Resumen Terapia Psicoanalitica Resumen

Grupo No. 2 Universidad Mariano Gálvez de Guatemala en Sololá 5to. Semestre Psicología Clínica Curso Sistemas de Psicote

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Grupo No. 2 Universidad Mariano Gálvez de Guatemala en Sololá 5to. Semestre Psicología Clínica Curso Sistemas de Psicoterapia Lic. En Psicología Telma Leticia Contreras. EL PSICOANALISIS; LA PSICOTERAPIA 1. ¿Que es la psicoterapia? A. Es un tratamiento transaccional y contractual, en el sentido de que una persona que sufre acude al psicoterapeuta en busca de ayuda. B. Por definición: El objeto de la psicoterapia es un beneficio, mejoría, desarrollo o maduración. C. Es una forma de tratamiento por medio del cual se trata de resolver problemas de una naturaleza emocional que parte de que la persona que se dedica a dar ayuda psicología debe estar capacitada y entrenada. El psicoterapeuta establece una relación profesional con el paciente con el objeto de remover, modificar o retardar síntomas existentes, de mediar patrones de conducta desajustada, y de promover crecimiento y desarrollo positivo de la personalidad. 2. ¿QUÉ ES PSICOTERAPIA PSICOANALÍTICA? La psicoterapia psicoanalítica busca modificar el comportamiento y, lo que es más importante, la estructura de personalidad del paciente mediante la utilización de la relación analista-analizando, a través del lenguaje verbal, y en un contexto específico en el cual se ubica esta relación. La necesidad de compartir los conflictos y de intentar resolver las contradicciones se plantea desde el momento en que el ser humano aparece como tal, y son los sacerdotes (que se llaman también curas), los médicos brujos, los chamanes, los curanderos, etc. quienes constituyen los pioneros de cualquier intento psicoterapéutico. Pero, es con Freud, y con la evolución del proceso psicoanalítico que la psicoterapia se sistematiza, se desarrolla como una disciplina científica. Según R. Greenson, la terapia psicoanalítica es una terapia causal; trata de contrarrestar las causas de la neurosis. Su objetivo es resolver los conflictos neuróticos del paciente, incluso las neurosis infantiles que sirven de núcleo a la neurosis del adulto. Resolver los conflictos neuróticos significa reunir con el Yo consciente aquellas porciones del Ello, el Superyó y el Yo inconsciente excluidas de los procesos de maduración del resto sano de la personalidad total. El terapeuta aborda los elementos inconscientes por sus derivativos. Todos los componentes repelidos del Ello y del Yo producen derivados (manifestaciones), “híbridos” no conscientes pero altamente organizados de acuerdo con el proceso secundario y son accesibles al Yo consciente El procedimiento que el analista quiere que el paciente emplee para facilitar la comunicación de los derivados es la asociación libre. Estos derivados aparecen en las asociaciones libres, los sueños, los síntomas, los lapsus, los actos fallidos y las actuaciones del paciente. Se pide al paciente que trate dentro de lo posible de dejar venir las cosas y de decirlas sin importarle la lógica ni el orden; ha de comunicar incluso lo que le parezca trivial, vergonzoso o descortés, etc. Dejando que las cosas le vengan a la mente, se produce una regresión al servicio del Yo y tienden a salir a la superficie los derivados del Yo inconsciente, el Ello y el Superyó. La tarea del analista consiste en analizar esos derivados por el paciente. Aunque el que padece una neurosis llega al tratamiento psicoanalítico por el motivo consciente de desear un cambio, hay dentro de él fuerzas inconscientes que se oponen al cambio y defienden la neurosis y el statu quo. Estas fuerzas se oponen a los procedimientos y procesos de tratamiento y se denominan resistencias. Las resistencias proceden de las mismas fuerzas del Yo que forman parte del conflicto neurótico. Las resistencias interfieren con el Yo razonable y han de ser analizadas antes de que pueda hacerse ninguna otra buena labor analítica. Porque sólo puede ser efectivo el insight si el paciente puede tener y mantener un Yo razonable. El Yo razonable es también esencial para la construcción y el mantenimiento de la alianza de trabajo. 1. Teoría de la Técnica Psicoanalítica: Son los movimientos técnicos que cada terapeuta debe llevar a cabo incluyendo, por supuesto, la personalidad del propio psicoterapeuta. Es una especie de epistemología técnica; es como la guardiana de un orden especifico dentro del proceso psicoterapéutico. La ciencia del Psicoanálisis tiene como objeto de estudio la totalidad de los fenómenos de la mente humana y dentro de esa diversidad la cuestión técnica es parte de ellos. 2. La Técnica La técnica se refiere a la forma en que se conduce la psicoterapia. La técnica implica los criterios, principios y tácticas en que se basa con el fin de instrumentar los propósitos. El modo en que se define el rol del terapeuta y el modo en que el terapeuta estructura las sesiones son cuestiones de técnica; el modo en que se comunica la comprensión, en que se formula las Interpretaciones y se regula su ritmo, reflejan consideraciones de índole técnica. Elementos tales como la manera de interrogar, de encarar las preguntas directas como cuando mi paciente me pregunta cuántos años tengo, lo que enfrento es un problema técnico; no solo técnico, por supuesto (porque es preciso comprender el sentido de la pregunta), pero también técnico. Cuando llega siempre tarde, cuando repetidamente niega la validez de mis interpretaciones, cuando cuenta un sueño, cuando guarda silencio, cuando insiste en que debo convertirme en su amigo y consejero, mis respuestas se hallan determinadas, en proporción significativa, por consideraciones de orden técnico. Por ejemplo, las interpretaciones deben ser simples, dar prioridad al aquí-y-ahora por sobre el allí-y-entonces, son principios de orden técnico que ayudan al paciente que reflexione sobre sí mismo y que se conozca mejor.

En pocas palabras es cuestión de técnica, la manera en que el terapeuta lleva sus intenciones a la práctica. Para adoptar una técnica en forma decidida se requiere una convicción que no surge de la teoría sino de la experiencia de su eficacia real en la práctica. Y el terapeuta deberá adquirir esa convicción, que solo la experiencia puede darle, para aplicarla bien. 3. Unos ejemplos de técnica de psicoterapia psicoanalítica. Si el paciente proyecta, mejor interpretar que responder. Por ejemplo: “Tengo la impresión que lo que le cuento hoy no le importa”, en lugar de decir “Sí me importa”, vale decir: “Usted siente la necesidad de creer que no me importa”. Incidentes tales como la tardanza, no llegar a una sesión, olvidar el pago, etc. pueden resultar útiles para la labor terapéutica. La técnica psicoanalítica es un trabajo complicado, ya que su instrumento es el mismo analista que con su personalidad, su preparación y los fundamentos teóricos que aprende analizar al paciente. El objetivo es volver esta comprensión desde la intuición hasta la claridad científica. 4. Partes esenciales de la técnica psicoanalítica en el terapeuta: (destrezas) 4.1 La intuición debe ordenarse de acuerdo con un criterio racional. Por eso, La intuición es parte esencial de la técnica psicoanalítica, ya que para entender al paciente se necesita la presencia de los sentimientos no razonados, sólo descriptibles, pero si se podría hacer teoría sobre la intuición y la empatía. Intuición: Conocimiento claro e inmediato de verdades que penetran en nuestro espíritu sin necesidad de razonamiento. La variedad de situaciones que surgen en el análisis dificulta que se establezcan reglas generales sobre la conducta del psicoterapeuta con cada paciente, ya que cada uno es totalmente distinto. Sin embargo, abandonar el hipnotismo y poner en práctica la asociación libre fue un cambio técnico en la historia del psicoanálisis. (Asociación libre: Método que consiste en expresar sin discriminación todos los pensamientos que vienen a la mente ya sea a partir de un elemento dado (palabra, número, imagen de un sueño, representación cualquiera) o de forma espontánea.) La regla fundamental para el paciente en las terapias analíticas es la asociación libre. Al analizando se le solicita que durante el transcurso de las sesiones explicite lo que siente y piensa, sin censurarlo, y sin que importe que le parezca absurdo, agresivo, banal o le produzca vergüenza o dolor. 4.2 Empatía: la facultad de entender la mente inconsciente de otra persona se basa en muchas y variadas actitudes del analista. La más importante es la capacidad de entapizar que esencialmente es un fenómeno preconsciente. La empatía es un modo de entender a otro ser humano mediante la identificación temporal y parcial. Para lograrla, el analista tiene que renunciar por un tiempo a parte de su propia identidad, y para ello tiene que tener una imagen flexible de si mismo. Es una forma intima, no verbal de establecer contacto. La empatía es un fenómeno no regresivo y está relacionado con las regresiones más o menos controladas de los individuos creativos. Para que la empatía sea efectiva el analista tiene que tener abundantes experiencias personales propias en su vida, las que pueda aprovechar para entender al paciente. Entra aquí además el conocimiento, la literatura, poesía, teatro, cuentos de hadas, culturas, el folclore, juegos, etc. Dado que la empatía nace en la primerísima relación con la madre, parece tener algo de femenino. Para que el analista pueda empatizar sin conflicto debe aceptar su componente maternal. En Psicoanálisis un analista preparado, empático e intuitivo recoge datos no solamente de lo que dice el paciente y de su contexto emocional sino de algo que es exclusivo e inherente del proceso: Los derivados del inconsciente del analizado; esto aparece en la asociación libre: “Los sueños, los síntomas, los lapsus y las actitudes del paciente.” El analista tiene empatía y juicio, así como la resonancia contra transferencial, es decir, está entre lo subjetivo y lo objetivo. 4.3 El encuadre es indispensable ya que da objetividad a la interacción, es decir son los elementos mínimos adecuados para llevar a cabo el análisis en un lugar fijo y adecuado, con un horario preestablecido, frecuencia de sesiones, horario y duración de cada sesión, cancelaciones y vacaciones, etcétera. 5. TECNICAS IMPORTANTES DEL PROSESO EN LA PSICOTERAPIA PSICOANALITICA 5.1 La Catarsis Catarsis es la palabra griega utilizada por Aristóteles para designar el proceso de purga o eliminación de las pasiones que se produce cuando el espectador asiste en el teatro a la representación de una tragedia. El término fue retomado por Sigmund Freud y Josef Breuer, quienes, en los Estudios sobre la histeria, denominaron método catártico al procedimiento terapéutico mediante el cual un sujeto logra eliminar sus afectos patógenos, y después abre actuarlos, al revivir los acontecimientos traumáticos a los que aquéllos están ligados. Algunos pacientes después de expresarse amargamente en contra de su padre, o de llorar frente al psicoterapeuta o de comunicar libremente alguna perversión o acto incestuoso, se dejan abatir por un gran sentimiento de culpabilidad, que impide el devenir natural de la primera entrevista. A veces después de una catarsis se debe dar nombre a los sentimientos expresados. Cuando una lágrima humedezca el ojo del paciente, el psicoterapeuta podrá decirle, ¿eso le hace sufrir, verdad?, con lo cual querrá decir: aquí se puede llorar, si quiere llore”. Algunos pacientes tienen dificultad para expresar sus efectos tiernos hacia sus padres o amigos del mismo sexo, por lo que conviene poner un nombre a esos sentimientos.

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La REPRESIÓN es un mecanismo inconsciente, mediante el cual son rechazadas o reprimidas las emociones o sensaciones desagradables que, de permanecer en nuestra mente consciente la desorganizarían o la mantendrían en un estado constante de angustia. Freud puso en práctica el sistema de hacerles hablar recostados cómodamente en un diván. Los pacientes iban diciendo cuanto se les ocurría aunque no tuviera sentido ni hilación. Freud anotaba todo y del examen de sus apuntes tomados durante varias sesiones llegaba a descubrir los hechos que dieron lugar a la emoción negativa la cual, al ser reprimida en el inconsciente, inició el proceso anteriormente explicado. Este procedimiento de hacer hablar al paciente, parecido en cierto modo a una confesión, es lo que denominó PSICOANÁLISIS, que significa análisis del alma. 5.2 La Regresión Sandler (1986) Es el resurgimiento de tendencias pasadas, a menudo infantiles, en momentos en que dan lugar a pensar que tales tendencias representan la reaparición de modos de funcionamiento que han sido modificados o abandonados en el curso del desarrollo individual del paciente. Pueden afectar el funcionamiento de la personalidad, pueden ser más o menos transitorias o permanentes, leves o severas. Brenner (1983) ocupa una posición importante entre las operaciones defensivas del YO, también se trata de un mecanismo de mayor importancia que la de su función defensiva en sí, puesto que la tendencia a la regresión es una característica pulsional de nuestras vidas. Su valor como defensa reside en que, por ejemplo, frente a los conflictos graves por deseos en la fase fálica del desarrollo pulsional, esos deseos se pueden abandonar por completo o en parte, y retomar a los de una etapa previa, anal u oral, para evitar así la angustia que causaría la persistencia de los deseos fálicos. La importancia de la regresión como características de la vida pulsional está relacionada con los puntos de fijación. En efecto cuando se produce la regresión, suele ser hacia un objeto o modo de gratificación al cual el individuo está fijado. En este sentido el término de regresión se refiera al retorno a un modo u objeto primitivo de gratificación. Menninger (1974) Describe con gran detenimiento a la forma en que la situación analítica propicia la regresión en el paciente. Al parecer, la asociación libre del paciente y la actitud abstinente del terapeuta, favorecen una actitud regresiva en el paciente; este tiene el privilegio de decir lo que piensa a una persona que escucha y que se abstiene de toda interrupción inoportuna o desalentadora. Esto hace experimentar, al mismo tiempo, gratificación y frustración crecientes. Dicha tendencia regresiva implica fluctuaciones y variaciones en la autoestima, autoimagen y el Ideal del Yo. IDEAL DEL YO: Instancia de la personalidad que resulta de la convergencia del narcisismo (idealización del Yo) y de las identificaciones con los padres, con sus sustitutos y con los ideales colectivos. Como instancia diferenciada, el Ideal del Yo constituye un modelo al que el sujeto intenta adecuarse. El paciente que entra a tratamiento, ya está en cierto nivel de regresión también llamado frente inicial, o modo particular de encarar la vida cotidiana Niveles sucesivos del Frente Inicial: a. El individuo relativamente maduro cuya actitud inicial es: “Me encanta (conscientemente) tener la oportunidad de colaborar con el terapeuta y de aprovecharla para descubrir la manera de utilizar mejor mis potencialidades”. b. El individuo cuya actitud inicial es: “Tengo problemas que no he podido resolver solo y estoy dispuesto a colaborar con el terapeuta para aprender a hacerlo”. c. El individuo cuya actitud inicial es: “No sé qué hacer, pero quiero saberlo; tal vez este método sirva para aliviar mi sufrimiento”. d. El individuo que plantea su necesidad en términos de: “Hágame el milagro”. Esta modalidad se encuentra en el nivel inferior de regresión. Durante el transcurso del tratamiento, un mismo paciente puede presentar estos cuatro niveles de regresión; sus actitudes y su dependencia emocional respecto al psicoterapeuta pueden volverse cada vez más infantiles. Después volverá a crecer, pero por el momento será guiado por una inteligencia más madura. En la Psicoterapia psicoanalítica, la regresión se presenta durante el tiempo de la sesión para que se le escuche, se le vea, se le utilice y, en última instancia, se le resuelva. En ocasiones se le llama también neurosis de transferencia. Otro de los aspectos de la situación analítica que influye en la presentación del fenómeno regresivo es la frustración, dependiendo de la fijación anterior para iniciar el proceso regresivo. Si la fijación es mínima se requiere mucha frustración; pero si las fijaciones son muy intensas, bastaran leves frustraciones para poner en marcha la regresión. La regresión suele ocurrir después de periodos de relativa desorganización y de regresiones temporales. FRUSTRACION: Condición del sujeto que ve rehusado o se reúsa la satisfacción de una demanda pulsional. Coartación de una meta pulsional o conductual ya sea por factores internos o externos. La frustración del paciente no solo proviene de la falta de respuesta t de la imprevisibilidad del terapeuta, sino también de la auto frustración, al percatarse de que, a lo largo de su vida, ha recurrido a maniobras para tratar de obtener satisfacciones que le han resultado ineficaces y frustrantes. Se Pueden distinguir cuatro aspectos en la regresión:

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a. La naturaleza de lo que se desea del terapeuta. (Simpatía, aprobación, aceptación y elogios; EL paciente quiere ser querido y reconocido, a pesar de sus síntomas, sus fracasos y quejas. Es más quiere incluso pruebas y signos de amor). b. Las técnicas que utiliza el paciente para conseguir lo que desea, (gratificación.) Todo paciente está enfermo precisamente por no haber podido expresar su ira, es decir cada uno de sus síntomas son una expresión de ira en la que el paciente no percibe ni reconoce la emoción original. c. La fuente u objeto indirecto de los esfuerzos del paciente: es el mecanismo de desplazamiento y sustitución. Cambia lo que se desea u las técnicas para lograrlo, también la imagen o prototipo de la persona de la cual se espera obtener lo que se desea. El yo comienza a crecer, elabora su retorno a la realidad, cambia sus objetivos y actitudes poco prácticos por más eficaces. d. La índole y el carácter del mismo paciente. Consiste en un cambio de la perspectiva temporal del paciente. El Yo de la realidad presente es desplazado pero él hace diez, veinte o más años. Puede tener acciones, el tono del habla semejante al de años anteriores, y el mismo se puede dar cuanta de esa realidad con su inteligencia consiente actual. Regresión adaptativa al servicio del Yo: Es una función el YO que permite el relajamiento de la agudeza cognitiva y de los modos del proceso secundario para facilitar la emergencia de formas de ideaciones inconscientes y preconscientes más móviles. Involucra la capacidad de interrumpir y revertir la regresión, y volver al proceso secundario del pensamiento. También es la capacidad del Yo para utilizar la regresión de manera adaptativa y producir nuevas configuraciones e interacciones creativas. Regresión Clínica: consiste en la relación con los objetos. Esto es, cuando una persona tiene un tipo de reacción frente a la madre, evoluciona en una relación hacia el padre y hacia los hermanos, luego, de repente la vemos actuar nuevamente frente al padre como si reaccionara en aquella forma primitiva hacia la madre. La regresión no se observa como una conducta aparatosa y dramática, puede observarse en sutil cambio de postura, en un acto fallido, en un lapsus linguae, en un acting out, o cualquier conducta infantil casi impredecible. METAS E INDICACIONES DE PSICOTERAPIA PSICOANALÍTICA En lo que concierne a las metas terapéuticas de psicoterapia psicoanalítica, se postulan en términos de hacer consciente lo inconsciente (fórmula topográfica), ampliar el territorio del Yo o más autonomía del Yo (fórmula estructural) y conseguir la distinción entre Yo y objeto, es decir, salir de una relación simbiótica o fusional (fórmula objetal). Estos planteamientos condensados como son, implican fortalecimiento de la complementación del p r i n c i p i o d e l d i s p l a c e r - p l a c e r c o n e l d e l a r e a l i d a d , a u m e n t o d e l a g e n i t a l i d a d y d e la capacidad de sublimación, disminución de la represión con la consiguiente liberación de energías que se destinan a trabajar, crear o amar. La distinción entre Yo y objeto supone la aceptación de los demás seres humanos dotados de una vida propia (alteridad) e independiente del sí mismo, lo cual, a su vez, implica el cuidado depresivo por el objeto. No necesariamente se busca aplastar el narcisismo; más bien se intenta reemplazar el narcisismo ciegamente egoísta por un enriquecimiento de las estructuras narcisísticas del Yo, ligado a las fuentes básicas de autoestima, y en el cual el dar a los objetos constituye en sí mismo una situación de goce sopesado, así implique un cierto grado de renuncia. Las fórmulas anteriormente expuestas se reflejan también en un aumento de la tolerancia a las frustraciones de la vida; aceptación de las propias limitaciones, pero también desarrollo de las potencialidades; enrique-cimiento de la capacidad de fantasía; disminución de la rebeldía incontrolada y también el conformismo exagerado; ampliación del horizonte vital global. Clásicamente se consideraba que el paciente ideal para el psicoanálisis es un adulto joven afectado de una neurosis de transferencia y con ciertas calidades básicas de inteligencia, introspección mínima y elasticidad del Yo, favorecedores del tratamiento. Por supuesto, el paciente ideal difícilmente existe y, por otra parte, el campo de acción psicoanalítico, en la medida en que se profundiza en su teoría y técnica, se amplía para extender el rango de acción a las diferentes técnicas del psicoanálisis de niños, a las crisis vitales, al trabajo con personalidades narcisísticas y fronterizas; a las adaptaciones a las enfermedades crónicas y al trabajo con esquizofrénicos, sea en el contexto del modelo básico o con cambios de éste, que desembocan en las p s i c o t e r a p i a s p s i c o a n a l í t i c a m e n t e o r i e n t a d a s . El psicoanálisis es un tratamiento largo, ambicioso, difícil y costoso; de allí el desarrollo de terapias más breves, dirigidas a entidades patológicas, situaciones y pacientes específicos, y a las modalidades de psicoanálisis de grupo, de pareja o de la familia. El psicoanálisis, empero, es simultáneamente terapia e investigación y los resultados obtenidos continúan nutriendo las aplicaciones clínicas modificadas, el terreno de lo psicosomático y las vicisitudes y fenómenos de la vida humana, en situaciones extremas y en la creatividad. LA CONTRATRANSFERENCIA: Conjunto de las reacciones afectivas conscientes o inconscientes del analista hacia su paciente Distorsión inconsciente que se caracteriza por ser una relación de objeto especifica. Consiste en proyectar sobre el paciente sentimientos que no le corresponden, sentimientos que en realidad el analista sintió hacia otras personas en el pasado, y ahora son transferidos hacia el paciente. Tal distorsión inconsciente se caracteriza por ser una repetición del pasado. Desarrollo: Freud, que en sus obras analiza largamente la noción de trasferencia, da igualmente un lugar, aunque de modo mucho más puntual, a otro fenómeno, aparentemente simétrico, la contratransferencia. Sin embargo, bien parece que este lugar es definido esencialmente por Freud en términos negativos. La contratransferencia constituiría lo que, del lado del analista, podría venir a perturbar la cura. En una cura, escribe, ningún analista va más allá de lo que sus propios complejos y resistencias se lo permiten. Por eso conviene que el analista

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conozca sus complejos y resistencias a priori inconscientes. A partir de allí se ha impuesto por otra parte lo que se ha podido llamar la segunda regla fundamental del psicoanálisis, a saber, la necesidad de que el futuro analista esté él mismo analizado tan completamente como sea posible. Lacan no niega que el propio analista pueda tener algún sentimiento hacia su paciente y que pueda, interrogárse sobre lo que lo provoca, ubicarse un poco mejor en la cura. Sin embargo, el problema que plantea la teoría de la contratransferencia es el de la simetría que establece entre analista y paciente, como si los dos estuvieran igualmente comprometidos como personas, como egos, en el desarrollo del psicoanálisis. En este punto, es necesario volver sobre la trasferencia misma. Ciertamente, esta se establece en diversos planos, y no se puede negar que el paciente percibe ocasionalmente la relación con su analista como simétrica, suponiéndole por ejemplo un amor semejante al de él o inclusive viviendo la situación en la dimensión de la competencia o la rivalidad. Pero la trasferencia está dirigida fundamentalmente a un Otro más allá del analista. Es en esta destinación donde una verdad puede alumbrarse. La trasferencia toma una dimensión imaginaria en el analista, sin embargo, no debe reforzarla, lo que haría si se representara la relación analítica como una relación interpersonal, relación en la que trasferencia y contratransferencia se respondieran en eco la una a la otra. Por último, si el término contratransferencia no es pertinente, es porque el analista, en el dispositivo de la cura, no es un sujeto. Más bien hace función de objeto, ese objeto fundamentalmente perdido, ese objeto que Lacan llama objeto a. La cuestión a partir de allí no es saber lo que experimenta, como sujeto, sino situar lo que, como analista, puede -o debe- desear: cuestión ética, se ve, más que psicológica. En realidad la contratransferencia es un fenómeno que puede influir de manera negativa en el ámbito clínico, y por ende afectara la vida del paciente y terapeuta. De manera, que es de vital importancia que el terapeuta esté libre de prejuicios, asistiendo a terapia, si, me refiero a que es necesario sacar de nuestro ser todo aquello que se recibe de los pacientes, ya que de una o de otra manera, en determinado momento ha de salir. Por ello, es importante que el terapeuta, asista a terapia para poder “descargar” todas aquellas situaciones que recibe de su paciente, en caso contrario, esta dable a realizar una contratransferencia con el paciente. Hemos llegado a ser conscientes de la contratransferencia que surge en el psicoanalista, como resultado de la influencia del paciente (persona del presente) sobre sus sentimientos inconscientes (sentimientos del pasado), y estamos casi inclinados a insistir en que debe reconocer esta contratransferencia en sí mismo y superarla. Se recomienda a los futuros psicoanalistas primero su propio tratamiento, luego el autoanálisis, y, finalmente, un re análisis cada cinco años, con el fin de que esta distorsión sea superada. La capacidad del análisis de tomar contacto con las proyecciones de sus pacientes y hacerlas conscientes es equiparada por Bion a la capacidad de reverie (ensueño) de la madre como órgano receptor de las auto sensaciones del niño. La contratransferencia puede verse a través de algunos aspectos que comprenden la relación de objeto. Puede tomar la forma de sentimientos, pulsiones, deseos, temores, fantasías, actitudes, ideas o defensas. a. Incapacidad de comprender determinados tipos de material que atañen a problemas personales del psicoanalista b. Sensación de depresión o incomodidad durante o después. c. Descuido de lo concerniente a lo convenido. d. Somnolencia persistente del psicoanalista durante la sesión. e. Excesiva o escasa asiduidad en pacientes. f. Experimentar reiteradamente sentimientos eróticos o afectivos hacia sus pacientes. g. Permitir y hasta fomentar la resistencia en forma de actuación. h. Utilizar recursos narcistas en busca de seguridad. i. Cultivar la continua dependencia del paciente. j. Afán de hace chismes profesionales respecto. k. Mordacidad sádica e innecesaria en la formulación de comentarios e interpretaciones. l. Creer que el paciente tiene que curarse para fomentar la reputación y el prestigio del psicoanalista. m. Mimar el caso. n. Derivar una satisfacción consciente de los elogios. o. Perturbarse por los persistentes reproches y acusaciones del paciente. p. Discutir con el paciente. q. Seguridad prematura de que el paciente no tendrá ansiedad o dicho con mayor precisión, incapacidad de calibrar el grado de frustración optimo. r. Tratar de ayuda al paciente fuera del psicoanálisis, por ejemplo hacer ciertos arreglos financieros o de vivienda. s. Tendencia compulsiva a marcar ciertos puntos. t. Súbito aumento o disminución de interés en un determinado caso. CONTRARRESISTENCIA: Rechazo subjetivo del analista, es decir una resistencia del psicoterapeuta. El camino para superar la contra resistencia está en buscar y encontrar la causa de la resistencia del analizado, de la que el analista se hizo eco en su contrarresistencia.

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El psicoterapeuta percibe las características del paciente debido a que éste, con su propia transferencia y con todos los elementos de su personalidad, intenta producir cambios sintónicos en su yo, que le permitan, a la vez, así, el paciente intenta intensamente, en una y otra vez, que el psicoterapeuta se convierta en esa figura generada en su infancia que le permitan justificar su actual conducta. Otro tipo de contratransferencia es la indirecta, la cual consiste en cualquier respuesta emocional sobre el tratamiento de un determinado paciente. Durante el proceso psicoterapéutico el paciente intenta una y otra vez lograr su propósito, es decir, que el psicoterapeuta repita contra referencialmente lo que él demanda ya sea en forma complementaria o concordante. Podríamos decir que intentan que el psicoterapeuta se vuelva tan incapaz de ayudarlos como lo fueron sus progenitores y en esa forma intentan cobrar venganza de todo lo que sufrieron. El terapeuta tiene que luchar una y otra vez para no ser encajonado en ese papel de incapacidad.

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