Santo Diablo

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Edi cio Primera edición en Ediciones B, julio de 2012

d. r. © Leandro Taub, 2012 Derechos gestionados a través de Zarana Agencia Literaria d. r. © 2012, Ediciones B México, S. A. de C. V. Bradley 52, Anzures df-11590, México www.edicionesb.mx [email protected]

isbn: 978-607-480-325-9

Impreso en México  |  Printed in Mexico

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o prestamo público.

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SANTO D IABLO

Barcelona · México · Bogotá · Buenos Aires · Caracas Madrid · Miami · Montevideo · Santiago de Chile

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Prólogo

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ste libro comenzó como una compilación de anotaciones y artículos que hice entre los años 2008 y 2010 en cuadernos, servilletas, archivos en la computadora, canciones, notas para blogs y diarios. Viviendo en China en el año 2009, decidí comenzar a juntar el material, compilarlo y separarlo por temáticas. El resultado llegó a principios de 2011: tenía en mis manos un libro de 666 páginas que abarcaba temáticas filosóficas de toda índole, con su índice de 9 páginas con los títulos ordenados alfabéticamente. Era el momento de tomar un machete y avanzar por la jungla de palabras para resumir y sintetizar. Hacía años que estudiaba numerología y tarot, leía libros iniciáticos e investigaba fuentes sagradas: la Biblia, la Cábala, el vedanta, el yoga, la hermenéutica, la magia, el misticismo y el ocultismo. Utilizando estos estudios como guía, me puse a trabajar con las 666 páginas por 108 días buscando que cada frase tuviera su latencia, su corazón, su contradicción y vitalidad; que la obra se reprodujera y diera a luz su propio sentido. Mientras actuaba me encontré experimentando nuevamente cada palabra que traté. Si hablaba sobre un sentir, reflejaba ese

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sentir en mi vida; cada temática que exploré se me pegaba a la carne y la mente, la escribía impulsado desde las entrañas que me accionaban. Si escribía sobre las preocupaciones, pasaba ese tiempo preocupado; si hablaba sobre los celos, estaba celoso; si hablaba sobre el tacto, ese día lo experimentaba con todo mi Ser. Redescubrí cada sentir desde la imparcialidad para expresar un mensaje que llegaba y me utilizaba como puente. El Yo se desvanecía mientras escribía. Recién cuando me detenía a descansar, luego de extensas jornadas de escritura, volvía a sentir hambre o sueño, y el resultado fue Santo Diablo, el libro iniciático que refleja experiencias con la Verdad.

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La causa del nombre

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a decisión canaliza los actos hacia una dirección, los sube sobre un rumbo, hace avanzar al Ser en constante devenir, experimentando el eterno presente que se anticipa a ser un futuro que no es más que la continuación del presente. La causa es el fundamento. El nombre es un devenir de la decisión. La causa del nombre es el fundamento que provee el devenir de la decisión de definir este libro con un título, considerando todas las implicaciones de precisar y dar un nombre, el título seleccionado para esta obra ha sido Santo Diablo.

El arcano V del Tarot de Marsella es el Papa. El Papa podría ser considerado un avatar según la tradición hindú y los vedas, un buddha según la tradición budista, un profeta según la tradición hebrea y la Cábala, un santo según la tradición occidental cristiana, y un wali para el sufismo. Para el Tarot de Marsella este ser es un maestro, un puente, un mediador, un hombre que le enseña al ser humano a observar más allá de sus límites, a expandir su consciencia y abrirse a lo espiritual. Es un ser receptivo hacia el cielo, y activo hacia la tierra. En él se encuentran los contrarios de la cruz, la mujer y el hombre (izquierda y derecha), y la tierra y el cielo (abajo y arriba). Estos contrarios se hallan en el punto donde aparece

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este santo, quien recibe desde el misterio un conocimiento que transmite enseñanzas con imparcialidad e impersonalidad. Es quien comunica y aporta un nuevo ideal.

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El arcano XV de los arcanos mayores del Tarot de Marsella es el Diablo. El Diablo ha sido considerado como el ángel caído (Lucifer) por la tradición cristiana, el dios pagano de los brujos (Satán), y el obstáculo para la tradición hebrea (Ha satán). Para el Tarot de Marsella, el Diablo es un maestro que le propone al Ser observarse de frente a sí mismo, mirarse a los ojos de la cabeza, a los ojos de los pechos, a los ojos del estómago y a los ojos de las rodillas. Mira a todos los ojos del Ser de frente y lo tienta a despertar las fuerzas de su misterio, explorar su inconsciente, la materia oscura de su creatividad, las raíces de sus emociones, el caos de la mentalidad sin orden y sus deseos más profundos. Al igual que el Papa, es un puente de tránsito, pero en lugar de subir hacia lo espiritual, al Ser, el Diablo le propone descender hacia las profundidades más oscuras —inconscientes— de sí mismo. Mientras el Papa habita en el día y la luz, el Diablo lo hace en la noche y la oscuridad. Mientras que el Papa propone espiritualizar la materia, el Diablo habla sobre la materialización del espíritu, le sugiere al Ser que deje de negarse y lo incita a incluir su inconsciente en su Ser, aceptarlo y honrarlo. Mientras el Papa aborda el desarrollo del intelecto y las emociones, el Diablo aborda el desarrollo de la creatividad, la sexualidad y lo material. A través de el Diablo, el Ser puede descubrir las potencialidades más ocultas de sí mismo.

Tanto el arcano V (del que se toma el nombre Santo) y el arcano XV (del que se toma el nombre Diablo) corresponden

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al número 5 de la primera y segunda serie decimal de los arcanos mayores respectivamente. El número 5 es un número muy potente en la numerología. Los pitagóricos decían que los números son símbolos de orden divino, que funcionan como claves de las leyes armónicas del cosmos. El 5 nos remonta al pentáculo, estrella de cinco puntas utilizada como símbolo pagano, asociada a los magos babilonios y los pitagóricos, que resulta en el número áureo o de divina proporción cuando se divide su diagonal por su lado. El número áureo aparece en toda la manifestación, tanto en especies animales y vegetales como en seres humanos, fenómenos naturales, incluso como número de referencia utilizado por Leonardo da Vinci al realizar el estudio de las proporciones humanas del cuerpo en el Hombre de Vitruvio. El número 5 también corresponde al quinto término de la sucesión de Fibonacci y al número de dedos que tiene el ser humano en cada mano y pie. Para la formación masónica, el 5 es el número del compañero, quien luego de haber sido un aprendiz con el martillo y el cincel, perfeccionado su obra con la regla y el compás, obtenido la fuerza con la palanca y desarrollado la rectitud y el dominio con la regla y la escuadra, abandona las herramientas para contemplar y vincularse con lo sagrado a través de su obra. El 5 es la cantidad de lados de la pirámide con base cuadrada que representaba al hombre (su base terrenal y su triángulo espiritual) para las enseñanzas herméticas antiguas. Mitológicamente este número ha sido considerado como un número crisis intermedio, un número demoníaco e imperfecto, un puente entre la tierra y el cielo. Mientras que los números del 1 al 4 representaban la tierra, del 6 al 9 representaban el cielo; de este modo, el número 5 es un puente que realiza una separación entre la vida material (o mundo terrestre) y la vida espiritual (o

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mundo celeste). Este número representa el éter, la quintaesencia de los alquimistas. También es considerado como el elemento que le da lo esencial a cada sustancia individual. El 5 es considerado como el mediador entre los elementos, el que propone el surgimiento de lo nuevo. También se lo observa como un puente entre dimensiones, que une lo corpóreo con lo divino. Es un número activo, penetrante, potente, masculino, y representante de una crisis que hace avanzar al ser humano.

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Este libro iniciático se llama Santo Diablo porque utiliza ambos arcanos del Tarot de Marsella, junto con el número 5, como una invitación al Ser que se propone ir más lejos de donde se encuentra, avanzar más allá de los límites conocidos y adentrarse en una nueva forma de concebir la construcción que lo ha limitado: la antigua moral. Es por eso que el Santo Diablo pervierte la moral y la reformula con la sabiduría espiritual de una nueva consciencia que se obtiene a través de la experiencia.

Este libro es una invitación a explorar otro mundo, presente donde y cuando se encuentra el Ser, sin la necesidad de renunciar a lo antiguo, sino reformulando lo adquirido y obteniendo nuevas ideas. Este libro espera abrir caminos a nuevos conocimientos del misterio, la raíz del Ser. Busca que el estudiante iniciado realice sus vinculaciones, su obra y su Ser.

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Sobre Santo Diablo

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anto Diablo es un libro iniciático que se presenta como un manual de estudio para ingresar a una comunidad mística. Este manual propone pervertir antiguas morales y reconstruir la propia siguiendo la experiencia. La idea es limpiar el terreno, movilizarse, permitir constantemente la transformación y expandir los conocimientos de acuerdo a la experiencia vivida. Aspira a que el Ser pueda dominar y canalizar sus emociones, ideas, necesidades y deseos, para elevarse como un ser consciente, sabio, alegre, saludable y espiritual. Pretende impulsar al estudiante iniciado a ser más humano de lo que fue hasta ahora. Anhela ser un libro de tránsito, que amplíe los campos de experimentación del Ser y lo acerque más al conocimiento de sí mismo, la realización de su obra y la vinculación con el otro.

Este libro se divide en cinco partes. La primera parte trata sobre la realización del Ser para dejar de no ser y acercarse cada vez más a sí mismo; en ella expongo algunas características del Santo Diablo. En la segunda parte se realiza la presentación, el análisis y la comprensión de las afectaciones del Ser, con formas que utiliza el Santo Diablo para conocer la raíz de los vicios, hacer dominio de ellos y transformarlos en virtudes. La tercera parte aborda la vinculación

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del Ser con el otro, su comprensión, apertura y comunión, incluyendo ideas para la profundización y armonía de las relaciones del Santo Diablo con la otredad. La cuarta parte está separada en etapas que debe atravesar durante el desarrollo de su obra; contiene ideas que lo ayudarán a cumplirla y así realizarse. En la quinta y última parte se exponen las ideas más espirituales, terrenales y astrales del Santo Diablo, para brindar un mayor conocimiento del misterio.

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Se busca que los Santos Diablos desarrollen y exploren sus capacidades mentales para expandirlas y tener mayor acceso y posibilidad de uso del vasto territorio de poderío mental, como también del poder de vaciar la mente y ser presente. Que los Santos Diablos dominen sus emociones y dejen de ser víctimas de ellas, puedan comprenderlas, canalizarlas y utilizarlas como herramientas para la realización de su obra, el conocimiento de sí mismos y el desarrollo real y amoroso con sus vinculaciones. Que llenen su corazón de amor y accionen dando. Que los Santos Diablos gocen plenamente de su sexualidad, con gran apertura a la experimentación de sí mismos en soledad y en compañía con otro ser, satisfaciendo sus deseos. Que los Santos Diablos puedan lanzarse al mundo desconocido de la inspiración y creatividad y tengan las herramientas necesarias para desarrollar su propia obra. Que los Santos Diablos tengan el poder y la capacidad de satisfacer, con gran amplitud y abundancia, sus necesidades físicas, superando todos los obstáculos que se presenten, con un dominio absoluto del plano material. Que los Santos Diablos se abran a los confines profundos de su misterio y puedan descubrirse a sí mismos, tanto en lo visible como en lo invisible. Este libro anhela que los Santos Diablos expandan su consciencia gracias al acceso

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a nuevas fuentes de conocimiento que profundizan en el discernimiento, la concentración, la sensibilidad, la acción, el servicio, la devoción y la salud.

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Santo Diablo, como todo libro iniciático, es un lugar de paso, un puente. Ninguna palabra puede decir la Verdad, pero sí puede indicar caminos que guíen hacia ella. El recorrido dependerá de la experiencia que viva el aspirante espiritual en busca de develar la Verdad.

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PRIMERA PARTE

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La naturaleza del Ser es Ser. Hemos pasado miles de años en los que los impulsos del ser humano han sido prohibidos, se le han reprimido sus derechos naturales; esto lo ha limitado, apretarlo al grado de asesinarlo. El Ser quiere Ser y debe Ser. Tiene el derecho natural de sentir, de hacer, de amar y ser amado, de decir, de ver y de conocer.

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EL SER

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a primera parte de Santo Diablo es «El Ser». Aquí se desarrollan algunas características del Ser para acercar al estudiante iniciado a descubrir su propia naturaleza, a ver más allá del mandato sociocultural y adentrarse en sus propias pulsiones y derechos naturales, para observar si lo que hace es lo que quiere hacer o lo que hace, lo hace sin querer hacerlo, para impulsarlo hacia el propio cuestionamiento, a hacerse la pregunta raíz: Ser o No ser.

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Autenticidad

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La autenticidad es lo fundamental para Ser y dejar de No ser. Ser uno mismo es ser auténtico. No ser uno es colocar máscaras sobre lo auténtico. El Ser celebra su individualidad y así se realiza. Ser auténtico consigo mismo, con su obra y con el mundo, es fundamental para ser. La autenticidad premia al Ser y le da el poder para unirse al mundo cómodamente. Lo llama a aceptarse a sí mismo para poder admitir sus obras y al otro. Ser auténtico es ser y aceptar los pensamientos tal cual aparecen, trabajar con ellos, desarrollarlos y permitirse cambiar al ritmo de las transformaciones y contradicciones de los pensamientos, inclusive, ser auténtico con el vacío mental (eso que existe cuando no se piensa). Ser auténtico es ser y aceptar los sentimientos tal cual se gestan, comprender su volatilidad. Auténtico con lo que hay cuando el ser se llena con amor y lo que sucede con los sentimientos cuando fluctúa este amor. Ser auténtico es ser y aceptar los deseos más profundos, el deseo que moviliza y las pulsiones que se presentan, incluso la sensación de levedad que hay cuando se obtiene el objeto del deseo. Ser auténtico es ser y aceptar las necesidades del cuerpo del Ser, involucrarse en la materia realizando las actividades necesarias para satisfacerse y cubrir las necesidades primarias que reclaman ser satisfechas. Ser

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auténtico es ser aquí y ahora con todo lo que nos sucede, ser presente en cada instante y cada devenir. Ser auténtico es corresponderse a uno mismo, con las propias necesidades, ideas, deseos y emociones. Es reconocer, aceptar y ser fiel a los propios impulsos y transformaciones.

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Carácter

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El carácter del Ser es dinámico, cambiante y múltiple. Cada uno construye sus distintas formas de carácter y las modela según las pulsiones de su consciente e inconsciente frente a cada circunstancia en la que se encuentra. Al Ser le corresponde su carácter y sus respectivas transformaciones de acuerdo a sus pulsiones internas, sus deseos más profundos, sus ideas más locas y su amor más puro. La resonancia con el entorno, influye. La voluntad y el esfuerzo tienen la capacidad de generar transformaciones del carácter y se ve guiado por la mezcla de percepciones que le suceden. Cómo percibe el Ser al otro influye en cómo se percibe a sí mismo, cómo desarrolla su carácter y cómo se va transformando. Sin embargo, la atención sobre lo que el otro pensará de uno no debería ser determinante para el carácter del Ser. Uno es porque es, uno forma su carácter por su propia experiencia. El Ser en estado de confusión suele amoldar su carácter de acuerdo con lo que cree que el otro va a percibir sobre él. No obstante, la raíz está en Ser uno mismo, el carácter y las propias transformaciones. Al descubrir esto, el Ser desarrolla su carácter en resonancia con sus deseos y necesidades, de acuerdo a su estado emocional y mental, modificándolo con sus experiencias y transformaciones.

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La esencia del Ser no depende de las circunstancias. El carácter dinámico y múltiple del Ser sí depende de las circunstancias, internas y externas. Lo importante aquí es que el Ser construya su carácter en relación con sus propias circunstancias y no la imposición externa de circunstancias, que siga su voluntad y no la voluntad de otro sobre el Ser. El Santo Diablo construye y modifica su carácter de acuerdo a sus impulsos, a sus deseos, sus emociones, sus pensamientos, sus necesidades y su interactuar con el mundo. Encuentra la libertad de elección para construir su carácter, transformarlo y cambiarlo cuantas veces desee y como él lo necesite.

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Integridad

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El Ser se forma de infinidad de experiencias que se manifiestan a través de sus emociones, ideas, deseos, necesidades, en sus actos, palabras y pensamientos. El Ser integra sus experiencias en sí mismo, se nutre de ellas y las expresa constantemente. Se llena y se vacía, fluye a través del Ser su historia que se hace y desaparece. La integridad del Ser reside en todo lo que adquiere, selecciona y expresa. El Santo Diablo sabe que su salud física y mental depende de permitirse fluir y expresar, de no retener sino fluir con la vida. d

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Dominio

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El Ser se domina a sí mismo. Es capaz de observar sus pensamientos, sus emociones, sus deseos, sus necesidades, y actuar de acuerdo a ellas. El Ser es quien tiene el dominio de su Ser. El bloqueo de su flujo natural sucede por su propia elección, cuando se encuentra en un reino de confusión. De la misma manera, el desbloqueo y libre expresión para realizarse como Ser depende solamente de él, tiene que ver con su dominio del Ser. El Santo Diablo elige dónde aplicar sus pensamientos, a cuáles alimentar y a cuáles darles indiferencia, descubre la locura de su mente y domina los pensamientos que quiere canalizar. El Santo Diablo elige qué emociones alimentar y a qué emociones serle indiferente, domina las emociones que quiera canalizar, para llenar su corazón con devoción y amor, descartando el odio y rencor. El Santo Diablo elige cómo satisfacer sus necesidades, domina la utilización de su energía vital para canalizarla en una dirección útil en la materia y realizar lo necesario para satisfacerse. El Santo Diablo domina sus deseos y sabe que busca por el deseo y no el objeto del deseo, puede canalizar su atención y aplicarla con concentración para hacer surgir el milagro. El Santo Diablo domina su Ser. d

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Autocontrol

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El autocontrol es la capacidad y el poder del Ser de canalizar sus pulsiones en la dirección en que lo indique su mente y voluntad. A través del autocontrol el Ser impulsa sus emociones, sentimientos, deseos y necesidades en la dirección del desarrollo de sus vínculos, la realización de su obra y la realización de su Ser. Las pulsiones no se pueden eliminar ni crear, pero sí canalizar. Esto es lo que realiza el Santo Diablo. Gracias a su disciplina y rigurosidad aplicadas al autocontrol, tiene el poder de trazar sus acciones con gran precisión, despejarse de vicios, vaciar la mente, fortalecer el carácter, perdonar, llenar su corazón con amor, tener paciencia, satisfacer sus deseos, abstenerse de lastimar, ser imparcial, modesto, firme, benevolente, controlar las reacciones y cubrir todas sus necesidades. Practicar el autocontrol lo hace utilizar, en plenitud, su energía vital. d

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Dignidad e independencia

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El Ser es digno de Ser. Es digno porque está vivo y está vivo porque es digno. Su dignidad reside en que Ser es su deber y su derecho, es su obligación y su oportunidad, es su bendición y su libertad. La dignidad no es la connotación moral que se obtiene de acuerdo a los valores cambiantes con los que el hombre danza en su existencia; la dignidad es una cualidad mística que proviene desde el misterio, desde el momento en que el Ser fue premiado con la posibilidad de Ser, seleccionado por ser digno de Ser. El Santo Diablo es digno por Ser. El Ser es independiente, en el sentido de no depender de algo para Ser. Es independiente porque es digno. Siendo uno con todos, también es todos con uno. Para poder integrarse al mundo, enteramente, debe celebrar su individualidad. El Santo Diablo a través de su independencia se realiza. Confía en sí mismo, piensa por sí mismo. Acepta la influencia de los maestros que encuentra sin renunciar a su independencia. Es independiente en no depender de otro para vivir, puede satisfacer sus necesidades por sí mismo. Su alegría de Ser depende de sí mismo. El Santo Diablo es independiente y así celebra su individualidad, su Ser en comunión con la totalidad. d

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Agradecimiento y satisfacción

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La gratitud es el estado del Ser consciente conectado con su existencia y dicha. Al descubrir esto, el Ser se siente agradecido por Ser. Con la gratitud bendice su cuerpo y mente, bendice su existencia e invita al universo a danzar a su ritmo. Para el Santo Diablo es el estado constante, de gratitud. Es agradecido con lo que sucede en cada momento, apreciando las situaciones, percibiendo todo como oportunidad. Es agradecido con los favores que recibe, y agradece que le permitan dar. Es agradecido con la vida, con cada partícula del cuerpo terrestre, astral y celestial. Su alegría y optimismo reside en la gratitud. Es agradecido de experimentar. El Ser está satisfecho por Ser. Sabe valorar lo que hay y lo que tiene, también lo que obtiene y lo que pierde. El Santo Diablo está libre de deseos que lo atormentan. Desea y busca por el deseo mismo, no por el objeto del deseo. Sabe satisfacerse de las cosas como son y encontrar la poesía en cualquier circunstancia. La satisfacción lo acompaña día y noche. d

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Optimismo

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El Ser, conectado a su raíz, es complaciente por su consciencia de dicha eterna, por su saber ancestral, por su auténtica capacidad de Ser y realizarse, y por su existencia misma. La complacencia del Ser refleja su alegría por Ser. El Santo Diablo es consciente de la dicha de estar vivo y la recuerda una y otra vez. No se permite cegar por fantasías volátiles y temporales que le inciten a creer lo contrario. La existencia misma es dicha, si él así lo quiere ver. Tiene la capacidad de observar milagros donde sea que fije su atención. Se siente satisfecho por la totalidad de la manifestación. Siente complacencia por lo que sucede, su sistema se inclina a la satisfacción. El Ser, sin la necesidad de demasiadas explicaciones, sabe que el optimismo es el camino. Su amable, alegre y verídico contentamiento se ve en todo resultado, sin importar que sea o no favorable. Sabe que son todas, circunstancias. El contentamiento del Ser va más allá del tiempo y de las circunstancias. El Santo Diablo es rico en el mundo terrenal, el mundo astral y el mundo celestial gracias a su contentamiento. Puede y se permite disfrutar de la paz, la alegría y la salud que le brinda su contentamiento. Siente un susurro a la Verdad gracias a su contentamiento. Su dicha en este mundo se encuentra manifestada en su contentamiento e

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influencia optimista para todas las almas manifestadas. Su mente no se reprime, sino que se abre hacia el mundo, para hacer y recibir sobre un terreno optimista. El optimismo de Ser nos dice que todo es para bien. Es una perspectiva única y constructiva para ver la vida. Gracias al optimismo uno puede entender que toda la naturaleza es neutra, ni buena ni mala, es por Ser, es por su esencia de Ser. El equilibrio asimétrico hace que un poco de optimismo o un poco de pesimismo incline la balanza desde un lado hacia el otro. Siendo así, el Santo Diablo se coloca optimista, se dice: «que sea lo que sea en cada momento, es todo para bien». El universo se encuentra en orden y el Santo Diablo lo entiende. Encuentra oportunidades en cada dificultad; observa el lado positivo de cada situación. Se baña en fe y avanza sabiendo que no existe dificultad que no pueda superar.

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Dulzura, elegancia y jovialidad

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La dulzura del Ser se debe a su estado de satisfacción permanente, de presencia eterna, de contacto divino. El Santo Diablo no exige ni espera que el otro haga algo específico, no deposita sus expectativas sobre la otredad, se permite Ser sin depender. Él se permite Ser, y jamás interviene en reprimir a otro Ser. Aquí reside su dulzura. Si puede ayudar, ayuda. Si puede acompañar, acompaña. Ser presente es ser dulce, un proveedor de alegría, existencia y dicha. La dulzura se manifiesta en sus palabras, en sus actos, en sus pensamientos y en sus emociones. Endulza con su voz y su mirada. Su presencia dulcifica los ambientes y los corazones. El Ser es elegante, en su manera de hablar, de pensar y de actuar. El Santo Diablo es elegante cuando gana y cuando pierde. Es así porque su elegancia no es dependiente de las circunstancias, sino que es parte de su Ser. Es elegante gracias a su gracia y dicha de Ser. Su forma dinámica siempre en movimiento, sus pensamientos caóticos a los que les da orden, sus emociones desbordantes a las que acepta, las toma o le son indiferentes, su cuerpo asimétrico, su sexo dormido y despierto, su pureza y su decadencia. El Santo Diablo es elegante por Ser y allí reside su elegancia.

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La naturaleza del Ser es jovial, juguetona, divertida, activa y entusiasta. El Santo Diablo puede elegir qué tomar como peso y qué tomar como ligereza, entonces elige darle peso a la alegría y ligereza a la aflicción. Sonríe, danza y atrae sonrisas. Se permite pensar y expresar lo que piensa, se permite desear y expresar sus deseos, se permite necesitar y expresar sus necesidades, se permite emocionar y expresar sus emociones. Lo hace de manera jovial y llena su corazón de amor. Irradia ternura y calma a su alrededor.

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Ecuanimidad y justicia

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El Ser es ecuánime cuando da y recibe en forma justa, cuando no necesita elevarse ni disminuirse, ni sumar ni restar, aceptando las cosas tal cual son en cada momento. La ecuanimidad es la imparcialidad del Santo Diablo al ser justo y no distorsionar la visión ni perturbar la paz interna. Es la calma de su temperamento, su distancia de la volatilidad temporal, su equilibrio dinámico, su compostura mental y su trato justo con cada circunstancia. Lo alaben o lo insulten, el Santo Diablo se mantiene en su equilibrio imparcial y dinámico. Las opiniones pasan sin que él se aferre o rechace; permite el paso y el tránsito. Tiene una visión clara de las cosas como son. Su ecuanimidad se vincula con su saber aceptar y ser siempre presente. El Santo Diablo es un ser justo. Corta lo que no va y deja lo que va. Dice lo que hay que decir y no reprime hacerle frente a las circunstancias. Es íntegro e imparcial, exacto y verdadero. En su justicia reside su calma. No tiene la necesidad de esconder. Es honesto y justo, inclusive con su esencial locura. Es el Ser justo que le da justicia, confianza e imparcialidad al mundo. En la ecuanimidad y la justicia se encuentra el equilibrio interno manifestado hacia fuera y la lectura externa manifestada hacia dentro. El Ser que se permite Ser es independiente

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de las circunstancias, como también dependiente de las circunstancias; en todos los casos, es. Su ecuanimidad le da la imparcialidad, su justicia extiende la imparcialidad hacia la sabiduría.

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Humildad, bondad y modestia

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La humildad del Ser es algo que le surge espontáneamente. La humildad no es antítesis del ego. El Ser necesita desarrollar su individualidad manteniendo su humildad. Cuanto más va hacia dentro más va hacia fuera. Como las raíces de un árbol y sus ramas extendidas hacia el cielo. La humildad es una virtud del alma que ve la existencia del otro. Surge espontáneamente cuando el Ser está consciente. Al salirse de un único punto de vista, y permitirse ver otros, aparece su humildad esencial. Sucede cuando pasa a sentirse parte, al pertenecer, al ser consciente de la existencia. La humildad hace aceptar completamente. La fe reside en su humildad. Cuanto más desarrolla el Yo, más avanza el Santo Diablo en su apertura hacia el mundo. Mientras mantenga su humildad podrá llevar la expansión y apertura hasta donde se lo permita. Independientemente de su posición, de su nacimiento, de sus calificaciones, de sus cualidades, de su obra: es humilde. Su humildad es su humanidad. Ve el bien en todos y no ve superioridad o inferioridad. Aunque sea su obra maravillosa —que lo suele ser— su humildad se mantiene y es genuina. No necesita compararse o envidiar la humildad que lo nutre, lo hace aceptarse y aceptar sin juzgar.

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La esencia del Santo Diablo es ayudar y servir, es un amigo universal, cortés, que promueve el bienestar. Cuando se encuentra vibrando en pensamientos sublimes, el Santo Diablo bendice al mundo con su presencia. Su bondad otorga dicha y prosperidad. Siente simpatía y provee, tanto con palabras de ayuda como el silencio de apoyo y ayuda práctica cuando es necesario. Su bondad fomenta que cada Ser se realice, es una postura que lo hace impulsarse a sí mismo e impulsar a su ambiente a dejar de No ser para Ser. Su bondad vuelve los ambientes amenos para favorecer la realización de esta causa. La modestia del Santo Diablo reside en su humildad y en su comportamiento. Inclusive en sus extravagancias es simple. Se lo distingue en las palabras; el ser vanidoso habla sobre sí mismo, el Santo Diablo realiza conversaciones elevadas, que inspiren y toquen los corazones, que compartan sabiduría, amor y alegría, y que puedan llegar a susurrar la Verdad. No necesita demostrar sus talentos, sabe que el jarrón lleno de agua no hace ruido, mientras que el jarrón vacío hace mucho ruido. La modestia del Santo Diablo habla por sí misma. d

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Nobleza, heroísmo y veracidad

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El Ser es noble en sus relaciones, en sus pulsiones, en su obra. No tiene necesidad de competir ni de demostrar. La nobleza del Santo Diablo reside en la comunicación con humildad y grandeza, con generosidad y justicia, libre de egoísmo, maldad y cobardía. No busca los defectos en el otro, sino proveer ayuda y ser un benefactor universal. Aprecia los detalles que demuestran la grandeza de las personas y no se dedica a escarbar en los vicios. Aprecia al otro, a su obra y su Ser, lo ayuda y lo dignifica. El Ser es heroico porque le hace frente a las adversidades sin que el miedo lo detenga, avanza con confianza y cuando surge una situación de peligro es valiente para mantenerse presente y no huir, ni reprimirse. Es intrépido, audaz, ingenioso y bravo en su avance. El Santo Diablo piensa lo que dice y dice lo que hace. No exagera ni distorsiona los hechos. Habla honestamente, con veracidad. Su dulzura reside en su discurso de sinceridad. En la veracidad desaparecen las preocupaciones y las ansiedades; se calma la mente y se fortalece el poder discursivo. En la veracidad se alinean los pensamientos con las palabras y las acciones. Su veracidad le da vida y salud. d

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Calma

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La calma del Santo Diablo reside en su paz y alegría interior. La dicha que siente por existir hace que se manifieste como un ser sereno y pacífico, difícilmente perturbable. Cuando medita llega al mismo estado que la superficie de un lago calmo, de pura tranquilidad. Su serenidad proviene del vacío mental y el silencio emocional. Es una actitud calmada hacia la vida. Su mente serena controla su temperamento, que difícilmente es perturbado. Con su serenidad, el Santo Diablo puede canalizar sus deseos y no ser dominado por la ansiedad. Tiene la mente vacía, el corazón lleno, el sexo creativo y el cuerpo satisfecho. d

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SEGUNDA PARTE

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El Ser reproduce su existencia a través de sus actos, de sus pensamientos y sus palabras. Estas actividades suelen reflejar sus pulsiones inconscientes a través de sus ideas, sus emociones, sus deseos y sus necesidades. Las pulsiones laten de acuerdo al grado de apertura —es decir, el grado existente entre el permiso a un libre fluir o el bloqueo absoluto— de sus derechos naturales: tener, sentir, hacer, amar y ser amado, decir, ver y conocer. Los vicios surgen cuando el Ser lleva a extremos sus virtudes. Esto sucede cuando el devenir de su existencia los reproduce, guiada por sus pulsiones inconscientes sin dominar su Ser, canalizando estas latencias en la dirección en la que elija conscientemente.

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LOS VICIOS

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a segunda parte de Santo Diablo es «Los Vicios». Aquí se desarrollan los vicios más comunes del Ser, exponiendo su raíz y proponiendo formas de encarar estas afectaciones. Incita al estudiante iniciado a descubrir qué le está pasando cuando se sumerge en los extremos de sus virtudes, a reconocer dónde y cómo resuena, a través de la autoobservación.

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Miedo

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El miedo es una emoción de angustia primaria que pertenece a la raíz animal del Ser. Es natural. Tiene que ver con el mecanismo de supervivencia y defensa que se acciona cuando se percibe un peligro, sea imaginario o real. La base de los miedos suele ser el miedo al vacío o a la muerte. El miedo se manifiesta en materia densa y en materia sutil. El miedo en el plano denso corresponde a peligros físicos que tienen que ver con nuestra supervivencia. El miedo en el plano sutil corresponde a la mente y los peligros imaginados que ésta proyecta en el espacio temporal. El miedo en el plano denso se relaciona con una amenaza o perturbación física y se vincula con el sistema límbico (presente en personas y animales), generando una reacción que puede enfrentar la amenaza (pelear) o tratar de salir de ella (escapar) para evitar la angustia que genera. Cuando no se hace ninguna de las dos cosas, el Ser reprime el impulso natural de reaccionar, lo que puede llegar a enfermarlo. El miedo en el plano sutil es el más frecuente en las sociedades actuales, se relaciona con los miedos imaginarios que nacen a partir del miedo a la muerte. Los miedos imaginarios pueden ser, entre otros, el miedo al futuro, a volverse loco, a no ser escuchado, a ser humillado, a no ser lógico, a perder la identidad, a no ser amado, a ser abandonado, a la

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soledad, a la separación, al rechazo, a no sentir, a ser decepcionado, a ser distinto, a los robos, a la incapacidad, a la impotencia, al vacío, a perder, a desear, a no ser deseado, a no hacer, a hacer, a fracasar, a no seducir, a la noche, a no poder comunicarse, a no progresar, a perder nuestras capacidades, a no poder hablar, a los viajes, a los cambios, a las enfermedades, a lo desconocido, a la falta de algo, a necesitar, a no tener, a envejecer, a la pobreza y a la violencia. El miedo puede conducir al Ser a vivir triste e insatisfecho con su vida, apegarse a los cuerpos y a los productos materiales, y generarse problemas psíquicos y físicos. El miedo a la locura es la raíz del miedo intelectual, el miedo a la separación es la raíz del miedo emocional, el miedo al vacío es la raíz del miedo sexual y el miedo a la muerte es la raíz del miedo material. El Santo Diablo domina sus miedos. Conquista el miedo a morir experimentando muertes en vida. Domina el miedo a la locura vaciando su mente; el miedo a la separación, amando sin condiciones; el miedo al vacío, creando y procreando; y el miedo a la muerte, animándose a vivir. El universo danza a su alrededor sin que los miedos detengan su actuar. Es consciente de la potencia y fuerza que obtiene dominando sus miedos, los transforma en motores para su avance. Vive en el presente, eligiendo dónde enfocar su atención. El miedo no lo puede paralizar, él logra vencerlo, incluso, gracias a la sagrada indiferencia. Cultiva coraje, confianza, voluntad, y supera cualquier barrera que el miedo le pueda poner en su andar. d

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Odio

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La intolerancia, los celos y el odio se dominan con el amor. El odio no es más que un amor no correspondido que surge como respuesta de un apego. Se suele odiar a quien no actuó como el Ser quería o a quien no logró satisfacer sus expectativas. El Santo Diablo ama independientemente de sus expectativas. Su amor universal no es dependiente. Cultiva amistad, perdón y sublimación del egoísmo dañino. Difícilmente siente odio hacia otro ser, y mantiene su capacidad de discernimiento. d

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Ansiedad

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La ansiedad es un miedo a no realizarse, manifestado en una urgencia continua de resultados. El Ser ansioso se olvida temporalmente de que todos son procesos de transformaciones y de que cada cosa tiene su tiempo en el universo. La palabra ansiedad proviene del latín anxietas, que quiere decir: angustia o aflicción. La ansiedad es un estado mental que surge como una inquietud sobre algo de lo que dudamos. Esta inquietud sobre la duda agita nuestra mente con un sentimiento de angustia que oprime y presiona nuestro corazón, afectándonos emotivamente. La ciencia occidental considera a la ansiedad como un estado psicológico y fisiológico que surge como respuesta emocional a una amenaza percibida. Es definida como un estado de ánimo en que el individuo se prepara para hacerle frente a la posibilidad de un evento futuro negativo. La homeopatía ve a la ansiedad como una inquietud del estado de ánimo, una perturbación que nos agita, una tensión nerviosa y el presagio de que algo está por suceder. Para la sofrología, se trata de un problema de conducta en modo de fijación mental. La bioenergética la concibe como un sentimiento de vacío que surge cuando buscamos fuera algo que se encuentra dentro.

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La ansiedad se compone por características somáticas, emocionales, cognitivas y de comportamiento. Nuestro cuerpo se prepara para hacerle frente a una amenaza: aumenta la presión arterial y frecuencia cardíaca, se genera un estado emocional sensible y atemorizado y los pensamientos se canalizan sobre las expectativas del evento futuro. A partir de esta gran afectación, se altera nuestra forma de acción; cambia la manera de hablar y actuar, se dificulta nuestro poder de concentración, y nos volvemos más propensos a la irritabilidad e inquietud. Incluso la mente atemorizada anticipa ocurrencias negativas, las cuales se podrían manifestar gracias a nuestra búsqueda inconsciente de que sucedan. El Santo Diablo enfrenta la ansiedad siendo consciente de su existencia. Luego investiga en la raíz de la afectación y trabaja sobre ella a través de su poderío mental. Utiliza el control mental para no permitir ser atormentado con peligros imaginarios, desafíos y cambios que se presenten. Avanza con confianza y paciencia, siempre presente, ocupándose del ahora sin preocuparse por lo que no puede solucionar. Utiliza la meditación, contempla sin actuar, siendo testigo de sus pensamientos, emociones, deseos y necesidades. En silencio observa sus movimientos internos, no los reprime y los escucha, se transforma en el testigo que los ve fluir. Explora su árbol genealógico para ver si hay signos de ansiedades allí, conociendo la influencia que tienen las raíces en su actuar. Y, finalmente, si aparece la ansiedad, canaliza ese movimiento interno en expresiones artísticas, utilizándolo como fuente de inspiración para expresarse. d

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Apego

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El apego es el miedo a la muerte, al vacío o a la soledad, manifestado en forma de necesidad de vincularse con objetos, personas y circunstancias. Una de las leyes implícitas de la materia que nos rodea y de la que formamos parte es su impermanencia como forma única y estática. La manifestación vive en permanente cambio. Nada se crea, nada desaparece, todo se transforma. Entre formas sutiles y densas, la materia va avanzando y transformándose. Todo lo que conocemos del universo, desde el macrocosmos hasta el microcosmos, va transformándose con el progreso del tiempo. Especies nacen de algo, crecen, cambian, decaen y mueren, para luego formar parte de otras formas y así seguir ciclos de transformación. El apego es la pulsión de no querer soltar, aferrarse a ideas, emociones, personas y objetos, sin permitirse entender que su naturaleza es temporal, transitoria e impermanente y que forman parte de la manifestación en transformación constante. El apego funciona como un obstáculo para el avance del Ser, un estancamiento y límite a su imaginación, expansión y evolución. Cuando el Ser se encuentra apegado a algo, se esfuerza por mantener una proximidad con el objeto de su apego, resistiendo a cualquier tipo de modificación de este vínculo. Se genera un

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tipo de relación sensorial y de resonancia especial con el objeto. Apoya parte de su desarrollo personal, consciente e inconsciente, sobre él. Como consecuencia, experimenta sensaciones de ansiedad, desolación y abandono. Simultáneamente limita su propio desarrollo al no permitirse cambiar de puntos de vista y aferrarse. Cuando el Ser se apega intelectualmente a algo, está aferrándose a ideas y limitando la capacidad de su mente de expandirse en el terreno infinito de su imaginación. Al apegarse intelectualmente no se permite explorar el infinito mundo de la imaginación. Para poder absorber nuevos conocimientos, el Ser debe desaferrarse al saber antiguo y permitirse explorar más allá de sus actuales horizontes. Cuando el Ser se apega emocionalmente a algo, está aferrándose a sentimientos y limitando la capacidad del corazón de amar incondicionalmente. El Ser debe soltar para recibir lo nuevo; aferrado a lo viejo no da espacio para que lo nuevo entre. Las emociones son temporales y siempre cambiantes como las olas en un mar, no son permanentes, vienen y se van. Cuando el Ser se apega materialmente, acumula objetos aunque éstos puedan dejar de ser útiles. Este apego hace que ocupe su espacio disponible con objetos innecesarios que limitan el espacio para que pueda llegar lo nuevo. Un ejemplo simple y no menor, sería decir que si tenemos el clóset lleno de ropa, no entra más. Cuando el Ser se apega sexualmente a algo, repite los mismos patrones de comportamiento en sus relaciones y en su obra, limitando su capacidad de explorar el vacío y la profundidad del caos que le brinda innumerable cantidad de opciones y alternativas. Para explorar lo desconocido,

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el Ser debe saltar, desaferrarse de lo conocido y explorar lo desconocido. El Santo Diablo va más allá del apego. Retoma su vínculo con la muerte —como sinónimo de rotunda transformación— y con el vacío, que lo impulsa a Ser en su esplendor, sin permitirse estar limitado por el apego. Se permite soltar sin saber qué vendrá. Se permite avanzar sobre territorio desconocido. Se permite vincular con la novedad. Se permite imaginar más allá de lo imaginado. Su exploración en el territorio de todas las posibilidades lo expande, acercándolo cada vez más a su raíz y esencia. Confía sin saber lo que vendrá, se desapega y avanza en el mundo. Ama sin condiciones, despide con amor experiencias pasadas, agradece lo vivido y sigue avanzando sin depender, se permite soltar para darle bienvenida a lo nuevo que pueda tomar.

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Enojo

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El enojo, la ira, la cólera, la furia, la bronca y el enfado son todas emociones de mucha intensidad generadas por el Ser cuando es lastimado física o emocionalmente. Si el Ser expresa esa furia generada en el momento, se sentirá aliviado unos minutos después. Si la retiene, generará un desorden interno que puede llegar a manifestarse en su cuerpo como dolencias y sufrimiento. La raíz del enojo es el apego y la identificación. Una vez que aparece esta emoción, el Ser debe expresarla y dejarla salir para no retenerla. El cuerpo físico y astral vive en constante movimiento, fluyendo entre los elementos; si el Ser retiene una emoción, estará generando un nudo energético que podrá manifestarse en el cuerpo astral como estados de ánimo volátiles y luego, si se retiene por un tiempo prolongado, en el cuerpo terrenal, como enfermedad. Por eso es necesario que el Ser exprese la fuerte emoción cuando sucede. Puede expresarla hacia la naturaleza, que lo aceptará sin juzgarlo o puede canalizar esa gran fuente de energía para expresarla a través de su obra. El Santo Diablo respeta sus emociones, trabaja con el apego y la identificación, aceptando sus experiencias. Si se encuentra en un estado emocional de enojo, o una de sus variantes, va a expresarlo y nunca lo reprimirá. d

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Envidia

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La envidia es una forma de escape de Ser hacia No ser. La envidia es la virtud de la aspiración y la curiosidad exageradas. Es dedicarse a ver más lo que tiene el otro en comparación con lo que tiene uno; llegando a desvalorar la propia existencia, bajo la creencia de «lo otro es mejor». El Santo Diablo se disciplina para no caer en vicios como la envidia. Celebra su individualidad, desarrolla su Ser, realiza su obra, y la comunión con el otro al dar y recibir. En este trabajo no encuentra lugar la envidia. El Santo Diablo sí aspira, como motor para crecer y buscar. El Santo Diablo sí es curioso, como motor para descubrir, explorar y experimentar. El Santo Diablo no le da lugar a la envidia y si llega a aparecer, doma sus emociones, las canaliza y las enfoca en su obra. d

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Celos

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Los celos son una forma en la que se manifiesta el apego descontrolado. El Ser que no controla sus emociones, sino que sus emociones lo controlan a él, se pone celoso cuando siente la amenaza de perder el vínculo que tiene con el Ser por el cual siente apego. Surge cuando el Ser se cree dueño de algo o alguien. En vez de permitir que la vida f luya y disfrutar del compartir el tiempo que dure, se preocupa por la amenaza neurótica de la modificación del vínculo. Aparece el deseo de amar y ser amado que se siente amenazado. Sin embargo, esto no es el amor; el amor es una construcción libre, sin apegos, de compartir y disfrutar, de dar sin pedir y recibir sin medir, de la realización del Ser. Los celos pertenecen a una exageración de la virtud del amor, que distorsiona un sentimiento sublime para transformarlo en un sentimiento posesivo y dañino. Los celos son un gran obstáculo de las relaciones. El Santo Diablo canaliza su derecho natural de amar y ser amado en confianza y respeto, en compartir y construir disfrutando del presente que se vive con el otro, del desarrollo de su obra, de la realización del Ser. No necesita competir. No necesita afectar su amor desinteresado por sentimientos posesivos guiados por el miedo. Sabe que su raíz es amor, que dar es dar y que celar no lo conduce a

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ningún sitio. Si llega a sentir este extremo emotivo, no lo reprime sino lo canaliza en una forma creativa, se nutre de su propia locura para realizar su obra, para fomentar su curiosidad, para investigar, ampliar sus conocimientos y realizarse.

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Fanatismo

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El fanatismo es otra forma de dejar de Ser para No ser. Es escaparse de uno mismo. Es salirse del Yo, no por una realización espiritual que haya realizado su Ser y se encuentre en unidad con el todo, sino por desplazar el Yo hacia algún otro. El Santo Diablo respeta y valora la obra de todos los seres, la disfruta y hasta es capaz de llegar al nivel de sensibilización sublime en que encuentra la dicha y bendición expresadas en cada obra, un ideal hermoso del Ser. Sin embargo, no lo hace para escaparse de sí mismo, sino como un espectador de la existencia y la dicha que la envuelve. El Santo Diablo no se va de sí mismo. d

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Arrepentimiento

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Arrepentirse es castigarse uno mismo por no aceptar el pasado o las consecuencias que tuvieron actos realizados sobre el avance del Ser. El Santo Diablo no se castiga por Ser, esto sería ir contranatura. Hace y se equivoca, hace y acierta, incluso hace sin definir. Sabe que el arrepentimiento es un agujero negro no reproductivo. Arrepentirse es pedir que el pasado no sea como lo fue, siendo éste el causante de que todo sea como es. El Ser avanza descubriéndose, buscando su realización como Ser. Todo lo vivido forma parte, arrepentirse es negar alguna parte y castigarse por ello. El Santo Diablo no busca el arrepentimiento, acepta el perdón y el seguir avanzando. Arrepentirse es creer que no se puede cambiar cuando sí se puede. El Santo Diablo estudia el pasado para modificarse y crecer, no para arrepentirse. d

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Culpa

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La culpa es una afectación de la existencia del Ser que actúa igual que el fenómeno del agujero negro en el universo; absorbe la energía y la materia. Como forma más densa de energía, mata y no reproduce. La culpa no ayuda. Cuanto más tiempo permanece el Ser en el agujero negro de la culpa, más difícil le resulta salir, y si permanece ahí tiempo prolongado, muere. La culpa ha sido transmitida de generación en generación por miles de años. Conocer su raíz y funcionamiento es fundamental para no caer en ella. Absorbe la energía vital del Ser y no genera novedades. Cuando el Ser está inmerso en el sentimiento de culpa, no funciona dinámicamente para realizar su obra, actúa como un zombi incapaz de relacionarse nutritivamente y su presencia se vuelve insoportable para el ambiente optimista. La moral antiguamente construida que sostiene a la culpa como un valor o virtud no le sirve al Ser. La moral que, sin experimentar, define como bueno y malo deriva en culpas que no le sirven al Ser. La moral del Ser se construye a través de la experiencia. El Santo Diablo conoce las características de la culpa y utiliza esta afectación creativamente, no para involucrarse en ella, sino para reproducir a partir del conocimiento sobre ella. d

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Arrogancia y ostentación

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La arrogancia es el excesivo orgullo de quien busca el cariño externo continuamente; es alardear para hacerse valer, un estado de expresión emocional que ruega ser amado. La ostentación son palabras vacías sin acción que buscan, con el mismo fin que la arrogancia, ser amado. El Santo Diablo no necesita ser arrogante, él da sin pedir, desarrolla su Ser y respeta su capacidad de amar y ser amado con sus respectivas transformaciones. No necesita decorar, adornar, alardear, jactarse, ostentar, siquiera subrayar. No necesita demostrar. No necesita de la opinión positiva del otro para tener una opinión positiva de sí mismo. No necesita exagerar para descubrir el amor. Cuida sus pensamientos, sus palabras y acciones; las observa, las mide, las realiza con atención y cuidado. Respeta al otro y le habla dulcemente, con nobleza, paciencia, amor y humildad. Estudia para cultivarse, no para ser culto. Cuanto más aprende más humilde se vuelve. Sabe que un gran poder representa una gran responsabilidad y que los actos hablan más fuerte que las palabras. Es humano y humanitario. El Santo Diablo hace antes de hablar y sabe que lo mejor que puede hacer es Ser él mismo, sin la necesidad de exagerar o disminuir sus vicios y virtudes. d

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Avaricia y codicia

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La avaricia y la codicia son el miedo a la muerte vinculado con el miedo a la pobreza, manifestado en forma de impulso descontrolado por acumular. Es inseguridad sobre el plano terrenal y miedo frente al futuro incierto, sin conocimiento y sin dominio del Ser. Resulta en una forma de deseo imperioso por acumular materia, propiedades, dinero, objetos, etc. El Santo Diablo controla la avaricia y la codicia a través de su conocimiento sobre estas afectaciones y gracias al control mental. Sabe que estos impulsos provienen de un deseo válido de bienestar, pero que no han sido bien canalizados y están manifestándose por su polo opuesto. Para tener hay que dar, no guardar. Es válido y hermoso el deseo de tener lo necesario, materialmente, para poder sustentar necesidades. La forma de realizar esto es lo que puede generar mucho ruido. La avaricia y la codicia, como todo vicio, son una exageración de la virtud. La virtud del trabajo y la inversión para sustentarse y cubrir necesidades, cuando se exageran porque uno es dominado por miedos, se transforman en el vicio de la necesidad incontrolable de acumulación, la avaricia y la codicia. Esto quita de su eje al Ser, lo perturba, desestabiliza su paz y devoción interior, le

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distorsiona los valores, lo hace corrupto y estafador, pobre de mente, descontento y miserable. Vivir sumergido en el miedo a la insuficiencia, sin dominarse, hace que el Ser necesite tener y acumular cada vez más, no con el fin de disfrutarlo, sino con el fin de llenar un vacío existencial, perjudicando sus relaciones, envenenando su atmósfera, volviendo corruptos a los corazones. El vacío existencial no se llena acumulando objetos y dinero, se llena con conocimiento y dicha de existir, conociendo la naturaleza impermanente de la manifestación, aceptando y disfrutando lo que aparece y se va, con la filosofía de que en lo efímero nada nos puede pertenecer y todo nos es prestado. El Santo Diablo abre su corazón y da sin miedo al después, sabe que el universo siempre lo provee mientras él se dedica a sí mismo, a sus relaciones y a su obra. La porción más grande se la da al otro. Es un benefactor universal, generoso y afectivo. Da sin miedo, da con amor, da por la vocación de dar. Sabe y disfruta compartir. d

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Derroche

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El derroche es la falta de consciencia sobre el ciclo natural de la existencia manifestada. La naturaleza provee lo necesario, abundantemente, para satisfacer las necesidades de todos. Sin embargo, quien derrocha, no para satisfacer sus necesidades, sino como forma de ostentación o falta de consciencia, le quita materia al Ser que se encuentra a su lado, que puede tener deseos también de alimentarse de los mismos frutos de ese árbol. El Santo Diablo usa, no abusa. Considera siempre que hay que invertir en lugar de acumular, que hay que gastar en lugar de guardar. Sin embargo, realiza esto de manera económica, invierte y gasta en lo que cree, sin derrochar inconscientemente. d

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Cobardía

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La cobardía es la reacción de escapar o paralizarse cuando el Ser percibe una amenaza, sea física o mental. La reacción del Ser frente a una amenaza o peligro es una emoción primaria natural del Ser humano y de los animales. El cuerpo se prepara para luchar o huir frente a este estímulo emocional. Históricamente se ha definido, moralmente, como cobardía a la reacción de escapar o paralizarse frente a una amenaza. La etimología de la palabra cobarde proviene del francés antiguo coart, que quiere decir «cola»; con su sufijo, vendría a ser: «uno con cola» (si se refiere a un perro, se podría decir que la cobardía viene de la expresión «con la cola entre las patas»). Cobarde no es quien le tiene miedo al peligro; temer es natural. El miedo es una emoción que no controlamos, mientras que la cobardía es una elección. Cobarde es quien se encuentra sometido al miedo y se detiene sufriendo la posibilidad de ser dañado o huye sin hacerle frente a la situación. La consecuencia de no actuar frente a la amenaza —real o imaginaria— es que el Ser guarda ese impulso natural de luchar o huir, de hacer fluir la energía o emoción primaria del miedo. Al retener este impulso, el individuo queda constipado por esa energía, que se estanca dentro del Ser, afectándolo

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mental y hasta físicamente si no la libera y la retiene por un tiempo prolongado. La consecuencia de huir frente a la amenaza es que el Ser no avanza, sino que da pasos para atrás. Esto no hace más que prolongar una situación que, tarde o temprano, el Ser tendrá que enfrentar. En este caso no hay repercusión sobre la salud del Ser porque expresa su impulso natural al escapar, no reprime la reacción. Sin embargo, esta cobardía lo hace incapaz de hacer frente a las consecuencias de su avance; no sólo eso, sino que lo detiene y lo hace retroceder. Aquí sucede un retroceso en el avance del desarrollo del Ser, de su conocimiento, obra y relaciones. El Santo Diablo es valiente. Conoce el poder transformador del amor que late dentro de él; es el fuego que hace al Ser más cobarde un gran héroe, que lo impulsa a enfrentar el peligro sin miedo y hacerse cargo de las situaciones en las que se encuentra. Resonar en su amor lo llena de vitalidad y valentía; lo reproduce, lo hace avanzar con confianza y traspasar el miedo con coraje. d

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Depresión

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La depresión sucede cuando el Ser se mantiene, por un prolongado período de tiempo, juzgando las circunstancias que lo rodean desde un punto de vista pesimista. La perfección necesita ser asimétrica para ser dinámica en su existencia manifestada en el universo dual. Toda circunstancia puede ser observada por el Ser como tragedia y como alegría. Depende de un pequeño grado, que hace que el equilibrio no sea equivalente; esto le da espacio a la aparición de la elección mental. Todo se puede medir con peso y con levedad. A todo se le puede dar una connotación optimista y una pesimista. La depresión sucede cuando triunfa la connotación pesimista sobre la optimista por un tiempo prolongado. La raíz de esta afectación para el Ser, de permanecer en el estado pesimista, generándose a sí mismo estados de depresión, puede provenir del árbol genealógico como del ambiente sociocultural en el que el Ser crece, donde la tradición se ha acostumbrado a ver el lado pesimista en lugar del optimista. El Santo Diablo conoce de qué se trata la depresión y sabe que su árbol genealógico puede tener registros de depresiones. Deja de victimarse y se asume como Ser libre, que domina su existencia. Entonces elige eliminar el vicio de la

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depresión, optando por darle un sentido optimista a la vida, cualquiera que sean las circunstancias que se presenten. Con fe, coraje, trabajo y voluntad puede atravesar cualquier circunstancia adversa, sin permitir que el miedo lo impulse a observar el escenario desde un punto de vista pesimista.

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Pesimismo

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Un Ser pesimista es alguien que ha recibido numerosas lesiones, reales o imaginarias, y en lugar de expresar las reacciones naturales que le surgen como respuesta al recibir una lesión, las ha retenido por tiempo prolongado. Es entonces que, con el tiempo, construye una masa de energía negra dentro de su cuerpo, que se manifestará en su accionar como un pesimismo e irritabilidad permanente. Ve siempre el lado negativo a las circunstancias. La consecuencia directa es la alteración de su estado emocional, psíquico y físico. Si no se libera de esta energía y la retiene, puede tener consecuencias dañinas para su cuerpo y mente. Conocedor de esto, el Santo Diablo no llega a ser pesimista porque expresa siempre y observa las circunstancias con un punto de vista optimista. El Santo Diablo no retiene energía negativa, expresa lo que le sucede y utiliza sus experiencias para nutrir su obra. El Santo Diablo tiene paciencia, estudia qué está pasando, se domina, sabe perdonar, no le da espacio al espíritu de venganza, no moraliza por lo que le ha dicho la sociedad, sino que evalúa de acuerdo a su propia experiencia. En lugar de dejarse dominar por sus emociones, las observa y las canaliza en función a su realización. Sabe aceptar y tolerar, inclusive los sentimientos adversos. Sabe que los pensamientos de preocupación

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y miedo son fuerzas muy poderosas y venenosas. Por eso elige pensamientos optimistas, de felicidad, alegría y coraje, que curan y multiplican los poderes mentales. Sabe que cada pensamiento, emoción y palabra produce una vibración en cada célula del cuerpo y deja una impresión ahí. Por ello, elige pensamientos de amor que neutralizan los pensamientos de odio y pensamientos de coraje como antídoto a los pensamientos de miedo.

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Irritabilidad

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La irritabilidad es una cualidad del Ser que ha reprimido por tiempo prolongado pulsiones naturales, generando una masa de energía que se expresa a través del pesimismo y paranoia. La irritabilidad es precursora de confrontaciones, violencia, desequilibrio mental, tristeza y sufrimiento. El Santo Diablo expresa y fluye, evitando así cualquier estancamiento energético dentro de su cuerpo, lo que le garantiza salud física y mental. d

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Venganza

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Los deseos de venganza surgen cuando el Ser se siente agredido. Su raíz se relaciona con el enojo y el pesimismo. Sucede cuando el orgullo es tan rígido que el Ser no se permite perdonar y seguir avanzando, quedando prendido de la situación pasada sin poder liberarse. Es entonces que opta por la venganza como medio de liberación. Los deseos de venganza le surgen al Ser que no devuelve el golpe cuando tiene la oportunidad, retiene y no expresa en el momento que surge la emoción. La venganza no es opción del Santo Diablo. Es presente y expresa cuando surge el impulso de decir, no llega a retener como para sentir deseos de venganza. Y si llegase a suceder, no expresar algo en el momento en que debía y quedó constipado por una emoción pasada, el Santo Diablo expresará esto hacia la naturaleza, al Ser, pero no en forma de venganza sino de perdón. Lo canalizará para utilizarlo como materia para su obra. d

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Preocupación

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La preocupación es una creación mental del Ser que se escapa del Yo imaginando escenarios a futuro. La preocupación surge cuando el Ser enfoca su mente en observar el futuro y anticipar supuestos escenarios imaginarios, sufriendo la contingencia de que una de las posibilidades —creada mentalmente— suponga una forma de peligro. Es una conversación del Ser con su mente, cubriendo todas las expectativas con un intenso tinte de connotación negativa. Esta actividad hace que el Ser se distraiga del hoy, quitando toda su atención en sí mismo y en el presente. La mente funciona en el espacio temporal porque en el presente se disuelve: imagina situaciones fuera del tiempo y es incapaz de colocarlas en el instante actual. Su raíz se encuentra en la identificación y el apego. El Ser coloca expectativas y se identifica con ellas, situando su atención sobre el avanzar de las circunstancias, preocupándose al respecto y alejándose del Yo y del ahora. El vacío es el que domina completamente a la mente. La incertidumbre se acalla con vacío, con silencio mental. Sin dominio de la mente, ésta se agitará por la incertidumbre, se preocupará por el futuro afectando emocionalmente al Ser. La preocupación no le hace bien al templo del Ser —su cuerpo— ni a su mente. Las preocupaciones crónicas perturban los nervios y las células; todo

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el cuerpo reacciona. La mente se vuelve negligente, pierde su claridad al discernir, le cuesta ser aplicada y utilizar su atención. Como consecuencia, se alterna su relación con otros y su relación con su obra. Es por esto que el Santo Diablo elige no preocuparse, sino ocuparse. Sabe que toda preocupación futura indica un miedo presente. Sabe que las faltas, las preocupaciones y las ansiedades son puras creaciones mentales. Entonces deja de identificarse con este tipo de pensamientos y se ocupa de lo que le interesa. No pierde energía prestando atención a las preocupaciones. Sabe que no se obra bien ni se calma la mente con las preocupaciones. Se ocupa del presente. Enfoca su atención en su obra y trabaja con disciplina, sin miedo, con gran fuerza de voluntad, en forma dinámica y adaptable. Se sugestiona por su propia obra, se entusiasma y avanza hacia su realización sin desviarse en las preocupaciones. d

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Juzgar y prejuzgar

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El Ser juzga porque no se está aceptando a sí mismo y proyecta eso en el otro. Juzgar es medir con la experiencia propia del Ser la experiencia de otro Ser. No se puede juzgar sin andar en los zapatos del otro. Prejuzgar es doblemente angustioso, es imaginar al otro sin conocerlo y medir con la propia experiencia del Ser, su experiencia basada en un poco de conocimiento; en este caso, es todo proyección mental. El Santo Diablo jamás prejuzgará y evitará juzgar, medirá y dará una postura al respecto luego de investigar y aprender bien sobre el otro, a sabiendas de que jamás podrán ser certeras sus afirmaciones al respecto. El Santo Diablo no mide sin conocer y no dicta sentencia sin experimentar. Y si experimenta y conoce, difícilmente juzgue; lo hará sólo cuando las circunstancias le indiquen que es necesario. El Santo Diablo es tolerante y abierto a conocer y descubrir. Conoce que la manifestación es el vasto territorio donde se expresa lo no expresado, allí donde la esencia se refleja como belleza guiñando a la Verdad. Es entonces que puede encontrar el susurro a la Verdad en todos lados y en todas las personas, análogas y opuestas ideológicamente. Juzgar y prejuzgar no es algo que le resulte atractivo ni reproductivo. d

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Descuido, inconstancia, vagancia y postergación

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El descuido es la falta de atención e ignorancia sobre la existencia del otro. Es la falta de cuidado, de sentido común, de responsabilidad y de disciplina. Es egoísmo y vagancia exagerada. Como virtud, el egoísmo y el descanso son de gran utilidad, hasta cierto punto. Cuando se exagera, la virtud se vuelve vicio y una de sus transformaciones es el descuido. El Santo Diablo no es descuidado porque presta atención, es atento y ve la existencia del otro. Sabe que el descuido es uno de los principales obstáculos para la realización de su obra, la destructora de sus vínculos y un impedimento para su realización. La inconstancia es la falta de atención con la obra de uno. Es un devenir de la falta de control mental; al dejarse llevar por la volatilidad de la mente, el Ser no puede ser constante en una actividad porque la mente lo supera, pierde rápidamente la atención donde estaba y cambia de foco. La inconstancia hace inestable la obra del Ser, al igual que sus relaciones. Cambiar de actividad constantemente, cambiar de opiniones, de puntos de vista, no le da espacio a las relaciones para que crezcan y broten, no le da tiempo a las obras para que se desarrollen.

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La manifestación es en movimiento, el caos es el movimiento sin orden y la constancia es lo que le da el orden. La inconstancia es dejarse llevar por el caos. El Santo Diablo se permite Ser y transformarse. Cultiva constancia y disciplina, tiene iniciativa, fuerza de voluntad, firmeza, decisión y resolución. Es constante con cada una de sus obras, hasta realizarla o hasta que se agote. La vagancia, la pereza y la holgazanería son la falta de control mental y la acumulación de energía tamásica del Ser. El Ser que se entrega a la vagancia pierde la aplicación, la determinación y la resolución abandonándose a sí mismo. El Santo Diablo, mientras está vivo en el universo dual manifestado, descansa y acciona, recibe y da, no se abandona a sí mismo en la vagancia. Sabe que de tiempo está hecha la vida y hace uso del tiempo que tiene. Si le cuesta, cambia sus alimentos, abandonando los que lo provean de energía tamásica, inclinándose a alimentos que lo ayuden a accionar, sean rajásicos o sátvicos. El mañana nunca llega para el que posterga sus actividades. El postergar se relaciona con el miedo a la muerte, porque no postergar tiene que ver con realizar una pequeña muerte. El Santo Diablo hace y no se deja abatir por la muerte, es una parte vital de su existencia. Organiza, planifica y realiza. d

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Distorsión

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La mente es capaz de crear cualquier cosa. El Ser inconsciente puede creer todo lo que le diga la mente. La distorsión es dejarse llevar por todo lo que diga la mente sin separarse de ella y observar desde la lejanía como un testigo. El Santo Diablo conoce el funcionamiento de la mente y sabe que es capaz de creer en cualquier cosa. Fuera de control, la mente no se detiene ni un instante, es capaz de orientarse hacia ideas absurdas, creando confabulaciones y sospechando. Es por eso que el Santo Diablo trabaja con su mente, la estudia y se pone a prueba en distintas circunstancias para llegar a realizar lecturas de las situaciones y que no distorsionen lo que es. d

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Egoísmo

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Si el Ser se interesa en desarrollar su individualidad y celebrarla, sabe que cuanto más es él mismo más libre será para vincularse con el otro. Sin embargo, una exageración de ello, que conduzca a no ver la existencia del otro, se transforma en un egoísmo que refleja demasiada identificación con el Yo y la separación total con el otro. Este egoísmo pierde la consciencia de la relación en esencia que hay entre todos y así pierde contacto real con el mundo. El egoísmo siempre necesita recibir y nunca se satisface. Recuerda con dura memoria todo lo que da y olvida todo lo que recibe. Podría encontrarse la raíz del egoísmo en una ilusión que comienza como nudo infantil cuando el Ser cree que todo el universo gira alrededor suyo. Sumergida en esta creencia, la mente va a acomodar las piezas de lo desconocido para dar una explicación conocida de toda circunstancia que se mueva a su alrededor. Sea lo que sea que suceda, la mente lo va a asociar con la presencia del Ser. Cuando el Ser no ve al otro y su existencia, sólo ve sus propias pulsiones e ignora el otro sentir, sin prestar atención de las emociones y los deseos que el otro pueda tener. El Ser sumido en el egoísmo va a tratar a los otros como cosas a las que utiliza cuando sirven y desecha cuando no, como también distorsionará la

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realidad, tomando su interpretación como la única verdad. Es un engaño que el Ser se hace a sí mismo. El Santo Diablo celebra su individualidad y desarrolla su Ser. Se permite Ser y deja de No ser. No se deja llevar por la ceguedad del egoísmo. Es consciente de la existencia del otro. Es sin atropellar, sin imponer, sin la necesidad de luchar. Es permitiéndose ver otros puntos de vista más allá de los que su mente le propone reaccionariamente. Es, permitiendo redescubrirse a través de su existencia y la existencia del otro.

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Incredulidad

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La incredulidad es la permanencia de un estado infantil en la adultez, del mundo idealista con el que hemos sido criados, proyectándolo diariamente. El Ser incrédulo es fácilmente engañado por otros. La inocencia es dicha y al mismo tiempo se relaciona con un estado de ignorancia que en algún momento el Ser tendrá que abandonar para lanzarse al mundo de la consciencia. Es por esto que el Santo Diablo se vuelve adulto a través de las experiencias que vive, y aprende a perder la incredulidad para no ser abusado, a protegerse de los interesados y a desarrollar su obra más allá de las opiniones ajenas. Por el lado opuesto, el Santo Diablo jamás abusa de un ser incrédulo, considera preciosa la inocencia y la protege hasta que ella sola experimente la quebradura del huevo y parir hacia el mundo de la consciencia. d

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Indecisión y vacilación

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Las dudas son preciadas, le abren camino a la curiosidad para descubrir más allá de lo conocido. Sin embargo, la estancia prolongada en las dudas destruye la capacidad de resolución del Ser y lo abandona en un statu quo. Es la virtud de la duda exagerada llevada a un tiempo prolongado, resultando en el vicio de la indecisión. Tiene que ver con el miedo a la muerte, implica elegir un camino y descartar otros. El Santo Diablo sabe que hay momentos en que debe tomar decisiones y dejar de dudar. Hay momentos de sembrar, hay momentos de regar, hay momentos de cosechar. No le es útil alojarse en la indecisión. El Santo Diablo acciona cuando debe hacerlo, resuelve con coraje, confianza y determinación. Abandona la vacilación para entregarse a la acción. Sin importar la duda, cuando llega el momento de decidir, lo realiza y avanza sin mirar hacia atrás. d

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Criticar, chismosear y hablar de más

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El Santo Diablo no se involucra en charlas para criticar a otras personas. Sabe que para juzgar al otro debería andar en sus zapatos. Es por eso que no sólo no critica, sino que además evita participar de este tipo de conversaciones frívolas. El Santo Diablo se niega a participar del chismoseo. Se dedica a obrar, a compartir y a desarrollar su Ser. Para ninguna de estas tres actividades necesita chismosear. El Santo Diablo conoce la importancia del silencio. Sabe que debe dominar el silencio antes de tocar una nota. Es por eso que evita hablar mucho, especialmente hablar de más, lo que se refiere a hablar por hablar, sin estar exponiendo ninguna idea, ayuda o alguna palabra reproductiva. El mucho hablar gasta energía que al Santo Diablo no le interesa desperdiciar. d

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Inferioridad

El Santo Diablo rompe con la sensación de inferioridad y superioridad. Hace lo que tiene que hacer sin medir ni ser medido.

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Obstinación

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Los niños se obstinan con algo porque no han aprendido aún que no siempre tienen todo lo que quieren cuando lo quieren. La obstinación es no permitirse cambiar de opinión, es persistir inflexiblemente en un mismo punto de vista. El Santo Diablo abandona el hábito infantil de la obstinación y domina sus deseos a través de su voluntad, con determinación y fuerza. Sabe lo que quiere, se entrega también al inconsciente y renuncia a la obstinación, aceptando que las cosas sean como tengan que ser, dando su mejor esfuerzo en cada momento. Hace y persiste en su obra, en sus relaciones y en su realización, siempre abierto a escuchar el fluir del mundo, permitiéndose ver más allá de sí mismo, jugando a Ser y ser testigo. d

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Simulación

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Simular es una forma de no aceptarse a uno mismo. El Ser que no se ama aún encuentra en la simulación un refugio temporal. El Santo Diablo es, sin miedo. Se permite ser en todas sus dimensiones. Por ello no necesita el refugio de la simulación. No necesita ni resaltar ni disminuirse, no necesita simular algo que no es. Lo falso desaparece velozmente en su presencia. La hipocresía le hace perder energía y a él no le interesa ese tipo de distracciones. Prefiere ser como es, sin importar la opinión ajena, sin que alguna censura pueda ejercerse sobre él. Natural y simple. Es. d

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Sospecha

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La mente es capaz de imaginar cualquier cosa, no tiene límites. La sospecha sucede cuando la mente, en un accionar paranoico, traza el hilo conductor para que las circunstancias resulten en una conspiración. Necesita darle certidumbre a la incertidumbre. A la mente no le gusta desconocer lo que va a suceder, busca conocer. Es entonces que, no domada o capaz de vaciarse, se inclina por sospechar. El Santo Diablo conoce los vaivenes mentales y no se deja llevar tan fácilmente por ellos. Observa lo que hace su mente en un estado meditativo y no sigue sus sospechas en acciones, sino que mantiene el silencio, llenando su presente mental de vacío. Le da vacío a su mente, amor a su corazón y satisfacción a su sexo. Así, no entra en la sospecha. Confía conscientemente, sin incredulidad. d

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Timidez

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La timidez es una forma de miedo que limita la obra, limita el desarrollo del Ser y limita las relaciones. El Santo Diablo lo sabe. Es por eso que se sumerge en confianza antes de accionar. Es su deber creer en su fuerza de voluntad, su sabiduría, sus habilidades y sus puntos de vista. Explora su propia consciencia e inconsciencia y se acepta completamente sin juzgarse. Se vuelve un exhibicionista, un pervertido de las versiones humanas y hace sin que la mirada del otro lo limite. Cultiva coraje y voluntad. Sabe que al superar la timidez comienza su libre accionar. d

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Pasión

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La pasión es, lo que en India denominan: raga. Es una emoción demasiado fuerte, desbordante y difícilmente de controlar, que excita la mente y la confunde, afectando al Ser en extremos de sensibilidad. Sentir es una virtud, exagerar el sentir en dirección a la pasión resulta en un vicio que desequilibra a la mente. El Santo Diablo llena su corazón con amor incondicional, vacía su mente y satisface sus deseos. Estas actividades evitan que se vaya a extremos emocionales tan intensos que generen pasión. Sabe que si no doma las emociones extremas, éstas pueden deshacer su capacidad de discernimiento y junto con ella, su paz, salud y felicidad. La pasión es como un caballo salvaje que debe domarse con discriminación, voluntad y sabiduría. Y en el caso en que se encuentre en un torbellino interno sumergido en pasión, canaliza esa gran energía en dirección a su obra para nutrirse de ella. d

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Violencia

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La violencia forma parte de la naturaleza más profunda y salvaje. El parto es violento, una tormenta es violenta, una risa es violenta, morder es violencia. También una guerra es violencia, un asesinato es violencia, un insulto es violencia. La violencia puede ser positiva o negativa. Es una energía muy potente que el Ser tiene el poder de dominar y canalizar en la dirección que elija. El Santo Diablo cree y sigue la ley de la no violencia: áhimsa. Renuncia a dañar a cualquier criatura viviente, en pensamiento, palabra o acto. Sin embargo, no reniega de la violencia; sabe que la violencia es parte de la vida, y cuando aparece en su Ser no la reprime, sino que la expresa canalizándola en una dirección reproductiva. Observa el lado positivo de la violencia, el lado animal expresándose. Descarta la violencia negativa, la que daña al prójimo sin buscar reproducirlo. La violencia de comer un animal a quien se asesina industrialmente, la violencia de talar un árbol innecesariamente, la violencia de guerras que son negocios encubiertos, la violencia intelectual, la violencia doméstica, la violencia emocional, la violencia marital. Se involucra en la violencia reproductiva, en la que impulsa al Ser a desarrollarse, a Ser y dejar de No ser, a realizar su obra, a vincularse con integridad y la violencia que lo moviliza y tiene la potencia de sublimar vicios. d

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TERCER A PARTE

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Una vez que el Ser deja de No ser, reconoce su inconsciente y domina sus vicios, está preparado para descubrir la existencia del otro. A través de este reconocimiento, el Ser puede vincularse. Es entonces que el Ser ve al otro Ser, descubre la comunión como premisa para realizarse.

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LAS RELACIONES

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a tercera parte de Santo Diablo es «Las Relaciones». Aquí se desarrollan peculiaridades y latencias de las relaciones, junto con características del Ser que puedan ayudarlo a abrir su corazón, impulsar el amor en acción y compartir. Incita al estudiante iniciado a descubrir las infinitas potencialidades que le brindan las relaciones. El Ser descubre una nueva etapa de la alegría, la dicha y la consciencia, al compartir.

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Comportamiento

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El comportamiento de un Ser es un reflejo de su estado interior. Es la resultante de sus pulsiones emocionales, intelectuales, sexuales y físicas, interactuando entre su consciencia e inconsciencia. El comportamiento que tenga el Santo Diablo será la puerta a las relaciones que construya. Él sabe que, de acuerdo a su comportamiento, el universo va a danzar y va a reproducir energías análogas y opuestas a lo que accione. Es entonces que el Santo Diablo pervierte la antigua moral que le llega en forma de mandato, destruyéndola y construyendo, desde sus raíces, su propia moral, dinámica y consciente con base en su experiencia. Sobre estos valores móviles avanzará el comportamiento del Santo Diablo. d

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Deseo

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El deseo es lo que motiva y excita la creatividad y sexualidad del Ser. El objeto del deseo es la excusa con la cual el deseo moviliza al Ser. Él mismo buscará, a lo largo de su existencia en el universo manifestado, satisfacer sus deseos, los cuales se desvanecen al obtener el objeto del deseo. Las prohibiciones no crean deseos, sino que excitan al deseo; si lo que el Ser desea ofrece obstáculos, es entonces cuando más querrá obtener dicho objeto. Los primeros deseos a satisfacer son los que provienen de la herencia del árbol genealógico. Luego se encuentran los deseos provenientes de las pulsiones desarrolladas en el inconsciente en la niñez del Ser. Una vez satisfechos, el Ser se encuentra con los deseos que provienen de su profundidad oscura, para finalmente encontrarse con los deseos sublimes, sobre el desarrollo y realización del Ser, la vinculación con toda la manifestación y finalmente la completa transformación que hace avanzar al espíritu más allá del universo manifestado conocido. El Ser pasa su vida buscando satisfacer y satisfaciendo sus deseos. Lo que le interesa no es el objeto del deseo sino el deseo mismo. El deseo le funciona como un principio motriz, como una fuente de energía que lo potencia y moviliza, impulsándolo a realizar grandes hazañas y a realizarse.

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El Santo Diablo conoce esto y avanza atravesando todo su escalón de deseos. No reprime sus deseos porque sabe que pueden enfermarlo física y mentalmente, y tampoco los excita la aparición de prohibiciones a tal punto que puedan sumergirlo en pasiones y obsesiones. Avanza firme y con confianza sobre la búsqueda de los sagrados deseos, aceptándolos y bendiciéndolos con su presencia. En el camino a satisfacer sus deseos, el Santo Diablo aplica sus pensamientos, palabras y actos, en la causa; los imagina, los visualiza, los dice, los detalla y avanza. Se concentra en esa dirección y focaliza hacia allí. No los boicotea. Evita la inseguridad cosechando seguridad. Acepta sus deseos. Confía. Tiene paciencia. Le da al deseo los ingredientes justos y necesarios cada día, como le da a una semilla sol y agua, con paciencia y perseverancia. No busca respuestas instantáneas, sino hacerlo con serenidad en un avance continuo y progresivo en la dirección del deseo. Prueba, y si se encuentra con obstáculos y fracasos, ensaya otras alternativas. No se da por vencido. Evita a quienes le proyectan sus propias inseguridades para hacer fracasar su deseo. Busca ambientes propicios que favorezcan la sana realización del deseo. No se da por vencido por un fracaso. Cayéndose al piso, se aprende a caminar. Avanza y se permite modificar y transformar. Honra el deseo. Entiende que si existe y lo siente, es porque así es. Respeta su deseo. Acepta las frustraciones que puedan surgir al no satisfacer el deseo según sus impulsos de ansiedad. Es presente y positivo en el avance de esta búsqueda, y una vez satisfecho el deseo, le rinde su homenaje, lo bendice con su presencia y continúa su andar. d

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Expectativas

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Las expectativas son suposiciones a futuro sostenidas sobre una base de incertidumbre. El ser humano ha creado numerosas distribuciones estadísticas buscando patrones de comportamiento y tratando de predecir el futuro, por lo menos para cubrirse por una capa de ficticia seguridad para no hacerle frente al precipicio de lo desconocido. Sin embargo, la ley de lo que no es ahora seguirá siendo la incertidumbre. La anticipación y las expectativas son el motivo de mucho sufrimiento. Cuando la mente se coloca sobre las expectativas, repercute en la situación emocional, que se verá reflejada en el actuar y en la reacción del Ser. Es entonces que las expectativas influyen en lo que le sucederá al Ser en su devenir. Lo que vaya a suceder puede llegar a coincidir con las expectativas del Ser o puede no coincidir: si el resultado es «peor» a lo que espera (según su criterio de medición inconsciente), se decepcionará; mientras que si el resultado es «mejor» al que espera entonces se alegrará. El Santo Diablo vive en el presente sin depositar su mente más del tiempo necesario en lo que sea correspondiente a su accionar; planeación, organización, coordinación y ejecución. El Santo Diablo realiza su obra y se relaciona; si aparecen las expectativas sobre un evento a futuro, simplemente

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las deja ser, observa cómo vienen y cómo se van. El Santo Diablo sabe que influye en su futuro cuando coloca su mente en las expectativas; es entonces que sí las proyecta y serán bañadas de esperanzas optimistas.

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Amistad

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La amistad es una construcción. El Santo Diablo lo sabe y lo elige. La amistad le es sinónimo de compartir, del descubrimiento mutuo continuo, de reflejo sobre el otro y el apoyo necesario para abrirse al mundo y descubrirse a uno mismo. El Santo Diablo comparte y crea comunidades. En la amistad encuentra simpatía de sentimientos, amabilidad e intimidad. Sabe elegir con quiénes compartir y con quiénes no. Realiza su compartir en la amistad a través de la cotidianeidad, compañerismo, obra en común y pasión. Cree en una amistad que favorece los vínculos reproductivos, que no se apega para castrar, sino para compartir, apoyar e impulsar la realización de cada Ser y de su obra. Amistades que permiten ser a cada Ser y acompañan la realización de la obra de cada uno. La amistad es el resultado de dos seres que saben amar. d

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Adaptabilidad

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Con el progreso del tiempo se expande el conocimiento de toda la manifestación, junto con esta expansión el Ser avanza transformándose. Esta transformación corresponde con la adaptabilidad al movimiento del microcosmos y el macrocosmos. La evolución de las especies trata sobre la adaptabilidad. Como cada célula es única, cada Ser es único. En su gloriosa individualidad se encuentran el reflejo de todas las posibilidades, mientras que cada experiencia vive su parte, y ésta es reflejada con sus actos. Todos los seres son distintos y únicos, algunas experiencias resuenan entre sí y hay algunas que no. Las diferencias son fuente de aprendizaje. La adaptación no es dejar de Ser lo que uno es, sino Ser y permitir al Ser avanzar transformándose. Es conocer que todo es distinto en la manifestación y que ésta avanza, y que el Ser puede adaptarse si lo quiere. Un material adaptable se asocia directamente con un material flexible. Los seres adaptables son f lexibles, los no adaptables se negarán a ver otros puntos de vista y cambiar de opiniones, y así transformar su reproducción en la materia. El cuerpo vivo es flexible, el cuerpo muerto es rígido. La adaptación a un lenguaje común es sinónimo de compartir.

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Durante toda su vida el Santo Diablo se relacionará con otros seres. Nunca llegará a estar completamente solo y simultáneamente siempre lo estará. El Santo Diablo sabe que existen tantos puntos de vista como seres —o más—. Como el agua, sin importar el tipo de recipiente que rellena, se va a adaptar a su forma. Disfrutará de compartir y descubrir las excentricidades de los otros, conociendo la raíz de la acción-reacción, la causa y el efecto en las relaciones. Dará sin dudar ni pedir, servirá sin vacilar, recibirá sin medir. No necesita juzgar porque sabe que todos son únicos y distintos. Su adaptabilidad le dará agilidad, pragmatismo, versatilidad y gentileza, y le abrirá camino a su realización.

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Consideración y cortesía

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La acción de examinar algo es tomarlo en consideración. A través de este proceso el Ser eleva su capacidad analítica. La consideración puede funcionar como puerta para la autoobservación, ver lo que se ve y al que ve lo que ve, incluso lo que no se ve. El Santo Diablo toma en consideración su propio Ser y al otro. Sabe que la raíz de todos es la esencia, sabe que nos manifestamos únicos, sabe sobre la adaptación, entonces se abre a considerar. El Santo Diablo se relaciona con maneras elegantes, nobleza absoluta e íntegro respeto para con el otro. En esto reside su cortesía. No la cortesía que puede ser querida en una cultura y despreciada en otra. La cortesía del Santo Diablo se relaciona con su poder de adaptabilidad. Quienes comparten con el Santo Diablo un espacio perciben cortesía en su silencio, atención, seguridad, firmeza, amabilidad, sensibilidad y respeto. El Santo Diablo presta atención a cada detalle al relacionarse. d

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Hospitalidad

La hospitalidad es el amor en acción al dar, dirigido hacia el invitado. El Santo Diablo es un hospital mentalmente, emocionalmente, sexualmente y prácticamente. Cuando recibe a alguien en su hogar, sea quien sea el invitado, lo recibe con atención y cordialidad, lo hace sentir cómodo y lo provee con lo que necesite.

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Amabilidad, benevolencia, compasión y simpatía

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La amabilidad es la dulce disposición que irradia mental y físicamente el Santo Diablo, resonando con amor y alegría en los corazones que lo encuentran. Amabilidad es el constante deseo de ayudar y amar al otro sin condiciones, un estado de buena voluntad, humanismo, actividad, servicio y sonrisa. La benevolencia es la disposición por hacer el bien y ser generoso independientemente de las circunstancias. Es un deseo que surge desde lo más profundo de la raíz emocional y de supervivencia del Ser, de ayudar, promover la felicidad y aliviar el sufrimiento. Su raíz en la manifestación individual del Ser es la consciencia de la existencia del otro, sentir. Es Ser con la existencia del otro. Una vez que el Ser es y siente, la benevolencia surge como algo intrínseco de su naturaleza humana. El Santo Diablo desarrolla su individualidad en relación con el mundo. Cuanto más se realiza como Ser, más se vincula con toda la manifestación. Comparte con el otro, se relaciona con el otro, es benevolente consigo mismo y con el otro. Su benevolencia lo hace un benefactor permanente y un amigo universal. El Santo Diablo es consciente de la existencia del otro, lo ve y siente por él. Es por eso que le brota naturalmente la simpatía, sea en la felicidad como en el sufrimiento.

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Cultiva compasión naturalmente, se suaviza en presencia de compañía, sintiendo y acompañando el dolor del otro cuando aparece. Busca dar a través de lo sagrado, calmando estados emocionales intensos a través de la empatía. Acompaña en el sufrimiento sin imponer su voluntad. Sabe que con acompañar y sentir, el Ser emocionalmente afectado se suaviza, comparte calma. Al sentir y ser consciente de la existencia del otro, el Santo Diablo desarrolla la simpatía. Simpatía es sentir. El Santo Diablo tiene simpatía por las alegrías y las tristezas del otro, siente lo que el otro siente y se ve afectado por ello, está abierto a la comunión y comunicación entre seres. Esta sensibilidad le da la capacidad de conectarse realmente en sus relaciones.

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Caridad, filantropía y generosidad

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La caridad surge del amor. Es pensar, hacer y decir favorablemente en disposición del otro. El Santo Diablo encuentra en su presencia el reflejo de lo divino, lo divino ha sido caritativo con él al darle la oportunidad —merecida— de manifestarse; entonces a él le corresponde ser caritativo con lo manifestado y así espiritualizar la materia. En su accionar, es desear optimistamente para con el otro, ayudarlo a que se realice. El Santo Diablo da en caridad velozmente, espontáneamente y desapegadamente, sin dudarlo, practicando el amor en acción. Le alegra dar. Disemina conocimiento espiritual y práctico. Anhela salud física y mental para todos, concentración, devoción, conocimiento y realización. Filantropía quiere decir: «amor a la humanidad». Dar es amor en acción. La disposición del Santo Diablo es la de promover la felicidad y elevación espiritual de todo Ser. Su filantropía existe y es práctica. Busca la completa realización general de lo individual. La generosidad, al igual que la benevolencia, la caridad y la filantropía, surge de la fuente de amor incondicional del Ser. Ésta se manifiesta con dar y ser consciente de la existencia del otro. El Santo Diablo es generoso en sus actos, palabras y

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pensamientos. Cree en el sacrificio como la acción de hacer sagrada la acción; por ello, para él, todo dar es bendecir. Sabe que lo que no da no lo tiene, y que lo que da se lo está dando a sí mismo. Practica el dar con generosidad sin medir y sin juzgar. Dar forma parte de su esencia, es la raíz de su vínculo emocional, proviene del amor, que se expresa en la manifestación de dar.

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Simpleza

El Santo Diablo es simple. Cuanto más se sumerge en la profunda complejidad del Ser más se manifiesta su simpleza, exponiéndose en las relaciones, en su obra y en su realización. Piensa lo que dice, hace lo que dice. Simple.

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Tacto

Tocar es expresar el amor. Gracias al tacto el otro siente la calidez del Ser. No hay vínculo completo sin tacto.

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Tolerancia

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La tolerancia es respeto por la diferencia. Es el poder de saber que somos distintos en la manifestación, que las formas de actuar, pensar y hablar, de cada Ser, son únicas y están en constante transformación. Algunas formas resuenan con otras, allí donde se encuentra la similitud que calma emocionalmente; sin embargo, la diferencia también es válida y es la que pone en acción a la tolerancia. Más allá de la esencia divina que compartimos, en la manifestación, cada Ser vive su experiencia, reflejada en su accionar. El Santo Diablo es tolerante. La diferencia lo potencia. Acepta las distintas opiniones, conductas y gustos. Sabe que no tiene el monopolio de la sabiduría universal. Que los caminos son heterogéneos. Es tolerante con todos, acepta a cada Ser. Sabe que la intolerancia destruye las relaciones. Se expande y abraza, incluye y sirve a todos. Su tolerancia es la libertad. La tolerancia sublima la idea de separación. d

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Discreción y docilidad

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La discreción del Santo Diablo se encuentra en su prudencia al comunicarse. Si no tiene algo para decir, se mantiene en silencio; sabe escuchar al otro antes de exponer su punto de vista. No necesita adornar sus actos, los realiza entre silencios: calla, actúa y vuelve a callar. No necesita contar lo que hizo para fortalecerse, su fuerza viene de su experiencia. Actúa con discreción y se comunica con discreción. El Santo Diablo se vincula con dulce docilidad. Podría ser confundida con timidez o debilidad, pero no lo es; eso sería una interpretación de las mentes que juzgan lo incierto, la dulzura y el silencio. La docilidad del Santo Diablo reside en relacionarse con gentileza y nobleza, controlando su temperamento, sin necesitar demostrar, con humildad y adaptabilidad. El Santo Diablo es dócil, se mueve, se flexiona, puede convivir dentro de cualquier ambiente, puede comunicarse con cualquier otro Ser. Al obrar, la causa está delante; al vincularse, la persona está delante. d

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Discriminación positiva

La discriminación positiva se relaciona con distinguir entre lo manifestado y lo no manifestado. El Santo Diablo sabe distinguir entre lo que es real y lo que no es real, entre lo que sí y lo que no, entre la entrada y la salida, entre la calma y la tormenta.

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Fidelidad y honestidad

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La fidelidad es un estado de conexión entre seres con otros seres o sus obras, que establece un vínculo natural no forzado. El Santo Diablo no hace acciones por obligación, sino por voluntad propia. Cuando se encuentra fiel a otro Ser o persona, no le sucede por compromiso u obligación; si sucede, es por un impulso natural que surge del vínculo. Cuando la conexión es fuerte y sana, la fidelidad brota. El Santo Diablo no considera válida la posibilidad de reprimir pulsiones naturales, sí de canalizarlas. Existen muchos factores a nivel histórico, social, económico, psicológico y físico por los cuales un Ser no se comporta honestamente. El miedo y la inseguridad son detonantes de la falta de sinceridad. Quien no cree en lo que hace necesita mentir, engañándose a sí mismo, creyendo que gracias a esto se hace valer. Quien miente al otro se está mintiendo a sí mismo. Quien exagera o disminuye no valora las cosas tal cual son. La honestidad es decir lo que uno piensa, es hacer lo que uno dice. Hay seres que sospechan continuamente, que inventan, confabulan, crean historias porque no pueden aceptar que las cosas sean tal cual lo son. No es necesario mentir para transformarse. La honestidad es fundamental para Ser y dejar de No ser. La honestidad limpia el cuerpo y limpia a la mente. El Ser que se maneja con sinceridad no

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carga sobre su espalda creaciones mentales, se libera de la hipocresía y se acerca a Ser quien realmente es. La honestidad lo comunica con la confianza. El Ser honesto alinea su lengua con su mente; cumple con lo que dice y dice lo que piensa, es consistente consigo mismo e incluso con sus transformaciones. El Santo Diablo no necesita pretender para realizar. No necesita mentir, es honesto, no necesita engañar para realizar, para relacionarse ni para realizar su obra. Se vincula diciendo y haciendo las cosas como son, sin la necesidad de cometer fraude emocional, intelectual o creativo. Es honesto. Se acepta, acepta al otro y acepta las cosas como son. Así, se permite Ser en libertad.

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Magnanimidad

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El Santo Diablo se ocupa de realizarse a través de Ser, realizar su obra y celebrar su individualidad uniéndose con toda la manifestación. En las relaciones, su magnanimidad reside en no prestar demasiada atención a las faltas del otro, sino a sus virtudes. El Santo Diablo no es rencoroso, dice lo que tiene que decir en el momento en que tiene que decirlo: se expresa, permitiéndose fluir y avanzar. Es generoso con sus pensamientos, palabras y actos. Es un corazón puro que da. d

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Prudencia y gentileza

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La prudencia habita en la astucia, la paciencia, la fuerza y la agilidad. El Santo Diablo actúa con prudencia, aceptando su razón y su sinrazón, avanzando sin permitir que el miedo lo detenga. Es consciente de la existencia del otro y actúa con prudencia en sus vínculos. Su prudencia habita en su forma de hablar, de actuar, de comunicarse y de relacionarse. El Santo Diablo se comporta de manera gentil en sus vínculos. Incluso en el salvajismo de sus profundidades y en su actuar inconsciente, conoce la disposición gentil al comunicarse y compartir. En su gentileza se encuentra la dulzura, simpatía, suavidad, disposición y docilidad del Ser. d

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Puntualidad y rapidez

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La puntualidad es respeto en acción. El Santo Diablo administra conscientemente su tiempo y es puntual cada vez que establece un horario, sea para encontrarse con alguien, para realizar su obra, para cumplir con sus horarios o para seguir su disciplina autoestablecida. La puntualidad tiene el rol de hacer funcionar su organización, expresándose para la construcción de su obra, su realización y sus vínculos. El poder de la velocidad es la rapidez del Santo Diablo. Existen circunstancias en las que accionar con velocidad en el pensar, decir y actuar, será dichoso. El Santo Diablo entrena su capacidad de rápida decisión. Llega a él a través del estado de alerta de su naturaleza salvaje, el animal presente en su Ser, siempre atento y rápido en reaccionar, de quien depende su supervivencia. d

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CUARTA PARTE

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El Ser está listo para realizar su obra. No hace falta más de lo que tiene, se encuentra preparado. La experiencia de obrar lo guiará. Ahora, su deber es obrar.

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LA OBRA

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a cuarta parte de Santo Diablo es «La Obra». Aquí se desarrollan características del camino de la obra, peculiaridades que puedan ser de utilidad para el actuar del Ser. Incita al estudiante iniciado a actuar, experimentar, a poner en acción todo lo aprendido en el mundo y realizarse a través de su obra.

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Adversidad

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No existe obra sin adversidad. Para que una obra crezca sana y fuerte es necesario que atraviese obstáculos. Inclusive el Ser se pone a prueba y se desafía en circunstancias adversas. Toda adversidad es una oportunidad. Ver a la adversidad como calamidad o tragedia es un punto de vista poco reproductivo. El Ser que integra a la adversidad en su avance toma dicha experiencia vital como desafío y fuente de aprendizaje. La adversidad genera que el Ser realice un esfuerzo extraordinario para avanzar más allá de la circunstancia. Con este esfuerzo se cultiva un nuevo poder. La adversidad aparece para fortalecer el poder de trabajo, el poder de voluntad, la fortaleza física y mental, el ingenio y la paciencia. Con la adversidad se dominan más las ideas, las emociones, la sexualidad, la creatividad y los deseos. Gracias a la adversidad, se le presentan al Ser oportunidades para exaltar sus capacidades y talentos. Si el Ser se anima a atravesar la adversidad con coraje, entonces abre un menú de posibilidades para su próspero avance. La adversidad es una gran oportunidad que se manifiesta material, intelectual, emocional, sexual y creativamente. El Santo Diablo sabe que un avión vuela gracias al viento en contra. Toma la adversidad como una oportunidad para fortalecerse y aprender. No desespera por las circunstancias,

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avanza con el conocimiento de la causalidad. Sabe que el universo danza a su alrededor manifestando su reproducción, que todo lo que sucede por algo es, y que avanza con coraje. Se dirigirá hacia su Ser y realización.

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Confianza

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Toda obra comienza por la confianza. Sin confiar, el Ser no puede realizar. Debe creer en sí mismo, en sus habilidades, sus opiniones, sus poderes, sus deseos, sus emociones, sus ideas y sus intuiciones para obrar. Debe confiar en su realización. El Santo Diablo confía tanto en sus éxitos como en sus fracasos. Confía en él y sabe escuchar. No permite que el otro piense por él y le imponga mentalmente lo que debe hacer. Se lanza a la acción sin saber qué va a suceder, confiando en su actuar, en sus palabras y en su pensar, guiado por su Ser. Se transforma a medida que avanza y confía en sus transformaciones. Confía tanto en sí mismo que también confía en el otro, en su obra y en el azar divino. Considera que todo es parte, y en silencio aprende del otro al escuchar. Se entrega a su obra con confianza. Confía en sus deseos, en sus emociones, en sus ideas y en sus necesidades. Sabe que si no confía en sí mismo, nadie lo hará. Sabe que si se reprime, se enferma. Confía en su obra, en su Ser y en sus relaciones. No le inquieta desconocer lo que va a suceder en el futuro. La incertidumbre no le da desconfianza. Presta atención a su intuición y actúa con confianza. Se reproduce a través de su confianza. d

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Iniciativa

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La iniciativa es el comienzo de la acción, el brote inicial de la semilla. Es darle verbo al andar, accionar, arrancar, comenzar, iniciar, dar el primer paso. Es el primer movimiento que mueve una ola de energía que hace andar al universo, el primer pensamiento. La iniciativa es el poder del comienzo. Todo lo que hay manifestado ha nacido, ha surgido de una iniciativa, desde las células más pequeñas a las estrellas más inmensas, todo lo manifestado ha comenzado. La iniciativa es la fuerza que comienza al accionar. El Santo Diablo sabe que para realizar su obra debe comenzar, iniciar su accionar. Es entonces que lo hace, sin permitir que las dificultades lo detengan. Se lanza a la acción con coraje, austeridad, cortesía, voluntad, economía, memoria, eficiencia, diplomacia, astucia y presencia. Es así que comienza a obrar. d

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Coraje

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El coraje es la cualidad que impulsa al Ser a animarse a más, atravesar las adversidades y avanzar. Temer a una amenaza o peligro es una emoción natural del Ser. Frente a la amenaza, el cuerpo y la mente reaccionan preparándose para luchar y escapar. Reprimir es enfermar, escapar es postergar, luchar es avanzar. El coraje es desafiar al miedo y avanzar a pesar de su presencia. El coraje es atravesar los obstáculos, superarse y construirse. El coraje exalta la intrepidez, la calma, la paciencia, la confianza, la fuerza física y el dominio mental. Se encuentra íntimamente vinculado con la fuerza de voluntad. El Ser con coraje avanzará y realizará sus acciones sin importar las barreras que se presenten. El coraje transforma lo imposible en posible. El Ser con coraje es de corazón bravo, espíritu libre, mente sabia y cuerpo intrépido. Es la cualidad que hace a un Ser capaz de atravesar los peligros, la oposición y la dificultad, con firmeza, calma e intrepidez. El Ser con coraje tiene el poder para realizar su obra. El Santo Diablo es un Ser con coraje. Actúa con coraje en sus convicciones, en sus puntos de vista, en sus opiniones, en sus palabras, en sus pensamientos y en sus actos. Avanza y actúa, haciéndole frente a cualquier circunstancia sin huir. Realiza su obra a través del coraje. d

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Emulación

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La emulación no pasa por una competición, sino por una etapa del proceso de aprendizaje. El comienzo del aprendizaje del Ser es imitar. Luego trabaja con sus impulsos, se transforma y trasciende la emulación para dejar de No ser y pasar a Ser. Desear el alcance de la excelencia en su obra es un objetivo noble del Ser. Imitar a otro, como un paso en ese aprendizaje, como un escalón más, es una forma iniciática para aprender. El Santo Diablo, en los primeros pasos del desarrollo de su obra, emula en dirección a mejorar sus propios talentos, facultades y capacidades, dejar de No ser y pasar a Ser. El Santo Diablo utiliza la emulación como fuente de aprendizaje. No la niega, sino que la honra como una etapa para llegar a su Ser y realizar su obra. d

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Determinación

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La determinación es el poder de impulsar una decisión. La determinación genera que el Ser inicie, desarrolle y resuelva. Se encuentra íntimamente relacionada con el coraje. La determinación es el acto de ser firme a la hora de decidir. La determinación es la que le pone fin a la duda y da comienzo a las acciones. El Santo Diablo actúa con determinación en su obra, en su comunión con el otro y en su realización. d

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Aspiración

La aspiración es un accionar sagrado. El Ser que aspira tiene un noble deseo de descubrir y Ser. Para Ser hay que osar, para osar hay que querer, para querer hay que aspirar. El Santo Diablo busca, se entusiasma, aspira y realiza su obra.

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Entusiasmo

El entusiasmo es bendición en acción para el Santo Diablo. Lo considera una potencia natural del Ser que lo impulsa a actuar y obrar. El entusiasmo le ofrece el impulso necesario para comenzar, gestar, expresar, decidir, expandirse, compartir, dar, recibir y transformarse.

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Atención y concentración

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La atención es la aplicación fija de la mente en una dirección. Donde se aplica la atención surge el milagro. Donde se aplica la atención brota el poder mismo del objeto manifestado en resonancia con la mente que observa. La concentración pone en marcha al motor del universo. El Ser que fija su atención verá la danza cósmica como un aliado para la realización de su obra. Cuando la mente se fija en algo, la consciencia brota en resonancia con ello. El Ser necesita de la atención para realizar su obra, realizar su comunión con el otro y realizarse. La concentración es la canalización del poder mental en la investigación de la Verdad con infinita paciencia. La concentración es el punto inicial de la meditación, es un medio para la aplicación y la atención, y una característica fundamental de la mente para realizar la obra que el Ser se proponga. El Santo Diablo elige conscientemente hacia dónde aplicar su atención y su concentración. Su voluntad lo hace focalizar con atención y concentración en la realización de su obra. Sabe que la atención y la concentración son fundamentales para su obra. El Santo Diablo las practica. Cualquier obra que se proponga puede ser llevada a cabo gracias a la atención y la concentración. La calidad de las

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relaciones, de la obra y de la introspección del Santo Diablo dependerá del grado de atención que ponga y ésta surgirá en resonancia con su poder de concentración.

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Aplicación

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La aplicación es una de las claves para la realización de la obra del Ser. La aplicación es el poder de concentrar la mente con suma atención en algo. Es fundamental para la realización de una obra. El Santo Diablo actúa de manera aplicada al obrar, no desperdicia ni un solo instante, vigila con gran atención cada uno de sus pasos y acciones, nunca pierde una oportunidad. Su mente y sus pensamientos son sanos, claros y simples. Sabe muy bien que para obrar necesita ser aplicado. Su obrar es metódico. Actúa con determinación y resolución. No se arrepiente y no pone trabas en su camino. El Santo Diablo actúa y resuelve con aplicación. Logra sus objetivos. Lo que elige hacer lo hace ahora, no espera a que se lo hagan. Sabe que el momento es suyo y cada instante cuenta en su accionar. No depende del futuro ni del pasado. Su obra se encuentra a partir de un constante devenir de acciones presentes aplicadas. Actúa con vigor, fuerza y gran poder de voluntad. La aplicación lo conduce a superar cualquier obstáculo y realizar su obra. d

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Regularidad

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El Santo Diablo es regular en la realización de su obra, al igual que en la construcción del amor y en el desarrollo de su Ser. Esta regularidad lo aleja de preocupaciones, ansiedades, vagancias, impulsos de locura, pasiones, insatisfacciones y represiones. Sabe hacer lo correcto en el momento correcto. Como las estaciones del año regulares, como el ciclo de siembra y de cosecha regulares, el día y la noche regulares: la regularidad es fundamental para que todo proceso funcione. El Santo Diablo crea desde el caos y desde la regularidad avanza. Encuentra la similitud de la regularidad en su obra como la regularidad en el macrocosmos y en el microcosmos. Su regularidad es un sinónimo de disciplina. Ambas son conductas que le resultan incómodas a la mente siempre dispersa; sin embargo, cuando el Santo Diablo las domina y las canaliza, utiliza la voluntad, la aplicación y la atención para realizar su obra y recrear el milagro. d

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Disciplina y rigurosidad

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A través del control mental, la disciplina se manifiesta como el dominio del accionar del Ser, canalizado en una dirección establecida. Una mente disciplinada genera que el Ser pueda comenzar, desarrollar y finalizar cada obra que realice. Simultáneamente, la disciplina es sana para la mente y el cuerpo. El Santo Diablo obra con disciplina, avanzando, consciente de cada uno de sus actos. Sabe que la disciplina lo conduce a llevar a cabo la obra que se proponga realizar. La paciencia y la perseverancia son sus aliados. Con disciplina avanza firme y constante. La rigurosidad es fundamental para la realización de la obra. La falta de rigurosidad, como la vagancia y la pereza, conduce al no hacer, a dejarse llevar por la inercia de la falta de voluntad y elección, y esto resulta en una indecisión permanente que no gesta. La rigurosidad se relaciona con la constancia, el deber que el Ser se dicta y la confianza. Es lo que conduce a una iniciativa a su resolución. La rigurosidad impuesta por el Ser de manera consciente, lo conduce a realizar su obra y a realizarse. Cuando el Santo Diablo decide realizar su obra, tiene la causa y la pone delante, avanza con rigurosidad sabiendo muy bien hacia dónde va e incluye al azar divino en el viaje. Obra de manera versátil y rigurosa, perseverante, disciplinada, práctica, con coraje,

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determinación, aplicación, aprendizaje, transformación, voluntad, humildad y fe.

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Deber

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Al igual que la naturaleza cumple con sus deberes, el Ser también puede hacerlo. Mientras el mandato es un accionar impuesto, el deber es el accionar puesto. El Ser elige qué hacer y se plantea sus deberes. Los deberes guían su disciplina y rigurosidad. El Santo Diablo establece sus deberes y los ejecuta. A medida que avanza, sus deberes se van transformando y junto con ellos su acercamiento hacia la realización de su obra y su Ser. Considera su accionar como sagrado y sus deberes como divinos. d

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Estado de alerta

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El estado de alerta se relaciona con una naturaleza salvaje del Ser. Es su condición física, mental, emocional y sexual de estar preparado para las transformaciones de las circunstancias. Es el estado implícito en la armonía del guerrero sagrado, quien avanza en el mundo manifestado interactuando con él. Obra, comparte, medita y siempre se encuentra listo para actuar cuando sea necesario. El Santo Diablo se encuentra siempre listo para accionar. Su estado de alerta forma parte de su propio inconsciente —presente día y noche—, en su accionar y en su recibir. d

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Fortaleza

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La fortaleza del Ser reside en su poder para atravesar la adversidad sin hundirse y sin dejarse llevar por la presión. Es tener firmeza al enfrentarse con el peligro. Es la habilidad de sufrir el dolor, la pérdida y el estrés, sin sucumbir en ellos. Es un ejercicio de paciencia que ayuda a controlar el temperamento y tolerar lo adverso. Toda tragedia tiene la potencia de modificar al Ser, hacerlo salir de situaciones y avanzar. Las depresiones tienen una potencia similar. La fortaleza ayuda a atravesar estas situaciones adversas y seguir avanzando. El Santo Diablo es un Ser que desarrolla su fortaleza. Con paciencia puede atravesar cualquier circunstancia. Exalta su fortaleza al atravesar con coraje toda adversidad sin sucumbir en ella. Cuantos más obstáculos atraviesa, su fortaleza se incrementa. Posee fortaleza física, mental, emocional y sexual. Su fortaleza lo hace resistir cualquier circunstancia desfavorable, se repone de sufrimientos y dolores sin darse por vencido, avanza a pesar de toda circunstancia y se permite transformar. d

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Industrialidad

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La industrialidad es la utilización del tiempo. La industrialidad elimina tendencias autodestructivas, hábitos de vagancia y dejadez. El Santo Diablo emplea su tiempo. Realiza su obra, realiza la comunión con el otro, realiza su Ser. Es industrial; obra y se expresa, desarrolla sus talentos, estudia, mejora, se relaciona, comparte y medita. Gracias a su industrialidad mantiene un cuerpo y mente sanos, activos, alegres y vivos. d

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Ingenio

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Encontrar la forma de materializar la imaginación es el ingenio. El Ser ingenioso tiene la capacidad de concretar de forma eficiente y crear para sí mismo la abundancia de medios para realizar su obra. Ser ingenioso le permite resolver. El Santo Diablo, ingenioso, encuentra siempre el camino o lo crea. No se deja avasallar por el caos sino que lo utiliza como su fuente de materia prima. Uniendo el orden con el ingenio, toma los elementos necesarios para realizar su obra, los vitaliza y los aplica. d

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Inspiración

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La inspiración es una superior, elevada y divina influencia. Es la comunicación divina con la señal de lo no manifestado. Es la sugestión divina que deja una impresión —proveniente del misterio— en la mente que le da señal al Ser. La inspiración moviliza al Santo Diablo, le da paz, dicha y alegría. Él realiza su obra, sus relaciones y su Ser, abierto a las señales de la inspiración. Cuando la inspiración llega, no la ignora; ésta lo moviliza y él le presta atención, la honra y la utiliza en su accionar. d

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Limpieza y orden

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El Santo Diablo conoce la dinámica entre el caos y el orden. Sabe que dándole rigurosidad y orden al caos, realiza su obra, y que luego de entregarla al mundo debe retornar al caos para volver a trabajar en el musgo divino sin orden ni medida. La limpieza y el orden juegan un rol importante en esta dinámica. El Santo Diablo, antes de lanzarse al caos, limpia su espacio, lo arma lo más cómodo posible para adentrarse a la locura inicial. Así se lanza, explorando su profundidad, para darle orden y formar a su obra. Como consecuencia, la limpieza desaparece y se manifiesta en caos en el hogar. Al notar esto, el Santo Diablo vuelve a darle limpieza y orden a su hogar. Esto le funciona como cable a tierra, como mantra de relajación y distensión. d

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Mejorar

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Mejorar es parte del proceso de aprendizaje del Ser, de la experiencia de vínculos y relaciones y de práctica, realizando la obra. La mejora surge naturalmente y progresivamente a medida que el Ser avanza en su obrar. Mejorar es el resultado del avance en la experiencia, trasladada al conocimiento. Fortalece al cuerpo, llena los corazones de amor, vacía la mente, satisface deseos y cubre necesidades. Al mejorar el Ser transforma vicios en virtudes. Con el mejoramiento, el Ser purifica su alimentación, respiración y salud. El que mejora hace uso de su tiempo para realizarse. El Santo Diablo se dedica a realizar su obra, realizar sus relaciones y realizar su Ser. Como resultado de esta dedicación, avanza mejorando continuamente. Elimina hábitos dañinos, pensamientos dañinos, palabras dañinas, alimentos dañinos, obras dañinas y compañías dañinas. Cultiva materia reproductiva. Habla poco, escucha mucho, le da uso a su tiempo, cultiva virtudes y experiencias, sirve, llena el corazón de amor, da sin medir, recibe agradecido, vacía su mente, aprende de todos, satisface sus deseos y distingue la presencia divina en toda la manifestación. Avanza mejorando. d

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Paciencia

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La mente es dispersa y a ésta le cuesta concentrarse; su naturaleza es volátil y caótica, y sin orden, es la profunda locura. La contracara de la actividad mental es el vacío mental, la concentración y la meditación. La paciencia se encuentra cuando el Ser canaliza su poder mental hacia el vacío. El Santo Diablo sabe que no es la mente, que él es más que la mente. Puede elegir canalizar la energía mental hacia la agitación como también hacia la calma. Él domina la mente. Cuando lo quiere, es paciente. Transitar la paciencia y el silencio le enseña a actuar en el momento justo, sin realizar actos innecesarios. La paciencia le ayuda a controlar su temperamento, sublimar la ansiedad, tolerar la adversidad y aprender de ella. La paciencia lo ayuda a avanzar. La paciencia es una virtud necesaria para realizar su obra, para realizar sus vínculos y para realizar su Ser. No hay resultado que pueda surgir en el mismo instante en que se acciona; en el mundo manifestado el tiempo es progresivo, la paciencia le enseña a respetar el tiempo de lo que hay. No se planta una semilla y en el mismo instante la planta brota y crece; es un proceso natural que toma su tiempo. El Santo Diablo sabe que todo le llega a quien sabe esperar. Su paciencia se relaciona con la aceptación. Acepta que cada cosa tiene su tiempo, que existen los tiempos de uno mismo, los tiempos

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del otro, los tiempos de la obra, de la naturaleza, de las relaciones y de cada circunstancia. El Santo Diablo distingue entre sus fantasías y los hechos, imagina y desea, hace y realiza, todo con paciencia. Sabe que la vida está hecha de tiempo y que respetando el tiempo respeta la vida. Gracias a la paciencia, el Santo Diablo es difícilmente provocado y no se perturba siquiera por las circunstancias adversas. Su paciencia mantiene su calma. Con paciencia hace y ejecuta, realizando su obra. Con paciencia desarrolla su poder de voluntad y descubre el silencio. Con paciencia realiza sus deseos.

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Perseverancia

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La persever ancia es una gr an compañer a de la paciencia. Ambas logran que el Ser se realice. Con estas dos cualidades el Ser puede llegar al vacío mental, a llenar su corazón, a satisfacer su creatividad y cubrir sus necesidades. La perseverancia calma la mente. La perseverancia atraviesa las dificultades y adversidades. Con paciencia y perseverancia el Ser desarrolla la concentración, y desde allí se dirige directamente a manifestar el milagro. El Ser con paciencia y perseverancia conquista su temperamento y marcha con coraje. La perseverancia es la continua aplicación a cualquier actividad que el Ser haya comenzado. La perseverancia es clave para realizar. Es la que guía al esfuerzo y al poder del emprendimiento. El Ser perseverante realiza lo que él quiera realizar. El Ser perseverante no se detiene luego de una falla, la utiliza para potenciarse y aprender. Este Ser aprende de sus errores y realiza lo buscado. El Santo Diablo sabe que con perseverancia puede llevar a cabo lo que desee en este mundo. Se aplica en su obra con perseverancia. Avanza con resolución y esfuerzo. Supera los límites, fortalece su Ser, atraviesa obstáculos. Cuando comienza su obra, no se detiene hasta realizarla. d

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Insistencia

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La insistencia es lo opuesto a la timidez. El Ser que insiste abandona la posibilidad de que el miedo lo detenga, se lanza a la aventura y activa su accionar. La insistencia atraviesa corazones enjaulados y logra las relaciones. La insistencia impulsa la obra más allá de su estado presente. El Ser que insiste crea su propia obra. El Santo Diablo insiste. Tiene una naturaleza alegre y jovial, se puede mezclar con el otro, sabe cómo adaptarse, e insiste en su accionar. d

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Compañía

El Santo Diablo considera con quién compartir sus ambientes y con quién no. Sabe que se encuentra abierto a recibir permanentemente influencias. Es por eso que elige rodearse de seres que lo acompañen en su obrar y a los que él pueda acompañar en sus obras, creando así un compartir de seres en realización. Sabe que la compañía pasa a formar parte de su experiencia vital.

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Voluntad

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El poder de voluntad es el poder del Ser de aplicar su intención en acción. Es la capacidad de domar y canalizar la fuerza interior y el movimiento universal en una dirección elegida. Es el poder de canalizar los pensamientos, emociones, deseos y necesidades hacia una dirección. Es el motor que pone en movimiento al universo. Es la capacidad de determinar y actuar deliberadamente, orientando el cuerpo y la mente hacia una dirección. La voluntad es de tiempo indefinido, su permanencia dura tanto como el Ser la mantenga. Es el poder de la mente sobre el actuar. El Ser que domina su voluntad tiene el poder de accionar su deseo. El Santo Diablo desarrolla su poder de voluntad a través de la atención, la fortaleza, la concentración, la paciencia, la adversidad, el carácter, el coraje, el interés, la tenacidad, la perseverancia, la confianza y la fe. d

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Resolución

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La resolución es el poder de concretar y darle fin a una acción. Es resolver. Se encuentra íntimamente relacionada con la determinación. El Ser que obra con el poder de resolución termina lo que empieza y resuelve lo que hace. Es quien manifiesta su accionar a través de su obra. Es quien tiene la capacidad de cerrar un ciclo. El Santo Diablo resuelve. Domina el poder de resolución, sabe que es necesario resolver para volver a empezar algo nuevo, sabe que su obra es un constante devenir y que es necesario tener y dejar partir. Negarse a resolver implicaría un miedo manifestado a la muerte, porque resolver supone dejar morir algo, dejarlo ir, pasar a la etapa siguiente. El Santo Diablo posee la determinación y fuerza suficientes para resolver lo que realiza. Su voluntad trasciende los miedos. Con coraje, perseverancia, fortaleza y un gran corazón, el Santo Diablo resuelve lo que se propone. d

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Camino de la obra

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Comienza tomando la energía de la locura, de la raíz caótica, de las profundidades del Ser. A partir de ello, se lanza hacia la acción, plantea las opciones para elegir, un menú de posibilidades. Elige y se dedica a estudiar y gestar, a cultivarse en el estudio de la obra. El Ser se lanza hacia el mundo a actuar, sin planes específicos hace, realiza y llega hasta una prosperidad material. Es cuando se da cuenta de que necesita más que eso, falta algo; asoma la cabeza más allá de sus horizontes conocidos y ve nuevas posibilidades en la extensión de su obra sobre un camino virgen. Aprende de maestros nuevos y vuelve a accionar; para encontrarse vuelve a hacer lo que quiere, obrar como le gusta y abrirse de corazón. Su acción en el mundo se vuelve precisa: avanza para conquistar y cuando lo logra, se establece en un estado de perfección en la materia, con la mente vacía, el corazón lleno de amor y su creatividad en acción. Entonces decide resolver, entregarle al mundo toda su obra y revolucionar su existencia. Avanza sin saber hacia dónde va, se aísla del mundo y llega a un estadio de renacimiento. Vuelve al mundo de la acción desde otro sitio. Esta vez domina su lado más salvaje y profundo, actúa desde su fuerza interior. Se vacía de todo lo innecesario y elimina absolutamente todo lo que no va, vuelve a la profundidad de su Ser para redescubrir su raíz. Entonces se

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sumerge en la comunicación de sus centros, su mente se relaciona con su corazón, su sexo con su cuerpo, su mente con su sexo, su corazón con su cuerpo, su mente con su cuerpo, y su sexo con su corazón. Se ve de frente y reconoce sus pulsiones naturales, sus deseos más profundos, festeja la existencia, transforma el movimiento del universo en su danza, actúa siguiendo su intuición, realiza su obra, la espiritualiza, se la entrega al mundo, se realiza.

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QUINTA PARTE

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Ser presente, espiritualizar la materia que obra, actuar como puente de lo divino, recepción de intuición, una bendición en sus relaciones y la dicha de existir en acción.

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LA SANTIDAD DIABÓLICA

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a Santidad Diabólica» es la última parte de Santo Diablo. Se ha guiado al estudiante iniciado a dejar de No ser para pasar a Ser, a reconocer su inconsciente y dominar sus vicios, a reconocer la existencia del otro y a realizar su obra. Ahora viene, entregarse al misterio, a la «santidad diabólica».

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Alegría

La alegría es el estado de conexión del Ser con su esencia emocional, un corazón lleno de amor que da. El Ser alegre es consciente de la permanente presencia de la dicha en toda la manifestación. El Santo Diablo se ve como un reflejo de lo divino, al igual que ve al otro así y a su obra. Su alegría reside en la eterna conexión que existe entre cada parte y la totalidad.

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Amor

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La plenitud emocional se encuentra cuando el corazón se llena de amor. Un amor incondicional que tiene como raíz la presencia de la devoción divina y como fuerza la acción de dar. El amor es lo que sublima el miedo al vacío. Todo Ser tiene el derecho natural de amar y ser amado. El amor es la viva esencia manifestada que sostiene al Santo Diablo. El amor cura. Se refleja en la dulzura de su obrar, en el placer de existir, en la dicha de Ser. Lo siente en cada respiración. El amor lo inspira, lo conduce. El amor no razona, el amor da. El amor no mide; el amor ayuda, sirve, alegra, perdona. El amor es el divino elixir que sostiene la manifestación. El Santo Diablo se despierta con amor, se duerme con amor, vive con amor, sueña con amor, se mueve con amor, piensa con amor, se alimenta con amor, respira con amor, habla con amor, escribe con amor, camina con amor, da con amor, recibe con amor. Su cuerpo avanza manifestando un corazón lleno de amor. d

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Paz

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La paz es un estado esencial del Santo Diablo. Cuando su mente se vacía, encuentra la paz inclusive en las mayores tormentas. Cuando la creatividad está satisfecha, encuentra la paz en todas las obras. Cuando sus emociones están llenas de amor, encuentra la paz en toda vinculación. Cuando conecta su mente con su cuerpo, encuentra la paz en toda acción. En su paz reside su calma, armonía, reposo y descanso. La paz proviene del silencio y del vacío, del amor y del dar, de la satisfacción y del obrar, del compartir y del tocar. d

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Intuición

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La intuición es el contacto directo con el conocimiento que se encuentra más allá de la razón. Aquí no existe razonamiento. La intuición se encuentra donde la lógica no puede llegar. Es el llamado que contesta todas las dudas. Mientras la mente trabaja en el espacio y el tiempo, la intuición proviene de un lugar donde no hay lugar y de un tiempo cuando no hay tiempo. La intuición es la conexión directa que el Santo Diablo tiene con la esencia. Es un susurro del conocimiento no manifestado que lo guía y siempre es su aliado. La intuición es el gran poder indescriptible. Es la guía del alma que surge espontáneamente. Se manifiesta como experiencias inexplicables y acertadas corazonadas. La intuición no duda, es clara y va más allá de la relatividad. No es una sensación, es un mensaje directo y claro que proviene de la raíz de todos los conocimientos. Se percibe instantáneamente como un puente desde la divinidad. d

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Pureza

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Existe una parte del Ser, pura, virgen, ausente de trazos y manifestada. El Santo Diablo sabe que posee una parte pura en su Ser, libre de tendencias, pensamientos, emociones, ideas y necesidades, que sabe que no puede alcanzar, a pesar de que está presente en él. Esta pureza en él es la que purifica su actuar, es el puente entre lo no manifestado y lo manifestado. Es el jardín privado que mantiene el Santo Diablo en el interior de su Ser. d

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Renuncia

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Existe un punto de inflexión en la rigidez del Ser al que se accede a través de la renuncia. Esto sucede cuando se avanza hacia una nueva etapa en el avance, cuando hay que dejar ir lo viejo para darle entrada a lo nuevo, sea en la vida material, como también en la sexual, en la creativa, en la emocional y en la intelectual. El Santo Diablo avanza y se transforma. Para ello necesita de la renuncia, para poder entrar a la próxima etapa, para liberarse de pensamientos antiguos, de emociones caducas, de deseos degradados, de necesidades absurdas. Toda etapa pasada debe morir para que nazca la nueva, y cada nacimiento es un devenir que incluye la experiencia pasada. La renuncia es ese puente entre etapas. d

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Silencio

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Donde el silencio se encuentra, el vacío hace su presencia. En el silencio, el Santo Diablo puede escucharse, verse, encontrarse, encontrar al otro y sentir. Acudir al silencio es la herramienta que utiliza el Ser para descubrirse y descubrir el mundo. En el silencio se recarga energía, el Ser se refresca y se funde en el vacío. Si se utiliza el silencio, la acción posterior será precisa. A veces el silencio de afuera encuentra los gritos de adentro, es entonces que el Santo Diablo utiliza el silencio exterior para investigar el sonido interior. El silencio es un recurso que siempre tiene a la mano para su obra, para su Ser, para sus relaciones. El Santo Diablo establece constantemente relaciones con el silencio, lo investiga y le permite al silencio descubrirse a sí mismo. d

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El poder de las palabras

Las palabras tienen poder sobre la materia. Son capaces de afectarla y modificarla. El Santo Diablo, que conoce esto, utiliza sus palabras conscientemente. Sabe que si dice algo, esto lo reproducirá. Es entonces que dice palabras que lo impulsen a sí mismo y al otro, a realizar su obra, sus relaciones y su Ser.

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Respiración

La respiración es el puente entre el cuerpo terrestre y el cuerpo astral del Ser. El Santo Diablo utiliza la respiración como cura natural y espontánea. Para armonizarse y para concentrarse utiliza la respiración. Sabe que existe una relación directa entre su frecuencia y calidad respiratoria con su estado mental, emocional, físico y sexual.

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Ojos

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Los ojos del Santo Diablo son ventanas a su alma. Los ojos reflejan los pensamientos cuando la mente no está vacía, las emociones cuando el corazón no está en amor, los deseos cuando el sexo no está satisfecho, las necesidades cuando el cuerpo no tiene lo que necesita. Cuando las necesidades están cubiertas, cuando el sexo está satisfecho, cuando el corazón vive en amor, cuando la mente está vacía, entonces los ojos reflejan el alma del Ser sin filtros. d

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Alimentación

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Uno de los sostenes del cuerpo es la alimentación. El alimento se relaciona con la materia, tanto sutil como densa. El cuerpo terrestre de la comida alimenta al cuerpo físico del Ser; el cuerpo astral de la comida alimenta al cuerpo sutil del Ser. El Santo Diablo se alimenta del Sol, su estrella astral. Metaboliza el Sol a través de los ojos mirándolo directamente. Si no logra satisfacerse, entonces acude a alimentos vegetarianos, toda planta que lo haya metabolizado directamente (a través de la fotosíntesis). Su siguiente recurso, no tan amable, es comer animales que comen las plantas que comieron el Sol; así recibe la energía de su alimento de tercera mano. Como último recurso, acude a comer a un animal carnívoro; comer al animal que comió al animal que se comió la planta que se comió al Sol. Todo lo que come el Ser con sus ojos, olfato, oídos y tacto es comida. Lo que piensa y siente también lo alimenta. Las características de lo que se come corresponden a los alimentos, no al Ser. El Ser se transforma en lo que come, el alimento pasa a formar parte de su cuerpo físico y astral. Los alimentos densos que se comen se transforman en carne, sangre y respiración. Los líquidos que se beben se transforman en

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orina, sangre y respiración. La temperatura de los alimentos va a la sangre, la médula y la voz. La energía es la esencia del alimento, la mente es la esencia de la energía, el conocimiento es la esencia de la mente, la dicha es la esencia del conocimiento. Por eso, si el Ser come un alimento que ha bendecido le hará mejor a su cuerpo que si come un alimento sin bendecir. Un buen alimento es medicina, un mal alimento es veneno. Con alimento impuro la mente se vuelve impura. Al cuerpo hay que darle lo que necesita, ni más ni menos.

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Perdón

El perdón es divino. El Santo Diablo es permanentemente agradecido y su perdón no le pertenece. Perdón es el puente con la divinidad. Perdón es comunión.

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Libertad

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La libertad es el derecho y la responsabilidad del Ser de desarrollar sus pulsiones naturales. El Ser tiene derecho a conocer, a ver, a hablar, a amar y ser amado, a hacer, a sentir y a tener. El Santo Diablo sabe que la salud, paz y alegría que realice dependerán del grado de libertad que tenga al efectuar su obra, sus relaciones y su Ser. La libertad es implícita del Ser: nadie se la da, no la obtiene, sino que nace libre. Su libertad no depende de circunstancias ajenas, sino de sí mismo. El Santo Diablo no inutiliza su libertad por miedos, se enfrenta continuamente con su oscuridad y avanza con fortaleza libre al actuar. Su libertad no depende de circunstancias externas, es su raíz interior. d

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Manifestación

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La manifestación es la expresión de la esencia. Todo lo que se manifiesta es un reflejo de lo no manifestado. La manifestación en la que existimos cumple con leyes de tiempo, espacio, dualidad y karma (acción reacción). La ley del tiempo dice que éste siempre avanza y funciona en forma progresiva. La ley del espacio dice que todo lo manifestado ocupa un espacio. La ley de la dualidad dice que por cada polaridad existe una opuesta (luz-oscuridad, tierracielo, hombre-mujer, etcétera). La ley del karma dice que por cada acción existe una reacción de igual magnitud, en dirección similar u opuesta. La manifestación es abundante, en ella la escasez no existe. Todo lo manifestado se renueva y se transforma, pasando por un ciclo de cinco etapas: nacimiento, crecimiento, cambio, decrecimiento y muerte. Lo que muere vuelve a nacer guiado por su ciclo de deseos no satisfechos, acciones no resueltas y apegos. La ilusión dinámica manifestada (confusión o velo), es algo que surge por la existencia de la ley de la dualidad. En lo no manifestado, la esencia es única y no hay alternativas más que la absoluta Verdad. En lo manifestado, nos encontramos con la separación e identificación; el ser ve el mundo distinto a su Ser interior, reconoce al mundo a través de

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su Ser, pero se separa del mundo por la idea individual del Yo. Cuando surge la manifestación, el Ser se adentra en la separación. Lo manifestado es único en cada individualidad, infinitas posibilidades generan la inexistencia de dos experiencias idénticas. La manifestación es dinámica, cambia constantemente, el microcosmos y el macrocosmos se encuentran permanentemente en actividad, transformación y reflejo. Ningún color es el mismo para dos ojos, ningún sonido es el mismo para dos oídos, ningún gusto es el mismo para dos paladares, ningún olor es el mismo para dos narices, ninguna superficie se siente igual para dos tactos. Todo lo manifestado es la cara visible de lo no manifestado, de la esencia absoluta, eterna, sagrada y divina. La esencia no manifestada es un gozo eterno, infinito y absoluto. Todo lo manifestado es proyección de lo no manifestado. La tierra, el agua, el aire y el fuego son parte de lo manifestado. Lo manifestado es tan sagrado como lo no manifestado, pero no se suele distinguir así por la ley de la dualidad que genera la dinámica que hace al hombre crear la moral, lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo, la felicidad y la tristeza. Todo lo fenoménico forma parte de lo manifestado. En la manifestación aparecen los elementos sutiles y densos, del campo terrestre y astral. Los elementos astrales son la inteligencia, el ego, la emoción, la mente, los elementos del conocimiento (la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto), los elementos de la acción (procrear, excretar, hablar, caminar y efectuar manualidades) y los elementos de energía vital (cristalización, asimilación, eliminación, metabolización y circulación). Tanto los astrales como los físicos forman parte de la manifestación, se condensan mediante fuerzas vibratorias sutiles y densas, comenzando por la parte

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sutil para finalizar en la parte densa. Es por ello que se dice que la mente crea el cuerpo, el campo astral es quien crea al campo físico. La dualidad está siempre presente en la manifestación, por ello los seres humanos se encuentran limitados en lo tridimensional o unidimensional. Lo visible son fuerzas canalizadas en una dirección particular manifestándose desde lo sutil a lo denso. La separación genera esto, nace un ser humano, nace una planta, nace una piedra, nace un planeta, nace una estrella. Mientras, toda la manifestación pertenece a la misma esencia. La esencia es infinita, eterna, absoluta; en su no visión residen todas las imágenes, en su silencio residen todos los sonidos, en su consciencia residen todos los conocimientos, en su inmortalidad reside toda la mortalidad. En la inmortalidad de la esencia residen todas las mortalidades. La dualidad le da el espacio al nacimiento del karma. En lo no manifestado, la causa y el efecto son parte de lo mismo en el mismo instante. El movimiento sólo es posible cuando hay espacio y tiempo para los cambios. En lo no manifestado desaparece el espacio y el tiempo, no hay movimiento porque no hay a dónde ir, ya se está en todas partes, las que forman parte de la única y absoluta parte, el todo. Cuando aparece espacio y tiempo para el movimiento, aparece la acción y reacción. Las variedades son parte de lo manifestado. La multiplicidad es parte de lo manifestado. La individualidad generada por lo manifestado es inseparable de la existencia. La individualidad es la que se piensa y es pensada. Es la que acciona y es accionada. La individualidad busca relacionarse con el mundo porque tiene la palpitación de la unión esencial, el llamado de lo sagrado donde desaparece la separación. El Ser individual no puede estar quieto porque forma parte de la manifestación, que es dinámica y siempre está en transformación.

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Las enfermedades aparecen sólo en la manifestación, cuando la mente (la sutileza extrema) que domina a las partes más densas de lo manifestado, intenta generar quietud, reprimiendo o prohibiendo. Los elementos manifestados viven en movimiento. El Ser refleja la alegría y dicha de Ser cuando se mueve. Toda acción es transformación. Lo eterno debe ser absoluto, estar completamente fusionado con el Ser, desaparecer como manifestado y Ser la esencia. En lo manifestado hay un aquí y un allá, hay un ahora, un antes y un después. La ley de causa y efecto, de acción y reacción, del karma, sólo existe porque hay manifestación y dualidad; en lo no manifestado no hay dualidad, entonces no puede haber una causa y un efecto. En lo manifestado aparecen los fenómenos de repulsión y atracción, los polos negativo y positivo, y las polaridades. Esto sucede a partir de la dualidad y la ley del karma. Todo lo manifestado siente. Una caricia sensibiliza y calma a cualquier materia manifestada. Desde el microcosmos al macrocosmos. Un átomo es un sistema solar en miniatura. El tiempo es relativo al período de vida del fenómeno manifestado. d

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Karma

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La ley del karma es la ley de la acción y reacción o causa y efecto. Surge directamente como resultado de la dualidad en la manifestación. La ley de causa y efecto pone en escena el devenir permanente de las acciones del Ser, sean pensamientos, palabras o actos físicos. El Ser modela su camino accionando y reaccionando. Lo que el Ser hace repercute en el ambiente y lo que sucede en el ambiente repercute en el ser. El karma es la ley divina de causa y efecto, todo genera algo y ese algo genera otro algo. d

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Sueño manifestado

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En el estado de sueño liviano hay presencia mental y no hay consciencia de la existencia del cuerpo físico. En el estado de sueño profundo no hay consciencia de la existencia del cuerpo físico ni astral pero sí hay presencia espiritual. Los sueños que el Ser recuerda provienen del sueño liviano. El sueño profundo no tiene actividad mental: no hay sueño, se funde en la esencia. La esencia y el alma existen en todos los estados y acompañan al Ser en su existencia. Tanto en el estado despierto como en el estado dormido la separación continúa, uno percibe los objetos separados del sujeto. No sucede así en el sueño profundo, en éste desaparecen el sujeto y el objeto. El sueño manifestado necesita de la dualidad, sin la dualidad no habría percepción. Tanto en el estado despierto como el estado dormido hay percepción. Los deseos son los que movilizan ambos estados. Tanto el estado dormido como el despierto tienen un principio y un fin, son dinámicos y cambian los objetos percibidos. Dormir es una de las principales actividades que sostiene la vida manifestada del Ser. Posee un efecto rejuvenecedor y proveedor de energía. El cuerpo se olvida al dormir. El Ser entra en un estado meditativo. Es un ritual espiritual enriquecedor de energía. d

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Energías manifestadas

Hay tres tipos de energías manifestadas: la sátvica, de luz y pureza; la rajásica, de actividad y pasión; y la tamásica, de oscuridad e inercia. Todo lo manifestado interactúa entre estos tres tipos de energía.

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Elementos manifestados

El orden de lo más denso a lo más sutil es: tierra, agua, fuego, aire, éter, mente. El agua es más sutil que la tierra. El fuego es más sutil que el agua. El aire es más sutil que el fuego. El éter atraviesa los otros cuatro elementos. La mente es más sutil aún y es capaz de dominar todos los elementos, por ello el control mental puede manifestar milagros modificando elementos manifestados.

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La raíz del sufrimiento

La raíz del sufrimiento es la ignorancia. La ignorancia proviene de la falta de consciencia. La falta de consciencia proviene del egoísmo. El egoísmo proviene del olvido del amor. El olvido del amor es una orden de la mente que sucede cuando se reprime al Ser. La represión del Ser es No ser. La raíz del sufrimiento es No ser.

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Muerte

La muerte es una transformación del cuerpo físico. Es indispensable del ciclo de existencia, una condición natural de la manifestación. Todo lo manifestado densamente nace, crece, cambia, decrece y muere.

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Verdad

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La Verdad es impronunciable e indescriptible mediante palabras. Pronunciarla sería algo tan fuerte que haría volver al Ser a su raíz eterna y no manifestada. La Verdad es la esencia divina, la que sostiene la dicha de Ser. La Verdad es simple. El intelecto, al intentar explicarla, se distrae en la complejidad. Sin embargo, lo más sublime es lo más simple. La Verdad es absoluta y eterna. Se encuentra a disposición de todos y no se puede esconder. Persiste siempre. Toda mentira no hace más que acercar a la Verdad, la mentira es una sombra de la Verdad. La Verdad es pública, está disponible para todos, no se puede esconder. La Verdad persiste y es expresada inclusive en las mentiras más extremas. La Verdad es absoluta. El Ser puede acercarse pero no logra expresar la Verdad. Lo infinito se susurra con lo finito. La Verdad no se puede oír, pronunciar, oler, observar ni tocar. La verdad es más científica que la ciencia y más mística que las religiones. Es la mayor de las perfecciones, eterna, inmortal y real. Con cada suspiro, el Ser susurra la Verdad. La Verdad existió en el pasado, existe en el presente y existirá en el futuro. La Verdad es el origen y destino, está en el nacimiento, en la manutención y en la muerte. La Verdad es lo que mueve al mundo. Todo depende de la Verdad, que es inmutable, eterna e invariante. La Verdad se debe

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a la Verdad. No tiene límites de espacio o tiempo. No hay miedo en la Verdad. Las preguntas se desvanecen en la Verdad.

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Introspección

A través de la introspección, el Santo Diablo estudia su Ser. Revisa sus pensamientos, sus deseos, sus emociones y sus necesidades. La introspección es el viaje hacia uno mismo. Para descubrir el universo entero basta con descubrirse a uno. El Yo entra en sí para descubrir el Ser.

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Ser Consciencia Dicha

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Definir con palabras la respuesta a la pregunta ¿quién soy yo? es imposible. Lo más cercano a realizar es decir Sat Chit Anada, tres palabras en sánscrito que significan: Ser Consciencia Dicha. Más allá de todo lo que no es, se encuentra lo que es, el verdadero Ser. Más allá de toda ilusión, se encuentra la consciencia. Más allá de todo sufrimiento, se encuentra la dicha. Ser la existencia, el conocimiento y la bendición. d

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Fe

La fe es creer. La divina revelación se encuentra. La fe es la raíz de la religiosidad, el fundamento del poder. Los milagros funcionan a través de la fe.

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Devoción

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La devoción es la invitación a la eternidad, un agradecimiento continuo, la alegría misma de la existencia danzando en los actos del Ser. La devoción es agradecer y festejar. El Ser agradece con cada respiración, con cada latido de su corazón, con cada pensamiento, con cada palabra y con cada acto. La devoción fortalece y bendice. Es el templo interno donde uno expresa su agradecimiento. La devoción es el refugio sagrado del Ser. d

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Esencia

La esencia es la inteligencia creadora, el poder que le da vida, manutención y muerte a toda la manifestación. Es el amor que habita en los corazones, el vacío que calma la mente, el orgasmo de placer al deseo, la satisfacción de todas las necesidades. Es la fuente inagotable. Es el todo. Absoluto, eterno, infinito, divino, sagrado, bendito.

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EPÍLOGO

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as leído Santo Diablo. Ahora es turno de abandonar este libro y lanzarte hacia tu realización. Ninguna de estas palabras es la verdad. Ellas funcionan como guiños. Son experiencias de otros acumuladas en un manual iniciático. Son útiles como inspiración, no más que eso. Lo que importa son tus experiencias. Lánzate al mundo a obrar, a compartir y a vivir. Desarrolla tu Ser. Realízate.  •

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Índice

Prólogo .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 7

La causa del nombre .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 9

Sobre Santo Diablo .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 13

PRIMERA PARTE

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EL SER .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 19 Autenticidad , 20; Carácter, 22; Integridad , 24; Dominio, 25; Optimismo, 29; Calma , 38

SEGUNDA PARTE

LOS VICIOS .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 41 Miedo, 42;

Odio, 44;

Ansiedad , 45;

Apego, 47;

Enojo, 50; Envidia , 51; Celos , 52; Fanatismo, 54; Arrepentimiento, 55; Culpa , 56; Derroche, 60; Cobardía , 61;

Depresión , 63; Pesimismo, 65; Irritabilidad , 67; Venganza , 68; Preocupación , 69; Descuido, inconstancia,

vagancia y postergación , 72; Distorsión , 74; Egoísmo, 75;

Incredulidad , 77; Indecisión y vacilación , 78; Inferiori-

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dad , 80; Obstinación , 81; Simulación , 82; Sospecha , 83; Timidez , 84; Pasión , 85; Violencia , 86

TERCERA PARTE

LAS RELACIONES .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 89 Comportamiento, 90;

Deseo, 91;

Expectativas , 93;

Amistad , 95; Adaptabilidad , 96; Hospitalidad , 99; Simpleza , 104; Tacto, 105; Tolerancia , 106; Discriminación positiva , 108; Magnanimidad , 111

CUARTA PARTE

LA OBRA .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 117 Confianza , 120;

Iniciativa , 121;

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Adversidad , 118;

Coraje, 122; Emulación , 123; Determinación , 124; Aspiración , 125; Entusiasmo, 126; Aplicación , 129; Regulari-

dad , 130; Deber, 133; Estado de alerta , 134; Fortaleza , 135;

Industrialidad , 136; Ingenio, 137; Inspiración , 138; Mejorar, 140;

Paciencia , 141;

Perseverancia , 143;

Insisten-

cia , 144; Compañía , 145; Voluntad , 146; Resolución , 147;

Camino de la obra , 148

QUINTA PARTE

LA SANTIDAD DIABÓLICA .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 153 Alegría , 154;

Amor, 155;

Paz , 156;

Intuición , 157;

Pureza , 158; Renuncia , 159; Silencio, 160; El poder de las palabras , 161; Respiración , 162; Ojos , 163; Alimenta-

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ción , 164; Perdón , 166; Libertad , 167; Manifestación , 168;

Karma , 172; Sueño manifestado, 173; Energías manifestadas , 174; Elementos manifestados , 175; La raíz del

sufrimiento, 176; Muerte, 177; Verdad , 178; Introspec-

ción , 180; Ser Consciencia Dicha , 181; Fe, 182; Devoción , 183; Esencia , 184

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EPÍLOGO .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 185

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Santo Diablo, de Leandro Taub se terminó de imprimir y encuadernar en julio de 2012 en Quad/Graphics Querétaro, S. A. de C. V. lote 37, fraccionamiento Agro-Industrial La Cruz Villa del Marqués  qt-76240

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