Trastornos de Las Habilidades Motoras

Trastornos de las Habilidades Motoras Facilitador: Lcdo. Humberto Blanco Realizado por: Férnández, Enysis González, Eli

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Trastornos de las Habilidades Motoras Facilitador: Lcdo. Humberto Blanco

Realizado por: Férnández, Enysis González, Eliana Hidalgo, Gabriela Itriago, Oriana Parra, Adrián Sánchez, Vanessa

Son alteraciones de la coordinación motora o fina producto de un retardo psicomotor o de la dificultad del niño en la ejecución de tareas motoras. A ciencia cierta no hay una etiología conocida, sin embargo los factores de riesgo para este trastorno serían según, el DSM IV, la prematuridad, hipoxia, malnutrición perinatal y bajo peso al nacer. Además pueden relacionarse con trastornos de comunicación. Las características clínicas se evidencian por una ejecución de las actividades que requieren coordinación motora por debajo a la esperada. Se hace evidente muy pronto en la infancia, cuando el niño afectado comienza a intentar tareas que requieren estas demandas motoras ya sean finas o gruesas. Se han definido tres áreas principales de déficits motores: la torpeza, los movimientos adventicios y dispraxia. La torpeza, se define técnicamente como la lentitud o dificultad en el movimiento de las articulaciones, los movimientos adventicios pueden incluir movimientos involuntarios que tienen lugar durante movimientos voluntarios y la dispraxia, por su parte, es la incapacidad para aprender la ejecución de movimientos secuenciales voluntarios (en relación a la edad o la inteligencia verbal). Todo esto va relacionado con un criterio diagnóstico el cual se ve reflejado en el rendimiento en las actividades cotidianas que requieren coordinación motora es sustancialmente inferior al esperado dada la edad cronológica del sujeto y su coeficiente de inteligencia. Puede manifestarse

por retrasos significativos en la adquisición de los hitos motores: rolado, gateo, marcha. Después de la descripción teórica realizada anteriormente, se puede decir que los trastornos de las habilidades motoras afectan directamente en la ocupación de todos aquellos que suelen padecerla influyendo en la realización de sus actividades, todas aquellas relacionadas con las áreas de ejecución: actividades de la vida diaria básicas, el simple hecho de trasladarse al baño, tomar objetos de aseo, entrar en la ducha, la ejecución del cepillado y de llevar los alimentos a la boca, vestirse, colocarse las prendas, abotonarse las camisas o amarrar los cordones de los zapatos; a nivel instrumental realizar el mantenimiento de la limpieza del hogar: las acciones motoras que implican barrer, trapear, lavar los platos, elaboración de la comida; Con respecto al descanso y sueño, puede impactar cuando en la ejecución del descanso, no pueda realizar cambios posturales de manera óptima y adoptar una posición adecuada. Siguiendo, en el caso del niño, su área educativa, hay muchos aspectos que se afectan con los trastornos de coordinación: lenguaje, escritura, cálculo, lectura; en juego, ciertas actividades motoras necesarias en diferentes disciplinas deportivas o actividades libres/lúdicas, en el ocio y tiempo libre y participación social de igual manera, debido a que, todas estas áreas de ejecución poseen demandas motoras necesarias para una realización adecuada y en estos trastornos, es evidente que éstas son por debajo de lo estimado. Es habitual que estos problemas motores persistan durante la adolescencia e incluso en la edad adulta y suelen afectar a la salud física, mental, al ámbito académico y de trabajo, lo que puede repercutir en problemas de relación con sus iguales, problemas de comportamiento y una baja autoestima.

Por lo cual los objetivos desde el enfoque de Terapia

Ocupacional van dirigidos en primer momento al manejo de la baja autoestima que pudiese estar presentándose, baja tolerancia a la frustración,

pasividad, rigidez en situaciones nuevas de aprendizaje. De igual manera es indispensable estimular la actividad física, el deporte, el trabajo en equipo ya que estos contribuyen a fomentar una mejor socialización con sus pares. Para alcanzar estos objetivos, se toma el Modelo de Ocupación Humana, con énfasis principalmente en la capacidad de desempeño sobre todo por habilidades que son utilizadas en la elaboración de un comportamiento con propósito y cumple con la organización de los constituyentes físicos y mentales, a su vez afectando positivamente en su volición y habituación. De igual forma, el Modelo de Desempeño Ocupacional de la AOTA ya que los componentes del mismo son las áreas de ejecución, componentes de ejecución y contexto de ejecución. Por lo tanto, se debe facilitar el equilibrio entre las áreas de ejecución y el desarrollo del desempeño ocupacional, además de restaurar y compensar sus déficits, todo esto a través de actividades propositivas. Las técnicas usadas se extraen de los marcos se referencia de neurodesarrollo, trabajando con los patrones de desarrollo ontogenético e Integración Sensorial para conseguir una respuesta adaptativa que produzca un comportamiento motor que apoye la interacción con el ambiente y su desempeño; también el de Psicomotricidad a través de la reeducación psicomotora; cognitivo perceptual para trabajar aspectos de cognición y favorecer también los procesos perceptivos. Cabe destacar, que el principal objetivo es conseguir que el niño se desenvuelva con normalidad en su vida cotidiana. También es recomendable implicar a los padres en el tratamiento y fomentar la confianza del niño.