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Resumen: arte latinoamericano colonia Virreinato de Nueva España Entidad político-administrativa establecida por los mo

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Resumen: arte latinoamericano colonia

Virreinato de Nueva España Entidad político-administrativa establecida por los monarcas españoles durante el periodo colonial (inicios del siglo XVI-principios del siglo XIX) en los territorios del actual México (núcleo esencial del virreinato), y que tuvo asimismo jurisdicción sobre algunas zonas actuales del sur estadounidense, el resto de Centroamérica, las islas caribeñas, una porción del norte sudamericano (ya que incluyó durante buena parte de su existencia a Venezuela) y sobre las islas Filipinas. Nueva España fue el nombre que dio Hernán Cortés a las tierras que conquistó, expresando que así la llamaba por las semejanzas que guardaba con España. Esta designación aparece ya oficialmente en una real cédula del emperador Carlos V (el rey español Carlos I), de fecha 15 de octubre de 1522. En un sentido más amplio, el nombre de Nueva España comprendió a todo lo que se encontraba bajo la inicial jurisdicción del virreinato, esto es, a Nueva España en su acepción anterior, además de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, Nuevo León, Nuevo México y Yucatán. Finalmente, con una acepción mucho más amplia llegó a nombrarse Nueva España al conjunto de los distritos de las cinco audiencias a ella vinculadas, las de México, Guadalajara, Guatemala, Santo Domingo (incluida la actual Venezuela) y Manila. Puede añadirse que también la península de Florida quedó sometida durante algún tiempo al virreinato novo-hispano hasta que más tarde quedó sujeta al gobernador general de Cuba. La vida económica del virreinato se apoyaba principalmente en las producciones agrícolas que muchas veces incluían cultivos tradicionales indígenas y otras los introducidos por los españoles. Se desarrolló asimismo, sobre todo en las regiones del norte, la ganadería. Ésta influyó profundamente en la vida y cultura del país. En función de ella florecieron la charrería, las corridas de toros y las de caballos. La minería llegó a tener también un auge muy grande, en especial la explotación de la plata, que hizo famoso a México en el mundo. Desde la segunda mitad del siglo XVII y, sobre todo, durante el siglo XVIII, en la arquitectura, la música, la literatura y otras artes se dejó sentir la eclosión vigorosa del arte barroco. Éste tuvo en México una fisonomía propia e inconfundible. Numerosas iglesias y palacios dan fe de su esplendor. Al igual que no pocas composiciones musicales que se han descubierto en los archivos catedralicios de varios lugares y en algunos conservatorios, como el de Las Rosas, en Valladolid de Michoacán (la actual Morelia). A la par que se siguió cultivando la literatura y la historia, como en el caso de Carlos Sigüenza y Góngora y otros muchos, los jesuitas fomentaron en sus colegios la introducción de la filosofía moderna y el estudio de las ciencias.

Urbanismo En la mayoría de las colonias americanas se implementa el trazado hipodámico o de parrilla, el cual consistía en una planificación urbanística con el trazado de calles perpendiculares entre sí. Esto se debió en gran parte a la influencia de las teorías del renacimiento italiano, la influencia medieval con las bastidas, al resumen de un proceso natural de gradual perfeccionamiento y a la influencia del urbanismo indígena. La rapidez y la casi espontaneidad con la cual viene aceptado y difundido el modelo de la ciudad ortogonal en el suelo americano, se explican por sus innegables ventajas prácticas. Aparentemente no hay motivo para que una calle no sea recta, a menos que se trate de una de las tres siguientes razones que puedan cambiar su decisión. 1- razones de defensa 2- razones topográficas 3- razones rituales o especulación intelectual Aunque las clasificaciones pueden carecer de exactitud, existe una marcada diferencia entre las ciudades portuarias, fortificadas y mineras por un lado, y aquellas que han sido fundadas generalmente con un mero propósito de la dominación política del territorio. Panamá, La Habana o Cartagena, por motivo de su adaptación a la situación topográfica por los sistemas defensivos, por descentrar su plaza principal acercándola a la orilla del mar, reciben múltiples elementos exteriores que moldean su trazado y les imprimen un decidido rasgo de individualidad. Igualmente sucede con las ciudades mineras como Guanajuato. En ambos casos la actividad económica influye positivamente sobre su formación. A este tipo de ciudades con personalidad propia adquirida durante la colonia hay que añadir las pocas en las que las construcciones precolombinas han influido sobre sus trazados como Ciudad México y Cuzco.

Las ciudades solían articularse alrededor de la Plaza Mayor la cual era un espacio situado alrededor de una explanada central surcada de edificios representativos como el Palacio de Gobierno, el Cabildo, la Cárcel, los Tribunales de Justicia, etc. Era además mercado, importante sitio de confrontación social y el epicentro del devenir histórico. Constituía un lugar polifuncional creando una característica simbiosis urbanística de la autoridad laica y la religiosa. Con tan pocos elementos compositivos y por ser su forma de tamaño uniformado, la plaza de una localidad fundada era igual a la de otra.

Arquitectura (siglo XVI) El arte en Latinoamérica va a ser fundamentalmente religioso, marcado por el poder de las principales órdenes religiosas llegadas del viejo continente. En el trazado reticular de las ciudades, con origen en los esquemas romanos filtrados a través de los españoles que los proponen, aparecen las plazas y los monumentos como elementos capaces de tensionar y referenciar el conjunto. La iglesia, edificada junto a la plaza central de las poblaciones, se erige en punto de referencia del espacio urbano. Pese a la uniformidad que las órdenes religiosas, muy centralizadas, van a intentar aportar, las nuevas formas artísticas van impregnándose de variaciones étnicas y geográficas. Las distintas escuelas se diferenciarán tanto por los materiales utilizados para la construcción, específicos en cada zona, como por las tipologías de los edificios en virtud de la función que deban cumplir. En México, los templos de las órdenes religiosas (franciscanos, dominicos y agustinos principalmente) anteriores a 1570 son de trazas góticas. El tipo de construcción es el de iglesia fortificada o convento fortaleza (con algunos precedentes hispanos), de una nave, cabecera poligonal, sin crucero lo que implica y explica la ausencia de cúpula, bóvedas de crucería o de cañón en templos agustinos, y un tratamiento exterior de gran sobriedad, muros desnudos y remates almenados. Los conventos fortalezas no son privativos de ninguna de las órdenes mendicantes y deben su denominación y rasgos específicos a las circunstancias naturales, las necesidades locales y el medio ambiente que prevalecían en aquella época. El carácter de fortaleza de estas construcciones era una necesidad para poder resistir posibles ataques de las recién sojuzgadas poblaciones, en medio de cuyos territorios estaban erigidos lo monasterios. Esta decisión de fortificar el templo y no de amurallar la región es un recurso bastante peculiar del México de la conquista. Los muros son de un espesor descomunal, hechos de mampostería, muchas veces con pedacería de tezontle1 y casi siempre reforzados por sólidos contrafuertes. Las ventanas de los costados son chicas y colocadas a gran altura y la cabecera pocas veces tiene ventanas. La fachada es en general, un gran paño liso, en el que se inscribe la portada, más o menos recargada de elementos decorativos, ya sea renacentistas, platerescos o de concepción local. Junto a estos elementos, la voluntad de evangelización derivará en la construcción de atrios, con capillas para indios o posas en los ángulos. Como ejemplos de conventos franciscanos podemos citar el de Huejotzingo (1550). La influencia indígena se hace notar en lo decorativo, con un tipo de talla de superficies planas a bisel 2. Avanzado el siglo XVI se construyen modelos platerescos, como la portada del templo agustino de Acolman o la de la iglesia de Yuriria. En el último cuarto de siglo ya se puede hablar de renacimiento, que se implanta paulatinamente en tres etapas diferenciadas: una primera muy ligada aún al gótico, una segunda emparentada con el plateresco, y una tercera fase, coincidente con la construcción de las grandes catedrales, caracterizada por el empleo de motivos decorativos más geométricos para buscar contrastes de claroscuro. A esta última etapa corresponde el convento agustino de Actopan (Hidalgo). Convento de Huejotzingo convento fortaleza franciscano situado en Huejotzingo, uno de los ejemplos mejor conservados de arquitectura religiosa de transición entre el gótico y el renacimiento. Las esquinas del atrio están ocupadas por cuatro capillas posas de planta cuadrada rematadas por una cubierta piramidal y falsa bóveda. Están decoradas con elementos renacentistas, como las arquivoltas de los arcos de entrada, y góticos, como los haces de columnas de las jambas o el cordón franciscano a modo de alfiz. Es de gran belleza el retablo principal de estilo renacentista y plateresco que narra la historia de la Iglesia. 1 2

Piedra volcánica porosa, muy ligera, de color rojo oscuro, usada en construcción.

Corte oblicuo en el borde o en la extremidad de una lámina o plancha, como en el filo de una herramienta, en el contorno de un cristal labrado, etc.

Convento de Actopan: convento agustino erigido en Actopan, una de las muestras más representativas de arte virreinal en México. La fachada es un hermoso ejemplo de arquitectura plateresca. Enmarcada por dos pares de esbeltas columnas de orden clásico, está dividida en dos niveles. En el superior destaca un amplio tímpano compuesto por casetones decorados con motivos vegetales, platos de comida y cabezas de ángeles. La capilla abierta está cubierta por una gran bóveda de medio cañón con casetones pintados. Otros elementos a señalar son la pila bautismal de la sacristía, la cocina y la torre de estilo mudéjar rematada por almenas. Capillas abiertas: dependencia conventual destinada a la celebración de la misa frente a un espacio abierto en el que pueden congregarse gran número de personas. Surgen para dar la oportunidad de presenciar y ver los servicios a los catecúmenos que no podían entrar a la iglesia, y por la gran multitud de fieles que de ninguna manera hubieran cabido en el interior de los templos, por lo cual presentaban dimensiones descomunales. La mayoría de las capillas abiertas forman parte de los complejos conventuales levantados en México durante el siglo XVI, aunque también existen algunos ejemplos en Perú. La variedad de modelos constructivos parte de un elemento básico: el arco; éste conecta el recinto en el que se instala el oficiante, de diferente tamaño según los modelos, con el atrio desde el que asisten los fieles. Existen diferentes tipos de capillas abiertas: 1- una sola nave con capacidad solo para el sacerdote oficiante 2- una o dos naves pequeñas precedidas de un pórtico 3- capillas de grandes dimensiones comunicadas con el atrio por arquerías abiertas Capillas posas: pequeñas construcciones situadas en las esquinas de los atrios de los conventos levantados en la América hispana a partir del siglo XVI. Su estructura arquitectónica estaba compuesta por un cubo, abierto en dos de sus lados, unido al muro que circundaba el complejo conventual por los otros dos y cubierto por una bóveda. Su función principal era la de servir de lugar de detención o estación en las numerosas actividades procesionales que formaban parte de los rituales empleados en la evangelización de la población indígena. Estos grupos recorrían el perímetro del atrio, que incluso podía extenderse a la propia plaza del pueblo, donde ocasionalmente también llegaron a construirse posas. Los ejemplos más numerosos se encuentran en México y pertenecen al siglo XVI, como los existentes en Huejotzingo o Calpan, en el estado de Puebla; pero también se levantaron en el área andina. Rasgos fundamentales de la arquitectura del XVI  Tipología fundamental: Convento fortaleza  Hibridación de estilos: gótico, mudéjar, plateresco, renacentista  Monumentalidad y atemporalidad  Significación simbólica-litúrgica  Función dual: defensiva y evangelizadora  No es una arquitectura de autor Estructuras novo-hispanas fundamentales  Atrios  Capillas abiertas o de indios  Capillas posas  Iglesias  Claustros Arte tequitqui Una variante del arte mestizo es el denominado arte tequitqui, palabra náhuatl que significa “vasallo” y que el español José Moreno Villa utilizó para definir “el producto mestizo que aparece en América al interpretar los indígenas las imágenes de una religión importada”, con la consiguiente fusión de conceptos europeos e indígenas. Es solo un arte escultórico. Se observa en las cruces de atrio, las cuales son muy bidimensionales producto del desconocimiento por parte de los escultores indígenas de la tercera dimensión. Contexto histórico-social a finales del siglo XVI.

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Llegada a América del clero secular (obispos, cardenales) encargados de funciones institucionales de la iglesia católica. Siglo XVII, consolidación de aristocracia criolla. Importancia de las estancias, haciendas y plantaciones. Agudización de conflictos colonia-metrópoli, aristocracia peninsular-criolla. Concepción de la iglesia como edificio urbano más importante de ciudad colonial. Proliferación temprana de catedrales: México 1525, Puebla 1575, Oaxaca 1571. Conformación de Movimiento Catedralicio en América, extendido entre siglo XVI hasta siglo XX, pero con mayor fuerza durante período colonial.

Catedral metropolitana de México: Iglesia episcopal de la ciudad de México, inspirada en los templos españoles de Valladolid, Málaga y Jaén, aunque muestra ya algunos rasgos propios, como la altura desigual de sus tres naves. Las obras de la catedral de México comenzaron en 1573 con la intención de construir un edificio más acorde con la importancia del virreinato que la anterior iglesia de 1525, que se levantó con las piedras de un templo mexica, quizá el gran teocalli. El templo se consagró en 1656, y en 1667 se terminó su interior. El arquitecto español Claudio de Arciniega fue el autor de las trazas. La nave del crucero tiene la misma anchura que la central y presenta las características capillas laterales de la arquitectura religiosa latinoamericana. Su retablo, de marcado estilo churrigueresco, fue esculpido en el primer tercio del siglo XVIII por Jerónimo Balbás y en él hace acto de presencia el estípite. Presenta planta de salón con 5 naves, crucero casi al centro y brazos que no sobresalen del perímetro del rectángulo. Con las bóvedas vahídas de las capillas entra el Renacimiento en la construcción. El proyecto original, de estilo gótico, incluía sendas torres en los ángulos, pero sólo se construyeron las dos de la fachada, cuya composición simétrica, de aspecto pesado y compacto, se articula mediante la repetición de un orden gigante de robustas pilastras, coronadas por ménsulas invertidas que marcan el ritmo de todo el alzado. Las torres se caracterizan por su composición horizontal, con acentuadas líneas de impostas y balaustradas dividiendo los tres cuerpos en altura, en los que se observa una cierta profusión de elementos clásicos. En los tres lienzos centrales de la fachada la impronta clasicista es aún más patente: alternancia de órdenes, entablamentos con remates decorativos y un elemento central superior que resalta la simetría de la composición. Para finalizar, cabe reseñar la fachada barroca del Sagrario, que presenta una profusa decoración enmarcada por dos pilastras laterales. La iglesia fue finalizada en el XVIII, por ello su fachada barroca. Catedral de Puebla: Iglesia episcopal de la ciudad de Puebla, comenzada en 1575 según planos del arquitecto Francisco Becerra, quien se encargó de las obras hasta 1580. Su planta es muy similar a la de la catedral de México —nave central de mayor altura, laterales con capillas y crucero de proporciones semejantes a las de la nave mayor— aunque más pequeña y con mayor unidad de estilo. Las obras, en las que intervino Gómez de Trasmonte a partir de 1635, se concluyeron en 1649. En sus proporciones exteriores destacan dos torres de mayor altura que las de la catedral de México, por lo que resulta más esbelta a pesar de su acusado paralelismo en las trazas compositivas. El cuerpo bajo central de la fachada incorpora los mismos elementos compositivos que la catedral de México, con potentes contrafuertes apilastrados, más poderosos en los extremos, conformando el alzado. En estos cuerpos menores destaca el empleo de la sintaxis clásica: órdenes, dórico el inferior y jónico el superior, con entablamentos, frontones curvos, remates decorativos, sillares almohadillados en el cuerpo central y elementos inspirados en el plateresco español del siglo XVI. Presenta una planta de salón más ortodoxa con tres naves y dos capillas profundas. La fachada y las torres son del XVIII. Al igual que en la de México las naves está escalonadas. Catedral de Mérida: Iglesia episcopal de la ciudad de Mérida, consagrada a san Ildefonso. Las obras comenzaron en 1562 bajo la dirección del arquitecto Pedro de Aurestia. Más tarde, pasó a las manos de Juan Miguel de Agüero, quien la remató en el año 1598. La planta, que mide 64 m de largo por 30 m de ancho, fue trazada según el modelo de las Hallenkirche alemanas (planta de salón). Se trata de un templo de tres naves de igual altura separadas por pilares de sección circular y cubiertas con bóvedas vaídas decoradas con lacería y casetones. El diseño de la cúpula del crucero parece tomado del panteón de Agripa, en Roma. El exterior de la iglesia

presenta un aspecto semejante al de una fortaleza, con grandes lienzos murales y ausencia casi total de ornamentación. Por haberse terminado en el XVI presenta gran unidad estilística. No tiene portada barroca y tanto en exterior como interior es muy sobria y limpia. Catedral de Morelia: Iglesia episcopal de la localidad mexicana de Morelia (estado de Michoacán), de finales del siglo XVII. Las obras comenzaron en 1660 y el templo fue consagrado en 1705. Presenta una planta de tres naves sin capillas dividida en seis tramos transversales. La cúpula, obra de Juan Antonio de la Cruz, data de 1715. En el exterior de la iglesia, la utilización de pilastras adosadas en las portadas evidencia la búsqueda de formas más sobrias. El elemento más representativo del conjunto son las torres, construidas entre 1742 y 1744 al igual que las portadas. El autor de su diseño, de excepcional altura y esbeltas proporciones, fue el arquitecto Juan Antonio de la Cruz. No retoma la planta salón, tiene cruz latina y fachada barroca. Catedral de Oaxaca La fachada y la torre son del XVIII. Es bastante apaisada y horizontal. Los muros son muy gruesos para protegerse de los temblores que sacuden la zona. Rasgos peculiares de la arquitectura colonial mexicana en XVI Los edificios de este siglo, tanto religiosos como civiles y públicos son muy amplios, las casas son bajas, de uno a lo sumo de los pisos, las torres de las iglesias, aún de las catedrales, son poco altas para atalayas. Los muros son desmesuradamente gruesos, por tanto más resistentes contra los sismos y los ataques posibles de indios. Los conventos y las residencias se construyen sobre la planta de crujías3 alrededor de un patio, su forma es generalmente la de galerías arqueadas en que se abren las puertas de las habitaciones y demás dependencias. Los muros exteriores de casas, conventos e iglesias tienes escasas ventanas, muchas veces de proporciones reducidas.

Siglo XVII El siglo XVII será el de las iglesias conventuales y monasterios, construidos según el esquema hispánico de nave única con fachada lateral siguiendo la dirección de la calle y con un ancho atrio. Tienen origen manierista (planta cajón). Estarán organizadas en planta y distribuidas en igual modo que en el XVI, todavía conservan torreones y almenas. En este momento y a diferencia del XVI tendrá una mayor significación la arquitectura civil, el ejemplo más significativo es el Palacio de los Virreyes y en el caso de las construcciones religiosas los mayores hitos se marcarán en las portadas de las catedrales, en algunos con columnas salomónicas. Se tiende a concentrar el interés constructivo en las cúpulas, quitando importancia a las torres. A fines del XVII los enormes caudales sacados de las minas dan extraordinaria opulencia a los grandes de la Colonia, la arquitectura asume formas esplendorosas, y esta munificencia se manifiesta por una orgía de ornamentación que solo puede compararse a las maravillas decorativas de la India. El espíritu religioso impregna todas las actividades artísticas, y es el leitmotiv de todo lo grande y trascendental que la Colonia logra realizar en materia de arte en general y de arquitectura en particular. En este momento los primeros atisbos de Barroco se dan en la arquitectura efímera y en los retablos del interior de las iglesias, con el empleo de columnas salomónicas y estípites. Otro ejemplo de la transición al barroco se observa en la Escuela poblana de yesería, en ella se ve la influencia del barroco temprano pero bastante avanzado, en las iglesias de la zona decoradas con yeso se observa un horror vacui muy marcado, así como un abigarramiento en la decoración. Ejemplo de ello es la Capilla del Rosario en el Monasterio de Santo Domingo el cual está decorado con yeso blanco y policromo.

El barroco: Siglo XVIII. El fenómeno del mestizaje. 3

Tránsito largo de algunos edificios que da acceso a las piezas que hay a los lados. En algunas catedrales, paso cerrado con verjas o barandillas, desde el coro al presbiterio. Espacio comprendido entre dos muros de carga.

Durante los siglos XVII y XVIII, la arquitectura barroca latinoamericana conservó las pautas marcadas por la península Ibérica pero con algunas peculiaridades. Podría decirse que el barroco adquirió mayor significación en América que en la propia península Ibérica. El barroco en Hispanoamérica es esencialmente decorativo, ya que aplica un lenguaje ornamental a esquemas constructivos y estructurales inalterados desde los comienzos de la arquitectura hispanoamericana. No se observan los profusos movimientos de plantas que se ven en el barroco europeo. Se aplica un lenguaje ornamental a esquemas constructivos y estructurales inalterados desde los comienzos de la arquitectura hispanoamericana. Uno de los rasgos característicos del barroco mexicano es el manejo privilegiado de materiales, como la piedra de distintos colores (Zacatecas, Oaxaca, México) y el yeso, para crear ricas policromías tanto en el interior de los templos como en las fachadas, condicionado por el propio medio físico, y la presencia de un pasado precolombino. Por otra parte, van a adquirir especial desarrollo elementos como la cúpula, presente en casi todos los templos, elevada sobre un tambor generalmente octogonal y recubierta con gran riqueza ornamental, y las torres, que se alzarán esbeltas y osadas allí donde los temblores de tierra lo permitan. La presencia de ciertos elementos como el estípite o el arco toral, marcan formalmente los estilos de ciertas regiones. Mientras que el primero es el signo distintivo del barroco mexicano, el segundo, cuya función es sostener la cúpula, se desarrolló principalmente en Quito y Nueva Granada. En regiones donde el clima propiciaba un entorno natural austero, florecieron las denominadas fachadas-retablo. Su principal finalidad es repetir en el exterior la exuberancia decorativa del interior. La grandiosa fachada del santuario de Ocotlán, de comienzos del siglo XVIII, es un impresionante retablo monumental enmarcado entre sendas torres con un cuerpo superior de inconfundible silueta barroca. Otra de las fachadas más destacadas del barroco mexicano la encontramos en la catedral de Oaxaca. De mediados de siglo es un ejemplo interesante la iglesia de Santa Prisca en Taxco, una de las joyas del barroco hispanoamericano. El punto culminante de la exuberancia decorativa lo encontramos en la fachada de la catedral de Zacatecas, un imponente tapiz ornamental, muestra del arte barroco de influencia indígena. El color es otro rasgo característico del barroco colonial; se manifiesta, sobre todo, a través de la piedra, el ladrillo revocado en blanco, la tintura de almagre (óxido rojo de hierro), la yesería policromada y los azulejos. Un destacado ejemplo de esto último lo encontramos en la fachada de San Francisco de Acatepec (México), en donde las piezas cerámicas han sido modeladas en el taller ex profeso para la iglesia. Otros elementos arquitectónicos propios del barroco americano son la espadaña4, la pilastra de almohadilla, la proliferación de formas mixtilíneas y el soporte antropomorfo. Se puede establecer una diferencia entre Barroco culto y Barroco popular: - Barroco culto: más apegado a las normas europeas como en la Catedral de México. - Barroco popular: interviene mano de obra mestiza con uso de materiales locales y populares y reinterpretaciones populares de iconos y conceptos religiosos. Ej. Santuario de Ocotlán; Santa María Tonantzintla en Puebla, muy fuerte en este punto. Hay tres periodos en el Barroco mexicano 1- Período de transición: (XVII-1er tercio del XVIII) predominio de columna salomónica 2- Barroco pleno: (segundo tercio XVIII) uso preponderante del estípite. Pilastra con forma de pirámide truncada invertida, que puede alcanzar una gran complejidad al componerse a base de la yuxtaposición de este elemento y otros de carácter geométrico o figurativo. Adquiere su máximo desarrollo en México, especialmente en los retablos realizados por el español afincado en la Nueva España Jerónimo de Balbás. Este arquitecto y escultor español, es el introductor de uno de los elementos más característicos del barroco mexicano: el estípite. En 1718 comenzó a trabajar en su obra cumbre, el retablo de los Reyes de la catedral de México. La complejidad de esta pieza tiene su origen en su adecuación a la planta de la capilla. Verticalmente se divide en tres calles separadas por estípites. Como remate de todo el conjunto, Balbás diseñó una media bóveda. También se observa el uso del interestípite, es decir el uso de esculturas en el espacio entre columnas

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Campanario de una sola pared, en la que están abiertos los huecos para colocar las campanas.

3- Etapa final: (fines del XVIII) vuelta a la columna clásica, pero con plantas más inquietas. Convive con la aparición de las 1ras obras neoclásicas. Se ve más claro en Ciudad de México y Puebla. Los azulejos, las artesanías y la yesería adquieren también relevancia en este momento. El ejemplo más destacado es el de Puebla. Puebla es uno de los grandes centros de exaltación de la policromía, con empleo de azulejos de colores, cerámicas vidriadas y destacados trabajos de yeserías. Son ejemplos punteros la iglesia de San Francisco de Acatepec, o el interior de la capilla del Rosario de la iglesia de Santo Domingo. La Iglesia de Santa María Tonantzintla es el ejemplo más importante del barroco mexicano en cuanto a decoración en el interior, la cual está conformada por elementos mestizos e indígenas como los ángeles con tocados de plumas y facciones al estilo de los indios, a la vez que se incorporan diversos elementos fitomorfos junto a las representaciones de estos ángeles. Las características de las arcillas utilizadas en su elaboración les confieren un color crema, que se cubre con esmalte del mismo color o blanco. Los motivos decorativos proceden en algunos casos de la cerámica española de Talavera de la Reina (Toledo), de donde toma el nombre de Talavera de Puebla. Las porcelanas chinas ejercieron también mucha influencia a través de los elementos decorativos, flores, animales y pagodas, que se realizan en azul-y-blanco durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, y formales, como el tibor. En la segunda mitad del siglo XVIII y el XIX las tonalidades más empleadas son el verde y el anaranjado. El mestizaje es también un fenómeno de marcada importancia en el contexto del barroco colonial. El mestizaje se ve en la identificación de temas procedentes del repertorio iconográfico de las diferentes culturas prehispánicas contemporáneas al momento de la conquista, incorporados a la decoración de obras propias de la cultura europea, especialmente de carácter religioso, como iglesias y conventos. A estos temas se han añadido también aquellos procedentes de la flora y la fauna americana. Los ejemplos se relacionan tanto con la cultura azteca en el área del virreinato de Nueva España como con las culturas preincaicas y la incaica en el virreinato del Perú. Rasgos que definen las expresiones mestizas en la arquitectura barroca.  Piedras locales: chiluca (color gris o marfil, apta para labores escultóricas y ubicada en zona nobles y visibles del edificio como portadas, ventanas, cornisas, etc.) y tezontle (piedra volcánica, resistente, color rojizo, se utilizó en la construcción de los muros).  Azulejos y yesería policromada: Puebla como centro productor más importante, predominio de colores azul, rojo y amarillo. Con la técnica de los azulejos se cubrieron muros, cúpulas…Técnicas para enlucir las cúpulas: cal mezclada con “almagra” u óxido de hierro para obtener coloración roja; “cúpulas de petatillo”, ladrillos unidos con revoque blanco; recubrimiento de azulejos. Ejemplos fundamentales: Santa María de Tonantzintla, San Francisco de Acatepec, Iglesia de Santa Prisca en Taxco, etc.  Complejidad estilística: gusto por las formas poligonales y posteriormente mixtilíneas. Ejemplos: arcos, claraboyas y ojos de buey o rosetones.  Evolución de las columnas: columna simple con decoración de fuste (estrías, hojarascas, escamas etc.), columna salomónica, forma de estípite o doble estípite.  Fachada retablo: en consonancia con la complejidad barroca de los retablos interiores de las iglesias.  Decoración escultórica desbordada.  Planta y estructura de los espacios interiores provienen de formas europeas mientras decoración, técnicas y materiales adquieren formas locales. El siglo XVIII comienza con la construcción de la basílica de Guadalupe, en la gran portada priman los esquemas renacentistas de orden corintio y entablamento, que acentúan un espíritu barroco que se impone en la forma trapezoidal del lienzo de fachada, en el entablamento, muy movido y fragmentado, y en general en el lenguaje poligonal convexo fiel a las creaciones de Borromini. La construcción más relevante es quizá la iglesia del Sagrario, con su impresionante fachada retablo construida en 1749 por Lorenzo Rodríguez. Es una planta en cruz griega, cúpula central con cuatro menores y es muy novedosa en el tratamiento decorativo exterior, con acusada ornamentación central al modo de un tapiz tallado en piedra de chiluca y rodeada

de muros de tezontle rojo recortados en formas mixtilíneas. Este modelo, muy imitado en iglesias posteriores, será sustituido a finales de siglo por el de la capilla del Pocito, con planta de trazos curvos y brillante cromatismo exterior. Es una iglesia barroca consagrada a la Virgen situada junto a la basílica de Guadalupe. La composición del edificio parece estar inspirada en modelos de la antigüedad clásica. Uno de los elementos característicos de este templo, además de las cubiertas, son las claraboyas estrelladas que se abren en sus muros exteriores. Fue realizada por Antonio Guerrero y Torres, arquitecto mexicano, último representante del barroco en ciudad de México. Su principal contribución a la arquitectura de la época fue la supresión del estípite y la vuelta a la columna de orden clásico en la composición de fachadas. En la catedral de Zacatecas domina la decoración escultórica en piedra, el estilo es una transición desde el gótico incluso hasta el Neoclásico. Presenta un uso de materiales europeos y las técnicas usadas son tomadas de los españoles. Su fachada barroca es de estilo churrigueresco, muestra una exuberante y rica decoración y constituye un claro ejemplo del barroco colonial. Arquitectura civil La casa barroca suele ser de dos plantas, patio generalmente enclaustrado en tres lados y gran repertorio formal y decorativo en las fachadas. Encontramos ejemplos interesantes de casas señoriales en la ciudad de México, Querétaro, Puebla y Guadalajara.

Pintura y escultura novo-hispana (XVI-XVIII) Arte novo-hispano: arte pictórico o escultórico, que se desarrolló en el Virreinato de Nueva España durante la época colonial y que adquiere características propias que permiten separarlo del arte español, aunque estuvo indisolublemente ligado a este. Ordenanzas: disposiciones que regían la manera de elaborar las obras, la instrucción y evaluación de los artistas y la producción, comercialización y verificación de calidad. Estas estipulaban una férrea división del trabajo. Durante la colonia las personas que ejercían algún oficio común se agrupaban en gremios. El gremio de los pintores se dividía en 4 categorías: 1- Los de imágenes o imagineros: Se dedicaban a las pinturas sobre lienzo o lámina, de temática religiosa 2- Los fresquitas: Decoraban los muros 3- Los sargueros: pinturas sobre tela sin bastidor, que se usaban como tapiz. 4- Los estofadores: dorado y encarnado de imágenes, decorado de esculturas en madera

Escultura colonial: participaban dos gremios, el de entalladores-escultores y el de los pintores (doradores y encarnadores). Los principales focos escultóricos del área de la Nueva España fueron en el XVI Puebla y Ciudad México y durante el XVII Ciudad de México y Oaxaca. Los grandes retablos del XVI son los que mejor recepcionan el arte español, como el retablo principal de Xochimilco en el que la virgen del retablo tiene gran influencia granadina. Un aporte de la zona es la llamada escultura Tixinguel, los elementos realizados con esta técnica se constituyen con la médula de la caña de maíz. Estas suelen ser imágenes muy coloridas, en la que se ven los latigazos y las llagas. Son esculturas muy expresivas, de corporeidad, anchas y no pesan. La temática fundamental de estas realizaciones es la religiosa, aunque hay escultura más culta ligada a los cánones europeos y otra más popular casi siempre presente en los retablos, un ejemplo es El señor del Mezquital. Por su parte en la escultura Tequitqui se observa el corte bidimensional y la fusión de símbolos en las cruces y demás artefactos, también las figuras son desproporcionadas. A su vez en la producción anónima hay relieves muy interesantes y se observa un dominio de materiales más complejos, ejemplo de lo anterior se ve en Santiago Mataindios, el cual muestra equilibrio en la composición y una lectura más local de los iconos europeos. Siglo XVII, del manierismo al realismo. En este período se observa una notable influencia andaluza, en especial en los talleres del sevillano, Martínez Montañez. No hay ahora una producción local importante, se siguen importando las figuras. Los ejemplos más importantes

se localizan en retablos y sillerías de coro. Aparece una proliferación de los postizos, imágenes religiosas con aditamentos reales, hay además un deseo de articular las figuras para acercarlas a la realidad. Entre los ejemplos más sobresalientes del momento se encuentra la escultura mexicana de San Felipe de Jesús, fechada hacia el 1650, representa una de las piezas más hermosas de la escultura mexicana del siglo XVII. Existe también una proliferación del tema de los arcángeles, con o sin alas y en algunos casos estofados. Siglo XVIII, triunfo del barroco. Lo más significativo del momento se observa en los retablos de las iglesias. Como en el retablo del altar mayor de San Francisco de Tepotzotlán, en el cual se aúna el trabajo de diversos artistas productores de retablos como Miguel Cabrera e Higinio Chávez. Por su parte en el retablo de los Reyes de la Catedral de México las imágenes dejan de ser tan serenas y presentan mayor expresividad en los rostros, aunque están más estereotipadas. Las esculturas pierden identidad con la fusión de todos los elementos decorativos. En este momento aparecen representaciones de la Virgen María con un rostro más bello y dramático como en el retablo de Santa Prisca en Taxco. Su autor Vicente de Balbás fue un arquitecto, escultor, ensamblador y dorador mexicano.

Pintura: Pintura novo-hispana: nivelación de los diferentes pintores europeos que llegaron durante la colonia, con el agregado indígena. El principal foco es el de Ciudad de México, y el principal centro de formación es fundado por Fray Pedro Gante, el convento franciscano de San José de los Naturales en Ciudad México. En esta pintura se observan algunas diferencias formales con la pintura europea, como son: ausencia de sombras, falta de gradaciones tonales, bidimensionalidad, aparente falta de realismo. Entre los rasgos comunes está que se mantienen siendo obras figurativas y realistas. Pintura de Caballete: Principales características.  Técnica renacentista.  Tema religioso con ciclos de la vida de la Virgen y Cristo principalmente.  Capacidad comunicativa y didáctica de la iconografía religiosa.  Excepcionalmente, los artistas expresaron el dolor espiritual o físico de los santos.  Los rostros reflejan beatitud.  Soportes fundamentales: madera, lienzo de lino (sustituye a la madera durante los siglos XVII y XVIII) y láminas de cobre.  Talleres como espacio de acción del gremio de artistas regidos por un maestro.  No se practicaba la observación de la naturaleza, se copiaban composiciones de grabados europeos procedentes de Flandes, principalmente.  Conjunto de estampas como material básico de cada taller.  Fuentes gráficas como inspiración de las composiciones. Introducción del conflicto entre la copia y el original para América Latina.  Influencia de maestros alemanes, italianos, flamencos y españoles, por ejemplo: Durero, Rubens y Murillo, entre otros.  Modificación de los modelos europeos e inclusión de novedades. Siglo XVI

Existen tres momentos fundamentales en la producción pictórica de este siglo, de acuerdo con George Kubler, que en general tienen un fin didáctico para catequización. 1- De la conquista a 1550: pinturas elaboradas por indígenas guiados por frailes 2- 1550-1570: primeros artistas procedentes de Europa realizan pinturas para retablos y se inicia la organización en gremios. 3- 1570 hasta finales del XVI: amplia solicitud de retablos y comienza a notarse la influencia europea en los manuscritos indígenas. Pintura mural: fundamentalmente se realiza al temple, al fresco o mixta. Está localizada fundamentalmente en retablos y murales en las Iglesias. La temática tratada es religiosa y predominan 6 colores. Entre los más sobresalientes se hayan los frescos del Convento de Actopan, tratado casi en su totalidad en blanco y negro; y los murales de la nave de Ixmiquilpan con motivos precolombinos. En la segunda mitad del XVI se difunde la pintura sobre tabla, lienzo y hay uso de óleo. En San José de los Naturales surge la figura de Marcos Cipac al que se le atribuye la creación de la imagen de la Virgen de Guadalupe. A fines del XVI llegan los pintores españoles que sientan escuela y tienen seguidores. Los más relevantes son los dos manieristas: Simón Pereyns: pintor flamenco cuya obra está considerada como una de las primeras manifestaciones del renacimiento en Latinoamérica. En su obra se aprecia cierta estilización característica de la pintura flamenca unida a la gama cromática y el equilibrio formal propios del renacimiento italiano. De su extensa producción destacan el San Cristóbal de la catedral de México; el retablo de Huejotzingo, en especial las tablas de la Epifanía y la Circuncisión (basadas en dos grabados de Alberto Durero), y la imagen de inspiración rafaelesca de la Virgen del Perdón, que toma el nombre del altar de la catedral mexicana en el que estaba situada. Andrés de la Concha: pintor español establecido en México a partir de 1568. A partir de 1578 ya está instalado en la ciudad de México, donde trabaja junto al pintor flamenco Simón Pereyns, con el que se reparte las diferentes labores de pintura, policromía, dorado, talla y ensamblaje en los retablos que contratan juntos. Su nombre también aparece relacionado con la arquitectura, ya que en 1601 es nombrado maestro mayor de la catedral metropolitana de México. Siglo XVII. Manierismo y Barroco A fines del XVI y principios del XVII se introduce el manierismo. A partir de la segunda mitad del siglo llega el barroco. La principal tendencia, en un primer momento, es el reforzamiento de la temática religiosa. Se observa además la pintura mexicana ligada a la sevillana aunque a partir de la segunda mitad del XVI tiene personalidad diferenciada. Los principales artistas de este momento son: Baltasar de Echave Orio: Sus obras más importantes las llevó a cabo para los retablos de la iglesia de la Profesa entre otros. En su obra se observa un manejo excelente de las manos y los pies de las imágenes. Baltasar de Echave Ibía: autor del cuadro San Francisco de Paula (Museo de la Basílica de Guadalupe), y de un Nacimiento, perteneciente a la parroquia de Xochimilco. Baltasar de Echave Rioja: dejó una importante producción, de la que destaca El martirio de san Pedro Arbúes, y obras de gran formato, como los lienzos que decoran la sacristía de la catedral de Puebla con los temas de la Iglesia militante y la Iglesia triunfante, pintados a partir de los modelos de Petrus Paulus Rubens. Forma parte de la corriente del tenebrismo de la segunda mitad del siglo. En la segunda mitad del siglo entra la tendencia del claroscuro, hay una proliferación de las imágenes religiosas y se observa un auge en la temática de los ángeles y arcángeles. Existen dos corrientes fundamentales el tenebrismo, con influencia de Zurbarán; y la línea exuberante con influencia de Murillo. Entre los principales artistas de la línea tenebrista están: Pedro Ramírez… Sebastián López Arteaga: pintor español considerado el introductor del estilo tenebrista en el virreinato de Nueva España. Discípulo de Zurbarán, se mantuvo siempre fiel a la escuela del maestro extremeño: utilización del claroscuro, gama reducida de colores y sobriedad formal. El cuadro titulado La incredulidad de santo Tomás, es un magnífico lienzo en el que se pone de manifiesto la profunda influencia de Zurbarán en este autor.

Baltasar de Echave Rioja: véase la primera mitad del XVII en este mismo resumen. José Juárez: pintor mexicano, considerado una de las figuras más relevantes del barroco virreinal en Nueva España. Aunque se formó en el estudio de su padre, en su obra se observa la influencia del estilo tenebrista de Zurbarán, que conoció a través de Sebastián López de Arteaga. Al igual que en otros artistas coetáneos, la influencia de los grabados de la escuela flamenca son evidentes en algunos de sus cuadros. Como miembros de la línea exuberante y con colores amables, de amplia paleta, pintura menos contrastante y una cierta influencia del Greco en algunos; destacan: Antonio Rodríguez, José Rodríguez… Cristóbal de Villalpando: pintor mexicano considerado la figura más importante del barroco en Nueva España. Artista muy prolífico, aunque algo desigual, su genio se pone de manifiesto de forma especial en las composiciones monumentales. Su estilo evolucionó desde el tenebrismo de tonos oscuros de sus primeros cuadros hasta la luminosidad cromática de obras como Apoteosis de la eucaristía, pintada al óleo en la cúpula del altar de los Reyes en la catedral de Puebla. Heredero artístico de Murillo y, en especial, de Juan de Valdés Leal, comparte con este último cierta despreocupación por el dibujo que se corresponde con un mayor énfasis en la expresión. Su época de máximo esplendor se sitúa entre los años 1690 y 1710. De esos años son varios cuadros que pintó para la iglesia de la Profesa, entre los que sobresalen la Visión de santa Teresa y el Ecce Homo. Uno de los temas más frecuentes en su producción, en el que se revela toda su maestría, es la pintura de arcángeles, como el San Miguel de la iglesia de San Pedro Cholula. Fuera de México realizó 49 lienzos basados en la vida de san Francisco para la iglesia del santo en Antigua Guatemala. Juan Correa: pintor mexicano, una de las principales figuras del barroco en Nueva España junto con Cristóbal de Villalpando. Su estilo hasta finales de la década de 1680 se podría definir como tenebrista, cualidad que se manifiesta en la utilización de tonos grises, al tiempo que se distingue una cierta inmadurez en el dibujo y en la composición. La influencia de Villalpando se hace evidente en una serie de lienzos que ambos pintaron para la sacristía de la catedral de México; entre sus obras están la Asunción de la Virgen, la Entrada en Jerusalén y la Coronación de la Virgen. En el convento de Tepotzotlán se conservan la Anunciación y la Expulsión del paraíso, dos obras de madurez que sobresalen por su alegre colorido. Siglo XVIII. Barroco - los artistas criollos desarrollan las dos líneas anteriores dirigiéndose más hacia la tendencia exuberante. - se desarrolla el retrato fundamentalmente de importante personajes religiosos y proliferaron las monjas coronadas. Estas eran muy ornamentadas y lujosas. - se representan además múltiples advocaciones de la Virgen. Entre los principales artistas de este siglo se encuentran: Andrés López, Francisco Clapera, José de Páez, Sebastián Zalcedo… José de Ibarra: pintor mexicano cuya obra se distribuye a lo largo de la primera mitad del siglo XVIII, periodo en el que trabajó en especial para la Iglesia. Toda su vida profesional estuvo marcada por el interés en participar junto a sus compañeros en todas aquellas iniciativas dedicadas a proteger los componentes intelectuales del arte de la pintura. Se conoce como el Murillo mexicano por la fuerte influencia de Murillo que se observa en sus lienzos. Entre sus piezas destaca una Inmaculada y una Asunción. Miguel Cabrera: pintor mexicano, uno de los artistas más prolíficos del arte virreinal del siglo XVIII. Fue un artista muy prolífico, más preocupado por satisfacer la enorme cantidad de encargos que llegaban a su taller, que por la calidad de los mismos. El tema mariano, y más concretamente la Virgen de Guadalupe, ocupa gran parte de su obra; caracterizada por ser una pintura amable y decorativa. De su vasta producción destaca el Retrato de sor Juana Inés de la Cruz, el Vía crucis de la catedral de Puebla y los cuatro lienzos ovalados del crucero de la catedral de México. Los fondos de los cuadros se copiaban de grabados europeos, también pintó San José con el niño, representó como un joven en Latinoamérica y en plena senectud en el resto de Europa. Pintura de castas: Da nombre en la actualidad a un género pictórico exclusivamente americano, desarrollado durante el siglo XVIII especialmente por los artistas del virreinato de Nueva España. Las

composiciones, en lienzos aislados o en conjuntos de 16 cuadros, representan a un grupo familiar, formado por el padre, la madre y uno o dos hijos. Cada cuadro va acompañado por una inscripción en la que se identifica la casta a la que pertenece cada uno de los individuos, formando un aparente árbol genealógico del mestizaje a partir de la unión de blancos, indios y negros. El ambiente en que se sitúa cada grupo y la indumentaria de los personajes alude de forma genérica al papel desempeñado en la sociedad colonial. Casi todas las obras son anónimas, aunque algunos pintores importantes también las realizaron. Algunas de estas obras son De español y de indio, mestizo; De español y castiza, española; etc. Estas obras se realizaron con destino a una clientela española y europea interesada en el conocimiento del mundo americano en relación con las clasificaciones de la naturaleza, propias de las teorías científicas en vigor a principios del siglo XVIII. Virreyes como Fernando de Alencastre, duque de Linares, eclesiásticos como el arzobispo Francisco Antonio de Lorenzana y Butrón y científicos como Antonio de Ulloa encargaron estos conjuntos para enviarlos a España, donde se reunió el mayor número de pinturas de castas. Sólo uno de los conjuntos conocidos fue realizado en el virreinato de Nueva Granada y no existen noticias seguras sobre su práctica en el resto de los virreinatos.

Virreinato del Perú Entidad político-administrativa establecida por España en 1542, durante su periodo colonial de dominio americano, que, en su máxima extensión, incluyó los actuales territorios de Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, así como los de Chile y Argentina, pero que, a lo largo del siglo XVIII, y hasta la independencia de esas zonas respecto del poder español, apenas comprendía poco más de lo que hoy en día es Perú. La economía colonial se organizó fundamentalmente en torno a la minería y sus centros de producción atrajeron la mayor parte de la actividad comercial. La producción de plata tuvo una especial importancia tras el descubrimiento del cerro Rico de las minas de Potosí en 1545.

Arquitectura: La arquitectura adquirió un importante desarrollo en todo el virreinato, marcada fundamentalmente por la actividad religiosa que dio origen a catedrales, parroquias y conventos urbanos y rurales, dispersos por toda su geografía. Durante el siglo XVI, en estas obras se suman elementos procedentes de la arquitectura mudéjar, gótica y renacentista, a los que posteriormente se añaden otros, tomados del vocabulario manierista y barroco. El rococó tuvo también su reflejo en una parte de la arquitectura limeña y el neoclasicismo alcanzó a introducirse en los últimos años del siglo XVIII, aunque su influencia estuvo mucho más limitada. El carácter telúrico del área andina, con la repetida actividad de los terremotos, fue un elemento condicionante de su arquitectura, que se mantuvo dentro de unos límites de altura y prefirió la repetición de techumbres planas y bóvedas, frente al uso de cúpulas. Los materiales constructivos más habituales fueron la madera, el ladrillo y la piedra, aunque en algunas ocasiones se utilizaron elementos propios de la arquitectura local, obligados por una necesaria adaptación al medio. Las áreas más importantes de desarrollo arquitectónico se formaron en torno a Tunja, en Colombia; Quito, en Ecuador; y Lima y Cuzco, en Perú, aunque otras regiones, como el Collao, en el altiplano boliviano, tuvieron periodos de gran actividad constructora. Características regionales de la arquitectura en Lima.  Influencia marcada de estilos europeos.  Estructura compositiva típica de fachada: tres cuerpos unidos mediante frontones curvos quebrados.  Balaustrada coronando perímetro de templo y cúpula.  Sistema de quincha. Características regionales del Cuzco.  Imposición estricta de códigos europeos.  Ciudad dual en términos simbólicos.  Reciedumbre y solidez de sus templos.  Solución típica de fachada: cuerpo central apretado entre torres pequeñas.  Material local: piedra andesita.  Numerosos edificios religiosos y civiles.

Características regionales de Arequipa.  Fundación: 15 de agosto de 1540 por Garci Manuel de Carvajal como Villa de la Asunción de Nuestra Señora del Valle Hermoso de Arequipa.  Variante local con presencia de códigos mestizos en cuanto temáticas en los ornamentos de edificios.  Material principal: piedra blanca del volcán Misti denominada “sillar”.  Adaptación a los sismos: gruesos muros con pesados contrafuertes.

Siglo XVI La casa con balcón limeño es una tipología que surge en la zona de Lima y que se caracteriza por el predominio de las condiciones horizontales, apaisadas. Con muros gruesos y materiales duraderos y el empleo de balcones en forma de cajón (tipología) hechos generalmente de madera con fuerte influencia mudéjar. Hasta la 2da mitad del XVIII no puede hablarse de un gran desarrollo arquitectónico y artístico. En esta etapa se dan mezclas de estilos como el uso de la planta gótico-mudéjar, la decoración de las portadas con elementos renacentistas y el contraste en la ciudad de Lima de la forma del urbanismo con la forma de las casas. La influencia mudéjar en la arquitectura se observa en el uso de celosías, el balcón limeño, la planta mudéjar como la de la Catedral de Lima, la presencia notable en artesonados y en elementos decorativos como fachadas, estructuras compositivas, etc. El convento agustino de San Francisco presenta una fachada renacentista que enmarca un conjunto mudéjar de iglesia y claustro, así como una monumental escalinata al estilo de Bramante de acceso al templo desde la plaza a la que se abre el conjunto. Del estilo gótico sólo quedan algunos arcos apuntados o algún tramo de bóveda nervada más tardía. Se construyó en el corto plazo de casi veinte años (1657-1674), lo que explica la unidad de estilo que se aprecia entre la iglesia, el claustro principal y la portería. La iglesia es un templo de tres naves y cúpula en el crucero en la que destaca la decoración interior de almohadillados y los motivos geométricos de las bóvedas de la nave central y el intradós de la cúpula. También se aprecian rasgos del mudéjar andaluz en los trazos mixtilíneos de las pilastras. La fachada es de proporciones cuadradas típicamente peruanas. Domina la horizontalidad en la composición, enmarcando la portada barroca, gracias al almohadillado de ladrillo enlucido. En el claustro (1669-1674) se observa un motivo que crearía escuela en Lima, como es la arquería superior formada por arcos de doble diámetro, con huecos ovalados en los entrepaños de los arcos menores. En la ciudad del Cuzco se observa la superposición de estructuras coloniales y precolombinas un ejemplo de esto es la Iglesia o Convento de Santo Domingo el cual está construido sobre el antiguo Coricancha con uso del alfiz. Es tal vez el mejor ejemplo de superposición de arquitecturas. Iglesia de la compañía de Jesús, Cuzco: levantado en la plaza de Armas de la ciudad peruana de Cuzco, presenta una fachada de estilo barroco. Las trazas de esta iglesia se proyectaron de forma que superaran en altura a las de la vecina catedral. Este hecho generó un profundo malestar en el obispo de la ciudad y los jesuitas se vieron obligados a modificar los remates del templo. Este es un ejemplo que demuestra las competencias entre el clero secular. En las torres destacan las composiciones renacentistas que, a modo de retablos, decoran el cuerpo intermedio en un audaz juego de escala arquitectónica. En la región de Charcas en Bolivia, que se vio con gran cantidad de fieles a educar, surge un tipo de edificación religiosa que recuerda los conventos fortalezas de Nueva España. Esta tipología presenta atrios, capillas abiertas y posas. Las fachadas están muy decoradas como en el Santuario de Copacabana. Son construcciones que están a caballo entre el siglo XVI y XVII, como el convento de San Francisco, con una majestuosa estructura de madera en la cubierta.

El movimiento catedralicio de esta zona está caracterizado por el sistema constructivo llamado quincha, que se usa en todo tipo de construcción. La quincha es un sistema de cerramiento constructivo antisísmico compuesto por una especie de telar de madera y cañas recubierto con barro. Esta hizo su aparición hacia finales del siglo XVIII en Lima y otras regiones de Perú azotadas por los terremotos, como evolución del bajareque extendido por toda la América colonial. En el XVIII se cubrían con una bóveda de nervadura hecha con quincha utilizado sobre todo en la arquitectura religiosa y en las paredes de la civil. Las dos catedrales más importantes son las de Lima y el Cuzco, las cuales presenta cúpulas, una composición bastante apaisada, torres, y planta de salón al mismo nivel. Catedral de Lima: templo episcopal de Lima iniciado por el arquitecto Francisco Becerra a finales del siglo XVI. Esta catedral renacentista, como muchos otros ejemplos de arquitectura religiosa en Latinoamérica, responde al esquema de iglesia-salón, de planta rectangular con cabecera plana. Su fachada presenta tres portadas, una en cada brazo del crucero y otra tripartita en la cabecera, alineada con los ejes de las naves. Las bóvedas de crucería sustituyeron a las primitivas de arista que cubrían la parte del templo concluida en 1604. El interior se completó en 1622, pero hoy tan sólo se conservan la planta y los muros exteriores del edificio original. El resto es una reconstrucción en madera, ladrillo y estuco, acometida tras el terremoto de 1746. Las bóvedas de crucería también se construyeron con nervaduras de madera. Presenta balcones limeños. El coro está trasladado al presbiterio, dándole amplias perspectivas, mayor flexibilidad, luminosidad y colorido. Catedral del Cuzco: iglesia principal de la ciudad de Cuzco comenzada en 1598, al mismo tiempo que la catedral de Lima. Sus trazas generales se deben al arquitecto Francisco Becerra. Su planta repite el esquema de la catedral de Lima, según el modelo de iglesia-salón de planta rectangular con cabecera plana. Está compuesta por tres naves cubiertas a la misma altura y otras dos de capillas en hornacina con ocho tramos. El antecedente de la catedral de Cuzco, al igual que el de su hermana limeña, se suele situar en la catedral renacentista española de Jaén. La cubierta se compone de bóvedas de arista. Es más horizontal que la de Lima lo que le da sentido de fortaleza, presenta coro en la nave central. Arquitectura civil: Se caracteriza por la horizontalidad. Las casas casi siempre con muros gruesos de adobe con madera y cal. El ladrillo se observa en los pisos y la escalera. Inicialmente presentaban una sola planta luego otra. Hay empleo de planta mediterránea la que presenta zaguán de entrada, arco que daba acceso al patio principal, corredor lateral y las habitaciones distribuidas en torno al patio principal. Hay utilización de sistema de quinchas, patios con arquerías polilobuladas, zócalos de azulejos, fastuosos artesonados, portadas que van desde el manierismo al rococó. Es importante el uso de la escalera y del balcón de cajón o limeño. Casa del almirante: El plateresco tiene también especial desarrollo en Cuzco, con la interesante fachada y patio de esta casa. En la segunda planta cuenta con un balcón y el patio central está decorado con cerámica. Siglo XVII. Manierismo y protobarroco. 1604-1670: es la etapa del manierismo limeño. Dentro de este periodo se realizan algunas obras que son como un preludio del posterior estallido barroco, formas protobarrocas. Materiales de construcción En la zona de Lima hay ausencia de piedras y abundancia de materiales adecuados para la fabricación de adobes y ladrillos, esto determina que las construcciones sean ligeras, flexibles, con estructuras de madera, muros de adobe o ladrillo, bóvedas y cúpulas de quincha y decoraciones de estuco para cubrir la pobreza de los materiales. En el Cuzco se empleó preferentemente la piedra, aunque no faltaron ejemplos de edificaciones en adobe y tapiales5. Como característica del protobarroco y posterior barroco se haya el empleo de frontones rotos y curvos, columnas estriadas (verticales o más quebradas), uso del almohadillado de tipo renacentista. 5

Trozo de pared que se hace con tierra amasada. Pared formada de esta manera.

Iglesia de San Francisco de Lima: constituye el ejemplo más temprano de transición hacia el barroco más decorado del XVII. Marca pauta en el empleo de la fachada retablo, en este caso de un solo cuerpo con final peraltado. Es un conjunto de edificaciones religiosas situadas en la ciudad de Lima, una de las obras más representativas del barroco limeño en su etapa de mayor madurez que se desarrolló durante el tercer cuarto del siglo XVII, cuya principal característica era el empleo de estructuras de madera, quincha y estuco.

El barroco (1670-1746) El barroco peruano es fundamentalmente decorativo. Los tres grandes centros de esplendor serán Lima, Cuzco y Arequipa. El mestizaje está localizado a través de la decoración y a través de la flora y la fauna local, con influencia precolombina. Lima: Este el gran ciclo del barroco limeño.  Se mantienen las plantas mudéjares, las de salón y de cruz latina.  Empleo de columnas salomónicas.  Abundancia de fachadas retablos  Uso de columnas en las portadas  No utilización del estípite  Arco de medio punto rebajado o capialzado  Arcos polilobulados  En las cubiertas predomina la bóveda de cañón  En el crucero se uniforma el uso de la cúpula sobre pechinas y también de tambor  La decoración puede ser geométrica y vegetal  En un primer momento no hay novedades en el movimiento de las plantas En Lima, el portal del Perdón de la catedral marca el punto de arranque de un estilo que se consolida en el convento de San Francisco, construcción caracterizada por la gran unidad de estilo y por la aparición de elementos que crearán escuela en el barroco limeño, como la hornacina sobre columnillas que apoyan en ménsulas, claraboya en el ático sobre la portada y las dobles arcadas del claustro. En el siglo XVIII se consolida el tipo de iglesia de nave única, bóveda de cañón y cúpula en quincha, así como el empleo de almohadillados y la columna salomónica. En la arquitectura civil lo más significativo es el Palacio del marqués de Torre Tagle el que con su bella portada, balconadas de madera y patio con dobles arcos conopiales y mixtilíneos, es uno de los ejemplos más significativos de arquitectura civil del barroco limeño. Tiene además una arquitectura bastante horizontal, con gran uso de azulejos y techos de madera. El punto culminante del barroco limeño será el Convento de San Agustín. En esta iglesia del siglo XVIII se consolida el tipo de iglesia de nave única, bóveda de cañón y cúpula en quincha, así como el empleo de almohadillados y la columna salomónica. Presenta además un solo cuerpo con remate peraltado. Toda la estructura es muy escenográfica. 1746/47-1780/90: es el momento final del barroco limeño. En este punto se observa mayor sobriedad en las fachadas pero las plantas son más atrevidas. Cuzco: es frecuente el uso de una ventana ovalada sobre la puerta principal. En Cuzco las construcciones se amoldan más al condicionante de los temblores de tierra en la zona. Son edificaciones más sólidas y robustas que huyen de la altura. Las más representativas pueden ser el convento de la Merced, con su claustro, de gran virtuosismo escultórico en piedra, la Iglesia de San Sebastián y la iglesia de la Compañía de Jesús, nave con capillas poco profundas, crucero y cúpula, y fachada retablo de gran repertorio decorativo. Arequipa: lo más relevante de la zona es el convento de Santo Domingo en el cual se observa un modo peculiar de labrar la piedra. Es muy planimétrica con predominio de decoración vegetal. Uso del frontón y la decoración vegetal cubre la fachada como tapiz. Hay ausencia de fachada retablo. Por su parte la Casa del Moral presenta muros lisos con alguna

decoración sobre las ventanas y las puertas, en los modillones situados a la altura de las puertas se ve el motivo felino. La Iglesia de la Compañía tampoco tiene fachada retablo, aparece la decoración del gato tigre con cuerpo de oruga o serpiente, los ángeles representados no son europeos, tienen ascendencia indígena, es uno de los ejemplos más destacados de la llamada arquitectura mestiza. La fachada principal de la iglesia fue reconstruida en 1698 después de un terremoto. Lo más interesante de esta obra es la gran variedad de elementos decorativos que la recubren en su totalidad movidos por una especie de horror vacui. De gran interés es la figura del gatotigre tallada en el cuerpo inferior de la portada; el resto de la iconografía la componen un águila bicéfala, tallos, hojas, racimos de uvas y otros elementos vegetales. Del resto del edificio merece la pena destacar la portada lateral y los dos claustros, cubiertos también por una rica decoración en piedra. Charcas: en esta zona se observa una hibridación del arte civil y el sacro. Entre las construcciones más relevantes se haya el Santuario de Manquirí. La principal característica de este templo, construido hacia 1730, es su planta con doble crucero. Esta peculiaridad espacial le permite lucir dos cúpulas, una de forma elíptica y otra circular. El resto del edificio está cubierto por una bóveda de medio cañón. Frente a la iglesia se abre un amplio atrio flanqueado por arcos de medio punto y cuatro capillas posas en las esquinas. Un elemento que se repite con frecuencia en la arquitectura de la región es el arco de medio punto que cobija la portada a modo de hornacina. Ésta se divide en dos cuerpos; en el superior destaca un curioso motivo: se trata de dos parejas de ángeles colocados junto a sendas palmeras. En lo alto de la fachada se elevan dos torres unidas por un arco. En esta zona las casas y los patios están construidos de acuerdo a la topografía del terreno. Otras obras significativas de la región son la Portada interior del Palacio de Villaverde en la que la portada del 1er patio o patio de honor es más importante que la portada principal y muestra un énfasis decorativo discreto. En el templo de San Lorenzo se observa una decoración profusa con uso de columnas salomónicas, tejido vegetal e indiatides (variante mestiza de las cariátides grecolatinas) Otras regiones de relevancia son: El Collao con la Iglesia de Santiago de Pomata y la Catedral de Puna; y Cochabamba y Sucre en el que la Iglesia de Santa Teresa muestra un barroco tardío con movimiento de la planta, presenta una iglesia de planta recta inscrita en el interior de muros curvos.

Pintura y escultura: Escuelas de Quito, Cuzco y Lima. El virreinato andino presenta una diversidad pictórica basada en la existencia de unos centros culturales que crearon áreas de influencias propias y diferenciadas. Santa fe de Bogotá, Quito, Lima, Cuzco y Potosí generaron una actividad específica, con nombres propios que sirvieron de punto de referencia a sus respectivas escuelas estilísticas. Durante la segunda mitad del siglo XVI, se desarrolló el proceso inicial del traslado de obras europeas —españolas, flamencas e italianas, fundamentalmente— y la instalación de los primeros pintores. Es importante la llegada del jesuita italiano Bernardo Bitti, al comienzo del último cuarto de ese siglo, enviado por sus superiores por sus conocimientos artísticos. Recorrió numerosas fundaciones jesuitas realizando obras de pintura y escultura, enseñando a otros hermanos su oficio y difundiendo una iconografía y un modo de interpretarla que marcó con fuerza las realizaciones posteriores. Bitti trasladó a Sudamérica el manierismo tardío y prolongó la influencia de este estilo hasta mediados del siglo XVII. Hacia la mitad del siglo XVII, comenzó a introducirse en Cuzco una corriente más influida por el tenebrismo, a lo que contribuyó la presencia del jesuita flamenco Diego de la Puente y un cierto realismo tomado de los modelos flamencos y españoles, que llegaron con las obras enviadas desde los talleres de Francisco de Zurbarán y de Juan de Valdés Leal. Una de las características más importantes de la pintura cuzqueña es la relacionada con la activa población de pintores indígenas, que desarrollaron su trabajo al mismo tiempo que el resto de los artistas. Desde temprano se reconoció la actividad de muchos de ellos, que firmaron sus obras y trabajaron individualmente o en colaboración con españoles o mestizos. Pero fue en el siglo XVII cuando, con la figura de Diego Quispe Tito al frente, su producción empezó a ser considerada desde una perspectiva diferenciadora, que ellos mismos se encargaron de resaltar al separarse del gremio que compartían con los demás pintores.

En el otro extremo del virreinato, en Santa fe de Bogotá, trabajó por los mismos años Gregorio Vázquez de Arce, el pintor más sobresaliente de este núcleo y uno de los que más se ha relacionado con la influencia de la obra de Bartolomé Esteban Murillo en tierras americanas. Es de los pocos pintores de quienes se ha conservado un interesante número de dibujos. Pintó temas religiosos y profanos, como la serie dedicada a Las estaciones. También la ciudad de Quito tuvo, en la segunda mitad del siglo XVII y los comienzos del XVIII, el periodo de mayor calidad en la pintura. Sus representantes máximos son Miguel de Santiago y Nicolás Javier de Goribar.

Escuela de Quito Muy conocida en un principio por la calidad de sus imagineros y muy ligada a la escuela sevillana y granadina. Aproximadamente hacia 1730 evoluciona hacia una línea propia. La influencia de Pedro de Mena y Juan Martínez de Montañez es importante en los comienzos, en los cuales también se suelen copiar varias esculturas de maestros españoles. Hasta fines del XVII la escultura quiteña policromada tiene una deuda con la andaluza en cuanto a iconografía, estilo y técnica. A su vez en esta época se observa un realismo muy marcado en las imágenes junto con una excelente técnica de encarnado brillante. A partir de 1730 la escultura da paso a un lenguaje más propio, incorporando en su repertorio aspectos medievales, hay representación sistémica y abundante de seres alados y asimiló influencias filipinas en la decoración de mantos y telas (mantones de Manila). La imaginería6 quiteña está teñida por un tono oriental producto del arte que los franciscanos trajeron de Oriente. En esta escultura los colores estaban fijados por cánones rigurosos, la Inmaculada Concepción iba de azul y blanco, San José de verde y ocre, etc. Características diferenciadoras de la escultura española:  Nueva presentación de la Inmaculada a través de la obra de Bernardo Legarda  Policromía brillante en vez de mate  Desarrollo de todo un gremio especializado de encarnadores La gracia, el colorido y sobre todo la extraordinaria técnica de ciertos artistas como Legarda y Caspicara son ejemplo de la escultura de Quito. Sus obras se exportaron en grandes cantidades a España, Italia y la América pacífica hasta 1870. Bernardo Legarda: escultor y pintor ecuatoriano de procedencia indígena, sus tallas están entre las más notables de la imaginería quiteña. El principal aporte de Legarda a la imaginería de la época es la creación de la imagen iconográfica con alas de la Inmaculada Concepción o Virgen del Apocalipsis. Posee un sentido del movimiento y una ligereza que la convirtieron en una imagen muy popular. Es una virgen danzante, lo que le da gracia a la representación, el contrapeso se sitúa en las manos. También trabajó temáticas populares como la frutera. Manuel Chilí (Caspicara): es otro importante escultor junto a Legarda. Entre sus obras figura un Cristo muerto. El sistema de atajos: tuvo gran demanda y se caracterizó por el uso de mascarillas de estaño para los rostros de las esculturas y la venta de cabezas y manos para ser armadas en los lugares de destino a manera de esculturas de vestir, por entonces en desuso en Europa. La pintura de la escuela de Quito florece junto a la escultura durante los siglos XVII y XVIII con una fuerte raíz española. Es una pintura que trata de apegarse a los cánones europeos. Entre los pintores fundamentales se haya el propio Bernardo Legarda el cual es autor de algunos cuadros, como el lienzo Nuestra Señora de los Dolores para el coro de la iglesia del convento de Santo Domingo y La madre del amor hermoso, entre otros. Manuel Samaniego es un pintor ecuatoriano de origen quiteño que gozó de gran prestigio entre los artistas de su época. La mayor parte de su obra la componen cuadros de tema religioso, como la Adoración de los Reyes de la catedral de Quito o el Tránsito de la Virgen del convento de Santa Clara. Sin embargo, la principal aportación de Samaniego fue la publicación de un libro titulado Tratado de pintura, en el que recoge escritos de los más destacados teóricos del arte, aunque no es una obra original, sí proporciona una visión aproximada del panorama cultural quiteño. El otro pintor importante de la escuela es Miguel de Santiago, una de las principales figuras de la escuela quiteña. Realizó numerosas obras de tema religioso y, en especial, sobre el tema de la 6

Actividad escultórica dedicada a la realización de imágenes religiosas, pintadas y talladas en madera.

Inmaculada Concepción. En todos ellos es evidente la influencia de la escuela Sevillana y, más concretamente, del pintor español Bartolomé Esteban Murillo. Escuelas del Cuzco y Lima: En la escultura existen cuatro momentos principales en el Virreinato y la mayor influencia es la de la escuela sevillana y la italiana, en especial de Bernardo Bitti, el cual introdujo el manierismo en el Virreinato. 1- Años de conquista y colonización. Importación de obras fundamentalmente de Sevilla. 2- Manierismo: artistas y obras que pueden situarse aproximadamente entre (15801620), aunque no es igual en todas las comarcas. Empiezan a tener actividad los talleres de artistas indígenas, hay uso del maguey y de las tallas en candelero, efectos expresivos e intensas policromías. El maguey se emplea fundamentalmente en el Cuzco. 3- Transición hacia el barroco, fórmulas más realistas. Escuela de Lima (1620-1670) aproximadamente. 4- Período barroco (1670-1673) y todo el XVIII. El continuo flujo de obras sevillanas hacia la zona de Lima determinó que entre los años (1610-1620) se efectuase un cambio de gusto en la población limeña, hacia realizaciones artísticas impregnadas de notas realistas. Con gran influencia de Juan Martínez Montañés. Escuela de Lima: surge por los seguidores de Juan Martínez Montañés. Estos crean a partir de este autor pero con mayor libertad, no obstante es muy europea. Lo más representativo en esta escuela de la transición hacia el barroco es la sillería de coro de la Catedral de Lima de Pedro de Noguera. En el respaldo de la silla hay imágenes religiosas pero también paganas (mitológico). Los frontones curvos y quebrados al igual que todo el conjunto devienen patrón Escuela del Cuzco: más mestiza, también influenciada por Montañés, adaptada a técnica del Maguey. Presenta una sensibilidad que acentúa el color y el dramatismo. Producto de su gran dosis de mestizaje constituye una de las escuelas más tempranas y originales de América meridional. Melchor Huamán Maita es uno de los artistas más importantes de esta escuela. Desarrolla la técnica del maguey y tela encolada, con uso de los postizos o añadiduras naturales. Trabaja imágenes de grandes dimensiones (procesionales entre otras), su representación del rostro es muy realista. Entre sus obras se haya una Piedad. Escultura barroca en Lima y el Cuzco: En esta etapa se fueron diluyendo las formas más naturales de la época. Los rostros se hacen más estereotipados e inexpresivos al igual que el movimiento del cuerpo y el ropaje. Entre los artistas fundamentales del momento se encuentra Baltasar Gavilán, el cual es el escultor más importante de Lima. Sus obras fundamentales son la Estatua ecuestre en bronce de Felipe V y la Alegoría de la muerte, la cual muestra gran dramatismo en el cuerpo y un rostro muy expresivo. No siempre los artistas mestizos tienen obras mestizas, en ocasiones trabajan las imágenes europeas, tal es el caso de Juan Tomás Tuyru Túpac, un importante escultor mestizo cuzqueño que trabaja esta vertiente y algunas de sus obras presentan una evidente policromía y estofado. Entre las imágenes europeas pasadas por un proceso de sincretización de esta época se encuentra, El Señor de los temblores, patrono de la catedral del Cuzco cuyo cuerpo se suele representar de negro y con una falda. Pintura en el Cuzco y Lima Mateo Pérez de Alesio: pintor italiano discípulo de Miguel Ángel que alcanzó gran fama en Lima como introductor del renacimiento italiano en el virreinato del Perú. Su obra maestra en Perú son los frescos de la iglesia (hoy desaparecidos) y del claustro de Santo Domingo de Lima. También es autor de otros lienzos de tema paisajístico y retratos. En la etapa manierista sobresalen Bernardo Bitti y Angelino Medoro. Con influencia de Miguel Ángel y Rafael. Presentan a las vírgenes con la cabeza ladeada, en ocasiones en escorzo. Esto predomina en el XVII. Bernardo Bitti: pintor y escultor italiano establecido en Perú a partir de 1575. Su obra, perteneciente al manierismo inspirado en Miguel Ángel, se encuentra dispersa por numerosas

poblaciones peruanas, ya que trabajó en todos aquellos lugares donde fue requerido por la Compañía de Jesús. Trabaja con pesantez los ropajes, recuerda al neoclásico. Entre sus obras se haya Virgen con el niño. Angelino Medoro: pintor italiano que trabajó en España, Colombia, Ecuador y Perú. Su estilo manierista se encuentra muy influido por la pintura sevillana. En los primeros veinticuatro años del siglo XVII permaneció en Perú, trabajando en Lima, desde donde enviaba obras a diferentes puntos del virreinato, que pronto se convirtieron en modelos de referencia para los artistas locales. La pintura mural entre los siglos XVI y fines del XVII tuvo un gran uso del temple, es ingenua tanto en perspectiva como en dibujo y se adhieren lienzos grandes a la pared. Lo cual se puede observar en la Iglesia de Andahuaylillas y en la Casa Vargas, la cual tiene motivos copiados de grabados alemanes. Pintura barroca. Desde fines del XVII Las fuentes empleadas vienen del grabado, de obras importadas y de artistas emigrados. Estilísticamente se ve una fase de transición en la que se representa el realismo, con lienzos que ostentan preocupación por el claroscuro con influencia de Zurbarán y una fase luminista en la cual el barroco es más colorido y luminoso los temas son trascendentes. En Lima se ve la influencia de Zurbarán, así como el predominio de la temática religiosa y se prefieren los éxtasis, los martirios y los momentos más dramáticos con uso del color para acentuarlo. El artista más importante en este punto es Cristóbal Lozano. En el Cuzco las fórmulas del manierismo se prolongan aún después de la llegada del barroco. De este momento destaca Diego Quispe Tito un pintor peruano del periodo virreinal, principal figura de la escuela cuzqueña del siglo XVII. Su estilo, de inspiración manierista, se consolidó a partir de la contemplación de grabados y tablas de artistas flamencos, como Antonio Wierix o Ferdinand Bol. En la Visión de la cruz y la Ascensión, dos de sus primeras obras, ya se aprecia la esquematización lineal y el gusto por los elementos decorativos característicos de las obras de madurez de este autor de procedencia indígena. Plantas, flores y pájaros autóctonos se mezclan con arquitecturas extraídas de estampas europeas. Esto, unido a una especial atención por el detalle y lo anecdótico, dio lugar a una escuela que tuvo gran repercusión en la tradición pictórica andina. Es más bien un pintor de tránsito entre el manierismo y el barroco. Los comitentes de sus obras eran los indios de determinada posición social y las autoridades. Trabajan junto a él indios en los que el mestizaje es más evidente. Su obra cumbre es el Zodiaco de la Catedral de Cuzco. Entre las características de la escuela cuzqueña en el barroco está el trabajo más planimétrico de las figuras, el gusto excesivo en el trabajo de las ropas, el predominio del dorado, el uso de grabados para las composiciones aunque las componen con grabados de distintas épocas. Aparecen en este momento indios que crean al margen del mestizaje pictórico como Andrés Sánchez Gallque con su Retrato de los señores mulatos de la esmeralda y Basilio de Santa Cruz de Pumacallao, el cual trabajó fundamentalmente para la Catedral del Cuzco e introduce el barroco culto en la pintura cuzqueña. Melchor Pérez de Holguín: pintor boliviano del virreinato del Perú, uno de los principales maestros coloniales del periodo barroco tardío. Se desconoce quién pudo ser su maestro, aunque se especula que pudo ser Bartolomé Esteban Murillo y sin duda pertenecía a la escuela española. Su producción principal se centró en los encargos realizados para órdenes religiosas, como la franciscana y la dominica. Su obra se inscribe en una Potosí crédula y milagrosa, donde el arte barroco se fundía con el carácter religioso español. Crea la tipología de los ángeles de Charcas y de Calamarca. Eran sobre todo ángeles guerreros, vestidos a la usanza de la época. Eran ángeles asexuados, con vestiduras barrocas. Son pinturas anónimas, con gran cantidad de pintura en las alas. También se conocen como ángeles arcabuceros. De su obra también interesa la Virgen lavandera, a la que incorpora elementos populares y tradicionales de la zona, además de elementos locales y naturales. También pinta cuadros anecdóticos, a veces comentados en varias escenas.

La pintura mural en el barroco tiene como relevante que incorpora una técnica novedosa al empleo del temple, el uso de zumo de cactus en la pared para sobre ella aplicar el temple. Hay tres momentos relevantes en la pintura mural. 1- la representación de efectos textiles en la pared, la figura humana aparece ahogada en medio de esta decoración 2- predominio de la figura humana, sin abandonar lo textil, hay mayor movimiento 3- barroco tardío o rococó: aparecen nuevas temáticas civiles y personajes cotidianos

El caso de Brasil: Artes plásticas en brasil durante los siglos XVI-XVII. La persistencia de los valores europeos en la arquitectura. La colonización comenzo de forma tardia .los primeros asentamientos fuero olinda1535, santos 1536, recife 1540, bahia 1549, sao pablo 1554, rio de janeiro. No hay presencia de un urbanismo hipdamico sino de un tipo medieval , acorde con una geografia accidentada. El uso de a fuerza de trabajo del indígena es escasa ;por otra parte los patrones artisticos portugueses se mantienen durante los siglos 16 y 17 . ejemplo de ello es la iglesia de la concepción de la Playa que aun siendo barroca ,. Mantiene una fachada limpia que fue prefabricada en portugal .Predomina la plantade origen portgues . una sola nave con o sin capillas laterales, por lo generalsin crucero y la presencia de una cupula es rara .La nave es cubria con una boveda de madera , lo mismo que el prebiterio ; la boveda de ladrillo o de piedra casi no se conocio en raras ocasiones fue empleada en medio cañon ese sencillom esquema fue cobrando independencia a medeida que pasa el tiempo . Se incluyen largos corresdores que sustituyen a las capills , estas ultimas a diferencia de lostemplos de los demas virreinatos se colocaron al ldo La fachada se mantiene sobria con total ausencia de columnas salomonicas o estipites :Se excluyen por lo general la fachada retablo. Ouropetro :Presentacampanarios termibnados en puntas pulposas . la fachada cotinis siendo sobria pero presenta mas movimientoAl contrario el interior estaprofusamente decorado llegando a ahogar la arquitectura La unica fachada retablo esta en la orden 3ra de san francisco, bahia . En su claustro se en cuentra una solucion muy italiana : claustro de dos plantas , arcos de medo punto y columnas toscazas en el primer nivel adems de una techumbre de tejas Arquitectura civil Aquí destaca la casa grande de tipo suburbana . Se desarrolla un a tipologia de viiendd acorde a las necesidades de la economia. Que requeria unacasa deconjuto con dos plantas queenocasiones presentaba una capilla.lacxasa grande debia tener ingenio mas los sensales ( habitaciones para esclavos=