violencia contra la mujer

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Escuela

EPOEM n°9

Alumno

Yoenci Ramos Gonzalez

Grado y Grupo 2-1

Índice Introducción Capítulo I 1.1 Violencia Psicológica 1.2 Abuso sexual 1.3 Violencia Económica y patrimonial 1.4 Violencia Simbólica Capitulo II 2.1 Violencia simbólica 2.2 Acoso y hostigamiento 2.3 Violencia Domestica Capitulo III 3.1 Violencia laboral 3.2 Consecuencias de la violencia laboral

3.3 Maltratos contra la mujer Capitulo IV 4.1 Violencia mediática 4.2 Violencia financiera 4.3 Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 25 de noviembre 4.4 Explotación sexual 4.5 Conclusión. 4.6 Anexos

INTRODUCCIÓN La violencia o malos tratos hacia la mujer afecta a millones de mujeres en el mundo entero, independientemente de su situación socioeconómica y cultural. Siendo así que cada 72 horas muere una mujer en manos de su compañero de vida y que el índice de mortalidad de la mujer por causa de violencia aumenta cada año sin que las autoridades y organismos gubernamentales y no gubernamentales puedan aunar esfuerzos para proteger en gran escala a este sector poblacional todavía marginado por la sociedad patriarcal en que vivimos. En virtud de lo anterior en la declaración formulada en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, que se celebró en Beijing en septiembre de 1995, se definió la violencia contra la Mujer: "Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada." Las mujeres han vivido en mayor o menor intensidad formas de violencia. Existen ejemplos que demuestran esta afirmación, cuando no se reconoce su trabajo, cuando se plantea que su opinión no es importante y las hacen callar, cuando han sido objeto de mensajes publicitarios y somos tratadas como objetos sexuales, cuando sienten miedo a caminar solas por el sencillo hecho de que son mujeres.

Existen actualmente condiciones del tipo de vida que pueden estar favoreciendo conductas agresivas o violentas, pero carecemos de datos como para afirmar que está aumentando o disminuyendo, también puede ser que mientras unos casos de violencia aumentan otros disminuyen y otros que nunca llegan a conocerse. Lo que si sería un error es pensar que hoy en día ocurren con mayor frecuencia "Hoy son conocidos, pero no sabemos si son más frecuentes".

ABUSO EMOCIONAL O PSICOLÓGICO Los insultos, humillaciones, burlas, descalificaciones y criticas constantes, desprecios, abandono, y aislamiento emocional, incomunicación, gritos, chantajes, amenazas de tipo económico o emocional, así como el control de lo que dice o hace, etc. Estos mal tratos se vincula a acciones u omisiones destinadas a degradar o controlar las acciones, comportamientos, creencias y decisiones de la mujer, por medio de la intimidación, manipulación, amenazas directas o indirectas, humillación, aislamiento o cualquier otra conducta que implique un perjuicio en la salud psicológica, la autodeterminación o el desarrollo personal. Son actos que conducen a desvalorización o sufrimiento en las mujeres. Se manifiesta en la exigencia a la obediencia, tratar de convencer a la mujer de que ella es culpable de cualquier problema, incluye agresiones verbales como insultos, gritos, además se emplea el menosprecio a la vida pasada de la mujer, a su persona, a la forma en que viste. Se aplica el abuso emocional en el sexo femenino cuando la aislamos, se controlan sus salidas de casa, se descalifica o ridiculiza su opinión, hay presencia de humillaciones en público, entre otras. Hay que tener muy en cuenta que la expresión verbal de los sentimientos dentro de las relaciones de parejas es la parte fundamental e importante de la intimidad. La intimidad es la clave principal en un mundo de relaciones donde los individuos pasan

complicadas redes de amistad, minimizan las diferencias, tratan de alcanzar el consenso y evitan dar una imagen de superioridad. Para muchas mujeres, los insultos y la tiranía que constituyen el maltrato emocional son aun mas más dolorosos que los la violencia física, porque aterrorizan la seguridad y la confianza de la mujer de sí misma. Otra característica del abuso emocional, es limitar o retener el dinero, que no sea compartido con iguales posibilidades y nivel de decisión entre la pareja. Se ha encontrado que otras formas de abuso emocional o psicológico en la mujer, es el dejar de hablarse con su pareja, los silencios prolongados, hacerse el que no escucha o no entiende lo que se le dice, realizar gesto de rechazo, de que no le interesa nada, miradas agresivas, tomar actitudes o actos como de golpearla, escogerle la ropa que debe ponerse, si se corta el pelo o lo deja largo, si va suelto o recogido, cuestionarle sobre los compañeros de trabajo, preguntar quien llamó por teléfono, prohibirle participar en actividades sociales, familiares o en el trabajo, agresiones verbales o con gestos de desagrado, hacerla pensar que está loca, o decírselo o que está confundida, que no sabe hacer nada, burlarse, reírse de ella y por último no darle participación en ninguna decisión doméstica. El mayor y peor aspecto de de la violencia emocional y psicológica no es la violencia misma sino la "tortura mental" y "vivir con miedo y aterrorizada" durante mucho tiempo. Graciela Ferreira menciona e incluye algunos malos tratos psicológicos los cuales son: Malos tratos sociales: en donde incluye las humillaciones, descalificaciones y burlas en público, su pareja se muestra descortés con las amistades o familia de ella, seduce a otras mujeres a otras mujeres enfrente de su pareja, además la trata como a una sirvienta en presencia de otras personas. Malos tratos ambientales: en los cuales la pareja rompe y golpea objetos, además de tirar las cosas. Malos tratos económicos: en los cuales entra el control del dinero, además de que le impide su acceso y conocer el patrimonio familiar, así como la toma de decisiones unilaterales sobre su uso, se apodera de los bienes, le impide tener un trabajo asalario, le asigna una cantidad y le exige explicaciones de los gastos realizados.

ABUSO SEXUAL El abuso sexual se da desde la imposición de una relación sexual no deseada, de posturas, gestos, actos o formas de vestir, hasta abuso y violación con uso de fuerza física. Así como los insultos y acusaciones durante las relaciones sexuales, además del trato de la mujer como un objeto. De lo contrario algunas personas opinan que

el abuso sexual es el menos frecuente, existen investigaciones que demuestran que son tan frecuentes, como las demás formas de expresión de violencia. Lo que ocurre en muchas ocasiones es que las mujeres lo ocultan y sobre todo si este tipo de abuso es entre la pareja. se ha encontrado que dentro de las formas de abusos sexuales de los hombres hacia sus esposas, se pueden incluir: el asedio sexual, burlarse de la sexualidad de la mujer, criticar su cuerpo o su manera de hacer el amor, el acusarla de infidelidad continuamente y sin motivo, ignorar o negar sus sentimientos y necesidades sexuales, exigir solo su satisfacción sexual, forzarla a tener relaciones con otros hombres por intereses comerciales, la demanda de relaciones sexuales después de haberla golpeado físicamente o de haber abusado de ella. Muchas esposas maltratadas soportan situaciones de violencia continuada y generada por sus esposos por las siguientes razones:

• Tienen nociones muy negativas de su propio valor personal (autoestima dañada). • Piensan que pueden sufrir el rechazo de padres y amigos que las pueden culpar de no ser buenas esposas y madres. •

Piensan que si se separan de los esposos estos las matarán.



Esperan que sus maridos cambien o se reformen.



Consideran que su situación económica sería crítica si se separan de ellos.

• Al tener niños pequeños piensan que estos necesitan económica y emocionalmente a sus padres. •

Dudan poder ser independientes económicamente.



Creen que una mujer divorciada no tiene valor.

• Consideran que si lo denuncian a la policía no va a dar resultado y quizás le dirán…"entre marido y mujer nadie se debe meter"… • Temen enfrentar la división de bienes materiales y fundamentalmente el problema de la vivienda.

Violencia económica y patrimonial contra las mujeres En muchas sociedades, la mujer no distingue o define el coito forzado como una violación si está casada o vive con el agresor. En algunos países esto es condenado como delito penal. Las encuestas de varios países indican que 10 a 15% de las

mujeres informan que sus parejas las obligan a tener relaciones sexuales. Entre las mujeres que son agredidas físicamente en su relación, las cifras son más altas. n la casa nunca falta nada. El gasto llega puntual, las colegiaturas de los hijos se pagan a tiempo, la despensa siempre está llena... pero todo es de él. Él toma todas las decisiones de lo que se compra para la familia. Dice que 'el que paga manda'. Yo no puedo escoger ni el sabor del yogurt". El testimonio anterior fue compartido por una participante en un taller sobre empoderamiento femenino en nuestro estado. No fue el único caso expuesto, pero sí el que principalmente consiguió visibilizar la violencia económica por género. Fluyen también las historias sobre las pensiones alimenticias que nunca llegan, sobre los contubernios con el jefe para reportar un salario menor que haga que el total de la pensión se reduzca considerablemente, sobre el dinero mensual que se reparte con la "casa chica", sobre las herencias negadas a las descendientes del sexo femenino, y otros casos frecuentes de violencia económica y patrimonial contra las mujeres. Pese a que sus efectos son menos evidentes que los dejados por las violencias física y/o sexual, las violencias económica y patrimonial resultan mucho más cotidianas, para un mayor número de mujeres en el mundo. Estos tipos de violencia, la económica y patrimonial, no solamente se ejercen en el ámbito familiar, sino también en el espacio laboral, donde los fenómenos preponderantes son el que las áreas de alta dirección y toma de decisiones sean mayoritariamente masculinas, los ascensos en el trabajo sean para los hombres por más que se esfuercen las mujeres, y los salarios de los hombres sean superiores a los de las mujeres, aun cuando ambos ostentan los mismos puestos, cargos y responsabilidades. En México existen leyes y códigos armonizados con los tratados internacionales que inciden directamente en el combate a estos dos tipos de violencias. Sin embargo, hasta el momento han resultado insuficientes para detener este fenómeno en específico. Diseñada a partir de la Ley General con el mismo nombre, así como de diferentes tratados internacionales firmados por México en materia de igualdad de género, la antes señalada ley estatal estipula tipos y modalidades de violencia contra las mujeres. Los tipos son psicológica, económica, patrimonial, sexual y física, mientras que las modalidades son la violencia familiar, laboral y docente, en la comunidad, institucional y feminicida. La violencia económica es toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral. La violencia patrimonial es cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima. Se manifiesta en: la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y

puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima. Es común la creencia de que quien tiene el dinero, tiene el poder. Por ello, cuando una mujer sufre violencia económica y/o patrimonial por parte de su pareja, no solamente tiene un rango de acción familiar muy limitado en cuanto a la decisión de uso y distribución del dinero, sino que inclusive el poseer ingresos económicos propios incrementa el poder de su cónyuge, al grado tal de que sea él quien tome las decisiones personales de ella, tales como elegir las actividades, las amistades e incluso la vestimenta de la mujer. Cuando se ejerce en el ámbito privado, la violencia económica y patrimonial por género casi siempre es por parte del esposo o concubino y tienen como eje rector el control del dinero y las propiedades familiares por parte de la pareja o expareja. Por otro lado, cuando ambas violencias se ejercen en el ámbito público, casi siempre consisten en la limitación o negación injustificada para obtener recursos económicos, en la percepción de un salario menor por igual trabajo ante los hombres, la explotación laboral, la exigencia de exámenes de no gravidez y la discriminación en la promoción laboral. Así pues, un esposo violenta a su esposa económicamente cuando le niega el dinero suficiente para que se satisfagan sus necesidades elementales, como la alimentación, vivienda, la vestimenta, o el acceso a la salud. También cuando "le prohíbe" trabajar de manera remunerada, cuando le exige cuentas y comprobantes por cada cosa que ella compra, aún si tales gastos se tratan de productos o servicios que satisfarán las necesidades indispensables de la familia. Otras expresiones de violencia económica y patrimonial son las amenazas de no dar el gasto mensual, o el hecho de no darlo, negarse a que las herencias se asignen a las mujeres, adueñarse de propiedades que de antemano le pertenecían a la esposa, o tras la separación, negarse y/o regatear las pensiones alimenticias para las hijas e hijos.

Violencia simbólica contra mujeres La violencia simbólica contra las mujeres está constituida por la emisión de mensajes, iconos o signos que transmiten y reproducen relaciones de dominación, desigualdad y discriminación que naturalizan o justifican la subordinación y la violencia contra las mujeres en la sociedad. Son muchos los mensajes que se transmiten en este tipo de violencia, entre éstos se pueden destacar tres: 1) el desprecio y la burla por lo que son y/o hacen las mujeres; 2) el temor o desconfianza por lo que son y/o hacen las mujeres, y 3) la justificación de la subordinación femenina y /o de la violencia contra las mujeres. Esta violencia simbólica se ejerce a través de la publicidad, las letras de canciones, del refranero y de los dichos populares, juegos de video, novelas, revistas, caricaturas políticas entre otros. Pero también esta violencia se transmite mediante

la divulgación de las profundas elaboraciones filosóficas de hombres catalogados como “grandes pensadores de la historia”. Tomemos por ejemplo la propuesta pedagógica para la educación de las niñas que propone Juan Jacobo Rousseau en su obra Emilio: “Toda la educación de las mujeres debe referirse a los hombres. Agradarles, serles útiles, hacerse amar y honrar por ellos, educarlos de jóvenes, cuidarlos de adultos, aconsejarlos, consolarlos, hacerles la vida agradable y dulce; he aquí los deberes de las mujeres en todo tiempo, y lo que debe enseñárseles desde la infancia. Mientras no nos atengamos a este principio nos alejaremos de la meta, y todos los preceptos que se les den de nada servirán ni para su felicidad ni para la nuestra”.

Acoso y hostigamiento sexual, diferencias El acoso sexual, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), consiste en insinuaciones sexuales indeseables o en un comportamiento verbal o físico de índole sexual que pretende interferir, sin razón alguna, en el requerimiento laboral de una persona o crear un ambiente de trabajo intimidante, hostil u ofensivo. De a cuerdo con este organismo deben integrarse tres elementos para que haya acoso sexual: un comportamiento de carácter sexual que no sea deseado y que la víctima lo perciba como un condicionamiento hostil para su trabajo convirtiéndolo en algo humillante. Existen niveles de conductas de acoso sexual en los que se contemplan la interacción verbal o no verbal, el contenido del mensaje (menos o más coercitivo) y la presencia o no de contacto físico, explica. De acuerdo con la OIT, el acoso ha sido clasificado en cinco niveles, según lo agravante de la práctica: abarcan del acoso leve verbal, el acoso moderado no verbal sin contacto físico; el acoso medio fuerte verbal; el acoso fuerte con contacto físico; hasta el acoso muy fuerte con presiones físicas y psicológicas para tener contactos íntimos. Las consecuencias del acoso sexual son varias y distintas. Entre las principales se encuentra: abandono voluntario del trabajo o despido, sometimiento y silencio para no perder el ingreso, sentido de culpa por la carga cultural "provocadora", nerviosismo, ansiedad, depresión y trastornos psicosomáticos que terminan por cobrar una cuota en la integridad física y psicológica, expone.

Las mujeres acosadas suelen ser menores de 30 años, en tanto que los acosadores suelen ser mayores de 40 años y jerárquicamente superiores. Por su parte la abogada Haydée Méndez Illueca, co-autora del libro Acoso sexual: un problema laboral, clasifica esta práctica nociva en acoso vertical o acoso chantaje, de parte de un superior jerárquico hacia una subalterna, como una manifestación de poder, que se da mediante amenazas si la víctima no accede a favores sexuales, o promesa de cualquier tipo de beneficio laboral.

Violencia domestica La violencia o abuso doméstico es un patrón de conducta que tiene como finalidad controlar a otros. Se trata de un comportamiento que castiga a una persona o la hace víctima repetidamente dentro de una relación romántica o íntima. Este comportamiento daña a la persona a la que está dirigido. Si no se interviene, la violencia doméstica se hará mas frecuente e intensa y terminará con el asesinato o suicidio de la víctima. Como la violencia doméstica está relacionada con poder y control, no excluye a los hombres por lo cual ellos también pueden ser víctimas ocasionalmente.

Cuales son los tipos de violencia doméstica

Cada forma de violencia se ubica dentro de una escala de comportamiento, con menos o más probabilidades de resultar letal. Al evaluar el nivel de peligro, se puede diagnosticar y predecir la violencia doméstica.

- Física - Contacto físico que lastima a la esposa, pareja, niños, padres ancianos, hermanos, u otros familiares o personas que vivan en la misma casa. Comienza con jalones, empujones o golpes a la persona y aumenta de intensidad dando lugar a lastimaduras, huesos rotos y lesiones internas. Si no se interviene, el abuso físico puede conducir al asesinato.

- Sexual - Esto comienza con comentarios sexuales degradantes y manoseos contra la voluntad de la víctima. Al aumentar de intensidad, a menudo la victima es forzada a tener relaciones sexuales durante las cuales resultará lastimada. Si no se interviene, el abuso sexual puede llevar a la violación y al asesinato.

- Emocional/Verbal Psicológica - Esto comienza con insultos y aumenta de intensidad con comentarios humillantes, amenazas y culpando a la victima. El

comportamiento del abusador es errático e impredecible. El o ella puede emitir mensajes confusos o contradictorios. Por ejemplo, el o ella puede alegar que nunca dijo algo que la victima asegura haber oído. El abuso emocional siempre acompaña al ataque físico y en muchos casos lo precede. El abuso emocional afecta gravemente la autoestima.

Violencia laboral Según la OAVL, violencia laboral es: “toda acción, omisión o comportamiento, destinado a provocar, directa o indirectamente, daño físico, psicológico o moral a un trabajador o trabajadora, sea como amenaza o acción consumada. La misma incluye violencia de género, acoso psicológico, moral y sexual en el trabajo, y puede provenir de niveles jerárquicos superiores, del mismo rango o inferiores”. Es una forma de abuso de poder que tiene por finalidad excluir o someter al otro. Puede manifestarse como agresión física, acoso sexual o violencia psicológica. Puede presentarse tanto en sentido vertical (ascendente o descendente) como entre pares. Puede ejercerse por acción u omisión. Afecta la salud y el bienestar de las personas que trabajan. Configura una violación a los derechos humanos y laborales. Formas de violencia laboral Agresión física: Toda conducta que, directa o indirectamente, esté dirigida a ocasionar un daño físico sobre el o la trabajador o trabajadora. Acoso sexual: Toda conducta o comentario reiterado con connotación sexual basado en el poder, no consentido por quien lo recibe. Acoso psicológico: Situación en la que una persona o grupo de personas ejercen un maltrato modal o verbal, alterno o continuado, recurrente y sostenido en el tiempo sobre un trabajador o trabajadora buscando desestabilizarlo, aislarlo, destruir su reputación, deteriorar su autoestima y disminuir su capacidad laboral para poder degradarlo y eliminarlo progresivamente del lugar que ocupa. Consecuencias de la violencia laboral En el trabajador o trabajadora: afecta su salud psicofísica y puede producir consecuencias negativas en sus relaciones sociales en general y familiares en particular. En la organización: produce malestar entre los trabajadores/as, disminución en la productividad, desaprovechamiento de capacidades, pérdidas económicas, desprestigio social.

En la sociedad: consolida la discriminación, favorece el descreimiento en las instituciones y en la justicia. 3. COMPLICACIONES DE SALUD EN MUJERES QUE HAN SUFRIDO VIOLENCIA La mayor parte de violencia contra mujeres procede de hombres a los que conocen y a menudo en el seno de la familia y el hogar. La mejor forma de conceptualizar la violencia contra la mujer es definirla como un factor de riesgo para la salud, ya que sus consecuencias se traducen en una amplia gama de efectos en la salud de la mujer. La magnitud del maltrato contra la mujer en la pareja puede tener en la salud física numerosas enfermedades de carácter físico además se ha mostrado que las mujeres que sufren violencia física y/o sexual por parte de su pareja pueden llegar a padecer un 60% más que de aquéllas que no son víctimas de tal violencia.

Las lesiones, el miedo y el estrés asociándolos al maltrato pueden conllevar a problemas de salud crónicos. Entre estos problemas pueden ser: Dolores musculo esqueléticos. Dolor crónico de cuello o espalda. Artritis. Complicaciones cardiovasculares. Infarto de miocardio. Angina de pecho. Síntomas neurológicos recurrentes como: •

Balbuceo.



Tartamudeo incipientes.



Pérdida de audición.



Problemas de vista.



Dolores de cabeza y migrañas.

Además se han descrito enfermedades crónicas como:

Dolor crónico. Síndrome del intestino irritable. Trastornos gastrointestinales. Fibromialgia.

La salud sexual y reproductiva ha sido la condición física más abordada en el estudio de la salud de la mujer maltratada. Por una parte, el maltrato se ha asociado a conductas sexuales de alto riesgo para el contagio de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el VIH/SIDA. Además, el maltrato en la relación de pareja puede interferir en la negociación y la decisión sobre la anticoncepción y el uso de condones. En la actualidad existen características psicológicas diferentes entre las mujeres maltratadas y no maltratadas previamente al inicio del maltrato. Por el contrario conlleva una serie de trastornos y problemas de carácter psicológico que no deben ser ignorados, tales serian como:

Ansiedad. Insomnio. Baja autoestima. Depresión clínica. Trastorno por estrés postraumático. Ideación suicida o intento de suicidio. Consumo y abuso de determinadas sustancias (como alcohol, drogas y determinados psicofármacos). Morbilidad psíquica.

MALOSTRATOS CONTRA LA MUJER

Los malos tratos tienen una característica propia que los hace ser diferentes de otro tipo de violencia y unas consecuencias en la vida y la salud de las mujeres es que son cualitativas y cuantitativas de las cuales se producen otras víctimas:

Los malos tratos los ejerce un hombre con quien se mantiene un vínculo afectivo y amoroso, con el que se comparte gran parte de la vida, por lo que los sentimientos hacia esa persona son más complejos que los que se producen ante la violencia cometida por una persona extraña y desconocida. Los malos tratos no son aislados, sino que se prolongan durante el tiempo, por lo tanto van debilitando las defensas físicas y psicológicas, generando así miedo, sentimientos de indefensión e impotencia. Gran parte de los mal tratos se producen en el ámbito domestico por lo que muchas veces son “invisibles” para las personas que rodean a la mujer. Los malos tratos se ocultan tanto por los hombres que ejercen así como por las mujeres que lo sufren. Las mujeres han sido tapadoras, guardadoras y protegedoras de la imagen de los hombres. Los hombres que maltratan tienen una buena imagen pública, son seductores y atractivos en los espacios y relaciones sociales. En cambio las mujeres maltratadas sienten vergüenza de sufrir violencia, además de no ser capaces de pararla ni de protegerse por sí misma. Se sienten culpables por ello y por haber escogido un hombre violento. Este tipo de sentimientos impide a las mujeres contar lo que les pasa y pedir ayuda. Las mujeres han sido educadas y socializadas para mantener y cuidar las relaciones, para ser buenas esposas y madres. Hasta hace pocos años la violencia contra las mujeres no ha sido reconocida como una realidad de extrema gravedad. 5.

CICLO DE LA VIOLENCIA

E l ciclo de la violencia fue descrito por un estadounidense Leonore Walker en 1979, explica como se produce y mantiene la violencia. Leonore trabajo en una casa en donde se refugiaban mujeres maltratadas y observo que el proceso de maltrato tenía una forma cíclica, la cual se desarrolla en tres fases: 1. Fase de tensión: se caracteriza por una escala gradual de tensión se manifiesta en actos que aumenta la fricción y los conflictos de la pareja. 2. Fase de agresión: es en la que estalla la violencia psicológica, física y/o sexual. Es cuando la mujer suele denunciar los malos tratos y contar lo que está pasando. 3. Fase de conciliación o “luna de miel”: es en la que el hombre violento se arrepiente, pide perdón, hace promesas de cambio o hace regalos. La mujer permite ver el lado bueno de su pareja fomentando la esperanza de que puede llegar a cambiar.

Día de la lucha contra la violencia El ciclo de la violencia explica el por qué las mujeres retiran su denuncia, se interponen en la fase de agresión, al encontrarse con un hombre que se arrepiente y promete cambiar. Con el tiempo la fase de agresión se repite más a menudo, y cuando esto sucede las mujeres deciden pedir ayuda. Por lo tanto si este ciclo no se rompe a tiempo las agresiones se repetirán con más frecuencia e intensidad con mayor gravedad y riesgo para la mujer. Una de las más devastadoras violaciones de los derechos humanos En la actualidad, la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo.

La desigualdad entre los géneros persiste en todo el mundo. Acabar con ella requiere esfuerzos enérgicos para combatir la discriminación profundamente enraizada, que a menudo es consecuencia de actitudes patriarcales y de las normas sociales que estas conllevan, como señaló el Secretario General, António Guterres, al informar acerca de la situación del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5, referido a la igualdad de la mujer, en el marco del informe sobre los Progresos de la Agenda 2030.

Algunos datos inadmisibles La violencia contra la mujer es la forma más extrema de discriminación y, en los casos más graves, esa violencia puede provocar la muerte. Según datos del citado informe, referidos a 87 países y recolectados entre 2005 y 2016, el 19% de las mujeres de entre 15 y 49 años de edad dijeron que habían experimentado violencia

física o sexual, o ambas, a manos de su pareja en los 12 meses anteriores a ser preguntadas sobre este asunto. En 2012, casi la mitad de las mujeres víctimas de un homicidio intencional en todo el mundo fueron asesinadas por su pareja o un familiar, en comparación con el 6% de los varones. Otro caso extremo de violencia es la ablación. Desde el año 2000, la práctica tradicional nociva de la mutilación femenina ha disminuido en un 24%. No obstante, la prevalencia sigue siendo elevada en algunos de los 30 países que disponen de datos representativos, y en los que, según datos de encuestas realizadas alrededor de 2015, más de 1 de cada 3 niñas de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años habían sufrido esa práctica, en comparación con casi 1 de cada 2 niñas alrededor de 2000. Además, apenas la mitad de las mujeres de entre 15 y 49 años (un 52%) que están casadas o viven en pareja toman sus propias decisiones en materia de relaciones sexuales consentidas, usan anticonceptivos y acuden a los servicios de salud. Esa estadística se basa en datos disponibles en torno a 2012 sobre 45 países, 43 de ellos de regiones en desarrollo. Asimismo, la violencia contra la mujer se exacerba en los conflictos armados. En cambio, la igualdad de género ayuda a evitar conflictos, pese a lo cual las medidas en pos de una mayor inclusión, liderazgo y protección de las mujeres en las tareas de la consolidación de la paz siguen siendo insuficientes y, en algunos lugares, incluso se han producido retrocesos en este sentido, según un reciente artículo de Onu-Mujeres, la agencia de las Naciones Unidas defensora de mujeres y niñas. Falta de fondos Una de las principales dificultades para prevenir y acabar con la violencia contra las mujeres y las niñas es la marcada insuficiencia de fondos, que determina que los recursos para estas iniciativas sean sumamente escasos. Sin embargo, este año se ha producido una buena noticia en este ámbito, ya que la Unión Europa y las Naciones Unidas acaban de lanzar la Iniciativa Spotlight que, con una provisión de fodos de 500 millones de euros, busca sacar a la luz pública la cuestión de la violencia contra la mujer. Otra iniciativa que contribuye a poner al descubierto esta lacra es ÚNETE para poner fin a la violencia contra la Mujer, iniciativa que fue lanzada en 2008 por el entonces Secretario General de nuestra Organización, Ban Ki-moon, y que ha sido respaldada por su sucesor, António Guterres

Explotación sexual Según fuentes de la UNODC,44 durante la década 1990-2000, el tráfico de personas con destino en la prostitución se cobró 33 millones de víctimas (si bien

muchas de ellas lo hacían de forma consciente y voluntaria), tres veces más que el tráfico de esclavos africanos durante cuatrocientos años, calculado en 11.500.000 personas.

Este, también, es un crimen universal. Las mujeres captadas con engaños o por la fuerza pueden pertenecer a cualquier país, principalmente países donde la población sufre carencias económicas o países en guerra, y el destino puede ser su propio país o cualquier otro, en este caso, principalmente países ricos.

Frecuentemente, los traficantes atraen a sus víctimas a través de falsas agencias matrimoniales o de empleo, donde les prometen mejores condiciones de vida pero que acaban por venderlas para hacer trabajos forzados. Estos delitos son una vulneración de los derechos humanos, atentan contra la vida degradando los derechos a la integridad, la libertad y la dignidad de las personas a condiciones modernas de esclavitud, violencia, abuso sexual y tratos crueles e inhumanos.

La explotación sexual convierte a las víctimas en esclavas. Los proxenetas se enriquecen manteniendo a las víctimas en condiciones infrahumanas, atemorizadas y amenazadas, obligadas a ejercer la prostitución en condiciones de explotación.

El principal objetivo de esta actividad se focaliza a las personas más desprotegidas como las mujeres, los niños y las niñas, los refugiados además de aquellos que solicitan asilo. Entre los factores que generan estas actividades se encuentran la falta de una distribución equitativa de recursos, la pobreza, el hambre, el desempleo, el analfabetismo, la discriminación contra la mujer, la violencia basada en el género, las políticas de migración restrictivas, las crisis humanitarias y los desplazamientos por conflictos políticos y armados

Desde el feminismo se ve como medio para combatir este tráfico el combatir la prostitución, acabar con el comercio sexual que, consideran, degrada a la mujer, pese a que muchas lo practican de forma voluntaria. El debate sobre la prostitución está abierto, existiendo grupos, entre ellos grupos de mujeres dedicadas a la prostitución, que consideran esta elección un derecho, y organizaciones feministas dispuestas a erradicarla.

México es el tercer país de Hispanoamérica que presenta las cifras más altas en lo que respecta a la trata, el tráfico y la explotación sexual de personas. De acuerdo a

cifras del INEGI, EN MÉXICO 3.6 millones de personas utilizadas para explotación sexual, el 31 % son menores de edad —con edades entre 5 y 17 años— y 70 % personas emigrantes e indígenas obligados a realizar trabajos peligrosos para su seguridad, salud y moral en condiciones de trata. El “Diagnóstico de las Condiciones de vulnerabilidad que propician la Trata de Personas en México”, en México, la trata de personas es el segundo negocio ilícito más redituable para la delincuencia organizada, sólo por debajo del narcotráfico y por encima del tráfico de armas (CNDH-CEIDAS). Se requiere atacar este problema global de manera integral, y que el Estado Mexicano contribuya estableciendo una política de “tolerancia cero” a la explotación infantil; así como políticas de detección, prevención, atención integral y sanción a los delitos de explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños.

CONCLUSIÓN La violación contra las mujeres es un tema de preocupación social. La violencia y los malos tratos han formado parte de la vida cotidiana de las mujeres a lo largo de la historia. Muchas veces solemos preguntarnos por que las mujeres soportan tantos años de violencia y malos tratos, deberíamos preguntarnos cuales son los obstáculos o causas por las cuales no deciden salir de es situación. Además de que muchas mujeres no saben que sufren de violencia y lo ven de manera muy normal, así como los efectos o complicaciones que produce el ciclo de violencia tanto en la salud psicológica, física y sexual. Se han encontrado muchos factores que contribuyen a que la mujer no pida ayuda desde los primeros episodios de violencia o dar por terminada una relación: Varios de estos son alguno de los factores:

La idea y el valor social ya que se dice que una mujer debe mantener la familia unida y si no lo consigue se ve como un fracasa como mujer. -

La falta de apoyo familiar y social a la separación.

El deterioro en su salud, tanto física, emociona y psicológica, lo que le chace sentirse incapaz de iniciar una nueva vida. -

El miedo a que la violencia continúe o sea mayor.

Las mujeres son víctimas de represión, tortura, desapariciones, hambre. A su vez, las también pueden ser víctimas de métodos represivos particulares, tales como la violación sexual y el embarazo forzado y sin duda la discriminación cotidiana. Las mujeres trabajan más, ganan menos, y muchas veces no tienen el derecho a su vientre, a su nombre, a sus hijos. Por otro lado, el abuso y maltrato contra la mujer afecta enormemente la salud no sólo de ella sino también a terceras personas de su entorno. Por tanto, existe un riesgo de que la violencia predisponga a la mujer a la mala salud.

Anexos

CICLO DE LA VIOLENCIA

VIOLENCIA FÍSICA, PSICOLÓGICA Y SEXUAL CONTRA LA MUJER.

Bibliografía Blanco P.P. La violencia contra las mujeres prevención y detección. España. Editorial Díaz de Santos, 2006. Kiper A, Carteberg M. La violencia contra la mujer. Barcelona. Editorial Intermon Oxfam, 2006. Pag.200 Milenio.com. violencia contra la mujer una realidad diaria e invisible. 200. Disponible en URL: http://www.milenio.com/node/180184 . consultado noviembre 24, 2009. Vélez NMA. La violencia familiar. [Tesis de licenciatura]. San Luis Potosí, México: universidad autónoma de San Luis Potosí, 2000.