RESUMEN DEL PENSAMIENTO DE LAKATOS

LA METODOLOGÍA DE LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN Lakatos empieza analizando el desarrollo de lo que hoy consideramos co

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LA METODOLOGÍA DE LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN

Lakatos empieza analizando el desarrollo de lo que hoy consideramos como “ciencia”. Así por ejemplo señala cómo se defendía el método inductivo para calificar a algo como ciencia. Sin embargo, a partir de Popper esto cambió: “El probabilismo tiene un rasgo atractivo; en lugar de suministrar simplemente una distinción en términos de blanco y negro entre la ciencia y la pseudo-ciencia, suministra una escala continua desde las teorías débiles de probabilidad baja, hasta las teorías poderosas de probabilidad elevada. Pero en 1934 Karl Popper, uno de los filósofos más influyentes de nuestro tiempo, defendió que la probabilidad matemática de todas las teorías científicas o pseudocientíficas, para cualquier magnitud de evidencia, es cero” (p.12). En este contexto, explica la propuesta “falsacionista” de Popper. Un punto interesante relacionado a la Economía es cuando señala que Para un popperiano el marxismo es científico si los marxistas están dispuestos a especificar los hechos que, de ser observados, les iinducirían a abandonar el marxismo. Si se niegan a hacerlo el marxismo se convierte en una pseudociencia. Sin embargo Lakatos se pregunta si con este criterio, Popper logra resolver el problema y responde con un rotundo “no”. Así afirma que el criterio de Popper ignora la notable tenacidad de las teorías científicas que ya había sido evidenciada por Kuhn: “Los científicos tienen la piel gruesa. No abandonan una teoría simplemente porque los hechos la contradigan”. Sin embargo, una conclusión como la de Kuhn, no nos brinda un criterio de demarcación entre ciencia y pseudociencia. Es en este punto cuando Lakatos propone su programa de investigación científica. Así Lakatos concluye lo siguiente:

“Para Popper, el cambio científico es racional o al menos reconstruible racionalmente y pertenece al dominio de la lógica de la investigación. Para Kuhn, el cambio científico de vm paradigma a otro es una conversión mística que no está ni puede estar gobernada por reglas racionales y que cae enteramente en el terreno de la psicología (social) de la investigación. El cambio científico es una clase de cambio religioso.” (p. 19). En este sentido, Kuhn se propone a desarrollar un proyecto epistemológico que mejore el falsacionismo de Popper y a la vez lo haga inmune a las observaciones de Kuhn (hacia el falsacionismo ingenuo). Posteriormente realiza la distinción entre falibilismo y falsacionismo. Al respecto Lakatos explica las vertientes del falsacionismo: a. Falsacionismo dogmático. Este admite la falibilidad de todas las teorías científicas sin cualificaciones, pero retiene una clase de base empírica infalible. Es estrictamente empirista sin ser inductivista; niega que la certeza de la base empírica pueda ser transmitida a las teorías. Por tanto, el falsacionismo dogmático es la variedad más débil del falsacionismo.

b. Falsacionismo metodológico. Este es una especie de convencionalismo. Así Los falsacionistas metodológicos también señalan que estas convenciones son institucionalizadas y aceptadas por la comunidad científica. Por lo tanto, el veredicto de los científicos experimentales suministra la lista de falsadores «aceptados».

Al respecto, se señala:

Ciertamente si esta «base empírica» entra en conflicto con una teoría, puede decirse que la teoría está «falsada», pero no en el sentido de haberse probado su falsedad. La «falsación» metodológica es muy diferente de la falsación dogmática. Si una teoría está falsada, se ha probado que es falsa; si está «falsada», aún puede ser cierta. Si mediante esta clase de «falsación» procedemos a la «eliminación» real de una teoría, podemos concluir eliminando una teoría verdadera y aceptando una falsa (posibilidad que inspiraría horror a los antiguos justificacionistas)

(…) Sin embargo, el falsacionista metodológico recomienda que se haga precisamente eso. (…) Cuando una teoría ha sido falsada, debe ser eliminada a pesar de los riesgos implicados”.

Ahora bien, el falsacionista metodológico, a diferencia del dogmático, separa rechazo de refutación. Así esta perspectiva propone un nuevo criterio de demarcación: sólo son científicas aquellas teorías (esto es, aquellas proposiciones no «observacionales») que prohiben ciertos acontecimientos observables y que por ello pueden ser «falsadas» y rechazadas manteniendo así una base empírica.

c. Distinción entre falsacionismo ingénuo del sofisticado. El falsacionismo sofisticado difiere del ingenuo tanto en sus reglas de aceptación (o «criterio de demarcación») como en sus reglas de falsación o eliminación. Para el falsacionista ingenuo cualquier teoría que pueda interpretarse como experimentalmente falsable es «aceptable» o «científica». Para el falsacionista sofisticado una teoría es «aceptable» o «científica» sólo si tiene un exceso de contenido empírico corroborado con relación a su predecesora (o rival); es decir, sólo si conduce al descubrimiento de hechos nuevos.

Para el falsacionista ingenuo una teoría es falsada por un enunciado observacional («reforzado») que entra en conflicto con ella (o que decide interpretar como si entrara en conflicto con ella). Para el falsacionista sofisticado una teoría científica T queda falsada si y sólo si otra teoría (T´) ha sido propuesta y tiene las siguientes características: 1) Tiene un exceso de contenido empírico con relación a la primera; esto es, predice hechos nuevos, improbables o incluso excluidos por la antecesora. 2) La segunda explica el éxito previo de la primera; esto es, todo el contenido no refutado de T está incluido (dentro de los límites del error observacional) en el contenido de T, y 3) una parte del exceso de contenido de T' resulta corroborado.

Así, el falsacionismo sofisticado transforma así el problema de cómo evaluar las teorías en el problema de cómo evaluar las series de teorías. Se puede decir que es científica o no científica una serie de teorías, y no una teoría aislada: aplicar el término «científica» a una teoría única equivale a equivocar las categorías. Así, en contra del falsacionismo ingenuo, ningún experimento, informe experimental, enunciado observacional o hipótesis falsadora de bajo nivel bien corroborada puede originar por sí mismo la falsación. Posteriormente, Lakatos entra al punto medular de su libro: Una metodología de los programas de investigación científica.

a) Nucleo firme (heurística negativa). Todos los programas de investigación científica pueden ser caracterizados por su «núcleo firme». La heurística negativa del programa impide que apliquemos el modus tollens a este «núcleo firme».

Por el contrario, debemos utilizar nuestra inteligencia para incorporar e incluso inventar hipótesis auxiliares que formen un cinturón protector en torno a ese centro, y contra ellas debemos dirigir el modus tollens. El cinturón protector de hipótesis auxiliares debe recibir los impactos de las contrastaciones y para defender al núcleo firme, será ajustado y reajustado e incluso completamente sustituido. Un programa de investigación tiene éxito si ello conduce a un cambio progresivo de problemática; fracasa, si conduce a un cambio regresivo.

b) Cinturón protector (heurística positiva). Este consiste de un conjunto, parcialmente estructurado, de sugerencias o pistas sobre cómo cambiar y desarrollar las «versiones refutables» del programa de investigación, sobre cómo modificar y complicar el cinturón protector «refutable». La heurística positiva del programa impide que el científico se pierda en el océano de anomalías.

Así lo que Kuhn llama paradigma, en términos lakatianos sería un programa de investigación científica. Así sentencia: “La historia de la ciencia ha sido y debe ser una historia de programas de investigación que compiten (o si se prefiere, de «paradigmas»), pero no ha sido ni debe convertirse en una sucesión de períodos de ciencia normal; cuanto antes comience la competencia tanto mejor para el progreso. El «pluralismo teórico» es mejor que el «monismo teórico»; sobre este tema. Popper y Feyerabend tienen razón y Kuhn está equivocado” (p. 92). Esta afirmación es interesante en tanto que por ejemplo en la Economía si bien el paradigma dominante es el neoclásico este se ha nutrido de las críticas de otros enfoques como la Economía del comportamiento, la economía institucional, etc. El enfoque de Lakatos nos permite entender muchos de estos aspectos.

LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS

Thomas Kuhn, a diferencia de los epistemólogos que lo preceden, toma bastante relevancia de la importancia de la historia en la epistemología. De hecho, su introducción expresamente señala: Si han de tener como contenido algo más que una pura abstracción, entonces dicho contenido ha de descubrirse observando su aplicación a los datos que tratan de dilucidar. ¿Cómo podría dejar de ser la historia de la ciencia una fuente de fenómenos a los que se podría pedir legítimamente que se aplicaran las teorías acerca del conocimiento?

En efecto, lo que hace Kuhn un análisis histórico de cómo en la práctica funciona la ciencia. Lejos de las ideas falsacionistas de Popper, lo que en la realidad se observava era la formación de teorías que terminan siendo exitosas al explicar un fenómeno que se constituyen en paradigma. Así pese a que su teoría sea falseada el paradigma sigue siendo defendido por la comunidad científica, a diferencia de lo que señalaba el criterio falsacionsita de forma prescriptiva. En este punto ya podemos observar algunos puntos que han sido debatidos ampliamente, ¿los paradigmas son conmensurables? ¿Hay acumulación en el progreso científico? ¿Pueden coexistir? Al respecto, las dos primeras preguntas están ligadas, Kuhn duda que haya acumulación en el conocimiento científico. Sin embargo, al no dar una respuesta contundente el debate queda abierto. A mi modo de ver tal acumulación existe y hay conmensurabilidad entre los paradigmas. Respecto a lo segundo, Kuhn afirma que los paradigmas pueden coexistir, de allí que resulte errónea la crítica de Bunge cuando señalaba esta crítica. Pero veamos, en el libro reseñado Kuhn empieza explicando lo que entiende por “ciencia normal”: la investigación basada firmemente en uno o más logros científicos pasados, logros que una comunidad científica particular reconoce durante algún tiempo como el fundamento de su práctica ulterior. Asimismo trata de especificar concepto de paradigma. Así señala “en adelante me referiré con el término paradigmas a los logros que comparten estas dos

características, término que se conecta estrechamente con el de ciencia normal. Posteriormente especifica que “un paradigma es un modelo o patrón aceptado y este aspecto de su significado me ha permitido apropiarme aquí del término paradigma a falta de otro mejor. Pero como pronto que dará claro, el sentido de 'modelo' y 'patrón' que permite dicha apropiación no es exactamente el mismo que se usa al definir paradigma”. De hecho, siempre tuvo problemas con el uso de este término dada su vaguedad. Posteriormente analiza cómo estas ciencias “normales” terminan enfrentando una serie de anomalías. Por sí solas estas anomalías no producen un cambio de paradigma. Si lo vinculamos con el criterio Popperiano, podríamos decir que la falsación genera algunas anomalías que no obstante, no conducen a un cambio de paradigma. El problema para un paradigma está cuando las anomalías son concurrentes y terminan formando lo que se conoce como “crisis”. Las anomalías terminan constituyendo una crisis del paradigma. Este resulta insuficiente para explicar los problemas que acontecen en la realidad y se termina promoviendo otro paradigma. Este proceso es denominad como “revolución científica”. La historia de la ciencia es pues, al parecer de Kuhn, una de revoluciones científicas. Muchas veces esto ha sido motivo para que autores posmodernos den una lectura relativista de él. Sin embargo, Kuhn es claro al afirmar que es un creyente del progreso científico y que cada cambio de paradigma nos acerca cada vez más a la verdad. Algo interesante que señala en su libro es: “Es hora ya de señalar que hasta hace unas cuantas páginas, el término verdad sólo había aparecido en este ensayo en una cita de Francis Bacon. E incluso en estas últimas páginas ha aparecido tan sólo como fuente de la convicción de los científicos de que no pueden coexistir reglas incompatibles de hacer ciencia excepto durante las revo luciones, cuando la principal tarea de la profesión es eliminar todos los conjuntos de reglas menos uno. El proceso de desarrollo descrito en este en sayo ha sido un proceso de evolución desde los inicios primitivos”. El problema en Kuhn está que si bien nos proporciona una visión interesante de la historia de la ciencia no nos propone un criterio de demarcación entre ciencia

y pseudociencia como sí lo hace Popper y posteriormente, de una forma más sofisticada, Lakatos.