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Introducción a la Filosofía de la Historia. W. H. Walsh. 1. ¿Qué es la Filosofía de la Historia? 1. General recelo haci

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Introducción a la Filosofía de la Historia. W. H. Walsh.

1. ¿Qué es la Filosofía de la Historia? 1. General recelo hacia la materia. Hay dos escuelas de filósofos: a) los que ven el aspecto material de la física y la matemática y b) los que tienden a la observación y experimentación. Y estos están unidos en sostener que la física matemática son el verdadero conocimiento. *La metafísica entendida aquí es el intento de explicar todas las cosas de acuerdo con su sistema universal y único. El creador de la filosofía de la historia no está claro. Sin embargo, la filosofía de la historia fue reconocida por primera vez como materia independiente en 1774 con “Ideas para…” de Herder y terminó en 1837 con la obra póstuma de Hegel, “Lecciones …”. El objetivo de estos era comprender el curso de la historia en su conjunto. La historia tenia un plan general, si lo conocíamos iluminaria el curso detallado de los acontecimientos. Esto sería satisfactorio para la razón de todo el proceso histórico. Pretendían ofrecer una visión de la historia más penetrante. La filosofía de la historia, era el tratamiento especulativo de todo el curso de la historia y si lo encontrábamos conoceríamos “el secreto de la historia”. Respecto a esto, dice Walsh, es tan absurdo el propósito como el resultado; por eso no sólo os empiristas desdeñaron esta rama del estudio. Hay un sentido en que las escuelas considerarían a la filosofía de la historia es el nombre de una investigación autentica. El concepto de Historia es un poco ambiguo: a) es la totalidad de hechos pasados humanos y b) narración o explicación que ahora damos a ellos. La filosofía de la historia tiene una aparte especulativa y una analítica. 3. Filosofía crítica de la historia. a) Historia y otras formas de conocimiento: debemos preguntarnos ¿qué es la historia y cómo se relaciona con los estudios? Es tarea del historiador descubrir los hechos individuales del pasado. Tales datos que ocupa el historiador es material científico y social. En historia, el historiador quiere demostrar por qué sucedieron los hechos y por esto, relaciona los hechos igual que el científico natural; considerando como ejemplo las leyes naturales. Respecto a esto los positivistas dicen que el pensamiento histórico es una forma de pensamiento científico, pero hay poco interés de parte de los historiadores en estas “leyes de la historia”. Su atención está en los acontecimientos individuales. Es una forma de pensamiento peculiar, coordinada con el pensamiento científico, pero no reductible a él. B) Verdad y hecho en historia: En historia, los hechos pasados ya no son accesibles a inspección directa, por tanto, no se puede someter a prueba con exactitud el historiador. Pero sí se hacen, las pruebas deben ser en referencia a los testimonios históricos directos o indirectos. Esta es una teoría útil, pero poco satisfactoria. La actitud del historiador hacia los documentos debe ser crítica: debe saber decidir si ha de creer lo que dice el

testimonio o no o en qué parte de él creer. Los hechos históricos deben ser comprobados, no son nunca simplemente dados. Se debe saber “cuáles de ellos merecen confianza”. C) Objetividad histórica: La necesidad de algún tipo de objetividad condena a quienes sus prejuicios ofrecen una reconstrucción del pasado. Como hay desacuerdos entre historiadores, la pretensión del carácter científico de la historia pierde fuerza, aunque con frecuencia manifiesta en estos. Y esto es principalmente porque no hay conjunto de cánones convenidos de interpretación. La historia imparcial es una imposibilidad absoluta; el historiador no se puede salir de su propia piel, por eso, los desacuerdos que se dan entre ellos están basados en sus intereses y deseos. La objetividad histórica es diferente de la objetividad científica, porque el trabajo del historiador es la expresión de su personalidad. D) La explicación en historia: Los científicos tienen leyes generales para dar su explicación, es decir, su deducción es expresable en términos generales. Al contrario, el historiador no hace generalizaciones, pues se fija en acontecimientos particulares, los conexiones entre un hecho y otros con el que tiene una conexión interna. Los acontecimientos históricos son diferentes y pueden considerarse constitutivos de un sólo proceso. *La Coligación es la conexión de estos hechos. El historiador no quiere generar un sistema de leyes generales, si bien usa generalidades, por ejemplo, al decir que las sociedades puede que tengan reacciones parecidas. 4. Filosofía especulativa de la historia. En primer lugar tenemos los problemas metafísicos: la filosofía tradicional de la historia, dice que la tarea de la filosofía de la historia es escribir una exposición del curso detallado de los acontecimientos históricos manifestando su verdadero sentido y su esencial racionalidad. En segundo lugar, la supuesta filosofía marxista de la historia tiene más de un aspecto. El curso de la historia culminará en las sociedades sin clase, la filosofía de la historia tradicional dice que las sociedades tienen fuerzas históricas, económicas. La teoría marxista de la interpretación histórica es filosofía, su principal tesis no es una mera hipótesis empírica sino como una verdadera prioridad económica; es fuerza motriz y tiene que ser elemento básico de toda situación histórica. Tarea de formular esta teoría corresponde al historiador no al filosofo: “Si el filosofo tiene interés especifico por el curso de la historia ha de ser por la totalidad de este curso, sentido de todo el proceso histórico. 2. Historia y Ciencias 1. Caracterización preliminar de la Historia. La historia y la percepción sensorial. El Historiador aspira a una reconstrucción inteligente del pasado. No es verdad que el científico se interese por el presente y excluya al pasado, incluso hay ramas científicas que estudian el pasado y no el presente. Y la historia no sólo estudia el pasado de los seres humanos, también los acontecimientos “naturales” del pasado. Pero el interés del historiador en estos es sólo circunstancial, porque tuvo algún efecto sobre la vida de los hombres.

La historia aspira a un tipo de conocimiento. Hay dos posibilidades: 1. El historiador se limita a contar la descripción exacta de lo que pasó, 2. Explicar este relato, siendo así “significativo”. Esto causa que haya dos tipos de relatos, el de la simple percepción o el de la ciencia. En el primero el historiador cuenta “exactamente lo que pasó” y en el segundo, es “significativo”. Así el buen historiador no se contentará sólo con relatar, también intentará explicar por qué ocurrió, es decir, su reconstrucción aspira a ser inteligente e inteligible. Por ejemplo, Croce compara la historia con la crónica. La historia es el pensamiento vivo del pasado, y la crónica, dice él, está muerta y es ininteligible. El ideal histórico es siempre rebasar la fase de la crónica y llegar a la de la historia. 2. Características del conocimiento científico Las proposiciones de una ciencia están sistemáticamente relacionadas, según el estudio del método de “principios guía”. Una ciencia es un corpus de conocimiento, relacionado y ordenado. La ciencia, tiene verdades universales: “siempre”, “todo”, “ningún”, esta declaración de principios la dio Aristóteles. El carácter general hace que pueda usarse para predecir el futuro. Además, la verdad o la falsedad de las proposiciones científicas, es independiente de las circunstancias personales del científico, por tanto, no es adecuado para que se produzca el partidismo. Pero no significa que no hayan controversias en la ciencia, es más, debe haberlas. 3. Historia y conocimiento científico. El autor se propone suponer que la historia puede describirse como científica, es decir, que es un estudio con sus propios métodos que deben ser dominados por quién pretende hacer historia. Esto lo dice porque no cualquiera puede tomar un conjunto de datos y crear un relato coherente, profundo y parcial.

Pero hay una clara diferencia entre historia y ciencia; la preocupación del historiador no son las generalidades, sino el curso exacto de acaecimientos, o sea, explicar cómo pasó y por qué. Si bien a veces los historiadores intentan dilucidar épocas enteras, como por ejemplo, la Inglaterra medieval, señalando las características generales de los hombres, no es suficiente para confundir el pensamiento histórico con el científico, porque no son juicios universales en el verdadero sentido. Los historiadores rara vez expresan conclusiones verdaderamente universales, los científicos sí e incluso consideran que pueden predecir. 4. Dos teorías acerca del pensamiento histórico. I. Nace en Alemania y es adquirida por Croce y pasó a la filosofía inglesa a través de Collingwood. Es la explicación idealista típica del conocimiento histórico. La historia es una ciencia porque tiene un cuerpo conexo de conocimientos a los que se llega metódicamente, pero es una ciencia peculiar. No es abstracta, es concreta, y termina en conocimiento de verdades individuales (y esto no debe considerarse como un punto débil). Esto se ve si se reflexiona que a) el propósito de todo juicio

es caracterizar la realidad en su detalle individual y b) que las ciencias naturales o abstractas no realizan ese propósito, porque tratan meras posibilidades. Ninguno de los resultados a los que llegan es categóricamente verdadero hecho, precisamente porque se proponen expresar conexiones universales; dicen lo que podría ser, no lo que es. Al contrario, el pensamiento histórico no es discursivo, es decir, no llega a sus conclusiones en base a conceptos generales, sino que en cierto sentido, es intuitivo, dicen los idealistas. Esto se relaciona con el hecho psíquico, es decir, el historiador debe ponerse en el lugar de otra persona y penetrar en sus pensamientos y sentimientos. Si un hombre sufre, vemos inmediatamente, de un golpe que él sufre, por eso es intuitivo. Pero si el proceso intuitivo es tan inmediato como afirman los idealistas, ¿por qué a veces lleva a conclusiones falsas? ¿Cómo se explica la aparición de explicaciones generales a veces en la historia? La escuela idealista tiene respuesta, pero no la estudiaremos aquí. II. Esta teoría debe buscarse en el positivismo del siglo XIX. Esta teoría dice que todas las ramas de conocimiento dependen de los mismos procedimientos básicos de observación, reflexión conceptual y verificación. Esto excluye todo lo que se parece a la explicación idealista de la historia y que la historia es una rama autónoma del saber. Además, la ciencia natural y la historia llega a conclusiones recurriendo a verdades generales, pero el historiador no hace y el científico sí, generalizaciones a las cuales recurre explícitamente. El atractivo del positivismo era la eliminación de todo tráfico con misterios. El positivismo no ve nada especial en que la historia estudie hechos particulares. “La historia no es una ciencia, pero tampoco es, una fuente de conocimiento extracientífico”.

5. ¿Puede ser objetiva la Historia? 1. Importancia de la idea de objetividad en la Historia. La mayor dificultad para un historiador respecto a encontrar la verdad en el pasado es la Objetividad histórica. Es necesario recordar que, por una parte, los positivistas creen que las ciencias naturales son las únicas depositarias del saber humano, y sí esto fuese así, entonces la historia sería diferente de una actividad cognoscitiva. Por otra parte, los idealistas dicen que la historia tiene derecho a estar al lado, sino por encima de las ciencias naturales, pues tiene método y resalta un tipo de conocimiento que no es reductible a ningún otro. En conjunto delos resultados de nuestros estudios previos nos impulsan a simpatizar con los idealistas, es cierto que rechazamos que la pretensión de que los historiadores puedan alcanzar un conocimiento concreto sobre un hecho particular mediante una forma intuitiva. Seguimos dispuestos a admitir que la historias es una rama autónoma del saber y por tanto una especia de ciencia por derecho propio. Debemos entonces reflexionar acerca de si, y en qué sentido, pueden los historiadores alcanzar un conocimiento objetivo. La características objetivas se pueden definir como un corpus de proposiciones en este contexto, queremos decir que son tales que justifican su admisión por todos cuantos las investiguen

seriamente. Entonces, el conocimiento científico tiene un carácter universal, por tanto, imparcial e impersonal, comunicable a otro. La objetividad histórica no puede ser exactamente igual que la científica, pero seria paradójico que no tuvieran nada en común. Podemos esperar que el ideal científico natural de imparcialidad se refleje en el pensamiento histórico si ha de ha de probarse que este pensamiento es filosóficamente aceptable. Si no, esa teoría solo seria valida para uno o un grupo de historiadores.

2. Enunciado preliminar del problema. Los historiadores consideran la verdadera historia distinguible de la propaganda, por eso tiene validez objetiva, se diría. Cada generación necesita rescribir las historias escritas ya, así se dispone de diferentes y manifiestamente incongruentes versiones de la misma serie de acaecimientos. Las interpretaciones, pueden ser rechazadas con indignación por otro historiador. Parece de esto, que actúa en el pensamiento histórico el elemento subjetivo. Y esto altera la objetividad que se espera alcanzar. Tender a la impersonalidad de la física en historia, es producir algo que no es historia. Si se eliminan todos los puntos de vista no queda nada inteligible, al igual que no tendremos nada visible si se nos pide ver un objeto, pero no desde un punto de vista particular. Un concepto prominente en historia es el de “selección”. La historia es selectiva en dos sentidos: a) todo trozo real de escrito es departamental, porque un historiador sólo puede concentra su atención en uno o un conjunto de aspectos limitados del pasado, y b) ningún historiador puede narrar TODO lo que ocurrió en el pasado, todos tienen que seleccionar algunos hechos, que tengan importancia. Lo importante en historia es a) lo que sucedió independientemente de lo que piense alguien ahora y b) la persona que juzga su importancia. Lo concreto a señalar es ¿qué es lo que lleva a los historiadores a estar en desacuerdo? Y esto está directamente relacionado con la objetividad.

3. Factores que contribuyen al desacuerdo entre los historiadores. En primer lugar, gustos y aversiones personales, por ejemplo, puede hacer girar su relato entorno a las acciones heroicas de su protagonista o puede hacer todos para vilipendiar las acciones del héroe. En segundo lugar los prejuicios o los supuestos, el que sea de una raza o nación determinada. En tercer lugar, teorías antagónicas de interpretación histórica, por ejemplo, si se es marxista o pluralista. En cuarto lugar, creencias morales, concepciones de la naturaleza, o Waltanchauungen. a) Tendencia personal: Es dudoso que este sea un obstáculo para el trabajo del historiador, porque se puede corregir. Una vez que hayamos reconocido nuestra propia imparcialidad, nos ponemos en guardia contra ellas. b) Prejuicio de grupo: los supuestos que hacemos como individuos de un grupo son menos fáciles de descubrir. Por ejemplo, las cuestiones religiosas no son sólo producto de un prejuicio personal, también se sostiene como

asunto de convicción personal. Es inevitable que esta cuestión no tenga influencia sobre el pensamiento del historiador. Pero los supuestos que hagan, por ejemplo, sobre los patriotas ingleses, deben justificarse sobre bases racionales o ser excluidos de la historia. c) Teorías antagónicas de interpretación histórica: Que el historiador prescinda de toda teoría de interpretación histórica, porque las necesita para darle algún sentido a los hechos. Una teoría de interpretación histórica debe estar bien fundamentada, pero se produce una paradoja porque mientras los que formulan las teorías amplias de esta suerte creen derivarlas de los hechos, las sustentan con mas confianza que si fueran meras hipótesis empíricas, las defienden ante pruebas desfavorables, para concederles la jerarquías de verdades reveladas. Nuestra razón principal para aceptar o rechazar una teoría es que queremos que sea verdadera o falsa. d) Conflictos filosóficos subyacentes: son las creencias morales y metafísicas, es decir, juicios decisivos de valor y concepción teórica de la naturaleza humana y su lugar en el universo con la que están asociados esos juicios. Lo que digo es que los historiadores enfocan el pasado cada uno con sus propias ideas filosóficas y eso es decisivo en cómo lo interpretan en definitiva, las diferencias entre los historiadores, son filosóficas. El ejercicio de la imaginación es importante en la historia, porque demuestra hasta dónde podemos ponernos en el lugar del otro, pero en esto parece haber un elemento subjetivo a priori que aporto yo mismo. Si bien debo excluir mis juicios de mi propio tiempo sobre el pasado, para darle sentido haré algunos juicios generales sobre la naturaleza humana, donde estarán mis propias opiniones. i) Si hay generalizaciones sobre la naturaleza humana, debemos tener algún conocimiento de éstas para poder dar sentido a nuestra historia. ii) Al mirar al pasado, lo comprendemos dependiendo principalmente de que podamos identificarnos con esos individuos estudiados. Y esto lo debemos hacer teniendo concepciones previas de la naturaleza humana; aquí nuestro punto de vista influye. Si bien debemos poner atención a nuestros propios prejuicios, no podemos esperar que sólo se haga historia con los datos que se encuentran en el documento, sin teñirse de tales prejuicios. 4. Recapitulación. Lo anterior. 5. Escepticismo histórico. Colligwood anda cerca de defender un escepticismo completo del conocimiento histórico. Es paradojal no negar que es posible el conocimiento objetivo de la historia. Es necesario enfatizar que las creencias morales y metafísicas, hablando estrictamente, son irracionales, por tanto las defendemos porque estamos determinados a hacerlo por factores sobre los cuales no tenemos

control. Quienes simpatizan con tal afirmación, están en riesgo de caer en el escepticismo definitivo histórico. Entonces, estos filósofos deben reconocer que detrás de diferentes interpretaciones históricas hay diferentes creencias morales y metafísicas, y sostener que dichas creencias son creencias sólo en el sentido científico, pero nada mas que expresiones de actitudes no racionales. De ahí que el pensamiento histórico tendrá algo irreductiblemente subjetivo. En vez de decir que el historiador se propone descubrir la verdad del pasado, ahora debemos insistir en que la historia sirve a un propósito práctico. La historia proyecta luz no sobre los acontecimientos objetivos, sino sobre las personas que la escriben; no ilumina el pasado sino el presente. Otra crítica a la teoría escéptica, es que la teoría borra la distinción que todos los historiadores de autoridad trazan entre historia y propaganda que confunde, el pasado práctico con el pasado histórico. Un partidario de la teoría histórica diría que todos los intentos de reconstruir el pasado tienen que ser propagandísticos, ya que todos tenderán a promover nuestras actividades presentes. La historia es una especie de juego, que no podemos jugar sin las reglas. Por ejemplo, un verdadero artista no se contentaría con arreglar sus problemas si no es de acuerdo con las reglas de su arte. El verdadero historiador admitiría reglas objetivas con las cuales razona, y puede distinguirse por su adhesión a éstas. Todo esto podría sostenerse sin negar que la historia sea primordialmente una actividad práctica ni defender la objetividad de la historia. 6. Teoría de la perspectiva. La subjetividad del historiador no impide que se alcance un conocimiento, porque los elementos subjetivos se le suman los testimonios que deben aceptarse gústenle o no al historiador. Es absurdo sostener que toda reconstrucción del pasado es falsa. A cada historiador se le revela el pasado bajo su punto de vista. Por ejemplo, las versiones Católica y protestante de la historia no se contradicen entre sí, igual que dos versiones del mismo retrato hecho por artistas diferentes. Sin embargo ahí que decir que la historia hecha por propaganditas para promover la fe y convertir a los vacilantes es historia mala, no sólo porque es tendenciosa, si no porque es tendenciosa de mala manera. Porque omite el estudio de los testimonios con profundidad y hace uso de estos ajustándolo a su tesis. En decir, la historia es objetiva según esta teoría, sólo en un sentido moderado y secundario. Hace justicia a la convicción de que hay que considerar la historia tanto un arte como una ciencia. Es posible que los historiadores confundan, al momento de criticar una u otra teoría sobre un tema, la crítica legítima de la ilegítima. Cuestiones que pueden discutirse con provecho y cuestiones que no. Pero la existencia de esta posibilidad, no nos dispensa de ver si puede encontrarse una explicación de la objetividad histórica que tenga en cuenta los alegatos que acaban de hacerse en beneficio de la historia. Y realmente no podemos aceptar la teoría de la perspectiva con alguna confianza a menos que se haya explorado y rechazado esta otra posibilidad. 6. Filosofía especulativa de la Historia Kant y Herder

I. Características generales. La filosofía de la historia, como la llamaban en el siglo XIX, tenía por objeto la historia en el sentido de res gestae no de historia rerum gestarum, y la tares consistía en presentar una interpretación del curso real de los acontecimientos para mostrar que se podía encontrar algún tipo especial de inteligibilidad. La historia era un problema para los filósofos, se creía, por la naturaleza aparentemente caótica de los hechos que la forman, porque si bien los hechos estaban conectados, no podía distinguirse ningún plan ni norma claro. Una filosofía de la historia aparecerá como un tratamiento especulativo de los hechos pertenecientes a la metafísica y no a la teoría del conocimiento. Aunque siempre se relaciona con Hegel, es un error decir que él la originó. Justificar los caminos de dios ante el hombre y hacer ver que el curso de la historia podía interpretarse compatiblemente con la creencia en la Providencia divina había sido aceptado por teólogos y apologistas durante muchos siglos. Formular una teoría de la historia bajo esto, fue considerado durante años como la solución al problema metafísico del mal. Los enciclopedistas también creían que la “historia iba a alguna parte”. El principal factor que impulsa estas investigaciones, es el sentimiento de que hay algo realmente afrentoso en la idea de que la historia no tiene razón que impulse a los hombres a buscar una norma en el desencadenamiento de los hechos históricos. Si no la hay, los sufrimientos y desastres que narran los historiadores no tienen significancia y son insustanciales. Y en el hombre hay algo que se niega a aceptar esto. 2. Filosofía de la Historia de Kant. No puede sostenerse que Kant haya tenido verdadero interés por la historia en sí misma, es más, se ha observado que su actitud era singularmente antihistórica. Pero Kant parece instructivo sobre este tema; dijo que nadie podía emprender un tratamiento filosófico detallado de la historia sin el conocimiento amplio de los hechos particulares (él no pretendía tener este conocimiento, así que se limitó a esbozar la idea). La segunda razón de que sea instructiva es que revela de manera inequívoca el fondo moral de este tipo de especulación. La filosofía de la historia, con Kant, fue un apéndice de la filosofía moral. Kant dice en su Introducción que los hombres manifiestan prudencia, pero la trama de la historia humana parece estar tejida con insensatez y maldad (la cita es larga, pero esto es lo que quiere decir en pocas palabras). Después Kant se pregunta de qué sirve contemplar la gloria de la Creación, si esta actitud es constantemente objetada en la historia humana (paráfrasis). Entonces, la tarea del filósofo respecto a al historia es demostrar que la historia es un proceso racional en el doble sentido de que se desarrolla según u plan inteligible y que tiende a una meta que puede aprobar la razón moral. En este sentido, dice Kant, que la historia tendría sentido si pudiera verse como un avance constante, aunque quizá no en línea recta, a un estado mejor de las cosas. Lo que desde un punto de vista del individuo aparece incoherente y desordenado, puede resultar no serlo si se mira a nivel de especie, así hechos que no tenían sentido pueden verse ahora como parte de un propósito mas amplio. Es posible que el curso de la Naturaleza, la

Providencia desarrolle un plan a largo plazo, cuya finalidad es el bien de la especie humana, si bien en el proceso se deben sacrificar los hechos de los seres humanos individuales. El argumento de esta idea de Kant, es que el hombre tiene en sí muchas tendencias y potencialidades. Y sería contrario a la razón decir que tiene esas tendencias y potencialidades y no las desarrolla (aunque algunas no se puedan desarrollar completamente durante la vida de un individuo). Kant llama a esto la sociabilidad antisocial del hombre. El hombre tiende a asociarse con sus semejantes, pero tiene esta conducta antisocial porque también está en su naturaleza querer ordenarlo todo de acuerdo a sus propias ideas, por esto espera encontrar oposición. De esta forma desarrolla gradualmente todos sus talentos y gustos, y avanzar a transformar la tendencia natural de distinciones morales, o sea, capaz de convertir al fin en un todo moral una unión social basada en necesidades patológicas. Si no se hubiera buscado el antagonismo, se hubiera vivido en armonía, pero las potencialidades del hombre no se hubiesen desarrollado nunca. La Naturaleza usa el lado malo del hombre para llevarlo desde la barbarie a la civilización. La primera etapa cosiste en el estado a la naturaleza a la sociedad civil. Pero la sociedad civil que se necesita es una que combine la mayor libertad posible y con el antagonismo de sus individuos, la determinación y garantía más rígida de los límites de esa libertad, así la libertad de uno coexiste con la de los demás. Kant dice que la historia de la especie humana en general puede considerarse como la realización de un plan secreto de la Naturaleza para crear una constitución política perfecta desde el punto de vista interno como el externo. Esta es la conclusión que presenta como pista hacia la formulación de una filosofía de la historia. 3. Crítica de la teoría de Kant. El filosofo según parece puede dar una explicación racional de la historia sin tener que saber el curso detallado de los cambios históricos. Esto se hace bajo las generalizaciones amplias sobre la conducta humana, confirmadas mediante el registro histórico. Aunque Kant presenta su punto de vista como una actitud desde la cual el historiador puede intentar una historia universal satisfactoria, no está claro de ningún modo que el plan sea atractivo para los historiadores en activo. Para resolver esta dificultad hay dos modos: primero, podría decirse que el conocimiento a priori que atribuye al filosofo de la historia es en su misma exposición de alcance muy limitado, y así debe actuar como un estimulo para ella. Según la ley de la causalidad de su “Crítica de la razón pura”, se sabe que de la proposición de que todos los acontecimientos tienen una causa no se sigue nada sobre las relaciones causales particulares en la naturaleza. Entonces, estamos seguros de que hay una norma de cierto tipo. Es decir, el principio supuesto de la filosofía de la historia de Kant es uno material y por eso es importante su relación con los asertos de los historiadores en activo. Leibniz divide las verdades en “de hecho” y “de razón”. Las primeras son validadas o refutadas en base por referencia a experiencias particulares y las segundas, se está de acuerdo en que son válidas respecto a lo que sucede en particular. Es necesario ver qué clase de verdades incluiremos en el principio filosófico kantiano de la historia. Este principio parece ser una verdad de hecho, pues no concierne a la forma, sino en el sentido amplio, a la materia de la

experiencia. Kant no tiene en cuenta la posibilidad de que estuviera abierto a la refutación por la experiencia, sino que creía que descansaba sobre fundamentos a priori; y a este respecto parece una verdad de razón. Las únicas proposiciones que concuerdan con Kant, podemos decir que se conocen, son por una parte, proposiciones concernientes a cuestiones de hecho y por otra parte a proposiciones como “leyes universales de la naturaleza”, pero este principio no pertenece a ninguna de las dos. Es un principio podemos estar seguros que es subjetiva, pero no objetiva. Se nos invita a creer que el principio que guía al historiador filosófico es uno heurístico al cual tendrían que apelar los biólogos. Cuando adoptamos este principio, dirigimos nuestro estudio sobre el supuesto de que la naturaleza actúa con un fin y este es un paso importante en el descubrimiento científico. Si se puede demostrar que hay una analogía exacta entre lo que saca el historiador y el biólogo de la filosofía, la teoría de Kant es totalmente respetable. Pero el paralelismo sugerido no puede ser exacto. La dificultad esta en que Kant dice que los filósofos pueden proporcionar a los historiadores un principio general de una clase particular. Si acepto esto, puedo decir no solo que la historia tiene un plan, sino también qué plan es ese. No es sólo la forma de la experiencia la que me permite prever, sino también su materia, y esto es lo que hace que los historiadores desconfíen de él. 4. Filosofía de la Historia de Herder. Se propuso escribir historia filosófica. Dice que si henos de comprender la historia humana, tenemos que saber su lugar en el cosmos. Analiza desde la tierra hasta las características humana; le llamó mayormente la atención la posición vertical del hombre, a esto atribuye el desarrollo de las facultades de razonamiento, sino también la posesión de facultades morales y religiosas. Todo el universo esta animado por una sola fuerza unificadora, que actúa para la libre aparición del espíritu. El hombre es e producto más alto de esta fuerza vital y todo lo demás existe para su desarrollo. Pero, no es el único espiritual, pues esta entre el reino animal de los que es el más alto y de los seres espirituales de los que es el más bajo. La historia para Herder es el resultado de dos series de fuerzas: las exteriores, es decir, el medio ambiente humano y la interna que solo puede describirse como el espíritu del hombre, o mas bien el espíritu de los diversos pueblos en que se divide la homogénea especie humana. Para comprender la historia de una nación se debe tomar en cuenta su ambiente geográfico y climático, pero no podemos explicar su desenvolvimiento en ese ambiente. Debemos reconocer que toda nación esta animada por un espíritu que halla expresión en todo lo que hacen sus individuos. La distinción importante que hacia él, era entre el bárbaro y el civilizado. Los hombres civilizados eran iguales en todo tiempo y espacio. Fomento una actitud al pasado muy anticrítica y simplista. Hace dos cosas, a juzgar por sus pasajes, al buscar una filosofía de la historia. Primero, haber tratado de demostrar que los acontecimientos históricos no carecen de ley, que se producen según estas como los hechos naturales. Solo tenemos que enumerar las circunstancias para ver que las cosas ocurrieron como tenían que ocurrir. En segundo lugar, haber tratado de descubrir una finalidad general en la historia, algo que de sentido a todo el proceso histórico. El destino del hombre no es externo, tiene que estar en sus propias potencialidades. Herder anuncia que la finalidad del

hombre es alcanzar la humanidad, es decir, que los hombres sean más verdaderamente hombres. Así la teoría de Herder no difiere esencialmente de la de Kant, porque Herder usa los hechos como trampolín para desarrollar analogías e hipótesis, y no como lugar de descanso, aunque pretendía basarse en un minucioso estudio de hechos a diferencia de Kant, no lo hizo.