Vicio y Virtud

VICIO Y VIRTUD Vicio deriva de la lengua latina “vitium”, como voz que significa imperfección; defecto físico o moral;

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VICIO Y VIRTUD

Vicio deriva de la lengua latina “vitium”, como voz que significa imperfección; defecto físico o moral; es el hábito que se adquiere para obrar mal, se refiere también, a la falsedad, al engaño o a la mentira para emitir cualquier opinión o hacer alguna proposición; es el acto de ejecutar una acción frecuentemente o en demasía; es la afición por determinadas costumbres, que incitan a excederse en el goce de los deleites. El tema está presente en el código moral de todas las religiones y generalmente se asume como sinónimo de pecado dentro del vocabulario profano, que a fin de cuentas por su definición, “pecado” es un hecho, dicho, deseo, pensamiento o acción contra la ley de Dios.

Por lo que respecta a la definición masónica, de lo que es el vicio, se refiere precisamente al acto de contentar nuestras insanas pasiones; es el hábito que pervierte a los instintos humanos; y se entiende también, como al acción de saciar los deseos, cuando viene la desesperación si no se satisfacen; y por último, es la perversión de la sana moral y de las buenas costumbres sociales. Mucho es lo que se ha escrito o comentado acerca del vicio; es de destacar que uno de los principales ideales de la masonería universal es precisamente su erradicación y, por ende, conducir el espíritu del hombre sacándolo del vicio y elevándolo a la virtud.

Conceptos tales como: La ira, el engaño, la lascivia, la privación del derecho a la vida, la envidia, la soberbia, la incontinencia a la bebida, la comida y los enervantes, son ejemplos de actos consumados en los cuales interviene el hombre de manera repetida y sin limites. Pero a fin de cuentas ello nos lleva a preguntarnos: ¿Acaso alguien lleva una vida santa? ¿Quien en alguna ocasión no ha cometido alguna vez en su vida una falta? El simbolismo del pavimento sobre el que reposa el Ara me da la respuesta, pues consta de cuadros alternados blancos y negros, representando para mi un equilibrio; el equilibrio que todo masón debe mantener en sus actos y pensamientos. Es el eterno contraste de los pares de opuestos que forman la base de la armonía universal, como lo representa el polo positivo y negativo; el arriba y el abajo, la luz y la oscuridad, el hombre y la mujer. Por otro lado ese mosaico bicolor me deja ver, que la mejor manera de poder apreciar lo blanco, necesariamente debe haber un contraste que es el negro; esto es la eterna lucha sin fin del masón para vencer el mal y que prevalezca el bien, la verdad sobre el error, la virtud sobre el vicio, el amor sobre el odio, el trabajo sobre el ocio. Observando otro simbolismo cuyo significado tiene relación con el vicio y la lucha del masón contra el es: el compás, simbólicamente manifiesta la medida de mis acciones, el límite de mis ambiciones sujetándolas a mis propios esfuerzos. En otras palabras, nadie puede aspirar a más de lo que no ha trabajado. El martillo y el cincel, significa mi fuerza de voluntad para vencer mis pasiones y la rectitud que debe prevalecer en mis actos y juicios; el mandil, la pureza de mis pensamientos. Dentro de esta investigación encontré lo siguiente:

¿Por qué se vicia el hombre? – eso nos lo responde atinadamente Sócrates: “El saber es lo que permite actuar bien; solo se actúa mal por ignorancia, porque se desconoce la virtud”.

Ya que toqué el tema de virtud, daré más detalles de esa palabra; virtud deriva de las voces latinas “virtus-utis” que significa el varón, el hombre. Esta palabra `vir´ según algunos, puede proceder de la palabra `vis´ que significa fuerza. Así encontramos que la palabra virtud tiene la connotación de fuerza, vigor. Como primera acepción de la palabra virtud tenemos que es: “actividad o fuerza de las cosas para producir o causar sus efectos”. Los significados con los que más

se relaciona pueden ser: acción, fuerza y bondad. Cuando hablamos de un hombre o una mujer virtuosa, estamos expresando que realiza acciones o tiene comportamientos que se consideran buenos, y estas acciones o comportamientos tienen un carácter vigoroso, sólido, seguro, no ha sido la casualidad lo que le ha llevado a ese comportamiento, sino algo previsible, cimentado en comportamientos anteriores.

La masonería entiende por virtud la capacidad de hacer el bien en su más amplio sentido y el cumplimiento de nuestros deberes para con la sociedad y la familia sin egoísmo ni vanidad. La masonería enseña a practicar la virtud como calidad suprema de la moral y como lealtad de la conducta para el ideal, que debe conducir hasta el sacrificio cuando sea necesario para el cumplimiento del deber. Considera la virtud como una realización siempre perfectible, porque sabe que el hombre no es inaccesible a las tentaciones y debilidades; pero el permanente esfuerzo del espíritu se convierte en eficaz baluarte de la virtud. Un hombre virtuoso siempre procurará el bienestar o la tranquilidad de quienes le hayan perjudicado o causado algún mal, tomando en cuenta que para él no existen rencores, enemistades ni venganzas en contra de las personas cuya maldad sea manifiesta en todos sus actos. Por ese motivo debemos también admitir que solamente entre las personas que poseen un alma noble y fuerte, es donde indudablemente se alberga la virtud y en donde se puede encontrar algo de perfeccionamiento.

Entonces, puedo concluir que no es tanto la naturaleza del ser humano lo que lo hace presa del vicio, tampoco el instinto animal, dado su origen y evolución dentro de las especies en este plano terrenal, si no lo que arrastra al hombre al vicio, al pensamiento errático, al mal uso de la lengua, a la deformidad de sus actos; es la ignorancia. Esto me deja claro que para conocer el bien antes es necesario conocer el mal. Esto ha sido comprobado, el blanco es decir la pureza, solo es distinguible en presencia de un contraste de color. Todos hemos en alguna etapa de nuestra vida conocido el vicio; todos en algún momento hemos errado, sea cual sea la naturaleza del error; la diferencia estriba en el conocimiento y reconocimiento de nuestros actos, con el fin de que estos no sean repetidos y con ello avanzar hacia la perfección.

Lo que distingue mi vida actual como masón respecto a mi anterior vida profana, es que no solo lucho para combatir el vicio y con ello me acerco a la virtud de mis actos, lenguaje y pensamientos; sino que ahora estoy desarrollando la inteligencia necesaria para anticipar situaciones que me puedan acercar hacia el vicio y el error. Para ello solo hay un medio, vencer la ignorancia, la búsqueda de los porque de las cosas, de las razones, solo ello me llevará a la perfección y a la anticipación de las causas. Recordar, la razón por la que se fundó la masonería es para adquirir la virtud y huir del vicio. Y nos reunimos en logia para levantar templos a la virtud y ahondar pozos sin fondo a los vicios.

Qué son los vicios? Hay diferentes maneras de definir qué es el vicio. En primer lugar, la palabra vicio, proviene del latín “vitium”,que lo define como una "excesiva afición a algo, especialmente si es perjudicial", como una "mala costumbre, el hábito de obrar mal" y como una "cosa a la que es fácil aficionarse", por supuesto, el significado social que se le ha dado a la palabra vicio se ha ido ampliando para incluir muchas otras acepciones; como la mala condición del alma de las personas para inclinarse a abusar de determinadas cosas; es el acto de ejecutar una acción, frecuentemente o en demasía, es la afición por determinadas costumbres, que incitan a excederse en el goce de los deleites, es el gusto o la manía, que provoca excesivo apego hacia las cosas que perjudican a la salud, es la libertad ilimitada, para adoptar las tendenciosas o malas costumbres, es la tendencia que incita a procurar cualquier perjuicio en contra de nuestros semejantes, es el acto de consumar alguna acción con perversidad; es el estado inconsciente que convierte al hombre en un ente despreciable; es también la degeneración producida por el uso excesivo del alcohol, de los juegos de azar y de las drogas enervantes. El vicio es un mal que debemos combatir en nosotros mismos y en los demás. Por lo tanto, y en consecuencia, es muy justo conocer en detalle, cuáles son esos sentimientos que emanan de nuestra conciencia, para procurar huir de las malas tentaciones, de las perversas costumbres, y de los hábitos que pervierten todo instinto de moralidad en el hombre para poder apartarse del camino; que de una manera directa, conduce a la humanidad hacia los vicios. Por lo que respecta a la definición Masónica, de lo que es el vicio, se refiere precisamente al acto de contentar nuestras insanas pasiones; es el hábito que pervierte a los instintos humanos, cuando viene la desesperación si no se

satisfacen; así como la perversión de la sana moral y de las buenas costumbres sociales. Consecuentemente, debemos tomar en consideración, que una de nuestras principales misiones ante los ojos de la Humanidad entera, consiste en combatir en forma práctica y radical, a todos los vicios, cualquiera que sea su origen, o las causas que concurran en el ánimo de quienes los hayan adquirido; o bien, en atención a las circunstancias en que el hombre se haya visto obligado a contraer tales hábitos, tomando en cuenta que, son también perjudiciales para la salud de la propia familia y por lo mismo, los son igualmente para la colectividad humana. Sabemos que las causas primordiales que conducen al hombre, hasta adquirir el hábito de los vicios, lo son por lo regular, la ignorancia, la ausencia de la voluntad propia, la debilidad de carácter y la falta de preparación intelectual. Pudiera decirse que el vicio, cualquiera que sea su inclinación o la tendencia que lo origina, constituye también una peligrosa enfermedad física, un defecto moral, y una afección espiritual, para quienes se dejan arrastrar por la influencia de las bajas pasiones; en cuyo caso, todos sus actos, sus acciones o sus obras, constituirán una cadena interminable de errores morales y materiales, tomando en consideración, que el gobierno que se ejerce sobre si mismo, y dirigido por la propia voluntad, se considera como una virtud, muy difícil de llevar a la práctica. Siempre que se empleen todos los principios, basados en los más puros razonamientos, y bajo la convicción de una conciencia sana, se considera como una serie de hechos que demandan un bien definido, el sacrificio de la voluntad, del esfuerzo físico e intelectual del individuo; razón por la cual, hemos llegado al convencimiento de que, el esclavo de sus propios instintos, en el orden moral, lo es también de su cuerpo, en el sentido material, tomando en consideración que, quien desciende hasta tan bajo nivel moral, jamás tendrá la satisfacción de anteponer su voluntad, para lograr una justa coordinación de sus ideas, una adecuada aplicación a sus acciones o una fiel ejecución para sus obras; puesto que para ello se necesita atender a los dictados que su conciencia le determina, dentro del buen orden de cosas. Pero no podemos olvidar, que si llegamos a adquirir el honroso titulo de masón, sin lograr desprendemos de nuestra envoltura material simbólica, y continuamos conservando y sosteniendo los vicios propios de la vida profana, o seguimos aceptando todas las debilidades propias de un hombre no preparado; en esas condiciones, el individuo sólo llegará a demostrar, dentro de sus actividades masónicas, que es un profano disfrazado con la augusta investidura del iniciado, lo cual vendría a agravar su situación, porque se convertiría en uno de tantos obstáculos que impiden la propagación de los ideales, de las máximas y de los principios contenidos dentro de la filosofía, de las ciencias y de la ética masónica. Por otra parte, vicio es también lo opuesto a la virtud y filosóficamente, la masonería considera que cada uno de nosotros es un ser imperfecto; el hombre en su imperfección y utilizando las herramientas del libre albedrío, tiene

la alternativa de elegir entre el bien y el mal, entre virtudes y vicios. Nosotros como masones, pulimos nuestra piedra bruta, nuestra piedra natural, nuestra personalidad con el estudio de la simbología masónica en una disciplina hermética y ritualista con la finalidad de acercarnos a la verdad, con la finalidad de tender al perfeccionamiento humano dentro de nosotros mismos e irradiándolo y aplicándolo al mundo externo y cotidiano. En el aspecto individual, se considera que la condición masónica se adquiere cuando el que aspira a serlo se halla dispuesto a seguir la senda de la virtud y la verdad, tiene la mente exenta de errores y prejuicios y la conciencia tranquila; no puede ser esclavo de vicios y pasiones. Justamente el hombre que ingresa a la masonería, llega a ella procedente de una sociedad en la cual reinan la envidia, el fanatismo, la discordia, el egoísmo, la vanidad, la injusticia y otras pasiones que lo degradan y lo esclavizan, como aquella soga que el iniciado lleva al cuello y que simboliza los vicios y las pasiones del mundo profano, a los que le consideramos amarrado, y a los que ha de combatir, tenaz y denodadamente, desde el momento que se llame masón. Finalmente, considero propicio recordar a todos, tener siempre presente uno de los tantos conceptos que dice, la masonería es una organización iniciática, esotérica, filantrópica, de carácter universal, conformada por hombres libres y de buenas costumbres, que practican un sistema de moralidad perfectamente definido, enalteciendo la práctica de las virtudes para lograr una transformación próspera de su personalidad, alejándose progresivamente de los Vicios que destruyen al hombre. Es todo.-

Costumbre De Wikipedia, la enciclopedia libre (Redirigido desde Costumbres) Saltar a navegación, búsqueda Una costumbre es una práctica social arraigada. Generalmente se distingue entre costumbres que son las que cuentan con aprobación social, y las malas costumbres, que son relativamente comunes, pero no cuentan con aprobación social, y a veces leyes han sido promulgadas para tratar de modificar la conducta. Vicio De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a navegación, búsqueda Para otros usos de este término, véase Pecado (desambiguación).

Vicio es toda aquella práctica o hábito que se considera inmoral, depravado y/o degradante en una sociedad. Con menos frecuencia, la palabra puede referirse también a una falta, a un defecto, a una enfermedad o tan sólo a un mal hábito pero, por supuesto, en ninguno de estos casos el uso de la palabra puede considerarse objetivo e imparcial. Algunos sinónimos de este término son: falta, depravación, exceso, mala costumbre, afición, desviación. El Diccionario de la lengua española editado por Espasa-Calpe[1] lo define como una "excesiva afición a algo, especialmente si es perjudicial", como una "mala costumbre, el hábito de obrar mal" y como una "cosa a la que es fácil aficionarse". La palabra proviene del latín vitium, que significa "falla o defecto" aunque, por supuesto, el significado social que se le ha dado a la palabra vicio se ha ido ampliando para incluir muchas otras acepciones. Por otra parte, vicio es también el antónimo (el opuesto) de la virtud. Su equivalente en inglés, vice, también se utiliza como término jurídico genérico que abarca muchos tipos de ofensas criminales: la prostitución, las apuestas, la lascivia, la lujuria, el libertinaje y la obscenidad. Evidentemente, la inclusión de estas conductas y la exclusión de otras tiene mucho que ver con consideraciones morales.

Contenido [ocultar] 

1 Uso popular (representación social)



2 Clasificación de los vicios



3 Ejemplos de vicios



4 Véase también



5 Referencias

Uso popular (representación social) [editar] El término vicio también se aplica, en sentido popular, a diversas actividades consideradas inmorales por algunos; una lista de éstas puede incluir el consumo de bebidas alcohólicas (incluso aunque no se trate de alcoholismo) y de otras sustancias recreativas (incluso aunque no se trate de una adicción), las apuestas, el consumo de tabaco (incluso aunque no se trate de los niveles de consumo que definen el tabaquismo, es decir, la adicción al tabaco), la imprudencia, la burla, la broma, la mentira (incluso aunque se trate de mentiras muy leves y de mentiras piadosas), el egoísmo. Algunas conductas o actitudes que se oponen a lo socialmente establecido (a lo considerado "virtuoso" por una cultura) también pueden considerarse vicios: por ejemplo, el afeminamiento se considera un vicio en aquellas culturas o sectores sociales

que ven ciertas características físicas y conductuales (la agresividad, la violencia, el abuso, la extroversión, la expresión de emociones tales como la ira, la no expresión de emociones tales como la tristeza y la ternura, etc.) como definitorias de lo masculino y ciertas otras (por ejemplo, la pasividad, el sometimiento, la debilidad, la introversión, la expresión de emociones tales como la tristeza y la ternura, la no expresión de emociones tales como la ira, etc.) como definitorias de lo femenino.

Clasificación de los vicios [editar] Una forma de organizar los vicios consiste, desde el punto de vista del Catolicismo, en contrastarlos con la virtud. Una virtud puede corromperse a través de la falta de uso, el mal uso o el exceso de uso. Por consiguiente, los vicios cardinales son: la lujuria (lo opuesto de la templanza o continencia o moderación); la cobardía (lo contrario del valor), la locura o insensatez (lo contrario de la sabiduría) y la venalidad o corruptibilidad (lo contrario de justicia).

Ejemplos de vicios [editar] La siguiente es la lista de algunos vicios que han sido definidos por las culturas occidentales. Nótese que: a) algunas de estas palabras nombran comportamientos que podrían considerarse perfectamente aceptables en la actualidad (conductas que pueden considerarse meras características de algunos individuos y que, si bien para algunas personas pueden ser definitorias de rasgos "defectuosos" o "negativos", para otras son incluso aspectos "positivos" que delinean la riqueza de la personalidad), pero que ciertamente no fueron bien vistas en el pasado; b) otras, por el contrario, se refieren a conductas que en el pasado se consideraban socialmente aceptables pero que hoy en día se consideran no sólo negativas e inaceptables, sino que incluso se clasifican como conductas delictivas; c) otras más son comportamientos incluidos por la Iglesia Católica en la lista de los pecados capitales; d) otras son clasificadas por las ciencias de la salud como enfermedades o por lo menos como problemas de conducta, e) el psicoanálisis considera algunas de ellas como mecanismos de defensa que, hasta cierto punto, pueden ser un síntoma de salud emocional pero que, por otra parte, pueden contribuir a la aparición de graves problemas emocionales y f) por último, están aquéllas que son, para las ciencias sociales, expresión de la llamada "descomposición del tejido social".