Stephani Hecht - Protectores de La Noche 01 - Terrores Nocturnos

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Queda prohibida la distribución de esta traducción sin la aprobación expresa del grupo Traducciones Ganimedes, además esta obra es de contenido homoerótico, es decir tiene escenas sexuales explicitas hombre/hombre, si te molesta este tema no lo leas, además que su contenido no es apto para cardíacos.

En ocasiones, ni siquiera el más fuerte amor puede superar la más oscura de las maldades. Como Protector destinado a proteger a la humanidad de las amenazas sobrenaturales, Ari sabe que tiene que ser fuerte, valiente y sobre todo, mentalmente estable. Trata de decirle eso a su cerebro. Incluso cuando fue convertido en involuntario esclavo de sangre por una banda de vampiros salvajes, Ari ha sido todo el Protector que no debería de ser: asustado, enojado e inestable. Mientras él trata de mantenerse valiente frente a sus compañeros Protectores, las grietas en su fachada se empiezan a notar, sobre todo cuando los vampiros salvajes atacan la ciudad y los Protectores deben eliminar la amenaza. Adam no se había sentido completo, desde que su compañero Protector, Ari, fue secuestrado. Incluso cuando rescataron a Ari, él no era el mismo. Se había ido el feliz y bromista hombre que Adam amaba y fue sustituido por un inquietante y enojado extraño. Cuando Ari debe enfrentarse a su pasado, tanto el bueno como el malo, su inestabilidad se incrementa. ¿Será el amor de Adam lo suficiente para sanar las heridas emocionales de Ari, o Ari se perderá en la oscuridad... esta vez para siempre?

—Concéntrate, Ari. Puedes hacerlo. Queriendo complacer a su Guardián, Ari trató de cerrar los ojos y hacer lo que ella le ordenó —una de las cosas más difíciles que había tenido que hacer, eso era una ironía, dado que había recibido la orden de meditar. ¿No es eso un tipo de actividad que se supone que te relaja? Porque relajarse era lo más alejado en la mente de Ari. Todo en lo que podía pensar era en cómo la losa del frío suelo se sentía contra su culo. Un culo que estaba cubierto sólo con la delgada tela de sus pantalones de entrenamiento. Además, cada vez que trataba de dejar que su mente se centrara en... nada, repentinamente comenzaba a ser consciente del eco de todos los sonidos en las diferentes áreas de las instalaciones de entrenamiento de los Protectores —las bromas de sus compañeros Protectores mientras se comían su almuerzo, el zumbido de la televisión en la cercana sala de recreo, el insistente sonido del teléfono en la oficina de Stew. —Sé que puedes hacerlo —la suave voz de Marty lo tranquilizaba—. Nunca me has decepcionado. Esta pequeña alabanza empujó a Ari más fuerte que cualquier cantidad de gritos jamás podría. Tomó una profunda y limpia respiración y calmadamente la dejó salir, obligando a su cuerpo a relajarse. Empezó con los dedos de los pies y lentamente subió, asegurándose de que cada tenso músculo se

relajara. Así que cuando llegó a la cabeza, finalmente se deslizó dentro de un estado zen1. Está bien, así que tal vez todo el asunto de la meditación no era un montón de mierda, después de todo. De hecho, Ari no se había sentido tan relajado en mucho tiempo. Incluso dejó escapar un suspiro mientras tomaba otra profunda y lenta respiración. Imágenes de terror le llegaron y comenzaron a extenderse tan rápido como el fuego en su mente. Cada una de ellas eran horribles imágenes de su pasado. Los vampiros atacándolo mientras dormía, siendo incapaz de luchar contra ellos, los monstruos se lo llevaban a su húmeda morada llena de otros cautivos, todos tan aterrados y atrapados como él. Luego vinieron las visiones de los colmillos, de las blancas navajas que brillaban en la luz, antes de que el dolor llegara. Y, oh Dios, el dolor era demasiado fuerte. Tanto es así, que varias veces Ari se había roto y rogó para que lo mataran, sólo para poder encontrar algo de paz. Él se tambaleó hacia adelante, hasta que estaba a cuatro patas y empezó a gatear, desesperado por huir de los recuerdos. Vagamente, oyó que Marty gritaba su nombre, pero Ari estaba demasiado atrapado en su dolor para responder. Abrió los ojos, con la esperanza de lavar las imágenes. En lugar de ver los tranquilos sitios familiares de la sala de entrenamiento, las únicas imágenes que siguió viendo fue la de su tiempo como esclavo de sangre. En lugar de la rasgada colchoneta del maltratado gimnasio, vio las barras de metal de su pequeña jaula. Ya no podía oír los ruidos de sus compañeros Protectores. Todo lo que llenaba sus oídos eran los gritos de sus antiguos compañeros de celda. Si esas numerosas voces estaban 1

Zen. Dentro de la religión Budista, la palabra Japonesa Zen que deriva de la palabra china Chán que a su vez deriva de la palabra del sanscrito dhyana, que significa meditación, o estado de meditación.

clamando por sus seres queridos perdidos o simplemente eran gritos de agonía, Ari nunca había sido capaz de decidir qué era peor. Por encima de todo, sentía el dolor. El dolor era tan crudo, era como si todas las mordeduras, cortes y quemaduras que le sucedían fueran reales. Dejando escapar un sollozo gutural, comenzó a arañarse la garganta. Sus dedos se clavaron en la carne, la piel rugosa llena de cicatrices sólo causó que profundizara más en sus horrorosos recuerdos. Pudo sentir algo caliente y pegajoso cubriendo sus dedos y una pequeña parte sana de sí mismo le gritaba a Ari que se detuviera, que era él el que realmente se estaba causando ese dolor. Como siempre, la parte loca de su cerebro se impuso y siguió desgarrando su propia carne, mientras las visiones seguían asaltándolo. Luego, vio la sala de tortura, la silla que tenía las restricciones incorporadas en ella, con el amo de los vampiros feliz mientras los otros forzaban a Ari a entrar en eso. Tenía la sensación de fracaso, porque era un Protector y este tipo de cosas se supone que no debería sucederle a él. Los Protectores eran fuertes. Eran valientes. Eran mejores. Seguro como el infierno que no deberían de ser llorones esclavos de sangre reducidos a arrastrarse y rogar. Un pequeño sollozo salió, se encontró odiando en lo que se había convertido. Dedos fuertes tomaron su mentón, obligándole a levantar la vista. Se encontró viendo los cálidos ojos marrones de Marty, que lo veían. —Regresa conmigo, Ari. Vamos, bebé. No dejes que ganen esta vez —le ordenó con firmeza y aun así en un reconfortante tono.

Gracias al Oráculo, Marty lograba atravesar las pesadillas que jugaban en su mente. Ari soltó otro sollozo mientras las imágenes de su esclavitud se desvanecían y la sala de entrenamiento comenzó a regresar a su foco. Tragó saliva, preguntándose por qué le dolía tanto la garganta, solo para ruborizarse de humillación cuando se dio cuenta que era porque había estado gritando... de nuevo. ¡Maldición! ¿Cuándo se iba a acabar esto? ¿Por qué infiernos no podía superar el pasado? Tenía un trabajo que hacer y muchos otros dependían de él, si mantenía esta mierda junta lo podría hacer. —Joder —dijo Ari, la única palabra que salió con partes iguales de auto-desprecio y llanto. La sonrisa de ella le recordaba mucho a la de su difunta madre que casi hace que Ari se derrumbe y llore. Eso era la última cosa que necesitaba, ya que él ya había actuado demasiado como un cobarde. —Ahí lo tienes. Yo sabía que regresarías conmigo. —Estiró el brazo y con la mano libre alisó el cabello húmedo por el sudor. Por costumbre, empezó a alejarse de la caricia, pero los dedos seguían aferrados a su mentón por lo que se vio obligado a quedarse quieto. Tomando una profunda respiración, trató de combatir la náusea que lo recorría. Desde su cautiverio, su cuerpo tenía esa misma reacción cada vez que alguien lo tocaba. «No con Adam. ¿Realmente te gusta sentir sus manos sobre ti? De hecho, te gustaría que él hiciera todo un infierno de cosas más que tocarte.» Ari se encogió de hombros ante esos pensamientos. Eso era ridículo, porque no importaba lo mucho que lo quisiera, Adam nunca podría ser su pareja. No sólo se prohibía a los Protectores

jugar con los otros sino, ¿quién infiernos iba a querer un bien dañado como él? —Duele —finalmente logró decir entre jadeos. —Sé que lo hace, pero hay que trabajar más en eso si alguna vez vas a realmente curarte. Ari quería arremeter contra ella, gritarle que era fácil para ella decirlo dado que no tenía que ir al infierno y regresar como lo había hecho él. Al final, él contuvo todo eso, porque sabía que Marty sólo tenía las mejores intenciones en su corazón. Cuando el Oráculo asignó a Marty para ser el Guardián de Ari, todo el mundo, incluido él mismo, sabía que era porque ella era la mejor para manejar su estado emocional actual. Marty podría ser una dura entrenadora, de hecho en ocasiones brutal, pero también tenía un suave lado maternal. Ari asintió lo mejor que pudo, mientras aun lo sostenía. — Está bien, lo seguiré intentando. Ella lo liberó y se sentó en el suelo. Ari hizo lo mismo, ambos estaban sentados con las piernas cruzadas, uno frente al otro. —¿Dime cómo era? —le preguntó. Esa pregunta lo tomó por sorpresa. Dado que desde que regresó nadie le había preguntado eso. Claro, había visto algunas curiosas miradas y cosas por el estilo, pero en realidad nadie se había atrevido a hacerle hablar de eso. Ari gruñó, su estómago se cerró por el temor. —Estabas ahí cuando me rescataron. Así que ya sabes. —Quiero que tú me lo describas. Como no tenía idea qué jodidos era lo que ella buscaba, Ari decidió simplemente darle lo que ella quería. —Siempre tenía frío. No importaba qué época del año fuera, nunca podía

conseguir calentarme lo suficiente. No sé si era porque nos mantenían bajo tierra o porque siempre estaba tan drenado de sangre que estaba constantemente al borde de un shock. Incluso ahora me canso con facilidad y en ocasiones me mareo. A pesar de que Marty debía haberlo notado, esa era una debilidad que odiaba tener que admitir. Más de una vez, durante el entrenamiento, los hechizos habían causado que Ari perdiera el equilibrio. Una vez, se cayó y casi se empala sobre su propia espada. Eso habría sido una fantástica manera de morir. Incluso podía ver la lapida: “Aquí yace un Protector que era demasiado estúpido para

vivir...” Marty extendió la mano y tomó sus dos manos. —Bueno, eso es un buen comienzo. Dime, ¿qué veías? —Estaba oscuro. No había ventanas, así que perdí la noción del tiempo. Yo ni siquiera sabía si era de día o de noche. Mi jaula estaba en la esquina, así que no podía ver a los muchos otros esclavos. Sin embargo podía ver la mesa y la silla. Habían clavado la silla en el suelo y tenía esposas para las muñecas y los tobillos. Un enorme drenaje estaba en el suelo debajo de ella para que pudiera recoger toda la sangre que derramaban los vampiros cuando entraban en un frenesí de alimentación. Vi cómo varios esclavos murieron a causa de eso. Los vampiros perdían el control y, literalmente, desgarraban a la pobre gente, matándolos. —Dijiste gente. ¿Solo había humanos ahí? —No, había también algunas were-criaturas, algunos vampiros cuerdos y también un puñado de otros seres paranormales. Supongo que dije gente, porque al final, éramos todos iguales, indefensos y a merced de nuestros captores. —¿Qué olías? Ari se estremeció y retrocedió un poco, un poco confundido por su pregunta. ¿Qué infiernos importaba? —Por lo

general, olía a sangre, decadencia y orina. Por no hablar de que cada uno de nosotros teníamos nuestro propio olor especial, ya que nunca nos dejaron ducharnos. —¿Ellos al menos te alimentaban? —Sí, aunque no era la mejor comida, por lo menos teníamos eso. Después de todo, los vampiros no iban a dejar que sus bolsas de sangre se murieran de hambre ¿verdad? —Ari dijo con amargura. —¿Qué te daban de comer? Dios, ¿para que eran todas esas preguntas? Si ella iba a jugar al terapeuta, por lo menos podía haber hecho que llevaran un sofá para que se acostara. —Por lo general era una especie de sopa y pan y, antes de que preguntes, no, no era de fabricación casera. Estos vampiros no parecían del tipo de pasar el rato en la cocina y jugar a Rachael Ray2. Ella lo golpeó fuertemente con el dorso de su mano. — Cuida tu boca, Protector. El hecho de que todos los demás aceptan tu tosca actitud no significa que toleraré alguna imprudencia de ti. Ari dejó escapar un silbido bajo, impactado más por el golpe que por el dolor. —¿En realidad dijiste alguna imprudencia? Nadie dice eso aparte de mi madre... —Se calló, una nueva ola de dolor lo golpeó. La cara de Marty se suavizó comprendiéndolo. —Te culpas por la muerte de tu familia, ¿no es así?

2

Rachael Domenica Ray (1968} personaje de la televisión Americana, celebre Chef y escritora. escribe libros de cocina con el concepto de cocinando en 30 minutos.

Blanca y caliente ira lo llenó mientras alejaba sus manos. — Claro que lo hago. Si no hubiera estado ahí esa noche, los vampiros no los habría matado sólo para llegar a mí. —¿Cómo puedes estar tan seguro? Tu padre era también un Protector. Ellos fácilmente pudieron llegar ahí por él. —No trates de ser condescendiente. Fue mi antiguo Guardián quien me vendió a los vampiros así que sabemos que es por eso que sabían dónde atacar. Si no hubiera elegido visitar a mi familia esa noche, todavía estarían vivos. Los gritos de esa noche retumbaban en su cabeza, el terror y la agonía tras ellos hicieron que un sudor frío cubriera su cuerpo. Incluso empezó a temblar al recordar toda la sangre, la cara de su hermana pequeña, mientras ella se estaba muriendo en el piso de la cocina. —Stew me dijo que fueron enterrados con honor —dijo Ari con voz áspera a causa del nudo en la garganta por la emoción. —¿Has visitado sus tumbas? Avergonzado, Ari negó con la cabeza. —No puedo. Aún no. —Está bien, entonces, vamos al día en que fueron rescatados. ¿Cómo fue eso para ti? Ari levantó la mirada. —¡Tú estabas ahí! Infiernos ayudaste a abrir mi jaula. —Sí, pero ¿como era desde tu punto de vista? Cerró los ojos al recordar el alivio que sintió al ser rescatado. Sin embargo con la misma rapidez, el alivio había sido remplazado por la vergüenza al darse cuenta de lo estrepitosamente que había fracasado como Protector. Incontables inocentes habían muerto, mientras que él había estado a solo centímetros de distancia. Es cierto que había

estado encerrado y debilitado, pero Ari sintió que debería haber sido capaz de al menos hacer algo. —Adam y tú me encontraron —Ari jadeó, los ojos aún cerrados. Incluso entonces, él podía sentir la mezcla de emociones que habían pasado a través de él, cuando levantó la vista y vio a Adam. Prácticamente habían crecido juntos y durante la mayor parte de ese tiempo, Ari había albergado en secreto su amor por Adam. ¿Quién podría culparlo? Adam había sido lindo de adolescente, pero como hombre era hermoso a morir con una mezcla de jodidamente caliente. El día del rescate no había sido diferente. Incluso después de la dura batalla, el corto y oscuro cabello de Adam solo se había desordenado un poco. Un hilo de sangre manchaba su perfectamente cincelada mandíbula y sus oscuros ojos parecían invitar a Ari a contemplarlos. Entonces la atención de Adam bajó al cuello de Ari y una expresión de pura repugnancia cruzó el rostro de Adam. Aunque Ari estaba seguro de que el gesto de Adam no significaba nada, aun así le hacía querer acurrucarse en una bola a causa de la pena. —¿Qué sentiste cuando te dejaron salir de la jaula? —Marty presionó. Sin perder el ritmo, Ari respondió: —Yo quería que me encerraran de nuevo y dejaran que me pudriera allí, porque eso era lo que me merecía por dejar a todos morir.

Adam estaba afuera de la sala de entrenamiento con su corazón quebrándose un poco más con cada revelación de Ari. Parte de Adam sabía que estaba mal que escuchara a hurtadillas, pero una mayor parte de él estaba desesperado por saber finalmente toda la verdad, por lo que se quedó afuera y escuchó cada maldita palabra, aunque cada una de ellas se había sentido como un puñetazo en el estómago. «Pobre Ari. ¿Qué te hicieron, bebé? Los odio por todo lo que te hicieron pasar. Tanto es así, que me gustaría poder traerlos de vuelta de entre los muertos sólo para poder matarlos a todos de nuevo. Sólo que esta vez me aseguraré de hacerlo lo más lenta y dolorosamente posible.» —Sabes que no es bueno estar escuchando —murmuró una voz en su oído. Dejando escapar un grito por el shock, Adam se giró y encontró la cara del Oráculo a escasos centímetros. Como siempre que aparecía, llevaba un vestido que fluía, todo blanco y cerca de veinte kilos de rubio cabello rizado. Sólo que esta vez, ella lo complementó con una sonrisa de complicidad. —Shhh... que te van a escuchar —murmuró Adam. El Oráculo hizo un movimiento ondulante con las manos. — No te preocupes. Que nosotros tenemos el Cono del silencio. Confundido, Adam inclinó la cabeza hacia un lado. —¿El Cono del qué?

Soltando un suspiro de exasperación, puso los ojos en blanco mientras giraba distraídamente uno de sus rizos. — ¿Conoces ese programa del Súper agente 863? —Lo siento, eso fue un poco antes de mi tiempo. Ella se acercó y palmeó la cima de su cabeza. Adam exclamó: —¿Qué fue eso? —Por bocón. —Ella le dio otro—-. Éste es por hacerme sentir vieja, al no entender mi referencia sobre el ‘Cono del Silencio’. Como nos vamos a ver mucho, te sugiero que empieces a ver todas las series clásicas de televisión. De esa forma podrás apreciar mi sentido del humor. Frotando el área dolorosa, Adam preguntó: —¿Vamos a vernos mucho? —Oh, por supuesto. —Sin ánimo de ofender, Oráculo, pero ¿por qué? Antes de hoy, casi nunca te veía. —El mundo se va al infierno y requiere de unas pocas manos más para guiarlo ahora. Con todo lo que está pasando, ustedes chicos, van a necesitar toda la ayuda que puedan conseguir. No sólo con todo este lio que está pasando a causa de todas las guerras civiles que ocurren en el mundo paranormal, sino que también las palabras que se filtraron acerca de la profecía, va a causarles más trabajo a los Protectores. —¿Qué quieres decir con que se filtraron? Las publicaste en tu maldita bitácora. Ella tamborileó su mentón, pensativa. —Oh, sí, sí lo hice.

3

Get Smart, serie de comedia de la televisión norteamericana de los 60 creada por Mel Brook con Don Adam como Maxwell Smart, el agente 86.

—Además, nadie sabe a ciencia cierta lo que significa esa maldita cosa. —En tiempos de problemas y cuando la oscuridad está en su peor... —comenzó a recitar. —Mira, ahí lo tienen. La primera frase es tan redundante como el infierno —dijo Adam. Ella siguió hablando: —Es cuando los Protectores serán necesarios... —Bueno, duh. Todos sabíamos que nuestro retiro era sólo una cosa temporal. Es por eso que nunca hemos dejado de entrenar. Incluso durante el lapso en que los Protectores no estábamos oficialmente en actividad. —Pero el mal sale de dentro y amenaza con matarlos a todos... —¿Estás tratando de decir que tenemos un traidor en nuestras filas? ¿O se refiere al antiguo guardián de Ari? Porque tengo que decir que ninguno de los Protectores traerá el mal. —A menos que los Protectores luchen como uno solo, van a morir como uno... —Esa línea es sólo un cliché sin formato. Ese último comentario le valió otra palmada en la cabeza. —Es una profecía. Se supone que sea un cliché. —Y gracias a todo ese parloteo sobre el fin, la gente está empezando a pensar que se refiere a mi generación de Protectores. Ella le dio una dura mirada. —¿Y cómo estás tan seguro de que no lo es? Toda la sangre dentro del cuerpo de Adam pareció congelarse cuando la implicancia de su pregunta le cayó como

un yunque en la cabeza. —¿Estás tratando de decirme que es de nosotros? Tomó el cabello con su dedo de nuevo. —Honestamente, Adam, ¿Aún vas a negar que no lo es? Sé que Stew es tu padre, pero eres más inteligente que él, así que llega a tus propias conclusiones. Dios, cómo la odiaba en ese momento. No por insultar a su padre. A pesar de que Adam amaba a Stew, sabía que su padre tenía muchas fallas. No sólo era que Stew no era apto para tomar decisiones precipitadas, sino que el hombre bebía demasiado y eso afectaba aún más su juicio. No, era porque ella estaba haciendo que Adam enfrentara una verdad que había estado tratando de esconder. —No puede ser —aun así discutió. —¿Por qué no? —Bueno, para empezar sólo hay diez Protectores. Nuestros números nunca han sido tan bajos. —Odio tener que decírtelo, pero la amenaza sobrenatural, no va a cambiar si son diez o cien. Ellos de cualquier manera van a atacar a la raza humana. Pánico oprimió el pecho de Adam mientras veía a Ari. El Protector estaba tratando de volver a meditar. Incluso a esa distancia, Adam podía ver el sudor que brillaba en el rostro del joven hombre. También le dolía a Adam ver cómo el corto cabello rubio de Ari estaba desordenado y de punta, dado que se lo estiraba cuando gritaba. Adam deseaba poder traer al viejo Ari de regreso, el que siempre estaba sonriendo y mostrando sus hoyuelos. Incluso ahora, Adam podía recordar cómo los ojos azules de Ari solían bailar con picardía. Del mismo modo que podía recordar lo

molesto que se ponía con las interminables bromas de Ari, mientras caía enamorado del malcriado. —Él no está listo para esto —gruñó Adam. El Ari que era ahora, estaba roto y en una concha de ira pura. Casi no hablaba con nadie aparte de Rev y eso sólo porque habían sido compañeros de cuarto desde hace poco. —Va a tener que estar listo. Tengo la sensación de que la amenaza se acerca más rápido y cada minuto que está contando es ahora en contra de nosotros —respondió ella, con voz tan decidida como siempre. —¿Cómo es posible que esté listo? ¿Sabes lo que ha pasado? —Sí, lo sé. Déjame decirte, hay veces en que siento que todo apesta. Conozco todos los detalles de su maldito cautiverio. Confía en mí cuando digo que fue diez veces peor que tu peor pesadilla. Un escalofrío recorrió la columna de Adam, mientras su corazón se destrozaba ante la mención del sufrimiento de Ari. — Entonces si eres consciente de ello, sabes mejor que nadie que él no puede hacer frente a esto. ¿Cómo infiernos incluso supones que estará completo de nuevo? —Tú. Una vez más, Adam la veía confundido. —¿Eh? —Tú eres el único que puedes hacer que esté completo de nuevo. Podía sentir toda la sangre drenar de su cara cuando se dio cuenta de que dado que ella todo lo sabía, entonces ella era plenamente consciente de sus verdaderos sentimientos por Ari. — ¿Y cómo se supone que voy a hacer eso? Él no quiere hablar conmigo. Infiernos, difícilmente me ve.

—Debido a que él te ama tanto como tú lo amas. Adam no podía estar más impactado si hubiera oído que su padre había rechazado una oferta para salir a la hora feliz4. — Ahora realmente no es el momento de jugar a juegos de la mente conmigo, Oráculo. —¿Por qué tienes tantas dificultades para creer que puede quererte? Quizás porque Ari nunca había mostrado que sintiera una maldita cosa por Adam. Incluso antes de que él hubiera sido secuestrado. Ari nunca le había prestado atención especial a Adam. Claro, Ari le hacía bromas a Adán, pero Ari hacía eso con todos los Protectores novatos en ese entonces. Infiernos, Ari incluso le había hecho una broma a Kamden y ese Protector tenía mal carácter, no sabría lo que era una buena broma ni aunque le pateara el trasero. —Si él me quiere entonces ¿por qué nunca me lo ha demostrado? —Adam desafiaba. Ella sonrió alegremente. —Ahora, simplemente no puedes esperar que te dé todas las respuestas. ¿Dónde estaría la diversión en eso? Además, incluso yo tengo ciertas reglas que debo seguir. Mientras decía la última frase, frunció el ceño y sus ojos se volvían acechantes. Adam vio a Ari, que todavía estaba tratando de meditar. Una vez más se levantó el cuello de la camisa para ocultar sus cicatrices, pero Adam aun así podía ver algunos rastros de sangre que quedaron de la auto-mutilación de Ari.

4

Happy hour, periodo de tiempo, temprano en la noche en que algunos restaurantes y bares venden las bebidas alcohólicas a precio rebajado en ocasiones a mitad de precio y a menudo dan aperitivos gratis.

—¿Va a mejorar? —Adam preguntó, con los hombros caídos por el dolor. Ella sacudió la cabeza. —No, él nunca será el mismo Ari. Pero puedes ayudar a traerlo de regreso de la oscuridad. De hecho, tienes que hacerlo. De lo contrario, finalmente va a ceder y toda esperanza estará perdida. El corazón de Adam comenzó a acelerarse por el miedo — ¿Perdida? ¿Qué quieres decir con eso? —Ari está perdiendo su voluntad de vivir, y para alguien que va a enfrentarse a batallas de vida o muerte a diario, esa es una actitud muy peligrosa. Si continúa en el camino en que está ahora, no veo que sobreviva más de un año. Todo el aire dejó los pulmones de Adam y su cabeza comenzó a girar. «¿Ari muriendo?» Adam no quería ni pensar en la posibilidad, sin embargo, ante la mención del Oráculo, todo se volvía tan real. —¿Qué puedo hacer para ayudarlo? —Adam preguntó con voz áspera. —Estar allí para él. Dale una razón para querer luchar. —¿Y si eso no es suficiente? —Tiene que serlo. No hay otra opción. —Ella dudó un instante y Adán se puso tenso, sabía de hecho que no iba a gustarle lo que diría. Tomando una profunda respiración, continuó—: Hay más ahí. —¿Más qué? —Protectores. Adam sacudió la cabeza. —¿Cómo es eso posible? Según nuestros registros, hay sólo diez de nosotros. —¿Hasta cuándo llegan sus registros?

—Dos siglos. —Adam dejó escapar una maldición, al darse cuenta de repente a dónde ella lo llevaba—. ¿Estás diciendo que si tuviéramos los registros de antes de ese tiempo nos encontraríamos con que había más líneas de sangre? ¿Que se engendraron otros Protectores? —Sí, hubo una lucha de poder sobre el liderazgo y los Protectores se dividieron. Un lado se desvaneció y ahora están afuera desconocidos para nosotros, mientras que tu línea de sangre continuó con la tradición. —Así que para hacerlo sencillo. ¿Hay otro grupo que desconocemos de muchos Protectores por ahí? Ella asintió. —Y ahora también están en peligro. El mal que anda por ahí va a sentir su línea de sangre y buscar su destrucción. —Está bien, vamos a recapitular esta situación para que yo pueda tener una visión general de cómo realmente apesta esto. La mayor parte del mundo paranormal está en una especie de guerra civil. —Sí, a excepción de los centauros. Ellos siempre han insistido en permanecer neutrales en tiempos de guerra —ella dijo. —Y debido a todo ese caos, los seres paranormales no pueden vigilar que ahora la raza humana está en peligro. —Sí, aunque para ser justos, la mayoría de los paranormales odian a los humanos solo por principio. Pero la mayoría optó por ignorar a los seres inferiores hasta hace poco. Ouch, ese era un insulto, pero decidió dejarlo pasar. —¿Y todo lo que tenemos, son diez Protectores y sus Guardianes para hacer este trabajo?

—Bueno, técnicamente, tenemos diecinueve Guardianes, sólo la mitad de ellos tienen un Protector asignado. Y no te olvides de los Protectores que están afuera. —Eso aun así no mejora nuestras posibilidades. Incluso si encontramos a los otros Protectores, es posible que puedan no tener entrenamiento ni idea de lo que enfrentaran —le dijo Adam, preguntándose si ese cono del silencio se había extendido a su cerebro porque, obviamente, ella estaba operando con solo aire. Ella entrecerró los ojos hacia él. —¿Sabes que puedo leer tus pensamientos, verdad? «¡Mierda! Estoy muy jodido». —Sí, y no de buena manera —respondió ella, con aspereza. —Lo siento —murmuró, inclinando la cabeza hacia ella. Después de todo, no dolía tener un poco de humildad de vez en cuando. Especialmente hacia alguien que podría matarte con un abrir y cerrar de sus ojos. Adam también la había visto hacer eso... al antiguo Guardián de Ari. Había castigado al hombre por volverse contra su propio Protector. En opinión de Adam, el hombre había muerto con demasiada facilidad. Si Adam se hubiera salido con la suya, el hombre habría muerto de una muerte lenta y agonizante. Aun así, no se hubiera acercado a los sufrimientos que soportó Ari. Adam se sobresaltó cuando el sonido de los gritos de Ari desgarró el aire. —Creo que el Cono del Silencio no funciona en ambos sentidos —dijo Adam débilmente, mientras las lágrimas llenaban sus ojos. —No, yo nunca aparto mis oídos del sufrimiento de mis Protectores —respondió el Oráculo con tristeza.

—¿Por qué infiernos Marty lo hace pasar por todo esto? Todo el mundo decía que Marty era la más gentil de los Guardianes, pero Adam no lo veía. En serio, ¿qué tipo de Guardián ponía a su Protector un ejercicio tan doloroso? —Eso no importa. Él sólo tendría los flashbacks5 mientras duerme esta noche —dijo el Oráculo mientras se limpiaba una lágrima que caía por su mejilla. Ese comentario tomó a Adam por sorpresa. —Yo no sabía que Ari tenía pesadillas. Rev nunca lo mencionó. —Rev es muy bueno para mantener confidencias de Ari. Además, desde que Ari comenzó a vivir solo, los sueños no han hecho más que empeorar. —Entonces, ¿por qué no le asignan un compañero de cuarto? Sin duda tiene que haber otro Protector que estaría dispuesto a mudarse al departamento de Ari. —¿Y a quién sugieres? Adam quería decir a mí, pero lo pensó mejor y apretó los labios. El Oráculo le dio una mirada de complicidad. —Supongo que puedes tomar esa decisión tú mismo ya que ahora estás a cargo. Dios, justo cuando pensaba que la conversación no podía ser más extraña, tenía que lanzarle una bola curva de esa manera. Dándole su mejor exasperada mirada, le preguntó: —Sin ánimo de ofender, Oráculo, pero ¿de qué infiernos estás hablando? —Oh, ¿no te dije? Eres el nuevo líder de los Protectores.

5

Flashbacks, evento del pasado que regresa a la situación presente repentinamente.

Él la miró boquiabierto durante unos instantes, mientras esas impactantes palabras lentamente le caían —¿Qué pasa con mi padre? —Lo estoy relevando de sus funciones. Creo que podemos estar de acuerdo en que ya es hora de que se retire. Su consumo de alcohol está empeorando y está afectando sus habilidades de tomar decisiones. En un momento como este, no puedo permitir eso. Necesito el líder más fuerte que pueda conseguir. —¿Y todo lo que puedes encontrar es a mi? Acabo de cumplir veintiséis años. Soy demasiado joven para esa responsabilidad. —Mierda, cualquiera de los Protectores actuales era demasiado joven para asumir esa responsabilidad, especialmente con todas las cosas malas llegando. Ella le dio una palmada en el hombro. —Oh, creo que estás más que listo. Además, no es como si pudieras hacerlo peor que Stew. —¿Se supone que ese hecho me haga sentir mejor? — Tragó saliva varias veces—. ¿Cómo tomó mi papá la noticia? Ella inclinó la cabeza hacia un lado, una expresión pensativa en su rostro. —Aún no se lo he dicho, pero puede prever que va a ser relevado. Aunque tiene buenas intenciones, él realmente no puede manejar los obstáculos que vamos a estar enfrentando muy pronto. —¿Habrá algo peor que la malvada bruja y sus demonios slug6? —Oh, sí, va a ser mucho, mucho más difícil. Adam levantó una ceja. —Si esto se supone que es una especie de discurso para animarme, no estás haciendo realmente un buen trabajo. 6

Slug baboso, pero como se utiliza de nombre se deja el original.

—Está bien, ¿qué tal esto? Necesitas tomar el liderazgo porque he previsto que eres el único que puede ganar esta batalla. Sin ti, los Protectores van a perder. De eso no tengo ninguna duda. La habitación comenzó a girar cuando el peso de su nueva responsabilidad lo golpeó como un ladrillo en la cabeza. Bueno, mierda. No hay nada como aumentar un poco de presión a una situación ya de mierda.

Incluso a pesar de que era tarde, Ari permanecía en la sala de entrenamiento. La mayoría de los otros se habían ido a casa a pasar la noche. Incluso Marty se había ido para estar con su marido. Eso dejó a sólo unas pocas personas que quedaban en el edificio y todos estaban siendo tan tranquilos como Ari. Había un silencio casi sepulcral en el ambiente. Aun así era mejor que su departamento porque Ari sabía que tenía algunos aliados cerca, aunque no pudiera oírlos. Eso, al menos, le permitía relajarse... un poco. Dejando escapar un suspiro, se acercó a la ventana grande. Dado que estaba en el segundo piso, le daba una buena vista de la ciudad de Detroit. Apoyando la frente contra el frío cristal, vio las numerosas luces que salpicaban el horizonte oscuro. Independientemente de lo que algunos dijeran sobre la ciudad, aún tenía una cierta belleza que llamaba a Ari. Quizás porque le recordaba un poco de sí mismo. Pudo haber sido golpeada, chupada para dejarla seca, y lanzada a un lado, pero aun así seguía viva. Incluso si ahora llevaba una justa parte de cicatrices. Escuchó movimiento detrás de él, vio el reflejo de la habitación en el vidrio. Cuando vio que era Adam, el corazón de Ari dio un vuelco. Como lo había hecho siempre, desde que tenía quince años y se dio cuenta que estaba enamorado del hombre. Al menos una cosa había permanecido igual desde el pasado de Ari.

Sin embargo, al igual que antes, su amor platónico era una causa perdida. A pesar de que sólo era un par de años mayor, Adam siempre trataba a Ari como el molesto hermanito, incluso ahora, y ambos eran Protectores con plenos derechos. —¿Qué haces aquí tan tarde? —Adam preguntó, su voz parecía más fuerte que nunca a causa del pesado silencio. Sin alejarse de la ventana, Ari respondió: —Lo siento. No sabía que necesitaba un permiso para quedarme después de la hora. Adam frunció el ceño mientras daba un par de pasos hacia adelante. —No lo necesitas. Sólo pensé que estarías cansado. Has estado aquí desde muy temprano esta mañana. Ari se tensó, preguntándose qué más habría notado Adam. Era una apuesta segura que oyó los gritos del festival-Ari durante la maldita sesión de mediación. ¿Adam habría notado todas las grietas que empezaban a formarse en su bien construida pantalla de estoy-bien-no-hay-nada-para-que-la gente-se preocupe? —Los vecinos de mi nuevo departamento son muy ruidosos por las noches y en ocasiones es difícil dormir ahí. —Ari cerró los ojos y rezó para que Adam comprara esa lamentable excusa. —¿Está seguro de que eso es todo lo que es? —Adam presionó. Abriendo los ojos, Ari se dio la vuelta. —Por supuesto que lo es. ¿Qué otra razón habría? —El Oráculo dijo que tienes pesadillas. Ira y una gran parte de resentimiento inundó a Ari. —¿Por qué infiernos eso es asunto de ella? Adam hizo una pausa, su boca abierta en estado de shock, sin duda porque alguien se atrevió a hablar en contra de su preciosa Oráculo. Bueno, que se joda. A Ari no le importaba

una maldita cosa que se ofendiera. Tenía problemas con la chica y si a los otros no les gustaba, simplemente tendrían que aprender a lidiar con eso. —Ella está preocupada por ti —dijo Adam lentamente, su ceño fruncido en confusión. Ari dejó escapar una risa breve y amarga. —Oh, eso es rico. Ahora, ella está preocupada por mí. Sin embargo, a ella no le importé nada cuando estuve en cautiverio. —Por supuesto que a ella le importabas. ¿Por qué crees que no? «Porque ella es omnisciente. Podía haberme advertido antes del ataque. O por lo menos, ella pudo haberles dicho en donde los vampiros me mantenían. En cambio, ¡me dejó sufrir en el infierno durante dos años!» Maldición, cuántas ganas tenía Ari de gritar esas palabras, pero hasta él sabía que estaría llevando su falta de respeto demasiado lejos. Así que en lugar de eso, simplemente apretó los labios y sacudió la cabeza. —Eso no importa. Por supuesto, Adam no lo dejó pasar tan fácilmente. — Importa para mí. —No es nada. Vamos a dejarlo como mí pequeño exabrupto, otro ejemplo de por qué tengo que aprender a meditar. Realmente necesito una salida para mi ira o mi boca habla de más. Adam se acercó más, estaban a solo treinta centímetros de distancia. Usaba el totalmente negro uniforme de los Protectores y Ari podía oler la piel de la protección del traje en los brazos y piernas. Lo único que le faltaba era la capa y la insignia de Protector. —De cualquier manera, Ari, es difícil incluso hablar contigo. Cuando no estás con tu computadora estás entrenando. Entonces, ¿cómo podrías hablar de más? —Adam desafió.

Ari se encogió de hombros, buscando en su mente algo qué decir. ¡Joder! ¡Mierda! ¡Maldición! ¿Por qué todo este asunto de la interacción social tenía que ser tan duro? Solía ser el que estaba siempre en el centro de las cosas, charlando. Ahora, tenía suerte si decía tres simples palabras al día. —Entreno mucho porque sé que las cosas están realmente difíciles ahora. Quiero estar preparado —finalmente dijo. —Aun así no quiere decir que necesites presionarte las veinticuatro horas del día. Todo el mundo necesita descansar. Quizás otras personas lo necesitaban, pero Ari preferiría enfrentar antes de que a su insomnio. Seguro como el infierno que lo prefería a las pesadillas... o peor, ser vulnerable a otro ataque. La única razón por la que los vampiros salvajes habían logrado caer sobre él y su familia aquella fatídica noche había sido porque todos habían estado en la cama, dormidos. —Te sorprenderías de lo poco que alguien tiene que cerrar los ojos cuando ha bebido un par de latas de Red Bull7 y café — dijo Ari. Adam se acercó y suavemente pasó el dorso de los nudillos sobre la parte superior de la mejilla de Ari. —Tienes bolsas bajo los ojos. No solo eso, te ves agotado. Ari se congelo, esperando que la sensación de pánico y repulsión lo golpeara como sucedía siempre que alguien lo tocaba. En lugar de eso, todo lo que sintió fue un cálido zumbido que lo recorrió antes de establecerse en el estómago. De hecho, le tomó todo lo que tenía no inclinarse hacia la caricia y ronronear como un gato.

7

Red Bul, marca de bebida energética originalmente creada en Tailandia y se dio a conocer en Australia y de ahí al resto del mundo. Siendo la bebida energética mas popular del mundo.

Demasiado pronto todo había terminado y el hombre retiró la mano, dejando a Ari con dolor y confusión en primer lugar sobre por qué había reaccionado de esa forma. —Estoy bien —insistió Ari. Cuando Adam parecía dudar, Ari agregó—: Te lo prometo. —Sí, pero ¿estar bien es lo suficientemente bueno? —Aun así puedo vencerte en una pelea. —Ari sonrió para alejar algo de la intención de la afirmación. —Siempre has sido más rápido que yo a la hora del combate. —¿Te acuerdas de aquella vez cuando éramos niños y perdí el control de un golpe y te noqueé? —Ari se echó a reír. Adam lo estudió con tanto cuidado, Ari tuvo que resistir la tentación de retorcerse. Por último, preguntó: —¿Qué? —Extrañaba eso —dijo Adam con voz áspera. —¿Extrañabas que te noqueara? —No, extrañaba tu risa. Ari se puso serio y bajó la cabeza en un consciente esfuerzo de esconder cualquier emoción que pudiera notarse en su rostro. —No he tenido mucho para ser feliz. —No, supongo que no lo has tenido. Adam se acercó de nuevo y acunó la mejilla de Ari. — Mírame. Tan pronto como Ari obedeció, Adam rozó sus labios. Ari contuvo el aliento, no podía estar seguro si intentaba protestar o pedir más. Nunca llegó a saberlo, porque el beso terminó casi antes de empezar.

Su cerebro zumbaba, Ari dio un paso atrás. —¿Por qué fue eso? —Porque quería. —¿Estás seguro de que no era por lástima por el loco de mierda y extremadamente nervioso? —Ari cuestionó, no estaba seguro si realmente quería oír la respuesta. Adam le sonrió. —No, si ese fuera el caso, entonces habría besado a Kamden. Una oleada de celos recorrió a Ari al pensar en Adam tocando a alguien más. —Entonces, ¿vas por ahí besando a todos tus compañeros Protectores, o se trata simplemente de un nuevo pasatiempo? —Oh, es un nuevo pasatiempo y creo que voy a estar haciéndolo un montón. Enojado y más que un poco herido, Ari trató de empujar a Adam. Cuando el otro Protector soltó una breve carcajada y extendió la mano para agarrar el brazo de Ari, eso sólo alimentó su furia. —Déjame ir. —Hasta que no me dejes terminar. —¿Terminar qué? ¿Humillarme? Bueno, puedes dejarlo, tu misión ha sido cumplida. Cuando Adam siguió deteniéndolo, Ari se jaló y le dio un rápido golpe en las costillas. En realidad no era tan duro, pero era lo suficientemente duro para hacer el truco. Adam dejó escapar un suspiro mientras lo dejaba ir. Gruñó una maldición, Ari se dirigió hacia la puerta. Sólo había dado unos pasos antes de que la voz de Adam lo detuviera en seco. —Iba a agregar que voy a estar haciéndolo mucho, pero sólo contigo.

Ari se quedó con la boca abierta en shock y se sentía incapaz de respirar. Tomándose un segundo para recobrar la compostura, se dio la vuelta para hacer frente a Adam de nuevo. —¿Qué jodido juego estás jugando? Manteniendo una mano en su costado, Adam vio tan intensamente a Ari que causó que sintiera sus entrañas arder. — No es ningún juego. Siempre te he querido y eso no ha cambiado. —¿No lo entiendes? ¡Todo ha cambiado! Ya no soy la misma persona —gritó Ari. Cuando Adam no respondió, eso sólo hizo que Ari se enojara. Toda la rabia, el odio y la frustración que fue reprimida de repente se soltó y le gritó. —Dices que todavía me quiere, pero no tienes ni idea. ¿Quieres conocer algunas de las cosas que me hicieron? No era sólo la tortura y todos los chupadores de sangre… no, me utilizaron de todas las maneras posibles. Todos ellos me usaron. No te quedes ahí y dime que todavía me quieres porque no tienes idea de lo que soy. Soy una cicatriz, un esclavo de sangre usado y no dejaron ni una pizca de humanidad en mí. Ari esperaba ver repugnancia en el rostro de Adam, quizás incluso un poco de odio, pero cuando la expresión de Adam se suavizó y sus ojos oscuros se llenaron de tristeza, eso desconcertó a Ari. —Eso no es cierto. —Adam sacudió la cabeza—. Si no te quedara algo de humanidad, entonces no estarías aquí. Habrías dejado a los Protectores. En lugar de eso, te quedaste y estás luchando del lado de los buenos. —Quizás sólo sea hasta que logre algo de venganza de esos que me lastimaron —desafió Ari. —¿O quizás haces todo lo posible para asegurarte de que nadie tenga que pasar por lo que sufriste?

—Noticia de última hora. Yo estaba en uno de los muchos agujeros donde se guardan esclavos de sangre. De hecho, nos utilizaban para comerciar como las tarjetas de Pokemon8, así que sé de hecho que eso continúa. Lo que es más, sé que no hay nada que podamos hacer para detenerlos. No importa cuántos chupasangres matemos, siempre habrán más que tomen el lugar. —Ari bufó con amargura. —Entonces tendremos que seguir luchando, y no vamos a parar hasta que logremos liberar a todos los esclavos. —No puedes hacer ese tipo de promesa. La última vez que incluso traje a colación el tema con Stew, dijo que sólo se supone que defienda la ciudad, no se supone que salga a buscar más batallas. —Bueno, eso era antes. Mi padre ya no está a cargo. A partir de esta tarde, el Oráculo lo relevó de sus funciones. Esa pequeña información impactó a Ari. Aunque sabía desde hace tiempo que Stew no estaba a la altura, hasta ese momento, Ari había asumido que al Oráculo no le importaba de ninguna manera. —Entonces ahora, ¿quién es nuestro líder? —Yo —anunció Adam, un poco avergonzado. —Tú. —Sí, ¿por qué te oyes tan sorprendido? —¿No eres demasiado joven? —Quizás, pero aun así sigo siendo el Protector mayor. ¿Puedes pensar en alguien más adecuado para el trabajo?

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Tarjetas Pokemon, tarjetas coleccionables basadas en la serie de video juegos y caricaturas de Pokémon, presentadas en Japón en 1996 y en Norteamérica en 1998.

A decir verdad, Ari no podía. Adam podría ser un poco imbécil en ocasiones cuando ellos crecían, hace mucho que había superado esa fase. De hecho, si la pelea se iniciaba, Ari no podía pensar en nadie más que preferiría tener a su lado en la pelea. Y eso incluso antes del factor de su propia y personal atracción por el hombre. —No, creo que vas a hacer un buen trabajo. Es sólo mucha presión. Todos acabamos de ser iniciados desde nuestra condición de novato y ahora el Oráculo te lanza a la parte más profunda, por así decirlo. —Estoy seguro de que ella hubiera conseguido uno de los Protectores de la anterior generación, pero todos son incapaces de manejar bien el trabajo o han... —Han muerto —intervino Ari en tono grave, pensando en su propio padre. Su padre no había sido el más cariñoso de los hombres. De hecho, trataba a su esposa más como una fábrica de bebés que cualquier otra cosa. La mayoría del tiempo, ni siquiera permanecía en el hogar familiar, en lugar de eso vivía en su departamento a varios kilómetros de distancia. Había sido sólo por pura coincidencia que él hubiera estado ahí la noche del ataque de los vampiros. Aun así, eso no quería decir que Ari no extrañaba al bastardo desalmado. —¿Lo saben los demás? —preguntó Ari. —No, tú eres el primero al que se lo digo. —¿Incluso antes que a tu propio hermano? —Todos sabemos que Brad es un bocón. Al segundo que se lo diga, la mitad de Detroit conocería la noticia en una hora. Además, quería que la persona más importante en mi vida fuera el primero en saberlo antes que nadie más.

Ari sintió la necesidad de gritar de nuevo, pero esta vez de frustración. ¿Por qué infiernos Adam seguía rehusándose a ver que Ari era un bien dañado? Si Adam no tenía cuidado, acabaría siendo herido al final. Ari prefería cualquier cosa menos eso. Incluso estaría dispuesto a ser un esclavo de nuevo antes de permitir que Adam sufriera por su causa. Antes de que pudiera argumentar más, Brad llegó corriendo a la habitación. —Tenemos que salir. Tanto Ari como Adam se movieron rápidamente a modo de Protector, su conversación pasó a segundo plano por el momento. —¿Qué sucede? —Adam preguntó en tono firme. —Nos acabamos de enterar por uno de nuestros informantes que una banda de vampiros salvajes atacaron a un grupo de humanos que estaban refugiados en una fábrica abandonada a orillas del río. —¿La policía local está en el lugar? —Aun nadie les ha avisado. Pensé que quizás sería buena idea que podamos llegar antes de que la po-po9 llegue. Ya sabes, para poder revisar las cosas a nuestro modo primero. «¿Po-po?» Ari sacudió la cabeza hacia Brad. Aunque los hermanos se parecían mucho en el exterior tanto que a menudo los confundían como gemelos, en el interior no había manera. Mientras que Adam había crecido, Brad parecía haberse quedado atascado por siempre en el modo de adolescente. Adam dejó escapar un suspiro, pero no fue tan lejos para decirle a Brad que se comportara como un profesional. Sin duda porque se había dado cuenta hace mucho tiempo que era una

9

Po-po, policía, por Pólice Power. poder policial

causa perdida. —Está bien, reúne a los demás y vamos a salir a ver lo que podemos encontrar. Brad dudó. —Seguro. Hey, por casualidad sabes dónde está papá, ¿no es así? Fui primero a su oficina, pero el lugar estaba vacío, y por vacío me refiero a que no estaban todas sus cosas. Lo único que quedó es el mapa de la ciudad que siempre ha estado fijo a la pared y el escritorio. E incluso su escritorio estaba desocupado. Adam arqueó una ceja. —¿Viste los cajones? Viéndose completamente sin arrepentimiento, Brad se encogió de hombros. —Quería asegurarme que no estaba en otra juerga, así que quería ver si la cartera estaba ahí, ya que no puedes comprar alcohol sin dinero en efectivo o tu tarjeta de crédito. No sólo eso faltaba, sino también todas sus posesiones personales. Incluso su botella secreta de whisky se había ido. Ya sabes, la botella muy antigua que heredó de su abuelo. Brad se giró a Ari y mostró una de sus habituales sonrisas arrogantes. —La heredó, junto con el don del alcoholismo. Aunque Brad estaba actuando como si estuviera bromeando, había un rastro de amargura en el tono del hombre que no se le pasó a Ari. Ari se preguntó cuánto dolor escondía Brad debajo de la capa de bromista. Ari también se preguntó si tenía madre y si era así, dónde estaba. Lo más probable es que no la hubieran visto en años, como era la tradición en los Protectores. Los Protectores sólo necesitan a sus mujeres para el nacimiento de sus hijos con el fin de continuar con la línea de sangre y entonces crían a sus hijos hasta que tengan la edad suficiente para entrenar. Después de eso, las madres no tenían ninguna utilidad. Era una tradición que apestaba en opinión de Ari, era obsoleta, pero ¿a quién jodidos le importaba lo que él pensaba?

Aun así eso no quería decir que Brad no iba a molestarse cuando se enterara que su padre había sido despedido y, básicamente, por la propia Oráculo, nada menos. Ari se preguntó cómo Adam iba a manejar la situación. Intercambiando incómodas miradas con Ari, Adam volvió a ver a Brad. —Papá está bien. —Entonces, ¿qué diablos está pasando? —Brad exigió. —Hay que reunir a los otros e irnos. Te lo diré en el camino. Ari sólo espera que Brad y los otros Protectores estuvieran dispuestos a obedecer a un líder tan joven y sin experiencia, como Adam. Se dio cuenta que aunque él seguiría a Adam hasta los confines de la tierra, no estaba tan seguro de que los otros serían tan fáciles de convencer.

Para cuando Ari se cambió a su uniforme, la mayoría de los otros Protectores habían llegado. Reunidos afuera, Ari se subió al vehículo más cercano, una camioneta manejada por Jess, el Guardián de Rev. Marty se deslizó junto a Ari y de inmediato comenzó a regañarlo. —¿Te aseguraste de revisar todas tus armas? Ari suspiró. Aunque él sabía que ella tenía buenas intenciones, sus preguntas a veces rayaban en un insulto. Había sido entrenado desde el principio para tener siempre cuidado de su equipo de batalla, y sugerir lo contrario, hacía parecer como si no confiara en él, en absoluto. Rev se dio la vuelta y le lanzó una sombría mirada. —Ari sabe cuáles son sus funciones. Él es quien me enseñó a limpiar mis armas cuando yo era apenas un niño que no sabía diferenciar una espada larga de una daga. —Estoy seguro de que Marty no quiso decir nada con su pregunta. Ella solo cuida a su Protector —dijo Jess, tratando de suavizar las cosas. —No, ella está actuando como si él no supiera hacer su trabajo —argumentó Rev, con los ojos marrones cada vez más atormentados por la ira. —Está bien —dijo Ari, dando a su Protector amigo una sonrisa de agradecimiento—. Ella sólo se preocupa por mí. Eso es todo.

—No, Rev tiene razón —Marty sorprendió a Ari al admitirlo— . No debería de haber preguntado de esa manera. A veces me olvido que... Se interrumpió, su cara ruborizada mientras parecía luchar por encontrar las palabras adecuadas. Dado que Ari no podía soportar ver cómo buscaba casi dolorosamente, se decidió a tener algo de piedad por ella. —A veces se te olvida que soy altamente capacitado y eficiente en mi trabajo porque tengo la costumbre de enloquecer de vez en cuando. Está bien, entiendo. Si yo estuviera en tu posición, me sentiría de la misma manera. Sus ojos tenían una triste expresión con un toque de arrepentimiento. —Lo siento mucho. —Te diré qué, dejas pasar nuestra próxima sesión de meditación y te perdono todo —bromeó en un intento de aligerar el ambiente. Rev dejó escapar un suspiro. —Oh, Dios mío, ¿acabas de hacer realmente una broma? Ari sintió el calor en su rostro. —Sí, ¿cuál es el problema? —No te he oído hacerlo desde que llegaste a casa. —Rev sonrió—. Es agradable ver ese lado de ti. Ese comentario hizo que Ari hiciera una pausa, mientras se preguntaba qué había causado el cambio, porque ahora que lo pensaba, no se sentía tan enojado o herido como de costumbre. ¿Podría toda la basura de la meditación ayudar en realidad? ¿O fue debido a su encuentro con Adam? Aunque Ari había cumplido con su justa parte de gritos y ser un idiota durante esa conversación, ¿habría sido el beso? Además Adam por primera vez, había mostrado que podía tener algunos sentimientos románticos hacia Ari. Algo que Ari nunca había pensado posible, ni siquiera en sus sueños más salvajes.

No es que un beso podría hacer que todos los dolorosos recuerdos se fueran —no durante un gran tiempo, pero ahora Ari sabía que no todo el mundo apestaba, aunque eso fue sólo una muestra pequeña, pensaba aferrarse a ella. Se quedaron en silencio el resto del camino, una tensa e incómoda sensación persistía en la camioneta. No era a causa de la conversación anterior, sino porque todos sabían lo que les esperaba una vez que llegaron a su destino. Demasiado pronto, llegaron a una hilera de oscuros edificios abandonados, eran más escombros que otra cosa. Mientras Ari veía los agujeros en los techos y la forma en que la mayor parte de las paredes se derrumbaron, se preguntó cómo alguien podía estar tan desesperado como para refugiarse ahí, sobre todo en la mitad de noviembre, cuando el invierno de Michigan se aproximaba. Mientras caminaban al interior, el hedor de la sangre le golpeó duro, a pesar de todo el aire frío que entraba. Las salpicaduras de rojo cubrían las pocas paredes intactas, basura y ropa sucia cubrían el suelo. Mezclado de los restos de lo que parecían ser al menos diez civiles adultos. Luego Ari vio lo que estaba colocado en el centro de la habitación principal y el corazón dio un vuelco de miedo. —No eran ocupantes ilegales —jadeó. —¿Qué quieres decir? —Adam preguntó llegando junto a él. Por extraño que pareciera, sólo tener a Adam a su lado hizo que algo del pánico disminuyera. Por lo menos lo suficiente para que Ari respirara con normalidad. —Las personas asesinadas aquí eran esclavos de sangre. —¿Cómo puedes estar tan seguro?

Ari señaló con la cabeza a la silla. —Ese es el tipo de cosa que los vampiros utilizan para la alimentación. Inmovilizan a las víctimas, pero aun así les da fácil acceso a los vampiros al cuello del esclavo. —Entonces, ¿por qué matar a la gente? —Brad preguntó, arrugando la nariz con disgusto—. ¿No quieren conservarlos con vida para siempre tener su fuente de alimento a la mano? Ari hizo un gesto con la mano en torno a la carnicería. — Imagino que uno o más de ellos perdió el control y llevó las cosas demasiado lejos. Después de todo, ya que estamos tratando con vampiros que ya son salvajes, sabemos que su auto-control es mínimo. No se necesita mucho para que uno de ellos se vuelva loco. Brad tocó uno de los cuerpos con la punta de su pie. —Si ese es el caso, entonces ¿por qué no vemos las jaulas? Ari se encogió de hombros. —Tal vez no mantenían a sus cautivos en jaulas. Podrían haber utilizado cadenas y se las llevaron cuando abandonaron este lugar. —¿Pero por qué dejar la silla y los cuerpos? —Debido a que la silla está atornillada al suelo y los humanos ya no eran de ninguna utilidad para ellos. Para los vampiros, un esclavo muerto no tiene más importancia que cualquier otro tipo de basura en el suelo —dijo Ari firmemente. En el interior, estaba temblando de miedo, y todo por culpa de ver esa maldita silla. A pesar de que no se parecía a la silla de pesada madera en la que lo habían atado, la cosa estaba lo suficientemente cerca como para traer de nuevo los sentimientos de impotencia y terror. La que estaba frente se veía aterradora, la verdad sea dicha. Estaba hecha de grueso metal con hileras de pequeños agujeros perforados en el asiento, parecía tan frío y clínico. Ari

pasó los dedos sobre la parte superior de la misma, el frío metal lo hizo temblar y se preguntaba cómo los esclavos debieron haberse sentido atados a ella, a sabiendas de que podría estar respirando su último aliento. Los otros se dispersaron a revisar a su alrededor, pero Ari se quedó arraigado en el lugar, con la mano aún en la silla. Adam llegó detrás de él. —¿Estás bien? —Sí, solo que ver esto trajo de regreso un montón de mierda —declaró Ari, sorprendiéndose a sí mismo por la admisión. —¿Quieres irte? Nadie va a pensar menos de ti. Ari sacudió la cabeza con determinación. —Yo nunca me alejaré de mi deber. No importa cuán duro puedan ponerse las cosas. —Oye, Adam. Es posible que quieras darle un vistazo a esto —dijo Kamden desde el otro lado de la habitación. Adam y Ari corrieron. Kamden se puso en cuclillas sobre una pila de papeles. Al igual que los otros Protectores llevaba una capa, pero él tenía su capucha puesta para detener la masa de rizos castaños. Su esfuerzo fue en vano ya que muchas hebras errantes aun lograban salirse del grueso material de lana. —¿Qué descubriste? —Adam le preguntó. Kamden mostró una foto. Ari se acercó para ver mejor e inmediatamente deseó no haberlo hecho. Era papel barato y la calidad no era buena, pero aun así puso de relieve todos los detalles en su terrible gloria. Tomado en algún momento durante el cautiverio de Ari, se le veía en cuclillas dentro de una jaula. El suelo a su alrededor estaba muy sucio, como él. Su cabello caía sobre el extremadamente pálido rostro, la pobre iluminación hacía que

sus ojos se vieran salvajes y casi feroces mientras levantaba la vista a la cámara. Debió haber sido tomada durante el primer año de su cautiverio, porque sólo llevaba los pantalones negros que usaba cuando fue capturado. Varias marcas de mordida manchaban su desnudo pecho, pero muchas más adornaban su cuello. Algunas de las heridas en parte sanadas, mientras que otros eran de aspecto más crudo y fresco, la sangre seguía goteando de ellas. Kamden giró la fotografía alrededor y Ari sintió como si todo su mundo se derrumbaba sobre él. Garabateada en el dorso, con lo que parecía ser sangre había un corto mensaje:

Ari, Te extraño, Amor y besos, Benson —No —susurró Ari, dando un paso hacia atrás, casi como si la fotografía pudiera saltar y atacarlo. —Así que tomo eso como que ese Benson no es un viejo amigo o un novio —bromeó Kamden. —No, él era mi dueño —dijo Ari, que odió que su voz temblara un poco ante la admisión. —Parece como si estuviera encariñado contigo —dijo Kamden en su forma habitual. —Me dijo que mi sangre era la más rica y más potente porque yo era un Protector. Marty se acercó y arrebató la fotografía apartándola y viendo fijamente a Kamden. —Desafortunadamente, Benson no estaba mintiendo. Los vampiros siempre han afirmado que la sangre de un Protector les da una mayor altura. Algunos dicen

que es incluso mejor que beber de una bruja o brujo y eso dice mucho, ya que su sangre lleva la magia. —Benson también me dijo que mi sangre era adictiva. Por eso nunca me vendió, a pesar de que le ofrecían un montón de dinero todo el tiempo. Él me compartía a veces, pero eso era todo. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Ari y cuando Adam se acercó por detrás y lo envolvió en un abrazo protector, Ari ni siquiera pensó en alejarse. En lugar de eso, se encontró hundiéndose de nuevo en el cuerpo de Adam y bebiendo el confort que el tacto del hombre le ofrecía. Kamden vio de nuevo a Ari. —Yo no sé nada de eso. Sólo podría ofrecer cincuenta dólares por tu escuálido culo y eso sólo si te comprometes a limpiar las ventanas. —Jódete —bufó Ari. Eso le ganó una traviesa sonrisa de Kamden. —Seguro, cariño. Limítate a poner la hora y lugar. Ari se sobresaltó sorprendido cuando Adam aumentó la presión y dejó escapar un gruñido. —Mejor nunca lo toques. La sonrisa de Kamden solo creció. —Oh, miren eso. Parece como si alguien es muy protector de repente. O quizá debería decir, que tú siempre has sido protector. Es la primera vez que te molestas en ser tan abierto al respecto. —¿De que infiernos estás hablando? —Ari exigió. Kamden podría haber sido un dolor en el culo antes, pero nunca había sido de esa manera. Kamden se puso de pie y extendió la mano pasando suavemente los nudillos a lo largo de la mejilla de Ari, lo que hizo la situación aún más confusa. —Digamos que Adam no fue el único que te extrañó cuando te fuiste.

Antes que Ari siquiera pudiera responder a esa sorprendente confesión, Kamden se alejó. Marty sacudió la cabeza mientras lo veía retirarse. —¿Qué pasa últimamente con ustedes, Protectores? Todo el mundo se está yendo a la mierda y ninguno de ustedes puede dejar de pensar con sus partes privadas. Lo juro. Algunas cosas nunca cambian.

Una vez que terminaron en el almacén, Adam sabía que todos querían ir a sus respectivas casas y lavarse el hedor de muerte. Desafortunadamente, él tenía que enfrentar toda la cuestión del cambio de liderazgo y sabía que cuanto antes terminara con eso, mejor, así que ordenó a todos que se reunieran en el centro de entrenamiento. Tal como lo pensaron, Brad no tomó bien la noticia. Cuando Adam le reveló todo en la camioneta durante el viaje a la escena del ataque, Brad había pasado por las etapas de duelo10. O por lo menos los cuatro primeros. En primer lugar Brad se había sorprendido de que el Oráculo hubiera hecho un cambio tan drástico en tiempos turbulentos. Entonces Brad empezó a regañarse por no hacer más para ayudar a su padre. Entonces él volvió su ira sobre Adam por haber aceptado asumir el liderazgo, viéndolo como un acto de traición hacia su padre. De hecho, sus palabras exactas habían sido: —¿Cómo pudiste hacerle esto a tu propio padre? No eres más que un douchecopter11 hambriento de poder. Adam se sentó en silencio y aceptó todo, porque sabía que si Brad se enfurecía rápidamente, también se calmaría rápidamente. Una vez que lo hiciera se daría cuenta de que el movimiento sería para bien de todos los Protectores y de una extraña manera, para su padre. 10

Elisabeth Kubler Ross (1926-2004), Medico Psiquiatra suiza que describio las etapas de duelo: 1.- Negación-aislamiento, 2-Ira, 3.- Pacto o negociación, 4.- Depresión, 5.Aceptación. 11 Douchecopter, al parecer significa tonto, pero se deja el original.

Mientras el cuarto se llenaba para la reunión, Adam se dio cuenta que su hermano se encontraba en la cuarta etapa del duelo —la depresión. Brad se dejó caer en uno de los asientos en la parte posterior de la sala. Incluso se puso la capucha, como si quisiera protegerse a sí mismo del resto del grupo. Una vez que todos estuvieron sentados, Adam se detuvo un momento para contemplar a sus compañeros Protectores. Además de Brad, estaba Ari, quien le dio a Adam una pequeña sonrisa de aliento. Kamden que parecía simplemente aburrido. El primo de Adam, Rev, que parecía confundido. Zayne, el segundo más antiguo Guardián, estaba estudiando de cerca a Adam. Era el más analítico del grupo, él era el más rápido para captar las cosas, y Adam sentía con seguridad que Zayne había adivinado la razón de la reunión. Los gemelos, Haven y Sasha, estaban sentados, sus cabezas con cabello castaño oscuro juntas mientras murmuraban entre ellos. Adam no tenía ni idea de lo que podrían estar hablando. Como luchadores que eran ambos, el tema podría ser cualquier cosa que hubieran encontrado en la fábrica o en el último episodio de la trama de The Walking Dead12. Dejó al último Protector, Teddy. Apenas saliendo de la adolescencia y no muy bien formado, era una especie del enano del grupo. Incluso sentado en la sala de aliados, parecía nervioso como el infierno mientras veía a través de un mechón de su rubio cabello que constantemente cubría sus brillantes ojos verdes. —¿Vas a decirnos por qué estamos aquí? —Kamden finalmente preguntó en voz alta. Adam se detuvo el tiempo suficiente para verlo antes de decidirse jalar la bandita de la herida y terminar de una vez. —La Oráculo ha retirado a mi padre de sus funciones. 12

The Walking Dead, Comic de distribución mensual en blanco y negro, creado y escrito por Robert Kirkman con imágenes de Tony Moore que salió al mercado en el 2003, sobre gente que sobrevive a zombis apocalípticos- La serie se llevo a la televisión en el 200

Un jadeo colectivo se formó ante el anuncio de... bueno, con la excepción de Ari, Brad y Zayne, quien se limitó a asentir como si hubiera estado esperándolo todo el tiempo. —¿Por qué? —Teddy se aventuró con voz tímida a preguntar. —Ah... tal vez porque Stew ha bebido más que a menudo, últimamente —dijo Kamden con sarcasmo. —No es necesario ser un imbécil. El chico estaba haciendo una pregunta válida —gruñó Zayne. Luego se giró a Adam—: Así que estoy seguro que es seguro asumir que ella te nombró a ti como el nuevo líder. —Sí, lo hizo. —Adam se preparó para la reacción del grupo. La mayoría asintió con satisfacción, pero Kamden frunció el ceño. —¿Cómo podemos saberlo a ciencia cierta? Podrías estar mintiendo para tener algo de poder. Ari se dio la vuelta y le dio a Kamden una mirada asesina. —Adam nunca mentiría sobre algo así. Si no le crees, entonces ¿por qué no vas y le preguntas a ella tú mismo? Nadie se sorprendió cuando Kamden palideció ante la sugerencia. Aunque ella podía ser un poco cabeza hueca a veces, nadie quería correr el riesgo de enfurecer al Oráculo. Ella podría ser mortal cuando se enfurecía. —Eso explicaría por qué ella no le asignó un Guardián a Adam como lo hizo con el resto de nosotros —dijo Zayne. Ahora que Zayne lo mencionó, Adam se dio cuenta de que era un punto válido. Antes de eso, él siempre había dado por sentado que aún no se le había asignado uno debido a que el Oráculo no había encontrado el perfecto para él. —¿Le has dicho a los Guardianes? —Sasha le preguntó.

—No, voy a hablar con ellos después. —Eso debe ser divertido. —Haven, rodó los ojos. En realidad, Adam realmente no esperaba que ninguno de los Guardianes tuviera problemas con la nueva situación. Sabía que desde hacía mucho tiempo habían estado preocupados por las habilidades de liderazgo de Stew, así que probablemente estarían encantados. —Hay algo más que tengo que decirles —Adam continuó, bien podía sacar todo ahora. —Oh, sorpresas, éste debe ser bueno —dijo Kamden arrastrando las palabras. —El Oráculo dice que hay más Protectores. Por una vez, esa realidad hizo que el grupo se quedara sin palabras. El silencio flotó en el aire durante varios minutos antes de que Zayne se encogiera de hombros: —Yo también imaginé eso. Ahora fue Adam quien se sentía aturdido. —¿Qué? —Bueno, seguro. Sólo tiene sentido que algunas personas no estuvieran de acuerdo y hubieran abandonado el grupo en algún siglo. A pesar de ello, su línea de sangre continuaría. —¿Saben quiénes son? —preguntó Ari. Adam pasó la mano por la cara. —El Oráculo no es muy buena en eso. Ella sólo dijo que ellos se perdieron en los registros. Zayne resopló. —Eso podría significar cualquier cosa, que ellos no saben lo que realmente son, que hay Protectores afuera que nacieron odiándonos y que no quieren tener nada que ver con nosotros… —Estoy pensando en que va a ser más como la segunda opción —Brad finalmente habló.

—¿Cómo lo sabes? —Adam desafió. —Incluso fuera del grupo ellos todavía son un objetivo. No veo ningún padre que deje de buen grado ir a sus hijos ciegos sobre las amenazas que podrían enfrentar en el camino próximo. Adam dejó escapar un suspiro. Las cosas ahora parecían aún peor de lo que se pensaba originalmente. En lugar de que existiera un grupo de Protectores que no lo sabían y no estaban entrenados, ellos podían tener que enfrentar a un grupo de hostiles hombres que estaban tan capacitados y entrenados como Adam y los demás. Y por como se oía eso, no serían muy agradables hacia sus compañeros Protectores. —Aun así tenemos que encontrarlos y tratar de convencerlos de que nos ayuden en la luchar. Esta batalla está creciendo cada día y simplemente no hay suficientes de nosotros para cubrir todo el terreno que necesitamos. —También podrías acercarte a algunos de los grupos paranormales más amigables y ver si ellos quisieran ayudar — sugirió Zayne. —Sí, porque nuestra historia, con chupasangres y weres es muuuy definida —fijo Kamden arrastrando las palabras—. Estamos tan cerca de ellos que estamos a dos pasos de comenzar un álbum de recortes y un club de intercambio de recetas. Los gemelos se rieron mientras que Ari le dio a Kamden otra sucia mirada. —Hey, he tenido la peor historia con los paranormales, pero aún creo que Zayne tiene una buena idea. Si vamos a contener esta amenaza, entonces necesitamos todos los aliados que podamos conseguir. —¿Cómo estamos tan seguros de que va a ser tan malo? —Teddy preguntó—. Tal vez los paranormales están tan ocupados peleándose entre sí, que se olvidarán de la raza humana.

—Si la matanza de esta noche en la fábrica no es suficiente para darte una pista, entonces los malditos demonios slug con los que hemos tenido que lidiar debería de habértela dado —bufó Kamden. Adam lo fulminó con la mirada antes de continuar: — Aunque no me gusta la forma en que acaba de exponer las cosas Kamden, él tiene razón. Creo que estaba absolutamente en lo cierto. No sólo eso, sino que el Oráculo me dijo que las cosas se van a poner mucho peor. Mientras seguía estudiando a Kamden, Adam no podía dejar de pensar en una cierta línea de la profecía, «el mal vendrá desde dentro y amenaza con matarlos a todos». ¿Podría ser posible que Kamden fuera la fuente del mal? Aunque Adam no quería ni siquiera contemplar la posibilidad de que un compañero Protector se volviera contra ellos, el hombre tenía un chip en su hombro13 del tamaño del río Detroit. Brad de repente se puso de pie y se dirigió a la parte delantera de la sala. Una vez que llegó con Adam, Brad cayó sobre una rodilla y dijo: —Yo te acepto como mi líder. Mi lealtad y mi espada te pertenecen. El calor cubrió del rostro de Adam sintiéndose avergonzado y al mismo tiempo consciente del gesto, especialmente cuando todos los demás Protectores de la sala se levantaron y siguieron su ejemplo. Cada uno de ellos, uno por uno, inclinando la cabeza hacia Adam antes de hacer la misma promesa. Incluso Kamden lo hizo, lo que casi noquea a Adam por el impacto. Ari fue el último colocándose sin problemas en una rodilla. Al levantar la vista, su expresión era tan sumisa y dulce, que el deseo recorrió a Adam. De repente se sintió contento por todas 13

Chip on shoulder llevar un chip en el hombro era una forma de desafió físico, invitar a los oponentes a tocar el chip apagándolo y provocar la pelea. Ahora el concepto es metafórico y se usa para describir a gente que se nutre de las injusticias y resentimientos provocando furia o disputas.

las gruesas capas de su uniforme, de lo contrario, Ari hubiera estado cara a cara con la prueba de la excitación de Adam. Eso no solo haría la escena bochornosa sino muy dolorosa. Entonces, Ari habló. —Yo te acepto como mi líder. Mi lealtad, mi espada y yo, te pertenecemos. Adam tomó aire ante la forma en que Ari alteró el juramento. A juzgar por la tensa manera en que Ari se sostenía, no fue accidental. Ari había admitido finalmente lo que Adam esperaba desde hace tanto tiempo, que ellos se pertenecían. Es más, Ari lo había hecho en una habitación llena de testigos. Adam no sabía qué había motivado el repentino cambio en la actitud de Ari, pero iba a aceptar la oferta, mientras que aun seguía ahí. Se inclinó, tomó a Ari por el brazo y lo jaló suavemente, el Protector se puso de pie. Una vez que Ari estuvo de pie, Adam presionó sus labios en un duro beso. Maldición, Ari sabía bien. Tanto es así, que Adam podría haber pasado el día siguiente explorando esos gruesos labios y esa dulce boca. Sin embargo, dado que no estaban solos, Adam no tuvo esa oportunidad así que con gran renuencia se apartó. Le dio gran satisfacción ver la aturdida, brillante y llena de lujuria expresión en los ojos de Ari. Frotando el pulgar por el labio inferior de Ari, Adam dijo: —Y yo me comprometo con ustedes. —¿Lo que sea que sucede con ustedes no será capaz de jugar con los demás? —Sasha le susurró a Haven. —El Oráculo parece creer que Ari y yo hacemos una gran pareja —respondió Adam, lo suficientemente fuerte para que toda la sala pudiera escuchar. —¿Me pregunto si eso se aplica a todos nosotros? —Haven, dijo.

Él y su hermano gemelo comenzar a ver a Kamden como si fuera un bistec y ellos un shifter oso muertos de hambre. Kamden tragó un par de veces y realmente comenzó a buscar la salida, como si estuviera buscando retirarse. No iba a desperdiciar esa gran oportunidad, Adam sonrió. —Oh, estoy seguro de que lo es. He oído que Kamden está muy, muy solo. Cuando los gemelos comenzaron a avanzar lentamente hacia él, Kamden gruñó desde la esquina de su boca: —Me desquitaré de esto. Adam no tenía dudas de eso ni por un segundo, pero él estaba demasiado ocupado disfrutando de la incomodidad del otro demasiado como para preocuparse por eso. Tomando la mano de Ari, Adam corrió hacia la puerta. En el camino, él dijo: —Todos son libres. Vayan a casa, tomen una ducha y duerman un poco, regresen aquí en la mañana. Ahora tengo que ir a hablar con los Guardianes. Una vez que estuvieron fuera, él y Ari soltaron una carcajada. —¿Viste la cara de Kamden cuando empezaron a acecharlo? —preguntó Ari.

los

gemelos

Era algo que no tenía precio. ¿Quién hubiera imaginado que serían esos dos los que le bajarían los humos a Kamden? Poniéndose serio, Adam jaló a Ari a sus brazos. —Entonces, ¿querías decir lo que dijiste ahí? ¿Realmente me perteneces? Ari asintió con un pequeño movimiento de cabeza. —Si, lo hago. Sólo necesito que me des tiempo y tomar las cosas con calma. Todavía estoy tratando con algo de esa mierda, así que no sé qué tan estable estoy.

Adam besó la punta de la nariz de Ari. —Puedes tener todo el tiempo que necesites. Ya he esperado tanto tiempo por ti. Un poco más no me hará daño. —¿Cuánto tiempo te has sentido atraído por mí? —No puedo recordar un momento en que no te quisiera. Ari frunció el ceño. —Pero yo pensaba que no me soportabas. Solías tratarme como si fuera una plaga. —Eso era porque lo eras —Adam bromeó. Eso le valió un manotazo en el pecho. —Yo no lo era. —¡Oh, por favor! Te gustaba jugar bromas todo el tiempo. Hubo un par de veces en la que me molesté tanto que casi te lanzo una sea serpent14 de mar del rio Detroit. —Yo sólo quería llamar su atención. Si te hubieras detenido el tiempo suficiente hubieras notado que el noventa por ciento de las bromas que hacía eran hacia ti. Adam le dio otro beso, esta vez a los labios. —Esa es una loca manera de tratar de llamar la atención de alguien. —Sí, bueno, no es como si nos enseñaran Aproximaciones románticas 101, junto con todos nuestros entrenamientos para la lucha. Yo estaba improvisando. — Ari hizo una pausa, ladeando la cabeza hacia un lado—. Espera. ¿Acabas de decir que hay una sea serpent en el río de Detroit? Pensé que era sólo un mito. Alejándose, Adam comenzó a caminar a la sala de la otra reunión. —Oh, Snuggles15 es muy real. —¿Snuggles? ¿Qué clase de nombre es ese para una sea serpent? —preguntó Ari mientras lo seguía. 14

Sea serpent, aunque literalmente significa serpiente de mar, se puede referir a una criatura mitológica parecida a una monstruosa víbora o Dragón. que vive en las profundidades, Uno de estos monstruos es el del Lago Ness. Se deja el original 15 Snuggles. acurrucarse, como se usa de nombre se deja el original.

—No me preguntes. Fue un vampiro quien le dio ese nombre. Además, técnicamente, Snuggles es una serpiente de rio. Cuando Ari se echó a reír, eso calentó a Adam desde el interior. Había pasado mucho tiempo desde que oyó ese sonido con regularidad, tanto que Adam no creía que nunca lo tomaría como garantizado de nuevo.

Ari esperó afuera mientras que Adam se reunía con los Guardianes. Aunque no podía oír lo que estaba pasando en la habitación, se dio cuenta de que no hubo ninguna voz levantada. Ari esperaba que eso significara que las cosas iban bien. En el interior de él aún estaban zumbando los breves besos que había intercambiado con Adam. Ari también se sentía confundido por sus propias acciones. Todavía no sabía lo que le había pasado para alterar el voto de la manera que lo había hecho. Una parte de él estaba feliz de que Adam admitiera que correspondía sus sentimientos, mientras que otra parte de Ari estaba aterrorizada. ¿Que iba a suceder una vez que Adam se diera cuenta de cuán roto estaba Ari? ¿Iba a querer seguir con la relación o Adam lanzaría a Ari cuando las cosas se volvieran demasiado duras? Infiernos, Ari ni siquiera sabía si él estaba listo para una relación. Incluso antes de su captura, habría jodido ese tipo de cosas. Con su estado mental actual, ni siquiera sabía si era capaz de cuidar un pez dorado, y mucho menos ser capaz de amar a otro ser humano. Por lo que sabía, los vampiros podrían haber absorbido toda su capacidad de relacionarse junto con su sangre. Y en cuanto a cómo tener relaciones sexuales... La idea de estar tan cerca a alguien hacía que el estómago de Ari se oprimiera. Solo con traer una imagen a su cabeza, le traía todo

tipo de recuerdos y ninguno de ellos era bueno. Antes de que hubiera sido capturado, había sido virgen así que todas sus experiencias sexuales habían estado llenas de miedo y dolor. Entonces pensó en regresar a la forma en que se sentía cuando Adam le dio un beso y Ari sólo sentía una difusa sensación de felicidad. Muy bien, el abrazo en si mismo debió de haber disparado los flashback en Ari. En lugar de eso, todo lo que sucedió fue que se había encontrado a sí mismo anhelando un mayor contacto con Adam. Dejando escapar un suspiro, Ari se pasó la mano por el cabello. Si seguía reproduciendo todas las emociones en su cabeza se volvería loco. Él sólo podía ir a casa, a su lugar, pero no disfrutaba el regresar al estéril y tranquilo lugar. Además, él quería estar ahí para Adam una vez que la reunión hubiera terminado. Decidiendo que necesitaba algo para ocupar su mente, Ari tomó su laptop y se sentó en el suelo. Se movió por el pasillo un metro para poder tener una buena vista de la puerta y saber cuándo la reunión hubiera terminado. Encendiendo su computadora, él comenzó a buscar posibles pistas sobre dónde los Protectores de la otra secta pudieran estar. Dado que no tenía ni idea de por dónde empezar, hackeó la base de datos de criminales paranormal y empezó a hurgar en busca de todos los crímenes en los que participaron seres humanos. Más específicamente, aquellos en los que una criatura sobrenatural había perdido ante un ser menor, que es como los paranormales se referían a los humanos. Ari no descubrió mucho, pero de lo poco que encontró hizo una nota para seguir investigando. Uno que realmente despertó su interés fue en el que participó un hombre que, de alguna manera, logró terminar sin ayuda con una banda de vampiros salvajes.

Aunque el grupo de vampiros había sido pequeño, sólo una media docena, ningún ser humano normal debería haber sido capaz de hacerlo. Ni siquiera un soldado altamente entrenado podría luchar contra un adversario así. Los vampiros eran más rápidos y más fuertes y con todo un infierno de muchas maneras para terminar con un humano que realmente no tendría una oportunidad contra ellos como la tenían los Protectores. Los Protectores fueron dotados desde el nacimiento con habilidades de combate mejoradas y de fuerza. También se movían rápidamente. Por eso a ellos eran a los que enviaban a la batalla ante cualquier amenaza sobrenatural, y eso desde el principio de los tiempos. Lo que lo hacía aun más confuso para Ari, era que solo fue capaz de acceder a los registros de un par de siglos. Antes de ese momento, todo lo que había sido capaz de encontrar fue un espacio en blanco. Aunque el papeleo se perdió en el tiempo, debido a incendios, inundaciones y otros desastres naturales, algo le decía a Ari que ese no era el caso en cuanto a los registros de los Protectores. No, alguien había ocultado deliberadamente el pasado. Ahora la pregunta que quedaba era, ¿por qué? La puerta se abrió, sacando a Ari de sus reflexiones. Cerró su laptop y se puso de pie, viendo a los Guardianes salir. Aunque algunos tenían el ceño fruncido, la mayoría tenían grandes sonrisas en sus rostros. Adam salió al último y se dirigió directamente hacia Ari. —¿Todavía estás aquí? —dijo Adam en tono complacido. —Quería asegurarme de que todo había salido bien en tu reunión —confesó Ari, esperando no verse demasiado cursi. Sus preocupaciones resultaron ser infundadas, cuando Adam le dio un rápido beso. —Gracias, agradezco el apoyo.

Sintiéndose un poco tímido, Ari se ocupó de guardar la laptop en su bolsa. —Creo que debería ponerme en marcha. —¿Sabes manejar? —No, vivo cerca, así que por lo general voy a pie —Ari se protegió. Lo que no podía admitir era que no quería arriesgarse a tener un ataque de pánico mientras conducía. El estar encerrado en espacios cerrados a veces le causaba eso, era por eso que usualmente iba con Rev cuando tenían que ir a algún lugar para una misión. Rev sabía de la claustrofobia de Ari y era muy bueno para hablar con él para atravesar momentos difíciles. —¿Por qué no me dejas que te lleve a tu casa? —Adam ofreció. Dios, la idea de pasar un tiempo a solas con Adam era tentadora, pero Ari dudó. Aunque la distancia era corta, lo último que quería era tener una crisis en presencia de Adam. Inclinándose hacia él, Adam le murmuró: —No preocupes. Me aseguraré de hablar contigo todo el camino.

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Asombrado de que su secreto hubiera sido descubierto, Ari contuvo el aliento. —¿Rev te lo dijo? —No, lo he descubierto por mi cuenta. —No quiero que nadie piense que soy débil. Metiendo el dedo debajo de la barbilla de Ari, Adam le obligó a levantar la mirada. Cuando Ari vio comprensión sin un tinte de juicio, una ola de alivio recorrió a Ari. —Tú no eres débil en absoluto. De hecho, no creo que jamás haya conocido un hombre más fuerte en mi vida —dijo Adam.

El corazón de Ari dio un vuelco. —¿En serio? Porque se me ocurre pensar que soy el mayor fracaso de un Protector. De hecho, me sorprende que el Oráculo no me liberara de mis obligaciones hace mucho tiempo. —Ari, si sólo pudieras verte a través de mis ojos, verías lo equivocado que estás. Atravesaste algo horrible, pero te las arreglaste para salir de ello con vida. —Sin embargo no fue solo eso. Yo vi a muchos otros morir, sin poder hacer nada. Soy un Protector y era mi deber protegerlos y fallé en eso. Adam pasó la yema de su dedo pulgar a lo largo de la cara de Ari y fue sólo entonces cuando se dio cuenta que estaba llorando. Genial, justo lo que necesitaba para agregar a su lista de fallos, llorar en público. —Ninguno de nosotros ni siquiera ha pensado que hayas fallado, Ari. Sé que puedo hablar por todos los Protectores cuando digo que estamos orgullosos de tenerte como uno de nosotros. Ari se limpió las lágrimas con cortos y temblorosos movimientos. —Mierda, has de pensar que soy extremadamente nervioso. Empiezo el día con gritos a causa de mis flashbacks y lo termino llorando. Sin olvidar también el pequeño festín de gritos en medio de todo esto. —Sucede que creo que es el mejor día que has tenido desde que te rescatamos. Ari hizo una pausa, la mano en el aire viendo con la boca abierta a Adam. —¡No puedes hablar en serio! —Es verdad. Hasta hoy, estabas apagado para todo el mundo, excepto para Rev. Eras como un caparazón de persona que respiraba y caminaba. Pero hoy, por primera vez, por fin vi algunos destellos de tu antiguo yo.

—Pero no soy la misma persona. No puedo serlo. No después de todo lo que he vivido. —Eso es cierto, pero creo que vas a ser más fuerte que nunca. Lo único que te pido es que sonrías más. —Adam trazó un dedo sobre los labios de Ari—. Me gusta verte feliz. —Lo sorprendente es que por primera vez desde que fui un esclavo de sangre, creo que eso puede ser realidad. —Ari se sonrojó, pensando que estaba siendo cursi de nuevo. A este ritmo, bien podría renunciar a su capa de Protector y comenzar a escribir mensajes para tarjetas de felicitación. Adam tomó su mano. —Vamos, salgamos de aquí. Yo no sé tú, pero estoy agotado. Aunque Ari se sentía cansado, también dudaba que fuera a lograr dormir esta noche. Aunque el día había estado lleno de acontecimientos maravillosos, las imágenes de la fábrica aun estaban atascadas en su cabeza. Incluso la nota que había sido escrita directamente a él lo había sacudió más de lo que quería admitir ante sí mismo. Él había estado posponiendo su reacción al negarse a pensar en ello, pero sabía que una vez que estuviera solo en su departamento, todas esas emociones caerían sobre él. Puesto que no quería que Adam se preocupara más por él de lo que lo hacía, Ari pegó una falsa sonrisa. —Sí, creo que voy a quedarme dormido tan pronto caiga en la cama. Salieron y el aire frío golpeó la piel de Ari y le hizo temblar, a pesar de la pesada capa. Maldición, aunque amaba Michigan, odiaba los inviernos. Era aún peor cuando tenían que luchar en esas circunstancias. La nieve y el hielo, no era la mejor condición para el combate. Adam lo llevó a una destartalada camioneta color rojo y abrió la puerta para Ari antes de ir hacia el lado del conductor y

subirse. Necesitó girar varias veces la llave antes de que el motor cobrara vida. —Lo siento, está un poco vieja —dijo Adam un poco avergonzado. Ari asintió, entendiendo. Aunque recibirán una remuneración por sus deberes como Protectores, no era mucho. Esa era una de las razones por las que Ari vivía en un departamento de mierda, pero como no tenía mucho, realmente no le importaba. Fiel a su promesa, Adam mantuvo una ligera conversación durante el camino a su casa. Hablando de nada de importancia, pero su suave voz mantuvo a Ari firme. Ari trataba de no pensar demasiado en la fábrica o la carta de amor que había sido dejada ahí para él. Sabía que si lo hacía, comenzaría a entrar en pánico y quería estar a solas y en privado para eso. Muy pronto, Adam llegaba al departamento de Ari. Aunque incluso llamarlo así era estirarlo, ya que el lugar era sólo un poco más que un eficiente cuarto de hotel. Ari abrió la puerta y empezó a decir adiós, pero se congeló cuando los cabellos de la parte de atrás de su cuello, comenzaron a erizarse. Algo no estaba bien. No sabía lo que era, pero todas sus campanas de alarma estaban sonando. Vio a Adam y notó que el Protector tenía la mandíbula tensa, lo que indicaba que él también lo sentía. Ari vio a la puerta y el estómago se revolvió al darse cuenta que estaba entreabierta. —¿Supongo que no olvidaste cerrar con llave cuando saliste esta mañana? —Adam preguntó, mientras sacaba una pistola de su capa. Ari hizo lo mismo, la fría sensación de la empuñadura de su pistola en la mano le dio una pequeña cantidad de comodidad.

—No, siempre me aseguro de que todo está cerrado cuando salgo. Se deslizó fuera de la camioneta, sin cerrar las puertas detrás de ellos para no alertar a los intrusos de su presencia. Utilizando una serie de señales con la mano, Adam ordenó a Ari acercarse desde la izquierda, mientras que Adam entró por la derecha. Se reunieron a ambos lados de la puerta, con la espalda presionada contra la pared de ladrillo barato. Dando a Ari un movimiento de cabeza, Adam preparó su arma y abrió la puerta. Tan pronto como Adam soltó una murmurada maldición, Ari sabía que no era bueno. Caminó cautelosamente después de Adam, el corazón de Ari se hundió ante el estado de su departamento. Alguien había tomado lo que ya era un hoyo e hizo que se viera peor. Aunque Ari no tenía muchos muebles, todo estaba despedazado, pedazos de madera quebrada mezclada con tela y relleno de los sillones. Los cajones de la cómoda afuera, su ropa regada alrededor, y el rancio olor en el aire, los intrusos habían ido aún más allá orinando sus pertenencias. Profundos surcos manchando las paredes, el ángulo y la forma de eso indicaban que habían sido hechas por marcas de garras. Varios agujeros de puñetazos en el yeso y había manchas de sangre por todo el lugar. Dado que la cocina y la sala eran básicamente un espacio abierto, solo quedaba dos lugares más que revisar, la recámara y el cuarto de baño. Ari tomó la delantera en esta ocasión, avanzando lentamente hacia la puerta cerrada que conducía a su habitación. Justo cuando iba a tomar la manija, la puerta se abrió y un vampiro saltó. Ari dejó escapar un grito sobresaltando cayendo al

suelo, la columna vertebral golpeando dolorosamente contra un trozo de madera astillada. Adam se apresuró a ayudar, pero otro vampiro saltó y se unió en la lucha. Ari oyó a Adam lanzar una maldición antes de que los sonidos de la lucha lo siguieran. El vampiro arriba de Ari lo vio fijamente. Por un momento podría haber pasado como humano, pero la cosa había ido más lejos en lo salvajes, se parecía más a un zombi del programa de televisión favorito de los gemelos. Con excepción de que la cosa arriba de Ari tenía extraños ojos rojos que brillaban. ¿Qué infiernos? Ni siquiera los vampiros que lo mantuvieron cautivo se veían tan mal. Seguro que ellos tenían un lado más salvaje y repulsivo que los otros vampiros, pero estos vampiros salvajes que lo atacaban parecían algo totalmente nuevo. Cuando mostró sus colmillos siseando, Ari decidió que podría preguntarse el porqué más tarde, en este momento lo que necesitaba era lograr salir de esta situación con su cuello intacto. Ari iba a levantar el arma, sólo para darse cuenta de que la había perdido cuando había sido derrumbado. ¡Genial! Justo cuando pensaba que las cosas no podían ir peor. Él trató de tomar su daga, pero el vampiro comenzó a atacar con sus garras, Ari pronto comenzó a estar muy ocupado desviando los golpes. Maldición, la cosa era rápida. También fuerte como la mierda. En un momento pudo haber sido una mujer, por su largo, negro y desaliñado cabello, pero era difícil saberlo ya que su rostro tenía la piel flácida y gris. Ari y el vampiro rodaron por el suelo, ambos intercambiando golpes, ya que luchaban por el dominio. Girándose a su lado, Ari finalmente logró envolver los dedos alrededor de la empuñadura de su daga.

Cuando la sacaba, el vampiro hundió profundamente sus colmillos en el cuello de Ari. Ari gritó debido al dolor y al total pánico cuando todos los recuerdos de la forzada alimentación caían sobre él. Sentía como si un yunque aplastara sus pulmones a causa del pánico que inundaba su cuerpo. Trató de luchar contra eso, pero el pánico lo congeló y todo lo que podía hacer era estar ahí, un gemido salió de sus labios cuando el vampiro comenzó a alimentarse de él. «No, no de nuevo. Cualquier cosa menos esto». Una voz en su cabeza le gritó que peleara, que usara la daga para matar a la maldita cosa, pero el miedo siguió inmovilizando a Ari con un paralizante control. Entonces, justo cuando estaba a punto de caer en la oscuridad, se oyó el grito de dolor de Adam. «Oh, infiernos ¡no!» Ellos podían hacer lo que quisieran con Ari, pero estaba condenado si dejaba que lo mismo le sucediera al hombre que le importaba tanto. Llegando a lo más profundo, Ari encontró una fuerza que creía perdida hace mucho tiempo. Dejando escapar un gruñido salvaje, clavó la daga en un lado de la cabeza del vampiro. Eso dejó escapar un grito inhumano, cayendo a un lado con sangre brotando de la herida. Ari se puso en pie y le dio el cuerpo aún contorsionándose de su agresor una patada final antes de sacar su espada. Se giró para ayudar a Adam. Cuando Ari comenzó a caminar hacia adelante, la sala se inclinó un poco y se dio cuenta de que el vampiro había tomado demasiada sangre de él y que había dejado a Ari débil.

Aun así, eso no iba a detenerlo de salvar a Adam. Él lo dijo en serio, cuando le dijo a Adam que le pertenecía y Ari se condenaría si un bastardo vampiro lo apartaba de él.

Adam se encontró en el suelo viendo hacia arriba la cara de uno de los peores vampiros que jamás hubiera visto en su vida. No es exactamente la forma en que esperaba que terminara su noche. Lo peor de todo era que el jodido iba ganando, como humano debería de ser grande, porque en su forma de vampiro era enorme. No sólo eso, sino que era más fuerte que cualquier otro rival al que Adam se hubiera enfrentado antes. Dejó escapar un gruñido, y luego mostró sus colmillos amarillos. La saliva goteaba, salpicando el rostro de Adam. —Asqueroso —dijo entre dientes mientras seguía tratando de patear la cosa. Simplemente le hubiera disparado, pero la maldita cosa le había quitado su arma. Maldición, una vez que Brad oyera hablar de esto, nunca dejaría de burlarse de Adam. Siempre que Adam viviera lo suficiente para ver a su hermano. —Mio —gruñó el vampiro, pasando la lengua por el cuello de Adam—. ¡Qué rico! —Oh, ¡infiernos no!— Adam protestó. —Ni siquiera si tuvieras diez cervezas. El vampiro se carcajeó, entonces levantó la cabeza preparándose para atacar. Adam hizo una mueca mientras esperaba el dolor.

El grito de batalla de Ari llenó el aire, pareciendo llegar de todas partes. Sosteniendo una larga espada en sus manos, Ari rápidamente la blandió y le cortó la cabeza al vampiro. Adam sintió alivio una milésima de segundo antes de que la sangre caliente comenzara a brotar del cuerpo del vampiro. Era un chorro negro y maloliente. Adam cerró la boca, pero no fue lo suficientemente rápido y saboreó la mierda. Su estómago se revolvió ante el amargo y rancio sabor que se apoderó de su lengua. Le recordó la vez que Brad lo engañó para que bebiera un poco de ponche de huevo en mal estado. Ari le dio una patada al cuerpo del vampiro que estaba sobre Adam y se arrodilló. —¿Estás bien? Adam se rodó hacia el otro lado de Ari y vació el contenido de su estómago. Se sintió mal para añadir más lio sobre la alfombra de Ari, pero no pudo evitarlo. Adam tenía que sacar la sangre contaminada fuera de él. —Lo siento —gimió Adam. Ari pasó la mano suavemente sobre la espalda de Adam. —Está bien. Creo que es mucho mejor perder el depósito de seguridad de este lugar, que ir a la ciudad y realmente destrozarla. Adam dejó escapar una tensa carcajada debido a que su estómago estaba revuelto. —¿Crees que tus vecinos van a llamar a la policía por todo el ruido? —No, en todo caso sólo están pensando en por qué no los invitamos a la fiesta. A pesar de que probablemente debería revisar para asegurarme de que estén bien, que los vampiros no hayan decidido tomar un aperitivo mientras esperaban a que yo llegara a casa. Adam se rodó y, por primera vez, se dio cuenta de la enorme herida de la mordida en el cuello de Ari. Se enderezó y

tentativamente iba a tocar la herida, sólo para retirarse en el último momento por temor a lastimar a Ari. Adam se puso de pie y corrió a la cocina y de alguna manera encontró una toalla de cocina que no se había manchado. Regresó con Ari y la colocó en la herida. —Tenemos que salir de aquí, antes de que más de los... — Adam fue apagándose mientras veía los cuerpos—. Lo que infiernos sean esas cosas, aparezcan. Pensé que eran vampiros salvajes en un primer momento, pero estas cosas son demasiado feas, incluso para eso. —¿Qué pasa con mis vecinos? —Ari preguntó, incluso mientras la sangre seguía empapando el trapo en su cuello. —Voy a llamar a algunos de los Protectores para que revisen alrededor. Ari asintió y se puso de pie, sólo para tambalearse. Adam llegó en su ayuda y notó el pálido rostro de Ari. —Voy a pedirle a Zayne que se reúna con nosotros en mi departamento —declaró Adam. Zayne era el único de ellos que tenía experiencia médica dado que se había tomado un descanso de su entrenamiento de Protector el tiempo suficiente para conseguir un grado de enfermería. Si bien Ari no sería atendido en un hospital, era lo mejor que podían hacer, ya que no había manera en el infierno que fueran capaces de explicar las lesiones de Ari a un civil. Ningún médico se creería que la mordedura en el cuello de Ari provenía de un perro u otro animal. Ari vio a su alrededor. —Arruinaron todas mis cosas. Poniendo un brazo sobre los hombros de Ari, Adam lo llevó fuera. —Sé que lo hicieron, bebé. Les diré a los otros que revisen para ver si hay algo que puede ser salvado.

—¿Salvado? Esas jodidas feas cosas orinaron todo. ¿Cómo puede salvarse algo? Incluso si lo lavara un centenar de veces, nunca voy a ser capaz de usarlo otra vez. —Puedes pedirle prestado un poco de ropa a Brad. Ari le lanzó una mirada de incredulidad. —¿Estás bromeando? ¿Has visto algunas de las cosas que tu hermano usa? Te juro que está estancado en los años ochenta. Es la única persona que conozco que tiene un par de parachute pants16. Ni siquiera sabía que aún se hacían esas malditas cosas. En realidad, Brad tenía dos pares de parachutes pants, pero Adam no pensó que fuera el momento adecuado para señalar eso. Él guio a Ari a la camioneta y lo ayudó a entrar y colocarse el cinturón de seguridad, Adam ajustó la correa para que no rozara la herida de Ari antes de dar la vuelta y ponerse al volante. Condujo tan rápido como pudo a su departamento. En el camino, llamó a Zayne y le pidió al Protector que se reuniera con él en su casa, antes de llamar a Rev. Rev se oía preocupado por Ari y le prometió que él y Jess irían a revisar a los vecinos y ver si había algo rescatable en el departamento. Ari estaba extrañamente tranquilo, incluso para él, y Adam comenzó a preocuparse aún más. Una mordedura de vampiro normal ya era muy malo, pero ya que no tenían idea de lo que eran esas cosas que estaban en el departamento no tenía modo de saber cuánto podría afectarle la mordedura a Ari.

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Parachute pants, estilo de pantalones caracterizados por ser de Nylon y extremadamente holgados, en su forma original tiene varios cierres y estuvieron de moda al final de los 70 y principios de los 80, solían ser de colores brillantes, su uso aumento con la cultura del breakdancing.

Para el momento en que Adam se detuvo delante del departamento que compartía con Brad, Ari estaba en un estado semi-consciente. —Ellos no me dejan salir de la jaula —gimió Ari. —Sólo estás teniendo un flashback, bebé. Estás a salvo, y te tengo —Adam le aseguró mientras apagó la camioneta. —No, aún estoy aquí. —Un escalofrío recorrió el cuerpo de Ari—. Tengo tanto frío. No me dan nada de ropa y me duelen mucho los pies de estar sobre las barras del suelo de mi jaula. ¿Por qué no me dan al menos unos zapatos? Estoy tan desesperado, incluso tomaría zapatos de los cadáveres, sólo para poder deshacerme de un poco de dolor. —Ari soltó otro gemido—. ¿Por qué no pueden por lo menos darme eso? Adam salió y le dio la vuelta a la camioneta, abrió la puerta. Desabrochó el cinturón de seguridad y cuidadosamente tomó a Ari en sus brazos. La cabeza de Ari rodó de lado apoyándose contra el pecho de Adam. Brad lo estaba esperando en la puerta, y Adam se apresuró a acostar a Ari en el sofá. —¿Qué sucedió? —Brad preguntó antes de ver a Adam con asco—. ¿Y qué infiernos te cubre? Sin ánimo de ofender, amigo, pero apestas. —Es venenoso —el Oráculo repentinamente en medio de la sala.

gritó

apareciendo

Zayne estaba al lado de ella y el Protector se veía un poco verde. Se llevó las manos al estómago mientras tomaba unas cuantas respiraciones profundas. —La próxima vez que aparezcas en la sala de alguien sería mejor que dieras una advertencia.

El Oráculo lo desestimó con un movimiento de sus manos. —No hay tiempo. Necesitamos llegar con Ari y Adam antes de perderlos. Adam parpadeó confundido, algo que hacía con alarmante frecuencia ante la presencia del Oráculo. —Me siento muy bien. —Sólo porque vomitaste la mayor parte de la sangre, pero todavía tienes suficiente en tu sistema para que te mate si no nos movemos rápidamente. —Sacó un frasco de sus túnicas blancas y se la entregó a Adam—. Toma, bebe esto. Va a neutralizar el veneno. —¿Qué pasa con Ari? —Adam preguntó mientras tomaba el frasco. Zayne ya estaba de rodillas junto al sofá, quitando la toalla de la herida. Adam hizo una mueca al ver que la marca de la mordedura estaba ahora rodeada de negro y una tela de araña de color gris extendiéndose a lo largo del resto del cuello de Ari. Ari abrió los ojos, mirando adormilado a Zayne. —Ve a ayudar primero a Adam. Es más importante. —El Oráculo lo está atendiendo ahora. —Oh, no. No puedes dejarlo solo con esa perra. No confío en ella. La habitación entera se congeló mientras esperaban con gran expectación cómo ella iba a reaccionar a eso. En vez de la furia que Adam temía, un triste ceño fruncido empañó sus hermosos rasgos. —Te pido disculpas en su nombre. Está fuera de su mente y no sabe lo que está diciendo —se apresuró a decir Adam, con la esperanza de suavizar la situación.

—Tal vez no, pero él quiere decirlo —respondió ella en voz baja. —Por favor, no lo castigues por eso —pidió Adam. —No te preocupes. He sabido cómo se siente acerca de mí desde hace mucho tiempo. Si yo lo fuera a castigarlo por eso ya lo habría hecho hace mucho tiempo. —Dejó escapar un profundo suspiro—. Honestamente, no lo culpo por su ira. Él cree que yo debería haber sido capaz de protegerlo a él y a su familia mejor. Tiene razón. Yo debería haber hecho algo mejor por ellos. Adam abrió la boca para discutir con ella, pero ella dio un codazo a su mano. —Bebe. Al no tener otra opción, Adam obedeció, abriendo el frasco y tomando un sorbo. Se estremeció mientras quemaba el camino hacia abajo, le recordaba la primera y única vez que había tomado un sorbo del whisky de su padre. —Maldición, esto es terrible. ¿Cuánto tengo que beber? — se quejó. —Todo. El Oráculo se acercó y se colocó en cuclillas junto a Zayne. Colocando los dedos en la herida de Ari, lanzó un encantamiento suave. Fue en una lengua que Adam nunca había oído antes y se encontró que le gustaba la suave cadencia, casi musical de todas las palabras. Una brillante luz dorada palpitaba en sus manos. El brillo lentamente recorrió el cuerpo de Ari, manteniéndose sólo un momento antes de que se apagara. Cuando Adam vio que la piel de Ari tenía su sano color de nuevo, sus hombros cayeron con el alivio. Movió los dedos y todas las huellas de la mordida ya no estaban. Entonces Adam vio con la boca abierta que todas las

marcas habían desaparecido, incluso las viejas y rugosas cicatrices del cautiverio de Ari. —¿Si podías sanarlo, por qué no lo hiciste antes? —Adam preguntó, sintiendo su propia justa parte de ira contra el Oráculo. Ella se sentó sobre los talones y pasó una mano amorosa a través del cabello de Ari. Ya sin la agonía del veneno, su cuerpo finalmente sucumbió a la inconsciencia. —Él no estaba dispuesto a dejarlo ir antes de ahora —dijo el Oráculo, mientras seguía acariciando el cabello de Ari. —¿Por qué es diferente ahora? —Brad le preguntó. El Oráculo se giró y vio a Adam. —Debido a que Ari finalmente encontró una razón para querer vivir de nuevo. Brad dejó escapar un resoplido y señaló a Adam. — ¿Quieres decir que la única razón de que Bob Esponja respirando sombrío finalmente decidiera animarse, es debido a este idiota? Zayne dejó escapar un gemido mientras sacudía la cabeza. —No sé lo que es peor, la molesta actitud de Kamden o tu boca. Brad esbozó una sonrisa maliciosa. —¡Oh, mi boca! es mucho mejor. Deberías de escuchar a los chicos de hielo hablar sobre eso. Adam vio al Oráculo, horrorizado de que su hermano estaba dejando que su charla lo alejara de la presencia que era básicamente de gran estima que estuviera en su vida. Sin embargo ella sonreía. Ella incluso saltaba un poco sobre sus pies. —¡Detalles! ¡Detalles! ¡Detalles! Dile al Oráculo cada acto pequeño travieso. Brad levantó una ceja. —¿Pero si lo sabes todo, entonces ya lo, bueno... sabes?

—Sí, pero quiero que me los describas. —Lo agarró por el brazo, lo llevó a la cocina, haciendo una pausa para hablar por encima del hombro—: Adam, no he dicho que puedas dejar de beber ese antídoto. Quiero que te lo hayas terminado para el momento en que regrese. Mientras Adam tomaba otro trago de la bebida del horrible sabor, Zayne bromeó: —¿Estás seguro de que quieres liderar este loco grupo? Estremeciéndose al tragar, Adam respondió: —No creo tener muchas opciones en el asunto. El Oráculo me dijo que era el nuevo líder. Ella nunca me preguntó si quería el trabajo. Y todo el mundo sabía que una vez que hablaba el Oráculo, no se podía desobedecer. Adam sólo esperaba estar a la altura porque hasta ahora, nunca se había sentido tan joven e inexperto en su vida. Más tarde, después de ducharse y ponerse ropa limpia, Adam regresó a ver a Ari. El Oráculo y Zayne se habían ido por lo que el lugar estaba tranquilo excepto por el bajo zumbido de la televisión en la habitación de Brad. —¿Cómo te sientes? —Brad preguntó entrando en la sala. —Bien. Un poco dolorido por la lucha, pero nada importante. —De cualquier modo, ¿qué eran esas cosas? —El Oráculo quiere ver los cadáveres, pero ella cree que eran vampiros salvajes que fueron mordidos por vampiros. Brad palideció. —Ni siquiera sabía que eso era posible. —Yo tampoco. De acuerdo con el Oráculo, eso tiene que haber sido hecho a propósito con el uso de algún tipo de ritual antiguo de vampiros. Pero incluso así eso no se ha hecho en

siglos, por lo que las criaturas resultaron ser demasiado salvajes e inestables. —¿Qué tan inestables? —La última vez que sucedió, esas cosas se escaparon y casi terminan con la mitad de Europa. —Mierda, eso es realmente malo. —Sí, ese parece ser el camino según las noticias que nos han llegado últimamente. —Entonces, ¿quién crees que lo está haciendo ahora? —Mi conjetura sería, algún vampiro rebelde que ha tomado el control de una banda de vampiros salvajes. Ninguno de los vampiros de sangre pura se iba a arriesgar a atraer la atención del gobierno humano hacia su grupo y los vampiros Drones no sabrían acerca de la ceremonia. Además, por lo que he oído, los Drones son los buenos en la guerra por lo que incluso si tuvieran los conocimientos técnicos, este tipo de cosas no es su estilo. —¿Crees que sea ese tipo Benson que tenía a Ari? —Ese es exactamente lo que creo que es. No fue un error que se encontraran esta noche en su departamento. Un escalofrío recorrió a Adam mientras pensaba en lo que habría sucedido si no hubiera insistido en llevar a Ari casa. Protector o no, no habría habido ninguna posibilidad de que hubiera sido capaz de luchar contra ambos solo. Ari podría haber sido capturado o peor aún, asesinado. Brad vio hacia Ari. —¿Crees que deberíamos de quitarle las botas para que esté más cómodo? Adam negó con la cabeza. —Rev dice que Ari sólo se las quita cuando se ducha.

—¿Por qué? —Cuando fue capturado, traía sólo un par de pantalones de algodón y los vampiros lo mantuvieron así durante un año, así que Ari está aterrorizado de poder ser atrapado de nuevo sin estar preparado. Adam apartó un mechón de rubio cabello de la frente de Ari. Ari frunció el ceño y murmuró algo en su sueño, pero él no se inmutó con el toque. —¿Lo quieres, verdad? —Brad le preguntó. —Sí —admitió Adam—. ¿Cómo lo sabes? —¿Quieres decir que además del beso que le plantaste en la sala de reunión de esta noche? —Brad se echó a reír antes de ponerse serio—. Lo he sabido desde el momento que fue secuestrado. Tú eras una ruina. Durante un tiempo, pensé que también te perdería. Adam quiso discutir eso, pero sabía que era verdad. Recordó cuán loco de rabia había estado durante estos dos años de oscuridad. Lo imprudente que había sido y que no le importaba nada si vivía o moría. —¿Él te ama? —Brad preguntó. —Eso espero —respondió Adam mientras seguía viendo a Ari. Aclarándose la garganta, Adam cambió de tema—. ¿Has hablado con papá? —Sí, fui a verlo justo después de nuestra reunión de esta noche. —¿Cómo lo está tomando? Brad hizo una mueca. —Él está actuando como si fuera la mejor noticia que jamás hubiera escuchado. Habrías pensado

que la Navidad llegó antes para él o algo así. Incluso ha empacado para tomarse unas largas vacaciones en Hawái. —¿Hay algo malo en eso? —Simplemente pensé que el trabajo significaba más para él. Infiernos, pensaba que yo significaba más para él. Sé que la mayoría de los Protectores no se acercan a sus hijos, pero yo esperaba que él fuera diferente. Adam le dio una palmada en el hombro. —Lo es, pero nunca va a ser un padre normal para nosotros. Brad se encogió de hombros. —Supongo que sí, solo que siempre esperé más de él. Quiero decir, ya es bastante malo que nuestra propia madre no quiera tener nada que ver con nosotros. —Esa es su pérdida, porque ella es la que se perdió al salirse. Eres genial y estoy orgulloso de llamarte mi hermano. Brad le dio una débil sonrisa y Adam sabía que una broma iba a llegar. Siempre era así con Brad. Él simplemente no podía manejar las cosas cuando se ponían demasiado sentimentales. — Sí, asegúrate de recordarlo cuando veas lo que hice para Kamden. Adam gruñó. —Oh, Dios. ¿Qué hiciste para enojarlo esta vez? —Digamos que veinte dólares en crema de afeitar valió la pena cuando se usa en llenar un casillero. —¿Sabes que él te pateará el culo? Él tenía sus mejores armas ahí. —Sí, bueno, tal vez si él tiene que limpiarlos, estará demasiado ocupado para mirar boquiabierto a Ari. Nadie se mete con el novio de mi hermano y se sale con la suya.

Adam le dio un juguetón golpe en el brazo, Brad se levantó y regresó al dormitorio. Dejando a Adam de nuevo solo con Ari, Adam era incapaz de apartar la vista del bello hombre. Y eso es lo que Ari era. A pesar de que Adam podía imaginar a Ari erizarse ante ese término. Él era un guerrero completo y no le gusta que nadie lo viera de otra manera. Adam sabía que debía ir a la cama. Ya era tarde y tenían que estar de regreso en el centro de entrenamiento en tan sólo unas pocas horas. Sin embargo, Adam se encontró incapaz de dejar a su hombre solo por lo que entró en su dormitorio el tiempo suficiente para tomar algunas almohadas y mantas. Regresando a la sala, cubrió a Ari, y se acomodó en el sofá de dos plazas. No era el peor lugar en el que hubiera dormido, pero no era exactamente cómodo. Su cuerpo era demasiado grande y no importaba cómo se moviera, Adam no podía encontrar una posición cómoda. Sin embargo, ir a su cama no era una opción. Si eso significa estar para Ari, Adam aceptaba cualquier cantidad de molestias. Dándole una última mirada al hombre que había llegado a significar tanto para él, Adam finalmente cayó en un inquieto sueño.

Ari se despertó sobresaltado, su corazón latiendo fuerte al encontrarse en un entorno desconocido. Por reflejo, metió la mano bajo la almohada buscando su arma sólo para descubrir que faltaba. El pánico arañó su pecho y su respiración empezó a ser irregular y corta. Luego al ver a su alrededor, vio a Adam durmiendo a poca distancia, y todo el miedo salió de su cuerpo. Los acontecimientos de anoche regresaron lentamente. Adam había llevado a Ari a su departamento, pero el lugar era un basurero. Entonces fueron atacados por los gemelos anormales y Ari había sido mordido. Después de eso todo era un poco difuso. Vagamente recordó salvar la vida de Adam, pero después de eso todo estaba en blanco. —Bueno, mira quién está despierto —dijo una voz conocida desde la cocina. Ari se giró y vio a Brad ahí de pie con un tazón de cereal en la mano, vistiendo sólo un par de pijamas a rayas. Ari sabía que debía estar excitado al ver el musculoso pecho de Brad y sus bien definidos abdominales, pero lo único que le importaba era Adam, que parecía incómodo como el infierno durmiendo en el sofá de dos plazas. —Se quedó allí toda la noche. ¿No es dulce? —Brad murmuró sarcásticamente. —¿Qué sucedió? —Ari preguntó mientras desenredaba la manta de su cuerpo y se sentaba.

—Bueno, tomando el hecho de que ambos aún tienen la ropa puesta, yo diría que no vale la pena hablar. Ari lo fulminó con la mirada. Brad se encogió de hombros. —Está bien, si quieres ser un aguafiestas, vamos a eso. Te mordió un vampiro ghoul17 anoche y casi mueres. —¿Vampiro ghoul? —repitió Ari, aunque ahora que Brad lo mencionaba, tenía sentido, dado el aspecto de la criatura. Durante su investigación, Ari había encontrado viejas historias sobre tales monstruos, pero nunca creyó que realmente hubieran existido. Pero, tampoco, nunca creyó que realmente existieran las sea serpent en el río de Detroit. —Creo que las mordidas de esos son tan venenosos como el infierno. Habrías muerto si el Oráculo no aparece y te salva el culo. El estómago de Ari hizo un giro extraño. —¿El Oráculo estuvo aquí? —Sí, y estuviste muy mal con ella. Es posible que desees comprarle unas flores o algo así, ya que le debes una gran disculpa. Como si eso fuera a suceder. Ari prefería darle un beso francés a una de esas criaturas de anoche, pero mantuvo su opinión para si mismo. Levantó la mano al cuello, bajando su siempre presente cuello alto, sintiendo lo bien que había sanado. Cuando sus

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Ghoul en la mitología islámica, el gohul es un demonio del desierto capaz de adquirir la forma de un animal. Es un espíritu demoniaco que se alimenta de la carne de cadáveres o de niños. Viven en lugares aislados o en los cementerios. Atraen a los viajeros seduciéndolos y se prostituyen para después devorarlos. Es la personificación del terror del desierto. Aunque también significa, vampiro, espíritu o demonio necrófago. Se deja el original.

dedos encontraron la lisa piel en lugar de la familiar sensación de las burdas cicatrices, se quedó sin aliento. —Sí, ella curó todo el asunto —dijo Brad, respondiendo a la tácita pregunta de Ari. Queriendo verlo por sí mismo, Ari se puso en pie. —¿Dónde está el cuarto de baño? Brad señaló con su cuchara. —La primera puerta a la izquierda. Si encuentras un montón de ropa y posters de Alf, has ido demasiado lejos. Ari se detuvo a medio paso para preguntarle a Brad qué infiernos era Alf, entonces lo pensó mejor y decidió seguir hacia el cuarto de baño. Lo encontró con bastante facilidad y se dirigió directamente hacia el espejo. Se quitó la capa y la camisa para ver bien su piel. Mientras se veía al espejo se le formó un doloroso nudo en la garganta por las emociones contenidas. Se habían ido. Todas ellas. Incluso las más débiles marcas circulares de mordidas en su pecho. Aún sin atreverse a creer lo que veían sus ojos, Ari se pasó los dedos sobre la carne, sólo para encontrarse con una suavidad que no había estado ahí en años. Oyó un ruido detrás de él y Ari se dio la vuelta para encontrar a Adam de pie en la puerta. Al igual que Brad, Adam sólo llevaba un par de pijamas, aunque las suyas eran negras y estaban bajas en sus caderas. También tenía el torso desnudo y, a diferencia de con Brad, Ari se sentía muy atraído por lo que veía. Se lamió los labios mientras su mirada recorrió lentamente el bronceado pecho lampiño de Adam. Los músculos estaban tan definidos y perfectos que el hombre debería de pasar horas en el gimnasio. Ari imaginó lo caliente que debería de verse. Adam

todo sudado levantando pesas, sus músculos tensos de hacer mucho ejercicio. —¿Estás bien? Tienes una mirada extraña —dijo Adam. —No, estoy caliente como el infierno —dijo Ari con áspera voz y palmeó su dolorido pene. Se sorprendió y deleitó al mismo tiempo. Durante todo este tiempo, había estado preocupado de que su abuso lo hubiera dejado incapaz de llegar a tener relaciones sexuales. Sin embargo, allí estaba tan excitado y listo como el infierno. De hecho, él sentía que si no obtenía algo de alivio pronto, saltaría de su piel. Adam se le quedó viendo estúpidamente durante un momento antes de finalmente entenderlo. Cerró la puerta detrás de él, le puso llave y se acercó a Ari como un hombre muerto de hambre. Ari se reunió con él a mitad de camino, chocando la boca en un fuerte beso, casi brutal. Sus dientes resonaban juntos, ya que ambos lucharon por el dominio. Al final, Ari le permitió a Adam hacerse cargo, pero sólo porque se sentía tan condenadamente bien tener a otra persona por primera vez a cargo de su placer en lugar de su dolor. Pasando sus dedos a través del cabello de Ari, Adam le dio un ligero jalón, obligando a Ari a levantar la vista. Cuando vio el hambre en el rostro del otro hombre, el aspecto casi salvaje en sus ojos, un estremecimiento de deseo recorrió a Ari. Oh, sí, iba a divertirse sometiéndose a esta lucha. —Yo quería decir lo que dije anoche. Eres mío y será mejor que nunca vea a Kamden ni siquiera viendo hacia ti —gruñó Adam. —Él puede ver todo lo que quiera, pero nunca me va a tener —prometió Ari, lo quería decir con cada fibra de su cuerpo.

Frotando su dolorido pene contra el de Adam, Ari permitió que un pequeño gemido se deslizara de sus labios: —Por favor. Adam le dio una salvaje sonrisa. —¿Esto es lo que quiere mi bebé? —Sí, y deja de llamarme así. Soy un hombre totalmente adulto, ya no soy un malcriado. —Aun no sabes cuándo guardar silencio. Adam mordió el labio inferior de Ari en una suave reprimenda, que fue directamente al pene de Ari. Adam bajó el cierre de los pantalones de Ari y los bajó hasta las caderas. Entonces Adam, bajó sus propios pantalones para que ambos penes estuvieran libres. Ari bajó la vista para ver el pene de Adam, el más delicioso escalofrío lo recorrió al ver lo grande que era. Una gota de líquido pre-eyaculatorio brillaba en la punta y Ari quería probarlo tan urgentemente que dejó escapar un suave gemido. Como si leyera su mente, Adam sacudió la cabeza. — Nosotros no tenemos mucho tiempo. Prometo que más adelante podremos pasar toda la noche estudiándonos uno al otro. —Pero ahora estoy caliente. —Ari puso mala cara, sabiendo que sonaba un poco como la rica niña mimada de Willy Wonka18. —Cuidaré de ti. No dudes nunca de eso, porque voy a asegurarme de que estés satisfecho. Apropiadamente castigado, Ari apretó los labios y asintió. Con ese buen comportamiento se ganó una sonrisa de aprobación. Adam se acercó y tomó un tubo de loción de la 18

Willy Wonka, personaje de ficción creado por Roald Dahl en sus libros Charlie y la fabrica de chocolate, y Charlie y el gran ascensor de Cristal, El primero fue llevado al cine y en el salía un personaje de niña mimada.

parte superior del lavabo. Vertió algo en su mano, se agachó y rodeó con sus dedos ambos penes. Ari dejó escapar un suspiro. —Joder, está frío. Adam le cerró la boca con otro beso, esta vez uno tan ardiente que hizo que Ari se mareara. Al mismo tiempo, Adam comenzó a acariciarlos lentamente. El placer recorrió el cuerpo de Ari y fue incapaz de evitar gritar. Había pasado tanto tiempo desde que se había corrido que sabía que no duraría mucho tiempo, pero al mismo tiempo no quería que el momento terminara nunca, especialmente cuando Adam comenzó a murmurarle traviesas cosas al oído a Ari. —Estás tan jodidamente caliente. Soñaba con este momento desde hace tanto tiempo. No puedo decirte cuántas veces me he masturbado en la ducha mientras te imaginaba tocándome. Cuando lleguemos a casa esta noche, te voy a joder sobre el colchón tan duro que no serás capaz de caminar durante días. Entonces voy a hacer que me la chupes el resto de la noche. Y si eres bueno, voy a devolverte el favor. —¡Sí! A todo eso, ¡sí! —Ari gritó mientras se acercaba, se empujó hasta la empuñadura en el fuerte agarre de los dedos cuando su pene estaba a punto de explotar y caliente semen cubrió su abdomen y la mano de Adam. Apenas Ari estaba terminando de temblar, entonces Adam dejó escapar un grito cuando su propio semen brotó y se unió al desastre. Adam aun así siguió acariciándolos un momento más, mientras lentamente bajaban de su orgasmo. Ari apoyó la cabeza sobre el hombro de Adam mientras recuperaba el aliento y una oleada de vértigo lo recorría. —Wow, eso fue fantástico —declaró Ari. Adam se rio entre dientes. —¿Simplemente fantástico?

Ari levantó la cabeza y presionó ligeramente sus labios para un ligero beso. —Está bien, ¿qué si te digo que fue increíble, alucinante y un terremoto? Arqueando una ceja como si pensara, Adam finalmente dijo: —Eso suena mejor. Dando un paso atrás, le dio un ligero golpe al desnudo muslo de Ari. —Ahora a la ducha e iré a preparar algo para el desayuno. Tenemos solamente una hora antes de regresar a nuestros deberes en el centro de entrenamiento. Ari gimió, pero obedeció. Se quitó el resto de su ropa y se metió en la ducha, Adam se lavó las manos y salió del cuarto de baño. Ari se duchó rápidamente, sólo hizo una pausa para respirar el olor del champú. Lo reconoció de inmediato como de Adam y le dio a Ari una sensación de satisfacción el saber que iba a pasar el resto del día oliendo al hombre. Al salir, Ari se secó y encontró algo de ropa que habían dejado para él arriba de la cama. Ari la reconoció como parte de la ropa de entrenamiento de Adam. Se la puso. Dado que Adam no era mucho más grande, sólo le colgaba a Ari un poco. Dobló un poco la bastilla de los pantalones antes de ponerse las botas. Guardó su uniforme en una bolsa para lavarlo y fue a la cocina. Tan pronto como entró, Adam le dio un tazón y gruñó: — Come, rápido. Tenemos que salir en un par de minutos. Ari iba a fruncir el ceño por el insolente trato, pero Adam le dio un guiño y una sonrisa. Sintiendo cálido el interior, Ari se sentó y empezó a comer. Estaba encantado aún más al descubrir que era Fruity Pebbles, que era su cereal favorito.

Brad le dio una sonrisa de complicidad. —Entonces, Ari, ¿cómo te sientes esta mañana? No iba a dejar que el imbécil lo molestara, Ari contestó: — Mucho más feliz que tú. En lugar de sentirse insultado, Brad sólo se río. —Si, lo oí. —Déjalo —Adam le gruñó a su hermano. —Entonces, ¿esto significa que ahora Ari se mudará aquí? —Brad presionó. Ari hizo una pausa, no estaba seguro de cómo responder a esa pregunta. Él sabía una cosa con certeza, no había manera de que jamás pudiera regresar a su antiguo departamento. Incluso si lo hubieran limpiado, él nunca sería capaz de poder sacar los recuerdos de esos monstruos de su mente. Tampoco podría mudarse de nuevo con Rev. No sólo ya no iban a la universidad, sino que Rev ahora vivía con Jess y Ari no quería intervenir y ser la indeseable tercer rueda. Adam vio a Ari. —¿Qué te parece? ¿Quieres vivir aquí? —¿Dónde voy a dormir? —Ari preguntó. Brad soltó una carcajada. —Si tienes que preguntar eso, mi hermano no hizo bien su trabajo en el cuarto de baño hace unos minutos. Ari se sintió enrojecer hasta las puntas de las orejas. —Adam fue fantástico. Yo no quiero que se sienta obligado a cuidar de mí. Adam se acercó y tomó la mano de Ari. —No te lo pido porque sienta que tengo que hacerlo. Te quiero aquí. Yo sé que las cosas van un poco más rápido de lo normal, pero dadas las circunstancias, creo que puedo romper algunas reglas.

Ari pensó en eso. ¿Estaba listo para irse a vivir con Adam? Aunque Ari se sentía bastante seguro de que amaba al hombre desde hacía mucho tiempo, aún tenía miedo de cómo Adán iba a reaccionar cuando viera a algunas de las nuevas peculiaridades de Ari. —A veces tengo pesadillas. Realmente malas. Además, me asustan las tormentas. Y todavía tengo que dormir con la ropa puesta. Y me bañaría totalmente vestido si pudiera. —Se llevó la mano libre a la boca, asombrado de que abruptamente acabara de decir todo eso. Adam sólo le sonrió. —Está bien, bebé. —Sí hubiéramos tenido que atravesar por toda esa mierda, haríamos lo mismo —Brad intervino. —Entonces, ¿quieres decir que aún me quieres? —Ari preguntó tímidamente. Adam se levantó y le dio un suave beso en la mejilla. —No hay nada que pueda hacer que te quiera menos. —Gracias —le susurró Ari, asegurándose de ver a Brad para que el Protector supiera que la gratitud se dirigía a ambos. —Oye, ahora eres de la familia —dijo Brad con un encogimiento de hombros. Adam se sentó y comió en silencio durante unos momentos antes de que Ari le preguntara: —Entonces, ¿qué encontraron los otros en mi departamento anoche? —Bueno, primero que nada, tus vecinos estaban bien —dijo Adam. Brad soltó un bufido. —Fueron golpeados fuertemente y no oyeron ni una maldita cosa. Lo cual es sorprendente teniendo en cuenta el daño que había en tu departamento.

—¿Había otras criaturas? —Ari se estremeció ante la idea de que hubiera más de esas cosas. —No, pero cuando Rev y Jess llegaron allí, los cuerpos habían desaparecido. —Brad tronó los dedos—. Ni siquiera había ninguna ceniza o algo así como con los vampiros normales. Todo lo que encontraron fueron algunos rastros de sangre, como si algo o alguien hubiera entrado y arrastrado los cuerpos fuera de allí. —Asqueroso. —Ari arrugó la nariz—. ¿Ellos fueron capaces de salvar alguna de mis cosas? Adam sacudió con tristeza la cabeza. —Lo siento, pero no. Ellos hicieron un buen trabajo en echar a perder tus pertenencias. Se formó un nudo en la garganta de Ari. Aunque a él no le importaba la ropa y otras cosas, había algunas fotos antiguas de su familia y algunas armas que su padre le había heredado que a Ari le dolía perder. Entonces se dio cuenta de que pudo haber perdido a Adam anoche, y todo lo demás no importó. Sabía que lo más importante estaba frente a él y Ari creía que cualquier sacrificio valía la pena. —¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Ari. Adam besó el dorso de la mano de Ari. —Tenemos que cazar a los vampiros y a las cosas que están haciendo y matarlos a todos. Sólo el pensar en Benson hizo que Ari ardiera con la necesidad de venganza. Oh, sí, matar al bastardo era un plan que Ari podría seguir. Asintiendo, dijo: —No puedo esperar para empezar.

Mientras caminaban hacia el centro de entrenamiento, Ari sentía como si cada mirada estuviera en él, y a juzgar por las miradas de complicidad en sus rostros, todos sabían exactamente dónde Ari había pasado la noche anterior. Por supuesto, Adam no ayudaba en ese asunto manteniendo fuertemente tomada la mano de Ari, casi como si estuviera haciendo alarde de su relación y viendo si alguien se atrevía a interferir. Casi arrastraba a Ari por el lugar mientras colocaba un letrero neón para atraer más la atención. Una vez que llegaron a la sala de reunión, Adam soltó la mano de Ari, pero sólo para que él pudiera tomar asiento mientras que Adam iba al frente. Viendo a Brad reír dos lugares más allá, Ari se acomodó en su asiento y trató de ignorar el hecho de que cada Protector y Guardián del lugar lo estaban viendo. Para los gemelos, en particular, parecía que la situación era solo un disturbio. Hablaban en voz baja entre sí y lo señalaban con el dedo. Ari les levantó el dedo antes de volver su atención hacia el frente. Entonces, el Oráculo apareció en la habitación y Ari no pudo reprimir un gruñido de frustración. Genial, justo lo que no le hacía falta en ese minuto —tener que lidiar con ella y todas sus malditas preguntas de sondeo. Adam comenzó a hablar con el grupo, dándoles a todos un resumen de la situación de la noche anterior, pero Ari escuchaba a duras penas. No es que él realmente lo necesitara

ya lo había vivido, por lo que permitió que su mente divagara, lo que nunca era una buena cosa. ¿Por qué Benson había venido a Detroit y por qué en el infierno seguía tan duro a Ari? Había nueve Protectores más, así que si era por la sangre, entonces Benson pudo obtenerla fácilmente de uno de ellos. Infiernos, el vampiro podría haberse llevado a uno de los gemelos y nadie se hubiera dado cuenta en al menos una semana. Entonces Ari oyó su nombre y eso lo regresó a la conversación. —¿Entonces el Oráculo fue capaz de curar a Ari? —Teddy preguntó mientras le sonreía a la mujer. —Sí, si te fijas, incluso se hizo cargo de las viejas cicatrices — dijo uno de los gemelos, señalando a Ari. —Si… gran jodido trato. En primer lugar fue culpa de ella que las cicatrices estuvieran ahí —bufó Ari. Todo el mundo se quedó sin aliento en estado de shock y Ari no pudo resistir la tentación de rodar los ojos. Maldición, realmente pensaban que el sol salía y se ponía por esa mujer. Acercándose a él, el Oráculo se paró frente a Ari y cruzó los brazos sobre el pecho. —¿Por qué no sólo sacas esto y terminas de una vez? Ari se puso de pie y se giró para irse. —¿Y por qué no te inclinas? Él dio dos pasos hacia atrás antes de encontrarse congelado en su lugar. Luchó con todas sus fuerzas, pero fue incapaz de mover siquiera un dedo. —Oh, esto es tan injusto. Ella caminó alrededor y lo enfrentó de nuevo. —Quieres moverte de nuevo, entonces hablaremos.

—Puesto que todo lo sabes, ya debes ser consciente de por qué estoy enojado contigo. Ella arqueó una ceja. —Ahora estás siendo malcriado. Pensé que superaste esa etapa hace un tiempo. —¿Cómo lo sabes? Nunca me notaste en absoluto. —¿Y cómo puedes estar tan seguro de eso? Algo se rompió dentro de Ari y todas las acusaciones que había estado manteniendo a raya a lo largo de los años, finalmente las vomitó. —¡Pudiste haberlo detenido! —¿Quiere decir el ataque contra ti y tu familia? —Sí. Si se supone que todo lo sabes, que eres súper poderosa, ¿cómo infiernos pudiste haberte mantenido al margen sin hacer nada, mientras que los mataban? Si estabas enojada conmigo por algo, entonces debería haber sido yo quien pagara el precio, no ellos. Pero no, no hiciste nada mientras ellos entraban y mataban a mi madre, mi hermana y mi hermano. Todos ellos eran inocentes. Ella sacudió la cabeza. —Nunca estuve enojada contigo, Ari. —¿Entonces por qué? —preguntó, levantando la voz aún más—. Y después, cuando me estaban torturándome y me usaban como un juguete, tenías que haber sabido dónde me mantenían. Podrías haber aparecido y rescatarme, o al menos enviar a los otros para ayudar, pero de nuevo, no lo hiciste. Solo me dejaste ahí pudriéndome durante dos años. ¿Sabes lo que me hicieron? ¿Cómo me utilizaron? ¿Lo que me pasó? Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. —Sí, Ari. Sé cada cosa que te hicieron y cada una me rompió el corazón. Si yo hubiera podido habría impedido que eso te sucediera.

—Entonces, ¿por qué no lo hiciste? —Ari gritó—. ¿Por qué me abandonaste? ¿Qué he hecho para que me odies? El cuarto entero absorto veía en silencio, incluso Adam parecía ser incapaz de pensar en algo que decir. El Oráculo extendió la mano y suavemente acunó la mejilla de Ari. —Mi dulce Protector. Nunca te abandoné. Yo estaba contigo todo el tiempo. No era capaz de ayudarte. Confía en mí. Si yo hubiera podido hubiera asaltado ese lugar yo misma. Entonces vio fijamente a Ari y él lo vio. Todas las veces que lloró por él. Cómo ella se desgarraba mientras él sufría. La forma en que su corazón se rompía cada vez que lo herían. —Incluso para mi hay reglas que tengo que seguir y, a veces los que mandan no me dejan intervenir. Si yo hubiera podido, nada, y me refiero a nada, me hubiera impedido que te salvara. Ari. Te amo como si fueras mi propio hijo. Ari dejó escapar un sollozo, y antes de que se diera cuenta, estaba envuelto en sus protectores brazos. Mientras hundía el rostro en su pecho, Ari, finalmente se dejó llorar. Él lloró por la pérdida de su familia, su inocencia y la del hombre que una vez fue. Por encima de todo, lloró por todo el odio y la ira que había quedado atrapada dentro de él durante tanto tiempo. Durante todo el tiempo, ella lo abrazaba, los dedos recorrían su espalda en una suave manera. —Yo te tengo. Todo ese tiempo yo te tenía. Nunca te abandoné, Ari. Por primera vez desde aquella horrible noche, Ari le creyó. Horas más tarde, Ari tomó la mano de Adam mientras caminaban de regreso al departamento. Después de una noche infructuosa de búsqueda de pistas sobre Benson y sin dar con nada de nada, Ari sabía que debía de sentirse cansado y frustrado. En cambio, se sentía ligero y casi feliz. Después de la descarga con el Oráculo, eso fue como si un peso de cincuenta

kilos se le hubiera levantado de sus hombros. Durante la noche, Ari se había encontrado incluso riéndose de las payasadas de los gemelos, que normalmente le molestaban un infierno. —Pareces feliz —observó Adam mientras abría la puerta. Ari le sonrió. —Creo que gritarle al Oráculo fue muy catártico. No me he sentido tan bien en... bueno, una eternidad. Adam lanzó un gruñido. —Sólo asegúrate de no hacer un hábito de eso. No te olvides que la mujer puede quemarte con una mirada, y me gusta tenerte a mí alrededor. Una vez dentro, Ari vio a su alrededor. —¿Dónde está Brad? —Está terminando la búsqueda en ese almacén. Sintiéndose un poco atrevido y muy travieso. Ari pasó la mano por el pecho de Adam. —Eso quiere decir que tenemos el lugar para nosotros solos. ¿Qué vamos a hacer con toda esta privacidad? Adam frunció el ceño. —Esa línea se oye tan mal como si viniera de un hetero en una película porno de bajo presupuesto. —Ese es el mejor tipo de películas sucias. Además, ¿realmente importa cómo lo digo? Dejando escapar una carcajada, Adam tomó a Ari por la muñeca y comenzó a arrastrarlo hacia su recámara. —Infiernos, no me importa si me lo cantas, bebé. Con tal de que estés desnudo y debajo de mí en los próximos cinco minutos. —Sigues con los apodos —se quejó Ari, pero siguió con entusiasmo a Adam. Una vez que llegaron a la recámara, Adam pateó la puerta cerrándola antes de detener a Ari contra la pared y besarlo quitándole el aliento.

El deseo recorría a Ari, y se encontró abriendo las piernas para poder darle más espacio a Adam. Esta vez, no hubo lucha por el dominio. Ari inmediatamente cedió todo ante Adam. Adam acunó el pene de Ari. —Mio. Oh, sí. Ari estaba de acuerdo con eso. Especialmente si significaba que iba a correrse pronto. Hizo un gesto de impaciencia. —Sí, todo tuyo. Adam dio un paso atrás y comenzó a rasgar la ropa de Ari. Cuando un sonido de la ropa rasgándose llenó la habitación, Ari se echó a reír. —Ten cuidado, vas a arruinarla. Después de todo, son tuyos. —No me importa. Puedo comprar más —declaró Adam, su calienta mirada viendo la desnuda piel de Ari. —A menos que recibas un cheque más grande que el mio, no puedes pagar más. Ari soltó una carcajada y luego gritó cuando Adam bajó la cabeza y empezó a mordisquear los pezones de Ari. Dejando escapar un silbido de placer, Ari tomó un puño del cabello de Adam en su mano y se arqueó hacia su tacto. —Oh, esto es bueno —dijo Ari, gimiendo. Adam lo vio con una traviesa expresión en su rostro generalmente serio. —¿Solo bueno? Vamos a tener que hablar sobre hacerlo mejor. Tomando a Ari de la cintura, Adam lo arrojó a la cama, y luego comenzó a quitarse su propia ropa. Ari arrancó los restos destrozados de su ropa, antes de acostarse sobre su espalda y hacerle señas con el dedo. —Trae tu culo aquí.

Adam subió a la cama, haciendo que Ari se sintiera un poco como un ratón que está siendo acosado por un infierno de sexy gatito. Subiendo por el cuerpo de Ari, lo atrapó en un beso tan abrasador que era una maravilla que no dejara marcas de quemaduras en las sábanas. El beso pareció durar una eternidad mientras sus lenguas se deslizaban una contra otra. Al mismo tiempo, ambos dejaron que sus manos vagaran, exploraran. Ari había esperado tanto tiempo este momento, quería grabar todos los detalles en su memoria. Su pene pedía liberación, pero Ari se dio un silente mensaje. «Tranquilo». Habría tiempo de sobra para correrse más adelante, pero ahora, este momento era para él y Adam para finalmente llegar a conocerse entre sí todo lo posible. Besando detrás del cuello de Ari, Adam murmuró: —Te amo. Creo que siempre lo he hecho. Ari se congeló ante la declaración sólo un momento antes de que su corazón se derritiera y se diera cuenta que ya no podía negar sus verdaderos sentimientos. —También te amo. —Te prometo pasar el resto de nuestras vidas haciéndote feliz —Adam prometió. Tomando la mano de Adam, Ari la llevó hacia su doloroso pene. —Puedes empezar con esto. Adam se carcajeó. —Seguro que puedes ser un mandón en ocasiones. —Sólo cuando no consigo lo que quiero. —Inclinándose hacia arriba, Ari le dio al hombro de Adam una mordida de amor—. Ahora, ve a eso. Adam gimió. —Debería de torturarte. Hacer que lo quieras tanto que me ruegues para que te deje correr. Quizás entonces aprenderías quién está a cargo aquí.

Ari sonrió. —Ah, pero no vas a hacer eso, porque lo deseas tanto como yo. Envolviendo los dedos alrededor del pene de Ari, Adam ronroneó: —Sin embargo, eso todavía no quiere decir que no voy a hacerte gritar. Adam procedió a torturar ligeramente a Ari besando, lamiendo y mordiendo cada centímetro de piel expuesta. Durante todo el tiempo, lentamente acariciaba el pene de Ari, Ari estaba casi sin sentido por el placer. Ari tomó en un puño las sábanas y comenzó a empujarse hacia arriba a la mano de Adam. Todo era casi demasiado, pero al mismo tiempo era tan malditamente bueno que Ari quería que durara por siempre. Aun así, se encontró llegando a la cima del placer y estaría maldito si iba a correrse antes de tener el pene de Adam dentro de él. Dejando escapar un largo gemido, Ari dijo: —Lubricante. Condón ¡Ahora! Adam se apresuró a tomar los artículos. Ari le arrebató la botella de lubricante y le ordenó: — Colócate el condón mientras me estiro. Casi valía el precio de una entrada el ver la expresión de asombro y aun así de lujuria en el rostro de Adam. Riéndose, Ari abrió la botella. Exprimiendo un poco de líquido en sus dedos, Ari deslizó un dedo en su culo, haciendo una mueca ante el pequeño dolor, ya que había pasado tiempo desde que tuvo sexo. Adam tragó saliva, con los ojos cada vez más abiertos. — Eso se ve tan jodidamente caliente. —Condón —le recordó Ari.

Añadió un segundo dedo, gimiendo de placer mientras el dolor comenzaba a ceder al placer. Maldición, si se había sentido tan bien con sus propios dedos, Ari no podía esperar para saber cómo se sentiría al estar lleno con el grueso pene de Adam. Ansioso por llegar a la parte buena, Ari añadió un tercer dedo, un quejido se deslizó por sus labios mientras veía a Adam colocarse el condón. —Por favor, dámelo ahora —jadeó Ari. —¿Ves?, sabía que tenías que rogar —se jactó Adam. Él golpeó la mano de Ari apartándola—. Ahora es mi turno para llegar a ese culo. Alineando la punta de su pene, Adam se empujó totalmente dentro. Ari gimió, de placer y de la sensación de estar tan lleno. Dolía tanto que era bueno, y Ari solamente quería más. —¡Jódeme! Duro —le ordenó subiendo sus piernas a los hombros de Adam. —Me retracto de todo lo que dije. Sigues siendo un malcriado. Ari le sonrió. —Te tomó mucho tiempo el darte cuenta de eso. ¿Ahora me vas a joder contra el colchón o no? —Mi bebé siempre consigue lo que quiere. Ari comenzó a protestar por el término de cariño, pero terminó gritando de placer cuando Adam comenzó a presionarse contra él. También él fue fiel a su promesa, tomó un ritmo tan duro y brutal que Ari apenas era capaz de respirar. No es que se quejara. Por el contrario, extendió la mano y se aferró a los hombros de Adam, sus uñas clavadas en la carne del otro hombre, sin duda sacando un poco de sangre.

A Adam parecía que también le gustaba un poco de dolor con el placer, porque aceleró el ritmo. La cama rechinaba mientras el respaldo golpeaba la pared y Ari se alegró de que Brad no estuviera ahí obteniendo más información. —Acaríciate tu mismo. Quiero ver que te corres —gruñó Adam, los músculos de su cuello destacándose. Era difícil tomando en cuenta que lo estaban jodiendo pero logró tomar su propio pene. Solo le tomó unos cuantos jalones y su orgasmo lo golpeó con tanta fuerza como Adam había predicho mientras gritaba el nombre del Protector haciendo que hiciera eco en el cuarto. Chorros de caliente esperma se esparcieron entre ellos, cubriendo su abdomen. Adam se empujó unas cuantas veces más antes de rugir su propio placer, su pene pulsando dentro del culo de Ari. Después de que Adam terminó, cayó arriba de Ari, sus cuerpos pegajosos y sudorosos presionándose juntos. Ari sabía que debían levantarse y limpiar el desorden, pero él se resistía a moverse en ese momento. De hecho, se sentía muy seguro de que si trataba de pararse sus piernas cederían. Así que en vez de eso, cerró los ojos y se quedó dormido desnudo. Algo que no se había atrevido a hacer desde su captura. Mientras sentía los brazos de Adam apretándolo alrededor, Ari sabía que él estaba a salvo y por primera vez en lo que parecía una eternidad, fue capaz de atravesar una noche sin pesadillas que lo acosaran.

Cuando Adam entró en el centro de entrenamiento el día siguiente, no podía evitar la grande y tonta sonrisa de su cara. No sólo había pasado la noche anterior haciéndole el amor a Ari, sino que el hombre estaba ahora a su lado y no se veía como si fuera a irse a ningún lado pronto. Lo mejor de todo, Ari había admitido que amaba a Adam. Adam nunca había esperado tener todo lo que le estaba sucediendo y solo en cuestión de días. Incluso había conseguido hablar con Stew esa mañana, y Brad había estado en lo cierto, su padre nunca se había oído mejor. Incluso estaba pensando en tomar unas largas vacaciones a un centro de rehabilitación para obtener ayuda con su manera de beber. El lugar ya estaba zumbando y Adam estaba confundido al ver a Zayne hablando con un hombre alto. Con la piel oscura, ojos color chocolate y un corte de cabello corto, el chico gritaba soldado. Los uniformes negros y pistolas atadas a sus lados sólo se agregan a la apariencia de agresivo. Entonces, el hombre sonrió, mostrando un destello de colmillos, haciendo que Adam se congelara. ¿En qué demonios estaba pensando Zayne, trayendo un vampiro alrededor de Ari? Adam se giró, preocupado acerca de cómo su amante reaccionaria sobre el visitante. Los ojos de Ari estaban enormes, su boca abierta por la sorpresa. Adam se giró, listo para desgarrar a Zayne y al nuevo, cuando Ari gritó: —¡Jonas! ¿Qué estás haciendo aquí?

Ari soltó la mano de Adam y corrió hacia el vampiro, lanzándose a los brazos del hombre. La confusión de Adam se volvió una furia celosa al ver que el vampiro correspondía el abrazo, incluso yendo tan lejos como para hacer girar Ari en un círculo. Acercándose a ellos, Adam llegó ahí cuando Jonas dejaba a Ari de pie de nuevo. Girándose hacia Adam, el vampiro le dedicó una gran sonrisa. —Entonces, tú debes ser el hombre del que Ari me hablaba. —¿Que está sucediendo? —Adam preguntó. Ari sonrió mientras regresaba a un lado de Adam. —Jonas estuvo cautivo conmigo. Nos acercamos durante los meses que compartimos una celda. —¿Qué tan cerca? —Adam preguntó. Jonas se echó a reír. —Veo que finalmente lograste sacar la cabeza de tu culo y reclamar a Ari. De lo contrario, no estarías tan celoso. Adam iba a empezar a negar que estuviera celoso, pero apretó los labios cerrándolos ya que sabía que todo el mundo vería que era una mentira. Dándole una palmada en el hombro, Jonas dijo: —No te preocupes, hombre. Ari y yo somos solamente amigos. Eres el único que siempre quiso tener. Deberías haber oído al niño hablar de ti. Ari se sonrojó mientras veía fijamente al vampiro. —¿Tienes que decir todo? Jonas se carcajeó, el sonido llenó la habitación. —Me comprometo a mantener algunos de tus secretos. —¿Cómo lograste ser libre? La última vez que te vi fue cuando te transfirieron a una nueva prisión —preguntó Ari.

—Mi clan Drone me liberó. Oímos que ustedes tuvieron problemas con los salvajes, así que me enviaron a ayudarlos dado que solíamos ser amistosos. Por mucho que Adam odiara admitirlo, ellos realmente podrían utilizar la ayuda de ese tipo. Entonces, gruñó: —Gracias, apreciamos eso. Los gemelos se acercaron corriendo, ambos gritando al unísono: —Ha habido otro ataque de los salvajes. Llegaron patinando para detenerse cuando vieron a Jonas, sus ojos muy abiertos en estado de shock. Fue muy cómico, Adam no sabía si reír o gruñir avergonzado. En lugar de eso movió la mano para que continuaran. Sasha se sobresaltó. —Ellos están en la misma fábrica en la que mataron a los otros humanos. Sólo que esta vez tienen algunos cautivos que aún siguen vivos. —¿Cómo te enteraste de eso? —Adam preguntó. —Unos apestosos were chacales llegaron a la puerta a decirnos —dijo Haven, su mirada seguía fija en Jonas. Adam sacudió la cabeza. No le gustaba la situación en absoluto. Simplemente gritaba trampa. Sin embargo, al mismo tiempo, no podían quedarse en casa y no hacer nada. No si había vidas en cautiverio que estaban en juego. Se giró hacia Ari. —Es necesario que te quedes fuera de esto. Ari bufó. —No hay manera en el infierno. —Vamos, Ari. Sabemos que es Benson y él está haciendo esto para llevarte ahí. Siempre ha sido quien te ha estado persiguiendo. Ari hizo una mueca salvaje, una mirada de furia que brillaba en sus ojos. —Entonces él me tendrá. Vamos a matar al jodido.

Adam iba a discutir. Ari lo interrumpió: —Mira, sé que estás preocupado por mí, pero necesito esto. Fui yo quien fue torturado y mantenido en cautiverio, y Benson era el que estaba detrás de eso, así que merezco ser yo quien lo termine. Adam quería negar la solicitud, tan fuertemente que el pecho le dolía. A pesar de que sabía que amaba a Ari, también sabía que Ari era un Protector —un Protector que había sido tratado injustamente y que necesitaba justicia. —Está bien, pero nos mantenemos unidos. Adam sólo esperaba no estar firmando una sentencia de muerte.

El corazón de Ari golpeaba su pecho, mientras llegaban al edificio en ruinas. A medida que se salían, un sudor frío corría por su cuerpo, a pesar de las bajas temperaturas. Aunque había pasado tiempo desde que había visto a Benson, Ari podía sentir que el vampiro estaba ahí. Lo que es peor, que estaba al acecho para matarlos a todos. «Oh, genial. ¡Que empiece la diversión!» Rev se acercó y le entregó una bolsa a Ari. Al abrirla, su pecho se hinchó cuando vio sus sai19 en el interior. —¿Pensé que habías dicho que robaron todas mis armas? Rev sonrió. —Bueno, ellos no conocían todos tus secretos escondites como yo. Fui de nuevo a tu antiguo departamento y las encontré esta mañana.

19

Espadas del Japón.

Sacándolas, Ari les dio un giro de prueba, una oleada de energía lo recorrió cuando la empuñadura de sus espadas gemelas se deslizaron perfectamente en su lugar, en las palmas de sus manos. Sonriente, se giró hacia los demás. —Vamos a hacer esto. Ni siquiera se molestaron con ser sigilosos dado que Benson ya sabía que venían, Ari irrumpió por la puerta abierta. Él estaba consternado, pero no demasiado sorprendido de encontrar a varios de los vampiros-ghoul tambaleándose por la habitación. Benson estaba sentado en una silla en el centro de la habitación. El vampiro se veía tan guapo y bien arreglado como siempre, su pelo rubio peinado a la perfección y su traje limpio y planchado. A sus pies había dos hombres civiles que vestían uniformes de policía. Brad hizo un ruido de chasquido. —Sacando a los policías de la carretera. No es cool, hombre, con todas las renuncias, la fuerza ya está demasiado reducida como está. Benson sonrió. —Oh, tenemos un listillo. ¿Por qué tiene que haber uno en cada grupo? —Girándose hacia las criaturas, Benson dijo—: Mátenlo a él primero, luego encárguense de los demás. Aunque asegúrense de dejar con vida, a Ari. Él me pertenece. —Creo que no, imbécil. Pudiste tenerme en cautiverio, pero nunca fui y nunca seré tuyo —respondió Ari. Una cínica mirada apareció en el rostro de Benson mientras se ponía de pie. —¿En serio? Actúas todo duro ahora que tienes a tus amigos contigo, pero me pregunto qué dirían si supieran cómo solías llorar por misericordia. Cómo solías rogar por restos de comida. La forma en que lloraste cuando te azotaba. ¿Crees que te apoyarían si supieran todas las veces que me rogaste que te

matara, sólo para que tu sufrimiento terminara? Ahora, ¿qué tan valiente es eso? No eres un Protector, no eres más que una débil bolsa de sangre que lleva su capa. Kamden dejó escapar un gemido burlón. —Oh, ¿puedes matar a este imbécil? Estoy harto de escuchar sus tonterías. Ari sonrió y giró su sai. —Con mucho gusto. Y no va a ser difícil en absoluto, porque te has perdido de algo muy importante, Benson. Ya no soy un débil, golpeado y encadenado. Soy libre, con plena potencia y, sobre todo, soy un Protector. Y lo que realmente apesta para ti, es que soy uno muy enojado. Dejando escapar un grito de guerra, Ari atacó. Benson enseñó los colmillos y se reunió con él a la mitad del camino. Se encontraron con un choque terrible, el sonido de las sai de Ari contra las garras de Benson llenaban la habitación. Esa pareció ser la señal para los demás porque pronto, toda la sala estaba en la batalla mientras los Protectores y Jonas se encargaban de las criaturas. Tomándolo cómodamente porque Adam aun seguía cerca, Ari se permitió enfocarse en su propia lucha. No era fácil. Benson era un antiguo vampiro nacido de sangre pura, lo que significaba que tenía un montón de experiencia. También era muy rápido y jodidamente fuerte. Pero Ari tenía algo que Benson no tenía, la necesidad de venganza que ardía dentro de él. No sólo estaba luchando por sí mismo, también para todos los demás esclavos que habían perdido la vida en las manos del vampiro. Ambos golpeaban y esquivaban golpes, cada uno de ellos anotando pequeños puntos aquí y allá. Las garras de Benson raspando la mejilla de Ari, causando que sangrara. Ari estaba tan excitado a causa de la adrenalina de la lucha, que apenas lo

sintió. Ni siquiera se molestó en limpiarse mientras seguía arremetiendo con su sai. Blandió la hoja a un lado y sonrió satisfecho cuando vio un agujero en el lindo traje de Benson. Luego, Ari se aseguró de cortar algunos mechones del perfecto cabello del hombre. Benson dejó escapar un gemido cuando vio el daño a su ropa. —Es un Armani, pedazo de mierda. Ari siguió atacando haciendo cortes en su carne en cada ocasión. —Y esto es por mi madre. Corte. —Esto es por mis hermanos. Corte. —Esto es por mi padre. Corte. —Esto por las inocentes personas y seres sobrenaturales que esclavizaste y asesinaste. Corte. —Esto por mi orgullo y dignidad. Corte. —Y esto por enviar a esos feos monstruos a destruir mi departamento y orinar mi camiseta favorita de los Leones. En ese momento, Benson sangraba lleno de cortes. Ari sabía que tenía que acabar con el vampiro, pero él tenía que decir una última cosa. —Y esto es por apartarme del hombre que amo y hacer que perdiéramos dos años. Ari hundió su sai en el corazón del vampiro. Benson lanzó un grito antes de que un destello de luz llenara la habitación y el

vampiro se disolviera en un montón de cenizas. Pateando los restos a un lado, Ari escupió sobre ellos antes de ir a ayudar a los demás. Estaba un poco decepcionado de encontrar que la batalla había terminado. Los demás Protectores lo veían, todos ellos con idénticas miradas de asombro. Con excepción de Adam, que estaba radiante de orgullo. Kamden dejó escapar un silbido. —Maldición, recuérdame nunca hacerte enojar. Eres un jodido. Adam se apresuró y envolvió a Ari en un fuerte abrazo. — Vamos, bebé, Vamos a casa. Casa. Eso se oía lindo. Dejando escapar un suspiro de pura felicidad, Ari asintió y correspondió el abrazo.

Un par de noches más tarde, Ari y Adán estaban en el borde del río Detroit. —Yo sigo diciendo que me estás engañando —dijo Ari mientras veía la turbia agua. —Sí, veremos qué dices cuando veas a Snuggles — respondió Adam. Ari señaló con la cabeza hacia Jonas. —¿Qué esta haciendo aquí? —Snuggles sólo llega a la costa cuando es convocado por la sangre de un vampiro. Ari arrugó la nariz. —Ewww... —No es que le importara que Jonas estuviera aquí. De hecho, Ari estaba encantado de que el vampiro hubiera decidido quedarse por tiempo indefinido para

ayudar a los Protectores. Incluso estaba ocupando el viejo departamento de Ari. Ari vio a Brad. —¿Por qué está aquí? Por una vez, Brad estaba siendo tranquilo, quedándose atrás del resto del grupo. Si Ari no lo conociera bien habría jurado que Brad estaba actuando tímidamente, pero eso no podría ser posible, ya que ese tipo de comportamiento era totalmente contrario a la arrogante normal actitud del Protector. —Brad dijo que también quería ver a Snuggles. —Adam se inclinó y le murmuró la siguiente parte—: Aunque creo que realmente vino a ver a Jonas. Ari dejó escapar un pequeño grito ahogado de sorpresa al ver a Brad. Efectivamente, la mirada del Protector estaba centrada en Jonas. Brad incluso hizo un gesto de compasión cuando Jonas se hizo un corte en la mano y regó un poco de sangre en el agua. Todos esperaron con gran expectación por unos momentos, pero no pasó nada. Justo cuando Ari estaba a punto de decir que eso eran tonterías, el agua empezó a moverse y una cabeza de color marrón se asomó a la superficie. —Mierda, existe —jadeó Ari, dando varios pasos atrás mientras la criatura nadaba acercándose a la costa. —¡Te lo dije! —Adam se regodeaba. Ari trató de darle una sucia mirada, pero falló porque no podía soportar estar enojado con Adam. No cuando le mostraba a Ari algo tan maravilloso. Snuggles bajó la cabeza y Ari dio algunos vacilantes pasos hacia adelante antes de llegar a acariciar el hocico. Se sentía húmedo y pegajoso, y se dio cuenta de las numerosas cicatrices que marcaban su largo cuello.

—Hey, estamos un poco igual. O por lo menos la forma en que solía ser —dijo Ari, todavía acariciándolo. Snuggles dejó escapar un sonido bufando, algo que Ari tomó como para saber que estaba de acuerdo. Ari se giró hacia Adam, y le dijo: —Muchas gracias. Adam se encogió de hombros. —Es sólo Snuggles. —No, me diste mucho más que eso y lo sabes. —Sí, bueno, eso va en ambos sentidos, bebé —dijo Adam mientras jalaba a Ari a sus brazos. —Deja de usar nombres de mascotas en mí — se quejó Ari. —Deja de quejarte y dame un beso. Así que Ari hizo exactamente eso y, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Adam, Ari sabía que nunca lo dejaría ir.

Stephani Hecht está felizmente casada y tiene dos hijos. Nacida y criada en Michigan, le encanta todo lo relacionado con ese Estado, desde los fríos inviernos hasta el equipo de hockey de Detroit ‘Red Wings’. Generalmente, puedes encontrarla acurrucada junto a su portátil, creando su próximo libro o atiborrándose de cafeína en su cafetería favorita.

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