Viernes Negro

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR SEDE LITORAL COMERCIO INTERNACIONAL FCF-191 Problemas de la Sociedad Venezolana Contemporánea

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UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR SEDE LITORAL COMERCIO INTERNACIONAL FCF-191 Problemas de la Sociedad Venezolana Contemporánea

VIERNES NEGRO 1983

Profesor

Autores:

RAMOS, Froilán

PIMENTEL, Emay 10-08337 TORO, David 09-02514

Camurí Grande, Marzo de 2013

A MANERA DE INTRODUCCIÓN El viernes negro fue de los acontecimientos más resaltantes de nuestra historia pues se considera como el punto de inflexión donde muchos consideran que la estabilidad económica y política se perdió al devaluar el bolívar, sin embargo fueron muchas las causas que originaron este suceso no solamente las acciones del gobierno de Luis Herrera Campins, si no también tomaron partido los bancos y el sector privado; esto primeramente es culpa de nuestra propia economía al solo disponer de un solo recurso para obtener petróleo o al menos así era en aquel entonces, hoy en día es un poco diferente ya que trabajamos con otros hidrocarburos como el gas natural y el carbón y minerales como el diamante, el oro el hierro, la bauxita, etc. Actualmente el viernes negro de 1983 se utiliza como comparación y ejemplo de muchos de los sucesos más recientes ya que los expertos en política y economía al evaluarlos, encuentran ciertas similitudes como la mala gestión gubernamental, la prioridad de obtener divisas de un solo medio (petróleo), esto nos deja como aprendizaje que no debemos depender exclusivamente del petróleo pues estos precios fluctúan y las consecuencias se observan directamente en nuestra economía, por lo que es importante mantener una diversidad para solventar estos problemas y mantener la estabilidad financiera del país.

DELIMITACIÓN DEL TEMA A TRABAJAR “VIERNES NEGRO” El Viernes Negro se refiere en síntesis al día 18 de febrero de 1983, cuando el gobierno de Venezuela en ese entonces encabezado por Luis Herrera Campins devaluó el bolívar frente al dólar estadounidense un 30% y suspendió la libre convertibilidad del dólar en Venezuela, lo cual trajo consigo un control cambiario y un aumento del porcentaje inflacionario en 9.3%. Consecuentemente, para Venezuela, el Viernes Negro representa un hito que cambió su historia económica. Hasta ese día se mantuvo oficialmente la estabilidad y confiabilidad que desde la segunda década del siglo XX había caracterizado la moneda venezolana, donde cualquier persona podía ir a un banco o una casa de cambio para comprar dólares con bolívares, donde también era posible viajar a cualquier país extranjero con bolívares para cambiarlos por la divisa local. El economista Maxim Ross identifica tres componentes que contribuyeron a la buena reputación del bolívar hasta los años 80: un largo período de equilibrio fiscal, baja inflación e ingresos suficientes garantizados por el petróleo. El

afirma que "Tan dura era la moneda, que durante la crisis

energética de 1973-1974, EEUU, Europa y Japón aceptaban al bolívar venezolano como parte de la cesta de moneda que constituyeron los 'derechos especiales de giro', una especie de divisa creada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para atender los problemas de pago de países". A comienzos de los años 80, el bolívar aún era considerado una moneda dura en el mercado internacional. Cuya última cotización libre con respecto al dólar fue al valor fijo de 4,30 bolívares. Desde entonces la devaluación constante del bolívar, complicaciones con el pago de la deuda externa,

acelerado deterioro del poder adquisitivo y la implantación de un control de cambio llamado "Régimen de Cambio Diferencial" (RECADI) –que funcionó entre el 28 de febrero de 1983 y el 10 de febrero de 1989, el cual tuvo dos tipos de “Dólares Prioritarios” (Bs. 4,30 y 6) sólo para los gastos corrientes, envío a estudiantes del exterior, amortización de las deuda pública interna y la privada externa y para las operaciones de la industria petrolera, del hierro, entre otros renglones, y un nivel del Mercado Libre (Bs. 7 y 8). Todo esto antepuesto por hechos tales como la caída de los precios del petróleo, que llevó a las exportaciones petroleras de 19,3 millardos de dólares en 1981 a casi 13,5 millardos en 1983 (una caída del 30%), el inicio de la crisis de la deuda en América Latina y una fuga de capitales de casi 10 mil millones de dólares y por ende el correspondiente descenso de las reservas internacionales, factores que hacían inminente una devaluación.

OBJETIVO DE LA HEMEROTECA El objetivo de La hemeroteca es reunir y adquirir por medio de investigaciones de campo y medios electrónicos, periódicos y revistas sobre el mal recordado “Viernes Negro” para el análisis de sus características y comprensión en cuanto a su desenvolvimiento, repercusiones e impacto en el pueblo Venezolano.

COMENTARIO SOBRE EL TEMA A DESARROLLAR El bolívar que durante veinte años había tenido una cotización de 4.30 bolívares (históricos) por dólar, es devaluado el 18 de febrero de 1983 a 7.50 bolívares por aquel billete verde, denominando así a ese día como “Viernes Negro”, todo esto ocasionado por malas políticas financieras implementadas por parte del gobierno, por descapitalización, endeudamiento y descenso de los ingresos petroleros y de las reservas internacionales.

Finalmente, desde este día conocido como "Viernes Negro", es evidente que la política monetaria en el país ha estado caracterizada por altas tasas de interés, alta inflación (actualmente la más alta de América y una de las mayores del mundo), devaluación, fuga de capitales, controles de cambio, corrupción, remuneración a ahorristas por debajo de la inflación e incertidumbre.

FICHAS HEMEROGRÁFICAS

FUENTES ELECTRÓNICAS

COMENTARIO CRÍTICO “DEVALUACIÓN DEL BOLÍVAR” UN VIERNES CUALQUIERA QUE DESPUÉS LLAMARON NEGRO. En un día tan memorable como lo fue ese 18 de febrero de 1983, “Viernes Negro” muchas fueron las causas que conllevaron a consecuentes sucesos, una de las principales, destacada por el autor y muy cierta en mi opinión es la constante fuga de capitales, ya que, ésta se ubicó en 10.000 millones de Dólares, en donde si la desglosamos, se evidencia que 3meses antes, se había registrado una fuga de 8.000 millones de la moneda estadounidense tras múltiples operaciones con un dólar fijo a 4,30Bs. Esto nos permite analizar y tomar cuenta de que 2.000 millones de dólares se fugaron tan solo al paso de aquel 18 de febrero. Lo más irónico es que esa fuga no se registró ese mismo viernes 18 por transacciones nerviosas, aunque esto es lo más evidente, la realidad es que ese día nada estaba claro y aunque corrían rumores no eran precisamente el de apresurarse a las casas de cambios. Entonces, aquí caemos en la interrogante de lo que quería decir el autor cuando se refiere a una fuga de capital al umbral de este 18 de febrero. Lo antepuesto nos abre cabida a analizar registros anteriores llevándonos a un viernes que el autor denomina como “nervioso y angustiante” precedente a aquel que llamaron negro, el 11 de febrero cuando se abrían las fiestas de carnavales y el país olfateaba la proximidad de las decisiones del gobierno hubo una descapitalización fugaz. Por lo que el autor afirma que éste debió ser el viernes escogido y estoy de acuerdo con dicha afirmación, ya que lo que se busca con el control de cambio es evitar la fuga de capitales y era evidente que éste día del país saldrían muchas divisas, es decir, el gobierno implemento medidas cuando el daño estaba hecho, o como resalta el autor “Se puso la tranca cuando los

toros ya habían salido”. Sin embargo es muy bien conocido que el presidente del BCV “El Búfalo” no estaba de acuerdo con las medidas que se querrán tomar y era inevitable el retraso de las medidas de control cambiario.

LA ESQUIZOFRENIA DEL GOBIERNO. El autor de este artículo señala las dificultades que vive un ser adulto y las consecuencias de éstas sobre su devenir personal refiriéndose como el adulto, al Gobierno Venezolano y los problemas económicos por los que ha transitado, sucesos como el del 18 de febrero de 1983 (dificultades), Además resalta una enfermedad como ejemplo de la situación del pueblo venezolano, por la presencia de un desdoblamiento de opiniones. Lo que señala el autor tiene mucho sentido y más cuando habla de que éstos sucesos serán producto de su historia, ya que, evidentemente es muy similar lo que está viviendo nuestra Venezuela actual (un mundo de devaluaciones y controles de cambio) y donde lamentablemente gran parte de los individuos siguen viviendo en un mundo de fantasías como el esquizofrénico.

SIGNIFICADO DEL VIERNES NEGRO PARA VENEZUELA. El llamado viernes negro en Venezuela se refiere a la fecha del 18 de febrero de 1983 cuando el bolívar se devaluó frente al dólar, muchos afirman que se debió a las políticas económicas del presidente Luis Herrera Campins, cuyo gobierno impuso un restricción a la salida de divisas, sin embargo este suceso puede ser analizado desde varios puntos de vistas, y al indagar de manera más exhaustiva se puede evidenciar que las acciones tomadas por el gobierno en aquel entonces solo fueron la punta de la lanza, pues ya habían ocurrido otras acciones involucrando a otros personajes que aunque no resaltaron mucho también son causantes de esto, pero sin duda alguna este hecho histórico cambio la economía en Venezuela, ya que hasta

ese entonces se había mantenido la estabilidad en el bolívar desde la segunda década del siglo XX cuyo valor del dólar se fijó en 4.30, desde ese entonces la devaluación progresiva del bolívar ha acarreado severos problemas económicos en la nación disminuyendo el poder adquisitivo. Al evaluar el viernes negro desde otro punto de vista como lo puede ser el banco central, el sector privado de Venezuela y el ciudadano de aquella época, los cuales mucho carecían de consciencia sobre las cosas que sucedían a nivel de político y económico. Uno de los actores de esta devaluación que menciona el artículo es el presidente del banco central Leopoldo Díaz Bruzual, conocido como el Búfalo, es necesario tener esto en consideración para poder entender el viernes negro, porque desde ese acontecimiento se perdió toda credibilidad del gobierno y los bancos por parte del pueblo; algunos consideran que la devaluación era algo inevitable pues el bolívar estaba sobreevaluado, es probable que de haberse tomado las medidas necesarias sus efectos hubieran sido minimizados, mas sin embargo no fue así porque no se contaba con un plan de acción adecuado para cumplir las metas de esta devaluación. Históricamente se dice que este proceso fue iniciado en el primer gobierno del presidente Pérez y seguía presente en el actual gobierno del presidente Chávez, que a pesar de su fallecimiento su sucesor actual y de no haber cambios en las elecciones, Nicolás Maduro continuaría el camino que dejo su antecesor, es probable que sin el viernes negro la crisis hubiera continuado aunque, es imposible precisar que tan eficiente hubiera sido el otro curso de acción. La semilla de los problemas siempre estuvo en la administración gubernamental para afrontar los problemas económicos existentes y de negar el hecho de que para que el país progrese y tenga estabilidad económica y política deben poseerse una gran cantidad de divisas, a fin de cuentas, con esto es que se pueden negociar elementos con

el extranjero, pero la negación de esta realidad lleva a un camino lento en lo que a desarrollo se refiere; desde siempre solo se han contado con las divisas del sector petrolero dejándonos a merced del mercado internacional con sus fluctuaciones por lo que no hay una especie de filtro o amortiguador económico para sobrellevar las bajas en los precios petroleros, si no que nos afecta

directamente.

Hemos

debido

tomar

ejemplo

de

los

países

desarrollados los cuales han diversificado su economía y no solo basándose en el petróleo. Todo esto deja como aprendizaje muchas cosas, pero hasta la fecha no las han implementado en su totalidad, entre las más resaltantes están nuestros líderes, los cuales deben ser conscientes de las situaciones que se van presentando y como responder adecuadamente a ellas con el mínimo impacto al país, y no solo a nivel de sostener el país, si no tratar de impulsarlo para el avance, otra de ellas es abandonar el pensamiento mono productor del petróleo y aventurarse a otras alternativas de manera que la economía venezolana no esté en manos de políticas extrajeras.

VIERNES NEGRO, AÑOS GRISES. Una de las cosas más simbólicas del viernes negro es que se rompió el control de cambio que había del bolívar al dólar que había existido durante la república, este artículo titulado “Viernes negro, años grises” se podría considerar post-modernista ya que su redacción no hubiera sido posible en 1983 porque contiene información de esta era, es bien sabido que el viernes negro fue solo el inicio de nuestra época contemporánea, aunque lamentablemente no se puede decir esto en el buen sentido de la palabra ya que en todos estos años no ha habido un importante avance en Venezuela, es decir no ha evolucionado si no que se ha estancado en un abismo creado por el gobierno y las políticas de aquellos años que hoy en día después de 30 años aun repercuten en nuestra sociedad. Una de las tendencias modernas es que el control cambiario ha sido utilizado como elemento de control y no como elemento de progreso por lo que ha generado importantes

atrasos en nuestros desarrollo como nación, pues se afirma que desde ese día el viernes negro la economía del país ha regresado a la edad de piedra, donde no hay proyectos que permitan el desarrollo. El socialismo 21 como lo nombra el artículo fue el movimiento impartido por nuestro actual régimen de gobierno, donde no se le puede negar ha realizado algunas cosas buenas, también ha hecho otras muy malas porque la base del socialismo es una idea antigua descartada por las naciones desarrolladas, porque uno de sus principios es mantener lo rudimentario, en este caso nuestra económica petrolera de la cual ha dependido el país desde que se comenzó su explotación dejando de lado la agricultura y demás actividades que podrían generarle ingresos al país. En principio la idea no era mala pues se quería convertir a Venezuela en una potencia pero no se ha conseguido debido a un plan carente de detalles y de un curso lógico, pues al tratar de convertir a Venezuela en una potencia petrolera y hacerla resaltar entre los países proveedores de este hidrocarburo terminamos dependiendo de los países que lo compran para nuestra estabilidad y progreso, por lo que entonces la idea socialista deja de ser una buena opción, y esto se evidencia en el viernes negro el cual fue antecedido por una descenso en los precios del petróleo ya que el costo de las exportaciones se redujo de 19.3 millardos de dólares en 1981 a 13.5 millardos en 1983, por lo que hubo una fuga de alrededor de 8 mil millones de dólares, lo que trae como consecuencia una caída en las reservas internacionales y una devaluación inminente, porque Venezuela al ser un país donde su adquisión de divisas está basada en la venta del petróleo si hay una caída en estos precios las consecuencias son muy grandes, todo forma parte de una reacción en cadena, por lo que no se cuenta con un escudo o soporte cuando estas situaciones ocurren. Es por eso que al principio se menciona que no se podía redactar este artículo en el pasado si no ahora en el presente, porque es tiempo después

donde podemos ver a nuestro alrededor y estos años transcurridos y evaluar las consecuencias, donde Venezuela es prácticamente la misma de hace 30 años, si se ha progresado en unas cosas, pero eso es insignificante para toda la gloria que un país tan rico con Venezuela debería poseer, que aunque como todo hay malos días en la economía, también ha habido muy buenos donde se pudo haber sacar partido para el mejoramiento interno de la nación, sin embargo esto no ha ocurrido debido a la deficiente administración que hemos tenido; el socialismo ha resaltado ciertas características que en una democracia plena con una economía estable y una política solida son cosas ya pre entendidas pues el hecho de reflejar las ganancias en la nación es algo ya incluido en el manual de instrucciones para progresar. Es por ello que el viernes negro tiene muchas implicaciones y puede adoptar diferentes puntos de vista según lo que se quiera reflejar, sin embargo sobra decir que dependerá de nosotros tomar esos eventos como una lección para avanzar o ignorarlo y tratar de hacer surgir ideales que aunque a primera vista no parezcan tan malos del todo el costo de hacer cosas buenas es demasiado elevado lo que hace imposible evolucionar, lo que trae a resurgir estas palabras, “el hecho de que una idea sea buena ahorita en el presente, no significa que sea la mejor idea para el futuro”.

EL ÚLTIMO VIERNES NEGRO El presente artículo referido hacia el viernes negro está constituido por diferentes sentidos de ideas, desde una parodia, una crítica, un llamado a la nación debido a que recientemente con la devaluación del bolívar nuevamente el dólar paso de 4.30 a 6.30, un dato interesante es que todos los artículos y este no es la excepción afirma una gran estabilidad y fortaleza monetaria hasta el viernes negro, a partir de ahí dando como inicio inestabilidad política y económica, es debido a esto que siempre se hace el contraste de la Venezuela de hoy con la de ayer, y en este aspecto el autor señala al gobierno como culpable, tal vez por hecho de que se está

repitiendo la historia, se están repitiendo las mismas acciones que llevaron a que sucediera el viernes negro en 1983, como muy bien señala: “creyéndose la Rusia Soviética de 1917 pero atiborrada de dólares” por lo que cita un ejemplo muy directo aun sin conocer la historia de la unión soviética el mensaje es transparente ya que Venezuela actualmente muchos de sus ideales se parecen a los de la antigua unión soviética a diferencia de que Venezuela aunque es un país en vías de desarrollo es un país rico en hidrocarburos y metales preciosos, sin mencionar la riqueza natural que poseemos, por lo que con tantos recursos es inaceptable que ocurran devaluaciones del bolívar, por lo que una vez más todo apunta a una mala gestión administrativa del capital por parte de nuestros líderes, señalando que en algunos casos los extranjeros se han aprovechado de nosotros obteniendo grandes beneficios y nosotros sin obtener el precio justo por lo que estamos aportando Muchas veces se ha dicho que no se harán devaluaciones más sin embargo ha sucedido todo lo contrario, ya que las personas encargadas del progreso de la nación no están totalmente capacitadas para sus puestos y por ende suceden acontecimientos que solo indican estancamiento y retraso en nuestra política y economía. Quizás si fueran otros tiempos hubiera sucedido otro viernes negro pues una vez más se devaluó el bolívar, pero esta vez ¿Qué fue diferente? Será más ignorancia por parte del pueblo y los líderes que no notan que el camino que llevamos no nos sirve para evolucionar, o en contraparte, se ha logrado algún tipo de estabilidad, se podrían mencionar las siguientes líneas “Incluso en el caos más descontrolado y desordenado existe un sentido retorcido del orden” de ser así quizás aunque nos dé una estabilidad será algo muy temporal puesto actualmente Venezuela está muy inestable a nivel económico, político y social, es probable que esto sea la punta del iceberg en los tiempos venideros los cuales definirán si el camino que llevamos ahora es correcto,

históricamente al comparar con otras naciones se sabe que no, ya que las ideas que sustentas la política venezolana en el pasado han fracaso, pero como humanos es difícil aprender de los errores ajenos, y es probable que solo cuando cometamos los propios nos demos cuenta de la vida que hemos llevado, ya que la historia nos enseña que puede traer consecuencias muy graves como por ejemplo el Caracazo el cual sucedió a raíz del viernes negro porque no se pudieron controlar la curva inflacionaria y se perdió toda fortaleza de la moneda. Son estas las señales que nos sirven como guía para poder predecir el rumbo de las cosas, aunque son dos cosas muy diferentes conocer el camino y recorrer el camino, tendremos que seguir en esta incertidumbre a la espera de encontrar la estabilidad y forjar un rumbo para un país tan bien aprovisionado como Venezuela.

A MANERA DE CIERRE Es evidente que la devaluación del bolívar fue el elemento detonante en los acontecimientos ocurridos en el viernes negro, superficialmente todos señalan al gobierno de Luis Herrera Campins como responsable, sin embargo esto no fue del todo cierto, ya que otros autores también contribuyeron a este suceso, como el sector bancario y el sector empresarial privado, pero el origen de esto estuvo en la caída de los precios petroleros un tiempo anterior a ese viernes, ya que este descenso trajo como consecuencia una inflación incontrolable y más para un país cuyas divisas y fuente principal de dólares era el petróleo, lo que arroja como conclusión que el tener una economía mono productora puede ser perjudicial, ya que al perder estabilidad el país se ve afectado directamente a nivel político y económico, en aquel tiempo esto fue un hecho sin precedentes debido a que el precio del dólar siempre se había mantenido estable en 4,30 y muchos afirman que el país gozaba de una gran estabilidad, pero para comprobar esta afirmación deben hacerse estudios más exhaustivos a fin de corroborar la fidelidad de eso, o simplemente es una manera comparativa de criticar lo que paso ese día, pero algo que es evidente es que tiempo después en nuestra era moderna es posible observar algunas similitudes con esta historia sobre todo a nivel político y económico esto considerando muchos de los sucesos recientes, como una nueva devaluación de 4,30 a 6,30 y como en 1983 juzgaron al gobierno hoy en día también lo hacen responsable por lo que lo ideal sería analizar este hecho desde un punto de vista objetivo a fin de entender todas las variables que presenta.

Logros obtenidos en función de la hemeroteca 

Enfatizar el conocimiento sobre los sucesos del viernes negro más que como un hecho político y económico como un hecho histórico.



Conocer que los sucesos ocurridos solo fueron la consecuencia de una lista de errores en cuanto a mala gestión y administración política y económica.



Reflexionar sobre los problemas que puede originar una economía monótona dependiente del petróleo, pues está sujeto a las fluctuaciones del mercado internacional.



Adquirir la capacidad de diseñar planes de accion para evitar crisis cuando sucedan las devaluaciones

Limitaciones y cuestiones no resueltas. 

Debido al limitado desarrollo tecnológico de esa época y a la carencia de lo que hoy en día conocemos como internet y almacenamiento digital, no existen muchos artículos propios de aquella época, si no de tiempos más moderno incluyendo sucesos actuales.



Se dificulta obtener una opinión clara dedicada específicamente a ese acontecimiento, pues las que existen actualmente están contaminadas por decirlo de alguna manera con nuestra era moderna.



No es posible establecer una comparación objetiva entre nuestro presente y el pasado, debido a que por más similitudes que hagamos las variables entre el hoy y el ayer son diferentes.

REFERENCIAS 

Almada, T. (1997) “La devaluación del bolívar” Un viernes cualquiera que después llamaron negro. Periódico El Nacional, Caracas, Cuerpo3, pp. 12.



Fontiveros, D. (2013). Viernes negro, años grises. Analítica (Publicación en Línea), Disponible: http://www.analitica.com/enfoqueeconomico/9224318.asp (Consulta: 2013, Marzo 15).



García, A. (2010). El último viernes negro. Analítica (Publicación en Línea), Disponible: http://www.analitica.com/va/politica/opinion/4052322.asp (Consulta: 2013, Marzo 15).



Pérez, J. (2002). Significado del viernes negro para Venezuela: devaluación del 18 de febrero de 1983. Analítica (Publicación en Línea), Disponible: http://www.analitica.com/va/economia/opinion/4833332.asp (Consulta: 2013, Marzo 15).



Pérez, O. (1983) “La Esquizofrenia del Gobierno”. Periódico El Nacional, Caracas, (s.p.i.).

ANEXOS

Significado del viernes negro para Venezuela (devaluación del 18 de febrero de 1983) Juan Pablo Pérez Castillo Miércoles, 4 de septiembre de 2002 El 4 de febrero de 2002, fui solicitado para responder algunas preguntas sobre la desastrosa devaluación del 18 de febrero de 1983, recordada como Viernes Negro, para publicación en el periódico Ultimas Noticias el 17 de febrero de 2002. El mensaje electrónico lo recibí de una persona quien escribió llamarse Cástor E. Carmona y dió como dirección electrónica [email protected]. Al pasar la fecha sin encontrar en el periódico el artículo del Sr. Carmona y ver que pasaban las semanas sin resultado alguno, decidí comunicarme con el Sr. Carmona a su dirección electrónica para encontrar que la misma había sido cancelada (o quizás nunca existió).Comunicaciones posteriores a directivos del Ultimas Noticias (incluyendo a su director E. Rangel) resultaron infructuosas, incluyendo a otras de sus autoridades, que ni siquiera tuvieron la cortesía de dar acuso de recibo. Por todo lo expuesto y por considerar que el tema es interesante en sí mismo y por la profunda crisis que vive el país, me he permitido presentar en Venezuela Analítica mis comentarios sobre las preguntas de la supuesta (y aparentemente ficticia) encuesta, actualizados para tomar en cuenta acontecimientos recientes. A continuación reproduzco las preguntas, seguidas por mis comentarios: Preguntas: - ¿Cuál es la importancia que tuvo el “Viernes Negro” en la historia del país, tanto en lo económico, político y social? - ¿A qué obedeció la medida? - ¿Debió tomarse antes o después de tal fecha, y otras medidas que debieron acompañarla? - ¿Realmente se declaró ese día la “quiebra del país”, o ésta era una circunstancia que venía gestándose con anterioridad por la manera en que se venían manejando las diversas variables macroeconómicas –renta petrolera, finanzas pública, reservas internacionales, etc-? - ¿Seguiría Venezuela siendo la misma de no haberse tomado esa decisión? - ¿Qué lecciones dejó la fecha? Comentarios La brevedad reclamada por esta encuesta solo me permite comentar sobre el proceso, o la metodología que considero correcta para responder a la sustancia, pero lamentablemente no a la sustancia misma por falta de espacio y tiempo.

Para analizar correctamente el “Viernes Negro”, en cuanto a sus causas y resultados, y comprenderlo en su contexto histórico, es necesario enfocarlo desde distintos puntos de vista. Son estos, la política económica del gobierno de turno, el Banco Central como ente independiente, el sector privado venezolano y, por último, el ciudadano común (hoy conocido como el soberano), quien generalmente desconoce lo que acontece a nivel de la complejidad macroeconómica y macropolítica nacional. Existe un punto de vista adicional, distinto e independiente, que en este caso especifico también merece consideración. Me refiero al actor principal que manejó el ajedrez económico-político culminando con la devaluación – el presidente del Banco Central, Leopoldo Díaz Bruzual, mejor conocido como “Búfalo”. Sin esta consideración particular, no puede entenderse el “Viernes Negro”, sus causas de fondo y sus consecuencias posteriores. Un resultado importante del Viernes Negro es que rompió con la tradicional confianza del país en su gobierno, del sector privado en los políticos, de los economistas en el Banco Central, y de los técnicos del Banco Central en su Presidente. Por otra parte, la devaluación fue una decisión inevitable que se tomó tardíamente (debió tomarse mucho antes), por encontrarse inmersa en un conflicto político-partidista, además de un conflicto entre el Ejecutivo Nacional a traves de su representante, el Ministro de Hacienda, para entonces el empresario y banquero, Arturo Sosa, y el Banco Central, a través de su Presidente, Leopoldo Díaz Bruzual. El bolívar estaba sobrevaluado desde hacía tiempo, debido a una política económica (y petrolera) confusa, contradictoria, profundizando el problema financiero del pais. Hubo grandes vagabunderías y actos de corrupción que si bien nunca fueron castigados, condujeron a precipitarlo y agravar sus efectos posteriores. Pudo haber sido evitado con medidas preventivas aplicadas a tiempo y debió ser seguido con medidas correctivas que no se produjeron, con una política económica (y petrolera) muy diferente a la del Presidente Herrera Campins. Una devaluación nunca debe producirse sin medidas complementarias necesarias para lograr los objetivos perseguidos. En cuanto a la pregunta sobre la “quiebra del país”, esta no podría ser producida por un viernes negro, como no podría producirla ninguna decisión puntual. Se requieren muchas decisiones y hechos que a lo largo del tiempo van acumulando resultados negativos. Decisiones y hechos económicos, financieros, políticos y sociales. El llamado proceso de “quiebra del país” lo inició el primer gobierno del Presidente Pérez y lo continuó el gobierno del Presidente Lusinchi. Lo agravó el gobierno del Presidente Herrera Campins y lo continuó agravando el segundo gobierno del Presidente Pérez. Lo profundizó al punto de no haber retorno posible el segundo gobierno del Presidente Caldera y

actualmente la quiebra del país la está culminando y terminando de materializar el Presidente Chavez con su desgobierno. De no haberse producido el Viernes Negro, el pais hubiese continuado en crisis, seguramente padeciendo peores resultados, pero es imposible determinar si un proceso sin devaluación habría sido mejor o peor que el realmente vivido por el país. Cualquier análisis estaría permeado de valores subjetivos, prejuiciado ideologicamente, a favor o en contra, por lo que produciría poca luz sobre la materia. Serían meras conjeturas, como lo son muchos de los comentarios y las opiniones que suelen leerse en los periódicos, revistas y libritos que publican por ahí economistas, cuasi economistas y pseudo economistas. De cualquier manera, el problema de fondo no fué, ni és, el llamado Viernes Negro, sino la llamada “enfermedad holandesa-a-la-venezolana”. Es decir, la incapacidad de los gobiernos, sus asesores y los intelectuales de la economía, para comprender la sobrevaluación estructural y permanente del bolívar y enfrentar los problemas que produce con políticas adecuadas. Lo crucial ha sido (y continúa siendo) que las élites, especialmente los economistas (incluyendo profesores universitarios y de institutos especializados, muchos de ellos con doctorados en el exterior), porfían ciega y testarudamente que el desarrollo del país no es posible sin cuantiosas divisas. Además, y peor aún, porfían con igual terquedad y miopía, que podemos convertir en recursos productivos y utilizar eficientemente todas las divisas que pueda producir el sector petrolero. No reconocen o niegan que tenemos problemas de capacidad de absorción, agravados por las distorsiones que sufren los factores de producción causados por las persistentes sobrevaluaciones del bolívar. Imputan los fracasos a la corrupción y a la incompetencia e ineptitud de quienes aplicaron (y aplican en la actualidad) políticas inadecuadas, atribuyéndose la sabiduría y los conocimientos correctivos, para entonces proponer políticas alternativas idénticamente inadecuadas. En los actuales momentos, a mediados del 2002, estos analistascomentaristas resumen sus propuestas en lo que algunos denominan “proyecto de país”, otros prefieren llamarlo “la Venezuela post-petrolera” , y algunos otros lo enfocan hacia “la Venezuela para la transición”. Poco les interesa que hayamos gastado más divisas que el resto de América Latina en su conjunto, lo que ha agravado nuestro subdesarrollo. Poco les interesa que el desarrollo lo produce el trabajo capacitado, adecuadamente organizado y remunerado, no el dinero que se gasta proveniente de los ingresos petroleros, lo cual también ha agravado nuestro subdesarrollo. Y poco les interesa que la gravedad de la situación que atraviesa la mayoría de los venezolanos y nuestra condición de país absolutamente dependiente del petróleo, obliga aplicar políticas económicas ‘sui generis’.

Pretenden ver la solución de nuestro subdesarrollo en el crecimiento desbocado del sector petrolero, bajo el artificio que titulan “política económica o petrolera eficiente” y la falsa ilusión de que contamos con un alto acelerador económico y un alto multiplicador petrolero, capaces de convertir al país en una gran fábrica de hidrocarburos, pero sin tomar en cuenta los altos costos económicos y sociales, incluyendo las muy bajas productividades del capital y el trabajo (bajas relaciones capital-trabajo y producto-trabajo), pero también sin tomar en cuenta el efecto-ingreso negativo que producirían los bajos precios a que tendríamos que vender esos hidrocarburos y sin tomar en cuenta la alta propensión a importar que caracteriza a la economía venezolana. Pretenden ver en el petróleo una ventaja comparativa y competitiva absoluta y natural, cuando la realidad es que estas ventajas las crean y generan los países a través de sus políticas públicas, económicas y sociales. Fué así como los países más industrializados del planeta construyeron sus economías y las aprovechan hoy con la globalización, incluyendo Estados Unidos, Francia, Alemania e Inglaterra, entre otros. También resaltan por sus características especiales Suiza, Hong Kong, Corea del Sur y Japón. Y los integrantes de la vieja Unión Soviética, en particular Rusia, actualmente intentan lo mismo. Insisten que somos un país en vías de desarrollo, cuando en realidad somos un país en vías de subdesarrollo. No hacemos más que complicar las cosas, profundizando los problemas, haciendo cada día más dificil el proceso de desarrollo. Actualizando los problemas en el contexto del año 2002 que estamos viviendo, existe un asombroso paralelismo entre la crisis venezolana y la crisis del sistema financiero estadounidense (incluyendo su mercado de valores). Pareciera que con el Presidente Chávez finalmente hemos llegado al fondo de la fosa, como esa que los analistas de los mercados financieros pretenden reconocer al referirse a la capitulación de un mercado de valores que ha sufrido una prolongada precipitosa caída causada por múltiples problemas, entre los que se destacan corrupción, fraude, falta de liderazgo, incapacidad, ineficiencia, ingobernabilidad, malversación y cuantas otras calificaciones se le pueda ocurrir a cualquier analista honesto e imparcial (incluyendo constantes violaciones constitucionales). ¿Qué lecciones dejó la fecha? Ninguna. La lección la dejó un bolívar devaluado, un Banco Central golpeado, un Ministerio de Hacienda inefectivo, una Presidencia debilitada y una política petrolera vergonzosa--esta última es la única que no aplica al escenario que vivimos en 2002, al cual habría que añadir una lista interminable de calificativos negativos. Una lección no comprendida aún es que en nuestro país nada se puede hacer en secreto (muchos supieron de la medida antes de producirse).

Otra lección tampoco comprendida aún es que cualquiera nó califica para ser Ministro de Hacienda responsable, ni Presidente de Banco Central competente. La tercera lección aún sin comprender es que un buen Ministro de Energía no puede ser miope ni limitado. Y una cuarta lección que todavía tampoco comprendemos es que, para ser un buen Presidente, no basta con comer ‘torontos’, ni con ondear el texto de una constitución ‘bicha’ para arremeter contra la democracia puntofijista al mismo tiempo que se exalta el frustrado golpe anti-democrático del 4 de febrero, se rememora al Libertador Simón Bolívar y se incita la violencia con grupos armados bajo pretexto de defender lo indefendible.

VIERNES NEGRO, AÑOS GRISES Domingo Fontiveros Lunes, 11 de febrero de 2013 Venezuela se ha quedado (¿socialismo 21?... ¡por favor!)

sin

proyectos

Foto: Google Hace 30 años, un 18 de febrero, el gobierno de Luis Herrera Campins rompió con la libre convertibilidad del bolívar que había predominado durante casi toda la historia de la República. El control de cambios establecido a partir de entonces ha permanecido con breves excepciones en las 3 décadas transcurridas, sin que Venezuela haya experimentado mayor progreso y sí muchos signos de retroceso e involución. La libertad cambiaria funciona para los países, el control de cambios sirve sólo para los gobiernos y, con frecuencia, ni siquiera eso. Quizá sea el actual gobierno el que más explícito ha sido en el tema, cuando declaró hace 10 años que la finalidad del control era política más que económica, aunque inicialmente lo económico fuera utilizado como excusa. Ello significa que el sistema cambiario actual es una herramienta para el ejercicio del poder, no un instrumento de desarrollo, lo cual es anatema en el marco de una ética democrática que obviamente ha sido desplazada a favor de una ética autoritaria socialista. Lo que sobrevino como consecuencia de aquel remoto viernes negro venezolano ha sido como una edad de plomo para la economía del país y el bienestar material y cultural de su pueblo. Venezuela se ha quedado sin proyectos (¿socialismo 21?... ¡por favor!) y se ha convertido en una nación vieja, no por edad sino por falta de ideas nuevas. La industria pesada y semipesada se desgaja en obsolescencia, lo cual es un enorme contrasentido para una geografía repleta de recursos en hidrocarburos y minerales, mientras el resto del plantel industrial apenas sobrevive bajo el

peso de numerosos estratos burocráticos y trabas acosadoras. La agricultura es apenas una sombra de lo que fue por un tiempo pasado y ni qué hablar de la que pudiera haber sido. La educación para la excelencia es acorralada por la tiranía de la mediocridad y la salud pública subsiste en medio de la desidia y el desinterés. La lista es larga y también conocida. ¿Todo ello como consecuencia del control de cambios? Por supuesto que sí, pero no por lo que parece sino por todo lo que con el control se quiere ocultar en los gobiernos. El viernes negro fue el último día de libertad cambiaria de aquella otra Venezuela que en lugar de evolucionar en todos los órdenes de la vida social, sucumbió hacia su final en la tentación de buscar ser una potencia, obnubilada por el brillo de los petrodólares, que terminaron transformados en tsunami. Y tal como está ocurriendo ahora con sueños de grandeza todavía más delirantes, que insuflan también a algunos gobernadores y hasta a algunos alcaldes. Y es que se ha llegado al extremo descabellado de descalificar por "neoliberal" a las más elementales reglas de disciplina fiscal y monetaria, como si los descomunales déficit fuesen ilusiones, o a la comprensión de la ecuación precio/costo, como si los desarreglos del sistema de precios fuesen inocuos para la producción y el empleo. Los años grises como el plomo que hemos vivido en la última generación, serán recordados como una época de decadencia. Esperemos que en la próxima generación se corrijan los entuertos y podamos construir entre todos una nueva edad dorada, cambio político mediante, como fue la verdadera intención de los Libertadores.

EL ÚLTIMO VIERNES NEGRO Antonio Sánchez García Sábado, 9 de enero de 2010 Despierta Venezuela. Estás al borde del abismo. Llegó la hora de sacar fuerzas de flaqueza. Luis Herrera Campins se estará revolcando en su tumba: a un cuarto de siglo de distancia del primer gran acto de la tragedia económico política venezolana, que terminara con mucho más de medio siglo de estabilidad cambiaria y fortaleza financiera, le pusiera fin a la democracia subvencionada por decenios de 4.30, abriera consiguientemente el ciclo de la inestabilidad política y despertara las ambiciones cuarteleras vuelven los Idus de Marzo de la debacle cambiaria. Se abre así el último capítulo de la inestabilidad política que amenaza con derrumbar estrepitosamente las pretensiones vitalicias del teniente coronel. En este 2010, año crucial que se anuncia con sonoras trompetas de Jericó. Provoca gritarle, para que él, los suyos y quienes le eligieran entiendan de una buena vez que un cantinero analfabeta y fabulador no puede regir un Estado de tomo y lomo: ¡la economía, estúpido! Venezuela asiste al acto final del derrumbe estrepitoso de otro ciclo más de bonanza petrolera, estupidez fiscal y amargo despertar. Creyéndose en la Rusia Soviética de 1917, pero atiborrada de dólares, nuestro Lenin tropical decidió soliviantar con su trasnocho a todos los chulos de la región. Hoy, por culpa exclusivamente suya en la inexorable carraplana, ninguno de ellos vendrá en auxilio de una nación desgarrada por la ignorancia de sus gobernantes. Quien menos, Lula da Silva, el que más ha profitado de nuestra riqueza ilusoria. Novecientos cincuenta mil millones de dólares administrados por unos zarrapastrosos, ladrones y muertos de hambre. Medio legitimados por un profesorzuelo de economía con ideas legañosas y una visión de la economía digna de un graduado de la Universidad Lumumba. Chávez terminó siendo no sólo más de lo mismo – borrachera irresponsable y dispendio escandaloso de recursos para terminar comiéndose a dentelladas la gallina de los huevos de oro – sino una versión en tecnicolor y tercera dimensión, ampliada en su voracidad corruptora hasta la saciedad y la angustia, del primer Carlos Andrés Pérez. Un auténtico santo varón en comparación con quien pretendiera asesinarlo. Y obtuviera el Poder en recompensa. Dios castiga, pero no a palos.

Vaya la mentira por delante. “Nosotros jamás devaluaremos”. ¿Cuántas veces se lo oímos al capitán Acab de nuestras finanzas, don Jorge Giordani? ¿Cuántas veces se pavoneó el cantinero mayor ante sus focas vestidas de rojo en sus patéticos dominicales señalando que “la Venezuela bolivariana está blindada ante la crisis”? ¿Blindada? Pero la verdad tiene su hora. Esta colosal devaluación, neo liberal hasta los tuétanos y de la peor especie, cuyos efectos terminarán liquidando los ahorros de los venezolanos y abriéndole las fauces al dinosaurio de la inflación, haciendo trizas los bolsillos de millones y millones de venezolanos, demuestra que la sentina está llenándose hasta los bordes de materia fecal. Chávez y su patética revolución bolivariana están con esa agua al cuello. Naufragan sin remedio. Repiten viejas taras, enseñan su insólita cortedad de ideas y demuestran la patética levedad de su seriedad política. Son unos payasos. En donde quiera se les vea. ¿Alguien creyó que con un tontón como Carlos Escarrá o una ignara como Cilia Flores, con unos impresentables como Darío Vivas o el diputado Dugarte la Venezuela de Bolívar y Sucre, de Páez y José María Vargas, de Soublette y Andrés Bello, de Rómulo y Uslar Pietri sería algo más que este sangriento sainete de mala muerte? Despierta Venezuela. Estás al borde del abismo. Llegó la hora de sacar fuerzas de flaqueza.