Temperamento, Caracter y Personalidad

Temperamento, Carácter y personalidad Temperamento y carácter ¿Cuál es la diferencia? ¿De qué sirve conocerlos? Con fre

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Temperamento, Carácter y personalidad Temperamento y carácter ¿Cuál es la diferencia? ¿De qué sirve conocerlos?

Con frecuencia se confunden los términos temperamento y carácter. ¿Cuál es la diferencia entre ellos? El temperamento es el conjunto de las inclinaciones íntimas que brotan de la constitución fisiológica de los individuos. El carácter, en cambio, es el conjunto de las disposiciones psicológicas que nacen del temperamento, modificado por la educación y el trabajo de la voluntad y consolidado por el hábito. «Temperamento», «carácter» y «personalidad» son conceptos que utilizamos con frecuencia y que no siempre es claro qué se quiere entender con ellos. La psicología actual los entiende del modo siguiente. Temperamento: Está formado por aquellos aspectos de la personalidad que hemos recibido de nuestros progenitores a través de la herencia y que afectan, sobre todo, a las formas primarias que tenemos de reaccionar ante el ambiente (ser primario o secundario, tranquilo o agitado, emotivo o frío, etc.). El temperamento es siempre algo innato; es decir, no se aprende, sino que se viene al mundo con él y, generalmente, permanece sin muchos cambios a lo largo de toda la vida. El temperamento es la base biológica del carácter y esta determinado por los proceso fisiológicos y factores genéticos que inciden en las manifestaciones conductuales. Carácter: es la parte adquirida de la personalidad; es decir, todo lo que procede de nuestra relación con el mundo y con las personas desde el momento en que nacemos. El carácter es como el sello personal que distingue la conducta de un sujeto. Nuestros gustos, ideas, simpatías o antipatías, por ejemplo, se deben más bien a la influencia del carácter. En su formación juega sobre todo el ambiente familiar de la infancia. Más tarde, pero con menos importancia, influyen también el colegio, el ambiente cultural, socio-económico, etc. El carácter (del griego charaxo, que significa grabar) sí es absolutamente aprendido,

Se puede afirmar, por tanto, que con el temperamento se nace, y que el carácter se hace. Siempre es difícil, por no decir imposible, determinar con precisión qué aspectos de nuestra conducta tienen una relación directa con el temperamento y cuáles con el carácter,ya que es muy difícil distinguir lo que recibimos por la herencia de nuestros padres y lo que se debe al ambiente y a la educación que empezamos a recibir el mismo día de nuestro nacimiento. En el ser humano parece que es mucho más importante lo que se debe al carácter que lo que se debe al temperamento. Es decir, que el medio ambiente cuenta mucho más que la herencia a la hora de explicar el comportamiento. La personalidad es un concepto más complejo y no fácil de definir. ¿En qué nos apoyamos para decir que un sujeto tiene mucha o poca personalidad? Si hiciéramos un sondeo sobre esta pregunta, nos encontraríamos con opiniones muy diversas. Unos

señalarían factores físicos, otros rasgos psicológicos, otros hablarían de valores o cualidades, para otros sería una cuestión de originalidad... La personalidad es la suma de temperamento y carácter.

Científicamente, la personalidad se entiende como la estructura global del sujeto, que le hace único y diferente de los demás. Es lo propio y distintivo de cada individuo. Ello supone un modo habitual de responder a las diversas situaciones, que viene determinado tanto por el temperamento como por el carácter que se ha ido configurando. En la formación de la personalidad influyen, por tanto, los elementos biológicos heredados, el ambiente en el que cada uno se desarrolla, particularmente el de la familia, y también la propia voluntad de cada uno, que va libremente dirigiendo sus pasos y contribuyendo, por tanto, a ir configurando un tipo u otro de personalidad. No existe un acuerdo unánime a la hora de señalar los rasgos de lo que podríamos llamar una personalidad madura. Sin embargo, existe una serie de elementos sin los cuales difícilmente se podría hablar de «madurez humana». Así, por ejemplo, la capacidad para adaptarse a la realidad con capacidad de gozo y disfrute de todo lo que ella pueda brindar, con capacidad para asumir las inevitables frustraciones que de ella proceden y con capacidad para emprender una lucha contra las frustraciones evitables (injusticias, violencia, etc.). En las relaciones interpersonales, la persona madura muestra su habilidad para el encuentro en la comunicación profunda, en el respeto a la libertad y diferencia del otro y en la actitud de donación. En la relación con uno mismo es necesario aprender a aceptar las propias limitaciones, al mismo tiempo que se lucha por conseguir un mejor desarrollo personal. En resumen, una persona madura es la que adquiere una buena capacidad para amar y ser amado y para desempeñar un proyecto creativo en el mundo. 1. Amor profundo 2. Trabajo creativo

Dos ejes básicos de la maduración de la personalidad.

Los elementos de temperamento y carácter no son fácilmente modificables. Pero tan falso sería afirmar que son «yo soy así y no puedo hacer nada por inmodificables cambiar» como pensar en una modificación radical de («desde hoy seré otra persona» lo que somos Muchas cosas pueden permanecer siempre, pero podríamos manejarlas de modo distinto (manejar nuestras limitaciones para evitar el que nosotros seamos manejados por ellas). Para eso es fundamental adquirir previamente un buen conocimiento de nosotros mismos. Conocer nuestro temperamento y carácter ayuda a manejarlos mejor. La vida de pareja, por el nivel profundo de afectividad en que suele establecerse, contribuye de modo importante a afianzar los problemas y conflictos personales o a progresar en la solución de los mismos contribuyendo a la maduración personal. Todo depende de la madurez previa de ambos y de la capacidad que exista para la comunicación personal profunda.

Los diferentes temperamentos Cada tipo de Temperamento tiene su propio estilo definido de lenguaje corporal y verbal, como un comportamiento social diferente. Podemos identificar a cada uno fácilmente en una reunión. Sanguíneo Entra con la boca abierta buscando una audiencia; habla ruidosamente; no se siente tranquilo; abandona una conversación por ir a saludar a un amigo que acaba de entrar; irá de grupo en grupo. La mujer sanguínea reparte abrazos, besos, risa, habla manteniendo la atención de todos..... usa mucha exageración, si usted quiere entretenerse quédese; si quiere hablar busque un flemático sedentario. Colérico Se sienta al borde de la silla esperando el momento de entrar en acción; habla de negocios o de algo en que puede intervenir; sabe todo acerca de cualquier tema; habla en términos absolutos y tiende a mirar a los demás como si fueran realmente estúpidos; le encanta argumentar y demostrar que usted está equivocado. Suelen decir: “Se lo dije”; “Solamente un idiota dirá una cosa semejante”; “¿No ha aprendido nada?”... Hágale preguntas difíciles y demuestre abiertamente que está impresionado por sus respuestas. Melancólico Entra quieta y discretamente; espera que nadie se de cuenta de él y la mujer va convencida que está vestida inapropiadamente para esa ocasión; se para al margen de los grupos; no quiere ofender a nadie; cuando tenga la oportunidad, llamará a su esposa y saldrá de la reunión y regresará a la seguridad de su casa. Le es muy difícil aceptar cumplidos. Suele decir: “¿Le gusta este vestido viejo?. “Nunca me ha gustado mi cabello”... “Con la suerte que tengo, esto fracasará”. Con el Melancólico se podrá tener una conversación seria y significativa; no le gustan comentarios hechos en voz alta; ni atraer la atención sobre él; prefiere una sola conversación que ir de grupo en grupo. Flemático Entra despacio con una media sonrisa dibujada en su cara, sorprendido que tantas personas hayan venido a una reunión tan poco importante. Se sienta de la manera más cómoda posible. Lo que le interesa es relajarse antes que gastar sus energías y como no tiene entre manos ningún asunto importante que promover, tiende a hablar en clichés indiferentes. “Bueno, así es la vida”; “Bueno, no nos emocionemos por nada”; “Eso suena como mucho trabajo”....Los Flemáticos suelen estar juntos. Si puede se escapa a ver la T.V... Podemos identificar las diferencias que hay entre los diversos temperamentos. 1. Los Sanguíneos son mejores: a) En su manera de tratar entusiastamente a otras personas b) En expresar sus pensamientos con entusiasmo c) En tomar posiciones que atraigan la atención sobre ellos

2. Los Melancólicos son mejores: a) En poner atención en detalles y pensar los asuntos cuidadosamente b) En llevar archivos, hacer gráficos y listas c) En analizar los problemas que son demasiado difíciles para otros 3. Los Coléricos son mejores: a) En desempeñar trabajos que requieran decisiones rápidas b) En asuntos que necesiten acción instantánea y logros c) En áreas que demandan estricto control y autoridad 4. Los Flemáticos son mejores: a) En desempeñarse como mediadores b) En situaciones difíciles en que necesita que alguien infunda calma c) En rutinas que a otros les pueden parecer aburridas El temperamento ideal Al Sanguíneo le pediríamos su simpatía, su gran corazón y su vivacidad; al Melancólico, la profundidad y delicadeza de sus sentimientos; al Colérico, su actividad inagotable y su tenacidad; al Flemático, el dominio de sí mismo, la prudencia y la perseverancia. Pautas generales para mejorar las relaciones con los demás Nunca olvidar que: 1. Cada persona es una combinación única 2. Hay combinaciones naturales 3. Hay combinaciones complementarias 4. Hay combinaciones opuestas 5. No nos gusta que nos limiten 6. El entender nuestro temperamento básico no quiere decir que nos aprisionará 7. Admita sus debilidades 8. Hacer un Plan Personal:   

Evalúe sus fortalezas Evalúe sus debilidades Busque la opinión de otros



9. Hágase un plan de los pasos a seguir para su mejoramiento Pida ayuda a su familia



Anime a los demás para que le den sus opiniones honestas

FORMACIÓN DEL CARÁCTER 1. Conocimiento de sí mismo para saber lo que hay que corregir o encauzar: por la oración, el auto examen y los comentarios de los que nos conocen bien. 2. Un Plan de Vida que ate la voluntad inconstante; tiende a robustecer la voluntad por la claridad de los objetivos y el trabajo real y constante. 3. El apoyo externo para sostener nuestros esfuerzos, especialmente la dirección espiritual, los sacramentos, los círculos de estudio, la lectura... las amistades buenas.

PARA EL DIÁLOGO  ¿Qué piensas que determina más a la persona, su temperamento o su carácter? ¿Lo que se hereda de los padres o lo que la educación hace?  Describe el temperamento, carácter o personalidad de tu pareja.  De lo que ves que a tu pareja no le gusta o le incomoda ¿qué estás dispuesto a cambiar? ¿Cuál es la mejor ayuda que puedes tener para hacerlo?  ¿Cómo influye la relación de pareja en la maduración personal de cada uno de vosotros? MENSAJES PERDIDOS DE LA INFANCIA Durante la infancia, al mismo tiempo que recibimos mensajes limitadores también se nos envían mensajes que todos necesitamos oír; es posible que oigamos algunos, pero casi es segur que no los oímos todos. El mensaje perdido, el que no se ha oído (aunque haya sido enviado) suele convertirse en el problema principal para el niño y en el núcleo de su miedo básico. Así pues, la estructura de la personalidad adulta de cada tipo hace todo lo posible para que otras personas le envíen el mensaje que nunca recibió bien. Lee los siguientes mensajes perdidos y observa su efecto en ti. ¿Qué mensaje necesitabas oír más? ¿Cómo te afecta ahora reconocer esa necesidad? Tipo Uno

Eres bueno

Tipo Dos

Eres deseado

Tipo Tres

Eres amado por ti mismo

Tipo Cuatro

Se te ve por lo que eres

Tipo Cinco

Tus necesidades no son problema

Tipo Seis

Estás seguro

Tipo Siete

Estarás cuidado y atendido

Tipo Ocho

No serás traicionado

Tipo Nueve

Tu presencia importa

De ahí que cada día hay que avanzar en la lucha por tener buen carácter, “antes de que sea tarde y haya cristalizado en defectos difíciles de remover”. Sino, vienen los desengaños o complejos de sentirse impotentes ante la cobardía, o los arranques de mal genio, o aparece una apatía permanente... La vida exige lucha, y ésta produce alegría, la sensación de victoria.