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José Hayakawa Casas

Restauro UNI Breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Universidad Nacional de Ingeniería Editorial Universitaria

Rector Dr. Ing. Aurelio Padilla Ríos Primer Vicerrector Geol. José S. Martínez Talledo Segundo Vicerrector Msc. Ing. Walter Zaldívar Álvarez Primera edición, octubre de 2012 Restauro UNI. Breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado Impreso en el Perú / Printed in Peru © José Hayakawa Casas Derechos reservados © Derechos de edición Universidad Nacional de Ingeniería Editorial Universitaria

Av. Túpac Amaru 210, Rímac – Lima Pabellón Central / Sótano Telfs. 4814196 / 4811070 anexo 215 Correo-e: [email protected] Jefe EDUNI: Prof. Álvaro Montaño Freire Coordinador Editorial: Nilton Zelada Minaya Impreso en la Imprenta de la Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Ingeniería ISBN 978-612-4072-27-7 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2011-13065 Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso del autor.

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Índice

Prólogo ......................................................................................................... V Introducción ................................................................................................... VII Capítulo I Restauración y patrimonio monumental edificado: una aproximación conceptual .............................................................................. 01 I. Patrimonio: conceptos básicos / tipología patrimonial / valoración patrimonial .............................................................................. 01 II. Restauración conservación, y/o reconstrucción de monumentos: identidad y fundamentos de la restauración .......... 17 capítulo II Restauración y patrimonio monumental edificado: una evolución teórica ............................................................................................ 49 I. Teoría y práctica de la restauración monumental en el mundo ................................................................................................... 49 II. Teoría y práctica de la restauración monumental en el Perú ......................................................................................................... 65 Capítulo III Restauración y patrimonio monumental edificado: un(os) escenario(s) de intervención ....................................................................... 83 I. Relevamiento monumental: estrategias de registro e investigación patrimonial ....................................................................... 83 II. Patologías de la edificación monumental, deterioro urbano, centros históricos y patrimonio edificado ............................................ 91 III. Patrimonio monumental y apropiación social ..................................... 106 IV. Gestión del patrimonio monumental edificado ..................................... 117

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Glosario de principales términos especializados ..................................... 161 Fuentes consultadas ..................................................................................... 167 Anexos documentales ..................................................................................... 177

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Prólogo

El gran arquitecto colombiano Rogelio Salmona sentenció “... es imposible hacer arquitectura sin conexión con el entorno, con la historia de la ciudad, con el temperamento de sus gentes,...con los materiales de la región; es decir, con todo lo que conforma el patrimonio cultural”. Ampliando este concepto, sabemos que el patrimonio cultural está constituido por todo el conjunto de creaciones artísticas y tecnológicas, creencias, costumbres y tradiciones que definen y dan identidad a una determinada estructura social humana, y que la diferencian por tanto de otras. El patrimonio edificado, tradicionalmente denominado monumental, es la parte material o tangible del patrimonio cultural. Se orienta esta terminología desde hace buen tiempo y sin olvidar los bienes muebles, a lo que constituyen las creaciones paisajísticas, urbanísticas, arquitectónicas y vernáculas del ser humano. No olvidemos que “monumento” en su sentido etimológico y más amplio significa testimonio o memoria. La importancia de la conservación y restauración del patrimonio cultural se hace, pues, evidente como la columna vertebral en la conformación e integración de una sociedad o nación, que basada en esta herencia se proyecta hacia el futuro. Este patrimonio edificado o monumentos, a diferencia de las manifestaciones culturales intangibles, tiene una presencia física permanente dentro de una comunidad, que inclusive en muchos casos y especialmente en países como el nuestro se desenvuelve dentro de estos y continúa utilizándolos como herencia de sus antepasados para su beneficio, tal es el caso de los canales de regadío moches e incas y los andenes de estos últimos. Bien señala el notable historiador y arquitecto italiano Leonardo Benevolo “... la ciudad es la escena física que se da en una sociedad, que responde a su organización y que contiene un gran número de informaciones sobre los caracteres de esta sociedad, muchos de los cuales es posible conocer solo de esta manera y son

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los únicos que pueden experimentarse -moviéndose en la escena de la ciudad o, mejor aún, habitándola-...” Lo mismo puede decirse de los componentes de la ciudad, los monumentos, contenedores grandes (quintas o conventos) o pequeños (viviendas) de sus habitantes. Por estas y muchas otras razones, el trabajo de José Hayakawa contenido en este volumen resulta fundamental como texto de consulta para los cursos de Teoría y Taller de Restauración de Monumentos, en especial, pero en realidad para toda la carrera de Arquitectura y Urbanismo, ya que como bien señaló Salmona, el futuro no puede ni debe desligarse de lo heredado. Arq. José Correa Orbegoso Profesor Principal curso Restauración de Monumentos FAUA-UNI

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Introducción

La primera aproximación a este libro surgió en la investigación realizada entre 1997 y 2001, en el marco académico de los Talleres de Investigación de Historia de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería. Allí desarrollé una tesis sobre la Historia de la Restauración de Monumentos Arquitectónicos en Lima. Justamente en aquel episodio pude identificar la carencia de publicaciones nacionales que establecían un balance de lo recorrido. Así, desde 2001 me involucré en responsabilidades docentes en antegrado y posgrado en la FAUA-UNI las cuales me permitieron identificar la necesidad de proponer un texto que dé orientaciones básicas a los estudiantes sobre el pensar y el hacer de la restauración de monumentos arquitectónicos en el Perú. Adicionalmente, entre 2010 y 2011 participé de una investigación apoyada por el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Arquitectura-UNI (INIFAUA), integrando el equipo con el profesor principal del curso Arq. José Correa Orbegoso y la estudiante Srta. María Copaira Ortiz, situación que ayudó a decidirme abordar esta empresa al ponderar históricamente el valor de lo avanzado en esta materia desde la FAUA-UNI y la escasa sistematización y divulgación de la calidad del trabajo hecho. Así, si fuese preciso acotar el espectro en el que se ubica el presente libro, sería el de la antología de un conjunto de textos de mi autoría que se van fortaleciendo con aportes muy significativos de textos nacionales e internacionales, los cuales permiten brindar orientaciones a manera de una “carta de navegación” en las temáticas del patrimonio edificado nacional. Por ello, este texto resulta un intento de sistematización de aportes y “lecciones aprendidas” sobre el corpus disciplinario e ideológico de la restauración del patrimonio edificado, de cara a (re) pensarlo e intervenirlo con mayor criterio y cuidado. Aspira a ser, desde la perspectiva de nuestras propias circunstancias, una puesta en cuestión de algunos de sus argumentos, como el “retorno a la ciudad construida” o la “apropiación social del patrimonio”. Justamente, es destacable en el presente texto el hecho que, desde que empezó a germinarse, acompañó al trabajo docente introduciendo en el debate académico peruano una “mirada gestionaria”, que además de reconocer las preexistencias edificada y social, revaloró ítems como “sujetos patrimoVII

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niales”, “políticas culturales”, “derecho(s) cultural(es)”, “derecho a la ciudad”, e “interdisciplinariedad”, entre otros. Dichas temáticas y enfoques han sido verificados en el ejercicio de mi labor docente en el antegrado (curso “Restauración de Monumentos”) y en el posgrado (maestrías en Conservación del Patrimonio Edificado y en Renovación Urbana) de la FAUA-UNI El presente texto consta de tres capítulos. El primer capítulo denominado “Restauración y patrimonio monumental edificado: una aproximación conceptual...” tiene por propósito establecer los fundamentos conceptuales y los límites del dominio de estudio y sus principales categorías. El segundo “Restauración y patrimonio monumental edificado: una evolución teórica...” está dedicado a esbozar una mirada diacrónica; es decir, entender lo contemporáneo de la restauración como una evolución en el transcurso del tiempo y como un proceso histórico con marchas y contramarchas. El tercer capítulo titulado “Restauración y patrimonio monumental edificado: un(os) escenario(s) de intervención...” desarrolla aspectos más vinculados al mismo ejercicio disciplinario de la restauración de monumentos arquitectónicos desde una perspectiva de actor, en un medio patrimonial como el nuestro. El generoso prólogo a cargo del Arq. José Correa Orbegoso, profesor principal y titular actual de las asignaturas de “Restauración de monumentos” y “Taller de Restauración de monumentos” —fundadas ambas por el Arq. Víctor Pimentel Gurmendi, suscriptor de la Carta de Venecia y Profesor Emérito en el antegrado de la FAUA-UNI— completa las aspiraciones críticas de este libro respecto de la posibilidad de “recuperar” lo avanzado, sistematizando lo recorrido en estos temas en nuestra Alma máter y en otros espacios académicos. Asimismo, su publicación no hubiera sido posible sin la generosa insistencia de mis colegas y de mis estudiantes, especialmente del mismo Arq. Correa y de la Srta. Copaira, companeros de ruta en los más recientes caminos por recuperar y poner en valor la producción intelectual de la FAUA-UNI en los predios de la arquitectura, la historia, la ciudad y el patrimonio. Mag. Arq. José Carlos Hayakawa Casas Lima, abril de 2011

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CAPÍTULO I

Restauración y patrimonio monumental edificado: una aproximación conceptual I. PATRIMONIO: CONCEPTOS BÁSICOS / TIPOLOGÍA PATRIMONIAL / VALORACIÓN PATRIMONIAL El patrimonio como manifestación de la actividad del ser humano, en términos reflexivos y de acción, requiere una aproximación conceptual más compleja y detenida. En esa línea, pretendo aportar con algunos de los hallazgos más importantes destacados en la investigación “GESTIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL, CENTROS HISTÓRICOS LATINOAMERICANOS Y DESARROLLO SOSTENIBLE: ANÁLISIS COMPARATIVO”, tesis de maestría con la que obtuve el grado académico de Magíster en Arquitectura con mención en Renovación Urbana, en Lima el 2006.

PATRIMONIO CULTURAL La importancia de construir una metodología de aproximación al tema del patrimonio cultural —a partir de una síntesis de una base teórico-conceptual— ayudará a configurar una visión más integral y completa de su particularidad, lo cual significará mayor cantidad de elementos de juicio para interpretar las relaciones y vínculos que existen con los procesos de desarrollo. En primer lugar, hay conceptos básicos para optimizar la “mirada”. Destacan:

• BIEN: Entendemos por bien —en la teoría de los valores— como “... la realidad que posee un valor positivo y por ello es estimable. Cosas materiales o inmateriales en cuanto objetos de derecho”1. Con esto abordamos todas sus dimensiones: condición material o inmaterial, valor positivo base de una estimación y referenciación a un objeto de derecho de alguien. Cuando una definición no incluye “lo inmaterial” al referirse al concepto “cosa” es preferible aproximarse “… a una idea definición de ‘bien’ vinculada a ‘entidad’. Estas entidades —materiales, inmateriales— pueden ser de diferentes tipos según variables de análisis diversas”2.

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• VALOR: El valor es entendido en sus diferentes acepciones como el “grado de utilidad o aptitud de las cosas, para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite... Alcance de la significación o importancia de una cosa, acción, palabra o frase”3. Esta definición ofrece también algunas “…dimensiones sustanciales del concepto: magnitud de la importancia y generación de bienestar. A ellas, habría que agregarle la vinculación con el ‘bien’, por lo cual el valor se configura una cualidad por lo cual son estimables”4. Este tipo de estimación puede ser de diferente índole o magnitud según variables de análisis diversas. Precisamente, resulta de gran importancia caer en cuenta sobre esta situación, como así lo refiere Josep Ballart, pues cuando hablamos de patrimonio hablamos de bien y por lo tanto de valor como “...aprecio hacia determinados objetos por el mérito que atesoran, por la utilidad que manifiestan, o por su aptitud para satisfacer necesidades o proporcionar bienestar. Por todo eso el valor no es siempre inherente a las cosas... Se trata,... de un concepto relativo sometido a los vaivenes de la percepción y del comportamiento humanos y, por lo tanto, dependiente de un marco de referencias intelectuales, históricas, culturales y psicológicas que varía con las personas y los grupos que atribuyen valor”5. Dicha aproximación, a pesar de incidir restrictivamente en su carácter material con la mención de “cosas” —excluyendo a los bienes no materiales—, cubre satisfactoriamente su multidimensionalidad “… estimación, origen asignativo, relatividad, referenciado a una colectividad o individuo”6 . Vinculado al patrimonio, el valor es clasificable en tres tipos: a) Un valor de uso... en el sentido de pura utilidad, es decir,… que sirve para hacer con él…, que satisface una necesidad material o de conocimiento o un deseo. Es la dimensión utilitaria... b) Un valor formal... responde al hecho… que determinados objetos son apreciados por la atracción que despiertan a los sentidos, por el placer que proporcionan, por razón de la forma y por otras cualidades sensibles, y por el mérito que presentan. c) Un valor simbólico-significativo... la consideración en que se tienen los objetos del pasado en tanto... presencias sustitutivas y hacen de nexo entre personas separadas por el tiempo, por lo que son testimonio de ideas, hechos y situaciones del pasado...”7. De la misma manera, Frey y Pommerehne distinguen en los bienes patrimoniales tipos de valores, tales como: ”Option value is the (imaginary) satisfaction someone experiences of having the opportunity to use or enjoy a particular piece of heritage. Existence value amounts to the value contained in the enjoy2

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ment of the mere existence of a heritage good –not of enjoyment of its presence or actual use of it. The bequest value is the value that future generations derive from a heritage good, and the prestige value is as its says: the prestige that a community or person derives from having a particular heritage good. Finally, the education value captures all benefits that heritage generates in terms of education”. 8

• PATRIMONIO: Para este concepto los investigadores Josep Ballart Hernández y Jordi JuanTresserras han aproximado una definición muy pertinente y a la vez esencial: “... patrimonio viene del latín; es aquello que proviene de los padres. Según el diccionario, patrimonio son los bienes que poseemos, o los bienes que hemos heredado de nuestros ascendientes. Lógicamente patrimonio es también todo lo que traspasamos en herencia”.9 Deducimos luego que nos estamos refiriendo a bienes; esto es “…entidades que poseen valor para alguien y que son trasmitidas por herencia, afirmándose con dicho patrimonio el recuerdo y con este la transmisión de una propiedad común…”10 —tanto material como inmaterial—. Dicha noción de “patrimonio” posee como marco la lectura de una lógica conceptual constituida como relación establecida entre “…la historia continuada ligada a las actitudes creativas en cada secuencia histórica... Configurando nuestro legado actual como conjunción de actuaciones realizadas en el tiempo… pero que nos conducen inevitablemente a la realidad actual...”11. Al trasladar esta concepción de “lo individual” a “lo colectivo” surgen complicaciones, a pesar de reconocer su existencia y necesidad comunes: “Del monumento, soporte de la memoria, hemos pasado al patrimonio, soporte de la identidad”.12 De la misma manera, es posible referir la concepción de ”patrimonio” a dos conceptos: construcción social e invención. El primero se relaciona con procesos de legitimación de “universos simbolicos” —como refiere, Llorenc Prats sobre las ideas de Berger y Luckman—, la cual se soporta indefectiblemente sobre la intervención directa de una hegemonía cultural y social, y el segundo —siguiendo la ruta de Hobsbawn y Ranger— a manipulación, pero no solo de elementos, sino de composiciones: “la invención de la realidad se refiere..., a estos procesos de descontextualización y recontextualización...”.13 Dicho conjunto patrimonial puede ser metodológicamente clasificado —siguiendo el criterio de origen— en cultural o natural, aunque como indican Pierre Laroche y Cristina Iamandic —referenciando a Herb Stovel— el concepto de “patrimonio” ha evolucionado integrando “… all creations and products from both nature and man that constitute the temporal and spatial framewok of our lives in time and space”; 14 esto es, patrimonio cultural y natural simultáneo y ya indisolublemente interrelacionados.

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El patrimonio posee tres características esenciales: la temporalidad, la significación y la relatividad. “…Todo patrimonio se encuentra acotado en el espacio y en el tiempo. En ese sentido se podría hablar de distintos patrimonios… Pero además el patrimonio no es inmutable, varía con el tiempo…Todo patrimonio es un conjunto muy variado de elementos heredados, de distinta naturaleza. Heredados por personas, grupos sociales o la humanidad en su conjunto. Pero puede no existir la conciencia por parte de los herederos de la importancia de los bienes que reciben; es decir, dichos bienes nada significan para ellos. No existe vinculación alguna entre el bien heredado y los valores en que creen los herederos… En tal caso, el patrimonio puede desaparecer, transformarse… sin que nadie se dé cuenta... Pero el mismo concepto de significación, como implica valores y por tanto mundos de vida diferentes, es un concepto relativo en sí mismo. Depende de los puntos de vista de los diferentes actores involucrados…”.15 Así, Fernando Carrión refuerza esta lectura dinámica y multiactoral de “lo patrimonial”, conceptualizándolo desde una doble perspectiva: • “Es el ámbito de un conflicto social, de la misma manera como ocurre en el interior de cualquier núcleo familiar respecto de la herencia. Esto… define los sujetos patrimoniales en sus respectivas tensiones e interrelaciones. • Es la lógica de la transferencia sociogeneracional del valor patrimonial, en la perspectiva del devenir. Esto es, define el carácter de sustentabilidad o la continuidad del cambio”.16 Es destacable que al reconocer el valor de un patrimonio natural irrenunciable, asimismo identificamos un patrimonio cultural común e irrenunciable. Por ende, se desprende que el patrimonio “… como herencia colectiva cultural del pasado (nuestro, el de una comunidad local o el de la humanidad), relaciona a los hombres del pasado con los contemporáneos, en beneficio de su riqueza cultural y de su sentido de la identidad…”,17 por lo que contiene una doble dimensión que puede construir ciudadanía: “La herencia cultural... es un activo útil a las sociedades que sirve a distintos propósitos..., y si el derecho de las generaciones que la reciben es disfrutar plenamente de sus valores…, el deber que adquieren es el de traspasarla en las mejores condiciones a las generaciones venideras”.18 Así entonces se configuran otras dimensiones del concepto “patrimonio” que incluyen este derecho-deber referido a la apropiación y gestión de las manifestaciones culturales heredadas del pasado, “… incluyendo los valores espirituales, estéticos, tecnológicos, simbólicos y toda forma de creatividad, que los diferentes grupos humanos y comunidades han aportado a la historia de la humanidad”19.

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De la misma manera debemos entender que el patrimonio es una construcción social, por lo que resulta “… un artificio, ideado por alguien (o en el decurso de algún proceso colectivo), en algún lugar y momento, para unos determinados fines, e implica, finalmente, que es o puede ser históricamente cambiante, de acuerdo con nuevos criterios o intereses que determinen nuevos fines en nuevas circunstancias”,20 por lo cual adquiere un carácter social, participativo y dinámico, como repertorio de significados continuamente interpretados por una comunidad. De tal manera que construir el “espacio público” —dinámica social— generará la raíz de una conciencia patrimonial. Asimismo, hay que considerar una circunstancia muy trascendente como expresión de nuestra “condición postmoderna”: “la tensión entre el patrimonio y la mirada turística, la cual es identificable —como expresión de esta conciencia posmoderna— por su carácter efímero y volátil”21 que genera una “conciencia fragmentada”, entendida esta como construcción fragmentada del menú de valores y normas, de tal manera que “... el individuo se dota de su propio código de conducta y rechaza o ignora lo que el grupo le ofrece como universo de valores y normas. Elige lo que más le conviene en las circunstancias que el tiempo y el espacio de momento le señalan”.22 Esta conciencia fragmentada también se ve constituida por la canalización mercantilizada; es decir, por hallarse signada por las leyes de la oferta y la demanda, las cuales cuantifican esta fugaz concentración de experiencias y sensaciones. Esta aproximación posmoderna nos plantea una característica que perfila nuestra actualidad: la patrimonialización generalizada: “Casi todo hoy es susceptible de ser declarado objeto de salvaguardia o de preservación... Esta manera... es probablemente la más reciente de sus numerosas definiciones... como fenómeno social altamente ligado al surgimiento de los problemás de identidad provocados por el desarrollo de la sociedad moderna, la cual nos muestra hasta qué punto la relación identitaria se quiebra en miles de pedazos a reconstruir continuamente hacia un futuro inseguro”.23 Ello aparece estratégicamente vigente en nuestra cotidianidad, en la medida del reconocimiento de oportunidades en la “aldea global”, como así lo destaca Alexandra Arellano refiriendo a Krzystof Pomián cuando identifica que esta sustancial atención a la “cuestión patrimonial” manifiesta “... un interés renovado por la memoria colectiva, por las memorias nacionales, regionales y locales que hoy parecen ser más importantes que nunca”.24 Pero, ¿cómo la “patrimonialización generalizada” se configura como eficiente medio para retomar la relación histórica entre pasado, presente y futuro? ¿Representa una verdadera y nueva orientación de la acción? Ello lo destaca André Micoud quien sugiere una lectura de oportunidades de continuidad histórica y Marie Tenier quien desarrolla dicha dimensión conceptual: “Los cambios ocurridos en la práctica reflejada por el patrimonio terminarán por orientarse no tanto hacia el pasado histórico conservado en el museo, sino hacia un futuro reproducido y gestionado hacia el futuro... El patrimonio no solo se desarrolla como agente de conservación, sino de reproducción y de gestión que transforma el objeto antiguo en uno del presente y que... es impulsado hacia delante”.25

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Este enorme espectro representado por las valoraciones e intervenciones de la “patrimonialización generalizada” posee como principal elemento vertebrador y promotor la consideración de los bienes conformantes de dicho patrimonio, como “bienes de interés público”; esto es, como sujetos de la dimensión social que subyace en la valoración y protección de dichos bienes, lo cual genera a su vez importantes consecuencias como: “... que el Estado se convierte en el principal garante y responsable de la protección,... Otra trascendente... es el hecho de que el epicentro de la protección se traslada del objeto al sujeto, ya que no van a ser los valores objetivos e inherentes de un determinado bien los que van a determinar en su totalidad las medidas de protección sobre los mismos, sino que lo van a ser las exigencias que los ciudadanos reclaman a dichos bienes según los valores y contenidos que este les transmiten... Consecuencia, también... es la importante ampliación que se produce de la masa patrimonial...: cuantitativa (la inclusión de todos los períodos históricos y de todo tipo de objetos... como susceptibles de protección…), cualitativa (los valores históricos y artísticos se completan con el etnográfico, el documental, el paisajístico, etc.) y dimensional (los objetos dejan de protegerse aisladamente para hacerlo dentro del contexto en el que se insertan, ... Una última consecuencia, también muy significativa, es la universalización de la protección...”.26 Justamente, Fernando Carrión —en esta lectura patrimonial desplazada desde el objeto al sujeto— caracteriza al sujeto patrimonial como expresión de una relación social que articula tres componentes “… el momento, lo que se hereda y los actores sociales específicos… la definición de sujeto patrimonial implica que lo patrimonial existe en la medida en que es asumido por un sujeto que lo reconoce, apropie y proteja como tal”.27 Cuando ello se generaliza, es potenciada la apropiación social y la democratización de dicho patrimonio. Así, cuando reconstruimos la relación que existió entre estos constructos —el patrimonio y el Estado-Nación— identificamos que estuvo vinculada a cuatro factores cambiantes y complejos: – Uno. Cada época rescata de manera distinta su pasado y realiza una selección de los bienes que posee, en un proceso continuo de identificación del patrimonio y de reconocimiento contemporáneo de los valores del pasado. – Dos. La selección y el rescate de los bienes patrimoniales se realizan de acuerdo con los particulares valores de los grupos sociales dominantes… restrictivos y exclusivos... – Tres. El punto de partida del Estado nacional para definir el patrimonio es la distinción entre lo universal y lo particular, o ‘idiosincrásico’... – Cuatro. El patrimonio nacional, producto de un proceso histórico, es una realidad que se va conformando a partir del rejuego de los distintos intereses 6

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sociales y políticos de la nación, por lo que su uso también está determinado por los diferentes sectores que concurren en el seno de la sociedad.28 Dichos cuatro factores determinantes en la creación del concepto de patrimonio y en la definición de programas para su preservación, mantienen real vigencia. Sin embargo, la comprensión del “patrimonio nacional” ha cambiado significativamente en la medida que han surgido “lecturas alternativas” que permiten recrear vínculos diversos en ámbitos diversos: “El desarrollo reciente de la idea de patrimonio grupal, local y regional, el impulso que han experimentado algunos programas de descentralización y la formación de las nociones de autogestión y autonomía muestran el despunte de una conciencia que rechaza los remanentes del centralismo”.29 Es previsible que dichas tendencias redefinirán a mediano plazo la relación entre los patrimonios sectoriales y las instituciones centrales a cargo del patrimonio nacional. Finalmente, resulta fundamental destacar hacia dónde se vislumbra el porvenir de la lógica patrimonial conformado por estos testimonios de la actividad de nuestros ascendientes donde “... residen las claves de la identidad de un pueblo, desde una perspectiva histórica y social, que tienden a una... desaparición paulatina... ahí esta el futuro. En la conservación de un presente, en la valoración de la herencia recibida…, en la necesaria imaginación para rediseñar un nuevo futuro de continuidad y pervivencia”.30

• CULTURA: La polisemia del término cultura es verdaderamente compleja. Jorge Cornejo utiliza tres acepciones básicas: La primera pertenece a Néstor García Canclini quien define la cultura como “... la producción de fenómenos que contribuyen, mediante la presentación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales, a comprender, reproducir o transformar el sistema social… Todas las prácticas e instituciones dedicadas a la administración, renovación y reestructuración del sentido”.31 La segunda definición planteada por Alessandre N’ Daw se aproxima a la cultura como “... el conjunto de los modos de expresión, de pensamiento y de acción propios de una comunidad dada. Comprende las creencias, las instituciones, las técnicas que imponen un mismo estilo de vida a los miembros de la sociedad a la que asegura la unidad y la estabilidad, aunque sufriendo las transformaciones de esta sociedad, transformaciones a las cuales, por otra parte, ella no cesa de contribuir”.32 Finalmente, el tercer sentido que utiliza Jorge Cornejo del término cultura refiere la “...particular opción de cada ser humano en cuanto a la producción o a la experiencia de lo cultural”.33 lo cual lo asocia al derecho a la cultura, entendida como el derecho de cada quien a producir libremente sus propias expresiones culturales y a participar en la vida cultural de la propia comunidad y del mundo.

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No obstante, en nuestro panorama actual donde los procesos de globalización que sobrepasan fronteras nacionales, vinculando comunidades en nuevas realidades de tiempo y espacio, se plantean nuevas premisas de análisis sobre la noción de cultura. Aquí, destaca precisamente la “desterritorialización de la cultura” como una de sus más notables consecuencias y como espacio gestor de importantes y válidos cuestionamientos contemporáneos, tal como lo refiere Henrique Urbano: “No hay límites para la información, y tampoco los hay para el imaginario. Por consiguiente, la cultura como horizonte no se restringe a un espacio cultural preciso, sino más bien recibe el impacto de múltiples fuentes y diferentes y variados lenguajes”.34 Hoy, las identidades y “pertenencias” se construyen con referentes simbólicos de origen local, nacional y transnacional. Esta situación podría leerse como una dislocación, pero más bien explicita un nuevo escenario. En la actualidad dichas estructuraciones se suceden “… a partir de formas de identificación colectiva (género, sexualidad, etnicidad) y de organizar grupos humanos desde el nivel local hasta el global (consumo, color político), que, a su vez, pueden articularse y entrecruzarse indistintamente”.35 Así, la escena actual nos plantea un reto fundamental: “... definir, reconocer, los temas que reúnen a los sujetos, los intereses que los agrupan... para detectar cómo se reorganizan en torno de nuevos ejes y elaboran nuevos significados para sus acciones”.36 Por otro lado, resulta muy necesario caer en cuenta de un hecho básico, pero aún no tan obvio y que apela al reconocimiento mismo de nuestra diversidad cultural “... nuestro planeta está constituido por una radical heterogeneidad simbólica... Por ello... no debería existir más La Cultura como categoría absoluta y ‘universal’, sino solo las culturas, vale decir, múltiples formas de aprehender y constituir el mundo social... hoy en día… se ha pasado a entender esta categoría como un ‘tejido simbólico’ y una dimensión afectiva y práctica que,… configura nuestra vida social a partir de la estructuración de relaciones materiales y pulsiones imaginarias”.37 Según esta nueva lectura es posible comprender que la dimensión cultural es sustancial para nuestra vida misma, ya que todos nos encontramos estructuralmente inmersos en este universo simbólico que resulta “... fundamental para la constitución del yo y es el elemento central en la formación de las identidades sociales. La cultura, cualesquiera que sea, da forma al sujeto y funda en él una epistemología desde donde interpretará el mundo”.38 Así, la “Cultura” entendida como una dimensión “externa” y necesaria a “acceder” despojándose de lo propio sería más un efecto ideológico vinculado con redes de poder que soportan la dominación de unos grupos sobre otros.

• PATRIMONIO CULTURAL: María de los Ángeles Moreno asimismo refiere que en esta cultura-entorno de significaciones en la cual los sujetos se constituyen como tales —individual y 8

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colectivamente—,”… los sujetos no heredan las significaciones como memoria inerte, sino como memoria para la constitución de sí y como espacio para crear nuevas significaciones que enriquezcan la memoria en el devenir”.39 Es desde esa consideración donde se factibiliza una concepción del patrimonio cultural que apela porque “… lo tangible y lo intangible sean devueltos como expresión de matrices culturales en las que los individuos y los colectivos se puedan reconocer y puedan reconstruirse a sí mismos, como espacios para la recuperación de la memoria, para la creación de significaciones y la realización de acciones en su porvenir”.40 Por las referencias conceptuales esgrimidas, es factible hablar de patrimonio cultural en términos de “… un conjunto constituido por los bienes culturales —es decir elementos o entidades susceptibles de ser estimados como testimonios de determinada actividad humana, por un ente social—, los cuales trascenderán su condición de concreción de la actividad del hombre, para explicitar sus expectativas y miedos, su tecnología, su manera de enfrentar la naturaleza y sentir la belleza, su pensar político y sentir religioso, además del ambiente donde se desarrolló”.41 Justamente estos valores culturales —de naturaleza subjetiva— definirán el nivel de interés general en él y su medio ambiente, la interpretación de su carácter cultural intrínseco y el desarrollo de políticas de tratamiento. Según Jukka Jokilehto y Bernard Feilden estos valores culturales son: • Valor de identidad (basado en el reconocimiento): …está relacionado con los lazos emocionales de la sociedad hacia objetos o sitios específicos. Pueden incluir las siguientes características: edad, tradición, continuidad, conmemoración, leyenda; o bien vínculos sentimentales, espirituales o religiosos. Pueden también ser simbólicos, patrióticos o nacionalistas… • Valor técnico o artístico relativo (basado en la investigación): … se basa en evaluaciones científicas e histórico-críticas, así como en la determinación de la importancia del diseño del bien cultural, y la relevancia de su concepción y hechura en términos técnicos, estructurales y funcionales… • Valor de originalidad (basado en estadísticas): …relacionan al bien con otras construcciones del mismo tipo, estilo, constructor, período, región, o combinación de estos; definen la originalidad del bien, su representatividad o singularidad…”.42 Sin embargo, estos mismos autores identifican que estos bienes culturales poseen también importantes valores socioculturales actuales, entendidos como valores de uso correspondientes a la sociedad actual y a sus circunstancias socioeconómicas y políticas. Tenemos entres sus tipos principales:

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• “Valor económico: ... puede no restringirse a un valor financiero… valor generado por el bien cultural o por la acción de conservación. • Valor funcional: … se relaciona con el valor económico, en tanto involucra la continuidad de la clase original de función o la iniciación de un uso compatible… • Valor educativo: … incluye su potencial para el turismo cultural, y la concientización sobre la cultura y la historia que promueve como medio para integrar los bienes históricos en el presente. • Valor social: … incluye la interacción social en la comunidad, y juega un papel en el establecimiento de la identidad social y cultural. • Valor político: … está relacionado con eventos específicos de la historia del bien cultural, asociados a su vez con la región o el país. La relevancia actual del bien puede estar influida por esos eventos en tanto coincidan con las intenciones de las prioridades políticas vigentes”.43 Asimismo, se suceden diversos sentimientos como expresión emotiva de los afectos, de la carga psicológica que el bien cultural suscita en la persona o en la comunidad, tales como: • “Sentimiento de pertenencia:… derecho que uno tiene a la propiedad de un bien, a sentirlo como suyo, porque lo ligan a él lazos de afecto y en él se siente representado. • Sentimiento de identidad:… compenetración que siente la comunidad o el individuo hacia un bien o un conjunto de bienes y que determinan quién y qué es ese individuo o esa comunidad. • Sentimiento de continuidad: Cuando un bien o conjunto de bienes han durado, han permanecido con sus valores vigentes y se han extendido en el tiempo sin interrupciones”.44 Al respecto, la Unesco en la Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural de 1972 consideró en su artículo primero que el conjunto del patrimonio cultural estaba constituido por: – Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, caver10

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nas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia. – Los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia. – Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.45 También la Unesco estableció en la primera parte de la Recomendación sobre la protección, en el ámbito nacional del patrimonio cultural y natural de 1972 como definición del patrimonio cultural conceptos muy similares a los vertidos en la Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural antes referida, aunque formuló algunos pequeños cambios y/o precisiones en su constitución, tales como: - Los monumentos: obras... que tengan un valor especial desde el punto de vista arqueológico, histórico, artístico o científico... - Los lugares: zonas topográficas, obras conjuntas del hombre y de la naturaleza así como las zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor especial por su belleza o su interés desde el punto de vista arqueológico, histórico, etnológico o antropológico.46 Posteriormente, aquella definición de la Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural de 1972 fue considerada insuficiente, por lo que fue ampliada con la Declaración de México (1992), incluyendo además las “... obras de los artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas surgidas del arte popular y el conjunto de valores que dan sentido a la vida. Es decir, obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de un pueblo: la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte, los archivos y las bibliotecas”.47 Entonces, se desprende que el patrimonio cultural está comprendido por toda aquella producción del hombre –entendida como creación artificial- ya sea material o inmaterial “… cuyo valor pasa por nuestra existencia misma en perspectiva hacia un porvenir”.48 En esta misma línea conceptual se ubican las últimas aproximaciones europeas —aunque con ciertos bemoles— como es el caso de APEL, las cuales desarrollan la misma comprensión —y eventualmente— mejoran las concepciones de UNESCO al reconocer mayor cantidad y diversidad de valores, aunque aquí enfatizan restrictivamente la idea de “cosa”, excluyendo por ende el tema del 11

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patrimonio cultural inmaterial, al comprenderlo excluyentemente como “… tout objet, bâtiment et environnement auxquels la société attribue des valeurs esthétiques, artistiques, documentaires, écologiques, historiques, scientifiques, sociales, ou spirituelles particulières et qui constituent un patrimoine essentiel et culturel a transmettre aux générations futures”.49 Podemos esbozar entonces una comprensión del patrimonio cultural como conjunto de bienes o entidades de una comunidad, que resultan del producto de la herencia de sus ascendientes y de su propia creación, conjunto susceptible de valoración cultural. El patrimonio cultural con el nivel máximo de reconocimiento a su valor permite la inclusión del “bien cultural” en la lista del Patrimonio Mundial para lo cual debe atenerse a criterios como “... debe ser ‘auténtico’ y haber ejercido una gran influencia, o aportar un testimonio único, o estar asociado a ideas creencias universales, o constituir un ejemplo eminente de hábitat humano tradicional y representativo de una cultura...”.50 En referencia directa a los bienes que lo constituyen y según su problemática de vigencia, dicho patrimonio cultural está conformado por tres tipos de bienes patrimoniales: 1. Los bienes que se encuentran insertos en un proceso de utilidad para la sociedad en su estado actual, ya sean en su uso original o por sucesivos cambios de uso... 2. Los bienes, que aunque no se encuentren insertos en la actualidad en un proceso de uso o utilidad, pueden adecuarse o reconducirse a usos nuevos... 3. Los bienes que no se encuentran, y difícilmente se encontrarán, insertos en un proceso de utilidad, salvo el expreso interés social por su conservación y transmisión, como forma de identidad histórica de la sociedad interesada.51 Este reconocimiento de las características del patrimonio cultural como “marca identitaria” lleva a la conformación de una actitud favorable a su rescate, preservación y regeneración, como así lo manifiesta Aliza Cohen-Mushlin: “Common history, language, religion, custom, and geography, as well as literature, music, and visual arts create a special characteristic of a people, and this identity must be understood, respected, and preserved. The unique traditional culture of a country is among the most important components necessary for its social development, and this heritage must serve prominently as the essential foundation for modernity and innovation”.52 De esta manera, apostar por proteger el patrimonio cultural proveniente del pasado tanto como las expresiones culturales de las actuales culturas locales implica preservar el patrimonio del mañana. Asimismo, James Allen refuerza la idea de un patrimonio cultural como factor de desarrollo: “Humankind‘s longstanding interaction with the natural environment –its quest to understand it and organize communities to work within it- suggest the deepest, 12

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most intrinsic reasons to value culture and its place in development. This interaction also suggests how we might build a sustainable commitment to cultural heritage conservation”.53 Metodológicamente, es posible identificar 2 tipos de patrimonio cultural, según el criterio de origen: • Patrimonio cultural inmaterial: Denominado también no-físico o intangible. Comprende “... los valores culturales y los significados sociales contenidos en la música y las artes del espectáculo; el lenguaje y la literatura; las tradiciones orales, la toponimia, los festivales, los ritos y las creencias; el arte culinario y la medicina tradicional entre otros”.54 Bob McKercher y Hilary Du Cros complementan dicha definición: “... is traditional culture, folklore, or popular culture that is performed or practiced with close ties to ‘place‘ and with little complex technological accompaniment”.55 • Patrimonio cultural material: Denominado también Patrimonio físico o tangible. Corresponde a una herencia temática tradicional y/o costumbrista cuya cualidad esencial radica en su condición física. Según la Unesco está comprendido por “... all assets that have some physical embodiment of cultural values such as historic towns, buildings, archaeological sites, cultural landscapes and cultural objects, or items of movable cultural property”.56 Por su importancia y particularidad, recientemente se ha incorporado a estas 2 grandes categorías otras más, tales como; • “Patrimonio cultural subacuático: Son todos los vestigios de la existencia humana con carácter cultural, histórico y arqueológico, que han estado total o parcialmente sumergidos en el agua, en forma periódica o continua, por lo menos durante 100 años. • Patrimonio industrial: Se refiere a todos los bienes inmuebles y muebles adquiridos o producidos por una sociedad en relación con sus actividades industriales de adquisición, producción o transformación: a todos los productos generados a partir de estas actividades, y al material documental relacionado. • Patrimonio documental: …se refiere… a la documentación que se conserva en archivos e instituciones similares. El patrimonio bibliográfico… se refiere a los libros, periódicos, revistas y otro material impreso, guardados principalmente en bibliotecas”.57 Entre los bienes que constituyen el patrimonio inmaterial se puede considerar “… las expresiones culturales trasmitidas generacionalmente por medios no escritos ni gráficos, además del arte popular, las técnicas de producción ancestral, las lenguas vivas, los modismos regionales y locales, la gastronomía del lugar, 13

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así como el saber de medicina tradicional, las costumbres y las tradiciones”.58 El patrimonio cultural no material es clasificable según Inés Del Águila —refiriendo los aportes de Giovanni Pinna al respecto— en diversas categorías tales como: – Las representaciones físicas de la cultura o estilos de la vida tradicional (ritos religiosos, folklore, sistemas económicos tradicionales, etc.). – Las expresiones individuales y colectivas que no cuentan con forma física, como las tradiciones orales, las canciones, las lenguas oriundas. – Los significados simbólicos y los metafóricos de los objetos que constituyen el patrimonio material.59 El patrimonio cultural material puede ser subdividido según un criterio de desplazamiento del bien en dos subcategorías: – Patrimonio cultural material mueble: Conformado por aquellas obras testimoniales que pueden ser movidas o desplazadas. Generalmente con estos testimonios no se utiliza el término monumento. Comprende según la Unesco a “Museos, artefactos, objetos que den testimonio del saber tecnológico y de los valores estéticos de las culturas del pasado, y artesanías”.60 – Patrimonio cultural material inmueble: Conformado por aquellas obras testimoniales que no pueden ser movidas o desplazadas. Generalmente con estos testimonios se utiliza el término “monumento”. Comprende según la Unesco a “Monumentos, sitios, ciudades históricas, paisajes culturales y sitios sagrados”.61 Dicho patrimonio inmueble ha sido clasificado por la Unesco mediante las siguientes categorías: – Monumentos:... obras de arquitectura, esculturas o pinturas significativas desde el punto de vista histórico, científico o artístico. – Conjuntos:... grupos de construcciones aisladas o reunidas incluyendo a las ciudades históricas, que por... su arquitectura, unidad e integración al paisaje, tengan un valor histórico, científico o artístico. – Sitios: Los arqueológicos han sido erigidos como testimonio de civilización del pasado; los industriales, como demostración de centros de producción... certifican no sólo la arquitectura de un período en sí, sino la vida social y económica,... – Paisajes culturales:... manifestaciones interactivas entre el ser humano y su entorno natural… Estos paisajes son el testimonio de la creación humana que 14

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los delineó y al mismo tiempo prueban la armonía recíproca y la influencia existente entre los seres humanos y el mundo natural. – Lugares sagrados:... áreas cuyos rasgos naturales… se han visto dotados de valores simbólicos y son utilizados para celebraciones religiosas, curativas, meditativas, contemplativas y conmemorativas. – Patrimonio cultural subacuático: Se lo identifica con lagunas, lagos, ríos, mares, océanos y aguas territoriales donde existen tesoros que aún no han sido rescatados o investigados y que pueden ampliar el conocimiento y comprensión de las culturas del pasado.62 Repensar la noción del patrimonio implica entenderlo no sólo como “...referencia exclusiva del pasado y de lo monumental. Está asociado con la vida cotidiana, el presente y futuro de los pueblos, etnias, naciones y comunidades...”.63 Por lo tanto es estimable todo aquello que lo asocie con nuestra vida cotidiana, es decir con el presente y futuro de los pueblos y comunidades que lo conservan, crean y recrean. Dicha noción comprende “... hechos vivientes, aquellos... protagonizados por personas que actualizan permanentemente una determinada memoria o tradición y que no pueden ser tratados como cosas, sino como procesos inseparables de los actos, comportamientos y actividades personales o grupales, dentro de los cuales se actualizan”.64 Entre estas manifestaciones consideramos a las tradiciones alimenticias, las creencias y prácticas mágico-religiosas, las leyendas, las narraciones en vivo de historias, las tradiciones orales, los mitos y los imaginarios colectivos, las fiestas populares y los ritos tradicionales o contemporáneos urbanos, los saberes y oficios, las formas de organización social para la producción, el manejo de tecnologías adecuadas y la relación armónica con el medio ambiente, entre otras. Así, el patrimonio deviene “algo vivo”, algo que “… permite a los colectivos humanos reconocerse, auto-disfrutarse e identificarse como miembros de una realidad cultural, al saberse partícipes de un pasado, presente y destino común”.65 Entre otros conceptos patrimoniales podemos incluir al patrimonio urbano, el cual se refiere a sectores, ambientes, espacios e incluso toda una ciudad o porción de ella. Al respecto, José Fariña refiere que éste se halla constituido por “... un conjunto de elementos sometidos a fuertes tensiones, debido a que su valor económico sobrepasa muchas veces a su simple consideración como herencia cultural”.66 Efectivamente, muchas veces “… el deterioro y/o anulación del patrimonio cultural urbano se halló configurado a partir del accionar de los promotores, los cuales explicitan la eventual victoria de dicha lógica –mecanicista y económica como apropiación de la misma realidad- sobre la histórica como acumulación simbólico-formal de la realidad”.67 Dentro del marco ideológico contemporáneo, el entorno natural periférico a los sitios históricos se halla comprendido en este y entonces es también susceptible 15

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de conservación. Ulteriormente el patrimonio monumental se halla referido al “... conjunto de obras... de una nación o un pueblo que poseen significación para la historia del arte y la arquitectura...”.68 Actualmente, dicha sumatoria comprende todos los testimonios de diversas épocas cuyo valor histórico, artístico o urbanístico justifican su salvaguarda. Asimismo, es muy necesario establecer una tipificación patrimonial según su magnitud e identidad arquitectónico-urbana, identificándose tres categorías: • Monumento: Originario del vocablo latino monumentum que significa ‘memoria’ o ‘testimonio’. La Real Academia Española de la Lengua lo define como un “...objeto o documento de utilidad para la historia o para la averiguación de cualquier hecho... obra científica, artística, o literaria que se hace memorable por su mérito excepcional”.69 El concepto de monumento comprende todo aquel legado que ha contribuido a formar nuestro pasado y nuestro acervo cultural y por ende aceptamos y necesitamos para seguir adelante. Ahora, esto abarca tanto el objeto aislado como su entorno inmediato. Este reconocimiento —para el caso del monumento arquitectónico— se sustenta en tres valores esenciales:

– Monumento como documento histórico: “Como resultado o escenario de acciones y culturas pretéritas cuya memoria es valorada por generaciones posteriores, el monumento se erige ante estas como fedatario y agente evocador de aquellas...”.70



– Monumento como objeto arquitectónico: “En primer lugar, su carácter de objeto material...El valor... radica en la eficacia con que responde a la función que la justifica (... utilitaria y... simbólica), en la belleza formal y espacial, y en la racionalidad en la disposición de los materiales y sistemas constructivos. También... la posibilidad de admitir nuevos usos cuando pierde el primitivo... o su valor urbano o paisajístico, es decir, su capacidad para singularizar o enriquecer, incluso de ordenar o jerarquizar la trama urbana o el territorio”.71



– Monumento como elemento significativo: “...valoraciones explícitamente subjetivas, como la simbólica o emblemática, o las relacionadas con aspectos puramente emocionales —estéticos, sentimentales— o con las convicciones más íntimas...”.72

• Ambiente urbano monumental: Comprende aquellos espacios urbanos de una singularidad notable —como su escala, fisonomía volumétrica y/o edificación circundante o entorno— que poseen valor urbanístico de conjunto y que por ello deben ser conservados. Así, se le considera como “... un espacio urbano… que tiene calidad arquitectónica y urbanística... La calidad… de ambiente urbano monumental... depende entonces tanto de cualidades arquitectónicas individuales, cuanto de efectos generales o de conjunto (armonía total 16

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o unidad)”.73 Eventualmente se produce una superposición entre el ambiente urbano-monumental y el “centro histórico” —su categoría monumental superior en términos de complejidad— es decir cuando la unidad y el valor urbanístico se extiende a casi todo el núcleo central. • Centro histórico: Tipo patrimonial urbano de máxima dimensión, en su momento. La conceptualización del “centro histórico” en clave latinoamericana alcanzó una formulación más madura hacia el “Coloquio sobre Preservación de los Centros Históricos ante el Crecimiento de las Ciudades Contemporáneas”, en el cual se los identifica como “...todos aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por una estructura física proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la evolución de un pueblo”.74 Un aporte muy interesante y más reciente es su comprensión como: “…una relación social compleja y particular donde los sujetos patrimoniales definen el ámbito especifico de la conflictividad (la heredad) y el mecanismo de transferencia generacional (sustentabilidad). El traspaso social del testimonio se desarrolla en el marco de un conflicto que debe incrementar valor en el proceso de transmisión”.75 Justamente y en coherencia a esta lectura, la posibilidad de mantener al “centro histórico” como “asentamiento humano vivo” radica en la adición de valor que se haga, es decir añadir más historia o “más pasado al presente”.

II. RESTAURACIÓN CONSERVACIÓN, Y/O RECONSTRUCCIÓN DE MONUMENTOS: IDENTIDAD Y FUNDAMENTOS DE LA RESTAURACIÓN Ante la situación francamente preocupante respecto a la confusión y percepción diversificada de los conceptos “restauración” y “reconstrucción”, es menester gestionar dichas diferencias, puesto que esta situación es ya bastante antigua, e inclusive visiblemente empeorada puesto que continúan las imprecisiones sobre este tema. Por ejemplo, ésta situación ya fue retratada por el Arq. Roberto Samanez Argumedo quien en el Cusco en 1977 relata un elocuente hecho: “En días pasados, (...) el diario vespertino de nuestra localidad hace un comentario sobre la próxima conclusión de obras del local central de la Universidad, (...) mencionando con ironía que otra obra similar, la restauración del Colegio San Bernardo no se termina aún. El comentarista agrega (...) ¿Cuándo entregarán el local reconstruido? Esta ambigua utilización de dos términos que aplicados a nuestra realidad son totalmente diferentes reconstrucción y restauración (sic), nos lleva a una reflexión porque no se trata apenas de un problema semántico y sí de definiciones de principio...”76 Queda claro entonces que éste es un problema que ya tiene bastante data y empeorado aun por su difusión generalizada, como se puede advertir en los resultados de la encuesta efectuada. El universo muestreado mayoritariamente expresó su desinformación al asumir que “restauración” y “reconstrucción” son términos 17

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sinónimos y por ende un sólo proceso de intervención en los monumentos. “Conservación” resulta un caso relativamente similar. Así se hace indispensable hacer algunas precisiones.

Restauración Como menciona la Carta de Venecia, la restauración es una operación no ordinaria y justificada solamente cuando las circunstancias determinen que es “...el único remedio para evitar el colapso y deterioro del monumento”.77 Dicha restauración debe ser una operación mediata y con una obligatoria base científica. Debido a su singularidad, el anteproyecto de arquitectura de planta nueva es reemplazado por una especie de “plan de intenciones”, documento que manifiesta la imagen-objetivo del especialista vía los elementos de juicio disponibles. Esta previa base científica consiste en “…la recolección y/o compilación posible de documentos gráficos y escritos sobre el objeto a intervenir tales como: fotografías, grabados, planos, dibujos, planos de catastro, aerofotografías, levantamientos, crónicas, relatos de viajeros, etc. Esta información posee un carácter de obligatorio y adicionalmente requiere de la asesoría de otros experimentados especialistas…”78 como arqueólogos, ingenieros civiles, o historiadores entre otros. Este trabajo de equipo es indispensable al proceso previo a la restauración propiamente dicha puesto que formula el análisis y su respectiva propuesta de solución desde un enfoque multidisciplinario. Así la solución surge de un “…proceso dinámico, participativo e integrado donde el conjunto de especialistas calificados -previo exhaustivo análisis de la situación planteada- opta por un partido. El riesgo de asumir la solución individualmente, aunque el especialista sea muy experimentado, es que dichas intervenciones pueden traer daños irreparables y definitivos al monumento, como usualmente ocurre”.79 Todo lo ya mencionado no llega a conformar un método, fórmula o manera de abordar el tema de la restauración. No es posible establecer algunas reglas que se puedan considerar a priori como siempre válidas. Tal vez si algo pudiera establecerse como ortodoxia seria el criterio “caso por caso”, que implica una solución para cada problema, aunque sin embargo es posible esbozar una metodología general de aproximación al problema, que se traduzca en una correcta ejecución. Para formular dicha metodología me baso en la propuesta de Joan Feliú Franch80 quien propone cuatro fases de intervención: 1º FASE PRE- ESTUDIO INICIAL: El objetivo de esta fase es poner en contacto a los especialistas con el objeto a intervenir.

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El resultado es un informe que debe manifestar las características y el diagnóstico del estado de conservación del objeto a intervenir y las conclusiones. Todo ello permite definir los criterios de la intervención y sus objetivos.

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2º FASE INVESTIGACIONES y ESTUDIOS PREVIOS: En esta fase deben de concretarse las conclusiones de la investigación histórica y artística con la información caracterizada y detallada. Además es necesaria una investigación tecnológica de las patologías que debe atender: defectos o deterioros constructivos, deterioros de revestimientos, daños por temperatura y humedad, condiciones lumínicas y acústicas, etc.

Debe comprender también levantamientos fotográficos, informativos y audiovisuales, análisis espaciales y un estudio de las evoluciones cromáticas que permitan completar la información para establecer finalmente el debate de los criterios respectivos a seguir en base a alternativas teóricas y prácticas y cuyos resultados serian las propuestas

3º FASE DOCUMENTO y PROYECTO: El desarrollo de esta fase está planteado en la elaboración del documento con el proyecto de restauración, integrando la metodología de intervención, sus resoluciones y la valoración detallada de las fases de intervención, además de un desarrollo gráfico previo, las normas de habitabilidad y el tipo de control tecnológico del proyecto. 4º FASE EJECUCIÓN MATERIAL y DIFUSIÓN DEL PROCESO y RESULTADO: Consiste en la realización del proyecto y su posterior integración en la dinámica de la sociedad. El mismo Dr. Feliu identifica la especificidad patrimonial de la arquitectura y propone especificaciones a su proceso de restauración de monumentos arquitectónicos: “… ésta debe reunir una serie de estudios previos, entre los que se encuentra una investigación histórica del inmueble a través de la búsqueda en archivos, una investigación iconográfico-histórica, un análisis histórico-estructural del asentamiento urbanístico del área monumental que pongan de manifiesto las alteraciones sufridas desde su construcción primera y la consolidación experimentada en el tejido urbano que la envuelve, la individualización de los componentes arquitectónicos y artísticos, y el análisis de las relaciones y parámetros entre los distintos aspectos históricos, estructurales y artísticos del edificio para favorecer, con la restauración, su comprensión global”.81

Restauración: proceso estructural Es importante “…intentar la conservación integral del monumento y no sólo la forma envolvente, sino también la estructura original. Este tipo de alteraciones tergiversa la esencia estructural del monumento, en su realidad aunque muchas veces no resulte visible”.82 El uso de prótesis debe aceptarse en casos meritorios y luego de previo análisis de los especialistas. En el caso de Lima ello ha devenido en operación frecuente debido a sus particularidades sísmicas, climáticas y constructivas. También consiste un peligro “…la aplicación de sistemas estructurales y materiales constructivos contemporáneos que resultan incompatibles 19

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y contraproducentes con sus pares originales”.83 Esta inconveniencia puede ser solucionada con un pertinente estudio estructural previo (trabajo mecánico estático y dinámico) y una respuesta adecuada de interacción material / tecnología original- material / tecnología nueva.

Restauración: proceso reversible Uno de los procesos de intervención más reciente en la contemporaneidad de la restauración de monumentos es la reversibilidad de intervención. Este criterio expresa el profundo respeto ante la originalidad e irrepetibilidad de cada monumento. Lamentablemente, esto no es práctica común puesto que es obviado frecuentemente al ejecutar acciones definitivas. Esta reversibilidad consiste en el empleo de “...métodos y materiales que puedan ser en cualquier momento retirados dejando al monumento en el todo y sus partes como estuvo antes de iniciarse la intervención”.84 Ello conlleva un criterio complementario: la diferenciación notoria, que significa que todo elemento nuevo sea claramente diferenciable y que su adherencia al monumento sea tal que le pueda ser retirado fácilmente. Dichas piezas deben ser fechadas y clasificadas y el proceso en general debe ser documentado fotográficamente y con planos, de tal manera que el mismo proceso pueda ser ejecutado pero en sentido inverso, paso por paso. Dicho criterio tiene un objetivo básico: poner en evidencia los elementos intervenidos. Surge tanto del respeto hacia los testimonios del pasado como al certificado de veracidad, que permiten una apreciación exacta del monumento. Ahora bien, dichos elementos no deberían ser disonantes ni agresivos sino más bien moderados y discretos, pero suficientemente notorios como para que permitan una clara percepción de ellos.

Restauración y reconstrucción Entonces queda claro que la restauración es una intervención positiva, científica y rigurosa que sólo pretende “...salvar de la decadencia y la ruina testimonios del pasado ya en parte arruinados o mutilados por la acción del hombre o la naturaleza. Se trata de una operación de conservación con oportunos medios tecnológicos que se oponen a la degradación de los materiales, sin pretender de ninguna manera, alterar la forma original del sujeto de la conservación”.85 Por lo tanto, resulta evidente que la intención primigenia de la restauración es la supervivencia del monumento, es decir del testimonio, pero no a costa de anularlo. Por otro lado, la reconstrucción consiste en “...una operación excepcional que debería utilizarse únicamente en casos extremos de destrucción debida a cataclismos naturales o guerras, cuando la pérdida de un bien cultural de honda significación lleva a un pueblo a reponerlo, aunque tenga que hacerlo de nuevo...”.86 Es clara entonces la intención de copiar o falsificar cuando existe una presión o necesidad urgente que pudiera entenderse pero no justificarse. 20

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Pero este tema es bastante complejo y como tal posee numerosas aristas como así lo expresa el arqueólogo Rogger Ravines al plantear que si bien toda reconstrucción equivale a una pérdida irreparable, en el caso de monumentos bien documentados “...cabe preguntarse hasta que punto su reedificación resulta una mentira arquitectónica. ¿No encierra quizá, incluso, una especie de arrogancia intelectual condenar una reconstrucción de esta naturaleza como falsificación histórica?”87 Por otro lado, plantea que si son descalificadas dichas reconstrucciones por alterar la “verdad arquitectónica”, entonces tampoco debería aceptarse la adaptación y/o adecuación a nuevo uso de los monumentos “...es decir, a un uso distinto al que originalmente estuvieron destinadas...”88 Ravines recurre al análisis de la arquitectura como una conjunción de factores, dentro de los cuales destaca el factor funcional, como constituyente de la integridad del hecho arquitectónico y por consiguiente parte de dicha “verdad arquitectónica”.

Perfil del arquitecto restaurador La restauración como profesión es un hecho relativamente reciente en nuestro país. En el pasado —no tan reciente— el personal que intervenía en edificios y/o sitios monumentales no tenía una formación académica consistente y básicamente iba aproximándose a este campo especializado mediante las obras en las que iba participando, ya sea en el proyecto, en la ejecución o en la supervisión. Es en la década de 1960 cuando este perfil profesional comienza a cambiar sustancialmente, tendiéndose hacia la capacitación y especialización de la profesión. Sin embargo, está claro que tanto los profesionales empíricos como los profesionales especializados poseían y poseen un espíritu especial, una necesidad imperiosa de afrontar muy activa y protagónicamente problemas tan graves como la pérdida de nuestra identidad, de nuestra memoria colectiva. Es decir de nuestro raigambre. Así es como el arquitecto Víctor Pimentel Gurmendi menciona en 1972: “más que una profesión, la actividad del arquitecto restaurador es una misión que proporciona grandes satisfacciones espirituales, ...”89 Sobre este tema específico emprendí la empresa de aplicar un cuestionario ex profeso a un selecto universo de profesionales relacionados al campo de la restauración y conservación monumental. Esta se llevó a cabo entre diciembre de 1999 y setiembre del 2000 y contó con la participación de 25 profesionales que menciono en estricto orden cronológico en base a la fecha en que fueron encuestados: Sr. José María Gálvez Pérez Arq. Carlos Díaz Mantilla. Arq. José Correa Orbegoso Arq. Bertha Estela Benavides Arq. Carlos Williams León Arq. Víctor Pimentel Gurmendi Sr. José Niño Villegas 21

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Sr. Carlos Villalobos Molina Arq. Patricia Días Arq. Raul Morey Arq. Julio Poma Arq. Raúl Zamalloa Arq. José Canziani Arq. Jorge Orrego Ing. Jorge Marroquín Arq. Aldo Lértora Carrera Arq. Rafael Palomino Arq. Jorge Cosmópolis Bullón Arq. Roberto Samanez Argumedo Arqueol. Luis Jaime Castillo Hist. Fernando López Sánchez. Arq. Elba Vargas Becerra Sr. Egard Mandujano Montalvo Arq. Alejandro Alva Manfredi Arq. José Beingolea Del Carpi Basado en los resultados del cuestionario efectuado a dichos profesionales -expresados a través de los cuadros y gráficos respectivos- es posible afirmar que aparte de una indomable vocación existen algunas cualidades y/o capacidades necesarias para la buena formación y desarrollo de un restaurador tales como: conocimiento histórico (arqueología, investigación), conocimiento tecnológico (constructivo, estructural, físico-químico) y conocimiento arquitectónico (diseño, decoración), todo dentro de un marco de instrucción muy amplio. Además, con relación al manejo de los conceptos relacionados a la conservación y restauración del patrimonio monumental debemos mencionar que el criterio sugerido a los encuestados es el de “aproximación conceptual”, es decir, ante las preguntas cerradas debían elegir la opción que se aproximara más a aquello que consideran más pertinente, según sea el caso. Así tenemos que sobre el término “conservar” existe una mayoría que lo asocia con “mantener” (68%) y otra significativa minoría que lo asoció con “recuperar” (32%). Sobre el concepto “restaurar” sorprendentemente la totalidad de los encuestados lo asociaron con “recuperar” (100%) desdeñando las otras opciones. Acerca de “reconstruir”, la situación es bastante similar con una clara tendencia asociativa hacia “rehacer” (96%) y una minoría poco significativa hacia recuperar (4%).

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Respecto al tema de la identificación de los aspectos más importantes en un proyecto de restauración es posible afirmar que la opinión resulta mucho más diversificada y desagregada encontrando como principal respuesta —cuantitativamente— a “todos son importantes” (72%) pero con importantes opiniones relacionadas a aspectos como “relevamiento, prospección y propuesta” (16%) y “relevamiento e investigación” (12%). Como conclusiones de este muestreo podemos consignar lo siguiente: – Es posible identificar una clarísima noción —además de generalizada— acerca de lo que se asocia al concepto de restauración. Esto es la recuperación del patrimonio monumental. – Existe un mayoritario sector que considera la conservación como una intervención asociada íntimamente a mantener mientras que otro grupo importante lo asocia a recuperar. – Sobre la reconstrucción debemos identificar una muy clara noción relacionada a rehacer y una bastante minoritaria idea asociada a recuperar. – Justamente la idea de recuperar se halla ampliada a otras intervenciones y resulta hasta integradora con diversas intervenciones, apareciendo como una opción elegida para todos los casos anteriores. – Con relación a los aspectos más saltantes identificados es de gran importancia reconocer la mayoritaria opinión sobre un enfoque que considera la gran importancia e interdependencia de todos los aspectos intervinientes que trae como resultado la solvencia del proyecto de restauración. – También merece destacar que sectores importantes del espectro profesional consideran discrecionalmente específicos aspectos como el relevamiento, la investigación, la prospección y finalmente la propuesta como elementos prioritarios en el proceso”.90

Conservación y restauración Ya es una opinión generalizada que la “conservación” es la intervención preferible a llevarse a cabo, dejando a la “restauración” como intervención excepcional y a la “reconstrucción” como la última de las opciones y sólo si existen poderosas razones para emprenderla. La tendencia contemporánea radica en la idea de una “Política de conservación” que sobre la base de un cuidado y mantenimiento constante impida que el deterioro de los monumentos llegue a un nivel grave que justifique una intervención mayor como su restauración parcial o integral, por ejemplo. Esta conservación 23

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contemporánea implica “…una amplia gama de acciones que van desde intervenciones menores como la prevención y la preservación por el lado más moderado hasta la reconstrucción y la rehabilitación por el lado más radical. Sin embargo, ésta aparente confrontación y/o contradicción no lo es tanto puesto que no significa que dichas intervenciones no se puedan ejecutar simultánea y complementariamente”.91 También es importante identificar que los criterios de conservación del patrimonio monumental han ido evolucionando en el sentido de su relación con el entorno, puesto que en un principio las intervenciones sólo se circunscribían a intervenciones aisladas en edificios singulares. Luego ello cambió al surgir la importancia de los sitios o espacios monumentales que incluían dichos edificios además de las fachadas y pavimentos del entorno. El criterio se amplió a los Centros Históricos lo cual plantea “... no solamente el mantenimiento adecuado de ciertos espacios que llamamos monumentales, sino la conservación de toda la trama urbana de una ciudad”.92 Últimamente se ha abordado patrimonio hasta al territorio mismo. Amalia Pérez-Juez conceptúa por ejemplo a la “intervención” como una actuación justificada en reconocer que “la delicada fragilidad de los restos arqueológicos obliga a que se tomen todas las medias necesarias para minimizar el impacto y deterioro que implica su exposición a agentes tanto naturales como antrópicos, a través de programas de conservación”.93 Resulta muy importante mencionar los planteamientos de la “Carta Internacional para la gestión del patrimonio arqueológico” (Lausana - 1990), auspiciada por ICOMOS y muy lúcida en el sentido de “…abordar directamente las demandas sociales de su tiempo, reconociéndose la identidad del patrimonio arqueológico desde lo social…”,94 y por ende su necesidad de protegerse, conservarse y disfrutarse por el gran público. Sus principios más novedosos son: 1. Responsabilidad del conjunto de la sociedad en la toma de decisiones sobre la conservación del sitio y las formas de acceso. 2. Obligación de destinar fondos públicos para la protección del patrimonio arqueológico. 3. Deber de preservar, por lo menos la información sobre el sitio, en caso de ser destruido por una obra de construcción. Con ello, cambian las formas de conservación. 4. Necesidad de una infraestructura adecuada, de un acondicionamiento y de una gestión.

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5. Posibilidad de intervenir de diferentes formas en el patrimonio, incluyendo su reconstrucción. 6. Necesidad de un personal especializado en la gestión e interpretación de los sitios arqueológicos.95 En ese contexto también destaca el aporte reciente que ha significado la “Carta de Cracovia” del año 2000, la cual específicamente menciona que “...en materia de intervención se establece que los trabajos de conservación de hallazgos arqueológicos deben basarse en el principio de mínima intervención”.96 La misma autora identifica —a manera de balance final— como principios aplicables a las intervenciones contemporáneas en patrimonio arqueológico: Preservación “in situ”, interdisciplinariedad, investigación, diferenciación, documentación y reversibilidad. Asimismo, resultan identificables diferentes tipos de intervención que comprende un amplio espectro, de las sencillas a las más sofisticadas, y de las más pasivas a las más agresivas: la salvaguarda, el cubrimiento de estructuras, la restauración, la rehabilitación y la réplica. • La salvaguarda sería una actuación “...en la que no se realiza ninguna tarea de restauración, pero se garantiza el estado actual del “monumento” a través de una serie de intervenciones, no sobre el mismo, sino sobre los agentes que causan las degradaciones”.97 • El cubrimiento de estructuras representa “...una forma de disminuir los efectos de la degradación medioambiental y antrópica, pensada, en principio, como sistema de protección durante la fase de excavación y acondicionamiento, pero que en la mayoría de los casos permanece como cubrimiento definitivo”.98 Museográficamente, existen tres grupos diferenciados de cubrimientos de estructuras: “Un primer grupo estaría formado por las intervenciones en las que se construye de forma provisional, mientras dure la excavación y consolidación, pero acaba convirtiéndose en permanente... Un segundo grupo... estaría formado por aquellos en que, aun manteniendo el espíritu de excavación, se ha procedido a un cubrimiento de los vestigios a través de un proyecto con vocación de permanencia y con materiales de calidad... El tercer grupo... está formado por aquellas situaciones en las que el mismo sistema acoge funciones de la museografía más actual, como son los servicios al visitante”.99 • La restauración –en términos de Amalia Pérez-Juez- en referencia a la Carta del Restauro de 1972 sería “...cualquier intervención destinada a mantener en funcionamiento, a facilitar la lectura y a transmitir íntegramente al futuro las obras y los objetos...”. En esa línea, esta autora identifica diversas categorías de intervención, tales como:

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado



– Consolidación: “restauración obligatoria... que teóricamente no varía su fisonomía y cuya técnica cambia en función del material constructivo del sitio. Con la consolidación se congela la ruina en un determinado momento y se frena su destrucción. Museográficamente... no aporta nada a la mejor comprensión del sitio...”.100



– Anastilosis: recolocación de aquellos materiales que, encontrados in situ, aunque caídos, ofrecen toda la información necesaria para conocer su ubicación originaria. En esta documentación es fundamental los restos de pintura, escultura o de decoración, pues ofrecen un hilo conductor de fácil reconocimiento”.101



– Reconstrucción: Persigue tres objetivos primordiales “Conservación del sitio a través de la reconstrucción del mismo, muchas veces como único argumento que garantiza la no destrucción por pretexto de escasa monumentalidad; Acondicionamiento turístico, gracias a la musealización con clara vocación pedagógica; Investigación en arqueología experimental, con la demostración empírica de técnicas de construcción, utilización de las estructuras, distribución de espacios, etc...102 Para emprender una reconstrucción total deben seguirse algunas pautas irrenunciables como: “investigación exhaustiva del yacimiento –fuentes documentales y conocimiento de las actuaciones anteriores-, excavación completa y rigurosa de la parte que se reconstruirá y documentación de la intervención”.103 Las reconstrucciones arqueológicas son blanco fácil en el ámbito académico pero resulta muy popular en virtud a que “completan” la visión conceptual del original aunque con el peligro que mientras más masiva y durable aparenta ser una reconstrucción, mayor resulta su credibilidad para el gran público. Estas a su vez son potenciadas por cinco fuerzas: “interpretación, educación, desarrollo del turismo, experimento/investigación, identidad local o cultural”.104

Sin embargo, resulta de suma utilidad que se vincule a la restauración con la conservación para establecer sus identidades y distinciones. Para ello, Salvador Muñoz define conservación como “...la actividad que consiste en adoptar medidas para que un bien determinado experimente el menor número posible de alteraciones durante el mayor tiempo posible”.105 Así, el mismo autor identifica una evidente ambigüedad en la relación existente entre éstas dos actividades propatrimoniales, especialmente por su núcleo constitutivo común: “...en muchos casos la restauración no es tan solo una consecuencia colateral de la conservación, sino además, y quizá sobre todo, un medio, un camino que debe recorrer para lograr sus objetivos...”.106 Sin embargo, existe un criterio generalizado que permite –por lo menos en ese nivel- establecer distinciones relativamente claras: la perceptibilidad de la intervención: “...la palabra conservación es empleada para referirse a la parte del trabajo 26

José Carlos Hayakawa Casas

de Restauración que no aspira a introducir cambios perceptibles en el objeto restaurado; por el contrario, se habla de restauración para referirse a la parte del trabajo de Restauración que tiene por objeto modificar los rasgos perceptibles del objeto”.107 • La rehabilitación consiste —según Amalia Pérez-Juez— en “...el aprovechamiento de una estructura arqueológica para dotarla de una utilidad distinta a aquella para la que fue construida o a la de su acondicionamiento como recurso cultural”.108 El resultado más importante de ésta práctica es la preservación actual de un número importantísimo de testimonios arqueológicos empotrados —o en los sótanos— de edificios de nueva planta. Se trata generalmente de “...solares urbanos en los que se conservan —en superficie o en el subsuelo— restos de edificios que son susceptibles de ser analizados con metodología arqueológica...”.109 En el contexto de desarrollo inmobiliario asociado a la especulación del mercado y a la intensidad de uso del suelo urbano, se formula la disyuntiva “...de destruir el yacimiento para ocuparlo con un edificio de nueva planta, siguiendo los cánones arquitectónicos contemporáneos, o integrarlo en una nueva construcción. Conservar un solar arqueológico como tal en suelo urbano resulta, si no imposible, prácticamente improbable”.110 Antoni Gonzales aporta más elementos a la reflexión: “Esta rehabilitación... se puede realizar de diferente maneras, con diversos criterios y mecanismos proyectivos. Una (... en casos excepcionales), es la reconstrucción, por cualquiera de los medios posibles, mímesis, diacronía, etc.; otra, la integración de las ruinas en el conjunto de un monumento o edificio, o en un circuito o recorrido, y otra, su valoración y protección mediante un edificio nuevo, subsidiario de la ruina”.111

La rehabilitación de yacimientos arqueológicos implica “...aspectos positivos, entre los que destaca ser, en centros urbanos, la única alternativa a la conservación de estructuras arqueológicas, pero también, aspectos negativos, como descontextualizar completamente el vestigio, considerándolo casi como una anécdota dentro del nuevo edificio y dificultando su comprensión y lectura”.112

• La réplica implica “...la reproducción exacta de todo o parte de un yacimiento, tal y como se encuentra en el momento de la reproducción y no en el momento en que fue realizada originariamente... con el fin de la conservación de la obra original y... permitiendo que continúe el acceso público al bien replicado”.113 Asimismo, son identificables tres formas diferentes de actuar en un yacimiento excavado, para el caso arqueológico: • “Yacimientos que se destruyen: Yacimiento sometido a una exhaustiva documentación, rigurosa excavación, un complejo reportaje gráfico del sitio y cualquier análisis que permita contextualizar la información obtenida, pero 27

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

que enmarca un proceso irreversible de destrucción del yacimiento ante la imposibilidad de conservarlo in situ. La divulgación se realiza por publicaciones, exposiciones, video, etc. • Yacimientos que se vuelven a tapar: En algunos casos de excavaciones de urgencia como programadas no es posible musealizar —por falta de fondos, imposibilidad de garantizar su conservación y protección, dificultad de acceso, ubicación urbana— ya que al exponer el yacimiento a condiciones antrópicas o medio ambientales, corre el riesgo de perderse para siempre. En estas condiciones, la práctica más generalizada es la de volver a tapar el sitio. • Yacimientos que se conservan in situ: La toma de conciencia de lo que el contexto significa para el patrimonio arqueológico ha dado lugar a su conservación en el lugar de origen, facilitando su comprensión, mejorando su acceso y evitando errores insubsanables debido al levantamiento y descontextualización de los vestigios”.114 Las categorías de yacimientos arqueológicos acondicionados y abiertos al público pueden clasificarse como: • Yacimientos consolidados y abiertos a la visita: Luego de la excavación, se procede a “...la consolidación de las estructuras y, en caso necesario, a la creación de drenajes para evitar la inundación de las mismas. En... recrecimiento de muros, se realiza una actuación mínima, con el fin de conseguir un nivel uniforme... no se prevé ninguna otra infraestructura. En todo caso, algún tipo de señalización indicando el acceso, el nombre del yacimiento o su periodo histórico. En ocasiones contadas, se coloca un vallado. Casi siempre, son yacimientos en espacios rurales de espectacular belleza, con accesos secundarios e incluso difíciles...”.115 • Yacimientos intervenidos y acondicionados: Grupo conformado por aquellos que luego de la excavación e intervención “...se les ha dotado de una infraestructura siguiendo un plan museográfico. Con la infraestructura se consigue mejorar las condiciones de confort de la visita, pero sobre todo, se facilita la comprensión del yacimiento a través de materiales de interpretación”.116 • Parques arqueológicos: Posee una definición ambigua, la cual en general es abordada a partir de sus características, tal como menciona Querol: “...declaración de BIC, alto grado de interés científico, educativo o histórico, buen estado de conservación, infraestructura para convertirlo en área visitable, interacción con el entorno y rentabilización social”;117 Pardo: “...se diferencia de otros yacimientos musealizados en tener una clara vocación de disfrute público —visitor oriented—, sin olvidar el respeto por los vestigios —conservación— ni la labor científica —investigación—”118 o Almagro y Sesé: “...yacimiento musealizable..., estar en un parque o medio preservado... dimensión 28

José Carlos Hayakawa Casas

sociocultural...”,119 el parque arqueológico parte de tres hechos básicos: “...un yacimiento (historia), un entorno (paisaje antropizado) y una infraestructura (interpretación)”,120 materializándose a partir de: un conjunto arqueológico, un entorno natural, un proyecto de excavación paralelo, la intervención en los vestigios (consolidación y restauración) y la creación de una infraestructura. • Yacimientos reconstruidos: Reconstrucción a partir de tres formas “sobre el yacimiento mismo –asentando las nuevas estructuras sobre las originales conservadas in situ-; en zonas diferentes del sitio, pero reproduciendo yacimientos reales, que por diversas razones no se han conservado o no son visitables, o por último, fuera del sitio y de yacimientos ideales o hipotéticos que permiten estudiar cuestiones concretas de repercusión generalizada –talla lítica, construcción de adobe-, etc.”.121 • Parques de historia recreada: Son definibles a partir de sus características esenciales: “Consiste en una práctica directamente relacionada con el desarrollo de la historia social. La recreación de la vida de gente anónima la hace accesible a una parte importante del publico que... ve reflejada la cotidianeidad de la existencia; ...esta historia está teñida de un trasfondo de reivindicación sobre el territorio y de legitimación de una autoridad; ...Se trata de una forma de divulgación que se dirige a los cinco sentidos: ...Detrás de toda la puesta en escena existe una importante labor de investigación arqueológica e histórica...; Además de la labor científica de los historiadores, la historia recreada debe mucho a técnicas teatrales...; La etnografía juega un papel fundamental para conocer el funcionamiento y desarrollo de muchas de las labores cotidianas que se llevan a cabo...”.122 • Campos de batalla: La actuación arqueológica consiste en “...la prospección y en la excavación seleccionada de aquellos puntos en los que exista evidencia arqueológica o documental... A partir de... la evidencia... se puede abordar el acondicionamiento del sitio. Para ello, es necesario actuar... fuera y dentro del campo de batalla. Fuera, es necesario un área de acogida, introducción fundamental para contextualizar un recurso de difícil musealización in situ, por la efemeridad de los acontecimientos que han dejado una huella limitada sobre el sitio. En el campo aparece la cuestión de escasez de recursos materiales, y sobre todo de repercusión sobre el paisaje, en el cual es posible que apenas se haya modificado o quede evidencia material de los acontecimientos sucedidos”.123

29

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

NOTAS REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la Lengua Española, Madrid, Editorial Espasa, 2001, t. II, p. 213.

1

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Lima, Universidad Nacional de Ingeniería, 2010, p. 35.

2

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Apud. HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., pp. 35-36.

3

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 36.

4

BALLART, Josep: El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 1997, pp. 61-62.

5

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 36.

6

BALLART, Josep: El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso, Op. Cit., p. 36.

7

THE GETTY CONSERVATION INSTITUTE, Apud. HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 37.

8

BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 2001, p. 11.

9

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 37.

10

RIOBÓO, Francisco: Una forma de entender la problemática patrimonial, Córdoba, Programa de Patrimonio Histórico de la Diputación de Córdoba, 2002, p. 9.

11

DESVALLÉES, André, Apud. PRATS, Llorenc: Antropología y patrimonio, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 1997, p. 8.

12

PRATS, Llorenc: Antropología y patrimonio, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 1997, p. 20.

13

LAROCHE, Pierre y IAMANDI, Cristina, Apud. MENDES, Silvio (organizador): Conservation and Urban Sustainable Development: a theoretical framework, Recife, Centro de Conservação Integrada Urbana e Territorial (CECI) - Universidade Federal de Pernambuco, 1999, p. 94.

14

LESCANO, Graciela y STOLOVICH, Luis, En: http://www.ems-sema.org/castellano/proyectos/cultura/nat/uruguay.pdf

15



30

José Carlos Hayakawa Casas

CARRIÓN, Fernando (editor): Desarrollo cultural y gestión en centros históricos, Quito, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)-Ecuador – Empresa del Centro Histórico, 2000, pp. 11-12.

16

17

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 42.

BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 12.

18

REPRESENTACIÓN DE UNESCO EN EL PERÚ: Descubre tu patrimonio. Preservemos nuestro futuro. Planes de manejo, un instrumento de gestión y participación, Lima, UNESCO, 2003, p. 11.

19

PRATS, Llorenc: Antropología y patrimonio, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 1997, p. 20.

20

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 45.

21

URBANO, Henrique: Patrimonio y modernidad, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (1), 2000, p. 22.

22

TENIER, Marie: En torno al debate sobre la noción de patrimonio, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (1), 2000, p. 179.

23

POMIÁN, Krzystof, Apud. ARELLANO, Alexandra: Echando una mirada al tema del patrimonio, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (2), 2000, p. 101.

24

TENIER, Marie: En torno al debate sobre la noción de patrimonio, Op. Cit., p. 181.

25

CASTILLO, José, Apud. CASTRO, Federico y BELLIDO, María Luisa (Editores): Patrimonio, museos y turismo cultural: claves para la gestión de un nuevo concepto de ocio, Córdoba, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba, 1998, pp. 46-47.

26

CARRIÓN, Fernando (editor): Desarrollo cultural y gestión en centros históricos, Op. Cit., p. 16.

27

FLORESCANO, Enrique, Apud. CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES, Cuadernos sobre Patrimonio cultural y turismo, México DF, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), 2003, pp. 42-45.

28

Ibid. p. 47.

29

31

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

RIOBÓO, Francisco: Una forma de entender la problemática patrimonial, Op. Cit., p. 90.

30

GARCÍA, Néstor, Apud. CORNEJO, Jorge: Cuadernos de Historia III: Estado y cultura en el Perú republicano, Lima, Editorial Departamento Académico de Ciencias Humanas Universidad de Lima, 1987, p. 3.

31

N’ DAW, Alessandre, Apud. CORNEJO, Jorge: Cuadernos de Historia III: Estado y cultura en el Perú republicano, Lima, Editorial Departamento Académico de Ciencias Humanas Universidad de Lima, 1987, p. 3.

32

Ibid. p. 4.

33

URBANO, Henrique: La cultura como horizonte. Entre la tradición y la modernidad, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (4), 2004, p. 19.

34

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 57.

35

FULLER, Norma: Las vicisitudes del concepto de cultura, En Varios: ESTUDIOS CULTURALES: DISCURSOS. PODERES, PULSIONES, Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, Lima, 2002, p. 74.

36

VICH, Víctor: Sobre cultura, heterogeneidad, diferencia, En Varios: ESTUDIOS CULTURALES: DISCURSOS. PODERES, PULSIONES, Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, Lima, 2002, p. 28.

37

Loc. Cit.

38

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 69.

39

MORENO, María de los Ángeles, En: http://www.conservacionyrestauracion.inah.gob.mx/sin_frames/core/htme/ core007010601.html

40



HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 69.

41

JOKILEHTO, Jukka y FEILDEN, Bernard: Manual para el manejo de los sitios del Patrimonio Mundial Cultural, Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura - COLCULTURA, 1995, p. 37.

42

Ibid. pp. 38-39

43

SARMIENTO, Juan Manuel, Apud. RINCÓN, Fabio (editor): Memorias Cátedra UNESCO Gestión integral del patrimonio en Centros Históricos, Manizales, UNESCO – Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales, 2000, pp. 179-180.

44

32

José Carlos Hayakawa Casas

PNUD / UNESCO: Convenciones y recomendaciones de la UNESCO sobre la protección del patrimonio cultural, Edición española, Proyecto Regional de Patrimonio Cultural y Desarrollo PNUD / UNESCO, 1986, Lima Perú, p. 86.

45

Ibid. pp. 180-181.

46

UNESCO, Apud. TELLO, Sonia (Compiladora): En torno al Patrimonio e Interdisciplinariedad, Lima, Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Universidad de San Martín de Porres, 2002, pp. 6-7.

47

48

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 73.

ACTEURS DU PATRIMOINE EUROPEEN ET LEGISLATION: Etude des responsabilités légales et professionnelles des conservateurs-restaurateurs au regard des autres acteurs de la sauvegarde et de la conservation du patrimoine culturel, ECCO, 2001, Roma Italia, p. 40.

49

GONZÁLEZ-VARAS, Ignacio: Conservación de bienes culturales. Teoría, historia, principios y normas, Madrid, Ediciones Cátedra S.A., 1999, p. 47.

50

RIOBÓO, Francisco: Una forma de entender la problemática patrimonial, Op. Cit., p. 88.

51

COHEN-MUSHLIN, Aliza, Apud. SERAGELDIN, Ismael y MARTINBROWN, Joan (editores): Culture in Sustainable Development. Investing in Cultural and Natural endowments, Washington D.C., The World Bank - UNESCO, 1999, p. 72.

52

ALLEN, James, Apud. SERAGELDIN, Ismael y MARTIN-BROWN, Joan (editores): Culture in Sustainable Development. Investing in Cultural and Natural endowments, Washington D.C., The World Bank - UNESCO, 1999, p. 88.

53

REPRESENTACIÓN DE UNESCO EN EL PERÚ: Descubre tu patrimonio. Preservemos nuestro futuro. Planes de manejo, un instrumento de gestión y participación, Op. Cit., p. 24.

54

MCKERCHER, Bob y DU CROS, Hilary: Cultural Tourism. The Partnership Between Tourism and Cultural Heritage Management, New York, The Haworth Hospitality Press, 2002, p. 83.

55

UNESCO, Apud. MCKERCHER, Bob y DU CROS, Hilary: Cultural Tourism. The Partnership Between Tourism and Cultural Heritage Management, New York, The Haworth Hospitality Press, 2002, p. 65.

56

INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA y ORGANIZACIÓN DE ESTADOS IBEROAMERICANOS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA (Oficina Regional en Lima): ¿Qué es patrimonio cultural?, Lima, Instituto Nacional de Cultura – Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Oficina Regional en Lima), 2004, p. 13.

57

33

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 77.

58

DEL ÁGUILA, Inés: Museos y educación, Exposición presentada con motivo del ciclo de conferencias Lima, patrimonio y museos, organizado por la Dirección de Patrimonio Histórico Monumental y Turismo, de la Dirección Municipal de Educación y Cultura de la Municipalidad Metropolitana de Lima y el Centro Cultural de San Marcos, 25-V-2004, Salón de Grados del Centro Cultural de San Marcos, Lima Perú, p. 1.

59

REPRESENTACIÓN DE UNESCO EN EL PERÚ: Descubre tu patrimonio. Preservemos nuestro futuro. Planes de manejo, un instrumento de gestión y participación, Op. Cit., p. 17.

60

Loc. Cit.

61

Ibid. pp. 19-20.

62

CONVENIO ANDRÉS BELLO: El patrimonio es algo vivo, En SOMOS PATRIMONIO. IV PREMIO CAB - Publicación del Convenio Andrés Bello, Bogotá D.C., (4), 2002, p. 2.

63

Ibid. p. 4.

64

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 80.

65

FARIÑA, José: La protección del patrimonio urbano. Instrumentos normativos, Madrid, Ediciones AKAL S.A., 2000, pp. 18-19.

66

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Históricos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 80.

67

GARCÍA, José, Apud. HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Lima, Tesis de Bachillerato. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes, Universidad Nacional de Ingeniería, 2001, p. 30.

68

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la Lengua Española, Madrid, Editorial Espasa, 2001, t. X, p. 870.

69

GONZÁLEZ, Antoni: La restauración objetiva (Método SCCM de restauración monumental): memoria SPAL 1993-1998, Barcelona, Diputación de Barcelona, 2000, p. 17.

70

Ibid. p. 18.

71

Ibid. p. 19.

72

GARCIA, José: Conservación del patrimonio monumental, Exposición presentada con motivo del I Simposio Andino sobre Conservación del Patrimonio Nacional, en el marco de la XII RAGA 13-XI-1987, Cusco Perú, p. 2.

73

34

José Carlos Hayakawa Casas

INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA: Los Centros Históricos ante el crecimiento de las ciudades contemporáneas, En RUNA - Revista del Instituto Nacional de Cultura (INC), Lima, (2), 1977, p. 19.

74

CARRIÓN, Fernando (editor): Desarrollo cultural y gestión en centros históricos, Quito, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)-Ecuador – Empresa del Centro Histórico, 2000, p. 12.

75

SAMANEZ, Roberto: A propósito de Restauración y Reconstrucción, en: Boletín del Centro de Investigación y Restauración de Bienes Monumentales, CIRBM – INC, Lima, 1977, núm. 5, p. 2.

76

DE MESA, José: Comentario en torno a las normas y principios para la conservación y restauración de los monumentos precolombinos en el Área Andina, colección presentada con motivo del Primer curso de Restauración de monumentos, obras de arte y Técnicas en Arqueología, organizado por el INC con el apoyo de la UNESCO, VII-1975, Cusco Perú, p. 11.

77

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Lima, Universidad de San Martín de Porres, 2010, p. 38.

78

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit. p. 38.

79

FELIU, Joan: Patrimonio Cultural. Gestión y recursos turísticos, Castelló de la Plana, Publicaciones de la Universidad Jaume I, 1998, p. 82.

80

FELIU, Joan: Conservar el devenir: en torno al patrimonio cultural valenciano, Castelló de la Plana, Publicaciones de la Universidad Jaume I, 2002, p. 124.

81

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit. p. 39.

82

Ibid. p. 38.

83

DE MESA, José: Comentario en torno a las normas y principios para la conservación y restauración de los monumentos precolombinos en el Área Andina, Op. Cit. p. 13.

84

SAMANEZ, Roberto: A propósito de Restauración y Reconstrucción, Op. Cit. p. 12.

85

Loc. Cit.

86

RAVINES, Rogger: La conservación y restauración de edificios históricos en los centros urbanos en: Boletín de Lima, 1992, núm. 79, p. 17.

87

Loc. Cit.

88

PIMENTEL, Víctor: La Restauración de monumentos arqueológicos e histórico - artísticos en: Boletín del Museo Nacional de Antropología y Arqueología, 1982, núm. 8, p. 7.

89

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Lima, Tesis de Bachillerato. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes, Universidad Nacional de Ingeniería, 2001, pp. 84-85.

90

35

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit. pp. 44-45.

91

WILLIAMS, Carlos: La Conservación del Patrimonio Monumental: Un desafío, En HUACA – Revista de la Facultad de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería, (3), 1992, p. 9.

92

PÉREZ-JUEZ, Amalia: Gestión del patrimonio arqueológico, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 2006, p. 89.

93

HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Alcalá de Henares, Proyecto Final para optar el título del Máster en Restauración y Rehabilitación del patrimonio, Facultad de Arquitectura, Universidad de Alcalá., 2007, p. 128.

94

PÉREZ-JUEZ, Amalia: Gestión del patrimonio arqueológico, Op. Cit. p. 117.

95

Ibid. p. 119.

96

Ibid. p. 124.

97

Loc. Cit.

98

Ibid. pp. 125-128.

99

Ibid. p. 133.

100

Loc. Cit.

101

Ibid. p. 139.

102

Loc. Cit.

103

BLOCKLEY, Marion: Reconstrucciones arqueológicas y la comunidad, En REVISTA ANDINA 31 - Revista del Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé De Las Casas, Cusco, (1), 1998, p. 17.

104

105

MUÑOZ, Salvador: Teoría contemporánea de la restauración, Madrid, Editorial Síntesis S.A., 2003, p. 19.

Ibid. p. 21.

106

Ibid. p. 22.

107

PÉREZ-JUEZ, Amalia: Gestión del patrimonio arqueológico, Op. Cit., p. 141.

108

Ibid. p. 142.

109

Loc. Cit.

110

GONZÁLEZ, Antoni: La restauración objetiva (Método SCCM de restauración monumental): memoria SPAL 1993-1998, Op. Cit., p. 76.

111

PÉREZ-JUEZ, Amalia: Gestión del patrimonio arqueológico, Op. Cit., p. 147.

112

Loc. Cit.

113

36

José Carlos Hayakawa Casas

HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 128.

114

PÉREZ-JUEZ, Amalia: Gestión del patrimonio arqueológico, Op. Cit., p. 195.

115

Ibid. p. 198.

116

QUEROL, María Ángeles, Apud. PÉREZ-JUEZ, Amalia: Gestión del patrimonio arqueológico, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 2006, p. 217.

117

PARDÖ, Jordi, Apud. PÉREZ-JUEZ, Amalia: Gestión del patrimonio arqueológico, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 2006, p. 217

118

ALMAGRO, Martín y SESÉ, Gema, Apud. PÉREZ-JUEZ, Amalia: Gestión del patrimonio arqueológico, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 2006, p. 217

119

PÉREZ-JUEZ, Amalia: Gestión del patrimonio arqueológico, Op. Cit., p. 220.

120

Ibid. p. 237

121

Ibid. pp. 250-251

122

Ibid. pp. 267-268

123

37

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

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José Carlos Hayakawa Casas

Cuadro 1 ¿Qué se entiende por conservar? Rehacer

0

0%

Mantener

17

68%

Recuperar

8

32%

Rectificar

0

0%

Total

25

100%

Fuente: José Carlos Hayakawa Casas Investigación Propia, 2000.

¿Qué se entiende por conservar?



Fuente: José Carlos Hayakawa Casas Investigación Propia, 2000.

39

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Cuadro Nº 4 ¿Qué entiende por restaurar? Recuperar

25

100%

Modificar

0

0%

Rehacer

0

0%

Cuidar

0

0%

Total

25

100%

Fuente: José Carlos Hayakawa Casas Investigación Propia, 2000.

¿Qué entiende por restaurar?

Fuente: José Carlos Hayakawa Casas Investigación Propia, 2000.

40

José Carlos Hayakawa Casas

Cuadro Nº3 ¿Qué entiende por reconstruir? Recuperar

1

4%

Preservar

0

0%

Modificar

0

0%

Rehacer

24

96%

Total

25

100%

Fuente: José Carlos Hayakawa Casas Investigación Propia, 2000.

¿Qué entiende por reconstruir?



Fuente: José Carlos Hayakawa Casas Investigación Propia, 2000.

41

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Cuadro Nº 4 Nº

%

Relevamiento y prospección

0

0%

Relevamiento e investigación

3

12%

Todos son importantes

18

72%

Prospección y propuesta

0

0%

Relevamiento, prospección y propuesta

4

16%

Total

25

100%

Aspectos más importantes en una restauración

Aspectos más importantes en una restauración

Fuente: José Carlos Hayakawa Casas Investigación Propia, 2000.

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José Carlos Hayakawa Casas

Paisajes culturales: Andenería de Písac en Cusco – Perú (foto superior), pueblo y territorio de Albarracín en Teruel – España (foto inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Ambientes urbano-monumentales: Plaza de San Sebastián en Cusco – Perú (foto superior), Place de la Gare en Metz – Francia (foto inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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José Carlos Hayakawa Casas

Patrimonios “nuevos”: Cementerio Patrimonial de Montparnasse en Paris – Francia (foto superior), pabellón de Mies Van der Rohe en Barcelona – España (foto inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Vista aérea del Centro Histórico de Strasbourg - Francia (foto superior), fotografía aérea del barrio de Lavapies, en el Centro Histórico de Madrid - España (foto inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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José Carlos Hayakawa Casas

Monumentos: Sitio prehispánico de Puruchuco en Lima – Perú (foto superior), Tate Modern Gallery en Londres – Inglaterra (foto inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Centro histórico de Lima = Patrimonio mundial: Jirón de la Unión (foto superior), Área inscrita en la lista del patrimonio cultural de la humanidad (foto inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Capítulo II

Restauración y patrimonio monumental edificado: una evolución teórica I. TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA RESTAURACIÓN MONUMENTAL EN EL MUNDO En los monumentos o conjuntos históricos es posible “… leer los aportes estructurales y formales de las respectivas generaciones, siguiendo el espíritu que prevaleció en el contexto sociocultural de su época”.124 Desde la antigüedad, los monumentos y las obras de arte atrajeron la atención de viajeros y estudiosos. El primer trabajo de restauración que haya sido documentado fue “... la realización de un soporte de piedra para sostener el brazo de la escultura monumental de Ramses II en el templo de Abu Simbel”,125 aproximadamente del segundo milenio antes de Cristo y cuyo autor podría ser —según la inscripción— el faraón Seti II. Homero es de los primeros en informar de la ya desaparecida cultura fenicia mientras que sus compatriotas, influenciados por su religión, preferían las nuevas construcciones a intervenciones de conservación. Dentro de este contexto destacan las restauraciones de la cubrición áurea de la Atenea Partenos de Fidias y la restauración del Zeus de Olimpia fidiaco, ambas obras de Damofonte. Herodoto, para escribir su Historia, recorrió Egipto y Mesopotamia, describiendo al detalle los monumentos visitados. Durante la Alejandría de los Ptolomeos, se conocen obras tan completas como la Descripción de Grecia de Pausanias, del siglo II antes de Cristo. Por el interés hacia lo clásico, los romanos trasladan a Roma muchas obras de arte, destacándose los casos de la Villa de Adriano en Tívoli, verdadero museo de escultura griega, de la colección de obras de arte de Verres, procedentes de Sicilia y Anatolia. Se destacan los casos de intervenciones en tiempos de Adriano en el Partenón, la biblioteca de Olimpia, el Zeus Olímpico de Atenas y el Partenón de Agripa.

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Así, durante las primeras etapas Paleo-Cristianas el interés conservacionista “… se halla centrado en el sesgo pragmático del testimonio, transformando los templos paganos en iglesias y basílicas cristianas…”126 como es el caso del Panteón de Roma. En la Edad Media, las Cruzadas y las sucesivas peregrinaciones fomentaron el intercambio cultural, datando de entonces el famoso Codex Calistum, precioso documento europeo, creándose nuevos tipos urbanísticos de gran originalidad e interés en las ciudades del camino francés de Santiago. El arte y la ciencia del califato cordobés influyen fundamentalmente en la cultura medieval europea, vía la celebérrima Escuela de Traductores Toledana. En el Renacimiento los restos del arte clásico sirven de inspiración para la expresión de un lenguaje de renovado clasicismo. Pero la indiferencia de los artistas ante las destrucciones de estas antigüedades se da al no coincidir ellas con las exigencias sociales que determinaban la función arquitectónica de la época. Una feliz excepción a esta absurda práctica sucede durante el Pontificado del Papa Eugenio IV (1431-1447), quien con la clara idea de preservar el testimonio, manda “liberarlo”, demoliendo las construcciones adosadas al Panteón. Posteriormente, también el Pontífice Sixto IV (1471-1484) mandó restaurar el Templo de Vesta y liberar el Arco de Tito, empotrado en edificaciones medievales. La Basílica de San Pedro se construyó demoliendo la antigua Basílica por Bramante como encargo del Papa Julio II. En cambio Brunelleschi en 1422, al construir la cúpula de Santa María dei Fiori en Firenze aprovecha una antigua cúpula gótica y Alberti, al contemplar la fachada de Santa María Novella, respetaron la obra anterior. Asimismo, el Papa Pío II se erige como “… uno de los principales defensores del patrimonio, promulgando una bula en defensa de las antigüedades y los monumentos en 1462”.127 Hacia 1515 el Papa León X, emblemático defensor de los monumentos, nombra al pintor Rafael como Comisario de las Antigüedades, hecho anecdótico que no impediría en lo más mínimo la depredación que se venía dando. Esta perspectiva del pasado, es incoherente con la visión renacentista del monumento trayendo como consecuencia que “... las obras de este periodo se transforman y utilizan pero no se conservan ni menos se restauran...”.128 El estudio sistemático de la antigüedad se manifiesta en los libros de Jorge Graun y Francisco Hogenjerg con ilustraciones de las ciudades europeas del siglo XVI y el Teatro Orbis Terrarum de Abraham Ortelius, publicado en 1603 en Amberes, son valiosos documentos para los urbanistas. En los siglos XVII y XVIII, con la creación de las academias, se favorecen las tendencias eruditas: no se limitan a Grecia y a Roma, sino también al Lejano Oriente. En 1704 el Cardenal Spinola expide “... un edicto donde por primera vez queda oficialmente señalada la gran importancia que las antigüedades y ornamentos de la antigua ciudad de Roma tiene para la historia de la humanidad”.129 La atracción del mundo clásico se desarrolla en esta época con las excavaciones posdescubrimiento de Herculano en 1711 y Pompeya en 1748, que exponen al mundo las maravillas de la época romana en toda su magnificencia, puesto que 50

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la escala ya no es la de un pequeño objeto, sino de una ciudad completa enterrada bajo las cenizas del Vesubio justo en su momento de mayor apogeo hacia el año 79 a. C., imprimiendo un poderoso y definitivo impulso a las labores arqueológicas. Es 1778 el año que marca el inicio de un plan definitivo de trabajos auspiciados por el Comité de Embellecimiento de Roma, con los trabajos en el Foro Romano y ejecutado por una prístina Escuela del Restauro. Asimismo, hacia principios del siglo XIX, exactamente en 1807 se realiza “… la primera obra de consolidación del Coliseo de Roma a cargo de un grupo de arquitectos neoclásicos liderados por Valadier y Stern. Años después, en 1822 Valadier lleva a cabo la Restauración del Arco de Tito, uno de los mejores ejemplos de este tipo de intervenciones a la fecha”.130 La restauración del Coliseo manifestó “... la tensión establecida entre la reconstrucción incompleta y el imaginado original mediante el recurso al ´non finito´...”131 y la intervención en el Arco de Tito, planteó el interés del restaurador por diferenciar la parte reconstruida. Estas experiencias poseen enorme trascendencia, puesto que a partir de ellas el ejercicio restaurativo empieza a tornarse sistemático, motivo del cual la búsqueda de principios adquiere urgencia. Casi al mismo tiempo, surge un relativo interés por la Acrópolis de Atenas, motivada por la aproximación inglesa posexpedición del siglo XVIII. Esta intervención concluye con 33 viajes en barco, entre 1802 y 1804, trasladando mármoles pentélicos hacia Inglaterra, los que constituirían luego uno de los fondos principales del Museo Británico. Se venía “… desarrollando ya el fundamento cultural del testimonio histórico de los bienes culturales”.132 Las élites intelectuales y expediciones científicas recorren el Medio y Lejano Oriente y América, recogiendo en sus libros de viajes y memorias de expediciones las descripciones de los monumentos, fomentando en Europa una fuerte atracción hacia estas misteriosas culturas. La preocupación por la restauración monumental alcanza un gran desarrollo en el siglo XIX con la teoría y práctica del Barón Georges Haussmann, quien con la idea de transformar radicalmente el obsoleto París medieval y con el apoyo incondicional del emperador Napoleón III y la participación de la clase media, lleva a cabo un plan a partir de 1853 y truncado en 1870. Para ello realiza la “encrucijada de París”; es decir, seccionar el antiguo centro de la ciudad en una cruz, con vías que lo atraviesan de un lado a otro. En este sector se ensanchan calles, se trazan grandes avenidas interconectadas, se modifican trazos, se abren calles nuevas. Todo ello para mejorar la circulación interna y lograr remates de gran impacto visual. También se implementan los nuevos equipamientos urbanos (alumbrado público, agua y desagüe). Este ejemplo “exitoso” se exportaría e idealizaría en numerosas ocasiones ejemplificado en el caso de un monumento limeño de esa época: “Una nueva retórica inspirada en el París de Haussmann se hallaba implícita en el tamaño del monumento, en sus proporciones, y en la disposición de sus formas...”.133 51

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Casi al mismo tiempo, surge la figura de Eugene Viollet-le-Duc (1814-1879). Historiador, escritor y diseñador, destacó como el más importante tratadista de la arquitectura de Francia del siglo XX. Situado entre la transición del neoclasicismo y el eclecticismo, ”... se encargó de ejecutar la demanda de recobrar el antiguo esplendor de los edificios que representan a la Monarquía anterior al régimen, y, así a la nueva, después de las destrucciones de la Revolución”.134 Entonces la figura de Viollet-le-Duc se consolida como el ejecutor. Dentro del contexto del romanticismo, Francia asume su grandeza relacionada con el pasado, específicamente con sus monumentos medievales. Entonces la figura de Viollet-le-Duc “… se consolida como el ejecutor de dichas aspiraciones oficiales y por consiguiente la restauración de monumentos en el instrumento predilecto para recuperar esta añorada “época dorada”.135 Ello generaba un inconveniente mayúsculo puesto que los arquitectos franceses poseían formación académica clasicista expresándose ello en el escaso rigor de sus intervenciones en monumentos, puesto que: “Obligados a trabajar en los monumentos medievales, estos habían sido ignorados hasta entonces como objeto de estudio”.136 Así la restauración devino en un proceso esencialmente reconstructivo, que teóricamente —tanto como falaz— debía ser limitado por la idea de restablecer la forma primigenia. Viollet-le-Duc posteriormente dirigiría y realizaría personalmente muchas de estas intervenciones aunque con una calidad y oficio excepcional fundamentado en su conocimiento exhaustivo del gótico. Viollet-le-Duc es quien finalmente logra “... sistematizar los criterios y la acción de la restauración en estilo como método eficaz de recuperar la forma de los Monumentos del pasado...”.137 En su Diccionario Razonado de la Arquitectura Francesa (1869), expuso: “... cuando se deban añadir partes nuevas aunque no hayan existido nunca (sic), es preciso situarse en el lugar del arquitecto primitivo y suponer qué cosa haría él...”,138 con lo cual expresamente manifiesta la pertinencia de intervenciones hipotéticas bajo la maquiavélica búsqueda de la perfección formal. Asimismo su singular concepto de la restauración queda expresado en su artículo “Restauration”, del Vol. VIII del mismo diccionario: “Restaurar un edificio no significa conservarlo, repararlo o rehacerlo, sino obtener su completa forma prístina, incluso aunque nunca hubiera sido así”.139 Es clara entonces la idea que “… cuando un edificio no ha sido concluido, es válido completarlo dentro del mismo estilo puesto que es posible rehacerlo ya que sus partes permiten completarlo debido a su coherencia formal, aunque desdeña tácitamente su contenido testimonial y por supuesto su validez histórica”.140 En casos excepcionales, como la obra de Viollet-le-Duc, la utilización de técnicas artesanales logra una considerable autenticidad constructiva y por ello implícitamente “… una autenticidad arquitectónica consecuencia de una correcta interpretación de la estructura formal del edificio en cuanto plan compositivo sujeto a leyes, principios y coherencia en la relación forma-construcción”.141 Así es como reconstruye Amiens, Chartres, Vezelay, las portadas de Nues52

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tra Señora de París; esta últimas, destruidas en 1793 por la acción furibunda postRevolución Francesa, así como también el Castillo de Pierrefonds y las murallas de Carcassonne. Por su profundo conocimiento y su personal mitificación del gótico especialmente y de la arquitectura medieval en general se permite decir: “… en la estructura del medioevo cada parte de la obra cumple una función y posee una acción. El arquitecto debe conocer el valor de una y otra (...). Debe actuar como el hábil cirujano que no toca un órgano sin conocer primero la función y sin haber previsto la consecuencia inmediata (...) Si no se actúa así, es mejor no intervenir...” Esta exigencia de un profundo estudio del monumento antes de actuar sobre él sigue vigente aun hoy en día. Asimismo aconseja que “… el arquitecto encargado de una restauración conozca la forma, el estilo del edificio y la escuela de la que procede y, mejor aún, su estructura, su anatomía y su temperamento, apuntando ya la importancia de la investigación y conocimiento de las estructuras monumentales”.143 Lamentablemente la escuela de la restauración en estilo fue muy heterogénea en términos de resultados de sus intervenciones debido principalmente a la respectiva desigualdad de rigor y talento de sus exponentes, quienes “... mezclaron generalmente las ideas acerca de la restauración con las propias del eclecticismo histórico como ejercicio de la arquitectura”,144 logrando que la restauración es estilo y la arquitectura de nueva planta se confundieran identificadas por un simple ejercicio de creación. Así Viollet-Le-Duc es duramente atacado en la Cámara de Diputados, donde se le acusa de “inventar” en la Restauración de Nuestra Señora de París. Lo mismo ocurre en el Castillo de Pierrefonds y las murallas de Carcassonne. Ello ocurrió puesto que la búsqueda de la forma original —e ideal— del edificio “... se convirtió para sus detractores en algo más simple que significaba su invalidez total: en ´falso histórico...”.145 Si bien en la actualidad los criterios de Viollet-le-Duc han devenido obsoletos, es necesario reconocer la trascendencia de sus trabajos y sus ideas como respuesta de su coyuntura histórica ante la problemática de la conservación del patrimonio monumental. Frente a esta figura aparece el inglés John Ruskin (1819-1900) quien desde un atalaya romántico-moralista defiende la nula intervención restaurativa en los monumentos. Él publica en 1849 The Seven Lamps of architecture y en 1851 The stones of Venice, de criterio opuesto a Viollet-Le-Duc, oponiéndole una crítica radical expresando una corriente de opinión de la época, manifestada claramente por Didón: ”Del mismo modo que ningún poeta se pondría a terminar los versos incompletos de La Eneida, ningún pintor a terminar un cuadro de Rafael, ningún escultor a terminar una estatua de Miguel Ángel, así ningún arquitecto debería consentir en terminar una Catedral”.146 Dialécticamente “… esta crítica es impecable puesto que apunta claramente al inconveniente máximo de la restauración en estilo: la autenticidad histórica…”,147 53

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aunque sin embargo muestra también una considerable ligereza al efectuar analogías con otros campos artísticos con una cierta simpleza. Ruskin plantea una absoluta conservación de la autenticidad, sin que ningún tipo de restauración logre mixtificar los elementos originales: “... el primer resultado de una restauración, es anular la obra antigua, el segundo, lograr una copia, simple imitación del original, por muy buena que sea”.148 Claramente busca enfatizar la inutilidad que presupone la búsqueda del original, puesto que toda intervención conlleva un cambio inexorable e irreversible. Dentro de esta concepción ideológica —extremadamente subjetiva, idealista y genérica— la restauración de monumentos no tiene sentido, puesto que todo se resume a un escrupuloso cuidado y conservación del objeto edilicio: “... no hablemos de restaurar, es una mentira (...), así se destruye más aun que si se hubiera convertido en un montón de escombros. La reconstrucción puede ser una necesidad, pero hágase honestamente. Cuidemos su conservación y no será preciso restaurar, hacerlo con ternura, respeto y vigilancia incesante y así las generaciones sucesivas podrán nacer y morir a la sombra de sus muros...”.149 La rigurosa conservación se afianza entonces como el medio por excelencia para la pervivencia de los monumentos desprendiéndose una especie de Regla de Oro de las intervenciones monumentales: “… si las únicas alternativas posibles son la obra parcialmente calificada y la mixtificación histórica entonces son preferibles el abandono y la desaparición en último caso”.150 Un párrafo que resume contundentemente la idea de Ruskin es el siguiente: “la conservación del pasado no es una cuestión de conveniencia o sentimiento, pertenece en parte a quien lo construyó y a todas las generaciones sucesivas. Los muertos tiene todavía derechos sobre él y no tenemos el derecho de destruir su obra y el logro de su esfuerzo (...) Su derecho no se extingue con la muerte...”.151 El idealismo poético expresado por Ruskin lo lleva a una posición radical de mística contemplación, en la cual un manto de fatalidad inexorable determina el destino del edificio: ”... ha de admitirse que puede ser preferible la ruina definitiva de un monumento si no existen opciones distintas que la de su reconstrucción”.152 Este planteamiento representa un absoluto y definitivo “... triunfo de la concepción literaria, ideológica y moral del arte, enfrentándose a las consideraciones estéticas, técnicas y materiales de los propios artistas”.153 También es importante caer en cuenta que esta concepción ideológica posee una fuerte carga naturalista en el sentido que arquitectura y naturaleza poseen un mismo valor y una misma dinámica, es decir son entes análogos, inclusive hasta la ruina —o muerte— de la entidad: “Su ultima hora al fin sonara, pero que suene abierta y francamente, y que ninguna sustitución deshonorable y falsa la prive de los deberes fúnebres del recuerdo”.154 La importancia de John Ruskin radica en la claridad con la que asumió el tema del cambio inevitable que supone una restauración arquitectónica y el entendimiento de una rigurosa conservación como único medio para la supervivencia de los monumentos. 54

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Camilo Boito (1836-1914), italiano, profesor de historia de la arquitectura, romántico e historicista, defiende una postura equilibrada entre el ruinístico romanticismo de Ruskin y las teorías estilísticas de Viollet-Le-Duc. Establece “… una relación analógica entre el restaurador y el médico o cirujano, debiendo limitar su acción a lo estrictamente necesario y siempre que quede claramente diferenciada la obra actual”.155 Condena las teorías de Viollet-Le-Duc “… tanto al defender la consolidación de lo existente frente a su reconstrucción, como al declarar improcedentes los derribos de los añadidos históricos no unitarios con la obra primitiva, en una defensa (...) de la autenticidad histórica y en un aspecto (...) clave (...) de la restauración en estilo”.156 Intuye, por tanto, una fórmula de equilibrio, posterior base de la escuela restauradora moderna italiana. Aconseja en el caso de liberar agregados en monumentos “... la prudencia, pues toda esta estratificación tiene una justificación histórica y un valor documental...”.157 Es claro entonces su oposición a la concepción de la unidad formal violletiana, ya que considera cada elemento arquitectónico como representativo de su época, y enriquecedor de la obra. Es decir en otras palabras, un objeto arqueológico, un documento histórico, un testimonio. Intuye, finalmente, una primera Carta del Restauro con los siguientes principios presentados al III Congreso de Arquitectos e Ingenieros Civiles de Roma en 1883: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

Diferencia de estilo entre lo antiguo y lo nuevo. Diferencia de materiales en sus fábricas. Supresión de molduras y decoración en las partes nuevas. Exposición de las partes materiales que hayan sido eliminadas en un lugar contiguo al monumento. Incisión de la fecha de la actuación o de un signo convencional en la parte nueva. Epígrafe descriptivo de la actuación fijado al monumento. Descripción y fotografías de las diversas fases de los trabajos depositadas en él propio monumento o en lugar publico próximo. Notoriedad visual de las acciones realizadas.158

Con estos preceptos se reafirma en la concepción de la restauración como una intervención excepcional, justificada solo cuando sea imperiosa y, en este caso aplicando la diferenciación notoria, con disímiles tratamientos de lo nuevo, muy simplificados y mediante elementos y/o líneas geométricas. Con relación a estas intervenciones posee una posición más radical que la de Ruskin: “… este no acepta las intervenciones independientemente de su calidad pero Boito si da juego a la posibilidad, haciendo constar su preferencia por las malas restauraciones por ser más honestas en el sentido de manifestar con mayor evidencia su condición de falsificadas”.159 El antecedente directo de este tipo de intervención es la mencionada Restauración del Foro Romano de principios del siglo XIX. Además formula prioridades de acción: antes consolidar que reparar, reparar antes que restaurar, y restaurar 55

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en situación extraordinaria. Entonces el campo de la restauración se traslada de la reconstrucción hacia la conservación. Aquí también presenta un primer esquema de clasificación, “… encasillando las intervenciones ya conocidas y clasificándolas en: consolidación, liberación, reestructuración y urbanización”.160 La teoría y escuela Boitiana generó consecuencias importantes: su decidido énfasis en la investigación histórica del monumento y su valoración de los agregados posteriores en él supuso una franca oposición a la concepción unitaria de la restauración en estilo. Además dentro de este marco se desarrollaron diversas técnicas de consolidación de carácter muy especializado. Camilo Boito también promovió un esquema legislativo presentado al parlamento en 1889 y colaboro en la ley de 1902, pionera dentro de los dispositivos legislativos, puesto que plantea por primera vez, evitar que ”... las construcciones modernas dañen las perspectivas de los monumentos, precedente directo del concepto de entorno monumental que se fija ya en la Carta de Atenas (1931)...”.161 Además tipifica la restauración en tres categorías: restauración arqueológica (clásico, antiguo), restauración pictórica (medioevo) y restauración arquitectónica (renacimiento). Sin embargo, su ideología manifestada en la Carta del Restauro presenta algunas contradicciones importantes en el rubro de la autenticidad: por un lado prohíbe los “... complementos estilísticos o analógicos, incluso en formas simplificadas y aunque existan documentos (...) que puedan indicar cuál hubiera sido el aspecto de la obra completa”,162 pero por otro lado permite “... modificaciones y nuevas inserciones con fines estáticos y de conservación de la estructura interna (...) a condición de que su apariencia, una vez completadas las operaciones, no resulte alterada...”.163 La autenticidad es un valor que “… no puede ser entendido solamente en términos de la condición visual de la arquitectura sino también en términos físico-materiales (estructurales), puesto que no entender el problema en su integridad implicaría una tergiversación ideológica”.164 Su cátedra posee una gran trascendencia, pues marca el inicio de una atinada ideología profesional, que luego jugaría un papel fundamentalmente progresista y positivo en el ámbito del patrimonio monumental, puesto que lograría un planteamiento catalizador: “... tanto el pensamiento de Viollet como el de Ruskin, (...) se basaban ambos (sic) en un firme sentir la radical separación entre historia y contemporaneidad(...). Será este sentimiento de ruptura absoluta entre los tiempos históricos y los modernos el que Boito logre sintetizar...”.165 Hacia los inicios del Siglo XX surge la figura insigne del italiano Luca Beltrami (1854-1933) quien introduce un criterio diferente: el de la restauración histórica, que basa sus principios en la existencia de documentos que permitan efectuar un trabajo de reconstrucción. Su discípulo más importante Gaetano Moretti realiza, siguiendo estos principios, la polémica reconstrucción del Campanile de San Marcos, ejemplo inmejorable de las reconstrucciones históricas, ejecutándose en palabras de su autor “... donde estaba y como estaba”.

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Un avance notable hacia la restauración contemporánea lo imprimió el italiano Gustavo Giovannoni (1873-1947) en la parte práctica y el también italiano Ambroglio Annoni en la teoría, aunque no siempre se llevará a la práctica dicha teoría por circunstancias coyunturales como guerras o catástrofes naturales. En la cátedra universitaria concientiza a los futuros profesionales a entender la arquitectura dando a la historia una situación privilegiada. Además Annoni defiende la imposibilidad de encontrar un método para la restauración, debido al carácter individual de cada obra. Giovannoni es un importante continuador de las ideas de Boito, buscando un criterio más moderno y científico. Colaboran eficientemente con él, la primera generación de arquitectos restauradores de la superintendencia. Precisamente este se afianza como promotor de la Carta de Atenas sobre el restauro de los monumentos (1931) y de la del Restauro Italiano, lucha incesantemente contra el aislamiento urbano de los monumentos, la especulación y las falsas reformas por consideraciones higienistas, expresado en el principio: “Un monumento destruido no es ni debe ser reconstruido”. Además “… establece ciertas categorías como monumento vivo y monumento muerto, monumento mayor y monumento menor”.166 Al mismo tiempo amplía la clasificación de Boito para las restauraciones en: consolidación, recomposición o anastilosis, liberación, complemento e innovación. Comienza a defender los conjuntos históricos, sus trazas y alineaciones y muy especialmente la arquitectura “menor”, cuyo conocimiento y valoración como documento histórico, a veces tiene mayor valor que el de los grandes monumentos. Aconseja, para solucionar las reformas higienistas, sanear los interiores de los edificios, pero conservando su aspecto exterior, ya que los viejos habitantes tienen sus costumbres, su orden, su lógica, su higiene y su decoro, en suma su vida. También se destaca como pionero con relación a la visión del monumento y su entorno ambiental considerado al “... ambiente como definición urbana visual de aquel en cuanto constitutiva de su propia naturaleza”;167 es decir, como parte de sí mismo y en una relación dialécticamente urbana monumento-ciudad. Esto lo manifiesta de una forma más explícita: “la condición ambiental es de tal importancia que el dañar la perspectiva de un monumento casi equivale a su destrucción completa”,168 con lo cual enfatiza en la necesidad imperiosa de complementariedad de uno y otro. Giovannoni entiende la restauración de monumentos como “… la conservación de dichas entidades en tanto que documentos y/o testimonios. Y por supuesto destaca su principal aporte respecto a extender la teoría boitiana hacia la naturaleza urbana de los monumentos y la conservación de la ciudad histórica”.169 Lucha contra la destrucción en Roma de la “Supina de Borgo” para abrir la Vía della Conciliazione —encargo de Mussolini que conmemoró el Pacto de Letrán y gracias al cual se reconcilia la Corona y el Estado Italiano con la Santa Sede— que originó una nueva entrada al Vaticano destruyendo los antiguos Borghi, así como el tradicional y contrastante vínculo entre estos y la Plaza de San Pedro por considerarla una ruptura innecesaria de un conjunto urbano de un gran interés 57

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estético e histórico. Empero existe “… una notoria ambigüedad cuando traslada su concepción científica y totalizadora de la conservación de monumentos a la estructura del conjunto urbano”.170 Intentará resolverlo a través del diradamento o saneamiento a través del cual el casco recupere su condición anterior, resultando así higiénico y funcional, lo cual desecha cualquier motivo de reforma urbana. El diradamento aunque bien intencionado se halla relacionado claramente con la búsqueda del ideal unitario de Viollet-le-Duc. En la realidad, este tipo de intervención resultaba errática, ambigua y contradictoria, pues como bien apunta Ezio Bonfanti al comparar el Plan Voisin de Le Corbusier y el Plan para Roma de Marcello Piacentini: “... la ciudad de los que buscan respetar la historia, la ciudad de los ´antiguos´, no es tan distinta en el concepto de la de los que no se preocupan de ella, de la ciudad de los ´modernos´. Pues (...), en ambas mentalidades entre historia y contemporaneidad se establece una separación radical”.171 En otras palabras, “… la ciudad histórica lograba su anhelada permanencia a costa de su congelación o disección. Al reconocer Giovannoni a la ciudad histórica como ciudad antigua, como no contemporánea, la congeló en un momento específico de su devenir”.172 Aquí surge el rol del ambiente como un elemento neutro entre “modernos” y “antiguos”, entendido como condicionante sustentada en las características estético-formales y espaciales propias de cada lugar, aunque generalmente aplicado de un modo epidérmico, superficial. En un principio solo se consideró la restauración y conservación de los monumentos civiles, religiosos y militares de gran valor histórico-artístico. La Carta de Atenas de 1931 dada por los expertos en protección de monumentos, “si bien es el primer documento internacional de conservación y restauración de monumentos, no logró en su época tener aceptación universal”.173 Todo lo contrario ocurrió con la Carta de Atenas dada por el CIAM (1933), de corte radicalmente modernista. Es así como el problema de la defensa del patrimonio inicialmente contempló solamente el monumento arquitectónico de singular significación y esto se oficializa y sanciona en esta carta: “La destrucción alrededor de los monumentos históricos proporcionara la ocasión para crear superficies verdes”. Es así como se destruyen numerosos ejemplos de arquitectura histórica no considerada monumental. La restauración es el “caballito de batalla” de los programas de conservación en su acepción máxima. Estas protorestauraciones, estaban aún muy lejos cualitativamente de la posterior restauración científica, pues muchas veces provocaban irreparables daños al monumento: reconstrucciones, empastes, falsificaciones, pastiches, etc. Estas restauraciones fidedignas, alteraron muchos monumentos de gran valía, al ser reconstruidos sobre bases hipotéticas. También a inicios del siglo XX surgió en la región centroeuropea y más específicamente en Austria un par de profesionales que representarían un real aporte además de un planteamiento alternativo a la escuela italiana (centro y sur de Italia) en el campo de la conservación y restauración del patrimonio monumental: Alois Riegl y Max Dvorak. Alois Riegl tuvo una importante experiencia como 58

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conservador del Museo de Artes Decorativas de Viena y Presidente de la Comisión de Monumentos Históricos que le permitió formular una teoría sobre la naturaleza del valor artístico e histórico de los monumentos valorándolos desde dos pie forzados: un valor objetivamente dado en el pasado y otro referido a un valor subjetivo dado por el espectador moderno. En su obra El Culto moderno a los monumentos enfatiza en “… un análisis que comprenda no solo los valores rememorativos (antigüedad, histórico), sino también en los de contemporaneidad (valor instrumental, artístico de novedad y artístico relativo). Riegl plantea una aproximación al monumento entendido este como un sustrato que produce en el espectador la idea del ciclo natural de nacimiento y muerte, de aparición y desaparición gradual y por ende natural”. 174 Específicamente sobre la restauración plantea un esquema flexible y diferenciado. Este se basa en el reconocimiento de tres tipos de monumentos con valoraciones distintas y consecuentemente con intervenciones y actitudes también distintas. Así plantea los siguientes casos: “En los monumentos antiguos se pretende no interferir en el ciclo natural de la alteración, en el ciclo vital de estos... En los monumentos históricos interesa la obra en su forma original, menciona que el monumento posee mayor valor histórico mientras haya sufrido las menores alteraciones... para los monumentos con valores de contemporaneidad, les exige un aspecto nuevo, que no esté afectado por la destrucción natural. Justifica la restauración para la reutilización del edificio y para el bienestar físico de los individuos...”. 175 Como se ve para el primer caso plantea una cautela total acerca de la restauración y el natural “ciclo de vida” del monumento. Más bien para el segundo tipo hace una propuesta sobre la pertinencia de trabajos escritos de historiadores sin tocar el estado original del monumento para no falsificarlo en la perspectiva de una investigación histórica posterior. Finalmente, para el tercer caso plantea la priorización de dimensiones funcionales y sociales sobre los históricos, lo que el uso del monumento y la mejor calidad de vida de sus habitantes o usuarios es la prioridad a resolver. El planteamiento teórico de Max Dvorak recoge las ideas de Riegl, pero las amplía a toda clase de construcciones. Dvorak plantea que “… el deber de proteger los monumentos antiguos se sustenta en su carácter de trascendental fuente de información para la historia del arte. Asimismo valora el aporte de los monumentos al bienestar espiritual del ser humano, así como también a la totalidad del espectro: desde una humilde capillita de pueblo hasta una majestuosa catedral”.176

Plantea un conjunto de principios esenciales de intervención:

* “Conservación máxima de los monumentos (función, ambientación, forma y aspecto) * Consolidación y mínima intervención sin reconstrucción en las ruinas

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* Protección de la humedad para los monumentos antiguos en uso, vía la restauración de daños pequeños para que no se agraven”.177

En las restauraciones mayores:

* “Utilizar el mismo material y reutilizarlo parcialmente si se encuentra en buen estado. * Evitar la desarmonía en la renovación de los recubrimientos internos y externos. * Reutilizar el material del pavimento precedente. * En restauraciones y mantenimientos de iglesias, el trabajo debe limitarse a una limpieza cautelosa, a la consolidación de las partes con amenaza de colapso y a la sustitución de pequeñas partes faltantes”.178 Sobre la renovación decorativa de edificios antiguos es imprescindible resaltar como inmejorable ornamento a su forma histórica y carácter antiguo. Sobre el ambiente y la ciudad no se debe destruir nada de lo antiguo para sustituirlo por algo nuevo. Existe una coincidencia con las ideas de Boito y Giovannoni sobre “... la conservación de todas las aportaciones de la historia en el monumento, no reconociendo la practica de recuperar el original a costa de la eliminación de los agregados”.179 La irrupción de la Segunda Guerra Mundial provocó una ruptura del proceso de restauración urbana de ciertos países europeos, destruyendo considerablemente numerosas ciudades como París, Londres, Varsovia, Florencia, Roma, Berlín, Moscú y muchas más, por lo que surge la discusión sobre si estas debían reconstruirse tal y como estaban o darse por desaparecido lo destruido y volver a construirlas con carácter contemporáneo. Otro hecho importante acaecido es el triunfo del estilo internacional, que naturalmente devendría en ortodoxia y finalmente en simple convención. La imagen de progreso que asume se enfrenta a cualquier propuesta diferente considerándola retrógrada y susceptible de eliminarse. Por primera vez en Europa se experimenta la intervención en los conjuntos urbanomonumentales a una escala desconocida hasta entonces, “… motivo por el cual la discusión sobre si estas debían reconstruirse tal y como estaban o darse por desaparecido lo destruido y volver a construirlas con carácter contemporáneo estaba en la palestra”.180 En este sentido las actitudes de los países capitalistas y los socialistas son claramente disímiles: en Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia y demás de la órbita socialista se instaura una norma de reconstrucción y salvaguarda generalizada, mientras que en Bélgica, Holanda, Francia, Italia, Alemania, Inglaterra y otros países capitalistas se saca provecho de las destrucciones y 60

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se lleva a cabo un proceso de sustitución de las funciones. Esto se explica porque “… esta actitud deriva de la forma como ambas sociedades afrontan el problema urbano del territorio: patrimonio colectivo en los regímenes socialistas y agregación de espacios privados en los regímenes occidentales”.181 Sin embargo, Italia, producto de su desarrollo en restauración y conservación de monumentos y de la experiencia del restauro, evoluciona con una riqueza singular. En la escena italiana posguerra, se afianza la generación de Terragni: E.N. Rogers y sus socios, Albini, Gardella, Samona, Quaroni, Muratori y Ridolfi quienes serán por cuestiones coyunturales los protagonistas principales de la reconstrucción en los cascos históricos. Ellos buscarán soluciones matizadas abandonando el universal moderno por considerarlo inadecuado para esta situación. E. N. Rogers lidera dicha generación basado en “… el fundamento moderno pero sumamente enriquecido a fuerza de particularizarlo y adaptarlo a la especificidad del sitio histórico…”,182 dentro del cual destaca su filiación ideológica con Giovannoni cuando se refiere a las preexistencias ambientales entendidas como “... presencias históricas que originaban valores visuales propios a los que adecuarse, expresión con la que tendencia o actitud seria profesionalmente conocida”.183 Entre las obras representativas destaca la intervención de Rogers y compañeros en la Torre Velasca de Milán, la casa en Venecia de Gardella, la casa en Parma de Albini y otras sobre todo en la zona norte. La crítica fundamental radica en su superficialidad al asumir el problema parcialmente, como solo un asunto de imagen ambiental. En Inglaterra la reacción generalizada en los momentos inmediatos a la posguerra —sobre todo en las ciudades más devastadas por los bombardeos— fue el de la reorganización global, apoyada por una amplia cantidad de legislación al respecto. Solamente los monumentos con un valor excepcional han sido conservados y su entorno ha sido remplazado la mayoría de veces en su totalidad por otro contemporáneo y diferente. El centro de las ciudades —o downtown— fue concebido en su integridad para alojar actividad comercial, con accesos peatonales en diferentes niveles. A la vez, se produjo una introducción de nuevos usos de carácter cultural, recreacional y de servicios. La vivienda fue, prácticamente proscrita y desalojada del centro de la ciudad. Este tipo de respuesta pronto se oficializa en el Manual para la Remodelación de las Áreas Centrales elaborado por el Ministerio del Planeamiento Urbano y Regional. Paralela y complementariamente a la reconstrucción, se crean muchas nuevas ciudades, como las New Towns que tuvieron relativo éxito, aunque el patrón habitacional fuera sensiblemente diferente. En el caso de la República Federal Alemana (RFA), el proceso reconstructivo de las ciudades en la posguerra se ejecuta a través de un proceso de reestructuración arquitectónica y urbana producto de la formación de la urbe. Esto significó, una serie de intervenciones aisladas sobre monumentos de carácter notable, pero sin una concepción integral con relación a la ciudad antigua, lo cual a la larga devino 61

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en un proceso de separación y disgregación. La ciudad de Lubek es un caso de esta situación, lamentable constante durante todos esos años. A diferencia del caso de la RFA, en la República Democrática Alemana (RDA) al ser asumido el suelo como bien público o colectivo, este no se sujeta a los vaivenes del mercado inmobiliario, lo cual permitió poner en práctica, exitosamente políticas de conservación de los viejos cascos articulados con las estructuras urbanas conformantes del núcleo del sistema integro de asentamiento. Es así como los cascos antiguos configuran el centro de la ciudad, donde la heterogenización de funciones, aportan una estructura definida y definible de hechos morfológicos-edificatorios y, de hecho funcionales, constituyentes de un conjunto unitario con una clara identidad en el interior de la ciudad”... que posibilita la configuración de un centro de carácter social, político, económico y cultural, donde la residencia halla lugar conjuntamente con las actividades terciarias”.184 En la República Federativa Yugoslava destacan las intervenciones en Croacia y Eslovenia, zonas de vanguardia —económicamente hablando— donde los núcleos históricos se han convertido parcial o totalmente en islas peatonales y sujetos a una rigurosa disciplina y control: el barrio barroco de Zagreb y el barrio medieval de Dubrovnik se hallan entre los ejemplos urbanos más civilmente vividos de toda Europa. Pese a la fuerte presión migratoria posterior a la guerra, estos resultados fueron posibles vía “... control del uso del suelo y de los transportes, juntos a una política agresiva de resultados que los urbanistas occidentales se esfuerzan en obtener...”185 a través de proyectos cada vez más elaborados. Por ejemplo en Dalmacia, el orgullo cívico y el desarrollo turístico se han complementado admirablemente en la protección y la conservación, creciendo la participación del turismo exterior en la economía nacional. En Checoslovaquia, a partir de 1945, el término reserva urbana, análogo al de reserva natural, se hizo frecuente para denominar a los centros históricos. La recuperación de los valores funcionales, históricos, estéticos y ambientales es entendida del modo más amplio, desde detalles decorativos hasta las tipologías y perfiles de los núcleos antiguos. Este hecho se apoya en un soporte técnicocientífico considerable, en una Ley de Protección de Monumentos y Subvenciones. Además se contó con el apoyo de organismos, como el Instituto Nacional para la Reconstrucción de los Monumentos y de las Ciudades Históricas y otras instituciones regionales, donde se trabajó con un conjunto diverso de profesionales especialistas, tales como: arquitectos, historiadores de arte, urbanistas y restauradores, en tareas de búsqueda, análisis y proyección. Esta experiencia es muy importante, porque Checoslovaquia es el país europeo más prolífico en testimonios de historia urbana, caracterizada por un complejo patrimonio urbano, especialmente medieval, fuera de los centros mayores y una presencia considerable de edificaciones rurales, parques, castillos y monumentos de muy alto valor. Desde la década de 1950 la planificación urbana y territorial ha sido el instrumento matriz de todas las intervenciones posteriores, brindando una integración sectorial y metódica digna de ser resaltada. 62

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En Polonia y en el elocuente caso de la reconstrucción del centro histórico de Varsovia se manifiesta el ejemplo más polémico y controversial en materia de reconstrucción y salvaguarda de los conjuntos histórico-monumentales. Probablemente esta visión no sea aprobada por nuestra contemporaneidad, pero es digna revitalizadora del espíritu popular polaco. Así, en la posguerra se lleva a cabo una extraordinaria política de reconstrucción del patrimonio histórico urbano: “Se ha llegado a la conclusión final de reconstruir tal y como estaba el centro histórico antes de la guerra sobre la base de un estudio que incluía una relación pormenorizada de planos, calle por calle y casa por casa, como reconocimiento a la valentía indomable del pueblo polaco”.186 La realidad era que hacia 1945 Danzig y Varsovia se hallaban arrasadas: más del 80% de destrucción residencial. Se aborda seriamente el problema y la forma de llevar a cabo la reconstrucción: “Ante la posibilidad de un examen radical de la estructura territorial se contrapone la reconstrucción como eran y donde estaban, dejando inalterada la traza y reconstruyendo cuidadosamente las fachadas, pero interviniendo en el exterior de las zonas destruidas incluso con operaciones radicales de recomposición”.187 Esta colosal obra de reconstrucción enfatizó su labor en las partes antiguas del centro; incluso en la actual isla peatonal en que ha devenido se puede percibir la sensación de antigüedad, de tradición. Nuevamente es Italia el epicentro ideológico en lo relativo a la revisión de la teoría sobre intervenciones en patrimonio monumental. El conocido arquitecto italiano Aldo Rossi, en su obra más conocida “L´architettura della citta” formula una coherente critica al concepto de ambiente, desdeñando su superflua visión epidérmica. Además analiza “... los monumentos como elementos primarios de la estructura urbana y la constitución tipológica como base de sus agregados edilicios”.188 Rossi, brillante continuador de las ideas de su maestro Saverio Muratori, considera que el respeto a la ciudad deberá darse en términos del respeto de su estructura individualizada como hecho urbano y respecto al hecho edilicio, considera que el tipo entendido como estructura formal concreta de asentamiento, es un factor más determinante que los volúmenes o las alineaciones. Asimismo formula el concepto de locus entendido “... como definición de la individualidad de cada hecho urbano (...) esto es, como la consideración de unos modos constitutivos propios de cada ciudad,(...) entendidos asimismo como consideraciones físicas esenciales para su particular estructura”.189 Desde la Carta de Atenas de 1931, promovido por los expertos en conservación de monumentos, prácticamente sin vigencia, se tuvo que esperar hasta al Segundo Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos en Restauración de Monumentos, llevado a cabo en Venecia en 1964, convocado por el Gobierno de Italia y apoyado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), para elaborar un nuevo y trascendental documento denominado Carta Internacional sobre la Conservación y Restauración de los Monumentos y de los Sitios, que modifica y amplía el contenido de la Carta de Atenas. Conocida también como la Carta de Venecia, este documento 63

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que fue propuesto por los arquitectos Piero Gazzola y Roberto Pane y donde participaron también el arquitecto peruano Víctor Pimentel y el arquitecto mexicano Carlos Flores Marini, tuvo importancia en Latinoamérica para retomar el interés por la conservación de monumentos y áreas históricas. Hasta ese momento las escasas personas interesadas y defensoras de estos monumentos eran vistas como elementos retrógrados e involutivos. Gracias a este documento “la actitud conservacionista se amplía al considerar dentro de este criterio los sitios monumentales”,190 actitud que sigue siendo la de una expresión cuantitativa de monumentos y ambientes monumentales. Se introducen los conceptos de la restauración y conservación como disciplina científica y tecnológica, nace la ”restauración científica”. Su trascendencia radica en la introducción de “… la noción de contexto urbano en toda operación de restauración y conservación de monumentos, además de la creación de un organismo internacional no gubernamental para los monumentos y los sitios, considerándose eminentemente necesario para coordinar los esfuerzos internacionales para preservar el patrimonio monumental de la humanidad”.191 Esta intención se concreta en el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), el cual debe poseer sus equivalentes nacionales (Comités Nacionales), con sus reglamentos y estatutos propios. En los últimos tiempos, el patrimonio histórico edificado se halla en un claro proceso de enriquecimiento con nuevos “tesoros” mas y mejor valorizados y explotados. Así, la industria patrimonial, “… implantada en prácticas de vocación pedagógica y democrática no lucrativas, se puso en marcha originalmente a fondo perdido, con la perspectiva y la hipótesis del desarrollo y del turismo”.192 En la actualidad, dicha industria representa, directa o indirectamente, una parte creciente del presupuesto y de los ingresos de las naciones. Queda claro que para varios “… Estados… regiones o municipios, se ha convertido en sinónimo de supervivencia o de futuro económico. Por este motivo, la valorización del patrimonio histórico puede llegar a ser una importante empresa”.193 No obstante, también está demostrado que tal industria puede portar numerosos efectos secundarios y perversos. Así tenemos que el condicionamiento que aqueja al patrimonio urbano histórico “… para satisfacer los objetivos de su consumo cultural, así como su toma de posesión por parte del mercado inmobiliario de prestigio, tienden ambos a excluir los habitantes locales o a los no privilegiados y, con ellos, a sus actividades tradicionales y modestamente cotidianas”.194 Tenemos la paradoja que en vez de contribuir a la preservación de las diferencias locales y a frenar la banalización primaria de los entornos habitados la valorización de los centros antiguos tiende, a transformarse en medio de una segunda banalización. Estos efectos se suman a otros que empiezan a inquietar a los profesionales del patrrimonio. Así tenemos que las prácticas patrimoniales, “… ya sea como culto o ya sea como industria, están amenazadas de autodestrucción por el mismo éxito del que gozan: más precisamnente por el flujo desbordante e irresitible de visitantes del pasado”.195

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Igualmente es identificable en el escenario contemporáneo que la problemática de la restauración de monumentos arquitectónicos evoluciona a través del desarrollo de todos los elementos base de cualquier disciplina: “… la aplicación de las metodologías más adecuadas tanto para el conocimiento del monumento en sus distintos valores como de sus patologías, el control de las técnicas tradicionales y el manejo oportuno de las nuevas tecnologías y la naturaleza del proyecto de restauración, tanto en la adopción de los criterios, como en la resolución del uso sociocultural y funcional del edificio”.196 Asimismo, es identificable otro elemento estratégico y contemporáneo en la discusión del comienzo del siglo XXI lo constituye el conjunto de nuevos significados que han adoptado fundamentos o principios básicos de la comprensión de los componentes del bien arquitectónico a restaurar, tales como las ideas actuales —según las diferentes escuelas o posiciones o enfoques— como “… autenticidad, identidad, materia, forma, conservación, restauración y reutilización, entre otros quizá de menor trascendencia directa”.197 Como colofón habría que caer en cuenta la magnitud de la crisis, pero también del desafío, como así también lo expresa Francoise Choay: “La mondialisation de la sauvegarde du patrimoine historique présente a l’heure actuelle une valeur symptomatologique. Elle nous désigne une compétence génerique, la compétence d’édifier et d’habiter, en instance d’’etre perdue. Mais cette fonction anthropologique ne peut etre recoquise par simple accumulation conservatoire. Elle ne sera sauvée que si le patrimoine est investi par la mémoire vivante de nos societés techniciennes”.198 Es la posibilidad de (re)pensar el patrimonio desde nuestra contemporaneidad la única alternativa sostenible en el tiempo, a esta monumental gesta.

II. TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA RESTAURACIÓN MONUMENTAL EN EL PERÚ La investigación denominada RESTAURACIÓN EN LIMA: PASOS Y CONTRAPASOS que realicé cubre una importante exploración sobre el proceso históricoevolutivo de la Restauración de Monumentos en la provincia de Lima en el periodo comprendido entre los años 1920 y 1990. Este trabajo posee gran relevancia para obtener un enfoque más sistémico e integrador sobre la problemática del manejo y conservación de nuestras zonas urbano-monumentales, el cual considero acápite fundamental para el desarrollo de las ciudades latinoamericanas y particularmente en nuestro país, donde el patrimonio cultural representa una enorme ventaja comparativa. A partir de estas diferentes lecturas es que se pudieron identificar las siguientes conclusiones y hallazgos que si bien están concentrados en Lima, permiten reconstruir una primera imagen de la historia de la restauración de monumentos arquitectónicos en el Perú, al inferir sus características más estructurales. Estas son: – Lima mantuvo un rol protagónico alternado en el ámbito nacional con relación a otros centros regionales: Cusco en la década de 1950, Arequipa en

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la década de 1960, Trujillo y Cusco en los años 70 y finalmente Trujillo en la década de 1980.

Dicha situación resulta singular puesto que a diferencia de las demás actividades nacionales donde el megacentralismo limeño es la norma, en el campo de la restauración y conservación monumental Lima compartió alternadamente el rol protagónico con otros focos regionales en una frecuencia considerablemente mayor. Además, debo mencionar que “… las motivaciones y aproximaciones conceptualizadoras que eclosionaron dichos procesos periódicos en realidades del interior son diferentes: circunstancias naturales (desastres) y procesos reactivos en un primer momento: Cusco (década del 50), Arequipa (década de 1960) y Trujillo (década de 1970) y circunstancias culturales (programas turísticos – puesta en valor) y procesos propositivos en un segundo momento: Cusco (década del 70) y Trujillo (década de 1980)”.199

– Lima desarrolló un perfil formativo-administrativo muy evolucionado y diferenciado, resultando como contrapeso el caso del INC del Cusco.

Solo en el aspecto burocrático y de toma de decisiones el perfil de Lima resulto sobredimensionado con relación al de otras plazas nacionales. Ello estuvo enfatizado durante el gobierno de la Junta Militar —especialmente en su primera etapa— con su esquema de un Estado hipercentralista, en la cual la gestión de la Dra. Martha Hildebrandt al frente del flamante Instituto Nacional de Cultura (INC) se configuro verdaderamente fundamental por el énfasis especial que le dio a la conservación del patrimonio monumental y por convocar una serie de sinergias entre ella la de la Cooperación Internacional. Solo el caso especial del Cusco le aseguró algún tipo de presencia en la toma de decisiones y una relativa burocracia liderada por el INC cusqueño representó algún contrapeso

– Las épocas más importantes de desarrollo de la restauración de monumentos limeña fueron el escenario posterior al sismo del año 1940 (cuantitativamente) y el accionar de la Junta Deliberante Metropolitana en la década de 1960 (cualitativamente).

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Luego que el poderoso terremoto de 1940 (Magnitud 8,2 e Intensidad Máxima VII – VIII) afectara la infraestructura monumental de Lima se produjo -como reacción- una intensa campaña de “restauración”, en la cual se configuró el Arq. Emilio Harth Terré como “… el protagonista y actor principal por la cantidad y trascendencia de las obras intervenidas (destacan sus obras en monumentos religiosos virreinales). Dicho momento significó una verdadera eclosión para la restauración de monumentos de Lima ya que pudo capitalizar el importante universo de sinergias de dicha especial coyuntura”.200

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En términos de calidad el episodio llevado a cabo por la Junta Deliberante Metropolitana “… devino excepcional puesto que aparte del altísimo nivel profesional de sus integrantes y del enfoque multigeneracional aplicado, este trabajo se formuló de una manera sistemática, agrupando los monumentos por tipos, épocas y ubicaciones distritales, calificándolos mediante criterios…”201 como Clase (valor histórico-estético o de emplazamiento-entorno), Categoría (porcentaje o interés de conservación propuesto) y Calidad (valor según la calidad del conjunto y/o sus partes) que eran expresados por una Clave de Calificación. Otro importante criterio aplicado fue el novedoso sistema de “doble intangibilidad” que planteaba “… la imperativa e imprescindible necesidad de conservar integralmente ciertos monumentos que por sus características histórico-artísticas, calidades especiales y trascendencia urbanística excepcionales, aun a pesar de contravenir la planificación urbana vigente”.202 Dicha rebeldía planteaba pues una reformulación, pero bajo dichos “pies forzados monumentales”. Además representó también un monumental esfuerzo de concertación puesto que convoco la participación de una amplia base de instituciones relacionadas con la materia (21 instituciones entre municipalidades, universidades, colegios profesionales, institutos de investigación, institutos de planificación, asociaciones civiles, la Iglesia Católica y entidades del Gobierno Central. Excepcionalmente destaca el Foro de Urbanismo convocado por el Arq. Luis Miro Quesada quien concerta, identifica y formula importantes premisas de intervención en dichas zonas con compromiso monumental y vinculadas a la relación obra nueva-monumento. Lamentablemente el aporte y recomendaciones de la Junta Deliberante Metropolitana no tuvieron fuerza de ley y el trabajo quedo trunco e inconexo. - La restauración de monumentos en Lima estuvo formulada a través de procesos arbitrariamente diferenciados: por un lado la restauración de monumentos arqueológicos, y por el otro, la restauración de monumentos virreinales y republicanos, que no implicaron necesariamente una prolongación de la polémica entre indigenistas y prohispanistas.

Esta diferenciación se planteo no desde la esencia misma de la diversidad que ambos patrimonios representan, sino a un nivel operativo, de ejecución y posteriormente de especialización, ya que el carácter “muerto” o “vivo” —relacionado al uso vigente del monumento— definitivamente condiciona esta separación. Según mi investigación ello no representa —en este campo especifico— una prolongación natural de la confrontación relacionada estrechamente a la polémica ideológica esgrimida ya entre indigenistas y prohispanistas.

- El hecho relativo de una “cohabitación-interacción” de edificios virreinales y arqueológicos en Lima se convierte a la larga en un factor dinamizador para el desarrollo de una visión amplia de la restauración-preservación, resultando una ventaja comparativa con relación a otras realidades.

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Una realidad como la limeña, donde el patrimonio posee una riqueza y complejidad poco común, con manifestaciones testimoniales de origen milenario y continuo, condiciona definitivamente el desarrollo de una visión y una experienticia mas integral e integradora, pues define una cantidad y calidad de variables mucho mayor que a la larga redundan en una mejor performance de los recursos humanos comprometidos —en todos los niveles— tal como se dio en la practica.

- La polémica, el debate y la confrontación surgió para el caso limeño a través de maneras diferentes (arqueólogos, arquitectos), pero siempre con el mismo trasfondo: “Empíricos” versus “especialistas”.

Ya sea en estos estamentos o en otros (directrices, académicos, etc.) la confrontación profesional puede ser sintetizada en “… planteamientos surgidos por profesionales formados por la experiencia y otros formados a través de la especialización, lo cual determina casi una constante en el comportamiento de dichos profesionales con relación a la integración y/o critica del desempeño y aproximaciones de su compañeros y colegas hacia dicha especialidad”.203 Es objetivo mencionar también que dicha constante aún se mantiene, pero viene siendo menguada a favor del estamento mas especializado, ya que es comprensiblemente lógico que al existir un universo mayor y más completo de oportunidades de especialización la tendencia se haya desequilibrado hacia ese lado.

- La incursión de la AGRUPACIÓN ESPACIO hacia fines de la década de 1940 e inicios de los años cincuenta significo el inicio de una crisis en las generaciones de restauradores empíricos y que tuvo como colofón la aparición de la Carta de Venecia, en 1964.

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La Agrupación ESPACIO —que era un grupo de filiación modernista— asumió desde sus inicios una actitud extremadamente crítica contra el accionar del Arq. Emilio Harth–Terré que representaba una posición tradicional —demasiado conservadora par el gusto de los integrantes de ESPACIO— además de la figura estelar de las generaciones de profesionales empíricos. Ello lleva al inicio de una crisis que se vio acentuada con la formulación de la Carta de Venecia en 1964 y de las generaciones de restauradores especialistas. Aquí resulta muy importante identificar “… el fundamental rol que le correspondió actuar al Arq. Víctor Pimentel quien fue uno de los dos únicos profesionales latinoamericanos que participaron en el II Congreso Internacional de Arquitectos y de Técnicos en Monumentos Históricos celebrado en Venecia, asumiendo un rol especialmente importante y hecho manifiesto en sus aportes en la formulación del contenido de dicha documento y posteriormente como funcionario nacional e internacional del Icomos —organismo consultor de la Unesco en temas vinculados a la conservación del patrimonio monumental— además de su radical labor defensora ante los excesos generalizados de las intervenciones de su época”.204

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- El proceso limeño devino estructuralmente inorgánico, no institucional y bastante individualizado entendido como un producto de las iniciativas de ciertos personajes en diversas coyunturas (Velarde, Harth-Terré, Pimentel, Correa).

Esta comprobación de un viejo mal nacional determina una de las importantes características de este proceso histórico: el carácter individualizado y no institucional de gran parte de las experiencias logradas. Asi el proceso no fue fruto de una continuidad, sino todo lo contrario, inorgánico, inconstante y especialmente formulado a través de episodios personales en circunstancias particulares: Harth – Terré (sismo 1940), Pimentel (Carta de Venecia), Correa (INC – 70´s).

- En el balance final debe establecerse la inexistencia histórica de una política de restauración, que oriente el proceso peruano y en particular en la provincia de Lima.

Es objetivo plantear esta aseveración, ya que la existencia o inexistencia —este lamentablemente es el caso— de una política de restauración entendida como esfuerzo de concertación y gestión, formulada desde los estamentos directrices e internalizada y operativizada orgánicamente en los demás estamentos comprometidos condiciona definitivamente el desarrollo de cualquier proceso local o regional, afirmando su carácter orgánico o inorgánico con relación a la trascendencia de los esfuerzos. Es un problema constante a resolver y como tal una tarea mayúscula que emprender, probablemente apuntalada por una efectiva y mas comprometida labor del estamento académico que debe desde su ámbito especifico, proponer constantemente alternativas creativas y coherentes con nuestra realidad

- No existe definido un perfil ocupacional del restaurador, consecuencia de la ausencia de dichas directrices, tanto —y principalmente— en el caso del Estado como en el caso particular de las Escuelas de Formación, tal es el caso de las universidades.

La deuda que deben asumir las universidades y —me incluyo en la critica— es que ante una realidad caracterizada por ese caos y vacío que no terminaba de madurar un esfuerzo concertado y racional, la Universidad como institución debió haber asumido un rol mucho más activo, mas protagónico, mas propositivo y liderar un proceso de cambio —configurándose en un importante agente de él— de la redefinición del devenir histórico de este campo profesional-cultural, buscando su relanzamiento y pertinente reinserción en el mundo de la realidad nacional.

- No existe una base de datos organizada, sobre el proceso evolutivo de la restauración en la provincia de Lima, lo que plantea la paradoja de la ausencia de memoria y la debilidad de su conciencia histórica enfatizada por el tipo de formación educativa existente. 69

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Resulta sumamente singular y casi sintomáticamente kafkiano que un espectro profesional tan especializado como el de los restauradores monumentales —cuya misión principal consiste en preservar parte importante de la memoria colectiva y la identidad— “… no haya podido desarrollar o sistematizar la visión sobre sí mismos y sobre su proceso configurándose para sí mismos una visión etérea y prácticamente inexistente de su propia conciencia histórica colectiva”.205

Finalmente y como colofón de este conjunto de conclusiones y hallazgos es posible establecerse un planteamiento de periodificación de la restauración de monumentos en Lima, para el periodo estudiado:

PRIMER MOMENTO DE LA RESTAURACIÓN DE MONUMENTOS EN LIMA (1920-1964) Características Principales – Capacitación en función de la experiencia, mediante la técnica de aproximaciones sucesivas o de ensayo y error. – Aproximación a la restauración monumental por medios empíricos, pragmáticos y academicistas, ya que la especialización no existió, basando su accionar en el conocimiento de la tecnología artesanal y de los estilos y órdenes, pero sin mayor conciencia histórica de sus intervenciones. – Realización de restauraciones no propiamente dichas, sino que las mixtificaban: restauración —reconstrucción, restauración— remodelación, etc. – Dicha situación es entendible si es que no lo sacamos de su contexto y de su tiempo, porque utilizaban todos los elementos tecnológicos e ideológicos que disponían, aunque es también cierto por contraparte que si esquemáticamente formulásemos evaluaciones al respecto desde una perspectiva contemporánea de la conservación del patrimonio dichas intervenciones podrían ser discutidas en sus métodos y prerrogativas.206 Debido a este factor formativo es posible establecer una diferenciación generacional realizada a partir del grado de filiación formativa que tenían (extranjero, nacional). Así tenemos dos grupos generacionales: – 1ª Generación Profesional (Formación en el extranjero) – 2ª Generación Profesional (Formación nacional)

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• 1ª GENERACIÓN PROFESIONAL (FORMACIÓN EN EL EXTRANJERO)

Claude Sahut, Ricardo de Jaxa Malachowski, Rafael Marquina, Héctor Velarde, Jorge C. Muelle, Julio C. Tello, Alberto Giesecke.

• 2ª GENERACIÓN PROFESIONAL (FORMACIÓN NACIONAL)

Emilio Harth Terré, Alejandro Alva, Alfonso Estremadoyro, Eduardo Velaochaga y Arturo Jiménez Borja.

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Principales intervenciones del periodo Museo Bolivariano, por Claude Sahut (1931). Fachada del Teatro Municipal, por Ricardo de Jaxa Malachowsky (1937). Palacio Municipal de Lima, por Emilio Harth Terré (1939-1940). Instituto Riva Agüero, por Héctor Velarde (1940). Iglesia de la Merced, por Emilio Harth Terré (1940). Iglesia de Santo Domingo, por Emilio Harth Terré (1940). Pachacámac, por Julio C. Tello (1940-1942). Catedral de Lima, por Emilio Harth Terré (1941). Iglesia del Cercado, por Alejandro Alva (1942). Iglesia de San Pedro, por Héctor Velarde (1944). Casa de la Riva, por Rafael Marquina (1948-1955). Puruchuco, por Arturo Jiménez Borja (1953-1961).207

SEGUNDO MOMENTO DE LA RESTAURACIÓN DE MONUMENTOS EN LIMA (1964-1990) Características Principales – Capacitación en función de la especialización, mediante un estudio sistemático y específico de historia, arte, tecnología, y arqueología. – Aproximación metódico-científica de su perfil profesional, incorporando a su accionar una mayor conciencia histórica de sus intervenciones además de una mayor base ideológica –especialmente la Carta de Venecia- casi inexistente anteriormente.208 Debido a este factor formativo es posible establecer una diferenciación generacional realizada a partir del tipo de perfil profesional con el que contaban ante la sociedad y el mercado que tenían (ortodoxa, heterodoxa). Así tenemos 2 grupos generacionales: – 1ª Generación Profesional (Perfil más ortodoxo) – 2ª Generación Profesional (Perfil más heterodoxo)

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

• 1ª GENERACIÓN PROFESIONAL (PERFIL MÁS ORTODOXO)

Víctor Pimentel Gurmendi, Manuel Ganoza, Alberto Barreto, Cossi Salas, Alberto Bueno, Frederic Engel.

• 2ª GENERACIÓN PROFESIONAL (PERFIL MÁS HETERODOXO)

José Correa, Ramiro Salas, Jorge Cosmópolis, José García Bryce, Frederick Cooper, Bertha Estela, José Gálvez, Rosa Fung y Humberto Ghersi Barrera.

– – – – – –

Principales intervenciones del periodo El Paraíso, por Frederic Engel en (1965-1966). Huallamarca, por Arturo Jiménez Borja (1965). Huaca del Parque Zonal Túpac Amaru, por Cossi Salas y Casafranca (1969). Huaca Santa Catalina, por Humberto Ghersi Barrera (1970-1975). Huaca del Parque de las Leyendas, por Cossi Salas (1972). Conjunto Monumental de San Francisco, por Víctor Pimentel y Humberto Rodríguez Camiloni (1974 -1975). Casa de Osambela, por Víctor Pimentel y José Niño (1981-1984). Casa Jiménez, por José Correa y José Gálvez (1985). Quinta de Presa, por Bertha Estela y Juan Luis Birimisa (1985). Casa de Ejercicios Espirituales de la Orden Franciscana Seglar de Lima, por Víctor Pimentel (1987).209

– – – –

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José Carlos Hayakawa Casas

NOTAS HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 49.

124

FELIU, Joan: Patrimonio Cultural. Gestión y recursos turísticos, Castellón de la Plana, Publicaciones de la Universidad Jaume I, 1998, p. 34

125

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., pp. 5051.

126

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 51.

127

DÍAZ, Carlos: Historia y principios de la restauración, Documento inédito, Lima, 1993, p.1.

128

Loc. Cit.

129

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 53.

130

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración, Madrid, Alianza Editorial, 1992, p. 17.

131

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 53.

132

MAJLUF, Natalia: Escultura y espacio público. Lima, 1850 – 1879, Lima, IEP ediciones, 1994, Documento de trabajo 67. Serie de Historia del Arte, p. 15.

133

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 18.

134

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., pp. 5455.

135

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 18.

136

Loc. Cit.

137

LE-DUC, Viollet, Apud. CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 18

138

LE-DUC, Viollet, Apud. CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Lima, Instituto General de Investigación – Instituto de Investigaciones de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería, 1992, p. 16.

139

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 56.

140

Loc. Cit.

141

LE-DUC, Viollet, Apud. CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Lima, Instituto General de Investigación – Instituto de Investigaciones de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería, 1992, p. 16.

142

73

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 57.

143

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 19.

144

Ibid. p. 20.

145

DIDON, Francois Apud. CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 18

146

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 58.

147

DIDON, Francois Apud. CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 18

148

RUSKIN, John, Apud. CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 16.

149

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 59.

150

RUSKIN, John, Apud. CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 16.

151

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 24.

152

Ibid. p. 25.

153

RUSKIN, John, Apud. CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 24.

154

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 60.

155

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 31.

156

BOITO, Camilo, Apud. CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 17.

157

BOITO, Camilo, CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 32.

158

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 61.

159

Ibid. p. 62.

160

CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 17.

161

BOITO, Camilo, CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 34.

162

Loc. Cit.

163

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 63.

164

74

José Carlos Hayakawa Casas

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 39.

165

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 64.

166

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 39.

167

GIOVANNONI, Gustavo, Apud. DIAZ, Carlos: Historia y principios de la restauración, Op. Cit., p. 4.

168

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos. Op. Cit., p. 65.

169

Loc. Cit.

170

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. pp. 40-41.

171

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 66.

172

CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 11.

173

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit.. p. 67.

174

VÁSQUEZ, Alberto, MADRID, Luis y ACHA, Juan Carlos: Recuperación del Patrimonio histórico de Barranco, Lima, Tesis de grado, Facultad de Arquitectura y Urbanismo – Universidad Ricardo Palma, 2000, p. 5.

175

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 68.

176

VÁSQUEZ, Alberto, MADRID, Luis y ACHA, Juan Carlos: Recuperación del Patrimonio histórico de Barranco, Op. Cit., p. 5.

177

Loc. Cit.

178

Loc. Cit.

179

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 70.

180

Loc. Cit.

181

Loc. Cit.

182

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 43.

183

CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 18.

184

Loc. Cit..

185

DÍAZ, Carlos: Historia y principios de la restauración, Op.Cit., p.5.

186

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 74.

187

75

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

CAPITEL, Antón: Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración: Op. Cit. p. 44.

188

Ibid. p. 45.

189

CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 11.

190

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos, Op. Cit., p. 46.

191

CHOAY, Françoise: La alegoría del patrimonio, Barcelona, Editorial Gustavo Gili S.A. 2007, p. 206.

192

Loc. Cit.

193

Loc. Cit.

194

Ibid. p. 207.

195

RIVERA, Javier: De varia restauratione. Teoría e historia de la restauración arquitectónica, Valladolid, RyR Restauración y Rehabilitación, 2001, pp. 178-179.

196

Ibid. p. 179.

197

CHOAY, Françoise: Pour une anthropologie de l’espace, Paris, Éditions du Seuil, 2006, p. 278.

198

HAYAKAWA, José: Restauración en Lima. Pasos y contrapasos., Op. Cit. p. 25.

199

Ibid. p. 26.

200

Loc. Cit.

201

Loc. Cit

202

Ibid. p. 27.

203

Ibid. p. 28-29.

204

Ibid. p. 30.

205

Ibid. pp. 30-31.

206

Ibid. p. 31.

207

Ibid. pp. 31-32.

208

Ibid. p. 32.

209

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Arq. Alejandro Alva Manfredi Fuente: Fototeca personal Arq. Alejandro Alva, 2000

Arq. Víctor Pimentel Gurmendi Fuente: Fototeca personal Arq. Víctor Pimentel, 2000

Dr. Arturo Jiménez Borja Fuente: El Comercio 22/01, 2000

Arq. José Correa Orbegoso Fuente: Fototeca personal Arq. José Correa, 2000

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

La Merced: Fachada (1920) Fuente: El Arquitecto Peruano Nº 39, 1940.

La Merced: Dibujo (1856) Fuente: El Arquitecto Peruano Nº 39, 1940. 78

José Carlos Hayakawa Casas

La Merced: Fachada posrestauración Fuente: El Arquitecto Peruano Nº 39, 1940.

La Merced: Imafronte posrestauración Fuente: El Arquitecto Peruano Nº 39, 1940. 79

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Jiménez: Refuerzos estructurales de concreto armado Fuente: Fototeca Personal Arq. José Correa, 2000.

Jiménez: Restauración de vigas Fuente: Fototeca Personal Arq. José Correa, 2000. 80

José Carlos Hayakawa Casas

JIMÉNEZ: Panorámica del conjunto posrestauración desde el Jr. de la unión Fuente: Fototeca Personal Arq. José Correa, 2000.

JIMENEZ: Conjunto recientemente restaurado Fuente: Fototeca Personal Arq. José Correa, 2000. 81

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

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Capítulo III

Restauración y patrimonio monumental edificado: un(os) escenario(s) de intervención I. RELEVAMIENTO MONUMENTAL: ESTRATEGIAS DE REGISTRO E INVESTIGACIÓN PATRIMONIAL En el ámbito nacional en general y en el caso de Lima específicamente, se ha acrecentado, sobretodo en los últimos años, la preocupación por efectuar diversos tipos de registro y data sistemática y organizada acerca de nuestro patrimonio. Ahora, es importante mencionar que en el pasado se sucedieron algunas iniciativas de carácter evidentemente aislado —y por ello heroico— sobretodo en el caso del Cusco posterremoto de 1950 y luego por el Touring Club cusqueño. En el caso de Lima el panorama empieza a cambiar cuando en la década de 1950 “... el Consejo Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos Históricos y Artísticos también comenzó un inventario de las obras coloniales de la capital. Pero todos esos intentos tempranos se realizaron en condiciones precarias, sin personal competente y, en consecuencia fueron intentos fallidos...”.210 Es hacia la década de 1960 en que surgen trabajos más sistemáticos y científicos que empezarían a marcar la pauta por su calidad, magnitud y trascendencia sobre el tema en cuestión. En la elaboración de un Registro inventario como instrumento documental que coadyuva la preservación de los bienes culturales patrimoniales existen diferentes niveles de complejidad de trabajo que son: • El registro.- Que solo constituye un enlistado con la correspondiente anotación de datos básicos, tales como nombre de monumento, tipo, ubicación y fecha de registro. • El Inventario.- Enlista todos los bienes de uno o más tipos que pertenecen a un área geográfica o lugar específico, con referencia a una determinada fecha. (Es de corte transversal en el tiempo).

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

• La Catalogación.- Implica una selección y anotación de todos los bienes culturales existentes en un territorio predeterminado, en función de características correspondientes a criterios seleccionados por tipo y clase es decir una “clasificación”, dichos criterios pueden ser: tipología, data, valoración patrimonial, características ancestrales, entre otros. • El Catastro.- Implica una labor integral que registra e inventaría todos los bienes patrimoniales con la respectiva anotación de todos sus datos generales y específicos, vinculándolos al territorio donde se ubican y emplazan. Proporciona información tanto individual como de conjunto, datos estadísticos y gráficos con imágenes”.211 En el marco de comprensión del registro patrimonial es necesario remarcar que el inventario resulta “… uno de los instrumentos fundamentales que apoyan las políticas de protección y conservación del patrimonio cultural…”.212 De hecho, no resulta factible acometer una gestión del patrimonio edificado, sin contar con este instrumento CLAVE cuya misión consustancial es permitir el conocimiento “… de la magnitud, características específicas y estado situacional del conjunto de bienes inmuebles que son objeto de salvaguardia por parte de la sociedad y las instancias pertinentes”.213 En virtud a la importancia y urgencia de contar con inventarios efectivos por parte de los gobiernos, en distintos congresos internacionales se invoca constante y firmemente que para este efecto se logren destinar recursos técnicos, humanos y financieros suficientes para la identificación, registro, valoración y difusión del patrimonio de cada sitio. En el marco de preceptos cada vez más desarrollados respecto a la conservación del patrimonio edificado es que se acude “… al apoyo de las tecnologías y los medios de comunicación para conseguir a través de las acciones de inventario conformar sistemas de información patrimonial, como un instrumento de gestión puesto al servicio de las comunidades”.214 Así resulta necesario considerar los centros históricos y los poblados de interés patrimonial —entre otros objetos patrimoniales— como parte activa de los sistemas urbanos contemporáneos. Por ende, resulta clave incorporarlos en los planes de desarrollo económico y social, así como en los demás niveles de planeación nacional, regional y urbana, lo cual demanda del trabajo coordinado de las entidades de cultura y las autoridades de las referidas instancias nacional, regional y local. La acción de inventario constituye entonces una labor que compromete una esforzada labor de especialistas y técnicos de diversas disciplinas, la cual por su propia naturaleza se constituye en un proceso que requiere de mucho tiempo, y que por lo tanto debe ser ejecutado con extrema rigurosidad en todos sus procedimientos, acudiendo al uso de instrumentos metodológicos eficaces y efectivos.

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Finalmente, los inventarios “…no pueden ser acciones aisladas, sino que deben de constituir bases de datos que permitan conformar sistemas universales de información, considerando que por su naturaleza, el patrimonio cultural de los pueblos se extiende a la humanidad en su conjunto”.215 Para realizar un registro–inventario solo es necesario contar con los instrumentos básicos, tales como: “… ficha de toma de datos en campo y la lista correspondiente tipografiada o elaborada con un procesador de textos; puede ser realizada por personal técnico no muy calificado”.216 Para realizar una catalogación es necesario contar con “… personal calificado con la pericia suficiente para reconocer los bienes, sus características y valoración por simple inspección, para realizar la clasificación y calificación de los bienes cultuales y atribuirles una valoración por aproximación subjetiva basada en la experiencia. Los instrumentos necesarios serán, una cámara fotográfica, la ficha de recojo de datos en campo y una cinta métrica…”,217 además de los diagramas o apuntes de campo. Es un trabajo de mediana complejidad y costo, pero que no aporta la integridad de datos de un monumento ni los datos del integro de los monumentos y mucho menos de su entorno circundante. El Catastro proporciona un registro inventario integral y detallado que otorga precisión de la totalidad de elementos emplazados en un determinado área. “Tiene mayor complejidad y todos los datos son levantados de manera individual, pudiendo constituirse en partes componentes de documentos temáticos que brinden información seleccionada y clasificada. (mapas temáticos; ej. Uso de suelos, densidad urbana, valoración patrimonial, datación, vocación comercial o turística, tejido urbano, etc.). Para su elaboración se utilizan equipos de precisión…”,218 tales como: la estación total, ordenadores, software GIS, GPS, scanners 3D, cámaras digitales, fotos satelitales, equipos de dibujo, impresión y medición (distanciómetro, cinta métrica). Es posible identificar que la problemática del Proceso de Registro del Patrimonio Cultural, es un tema que involucra varios aspectos que tienen que ver con: “… el nivel de conocimiento, empoderamiento de los monumentos y bienes Patrimoniales por parte de una determinada sociedad o comunidad, las cualificaciones profesionales y el conocimiento de las herramientas que facilitan esta complicada labor”.219 La responsabilidad del registro e inventario de los bienes patrimoniales culturales inmuebles está a cargo del “… Instituto Nacional de Cultura, que cuenta con una Subdirección de Registro y de acuerdo a la Ley de Creación del Ministerio de Cultura, estará a cargo de esta instancia de gobierno, conforme lo dispone el artículo 6º, inciso i, de dicha Ley. Sin embargo, los gobiernos locales también son responsables de tal acción, conforme lo manda el art. 82 de la Ley Orgánica de Municipalidades Nº 27972, lo cual que no se cumple en la generalidad de los casos”.220 85

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Lamentable e históricamente, el INC no ha logrado disponer de los recursos humanos, materiales y presupuestarios suficientes para emprender exitosamente esta labor, limitándose a quedar reducido a una instancia burocrática que de manera no planificada y con limitados medios pretende cumplir con este cometido, poniendo énfasis en los últimos años al desarrollo de Planes Maestros, en diversos ámbitos, como forma de apoyo a los gobiernos locales. Sin embargo, “…una vez puestos en marcha dichos planes, se desarrollan someros registros que aparentemente sustituyen el compromiso de ejecutar los inventarios pertinentes”.221 La institución tutelar no se ha preocupado por normar el procedimiento de los inventarios. Es notable la ausencia de manuales, modelos, uso de software adecuado, terminología para el uso de un lenguaje común, así como metodologías de registro e inventario. En el caso de Cusco, es sorprendente que se acuda a una ficha elaborada en hoja de cálculo de Excel, con la cual no es posible de operar en un sistema de base de datos. Hoy en día, los inventarios son informatizados y se aplican bases de datos haciendo uso de programas como el FilleMaker Pro, el mismo que el INC nacional lo recomienda, sin embargo la Unesco tiene a disposición el WinIsis y sus manuales correspondientes para el desarrollo de los inventarios del patrimonio cultural de los países. Como caso puntual es preciso mencionar que la Municipalidad de Cusco “… ha emprendido el proyecto de inventario del patrimonio cultural edificado, el mismo que se desarrolla de manera autónoma, sin coordinación alguna con el Instituto Nacional de Cultura y al margen de las pautas internacionales que orientan su elaboración. Este inventario posee un sesgo cuantitativo dejando de lado importantes aspectos cualitativos que constituyen información necesaria en todo inventario. El resultado de este esfuerzo devendrá en desarrollar imagen global ajena a toda especificidad”.222 Un problema no resuelto hasta el presente constituye las competencias concurrentes respecto del patrimonio, por parte de distintas instancias de gobierno, Instituto Nacional de Cultura y gobiernos locales, entre otros, las mismas que abordan su compromiso con criterios divergentes y con poca convergencia entre sí. En este marco, no es posible llevar adelante una empresa coherente de inventario del patrimonio cultural inmueble. Así tenemos que “Cada proyecto de inventario y registro ejecutado en el país, en distintos momentos temporales, ha creado instrumentos y metodologías propias, cuyos resultados eran incompatibles con los resultados obtenidos anterior y posteriormente. Tampoco se ha establecido alternativa alguna que permita sumar esfuerzos anteriores validando algunos contenidos invariables de labores anteriores”.223 Por otra parte, estas acciones aisladas de inventario recaen muchas veces en solapamientos, copias y repeticiones innecesarias de esfuerzos anteriores, que contravienen con los exiguos recursos financieros destinados para esta labor. El ingente patrimonio cultural edificado del país requiere contar con decisiones comprometidas de parte del gobierno y sus instancias responsables de su salvaguardia, manifiesta en recursos y normas eficaces que posibiliten el logro de este 86

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cometido. Distintas gestiones han puesto diversos grados de interés en la realización de inventarios, los mismos que varían de acuerdo con los criterios políticos e ideológicos de los responsables de las instituciones encargadas de su realización. Como se desarrollan los inventarios, la mala gestión de la documentación e información generada ha hecho que fuera más fácil y práctico iniciar cada nuevo proyecto de catalogación desde cero, que validar y continuar los resultados del anterior, cuya documentación se encontraba repartida por los diferentes centros de la administración. De la misma manera, “… los criterios de valoración del patrimonio edificado han variado en distintos momentos, aun en el presente, poca es la importancia que se le otorga al patrimonio industrial y de la época republicana por parte de las instancias de gobierno. Por otra parte, en algunos casos, por privilegiar intereses económicos, se subvalora o ignora cierto tipo de patrimonio inmueble”.224 El concepto de patrimonio cultural anteriormente muy restrictivo y relativo siempre a criterios de valor monumental, artístico, ha dejado fuera de los catálogos a obras relacionadas con actividades de índole cultural que en el momento actual sí se hubieran recogidos. Un error común consiste en “… considerar las actividades de registro e inventario como fin en sí mismas y no como base para la planificación de futuras acciones de mantenimiento y conservación de los bienes que contenían”.225 Las actividades de registro e inventario del patrimonio cultural inmueble deben de estar orientadas a conformar instrumentos para acciones de planificación y gestión del patrimonio. Su integración permite la validación y responsabilidad de su ejecución. Otro error común consiste en “… el registro e inventario de bienes inmuebles como labor aislada e independiente, sin relación con el entorno, el contexto y el territorio, manifiesta en la materialización de fichas individuales, que dan una visión inconexa y sin relación con los demás bienes. Conocemos que la incorporación de los GIS y de los catálogos permite la georeferenciación de los bienes y su localización en un área geográfica determinada”.226 Recapitulando, los problemas que se afrontan actualmente son: • “El deficiente manejo de los centro históricos que son vulnerados en distintos grados:

– En su arquitectura,



– En el cambio de uso de las edificaciones y espacios públicos.



– Cambio de la dinámica social tradicional que le daba sentido desde un punto de vista antropológico.

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado



– Pérdida de la dinámica comercial ancestral en los espacios públicos.



– Posicionamiento de población no autóctona que desplaza a la residente e implementa servicios terciarios.

• El obsoleto registro-inventario que no proporciona datos fidedignos ni actualizados, lo que impide las actuaciones técnicas y legales de protección de los monumentos. • La pérdida de patrimonio cultural tanto mueble como inmueble por el comercio ilegal, el mismo que se ve facilitado por la proliferación de copias y reproducciones que se confunden con los originales no registrados”.227 Hoy en día “… no es posible encerrar en una ficha tradicional la información de un inventario del patrimonio cultural inmueble, que contenga la identificación, descripción, localización, análisis, conservación, gestión, documentación, etc”.228 Así como el conjunto de imágenes y cartografía, así como los componentes contenidos en la arquitectura, los modos de vida y otros, cuyo registro acude a filmaciones, grabaciones y otros. En esta materia no se ha avanzado lamentablemente en el país. Finalmente, “… la limitación de recursos epistemológicos de interpretación hace que la labor de registro e inventario del patrimonio cultural inmueble se constituya en una acción de valor cuestionable, sin rigor académico y científico, al cual no se le está prestando la importancia que requiere”.229 En referencia al contenido de los inventarios, es preciso que los mismos “… asuman las nuevas tendencias en la identificación y conservación del patrimonio, como el uso de un lenguaje común, tecnología y métodos analíticos, la incorporación de variables tecnoambientales y disciplinares”.230 La labor de inventario no corresponde a una determinada especialidad de profesionales, sino que muy por el contrario, convoca a historiadores, arqueólogos, ingenieros, biólogos, arquitectos, sociólogos, antropólogos, médicos, especialistas en derecho urbano, entre otros. La exigencia fundamental de un inventario es que “… los criterios de estudio y análisis utilizados para su elaboración deben ser académicos, y los de valoración explícitos y contrastables. En lo que respecta al patrimonio edificado los criterios de valoración deben ponderar sobre todo la calidad proyectual y constructiva, la representatividad tipológica o singularidad inventiva, la antigüedad absoluta y relativa en cuanto a tipología o técnica, el estado de conservación o integridad de sus rasgos de identidad cultura y tipológica, y la significación histórica”.231 Estos criterios de valoración son los que, a diferente escala, el Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco denomina “pruebas de autenticidad” y su aplicación correcta debe proporcionar los recursos conceptuales que orienten de forma objetiva las decisiones relativas a la protección, la restauración y la valorización social del objeto patrimonial. La ampliación 88

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del concepto de patrimonio ha llegado en nuestros días a valorar como patrimonio el territorio, actualmente percibido como “construcción cultural” del hombre a lo largo de los siglos. El territorio actual es fruto de esa interacción histórica del hombre con el medio y como tal, no solo es soporte de actividades humanas y del patrimonio resultante de las mismas, sino que él mismo es reflejo de esas actividades humanas y por lo tanto objeto de estudio, catalogación, protección y preservación, en su caso. Es quizá en este territorio donde se puede reclamar una mayor implicación de los centros de investigación en el registro e inventario del patrimonio cultural edificado. Los centros universitarios más especializados en el estudio del territorio deben implicarse con las instituciones que gestionan el patrimonio territorial para lograr esos avances necesarios para una mejor tutela del patrimonio. En el desarrollo de un sistema de información del patrimonio cultural es conveniente “… ir a la implantación de un sistema de mínimos para garantizar la coherencia de los intercambios entre distintos nodos o productores de información. El sistema de mínimos está basado en la implantación de estándares y directrices sobre documentación del patrimonio cultural”.232 La incorporación del contexto y el paisaje en las labores de registro e inventario del patrimonio cultural inmueble, constituye una base importante a ser tomada en cuenta, lo cual permite la caracterización cultural de los ámbitos paisajísticos identificados de un territorio y el logro de su conocimiento y valoración con objeto de realizar propuestas de gestión, de conservación y de puesta en valor de los mismos. Se propone que la metodología de catalogación debe contener el análisis del patrimonio en su contexto territorial que contempla en primer lugar la elección de la escala territorial del análisis. La escala de estudio es algo a decidir y entra en uno de los tres parámetros clásicos de acotación de criterios del registro e inventario: “… el tipológico, el cronológico y el geográfico, que coincida con ámbitos claramente definidos bien por aspectos históricos, socioeconómicos, naturales y otros”.233 Es preciso considerar la recomendación R(95)3 del Consejo de Europa para la coordinación en los métodos de documentación y sistemas descriptivos para edificios históricos y monumentos del patrimonio arquitectónico. La participación de disciplinas diversas en el registro e inventario del patrimonio cultural edificado, la automatización de los datos, etc., exigen hoy día un control terminológico tanto para la codificación de datos, como para la recuperación de los mismos. Por ello es bastante recomendable “… el uso de un lenguaje documental que establezca el control terminológico en los sistemas de catalogación. Para la Unesco, un tesauro se concibe como una herramienta de control terminológico utilizada para traducir a un lenguaje más restringido el lenguaje natural usado en los documentos y utilizado por los usuarios. Por su estructura el tes89

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auro es un vocabulario controlado y dinámico de términos que guardan entre sí relaciones semánticas y genéricas y que se aplica a un campo específico del conocimiento”.234 Un ejemplo relevante es el constituido por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, “… respecto principalmente a su Sistema de Información del Patrimonio Histórico que busca integrar todos los datos sobre patrimonio mediante el uso de un lenguaje común normalizado: el Tesauro del Patrimonio Histórico; que busca la unificación de todas las bases de datos, no solo para lograr una catalogación, sino para incentivar el inicio de procesos de investigación”.235 Otro aspecto importante en el manejo del IAPH, es la “… formación en Bienes Culturales; en la búsqueda de profesionales que sean consientes del patrimonio como una totalidad, principalmente como un recurso educativo, como medio de creación, contenedor de valores sociales y económicos”.236 Todas estas características nos acercan al concepto de “sistema”, como conjunto de elementos que trabajan sinérgicamente con un objetivo común. Lo cual supone rediseñar los procesos actuales, los mecanismos, las herramientas y las mentalidades, implantar un nuevo modelo, con un proyecto que planifique las distintas acciones a acometer para su puesta en marcha. Esto lleva implícito la “gestión de un cambio”; un cambio en los conceptos, en los modos y en las formas. Se debe considerar que a través de estas labores es necesario “… participar activamente en la formación de una Red Regional de Intercambio de Información Patrimonial orientada en primera instancia al patrimonio arqueológico, urbano y arquitectónico, para continuar con las demás manifestaciones del patrimonio tangible e intangible, que contribuya a la integración cultural de los países de la región”.237 La necesidad de contar con metodologías previas, lenguaje común, criterios de interpretación y valoración comunes, desde las distintas disciplinas que intervienen en la elaboración de los registros e inventarios, ha de constituir garantía para la correcta ejecución de los mismos y su integración con este tipo de labor desarrollada en otros ámbitos. El territorio, el paisaje, la integración con la gestión, la instrumentación de los procesos de planeación, la aplicación de los continuos avances e innovación tecnológica marcan nuevos rumbos en la trayectoria actual de la catalogación. Respecto a este tema, la importancia radica en la socialización de la información y la actualización profesional en todos los campos. Al respecto, son importantes los aportes que se dieron con el mismo manejo del IAPH, al igual que el Tokyo Institute of Technology, la que inicia su labor con la indispensable formación de un comité interinstitucional. El TIT “… generó durante los primeros años del 90

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siglo XXI, una serie de programas de conservación como “The Man and Biosphere” (MAB program) acogiendo el programa mayor del mismo nombre de la UNESCO. Entre otros, sus procesos incluyen la información documental, entrevistas a población local, encuestas, discusiones y lluvia de ideas y trabajos de registro propiamente dichos”.238 Por otro lado, vale la pena resaltar la creación de las Tiendas de Conocimiento o “telecentros comunales multipropósitos” (MCT), que son “… centros bien equipados que proveen información y que pueden presentar algunas facilidades como la posibilidad de generar investigación fundada en sus archivos, incentivan la reutilización de arquitectura restaurada, promueven la formación de centros de información turística y generan la necesidad de constituir a su infraestructura en lugares de preservación y protección, tanto de su patrimonio como de su paisaje”.239 El MAB se constituye en una institución estratégica para el registro patrimonial. Finalmente, otro son los registros de patrimonio, como la “Historia Sumergida”; desde la perspectiva andaluza es el CAS (Centro de Arqueología Subacuática) el “… encargado de identificar el patrimonio subacuático, generar y actualizar sus bases de datos, realizar labores de seguimiento, análisis y valoración de los elementos registrados, elaborar cartas de riesgos, mejorar los sistemas de protección, proponer temas de investigación y asesorar con otras entidades”.240

II. PATOLOGÍAS DE LA EDIFICACIÓN MONUMENTAL, DETERIORO URBANO, CENTROS HISTÓRICOS y patrimonio edificado Está referido al desgaste que sufren las estructuras monumentales debido a varias causas, que sin embargo pueden ser clasificadas en dos categorías: causas intrínsecas y causas extrínsecas.241

Causas intrínsecas Están referidas a deficiencias originadas en el mismo objeto monumental, endógenas; es decir, a sus propias debilidades, sin la intervención de agente agresor externo alguno. Estas pueden ser: deficiencias de proyecto, deficiencias de ejecución y deficiencias en los materiales. Su accionar es lento y progresivo.

Causas extrínsecas Comprenden a todo tipo de agente agresor externo, exógeno al objeto monumental, y como tal y según su origen pueden ser de dos tipos: agentes naturales y agentes humanos.

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Los agentes naturales se subdividen a su vez según la velocidad de agresión en: * Agentes naturales lentos: Químicos (ácidos, nitratos, sulfatos, sales, etc.) Biológicos (termitas, polillas, aves, roedores, etc.) Meteorológicos (humedad, vientos, radiación solar, etc.) * Agentes naturales violentos:

Telúricos (temblores, terremotos, aluviones, etc.) Meteorológicos (tsunamis, tifones, inundaciones, etc.)

Los agentes agresores humanos se subdividen a su vez según su origen en: – Institucionales (gobierno central, entidades sectoriales, gobiernos regionales, gobiernos locales, instituciones privadas, etc.) – Particulares (empresarios coleccionistas). Sus características son violentas y sus manifestaciones más comunes son: huaqueo, pintas, demoliciones y reconstrucciones. Respecto de aquello el Colegio de Arquitectos de Madrid logra establecer un esquema director que expresado en dos cuadros relacionados a lesiones y causas patológicas respectivas se sintetizarían de la siguiente manera:

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Cuadro 5

FÍSICAS

Tipo

Tipo de lesión

Humedades

De obra

X

De corrosión

X

De filtración

X

De condensación

X

Accidental Erosión

Atmosférica

Suciedad

MECÁNICAS

Deformaciones

Secundaria

X

X X

X

X Pandeos

X

X

Alabeos

X

X

Desplomes

X

X

Por carga

X

X

Por dilatación

X

X

Por soporte

X

X

Por acabado

X

X

X

X

Flechas Grietas

Fisuras Desprendimientos Erosión

Mecánica

Oxidación y corrosión

Erosión

X

Oxidación

X

Por inmersión

X

X

Por aireación

X

X

Por par galvánico Intergranular

Organismos

X X

Corrosión

Eflorecencias

QUÍMICAS

Primaria

Animales

X X

Vegetales

X

Química

X

Fuente: Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid Curso de Patología, Conservación y Restauración de Edificios, 1991

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Cuadro Nº 6 Familia

Tipo de causa • Esfuerzos mecánicos (Cargas y sobrecargas) Mecánicas

• Empujes • Impactos • Rozamientos

DIRECTAS

Físicas

• Agentes atmosféricos (lluvia, viento, helada) • Cambios térmicos (contaminación) • Contaminación ambiental

Químicas

• Humedad • Sales solubles contenidas • Organismos • Humedades • Deformaciones

Lesiones previas

• Grietas y fisuras • Desprendimientos • Corrosiones • Organismos Elección • De la técnica y el sistema constructivos

INDIRECTAS

De proyecto

Diseño • Diseño constructivo • Pliego de condiciones

De ejecución Del material

De mantenimiento

• Defecto de fabricación • Cambio de material • Uso incorrecto • Falta de mantenimiento periódico

Fuente: Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid Curso de Patología, Conservación y Restauración de Edificios, 1991

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LESIONES: Físicas – Humedades (de obra, capilar, de filtración, de condensación, accidental) – Erosión (atmosférica) – Suciedad

Mecánicas – – – – –

Deformaciones (pandeos, alabeos, desplomes, flechas) Grietas (por carga, por dilatación-contracción) Fisuras (por soporte, por acabado) Desprendimiento Erosión (mecánica)

Químicas – – – –

Eflorescencias Oxidación y corrosión (oxidación, corrosión) Organismos (animales, vegetales) Erosión (...)

CAUSAS: Directas – – – –

Mecánicas Físicas Químicas Lesiones previas

Indirectas – – – –

De proyecto De ejecución Del material De mantenimiento...242

Es observable el hecho que el desarrollo conceptual que permitiría definir el quehacer teórico-práctico de aproximación a los centros históricos resulta deficitario, instalándose más bien el empirismo y el voluntarismo, expresados en “… un conjunto de recomendaciones surgidas de reuniones que operan como referentes teóricos para la comprensión e intervención en los centros históricos, con lo cual se suplantan los marcos teóricos y se los acoge acrítica y esquemáticamente como si fuesen normas”.243

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El “centro” es definido como un lugar, espacio o escenario, el cual en la relación con lo histórico —por la concepción especialista subyacente— resulta la parte determinante. Así, lo constitutivo de esta ‘cuestión central’ son “… los valores arquitectónicos y urbanos, como atributos de ‘centralidad’ y no como una ‘relación social’”.244 Las visiones más generalizadas privilegian lo ‘físico-espacial’, mediante 4 acepciones secuenciales: “… primera, la consideración de monumentos arquitectónicos aislados e interiores, inicialmente religiosos y luego civiles; segunda, la visión de lo monumental dentro de un entorno urbano exterior (v. gr. su plaza); la tercera, el reconocimiento de este entorno (estructura urbana) como monumento; y la cuarta, que propugna la inexistencia de continuidad espacial entre monumentos singulares y no exclusivos del período colonial”.245 A pesar del avance que representa la incorporación de otros núcleos urbanos y monumentos aislados y, sin que necesariamente exista proximidad espacial, se tiende a “… retornar a la visión original bajo la visión maniquea de una historia oficial que reserva su exclusividad a los lugares donde ‘ocurrieron los acontecimientos más importantes’, es decir donde habitan los sectores sociales más pudientes”.246 Congruente con esta mirada de “lo histórico”, esto ha sido conceptuado también como un hito, momento o período. Así, no sólo se termina privilegiando una etapa —generalmente la de su “génesis”—, sino también se congela su proceso regular “… con lo cual el propio fenómeno es visto como inmutable y la política, por tanto, como el necesario retorno a las condiciones iniciales de constitución”.247 Ésta temporalidad, privilegia un pasado, como reminiscencia idílica de “tiempos mejores” y pretende recuperar dichos privilegios que el mismo proceso social redujo a ciertos actores sociales. En la casuística latinoamericana, por ejemplo se privilegia el período virreinal, asociándose —como si fueran símiles— centro histórico y centro virreinal, con lo cual pierde su condición de relación social histórica particular y queda restringida a lo espacial e inclusive únicamente al estilo arquitectónico. La “temporalidad privilegiada” se manifiesta de dos maneras: “la una, tecnocrática, que expresa posiciones conservacionistas a ultranza, mediante una jerga que utiliza los conceptos de restauración, reconstrucción, rehabilitación, rescate, revitalización, reconquista, etc.; y la otra, más ideológica, que la concibe como testimonio histórico, que se concreta, por ejemplo, en las propuestas de peatonalización, en la realización de museos, en la eliminación del vendedor ambulante, etc.”.248 La relación de los conceptos “centro” e “historia”, ha constituido la noción del ‘centro histórico’ como “… un lugar homogéneo, primero arquitectónico y luego urbano, producto de un proceso que se construyó en un momento determinado”.249 Esta desideologización de la temporalidad es estratégica, porque “… no debe referirse exclusivamente al período mencionado como única fuente determinante de la cualidad de ‘centro histórico’, así como tampoco se reduce sus cualidades a ‘lo espacial’ ”.250 Su definición implica reconocer la presencia de una ciudad multicultural, portadora de procesos históricos contradictorios y conflictivos y 96

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con miles de años de permanente transformación. Debemos, entender al “centro histórico” como “… una relación social compleja y particular, que define el ámbito territorial que lo contiene a partir de los flujos y senderos que provienen de relaciones socioculturales que caracterizan y dominan fases particulares del proceso urbano y no sólo de una cierta homogeneidad proveniente de su carácter monumental”.251 Por tanto, la comprensión temporal del “centro histórico” —entendido como lugar de encuentro o eslabón que integra el pasado con el futuro deseado, a través de su actual presencia— debe modificar su espectro a niveles mayores: históricos (más allá de “lo virreinal”) y espaciales (más allá de “lo arquitectónic”). En esta concepción de “centro histórico” destaca la noción de heredad, sea de un período específico —hacia el presente— y/o de una comunidad —hacia una sociedad homogénea (nacional o mundial) —. De esta manera, lo patrimonial pierde su condición histórica —al naturalizarse—, desapareciendo el sujeto patrimonial. Su rescate significa “… recuperar su condición social e histórica: ¿de quién? —sujeto social al que pertenece el valor por haberlo producido— y ¿para quién? —el destinatario final—”.252 El sujeto social patrimonial ha sido definido ideológicamente, desde dos perspectivas analíticas de una misma matriz: la una en relación con el Estado y la otra con el área propiamente dicha. En el primer caso, tenemos “… las políticas y las declaraciones de custodia nacional y mundial realizadas por los estados nacionales y ciertos organismos internacionales (UNESCO). Allí deben ubicarse los inventarios…, ciertos planes y proyectos específicos. Dentro de la segunda… endógenamente, se perciben dos propuestas, la una propia de los llamados genuinos habitantes o trabajadores del Centro Histórico…, y la otra, más elaborada, propuesta por ciertas posiciones académicas que propugnan que la significación social del hecho material solo se garantizará si los elementos culturales allí contenidos se preservan a través de la participación de los habitantes que allí residen y/o trabajan”.253 Exógenamente, y dependiendo de los grupos sociales, se expresará a través de la “reconquista”, propias de los sectores de capital o la “toma” de sectores medios. Estas posiciones se han generalizado mediante portavoces prestigiados que reivindican una posición de sectores externos al mismo “centro histórico”. De otro lado, debemos tener en cuenta que la actual concepción de “centro histórico” representa una conquista inscrita en la consideración de los “bienes ambientales”, marco especial donde aparece inscrita como “conjunto de bienes culturales”. Así, la prolongación de la “... tutela y protección desde el ‘monumento’, como objeto singular e individual, hacia los ‘centros históricos‘ y, desde aquí, hacia el ‘territorio‘ culturalmente significativo, es... una de las facetas más sugestivas del pensamiento internacional sobre los bienes culturales”.254 Justamente, la inclusión de dichos “bienes ambientales entre los “bienes culturales” explicita la nueva comprensión y atención de la comunidad internacional acerca del destacable valor y singularidad que poseen dichas entidades urbano-patrimoniales y en el reconocimiento “... que los signos del hombre sobre el territorio, sus formas 97

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de asentamiento configuradas a lo largo de la historia y su utilización del espacio físico territorial como lugar de convivencia e intercambio cultural constituyen testimonios culturales por excelencia”.255 Tal como plantea Fernando Carrión, resulta de gran importancia conceptuar al “centro histórico” como: “… una relación social compleja y particular donde los sujetos patrimoniales definen el ámbito especifico de la conflictividad (la heredad) y el mecanismo de transferencia generacional (sustentabilidad). El traspaso social del testimonio se desarrolla en el marco de un conflicto que debe incrementar valor en el proceso de transmisión”.256 Justamente y en coherencia a esta lectura, la posibilidad de mantener al “centro histórico” como “asentamiento humano vivo” radica en la adición de valor que se haga, es decir añadir más historia o “más pasado al presente”. Analizando la evolución del concepto de “centro histórico”, es identificable que ha resultado inscrito en uno precedente referido a los Conjuntos Históricos y que la Unesco estableció en la “Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea” de 1976. Allí, considera como: a. “... conjunto histórico o tradicional” todo grupo de construcciones y de espacios, inclusive los bienes arqueológicos y palenteológicos, que constituyan un asentamiento humano tanto en medio urbano como en medio rural y cuya cohesión y valor son reconocidos desde el punto de vista arqueológico, arquitectónico, prehistórico, histórico, estético o sociocultural. Entre estos “conjuntos”,..., pueden distinguirse...: los lugares prehistóricos, las ciudades históricas, los antiguos barrios urbanos, las aldeas y los caseríos, así como los conjuntos monumentales homogéneos,... b. Se considera “medio” de los conjuntos históricos el marco natural o construido que influye en la percepción estática o dinámica de esos conjuntos o se vincula a ellos de manera inmediata en el espacio o por lazos sociales, económicos o culturales...257 Como se ve, existía un decidido énfasis en el tema del patrimonio cultural material, abordando de manera muy tangencial el soporte socio-cultural que le da su vigencia en la vida contemporánea como expresión de “patrimonio vivo”. Pero este proceso de invención del artificio, de manipulación de los elementos disponibles y de su composición, para lograr una sustancial raigambre necesita de un proceso inconsciente e impersonal de legitimación. De esta lógica surge el proceso de creación de una identidad local para los centros históricos, a partir de los siguientes componentes-instancias: 1. La materia prima está constituida por aquellos elementos históricos que por diferentes causas perviven en la actualidad, ya sean monumentos, tramas ur98

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banas, memoria de personajes históricos, literarios o míticos, eventos o tradiciones populares, en general asociados de forma simbólica a espacios urbanos más o menos concretos. En conjunto, constituyen el ‘pool de referentes patrimoniales’…, por definición amplio y heterogéneo. 2. El ‘pool patrimonial’ es transformado en patrimonio mediante la interpretación, proceso que implica una selección de elementos y composiciones para su presentación ante el público destinatario o consumidor,... Del amplio abanico de elementos y composiciones existentes…, únicamente se selecciona un número reducido o unos atributos específicos de dichos elementos y sus composiciones. 3. El producto final es el patrimonio, experiencia comercializable creada bajo diferentes condiciones históricas y producto de la manipulación de los materiales disponibles en origen. Dado que esta interpretación-manipulación implica una selección de los materiales del pasado y/o de los atributos históricos que conforman la materia prima original, la mercancía patrimonio es sustancialmente diferente de la materia prima o ‘pool patrimonial’ del cual procede”.258 Entonces es identificable que el aspecto clave en este proceso es la selección inherente a la interpretación en la medida que se realiza en función de la demanda —diversos intereses de los agentes sociales capaces de impulsar la construcción social de la identidad— y no de la oferta —materiales históricos en sí mismos—. El componente espacial del centro histórico se expresa precisamente en la noción de “centro”, entendida esta más como un atributo que como una “relación”. Entonces la “centralidad” resulta “… un concepto relativo en la medida que un conjunto de las relaciones lo configuran como eje dentro de la ciudad y su historia”,259 por lo cual solamente podría entenderse a cabalidad al centro histórico desde una perspectiva relacional y holística en la ciudad donde existe y donde la relación centro histórico-ciudad resulta indisoluble en virtud a que ambas son “… productos históricos que entrañan una relación dentro de otra relación, donde la una es condición de existencia de la otra porque la contiene”.260 Además, Fernando Carrión enfatiza el análisis de esta relación identificando 4 ideas que se desprenden: – En tanto son relaciones sociales distintas pueden identificarse asimetrías, tanto diacrónica como sincrónicamente. – La ciudad toda y todas las ciudades son históricas. – La articulación de los centros históricos con funciones y velocidades heterogéneas debe orientar la formulación de políticas de recuperación inscritas en criterios de respeto a la diversidad, integralidad y de continuidad en el cambio. 99

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– La centralidad histórica y urbana, con su periferias, están en permanente movimiento y desplazamiento.261 Pero además, el mismo Fernando Carrión identifica que esta centralidad evoluciona históricamente, en tanto el tiempo de la ciudad se acelera, las accesibilidades se transforman, las centralidades se definen y las discontinuidades espaciales se transforman: – La centralidad evolucionó desde lo público-estatal-espacio abierto, pasando por lo privado-empresarial-espacio cerrado a los lugares de los flujos, senderos y tránsitos-movimiento de las personas, información y recursos. – Cambio del sujeto patrimonial al reducirse la población residente en comparación con la de tránsito y al interior de esta se produce una priorización del minoritario turista. – Esta dinámica construye un tipo particular de identidad y pertenencia, que implica no tener que llevar a cabo los rituales del compromiso con el lugar, con lo cual hay un vaciamiento y pérdida del sentido de patria.262 ¿Dónde radican los problemas mayores de los centros históricos? ¿Qué comportamientos se han ido produciendo de tal manera que el deterioro ha resultado “lo normal” en los centros históricos? ¿Cuál ha sido la trascendencia de dicha problemática que ha configurado en gran medida el perfil contemporáneo que podemos identificar? Dicha problemática es connatural al “... proyecto y ejecución de la ciudad moderna, ya que los procesos de sustitución y yuxtaposición de los distintos tejidos urbanos han sido características connaturales a la ciudad histórica”.263 Sin embargo, es imprescindible identificar ciertos factores y escenarios claves para la comprensión de su problemática particular, lo cual resulta especialmente importante para el caso latinoamericano, porque —como ya fue mencionado— se ha producido un importante traspaso acrítico del desarrollo teórico-conceptual europeo, a pesar que nuestras realidades son significativamente diferentes. Sobre este diferencia esencial Fernando Carrión hipotetiza una explicación: “Quizá el hecho diferenciador provenga del propio origen o causa del deterioro en los centros históricos: mientras en Europa será principalmente un hecho episódico devastador como la guerra, en América Latina más bien serán las características socioeconómicas de la urbanización”.264 A partir de esta información resultan perfectamente comprensibles los énfasis de los procesos recuperatorios en ambos espacios: en la arquitectura, en el primer caso y en la mejora de las condiciones de vida de la población, en el segundo. Sobre la noción de deterioro urbano, esta puede definirse como el “… proceso de degradación que sufren los espacios y elementos urbanos de las zonas consoli100

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dadas de la ciudad”.265 Pero, ¿cuáles son las características de dicho deterioro urbano? Ya hacia 1991, la ONG CIDAP logró aproximarse a algunas características físicas básicas acerca del deterioro urbano, entre las cuales destacan: • Viviendas inadecuadas y sobrepobladas. • Alto grado de hacinamiento, promiscuidad e insalubridad. • Insuficiencia de espacio en la vivienda. • Reducida o nula ventilación e iluminación natural; insuficiente privacidad. • Servicios higiénicos e instalaciones eléctricas insuficientes o inexistentes, inadecuadas o deterioradas y clandestinas. • Inseguridad en las edificaciones por:

– Falta de mantenimiento.



– Estructuras sobrecargadas y frecuentemente al borde del colapso.



– Materiales erosionados por fugas de las instalaciones de agua y desagüe.

• Condiciones ambientales negativas:

– Alta contaminación ambiental, con implicancias en la salud y la calidad de vida de los habitantes.



– Fuentes contaminantes en áreas tugurizadas.



– Vehículos en mal estado.



– Circulación intensiva de los vehículos de transporte público.



– Altos niveles de emisión de monóxido de carbono, hidrocarburos y óxido de nitrógeno.



– Deficiente recolección, transporte y disposición final —principalmente a calle abierta— de residuos sólidos.



– Aniegos frecuentes por rotura de tuberías de agua y desagüe, por sobre carga de las demandas y antigüedad de las redes.



– Funcionamiento de cocinas u otros equipos a gas o kerosene, con efectos dañinos. 101

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Particularidades climáticas: ausencia de lluvias y alto grado de humedad.

• Circulación vehicular y peatonal caótica. • Deterioro de pistas y veredas.266 Además, debemos destacar ciertos síntomas del deterioro de los centros históricos nacionales como identifica el Colegio de Arquitectos del Perú -entidad de significativo rol al respecto- tales como: 1. La progresiva destrucción de ciudades como Ayacucho, Huancavelica, Jauja, Huaraz o Tarma… en parte por una mal entendida modernidad que imita modelos… foráneos que desvirtúan los valores… locales. 2. El abandono de los centros históricos como destino de la inversión privada y pública, que precipita su deterioro... 3. La carencia de reglas claras y sencillas y las excesivas restricciones para las intervenciones en los centros históricos por parte de las municipalidades y el Instituto Nacional de Cultura... 4. La mala calidad de las intervenciones públicas y privadas en los espacios públicos de características especiales o tradicionales... 5. La falta de control urbano y la complejidad y los vacíos en la normatividad urbanística edificatoria... 6. El descuido de los gobiernos provinciales y locales, así como de… organismos sectoriales nacionales, que no hacen respetar las características del lugar y del entorno e inducen a la práctica del ’hecho consumado’.267 Y ¿cuáles son las causas de dicho deterioro?... Entre los principales elementos que condicionan la evolución del deterioro tenemos: 1. La presión poblacional.-... La ciudad no tiene la capacidad suficiente para atender oportunamente…, las demandas de esta población… el poblador debe ensayar sus… soluciones… hacia las áreas urbanas consolidadas… 2. Los patrones culturales contradictorios de los inmigrantes, inadecuados desde el punto de vista ecológico... 3. Intrusión de instalaciones, usos o actividades ambientalmente incompatibles… Paradójicamente, con frecuencia son las propias autoridades municipales las que promueven este tipo de situaciones.

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4. Insistencia en patrones de asentamiento de baja densidad, con el consiguiente crecimiento horizontal en las áreas de expansión. 5. Incidencia de incremento de las actividades urbanas… sobre sectores urbanos ya ocupados… 6. La tasa con la que se amplían y mejoran los servicios básicos… está por debajo de la tasa de crecimiento poblacional… 7. Especulación con los valores del suelo y la vivienda. 8. Nula o baja capacidad económica de los ocupantes. Desempleo. 9. Mínimo o nulo esfuerzo en el mantenimiento y mejoramiento de las condiciones básicas de habitabilidad… 10. Antigüedad y limitada capacidad de soporte… de los servicios existentes, tendiendo a la obsolescencia o al colapso… 11. Deficiente administración urbana, incluida la prescindencia casi absoluta de la iniciativa… vecinal para la toma de decisiones... 12. Incumplimiento o debilidad de la normativa urbana. 13. Conductas negativas de la población.268 De la misma manera, Eduardo Rojas y Claudio De Moura Castro han identificado los patrones de obsolescencia, especialmente referida a un trabajo de sistematización de dicha obsolescencia como: • Obsolescencia funcional … surge cuando estas estructuras ya no cumplen las funciones para las cuales fueron diseñadas originalmente… • Obsolescencia física … se refiere al deterioro de la estructura, las instalaciones o las terminaciones de los edificios al punto en que estos ya no están en capacidad de acoger las funciones para las cuales están destinados… • Obsolescencia económica … se produce cuando ya no es rentable mantener un edificio en uso dadas sus características físicas…269 La tugurización es “… el resultado del proceso de deterioro urbano, entendido como consecuencia más dramática de la destrucción del ambiente social…”270 y produce la generalización del tugurio en áreas habitacionales. La ONG CEPROMUR, profundiza las causalidades del deterioro acentuando aspectos similares a los ya identificados por el Arq. Saravia y sistematizando 103

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su elaboración vinculada al ámbito deteriorado, ya sea privado (inmueble arquitectónico) o público (espacio urbano) y al rol de los actores involucrados. • Del Inmueble: En el caso del sobreuso este resulta de la presión inmobiliaria producto del incremento poblacional de los sectores de menos recursos, ante la falta… habitacional. El uso no apropiado es producto de la informalidad creciente ante la falta de un eficiente control del suelo de parte del gobierno local... El abandono es atribuible a los… usuarios quienes por falta de recursos o por desinterés y falta de conocimientos no ponen en práctica las medidas necesarias para salvaguardar la vivienda del deterioro... La obsolescencia… es atribuible a los propietarios quienes no toman en cuenta la necesidad de renovación de un producto perecible como la vivienda... la agresión de agentes externos no es atribuible como responsabilidad directa a ningún grupo… la acción de los agentes deteriorantes… se traduce en el aumento de la vulnerabilidad de la vivienda... • Del Espacio Urbano: La acción deteriorante… afecta también al espacio urbano… sobre todo si el tugurio es predominante... El sobreuso determina la congestión de las redes de servicio público y de la infraestructura vial... El uso no apropiado del espacio urbano… reduce la capacidad del mismo y lo hace incompatible con la función habitacional… El abandono… se presenta… ante la falta de recursos y previsión para el mantenimiento de dichos espacios… la responsabilidad compete en primer término al gobierno local… y al gobierno central como ente normativo de las políticas urbanas generales.271 Entre los problemas de orden estructural de este deterioro en los centros históricos, destaca “… aquel asociado al problema del centralismo que implica la inversión solo en las áreas centrales (servicios) desatendiéndose otras áreas. Además, todo ello favorece el encarecimiento del suelo urbano y la especulación en atención a la libre ley del mercado”.272 Las demandas urbano-poblacionales aumentan más rápido que el crecimiento urbano, especialmente en las ciudades de carácter histórico – artístico, al destruirse su tejido, perfil e imagen urbana. Si se mantiene el énfasis en las áreas históricas, el carácter estructural de los problemas condicionará solo operaciones de “maquillaje urbano”. Asimismo, la “... economía desestructurada en relación con la política de servicios públicos, los altos costos de restauración,... y los de otros programas, unidos a políticas que no incentivan precisamente la protección del patrimonio, contribuyen a la destrucción de las áreas históricas”.273 El serio problema de tugurización de los centros históricos ha hecho “… aumentar las densidades por metro cuadrado, lo cual vincula también este proceso al hacinamiento. Como la reinversión de capital no se produce entonces el deterioro crece”.274 Este proceso deteriorante se acelera cada vez más como producto del incremento poblacional, originando deterioro físico debido a este replanteo funcional capaz de soportar dicho incremento poblacional. Por otro lado “… esta 104

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densificación permite especular y por ende lograr una mayor rentabilidad del suelo”.275 Eslabón estratégico de la problemática es la posesión de suelo. El tipo de régimen de propiedad genera especulación inmobiliaria en espera de coyunturas que permitan una gran rentabilidad. Se destruyen monumentos para edificar nuevas estructuras. Esta situación contribuye a la problemática dificultando la solución, por cuanto el control municipal es deficiente. Al respecto, el problema del deterioro en los centros históricos es identificado pertinentemente por el Colegio de Arquitectos del Perú, el cual sintetiza como sus principales factores generadores: I. La falta de visión integral de largo aliento por parte del Estado, con sus inadecuadas políticas macroeconómicas, en especial de promoción turística. II. La pobreza endémica rural y de vastas áreas urbanas. III. La orfandad de recursos técnicos en todas las municipalidades del país. IV. El desconocimiento del grave riesgo y la situación de emergencia del invalorable patrimonio cultural y natural.276 Pero y ¿cuáles son los efectos más evidentes de dicho deterioro? Entre los principales elementos que surgen de la evolución de dicho deterioro urbano tenemos: • La desadaptación social y… conductas peligrosas… (social). • Pobreza urbana. Contaminación por la miseria (social). • Desinterés de los propietarios y ocupantes para introducir mejoras en los predios tugurizados (social). • Reducción de la rentabilidad del suelo (económico). • Expulsión de actividades económicas (económico). • Bajos niveles de ingreso (económico). • Desempleo (económico-social). • La pérdida de autoridad (institucional). • La destrucción física de las estructuras y de las infraestructuras (físico). • Degradación ambiental – Contaminación por la miseria (físico).

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• Desorden en los usos del suelo e incompatibilidades ambientales (físico). • Apropiación de los espacios públicos por… actividades informales (físico). • … dificultades en el tránsito y el transporte (físico). • El hacinamiento habitacional… (físico).277 Aparentemente las tendencias predominantes no permiten pensar de manera optimista al respecto. Pero, dicha lectura de la problemática esta lentamente dando paso a un nuevo enfoque donde “... el problema se plantea en términos de relaciones sociales concretas, que determinan formas de apropiación del territorio”.278 En este enfoque es preciso analizar el conflicto social y los problemas vividos por la población. En este sentido, “… los riesgos se relacionan con el deterioro urbano, en sus dimensiones social y medioambiental. Precisamente aquí se reconoce la necesidad de la democratización cuestionándose la prioridad del enfoque de la vulnerabilidad física, que obvia dichas relaciones sociales básicas...”279

III. PATRIMONIO MONUMENTAL Y APROPIACIÓN SOCIAL Implica reconocer que nuestro gran legado, al resultar poco reconocido como tal, corrobora lamentablemente el viejo aforismo: nihil volitum nisi praecognitum (‘nada se quiere, si antes no se conoce’). Por ello —en la mira de contribuir a un cambio social— necesitamos “… intensificar el proceso de información para advertir dicho valor, adquiriendo los medios de comunicación un rol esencial en esta tarea”.280 El patrimonio ha de ser presentado a un público amplio y heterogéneo, lo cual exige diversos métodos de comunicación y aproximación, según sus diversos intereses. La problemática radica en cómo motivar la aproximación del público a esos bienes que no tienen como cualidad esencial ser expuestos, para lo cual resulta imprescindible “... despertar curiosidad por todo lo que un bien patrimonial tiene para ofrecer, y hay que hacerlo pensando en distintas clases de público... Hay que introducir más variedad en la manera de ofrecer a los distintos públicos los bienes patrimoniales...”.281 Estos bienes culturales son usados para que aporten en la obtención de alternativas a nuestras preguntas y problemas o a nosotros mismos. Es incuestionable reconocer que el alcance e impacto social de los “máss-media” los constituyen en una esencial herramienta para difundir programas educativos o culturales, con características distintas a las presentadas en el aula de clase. Sin embargo,”… su potencialidad pedagógica y el gran menú de posibilidades que ofrecen en la implementación sistemática de la Educación No Formal, han sido subutilizadas casi exclusiva y excluyentemente en la promoción del patrimonio 106

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cultural y natural”.282 De aprovecharse dicha potencialidad de los máss-media, nos encontraríamos ante un excelente recurso para fomentar una conducta positiva y proactiva en la población en función de sus valores. La televisión maneja la imagen en movimiento como parte de la realidad tangible del ser humano y que puede ser repetida y reforzada con la palabra escrita y el uso del recurso auditivo. Así, el video como recurso pedagógico permite “… estimular las comunidades a participar directa o indirectamente en la protección y promoción de su patrimonio. También la comunidad ve reflejada en la pequeña pantalla sus protagonistas…”.283 La gestión del patrimonio cultural, en su vertiente de comunicación y presentación debe incorporar todos los avances técnicos: los bienes culturales no pueden ser presentados actualmente con una tecnología primitiva, en una sociedad acostumbrada a la perfección tecnológica de las empresas comerciales. La idea es recuperar para nuestro patrimonio el lugar social que le corresponde, es decir que no estamos tratando de algo “separado”, cuasisacro, inmáculo. Los bienes conformantes del patrimonio cultural “... son de este mundo…, eso significa que no están condenados a convertirse solo en el pasado destinado a morir”284,sino que al ser insertados en la actualidad entran inevitablemente en “lo presente” aceptando las reglas de juego del mundo en que viven, es decir “... en el mercado y la gestión empresarial, en el mundo de la comunicación y difusión, en las corrientes turísticas, en las técnicas de todas clases, en la política y las medidas fiscales”.285 En la misma línea Alessandro Rovetta refiere que el espíritu de conservación de un bien cultural implica “... un valor decididamente comunicativo… Es evidente… que el objetivo de cualquier gesto conservativo, tanto más se sustenta desde un proceso de conocimiento histórico, es el de comunicar en el presente, haciendo adecuadamente comprensible, un valor del pasado”.286 La comunicación resulta una modalidad de relación “... en la que se recurre a actos expresivos, interacciones en las que los comportamientos de los actores están destinados a producir información destinada a los otros actores”.287 Así, la comunicación, queda configurada como la aptitud para interactuar prescindiendo de la accesibilidad física del otro, sin asimilarlo ni ser asimilado, cooperando sin tocar ni ser tocado. La comunicación humana incluye, referentes como el ecosistema material, social, gnoseológico y axiológico producido por el propio ser humano, situación por la cual la comunicación pública del patrimonio cultural posee como rol “... proveer a los miembros de la comunidad de relatos orales o escritos, de imágenes y objetos a través de los cuales se propone una interpretación del entorno y de lo que en él acontece. Todos esos elementos... están destinados a poner en relación los sucesos que han ocurrido con los propósitos comunitarios y las creencias cuya preservación interesa a los pueblos”.288 Por dicha razón la comunicación pública del patrimonio cultural ha devenido una de las principales actividades encul107

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turalizadoras que interviene en la socialización de las personas respecto a los bienes que conforman su legado. La comunicación pública sobre “lo cultural”, es “… una de las actividades colectivas destinadas a brindar información necesaria para la producción de la comunidad, pero también aparece haciendo parte de las desterritorializaciones y relocalizaciones que acarrean las migraciones sociales y las fragmentaciones culturales de la vida urbana…”289, planteándonos desafíos muy vigentes: – Los modos de supervivencia de las culturas tradicionales… – Las aceleradas transformaciones de las culturas urbanas… – Los nuevos modos de estar juntos… – Las relaciones entre el sistema educativo y el entorno educativo difuso y descentrado en que estamos inmersos…290 La comunicación pública entonces sería una “... forma social de comunicación en la cual la información se produce y distribuye mediante el recurso a un sistema de comunicación especializado en el manejo de aquella información que concierne a la comunidad como un conjunto”.291 La gestión del patrimonio cultural se configura como un sistema de comunicación pública particularizado para tratar con información que interesa o afecta a las instituciones sociales, sin perjuicio de que, además, entre sus usos comunicativos figure el intercambio de información que interesa solo a determinados grupos o sujetos particulares. Así, “... los temas que cabe comunicar y el modo en que debe ser tratado el patrimonio, permitirá que los miembros de la comunidad lo distinga de otros”.292 Entonces la comunicación social resulta aquella que compromete varios sujetos de una comunidad, utilizando regularmente medios técnicos para difundir la información, llamados medios de comunicación social, o de masas. En nuestra “sociedad de la información” los medios juegan un rol decisivo para determinar el “qué” y el “cómo” llega a los ciudadanos; es decir a partir de reconocer su poder de generar cambios de opinión y aptitud en los ciudadanos receptores. Así, “... la transformación de algo puede ser percibida por los que trabajan en ella directamente, pero puede pasar inadvertida por el resto de la gente, si los medios de comunicación no hacen eco de la misma”.293 En la gestión del patrimonio cultural es básico identificar que la utilización de nuevos instrumentos comunicativos, afectará las actitudes que los individuos conformantes de la comunidad adopten con referencia a dicho patrimonio. Entonces el tema central pasa por “… cómo motivar, despertando en los distintos públicos la curiosidad por la oferta de los bienes patrimoniales e introduciendo variedad de oferta al público”.294 Ello indudablemente permitirá: 108

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– generar, transmitir y recibir toda una gama de expresiones icónicas, escritas, orales, – ofrecer a los destinatarios de esas expresiones unas determinadas “representaciones” de la realidad o de cualquier referente no real, – conseguir que ciertas personas se conviertan, a su vez, en comunicantes, por tener acceso y capacidad para operar con los ‘medios’.295 Resulta ahora un hecho incuestionable que las nuevas orientaciones en la gestión del patrimonio cultural fuerzan a un enfoque con mayor incidencia en la comunicación, acentuando el carácter del patrimonio como conjunto de bienes sociales. En esa perspectiva, si pretendemos “... que la sociedad lo trate y adopte como propio, hemos de hacerla receptora de todo cuanto afecta a esos bienes, mediante el uso de los mensajes adecuados en los medios de comunicación adecuados”.296 Y ¿cuáles son los medios comunicativos que disponemos para una adecuada gestión del patrimonio cultural? Según el tipo de expresiones que los instrumentos comunicativos ofrecen: “... medios abstractos aquellos que comunican mediante signos, haciendo uso de un código social específico, compartido por emisores y receptores... Los medios icónicos, por el contrario, emplean signos que tienen la misma forma que el propio referente, como son las fotografías, dibujos, etc. Estos medios... pueden trabajar con códigos generales, al alcance de toda clase de personas, que permiten presentar la realidad y reconstruir el acontecer a través de las imágenes...”.297 Según el tiempo que transcurre entre el momento en que sucede algo y su transmisión a los destinatarios: “Serían medios acrónicos, aquellos con los cuales es necesario que pase un lapso de tiempo más o menos largo desde que se produce un acontecimiento hasta que pueda comunicarse el mensaje. Medios sincrónicos... serían aquellos con los que se puede conseguir la simultaneidad entre el acontecimiento y transmisión del mismo”.298 La divulgación del patrimonio cultural resulta hoy muy importante en el mundo especialmente merced al desarrollo de las telecomunicaciones y ulteriormente a partir de la Internet, que “… abre ilimitadas posibilidades de transformación 109

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de los recursos de difusión existentes hasta hoy, ya que facilita el acercamiento a estos temas en tiempo real y ofrece un espacio donde poder encontrar ejemplos útiles de gestión en otros confines”.299 La interpretación es posible porque, como actores sociales, entendemos que todo mensaje producido haya sido motivado por un determinado fin. Así, los mensajes resultan “… acciones que sus productores realizan para lograr objetivos, acciones que a su vez forman parte de otras más complejas, denominadas ‘planes’”.300 Sobre las acciones sociales principales cuyo desempeño requiere la capacidad de elaborar mensajes con un contenido significativo, es posible clasificarlas en: “... preferentemente informativas, como son las realizadas por el profesional de la ciencia y el periodismo; persuasivas, como son la publicitaria y la propagandística; de entretenimiento, como la recreativa y los espectáculos; y la cultural, como son la artística y la literaria”.301 De la misma manera, las actividades sociales incluyen a su vez las económicas, religiosas, culturales y/o políticas. Hablar de “apropiación social” exige una referencia primera a la noción de “actor social”, para lo cual utilizo la formulación de Raymundo Mier que lo define como “… cualquier grupo humano que es capaz de actuar unitariamente —no de asumirse a sí mismo como una unidad, sino capaz de encontrar la unidad en la acción articulada—, de manera autónoma, capaz de incidir sobre las normas que lo condicionan y capaz de crear, por cuenta propia, sus propios marcos de regulación a partir de una cultura surgida de su propia acción”. 302 Resulta casi paradójico hablar de patrimonio y apropiación social cuando resulta claro que sin percepción y valoración social del patrimonio este no alcanza existencia real. Así, en nuestra escena contemporánea “… no hay otra salida viable para recuperar el Patrimonio que devolvérselo a la comunidad,… y debe de devolvérselo los mismos que se lo han quitado, empezando por los gobiernos e instituciones que tienen las competencias ‘legales’, que deben pasar, de las ‘declaraciones patrióticas‘… a las iniciativas efectivas y eficaces para su revitalización”.303 Con relación al patrimonio cultural, es factible asignar un valor fundamental a todo aquello que lo asocie con nuestra vida cotidiana; esto es, con el presente y futuro de los pueblos y comunidades que lo conservan, crean y recrean. Dicha noción ampliada y expresada por el Convenio Andrés Bello sobre el patrimonio comprende “... hechos vivientes, aquellos... protagonizados por personas que actualizan permanentemente una determinada memoria o tradición y que no pueden ser tratados como cosas, sino como procesos inseparables de los actos, comportamientos y actividades personales o grupales, dentro de los cuales se actualizan”.304 Entre estas manifestaciones consideramos a las tradiciones alimenticias, las creencias y prácticas mágico-religiosas, las leyendas, las narraciones en vivo de historias, las tradiciones orales, los mitos y los imaginarios colectivos, las fiestas populares y los ritos tradicionales o contemporáneos urbanos, los saberes y oficios, las formas de organización social para la producción, el manejo de tecnologías adecuadas y la relación armónica con el medio ambiente, entre otras. 110

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Así, el patrimonio deviene “algo vivo”, “… algo que permite a los colectivos humanos reconocerse, autodisfrutarse e identificarse como miembros de una realidad cultural, al saberse partícipes de un pasado, presente y destino común”.305 El patrimonio debe ser un activo de la memoria y no un pasivo de la nostalgia. Por ende, la apropiación del patrimonio cultural resulta fundamental en esa brega, por lo cual es promovida e investigada en el marco del Convenio Andrés Bello como “... desarrollar acciones que lo inserten dentro de las dinámicas culturales y económicas que beneficien a la comunidad para que estas, a su vez, estimulen un sentido de pertenencia y uso sostenible de sus recursos patrimoniales. Es lo que se denomina el proceso de ‘apropiación social del patrimonio’”.306 Dicha apropiación se basa en la tolerancia, en el reconocimiento del otro y de la diversidad, por lo que es la base de una aproximación a la “unidad en la diversidad” y por ende debe soportarse en la participación de la colectividad, configurándose ulteriormente en eje constructor de identidades y de la consolidación de un “nosotros”. Resulta tan trascendente que a partir de ella “... una pluralidad de individuos se reconoce como pertenecientes a un mismo pueblo y a un mismo territorio. Este proceso engendra un ‘nosotros’ que, a su vez crea y recrea acervos para reconocernos a nosotros mismos como uno sólo”.307 Así destaca la comunidad como el ente encargado de mantener vivo su patrimonio, reconociéndolo en sus costumbres y celebraciones, modos de vida, organización social y productiva y en la forma de incorporarlo a su cotidianeidad, en un intercambio continuo que reafirma su propia identidad. Así, el patrimonio cumple “… importantes funciones sociales como elemento clave de autoafirmación y su conservación es fundamental como marco de contribución al logro de un desarrollo con incremento de calidad de vida”.308 El leitmotiv será entonces combinar armónicamente la conservación-creación con el redesarrollo y el interés económico con el social y el urbanístico. En este esfuerzo destaca la Cátedra Unesco sobre “La Gestión del Patrimonio Cultural” de la Universidad de Colombia, sede Manizales, la primera sobre éste tema en América Latina. Este nuevo espacio generado se orienta también a la mejora de la calidad de vida mediante una gestión adecuada de su patrimonio cultural: “El hombre será en adelante el sujeto y el objeto del desarrollo… Los planes y proyectos para alcanzar una mejor calidad de vida, nacerán de las sociedades mismas, del conocimiento y calificación de sus prioridades, de la satisfacción de las necesidades que ellas mismas consideren prioritarias…”.309 Una de las principales características de la conformación de una nueva lectura del affaire patrimoniale como reflejo de la comunidad es su cualidad de “… que a pesar de originarse en el pasado, no se halla ‘terminado’ o ‘muerto’ o se configura solamente como algo para sentir nostalgia sino más bien como algo realmente vigente para nosotros, en nuestra actualidad”.310 Justamente, sobre éstas reflexiones refiere Alexandra Arellano citando a Bassand: “Hoy, la identidad no puede fundarse exclusivamente en la búsqueda de nuestras raíces y tradiciones. 111

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Esta tendencia traería consigo los gérmenes de la asfixia. Consecuentemente, la identidad tiene sentido solo si se asocia con las disimilitudes del presente y del futuro”.311 Así, se abre un amplio menú de oportunidades a partir de una nueva lectura del patrimonio, lectura que deberá incidir en la real vigencia de este en la cotidianeidad de la comunidad que lo conserva y recrea. Justamente en estos procesos de apropiación social se deben asegurar mecanismos de participación ciudadana, especialmente a través de: • “Inclusión de la población desde el inicio del proceso de planificación. • Identificación de los problemas a través de mecanismos concertados en reuniones con las organizaciones vecinales, clubes, centros profesionales, etc. • Proposición de soluciones de acuerdo con las necesidades de la comunidad”.312 Justamente estas nuevas lecturas ofrecen nuevos escenarios y roles para el patrimonio. Uno de los principales es donde el patrimonio es “… capaz de desneutralizar el espacio para que en él emerjan las conflictivas diferencias y derechos de las colectividades a sus territorios y sus identidades. Pues ha sido la neutralización del espacio —lo patrimonialmente nacional por encima de las divisiones y conflictos de todo orden— la que ha estado impidiendo,… tanto los movimientos de apropiación del patrimonio local como los de construcción de patrimonios trans y posnacionales…”.313 De la misma manera, un segundo escenario-rol del patrimonio se refiere a su carácter dinámico, en construcción permanente y vinculante entre el pasado, presente y futuro y que da “… paso a otra percepción de la temporalidad, según la cual habitamos un pasado inconcluso, cuyo correlato es una memoria activa, activadora de lo que en el pasado hay de reserva y semilla de futuro”.314 Queda claro que resulta imperativo que la comunidad use el patrimonio como garantía de vigencia contemporánea ya que “… sin que lo necesite, sin que lo recupere y lo integre a sus formas de vida, sin que vuelva a ser algo cotidiano y próximo, sin que lo reivindique como un derecho, no hay futuro para el Patrimonio, y eso la Sociedad lo sabe mejor que nadie…”.315 Asimismo, refiere Enrique Florescano que el “manejo” contemporáneo de los bienes patrimoniales debe estar muy impregnado por un verdadero proceso de revaloración social, proceso incluyente, amplio y consciente, de tal manera que: “… tal impulso y las acciones consecuentes solo serán posibles en la medida en que logremos crear, conjuntamente, una firme conciencia del valor que representa la diversidad, para superar entonces las divergencias, no mediante la uniformidad improbable, sino a través de la solidaridad posible”.316 En esta misma línea ética Alberto Mina enfatiza: “Valorizar un bien cultural significa hacerlo participable; y hacerlo participable tendencialmente a todos… En esto… sucede el impacto entre un yo y otro, un impacto que en el momento en el que encuentra al otro despierta también al yo…”.317 112

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Este análisis permite destacar el salto cualitativo, enfocado en las estrategias en las cuales “… el saber deberá interpelar al poder a partir de una práctica social, inferida de las relaciones entre sociedad civil y Estado. Es aquí donde la introducción de la noción de “Referencia Cultural” relativiza el criterio del saber y pone atención sobre el papel del poder, esto es: qué significan, cómo se apropian y cuándo constituyen acervos patrimoniales activos de una sociedad determinada...”.318 Éste ahora se ha constituido en un campo de problemas más urgente que el proceso instalado desde los sectores técnicos y académicos del registro de las manifestaciones patrimoniales. A pesar que en esto último aún resta mucho por hacer, es necesario “… introducir modificaciones metodológicas para una identificación sin congelamiento, desplazando las categorías de autenticidad por las de identidad”.319 En síntesis, estamos hablando de la conformación de una nueva aproximación ética y colectiva, de tal manera que las labores que propicien la acción social no pueden enfocarse únicamente a la protección de un patrimonio cultural ya catalogado como tal, sino “… que los actores sociales abran múltiples espacios para el análisis de la problemática y de sus posibles alternativas, la definición de sus objetivos y sus valores como colectivo, las estrategias y su organización para las acciones; todo esto puede visualizarse como movimientos de búsqueda de satisfactores inmediatos, de posibilidades para la propuesta de alternativas, de espacios para la creación…”320, de solidaridades de origen que gestan nuevas identidades culturales. De la misma manera, es posible mencionar que el ámbito de referenciación e identificación de estos procesos de apropiación se vienen constituyendo desde el nivel de referencia del “Estado-Nación”, tal como destaca Mireia Viladevall y a su vez de sus posibilidades futuras: “A partir de la revisión histórica de la construcción del concepto de patrimonio caemos en la cuenta que este ha privilegiado sólo un nivel de patrimonio: el nacional… De ahí la importancia de considerarlo espacio patrimonial social donde la gestión que la propia comunidad ejerza sobre él es de vital importancia”.321 No podemos pensar que estos referentes significativos solo se encuentran en el pasado:”… los más potentes son los de la cotidianeidad; de la forma en que los actores sociales recuperen estos referentes y reflexionen sobre ellos, dependerá la construcción de su sentido social”.322 Por lo tanto es impostergable “… partir de la cotidianidad en la que se conjuga… una gran parte de esa memoria de significación; esa cotidianidad en la identidad es más que la recuperación de los ‘mitos fundadores’ de una nación, es… la reflexión sobre la diferencia y la desigualdad, sobre la discriminación y la indiferencia. La identidad es proceso de construcción que se nutre en lo cotidiano, porque es ahí donde la identidad se fortalece o se debilita”.323 Al hablar de la apropiación social del patrimonio debemos referirnos ulteriormente a una gestión orientada a su disfrute social; es decir, como “patrimonio 113

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consensuado” y por lo tanto vigente en la actualidad. El consenso, como signo posmoderno, resulta entonces de la intervención activa y la interacción de diversos contextos funcionales, los cuales pueden definirse tal como refiere Josep Ballart: 1) Un contexto científico-profesional enmarcado por la actividad académica y de investigación se materializa… en las… instituciones académicas y científicas… Este contexto se ocupa de fundamentar racionalmente el valor específico de los bienes culturales (simbólico, formal, científico) valor que no se traduce automáticamente en precio. 2) Un contexto societario-civil apuntando al conglomerado… sociedad civil, por oposición a lo institucional, que caracteriza a las sociedades contemporáneas ampliamente urbanizadas. Este… contrapeso… se materializa en la acción… de los… grupos de carácter sociocultural…, así como en… los medios de comunicación... 3) Un contexto político-administrativo representado por las administraciones públicas. Este ámbito… cohesionado, toma iniciativas con respecto al… uso del patrimonio a instancias generalmente de representantes de otros contextos, adoptando o una posición dirigista o procurando ajustarse a las demandas… de una sociedad… democrática. 4) Un contexto económico representado por el mercado. Pondera en términos económicos y pone precio a las iniciativas… al uso de los bienes culturales… discute en términos económico-financieros las utilidades del patrimonio como recurso… para el desarrollo.324 La interacción de estos distintos contextos no se da abstractamente, sino en el marco específico de la cooperación interesada en la búsqueda de “utilidades” para el patrimonio. Para unos, “… la atención recaerá en los retos que presenta la reapropiación del patrimonio y de sus valores de identidad, autenticidad, conocimiento científico o capacidad de simbolización, por parte de las comunidades, mientras que para otros será la manera de convertir el patrimonio en un objeto de consumo masivo, derivada de su promoción económica o de la erosiva industria turística”.325 Todo ello nos aboca a un escenario nuevo, lleno de interrogantes y desafíos, donde el destino final de este “patrimonio consensuado” estará condicionado en gran medida por la presión social intersticial ejercida por grupos, entidades, instituciones, particulares y empresas aunque también de la preparación, seriedad y rigor de los profesionales del patrimonio. Así, los potenciales conflictos entre “… los postulantes de los ‘derechos del patrimonio’, los del ‘derecho al patrimonio’ y los de las ‘utilidades del patrimonio’, habrán de resolverse abierta y públicamente…”326, con el arbitraje complementario de los profesionales-especialistas y/o el adecuado desempeño de los gestores patrimoniales.

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Asimismo, esta apropiación social del patrimonio puede y debe estar referida — en el caso de los sitios inscritos en la lista del patrimonio mundial— a vincular los valores locales con los universales con que cuentan estos bienes culturales En este marco, la Unesco propone una combinación de enfoques de gestión, tales como: – Increased level of awareness of management programmes and increased communication, dialogue and sensibilization are needed between the PA (Protected Area) authority and the local communities in order to build relationships, partnerships, confidence and trust… The purpose, functions, benefits, and costs of the heritage sites should be articulated and effectively communicated to the local communities… – Law enforcement along traditional lines within clearly demarcated boundaries of the heritage sites should be maintained alongside community conservation participation and other functions, such as conservation education and sensibilization. – Community conservation should be emphasized to all stakeholders involved at all stages of community conservation initiatives, while policing of the heritage site boundary continues…”.327 Sin embargo, con relación a los bienes patrimoniales existe una gran variedad de “… entornos, características sociales, características políticas, historias, grupos de usuarios y recursos contenidos…”,328 los cuales definitivamente demandan la adopción de diferentes estrategias. Sin embargo, Unesco plantea un protagónico rol comunitario, asentado en las siguientes características: – Conservation, education and sensibilization for the local people and all stakeholders to ensure they know the goals, purposes, rules, costs and benefits of heritage management; – Distribution of incentives among the entire range of stakeholders who benefit from the heritage management; – Relationship-building through a continuous process of dialogue to create trust between and among the various groups of stakeholders; – Participation by all stakeholders, including empowerment of the communities to take responsibility and acquire a sense of ownership, and incentives to encourage investment of people’s time and resources; – A flexible and adaptable process in the face of the prevailing dynamic relationships between the heritage sites and people; – Monitoring activities to provide the baseline data required to asses and evaluate the state of conservation of heritage properties and the socio-economic development of the surrounding area.329

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La apuesta por incrementar el sentido de pertenencia mediante la apropiación social del patrimonio cultural nos lleva a identificar la interpretación como un modelo válido y por ende recomendable para constituir una gestión eficiente. Esta se conceptúa como una “... actividad educativa que revela el significado y las relaciones a través del uso de los objetos originales, como experiencia primera, y acompañándose de otros medios y métodos de comunicación, para ir más allá de lo que es una mera información”.330 Precisamente, es destacable el hecho que la plataforma comunicacional interpretativa “… no implica únicamente la presentación de un conjunto coherente de datos, sino en el desarrollo de una estrategia comunicacional particularizada para traducir dicha información a distintas personas, transformando el lenguaje técnico del especialista al lenguaje común del público visitante”.331 Pero, la interpretación se inscribe en el contexto de la presentación patrimonial como ocurrencia de una experiencia cultural de calidad desde: – La aproximación del tema a unos amplios y diversificados sectores de público. – La determinación de un argumento y la forma de plantearlo teniendo en cuenta los diferentes perfiles de público a dirigir… – La comunicación atractiva del discurso, utilizando los elementos… posibles para estimular una visita de calidad. – La utilización de las nuevas tecnologías y los lenguajes audiovisuales para comunicar los procesos complejos… – Conseguir el objetivo de emocionar, transmitir sensaciones y conmover a los visitantes...332 ¿Cómo está constituido el proceso de comunicaciones interpretativas? Según Tilden, los principios básicos del proceso de comunicaciones interpretativas son: “La comunicación debe despertar la curiosidad, estimular el interés y captar la atención del público... el comunicante interpretativo deberá transmitir el mensaje respuesta, a la vida corriente de los visitantes... deberíamos revelar el final de la respuesta mediante un punto de vista original e inusual...”.333 De la misma manera, es reconocible como un principio esencial la apuesta por transmitir un mensaje coherente. Justamente dicha coherencia del mensaje se sustenta en “... considerar el diseño... como un escenario en el que hay que contar con los accesorios necesarios para una presencia teatral...”.334 Finalmente, es destacable la necesidad de ofertar una visión de conjunto ya que todo proceso de interpretación debe concentrarse en “... un punto o tema principal, que ofrecerá la “visión de conjunto” de todos los aspectos importantes...”.335 116

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La interpretación como instrumento de gestión permite reducir la necesidad de hacer cumplir las normas y los costes de mantenimiento, canalizar los visitantes a zonas más apropiadas y obtener mayor apoyo público para el organismo interpretador, destacando entre sus principales ventajas: • Favorece la comprensión del usuario por el lugar que visita. • Brinda mejores oportunidades de disfrute... • Reduce el incumplimiento de las normas por... los visitantes. • Reduce la intrusión de la administración en las actividades, manteniendo la sensación de libertad del visitante. • Reduce los costes de operación y mantenimiento. • Favorece a otras unidades de gestión del lugar protegido... • Fortalece la imagen del organismo como resultado de unas relaciones públicas positivas. • Informa al público, y un público bien informado puede tomar decisiones juiciosas respecto de la gestión de su patrimonio... • Permite influir en los movimientos de las personas desde áreas vulnerables hacia otras que puedan soportar mejor el impacto humano. • Puede colaborar en la promoción de un área, donde el turismo sea esencial para la economía de la zona.336 Pero no debemos de dejar de percatarnos lo que implica verdaderamente la activación del patrimonio: “... equivale a articular un discurso que quedará avalado por la sacralidad de los referentes. Este discurso dependerá de los referentes escogidos, de los significados de estos referentes que se destaquen, de la importancia relativa que se les otorgue, de su interrelación... y del contexto...”.337 Es decir, esta activación patrimonial —entendida como elección de referentes y su correspondiente presentación— nunca resulta neutra o inocente.

IV. GESTIÓN DEL PATRIMONIO MONUMENTAL EDIFICADO En general, hablar de gestión implica referirse al manejo de algo que se administra para que genere los mejores resultados posibles. En el ámbito del patrimonio cultural esta gestión deberá “… administrar más allá de la superación del deterioro y/o anulación, repotenciando procesos de rehabilitación, reconocimiento 117

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y disfrute por y para todos, convirtiéndose en un verdadero elemento de desarrollo”.338 Así, podemos definir la gestión del patrimonio cultural como el “... conjunto de actuaciones programadas con el objetivo de conseguir una óptima conservación de los bienes patrimoniales y un uso de estos bienes adecuado a las exigencias sociales contemporáneas”.339 Esta gestión del patrimonio cultural compromete diversos principios, los cuales pueden ser agrupados a partir de cuatro temas generales: “… conceptos de gestión del patrimonio cultural, sostenibilidad, participantes y turismo”.340 La gestión del patrimonio cultural se constituye así en una alternativa estratégica y contemporánea que tienen nuestras sociedades para lidiar con el rol cada vez más importante y complejo que cumple la cultura en sus respectivas configuraciones. De esta manera, las relaciones existentes entre cultura y economía, medios de comunicación, sociedad y/o territorio “… no solo expresan la ampliación del sector cultura hacia contextos que antes no le eran afines sino principalmente expresa, a forma de reto..., una alta complejidad en los procesos que ella implica”.341 De esta manera queda claro que únicamente será posible obtener una ciudad sostenible si “… es que sus ciudadanos tienen la percepción que pueden satisfacer sus expectativas, realizar sus sueños y lograr una mayor calidad de vida”.342 Justamente la gestión contemporánea involucra el logro de resultados contrastables con aquellos propuestos inicialmente, por lo cual —y tal como plantea Gerardo de Jesús Domínguez— se impone una actitud de máximo involucramiento en su logro “... y estos apuntan a la satisfacción total del cliente, tanto en el sector privado como en el sector público. De este manera se identifica la sociedad como nuestro real… cliente”.343 En síntesis, debemos identificar cuáles son los nuevos retos por los cuales discurrirá la atención y énfasis de las actividades de la gestión del patrimonio cultural, los cuales —según la versión de Mikel Etxebarria— pasan por los siguientes ítems: 1. Renovación de la gestión pública en cultura en base a los siguientes ejes de actuación.

A. Dar protagonismo al ciudadano. Él es el… objetivo de nuestros esfuerzos… pasar… a una cultura de calidad en la que el valor supremo es que la administración está para servir y satisfacer a los ciudadanos…



B. Fomentar la cooperación... la necesidad del trabajo conjunto entre las instituciones públicas… así como entre la Administración Pública y las organizaciones culturales.



C. Flexibilidad. Nuestras estructuras, equipamientos y métodos de trabajo deben de ser flexibles, para que nos permitan responder adecuadamente a las demandas cambiantes...

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D. Formación continua de los profesionales y conocimiento de las nuevas tecnologías de cara a mejorar los niveles de gestión.

2. Dar vida a los equipamientos creados. Las actuales tendencias… priman el consumo cultural mediático… hay que hacer una apuesta… para que sean capaces… de hacer frente a las demandas de su entorno fomentando la participación ciudadana de cara a que vuelvan a ser puntos de referencia de la ciudadanía. 3. Estar abiertos a los nuevos ámbitos de cultura. Las prácticas culturales de la ciudadanía van… a campos ‘cuasiculturales’ de los que la gestión cultural no debe ser ajena. 4. Trabajar en mejorar la relación cultura-educación y cultura-medios de comunicación, dos relaciones complejas pero de un gran potencial…”.344 Ello nos conduce indefectiblemente a un nuevo paradigma de la gestión del patrimonio cultural desde la Administración Pública, el cual apela a un accionar más orientador, más generador de consensos y sinergias y de menos omnipresencia y actuación directa. Es decir, nuevas maneras, pero un mismo eje de atención: la ciudadanía. Justamente, los nuevos y complejos escenarios del patrimonio convocan diversos debates entre los cuales destacan por su carácter innovador los referidos al “… rol que juega, puede o debe jugar el patrimonio en su contexto territorial y social —especialmente a las estrategias y las políticas de ordenación y desarrollo territorial— integrando al patrimonio en el desarrollo local”.345 De esta manera, se consolida la visión de una gestión del patrimonio cultural integral e integradora que además de su rol regulador implicará especialmente la implementación de “… un plan de usos y gestión que permita resolver de manera favorable para la sociedad y para el patrimonio el permanente conflicto de la utilización y ocupación del territorio…”.346 También resulta impostergable resaltar un sentido utilitario del patrimonio, es decir que lejos de entenderlo únicamente desde su valor intrínseco, “… es estratégico que para que este ‘invento’ social adquiera ‘sentido social’, la sociedad debe percibirlo útil y necesario”.347 Si la gente deja de identificarle valor y utilidad, probablemente desaparecerá no solo física, sino conceptualmente, tal vez la forma más radical de desaparición. Para ello se debe potenciar su valor de uso en la comunidad: “… que ésta descubra los valores identitarios, culturales, educativos, sociales, turísticos, etc., que se desprenden del patrimonio e intentar que se convierta en un elemento de calidad de vida para los ciudadanos”.348 En ese sentido, es fundamental socializar su uso desarrollando estrategias que permitan su apropiación colectiva. Además, es posible hacer ciertas distinciones en los procesos de gestión asociados a los tipos de patrimonio cultural existentes: material e inmaterial. 119

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Así, la gestión del patrimonio cultural material debe considerar los siguientes estadios: 1. The identification, classification, and documentation of the heritage asset and its components within a defined area. 2. The assessment of the cultural values evoked by the physical fabric of the asset. 3. An analysis of the opportunities and constraints which will have a bearing on the production of a management policy that will in turn direct the conservation of the cultural values of the heritage asset… 4. The implementation of decisions and recommendations devised earlier in the process, including that of ongoing monitoring or detailed recording prior to removal of heritage asset.349 De la misma manera el patrimonio cultural inmaterial requiere un manejo particularizado, tal como lo demuestran Bob McKercher y Hilary Du Cros, en los siguientes pasos básicos: – Identification and Inventory: This will require that governments conduct, support, or encourage surveys on regional, national, and international levels for gathering information to be fed into regional and global registers administered by folklore institutions or organizations… – Conservation:…this concerns the hard culture documentation and storage of intangible heritage to give researchers and tradition bearers access to data, enabling them to understand the process through which tradition changes… – Preservation:…recommendation for measures to guarantee the status and economic support for intangible heritage both in the communities that instigate it and beyond… – Dissemination: This section recommends that measures be taken to disseminate intangible heritage for increased understanding and respect; and for groups for which it forms a part of their cultural identity… – Protection: Intangible heritage comprises the intellectual cultural property and, as such, should be protected in a manner similar to other intellectual property... – International Cooperation: Cooperation is sought between different nation-states to ensure that development and revitalization programs for intangible heritage are carried out appropriately and in a timely and systematic fashion…”.350

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Como colofón de esta aproximación a la gestión del patrimonio cultural es factible identificar —a manera de síntesis— temas principales que pueden constituirse en apuestas estratégicas futuras –muchas de ellas de presente impacto-, como: – Turismo cultural... patrimonio… producto turístico, basado en la propia conservación y en su correcta explotación… – Concertación… la concurrencia competencial… en el ámbito patrimonial… lleva… a una necesidad de colaboración… entre los diferentes niveles de la administración territorial... el horizonte de futuro pasa por: • Promover experiencias más descentralizadas de gestión... • Dotar a los proyectos patrimoniales de capacidad y personalidad propia, vincularlos al territorio... • Favorecer la confluencia en la gestión… conjunta entre los representantes políticos, los profesionales y la sociedad civil. La clave… pasa por introducir los principios de participación, autonomía y descentralización; y por la diversificación... de financiación…

– Subsidiariedad… las relaciones deberían de sustentarse en el respeto a los… niveles competenciales, evitando duplicidades… la aplicación del principio de subsidiariedad… conlleva que todo aquello que puede hacer un nivel inferior, más cercano al ciudadano, no lo asume uno de superior… conlleva que aquellas acciones que puede asumir… la sociedad civil, no se la reserven los poderes públicos…



– Planificación… importante… es la necesidad de trabajar siempre a partir de proyectos, y constar que…tienen un carácter estratégico y… operativo… que promuevan un desarrollo equilibrado...



– Transversalidad y desarrollo… destacable… es… la capacidad que puede tener el patrimonio cultural de actuar en políticas transversales, que pongan de manifiesto la estrecha interrelación existente entre el patrimonio y otros ámbitos competenciales… en una perspectiva… de desarrollo local…



– Sistemas de presentación del patrimonio. En la mediación del patrimonio con el público… se están generalizando las técnicas de interpretación… que se fundamentan en una identificación y segmentación de los públicos, y que ofrezcan lecturas del patrimonio, actividades… e innovadores servicios para el consumo cultural, educativo y turístico, que promuevan la motivación, la emoción y la calidad de la experiencia…

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– Proyectos de desarrollo local. Cualquier estrategia de promoción local y regional que se sustente en proyectos de desarrollo turístico del patrimonio cultural y natural debe tener como objetivo primordial conseguir una doble efectividad: por un lado la preservación de culturas… por el otro, el desencadenamiento de efectos inducidos en el territorio… debe partir del conocimiento e identificación de los recursos patrimoniales; pero… precisa… también saber cuales son los intereses y motivaciones de turistas y visitantes, y recoger las demandas de la población local”.351

En esta perspectiva, de reflexionar y proponer un modelo de gestión del patrimonio cultural Katri Lisitzin y Magnus Ljung identifican que el éxito de integrar los valores patrimoniales en el proceso de toma de decisiones requiere argumentos sólidos y formas innovadoras de comunicación que permitan ganar comprensión y respeto, lo cual resulta estratégico en un medio complejo e imbricado por multiplicidad de actores involucrados: ”…the recognition and identification of significant values is a learning process where competing values have to be made visible and constructively dealt with. Consequently, these values are not static; they are identified and consolidated in a claim-making process. But when the process is consciously designed and facilitated, based on the principles of dialogue and focusing on shared learning, the negotiation of values and interests develop into an interactive learning process instead of an often destructive discursive struggle. In such a process relevant values are identified and accepted. The success of such a new interface depends on how the process is managed, which learning is achieved, more than what has been said and on what grounds. To conclude, the quality and outcomes of decisions made reflects the learning that has taken place”.352 El Marco Institucional de Gestión del Patrimonio representa el conjunto de instituciones y organizaciones públicas y privadas que intervienen en la gestión del patrimonio cultural. Así, como ya es aceptado que la conservación del patrimonio cultural es tarea de todos los actores sociales, esta se plantea como un interés —y por ende deber— compartido y ello explica “…no solo la diversidad de relaciones institucionales que exige y que genera, sino que éstas sean instrumento imprescindible en la gestión de aquel”.353 Ante la crisis del “Estado de Bienestar” surge el “Estado Relacional”, actor sociocultural que replantea la relación público-privado y que asume “…el rol de liderar, orientar y gestionar redes de organizaciones, tanto públicas como privadas. En esta nueva dinámica relacional, en el centro está el ciudadano como sujeto activo de derechos y no como beneficiario…”.354 ¿Cuál es el resultado? Un modelo organizacional de Estado “más modesto” que va retirándose de ciertos campos de acción cultural que ha venido desarrollando, lo cual no implica desentenderse de sus obligaciones sino más bien gestar “nuevas institucionalidades” producto de la acción conjunta entre instituciones públicas estatales y paraestatales, no gubernamentales y/o del tercer sector. Este “nuevo Estado” persigue “…objetivos y resultados estratégicos…, delega al sector privado la prestación de servicios pú122

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blicos, da prioridad a acciones para la captación de recursos financieros más que realiza gastos públicos y transforma los ciudadanos en consumidores”.355 A ello debe adicionarse la descentralización en la toma de decisiones y de las responsabilidades políticas, con un énfasis especial en la participación de la sociedad en la elección de las alternativas de desarrollo. Con relación a las instituciones y organizaciones gestoras comprometidas con el patrimonio cultural, es necesario identificar que el marco general respectivo se estructura en diferentes niveles, análogamente a la estructura jurídica. “Estos niveles, en función de la organización administrativa y territorial de cada país y su entorno geográfico, pueden variar entre tres o cinco (internacional, supraestatal, estatal, autonómico, y local…)”.356 Simultáneamente, las distintas instituciones, intervinientes en la gestión del patrimonio cultural, se organizan universalmente, bajo las siguientes modalidades: • Organizaciones e instituciones gubernamentales e intergubernamentales • Organismos gubernamentales • Organizaciones profesionales • Organizaciones e instituciones privadas En este contexto, ¿Cuál es la relación entre la ley y las instituciones? Para poder gestionar eficazmente el patrimonio cultural resulta fundamental soportarse en el marco legal moderno y coherente. “A los tradicionales niveles local (y/o regional) y nacional se añade en el siglo XX un nivel supraestatal que promueve una verdadera legislación internacional con relación al patrimonio cultural”.357 El nivel jurídico supraestatal o internacional se origina con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial ante el destrozo ocasionado a los bienes patrimoniales. En ese contexto, los países reaccionaron positivamente a la unión de esfuerzos para preservar este patrimonio para el presente y el futuro, destacando el hecho que “…los estados miembros de organizaciones supranacionales como la ONU reconocieron que… existe un tipo de bienes… especialmente amenazados que llamamos bienes culturales, cuyo carácter especial les confiere un valor superior intemporal y universal, que requieren ser protegidos por todos los estados conjuntamente ya que son herencia común de toda la humanidad”.358 La Convención de La Haya de 1954 explicitó la nueva figura del “daño al patrimonio cultural de toda la humanidad”. Las décadas que siguieron a la posguerra vieron incrementarse las amenazas sobre el patrimonio cultural, para lo cual se incrementó también la protección global a los derechos de autor así como a los derechos colectivos de las comunidades 123

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menos favorecidas por el desarrollo. Como solo los Estados son soberanos, el valor de plantear la salvaguarda del patrimonio cultural a nivel supraestatal se sustenta en dos aspectos: “…por un lado, en la misma unión de esfuerzos, el compromiso conjunto alcanzado, así como en la voluntad que del mismo demanda hacer frente…; por otro en la asunción de una doctrina que hablaba por primera vez de la existencia de un patrimonio común para toda la humanidad”.359 Tras la ONU —y especialmente a través de su organización UNESCO– otras organizaciones supraestatales —de escala regional— iniciaran actuaciones con el mismo tenor. En este nivel jurídico supraestatal destaca el rol que viene cumpliendo la UNESCO, la cual fue creada en 1946, en París y se inspiraba en los principios de la declaración Universal de los Derechos Humanos. La UNESCO ha trabajado en la defensa del patrimonio cultural como organización de la ONU para la promoción de la educación, la ciencia y la cultura. Su División del Patrimonio Cultural —perteneciente al Sector de Cultura de la UNESCO— está encargado “…de velar por los bienes culturales y los museos, y administrar las correspondientes campañas internacionales. También ejecuta proyectos operacionales en cooperación con el Centro del Patrimonio Mundial, el ICCROM y el ICOMOS”.360 La Conferencia General de la UNESCO ha producido dos tipos de documentos jurídicos proteccionistas: las Convenciones y las Recomendaciones. Las Convenciones son “…tratados multilaterales destinados a reforzar protección del patrimonio cultural de los pueblos en todo el mundo”.361 Se trata de la “Convención para la protección de los bienes culturales en caso conflicto armado” (Conferencia de La Haya de 1954), la “Convención sobre las medidas que han de adoptar para prohibir e impedir la exportación, importación y transferencias de propiedad ilícita de bienes culturales” (Conferencia de París de 1970) y la “Convención sobre la protección del patrimonio cultural y natural del mundo” (Conferencia de París de 1972). Son documentos jurídicos “…vinculantes para los estados signatarios, que afectan al dominio de las relaciones internacionales entre estos estados. Su ratificación implica que las medidas convenidas deberán ser incorporadas a la legislación propia de estos Estados”.362 Las recomendaciones no son “…documentos jurídicamente vinculantes si no que únicamente tienen un carácter orientativo o indicativo, como su nombre sugiere, por lo que los estados podrán aplicar a voluntad los influyentes criterios que establecen”.363 Las principales recomendaciones emitidas por la UNESCO son las siguientes: – Recomendación que define los principios internacionales de aplicación en materia de yacimientos arqueológicos (Conferencia de Nueva Delhi de 1956). – Recomendación sobre los medios más eficaces para hacer accesibles los museos a todo el mundo (Conferencia de París de 1960). 124

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– Recomendación sobre la salvaguarda de la belleza y carácter de los paisajes y los lugares (Conferencia de París 1962). – Recomendación sobre las medidas que se han de tomar para prohibir e impedir la exportación, importación y transferencia de propiedades ilícita de bienes culturales (conferencia de París de 1964). – Recomendación sobre la preservación de bienes culturales en peligro por la realización de obras públicas (Conferencia de Paris 1968). – Recomendación sobre la protección a nivel nacional del patrimonio cultural y natural (Conferencia de París 1972). – Recomendación sobre el intercambio internacional de bienes culturales (Conferencia Nairobi de 1976). – Recomendación sobre la salvaguarda de conjuntos históricos y tradicionales (Conferencia de Nairobi de 1976). – Recomendación sobre la protección de bienes naturales muebles (Conferencia de París de 1978). – Recomendación para la salvaguarda de la conservación de las imágenes en movimiento (Conferencia de Belgrado de 1980). – Recomendación para la salvaguarda de la cultura tradicional y el folclore (Conferencia de 1987). Con relación al patrimonio cultural material la UNESCO: • trabaja en la protección del patrimonio en peligro: monumentos, sitios, patrimonio urbano y edilicio, museos y colecciones, bibliotecas, archivos, documentos y material de archivos; sectores históricos rurales, regiones costeras y patrimonio territorial, patrimonio subacuático. • desarrolla programas para proteger el patrimonio cultural, tales como el del Patrimonio Mundial en Peligro y el de Sitios del Patrimonio Mundial. La UNESCO ha protegido muchos sitios culturales y naturales del Patrimonio Mundial, asegurando que las generaciones futuras puedan heredar dichos testimonios del pasado. Con relación al patrimonio cultural inmaterial la UNESCO:

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• “…En 1989… reconoció formalmente el componente intangible del patrimonio… componente que para muchos grupos… constituye la fuente principal de su identidad, profundamente enraizada en el pasado. • …promueve la salvaguardia y la difusión del patrimonio intangible mediante actividades de inventariado y de recolección, brindando apoyo a redes de organizaciones especializadas, programas de capacitación y festivales de artes tradicionales… Recientemente… ha incitado a los países miembros a implementar programas nacionales de salvaguardia, relacionados… con el patrimonio en peligro, tomando como referencia la Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura y el Folclore Tradicionales aprobada el 15 de noviembre de 1989, por la Conferencia General de la UNESCO”.364 Una entidad gubernamental de especial importancia para el espacio iberoamericano es la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), la cual responde al mandato constitucional español que reconoce a la cultura como un derecho fundamental y que incluye entre sus estrategias de cooperación al desarrollo los programas específicos de conservación del patrimonio cultural, “… inscritos en las políticas de desarrollo económico sostenible, de lucha contra la pobreza y la desigualdad y —ulteriormente— de generalización del bienestar”.365 En ese sentido, España cuenta con una importante tradición de potenciación de los bienes culturales como recursos estratégicos socialmente rentables y aporta a Ibero América en una doble perspectiva: orientar y/o mejorar la coordinación interinstitucional; y fomentar y/o consolidar redes de especialistas que permitan el intercambio de información y de experiencias profesionales y de buenas prácticas. Dicha apuesta se soporta en el reconocimiento de las potencialidades del patrimonio cultural y de los beneficios que genera su desarrollo, tales como: – Recuperación de la memoria histórica, promoción de la autoestima, consolidación de la identidad cultural y generación de cohesión social. – Contribución a la gobernabilidad y fortalecimiento institucional. – Mejora de las condiciones urbanísticas y de habitabilidad e infraestructuras. – Generación de actividad económica, inversiones y empleo en diversos sectores (formación de especialistas, cultura, hostelería, turismo, servicios...). – Incremento de los niveles educativos.366 El vigente Programa de Preservación del Patrimonio Cultural en Iberoamérica desarrolla un método de actuación basado en 3 modalidades: la Revitalización Integral de Centros Históricos, la Restauración de Monumentos y las EscuelasTaller. Justamente, la nueva etapa del Programa de Patrimonio de la AECI ha generado un novísimo impulso, especialmente ante los retos que plantea la lucha contra la pobreza. En esa línea son reconocibles formas de favorecer el desarrollo 126

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humano a través de la puesta en valor y gestión sostenible del patrimonio cultural tales como: • “Identidad y diversidad cultural: El patrimonio cultural resulta determinante para la vertebración, cohesión social y sentido de pertenencia de las comunidades... La defensa de la identidad y diversidad cultural constituye,... un creciente desafío actual frente a los riesgos de homogeneización inherentes a la globalización. • Mejora de la calidad de vida: La puesta en valor del patrimonio, sobre todo en el caso del edificado y natural, bajo una óptica social, beneficia directamente a... poblaciones afectadas,... en sus condiciones materiales de vida, y también en términos de autoestima y valoración de su entorno. • Generación de actividad económica, inversiones y empleo en diversos sectores: El patrimonio cultural es un recurso potencialmente generador de actividades e ingresos... ofreciendo una perspectiva más allá de la simple supervivencia..., siempre que dicho recurso sea gestionado sosteniblemente y con criterio social y participativo. Son varios los posibles beneficios económicos derivados: Comercialización y generación de empleo en servicios y productos relacionados con el bien patrimonial; actividades de preservación, mantenimiento y rehabilitación, etc. Indirectamente la revalorización inmobiliaria provocada por la mejora económica y ambiental en el entorno patrimonial... puede generar otros beneficios: atracción de inversión privada y pública, aumento del valor de las propiedades y de la recaudación de los gobiernos locales. Todos esos beneficios,... en una óptica de lucha contra la pobreza, deben encausarse a favor de la población más desfavorecida... evitando que supongan nuevos estímulos para la exclusión y la desigualdad. • Mejora de la gobernabilidad: Las acciones públicas de preservación y gestión del patrimonio pueden contribuir al fortalecimiento de las capacidades de las administraciones locales, la cooperación interinstitucional y con el sector privado, así como la participación y la movilización de la sociedad civil”.367 El Financiamiento implica abordar la temática del soporte económico necesario para apuntalar los esfuerzos propatrimonio cultural implica nuevas actitudes y aptitudes que lamentablemente han sido infrecuentes entre nosotros: “…the concerted efforts of these institutions, cultural heritage has benefited very little from an economic point of view. In other words, preservation efforts have not taken into account the conditions necessary to sustain patrimony. And when sustainability is in question, preservation itself is in danger”.368 En este contexto es donde se insertan las técnicas de gestión empresarial o “management” como respuesta a las exigencias del mercado, las cuales se configuran estratégicas porque hasta no hace mucho tiempo en Latinoamérica se desatendió el desarrollo sistemas adecuados de gestión de los bienes patrimoniales. Estos nuevos modelos trascienden 127

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los prejuicios y esquemas previos y permiten reconocer mayores y mejores posibilidades para los bienes patrimoniales, mostrando su potencial e inscritos en el desarrollo sostenible. Así, los grandes temas que afectan a la sociedad, también afectan al patrimonio cultural: “…los cambios sociales, la optimización de los recursos, la apuesta por la calidad y la excelencia, la necesidad de rentabilizar las inversiones”.369 Dicho “management” responde a los retos de este ambiente competitivo, dinámico y cambiante y se halla constituido por el mercado, a partir de sus tres características esenciales: “En él… se producen transacciones individuales, puesto que… los bienes y servicios suministrados… permiten ser… consumidos individualizadamente. Los oferentes de bienes y servicios perciben… compensación monetaria de los compradores... En él… se da una situación de competencia… al presentarse varios oferentes y varios demandantes con capacidad de elegir... De esa capacidad… dependerá el volumen de recursos monetarios que obtengan..: la asignación de recursos que el mercado realiza está en función directamente proporcional al grado de competitividad alcanzado por cada ofertante”.370 Por ende, en un contexto de mercado, el valor de un producto o servicio es determinado no por el ofertante sino por el comprador potencial, ya que la valoración es subjetiva y personal, por lo cual no basta con ofrecer bienes y servicios que tengan valor, sino que resulta indispensable diferenciar su oferta de las de sus competidores, para obtener la elección final. Es decir, el valor atribuido por el comprador resulta relativo ya que no sólo depende de sus características. Por ello, la importancia de la ventaja competitiva conseguida se soporta en su capacidad de proporcionar un valor diferencial a sus consumidores con relación a la competencia. El beneficio así juega un doble rol: “…por una parte como incentivo a la actuación empresarial; por otra parte como indicador de la capacidad… para satisfacer mejor que sus competidores las necesidades de los clientes y para la gestión adecuada de los propios recursos”.371 La legitimidad de la utilidad radica en esa capacidad de generar valor y hacerlo mejor. Es exacto reconocer que el patrimonio cultural es un bien social en manos de disímiles propietarios públicos y privados, institucionales y particulares y que se halla tutelado por el Estado, lo cual no implica que deba gestionársele unilateralmente, sino es el espectro heterogéneo de la sociedad —representada por instituciones y personas comprometidas— el que debe intervenir en las decisiones. En ese marco, “…corresponde a las instancias públicas facilitar el diálogo y la coordinación en busca de la creación de políticas adecuadas”.372 Asimismo, las medidas fiscales y reguladoras -competencia exclusiva de las instancias públicasson instrumentos decisivos para propiciar o frenar el desarrollo del patrimonio. De la misma manera, el mercado puede devenir en elemento decisivo para asignar recursos mediante la demanda de los bienes patrimoniales, reafirmando la concepción que una gestión adecuada del patrimonio puede hacerlo rentable, trascendiendo la usual percepción como “sector únicamente sustentable vía subvenciones”. 128

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Aquí surge el “Management público”, entendido como la “...tarea de intentar maximizar el valor creado por la actuación de los poderes públicos...”373 permite perfilar el carácter distintivo del management público, al reconocer la naturaleza cualitativamente diferente de su producción y de los mecanismos de creación de valor para la sociedad. Pero, ¿en qué consiste dicha tarea y quiénes son los responsables de sus actuaciones? Una definición de management lo propone como la “...asunción de la responsabilidad por los resultados del funcionamiento de un sistema...” , sistema que comprende desde una organización individual, hasta una trama de actores públicos y privados, que constituyen la denominada –desde el mundo anglosajón- “policy network”. Esta red es “…especialmente necesaria desde el momento mismo cuando se plantea la necesidad de elaborar los programas. Deberá ser extensa, ya que su eficacia se sustenta en la incorporación de los diversos actores comprometidos…”375: en el sector público a la administración en sus diversos niveles y en el sector privado a las entidades que puedan intervenir eficazmente en la elaboración y ejecución de las acciones. Con esto podemos terminar de definir al management público como la “...asunción de la responsabilidad por los resultados del funcionamiento de un sistema o subsistema colectivo...”376, la cual se caracteriza por ser una actividad orientada a lograr resultados mediante otras organizaciones. La creación de un nuevo marco de responsabilidad para la gestión pública constituye la columna vertebral del proyecto de modernización administrativa. Así, la responsabilidad externa es ejercitada esencialmente vía los mecanismos de control político-democráticos, aunque su aplicación siendo esencial —como práctica legitimizadora— resulta insuficiente en términos gestionarios de eficacia y eficiencia. Es destacable que “…en los programas de modernización de la administración, se opte por un sistema mixto de gestión, con financiación pública de las políticas y prestación de servicios de la ejecución del programa confiada al mejor oferente, con lo cual el Estado renuncia a ser el gran empresario que asume todas las responsabilidades de implementación”.377 Este financiamiento público es parcialmente conveniente porque en la gestión del patrimonio cultural es reconocible que “...los recursos públicos serán siempre escasos y que la sociedad posee gran cantidad de recursos y un creciente interés por esos temas culturales”.378 Así, en lugar de monopolizar tales recursos con una fiscalidad asfixiante y normas reguladoras restrictivas, el Estado debe “... abrirse a la sociedad para buscar junto a ella las políticas movilizadoras de todos los recursos y los sistemas de gestión más adecuados en orden a conseguir... una verdadera economía de la cultura mediante una gestión moderna y dinámica”.379 Es identificable que el fin perseguido es reemplazar los mecanismos de control político-burocrático por los mecanismos de control mediante principios de mercado, los cuales representan un estímulo externo para una gestión más racional y eficiente, estrategia con significativas implicancias para las organizaciones públicas, tales como: – Un cambio de cultura organizativa:.. la cultura de la responsabilidad se orientará a la consecución de resultados, a estimular la responsabilidad personal, a 129

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dar prioridad al servicio del ciudadano, a crear conciencia de costes y a favorecer la innovación y mejora continuas. – El reconocimiento de la legitimidad de la función general: en contraste con la estricta separación entre política y administración… la Gerencia Pública aparecerá como un espacio “intermedio”... – La utilización de nuevos instrumentos de gestión:..., requiere instrumentos que permitan la dirección y el control... Estos… son: un marco de planificación estratégica y presupuestario que permita establecer los objetivos que han de alcanzarse y el modo de relacionarlos con los objetivos corporativos:...sistemas de información y control adecuados, que permitan el seguimiento de los recursos de la unidad y de su progreso hacia la consecución de los objetivos, y la toma de decisiones correctoras...380 El “management público” así está constituido a través de una doble y simultánea dimensión: un conjunto de técnicas o instrumentos de gestión y por otro, un orden cultural e ideológico que legitima las prerrogativas propias de la gestión. Sus referentes más vigentes son: – El modelo francés de empresas culturales autónomas estatales, gestionadas según el patrón de empresas de mercado. – El modelo anglosajón, que contrata empresas privadas para la realización de los programas. – El modelo italiano, novísima iniciativa mediante la “Sociedad Italiana de Bienes Culturales” (SIBEC) de capital mixto y que admite incluso la presencia de inversionistas extranjeros.381 En el sentido de construcción del binomio cultura-economía, es importante reconocer las posibilidades de la cultura como generadora de desarrollo económico: “elle ouvre des marchés; elle crée des ressources nécessaires à l‘amélioration de la qualité des produits et donc à leur compétitivité, elle permet une meilleure intégration sociale; elle sert de base d‘activité et de croissance pour de nombreux territoires”.382 Finalmente, para fomentar la constitución de una mejor relación entre lo público y lo privado, es necesario lograr tres condiciones básicas —en opinión de John Crompton— las cuales son: – La actitud ante la otra parte: no se puede entrar en una dinámica de diálogo con… una actitud de confrontación basada en prejuicios tradicionales…, sospechas… y reproches.

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– El grado de definición de la política de actuación del ente público en materia cultural y de implantación-participación del sector privado: el ente público ha de tener muy claro en que parámetros está dispuesto a negociar con el sector privado. – La definición de una política clara de tarifas cuotas o tasas a abonar por la ciudadanía… tema clave… que exige un radical cambio de esquema mental con respecto al papel que los precios políticos juegan en el fomento de la cultura, y… en las posibilidades reales de desarrollar un sector privado cultural cada vez más consolidado en sus relaciones directas con la ciudadanía.383 El marco de la gestión económica del patrimonio cultural exige soportar parte importante de la reflexión sobre la financiación, la cual resulta la acción de brindar o proveer recursos económicos para la creación y el desarrollo de cualquier actividad. La gestión de patrimonio cultural adquiere actualmente una clara dimensión económica como “…potencial génesis de renta y trabajo, entendiendo renta como ingresos obtenidos de la explotación económica del patrimonio-recurso, y trabajo como promoción de nuevas profesiones consustanciales”.384 Además, es estimable la consecuencia multifacética sobre el sistema educativo de la puesta en valor y uso del patrimonio cultural. El futuro del patrimonio cultural como recurso económico se halla largamente garantizado en la medida que la “… demanda de bienes culturales en todo el mundo crece a gran ritmo…”.385 Las nuevas facilidades para viajar, el incremento del tiempo libre y la renovada ansia por crecer culturalmente aseguran la creciente demanda de consumo cultural supranacional, lo que permite conservar altas expectativas en un desarrollo cuantitativo y cualitativo sostenido. Pero tampoco hay que arriesgarse inocentemente sin considerar todo lo que conlleva el “negocio” del patrimonio. En primer lugar, la economía no puede sustituir a los valores de la cultura: hay que dar a la cultura lo que es de la cultura y a la economía lo que es de la economía. Una apuesta económica excluyente puede ser contraproducente al perjudicar y empobrecer al bien patrimonial. El patrimonio cultural no es ni puede ser una mercancía como cualquier otra. Y en este contexto, ¿cuál es el rol que juega el Estado en el financiamiento? El rol que ha asumido tradicionalmente el Estado en la gestión del patrimonio cultural, ha causado un divorcio entre economía y cultura. Así, el dominio tradicional de lo público en este terreno… representado por el Estado centralista…, y la preeminencia de las prácticas tradicionales de administración y tutela del patrimonio, en las que la vertiente conservacionista sobresalía, ya no responde a las demandas de la sociedad plural del presente”386, la cual se formula justamente en una doble perspectiva en el campo del patrimonio: “…entender la cultura como un ‘valor en alza’ entre los valores que perfilan el llamado “Estado del bienestar”, y evaluar adecuadamente el coste económico que representa el goce social de la cultura”.387 131

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Así, es reconocible que con relación a la mejora de la financiación cultural se necesitan nuevas fuentes, aunque ello no signifique una exoneración del compromiso presupuestario, sino una atención aún más importante de la administración pública a las necesidades de sectores desfavorecidos, porque resultan menos atractivos para la intensiva inversión privada. Esto pasa por la ponderación de las iniciativas y fondos públicos como elementos que han permitido lograr un impulso a la vida cultural merced a la creación de infraestructuras y programas de actividades en un contexto de crecimiento progresivo de las iniciativas del sector privado. Ello se genera por la falta de recursos públicos ante la demanda creciente de productos y servicios culturales y la voluntad de instituciones privadas en colaborar en dicho financiamiento. Por ende, la exigencia social de una mayor eficiencia de lo público y de proveer un mayor protagonismo a modelos alternativos de gestión del patrimonio cultural con mayor participación de lo privado, son hechos ya incuestionables en nuestra sociedad. Sin embargo, todo esto no le roba protagonismo al Estado, sino que le provee un nuevo lugar: “Si el patrimonio tiene que seguir cumpliendo su triple cometido como bien público en una sociedad democrática moderna, servir a la memoria colectiva, contribuir a la educación de todos en valores y afectos, y proporcionar recursos a su industria cultural, poca duda cabe de que seguirá dependiendo en gran parte de la administración pública”.388 Un enfoque actual sobre la financiación de la gestión del patrimonio cultural pasa por “… asumir sin prejuicios la dimensión social del patrimonio, con sus cargas consustanciales, mientras se genera espacio para el desarrollo de formas de gestión abiertas y participativas que faciliten la emancipación de la tutela estatal y una mayor orientación al mercado…”389, en especial en aspectos de la gestión relacionados con la divulgación. Así, la lógica de la financiación del patrimonio, puede entenderse a partir de algunas premisas planteadas por Josep Ballart y Jordi Juan-Tresserras: a. Todo lo que tiene que ver con la preservación, conservación y mantenimiento de los bienes patrimoniales… incluida la documentación, debería garantizarse por la parte del Estado,…, el montante global correspondiente… viene a significar… unos dos tercios del coste total… ésta vertiente constituye un semillero potencial muy rico en posibilidades de ocupación cualificada. b. Todo lo que tiene que ver con… la investigación… está incluido en el apartado anterior, y… goza de sus propios sistemas de financiación. Esta… también procedente de fondos públicos y fluye fundamentalmente vía… mundo académico... Se entiende que la función investigadora… representa una inversión a fondo perdido en valor de conocimiento que solamente puede producir un valor económico de uso a largo plazo… c. La vertiente de divulgación/comunicación del patrimonio…, se muestra a través de los programas educativos y las actividades de divulgación…, dirigidas

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al gran público. Este es el ámbito… más propenso a la emancipación… estatal, donde las organizaciones deben procurar valerse por sí mismas y obtener fuentes alternativas de financiación, sabiendo que… compiten por su audiencia en el mercado del ocio y el entretenimiento,... en tanto que la educación es un derecho universal,… también en esta vertiente el Estado tiene que… contribuir…390 Cada vez más claramente se entiende que el ámbito de los bienes patrimoniales no es un espacio improductivo para la economía nacional, lo cual debe generar “…un replanteamiento del Estado hacia un rol líder en el desarrollo del patrimonio cultural, que lo ayude a superar definitivamente sus dificultades históricas y lo sitúe —con el apoyo de la iniciativa privada— en el lugar que le corresponde dentro de una sociedad moderna, democrática y socialmente sensible”.391 Entonces, ¿cómo se configura la relación entre los dineros del patrimonio: ingresos propios versus ingresos ajenos? Dora Arízaga indica que al desagregar las vertientes tradicionales que generan los ingresos públicos se debe considerar: • “Recursos propios de una institución: relativos a dotaciones presupuestarias, donaciones, recaudación de tasas o impuestos específicos para el área o sector del programa o proyecto. • Organismos no gubernamentales (ONG): fundaciones o asociaciones de la sociedad civil que cuentan con recursos financieros de diversas fuentes para la ejecución de proyectos específicos. • Relaciones bilaterales: asignaciones no reembolsables de gobiernos amigos para programas o proyectos orientados al cumplimiento de algún objetivo o líneas acordadas y negociadas entre países. • Organismos Nacionales de Crédito: líneas disponibles en los bancos locales u organismos financieros de desarrollo para apoyar a las instituciones locales y regionales en proyectos de desarrollo. • Organismos Multilaterales de Crédito: apoyo con financiación y asistencia técnica para el desarrollo de los países, con líneas y destinos determinados en diferentes áreas y aspectos que constan en las agendas de los gobiernos de los diferentes Estados miembros, como programas prioritarios. Se destacan el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)…, la Corporación Andina de Fomento, entre otros. • Sector privado y gremios, que se pueden convertir en fuentes potenciales de financiación, siempre y cuando el bien patrimonial pueda ser utilizado como generador de rentabilidad”.392 133

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

NOTAS STATSNY, Francisco: La preservación del arte colonial en el Perú, Exposición presentada con motivo del Seminario Patrimonio cultural del Perú: Balance y perspectivas, organizado por FOMCIENCIAS 1986, Lima Perú, p. 163.

210

NÚNEZ, Tirza, Problemática del Proceso de Registro del Patrimonio Cultural, Cusco, Trabajo de investigación del curso Diagnóstico y Evaluación del Patrimonio. Maestría en Arquitectura mención en Conservación de Monumentos y Centros Históricos. Escuela de Postgrado, Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, Cusco, 2010, p. 1.

211

CASTILLO, Diana, Reflexión sobre los procesos de registro e inventario del patrimonio cultural edificado, Cusco, Trabajo de investigación del curso Diagnóstico y Evaluación del Patrimonio. Maestría en Arquitectura mención en Conservación de Monumentos y Centros Históricos. Escuela de Postgrado, Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, Cusco, 2010, p. 1.

212

Loc. Cit.

213

Loc. Cit.

214

Loc. Cit.

215

NÚNEZ, Tirza, Problemática del Proceso de Registro del Patrimonio Cultural, Op. Cit., p. 3.

216

Loc. Cit.

217

Ibid. pp. 3-4.

218

Ibid., p. 1.

219

CASTILLO, Diana, Reflexión sobre los procesos de registro e inventario del patrimonio cultural edificado, Op. Cit., p. 2.

220

Loc. Cit.

221

Ibid. p. 2.

222

Ibid. pp. 2-3.

223

Ibid. p. 3.

224

Loc. Cit.

225

Loc. Cit.

226

NÚNEZ, Tirza, Problemática del Proceso de Registro del Patrimonio Cultural, Op. Cit., p. 6.

227

CASTILLO, Diana, Reflexión sobre los procesos de registro e inventario del patrimonio cultural edificado, Op. Cit., p. 3.

228

134

José Carlos Hayakawa Casas

Ibid. p. 4.

229

Loc. Cit.

230

Loc. Cit.

231

Ibid. p. 5.

232

Ibid. p. 2.

233

Loc. Cit.

234

ÁVILA, José, Diagnóstico y Evaluación del Patrimonio, Cusco, Trabajo de investigación del curso Diagnóstico y Evaluación del Patrimonio. Maestría en Arquitectura mención en Conservación de Monumentos y Centros Históricos. Escuela de Postgrado, Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, Cusco, 2010, p. 3.

235

Ibid., p. 4.

236

CASTILLO, Diana, Reflexión sobre los procesos de registro e inventario del patrimonio cultural edificado, Op.Cit., p. 5.

237

ÁVILA, José, Diagnóstico y Evaluación del Patrimonio, Op.Cit., p. 4.

238

Ibid. p. 5.

239

Loc. Cit.

240

CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson, Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 55.

241

COLEGIO DE ARQUITECTOS DE MADRID, Curso de Patología, conservación y restauración de edificios, Madrid, t. I, pp. 37-38

242

CARRIÓN, Fernando: Centro Histórico de Quito: Notas para el desarrollo de una política urbana alternativa, Exposición presentada con motivo del International Seminar On The Conservation Of Cultural Properties Within Urban Environment organizado por el Proyecto Regional de Patrimonio Cultural y Desarrollo PNUD – UNESCO / Municipio de Quito / Instituto Nacional de Patrimonio Cultural Ecuador / The Getty Conservation Institute 15-XI-1990, Quito Ecuador, p. 257.

243

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 202.

244

CARRIÓN, Fernando: Centro histórico de Quito: Notas para el desarrollo de una política urbana alternativa, Op.Cit. p. 258.

245

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 203.

246

CARRIÓN, Fernando: Centro histórico de Quito: Notas para el desarrollo de una política urbana alternativa, Op.Cit. p. 258.

247

135

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Ibid. p. 259.

248

Loc. Cit.

249

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 203.

250

CARRIÓN, Fernando: Centro histórico de Quito: Notas para el desarrollo de una política urbana alternativa, Op.Cit. p. 258.

251

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 204.

252

Ibid. p. 260.

253

GONZÁLEZ-VARAS, Ignacio: Conservación de bienes culturales. Teoría, historia, principios y normas, Op. Cit., p. 54.

254

Loc. Cit.

255

CARRIÓN, Fernando (editor): Desarrollo cultural y gestión en centros históricos, Op. Cit., p. 12.

256

PNUD / UNESCO: Convenciones y recomendaciones de la UNESCO sobre la protección del patrimonio cultural, Edición española, Proyecto Regional de Patrimonio Cultural y Desarrollo PNUD / UNESCO, 1986, Lima Perú, p. 209.

257

DE LA CALLE, Manuel: La ciudad histórica como destino turístico, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 2002, p. 158.

258

CARRIÓN, Fernando (editor): Desarrollo cultural y gestión en centros históricos, Op. Cit.,, p. 9.

259

Ibid. p. 182.

260

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 246.

261

Ibid. p. 247.

262

CÁRDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson: Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 41.

263

CARRIÓN, Fernando (editor): Desarrollo cultural y gestión en centros históricos, Op. Cit., p. 179.

264

CEPROMUR: Deterioro urbano y tugurización, Centro de Promoción Urbana, Lima, 1994, p. 7.

265

DIRECCIÓN GENERAL DE DESARROLLO URBANO / VICEMINISTERIO DE VIVIENDA Y CONSTRUCCIÓN – MINISTERIO DE TRANSPORTES, COMUNICACIONES, VIVIENDA Y CONSTRUCCIÓN: Desarrollo urbano, medio ambiente y gobiernos locales, Lima, 1996, pp. 5-6.

266

136

José Carlos Hayakawa Casas

COLEGIO DE ARQUITECTOS DEL PERÚ: “El deterioro de los centros históricos”. En: REVISTA CAP - Revista del Colegio de Arquitectos del Perú, Lima, (3), 2003, p. 8.

267

SARAVIA, Mario: Deterioro urbano y tugurización. A propósito de la recuperación del Centro Histórico de Lima, En ½ DE CONSTRUCCION, Lima, (146), 1999, p. 19.

268

ROJAS, Eduardo y DE MOURA CASTRO, Claudio En: http://www.iadb.org/exr/cultural/index.html

269



HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 252.

270

CEPROMUR: Deterioro urbano y tugurización, Op. Cit., pp. 17-18.

271

272

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 253.

CARDENAS, Florelí y ORTIZ, Robinson: Centros Históricos: Problemas y posibilidades, Op. Cit., p. 48.

273

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 253.

274

Loc. Cit..

275

COLEGIO DE ARQUITECTOS DEL PERÚ: El deterioro de los centros históricos, Op. Cit., p. 8.

276

DIRECCIÓN GENERAL DE DESARROLLO URBANO / VICEMINISTERIO DE VIVIENDA Y CONSTRUCCIÓN–MINISTERIO DE TRANSPORTES, COMUNICACIONES, VIVIENDA Y CONSTRUCCIÓN: A propósito de la Recuperación del Centro Histórico de Lima, Lima, 1998, pp.7-8.

277

En: http://ladb.unm.edu/econ/content/momeco/1997/september/desarrollo.html

278

HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural y Centros Historicos latinoamericanos. Tendiendo puentes entre el patrimonio y la ciudad, Op. Cit., p. 255.

279

HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 104.

280

CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Murcia, Editorial KR , 1998, pp. 187-188.

281

HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 105.

282

GOTOPO, Giovanni: Promoción del patrimonio cultural usando el video en la Educación No Formal para el fomento y rescate de la identidad, Exposición presentada con motivo del VIII Coloquio Mundial de la Organización de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad: “Patrimonio de la Humanidad, Patrimonio con Humani-

283

137

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

dad”, organizado por Organization of World Heritage Cities, The Getty Conservation Institute y Municipalidad Provincial del Cusco X-2005, Cusco Perú, p. 45. CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 189.

284

Loc. Cit.

285

ROVETTA, Alessandro: Dos factores para la conservación de los bienes culturales: la identidad de los lugares y la formación de los operadores, Exposición presentada con motivo de la I Convención Internacional: Cultura para el desarrollo, conservación, gestión, promoción y valoración de bienes culturales, organizada por la Universidad Católica Sedes Sapientiae, la Comisión Episcopal para los Bienes Culturales de la Iglesia y el Consorzio Beni Culturali ITALIA Cultura 16-17-I-2003, Convento de Los Descalzos, Lima Perú, p. 3.

286

CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 189.

287

Ibid. p. 189.

288

HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 107.

289

BARBERO, Jesús: Comunicar entre culturas en tiempo de globalización, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (4), 2004, pp. 24-25.

290

CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 191.

291

Loc. Cit.

292

Ibid. p. 193.

293

HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 108.

294

Ibid. p. 194.

295

Loc. Cit.

296

Ibid. p. 195.

297

Loc. Cit.

298

HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 109.

299

Ibid. p. 110.

300

CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 195.

301

MIER, Raymundo, Apud., MORENO, María de los Ángeles, En: http://www.conservacionyrestauracion.inah.gob.mx/sin_frames/core/htme/ core007010601.html

302



138

José Carlos Hayakawa Casas

CERRILLOS, María, Apud. CONVENIO ANDRES BELLO: Somos patrimonio: 17 experiencias exitosas de apropiación social del patrimonio, Santa Fe de Bogotá, Convenio Andrés Bello, 1998, pp. 11-12. 304 CONVENIO ANDRES BELLO: El patrimonio es algo vivo, Op. Cit., p. 4. 305 HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 113. 306 Loc. Cit. 307 CONVENIO ANDRÉS BELLO: Concepto CAB de patrimonio, En V PREMIO CAB. SOMOS PATRIMONIO - Publicación del Convenio Andrés Bello, Bogotá D.C., 2003, p. 2. 308 HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 114. 309 CRESPO, Hernán, Apud. RINCÓN, Fabio (editor): Memorias Cátedra UNESCO. Gestión integral del patrimonio en Centros Históricos, Manizales, UNESCO – Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales, 2000, pp. 48-49. 310 HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 114. 311 BASSAND, Michel, Apud. ARELLANO, Alexandra: Echando una mirada al tema del patrimonio, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (2), 2000, p. 108. 312 REPRESENTACIÓN DE UNESCO EN EL PERÚ: La gestión, clave para la preservación y sostenibilidad del patrimonio cultural, Lima, Representación de UNESCO en el Perú, 2003, p. 37. 313 BARBERO, Jesús, Apud. CONVENIO ANDRÉS BELLO: Somos patrimonio: 17 experiencias exitosas de apropiación social del patrimonio, Santa Fe de Bogotá, Convenio Andrés Bello, 1998, p. 14. 314 Loc. Cit. 315 CERRILLOS, María, Apud. CONVENIO ANDRÉS BELLO: Somos patrimonio: 17 experiencias exitosas de apropiación social del patrimonio, Santa Fe de Bogotá, Convenio Andrés Bello, 1998, p. 12. 316 FLORESCANO, Enrique, Apud GABRIELLI, Bruno: La cuestión del patrimonio cultural, En PATRIMONIO CULTURAL, ESTUDIOS Y DOCUMENTOS - Revista del Área de Estudio del Patrimonio Cultural del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, (2), 1994, p. 1. 317 MINA, Alberto: ¿Qué significa valorar el patrimonio cultural de un pueblo?, Exposición presentada con motivo de la I Convención Internacional: Cultura para el desarrollo, conservación, gestión, promoción y valoración de bienes culturales, organizada por la Universidad Católica Sedes Sapientiae, la Comisión Episcopal para los Bienes Culturales de la Iglesia y el Consorzio Beni Culturali ITALIA Cultura 16-17-I-2003, Convento de Los Descalzos, Lima Perú, p. 6. 318 DE NORDENFLYCHT, José, En: http://www.campus-oei.org/pensariberoamerica/colaboraciones08.htm 303

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Loc. Cit. MORENO, María de los Ángeles, En: http://www.conservacionyrestauracion.inah.gob.mx/sin_frames/core/htme/ core007010601.html 321 VILADEVALL, Mireia: Hacia una gestión social del patrimonio: el espacio público como patrimonio, Exposición presentada con motivo del I Simposio Iberoamericano: Patrimonio Cultural y Conservación, organizado por la Maestría en Arte Peruano y Latinoamericano de la Escuela Académico Profesional de Arte del Departamento Académico de Arte de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos 10-XI-2003, Centro Cultural de San Marcos, Lima Perú, p. 1. 322 HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 118. 323 VILADEVALL, Mireia: Hacia una gestión social del patrimonio: el espacio público como patrimonio, Op. Cit., p. 1. 324 BALLART, Josep, Apud. CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES, Cuadernos sobre Patrimonio cultural y turismo, México DF, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), 2003, p. 232. 325 HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 119. 326 BALLART, Josep, Apud. CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES, Cuadernos sobre Patrimonio cultural y turismo, Op. Cit. p. 233. 327 UNESCO – WORLD HERITAGE CENTRE, Linking Universal and Local Values: Managing a Sustainable Future for World Heritage, París, World Heritage Centre, 2004, pp. 40-41. 328 HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 120. 329 UNESCO – WORLD HERITAGE CENTRE, Linking Universal and Local Values: Managing a Sustainable Future for World Heritage, Op. Cit..p. 41. 330 TILDEN, Freeman, Apud. CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Murcia, Editorial KR., 1998, p. 245. 331 HAYAKAWA, José: Patrimonio cultural y desarrollo: recuperando desde el territorio urbano las wakas de Lima - El caso de “Mateo Salado”, Op. Cit., p. 121. 332 VICENTE, Carlos, Apud. BALLART Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Barcelona, Editorial ARIEL S.A., 2001, pp. 193. 333 CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 246. 334 Loc. Cit. 335 Loc. Cit. 336 Ibid. pp. 99-101. 337 PRATS, Llorenc: Antropología y patrimonio, Op. Cit., p. 33. 338 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Lima, Tesis de Maestría en Arquitectura con mención en Renovación Urbana, Sección de Posgrado y Segunda Especialización de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes, Universidad Nacional de Ingeniería., 2006, p. 99. 319 320

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José Carlos Hayakawa Casas

BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi Juan: Gestión del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 15. 340 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 101. 341 RINCÓN, Fabio (editor): Gestión cultural, Manizales, Armada electrónica, 1998, p. 17. 342 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., pp. 101-102. 343 DOMÍNGUEZ, Gerardo de Jesús, Apud. RINCÓN, Fabio (editor): Memorias Cátedra UNESCO. Gestión integral del patrimonio en Centros Históricos, Manizales, UNESCO – Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales, 2000, p. 322. 344 ETXEBARRIA, Mikel: Gestión cultural pública. Entrando en el Nuevo Milenio, En PERIFÉRICA - Revista de la Universidad de Cádiz, Cádiz, (1), 2000, pp. 60-62. 345 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 103. 346 PADRÓ, Jordi y MIRÓ, Manel: Retos del patrimonio en el Siglo XXI, Gestión creativa y desarrollo territorial. En PERIFÉRICA - Revista de la Universidad de Cádiz, Cádiz, (3), 2002, p. 60. 347 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 103. 348 Ibid. p. 61. 349 PEARSON, Michael y SULLIVAN, Sharon, Apud. MCKERCHER, Bob y DU CROS, Hilary: Cultural Tourism. The Partnership Between Tourism and Cultural Heritage Management, New York, The Haworth Hospitality Press, 2002, p. 66. 350 MCKERCHER, Bob y DU CROS, Hilary: Cultural Tourism. The Partnership Between Tourism and Cultural Heritage Management, Op. Cit., pp. 86-88. 351 PADRÖ, Jordi y MIRÓ, Manel: Retos del patrimonio en el siglo XXI. Gestión creativa y desarrollo territorial, Op. Cit., pp. 78-82. 352 LISITZIN, Katri y LJUNG, Magnus: Building shared perspectives in Heritage Management, Exposición presentada con motivo del IV International Seminar on Urban Conservation organizado por el Centro de Conservacao Integrada Urbana e Territorial (CECI) XI-2004, Recife Brasil, pp. 7-8. 353 WATTEMBERG, Eloísa, Apud. MILLARUELO, José y ORDUÑA, Enrique (coordinadores): Patrimonio artístico. Protección de conjuntos y edificios históricos, Buenos Aires, Ciudad Argentina, 2000, p. 185. 354 ETXEBARRIA, Mikel: Gestión cultural pública. Entrando en el Nuevo Milenio, Op. Cit., p. 44. 355 PONTUAL, Virginia, Apud. MENDES, Silvio (organizador): Gestão do patrimonio cultural integrado, Op. Cit., p. 118. 356 BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 83. 357 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 134. 339

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 88. 359 Ibid. p. 89. 360 Loc. Cit. 361 Loc. Cit. 362 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 136. 363 BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 90. 364 RED INTERNACIONAL DE POLITICAS CULTURALES, En: http://www.incp-ripc.org 365 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 141. 366 PEREDA, Araceli: La cooperación al desarrollo a través del patrimonio cultural, En ARETÉ DOCUMENTA - Revista de la Asociación Española de Gestores del Patrimonio Cultural, Madrid, (2), 2005, p. 14. 367 AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL: Patrimonio para el desarrollo. Programa de Patrimonio de la AECI. Nueva etapa, Madrid, AECI, 2006, pp. 9-10. 368 WEFFORT, Francisco, Apud. SERAGELDIN, Ismael y MARTIN-BROWN, Joan (editores): Culture in Sustainable Development. Investing in Cultural and Natural endowments, Washington D.C., The World Bank - UNESCO, 1999, p. 92. 369 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 150. 370 CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Op. Cit., pp. 176177. 371 Loc. Cit. 372 Ibid. p. 182. 373 MINISTERIO PARA LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS, Apud. CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Murcia, Editorial KR., 1998, p. 184. 374 METCALFE, Louis, Apud. CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Murcia, Editorial KR., 1998, p. 184. 375 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 158. 376 CAMPILLO, Rosa: La gestión y el gestor del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 184. 377 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 159. 378 Ibid. p. 185. 379 Loc. Cit. 380 Ibid. p. 186. 381 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 160. 382 GREFFE, Xavier: Cultura et économie, En PERIFÉRICA - Revista de la Universidad de Cádiz, Cádiz, (3), 2002, pp. 83-84. 358

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José Carlos Hayakawa Casas

CROMPTON, John, Apud. GÓMEZ, Roberto: Empresa y gestión cultural. Una pareja de hecho, En PERIFÉRICA - Revista de la Universidad de Cádiz, Cádiz, (1), 2000, pp. 74-75. 384 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 162. 385 BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 124. 386 Loc. Cit 387 Loc. Cit 388 Ibid. p. 125. 389 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 165. 390 BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Op. Cit. pp. 125-126. 391 HAYAKAWA, José: Gestión del patrimonio cultural, Centros Históricos latinoamericanos y desarrollo sostenible: análisis comparativo, Op. Cit., p. 166. 392 ARÍZAGA, Dora, Apud. MENDES, Silvio (organizador): Gestao do patrimonio cultural integrado, Recife, Centro de Conservacao Integrada Urbana e Territorial (CECI) - Universidade Federal de Pernambuco, 2002, pp. 281-282. 383

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

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José Carlos Hayakawa Casas

Registro: Toma de mediciones y establecimiento del plano horizontal de referencia, en curso FAUA-UNI, en Lima – Perú (fotos superior e inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Registro: Establecimiento del plano horizontal de referencia y registro de detalles arquitectónicos, en curso FAUA-UNI, en Lima-Perú (fotos superior e inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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José Carlos Hayakawa Casas

Registro: Observación de lesiones y modificaciones patológicas en los paramentos, estructuras y carpintería de monumentos arquitectónicos, en curso FAUA-UNI, en Lima-Perú (foto superior e inferior). Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Registro: borradores del trabajo de relevamiento monumental, en curso FAUA-UNI, en Lima-Perú (fotos superior e inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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José Carlos Hayakawa Casas

Registro: borrador del trabajo de relevamiento monumental, en curso FAUA-UNI, en Lima-Perú. Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011 149

Restauro UNI, breve antología de textos de restauración del patrimonio monumental edificado

Registro: Láminas explicativo-sintéticas del trabajo de relevamiento monumental, en curso FAUA–UNI, en Lima – Perú (foto superior e inferior). Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Deterioro: humedades y erosión en Lima – Perú (foto superior), eflorescecencias y grietas en Porto – Portugal (foto inferior). Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Deterioro: eflorescecencias y fisuras en Madrid – España (foto superior), desplomes y erosión en Chachapoyas – Perú (foto inferior). Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Deterioro: Desplomes y erosión en la manzana del rastro de San Francisco de Lima – Perú Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

Deterioro: agrietamientos en monumentos arquitectónicos y contaminación visual en jr. Trujillo - Rimac, Lima - Perú. Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011 153

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Deterioro: Humedades y líquenes en Casa Buque en el barrio de Monserrate, Lima - Perú. Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

Deterioro: Eflorescecencias y humedades en casonas de Jauja – Perú Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Intervención: estación de tranvía en Strasbourg – Francia (foto superior), Mercado de Santa Caterina en Barcelona – España (foto inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Intervención: Iluminación de puente sobre el río Danubio en Budapest – Hungria (foto superior), restauración y adaptación a uso de facultad de Arquitectura en Alcalá de Henares – España (foto inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Intervención: recuperación de un mercado como invernadero “cosmovitral en” Toluca – México (foto superior), apropiación social del patrimonio en feria de antigüedades en las proximidades de torre defensiva en Valdivia – Chile (foto inferior) Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Intervención: puesta en valor del patrimonio vernacular en el pueblo de Taos, Santa Fe - Estados Unidos de América (Foto superior); restauración y adecuación a uso contemporáneo del conjunto monumental de Belén, Cajamarca - Perú (foto inferior). Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011

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Intervención: conservación y consolidación estructural de muralla prehispánica en el conjunto arqueológico de Maranga, en el Parque Las Leyendas, Lima - Perú (foto superior); gráfico explicativo sobre apropiación social del patrimonio, del programa “Restaurando voluntades...” Fuente: Fototeca personal José Hayakawa Casas, 2011.

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Glosario Ambiente Urbano-Monumental Comprende aquellos ambientes o espacios urbanos de una singularidad notable como su escala o su fisonomía volumétrica y/o edificación circundante —léase entorno— que poseen valor urbanístico de conjunto y que por ello deben ser conservados. Así “Ambiente urbano monumental se considera un espacio urbano (una plaza, una calle, una alameda citadina) que tiene calidad arquitectónica y urbanística (...). La calidad en que se basa la declaración de ambiente urbano monumental de un espacio urbano depende entonces tanto de cualidades arquitectónicas individuales, cuanto de efectos generales o de conjunto (armonía total o unidad)”.393 Apropiación social del patrimonio Es el proceso de desarrollo de “… acciones que lo inserten dentro de las dinámicas culturales y económicas que beneficien a la comunidad para que estas, a su vez, estimulen un sentido de pertenencia y uso sostenible de sus recursos patrimoniales”.394 Centro Histórico La definición de centro histórico se encuentra en el “Coloquio sobre Preservación de los Centros Históricos ante el Crecimiento de las Ciudades

Contemporáneas” bastante bien formulada: “Todos aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por una estructura física proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la evolución de un pueblo” (Quito/Ecuador, 1977). Es necesario entonces considerar como centros históricos a algunos pueblos, ciudades o sectores urbanos que gozan de una trama y/o traza histórica, alta densidad de edificaciones con valor monumental, contextual y ambiental además de una personalidad, identidad e imagen de un valor perfectamente reconocible. Es decir, poseen valor urbanístico de conjunto, valor documental, histórico- artístico y en ellos se encuentran un número apreciable de monumentos y/o ambientes urbano monumentales. Al respecto menciona el Arq. Carlos Williams sobre su dinámica interna: ”Las ciudades, o lo que en terminología especializada se llaman centros históricos, constituyen organismos complejos con un rico tejido de monumentos, espacios y aun edificios menores, que se apoyan e interrelacionan mutuamente en una imagen de conjunto muy coherente. Las interrelaciones sociales que les dieron vida todavía están presentes, y sus vivencias permanecen vigorosas”.395 161

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Ciudadanía Deberes y derechos de una persona como manifestación de su civismo y compromiso con la comunidad. Conservación Engloba una serie de acciones destinadas a prevenir y detener la destrucción del monumento por acción del tiempo, del hombre y de causas naturales. Esta serie de acciones buscan “... mantener un bien en estado de eficiencia y en condiciones de ser utilizado”.396 Consolidación Trabajos de cierta importancia estructural, introduciéndole al monumento ciertas “técnicas modernas” que puedan garantizar una mayor estabilidad, solidez y permanencia en el tiempo en las partes en que las haya perdido. Es una de las acciones mas positivas de la restauración. Cultura Es “... la producción de fenómenos que contribuyen, mediante la presentación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales, a comprender , reproducir o transformar el sistema social, es decir, todas las prácticas instituciones dedicadas a la administración, renovación y reestructuración del sentido”.397 Deterioro urbano Es el “… proceso de degradación que sufren los espacios y elementos urbanos de las zonas consolidadas de la ciudad”.398 Escalas de áreas históricas Clasificación según el criterio de la magnitud de la población.

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Financiación Es la acción y el efecto de financiar, entendida esta como brindar o proveer recursos económicos para la creación y desarrollo de una actividad. Gestión del patrimonio cultural Es el “... conjunto de actuaciones programadas con el objetivo de conseguir una óptima conservación de los bienes patrimoniales y un uso de estos bienes adecuado a las exigencias sociales contemporáneas”.399 Inclusión Es una concepción moderna que implica “el agregado al monumento de objetos extraños a él y necesarios para que vivan en nuestra época...”.400 de la mejor manera, como: instalaciones eléctricas, instalaciones sanitarias. Esta anexión de objetos extraños debe producirse de una manera muy discreta evitando la visibilidad de dichos objetos. Marco institucional Es el conjunto de instituciones públicas y privadas que intervienen en la gestión del patrimonio. Monumento Originario del vocablo latino monumentum que significa ‘memoria’ o ‘testimonio’. Según la Real Academia Española significa “objeto o documento de utilidad para la historia o para la averiguación de cualquier hecho”. Asimismo, “obra científica, artística, o literaria que se hace memorable por su mérito excepcional”. El término “monumento” define a todo vestigio que nuestros antecesores nos han dejado, vestigios producidos en elementos que combinados forman nuestro acervo

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cultural. Este “es específicamente un edificio o un conjunto arquitectónico individual una casa, un convento, un puente, un edificio de cabildo). La calidad de la obra o del conjunto es el factor crucial en el que se basa fundamentalmente su declaratoria como monumento...”.401 El concepto de monumento comprende todo aquello que ha contribuido a formar nuestro pasado y que lo aceptamos y necesitamos para seguir adelante. Ahora, esto abarca tanto el objeto aislado como su entorno inmediato. Patrimonio Es “... aquello que proviene de los padres. Según el diccionario, patrimonio son los bienes que poseemos, o los bienes que hemos heredado de nuestros ascendientes. Lógicamente patrimonio es también todo lo que traspasamos en herencia”.402 Patrimonio cultural Es conjunto de bienes “… auxquels la société attribue des valeurs esthétiques, artistiques, documentaires, écologiques, historiques, scientifiques, sociales, ou spirituelles particulières et qui constituent un patrimoine essentiel et culturel a transmettre aux générations futures”.403 Población residente Es el conjunto de personas que habitan y/o laboran en determinada comunidad. Preexistencia edilicia Edificación precedente a otra nueva en el momento del que se habla. Preservación Trabajos mínimos de reparación, en consecuencia entonces de una intervención menor.

Prevención Conjuga una serie de acciones como: organizar planes y mantenimientos (o sea limpieza, pintura, de manera que el edificio no llegue nunca a necesitar de una mayor intervención). Debería ser el impedimento para que llegáramos a una intervención mayor. Puesta en valor La denominación proviene del francés mise en valeur. Implica una operación técnica y sistémica cuyo fin es “... utilizar un bien conforme a su naturaleza, destacando y exaltando sus características y valores...”404, de tal manera que logre un pleno nivel de eficiencia y solvencia bajo la perspectiva del nuevo uso destinado. Reciclaje Se halla inmersa} en una política de conservación activa, sometiendo el objeto a intervenir a un nuevo ciclo de vida, mediante una refuncionalización; es decir, una reutilización del patrimonio habilitado. Esta conservación posee una dinámica de futuro muy relacionada con el autosostenimiento del inmueble. Rehabilitación Prioriza la recuperación de calidades del organismo urbano o arquitectónico, devolviendo la función y eficiencia y propiciando su reinserción en la dinámica general urbana. No conlleva grandes alteraciones. Suele comprender acciones de reparación, modernización, reemplazo y complemento de sus estructuras y sus elementos. Reintegración Implica la recomposición de elementos desprendidos hacia su ubicación original. La anastilosis es la forma más correcta de reintegración y consiste en 163

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la recolección de las partes existentes, pero separadas que se hallan diseminadas, para volverlos a armar en su posición original. Pero únicamente se puede hacer una anastilosis cuando es factible conocer el sitio exacto de las partes componentes. Por lo general, es necesario completar las piezas rotas o sustituir las desaparecidas. El empleo de piezas nuevas se puede hacer siempre y cuando represente un porcentaje pequeño del total y que se tenga absoluta certeza de las formas y dimensiones originales. Remodelación Consiste en acciones de reforma, mejora y adaptación de elementos y espacios preexistentes en el objeto a intervenir. Supone acciones de rediseño y cambio para lograr los estándares de habitabilidad y funcionabilidad suficientes. Esto no implica un incremento del área construida. Renovación Estriba en la sustitución de la edificación o espacio existente, sin valor de conservación alguno, y que, dadas sus condiciones, es necesario reedificar. Restauración Consiste en “... un proceso operativo técnico-científico multidisciplinario, que siguiendo una metodología critico-analítica tiene por objeto conservar y revelar los valores estéticos e históricos de un bien mueble e inmueble...”405 Estas intervenciones están dirigidas a las edificaciones que se encuentran en tal grado de deterioro que necesitan una intervención mayor para evitar la prosecución de este y siempre que esta intervención sea posible. Se efectúa a 164

partir de pruebas documentales o conocimiento comprobado de la situación original. Se desarrolla en la integridad de la edificación incluyendo las estructuras. Corresponde a las edificaciones con valor monumental. Supone un conjunto de exploraciones, liberaciones, consolidaciones, reestructuraciones, reintegraciones, restituciones y refacciones. Todo ello enmarcado en un proyecto y presencia de especialistas en el proceso de la obra, lo que establece niveles altos de costo para su ejecución. Esta intervención excepcional no debe ser definitiva, sino que debe poseer carácter de reversibilidad en función de evoluciones e innovaciones futuras. Reconstrucción Intervención de nuevo desarrollo —volver a construir—. Supone un planteamiento integral que involucra estructuras e infraestructuras con procesos y fases consiguientes a cada etapa de la habilitación y construcción del modelo original. Es también una intervención de envergadura, proscrita dentro de la conservación de monumentos, proscrita en sentidos generales y aceptada bajo muy especiales términos que requieren un gran análisis y cuando existe la documentación adecuada que permita la recreación como por ejemplo cuando es necesario mantener la identidad cultural. Una variante de esta es la reproducción que implica también copiar “justificadamente” para mantener la armonía, aunque en principio hay que desechar toda intervención nueva y en caso de recurrir a esta, debe estar fechada convenientemente, dándole cierta textura que lo diferencia del original, pero que a la vez no sea chocante al conjunto y

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que no debe prestarse a confusión, de tal manera que una persona ignota aprecie la diferencia a simple vista. Esta acción también muy delicada en la que “se produce nuevamente un elemento que ya no existe”406, requiere sumo cuidado, puesto que la reproducción implica hacer algo que ya no existe y significaría una afectación al monumento. La especificidad de esta intervención se halla en que implica un cambio de escala o de ubicación, o ambos, ya que “... una reproducción efectuada en el lugar original y a escala natural seria una reconstrucción total”.407

Tipos de centros históricos Clasificación según criterios de origen, morfología urbana o localización, grado de consolidación y/o función. Tipos de patrimonio cultural Clasificación según criterios de origen, factibilidad de desplazamiento y/o magnitud e identidad arquitectónicourbana. Uso vigente Utilización válida en el momento del que se habla.

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394

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395

PIMENTEL, Víctor: Reglamentación Edilicia para la protección de la ciudad del Qosqo, 1ª ed., Qosqo, Municipalidad Provincial del Qosqo, 1991, 6t, p. 11.

396

GARCÍA, Néstor, Apud. CORNEJO, Jorge: Cuadernos de Historia III: Estado y cultura en el Perú republicano, Op. Cit., p. 3.

397

CEPROMUR: Deterioro urbano y tugurización, Op. Cit., p. 7.

398

BALLART, Josep y I TRESSERRAS, Jordi Juan: Gestión del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 15.

399

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400

GARCÍA, José: Conservación del Patrimonio Monumental, Op. Cit., p.1.

401

BALLART, Josep y I TRESSERRAS, Jordi Juan: Gestión del patrimonio cultural, Op. Cit., p. 11.

402

ACTEURS DU PATRIMOINE EUROPEEN ET LEGISLATION: Etude des responsabilités légales et professionnelles des conservateurs-restaurateurs au regard des autres acteurs de la sauvegarde et de la conservation du patrimoine culturel, ECCO, 2001, Roma Italia, p. 40.

403

PIMENTEL, Víctor: Reglamentación Edilicia para la protección de la ciudad del Qosqo, Op. Cit., p. 11.

404

PIMENTEL, Víctor: Reglamentación Edilicia para la protección de la ciudad del Qosqo, Op. Cit., p. 12.

405

BARRETO, Alberto: Arquitectura de Cajamarca. Consolidación estructural de Cajamarca, Op. Cit., p. 68.

406

PIMENTEL, Víctor: Reglamentación Edilicia para la protección de la ciudad del Qosqo, Op. Cit., p. 12.

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ANEXOS DOCUMENTALES CARTA INTERNACIONAL SOBRE LA CONSERVACIÓN Y LA RESTAURACIÓN DE MONUMENTOS Y DE CONJUNTOS HISTÓRICOARTÍSTICOS (1964) IIº Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos, Venecia 1964. Aprobada por ICOMOS en 1965 Cargadas de un mensaje espiritual del pasado, las obras monumentales de los pueblos continúan siendo en la vida presente el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de la unidad de los valores humanos, los considera como un patrimonio común, y de cara a las generaciones futuras, se reconoce solidariamente responsable de su salvaguarda. Debe transmitirlos en toda la riqueza de su autenticidad. Por lo tanto, es esencial que los principios que deben presidir la conservación y la restauración de los monumentos sean establecidos de común y formulados en un plan internacional dejando que cada nación cuide de asegurar su aplicación en el marco de su propia cultura y de sus tradiciones. Dando una primera forma a estos principios fundamentales, la Carta de Atenas de 1931 ha contribuido al desarrollo de un vasto movimiento internacional, que se ha traducido principalmente en los documentos nacionales, en la actividad del ICOM y de la UNESCO y en la creación, por esta última, de un Centro internacional de estudios para la conservación de los bienes culturales. La sensibilidad y el espíritu crítico se han vertido sobre problemas cada vez más complejos y más útiles; también ha llegado el momento de volver a examinar los principios de la Carta a fin de profundizar en ellos y de ensanchar su contenido en un nuevo documento. En consecuencia, el II Congreso Internacional de Arquitectos y de Técnicos de Monumentos Históricos, reunido en Venecia del 25 al 31 de mayo de 1964, ha aprobado el siguiente texto:

DEFINICIONES Artículo 1º - La noción de monumento histórico comprende la creación arquitectónica aislada así como el conjunto urbano o rural que da testimonio de una

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civilización particular, de una evolución significativa, o de un acontecimiento histórico. Se refiere no solo a las grandes creaciones, sino también a las obras modestas que han adquirido con el tiempo una significación cultural. Artículo 2º - La conservación y restauración de monumentos constituye una disciplina que abarca todas las ciencias y todas las técnicas que puedan contribuir al estudio y la salvaguarda del patrimonio monumental. Artículo 3º - La conservación y restauración de monumentos tiende a salvaguardar tanto la obra de arte como el testimonio histórico.

CONSERVACIÓN Artículo 4º - La conservación de monumentos implica primeramente la constancia en su mantenimiento. Artículo 5º - La conservación de monumentos siempre resulta favorecida por su dedicación a una función útil a la sociedad; tal dedicación es por supuesto deseable, pero no puede alterar la ordenación o decoración de los edificios. Dentro de estos límites es donde se debe concebir y autorizar los acondicionamientos exigidos por la evolución de los usos y costumbres. Artículo 6º - La conservación de un monumento implica la de un marco a su escala. Cuando el marco tradicional subsiste, este será conservado, y toda construcción nueva, toda destrucción y cualquier arreglo que pudiera alterar las relaciones entre los volúmenes y los colores, será desechada. Artículo 7º - El monumento es inseparable de la historia de que es testigo y del lugar en el que está ubicado. En consecuencia, el desplazamiento de todo o parte de un monumento no puede ser consentido nada más que cuando la salvaguarda del monumento lo exija o cuando razones de un gran interés nacional o internacional lo justifiquen. Artículo 8º - Los elementos de escultura, pintura o decoración que son parte integrante de un monumento solamente pueden ser separados cuando esta medida sea la única viable para asegurar su conservación.

RESTAURACIÓN Artículo 9º - La restauración es una operación que debe tener un carácter excepcional. Tiene como fin conservar y revelar los valores estéticos e históricos del monumento y se fundamenta en el respeto a la esencia antigua y a los documentos auténticos. Su límite está allí donde comienza la hipótesis: en el plano de las reconstituciones basadas en conjeturas, todo trabajo de complemento reconocido como indispensable por razones estéticas o técnicas aflora de la composición ar178

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quitectónica y llevará la marca de nuestro tiempo. La restauración estará siempre precedida y acompañada de un estudio arqueológico e histórico del monumento. Artículo 10º - Cuando las técnicas tradicionales se muestran inadecuadas, la consolidación de un monumento puede ser asegurada valiéndose de todas las técnicas modernas de conservación y de construcción cuya eficacia haya sido demostrada con bases científicas y garantizada por la experiencia. Artículo 11º - Las valiosas aportaciones de todas las épocas en la edificación de un monumento deben ser respetadas, puesto que la unidad de estilo no es un fin a conseguir en una obra de restauración. Cuando un edificio presenta varios estilos superpuestos, la desaparición de un estadio subyacente no se justifica más que excepcionalmente y bajo la condición de que los elementos eliminados no tengan apenas interés, que el conjunto puesto al descubierto constituya un testimonio de alto valor histórico, arqueológico o estético, y que su estado de conservación se juzgue suficiente. El juicio sobre el valor de los elementos en cuestión y la decisión de las eliminaciones a efectuar no pueden depender únicamente del autor del proyecto. Artículo 12º - Los elementos destinados a reemplazar las partes inexistentes deben integrarse armoniosamente en el conjunto, distinguiéndose claramente de las originales, a fin de que la restauración no falsifique el documento artístico o histórico. Artículo 13º - Los añadidos no deben ser tolerados en tanto que no respeten todas las partes interesantes del edificio, su trazado tradicional, el equilibrio de su composición y sus relaciones con el medio ambiente.

LUGARES MONUMENTALES (CONJUNTOS HISTÓRICO-ARTÍSTICOS) Artículo 14º - Los lugares monumentales deben ser objeto de atenciones especiales a fin de salvaguardar su integridad y de asegurar su saneamiento, su tratamiento y su realce. Los trabajos de conservación y de restauración que en ellos sean ejecutados deben inspirarse en los principios enunciados en los artículos precedentes.

EXCAVACIONES Artículo 15º - Los trabajos de excavaciones deben llevarse a cabo de acuerdo con las normas científicas y con la “Recomendación que define los principios internacionales a aplicar en materia de excavaciones arqueológicas” adoptada por la UNESCO en 1956. El mantenimiento de las ruinas y las medidas necesarias para la conservación y protección permanente de los elementos arquitectónicos y de los objetos descu179

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biertos deben estar garantizados. Además, se emplearán todos los medios que faciliten la comprensión del monumento descubierto sin desnaturalizar su significado. Cualquier trabajo de reconstrucción deberá, sin embargo, excluirse a priori; solo la anastilosis puede ser tenida en cuenta, es decir, la recomposición de las partes existentes pero desmembradas. Los elementos de integración serán siempre reconocibles y constituirán el mínimo necesario para asegurar las condiciones de conservación del monumento y restablecer la continuidad de sus formas.

DOCUMENTACIÓN Y PUBLICACIÓN Artículo 16º - Los trabajos de conservación, de restauración y de excavación irán siempre acompañados de la elaboración de una documentación precisa, en forma de informes analíticos y críticos, ilustrados con dibujos y fotografías. Todas las fases del trabajo de desmontaje, consolidación, recomposición e integración, así como los elementos técnicos y formales identificados a lo largo de los trabajos, serán allí consignados. Esta documentación será depositada en los archivos de un organismo público y puesta a la disposición de los investigadores; se recomienda su publicación. Fuente: http://www.esicomos.org/Nueva_carpeta/INDEX_2ESICOMOS.htm

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CONVENCIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO MUNDIAL, CULTURAL Y NATURAL (1972) Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), París 1972. La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en su 17a, reunión celebrada en París del 17 de octubre al 21 de noviembre de 1972. Constatando que el patrimonio cultural y el patrimonio natural están cada vez más amenazados de destrucción, no sólo por las causas tradicionales de deterioro sino también por la evolución de la vida social y económica que las agrava con fenómenos de alteración o de destrucción aún más temibles, Considerando que el deterioro o la desaparición de un bien del patrimonio cultural y natural constituye un empobrecimiento nefasto del patrimonio de todos los pueblos del mundo, Considerando que la protección de ese patrimonio a escala nacional es en muchos casos incompleto, dada la magnitud de los medios que requiere y la insuficiencia de los recursos económicos, científicos y técnicos del país en cuyo territorio se encuentra el bien que ha de ser protegido, Teniendo presente que la Constitución de la Unesco estipula que la Organización ayudará a la conservación, al progreso y a la difusión del saber, velando por la conservación y la protección del patrimonio universal, y recomendando a los interesados las convenciones internacionales que sean necesarias para ese objeto, Considerando que las convenciones, recomendaciones y resoluciones internacionales existentes en favor de los bienes culturales y naturales, demuestran la importancia que tiene para todos los pueblos del mundo, la conservación de esos bienes únicos e irremplazables de cualquiera que sea el país a que pertenezcan, Considerando que ciertos bienes del patrimonio cultural y natural presentan un interés excepcional que exige se conserven como elementos del patrimonio mundial de la humanidad entera,

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Considerando que, ante la amplitud y la gravedad de los nuevos peligros que les amenazan, incumbe a la colectividad internacional entera participar en la protección del patrimonio cultural y natural de valor universal excepcional prestando una asistencia colectiva que sin reemplazar la acción del Estado interesado la complete eficazmente, Considerando que es indispensable adoptar para ello nuevas disposiciones convencionales que establezcan un sistema eficaz de protección colectiva del patrimonio cultural y natural de valor excepcional organizada de una manera permanente, y según métodos científicos y modernos, Habiendo decidido, en su decimosexta reunión, que esta cuestión sería objeto de una Convención internacional, Aprueba en este día dieciséis de noviembre de 1972, la presente Convención:

I. DEFINICIONES DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL Artículo 1

A los efectos de la presente Convención se considerará “patrimonio cultural”: – Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia, – Los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia, – Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.

Artículo 2

A los efectos de la presente Convención se considerarán “patrimonio natural”: – Los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico, – Las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que constituyan el hábitat de especies, animal y vegetal, amenazadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico, – Los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural,

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Artículo 3

Incumbirá a cada Estado Parte en la presente Convención identificar y delimitar los diversos bienes situados en su territorio y mencionados en los artículos 1 y 2.

II. PROTECCION NACIONAL Y PROTECCION INTERNACIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL Artículo 4

Cada uno de los Estados Partes en la presente Convención reconoce que la obligación de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio, le incumbe primordialmente. Procurará actuar con ese objeto por su propio esfuerzo y hasta el máximo de los recursos de que disponga, y llegado el caso, mediante la asistencia y la cooperación internacionales de que se pueda beneficiar, sobre todo en los aspectos financiero, artístico, científico y técnico.

Artículo 5

Con objeto de garantizar una protección y una conservación eficaces y revalorizar lo más activamente posible el patrimonio cultural y natural situado en su territorio y en las condiciones adecuadas a cada país, cada uno de los Estados Partes en la presente Convención procurará dentro de lo posible: a) Adoptar una política general encaminada a atribuir al patrimonio cultural y natural una función en la vida colectiva y a integrar la protección de ese patrimonio en los programas de planificación general; b) Instituir en su territorio, si no existen, uno o varios servicios de protección, conservación y revalorización del patrimonio cultural y natural, dotados de un personal adecuado que disponga de medios que le permitan llevar a cabo las tareas que le incumban; c) Desarrollar los estudios y la investigación científica y técnica y perfeccionar los métodos de intervención que permitan a un Estado hacer frente a los peligros que amenacen a su patrimonio cultural y natural; d) Adoptar las medidas jurídicas, científicas, técnicas, administrativas y financieras adecuadas, para identificar, proteger, conservar, revalorizar y rehabilitar ese patrimonio; y e) Facilitar la creación o el desenvolvimiento de centros nacionales o regionales de formación en materia de protección, conservación y revalorización del patrimonio cultural y natural y estimular la investigación científica en este campo;

Artículo 6

1. Respetando plenamente la soberanía de los Estados en cuyos territorios se encuentre el patrimonio cultural y natural a que se refieren los artículos 1 y 2 y

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sin perjuicio de los derechos reales previstos por la legislación nacional sobre ese patrimonio, los Estados Partes en la presente Convención reconocen que constituye un patrimonio universal en cuya protección la comunidad internacional entera tiene el deber de cooperar. 2. Los Estados Partes se obligan, en consecuencia y de conformidad con lo dispuesto en la presente Convención, a prestar su concurso para identificar, proteger, conservar y revalorizar el patrimonio cultural y natural de que trata el artículo 11, párrafos 2 y 4, si lo pide el Estado en cuyo territorio esté situado. 3. Cada uno de los Estados Partes en la presente Convención se obliga a no tomar deliberadamente ninguna medida que pueda causar daño, directa o indirectamente, al patrimonio cultural y natural de que tratan los artículos 1 y 2 situado en el territorio de otros Estados Partes en esta Convención.

Artículo 7

Para los fines de la presente Convención, se entenderá por protección internacional del patrimonio mundial cultural y natural el establecimiento de un sistema de cooperación y asistencia internacional destinado a secundar a los Estados Partes en la Convención en los esfuerzos que desplieguen para conservar e identificar ese patrimonio.

III. COMITÉ INTERGUBERNAMENTAL DE PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO MUNDIAL CULTURAL Y NATURAL Artículo 8

1. Se crea en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura un Comité intergubernamental de protección del patrimonio cultural y natural de valor universal excepcional, denominado “el Comité del Patrimonio Mundial”. Estará compuesto de 15 Estados Partes en la Convención, elegidos por los Estados Partes en ella, constituidos en Asamblea General durante las reuniones ordinarias de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. El número de Estados Miembros del Comité se aumentará hasta 21, a partir de la reunión ordinaria de la Conferencia General que siga a la entrada en vigor de la presente Convención en 40 o más Estados. 2. La elección de los miembros del Comité garantizará la representación equitativa de las diferentes regiones y culturas del mundo. 3. A las sesiones del Comité podrán asistir, con voz consultiva, un representante del Centro Internacional de estudios para la conservación y restauración de los bienes culturales (Centro de Roma) un representante del Consejo internacional de monumentos y lugares de interés artístico e histórico (ICOMOS) y un representante de la Unión internacional para la conservación de la naturaleza y sus recursos (UICN), a los que se podrán añadir, a petición de los Estados Partes reunidos en Asamblea General durante las reuniones ordi-

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narias de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, representantes de otras organizaciones intergubernamentales o no gubernamentales que tengan objetivos similares.

Artículo 9

1. Los Estados Miembros del Comité del Patrimonio Mundial ejercerán su mandato desde que termine la reunión ordinaria de la Conferencia General en la que hayan sido elegidos hasta la clausura de la tercera reunión ordinaria siguiente. 2. Sin embargo, el mandato de un tercio de los miembros designados en la primera elección expirará al fin de la primera reunión ordinaria de la Conferencia General siguiente a aquella en que hayan sido elegidos y el mandato de un segundo tercio de los miembros designados al mismo tiempo, expirará al fin de la segunda reunión ordinaria de la Conferencia General siguiente a aquella en que hayan sido elegidos. Los nombres de esos miembros serán sorteados por el Presidente de la Conferencia General después de la primera elección. 4. Los Estados Miembros del Comité designarán, para que los representen en él, a personas calificadas en el campo del patrimonio cultural o del patrimonio natural.

Artículo 10

1. El Comité del Patrimonio Mundial aprobará su reglamento. 2. El Comité podrá en todo momento invitar a sus reuniones a organismos públicos o privados, así como a personas privadas, para consultarles sobre cuestiones determinadas, 3. El Comité podrá crear los órganos consultivos que considere necesarios para ejecutar su labor.

Artículo 11

1. Cada uno de los Estados Partes en la presente Convención presentará al Comité del Patrimonio Mundial, en la medida de lo posible, un inventario de los bienes del patrimonio cultural y natural situados en su territorio y aptos para ser incluidos en la lista de qué trata el párrafo 2 de este artículo. Este inventario, que no se considerará exhaustivo, habrá de contener documentación sobre el lugar en que estén situados los bienes y sobre el interés que presenten. 2. A base de los inventarios presentados por los Estados según lo dispuesto en el párrafo 1, el Comité establecerá, llevará al día y publicará, con el título de “Lista del patrimonio mundial”, una lista de los bienes del patrimonio cultural y del patrimonio natural, tal como los definen los artículos 1 y 2 de la presente Convención, que considere que poseen un valor universal excepcional siguiendo los criterios que haya establecido. Una lista revisada puesta al día se distribuirá al menos cada dos años.

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3. Será preciso el consentimiento del Estado interesado para inscribir un bien en la Lista del Patrimonio Mundial. La inscripción de un bien situado en un territorio que sea objeto de reivindicación de soberanía o de jurisdicción por parte de varios Estados no prejuzgará nada sobre los derechos de las partes en litigio. 4. El Comité establecerá, llevará al día y publicará, cada vez que las circunstancias lo exijan, con el nombre de “Lista del Patrimonio Mundial en Peligro” una lista de los bienes que figuren en la Lista del Patrimonio Mundial, cuya protección exija grandes trabajos de conservación para los cuales se haya pedido ayuda en virtud de la presente Convención. Esta lista contendrá una estimación del costo de las operaciones. Sólo podrán figurar en esa lista los bienes del patrimonio cultural y natural que estén amenazados por peligros graves y precisos como la amenaza de desaparición debida a un deterioro acelerado, proyectos de grandes obras públicas o privadas, rápido desarrollo urbano y turístico, destrucción debida a cambios de utilización o de propiedad de tierra, alteraciones profundas debidas a una causa desconocida, abandono por cualquier motivo, conflicto armado que haya estallado o amenace estallar, catástrofes y cataclismos, incendios, terremotos, deslizamientos de terreno, erupciones volcánicas, modificaciones del nivel de las aguas, inundaciones y maremotos. El Comité podrá siempre, en caso de emergencia, efectuar una nueva inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro y darle una difusión inmediata. 5. El Comité definirá los criterios que servirán de base para la inscripción de un bien del patrimonio cultural y natural en una u otra de las listas de que tratan los párrafos 2 y 4 del presente artículo. 6. Antes de denegar una petición de inscripción en una de las dos listas de que tratan los párrafos 2 y 4 del presente artículo, el Comité consultará con el Estado Parte en cuyo territorio esté situado el bien del patrimonio cultural o natural de que se trate. 7. El Comité con el acuerdo de los Estados interesados, coordinará y estimulará los estudios y las investigaciones necesarios para constituir las listas a que se refieren los párrafos 2 y 4 del presente artículo.

Artículo 12

El hecho de que un patrimonio cultural y natural no se haya inscrito en una u otra de las dos listas de que tratan los párrafos 2 y 4 del artículo 11 no significará en modo alguno que no tenga un valor universal excepcional para fines distintos de los que resultan de la inscripción en estas listas.

Artículo 13

1. El Comité del Patrimonio Mundial recibirá y estudiará las peticiones de asistencia internacional formuladas por los Estados Partes en la presente Convención en lo que respecta a los bienes del patrimonio cultural y natural situados en sus territorios, que figuran o son susceptibles de figurar en las listas de que tratan los párrafos 2 y 4 del artículo 11. Esas peticiones podrán tener por 186

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objeto la protección, la conservación, la revalorización o la rehabilitación de dichos bienes. Las peticiones de ayuda internacional, en aplicación del párrafo 1 del presente artículo, podrán tener también por objeto la identificación de los bienes del patrimonio cultural o natural definidos en los artículos 1 y 2, cuando las investigaciones preliminares hayan demostrado que merecen ser proseguidas. El Comité decidirá sobre esas peticiones, determinará, llegado el caso, la índole y la importancia de su ayuda y autorizará la celebración en su nombre, de los acuerdos necesarios con el Gobierno interesado. El Comité fijará el orden de prioridad de sus intervenciones. Para ello tendrá en cuenta la importancia respectiva de los bienes que se hayan de proteger para el patrimonio mundial cultural y natural, la necesidad de asegurar una protección internacional a los bienes más representativos de la naturaleza o del genio y la historia de los pueblos del mundo, la urgencia de los trabajos que se hayan de emprender, la importancia de los recursos de los Estados en cuyo territorio se encuentren los bienes amenazados y en particular la medida en que podrán asegurar la salvaguardia de esos bienes por sus propios medios. El Comité establecerá, pondrá al día y difundirá una lista de los bienes para los que se haya prestado ayuda internacional. El Comité decidirá sobre la utilización de los recursos del Fondo creado en virtud de lo dispuesto en el artículo 15 de la presente Convención. Buscará la manera de aumentar los recursos y tomará para ello las disposiciones necesarias. El Comité cooperará con las organizaciones internacionales y nacionales gubernamentales y no gubernamentales, cuyos objetivos sean análogos a los de la presente Convención. Para elaborar sus programas y, ejecutar sus proyectos, el Comité podrá recurrir a esas organizaciones y, en particular al Centro internacional de estudios de conservación y restauración de los bienes culturales (Centro de Roma), al Consejo Internacional de Monumentos y de Lugares de Interés Artístico e Histórico (ICOMOS) o a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos (UICN), como también a organismos públicos y privados, y a particulares. El comité tomará sus decisiones por mayoría de dos tercios de los miembros presentes y votantes. Constituirá quorum la mayoría de los miembros del Comité.

Artículo 14

1. El Comité del Patrimonio Mundial estará secundado por una secretaría nombrada por el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 2. El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, utilizando lo más posible los servicios del Centro Internacional de estudios para la conservación y la restauración de 187

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los bienes culturales (Centro Roma), del Consejo Internacional de monumentos y de lugares de interés artístico e histórico (ICOMOS) y los de la Unión internacional para la conservación de la naturaleza y sus recursos (UICN) dentro de sus competencias y de sus atribuciones respectivas, preparará la documentación del Comité y el orden del día de sus reuniones, y ejecutará sus decisiones.

IV. FONDO PARA LA PROTECCIóN DEL PATRIMONIO MUNDIAL CULTURAL Y NATURAL Artículo 15

1. Se crea un Fondo para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural Mundial de Valor Universal Excepcional, denominado “el Fondo del Patrimonio Mundial”. 2. El Fondo estará constituido como fondo fiduciario, de conformidad con las disposiciones pertinentes del Reglamento Financiero de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 3. Los recursos del Fondo estarán constituidos por: a) Las contrbuciones obligatorias y las contribuciones voluntarias de los Estados Partes en la presente Convención; b) Las aportaciones, donaciones o legados que puedan hacer: i) Otros Estados ii) La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, las demás organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, especialmente el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y otras organizaciones intergubernamentales iii) Organismos públicos o privados o personas privadas. c) Todo interés producido por los recursos del Fondo d) El producto de las colectas y las recaudaciones de las manifestaciones organizadas en provecho del Fondo e) Todos los demás recursos autorizados por el Reglamento que elaborará el Comité del Patrimonio Mundial. 4. Las contribuciones al Fondo y las demás formas de ayuda que se presten al Comité sólo se podrán dedicar a los fines fijados por él. El Comité podrá aceptar contribuciones que hayan de ser destinadas a un determinado programa o a un proyecto específico a condición de que él haya decidido poner en práctica ese programa o ejecutar ese proyecto. Las contribuciones que se hagan al fondo no han de estar supeditadas a condiciones políticas

Artículo 16

1. Sin perjuicio de cualquier contribución voluntaria complementaria, los Estados Partes en la presente Convención se obligan a ingresar normalmente, cada dos años, en el Fondo del Patrimonio Mundial, contribuciones cuya

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cuantía en forma de un porcentaje único aplicable a todos los Estados decidirá la Asamblea General de los Estados Partes en la Convención, reunida durante la celebración de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Esa decisión de la Asamblea General requerirá la mayoría de los Estados Partes presentes y votantes que no hayan hecho la declaración que menciona el párrafo 2 del presente artículo. La contribución obligatoria de los Estados Partes en la Convención no podrá exceder en ningún caso del 1% de la contribución al presupuesto ordinario de la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura No obstante, cualquiera de los Estados a que se refiere el artículo 31 o el artículo 32 de la presente Convención podrá, en el momento de depositar su instrumento de ratificación, de aceptación o de adhesión, declarar que no se considera obligado por las disposiciones del párrafo 1 del presente artículo. Todo Estado Parte en la Convención que haya formulado la declaración mencionada en el párrafo 2 del presente artículo, podrá retirarla en cualquier momento, notificándolo al Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Sin embargo, el hecho de retirar la declaración no producirá efecto alguno respecto de la contribución obligatoria que adeude dicho Estado hasta la fecha de la siguiente Asamblea General de los Estados Partes en la Convención. Para que el Comité esté en condiciones de prever sus operaciones de manera eficaz, las contribuciones de los Estados Partes en la presente Convención que hayan hecho la declaración de que trata el párrafo 2 del presente artículo habrán de ser entregadas de una manera regular, cada dos años por lo menos, y no deberían ser inferiores a las contribuciones que hubieran tenido que pagar si hubiesen estado obligados por las disposiciones del párrafo 1 del presente artículo. Todo Estado Parte en la Convención que esté en retraso en el pago de su contribución obligatoria o voluntaria en lo que respecta al año en curso y al año civil inmediatamente anterior, no podrá ser elegido miembro del Comité del Patrimonio Mundial, si bien esta disposición no será aplicable en la primera elección. Si tal Estado es ya miembro del Comité no será aplicable en la primera elección. Si tal Estado es ya miembro del Comité, su mandato se extinguirá en el momento en que se efectuen las elecciones previstas por el párrafo 1 del artículo 8 de la presente Convención.

Artículo 17

Los Estados Partes en la presente Convención considerarán o favorecerán la creación de fundaciones o de asociaciones nacionales públicas y privadas que tengan por objeto estimular las liberalidades en favor de la protección del patrimonio cultural y natural definido en los artículos 1 y 2 de la presente Convención.

Artículo 18

Los Estados Partes en la presente Convención prestarán su concurso a las campañas internacionales de colecta de fondos que se organicen en provecho del Fondo del 189

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Patrimonio Mundial bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Facilitarán las colectas hechas con este propósito por los organismos mencionados en el párrafo 3 del artículo 15.

V. CONDICIONES Y MODALIDADES DE LA ASISTENCIA INTERNACIONAL Artículo 19

Todo Estado Parte en la presente Convención podrá pedir asistencia internacional en favor de los bienes del patrimonio cultural o natural de valor universal excepcional situados en su territorio. Unirá a su petición los elementos de información y los documentos previstos en el artículo 21 de que disponga que el Comité necesite para tomar su decisión.

Artículo 20

Sin perjuicio de las disposiciones del párrafo 2 del artículo 13 del apartado c) del artículo 22 y del artículo 23, la asistencia internacional prevista por la presente Convención sólo se podrá conceder a los bienes del patrimonio cultural y natural que el Comité del Patrimonio Mundial haya decidido o decida hacer figurar en una o en las dos listas de que tratan los párrafos 2 y 4 del artículo 11.

Artículo 21

1. El Comité del Patrimonio Mundial determinará el procedimiento de examen de las peticiones de asistencia internacional que estará llamado a prestar e indicará los elementos que habrá de contener la petición que describirá la operación que se proyecte, los trabajos necesarios, una evaluación de su costo, su urgencia y las razones por las cuales los recursos del Estado peticionario no le permiten hacer frente a la totalidad de los gastos. Siempre que sea posible, las peticiones se apoyarán en un dictamen de expertos. 2. Por razón de los trabajos que se pueda tener que emprender, sin demora, el Comité examinará con preferencia las peticiones que se presenten justificadas por calamidades naturales o por catástrofes. El Comité dispondrá para esos casos de un fondo de reserva. 3. Antes de tomar una decisión, el Comité efectuará los estudios o las consultas que estime necesarios.

Artículo 22

La asistencia del Comité del Patrimonio Mundial podrá tomar las formas siguientes: a) Estudios sobre los problemas artísticos, científicos y técnicos que plantean la protección, la conservación, la revalorización y la rehabilitación del patrimonio cultural y natural definido en los párrafos 2 y 4 del artículo 11, de la presente Convención.

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b) Servicios de expertos, de técnicos y de mano de obra calificada para velar por la buena ejecución del proyecto aprobado; c) Formación de especialistas de todos los niveles en materia de identificación, protección, conservación, revalorización y rehabilitación del patrimonio cultural y natural; d) Suministro de equipo que el Estado interesado no posea o no pueda adquirir; e) Préstamos a interés reducido, sin interés o reintegrables a largo plazo; f) Concesión en casos excepcionales y especialmente motivados, de subvenciones no reintegrables.

Artículo 23

El Comité del Patrimonio Mundial podrá también prestar asistencia internacional a centros nacionales o regionales de formación de especialistas de todos grados en materia de identificación; protección, conservación, revalorización y rehabilitación del patrimonio cultural y natural.

Artículo 24

Una asistencia internacional muy importante sólo se podrá conceder después de un estudio científico, económico y técnico detallado. Este estudio habrá de hacer uso de las técnicas más avanzadas de protección, de conservación, de revalorización y de rehabilitación del patrimonio cultural y natural y habrá de corresponder a los objetivos de la presente Convención. Habrá de buscar también la manera de emplear racionalmente los recursos disponibles en el Estado interesado.

Artículo 25

El financiamiento de los trabajos necesarios no incumbirá, en principio, a la comunidad internacional más que parcialmente. La participación del Estado que reciba la asistencia internacional habrá de constituir una parte cuantiosa de su aportación a cada programa o proyecto, salvo cuando sus recursos no se lo permitan.

Artículo 26

El Comité del Patrimonio Mundial y el Estado beneficiario definirán en el acuerdo que concierten las condiciones en que se llevará a cabo un programa o proyecto para el que se facilite asistencia internacional con arreglo a las disposiciones de esta Convención. Incumbirá al Estado que reciba tal asistencia internacional seguir protegiendo conservando y revalorizando los bienes así preservados, en cumplimiento de las condiciones establecidas en el acuerdo.

VI.

PROGRAMAS EDUCATIVOS

Artículo 27

1. Los Estados Partes en la presente Convención, por todos los medios apropiados, y sobre todo mediante programas de educación y de informa-

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ción, harán todo lo posible por estimular en sus pueblos el respeto y el aprecio del patrimonio cultural y natural definido en los artículos l y 2 de la presente Convención. 2. Se obligarán a informar ampliamente al público de las amenazas que pesen sobre ese patrimonio y de las actividades emprendidas en aplicación de la presente Convención.

Artículo 28

Los Estados Partes en la presente Convención, que reciban en virtud de ella, una asistencia internacional tomarán las medidas necesarias para hacer que se conozca la importancia de los bienes que hayan sido objeto de asistencia y el papel que ésta haya desempeñado.

VII. INFORMES Artículo 29

1. Los Estados Partes en la presente Convención indicarán en los informes que presenten a la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en las fechas y en la forma que ésta determine, las disposiciones legislativas y reglamentarias, y las demás medidas que hayan tomado para aplicar la presente Convención, así como la experiencia que hayan adquirido en este campo. 2. Esos informes se comunicarán al Comité del Patrimonio Mundial 3. El Comité presentará un informe sobre sus trabajos en cada una de las reuniones ordinarias de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

VIII. CLÁUSULAS FINALES Artículo 30

La presente Convención está redactada en árabe, español, francés, inglés y ruso, siendo los cinco textos igualmente auténticos

Artículo 31

1. La presente Convención será sometida a la ratificación o a la aceptación de los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, de conformidad con sus respectivos procedimientos constitucionales. 2. Los instrumentos de ratificación o de aceptación serán depositados en poder del Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

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Artículo 32

1. La presente Convención quedará abierta a la adhesión de todos los Estados no miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, invitados a adherirse a ella por la Conferencia General de la Organización. 2. La adhesión se efectuará depositando un instrumento de adhesión en poder del Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Artículo 33

La presente Convención entrará en vigor tres meses después de la fecha del depósito del vigésimo instrumento de ratificación, de aceptación o de adhesión, pero sólo respecto de los Estados que hayan depositado sus instrumentos respectivos de ratificación, de aceptación o de adhesión en esa fecha o anteriormente. Para los demás Estados, entrará en vigor tres meses después de efectuado el depósito de su instrumento de ratificación, de aceptación o de adhesión

Artículo 34

A los Estados Partes en la presente Convención que tengan un sistema constitucional federal o no unitario les serán aplicables las disposiciones siguientes: a) En lo que respecta a las disposiciones de esta Convención cuya aplicación entraña una acción legislativa del poder legislativo federal o central, las obligaciones del Gobierno federal o central serán las mismas que las de los Estados Partes que no sean Estados federales. b) En lo que respecta a las disposiciones de esta Convención cuya aplicación dependa de la acción legislativa de cada uno de los Estados, países, provincias o cantones constituyentes, que en virtud del sistema constitucional de la federación, no estén facultados para tomar medidas legislativas, el Gobierno federal comunicará esas disposiciones, con su dictamen favorable, a las autoridades competentes de los Estados, países, provincias, o cantones.

Artículo 35

1. Cada uno de los Estados Partes en la presente Convención tendrá la facultad de denunciarla. 2. La denuncia se notificará por medio de un instrumento escrito, que se depositará en poder del Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 3. La denuncia surtirá efecto doce meses después de la recepción del instrumento de denuncia. No modificará en nada las obligaciones financieras que haya de asumir el Estado denunciante hasta la fecha en que la retirada sea efectiva,

Artículo 36

El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura informará a los Estados Miembros de la Organización, a

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los Estados no miembros a que se refiere el artículo 32, así como a las Naciones Unidas, del depósito de todos los instrumentos de ratificación, de aceptación o de adhesión mencionados en los artículos 31 y 32, y de las denuncias previstas en el artículo 35.

Artículo 37

1. La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, podrá revisar la presente Convención. Pero esta revisión sólo obligará a los Estados que lleguen a ser Partes en la Convención revisada. 2. En el caso de que la Conferencia General apruebe una nueva Convención, que constituya una revisión total o parcial de la presente, y a menos que la nueva Convención disponga otra cosa, la presente Convención dejará de estar abierta a la ratificación, a la aceptación o a la adhesión, a partir de la fecha de entrada en vigor de la nueva Convención revisada.

Artículo 38

En virtud de lo dispuesto en el artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas, la presente Convención se registrará en la Secretaria de las Naciones Unidas a petición del Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Hecho en París, en este día veintitrés de noviembre de 1972, en dos ejemplares auténticos que llevan la firma del Presidente de la Conferencia General, en la 17a. reunión, y del Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que se depositarán en los archivos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y cuyas copias autenticadas se entregarán a todos los Estados a que se refieren los artículos 31 y 32 , así como a las Naciones Unidas. Fuente: http://whc.unesco.org/archive/convention-es.pdf

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CONCLUSIONES DEL COLOQUIO SOBRE LA PRESERVACIÓN DE LOS CENTROS HISTÓRICOS ANTE EL CRECIMIENTO DE LAS CIUDADES CONTEMPORÁNEAS (UNESCO / PNUD, Quito, Ecuador, 1977) CONCLUSIONES 1. DEFINICIÓN DE CENTROS HISTÓRICOS

“Este coloquio define como Centros Históricos a todos aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por una estructura física proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la evolución de un pueblo.



Como tales se comprenden tanto los asentamientos que se mantienen íntegros desde aldeas a ciudades, como aquellos que a causa de su crecimiento, constituyen hoy parte de una estructura mayor.



Los Centros Históricos, por sí mismos y por el acervo monumental que contienen, representan no solamente un incuestionable valor cultural, sino también económico y social.



Los Centros Históricos no solo son Patrimonio Cultural de la Humanidad, sino que pertenecen en forma particular a todos aquellos sectores sociales que los habitan.

2. SITUACIÓN ACTUAL

El coloquio, frente a los problemas que afectan a los centros históricos de América Latina y particularmente de la Región Andina, considera que los problemas de la sociedad latinoamericana contemporánea, inherentes a sus estructuras socioeconómicas, repercuten sobre las ciudades y en particular los centros históricos produciendo, junto con otros fenómenos:

– Fuerte movilidad y segregación social con alternativas de hacinamiento y – Abandono de estas áreas

Que se manifiestan en: 195

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– Progresiva obsolescencia física y funcional de los inmuebles. – Conflicto entre las estructuras y dimensión de las vías públicas y las de los nuevos sistemas de transporte. – Realización de obras públicas inadecuadas. – Inmoderada expansión de las actividades terciarias.

Todo lo cual crea una destrucción de la calidad del hábitat y la ruptura de la armónica relación de los hombres entre sí con el medio ambiente.



Esta situación afecta a los Centros Históricos en forma aguda, ya que están sujetos a múltiples tensiones y presiones, internas y externas, que causan su progresivo abandono por parte de ciertos sectores sociales y provocan la transformación de uso de los inmuebles, con la finalidad puramente especulativa; situación que afecta no solamente a las viviendas, sino también a los propios monumentos en un proceso de degradación que se manifiesta en los Centros Históricos, con la misma o mayor intensidad y similares características que en los que se registran en las áreas periféricas de las grandes ciudades.



Ha habido hasta ahora conciencia universal de que los llamados centros históricos debían preservarse por su valor cultural y turístico; a ese efecto, los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y privadas han hecho esfuerzos considerables en materia de restauración y conservación, aislados a veces, por razones turísticas de coyuntura política o conmemorativa y de catástrofes naturales, aplicando criterios limitados que van desde la conservación de monumentos aislados hasta “maquillajes escenográficos”.



En muchos casos, esta orientación ha sido el resultado de una posición cultural de élite concretada en medidas y acciones aisladas que no resolvieron en definitiva el problema de los Centros Históricos, por no haber estado orientadas a procurar el bienestar de la comunidad que los habita.



Tampoco la política tradicional de congelamientos, sin inversión de los poderes públicos, sirvió a la preservación, sino que al contrario, contribuyó a la destrucción de los Centros Históricos.



Documentos internacionales como las Cartas de Atenas, de Venecia o las Normas de Quito, que incorporaron progresivamente el concepto de centros históricos dentro del contexto humano y ambiental y que han tenido en su momento importancia, en su aplicación práctica han resultado en ese aspecto también insuficientes.

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3. HACIA UNA POLÍTICA DE CONSERVACIÓN INTEGRAL DE LOS CENTROS HISTÓRICOS

La conservación de los Centros Históricos debe ser una operación destinada a revitalizar no solo inmuebles, sino primordialmente la calidad de vida de la sociedad que los habita, aplicando su capacidad creativa y equilibrando su tecnología tradicional con la contemporánea.



Ante la amenaza de un modelo de vida alienante, los centros históricos albergan reservas de una escala de vida donde los valores humanos predominan con sus tradiciones culturales todavía vigentes, y son capaces de oponerse a los efectos de dicha amenaza. Por tanto, debe promoverse la rehabilitación de dichos centros históricos respetando y potenciando la milenaria cultura andina.



La revitalización de los Centros Históricos exige un enfoque de planeamiento, integrándola dentro de los planes directores de desarrollo urbano y territorial.



Las acciones sobre los Centros Históricos deben fundamentarse en un especial reordenamiento de la tenencia y uso del suelo, con miras a mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.



Deberán ser progresivas y contemplar los recursos humanos y financieros de ellos; manteniendo una pluralidad funcional sin menoscabo de la habitacional.



De acuerdo con los motivos expuestos, es necesario formular medidas de acción operativas, entre las cuales sobresalen:

• La tarea de rescate del patrimonio histórico cultural y social de América Latina tendrá como protagonistas prioritarios a los habitantes de los países interesados, con la cooperación inmediata de los organismos internacionales de cultura y financiamiento; siendo necesaria la organización comunitaria de los habitantes de los centros históricos para alcanzar los principios señalados. • Incorporación a las políticas oficiales de vivienda de programas específicos para rehabilitación de los centros históricos como forma de mantener el patrimonio habitacional del país. • Para el financiamiento de los programas de revitalización de los centros históricos se debe poder disponer de las líneas de crédito nacionales e internacionales destinadas a proyectos de rehabilitación de vivienda, infraestructura y equipamiento humano, desarrollo comunal y turismo.

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• La reformulación de la legislación vigente para la preservación de los Centros Históricos debe tomar en cuenta las medidas tendentes a incrementar el poder de decisión de los organismos calificados, capaces de permitir no solamente la preservación del centro históricos, sino también el control de las modificaciones del entorno urbano y natural. • Toda acción de revitalización debe estar fundamentada en estudios multidisciplinares del área. • Es necesario, por tanto, incrementar la formación de arquitectos urbanistas y otros especialistas afines, paralelamente a la educación de los cuadros profesionales calificados en las técnicas de restauración existentes, a los lineamientos de acción enumerados. • Se advierte la necesidad de una amplia campaña de concienciación acerca no solo del valor cultural, sino del carácter social y viviente de los Centros Históricos, a través de los medios masivos de comunicación y los sistemas educacionales en todos sus niveles. Quito, 11 de marzo 1977 Fuente: http://www.esicomos.org/Nueva_carpeta/INDEX_2ESICOMOS.htm

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CARTA INTERNACIONAL PARA LA CONSERVACIÓN DE POBLACIONES Y ÁREAS URBANAS HISTÓRICAS (1987) (Adoptada por ICOMOS en octubre de 1987) PREÁMBULO Y DEFINICIÓN Todos los conjuntos urbanos del mundo, al ser el resultado de un proceso gradual de desarrollo, más o menos espontáneo, o de un proyecto deliberado, son la expresión material de la diversidad de las sociedades durante la historia. La presente Carta concierne a los núcleos urbanos de carácter histórico, grandes o pequeños, comprende todo tipo de poblaciones (ciudades, villas, pueblos, etc.) y, más concretamente, los cascos, centros, barrios, barriadas, arrabales, u otras zonas que posean dicho carácter, con su entorno natural o hecho por el hombre. Más allá de su utilidad como documentos históricos, los referidos núcleos son expresión de los valores de las civilizaciones urbanas tradicionales. Actualmente se hallan amenazados por la degradación, el deterioro y, a veces, por la destrucción provocada por una forma de desarrollo urbano surgida de la era industrial que afecta a todas las sociedades. Frente a esta situación, a menudo dramática, que provoca pérdidas irreparables de carácter cultural, social, e incluso económico, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Históricos (ICOMOS), ha juzgado necesario redactar una “Carta Internacional para la Conservación de las Poblaciones y Áreas Urbanas Históricas”. Complementaria de la “Carta Internacional para la Conservación y Restauración de los Monumentos y los Sitios Históricos” (Venecia, 1964), este nuevo texto define los principios, objetivos, métodos e instrumentos de actuación apropiados para conservar la calidad de las poblaciones y áreas urbanas históricas y favorecer la armonía entre la vida individual y colectiva en las mismas, perpetuando el conjunto de los bienes que, por modestos que sean, constituyen la memoria de la humanidad. Como explícita la UNESCO en su recomendación relativa a la salvaguarda de los conjuntos históricos o tradicionales y su función en la vida contemporánea (Varsovia-Nairobi, 1976), así como en otros documentos internacionales, se entiende aquí por “conservación de las poblaciones y áreas urbanas históricas” el elenco de medidas necesarias para su protección, conservación y restauración, así como para su desarrollo coherente y adaptación armónica a la vida contemporánea.

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PRINCIPIOS Y OBJETIVOS • Artículo 1. La conservación de las poblaciones o áreas urbanas históricas solo puede ser eficaz si se integra en una política coherente de desarrollo económico y social, y si es tomada en consideración en el planeamiento territorial y urbanístico en todos los niveles. • Artículo 2. Los valores a conservar son el carácter histórico de la población o del área urbana y todos aquellos elementos materiales y espirituales que determinan su imagen, especialmente:

la forma urbana definida por la trama y el parcelario; la relación entre los diversos espacios urbanos, edificios, espacios verdes y libres; la forma y el aspecto de los edificios (interior y exterior), definidos a través de su estructura, volumen, estilo, escala, materiales, color y decoración;



las relaciones entre población o área urbana y su entorno, bien sea natural o creado por el hombre;



las diversas funciones adquiridas por la población o el área urbana en el curso de la historia.



Cualquier amenaza a estos valores comprometería la autenticidad de la población o área urbana histórica.

• Artículo 3. La participación y el compromiso de los habitantes son imprescindibles para conseguir la conservación de la población o área urbana histórica y deben ser estimulados. No se debe olvidar que dicha conservación concierne en primer lugar a sus habitantes. • Artículo 4. Las intervenciones en las poblaciones y áreas urbanas históricas deben realizarse con prudencia, método y rigor, evitando todo dogmatismo y teniendo siempre en cuenta los problemas específicos de cada caso particular.

MÉTODOS E INSTRUMENTOS • Artículo 5. La planificación de la conservación de las poblaciones y áreas urbanas históricas debe ser precedida por estudios multidisciplinares.

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El plan de conservación debe comprender un análisis de datos, particularmente arqueológicos, históricos, arquitectónicos, técnicos, sociológicos y económicos, y debe definir la principal orientación y modalidad de las acciones que han de llevarse a cabo en el plano jurídico, administrativo y financiero. El plan de conservación tratará de lograr una relación armónica entre el área urbana histórica y el conjunto de la población.

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El plan de conservación determinará los edificios o grupos de edificios que deben protegerse totalmente, conservar en ciertas condiciones, o los que, en circunstancias excepcionales, pueden destruirse. Antes de realizar cualquier intervención se levantará un acta, rigurosamente documentada, de las condiciones del área.



El plan debe contar con la adhesión de los habitantes.

• Artículo 6. En caso de que se careciera de un plan de conservación o este estuviera en estudio, antes de la adopción del plan todas las actividades necesarias para la conservación deberán ajustarse a los principios y métodos de la presente Carta y de la de Venecia. • Artículo 7. La conservación de las poblaciones o áreas urbanas de interés histórico implica el permanente mantenimiento de las edificaciones. • Artículo 8. Las nuevas funciones deben ser compatibles con el carácter, vocación y estructura de las poblaciones o áreas urbanas históricas. La adaptación de estas a la vida contemporánea requiere unas cuidadas instalaciones de las redes de infraestructura y equipamientos de los servicios públicos. • Artículo 9. La mejora del “hábitat” debe ser uno de los objetivos básicos de la conservación. • Artículo 10. En el caso de ser necesaria la transformación de los edificios o la construcción de otros nuevos, toda agregación deberá respetar la organización espacial existente, particularmente su parcelario, volumen y escala, así como el carácter general impuesto por la calidad y el valor del conjunto de construcciones existentes. La introducción de elementos de carácter contemporáneo, siempre que no perturben la armonía del conjunto, puede contribuir a su enriquecimiento. • Artículo 11. Es importante contribuir a un mejor conocimiento del pasado de las poblaciones y áreas urbanas históricas, favoreciendo las investigaciones arqueológicas y la adecuada presentación de sus descubrimientos, sin perturbar la organización general del tejido urbano. • Artículo 12. La circulación de vehículos debe ser estrictamente regulada en el interior de las poblaciones y áreas urbanas históricas, y las zonas de estacionamiento deberán planearse de modo que no degraden su aspecto ni su entorno. • Artículo 13. Cuando en el marco de la ordenación territorial esté prevista la construcción de grandes carreteras, o de vías de circulación intensa, no deberá permitirse que penetren en las poblaciones o áreas urbanas históricas, pero sí facilitar la aproximación y mejorar los accesos. 201

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• Artículo 14. En las poblaciones y áreas urbanas históricas se han de adoptar medidas preventivas contra las catástrofes naturales y las diversas perturbaciones (especialmente la contaminación y las vibraciones), tanto para la conservación de su patrimonio como para la seguridad y bienestar de sus habitantes. Los medios empleados para prevenir o reparar los daños ocasionados por una catástrofe deben adaptarse al carácter específico de los bienes que deben conservarse. • Artículo 15. Para asegurar la participación activa e implicar a sus habitantes se debe realizar un programa de información desde la edad escolar. Deberán facilitarse las acciones de las asociaciones para la conservación y adoptarse las medidas financieras apropiadas para asegurar la conservación y restauración. • Artículo 16. La conservación exige la formación especializada de los diferentes profesionales implicados. Fuente: http://www.esicomos.org/Nueva_carpeta/INDEX_2ESICOMOS.htm

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CARTA DE CRACOVIA 2000. PRINCIPIOS PARA LA CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO CONSTRUIDO Reconociendo la contribución de particulares e instituciones que, en el transcurso de tres años, han participado en la preparación de la Conferencia Internacional sobre Conservación “Cracovia 2000” y en su Sesión Plenaria “Patrimonio Cultural como fundamento del Desarrollo de la Civilización”, Nosotros, los participantes de la Conferencia Internacional sobre Conservación “Cracovia 2000”, conscientes de los profundos significados asociados con patrimonio cultural, sometemos los siguientes principios a los responsables de patrimonio como una pauta para realizar los esfuerzos necesarios para salvaguardar tales bienes.

• Preámbulo

Actuando en el espíritu de la Carta de Venecia, tomando nota de las recomendaciones internacionales e impulsados por el proceso de unificación Europea, a la entrada del nuevo milenio, somos conscientes de vivir dentro de un marco, en el cual las identidades —en un contexto cada vez más amplio— son más características y más diversas.



La Europa actual se caracteriza por la diversidad cultural y por tanto por la pluralidad de valores fundamentales relacionados con los bienes muebles, inmuebles y el patrimonio intelectual, con diferentes significados asociados con ello y consecuentemente también con conflictos de intereses. Esto obliga a todos aquellos responsables de salvaguardar el patrimonio cultural a prestar cada vez más atención a los problemas y las alternativas a las que se enfrentan para conseguir estos objetivos.



Cada comunidad, teniendo en cuenta, su memoria colectiva y consciente de su pasado, es responsable de la identificación, así como de la gestión de su patrimonio. Los elementos individuales de este patrimonio son portadores de muchos valores, los cuales pueden cambiar en el tiempo. Los distintos valores específicos en los elementos caracterizan la particularidad de cada patrimonio. A causa de este proceso de cambio, cada comunidad desarrolla una conciencia y un conocimiento de la necesidad de cuidar los valores de su patrimonio.

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Este patrimonio no puede ser definido de un modo unívoco y estable. Solo se puede definir la dirección en la cual el patrimonio puede ser identificado. La pluralidad social implica una gran diversidad en los conceptos de patrimonio concebidos por la comunidad entera; al mismo tiempo los instrumentos y métodos desarrollados para la preservación correcta deben ser adecuados a la situación cambiante actual, que es sujeto de un proceso de evolución continua. El contexto particular de elección de estos valores requiere la preparación de un proyecto de conservación a través de una serie de decisiones de elección crítica.



Todo esto debería ser materializado en un proyecto de restauración de acuerdo con unos criterios técnicos y organizativos.



Conscientes de los profundos valores de la Carta de Venecia y trabajando hacia los mismos objetivos, proponemos para nuestros días los siguientes principios para la conservación y restauración del patrimonio edificado.

• Objetivos y métodos

El patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico, de la misma manera que los elementos que lo componen, son el resultado de una identificación con varios momentos asociados a la historia y a sus contextos socioculturales. La conservación de este patrimonio es nuestro objetivo. La conservación puede ser realizada mediante diferentes tipos de intervenciones, como son el control medioambiental, el mantenimiento, la reparación, la restauración, la renovación y la rehabilitación. Cualquier intervención implica decisiones, selecciones y responsabilidades relacionadas con el patrimonio entero, también con aquellas partes que no tienen un significado específico hoy, pero podrían tenerlo en el futuro.



Mantenimiento y reparación son una parte fundamental del proceso de conservación del patrimonio. Estas acciones tienen que ser organizadas con investigación sistemática, inspección, control, seguimiento y pruebas. Hay que informar y prever el posible deterioro, y tomar las adecuadas medidas preventivas.



La conservación del patrimonio edificado es llevada a cabo según el proyecto de restauración, incluyendo la estrategia para conservar a largo plazo. Este “proyecto de restauración” debería basarse en una gama de opciones técnicas apropiadas y preparadas en un proceso cognitivo que permita integrar el conocimiento y el entendimiento del edificio y/o del emplazamiento. Esto puede incluir materiales tradicionales y nuevos materiales, investigaciones estructurales, análisis gráficos y de magnitudes y la identificación del significado histórico, artístico y sociocultural. Todas las disciplinas pertinentes tienen que participar en el proyecto de restauración y la coordinación deberá ser llevada

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a cabo por una persona cualificada y bien formada en la conservación y restauración.

Debe evitarse la reconstrucción en “el estilo del edificio” de partes enteras del mismo.



La reconstrucción de partes muy pequeñas con un significado arquitectónico puede ser excepcionalmente aceptada a condición de que estas se basen en documentación precisa e indiscutible. Si se necesita para el adecuado uso del edificio, la incorporación de partes espaciales y funcionales más extensas debe reflejarse en ellas la arquitectura actual. La reconstrucción de un edificio en su totalidad, destruido por un conflicto armado o por desastres naturales, es únicamente aceptable si existen motivos sociales o culturales excepcionales que están relacionados con la identidad de la comunidad entera.

• Diferentes clases de patrimonio edificado

Cualquier intervención que afecte al patrimonio arqueológico, debido a su vulnerabilidad, debe estar estrictamente relacionada con su entorno, territorio y paisaje. Los aspectos destructivos de la excavación deben reducirse tanto como sea posible. En cada excavación, el trabajo arqueológico debe ser totalmente documentado.



Como en el resto de los casos, los trabajos de conservación de hallazgos arqueológicos deben basarse en el principio de mínima intervención. Estos deben ser realizados por profesionales y la metodología y las técnicas usadas deben ser controladas estrictamente.



En la protección y preservación públicas de los sitios arqueológicos deben ser promovidos el uso de modernas tecnologías, bancos de datos, sistemas de información y presentaciones virtuales.



La intención de la conservación de edificios históricos y monumentos, estén estos en contextos rurales o urbanos, es mantener su autenticidad e integridad, incluyendo los espacios internos, mobiliario y decoración de acuerdo con su conformación original. Semejante conservación requiere un apropiado “proyecto de restauración” que defina los métodos y los objetivos. En muchos casos, esto además requiere un uso apropiado, compatible con el espacio y significado existente. Las obras en edificios históricos deben prestar una atención total a todos los periodos históricos presentes.



La decoración arquitectónica, esculturas y elementos que son una parte integrada del patrimonio construido deben ser preservados mediante un proyecto específico vinculado con el proyecto general. Esto supone que el restaurador tiene el conocimiento y la formación adecuados además de la capacidad 205

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cultural, técnica y práctica para interpretar los diferentes análisis de los campos artísticos específicos. El proyecto de restauración debe garantizar un acercamiento correcto a la conservación del conjunto del entorno y ambiente, la decoración o escultura, respetando los oficios y artesanía tradicionales del edificio y su necesaria integración como una parte sustancial del patrimonio construido.

Las ciudades históricas y los pueblos en sus entornos territoriales, representan una parte esencial de nuestro patrimonio universal, y deben ser vistos como un todo con las estructuras, espacios y factores humanos normalmente presentes en el proceso de continua evolución y cambio. Esto implica a todos los sectores de la población, y requiere un proceso de planificación integrado, consistente en una amplia gama de diferentes actividades. La conservación en el contexto urbano se puede ocupar de conjuntos de edificios y espacios abiertos, que son parte de amplias áreas urbanas, o de pequeños asentamientos rurales o urbanos, incluyendo otros valores intangibles. En este contexto, la intervención consiste en referir siempre a la ciudad en su conjunto morfológico, funcional y estructural, como parte del territorio, del medio ambiente y del paisaje circundante. Los edificios que constituyen las áreas históricas pueden no tener ellos mismos un valor arquitectónico especial, pero deben ser salvaguardados como elementos del conjunto por su unidad orgánica, dimensiones particulares y características técnicas, espaciales, decorativas y cromáticas.



El proyecto de restauración del pueblo o la ciudad histórica debe anticipar la gestión del cambio, además de verificar la sostenibilidad de las opciones seleccionadas, conectando las cuestiones de patrimonio con los aspectos económicos y sociales. Aparte de obtener conocimiento de la estructura general, se exige la necesidad del estudio de las influencias de cambio y las herramientas necesarias para el proceso de gestión. El proyecto de restauración para áreas históricas contempla los edificios de la estructura urbana en su doble función:



a) los elementos que definen los espacios de la ciudad dentro de su forma urbana b) los valores espaciales internos que son una parte esencial del edificio.



Los paisajes como patrimonio cultural son el resultado y el reflejo de una interacción prolongada en diferentes sociedades entre el hombre, la naturaleza y el medio ambiente físico.



Son el testimonio de la relación del desarrollo de comunidades, individuos y su medio ambiente. En este contexto su conservación, preservación y desarrollo se centra en los aspectos humanos y naturales, integrando valores materiales e intangibles. Es importante comprender y respetar el carácter de los paisajes, y aplicar las adecuadas leyes y normas para armonizar la

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funcionalidad territorial con los valores esenciales. En muchas sociedades, los paisajes están relacionados e influidos históricamente por los territorios urbanos próximos.

La integración de paisajes con valores culturales, y el desarrollo sostenible de regiones y localidades con actividades ecológicas, y el medio ambiente natural, requiere conciencia y entendimiento de las relaciones por encima del tiempo. Esto implica establecer vínculos con el medio ambiente construido de la metrópoli, la ciudad y el municipio.



La conservación integrada de paisajes arqueológicos y estáticos con el desarrollo de paisajes muy dinámicos implica la consideración de valores sociales, culturales y estéticos.



Las técnicas de conservación/protección deben estar estrictamente vinculadas a la investigación pluridisciplinar científica sobre materiales y tecnologías usadas para la construcción, reparación y/o restauración del patrimonio edificado. La intervención elegida debe respetar la función original y asegurar la compatibilidad con los materiales y las estructuras existentes, así como con los valores arquitectónicos. Cualquier material y tecnología nuevos debe ser probado rigurosamente, comparado y comprendido antes de ser aplicado. Aunque la aplicación in situ de nuevas tecnologías puede ser relevante para el mantenimiento de la fábrica original, deben ser continuamente controladas teniendo en cuenta los resultados obtenidos, su comportamiento posterior y la posibilidad de una reversibilidad eventual.



Se requiere atención particular para mejorar nuestro conocimiento de materiales tradicionales y de sus antiguas técnicas, como de su apropiado mantenimiento en el contexto de la moderna sociedad, siendo en ellos mismos componentes importantes del patrimonio cultural.

• Planificación y gestión

La dirección de un cambio dinámico, transformación y desarrollo de las ciudades históricas y del patrimonio cultural en general, consiste en una regulación apropiada, eligiendo las opciones, y controlando los resultados. Como una parte esencial de este proceso, es necesario identificar los riesgos, anticipar los sistemas apropiados de prevención, y crear planes de actuación de emergencia. El turismo cultural, frente a los aspectos positivos en la economía local, debe ser considerado como un riesgo. También se debe prestar atención a la optimización de costos corrientes.



La conservación del patrimonio cultural debe ser una parte integral de los procesos de planificación y dirección de una comunidad, y puede contribuir al desarrollo sostenible, cualitativo, económico y social de esta comunidad. 207

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La pluralidad de valores del patrimonio y la diversidad de intereses requiere una estructura de comunicación que permita participar, además de a los especialistas y administradores, la participación efectiva de los habitantes en el proceso. Es responsabilidad de las comunidades establecer los métodos y estructuras apropiados para asegurar la participación verdadera de individuos e instituciones en el proceso de decisión.

• Formación y educación

La formación y la educación en cuestiones de patrimonio cultural exigen la participación social y la integración dentro de sistemas de educación nacionales en todos los niveles. La complejidad de un proyecto de restauración, o de cualquier otra intervención de conservación, implicando aspectos históricos, técnicos, culturales y económicos requiere el nombramiento de un director facultativo bien formado y competente.



La educación de los conservadores debe ser interdisciplinar e incluir un estudio preciso de la historia de la arquitectura, la teoría y las técnicas de conservación. Esto debería asegurar la apropiada cualificación necesaria para resolver problemas de investigación para llevar a cabo las intervenciones de conservación y restauración de una manera profesional y responsable.



La formación de profesionales y técnicos en la disciplina de conservación debe tener en cuenta el desarrollo de las metodologías del conocimiento técnico, y ser consciente del debate actual sobre teorías y políticas de conservación.



La calidad de los oficios y el trabajo técnico durante los proyectos de restauración debe también ser reforzada por la formación profesional perfeccionada y actualizada permanentemente.

• Medidas legales

La protección y conservación del patrimonio edificado será más eficaz si se llevan a cabo conjuntamente acciones legales y administrativas. Estas deben estar dirigidas a asegurar que el trabajo de conservación es solo llevado a cabo por, o bajo la supervisión, de profesionales de la conservación.



Las medidas legales deben también asegurar un periodo de experiencia práctica en un programa estructurado. Especial consideración debe tener la concesión de cualificaciones a los conservadores recién formados que obtendrán por ello una licencia para la práctica independiente. Estas deben ser concedidas y supervisadas por profesionales de la conservación.

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• Anexo. Definiciones

El comité de redacción de esta “Carta de Cracovia” usó los siguientes conceptos terminológicos:



Patrimonio: Patrimonio es el conjunto de las obras del hombre en las cuales una comunidad reconoce sus valores específicos y particulares y con los cuales se identifica. La identificación y la especificación del patrimonio es por tanto un proceso relacionado con la elección de valores.



Monumento: El monumento es una entidad identificada por su valor y que forma un soporte de la memoria. En él, la memoria reconoce aspectos que guardan relación con actos y pensamientos humanos, asociados con el curso del tiempo histórico. Estos pueden estar dentro de nuestro alcance, incluso a veces aún no interpretados.



Autenticidad: Significa la suma de características sustanciales, históricamente determinadas, del original hasta el estado actual, como resultado de las varias transformaciones que han ocurrido en el tiempo.



Identidad: Se entiende como la referencia común de valores presentes generados en la esfera de una comunidad y los valores pasados identificados en la autenticidad.



Conservación: Conservación es el conjunto de actitudes de una comunidad que contribuye a hacer que el patrimonio y sus monumentos perduren. La conservación es llevada a cabo con respecto al significado de la identidad, con sus valores asociados.

Fuente: http://www.juntadeandalucia.es/cultura/iaph/html/portal/com/bin/portal/ Tematicas/InformacionPH/Presentacion/ConceptoBienesCulturales/index. html/1136915666179_carta_cracovia2000.pdf

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Este libro se terminó de imprimir en los talleres de la imprenta de la Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Ingeniería en el mes de octubre de 2012

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