Salmo 119

Salmo 119:9-16 Los Salmos, Proverbios y Eclesiastés sean probablemente los libros de la biblia más conocidos por el públ

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Salmo 119:9-16 Los Salmos, Proverbios y Eclesiastés sean probablemente los libros de la biblia más conocidos por el público en general, hay quienes leen el libro de Proverbios mensualmente, pues este tiene 31 capítulos y se puede leer un capítulo diariamente, hay quienes se deleitan en el conocimiento de Eclesiastés, otros tienen la costumbre de recitar Salmos, incluso hay hogares con la biblia abierta en un salmo en específico, sin embargo, la lectura o consulta de estos libros puede ser mera religiosidad, así como también hay personas que consultan de igual forma los proverbios chinos. Para el día de hoy según el calendario que estamos siguiendo toca el salmo 119, (uno de los más conocidos por ser el más largo) escrito por David, tiene la particularidad de incluir las veintidós letras del alfabeto hebreo. Tiene 176 versículos. Es un salmo poético que pasa por todo el alfabeto hebreo en unidades de ocho versículos cada una. Veintidós veces ocho, hacen 176. El alfabeto hebreo empieza por la letra, Alef, y termina con la letra, Tav. En Apocalipsis 22:13, Jesús dijo estas palabras según está escrito: “Yo soy el Alfa y Omega, el principio y el fin, el primero y el último.” El Alfa y Omega son la primera y última letras del alfabeto griego. La manera en que esto se diría en hebreo es “Yo soy Alef y Tav.”. ¡Estos poemas "acrósticos" ocurren 13 veces en la Biblia Hebrea! (o 14 veces si contamos Nahúm 2-8): Salmos 9-10 111 Lam. 1 (c/ letra 3x) Prov. 31: 10-31 25 112 2 ¿Nahúm 2-8? 34 119 (c/ letra 8x) 3 37 145 (¿falta Nun?; ver la LXX) 4 Cada versículo del Salmo 119:1-8, empieza por la primera letra de la lengua hebrea, la Alef. Cada versículo en el Salmo 119:9-16, empieza por la segunda letra de la lengua hebrea, la Bet. Cada versículo en el Salmo 119:17-24, empieza por la tercera letra del alfabeto hebreo, laGuímel. Este modelo se repite por todo el alfabeto hebreo hasta el final del Salmo. El día de hoy nos ocupa la segunda consonante del alfabeto hebreo que es bet, su equivalente en castellano es la letra b. Bet. 9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra 10 Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. 11 En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti. 12 ¡Bendito seas tú, oh SEÑOR! Enséñame tus leyes.

13 Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. 14 Me he gozado en el camino de tus testimonios más que sobre toda riqueza. 15 En tus ordenanzas meditaré; consideraré tus caminos. 16 Me deleitaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras. (RVA 2015). Bet es una preposición que significa “en”, y es la primera letra que aparece en la Biblia Hebrea. En hebreo varias preposiciones se unen a la palabra siguiente. Así en Gen. 1:1 “En-(el)-principio / creó / Dios: Be-resit bara‫ י‬Elohim. En el salmo 119:9-16 siete de los ocho vs. Comienzan con Bet usado como la preposición Be. En los vs. 11, 14, 15, 16. Se traduce “en” (véase la traducción literal). Pero en los vs. 9, 10 y 13 se traduce “con” (RVA 2015). En el versículo 9 nos encontramos una pregunta práctica para los jóvenes, sin embargo, es una pregunta para todos, ¿Con qué? “¿De qué manera?” El problema es externo (limpiar nuestro camino) v9, pero la respuesta es interna (con guardar tu palabra) v10-16 nos dice cuáles son los pasos para ello, y ¿cuál es el primero? Mateo 6:33a guarda correlación con el versículo 9 del salmo, Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia. 10 Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. Con todo mi corazón, indica la sinceridad y ahínco con que uno debe buscar a Dios. Aun después de toda su experiencia con Dios, el salmista muestra una profunda humildad; reconoce su debilidad, pide que Dios le guarde de caer. En primer lugar debo buscar a Dios de todo corazón, aunque el país se esté cayendo a pedazos, o que no tenga trabajo, o alguien de la familia esté enfermo; para no desviarme de las ordenanzas que me ha dejado, y podemos estar seguros de que el Señor atenderá a nuestro llamado, pues como dice en Jeremías 29:13 Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón. (NVI) Mateo 6:31 Así que no se preocupen, preguntándose: “¿Qué vamos a comer?” o “¿Qué vamos a beber?” o “¿Con qué vamos a vestirnos?” (DHH). Si vamos a tener una preocupación que sea la misma que tuvo el salmista, no desviarse de los mandatos del Señor. 11 En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti. El v. 11 enseña una gran verdad: una de las mejores maneras de evitar el pecado es memorizar la Palabra de Dios, probablemente le haya ocurrido que en determinadas situaciones en las que puede hacer lo que no le agrada al Señor recuerde algunos versículos que le hayan persuadido a

actuar como Dios quiere que usted lo haga. Otros pasajes explican los buenos efectos (Prov.2:10– 12; Col. 3:16). Este consejo no es sólo para jóvenes y niños, todo creyente debe estar constantemente memorizando las Escrituras. El corazón repleto de la palabra es el antídoto contra el pecado. 12 ¡Bendito seas tú, oh SEÑOR! Enséñame tus leyes. El v. 12 incluye adoración y petición; las dos indican una actitud de humildad y sujeción a Dios, El que ama a Dios y su Palabra siempre quiere aprender más de él y cómo agradarle. ¡Qué bendición es que Dios mismo nos enseña! ¡Qué bendición poder leer la biblia sin restricciones en nuestro país! ¡Qué bendición vivir en el siglo XXI en el que podemos consultar muchas versiones de la palabra de Dios! 13 Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. 14 Me he gozado en el camino de tus testimonios más que sobre toda riqueza. El que es enseñado (v. 12) ahora, en el v. 13, enseña a otros. Todo lo que el salmista ha dicho resulta en el deseo de compartir con otros lo que Dios dice y hace. Se nota un lindo balance literario en el versículo: con mis labios… de tu boca. Para el que ama a Dios, sus testimonios no son una carga sino un motivo de gozo. Gozarse en la Palabra de Dios es una prueba de que ha echado raíz en su vida. Proverbios habla del valor de las palabras de sabiduría (Prov. 2:1-5; 3:13–15, 16:16). En este tiempo duro debemos hablarles a todos de Dios, de lo que ha hecho en nosotros, no de la crisis o de cómo no nos alcanza el dinero, nuestra esperanza está puesta en Cristo no en que cambien los gobernantes o la situación económica. 15 En tus ordenanzas meditaré; consideraré tus caminos. “Meditar” (v. 15) en la Palabra de Dios requiere tiempo; el compañerismo y comunión con cualquier persona requiere tiempo. Las presiones de la vida moderna y urbana han robado a muchos cristianos del tiempo que deben dedicar a la oración y meditación en la Palabra de Dios. No hay ningún sustituto. “Ningún ejercicio espiritual es más provechoso al alma que la meditación en la Palabra de Dios” (Spurgeon). Es por ello que es de suma importancia la lectura diaria de la palabra de Dios, Salmo 1:1-3 La figura del árbol es bellísima y recuerda que sin Cristo nada podemos hacer, él es la vid y nosotros los pámpanos. Consideraré es del verbo “mirar con cuidado”. Después de meditar en la Palabra, el salmista escrudiña sus caminos. Sólo el que profundiza en la comunión con Dios puede entender sus caminos

Incluso era mandato de Dios para los reyes que meditaran en su palabra para gobernar con sabiduría. Deuteronomio 17:18-20. Hasta este punto, los verbos principales han sido “perfectos de decisión” (“estoy decidido a buscar... guardar... contar... gozar”). Los pensamientos paralelos son ahora volcados en una oración: “Oh, por favor, permíteme meditar... considerar.” Nuestros compromisos deben estar saturados de oración. 16 Me deleitaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras. Me deleitaré… (v. 16). ¡Qué buena manera de terminar la estrofa! Este camino no es aburrido ni pesado, lleva al deleite del espíritu del ser humano, al cumplimiento del propósito por el cual Dios lo creó. Hay un progreso en los vv. 15 y 16: el salmista medita, después mira con cuidado o escudriña; luego se deleita. Se nota cierto paralelo entre el v. 8, que termina la primera estrofa, y éste, que termina la segunda estrofa. Es como aquel que degusta de un buen vino, pero los preceptos de Dios son mucho mejores ¿estamos deleitándonos en la palabra del Señor?