Rol de La Mujer en La Sociedad Actual

Rol de la mujer en la sociedad actual En la antigüedad, se consideraba que la mujer era, a lo largo de toda su vida, pro

Views 92 Downloads 0 File size 45KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Rol de la mujer en la sociedad actual En la antigüedad, se consideraba que la mujer era, a lo largo de toda su vida, propiedad de un hombre, tanto del padre, a temprana edad, como del marido, cuando el mismo padre entregaba la mano de ésta en matrimonio, logrando que las hembras dependiesen totalmente de los varones para poder sobrevivir. El sexo femenino sólo tenía obligaciones en el hogar impuestas por el marido correspondiente. Se puede decir que ser mujer en ese tiempo significaba ser un objeto de satisfacción para los hombres, lo cual, con el tiempo se ha ido modificando. Estamos conscientes de los espacios ganados en todo ámbito ya sea político, social, laboral, cultural, religioso, etc., y a pesar de los muchos obstáculos y las barreras impuestas por la sociedad claramente dominada por varones, las mujeres han demostrado la igualdad de condición y operación, que les es entregada por su calidad de ser humano, que no tiene nada que ver el ser varón, del ser mujer. No se podría afirmar que la mujer asume un solo rol, ya que las mujeres actuales son consideradas totalmente multifuncionales; además de labores de madre y esposa, como es el caso de miles de mujeres en todo el mundo, se desempeñan como jefas del hogar y sustentadoras de una familia con el fruto de su propio trabajo. Está científicamente comprobado que la mujer usa más cerebro para almacenar y razonar información, mientras que el espacio cerebral del hombre para los mismos fines es sólo de la mitad. Las mujeres tienen además menos accidentes, al tener un mejor sentido de la orientación, más reflejos y más velocidad para procesar información, por no hablar de que las mujeres tienen un gran gusto artístico, son más receptivas y sienten más que los hombres. En la actualidad no se puede hablar de un tipo de mujer sedentaria, sino que se habla de una generación nueva de mujeres activas y autónomas, la mujer se enfrenta a realidades muy diversas según la

cultura, zona geográfica o situación social en la que se encuentre. Está demás decir que estamos acostumbrados a notar una mayor presencia femenina en ámbitos laborales, políticos, etc., como se demuestra en Latinoamérica, grandes mujeres como Michelle Bachelet, Cristina Fernández o Dilma Rousseff, quienes ejercen/ejercieron el cargo de Presidente de la nación correspondiente. Pero lamentablemente, a pesar de esto son muchas las mujeres que todavía se encaran a situaciones angustiantes, discriminatorias, violentas, marginales y otras las cuales son muy parecidas a las practicadas en la edad media, por lo tanto, aunque queramos negarlo, en algunas partes aún no evolucionamos por completo. Por ejemplo en África, más de 80 millones de niñas y adultas han sido circuncidadas mediante la ablación del clítoris y la infibulación; la cual es una forma de violación y un atentado contra la dignidad de la mujer, consistente en extirpar de cuajo el clítoris y los labios menores, para luego coser la vulva hasta no dejarles sino un pequeño orificio que les permita menstruar y expeler la orina. Esta costumbre, que tiene como fin frenar el deseo sexual y garantizar la pureza y fidelidad de la mujer a su marido. Las mujeres en la sociedad actual a mi parecer son ejemplo de una gran fortaleza, y lo anterior se refleja en la capacidad de éstas para superar las adversidades que conlleva el ser mujer, porque ciertamente no es fácil, debido a toda la discriminación que hay a pesar de que esta sociedad se considere igualitaria y tolerante. Algunas personas aún siguen siendo machistas, dándonos a entender que el sistema no avanza y se ha quedado estancado en el machismo tan barbarié. Muchas veces las mujeres asumen como obligación deberes como: el ser dueña de casa. La sociedad no lo valora, ya que como dije anteriormente, el mundo asume que esto es una obligación de la mujer adquirida por el solo hecho de ser mujer, pero lo que muchos no entienden es que no es fácil, ya que las mujeres también tienen aspiraciones, pero el ser asesora del hogar la consume por completo.

Esto un hombre no lo podría realizar porque claramente no podría ser multifacético como ella. La mujer es igualmente capaz que el hombre de realizar todas las cosas que se proponga y eso no se puede dudar porque a lo largo de los años se ha demostrado capaz de lograr incluso mejores resultados que el sexo masculino en peores condiciones, como lo es una temporera que saca adelante a su familia con su propio esfuerzo sin perder su delicadeza de mujer mientras que el hombre se queda en casa sin hacer nada. Por lo tanto se habla de una sociedad hasta que se ha intercambiado los roles. En definitiva la mujer juega un gran rol en nuestra sociedad. No hay que despertar siempre la idea de que el hombre o la mujer esté más capacitada para lo que sea. Es cierto que cada uno de los sexos tiene algo particular que aportar en la vida social. A veces olvidamos que la vida se complementa, no se compite. Tal vez olvidar ese principio es lo que nos frena a valorar a tantas mujeres de hoy. El rol que la mujer asumiría entonces en esta sociedad sería el de cualquier ser humano capaz de pensar y discernir: hacer el bien, ayudar a otros y ser un gran aporte para esta sociedad, y compartir los roles entre ambos. Pero lo que claramente un rol que no puede ser compartido con otro ser humano varón es el ser madre, ya que las mujeres fueron especialmente creadas para asumir esta hermosa responsabilidad las cuales son únicamente entendidas por ellas mismas. La conexión entre ellas con el hijo es algo extraordinario y mucho más fuerte de lo que puede llegar a ser la relación padre a hijo. Por lo tanto, el principal rol de la mujer no es tanto funcional, sino que es ser esencial, primordial y vital para la sociedad actual.

conocemos flechazos causados por tomar un bebedizo, como el de Tristán e Isolda. Ahora el profesor Young estudia en ratones las pócimas -oxitocina, vasopresina- que actúan en el enamoramiento y la sexualidad. La escena del encuentro entre Romeo y Julieta nos parece siempre tan arrebatadora como inverosímil: se miran sin saber quiénes son y cuando se hablan ya están enamorados. Pero más increíble aún en términos psicológicos encontramos el enamoramiento entre Tristán e Isolda, que implica una pócima tomada por error, según la leyenda medieval llevada a su paroxismo por Wagner. La escena en la cubierta del barco que se acerca a la costa de Irlanda tiene una de las músicas más emocionantes que pueden disfrutarse en la ópera; y si a uno la ópera no le gusta el simple relato le estremecerá igual: queriendo vengarse de Tristán, que la lleva a casarse por obligación con el rey al que sirve como caballero, Isolda le da a beber de una copa en la que su criada ha puesto un veneno mortal; Tristán bebe mirándola a los ojos, y antes de que haya apurado la copa Isolda se la arrebata y bebe ella también, ansiosa por morir. Pero la

criada se equivocó al elegir el bebedizo, y en vez de un veneno vertió un filtro mágico que hace enamorarse instantáneamente a quien lo prueba. Tristán e Isolda se miran y ya nada tiene remedio; ni siquiera ven a quienes los rodean ni se dan cuenta de que el barco ha llegado al puerto y el rey está esperándolos. Por entregarse el uno al otro aceptan la vergüenza, la traición y la muerte, y nuestra mentalidad de lectores de novelas del siglo XIX y de manuales de psicología nos fuerza a sonreír con algo de condescendencia: cosas antiguas que pasan en la ópera. ¿Quién va a creerse la simpleza de que el amor dependa de una sustancia innominada pero mágica que alguien bebe por equivocación? No es probable que el profesor Larry Young, de la Emory University, haya estudiado la tradición literaria del amor romántico en Europa, que ha alimentado por igual la gran literatura y las novelillas de kiosco, las óperas de Wagner y las canciones más tontas que se escuchan en la radio de un taxi, la poesía de Shakespeare y la de los letristas de boleros. Su especialidad, como neurofisiólogo, es el cerebro diminuto de una especie de ratoncillo de las praderas que se llama campañol, y que según el profesor Young tiene, improbablemente, algo muy íntimo que compartir con nosotros: una rara propensión a la monogamia que aparte de en estas dos especies sólo se encuentra en el cinco por ciento de los mamíferos. En su mundo de madrigueras y túneles excavados bajo la tierra los campañoles machos y hembras se cruzan por azar una sola vez y ya tienden a no separarse, en virtud de una elección tan instantánea, tan casual, tan irreparable, como a la que nosotros nos lleva a enamorarnos, casi siempre sin que intervenga nuestra voluntad y muchas veces contra nuestra conveniencia. Unos ojos diminutos brillando en la oscuridad seducen igual que los de Julieta en medio de los esplendores de un baile en Verona. El efecto que provocó por error la criada de Isolda lo repite a conciencia el profesor Young en sus experimentos inyectando en el cerebro de una hembra de campañol no un filtro mágico sino una dosis de oxitocina, la hormona que es segregada naturalmente en el acto sexual, y también en el momento del parto y cuando se amamanta a una cría. Otra hormona, la vasopresina, despierta la misma reacción en los machos. Los campañoles machos, lo mismo que nosotros, segregan vasopresina durante la excitación sexual, y cuando se les administra en el laboratorio se desata en ellos una atracción inmediata hacia cualquier hembra que esté

cerca. No creo que de las investigaciones del doctor Young deba deducirse la posibilidad algo desalentadora de que no haya mucha diferencia entre nuestras preciadas complicaciones sentimentales, tan fértiles para la literatura (y para la telefonía móvil), y los mecanismos de apareamiento de un ratoncillo, aunque algunas veces a lo largo de nuestra vida no hayamos actuado con mucho más juicio. Lo que importa es comprobar una vez más la aguda sabiduría que está contenida en los relatos elementales, en los mitos y en los cuentos, en las baladas que empezaron a transmitirse de boca en boca cuando ni siquiera existía la escritura. En todos ellos, el amor surge caprichosamente, y como no tiene remedio puede provocar consecuencias desastrosas. Esto es amor: quien lo probó lo sabe, dice célebremente el último verso de un soneto de Lope de Vega, y en el verbo probar está ya la sugerencia de algo que no sólo se experimenta, sino que se bebe, algo que uno se acerca a los labios, la dulce copa que a gustar convida de otro soneto clásico español, este de Góngora, también dedicado a advertir del peligro de algo que es una tentación y un veneno, una promesa de ebriedad gozosa y a la vez de dañina adicción. Gracias a las investigaciones del doctor Young, especula John Tierney en el New York Times, será factible dentro de poco encontrar en las farmacias el bebedizo del amor de tantas leyendas. Los alumnos ignorantes y salidos de los colegios de curas ya habíamos oído hablar de él: ¿no decían los expertos que bastaba echarle a una chica, sin que se diera cuenta, una aspirina en la coca-cola para que cayera en nuestros brazos?