Violencia en Nuestra Sociedad

Una mirada con niños, niñas y adolescentes en nuestra sociedad Comentarios desde una investigación en Paraguay A qui

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Una mirada con niños, niñas y adolescentes

en nuestra sociedad

Comentarios desde una investigación en Paraguay

A quienes pusieron sus voces porque al ser convocados y convocadas tenían las condiciones de llegar, de estar, de hablar y de pronunciar su palabra. A quienes no pudimos llegar a escuchar, porque sus gritos y llantos se ahogan en medio de la indiferencia de nuestra sociedad. Este testimonio es para ellos y ellas como muestra de que nuestra sociedad puede cambiar y volverse hacia su sufrimiento...

La violencia en nuestra sociedad. Una mirada con niñas, niñas y adolescentes

Comentarios desde una investigación en Paraguay

Indice Presentación

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SECCIÓN I. EL CONTEXTO Una mirada desde las organizaciones de la sociedad civil. Análisis de coyuntura de la CDIA. El contexto mundial El contexto paraguayo Capítulo 2. La protección jurídica de niños, niñas y adolescentes frente a la violencia en Paraguay. El primer paso: Reconocer los derechos. Protecciones y sanciones. Protección en el trabajo y defensa contra la explotación económica. De las leyes a su aplicación. Capítulo 1.

SECCIÓN II. LA(S) VIOLENCIA(S)

¡Los papás borrachos son muy violentos con sus hijos! Las violencias en el hogar y la familia. Golpes, castigos y abusos. Para las niñas: discriminación, abuso sexual y abortos clandestinos. En la casa de otros, nos maltratan pero no nos ven... Niños y niñas indígenas ven entrar la violencia a sus familias. Capítulo 4. Las maestras nos castigan, dejándonos fuera de hora. La violencia en las escuelas. Castigos físicos y psicológicos. Discriminaciones abiertas: pobreza, discapacidad y género. La violencia entre niños y niñas. Capítulo 5. En el hospital, tardan en atender y no dan los remedios. Violencia en otras instituciones En las instituciones de salud. En los centros de privación de libertad. En cuarteles y unidades militares. En las iglesias. En los hogares de abrigo. Capítulo 3.

...Y ya te mata nomás. Violencia en las comunidades y en las calles. Violencia es lo que más se ve. La vivencia en las calles. Capítulo 7. ...abusan, les hacen trabajar mucho. Violencia en actividades económicas. Desprotección en los lugares de trabajo. Explotación económica y explotación sexual comercial. Capítulo 6.

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SECCIÓN III. CONCLUSIONES ABIERTAS Reflexiones. Capítulo 9. Sugerencias. Capítulo 8.

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Anexos. 21

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Metodología de la investigación.

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Brújula de contactos o casi un directorio.

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Presentación Edición:

CDIA, Coordinadora por los derechos de la infancia y la adolescencia Zanotti Cavazzoni 253; Asunción / PARAGUAY Telefax (595 21) 227 061 www.cdia.org.py / [email protected] FICHA TÉCNICA

CELMA, Luis Claudio y OTERO, Heve - coordinadores (2006): La violencia en nuestra sociedad. Una mirada con niños, niñas y adolescentes. Comentarios desde una investigación en paraguay. Asunción: CDIA. Elaboración de contenidos:

Heve Otero y Luis Claudio Celma (coordinadores de edición). Aportes y sugerencias:

Margarita Rehnfeldt (BECA); Norma Duarte (Callescuela); Karina Bianchi (Cectec); Magdalena Palau (EnfoqueNiñez); Marta Elisa Codas (Fundación Apamap); Miguel Ángel Larrea (Fundación Don Bosco/Don Bosco Róga); Elisabeth Weber (Fundación Vida plena); Tina Alvarenga, María Silvia Calvo, Claudia Pacheco y Johanna Walder (Global...Infancia); Néstor Vera (Plan Paraguay); Liz Cameroni (Rondas); Patricia Ávila, Rossana Mayeregger y Claudia Ruiz Wiezell (VinculArte). Diseño gráfico y diagramación:

Olga Barriocanal Monti. Impresión:

Asunción, octubre de 2006 La CDIA es una coalición de organizaciones de la sociedad civil que trabaja por el pleno cumplimiento de los derechos de la niñez y la adolescencia en Paraguay. Está conformada por veinticinco organizaciones: Alternativa Cied, Atyha, Beca Base educativa y comunitaria de apoyo, Callescuela, Camsat Comisión de apoyo mutuo “Salud para todos”, Cectec Centro de educación capacitación y tecnología campesina, Ceniju Centro de estudios en niñez y juventud, EnfoqueNiñez, Fundación Apamap, Fundación Corazones por la infancia, Fundación Don Bosco / Don Bosco Róga, Fundación Marco Aguayo, Fundación Vida Plena, Global…Infancia, Grupo Luna Nueva, Hermanas del Buen Pastor, Hogar Santa Teresa, Inecip Instituto de estudios comparados en ciencias penales y sociales, Plan Paraguay, ProJoven/ProYouth, Promesa Promoción y mejoramiento de la salud, Rondas, Serpaj-Py Servicio Paz y Justicia – Paraguay, SOS Aldea de Niños, VinculArte asociación civil. La CDIA forma parte de la Coordinadora Derechos Humanos Paraguay (Codehupy); de Pojoaju - Asociación de ONGs del Paraguay y de la Red Latinoamericana y del Caribe por los derechos de la niñez y la adolescencia (Redlamyc) así como de diferentes mesas de trabajo en temáticas vinculadas a la niñez y la adolescencia (prevención de la trata de personas, de la explotación sexual infantil y adolescente, del uso de niños y niñas como soldados, de las condiciones de las unidades militares y de los centros de detención, reclusión y privación de libertad de los organismos de seguridad pública). Comité ejecutivo 2006:

Heve Otero, Atyha, secretaria ejecutiva; Javier Chamorro y Cristhian Rudy Cabrera, VinculArte; Nelly Meza, Beca; Eduardo Sosa, SOS Aldea de niños Paraguay; Karina Bianchi, Cectec. Equipo técnico:

Violeta Franco, asistente; Laura Bogado, comunicadora; Nancy Marroco, administradora y contadora. La edición del presente material contó con el apoyo de Save the Children – Suecia y la impresión fue posible gracias al apoyo de Plan Paraguay.

Poder hacer que la voz y la opinión de niños, niñas y adolescentes llegue hasta los lectores y las lectoras ha sido la motivación para la conclusión de este documento. Sin embargo, no serán en este caso voces que nos relaten finales felices, ni historias de juegos, sino las expresiones de dolor y sufrimiento de las que numerosos niños, niñas y adolescentes son testigos y también protagonistas. Creemos que en el protagonismo radica también la fortaleza de este material, el de devolvernos ellos y ellas, como en un espejo implacable, al mundo adulto las vivencias desde sus lugares únicos, para una llamada a la reflexión y a la acción comprometida y compartida. El material que hoy presentamos forma parte de la Consulta sobre violencia a niños, niñas y adolescentes realizada por las Naciones Unidas durante el año 2005 y presentada el 12 de octubre del año 2006 al mundo, coordinada por el experto independiente Paulo Sergio Pinheiro. Fue durante el proceso de esta Consulta, en febrero del 2006, que el mismo ha visitado Paraguay para constatar, desde su función como Relator de derechos del niño de la Comisión de (quitar el de) Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), hechos de violencia: redadas a niños, niñas y adolescentes denunciadas por la CDIA ante la Comisión en el año 2005. El entramado que se presenta en este texto incluye tres secciones: el contexto tal como lo hemos descrito desde la CDIA, la(s) violencia(s) y las conclusiones que se nos abren a partir de estas conversaciones. La sección referida a la(s) violencia(s) ha sido organizada, en concordancia con la Consulta mundial, en cinco grandes ámbitos (hogar, escuela, otras instituciones, comunidades y actividades económicas). En ellas se entretejen las voces de niños, niñas y adolescentes a través de frases textuales recogidas de la Consulta a escala nacional con la realidad acercada por las estadísticas y los estudios científicos sobre el tema y por las voces de expertos y expertas que trabajan cotidianamente para revertir el dolor y promover el ejercicio de nuevos modos de convivencia. Asimismo, se encuentran referencias a las condiciones legales de protección frente a estas situaciones (no solo el marco legal sino los mismos artículos de las leyes) y experiencias de las organizaciones miembros de la CDIA en la defensa de los derechos de niños, niñas y adolescentes en cada uno de estos ámbitos. En algunas ocasiones, quienes participaron de la Consulta expresaron propuestas para abordar la violencia en esos ámbitos, estas sugerencias también se hallan en esta sección. Como iniciativa, esta Consulta ha logrado movilizar más que otros temas, a numerosas personas, expertos, organizaciones y gobiernos del planeta alrededor de la temática y se espera que esta Consulta sea conocida a través de la realización de campañas locales en los próximos meses. La movilización lograda alrededor de este tema necesita instalarse más allá de la sensibilización inicia,l como un tema de debate y acción permanente por parte de la sociedad y de quienes más específicamente trabajamos en el sector, ya que de ese espacio y tiempo que le dediquemos depende la vida misma y el desarrollo integral de la niñez y la adolescencia. COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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Sección I

el contexto

uno

CAPÍTULO

Una mirada desde las organizaciones de la sociedad civil

Análisis de coyuntura de la CDIA1 El contexto mundial

A escala mundial, desde la Coordinadora por los derechos de la infancia y la adolescencia vemos que se está produciendo un proceso unilateral de globalización con la aplicación del capitalismo salvaje en los diferentes rincones del planeta. Este proceso está siendo favorecido con la fragilidad de las instituciones reguladoras de las relaciones entre los estados y de protección de los ciudadanos y las ciudadanas frente a las leyes del mercado neoliberal, puesto que los intereses de las grandes corporaciones multinacionales han ido quebrando el poder de las instituciones tradicionales y poniéndolas a su servicio. De esta manera, los recursos son manejados de forma tal que resulta insostenible su renovación y afecta a otros medios y entornos, deteriorando la calidad de vida de las personas. Como ejemplo, podemos ver el alcance del fenómeno de la producción irresponsable y la comercialización neoliberal de la soja que afecta a la calidad de la tierra para la producción, la diversificación de los cultivos, la seguridad y la soberanía alimentarias, las condiciones favorables de salud ambiental, la equidad, etc. Progresivamente, se precariza el vínculo interpersonal, estableciéndose como norma la mercantilización de las relaciones al punto que los derechos humanos están siendo considerados como meros servicios que las empresas pueden ofrecer a las personas que puedan adquirirlos. En las relaciones internacionales, e incluso al interior de los países, existe una preeminencia de la lógica del mercado, a partir de la cual se definen las pautas y las normativas relacionadas con ámbitos tan diversos como la seguridad, la educación, la salud, la expresión cultural y el desarrollo económico. Estas condiciones generan una degradación de las condiciones de vida a niveles que pueden ser considerados como infrahumanos. 1 Entre octubre de 2004 y marzo de 2005, las organizaciones miembros de la CDIA elaboramos un diagnóstico que incluyó una mirada al contexto mundial, latinoamericano y paraguayo en relación con el cumplimiento de los derechos humanos y, específicamente, de niños, niñas y adolescentes; así como una mirada al rol que cumplimos como sociedad civil. El texto es por tanto una producción colectiva de la CDIA de esa mirada al contexto.

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CAPÍTULO 1. Una mirada desde las organizaciones de la sociedad civil.

El contexto paraguayo

En nuestro país, vemos con inquietud una situación prolongada de desprotección de la niñez y la adolescencia, principalmente por causa de la debilidad del estado y de la discontinuidad de políticas sociales sostenidas y coordinadas en salud, educación, generación de empleo, entre otras, que afectan de forma permanente a los sectores más vulnerables. Esta situación se expresa en forma patente en los sucesivos presupuestos generales de la nación, donde la asignación de los recursos públicos disponibles se desvía de la inversión social. Esta ausencia del estado en las cuestiones sociales puede verse en un sistema educativo con incapacidad para la inclusión y la retención de la población infantil y adolescente y con baja calidad para responder al desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes y a los requerimientos de una sociedad en constante transformación. Es así que se genera una percepción social donde el horizonte de esperanza se encuentra perdido, especialmente para la niñez de las zonas rurales y de las comunidades indígenas, históricamente postergadas en las políticas públicas de desarrollo. Podemos apreciar también que la inequidad en el proceso de crecimiento económico de nuestro país, cuyas consecuencias en el aumento de la pobreza y la exclusión se agravaron en los quince años de transición democrática, lleva a dos situaciones esenciales que se traducen: por un lado, en la precarización de la calidad de vida de los grupos familiares por la falta de empleo y el deterioro del tejido social y, por otro lado, en la preferencia de un elevado porcentaje de la población por un régimen político autoritario, construyendo en torno a él una imagen de bienestar y seguridad, incluso a costa de la libertad. La debilidad de la democracia amenaza a la construcción del Estado Social de Derecho y posibilita la manipulación de los intereses de la población, especialmente de los sectores más excluidos. Esta debilidad democrática también es visible en las mismas relaciones entre las generaciones de personas adultas y de niños, niñas y adolescentes, que están marcadas por una postura autoritaria. Las actitudes del grupo adulto tienden a ocultar el maltrato y el abuso tanto en el ámbito privado como en el ámbito público. Nos preocupa ver que las acciones de los agentes gubernamentales tienden a reaccionar a las consecuencias y no buscan respuestas para las causas que originan las situaciones de exclusión y marginalidad en que se encuentran numerosos y numerosas compatriotas, incluidos niños, niñas y adolescentes. Estas acciones son presentadas a la opinión pública como la solución a todos los problemas que aquejan a la niñez y la adolescencia, con lo que terminan constituyéndose en un “como si”. Si bien contamos con una Política nacional de niñez y adolescencia, que se traduce en un Plan nacional de niñez y adolescencia, en cuya elaboración participaron los más diversos sectores involucrados con esta población –incluyendo a niños, niñas y adolescentes en el proceso-, el estado pareciera no estar interesado en implementarlo ya que no dispone de los recursos financieros ni los incluye en el Presupuesto general de la Nación. La misma suerte han corrido los planes de erradicación del trabajo infantil y de eliminación de la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes. Es por ello que afirmamos que las respuestas hasta hoy solo parten de miradas parcializadas de la realidad y que no se avizora una visión integral a largo plazo hacia un sector mayoritario de la población como son niños, niñas y adolescentes. COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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A pesar de la vigencia jurídica del nuevo paradigma de la Protección integral2 y los avances en la práctica y la comprensión de un paradigma de la Participación protagónica, nos alarma la amenaza cada vez más fuerte de la continuidad de la denominada Doctrina de la situación irregular, donde niños, niñas y adolescentes son negados en su condición de sujetos sociales de derecho. En nuestra misma cultura, ellos y ellas continúan siendo vistos como objetos de los cuales las personas adultas pueden disponer. Esta amenaza se manifiesta en las actitudes de varios agentes de gobierno, en los proyectos de ley que buscan sancionar en forma desproporcionada ciertos actos y en las constantes referencias a la política conocida como “tolerancia cero”, la cual promueve la criminalización de la protesta social y de acciones tildadas como sospechosas y potencialmente peligrosas. El terrible ‘miedo al otro’ que impera en la sociedad contemporánea puede verse en el imaginario social donde el niño de una familia pobre que trabaja en la calle es considerado un criminal en potencia, idea sostenida por los agentes de seguridad y auspiciada por muchos medios de comunicación masiva. Por otra parte, vemos auspiciosa la articulación de redes regionales entre organizaciones de la sociedad civil, procurando coordinar acciones en la certeza de que la complejidad de las problemáticas conlleva un alcance que supera las fronteras definidas de las ciudades y los estados. Aun cuando están en proceso de fortalecerse en relación con los liderazgos sociales, la disponibilidad de recursos de diferente tipo y el desarrollo organizacional, podemos apreciar que estas coaliciones todavía son débiles en ciertos momentos que exigen mayor presencia política en la opinión pública y en los espacios de toma de decisión. Nos preocupa asimismo el ataque sistemático que, desde las instancias de gobierno, se realiza a las organizaciones de la sociedad civil, principalmente las que trabajan en cuestiones sociales como la equidad de género, los derechos de la niñez y la adolescencia, los derechos de los pueblos indígenas, entre otros. Incluso cuando en algunos momentos se manifiesta apertura desde las entidades gubernamentales a trabajar con organizaciones de la sociedad civil, tememos que se trate de una forma de validar acciones contrarias a los principios del paradigma de la protección integral y del protagonismo.

2 Nota de edición: Ver en el siguiente capítulo: La protección jurídica en Paraguay para niños, niñas y adolescentes frente a la violencia.

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CAPÍTULO 2. La protección jurídica de niños, niñas y adolescentes frente a la violencia en Paraguay.

dos

CAPÍTULO

La protección jurídica de niños, niñas y adolescentes frente a la violencia en Paraguay

El primer paso: Reconocer los derechos

En 1991, Paraguay ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño, como Ley 57/90. En esta Convención están protegidos todos los derechos de forma integral y dentro de un Paradigma de la Protección Integral. Se protege específicamente la integridad física, moral y cultural ante malos tratos, torturas, explotación de niños y niñas por parte de adultos e instituciones así como la protección en situaciones extremas. Pero también podemos visualizar en todos los artículos de forma extensa la prevención de la violencia al garantizar derechos como la salud, la educación, la participación, el desarrollo cultural y el medio ambiente adecuado para el desarrollo de la vida. En la Constitución Nacional (1992), Paraguay reconoce los derechos de niños, niñas y adolescentes y los garantiza como a los de todos los ciudadanos y todas las ciudadanas, indicando que son responsables de su cumplimiento la familia, la sociedad y el Estado (art. 54). Si bien el Estado había ratificado la Convención, la reforma del Código del Menor (del año 1981) se inicia recién en 1993 con los primeros anteproyectos elevados al Congreso para su estudio. Se disponía entonces de una Convención que respondía al Paradigma de la Protección integral y un Código del Menor que respondía a otro, conocido como la Situación irregular, ya que se centraba solo en niños, niñas y adolescentes en condiciones de dificultad y proponía soluciones judiciales para cualquier forma de incumplimiento de los derechos. Esta situación generó muchas dificultades a la hora de la aplicación de la ley y por sobre todo muchas transgresiones de los derechos. En 2001, el Código de la Niñez y la Adolescencia (ley 1680/01) adecua la legislación en infancia a lo propuesto por la Convención. En líneas generales, se establece el ‘Sistema de protección y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes’, en este sistema se involucran los gobiernos central, departamental y municipal junto con la sociedad civil. Para la articulación de todo este sistema, se creó la Secretaría nacional de la niñez y la adolescencia. Esta ha sido una conquista muy importante, pues significa el reconocimiento COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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de que la mitad de la población de Paraguay (la que está por debajo de los 18 años) necesita un órgano rector especifico para la implementación de planes y programas que garanticen sus derechos3. En la Convención y en el Código, se promueve la visión de niños y niñas como sujetos sociales de derechos, por lo que, en lugar de llevar a la justicia situaciones originadas en problemas sociales, se promueven proyectos y programas bajo responsabilidad del Estado y en articulación con la sociedad civil organizada. Así, para poblaciones particulares como adolescentes en conflicto con la ley, se escribe por primera vez un capítulo de justicia penal juvenil, que incluye los procedimientos a seguir, los tratos que deben recibir y las medidas que se deben adoptar. En cuanto a niños, niñas y adolescentes en condiciones de maltrato, abuso y explotación, el Códogo solo indica las medidas de protección, las penas para quienes maltraten, abusen o exploten se establecen en el Código penal. Protecciones y sanciones

En el Código Penal (ley 1160/1997) se reconocen el maltrato grave y el abuso sexual (solo cuando hay penetración) y quedan fuera otros tipos de maltrato que no sean graves, por ejemplo el uso del castigo físico en la escuela y en la crianza familiar, el maltrato psicológico sistemático y otras formas de abuso sexual (las ‘caricias sensuales’). En relación a otras formas de violencia sexual este Código penaliza varias de las actividades que se encuadran en la explotación sexual, sin embargo han quedado vacíos en torno a las temáticas de la pornografía infantil y la trata de personas. Cabe resaltar que en la actualidad está siendo revisado el Código penal y varias organizaciones han presentado propuestas en relación con las transgresiones a la autonomía sexual, con la protección frente al maltrato e incluso con otras temáticas de prevención como la modificación de la ley del Registro del estado civil de las personas. A principios de 2006, entró en vigencia la Ley contra la utilización de niños, niñas y adolescentes en pornografía (ley 2681/06) que tipifica el delito y establece los procedimientos judiciales para su persecución y juzgamiento, protegiendo los derechos de quienes hayan sido víctimas de este hecho. Como actualmente en la región se promueve con fuerza la inseguridad ciudadana como relacionada casi exclusivamente con la delincuencia juvenil y se reclama ‘mano dura’ y castigos ejemplares, existe el peligro que en esta reforma del Código Penal se considere que pueden ser procesados judicialmente niños y niñas a partir de los 12 años de edad. Actualmente, esta edad mínima, conocida como edad de imputabilidad penal, es de 14 años, coincide con el inicio legal de la adolescencia y con las garantías para el trabajo adolescente. Reducir esta edad sería desconocer que niños, niñas y adolescentes como seres en desarrollo necesitan ser protegidos de una forma específica en casos de transgresiones a lo que establece la ley. Otra ley específica que protege a niños, niñas y adolescentes contra la violencia, es la Ley 1600 de Protección contra la violencia intrafamiliar. Si bien no es una ley exclusivamente para niños y niñas y, aunque nació dentro de los grupos de defensa de los derechos de las mujeres, se otorga protección frente la violencia en el ámbito privado: el hogar de forma integral. Así protege a las víctimas y propone la separación del agresor, entre otras medidas.

En 2004, fue presentado en el Congreso un proyecto de ley para proteger a las víctimas en procesos judiciales, que sin embargo generó alta polémica en el ámbito parlamentario. En esta ley se pretende proteger a niños, niñas y adolescentes víctimas de diferentes situaciones en los procedimientos judiciales mientras dura el proceso de la causa. Protección en el trabajo y defensa contra la explotación económica

El Estado paraguayo ha ratificado dos convenios de la Organización internacional del trabajo: el Convenio 182 para la eliminación de las Peores formas de trabajo infantil y el Convenio 138 acerca de la Edad mínima de admisión al empleo. En el primer caso, se comprometió a establecer aquellas actividades prohibidas para niños, niñas y adolescentes en base a la lista de actividades consideradas en el Convenio como peores formas así como las sanciones para las personas adultas que transgredan esa normativa y las formas de proteger a quienes sean explotados y explotadas en esas condiciones. Este trabajo se realizó con una consulta a escala nacional en el 2004, que derivó en el Decreto 4951/2005 que establece la lista de las actividades prohibidas y de las condiciones estrictas de ciertas actividades para niños, niñas y adolescentes en el país, pues son consideradas formas de explotación laboral. En el segundo caso, se comprometió a establecer la edad mínima para trabajar, las sanciones para quienes ejerzan la explotación de niños y niñas en actividades económicas y los mecanismos para la protección de esos niños y esas niñas. Asimismo, el Estado ha ratificado los dos Protocolos facultativos de la Convención sobre los derechos del niño: Uno, relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en pornografía, donde se obliga a prevenir este tipo de acciones, sancionar su práctica y proteger a las víctimas de estas formas de explotación, generalmente asociadas a prácticas de abuso. El otro, relativo a la participación de niños en los conflictos armados, donde se establece la prohibición de participación en los frentes de batalla, se regula la presencia de adolescentes en las unidades de seguridad pública, se sanciona la incitación a la participación de niños en organizaciones armadas y se protege a quienes sufran estas formas de explotación. En relación con el Servicio militar obligatorio, se dispone en la Ley No 569 la edad mínima de 18 años, con lo que se protege la entrada y permanencia en cuarteles a adolescentes. Esta ley preserva del maltrato a personas en servicio militar, hecho frecuente en las fuerzas armadas de nuestro país y todavía presente.

3 En el Código de la Niñez y la Adolescencia son considerados niños, niñas y adolescentes las personas hasta los 18 años de edad; niños y niñas hasta los 13 y adolescentes entre 14 y 17.

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CAPÍTULO 2. La protección jurídica de niños, niñas y adolescentes frente a la violencia en Paraguay.

COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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De las leyes a su aplicación

La dificultad con la mayoría del conjunto de estas leyes es su aplicación e implementación. En este sentido observamos que son relativamente nuevas y que aún siguen siendo desconocidas por parte de la totalidad de los operadores judiciales, las instituciones del gobierno y las organizaciones de la sociedad civil en general. La capacitación y la difusión son aún tareas pendientes. Muchas de estas leyes impulsan la noción de desarrollo social, es decir la inversión en presupuestos para la atención en infancia y adolescencia como forma efectiva de garantizar los derechos. La inversión es todavía escasa y, si bien ha aumentado en su ejecución, sigue resultando insuficiente4. En 2003, se ha elaborado un Plan nacional de protección de la infancia y la adolescencia, que permite la aplicación del Código en diferentes escalas. El proceso de elaboración ha sido ampliamente participativo. Sin embargo la misma implementación del Plan corre peligro si es que no se asigna un presupuesto mayor y si no se consigue la articulación política con otras instancias, tarea iniciada por la Secretaría de la Niñez, pero que no refleja adecuadamente la voluntad política del gobierno. Del Plan nacional se derivan tres planes focalizados: el Plan para la prevención y erradicación de la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes; el Plan para la erradicación del trabajo infantil; el Plan de prevención y rehabilitación en uso de estupefacientes. Lastimosamente, estos planes se limitan a reflejar la voluntad de diversos sectores sociales pues no cuentan con un presupuesto real que permita su implementación. Entre 2005 y 2006 han sido iniciados algunos proyectos y acciones desde el gobierno que necesitan ser consolidados e impulsados.

4 Cf. Julio Ferández Frutos (2005): ‘¿Cuánto debemos todavía a niños y niñas? La ejecución del presupuesto nacional a favor de niños, niñas y adolescentes’ en: Luis Claudio Celma y Dora Cristaldo Raskin – compiladores (2005): Un Paraguay con todos y todas, ¿cómo lo hacemos posible? Asunción: Global...Infancia. Pág. 45.

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CAPÍTULO 2. La protección jurídica de niños, niñas y adolescentes frente a la violencia en Paraguay.

Sección II

la(s) violencia(s)

tres

CAPÍTULO

¡Los papás borrachos son muy violentos con sus hijos!

LAS VIOLENCIAS EN EL HOGAR Y EN LA FAMILIA

Golpes, castigos y abusos…

NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES NOS DICEN:

Los padres borrachos son muy violentos con los hijos. Mi padrastro le pegó mucho a mi hermana por ser revoltosa, le pegó mucho, le jugó todo. Un señor se peleó con su esposa y le clavó. LAS ESTADÍSTICAS Y LOS ESTUDIOS NOS MUESTRAN QUE:

6 niñas, adolescentes y mujeres adultas por día sufrieron violencia en sus hogares y lo denunciaron. Al menos 1 de ellas sufrió abuso sexual o violación. Si atendemos al cálculo de que solo el 10% de los casos llegan a denunciarse, este número aumentaría a 60 mujeres por día, de las cuales 10 habrían sufrido abuso sexual o violación. Datos elaborados a partir de la Encuesta nacional sobre violencia doméstica e intrafamiliar, 2003, pág. 153

Niños, niñas y adolescentes de forma reiterada nos muestran que en las familias hay conductas violentas, en particular de los varones –padres y padrastros: golpes, negligencia, iniciación de padres a sus hijos e hijas en el alcohol, abuso sexual y explotación. Les preocupa mucho el abuso de alcohol de las personas adultas que les rodean y aseguran que existe una relación entre el abuso del alcohol y la práctica de la violencia. En Paraguay, el castigo físico es visto como una forma de corrección y educación muy aceptada en la sociedad. Tal vez, en las ciudades se esté empezando a rechazar el castigo físico, por la difusión que tienen los derechos de niños, niñas y adolescentes a través de los medios de comunicación y de actividades de sensibilización que se emprenden en ella. COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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La violencia intrafamiliar de los varones a sus parejas mujeres son muy comunes y no se habla mucho de ello. Los índices de maltrato y de homicidio por parte de hombres golpeadores son altos. Muchas de las veces este nivel de violencia incluye en especial a los niños y a las niñas y se acentúa más en los casos de convivencia con padrastros. DE LA BIBLIOTECA

El Comité de Derechos del Niño (de Naciones Unidas) llamó la atención al Estado paraguayo en 2001 acerca del uso del castigo físico dentro del hogar y en las escuelas. En esa ocasión le pidió que realizara acciones para educar a la población en una cultura de rechazo de la violencia.

El Comité está preocupado porque el castigo corporal de niños y niñas siga siendo socialmente aceptado en Paraguay y que se siga practicando en familias, escuelas y otras instituciones. (Por ello) estimula al Estado a:

desarrollar medidas para sensibilizar sobre los efectos nocivos del castigo corporal y comprometerse en la promoción de formas alternativas de disciplina en familias a ser administradas de forma coherente con la dignidad del niño y de la niña y en conformidad con la Convención; y explícitamente prohibir el castigo corporal en la familia, en escuelas y otras instituciones.

Observaciones del Comité de Derechos del Niño y de la Niña: Paraguay (2001). Párr. 31 y 32

Experiencias positivas

En el barrio de San Cayetano de Asunción y las ciudades de San Bernardino y Caacupé, BECA ha trabajado principalmente con grupos de mujeres para que conocieran acerca de sus derechos, especialmente a no sufrir ningún tipo de violencia. Mujeres de diferentes edades y ocupaciones participaron de talleres de capacitación y actividades comunitarias donde se sensibilizaron acerca de la violencia intrafamiliar y sobre las consecuencias que las relaciones violentas generan tanto en las propias familias como en todo el entorno. Un resultado importante fue contar en la comunidad con un sistema de alerta y atención frente a la violencia con capacidad de dar respuesta inmediata y eficaz. Paralelamente, se trabajó con las instancias de denuncia (policía, juzgados) y servicios de atención (centros de salud) para articular acciones con grupos organizados y dar respuesta efectiva ante los casos. En estas comunidades hoy en día, la violencia intrafamiliar ya no es vista como algo natural, es denunciada tanto en las comisarías como en juzgados de paz. EnfoqueNiñez está apoyando a los Juzgados de niñez y adolescencia de Asunción en el modelo de acogimiento familiar, una respuesta para niños y niñas que son separados de sus familias por causa del maltrato que sufren en ella. Para asegurar que sigan viviendo una experiencia familiar, son incluidos en una familia acogedora, quien con mucho cariño los recibe por un tiempo mientras desde el Juzgado se ayuda a la familia de origen a que pueda hacerse cargo nuevamente del niño o la niña o se busca su colocación definitiva con una familia adoptiva. De esta manera, se garantiza que el niño y la niña vivan la experiencia de familia en forma permanente y que no sean introducidos a instituciones cerradas.

La ley nos protege Toda persona que tenga conocimiento de un hecho que atente contra los derechos de niños y niñas está obligada a comunicarlo a la Codeni, a la Fiscalía o a la Defensoría. Especialmente, si la persona tiene un responsabilidad en al educación o la atención del niño y la niña. Constitución Nacional, Art. 54 y Código de la niñez y la adolescencia, Art. 5.

Ante cualquier hecho de violencia dentro de una casa, la autoridad policial y judicial tienen derecho a ingresar a ella para poner fin a este hecho, incluso vecinos y vecinas están amparados por ley si constatan que se está violentando a algún miembro de la familia. El presunto agresor puede ser obligado por el juzgado a abandonar el hogar. Ley contra la violencia doméstica (1600/00).

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CAPÍTULO 3. ¡Los papás borrachos son muy violentos con sus hijos!

Para cambiar la situación

Para hacer frente a la violencia en la familia

Niños, niñas y adolescentes afirmaron que frente a la violencia en sus casas y en las casas de otros sienten tristeza, vacío, dolor, incomprensión, impotencia, soledad, inseguridad y miedo. Manifiestan que la violencia en sus familias les genera mayor agresividad y una autoestima baja. Niños, niñas y adolescentes creen que con los padres y las madres se puede revertir la situación, para ello proponen aumentar el diálogo con ellos y también apuestan a que los adultos puedan educarse más en derechos de los niños y de las niñas.

COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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Para las niñas: discriminación, abuso sexual y abortos clandestinos NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DICEN:

Hay padres y madres que prostituyen a sus hijas. También hay abortos y abuso sexual de los padrastros. LAS ESTADÍSTICAS Y LOS ESTUDIOS NOS MUESTRAN QUE:

En una semana, fallecen en Paraguay 5 mujeres embarazadas, varias de ellas adolescentes, por las pésimas condiciones del servicio de salud... no sabemos cuántos de esos embarazos son producto de explotación sexual o de abusos y violaciones. Datos de Desirée Masi (2005): ‘Demos vida al presupuesto. Acciones de la sociedad civil para mejorar el uso de los recursos públicos’ en Luis Claudio Celma y Dora Cristaldo Raskin (2005): Un Paraguay con todas y todos ¿cómo lo hacemos posible? Asunción: Global...Infancia. Pág. 42.

Entre 1998 y 2002, la prensa paraguaya había publicado 405 casos de violencia doméstica, intrafamiliar y sexual hacia niños y niñas (hasta 14 años de edad), entre quienes el 79% eran niñas. Datos de Clyde Soto, Myriam González y Margarita Elías (2003): Encuesta nacional sobre violencia doméstica e intrafamiliar. Asunción: CDE. Pág. 15.

Niños y niñas manifestaron que las niñas no son tan castigadas como los varones (en relación con los golpes) pero hablan a menudo del abuso sexual y de las discriminaciones que sufren, como no ir a la escuela, porque solo están para servir al hombre y cuidar a los hijos. En los grupos, expresaron que no les gusta ver que las niñas estén obligadas por su género a realizar las tareas de la casa y “servir” a los hombres del hogar, mientras que los varones no colaboran en las tareas domésticas. Principalmente las adolescentes de los grupos rurales indicaron que dos formas de violencia que ellas perciben son el embarazo precoz y no deseado y el aborto al que son sometidas muchas niñas y adolescentes, impulsadas y hasta obligadas por sus familias. En nuestro país, el embarazo en adolescentes ha aumentado de forma alarmante y, a pesar de existir programas aislados, no existen campañas masivas de prevención y los mismos y las mismas adolescentes manifestaron que la educación sexual en la escuela no se realiza, aunque figure en el programa curricular. Una situación particular es el embarazo de niñas entre 9 y 11 años, como resultado de abusos sexuales, que son alentadas a no interrumpirlos, con graves consecuencias para su salud y su misma vida. El aborto no está despenalizado en Paraguay, por lo que las adolescentes son expuestas muchas veces por sus familias, a realizarlo en condiciones peligrosas que comprometen su vida.

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CAPÍTULO 3. ¡Los papás borrachos son muy violentos con sus hijos!

La ley nos protege En la Constitución de nuestro país se reconoce la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre. Asimismo, Paraguay ha ratificado la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (Convención de Belém do Pará). En ambas Convenciones el Estado se comprometió a realizar acciones para derribar las barreras legales y culturales que impidan el desarrollo de la mujer en condiciones de igualdad con el hombre. En cualquier situación de discriminación, toda mujer puede alegar estos principios y responsabilidades del Estado para protegerla.

Experiencias positivas

CECTEC desarrolla trabajos con alumnos y alumnas del Centro Agroecológico (cerca de

300 adolescentes al año), grupos de adolescentes de organizaciones campesinas y comités de mujeres en diferentes puntos del país. Mediante capacitaciones se promueven acciones de prevención de la violencia intrafamiliar y la violencia institucional, con especial referencia al Código de la niñez y la adolescencia. Niños y niñas reciben protección desde la primera infancia pues se realizan tareas de sensibilización con sus padres y madres y con sus hermanos y hermanas. Además participan en talleres con juegos y canciones donde se abordan temáticas de buen trato y prevención de violencia. Como los capacitadores y las capacitadoras residen en las mismas comunidades que los miembros de las organizaciones, apoyan en forma constante todo lo referido a la prevención de la violencia intrafamiliar.

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En la casa de otros, nos maltratan pero no nos ven… LAS ESTADÍSTICAS Y LOS ESTUDIOS NOS MUESTRAN QUE:

6 de cada 50 niños y niñas que realizan alguna actividad económica lo hacen en forma de ‘criaditos’ y ‘criaditas’, lejos de sus familias y sus comunidades, viviendo diariamente en una familia que no es la suya y con muchas posibilidades de sufrir maltratos y violencias graves y no recibir la protección adecuada. Marcos Robles (2002): El empleo en el Paraguay. Evidencias de las encuestas de hogares. Asunción: OIT y PNUD. Pág. 8.

Niños, niñas y adolescentes participantes de la Consulta no refirieron acerca de niños y niñas que viven como “criaditos” y “criaditas”. Esta es una práctica común por la cual familias de mejores recursos económicos acogen a niñas, niños y adolescentes en sus casas para realizar trabajo doméstico a cambio de darles educación, vivienda y comida. Algunas veces esto se cumple, y otras no, siendo los criados y las criadas objeto de malos tratos y negligencia, empeorando sus condiciones vida. Como esta es una práctica histórica y culturalmente aceptada, en general no es vista como un problema, convirtiéndose en un hecho natural y hasta alentado. Sin embargo, en junio de 2005 se dio a conocer una situación de grave maltrato a una niña criada que vivía en la familia de una funcionaria de la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia, lo que generó una discusión muy importante en torno a la protección frente a la costumbre de dar a niños y niñas como criaditos y criaditas. DE LA BIBLIOTECA

Las Naciones Unidas cuentan con un conjunto de Relatores especiales, cuya misión es dar a conocer la situación en torno a temáticas determinadas especialmente asociadas a los derechos humanos. Entre sus funciones se encuentran las misiones a los países para verificar en el mismo lugar el estado de cumplimiento de esos derechos.

Entre febrero y marzo de 2004, el Relator especial sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía visitó nuestro país, recorriendo nueve localidades (la capital y cuatro departamentos), participando de reuniones y entrevistas con autoridades, funcionarios públicos, defensores de derechos y niños y niñas.

asociación de la trata de niños y su explotación sexual con otras formas de maltrato como la práctica de las criaditas y los criaditos:

Muchas de las niñas víctimas de explotación sexual fueron ‘criaditas’, trabajadoras domésticas que viven en una familia acogedora en condiciones de gran vulnerabilidad a todo tipo de abusos y violencias de sus derechos. La institución de las criaditas tienen larga data en el Paraguay y se estiman unas 40.000 criaditas entre los 6 y 12 años, de las cuales 12.000 se encuentran en Asunción. Se trata de chicas mayoritariamente del interior, de pequeños pueblos o del medio rural, que pasan a residir en casas de familias de clase media y alta, donde prestan servicios domésticos diversos, supuestamente para ira a la escuela o al liceo, cosa que no siempre ocurre.

La falta de pertenencia al sistema familiar de las criaditas imposibilita vínculos saludables indispensables para la construcción de una personalidad integrada. Una de las repercusiones más dramáticas es precisamente caer víctima primero del abuso sexual de algún miembro de la casa y luego, como forma de ‘huida’ de esa realidad, de explotación sexual. Todo esto hace del criadazgo una forma intolerable de trabajo infantil que debe ser erradicada. Como el criadazgo está culturalmente asimilado, su eliminación tiene que ser acompañada por un proceso de transformación social a partir del sistema educativo desde los primeros años, basado en la divulgación de los derechos de la niñez, de los medios de comunicación social y de la acción cultural de los diversos factores de cambio que tiene la sociedad. Juan Miguel Petit (2005): Informe del Relator especial de Naciones Unidas sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Misión al Paraguay. Párrafos 35 y 36.

La ley nos protege En Paraguay el trabajo doméstico solo puede ser realizado por adolescentes a partir de los 16 años de edad y deben estar registrados en la Codeni como trabajadores y trabajadoras adolescentes domésticos. En este registro debe constar la autorización de los padres, el nombre del empleador, el horario de trabajo y las condiciones del trabajo y la remuneración ajustadas a la ley. Código de la niñez y la adolescencia, Arts. 53 a 57 y 63 a 68, Decreto 4951/2005.

Asimismo, si una familia recibe a cualquier niño, niña o adolescente de otra familia en su casa lo debe hacer a través de una guarda que otorga el Juez, y si no al menos debe comunicar al Juzgado este hecho. Su función es brindarle al igual que a los otros miembros cariño, educación y protección y asegurar que la distribución de las tareas domésticas sean equitativas. Código de la niñez y la adolescencia, Arts. 106 a 109.

Su visita se orienta a conocer mejor las condiciones del país para que el Sistema de Naciones Unidas pueda ayudar en forma adecuada al Estado a cumplir con sus compromisos. En su informe encuentra una importante

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Experiencias positivas

Desde Global…Infancia impulsamos que las Codeni y las escuelas asuman un rol de transformación en la vida de criaditas y criaditos. Para ello, hemos trabajado directamente con municipalidades de Central y en Encarnación y con el Ministerio de Educación y Cultura. Así, al inscribir a niños y niñas en las escuelas, se registra con quién viven y cuál es el grado de parentesco, lo que permite identificar posibles situaciones de criadazgo. Las y los docentes ayudan en la detección y las Codeni se encargan de las visitas y orientaciones para las familias encargadas. En muchas ocasiones, la Codeni de la municipalidad donde vive el niño o la niña contacta con la Codeni de la municipalidad de donde viene para restablecer el vínculo con sus familias de origen. Varias escuelas organizaron talleres y servicios orientados a asegurar sus derechos: relacionarse con otros niños y niñas, valorar su historia personal y sus capacidades individuales. En Central se ha conformado un grupo de adolescentes trabajadores domésticos llamado Gaumif.

Niños y niñas indígenas ven entrar la violencia a sus familias LOS ESTUDIOS Y ESTADÍSTICAS NOS MUESTRAN QUE:

En Paraguay, en 2002, se registraron 87 099 personas de pueblos y comunidades indígenas, esto es 17 de cada 1000 habitantes. De entre ellos, 44 135 se encuentran en la región Oriental y 42 946 en la Occidental. Los y las indígenas están distribuidos en 17 pueblos (o en 19 según otros estudios) que se agrupan en 5 familias lingüísticas: guaraní, maskoy, mataco-mataguayo, zamuco y guaicurú. 9 de cada 10 indígenas se encuentran asentados en áreas rurales. Sin embargo, cinco etnias tienen una presencia significativa en zonas urbanas: 8 de cada 10 maká viven en zonas urbanas, 3 de cada 10 maskoy, guaraníes occidentales, nivaclés y enlhet norte. Lo que demuestra un desplazamiento hacia los centros urbanos que podría intensificarse en los siguiente años. 5 de cada 10 indígenas tienen menos de 15 años de edad y 8 de cada 10 menos de 25 años. Esta es una población eminentemente joven. Asimismo, la mitad de la población se encuentra en estado de analfabetismo ya que los años de estudio son muy pocos (2 años frente a 7 de promedio en la población no indígena del país). Casi 8 de cada 10 hablan la lengua de su respectiva etnia, incluso entre quienes residen en las ciudades. En dos de las etnias, todos sus miembros hablan su lengua (los manjui y los tomárahos), que mantienen sus prácticas ancestrales de subsistencia. Se han determinado en el censo 412 comunidades indígenas, de las cuales 185 (45%) no disponen de asentamiento legal ni definitivo, lo que va en contra de la Constitución y afecta sus posibilidades de subsistencia, desarrollo y transmisión. Datos de Dirección general de estadísticas, encuestas y censos (2002): Segundo Censo nacional

indígena. Fernando de la Mora: DGEEC.

Niños y niñas indígenas hablaron de la existencia de violencia en sus hogares y familias en forma de maltrato y violencia física principalmente. Este caso es en particular muy llamativo, porque tradicional e históricamente no se encontraba violencia de este tipo en los pueblos indígenas. Sin embargo su mayor contacto con los ”blancos” (la cultura occidental) generalmente viene asociado a formas de poder y violencia, como la pérdida de las tierras donde vivían y la negación de su lengua y sus costumbres. Esto puede generar un vacío en el sentido de la vida y producir cambios en las conductas como el consumo de alcohol refinado, principalmente por parte de hombres y adolescentes varones. Este problema se relaciona también con el aumento de la violencia entre las personas de las comunidades e incluso el aumento del número de suicidios. 28

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DE LA BIBLIOTECA

En 2005, se cumplieron 10 años de informes sobre los derechos humanos en Paraguay realizados por un conjunto de organizaciones de la sociedad civil nucleadas en la Coordinadora derechos humanos Paraguay (Codehupy). Se aprovechó para realizar un balance de ese tiempo en relación con los diferentes derechos y los diversos sectores.

El Estado paraguayo sigue sin impulsar la reforma legal e institucional respecto a los procesos de consulta y participación con los pueblos indígenas y sus representantes (...) se continúa sin una política indigenista adecuada, no sólo en términos jurídicos, sino en la disposición efectiva de instrumentos institucionales, financieros y administrativos para la restitución territorial indígena y la vigencia de los derechos de autodeterminación y desarrollo de los pueblos indígenas. (...) El Estado tampoco dispone de todos los medios alternativos posibles para satisfacer los reclamos y las necesidades territoriales indígenas, que no sobrepasan un millón de hectáreas, incluyendo a las comunidades a las que por decisiones arbitrarias se les ha negado sus derechos.

(...) Ante las demandas de mejoramiento en la salud, la educación, el desarrollo sostenible desde una perspectiva cultural y de género, el acceso a la justicia, etc., el Estado debe apoyar e impulsar un programa nacional de salud para los pueblos indígenas, que incluya un diagnóstico de sus necesidades y programas de acción, delineados con consulta y participación de dichos pueblos y sus representantes, que cuente con los recursos humanos y financieros adecuados. Es fundamental la adopción de medidas de salud pública para prevenir y remediar las enfermedades crónicas y epidemias que asolan a las comunidades, respetando las pautas de los pueblos indígenas.

También se requiere que el Estado paraguayo atienda las demandas en el plano educativo y de etnodesarrollo planteadas y propuestas por los pueblos indígenas, determinando los recursos humanos y financieros para el efecto; dar participación a los líderes y docentes de las diferentes comunidades indígenas en las reformas que se deban plantear: elaboración de programas propios para cada etnia; respeto a la cultura de cada pueblo; una escolarización que tenga en cuenta el sistema educativo tradicional; publicación de materiales en idiomas indígenas y la participación de nativos e indigenistas en instalaciones de las comunidades y respetando sus prioridades.

La ley nos protege La Constitución nacional reconoce la existencia de los pueblos indígenas, definidos como grupos de cultura anteriores a la formación y organización del Estado paraguayo.

Asimismo, reconoce y garantiza su derecho a preservar y desarrollar su identidad étnica en su respectivo hábitat, donde podrán aplicar libremente su sistemas políticos, sociales, económicos, culturales y religiosos, mientras no atenten contra los derechos fundamentales de la Constitución. Se les reconoce el derecho a la propiedad comunitaria de la tierra, en extensión y calidad suficientes para conservar y desarrollar sus formas particulares de vida. Estas tierras deberán ser proveídas en forma gratuita por el Estado y no podrán ser embargadas, divididas, transferidas, alquiladas, cedidas en forma de garantías financieras ni serán objeto de impuestos.

Sin su expreso consentimiento, fundado en el conocimiento de los motivos y la participación en la toma de decisiones, no podrán ser trasladados de sus tierras. Asimismo, serán defendidos de la regresión demográfica, la depredación de su hábitat, la contaminación ambiental, la explotación económica y la alienación cultural.

Se promoverá la educación respetuosa de sus formas tradicionales de educación y se garantizará su derecho a la participación en la vida social, económica, cultural y política del país, respetando sus características culturales, sus tradiciones y la Constitución nacional. Constitución nacional de la República del Paraguay, arts. 62 a 67.

En lo laboral se requiere de la inclusión en la legislación laboral de un capítulo destinado a pueblos indígenas. Control institucional y efectiva intervención de los órganos gubernamentales competentes sobre el cumplimiento de las leyes laborales de los trabajadores indígenas, principalmente los asalariados de las estancias.

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CAPÍTULO 3. ¡Los papás borrachos son muy violentos con sus hijos!

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cuatro

C A P Í T U L O

Las maestras nos castigan, dejándonos fuera de hora

LA VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS Castigos físicos y psicológicos

La ley nos protege Niños, niñas y adolescentes tienen derecho a una educación que les garantice el desarrollo armónico e integral de su persona y en la cual se respete su dignidad, especialmente por parte de sus educadores. Código de la niñez y la adolescencia, Arts. 20 y 21.

Se consideran delitos contra la integridad física de las personas y contra su autonomía sexual entre otros: el maltrato físico y el maltrato psicológico, el acoso sexual, el uso de niños y niñas en pornografía y el abuso sexual. Son agravantes de cada situación si el adulto que los comete es responsable del cuidado o la educación de la víctima (padre, madre, educador, etc.). Código Penal (ley 1660/97), Arts. 110 a 117, 119, 128 a 133, 134 a 140. Ley contra la utilización de niños, niñas y adolescentes en pornografía (2861/2006).

NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DICEN:

Las maestras nos castigan dejándonos fuera de hora, nos quitan los recreos y por cualquier cosa nos castigan, nos pegan con regla. Nos prohíben tener amigos y a veces hasta jugar. El castigo físico aparece nuevamente: obligarles a arrodillarse sobre granos de maíz o de arroz, pegarles con la regla o el borrador de pizarrón, estirar de las orejas o del cabello son las prácticas citadas como las más comunes. Una vez más, esta práctica está fundamentada y alentada por el entorno cultural a través de la noción de disciplina, que incluye estas medidas como los “correctores” habituales y consensuados. A su vez esta concepción descansa en una visión autoritaria de la enseñanza que aun no se ha desterrado, a pesar que se han cumplido más de diez años de Reforma Educativa, cuyos objetivos se proponían la democratización de los procesos de educación y los cambios en la visión del educando. En los últimos años, las adolescentes han logrado denunciar a profesores varones que las acosaban sexualmente y en menor medida que abusaran de otras formas. Estas denuncias tuvieron como consecuencia la intervención del Ministerio de Educación y Cultura y la penalización de los docentes. Sin embargo, se percibe que son muchas menos las denuncias de los casos que efectivamente ocurren. Otra práctica de violencia en las escuelas es convertir en premio el goce de los derechos, esto es, condicionar el cumplimiento de un derecho al cumplimiento de una imposición.

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CAPÍTULO 4. Las maestras nos castigan, dejándonos fuera de hora.

Experiencias positivas

A través del Centro Educativo Vida Plena, la Fundación Vida Plena viene desarrollando desde 1998 una experiencia innovadora en la educación escolar: con un enfoque pedagógico no-directivo se brinda un amplio espacio a la participación protagónica de niñas y niños en su propio proceso de aprendizaje. Son ellos y ellas quienes deciden las acciones a realizar y quienes van construyendo en forma autónoma y conjunta su aprendizaje. Esta tarea es complementada con el Taller para padres y madres, donde en forma compartida aprendemos las personas adultas a interactuar con niños y niñas. La Fundación Vida Plena propone vías de educación y auto-educación para una vida digna y plena, en armonía del ser interior con la existencia exterior. En esta experiencia se ha encontrado el aprendizaje en alegría y que los modos de vinculación entre personas adultas y niños y niñas pueden alejarse de la violencia, incluso en el momento de educarnos.

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Discriminaciones abiertas: pobreza, discapacidad y género NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DICEN:

En el colegio me dicen que no puedo ir a un cumpleaños porque soy pobre. Algunos no tienen y se van con lo poco que tienen e igual les manda otra vez. Nos llaman locas y estúpidas. La profesora le dice a una nena, porque tiene un amigo, que es una buscona. LOS ESTUDIOS Y LAS ESTADÍSTICAS NOS MUESTRAN QUE:

Niñas y niños en Paraguay cuentan casi con las mismas oportunidades de acceder a la escuela, pero existen diferencias en la permanencia en las escuela: las niñas de zonas urbanas dejan de asistir por problemas económicos y por problemas familiares, mientras que las niñas de las zonas rurales abandonan la escuela por la distancia a que se encuentra desde su casa. Las niñas abandonan la escuela al llegar a la adolescencia, muchas veces porque se embarazan y no les permiten continuar sus estudios. Instituto Desarrollo (2004): Estudio y análisis del sector educativo en Paraguay. Asunción: JICA. 3 de cada 10 niñas que trabajan en las casas de familia (criaditas) están atrasadas en la escuela y al llegar a la adolescencia ya son 7 de cada 10. Clyde Soto y otras (2002): Evaluación rápida sobre trabajo infantil doméstico en hogares de terceros en Paraguay. Asunción: OIT.

Se calcula que en Paraguay solamente 1 de cada 50 niños y niñas con discapacidad logra acceder a la escuela y permanecer en ella. Los otros 49, no. Datos proveídos por la Dirección de Educación Especial del Ministerio de Educación y Cultura.

Niños y niñas manifestaron que perciben una exclusión por su condición económica. Son dejados de lado por sus compañeros y compañeras y progresivamente por las maestras en las clases porque no cuentan con todos los útiles solicitados o porque están cansados de trabajar y no pueden concentrarse. En relación a niños y niñas que trabajan, la discriminación por parte de docentes es un hecho que termina excluyéndoles del sistema. Así baja la retención escolar, se afecta a la calidad del aprendizaje y niños y niñas son marcados con humillaciones y descalificaciones. 34

CAPÍTULO 4. Las maestras nos castigan, dejándonos fuera de hora.

La misma suerte corren niños y niñas discapacidad, con mejores resultados en escuelas integradas, pero sin darse todavía una inclusión efectiva. En la Consulta, niños y niñas con discapacidad reportan un alto índice de violencia que revela la incomprensión y marginación por características relacionadas con la discapacidad. En las escuelas secundarias la discriminación está dirigida a los y las adolescentes que tienen códigos propios (uso de cabello largo y de aritos en los varones, formas particulares de vestirse) y aquellos con orientación diferente a la heterosexual. Niños y niñas expresaron también que sufren situaciones de violencia cuando los otros hacen referencia a contenidos sexuales y los marcan con estigmas culturalmente fuertes como ‘puto’, ‘banda’, etc. Las disputas con violencia abierta verbal y física entre géneros también han estado presentes en los últimos años cuando colegios de un solo sexo, incorporaron el otro. Simplemente se abrió un nuevo escenario donde se jugaron las disputas, los prejuicios y la exclusión. A tres años de los cambios realizados en los dos colegios públicos tradicionales aún los signos de violencia siguen presentes. DE LA BIBLIOTECA

En las Naciones Unidas, el Relator especial sobre el Derecho a la educación presentó en 2006 su informe anual enfocado en el cumplimiento del derecho a la educación en el ámbito de las niñas y las adolescentes. Encontró como realidades que dificultan su ejercicio la vigencia del modelo patriarcal en las sociedades y la supremacía de los intereses económicos por encima de los intereses de las personas, incluso en las escuelas.

Si bien la desigualdad de género en la educación tiene particularidades locales y regionales, hay una serie de elementos que se comparten en muchos países, como la pobreza (que a su vez expresa múltiples exclusiones), los entornos escolares peligrosos y muchos efectos patriarcalistas como los estereotipos curriculares, la falta de voluntad de los padres para invertir o interesarse en la educación de las niñas y las adolescentes, el trabajo infantil, las prácticas sociales y culturales discriminatorias, las restricciones a la libertad de tránsito y de expresión de las niñas y adolescentes y por supuesto la guerra y las situaciones de emergencia.

La discriminación que sufren las niñas y adolescentes en el ámbito escolar, también se debe a la falta de modelos educativos culturalmente situados y respetuosos de la diversidad; a las largas distancias que deben caminar las niñas hasta las escuelas, a la falta de transporte seguro, a la escasa contratación de maestras, a la limitada atención de niñas con necesidades educativas especiales, a la ausencia de procesos integrales y permanentes de sensibilización y capacitación de género dirigidos a maestras y maestros, al poco interés en la reinserción y permanencia de adolescentes madres y embarazadas, a la falta de educación para la sexualidad y a los costos de matrícula, uniformes, alimentación, libros de texto y materiales didácticos que deben sufragar las familias y que tiene mayor impacto desfavorable para las niñas.

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El marco de desigualdad y discriminación estructural que se encuentra en la base de los procesos de socialización y construcción de los estereotipos de género en muchos sistemas educativos afecta también a los niños y a los adolescentes, quienes comúnmente se encuentran condicionados o son incitados a comportamientos intolerantes o abiertamente violentos. El 56% de la población mundial en edad escolar aún vive en países que no han logrado la paridad de género en la educación primaria y en el caso de la educación secundaria, se eleva al 87%, pues las desventajas de las adolescentes continúan incrementándose.

Vernor Muñoz Villalobos (2006): El derecho a la educación de las niñas. Informe del Relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la educación. Párrafos 28, 56, 57 y 66.

La ley nos protege El niño y el adolescente con discapacidad física, sensorial, intelectual o emocional, tienen derecho a recibir cuidados y atención adecuada, inmediatos y continuos, que contemplen estimulación temprana y tratamiento educativo especializado, tendiente a su rehabilitación e integración social y laboral, que le permita valerse por sí mismos y participar de la vida de su comunidad en condiciones de dignidad e igualdad. En ningún caso se permitirá la discriminación o el aislamiento social de los afectados. Código de la niñez y la adolescencia, art. 22.

Experiencias positivas

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La Fundación Apamap realiza desde 1996 cursos de capacitación a docentes del sistema regular de enseñanza de escuelas del estado en los departamentos de Alto Paraná y Canindeyú para que ellos mismos puedan atender en sus aulas a niños y niñas que presentan dificultades en el aprendizaje, repitentes o con discapacidades leves o moderadas. De otro modo, estarían fuera del sistema educativo o sin recibir las adecuaciones necesarias para un aprendizaje efectivo. Para asegurar su educación en su ambiente, donde asisten sus hermanos y vecinos y no son segregados o enviados a escuelas especiales, se realizan acompañamientos en servicio y actualizaciones permanentes a los y las docentes quienes, una vez capacitados y acompañados, pueden brindar a sus alumnos y alumnas la atención a sus necesidades individuales. Se garantiza así a niños y niñas sus derechos a la educación y a la no discriminación, con miras a la inclusión social. Asimismo, está aplicando la rehabilitación con base comunitaria (RBC), una respuesta para niños y niñas con discapacidad física, mental o asociadas que no son atendidos en sus necesidades de rehabilitación. Para asegurar que reciban la atención adecuada son formados monitores comunitarios, quienes asumen el rol de rehabilitadores y de apoyo a las familias que, por razón de pobreza extrema, desconocimiento o desidia no lo hacen. Se ayuda a padres y madres a asumir la responsabilidad de brindar a sus hijos e hijas con discapacidad la atención que les permita dentro de sus posibilidades individuales habilitarse o rehabilitarse y brindarles oportunidades al igual que a sus otros hijos e hijas. CAPÍTULO 4. Las maestras nos castigan, dejándonos fuera de hora.

La violencia entre niños y niñas NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DICEN:

En el colegio (…) nos dicen groserías los más grandes. Los niños que tienen más dinero son orgullosos. Yo soy del séptimo, otro está en el noveno, yo tengo mi pandilla y el otro tiene su pandilla, por ejemplo se dicen ‘nos vemos a la salida’. Toca el timbre y salen y se pelean en la calle, se pegan y se ponen muy nerviosos, a veces hasta a vos te alcanza, hasta por mirar. LOS ESTUDIOS Y LAS ESTADÍSTICAS NOS MUESTRAN QUE:

La violencia y la educación son dos temas muy vinculados en todo lo que se refiere a las noticias. En 2004, se publicaron en los diarios más de 12 mil noticias sobre niños, niñas y adolescentes. 2 de cada 5 tenían que ver con la violencia que sufrían o con la escuela. Agencia Global de Noticias (2005): Niñez y adolescencia en la prensa paraguaya – Informe anual 2004.

En el material recopilado en esta Consulta observamos que en todos los grupos niñas, niños y adolescentes reportan la escuela como uno de los lugares donde más manifestaciones de violencia existen. La violencia se manifiesta como proveniente de adultos y docentes pero también de niños, niñas y adolescentes, en especial desde los de mayor edad a los de menor edad. Existe una práctica en Paraguay “del mayorazgo” que otorga poder a los más grandes sobre los más pequeños, estando; estos últimos obligados a hacer mandados para ellos, someterse a lo que les piden realizar y ser objeto de burlas y golpes constantes. Experiencias positivas

En escuelas de Asunción, Caaguazú, Central, Concepción, Paraguarí y San Pedro se están realizando experiencias de organización de niños y niñas: los Consejos escolares y los Gobiernos estudiantiles, promovidos por Global…Infancia y por Plan Paraguay, respectivamente. En ellos, niños y niñas, principalmente de segundo y tercer ciclos de educación escolar básica, viven la experiencia de organizarse para el logro de objetivos comunes: están aprendiendo democracia al participar, al escucharse y tenerse en cuenta mutuamente y al trabajar en equipo. Los Consejos escolares y los Gobiernos estudiantiles están conformados tanto por niños como por niñas y en muchos, las actividades son decididas en forma conjunta y participativa. En algunos, la participación de niños y niñas con discapacidad, que asisten a las escuelas, es alentada tanto por docentes como por niños y niñas, incluso ocupan cargos de responsabilidad. COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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Los Consejos escolares y los Gobiernos estudiantiles pueden ayudar a niños y niñas a convivir mejor, pues abordan entre ellos y ellas sus conflictos y, reflexionando juntos, pueden resolverlos. Para cambiar la situación Para hacer frente a la violencia en la escuela

Niños, niñas y adolescentes piensan que los y las docentes necesitan capacitarse en los derechos del niño y que son muy responsables en la eliminación de la violencia en las escuelas. Identifican en los y las docentes un rol promotor de la no-violencia en la institución. Resulta asimismo importante para ellos y ellas el abordaje en conjunto por parte de los diferentes agentes: docentes, directivos, padres y madres y alumnos y alumnas.

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C A P Í T U L O

En el hospital, tardan en atender y no dan los remedios

VIOLENCIA EN OTRAS INSTITUCIONES En las instituciones de salud NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES NOS DICEN:

En el hospital tardan en la atención y no le dan los remedios No hay asistencia al enfermo (En un caso de violación, la víctima) se muere, se enferma, queda con mucho miedo, no tiene ganas de vivir, se quiere morir, se siente muy terrible. LOS ESTUDIOS Y LAS ESTADÍSTICAS NOS MUESTRAN:

Dos niños indígenas murieron por beber agua contaminada en época de sequía en el Chaco, mientras Senasa no había ejecutado casi 9 millones de dólares destinados a pozos artesianos en el Chaco. Heve Otero (2005): “La mitad olvidada. Condiciones actuales de la niñez y la adolescencia en Paraguay” en: Luis Claudio Celma y Dora Cristaldo Raskin – compiladores (2005): Un Paraguay con todas y todos, ¿cómo lo hacemos posible? Asunción: Global...Infancia. Pág. 34.

De las 17 618 notas periodísticas de los cinco diarios de circulación nacional en 2005 vinculadas al tema de niñez y adolescencia, 1814 se refirieron a la Salud, pero solamente 30 se refirieron a la salud de niños y niñas indígenas. Agencia Global de Noticias (2006): Niñez y adolescencia en la prensa paraguaya. Informe anual – 2005. Asunción: Global...Infancia. Pág. 36.

Cada día mueren en nuestro país 5 niños y niñas con menos de 1 año, por lo menos 3 de esas muertes se podrían haber evitado con atención médica adecuada. De cada 100 guaraníes que el Estado paraguayo gasta, solo 3 guaraníes están destinados a la salud.

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CAPÍTULO 4. Las maestras nos castigan, dejándonos fuera de hora.

COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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Mientras en Asunción hay 20 médicos y 7 enfermeras para cada 10 mil habitantes, en Boquerón –donde las comunidades indígenas son más numerosas- hay 3 médicos y 2 enfermeras para cada 10 mil habitantes. En Paraguay, se han registrado 427 niños y niñas (hasta 14 años de edad) con vih, pero solo 66 reciben la medicación necesaria para combatir el virus. Objetivos de desarrollo del milenio. Informe alternativo de la sociedad civil – Paraguay 2000/2005.

Pp. 54, 55 y 69.

Niñas y niños de los grupos indígenas han sido los únicos que consignaron las deficiencias del sistema de salud en Paraguay y su percepción clara entre violencia y muerte por falta de auxilio médico. Si bien para casi todos y todas es deficiente el sistema de salud, lo es mucho más para esta población, sistemáticamente abandonada por las políticas de Estado. El abandono que sufre la población indígena en atencion de salud se constituye en una de las principales causas de muerte y explica la disminución de la población de pueblos originarios y las graves condiciones de vida en las que se encuentran.

DE LA BIBLIOTECA

(…) La situación de salud de niños y niñas en el país sigue en franco deterioro, mientras la atención primaria está centralizada y es insuficiente y las familias –principalmente en los grupos más vulnerables- no reciben las orientaciones adecuadas sobre salud infantil. (Además) niños, niñas y sus madres sufren condiciones de desnutrición que en su mayoría son prevenibles. Las madres embarazadas y niños y niñas menores de cinco años de edad si bien cuentan con exención de aranceles en las consultas en los centros de salud, no acceden a las medicinas y los insumos porque estos no llegan a tiempo ni se encuentran en cantidades suficientes en los centros de salud.

(…) La salud adolescente carece de una atención adecuada, pues en los servicios no son contempladas dimensiones esenciales de desarrollo psicosocial, afectivo y sexual propios de esta etapa de la vida. Luis Claudio Celma (2005): “Otro año de promesas, postergaciones y amenazas” en: Codehupy (2005): Informe derechos humanos Paraguay 2005. 10 años de informes. Asunción: Codehupy. Pp. 453ss.

La ley nos protege El Estado es responsable de proteger a las personas por nacer a través de atenciones especializadas para las embarazadas, especialmente las de escasos recursos, las mujeres indígenas y las adolescentes. Ningún centro de salud, hospital o sanatorio –público o privado- puede rechazar a una embarazada en estado de urgencia, ni siquiera alegando insolvencia o falta de medios. Tampoco puede retener al niño o la niña recién nacidos por falta de pagos. Código de la niñez y la adolescencia, Arts. 9, 10 y 11.

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CAPÍTULO 5. En el hospital, tardan en atender y no dan los remedios.

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En los centros de privación de libertad LOS ESTUDIOS Y LAS ESTADÍSTICAS NOS MUESTRAN QUE:

En Paraguay se cuenta con 9 centros de privación de libertad para adolescentes, 5 son exclusivos para adolescentes y los otros 4 son áreas especializadas y separadas de las personas adultas, tal como lo establecen los requisitos internacionales. Al 30 de setiembre de 2006, había 228 adolescentes privados de libertad, de los cuales solamente 33 contaban con una condena, esto es, 186 estaban siendo procesados... en un sistema de justicia lento. Conforme a la ley penal adolescente, la última medida debe ser la privación de libertad y se deben privilegiar las medidas socioeducativas y correccionales, tales como servicios comunitarios, reposición de los daños causados, asistencia obligatoria a la escuela o programas de recuperación, entre otros.

La ley nos protege Niños y niñas –hasta los 13 años de edad- que hayan realizado actos que el Código penal considera hechos punibles, no pueden ser imputados, solamente pueden ser demorados por la Policía nacional y puestos a disposición de sus padres y la Codeni para que sean orientados.

Los y las adolescentes –de 14 a 17 años de edad- que hayan realizado actos antijurídicos, serán juzgados por la Justicia penal adolescente y se tendrá en cuenta que las sanciones se aplican en el siguiente orden: primero, las medidas socioeducativas, si estas no son suficientes para el cambio en el comportamiento se aplican las medidas correccionales y, finalmente, la privación de libertad. Código de la niñez y la adolescencia, Arts. 192 a 221.

Datos proveidos por el Sistema nacional de atención al adolescente infractor (Senaai) del Ministerio de Justicia y Trabajo.

La tortura, los malos tratos y las condiciones infrahumanas han caracterizado las condiciones de los y las adolescentes en las cárceles de Paraguay en toda la historia. El y la adolescente que cometen una falta, un delito o un crimen reciben un castigo brutal y sistemático. En el caso de las adolescentes mujeres su reclusión en cárceles obedecía más a razones de la familia para disciplinarlas. Entonces, el juez avalaba su reclusión con el fin de que se “enderezarán” o porque la madre “ya no podía con ella”. En el tema adolescentes en conflicto con la ley, Paraguay ya fue sancionado en 2004 por la Corte interamericana de derechos humanos, teniendo que pagar en concepto de resarcimiento tres millones y medio de dólares a las victimas y obligándoñp a iniciar un Plan nacional de atención al adolescente infractor. La denuncia fue realizada por las condiciones en las que se encontraban los internos en el Correccional Panchito Lopez, existencia de torturas y malos tratos e incluso muerte de varios de ellos. Hoy el Panchito López está clausurado. Si bien en los seis últimos años las condiciones de encierro han mejorado y se han creado Centros Educativos para su atención, la vigilancia sobre las condiciones se hace necesaria. Si bien la mayoría de las penitenciarías de Paraguay cuenta con espacios diferentes para adolescentes y para adultos, todavía en varias comparten algunos espacios, lo que puede resultar peligroso para los adolescentes. Según la ley, la privación de libertad es la última medida que se debe tomar con un adolescente, por ello se están promoviendo las que se llaman socioeducativas y correccionales.

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CAPÍTULO 5. En el hospital, tardan en atender y no dan los remedios.

Experiencias positivas

Rondas, enmarcado en el convenio con la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y UNICEF, ha impulsado y acompañado, en el Juzgado Penal de la Adolescencia de San Lorenzo, la instalación del primer Equipo Asesor de la Justicia (EAJ), conformado por psicólogos, trabajadores sociales y abogados, tal como lo establece la ley (Código de la niñez y la adolescencia, arts. 165 y 166). La Intervención Socio Jurídica permite investigar las condiciones psicosociales del adolescente, recomendar al juzgado las mejores medidas e involucrar a la comunidad para acompañarlos a cumplirlas. Hemos comprobado que con esta forma de trabajo, sin privar a los adolescentes de su libertad, reinciden menos y la comunidad asume mayor compromiso en la integración familiar y social de cada adolescente. La CSJ se ha comprometido a ampliar la instalación de estos equipos a todos los Juzgados Penales de la Adolescencia del país. Actualmente, se está trabajando con dos más de Asunción.

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En cuarteles y unidades militares También los cuarteles son otro lugar donde, en quince años de democracia, ha habido cerca de ochenta casos de malos tratos graves, lesiones permanentes y muertes de adolescentes. Actualmente, las leyes prohíben la estadía o permanencia de personas de menos de 18 años en los cuarteles, sin embargo a menudo se constatan irregularidades. Así, en los cuarteles se da la practica de criadazgo, lo que contraviene la ley de no permanencia de niños, niñas y adolescentes en los cuarteles. En mayo de 2005 se presentaron casos graves de maltrato a criadas en las unidades militares del Chaco. DE LA BIBLIOTECA

En el 2005, el Comité de Derechos humanos de las Naciones Unidas revisó el informe del Estado paraguayo sobre la vigencia de los derechos civiles y políticos y manifestó sus preocupaciones y sugerencias. Entre ellas:

El Comité lamenta que el Estado Parte no haya proporcionado información detallada sobre las medidas adoptadas para erradicar la práctica del reclutamiento de niños en el servicio militar y le preocupa la persistencia de esta práctica, particularmente en las zonas rurales. Los niños soldados serían utilizados como mano de obra forzosa, habiéndose denunciado asimismo, casos de malos tratos y muerte. El Estado Parte debe erradicar la práctica del reclutamiento de niños para el servicio militar, investigar los casos de malos tratos e indemnizar a las víctimas. Observaciones finales del Comité de Derechos humanos al informe de Paraguay. Ginebra, 28 de octubre de 2005. Párrafo 14.

La ley nos protege La Constitución nacional establece como edad para la incorporación al Servicio militar los 18 años de edad.

Paraguay ratificó el Protocolo facultativo de la Convención sobre los derechos del niño relativo a la participación de niños en conflictos armados, con lo cual se prohíbe su participación en los frentes de batalla, se regula su presencia en las unidades de seguridad pública, se sanciona la incitación a la participación de niños en organizaciones armadas (sean militares, policiales o paramilitares y parapoliciales) y se protege a quienes sufran estas formas de explotación. En relación con el Servicio militar obligatorio, se dispone en la Ley No 569 la edad mínima de 18 años, con lo que se protege la entrada y permanencia en cuarteles a adolescentes.

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CAPÍTULO 5. En el hospital, tardan en atender y no dan los remedios.

En las iglesias NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES NOS DICEN:

Nunca hubo violencia en la iglesia. En la iglesia casi no hay violencia, ni nada de maltrato, todos los catequistas son muy “calidá”, son muy buenos en la iglesia. Son todos buenos en la iglesia, no hay demonios. La iglesia es un caso particular en la apreciación de parte de niños y niñas. Siempre se cita a la iglesia como la institución donde menos violencia se ejerce, principalmente hacia niños, niñas y adolescentes. La creencia de que la violencia está ausente en ellas se relacionaría con el alto grado de religiosidad del pueblo paraguayo y con la identificación de la Iglesia católica con valores positivos. Existe un gran temor a realizar denuncias que impliquen a personas ligadas con la iglesia, especialmente con la jerarquía católica, si bien se ha contado con casos muy publicitados sobre abusos por parte de algunos de sus miembros. Dos de los grupos de niños y niñas manifestaron que en la iglesia existe muy baja participación de niños y niñas. Estos grupos son aquellos con los cuales se viene trabajando en cuanto a la noción de derechos y principalmente de la participación. Sin embargo, en la Consulta en ningún momento se mencionan casos de violencia sexual perpetrados por religiosos varones, reportados y difundidos ampliamente en la prensa y en las comunidades.

Experiencias positivas

En CDIA, varias organizaciones que participan pertenecen a la Iglesia católica o son confesionales católicas, entre ellas, la Fundación Don Bosco, el Hogar Santa Teresa y las Hermanas del Buen Pastor. Esto nos demuestra que el compromiso con los derechos de niños, niñas y adolescentes y la doctrina cristiana y católica son totalmente compatibles. La CDIA está abierta a la participación de otras instituciones confesionales, incluso de otras confesiones religiosas, pues su afán está orientado a promover mejores condiciones para que niños, niñas y adolescentes gocen y ejerzan sus derechos sin ningún tipo de discriminación.

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En los hogares de abrigo

Experiencias positivas

LOS ESTUDIOS Y LAS ESTADÍSTICAS NOS MUESTRAN QUE:

[Datos de Inecip] Los Hogares son un caso particular, porque durante muchos años el Estado no realizó un seguimiento ni un control de su forma de funcionar. La creencia generalizada de las comunidades y de las autoridades es que cuando niños y niñas están en un Hogar, tienen garantizados todos sus derechos, pues ya no están en la calle ni a la vista de automovilistas y peatones. Este error se da porque se cree que los únicos derechos tienen que ver con las necesidades de alimento, aseo y techo. Es preferible la internación antes que deambular por las calles. Sin embargo en muchos casos se han constatado graves transgresiones, en especial en lo que hace a los derechos a la protección con presencia de malos tratos, negligencia y abusos, condiciones de hacinamiento y falta de higiene y alimentación adecuadas. Mucha veces, los hogares de abrigo son los únicos lugares donde pueden estar niños y niñas, pues no se han encontrado familiares que se hagan cargo de ellos y las familias acogedoras están totalmente ocupadas. Es por ello que la propuesta de los abrigos se orienta a favorecer la vivencia de comunidad y no tanto de institución: niños y niñas residen en pequeñas casas con niños y niñas de su edad, comparten ciertos espacios y cuentan con espacios individuales, llevan una vida similar a la de una familia y cuentan con una o dos personas adultas de referencia, generalmente educadores.

Don Bosco Róga, desde un modelo educativo acuñado por San Juan Bosco como sistema preventivo, es una institución configurada en el marco de un proceso constructivo e integral de la persona niño-adolescente, desde su autoconocimiento como ser social sujeto de derechos. Este proceso se realiza desde la propia convivencia en el Hogar, con sus potencialidades y contradicciones, de modo que la persona comprenda y tenga conciencia de su vida como camino de ciudadanía responsable hacia la transformación humana trascendente. Se enfatiza el proceso de construcción desde la realidad de vida excluida a través de un ambiente rico en propuestas educativas, el acompañamiento “vida por vida” - ya desde la calle - de adultos referentes y significativos, la realización de un Proyecto Personal y la experiencia participativa del cotidiano y la reflexión sobre la misma por parte de todos los miembros de la Comunidad Educativa. VinculArte realizó en 2003 actividades para el fortalecimiento de la atención integral a adolescentes trabajadoras domésticas y niñas migrantes del campo a la ciudad en instituciones que les brindan hospedaje, alimentación y oportunidades de formación e inserción laboral. El trabajo consistió principalmente en ofrecer espacios en modalidad de taller con las niñas y adolescentes residentes en uno de los hogares para promover su desarrollo personal y con las colaboradoras y las religiosas responsables del lugar se fortalecieron condiciones para tener en cuenta y apoyar el desarrollo personal de niñas y adolescentes en el ámbito de la institución. Asimismo, se favoreció que entre tres entidades (dos hogares y el sindicato de trabajadoras domésticas) se establecieran nexos y acuerdos de trabajo conjunto, ayuda mutua y derivación respetando los derechos de niñas y adolescentes.

La ley nos protege En caso de un niño o una niña sin cuidado de parte de sus padres o separado de ellos por haber sufrido maltrato, se debe buscar su colocación con algún otro familiar. Cuando esta situación no fuera posible, se debe buscar su colocación con una familia especialmente preparada para ello. Si aun esto no fuera posible, se debe recurrir como última alternativa a su entrada provisoria y temporal a un hogar de abrigo, que debe estar habilitado para el efecto. Todas estas medidas deben ser adoptadas por el Juzgado de niñez y adolescencia. En caso de urgencia, las puede disponer una Codeni, pero requerirá la posterior e inmediata autorización judicial para su continuidad. Código de la niñez y la adolescencia, arts. 34, 191.

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CAPÍTULO 5. En el hospital, tardan en atender y no dan los remedios.

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seis

CAPÍTULO

Y ya te matan nomás

VIOLENCIA EN LAS COMUNIDADES Y EN LA CALLE Violencia es lo que más se ve

En los últimos años, Paraguay sufre de un proceso de empobrecimiento. La falta de empleos, el incremento de la explotación, el aumento de la tensión social y el aumento de los niveles de delincuencia en las calles y en las comunidades. Esta violencia incluye asaltos y robos con armas blancas y de fuego, asaltos domiciliarios, violencia sexual, homicidios, suicidios (notablemente de jóvenes) y, desde hace menos tiempo, secuestros por dinero y muertes. Mas allá de los grandes crímenes, niños, niñas y adolescentes expresan la vivencia de un entorno violento. Las niñas y adolescentes mujeres reportan una violencia de género cotidiana al citar el acoso permanente por parte de los hombres como algo cotidiano. Justificados con la intención de informar, los medios de comunicación muestran imágenes que generan una idea de que los y las adolescentes son potenciales delincuentes y en los niños y las niñas son personas inválidas y denigradas. Evidentemente todas esta imágenes menoscaban la autoestima de niños y niñas y refuerzan la idea de que son objetos y no personas. La publicación de los rostros y de los nombres de niños y niñas que sufren abusos y maltratos y de adolescentes en conflicto con la ley es habitual, si bien el Código de la Niñez y la Adolescencia establece que se trata de una trasgresión al derecho a la privacidad. La ley nos protege

NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DICEN:

Eso es lo que más hay, los ladrones se van, le aprietan y roban trescientos dólares a los turistas brasileros, le dan un poco a la policía y ya le sueltan de vuelta. Eso es lo que ocurre más seguido, los pequeños robos por peajeros, por apenas dos mil si vos no tenés, ‘dame, dame’ te dice y ya te mata nomás. (…) Después le agarraron en un auto a un brasilero y un paraguayo. Tenían 15 kilos de marihuana y el policía le pidió 10.000 reales para soltarle y le dio al comisario. Le soltaron y también se quedó la marihuana. Sale todo en la tele, y después los otros copian, hacen igual.

Queda prohibido publicar por la prensa escrita, radial, televisiva o cualquier otro medio de comunicación, los nombres, las fotografías o los datos que posibiliten identificar al niño o adolescente, víctima o supuesto autor de hechos punibles. Los que infrinjan esta prohibición serán sancionados según las previsiones de la ley penal. Código de la niñez y la adolescencia, artículo 29.

LOS ESTUDIOS Y LAS ESTADÍSTICAS NOS MUESTRAN QUE:

Al referirse a la niñez y la adolescencia, los medios de prensa en Paraguay hablan principalmente de educación y de violencia. 19 de cada 100 notas de todos los diarios de circulación nacional referidas a la niñez guardaban relación con la violencia en el 2005. De entre esas 19 notas, 8 tenían que ver con actos violentos donde niños y niñas eran víctimas, 4 con abuso y explotación sexual, 3 con acciones y reflexiones, 1 con actos violentos donde niños y niñas eran agentes de esa violencia y las otras 3 incluían actos violentos donde niños y niñas de la noticia eran agentes y víctimas, violencia institucional y otros temas. Agencia Global de Noticias (2006): Niñez y adolescencia en la prensa paraguaya. Informe anual – 2005. Asunción: Global...Infancia. Pp. 27-29. 48

CAPÍTULO 6. Ya ya te matan nomás.

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La vivencia en las calles

4. que disponga de un intérprete, si fuere necesario, y a

NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DICEN:

Nos agarraron cuando estábamos trabajando en el centro (…) nos llevaron al calabozo. A los que trabajan por necesidad nomás le persigue la policía y a los que roban, se entienden luego ellos, le pagan un poco a la policía, se van y roban y la policía no le persigue, se va la policía y le dan poco de plata y ya le sueltan de vuelta. La policía me pateó en la comisaría, me llevó y me pegó en la palma de la mano, en la garganta y en el oído, nos descargaron electricidad debajo de las uñas con un motorcito que tienen, se me paralizó todo el brazo y me dio puntadas en la cabeza (…) Nos llevan al baño para que limpiemos los inodoros. Si bien en Paraguay no se ha dado el fenómeno de las pandillas como en otros países de América latina, existen grupos de adolescentes viviendo en calles, con pocas respuestas por parte del gobierno. Un caso particular de la violencia del gobierno es la focalizada contra niños, niñas y adolescentes trabajadores en calle. Dentro de un nuevo Plan de Atención a niños y niñas en situación de calle, han ocurrido en 2005 numerosos hechos de detenciones arbitrarias y torturas por parte de la policía, y malos tratos de operadores de la Fiscalía y el Poder Judicial. Desde las organizaciones de la sociedad civil nos preocupa seriamente que el gobierno hable por un lado de la protección de niños y niñas, y que por otro lado actúe de una forma tan violenta y denigrante.

5. que sea puesta, en un plazo no mayor de veinticuatro horas, a disposición del magistrado judicial competente, para que éste disponga cuanto corresponda en derecho. Constitución nacional, artículos 11 y 12.

Experiencias positivas La Orquesta Infanto Juvenil Don Bosco es un programa de inclusión social a través de la enseñanza sinfónica para todos aquellos niños, niñas y adolescentes que, debido a la violencia que el sistema económico-social ejerce sobre los menos favorecidos, no han tenido la igualdad de oportunidades para desarrollar integralmente todos los aspectos de su personalidad. Cada participante escoge el instrumento que más se adecua a su forma de ser, lo ejecuta dentro de una formación orquestal que lo educa en valores lúdicos y estéticos, le hace crecer su autoestima, lo disciplina en un trabajo común, con niños y niñas de su barrio y de otros puntos del Paraguay, despierta talentos ocultos ofuscados por la violencia intrafamiliar, la pobreza y la vida en calle, y ofrece posibilidades de futuro laboral y reconocimiento social.

La ley nos protege Nadie será privado de su libertad física o procesado, sino mediando las causas y en las condiciones fijadas por esta Constitución y las leyes.

Nadie será detenido ni arrestado sin orden escrita de autoridad competente, salvo caso de ser sorprendido en flagrante comisión de delito que mereciese pena corporal. Toda persona detenida tiene derecho a: 1. que se le informe, en el momento del hecho, de la causa que lo motiva, de su derecho a guardar silencio y a ser asistida por un defensor de su confianza. En el acto de la detención, la autoridad está obligada a exhibir la orden escrita que la dispuso;

2. que la detención sea inmediatamente comunicada a sus familiares o personas que el detenido indique; 3. que se le mantenga en libre comunicación, salvo que, excepcionalmente, se halle establecida en su incomunicación por mandato judicial competente, la incomunicación no regirá respecto a su defensor, y en ningún caso podrá exceder del término que prescribe la ley; 50

CAPÍTULO 6. Ya ya te matan nomás.

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siete

C A P Í T U L O

“...abusan, les hacen trabajar mucho”

VIOLENCIA EN ACTIVIDADES ECONÓMICAS Desprotección en los lugares de trabajo NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DICEN:

Los padrastros abusan, les hacen trabajar mucho. LOS ESTUDIOS Y LAS ESTADÍSTICAS NOS MUESTRAN QUE:

En Paraguay, de cada 10 personas en edad de trabajar: 1 no tiene trabajo, 6 trabajan en condiciones muy precarias y solo 3 tienen condiciones básicas de empleo. Gustavo Zaracho (2005): “Derecho al empleo: flexibilización y desregulación laboral por la vía de los hechos” en: Coordinadora derechos humanos Paraguay (2005): Derechos humanos en Paraguay 2005. 10 años de informes. Asunción: Codehupy. Pág. 376.

En 2002, 6 de cada 50 niños y niñas que trabajaban lo hacían lejos de sus familias y viviendo como criaditos y criaditas, con alto riesgo de abuso sexual. Marcos Robles (2002): El empleo en el Paraguay. Evidencias de las encuestas de hogares. Asunción: OIT y PNUD.

En 2002, se consideraba que 670 000 niños, niñas y adolescentes trabajaban, y pertenecían a familias en proceso de empobrecimiento, no siempre a familias pobres. Está poco visibilizado el trabajo rural de niños y niñas y es más conocido el trabajo urbano, aunque en número son equivalentes. Se considera que 8 de cada 10 niños, niñas y adolescentes que trabajan lo hacen en condiciones de vulnerabilidad, pues no reciben remuneración o lo hacen lejos de sus lugares de residencia.

En la Consulta, niños, niñas y adolescentes no hacen referencia a violencia en situaciones laborales formales, es decir, en condiciones de dependencia. Sin embargo se conocen trasgresiones en lugares como fábricas, empresas, caleras, ladrilleras, lugares de oficio y nocturnos. En varios de los grupos focales se refieren a situaciones de violencia y que son las siguientes: Una referencia ya realizada es lo que denominamos “violencia estructural”, por la cual niños, niñas y adolescentes están obligados a trabajar para aportar al sustento de sus familias y asegurar su participación en la escuela. Las condiciones forzosas se dan en levantarse muy temprano, no tener las condiciones de descanso para asistir a la escuela y la falta de apoyo desde el sistema escolar a sus necesidades como estudiante y trabajador desde temprana edad. La otra mención hace referencia a la explotación por parte de padres, madres y padrastros, como se menciona al inicio de este capítulo: expresan que son enviados y obligados a trabajar, también en explotación sexual; los adultos se quedan con el dinero ganado y niños y niñas son objeto de malos tratos físicos y explotación en general. Paraguay ratificó el convenio 138 acerca de la edad mínima para la admisión al empleo de adolescentes y esta edad mínima se marcó en 14 años de edad. El Código de la Niñez y la Adolescencia promueve la protección de sus derechos en cantidad de horas permitidas, asistencia a la escuela y condiciones generales de trabajo. También a escala país se han delimitado indicadores para evaluar y eliminar las peores formas de explotación, de acuerdo al Convenio 182, también ratificado. Sin embargo, no alcanza con prohibir el ejercicio de actividades económicas sino que debe favorecerse la ocupación y el empleo, la calidad en la educación y la protección en las actividades de trabajo, así como la asistencia adecuada a las víctimas de explotación y la sensibilización para evitar que se continúe discriminando a niños y niñas por el hecho de que trabajan. Es evidente la necesidad de sensibilización en derechos del niño y de la niña a padres, madres y adultos y el cambio de cultura autoritaria a una que pueda reconocerlos como sujetos de derechos.

La ley nos protege En Paraguay, la edad mínima de admisión al empleo es 14 años, coincide con la edad en que se espera culminar la educación escolar obligatoria. Para ciertas actividades, se debe tener mayor edad.

Roberto Céspedes (2003): Seguimiento de indicadores sobre la niñez trabajadora en Paraguay según la Encuesta de Hogares. Asunción: OIT/Ipec y UNICEF. Pp. 15, 20 y 88-92.

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CAPÍTULO 7. “...abusan, les hacen trabajar mucho”.

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Explotación económica y explotación sexual comercial Experiencias positivas NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DICEN:

ha promovido desde los años ’80 que niños, niñas y adolescentes que trabajan puedan organizarse para reconocer sus derechos, promover sus condiciones de trabajo y de vida y exigir al Estado el cumplimiento de sus responsabilidades. Así, ha trabajado principalmente en la Terminal de Ómnibus y en el Mercado de Abasto de Asunción muy de cerca con niños, niñas y adolescentes que desarrollan actividades en estos lugares. Con este trabajo, los ha acompañado en el proceso de organizarse, tomar conciencia de su ser niños, niñas y adolescentes trabajadores y trabajadoras, valorar su aporte a la familia y la sociedad, construir su identidad y ejercer sus derechos frente a una sociedad y un Estado que frecuentemente los desvalorizan y los consideran “delincuentes”, por el hecho de trabajar.

Callescuela

Hay padres o madres que obligan a sus hijos a mendigar y si no trae nada, les pegan. Los padrastros abusan: les hacen trabajar mucho con trabajo muy pesado y los beneficios son todos para el padrastro; a veces ni siquiera les deja comer tranquilo, ni le manda a estudiar. LOS ESTUDIOS Y LAS ESTADÍSTICAS NOS MUESTRAN QUE:

En 1997, había cerca de 3.750 niñas y adolescentes que eran ‘prostituidas’ en Asunción y Ciudad del Este. Luz Marina Acosta y Nilse A. Acosta (1997): Explotación sexual de niñas y adolescentes en

Ciudad del Este. Asunción: Unicef Paraguay y OIT.

En 2005, cada 2 días, una adolescente paraguaya fue llevada a otro país bajo engaño, y esclavizada en él, muchas veces realizando tareas ‘sexuales’. Grupo Luna nueva (2005): La trata de personas en el Paraguay. Asunción: Ministerio de Relaciones exteriores y Organización internacional para las migraciones (OIM). Pág. 210.

Niños, niñas y adolescentes ven la explotación económica por parte de padres y madres como un hecho de violencia. El aumento de la pobreza en el país y el deterioro de las relaciones entre las personas, lleva a que algunas familias para poder sobrevivir insten a sus hijos a mendigar y así contar con dinero para comer. A pesar de los planes que se desarrollan desde el Estado, todavía no se ven los resultados de la asistencia a familias cuyos hijos e hijas mendigan en las calles. Niños, niñas y adolescentes reconocen que muchas veces es necesario salir a trabajar para asegurar la sobrevivencia de la familia y para poder asistir a la escuela. En Paraguay a pesar que el derecho a la educación gratuita y para todos y todas está consagrado en la Constitución y garantizado en el Código de la Niñez y la Adolescencia, en la práctica no se cumple. Esto significa que asistir a las escuelas públicas cuesta dinero para las familias. En algunos grupos, niñas y niños discutían si estas condiciones de vida y de trabajo eran peores para los varones que para las niñas. Llegaron a la conclusión de que es diferente para unas y otros, porque son diferentes las tareas que realizan los niños y las que realizan las niñas y que el trato que reciben también es diferente dependiendo de si se trata de un varón o de una mujer. En cuanto a la explotación sexual, Paraguay ha implementado un Plan de eliminación, que comenzó en la triple frontera (Paraguay, Argentina y Brasil). La explotación sexual al igual que el uso de criaditos y criaditas tal vez son las dos problemáticas menos visibles y que se consideran como “normales” en la cultura. Esto afecta principalmente a niñas y adolescentes mujeres. 54

CAPÍTULO 7. “...abusan, les hacen trabajar mucho”.

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Sección III

La ley nos protege Algunas actividades están totalmente prohibidas para los y las adolescentes. Entre ellas se encuentran todas las formas análogas a la esclavitud, toda forma de explotación sexual (pornografía, prostitución) y toda actividad ilícita (tráfico y venta de armas, drogas, etc.). Asimismo, están prohibidas todas las actividades que por su naturaleza o por las condiciones en que se realicen afecten al desarrollo psíquico, físico o moral del adolescente. Una lista de estas actividades fue establecida en el 2005.

Convenio Nº 138 y 182 de la OIT, Código de la niñez y la adolescencia, Ley 2861/2006 que sanciona el uso de niños y niñas en pornografía y Decreto 4951/2005 que reglamenta la ley que ratifica el Convenio 182.

Experiencias positivas

La sociedad cierra los ojos ante la “prostitución” de niños, niñas y adolescentes en las calles, porque es una consecuencia de un sistema social que no funciona, donde solo se piensa en rentabilidad y no en personas. El centro del Grupo Luna Nueva en Asunción desde hace seis años plantea un proceso educativo y terapéutico para ellos y ellas llamado “Un viaje hacia la vida”, pues parte de la vida para educar hacia una vida mejor. El proceso está pensado en seis etapas que duran aproximadamente tres años y cuenta con ejes fundamentales como la atención directa, la atención de salud, la educación, la sexualidad y la maternidad, el cuerpo –higiene y alimentación incluidas-. Niñas, niños y adolescentes son contactadas por los educadores que recorren calles, prostíbulos y barrios marginalizados, e invitadas al Centro. Más tarde, se les plantea iniciar el proceso con tres tiempos: sentirse sostenida y acompañada ante el por qué; abrirse a la alternativa de trabajar y transformar su situación ante el para qué y luego se va preparando hacia la salida del Centro.

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conclusiones abiertas

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C A P Í T U L O

Reflexiones

La participación abre al diálogo constructivo

El proceso de Consulta ha permitido a nuestras organizaciones y a las personas que trabajamos en ellas visualizar con más claridad las capacidades y potencialidades de niñas, niños y adolescentes cuando les damos la oportunidad de participar. Sus percepciones claras y sus propuestas de solución directas y lógicas nos llaman la atención desde el mundo adulto. Debemos revisar qué mundo estamos construyendo para ellos y ellas. Asimismo, nos hacen caer en la cuenta una vez más de la situación de incumplimiento de derechos casi como un hecho cotidiano que se puede observar en todos los ámbitos revisados en esta Consulta. La violencia forma parte del cotidiano

En todos los grupos focales, niños, niñas y adolescentes han reportado algún nivel de violencia sufrida día a día: A veces como hechos extraordinarios, la violencia llamada gruesa, por ejemplo: los asesinatos; Otras veces como algo ya instalado en la cultura, por ejemplo el abuso sexual a las niñas y adolescentes; y Otras nuevas expresiones de esta violencia como la desgarantía del derecho a la vida, evidenciadas el 1 de agosto de 2004 en el crimen-tragedia del ex Ycuá Bolaños, y reiteradas en la falta de respuestas a las sequías y las inundaciones –altamente previsibles- y las fluctuaciones del mercado de trabajo que obligan a las familias a desplazarse o a separarse. En todos los grupos, se puede ver que niños, niñas y adolescentes perciben que los adultos los consideran como objetos abusables, vendibles, castigables, removibles, mudables, invisibles. Esto significa que están escuchando de parte nuestra “vos no existís” y por eso, la violencia es posible. Violencia que se alimenta con más violencia, crece con la edad

Asimismo, en la Consulta pudimos apreciar que niños y niñas son conscientes de que la violencia hoy no es solo de un adulto a un niño, del pueblo más fuerte al menos agresivo, sino que hay otra violencia globalizada y mediática: los hechos violentos se difunden masivamente, con ricas ganancias para sus dueños. Otro tema sistemático es que a mayor adultez, mayor violencia. Es decir están citadas más frecuentemente las personas adultas como violentos que los de menor edad y se lee claramente que en entornos menos violentos niños y niñas son menos violentos y que en entornos más violentos tienden a serlo todavía más.

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La importancia de la dimensión cultural

La violencia se justifica gracias a una cultura que la tolera y la alienta: en tanto sea para “educar”, se puede castigar física y psicológicamente, se debe utilizar una mano dura y firme y la violencia sexual se justifica. El trabajo de construcción de ciudadanías democrácticas y participativas es lento porque significa una transformación en los aspectos culturales, sin destruir sus modos de expresión en diversidad. Esto significa que se mantendrá el incumplimiento de los derechos de todas y todos en general, pero a la vez que se deberá trabajar en ellos. Las autoridades y el gobierno han sido percibidos sistemáticamente por niños, niñas y adolescentes como no protectores de ellos y ellas, sino mas bien como quienes propician situaciones de violencia, hasta las de extrema violencia. En este sentido, el incendio citado del ex Ycuá Bolaños es emblemático de la situación general de derechos de la población que nos ocupa y del país: corrupción, impunidad, procesos de justicia no fiables, falta de reparación a las victimas y un desprecio por el derecho más básico: a la vida. Si bien sienten las desprotección de las autoridades y el gobierno y de adultos en general, tienen muy claro que es a estos actores a los que se les tiene que pedir rendición de cuentas y asunción de sus responsabilidades. La violencia de ocultar y hacer callar

Los grupos sectoriales como los de discapacidad y otros como los indígenas, denuncian el abandono sistemático a ellos y ellas y lo que es a la lógica de la violencia: la exclusión de lo diferente hasta su ahogamiento y en el caso de los indígenas, muerte y reducción de la población. Movimientos y desplazamientos

Si bien en la consulta no se habían evidenciado –tampoco se plantearon preguntas en torno al tema- la “estampida migratoria” (término acuñado por un grupo de organizaciones hermanas) a que se ven obligadas las personas responsables de las familias (padres y madres en general) han forzado en el último tiempo la conformación de familias transnacionales, con la ausencia de padres y madres en el cotidiano de niños y niñas, y comprometiendo seriamente su derecho a crecer con su familia y el desarrollo de su identidad en entornos que aseguren el desarrollo de su afectividad. Constituyéndose esta en una nueva expresión cada vez más extendida de la violencia del sistema sobre sus niños, niñas y adolescentes. Cambios en la familia

Sin embargo también hemos leído en la Consulta aunque en baja frecuencia de citas, niños, niñas y adolescentes que expresaban que antes los castigaban y ahora ya no, o que sus padres cambiaron mucho, lo que nos permite abrir la puerta a ver que un trabajo sistemático de sensibilización tiene un efecto positivo para el respeto de los derechos y que los adultos también tenemos posibilidades de auto observación. Por otro lado en las propuestas de solución los niños, niñas y adolescentes dicen que está en las manos de los adultos dar las respuestas, asumir las responsabilidades que les competen y ser sobre todo más humanos. En la opinión de ellos y ellas es unánime el consenso que lo que puede detener la violencia es “la palabra, el diálogo, el explicar, la comprensión, el entenderse, el respetarse, la denuncia, el cumplimiento de las leyes, acompañar, capacitar, sensibilizar”. Niños, niñas y adolescentes apuestan a la organización y la participación como los ejes fundamentales que están en sus manos para incidir y mostrar lo que no se quiere ver. Y cuando hablamos de organización y participación estamos hablando del diálogo y la palabra, cualidades humanas sobre la violencia que también son una posibilidad humana.

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CAPÍTULO 8. Reflexiones.

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C A P Í T U L O

Sugerencias

A partir de la Consulta hemos desarrollado un conjunto de sugerencias de acción y reflexión sobre los cuales seguir profundizando y explorando las posibilidades que se abren. Entendemos desde la CDIA que debemos apuntar a reducir las prácticas violentas en nuestras relaciones, desde las más cercanas hasta las más institucionales, promoviendo para ello tanto prácticas de convivencia que incluyen al conflicto y lo abordan en forma asertiva, considerando los intereses y beneficios de todas las partes, como prácticas de administración y ejercicio del poder que contemplen la equidad, la calidad, la sostenibilidad, la participación y la diversidad en la producción de oportunidades para toda la ciudadanía, con especial énfasis en niñas, niños y adolescentes. Este trabajo debe realizarse en todas las escalas y ámbitos referidos, pensamos en instituciones y organismos oficiales, privados e intersectoriales; en los gobiernos nacional, departamental y municipal; en las agrupaciones familiares, comunitarias y gremiales, tanto entre personas adultas como entre niñas, niños y adolescentes y entre ambas generaciones. Algunos de los asuntos por continuar abordando serían: Profundizar y trabajar en las prácticas culturales cotidianas la visión de niños, niñas y adolescentes como sujetos sociales de derechos. Esto implica reconocerles en tanto personas humanas en relación con otras personas humanas, con intereses, necesidades, inquietudes e ilusiones particulares –propias y compartidas- que no se definen solo desde el ser niños, niñas y adolescentes, pero que se ven condicionadas también por ello. Difundir y sensibilizar sobre las diferentes expresiones de la violencia, su abordaje y prevención a los miembros de las familias, de las organizaciones de la sociedad civil y de las instituciones gubernamentales. Aplicar en forma sistemática y sin excepciones la legislación de protección y promoción de los derechos de niños, niñas y adolescentes con capacitación continua a los agentes responsables de su aplicación, especialmente padres y madres, docentes, funcionarios y funcionarias de la administración pública, agentes de seguridad y operadores del sistema de justicia.

COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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Promover en los diferentes niveles la participación protagónica de niños, niñas y adolescentes, especialmente en los espacios de toma de decisión sobre asuntos que les afectan directamente. Desde la casa hasta el país, pasando por la escuela y la comunidad, su voz debe tener lugar en los diferentes canales de participación democráctica y sus perspectivas y propuestas ser contempladas al momento de tomar decisiones en la definición de políticas, normas y acuerdos de convivencia. Promover espacios de intercambio y respeto de las adultas y los adultos con niños, niñas y adolescentes. Acentuar la importancia del diálogo y otras estrategias de convivencia como formas de resolución de conflictos, teniendo en cuenta siempre la atención equitativa de los intereses, las necesidades y las inquietudes de las partes, sobre todo, de niños, niñas y adolescentes. Identificar, vigilar y denunciar en las instancias correspondientes las formas institucionalizadas y las ocasionales en que el Estado ejerce violencia contra sus ciudadanas y ciudadanos, especialmente cuando están involucrados niños, niñas y adolescentes.

Anexos

Metodología de la investigación

Como la investigación forma parte integral de una Consulta mundial, con diferenciaciones regionales y nacionales, se mantuvieron criterios solicitados por la coordinación general de Unicef y Save the Children Suecia en la implementación de la misma. Debido al tiempo escaso para la realización del trabajo de campo y el análisis y la interpretación de los datos (Paraguay fue incluido en la investigación a fines de marzo y el informe fue entregado a fines de mayo) y a las exigencias científicas y metodológicas del estudio, la CDIA realizó un trabajo de selección de grupos participantes que resultaran representativos y con los cuales las organizaciones miembro tuvieran contacto por trabajos realizados en sus comunidades a fin de asegurar un adecuado relacionamiento entre los técnicos recolectores de datos y niños, niñas y adolescentes participantes.

Características de la población participante

Como el 60 % de la población paraguaya está aglutinada en las ciudades y el 40 % restante en el área rural; se asignaron seis grupos al área urbana, incluyendo ciudades diferentes y cuatro grupos al área rural. Por otro lado, a los grupos étnicos originarios, por su representatividad y número, se les asignó un grupo. Se incluyeron asimismo dos grupos sectoriales solicitados, estos son niños, niñas y adolescentes con discapacidad y niños, niñas y adolescentes de clase socio económica media-alta. Se trabajó con 13 grupos, conformados en su totalidad por 128 niños, niñas y adolescentes (de 9 a 18 años de edad), distribuidos conforme se presenta en el siguiente cuadro:

Grupo Zona / Sector

Género

Edades

1

Rural

Femenino

Niñas (9/11)

3

Urbano

Femenino

Adolescentes (15/17)

2 4 5 6 7 8 9

10 11

12

Femenino

Indígena

Masculino

Urbano

Femenino

Urbano Urbano

Clase media alta

Adolescentes con discapacidad

Masculino

Masculino y Femenino Masculino y Femenino

Participantes

Niñas (9/11)

Adolescentes (15/17) Niñas (12-15) Niños (9-11)

Adolescentes (14-15) Adolescentes (12/18)

Localidad

12

Villeta

15

Capiatá

14 10 12 10 12 12

M. Estigarribia Capiatá

Villa Elisa

San Lorenzo Asunción Asunción

Rural

Femenino

Niñas (9/11)

Edelira

Rural

Masculino

6

Adolescentes (15/18)

10

Edelira

Rural Rural

Masculino Femenino

Niños (10/14)

Adolescentes (15/17)

6 9

Edelira Edelira

Niños, niñas y adolescentes participaron de encuentros en Capiatá, San Lorenzo, Villa Elisa, Villeta en el departamento Central; Mariscal Estigarribia en el departamento de Boquerón; Ciudad del Este en el departamento del Alto Paraná; Edelira en el departamento de Itapúa y Asunción.

Metodología empleada

La metodología empleada para el trabajo fue realizada en función del diseño metodológico propuesto por los responsables de la Consulta Mundial. Con adolescentes y niños y niñas de 12 y 13 años se realizaron grupos focales, mientras que con niños y niñas hasta 11 años de edad se realizaron encuentros con técnicas participativas.

Análisis

El análisis y la interpretación de los datos se plantearon recuperando en una matriz de análisis las expresiones propias de niñas, niños y adolescentes en relación con diferentes categorías. Para la presentación del informe y de los presentes resultados, se organizó la información recuperando al inicio de cada ítem, las frases y expresiones más significativas y frecuentes a través de los grupos focales, recuperando también las manifestaciones particulares de cada grupo. Debido a que ciertos temas solicitados por la Consulta no fueron mencionados por niños, niñas y adolescentes, se incluyó en el informe datos obtenidos en otras fuentes de información. Se ha referido adecuadamente en el texto, cuando ha sido este el caso.

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CAPÍTULO 9. Sugerencias.

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Brújula de contactos (o casi un directorio)

Ante los hechos de violencia o en búsqueda de mecanismos para la prevención de estos hechos, es importante que las personas estemos informadas acerca de las instituciones y organizaciones que pueden apoyar esta tarea y aquellas que deben recibir las denuncias. Roles y tareas diferentes

Es importante diferenciar las necesidades y los pedidos que se realicen para saber exactamente a quién recurrir para ello. Ante el conocimiento de hechos que están considerados como delitos –maltratos graves, abuso sexual, utilización en pornografía, venta de niños y niñas, tráfico de bebés, entre otros- se debe acudir al sistema de justicia (Juzgado penal, Fiscalía y, eventualmente, a la Comisaría). Es responsabilidad de estas instituciones recibir las denuncias, canalizarlas y verificar la situación.

Ante la sospecha de estos hechos o ante otras situaciones que no son delitos pero que vulneran los derechos de niños, niñas y adolescentes –como que no los hayan inscripto en el Registro civil, que no vayan a la escuela o que sus padres y madres no se hagan cargo de ellos, se debería buscar orientación ante la Codeni u otras organizaciones especializadas. Ni las Codeni ni las ONGs pueden recibir denuncias.

La Codeni tiene la responsabilidad de recibir todos los requerimientos de la ciudadanía relacionados con los derechos de niños, niñas y adolescentes y es su tarea orientar a las personas, asegurar el cumplimiento de los derechos –como por ejemplo, registrar a los y las adolescentes que trabajan, habilitar las guarderías de la comunidad, verificar el cumplimiento de las disposiciones sobre casas de videojuegos, solicitar la inscripción de niños y niñas en la escuela en forma condicional hasta obtener la partida de nacimiento, mediar para llegar a acuerdos sobre régimen de visitas y asistencia alimenticia para niños y niñas de padres y madres separados, etc. Las ONGs pueden recibir pedidos y eventualmente canalizar ayudas. Algunas de ellas tienen servicios muy específicos. No es su función recibir denuncias ni requerimientos, pero pueden acompañar a las personas a exigir a las autoridades el cumplimiento de los derechos y, en la medida de sus posibilidades, brindar asistencia técnica, servicios gratuitos y otros. Funciones en escalas distintas

Las tres grandes escalas para garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes son el municipio, el departamento y el país, por lo que podemos acercarnos a las autoridades y las instituciones para que estos derechos sean cumplidos. Entre las autoridades nacionales, se encuentra la Secretaría nacional de la niñez y la adolescencia con responsabilidad en generar políticas públicas y acciones coordinadas a favor de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

Para ello organiza y coordina los planes y preside el Consejo nacional de niñez y adolescencia donde participan representantes del Ministerio de Educación y cultura, del Ministerio de Justicia y trabajo, del Ministerio de Salud pública y bienestar social, de la Defensa pública y la Fiscalía general, así como representantes de la sociedad civil (ONGs de alcance nacional) y de los Consejos departamentales.

A escala departamental, se han creado Consejos departamentales de niñez y adolescencia donde participan representantes del gobernador y de la Junta departamental así como los titulares de las Secretarías de Educación y Salud y representantes de la sociedad civil organizada (de ONGs y de grupos de niños, niñas y adolescentes del departamento).

Entonces, ¿a quién recurrir?

Para denunciar delitos contra niños, niñas y adolescentes (abuso sexual, explotación sexual, utilización en pornografía) Cualquier denuncia puede ser anónima. Entidad

Fiscalía General de la Niñez, Palacio de Justicia Defensoría pública de niños, niñas y adolescentes, Palacio de justicia

Asistencia a víctimas de la Fiscalía General del Estado Emergencias Médicas (Asunción)

Además, se cuenta con un Consejo municipal con participación de representantes del intendente y de la Junta municipal, de las comisiones vecinales, de las ONGs y de las organizaciones de niños y niñas. En algunos municipios también participan los jueces de paz, los comisarios, las directoras de escuelas y los directivos de los centros de salud.

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(021) 424 124/9 (021) 423 211 (021) 210 785 (021) 204 800

Para recibir orientación o requerir ayuda en casos en que los derechos de niños, niñas y adolescentes están siendo vulnerados Contacte con la Codeni de su municipalidad.

Contacte con la Coordinadora por los derechos de la infancia y la adolescencia (CDIA), donde recibirá orientación sobre el caso y sobre entidades que pueden brindarle apoyo. La CDIA atiende de lunes a viernes de 10 a 14 hs.

Para informarse sobre las Experiencias positivas presentadas en este texto y ver posibilidades de que en su comunidad puedan desarrollarse experiencias similares, contacte con las organizaciones referidas.

Entidad y persona a cargo

CDIA Coordinadora por los derechos de la infancia y la adolescencia Heve Otero, secretaria ejecutiva BECA Base educativa y comunitaria de apoyo Nelly Meza, coordinadora Callescuela

CECTEC Centro de educación, capacitación y tecnología campesina

Algunas gobernaciones han creado secretarías de niñez y adolescencia para apoyar la tarea de las Codeni de las municipalidades y articular el trabajo de los Consejos departamentales.

A escala municipal, se han creado las Codeni (Consejerías municpales por los derechos de la niñez y la adolescencia) para difundir y garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes en el municipio.

Para informarse sobre la sede que corres ponde a su jurisdicción, comunicarse a:

EnfoqueNiñez – Lazos para crecer Magui Palau, coordinadora

Datos de contacto

Zanotti Cavazzoni 253, Asunción Telefax (021) 227 061 [email protected] www.cdia.org.py Alcides González 1144, Asunción Teléfonos (021) 557190 y 556990 [email protected]

Dr. Sosa 436 c/ Soldado Ovelar. Fernando de la Mora. Teléfonos (021) 507477 y 525069 [email protected] Manuel Domínguez 1048, Asunción Teléfono (021) 209217 y 490264 www.cectec.org.py [email protected], [email protected], [email protected]

Zanotti Cavazzoni 253, Asunción Teléfonos: (021) 202819, 223925 y 200150 www.enfoqueninez.org.py [email protected]; comunicació[email protected]

La intención de los Consejos es promover la coordinación del trabajo en cada escala (en todo el país, en el departamento y en el municipio) para asegurar que los derechos de niños, niñas y adolescentes sean una realidad.

ANEXOS. Brújula de contacto.

COORDINADORA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.

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Fundación Apamap Martely Codas, presidenta

Don Bosco Róga - Fundación Don Bosco R. P. Miguel Ángel Larrea sdb, director Fundación Vida Plena Elisabeth Weber de Gavilán, directora Global...Infancia Marta Benítez, directora

Grupo Luna Nueva

Hogar Santa Teresa Plan Paraguay Alejandro Franco, director nacional Rondas

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Avda. Guajaivi y Avda. Francisco Solano López (Supercarretera), Ciudad del Este Teléfonos: (061) 506862 y 507639 www.apamap.org.py [email protected] Cedro y Ecuador, Barrio Santa Lucía, Lambaré Teléfono: (021) 553061 y 559128 [email protected] Avda. Mme. Lynch 268, Asunción

8 de Diciembre y Las Residentas, Fernando de la Mora. Teléfono: (021) 502883 viplena@conexión.com.py Avda. Mme. Lynch 268 Planta Alta esq. Dr. Heyn, Asunción Teléfonos: (021) 510445 y 510624 www.globalinfancia.org.py [email protected] Gral. Díaz 753, Asunción Teléfonos: (021) 444105 y 452938 [email protected]

Avda. Amado Benítez Km 2 ?, Ciudad. del Este Teléfonos: (061) 572824 y 573766 [email protected]

Guido Spano 1687, Asunción (oficina nacional) Teléfonos: (021) 663085, 662560, 615174 y 615175 Contacto: [email protected] Pitiantuta 1095, Asunción Teléfonos: (021) 220862, 207422 y 207416 [email protected]

SOS Aldea de niños Paraguay

Cerro Corá 1155, Asunción (oficina nacional) Teléfono: (021) 227345 Contacto: [email protected]

VinculArte asociación civil Javier Chamorro, director

San José 155, Dpto. 1, Asunción Teléfono: (021) 224863 [email protected]

ANEXOS. Brújula de contacto.

Una mirada con niños, niñas y adolescentes

en nuestra sociedad En esta publicación hemos procurado entramar las narraciones sobre las diferentes formas de violencia que viven niñas, niños y adolescentes en nuestra sociedad, Hemos entramado: NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DICEN... Sus propias voces en los grupos donde nos juntamos con ellas y ellos a conversar sobre este tema y realizar la edición paraguaya de la Consulta Mundial, nos muestran su dolor y su esperanza, LOS ESTUDIOS Y LAS ESTADÍSTICA NOS MUESTRAN QUE Con los números que nos muestran a la práctica de la violencia como un cotidiano muy expandido en nuestra sociedad, incluso, más allá de donde queremos llegar a ver. DE LA BIBLIOTECA Y los fragmentos de documentos que denuncian estas dificultades y vulneraciones y proponen otras formas de actuar y trabajar. LA LEY NOS PROTEGE ...para asegurar que pueda ser cumplido lo expresado en las leyes como un proyecto de sociedad que garantiza el ejercicio de los derechos a cada una de las personas que la conforman. EXPERIENCIAS POSITIVAS Y un semilla de esperanza brota en las iniciativas que a diario sostienen las organizaciones a través del contacto de sus miembros, profesionales y voluntarios, con niñas, niños y adolescentes y sus familias, PARA CAMBIAR LA SITUACIÓN Procurando que sus voces y sus actos detengan la violencia.

Trabajamos vigilando y promoviendo el cumplimiento efectivo de los derechos de niñas, niños y adolescentes

CON EL APOYO DE: