Vigencia Del Pensamiento Durkheiminiano

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Lilián Berardi, Selva García, Montejo

Vigencia del pensamiento durkheimiano: Superando la determinación estructural ¿Cómo abordar un análisis de la educación y sus funciones, a partir de categorías durkheimianas, desde una lectura que muestre la superación de las determinaciones estructurales que emergen en lo tratado en obras -como Las reglas del método sociológico? ¿A partir de qué categorías es posible comprender la relación entre lo individual y lo social, sin caer en interpretaciones simplistas que muestren a un individuo totalmente condicionado y anulado por las estructuras sociales? ¿Qué elementos posibilitan entender que los actores sociales no son simples elementos pasivos que se mueven en estructuras que se les imponen, coercitivamente?

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Partamos de la concepción de Durkheim acerca de la educación. Sin eluda, de sus escritos pedagógicos surge que la misma posee un carácter eminentemente social en la medida en que coloca al educando en contacto con la sociedad, con una sociedad específica, en un espacio y en un tiempo determinado. Por tanto, es una socialización del mismo. Educar implica socializar en forma metódica a las generaciones jóvenes. La educación son las prácticas, las costumbres, las formas de actuar. Responde siempre a necesidades sociales, ya que expresa ideas y sentimientos colectivos.

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“La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesario para la vida social. Tiene por objeto el suscitar y desarrollar

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en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que exigent de él tanto, la sociedad política en su conjunto como el medio ambiente específico al que está especialmente destinado”.

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De esta definición se desprenden aspectos de relevancia 'para nuestro análisis: por un lado, el tema de la sociedad política y, por otro, el tópico de la moral. Ambos conceptos se encuentran íntimamente imbricados en una teoría del Estado, temática no siempre tenida en cuenta en las interpretaciones que se han abordado de la obra de Durkheim. Un acercamiento analítico a estas dimensiones -resulta fundamenta'! para comprender lo individual y lo social. Cada individuo posee dos seres, a la vez fusionados y diferentes; por una parte, el "ser individual", formado por los estados mentales y acontecimientos de la vida de cada uno; por otra, el "ser social", constituido por un sistema de ideas, sentimientos, costumbres, que son expresión del grupo donde nos integramos. Creencias religiosas, prácticas morales, opiniones, tradiciones, opiniones colectivas. El fin de la educación es formar en cada uno ese ser social, capaz de llevar una vida moral que le posibilite integrarse a la sociedad. Por medio de la educación se crea en el hombre un ser nuevo. De modo que esta socialización del individuo no implica que el mismo se vea sacrificado en su "individualidad". Cada individuo -para el autor- logra "ser persona", en cuanto originalidad creadora. Esta diferenciación y

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Lilián Berardi, Selva García, Montejo emancipación de los individuos es el elemento básico para el progreso de la civilización. En otros términos, "individualizar socializando” “… el ser nuevo que la acción colectiva, a través de la educación, crea de esta suerte en cada uno de nosotros, constituye lo que de puramente humano hay en nuestro interior. (…)” “… el hombre no es hombre más que porque vive en sociedad”. (Durkheim, E., Ob. Cit., Pág.

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Sociedad e individuo no son antagónicos, sino que "se implican entre sí". La sociedad constituye la personalidad moral que perdura por "generaciones, y posibilita que el legado de una generación se conserve y una a los otros. De esta forma, cuando el individuo opta por la sociedad, está realizando, a la, vez, una opción por sí mismo. Y la sociedad, al ejercer una acción sobre ese individuo mediante la educación, no tiene como fin su disminución o desnaturalización sino, fundamentalmente, transformarlo en un ser humano.

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En La división del trabajo social, el autor señala que si la función de la división del trabajo permite la cohesión social, entonces "(.,.) debe tener un carácter moral, pues las necesidades de orden, de armonía, de solidaridad social, pasan generalmente por ser morales".

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Tomando expresiones de Giddens, acordamos con el autor en su interpretación de que Durkheim concluye en La división del trabajo..., que la solidaridad orgánica presupone el individualismo moral, y que la fuente del mismo se encontraba en los ideales revolucionarios de 1789. Un individualismo que no aludía a los intereses propios, sino que era la moralidad de la cooperación.

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El tema de la moral es un tópico trabajado por el autor, y se encuentra en la base de sus escritos. La sociedad y el Estado son agentes morales. La costumbre y el derecho poseen una fuerza regulativa que ejerce control sobre las sociedades. El Estado, a su vez, interviene mediante medidas que poseen un marco legal y moral, pero también tiene el deber de recordarnos el sentimiento de solidaridad común: Dado que la educación le compete la función colectiva de socialización de modo que el niño se adapte a la sociedad concreta donde se encuentra inserto, esta función interesa a la sociedad en su conjunto. Sociedad que, en Durkheim, es punto de referencia del acto educativo. Y los docentes tienen la función de inculcar los valores e ideas para que el niño se inserte de forma armónica en su, sociedad. Por lo tanto, el Estado adquiere un papel fundamental, en cuanto debe ejercer una influencia sobre lo educativo. Debe consagrar y sostener las ideas y sentimientos comunes, necesarios para que exista sociedad. Entonces, el "control" educativo del mismo pasa a tener importancia, para que, desde las aulas, se perpetúe la “unidad moral" de la sociedad que posibilite el funcionamiento de la democracia, en tanto respeto a la razón, los sentimientos e ideas, principios básicos de funcionamiento cié una sociedad democrática.

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Durkheim analiza las fuentes y funciones del hecho educativo en una sociedad que asiste a cambios y debe evolucionar hacia una nueva solidaridad y consenso. Dado que los fines y medios de la educación escolar están estrechamente relacionados con la dinámica social, y los cambios en la división social del trabajo han aparejado cambios en los parámetros normativos, debe apostarse a una nueva solidaridad basada en el respeto a la persona, a una nueva moral, "una moral individualista". Es la educación y son las instituciones educativas las encargadas de ofrecer los medios que contribuyan a instaurar los valores que se requieren para el logro de la cohesión y la integración social que, en otro tipo de sociedades, eran vehiculizadas por otros elementos -caso de la religión-.

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durkheimiano no es el del liberalismo económico, ni implica tampoco egoísmo, sino individualismo ético, en el sentido de constitución de la persona social; persona ésta que se define en la intersección-imbricación del individuo y del grupo.

Las sociedades modernas, cuya solidaridad se basa en la división de tareas –solidaridad orgánica- operan a través de funciones específicas, que suponen la "individualización" de cada persona. En este proceso, la presencia de lo sagrado no deja de tener importancia, pero surge ahora un nuevo sagrado: el hombre mismo. El individualismo se transforma en un nuevo punto de conexión entre los hombres, de cohesión social. Sin embargo, este individualismo

El encargado directo de cumplir con esta función es el maestro, el "educador laico" con alto sentido de su misión, ya que es parte de la sociedad en tanto persona moral, intérprete de as ideas morales de un país o sociedad determinada, “La autoridad moral es la cualidad principal del educador”. El haber esclarecido los orígenes y natura-

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leza del individualismo moral nos permite, a través de la obra durkheimiana, distinguir individualismo de egoísmo. En Sociología y Filosofía, muestra cómo el proceso de secularización a que asistían las sociedades modernas no implicaba, en absoluto, que desapareciera lo "sagrado" sino que, por el contrario, si el individuo se liberaba de controles morales de tipo represivo que existieron en épocas pasadas, esto era posible si los ideales del individualismo moral continuaban teniendo una cualidad sagrada. Ser libre no consistía en liberarse de controles morales, pues la condición de libertad implicaba aceptar una regulación moral del culto a la personalidad. "Los derechos y libertades no son inherentes al hombre como tal. (...) La sociedad ha consagrado, al individuo y lo ha hecho preeminentemente digno de respeto. Su progresiva emancipación no implica un debilitamiento sino una transformación de los vínculos sociales... La libertad consiste para el hombre en la independencia de las ciegas fuerzas físicas; esto se consigue oponiéndoles esa gran fuerza inteligente que es la sociedad, bajo cuya protección el hombre se cobija”

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México, Venezuela, Argentina apuntan a la constitución de países con religión y lengua común, bajo la inspiración de los conceptos de la Ilustración. En el mismo siglo XIX, en la década de 1870, Uruguay tiene en Varela el representante máximo en lo que a educación respecta. Desde La Educación del Pueblo o La Legislación Escolar, apuesta a la educación como base de la ciudadanía y pilar de la República.

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La educación cumplió entonces papel integrador del gaucho, del criollo, del inmigrante, de amplios sectores sociales. De este modo, el sistema público de educación se caracterizó por ser un acto político.

El siglo XX trae cambios en los sistemas educativos de acuerdo con las nuevas exigencias sociales y de los Estados: secularización, racionalismo, idea de progreso. Se fortalecen los sistemas educativos. La educación no sólo cumple su papel civilizador y moralizante sino que comienza a ser considerada, además, como actividad científica, reivindicando una pedagogía basada en el positivismo. Emerge un nuevo actor social, precursor de cambios: el cuerpo docente. El auge de la posguerra trae aparejado un cambiable enfoque: muestra trabajos referentes a la inversión en capital humano, donde la educación es considerada factor residual. El factor humano pasa a ser el mayor potencial del proceso de industrialización.

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Frente a la disolución del antiguo orden moral, se hacía necesario que el individuo se constituyera autónomamente, construyendo su capacidad de controlar sus impulsos, además de realizarlos. Esta era la condición de libertad. Y para que ello se concretara, era necesaria la presencia de un Estado garante de los derechos incorporados en el individualismo moral. Individualismo moral que se convertiría en instrumento de la integración social, y cuya base indiscutible se encontraba en la educación y la escuela.

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relación entre Estado y educación. En otras palabras, inculcar en a población un sentimiento de pertenencia a un nuevo conglomerado.

Vigencia de Durkheim La obra de Durkheim posee total vigencia como eje interpretativo de nuestros sistemas nacionales. Históricamente, en América Latina, a existido una profunda imbricación entre el Estado y el desarrollo de los sistemas educacionales. A partir de las luchas por la emancipación, la idea de generar la Nación fue la mediadora de la

El hecho de sostener una escolaridad gratuita y obligatoria hacía pensar en un Estado que asignaba a la escuela una función claramente política. Los años 60 y 70 son testigos de grandes inversiones en educación, de reformas educativas en pos de relacionar educación y producción (escuelas técnicas). El rol del docente era el de un funcionario privilegiado en la formación de la conciencia colectiva. Fines de los 70: crisis económica, .crisis educativa. Cambios en lo económico, político, social y también en lo teórico. Marginación, segmentación, pérdida de la democracia, ajuste estructural. En cuanto a lo teórico se refiere, se comienzan a leer obras de corte crítico en lo referente al papel de la educación en la sociedad: Bowles y Gintis, Bordieu y Passeron, Carnoy. La crisis citada afecta a los maestros: descenso de salario real, multiempleo, huelgas del magisterio. Al romperse la solidaridad, se desdibuja una de las misiones centrales de la educación. A comienzos de los 90, eventos a nivel internacional ponen nuevamente a la educación en

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un plano central: Jomtien 90, PROMEDLAC IV Quito 91 -, CEPAL 92, PROMEDLAC V - Santiago 93 -, como respuesta a un mundo globalizado. El tema de la integración social vuelve a situarse como eje de análisis. La educación y los sistemas educativos serán los responsables de generar identidades, vínculos identificatorios al colectivo. Identidades personales y grupales. Identidades que expresen la diversidad. Desde las Apolíticas educativas, se plantea: " ... mantener integrada a la sociedad en medio de las distintas presiones que son inevitables en la dinámica del mundo del siglo XXI".

Acerca del Estado

implica autoritarismo. El orden crea el marco para el normal desenvolvimiento de los sujetos. Un orden no puede resultar arbitrario. Sólo el orden permite el desarrollo de los sujetos, los hace libres. La ausencia de orden lleva al poder arbitrario, autoritario, condición de desestructuración dé la norma, y sólo la norma permite que el individuo logre las condiciones para vivir en sociedad.

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La disciplina escolar, la sanción, las recompensas -recursos de la moral- logran conformar e! espíritu de autonomía, espíritu que, por una parte, acepta as reglas pero, por otra, no lo hace de forma pasiva, sino, que las reforma de modo de adaptarlas a los cambios de la sociedad. Solamente la disciplina logra el control del egoísmo; no implica coartar la autorrealización del nombre.

Durkheim, citado por Bardis, sostuvo ya en su momento que el Estado era un elemento central para llevar a cabo a las sociedades de una solidaridad mecánica a una orgánica.

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Hablar, entonces, del Estado como organizador y cohesionador de la conciencia colectiva, nos lleva a pensar en una institución regulada por él: la Escuela, lugar de formación y refuerzo de esta conciencia colectiva, lugar de “desempeños construidos". Institución que apunta a la búsqueda de una sociedad igualitaria, micro espacio social en el que se crean redes de sociabilidad que propenden a la integración, donde se interiorizan normas, donde se aprende una “moralidad” individual, que es aceptada porque ha sido construida por el colectivo social.

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Esta temática nos remite y hace retornar a puntos controvertidos dé la obra durkheimiana: lo individual y lo social, las reglas, la disciplina, la autoridad, el orden, la "moral social". ¿Cómo es posible que la libertad individual se conjugue con el "orden"? Sin embargo, los términos no son antagónicos, sino complementarios. Orden no

"Todo el sistema de representación que alimenta en nosotros la idea y el sentimiento de la existencia de la regla, de la disciplina, tanto interna como externa, es la sociedad quien la ha inculcado en nuestras conciencias”.

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"Existe, por encima de todo, un órgano sobre el cual tendemos a depender cada vez más: el Estado. Los puntos mediante los cuales estamos en contacto con él se multiplican del mismo modo con el que lo hacen las ocasiones en las que le encomendamos el deber de recordarnos el sentimiento de solidaridad común.” .

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Libertad y autoridad no son conceptos contradictorios, sino que se implican. La libertad, entonces, sólo es posible si existe regulación. "La regla por la que se nos enseña a moderarnos, a dominarnos, es un instrumento de libertad”.

En las sociedades más organizadas -en comparación con las sociedades segmentarias la moral tiene aspectos más humanos, más racionales. Las reglas constitutivas de la misma "no poseen una fuerza coactiva que ahogue el libre examen; somos incluso más lires frente a ellas, porque están hechas para nosotros y, en un cierto sentido, por nosotros. Queremos comprenderlas y tememos menos cambiarlas". "La libertad es fruto de la autoridad bien entendida”.

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Lilián Berardi, Selva García, Montejo ''Ser libre no consiste en hacer todo lo que a uno se le antoja."

más alta, que reacciona sobre los mismos elementos que le dieron ser, y los eleva a una forma de existencia superior los transforma.

(Durkheim, E. - Educación y sociología, Pag. 58)

Los hombres se sienten ligados entre sí por reglas, valores, normas comunes que permiten la cooperación social. Esta cooperación, en cuya base se encuentra la unidad moral -con sus factores de regulación- lleva a la integración de los pertenecientes a la sociedad, aspecto, que posibilita la cohesión.

Individuo y sociedad

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En L'individualisme et les intellectuels, el autor habla del uso que debe darse a las libertades: buscar lo que se debe hacer y hacerlo; suavizar el funcionamiento de la máquina social, facilitar a los hombres los medios para que desarrollen sus facultades sin obstáculo, para el logro del precepto "a cada cual de acuerdo con su trabajo".

La sociedad es algo dinámico. En ella cristalizan la conciencia colectiva, en distintos grados: representaciones colectivas, instituciones, base material. Esta base material -sustrato-, así como las instituciones -formales e informalesexpresan ambas "representaciones colectivas" que son, a su vez, expresión de las instituciones y del sustrato.

"¿Cómo es posible" -se pregunta Durkheim en La división del trabajo social- "que cuanto más autónomo se haga e! individuo, dependa cada vez más de la sociedad? ¿Que aparezca a ia vez más individualizado y más solidario?"

Estas representaciones aluden a valores sociales, ideales colectivos, mitos, creencias, ideologías. Algunas, son más estables; otras, poseen esa "efervescencia creadora" que posibilita cambios.

El "culto al individuo'' es parte de la obligación moral, aspecto que ofrece a ese individuo mayor autonomía de acción en relación con la rígida disciplina de las sociedades tradicionales -con solidaridad mecánica-. Las modernas sociedades poseen códigos morales que definen el contenido de la motivación humana/ encanto surgen de necesidades generadas socialmente. Si bien la sociedad moldea al individuo, su conducta se orienta de forma activa en el marco de acción de normas morales interiorizadas de una nueva solidaridad: la solidaridad orgánica. En la nueva moral -de la cooperación- el individualismo tiene su base en sentimientos de solidaridad con el deseo de justicia, de igualdad. No surge del egoísmo, sino .que su causa es social. Individualismo no significa ausencia de normas, ni decadencia de autoridad moral, sino todo lo contrario: culto al individuo en tanto parte de una sociedad.

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La relación entre individuo y sociedad se encuentra en la discusión durkheimiana de los orígenes y la naturaleza del individualismo moral. El vínculo individual a la conciencia colectiva -en sociedades con solidaridad orgánica- implicaba la mediación relacional con otros grupos, hecho que consistía en relaciones morales, e implicaba la existencia de la diversidad. El hombre -expresa el autor en Las formas elementales de la vida religiosa- es doble. En él existen dos seres: el ser individual, cuya base es el organismo y su círculo de acción es limitado (por esa misma razón); y el ser social, la sociedad, representante en cada uno de nosotros del orden intelectual y moral. De esa sociedad –expresa- se desprende una vida

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“Las representaciones colectivas son el producto de una inmensa cooperación que se extiende no sólo en el espacio, sino también en el tiempo; para construirlas, una inmensa multitud de espíritus diferentes ha asociado, mezclado y combinado sus ideas y sus sentimientos; largas series de generaciones han acumulado allí su experiencia y su saber. Una intelectualidad muy especial, infinitamente más rica y más compleja que la del individuo, se encuentra allí concentrada”. (Durkheim, E. - Las formas elementales de la vida religiosa, Ob. Cit, Pág. 51)

Durkheim muestra cómo y porqué surgen aspiraciones nuevas, nuevas necesidades a las existentes, representaciones nuevas, que pueden llegar a concretarse en nuevas instituciones. Toda institución –y en el caso que nos ocupa, la escuela- asiste a evolución, por la fuerza de nuevas representaciones colectivas. Evolución que lleva a la transformación. Pero, a su vez, los fenómenos que forman parte de la base material (volumen, densidad de población, vías de comunicación, instrumentos tecnológicos), orientan las bases de la organización de las

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instituciones, al mismo tiempo que están condicionados por las instituciones y las representaciones. Asistimos, de algún modo, a un proceso dialéctico de conformación de lo social. El análisis de estas categorías nos permite afirmar que, más que una determinación ciega de lo estructural, nos encontramos frente a un proceso activo, donde los individuos son capaces de actuar en esas estructuras y modificarlas, en la medida en que modifiquen sus representaciones colectivas acerca de la educación. Dado que las representaciones colectivas son menos "resistentes al cambio que las instituciones, se necesita un determinado "tiempo" para que valores nuevos emerjan y puedan traducirse en normas institucionales formalizadas, de modo que se dé un conflicto entre valores e instituciones. Ese conflicto, de forma espontánea, se convierte en motor del devenir histórico. La educación es estudiada en tanto se ejerce en forma institucionalizada, o sea, la “maquinaria escolar”. Es el espacio privilegiado para la transmisión de valores y saberes, pero también un campo donde las representaciones colectivas operan. Depende de las necesidades sociales y de las representaciones colectivas pero, a la vez, goza de autonomía relativa, ya que puede crear sus propias representaciones en el nivel pedagógico, de acuerdo con las necesidades y cambios que se van gestando al interior de la misma.

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Podemos concebir, entonces, al hombre como fuerza flexible y fecunda, capaz de Actuar bajo la presión de circunstancias renovadas.

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¿Qué papel tiene, en este entorno, el educador y sus prácticas?

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Si las sociedades cambian y se diversifican, la educación también necesita evolucionar. Para ello, es necesario un maestro que reflexione pedagógicamente acerca de sus prácticas concretas. La reflexión es considerada, por el autor que nos ocupa, la fuerza antagonista de la rutina, ya que esta última es obstáculo para el progreso necesario. Esta reflexión lleva a la toma de conciencia y, como señala, La división del trabajo..., cuanto más oscura es una conciencia, más refractaria se encuentra a cambio, porque no percibe la necesidad ni el sentido del cambio. En cambio, "una conciencia esclarecida sabe por adelantado prepararse la forma de adaptación".

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La educación, entonces, no es simplemente un instrumento que reproduce el pasado en el presente, de forma mecánica. Sólo si existe un trabajo activo sobre los sujetos, es posible que se mantenga el orden social. Ninguna educación es simplemente reproductora de generaciones anteriores: lo que en realidad sucede es que, mediante la educación, se crea una generación nueva, que integra patrones de la cultura pasada, pero adaptándolos a las nuevas exigencias, individualizándolas, de modo que el resultado es el nuevo orden social. Si bien, en toda época, los órganos de la enseñanza se encuentran relacionados con las demás instituciones del cuerpo social, con sus costumbres, con sus creencias, con las diferentes corrientes de ideas...

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a los cambios sociales.

"...también tienen una vida propia, una evolución que es relativamente autónoma".

Las nuevas ideas surgen de las que resultan negadas por considerarse anacrónicas, y éstas son las configuradoras de los sistemas vigentes de enseñanza, ya que se van adaptando

La posición del cuerpo docente cobra importancia básica en Durkheim. Más allá de su rol en la reproducción social -a través de la transmisión normativa- es desde ese punto donde pueden emerger representaciones y valores que incidan sobre la sociedad global y su dinámica.

Este cuerpo funciona como transmisor de saberes, de ideales propios de cada sociedad. Pero, simultáneamente, como productor de representaciones con poder de innovación y agente de cambio en el nivel de la práctica pedagógica. La transformación pedagógica se encuentra íntimamente ligada a la transformación social: una es resultante o signo de la otra, en un proceso que contiene aspiraciones raciones, ideas, un medio moral. El maestro descrito por el autor es consciente de que tiene una misión a cumplir, en un espacio y en un tiempo histórico: debe lograr una conciencia social real, se''transforma en actor que, consciente de la determinación de las estructuras, es capaz de cambiarla. Los individuos durkheimianos poseen capacidad de intervención en la estructura. Los maestros forman parte de una institución cuya función es social: la educación. Y la enseñanza, corno las demás funciones sociales,

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Lilián Berardi, Selva García, Montejo …”tiene un espíritu, expresado en los programas, las materias enseñadas, los métodos, y un cuerpo, una estructura material, que, en parte, expresa el espíritu, pero que también reacciona sobre él… y le opone temporalmente sus límites”.

ficación del grupo social. Son individuos que condensan la efervescencia colectiva.

Los individuos producen ideas, como resultado de “efervescencias”. Una vez constituidas, estas ideas pueden sobrevivir a pesar de las estructuras, inventan "tejidos de sociabilidad", crean artefactos que generan ideas. El estar juntos genera nuevos vínculos. La sociedad se moviliza.

Así es que, en las últimas décadas, las miradas se concentran en los docentes. Pasan a ser “sujetos clave” en las prácticas escolares, cumpliendo el rol de mediadores entre escuela y sociedad, más que de simples ejecutores o reproductores.

La efervescencia colectiva es una experiencia de exaltación. Se dan movimientos espontáneos y a veces exabruptos de participantes estimulados por el grupo. Son reacciones "reverberantes", que crean unidad de participación, generan fuerzas que se agitan cual torbellino de fenómenos. Los individuos se someten a esa experiencia, la Buscan, ya que la participación en el grupo otorga la vitalidad renovadora que permite el fortalecimiento y expansión individual y colectivo. Esta efervescencia colectiva puede llegar a ser efervescencia creadora. Aunque es la unidad centrada en el grupo, el individuo tiene su lugar. En esa efusión de participación colectiva, surgen objetos simbólicos, que adquieren forma real y posibilitan que se fortalezca la conciencia común, al ejercerse por la mediación de algún órgano definido. .

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Lecciones de sociología -donde Durkheim desarrolla una teoría del Estado- presenta lo que el Estado es y lo que debería ser, La noción puede asimilarse a su concepción del maestro; no deben convertirse en un grupo de funcionarios con poder de decisión, sino ser un grupo profesional en interacción continua con los demás grupos de la sociedad, artesano de la satisfacción de todas aquella aspiraciones que emerjan. Esta concepción contiene elementos profundamente democráticos a partir de una visión individualista, pero de un individualismo ético. Implica una "moral profesional", y a misma “estará tanto más desarrollada y poseerá un funcionamiento tanto más avanzado cuanto los grupos profesionales mismos tengan más consistencia y mejor organización”.

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En algunos casos, es una persona la que se convierte en símbolo, y pasa a ser la personi-

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En el caso en estudio, vemos a los maestros como estos símbolos, figuras sobre las que se "disparan" las representaciones colectivas, el imaginario social de cada época y lugar. Maestros que, por esa misma razón, poseen un gran potencial para la acción y, por tanto, pueden ser promotores de cambio.

En síntesis

Se plantea una lectura del autor, reinterpretando sus principales núcleos de referen-

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