Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik

Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez Ing. M. Botvinnik Edición Digital Algebraica por: Prof. José Luis Matamoro

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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez

Ing. M. Botvinnik Edición Digital Algebraica por:

Prof. José Luis Matamoros B. EDITORIAL GRABO Buenos Aires ARGENTINA 1942

SECRETOS DE ESTRATEGIA MAGISTRAL EN AJEDREZ POR EL

Ing. M. Botvinnik (Campeón de Rusia) CONTIENE

LAS DOCE PARTIDAS DEL MATCH CONTRA SALO FLOHR CÓMO BOTVINNIK SUPERÓ AL CAMPEÓN DEL MUNDO Revisión técnica y comentarios de la partida Alekhine vs. Botvinnik, A.V.R.O. 1938, por el MAESTRO JUAN ILIESCO

Edición Digital Algebraica por:

Prof. José Luis Matamoros B. Diciembre 2019

EDITORIAL GRABO Buenos Aires ARGENTINA 1942

Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros

INDICE Preámbulo .................................................................................... Cómo Botwinnik superó al Campeón del Mundo A. Alekhine, por Juan Iiesco. Partida Botvinnik y Alekhine Torneo A.V.R.O. 1938 (Holanda). Defensa Tarrasch ............. EL MATCH FLOHR vs. BOTVINNIK Partida Nº 1 — Defensa Caro - Kann ...................................... Partida Nº 2 — Defensa Nimzowitsch ..................................... Partida Nº 3 — Gambito., de Dama aceptado ......................... Partida Nº 4 — Defensa Holandesa........................................... Partida Nº 5 — Apertura Inglesa .............................................. Partida Nº 6 — Defensa Nimzowitsch ..................................... Partida Nº 7 — Apertura Inglesa .............................................. Partida Nº 8 — Defensa Francesa.............................................. Partida Nº 9 — Defensa Caro - Kann ....................................... Partida Nº 10 — Defensa Holandesa......................................... Partida Nº 11 — Defensa Caro - Kann .................................... Partida Nº 12 — Defensa Grunfeld .......................................... Conclusiones ................................................................................

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2 4 8 12 15 18 21 25 30 33 35 38 41 43 45

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El Match Flohr - Botvinnik Pocas veces un match de ajedrez suscitó tanta expectativa como el que disputaron Flohr y Botvinnik, en Moscú y Leningrado en los meses de Noviembre y Diciembre de 1933. Era el cotejo de dos fuerzas jóvenes en plena ascensión hacia la definitiva fama y era, además, la primera oportunidad que se le presentaba al mundo de saber cuánto había progresado el ajedrez de la Rusia de los Soviets. Existía, pues, un doble interés por saber cómo terminaría el match y además había una recóndita esperanza de que del mismo surgiera el probable adversario de Alekhine. Se sabía que Flohr era algo más que una promesa, y que Botvinnik, constituía el punto final de una labor intensa de perfeccionamiento que el gobierno ruso había impuesto a sus ajedrecistas.

Y el match justificó tanta expectativa y tanta esperanza. Probó que la obra renovadora del sport había hecho brotar a dos hombres de excepción y que se tenía a la vista al futuro campeón mundial. Que podría ser la tenacidad e inteligente reflexión de Flohr, o el inquieto espíritu creador de Botvinnik, pero que cualquiera de los dos, era digno de ostentar la situación que Alekhine tanto había dignificado. Pocas veces un match de ajedrez ha impresionado tanto. Son sus partidas verdaderos alardes de técnica y precisión. Hay en ellos tratados temas estratégicos de fineza extraordinaria. Vemos a Flohr llevar hasta la perfección el método de imponerse con dos alfiles contra dos caballos contra alfil y caballo. Observamos la serena armonía con que conduce los finales, este

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excepcional maestro y comprobamos, a la vez, de qué sutil manera Botvinnik impone maniobras de planteos de impecable factura. Es así, este match, un duelo magnífico de juventud y nervio, que hace tanto más valioso el esfuerzo de la Editorial Grabo, que lo da a conocer en español con las sabrosas notas del campeón soviético. Se trata de la incorporación de una obra de gran calidad y de utilidad manifiesta. Justo es dejar constancia que este match fue publicado por primará vez en la Biblioteca Ajedrecística Caissa, que en el año 1936 editaba la misma editorial, biblioteca que dejó de aparecer al ser su-

plantada por la revista mensual CAISSA que aparece actualmente y la cual ya pasó el medio centenar de números. La presente edición tiene el valor de haber sido controlada cuidadosamente por el maestro argentino Juan Iliesco, cuya autoridad en la materia es bien conocida y, por lo tanto, puede asegurarse que las deficiencias de la primera edición quedaron completamente subsanadas, habiéndose repasado todas las variantes anotadas por el autor. Además, hemos agregado una partida que el campeón de los Soviets le ganó al campeón del mundo cuyos minuciosos comentarios pertenecen al maestro Iliesco. El Editor

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Como el Ing. Botvinnik superó al Campeón del Mundo Por JUAN ILIESCO Sobre el valor de la partida que va a continuación, no quiero adelantar opinión, solamente me limito a los comentarios técnicos de la misma, pero creo muy oportuno reproducir aquí parte del prólogo que escribió para el libro “Seis Notables Maestros”, de Belawenetz y Judowitsch, el teórico argentino Señor Amilcar Celaya. Tomamos del citado libro la parte del prólogo donde el autor del mismo reproduce declaraciones del Dr. Alekhine, dice así: “Le llegó el turno, como no podía menos de llegarle, al espinoso asunto del campeonato mundial, y entonces Alekhine, en uno de esos alardes de sinceridad tan suyos y que tanto contrastan con otras declaraciones del mismo origen, prolijamente calculadas, proclamó sin reparos: “—Deportivamente, el único match por el campeonato del mando que me interesa a mí y que jugaría con entusiasmo sería contra Botvinnik. Algún otro maestro ya ha cumplido su trayectoria en el campo del ajedrez; otros los más jóvenes, no me dan la impresión de suficientemente maduros. Botvinnik, en cambio, cada

día revela condiciones más sobresalientes. “Existe, además, otro motivo íntimo de amor propio, de ansia de desquite, que me haría contemplar con suma esperanza y alegría, un match con Botwinnik. Botvinnik me ha superado en las dos ocasiones en que se ha encontrado conmigo. En Nottingham, 1936, él compartió la primera colocación y yo sólo alcancé el 6º puesto; en A. V. R. O., 1938, él finalizó 3º, mientras yo no logré nada mejor que empatar ewl 4º puesto con Reshevsky y Euwe. Hemos disputado tres partidas: la de Nottingham resultó tablas, una de las de A. V. R. O. también fue tablas, pero la otra me la ganó él. Mejor colocación que yo en los torneos en que se ha medido conmigo, mejor resultado en las partidas entre ambos. Yo soy, ante todo, un deportista, con amplio espíritu de lucha y arraigado amor propio. Se explicarán ustedes que, en lo que de mi dependa, no descansaré basta que estos resultados que por cierto no me favorecen, sean revocados, tablero de por medio...”

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Partida jugada en el Torneo de Maestros de A.V. R.O. (Holanda) año 1930 Comentaros por Juan Iliesco

Blancas: M. Botvinnik Negras: A. Alekhine P. D. Defensa Tarrach



1.¤f3 d5 2.d4 ¤f6 3.c4 e6 4.¤c3 c5 Las negras se encuentran en mejores condiciones para efectuar el enroque, y esta seguridad, es la que permite la posibilidad agresiva del texto. El efecto de este contrataque es considerado de dudoso valor, tratándose de las negras, por la capital importancia de una sólida configuración de peones y que tanto la teoría moderna nos enseña en sus ejemplos. 5.cxd5 ¤xd5 Si 5...exd5 6.g3, etc. Probablemente esta continuación sea preferible para las negras. El autor de este contrataque, el gran Tarrasch, debe haber pensado, ante todo, que bien valía la libre acción de las piezas, la evidente debilidad del peón d. 6.e3 ... El centro y siempre el centro, hay que apoyar la ventaja central obtenida y reemplazarla si se produce el cambio. 6. ... ¤c6 7.¥c4 cxd4 8.exd4 ¥e7

9.O-O 10.¦e1

O-O b6

Era de considerar 10...¤xc3, etc. La última jugada de las negras debilita considerablemente la casilla c6. 11.¤xd5 exd5 12.¥b5! ¥d7 Parece mejor 12...¥b7; si ahora 13.£a4 ¤a5; seguido de ... a6; etc. 13.£a4 ¤b8 Si 13...¦c8 14.¥xc6 ¥xc6 15.£xa7, etc. La refutación normal de esta caza de peones con 15. ... ¦a8; aquí no sería jugable a causa de 16.£xe7. 14.¥f4 ¥xb5 15.£xb5 a6 16.£a4 ¥d6 17.¥xd6 £xd6 -5-

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cuadro f4.

18.¦ac1 ... Y presión, siempre sobre el cuadro c6. Elegante demostración de una inteligente técnica. 18. ... ¦a7 19.£c2 ... Más presión. 19. ... ¦e7 20.¦xe7 £xe7 21.£c7 £xc7 22.¦xc7 ... ¿Cuál es la ventaja del blanco? Dos piezas desarrolladas contra ninguna, ocupación de la 7ª línea. El caballo b8 negro está inmóvil y los peones del flanco de dama de este mismo bando están expuestos al ataque por la retaguardia. 22. ... f6 23.¢f1! ... Si 23.¦b7 ¦c8! 24.¢f1 b5 25.¦b6, (de otro modo ...¤c6) ¢f7 26.¦d6 ¢e7 27.¦xd5 ¦c1+ 28.¤e1 ¤d7; y las negras consiguen buen juego. 23... ¦f7 24.¦c8+ ¦f8 25.¦c3 g5 26.¤e1 h5? Este último avance de las negras aumenta las probabilidades tácticas de las blancas. El caballó de e1; previa preparación ocupará un magnífico lugar. Era mejor 26...h6; para asegurar algunas contrachances con el avance del peón f. 27.h4! ... Una jugada magistral. Tarde o temprano Alekhine deberá mover su peón g, permitiendo el acceso del caballo al fuerte

27. ... ¤d7 28.¦c7 ¦f7 29.¤f3 g4 Si 29...¦g7 30.hxg5 fxg5 31.¤xg5, etc. 30.¤e1 f5 31.¤d3 f4 Se impide ¤f4, a costa de la debilidad de un cuadro más importante aún, e5. 32.f3 ... Si 32.¤xf4 se produce un cambio que desahoga favorablemente la situación de las negras. 32... gxf3 33.gxf3 a5 34.a4! ... Las negras pueden solamente mover el rey, sin riesgo de perder algo. 34. ... ¢f8 35.¦c6 ¢e7 36.¢f2 ¦f5 37.b3 ¢d8 38.¢e2 ¤b8 39.¦g6 ... -6-

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Si 39.¦xb6 ¢c7; seguido de ... ¤c6 y ¤xd4+. 39... ¢c7 40.¤e5 ¤a6 41.¦g7+ ¢c8

Aquí fue suspendida la partida. Alekhine expresó que si Botwinnik hubiera sellado la jugada 42.¦g5!, habría abandonado inmediatamente. 42.¤c6 ¦f6 43.¤e7+ ¢b8 44.¤xd5 ¦d6 45.¦g5 ¤b4 46.¤xb4 axb4 47.¦xh5 ¦c6 48.¦b5 ¢c7 49.¦xb4 ¦h6 50.¦b5 ¦xh4 51.¢d3 1-0 Las negras abandonaron.

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MATCH

Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 1ª Partida

situación cambió. El ajedrecista moscovita Panov propuso un nuevo sistema de ataque, el cual recibió su nombro. La variante Panov se hizo un arma muy temible en las manos del actual campeón mundial Alekhine y tan solo varios meses antes de comenzar este match, empezaron a encontrarse para las negras antídotos efectivos. En esa partida las blancas tratan nuevamente de reforzar el ataque Panov. 3... cxd5

Blancas: M. Botvinnik Negras: S. Flohr Defensa Caro-Kann 1.e4 c6 2.d4 ... Otro plan muy prometedor recomendado por L. Steiner, consiste en 2.c4. Este sistema fue adoptado por mí en la 13ª partida del match. 2... d5 3.exd5 ... Hace dos años la defensa Caro-Kann se consideraba como una línea de juego niveladora. Las blancas continuaban habitualmente con3.¤c3 dxe4 4.¤xe4, después de lo cual la tensión de los peones centrales se anulaba y la partida proseguía pacíficamente en cauce de empate. La defensa Caro-Kann debe su reputación, especialmente a Capablanca, quién llevó la táctica negra de tablas en la variante indicada, hasta la perfección. En cuanto a la variante 3.exd5, cxd5; 4.¥d3 ¤f6 5.c3 ¥g4; da una leve ventaja para las negras. Es interesante notar que este ataque, como el análogo del gambito de dama, ha sido conducido por Flohr no pocas veces con éxito. Sin embargó en los últimos años la

4.c4 ... Comienza la variante Panov. 4... ¤f6 5.¤c3 ¤c6 6.¥g5 ... Panov continúa aquí con 6.¤f3. Así jugó Alekhine, pero ulteriormente se vio, -8-

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que luego de 6. ... ¥g4, las blancas no pueden obtener ventaja tangible. La Jugada del texto, que contiene la real amenaza 7.¥xf6 exf6 8.cxd5, parece mucho más enérgica. 6... dxc4 Esta continuación no es para las negras imprescindible. 6...¥e6 7.¥xf6 y 8.c5. En verdad, es dudoso aquí 6...e6 7.¤f3, y 8.c5; pero es digna de atención la jugada 6. ... h6, propuesta por Flohr. En caso de 6...e6 7.¤f3, las negras convierten el juego en un gambito de la dama aceptado, mediante 7...dxc4, y en caso de 7.c5 h6; obtienen también contrajuego. 7.d5 ¤e5 Las tres Jugadas siguientes son forzadas para ambas partes. 8.£d4 ¤d3+ 9.¥xd3 cxd3 10.¥xf6 ...

seros. Así ocurrió en el caso presente. En las habituales circunstancias de un torneo, no habría considerado este cambio sin alguna causa motivada. La 10a. jugada de las blancas es el fruto de un insuficientemente profundo estudio casero. El hecho es, que la otra variante por mí explorada, 10.¤f3 e6 11.O-O-O? ¥e7 12.¦xd3 exd5!; es hasta ventajosa para las negras y por eso elegí la jugada 10.¥xf6. Yo creo, que las negras no pueden eludir el cambio de uno de los alfiles, después de lo cual debe evidenciarse la fuerza del peón dama. Como está claro, del curso ulterior de la partida, las negras consiguen conservar ambos alfiles y bloquear con solidez el peón de d5. 10... exf6 Absolutamente correcto. Las negras disponen sus alfiles en la línea dama, después de lo cual el peón de d5 pierde toda su fuerza y luego ellas consiguen preservar ambos alfiles de la agresión de los caballos rivales. Considerablemente más débil hubiera sido 10...gxf6 11.£xd3. 11.£xd3 ¥d6 12.¤ge2 O-O 13.O-O ¦e8! Muy bien jugado. La torre está muy bien colocada, y además 14.¤e4 se para fácilmente mediante 14. ... ¥f5. La jugada 14.¤b5, no tiene ya ningún sentido, puesto que después de 14. ... ¥b8 y 15. ... a6, el caballo debe retroceder. El plan justo para las blancas sería la transferencia ¤d4-f3 con el consecuente cambio de las torres sobre la línea del rey. Desgraciadamente, les blancas no proceden al instante a la

Mal sucede cuando el ajedrecista se confía demasiado en las variantes elaboradas anticipadamente por él en análisis ca-9-

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ejecución de este plan, obsesionadas por cambiar uno de los alfiles de las negras. Después de la jugada del texto la posición de las blancas es preferible. 14.¦ad1 ¥g4 Parece formidable, pero en realidad no incomoda a las blancas. Por lo demás las negras no dañan su posición. Durante el curso de las próximas jugadas, ellas limitan, planeando con mesura, la esfera de acción de los caballos. 15.¦d2 a6 16.¤g3 ¦c8 17.h3 ¥d7 18.¦fd1 ... Las blancas todavía pierden el tiempo. Más simple era 18.¦e2, ofreciendo el cambio. 18... g6!

Muy fuerte. Ahora, después de f5 el alfil de d6 ocupará una posición inaccesible. Las blancas no pueden de ninguna manera aprovechar el punto f6, ya que a 19.¤ce4 seguirá 19. ... ¥f4 (naturalmen-

te que no 19...¥b4 20.£d4 y las blancas ganan), 20.¦c2 ¦xc2 21.£xc2 f5 22.¤c5 £c8! y todas las complicaciones acaban con ventaja para las negras. Por eso las blancas deben reconciliarse con la idea, que su partida está peor, y jugar sistemáticamente por la simplificación. Puesto que los alfiles son particularmente fuertes en lucha con las torres, se debe ante todo cambiar las torres. 19.¦e2 ... 19... ¦xe2 20.¤gxe2 f5 Por cierto, no está bien 20...¥f5; por 21.£d2 y las blancas hacen retroceder fácilmente al alfil de f5. 21.¤d4 £e7 22.£d2 ¦e8 23.¤f3 £f6 24.¦e1 ... Por fin lograron las blancas ofrecer el cambio de otra torre más. Pero ahora esto está ligado a un cierto riesgo. 24. ... ¦xe1+ 25.¤xe1 b5 Aquí parece muy fuerte el ataque de peones sobre el flanco del rey. Más como no es extraño, después de 25...g5 26.¤d3! h6 27.£e3 b6 28.¢f1 ¥c7 29.f4!, para las negras no se ven reales perspectivas de ataque. En consecuencia, las negras empiezan a efectuar con la jugada del texto otro plan consistente en el traslado del alfil d7 a b7 en conexión a peón b5, que tiene la finalidad de conquistar al peón de d5. 26.a3 ¢g7 Las negras desisten del inmediato ato-

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que sobre el flanco dama después de 26... a5 27.¤f3 b4 28.axb4 axb4 (28...¥xb4 29.¤d4), 29.¤d1, aquellas no pueden reforzar su posición. 27.¤f3 ¥c8 28.¢f1 ... Arriesgado. Más simple era 28.b4. 28... ¥b7 29.b4 ¢f8 Las negras están algo mejor, pero el empate es más o menos visible. Contra 29...a5 seguiría, por ejemplo: 30.¤xb5 ¥a6 31.¤d4, etc. Por eso las negras recurren al último recurso — ellas esperan la situación propicia. 30.¢e2 ... El rey no tiene nada que hacer aquí. Ahora las negras consiguen irrumpir en el flanco de dama, pero esto debía conducir tan sólo a tablas. 30. ... a5

31... £xd4 32.¤xd4 axb4 33.¤cxb5 ... Un grueso error por el apuro del tiempo. Era correcto 33.axb4 ¥xb4 34.¤cxb5 ¥a6 35.¢f3 ¢e7 36.h4, con la nulidad asegurada para las blancos. 33... bxa3! Una combinación sencillísima pero exquisita. 34.¤xd6 a2 35.¤c2 ¥a6+ 36.¢e3 ¢e7 37.¤xf7 ¢xf7 En esta posición la partida fue postergada. Si las blancas probaran salvar los peones del flanco rey, es fácil convencerse que pierden el peón de d5. Al reanudar el juego, las blancas prolongaron todavía tres jugadas la inútil resistencia. 38.¢d4 ¥f1 39.h4 ¥xg2 40.¢c5 f4 0-1 Las blancas se rindieron, porque las negras ganan simplemente sacrificando el alfil por el peón d, después de lo cual, ellas pasan a dama, uno de los peones del flanco de rey.

31.£d4 ... Era también posible 31.¤xb5 ¥a6 32.¤d4 £e5+ 33.¢d1 £xd5 34.¤xd6. -11-

MATCH

Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 2ª Partida Blancas: S. Flohr Negras: M. Botvinnik Defensa Nimzowitsch 1.d4 ¤f6 2.c4 e6 3.¤c3 ¥b4 4.£c2 ... Cuánto ruido originó esta defensa en el último quinquenio. Nimzowitsch obtuvo con ella una serie de brillantes triunfos sobre los más fuertes rivales. Las búsquedas analíticas abrieron serias interrogantes. La alternativa principal giraba en torno a la 4a. jugada blanca: 4.£b3 o 4.£c2. La jugada 4.£b3 parece más enérgica, puesto que las blancas atacan el alfil; por consiguiente alrededor de! año 1930 todos los teóricos recomendaban esta continuación “enérgica”. El momento crítico se presentó en la partida Bogoljubow - Nimzowitsch (San Remo, 1930), donde el primero aplicó esta jugada y perdió con estrépito. Después de esto, muchas veces trataron de restaurarla, pero infructuosamente. En esos tiempos fue establecido que con la jugada 4.£c2 las blancas consiguen una prerrogativa no grande, pero indiscutible, y ahora la jugada del texto goza incondi-

cionalmente gran difusión. Todo esto me era bien conocido, y yo me resolví por la defensa Nimzowitsch, tan solo para comprobar una variante, recomendada por el teórico dinamarqués KrauseL En la partida presente, la variante Krause no se produjo, por cierto, porque las blancas la eludieron, y en la 6a. partida recién logré (o más exacto, no logré) mi propósito. 4... c5 5.dxc5 ¤a6 6.g3 ...

Error de apertura. Es claro, que en semejantes posiciones es arriesgado “fianchettear” el alfil f1, pues el peón de c4 se queda sin defensa. Precisamente las negras aprovechan esta circunstancia en la partida. La jugada correcta era 6.a3, des-12-

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pués de lo cual las negras están obligadas a entrar en la variante Krause. 6... £a5 Muy fuerte. Las negras amenazan doblar a las blancas sus peones, con lo que quedaría más sensible la debilidad del peón c4; además amenazan tomar inmediatamente al peón de c5 con 7...£xc5. Si las blancas se defienden de la primera amenaza mediante 7.¥d2, luego de 7. ... £xc5 8.a3 (8.e3 debilita el punto f3) 8...¥xc3 9.£xc3 ¤e4; aquellas pierden en varias jugadas. De dos males, el menor, y las blancas defienden ante todo el punto central e4 de la invasión del caballo rival 7.¥g2! ¥xc3+ No hay nada mejor. Ahora 7...£xc5, seguiría 8.a3! 8.£xc3 ... Exacto. En caso de 8.bxc3, las negras lograrían explotar la debilidad de los peones “c”. Las blancas aprovechándose de su mejor desarrollo, amenazan cerrar a las negras la línea “c” y obtienen suficiente compensación por su debilidad de la columna “c”. 8... £xc3+ 9.bxc3 ¤xc5 10.¥a3! ... La única jugada. En caso de 10.¥f4 ¢e7 11.¦d1 ¤e8!; las negras consiguen buena partida. Con la jugada del texto las blancas ofrecen un pérfido sacrificio de peón. Parece muy fuerte la continuación 10...¤a4, las blancas continúan simplemente ¤b6! 12.c5 ¤c4 13.¥b4 a5; las negras ganan una pieza. Pero el hecho

es, que a 10...¤a4, las blancas continúan simplemente 11.¤f3 ¤xc3 12.¦c1 ¤a4 13.¤d4, con más que suficiente compensación por el peón. 10... d6 11.¤f3 ¤fe4

Esto conduce forzadamente al empate. Las negras no tienen lamentablemente una más fuerte continuación. Así, por ejemplo, a 11...¤fd7 seguirá 12.¤d4! ¤b6 13.¥xc5 dxc5 14.¤b3 ¤xc4 15.¤xc5, con chances casi iguales. Las negras no están en condiciones de mantener el puesto avanzado de c5; y la partida se encamina con rápidos pasos hacia las tablas. 12.¦c1 ¥d7 También después de 12...b6 13.¤d2 ¥b7 14.¤xe4 ¥xe4 15.¥xe4 ¤xe4 16.f3 ¤c5 17.¥xc5 dxc5; la partida se igualaba. 13.¤d2 ¤xd2 Si 13...¥c6 14.¤xe4 ¥xe4 15.¥xe4 ¤xe4 16.f3 ¤c5 17.¥xc5 dxc5; se llegaba a un empate claro. Las negras emprenden la última tentativa para ganar el juego.

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14.¢xd2 ¦c8 15.¥xc5 ¦xc5 Las negras lograron conservar abierta la columna c, eso sí, costó muy caro: el débil c4 se cambia con el robusto peón b7. 16.¥xb7 ¦xc4 17.¦b1 ¢e7 Necesario. A 17...d5 (para cerrar el ¥b7) sigue 18.¥a6!, y las negras deben rendirse. Tampoco es buena 17...¦a4 por 18.¦b2 d5 19.¥xd5!, etc. 18.¥f3 ¦a4 19.¦b2 ¦c8 20.¦a1 ¥c6 21.¥xc6 ¦xc6 1/2-1/2

mí un problema muy serio: yo debía resolver, cómo empezar la 3a. En verdad, no dudaba sobre la corrección de la jugada 7.¥xf6 en la defensa Caro-Kann. aunque la 1a. partida terminó con mi derrota. Pero hasta tanto, esta variante no fuese aprendida minuciosamente en el tablero, yo no quise repetirla; no quise así reiterar antiguos errores — adoptar las novedades poco meditadas— En Moscú había un ambiente, poco adecuado para trabajos analíticos serios; y yo tenía interés en ver, como Flohr jugaba el gambito dama aceptado. Este conjunto de factores me obligó a desistir temporariamente (hasta Leningrado) de la jugada 1. e4, y por consiguiente en la 3a. partida volví a mi jugada habitual 1. d4.

Tablas de común acuerdo. Como ingeniosamente observó el gran maestro Flohr la posición de ambos contrincantes “está lo suficientemente mal, como para no jugar a ganar”. Débase sin embargo felicitar a las blancas que han sabido desembarazarse bien del error en la 6a. jugada. Después de la 2a. partida surgió ante -14-

MATCH

Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 11.¤xd4 ¤xd4 12.£e5 £d6; las negras igualan el juego.

3ª Partida Blancas: M. Botvinnik Negras: S. Flohr Gambito de Dama Aceptado 1.d4 d5 2.c4 dxc4 3.¤f3 ¤f6 4.e3 c5 5.¥xc4 e6 Todo esto hace tiempo que es conocido, y ya se jugó innumerables veces. Flohr juega muy bien el gambito de dama aceptado. Cierto es que lo aprendió a un precio bastante caro, ya que perdió una serie de partidas (con Alekhine, Bogoljubow y Euwe), pero por eso ahora lo conoce a la perfección. Aquí hay que dirigir la atención del lector sobre una fineza no difícil. No es recomendable para las blancas el desarrollo de su caballo b en esta variante. Porqué es así, se verá claramente más adelante. 6.O-O ¤c6 7.£e2 ... He aquí la cuestión. Ahora no les conviene a las negras jugar 7...cxd4 por 8.¦d1 y 9.exd4. Mientras que si las blancas jugaran antes 7.¤c3, entonces después de 7. ... ¥e7 8.£e2 cxd4 9.¦d1 e5! 10.exd4 exd4

7... a6 8.¦d1 ... Antes, en semejantes posiciones, casi siempre se jugaba 8.a4, impidiendo la jugada ... b5. Pero ahora que la técnica ha alcanzado un nivel extraordinariamente alto se tiene miedo de hacer esta jugada, puesto que engendra debilidades peligrosas en la configuración de los peones del flanco dama de las blancas. 8... b5 9.dxc5 £c7 10.¥d3 ¥xc5 Que Flohr había estudiado este sistema con suma diligencia, se evidencia en el hecho de que en las primeras 10 jugadas em-

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pleó para la meditación solo 5 minutos. 11.a4 ... Antes del match había analizado muy seriamente esta posición, encontrando que, para las blancas, eran posibles dos rutas. 1) Continuar 11.a3 con la consiguiente b4. pero en este caso quedaba una posición simétrica con casi igual juego. 2) Atacar los peones del flanco dama negro con la jugada 11.a4 (continuación elegida por mí). A la jugada del texto Flohr contestó por 2 veces 11...b4 y luego de 12.¤bd2 perdió ambas partidas. En la 1era. él permitió al caballo ir a b3 y pronto sucumbió por las debilidades en el flanco de la dama; en la 2da. escarmentado por la amarga experiencia contestó 11. ... ¤a5, pero después de 13.b3!, las blancas lograron preponderancia en el desarrolló. En consecuencia la respuesta de las negras es obligada. 11... bxa4 12.¦xa4 ... Esta jugada la había preparado en el análisis casero. Creo que la continuación “normal” 12.¤c3, adoptada en el Occidente, no da grandes ventajas. 12... ¤b4 Necesario por la amenaza 13.¥xa6. Habría sido malo 12...a5 13.¥b5!, con la fuerte amenaza 14.¦c4. Después de la jugada del texto las blancas mantienen la iniciativa. 13.¥b5+ ¥d7 Está mal por supuesto 13...¢e7 por 14.¥d2 y la posición descubierta del rey

negro debe naufragar. 14.¥xd7+ ¤xd7 15.¥d2 a5

Las negras hacen jugadas únicas. Malo es, por ejemplo: 15...£b7 16.¥c3 O-O 17.¥xb4 ¥xb4 18.¦xd7 £xd7 19.¦xb4, etc. En este momento las blancas tienen a primera vista una continuación muy seductora: 16.¥xb4 (si enseguida 16.£b5 entonces simplemente 16. ... £b6) 16. ... ¥xb4 17.£b5 y en caso de 17. ... O-O; 18.¦xd7 £c2 19.¦a1 £xb2 20.£a4!, las blancas ganan. Pero las negras juegan 17...¦b8! 18.¦xd7? £xd7 19.£xb8+ ¢e7 y las negras ganan. Tampoco estaría bien para las blancas: 16.¥c3 O-O 17.¤g5 ¥e7 18.¤e4 £c6 19.£g4 g6; etc. Nada da, finalmente 16.£c4 por la sencilla respuesta 16. ... £c6! La continuación elegida por las blancas tampoco les puede dar ventajas efectivas. 16.¦c1 £b7 17.¥c3 ... Y con 17.¤e5 O-O! 18.¤c4 ¤c6!

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19.¥xa5 ¦fb8!, las negras tenían por lo menos partida igual. Más simple empero hubiera sido 17.¤c3. 17... O-O 18.¤bd2 ¤d5! Soberbio. Con esta transposición de las piezas las negras liquidan totalmente las preocupaciones del peón a5. 19.¦ca1 ¥b4? Las negras queriendo forzar las tablas, ofrecen un cambio y cometen un grave error. La continuación correcta era 19...¤xc3 20.bxc3 ¥b6! y las negras están algo mejor. 20.¥xb4 axb4 21.¦xa8

¤f8 24.e4 £a1+ 25.¤f1 ¤f4 26.g3 ¤h3+ 27.¢g2 o 23...£a2; (para atacar el peón b2) 24.e4! ¤f4 25.g3! ¤h3+ 26.¢g2 ¤xf2 27.¤e5 ¤f8 28.£e2, etc. Por consiguiente, es posible que las negras deban entregar al instante el peón b4. Sobre esta continuación, inadvertida por ambos contrarios y numerosos analistas, fija su atención un aficionado providencial después del match. Luego de esta partida, en la cual Flohr condujo la defensa hasta la jugada 19, en admirable forma, decidí en general no jugar más en este match el gambito de la dama. En la situación del cotejo, tenía la obligación de jugar para ganar, y la 3era. partida me convenció definitivamente que, en esta variante del gambito de dama aceptado, yo no podría alcanzar la victoria. Decidí jugar la defensa holandesa y en la siguiente partida del match, la adopté.

Convinimos tablas de común acuerdo, lo que fue una resolución prematura. Pasé por alto aquí la continuación que conducía forzadamente a la ganancia de un peón: 21. ... ¦xa8 22.¦xa8+ £xa8 23.£b5 y la posición de las negras es muy difícil: el caballo d7 está atacado, y se amenaza 24.e4 perdiéndose el peón b4. No salva 23. ... -17-

MATCH

Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 4ª Partida Blancas: S. Flohr Negras: M. Botvinnik Defensa Holandesa 1.d4 e6 Se pueda considerar firmemente establecido, que, si las negras ansían la partida holandesa, deben previamente hacer la jugada 1. ... e6. En caso de 1...f5 inmediata, el gambito Staunton 2.e4! da a las blancas un fuerte ataque. Después de la jugada del texto las blancas están relativamente libres en la elección de la apertura. Con la jugada 2.e4 pueden provocar la defensa francesa (así jugó Flohr en la 8va. partida del match. En cambio, en esta partida él decidió permitir la defensa holandesa. 2.c4 f5 En este momento las negras pueden realizar esta jugada sin peligro. 3.¤c3 ... Mi cálculo resultó justo: Flohr conocía poco la partida holandesa y ya en la 3ª jugada incurrió en una inexactitud. Lo correcto es aquí 3.g3, como jugó en la 10ª partida templado ya por la experiencia. La jugada 3.¤c3 no es conveniente porque las negras pueden clavar al caballo por

medio de 3...¥b4. Más tarde las negras juegan ¤e4, y a las blancas les es muy difícil impedir el cambio de 4 piezas menores, lo que alivia considerablemente la defensa de las negras. Steinitz estableció ya en principio general, que los cambios son favorables para el bando que está con desventaja en espacio. Si éstas desean complicaciones, deben abstenerse de cambios prematuros. 3... ¤f6 4.g3 ¥b4 5.¥d2 ... Claro, las blancas no permiten doblar los peones sobre la columna c. 5. ... O-O 6.¥g2 d6 El plan habitual de contrajuego negro consiste en la movida ...e5 que debe emancipar su juego. Las negras trazan este plan. En verdad, sobre este camino precisarán vencer también no pocos escollos 7.¤f3 ¤bd7 Merecía considerarse 7...¤c6. 8.O-O ¥xc3 Ahora, esto ya es necesario. A 8...£e7, es muy desagradable 9.¤b5!. Es prudente eliminar al caballo de c3, pero como fue antes señalado, esto entra en los planes del

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negro.

9.¥xc3

su posición. Es dudoso, por ejemplo, que la continuación 13.b4 ¤e4 14.£b2 ¥d7 15.b5, pueda dar un resultado positivo, aunque esto significaba la única chance blanca. Ahora las negras abren con ventaja el centro. 13... e5 14.dxe5 ... Con la apertura de la columna d, las negras buscan como compensación neutralizar las amenazas negras en el centro y sobre el flanco rey. 14. ... dxe5 15.¦d2 ...

¤e4

También necesario. Las negras indudablemente, no se proponen dejar a las blancas con ambos alfiles sin alguna compensación. Retroceder con el alfil a e1, no les conviene, puesto que se interrumpe la relación entre las torres. 10.£c2 £e7 11.¦fd1 ¤xc3 Se amenazaba 12.¥e1 y las blancas mantienen la ventaja de 2 alfiles. 12.£xc3 ¤f6 Las negras pueden no apresurarse con la jugada e5. 12..........P4R inmediata, pudo seguir 13.dxe5 dxe5 14.¦d2 e4 15.¤d4 ¤f6; (15...¤e5 16.f3!), 16.¦ad1 y las blancas ganan tiempos en comparación a lo que fue la partida. 13.¤e1 ... Con esta jugada es como si las blancas reconociesen que no encuentran un plan activo y esperan ulteriores sucesos. Y en efecto, no es fácil a las blancas reforzar

Un lazo. Por supuesto, después de la tentadora jugada 15...¤e4 16.¥xe4 fxe4; la apertura de la columna f no podría compensar los débiles peones centrales. En seguida deben resolver las negras el problema del desarrollo de su flanco dama. Para esto existe en esta posición un camino, — cerrar la diagonal a8 — h1. Las negras se deciden por esta causa por una jugada absolutamente necesaria, pero en apariencia

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antiposicional. 15. ... e4! 16.¦ad1 ¥e6 Las negras liquidan la presión blanca sobre la columna d, para igualar definitivamente el juego. 17.¤c2 ... Si 17.£e5 ¤g4 18.£f4? g5 y las negras ganan. La siguiente jugada negra es forzada, ya que 17...¦ae8, con la consiguiente 18. ... g5, sería jugar para perder. 17... ¦ad8 18.¤e3 ¦xd2 19.¦xd2 g6

Bien jugado. Las blancas calculan con justeza que esto constituye el único medio de avivar al alfil en conexión a e3. 20. ... ¦d8 21.¦xd8+ £xd8 22.¤c2 1/2-1/2 Convenimos en tablas. Es posible que las negras se encuentren algo mejor, pero esto naturalmente no les da chances para ganar. No se puede jugar, por ejemplo 22. ... c5 23.£e5 ¥xc4 24.£xc5 ¥xa2 25.£xa7. Así pues, después de las partidas 1ª y 3ª, renuncié tanto a la jugada 1. d4 (por cierto, provisoriamente), cuanto a 1. d4 (por todo el match). Quedaba recurrir al último expediente — jugar la apertura inglesa (1. c4) también estudiada por mí antes del match.

La última fineza. Malo era, 19...¦d8 por 20.¦xd8+ £xd8 21.£a5!, ganando las blancas un peón. Por esta razón las negras defienden eventualmente al peón f5 de posibles agresiones. Resta todavía solo indicar que a las blancas no les convenía hacer en la jugada anterior 19.£xd2, por 19. ... £c5 20.£c3 (sino 20...£e5) ... a5! ... a5! y las negras están muy cómodas. 20.¥f1 ... -20-

MATCH

Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 5ª Partida Blancas: M. Botvinnik Negras: S. Flohr Apertura Inglesa 1.c4 e5 De esta manera se produce la partida siciliana con los colores invertidos. A 1.c4 respondió Flohr con 1. … e5. Él juega con suma frecuencia la apertura inglesa con las blancas, y de ahí que le son conocidas todas las dificultades que tienen que salvar las negras en dicha apertura. 2.¤c3 ¤f6 3.¤f3 ¤c6 4.d4 e4 Esta continuación, descubierta por un teórico maestro, soviético provincial, fue vivamente recomendada por Alekhine en su tiempo. Antes se estimaba que la amenaza principal para las negras, consistía en la jugada 5.¤g5. Queda probado sin lugar a dudas, que, en este caso, después de 5. ... h6!; las negras con siguen un contrataque interesante. La continuación escogida por las blancas es más fuerte, ya que casi destruye la jugada 4. … e4. Correcto es para las negras 4...exd4; como jugó en la 7a. partida.

5.¤d2 ... Las alternativas de las negras no son ahora muchas. A 5...¥b4; sigue 6.e3, y después de 6. ... ¥xc3 7.bxc3, las blancas se quedan con dos alfiles y el vigoroso centro con la debilidad del peón rey negro. La otra alternativa es la continuación elegida en la partida. 5... ¤xd4 6.¤dxe4 ¤e6 A 6...¤xe4; pudo seguir 7.£xd4 ¤xc3 8.£xc3 y las negras están en dificultades para desarrollar el flanco rey. También era posible 7.¤xe4 ¥b4+ 8.¥d2, etc., como en la partida. 7.g3 ... Muy fuerte en apariencia, pero es probable que con esta jugada las blancas dejan escurrir su prerrogativa. Era mejor 7.a3, rehuyendo los cambios siguientes que son ventajosos, como es natural, sólo a las negras. 7... ¤xe4 8.¤xe4 ¥b4+ 9.¥d2 ¥xd2+ 10.£xd2 O-O 11.¥g2 d6 12.O-O ... Las blancas no pueden obstaculizar el desarrollo del alfil hacia c6. No se puede, por ejemplo 12.¦d1 ¥d7 13.c5 f5 14.cxd6

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fxe4 15.dxc7 £f6! y las negras ganan. 12... ¥d7 13.¤c3 ... Es obvio que la única chance de las blancas consiste en ubicar el caballo en d5, donde puede ocasionar a las negras no pocos disgustos. 13. ... ¥c6 14.¤d5 a5!

Excelente jugada. Ahora se hace patente que las chances de ambos bandos son más o menos iguales. Las blancas están algo más libres, pero en la posición de las negras no existen debilidades, y ellos pueden operar sobre la línea del rey. A las blancas les es muy difícil aplicar un plan conveniente. Por ahora, prefieren atenerse a la táctica expectante, orientándose en la ruptura central (e4-e5); por el memento éste es irrealizable. Sigue ahora una interesante serie de maniobras. 15.e4 ¤c5 16.¦fe1 ¦e8 17.¦ad1 ...

Si 17...¥xd5 18.£xd5 £f6 19.e5! ¦xe5 20.¦xe5 £xe5 21.£xe5 dxe5 22.¦d5, con ventaja blanca. 17. ... a4 Jugada arriesgada. El peón en a5 fortalece indudablemente mejor al caballo de c5. 18.¦e3 ¥d7!

Muy sutil. Las negras trasladan el alfil a e6, donde, con la jugada c6, podrá amenazar al peón c4 blanco. En consecuencia, las blancas retroceden enseguida con el caballo para interceptar en su raíz cualquier tentativa de liberación. 19.¤c3 ¥e6 20.£d4 f6 Se amenazaba 21.e5. 21.¥f1 ... Defendiendo otra vez el peón c. Parecía arriesgado 21.f4. 21... £e7 22.¤d5 £f7 23.¦de1 ... Tentando al rival a 23...¥xd5 24.exd5

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¦xe3; con cambios sobre la columna e. Pero a 23...¥xd5, podría seguir sin duda 24.cxd5! con la consecuente 25.¥b5, y óptima posición pera las blancas. Ahora las blancas quitaron la presión al peón d y por eso las negras ya pueden jugar … c6; para defender por fin la casilla d5 (negra). Todo esto por otra parte no es peligroso para las blancas, porque las negras han de perder tiempo en el traslado de la dama hacia su flanco. 23. ... c6 24.¤f4 ... Después de 24.¤b6 ¦a6 25.£xd6 £f8! (25...£e7 26.£xe7 ¦xe7 27.¤d5!), 26.£c7 ¦e7 27.£d6 ¦f7; las negras ganan una pieza. 24... £c7 25.¤d3 ... Es necesario deshacerse del caballo negro. No estaba bien 25.¦d1 £a5! y no se puede tomar el peón d6 a causa de la pérdida de la dama blanca. Las negras debían cambiar en d6, aunque en este caso también se hallan algo mejor las blancas. Con la siguiente jugada, las negras conservan en verdad el punto de c5, pero al precio de una fundamental depreciación posicional. 25... b6 26.¤b4 ... Para tener bajo el fuego al peón c6. 26. ... ¥f7 27.£c3 ¦ad8 28.¤c2 ... Las blancas desplazan su caballo a la casilla d4, todavía más ventajosa. 28. ... ¦e7

29.¤d4 ¥g6 Atacando el peón e4. Aquí había para las blancas la facultad de una interesante ruptura central a saber: 30.¥g2 ¦de8 31.e5! dxe5; 32.¤xc6 ¦d7 33.¥d5+ y las blancas están situadas muy óptimamente. Pero como enseñó Flohr, él podía en este caso jugar 31...¦xe5 32.¤xc6, las blancas podían ganar con la 31. ... ¦xe3 33.¦xe3 ¦xe3 34.£xe3 ¢f8, con lo que dispondría de todas las chances para entablar. 30.f3 ... 30... ¦de8 31.b4 axb3 32.axb3 ¤e6 33.¤f5 ... Última tentativa de ganar el juego. A cambio de agravar la posición de peones, las blancas obtienen un buen alfil contra caballo y ganan considerablemente en espacio. 3. ... ¥xf5 34.exf5 ¤g5 Amenaza 35...¤xf3+. 35.¥g2 ... No era mejor 35.¢g2. 35... ¦xe3 36.¦xe3 ¦xe3 37.£xe3 ¢f8 Se amenazaba 38.£e8 mate. 38.f4 ¤f7 Situación postergada. Aquí muchos conjeturaban, que las blancas podían ganar con la jugada 39.¥f3. Esto es inexacto. Las negras siempre tienen garantizado el empate de resultas de la jugada 39. ... d5! Pero en realidad, la jugada 39.¥f3 era la

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continuación conecta. Después de la jugada sellada por las blancas, están obligadas, no ya las negras, sino las blancas a hacer tablas. 39.b4 d5!

Hermosa jugada. Las negras consiguen el peón c pasado, y la “eterna” casilla para el caballo. El peón blanco de ventaja no tiene ningún valor. 40.cxd5 ... Es dudoso que, 40.b5 dxc4 41.bxc6 ¤d6; dé mayores chances. 40... c5! 41.bxc5 bxc5 42.£a3 ... Las blancas a pesar de todo tratan de refrenar el movimiento del peón c negro. 42. ... ¤d6 43.¥f1 ¢f7 Es natural, que no se podía 43...c4 por 44.¥xc4, y las negras pierden un peón. Tampoco era mejor 43...¢e7 (para defender al caballo de d6) por 44.£e3+ ¢f7 45.¥d3, con variante análoga a la que se

produjo en la partida. 44.¥d3 c4 45.¥c2 c3 Las negras dejan escapar las últimas chances de ganar. Ya que es mejor 45...£b6+ 46.¢f1 ¢e7 47.¢e2! Sin embargo, aún en este caso después de 47.¢e2! las blancas logran con facilidad las tablas. 46.£b4! ... Después de esta sencilla jugada, queda visible, que las negras no pueden fortificar su posición. La dama debe defender al peón c3 y al caballo. No favorece 46...¢e7 por 47.£d4 con la amenaza de 48.£e3+. Las blancas por su parte amenazan acercar al rey. Por consiguiente, las negras toman una resolución completamente sabia: fuerzan el jaque perpetuo. 46. ... ¤c4! 47.£xc3 £c5+ 48.¢h1 £xd5+ 1/2-1/2 Y tablas por jaque perpetuo. Esta fue, propiamente dicho, la primera partida donde probé “acometer” a Flohr. Pero como puede ver el lector, mi juego se distinguía por la inseguridad e inconsecuencia. Esta partida me enseñó, que para ganar al gran maestro era necesario jugar con gran tesón, seguridad y actividad. Es necesario destacar en esta partida el muy ingenioso juego de Flohr, en especial después de la suspensión.

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MATCH

Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 6ª Partida Blancas: S. Flohr Negras: M. Botvinnik Defensa Nimzowitsch 1.d4 ¤f6 2.c4 e6 3.¤c3 ¥b4 4.£c2 c5 5.dxc5 ¤a6 6.a3 ... Hasta aquí, como en la partida 2a. En aquella ocasión las blancas consintieron una clara inexactitud (6.g3); en esta partida eligen la continuación correcta. Después de la jugada del texto, las negras están constreñidas a entrar en la variante Krause, que supuse era absolutamente satisfactoria para éstas. 6... ¥xc3+ 7.£xc3 ¤xc5 Parece que entre nuestros maestros se expresaba la opinión que las negras en esta posición tienen por lo menos tablas después de 7...¤e4 8.£xg7 £a5+ 9.b4 ¤xb4 10.£xh8+ ¢e7 11.axb4 £xb4+ 12.¢d1 £b3+... con jaque perpetuo. Sin embargo, si las blancas hubiesen jugado en vez de 8.£xg7, 8.£d4, a las negras les restaría tan solo, abandonar.

8.f3 ... La mejor continuación. Las blancas quitan a los caballos negros la casilla e4 y asimismo preparan la jugada e4. Esta posición se consideró por largo tiempo poco satisfactoria para las negras hasta que el Dr. Krause propuso un sistema de desarrollo bastante ingenioso para las negras. La partida muestra sin embargo que ese plan es insuficiente. 8. ... d6 9.e4 e5 10.¥e3 £c7 11.¤e2 ¥e6

Esto es la variante Krause. Las negras alcanzaron un desarrollo aceptable, pero a mucho precio. La debilidad de la disposición central es evidente, en particular el

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d6. Hasta el presente jugaban aquí habitualmente 12.¤g3, que permitía a las negras obtener partida jugable. Flohr refuerza considerablemente la variante para las blancas, al colocar el caballo en c3, donde queda excelentemente ubicado. En una partida anterior ya que fue realizada esta idea, pero allí las blancas hicieron previamente la débil jugada ... b4 que constituye una importante pérdida de tiempo. Después de la siguiente maniobra, las negras caen en posición difícil. 12.£c2! O-O 13.¤c3 ¦fc8 14.¥e2 a6 15.¦c1 ¤cd7 16.£d2! ... El único camino para la conservación de la ventaja. A 16.O-O las negras continuarán con audacia 16. ... ¥xc4 17.¤b1 (17.¤d5 ¤xd5 18.¥xc4 £d8! 19.exd5 b5!), 17...¥xe2 y la torre de f1 está en peligro. Ahora claro está, no se puede tomar el peón c4. 16... £b8 17.¤d5 ... Las negras se aprovecharon de su mejor desarrollo y crearon una serie de amenazas. Así por ejemplo no se podía jugar 17.b3, por b5 o ¤c5, y las negras se zafan. Estas no debían apurarse con el cambio en d5. No era malo 17...¢f8, amenazando otra vez jugar b5. Pero formaba parte del plan negro el cambio en d5. Veían que, en el próximo final, las blancas quedan mejor, que ésta ventaja era demasiado mínima. 17... ¥xd5

18.cxd5 ¦xc1+ 19.£xc1 £d8 20.O-O ¦c8 21.£d2 £c7 22.¦c1 ... Ambos bandos tienden hacia los cambios. Las blancas ven que conservar la torre es muy difícil, puesto que las negras dominan la única columna abierta; por ejemplo, a 22.£b4, sigue simplemente 22. ... £b8. Mas las negras creían que el final no estaba perdido para ellas. 22... £xc1+ 23.£xc1 ¦xc1+ 24.¥xc1 ¢f8

Todavía ahora estoy convencido que el final tiene un carácter de tablas. Las chances para ganar (la ventaja de ambos alfiles) son puramente prácticas. Suministrar un análisis minucioso sobre el final resultante es muy difícil; pero se pueden señalar varios momentos, en los que las negras podían haber jugado mejor. 25.¢f2 ¢e7

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26.¥e3 27.¢e1 28.¢d2 29.b4 30.g3 31.¢c2

¢d8 ¢c7 ¤c5 ¤cd7 ¤b6 ...

37.¢e3 ¢e7 38.¥f1 ¤b5 39.h4 ¤c7 40.¥h3 ¤e8 Jugada sellada. Después de la suspensión las blancas pasan finalmente al ataque. 41.f4 f6 Se amenazaba 42.fxe5 dxe5; y 43.¥xd7, con la ganancia de un peón. 42.¥f5 ...

31. ... ¤bd7 Ya aquí podían las negras jugar más sólido; 31...¤a4 32.¢b3 b5; y los caballos negros tienen relativamente más libertad, aparte de que en el flanco dama las chances para las blancas son iguales a cero. Estas se hallan obligadas a vigilar con mucha atención, los caballos negros. Con la jugada del texto las negras se dejan oprimir. 32.a4 ¤b6 33.a5 ¤bd7 34.¥c1 ¢d8 35.¥b2 ¤e8 36.¢d2 ¤c7 Las negras continúan ateniéndose a la táctica expectante. Era de considerarse 36...¢e7, siguiendo luego g6, ¤g7, f5.

Lo mejor. No daba nada a las blancas; 1) 42.¥e6 ¤c7 43.f5 ¤xe6 44.dxe6 ¤b8 45.g4 g5! y las blancas no pueden irrumpir, 2) 43.¥g8 exf4+ (43...¤e8 44.f5) 44.gxf4 ¤f8 45.e5 ¤e8 y las blancas no lograron nada, pues el alfil en g8 está situado demasiado mal. Es curioso que el cambio 43. ... exf4+ es imprescindible, porque, de otro modo, las blancas deciden la partida con la jugada f5 y el consiguiente ataque del peón g2. 42... g6 Sin esperanzas es 42...h6; por la mar-

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cha del rey blanco sobre los cuadros blancos. 43.¥h3 h6! La clave de toda la defensa negra. La amenaza básica de las blancas consiste en la jugada f5, con el consiguiente cambio y g4, creándose el peón h pasado. Por eso, a f5, las negras deben tener pronta la respuesta g5. Pero sin 43. ... h6!; no se podía jugar así puesto que a 43...¤g7 44.f5 g5 45.hxg5 fxg5 46.f6+!! y las blancas ganan, la entrada del alfil a c8 es decisiva. En consecuencia, las negras defienden otra vez el cuadro g5, g4 blanco para, cuando 45.hxg5, tomar con el peón h6. 44.¥c1 ¤g7 45.fxe5! ...

La única posibilidad de complicar el juego. Las negras no pueden contestar ni 45...¤xe5 por 46.¥c8, ni tampoco 45... fxe5; por 46.¢f3 h5 47.¥g5+, etc. 45. ... dxe5 46.¢f3 ... Sin duda era más fuerte 46.¢d3. Lo

mismo resultaría necesario más tarde la traslación del rey a d3. Por esto la jugada del texto es una importante pérdida de tiempo. 46... h5 47.¥e3 ¢d6 48.¥h6 ¤e8 49.g4 hxg4+ 50.¥xg4 ¤c7 Aquí era más fuerte 50...¢c7! y en caso de 51.¥e3, ¤d6 52.¥c5 ¤xc5 53.bxc5 ¤c4 y las tablas para las negras están aseguradas. Las blancas tendrían que seguir con 51.h5 gxh5 52.¥xh5, pero después de esto, sus chances para el triunfo serían casi nulas. 51.¥e3 ¤b5 52.¢e2 ... Si 52.¥e6, entonces 52. ... ¢e7; 53.¥c5+? ¤xc5, y ¤d4+ 52... ¤c7 53.¢d3 ... Las negras están en el “deber de jugar”. El rey debe defender la casilla c5-c4 para el blanco, el ¤d7 está ligado (amenaza ¥c8), el ¤c7 tampoco puede moverse en vista de la amenaza ¥e6 y ¥f7. Todo esto ha sido jugado con excepcional sutileza por las blancas. Por eso, las negras deciden por una desesperada ruptura. 53. ... f5 54.exf5 gxf5 La última equivocación. Era mejor 54...¤f6 55.¥h3 gxf5; ganando un tiempo importante. Pero hablando objetivamente, aún en este caso está perdida la partida negra.

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55.¥xf5 56.¥d2 57.¢c4 58.¥g6 59.¢d3

¤xd5 ¤7f6 ¢c6 b5+ ¤e7

En este momento fue suspendida la partida por segunda vez. Aquí tenían las blancas las siguientes posibilidades: 1) 60.h5 ¤xg6 61.hxg6 ¢d5 62.g7 ¤g8 63.¥g5 e4+ 64.¢e3 ¢e5 65.¥h4 ¢d5 66.¢f4 ¢d4 67.¢f5 e3 68.¢g6 e2 69.¢h7 ¤e7 70.¥xe7 e1=£ 71.¥c5+ ¢e4! 72.g8=£ £h4+ 73.¢g6 £g4+ 74.¢f7, y tablas por jaque perpetuo. 2) 60.¥g5 ¤xg6 61.¥xf6 ¢d5 62.¥g5 ¤f8 63.h5 ¤h7 64.¥h4 ¤f8 65.h6 ¤h7 66.¢e3 ¢e6 67.¢e4 ¤f8 68.¥g3 ¤d7 y tablas. Inmensas combinaciones se obtenían también después de 60.¥f7 ¤f5, etc. Las blancas sellaron la más simple y fuerte jugada. 60.¥e4+ ¤ed5 Todo lo demás, es igualmente desesperante.

61.¥g5 ¤h5 62.¥f3 ¤g3 63.¥d2! ... Después de 63.h5 ¤xh5 64.¥xh5 ¤xb4+ 65.¢e4 ¢d6 y ¤c6, las negras tenían todas las chances de nulidad. 63... ¢d6 64.¥g4 ¤f6 65.¥c8 ¢c6 66.¥e1 e4+ 67.¢d4 ¤gh5 68.¥f5 ¢d6 69.¥d2 1-0 Me rendí. Si se exceptúa el error de la jugada 46, Flohr condujo toda la partida brillantemente. Con este cotejo terminó la serie moscovita y el 9 de diciembre el comité organizador y los participantes del match llegaron a Leningrado. Hasta la 7a. partida todavía no logré examinar la variante 6. ¥g5 de la defensa Caro - Kann, y por esto empecé otra vez con la jugada 1. c4 tanto más, por cuanto que, en la 5a. partida, obtuve buen planteo.

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Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 7ª Partida Blancas: M. Botvinnik Negras: S. Flohr Apertura Inglesa 1.c4 e5 2.¤c3 ¤f6 3.¤f3 ¤c6 4.d4 exd4 Esto es mejor que 4...e4 como se jugó en la 5ª partida. 5.¤xd4 ¥b4 La jugada precisa. El caballo está tan fuerte en esta posición, que es indispensable por lo menos clavarlo. 6.¥g5 ... Otro plan que promete mucho, consiste en el desarrollo del alfil f por el flanco. 6. ... h6 7.¥h4 d6 Flohr por lo visto no está familiarizado con esta apertura, y se complica mucho el problema de equilibrar el juego. Ante todo, aquí es más simple 7...¥xc3+ 8.bxc3 ¤e5 9.e3 ¤g6 10.¥g3 ¤e4; con partida igual. 8.e3 ... No daba nada 8.¤xc6 bxc6 9.£a4 ¥xc3+ 10.bxc3 O-O! y las blancas se retrasan mucho en el desarrollo. 8... £e7

Las negras intentan jugar g5, seguido de ¤e4, para desembarazarse por fin de la clavada en f6. Las blancas no lo pueden impedir. Pero naturalmente con esta maniobra debilitan su flanco rey. Se debe todavía señalar que 8. c3 (en vez de 8. e3) no era mejor: las negras, mediante 8. ... £e7 9.e4 ¤xd4 10.£xd4 £e5! obtenían con facilidad partida igual. 9.¥e2 g5 10.¥g3 ¤e4 11.¤xc6 ...

Lo correcto era 11.¦c1 O-O 12.OO ¥xc3 13.bxc3 ¤xg3 14.hxg3 ¤e5 15.£c2, y el caballo de d4 es, sin duda, más potente que su opositor. 11... bxc6 Es claro que era más débil 11...¤xc3, -30-

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aún y por 12.¤xe7 ¤xd1+ 13.¢xd1, etc. 12.¦c1 ... Nada daba 12.£d4 O-O 13.¥f3 ¥f5 14.O-O ¥xc3 15.bxc3 ¤c5 y las negras están incomodas. 12... O-O 13.O-O ¥xc3 14.bxc3 ¤xg3 Lamentablemente las negras han de jugar para simplificaciones. Sería arriesgado 14...f5 por 15.¥f3! ¥e6; (15...f4 16.exf4 gxf4 17.¥h4; o 15...c5 16.¥xe4 £xe4 17.£h5 £e6 18.h4); 16.¥xe4 fxe4 17.c5 dxc5 18.£a4, etc., con ventaja blanca. 15.hxg3 ¥f5

16.¥f3 ¥e4 17.¥xe4 £xe4 18.£d4 £e6! Lo mejor. A 18...¦fe8 seguirá 19.c5! d5 20.¦fd1, y en consecuencia c4. Tampoco era buena 18...£xd4 19.cxd4 ¦ab8 20.c5! d5 21.¦b1, y las blancas se encuentran en excelente posición… 19.c5 ... Obligada, muy desagradablemente para las negras. Flohr elige la continuación más fuerte. Él se construye el peón a pasado que en el inminente final de torres le asegura fácilmente la nulidad. 19. ... £xa2 20.cxd6 cxd6 Lo más simple. En el caso de 20...¦fd8, las blancas podrían entrar en complicaciones, mediante 21.d7 £d5 22.¦cd1! o forzar las tablas después de 21.¦a1 £e6 22.¦xa7 ¦xa7 23.£xa7 cxd6. 21.£xd6 £e6 22.¦fd1 ¦fb8!

Única jugada. Sino, por medio de ¥f3, £a4, y ¦b1, las blancas obtenían iniciativa formidable. Ahora las negras amenazan con la jugada f5 fijar los peones doblados en la columna c y hasta quedar con mejor partida. De consiguiente las blancas están obligadas a jugar para el cambio de los alfiles lo que les permite recuperar algunos tiempos. -31-

Única jugada. Cambiar enseguida no

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conviene (se pierde un peón) y al mismo tiempo las negras han de impedir la jugada 23.£a3! y la consecuente ¦d6. Ahora, a 23.£a3, sigue sencillamente 23...¦b3. A otro repliegue de la dama blanca 23.£c7, las negras juegan 23. ... ¢g7! 24.¦d6 ¦c8 25.¦xe6 ¦xc7 y las tablas son seguras para las negras. Por eso no les queda otra cosa a las blancas que cambiar damas. 23.£xe6 fxe6 24.¦d4 ... 1/2-1/2

cunstancia que no me agradaba y decidí elegir otra vez la defensa holandesa, pero la variante cerrada que da chances para ambos. Pero en la 2a. jugada me esperaba una pequeña decepción.

Se entiende que no se podía jugar 24.¦d6 a5 25.¦xc6 a4 26.¦d6 a3 27.¦dd1 a2 28.c4 ¦b7! 29.¦a1 ¦b2 30.¦dc1 ¦ab8 31.¦f1 ¦c2 y las negras están muy amenazadoras. Aquí los adversarios convinieron tablas. Es probable que las negras gracias a su peón a libre y pasado, están un poquito mejor, pero esto no les da serias chances de victoria. Una partida corta, pero de contenido. Ya pasaron 7 cotejos del match y yo todavía no había ganado ninguno — cir-32-

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Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 8ª Partida

de las negras no les da a las blancas sensibles ventajas. Blancas: S. Flohr 5.¥b5+ ¥d7 Negras: M. Botvinnik 6.£e2+ £e7 Defensa Francesa Después de 6...¥e7 7.dxc5, pierden las negras el peón sin ninguna compensación. 1.d4 e6 7.£xe7+ ¥xe7 2.e4 ... 8.¥xd7+ ¤xd7 Flohr pacíficamente dispuesto, tenien 9.dxc5 ¤xc5 do dos puntos de ventaja decidió por lo 10.¤b3 ¤a4 visto rehuir toda complicación. Como si Las blancas juegan incorrectamente, adivinara las intenciones belicosas de las negras, eligió la variante “ultra- tablas” de porque ahora será dificultado el desarrollo del alfil c. Si el caballo blanco no ocula partida francesa. para la columna b, podrían en tal caso no 2. ... d5 defender al peón b y luego, con ¦b1, com 3.¤d2 ... Esta variante es el arma favorita de pensarse con el peón b negro. 11.¤e2 ¥f6 Illin-Genevsky. Si las negras tratan de de 12.c3 ... clinar la continuación normal 3. ... c5, Es posible que fuera más fuerte con el consiguiente cambio de las damas, entonces las blancas logran con facilidad 12.¤bd4, para emancipar el alfil. A esto partida superior. Así, con 3...¤f6 4.e5 las negras tendrían que responder 12. ... ¤fd7 5.¥d3, las blancas están evidente- O-O-O, defendiendo su peón b. 12... ¤e7 mente mejor. 13.O-O O-O 3. ... c5 14.¦d1 ¦fd8 4.exd5 exd5 15.¦b1 ... En caso de 4...£xd5 5.¤gf3 cxd4 Como consecuencia de su 10a. jugada, 6.¥c4 £d8 7.O-O, y ¤b3, las blancas recuperan el peón y obtienen un juego más las blancas se hallan obligadas a recurrir libre. En la continuación de la partida, se ahora a tristes recursos defensivos. 15. ... ¦ac8 llega a un final, en el cual el peón d aislado 16.¢f1 a6 -33-

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Las negras juegan con suma atención. A las blancas les es naturalmente conveniente el cambio de alfil que debilita al peón d y las casillas negras. Por consiguiente, las blancas tienden hacia la maniobra ¥c1e3-d4. Si las negras tratasen de transferir al caballo, de a4 a c4 entonces después de 16...¤b6 17.¥e3!, las blancas realizan a tiempo sus planes. Las negras esperan que las blancas ocupen el cuadro d4 con un caballo, y solo después de esto juegan ¤b6. Ahora empero, 17.¥e3 no está bien por la 17. ... ¤f5. 17.¤ed4 ¤b6 18.¤a5 ... Las negras se desembarazan de la única debilidad. 18. ... ¤c4 19.¤xc4 ... Jugar 19.¤xb7 ¦d7 conducía a la pérdida de la pieza. 19... dxc4 20.¥e3 ¤d5 21.¤f3

1/2-1/2 Convenimos en tablas. No les conviene a las negras 21. ... ¤xe3+ 22.fxe3, pues las blancas consiguen el punto d4. Después de la 8a. partida el match fue interrumpido por dos días y estos dos días no se perdieron en vano. Yo los aproveché para diligente labor analítica aprendiendo hasta las finezas, la variante 1.e4 c6 2.d4 d5 3.exd5 cxd5 4.c4 ¤f6 5.¤c3 ¤c6 6.¥g5 dxc4, y el 14 de diciembre comencé audazmente la partida (como la 1era. que terminó tristemente para mí) con la jugada 1. e4.

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Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 9ª Partida

análisis casero, cuando me hube convencido que en caso de 10.¤f3, e6 11.¥xf6 Blancas: M. Botvinnik £xf6 12.£xd3, las negras están muy Negras: S. Flohr mal (ya que el alfil f8 no tiene ni una juDefensa Caro-Kann gada) resolví jugar esta variante. No hay nada que decir, que es igualmente malo 1.e4 c6 10...¥f5 11.O-O y las negras no pueden 2.d4 d5 resistir mucho. En todas las variantes el 3.exd5 cxd5 ataque blanco toma carácter amenazador, 4.c4 ¤f6 antes que las negras llegan a introducir en 5.¤c3 ¤c6 la lucha sus reservas. La siguiente respues 6.¥g5 dxc4 ta negra en ningún caso puede ser reco 7.d5 ¤e5 mendada. 8.£d4 ¤d3+ 10... g6 9.¥xd3 cxd3 11.¥xf6 ... 10.¤f3 ... Ahora esto es muy fuerte, puesto que las blancas ganaron un tiempo importante en comparación a la 1ra. partida y sus torres comienzan a trabajar en las columnas centrales con gran vigor. El peón d pasado es también muy desagradable para las negras en algunas variantes. 11. ... exf6 12.O-O £b6 Se puede afirmar, sin miedo, que la partida de las negras está perdida. Así no salvaba aquí la jugada 12...¥e7 13.¦ad1! O-O 14.¦xd3 ¥f5 15.¦d2 ¥d6 16.g4 En la 10a. partida jugué 10.¥xf6 y ob- ¥c8 17.¤e4, y las negras han de rendirtuve la peor posición. Pero después del se. Es posible que en un lugar u otro las negras podían jugar más fuerte, pero esto -35-

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no puede implicar real modificación en la valoración posicional. Con la jugada del texto las negras consienten la pérdida del enroque con la esperanza que el rey en d8 se sentirá bastante seguro. Pero, en la posición abierta y con desventaja en el desarrollo, tal juego, al estilo Steinitz, no ha de salvar la partida. 13.¦fe1+ ¢d8 14.£h4! ...

La más fuerte continuación del ataque. Con 14.£xd3 ¥d6!; es dudoso que las blancas legraran conducir su ventaja hasta posición victoriosa. La amenaza básica blanca es: 15.¤e5 £c7 16.d6 ¥xd6 17.¤b5 ganando. A 14...¥e7 lo más simple a las blancas es responder: 15.d6 £xd6 16.¦ad1 ¥d7; (16...¥f5 17.¤d4); 17.¦e3 y las blancas ganan fácilmente. Otra “desesperada” defensa es aquella por la que se resuelven las negras. 14... g5 15.£h5 ... Las negras están completamente in-

defensas. A 15...£c7, sigue 16.¤e4 y los peones negros caen uno tras otro. Con la jugada del texto las negras “desarrollan” dos piezas propias, pero al precio del sacrificio de dos buenos peones, después de lo cual las blancas se quedan con un peón de más. 15. ... ¥d6 16.£xf7 ¦f8 17.£xh7 g4 La única posibilidad de contrajuego. A 18.¤h4 (considerando 18...£c7 19.£xc7+ ¥xc7 20.¦ad1) las negras juegan 18. ... d2! y comienzan las complicaciones no desventajosas para éstas. Por consiguiente, el retroceso del caballo es obligado. 18.¤d2 £c7 Se entiende que es sin esperanza para las negras 18...£xb2 19.£xd3 con ataque muy vigoroso. Ahora, empero, las blancas deben jugar muy prudentemente. Así, con 19.£xc7+ ¥xc7 conquistar al peón d6 no es tan sencillo y aunque las blancas lo consiguieran, el final presentaría grandes dificultades técnicas (las negras poseen el par de alfiles, el rey centralizado, etc.). La jugada siguiente destruye todas las esperanzas de las negras. 19.£h6! ... Débil hubiera sido 19.£xd3 ¥xh2+ 20.¢f1, y el peón blanco queda en posición peligrosa. Ahora se amenaza 20.¤b5. La torre de f8 está defendida sin esperanza. Las negras se apresuran a cubrirla con la dama. 19... £f7

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partida sería aún incierto, yo que los peones blancos se perdían uno tras otro. Con la jugada siguiente, las negras dejan pasar al rey blanco hacia el centro, después de lo cual les queda tan solamente rendirse. Pero también en caso de 29...¥e2 30.¦xf8 ¦xf8 31.d6! ¦f1+ 32.¢h2 ¦d1 33.¦e7+ ¢c6 34.d7 ¢c7 35.¤c5!, las blancas conducen su peón d a dama.

20.¤c4 ¥e5

Desesperación. Si 20...¥b4 pierde, por 21.a3 ¥xc3 22.¤d6 £g8 23.bxc3. Si 20...¥b8 21.d6 ¦g8 22.¦e7 £g6 (22...£xc4 23.£xf6), 23.£f4. Ahora las blancas ganan un segundo peón, además privan a las negras de la ventaja de ambos alfiles y pasan tranquilamente al final. La fase siguiente de la partida ya es pura técnica. 21.¤xe5 fxe5 22.£g5+ £e7 23.£xe5 £xe5 24.¦xe5 ¥f5 25.¦f1 ¢d7 26.f3 ... 26. ... b5 Las negras emprenden la última tentativa para complicar el juego. 27.fxg4 ¥xg4 28.h3 b4 29.¤e4! ... Ultima fineza. En caso de 29.hxg4 bxc3 30.bxc3 ¦xf1+ 31.¢xf1, el resultado de la

29... ¦xf1+ 30.¢xf1 ¦f8+ 31.¢e1 ¥f5 Si 31...¥e2, entonces 32.¤g3. 32.g4 ¥g6 33.¦e6 1-0 Se rindió. Esta partida me mostró que estaba en condiciones de ganarle a Flohr, y no ocultaré que la victoria me animó mucho. Al día siguiente decidí nuevamente jugar la holandesa, porque estaba seguro que mi contrincante, deseoso de una revancha, no se conformaría con variantes de tablas en la partida francesa.

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MATCH

Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 10ª Partida Blancas: S. Flohr Negras: M. Botvinnik Defensa Holandesa 1.d4 e6 2.c4 ... Mi cálculo resultó exacto: Flohr juega para ganar y entra en la partida holandesa. 2. ... f5 3.g3 ... La continuación más fuerte recomendada por la teoría. En la 4a. partida, Flohr jugó 3.¤c3, que es comparativamente más débil. 3... ¤f6 4.¥g2 ¥e7 Resolución responsable. Las negras se abstienen del cambio del alfil (4...¥b4+) para no simplificar el juego. Intentan una de las variantes de la partida holandesa, hace mucho tiempo conocida por el nombre de “muro de piedra” arma favorita del maestro A. Y. Modell, leningradense. Esta variante está desechada por la teoría, pero contiene no poco tóxico y contra adversarios poco experimentados, se puede emplear con perfecta seguridad. 5.¤c3 d5 6.¤f3 ...

En su tiempo Grünfeld recomendaba jugar aquí 6.¤h3, con las consiguientes f3 y e4. Pero análisis más minuciosos muestran que esta maniobra no pasa. En verdad, las blancas pueden renunciar a tiempo de ello, pero entonces el desarrollo del ¤g1 a h3 pierde su razón de ser. 6... c6 7.O-O O-O 8.b3 ... El desconocimiento de la variante ya se nota: Flohr elige una continuación poco fuerte. Únicamente con 8.¥f4! las blancas pueden aspirar a obtener ventaja. La flanquetización del alfil c1 tiene el defecto que con ello se debilita al punto f4 del blanco, y las chances negras crecen considerablemente. 8... £e8 Una maniobra necesaria en esta variante. Las negras transfieren a la dama a h5, tanto para el ataque, como para la defensa del peón f. 9.¥b2 ¤bd7 10.£d3 ... Otra vez una inexactitud pero poco importante. En esta variante, en la gran mayoría de los casos, la dama queda mejor alojada en c2. Ahora lo más simple de todo era 10.¤g5 ¥d6 11.f4, cerrando la posición, y privando a las negras de chan-

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ces al ataque en el flanco rey. 10... £h5 A tiempo, porque las blancas amenazaban con la jugada 11.cxd5, abrir la columna c. 11.cxd5 ...

Este cambio debe realizarse únicamente cuando da resultados positivos inmediatos. En caso contrario, conduce solamente al empeoramiento posicional. Les sonreía poco a las blancas 11.¤d2 (o 11.¤e1), 11. ... e5! 12.cxd5 e4, etc. Pero de esto se deriva solamente que fue menester reconocer al desarrollo del alfil c1 a b2 erróneo, y trasplantarlo a f4, donde toda irrupción con e5 se liquidaba. 11... exd5 12.¤d2 ... Y esto es un error. El plan blanco consiste en jugar f4, para consolidarse en el punto e5. Con todo era correcto 12.¤e1 con la consiguiente f4 y ¤f3-e5. Ahora ya esta maniobra parece irrealizable. 12... ¤e4

13.f3 ... A 13.f4, sigue: 13. ... ¤xd2 14.£xd2 ¤f6 y las negras conquistan el punto e4, mientras que para las blancas trasladar al caballo de ¤c3 a e5 es muy difícil. 13... ¤xc3 Únicamente así. Luego de 13...¤xd2 14.£xd2, las blancas logran a tiempo defender el punto f4. 14.¥xc3 f4!

La señal para el ataque. Las negras obtienen sobre el flanco rey una larga presión, de la cual no les es fácil a las blancas librarse. Puede ser que, en la siguiente jugada, más fuerte fuera 15.¦fc1, dejando el cuadro e1 libre para el alfil. Fue necesario sacar de la torre de f1 para dar lugar al caballo a defender el peón g3. 15.¦fe1 ¥d6 16.¤f1 ¦f7 Jugada muy importante. No era bueno 16...¤f6 puesto que las blancas, mediante 17.¥d2! atacarían al peón f4 y en caso de 17. ... fxg3 18.hxg3, tendrían para el

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alfil la importante diagonal c1-h6. Y, sin embargo, aún sería mejor para las blancas jugar 17.¥d2. En vez de esto las blancas, con su siguiente jugada cierran la diagonal c1-h6, después de lo cual las negras cambian con ventaja en g3. Era malo para las blancas 17.e4 dxe4! 18.£xe4, (18.fxe4 f3!); 18...¤f6, etc. 17.e3 fxg3 18.¤xg3 ... Obligado. A 18.hxg3, podía seguir tanto 18. ... ¦xf3!; cuanto la sencilla 18...£g5 19.e4 ¥xg3 20.¤xg3 £xg3 21.exd5 ¤f8 o 21...¤f6, con clara ventaja para las negras. 18... £h4 19.¤f1 ¤f6 20.¦e2 ¥d7 Las blancas tienen grandes esperanzas con el traslado del alfil a e1-g3, pero esto no puede de ningún modo mejorar su posición. Por lo demás su situación es tan mala, que es difícil, recomendarles algo mejor. 21.¥e1 £g5 22.¥g3 ¥xg3 23.¤xg3 ... Habría sido malo 23.hxg3 ¤h5 y las blancas están forzadas a jugar 24.g4, ya que a 24.¢h2 sigue 24. ... ¤xg3! 23...h5! Esto es la señal para el ataque decisivo. Amenaza h4 – h3, con la ganancia de una pieza, y por consiguiente es inevitable, otro nuevo debilitamiento de la posición. 24.f4 £g4 25.¦f2 ...

Es posible que fuera algo mejor 25.¦f1. 25... h4 26.¥f3? ... Un grueso yerro, pero en consideración a la justicia, debemos señalar que también y con 26.h3! £e6; (26...£xg3 27.¦f3), 27.¤f1 ¤e4; la posición blanca se haya perdida. 26... hxg3 Simple, pero elegante sacrificio de la dama. 27.¥xg4 ... 27. ... gxf2+! 28.¢g2 ... Después de 28.¢xf2 ¤xg4+ se perdía todavía el peón rey. 28... ¤xg4 29.h3 ¤f6 30.¢xf2 ¤e4+ 0-1 Se rindió. A 31.¢g2, sigue 31...¥xh3+o la transferencia ¦e8 - e6 - g6, con ataque de mate. Con el triunfo de esta partida nivelé el puntaje del match y mi espíritu combativo disminuyó notablemente. Pero todavía en la siguiente partida emprendí la última tentativa de jugar para ganar.

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Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 11ª Partida Blancas: M. Botvinnik Negras: S. Flohr Defensa Caro-Kann 1.e4 c6 2.c4 ... Esta jugada es muy recomendada por L. Steiner y Flohr, las negras contestaron: 2...d5, después de lo cual las blancas lograron mejor partida. Por consiguiente, en la presente partida, Flohr elige otro procedimiento, al parecer completamente correcto. 2. ... e6 3.¤f3 d5 4.exd5 exd5 5.cxd5 cxd5 6.¥b5+ ¥d7 Lo más simple. Es más complejo conseguir para las negras igualdad por medio de 6...¤c6. 7.¥xd7+ £xd7 Es menos conveniente 7...¤xd7 8.OO, y pueden surgir disgustos para las negras en la columna e. 8.¤e5 £c7 9.O-O ¥d6 Las negras desarrollan al alfil en d6 y el caballo en e7, liquidando las chances

blancas en la columna e, y lo que es esencialmente importante, amenazando en momento oportuno eliminar al ¤e5. No obstante, era preferible 9...¤f6 y ¥e7. 10.d4 ¤e7 11.¤c3 O-O Las negras no tienen tiempo para jugar a6 y conservar el alfil e3. 12.¥f4 ¥xe5

Jugada única; Malo era 12...f6 13.¤b5 £b6 14.¤xd6 £xd6 15.¤g6, con la ganancia de la calidad, o 12...¤ec6 13.¤b5, y las blancas ganan una pieza. Si las blancas toman en e5 con el alfil, entonces queda un empate evidente. Por consiguiente, prefieren retomar en e5 con el peón. 13.dxe5 £d7 14.£e2 ... -41-

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Más enérgica era 14.¥g5! ¤bc6 15.f4, y a las negras no les es fácil defenderse. Por ejemplo, a 15. ... ¦ad8; sigue 16.f5 con ataque amenazador, a 15...d4 16.¤e4, también con seria presión. 14... ¤bc6 15.¦ad1 ¦fe8 16.¦fe1 ... Ahora resulta un empata forzado. No era malo 16.¥g3 con la consiguiente f4 y juego de iniciativa. 16... d4 17.¤b5 ¤g6 18.¥e3! ... Si no hicieran esta jugada las blancas hasta podrían perder. 18. ... ¦xe5 19.¤xd4 ¤xd4 20.¦xd4 £xd4 21.¥xd4 ¦xe2 22.¦xe2 ¦d8 23.¦d2 f6 24.¢f1 ¢f7 25.¢e2 a6 26.¥e3 ¦xd2+ 1/2-1/2 Convinimos en tablas. Esta es propiamente la última partida batalladora del match. En la 12a. ambos estábamos tan cansados con la lucha anterior que ninguno trató de entrar en complicaciones.

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MATCH

Flohr - Botvinnik

28 de noviembre al 12 de diciembre 1933 Moscú - Leningrado 12ª Partida Blancas: S. Flohr Negras: M. Botvinnik Defensa Grünfeld 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 d5 4.e3 ... Lo más tranquilo. Sin embargo, la única tentativa de refutar la defensa Grünfeld consiste en la jugada 4.£b3, como jugué por dos veces en el campeonato de U.R.S.S. del año 1933. La idea de esta jugada pertenece a un maestro leningradense. 4... ¥g7 5.¤f3 O-O 6.£b3 e6 Habitualmente aquí juegan 6...c6, pero lo mismo quedan obligadas las negras a jugar enseguida 7. ... e6. La del texto la emplea habitualmente. Alatorzew, desarrollando el caballo c8 a c6. Las negras ligan la jugada 6. ... e6 a otra idea. 7.¥e2 b6 Las negras desarrollan imperturbablemente el alfil c8 —la piedra de escollo para ellas en dicha apertura. 8.O-O ¥b7 9.¦d1 ¤bd7

10.¥d2 c5 Pueda parecer que las negras hasta consiguieron mejor juego. En realidad, esto no es así. Con la serie de cambios, las blancas simplifican la posición, y logran una microscópica superioridad. 11.cxd5 ¤xd5 Después de 11...exd5 12.dxc5! ¤xc5 13.£a3, las blancas estarían algo mejor. 12.dxc5 ¤xc5 13.£a3! ...

La torre está muy bien ubicada en d1, y las negras han de jugar con gran cuidado así. Con la serie de cambios, las blancas simplifican la posición, y logran una microscópica superioridad. 13. ... £b8 14.¤xd5 ¥xd5

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15.¥c3 ¤e4! Naturalmente que no 15...¥xc3 16.£xc3, y la dama blanca entra en juego con otro, tiempo de ventaja. 16.¥xg7 ¢xg7 17.¦ac1 ¦c8 18.b3 ¢g8 19.£b2 ¦xc1 20.¦xc1 £d8 21.¤d2 ¤xd2 22.£xd2 ¦c8 1/2-1/2 Tablas de común acuerdo. Así pues, el match terminó con un empate.

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CONCLUSIONES No es difícil comprender que este resultado totalmente inesperado llenó de sorpresa no solo a mí sino a toda la afición ajedrecística de Rusia. Y si se considera que existen alrededor de una decena de ajedrecistas de mi fuerza en la república soviética se puede dar una idea de la razón de esta sorpresa ya que el resudado del match nos probó que hay en Rusia varios maestros de alta clase internacional. Es justo establecer que la preparación teórica del match me traicionó solo una vez durante el transcurso de la lucha. Esto se produjo en le sexta partida, pero en cambio, en todos los demás cotejos llevé a mi adversario a terrenos para mí familiares. Es probable que yo haya sido favorecido por el repertorio bastante modesto de mi fuerte adversarlo, pero es indudable que el análisis casero de los planteos que practica con preferencia Flohr me fueron de muy alto valor.

También es cierto que el match me probó cuales son las fallas verdaderas de mi técnica para vencer las cuales me empeñaré en el futuro. Estoy seguro que algunos maestros de vista más afinada que la mía habrían sabido sacar amplio provecho de la ventaja que ofrecieron para mí ciertas posiciones de algunas partidas que no me adjudiqué. En síntesis, que el match probó que en ajedrez hemos alcanzado el grado de eficiencia del mundo occidental pero también que para superar a los grandes maestros europeos occidentales es necesario estudiar seriamente y en último caso no conformarse con el resultado obtenido por mí en este primer contacto con el representante del arte ajedrecístico burgués.

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ORIGINAL EDITORIAL GRABO Buenos Aires, Argentina 1942

Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez

Tras la victoria de Mikhail Botvinnik en el Campeonato de ajedrez de la URSS de 1933 en Leningrado, Alexander Ilyin-Zhenevsky y Nikolai Vasilyevich Krylenko idearon un match para enfrentar al nuevo campeón soviético contra Salomón Flohr, en ese momento uno de los grandes maestros que se creía más fuertes, lo suficiente como para desafiar al Dr. Alexander Alekhine en un encuentro por el título del campeonato mundial. Flohr estuvo de acuerdo con Botvinnik, los primeros seis juegos se jugarían en Moscú y los últimos seis juegos en Leningrado. Muchas figuras en los círculos de ajedrez soviéticos en ese momento eran escépticos de las posibilidades de Botvinnik contra el muy fuerte maestro checoslovaco, a pesar de los éxitos de Botvinnik y los métodos de preparación cada vez más sistemáticos. Krylenko insistió, sin embargo, alegando que Botvinnik y la nueva generación por extensión tenían que ser “probados”. La primera mitad del encuentro fue pésima tanto para Botvinnik como para Krylenko. Flohr logró una ventaja de un juego en la ronda de apertura del match, y lo aumentó a un +2 al concluir en Moscú. Sin embargo, Botvinnik perseveró en Leningrado, logrando ganar dos juegos propios y finalmente dejando el marcador empatado a 6 puntos por partido en la final. No era la victoria contundente que Krylenko había esperado, pero al menos Botvinnik había logrado ahorrarles vergüenza a ambos.