Rosario Guadalupano

Consideremos en este Rosario la Aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac. PRIMERA CONSIDERACIÓN El sá

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Consideremos en este Rosario la Aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac. PRIMERA CONSIDERACIÓN El sábado 9 de diciembre de 1531 se presentó la siempre Virgen María ante un macehual, de nombre Juan Diego, de la siguiente manera: Todavía no esclarecía la mañana, y ya Juan Diego corría presuroso a Misa y al Catecismo. De pronto oyó un canto dulce y sonoro que según dijo, le pareció de muchísimos pajarillos. Alzó la vista y vio en la cima del cerro una nube blanca y resplandeciente; la circundaba un arco iris que se formaba por los rayos de una luminosa claridad que aparecía en medio de la nube. Juan Diego quedó absorto y fuera de sí, como en un suave arrobamiento. Sintió que su corazón explotaba de alborozo; y se preguntó a sí mismo: ¿Qué será esto que oigo y veo? ¿A dónde he sido llevado? ¿O en dónde estoy? ¿Por ventura he sido llevado al paraíso de delicias que nuestros mayores llamaban, origen de la carne, jardín de flores, tierra celestial, oculta a los ojos de los hombres? Reflexión: Seamos transparentes y concordes con nuestros familiares y con nuestros vecinos para que nuestra manera de ser, y de convivir con ellos revelen y anuncien la presencia de nuestra Madre Santísima entre nosotros. Un padre nuestro, 10 Avemarías, un Gloria al Padre y una estrofa de algún canto guadalupano. Segunda consideración.

Estando Juan Diego en aquel arrobamiento, y habiendo cesado el canto de los pajarillos, oyó que le llamaban por su nombre. Era la voz de una mujer, voz dulce y delicada, que salía de los resplandores de la nube diciéndole que se acercara. Juan Diego, como atraído por un imán, subió corriendo la cuestecilla y, ya de cerca, vio en medio de aquella claridad una joven y preciosísima Señora, cuyo ropaje brillaba tanto, que al herir sus resplandores los toscos peñascos del cerro, le parecieron piedras preciosas, labradas y transparentes. Asimismo, las hojas de los arbustos y las pencas de los nopales, pequeños y desmedrados por la resequedad del lugar, le parecieron manojos de finísimas esmeraldas. Los troncos, las ramas y las espinas le parecieron oro bruñido y reluciente. Hasta el suelo le pareció de jaspe matizado de infinito y hermosos colores. Reflexión: Del barro fuimos formados, pero los rayos de la gracia nos transforman y elevan hasta los confines de divinidad. Un padre nuestro, 10 Avemarías, un Gloria al Padre y una estrofa de algún canto guadalupano. Tercerea consideración. Aquella preciosísima Señora, de rasgos mexicanos, y con semblante dulce y apacible, en el idioma de Juan Diego, le dijo: “Hijo mío, muy querido Juanito, a quien amo tiernamente como a pequeñito y delicado, ¿a dónde vas?”. Juan Diego le contesto:

“Voy a Tlatelolco; voy a oír la Misa que los ministros y súbditos de Dios nos ofrecen”. Ella le dijo: “Hijo mío, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, autor de la vida, Creador de todo, y Señor del cielo y de la tierra, que está en todas partes”. Reflexión: Nuestro santo hermano Juan Diego fue hallado digno de ver aquí en la tierra a nuestra Madre Santísima. Seamos también nosotros buenos cristianos para merecer de Ella su maternal asistencia en la hora de la muerte, e ir luego a contemplarla, alabarla y bendecirla en el cielo por toda la eternidad. Un padre nuestro, 10 Avemarías, un Gloria al Padre y una estrofa de algún canto guadalupano. Cuarta consideración. “Mi deseo es que se me construya un templo en este lugar, donde, como Madre piadosa tuya, y de tus semejantes, mostraré mi clemencia amorosa y la compasión que tengo de los mexicanos, y de aquellos que me aman y buscan, y de todos los que soliciten mi amparo y que me llamen en sus trabajos y aflicciones; donde oiré sus lágrimas y ruegos para darles consuelo y alivio”. “Esta diversidad de rosas, hijo mío, es la prueba y señal que tú llevarás al Obispo; y le dirás, de mi parte, que vea en ellas mi voluntad para que la cumpla. Cuéntale todo lo que has visto y oído, y yo te agradeceré lo que hagas por mí en esto que te encomiendo. Yo te haré famoso y sublime por ello. Ya oíste mi deseo, hijo mio, ahora ve a cumplirlo. Haz todo el esfuerzo que puedas en esto, y ten en cuenta que yo te lo pagaré”. Reflexión:

Puesto que somos sus hijos muy queridos, la Virgen de Guadalupe nos espera y atiende siempre. Seamos amorosos y agradecidos con Ella. Un padre nuestro, 10 Avemarías, un Gloria al Padre y una estrofa de algún canto guadalupano. Quinta consideración. Fray Juan de Zumárraga le había pedido a Juan Diego una prueba de que era verdad lo que decía, de que la Madre de Dios se le había aparecido, para poder acceder a lo que Ella deseaba. Y no fue una, sino que fueron tres las pruebas que se dieron el 12 de diciembre de 1531. *La primera fue la curación milagrosa de Juan Bernardino. *La segunda fue la formación repentina de un verdadero vergel en la cima del Tepeyac, de donde Juan Diego, por orden de la Virgen, cortó cuantas rosas pudo. *La tercera fue al hecho de que nuestra Madre santísima estampara su imagen en el ayate de Juan Diego, siendo ésta la prueba definitiva para que el Señor Obispo, que desde entonces la expuso para que recibiera el culto que hasta hoy perdura. Reflexión: A través de la Virgen de Guadalupe, todos los mexicanos recibimos las gracias de Dios. No permitamos que éstas se marchiten sin producir en nosotros sus frutos por la resequedad de nuestros corazones y de nuestra mala voluntad. Un padre nuestro, 10 Avemarías, un Gloria al Padre y una estrofa de algún canto guadalupano. Conclusión -Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre; venga a

nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. -Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal -Dios te salve, María de Guadalupe, amadísima hija de Dios Padre, virgen purísima, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia, el señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. -Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora amen. -Dios te salve, María de Guadalupe, amadísima Madre de Dios Hijo, virgen inmaculada, a tus pies depositamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. -Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. -Dios te salve, María de Guadalupe, castísima esposa de Dios Espíritu Santo, virgen fiel, en tu corazón derramamos nuestra caridad para que la purifiques e inflames, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. -Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. -Dios te salve, María de Guadalupe, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, virgen

concebida sin la culpa original, Dios te salve… -Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Letanías. -Misericordiosísima Trinidad Padre, Hijo, y Espíritu santo, Único Dios verdadero, R= Perdona a tu pueblo. -Virgen Santísima de Guadalupe, R= Ruega por nosotros. -Madre amorosa de los mexicanos, R= Ruega por nosotros. -Refulgente sol del Anáhuac, R= Ruega por nosotros. -Blanca flor del Tepeyac, R= Ruega por nosotros. -Baluarte de nuestra fe, R= Ruega por nosotros. -Faro de nuestra esperanza, R= Ruega por nosotros. -Llama viva de amor, R= Ruega por nosotros. -Tú que nos dejaste tu imagen en el ayate de Juan Diego, R= Ruega nosotros. -Tú que eres la siempre virgen María de Guadalupe, R= Ruega por nosotros. -Tú que eres Madre de Dios y Madre nuestra,

R= Ruega por nosotros. -Tú que sanate a Juan Bernardino, R= Ruega por nosotros. -Tú que disipaste en México las tinieblas de la idolatría, R= Ruega por nosotros. -Tú que nos concebiste en la fe, R= Ruega por nosotros. -Tú que fuiste bandera de nuestra independencia, R= Ruega por nosotros. -Tú que inclinas tú tierna y compasiva mirada sobre nuestro suelo, R= Ruega por nosotros. -Tú que vives entre nosotros desde 1531, R= Ruega por nosotros. -Tú que alegras y refuerzas nuestra esperanza, R= Ruega por nosotros. -Tú que detienes el brazo justiciero de Dios, R= Ruega por nosotros. -Tú que nos alcanzas el perdón Divino, R= Ruega por nosotros. -Tú que estás en tu Templo atendiendo nuestras súplicas, R= Ruega por nosotros. -Tú que eres el arco iris de nuestro pacto con Dios, R= Ruega por nosotros -Tú que nos amas tiernamente, R= Ruega por nosotros -Tú que serás nuestra defensora en el tribunal de Dios, R= Ruega por nosotros. -Tú que quieres que nuestras almas vayan al cielo, R= Ruega por nosotros. -Tú que eres la Reina de los mexicanos, R= Ruega por nosotros. -Tú que eres la protectora de los pecadores,

R= Ruega por nosotros. -Tú que eres nuestra celestial misionera, R= Ruega por nosotros. -Tú que eres la Maestra de los misioneros, R= Ruega por nosotros. -Por tus maravillosas apariciones en el cerro del Tepeyac, R= Atiende nuestras suplicas. -Por las preciosas rosas que hiciste brotar del árido peñascal, R= Cultiva y perfecciona en nosotros las virtudes cristianas. -Por tu gran ternura maternal, R= Alcánzanos el perdón de nuestros pecados y la salvación eterna. -Por nuestras peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe, R= Bendícenos y socórrenos, Virgencita poderosa y buena. -Por los millares de peregrinos que todos los años acuden a ti, R= Te rogamos para que los libres de cualquier accidente. -Por sus heroicos sacrificios, R= Dales la salud y la paz del cielo. -Por la misión que Dios te dio, R= No permitas que ninguno de nosotros se pierda. Ayúdanos a vivir el Evangelio y frecuentar los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Únenos en espíritu con las demás naciones a ti consagradas para que, al final de nuestro Peregrinar por este valle de lágrimas, podamos todos besar tus pies en el cielo. -Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, R= Perdónanos Señor. -Cordero de Dios… etc. R= Escúchanos Señor. -Cordero de Dios… etc.

R= Ten piedad y misericordia de nuestras almas. Bajo Tú amparo nos acogemos Santa Madre de de Dios… Etc. Ofrecimiento Con este Rosario bendito hemos recordado y honrado a nuestra Madre santísima, la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios, a quien pedimos el aumento de nuestra fe y la santificación de la Iglesia; del Papa, el mejor acierto; de México, la unidad, la concordia y un buen gobierno; que todos reconozcamos nuestros errores y pidamos perdón de nuestros pecados; que los enfermos pronto se recuperen, y que los fieles difuntos vayan al cielo; que las almas del Purgatorio sientan refrigerio, y que en todas partes se rece este ROSARIO GUADALUPANO para que por su medio, todos entremos a formar parte del Reino de Dios. Así sea. Despedida Virgen santísima de Guadalupe, en tus manos encomendamos el alma del Papa Juan Pablo II, el alma del hombre que te amó sin medida, y a quien tú reconoces a la perfección. Ave, María purísima, En gracia de Dios concebida. Vayamos en paz, En el nombre del Padre, y del Hijo, y + del Espíritu Santo. ORACION POR LA PAZ Señor Jesús, Tú eres nuestra paz, mira nuestra Patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad. Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.

Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provoca sufrimiento y muerte. Dales el don de la conversión. Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes a nuestro pueblo y comunidades. Que como discípulos misioneros tuyos ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y de la paz, para que en Ti, nuestro pueblo tenga vida digna. AMEN. María, Reina de la paz, ruega por nosotros.