Resumen Pomeroy Cap 2 (Antigua II)

POMEROY- Capítulo 2: La “Edad Oscura” de Grecia y el “Renacimiento” del siglo VIII (Ca. 1150-700 A.C) Este período comie

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POMEROY- Capítulo 2: La “Edad Oscura” de Grecia y el “Renacimiento” del siglo VIII (Ca. 1150-700 A.C) Este período comienza luego de la caída de los centros palaciales y se caracteriza por grandes pérdidas culturales (cesó la construcción de edificios monumentales de piedra, se olvidó el arte de la escritura y disminuyó drásticamente el uso de bronce y otros metales luego de la ruptura de lazos comerciales) además de un descenso demográfico. La edad oscura puede dividirse en dos etapas: 1150-900 a.c. y 900-750 a.c. aproximadamente. En la primera etapa, más turbulenta que la segunda, Grecia es el escenario de incursiones y movimientos de población esporádicos, pero a la vez es aquí donde aparecen los primeros indicios de recuperación y progreso. Durante la segunda fase experimentó una aceleración que finaliza en un salto cultural que permite el Renacimiento del siglo VIII. Fuentes para la Edad Oscura El estudio de este período se ve dificultado por la escasa cantidad de restos de cultura material. Sin embargo, esta dificultad se va superando gracias a una nueva fuente de información: los poemas homéricos. Si bien éstos narran sucesos del período micénico, su trasfondo social encaja con la arqueología de la Edad Oscura, más precisamente con el período comprendido entre finales del siglo IX y principios del siglo VIII. Los poemas de Hesíodo, tienen la misma función en torno al año 700 a.c. Decadencia y recuperación (ca. 1150-900 A.C) La ausencia de objetos caros evidencia la decadencia de este período. Sin embargo, la cerámica fue muy abundante y sirve como indicio para poder rastrear el progreso que se produjo en este lapso de tiempo. Durante el punto de máxima decadencia (1125-1050) la cerámica presenta un estilo de agotamiento, una copia borrosa de la cerámica micénica, lo cual indica la existencia de una sociedad sumida en la depresión económica y cultural. La fuerte caída demográfica del período se relaciona al hundimiento del sistema redistributivo, al letargo económico y a los grandes movimientos de población que a menudo eran acompañados de violencia. Desaparecieron el wánax (rey) y sus ejércitos de “funcionarios” que sostenían al complejo sistema redistributivo. Sin embargo, esta caída de la organización palacial no significó que Grecia se sumergiera en un estado de primitivismo: la vida cotidiana de las aldeas continuó ininterrumpidamente. Se continuaron los mismos cultivos y las mismas fabricaciones. Se conservaron las técnicas de los artesanos aunque a niveles inferiores. Desapareció la demanda de incrustaciones de metal y otros objetos/materiales elitistas. En lo que respecta a la religión, fue una época de continuidad y discontinuidad. Los modos de venerar se mantuvieron, pero este culto religioso se desplazó de los palacios a las aldeas. El primer signo de recuperación aparece aproximadamente en 1050 cuando diversos grupos originarios de Grecia continental empezaron a emigrar a las islas del Egeo y a las costas de Asia Menor. Un segundo signo de recuperación fue el dominio del proceso de fundición y elaboración del hierro. A partir de 1050 surgen las pequeñas industrias siderúrgicas. La Edad del Hierro hace su aparición en Grecia.

Esta recuperación es evidenciada en el nuevo estilo de cerámica: el protogeométrico (1050-900), más refinado que el anterior. Esto fue posible gracias al mejoramiento y desarrollo de nuevas técnicas. A partir del año 1000 es posible detectar un aumento demográfico, aunque muy leve. Aunque no fue uniforme en toda la región, el progreso fue constante. Se reanudó el comercio exterior a niveles muy reducidos. Hacia finales del siglo X cesaron los movimientos de población, lo cual permitió que Grecia alcance una estabilidad pérdida desde la caída de los palacios. En 900 a.c. la civilización griega se encontraba en el umbral de una nueva era. La sociedad de la Edad Oscura Primitiva Con la caída palacial, los antiguos centros y las aldeas periféricas se encontraron en una situación de bastante independencia política y económica. A esto se suma el descenso de población que hizo que sobraran tierras. Así se aprovecharon las más fértiles que bastaban para las pequeñas comunidades agrícolas. En estas comunidades agrícolas, las funciones gubernamentales y las jefaturas eran sencillas y se desempeñaban directamente. Los restos arqueológicos muestran que la diferenciación social entre jefes y resto de población era escasa. El basileús En el período abarcado por la Edad Oscura se produjo un proceso de descentralización del poder. El wánax (rey) desapareció, pero el título pasireu, que corresponde a un rango inferior, permaneció. La función que desempañaba el pasireu, (durante la Edad Oscura llamado basileús) era el de ejercer la alcaldía de una ciudad. La diferencia entre el pasireu micénico y el de la edad oscura reside en que el segundo ya no debía cumplir órdenes ni dar informes a ningún wánax. Este término (wánax) pasó a ser usado como sinónimo de un basileús honorífico. En los textos literarios, entre ellos los poemas homéricos, suele traducirse el término basileús como rey, pero esto es erróneo. Los basileis fueron caudillos de la edad oscura. En términos antropológicos se los designaría jefes, hombres con poderes menores que los de un rey. Sin embargo el basileús era un hombre de suma importancia para su comunidad. Las residencias de los basileis de la Edad Oscura revelan que eran personajes importantes en sus aldeas y en l zona circundante. Aunque los jefes gozaban de la posición más elevada de la comunidad, es evidente que su estilo de vida no era demasiado distinto del de sus vecinos. La evidencia arqueológica de la Edad Oscura demuestra que la economía, el gobierno y otras instituciones no sufrieron muchos cambios durante el curso de esta época. Resurgimiento (ca. 900-750 A.C.) El ritmo de progreso material se aceleró hacia el 900 a.c. Esto se infiere a partir de la evidencia cerámica, en la cual se puede detectar el curso de su evolución y progreso tanto en diseño como en calidad de materiales y procesos de fabricación. Además comenzaron a circular nuevamente artículos de lujo. Todo este progreso permitió conseguir materias primas en el extranjero, entre ellas el bronce, lo cual significa que se reanudaron los lazos comerciales. En los siglos IX y VIII comienzan a aparecer más frecuentemente artículos de lujo, nacionales y extranjeros, en los enterramientos.

Homero y la poesía oral Los poemas épicos son relatos bastante largos que cuentan una historia en verso y eran cantados o recitados ante el público. Los grandes poemas épicos son la Ilíada y la Odisea de Homero, su composición se sitúa entre el 750 y 720 a.c. Siendo la primera unas cuantas décadas anterior a la segunda. De modo tal que se llegó a dudar acerca de si ambas pertenecen al mismo autor. La Ilíada cuenta la acción de unos cuarenta días antes del último año de la Guerra de Troya, mientras que la Odisea cuenta el regreso de Odiseo a su patria. La sociedad de finales de la Edad Oscura (Homérica) La sociedad homérica se sitúa hacia el año 800 a.c. La misma se parece tanto en su estructura general, como en sus detalles al tipo de organización social que los antropólogos llaman “caudillaje”. Si bien en los poemas homéricos se recurre a la exageración y escenas fantásticas, necesitan tener un anclaje en la realidad para obtener veracidad, y es aquí donde se apoyan los estudios de esta sociedad. El caudillaje en los textos homéricos Los caudillos eran jefes regionales de un determinado demos (comunidad rural, se refiere tanto al territorio que ocupa como a sus habitantes). Los caudillajes regionales en los que se dividía la sociedad homérica eran versiones simplificadas de los reinos micénicos. La distinción entre ambos, radicaba en que el jefe supremo ejercía un control limitado sobre los diferentes distritos de su demos. Los jefes locales eran fundamentalmente independientes. Los caudillos y sus seguidores La poesía homérica nos brinda una descripción de cómo eran estas jefaturas: el título de basileús pasaba de padres a hijos. Pero esto no era suficiente, el heredero debía ser competente en su papel de dirigir al pueblo en la guerra y en la paz. Además debía asegurarse la obediencia de los jefes locales de los demos. Queda claro que ser el heredero legítimo no era garantía de la sucesión, un ejemplo de esto es el de Telémaco, hijo de Odiseo, quien corre el riesgo de ser derrocado y usurpado. También existían dos requisitos para la soberanía: la destreza en el campo de batalla y la capacidad de persuasión. Esto es importante ya que la categoría de un caudillo se mide por el número de guerreros que le siguen. El caudillo que no se muestre ser un buen guerrero tendrá pocos hombres dispuestos a seguirlo. Todos los basileis (locales y supremos) tenían su propio séquito personal. Estos hombres eran llamados por un caudillo para acompañarlo y se llamaban entre si hétairoi (compañero). El basileús podía reunirlos para realizar excursiones de pillaje (asalto a otros demos). Por lo general, los reclutaba agasajándolos con un gran banquete para estrechar lazos. El pillaje constituía una forma de vida en la sociedad homérica. El botín además de brindarle riquezas tanto al jefe como sus hombres, era una posibilidad de demostrar su virilidad, su destreza y su valor y, también, les proporcionaba honor y gloria. La clave de la relación entre el soberano y el demos era la reciprocidad (la correspondencia mutua y equitativa). Lo que se da y lo que se recibe debe equilibrarse mutuamente. La equidad es la norma que rige el reparto de los despojos de la guerra. Un

caudillo que no atendiera esta norma corre el peligro de que sus seguidores le pierdan el respeto. Pese a la gran autoridad que le confiere su posición, un basileús tiene una capacidad limitada de obligar a otros a aceptar su primacía. Es un caudillo, no un rey. El gobierno a finales de la Edad Oscura Las instituciones gubernamentales de este período eran pocas y sencillas. Había un consejo, llamado boulé, formado por los jefes locales y el caudillo supremo, quienes se reunían para definir la política de todo el demos. El basileús presidía las reuniones y escuchaba consejos de los ancianos, que era el nombre que recibían los miembros de la boulé y que podían ser perfectamente jóvenes. Sus decisiones eran presentadas al agorá (asamblea del pueblo), a la cual asistían los varones en edad de combatir y los ancianos. Además de la función de jefe militar y político, el basileús desempeñaba un papel religioso y judicial en su comunidad. Su obligación era presidir los sacrificios públicos ofrecidos a los dioses. La única ley era la costumbre (las tradiciones de la comunidad en relación con lo que estaba bien o estaba mal en determinadas situaciones). Cualquier conflicto era solucionado entre las familias implicadas, cuando no se llegaba a un acuerdo se recurría a un tribunal. El consejo, la asamblea y el tribunal de justicia constituyen todos los órganos de gobierno existentes en Homero. Relaciones exteriores Las relaciones “diplomáticas” entre un caudillaje y otro las llevaban a cabo los propios caudillos o algún compañero leal. La “hospitalidad” (xenía) era la relación de reciprocidad en virtud de la cual los xénoi estaban obligados a ofrecerse mutuamente protección, alojamiento, y ayuda cuando uno se trasladara al demos de otro. Esa relación se transmitía de generación en generación entre las familias de xénoi. La hospitalidad era un medio imprescindible para mantener las relaciones con el exterior durante la Edad Oscura, pues cuando un extranjero llegaba a un demos no teníu ningún derecho y podía recibir malos tratos e incluso ser asesinado. Valores sociales y ética El código de conducta de los varones homéricos giraba en torno a la guerra. El adjetivo agathos (“bueno”) limita su significado a las cualidades de valentía y destreza en la guerra y en los ejercicios atléticos. La palabra opuesta, kakós (“malo”) significa cobarde o inútil en el campo de batalla. El varón bueno debe combatir en defensa de su comunidad y está obligado a comportarse con valentía. También debe honrar a los dioses, mantener sus promesas y juramentos, ser leal con sus amigos y compañeros de armas. Debe mostrar dominio de si mismo, ser hospitalario, respetuoso con mujeres y ancianos. Debe ser misericordioso y demostrar compasión. Sin embargo para ser calificado de agathos el único criterio necesario es ser un buen guerrero. Una sociedad de guerreros está obligada a imbuir a sus futuros combatientes un gusto salvaje por realizar obras crueles y sentir placer al aniquilar al enemigo.

Un elemento importante del éthos de los varones griegos era un fuerte espíritu de competitividad. Toda la sociedad está impregnada de este instinto. Su único objetivo es ganar time (honra y respeto), el reconocimiento público de la propia valía y de los propios actos. La adhesión a la ética competitiva inducía a los hombres a realizar grandes hazañas y contribuía a mantener la posición de caudillo. Las mujeres eran tratadas con respeto y contaban con muchas libertades. Las cualidades que definían a una mujer “buena” estaban estrictamente relacionadas a su papel doméstico: ser buena esposa y buena madre. Eran honradas por su belleza, su destreza y su habilidad en el telar y en la administración de la casa. Esclavitud La esclavitud no tenía nada de malo para los griegos. Esta institución floreció en la antigüedad de Grecia. Ser esclavo era algo terrible, pero poseer uno era estupendo. Los esclavos eran un producto colateral de la guerra y el pillaje. Religión En el siglo VIII, la religión griega había alcanzado la forma que tendría durante el resto de la Antigüedad pagana. A partir de 700 a.c. los griegos adoptaron o asimilaron otros dioses originarios del Oriente Próximo y Egipto. El culto homérico tenía 2 rasgos principales: El politeísmo (adoración de numerosos dioses y diosas); y las formas rituales de honrar a los dioses con sacrificios y plegarias, procesiones, músicas, danzas e himnos. La religión griega era formal, ritualista y colectiva. Los griegos desarrollaron una concepción antropomórfica de sus divinidades y los representaban como hombres y mujeres idealizados con poderes especiales para dominar y dirigir la naturaleza. Los griegos adoraban a los dioses por el respeto que les inspiraba su poder y su capacidad de hacerles bien o causarles daño: Los dioses exigían que se reconociera su poder a través de las ofrendas y otros signos de respeto. Los actos condenados por las religiones en general (asesinato, adulterio), tenían sin cuidado a los dioses griegos, ellos condenaban ante todo la ruptura de juramentos y el maltrato a mendigos, extranjeros y suplicantes. La no existencia de un paraíso después de la muerte, demostraba que a la religión olímpica le preocupaban mucho mas el aquí y ahora, y la posibilidad de propiciarse el favor especial de los dioses a través de la realización de ciertos ritos formales. Los sacerdotes y sacerdotisas especializados procedían casi exclusivamente de las clases más altas. Los sacerdocios aumentaban el prestigio de las familias dirigentes y de eso modo reforzaban sus pretensiones de autoridad, Comunidad, familia y economía a finales de la Edad Oscura Las aldeas griegas eran comunidades permanentes, fuertemente cohesionadas. Las familias que las integraban llevaban viviendo en ella desde hacía innumerables generaciones y sus habitantes contraerían matrimonio con miembros de distintas familias de la aldeas o de otras aldeas del demos. La pequeña aldea podría compararse con una familia ampliada, en la que el jefe sería una especie de padre. Los diversos asentamientos existentes en el territorio de un demos se hallaban unidos por lazos de parentesco y de interdependencia. Las aldeas podían tener conflictos unas

con otras pero se unían frente a cualquier amenaza exterior. Dentro de los límites formados por los poblados que compartían el nombre del demos (comunidad socia más grande que conocía un griego), una persona o una familia podía vivir y moverse con seguridad. La unidad social más pequeña y fundamental era la familia (oikos). Sus miembros debían preocuparse por su conservación, su independencia económica y su condición social. Oikos significa casa, pero no sólo se refiere a la morada sino que también a la familia, la tierra, el ganado y todas sus propiedades y bienes, incluidos los esclavos. Esta sociedad era patrilineal y patriarcal. El padre era la autoridad suprema y cuando moría, sus propiedades se repartían en partes iguales entre sus hijos. Una práctica generalizada entre los caudillos era acoger en su familia al marido de la hija, en contradicción con la norma habitual. Esto era para quedarse con la fuerza del trabajo del marido. La finalidad de esta costumbre era maximizar la fuerza de combate y de trabajo del oikos. Otra estrategia para incrementar la mano de obra era que el jefe del oikos engendre hijos con las esclavas. Estos hijos tenían un rango inferior a los hijos legítimos, eran miembros de pleno derecho de la familia y formaban parte de su fuerza de combate y de trabajo. Los caudillos reforzaban también su oikos reclutando hombres con los que no estaba emparentado en calidad de “subalternos”, que servían ala familia en tiempos de paz y como combatientes en la guerra. El principal objetivo era tener el mayor número posible de miembros. Todos los miembros de un oikos realizaban una parte del trabajo. La mayor parte del trabajo en un oikos rico, lo realizaban los esclavos de ambos sexos y trabajadores asalariados llamados thetes (hombres pobres en condición de libres). El principal recurso económico de cualquier familia era la parcela de tierra llamada kleros. A partir del siglo VIII, la escasez de tierras se generalizaría y se convertiría en un grave motivo de tensiones entre la minoría acaudalada y la masa cada vez mayor de pobres. Durante la Edad Oscura la economía de las familias corrientes y privilegiadas, se diferenciaba por la magnitud de mano de obras en unas y otras. La mayor diferencia económica entre familias ricas y pobres radicaba en el número de animales que poseía cada una. Solo la elite podía disponer de la mano de obra necesaria para el desarrollo de la ganadería a gran escala. La riqueza en animales era, por consiguiente, la riqueza de prestigio. En esa economía animal se producía cierto de circularidad. Los caudillos mataban grandes cantidades de animales con la intención de reclutar guerreros para las incursiones de saqueo, cuya finalidad era, fundamentalmente, adquirir animales para matar. El hecho de que el ganado fuera la medida habitual del valor de otro tipo de objetos es la prueba de la gran estima en la que lo tenía la sociedad homérica. El final de la Edad Oscura El período en el que los movimientos sociales y culturales iniciados a principios del siglo VIII llegarían a su madurez, es conocido como el Renacimiento del siglo VIII. Aquí la sociedad griega experimentó una transformación rápida, se aceleraron los modelos de crecimiento y se produjo una ruptura con el pasado. Aumento de la población, escasez de tierras, y aparición de la aristocracia terrateniente

El generalizado aumento demográfico del siglo VIII tuvo graves repercusiones en la sociedad griega. Este aumento se relaciona con el paso de una economía predominantemente ganadera a una predominantemente agrícola. Las tierras pasaron a dedicarse ala producción de grano. También se desarrollaron métodos más intensivos para incrementar el rendimiento y la variedad de las cosechas. A comienzos del siglo VII ya estaba implantada una economía agraria. Dominada además por una aristocracia de grandes terratenientes. A medida que las tierras de cultivo fueron haciéndose más deseables, los caudillos y otros jefes de las familias destacadas llegaron a poseer una cantidad desproporcionada de las mismas. Un primer indicio de la escasez de tierras fue la emigración de la segunda mitad del VIII por importantes cantidades de gente desde la Grecia continental e insular hacia le sur de Italia, que inició una larga oleada de colonizaciones que acabarían estableciendo docenas de nuevas comunidades griegas desde España hasta el Mar Negro. El problema no consistía en que no hubiera tierras, sino más bien en que las tierras más productivas estaban en manos de una minoría de familias. El comercio La colonización tuvo que ver con la ampliación de los contactos con el Oriente Próximo y la Europa occidental. El comercio a larga distancia por vía marítima se había incrementado. La necesidad de materias primas, especialmente metales, supuso un incentivo para el comercio a larga distancia. A cambio, los griegos exportaban cerámica fina, objetos de metal manufacturados, productos de lana, pieles de vacuno, cuero y, a finales del siglo VII, aceite de oliva, vino, sillares de construcción y de mármol, y plata. El comercio a nivel local se llevaba a cabo a través del trueque. Se intercambiaban alimentos, principalmente, también cerámica y herramientas de metal. Además de artículos de lujo para los más ricos. Las economías locales y regionales podían producir y reproducir por sí solas todo lo necesario para satisfacer los deseos y necesidades de la gente sencilla. Labradores, artesanos, marinos, carreteros, constructores, etc. encontraron nuevas oportunidades económicas en este incremento del comercio y los intercambios. Pero los principales beneficiados fueron los grandes terratenientes. El alfabeto y la escritura Los contactos con Oriente fueron los responsables del hecho cultural más significativos a fines de la Edad Oscura: el alfabeto griego. Se desarrolló hacia el año 800 y se inspiró en el alfabeto fenicio. No hay un acuerdo en cuál fue su objetivo pero existen dos teorías: fijar por escrito la poesía épica y la utilización para fines comerciales y utilitarios. Al ser un alfabeto simple, aprender a leer y escribir era fácil y accesible, por lo cual no pudo convertirse en un instrumento de poder y dominación como, por ejemplo, en Egipto. La alfabetización tuvo una gran repercusión en el desarrollo cultural griego. Sin ella los logros como la historia, el drama y la filosofía no hubiesen sido posibles. Sin embargo, es importante aclarar que la información seguía pasándose oralmente. La oralidad coexistió con la cultura escrita. Arte y arquitectura

La expresión artística más clara fue la cerámica y su evolución tanto en técnicas de fabricación como en diseño. Otra innovación artística duela representación de escenas del mito griego pintadas en vasos o talladas en piezas de metal. Inauguraron la rica y larga tradición de narración plástica en la pintura y la escultura. A partir del 720 o 730 a.c. hubo una fuerte influencia del Oriente Próximo. El templo monumental que constituye la “firma” de lo griego en el terreno de la arquitectura surgió en el siglo VIII. Marcaba una clara diferencia entre las moradas humanas y las divinas. La aparición del templo monumental demuestra que los griegos estaban deseosos de gastar su riqueza, su tiempo y su trabajo en proyectos que daban honra al conjunto de la comunidad. Había numerosos santuarios situados en el campo, lejos de los centros de población. Esto se atribuye a su intención de fortalecer los vínculos religiosos para unir con mayor firmeza al demos pero también para delimitar la extensión del demos frente a las pretensiones de los demos vecinos. Las espesas murallas defensivas de ladrillo y piedra dan testimonio posiblemente de un aumento del número de guerras pero también dan testimonio de la mayor riqueza y el orgullo de las comunidades Panhelenismo Los santuarios y fiestas religiosas dejaron de ser exclusivamente locales, y pasaron a ser panhelénicas (del griego pan- “todo”) ya que atraían devotos de todo el mundo griego. Reforzaban la idea de pertenecer a un único grupo cultural, que tenían en común una misma herencia, una misma lengua, unas mismas costumbres y una misma religión. Los devotos que acudían a estas fiestas participaban en los ritos y sacrificios colectivos a los dioses. En algunos santuarios participaban, también, en los certámenes atléticos. Principalmente los que se hacían en honor a Zeus, fiesta que se celebraba cada 4 años. (Juegos Olímpicos). La aparición del panhelenismo coincidió con el incremento de los contactos con Oriente, circunstancia que contribuyó a fortalecer en los griegos la consciencia de las diferencias culturales. Hacia 750 a.c los griegos quisieron establecer relaciones con su pasado heroico, es por esto que numerosas tumbas antiguas empezaron a recibir ofrendas similares a las de los dioses. Esto es porque creían que los hombres y mujeres de la época heroica tenían facultades para proteger y ayudar a las personas. Asimismo las familias más acaudaladas dieron indicios que dan a entender que pretendían afirmar que descendían de los héroes de antaño. _________________________ La Edad Oscura fue la cuna de la sociedad de la ciudad-estado y de la cultura que vendría después. Las estructuras y las instituciones básicas de la sociedad griega posterior estaban ya firmemente establecidas antes de 800 a.c.