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Luis Carlos Benavides Mera 2621812549 Shock y resistencia en Colombia (Ricardo A. Castaño Zapata, Luis Felipe Castrillón

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Luis Carlos Benavides Mera 2621812549 Shock y resistencia en Colombia (Ricardo A. Castaño Zapata, Luis Felipe Castrillón)

Construir memoria histórica en Colombia es un desafío, la herencia cultural nos reproduce como hace seres tradicionales. Este libro rastrea meticulosamente las características por las cuales nos clasificamos como un país violento y políticamente fallido, y de múltiples formas nos exhorta inmersamente a recontextualizar modelos de resistencia que amparen holísticamente los intereses de los más vulnerables, a saber, los colombianos, anhelosos de refundar una nueva Patria. Se puede identificar esta obra en diferentes momentos, de hecho, el comienzo de los conflictos sociales y políticos de Colombia son antiguos y estructurales, la complejidad de la naturaleza del colombiano se remonta a la conquista y la colonia, como lo recalcan los autores, que somos un producto de invasiones (Castaño Zapata. Ricardo A y Castrillón, 2019, pág. 16), al ser una representación de esta época, inmediatamente los actores sociales toman su rol; beneficiando o usufructuando el bolsillo de los opresores, un punto de partida para explicar la violencia y conflictos en Colombia entre la elite y la población puede ser el modelo de hacienda que se instauró en la colonia, beneficiando a un grupo de terratenientes y latifundistas que marginaron a los indígenas y a la población campesina a la periferia (Castaño Zapata. Ricardo A y Castrillón, 2019, pág. 19). De este modo se observa un abandono sistemático del estado en estas comunidades nombradas anteriormente , esta ausencia se va a polarizar en el trasegar histórico de Colombia, el abandono y la ausencia como conceptos históricos en Colombia se manifiestan como injusticia e inequidad, reflejada en las barreras de acceso a los derechos y la escasa sensibilidad del gobierno ante las necesidades de un pueblo, los intereses alimentan las arcas y las mentes de la oligarquía, esta afirmación obedece al apartado del libro cuando dice que en Colombia hay dos países, uno político y uno nacional. (Castaño Zapata. Ricardo A y Castrillón, 2019, pág. 25), un claro ejemplo para dar cuenta de estos conceptos se visibiliza en el asesinato del caudillo Jorge Eliecer Gaitán. Esa ambivalencia de la política colombiana no se puede concebir, ante unos ideales que limpiaban las mazmorras del gobierno y esperanzaban a un país casi muerto democráticamente, Asesinaron deleznablemente a este hombre manteniendo unos intereses a salvo. Mientras tanto el pueblo nacional descuidado por el país se tenía que preocupar por su sustento día a día. Solo distracciones, pañitos de agua tibia contemplaban y contemplan aún las ayudas del gobierno, como si fueran amos y señores de una

tierra prístina llena de herencia y valores ancestrales, desde la ley de tierras en 1936 hasta la restitución de tierras en 2017- 2019 han sido solo señuelos de un gobierno proteccionista y dominante. Está dinámica dará pie para un rastreo juicioso de lo que ha pasado en nuestro país, ese círculo vicioso sin fin, lleno de atajos y escaramuzas, permite hoy en día una ceguera y ensordecimiento atroz, causado por las secuelas de odio y terror, que lastimosamente olvidamos o simplemente nos acostumbramos. Hay algo que resaltar de la primera parte que somos un producto, sinónimo de utilidades, en un país como Colombia devastado por las injusticias y la guerra, las intervenciones son más fáciles, porque conviene un país desarticulado y dividido para experimentar nuevos modelos de régimen, se ha dicho que detrás de los movimientos políticos se esconde, pero se visibiliza un interés económico, que no es local sino más bien global. Un ejemplo que se resalta en el libro es el Neoliberalismo, este modelo aplicado a Colombia y a los países de Latinoamérica, es un total desastre y un genocidio auspiciado por el Banco Mundial (BM) y el Fondo internacional Monetario (FMI), debido a la apropiación y privatización de las instituciones y del estado hacía los asalariados, la regulación del estado en total austeridad paulatinamente sentenciaba la miseria y las migajas a una sociedad de una economía primaria. La respuesta a la injusticia se configura en el porvenir de los campesinos y trabajadores, por la tierra y los derechos, La Resistencia. la tenacidad de la herencia gaitanista, y posteriormente la Unión Patriótica, por ejemplo otorgaron los ideales de bienes comunes y autárquicos en una ideología, que intimidaba al gobierno de turno, la cual fue opacada y lo es hasta nuestros días, como un blanco de exterminio por parte del mismo estado, estas órdenes a quemarropa bañaron  en sangre a miles de colombianos (Castaño Zapata. Ricardo A y Castrillón, 2019, pág. 45), como por ejemplo los asesinatos de la policía política, el ejército privado que Belisario Betancur reclutó en Puerto Boyacá, además de los mercenarios contratados por el estado como los paramilitares, BACRIM, entre otros. Esta cadena se replicará eternamente no solo en las balas sino también en la memoria. El breve panorama mostrado en los párrafos anteriores se lo puede contrastar con un fenómeno de naturaleza violenta como lo es el despojo territorial de los campesinos, esto a partir desde una óptica de historia social, es decir que a partir de nodos locales se puede visibilizar una problemática más amplia poco a poco desarraigan la tierra que vio nacer y crecer a familias trabajadoras, su espacio vital es arrancado y ultrajado, con ellos la tierra pierde el valor primitivo, y la resistencia se limita a hacer alianzas con la naturaleza y la ecología. ¿Por qué nace esta inconciencia? Se puede hacer una aproximación hacía la respuesta, en el texto se

afirma que “Colombia se caracteriza por combinar de manera simultánea y paralela, la barbarie y la civilización” (Castaño Zapata. Ricardo A y Castrillón, 2019, pág. 73), algo similar se observa cuando se habla de Violencia y poder, según Arendt estos conceptos son opuestos, por lo tanto, chocan y cuando se intenta combinarlos ocurren tragedias, no se puede servir a dos señores y claramente toda una parafernalia solo beneficia a los señores de la guerra. Señuelos, algo cíclico que seguirá gobernando a grandes sorbos, la homogeneización, es un concepto clave también para comprender a nuestro País, la gran propaganda juega en el campo del estado, esta ambivalencia descarada de jugar con la vulnerabilidad colombiana se hace presente en planes de seguridad, como la de Álvaro Uribe Vélez que por cuestiones de azar recaló en el mismo tiempo que se decreta la lucha contra el terrorismo de parte de los Estados Unidos, esta seguridad democrática fue una distracción para auspiciar un dominio voraz, donde cobraron la vida de miles, de voces reclamando bienestar y justicia.