Villoro Luis - Creer Saber Conocer RESUMEN

¿Qué es el conocimiento? ¿En qué condiciones se puede calificar algo como conocimiento? No un conocimiento que parta de

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¿Qué es el conocimiento? ¿En qué condiciones se puede calificar algo como conocimiento?

No un conocimiento que parta del psiologismo o el sociologismo Un una reflexión sobre la conceptualización del conocimiento y otros conceptos que nos permiten clarificar y delimitar lo que es (creencia, justificación y verdad).

Conocimiento

Conocimiento proposicional

Se refiere a una situación o hecho expresado por una proposición Un saber.

Creencia es tener algo por verdadero sin estar seguro de ello. Es vacílate e inseguro, no es saber.

Creer también es como expresar que no puedo explicarlo o que no puedo asimilarlo.

“Tener un enunciado por verdadero o un hecho por existente (creencia en lo general)”

En este sentido saber implica necesariamente creer.

Todo saber implica creencia pero no toda creencia implica saber.

Teetetes (200e) acierta cuando, a la pregunta de Sócrates sobre "qué es saber'', contesta: saber es "creencia verdadera".

Una creencia, es verdadera sólo si la proposición en que se expresa lo es.

Unos jueces se dejan conmover por la retórica del defensor y absuelven al acusado, sin haber sopesado las pruebas ni haber escuchado a los testigos. Acontece que el acusado era, de hecho, inocente. Se cumplen pues las dos condiciones anteriores: los jueces creen que p y "P'' es verdadera.

Donde: P designa al hecho o situación objetiva al que se refiere una proposición y con la misma _letra entre comillas ("P''), a la proposición misma.

¿Podemos decir que los jueces sabían que el reo era inocente?

Teetetes de Platón “Análisis tradicional del saber”.

En palabras de Platón (Teetetes): "La creencia verdadera por razones es saber, la desprovista de razones está fuera del saber”.

En resumen, S sabe que p supone tres condiciones: 1] S cree que p, 2] "p" es verdadera, 3] S tiene razones suficientes para creer que p. Podemos llamar "justificada" a una creencia basada en razones suficientes. Saber es, entonces, creencia verdadera y justificada.

La ''atadura" (el menón), de que habla Platón que sujeta nuestras creencias a la realidad: es el razonamiento. El conocimiento, a diferencia de la creencia, es una guía de la práctica, firmemente asegurada en razones. Conocer es pues poder, orientar en forma acertada y segura la acción.

El Menón no propone una definición de saber distinta a la del Teetetes, sólo la considera desde otro aspecto. En efecto, en ambos análisis el saber es una forma de creencia verdadera y justificada en razones, pero sólo en el Menón se presenta como una guía acertada para la práctica.

Teetetes intuye que el saber no es una creencia verdadera por fortuna, sino que debe tener razones que le aseguren alcanzar la realidad.

En el Menón, en cambio, Sócrates parte de la intuición de que el conocimiento responde a la necesidad de orientar nuestra vida en el mundo -como en el camino de Larisa- de manera que esa orientación "encadene'' nuestra acción a la realidad. Es la intuición de que el conocimiento implica una garantía de acierto en la acción.

En ambos casos, el conocimiento se ve como una forma en la que el sujeto puede anclarse en la realidad: las razones son los eslabones· con que la· inteligencia alcanza la verdad y la amarra que asegura el éxito de nuestra práctica. El análisis del conocimiento deberá hacer justicia a ambas intuiciones.

Podemos llamar "conceptos epistémicos'' a una familia de nociones que se refieren a las actividades de conocimiento y sirven para describirlas.

Definiríamos entonces la teoría del conocimiento como un análisis, clarificación y sistematización de los conceptos epistémicos.

El análisis conceptual busca, ante todo, una clarificación de los conceptos. Para ello tiene que partir de los significados usuales de los términos, examinar sus distintos usos en diferentes situaciones, variarlas en ejemplificaciones sucesivas, hasta dar con un "núcleo" de significado que permanezca al través de todas las variantes. Este núcleo puede expresarse en las condiciones necesarias y suficientes de aplicación del concepto. La clarificación del concepto es también determinación de las notas esenciales del objeto al que se refiere, esto es, de las notas invariables al través de las variaciones, que debemos admitir en el objeto para poder aplicarle ese término. Este proceso no difiere sustancialmente del "método de las variaciones" de la fenomenología. En efecto, se trata de tomar el significado como "hilo conductor", al través de las variaciones de los ejemplares que lo cumplen, hasta quedarnos con un "núcleo invariable" que sólo desaparecería al desaparecer el significado (E. Husserl, 1939, p. 411). La clarificación conduce, a la vez, a una precisión del concepto y a una determinación de las notas esenciales del objeto.

La creencia puede concebirse, pues, como una condición inicial subjetiva que, añadida a los estímulos correspondientes y a otras condiciones internas (intenciones, otras creencias), explica un conjunto de comportamientos aparentemente inconexos. Si entendemos "causa" en el sentido de condición Inicial, la creencia sería una causa del comportamiento.

Si interpretamos la disposición como un estado desconocido del sujeto, que es necesario suponer en él para que, dados ciertos antecedentes, se den ciertas respuestas, esa definición valdría para cualquier comportamiento instintivo.

Mientras la creencia sería la disposición determinada por hechos tal como son aprehendidos por un sujeto, el conocimiento sería la disposición determinada por hechos tal como son en realidad.

¿Cómo diferenciar en las disposiciones hacia un objeto el aspecto 'afectivo" de su aspecto "cognitivo'' o ·creencia? Podemos describir la misma disposición de dos maneras: por una parte, en cuanto determinada por el objeto al que se refiere: es la creencia; por la otra, en cuanto determinada por un dinamismo específico "en favor" o "en contra" del objeto: es la actitud.

Podemos resumir todo lo anterior en ciertas condiciones necesarias para toda creencia: S cree que p si y sólo si: 1] S está en un estado adquirido x de disposición a responder de determinada manera ante variadas circunstancias; 2] p ha sido aprehendida por S; 3] p determina x. De donde podríamos proponer la siguiente definición de "creencia": un estado disposicional adquirido, que causa un conjunto coherente de respuestas y que está determinado por un objeto o situación objetiva aprehendidos.

Por último, podemos adelantar cómo esta definición de creencia puede afectar nuestro análisis del conocimiento. Si el saber es una especie de creencia, podrá verse como un estado disposicional adquirido que orienta la práctica del sujeto ante el mundo; sólo que, en el saber, el objeto o situación objetiva aprehendidos, que determinan ese estado, han de acompañarse de la garantía de su existencia real. Así, el saber es una disposición a actuar que se orienta

por la firme garantía de que las acciones del sujeto están determinadas por la realidad; implica, por lo tanto, la seguridad de que su práctica será acertada.

Toda creencia tiene necesariamente antecedentes biográficos, puesto que fue adquirida, motivos, puesto que forma parte de una estructura psíquica y cumple una función en ella, y razones, puesto que consiste justamente en tener por existente el objeto de la creencia. El principal problema lo suscita la relación entre la explicación por motivos y la explicación por razones. Tocamos así un viejo dilema: ¿creer es asunto de la voluntad o del entendimiento?

Razón es -como diría el Menón- lo que "amarra" la proposición creída a la realidad.

Las justificaciones que una persona puede aducir de la verdad de sus creencias pueden no ser "racionales" en este sentido. La mayoría de nuestros contemporáneos no consideran "racionales'' a la magia, la astrología o las profecías de un sabio iluminado, pero éstas pueden ser razones aducidas por muchos para sustentar sus creencias.

Entenderemos por "razón'' todo aquello que justifica para un sujeto la verdad o la probabilidad de su creencia, el fundamento en que basa una creencia, juzguémoslo "racional'' o no, con criterios lógicos. El concepto de razón está pues ligado al de justificación.

Justificamos una creencia indicando las razones teóricas por las que la consideramos verdadera.

Justificar, en cambio, es una actividad, un proceso que acontece en un lapso de tiempo determinado. Justificar es realizar una operación mental por la que inferimos una proposición de otra proposición o de la aprel1ensión directa de un estímulo y, al hacerlo, damos razón de una creencia.

Llegamos pues a las siguientes conclusiones: l. La explicación por razones suministra una explicación causal suficiente de la existencia de una creencia. La justificación puede interpretarse como una relación causal entre creencias.

Las razones pueden ser causas de las creencias. 2. Sin embargo, la conexión entre proposiciones no puede ser causal sino lógica. La justificación puede interpretarse como una relación lógica entre los objetos proposicionales de las creencias. Las razones tienen como objeto antecedentes lógicos de los objetos proposicionales de las creencias que explican.

La consideración de las razones como concluyentes, coherentes y completas. Sólo en este último caso podemos decir que una persona tiene razones suficientes para creer y que su creencia está justificada para ella. Sólo entonces podemos admitir que sus razones son causas de su creencia.

Llamamos "justificación" a una relación que ciertas creencias se explican por otras, que se consideran sus razones suficientes; pero a la relación lógica correspondiente entre los objetos proposicionales de esas creencias, que da al darse la justificación, la llamamos "inferencia".

La justificación puede ser causa de una creencia en tres sentidos:

1] Si el proceso de justificación es anterior o simultáneo a la adopción de la creencia, será causa de su adopción. 2] Si el proceso de justificación es posterior a la adopción de la creencia, podrá ser causa del mantenimiento de la creencia y del rechazo de las dudas posibles (confirmación de la creencia). O bien 3] podrá ser causa de otra creencia relativa al mismo hecho creído pero con un grado de probabilidad distinta (paso de una creencia débil a una más probable o cierta, o viceversa).

CREER Y SABER

Platón: saber es tener una creencia verdadera y justificada. Es el concepto epistémico aplicable a todo conocimiento justificado en razones, desde el saber del sentido común hasta el científico; es pues el que nos interesa destacar y el que trataremos en este capítulo.

"Creer" excluye aseverar al mismo tiempo la falsedad de lo que se cree.

"Saber" frente a "creer'' (en cualquiera de sus dos sentidos) quiere decir: “creer algo por razones objetivamente suficientes”.

Para saber algo necesito salir de mí y compartir otro punto de vista. El saber requiere la comunidad de un sujeto con otros.

SABER Y VERDAD

En el concepto semántico de verdad, la verdad es una relación real entre dos términos: oraciones y hechos. En ella no aparecen para nada los sujetos.

El saber es un estado interno de alguien. Si nos referimos a una verdad "sabida", el sujeto debe aparecer en los dos términos de la relación de verdad.

En el. momento en que alguien sabe que “p" es verdadera, juzga sobre la verdad de “p", y la verdad ya no consiste sólo en la relación entre una oración y un hecho, sino entre una aseveración y su referencia.

Lo que nos interesa, al saber, es poseer una garantía para acertar. Las razones objetivamente suficientes son un criterio de verdad tal que garantizan que nuestras creencias no fallarán la realidad.

La garantía de verdad, para los enunciados empíricos, es re!ativa a un tiempo y a una sociedad histórica.

Las nociones de "realidad" y de “verdad" son indispensables para explicar la objetividad de la justificación. Según vimos, la objetividad supone la coincidencia de juicios de una comunidad de sujetos epistémicos.

En el orden del conocer, el concepto de justificación objetiva es anterior al de verdad, porque · sólo sabemos que algo es verdadero si está objetivamente justificado.

"S sabe que p", aseverado por un miembro de una comunidad epistémica C1, no es inconsistente con s no sabe que p", aseverado por un miembro de otra comunidad epistémica C2; es decir, el saber es falible. Si S sabe que p, no puede ahora -con estas razones -juzgar que no p, pero sí podría mañana -con otras razoneshacerlo.

La realidad que permite rectificar nuestras creencias es, pues, una condición de posibilidad de la falibilidad del saber. La relativización de la noción de objetividad a condiciones históricas y sociales de una comunidad epistémica, no implica relativización de la verdad. La verdad absoluta es una condición del consenso, por razones objetivas, de una comunidad, y del tránsito de una comunidad epistémica a otra.

CONOCER Y SABER

Condición para conocer algo o a alguien es captar el mismo objeto en diferentes escorzos y matices. Esto supone, por lo menos, tres cosas: 1] la permanencia y continuidad, en el espacio y el tiempo, al través de sus variadas presentaciones, del objeto uno; 2] cierta regularidad de las variaciones de sus presentaciones, en relación con las variaciones del entorno; 3] la existencia del objeto en ·el mundo real, más allá de cada una de sus presentaciones.

Conocer es integrar en una unidad varias experiencias parciales de un objeto. "Conocer'' en su sentido más rico es poder integrar en una unidad cualquier experiencia y cualquier saber parcial de un objeto, por variados que éstos sean.

“Conocer x” implica saber responder intelectualmente ante “x”, y tener una presunción favorable, aunque no una· certeza, de "saber actuar sobre x”, saber tratarlo “adecuadamente".

Cualquier saber es compartible; nadie, en cambio, puede conocer por otro, cada quien debe conocer por cuenta propia. El conocer es intransferible.

El conocimiento personal de un individuo puede ser fuente de descubrimiento de muchas verdades, pero éstas sólo tendrán el rango de saberes si pueden justificarse en razones comprobables por cualquiera.

Como cualquier saber, el saber testimonial está condicionado por las creencias básicas de la comunidad epistémica correspondiente y no puede, por ende, contradecir sus marcos conceptuales y sus saberes probados.

El saber científico de una comunidad, por su parte, se levanta sobre los conocimientos compartidos y contrastados de muchos de sus componentes. Así, no sólo el saber, también el conocer supone una actividad comunitaria.

La diferencia está en que el saber exige una garantía objetiva, válida para cualquiera, el conocer, en cambio, se acompaña de una garantía personal.

En el saber, la clave es la justificación objetiva, en el conocer, la experiencia personal. La justificación objetiva es criterio de verdad de lo sabido, la experiencia, captación de la realidad de lo conocido.

En uno y en otro caso el instrumento para alcanzar la realidad debe ponerse a prueba, de continuo, para asegurarnos de su poder. En el saber, debernos comprobar nuestras razones con puntos de vista distintos y considerar alternativas posibles, antes de aceptarlas como fundamentos seguros; sólo cuando comprobamos que resisten ante razones en contra, sabemos. En el conocer, debemos confirmar una experiencia con experiencias sucesivas, de modo que todas puedan integrarse en una unidad; sólo cuando comprobamos que las experiencias concuerdan, conocemos. En uno y otro caso, las razones o las experiencias comprobadas nos dan la garantía, objetiva o personal, para acertar con la realidad.

El conocimiento en general es un estado disposicional a actuar, adquirido, determinado por un objeto o situación objetiva aprehendidos, que se acompaña de una garantía segura de acierto.

Pero, de hecho, no hay "conocimiento en general''. Éste siempre se presenta en diferentes tipos, según sea la aprehensión del objeto que lo determina (mediata o inmediata), y de acuerdo con la clase de garantía que asegure su atadura a la realidad (objetiva o personal).