Resumen Texto Riviere La mirada mental

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Resumen texto Psicología del Desarrollo I: “La mirada mental” Riviere y Nuñez Prefacio; Teoría de la Mente y Educación: Muchos enfoques clásicos cometen un equívoco importante. Hacen una disyunción entre “desarrollo cognitivo”, por una parte, y el “desarrollo social”, por otra. Esto resulta inconsistente con lo que sabemos sobre la naturaleza y los orígenes de las funciones cognitivas humanas y conduce a una visión muy limitada de la inteligencia. Las funciones superiores de la mente tienen un origen social y se derivan de la interiorización de formas de relación interpersonal. La inclinación estática y parmenídea del pensamiento platónico es uno de los factores que explican la propensión del pensamiento occidental a desantender aquellas capacidades coginitivas que sirven de fundamento a las competencias sociales. La comprensión de las representaciones científicas en la educación del niño, es un proceso difícil debido a que los niños parecen tener una inteligencia social antes que física. Una prioridad de lo que Bruner ha denominado “inteligencia narrativa” con respecto a la “inteligencia paradigmática”. El animismo es la tendencia a explicar la naturaleza en términos de creencias y deseos. Esos conceptos son los cimientos principales de la inteligencia narrativa. Los humanos no solo tenemos una mente, sino que sabemos que los otros humanos la tienen. Los humanos somos “mentalistas” hábiles, vemos el mundo con una mirada mental, nos enfrentamos a él con una “actitud intencional”. Teoría de la Mente: Competencia de atribuir mente a otros, y de predecir y comprender su conducta en función de entidades mentales, tales como las creencias y los deseos. Relación con la educación: La forma específica de la educación, que se denomina “comunicación declarativa” o también “ostensiva” en la psicología actual de la comunicación, presupone de la noción de que los otros son seres con mente, y más allá de eso, una compleja y sutil adaptación, generalmente de un adulto con mayores conocimientos y capacidades, a las mentes de otros niños o adultos con menores capacidades. La construcción del conocimiento en la escuela depende de procesos de “reconstrucción recíproca” de los estados mentales de los individuos que se relacionan en ella. Las raíces primeras del aprendizaje humano deben buscarse en las competencias y motivaciones intersubjetivas que llevan a los niños a identificarse con los adultos, a tratar de detectar las intenciones y propósitos de estos. Los niños poseen “motivos primarios para cooperar y entenderse”. La señal inequívoca de que los niños son capaces de comprender que los congéneres son seres dotados de una “mente representacional” es la competencia de darse cuenta de que las representaciones pueden ser falsas. Así, la inteligencia narrativa, está íntimamente relacionada con destrezas de ficción, que permiten al niño diferenciar progresivamente mundos imaginarios “realidades mentales y mundos posibles”. Hay una relación entre la competencia de construir modelos conceptuales y científicos de la realidad y la de construir la irrealidad. Sin la intangible arquitectura de los estados mentales, los edificios narrativos no serían posibles. Cápitulo 1: Investigaciones empíricas sobre las destrezas mentalistas. Algunas observaciones sobre el altruismo, maquiavelismo y la naturaleza humana.

El hombre es, sí, un ser social. En las pequeñas y grandes políticas de los hombres, aquellos que son más capaces de entender lo humano, los que son “psicólogos naturales” más diestros, suelen ser los que dicen la última palabra. Una cierta “inteligencia maquiavélica” jugó un papel importante en nuestro origen evolutivo. Sucede que el hombre es tan astuto porque no solo “tienen una mente”, sino que sanem que la tienen y que sus congéneres la poseen también. El hombre es un animal mentalista y gracias eso también es un animal político. Mentalista Para predecir, manipular y explicar su propia conducta y la de los demás se sirve de conceptos mentales. El hombre posee un sistema conceptual específico, que está al servicio tanto de las formas complejas de interacción y comunicación (de relación cooperativa) como de pautas elaboradas de mentira y engaño (de relaciones competitivas). Teoría de la Mente es un subsistema cognitivo que se compone de un soporte conceptual y unos mecanismos de inferencia, y que cumple en el hombre, la función de manejar, predecir e interpretar la conducta. Es fundamento cognitivo tanto de las destrezas maquiavélicas del hombre como de sus habilidades de cooperación comunicativa. La Teoría de la Mente en antropoides y las hazañas de Sarah. Experimento con mona Sarah en el que logra identificar la solución a varios problemas hipotéticos en los que se encuentra un hombre. Conclusión importante: Sarah se daba cuenta de que el personaje tenía un problema, le atribuía la intención o el deseo de solucionarlo, predecía lo que tenía que hacer para resolverlo. Implica una capacidad de atribuir mente, lo cual es una actividad teórica. Teoría de la mente y engaño tácito. Dos criterios fundamentales parar poder justificar la atribución (de mente): 1- El organismo que posee una teoría de la mente tiene que ser capaz de “tener creencias sobre las creencias de los otros”. 2- Debe ser capaz de hacer o predecir algo en función de esas creencias atribuidas, y diferenciadas de las del propio sujeto. El mejor ejemplo de esto es el engaño. Experimento chimpancé que engaña a sus compañeros para obtener bananas. Observación de hormigas “esclavistas” que dejan rastro químico de alarma en hormiguero ajeno para que sus residentes escapen y luego tomarlas como esclavas. Diferencia entre aquellas formas de engaño que pueden implicar alguna actividad mentalista y las que no. En los chimpancés se produce una pauta “inventiva”, adaptada de forma flexible a una situación nueva, que parece poseer un componente conceptual. En las hormigas hay una naturaleza inflexible, predeterminada por el instinto y no-intencionada. En el caso de los humanos y chimpancés se habla de “engaño tácito” capacidad de modificar flexiblemente una parte del repertorio de comportamiento adaptándolos a un rol de engaño. Entre chimpancés y humanos hay una diferencia. Las pautas de comunicación dominantes en los humanos, no se observan en la naturaleza de otros primates. Resulta difícil comprender que se produzca la formación y selección adaptativa de una Teoría de la Mente compleja en esos primates, cuando no la usan con funciones de cooperación comunicativa. El experimento de la “falsa creencia” y la teoría de la mente en el niño. El hombre puede atribuir explícitamente creencias y deseos, o predecir manifiestamente conductas, sirviéndose del lenguaje. Para determinar el momento de desarrollo de la Teoría de la

Mente se ocupa la tarea o “paradigma de la falsa creencia”: Pablo y Juan en una habitación. Pablo posee una bolita que esconde en un recipiente y sale de la habitación. En su ausencia Juan cambia de lugar la bolita. Pregunta: ¿Dónde buscará Pablo la bolita? A partir de esta tarea el niño tiene que representarse mentalmente no solo un estado de hechos, sino también la capacidad en Pablo de representarse, a su vez, la situación en función de su acceso informativo a ella. Supuesto básico de la Teoría de la Mente es la capacidad de representarse una representación, en su calidad de representación”. En torno a los 4 años y medio, los niños se muestran capaces de predecir bien la acción “equivocada” del personaje engañado. Los menores tienden a cometer un “error realista”; no toman en cuenta el estado de creencia del personaje y suelen predecir que buscará el objeto donde realmente está. “Error egocéntrico”; confunden su propio estado mental con el del personaje de la historia. Al parecer el niño desarrolla un sistema conceptual e inferencial que sirve a la vez tanto para predecir y explicar la conducta ajena como para dar cuenta de la propia. Entre los 4 y 5 años los niños desarrollan un sistema conceptual completo, del que se sirven para dar razón de su propia conducta y de la ajena, y que incluye la noción básica de creencia falsa. “Pregunta de predicción” ¿Dónde buscará Pablo la bolita? Y “pregunta de creencia” ¿Dónde piensa Pablo que está la bolita? Se responde mejor la pregunta de predicción que la de creencia. Una Teoría de la Mente también sirve para engañar mejor y para comunicarse con los congéneres usando delicados procesos de adaptación a los procesos mentales de estos. El engaño táctico en el niño. Los niños no comprenden la mente como un sistema representacional antes de los 4 años. Por consiguiente, no pueden comprender la clave del engaño, es decir, la manipulación de las representaciones mentales. Los procesos de mentalización otorgan claras ventajas a aquellos organismos que pueden utilizarlos para modificar o impedir los “planes” de otros organismos. Son inherentemente flexibles, y se adaptan de forma cada vez más fina a las condiciones individuales de los competidores. Representarse relaciones de representación como tales es lo que define a la Teoría de la Mente, y la capacidad que parece implicada en la tarea clásica de la falsa creencia. 3 momentos evolutivos claros en el desarrollo del engaño tácito; 1-Hacia los 3 años los niños son incapaces de emplearlo a pesar de que tenga un costo. 2- Transición hacia los 4 años los niños no suelen emplear desde el principio estrategias de engaño tácito pero pueden llegar a elaborarlas en función de las experiencias. 3-El engaño se utiliza con naturalidad y facilidad. Así, los niños más pequeños ofrecen una especial incapacidad de manipular estados representacionales de otros en beneficio propio. Los desarrollos del engaño y de la discriminación de que alguien es engañado objetivamente son hitos coincidentes, y resultantes probablemente del fondo cognitivo común: la elaboración de un sistema conceptual completo de la Teoría de la Mente. El desarrollo de la Teoría de la Mente y el papel facilitador del engaño en las tareas de falsa creencia. “Tareas de segundo orden” el niño debe inferir la creencia falsa de un personaje acerca de la que posee otro. La tarea exige representarse una representación acerca de una representación.

Las intenciones de engaño son “cognitivamente muy relevantes” para los niños en las tareas de la Teoría de la Mente. Por eso al agregar el elemento en el que Juan, este mirando por la ventana en el momento en el que Pablo hace el cambio, los niños tienden a olvidar que Juan estaba mirando por la ventana y perseveran la información sobre la intención que tenía Pablo de engañar a Juan. Teoría de la mente, comunicación y un poco de filosofía. La Teoría de la Mente tiene, además, un inmenso valor cooperativo. Las funciones ostensivas del lenguaje para “mostrar” y compartir experiencias presuponen y exigen el empleo de una “intencionalidad recursiva” de orden superior. Brentano caracterizaba lo mental como la propiedad de ser intencional, de ser “acerca de algo”. Son así “relaciones proposicionalmente abiertas”. Necesitan un “de” o un “acerca de” para ser. Llamamos mente a un artefacto inherentemente representacional, y tener mente equivale a tener representaciones. Nunca emplearíamos el lenguaje para transmitir intenciones, creencias y conocimientos si no fuera porque somos capaces de “creer que el otro sabe que nosotros sabemos que…” En sus usos más frecuentes, las emisiones lingüísticas tratan de modificar “mundos mentales” de los interlocutores, y sólo muy indirectamente de cambiar las realidades físicas en cuanto a tales. Principio de relevancia: si quieren ser relevantes en la comunicación, los interlocutores tienen que adaptarse de forma sutil y muy dinámica a los estados mentales inferidos de sus compañeros de interacción. El engaño es una actividad por definición infrecuente en relación con la cooperación comunicativa. Solo así es eficaz. Los niños de 12 a 18 meses realizan un tipo de actos de comunicación que parecen poseer, desde muy tempranamente un nucleo mentalista. Son actos encaminados a compartir con otros experiencias acerca de los objetos y no solo a “lograr los objetos a través de otros” “Protodeclarativos” son muy específicos del hombre. (ejemplo: señalar con un dedo para que un adulto mire lo que mira) Solo las formas declarativas son portadoras potenciales de verdad o falsedad y corresponden con los estados de creencias. Hay una diferenciación sin embargo entre “tener una noción” y “tener la noción de que se tiene”. Los niños de 2 años no saben que mentalizas y sin embargo hacen protodeclarativos. Los contextos de interacción lingüística establecen exigencias muy rigurosas y constrictivas de velocidad, complejidad y eficiencia a las inferencias mentalistas. Sin embargo, es preciso insistir en que la propia teoría no tiene, en sí misma, una naturaleza lingüística, y puede ser atribuida a organismos no lingüísticos, tales como los antropoides superiores. Teoría de la Mente y autismo Las alteraciones en la Teoría de la Mente tienen consecuencias trágicas para el sujeto pues los demás no se constituyen como sujetos dotados de una mente por lo que carece de sentido intentar transmitir creencias, el comportamiento de la gente resulta en gran medida imprevisible y se dificultan la apropiación de las pautas instrumentales para definir una cultura. Así, el autismo infantil, se deriva de un déficit concreto y específico de la Teoría de la Mente. En la tarea de falsa creencia los niños autistas fallaban en un 80% de las veces y cometían el error realista. Al realizar tareas de ordenas historietas mecánicas, comportamentales e intencionales, su rendimiento en las intencionales era muy inferior al de otros grupos. Autistas

presentan una especial incapacidad para inferir estaos mentales. Aquí observamos el carácter específico, y relativamente independiente de otras destrezas de las habilidades mentalistas. Aunque las tareas clásicas de la Teoría de la Mente parecen tener una estructura operatoria, los niños de edades lejos de resolver tareas puramente operatorias ya resuelven bien la tarea clásica de la falsa creencia. Mientras que los niños normales parecen poseer mecanismos mentales distintos para tratar con dominios diferentes, los autistas sufren una “enfermedad de indiferenciación”. En cuanto a la comunicación los niños autistas no emplean pautas declarativas, no intentan modificar mundos mentales cuando se comunican, hablan de cosas de “baja densidad intersubjetiva”, poseen alteraciones específicas en el uso de las formas deícticas y en tareas de comunicación referencial. No emplean la mirada como recurso para demarcar turnos conversacionales y son incapaces de reconocer la función informativa del lenguaje aunque intuyan su papel instrumental. Tienen especial dificultad en comprender enunciados con “doble sentido” tales como las ironías o sarcasmos y de todo enunciado de sentido “no literal” como los chistes.

Capítulo 2: El desarrollo de las capacidades interpersonales. Explicaciones teóricas de las destrezas mentalistas en el niño Pensamiento, imaginación y afecto en la actividad mentalista Al respecto de distintas preguntas de la Teoría de la Mente se presentan distintas propuestas. La “perspectiva de la teoría-teoría”, que es dominante, y enfoques alternativos. Propuestas Alternativas Intuición y acceso directo a lo mental La mente tiene un lugar de residencia privilegiado: la primera persona de singular. Cada “yo” accede directamente a ella, por introspección directa y sin mediaciones de ninguna clase. La mente es una evidencia inmediata de la experiencia propia. La experiencia interna goza de un beneficio epistémico. Johnson: El conocimiento intuitivo se caracteriza, de forma diferencial, por constar de concepciones de primer orden… es mínimamente abstracto, y está muy ligado a la experiencia, por lo que tiene una naturaleza fenomenológica. El papel de las emociones y los afectos en el origen de la intersubjetividad. Propuesta hecha por investigadores como Trevarthen y Hobson de que las emociones y afectos serían, en el desarrollo, los primeros caminos para el acceso intersubjetivo. La captación de las intuiciones se expresaría muy precozmente en el desarrollo a través de los procesos de “intersubjetividad primaria”. El autismo así, implicaría un trastorno de los “motivos para cooperar y entenderse”, que son fuentes innatas de los recursos intersubjetivos. El propio concepto de personas con mente se fundamente en las formas pre-conceptuales de conciencia de que las personas son diferentes de las cosas, en tanto que brindan un contacto intersubjetivo. Es necesario acudir a categorías tales como las de “conciencia” y “experiencia intersubjetiva compartida” para explicar la génesis de la empatía. Simulación e imaginación en la actividad mentalista: el modelo de Harris.

“Teoría de la imaginación y la simulación”. Lo que hace el niño en las tareas clásicas de la teoría de la mente, es simularse a sí mismo en la situación de otro. El niño se imagina que tiene un deseo o una creencia e imagina también las acciones o las emociones o los pensamientos que él mismo tendría en la situación del personaje, en función de sus deseos y creencias. Los autistas padecen así de una “enfermedad de la imaginación”. 4 periodos evolutivos principales:: 1-Al año son capaces de reproducir las intenciones de otras personas en relación con objetivos o metas presentes. 2-Entre 1-2 años atribuyen actitudes hacia objetivos presentes. 3-La simulación se convierte en imaginación, se desliga de los objetivos presentes e inmediatos. 4-El desarrollo de la capacidad imaginativa le permite al niño simular actitudes intencionales hacia objetivos contrafácticos (contrarios a lo que él mismo percibe) Hay una incapacidad autista para “desligarse” de los contextos presentes; de la falta de imaginación en realidad. Patrón de inflexibilidad. Los dibujos de autistas por ejemplo, se caracterizan por su extremado realismo literal, por su naturaleza puntillosamente “reproductiva”. Teoría-Teoría La Teoría de la Mente como sistema conceptual Los conceptos son representaciones cognitivas de relaciones más o menos estables y liberadas de “la diversidad de los concreto”. Un sistema conceptual es siempre una estructura de orden que unifica lo plural, universaliza lo particular y pone en orden el caos. Los autistas presentan en su infancia un sentimiento de confusión y terror. Las capacidades de predicción, que los sistemas conceptuales permiten, no se derivan sólo de su poder organizador y unificador; los sistemas conceptuales son artefactos de representación que están al servicio de la inferencia. Sirven para pensar. La Teoría de la Mente consiste en un sistema conceptual y un conjunto específico de mecanismos de inferencia que permiten predecir y explicar las conductas en función de las reglas de interconexión entre los elementos del sistema conceptual. Adquirir una Teoría de la Mente equivale a adquirir un sistema conceptual, implica desarrollar ciertas clases de representaciones, que permiten realizar determinadas clases de inferencias. La comprensión de la mente como sistema representacional: la teoría de Perner. Hay dos visiones alternativas de lo que es una metarepresentación. Una de Joseph Perner y otra de Alan Leslie. La explicación básica sin embargo de lo que es una metarepresentación es la de que son representaciones de relaciones representacionales, como tales relaciones. Lo que se representa alguien cuando piensa acerca de las creencias, los deseos, las intenciones de otra persona o de sí mismo, son relaciones representacionales. Son actitudes (formas de relación) proposicionales (con respecto a ciertos contenidos, que se suponen representados como proposiciones). Por ejemplo mi creencia de que usted sabe que Las Meninas es un cuadro de don Diego Velázquez, es una metarrepresentación. Para Perner el requisito cognitivo básico para el desarrollo de una Teoría de la Mente consiste efectivamente en la capacidad del niño, de representarse representaciones representacionales como tales relaciones:: “comprensión de la mente como un sistema representacional”. El desarrollo de la mente infantil se define por la adquisición de formas cada vez más complejas y poderosas de representación. 3 momentos claves de esa evolución. 1-Las representaciones primarias simples y únicas. 2-Las secundarias donde los niños comienzan a ser capaces de

manipular dos o más modelos simultáneos en relación con las mismas situaciones. 3-Las metarrepresentaciones. Se critica la teoría de Perner por un excesivo intelectualismo. El “modulo mentalista” y las metarrepresentaciones: la teoría de Leslie. Se basa también en la metarrepresentación pero con un significado diferente. El modelo de Leslie es mucho más acorde con los enfoque “duros” de la ciencia congnitiva. La Teoría de la Mente se concibe como resultante del funcionamiento de un “sistema modular de cómputo”, es decir, de una competencia cognitiva, relativamente específica e independiente de otras capacidades. Se define por la capacidad de construir y manipular cierta clase de representaciones: las metarrepresentaciones. En los niños autistas hay una falta de juego, una ausencia de actividades de juego simbólico. Existe una identidad de fondo, un “isoformismo profundo” entre el juego de ficción y la actividad mentalista del niño. Los verbos mentales de creencia contienen una intensionalidad (si, con “S”); propiedad lógica de ciertos enunciados que incluyen determinados verbos mentales. Tienen 3 propiedades: 1-La verdad de los enunciados completos no compromete con la verdad de las clausulas sometidas a tales verbos. 2-ni compromete con la existencia de los elementos que contienen. 3-ni permite sustituir los términos de ellas por otras expresiones con los mismos referentes (opacidad referencial) Ejemplo: “Juan cree que Superman usa braga roja.” 1-Puede suceder que el enunciado total sea verdadero sin que lo sea aquella parte de él que está sometida al imperio del verbo “creer”. 2Puede no existir Superman y seguirá siendo verdad el enunciado pues se “cree”. “María Luisa cree que el Manco de Lepanto escribió el Quijote.” No puede ser sustituido por “M. Luisa cree que Miguel de Cervantes escribió el Quijote.” Pues posee opacidad referencial. Al jugar, los niños ponen “en suspenso” las relaciones ordinarias de referencia y de verdad entre las representaciones y las cosas. La propiedad lógica esencial de los enunciados de creencia ese rasgo de intensionalidad que suspende también compromisos de verdad, de existencia y de transparencia referencial, no es más que una consecuencia de la suspensión de mundos representados. En el juego del niño sucede algo semejante. Metarrepresentaciones de Leslie: representaciones entrecomilladas (“Esta escoba es un caballo”). Para él, el dominio de la Teoría de la Mente es un reflejo del desarrollo de un subsistema mental que crea y manipula metarrepresentaciones en tanto que las inferencias mentalistas y las pautas de juego simbólico tienen en común el hecho de emplear metarrrepresentaciones, no es extraño que existan propiedades del juego simbólico que presentan un curioso paralelismo con las propiedades lógicas de los enunciados de creencia. Las representaciones M constan de tres elementos: un agente, una relación informativa y una expresión entre comillas. Teoría de la Mente se refiere a nuestra capacidad de dar cuenta de la conducta en términos de estado mentales, y no a un concepto de la mente per se. ¡No creemos que los preescolares teoricen explícitamente acerca de la mente! Las falsas fotografías y las falsas creencias

En las destrezas mentalistas residen los fundamentos de las capacidades sociales, así como de los modelos específicos sobre el mundo social que el niño construye.

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