciencia del entorno externo y en una etapa aún más avanzada incluye la desconexión de la conciencia de las sensaciones psíquicas internas. Esto genera un estado mental claro y sereno. En la práctica de las Asanas y Pranayama uno siempre debe estar totalmente conciente de las sensaciones y las señales que envía el cuerpo. Es bastante común que durante la práctica la mente se desvíe a objetos o asuntos que perfectamente podrían esperar, como por ejemplo no olvidarse de comprar más tarde flores, o de llamar por teléfono a alguien, o bien que la mente que se vaya a alguna molestia en el cuerpo. No se trata de cerrarle la puerta a los pensamientos, ideas o imágenes, que se originan en los sentidos, sino de estar concientes de su presencia y permitir que desaparezcan tan rápido como aparecieron. Naturalmente la práctica de Asanas y Pranayama conduce a una desconexión progresiva de los estímulos exteriores. Paramahansa Yogananda escribe: “Mi maestro no tenía ningún temor a los mosquitos. Su poder Yoguístico era tal que bien podía impedirles que le picaran o escapar de ellos gracias a su invulnerabilidad interior. Un Yogui debe conseguir la supraconciencia y permanecer en ella sin importarle las múltiples distracciones alrededor suyo. Ya sea el zumbido de los mosquitos o la luz del día, u otra cosa, pero lo cierto es que el testimonio de los sentidos debe ser apartado. El sonido y la vista se abren entonces hacia mundos más bellos que los del perdido Edén”. Los poderes omnipresentes del Yogui, por medio de los cuales ve, oye, gusta, huele y siente su Unidad con la creación sin hacer uso de los órganos sensoriales, es descrito en el Taittiriya Aranyaka: “El ciego perforó la perla, el sin-dedos enhebró el hilo a través de ella; el que no tiene cuello se puso el collar, y el sin lengua alabó el hecho”.

Dharana La palabra que Patanjali emplea para concentración mental es Dharana. Cuando los estímulos externos y la actividad psíquica han sido neutralizados por medio

de Pratyahara, la mente se concentra en una sola cosa, excluyendo todas las demás. En la práctica de Asanas, cuando logramos verdaderamente concentrarnos, nuestra mente permanece enfocada exclusivamente en la inhalación y exhalación. Durante una práctica de meditación la mente puede ser concentrada sobre algún objeto, un símbolo psíquico, un sonido sagrado (Mantra), la respiración, etc. La elección dependerá de cada practicante, según su preferencia. La preferencia está marcada por la facilidad para mantener la atención. Cuando la atención está totalmente concentrada en la técnica elegida, la mente se inmoviliza y nace el estado de meditación, Dhyana.

Dhyana Dhyana significa meditación. Nada tiene que ver con el sentido de reflexión intelectual con que identificamos esta palabra en occidente. Surge al mantener el flujo continuo de la atención sobre el objeto de nuestra concentración. Es un proceso que no puede ser forzado; sólo se puede preparar el terreno para que se manifieste. Dhyana es la etapa anterior al estado de contemplación. Nota: Este Anga ha sido tratado en profundidad en el libro 17 de esta Colección, “La Puerta hacia nuestro mundo interior”.

Samadhi Samadhi es el estado de contemplación. No existen palabras para describir adecuadamente este estado. Significa mucho más que un estado de súper conciencia. Es poner todo en armonía dentro de la unidad de nuestro ser. La desarmonía entre nuestros apetitos corporales, nuestras aspiraciones mentales y nuestros deseos espirituales es la causa de muchas enfermedades. En Samadhi el Yogui se libera y trasciende todas las dualidades: Samadhi es la meta de todos los Yoguis, el fruto del árbol del Yoga. Es donde alcanza la experiencia máxima 383 que lo eleva al estado de “iluminado”. En algunas formas de Yoga, Samadhi es el “despertar del Kundalini”, la energía espiritual latente en todos los seres humanos. Se dice que hay tres categorías de Samadhi, pero resulta difícil explicarlas para quien no ha tenido la experiencia, como es el caso del autor.

El Yoga de 8 miembros de Patanjali en una práctica de Hatha Yoga Algunos profesores de Hatha Yoga dicen que en una práctica de Yoga es posible detectar la presencia del Yoga de los ocho miembros de Patanjali. Dicen que a medida que comenzamos a profundizar en la práctica empezamos a darnos cuenta de que sentimos más amor hacia todo y todos; nos damos cuenta de cómo nos alimentamos y de cómo interactuamos con el mundo a nuestro alrededor. También nos damos cuenta de que nuestra disciplina y atención hacia nosotros mismos mejora. A partir de esta constatación comienzan a tomar importancia los conceptos de Yama y Niyama. Al aplicar total conciencia a la respiración al hacer cada postura, estamos realmente practicando Asanas y Pranayama. Y a medida que mantenemos nuestra mente enfocada en el sonido y calidad de nuestra respiración, los sentidos sienten la necesidad de replegarse hacia dentro, Pratyahara. Luego, cuando mejoramos nuestra habilidad para impedir que nuestros sentidos se dispersen durante la práctica, las sutiles cualidades de la concentración naturalmente se manifestarán en la forma de Dharana. Con el tiempo la práctica irá siendo cada vez más una experiencia interna, la concentración se irá refinando, para tomar la forma de Dhyana, meditación, pero meditación en movimiento. A partir de este punto, estamos creando un tremendo potencial para alcanzar la meta final del Yoga, Samadhi, el estado de súper conciencia.

Introducción al Samkhya Karika de Ishvarakrsna Dra. Alicia Souto

Al hablar sobre Prakrti y Purusha en los capítulos precedentes dijimos que Patanjali fue un hindú devoto con formación filosófica en el sistema Samkhya, muy popular en su época. El Samkhya Dharshana explicaba toda la realidad por medio de estos dos principios eternos, Prakrti, la materia, la naturaleza que todo lo contiene y Purusha, el espíritu, la conciencia pura. Sobre este Darshana nos hablará la Dra. Alicia Souto.

El sistema Sâmkhya es una de las más antiguas escuelas de filosofía (Darshana). Es un sistema realista al reconocer la realidad del mundo externo dualista, ya que sostiene la existencia de dos realidades fundamentales: Purusha (el espíritu) y Prakrti (la materia) y pluralista al afirmar la pluralidad de espíritus. Según la tradición, el fundador es Kapila, al que se le atribuye el Sâmkhya Sûtra aunque es muy posterior, pero hay referencias muy antiguas en relación al Sâmkhya en el Mahâbhârata, Upanisads, Bhagavad Guîtâ, etc. El texto autorizado más antiguo de esta Darshana es el Sâmkhya Kârikâ de Îshvarakrsna, que consta de setenta versos inspirados en obras anteriores. El comentario de Gaudapada es el más importante. Obra imprescindible para todo estudioso, investigador y practicante del Yoga.387 Se ha sugerido que mientras los sabios o Rishis de los Vedas conocieron y vieron la verdad, los sabios posteriores poseían el conocimiento pero no tenían la ‘visión’; la búsqueda de esta visión en sus distintas etapas se encuentra en las seis Darshanas, y el primer estado es la sabiduría discriminativa (Sâmkhya) que hace la distinción entre espíritu y materia. Esta discriminación intelectual encontró su complemento natural en la disciplina práctica del Yoga, donde se logra el aislamiento de Purusa y Prakrti. Esta interpretación expresa la esencia de la búsqueda del filósofo Sâmkhya: el conocimiento discriminativo, y la consideración en esta indagación de la visión Védica más que una reacción contra ella. Puede afirmarse que el Sâmkhya es realista al comenzar con dos rea - lidades, aunque concluya con una exposición en que Prakrti, como evolución mutable, no existe para el espíritu realizado. Esta conclusión parece coincidir con la hipótesis de que la visión de unidad fue vista después de revelarse contra ella. Es verdad que hay pocas referencias al Sâmkhya en las primeras Upanisads. Palabras como Kapila no necesariamente debe referirse al fundador del Sâmkhya solamente y Sâmkhya puede significar sabiduría. La visión de que el conocimiento es el medio para la liberación parece ser herencia de las Upanisads, pero es difícil explicar considerando el punto de partida del Sâmkhya. Kapila, el fundador del Sâmkhya es elogiado aun por aquellos que condenan su sistema. La mayor parte de los investigadores se refieren al Sâmkhya Kârikâ

como la referencia más antigua. Los Sâmkhya Sûtra parecen ser una producción posterior, aunque se le adjudiquen a Kapila. La enseñanza principal del sistema puede sintetizarse así: la realidad es doble: Purusa y Prakrti, espíritu y materia respectivamente. Purusa es múltiple, puro, inmodificable, Prakrti es única pero mudable, desarrolla el mundo material y lo reabsorbe por si misma. El espíritu individual es el responsable de la evolución ya que se realiza por la influencia del espíritu. El espíritu o Purusa no controla el proceso, su presencia es suficiente para modificar los constituyentes de Prakrti y producir cambio y evolución. Purusa se identifica erróneamente con el mundo material presentado a él a través de los órganos físicos: el intelecto (Buddhi), la individuación (Ahamkâra) y la mente (Manas); y por esta identificación sufre. Las alegrías son pasajeras y el mundo es sufrimiento. La forma de liberarse del dolor es conocer la naturaleza de Prakrti, de la manifestada y la no manifestada, y su diferencia esencial del sujeto que conoce a ambas: Purusa. Esta sabiduría discriminativa produce liberación, pero no hay ninguna explicación de algún estado que se alcance luego de lograr la sabiduría. El marco físico continúa existiendo como resultado de los Karmas anteriores que comenzaron a florecer y no han sido aun agotados. La continuidad del cuerpo no lleva a acumulación de nuevo Karma, ya que los actos realizados luego de llegar a la discriminación o sabiduría son como semillas quemadas sembradas en un suelo seco. Su destrucción es el resultado de la sabiduría discriminativa. Prakrti en estado no manifestado está dotada de Gunas o constituyentes que son como tres hilos que atan a los Purusas; actúan para proporcionar goces y finalmente para liberarlos. Cuando hay equilibrio entre los tres Gunas no hay manifestación ni evolución, ya que esta procede de la perturbación del equilibrio que lleva al predominio de un constituyente sobre el resto en distintos grados. El Sâmkhya Kârikâ es el manual más antiguo del sistema y los dos comentarios más conocidos son el de Gaudapada y el de Vâcaspati Misra. Parece ser el Sâmkhya Kârikâ una síntesis de enseñanzas más antiguas y casi todo lo que está en Sastitantra, excepto las parábolas y refutaciones de los sistemas rivales. Vâcaspati toma en cuenta los sesenta temas del Râjavârtika y no el trabajo original hecho por Pañcashikha. El autor del Jayamangalâ se refiere al Sastitantra pero no es seguro si habla del conocimiento actual de la obra o sólo

expresa lo que es solamente una tradición. Haciendo una comparación de Jayamangalâ con Sâmkhya Tatva Kaumudî el primero parece anterior. El comentario de Gaudapada se considera en general posterior al Mâthara Vrtti. No es seguro que este Gaudapada sea el mismo maestro Advaita sobre cuyas Kârikâs Mândûkya escribió Shankara. Esto parece difícil ya que se considera también que Gaudapada se basó en una síntesis del Mâthara Vrtti con algunos agregados. 389

El Sâmkhya Kârikâ fue traducido al chino por Paramârtha, monje budista del siglo VI D. de C.; se cree que la traducción incluía también el Mâthara Vrtti. De todos modos, el límite considerado para Îshvarakrsna es del siglo V D. de C., aunque otros opinan que perteneció al siglo III y aun al I o II D.de C. Evolución de Prakrti según el Sâmkhya Kârikâ Prakrti Mahat Ahamkâra Sattva Rajas Tamas Vaikrta Taijasa Bhûtâd Indriyas Tanmatras Jñanedriyas Manas Srotra Tvak Chaksus Rasma Ghrâna Karmendriyas Vâk Pâni Pâda Payu Upastha Shabda Sparsa Sûpa Rasa Gandha Mahâbhûtas Akâsha Vayu Tejas Apah Pritivî El Sâmkhya clásico es ateo. El mundo no necesita otra causa primera que Prakrti. Posteriormente pensadores Sâmkhya como Vijñâna Bhiksu intentan incluir a Dios en el sistema. El Yoga, tan asociado al Sâmkhya, introduce la noción de Îshvara en los Yoga Sutras de Patanjali. Sâmkhya y Yoga Las palabras Sâmkhya y Yoga aparecen juntas por primera vez en la Shvetâshvatara Upanisad: “Conociendo al Señor, la causa, lo que puede lograrse por el Sâmkhya Yoga, uno se libera de todas las ataduras”. Aquí el compuesto

Sâmkhyayoga puede entenderse como Sâmkhya y Yoga o como el Yoga denominado Sâmkhya. De todos modos esta referencia no puede ponerse directamente como del sistema Sâmkhya. De acuerdo a las referencias disponibles, especialmente en Brahmasûtra, podemos decir que Kapila basó su sistema en las Upanisads y que los pasajes de Shvetâshvatara fueron interpretados por los maestros del Sâmkhya a su favor. La palabra Sâmkhya tiene más aplicaciones que designar el sistema de Kapila, como vemos en Guîtâ y Moksadharma del Mahâbhârata. A partir de estas referencias podemos decir que la palabra Sâmkhya tiene la misma connotación que Vidyâ en Katha Upanisad. La influencia de Katha en Bhagavad Guita es evidente ya que cinco versos fueron adoptados en el Bhagavad Guita. Las palabras Sâmkhya y Yoga aparecen en B.G. II.39: “Se les ha dicho el punto de vista del Sâmkhya, escucha ahora sobre el Yoga, a través del cual se liberan de las ataduras de las acciones”. Esta es la referencia más importante en relación a Sâmkhya y Yoga juntos. El análisis de estos versos revela que Sâmkhyabuddhi trata del porqué del problema del Karma, a diferencia del Yogabuddhi expuesto. Repetidamente en Sâmkhyabuddhi encontramos frases como ‘por lo tanto lucha, oh! descendiente de Bharata’. El verso 38 no puede decirse que pertenezca al Sâmkhyabuddhi ya que explica en síntesis el porqué del problema del Karma de acuerdo al Yogabuddhi. Luego de elogiar la visión del Yoga, el Señor expone la actitud de ecuanimidad como la llave para hacer las acciones sin atarse y expresa que ya dio el conocimiento del Sâmkhya y va a expresar el del Yoga. Así el camino del Sâmkhya explica el por qué del problema del Karma y el del Yoga trata del ‘cómo’, desde el punto de vista práctico. Estos puntos de vista son complementarios y no contradictorios. Todos los comentarios antiguos concuerdan en no incluir el contenido de los versos 31-38 en las enseñanzas del Sâmkhya, especialmente Shankara y los otros comentaristas que le siguen. Las palabras Sâmkhya y Yoga aparecen en el tercer capítulo de la Bhagavad Guita. Aunque hay enormes diferencias entre Sâmkhya y Yoga están muy estrechamente relacionados en su origen y desarrollo.

La Dra. Alicia Souto, de nacionalidad argentina, es profesora de Literatura Tradicional India, de Filosofía y de Literatura del Yoga en la Escuela de Estudios391 Orientales de la Universidad del Salvador, de Buenos Aires. Enseña también desde hace más de 10 años en la Universidad de San Paulo en Brasil. Actualmente es la Directora Académica del Lonavla Yoga Institute de la India. Alicia viaja regularmente a la India desde hace más de 20 años. Tradujo del sánscrito el Hatha Yoga Pradipika y el Gheranda Samhita.

Hatha Yoga Esta es la forma de Yoga más conocida en occidente, pero pocas veces la gente se detiene a explorar sus fundamentos espirituales y filosóficos. Para la mayoría de las personas Hatha Yoga es el “Yoga físico”, es decir, el Yoga de las posturas, de las Asanas. En realidad Hatha Yoga es bastante más que eso, pues es un conjunto de técnicas psico-fisiológicas que tienen como finalidad despertar las energías vitales del cuerpo y la mente, utilizando para ello una gran cantidad de técnicas que purifican el cuerpo y estabilizan sus energías. Aparte de las Asanas (posturas), incluye Pranayama (expansión de la energía vital a través de la respiración conciente), Kriyas (purificaciones), Mudras (gestos psíquicos), Shat Karmas (técnicas de purificación interna del cuerpo), Bandhas (sellos energéticos), Relajación y Meditación. Al final de esta lista hemos puesto la meditación, pues es el objetivo primordial del Hatha Yoga. Los sabios que desarrollaron el Hatha Yoga lo concibieron como un sistema de meditación. Esta idea queda muy clara en los dos primeros aforismos del Hatha Yoga Pradipika en los que se explicita que esta ciencia es enseñada únicamente con la finalidad de poder obtener el estado de Raja Yoga: meditación. En el contexto del Hatha Yoga Pradipika queda también muy claro que todas las prácticas de Asanas, Shatkarmas y Pranayama son utilizadas como preparación en el camino hacia el estado de Samadhi. El aspecto físico de la práctica de Yoga es lo que inicialmente atrae a los principiantes. Sin embargo, no cabe duda que la persona que se inicia en Yoga,

conciente o inconcientemente está buscando algo más que sólo el393 aspecto físico de la práctica. Al poco andar, se da cuenta de que para hacer las posturas se necesita aprender una forma especial de respirar, que hay que coordinar los movimientos con la respiración, y que como resultado, ve aumentada su concentración y capacidad pulmonar. Además, descubre una habilidad particular para sentir los efectos de las posturas y de la respiración en la mente. Esta habilidad viene acompañada de la capacidad de no involucrarse demasiado con los pensamientos y emociones. Desgraciadamete hoy en día, la mayoría de los profesores de Yoga a través del mundo se enfocan casi exclusivamente en la enseñanza de posturas, influenciados por el “Fitness”, el estar en forma. Y para esto, ciertamente algunos métodos de Hatha Yoga son insuperables. Basta ver las portadas del Yoga Journal o de otras revistas especializadas en Yoga: siempre son mujeres que podrían ganarse la vida como “fashion models”. Los profesores de YogaAsanas, por lo general no logran ir más allá de ellas; se quedan pegados en el cuerpo. Por otro lado, hay otras personas que jamás han hecho una Asana en sus vidas, pero que sin embargo están en un “estado de Yoga”. Otras veces se identifica la palabra Yoga con terapias para aliviar algún problema físico, como dolor de espalda, o bien un estado emocional que conduce a un mal dormir. La palabra Ha-Tha a menudo se traduce como “sol-luna”, haciendo referencia a la unión o integración de los opuestos como masculino-femenino, duro y blando, mente y cuerpo, derecha e izquierda, espíritu y materia, lo conocido y lo desconocido. Adicionalmente, Hatha también se traduce como “fuerza” y se decribe como la disciplina de la fuerza de voluntad. El sonido Ha hace referencia a la corriente energética del lado derecho del cuerpo y tiene por objeto abastecer de energía el cuerpo físico, y por tratarse de energía, tiene polaridad, y en este caso, positiva; estimula la actividad física, impulsa a la acción, produce calor y a nivel mental produce extroversión. Su símbolo es el sol y se representa con el color rojo. Esta corriente energética se relaciona con el sistema nervioso simpático, que influye en el hemisferio izquierdo del cerebro. El sonido Tha hace referencia a la corriente energética del lado izquierdo del cuerpo y tiene por objeto abastecer de energía la mente. Su polaridad es negativa. Estimula la mente, inhibiendo la acción física. Produce introversión. Cuando esta energía predomina sobre la energía Ha, o “solar”, hace bajar la

temperatura corporal, por lo que se la considera como una energía “fría”, representada por el color blanco. Esta corriente energética se relaciona con el sistema nervioso parasimpático, que influye en el hemisferio derecho del cerebro. Su símbolo es la luna. Los sistemas simpático y parasimpático regulan el funcionamiento del cuerpo y la mente. El primero acelera los procesos de la vida y el segundo, los retarda. La actividad de ambos es automática y normalmente no nos damos cuenta. Sin embargo, cuando prestamos atención a la forma cómo estamos respirando, sabremos cuál de los dos está más activo. Si el aire pasa con mayor facilidad por la fosa nasal derecha, significa que el sistema nervioso simpático está más estimulado, y lo opuesto por la otra fosa nasal. Ambas corrientes energéticas -Ha y Tha- se mueven entre dos polos: uno de polaridad positiva en el cráneo y u otro de polaridad negativa en el sexo. Hatha Yoga es entonces un sistema que equilibra la energía mental con la corporal. El desequilibrio entre estas energías, según el Yoga, favorece la aparición de enfermedades. Cuando predomina la energía corporal, en desmedro de la mental, puede aparecer una enfermedad física, debido al exceso de energía corporal; por el contrario, el aumento de la energía mental y la disminución de la corporal facilita la aparición de enfermedades mentales. La práctica de Asanas y Pranayama, y dentro de esta última, de la técnica llamada Nadi Shodana, - respiración alternada entre las fosas nasales-, es fundamental para equilibrar las energías Ha y Tha.

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Por medio de los ejercicios físicos del Hatha Yoga destinados a disciplinar el cuerpo y la mente, se inducen cambios en la conciencia, alzándose ésta sobre sus niveles normales. Hatha Yoga parte de la premisa de que el cuerpo debe estar sano y bajo perfecto control. A medida que el cuerpo se va controlando, la mente intensifica su poder sobre el cuerpo, y la mente, a su vez, cae bajo la dominación de su naturaleza espiritual. El famoso sicólogo suizo Carl Gustav Jung escribió: “En India, en donde estas ideas y prácticas se desarrollaron, y en donde miles de años de tradición ininterrumpida crearon las bases espirituales necesarias, el Yoga es, en mi opinión, el método perfecto y apropiado para unir cuerpo y mente. Esta unidad crea una disposición sicológica que hace posible la intuición que trasciende la conciencia ordinaria”. Por su parte el Dr. Miguel Fraile, conocido terapeuta y profesor de Yoga español escribe, “El trabajo que hacemos en Hatha Yoga, es un trabajo intrapsíquico, pues el individuo se esfuerza y trabaja consigo mismo y para sí mismo. Cada cual debe enfrentar su propio cuerpo y su propia mente con esfuerzo, dedicación y constancia”. El Hatha Yoga es probablemente el conjunto más completo de técnicas bioenergéticas que existe. Todas las técnicas terapéuticas de bioenergética se fundamentan en el principio de que es posible moldear nuestra mente a través del esfuerzo y trabajo con nuestro cuerpo y su energía, pues esta energía -Pranaexpresa y representa la misma energía que nuestra mente. En Hatha Yoga se le da gran importancia a la columna, y a todo el rango de movimientos de que es capaz de realizar. La columna no solo es responsable de sentirnos más viejos o más jóvenes, sino que incide directamente en la condición de la mente. Sabemos que los nervios que se ramifican a las diferentes partes del cuerpo, parten de la columna, de manera que cuando ejercitamos la columna, también estamos trabajando sobre los nervios, lo que acarrea descanso a la mente liberándola de tensiones. Por otro lado el trabajo sobre las articulaciones y los órganos internos son también de la máxima importancia en Hatha Yoga. Si una máquina no está bien lubricada no funciona bien. Lo mismo ocurre con las articulaciones. Algo similar ocurre con los órganos y glándulas: si no son nutridos de sangre fresca por medio de las diferentes compresiones y elongaciones a las que son sometidos, tampoco funcionarán bien. Es importante notar que los movimientos lentos y precisos a los que sometemos el cuerpo, siempre se coordinan con la respiración. Como sabemos, la influencia de la respiración sobre la mente es sumamente potente, y como a través de la práctica

de Hatha Yoga aprendemos a manipular concientemente nuestra respiración, podemos también, a través de ella, cambiar los estados de la mente. Por ejemplo si está aletargada, usaremos una técnica respiratoria que la sacará de inmediato de esa condición; por otro lado, si la mente se encuentra alterada, echaremos mano de otra técnica para calmarla. Como profesores de Yoga vemos en nuestras clases una gran variedad de estudiantes desde eximios bailarines y gimnastas hasta personas que tienen miedo de acostarse en el suelo por temor a no poder levantarse. En Hatha Yoga, lo más importante, independientemente de la edad o condición física del practicante, no es la flexibilidad o la habilidad para hacer posturas difíciles, sino la atención constante que se debe mantener en el cuerpo y su respiración. A partir de esta atención, de esta toma de conciencia, nace el control y del control nace la gracia y la belleza. Incluso posturas ejecutadas incorrectamente por un principiante pueden contener el germen de compostura, desenvoltura y elegancia. Los estudiantes aplicados de Hatha Yoga y todos los profesores estamos convencidos del poder del Hatha Yoga para desarrollar fuerza y confianza, para mejorar la flexibilidad y el equilibrio y para encaminarnos hacia la paz espiritual y la felicidad duradera.

La antiguedad del Hatha Yoga Por Pedro Kupfer

Esto es al mismo tiempo, una declaración de amor por el Hatha Yoga y una defensa de los aspectos olvidados de esta antigua práctica. Estamos acostumbrados a aceptar sin mayores cuestionamientos que el Hatha Yoga, de origen Tántrico, es bastante reciente y que está completamente separado de los sistemas anteriores a él, como el Raja Yoga de Patanjali, el Jnana Yoga, o el Karma Yoga, etc. como si esos sitemas pertenecieran a un universo totalmente

diferente del contexto en el que nació el Hatha Yoga. Existe consenso en torno a la idea que el Hatha Yoga se desarrolló en el período post-clásico de la historia de la India, entre los siglos IX y X de esta era, siendo, por lo tanto, posterior al Yoga clásico decodificado por el sabio Patanjali en los Aforismos del Yoga. De este modo, el origen del Yoga estaría vinculado al aparecimiento del linaje de los 64 Siddhas (“Seres perfectos”), que comienza con los maestros Matysendranatha y Gorakshanatha, del norte de la India. Quizás sea el momento de revisar más profundamente esas conjeturas. El hecho es que el Hatha Yoga siempre estuvo vinculado con la tradición Védica. Para comprender las profundas implicaciones de esta afirmación es necesario hacer una profunda reflexión sobre la cuestión del origen de este sistema, y quien sabe, reescribir la historia, o por lo menos una parte de ella. Las mismas dificultades que enfrentamos al estudiar la historia anti - 399gua de la India surgen

cuando intentamos comprender el proceso de creación del Hatha Yoga: Los Yoguis de la antigüedad asi como los otros sabios indios de la época no estaban preocupados con cronologías o mediciones de tiempo, lo que torna frustrante cualquier tentativa de establecer la edad real del conocimiento ya que las figuras históricas de las que se tiene noticia apa- recen siempre transfiguradas por el mito y por que además las fechas de las obras literarias son muy vagas. Esto es especialmente verdadero en relación al conocimiento vinculado con la búsqueda de la autorealización. En los textos antiguos, invariablemente los autores se remiten a los más viejos, o al mito, o le asignan el nombre del propio maestro. Solo para ilustrar con un ejemplo los muchos que se encuentran en la cultura hindú, la gran tarea de los geógrafos de la época consistía no en medir o describir las características físicas o demográficas de tal o cual región o de tal o cual civilización, sino en elaborar sistemas que explicasen que la estructura física de la Tierra reflejaba la armonía mayor del macrocosmos. De esta forma, la Tierra era vista con un hemisferio sustentado por cuatro enormes elefantes apoyados sobre una tortuga gigante que flotaba sobre el océano de las aguas causales. Sobre el hemisferio estaba Jambudvipa, “la isla del manzano”, organizada en la forma de un Mandala en torno del eje del mundo, el monte Meru, la morada del dios Shiva que, a su vez, estaba rodeada por otras siete montañas. Regresando a la edad real del Hatha Yoga, existen estudiosos y prac - ticantes

que prefieren ver esta disciplina como parte de una tradición cuyas raíces están ligadas a los primeros Upanishads, antiguos textos del segundo milenio A. de C. En esta perspectiva nos arriesgamos a afirmar que el Hatha Yoga forma parte de la tradición Védica y está totalmente integrado a ella. Pro- fundizaremos a continuación esta conexión entre el Hatha Yoga y los Upanis- hads: Upanishad del caballo blanco (Sheta, blanco; Ashva, caballo) “Controlando su fuerza vital (Prana), con movimientos controlados, el sabio inspira por las ventanillas de la nariz restringiendo su respiración. Libre de distracciones, controla su mente como el conductor controla caballos rebeldes” (II: 9). “Aquel que forja su cuerpo en el fuego del Yoga no conoce la enfermedad, la vejez o el sufrimiento” (II: 12-13) La primera cita establece claramente la relación entre pensamiento y res piración, uno de los temas centrales del Hatha Yoga. Esta conexión está claramente expresada en el Hatha Yoga Pradipika “Si la respiración fuese irregular la mente permanecerá inestable; cuando la respiración se calma, la mente se aquieta y el Yogui consegue la estabilidad” (II: 2). En otro lugar del mismo texto, “Aquél que domina la respiración puede detener el pensamiento; aquél que domina el pensamiento, domina igualmente la respiración”. La idea de “forjar” el cuerpo en el fuego del Yoga de la segunda cita, es central también en la práctica de Hatha Yoga que busca la transmutación del cuerpo mortal en cuerpo divino, con la dureza de un diamante (Vajra Deva). Esa idea está presente en el Gheranda Samhita, “Así como un jarro de arcilla cruda en el agua decae rápidamente, es preciso endurecerlo horneándolo en el fuego del Poder para purificarlo” (I: 24). Maitri Upanishad Este Upanishad preconiza la práctica de un sistema completo de Yoga llamado Shadanga, o “seis partes”, cuyas técnicas son: Pranayama (Expansión de la vitalidad), Pratyahara (Abstracción), Dhyana (Meditación), Dharana (Concentración), Tarka (Questionamento contemplativo) y Samadhi (Iluminación). Esta forma de exponer el sistema y las propias prácticas aquí descritas evidencian que el Maitri es una especie de anticipación de todo el Yoga posterior, desde el sistema óctuple de Patanjali al “Sapta Sadhana” del Gheranda

Samhita. La organización de las diferentes prácticas del Yoga en etapas, partes o miembros es común a casi todos los sistemas técnicos y continúa siendo usada hasta hoy para sistematizar la míriade de técnicas que se desarrollaron desde su origen con el propósito de facilitar el camino de los practicantes. Igualmente el Maitri Upanishad contiene descripciones muy claras de algo bien parecido con el Hatha Yoga posterior. Habla sobre la íntima conexión entre el flujo de energía vital (Prana) y la inestabilidad de la mente, un tema que fue abordado también en el Shvetashvatara Upanishad que sería retomado mile- nios más tarde en el Hatha Yoga Pradipika, como vimos anteriormente. El Maitri propone la práctica de Pranayama como el medio más importante para alcanzar la estabilidad de la mente. El texto menciona incluso la técnica que más tarde sería conocida como Khechari Mudra que consiste en recoger y elevar la lengua para presionar el paladar blando para evitar que Bindu, el néctar lunar, se disperse al salir de Soma Chakra. Esta es una de las principales técnicas de Yoga Tántricas, al igual que el Hatha, Kundalini y Laya. La ausencia de las Asanas 401 en el Maitri Upanishad no significa en nuestra opinión que las posturas fueran irrelevantes, más bien se consideraban como una parte del todo. Otro sistema que se destaca en esta obra es le Nada Yoga que sería retomado más tarde tanto en el Hatha Yoga Pradipika como en el Gheranda Samhita. Aparece por primera vez la expresión Shabda Brhman (cuerpo sonoro absoluto), para designar el Mantra sagrado OM. Textos como el Maitri nos revelan mucho más de lo que imaginamos, yendo más allá del Hatha a la parte psico-espiritual que esta práctica tuvo desde el comienzo, lo que no debemos olvidar en nuestra práctica diaria. El lector familiarizado con el estudio del no dualismo Vedántico reconocerá estas enseñanzas. En el Maitri se encuentran prácticas y puntos de vista que hoy en día parecen totalmente divorciados como es el caso de las prácticas sexuales y la visión monástica del Vedanta. Las prácticas Tántricas que contienen la sexualidad siempre fueron rechazadas por el sistema político y espiritual de todas las épocas. El Tantra no solo encontró enemigos en el seno del hinduismo, del cual siempre formó parte, pero igualmente fuera de él. Durante el siglo XVI, era en que gobernó el emperador musulmán Akbar en el norte de la India, los practicantes del Tantrismo descubiertos eran condenados a muerte. La crueldad de las ejecuciones nos la pauta sobre los prejuicios y la animosidad que reinaba en esa época en relación al Tantra.

Esa misma desconfianza en relación a las enseñanzas Tántricas continuó hasta la colonización inglesa en la forma de censura y desaprobación. La aparente divergencia en los puntos de vista del Vedanta y del Tantra es más bien un producto de la desinformación y del prejuicio que algo real. Ambas compartían la visión, presente en la espiritualidad de la India desde los tiempos Védicos, sobre la unidad entre Consciencia y Existencia, entre Ser y Naturaleza. Con frecuencia vemos el Vedanta y el Tantra como enseñanzas contradictorias y mutuamente excluyentes, pero no nos detenemos a pensar que estas dos escuelas tienen mucho más en común de lo que imaginamos. El Shiva Samhita, un texto seminal del siglo XVII sobre el Hatha Yoga expone con mucha profundidad la visión no dualista del Vedanta combinada con las prácticas Tántricas. Filosóficamente hablando, este texto es el más elaborado de los clásicos del Hatha porque cita los ejemplos y enseñanzas clásicos del Advaita, la filosofía monística enseñada por Shankara en textos como el Tattva Bodha, el Atma Bodha y el Brahma Sutra Bhashya.

Por Pedro Kupfer

La visión del cuerpo en el Hatha Yoga El Hatha Yoga o “Yoga de la fuerza”, se desarrolló bajo la influencia del Vedanta, al igual que las ideas del Nathismo, la escuela de Kaula Tantra, cuyo fundador es el legendario sabio Matsyendranatha. En Hatha Yoga el enfoque de todas las prácticas es el cuerpo que se usa como punto de partida para la investigación de las realidades sutiles y profundas de esa unidad llamada ser humano. Los aspectos no visibles del cuerpo humano están conformados por el cuerpo

sutil (Pranamaya Kosha), los centros y canales de energía (Chakras y Nadis), el potencial psico-espiritual (Kundalini), los poderes psíquicos (Siddhis), la reflexión sobre la verdadera naturaleza del Ser (Atma) y su relación con el mundo (Jagat) Hasta el surgimiento del Hatha Yoga -hasta nuestros días el sistema de Yoga más conocido y popular-, la visión que se tenía del cuerpo humano en el mundo de la espiritualidad de la India era francamente negativa. El cuerpo era considerado como una bolsa de piel rellena de carne, huesos, secresiones e impurezas, fuente de sufrimiento, de apego y de dolor. Desde el inicio el Hatha Yoga rechazó esa visión, unificando la visión Tántrica del cuerpo que lo considera el templo de la divinidad, con la constatación Vedántica de que todo lo que existe en la creación es la expresión del Ser, que es al mismo tiempo, creador y agente material de la creación.405 De este modo, el Hatha Yoga busca alcanzar un estado de perfección corporal llamada “cuerpo diamantino” (Vajra Deha), o “cuerpo divino” (Deva Kaya), y combinar esa perfección física con un perfeccionamiento similar en las dimensiones sutiles, emocionales, mentales y psíquicas para la realización del propósito supremo de todas las formas de Yoga: la liberación de la ignorancia metafísica (Avidya), de los condicionamientos y del ciclo de la muerte y los renacimientos sucesivos (Samsara). Este estado de libertad se llama Moksha en sánscrito. Tanto el Shiva Samhita como las demás obras antiguas de Hatha Yoga tratan sobre este tema. El período en que el Hatha Yoga surgió en todo su vigor, coincide con un momento muy especial en la evolución de la espiritualidad hindú, pues los adeptos al Tantra presentaron una visión del hombre y del universo completamente diferente a la que enseñaba el estancado ritualismo Bramánico. Para los Tántricos el cuerpo ya no es más una causa de perdición; es un vehículo para la trascendencia y la realización de la naturaleza divina del hombre. El Kularnava Tantra (I: 18) deja esto bien claro: “Sin un cuerpo, ¿Cómo realizar el supremo objetivo humano? Por tanto, después de adquirir una morada corpórea, el Ser debe realizar acciones meritorias”. (Punya). Por su parte el Vishvasara Tantra afirma: “Para el alma el cuerpo humano es el más difícil de conseguir. Por eso se dice que el nacimiento humano se logra con gran dificultad. El alma sólo puede obtener el conocimiento de la verdad en un

cuerpo humano. El nacimiento humano es la piedra fundamental en el camino hacia la liberación”. Tanto en el Tantra como en el Hatha Yoga el cuerpo humano más degradado es considerado un templo de la divinidad (Devala). El sabio Tirumular nos dice: “Cuando el cuerpo perece, la fuerza vital se esfuma y la luz de la verdad no puede ser alcanzada. Yo aprendí el arte de preservar mi cuerpo y, de este modo, también la fuerza vital que habita en él. Antes yo despreciaba mi cuerpo. Sin embargo, más tarde descubrí que la divinidad moraba en su interior y comprobé que el cuerpo es el templo del Señor. Por lo tanto, comencé a preservarlo con el mayor cuidado”. La transición de la ignorancia a la sabiduría libertadora, del círculo del placer y dolor a la luminosa felicidad es uno de los procesos más simples y misteriosos de la existencia. Es por esta razón que los textos de Yoga como el Shiva Samhita y otros recomiendan visualizar el cuerpo como si fuese el propio Universo. “No existe nada en este Universo que no esté contenido en el cuerpo humano. Todo está aquí, y lo que no está aquí no está en ninguna parte. En el cuerpo está el río Ganges, Prayaga y Varanasi, el sol y la luna y todos los lugares sagrados. No existe ninguna morada de felicidad semejante a mi cuerpo. En verdad, el Yantra que es mi propio cuerpo, es el mejor de todos los Yantras”. El trabajo que se hace en Hatha Yoga puede considerarse como un largo camino de preparación a través de acciones purificatorias físicas y psí- quicas que limpian el espejo del alma para que ésta pueda reflejar su verda- dera cara. Ese camino incluye la práctica de ética, la disciplina a través de las Asanas, la purificación de los elementos por medio de Shatkarmas, la purificación de la energía vital a través de la respiración y la purificación del psiquismo mediante la meditación.

Los textos del Hatha Yoga Sobre el Hatha Yoga hay numerosas menciones en los Upanishads y en los

Puranas, pero hay evidencias que indican que su origen es muy anterior a estos textos. Los textos más conocidos del Hatha Yoga aparecieron entre los siglos VI y XVI D. de C. Son: “Hatha Pradipika” de Svatmarama “Gheranda Samhita” de Gheranda “Goraksha Samhita” de Gorakhnath “Shiva Samhita” de Shankara “Hatharatnavali” de Mahayogendra En esta oportunidad la Dra. Souto nos hablará sobre los dos más famosos: el Hatha Pradipika o Hatha Yoga Pradipika, como también se le conoce, y el Gheranda Samhita.

Por Alicia Souto

El Yoga es una disciplina que a lo largo de más de tres milenios de historia dio lugar a muchas corrientes de pensamiento y a las más variadas experiencias. La práctica más difundida en occidente es la del Hatha Yoga. Asombra observar 409

como mientras existen muchos textos y comentarios relativos al Raja Yoga de Patanjali y al Bhakti Yoga de la Bhagavad Guita, no hay nada en castellano que permita conocer los textos más relevantes del Hatha Yoga: El Hatha Yoga Pradipika y el Gheranda Samhita, dos valiosos manuales para los practicantes de esta disciplina. Llenar esta laguna no fue empresa fácil. Animada por mi profesor el Dr.M.L. Gharote, director del Kaivalyadhama College of Yoga de Lonavla, India comencé a traducir y comentar estas dos obras, distribuidas por la librería Kier, de Buenos Aires. Mis traducciones y comentarios se produjeron en forma más bien espontánea al cabo de enseñar durante muchos años la cátedra de Teoría y Práctica de las Técnicas del Yoga en la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador, Argentina, y en las Facultades Metropolitanas Unidas de San Paulo, Brasil. En estas páginas encontrarás un extracto de estos dos antiguos textos que espero despierten en ti el interés por estudiar en mayor profundidad la literatura antigua de la India, condición indispensable para un mejor entendimiento del Yoga.

Hatha Yoga Pradipika Hay que tener presente que este texto fue escrito unos mil quinientos años después de los primeros dos textos del Yoga: Los Aforismos de Patanjali y el Bhagavad Guita. Se reflejan en el Hatha Yoga Pradipika los resultados de un largo proceso histórico que nos permite conocer cómo se practicaba el Yoga entre los siglos XIV y XVI. El enfoque principal que lo caracteriza y lo distingue de los textos de las otras ramas del Yoga es la descripción de las prácticas y de sus consecuencias sobre la salud. Las técnicas que propone, aún no identificándolas con las del Ayurveda, tienen con ellas muchos puntos de contacto. En ellas se inspiraron Kuvalayananda y sus discÌpulos para el Yoga terapéutico practicado en la Escuela de Lonavla. Sus experimentos confirmaron la exactitud de las técnicas mencionadas en el Hatha Yoga Pradipika Algunas de ellas podrán chocar con la sensibilidad moderna y occidental, sin embargo

permanece válida la técnica del método propuesto. Para definir el Hatha Yoga podemos recurrir al Yoga Bija (89-90): “Es la unión de Prana con Apana, o la del Rajas (principio femenino) y el Retas (principio masculino), o la del sol y la luna, o la de Jivatman y Paramatman. En síntesis, la fusión de todos los pares de opuestos se denomina Yoga”. Los cuatro textos más conocidos del Hatha Yoga son el Goraksha Shataka (Samhita), el Hatha Pradipika, el Gheranda Samhita y el Shiva Samhita. El Hatha Pradipika es un manual muy importante en las prácticas Yóguicas. Trata sobre el Yoga de los cuatro miembros o Chaturanga Yoga, que se diferencia del Septanga Yoga del Gheranda Samhita, de siete pasos, y el Sadanga Yoga del Goraksa Shataka de seis, como también del Yoga de Patanjali o Yoga de ocho miembros. Es muy importante porque considera la relación entre Hatha y Raja Yoga en un camino ascendente. Hatha Pradipika significa literalmente “la pequeña lámpara del Hatha Yoga”, o “Luz sobre el Yoga”, y los cuatro pasos que presenta son Asanas, Pranayamas, Mudras y Nadanushandhanas, o proceso para llegar al Samadhi. Este texto fue escrito por Svatmarama que influyó en los estudiosos y practicantes del Yoga transformándose en una importante fuente de inspiración para escritores posteriores de Hatha Yoga. Esta obra, al igual que los otros tres tratados citados, pertenece a la tradición de los Natha Yoguis que reconocen en Adinatha Ishwara al Señor de los Yoguis, identificado con el dios Shiva, por lo que los Natha Yoguis son esencialmente Shivaístas. Esta tradición es un movimiento espiritual popularizado por Goraksanath (Siglo X u XI), considerado tan importante como su Guru, Matsyendranath. Svatmarama llamó a su tratado Hatha Pradipika y no Hatha Yoga Pradika, como lo hacen comentaristas posteriores. Es común que se considere que el Hatha Yoga incluye sólo las prácticas corporales, en tanto que el Raja Yoga se diferencia de éste por cuanto 411 comprende prácticas en las que el cuerpo casi no se usa. Sin embargo, en los dos primeros versos del Hatha Yoga Pradipika se menciona explícitamente que el Hatha Yoga o el Hatha Yoga Vidya fueron creados para alcanzar Raja Yoga. El Hatha Yoga no puede ser perfeccionado sin Raja Yoga, ni éste sin el Hatha Yoga. Las características del éxito en Hatha Yoga son liviandad de cuerpo,

fulgor del rostro, claridad de la voz, brillo de la mirada, estar libre de enfermedades, estimulación del fuego gástrico y purificaciones de Nadis. Asanas En el primer capítulo, dedicado a las Asanas, se mencionan quince: Swastikasana, Gomukhasana, Virasana, Kurmasana, Kukkutasana, Uttanakurmasana, Dhanurasana, Matyendrasana, Paschimottanasana, Mayurasana y Shavasana. Además de estos once se describen cuatro, los más importantes: Siddhasana, Padmasana, Shimhasana y Bhadrasana, de los cuales Siddhasana es el que otorga los mejores logros espirituales.

Pranayamas El Pranayama que es tratado en el segundo capítulo, es muy elogiado, a tal punto que el concepto de Hatha Yoga se equipara a la práctica de Pranayama. Establece la relación entre la respiración y la actividad de la mente. Si la respiración es rápida, la mente estará agitada. Si la respiración es lenta, la mente se calmará. Para controlar la mente entonces, hay que controlar la respiración. El Prana no circula por los Nadis cuando están bloqueados con impurezas. Cuando están despejados, podemos controlar la respiración durante largo tiempo. Por esta razón el Pranayama debe practicarse asiduamente para remover las impurezas de Sushumna Nadi, el canal central. Se aconseja que antes de practicar Pranayama hay que suprimir el exceso de flema y mucosidad a través de las siguientes prácticas purificadoras: Dhauti, Vasti, Neti, Trataka, Nauli y Kapalabhati (Shatkarmas). El Hatha Pradipika describe ocho variedades de Pranayama, todas de tipo interno: Suryabhedana, Ujjayi, Shitakari, Shitali, Bhastrika, Bhramari, Murcha y Plavini. Cada Pranayama viene acompañado de tres Bandhas: Jalandhara, Uddiyana y Mula Bandha. Jalandhara se aplica al final de la inhalación, Puraka; Uddiyana se aplica al final de la retención, Khumbaka, pero antes de que comience la espiración, Rechaka. La aplicación de los tres Bandhas permite al Prana seguir por el canal central, Brahmanadi. Las técnicas de las diferentes variedades de Pranayama difieren en la modalidad de la inspiración y espiración. En Shitali y Shitakari se inspira por la boca. Cabe destacar que en ninguna variedad de Pranayama la espiración se hace por la boca. Mudras El tercer capítulo está dedicado al despertar del Kundalini por medio413 de la práctica de Mudras. Si bien Svatmarama es muy reiterativo en su exaltación del despertar del Kundalini, no explica en qué consiste esta experiencia extraordinaria, sólo las sensaciones que produce. Se describen los siguientes diez Mudras: Mahamudra, Mahabandha, Mahavedha, Khechari, Uddiyana Bandha, Mula Bandha, Jalandhara Bandha, Viparita Karani, Vajroli y Shaktishalani. De éstos, Khechari es el más elogiado.

Nadanushandhana El cuarto capítulo del Hatha Pradipika contiene el planteamiento de la fusión de Prana con la mente, proceso que se llama Laya, y que es el estado en que no hay dualidad ni percepción de objetos, la inhalación y la exhalación se suspenden, cesan los pensamientos y toda actividad. Esta es una experiencia indescriptible. Svatmarama, ofrece sin embargo algunos símiles maravillosos. La mente se fusiona completamente, unificándose con lo Supremo, así como el alcanfor se quema en el fuego, o la sal se disuelve en el agua, como la madera se consume en el fuego, la mente se disuelve en el sonido despertado internamente. Svatmarama recomienda Nadanushandhana, o escuchar el sonido que surge internamente. Al contemplar “Nada” surge una experiencia indescriptible que es Samadhi. El quinto capítulo aparece como un apéndice a continuación del cuarto en el que, al tratar temas como Nadanushandhana y Raja Yoga, culmina el texto. Este apéndice describe los problemas producidos como resultado de la práctica incorrecta y las consideraciones terapéuticas para su alivio. Los desórdenes que se mencionan son dolor de pecho, enfermedades cutáneas, ceguera parcial, temblores, infecciones de la sangre, etc. La terminologÌa y etiología de las enfermedades es Ayurvédica. Estas se atribuyen al incorrecto flujo ascendente del Vayu debido al bloqueo de la energía. Finalmente es importante destacar que para Svtamarama, Hatha Yoga y Raja Yoga son dos aspectos de una misma disciplina. Comienza con la parte física, introduciendo luego las dimensiones energética, mental y espiritual, culminando en estados Yóguicos en que la experiencia espiritual es preponderante.

Gheranda Samhita Este texto difiere del Hatha Pradipika en su contenido, presentación y racionalidad o aproximación filosófica. El Gheranda Samhita trata sobre el Yoga de siete partes distinguiéndose así del Yoga de seis partes del Goraksha, del Yoga de cuatro partes del Hatha Pradipika y del Ashtanga Yoga o Yoga de ocho partes de Patanjali. La racionalidad de este Yoga de siete partes ha sido explicada en uno de los versos introductorios así: “El cuerpo de las criaturas vivientes es el resultado de las buenas y malas acciones. El cuerpo da origen a la acción y así el ciclo

continúa como un molino de agua. Así el ciclo de la vida y al muerte da cada individuo decae como una vasija de barro sin hornear cuando se sumerge en el agua. Por lo tanto se debe templar el cuerpo en el fuego del Yoga”. El autor se refiere al cuerpo como Ghata, que es un término técnico que significa la unión psicofísica de la persona responsable de sus acciones. Con la ayuda del Yoga de siete partes que busca “Ghata Shuddhi” se puede cambiar y modificar el verdadero sustrato psicofÌsico responsable de las acciones. El término “Ghata Suddhi” significa no sólo la purificación sino también el forta- lecimiento de la unidad psicofísica. El proceso de “Ghata Shuddhi” incluye siete métodos: purificación, fortalecimiento, estabilidad, compostura, liviandad, realiza- ción y aislamiento. Cada capítulo del Gheranda Samhita se dedica a la descripción de cada uno de estos siete métodos. Las técnicas descritas son progresivas por naturaleza y van del aspecto físico al metafísico a través del nivel psicológico. Este texto se diferencia de otros por varias razones: primero porque el Yoga que describe es denominado “Ghatastha Yoga”, término que no es utilizado en otros tratados sobre Hatha Yoga. En segundo lugar, porque a pesar de ser un tratado de Hatha Yoga de acuerdo a su contenido, no aparece la palabra Hatha Yoga utilizada en un sentido técnico. En tercer lugar, la secuencia de prácticas es muy distinta a las de otros textos, especialmente del Hatha Pradipika. En cuarto lugar, algunas prácticas como Dhauti y Kapalabhati no sólo están descritas elaboradamente, sino que la información que se da es también nueva. La sección de Mudras incluye también técnicas de Asanas, Kriyas y concentración. Se dan efectos del Pranayama y Kriyas que sobrepasan el límite del cuerpo y la mente. En quinto lugar, usa términos específicos como “Shakti Nadi” “Chiti Mula” “Lau- liki”, “Ghata”, que no se encuentran en otros textos. Comparado con el Hatha Yoga Pradipika, el Gheranda Samhita es un texto 415 mucho más sistemático, con una presentación clara, que da más de cien prácticas por lo que es muy útil para todos los estudiantes y practicantes serios de Yoga. En todo caso, el término Hatha Yoga que utiliza el Hatha Pradipika, corresponde con lo que el Gheranda Samhita llama “Ghatastha Yoga”.

Como en muchos de los textos tradicionales indios, no se sabe quién es el autor

del Gheranda Samhita. El texto se presenta en forma de diálogo entre Gheranda y su alumno Chanda Kapali. Se supone que estos nombres son ficticios. El nombre del alumno sugiere una relación con el origen de la secta Kamphatas. La tradición del Hatha Yoga está ligada al nombre de Goraknatha, fundador de la orden de los Yoguis Kamphatas, a quienes históricamente se les ubica en el siglo XI aproximadamente. Goraknatha es el autor de diversos textos entre los cuales el más conocido es el Goraksha Sataka. Los tres textos clásicos del Hatha Yoga son el Hatha Pradipika de Svatmarama probablemente escrito entre el siglo XIV y XVI, el Shiva Samhita, el más largo de los tres y con un contenido algo más filosófico influenciado por la escuela Vedanta, y el Gheranda Samhita del que estamos haciendo una breve síntesis. En realidad, fuera del nombre Chanda Kapali, no se encuentran mayor influencia de la secta Kamphatas, pero sí cierta influencia Vedántica en algunos versos. Se le da importancia a Ajapa y se enfatiza el aspecto psicológico y espiritual de las prácticas. No se describen los Yamas y Niyamas. En cuanto a la fecha de este tratado, es posterior por la forma de presentarlo y por la progresión de las prácticas. El primer verso con que comienza el texto de la mayoría de los manuscritos indica la influencia del Hatha Pradipika, pero el primer verso del Gheranda Samhita considera una interpolación. Pocas copias fueron encontradas del Gheranda Samhita, y la mayoría de ellas estaban en el norte y este de la India. En la edición publicada por Kaivalyadhama de Lonavla, se considera que es sorprendente que Shivananda en el Yogachintamani y Sundardeva en el Hatha Samketa Chanddrika no hagan referencia al Gheranda Samhita, lo que indicaría que el texto no era muy conocido. La primera publicación de este texto es de 1877. De ahí en adelante han aparecido numerosas publicaciones y traducciones, especialmente al alemán y al inglés.

El método de Ghata Shuddhi (Hatha Yoga) que propone el Gheranda Samhita incluye siete procesos: Shodhana, Drdhata, Sthairya, Dhairya, Laghava, Pratyaksa y Nirliptam que se realizan a través de las siguientes prácticas:

Shatkarma, Asana, Mudra, Pratyahara, Dhyana y Samadhi. El Yoga que propone el Gheranda Samhita es un sistema completo de Yoga. No es simplemente Hatha Yoga como se entiende a veces cuando no se comprende la unidad del tema. Sólo aquellos cuya mente se va aclarando progresivamente comienzan a ver la unidad e interrelación de las prácticas. Shatkarmas También se llaman Shodhana Kriyas. Shodhana es un concepto muy importante en el Hatha Yoga, pues son procesos de purificación. Todas las prácticas de Yoga actúan como Shodhana, pero el primer capítulo se refiere a los seis procesos purificatorios que tienen ciertas similitudes con el Pancha Karma del Ayurveda. El Hatha Pradipika presenta los Shatkarmas en el capítulo dedicado al Pranayama lo que indica cuán importante es purificar el cuerpo de exceso de mucosidad y toxinas antes de emprender la práctica de Pranayama. El Shodhana Kriya del Gheranda Samhita describe trece Dhautis, dos formas de Vasti, una de Neti, una de Trataka, una forma de Nauli y tres de Kapalabhati, en total, veinte y un Kriyas. La purificación del cuerpo conduce a la liberación o Mukti. El Gheranda Samhita conecta estas prácticas con ciertos resultados como por ejemplo el escuchar sonidos místicos internos a través de la práctica de Dhauti, o la práctica de Neti que facilita el proceso de Khechari que a su vez conduce al Samadhi; Trataka no solo destruye las enfermedades oculares sino que posibilita Divya Dristi que conduce a Shambhavi Mudra. Asanas En relación con este tema describe treinta y dos Asanas, empezando por417 Siddhasana. Las Asanas se remontan a los sellos de Mohenjo-Daro y Harappa. En los Vedas no hay referencias directas sobre ellas, solo indicaciones sobre el modo en que hay que sentarse. En los primeros Upanishads tampoco se mencionan las Asanas; la primera mención aparece con el Shvetashvara Upanishad. Los textos épicos como el Ramayana y el Mahabharata hacen referencia a las Asanas solamente como una forma de sentarse. El Mahabharata menciona doce tipos de Yoga, entre los cuales Desa Yoga y Upaya Yoga se refieren a la práctica de Asana, como postura. Cuando se hace en un lugar solitario y adecuado se llama Desa Yoga y cuando se hace para la práctica de Dhyana se llama Upaya Yoga.

Buda aparece en muchas imágenes en Padmasana. En realidad el Asana es un proceso que comienza a nivel físico y finaliza en la completa estabilidad del cuerpo y de la mente. Los Yoga Sutras de Patanjali no citan Asanas, pero dan sus características: estabilidad y confort. El Hatha Pradipika describe quince; el Gheranda Samhita treinta y dos, el Goraksha Shataka dos, Hathasanketa Chandrika, cuarenta y ocho, Hatharatnavali, setenta y ocho. Se piensa que el n˙mero total de Asanas es desconocido y que solo Shiva las conoció todas. Está claro que aunque las Asanas se practican con el cuerpo, los efectos se sienten también en la mente. El Tejobindupanishad la define como “lo que posibilita contemplar el Absoluto continuamente y por un largo tiempo”. En el Gheranda Samhita se describe Shavasana como produciendo efectos de quietud y alivio mental, o sea, se entra en el plano psicológico; y en la descripción de Bhujangasana se refiere al despertar de Kundalini. La descripción o el nombre de las Asanas no siempre coinciden con las de otros textos. Mudras En el tercer capítulo el texto trata los Mudras. En relación a los Mudras y Bandhas hay gran divergencia en cuanto al número, nombre y características en los textos Puránicos de Hatha Yoga y también en los Tántricos. El Hatha Yoga Samhita define los Mudras en el contexto Yóguico como “prácticas útiles en otras técnicas Yóguicas como Pranayama, Pratyahara, Dharana, Dhyana y Samadhi de acuerdo a las almas realizadas”. Esta definición muestra la relación de Mudras y otras prácticas Yóguicas más elevadas. El Hatha Yoga Pradipika describe diez Mudras; el Shiva Samhita, los mismo diez, pero agrega además Yoni Mudra. El Gheranda Samhita presenta veinticinco Mudras que es el mayor número descrito en los textos de Hatha Yoga y le dedica el capÌtulo más largo, que consta de cien versos. En la lista se incluyen posturas, procesos de purifi- cación o Kriyas y técnicas de concentración o Dharana. La técnica Vajroli Mudra es distinta de la descrita en el Hatha Pradipika ya que es un paro de manos con las piernas elevadas donde se dice que cuyo efecto es Bindu Siddhi. El propósito de los Mudras en el Gheranda Samhita es lograr “Sthirata” o equilibrio, mientras que en el Hatha Pradipika es el despertar del Kundalini.

Además de describir los beneficios de los Mudras como eliminar las enfermedades, crear Siddhis o poderes, en algunos habla también de Mukti o liberación. En Uddhiyana Bandha dice que si es practicado adecuadamente, lleva a la liberación. La descripción de los efectos de Khechari y Yoni Mudra precedidos por Shaktichalana eleva al Yogui al mundo espiritual. Los cinco Dharanas, procesos de concentración de la mente o Pancha Dharana Mudras, otorgan los Siddhis que controlan los elementos que constituyen el universo o Mahabhutas. Pratyahara Con la retracción de los sentidos resalta el plano psicológico. El Gheranda Samhita asegura que produce compostura, Dhayrya, resultando en un estado de calma que destruye enemigos tales como el deseo. Indica que se deben retraer los sentidos de sus respectivos objetos para ponerlos bajo el control de Atman. Pranayama Es interesante su ubicación, a continuación de Pratyahara. Tal vez se deba a la inclusión de elementos de Dhyana o de concentración y meditación en la variedad Sagarbha del Sahita Kumbhaka. Sabemos desde tiempos muy antiguos que el Pranayama es un Anga, miembro muy importante. Se refiere a la regulación o control del Prana, comprendiendo aquí Prana como respiración. Otros sinónimos de Pranayama son Pranasamrodha y Pranasamyama. 419

En relación a la evolución del Pranayama, Swami Kuvalayanda describió cinco etapas: 1) Período Sútrico religioso en que el Pranayama sólo era parte de la ceremonia religiosa y lo importante era la retención interna del aliento o Kumbhaka. 2) Período Smrti en que el Pranayama se acompañaba con Gayatri, Vyahrti, Pranava y Shiras o formas de concentración en Brahma, Vishnu y Mahesha o Shiva. 3) Período Puránico en que se acompaña a la recitación mental del Pranava Om. Aquí se incluyen las tres fases: Puraka, Kumbhaka y Rechaka. 4) Período Sútrico relacionado con los Yoga Sutras de Patanjali, donde no incluye la repetición de Mantras. Patanjali menciona Pranayamas con retención interna y externa. 5) Período del Hatha Yoga, en el que el Pranayama se identifica especialmente con Abhyantara Kumbhaka o retención interna. Consta también de Puraka y Rechaka y se aplican asimismo los Bandhas.

En el Gheranda Samhita el Pranayama no sólo se adjudica la destrucción de enfermedades y el despertar del Kundalini, sino que indica que a través de su práctica es posible entrar en el estado de Manonmani, es decir, la estabilidad de la mente. Señala detalladamente los requisitos para su práctica. Recomienda asimismo, que Pranayama debe iniciarse en otoño o primavera. Da consejos sobre la dieta, -Mitahara- a seguir. El requisito más importante parece ser la purificación de los Nadis. El Shiva Samhita indica que al menos 20 ciclos de Pranayama deben ser hechos tres veces al día, durante dos meses para purificarlos. El Gheranda Samhita por su parte, no habla de los efectos de Nadi Shuddhi, pero describe los distintos tipos de Kumbhaka. El Hatha Pradipika, al igual que el Gheranda, describe ocho variantes de Kumbhaka, pero este último texto reemplaza Shitakari y Plavini por Sahita y Kevali. Es interesante notar que Kevali Kumbhaka es Abhyantara Kumbhaka, o retención interna después de inhalar por las dos ventanillas de la nariz, mientras se repite mentalmente el Mantra Soo-Hama, a un ritmo de quince veces por minuto. Esta práctica se llama Ajapa Samkya. Dhyana Hay tres niveles de Dhyana en el Gheranda Samhita: Sthula; Jyoti y Suksma, en orden descendente.El primer nivel consiste en meditar sobre un objeto real o imaginario; el segundo consiste en concentrarse en la luz y Suksma es la concentración en Brahma como Bindu o la Diosa Kundalini y es la forma más sutil. Este último Dhyana se obtiene a través de Sambhavi Mudra. El objetivo de la meditación es la percepción directa de Atman, con lo cual el meditador entra en Samadhi. En la primera forma de meditación se lleva la mente a la forma de dios personal o Ishta Devata y el Guru dirige al discípulo a la forma, características, Vahama (vehículo) y título de Devata. En Tejo Dhyana o Jyoti Dhyana es aspirante medita sobre el Jivatman en la forma de llama de una vela que mora en Muladhara donde yace Kundalini o medita en Pranavatmaka Tejas (la luz del Om), en el entrecejo. Sthula Dhyana y Jyoti Dhyana en el Gheranda Samhita son formas de Saguna Dhyana, mientras que Suksma Dhyana es una forma de Nirguna Dhyana. En el Hatha Pradipika este proceso se realiza a través del despertar del sonido interno, Nadanushandhana.

Samadhi En el Gheranda Samhita Samadhi es sinónimo de Raja Yoga. Se describen seis tipos de Samadhi. El primero se consigue a través de Sambhavi Mudra y Dhyana; el segundo, a través de Khechari Mudra y Rasananda; el tercero, a través de Brahmari y Nada; el cuarto, a través de Yoni Mudra y Laya; el quinto, a través de Bhakti y Ashtatvika, y el útimo, a través de Manomurcha y la restricción de la mente. Samadhi conduce al estado de Mukti, o liberación. Esto es en sí un proceso y su resultado es la unión de Jivatman con Paramatman. En el Gheranda Samhita se lee la importancia del Guru y su devoción a él para conseguir Samadhi.

Alicia Souto, de nacionalidad argentina, es profesora de Literatura Tradicional India, de Filosofía y de Literatura del Yoga en la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador, de Buenos Aires. Enseña también desde hace más de 10 años en la Universidad de San Paulo en Brasil. Actualmente es la Directora Académica del Lonavla Yoga Institute de la India. Alicia viaja regularmente a la India desde hace más de 20 años. Tradujo del sánscrito el Hatha Yoga Pradipika y el Gheranda421 Samhita.

Las herramientas del Hatha Yoga Como vimos en los “Textos del Hatha Yoga”, las principales herramientas de las que se sirve son: ASANAS PRANAYAMA SHATKARMAS MUDRAS BANDHAS También hay otras tales como: Nadanushandhana (el proceso para conseguir Samadhi) Pratyahara (interiorización de los sentidos) Dhyana (meditación) Samadhi (súperconsciencia)

El quinto y sexto libro de esta Colección Cuerpo-Mente están enteramente dedicados a las Asanas y el séptimo al Pranayama. En el presente libro haremos solo una breve reseña de estas dos herramientas. El libro diecisiete se ocupa de la mente y explica en cierta profundidad Pratyahara, Dhyana y Samadhi. Los Shatkarmas, Mudras y Bandhas se mencionan en los artículos preparados por la Dra. Souto para este libro. El tema de los Bandhas es tratado en profundidad en el cuarto libro de la colección. En este capítulo veremos los Shatkarmas y Mudras.

Asana 423 La finalidad de una Asana es siempre de naturaleza mental, aunque las consecuencias sobre el cuerpo no son menos potentes. Hacer ejercicios es una terapia en sí; tener una rutina de ejercicios puede ser más efectivo que cualquier terapia, ya que cuando se desbloquea la energía y se liberan las tensiones musculares, las emociones y los sentimientos aparecen. Uno se siente más vibrante. La respiración fluye más fácilmente. El hombre normal en sus ocupaciones habituales no sale de un número reducido y poco variado de movimientos corporales. Por lo general siempre son los mismos músculos, órganos y articulaciones que se activan. Todas aquellas partes del cuerpo que son relegadas al olvido, inevitablemente con el tiempo se atrofian. Muchas Asanas producen realmente placer, algo similar a lo que ocurre con un buen estiramiento del cuerpo después de haber estado sentado largas horas frente al computador o después de haber estado durmiendo. La palabra que emplea Patanjali cuando habla de “postura”, es Asana. (Sutra 46, segundo capítulo: Sthira Sukham Asanam). El verbo As, en sánscrito significa sentarse, de manera que el significado original de Asana es sen- tarse. Cuando el Hatha Yoga fue desarrollado, la palabra comenzó también a ser usada para todas las posturas corporales. Pero para Patanjali, Asana es la postura sentado, de las cuales hay varias clásicas, siendo la más conocida la del loto. Patanjali describe las dos características que debe tener la postura para meditar: debe ser Sthira (sin movimiento durante todo el período de la meditación) y Sukha (confortable). En español se habla de una persona con buena o mala postura. Una buena postura conlleva un buen y natural funcionamiento de nuestro cuerpo a través de una distribución equilibrada de energía, de modo que cada parte del sistema

realiza su propio trabajo en armonía con el resto. Una mala postura, por el otro lado, tiene un alto precio pues perjudica la respiración y comprime indebidamente las articulaciones y los órganos internos en forma más o menos permanente. Esto trae irremediablemente dolores de espalda, jaquecas, fatiga, hipertensión, alteraciones gastrointestinales y problemas sexuales. Una mala postura desequilibra la coordinación natural del cuerpo. Algunas partes efectúan demasiado trabajo y otras, demasiado poco. ¿Necesitamos por ejemplo, tensar tanto el cuello y alterar nuestra respiración para cepillarnos los dientes? Las posturas Yóguicas, Asanas, nos ayudan a reestablecer concientemente nuestro equilibrio natural. No hay que olvidar que el cuerpo es un organismo autocurativo. Las posturas y la respiración crean las condiciones ideales para que el cuerpo mismo se haga cargo de sus problemas. El cuerpo no solo es un organismo autocurativo, sino que prospera en el delicado equilibrio entre ejercicio y descanso. Este equilibrio se consigue con la práctica de Yoga. Para el Hatha Yoga la palabra Asana significa todas las posibilidades en que el cuerpo puede ser puesto a fin de conseguir efectos y beneficios espe- cíficos, tanto físicos como mentales, pues un cuerpo flexible, fuerte y equili- brado puede permanecer durante bastante tiempo confortablemente inmóvil durante la meditación, el propósito final de todas las formas de Yoga. En otras palabras las Asanas son un vehículo, un medio para adentrarnos en los misterios de la mente. Las Asanas han sido cuidadosamente pensadas para tomar contacto con cada nervio, órgano, glándula y músculo del cuerpo, estirándolos y fortaleciéndolos. Son una herramienta de comunicación con el cuerpo para despertar las energías en él contenidas. Son además un vehículo para integrar cuerpo y mente, una gran oportunidad para unificar las diferentes partes del Ser y conectarnos con nuestra propia realidad; un proceso de sensibilización creciente en el cual la atención impregna cada parte del organismo. Los Yoguis de la antigüedad descubrieron que hacer ejercicios físicos en forma de ritual tenía enormes consecuencias metafísicas. Textos clásicos como el Hatha Yoga Pradipika, Shiva Samhita y Gherandha Samhita, mencionan las Asanas, pero en forma poco sistemática, al menos para los estándares occidentales modernos. Otro manual, “Yoga Korunta”, descubierto en forma de manuscrito por el erudito y practicante de Hatha Yoga, Tirumalai Krishnamacharya, describe prácticas Yóguicas por mucho tiempo olvidadas que Krishnamacharya estudió e incorporó en su enseñanza. De modo que hasta que apareció el libro “Light on Yoga” de B.K.S. Iyengar, no existía un

verdadero manual sistematizando las Asanas debido a que la enseñanza tradicional era oral, es decir, de profesor a alumno. Es frecuente que al familiarizarnos con las posturas básicas, aparezca el aburrimiento. Muchas personas repiten la misma secuencia día tras día a tal punto que la rutina aleja nuestra mente y dejamos de estar en el momento presente. Por lo tanto, si durante la práctica uno se encuentra pensando en el desayuno o en lo que alguien nos dijo ayer, hay que usar las sensaciones del cuerpo en la postura para atraer la mente hacia sí. Debemos explorar los425 límites entre placer y dolor (nunca dolor agudo), absorbiéndonos en los movimientos internos de la energía. Para hacer esto hay que ir más profundamente dentro de la postura. Esta situación se puede aplicar a cualquier actividad cotidiana. Para cada Asana puede haber varias contra-posturas, dependiendo de donde se sienta tensión. La contra-postura para un doblamiento intenso hacia adelante es un doblamiento hacia atrás suave. Por el contrario, para un intenso doblamiento hacia atrás, hay que hacer un doblamiento suave hacia adelante. De esta manera el cuerpo vuelve a su condición normal, libre de tensiones para continuar con las posturas siguientes o bien con nuestro quehacer diario.

Pranayama Las técnicas que permiten regular a voluntad la respiración reciben el nombre sánscrito de “Pranayama”, cuya traducción más común es “la regulación consciente de la respiración”. Aprender a regular conscientemente la respiración tiene múltiples implicancias para el cuerpo, la mente y las emociones. Prana, en sánscrito no sólo significa respiración, sino que también aire, aliento, fuerza vital y energía cósmica. Sin Prana no existe la vida. Se encuentra en el aire, sin ser aire; en los alimentos, sin ser alimento; en al agua, sin ser agua; en los minerales, sin ser mineral. Sobretodo el aire está saturado de Prana y mediante la respiración el organismo puede absorberlo sin dificultad. El aire puro nos permite en consecuencia almacenar Prana. El Prana es la base y origen de todas las formas de energía y también materia, pues la materia no es otra cosa que energía condensada. El Prana penetra y nutre no solo nuestro cuerpo, sino

que también nuestra mente. Cuando el Prana abandona el cuerpo, éste muere; cuando escasea, se debilita; cuando desarmoniza, enferma. El Prana, al igual que la electricidad a) se polariza: Ha, corriente de energía positiva; Tha, corriente de energía negativa, b) puede ser acumulado, transformado y conducido. Yoga no distingue entre la respiración del individuo y la energía pulsante del cosmos. Incluso nuestro idioma une también el concepto de respiración con el misterio de la condición humana: la palabra “inspiración” es sinónimo de “inhalación”. Ayama, significa prolongar, controlar, regular. A Kausthub Desika- char, nieto de Krishnamacharya le gusta definir Prana como “la expresión de la conciencia”. Es la expresión de la conciencia del mismo modo que la luz del sol es la expresión del sol: la luz solar entra a todas partes, aún cuando no sea en forma directa; el Prana llega a todas las partes del cuerpo a las que dirigimos nuestra conciencia. Según el Yoga, la parálisis de algún miembro o parte del cuerpo, es la ausencia de Prana en esas zonas del cuerpo. Los antiguos Yoguis comprendieron hace mucho tiempo el rol de la respiración para enfocar y concentrar la mente. Pranayama, por lo tanto, fue desarrollado específicamente para controlar la mente. Pranayama calma la mente y se usa para adentrarse en sus misterios. Nuestra respiración está íntimamente ligada con nuestro estado de ánimo. Se acorta cuando tenemos miedo; se desplaza hacia la parte superior del pecho cuando estamos estresados; es irregular cuando estamos ansiosos; es suave y armónica cuando estamos tranquilos y relajados y parece desaparecer por completo cuando estamos concentrados totalmente en alguna tarea de nuestro agrado. La importancia del Pranayama emana del hecho de que nuestras actividades físicas se hacen por intermedio de dos sistemas nerviosos: voluntario e involuntario. Las cosas que decidimos hacer como caminar, hablar, trabajar, jugar, etc., son actividades voluntarias. Involucran músculos, tendones, nervios: mecanismos realmente complejos controlados por el sistema nervioso voluntario, cuyo centro está en el cerebro. Hay otras cosas que ocurren por si solas, queramos o no: latidos del corazón, respiración, digestión, transpiración, circulación de la sangre y muchas otras, todas hechas en forma automática, y controladas por el sistema nervioso involuntario, ubicado en la médula espinal. De todas estas actividades involuntarias, la única que podemos regular, si queremos, es la respiración. Podemos respirar lenta o rápidamente, superficial o profundamente. Podemos incluso detener nuestra respiración por unos cuantos minutos. Si emocionalmente me siento disturbado debido a que pasé un mal rato,

unas cuantas respiraciones profundas pueden tener un efecto apaciguador que me permitirá razonar bien en unos momentos más. El ritmo y la duración de la respiración pueden ser modificados tanto durante la inhalación como la exhalación. Pranayama, el cuarto Anga de Ashtanga Yoga del que nos habla Patanjali en sus Yoga Sutras (Segundo capitulo, Sutra 9), trata del manejo de la fun427 ción respiratoria, sin la cual no seria posible practicar Yoga ya que el flujo y el ritmo respiratorio están directamente relacionados con el flujo y ritmo del pensamiento. Por lo tanto, el control de la respiración es, en definitiva, el control del pensamiento, la finalidad del Yoga. Pranayama supone la manipulación de la respiración más allá de su límite normal, estirando, acelerando y disminuyendo su ritmo para así experimentar la diversidad total de la respiración y sus efectos tanto a nivel denso como sutil. Transforma una práctica física en un trabajo espiritual. Las técnicas respiratorias del Yoga, desde el punto de vista de la salud, tienen como objeto dilatar lo más posible la caja torácica con lo que se consigue un importante incremento en la oxigenación de todo el organismo. Al incrementar la oxigenación celular en todo el cuerpo, se produce un retraso en el envejecimiento. El envejecimiento celular, y en consecuencia del cuerpo, se produce por el aumento paulatino de los depósitos a nivel intracelular de los “radicales libres”. Los radicales libres son en realidad desechos que van quedando al interior de las células, y se producen como consecuencia del proceso bioquímico mediante el cual las moléculas de glucosa se convierten en energía para las diferentes funciones del organismo. La acumulación de los radicales libres en los tejidos se llama “oxidación”. Uno de los medios que conoce la medicina actual para combatir la oxidación de los tejidos a nivel bioquímico y evitar que los radicales libres permanezcan dentro de las células, es el aporte de elevadas dosis de vitamina C en la alimentación pues está demostrado que dicha vitamina es uno de los mejores compuestos antioxidantes que existen. Muchos son los estudios que revelan que las técnicas de Pranayama disminuyen la oxidación de los tejidos ayudando a eliminar los radicales libres, una extraordinaria forma de retrasar el envejecimiento del organismo. La mayoría de las personas no tiene conciencia de que respira mal. Han olvidado cómo se respira plena y totalmente con la energía y vitalidad del recién nacido. Las investigaciones que la ciencia moderna ha hecho sobre relajación indican que las técnicas de respiración pueden ayudar a prevenir las enfermedades

haciéndonos menos susceptibles a los virus reduciendo además los niveles de presión sanguínea y de colesterol. Cuando respiramos de una manera relajada pasamos de un estado metabólico destructivo a uno constructivo. Este cambio puede afectar la síntesis de proteína, grasa y carbohidratos, aumentar la producción de células que activan el sistema inmunológico y favorecer la regeneración ósea y el crecimiento, además de mejorar todos los demás sistemas del cuerpo. Pranayama exige que la práctica sea diaria. Tradicionalmente una práctica intermitente ha sido considerada como peligrosa para los tejidos de los pulmones y dañino para el sistema nervioso. Su práctica es bastante compleja, y puede incluso resultar peligrosa si no se aprende con un profesor experimentado. Claude Bragdon, en su libro “An Introduction to Yoga” llega a decir que es igualmente difícil y peligroso aprender Pranayama que domesticar leones por medio de manuales. Aún cuando la comparación es un tanto exagerada, es apropiada: el aire que reciben los pulmones constituye la mayor parte de la energía vital, de manera que si la respiración es débil, como casi siempre es el caso, la energía se mantendrá dormida, como el león en su jaula. Pero no bien dejamos que el suministro de aire aumente, se conserve, y que la inhalación y la exhalación se muevan a un cierto un ritmo, rápidamente descubriremos que la energía vital es como un león excitado, golpeando las barras de su jaula, tratando de escapar. Y habiendo despertado esta fuerza misteriosa, sin conocimiento de cómo controlarla o dirigirla, existe el peligro de ser presa de graves desórdenes, tanto físicos como psíquicos. Pranayama a diferencia de las Asanas, no es una práctica en la que uno se embarca por sus resultados inmediatos. Si practicas Pranayama observando cuidadosamente el proceso, estarás siguiendo la huella de innumerables antiguos Yoguis. A través de los siglos ellos “jugaron” con su respiración, probando esto y aquello. Prueba y error; prueba y error. Lentamente fueron desarrollando un repertorio de técnicas específicas, que si las haces bien, obtendrás resultados predecibles que te abrirán, a través de una mayor conciencia y control, las puertas de tu mundo interior. En el esoterismo del Yoga, se dice que cada hombre sólo tiene derecho a un determinado número de respiraciones para cada una de sus reencarnaciones. De esta manera, aquel que respira precipitadamente morirá más joven y el que vive sosegadamente y respira calmadamente vivirá mucho más tiempo. La muerte se produce, en consecuencia, cuando la persona agota todas sus respiraciones,

como si fuese un cronómetro decreciente que se detiene al llegar a cero. Según esta idea, las técnicas de Pranayama al hacer que respiremos menos veces por minuto, alargarían nuestra vida. La práctica de Pranayama empieza el primer día de clases, durante la práctica de Asanas (posturas). No hay que olvidar que cuando practicamos Asanas respiramos, y si practicamos prestando atención a la respiración, entonces estamos practicando Pranayama. En la práctica de Asanas el profesor normalmente indica qué movimientos hacer y cuando hay que429 inhalar o exhalar. Esto hace que después de cada inhalación se produzca una breve pausa, lo mismo después de cada exhalación. Esto es Pranayama y a medida que vamos profundizando el trabajo en las posturas, la respiración espontáneamente se irá haciendo cada vez más larga y profunda. Esta conciencia de cómo va cambiando la respiración nos da la pauta de cómo es una práctica de Pranayama propiamente tal, es decir, el momento del día que elegimos para acostamos o sentamos a trabajar exclusivamente con la respiración. La quietud y sutilezas del trabajo con uno mismo, son mucho más fáciles de entender y percibir en la práctica de Pranayama que en la de Asanas. Los movimientos de los Asanas son, en opinión del profesor Iyengar, una distracción para la práctica de Pranayama. Cuando nos sentamos o acostamos a practicar Pranayama los movimientos naturales del cuerpo desaparecen y es posible concentrarse completamente en las cualidades internas del trabajo con la respiración. Al hacer esto uno puede familiarizarse a un nivel celular con la experiencia de quietud y calma. Uno descubre que hay una especie de ritmo en el cuerpomente. Cuando comenzamos a experimentar este ritmo a través de una práctica diaria de Pranayama, sus efectos se manifiestan también en forma espontánea en la práctica de Asanas, y una vez que uno se da cuenta de las sutiles y rítmicas cualidades de la respiración y del cuerpo, y cómo nos ayudan a enfocar la mente, nos damos cuenta también de que este ritmo siempre estuvo presente en la práctica de Asanas. Simplemente no nos habíamos dado cuenta antes porque toda nuestra atención estaba en el desafío muscular de las posturas.

Shatkarmas Como escribió la Dra. Alicia Souto en sus artículos sobre el Hatha Pradipika y el

Gheranda Samhita, los Shatkarmas también son llamados Shodhana Kriyas, pues son potentísimas técnicas que desintoxican y purifican el cuerpo desde adentro hacia fuera. Algunas de estas técnicas han sido consideradas por algunos occidentales como “asquerosas” y continúan choqueando incluso a muchos practicantes de Yoga. Los Shatkarmas nos enseñan cómo relacionarnos más íntimamente con nuestros procesos internos y pueden ser una gran herramienta para superar la forma de cómo muchos nos relacionamos con nuestras funciones corporales. Cuando aprendemos a ayudar a nuestro cuerpo en sus procesos eliminatorios, facilitamos al mismo tiempo el camino hacia el bienestar y la auto curación. Por cierto, todas las prácticas de Yoga actúan como Shodhana, pero el primer capítulo del Gheranda Samhita se refiere específicamente a los seis procesos purificatorios que curiosamente tienen ciertas similitudes con el Pancha Karma del Ayurveda. Por su parte, el Hatha Pradipika presenta los Shatkarmas en el capítulo dedicado al Pranayama lo que indica cuán importante es purificar el cuerpo de exceso de mucosidad y toxinas antes de emprender la práctica de Pranayama. El Shodhana Kriya del Gheranda Samhita describe trece Dhautis, dos formas de Vasti, una de Neti, una de Trataka, una forma de Nauli y tres de Kapalabhati, en total, veinte y un Kriyas. La purificación del cuerpo conduce a la libera- ción o Mukti. El Gheranda Samhita conecta estas prácticas con ciertos resultados como por ejemplo el escuchar sonidos místicos internos a través de la práctica de Dhauti, o la práctica de Neti que facilita el proceso de Khechari que a su vez conduce al Samadhi; Trataka no solo destruye las enfermedades oculares sino que posibilita Divya Dristi que conduce a Shambhavi Mudra. Las seis técnicas de purificación física son: Dhauti, Vasti, Neti, Trataka, Nauli y Kapalabhati. Todas estas técnicas no solo purifican internamente el cuerpo, sino que también ayudan a armonizar las energías sutiles del cuerpo y de la mente. Nunca hay que usar los Shatkarmas (Kriyas) como antitodo para los desmanes alimenticios o para hacer experimentos con uno mismo. Es absolutamente importante practicarlos con un instructor calificado o con un buen especialista en medicina Ayurvédica. Dhauti Los 13 Dhautis que describe el Gheranda Samhita son: 1. Vatsara Dhauti:Purificación por medio del aire. Consiste en tragar aire por la boca y expulsarlo por el ano.

2. Varisara Dhauti:Purificación por medio del agua. Consiste en beber mucha agua salada y expulsarla por el ano. 3. Agnisara Dhauti:Porificación por medio del fuego. Consiste en con- traer y expandir el abdomen rápidamente con los pulmones vacíos. 431

4. Bahiskrita: Lavado del intestino grueso. 5. Danta Dhauti: Limpieza de los dientes por medio de su frotación con ciertos polvos. 6. Jihva Dhauti: Limpieza de la lengua. 7. Karna Dhauti: Limpieza de las orejas. 8. Kapalrandhra Dhauti:Purificación de los senos frontales mediante la frotación de los huesos de la frente a ambos costados de la nariz. 9. Chakshu Dhauti: Purificación de los ojos por medio de agua salobre. 10. Vastra Dhauti: Consiste en introducir lentamente una larga gasa previamente mojada en agua tibia salobre por la boca hasta que llegue al estómago. Luego se saca lentamente con todas las impurezas del tubo digestivo y estómago.

Vastra Dauthi

11. Danda Dhauti: Consiste en introducir un delgado tallo de plátano en el esófago para limpiar este conducto. 12. Vamana Dhauti: Casi siempre asociamos el vómito con enfermedad o problemas estomacales, pero puede ser también una herramienta para salvar una vida. Cuando vienen esos retorcijones insoportables basta con tomarse una buena cantidad de agua tibia con sal, meterse dos dedos hasta el fondo de la garganta, y vaciar completamente el contenido del estómago. 13. Mula Shodhana Dhauti: Limpieza del ano y recto. Vasti Limpieza del colon, similar a los enemas.Tradicionalmente el Yogui usaba un delgado tubo de bambú que insertaba en su ano y luego se suspendía sobre agua en la posición del loto mientras hacía los movimientos de Nauli. Hoy no es necesario ir a tales extremos puesto que las bolsas o peras de los enemas son bastante efectivas.

Vasti

Neti

Tonifica y limpia los pasajes nasales y desarrolla inmunidad contra res- fríos y alergias. Hay cuatro tipos: Jala, Sutra, Ghrita y Dugda Neti. Jala Neti: La contaminación parece ir en aumento en casi todas las grandes ciudades del mundo y de la mano, toda clase de enfermedades respiratorias: sinusitis, resfríos, alergias, congestión de los senos nasales, mal 433aliento, dolores de garganta y muchos otros males. Puesto que la nariz es el

acceso al aparato respiratorio, es importante mantenerla limpia y sus conductos despejados. En todas partes del mundo los médicos durante siglos han utilizados los lavados nasales con una solución de agua salada. Hoy día sin embargo, esta sabiduría ha sido reemplazada por costosos medicamentos y por los sueros fisiológicos nasales que no son otra cosa que agua embote- llada que sale en forma de “Spray”. Hoy la mayoría de los médicos otorrinolaringólogos recomienda el lavado nasal por medio del “Spray”. En la India, no solo los Yoguis sino que también la gente común practica Jala Neti, de la misma forma en que se usa el cepillo de dientes, diariamente. El Jala Neti usa agua hervida que se ha dejado entibiar y a la que se le agrega una pizca de sal. Esta solución se echa en una especie de teterita de plástico o porcelana como la que usan los niños para jugar, parecida a una pequeña lámpara de Aladino que tiene un piquito que se introduce alternadamente por cada fosa nasal. Es necesario poner la cabeza de lado y abrir ligeramente la boca. Si te pones la teterita en la fosa nasal derecha, el agua saldrá por la ventanilla izquierda. El agua que entra de esta forma por las fosas nasales limpia los conductos de partículas extrañas, suelta las costras y mantiene sano el manto mucoso, contribuyendo a que el tejido se haga más fuerte y resistente a la penetración de bacterias. Es recomendable hacer Jala Neti antes de practicar Pranayama, en especial la respiración que equilibra, Nadi Shoddana. Jala Neti es bastante fácil de aprender.

Jala Neti

Sutra Neti: Consiste en pasar alternadamente una delgada cuerda (hoy día se usan también los catéter) por las ventanillas de la nariz y sacarla por la boca. Ghrita Neti: Consiste en introducir mantequilla a la que se le ha extraído todo el componente lácteo (Gui) a través de las ventanillas de la nariz. Dugda Neti: Consiste en introducir leche por las ventanillas de la nariz.

Gustavo Ponce Sutra Neti

Trataka Consiste en mirar fijamente y sin parpadear, la llama de una vela o un objeto pequeño para aumentar la concentración y calmar las emociones. Es la

purificación de los ojos.

Gustavo Ponce Nauli

Nauli Es un refinamiento de Agnisara Dhauti. Consiste en aislar los múscu los abdominales y girarlos a volun tad, produciendo un intenso masaje a los órganos internos que estimula la perístasis de los intestinos y ayuda a la digestión y eliminación. Hay que prac ticarlo de preferencia temprano en la 435mañana y con el estómago vacío. El aislamiento de los rectos abdominales recibe el nombre de Madhya Nauli. Cuando sólo se aísla el recto izquierdo se llama Vama Nauli; cuando se aísla el recto derecho, Dakshina Nauli. Cuando las diferentes prácticas de Uddiyana Bandha, Vama, Dakshina y Madhya Nauli se hacen en forma continua se produce un movimiento rotatorio, llamado Nauli Chalana. Se hace en el sentido de las agujas del reloj y en el contrario. Produce un intenso masaje a los órganos internos que estimula la perístasis de los intestinos. Se dice que controla las poluciones nocturnas y la eyaculación prematura. Ayuda a la digestión y eliminación. Produce gran energía, y sus efectos aumentan si uno bebe antes un vaso de agua. Es ideal incluirlo en la higiene natural. Kapalabhati Esta técnica surgió del deseo de incrementar el nivel de energía en el área abdominal y se caracterizan por una serie de intensas exhalaciones en esa área, las que espontáneamente provocan las inspiraciones. Todas las tradiciones parecen estar de acuerdo en esto, pero difieren en la velocidad y la cantidad de tiempo que uno debiera hacer cada ciclo. Este tipo de Kapalabhati según el Gheranda Samhita sería el Vatakrama. Hay otros dos: el Vyutkrama que consiste en absorver agua con un poquito de sal por la nariz para ser expulsado por la boca; el Sheetkrama, es lo contrario. En Vatakrma Kapalabhati el aire es expulsado con fuerza por la nariz, produciéndose el mismo sonido que uno hace al sonarse. Kapala significa cráneo y Bhati, relucir. Literalmente Kapalabhati significa cráneo reluciente, pues después de practicar este Kriya uno siente una increíble claridad mental. Sobre

este Kriya B.K.S. Iyengar escribe: “Es similar a Bhastrika, solo que más suave. La inhalación es lenta y la exhalación, vigorosa, pero con una fracción de segundo de retención después de cada exhalación. Practica Kapalabhati en lugar de Bhastrika, si este te resulta muy difícil”. Por su parte, el conocido autor André Van Lisbeth dice lo siguiente sobre Kapalabhati: “Existen muchas variantes de Kapalabhati, describiré la más común: Al revés de la respiración habitual, en que la inspiración es activa y la espiración pasiva, en Kapalabhati la espiración es activa y brusca y la inspiración es pasiva. Podríamos decir que Kapalabhati consiste en breves ráfagas de expulsiones forzadas de aire, seguidas cada vez de una inspiración pasiva. Puede practicarse en cualquier postura conveniente para el Pranayama, es decir Siddhasana, Vajrasana o el Loto. En formas más avanzadas es de rigor el Loto. La columna vertebral debe estar derecha y la cabeza bien equilibrada. Kapalabhati es un Pranayama diafragmático puro, por consiguiente, abdominal; sin embargo el tórax desempeña un papel importante pues debe permanecer inmóvil. Antes de comenzar Kapalabhati llene el tórax y manténgalo inmovilizado en posición de inspiración durante todo el ejercicio, con las costillas separadas. Es una condición indispensable. Si observa el tórax durante el ejercicio, verá que aunque inmovilizadas, las últimas costillas se mueven. Este movimiento es inevitable y pasivo, porque se debe a la tracción que ejercen los músculos del abdomen unidos a las costillas. Lo que hay que evitar es cualquier movimiento activo, voluntario, del tórax. Los músculos abdominales son el motor del ejercicio”. Sobre los beneficios de Kapalabhati se puede decir lo siguiente: Rejuvenece el hígado, el bazo, el páncreas y los músculos abdominales lo que contribuye notablemente a mejorar la digestión y a estimular el sistema inmunológico. Limpia las fosas nasales y fortalece los pulmones. Es también una técnica que permite limpiar completamente los pulmones pues provoca una expulsión masiva del CO2 cuya proporción en la sangre baja rápidamente. Es una limpieza total del organismo si se hace por lo menos durante unos tres minutos. La sangre por su parte, se satura de oxígeno y las células se apresuran a obtener lo que les corresponde, expulsando al mismo tiempo su CO2. Estimula de este modo la respiración celular que se manifiesta

por una sensación de calor en todo el cuerpo. El diafragma desempeña una importante función activadora de la circulación pues aspira la sangre venosa que es devuelta al ciclo re-oxigenada. Todas las vísceras de la cavidad abdominal se tonifican y reciben un masaje en forma fisiológica. Activa también el peristaltismo y lucha contra el estreñimiento. Tiene efectos muy profundos sobre el sistema nervioso, en particular sobre el neurovegetativo. No hay que practicar Kapalabhati por la noche. 437

El propósito primordial de estos Kriyas (Shatkarmas) es equilibrar los tres Doshas: Kapha (mucosidad), Pitta (bilis) y Vata (aire). El equilibrio entre estos tres Doshas (humores corporales) evita las enfermedades, fortalece el sistema inmunológico y mantiene al individuo gozando de un muy buen nivel energético y de salud.

Mudras En relación a los Mudras y Bandhas hay gran divergencia en cuanto al número, nombre y características en los textos Puránicos de Hatha Yoga y también en los Tántricos. En el tercer capítulo del Hatha Pradipika se describen los siguientes diez Mudras: Mahamudra, Mahabandha, Mahavedha, Khechari, Uddiyana Bandha, Mula Bandha, Jalandhara Bandha, Viparita Karani, Vajroli y Shaktishalani. De éstos, Khechari es el más elogiado. El texto Tántrico Sarada Tilada dice que el término Mudra nace de “Mud” (disfrutar y ser feliz) y Ra (dar). Los comentaristas de este texto interpreta Mudra como una sensación de bienestar. El Hatha Yoga Samhita define los Mudras en el contexto Yóguico como “prácticas útiles en otras técnicas Yóguicas como Pranayama, Pratyahara, Dharana, Dhyana y Samadhi de acuerdo a las almas realizadas”. Esta definición muestra la relación de Mudras y otras prácticas Yóguicas más elevadas. El Shiva Samhita por su lado describe los mismos diez que el Hatha Pradipika, pero

agrega además un onceavo, Yoni Mudra. El Gheranda Samhita por su parte presenta veinticinco Mudras que es el mayor número descrito en los textos de Hatha Yoga y le dedica el capítulo más largo, que consta de cien versos. En la lista se incluyen posturas, procesos de purificación o Kriyas y técnicas de concentración o Dharana. La técnica Vajroli Mudra es distinta de la descrita en el Hatha Pradipika ya que es un paro de manos con las piernas elevadas donde se dice que el efecto es Bindu Siddhi. Los 25 Mudras que describe el Gheranda Samhita (que incluye Bandhas) son: Maha Mudra (gran gesto), Nabho Mudra (gesto del cielo interior), Uddiyana Bandha (volando hacia arriba), Jalandhara Bandha (cierre de la garganta), Mula Bandha (contracción del periné), Maha Vedha Mudra (gesto de la gran apertura), Khechari Mudra (bloqueo con la lengua), Viparita Karani Mudra (inversión del cuerpo), Yoni Mudra (cierre de las nueve puertas), Vajroli Mudra (gesto del rayo), Shakti ChalanaMudra (movimiento de la energía), Tadagui Mudra (dilatación del abdomen), Manduki Mudra (gesto de la rana), Shambhabi Mudra (gesto de Shiva), Prithivi Dharana Mudra (concentración terrestre), Ambhasi Mudra (gesto de la concentración acuática), Agneyi Dharana Mudra (gesto de la concentración ígnea), Vayavi Dharana Mudra (gesto de la concentración etérea), Ashwini Mudra (Mudra del caballo), Pashini Mudra (Mudra del lazo), Kaki Mudra (Mudra del cuervo), Matanguini Mudra (Mudra del elefante) y Bhujanguini Mudra (Mudra de la cobra). Más abajo veremos en cierto detalle uno de los más conocidos: Hasta Mudra. Separadamente estudiaremos los Bandhas recién mencionados pues son una herramienta fundamental en la práctica de las Asanas y Pranayama. El propósito de los Mudras en el Gheranda Samhita es lograr “Sthirata” o equilibrio, mientras que en el Hatha Pradipika es el despertar del Kundalini. Este texto además de describir los beneficios de los Mudras como eliminar las enfermedades, crear Siddhis o poderes, habla también de Mukti o liberación. La descripción de los efectos de Khechari y Yoni Mudra precedidos por Shaktichalana eleva al Yogui al mundo espiritual. Swami Digambar autor del libro “best–seller” “Claves del Yoga”, define Mudra como “una postura, gesto o ejercicio especifico que canaliza la energía creada por las Asanas y Pranayama hacia los centros psíquicos (Chakras), colaborando con el despertar del Kundalini (energía espiritual). Los Mudras constituyen la antesala del proceso meditativo y sus repercusiones más directas son la estabilización emocional y la concentración interiorizada. Hay Mudras muy

simples, mientras que otros son una compleja combinación de Asana, Pranayama y Bandhas. En ocasiones algunos Mudras se producen espontáneamente como consecuencia de la regulación del fuído Pránico y de una actitud mental adecuada”.439 La gran cantidad de Mudras descritas en los textos clásicos no permite explicar cada uno de ellos primero porque algunos son muy difíciles de hacer sin un guía experimentado y segundo por las dimensiones que ya va tomando este libro, de modo que solo se explicaremos Aswini Mudra y Viparita Karani Mudra, dos botones de muestra: Aswini Mudra En realidad es muy similar a los “ejercicios Kegel” recomendados para las mujeres embarazadas (Ver en esta colección el décimo número sobre la mujer), mediante los cuales el esfínter anal es contraído y relajado repetidamente. Es similar a Mula Bandha que se enfoca en la contracción de los músculos del periné. La práctica regular de ambos tonifica el área del periné y del piso pélvico incre- mentando el suministro de sangre a la región pélvica promoviendo una vagina y tejidos de la uretra saludables. Normalmente Aswini Mudra se traduce como “Mudra del Caballo” porque se asemeja al movimiento que el caballo hace con su recto y ano. Purifica, toni- fica y limpia los nervios, glándulas, músculos, tejidos conectivos del ano, recto, cóccix y área del periné lo que potencia las prácticas avanzadas de Mula Bandha. Normalmente se practica conjuntamente con Vajroli Mudra Interno, contrayendo simultáneamente los músculos y tejidos conectivos de toda el área pélvica, hacia adentro y hacia arriba. Aquí Vajroli Mudra trabaja más sobre los músculos anteriores (diafragma urogenital) y la porción del vientre del músculo pubococcígeno. Aswini Mudra, por su lado trabaja más sobre los músculos posteriores como por ejemplo el “elevator ani”. El “elevator ani” es un nombre general para un grupo de pequeños músculos con diferentes conexiones capaces de moverse individualmente. Cuando estos músculos logran ser tonificados actúan en secuencia, moviéndose en forma de espiral. La práctica de estos Mudras/Kriyas nos enseña a controlar concientemente cualquier parte del cuerpo. Para aprender a aislar estos músculos se recomienda practicar Vajroli Mudra. Sin embargo, para practicar Vajroli Mudra es necesario aprender primero Aswini.

Es necesario aclarar la diferencia entre Aswini Mudra y Mula Bandha. En este último no se aprietan los músculos y tejidos conectivos del suelo pélvico. Por el contrario, hay que relajar, suavizar y soltar para “permitir” que la base del periné entre el diafragma pélvico y se mueva hacia arriba. En Mula Bandha el periné se pliega hacia arriba a medida que el diafragma pélvico es succionado mediante el movimiento del hueso del pubis y del cóccix bajando a encontrarse uno con el otro. Comprender esto, es comprender las diferencias sutiles entre Aswini, Mula y Vajroli Mudra. Práctica: Siéntate sobre un talón en Siddhasana de modo de tener una buena sensación del área del periné. Si esta postura te resulta difícil, siéntate en cualquiera otra de piernas cruzadas. Haz ahora Mula Bandha. Respira profundamente unas cuantas respiraciones. Al comienzo, después de una inhalación profunda contraerás y levantarás toda la región pélvica. Retén el aliento manteniendo la región pélvica levantada. Después de unos cuantos segundos, suelta suavemente el aire y Mula Bandha. Respira normalmente. Repite este procedimiento unas cuantas veces. Enseguida, haz lo mismo, pero esta vez durante Kumbhaka suelta la contracción, pero rápidamente reestablécela, vuelve a contraer, vuelve a soltar, y así repetidamente hasta que sientas que es suficiente. Exhala suavemente y respira nuevamente en forma normal. Este es un “round” de Aswini Mudra. Puedes hacer cuantos “rounds” desees, y a medida que practiques comenzarás a diferenciar los músculos que intervienen de modo que dejarás de usar algunos de ellos. No te preocupes si los genitales y todo el periné se mueven al mismo tiempo, es normal. A las personas a quienes les resulte fácil esta operación se les recomienda hacer Aswini Mudra entre “rounds” de Kapalabhati o Bhastrika, mientras se enfocan en el tercer ojo. No es importante cuantos hagamos al comienzo. Lo importante es ir aumentando el número en forma gradual y consistente. Evidentemente no hay que ocasionar tensión o estrés. Beneficios: Tonifica y relaja el área del recto. Prepara para Mula Bandha y Vajroli Mudra. Los aspectos sutiles de Aswini Mudra se experimentan cuando se puede, a voluntad, producir una onda de conciencia de apertura, y relajo en esa región,

eliminando las tensiones e interferencias con los movimientos dinámicos de Apana. Aswini Mudra tiende a reducir Apana Vayu e incrementar Prana Vayu.

Viparita Karani Mudra “Surya mora en la raíz del ombligo y Chandra en la base del paladar. El hombre sucumbe a la muerte porque Surya absorve la ambrosia de Chandra”. La práctica em la cual el ombligo está arriba y el paladar abajo, es decir cuando el sol queda arriba y la luna abajo, se llama Viparita Karani Mudra. Este Mudra incluye todas las posturas en que la cabeza está abajo y la pelvis arriba. Tal es el caso de Shirshasana y de Sarvangasana, pero Viparita Karani es más fácil de hacer que las dos otras posturas. Ejecución: - Acostado boca arriba en el suelo, levantar las piernas hasta formar un águlo recto. - Levantar las caderas y sostenerlas con las manos. Las piernas deben estar bien estiradas y verticales en relación con el suelo. - El pecho no presiona el mentón, como ocurre en Sarvangasana - Se aplica Mula Bandha.

El concepto de Surya en el ombligo y luna en el paladar y néctar segregado por la luna y su consecuente absorción por parte del sol no es comprendido en términos de anatomía y fisiología moderna. De acuerdo a la fisiología y mística Yóguica, el Amrita (néctar) que segrega la luna es consumido por el fuego del sol, cuya función es destruir por combustión. Del mismo modo en la reabsorción cósmica (Pralaya) Rudra devora los mundos a través del sol que absorve toda la humedad de la tierra y la savia de las plantas y criaturas. Se refiere a revertir la polaridad magnética interna del organismo sutil con lo que se activa Kundalini.

Mudras con Swami Ekananda Por Swami Ekananda

La palabra Mudra significa gesto o actitud. Los Mudras son técnicas de

recanalización y dinamización de la energía vital –Prana- en, o hacia ciertos puntos específicos del cuerpo energético. Por medio de los Mudras es posible representar ciertos estados o procesos mentales y de conciencia. Es posible provocar con ellos estímulos en la mente. Como sellos que son también, ayudan a fijar corrientes energéticas sutiles impidiendo la pérdida de energía o Prana. Es muy importante hacer algún Mudra con las manos durante la meditación con lo cual se evita la dispersión del Prana. Sin duda que el efecto más notable es que por medio de ellos se desarrolla la percepción de las corrientes de energía vital lo que ayuda a controlar tales fuerzas que a veces se manifiestan como Siddhis, poderes psíquicos o paranormales. Probablemente a esto se refiere el antiguo texto Gheranda Samhita en el que Shiva, el primer Yogui, dice a su consorte divina Parvatti: ¡Oh Diosa, te he hablado acerca de los Mudras, el solo conocimiento de ellos manifiesta todos los poderes ocultos! En India los diferentes dioses representan las cualidades de la divinidad. Estas cualidades se manifiestan en la posición de los brazos, y sobre todo, en los Mudras de las manos (Hasta Mudra). Por ejemplo si vemos que la estatua tiene la palma de su mano derecha levantada y vuelta hacia quien la mira es el Mudra de la bendición que elimina el miedo. Pero los gestos o Mudras simbólicos no son privativos del Yoga, de la cultura de la India, ni de su religión, ya que los encontramos también en los ritos de otras confesiones religiosas como el budismo, el cristianismo católico ortodoxo 445y en las creencias primitivas de todos los pueblos, lo que viene a confirmar la

importancia de los símbolos para expresar o provocar estados mentales o emocionales. Hay Mudras para los ojos, la lengua, el cuerpo y en donde mejor los vemos representados es en la danza clásica de India en la que la bailarina realiza complejos y significativos Mudras demostrando sentimientos, emociones y estados de ánimo. La mayoría de los Mudras son para las manos. Los más conocidos son:

Jnana Mudra : Este Mudra se usa principalmente durante la meditación y durante la práctica de Pranayama. En este Mudra los dedos índice y pulgar de cada mano se juntan y el resto de los dedos se estiran; el dorso de las manos se apoya sobre las rodillas. Este gesto conecta los polos positivos y negativos, representados por los dedos índice y pulgar de cada mano. Por ellos pasa una corriente de bajo amperaje.

Jnana Mudra

Pronam Mudra : Se usa principalmente al recitar Mantras, al comenzar y durante una práctica de Asanas. Las palmas se unen delante del pecho, los dedos

pulgares tocan el esternón y el resto de los dedos apuntan hacia el cielo. En este gesto la mano de la polaridad positiva (derecha) se une con la de la polaridad negativa (izquierda), cerrando un importante circuito electromagnético que hace circular la energía dentro del cuerpo y lo recarga. En las Asanas contribuye también al sentido del equilibrio. También es el Mudra que los indiosy muchos otros pueblos usan para saludarse o para mostrar respeto. En sánscrito se llama Namaste.

Pronam Mudra

Shiva o Bhairava Mudra : Se usa también durante la meditación. El dorso de la mano positiva (derecha) se pone sobre la palma de la mano negativa (izquierda). Este Mudra nos pone mucho más receptivos.

Shiva o Bhairava Mudra447

Sanmukhi Mudra y Maha Mudra : Ciertos Mudras –como dijimos- incorporan Asanas, Bandhas o alguna técnica de Pranayama, que ayudan aún más a la expansión de la conciencia y la meditación y son muy eficaces para producir Pratyahara o abstracción de los sentidos. Sanmukhi Mudra y Maha Mudra son un ejemplo de este tipo de Mudra. Sanmukhi Mudra : En este Mudra los oídos están tapados con los pulgares y los codos se mantienen a la altura de los hombros. Los dedos índices y medio cubren suavemente los ojos. Los dedos anulares angostan las ventanillas de la nariz y los meñiques se ponen sobre el labio superior. Este Mudra es una práctica de Nada Yoga y se usa para escuchar sonidos interiores.

Sanmuki Mudra

Maha Mudra : Se recomienda permanecer en este Mudra un tiempo mínimo de dos minutos. Este Mudra tiene importantes beneficios en el plano fisiológico: Tonifica los órganos abdominales, los riñones y las glándulas suprarrenales. Las mujeres que sufren de prolapso uterino se benefician mucho pues empuja el útero a su posición normal. También beneficia a quienes sufren de hipertrofia de la próstrata.

Maha Mudra

En general los Mudras se practican en alguna postura clásica de meditación. Sin entrar en explicaciones detalladas, enunciaremos otros Mudras: Shambhavi Mudra: Fijación de los ojos bizcos en el entrecejo. Agohari Mudra: Fijación de la mirada en la punta de la nariz. Kechari Mudra: La punta de la lengua en el paladar blando. Ashvini Mudra: Contracción del esfínter anal. Vajroli Mudra: Contracción del sexo masculino. Sahajoli Mudra: Contracción del sexo femenino. Beneficios principales de los Mudras • Purifican los canales energéticos • Dirigen y conservan el Prana

• Activan los Chakras • Contribuyen al despertar del Kundalini • Proporcionan estabilidad emocional y mental • Inducen al estado de interiorización, concentración y meditación De los Mudras mencionados arriba, una breve descripción de la ejecución de Kechari Mudra, por ser bastante usado: 1. Siéntate en una postura de meditación 2. Enrosca la lengua hacia arriba y hacia atrás, de modo que la punta presione el paladar blando. Al comienzo la lengua se cansará, pero pronto te acostumbrarás. 3. Respira lenta y profundamente, idealmente utilizando la respiración Ujjayi. La presión de la lengua sobre el paladar blando tiene un efecto estimulante sobre el cerebro y las glándulas endocrinas. Ayuda a regular las funciones vitales del organismo. Induce asimismo a los estados de concentración y meditación. 449

En la práctica de Yoga los Mudras ocupan un lugar muy importante, pero se van incorporando gradualmente a medida que el alumno va avanzando. En los aspectos rituales del Tantra Yoga está la mayor cantidad de Mudras para activar y manejar energías dormidas. Por este motivo estas técnicas deben ser aprendidas con un instructor idóneo.

Hasta Mudra con Kali Ray Los Hasta Mudras provienen del Natya Shastra, un texto medieval que describe el arte dramático hindu, una mezcla de música, danza, lenguaje gestural y teatro que expresan diferentes estados de ánimo, sentimientos, emociones, etc.El público poco informado interpreta los Mudras simplemente como posturas manuales, pero hay Mudras de muy diferentes tipos. Algunos de los Mudras del Hatha Yoga, Kundalini Yoga y el Kriya Yoga son prácticas de meditación. Los Mudras nacen en la cultura tántrica que ha sido el substrato cultural de la India desde hace 7.000 años. En la literatura tántrica se atribuye al propio Shiva la difusión de los Mudras, más o menos, unos 100, de los cuales en el Hatha Yoga se utilizan unos 25. En este contexto hay diferentes tipos de Yoga Mudras:

mudras de la cabeza, mudras de las manos, mudras posturales, Mudras de cierre o Bhanda Mudras y Mudras del perineo. Los Hasta Mudras (Mudras de las manos) que he seleccionado para este artículo del libro de mi amigo Gustavo Ponce, se usan en un contexto devocional. Normalmente se enseñan uno por uno y luego como una secuencia, en la que un Mudra se transforma en el siguiente. También pueden ser mantenidos en cada lugar durante varias respiraciones. La posición de las manos en, o frente al cuerpo es importante para el flujo energético del Prana. En la secuencia que he preparado para esta ocasión, se indica claramente en qué parte debe ubicarse cada Hasta Mudra en particular. La respiración debe ser rítmica, idealmente la respiración natural diafragmática. Los ojos pueden451 estar abiertos con un enfoque relajado, o cerrados y la mente concentrada en Ajna Chakra. La postura del cuerpo debe ser relajada y la mente debe estar serena. Al describir los Mudras, he numerado los dedos para que se entienda mejor la explicación. El pulgar es el primer dedo, y el resto están enumerados a partir de ahí, siendo el meñique el número cinco. 1. Jnana Mudra: Las palmas hacia arriba o hacia abajo sobre las rodillas: Dedo #1 - Paramatman Dedo #2 - Atman El primer y segundo dedo se tocan suavemente. El primer dedo representa Paramatman y el segundo, Atman. Desde el tercero al quinto, representan respectivamente Sat, Chit y Ananda.

2. Anjali Mudra: Frente a Anahata Chakra. Manos juntas. La mano derecha representa el Yo externo y la izquierda, el Yo interno.

3. Pranidhana Mudra: Frente a Ajna Chakra, entre las cejas. Es como Anjali Mudra, con la excepción de que el segundo dedo está doblado hacia adentro. Este Mudra representa la entrega total al Yo interno.

4. Triguna Mudra: Frente a Manipura Chakra, el plexo solar. Similar a Pranidana Mudra excepto que la punta de los primeros dedos apuntan hacia abajo, lo que abre las manos. Los últimos tres dedos están bien abiertos. Triguna Mudra representa el equilibrio de los tres Gunas.

5. Padma Mudra: La base de las palmas en Anahata Chakra, corazón. El segundo dedo y la segunda punta de los dedos están colocados en una variación de Chin Mudra. Es similar a Jnana Mudra, excepto que los dedos no crean una posición circular. El segundo dedo es plano, desde la mitad hasta la punta superior. La parte interior de los primeros dedos, hasta la base de las palmas, se tocan. Los últimos tres dedos se abren graciosamente. Padma Mudra significa loto, el despertar de Anahata Chakra, la morada del Yo.

6. Kashi Mudra: Sobre Sahasrara Chakra, sobre la coronilla. Es como Padma Mudra, excepto que las manos se ponen sobre Sahasrara Chakra, con los antebrazos y codos juntos. Los codos se mantienen al nivel de los hombros. Kashi Mudra representa la iluminación de Sahasrara Chakra. 453

7. Devi Mudra: Entre Anahata y Vishudhi Chakra. Pon las manos en Anjali Mudra. Cruza los dedos número cuatro, de modo que los segundos dedos se puedan enroscar alrededor de los cuartos dedos. Entonces, las puntas de los dedos segundos descansan detrás de la parte superior de la articulación de los dedos terceros. La parte posterior de los dedos primeros descansan contra los dedos terceros, con las puntas en línea con la articulación del dedo tercero. La parte anterior del primer dedo apunta hacia delante. Devi Mudra representa energía cósmica, la diosa madre.

OTROS HASTA MUDRAS

Kali Ray (Kaliji) fundadora y creadora de Triyoga, un método que incluye todas las prácticas de Yoga conocidas. Ha publicado numerosos libros y videos. Hay

18 centros en el mundo donde se enseña su método. Viaja incesantemente difundiendo su particular forma de Yoga. Kaliji455 es discípula de Shri Ganapati Satchidananda, maestro de Nada Yoga (Yoga del sonido).

Bandhas En el cuarto libro de esta colección –Iyengar Yoga- hay una reseña completa sobre el tema de los Bandhas, las llaves energéticas. En los textos clásicos las prácticas de Mudras y Bandhas no estaban diferenciadas por lo que una misma técnica era considerada Mudra y otras veces Bandha. A partir de la sistematización del Hatha Yoga se diferenciaron los Mudras de los Bandhas. Los Bandhas son como compuertas internas dentro del cuerpo, que nos permiten regular el flujo de Prana o energía vital generada por las posturas y la respiración. Estas compuertas concentran la energía en diferentes puntos del cuerpo y la proyectan, desde la base de la columna hacia arriba por medio de una red de 72.000 canales energéticos que pertenecen a nuestro cuerpo energético, y que se conocen con el nombre de Nadis. Luego, nuestras células asimilan esta energía para equilibrar el sistema nervioso. Los Bandhas son herramientas de las que se sirven solamente las personas que practican Yoga. En otras disciplinas o en la vida cotidiana también son usados, pero no en forma consciente como en el Yoga. Los Bandhas no sólo distribuyen la energía, protegen y estabilizan la columna vertebral, sino que también contribuyen a aumentar la vitalidad general. Su uso debe ser aprendido bajo la dirección de un profesor experimentado. Bandha es una palabra sánscrita que significa “juntar, concentrar, sellar”. Todos los puntos del cuerpo donde la energía es atrapada y concentrada –Bandhastienen forma de arco. Los Bandhas más usados en Yoga son los que se forman en el arco de la planta de los pies (Pada Bandha); el arco de la pelvis con el diafragma pélvico (Mula Bandha); el arco de las costillas inferiores con el diafragma inferior torácico (Uddiyana Bandha); el arco de los huesos de las mandíbulas con el piso de la lengua (Jalandhara Bandha), y la palma de la mano (Hasta Bandha). En el caso del arco de la planta de los pies, es claro el efecto que produce en el resto del cuerpo: por un lado, la acción de la fuerza de

gravedad hace que los pies se “enraícen” en el suelo creando una fuerza de rebote o “Fuerza Normal de Newton”, y por el otro, para atrapar la energía dentro del arco, los músculos de la periferia de los pies deben concentrarse en el centro del arco. Esta doble acción de “enraizar” y de concentrar la energía en el centro, hace que suba hacia el resto del cuerpo. Los Bandhas, en consecuencia, distribuyen y conectan la energía entre las diferentes partes del cuerpo. La aplicación combinada de Mula, Uddiyana y Jalandhara Bandha se llama Maha Bandha o “gran sello”.

Aplicaciones prácticas del Hatha Yoga Algunas de las aplicaciones prácticas son: * Yoga para mujeres (incluyendo Yoga para la menstruación, embarazo y menopausia). * Yoga para niños * Yoga para el adulto mayor En este capítulo nos concentraremos en el Yoga para niños y Yoga para el adulto mayor. El libro Nº 10 de esta colección está dedicado a la mujer.

Yoga para niños

459 2002 Gustavo con su hijo Tin Tin

La obesidad y la obesidad mórbida ya no afectan solamente a los adultos. La comida “chatarra”, largas horas de inmovilidad frente al televisor o en los juegos de Internet, sumado al hecho de que se los lleva en auto a todas partes, están haciendo de nuestros niños seres con una propensión hacia enfermedades de todo tipo, sin descartar las sicológicas. Los problemas posturales que comienzan a tener a temprana edad, serán la causa de problemas osteoarticulares, fisiológicos e incluso mentales cuando lleguen a la edad adulta. Los niños, a partir de los 6 o 7 años pueden iniciar la práctica de Yoga, sin importar sus habilidades físicas y aunque ya hayan perdido la flexibilidad que tenían cuando bebés. En la India tradicionalmente se inicia a los niños en el Yoga a la edad de 8 años y se les empieza enseñando básicamente tres técnicas para equilibrar los tres niveles: físico (Suryanamaskar); emocional (Gayatri Mantra); y mental (Nadi Shodana Pranayama). El Yoga puede ser un excelente complemento para los deportes competitivos, pues les dará mucha tranquilidad y seguridad en ellos mismos antes de las competencias. Las posturas que hacen los niños son las mismas que hacen los adultos. La diferencia está en que el instructor las modifica de acuerdo a las necesidades de sus alumnos, en términos de edad, temperamento, flexibilidad, fuerza, etc. Es una de las pocas formas de ejercicio que padres e hijos pueden practicar juntos.

Xime Ponce

La actividad física es natural en los niños y vital para su sano desarrollo. Desgraciadamente llevamos vidas más sedentarias que las de nuestros padres y abuelos y es cada vez más difícil para algunos niños hacer ejercicios en una forma natural, sana y divertida. El Yoga trabaja sobre todo el cuerpo. Promueve fuerza y flexibilidad, buena coordinación y postura. Los ejercicios de Yoga no son competitivos y los niños los disfrutan enormemente. Les enseña a relajarse, a concentrarse, a saber como estar tranquilos. Los cuerpos están hechos para moverse: necesitamos movernos para estar sanos, para que nuestras articulaciones funcionen adecuadamente, para que nuestra circulación fluya y que nuestra digestión trabaje eficientemente. Esto es aplicable tanto a niños como adultos. Pero los niños de hoy, especialmente aquellos que viven en ciudades, son mucho menos activos que antes. El sentido común del cuerpo Los niños necesitan ejercicio, pero pocas personas saben que realizar ejercicios equivocados es tan dañino o más, que no hacer ningún ejercicio. Muchos padres empujan a sus hijos a hacer ejercicios demasiados vigorosos y competitivos, sin darse cuenta de los problemas que se pueden presentar a largo plazo. En la etapa de crecimiento, los huesos son blandos y vulnerables. Algunas formas de danza y de gimnasia que hacen trabajar fuerte a los niños en esta etapa pueden ocasionar en el futuro problemas en las caderas y columna, sin mencionar la posibilidad de artritis. Correr es sin duda un ejercicio maravilloso, pero correr con hombros caídos, o pie plano, puede en el largo plazo, ser más perjudicial que beneficioso.

Alice Ponce

La educación física y los deportes en los colegios tienen un fuerte componente

competitivo. El “desarrollo de la personalidad” en estas actividades es considerado más importante que aprender a mantener el cuerpo sano para toda la vida. A menudo vemos en los juegos olímpicos a niños que literalmente “se queman” a muy temprana edad y a otros, menos talentosos, forzados a participar en juegos de equipo. 461

El Yoga ayuda a los niños desde una temprana edad, a comprender como trabaja el cuerpo. Les ayuda a desarrollar ese sentido común del cuerpo, la base para construir una vida significativa. Como los niños tienen dificultades en mantener la concentración durante largo rato, la enseñanza debe ser entretenida y divertida. Las posturas que les enseñamos a los niños han sido pensadas teniendo en cuenta también sus los patrones de vida: son suaves, no son para exhibición ni son competitivos. Pueden ser practicados al mismo tiempo por niños de edades y capacidades físicas diferentes, sin que ninguno se sienta inferior o inadecuado. No se trata de conseguir la postura perfecta, más bien hacer las posturas adecuadas para el cuerpo del niño. Las posturas se mantienen sólo algunos segundos. No hay que congelar a los niños en posiciones inconfortables. La clase no debe durar más de una hora y los últimos 10 minutos se dedican a hacer algo tranquilo. Los adultos usualmente practican todos los días, pero para los niños basta con una o dos veces a la semana. Los adolescentes estresados se benefician mucho practicando todos los días, aunque sólo sea durante 15 minutos.

Alice Ponce

Yoga para el adulto mayor

En hombres y mujeres normales en buenas condiciones de nutrición, se produce aproximadamente a partir de los 35 años, y especialmente en las mujeres, una disminución del contenido mineral de los huesos de uno por ciento al año, al igual que su masa. Arquitectónicamente, la estructura ósea cambia poco, pero es menos densa. Cuando este fenómeno comienza a producirse, se lo llama osteoporosis, cuyo significado literal es huesos porosos, una amenaza en ciernes que se potencia en las mujeres sedentarias en edad perimenopáusica con un consumo inadecuado de calcio. La osteoporosis genera dolores, fracturas y deformidades. El ejercicio sostenido y disciplinado ayuda a prevenir el debilitamiento 463del esqueleto durante el

envejecimiento. Las mujeres, en especial después de la menopausia, tienden a experimentar un mayor debilitamiento de sus huesos y son en consecuencia quienes más se benefician con el ejercicio, sobretodo si son ejercicios Yóguicos. El ejercicio es en definitiva lo más efec- tivo para mantener y mejorar las estructuras óseas. También es importante en este proceso la vitamina D, que se activa en los riñones y en la piel bajo exposición solar facilitando la formación

de depósitos de calcio que dan consistencia a los huesos. No hay duda que la osteoporosis afecta mayormente a las mujeres, pero los hombres no se escapan: Acabo de leer en el Mercurio que el 13% de los hombres que sufren una fractura a la cadera fallece en el transcurso de un mes, sobretodo por complicaciones cardiovasculares y neurológicas. Así de frágil es la situación masculina frente a la osteoporosis. Independientemente del sexo y de la edad, los niños y adultos que mantienen una vida activa tienen mucha más masa ósea que sus contrapartes sedentarios. A pesar del avance de la medicina todavía el hombre no tiene control sobre su proceso de envejecimiento. Es inevitable. Incluso aquellas personas que han sido sanas todas sus vidas pueden comprobar el deterioro lento e inexorable de sus cuerpos. ¿Qué es envejecimiento? Es la menor capacidad de las células y de los diferentes sistemas del cuerpo para reaccionar. ¿Qué le sucede al cuerpo a medida que envejecemos? • Células: Poca capacidad para deshacerse de los radicales libres. La retención de radicales libres dentro del organismo es tóxico para el cuerpo. Los antioxidantes tratan de contrarrestar los radicales libres y desaceleran el proceso de envejecimiento. El envejecimiento de las células está asociado con una disminución de la síntesis de las proteínas y proliferación de las células, lo que afecta la producción de antioxidantes. • Sistema cardiovascular: El músculo cardíaco comienza a atrofiarse con la edad. Las arterias coronarias se bloquean reduciéndose la cantidad de sangre que puede pasar por ellas, lo que puede conducir a un ataque al corazón. Todos los vasos sanguíneos del cuerpo comienzan a degenerarse, especialmente los del corazón y cerebro. La reducción intramuscular de la sangre conduce a dificultades y dolores al caminar. • Sistema respiratorio: Las paredes internas de la nariz experimentan una disminución de sangre que provoca sequedad en la nariz y formación de costras. La reducción de la elasticidad de los tejidos de los pulmones hace más difícil el respirar, con lo que disminuye la capacidad vital de la persona al robarle su energía. • Sistema digestivo: La atrofia de las glándulas salivares conduce a una menor

salivación, sequedad de la boca y una digestión irregular. Ulceras bucales, inflamación de la lengua, disminución de la capacidad de degustación. Es común también la pérdida de dientes debido al debilitamiento del tejido de las encías. La reducción de la movilidad del esófago hace difícil tragar y prolonga la actividad peristáltica. Como la secreción de ácidos se reduce, el estómago es invadido por organismos patógenos que generan gastritis, hinchamiento, eructos y mucha formación de gases. Las células del hígado no pueden cumplir su función de desintoxicación. La poca capacidad de tolerar los carbohidratos y la glucosa se debe al envejecimiento del páncreas y de sus células. La vesícula se comienza a atrofiar y hace que la excreción de la bilis sea irregular lo que conduce a la for- mación de cálculos. La eliminación de los excrementos se hace también más difícil, aumentan las toxinas en el colon aumentando el riesgo de cáncer. El esfínter anal se debilita y es frecuente la aparición de hemorroides y fisuras. • Metabolismo: Con la edad, el ritmo metabólico decrece, lo que es agravado por la mala absorción de los alimentos. • Sistema renal: La vejiga sufre de poco tono y su capacidad disminuye. El goteo de la orina es común, las infecciones urinarias aumentan, la próstata crece presionando la uretra, lo que muchas veces conduce al quirófano. En el caso de las mujeres, después de la menopausia hay una tendencia al prolapso de la vejiga debido al debilitamiento de sus tejidos. • Sistema nervioso: Las células del cerebro no pueden regenerarse como antes y su eficiencia se ve disminuida. La entrega de nutrientes y oxígeno se ve también reducida debido al debilitamiento del corazón, lo que afecta el funcionamiento del cerebro. Lo mismo ocurre con otras áreas del sistema nervioso. El aumento de toxinas en las neuronas causa variadas enfermedades. Las funciones intelectuales de la mente sufren. El número de horas de sueño decrece y es notoria la pérdida de memoria. 465

• Vista, oído y olfato: Empeoran debido a que la sangre a estos órganoss disminuye. • Sistema endocrino: Las glándulas funcionan menos eficientemente y la respuesta a cualquier forma de estrés físico o mental es más débil. Las glándulas son muy importantes para una óptima actividad metabólica, siendo una de las

más importantes la tiroides. Su hipo-funcionamiento es común en la vejez. Otras glándulas que dejan de funcionar adecuadamente son la pituitaria y las adrenales. La disminución de su actividad, sumada a una disminución general de energía, nos hace propensos a las infecciones. • Músculos, huesos y articulaciones: La masa muscular decrece y una razón importante es la falta de ejercicio. La falta de flexibilidad en las articulacio- nes resulta en artritis. La disminución de agua en los discos hace perder elasticidad, acorta la columna vertebral y causa rigidez en las estructuras asociadas (ligamentos y músculos) y una mayor incidencia en las fracturas de huesos. El contenido de minerales en los huesos también disminuye debido a la mala absorción de los alimentos, falta de ejercicio, y en las mujeres, la menopausia. La osteoporosis es común en las mujeres de edad, y se asocia con fracturas de huesos y caderas.

Clase Seniors en el Yogashala

En resumen: No hay medicina que pueda impedir que nuestros sistemas fallen cuando nos ponemos viejos. Sólo el ejercicio y una dieta sana pueden ayudarnos a llevar mejor el peso de los años. Es cierto que algunas personas no han hecho un sólo ejercicio en sus vidas y sin embargo viven muchísimo tiempo, pero la calidad de vida de estas personas no siempre es tan buena como uno desearía. Vivir no es tan importante como vivir bien. Gozar de buena salud durante toda la vida es mucho más significativo. Sólo los ejercicios Yóguicos pueden preservar la salud “celularmente” hablando. No son agresivos ni tienen efectos secundarios. Durante la práctica del Yoga y la relajación guiada propia del Yoga, la mente controla la producción de radicales libres. Si hay demasiado estrés en la mente, el cuerpo sufre. Si la mente no es usada, el cuerpo asimila los radicales. Una mente sana optimiza la producción de radicales libres y su descarte. El envejecimiento no es sólo físico; también es psicológico. No es necesario ser viejo para que la mente se debilite. De acuerdo al Yoga si la manera de pensar de una persona se rigidiza, el proceso de envejecimiento ya comenzó. La persona sabia aprende a adaptarse a las situaciones cambiantes, como el bambú que se dobla con el viento sin quebrarse. Sólo el roble se mantiene firme e inflexible, y por lo tanto se daña. El Yoga dice que la edad solo afecta el cuerpo, no afecta el ser interior. El ser interior no envejece si eliminamos el sufrimiento de nuestra forma de vivir, si entendemos el verdadero propósito de la existencia y si tenemos una razón para estar vivos. Envejecer con gracia es un arte, un arte que puede ser practicado por todos. La persona que empieza a practicar Yoga cuando ya pertenece a la categoría de adulto mayor, no solo ganará salud y felicidad, pero también una renovada frescura de mente, puesto que el Yoga nos da una perspectiva diferente de la vida y nos permite proyectarnos positivamente hacia el futuro, en lugar de quedarnos mirando hacia el pasado ya perdido. Yoga es un nuevo renacer que nos enseña a enfrentar la muerte en paz y sin aprehensiones. En el Yogashala tímida, pero sostenidamente ha aumentado el número de 467 “seniors” (más de 60 años). Ellos han podido comprobar los innegables beneficios del Yoga. Por supuesto cualquier ejercicio (físico y mental) tiene el efecto

de retardar el envejecimiento, sin embargo la mayoría de los ejercicios agota las reservas de células, en cambio el Yoga energiza el cuerpo sin producir efectos adversos.

¿Que edad tienes? Deepak Chopra, en su libro “Ageless Body, Tímeles Mind”, sugiere que antes de responder la pregunta título de este capítulo, hay que detenerse un momento a considerar primero de qué tipo de edad estamos hablando. Según Chopra hay tres tipos de edad: Cronológica, es decir, cuántos años tienes de acuerdo al calendario, Biológica, es decir, cuán viejo es tu cuerpo celularmente hablando, y Sicológica, es decir, cuán viejo te sientes. La edad cronológica es la menos confiable, pues hay personas jóve - nes según el calendario que tienen cuerpos como si fuesen realmente viejos y están plagados de enfermedades. Hay otras personas mayores, también según el calendario, que nunca se enferman y que tienen cuerpos saludables. Para saber realmente cuán viejo o cuán joven uno es, lo que importa es la edad biológica. Nos dice cómo el tiempo ha afectado nuestros órganos y tejidos en comparación con otras personas de una edad cronológica similar. Un corredor de maratones de cuarenta y cinco años puede tener los músculos de sus piernas, corazón y pulmones de una persona de veinte y cinco años, pero sus rodillas, riñones, vista y audición pueden estar envejeciendo rápidamente debido a estrés excesivo u otras causas. A medida que los años pasan se va formando una impronta original para cada persona. Cada órgano, célula y tejido envejece a su propio ritmo, independiente de los otros, lo que hace que la edad biológica sea mucho más compleja que la cronológica. Cuando uno es joven, sobretodo alrededor de los veinte años cuando el desarrollo muscular, el apetito sexual, los reflejos y otras funciones primarias alcanzan su máximo nivel, la mayor parte de la gente de esta edad es más o menos igual para un fisiólogo. Pero cuando uno llega a los setenta años no es posible comparar dos cuerpos de esa edad. Tu cuerpo será único pues reflejará lo que has hecho con él.

La edad biológica es difícil de medir, pues el proceso de envejecimiento se produce muy lentamente de modo que sus efectos fatales muy rara vez van a la par con aquellos de enfermedades de crecimiento rápido. El factor determinante parece ser el tercer tipo de edad, la sicológica, la más misteriosa y dueña de la clave para revertir el proceso de envejecimiento. Tomemos por ejemplo el caso de dos pacientes con el mismo tipo de cáncer, uno se recuperará simplemente por el deseo de vivir y el otro será consumido por la depresión y morirá. Se sabe que la edad biológica puede ser alterada mediante el ejercicio regular. Se sabe que el ejercicio regular hace bajar la presión sanguínea, el sobrepeso, el desequilibrio en el azúcar y la merma en la musculatura. Los geriatras afirman que aquellos adultos mayores que deciden adoptar una rutina que incluya ejercicios y cambio de hábitos puede agregar como promedio, diez años a la vida de esa persona. Tu cuerpo entonces, rejuvenece o envejece dependiendo de cómo lo trates. Tu tercera edad, la edad sicológica, es aún más flexible. Al igual que la edad biológica, es completamente personal. Es imposible que dos personas tengan la misma edad sicológica porque no pueden haber tenido exactamente las mismas experiencias en la vida. En lugar de responder a la pregunta “¿Qué edad tienes?” con un número, Deepak Chopra ofrece un gráfico que muestra con qué rapidez nuestras tres edades progresan. Toma de ejemplo a dos hombres de 50 años. A, recientemente divorciado sufre de depresión aguda, tiene una larga historia de sobrepeso y problemas al corazón; B, es felizmente casado, sano, optimista y satisfecho con su trabajo. EDAD CRONOLÓGICA A / B EDAD BIOLÓGICA B A B AEDAD SICOLÓGICA AÑOS 30 35 40 45 50 55 60

La verdadera edad de A y B se expresa así:469 Aún cuando A y B cronológicamente ambos tienen 50 años, A está bajo demasiadas influencias negativas de modo que su cuerpo es 10 años más viejo, biológicamente, y se está envejeciendo rápidamente; sicológicamente está en el mimo nivel que su edad cronológica, pero envejeciendo con rapidez. B, en cambio, es más joven, tanto biológica como sicológicamente. Su salud física y

mental indica que envejece lentamente y está rejuveneciendo sicológicamente. En el caso de A, todos los factores que lo hacen más viejos que su edad cronológica son reversibles. En diez años más el podría ser tan feliz, optimista y en buen estado físico como B. Factores positivos que retardan el envejecimiento: • Matrimonio feliz, o pareja estable • Trabajo satisfactorio • Sensación de felicidad • Habilidad para reírse con facilidad • Vida sexual satisfactoria • Rutina diaria regular • Rutina de trabajo regular • Tomar al menos una semana de vacaciones al año • Sensación de estar en control de su vida personal • Tener hobbies (aficiones) • Habilidad para expresar sentimientos con facilidad • Optimismo con respecto al futuro • Sentirse financieramente seguro Podemos decir también que la edad biológica está influenciada por la edad sicológica. ¿Qué personas tienen más posibilidades de llegar a los 100 años? Es cierto que hay muchas personas que simplemente vegetan, que no tienen un deseo especial por mantenerse vivos, que son rígidos en sus costumbres y que a pesar de esto, llegan a tener incluso más de 100 años. Sin embargo, los estudios científicos han demostrado que entre aquellas perso- nas que llegan a tener 100 años o más, las cualidades positivas de estas personas parecen ser determinantes, y tienen que ver cómo se adaptan mentalmente. Según los expertos, las personas con mejores chances de llegar a los 100 años son: 1. Los que responden creativamente a los cambios. 2. Los que están libres de ansiedad. La ansiedad es el enemigo número uno de la creatividad y la habilidad para improvisar. 3. La capacidad de integrar nuevas cosas en sus vidas. 4. Querer mantenerse vivos. La adaptabilidad mental, según Deepak Chopra puede ser medida respondiendo

el siguiente cuestionario: Si nada tiene que ver contigo 0 puntos Si a veces tiene que ver contigo 1 punto Si generalmente tiene que ver contigo 2 puntos Si casi siempre tiene que ver contigo 3 puntos 1. Cuando me veo confrontado con un problema y no sé como resolverlo, espero confiado a que la solución correcta surja por si sola. 2. Los eventos en mi vida ocurren a su propio tiempo. 3. Me siento optimista en relación a mi futuro. 4. Cuando alguien me rechaza, me duele, pero acepto que la decisión fue de esa persona. 5. Cuando se muere algún familiar o amigo la pena desaparece por sí misma y yo continúo con mis cosas sin tratar de recuperar lo que no se puede recuperar. 6. Me siento comprometido con ideales más grandes que mi propia persona. 7. Cuando discuto con alguien, defiendo mi posición, pero también puedo fácilmente entender la posición del otro lado. 8. Voto por la persona, no por el partido. 9. Dedico tiempo a causas justas, aún cuando no sean populares. 471

10. Se me considera un buen escuchador. No interrumpo a los otros cuando hablan. 11. Si alguien está fuertemente involucrado emocionalmente en algo, lo escucho sin emitir opinión alguna. 12. Si se me da a elegir entre un trabajo que paga bien, pero que es aburrido, y un trabajo que paga la mitad, pero que es entretenido y me gusta, tomo este último trabajo. 13. Mi estilo de trabajo con las personas que tengo a mi cargo es dejarlos que hagan lo que quieran en lugar de tenerlos totalmente controlados. Trato de interferir lo menos posible. 14. Me resulta fácil confiar en los otros. 15. No soy una persona inclinada a las preocupaciones. Los altos y bajos producidos por las diferentes situaciones me afectan menos que a otras. 16. En una situación competitiva, soy un buen perdedor. Diría “Buen juego”. No diría “No estaba en mi mejor momento”.

17. Estar en lo cierto en cada situación no es demasiado importante para mí. 18. Me siento cómodo jugando con niños pequeños; entro en sus mundos fácilmente. 19. No pienso demasiado en mis estados de humor. 20. Puedo fácilmente sentir lo que alguien está sintiendo. 21. La gente tranquila me hace sentir cómodo. La gente nerviosa no me pone nerviosa. Puntaje total: ____________

Evaluación de tu puntaje: 50 puntos o más: Eres una persona excepcionalmente adaptable que ha dedicado mucho tiempo a crecer. Eres requerido para consejos personales. Pones gran importancia en el hecho de permanecer cómodo bajo presión y listo para aceptar nuevos desafíos. Eres una persona que se precia de poder resolver bien los conflictos.

30-40 puntos: Te puedes adaptar razonablemente bien a los desafíos diarios, pero la cantidad de trabajo que has puesto en esta área es limitado. Eres el tipo de personas que otros consideran como de trato fácil, poco complicado. Pero, probablemente tienes más preocupaciones y pesares que los que te gustaría confesar. Los conflictos te amargan, y tiendes a caer bajo la influencia de personas con emociones más fuertes que las tuyas.

20-30 puntos: Tienes ideas bien definidas sobre lo que es correcto y lo que no es, y pones una alta prioridad en defender tus puntos de vista. Trabajar en tu crecimiento personal no ha sido hasta ahora la principal prioridad de tu vida. Eres probablemente una persona bien organizada y con metas claras. Si te encuentras en una situación conflictiva o de competencia, definitivamente quieres estar en el lado ganador.

Bajo 20 puntos: Has sido probablemente dominado por uno o ambos padres cuando niño. Temes

el rechazo y te pones muy crítico cuando la gente no está de acuerdo contigo. Tienes tu forma de hacer las cosas y no te agradan las sorpresas. Es probable también que seas obsesivo con el orden y tengas muchas preocupaciones escondidas, o al revés, que seas muy desorganizado y reacciones fuertemente cuando algo te ocurre.

El Saludo al Sol Una técnica de Hatha Yoga de revitalización solar Creo que no hay nada que pueda ilustrar mejor el concepto y sentido de Hatha Yoga, sobretodo para quien se inicia en Yoga, que Surya Namaskar, el saludo al sol. Para los niños es una extraordinaria herramienta para despertar su interés en Yoga, pues como es bastante difícil mantenerlos quietos e interesados, aprenden casi sin darse cuenta, la estrecha relación que existe entre movimiento y respiración, Asana y Pranayama. Su práctica regular va creando en ellos fuerza, resistencia, flexibilidad y también estabilidad física y mental. Surya, “sol”; Namaskar, “saludo”. Suryanamaskar, al ser una técnica de revitalización solar, tiene por objeto estimular, aumentar y hacer fluir dentro de nuestros cuerpos la energía solar, la parte “Ha” de Hatha Yoga, es decir, la energía Yang. Cada postura dentro de la secuencia del saludo, hace ya varios miles de años, fue cuidadosamente pensada para crear cierta condición energética. Una postura nos prepara para la siguiente, y así sucesivamente. En Adho Mukha Svanasana, normalmente nos mantenemos durante unas cuantas respiraciones Yóguicas completas para ir fijando en los Chakras la energía que vamos acu- mulando. Suryanamaskar fue posiblemente ideado con dos objetivos en mente: en primer lugar la salud física y mental, y en segundo, como preparación para despertar la energía latente en cada uno de nosotros para poder así, a través del cuerpo, abrirnos a un despertar espiritual. Sus beneficios sobrepasan a los obte- nidos por medio de la gimnasia u otras formas de ejercicios físicos. El saludo al sol potencia todas las actividades deportivas y otras formas de recreación física.

475 Adho Mukha Svanasana

El trabajo sobre la columna vertebral en el saludo al sol es importantísimo, pues la columna no sólo es el nexo entre el cerebro y el cuerpo, sino que es el conducto por el cual la energía fluye hacia todas las partes del cuerpo. Desde la base y a lo largo de la columna corren y se entrecruzan en cada uno de los Chakras, o centros energéticos, los Nadis, o canales del cuerpo sutil. Tres son los principales: Ida, Pingala y Sushumna. El primero está conectado con la ventanilla izquierda de la nariz; el segundo con la ventanilla derecha. Estos dos Nadis representan la dualidad existente en toda la naturaleza: vida-muerte, fríocalor, díanoche, etc. En Hatha Yoga se busca el equilibrio entre las energías que corren por estos dos Nadis y, cuando esto se logra, se activa el tercero, el más importante, Sushumna Nadi, que circula por el centro de la columna.

Nadis

El Pingala Nadi, asociado al sistema nervioso simpático, es el Nadi de la energía solar, el de la energía Yang. Este es el que se activa cuando hacemos el saludo al sol. Cuando lo hacemos lentamente -como en cámara lenta- activamos el Ida Nadi, el de la energía lunar, asociado al sistema nervioso parasimpático. Es evidente entonces que no da lo mismo hacer Suryanamaskar lentamente o a la velocidad normal. Recomendamos, en consecuencia, hacer de vez en cuando el saludo lentamente, manteniendo las posturas. Esta es una experiencia totalmente diferente. La mayoría de nosotros, sin embargo, necesitamos hacer una práctica más bien activa debido al estilo de vida sedentario que llevamos. El saludo al sol, dentro de la práctica de Yogasanas, es probablemente uno de los legados más extraordinarios de la antigua India al mundo: es fácil de aprender, calienta y energiza el cuerpo; calma la mente; desarrolla fuerza, fle- xibilidad, gracia, resistencia y coordinación; estimula los órganos abdominales, vitaliza la columna vertebral y prepara el cuerpo para una práctica intensa de Asanas. Si uno no dispone de mucho tiempo, basta con hacer unos cuantos saludos al sol cada día, de preferencia en la mañana al levantarse para mantenerse en excelente condición física y mental. Es muy importante establecer un ritmo respiratorio y permitir que el cuerpo simplemente siga ese ritmo. El método Iyengar está cambiando continuamente; cada vez que alguien regresa de Pune, cuenta que “ahora han incluído en el método tal o cual postura o técnica”, que no existía previamente. El saludo al sol, por ejemplo, se les enseñaba antiguamente sólo a los niños, pero ahora también se les enseña a los adultos, y como no existe una sóla forma de hacer Suryanamaskar, presentamos dos de ellas:

1) Saludo al Sol apropiado para niños y adultos mayores

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2) Saludo al Sol apropiado para niños y adultos jovenes

El saludo al sol, normalmente se repite doce veces, para simbolizar los doce nombres que tiene el dios Sol en la mitología hindú. Según algunas tradiciones, cada vez que se hace un saludo hay que mencionar cada uno de sus nombres. Hasta hace solo unos cuantos años atrás los días viernes en la tarde el profesor Iyengar solía hacer, para deleite de todos nosotros, 108 Viparita Chakrasana de corrido. Un verdadero espectáculo de coordinación, fuerza y belleza. Esta es una técnica aconsejada por el maestro para trabajar con adolescentes y personas que deseen estar en óptimas condiciones físicas. Los profesores la deberían incluir también en su práctica, por lo menos una vez a la semana, para dar el ejemplo. El número 108 en la tradición hindú tiene una connotación especial pues representa los 108 nombres de Dios.

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Beneficios del Hatha Yoga El Hatha Yoga además de desarrollar elasticidad, fuerza y tonicidad muscular, retarda el envejecimiento, mejora el funcionamiento de los órganos internos, da más energía, mejora la concentración y la memoria, desarrolla la voluntad y combate la depresión. Dependiendo del método de Hatha Yoga que se practique, algunos de ellos pueden producir dramáticos resultados en el acondicionamiento cardiovascular y respiratorio. Sus beneficios pueden ser apreciados incluso durante las primeras semanas de práctica diaria. Es imposible no detenerse a pensar en que esta ciencia que usa el cuerpo como instrumento, es un extraordinario medio para preservar y purificar también la mente. El doctor Francisco Soza, jefe de cirugía artroscópica del Hospital San Borja Arriarán y especialista en medicina deportiva explica que las posturas del Yoga hacen trabajar todos los grupos musculares del cuerpo, tonificándo- los y dándoles flexibilidad. Es por este motivo que muchas personas se acer- can al Yoga para mejorar su rendimiento en los deportes o bien, su apariencia. El doctor Soza dice que hay numerosos estudios científicos que demuestran los efectos positivos del Yoga en la disminución de la hipertensión arterial y que ciertas posturas ayudan a los pacientes post infarto a recuperarse más rápidamente. Agrega que los ejercicios de flexibilización y relajación del Yoga ayudan a estimular el sistema inmunológico, porque aumentan la oxigenación celular y mejoran la irrigación sanguínea, lo que beneficia todo el funcionamiento interno del organismo. Por su parte Ruth Weinstein, psicóloga clínica de la Universidad de Chile, recomienda el Yoga a las personas con baja auto estima o a quienes tienen problemas derivados de desordenes con la alimen481tación, depresión,

ansiedad y crisis de pánico. Aconseja también el Yoga a personas que están viviendo un duelo, o se sienten solas, y también a los adolescentes con adicciones. En general los beneficios sobre la salud del Hatha Yoga son el resul - tado de una práctica regular de Asanas, del control de la respiración, de las técnicas de relajación y limpieza interna del cuerpo, de una alimentación apropiada, de la meditación y de numerosas otras técnicas. Beneficios derivados de la práctica de posturas:

• Extiende, flexiona, rota o invierte la columna vertebral. • Estira y fortalece prácticamente todos los grupos musculares, incluyendo los músculos respiratorios. • Aumenta la presión intra-abdominal, afectando por lo tanto, la circulación hacia los órganos internos (en especial las posturas de suelo, las torsiones y las posturas de equilibrio). • Proporciona estimulación cardiovascular y respiratoria, especialmente cuando se hacen en forma aeróbica. • Comprime la glándula tiroides, por ejemplo el equilibrio sobre los hombros y similares. • Aumenta el retorno venoso de la sangre al corazón, por ejemplo el paro de cabeza y similares. • Aumenta la ventilación de los pulmones debido a la mayor duración y la profundidad de la inhalación y exhalación. • Ejerce presión en la región del perineo y rectal. Se puede inducir de estas observaciones que la práctica de Yoga, en general, produce favorables efectos fisiológicos y bioquímicos en la salud. Es posible que esta premisa haya servido de base para la creación de los dos primeros modernos institutos que seriamente se dedicaron en India a la investigación científica de la aplicación del Yoga para el tratamiento de enfer- medades, en especial las crónicas. Estos institutos son “TheYoga Institute of Santa Cruz” fundado por Shri Yogendra en 1918 en la ciudad de Bombay y el “Kaivalyadhama Shrinad Madhava Yoga Mandir Samiti”, fundado en 1921 por Swami Kuvalayananda, en la ciudad de Lonavla. Ambos institutos documentan un alto porcentaje de éxito no sólo en el tratamiento de problemas de orden músculo-esquelético, sino que también en la constipación, dispepsia, dolores de cabeza, hemorroides, enfermedades cardiovasculares, neuralgias, diabetes, asma, obesidad, esterilidad e impotencia. Durante los últimos 60 años se ha hecho mucha investigación científica sobre Yoga en India, y en las últimas décadas también en Estados Unidos, Inglaterra, Dinamarca, Francia, Alemania, Rusia y muchos otros países. A continuación, algunos de los beneficios reportados en diversas publicaciones especializadas: Beneficios fisiológicos: • Se equilibra el sistema nervioso autónomo (con tendencia hacia un predominio del sistema nervioso parasimpático).

• Promueve la reducción de peso. • Mejora la postura. • Mejora la flexibilidad músculo-esquelética y el rango de movimiento de las articulaciones. • Mejora la actividad excretora. • Se normalizan las funciones endocrinas. • Se normalizan las funciones gastrointestinales. • Hace dormir mejor. • Reduce el ritmo de la respiración. • Reduce la actividad cardiaca. • Reduce la talla de la cintura. • Aumenta la talla del pecho. • Aumenta la resistencia. • Aumenta la fuerza y la capacidad de recuperación. • Mejora el sistema inmunológico. • Aumenta el nivel de energía. • Aumenta la capacidad vital de los pulmones. • Estabiliza, fortalece y prolonga la actividad alfa del EEG (Electro encefalograma, es decir la actividad eléctrica del cerebro.) • Aumenta y estabiliza la resistencia galvánica de la piel. • Disminuye la tensión muscular durante el descanso. Beneficios sicológicos: • Se agudiza la conciencia corporal.483 • Disminuye la ansiedad y la depresión. • Aumenta la habilidad para resolver conflictos. • Mejora la auto-estima. • Regula desórdenes emocionales. • Disminuye la irritabilidad y el cansancio mental. • Mejora la memoria. • Ayuda a eliminar la dependencia de las drogas, alcohol y cigarrillo. Mejo ran también las funciones sicomotoras como el equilibrio, la coordinación ojomano, el pulso y el funcionamiento general de las diferentes partes del cuerpo. Desde el punto de vista cognitivo, también mejora el aprendizaje, la atención y la concentración. Beneficios bioquímicos:

• Disminuye el colesterol y el azúcar en la sangre. • Aumenta las proteínas de suero. • Aumenta los niveles de plasmáticos de testosterona. • Aumenta los niveles de hemoglobina y hematocrito en la sangre. • Disminuye el PH de la sangre y el nivel del lactato arterial. • Aumenta la vitamina C. • Al mejorar el perfil bioquímico general se produce un efecto anti-estresante y anti-oxidante, muy importante para prevenir enfermedades degenerativas. Beneficios médicos: El Yoga ha sido utilizado con gran éxito como terapia primaria o como terapia complementaria en los siguientes casos: • Obesidad. • Hipertensión. • Angina (dolor al pecho) debido a la isquemia (falta de oxígeno al músculo • del corazón). • Asma bronquial. • Diabetes. • Enfermedades crónicas a los pulmones. • Dolores de cabeza. • Dolores de estómago. • Tabaquismo. ¿Cómo beneficia el Yoga nuestros órganos y sistemas? Corazón • Los nervios cardíacos descansan. • Las Asanas masajean el corazón y regulan la presión sanguínea. Circulación • Mejora notablemente. • Según la postura el torrente sanguíneo puede ser cambiado en cualquier dirección. • Las arterias y venas se mantienen blandas y elásticas. Pulmones • Aumento de la capacidad pulmonar. No nos quedamos sin aliento y se

• mantiene la elasticidad de las células de los pulmones. • Las posturas activan cada parte de los pulmones. • El Yoga estabiliza los nervios simpático y parasimpático, asegurando un óptimo funcionamiento de los pasos de aire. • Mayor absorción de oxígeno • Los pulmones se fortalecen quedando menos expuestos a los cambios de clima. Sistema gastrointestinal • Los órganos abdominales son masajeados. • Las secreciones digestivas pueden aumentar o disminuir. 485

Riñones • Se regula la función de los riñones, debido al masaje que reciben. • La función muscular de la vejiga se mantiene en buenas condiciones. Sistema endocrino • No hay vaciamiento de hormonas como en los test de resistencia. • Las posturas invertidas tienen un efecto especial sobre la glándula pituitaria, tiroides y paratiroides. • Las posturas hacia atrás tienen efectos directos sobre las funciones de los ovarios y de la pituitaria simultáneamente. • Las posturas hacia delante estimulan la mente y las glándulas suprarrenales. Sistema nervioso • El Yoga es una de las pocas formas de ejercicio que no produce estrés. • Como las glándulas suprarrenales y el sistema nervioso están conectados, se potencian las hormonas. • Con el Yoga se puede lograr un control voluntario del sistema autónomo. Sistema locomotor • No hay desgaste. • Articulaciones, ligamentos y músculos se mantienen blandos y flexibles. • El rango de movimiento aumenta enormemente con la práctica de Yoga. • No se produce fatiga química en los músculos. Los huesos se mantienen sanos y firmes, incluso en edades verdaderamente avanzadas.

Cada día son más y más los médicos que recomiendan “cambios en el estilo de vida” de sus pacientes, dietas vegetarianas, técnicas para reducir el estrés y ejercicios aeróbicos para prevenir y curar enfermedades. A juzgar por los textos clásicos, el Yoga ya hacía estas recomendaciones hace algunos milenios. Es de esperar que la ciencia médica occidental siga involucrándose en esta área y que ayude a definir claramente el espectro de enfermedades que pueden ser efectivamente curadas, aliviadas, o prevenidas con la práctica de Yoga. Quien desee familiarizarse con los beneficios y los efectos que una postura particular puede tener en el organismo o en la mente, puede consultar textos como “Light on Yoga” de B.K.S. Iyengar o “Integral Yoga” de Swami Satchidananda, dos obras muy respetadas como libros de referencia.

Hatha Yoga comparado con ejercicio convencional EJERCICIO CONVENCIONAL • Predominio del sistema nervioso simpático • Predominio de las zonas corticales del cerebro • Movimientos rápidos y generalmente forzados • Mayor riesgo de lesionarse • En general, moderado a alto consumo de calorías • Se presta poca atención a la respiración • Fatiga (la respiración se agita) • Es competitivo y está orientado hacia una meta • Actividad desequilibrada de grupos opuestos de músculos • Se da mayor importancia a los músculos externos • La conciencia es hacia afuera (llegar a la meta, saltar a tal altura) • Importante factor de aburrimiento • No se presta demasiada atención a la columna. HATHA YOGA • Predominio del sistema nervioso parasimpático

• Predominio de la región sub-cortical del cerebro • Movimientos dinámicos lentos y posturas estáticas • Bajo riesgo de lesiones a músculos y ligamentos • En general, bajo consumo de calorías • Se presta constante atención a la respiración489 • Energiza (la respiración es natural o controlada) • No es competitivo y está orientado al proceso mismo • Actividad equilibrada de grupos opuestos de músculos • Se da mayor importancia a órganos internos y nervios que a la muscula tura externa • La toma de conciencia es interna • La columna vertebral es la base de todos los ejercicios y la conciencia está constantemente en cómo se dobla: hacia delante, atrás, torsión, etc. Se tiene conciencia de que el ejercicio de la columna influencia el sistema nervioso, porque su tronco emana de la columna. En Yoga se dice que “una columna rígida es sinónimo de vejez”. • Ilimitadas posibilidades de crecer internamente El Yoga es una herramienta cuya práctica podemos continuar hasta cualquier edad; no tiene rival con otras formas de utilización del cuerpo, a excepción de la natación. Todos los deportes en general tienen un lado positivo y uno negativo. El positivo es que son buenos para el cuerpo; el negativo es que lo pueden dañar. Por ejemplo en deportes competitivos como el fútbol y el tenis, el daño al cuerpo es innegable y cuando el deportista llega a la edad de treinta años, es considerado viejo para continuar jugando competitivamente. Los bailarines sufren un daño menor y pueden continuar hasta los cincuenta o sesenta años, en cambio las personas que hacen Yoga pueden continuar hasta el último aliento. Como trabajo físico el Yoga hace posible que el cuerpo obtenga un gran rango de movimientos: hacia delante, hacia atrás, hacia los lados, torsiones y otras variaciones posibles en las que el cuerpo trabaja desde su centro hacia la periferia, desde la estructura ósea hacia la muscular. Lo que se mueve desde la periferia hacia el centro es duro para el cuerpo. Por ejemplo cuando tenemos dolor de estómago, nos doblamos haciéndonos pequeños, alejándonos de la periferia hacia el centro; por otro lado, cuando estamos felices riéndonos, abrimos el cuerpo desde el centro hacia la periferia. Desde este punto de vista, el Yoga es extremadamente beneficioso.

Fisiologia Yóguica versus fisiologia convencional FISIOLOGÍA YÓGUICA VS FISIOLOGÍA CONVENCIONAL Chakra de la coronilla Intuición, espiritualidad, sabiduría. Chakra del entrecejo Sentidos, intuición, telepatía, meditación, comprensión profunda, clarividencia. Chakra de la garganta Eter, auto expresión, energía, resistencia, creatividad. Chakra del corazón Aire, compasión, amor hacia los otros. Altruismo. Chakra del ombligo Fuego, poder personal, almacenamiento de la fuerza vital. Chakra del sacro Agua, energía sexual. Chakra de la raíz Tierra, las extremidades inferiores. Cerebro Gatilla la reacción de relajación. Glándula Pituitaria Podría enviar señales a las glándulas de que secreten menos hormonas estresantes. Glándula Tiroides Podría enviar señales para que secreten menos hormonas metabólicas. Corazón Fortalece el sistema circulatorio;baja la presión sanguínea. Pulmones Mejora la respiración profunda. Glándulas Adrenales Podría desactivar la respuesta de estrés suprimiendo adrenalina. Riñones Promueve el drenaje de desper LO MÍSTICO Para conseguir la iluminación y tener buena salud es necesario que la energía vital fluya libremente (Prana) y que los siete principales chakras (vórtices energéticos) estén alineados. (Un octavo chakra, o aura, rodea y engloba los otros siete). Los tres Chakras inferiores se ocupan de las necesidades físicas del cuerpo, en tanto que los Chakras superiores están asociados con el campo espiritual. dicios desde el sistema linfático

Organos reproductivos Podría influenciar la secresión de hormonas sexuales. Musculatura LO CIENTÍFICO Se ha demostrado que los ejercicios respiratorios hacen disminuir la presión sanguínea y bajan los niveles de las hormonas que causan estrés. El elongamiento del cuerpo por medio 491 de las posturas promueve un mejor drenaje de los vasos linfáticos, el sistema que tiene el cuerpo para deshacerse de sus desechos. Mantener las posturas podría desarrollar tono muscular, que realza el bienestar físico y protege las delicadas articulaciones contra lesiones.

El cuerpo humano y su energía vital Por Daisaku Ikeda

Daisaku Ikeda, actual presidente de la rama laica de Sooka Gakkai, una

organización budista japonesa, en su libro Seimei wo Kataru (Hablando sobre la vida) nos presenta su visión sobre un tema de la mayor importancia en Yoga: Prana = energía vital. Daisaku Ikeda dice: ¿Dónde reside la vida humana? La pregunta al parecer simple y directa, es difícil de contestar. Cualquier niño puede decir dónde tiene el corazón o el cerebro, pero si se le pregunta dónde está la vida debe detenerse a pensar. Lo mismo pasa, por cierto, a los que no somos niños. Sin embargo, ésta es una de las cuestiones básicas de la vida y la más relacionada con nuestro sentido personal de la realidad. Alexis Carrel (1873-1944), que recibió el Premio Nobel de Fisiología en medicina en 1912, comentaba en La Incognita del Hombre: “En realidad, nuestra ignorancia es profunda. Casi todas las preguntas que se plantean quienes estudian los seres humanos permanecen sin respuesta. En nuestro mundo interior hay inmensas regiones aún desconocidas”. Carrel agregaba: “Si Galileo, Newton o Lavoisier hubieran aplicado su potencia intelectual al estudio del cuerpo y la conciencia probablemente viviríamos hoy en un mundo diferente”. En general caemos en el engaño de creer que nos conocemos, pero Carrel tiene razón al sugerir que el conocimiento de nosotros mismos es el más493 deficiente de todos. Pocos de nosotros comprendemos el delicado equilibrio que nuestro cuerpo mantiene, por no mencionar la fuente de nuestros sentimientos y deseos. Sin embargo, sin saber estas cosas no podemos dar una respuesta sensata a la pregunta: “¿Dónde reside la vida humana?” Siendo así las cosas, resulta cuestionable que estemos en situación de llevar una vida plena o de abrir un sendero a la felicidad humana, en el sentido en que Carrel lo proponía. En mi opinión, comprender la propia vida es una condición necesaria para llevar una vida plena y feliz. Si intentamos analizar la vida humana en términos más prácticos, podemos comenzar por el hecho de que el cuerpo humano, que lleva a cabo las funciones vitales, está compuesto de materia. Los análisis químicos demuestran que el cuerpo está compuesto de células, las cuales, a su vez, están hechas de componentes tales como moléculas de ácido desoxirribunucleico (ADN) y proteínas. También éstos pueden descomponerse en carbono, nitrógeno y otros

elementos que se encuentran en todo el universo. No hay en el cuerpo humano elementos que no existan en todas partes. Empero, aún cuando los elementos en los que se puede descomponer un cuerpo no difieran de los elementos hallados en la mate- ria inorgánica o la maquinaria, las funciones realizadas por el cuerpo humano lo diferencian por completo hasta de las más complicadas computadoras o máquinas de precisión. Un ser humano tiene en sí unos cinco mil millones de partículas de ADN que le dan una enorme cantidad de información heredada. Estas partículas son tantas que nadie podría utilizar toda esa información en una sola vida; se piensa que la mayor parte de los hombres utiliza sólo una pequeña fracción de ella. La información trasmitida por los genes de ADN se podría identificar con lo que Jung consideraba la sabiduría y la experiencia acumuladas de la humanidad. Como ejemplo de sabiduría acumulada, es posible que la generalizada repulsión de los seres humanos hacia las serpientes sea el recuerdo heredado de una era prehistórica en que debimos luchar contra los reptiles por el dominio de la Tierra. La información trasmitida por los genes permanece en su mayor parte, sin usar. Aún en los genios más notables, cuando menos dos terceras partes del cerebro permanecen en estado latente durante toda la vida. Una vida no basta para emplear todo el potencial del cerebro. Si en verdad se lo utilizara a pleno, la gente poseería una capacidad intelectual mucho mayor que la actual. Esto se parece mucho a decir que en la vida humana hay potencialidades ilimitadas. No debemos olvidar que el hombre está dotado por la naturaleza de la capacidad del bien y el mal. Puede llegar a ser verdaderamente sabio o astuto y malvado. Aún si pudiéramos utilizar plenamente nuestra información innata, quedaría en pie la cuestión de utilizarla para buenos o malos propósitos. El cuerpo humano se compone de unos sesenta billones de células que realizan una multitud de funciones que pueden abrumar la imaginación. Normalmente sólo tenemos conciencia de una pequeñísima parte de los procesos que se cumplen en nuestro interior. Tan sólo en el hígado se llevan a cabo unos doscientos tipos de de actividades para la detoxificación y el metabolismo; si las células del hígado no realizan esas funciones adecuadamente, no sólo el cuerpo, sino también la mente pueden resultar perturbados. Un metabolismo deficiente en cobre o aminoácidos, por ejemplo, puede provocar sonambulismo o alucinaciones.

El hígado no es nada comparado con el cerebro, donde existen unos veinte millones de células en acción más o menos constante, las cuales nos capacitan para calcular, recordar, pensar y tomar decisiones. En el adulto normal todas estas actividades se realizan dentro de una masa gris de tejido nervioso circunvolucionado que pesa alrededor de mil quinientos gramos. Si se construyera una computadora capaz de reproducir todas las funciones del cerebro con las técnicas disponibles en la actualidad, cubriría toda la superficie de la Tierra. Que funcionara o no, es otra cuestión. El cuerpo humano contiene un pasmoso despliegue de maravillas estadísticas. La longitud total de los vasos circulatorios de un adulto por ejemplo, es de unos noventa y seis mil kilómetros, lo cual duplica sobradamente, la circunferencia de la Tierra. Para respirar utilizamos unos trescientos millones de células pulmonares. Lo más maravilloso de todo es la armonía en que trabajan todas estas células y órganos a fin de producir un ser viviente dotado de mente creativa propia. Sin duda, es esa misteriosa potencia unificada la que ha llevado a casi todos los pensadores a rechazar la idea del cuerpo como una máquina, para aferrarse en cambio, a la teoría de una fuerza, de una energía vital: algo cuya presencia dentro del cuerpo le da vida y cuya ausencia representa la muerte. Es esta fuerza la que, entre otras cosas, armoniza las partes del cuerpo y permite al hombre absorver del exterior lo necesario para mantener la vida. Esta energia vital, activa y positiva, existente dentro del cuerpo, es la esencia fundamental de la vida y forma una sola cosa con la energía vital del universo. Esta idea recibe sorprendente apoyo de dos fenómenos fisiológicos. Uno 495 es la capacidad del cuerpo de renovarse y, bajo ciertas circunstancias, de curarse a sí mismo. El otro es el proceso de inmunización. La capacidad autorregenadora del cuerpo no se limita en absoluto al hombre. Por el contrario, se presenta en forma más dramática en las formas inferiores de vida. Si se corta la cola a una lagartija volverá a crecer; lo mismo se observa en muchos otros animales. A los humanos, por supuesto, no les brotan miembros nuevos para reemplazar los amputados, pero si se extrae no más de un tercio del hígado humano, éste vuelve a crecer. Más importante aún: si uno se corta, se forman nuevos grupos de células, llamadas gránulos, para cerrar la herida. Toda la práctica de la cirugía depende de este fenómeno. Se ha comprobado que los elementos materiales del cuerpo se renuevan constantemente. Si se inyecta a los seres humanos el isótopo radiactivo de sodio,

en cinco segundos se esparce por el corazón, los pulmones y todo el sistema circulatorio, pero después de apenas setenta y cinco segundos comienza a emerger en la transpiración. Un mes más tarde, hasta la porción del producto que ha entrado en los huesos y los dientes es expulsado.

Más o menos la mitad de la proteína del higado se renueva cada dos semanas; la

del tejido muscular se cambia completamente cada cuatro meses. Lo mismo sucede con la actividad espiritual o mental. Todos sabemos que una idea o un pensamiento pueden flotar en la mente conciente por un momento, para desaparecer luego en alguna parte del subconciente. Dentro de nuestro cuerpo, materia y mente se convierten en dos aspectos de la misma entidad que funcionan inseparablemente juntos, expresan nuestra forma propia de fusión e interacción entre la ley física y espiritual de la vida. En la corriente sanguínea tenemos leucocitos polimorfonucleares (glóbulos blancos) capaces de atacar e ingerir gérmenes y otras sustancias venenosas que penetran en nuestro cuerpo. En el caso de un solo germen dañino, los glóbulos blancos pueden localizarlo y devorarlo en cuestión de un minuto. También tenemos en el organismo células capaces de producir gran número de anticuerpos, que en su mayoría son proteicos en cuanto a su composición, y que atacan y desactivan bacterias perjudiciales específicas. El rasgo más interesante de la inmunización es la capacidad que demuestra parte del cuerpo en cuanto a distinguir qué pertenece al interior de ese cuerpo y qué no. Cuando penetra el germen se forman anticuerpos para atacarlo, pero los anticuerpos no atacan a las células del cuerpo mismo, aún cuando éstas, como los gérmenes, sean materia proteica. Esto resulta crucial por supuesto, pues si se desarrollaran anticuerpos capaces de atacar a los glóbulos rojos se destruiría la vida. Hay, por tanto, una especie de inteligencia en el mecanismo celular, puesto que sólo crea anticuerpos hostiles a las células intrusas. La energía vital se expresa a sí misma en los seres vivos. Encarna la inteligencia innata del cuerpo humano. Pero a fin de que esta fuerza vital –que es la esencia de la vida- opere, debe reunir materia física del cosmos y manifestarse en un cuerpo viviente. El cuerpo es pues, el sitio donde la fuerza vital se expresa en su forma fenoménica terrestre. La energía vital fundamental, al moverse con el ritmo milagroso del cosmos, se manifiesta en una infinidad de formas misteriosas. Existe tanto en los objetos insensibles como en la vida de los pájaros y mariposas. El cuerpo humano es, simplemente, la manifestación más delicada y maravillosa de esa fuerza vital, pero lo que llamamos “ley física de la vida”, incluye no sólo el cuerpo humano y su funcionamiento, sino la totalidad de este mundo dinámico del aquí y ahora, en donde la energía vital se manifiesta en forma perceptible. La ley física de la vida en su expresión más obvia en el hombre, es su cuerpo, pero debemos recordar

que ese cuerpo es la sede de la actividad espiritual, tal como el funcionamiento de la inteligencia, el ejercicio de la conciencia y la elección entre el bien y el mal. Mediante la obser497 vación del elemento físico podemos ver las manifestaciones del elemento espiritual. Sin embargo, eso no significa que se pueda llegar a las raíces de la ley espiritual de la vida simplemente analizando el funcionamiento del cerebro. Sin las células cerebrales no habría fenómenos espirituales, pero las células cerebrales en sí, no son la vida. Son la manifestación de la energía vital que lleva a cabo la actividad espiritual. Para comprender la verdadera naturaleza de la ley espiritual de la vida, que es una parte integral de la vida, debemos observar más de cerca la esencia de la energía vital. Como seres humanos, somos manifestaciones especiales de la energía vital fundamental del cosmos. Nos diferenciamos unos de los otros, pero todos deberíamos esforzarnos por atraer hacia nosotros más y más energía de la fuerza vital cósmica que todo lo alimenta.

Daisaku Ikeda es el presidente de Sokka Gakkai Internacional, organización mundial con más de doce millones de miembros en 190 países. Es un filósofo budista, escritor y poeta laureado, reconocido como uno de los mayores representantes del budismo hoy en día. Su labor ha sido comparada incluso con la de Gandhi y Martin Luther King.

TERCERA PARTE

YOGA EN NUESTROS DIAS

“En el mundo en que vivimos, las naciones están separadas de las naciones, las creencias de las creencias, los intereses económicos de las necesidades ecológicas, las motivaciones políticas de las necesidades humanas, el intelecto del corazón, el cuerpo de la mente y la vida diaria de las aspiraciones espirituales”

Introducción Aunque el Yoga fue introducido en occidente hace poco más de 100 años, sólo hace unas tres o cuatro décadas empezó a ser realmente conocido, y en gran parte, gracias a los famosos. En 1968, los Beatles y Mia Farrow fueron a la India a sentarse a los pies de Maharishi Mahesh Yogui. A partir de ese momento el desarrollo del Yoga, y en especial en los últimos 10 a 15 años, ha sido vertiginoso a tal punto que cada vez uno oye hablar con mayor frecuencia de “La Industria del Yoga”. Al comienzo, el mensaje era limpieza mental, una forma no tóxica de emprender vuelo. Luego se empezó a ver el Yoga como una especie de medicina preventiva para reducir el estrés y en estos precisos momentos en que escribo estas líneas, el mensaje es “Fitness”, “Fitness”, es decir, estar en forma, ser flexible, fuerte y resistente. Hoy en día no hay gimnasio que se precie que no tenga entre sus actividades clases de Yoga, que en estos lugares no pasa de ser una mera práctica física para mantenerse en forma, no muy diferente a la gimnasia aeróbica. No hay nada de malo en esto, pero pensar solamente en el cuerpo es alejarse de la esencia del Yoga. Como profesores debiéramos esforzarnos más en integrar armónicamente todas las direcciones que ha tomado el Yoga en los últimos 30 a 40 años y mantener su esencia, es decir, dar a conocer a nuestros alumnos las herramientas para limpiar la mente, prevenir enfermedades y mantener el cuerpo en forma.

505 Christy Turlington (portada gentileza de la revista Time)

Hoy son millones los occidentales que practican Yoga, en especial en Estados Unidos y Europa. En Latino América recién comienza, pero con mucha fuerza. Sobretodo en la televisión norteamericana se invita regularmente a participar en “Talk Shows” (conversaciones con gente famosa, a cargo de una conductora también famosa) a los “Gurus” del momento, desde Deepak Chopra hasta Rodney Yee a hablar de Yoga. También es común ver en estos programas a modelos, actores y actrices, hablando de lo bien que les ha hecho el Yoga: bajé de peso; dejé de fumar; ya no tengo miedo a volar; salvé mi matrimonio; he vuelto a dormir, etc. La lista de famosos en Norteamérica incluye a Madonna, Sting, Julia Roberts, Sarah Jessica Parker, Kristin Davis, Paul Simon, Ruby Wax, Gwyneth Paltrow, Mariella Frostrup, Angelina Jolie, Meg Ryan, Dennis Quaid, Charlie Sheen, Gwyneth Paltrow y tantos otros que la lista sería más corta si mencionaramos solamente a los que no hacen Yoga. En la escena chilena podríamos decir, a juzgar por los actores y actrices y “rostros” de TV que están o han pasado por Yogashala que aquí también ocurre lo mismo. En el mundo del deporte también son varios los que han sido cautivados, por ejemplo, la estrella del baloncesto Kareem Abdul-Jabbar y el beisbolista Orlando Hernández. Leí incluso en una revista que hasta Mónica Lewinsky fue vista en el centro Jivamukti en Nueva York. El explosivo interés de los famosos y por supuesto de todos aquellos que los imitan, dio origen a una verdadera industria: vacaciones de Yoga en Grecia, Goa, Sinaí, Machu Pichu, Costa Rica, Ibiza, México, y muchos otros lugares. Han surgido también agencias de turismo especializadas en peregrinajes a los sitios sagrados en los Himalayas y a los Ashram indios y también a las multitudinarias celebraciones conocidas como los Kumbha Melas a orillas del rio Ganges. Una oportunidad única para purificar el alma para toda la vida con una buena zambullida en sus aguas. Esperamos que pronto nuestro “Yoga Resort & Spa Canal Om”, sea también incluído en la lista de lugares para practicar y tomar vacaciones al mismo tiempo. Junto con la elección de los lugares para viajar y practicar Yoga, se ha desarrollado una gran industria de “elementos necesarios” para la práctica (“Yoga Props”). Estos elementos incluyen esteras de goma de marca, cinturones y ropa también de marca, con los respectivos logos bien visibles. No hay duda, que en el Yoga hay plata, de hecho, en muchos casos ser profesor

de Yoga, más que una vocación, es una carrera. Pero no sólo los “Gurus” que en nuestro país se hacen llamar “maestro” hacen dinero, sino que también la industria que vende todo tipo de tées y productos alimenticios Yóguicos, la industria que vende cintas, compact discs, música de relajación y New Age, libros como éste, revistas especializadas y una inmensa parafernalia de la India, como estatuillas, imágenes del panteón de dioses, objetos decorativos e inciensos. Incluso Hollywood hizo una película, The Next Best Thing, en la que la protagonista, nada menos que Madonna, actúa como instructora de Yoga. Es probable que esta película no le haga un gran favor al Yoga como tal, pero a través de ella, millones de personas, por primera vez, se enteraron de la existencia de una tradición que de otra manera habría continuado siendo desconocida para ellos.

Madonna a la salida de una clase de Yoga en Londres, 1999. (Gentiliza de S. Rangaswami)

Hemos visto como una milenaria tradición está comenzando a tomar importancia y un lugar en nuestra sociedad. Tanto es así que muchos investigadores y 507científicos de mente amplia han considerado que el Yoga puede llegar a ser una

herramienta terapéutica efectiva en el tratamiento y prevención de enfermedades. Otras personas que no son científicos, pero que tienen interés en Yoga también han comenzado a preguntar, “¿Es el Yoga una ciencia?”, “¿Puede curar enfermedades?” “¿Pueden sus supuestos beneficios ser medidos con medios convencio- nales?” Estas preguntas han provocado un choque de culturas. La tradición india ha desarrollado metáforas y enigmáticas formas de describir el cuerpo (fuerzas vitales, centros de energía) basadas en la forma en que los antiguos sabios tuvieron estas experiencias, desde adentro hacia fuera. La tradición occidental, en cambio, mira el cuerpo desde afuera hacia adentro, dando crédito sólo a lo que se puede ver y comprobar. En oriente se trata a la persona; en occidente, a la enfermedad. Nuestros doctores envían a los pacientes a diferentes especialistas quienes estudian las partes del cuerpo que ellos conocen. Yoga, en este sentido es más holístico. Toma en cuenta al individuo como una totalidad que comprende el cuerpo y la mente. En varios países se han realizado estudios científicos que han dado resultados alentadores para una variada gama de enfermedades y dolencias. Sin ir más lejos, en el Yogashala, en sesiones de Yogaterapia, la doctora Emiliana Naretto, especialista en enfermedades bronco pulmonares, trabajó durante seis meses con una paciente que tenía una grave enfermedad restrictiva pulmonar secundaria a xifoescoliosis. Esta mujer desempeña hoy una vida perfectamente normal. Su caso, que era realmente dramático, fue expuesto por la doctora en el Congreso Chileno Anual de Enfermedades Respiratorias en Pucón en noviembre de 2003. Como se puede apreciar, el Yoga es mucho más que una sonrisa feliz en una cara relajada después de una buena práctica. El doctor Mehmet Oz, cirujano cardíaco en el New York Presbyterian Hospital en Manhattan, dice que la práctica de Yoga masajea todo el sistema linfático. La linfa se parece mucho a la sangre y es mucho más abundante que ella. Conforma una red de vasos linfáticos y sacos de almacenaje que cruzan todo el cuerpo, en todas las direcciones posibles, en forma paralela con el suministro de sangre, llevando un fluído compuesto básicamente por glóbulos blancos que combaten infecciones y también por los desechos de la actividad celular. En todos los órganos se encuentran vasos linfáticos; éstos se reunen entre si hasta formar un canal que desemboca su contenido en una de las grandes venas del cuello. La linfa fluye en una sola dirección: hacia el corazón. Por tanto, los vasos linfáticos no forman un circuito

como hace el sistema cardiovascular. La linfa recorre el sistema linfático valiéndose de una débil actuación muscular, de la pulsación de las arterias cercanas y del movimiento de las extremidades. Si un vaso sufre una oclusión, el líquido se acumula en la zona afectada, lo que da lugar a una hinchazón denominada edema. Los agentes patógenos también utilizan los vasos del sistema linfático, razón por la cual el Creador lo dotó de potentes defensas: los órganos linfoides. Entre estos figuran los ganglios -esparcido por los conductos colectores-, el bazo, el timo, las amígdalas, el apéndice, y las placas de Peyer (folículos linfáticos agregados), localizadas en el intestino delgado. Todos ellos producen y albergan linfocitos, células fundamentales del sistema inmunológico. Por tanto, un sistema linfático sano contribuye a la buena salud. Habiéndome extendido más de la cuenta sobre este tema que me atañe directamente, debo agregar que está probado que todos los ejercicios activan el flujo de linfa a través del cuerpo, acelerando el proceso de filtrado. El Yoga, sin embargo, promueve en forma particularmente eficaz el drenaje de la linfa. Algunas Asanas específicas estiran ciertos músculos que de acuerdo a la información obtenida de experimentos con animales, se sabe que estimulan el sistema linfático. Los investigadores, por ejemplo, han registrado y documentado el aumento del flujo de linfa cuando un perro se estira, como cuando lo imitamos en Adho Mukha Svanasana.

Sistema Linfático Adho Mukha Svanasana509

Otro aspecto que ha contribuído a la popularización y masificación del Yoga en nuestros días es lo que ya todo el mundo sabe: El Yoga relaja. Nada trivial en los tiempos estresantes que vivimos. El sistema nervioso autónomo se divide en sistema nervioso simpático, a menudo identificado con “la respuesta pelea o huye”, y el sistema nervioso parasimpático, que se identifica con lo que se llama “la respuesta de relajación”. Cuando uno practica Yoga, -respira profunda y controladamente, estira concientemente los músculos para soltar las tensiones musculares y concentra la mente en el “aquí y ahora”-, iniciando un proceso que apaga “la respuesta pelea o huye” y enciende “la respuesta de relajación”. Esto tiene un efecto muy intenso en el cuerpo. Los latidos del corazón se hacen más lentos, el número de respiraciones por minuto y la presión sanguínea descienden.

El cuerpo aprovecha esta oportunidad para poner en acción sus mecanismos de sanación. Por cierto el proceso no es automático, especialmente en las primeras sesiones en las que los estudiantes tienen dificultades para suprimir las competitivas ondas beta. Se tarda un momento en comprender que “lo que uno puede hacer es lo que debe hacer”. Cuando esto sucede, es como darse cuenta de repente que uno sabe y puede hablar un idioma que ha estado aprendiendo por años. En Yoga el idioma es la lengua cuerpo-mente. ¿Porqué la ciencia occidental no ha estado tan interesada en comprobar la eficacia del Yoga? -Por muchas razones. Aquellos que son pro Yoga, pien- san que sus beneficios han sido comprobados durante miles de años a través de la evidencia empírica en India. Los que descartan sus posibles beneficios, simplemente dicen que no se pueden probar. Y los que normalmente financian estudios de esta naturaleza, los gigantes farmacéuticos, no ven negocio en validar el Yoga: terapias que no se pueden patentar, pastillas que no se pueden vender. Cada día que pasa el Yoga es más popular y mayor el interés por saber de qué se trata, especialmente en este momento en que en todas las sociedades del mundo hay más gente obesa y más ruido ambiental que nunca. Por el momento, los obesos se han mantenido alejados del Yoga, aunque son los que más lo necesitan. Mientras más ruido en el ambiente más necesidad de buscar el silencio y la paz. Más de 100 años después de que el Yoga llegara a occidente y a juzgar por la nueva y creciente “Industria del Yoga”, existe hambre universal por tener respuestas a las preguntas claves de la existencia que hasta el momento no han sido satisfechas ni por las religiones convencionales ni por la ciencia moderna. El comienzo de este nuevo milenio ha encontrado un público cada vez más hambriento de aventuras espirituales.

Mi primera clase de Yoga Hoy cumplo 35 años. Verano de 1991: Un amigo me arrastra a tomar mi primera clase de Yoga. Voy con una mente abierta. Probaré. Después de todo, nada pierdo. Sé que no me va a gustar, pero de todas maneras probaré. En realidad no me entusiasma mucho la idea de participar en una clase donde uno va a estirar los músculos dirigido por un Gurú cuyos antecedentes posiblemente son turbios y según he escuchado a los Gurús los sigue gente fanática. En mi caso voy todos los días al gimnasio, levanto más de 100 kilos y corro 7 kilómetros diarios. En realidad no necesito nada de esto, pero ya que me están invitando… Entro en una sala repleta de gente. Es una clase Nivel 1-2. Con algunas pocas excepciones la mayoría parece estar físicamente en condiciones normales y definitivamente se ven mucho más débiles que yo. Constato que no habrá ningún traspié. La clase comienza y me encuentro en una postura cuyo nombre es estúpido y de mal gusto: “Perro mirando hacia abajo” (Adho Mukha Svanasana). Lo que no puedo entender es cómo la mujer a mi lado tiene los talones en el suelo cuando los míos están a diez centímetros. La respuesta me llega rauda: las mujeres son más flexibles. Enseguida escucho al profesor decir que la postura en cuestión es una postura de descanso. Esto no es bueno. No estoy descansando. Me duele todo el cuerpo. Pasa la primera media hora. Mis brazos y piernas tiemblan fuertemente, y lo que es peor, tengo la sensación de que voy a vomitar. Me asombra la cantidad de sudor que despide mi cuerpo, no son gotas, es una corriente de sudor513 que cae al suelo comenzando a formar una poza debajo de mí. Con horror veo que la poza se desplaza de mi estera de goma por el suelo de madera moviendose peligrosamente en la dirección de la mano de una linda mujer. De repente me resbalo en mi propio sudor -BAM!- y caigo de bruces. La gente a mi alrededor hace esfuerzos para silenciar las carcajadas. Estoy totalmente disgustado y me muero de vergüenza, pero decido seguir. Miro a mi amigo. Ni siquiera traspira. Algo no anda bien.

El profesor que debe tener unos 50 años, calmadamente continúa demostrando las posturas siguientes. Hago todo lo humanamente posible por seguir el ritmo de la clase. Mis intentos de hacer las posturas son burdas imitaciones. “Tómate los dedos gordos de los pies” dice el profesor. Me doblo tanto como puedo pero mis manos solo llegan a unos veinte centímetros de mis pies. Me caigo un par de veces más. Mi ego también está por el suelo. Me doy cuenta de que todos los que están en la sala de clases son más fuertes que yo, más flexibles y tienen más resistencia. Estoy totalmente confundido. La rabia y la desesperación se alternan para desmoralizarme. Crisis. Estoy rendido. Exhausto. No doy más. Llegué a mi límite. Pero la clase todavía no termina. Ahora el profesor nos pide que nos paremos sobre las manos. “Debe estar bromeando”, pienso en voz alta. Mis brazos parecen hechos de algodón. Tiritan violentamente. No puedo más. Estoy a punto de llorar, pero no lo he hecho hace muchos años. Y no ocurrirá aquí. No. Miro la puerta y me veo corriendo hacia el estacionamiento, pero como me crié bajo el proverbio “Nunca hay que darse por vencido”, hice un esfuerzo supremo y resistí la tentación de salir corriendo. Finalmente la clase terminó. ¡Gracias a Dios! Nos dijeron que nos acostáramos. Me quedé dormido profundamente. Después me dicen que ronqué. Perfecto. Camino al auto mi amigo se disculpa: “Lo siento, pensé que la clase sería más Nivel 1 que 2”. “Ningún problema”, miento. Pero la verdad es que nunca más volveré a tomar una clase de Yoga. Nunca. Pero las cosas cambian. Me empiezan a pasar cosas extrañas. Me encuentro en un estado de euforia que me dura casi dos días. En la fiesta de cumpleaños que se celebra esa noche, mis amigos que nada saben de la clase me dicen que tengo una energía diferente. Me despierto al día siguiente totalmente descansado, mucho más que de costumbre. Me siento formidable. Algo importante acaba de sucederme. Y más importante aún, no sólo lo ha sentido el cuerpo. Tres días más tarde regreso por más. Así fue. Y para mis amigos tiesos como yo, les tengo buenas noticias: La práctica deja de ser dolorosa después de un tiempo. Si te tragas tu orgullo y empiezas en una clase para principiantes y vas al ritmo de ellos, practicando

constante y diligentemente, en muy poco tiempo dejará de ser una tortura medieval. De hecho he encontrado en la práctica muchas cosas altamente satisfactorias y de paso, eventualmente, sólo eventualmente, serás capaz de llegar a agarrar los dedos de tus pies.

Lo escrito en este capítulo es una adaptación de un artículo escrito por Max Strom en 1991 en un folleto que sacaba Yoga Works, el centro de Yoga más grande de Estados Unidos. El personaje de la historia no es otro que el mismo Max.

Desarrollo del Yoga Moderno La expresión “Yoga Moderno” es un término usado para referirse a ciertos tipos de Yoga que se desarrollaron en los últimos 150 años principalmente a través de la interacción de algunos occidentales interesados en las religiones de la India y un grupo de indios más o menos accidentalizados. Puede entonces ser definido como un injerto de una rama occidental en el árbol del Yoga de la India. La mayor parte del Yoga actualmente enseñado y practicado en occidente y en ciertos lugares de la India, caen dentro de esta categoría. Teniendo solo un siglo y medio de antigüedad, se podría decir que es la rama más joven del árbol del Yoga, y pareciera ser la única que se ha estirado a través de los océanos a continentes más allá de Asia. Dos fechas son cruciales para marcar el inicio del Yoga moderno: 1849 y 1896. La primera hace referencia a la afirmación que por primera vez hace un occidental al declarar que es “un practicante de Yoga”. Se trata del Trascendalista Henry Thoreau, quien nunca dejó de ser occidental, es decir, no se fue “con los nativos”.

517 Henry Thoreau

La segunda fecha importante es la reacción de la India a los esfuerzos misionarios occidentales. Tomó la forma de un proyecto contra-misionario cuando el joven e influyente Swami Vivekananda publica en occidente su libro “Raja Yoga”. Entre sus logros se menciona su participación en el Parlamento de las Religiones de Chicago en 1893, el establecimiento del movimiento Ramakrishna y otro libro suyo, aunque menos conocido, “Yoga Moderno”. Después de 1896, el Yoga comienza a florecer tanto en India como en occidente. Al comienzo de este siglo es un fenómeno global, aunque su presencia todavía limitada a las comunidades urbanas.

Swami Vivekananda

Por ahora sólo hablaremos de los eventos que han tenido lugar en la segunda mitad del siglo diecinueve y durante el siglo pasado, pues es un hecho conocido que el Yoga se remonta a épocas muy pretéritas. Dos eventos marcan a fines del siglo diecinueve la propagación de ideas y conceptos filosóficos hin- dúes en occidente: la fundación de la Theosophical Society en 1875 en Estados Unidos por Madame Helena Blavatsky, una mujer excéntrica que decía tener orígenes rusos aristocráticos, y la participación de Swami Vivekananda en el Parlamento de las religiones de Chicago, en 1893. Estos sucesos son un ejemplo de fertilización cruzada: Swami Vivekananda viajó a Estados Unidos y los Theosophist se trasladaron desde Nueva York a India en 1878. Este proceso de fertilización cruzada se aceleró principalmente gracias al desarrollo del transporte y las comunicaciones.

Helena Petrovna Blavatsky

La influencia indirecta de los Theosophist en occidente ha sido mayor de lo que la gente normalmente cree, pues la mayor parte de la literatura en la cual estaba basado el estudio de la filosofía india hasta hace poco, había sido traducida por la Theosophical Society, e inevitablemente influenciada por sus creencias. Mientras en occidente se preparaba el terreno para una recepción positiva de las ideas orientales, especialmente en Europa y Norteamérica, en India los signos del renacimiento Hindú estaban siendo cada vez más visibles en la víspera de la lucha nacionalista por la independencia del imperio británico. En el caso del Yoga, tomó la forma de una moderna reformulación de antiguas519disciplinas. Una manifestación clara de esta tendencia fue la propagación de

una versión actualizada de Hatha Yoga presentada como una herramienta nativa respetable, que podía ser usada con fines terapéuticos y educaciona- les. Este fue y todavía es el mensaje de los dos primeros modernos institutos de Yoga: The Yoga Institute of Santa Cruz, fundado en la ciudad de Mumbay (Bombay) en 1918 por Shri Yogendra, y el Kaivalyadhama Shrimad Madhava Yoga Mandir Samiti fundado en Lonavla en 1921 por Swami Kuvalayananda. (Lonavla está a mitad de camino entre Mumbay y Pune).

Shri Yogendra

Swami Kuvalayananda

Tanto Shri Yogendra como Swami Kuvalayananda fueron discípulos de Shri Madhavadasji of Malsar, quien a su vez fue muy receptivo al mensaje de Swami Vivekananda. Ambos institutos todavía ejercen cierta influencia en India, formando profesores, haciendo retiros, ofreciendo Yogaterapia, publicando libros y panfletos y propagando diversos aspectos del Yoga. Uno de los efectos princi- pales de la fundación de estos institutos fue la creación de clases grupales, en clara contraposición con el método tradicional de enseñanza de Yoga: un maestro, un discípulo. Además, jugaron un rol muy importante en la occidentalización y popularización del Hatha Yoga haciéndolo parte de la vida cotidiana del hombre y mujer modernos. Su influencia sobre el público occidental ha decrecido a tal punto que la mayoría de los practicantes de Yoga actuales jamás han oído hablar de estas instituciones. En las dos décadas después de 1925 se produjo un desarrollo sostenido del Yoga moderno. La literatura sobre Yoga continuó creciendo tanto en India como en occidente. Un libro, en particular, tuvo gran éxito, The Ten Point Way to Health, del Rajah de Aundh, publicado por primera vez en Inglaterra en 1938. Este libro

describe como hacer Surya Namaskar, el Saludo al Sol, una secuencia de posturas que su autor recomienda para conseguir y mantener fuerza y salud. En 1919 se comienzan a organizar las primeras clases públicas de Hatha Yoga en Estados Unidos. En Europa, la primera escuela de Hatha Yoga es fundada en Suiza en 1947 por el indio Selvarajan Yesudian y la húngara Elizabeth Haich.

Elizabeth Haich

Selvarajan Yesudian

A partir de entonces, y especialmente en los años 60 y 70, las escuelas de Yoga comienzan a proliferar. En India, por otro lado, el profesor Tirumalai Krishnamacharya funda, con el auspicio del Maharajá de Mysore, su famoso Yogashala, que funcionó entre 1934 y 1950. En el Yogashala estudiaron dos de los más famosos maestros del momento: B.K.S. Iyengar y K. Pattabhi Jois.

T. Krishnamacharya cuando tenía 96 años

Pattabhi Jois

521 Iyengar

Iyengar Yoga comenzó a desarrollarse en Europa en 1954, la British Wheel of Yoga en 1962, mientras que el primer centro Shivananda se abre en Londres en 1970. Entre todas estas escuelas –no tipos de Yoga- hay interesantes diferencias. Si entrar en detalles, Iyengar y Shivananda Yoga son similares desde el punto de vista de que ambas escuelas tienen su origen en Paramparas (profesores que todavía están vivos o que lo estaban hasta hace no mucho tiempo, y que trasmiten directamente sus conocimientos). Shivananda Yoga es, en apariencia al menos, más devocional y más “hinduista” que Iyengar Yoga. El primero ha

establecido Ashrams (centros comunitarios formados usualmente alrededor de un Guru (maestro espiritual) y su objetivo es desarrollar la vida espiritual de los que viven allí) y donde también se da Samnnyasa (iniciación para ser monjes). Shivananda Yoga promueve también activamente el establecimiento de templos alrededor del mundo. Iyengar Yoga no hace nada de lo anterior, aún cuando su filosofía está enraizada en el hin- duismo.

Swami Shivananda

La British Wheel of Yoga, por otro lado, fue fundada y dirigida siempre por

occidentales de acuerdo a las líneas de un cierto tipo de Yoga representado por su principal exponente, el belga André van Lysebeth, quien fue discípulo de Swami Shivananda y también uno de los primeros estudiantes extranjeros de Pattabhi Jois. El contenido religioso de esta escuela de Yoga y sus conexiones con la tradición india están más bien diluidos. Una excepción podría ser la escuela Viniyoga Britain, otra línea de Yoga que tuvo su origen en las enseñanzas de T. Krishnamacharya. A partir de 1980, y hasta nuestros días, las escuelas de Yoga siguen aumentando y consolidándose en occidente.

André Van Lisebeth. Foto tomada en abril de 1963, en la ribera del Ganges, en Rishikesh, en el Ashram de Swami Shivananda, quien fallece el 14 de julio de ese mismo año.

Metodología Debido a la proliferación de escuelas y grupos usando diversas formas de Yoga, es bastante fácil, especialmente para el no iniciado, confundirse. ¿Cuál es la diferencia entre Shivananda Yoga y el Raja Yoga de los Brahma Kumaris? ¿El Yoga que practican los Sahaja Yoguis es parecido al Yoga de los seguidores de Iyengar Yoga? A partir de la formulación de los cuatro tipos de Yoga de Swami Vivekanda en 1896, el Yoga moderno se desarrolló en diferentes escuelas dedicadas al cuerpo523mente-espíritu. Algunas de ellas pusieron más énfasis en la parte física y otras en la mental. Las primeras desarrollaron un fuerte enfoque en la práctica de Asanas y Pranayama, en tanto que las segundas, en técnicas de concentración y meditación. Como ejemplo del primer tipo de escuela cabe mencionar Iyengar Yoga y el llamado “Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois”, que controversialmente a veces también se llama “Power Yoga”. Como ejemplo del segundo tipo de escuela, los centros de Meditación Trascendental y los centros establecidos en Europa por Shri Chinmoy, y algunos grupos budistas.

Shri Chinmoy

Existe un alto nivel de compatibilidad entre ambos tipos de escuelas, puesto que hoy sus prácticas son más bien complementarias y se superponen. Por ejemplo, los Brahma Kumaris practican una forma de meditar que ellos dicen que es Raja Yoga. Sin embargo, lo que verdaderamente distingue a un Brahma Kumaris de

un no Brahma Kumaris es la visión religioso-filosó- fica que tienen del mundo los primeros. Muchas personas que practican Hatha Yoga moderno, no necesariamente suscriben a las ideas religioso-filosóficas de los líderes de sus respectivas escuelas. Otro ejemplo: personas que practican Meditación Trascendental, practican a veces posturas de Hatha Yoga, que son tomadas como una ayuda en la práctica de meditación y no como el elemento principal. Meditación Trascendental

Maharishi Mahesh Yogui

En occidente, el panorama Yóguico puede reducirse a tres denominadores dependiendo de la preferencia de quien practique. a) Yoga mental y meditacional: Se basa en la práctica de ejercicios mentales y meditación. Como ejemplo, podemos citar la Meditación Trascendental,

Satyananda Yoga, Shri Chinmoy y la mayoría de los grupos budistas. b) Yoga doctrinal: Basado en la creencia y filosofía particular del grupo que lo practique. Como ejemplo podemos citar Sahaja Yoga y Brahma Kumaris. c) Hatha Yoga Moderno: • Clases grupales cuyo enfoque principal son las posturas (Asana) y la respiración (Pranayama). A modo de ejemplo, podemos mencionar los métodos Shivananda, Iyengar, Dynamic Yoga, Viniyoga, Prana Shakti Yoga, Sattva Yoga y Ashtanga Vinyasa Yoga. Es decir, la mayor parte de los métodos que se enseñan en el Yogashala. • Las escuelas tienden a crear estructuras institucionales y/o expandir las que ya tienen. Los cursos de formación de profesores se estandarizan y aparece el sistema de “certificación”. • Aparecen varias revistas especializadas como Yoga Journal en Nortea - mérica y la revista inglesa Yoga Today, que en 1980 cambia su nombre a Yoga and Health, siguiendo sin duda la tendencia de las escuelas de Hatha Yoga de estandarizar todas las posibles aplicaciones prácticas del Yoga: deporte y estar en forma; manejo del estrés; terapia médica y prevención (física y sicológica); Yoga prenatal; Yoga para niños; Yoga para el adulto mayor; Yoga para los presos; Yoga para aplicaciones artísticas (danza y fotografía), etc. • Los Gurus indios siguen siendo respetados y reverenciados, pero debido al creciente tamaño de los centros de Yoga, el contacto con ellos se hace cada 525 vez más impersonal y diluido. Se establece una clara distinción entre aquellos que están en el “círculo interno” y los que no están, lo que se refleja en las jerarquías institucionales. Se crean complejas y estratificadas luchas de poder entre los diferentes grupos. • Diferentes instituciones reconocen oficialmente o extraoficialmente las escuelas de Yoga. Hatha Yoga es más y más recomendado por médicos y sicólogos como una eficaz forma de medicina complementaria. • Las escuelas se reorientan a sí mismas según las sugerencias e infor- mación que van recibiendo de sus alumnos-clientes. Esto se traduce en un mayor profesionalismo en la enseñanza y administración de los centros, una fuerte tendencia hacia la especialización y estandarización de los métodos. Esto se refleja en libros tales como: “Medical and Therapeutics”, Schatz (1992); “Stress

Control and Prevention”, Lasaster (1995); “Yoga for Pregnancy”, Freedman and May (2000); “Senior Yoga”, Steward (1995); “Everyday Keep Fit”, Friedberg (1991); “Yoga for Children”, Steward and Phillips (1992). • A fines del siglo pasado se produce un cambio en las costumbres y un cambio en las ideas sobre la imagen personal, lo que se traduce en una mayor atención al cuerpo, incluyendo el estar en forma y el cultivo de una apariencia joven. Estas predilecciones por cierto no son nuevas. El más obvio precedente está en la antigua Grecia. Lo que no tiene precedentes es que el Yoga se estableció al margen de la categoría de “deporte”. • Desde un punto de vista psicosomático los beneficios del Hatha Yoga son innegables. Estudios serios sobre adicciones han revelado que el ejercicio físico puede ser como una espada de doble filo: excitación psicosomática indu- cida en forma voluntaria puede transformarse en adictiva, y puede, bajo ciertas circunstancias, tener matices patológicos. Mientras que esto probablemente no se producirá en formas suaves de Hatha Yoga, tal escenario es teoréticamente posible en el caso de disciplinas Yóguicas más demandantes. Quizás por este motivo en la antigüedad existía hermetismo en relación a esta disciplina. • A fines del siglo 20 el formato de las clases de Hatha Yoga comienza a definirse: por lo general duran una hora y media y están divididas en tres partes: a) unos cinco a diez minutos de introspección y aquietamiento del cuerpo y mente. Los practicantes deben tratar de dejar de lado, aunque sea solo por el momento, sus preocupaciones, responsabilidades, planes, etc. Como dice el profesor Iyengar, “todo esto debe ser dejado fuera de la sala de práctica junto con el “ego” y los zapatos”. b) práctica en sí misma, incluyendo posturas y ejercicios de respiración dirigidas por un instructor que muestra las técnicas, hace correcciones y da explicaciones. c) relajación final. Los alumnos se acuestan en Shavasana (postura del cadáver) y el profesor guía la relajación, utilizando elementos de visualización o meditación, entre 10 y 20 minutos. La relajación concluye con la invocación de algún Mantra. • Algunos de los profesores occidentales establecen su liderazgo más por su alto nivel de profesionalismo y especialización técnica que por “carisma espiritual” o conocimientos religiosos. Aparecen con frecuencia críticas explícitas o implícitas hacia los Gurus indios, que son muchas veces percibidos como autoritarios y en algunos casos, déspotas. A pesar de que a veces se hace referencia a la relación Guru-Shisya (maestro-discípulo), lo que en realidad uno

encuentra, es algo más cercano a una relación cliente-profesional, o clienteterapeuta, con algunos tonos o matices “espirituales”. • Al inicio del siglo 21 la popularidad del Hatha Yoga no da signos de decrecer. Se calcula el número de practicantes, incluyendo a aquellos que no asisten a centros especializados, sino que practican en sus casas, en varios millones, en el mundo entero. • La mayoría de las personas ha escuchado hablar de “Yoga”, e incluso hasta haya intentado hacer alguna postura. En español la palabra “Yoga” se asocia hoy en día con una sesión de posturas.

Otro impulso que recibió el Yoga, y en especial el Hatha Yoga moderno es el reconocimiento de que el “estrés” es un síndrome psicosomático específico. Especulaciones sobre la conexión entre la rápida vida urbana y el “nerviosismo” ya estaban en evidencia en la última parte del siglo 19, pero el comienzo de la formulación del concepto de “estrés “, como lo conocemos hoy, aparece en la investigación publicada por el científico Hans Seyle, en 1930. Seyle especuló que “más que las mayores causas de preocupación que nos presenta la vida, es la frustración del individuo que emana de las condiciones restringidas de la vida urbana, lo que hace que la gente tenga tendencia a enfermarse”. En realidad las condiciones modernas de vida urbana son notoriamente frustrantes y conducen al sedentarismo, de ahí la necesidad de estar bien físicamente y de desestresarse.527

Una persona escribe en una revista canadiense: “Cuando entro a mi tan familiar centro donde tomo clases de Hatha Yoga, ya siento como que me he separado del agitado mundo exterior. Dejo mis zapatos a la entrada y pongo en el locker mi cartera y teléfono celular junto con mi estrés y plazos fatales que tengo que cumplir. Con las preocupaciones de lado, entro al santuario de la sala de clases. La sala tiene un gran ventanal a través del cual se puede apreciar parte del hermoso jardín de bambúes; el cielo tiene una lucarna a través de la cual la luz

ilumina suavemente el piso de madera y las paredes color crema de la sala. Los suaves sonidos que emanan de una cinta de música New Age, y unas cuantas plantas que cuelgan crean la ilusión de que acabo de entrar a un jardín secreto. Encuentro un lugar donde extender mi Yoga Mat entre unos veinte o más estudiantes, la mayoría de ellos, mujeres, que también parecen haber dejado su estrés en la puerta. Nuestra instructora, Beth, está sentada en la posición del loto, de cara a los estudiantes, saludándonos con una gran y amistosa sonrisa a medida que nos acomodamos en nuestra propia versión del loto. Ella comienza la clase con una oración. De su voz emana calma, lo que me ayuda a descansar mis ojos, a relajar mi cuerpo de modo que mi mente se pueda enfocar. A partir de ahí hacemos una serie de elongaciones. Con cada postura, encuentro un nuevo músculo que se estira y suelta con la ayuda de mi respiración. A pesar que los movimientos son lentos, mi cuerpo trabaja mucho para mantener cada pose y puedo sentir el sudor en mi espalda y calor en todo el cuerpo. Recibo con placer la relajación final y la meditación. Acostada inmóvil la voz suave y calma de Beth me guía con el Mantra, lo que me hace recordar que mis esfuerzos son en devoción a algo más allá de mi misma”. Fuente: Elizabeth De Michelis: History of Modern Yoga:”Patanjali and Western Esoterism”.

Difusión del Yoga en Chile Por Swami Ekananda

Yoga es uno de los seis sistemas filosóficos indios ortodoxos y con - forme a la tradición se le reconoce a la India el mérito de haberlo conservado a lo largo de milenios. Esto último está avalado por el resultado de las investigaciones arqueológicas realizadas en el valle del río Indo, ubicado en el actual Pakistán, que confirman la existencia del Yoga en la zona alrededor de cinco mil años atrás. El Yoga surge de la búsqueda del ser humano para encontrar una respuesta al sufrimiento humano y la forma de aliviarlo. Aproximadamente en el siglo 19 se inicia en Europa un lento flujo hacia India de personas interesadas en sus enseñanzas espirituales, especialmente en el Yoga y que va en aumento en el siglo 20 y que dura hasta nuestros días.

Por su parte, varios maestros espirituales indios vienen a occidente a esparcir su conocimiento, destacándose entre ellos Swami Vivekananda y Paramahansa Yogananda. Hoy en día no es raro encontrar en occidente actividades masivas dirigidas por reconocidos maestros como no hace mucho sucedió en Chile con Amma, la maestra de Kerala del sur de la India. A diferencia de Argentina, Uruguay y Brasil, el Yoga en Chile ha tenido531 un lento desarrollo por diferentes causas, entre las que destaco el desconocimiento de la disciplina y de sus objetivos y las interpretaciones sin fundamento sólido, confundiéndola en algunos casos con la religión hindú. En ocasiones han pesado las opiniones de personeros de la religión católica a pesar de que algunos sacerdotes practican Yoga. Cuando me acerqué al yoga hace unos 40 años atrás, existían dos o tres centros que impartían Yoga y algunos instructores que lo hacían en sus casas a grupos reducidos de alumnos. Un par de municipalidades lo habían incluido en las actividades de sus centros culturales. Pero, según lo que recuerdo, dentro de los pioneros del Yoga en Chile se destaca la Gran Fraternidad Universal de la cual surgieron varias personas que hoy día enseñan otras modalidades de Yoga. Otro lugar fue el centro Shivananda de Yoga Vedanta fundado por Swami Shivapremananda, filósofo indio, cuyo respaldo lo hacía el más calificado y que hoy funciona en la calle Antonio Varas. Las condiciones para una difusión masiva de Yoga se habían dado hasta el año 1997 en que llega a Chile Gustavo Ponce Lérou, después de una ausencia de 32 años. Por razones de salud él se había acercado al Yoga y durante más de 30 años estudió y practicó Yoga en India con varios maestros, entre los cuales cabe mencionar a Shri Yogendra, B.K.S. Iyengar, Pattabhi Jois y T.K.V. Desikachar. Con un buen bagaje de conocimientos Gustavo comenzó a dar clases y simultáneamente a llevar a la práctica su gran aspiración: establecer formalmente una escuela de Yoga. Al fundar Yogashala le dio un impulso al Yoga que nunca antes había tenido. El

fue capaz de llevar a la práctica un proyecto de gran envergadura y bastante arriesgado porque se trataba de una inversión económica y de energía importante, ofreciendo un producto poco conocido y por decir lo menos, extraño para su época y sobre el cual aún existían ciertas aprehensiones. Gracias a su esfuerzo hoy las opiniones han cambiado radicalmente y los mismos practicantes de Yogashala son sus mejores difusores. En su trabajo de difusión del Yoga en Chile, Gustavo Ponce ha traído de la India a personas con ciertas condiciones físicas a las que capacitó para hacer exhibiciones de posturas y también para enseñarlas, llegando a ser profesores que con el tiempo incluso formaron sus propios centros en Chile o encontraron posibilidades de trabajo en otros países gracias a su formación en Yogashala. Son muchos los que se han nutrido en el espacio creado en Yogashala y de él han surgido instructores de Yoga que enseñan en diferentes partes de Santiago. Así ha sucedido que la mayoría de los centros de Yoga que hoy aparecen en primera plana, han sido creados por instructores que se capacitaron como profesores en Yogashala. Satya es uno de los Yama-Niyamas, principios éticos, valores morales y códigos de conducta establecidos en los Yoga Sutras de Patanjali. Satya significa “Verdad”, la que deber ser dicha y reconocida siempre. Por lo mismo, debemos reconocer que le Yoga se expande en Chile a partir des espacio que habilitó Gustavo Ponce. En 1999 Gustavo me ubicó en nuestro Asharam de Santiago para invitarme a participar en su proyecto, lo que acepté y en la medida de mis capacidades y conocimiento he estado cooperando con Yogashala. Hari Om.

Nadie que practique Yoga en Chile desconoce que todos los centros donde se enseña Iyengar Yoga, Dynamic Yoga, Ashtanga Vinyasa Yoga, Viniyoga, Sattva Yoga y Prana Shakti Yoga tuvieron su origen en el Yogashala, pues Yogashala introdujo estos métodos en Chile. A modo de ejemplo: Yoga Mukti (Rishi Joseph), Yoga Lab (Marco Casali), Prana Yoga de Viña del Mar (Andrés

Wormuld); Yoga Studio de Viña del Mar (Claudia Iglesias); Academia Chilena de Yoga (René Espinosa), Ayuh (José Francisco Winther), Yoga Chicureo (Kety Gómez), Ashtanga (Loreto Cortés) y varios otros centros más pequeños.533 1. El primer centro que se estableció en Chile fue el de Shivananda Yoga Vedanta en 1965. Su fundador fue Swami Shivapremananda, discípulo directo de Swami Shivananda. Swami Shivananda nació en 1887. Estudió medicina y después de ejercer en Malasia dejó la medicina para dedicarse a su búsqueda espiritual. En Rishikesh conoce a su maestro, Swami Visvananda Saraswati, quien lo En Rishikesh conoce a su maestro, Swami Visvananda Saraswati, quien lo inicia. Escribió más de 200 libros y artículos sobre Yoga. Fundó además la “Divine Life Society” en Rishikesh en 1936, la farmacia Ayurvédica en 1945 y el Hospital Oftalmológico en 1957. Muere en 1963 y su enseñanza se puede resumir en seis palabras: Servir, Amar, Dar, Purificar, Meditar y Comprender. Entre sus principales discípulos cabe mencionar a Swami Satyananda, Swami Chidananda y a Swami Vishnudevanda. A pesar de los años que han pasado desde el establecimiento de este centro, su presencia ha pasado casi inadvertida. Dirección: Antonio Varas 759, Providencia, Santiago Tel: 223 4856 2. El segundo centro que se estableció en Chile fue la GFU (Gran Fraternidad Universal) en 1966. Su fundador en Chile fue el mexicano José Rafael Estrada Valero, discípulo de Serge Raymond de la Ferriere, de nacionalidad francesa que inició este movimiento. Por falta de adeptos y por haber perdido vigencia, la GFU fue muriendo de muerte natural. Recientemente y para no desaparecer por completo cambiaron el nombre a Instituto de Desarrollo Humano y agregaron a su Gimnasia Psicofísica, -la marca registrada de la ex GFU- otras disciplinas como “Baile Entretenido”, Gi Gong terapéutico y Tai Yon. El IDH está en la calle Compañía 1516. Metro Santa Ana. Fono 698 3907 y 696 5946. www.idh.cl 3. Escuela de Yoga Clásico de Santiago. Este centro fue creado en 1975 y es actualmente dirigido por Juan Eduardo Núñez. Es uno de lo más antiguos y tiene una gran gama de actividades como Yoga Integral, Yoga Oriental, Yoga

Occidental, Yoga Andino, Reducción de peso, cursos a distancia, Yoga en la Playa, Reflexología, Yogaterapia, Yoga para dejar de fumar, Yoga para el adulto mayor, Yoga para embarazadas, Ecoyogatours, etc., etc. Dirección: AV. José Manuel Infante 2454. Tel. 223 4631 www.escuelayogaclasico.cl 4. Escuela de Kundalini Hari-Nam. Este centro lo establece y dirige en la actualidad la norteamericana Hari-Nam, en 1980, a petición de su maestro Yogui Bhajan. Hari Nam estudió Sociología en la Universidad de Texas y como alumna de Yogui Bhajan aprendió Humanología, Kundalini Yoga y Numerología Tántrica. Este centro ha formado a numerosos profesores que a su vez han creado centros en todo el país. Dirección: Sala Gaia, Orrego Luco 054. Tel: 733 1053 El Vegetariano, Providencia altura Pedro de Valdivia Fono: 733 1053 www.kundaliniyoga.cl En 1969, Yogui Bhajan introduce el Kundalini en occidente. Yogui Bhajan justificó su acción al decir que “es el derecho de nacimiento de cada individuo de ser saludable, feliz y sagrado”, y creó la 3HO (Healthy, Happy, Holy). Kundalini Yoga utiliza posturas sencillas, muchas de ellas estando sentado y siempre acompañadas de una respiración dinámica, conocida como la “respiración de fuego”; usa también la repetición de Mantras, en especial, “Sat Nam” (soy la verdad, o en el nombre de la verdad). Los practicantes se concentran en tratar de despertar la energía acumulada en la base de la columna vertebral para llevarla hacia arriba a lo largo de la columna y de cada uno de los siete Chakras. La práctica genera gran vitalidad y tranquilidad. 5. Ashram Satyananda Niketan de Santiago. Establecido por Swami Ekananda Saraswati en 1982 para difundir las enseñanzas de su maestro Swami Paramahansa Satyananda, discípulo a su vez, de Swami Shivananda. A partir de 1994 el Ashram funciona en Ñuñoa, lugar donde también vive535 Swami Ekananda. Aquí se imparten las enseñanzas de Swami Satyananda y de su heredero Paramahansa Niranjan. Se dan clases de Hatha, Raja, Bhakti, Gnana y

Karma Yoga. Además, filosofía y técnicas del Tantra como Kriya Yoga, Antar Mouna, Prana Vidya, Chidakasha Dhraran, Yoga Nidra, etc. Todas las clases y talleres son dirigidos personalmente por Swami Ekananda quien en 1993 recibió de la Bihar School of Yoga de la India el título de Acharya (maestro de Yoga). Dirección: San Jorge 124, Ñuñoa. Tel: 417 7314 6. Centro de Estudios Yoga Sakhyam: Creado por Yanquinao Guasch y Eric Manquez, en 1990. Estas tres personas se inician en la GFU (Gran Fraternidad Universal) y luego comienzan a impartir Purna Yoga (Yoga Integral), la visión de Yoga de Shri Aurobindo. Además de Purna Yoga, enseñan Shivananda Yoga y Yoguismo, un remanente de la GFU. Dirección: Rosario Rosales 921, Las Condes, Santiago. Tel: 229 5356 – 475 2608 www.yogasakhyam.cl Yoga Intregral, o Purna Yoga es una síntesis moderna del Yoga, un deseo de reformular Yoga para nuestras necesidades modernas. Fue desarrollado por Shri Aurobindo, un filósofo y místico de la India. Purna Yoga no tiene técnicas fijas, ni rituales, posturas, ejercicios de respiración que sean obligatorios. El aspirante solo debe abrirse al Poder Superior, que él identifi- caba con la Madre. 7. Centro de Yoga la Dehesa. Centro fundado por Alena Lang y Vinka Kegevic. Ambas seguidoras de Swami Vishnudevananda, discipulo directo de Swami Shivananda. Swami Vishnudevananda vino a Chile en 1995, invitado por estas dos profesoras. Actualmente han expandido sus actividades y fuera del método Shivananda, enseñan también Iyengar Yoga. Dirección: San Lucas 450 Lo Barnechea Tel: 216 0958 www.yogaladehesa.com

Algunos pioneros del Yoga en Chile

Inés Lazo Preuss (swami prashantananda) Si bien es cierto que carecemos de información más detallada respecto de Inés Lazo es posible afirmar que fue una intelectual y buscadora espiritual compulsiva que conoció todos los movimientos existentes en su época, perteneciendo incluso a la rama femenina de la masonería. Como profesora de filosofía de la Universidad de Chile se motivó por el conocimiento filosófico de India país al que viajó y en donde obtuvo un master en filosofía otorgado por la Universidad de Benares. A su regreso fue acogida por la Universidad de Chile en donde comenzó a dar un curso sobre filosofía de India. En 1969 el tema del curso fue el Bhagavad Guita y en 1970 Filosofía y Psicología Yoga. En 1970 obtiene una beca de la UNESC0 para optar a un doctorado de filosofía de India en la Universidad Hindú de Benares, además de un master en Arte. Fue en esta época en que decide tener un mayor compromiso con el Yoga y entra en el gran Ashram (monasterio) de Shivananda en Rishikesh dirigido por 539

Swami Chidananda a quien toma como su Guru o maestro y quien la inicia en la orden monástica de Sannyas con el Nombre de Prastantananda, y se convierte en la primera Swami chilena. Su conocimiento y capacidad es reconocida por el Ashram que la considera como experta en temas filosóficos y es autorizada para traducir el Bhagavad Guita según Gandhi para los paises de habla hispana. En dicho texto aparece un reconocimiento del Presidente de la Divine Life Society de India. A su regreso a Chile comienza a dar clases de Yoga, reuniones de meditación y conferencias públicas, todo lo que se ve interrumpido por una enfermedad mal tratada y con un pronóstico tardio; dejó el cuerpo quedando interrumpidos muchos proyectos.

Carmen Santa Cruz Errazuriz Más conocida como “Piti Santa Cruz “, tiene en la actualidad más de 90 años y

ha sido una de las personas que introdujo el Yoga en Chile. Comenzó a practicarlo por razones de salud. Debido al tiempo transcurrido y por no haber sido posible entrevistarla desconocemos con quien inició su practica. En sus numerosos viajes a Europa tuvo la oportunidad de conocer y estudiar con connotados profesores de Yoga europeos como André Van Lisebeth, el padre Dechanet y otros. Visitó India en reiteradas ocasiones y su amistad con la Sra. Inés Lazo (Swami Prashantananda) le permitió conocer respetadas escuelas de Yoga y maestros serios como Swami Chidananda, presidente de la Divine Life Society quien le sugirió conociera a Swami Satyananda de Bihar cuya enseñanza estudió y practicó siendo la primera persona que trajo el conocimiento del método Satyananda Yoga a Chile.- Actualmente no da clases.

Ghislaine de Mussy

Comenzó a practicar Yoga en el Instituto Cultural de Providencia de Santiago hace muchos años con la profesora Mónica Cubillos. En 1970 se trasladó a tomar clases con la profesora Carmen Santa Cruz de quien llegó a ser su ayudante. Ha viajado varias veces a India en donde tomó un Curso de Perfeccionamiento en el sur en el Ashram de Swami Vishnudevananda y otro de dos meses en la Bihar School of Yoga de Swami Satyananda. El sistema que enseña es Hatha Yoga inspirado en lo que ha estudiado y aprendido y producto de su propia experiencia, con una marcada influencia del método Satyananda Yoga. No sigue a ningún maestro en especial. En la actualidad da clases de Yoga en el Instituto Cultural de Providencia.

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Laura Madrigal

Inicio el estudio y la práctica de Yoga en 1968 en un Instituto ubicado en el Centro de Santiago. Al poco tiempo supo del regreso a Chile de una antigua amiga, Inés Lazo Preuss, profesora de filosofia quien volvia de India y con quien tomó clases. En ese año se inscribió en el Curso sobre filosofia de la India que daba la Sra. Lazo en la Universidad de Chile. En 1972 viaja a India en compañia de Carmen Sta. Cruz con la intención de profundizar sus conocimientos sobre Yoga y de preferencia en Yogaterapia. Durante los tres años de su estadia en India siguió cursos de profundización en Lonavla en el Hospital fundado por el Dr. Swami Kuvalayananda, en el Instituto Yoga de Santa Cruz en Mumbay de Sri Yogendra, en Puna con el maestro Iyengar y en Delhi con Dhirendra Bhahmachari. Siguió un tratamiento naturista por algunas semanas en el Ashram de Gandhi en Uruli Káncham. En el sur de India ingresó al Ananda Ashram dirigido por el Dr. Swami Guitananda. En Mysore tomó clases con Pattabhi Jois quien la atendió personalmente y la curó definitivamente de problemas a la columna (Fue su primera alumna chilena y según el propio Pattabhi Jois, yo fui el segundo). También siguió un curso sobre filosofia y religiones de la India en la Universidad de Benares. Durante muchos años ha estado enseñando Yoga en su estudio de Santiango y actualmente está contratada por la I. Municipalidad de Santiago para dar clases a personas de tercera edad.

Corina Herrera De profesión escultora. Comenzó su práctica de Yoga en 1987 a los 60 años de edad en la Escuela de Yoga Clásico del profesor Eduardo Nuñez. A partir de 1990 comienza a dar clases en su casa en una sala muy cómoda que construyó para tal efecto y que denominó “Yoga en La Reina” por ser la comuna donde imparte su enseñanza. El método que enseña lo denomina Yoga Integral y se inspira en la enseñanza del profesor belga Van Lisebeth y en el sistema Iyengar. Ha seguido cursos de perfeccionamiento en el Centro de Yoga Sakhyam de Santiago. Muy estudiosa es de preferencia autodidacta y no sigue a ningún maestro en especial.

Swami Ekananda Saraswati Comenzó a practicar en 1968 con la profesora Silvia Hidalgo de profesión enfermera. Después de algunos años su profesora trasladó su residencia a Viña del Mar por lo que se tuvo que inscribir en las clases del profesor José Etcheverry con quien estudió y practicó hasta 1975 fecha en que es aceptado como alumno por Swami Prashantananda, quien le da su primera iniciación en Yoga. Al dejar el cuerpo su maestra, fue invitado a participar en el grupo de estudios Yóguicos de la profesora Carmen Santa Cruz. En 1980 el grupo viaja a Colombia a la Convención Internacional de Yoga y Salud celebrada en Bogotá bajo la dirección de Swami Satyananda Parama543hansa. En una

entrevista personal con el maestro es aceptado por él como su discípulo y lo inicia en la Orden Monástica de Sannyas Dasnami con el nombre de Swami Ekananda Saraswati. En dos oportunidades, en los años 82 y 83 Swami Ekananda viaja a Colombia a hacer estudios de perfeccionamiento en Medellín bajo la guía de la maestra india

Swami Yogashakti, discípula de Satyananda Paramahansa. En 1993 Swami Ekananda asiste a la Convención Mundial de Yoga celebrada en India en la que recibe el titulo de Acharya, maestro de Yoga, otorgado por el Intenational Yoga Fellowship Movement y la Escuela de Yoga de Bihar , India, distinción que le entrega el Presidente de la Universidad de Yoga de Bihar, Swami Niranjananda. Desde la fecha de su iniciación Swami Ekananda realiza una serie de actividades difundiendo la enseñanza de su Guru en clases de Yoga, talleres, seminarios, retiros, entrevistas y también por medio de viajes a países 1imitrofes como Bolivia, Argentina y Uruguay. En Uruguay fue el inspirador de la formación del Instituto Uruguayo de Yoga. En la actualidad Swami Ekananda imparte clases regulares en el Ashram Satyananda Niketan de Santiago y en Yogashala.

CUArTA pArTE

EL profEsionAL dEL YogA El profesional del Yoga

La palabra “Yogui” (persona que practica Yoga) está asociada a una serie de restricciones: se supone que el Yogui no bebe vino, no fuma, no va a las discotecas, no come carne, etc. Para hacer Yoga no es necesario abandonar estos hábitos, pero eventualmente en forma natural uno los deja. No se trata de adoptar prácticas ascéticas, más bien se trata de dejar los apegos que nos atan. Llega un momento en que uno se da cuenta que simplemente ya no necesita de ciertos hábitos sin los que uno antes no podía vivir. Frecuentemente se asocia también la palabra “Yogui”con espiritualidad. Es decir, que lo que menos se espera de un Yogui es que sea espiritual. Aquí surge la pregunta, “¿Qué es espiritualidad?” Para entender esto549 ciertamente es más fácil echar una mirada a lo que no es espiritual. Hay gente en Varanasi que se acuesta sobre camas de clavos. Toda su espiritualidad consiste en acostarse en esas camas. ¿Qué tiene que ver esto con espiritualidad? Los monjes Jains cada año se sacan el pelo con sus propias manos y cientos de personas los miran con lágrimas en los ojos, porque están haciendo algo extraordinario. Lo mismo ocurre con aquellos “Yoguis” que se ponen en posturas inverosímiles. Es probable que al igual que con los monjes Jains, al comienzo hayan sentido un poco de dolor, pero luego se fueron transformando en expertos, porque lo hacen todo el tiempo. Es simplemente práctica, pero, ¿dónde está la espiritualidad? A los Yoguis se les ha puesto letreros, o ellos mismos lo han hecho para distinguirse de las demás personas, como dejarse crecer barba, el pelo, vestir ciertos uniformes, andar con collares y medallas “Om” o cualquier otra forma de publicitar que están vendiendo algo. Y, es fácil encontrar compradores, porque la gente es insegura. Los Yoguis son personas como todas las demás, cada una un universo, con sus similitudes y diferencias. Muchas personas en el mundo del Yoga de repente se ponen serias y dejan de divertirse. Esto no debiera ser así, pues Yoga es diversión, es disfrutar de la vida de una manera más conciente. Para Swami Ekananda un Yogui es quien lleva una vida acorde con las normas del Yoga y que vive una experiencia de vida con una mente y actitud Yóguica. Para él, un Yógui debe tener una proyección espiritual. Si una persoma hace Asanas difíciles no significa que su conducta como ser humano lo haga merecedor del título de “Yogui”.

El profesional del Yoga “Shri T. Krishnamacharya, el profesor de B.K.S. Iyengar y de muchos otros profesores reconocidos internacionalmente en el siglo veinte en el campo de las Asanas y Pranayama, fue el primer profesional del Yoga.” Con estas palabras Pedro Kupfer, el conocido profesor uruguayo radicado en Brasil dio inicio a su seminario en Yogashala-Chile, en septiembre del 2004. Continuó diciendo que hasta que el profesor Krishnamacharya comenzó a enseñar a los nobles en el palacio de Mysore en 1931, bajo el mecenato del Majaraja, la enseñanza del Yoga era en general una práctica casi secreta que se trasmitía de padre a hijo o de un maestro a un solo discípulo. Krishnamacharya al enseñar entonces a grupos de personas, fue uno de los iniciadores de la masificación del Yoga, y para hacerlo aún más accesible al común de la gente, se centró básicamente en el cuerpo, en las prácticas físicas y respiratorias. Más o menos en la misma época Shri Yogendra, Swami Kuvalayananda, Swami Shivananda y luego los primeros discipulos directos de Krishnamacharya se encargarían de continuar masificando y popularizando el Hatha Yoga y lo que es más importante, se le permitiría también a las mujeres el acceso a la sala de clases hasta entonces vedada por su condición de mujer. Este fue entonces el punto de partida de la carrera de profesor de Yoga, cada vez más popular en el mundo estresado y sedentario en el que vivimos. En estricto rigor siempre hubo escuelas y Ashrams donde se podía aprender, pero el interés por aprender estas rigurosas disciplinas era bastante restringido. Es sabido también que los Kamphata Yoguis, es decir los más genuinos Hatha Yoguis recorrian la India enseñando a reducidos grupos de personas. ¿Cómo es la vida del profesional del Yoga, en otras palabras, del profesor de Yoga? Estamos hablando del profesor común, como tú y yo. No estamos hablando de los profesores “producidos”, de los “profesores estrellas” que ilustran las portadas del Yoga Journal que publicitan marcas de ropa para hacer Yoga y aparecen en programas de la televisión norteamericana hablando de temas “profundos”. No, estamos hablando del profesor común y corriente, cuya notoriedad escasamente traspasa los confines de su barrio, a lo más de su ciudad. El profesor de Yoga piensa, respira, sueña con Yoga. Sus colegas son sus mejores amigos. Habla sobre su tema predilecto cada vez que tiene la ocasión. Es monotemático. Recomienda el Yoga para todas y cada una de las

enfermedades y sufrimientos del ser humano. Se gana la vida haciendo lo que le gusta, pero lo que gana a veces no le alcanza para pagar el arriendo de su apartamento y darle de comer al gato, y menos para mantener una familia. Pero el Yoga lo saca feliz de la cama muy temprano por la mañana con una gran sonrisa y muchas ganas de comenzar a enseñar, (siempre y cuando no sean demasiadas horas en el mismo día). El Yoga es su gran amor y pasión. Sabe que el mundo tiene hambre de alimento espiritual y sabe también que tiene una oportunidad para tratar de satisfacer esa necesidad. La espiritualidad es acción…aunque nos cueste creerlo.551 El futuro profesor, el que descubrió que le gustaría serlo, debería saber ciertas cosas que comentaremos ahora, pues seguir la carrera de profesor de Yoga muchas veces no es tan romántico o relajado como podría pensarse. Es cierto que si uno tiene un trabajo convencional y trabaja como todos, entre las 9 y las 5 de la tarde, cosa que nunca ocurre en Chile pues las jornadas de trabajo son muchísimo más largas, la libertad horaria a primera vista pudiera parecer muy atractiva, pero hay que detenerse a pensar que los que nos dedicamos a esto frecuentemente tenemos que enseñar los fines de semana, (muchos de corrido), que ganamos entre USD 15 y 20 por clase de hora y media. (Los que más ganan, son los que enseñan en grandes empresas, entre USD 40 y 50 y otros que a veces participan en programas televisivos). Hay que detenerse a pensar también que tenemos que llevar nuestra propia contabilidad y pagar nuestros impuestos, que tenemos que enseñar a veces en oficinas en las que hay que comenzar por arrimar a la pared escrito- rios, sillas y estantes para crear espacio, y aparece una alfombra manchada que no ha sido aspirada durante largo tiempo. No hay que olvidarse tampoco de la ansiedad de verse imposibilitado de dar una clase por enfermedad, viajes u otra causa, y que hay que buscar desesperadamente un reemplazante -quien se lleva la tuición-, para mantener la continuidad de la enseñanza y sobretodo para no perder la fuente de trabajo.

Gustavo Ponce corrigiendo una postura.

Los meses de verano y durante todo el período de navidad y año nuevo el número de clases decrece abruptamente y lo mismo ocurre con los ingresos, aumentando la dificultad para pagar las cuentas. No existen las vacaciones pagadas y uno debe pagar las imposiciones voluntariamente para tener algún plan de salud y poder ahorrar para el momento en que no podamos continuar estando activos. Afortunadamente en el caso del Yoga no existe la jubilación por edad y mientras más viejos nos ponemos, pareciera ser que más peso y prestigio tenemos. Las dificultades que debe enfrentar el profesor de Yoga que describí en el párrafo anterior afortunadamente no son las mías, y probablemente no son las de un profesor que tiene su propia academia. Yo diría que en este último caso las dificultades son aún mayores, pues una escuela de Yoga bien llevada es una empresa y los que dirigimos un centro de Yoga no solo somos profesionales del Yoga, sino que también empresarios del Yoga. El principal problema, como siempre ocurre en las empresas, es el personal. Sin un buen personal de nada vale tener un lindo centro de Yoga. Simplemente no funciona. El personal hace que el centro sea exitoso o un fracaso. En un centro, dependiendo del tamaño, está el personal administrativo, de aseo, y el personal docente. También están los llamados “profesores invitados”, que vienen desde el extranjero a dar un taller de fin de semana o por períodos largos, desde uno a varios meses. Etica profesional - Selección de personal – Trabajo de equipo Yo diría que el principal problema que debe enfrentar el profesor-empresario es su personal docente, y mientras más grande el centro, mayores son los problemas. Para el centro, es de la mayor importancia que sus profesores estén contentos. Estar contento significa tener un buen número de clases a la semana y bien remuneradas. Y como los profesores de Yoga no somos diferentes a las demás personas, aún cuando conozco a varios que sí piensan que son especiales, caemos en los llamados “juegos de poder”, es decir creer que su trabajo vale más que el de los otros profesores; que su “arrastre” es mayor y por lo tanto sus peticiones económicas y de otra índole, van siempre en aumento, y mientras más éxito tiene el centro, mayores son las demandas. Naturalmente no se detienen a pensar que el centro tiene también gastos elevados, como alquiler, pago de todo tipo de cuentas, salarios al personal y muchos otros que no vale553 la pena enumerar aquí. No se detienen tampoco a pensar en el inmenso activo que tienen

en conocimientos adquiridos en el centro mismo, pues a menudo empezaron como alumnos y se formaron allí. Otro aspecto con el que tiene que lidiar el centro es la lealtad de sus profesores. En algunos casos, hemos echado de menos la lealtad hacia el centro que los formó o que les dio la posibilidad de trabajar ahí, pues tan pronto se presenta la ocasión de conseguir un trabajo con mejores posibilidades de remuneración, se van, y en esto no hay mucha diferencia con los empleados de otras empresas comerciales. Creo que como formadores tenemos culpa por no haber inculcado debidamente principios de ética. Por otro lado, en el caso de profesores invitados que vienen por períodos prolongados, siempre existe el peligro de que se queden en el país y abran una escuela a la vuelta de la esquina. No digo que esto sea malo, pues como dicen los economistas, “la competencia hace que tengamos que ser mejores”. Vocación Pero, continuemos con el profesor que no es empresario ni “mercenario del Yoga”, y que vive de las clases que da. Para mí, el “mercenario del Yoga” es alguien para quien el Yoga se traduce en una transacción en las que se intercambian algunas técnicas por pesos, dejando de lado el crecimiento de la conciencia. La mayor parte de las personas que hoy día enseña, no empezó con la idea de ser profesor. A medida que iban practicando iban haciendo descubrimientos, como por ejemplo tomar conciencia de sus cuerpos y respiración de una manera que les era totalmente desconocida; desenterrar emociones hace mucho olvidadas y experimentar otras nuevas. Un buen día surge la ocasión que hace que se despierte el “bichito”, ya sea en la forma de un reemplazo a un profesor que no encontró a ningún otro para que lo reemplazara, y que después de la clase los estudiantes se le acercaron para decirle que les encantó su clase y él/ella descubre que también disfrutó mucho dando esa primera clase, o bien surge cuando un centro ofrece un curso de formación de instructores y lo toma por curiosidad, sin ningun interés todavía en abandonar su trabajo normal. En fin, las razones son variadas, pero son muchos los instructores que confiesan que quisieron hacerse profesores para “compartir con otros la alegría que el Yoga trajo a sus vidas”. Una especie de Karma Yoga. La vocación de profesor siempre estuvo ahí, sólo que estaba encubierta y olvidada. Enseñar no es fácil. Enseñar irresponsablemente es fácil pero no tiene continuidad. Para enseñar responsablemente es imprescindible tener una práctica

personal diaria, para así comprender de primera fuente -uno mismo- el sentido de la práctica. T.K.V. Desikachar escribe en Health, Healing and Beyond: Yoga and the Living Tradition of Krishnamacharya, “Un profesor de Yoga debe vivir una vida Yóguica -practicar lo que enseña”, es decir, sumergirse en una práctica contínua y de auto estudio. Enseñar Yoga es una especie de Tapas, una disciplina que requiere vivir con tanta integridad y compasión como sea posible. Para ser un buen profesor uno debe enseñar desde su propia experiencia.

Gustavo asistiendo a una alumna

En algunos casos el hecho de ganar dinero, de ganar estatus y de empezar a tener estudiantes “devotos” y ser prácticamente idolatrados por ellos, a veces resulta en un relajo en la práctica personal y auto estudio y lo que es más grave, el profesor corre el serio peligro de que se le vayan “los humos a la cabeza” y deje de participar en talleres o en continuar aprendiendo de sus estudiantes y de otros profesores, pues ya tienen la sensación de que lo saben todo, que no tienen nada más que aprender, o bien, conociendo sus limitaciones en la práctica de Asanas, -pues es frecuente que algunos alumnos superen a los profesores en la ejecución de las posturas-, no deseen ser vistos como seres humanos incapaces de ejecutar correctamente las posturas, sobretodo si se van poniendo viejos. En otras palabras, el ego les impide exponerse. T.K.V. Desikachar escribe: “Al igual que todas las personas, los profesores de Yoga exhiben todos los tipos posibles de personalidad, temperamento y problemas humanos. Tienen, al igual que otras personas, matrimonios fracasados y experimentan los mismos sufrimientos, incluyendo el estrés. Hablo desde este lado555 de la pared a otras personas que están en mi mismo lado de la pared”. Si piensas que eres demasiado viejo, gordo, torpe o tieso para ser un instructor de Yoga, debes detenerte un momento a recapacitar. Invariablemente, los mejores profesores son aquellos que han tenido más dificultad en el aprendizaje. Recuerdo por ejemplo a Tim y a Lynn, dos ingleses que hace un par de años tomaron un curso de formación de profesores en el Yogashala. El, un geólogo trabajando en las minas chilenas parecía que jamás había hecho ejercicios de elongación, pues cada postura era para él, un martirio; ella, aficionada a la cocina, tenía mayor flexibilidad, pero algo de sobrepeso. Como parte del entrenamiento del curso, debieron dar clases, y los alumnos los adoraban. Hoy ambos están radicados en el sur de España donde montaron su propio centro de Yoga, están felices y tienen muchos alumnos. Los que han tenido dificultad en la práctica de las posturas saben lo que eso significa y pueden identificarse fácilmente con los estudiantes, cuya gran mayoría está en la misma situación. Si piensas que hay demasiados instructores o centros de Yoga donde tú vives, piensa en desarrollar alguna especialidad dentro del Yoga. La cantidad de personas que sufren de problemas a la espalda, cuello, contracturas a los hombros, problemas respiratorios, de concentración, estrés y muchas otras condiciones producto de la mala postura o simplemente vejez, es cada día

mayor, como también lo es el interés por la Yogaterapia, donde las sesiones debieran ser individuales, ya sea en tu casa o a domicilio. Puedes hacer mucho bien y hacerte a ti mismo mucho bien. Enseñar puede ayudarte a ser una mejor persona, porque enseñar es Tapas, el fuego que quema todas las impurezas, especialmente en la relación con los demás. Uno aprende a apreciar a sus estudiantes y a verlos como personas con inquietudes y conductas no demasiado diferentes de las propias; aprende a ser multifacético y a estar atento a que nadie se lesione, a dar instrucciones a la clase en general o a una persona en particular. Uno se pone inmensamente creativo para hacer la clase entretenida y al mismo tiempo variada. Muchas veces pasamos de la explicación de un Asana en particular a un tema filosófico. A veces traemos a la clase un modelo de una pelvis para mostrarles a los estudiantes donde está la articulación sacroilíaca y cómo rotan los huesos de los muslos dentro de la articulación de la cadera. Uno está conciente que demostrar en uno mismo o en un estudiante una postura ayuda muchísimo, porque la mayoría de las personas ve mucho más de lo que escucha. La creatividad y el sello personal en la enseñanza no son instantáneos. Al comienzo la mayor parte de los profesores imitan las instrucciones y la forma de dar las instrucciones de sus profesores, pero a medida que enseñan van teniendo más confianza en ellos mismos y desarrollan su propia forma de enseñar, incluyendo matices en el tono de voz, según el progreso de la clase.

Reflexión La variedad de cuerpos y de personalidad de los estudiantes a los que debe enseñar un profesor es asombrosa: por ejemplo, está el alumno que pasa permanentemente lesionado, pero que a pesar de eso, sigue viniendo a clases; está el que hace una pregunta trás otra y no permite que nadie más las haga; el que en medio de la clase se levanta y se va; el que llega siempre atrasado y el que siempre se va antes de que termine la clase, en medio de la relajación; está el que a pesar de todas las recomendaciones, nunca apaga el teléfono celular; el que conversa con otros estudiantes en clase; el que se pasa toda la clase bostezando porque probablemente está aburrido; el alumno que no puede conectar las instrucciones con su cuerpo; el que supera gradualmente las contracciones musculares que lo atormetaban; el que después de algunos meses de práctica

deja de padecer de insomnio; el que baja de peso sin hacer dieta; el que recobra o adquiere confianza en sí mismo; el que confiesa que se siente más calmado, más tranquilo, más en contacto con el pulso de su respiración, cuerpo y mente. En fin, la variedad es muy grande, pero a medida que continúan practicando los que tienen dificultades van mejo- rando, o simplemente no regresan más. También están los estudiantes que “gatillan” en los profesores reacciones poco Yóguicas, que van desde celos profesionales hasta sentir que han sido traicionados, una indicación de que hay que trabajar más en uno mismo. Por ejemplo, está el estudiante que se va a estudiar con un profesor “rival”; el que no reconoce que ha estudiado contigo, o que no reconoce que lo que sabe te lo debe a ti; está también el que te propinó un “golpe al ego”. Todas estas son oportunidades para darnos cuenta de nuestras debilidades y patrones crónicos y crecer como profesores. No hay duda de que si un profesor trabaja diligentemente puede ganar un sustento aceptable. De repente puede incluso producirse un golpe de suerte y ser invitado a tener un programa regular de TV y pasar a ser un profesor estrella, un “rostro televisivo”, lo que le consiguirá un buen retorno económico y mucha publicidad. Es posible también que además de enseñar557 en oficinas, escuelas de Yoga o en las casas de tus estudiantes, tengas la oportunidad de dar clases en un “Spa” o de organizar tu mismo grupos para llevar a un “Spa” o centros de retiros junto al mar o en la montaña, con lo cual combinarás lo que te gusta hacer con unas pequeñas vacaciones en un lugar especial. Pienso que en ningún caso uno debe convertirse en profesor solo por el dinero, pero más bien como dice la letra de una canción, “Haz lo que amas y el dinero vendrá solo”. No solo el dinero vendrá solo sino que también las satisfacciones. La satisfacción de sentirse útil, de ver a los estudiantes progresar, mejorarse o aliviarse de las dificultades físicas y sicológicas que los aquejan, es realmente inmensa.

Gustavo Ponce dando una clase en el Main Hall del Yogashala.

Un último aspecto a considerar es que mientras más clases hace un profesor, más experiencia obtiene y en consecuencia será mejor profesor, pero siempre debe enseñar como si fuera la primera clase. En mi caso que llevo enseñando mucho tiempo, cuando me detengo a pensar en las clases que daba los primeros años, me doy cuenta que sólo recientemente he comenzado a sentir que estoy realmente enseñando. El antiguo proverbio latín “docendo discitur” (enseñando aprendes), cobra aquí toda su fuerza.

La relación Estudiante-Profesor Uno de los aspectos más gratificantes de practicar/enseñar Yoga es sentir como uno contribuye a mejorar la sociedad haciendo que seamos mejores personas favoreciendo al mismo tiempo la creación de una comunidad donde todos tenemos una pasión en común. Esta pasión en común permite que gradualmente se vayan creando amistades que muchas veces perduran durante mucho tiempo. La relación estudiante-profesor que es sensible y delicada, puede ser sin embargo, intricada. A medida que el estudiante se va interesando en el Yoga hasta transformarse en una especie de “yogadicto” y participa cada vez más de la comunidad del Yoga, tiende muchas veces a enamorarse de sus profesores, y el enamoramiento no siempre es platónico. Comienza a fantasear, a aproximarse al profesor/a y a dejar en claro que está disponible. Este fenómeno no creo que sea exclusivo del Yoga, pues es sabido que las secretarias se enamoran de sus jefes, pero en el caso del Yoga, la relación que se crea entre el estudiante y el profesor es más directa, más física, más cargada de lenguaje corporal. Además como el profesor frecuentemente está en mejor forma física que los hombres/mujeres de su edad y puede manejar su cuerpo hábilmente, e incluso puede hablar sobre temas que a veces son un poco más profundos que los temas superficiales al que algunos estudiantes están acostumbrados a conversar en casa o en la oficina, es probable que algunos de ellos comien- cen a suspirar. Pero el acercamiento no siempre es de parte del estudiante. El profesor/a contribuye a generar el interés prestando más atención a un/a alumno en particular, hablándole después de la clase y preocupándose por él/ ella un poco más de la cuenta. Como seres humanos que somos y atendiendo al campo totalmente limitado al mundo del Yoga que tiene el profesor, no es raro que busque entre sus alumnos compañía del sexo opuesto. Teóricamente el profesor y el alumno avanzado o que quiere

seguir progresando en el camino del Yoga debe ser Brahmachari, es decir célibe para conservar su energía vital, pero sobretodo para no apartarse de la búsqueda debido a la interferencia de los sentimientos. Pedro Kupfer, gran conocedor de estos temas, coincide en que una vida de celibato es difícil de sustentar para el hombre que vive en el559 mundo real. A su vez, la relación del estudiante y del profesor “picado” por el bicho del Yoga con sus conocidos, familia y pareja, es también intricada, pues en la medida que se van adentrando más en la “comunidad del Yoga”, mayor es el distanciamiento con las personas que han sido sus más cercanas. Ya no hay temas en común, y uno pasa a ser un“rayado”. Es muy importante en consecuencia, no perder el contacto con los seres queridos e interesarse por los temas que a ellos les interesan, o bien intentar hacerlos participar en actividades organizadas por la gente que hace Yoga.

La relación entre el profesor y su maestro

Swami Digambar me contaba en su último viaje a Chile que en la relación entre

maestro y discípulo es muy normal que en un principio el alumno (por su propia necesidad) ponga a su profesor en un pedestal. Pero con el paso del tiempo cuando el alumno (que no se ha purificado suficientemente y ha engordado su ego) se convierte en profesor, siente a su maestro como una losa muy pesada. Esto motiva que intente tirarlo del pedestal y se esfuerce en desacreditarlo por todos los medios. Es una reacción motivada por la inmadurez, la envidia y el sentido de la competencia, que no le permite reconocer la gran ayuda que ha recibido de su maestro a quién en última instancia le debe casi todo lo que es. Así de ignorante, miserable y desagradecida es la naturaleza humana. Esto que sucede en todos los ambientes, lamentablemente también ocurre en el Yoga. “Intuyo, -me decía Swami- que en cierto sentido esto tiene que ver con el complejo de inferioridad que sienten algunas personas con respecto a sus tutores. Estas personas en determinado momento sienten la necesidad de destruir al tutor para poder llegar a ser ellos mismos. El tutor les representa una gran competencia a veces insuperable y no encuentran otra solución que matarlo”. Es común constatar que algunos profesores renieguen del centro que los formó o del maestro que los inició en el camino del Yoga y que prefieran decir después de un corto viaje a la India, que fue allí donde obtuvieron sus conocimientos. Es menos común, pero sucede y seguirá sucediendo, constatar que aquellos pocos extranjeros, a los cuales se les dio la oportunidad de venir a Chile y de enseñar en el centro que los acogió, manifiesten públicamente su ingratitud hacia el centro y hacia la persona que les dio una nueva vida. La gente pregunta, “¿Por qué Judas traicionó a Jesus?” La respuesta es lógica: Porque también quería ser maestro. Pero no es solamente Jesús, todos los maestros han sido traicionados. Mientras más grande sea el maestro, habrá más traidores porque tendrá más seguidores. Todos quieren ser maestros, y si pueden ser “mini-maestros” en alguna parte, sin duda que se sentirán realizados. Estoy seguro que también para las personas mencionadas en el párrafo anterior este libro será de gran utilidad y se darán cuenta que todavía tienen mucho que aprender. Personalmente, siempre he mostrado públicamente mi absoluto agradecimiento y reconocimiento hacia todas aquellas personas de las que he aprendido y me han ayudado en mi camino de crecimiento personal, como se desprende 561 de la lectura de este libro. Tengo la total certeza de que expresar reconocimiento y

agradecimiento hacia nuestros padres, nuestros primeros maestros y a todos los maestros que hemos tenido, es una enseñanza mil veces más grande que la transmisión de cualquier técnica.

Glosario de términos sánscritos A Abhyasa: Práctica. Ahimsa: No violencia. Amor hacia todo y todos. Anga: Miembro, parte. Annamayakosha: Cuerpo físico. Antara Kumbhaka: Retención del aliento con los pulmones llenos. Asana: Postura Ashrama: Define los cuatro períodos en la vida de una persona. Aradhana: Oraciones. Aswini Mudra: Mudra del caballo. Similar a los ejercicios Kegel. Atman: En las religiones de origen hinduista el Atma o Atman este término podría asociarse al concepto occidental de alma, o la esencia espiritual, si bien posee un significado específico para los hinduistas. El Atma es la parte de Brahma que está dentro del hombre, y que es necesario conocer para concluir el ciclo de las reencarnaciones. Cuando se alcanza el conocimiento del Atma propio, se habrá llegado a la perfección, siendo conscientes entonces de la realidad eterna que subyace detrás de Maya (ilusión), superando así el ciclo de las reencarnaciones. Avatar: En el marco del hinduismo, un Avatar es la encarnación terrestre de un dios, en particular Vishnu. Se dice por ejemplo que el dios Krishna es el octavo Avatar de Vishnu. El término proviene del sánscrito Avat_ra, que significa “el que desciende”. Avidya: Ignorancia Ayurveda: “Ciencia de la Vida”. Medicina tradicional de la India. B563 Bahya Kumbhaka: Retención del aliento con los pulmones vacíos. Bandha: Sello energético. Compuertas internas del cuerpo que permiten regular el flujo

de Prana. Bhakti Yoga: Yoga de la devoción Bhastrika Pranayama: Respiración cuyo sonido se parece al que hace un fuelle. Bhavana: Visualización. Brahman: La realidad absoluta Brahmines: Casta sacerdotal de la India. Brahmacharya: Conducta brahmánica.

C Chakra: Rueda. Vórtice energético.

D Dakshina Marga: Via de la mano derecha en el Tantra. Aquí se incluyen las prácticas sexuales. Darshana: Sistemas filosóficos de la India. Dharana: Concentración. Dhauti: Uno de los seis Shatkarmas Deerga Swasam: respiración Yóguica completa. Dhyana: Meditación. Dhoti: Tela de algodón enrollada alrededor de las caderas. Doshas: Los tres humores del cuerpo: Kapha, Pitta y Vata.

G Grahasta: Hombre de familia. Gunas: Cualidades esenciales que exiten en la naturaleza y el ser humano. Guru: Profesor, guía espiritual.

H Hatha Yoga: Yoga que busca equilibrar la energía positiva con la negativa en el cuerpo energético. Ha, significa sol; Tha, luna.

I

Ida y Pingala nadi: Canal energético negativo y Canal energético positivo. Indriyas: Los órganos de acción y los sentidos. Ishta Devata: Divinidad personal.

J Jain: Persona que practica la fe Jain. Fue fundada por Mahavira. Jalalandhara Bandha: Cierre parcial de la garganta al bajar el mentón. Jivatman: El Atma manifestado como sí mismo y encarnado en un cuerpo. Jnana Mudra: Mudra en el que se unen los índices y pulgares de cada mano.

K Kaivalya: Liberación. Kapalabhati: Técnica que consiste en hacer potentes y rítmicas exhalaciones. Kapha:El humor agua es denominado Kapha y significa literalmente aquello que “se adhiere o se pega”. Kapha gobierna la forma y la sustancia y es responsable por el peso, la cohesión y la estabilidad. Es la solución fluida, el océano interno en el cual se mueven las otras dos Doshas y constituye la mayor sustancia del cuerpo. Es responsable de la lubricación, de la excreción de secreciones y de la protección de los nervios, la mente y los sentidos. Kapha predomina en los varios tejidos del cuerpo y en la parte superior del cuerpo tales como el estomago, pulmones y la cabeza donde se acumula mucosidad. Está relacionado con los sentidos de gusto y olfato correspondiendo al agua y a la tierra. Kapha gobierna los sentimientos, las emociones y la capacidad de la mente para afe565 rrarse a la forma. Provee calma mental y estabilidad pero puede prevenir el crecimiento y la expansión. El deseo y el apego excesivo son las emociones más afectadas así como el apego mental a los objetos lo cual puede agobiar la mente. Karma: Acción. Karma Yoga: Yoga de la acción y del servicio desinteresado. Kechari Mudra: Gesto mediante el cual se enrosca la lengua y se pega contra el paladar blando. Kosha: Envoltura del cuerpo. Kriya: Técnica de purificación. Acción. Kumbha: Vasija Kumbhaka: Retención del aliento. Kriya: Técnicas de purificación.

Kundalini: Energía espiritual que yace dormida en la base de la columna. Kundalini Yoga: Sistema de Yoga que tiene por objeto despertar la energía dormida en la base de la columna.

L Laya: Absorción de la mente.

M Maha Bandha: Uso simultáneo de los tres Bandhas principales. Maithuna: Ritual de la unión sexual Tántrica. Manas: Mente. Mantra: Oración corta (estribillo) hindú y budista que se repite muchas veces. Existen Mantras para casi todo: para alejar los malos pensamientos, relajarse, prepararse para el trabajo, etc. La palabra Mantra proviene de las raíces sánscritas “Manas”, que significa mente, y “Tra” que significa proteger; por tanto, el Mantra es un método para proteger la mente. Mantra Jaya: Poder del Mantra. Maya: Ilusión. Percepción errónea de la realidad. Mimansa: Una se las seis escuelas filosóficas de la India. Moksha: Liberación del ciclo del nacimiento y de la muerte. Mudras: Gestos psíquicos. Se usa para armonizar las energías internas. Mula Bandha: Contracción de la región uro-genital.

N Nada: Sonido, vibración sutil. Nadi: Canal psíquico-energético Nadi shodana: Respiración alternada. Nauli: Uno de los seis Shatkarmas. Neti: Limpieza/lavado nasal. Niyama: Actitudes que una persona tiene que observar. Nyaya: Unos de los seis sistemas filisóficos de la India.

O Ojas Shakti: Energía sexual sublimada y transmutada.

P Parayanas: Recitaciones del nombre de dios. Patanjali: Autor de los Yoga Sutras. Pingala Nadi: Canal solar de la energía. Pitta: Este humor es caliente y preciso por naturaleza. Gobierna la digestión, el metabolismo y el procesamiento de los alimentos, el aire y el agua a través del cuerpo. Prana: Energía vital que sostiene toda la creación. Impregna el macro y microcosmos. Prana Vayu: Aire vital. Pranavidya: Práctica Tántrica que consiste en mover concientemente el Prana. Pranamayakosha: Cuerpo energético. Pranayama: Regulación consciente de la respiración. Pratyahara: Interiorización. Purusha: Conciencia Pura. 567

R Raja Yoga: Contiene variadas prácticas espirituales que incluyen prácticas físicas y síquicas de acuerdo a las instrucciones del trabajo clásico de Patanjali, los Yoga Sutras. Rajas: Energía acelerada. Es uno de los tres Gunas. Rishi: Sabio, iluminado. S Sadhaka: Estudiante. Sadhana: Práctica de meditación. Sama Vrtti Pranayama: Pranayama en que la razón de Puraka, Rechaka y Kumbhaka tiene la misma duración. Samadhi: Estado de súper consciencia. Samkhya: Uno de los seis sistemas filosóficos de la India. Sannyasa: Renunciación. Sattva: Equilibrio, armonia. Es uno de los tres Gunas. Shakti: Energía. Shambhavi Mudra: Dirigir la mirada al entrecejo.

Shanti: Paz. Shatkarmas: Ejercicios de purificación interna del cuerpo. Siddhi: Poderes o facultades sobre naturales. Shavasana: Postura del cadáver. Shirshasana: Postura del equilibrio sobre la cabeza. Surya Namaskar: Saludo al Sol. Sushumna Nadi: Canal energético central. Sutra: Aforismo. Swami: Título respetuoso que significa “maestro de uno mismo”.

T Tamas: Energía lenta. Es uno de los tres Gunas. Tantra:Ciencia y filosofía que tiene como objetivo la expansión de la conciencia. Trataka: Uno de los seis Shatkarmas. Consiste en concentrar la mirada en algún objeto como la llama de una vela.

U Uddiyana Bandha: Succión de los órganos y músculos abdominales. Ujjayi Pranayama: Técnica que se caracteriza por un particular sonido que produce el aire al pasar por la garganta. Upanishads: Contienen las enseñanzas esotéricas en forma de diálogos entre maestro y discípulo. Significan “final de los Vedas”. V Vanaprastha: Hombre que vive en el bosque. Vairyaga: Desapego. Vajroli Mudra: es la acción de contraer o cerrar el esfínter uretral, exactamente como cuando se contiene el fluido de la orina a la mitad. Gesto del rayo. Tine diferentes variaciones. Vasti: Uno de los seis Shatkarmas. Vedanta:Uno de los seis sistemas filosóficos de la India. Deriva de los Vedas y está basada en los Upanishads: Contienen las revelaciones de los sabios sobre todo el Universo. Veda: Textos escritos más antiguos del mundo. Pertenecen a la cultura Aria y Viniyoga: Forma de Yoga que se caracteriza por usar Vinyasa. También se da

este nombre al método desarrollado por T.K.V. Desikachar. Vinyasa: Movimiento coordinado con la respiración. Vata: Este humor es rápido, frío y seco por naturaleza. Gobierna el movimiento, la respiración, la circulación, la eliminación y el flujo de los impulsos nerviosos desde y hacia el cerebro.

Y Yama: Conjunto de actitudes que desarrolla el practicante para armonizar su vida en relación a la sociedad, o dicho de otro modo, actitudes que debe evitar: violencia, engaño, codicia, sexo indiscriminado y egoísmo. Yantra: Símbolo geométrico utilizado en las prácticas de concentración usados 569 para despertar el potencial de la mente. Yoga Nidra: Sueño psíquico. Técnica de meditación. Yoga Sutras: Aforismos de Patanjali. Yogui: Practicante de Yoga. Yuga: Ciclo de tiempo

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