Res Terapias de Avanzada

TÉCNICAS DE AVANZADA información, propio del sistema nervioso central. En suma se trata de un aprendizaje. MODELOS DE

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TÉCNICAS DE AVANZADA

información, propio del sistema nervioso central. En suma se trata de un aprendizaje.

MODELOS DE FUNCIONAMIENTO: Dos modelos sustentan estos abordajes terapéuticos:

2-TÉCNICA DE LOS ANTEOJOS Y 3-TÉCNICA DE UN OJO X VEZ

1- Las Técnicas de Integración Cerebral se explican por el modelo de integración hemisférica, que postularía que las emo cio nesnegativas producirían un desequilibrio en la sincronía de am boshemisferios cerebrales, con una marcada lateralización de re cha. O alternativamente sería la aparición de una asincronía la ge ne ra do ra de la persistencia de emociones disfuncionales. ¿Es el huevo o la gallina?. Al corregir la lateralidad hemisférica derecha logramos corregir la perturbación en forma veloz y duradera. En todas las Terapias de Avanzada los cambios en la simetría hemisférica como respuesta a los tratamientos son objetivables a través de un mapeo cerebral computarizado. 2- Las Técnicas de Energía, se explican por el modelo ener gé -ti co, que sostiene que un desequilibrio de los sistemas energéticos del cuerpo, representados por los meridianos de la acupuntura china, y producido por cualquier motivo emocional o físico, es el causante de los síntomas perturbadores. Actuando sobre este sistema energético de meridianos se vuelve a reequilibrar el sistema con el consiguiente retorno del estado de bienestar. En base a estos modelos de funcionamiento podemos dividir entonces a las Terapias de Avanzada en estos tres grupos: GRUPO 1: TÉCNICAS DE INTEGRACIÓN CEREBRAL (TIC) 1- EMDR: Francine Shapiro -1987-(Eye Movement Desensitization and Reprocessing) Desensibilización y Reprocesamiento por el Movimiento Ocular (USA) 2- Técnica de los Anteojos: Frederick Schiffer - 1998, USA– Solvey y Solvey – 2000 - Argentina. 3- Técnica de Un ojo por Vez: Audrey Cook & Richard Bradshaw 2000 - Canadá GRUPO 2: TÉCNICAS DE ENERGÍA Las más importantes de ellas son: 1- TFT: Terapia del Campo del Pensamiento: Thought Field Therapy – Roger Callahan – 1994 - USA 2- EFT: Técnica de Libertad Emocional: Emotional Freedom Technique Gary Craig – 1995 - USA 3- TAT: Tapas Acupressure Tecnique: Tapas Fleming – 1993 -USA 4- TREE: Técnicas de Reactivación Ener gé ti co Emo cio nal: Sumitra Geraiges – Raquel C. Ferrazzano De Solvey – 2002.- Ar gen ti na GRUPO 3: TÉCNICAS MIXTAS 1- Brain Gym Paul Dennison – 1987- USA.

Lo que se obtiene con el EMDR así como con las otras Técnicas de Integración Cerebral, es poner en marcha un sistema de autocuración y de reprocesamiento de la

Son dos nuevos métodos terapéuticos que posibilitan la in te gra ción de las diferencias de percepción que existen con frecuencia acerca de un hecho cuando es observado con uno u otro he mis fe rio cerebral. Entre ambos hay diferencias notables en creencias, emociones, sensaciones corporales y en los niveles de per tur ba ción, producidos por el problema a tratar. El uso de estas técnicas permite la integración de esta in forma ción disímil (que está provocando perturbaciones mentales, emocionales o físicas) logrando rápidamente su resolución, desensibilizando los traumas, las obsesiones, las fobias y las creen cias negativas. Permite arribar a una visión más realista del problema, al con ver ger ambas perspectivas, lográndose corregir todas las distorsiones así como todas las emociones o miedos irracionales o exagerados, como consecuencia de situaciones traumáticas. TÉCNICA DE LOS ANTEOJOS Consiste en unos anteojos especiales, que permiten entrar la luz con un ángulo de incidencia tal de manera que impresione sobre la parte nasal de la retina del hemisferio opuesto al que se quiere ac ti var, lo que permite estimular separadamente los dos hemisferios cerebrales, de modo que el sujeto puede “ver” dos puntos de vista propios y diferentes respecto a un mismo problema, ambos reales. Si bien nos imaginamos a nosotros mismos con un cerebro, funcionalmente tenemos dos: uno izquierdo y uno derecho. Existen sin duda considerables funciones comunes a ambos pero tam bién existen diferencias considerables Siempre usamos ambos lados de nuestro cerebro, cambiando permanentemente su activación en un ida y vuelta, para obtener los mejores benefi cios de ambos lados. Sin embargo, hay ocasiones en que nos quedamos “pegados” al hemisferio derecho e in ca pa ces de conectarnos con el izquierdo, que sería el más útil para esa ocasión. En general, esto se debe al estrés. Y es el estrés –o el trau ma– el que limita nuestra capacidad de tener un acceso inmediato a los recursos que poseemos en el hemisferio izquierdo. A medida que el tema “problema” es observado varias veces en forma alternada y secuencial con los dos hemisferios, estos van integrando sus percepciones acerca del mismo, bajando la in ten si dad de la perturbación que la situación provocaba hasta des apa

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re cer como por “arte de magia”, y “el problema” deja de serlo. F. Schiffer MD. comenzó a usar unos anteojos similares dentro de una terapia estructurada y psicodinámica. Nosotros (Solvey y Solvey2000), desarrollamos el sistema de aplicar un gradiente, secuencial y alternado, que opera como desensibilizante, durante todo el proceso terapéutico y que produce una reestructuración cognitiva concomitante, hasta lograr en poco tiempo, a veces en minutos, la desensibilización (ecológica) del tema tratado.

TÉCNICA DE UN OJO POR VEZ El método de “Un Ojo por Vez”, desarrollado en 2000, por los canadienses Audrey Cook, PhD., y Richard Bradshaw, PhD., con sis te en observar el problema a resolver con un solo ojo alternadamente (se tapa el otro), activando también los he mis fe rios cerebrales por separado. Se pueden buscar dos cosas:

1- El “shock” o incredulidad acerca de lo sucedido, habitual en situaciones altamente traumáticas. Su resolución es la única ma ne ra de poner en marcha la desensibilización del trauma. A me nu do se observa que con uno de los hemisferios la persona “cree” lo que le ha pasado, pero con el otro “no lo pude creer”. Es decir lo sabe con el cerebro, pero lo niega con el corazón. Su discurso está plagado de “no lo puedo creer!”, “es imposible!”, “me voy a despertar y habrá sido todo un sueño”. Mientras esta incredulidad persista, no importa cuanto tiempo haya pasado desde el hecho, es imposible la elaboración y la in te gra ción en la vida del sujeto de las consecuencias de la situación. Es como si no existiera. Resolviendo la incredulidad, en poco tiem po de trabajo se logran resolver situaciones que podrían llevar años congeladas y perturbando. El cerebro durante el estrés libera hormonas a través del to rren te sanguíneo, estos químicos constriñen los capilares exteriores del sis te ma vascular, centrando el abastecimiento de sangre en el área del pecho y en los músculos largos del cuerpo, que están involucrados en la lucha- huida. Este mismo proceso se da en el cerebro. Los ca pi la res exteriores se constriñen, centrando el abas te ci mien to de sangre en las áreas que tienen que ver con la su per vi ven cia. La sensación de “entumecimiento”que aparece cuando el sujeto está en estado de “shock”o estrés, signifi ca que el cuerpo se ha “desensibilizado” a sí mismo para prepararse para la su per vi ven cia. Con este des equi li brio viene la incapacidad de pensar cla ra men te. Se desactiva el ce re bro anterior, corteza prefrontal, (área creativa, que permite nuevos apren di za jes) y se activa el cerebro posterior que toma el comando.

2- El otro hallazgo es el de la presencia de ciertos puntos en el cam po visual, llamados “nudos”, que aparecen al hacer recorrer con la mirada de un ojo por vez y lentamente todo el campo visual mientras la persona piensa en el hecho. En estos nudos se con cen tran cu rio sa men te las emociones más disfuncionales, que apa re cen ligadas a sen sa cio nes físicas, como mareos, nauseas, y an sie dad. Una vez disueltos estos “nudos”, con una técnica apropiada, el pro ble ma comienza a ser procesado y a desaparecer, o se reduce a su mí ni ma expresión. Hay doce vías principales o meridianos, cada uno de ellos re la cio na do con un órgano y con una emoción. Los meridianos serían los canales que conducen la energía electromagnética, al cuerpo y por el cuerpo. Se agrupan de a pares bilateralmente, excepto dos me ri dia nos centrales. Su fl ujo o circulación es continuo, y en una de ter mi na da secuencia. Cuando se da un desequilibrio en este sistema, dejarán de funcionar los órganos relacionados con ellos. Signifi cativamente cuando esto sucede se encuentra que también los hemisferios ce re bra les se des equi li bran, de modo que “todos los ca mi nos conducen a Roma”. En todas estas técnicas se le pide a la persona al comienzo del trabajo que se concentre en el problema, sintonizándose de esta manera con el “campo del pensamiento”, campo en el cual están ubicadas las per tur ba cio nes y donde se van a producir las mo di fi ca cio nes. Al gu nas de estas técnicas pueden ser aprendidas por el paciente y autoimplementadas, para actuar tanto sobre problemas emocionales como físicos, con excelentes resultados. En 1979 el psiquiatra John Diamond MD (USA) fue el primer profesional de la salud mental que usó el sistema de meridianos para diagnosticar y tratar problemas emocionales. Formado original men te en la Kinesiología Aplicada Diamond introdujo la Prue ba de Re sis ten cia Muscular de esta práctica como un método para la eva lua ción de las condiciones en que se encontraba el fl ujo de energía a través de los meridianos del cuerpo. En 1985, Roger Callahan PhD. (USA) desarrolló las Técnicas de Callahan (TFT o Thought Field Therapy o Terapia del Campo del Pensamiento) que pueden ser consideradas como el origen de todas las psicoterapias basadas en los meridianos que han emergido desde entonces.

En el área psicológica un “campo de pensamiento” remite a un cúmulo de fuerzas energéticas a nivel de la mente y de su neurofi siología, que actúan como agentes causales y que impactan en la conducta y 2

experiencia. El psicoanalista Willy Baranger (Ar gen ti na) postuló la existencia de un “campo psicoanalítico” entre paciente y terapeuta. Entenderemos mejor este concepto si lo imaginamos como un patrón electromagnético, más que como una estructura química o cognitiva. En un sentido general es una estructura espacial ener gé ti ca e invisible, y no física, que une la información codifi cada en una estructura cohesiva. Cuando las personas piensan en su problema entran en re so nan cia, se “sintonizan” con el campo del pensamiento. Esta sintonía, en estas técnicas, es uno de los requerimientos necesarios para su diagnóstico y tratamiento. Con ello, instantáneamente se trae a un primer plano la totalidad de la información acerca del tema, energéticamente codifi cada. Sintonizarse al campo de pensamiento es análogo a sintonizarse a una estación de radio específi ca. Usa la Prueba de Resistencia Muscular como herramienta diagnóstica, para saber que puntos estimular, y en qué secuencia. EFT utiliza la percusión, masaje o frote, en los puntos de comienzo o terminación de los 14 meridianos. En la pose de TAT, tocando estos puntos en la parte pos te rior de la cabeza y la frente cerca de los ojos, se activan los cen tros de la visión del cerebro. Uno de los puntos bilaterales que se tocan en la nuca son llamados por los chinos “las ventanitas de los ojos” y estimulan la visión interior. Cuando ocurre un trauma, es como pulsar el botón de parada en un aparato de video. Aplicar la pose de TAT es como pulsar el botón de ‘play’: la información retenida, es “vista” por la activación del sistema de visión y el sujeto puede verdaderamente dejar atrás el pasado. Esta combinación de atención-activación de puntos abre el fl ujo de la información retenida y le permite llegar al cerebro, donde es in te gra da en el sistema cuerpo-mente y liberada, con el consiguiente alivio emocional y físico. TAT es útil en alergias, a causa de que muchas de estas intolerancias a comidas, u otros elementos, son retenciones de in for ma ción genética, congeladas por un trauma y trasmitidas de generación en generación. 4- TREE (TÉCNICAS DE REACTIVACIÓN ENERGÉTICO EMOCIONAL): Son un conjunto de técnicas usadas para la liberación del estrés emocional, tomadas de distintos métodos de tratamientos de sa rro lla dos en USA por médicos psiquiatras y quiroprácticos.

En ella se usa la prueba de respuesta muscular o test muscular, para detectar los bloqueos que producen la emociones en el fl ujo de la energía vital, usando para ello el modelo de los meridianos. Como consecuencia de estos bloqueos se producen alteraciones emocionales o físicas. Con un método suave, simple y muy efi caz de percusión en de ter mi na dos puntos se disuelven estos bloqueos, permitiendo a las personas corregir los patrones negativos traídos del pasado y al can zar un mayor grado de libertad de elección en el futuro. Brain Gym es una marca registrada y es una técnica de vanguardia, un punto de encuentro entre la medicina china y la neurociencia más avanzada. Al encontrar una difi cultad o bloqueo en la realización de una actividad, se aplica una combinación de ejercicios y una secuencia de actividades en cinco pasos, llamada “Balance para la Remodelación de Patrones Neurológicos” hasta alcanzar la co rrec ción de este blo queo. Se trabaja con las siguientes dimensiones del aprendizaje: -La Dimensión de Lateralidad, donde se regula la relación entre los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo, y los músculos re la cio na dos con ellos, que tienen que ser estimulados para lograr una co mu ni ca ción cerebral óptima. Es la referencia para todas las habilidades bilaterales. Es el área donde los campos visuales se cruzan y requiere que el par de ojos y que los músculos recíprocos trabajen en equipo. Integra la visión binocular y la audición. Es la habilidad para acceder al pen sa mien to racional y emocional. -La Dimensión del Centrado (sistema límbico y neo corteza): en estado de relajación la comunicación entre ellos permite que la in for ma ción pase por el sistema límbico y llegue a la corteza ce re bral, donde será procesada, organizada y coordinada. En caso con tra rio se mantiene dentro del sistema límbico y las emociones de ci den por nosotros, haciéndonos reaccionar con viejos patrones de miedo y dolor. Cuando estamos enojados o tristes, estamos apo ya dos hormonal y químicamente para reaccionar instintivamente, tendemos a actuar en vez de pensar. Esta dimensión tiene que ver con las relaciones humanas en general, espaciales y emocionales. -La Dimensión del Foco (tronco cerebral y corteza prefrontal) libera las tensiones de la cadena muscular posterior del cuerpo y del “refl ejo del tirón de la 3

rodilla” (knee jerk refl ex) cambiando la pos tu ra dada por la tensión, llevándola hacia delante y haciendo po si ble atravesar el miedo y la incertidumbre ante una nueva ta rea. La persona “sobreenfocada” no se puede ver dentro del contexto. La persona con perspectiva puede generalizar y diversifi carse, es fl exible y esta lista para las sorpresas, detecta funciones que es tán relacionadas con la supervivencia y la comprensión. Cada uno de estos ejercicios activa distintas áreas del cerebro y circuitos musculares específi cos, que involucran a todo el sistema neurofi siológico, activando la integración mente- cuerpo, li be ran do el estrés anclado en los músculos y reestableciendo las co nexio nes y activando los mecanismos correctivos y los propios “recursos de re ge ne ra ción del cuerpo”. Se mejora la comunicación, la creatividad, el enfoque de la atención y la concentración, la con fi an za en la superación de difi cultades y desafíos, la lecto es cri tu ra, la visión y la escucha, las matemáticas, la memoria y el apren di za je, las artes plásticas, marciales y el atletismo. Toda enfermedad se inicia con una disminución de la energía vital que es la fuente de nuestro bienestar físico, mental y emocional. La capacidad del cuerpo para recuperarse es mayor de lo que se piensa, ya que muchas veces no tenemos en cuenta el valor de la energía. Hipócrates la llamaba “Vis Medicatrix Naturae o el poder cu ra ti vo de la naturaleza”, Paracelso la denominó “arqueo”, los chi nos el “ch’í”, los hindúes el “prana”, los egipcios el “ka”, los hawaianos “mana”, pero se trata de la misma cosa.

PRUEBA DE RESISTENCIA MUSCULAR Es una manera de comunicarse con el cuerpo sin la par ti ci pa ción consciente ni inconsciente de la persona, haciendo una leve presión sobre un músculo y evaluando la respuesta de tono del mismo. Este tono muscular está relacionado directamente con los centros emocionales que lo fi jan. El se cre to consiste en saber hacer la pregunta adecuada y saber per ci bir la sutil respuesta muscular. Los músculos son bombas de energía, y se relacionan di recta men te con los meridianos. Cuando uno o varios músculos se de bi li tan implica que hay un desequilibrio de la energía que corre por el meridiano relacionado con ellos. En la prueba de resistencia muscular ideal, el músculo al ser desafi ado con una leve presión sobre él, no debe

debilitarse. Si lo hace o cede a esta presión, muestra que el circuito eléctrico tiene una alteración. A través de esta prueba recogemos la información sobre situaciones de desequilibrio y confl icto energético y/o emo cio nal. La prueba de resistencia muscular, según diversas experiencias realizadas, tiene una efectividad de más del 90%. El área del cerebro que controla o provoca las emociones se lo ca li za en el cerebro límbico, el antiguo cerebro que se desarrolló en nuestro pasado evolutivo. Hay conexiones neurológicas directas entre el cerebro límbico y las vías que controlan el tono y la tensión muscular. La parte del cerebro que controla los programas de su per vi ven cia física y emocional, regula también el tono del sistema muscular. Es decir que los estados emocionales tienen un refl ejo gráfi co claro en las posturas físicas. Cuando se prueba un músculo, se puede entrar en contacto con la interfaz que hay entre la neurología y las emociones y pensamien tos que afectan al cuerpo. El músculo también controla la interfaz que hay entre el cuerpo físico y los sistemas energéticos de la acupuntura. A través de la prueba de resistencia muscular, se mide la relación en la alteración de la circulación de la energía producida por las emociones. UN EJEMPLO DE LA UTILIDAD DEL TEST MUSCULAR EN EL DIAGNÓSTI CO Y TRATAMIENTO Dra. Raquel C. Ferrazzano de Solvey

Es el caso de una niña de 10 años, Pilar, que consultó por múl ti ples fobias: tenía un miedo atroz a los ruidos fuertes, a los fuegos artifi ciales, a las tormentas, a la oscuridad, a los perros, y par ti cu lar men te al dentista. Nunca en su vida se la había podido llevar a uno para atenderse, dado los ataques de pánico en los que entraba ante la sola idea de concurrir al consultorio dental. Decidí trabajar con ella con EMDR, y rápidamente fuimos re sol vien do sus miedos uno por uno, hasta que llegamos al miedo al dentista, que habíamos dejado para el fi nal por pedido de la niña. Poseo un cassette con los sonidos del torno y de los instrumentos dentales, para ir desensibilizando en el consultorio a las personas. Pilar entraba en pánico cuando lo escuchaba. Ante la falta de re fe ren cias traumáticas previas con respecto al tema para focalizar el tratamiento, decidí recurrir a la prueba de resistencia muscular, y hacer una recesión en edad para averiguar la edad de la causa, del origen de esta fobia. Llegamos a los 18 meses de edad. Por su pues to Pilar no se acordaba de nada. 4

Consultada la madre, fue re cons tru yen do minuciosamente la historia de los acontecimientos fa mi lia res, y recordó que la niña había sido testigo a esa edad de un hecho insólito: su hermano de tres años había mordido un cable eléctrico, había recibido una descarga y se le había quemado la punta de la lengua, zona que luego se necrosó y cayó. Fue fácil de asociar entonces, la relación que Pilar había hecho ‘a posteriori’ del accidente del hermano con el torno (eléctrico) en la boca, como algo sumamente peligroso. Fue sencillo después de encontrar la causa, resolver el problema. Cuanto más se activan los hemisferios por el uso, tanto más co nexio nes se forman a través del cuerpo calloso y, cuanto más co nexio nes hay tanto más rápidamente se efectúa el intercambio de información entre ambos y tanto más inteligente es nuestra ca pa ci dad de funcionamiento. Cuanto más razonamos, mejor ra zo na mos. La bioquímica cerebral también es asimétrica, la dopamina es prevalente en el HI y la norepinefrina en el HD. Los receptores de estrógenos son prevalentes en el HD, y estas diferencias bioquímicas también están presentes en varias especies no humanas. Esto implicaría que los dos hemisferios también son diferentes, tanto estructural como bioquímicamente, no solo en el hombre sino también en varias especies animales, en los cuales las di fe ren cias no pueden estar basadas en el lenguaje, puesto que los ani ma les no lo poseen, al menos en su defi nición estrecha. Hay más elementos fundamentales que necesitamos explicar para comprender las diferencias de funciones de los hemisferios. Esto no refuta la asociación entre el lenguaje y el HI, sino que lo con si de ra tan solo como un aspecto, importante por cierto, de la di fe ren cia de funciones entre ambos. Pareciera que el HD es particularmente adecuado para proce sar in for ma ción nueva, (inocente) y el HI particularmente ade cua do para pro ce sar información familiar (rutinaria / cono ci da). Tomemos por caso el conocer gente nueva: su cara es des co no ci da y es procesada con el HD, si se la ve un número su fi cien te de veces hasta que se vuelve familiar, allí entonces es procesada con el HI. Esto seguramente sea evolutivo, brinda protección el tener un cierto grado de desconfi anza de las cosas nuevas, dada por las características del HD. Cuando algo es reconocido como no pe li gro so, se vuelve familiar,

característica del HI. Si se volviera fa mi liar una víbora venenosa con solo verla una vez y sin comprobar si es riesgosa, podría costar la vida. Tomemos en cuenta que un trauma – o una fobiajamás se vuelve familiar. En el caso del trauma, por los sentimientos de ho rror que despierta y también por el shock o incredulidad que pro du ce. En el caso de la fobia, porque el objeto temido jamás se vuel ve rutina (o familiar): si lo hiciera desaparecería la fobia... así de simple. Esta diferencia característica entre hemisferios: familiar o ru ti na rio y nuevo o desconocido, provoca, al estar la fobia o el trau ma siempre procesados por el HD, que sea imposible una lectura di fe ren te a esa realidad. Para la persona con una fobia a las palomas, estas son siempre nuevas, desconocidas y peligrosas. FUNCIONES DINÁMICAS DE LOS HEMISFERIOS CEREBRALES A medida que avanzan los conocimientos acerca del cerebro, vamos tomando cuenta de la gran importancia que tiene en la evo lu ción de las especies el lóbulo frontal y en particular la corteza prefrontal. Ocupa el 29% del total de la corteza en humanos, el 17% en el chimpancé, 11, 5% en los macacos, 7% en el perro y 3 a 5% en el gato. Se ha demostrado que la gente poco versada en música la pro ce sa básicamente con el HD (novedad), en cambio los músicos entrenados la procesan con el HI (rutinario). Dado que la mayor parte de la gente es poco versada en música, la vieja versión que liga la música al HD se mantiene, pero de una manera débil y li mi ta da: ya no podemos afi rmar la existencia de una ligazón obli ga to ria e intrínseca entre música y HD. Otra vez encontramos una relatividad basada en la diferencia entre novedad y rutina. En investigaciones que simulan los procesos de aprendizaje, se ha demostrado que si se crea una tarea totalmente nueva para un sujeto con algo no relacionado con experiencias previas, y siendo el sujeto expuesto extensivamente a esta tarea durante horas o días, en el comienzo el HD era más usado que el HI. Con la repetida exposición a la tarea el patrón se revierte y el HI emerge como el más usado. Esta pasaje de derecha a izquierda de control hemisférico pa re ce ser un fenómeno universal, y pudo ser demostrado por un am plio rango de experimentos de aprendizaje, tanto verbales como no verbales. 5

¿QUE PASA CUANDO LOS HEMISFERIOS ESTÁN BAJO ESTRÉS? IZQUIERDO DERECHO -Pierde la habilidad de razonar bien. -Sin comprensión. -No recuerda detalles -Sin entender -Mecánico, tenso, insensible -Tiene difi cultad de expresión

-intenta, hace esfuerzos -Sin resultados - Se siente abrumado -Sin alegría -Emocional, ”colgado” -Actúa sin pensar

¿QUE OCURRE CON LOS TRAUMAS? El Dr. Van der Kolk y col. en 1996, demostraron por estudios hechos con metodología de emisión de positrones en pacientes con TEPT (PET scan) dos cosas: La primera es que, durante la ex po si ción a recuerdos traumáticos, se produce una marcada lateralización de actividad en el HD y un aumento de la actividad de la corteza visual derecha, cuando los sujetos reportan los fl ashbacks. En segundo lugar, en contraste, el área de Brocca, que es la parte del HI responsable de convertir las experiencias per so na les en lenguaje, tiene una disminución signifi cativa de la uti li za ción de oxígeno, y se “atenúa” (siempre durante la exposición a recuerdos traumáticos.) Esto refl ejaría, la tendencia en el TEPT de reexperimentar emo cio nes como estados físicos y no como experiencias verbalmente codifi cadas: la difi cultad que tienen estos pacientes de poner en pa la bras sus sentimientos, corresponde entonces a cambios con cre tos en la actividad cerebral. Puesto en otras palabras, lo que descubrieron Van der Kolk y col. es que al pensar en un trauma o en un recuerdo traumático, se activa en ese instante el HD, quien tiende a verlo en una forma mucho más negativa que el HI. Esto provoca que los pacientes de TEPT estén en una trampa, dado que al pensar en su experiencia traumática no sólo se ac ti va el HD, sino que por corolario se inactiva el HI, de modo que el sujeto no tiene acceso a los recursos, creencias positivas, sen ti mien tos eutímicos y al optimismo y la familiaridad que le ayu da rían a aliviar la experiencia traumática vivida y pasada. Es como si dijéramos que cuando alguien sufre un trauma ten drá una sola puerta para evocar ese recuerdo: la puerta del he mis fe rio derecho, que mantiene al suceso como novedoso y pe li gro so: la vi sión catastrófi ca de ese hemisferio. Es tarea nuestra como terapeutas, abrirle la otra puerta al HI, a la conexión con los elementos almacenados en

él, para tener una lectura más realista y adaptativa, a un aprendizaje y a la fa mi lia ri dad que este hemisferio brinda. Las Terapias de Avanzada, al ac ti var los hemisferios a voluntad, brindan esta posibilidad. Quedaría comprobado entonces, que al hablar de un trauma en el curso de una terapia parlante no se accede totalmente al mis mo por doble motivo: en primer lugar porque las experiencias del HD, al no tener lenguaje no pueden ser trasmitidas ni decodifi cadas verbalmente; y en segundo lugar porque el HI que sí tiene lenguaje (el área de Brocca), queda parcialmente inactivado durante el acceso al trauma siendo por lo tanto imposible de reprocesar. Activación hemisférica es la predominancia o “encendido” de uno u otro hemisferio, naturalmente dado por los ritmos ultradianos del cuerpo, o artifi cialmente estimulado por la incidencia de la luz, el sonido, o el tacto o, el olfato del lado contralateral del cuerpo. En 1933 Alford, y en 1939 Goldstein, observaron respectivamente una alta incidencia de afec tos negativos y reacciones “catastrófi cas” en pacientes con daño hemisférico izquierdo. En 1951 Hecaen et al. y en 1952 Denny Brown, et al, también observaron una forma muy diferente de reacción emocional en el daño unilateral del hemisferio derecho: en estos pacientes pre do mi na la indiferencia o la euforia. En 1963 dos neurocirujanos, Joseph Bogen y Phillips Vogel, jun to al neurofi siólogo Roger Sperry, al tener varios casos de pacientes con severa epilepsia y con ataques irreductibles para la me di ca ción de la época, decidieron seccionarles el cuerpo calloso (comisurectomía) confi ando en poder yugular los accesos de epilepsia. Tuvieron éxito en su objetivo, pero también descubrieron algo más: los pacientes comisurectomizados después de la operación aparecían “como si tuvieran dos mentes inteligentes, au tó no mas y separadas”. Esto se mantenía así durante varios meses, has ta que los hemisferios se volvían a integrar y el paciente recobraba su manera de ser habitual. Durante ese estado post comisurectomía, cada uno de los he mis fe rios se manifestaba con sus motivaciones, conductas, re cuer dos y temperamentos diferentes. Por ejemplo, se describió el caso de un paciente que prendía un cigarrillo con una mano, mientras con la otra 6

mano intentaba apa gar lo. Otro, en tanto agredía a la esposa con una mano con la otra la defendía. Estos investigadores también descubrieron que los traumas del pasado no aparecían en el hemisferio dominante (HI) y por lo tanto en el lenguaje, pero sí estaban vigentes y mantenían la per tur ba ción en el hemisferio no dominante (HD), si bien a este he mis fe rio por no tener acceso al habla, le es imposible transmitirlo en su real dimensión, como dijimos que sucede en el curso de las terapias parlantes. Recordemos que el área de Brocca, la zona del lenguaje, se encuentra en el HI, el dominante en la gran mayoría de las personas. En 1969 y 1972, Gainotti comparó sistemáticamente la con duc ta emocional de pacientes con lesiones del hemisferio izquierdo o derecho. Encontró que las lesiones del izquierdo dan con más fre cuen cia una reacción catastrófi ca, en tanto que las lesiones de re chas tienen una mayor incidencia de chistes, indiferencia y anosognosia. En 1973 Kinsboure y col. demostraron que al efectuar una prue ba de memoria verbal a un grupo de voluntarios, los resultados eran superiores tanto en número como en la velocidad de las res pues tas correctas, cuando el sujeto miraba hacia su derecha. Esto es porque se activa el hemisferio izquierdo, una de cuyas funciones es la memoria verbal. De la misma manera encontraron que pruebas de comprensión espacial eran superiores mirando hacia el lado izquierdo, debido a que se activa el hemisferio derecho, una de cuyas funciones es la comprensión espacial. Por último demostraron que cuando se activa un hemisferio el otro muestra una tendencia a suprimirse o desactivarse. LA ACTIVACIÓN HEMISFÉRICA EN LA FORMACIÓN DE “IMPRINTS” Y CREENCIAS Las diferencias en las percepciones cognitivas de cada he mis fe rio varían según la intensidad del suceso: cuanto más perturbador es este, tanto mayor es la diferencia. Un “imprint” proviene de una situación del pasado, a raíz de la cual hemos formado creencias sobre nosotros y sobre el mundo en general, a través de un juicio o interpretación construido sobre ese hecho. Las creencias que formamos pueden ser limitantes o liberadoras, y muchos factores necesitan ser tomados en cuenta para comprender como las armamos. La

activación hemisférica que está presente es ese momento es una de ellas. De acuerdo a que hemisferio esté activado en un momento dado (ritmos ultradianos), tendremos una distinta percepción de los hechos, y distintas serán las creencias que se formarán en torno al mismo y acerca de uno mismo. Si en el momento del suceso estamos con activación izquierda, codificaremos la percepción como una línea secuencial y lógica de hechos y estaremos menos involucrados en el mismo y observando la situación desde afuera; en cambio si en ese momento hay una activación derecha la codifi cación será en torno a como se re la cio na el hecho con nosotros como personas, y estaremos más aso cia dos emocionalmente al suceso, no necesariamente en forma ne ga ti va. No hay manera alguna en la cual se pueda predecir cual fue o será la activación hemisférica en un momento determinado, sea del pasado o del futuro. Podríamos deducir de esto, que si no he mos formado una creencia limitante, tal vez hubo en ese momento una activación izquierda, y que si una experiencia quedó muy car ga da emocionalmente la activación habría sido derecha. Recordemos que toda información nueva, no familiar, se pro ce sa inicialmente en el HD, pero que una vez que la información deviene familiar, se automatiza y se almacena en el HI, el que toma entonces preponderancia. Al parecer, para que una nueva conducta se vuelva un hábito se requieren 21 días de repetición, es el tiempo que le lleva al HI reconocerla como familiar y adoptarla. Recién entonces, cuando la nueva conducta es realizada más de ese lapso, el HI la “reconoce” y lo acepta como un “hecho”. Este es el motivo por el cual la imaginería mental, y la repetición de frases en positivo durante un lapso determinado de tiempo son tan importantes pues “convencen” al HI de la nueva situación, haciéndola más creíble y posible. LA BIOLOGÍA DEL TIEMPO. LA GLÁNDULA PINEAL. RITMOS CIRCADIANOS La glándula pineal juega un rol importante y activo en la salud y el bienestar tanto psíquico como físico. Es un órgano sensible a la luz, que requiere la estimulación lumínica y que la convierte en im pul sos electromagnéticos que viajan a través del nervio óptico. La luz entra al ojo y por la estimulación de la retina se generan impulsos nerviosos en ella que viajan a la glándula pineal, estimulándola. Estos impulsos 7

nerviosos alimentan el hipotálamo y la hipófi sis y controlan, intermedian o afectan muchas de las funciones vitales del cuerpo. Adicionalmente, solo la glándula pineal produce la hormona melatonina a partir del aminoácido triptofano, este es el precursor del neurotrasmisor serotonina, que a su vez es el precursor de la melatonina, hormona clave en el metabolismo de la luz. Este es un proceso que opera estrictamente de acuerdo a los ciclos luz/ os cu ri dad llamados ritmos circadianos, llamados así porque son ciclos de alrededor de 24 horas (cerca de un día). La producción de la hormona melatonina por la pineal es de te ni da por la luz y reiniciada por la oscuridad. La luz pone en acción a la melanina. Esta es una molécula muy estable, captadora de fotones, que actúa sobre la neuromelanina, que actúa a su vez sobre los neuromediadores o neuropéptidos. Se pueden in fl uen ciar estos neuropéptidos, a través del sistema nervioso central, por medio de la luz. El eje melanina y neuromelanina es la clave de la recepción y la trasmisión de fotones, que está relacionada con la emisión elec tro-magnética de la energía vital, que conforma la salud. La glándula pineal, debido a su sensibilidad a la luz, tiene un profundo efecto en los biorritmos del cuerpo. Es un reloj biológico que afecta el ritmo de ciertas funciones fi siológicas, como los ci clos de sueño y vigilia. Debido a la función de la luz sobre la glándula pineal, y así indirectamente sobre muchas de las ac ti vi da des vi ta les del cuerpo, nos encontramos con que la pineal es uno de los órganos que hace de mediador y determina cuales son las fuerzas que actúan en el cuerpo y en la mente. Fue llamada “la glándula de la paz” por B. Jennsen Ph.D. N.D., debido a su rol bioquímico en el descanso, la relajación y la curación. Basta re cor dar un epifenómeno con el cual nos encontramos per ma nen te men te quie nes trabajamos con las Terapias de Avanzada, con sis ten te en una profunda sensación de paz lograda durante las se sio nes, por los sujetos que pasan por estas experiencias te ra péu ti cas. Efec ti va men te la severa perturbación existente antes de co men zar el reprocesamiento de un tema perturbador, se convierte una y otra vez en una profunda sensación de alivio y paz, al fi nal del trabajo. Curiosamente esto nos recuerda la afi rmación de Descartes mencionada antes, quien postulaba que la glándula pineal es el punto de encuentro del alma y el cuerpo.

Reafi rmamos así la relación entre la incidencia de la luz en el ojo, con los múltiples efectos restaurativos y curativos producidos, probablemente vía glándula pineal, por las Técnicas de In te gra ción Cerebral. RITMOS ULTRADIANOS Si bien miramos siempre con ambos ojos, vemos con uno de ellos en forma dominante en distintos momentos. Esto es producto de los cambios de activación hemisférica que se producen aproxi ma da men te cada 90 minutos. Estos cambios no son conscientes o voluntarios, y tienen pequeñas variaciones en las distintas per so nas. Se deben a los ritmos ultradianos, que son ritmos naturales del cuerpo, que ocurren más de una vez por día, y por ello se llaman ultradianos. Uno de ellos involucra la activación entre hemisferio derecho e izquierdo del cerebro, y juega un papel importante en como archivamos y evocamos la información. RITMOS NASALES Para Rossi y Cheek, 1988, una de las áreas más ricas (en re cien tes investigaciones) son las que exploran la relación ultradiana en tre el nivel mente-cerebro, estrés, lo psicosomático y la per so na li dad: es el llamado ritmo nasal. El rinólogo alemán Kayser (1895) postuló la existencia de una dominancia nasal en hu ma nos, donde las cámaras derecha e izquierda de la nariz, se al ter nan cambiando el fl ujo de aire cada veinte minutos a tres horas. En 1981 Werntz describió una relación contralateral entre la actividad cerebral hemisférica y los ritmos ultradianos del ciclo nasal. Demostró que había valores de EEG mayores en el he mis fe rio derecho al ser correlacionados con un fl ujo de aire pre do mi nan te en la narina izquierda y viceversa. Un cambio en la do mi nan cia nasal estaba asociado con un cambio en la dominancia hemisférica del hemisferio contralateral, y un equilibrio del sis te ma nervioso autónomo de todo el cuerpo. (Klein et al. 1986). Con cada inhalación afectamos la química del cuerpo. A través de la respiración por cada uno de los orifi cios nasales infl uimos en el equilibrio de iones, a través del equilibrio de ciertos minerales. El patrón de respiración dominante cambia de lado de manera re gu lar para mantener el equilibrio de polaridad en el cuerpo y que involucra tanto al cuerpo físico como a la mente. Al inhalar y pasar el aire por las narinas se ioniza. El aire que entra a través de la narina izquierda se carga más con iones nega ti vos, a la inversa de lo que ocurre 8

cuando entra el aire por la narina derecha, donde se ioniza positivamente. De esa manera al ter nan do el inhalar por una u otra narina, podemos activar un hemisferio (el contrateral) o el otro a voluntad. IMPORTANCIA DE LOS OJOS EN LA ACTIVACIÓN HEMISFÉRICA En 1979 E. Zaidel y R. Sperry (luego Premio Nóbel de Medicina en 1981 por sus estudios sobre Split Brain) publicaron un trabajo realizado con lentes de contacto especiales que permitían activar cada hemisferio por separado y comprobaron que las respuestas eran consistentes con lo descrito anteriomente. En 1982 Sackeim y col., en un estudio retrospectivo de casos de risa y llanto patológicos, descubrieron que las lesiones del HI es ta ban asociadas con el llanto, en tanto las del HD lo estaban con la risa, porque dominaba el otro hemisferio sano. En 1995 E. Zaidel experimentó con dichas lentes de contacto, en personas no comisurectomizadas, haciéndoles mirar diversas películas o imágenes. Con películas de tono muy negativo los su je tos segregaban más cortisol (hormona del estrés) al mirar con el HD, que con el HI. Con una película romántica, se provocaba un aumento signifi cativo de la presión arterial al ser vista con el HD. Más adelante Zeidel y Witthing, encontraron respuestas emociona les y fi siológicas más intensas mirando con el HD que con el HI, tanto para las escenas positivas como para las negativas. Estos fascinantes estudios demostraron en forma con clu yen te que las imágenes pueden ser vistas y procesadas en forma inde pen dien te por los hemisferios cerebrales, en sujetos sanos e in tac tos. La importancia de estos estudios no consistió en demostrar que el cerebro izquierdo es lingüístico y el derecho es espacial, cosa que ya se sabía, sino en el hecho notable que podemos estimular por separado y a voluntad cada hemisferio. Todas estas investigaciones confi rman que percibimos dos rea li da des distintas, como si tuviéramos dos partes: 1-una (HD), que es afectada adversamente por un trauma del pasado, y en la cual aún perduran el dolor y el sufrimiento. 2-la otra (HI), que está emocionalmente desapegada de la in ju ria, y percibe la situación traumática de una manera más objetiva y realista al tener acceso a los recursos.

Una paciente nuestra procesando una cefalea crónica con la Técnica de los Anteojos, cuando activaba un hemisferio sentía el dolor, y cuando activaba el otro este desaparecía. Esto se repetía con cada cambio de activación hemisférica, hasta que pau la ti na men te se fueron integrando ambos hemisferios y el dolor fue dis mi nu yen do hasta desaparecer. Otra paciente, al pensar en una situación perturbadora determinada, lloraba al activar el he mis fe rio derecho y reía al activar el izquierdo. *Atención: esto no implica negación ni disociación, sino que co rres pon de a las diferentes lecturas hemisféricas, ambas válidas, del suceso observado. Roger Drake de la Universidad de Colorado, demostró en va rios estudios que era más fácil convencer a un sujeto en una ar gu men ta ción si al hablar el observador se paraba a su izquierda, esto lo hace mirar hacia ese lado activando por lo tanto el HD, es ti mu lan do la emotividad y disminuyendo la racionalidad del que es cu cha. Según Sargent Allen, esto también se puede lograr mi ran do ac ti va men te al sujeto hacia el ojo opuesto al hemisferio que que re mos ac ti var. Este entonces centra su atención en ese ojo y se activa el hemisferio opues to al del ojo estimulado. El psicofisiólogo italiano Patricio Tressaldi descubrió que no era necesario mirar muy marcadamente a izquierda o derecha para ob te ner una diferencia en la activación del hemisferio opuesto. Con clu yó que no era necesario que la imagen vaya exclusivamente a un hemisferio para inclinar la activación del mismo, sino que lo im por tan te es que la mayor parte del estímulo vaya al hemisferio para que este sea activado. La implicancia de estos estudios es que la incidencia de la luz, en distintas zonas de la retina, puede infl uir en forma dramática en la activación hemisférica. Con un sencillo ejemplo se entenderá lo que esto quiere decir. Si en un pool de secretarias hay una de ellas que es un 20% más efi caz que las demás, esta será requerida por los ejecutivos no un 20% de veces más que las otras, sino todo su tiempo disponible. En 1993 el psiquiatra Steve Levick, con un grupo de científi cos de la Universidad de Pennsylvania, tomó 23 hombres diestros a quienes puso lentes de contacto pintados de negro excepto por una pequeña área (25%) en un lado (externo) de la lente. Al colocársele a los sujetos la lente abierta hacia el lado exterior 9

(temporal) del ojo derecho, se estimulaba el HI y los sujetos mejoraban en una prueba de ana lo gías verbales, función de este hemisferio. Cuando los sujetos in ten ta ban una tarea de orientación espacial, de función propia del HD, lo hacían mejor con la lente abierta del lado exterior del ojo izquierdo. En 1994 Bernard Schiff, en su trabajo “Inducing Emotion by Unilateral Contraction of Hand Muscles”, Canadá, demuestra re sulta dos idénticos a los de Tressaldi haciendo apretar una pelota de goma con la mano izquierda (activación espacial, HD) o con la mano derecha (activación verbal, HI) antes de una prueba espacial o verbal, obteniendo claras diferencias de acuerdo a los resultados que quería mejorar. Repitió esta experiencia con imágenes am bi guas para diversas pruebas proyectivas, obteniendo resultados sorprendentes: las imágenes fueron percibidas en forma más po si ti va al activarse el HI y en forma más negativa al activarse el HD. En 1994 Frederick Schiffer demostró la activación que se producía en uno u otro hemisferio por medios tan sencillos como in ge nio sos: midió la temperatura de los oídos de los sujetos con un ter mó me tro digital y observó que esta bajaba signifi cativamente del lado del hemisferio activado. La explicación es que la corteza ce re bral al activarse requiere más sangre la cual es sustraída del lugar más cercano a ella que es el pabellón auricular homolateral. En 1998 propone en lugar de lentes de contacto, la utilización de anteojos pintados de negro en una proporción determinada para bloquear la luz, con el propósito de activar los hemisferios por separado. Al parecer todos estos equipos de investigación estaban realizando una suerte de comisurectomía sin cirugía. TÉCNICAS DE INTEGRACIÓN CEREBRAL. SU MECANISMO Si un hemisferio cerebral (el dominante) almacena los recursos, los sentimientos y las creencias positivas, y el otro hemisferio (el no dominante) almacena los traumas, los sentimientos y las creen cias negativas, al activar los hemisferios alternada y secuencialmente, con la Terapias de Avanzada, se produciría la activación rápida y secuencial de los mismos, lo cual produciría un intercambio de información (la de cada hemisferio en particu lar) a través del cuerpo calloso. Tengamos presente que el cuerpo calloso es una red de unos 50 millones de conexiones. Si cada conexión puede encenderse 20 ve ces por segundo, como se afi rma, el

cuerpo calloso puede trans fe rir cerca de mil millones de impulsos de un hemisferio al otro en un instante, de modo que, más allá de cual hemisferio esté activado en un momento dado, ambos lados tienen una increíble capacidad de comunicación entre sí. Se irían de esta manera rápidamente, cotejando y ligando las emociones y creencias negativas del HD, con las soluciones o re cur sos que el paciente posee en el HI, (la visión negativa con la positiva, lo extraño con lo familiar) hasta lograr una integración de ambas lecturas o hemisferios. Esto trae, como consecuencia, la modifi cación de cogniciones y sentimientos negativos, lográndose una manera más realista, factible y adaptativa de percibir la rea li dad. Recordemos lo que dijo Albert Einstein: “Solo podemos conocer la realidad a través de una teoría” y cada hemisferio nos hace ver una realidad o una “teoría diferente” de la realidad. Cuando esta comunicación interhemisférica se bloquea total o parcialmente, bajo estrés, por shock o incredulidad, o sobrecarga del sistema, los hemisferios pierden su capacidad de comunicación y adaptación y como consecuencia aparece la patología en forma de síntomas. 2-NEUROFISIOLOGÍA DE LAS TÉCNICAS DE ENERGÍA Estas técnicas (TFT, EFT, TAT, TREE, etc.) utilizan para los tratamientos la estimulación de puntos de la superfi cie del cuerpo, los puntos de acupuntura. En ellos se encuentran en gran can ti dad mecano receptores del sistema somato sensorial. Los mecano receptores son receptores nerviosos especializados que registran estímulos mecánicos como tacto, estiramiento, pre sión. Toda la superfi cie del cuerpo es sensible en diferentes grados, a estas estimulaciones. Otras zonas del cuerpo también tienen mecano receptores, pero su densidad no es tan alta como en los puntos hsue, por lo tanto el efecto de su estimulación no es tan intenso. Los puntos de acupuntura, llamados Hsue en la medicina china (la correcta traducción del mandarín es “agujero” más que “pun to”) son zonas de la piel que tienen mecano receptores en una par ti cu lar y alta densidad, y gran cantidad de terminaciones ner vio sas libres y neuro vasculares. Las señales que se inician cuando se estimula un punto hsue se conducen por una vía nerviosa aferente, y alcanzan la corteza cerebral, la amígdala y el hipocampo. Los diferentes puntos hsue mandan señales que convergen en tre sí, las que pueden liberar uno o más neurotransmisores. 10

Los mismos efectos pueden obtenerse, entonces, por la estimulación de puntos de diferente localización, siempre dentro del sistema de meridianos, pues estos van a converger entre sí. Cuando evocamos un recuerdo traumático, esta evocación se acompaña de una superposición de percepciones sensoriales (vi sua les, auditivas, olfatorias, gustativas y kinestésicas) que son ca pa ces de generar ansiedad. Como resultado se incrementa la ac ti vi dad de la amígdala y de las otras estructuras del sistema límbico y para- límbico, como el putamen, el núcleo caudado, la cíngula an te rior, etc. La corteza de la cíngula anterior está involucrada en la respuesta de miedo. TÉCNICAS DE ENERGÍA: SU MECANISMO Si mientras se mantiene esta actividad incrementada en estas estructuras del sistema nervioso central, al pensar en el tema que produce distrés, enviamos al mismo tiempo a esas mismas áreas del cerebro ciertas estimulaciones o percepciones sensoriales neu tra les (desde los mecano receptores de los puntos hsue) tales como percusión, toque o frote en la piel, estos estímulos son capaces de disminuir la actividad de la amígdala y estructuras adyacentes, actuando sobre las percepciones sensoriales cargadas (que son par te del recuerdo traumático que se está activando) y a través de una inhibición sináptica, van a desorganizar, interferir y agregar entropía a la actividad límbica (previamente incrementada por el estado emocional) colapsando en consecuencia su capacidad de generar síntomas de ansiedad. Los estímulos mecánicos en esas áreas de la piel (tapoteo, frote, apriete, toque, masaje) son traducidos en señales digitales me dia das por el ión calcio. Estas señales se trasladan y llegan al cerebro por las vías somato-sensoriales aferentes, hasta alcanzar la corteza cerebral. Este mecanismo de trasmisión involucra también iones simples como sodio y potasio, además de calcio, y sustancias com ple jas como los neurotransmisores y mensajeros secundarios tales como serotonina, dopamina, noradrenalina, GABA, óxido nítrico, acetilcolina, y neuropéptidos como las endorfi nas y encefalinas. Con neuroimágenes funcionales (fMRI) se ha demostrado en forma repetida la fl uctuación de señales cerebrales como resultado de estos diferentes tipos de estímulos mecánicos aplicados sobre los puntos hsue: se registra un incremento de actividad en la región órbito frontal y en la base de la corteza

prefrontal y del tálamo posterior, y una disminución de actividad en al menos once es truc tu ras profundas, algunas de ellas fuertemente involucradas con los procesos emocionales como son el hipocampo, parahipocampo, hipotálamo, amígdala, putamen, caudado, ínsula anterior, cíngula anterior, área tegmental ventral, núcleo accumbens y el polo tem po ral. Los movimientos oculares, el input visual y auditivo, así como los input químicos siguen mecanismos similares pero por di fe ren tes vias del sistema nervioso central. 3. CONVERGENCIA TEÓRICA ENTRE LAS TÉCNICAS DE IN TE GRA CIÓN CEREBRAL Y LAS TÉCNICAS DE ENERGÍA

El estrés produce un desequilibrio entre ambos hemisferios ce re bra les, y esto no permite llegar a una solución aceptable acerca del tema que lo produjo. La creatividad normal involucra la par ti ci pa ción de ambos hemisferios por igual, lo cual solo se puede lograr cuando estos están en equilibrio. Es entonces cuando se está en armonía psicobiológica. No debemos olvidar, así mismo, que a través de la adrenalina circulante en el estrés agudo, y del cortisol circulante en el estrés crónico, se produce un secuestro sanguíneo, reduciendo la sangre de las zonas no inmediatamente necesarias para la lucha o fuga (estrés agudo) o para la vigilancia (estrés crónico). Para enviar la sangre a los grandes grupos musculares que permiten el estado de alerta, se la quita de muchas zonas, entre ellas el lóbulo pre frontal, con lo que se disminuye, durante el estado de estrés, la capacidad de razonar y de decidir. John Diamond, MD., ha comprobado que en más del 90% de las personas el hemisferio izquierdo está habitualmente sobreactivado por variadas causas. La más importante es que la mayoría de la gente, al ser diestra activa más el hemisferio iz quier do, y por añadidura este es el que se ocupa del lenguaje. Tener entonces una activación hemisférica preponderante, tan to derecha como izquierda, no es un estado deseable. Lo ideal es que ambos hemisferios estén activos y simétricos en todo mo men to, ese es el verdadero equilibrio que permite no estar actuando bajo estrés, ni ser tan vulnerables a él. Sin embargo, esto es parte de nuestra biología pues el humano es el único animal con lateralidad y dominancia hemisférica. Los animales son el 50% diestros y el 50% zurdos, en cambio los humanos somos cerca del 90% diestros (el 93% de las mujeres y el 86% de los hombres lo son). Los hemisferios cerebrales tienen además de las funciones men cio na das, otras de comando sobre el 11

sistema nervioso autónomo o neurovegetativo, simpático y parasimpático, que es el sistema ner vio so no voluntario y que controla las funciones corporales vitales como la respiración, el ritmo cardíaco, la digestión, etc. El Dr. Felix Mann, un renombrado especialista occidental en acupuntura, sostiene que el fl ujo de energía a través de los me ri dia nos puede consistir en una onda de despolarización eléctrica que se desplaza a través de las fi bras del sistema nervioso au tó no mo. Experimentos de alumnos de Pavlov han demostrado que el sis te ma neurovegetativo se puede condicionar de manera semejante a como se hace con el sistema nervioso central, lo que indica que este sistema no es tan autónomo, como se lo denomina. Es el caso de las personas con ataques de pánico, que tan sólo con pensar en ir a un lugar en donde previamente han tenido un acceso generan síntomas de ansiedad semejantes: ha habido un condicionamiento. De estas corroboraciones surge entonces que el sistema ner vio so neurovegetativo es dependiente del sistema nervioso central y tiene un modulador que es el hipotálamo. El hipotálamo anterior es el relevo del parasimpático y el hipotálamo posterior es el relevo del simpático. Por otro lado el hemisferio dominante (izquierdo) es el cerebro superior del simpático y el no dominante (derecho) es el cerebro superior del parasimpático. Tenemos entonces un hemisferio (el dominante, izquierdo), sim pá ti co tónico que mantiene la vigilia, los procesos lógicos; y otro hemisferio (el no dominante, derecho), que duerme, sueña, hace poemas, de tono parasimpático. Del equilibrio entre estos dos ce re bros surge el equilibrio neurovegetativo. Con respecto a la polaridad electromagnética, el hemisferio do mi nan te (izquierdo) que es de polaridad simpática, corresponde al polo sur del imán: es caliente, expansivo y se proyecta hacia el exterior y se corresponde con el color rojo (Yang). El hemisferio no dominante (derecho), que es de polaridad parasimpática, se co rres pon de con el polo norte del imán: es frío, se contrae y se recoge sobre sí mismo y se corresponde con el color azul. (Yin). En el imán, el polo norte es azul y negativo y el polo sur es rojo y positivo. Correspondiéndose con esto, con respecto a las ra dia cio nes cromáticas y en condiciones normales, al hemisferio do mi nan te (izquierdo) lo activa el espectro de la luz roja y al no do mi nan te (derecho) el espectro de la luz azul.

Actuando sobre el nivel del ojo, si queremos neutralizar el ex ce so de activación de un hemisferio, atenuamos el hemisferio más ac ti va do con el color que lo neutraliza. La luz o el color azul neu tra li zan al hemisferio izquierdo (lo enfrían / aquietan), y la luz o el color rojo neutralizan al hemisferio derecho (lo calientan / ac ti van), por lo tanto es posible equilibrar la información interhemisférica uti li zan do el iris como receptor de color (cromoterapia). El ojo es una vía de acceso rápida y muy efectiva al sistema nervioso, tanto central como autónomo. A su vez, el hemisferio izquierdo está comandando a seis de los doce meridianos del cuerpo (Circulaciónsexo, Corazón, Es tó ma go, Triple calentador, Intestino delgado y Vejiga) y el hemisferio derecho a los otros seis (Pulmón, Hígado, Vesícula biliar, Bazo-páncreas, Riñón e Intestino grueso). De estas relaciones entre me ri dia nos y hemisferios deducimos que del fl ujo libre y fuerte de energía a través de los meridianos se contribuye con el equilibrio coordinado de ambos hemisferios, para que cada actividad tenga su estímulo adecuado y se llegue a una armonía de funciones. Bajo estrés se produce un disturbio en este fl ujo energético por los meridianos, pues hay una correspondencia directa entre emocio nes, órganos y meridianos. Al perturbarse el fl ujo de energía por los meridianos, los hemisferios entonces se salen de sincronía y uno de ellos se sobreactiva. Esta sobreactivación provoca que los me ri dia nos que están bajo el control del hemisferio pertinente se vean a su vez afectados, y esto compromete a las funciones vitales que están bajo su comando, provocando entonces más estrés y per pe tuan do un circuito de retoalimentación entre ambos sistemas, el hemisférico y el de los meridianos. William A. Tiller, Profesor emérito de Física de la universidad de Stanford, ha tratado de explicar las relaciones que existen entre la mente, el cuerpo y las energías sutiles. Sugiere que el cuerpo puede ser representado como una antena de transmisión y re cep ción, siendo el sistema nervioso central (SNC) el portador o guía de onda, utilizando a tal fi n sus sistemas simpático y parasimpático. Aparece una energía electromotriz corporal, que genera fre cuen cias re so nan tes muy altas. Una parte de esta energía, se origina por el intercambio iónico que producen los movimientos relativos entre las células, músculos y órganos (espectro fotónico). 12

Los huecos o puntos de acupuntura, se comportan como un conjunto de antenas, con capacidades que exceden a los mejores sistemas de radar de la ac tua li dad. Estos puntos sensitivos, están acoplados con el SNC a través de los 14 meridianos de energía (nadis); y tienen la capacidad de transmitir y recibir la ener gía o Ch’i de acuerdo a la necesidad de los meridianos, de reestablecer su equilibrio energético. Según esta interpretación, el resto de la energía Ch’i entra en el cuerpo desde el exterior, por medio de la respiración y a través de los puntos de acupuntura. También es llamada la fuerza de la vida y circula por los meridianos de ener gía. El desequilibrio en la distribución de la energía Ch’i a lo largo del cuerpo, es una señal que indica trastornos físicos o psicológicos y queda evidenciado en los puntos de acupuntura. Se ha de mos tra do que en estos puntos, aparece una drástica disminución de la resistencia eléctrica en la piel, comparada con otros puntos de la misma. O sea que los valores standard de estas resistencias, son alterados cuando la salud está deteriorada. Otra característica que tienen los puntos de acupuntura, es la de actuar como amplifi cadores que impulsan a la energía Ch’i en su circulación por los me ri dia nos. Los diferentes estímulos aplicados en ellos, producen la referida amplifi cación; por ejemplo: • las agujas metálicas, actúan como antenas transmisoras. • la presión, estimula el fl ujo de energía. • el golpeteo, que conecta y desconecta el circuito, creando una señal discontinua hacia el cuerpo. Además de la energía electromotriz corporal mencionada, exis te una fuente adi cio nal de las emisiones energéticas del cuerpo. Este es un estímulo secundario, que surge de la propiedad piezoeléctrica que tienen el colágeno, los tejidos y los hue sos, al ser atravesados por la fuerza electromotriz corporal. Sus frecuencias re so nan tes son mucho más bajas (de 1 millón a 10 millones más bajas que las de la energía electromotriz del cuerpo). La res pi ra ción, por medio de su circulación y su efecto sonoro, tiene una infl uencia energética importante en los mecanismos piezoeléctricos mencionados. Los puntos de acupuntura, con su función de antenas, también irradian esta energía secundaria al ser estimulados; lo que podría explicar la importancia que se le otorga a la respiración como im pul sor natural del Ch’i, en muchas técnicas orientales.

Por otra parte, Tiller observó que variaciones en la vivacidad mental, cau sa ban variaciones en la conducción eléctrica de los puntos de acupuntura. Este hecho demostraría la relación entre la intencionalidad del pensamiento y la energía que circula por los meridianos, lo cual justifi caría el uso de las técnicas que utilizan esta energía. Existe una forma experimental de medir la resistencia de los puntos de acupuntura y su correlación con los meridianos de energía, mediante el equipo desarrollado por el Dr Hiroshi Motoyama, que ha tenido que vencer la difi cultad del pequeño tamaño de di chos puntos y de su débil energía que no admiten ni el uso de elec tro dos, ni el de agujas, que puedan perturbar ese potencial. La so lu ción consistió, en utilizar una placa vibratoria colocada por en ci ma del punto de acupuntura y medir la diferencia de potencial entre la placa y la piel. Estas me di cio nes, permiten registrar los cambios energéticos que se producen en los puntos de acupuntura, como resultado de los diferentes estímulos energéticos. También se ha demostrado, que los puntos de acupuntura emi ten ra dia ción luminosa. Esta radiación es tan débil, que es ne ce sa rio registrarla con un contador de fotones. En experiencias re cien tes, se ha demostrado que la emisión luminosa de los puntos de acupuntura, es mayor en aquellas personas que poseen ha bi li da des psíquicas. También se han comprobado, las relaciones exis ten tes entre los puntos de acupuntura y los chakras. Otra comprobación la brindan los sanadores, quienes también han de mos tra do que durante el proceso de sanación, sincronizan sus ondas cerebrales de ritmo alfa con las del paciente, pro du cien do un efecto de resonancia en el cerebro del mismo. Por otra parte el campo electromagnético terrestre, posee una frecuencia de vibración que puede incidir en el cerebro humano, cuando éste vibra en fre cuen cias alfa. Este efecto se explica, si te ne mos en cuenta que los millones de cristales que forman parte de las neuronas, actúan como osciladores (dado que cumplen fun cio nes de inductancias y capacitancias), relacionando así las ondas cerebrales con las ondas electromagnéticas terrestrés. En un estado pleno de salud, se puede establecer que todas las células del cuerpo resuenan en la frecuencia óptima del cerebro (ondas alfa), emitiendo ondas con mayor intensidad que aquellas emitidas cuando existen enfermedades. Este campo es de no mi na do “campo L” o de resonancia mórfi ca. 13

Las ondas electromagnéticas emitidas por el organismo, han sido de no mi na das biofotones y el tipo de energía que generan se la co no ce como escalar, dado que cae fuera del espectro de frecuencias electromagnéticas utilizado por el hom bre. Las energías escalares actúan sobre los organismos vivos a nivel subatómico y algunas de sus frecuencias destruyen ciertos virus y bacterias. Son energías en el rango de las microondas. Zimmerman ha comprobado que las microondas del sanador oscilan al re de dor de frecuencias entre 7 a 8 Hz., generando calor y alterando los movimientos de las moléculas. Si consideramos al cuerpo humano no como un material denso, sino formado por un conjunto de remolinos de energía, las microondas introdu ci das por la mano del sanador, cumplen el mismo proceso que la técnica de imágenes obtenida por medio de la resonancia magnética. Una vez introducida en el cuerpo, la energía escalar se dis tri bu ye por el mismo mediante: • el magnetismo del hierro de los glóbulos rojos; • las corrientes iónicas creadas por los electrolitos del plasma sanguíneo; • las proteínas que actúan como semiconductores; • los nervios; • la fascia dorsal (tejido conectivo de la espina dorsal) y • el agua (70 % del cuerpo). Durante el proceso de sanación, el movimiento de las manos a lo largo del cuerpo puede producir una remagnetización de los glóbulos rojos. También las células se conectan entre sí, con fre cuen cias electromagnéticas determinadas a través del citoesqueleto y los microtúbulos. Las características de forma y tamaño de las células de los te ji dos, es determinada por corrientes micro eléctricas, las que a su vez son determinadas por los campos biomagnéticos del cuerpo. La adaptación del ser humano a las características elec tromag né ti cas de la tierra, se ha visto perturbada en los últimos 100 años, por los cambios radicales que el hombre moderno ha producido en el medio ambiente. Si consideramos las can ti da des de materiales magnéticos y eléctricos que posee el organismo, las per ma nen tes corrientes alternas que circulan en las ciudades, generando cam pos eléc tri cos y magnéticos, podemos comprender la incidencia de las mismas sobre dicho organismo. Otra característica de la sanación, es la de desbloquear la ener gía con cen tra da en ciertas áreas. En general se

ha podido es ta ble cer que la energía producida por un sanador tiene efectos sobre: • El potencial eléctrico de los tejidos. • Las actividades de las enzimas. • El movimiento de los iones a nivel celular. • El potencial de las membranas celulares Los efectos anteriores infl uyen sobre las infl amaciones, la ci ca tri za ción y en general, en el nivel psicoinmunológico del or ga nis mo. RELACIÓN ENTRE LAS TÉCNICAS DE INTEGRACIÓN CEREBRAL7 Y EL DIÁ LO GO INTERIOR Teniendo en cuenta los conceptos expuestos anteriormente, es posible proponer: • El sistema de reprocesamiento natural de la información traumática cotidiana, puede tener como componentes al proceso de movimientos oculares rápidos (MOR), realizado durante los sueños; y al diálogo interior positivo, realizado durante la vigilia. • El recuerdo traumático, que no ha sido procesado por los me ca nis mos anteriores, junto con sus emociones, sensaciones fí si cas y sistema de creencias, puede ser retraumatizado por un diá lo go in te rior negativo durante la vigilia. • El análisis de la naturaleza del diálogo y su relación con el sistema de creencias y las emociones, puede ser una de las he rra mien tas para acceder al recuerdo traumático, que ha quedado al ma ce na do y sellado en forma disfuncional. • La instalación de creencias y emociones positivas, relacionadas con el evento traumático, puede verse facilitada a través de un diálogo interior positivo durante el tratamiento. Las propuestas anteriores, han podido ser validadas ex pe ri men tal men te durante el transcurso de sesiones de tratamiento de estrés postraumático, con un número de pacientes que se considera re pre sen ta ti vo. RELACIÓN ENTRE EL DIÁLOGO INTERIOR Y EL ENSUEÑO DIRIGI DO Hemos visto que el ensueño dirigido nos permite acceder a la simbología de nuestro mundo interior, lleno de riquezas pro ve nien tes de la realidad. A esta forma de expresión, Fromm la ha de no mi na do el lenguaje olvidado. También hemos visto que el diálogo interior nos ofrece una re pre sen ta ción de ese mismo mundo interior, pero en un permanente presente.El análisis de ambas vías de expresión, nos permite ampliar y profundizar el conocimiento sobre nuestra vida afectiva, pasada y presente. 14

La experiencia terapéutica nos ha demostrado, que la in terpre ta ción que realiza el paciente acerca de la simbología de sus en sue ños, se facilita y acelera si está atento y registra su diálogo interior al recordar el contenido de los mismos. EVIDENCIAS EXPERIMENTALES Establecidos los conceptos esenciales acerca del diálogo in te rior, del ensueño dirigido y de las técnicas de integración cerebral, re la ta re mos a continuación dos casos reales: • En el primero, se conoce la escena traumática con todo de ta lle, dado que la misma era muy reciente. • En el segundo, el motivo de consulta y la primera entrevista, no permiten acceder a la escena traumática original, pero con la ayu da del ensueño dirigido, la misma surge claramente, a pesar de su antigüedad. CASO 1: TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO POR ACCIDENTE DE TRÁNSITO MOTIVO DE CONSULTA: Un hombre de 35 años, casado y con una hija de 7 años, es protago nis ta de un accidente de tránsito. El paciente, 2 días antes de la en tre vis ta, guiando una camioneta por una ruta nacional, embistió a una niña de 8 años que cruzó corriendo la carretera. En el momento de la consulta, presentaba características de un tras tor no agudo de ansiedad, con los siguientes indicadores (DSMIV): • Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos, que le pro vo ca ban malestar y en los cuales se incluían imágenes y pen sa mien tos. • Sueños recurrentes e intrusos, que producían malestar. • Sensaciones de que el acontecimiento traumático estaba ocurrien do (sensación de revivir la experiencia). • Malestar psicológico intenso con pensamientos recurrentes, aso cian do a la niña accidentada, con su propia hija. • Esfuerzos para evitar los pensamientos y sentimientos re la cio na dos con el trauma. • Sensación de un futuro desolador para la niña accidentada, la cual se encontraba internada en terapia intensiva. ANTECEDENTES DEL PACIENTE: No presentaba situaciones traumáticas anteriores, ni crisis de la sa lud física, ni intervenciones médicas importantes. El paciente no tiene otros antecedentes psicológicos pasados o actuales de im por tan cia. No había realizado tratamientos psicológicos en el pasado. DIAGNÓSTICO ACTUAL: Trastorno por estrés agudo.

TRATAMIENTO: Se usa la técnica de Un Ojo por Vez (el

ojo derecho cubierto es ti mu la la percepción del hemisferio derecho y el ojo izquierdo cu bier to la del hemisferio izquierdo) 1- Relajación. Se utilizó el método de relajación muscular progresiva con én fa sis en la respiración diafragmática. 2- Evaluación de la escena con el ojo derecho cubierto (HD): • Imagen: La niña accidentada. • Registros visuales: La niña tendida en el pavimento, desmaya da, con su guardapolvo escolar blanco. • Registros auditivos: Los gritos de la gente. Se le preguntó acerca de su diálogo interior: “La maté, la maté.” • Registros emocionales: Angustia intensa. • Sensación física: Opresión en el pecho y en la garganta. • Perturbación: 10 (máxima) 3 - Relajación con respiración diafragmática. 4 - Evaluación de la escena con el ojo izquierdo cubierto (HI- se registrarán las diferencias únicamente): • Imagen: La misma. • Registros visuales: Las huellas en el pavimento de la fre na da de la camioneta (que registran su reacción para evitar el ac ci den te). • Registros auditivos: Los comentarios de dos personas que es tán a su lado y le dicen que no fue su culpa, pues la nena cruzó sin mirar. Se le preguntó acerca de su diálogo interior: “¿Está viva?” • Registros emocionales: Angustia y culpa. • Sensación física: Opresión en el pecho. • Perturbación: 6 5- Relajación con respiración diafragmática. 6- Evaluación de la escena con el ojo derecho cubierto (HD - se registrarán las diferencias únicamente): • Imagen: La misma. • Registros visuales: Los rostros de la gente no demuestran odio hacia él. • Registros auditivos: Escucha un comentario: “... él no venía rápido, porque la hubiera matado... ” Se le preguntó acerca de su diálogo interior: “No la maté.” • Registros emocionales: Culpa. • Sensación física: Opresión en el pecho. • Perturbación: 4 7- Relajación con respiración diafragmática. 8- Evaluación de la escena con el ojo izquierdo cubierto (HI - se registrarán las diferencias únicamente): • Imagen: La misma. 15

• Registros visuales: Ve que la nena se mueve. • Registros auditivos: Se le preguntó acerca de su diálogo in te rior: “Gracias a Dios que está viva!” • Registros emocionales: Ansiedad. • Sensación física: Ninguna. • Perturbación: 1 9- Instalación de una escena positiva: La comprensión, por su carencia de culpa, de la gente que lo rodeaba, la cual también lo ayudó en sus declaraciones a la policía. Su diálogo interior, que se tornó en positivo. Es de hacer notar que, terminado el procesamiento de un ojo por vez, expresó su deseo de hablar con su esposa por teléfono, para tranquilizarla con respecto a su estado de angustia. La esposa le comentó que un momento antes, le habían comunicado desde el Hospital, que la niña accidentada había salido de terapia intensiva.Esta noticia completó el éxito del tratamiento. COMENTARIO: Es interesante destacar, la efectividad que obtuvo el paciente con el auto registro de su diálogo interior; y las modifi caciones po si ti vas de dicho diálogo durante el procesamiento. Este indicador se convirtió en una verdadera medida de las variaciones del SUD experimentado por el paciente. Es de jerarquizar, que dicho indicador se siguió utilizando en otros tratamientos con efectos similares. Por razones de lejanía, la sesión relatada fue única. Contactos posteriores con el paciente, permitieron apreciar su evolución favorable. CASO 2: TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA. Se trata de una mujer de 38 años, casada y con relaciones afectivas confl ictivas. MOTIVO DE CONSULTA: Problemas de comunicación con su esposo. En el momento de la consulta, presentaba características de un problema de relación conyugal (DSM-IV), con manifestaciones de incomprensión y ais la mien to. Evidenciaba síntomas de ansiedad generalizada. Antecedentes del paciente: No surgían situaciones traumáticas anteriores, ni en ferme da des, ni intervenciones quirúrgicas importantes. No había realizado tratamientos psicológicos en el pasado. Tiene sólidos recursos en cuanto a su formación académica y se desempeña bien laboralmente, pero tiene escasos recursos para manejar sus con fl ictos afectivos. DIAGNÓSTICO ACTUAL: trastorno de ansiedad generalizada. TRATAMIENTO: Se elige trabajar con Ensueño dirigido y la Técnica de Un ojo por vez. ENSUEÑO DIRIGIDO

1- Relajación. Se utilizó el método de relajación muscular progresiva profunda, hasta alcanzar el estado alfa de frecuencia cerebral. 2- Consigna: Sumergirse en el océano y realizar una exploración de su fondo, relatando todo lo imaginado, ya sea visual, auditivo y/o kinestésico. La inmersión será iniciada luego de cubrirse con un equipo con for ta ble, climatizado y oxigenado. 3- Relato clave durante la exploración: Se le indica a la paciente que se introduzca en una caverna y explore su interior. La paciente relata: “Estoy en un espacio pequeño, dentro del cual puedo moverme a voluntad. El agua está tibia y confortable. Me siento muy bien. Aparece un delfín, amoroso y juguetón. Lo acaricio y me de vuel ve las caricias. Damos vueltas. Es divino estar aquí”. De pronto la paciente comienza a angustiarse, mientras sigue relatando: “El delfín se va y me deja sola. Estoy muy triste y me empieza a faltar el aire”. Comienza a sollozar, ante lo cual el terapeuta le sugiere que se dirija hacia una salida que existe en el techo de la caverna, que la comunica directamente con la superfi cie. La paciente comienza a recuperar su calma y es invitada a des cri bir lo que ve en la superfi cie. 4- Interpretación de la paciente: Transcurrida una semana, la paciente relata que la escena de la caverna y su angustia, se le presentaron en forma reiterada. Reconoció y tomó notas de su diálogo interior, que mostraba su ansiedad por interpretar su ensueño. Súbitamente, se le presentó la simbología: Relacionó a la ca ver na con el útero de su madre y al delfín con su hermana gemela (el terapeuta no conocía la existencia de esta hermana, ni la difícil relación afectiva que había mantenido con ella desde pequeña). Le contó a su madre esta experiencia y la misma le relató que, du ran te el parto de ella y de su hermana, ésta había nacido primero y su propio nacimiento se había demorado por problemas en su pasaje por el canal de parto. Esta experiencia traumática, simbolizada en la caverna, ex plica ba el origen de sus confl ictos afectivos y su ansiedad ge ne ra liza da, pues su sensación básica era la del abandono. REPROCESAMIENTO CON UN OJO POR VEZ

(HD es la percepción del hemisferio derecho y HI es la del he mis fe rio izquierdo). 5- Relajación. Se realizó con la misma metodología de relajación muscular progresiva. 16

6- Evaluación de la escena con el ojo derecho cubierto (HD): • Imagen: La partida del delfín en la caverna submarina. • Registros visuales: El delfín con su color plateado, nadando hacía afuera y perdiéndose de vista. • Registros auditivos: El borboteo del agua dentro de la ca ver na. Se le preguntó acerca de su diálogo interior: “Me deja sola”. • Registros emocionales: Profunda angustia. • Sensación física: Falta de aire e incapacidad para moverse. • Perturbación: 10 (máxima) 7- Relajación. 8- Evaluación de la escena con el ojo izquierdo cubierto (HI -se registrarán las diferencias únicamente): • Imagen: La misma. • Registros visuales: Las paredes y el techo de la caverna. En ese techo aparece como una claraboya iluminada. • Registros auditivos: Ninguno externo. Se le preguntó acerca de su diálogo interior: “¿Puedo salir?” • Registros emocionales: Miedo. • Sensación física: Opresión en el pecho y difi cultad en la garganta. • Perturbación: 5 9- Relajación profundizando la respiración total (diafragmática, torácica y laríngea). 10- Evaluación de la escena con el ojo derecho cubierto (HD - se registrarán las diferencias únicamente): • Imagen: La misma. • Registros visuales: La claridad en el techo se hace más intensa. • Registros auditivos: Se le preguntó acerca de su diálogo in te rior: “Debo ir hacia arriba” • Registros emocionales: Soledad. • Sensación física: Libertad de movimientos. • Perturbación: 3 11- Relajación profundizando la respiración total. 12- Evaluación de la escena con el ojo izquierdo cubierto (HI - se registrarán las diferencias únicamente): • Imagen: La superfi cie del océano. • Registros visuales: La playa en el horizonte. • Registros auditivos: Se le preguntó acerca de su diálogo in te rior: “Me siento libre” • Registros emocionales: Calma. • Sensación física: Ninguna. • Perturbación: 1 13- Instalación de una escena positiva: La playa de una isla, donde se reúne con su hermana y ambas juegan como en la caverna. Su diálogo interior refl eja el cariño por su hermana.

COMENTARIOS: La relación con su hermana sufrió un

cambio total. Ambas fue ron a visitar la tumba de su padre, por quien habían disputado su preferencia desde pequeñas. También cambió la relación con su esposo, quien comprendió rápidamente sus confl ictos afectivos, en especial el de abandono. CONCLUSIONES: El tratamiento del estrés postraumático, con la aplicación de las técnicas de integración cerebral (en estos casos de un ojo por vez); demuestra su efectividad a partir del hallazgo de la escena original traumática. Hemos podido analizar dos casos extremos: el primero, donde el suceso traumático era reciente y estaba fresco en la memoria del paciente. El segundo, donde dicho suceso había ocurrido en la vida intrauterina y se encontraba profundamente oculto en el aparato psíquico. La terapia simbólica del ensueño dirigido permitió, en el se gun do caso, acceder a las huellas mnémicas previas al nacimiento. El análisis del diálogo interior, facilitó la interpretación del simbolismo del ensueño y el reprocesamiento del estrés postraumático. Sus contenidos iniciales negativos, han permitido acceder rápida y efi cazmente, a los sistemas de creencias y a las emociones relacionadas con la situación traumática. Durante el reprocesamiento, los contenidos del diálogo interior han ido perdiendo su negatividad. Sus contenidos finales po si ti vos, han permitido anclar fi rmemente las creencias y emociones positivas. Consideramos que, la administración de ambas técnicas con tri bu yen tes al reprocesamiento por medio de la integración cerebral, deberán ser administradas de acuerdo a la necesidad que cada te ra peu ta considere efi caz para sus pacientes. En este trabajo se ha querido transmitir la efi cacia y simplicidad de ellas. Es muy fácil de cir piense en eso y mover los dedos como en EMDR, o darse golpecitos en los puntos como en EFT, o ponerse o sacarse los an te ojos o taparse un ojo por turno, pero no es fácil hacerlo de modo pautado, en el momento correcto y en el lugar indicado, teniendo claro qué estamos haciendo y para qué. Quienes los aplican correctamente obtiene resultados es pec ta cu la res, que aún no dejan de maravillarnos, a pesar de llevar mu chos años usándolos. Se requiere además de lo expuesto más arriba, referido a los procedimiento y a su desarrollo de acuerdo a lo pautado, tres co sas más: 17

1- Por un lado saber acerca de qué estamos hablando cuando aplicamos los protocolos de trabajo. El lenguaje debe ser preciso y no ambiguo y confuso, como suele ser habitualmente en las psicoterapias. Conocer claramente las diferencias entre ciertos con cep tos tales como: pensamiento o creencia; cognición; emoción; y sensación corporal. Muchos terapeutas no tienen claras estas di fe ren cias. Para los pacientes, estas nunca son claras y debemos ayudarlos a establecer las diferencias. 2- Por otro lado se requiere un extenso conocimiento acerca de los diagnósticos clínicos y la capacidad de efectuar diagnósticos diferenciales, puesto que no aplicaremos la misma técnica, ni de la misma manera en los distintos cuadros. 3- Por último, se requiere una buena formación clínica. No se debe tratar con las Terapias de Avanzada un paciente que no tra ta ría mos por métodos convencionales, o no podríamos o sa bría mos tratar. Existen terapeutas acostumbrados – y habilitados – para tratar difi cultades de relación, divorcios, problemas existenciales, vo ca cio na les, laborales, etc. pero no que no consisten en verdaderas patologías. Por algún motivo no suelen ser estos pacientes, que podríamos llamar si nos lo permiten “pacientes sanos”, los que habitualmente consultan a los clínicos que practican las técnicas de Alta Efi cacia. Nos suelen llegar verdaderos casos psiquiátricos, que anduvieron deambulando por varias terapias sin haber ob te ni do resultados y aliviado su sufrimiento. Estos requieren so lu cio nes rápidas y concretas, y no una simple contención. Tales son los cuadros de pánico, agorafobia severas, depresiones mayores, etc. que se acercan a nosotros, con la esperanza de hallar la solución a su dolencia. EJE CORRESPONDIENTE AL PACIENTE: Existen dos tipos de causas limitantes en este eje: A- las específi cas: que corresponden a un sujeto determinado, y B- las generales: que pertenecen a un grupo de pacientes de termi na do. A. CAUSAS ESPECÍFICAS Lo atinente a la particularidad de cada paciente nos muestra que en algunas pocas personas estos sistemas actúa poco a nada. No me estoy refi riendo a aquellos que se niegan a pasar por la ex pe rien cia, como quien va al dentista y no abre la boca, ni tampo co aquellos con quienes no se estableció un vínculo adecuado, o bien una co rrec ta preparación previa.

Nos referimos a aquellos casos donde todo fue preparado en for ma correcta, en un tipo de problema que debería funcionar, acor de con la teoría... pero no funciona, no importa cuantas veces lo in ten te mos. No es frecuente, pero periódicamente aparece algún pa cien te con estas características. En algunos de estos casos, se trata de personas de pocas luces, de bajo nivel intelectual – no nos estamos refi riendo a poca cultura por cierto, pues eso no es óbice, sino a poca inteligencia, sin importar el nivel socio económico. En otros casos, la persona es inteligente, culta, sensible, hace todo según indicación y sin embargo no funciona. Pues bien: nos que da mos con la premisa que nada funciona para todo el mundo, y allí debemos revertir a otros abordajes, de los cuales llevamos algunos cuantos en la mochila, para poder solucionar el tema, aun que por vías más largas. Esto es coherente con otra observación empírica: cuanto más in te li gen te es la persona, tanto mejor y más velozmente actúan, y tan to más “insight” obtienen. Algunos otros pacientes también pueden ser víctimas de sistemas de creencias muy rígidos – a nivel casi religioso – que producen un fenómeno de descreimiento masivo llamado fenómeno Apex. Se dio el caso en algunos Testigos de Jehová que tuvimos en tra ta mien to, y que consideraban el método contrario a sus creen cias o demoníaco. En lo que se refi ere al bajo cociente intelectual, la men ta -ble men te eso no tiene solución: “lo que natura no da….”. La edad del sujeto, así como sus condiciones físicas, también son temas que corresponden al eje del paciente. En cuanto a la edad, tenemos numerosos ejemplos de niños pequeños tratados con éxito, hasta de menos de dos años, incluso uno a quien se le efectuó estimulación sensorial bilateral al entrar en pánico cuando, al ofre cer le una zanahoria a un caballo, éste al abrir la boca para tomarla le tocó levemente la mano. Unos minutos de tratamiento le per mi tie ron calmarse, volver a darle la zanahoria riendo y en calma, y evitar una fobia futura “a lo Juanito”. De modo que en cuanto a edad, no existe límite inferior y probablemente tampoco superior, siempre desde luego que la persona conserve intacta su capacidad cognitiva. Tenemos casos de una mujer de 80 años que comenzó con ataques de pánico y se curó en un mes de tratamiento, y un hombre de 85 años con un duelo patológico por el suicidio de un hijo. En cuanto a los factores físicos oculares, hemos tratado a un se ñor de 40 años con catarata congénita del ojo 18

derecho, sin siquiera visión luz, que presentaba un cuadro de agorafobia y pá ni co se ve ros. Este respondió al EMDR efectuado con movimientos oculares y no con estimulación táctil (pues queríamos comprobar si actuaban los movimientos oculares en estos casos) a la per fec ción. Asimismo ocurrió con varios pacientes con glaucoma, en cuyo caso, según el consejo de un eminente oftalmólogo con sul ta do, no hay problema alguno en mover los ojos, es más hasta puede ayudar a reducir la presión intraocular. Si lo hay en pacientes que padecen de nistagmus, pues se marean. El caso de las embarazadas se requiere un comentario aparte. Hay que evitar las técnicas abrectivas como EMDR, prefi riendo la Técnica de los Anteojos, de Un ojo x Vez, o las Terapias de Energía, que no lo son. Si por esas casualidades llegaran a tener algún pro ble ma con el embarazo, podrían atribuírselo erróneamente a la abreacción. El estado físico del paciente no suele ser un inconveniente, he mos tratado a un paciente de 80 años atropellado por un colecti vo, casi inmediatamente después del accidente e internado en te ra pia intensiva, con el trauma psíquico además del físico, brin dán do le calma, tranquilidad y una excelente recuperación. B. CAUSAS GENERALES: En este rubro, de causas generales propias de la patología del pa cien te, es en el que más número de fracasos podremos evitar si pres ta mos atención a la experiencia obtenida en estos años y si co no ce mos bien las indicaciones de cada una de las técnicas. El primer grupo que nos presenta obvias difi cultades es el grupo de las psicosis: tanto las psicosis desorganizativas y de li ran tes del grupo de las esquizofrenias, como el grupo de las psi co sis bipolares, tanto en en sus fases megalomaníacas como en sus etapas de pre si vas y sui ci das. Debemos hacer hincapié que en estos cuadros así como en la depresión mayor, estas técnicas no re em pla zan de modo alguno la medicación pertinente. Podemos actuar con ellas en las fases compensadas, sobre las creen cias y emociones acerca de la enfermedad, pero no ten dre mos acceso a la psicosis propiamente dicha ni a los delirios. Nues tro consejo es que ni lo intenten, y que esperen el resultado de las in ves ti ga cio nes que se están realizando en EEUU al respecto. El segundo grupo que nos da una señal de alarma es el grupo de las adicciones. Si descartamos las adicciones graves y con drogas pe sa das cuyo modelo es la

cocaína, acerca de la cual ya nos pre vi no Francine Shapiro que no intentemos hacer EMDR con un adic to se ve ro a la cocaína. Estos pacientes, al tener dañado el ló bu lo prefrontal a causa de la droga, son inaccesibles a estos abordajes, y requieren para su recuperación de un tratamiento multisectorial, largo y es pe cia li za do. Esto obviamente se relativiza con adictos le ves de tipo so cial, pero en los casos severos se nos debe prender la luz roja. Otras adicciones a drogas pesadas, como heroína o an fe ta mi nas, también dañan estructuras cerebrales. Sin embargo po de mos acceder a adicciones más livianas, como el tabaco o la ma ri hua na. En cuanto al alcohol, no pierdan su tiempo y envíenlos a Al co hó licos Anónimos lo antes posible, y evítense un problema y una gran frus tra ción, esta addicción también requiere de un abor da je multidisciplinario. Consideremos los distintos tipos de trastornos con que solemos encontrarnos a diario en el consultorio. Comencemos en primer lugar con los trastornos de ansiedad. Probablemente es el tipo de patología más frecuente, junto con los trastornos de la timia, que acude a la consulta. El primer elemento que debemos considerar es evitar tomar a todos los ex po nen tes de los cuadros de trastornos de ansiedad por igual, dado que son de respuestas muy disímiles. No responde del mismo modo un cua dro de pánico que un cuadro de ansiedad generalizada, o una fo bia social que una fobia simple. Tanto en el trastorno de estrés agudo como en el trastorno de estrés postraumático los resultados son espectaculares, siendo sin duda las técnicas de elección. Podemos prescindir totalmente de la me di ca ción, e incluso de cualquier otro método. Todas las Terapias de Avanzada son de igual efi cacia, habrá quienes prefi eran una sobre otra, pero esto es algo individual del terapeuta. Son fundamentalmente técnicas para trauma y duelos, y en estos cuadros unas pocas sesiones resuelven totalmente el proble ma. Con otros abordajes como terapia cognitiva, medicación, etc., puede llevar más tiempo. En el caso de los trastornos de pánico sucede lo mismo, si bien deben combinarse con técnicas cognitivas y psico-educación para obtener resultados óptimos. En nuestra casuística, de mucho más de 100 casos tratados, tenemos un promedio de entre 8 a 12 se sio nes en total para resolver el cuadro, si bien al cabo de dos sesiones ya no suelen tener más ataques, o por lo menos la fre cuen cia y severidad de los mismos se ve 19

notoriamente reducida. Este re sul ta do es el mismo con o sin medicación. No debemos olvidar que en muchas ocasiones ya vienen medicados a la consulta. En la agorafobia, como en el pánico, donde se observa en par ti cu lar la efi cacia de estas técnicas es en el reprocesamiento de los traumas previos que habitualmente han tenido estos pacientes, así como en la desensibilización de los ataques de pánico anteriores, que se constituyen como un trauma en sí mismos, y de las sen sa cio nes corporales y creencias catastrófi cas que estas provocan. Trastorno obsesivo compulsivo (TOC): Este cuadro re quie re me di ca ción, terapia cognitiva y sobre todo psico educación. El EMDR tiene escasa o nula acción en las obsesiones y com pul sio nes, y no reduce estos síntomas, pero puede ser de utilidad para procesar traumas preexistentes, y para aliviar el tremendo su fri mien to que tienen estos pacientes. Hemos encontrado que la Téc ni ca de los Anteojos, el de Un ojo x vez y EFT son muy efi caces para reducir la intensidad de las obsesiones, y de las compulsiones. Esto es desde nuestra experiencia personal, tanto como la de colegas que nos han hecho llegar la misma información. Hemos observado que las ideas obsesivas están alojadas en el hemisferio derecho. Al integrar los hemisferios se reduce la fuerza de las mismas. En fobias simples: son sin duda los métodos más efi caces. Aque llas fobias que se han originado en un trauma, que la persona re cuer da claramente, son las que más se benefi cian y a gran ve lo ci dad. Las fobias sociales: las hay de dos variedades, sin que co exis tan en el mismo sujeto los dos tipos. Un grupo, el de las fobias al des em pe ño social, generalmente con el sexo opuesto, en reuniones sociales con pares y sobre todo con superiores o desconocidos, ci tas, etc., con temor a pasar vergüenza o bochorno, a no saber de qué hablar, etc. El otro grupo se refi ere a las fobias al desempeño académico, a hablar en público, a dar examen, etc. En ambos grupos las técnicas de elección son la de los Anteojos y la de Un ojo x vez. Sobre todo cuando hay traumas o escenas fundantes de la fobia, el EMDR es de gran utilidad. Los resultado con el primer grupo son lentos y trabajosos, son cuadros rebeldes, donde lo más efi caz sigue siendo la terapia cognitiva y la exposición con prevención de respuesta, combinada con las Terapias de Avanzada. En el grupo de fobia académica o de examen, es de gran

uti li dad usar las técnicas con escalas jerárquicas, al estilo Desensibilización Sistemática de Joseph Volpe. Con frecuencia puede muy útil, tanto para una forma de fobia social como para la otra, la instalación de recursos. Queda un pequeño grupo de fobias de difícil taxonomía; hay quienes las incluyen en las fobias sociales, otros como cuadros li ga dos al TOC. Me refi ero a las fobias a orinarse, a orinar en público (vejiga púdica), a la necesidad de evacuar el intestino fuera de la casa y a que se escuchen los ruidos, etc. Estos cuadros también responden a estas terapias, y posiblemente requieran medicación. Se obtienen resultados más prometedores si se encuentran los traumas originarios y no pasaron demasiados años de evolución. ¿Qué ocurre con el trastorno de ansiedad generalizada, el cua dro ligado a la preocupación permanente? Las Terapias de Avan za da, desde luego que serán útiles para reprocesar y desensibilizar traumas, así como las creencias negativas ligadas a este cuadro, pero no cede con eso, salvo que encontremos la escena fundante, en cuyo caso la mejoría es dramática.Es un cuadro que toma toda la personalidad del sujeto, como también lo hace la fo bia social, y es bastante rebelde. Puede ser de utilidad enseñarles una nueva lec tu ra de la vida, más fi losófi ca y recomendarles me di ta ción y tra ba jo corporal y, si es factible, guiarlos en una apertura espiritual. Son de elección para reprocesar las situaciones de an sie dad la Téc ni ca de los Anteojos. Los duelos, tanto normales como patológicos, tanto re cien tes como antiguos suelen ser situaciones traumáticas. Puesto que se con si de ra la muerte de un ser querido como un trauma, salta a la vista cómo estas técnicas destraban lo congelado y alivian el su fri mien to en grado sumo. Debemos hacer hincapié en todos los casos de usar Un ojo x vez, o bien los Anteojos, para detectar el sen ti mien to de incredulidad que numerosas veces queda después de una muerte de esta naturaleza. Esta incredulidad bloquea el reprocesamiento del duelo, y sin su resolución este permanece in ac ce si ble. Nos ha ocurrido de recibir un paciente con un duelo patológico de un año de evolución o más, con profunda depresión y anhedonia, y que el cuadro revierta totalmente, en tres o cuatro sesiones, con curación completa, sin medicación ni ningún otro abordaje salvo estas técnicas de alta efi cacia. ¿Qué ocurre con la Depresión Mayor? Debemos enfatizar, como dijimos oportunamente, que de ninguna manera estas téc ni cas re em pla zan la 20

medicación. Son útiles en el rastreo de la causa o el desencadenante de la depresión, si lo hubiere, y suelen pro du cir un fuerte alivio. Tienen acción sobre las creencias negativas de la depresión, particularmente la Técnica de los Anteojos. Las creen cias negativas de la depresión para algunos son un síntoma de la misma, mientras que para otros (A. Beck), son la depresión pro pia men te dicha. Puesto que está demostrado estadísticamente que las personas que sufren depresión mayor han tenido más traumas que el común de la gente, es de gran utilidad el reprocesarlos. Pero aten ción!... esto por sí sólo no resuelve la depresión. Esto que es válido para la Depresión Mayor, se sostiene para los otros trastornos de la timia: la distimia, el trastorno afectivo estacional, la disforia lútea o síndrome premenstrual. Otro cuadro donde las Terapias de Avanzada son efi caces es en el dolor crónico como pueden atestiguar los que trabajan con el mis mo, (el Dr. Daniel Asís y la Lic. Alejandra Mazzola). Eso sí se re quie re experiencia y una aplicación de las técnicas depurada y cui da do sa. En algunas de las patologías que se consideran ligadas al TOC, estas terapias son de dudosa efi cacia, no así en otras en las que lo son mucho. En primer lugar el trastorno somatoforme o Dismorfofobia: si bien F. Shapiro publicó siete casos de este trastorno tratados con éxito con EMDR, en nuestra experiencia muy reducida de tres ca sos, cla ra men te el EMDR no fue muy efi caz, si bien sí lo fue en dos de ellos la Técnica de los Anteojos combinada con EMDR y EFT, con óp ti mos resultados. (ver capítulo de Dismofofobia). En la anorexia nerviosa y la bulimia, cuadros rebeldes si los hay, se los debe tratar como una mezcla de TOC, cuadro disociativo y de li rio. Requieren un trabajo interdisciplinario, con terapia fa mi liar in clu si ve. Pasamos ahora al diagnóstico de hipocondría: en nuestra humilde experiencia no funcionan en absoluto, pero debe ser vir nos de consuelo que prácticamente nada funciona en absoluto. Son cua dros poco menos que incurables, tan sólo podemos pretender me jo rar los un 20% (con suerte y viento a favor), y reducirles la de pre sión concomitante con medicación. Nos estamos refi riendo a la hi po con dría vera, no a un cuadro de ansiedad mixto que in clu ye pre ocu pa cio nes hipocondríacas. En este caso funcionarían la insta la ción de recursos y la Técnica de los Anteojos, la de Un ojo x vez y EFT. Tricotilomanía: no tenemos experiencia. Es un tic.

Síndrome de Tourette: requiere un abordaje especial, se puede actuar sobre las consecuencias emocionales. Compulsiones sexuales, abusadores: Nadie consulta por eso, pero me imagino que no habría de funcionar, dado que estadísticamente, no hay un problema de trauma. Nunca tuve un paciente que me dijera “me gustan los niñitos”, uds. sí? Trastorno de la impulsividad, o de ira intermitente: Son su je tos descontrolados, que suelen tener riñas callejeras con au to mo vilis tas, en su casa con parientes y en el trabajo con compañeros. Si tienen una ideación paranoide las Terapias de Avanzada funcionan relativamente. Es útil estudiar cuidadosamente las situaciones que les gatillan el episodio para descubrir las creencias autoreferentes subyacentes, del tipo de “me lo hacen a mí” en lugar de “a él/ella le pasa algo”. Cuando se puede reconocer el patrón de pensamientos, se puede hacer una instalación de recursos y usar terapia cognitiva y EFT. En trastornos disociativos y víctimas de abuso sexual, emocional (abandono o negligencia o físico) estas técnicas son de suma utilidad siempre que sigamos el esquema de tratamiento in di ca do, y con una cuidadosa preparación previa.. Hay que to mar se su tiem po, ser muy pacientes con estos pacientes. Trastornos del sueño: en insomnios secundarios se podría usar como parte de un paquete de consejos y maniobras, bus can do si hay alguna situación traumática que esté ligada a la per tur ba ción del sueño, como nos sucedió en algunos casos que se re sol vie ron al procesar el trauma al cual estaban ligados. Tenemos gran des du das sobre su utilidad en insomnios primarios. Con frecuencia se nos pregunta acerca de la efi cacia de estas técnicas con el ADD, ADHD o Trastorno de défi cit de atención. La Lic. Gloria Marra, quién está trabajando hace tiempo con estos pacientes niños, adolescentes y adultos, y de acuerdo a su ex pe rien cia, refi ere que son técnicas útiles para los fenómenos emo cio na les concomitantes, pero no para el cuadro en sí. Hemos tratado algunos casos de adultos, con algún efecto positivo sobre las con se cuen cias emocionales, pero sin cambios en el nudo: los olvidos, la distracción, la postergación y a veces la inquietud. Qué ocurre con los trastornos sexuales? Comencemos con la disfunción eréctil. Aquellos casos, sin duda los más frecuentes de origen orgánico no serán modifi cados, y requerirán me di ca ción. Pero si prescindimos del ‘furor curandis’, puede ser de gran uti li dad en el duelo inevitable, en todos los concomitantes 21

producidos, y puede ayudar a aceptar la medicación. Los casos emocionales o psicógenos, en sujetos jóvenes que suelen tener una fobia social con ansiedad de performance, son abordables por las Terapias de Avanzada así como los traumas que pudieren haber dado origen al cuadro, y los traumas de los intentos fallidos. También es fac ti ble reprocesar las creencias negativas que el sujeto posee sobre sí mismo en torno al problema. Lo mismo vale para la eyaculación precoz, que sin embargo se soluciona rápidamente con medicación antidepresiva en dosis muy bajas por un cierto tiempo, y que permite realizar un aprendizaje veloz. En cuanto a las difi cultades femeninas, como anorgasmia o vaginismo, se debe siempre sospechar un trauma temprano, en cuyo caso lo tratamos como un TEPT. Otra variante se remite al miedo a la pérdida de control o a las difi cultades de la entrega, y es útil el procesar las creencias disfuncionales que las sustentan.

tensión para la leucemia, las comidas muy calientes para el cáncer de estómago, etc. Lo mismo es válido para las colagenopatías y enfermedades autoinmunes, que por ser llamadas autoinmunes niega su origen infeccioso o alérgico, y se genera una confusión, mezclando lo emocional con lo celular o tisular agregado a que, algunas veces algún terapeuta ignorante les dijo que se “lo produjeron” a pro pó si to. Todo esto es trauma, y por ello estas técnicas son de elec ción. Llegamos por fi n a lo que algunos también creen que es un trau ma, me refi ero a la cercanía de la propia muerte, cuando está ro dea da de ansiedad anticipatoria y es de esperar en de ter mi na das situaciones. Las Terapias de Avanzada, acompañadas de una com pren sión espiritual, son sumamente efi caces. Personalmente no te ne mos muy claro si la muerte es – o será –un trauma o no, es pe ra mos averiguarlo cuando nos toque, pero tenemos nuestras dudas si les podremos llegar a transmitir la información.

Llegamos por último a las enfermedades orgánicas: nos re fe ri mos a las enfermedades crónicas severas (o no), tomando como modelo el cáncer, HIV, esclerosis múltiple, colagenopatías, etc. Ob via men te por sí solas estas técnicas modifi carán el curso de la enfermedad pero, dado que la enfermedad en sí es un trauma, hay mucho para trabajar y mejorar en todos los aspectos emociona les y en las creencias disfuncionales existentes. Tenemos tra ta dos exitosamente cuatro casos de tinnitus (acufenos) y, si bien los zumbidos en el oído no desaparecen, se atenúan y el sujeto deja de “percibirlos” como tales pasando a ser un componente más del entorno y no molestando con su presencia. Hemos encontrado en forma constante ciertas creencias res pec to al cáncer y otras enfermedades graves, que más allá de nues tra opinión personal, son profundamente disfuncionales. Nos re fe ri mos al supuesto origen psicógeno de ciertos tumores en des me dro de causas orgánicas demostrables. Esto produce un sentido de fracaso y de culpa por haberse enfermado que empeora la de pre sión existente, y produce más culpa en caso de no curarse. Se de ben reprocesar estas creencias, intercalando preguntas socráticas acerca de los factores ya reconocidos e innegables para el cáncer, y que son contrarias y desmienten esas creencias, tal como el ci ga rri llo para el cáncer de pulmón, el HPV y el herpes virus para el cáncer de cuello de útero, la genética y herencia para el cáncer de colon y el lobulillar de mama, el sol para los cánceres de piel, el PVC y las torres de alta

DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES: El diagnóstico es muy controvertido por la frecuente comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos y por la difi cultad para establecer los límites entre la ansiedad como síntoma acom pa ñan te Cerca de dos tercios de los pacientes con un diagnóstico de TAG tienen un diagnóstico adicional del eje I (fobia social, distimia) Algunas entidades médicas pueden presentarse fre cuen te men te con síntomas de ansiedad. Con respecto a la depresión, ambas presentan una comorbilidad signifi cativa (25% a 35%): un tercio de pacientes con ansiedad pre sen tan depresión y un quinto de los pacientes con depresión pre sen tan ansiedad (ansiedad y depresión mixtas según CIE-10, ca rac te ri za da por depresión mayor y fobia social). Un estudio familiar mostró, sin embargo, que cuando se seleccio nan los pacientes ansiosos no deprimidos, sus parientes tienen un marcado riesgo para ansiedad pero no para depresión (Noyes et al., 1987). Debe tenerse en cuenta, que otra posible explicación a estas ta sas de comorbilidad es el frecuente hallazgo del National Comorbidity Survey que tener 2 o más trastornos psiquiátricos es más común que sólo tener uno solo (80% de los que informaron un trastorno psi quiá tri co tiene al menos otro y más del 50% de los trastornos se en con tra ron en el 14% de la población). (Kessler et al., 1994). Los trastornos de personalidad se pueden presentar hasta en un 50% de los pacientes con TAG vs. 10% de la población general. 22

CASOS CLÍNICOS CASO 1. MATEO: Un síndrome de abandono y des va lo ri za ción tra ta do con Terapias de Avanzada y Ensueño Dirigido. Dr. Francisco Villanueva

Mateo vino por primera vez a mi consultorio en 1996, a los vein ti dós años. El motivo de consulta fue por un cuadro de angustia muy alto porque su novia, después de cuatro años de noviazgo, lo dejó sin darle explicaciones. Estaba profundamente enamorado de ella y decía haber perdido todo el sentido en su vida. A lo largo del trabajo realizado entonces, observamos una gran inseguridad y desvalorización en su capacidad de sostener los momentos de cri sis y fuertes críticas a sí mismo por no haber estudiado una carrera universitaria. Decía que eso le hubiera dado mucho más se gu ri dad. Mateo es el hijo mayor de padres separados. Tiene una her ma na dos años menor y un hermano ocho años menor. La separación de sus padres aconteció cuando él tenía once años y fue su ma men te traumática. Desde entonces se sintió responsable de sus her ma nos y de su madre, viviéndolo todo con la consiguiente falta de fortaleza e inseguridad acorde con su edad. El padre es un empresario y Mateo estaba empezando a tra ba jar con él y aprender el ofi cio cuando su novia lo deja. Este nuevo episodio traumático lo hace sentir frente a su trabajo terriblemente asustado por no sentirse capacitado para hacerse cargo del mismo de manera exitosa. Durante ese período terapéutico Mateo logró trabajar si bien en forma incompleta, el duelo por su perdida afectiva y mejoró su fortaleza yoica. Comenzó a desempeñarse con mucho talento en la empresa paterna, cosa que aumentó su autoestima y, contra todo lo temido, logró ponerse de novio nuevamente. Este período terapéutico no alcanzó al año ya que al sentirse mucho mejor, lo interrumpió bruscamente y sin mucho fundamento. Quedo sin resolver lo traumático de la separación de sus pa dres, ciertos miedos al abandono que estaban despuntando y una muy bien encubierta y defendida desvalorización frente a la mu jer. En abril del 2004 vuelve a la consulta. Tenía en ese momento 28 años. El motivo que lo trajo era nuevamente síntomas de angustia de elevada intensidad generados por insostenibles sentimientos de abandono: lo había vuelto a dejar otra novia. Durante la entrevista surge muy casualmente que se había pe lea do “para siempre” con sus cuatro íntimos amigos de la infancia con los que, por vivir desde niños

en la misma cuadra, compartía absolutamente todo. Me dice que un día vio que dos de ellos es ta ban cargando el auto con todo el arsenal de pesca pensando hacer una salida de fi n de semana y no se lo había participado a él, sa bien do que es un fanático de la misma. Se siente excluido y traicionado, detonando una reacción de tanta rabia, dolor e incapacidad de manejar sus emociones, que lo único que pudo hacer entonces fue no hablarles ni verlos más, atrin che rán do se dentro de una mezcla de sentimientos que él disfrazó de orgullo y desplazando los de abandono, resentimiento y dolor, lo más lejos posible de su conciencia. Había pasado ya un año y, escudado en su orgullo y dignidad herida, cada vez que los cru za ba por el barrio o por la cuadra daba vuelta la cara y no los sa lu da ba, convencido que esa era la actitud correcta con amigos que lo habían traicionado. Le propuse el tema del abandono como algo interesante para revisar e investigar y descubrir hasta que punto podía este tema haber sido un posible causante de tanto sufrimiento en su vida. Comenzó a tomar conciencia que indudablemente había sido así y pudo reconocer que “el abandono fue algo que signó mi vida desde que tengo memoria”. Había trabajado con Mateo durante su primera incursión te ra péu ti ca con el método del Ensueño y comentó en esta entrevista que para él había sido tan benéfi co que volvió a la consulta pen san do en incursionar nuevamente en su espacio imaginario para ver si encontraba alguna solución. Le propuse trabajar en algo más nuevo, las Terapias de Avanzada, técnicas de alto impacto. Estuvo de acuerdo. Debo remarcar que Mateo es un paciente de una gran docilidad, fi na sensibilidad y con gran capacidad de insight. SEGUNDA SESIÓN Buscamos el recuerdo más antiguo en donde se haya sentido abandonado. “Recuerdo cuando me dejaban en el jardín de infantes. Se ce rra ba la puerta blanca y yo me quedaba llorando del otro lado. Tenía 1 año y 8 meses. Creía que mi madre me abandonaba ahí para siempre.” El sentimiento era de angustia, la creencia negativa era “no valgo nada”, con sensaciones en el pecho y garganta y una per tur ba ción alta, de 7 puntos sobre 10. Se reprocesa con EMDR. Comentario fi nal y evaluación: “Me siento muy aliviado y relajado. Aparecieron un montón de recuerdos e imágenes que me sorprendieron, sobre todo porque no las recordaba. Entre ellas, la que me generó más angustia fue cuan do 23

vi la cara de M. (la primera novia que lo dejó, años atrás)”. Le pedí que evocara nuevamente la imagen del jardín de in fan tes y me dijo: “no está, se fue, se puso blanca, siento el pecho y la gar gan ta libres”. TERCERA SESIÓN Comentó haber pasado una semana bastante aliviado de sus pesadumbres. Trabajó con más ganas y se animó a ir a bailar al lugar que solía concurrir, y al que no había podido volver desde que su última novia lo había dejado. Ahí tomó conciencia de algo que desconocía de sí mismo. Se dio cuenta que “cuando una mina me encaraba, yo me “fruncía”, me ponía nervioso y miraba para otro lado”. Contó que una chica lo miró toda la noche y que él se puso tan ansioso que llegó un momento que se sintió compelido a aban do nar el lugar. Más vergüenza le dio aún, porque estaban todos sus ex amigos dando vueltas por ahí y dijo:“seguro que se dieron cuenta”. Mateo toma conciencia dramáticamente de su inhibición y fobia social (como hombre frente a la mujer), cuando toda su vida se creyó un “mataminas”. Lo invito a volver a conectarse con el monto de la perturbación que aún había quedado pendiente de la sesión anterior y le pido que deje que esa emoción lo lleve a algún recuerdo de su infancia: “Recuerdo cuando papá me dijo que se separaba. Yo me fui a la hamaca. A la imagen la veo con un velo” y añadió: “siento una molestia en la nariz como si tuviera ganas de llorar”. Trabajé con EMDR, siempre con estimulación bilateral sen so rial y reprocesó el tema hasta que aparecieron imágenes pla cen te ras. Comentarios fi nales y evaluación: “Estoy muerto de cansado. Pude aceptar recién ahora, tan gran do te, la separación de mis viejos. No podían seguir juntos…”. “No puedo volver a evocar la imagen inicial. Veo todo blanco, como si fuera una pantalla de cine.” “Volvió a aparecer la imagen de M. Me angustió menos pero me angustió.” Cerré la sesión enseñándole EFT para que trabaje la angustia remanente que aún le generaba el recuerdo de M. CUARTA SESIÓN Le propuse procesar la historia con M porque indudablemente, a pesar de los años transcurridos, había quedado abierta. Le pedí que evocara y se instalara en el momento más angustioso de la ruptura:“M me llamó por teléfono y me planteó terminar la relación.

Le pedí que lo charláramos pero me dijo que no, que todo se terminó.” Su pensamiento era . “Estoy dañado’ con una sensación en el pecho y la garganta y un sentimiento de angustia muy alto. Reprocesamos con EMDR. COMENTARIOS FI NALES Y EVALUACIÓN: “La sensación es rara…Al repasar las imágenes, lo que fue tan doloroso ahora ya no lo es más. La escena la vivo como de afuera, como una anécdota. Me apareció en un momento esa idea que una vez te comenté que soy “distinto al resto”. Se redujo la perturbación totalmente. QUINTA SESIÓN En esta sesión retomo la sensación de sentirse distinto a los de más y lo invito a buscar en su historia cuando fue la primera vez que la sintió: “Yo era el único en el colegio con padres separados. Esto me hacía sentir distinto al resto” Investigo la perturbación pero no retornaba ningún tipo de emoción o sentimiento. Se me presentaba claramente como una creencia. Le pregunté que cosas negativas sobre sí mismo le hacía pensar el sentirse distinto. Respondió: “Soy un perdedor. Ahora en tien do porque me dejan las minas”. La emoción era de frustración, con una perturbación alta. Se reprocesa con EMDR completamente. SEXTA A OCTAVA SESIÓN En estas sesiones Mateo trae por primera vez el tema de la pér di da de sus amigos y la nostalgia que le provoca el recordar su in fan cia y adolescencia junto a ellos. Cuenta que le molesta mucho ver los por el barrio a todos juntos y que, además para peor, como uno de ellos tiene un puesto en el Mercado de Frutos del Tigre que tam bién era uno de los lugares donde se reunían, él ya no puede ir más por allí para no toparse con ellos. A pesar de haber trans cu rri do un año ya desde episodio, todavía seguía muy dolido y eno ja do. Considerando los motivos profundos de su pelea a la luz de lo que había venido revisando y resolviendo en las sesiones an terio res Mateo se emocionó mucho, lloró y gimoteaba “yo los quiero mucho…me hacen falta…me quedé afuera….” En las dos sesiones subsiguientes continuamos revisando su ac ti tud y cual era el lugar en el que esta lo había colocado, y que no era otro que el más temido por él: ser abandonado y perder a los que ama. Y consideramos también, su responsabilidad como ge ne ra dor de esas situaciones por una posible mala lectura de los he chos. 24

NOVENA SESIÓN Me comenta que el domingo anterior se pre sen tó ines pe ra da men te en el puesto del Mercado de Frutos y le pidió a su amigo que con vo ca ra al resto y pasaran por su casa por la no che que quería ha blar con ellos. Así ocurrió, les pidió dis cul pas, se acla ra ron todos los malos entendidos y después de un año vol vie ron a pedir pizzas y cerveza como acostumbraban a hacer cada noche que se reunían en casa de Mateo. DÉCIMA SESIÓN Retomé la creencia de sentirse menos: “soy distinto en menos. Busco ser distinto en más. Me sentí diferente en el paso de la primaria a la secundaria. Reboté en todos los colegios y en el más difícil, entré.” Me pareció que esta creencia de ser distinto en menos a pesar de haber comprobado lo contrario por el hecho de haber podido in gre sar en el colegio secundario más difícil, era una buena instancia para trabajarlo con la Técnicas de los Anteojos. La imagen que encuentra es la de “la separación de mis padres fue un antes y un después y mi vida cambió. Yo soy menos que los demás.” La emoción era rabia. Usamos la Técnica de los Anteojos para reprocesarla. Después del reprocesar el tema Mateo comenta: “Me quedé en gris, sin imágenes.” Le pregunté por los pensamientos positivos: “No puedo imaginar (sic) la creencia positiva. No puedo darle ningún valor. Todavía estoy muy movido. Siento que la cabeza esta yendo y viniendo.” Me di cuenta que seguía habiendo material aún. Hice una estimulación bilateral suave y tranquila sobre sus rodillas y le pedí que cuando sintiera que esa sensación en la cabeza desaparecia me lo comunicara. Se sintió mejor pero la sensación permanecía, aunque más leve. Entonces coloqué la palma de mi mano derecha sobre su frente y la izquierda en su nuca (Frontal / Occipital) y le pedí que me dijera cuando la sensación del movimiento de la ca be za se de tu vie ra. Simultáneamente le instalaba mentalmente un sím bo lo de Reiki. En breves instantes comenzó a respirar pro fun da men te como si es tu vie ra durmiendo. Me dijo que ya había pasado todo y que se sen tía bien. UNDÉCIMA SESIÓN Mateo comentó: “Me fui devastado. Agotadísimo. Llegué a mi casa y me tiré en la cama. No daba más. Tenía la sensación de estar agotado, vaciado. A última hora de la tarde, se me fue. Hoy tengo sensación de

enorme alegría y de estar llegando a la imagen buscada.” Me pareció prudente tener una sesión donde Mateo pudiera hablar, expresarse, resumir sus experiencias vividas hasta ese momento y sacar sus conclusiones, en lugar de seguir reprocesando material. Era notable el cambio en su fi sionomía y hasta en su as pec to físico. Otro corte de pelo, la barba recortada, diferente forma de vestirse, la elección de colores más vitales y no tan oscuros como solía usar y zapatillas nuevas. Podía sonreír con facilidad y hasta reír ante un comentario humorístico que le hice. DUODÉCIMA SESIÓN Concurre con un acentuado malestar diciendo tener una sen sa ción de”estar dentro de una nube. Saturado mentalmente. Con con fu sión e inseguridad”. No podía asociarlo a nada que le hubiera ocu rri do durante la semana. Mi percepción me indicó no ir a buscar lo detonado sino traba jar directamente con el detonante.” la sensación de estar dentro de una nube”. La emoción era de angustia, y decía que no podía ma ne jar la situación. Trabajé con la Técnica de los Anteojos. Desaparecieron los síntomas de la cabeza y persistió una hemicránea izquierda. La tra ba jé con EMDR hasta que desapareció. La perturbación bajó a cero y quedó un dolor residual sobre el ojo izquierdo que diagnostiqué como una cefalea por el reprocesamiento. Hago una sola técnica de barrido (para dolores de cabeza por reprocesamiento) y des apa re ce. Me comenta que durante el trabajo, vio un “pájaro negro con las alas abiertas en la puerta de su casa.” TRECEAVA SESIÓN Le propongo a Mateo tomar como imagen de partida el pájaro negro y hacer un Ensueño dirigido.La síntesis de su ensueño es la siguiente: Mateo está volando encima de un pájaro negro, grande, de pico rojo. Dice que es un cóndor. Lo lleva a la cima de una montaña donde se detiene en la entrada de una cueva, le sugiero que entre y la explore. En el centro de la cueva ve una ciudad de edifi cios blan cos dentro de una burbuja. De pronto todo se transforma en lí qui do y la ciudad se licúa. Del agua van apareciendo fotos. Le pre gun to si las puede ver y reconocer. Me responde: “veo una foto de una cena en casa y otra de la cara de una chica que me está gustando mucho.” Una vez vuelto de su ensueño me comenta: “Cuando dije de la foto de la cena en casa, me tensé. Es una foto anterior a que naciera Nicolás (su hermano 8 25

años menor) y antes de que se separaran mis viejos. En esa foto estaban mis pa dres pero en el ensueño no se ven. Se ve la mitad de la mesa, media foto y el resto todo blanco. Me sentí tenso y después me afl ojé. Quizás tenga que ver con mi difi cultad para resolver mis si tua cio nes de pareja. La ilusión de formar una familia…” Le dije: “Pero cómo es la familia? Cuál es la foto de lo que quieres formar?” Con este interrogante me pareció bien terminar la sesión. Sabía que Mateo seguiría procesando durante la semana esta pregunta y esta duda de suma importancia para él, para poder adquirir su madurez como hombre y futuro padre de familia.

• Soy menos que los demás. • No puedo manejar la situación. • Me siento desvalido. Se instalaron las siguientes creencias positivas: (Algunas du ran te la sesión correspondiente y otras como resultado de procesar otros recuerdos.) • Puedo ser amado. • Me siento valioso. • Soy exitoso. • Puedo concretar mis objetivos. • Puedo aprender a confi ar en mis juicios. • Soy capaz de fundar una familia. • El modelo de familia está. Soy fuerte.

CATORCEAVA SESIÓN Le propuse a Mateo procesar la media foto en blanco ya que en la otra mitad estaban él y su hermanita. Dice que se siente des va li do y con tensión y angustia. Quisiera sentirse fuerte. La per tur ba ción es alta. Trabajo con EMDR. Aparece en la cara de Mateo una sonrisa placentera. Luego de un rato toda su expresión es de bienestar. Le pregunto como se siente y me dice que muy bien. La foto aparece completa, como era originalmente. El comentario fi nal de Mateo fue: “el modelo de familia está com ple to”.

Un caso complejo de abandono parental, des va lo ri za ción femenina, exceso de responsabilidad a edad tem pra na y temor a los hombres. Cuando conocí a Alejandra tenía 22 años. Era una chica muy linda, con estupenda fi gura, y un aspecto sumamente sexy y seductor cuando sonreía. Estudiaba en una universidad privada y era una brillante estudiante con promedios muy altos. En el momento de la consulta estaba atravesando una crisis fóbica muy importante, con altos componentes de angustia, parálisis en sus estudios, interferencias en la atención, concentración e im po si bi li dad de asistir a clases. Llanto fácil, espontáneo e imparable una vez que se desencadenaba. Fue derivada por su madre, que años atrás había sido mi pa cien te. Esta es una mujer muy bella, con acentuados perfi les his té ri cos y narcisistas, inteligente, omnipotente y con un pensamiento decididamente esotérico. Como astróloga y profesora de as tro lo gía, toda su lectura de la realidad, incluso la familiar, la hace bajo esa mirada. Vegetariana estricta, impuso en la casa esa modalidad de comer sin dar a sus hijas la posibilidad de elegir. Cuando Alejandra tenía 12 años, sus padres se separaron. El matrimonio había sido desastroso, los gritos, las peleas y las mu tuas recriminaciones eran lo cotidiano. Alejandra tenía una her ma na de 5 años, Sofía. La madre, desde antes de separarse, ya era la amante de un hombre también casado y con hijos más grandes que Alejandra, de muy buena posición económica, que pertenecía a una de las familias de clase alta de Buenos Aires. Al poco tiempo de la separación, la madre formó un nueva pa re ja y constituyó una nueva familia. Las dos hermanas pasan a vivir con un hombre que no conocían, 26

CONCLUSIONES Esta fue la última sesión de trabajo con las Terapias de Avanzada. Las pocas sesiones que siguieron fueron de elaboración y sín te sis de todo lo trabajado. Mateo había recuperado una buena autoestima. Se sentía fuerte y seductor frente a las mujeres y es ta ba por ponerse nuevamente de novio. Por primera vez pensaba en fundar una familia sin sentir temores ni inseguridades. En el tra ba jo se desempeñaba cada día con mayor autonomía y seguridad, desarrollando proyectos de alta responsabilidad. De común acuer do acordamos cerrar este nuevo capítulo terapéutico y volverlo a reabrir cuando lo creyera necesario. Este trabajo con Mateo se desarrolló desde la última semana de abril de 2004 hasta la segunda semana de agosto de 2004. Hasta el presente, Mateo sigue bien. Durante su terapia Mateo elaboró las siguientes creencias ne ga ti vas: • No valgo nada. • Estoy dañado. • Soy distinto en menos.

CASO 2 - ALEJANDRA: Dr. Francisco Villanueva

y que las comenzó a tratar como verdaderas hijas y hacerse cargo de su educación, pagando los mejores colegios y, en el momento de la consulta le pagaba la universidad. Para Alejandra se transformó en un verdadero padre y fue amado como tal. El verdadero padre de Alejandra era y es un hombre mujeriego, sin trabajo fi jo, con poca capacidad de generar dinero y de una discapacidad madurativa muy grande como para hacerse cargo económica y afectivamente de sus hijas, cosa que hasta el día de hoy no ha hecho. Es un padre prácticamente ausente, las hijas solo lo ven cuando ellas lo llaman. Con su nuevo matrimonio, la madre comienza una vida de alta calidad, con viajes frecuentes, viviendo en una zona muy ex clu si va, gastando mucho y por trabajo de su marido, comienza a au sen tar se con bastante frecuencia de la casa. Es entonces cuando se le pide a Alejandra que se haga cargo de su hermana, que la cuide, que la lleve y busque del colegio, que se ocupe de que haga los deberes y además dirigir a la mucama para las compras. Eran muchas las noches en que las dos hermanas se quedaban solas en una casa muy grande y sin gente (la mucama era con cama afuera) y a pesar de estar Alejandra muerta de mie do, se sentía en la obligación de contener a su hermanita que en tra ba en crisis de angustia y de terror. En ese momento, Alejandra no tenía más de 15 años y se sentía totalmente incapaz de hacerse cargo de tantas responsabilidades y además se sentía com ple ta men te sola y asustada. No obstante, desarrollando una actitud con tra fóbica y de sobre-adaptación logra desempeñar con alto grado de efi cacia todas sus obligaciones. Se transformó en el orgullo de su madre y era alabada por ello en las reuniones familiares y frente a los invitados. Alejandra terminó el secundario con los promedios más altos. Socialmente siempre ha sido una chica llena de amigas, líder den tro del reducido núcleo de las íntimás. No tenía novio, teniendo mucho miedo a intimar con un chico y sufriendo indeciblemente por este temor. Quería tener un novio pero no podía. Cuando entró en la universidad, el marido de la madre tuvo que trasladarse a vivir a un país cercano, por razones de trabajo. Es entonces, cuando la madre comienza a ausentarse por varios días, volviendo solo los fi nes de semana para estar con sus hijas. La casa quedaba en manos de Alejandra y la hermana menor se ha bía transformado en una chica con crisis

fóbicas manifi estas y mie dos incontenibles que la madre catalogaba como malacrianza. Ale jan dra no sabía como contenerla así como tampoco podía con te ner se a sí misma. Es en ese momento cuanto estallan su crisis de angustia, parálisis, llanto fácil e imposibilidad de continuar con sus estudios. Estaba pensando en abandonar la carrera ya que se sentía incapaz de preparar los exámenes próximos. En este estado, su madre me llama por teléfono diciéndome que “ya no podemos más con Alejandra, no sabemos que hacer con ella y nos está volviendo locos a todos... por favor haga algo porque así no se puede vivir más.” Así estaban las cosas, cuando conocí a Alejandra. MOTIVO DE CONSULTA Y PRIMERAS SESIONES Trajo como motivo de consulta su crisis con el estudio como úni co problema. Estaba tan descompensada, tan deprimida y angustia da que me ví en la necesidad de medicarla con ansiolíticos y antidepresivos para poder comenzar la terapia con ella. La me di ca ción se mantuvo por es pa cio de 4 meses y se retiró al observar la rápida evolución de la paciente. Durante las dos o tres primeras sesiones Alejandra mostraba ha cia su madre una fuerte idealización y admiración. Se fue afl o jan do, bajan do las defensas y comenzó a mostrar rabia y un re sen ti mien to muy grande hacia ella y hasta pudo a llegar a desvalorizarla in te lec tual men te y ca li fi car la de “narcisista sin re me dio.” Dijo“sentí mu cha des ilu sión con mamá cuando escuché que lo engañó a papá”... “me duele mucho que papá lo haya dicho.” En otro momento reconoció, “me quedé sola con Sofía.” Hablando sobre como se veía y se sentía como mujer, evocó una ima gen en la que se estaba mirando en un espejo al lado de su ín ti ma amiga, y la veía muy linda y ella se veía fea. Con este ma te rial armé tres pro to co los de trabajo, con los cuales trabajé durante tres sesiones con EMDR. 1ª. “cuando escuché que mamá lo engañó a papá” el sentimiento era de angustia, dijo que “no puedo confi ar en nadie”, quería: “poder apren der de eso” y la perturbación era de 7 puntos (en una escala de 0 a 10, siendo 10 la más alta). En una sesión se logró el reprocesamiento completo, llegando a una perturbación de 0. 2ª. “Cuando me quedé sola con Sofía” con sentimientos de mie do y des va lo ri za ción, decía de ello “Soy débil”, y quería poder “sen tir me fuer te”. La perturbación era de 10.

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Trabajamos cerca de cincuenta minutos con EMDR. Al fi nal el re sul ta do fue la resolución completa de la perturbación. 3ª. “me estoy mirando junto con mi amiga en el espejo y la veo a ella mucho más linda y yo me veo fea. Siento miedo y bronca, creo que no valgo nada” Sensación física en el pecho. Perturbación de 8. El tra ba jo con EMDR baja la perturbación a cero. EVOLUCIÓN DEL TRATAMIENTO HASTA ESE MOMENTO Alejandra salió de sus crisis de angustia y de su imposibilidad de estudiar. Pudo rendir con excelentes notas los dos exámenes que ha bía dejado pendientes, recuperó el gusto por su carrera y se fe licita ba por no haberla abandonado. Comenzó a arreglarse más. Vestía mejor. También comenzó a con cu rrir nuevamente a bailar y permitió que los muchachos se le acer ca ran, pudiendo mantener conversaciones fl uidas y entre te ni das pero entrando aún en pánico cuando alguno hacía algún ade mán de besarla. SESIONES SIGUIENTES Un día Alejandra reconoce sin sus titubeos habituales un “¿sabés qué? Yo tengo fobia a los hombres.” Le pregunté de donde había sa ca do esa idea y me respondió con dolor:“Soy cargable por los hom bres, se burlan de mí” Tomé esta creencia negativa y le pedí que se remontara a la primera vez que recordaba haberla tenido: “Yo estaba en 6º o 7º grado. Durante el recreo un grupo de chicos de mi clase me burlaron y se reían diciendo que yo era idéntica a Buba” (el amigo de Forrest Gump). El sentimiento actual era de vergüenza. Quería creer que podía ser seductora, y la perturbación era de 8. Se reprocesa con EMDR, hasta bajar la molestia a cero. Conclusiones después del trabajo “La escena donde estaba yo con el grupo está vacía y ahora hay fl ores. Alrededor mío, durante el recreo, hay chicos que no son amigos y no se burlan. Me doy cuenta que no tengo nada para que me burlen. Me da bronca, me pone de mal humor haber sido tan tonta”. SIGUIENTE SESIÓN Alejandra llega con esta nueva creencia: “no puedo tener éxito con los hombres….” Le pedí que volviera al primer momento que pensó eso: “Estaba enamoradísima de C. Era mi cumpleaños de 18 y después de la fi esta C. me llevó hasta casa y allí me dio un beso. Me bajé del auto y escapé... Me da bronca, quiero poder tener una relación normal.” Se reprocesa con EMDR. Comentarios posteriores

“La escena cambió. Ahora está pintada de blanco y los per so na jes se ven transparentes... me siento con más humor, con menos dra ma tis mo. Cuando llegué a la sesión, entré cerrada, enojada. Al evo car el momento sentí todo lo que siempre siento; como si es tu vie ra en la situación. Ahora me siento mucho más liberada y pen san do “no es tan grave”. La perturbación ahora es de cero. Después de esta sesión, Alejandra hizo un viaje al extranjero con su madre, su hermana y el marido de su madre. Allí se animó a vivir su primera aventura eróticasexual. Conoció a un yuppie, según ella “para desmayarse”, con el que salió un par de veces y según ella, él se enamoró. La última noche, antes de volverse, él la invitó a ir a su casa, invitación que ella, con susto, aceptó. Pero una vez, desnudos en la cama, entró en una parálisis imposible de ven cer, se puso a llorar y le pidió que por favor no le hiciera nada, confesándole su virginidad. Su compañero la abrazó, la contuvo, la acarició y le pi dió que se que da ra tranquila, que iban a dormirse sin que pasara nada. Y así ocu rrió. Alejandra, llena de tensión, no durmió en toda la noche y a la madrugada, sin despertarlo se vis tió y se volvió a su hotel. SIGUIENTE SESIÓN Después de hacerme este relato, termina con la siguiente con clu sión: “no me conecto con los hombres.” Le propongo trabajar este pen sa mien to. Encuentra una escena: “una cama, yo acostada, él a mi derecha”.El sentimiento es de rechazo, la perturbación frente a esto es de 7 y dice: “quisiera poder ser yo”. La sensación física es de ten sión. Comentarios posteriores “Mirando la escena, nosotros no estamos. La cama está hecha, la ventana abierta y entra viento y luz. Durante el trabajo aparecían mu chas escenas con hombres y me conectaba bien. Me pasa que cada vez tengo más ganas de estar con alguien… Ya no me molesta pero aún siento una tensión en la nuca.” Trabajo la tensión con una estimulación bilateral. En pocos ins tan tes la tensión desaparece. SIGUIENTE SESIÓN Llega muy contenta y excitada. Me comenta: “me sentí mucho más liberada. Acepté una cita a ciegas y estoy muy divertida con la idea. Organicé un asado en casa el domingo y pude jugar a seducir a dos chicos de los cuales uno de ellos me encantaba.” Me pregunta si es posible volver a trabajar toda la situación de su temor a los hombres sin elegir alguna 28

escena determinada, por que siente que “en el fondo, fondo, hay algo que todavía molesta.” Siente miedo frente al tema, afi rma: “No puedo o no sé manejar la situación”, quiere sentirse “capaz de tener una pareja”. Comentarios posteriores “El hecho de trabajar con un sentimiento y sin una imagen me ayuda a ver concretamente que el reprocesamiento se hizo. Ter mi né sintiendo optimismo y fuerza. Ahora siento que puedo gustar. Siento que no estoy más bloqueada. Me siento muy bien. Estoy con ten ta por que saltó todo lo que saltó.” CONCLUSIONES FINALES Alejandra tuvo su cita y fue un éxito. Continuaron saliendo y después de varios encuentros donde pudo tener un contacto más íntimo con mucho placer, tuvo su primera experiencia sexual con total plenitud. Tuvo una larga y seria conversación con su madre en la cual le comunicó que no iba a hacerse cargo de la hermana nunca más y que de la casa se ocupe ella como pueda, porque a partir de ese momento iba a dedicarse a vivir su vida y salir con un muchacho con el que estaba empezando a sentirse muy bien. Habló con su padre y le comunicó que a partir de ese momento si él tenía ganas de verla que la llame por teléfono y encantada se iba a encontrar con él. Si las cosas no ocurrían así, posiblemente no se vieran más. Con la facultad continuó exitosamente sus estudios. En defi nitiva tomó las riendas de su vida. Continuó su terapia por un breve lapso para ir controlando la evolución. Las sesiones con Alejandra comenzaron los primeros días de junio de 2003 y fi nalizaron la primera semana de abril de 2004. Hasta hoy no he vuelto a saber de ella. A lo largo de su terapia, Alejandra trabajó las siguientes creen cias negativas: • No puedo confi ar en nadie. • No me puedo hacer cargo. • No valgo nada. • Los hombres me burlan. • No puedo tener éxito (con los hombres). • No me conecto (con los hombres). • No puedo o no sé manejar la situación. Instalamos las siguientes creencias positivas: • Puedo ser libre. • Me amo. • Puedo ser seductora. • Puedo tener una relación normal. • Puedo ser yo. • Soy capaz de tener una pareja.

CASO CECILIA. TRASTORNO DE ANSIEDAD CON FOBIA SOCIAL LIC. MARÍA DE LAS MERCEDES MILLÉ

Cecilia de 31 años trabaja como esteticista con su madre. Motivos de consulta: Tiene una relación de mucha dependen cia con esta, con fl uctuaciones de amor odio. Su relación con los hombres es inestable, dice que se le acercan, la engañan y se van, por lo que no logra una tener una relación estable. Tiene episodios de ataques deansiedad, de una graduación leve, de frecuencia es po rá di ca, vinculados a una fobia social en relación al sexo opues to. Presenta además una gastritis crónica de larga data. Antecedentes: La paciente llega al consultorio de músico terapia y trabajo corporal, relatando haber tenido un tratamiento an te rior de psicoterapia dinámica durante el cual no se produjeron grandes cambios. La lectura que se hace de la paciente se realiza desde este contexto, el del lenguaje sonoro-corporal, tomando en un primer momento la lectura bioenergética como parámetro. Según esta, se observa que la paciente muestra debilidad en sus piernas, que se evidencia en periodos cortos de tolerancia para caminar y/o man te ner se en pie seguidos de períodos de agotamiento. Esto le da cierta inestabilidad en el equilibrio, por lo que se cae o tropieza frecuentemente. También tiene tensiones en la base del cráneo, músculos del cuello y mandíbula, evidencias de una agresividad contenida, agresividad que la paciente asocia también a la gas tri tis. Diagnóstico: Trastorno de Ansiedad, Fobia Social. Condición bioenergética: predominio de carácter oral. Hipótesis: en esta primera etapa se toma como línea de tra ba jo la lectura que establece Lowen acerca de lo corporal. Desde este lugar, dice Lowen, un cuerpo inestable o débilmente sostenido por sus piernas, estaría remitiendo a una alteración de algún tipo (por carencia o por exceso) en el primer año de vida, donde el gran reto del niño es separarse gradualmente de la dependencia física con la madre y aprender a desplazarse con autonomía. Los rasgos más característicos serían, según la descripción teórica de Lowen: “un leve sentido de la independencia, la tendencia a estar apegado a los de más, agresividad contenida y disminuida, y un sentimiento interior de estar necesitando que los sostengan, atiendan, y cuiden”. Por lo tanto el paciente que tuviera una privación en este pe río do, presentaría características de dependencia afectiva, picos de alta y baja energía, y 29

situaciones no resueltas en el vinculo ma ter no ya sea en el plano real o en el simbólico. Objetivo: el primer objetivo fue la búsqueda de equilibrio mediante el propio sostén, la descarga de agresividad contenida y a través de estas vías, también se trabajó la independencia en lo afectivo. Se buscó también la toma de conciencia de los picos de poca y mucha energía, para ir equilibrándolos. La realización de estos ejercicios fue produciendo en ella paulatinos progresos que la paciente pudo advertir en un cambio en sus estados de ánimo, y en la relación con su madre y con los hombres. Además se buscó explorar mediante ejercicios corporales el material que pudiera manifestarse de aquella etapa de la vida. Con este objetivo, se realizaron ejercicios que consistieron en conectarse con posturas y formas de respiración relacionadas con los primeros meses de vida. La intención era revivenciar el gateo, o el aprendizaje del caminar, la búsqueda con movimientos ocu la res de la mirada de la madre, etc. El resultado de estos ejercicios fue el levantamiento de una amnesia, y la paciente recordó que le habían contado que por una subluxación congénita de cadera había tenido que llevar durante su primer año de vida un armazón de la cintura a los tobillos (fé ru la de abducción permanente), lo que le había impedido mo vi li zar se libremente y explorar la marcha independiente en su primer año, haciéndolo tardíamente y con gran inseguridad. La paciente asocia esto a un síntoma descubierto re cien te men te: Me cuenta que su madre compró unas «botas de drenaje linfático» para aplicar tratamientos a las clientas que concurren al gabinete, y manifi esta un gran temor a aplicárselas ella misma. Sin embargo, en su trabajo ella tiene que utilizar con sus clientas dichas botas las que al colocarlas se van infl ando lentamente, lue go de lo cual deben permanecer 30 minutos, para volver fi nal men te a la posición original, en forma lenta y gradual. Le da mu cha an sie dad ponerse esas botas y a su vez le produce gran an gus tia aplicar las a sus clientas. A partir de esta sesión el objetivo se focaliza en tratar este sín to ma, junto con el recuerdo del relato de la férula usada por la luxa ción de cadera, probable origen del mismo. Se trabaja con EMDR y lleva 3 sesiones desensibilizarlo. Elige una imagen de ella con las botas de drenaje puestas, y para la imagen más antigua, una foto de ella de niña con la férula en las piernas. Se siente “fuera de control” y quisiera sentirse “con control puedo

sostenerme por mi misma con independencia y fl e xi bi li dad”, la perturbación es muy alta y la emoción es de angustia con una sen sa ción física de rigidez en las piernas y taquicardia. Le pregunto qué benefi cio le daría resolver esta situación, a lo que responde: “Me sentiría más segura y con mayor confi anza en mí. Por lo tanto tendría más solidez en mis relaciones, más autonomía y autoestima. No tendría más miedo a perder a alguien y al aban do no.” Con el reprocesamiento, siente mucho malestar, incomodidad, taquicardia y recuerda que le habían dicho que la madre tenía la llave de la férula en su billetera y se angustia, diciendo con ironía que si le hubieran robado la billetera a la madre, ella hubiera que da do atrapada en ese armazón. Luego recuerda una escena en el zoológico con el armazón pues to, que relaciona con la foto de ella con la férula. También re cuer da que no se podía desplazar y esto le producía angustia y llanto. To dos en su familia le cuentan que lloraba mucho en esa etapa. Des cri be con mayor precisión la férula, diciendo que “tenía un fi e rro” en el medio que unía las dos piernas. Siente cólera por no haber podido moverse. También recuerda un día a los dos años que se quedó en ce rra da en un baño público con su abuela. En un momento dice: “Me siento como en el aire, como si no tuviera pier nas”. Recuerda la escuela primaria donde tiene un registro más agra da ble de sus piernas. Aparecen recuerdos positivas “me siento bien jugando en el patio del colegio con mis amigos”, “me siento cómoda ju gan do a la mancha y corriendo”. Inmediatamente después, se imagina colocando las botas a sus clientas y ya no le incomoda. También se imagina que ella podría colocarse las botas en un futuro cercano sin sentir molestia. La perturbación baja con si de ra ble men te. La última sesión la realizamos ¨” in vivo” en el gabinete de cosmetología, con las botas puestas. Le sugiero que cuando ella esté al 50% de la angustia que piensa que podría tolerar me avise así podremos cortar o continuar siempre que ella quiera. Comenzamos el reprocesamiento con música con estimulación bilateral con auriculares. La paciente pudo mantenerse con las botas puestas e infl adas en un 100% durante 20 minutos sin sentir mo les tia alguna. Al término de este trabajo la perturbación había des apa re ci do completamente.

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En la siguiente entrevista comenta que ya utiliza asiduamente las botas para ella misma y sus clientas. Además dice que nota una modificación en la relación con su madre, en donde el cambio se centra en que se siente más autónoma en sus opiniones y sen ti mien tos, y que ya no siente tanta ira frente a los desacuerdos que tienen. Otros cambios fueron un mejoramiento de la gastritis, por lo que el gastroenterólogo le retiró la medicación, y logró mayor equi li brio al caminar, las caídas frecuentes que tenia desaparecieron. Con los hombres se siente mucho mejor, y sigue buscando no vio.

NEUROFISIOLOGÍA DEL ESTRÉS AGUDO Todos estos fenómenos están mediados por una cadena de re ac cio nes de estructuras del sistema nervioso, mediadas por neurotrasmisores que se segregan en algunas áreas del cerebro involucradas en la apreciación del peligro en un momento determi na do. Cuando se percibe una amenaza, la amígdala, que recibe toda la información sensorial del tálamo, funciona como un sis te ma de alarma. Sus lesiones hacen perder la respuesta al miedo. Ella dota de signifi cado emocional a todas las percepciones (Sín dro me de Capgrass y Síndrome de Cotard). El hipocampo relaciona el miedo con el contexto, el giro cingulado a su vez tiene la habilidad para distinguir una amenaza real de una imaginaria e integra afecto e intelecto, y la corteza prefrontal izquierda proporciona las funciones superiores de ló gi ca y análisis, dando la respuesta apropiada y modulando a su vez a la amígdala. Al percibirse una amenaza, la amígdala envía mensajes ur gen tes a diferentes partes del cerebro. Esto provoca una secreción de hormonas que ayudan en la reacción de lucha-fuga, activando el sistema cardiovascular, muscular e intestinos. La sangre se redistribuye a cerebro y músculos y disminuye en el resto. La glándula suprarrenal libera el neurotrasmisor noradrenalina y el cerebro entra en acción. La amígdala, a su vez, envía una señal al hipotálamo para la secreción del CRF (Factor Liberador de Corticotrofi na) • La activación de estos centros, junto con el locus coeruleus, incrementan la liberación de noradrenalina, serotonina, dopamina, opiáceos endógenos, benzodiazepinas y glucocorticoides, en es pe cial el cortisol. Cada uno de estos neurotrasmisores tiene una fun ción es pe cí fi ca, y en un corto plazo responden al estímulo del estrés:

• La noradrenalina, activa el sistema nervioso autónomo, au men tan do el ritmo cardíaco, la presión arterial, la coagulación de la san gre y la actividad neuromuscular, y tiene efecto activador so bre la corteza prefrontal. • La serotonina, estabiliza el ánimo y previene la impulsividad. • La dopamina, enfoca la atención en la amenaza y puede lle var a una sintomatología de estados psicóticos breves. • Los opiáceos endógenos, disminuyen la sensibilidad al dolor y al miedo. • Las benzodiacepinas endógenas, modifi can el efecto de otros neurotrasmisores, para ayudar a mantener la conducta adaptativamente. • Hay señales adicionales de los cuerpos amigdalinos al tronco ce re bral, que dan al rostro una expresión de miedo, paralizan los mo vi mien tos inconexos de los músculos en preparación para la lu cha-fuga, ace le ran el ritmo cardíaco, disminuyen el respiratorio y elevan la ten sión arterial. Al mismo tiempo, se ponen en marcha los sistemas de memoria cortical, con el objeto de recuperar co no ci mien tos previos que puedan ayudar en la emergencia, y se los coloca en lu gar de prio ri dad con respecto a otros pensamientos. • Al fi nal de la situación de emergencia, el hipocampo, re gu la do por la corteza prefrontal izquierda, segrega neurotrasmisores que inhiben al GABA (gamma aminobutiric acid) en la amígdala, para detener la descarga de noradrenalina, inhibiendo así la re ac ción desatada por ella en primer lugar. Si esto no sucede, porque el estresor es severo, de largo plazo o cró ni co, el mecanismo permanecerá activado, se volverá patogénico y se desarrollará entonces el TEPT con la consiguiente, a la larga, dis mi nu ción del volumen del hipocampo, que ayuda a perpetuar la re ac ción.

NEUROFISIOLOGÍA DEL TEPT Al permanecer la amígdala activada por los recuerdos reverberantes, por el exceso de noradrenalina liberada por la cor te za suprarrenal, se interfi ere la función reguladora de la corteza prefrontal izquierda sobre el hipocampo (que daba el miedo sobre el contexto), se anula la evaluación cognitiva correcta y se au men ta la interpretación catastrófi ca por una sobreactivación del he mis fe rio derecho del cerebro. Algunos estudios han dado un 21% de casos de TEPT, meses después de ocurrido un estrés agudo, pero esta cifra no toma en cuenta ni la magnitud ni la duración del trauma, lo que la vuelve irrelevante. 31

El exceso de noradrenalina, también sobreactiva el sistema ner vio so autónomo, disminuye la serotonina, dando oscilaciones del estado de ánimo, conductas impulsivas e inhibición de las neuronas colinérgicas pedúnculopontinas del tegmento, que generan el sue ño REM, quedando este inhibido o acortado, y dando lugar a las pesadillas. Se pueden inhibir los receptores de benzodiacepinas, lo que pro du ci ría una disminución de la conducta adaptativa. Se deja de segregar cortisol, por una pérdida de capacidad del CRF para estimular a la ACTH, y al ser los receptores del hipocampo hipersensibles al mismo, se produce a su vez una atrofi a de este hipocampo. Como consecuencia los niveles de cortisol están dis mi nui dos en el TEPT crónico. La corteza prefrontal queda fuera de circuito, el hipocampo queda sobreactivado durante el trauma, y graba las escenas de fuer te contenido emocional del mismo. Esto produce una codifi cación disfuncional de los recuerdos del suceso, sin las conexiones asociativas adaptativas dadas por la corteza prefrontal izquierda. Si la amenaza es muy grande y no hay posibilidades de escape, se activan los núcleos del 10mo par, el neumogástrico o vago, lo ca li za dos en la sustancia gris periacueductal, y se produce la re ac ción de congelamiento o “freezing”, quedando la víctima pa ra li za da o en estado catatónico. Cuando la amenaza cesa, se revierte esta cadena. Se sabe que los sentidos trasmiten señales al hipotálamo, de allí a la corteza prefrontal, la que las clasifi ca para que el cerebro re co noz ca que es cada objeto, y que signifi ca su presencia. La corteza prefrontal, envía entonces las señales al sistema límbico y de allí se difunden las respuestas al cerebro y al resto del cuerpo. El Dr Joseph LeDoux descubrió un conjunto más pequeño de neuronas (vía baja) que ligan directamente el hipotálamo con los cuerpos amigdalinos (amígdala). Esta vía permite que la amígdala reciba la entrada directa de los sentidos, y pueda comenzar a responder antes de quedar registrados completamente por la corteza prefrontal izquierda como cogniciones. La amígdala entonces, pue de hacer que nos pongamos en acción rápidamente antes de com pren der porqué, mientras que la corteza prefrontal, es más lenta pero mejor informada, para accionar (vía alta).

CASOS CLÍNICOS

CASO 1 - CELINA: TRASTORNO DE ESTRÉS AGUDO LIC. DIANA ARAZI

MOTIVO DE CONSULTA: Hace 2 meses, Celina de 35 años, tuvo un accidente junto con una amiga, en el que resultaron quemadas muy gravemente. Hace 15 días le dieron el alta de la internación y está en su casa con largas licencias porque todavía debe rehabilitarse. Se siente mal, con ganas de llorar todo el tiempo, solo quiere dormir. Esto la asusta mucho. No tolera verse así. Tiene las manos muy quemadas, además de otras partes del cuerpo. Lo más comprometido son las manos, le hicieron varios injertos. Tiene perfecta movilidad en todo su cuerpo, pero las secuelas son en la piel. ANTECEDENTES Celina es profesora de historia en un colegio secundario y docente de idiomas. Vive de manera estable en cuanto a costumbres, alimentación, paseos, etc. Es una persona con recursos, fortaleza yoica, que le ha per mi ti do afrontar problemas y encontrar buenas soluciones. Tiene bue na relación con su mundo circundante, le gusta mucho lo que hace. Esta satisfecha con su vida. Es altamente solidaria, tal vez con exagera ción. En esta difícil situación se puso de manifi esto una sólida red de contención de parte de familiares y amigos que la han cuidado permanentemente. DIAGNÓSTICO: trastorno de estrés agudo. TRATAMIENTO: El tratamiento se completó en 4 sesiones aplicando la técnica de EMDR y utilizando el protocolo de eventos recientes. Este consiste en pasar “in mente” una película del hecho traumático varias ve ces, poniendo foco en las diferentes situaciones que se pre sen ta ban como perturbadoras. 1º SESIÓN Lo primero que se trabajó fue el recuerdo del accidente. Me cuenta llorando que ella se siente responsable por no ha ber se dado cuenta que tenía que cambiar de habitación. Se pregunta una y otra vez, de manera torturante, “como no lo vi, debí haberlo notado y hacer algo, esto es imperdonable.……” Le pido que cuente la historia desde el principio. Me dice que ella estaba muy cansada, porque había estado tra ba jan do mucho. Decidió irse 2 días a descansar a un lugar de playa. El primer día en la habitación sintieron algo de olor a gas. En el hotel les dijeron que no se preocupen que estaba todo bien. Pasan la 1º noche bien. Hacia mucho frío. 32

En la 2º noche, otra vez llaman al conserje por el olor a gas, este revisa el calefón y les dice que todo estaba bien. Se acuestan a dor mir. Se despiertan en medio de la noche porque el fuego hace reventar el vidrio de la ventana. Su amiga empieza a gritar. ” Yo tenía ganas de seguir durmiendo. Ella grita tanto que me doy cuenta del peligro y salimos corriendo. La llave estaba por suerte en la puerta y salimos. Yo volví a buscar las mochilas. Se despertaron los del hotel con sus gritos. “Yo necesitaba mi aparatito porque mis bronquios estaban ce rra dos, sentía que me moría. “Ella lo fue a buscar y estaba feliz de haber hecho esto por mí. Siempre parece tan débil.!!!!!! “Todos dicen que fue accidente pero yo sé que tengo res pon sa bi li dad. ¿Porque no me di cuenta del peligro? Debía haberme dado cuenta. Pasa varias veces estas escenas. Cada vez se van esfumando más sus creencias de responsabilidad. Aparece la posibilidad del error: “claro tal vez me equivoqué, al no pedir que nos mudaran”. También aparece que eran dos, y que las dos cometieron el “error” de no darse cuenta. Esto la alivia mucho, la idea de la responsabilidad compartida que es algo nuevo para ella. “me alivia pensar ahora que en realidad éramos las dos que debíamos en todo caso pedir el cambio. Somos gran des” . Le pido que identifi que la escena que más la perturba ahora, dice: “es verme en la cama, antes de dormir sin hacer nada”. La creencia negativa es “Soy culpable”, la creencia positiva es “fue un accidente, no fue mi culpa”, la emoción es de rabia y la per tur ba ción es de 10 puntos con una sensación de molestia en todo el cuerpo. Con la estimulación bilateral durante el reprocesamiento van apareciendo más imágenes de los momentos previos. (cada item corresponde a la respuesta a una serie de estimulaciones bilaterales) • “Estábamos cansadas por eso no estábamos tan alertas. Tal vez eso esta bien”. • “Yo siempre soy muy cuidadosa. Siempre cuido mucho que el auto ande bien cuando viajamos. Cuidar el coche depende de una. • ”En realidad yo no podía saber lo que iba a ocurrir. Claro, me pon go mal porque no tolero los resultados malos.

• ”Estoy más tranquila, me doy cuenta que no puedo con tro lar lo todo. • “Siento pena por lo que nos pasó. (la emoción de la rabia pasó a la pena) En este momento la perturbación es de 5 puntos. 2º SESIÓN Seguimos trabajando con EMDR. • “Poco a poco fui haciendo algo. Aceptando pasarla bien, a pesar de no poder hacer lo de siempre, (trabajar) •”Empiezo a aceptar que la licencia me corresponde. Estuve mejor. Más tranquila. • “Se me fue la rabia. Pude hacer los ejercicios para mis manos, con paciencia. • “Lo mejor de todo fue ver que éramos dos para las decisiones, que no todo debe recaer sobre mí. • “Mi cuerpo esta calmado. Cuando me caigo, me dejo ayudar por mi amiga. “ • “Voy aceptando estar así. quemada” Luego reprocesa lo que quedó del recuerdo del accidente. Le pido que pase la película de los recuerdos perturbadores que aún que dan, observando si algo la perturba. Realizo estimulación tác til en las manos. • “Lo del incendio parece haber quedado atrás. No podíamos prever lo que sucedió. “Fue un accidente, una negligencia de esta gente. Estoy más tranquila.” Le pido que siga avanzando con lo que viene después que se salvan del incendio. • “Grita mi amiga que pidan una ambulancia. Nos vienen a buscar. Nos llevan al hospital de la zona. • Fue bueno, nos cuidaron mucho, y a pesar que sufrimos tengo bue nos recuerdos.” • Nos reíamos mucho con los doctores. • “Lo del sanatorio, en Buenos Aires fue muy difícil. Nos llevaron a distintos lugares. “Yo tenía que hacer fuerza para estar bien y no estaba bien. No podía llorar. Por mis tías y mi madre y los demás, para que no se preocupen. “Ahora tengo ganas de llorar. No sé porque me dan tantas ganas de llorar cundo me acuerdo de esto. Se focaliza en sus ganas de llorar, realizando estimulación tác til. • “Lo peor fue el quirófano”. (Llora) Pasa la película mientras sigue contando: • “Tenía mucho miedo de morirme en la anestesia. Me llevaron un montón de veces. Me hicieron muchos injertos en las manos. Las tenia muy quemadas. • Yo siempre estaba bien, tenía que estar bien, para los mé di cos”. • “Me hacían esperar horas sin comer para venirme a buscar y yo sufría mucho. Pero no decía nada, siempre 33

de buen humor pero yo no estaba bien. Pero tenia que estar bien. • “Eso ya pasó me da rabia estar llorando”. Pasa la película varias veces en silencio con estimulación bi la te ral. Al terminar dice: • “Ahora también el médico me exige y yo no puedo responder, le voy a decir que no puedo. • “Él quiere que cuente mi experiencia en un ateneo, me siento obli ga da pero no, le voy a decir que no. También le voy a decir que si quieren conocer mi experiencia hay cosas importantes que de be rían modificar.” • “No me hablaban, no me explicaban, me hacían esperar mu cho, mucho, sin avisarme. – • “Solo había una medica, Graciela que se ocupaba de nom brar me, hablarme confortarme un poco”. • “Los otros solo me exigían que este bien y no me queje”. Llora al recordar estos momentos. Vuelve a pasar la película varias veces. En cada pasada se va calmando, encontrando nuevas miradas so bre la situación. • “Fue muy duro, lo bueno es que ya estamos bien”. 3º SESIÓN Se siguen reprocesando los temas con EMDR. Dice: “Estoy mejor. Hicimos muchas cosas(con su amiga). Ella me conforta y me saca del malestar”. Connotamos positivamente su es ta do actual de malestar. Estar por momentos bien y en otros muy mal, es algo normal en una situación totalmente anormal como una accidente de ese tipo y con esas secuelas. • “Esta es una de las cosas rescatables de lo que nos pasó. Puedo entender que mi amiga es fuerte y no tengo que estar siempre pro te gién do la. Igual que mis sobrinos. Ahora me cuidan me acompañan. Siempre los protegí mucho como si todavía fueran bebés” • “Algo que me queda en el recuerdo y me hace doler, es que una amiga M. tuvo que ocuparse de limpiarme y asearme toda. Eso me pone muy mal, es como sentirme indigna, me da mucha rabia haber tenido que pasar por eso”. Pasa la película varias veces con llanto como abreacción, pero más suave y calmo. • “Lo hizo con amor. Vino especialmente de Europa para cuidarme. Cuando se fue me agradeció por darle la oportunidad de cuidarme. “Desde allá me llamo diciéndome que se sentía feliz de haber decidido venir a cuidarme”.

• “Me cuesta aceptar que me cuiden. Solo yo era la que tenía que cuidar a todos. Así me sentía bien. Realmente fue bueno para las dos. Con ella podía llorar. • “Recién ahora me doy cuenta que eso era bueno. Yo me sentía mal por tener ganas de llorar, ya que siempre debía estar de buen humor, llevando esto con fuerza y ayudando a que los demás no se preocupen. Sentirme mal era caer. Estaba mal”. En cada pasada de las escenas la paciente puede encontrar nue vas refl exiones. 4º SESIÓN Se sigue trabajando con estimulación bilateral, y pasando la pe lí cu la de las situaciones pasadas. • “Estoy mucho mejor de ánimo. Puedo manejar. Me doy cuenta que todavía no tengo fuerzas para volver a la escuela. Lo tomo bien. • “Algunas cosas si puedo como dar clases de idioma. Eso pude y estoy contenta. Acepto mejor la idea de tiempos de recuperación Me calmé. • “Estoy encontrando que hacer en casa. Era un infi erno no te ner nada que hacer y no tener tampoco ganas de buscar nada por que eso estaba mal. Pasarla bien con la licencia de enfermedad, mi amiga toma las cosas di fe ren te. Siente que la rehabilitación son vacaciones forzadas y que puede pasarlo bien. Ahora la puedo escuchar “. Revisamos todos los temas trabajados. Aparece el tema del quirófano que aún la perturba. Pasamos varias veces la película, siempre con estimulación tác til. Llora. • “Fue mucho sufrimiento. No puedo dejar de llorar por mí. Poco a poco entiendo que cualquiera en mi lugar sufriría re cor dan do tanto mie do y dolor. Tenía miedo de morirme». • “Me ponían una anestesia que me hacia soñar cosas terribles, aterrorizantes“. Pasa por todos estos recuerdos y poco a poco se calma. • “Por suerte todo esto es pasado y lo puedo contar.” CONCLUSIONES Como resultado del tratamiento efectuado la perturbación acerca de los temas del accidente se redujo notablemente, llegando a un nivel adecuado a la situación por la que aún estaba pasando, y con una rehabilitación todavía por delante. La paciente se mudó a una ciudad del interior, donde vive su familia, para terminar de recuperarse. Tuvimos cada tanto conversaciones telefónicas donde me dice que cada día se siente mejor. Que realiza sus ejercicios con puntua li dad, cosa que se negaba a hacer 34

antes de trabajar el trauma sufrido. Actualmente (después de 6 meses de terminado el tra tamien to) volvió a trabajar y se siente bien, tanto física como emocionalmente, y está casi totalmente recuperada de las secuelas de las quemaduras. CASO 2. ROSALÍA:TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO LIC. YOLANDA OHANNA

ANTECEDENTES: Rosalía de 49 años, viuda, posee un

comercio de ropa. Hija úni cade un matrimonio mal avenido. Se casa a los 19 años con un compañero de la escuela secundaria, al cabo de cuatro años se se pa ra. Su único hijo, Juan, es producto de dicho matrimonio. A los 8 años de Juan, Rosalía vuelve a hacer pareja con José Luis, con vi ven los tres juntos hasta que Juan se va a vivir en pareja. Rosalía es obesa con problemas de alimentación desde tempra na edad. A pesar de su exceso de peso, es una mujer atractiva y sensible. El ámbito espiritual es para ella un refugio y sustento de signifi cados. Tuvo dos matrimonios. Divorciada del primero, con un hijo, viu da del segundo, sin hijos. En el presente vive sola, su hijo Juan de 25 años está casado. MOTIVO DE CONSULTA: La paciente consulta por primera vez en el año 98 por estados depresivos, exceso de peso y claustrofobia.Permaneció en tra ta mien to durante 3 años. En el año 2003 regresa con una situación trágica y traumática; hace un mes en un intento de robo asesinan a su esposo de un tiro y huyen. El hecho sucede en el negocio de ambos. DIAGNÓSTICO: trastorno por estrés agudo. Síntomas: taquicardia, sudores fríos, miedo intenso, deseos de salir corriendo frente a situaciones vividas como encierro y pre sen ta ba además ataques de pánico. Para el tratamiento se usó la técnica de EMDR. Cabe destacar que el asesinato de José Luis, su segundo esposo, actuó como disparador y la condujo a reelaborar duelos anteriores que permanecían congelados. Las sensaciones de vacío y angustia por las pérdidas guardaban similitud entre sí. Reprocesamiento de la muerte de José Luis: Se reprocesó con EMDR. Escena: José Luis tirado en el piso del negocio, moribundo, con sangre en el pecho. Partimos de una perturbación muy alta, se reprocesa durante varias sesiones. Reprocesó el “velatorio”, el”cementerio”, y “re gre san do a su casa sola”. La perturbación descendió a un nivel de 2, resultado

ecológico para ella ya que José Luis fue su compañero por 20 años. Luego surge el recuerdo de la muerte de su madre que se pro du jo cuando ella tenía 43 años. Esta era una mujer autoritaria y dis tan te, no obstante en los últimos momentos de su enfermedad (car día ca) pudieron establecer un acercamiento favorable para am bas. A continuación evoca la muerte del padre, acaecida a los 12 años de la paciente, lo recordó con afecto. En dicho reprocesamiento no surgieron cargas signifi cativas. Esto se conecta con la muerte de su hija recién nacida, María Be lén, acaecida a los 27 años de Rosalía. Esta situación había sido traída durante el primer tratamiento como algo ya elaborado y su pe ra do. Oportunamente manifestó haber estado apoyada por el sa cer do te de la familia, pero, para mi sorpresa, su duelo per ma ne cía congelado e intacto. Reprocesamiento de la muerte de María Belén: Durante su primer matrimonio Rosalía queda embarazada y a los seis meses de gestación se entera que su marido tenía otra pa re ja y su intención era abandonarla e irse a vivir con la otra mujer. El embarazo llega a término en medio de esta conflictiva situación y su beba muere al día siguiente de nacer. Ella queda viviendo sola con su hijo Juan de tres años. Se aplicó el método EMDR con el foco en la siguiente imagen: “abandonada por mi esposo y saliendo del sanatorio sin la beba”. Se decía: “soy incapaz, no valgo” con una alta per tur ba ción y una sensación física en todo el cuerpo, es pe cial men te en el plexo solar. Con el reprocesamiento la per tur ba ción fue des cen dien do notablemente hasta llegar a una resolución razonable para ella. CONCLUSIONES Al cabo de tres meses de tratamiento y por la tarea de reprocesamiento y desensibilización de las diferentes situaciones de duelo, mejoró la depresión, las fobias, y los ataques de pánico des apa re cie ron. Ya que se trataba de un trastorno de estrés agudo, y aún no se había hecho el fenómeno de generalización, que acontece después de tres meses de un trauma, se debieron de trabajar todas las es ce nas del asesinato una por una. Debido a las pérdidas por muerte de seres queridos, es pe cial men te la beba, que había sufrido Rosalía, estas estaban ligadas en tre sí y emergieron en el trabajo de reprocesamiento. Después del tratamiento, Rosalía pudo adelgazar 10 kg. Se ob ser vó un mejoramiento general de su estado anímico, que le per mi tió una mejor conexión con la realidad. 35

CASOS CLÍNICOS CASO 1 - LAURA: TEPT POR ABUSO SEXUAL INFANTIL. LIC. GERARDO M. MIELNIK

MOTIVO DE CONSULTA Laura, de 30 años, consulta luego de haber estado internada en una institución psiquiátrica por un intento de suicidio. Aduce que los motivos de intento fueron los constantes altercados y peleas que tenía con sus padres y hermanos.

ANTECEDENTES DEL CASO Es de carácter inestable, muy sensible a las actitudes y opiniones de los demás. Es agresiva y querellante. Le resulta difícil en con trar pareja y cuando las consigue, éstas duran poco tiempo debido a sus celos y malhumor. Se dice posesiva y ex tre ma damen te desconfi ada. Culpa a sus padres por sus problemas personales y aduce nunca haberse sentido comprendida por ellos. Éstos la de ja ban mucho tiempo sola con sus hermanos menores ya que se de di ca ban a sus profesiones, por lo que Laura quedó al cuidado de sucesivas mucamás de quienes dice que la maltrataban. No par ti ci pa de las reuniones familiares y tiene pocas amigas. Trabaja como vendedora de ropa femenina y la encargada del negocio ya le llamó la atención varias veces sobre el trato descortés que les dispensa a los clientes. Los fi nes de semana sale a bailar y se alcoholiza. Fuma marihuana. TRATAMIENTO En la primera etapa de su tratamiento, Laura manifestaba su necesidad de ser escuchada. Sus relatos en términos generales es ta ban dirigidos a criticar y criticarse, mostrándose susceptible y atenta a toda situación donde ella suponía que era objeto y aten ción de los demás. Constantemente se desvalorizaba y se echaba culpas por su mala relación con los hombres. Laura se había analizado ocho años con psicoterapeutas de orientación psicodinámica. Estos análisis habían dado buenos re sul ta dos pero Laura no llegaba a resolver totalmente su casi per ma nen te estado de tensión, angustia y malestar que no le permitía vivir con tranquilidad ni relacionarse adecuadamente con las per so nas. Tal información acerca de su padecer fue tomado como blanco u objetivo de una terapia Se decidió implementar el método EMDR. Fueron 5 sesiones sumamente provechosas por el develamiento, desensibilización y reprocesamiento de una información vital que Laura daba por olvidada. Tomo como ejemplo la primera sesión:

Buscamos una imagen que represente a su “malestar consigo misma”. Laura dice: “La pelea que tuve ayer con una amiga y que reconozco que fue por culpa mía”. Dice de ella: “Soy mala”. “Hago todo mal” “Nadie me va a querer” Cree que: “Puedo hacer las cosas mejor”. “Me pueden querer”. La emoción que esto le despierta es de angustia, ansiedad, con un puntaje de 10 (en una escala de 0 a 10.) Tiene sensaciones físicas en el cuello, pecho, mano derecha. En el procesamiento con EMDR aparecen los siguientes temas: (cada respuesta es resultado de una serie de estimulación bilateral) • “La pelea con mi amiga”. • “Me veo en mi casa cuando era chica”. • “En mi habitación jugando con mis muñecas” • “Peleándome con mi mamá”. • “Más peleas”. • “Un día que me fui de casa y volví asustada” • “El cuarto de servicio”. • “Me siento asqueada. Tengo un poco de nauseas. Que asco !!!” (me pide que sigamos con la estimulación bilateral) • “Lo tenía olvidado !! Que horrible !! Una mucama me llevaba a su cuarto donde estaba su novio y me obligaban a tocarlos !!” (Laura recordó que teniendo 7 años fue abusada por una mucama quien le hacía acostarse con ella y su novio para masturbarlos.) • Yo escapándome de allí.” • “Me siento mejor. Estoy con mi familia protegida” (la perturbación comienza a bajar) • ”La mucama que se fue por ladrona. Mi papá y mi mamá gri tán do le.” • ”Los quiero” (la perturbación baja notoriamente) Llegamos hasta aquí y nos quedamos conversando sobre lo vi vi do por ella. Decidimos dejar aquí hasta la próxima sesión, y al chequear sus sensaciones corporales, me comentó que sentía tensionada y dolorida la mano derecha. Usé la técnica EFT para esa sensación, la cual cedió casi completa men te. Le enseñé ejercicios de respiración y relajación y le encargué que me llamara si lo necesitaba. Seguimos trabajando sobre esa escena hasta bajar la perturbación totalmente. El cambio en Laura, luego del recuerdo y la desensibilización de esta experiencia traumática fue 36

altamente signifi cativo y sorprenden te la rapidez en la evolución terapéutica. CONCLUSIONES El diagnóstico de TEPT, por abuso sexual infantil se hizo a posteriori, pues la paciente tenía una amnesia sobre el hecho, que había ocurrido muchos años atrás. A través de la expresión de las diversas emociones y pen sa mien tos asociados a sus conflictos (en un ambiente empático y seguro), Laura adquirió una mayor sensación de seguridad y autoestima, desarrolló maneras efectivas de pensar y de afrontar la ex pe rien cias traumáticas y las intensas emociones asociadas que emergieron du ran te el proceso terapéutico. El objetivo fue incrementar su ca pa ci dad natural de en fren tar sus conflictos intrapersonales y re sol ver los hacia el desarrollo de una autoestima reforzada, mayor autocontrol y una nueva visión de su integridad personal y con fi an za en sí mis ma. Hoy en día es una persona mucho más tranquila, agradable y con muchas expectativas positivas de seguir creciendo.

CASO 2 – SABRINA: TEPT LIC. GERARDO MIELNIK

ANTECEDENTES

Sabrina tiene 19 años, es estudiante universitaria. Vive con su fa mi lia, constituida por sus padres y tres hermanos mayores con los cuales se lleva bastante bien. No tiene pareja. Trabaja como re cep cio nis ta en una empresa. MOTIVO DE CONSULTA

Luego de cuatro semanas de haber sido espectadora de un incendio acaecido a unos vecinos (quienes murieron en el in ci den te), la paciente comenzó a sentir miedo y angustia. Le resulta im po si ble estar sola en su habitación ya que se ve invadida por las imágenes y ruidos que percibió en el siniestro. Estos le vienen una y otra vez a la cabeza, tiene pesadillas. Llora cuando se le apa re cen imágenes del siniestro. Tiene miedo a volverse loca. No ha tenido tratamientos psicológicos previos y goza de buena salud. No ha sufrido situaciones traumáticas signifi cativas previas en su vida. DIAGNÓSTICO Trastorno por Estrés Postraumático. (F43.1 SE GÚN DSM IV)

TRATAMIENTO El tratamiento se llevó a cabo en cuatro sesiones de sesenta minutos de duración y se usó el método EMDR. Buscó una imagen en especial que sirvió como blanco para el reprocesamiento del trauma, que se le presentaban (fl ashbacks) una y otra vez “Escucho gritar a los vecinos y de repente…dejó de existir todo…” La perturbación era máxima, asociada con sentimientos de mie do e impotencia, localizados en el pecho. Se comienza con la estimulación bilateral (cada item indica una serie de estimulación bilateral): • “Me veo encerrada en mi habitación”. • ” Sentía esa noche un olor particular”. • “Como si hubiese olido ese olor”. • ”Lo huelo. Como si eso me ahogara”. • “Yo me quedé sola en la cocina y sentía ese olor que llenaba toda la casa. Cerré todas las ventanas”. • ” Veo a mi casa con colores tristes y sigo sintiendo ese olor”. • ” Nada” (la perturbación empieza a bajar) • “Me fui de ahí”. • “estoy muy cansada”. • “nada”. • “estoy yendo a la casa de mi hermana”. • “me encuentro con la familia” La perturbación había descendido considerablemente. En la sesión siguiente comenta:” dormí como si no hubiese dor mi do por mucho tiempo. Me siento mejor. Lo que sí me despierta es es cu char entre sueños un ruido muy fuerte. Es como la de una puerta de chapa que se cierra pegando fuerte”. “Ahora recuerdo que es el ruido que escuchaba durante el incendio!!” Lo tomamos como objetivo del siguiente reprocesamiento. Lo asocia a sensaciones en el pecho, miedo y vulnerabilidad. Aparece el siguiente material: • ”Adrenalina, como si fuese a 150 Km por hora. Pal pi ta cio nes…” • “Escucho los ruidos y se me corta la respiración”. • ” Se acabó todo”. Empieza a bajar la perturbación. • “revivo todo en cámara rápida. Desde que escuché el ruido hasta que salí de mi casa”. • “me siento en estado de meditación”. • “Tengo la sensación de que “se terminó la fi esta”. • ”Listo, ya está, no me molesta” La perturbación desciende casi completamente, pero aún le cues ta respirar tranquila. Trabajamos sobre ese blanco, hasta que dice:” Me siento un poco mejor”“ya pasó, ahora estoy respirando bien, tran qui la”. 37

CONCLUSIONES En las dos sesiones posteriores trabajamos el incremento de sus recursos personales y su capacidad de recuperación. El seguimiento de la paciente, a los dos meses de terminado el tratamiento dio por resultado la desaparición completa de sus síntomas.

CASO 3 - IGNACIO: TEPT DRA. RAQUEL C. FERRAZZANO DE SOLVEY

MOTIVO DE CONSULTA Ignacio, de 48 años consulta, por una serie de síntomas que co men za ron unas semanas después de un robo sufrido en su casa, hace tres meses estando él ausente de la misma. Soltero, vive solo en una localidad de la provincia de Buenos Aires y está en pareja estable desde hace bastante tiempo. Tenía en su casa un taller de carpintería con máquinas valiosas, las que le fueron robadas, junto con algunas pertenencias personales. Los ladrones son gente del barrio, que el ha podido identifi car, pero frente a lo cual no puede hacer nada porque no tiene pruebas y además teme la venganza. A raíz de esto puso su casa en venta para poder mudarse a otro lugar más seguro. Poco después del robo comenzó a sentir hormigueo y parestesias muy fuertes en manos y pies, fl ashbacks, ideas re pe ti das de ven gar se de los ladrones, insomnio y ansiedad. Se acusa por las consecuencias del robo, por no tener asegura das sus herramientas, y se siente muy deprimido y enojado con la vida. Estaba tomando medicación ansiolítica, dada la intensidad de sus síntomas. ANTECEDENTES En los últimos 3 años tuvo tres accidentes automovilísticos gra ves, aparentemente sin responsabilidad de él en los mismos. Que dó con miedo a manejar “si lo puedo evitar, lo evito” y un sen ti mien to de pérdida de control de su vida “ya no controlo nada”. En el año 1981, cuando contaba con 23 años, estuvo se cues tra do y desaparecido, durante la dictadura militar, por un mes y fue torturado. Estuvo después de esto con un cuadro de estrés agudo, se dedi có a beber y hacía escándalos en la vía pública. Hizo intentos de suicidio tomando veneno para ratas. En su infancia y adolescencia fue muy castigado por sus padres (ambos eran alcohólicos) y por su hermano mayor.

A pesar de estas experiencias tan traumáticas dice que no guar da rencor ni a sus padres, ni a su hermano, ni a los que lo se cues tra ron y torturaron. Pudo superar estas situaciones y pareciera que no han quedado rastros importantes de ellas. DIAGNÓSTICO: TEPT Se le tomó un DES (Disociative Experience Scale) que arrojó un resultado normal, con el objetivo de descartar un probable tras tor no disociativo dado el cúmulo de experiencias traumáticas de su vida. Una Escala de Beck para depresión, que marcó una de pre sión moderada (20 puntos) coincidente con el estrés que estaba sufriendo y una Escala de Impacto de Eventos que arrojó un puntaje de 35 puntos, clínicamente signifi cativo, que nos orientó hacia un diagnóstico de estrés post traumático. En su tratamiento, que duró 3 sesiones, usamos EMDR, EFT y Técnica de los Anteojos. Las sesiones fueron de una hora y media de duración y la frecuencia fue quincenal, dada la distancia del consultorio de la que vivía. En la primera sesión se usó la Técnica de los Anteojos y EMDR, con el recuerdo del momento que entró a su casa y vio el desastre que le habían dejado. La perturbación inicial es de 10 puntos y la sensación física es fuertes parestesias en las manos. Después de bajar la escena a una perturbación de 3 quedan aún sensaciones de adormecimiento en las manos. Hacemos ETF hasta reducirlas signifi cativamente. En la segunda sesión, dice sentirse un 50% mejor, pero aún le persisten las sensaciones en las manos y le volvió el recuerdo del olor a pintura reciente que había en su casa cuando entró y cons ta tó el robo. Los sentimientos son de desazón y soledad. Trabajamos estas dos escenas con EFT y EMDR. El malestar fí si co desciende signifi cativamente, pero sin llegar a cero. En la tercera sesión, relata que las sensaciones en las manos están prácticamente desaparecidas, así como el recuerdo del olor a pintura y la escena del robo. Sin embargo, ahora está con muchos pensamientos de venganza, y deseos de matarlos, que lo per tur ban mucho y se dice: “soy un cobarde por no hacerlo”. La emoción es de frustración. Trabajamos con EMDR, Un ojo por vez y EFT, logrando bajar todas las perturbaciones a 1. CONCLUSIONES En el reprocesamiento de estas situaciones traumáticas, apa re cie ron recuerdos de su infancia y del secuestro, 38

con bajo nivel de per tur ba ción, que fueron exitosamente reprocesados. Po si ble men te, este epi so dio del robo, si no hubiese mediado en su vida estas si tua cio nes traumáticas, hubiera sido superado por él sin ne ce si dad de terapia alguna, dado que es una persona con fuertes re cur sos yoicos. A los 15 días de la última sesión, se comunicó conmigo di cien do que estaba bien, que habían desaparecido las ideas de ven gan za y las sen sa cio nes físicas. Había cerrado su casa, se había mudado a la casa de la novia y había alquilado un taller y tomado un seguro sobre su material de trabajo. En un seguimiento efectuado varios meses después se man te nían todos estos logros terapéuticos.

CASO 4- SILVIA: UN SUEÑO REPETITIVO COMO SÍNTOMA INDICADOR DE TEPT DRA. RAQUEL C. FERRAZZANO DE SOLVEY

A comienzos del año 2004, Silvia de 65 años, viuda desde hace cerca de 20 años, consulta por un raro síntoma. Durante 20 años escuchaba o soñaba (¿?), ya una vez dormida, el timbre del por te ro eléctrico con una claridad tal, que se levantaba para ver quien era que estaba lla man do. Esto sucedía entre las 2-3 de la ma dru ga da. Comenzó sucediéndole unas 6 veces al año y en los últimos años la frecuencia comenzó a incrementarse a dos o más veces por mes. A pesar de darse cuenta que era el sueño de siempre, Silvia no podía dejar de levantarse con ansiedad. No relacionaba esto con nada que pudiera ha ber le sucedido. Presentaba otros sín to mas, de particular re le van cia, que habían sido tratados pre via men te. Te nía dolores de es pal da crónicos, confusiones, falta de con cen tra ción, falta de memoria, entre otros. Decido comenzar a trabajar este tema con EMDR, focalizando en el sueño con el sonido del timbre. Durante el reprocesamiento aparecieron recuerdos de la muerte del esposo, asociado a sueños que solía tener, en los cuales él venía y le decía que ya había regresado de un viaje. Recuerda que al mes de fallecer su marido, fallece su padre. Ese día el hermano de Silvia la llama por teléfono a la madrugada, des per tán do la bruscamente. Le dice que la va a pasar a buscar porque el padre estaba muy mal (ella aún no sabía que ya había fallecido). A Silvia se le superpusieron los dos duelos... uno a continuación del otro... Seguimos trabajando con los diferentes recuerdos y emociones que aún quedaban acerca de estas dolorosas

pérdidas, y al fi nal de la sesión la perturbación de Silvia sobre el tema había des apa re ci do. En los 6 meses siguientes, el sueño no se volvió a presentar. En marzo de 2005 Silvia vuelve a consultar. Me dice que apa re ció el sueño del timbre otra vez hace unos 6 a 7 meses. Empezó a es cu char lo muy aisladamente y se fue lentamente incrementando hasta soñarlo todas las semanas, hasta 2 veces por semana o hasta 2 veces por noche, exactamente igual que antes. Una vez dormida lo es cu cha, a la madrugada, y se tiene que levantar. Me cuenta, además, que su madre tuvo un ataque cerebral en septiembre de 2004, hace exactamente 6 meses y está desde entonces en coma grado 4. Dice que viene escuchando el timbre desde dos meses antes aproxima da men te del ataque de su madre. Esta vez decido trabajar con la Técnica de los Anteojos focalizando en el sonido del timbre. Reprocesamiento (HD es la evaluación del hemisferio derecho y HI la del izquierdo) Hd: “el despertador, una obsesión, no lo puedo dejar atrás...ni para leer... ” Hi: “lo relaciono con mamá, que me llaman diciéndome que se mue re. Estoy a la expectativa.” Hd: “que sola estoy a la noche!» Tengo que hacer algo para que mi vida cambie en ese sentido... cuando murió mi esposo sonaba el timbre y yo soñaba que él volvía de un viaje... quizá esté esperando a alguien... que me cuide... que me acompañe... y no una mala noticia... ” Hi: “mi hijo menor se fue en diciembre a vivir al exterior, cuantas pérdidas!... Mi hijo, mi mamá... tengo que integrar estas pérdidas afectivas en mi vida!... En agosto la esposa de M. (el hijo) tuvo familia, y ya hacia unos meses que yo sabía que 1-2 meses después del parto se iban defi nitivamente... ”. (Posible desencadenante de la vuelta del sueño del timbre, fue la ida del hijo del país, que se fue antes que la esposa, que estaba embarazada y quería tener a su hijo en la Ar gen ti na). Hd: “estaba pendiente del hecho que no estaba M. y yo tenía que cuidar a su esposa embarazada... y de la futura partida de M... ayer fue su cumpleaños y me cuesta mucho el hecho de no saber cuando lo voy a volver a ver... cuando podré ir... ellos dicen que está todo bien... pero...no sé... como estarán... de plata... No sé nada de nada... ” Hi: “hay veces que me pasan cosas, pero tengo demásiada capacidad de aguante, no largo el llanto! Se fue M., mamá está muy mal, muriéndose... mi hermano internado enfermo... mi otro hermano con problemas con su familia... mi otro hijo (el mayor) con problemas de trabajo... pongo freno para no dejarme embargar por 39

sentimientos... me acuerdo de una película que decía “el veía que llegaba su propia muerte, pero siempre como un espectador”... estaré yo como espectadora? Lloré y mucho por mamá, por el cumpleaños de M... y bueno... luego me dis trai go con el trabajo... ” Hd: “recién ahora me doy cuenta de la partida de M., él era mi bas tón... ! Fue una gran pérdida afectiva... se me superpusieron otra vez dos duelos, como con mi marido y mi papá!” Hi: “estoy mejor de este lado, puedo con estas situaciones, de hecho pude con todo esto aunque M. no esté a mi lado, sé que igual cuento con él!”. En este momento del reprocesamiento, le hago el procedimiento de la búsqueda del shock (descreimiento de lo que ha pasado) con la pregunta: “¿podes creer que tu mamá está en coma? Que tu hijo está tan lejos? Que te pasan tantas cosas?”, con cada uno de los he mis fe ríos cerebrales. No lo podía creer con ninguno de ellos. Hace EFT con la frase “no puedo creer que haya tenido tantas pérdidas” hasta que remueve la incredulidad.. Ya no había más shock. Como aún quedaba algún grado de perturbación en ambos he mis fe rios, decido seguir con EFT, para terminar de reducirla, con la frase:” a pesar que aún me queda algo de pena por las pérdidas afectivas sufridas, me acepto total y completamente”. Después de dos vueltas con EFT, la perturbación baja a cero en ambos hemisferios. Damos por terminado el trabajo instalando la creencia positiva elegida: “soy fuerte y puedo soportarlo”. A partir de ese día y hasta la fecha (junio 2006) no se le ha vuelto a repetir el sueño del timbre. CONCLUSIONES No muchas veces en la vida de una persona se superponen dos duelos de tal magnitud.Creo que en el primer trabajo (2005), faltó la búsqueda y la resolución de la incredulidad o shock hacia la situación padecida y aún “no lo podía creer”. No podía creer que tales pérdidas (padre y esposo) hubieran sucedido. Por esto seguía soñando cada tanto que su marido volvía de un viaje largo. Este descreimiento, dejó el duelo sin resolver completamente, y permitió que ante una circunstancia semejante, otra vez dos pér di das casi juntas (el coma de la madre y la emigración del hijo), se reeditara el síntoma del sueño del timbre, que combinaba la mala noticia y la esperanza del retorno del / los desaparecidos. En la segunda consulta, al removerse el shock, se pudieron reprocesar completamente los duelos,

aceptarlos y terminar tanto con los antiguos como abordar y reprocesar los actuales.

CASO 5. CAROLA: INSOMNIO COMO SÍNTOMA AISLADO DE TEPT DRA. RAQUEL C FERRAZZANO DE SOLVEY

MOTIVO DE CONSULTA: Carola de 47 años, casada con dos hijos pequeños, consulta en marzo de 2004 por un insomnio pertinaz y de larga duración, no pudiendo precisar con exactitud desde cuando lo padece. Se des pier ta a las 2 o 3 de la madrugada, no todas las noches, pero bas tan te seguido, y tarda unas dos horas en volver a dormirse. Em peo ró después del nacimiento de sus hijos. No sabe a qué referirlo, ni le encuentra explicación alguna. Carola trabaja, está felizmente casada y no tiene apa ren te men te más confl ictos importantes en su vida. Viene a pedir tra ta mien to EMDR por haber leído en un libro acerca de su efi cacia en mu chas situaciones. ANTECEDENTES Refi ere haber tenido una serie de situaciones traumáticas en su vida, pero dice que aparentemente no le han dejado secuelas, y se pregunta si su insomnio no tendrá alguna relación con ellas. Me cuenta que, cuando ella tenía 1 año y medio de edad (1958) su padre fallece en un accidente de auto. Obviamente de esto no recuerda nada, lo sabe por relatos de su madre, pero este fa lle ci mien to trajo una serie de cambios negativos para la familia, mu dan zas, problemas económicos, etc. Le queda, al pensar en el pa dre, un sentimiento de desamparo bastante intenso a pesar de solo recordarlo por fotos. A los 20 años (1987) estando conviviendo en pareja, éste fallece súbitamente en un confuso episodio. Una noche, a las 2 de la ma ña na se despierta por el insistente timbre del portero eléctrico. Era el encargado del edifi cio y otro hombre, que le dicen que su novio había sido encontrado en la calle muerto. Se había caído de la ven ta na del 4to piso, donde vivían. El tenía problemas de insomnio y solía tomar hipnóticos regularmente. Lo último que ella recuerda antes de dormirse, cerca de medianoche, es que él le dijo que había tomado una pastilla para dormir y se estaba acostando, luego como en sueños lo oye levantarse y que él le dice que va a tomar agua. El siguiente recuerdo es el timbre despertándola con la triste noticia. Parecería que semi atontado por el hipnótico, pudo haberse caído por la ventana. Dos años después (1989) ella tiene un accidente de auto, un vuel co bastante importante del cual sale con 40

lesiones leves, pero el auto queda completamente destruido. Poco después del accidente en 1990, se casa. Me dice que en el colegio la impresionaba mucho el esqueleto de la clase de biología y no lo podía mirar. Actualmente tiene apre hen sión a todo lo que sea sanatorios, hospitales. Le impresiona ver escenas de operaciones o sangre o que le cuenten detalles de las mismas. Cuando le sacan sangre si no está acostada se desmaya. A los 8 años fue operada de amígdalas, a los 35 años de apendicitis y tuvo dos cesáreas. Todas las operaciones fueron con anestesia general. DIAGNÓSTICO: insomnio por trauma (tept) y fobia a la san gre. TRATAMIENTO Decido abordar, en la primera sesión del tratamiento de Carola, la muerte de su pareja, dado que la coincidencia entre la hora de su insomnio y la hora en que se enteró de esto es muy signifi cativa. Se implementan las técnicas de Un Ojo x Vez y EMDR. Se logra la desensibilización completa del recuerdo en una sesión. En la segunda sesión, pudimos trabajar el recuerdo del relato (que le hizo su madre) del accidente de su padre (que fue de noche también) y su propio accidente de auto. Quedaron totalmente desensibilizados. En la tercera sesión, 15 días después, Carola refi ere no haberse despertado más a la madrugada, habiendo podido dormir toda la noche sin interrupciones. Lamentablemente, decide dejar el tra ta mien to en este punto, dado que había logrado el objetivo de su con sul ta que era resolver el problema del sueño, sin darme opor tu ni dad de trabajar con su fobia a la sangre. En un seguimiento efec tua do varios meses después, la mejoría de Carola se sostenía. A continuación daremos dos ejemplos de intervención a víctimas del incendio ocurrido en el local República de Cromagnón (Buenos Aires). Esta “tragedia” ocurrido el 30 de diciembre de 2004, dejó una gran cantidad de víctimas, en su mayoría adolescentes. Por las características propias de tal suceso, este evento tuvo las par ti cu la ri da des propias de un desastre.

CASO CLÍNICO - CARLOS: TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO. El paciente, de 23 años, consulta debido a enojo e irri ta bi li dad constantes. Se pelea con amigos y familiares y vive en un estado de tensión e inestabilidad emocional. En la primera sesión comenta que ha estado en la noche de la tragedia del local República de Cromagnon. Tales circunstancias lo han marcado en forma indeleble, guar

dan do recuerdos que le resultan tristes y angustiantes por la experiencia allí vivida. Al indagar sobre el comienzo de su estado de inquietud e irri ta bi li dad, refi ere que quizá se deba a que está cur san do una etapa de exámenes en la facultad, aunque re cor da mos también, que ha cía muy poco tiempo se había cumplido el primer aniversario de la tragedia. Me comenta los hechos allí vividos y su suerte de haber sido, junto con sus amigos, unos de los primeros en salir del local. Co men ta que cuando vieron las primeras se ña les de peligro, aban do na ron prestamente el local, ig no ran do las consecuencias de lo que se iba a desarrollar. No obstante cuando observan el gran des plie gue de policía y ambulancias regresan para saber de lo sucedido. Allí lo gra ayudar dentro de sus posibilidades, a los que estaban heridos y con claros síntomas de estrés agudo. Recuerda con mucha angustia, cuando vio a las víctimas muer tas en la calle y el estado caótico que se vivió. En la segunda sesión, se le ofreció trabajar con la técnica lla ma da “Dibujo integrativo”. Ésta técnica consiste en dividir una hoja en cuatro es pa cios. En el primero se le pide al paciente que dibuje una imagen re pre sen ta ti va del trauma vivido. Luego, uti li zan do EMDR (estimulación bilateral), se le pide que di bu je en el segundo espacio lo que surja en su mente, to mán do le, en cada caso, el nivel de perturbación, de 0 a 10, siendo cero ausencia total de la misma y diez la máxima perturbación. Luego, de la misma manera, se pasa al ter cer y cuar to espacio. También se le puede pedir al fi nal de la toma de estos dibujos que en el reverso de la hoja, dibuje cómo se ve en un fu tu ro. En este caso, Carlos dibuja en el primer espacio (A) la situación para él más traumática del evento trágico. COMENTARIO “Llegamos al lugar del incendio y vi el des plie gue de gente, policías, médicos y bomberos. Hay gente muerta en la calle, rui dos, olor a que ma do. Todo es confusión. Ayu da mos a unas chicas”. Per tur ba ción: 8-9. Mirando el dibujo se le hace hacer un ejercicio de auto estimulación bilateral llamado “El abrazo de la ma ri po sa”, que consisteen cruzar los brazos sobre el pecho y palmotear sua ve men te en los hombros En el segundo dibujo del segundo espacio (B) comenta: “Caras tristes. Miedo”: 5

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Luego de hacer el ejercicio de estimulación bilateral mi ran dosolo el segundo dibujo comenta del tercer dibujo (C): “Mis amigos están bien”. Parece estar contento: 1 En el cuarto dibujo del espacio (D) comenta, siempre haciendo estimulación bilateral “Ya estamos todos bien Ya estoy mucho más tranquilo”. Per tur ba ción: 0 En una tercera sesión, Carlos refi ere que sus síntomas han des apa re ci do. Se siente más contento, nada irritable y más confiado en sí mismo y en los demás. GENERALIDADES El Trastorno de Pánico junto con la Agorafobia, ocupa el pri mer lugar, no sólo por su prevalencia, sino también por lo apa ra to so e inhabilitante del cuadro, dentro de los trastornos de ansiedad. En qué consiste este curioso cuadro clínico, tan difundido úl ti ma men te?, y ¿de qué manera las Terapias de Avanzada pueden contribuir a su rápido y exitoso tratamiento? Antes de entrar directamente en el cuadro de pánico, co men za re mos dando un sentido claro a ciertos vocablos y defi niciones para evitar confusiones. El miedo se refi ere a un pensamiento y por lo tanto entra dentro de las cogniciones. La persona con miedo tiene relativamente cla ro a qué le teme. No importa cuán difuso sea sabe aproxi ma da men te a qué le tiene miedo: si a enfermar, a morir, al futuro, etc. En realidad, todo temor se refi ere siempre a una expectativa futura, a algo que podría pasar aún en lo inmediato. La ansiedad es una emoción, y las emociones van acompañadas de sensaciones corporales. El vocablo ansiedad tiene un origen co mún con la palabra ansias, que quiere decir ganas, impaciencia, y anticipación. En contraste con el pánico, la ansiedad no es de co mien zo brusco, ni el sujeto hace de ella una lectura catastrófi ca de peligro inminente como sucede con el pánico. La angustia se refi ere a una fuerte sensación corporal, gene ral men te en el pecho, garganta o plexo solar, como si algo constriñera y quitara el aire. La palabra angustia proviene de angst (angosto), como si algo se “angostara o apretara”. La ansiedad y la angustia no son racionales ni irracionales y no son simplemente ideas o pensamientos; son emociones que están acompañadas, como todas ellas, de sensaciones corporales y por esta causa son siempre apropiadas. Lo racional o irracional es el miedo. La fobia signifi ca un miedo inapropiado a algo externo ó exteroceptivo. Deriva del vocablo griego “Phobos” que signifi ca “huida”, o “terror”. Phobos era el nombre

de una diosa del Olim po que provocaba terror entre sus enemigos, haciéndoles huir. Con pánico nos remitiremos a un miedo inapropiado a algo in ter no, a un peligro inminente proveniente del interior del cuerpo ó interoceptivo. Tiene su origen etimológico en el dios menor Pan (de paein = pastar) de la mitología griega. A Pan se lo representaba como un niño solitario, muy feo, con piernas de cabra, orejas pun tia gu das y cabello ensortijado; vivía en una caverna y tocaba el ditirambo u ocarina, instrumento musical parecido a la fl auta, mien tras paseaba solo por los bosques. Dios de pastores y rebaños, es pan ta ba a todos los que se le acercaban profi riendo un grito ate rra dor. Una de las diferencias de la fobia con el pánico, es que en las fobias no existe interpretación catastrófi ca de la realidad ni tam po co distrés respiratorio, los que pertenecen exclusivamente al tras tor no de pánico. Diagnósticos diferenciales: Deben ser descartados tras tor nos físicos tales como: hipocondriasis, hipoglucemia, feocromocitoma, hipo e hipertiroidismo, prolapso de la válvula mitral (15 al 38%), infarto de miocardio, hipertensión, ataque cerebral, embolia pulmonar, y algunas otras enfermedades más difíciles de en con trar. La esperanza de vida de un sujeto con pánico con agorafobia, no tratado y debido al estrés con el que vive, es de cinco años me nor que en un sujeto de sus características sano. Tienen una tasa de morbilidad más alta que la población general, presentan una mayor discapacidad laboral, disfunción social, salud defi ciente, más atenciones de urgencias, abuso de sustancias, e intentos suicidas con un riesgo cercano al 20%. Ataque de pánico y marihuana: Los autores hemos tenido oca sión de encontrar a lo largo de los años más de diez casos de per so nas que tuvieron su primer ataque de pánico durante o después del consumo de marihuana, en un caso habiendo co mi do brownies de marihuana, en los otros habiéndola fumado (pocas pitadas). En cuatro de estos casos el ataque tomó una ca rac te rís ti ca muy poco usual, la idea central no era “me voy a morir” sino “estoy muerto, pero nadie lo sabe”. La característica común a los diez casos era la extrema vi ru len cia de ese primer ataque, que dejó instaurado un trastorno de pá ni co completo. Aquellos que “estaban muertos”, “es tu vie ron muer tos” durante horas. Nos recuerda al Síndrome de Cotard, un tras tor no neurológico en el cual el paciente afi rma que está muerto. En este síndrome hay una interrupción en la unión de todas las áreas sen so ria les con el sistema límbico (por ejemplo el re co no ci mien to facial), esto 42

produce una completa ausencia de contacto emocional con el mundo. Podríamos pro ba ble men te postular que habría una acción química de la ma ri hua na, que produciría una desconexión parcial y transitoria con el sistema límbico. Es de interés notar que a pesar de haber tratado cientos de casos de trastornos de pánico, no hubo otros casos con esta pe cu liar idea, no provenientes del consumo de esta droga. Los casos de pánico pro du ci dos por la marihuana, tienen además en común la per sis ten cia del cuadro, bastante rebelde al tratamiento. Queda como resultado po si ti vo, el total rechazo al uso de sustancias a partir de ese mo men to.

FISIOPATOLOGÍA DEL TRASTORNO DE PÁNICO: INVESTIGACIONES BIOLÓGICAS Herencia: Se ha comprobado que hay un fuerte componente genético familiar que predispone a este cuadro. En la población ge ne ral su prevalencia es del 3, 5 4%, mientras que en parientes de primer grado de panicosos la probabilidad de sufrirlo trepa al 31%. En estudios de gemelos idénticos se encontró que cuando existía pánico, con o sin agorafobia, en uno de ellos, en el 31% de los casos también lo padecía el otro, comparado con un 0% en los gemelos fraternos. a-Hipótesis del lactato: Se basó en la observación clínica de que los sujetos con trastorno de ansiedad tenían una tolerancia menor al ejercicio físico. Esto hizo pensar en una anormalidad en el metabolismo del ácido láctico. b-Hipótesis del CO2 /O2: Los ataques de pánico pueden ser precipitados por la inhalación de CO2 en concentraciones del 5 al 35% en el 50 al 80% de los pacientes de pánico. Esto es debido a la activación de baroreceptores y quimiorreceptores periféricos, los cuales envían la señal de una seria disfunción autónoma a nivel medular (núcleo del tracto solitario), de la protuberancia (loecus coeruleus), y del sistema límbico (la sensación de miedo). Un au men to del CO2 sugiere (al cerebro) que la sofocación es inminente. Por otro lado hay una hipersensibilidad de estos pacientes a las concentraciones elevadas de este gas. Esto no implica que el lactato o el CO2 sean siempre productores de pánico, pues el ejercicio fí si co que aumenta el lactato, no tiene la capacidad de inducir un ataque de pánico ya que dá información que neutraliza el monitoreo de la sofocación. Es por ello que los ataques de pánico terminarían con una reacción de huida del paciente de la situación, reacción que al provocar un movimiento corporal con producción de

acido láctico, hacen abortar los ataques al neutralizar la información de la sofocación. La hipótesis de Klein es entonces, que el pánico es debido a señales erróneas sobre falta de aire, las que alteran el monitoreo de la sofocación por el cerebro (sistema de alarma de sofocación) y llevan a una sensación de disnea, con la consecuente hiperventilación. Sería por este motivo que el trastorno de pánico es el más común entre los trastornos de la ansiedad en pacientes que presentan enfermedades respiratorias y/o apneas del sueño. También se pueden presentar otros síntomas como taquicardia. La disminución en el umbral de la alarma a la sofocación, ex plica ría también el efecto panicogénico de la disminución de O2, en ausencia de aumento de CO2, e iría más allá de la acción sobre los quimiorreceptores que detectan la elevación del CO2. La hiperventilación crónica, los suspiros y los bostezos, los que producen una inspiración profunda, bajan notablemente la con cen tra ción de CO2 y la llevan lejos del umbral de alarma de so fo ca ción. La imipramina, un antidepresivo tricíclico, puede nor ma li zar este umbral de alarma de sofocación, y por ello es usada con éxito en los síndromes de hiperventilación, y en el trastorno de pá ni co. Se encontró que otros antidepresivos como los inhibidores de la monoaminooxidasa tienen efectos similares a la imipramina. Los efectos del CO2 inhalado al 35% parecerían contradecir la teoría de la hiperventilación del pánico: la inhalación de con cen tra cio nes de 35% de CO2 produce acidosis respiratoria e hipercapnia, mientras que la hiperventilación produce alcalosis respiratoria e hipocapnia. Sin embargo van den Hout (1988) observó que esta con tra dic ción es más aparente que real. Una inhalación de CO2 al 35% pro du ce una hipercapnia alveolar inmediata que estimula los quimiorreceptores de este gas. Esto gatilla una respuesta de ventila ción intensa que lleva a un exceso de eliminación de CO2. En efecto, la hiperventilación crónica que exhiben muchos pacien tes de pánico constituiría un mecanismo adaptativo que busca evitar la estimulación de receptores de CO2 hipersensibles. Se ha comprobado que la administración inhalatoria de CO2 al 35% en forma frecuente conduce a la habituación y la des apa ri ción de los ataques de pánico. Una paciente nuestra, que consultó por ataques de pánico de re cien te data, al ser cuidadosamente 43

interrogada, se determinó que estos habían empezado a poco de haber cambiado de trabajo. Este consistía en atender el teléfono, y hablar casi sin interrupción du ran te 8 horas en una ofi cina muy grande y superpoblada, y cuyo escritorio estaba situado en el medio de la habitación y lejos de las ventanas, que por otro lado permanecían cerradas casi todo el tiem po. Cuando le sobrevenían los síntomas, angustiada, bajaba a la ca lle y allí a los pocos minutos, se le pasaban. Eran provocados por una hipersensibilidad al aumento de CO2, por las condiciones del lugar, y facilitados por un momento de su vida en donde estaba pasando por un período de gran estrés. Los síntomas cedieron com ple ta men te cuando la paciente cambió su escritorio de lugar al lado de una ventana. Esto mismo sucede con el grueso de los panicosos en los shoppings y grandes supermercados. c-Hipótesis de la hiperventilación: otra de las causas de los síntomas del pánico tiene que ver con la respiración. Estos sujetos tienen un tipo de respiración paradojal, que es propia de los trastornos de ansiedad, y que consiste bá si ca men te en una respiración frecuente y superfi cial por la boca, lla ma da hiperventilación. Hay tres tipos de hiperventilación: Tipo 1 – jadeo: ocurre durante períodos de alta ansiedad o mie do y actúa muy rápidamente generando ataques. Tipo 2 – suspiros, bostezos y espasmo de sollozo: Ocurre en pe río dos de frustración o depresión e implica una respiración ex ce si va men te pro fun da. El espasmo de sollozo ocurre al hablar o pen sar en algo que asusta. Tipo 3 – hiperventilación crónica habitual: Consiste en peque ños incrementos de la respiración, en profundidad o velocidad, durante un largo período. Por sí sola no suele desembocar en un ataque de pánico. Cuando le sucede la persona está crónicamente aprehensiva, algo ma rea da y sin poder pensar con claridad. Una situación cual quie ra de estrés (lugares, situaciones) incrementa un poco la res pi ra ción y des en ca de na un ataque. FISIOPATOLOGÍA DE LA HIPERVENTILACIÓN: La concentración de anhídrido carbónico (CO2) desciende si se hiperventila, cosa que no ocurre durante el ejercicio físico. Esto au men ta el ph de la sangre que se torna alcalino. • Hay una vasoconstricción generalizada, por lo cual llega me nos sangre al cerebro. • Por otra parte el oxígeno se fi ja más de lo habitual a la he mo g lo bi na de los glóbulos rojos.

• Debido a que llega menos sangre a ciertas áreas y a que el oxí ge no es liberado en los tejidos en una menor proporción por estar más ligado a la hemoglobina, se produce una paradoja: al hiperventilar se inhala más oxígeno, pero es menor la cantidad que llega a los tejidos. Esto explica la sensación de falta de aire del sujeto que hiperventila. En suma la hiperventilación produce: • A nivel del sistema nervioso central: mareos, liviandad, con fu sión, falta de aire, visión borrosa, sentimientos de irrealidad, des orien ta ción. • A nivel del sistema nervioso periférico: aumento de la fre cuen cia cardíaca, parestesias y adormecimiento de extremidades, ma nos frías y húmedas, tensión muscular. La taquicardia presente durante los ataques se puede considerar como debida a la an sie dad anticipatoria. (Roth et al. 1992). La hiperventilación es un trabajo arduo, para ella se utilizan los músculos intercostales altos en lugar del diafragma. El sujeto se siente con frecuencia acalorado y transpirado, con períodos de cansancio intenso y dolor en los músculos intercostales, lo que pue de llevar a que se lo confunda con un infarto de miocardio. Si la hiperventilación continúa se arriba a un segundo estadío que presenta: • Vértigo severo, mareos y nauseas. • Incapacidad de respirar libremente. • Gran opresión y/o dolores en el pecho (temor al infarto). PÁNICO CON AGORAFOBIA La persona que tiene que comenzar a convivir con su cuadro de pánico con frecuencia desarrolla un cua dro subsidiario que consiste en la limitación creciente de ac ti vi da des y lugares, que comienza a restringir para su supuesta se gu ri dad. Cuando esto ocurre se llama agorafobia. Los agorafóbicos presentan un intenso miedo a estar en un lu gar no familiar, sintiéndose expuestos, y sin tener acceso a una persona confi able que lo haga sentir protegido. Esto incluye el mie do a no tener acceso inmediato a una salida, un escape o huida de un lugar supuestamente peligroso hacia un territorio seguro. La salida no re quie re estar clausurada para activar el ataque: basta que esté di fi cul ta da (gentío), retrasada (colas de banco o de su per mer ca do) o distante (shopping). El 80 % de los panicosos desarrolla agorafobia al año de empezar con los ataques. Esta complicación es una de 44

las más incapacitantes y que más interfi eren en el desempeño laboral y social. La escuela americana describe la agorafobia como la resultante del cuadro de pánico, es decir que el miedo a sufrir nuevos ataques va restringiendo la movilidad. La escuela europea en cambio, admite la existencia de la agora fo bia como cuadro aislado que puede ser independiente de un tras tor no de pánico. Una paciente consultó porque no podía salir sola a la calle, sin encontrar explicación alguna a qué le tenía miedo. Nunca había sufrido un ataque de pánico. Después de un breve tratamiento, el cuadro cedió pero pasó a repetirse, cada uno o dos años, y aunque más leve, seguía sin hallar explicación alguna. Por una pregunta directa del terapeuta, acerca de la posibilidad de haber sido abu sa da sexualmente por el padre respondió sin dudar que sí. Recién en ese momento comenzó a recordar detalles de la situación que es ta ba, antes de ello, bajo una amnesia completa, a pesar de haber sufrido un intento de violación unos años antes en la adolescencia. Esta mujer, jamás había tenido ni el menor atisbo de trastorno de pánico, nitampoco de sensaciones corporales que acompañan al mismo, sin embargo su agorafobia era intensa. Con esto com probamos que puede haber agorafobia no dependiente del pánico. Otra mujer de más de 60 años, consultó por un cuadro de ago ra fo bia sin pánico: vivía con su madre anciana y no recordaba haber estado nunca en su vida sola. Podía estar sola en la calle, pues según ella había gente a la vista, pero no en un lugar cerrado, y decía que si se llegaba a quedar sola se volvería loca. En ese mo men to consultaba porque la madre acababa de cumplir 90 años, y ella temía que le quedara poco tiempo de vida y a su muerte, se iba a quedar sola. Ella podía quedarse sola en el consultorio, si yo iba a otra habitación, porque sabía que estaba cerca. Nunca había te ni do un ataque de pánico, pero consideramos que este era virtual, pues estaba omnipresente el terror a quedarse sola con las con se cuen cias temidas de locura y descontrol. Si no incluimos en su explicación dos factores el cuadro de ago ra fo bia es de difícil comprensión: a- Uno de ellos es el concepto de territorio. Esto es común en el reino animal del cual ,mal que nos pese, formamos parte. Los ani ma les marcan de alguna manera su territorio con orina, con el olor de ciertas glándulas, etc., y en él se sienten seguros y protegidos. Un pequeño perro ladrará envalentonado a un

gran mástín des de el interior de su jardín pero, si se cruza con él en un terreno neutral como es la calle, se cuidará muy bien de hacerlo y po si ble men te huya. Entre las aves, la grácil tijereta atacará sin dudarlo a un ave de ra pi ña que ronda su nido como puede ser un halcón o un carancho y éste, respetuoso del territorio, emprenderá la re ti ra da. Nosotros los humanos también somos territoriales pero no nos damos cuenta por ser esto egosintónico. Generalmente tendemos a mudarnos a zonas cercanas, o dentro de un mismo barrio, y te ne mos nuestros restaurantes preferidos, cines, etc. Cuando nos sen ti mos enfermos queremos volver rápidamente a casa. El agorafóbico y el panicoso puro, buscan también el territorio conocido: su casa, su ofi cina, su coche, para poder sentirse más seguros y protegidos. Esto puede incluir, en ocasiones, un mapa imaginario de la ciudad que los pacientes tienen cuando se tras la dan de un lugar a otro y en el cual tienen la ubicación de todas las clínicas, hospitales, sanatorios, dispensarios o médicos conocidos, lugares de los que intentan no alejarse a más de cierta distancia pues los consideran un último recurso en caso de devenir “la ca tás tro fe”: locura, enfermedad o muerte. Algunos pacientes se asus tan estando a más de una determinada distancia de su casa, que es variable para cada uno de ellos. A esto se lo llama “zona de se gu ri dad”. Pueden ser desde la esquina, a pocas cuadras, al barrio, al límite de la ciudad. b- El otro factor remite a dos situaciones particulares que se ase me jan en grado sumo a los temores de la agorafobia.En primer lugar, los temores que suelen presentar los niños de 2 a 5 años a los lugares desconocidos y muy concurridos, a la gente desconocida, a perderse, etc. En segundo lugar, el hallazgo que todos los miedos de la agorafobia aparecen en el curso de la deprivación del sueño. Todos estos miedos, tan marcados en este tipo de pacientes, son comunes a todos los seres humanos o animales y, si las cir cuns tan cias lo justifi can, emergerán sin duda alguna. Es como si un niño pequeño hubiera sido dejado solo en un lugar extraño. Es llamativo que los miedos infantiles reaparezcan en el adulto durante la deprivación de sueño y que sean del mismo tipo que en la agorafobia. Las personas que sufren traumas se vuelven extremadamente miedosas, y desarrollan entonces el miedo al miedo. El ataque de pánico se constituye como un trauma en sí mismo. 45

En general el 80% de las personas que han sufrido un trauma son capaces de resolverlo por sí mismos. Esto depende de la edad de la víctima, la naturaleza del hecho traumático, la respuesta al mismo, la genética y el soporte familiar posterior. Pueden re cor dar lo, contarlo, sus emociones son adecuadas al estadío en que se encuentran y sienten que el suceso, después de pasado un tiempo, ha quedado atrás. Un 20%, sin embargo, desarrollan un estrés postraumático. Según Babette Rostchild, estos a su vez se dividen en dos categorías: En la primera están las personas que recuerdan los eventos traumáticos con detalles y los describen con precisión, como si los estuvieran viendo en una película. Pueden estar perturbados por sensaciones corporales intensas y/o emociones, que parecen no conectar con el trauma sufrido. En esta categoría podemos ubicar a las personas que han desarrollado una fobia como consecuencia de un trauma y que, a pesar de que se dan cuenta de lo irracional del miedo, este sigue atacándoles cada vez que se encuentran con la situación que sigue generando miedo. En la segunda categoría están las personas que recuerdan muy poco o nada del suceso traumático pero tienen muchas sen sa cio nes físicas y reacciones emocionales perturbadoras, a las que no le encuentran sentido en el contexto presente, dado que como men cio na mos comienzan muchas veces alejadas de la situación que se constituyó en trauma, a veces meses o años, tanto que el sujeto no hace relación de causa efecto entre ellos. Es en esta categoría don de podríamos incluir a los ataques de pánico. Recuerden o no el trauma, no son conscientes que el peligro pasó y viven en estado de hiperalerta. En los casos clínicos que presentaremos a continuación encontra mos que con las Terapias de Avanzada esta relación se es ta ble ce espontáneamente, y al desensibilizar el o los traumas, in clu yen do los mismos ataques de pánico, cesan los síntomas. TRATAMIENTO DEL TRASTORNO DE PÁNICO CON TERAPIAS DE AVAN ZA DA Hay varios elementos históricos e información de mucha im por tan cia a obtener antes de encarar el tratamiento de un tras tor no de pánico. Estos son: El diagnóstico: para los sufrientes de pánico un diagnóstico cla ro, es no solo importante desde el punto de vista del tratamiento, sino que es además terapéutico y muy tranquilizador.

Frente a las con se cuen cias catastrófi cas que imaginan, una explicación coherente y racional de los hechos y constatar que es algo que tienen en común con otros y que además tiene cura, los alivia enor me men te. Interrogatorio exhaustivo: debemos averiguar detalladamente acerca del primer ataque, y de las circunstancia de la vida del pa cien te en la época de su aparición. Investigación de traumas: se deben rastrear cuidadosamente los traumas que el paciente pudiere haber tenido a lo largo de toda su vida. En muchas ocasiones hay que preguntar directamente acerca de ellos, explicándoles de qué estamos hablando cuando decimos “un trauma” y dándoles ejemplos. Al interrogar al paciente es frecuente que ante la pregunta de “qué pasó poco antes del primer ataque” la pronta respuesta sea “nada”. No debemos contentarnos con ello, sino que es preciso buscar minuciosamente: siempre algo pasó. Recordamos un caso que nos servirá para ilustrar lo que soste ne mos: Una mujer de unos treinta y tantos años, comenzó con ataques de pánico. El primero le sucedió un día al conducir su auto e intentar subir a la autopista Panamericana. No lo pudo hacer, fue presa de terror ante los autos y su velocidad. Desde ese día el cuadro se le instaló completamente y se amplió su rango de pánico más allá del auto. Tenía un hijo pequeño, y un marido con una enfermedad terminal, semi postrado y ya sin trabajar. Todo ce rra ba: el trauma de la enfermedad del esposo era evidente, y parecía innecesario investigar más. Pero pasaban las semanas y luego los meses, y si bien mejoró mucho, no se alcanzó el nivel de curación esperado y continuaba con las sensaciones corporales. Even tual men te, el marido falleció y ella se fue adaptando a su nueva rea li dad, pero seguía sintomática. Hasta que se cumplió el año del pri mer ataque, y entonces espontáneamente recordó con claridad como y cuando habían aparecido: “Me acuerdo de la fecha porque fue justo el aniversario de cuando me chocó el colectivo y nací de nuevo!”. “?Qué colectivo?” pregunté yo, “¿de qué me estás hablando?” Me aclaró que el primer ataque había sido el día del primer aniversario de un severo accidente que había tenido, en la fecha justa “cuando cumplía un año de vida” decía ella. Estando parada con su auto ante un semáforo, la embistió un colectivo de atrás dejando el coche totalmente destruido. Por mi la gro, salió ilesa del 46

accidente. Recién al año justo comenzaron sus ataques de pánico. Entendí mi error: confi ado en haber encontrado el trauma en la enfermedad del esposo, no interrogué más a fondo a la paciente, perdiendo ambos la posibilidad de una curación más veloz y bre ve. Siempre hay que interrogar y buscar si hay más traumas. Psico-educación: • Informar y explicar detalladamente de que se trata el cuadro, y los factores de su fi siopatología: la hiperventilación, la reacción de alarma, etc. • Enseñar técnicas de relajación y de respiración. • Dar una explicación completa de la fi siología de cada una de las sensaciones corporales, y desafi ar cognitivamente cada una de ellas. • Describir en detalle la manera de pensar peculiar de los panicosos dando ejemplos de pacientes. Desensibilización: de los ataques, de todos los traumas ocu rri dos que hallamos encontrado, y de las sensaciones acom pa ñan tes. Desafío cognitivo: de las creencias catastrófi cas que aún restaren, usando técnicas cognitivas y preguntas socráticas. El cua dro de pánico, en algún momento se desliga de su historia y de los factores desencadenantes y toma vida propia: es el miedo al mie do. Medicación: en algunas ocasiones, es de gran utilidad y muy necesario ayudar al paciente con la medicación adecuada al cua dro. Se utilizan las llamada benzodiacepinas de alto poder: el alprazolam, que tiene la ventaja de una vida media de 4 horas o el clonazepam que tiene la ventaja de una vida media de 12 horas. Combaten la ansiedad pero dejan intacta la ansiedad anticipatoria. Los antidepresivos tricíclicos y los IRSS actúan so bre la ansiedad anticipatoria y reducen las sensaciones corporales. La medicación se implementa hasta la resolución de los síntomas. No podemos afi rmar que alguna de las Terapias de Avanzada sea superior a las otras para el tratamiento del trastorno de pánico. Creemos que se complementan perfectamente y que son inter cam bia bles entre sí en todo momento. Con ellas son a menudo su fi cien tes, en nuestra experiencia, para curar este trastorno entre 8 a 12 sesiones de trabajo, acompañadas o no de medicación.. Ningún tratamiento será completo si no se toma en cuenta el factor traumático desencadenante, sea cual fuere la magnitud del mismo. Si no se lo hace, igual es posible que el cuadro ceda, pero queda abierta una

puerta para la recaída, es decir para la apa ri ción de nuevos cuadros de pánico ante nuevas situaciones de estrés. CASOS CLÍNICOS CASO 1 - VALENTINA: TRASTORNO DE PÁNICO CON AGORAFOBIA DRA. RAQUEL C. FERRAZZANO DE SOLVEY

MOTIVO DE CONSULTA: Valentina de 27 años profesional, me consulta en septiembre de 2005 por ataques de pánico, por los cuales está en tratamiento des de el año 1999. Al no encontrar aún solución a su problema, quiere intentar con estas nuevas técnicas. A la fecha no puede estar sola en ningún lugar ni salir a la calle sola, y su madre, padre, hermano o novio la tienen que acompañar en el colectivo para ir a su trabajo, ida y vuelta todos los días. ANTECEDENTES En enero de 1999 durante un viaje de vacaciones con su padre y su hermano, el padre que es diabético insulinodependiente entra en un coma súbito y ella se asusta mucho: “acá se me muere” piensa. El padre no se cuida y suele hacer a menudo leves epi so dios de descompensación por lo cual Valentina, que trabaja en su ofi cina, está siempre pendiente de lo que hace y come. El padre nunca an tes había llegado a ese extremo de entrar en coma. En marzo de 1999, viajando en subte tiene una sensación de encierro y calor. Se asusta mucho. En abril de 1999, tiene el primer ataque de pánico en la facultad durante una clase. Tuvo sensaciones de ahogo, mareos, taquicardia, sensación que el corazón le iba a explotar y deseos de salir co rrien do. Desarrolla a partir de entonces una agorafobia, no podía ir al supermercado, cines, shopping, etc Empieza tratamiento psicoterapéutico siendo además medicada con clonazepan. Con la medicación y el tratamiento se fue pa san do de a poco. A fi n de 1999 se recibe y se va a Europa en mayo de 2000, sola. Ya se maneja perfectamente y trabaja sin problemas. En enero de 2004, empieza otra vez a sentirse mal. Estaba de novia y en una pésima relación afectiva que termina poco después. En febrero de 2004, viajando en colectivo tiene otro ataque de pánico completo: el segundo. Corre a su casa. A partir de ahí no viaja más sola. No se anima a hacer nada sola. Tiene mie do a quedarse sola en su casa. Es medicada esta vez con alprazolam y continúa con su tratamiento psicológico. Algunos síntomas van remitiendo, pero sigue sin poder viajar sola en colectivo, subte, etc. y evita hacerlo, aún acompañada. 47

Via ja siempre en taxi. Teme caerse “redonda”, desmayarse, tener un paro cardíaco. Investigando traumas anteriores, además del coma del padre que fue el último, relata la muerte súbita de su abuela materna, muy querida, “ella me crió” cuando tenía 15 años, con un pésimo manejo de la familia al darle la información, que fue lo realmente traumático. También está la muerte de un tío “que era como un pa dre para mí”, en enero de 2003, súbitamente, y que ella afi rma haber sido una de las situaciones más fuertes de su vida. Este epi so dio precede el retorno de sus ataques de pánico. No recuerda otras situaciones traumáticas. DIAGNÓSTICO: Se ratifica el diagnóstico de trastorno de pá ni co con agorafobia TRATAMIENTO: Se usan para su tratamiento las Terapias de Avanzada combina das. Se le enseña la respiración profunda y técnicas de re la ja ción. Se implementan sesiones semanales. Comenzamos reprocesando primero los ataques de pánico y luego las escenas traumáticas en orden de aparición en su vida. En el curso del reprocesamiento van apareciendo otros recuerdos traumáticos, con gran carga emotiva, tal como la separación de sus padres cuando ella contaba 5 años de edad. A partir de la segunda sesión comienza a quedarse sola en la casa, se siente mejor en los colectivos y acepta viajar en ellos, siem pre acompañada. Empieza a concurrir a shoppings y a pesar de sentirse incómoda, puede tolerarlos. Se cuestiona su lugar al lado de su padre, dice: “siempre co rrien do detrás de él y su salud, siempre cuidándolo”. Relaciona el co mien zo de los ataques de pánico con el temor a que su padre se “le” muriese en ese episodio del coma. En la tercera sesión, recuerda y reprocesamos una escena de los 3 o 4 años, donde casi se ahoga en una pileta de natación. A partir de la cuarta sesión y ya desensibilizados los traumas, comenzamos a reprocesar el miedo a viajar sola. En el reprocesamiento aparecen recuerdos de ser maltratada por un compañerito de colegio en 1er grado en el ómnibus escolar, y un abuso sexual sufrido a los 7 años por un primo enfermo mental. Recuerda otro abuso a los 12 años. Ambos ocurrieron cuando ella se encontraba sola en su casa. Se le da un compact disc con estimulación bilateral, para que lo use durante el viaje en colectivo y se le indica un programa de “postas” en los viajes que tiene que ir cumpliendo.

Consiste en via jar acompañada primero e ir incrementando la duración de los viajes sola paulatinamente. En la quinta sesión ya viaja sola y tranquila, siempre con la estimulación bilateral durante los viajes. En el interín se mudó con su pareja, planea casarse en breve y se queda sola en el departamento sin problemas. Hacemos una sexta sesión de repaso de las situaciones traba ja das, y decidimos terminar el tratamiento. Este comenzó el 20 de septiembre de 2005 y terminó el 8 de noviembre de 2005, con la paciente totalmente libre de síntomas y de medicación. La du ra ción fue de 6 sesiones. CONCLUSIONES Es evidente en esta paciente la relación que se fue desplegando entre los sucesos traumáticos de su vida, muchos de ellos to tal men te subestimados, y los síntomas de su trastorno de pánico. Hallamos también el trauma desencadenante del comienzo de los ataques: el estado de coma súbito del padre, que reactivó otras pérdidas también súbitas: la muerte de su abuela y la del tío, que al no haber sido desensibilizaa, reactivó la aparición de los ataques de pánico por segunda vez en 2004. SEGUIMIENTO

En un seguimiento efectuado a los 6 meses de terminado el tratamento la paciente se reporta estable y sin haber padecido más ataques de pánico. CASO 2. JUANA: ATAQUE DE PÁNICO CON CLAUSTROFOBIA POR TEPT DRA. RAQUEL C FERRAZZANO DE SOLVEY

MOTIVO DE CONSULTA

En junio de 2003, Juana de 25 años estudiante de Bellas Artes, pide tratamiento con las Terapias de Avanzada, enviada por su terapeuta sistémica “para que me ayuden a sacarme un trauma”. Hace 2 años y medio (en 2000) su perro le mordió la nariz. Tuvo que someterse a tres cirugías reconstructivas y aún le queda una más pen dien te, la que está dilatando por miedo a enfrentarla. En las tres ope ra cio nes el postoperatorio duró cerca de dos se ma nas, don de es tu vo con la cara edematizada y vendada, es pe cial men te la na riz, de bien do res pi rar por la boca. Nunca antes había sido operada. La re cons truc ción de la mordedura fue muy exitosa y esta última ope ra ción tiene como objetivo retoques de cicatrices.

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ANTECEDENTES DEL CASO Dos meses después de la mordedura comenzó con el primer ata que de pánico y luego de las operaciones desarrolló una claus tro fo bia. No puede viajar en subterráneo ni estar en lugares estrechos y ce rra dos. A pesar de no haber tenido muchos ataques de pánico, Juana está con síntomas de hiperalerta ante cualquier sensación física que apa rez ca, y ha quedado con mucho “miedo al miedo” de volver a sufrir otro ataque. Tiene también difi cultades para dormir pues ha tenido pe sa di llas con el incidente. En el ínterin de las operaciones estuvo viviendo en España duran te unas temporadas. Se separó de un novio que tuvo durante un año, hace seis meses. Este año empezó a estudiar Bellas Artes. Desde el ac ci den te, dice que se encuentra perdida, las operaciones han in ter fe ri do mucho con su vida emocional y laboral y no sabe muy bien como seguir adelante. No hay otros datos relevantes de interés en su his to ria. DIAGNÓSTICO: Ataques de pánico con claustrofobia y estrés postraumático. Se en cuen tra medicada con clonazepam, 1 mgr. dos veces por día. La Escala de Impacto de Eventos da un puntaje de 35, que sig ni fi ca un estrés post traumático clínicamente signifi cativo. TRATAMIENTO El primer ataque, muy intenso, lo tuvo después de la primera ope ra ción, en 2000. Dice que fue para ella más traumático que la mor de du ra del perro. El segundo ataque fuerte lo tuvo en Barcelona, luego de haber fumado marihuana: “después de eso no pude volver a fumar más”. Tuvo otro tercer ataque fuerte hace seis meses, durante las va ca cio nes, con intensa taquicardia. Entre ellos, tuvo pequeños ata ques de ansiedad. Cuando tiene algún síntoma en el cuerpo, siente mucho susto y temor a morir, pues piensa que es algo grave. Tiene permanentemente fl ashbacks de la escena del perro aba lan zán do se sobre su cara. Decidimos abordar su tratamiento focalizando en la siguiente secuencia de traumas: 1- el incidente de la mordedura 2- las operaciones de reconstrucción 3- los ataques de pánico El tratamiento de Juana se completó exitosamente en tres se sio nes de una hora de duración durante los meses de junio y julio de 2003. Se usaron las Terapias de Avanzada.

En la primera sesión se reprocesó con Un Ojo por Vez la escena de la mordedura quedando totalmente desensibilizada. En la segunda sesión, trabajamos con EMDR y EFT las ope ra cio nes y los post operatorios, con la sensación de no poder respirar por la nariz y las vendas en la cara, que fueron el antecedente de su claustrofobia. También trabajamos el temor a la próxima ci ru gía a enfrentar. En la tercera sesión, abordamos sus ataques de pánico y el mie do al miedo. Se usó EFT.Se trabajaron los ataques en la secuencia en que fueron apareciendo hasta llegar a su completa su madre desensibilización. A fi nes de julio, después de la tercera sesión da mos por terminado el tratamiento ante la desaparición de la sintomatología. SEGUIMIENTO

En una Escala de Impacto de Eventos tomada en una sesión de seguimiento, tres meses después, esta arroja un puntaje de 4. Los ataques de ansiedad no han vuelto a repetirse y Juana ya está haciendo los trámites necesarios para encarar la tercera y ul ti ma de las operaciones programadas, con mucha tranquilidad. CASO 3 - MARIANA: Ataques de pánico Dra. Susana Buscaglia

MOTIVO DE CONSULTA: Mariana de 45 años, consulta por episodios de pánico, que padece desde hace más de 30 años, y que comienzan con una brusca sensación de ahogo. Empezaron como episodios nocturnos y con el tiempo se extendieron al día. Eran muy frecuentes y en algunas oportunidades, tuvo que llamar a la ambulancia, ya que decía an gus tia da “me estoy ahogando”.No encuentra motivo alguno que los desencadene y no los relaciona con nada en particular que hubiere ocurrido en su vida, a pesar de un cuidadoso in te rro ga to rio. DIAGNÓSTICO: Trastorno de Pánico TRATAMIENTO Se usaron para su tratamiento las Terapias de Avanzada. Para comenzar tomamos como foco la sensación de ahogo y, durante el reprocesamiento, aparece el recuerdo de un hecho traumático en su infancia. Cuando ella tenía nueve años, estando de vacaciones con su madre en el campo en casa de unos tíos y mientras estaba jugando con sus primos en el jardín, es cu chan ruidos, y se acercan a la casa pensando que algo divertido pasaba. Se encuentra con su hermanita de dos años, cianótica y gritando desesperada. La pequeña había bebido de una botella donde ha bía kerosene mezclado con coca cola. La llevan al hos pi tal cercano y mientras tanto queda 49

ella en la casa junto a sus primos, rezando por indicación de su abuela, pi dién do le a Dios que no muera. La niña se recupera. Recuerda luego, que dos años después del accidente de su hermana, fallece su abuela materna, pérdida también muy dolorosa para ella. Se da cuenta que es entonces cuando le comienzan de noche los ataques de ahogo. A pesar de reprocesar todas estas situaciones y descender la perturbación, la paciente solo obtuvo una leve mejoría en su cua dro. En esa época, hacía muy poco que yo usaba EMDR, y no confia ba aún tanto en mi capacidad de utilizar el método o no tenia la práctica sufi ciente, y creo que a esto se debió que no pudiera avan zar más en la mejoría de la paciente al no insistir en el reprocesamiento de todas las sensaciones corporales que tenía. Por inexperiencia en el tema dejé el caso inconcluso. Unos pocos años después, y por una vuelta a la consulta de Mariana, vuelvo a implementar la técnica de EMDR en relación al tema que aún le seguía afectando, aunque en mucho menor gra do. Repasábamos nuevamente las situaciones traumáticas, ya atenua das por el trabajo anteriormente efectuado, cuando aparece el siguiente recuerdo, por supuesto totalmente olvidado hasta ese mo men to por la paciente. Tenia 11 años y había sido invitada a casa de una amiga que tenia una pileta de natación. Jugando, las amigas la tiran adentro y ella comienza a hundirse y sentirse ahogar. Re cuer da que desde el fondo veía las piernas del hermanito de su amiga, que tenía un fl otador, se agarraba de ellas y lograba salir a fl ote, respiraba y se volvía a hundir nuevamente. Las amigas creían que era una “gracia”, hasta que llega un adulto y se da cuenta de la situación y la saca, ya en estado inconsciente. Recuerda que durante el episodio tuvo imágenes de su muerte, de su funeral, de sus padres llorando, hasta que pierde la conciencia. Luego la sacan de la pileta y la “resucitan”. A partir de la desensibilización de este trauma y hasta la fecha, en un seguimiento de dos años, nunca más volvió a tener estos ata ques de ahogos. Paralelamente, sucedió algo curioso con ella. Tenia miedo de vo lar en avión, desde siempre, sobre todo si cruzaba un océano. Esta fobia a volar no la había comentado en ningún momento del tra ta mien to. Evitaba en lo posible hacerlo, debiendo tomar tran qui li zan tes para poder subir a un avión.

Después de trabajar el episodio de la pileta de natación, y en el curso de ese año, hizo un viaje a Europa y descubrió asombrada que su fobia a volar había también desaparecido junto con sus ata ques de pánico. Podía viajar tranquila, sin miedo, relajarse y dor mir en el avión. Hizo ese año en total 4 viajes transatlánticos! Me dijo que su miedo a viajar en avión era que este se cayera al mar y aho gar se. CONCLUSIONES Sin tocar para nada la fobia a volar, esta se resolvió totalmente como consecuencia de la resolución del trauma que había ori gi na do los ataques de pánico. Ambos cuadros tenían como nexo, el agua y el miedo a ahogarse. Queremos recalcar el efecto multiplicador sobre la desensibilización de situaciones perturbadoras que tienen las Te ra pias de Avanzada. CASO 4: SR T.T. Trastorno de Pánico Dr. Pablo Pedemonte

El Sr. TT de 40 años en la actualidad, consultó por primera vez teniendo 38 años. Tiene buena presencia, es educado. Aunque no tiene estudios universitarios, tiene muy buena formación en di ver sas áreas y es una persona muy inquieta intelectualmente. En su juventud fue becado en un país extranjero adonde estuvo viviendo varios años. Es extrovertido y mantiene conversaciones muy ame nas e interesantes. Trabaja como asesor de prensa de una empresa extranjera, y disfruta mucho de su trabajo. Proviene de una fa mi lia de clase media. Su padre es profesional aunque hace varios años se retiró, por padecer una enfermedad degenerativa articula y tam bién tiene hipertensión arterial. Tiene solo un hermano, mayor que él, quién padece de diabetes insulinodependiente de varios años de evolución. También tiene antecedentes familiares de diabetes tanto por rama paterna como materna. Al momento de la primera consulta estaba en pareja desde hacía 10 años (sin convivir). Ella es profesional. Él vivía (también al momento de la primera con sul ta) con sus padres y su hermano. Primera etapa: En septiembre del 2003 súbitamente, mientras estaba cenando con unos amigos en un lugar público, presenta sudoración fría, pérdida de conciencia de escasos minutos con re cu pe ra ción ulterior y relajación de esfínteres. Fue internado, adonde le realizaron diversos estudios. Por sospecha de epilepsia co men zó a ser medicado con valproato de sodio 500 mg/día, aunque egresó con diagnóstico de síncope vasovagal. Diez días antes de este episodio había comenzado a tomar un antihipertensivo (valsartán 80 mg/día) por hipertensión arterial, el cuál se sus pen dió 50

durante la internación. Luego del alta comienza a desarrollar ansiedad anticipatoria, con temor de que le vuelva a suceder lo mismo. Fuera de este temor que desapareció en pocos días, lo cuál fue corroborado por el mismo al salir a diversos lugares, el examen clínico psiquiátrico fue normal. Asimismo le habían confi rmado en esos días que había tenido un sincope vasovagal y le suspendieron el valproato de sodio. En esta oportunidad se realizó el siguiente diagnóstico (según DSM IV): Eje I: F41.9 Trastorno de ansiedad no especifi cado. Eje II: Z03.2 Sin diagnóstico. Eje III: Síncope vasovagal. Segunda etapa. Julio 2004: En diciembre de 2003 termina su relación de pareja luego de 10 años y en abril de 2004 deja la casa de sus padres. Un mes antes de la consulta tuvieron que operar al hermano de la vista por una complicación ocular consecuencia de la diabetes. Asimismo por la misma época presenta mareos sin des va ne ci mien to, en lugares cerrados y abiertos solo o acompañado. Junto con los mareos presenta sensación de frío, molestias en el pecho, temor a morir y a volverse loco, y síntomas de desrealización. También presenta un cuadro del mismo tiempo de evolución (1 mes) consistente en hipobulia, tristeza, anhedonia, hiporexia, can san cio, sin ideas de muerte ni de suicidio ni alteraciones del sueño. Refi ere que a los 16 años tuvo un episodio de características si mi la res de unos 2 meses de duración, luego de la ruptura con su pri me ra novia. Diagnóstico: según criterios del DSM-IV en este momento fué: Trastorno depresivo mayor recurrente leve y trastorno pánico con agorafobia leve. Inicio tratamiento y lo médico con dosis bajas de alprazolam 0.25 mg/d y escitalopram 10 mg. Le explico el método de trabajo con EMDR y programamos la primera sesión para la semana siguiente. Le indiqué la realización de análisis, cuyos re sul ta dos fueron normales (hemograma completo, ERS, glucemia, uremia, TSH, T3, T4, cortisol, Ca, P, Mg, Na, K y enzimograma hepático). También se realizó un Tilt test sensibilizado que fue ne ga ti vo. A la semana de haber comenzado con el antidepresivo rea li za mos la primera sesión con EMDR, en la que se trabajó la sen sa ción de desmayo, lo cuál le evocó la primera crisis de pánico cuan do tenía 18 años. A la semana de esta sesión la mejoría clínica fue notable, tanto la signo-sintomatología depresiva como panicosa. También se trabajó con EMDR la situación de ruptura con su pa re ja.

A principios de septiembre se suspendió el alprazolam. A media dos de noviembre cuando llevaba 15 semanas con escitalopram 10 mg/d tuvo una nueva crisis de pánico, nuevamente iniciadas con sensación de desmayo. Había atravesado una situación muy estrésante (aunque resuelta y sin complicaciones) la semana pre via; pero a consecuencia de ello había decaído su estado anímico, disminuido su apetito y sentía un marcado estado nauseoso. Se trabajó con EMDR este nuevo episodio de pánico, considerando que había habido una recurrencia de los ataques de pánico porque en la etapa anterior faltó trabajar distintos aspectos de los mismos, como las sensaciones corporales que lo acompañaban, lo que se hizo en este nuevo abordaje. Se trabajó según protocolo. Luego de esta sesión durmió 4 horas. Al día siguiente se sentía bien de áni mo, recuperó el apetito, no tuvo más nauseas y estaba tranquilo. En todo momento se mantuvo la misma dosis de escitalopram que TT venía tomando. Esta fue la evidencia para TT de que el método es realmente efi caz, pues mejoró totalmente sin que se modifi case la dosis del fármaco. En febrero del 2005 continuaba asintomático, aunque con 5 mg de escitalopram, el cuál se había reducido por aumento de peso, y que revirtió considerablemente con la dis mi nu ción de la dosis. Tercera etapa, con suspensión de la medicación y revisión com ple ta de los distintos focos de tratamiento: En marzo y abril co men za ron a manifestarse una serie de molestias corporales, como ser cosquilleo en el cuerpo ante situaciones que en el pasado no le habían pro vo ca do ninguna molestia, así como sensación de des ma yo en forma aislada, y posteriormente en un viaje que tuvo que realizar al ex tran je ro tuvo una crisis de pánico completa en un aeropuerto. En realidad para su regreso de este viaje estábamos planeando la sus pen sión de la medicación, que igualmente rea li za mos, pero re vi san do también la historia clínica para detectar el porqué de estas recaídas. Surgen así como datos relevantes que él tuvo una gran di fi cul tad para dejar a su familia. Si bien había estado conviviendo con una pareja previa a la última, debido a difi cultades económicas, tuvo que regresar al hogar familiar. De hecho para la primera con sul ta aún vivía con ellos. “Ellos se apoyan mucho en mí”. Además estaba atrapado en las enfermedades de su padre y su hermano. Asimismo previamente al episodio de septiembre de 2003, había estado hablando con su 51

novia en relación a irse a vivir juntos y posteriormente casarse. Inclusive habían comenzado a comprar cosas en común para su futura casa. Luego de la ruptura con su novia en diciembre de 2003, rápidamente se va de la casa de sus padres (lo decidió el día de la ruptura). Cree además, fi rmemente, que vivir con sus padres afectó la relación con su novia. A partir de aquí surge más claramente la interrelación entre la relación de pareja, la familia (específi camente el padre y el hermano con sus enfermedades) y los ataques de pánico. Tercera fase del tratamiento (marzo de 2005): Comenzamos a trabajar de manera sistemática y paso a paso (foco por foco, aún cuando tuvieran una PERURBACION BAJAbajo) cada una de las diversas si tua cio nes que le provocaban malestar. El antidepresivo fue suspendido a mediados de marzo del 2005. Se realizó luego la instalación de recursos (tercera fase del tratamiento protocolizado EMDR). El Sr TT eligió como recursos los siguientes: calma, dominio de uno mis mo, optimismo y seguridad. Esto fue realizado a mediados de mayo de 2005. Al momento actual (fi nes de julio de 2005). Se encuentra asintomático. En total se realizaron 26 sesiones, en 11 de las cuales se usó EMDR. FOBIAS Nos podemos encontrar con dos tipos de objetos o situaciones fobígenas: Un primer grupo, serían ciertos objetos o situaciones que nos provocan miedo y que aluden a estructuras antiguas y primitivas, tales como el miedo a ciertos animales, insectos, lugares altos, lu ga res cerrados, tormentas, etc. Estos corresponden a objetos o si tua cio nes que fueron alguna vez, o tal vez puedan ser en el pre sen te verdaderamente peligrosos y la función (del miedo) habría sido o sería la de protegernos de esos peligros. Esos miedos ha brían sido antaño exitosamente protectores y la evolución les re co no ció un valor para la supervivencia de la especie. En otras pa la bras es preferible para la supervivencia de la especie, tener un falso positivo (un miedo inapropiado) que un falso negativo (no temer algo peligroso). Hay un viejo adagio que cita Aaron Beck: “la evolución prefi ere genes ansiosos”. Un segundo grupo de objetos productores de fobias es el de aquellos que no existían primitivamente y que fueron manufac tu ra dos por el hombre como los cuchillos, aeroplanos, o automóviles, y que contienen un peligro potencial, sin importar su monto. Podemos afi rmar, con certeza, que es sumamente in frecuen te la existencia de fobias a objetos totalmente “inocuos”.

En efec to, nadie tiene fobia a una silla, a un papel, a un libro o a una brizna de pasto. Sin embargo, curiosamente existen fobias a las palomas. A riesgo de generalizar nos encontramos con el hecho de que las fobias tendrían, básicamente, una función protectora en la evo lu ción, aún si esta no es funcional en el momento presente. Muchos de los temores fóbicos son normales y adecuados, es decir adaptativos, por ejemplo en los niños pequeños el temor a los extraños, a las alturas, a objetos punzantes y cortantes, al fuego, al agua, a los bordes con precipicio, etc. (hasta el año de edad, los bebes tienen un refl ejo automático, inhibitorio con parálisis, se fre nan, al ir gateando, cuando llegan a un borde no protegido). Así como los niños pequeños suelen tener miedos relativos al daño físico, los más grandes suelen tenerlo al daño psicosocial. Podríamos considerar que en ciertos adultos estos miedos, ade cua dos cuando eran niños pequeños, persistieron inadecuadamente en la edad adulta como por ej., hablar en público, rendir un exa men, o establecer relaciones sociales. La protección que tal vez estos temores brinden gira en torno al riesgo de perder un lugar valioso en el ranking social, o en la escala de dominancia del grupo, si es que los sujetos no están aún pre pa ra dos para enfrentar esas situaciones. En estos casos, si estos te mo res propios de una edad mantienen su vigencia más allá del plazo útil producen en el adulto las llamadas “fobias de eva lua ción”. Trataremos de comprender, en primer lugar, aquellas fobias si mi la res al miedo de los niños pequeños. No cabe duda que estos temores son altamente protectores para los niños, sin duda alguna tienen más probabilidades de sobrevivir, tanto en el mundo pri mi ti vo como en nuestro violento mundo moderno, aquellos que tie nen estos miedos. Un tipo de fobia particular, contraria a las leyes generales de las mismas es la reacción que se produce ante la visión de sangre, he ri das, intervenciones quirúrgicas, accidentes, inyecciones. Estas reacciones que manifi estan quienes tienen este tipo de fobias son diferentes a la de todas las otras, que tienen como respuesta al ob je to fobígeno una reacción del sistema nervioso simpático, con au men to de la tensión muscular, taquicardia, aumento de la tensión arterial, midriasis, etc. En cambio las fobias del grupo de la sangre, las heridas e inyecciones, tienen la reacción opuesta, es decir una respuesta del sistema nervioso parasimpático, con debilidad mus cu lar generalizada, 52

tendencia al colapso y brusco descenso de la presión arterial. Esta reacción profunda puede ocurrir ante la vista de sangre o de una herida o ante una descripción de una mutilación o viendo en una película una injuria. ¿Cuál sería la función protectora de esta respuesta del sistema parasimpático ante la vista u escucha de estos elementos que im plican daño corporal? No es fácil encontrarla, pero tal vez cum plan una función importante el colapso venoso y el descenso de la presión arterial, porque si la persona misma sufre una herida y sangra, el colapso venoso provocaría que se reduzca drásticamente la hemorragia y se evitaría así la muerte. 1- FOBIA A QUE OTRO CONDUZCA UN AUTOMÓVIL. CASO MARÍA: La primera ‘paciente’ plantea una fobia, tenía miedo de ir en un automóvil cuando conducía otra persona. Lo interesante es que María sabía cuándo había comenzado su fobia, y sabía por qué. Fue en un viaje a Brasil, donde tomó un taxi con su hija pequeña, y el conductor resultó estar borracho – cosa que intuyó antes de subir al taxi por la manera errática con que lo vio conducir el vehículo cuando paró a su lado. Sin prestar atención a su in tui ción, subió igual. El conductor comenzó a conducir zigzagueando y a cruzando los semáforos en rojo a alta velocidad, pasando por momentos de alto peligro, con gran desesperación de María. Atinó por fi n a gritar desaforadamente hasta lograr que el chofer parara y descendió rápidamente del automóvil. Lo curioso es que a pesar de comprender el origen de la fobia, ésta no cedía. Seguramente, su miedo cumplía un rol protector y adaptativo. El reprocesamiento fue veloz y sencillo, confi rmando la explica ción que diera María sobre su origen. Sentía, sobre todo, cul pa por no haber escuchado su voz interior. El hecho es que, des pués del reprocesamiento, la idea de viajar en un automóvil con du ci do por otra persona se le volvió factible, le dejó de producir angustia, y se fue dispuesta a poner a prueba su nueva libertad. La curación se corroboró por un seguimiento hecho a los pocos meses del tra ta mien to. Este un caso de fobia de comienzo conocido, causada por un trauma también conocido, manifi esto e indiscutible. Claramente una fobia del grupo uno. 2 – FOBIA A LAS ABEJAS Y AVISPAS. CASO ELENA: Elena, planteó una fobia a las abejas y avispas. No incluía otros insectos, como hormigas o arañas, ni tampoco tábanos o jejenes que también pican.

Su miedo era extremadamente severo y limitante, evitaba sistemáticamente los lugares en donde pudiera haber abejas o avis pas y en una ocasión, estando embarazada de 7 meses, durante un paseo en velero en el río al ver una abeja cerca, sin pensarlo e impulsivamente, saltó a otro barco que pasaba cerca poniendo en riesgo su vida y su embarazo. Ante la pregunta a qué le tenía miedo exactamente, con tes tó: “no sé... .supongo que debe ser a que me piquen, pero no sé... ” y relató que una vez, siendo niña fue picada por avispas, agre gan do: “no creo que fueran más de siete, pero como las avispas no mueren al picar, me seguían picando y picando... me tiraron ropa encima para protegerme pero fue inútil, seguían picándome y todavía puedo es cu char el zumbido en mis oídos... .después me tuvieron que internar, es ta ba toda hinchada y con un edema muy importante, yo soy alérgica y casi me muero... pero no sé si esta es la causa de mi fobia... todos me dicen que estoy loca... en realidad ahora que me acuerdo esa no fue la primera vez que me picaron, la primera vez fue en una plaza cuando estaba en el tobogán, siendo aún más chica, y una abeja me picó un dedo y se me hinchó como un globo... ” Durante el curso del reprocesamiento recordó que de pequeña era asmática, tenía severos ataques nocturnos, y varias veces, en ellos, se sintió con temor de morir ahogada... coincidían en una sensación común los episodios de avispas/ abejas y el asma: nadie la podía ayudar, no podía esperar nada de nadie. En efecto, en los accesos nocturnos de asma los padres nada podían hacer, no po dían aliviarla, y con el episodio de las avispas alguien procuró envolverla con ropa para protegerla, pero la ayuda fue inefi caz. Otro punto en el cual hacía hincapié era en la vergüenza de tener una fobia (algo propio de muchos psicólogos), porque todos le decían que era una loca por tener ese miedo. Cuestioné si era verdaderamente una fobia, puesto que por de fi ni ción, en una fobia el objeto temido no es peligroso ob je ti va men te, siendo sin embargo subjetivamente evaluado como pe li gro so. En este caso, debido a su alergia asmática y a los episodios an te rio res de picaduras que la habían sensibilizado al veneno, estos in sec tos eran efectivamente altamente peligrosos para ella. Real men te una picadura podía producirle un shock anafi láctico y ser mortal. ¿En qué grupo ubicamos esta fobia de Elena? Estamos se gu ros de que no es una fobia. La existencia de trauma es indiscutible, y el peligro que las abejas 53

representan para ella también es in dis cu ti ble. ¿Era eso una fobia? ¿O era ser cuidadosa y protegerse? Esta explicación produjo una reformulación cognitiva y le generó un enorme alivio. No nos cabe duda, puesto que la mejoría de la fobia fue leve, que este miedo cumple un rol protector y adaptativo. Lo dudoso y confuso es si ella sabía o no el origen. Daría la impresión, que la creencia de que el miedo que tenía era com ple ta men te irracional, como le decían los que la llamaban “loca”(lo que implica irracionalidad), le hizo descartar la causa traumática como origen del mismo, y no pudo por lo tanto, establecer la re la ción causaefecto. 3 – FOBIA A LAS TORMENTAS. MARIELA: La tercera en trabajar fue Mariela. Eligió una fobia muy severa que padecía desde hacía 30 años y que la había, y la seguía, li mi tan do severamente. Se trataba de una fobia a las tormentas eléc tri cas con truenos y relámpagos (ver caso Dana) pero siempre que fuera de noche. De día estaba tranquila, y con una simple llu via también. Su peor recuerdo era de varios años atrás, cuando en un atar de cer, ya casi de noche comenzó a llover. Ella estaba con sus hijos pequeños conduciendo el coche. Un relámpago, con su con si guien te trueno y un repentino oscurecimiento la hicieron entrar en pánico, y en el afán de protegerse pensó en llegar rápidamente a su destino a pocas cuadras de allí. Para hacerlo lo antes posible, presa de pánico, se metió a contramano en dos calles altamente transitadas en pleno centro de la ciudad. Al comenzar el reprocesamiento, tomando como foco este re cuer do, le viene a la memoria súbitamente un episodio de su ado les cen cia. No aclara qué edad tenía, sólo dice: “Era chica, pero pa re cía más grande, yo siempre parecí más grande de lo que era... Ese día volvía a casa, tomé el ascensor y entró conmigo un señor y subimos juntos... de pronto él para el ascensor, apaga la luz y me dice que no grite pues tenía un cuchillo, que no me muestra. Me agarra... yo estaba muy asustada... el jadea, se me apoya, ... yo no sabía lo que era, algo blanco contra mis piernas... tenía mucho miedo, no entiendo por qué no hice nada, no grité, nada estaba paralizada, inmóvil... de pronto prende la luz y yo lo miro, él hace arrancar el ascensor y me deja en otro piso y se va... yo corrí a mi departamento, entré muy asustada, le conté a mamá, que corrió a buscarlo, pero no lo encontró... y volvió a casa, me dio un baño, tiró la ropa, y me dijo... ’vamos a poner todo lo que pasó en una bolsita, bien guardado, lo aseguramos bien, la

tiramos, y nunca, nunca más vamos a hablar de esto.’ Y fue así, realmente nunca hablamos del tema... ni siquiera la vez que tuve que ir al reconocimiento policial, a ver si lo reconocía, junto con otras chicas del barrio de las que también había intentado abusar.” Durante el reprocesamiento había hecho una referencia, casi como al pasar, que durante el incidente del ascensor se había que da do inmóvil. Ante la pregunta de qué quería decir con eso, agre gó cabizbaja, que no gritó o se defendió, (era visible su malestar ante nosotros). Le expliqué que había quedado literalmente pa ra li za da de terror, lo que la alivió sobremanera. Tantas preguntas se generan a partir de este recuerdo. ¿Por qué de noche la fobia a la tormenta y de día no? ¿Por qué el terror al relámpago?. Encontramos algunas respuestas la os cu ri dad del ascensor cuando el hombre apagó la luz. el des lum bra mien to al verlo súbitamente cuando volvió a prenderla ya no había duda, por cierto, que estábamos claramente en presencia de una fobia del grupo Uno: un trauma incuestionable, objetivable, y no re la cio na do por la paciente con la fobia, si bien recordado por ella. Milagrosamente, como enviada por los dioses, antes de terminar las prácticas de la tarde se desató una verdadera tormenta, con truenos y relámpagos... Mariela la escuchaba y miraba por la ventana en calma. Comentó que “en otra ocasión hubiera corrido a esconderme a algún hueco de la casa, hubiera desaparecido... luego hu bie ra llamado a mi marido que me venga a buscar cuando parara de llover... si bien vivo a cuatro cuadras de aquí... y en cambio no me pasa nada... y... tal vez alguna de Uds. me puede acercar cuando terminemos si aún llueve?”. Lo que suele ocurrir con los traumas es que se almacenan en la memoria “congelados”, no pudiendo ser integrados a la vida del sujeto como el resto de los recuerdos que mutan y crecen, al ser comprendidos con la nueva información que vamos adquiriendo con el correr de los años. Los traumas que dan lugar a un estrés post traumático, perma ne cen inmutables en el tiempo, siendo incapaces de entrar en la narrativa de la vida del sujeto, como ocurre con todos los otros recuerdos que con el paso del tiempo van mutando, resignificándose, cambiando su lectura e interpretación así como sus emociones y detalles. Los únicos recuerdos que permanecen inmutables son los traumáticos, que mantienen sus creencias originales, su in ter pre ta ción, sus emociones así como los detalles de las imágenes per ti nen tes. Es decir siguen siendo comprendidos con la lectura del momento en que 54

ocurrieron, con los recursos y posibilidades cognitivas que tenía el sujeto a esa edad. Mariela, no comprendía el suceso desde la edad actual sino des de la niña que era en el momento del trauma. Por eso, ahora en el presente, era incapaz de entender y aceptar su respuesta cor po ral del pasado cuando se quedó en silencio, inmóvil y aterrorizada. Con la mirada del presente sentía responsabilidad y culpa como si no hubiera hecho todo lo posible o incluso como si hubiera co la bo ra do con el atacante. La estimulación sensorial bilateral puso en marcha lo que po dría mos llamar el “descongelamiento” del trauma, y así pudo com pren der y aceptar la explicación que le dimos de su actitud: “es ta bas paralizada de terror, te era imposible hacer nada” y pudo integrar esto con la lectura adulta del hecho, con el consiguiente ali vio, enor me por cierto, pues esta duda la había perseguido du ran te años. ¿En que grupo colocamos esta fobia? Obviamente en el grupo Uno. Es un trauma objetivable, indiscutible, recordado, si bien no en to dos sus detalles pues solo por efectos del reprocesamiento re cor dó que el hombre había prendido la luz del ascensor. El trauma era conocido por la paciente y, como detalle de in te rés, podríamos agregar que en algún tratamiento psicoterapéutico anterior –parlante- había sido conectado este trauma sexual con la fobia, de modo que tenía hasta una suposición intelectual acer ca del contenido de la misma, si bien esto no fue sufi ciente para re sol ver lo. Es útil recordar lo descubierto por Bessel van der Kolk y col. Acorde con sus investigaciones, describen que cuando una persona habla acerca de un trauma padecido, se inactiva el centro de Brocca (centro del lenguaje) y por lo tanto se hace imposible tener acceso a la emoción profunda del trauma, meramente a través de la palabra. FOBIA A SAPOS Y RANAS. CASO PETRONA LIC. FRANCISCO X. JARRÍN A. (QUITO, ECUADOR)

Se trata de una paciente de casi 40 años que consulta por una severa fobia, de toda la vida, a sapos y ranas, sin haber habido ninguna situación especial, que ella pudiera recordar, con estos batracios. De su historia previa, lo único que sobresale de lo usual, relatado por ella, es un nacimiento con difi cultades, con un tra ba jo de parto de doce horas de duración y el uso de fórceps. Como la paciente tenía que ir al campo por un encuentro profesional im por tan te, y temiendo hacer un mal papel ante sus colegas, por la eventualidad de toparse con alguno de estos habituales ani ma li tos, se decide a trabajar el tema.

Se aplica EMDR tomando como foco una escena de la primera infancia, en la cual ella veía a la madre sacando por la puer ta de la cocina con una pala un sapo oscuro y cuyo recuerdo le pro du cía una perturbación elevada. Era al atardecer, con una pe num bra acentuada. Poco a poco, durante el reprocesamiento de la es ce na, comienza a experimentar sensaciones de agotamiento, con llanto, angustia, ahogo y miedo. El trabajo de ese día fi naliza con una marcada disminución de la perturbación original. En una segunda sesión, retomando el tema, vuelve a aparecer el agotamiento, en medio de una sensación de humedad y os cu ri dad, con la percepción de una tenue luz, al fondo, tal vez de color rojo. A continuación, le aparecen los colores rojo y negro, sin for ma, hasta que poco a poco van apareciendo colores verdes, cada vez más claramente. Le inunda una sensación de fortaleza y la sensación que puede luchar para salir de ese sitio y liberarse, y siente como la ayudan a salir, se ve “en manos de alguien verde”, con mucho cansancio y gran aturdimiento y con la percepción de variados y confusos sonidos. Poco a poco el miedo va disminuyendo, siente como si pa sa ra por un túnel, con luces blancas, envuelta en una tela verde. Minutos después le surge la imagen de la cara de la madre, joven, muy grande y mirándola con mucha ternura y siente un gran ali vio físico. Todo esto aparece visto en una suerte de cámara lenta, con mucha tranquilidad, sonrisas y relax. La perturbación frente a la imagen original desaparece totalmente. A partir de esto su fobia se resolvió completamente. En una comunicación posterior relata al terapeuta que, durante el viaje, se había topado con un sapo en el campo, y lo había podido tolerar con pasmosa tranquilidad y calma. La explicación (deducción?) es que revivió durante el reprocesamiento su propio parto, que había sido traumático y habría tenido como nexo con los sapos simplemente el color verde, seguramente los colores de los camisolines de los médicos, nexo que se habría producido no sabemos porqué motivo ni cuando. De hecho podríamos decir que no nos interesa saberlo, la cuestión es que el tratamiento permitió ‘desarticular’ esta aberrante ‘ar ti cu la ción’ entre batracios y trauma de nacimiento. Se trata, entonces, un trauma perinatal, preverbal, per te ne cien te al grupo 2, es decir no recordado, no relacionado pero obvio e indiscutible (cuando se manifi esta) para un observador. En lo úni co que difi ere de los casos usuales del tipo 2, es que debemos ba sar nos en una inferencia. 55

Cualquiera que hubiere presenciado el reprocesamiento de esta paciente, no dudaría en arribar a la mis ma conclusión. CLAUSTROFOBIA. CASO CLARA LIC. CRISTINA RAUCH DE FERRAZZANO

Motivo de consulta: En septiembre del 2003 Clara de 51 años, consulta por claus tro fo bia. No puede viajar en subte o en avión porque siente que se ahoga y empeoró últimamente. Le ocurrió por primera vez siendo chica, no recuerda la edad, cuando se quedó encerrada en un ascensor 20 minutos. También le pasó durante un viaje, en Italia cuando trató de entrar a las catacumbas. A los 32 años al querer entrar en las pirámides de Egipto y a los 40 años en un avión yendo a Los Ángeles. Fue empeorando a partir del 2001, un mal año porque falleció su padre y tuvo una serie de problemas económicos y laborales. A partir de entonces el solo hecho de pensar en ir al aeropuerto la hace sentir asfi xiada. Desde entonces dilata sus viajes, los pos po ne, lo que la perjudica económicamente dada su actividad la bo ral.. Cuando no tiene más remedio, viaja acompañada, tomando hipnóticos y sedantes para estar “atolondrada” la mayor parte del viaje. Además lleva un ventilador a pilas por si se queda “sin aire”. Al momento de presentarse a la consulta, Clara había sido in vi ta da a un congreso, al que no podía faltar, y debía viajar a Canadá en menos de dos semanas, por lo que se sentía urgida de resolver el tema. Comenta que vino a verme porque le dijeron que yo trabajaba con una técnica muy puntual con la que no tendría que tocar temas de su infancia, ni de su viudez, cosa que por otra parte parecía tener totalmente resueltos. Era practicante de una doc tri na religiosa que la fortalecía a nivel espiritual. Había enviudado hacía seis años. Hay una situación muy traumática, una peritonitis aguda a los 22 años, por la que estuvo en terapia intensiva y por la que le dieron la extremaúnción. Aparte de eso nunca tuvo problemas de salud. No parece presentar perturbación alguna por ese hecho, que relata con total desafecto. Diagnóstico: Claustrofobia. Tratamiento: Con tiempo para implementar solo dos sesiones antes de su viaje, elegimos en la primera sesión comenzar a reprocesar con EMDR la peor escena que se le repite en los viajes, el llegar al aeropuerto, antes de subir al avión. La emoción es de angustia y miedo, con sensación de asfi xia, agitación.

Al comenzar la desensibilización aparecen recuerdos de ella entrando a terapia intensiva. “Mamá tiene un pañuelo de colores. Siento el golpe de las puertas de la sala de Terapia que se cierran. Me incorporo, estoy cateterizada y veo mi cuerpo, tengo la panza abierta. Tengo 22 años, no me quiero morir” (experiencia extra corpórea). “Hubo un problema con el oxígeno. Me pusieron sondas y no podía respirar”. Después de reprocesar estas escenas la perturbación bajó apreciablemente. En la segunda sesión, Clara trae escenas de miedo de su in fan cia y adolescencia recuerdos que emergieron después de la sesión. Miedo porque una vez entraron ladrones a su casa, miedo a las tormentas, a víboras y arañas, a la separación de sus padres, a la soledad y a la muerte. Desensibilizamos estos miedos en orden de cre cien te y luego abordé su sensación de ahogo, la escena elegida fue la de las pirámides de Egipto. Se reprocesaron todas las es ce nas de encierro, incluída la primera, la del ascensor. A continuación trabajamos el futuro, visualizando como sería su viaje e instalando recursos con los que contar en caso de sentirse angustiada en alguno de los vuelos. Ella llevaría su ventilador y las pastillas, pero no las tomaría como solía hacerlo la noche anterior al viaje, sino que esperaría hasta llegar al aeropuerto, para ver si las necesitaba. Cuando volvió del viaje tres semanas después, me contó que antes de tomar el avión se había sentido descompuesta, con colitis y con fuertes dolores de cabeza. Pero a medida que viajaba se sen tía mejor. Pudo disfrutar de los vuelos de vuelta, a pesar de que los aviones venían completos. Incluso comentó que en un hotel se de tu vo un ascensor durante un buen rato y no le provocó angustia. A partir de allí, Clara dijo sentirse bien con respecto a los viajes en avión, aunque persistía una leve ansiedad anticipato ria. Pos te rior men te, en diciembre de 2004, fecha en que se iba de vacaciones en avión, abordamos el futuro viaje con EMDR y surgió el re cuer do de un aterrizaje defectuoso en el aeropuerto de Córdoba, don de tuvo que permanecer varias horas, con las puertas del avión cerrado, sin aire (despresurizado) y con mucho calor. Como se había terminado la bebida, hubo gritos y discusiones entre los pasajeros que se agolpaban en la puerta, empujando y apretándola hasta que ella se desvaneció. Este recuerdo no había aparecido antes, quizá por el poco tiempo (2 sesiones) dedicado al tema, y nos es cla re ce la relación entre la sensación de ahogo 56

y el viajar en avión, ya que antes de esto, a pesar de la claustrofobia Clara no se sentía ahogar. Trabajamos dos sesiones más. Un problema que faltaba resol ver, era que aún tomaba las pastillas antes de los viajes por “el miedo de sentir miedo”. Después de estas dos sesiones, Clara pudo viajar sin la medicación y además decidió dejar su ventilador a pila, porque la hacía sentirse ridícula. Conclusiones: La relación entre las situaciones de encierro vi vi das y los síntomas que presentaba Clara de claus tro fo bia, colocan a este caso en el grupo dos. CONCLUSIONES FINALES ACERCA DE LAS FOBIAS Describimos varios ejemplos de fobias. En dos de los gru pos, se co noz ca o se desconozca concientemente el origen, estas son provocadas por un trauma. En un tercer grupo de fobias, no se alcanza a comprender su origen, lo que no impide su desensibilización con las Terapias de Avanzada. Sin embargo, hay un curioso detalle: no encontramos casos de fobias en las cuales el origen haya sido una situación placentera o agradable. Encontramos numerosos casos de fobias en las que hubo aparecido como causa una situación traumática, y también al gu nos casos en los que no apareció una causa claramente objetivable. En otras palabras, o bien encontramos una relación, un puente entre un suceso traumático recordado u olvidado y la fobia, o bien no encontramos puente alguno con algo... pero nunca en con tra mos un puente con algo anodino o indiferente, ni positivo o agra da ble. Nos atrevemos a postular que esto nunca será en con tra do. En cuanto a la tan mentada patología sustitutiva, en más de 18 años tratando fobias, con mayor o menor éxito, no hemos tenido nunca un caso de patología sustitutiva de ningún tipo al curar una fobia, hecho comprobado por largos años de seguimientos. ¿CUÁLES SON LAS FOBIAS INFANTILES POR LAS QUE NOS CONSULTAN USUALMEN TE? Las fobias prototípicas más comunes en la primera infancia son: A los extraños, a lo desconocido, a caerse, a los ruidos. Por ejem plo, para desensibilizar la fobia al ruido del torno utilicé, grabadas en una cinta en secuencias alternadas, el ruido del torno y la can ción de Xuxa preferida de una niña. El miedo al ruido del inodoro es frecuente en los más chiquitos. Otros miedos son: a los animales, aún a algunos muy mansos como las palomas, a los monstruos imaginarios, a la oscuridad.

Un ejemplo es el de Diana de 5 años, con terrores nocturnos, que padece fobia a personajes imaginarios: “los monstruos locos” que le aparecen en la oscuridad, sumado a miedo a los ladrones. (ver Diana - dibujo 2) Hay experiencias que pueden crear sintomatología profunda y persistente en el niño. Es importante ver la forma en que se es truc tu ra la amenaza que se percibe con miedo. Como psicoterapeutas tenemos que identifi car los datos importantes que desencadenan y mantienen la fobia para evaluar qué priorizar en el abordaje te ra péu ti co. Debemos: a) Identificar los problemas de comportamiento: como los tras tor nos del sueño. Esta niña daba vueltas para ir a dormir, o se despertaba en la noche varias veces e iba llorando al dormitorio de sus padres. No dormía en otras casas. b) Identificar las imágenes o señales del miedo: como los rui dos, el monstruo loco (que dibuja), y la oscuridad. c) Identifi car el afecto que acompaña al síntoma: el miedo o terror junto a las experiencias somáticas como temblor, taquicardia y extrema angustia. d) Identificar los pensamientos: por ej. “me va a pasar algo malo”. En el proceso terapéutico la cognición, emoción, conducta y sen sa ción son determinantes recíprocos. Vamos a focalizar en todos y en cada uno de ellos, con EMDR, para desensibilizar y reprocesar la situación fobígena. e) En cuanto al grupo familiar o sistema, al que pertenece esta niña que damos como ejemplo, de por sí muy sensible, podemos decir que la aparición de la fobia al monstruo loco ha sido fa ci li ta da por la inestabilidad de sus padres y las situaciones traumáticas con escaladas de violencia que ha presenciado. Las conductas de dar vueltas para ir a dormir y entrar sin lí mi tes varias veces en la noche a la pieza de los padres, desencadenan consecuencias como el aumento del estrés y peleas entre sus pa dres sobre límites y hábitos educativos, además del cansancio e irritabilidad de la niña, por la falta de sueño, durante el día. Esto genera un círculo vicioso de más violencia que mantiene los síntomas. Las metas del tratamiento surgen del análisis del pro ble ma. En este caso el abordaje individual-familiar fue decisivo para la re so lu ción de la fobia. También son frecuentes las consultas por fobias con res pec to al entorno natural: a las tormentas, a los truenos (usé con una niña una fi lmación en video de una tormenta, y cuentos sobre un meteorólogo para exposición imaginaria gradual), a las alturas, al agua, a 57

nadar, (se usa la exposición en vivo y juegos en la ba ñe ra), a las inundaciones (observamos en los niños miedoy estado de hiperalerta frente a las nubes densas, relacionadas con desastres naturales, muchos meses después de la inundación en la provincia de Santa Fé). Pueden aparecer miedos adquiridos de otras personas. Se mo de lan o imitan conductas de otros. Hay niños que padecen fobias situacionales o de proceso como la fobia al avión o al auto, al ascensor, a las escaleras o toboganes, a la escuela, a las guerras. Muchas veces se producen fobias como consecuencias de mala praxis o por desinformación sobre las consecuencias psi co ló gi cas de procedimientos médicos u odontológicos. Son frecuentes, como dijimos, en estos casos las fobias dentales, por ejemplo al ruido del torno, a las operaciones, a la sangre, a las inyecciones y a la anes te sia. Este dibujo muestra realmente la sobredimensión del im pac to del tratamiento odontológico en una niña que ocasionó una fobia. El dibujo muestra una boca inmensa a la que se acerca un brazo con una jeringa también inmensa. Es el caso de Antonia, de 10 años, que vomitaba cada vez que tenía que ir al dentista ate rra da por una mala experiencia previa. Tenía fobia a los dentistas, al olor del lugar y fundamentalmente a la inyección de la anestesia. (ver Antonia - dibujo 4) EL MÉTODO EMDR Con esta técnica se puede lograr una integración de aspectos fundamentales de las terapias anteriores. Es un método te ra péu ti co que no depende exclusivamente de la comprensión y de las cogniciones para tratar las sensaciones y las emociones que apa re cen frente a lo per tur ba dor. Esta una de las razones fun da men ta les por las que po de mos usarlo para tratar niños con fobias des de muy pequeños. Por ejemplo con Fabio y su fobia al pasto: “Tus papás me han dicho que tenias miedo a las plantas pinchudas y al pasto, ¿es ver dad?... ¿Podemos ayudarte a hacer algo para que se te vayan?... Ima gí na te o dibújame primero un lugar muy seguro, y tranquilo, un lugar lindo creado en tu imaginación, en el que te sientas seguro, protegido, tran qui lo y en calma.” El lugar seguro es una herramienta poderosa para dar reaseguro y sentimiento de estar en control. En el dibujo, muestra su vulnerabilidad y falta de se gu ri dad: dibuja un diamante guardado en una caja de seguridad con múl ti ples sensores, dispositivos de alarma y cáscaras de bananas, por si quieren robarlo. Tiene una serie de trampas y campanas pro tec to ras. (ver Fabio – dibujo 5). Le digo que me parece que con tantas campanas estaría seguro, pero no muy tranquilo.

La idea es que sea un recurso que le quede a él para volver a recordarlo y cal mar se cuando lo necesite. Pregunto: “¿Me podrías hacer otro dibujo de un lugar en el que te sientas muy tranquilo?” Me dibuja este bambi pastando con su mamá en un ambiente muy apacible y me dice: “este es el lugar lindo en el que quisiera estar”. (ver Fabio - dibujo 6) Otra herramienta útil para ir trabajando las fobias es el “Abrazo de la mariposa” (Lucy Artigas) que es una Autoestimulación bilateral alternante que los niños se hacen a sí mismos, con suaves toquecitos alternados sobre los hombros con las manos cruzadas sobre el pecho, como alas de mariposa que promueve el pro ce sa mien to de la situación, calma ansiedades e instala un estado de bienestar. También se puede registrar, como un recurso “los ayudantes sobresalientes” imaginarios del niño, que puedan asistirlo cuando tiene que enfrentar sus miedos y neutralizarlos. Ejemplo: Indiana Jones que salva al cautivo, Gatúbela que mata al monstruo loco de la noche. Todo estos recursos son fundamentales en esta etapa de prepa ra ción antes de empezar a trabajar directamente con la fobia con EMDR . En los niños hacemos la estimulación bilateral, con tí te res, sonidos, toques, varita mágica, etc. A veces es útil enseñarle a los padres cómo utilizarlo. LAS VENTAJAS DEL EMDR SOBRE OTROS ABORDAJES EN EL TRATAMIEN TO DE LAS FOBIAS INFANTILES • Tiene resultados rápidos. Los niños reaccionan haciendo cam bios importantes en poco tiempo y que se mantienen. • La asistencia es inmediata y es posible en cualquier lugar y cul tu ra. • Permite trabajar con niños muy pequeños ya que no depende solo de lo verbal. • Permite que fl uyan las emociones y se evoquen las memorias corporales. • Se recuperan recuerdos y se destapan situaciones traumáticas. • Se rearman creencias, cambiando las disfuncionales en fun cio na les, útiles para la vida del paciente (los padres o el niño crean nuevos signifi cados y resolución de su historia) • Los cambios en el niño promueven cambios en la familia • Fortalece la autoestima y efi cacia. • Tiene un valor preventivo.

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CUENTO DE LOS PADRES PARA LOS NIÑOS: LA TÉCNICA DE JOAN LOVETT (EMDR) Esta técnica es un buen organizador para que los padres den signifi cado a lo que le pasó y le pasa al niño. Les pido a los padres que escriban un cuento sobre la experiencia traumática del hijo. Deben empezar con los protagonistas seguros y en paz, contar cómo era el niño antes de que le ocurriera el trauma y cómo piensan que vivió la situación traumática (con detalles). Re la tar como superó otras situaciones difíciles (recursos) Terminar bien el cuento, todos felices por los logros, en un lugar seguro y tranquilo. Durante el relato del cuento, el terapeuta hace estimulación bilateral al niño, que está escuchando. El objetivo es desensibilizar y reprocesar lo traumático y restablecer una creencia positiva para que pueda ayudar al niño a resolver lo que le pasa. CASOS CLÍNICOS UNA NIÑA DE 5 AÑOS CON FOBIA A LA COMIDA. CASO CATALINA LIC. SUSANA NOFAL

Catalina, es menudita y prolijita, se come las uñas y tiene muy buen lenguaje, es movediza. “Un personaje”. Fué sietemesina como sus hermanos, se prendió bien al pecho, hizo una buena evo lu ción. Vive con sus padres y 2 hermanos. Es la más chica. Madre y abuela materna, (hiperpresente), tienen fobias múltiples (claustrofobia, alturas, gatos y otros bichos). Catalina es talasémica, por eso la consulta es no sólo por que es tán preocupados por la fobia a la comida, que de por sí es im por tan te sino por la urgencia en resolverlo debido a la enferme dad que padece que aumenta el riesgo si la alimentación no es com ple ta men te adecuada. MOTIVO DE CONSULTA Es por una fobia a comer sólidos a raíz de un evento traumático en el que se ahogó con un trozo de em pa na da. La ayu da ron a expulsarlo con un golpe seco en la espalda, pero terminó en el hospital con un espasmo de esó fa go. El ambiente familiar en lugar de contenerla se asustó mucho agra van do el impacto del trau ma. Una semana después la abuela le dijo: “No comás chicle que te vas a ahogar otra vez... ” A la hora de comer la nena se tapó la boca y le dijo a su mamá: “No puedo comer porque me voy a hogar, tengo miedo”. A partir de ahí se instala la fobia y come solo postres blandos, leche y el Polper B12 indicado por la pediatra. Toda comida semisólida, no “peligrosa”. (ver Catalina dibujo 7) Tomé detallados datos de su historia evolutiva, y de la si tua ción traumática que desencadenó la fobia. Para ir re

gis tran do los recursos que tenía Catalina, ya que los utilizo durante el tra ta mien to, pregunté por momentos de logros y me contaron que es ta ba orgullosa porque había aprendido rápido a leer y a contar hasta 10. Pregunté también a quién admiraba y me dijo que a las chicas superpoderosas, que desde ese momento quedaron cla si fi ca das como las ayudadoras. La mamá dijo que la niña era una gran cuidadora y lo demostraba cada vez que ella tenía un pro ble ma de salud. TRATAMIENTO Incluye a la niña, sus padres y en interdisciplina con pediatra y nutricionista. Repetimos la importancia de incluir en la psicote ra pia a los profesionales que atienden otros aspectos de la salud ya que en este caso la nutricionista consideraba opor tu no sacarle de su dieta la leche, e incluir alimentos sólidos cuando ella todavía no estaba preparada psicológicamente y todavía la le che funcionaba como un sostén emocional. En una entrevista con los padres les expliqué que Catalina pa re cía sobreadaptada y exigida para alcanzar a sus hermanos ma yo res que le proponían desempeños para los que no estaba madura. Si necesitaba parecer mayor ¿cómo podía verbalizar sus miedos? Directamente los expresaba de manera desafi ante: “No voy a co mer, pegame si querés”. Les explique a los padres que una desensibilización progresiva consistía en ir de a poco incorporando alimentos cada vez más espesos, como papillas, quaker, polenta, en escalas muy graduales para que la nena fuera controlando la situación. La idea que le di a la madre, tal como hacíamos en el consultorio, era jugar a que se trataba de alimentar a una nenita que recién empezaba a comer, hasta que fuera perdiendo el miedo de a poquito. La consigna era “la nenita tiene que aprender a comer de a po qui to”, comprendiendo que a veces los bebés se asustan y hay que ayudarlos con paciencia. Ella era una “ayudadora” de la madre, tal como la chica superpoderosa. Jugaban distintos roles. Después de nuestra primera sesión comió dos postres, durmió una buena siesta y se despertó relajada y contenta. Para la terapia de juego se eligieron algunos elementos no pautados. Usamos plastilina, un títere cocodrilos (Coco) y un títere hipopótamo (Hipo) de bocas grandes, con los que ella podía jugar a la mamá que los alimentaba de a poquito y los cuidaba para que crecieran sanitos. 59

Le preguntaba: ¿Cómo te parece que le vas a dar la comidita? Y ella me guiaba con sus respuestas. Seguía preguntando: ¿Va a crecer?.. ¿lo va a encontrar cada vez más rico?... ¿Y a vos que te gusta más?... ¿Vos que le darías a Coco?... . ¿que pondría en su boca? La idea es hacer jerarquías de menor a mayor y que ella se sienta en con trol de la situación. Los primeros cambios tuvieron que ser ser lentos para no des en ca de nar la situación de ansiedad y dar tiempo al aumento de la autoconfi anza. Es importante la valoración explícita de los logros, por mínimos que sean. Por ejemplo: “La beba esta creciendo y comiendo!!! que bien!!!” “Vamos a ver si este bebé se da cuenta que está en un lugar seguro”. Fuimos complejizando la desensibilización por minietapas con el permiso de ella. La metáfora era “soy grande y voy a alimentar al bebé Coco, pero también al bebé que soy yo adentro”. Cuento que armaron los padres de Catalina: “..Era una nena con varios hermanos, muy linda, todo el mun do es ta ba contento de que haya nacido, fue al colegio, comía de todo, jugaba a muchos juegos sola o con otras nenas, tenía amigos y una gran familia que la querían mucho.” “... Un día esta nena queriendo comer sintió como que algo se le atas ca ba, parecía como que estaba ahogada. La nena estaba asustada, le do lía la garganta y lloraba y pensaba que algo malo podía ocurrir. (Allí se co mien za a usar estimulación bilateral para desensibilizar y reprocesar la situación perturbadora). La mamá supo que hacer para cuidarla, rápidamente le dió unos golpecitos en la espalda y lo al can zo a escupir y se le pasó por unos días la nena comió bien... .pero... .luego un comentario temeroso de su abuelita miedosa recordó la experiencia y se asustó mucho más esta vez, pero mucho más. De ahí en adelante no qui so comer cosas como comía antes las comidas sólidas.” “Después de un tiempo corto el papá y la mamá pidieron ayuda a las doctoras. De a poquito empezó a ser ayudada y a superar el miedo. Pasado unos días, todo se fue mejorando y como en otras oca sio nes la nena se dio cuenta que podía volver a comer y seguir creciendo y ju gan do (re afi r ma mos los logros).” “ Finalmente se dio cuenta que todo había pasado, que todo es ta ba bien, que era escuchada y ayudada. “ “La nena se recuperó, volvió a comer de todo, a estar tranquila, contenta y a jugar!. Todos volvieron a ser una familia fe liz.”

(Durante todo el tiempo de la historia se hace estimulación bi la te ral). Al fi nalizar el tratamiento, hace un dibujo de la nena sonriente, más grande, fi rme y segura apoyada sobre el piso. Dijo: “estoy feliz, voy a comer una milanesa.” (ver Catalina - dibujo 8). El tra ta mien to de Catalina duro tres meses a una sesión semanal. Al seguimiento , once meses des pués, seguía estable y se mantenían los logros obtenidos. UNA FOBIA INFANTIL A LAS TORMENTAS. CASO DANA DR. PABLO SOLVEY. DRA. RAQUEL C. FERRAZZANO DE SOLVEY

Dana comenzó a los tres años a tener fobia a las tormentas. No le tenía miedo a la lluvia ni al granizo, el miedo era específicamente a los truenos y relámpagos. Se asustaba, no que ría quedarse sola en una habitación, se subía a la falda de algún adulto confi able y pedía ser abrazada y protegida. Si la tormenta ocurría de noche, se despertaba, se levantaba y acudía asustada a la cama de los pa dres. En un comienzo se supuso que era una de las habituales fobias de los dos o tres años y que pronto se le habría de pasar. Estas fobias, típicas de esa edad, se deben a la precoz maduración de la amígdala, responsable de las emociones, en relación al hipocampo, que brinda el contexto y que madura más lentamente. Cuando el hipocampo alcanza su maduración, alrededor de un par de años después de la amígdala, el niño comprende el contexto y las fobias ceden. No son, de hecho, fobias simples, sino fobias del desarrollo, que pasan solas con la maduración del sistema nervioso. Pero la fobia de Dana no cedía., y a los cuatro años seguía con la misma intensidad de siempre. Su madre nos relató, en una opor tu ni dad, que Dana solía escuchar con frecuencia las can cio nes y cuentos de María Elena Walsh y que a ella nunca le había llamado la atención el texto de las mismas. Sin embargo, es cu chan do un día más atentamente uno de los cuentos, le llamó la atención una parte en la cual la relatora dice con voz gruesa y tono de eno jo: “…y el emperador rugió, ¿donde está la princesa?, con voz de true no y ojos de relámpago…”…y se preguntó si la fobia de Dana no habría sido producida por esta frase. ¿Si le había dado susto o miedo esas palabras del cuento, no podría esto tal vez haberle provocado la fobia? ¿Sería posible? ¿No sería simple y directamente un susto, que, en su mente infantil, se desplazó literalmente hacia los truenos y relámpagos reales? Y eso, ¿no es acaso un 60

trauma? Resta agregar, que los abuelos llamaban habitualmente a la niña “princesa”. Le dimos instrucciones a la madre que mientras le hiciera es cu char el cuento, varias veces seguidas, le aplicara estimulación sen so rial bilateral con golpeteos en la palma de las manos, du ran te la parte clave, la voz del emperador. La madre lo hizo, y luego de dos o tres repeticiones del cuento la niña dijo que ya estaba cansada de escucharlo. Ahora sólo era cuestión de esperar la próxima tormenta, que por cierto se hizo desear un par de largas semanas. Hasta que llegó, llena de truenos y relámpago y Dana ni se mosqueó! Es ta ba curada, se había desensibilizado completamente. Ya han pasado cuatro años desde esto, y el miedo no se volvió a presentar. Con esto comprobamos el origen traumático de su fobia, que no tenemos dudas seguiría vigente de no mediar la sagacidad de la madre y EMDR! No hubo desplazamiento, condensación, representación, hubo simplemente un susto, tomado por la joven mente y reeditado ante cada estímulo de la realidad que se asociara a la situación original. Lo que nos parece por demás interesante, amén de lo ane cdó ti co, es cómo amplían el concepto de trauma y de fobia estas ex pe rien cias con los tratamientos con las Terapias de Avanzada. CASO CLÍNICO CASO ANALÍA: DISMORFOFOBIA, FOBIA SOCIAL Y TRASTORNO DISOCIATIVO DE LA IDENTIDAD POR ABUSO SEXUAL INFANTIL Dra. Raquel C. Ferrazzano de Solvey

MOTIVO DE CONSULTA Profesional, de 58 años de edad, divorciada y con tres hijos, Analía es una mujer alta, delgada, y bien conformada, elegante y muy expresiva tanto en su lenguaje como en sus gestos. Todo ello contrasta signifi cativamente con las auto percepciones distorsionadas que comenta tener acerca de su cuerpo. Dice “lle gué a un punto ciego, hice muchas terapias de todo tipo, pero sigo te nien do una gran desvalorización de mi cuerpo y miedo y vergüenza de los encuentros con los hombres y, cuando aparece un hombre que me interesa, me imagino desnuda enfrente de él, me da miedo, vergüenza, mucho pudor... y siempre busqué hombres que me interesaran poco para sentirme alejada de esa posibilidad de mostrarme desnuda... me dan vergüenza mis muslos y caderas, por más que me doy masajes y gim na sia no logro adelgazarlos. No uso malla, no puedo ir a la pileta... .”

Actualmente separada, estuvo casada nueve años, desde los 28 a los 37, edad en la que se separó. Las relaciones sexuales con su marido fueron malas, ella no sentía nada. Tuvo su primer orgasmo a los 40 años, con otro hombre. Su primera relación sexual la tuvo a los 21 años, cuando se ena mo ró de un hombre casado, y dice: “fue horrible, yo en esa época no tenía ningún registro de sensaciones físicas sexuales”. Sigue diciendo: “Recién a los 40 años me acordé (y desde entonces tengo fl ashes) de haber sido abusada sexualmente entre los 4 y los 12 años, y eso sigue siendo un punto doloroso, para el accionar... con respecto a los hombres.., y no puedo salir de esto... el abuso fue hecho por un vecino, un chico 9 años mayor que yo... me acosa una escena, la de mi mano muy chica en su pene y él eyaculando... es lo único que me acuerdo, él abusaba de un hermanito suyo menor también... me encerraba en un placard y me ta pa ba la boca para que no gritara... y me decía ‘si no hacés lo que yo te digo le cuento a tu papá’... y a mí me daba mucho miedo porque mi papá era muy agresivo, muy gritón... “Tengo una escena grabada, yo saliendo por un pasillo largo, por el que se entraba a mi casa, y el me abordó y me forzó a subir a una ca mio ne ta, yo grité, nadie escuchó, y mientras el manejaba yo lo tenía que másturbar... eso ya pasó siendo un poco más grande... claro él ya manejaba... viví con pánico, cada vez que salía por ese pasillo de mi casa, no sabía cuando me iba a sorprender... “Hace unos años hablé con mi hermano, que es 8 años mayor que yo y le conté, porque quería saber más acerca de eso y pensé que po si ble men te él supiera algo, él me contestó que quería venir a mi terapia para hablar de eso, y cuando vino contó que el que em pe zó esas situaciones de abuso conmigo fue él... “Yo sufrí un shock tremendo porque no tenía el menor registro de esto y me vino una idea, como si hubiera pasado algo que no sé que es, algo de violación anal quizás, mi hermano dijo que lo único que re cor da ba era tenerme a mi desnuda... debajo de él y un fuerte sentimiento de hacerme daño... y ahí paró con los abusos... yo no pude preguntarle nada más, tan fuerte fue el rechazo que sentí... no pude hablar más del tema con él... “De adulta tuve episodios de fobia, y de estar en el limbo (di so cia da?), claro es un modo ideal de refugio...” DIAGNÓSTICO Dismorfofobia, fobia social, trastorno disociativo de la identidad por abuso sexual infantil. 61

TRATAMIENTO Se usaron para su tratamiento, que duró 6 se sio nes, las Terapias de Avanzada. PRIMERA SESIÓN Había recordado que a los 5 años operaron a su padre de un cáncer de laringe, a raíz de lo cual perdió el uso de la voz y quedó con una traqueotomía permanente. Recuerda haberlo visto en el hospital internado, con un tubo en la laringe, respirando di fi cul to sa men te, no entendía nada. Luego no se acuerda porque motivo tuvo que hacer ejercicios de la voz. El papá se rehabilitó de ese problema y falleció a los 72 años. Con relación a eso, recuerda que en el colegio tenía pánico a hablar delante de la gente, no podía expresar nada y «me decían la muda» refi ere sentimientos de abandono y una dolorosa ex pe rien cia con la maestra de 5to grado que ella no recuerda porqué, se enojó mucho, la retó delante de todo el grado diciendo que era una maleducada, y no le habló más. Había una relación muy estrecha en tre ellas que se quebró... ”para mí fue un dolor espantoso, y por mi falta de posibilidades de expresarme no pude contarlo en mi casa... hasta que llegó el boletín del colegio”. Tiene lagunas en sus recuerdos, y pequeños chispazos de me mo rias de estar lastimada, una vez que le sangraban los pies y otra que se cayó en una cloaca y se lastimó las piernas, y no tener en ton ces conciencia del dolor. Empieza a sentir dolor a partir del re cuer do de enemas que le daba la madre por una pertinaz cons ti pa ción. Otras escenas que trae eran que a la hora de comer el her ma no la hacía reír y ella se ahogaba con la comida y tenían que ha cer la vomitar con los dedos en la garganta... ”era espantoso” dice. La madre era muy rígida y le contó que empezó a entrenarla para el control de esfínteres a los 8 meses de edad, la sentaba en la escupidera hasta que hacía algo. También le dijo que ella había sido su cuarto embarazo, que no la quería tener pero el padre intercedió por su vida, prometiéndole que iba a cambiar sus ac ti tu des de bohemio y de violencia. Dice: “yo vine para reformar a mi papá” y a pesar que la madre no la quiso durante el embarazo, cuando nació se quedó encantada con ella. Por parte de madre tiene dos hermanos de un primer ma tri mo nio, que vivían con el padre. Su madre los abandonó cuando te nían 6 y 8 años. El primer marido era golpeador. Tiene un hermano 22 años mayor por parte de padre que fue criado por la abuela paterna, otro que falleció y otro que fue rap ta do por una mujer que lo cuidaba y no saben que fue de él.

Los padres siempre le mintieron y le dijeron que eran viudos y no se pa ra dos. Se enteró de grande de la verdadera situación. Decidimos hacer una lista de las escenas traumáticas a trabajar y le pedí que les pusiera el nivel de perturbación actual de 0 a 10, siendo cero = ausencia de perturbación. 1- los fl ashes con el abuso del vecino = 2 2- el miedo a morir ahogada que tiene y que liga con las escenas cuando la encerraban en el placard / la escena del padre aho gán do se después de la operación / las comidas con las que se atoraba / una escena de los 15 años en que se hundió en el río y la pu die ron sacar. Dice de ello “todo lo que tiene que ver con ahogos es un tema difícil para mí” = 2 3- Cuando estaba por casarse a los 27 años comenzó con bron co espasmos gatillados por la humedad, y ya una vez separada tuvo ataques de asma... que mejoraban con sedantes = 3 4- las dolorosas enemas que le ponía la madre = 3 5- las lastimaduras sin conciencia de dolor = 1 6- cuando el hermano cuenta en su terapia que fue el primero en abusar de ella = 0 Me llamó poderosamente la atención, que escenas tan traumáticas tuvieran una carga emocional tan baja, pero con si de ran do los años de terapias corporales y de otro tipo que había he cho pensé que tal vez habían sido bastante bien desensibilizadas y le dí el benefi cio de la duda. A pesar de esto, dado el diagnóstico de abuso sexual infantil, la baja carga emocional de las escenas, las amnesias lacunares y el poco recuerdo de las escenas traumáticas, y para evitar una brus ca irrup ción de las mismas con el consecuente peligro de retraumatización, después de explicarle la posibilidad de que pa de cie ra un cuadro disociativo, decido empezar por el motivo de consulta, que fue el sen ti mien to de desvalorización y vergüenza de su cuerpo, la dismorfofobia. SEGUNDA SESIÓN Abordamos el tema del cuerpo. Su principal problema es mostrar se desnuda, especialmente la zona de caderas, nalgas y mus los. Dice: “zona que maltraté (no quedó claro porqué) y siempre traté de ocultar” y agrega que era una parte del cuerpo que su ma dre tenía muy de te rio ra da y de la cual ella siempre, desde ado les cen te, tuvo vergüenza y sentía deformada. Trabajamos con EMDR. La imagen más antigua: a los 15 años ponerse un traje de baño para ir al río, inhibida, con mucha vergüenza de sus muslos. 62

Dice de ello “no soy aceptable”, la emoción es de rechazo, con una sen sa ción física en la vagina y una perturbación de 9 puntos (en una escala de 0 a 10) Reprocesamos hasta que la perturbación baja a 1. Al preguntar le como está todo dice que aún siente culpa y “tengo que per do nar me esas experiencias de abuso”. Con este comentario ella liga la dismorfofobia con el abuso sexual. Dice: “soy culpable, yo atraje esas experiencias”, la escena más an ti gua es el recuerdo de ser tocada en un ómnibus por un hombre, la emo ción es rabia, con una sensación física en el estómago y una per tur ba ción de 9 puntos. Reprocesa el tema con sensaciones físicas de dolor de espalda, un peso en la espalda, en la zona lumbar y luego irrumpen con fuerza las escenas del abuso sexual del hermano, completamente amnésicas hasta el momento. Reprocesa esta situación, hasta que la perturbación baja a 1 y surge la idea positiva de “Soy inocente”. Damos por terminada la sesión (tiempo total 70 minutos). TERCERA SESIÓN Me cuenta un sueño que tuvo “se me rompía un espejo” a partir del cual se le pasó un dolor u opresión que sentía detrás de un ojo desde hacía tiempo, y agrega que: “tengo que aprender a aceptarme desde adentro, desde otro lugar y no depender tanto de lo que supongo que los otros opinan al mirarme. Estoy más ligera, más alegre, menos pesada”. Decidimos seguir reprocesando el tema del abuso sexual del hermano con EMDR. Imagen: cuando a los 8 años el hermano le dice que tiene una sorpresa y que le meta la mano en el bolsillo, y ella toca su pene. Dice de eso:“Soy una tonta”, “me dá pena por mí”, la sensación física es de “inquietud en las manos, no sé donde ponerlas”. Reprocesa todas las escenas del encuentro con su terapeuta y su hermano, cuando ella tenía 21 años, donde el hermano le confi esa el abuso que le había hecho y le pide disculpas. A pesar de la per tur ba ción tan baja que refi rió, había detrás de ello bastante ma te rial muy perturbador, con lo cual se ratifi ca el cuadro disociativo. Parte del material que aparece en el trabajo se relacionaba con otros temas de su vida. CUARTA SESIÓN Me cuenta que en estos días se resolvió su constipación crónica, dice: “limpiando!”, cosa inusual en ella, y que siguió soñando:

Sueño 1: “limpiando la azotea de mi casa, ... , tan llena de cosas inútiles. Quedó amplia, vacía, con gran espacio”. Sueño 2: “limpiaba telarañas y polvo de los rincones, el polvo es ta ba escondido abajo de los muebles”. Debido a lo obvio del signifi cado de los sueños, no nos de tu vi mos a hablar de ellos, considerándolo que se produjo un nuevo reprocesamiento espontáneo del material ya trabajado. Decido se guir tra ba jan do con el tema de la evitación sistemática que ella hace de los hom bres. Dice que ahora que se está poniendo más vieja, eso hace que se re fuer ce la vergüenza acerca de su cuerpo, de exhibirlo, “sin em bar go ahora noto que me miran, antes ni me daba cuenta de ello. Claro yo escapo de los acercamientos por lo que va a venir, me doy cuen ta cuando ya hice la evitación.” Se acuerda de algo que le sucedió en un coro en el que canta, que un compañero le dijo: “podemos conocernos?” y ella no se dio por aludida y se fue a su casa, y dice “me corro, me rajo”. Decido trabajar esa escena con la Técnica de los Anteojos. (HD sig ni fi ca la manera de percibir el tema del hemisferio derecho y HI la del he mis fe rio izquierdo). (El número que fi gura corresponde al ni vel de per tur ba ción del tema) HD: tengo miedo al hombre en general, inhibición, falta de es pon ta nei dad, rigidez-: 8 HI: tengo miedo a ser agredida a todo nivel, juzgada, también es como si me fuera de la realidad (disociación), y que no me lo merezco (re si duos de sus sentimientos de culpa, por creerse responsable del abu so): 10 HD: ahora me relajo, estoy más conectada con la experiencia :8 HI: sensación de disgusto, incomodidad en el plexo, no puedo decir si o no con la palabra 9 HD: estoy más relajada, más entregada a la experiencia: 5 HI: lo que me pierdo! Lo que me recorto de la vida!: 5 HD: desaparecieron todos los personajes que nos rodeaban, estamos los dos solos: 3 HI: ahora estamos frente a frente y sigo relajada, aunque un poco tensa en la espalda: 2 HD: ahora estamos intercambiando... el empieza a hablar y yo es cu cho.: 1 HI: es importante el encuentro, no me siento observada. :1 Mirando la escena original con los dos ojos, dice: “estoy cómoda, no me siento observada y me quedo para ver 63

que pasa, el contacto físico no es lo que me sale más fácil” . Perturbación: 0/1 Se acuerda de otras escenas peores, una vez en casa de una amiga estaban ellas dos con un amigo que a ella le gustaba y, cuan do decide irse, él dice que se vá con ella. Ella se asusta y hace algo para evitarlo y se dice:”no puedo sostenerlo, siento que voy a ser des ca li fi ca da cuando esté desnuda”, la emoción es de frustración. Si gue reprocesando con los anteojos: HD: Me siento horrible!!! Paralizada: 9 HI: es menos claro, sensación de parálisis: 4 HD: todo más diluido: 2 HI: se diluyó todo! : 0 HD: más liviana, más fl exible: 2 HI: se borró! : 0 HD: esto se abre para empezar algo, siento asombro! : 0 HI: 0 Mirando luego la escena con los dos ojos dice: “no está, me siento más liviana de hombros y manos, no siento incomodidad corporal, ahora sé donde colocar las manos, no me molestán más.” Se acuerda de un sueño que tuvo, después de la primera en tre vis ta y antes de empezar el tratamiento: “el sueño era en tres partes, yo estaba en pareja. Primero yo soy una mujer y mi pareja es una mujer, luego yo soy un hombre y mi pareja es un hombre, y por último yo soy una mujer y mi pareja es un hombre, son como tres escenas en secuencia, me sentí muy bien al soñarlo”. Decidimos dejarlo para la sesión si guien te. QUINTA SESIÓN Dice que está bien en general, más organizada con sus tiempos, menos impaciente y que los límites que le costaba tanto poner, aho ra le están saliendo mucho más, “no me dejo avasallar, puedo decir que no”. Pudo retocar sus honorarios de manera más ventajosa y ade cua da para ella, y relata otros adelantos más. Notó que una fotofobia que tenía y que la obligaba a usar anteojos oscuros le ha disminuido tanto que se los olvida poner y sale sin ellos a la ca lle.(¡). Decido trabajar el sueño que me contó en la sesión anterior. Se lo hago pasar varias veces con movimientos oculares (EMDR).( indican cada asociación después de una serie de mo vi mien tos) • “sensación de dormir, más relajada. Siento que me circula la ener gía por manos y brazos.” • “me late más fuerte el corazón, siento el pulso más fuerte, es toy con sensación de más alerta.” • “el sueño me gustó mucho, lo tomo como un mensaje, una es ce na fi nal de otras que fueron un tránsito para este fi nal.”

Considero que fue un sueño anticipatorio, un pronóstico que pudo haber mostrado su disponibilidad para el cambio que ella esperaba como resultado del tratamiento. Decido trabajar sobre un futuro deseado, y me dice “tener un compañero”. Cuando le pregunto que le impide lograr eso me dice: “la des va lo ri za ción mía con respecto a un hombre, siempre elegí hombres a los cuales yo podía entonces desvalorizar” Trabajamos con EMDR. Dice de sí “no soy una mujer interesante, atractiva”;”no merezco ser amada” La escena que elige es cuando la madre le contó que no quería tenerla cuando estaba embarazada de ella. La emoción es de tris te za y la perturbación es de 10 puntos, con una sensación física “en todo el cuerpo” • imagen hermosa en donde yo tengo mi mano de bebé en las manos de mamá. • una escena (verdadera) en la que mamá me besa. • a partir de ese relato pude ver distinto a mis padres, re va lo ri zar a papá porque me defendió y no quiso abortarme, y de mamá que fue muy valiente al contarme eso. • algo que no sentí hasta ahora, y es que yo ocupaba un lugar importan te en casa, y en el corazón de papá, a pesar que él no era muy de mos tra ti vo... • la desvalorización mía hacia los hombres vinculada a la des va lo ri za ción real que hacía mamá de papá. • mi elección con el hombre, buscando hombres que yo los sin tie ra como “menos trabajados” que yo para ayudarlos, y no como pares míos, era un trabajo, no una pareja!. • la gran manipulación que signifi ca esto, yo me pongo en un lugar de ser importante para el otro, ”te quiero ayudar”... • cuando elegí casados, era para confi rmar mi desvalorización, que deje a la esposa por mí y como no pasaba, entonces con fi r ma ba el “no merezco ser amada”. • una escena lejana, el lugar que ocupé con mamá... el de cui dar la a ella para “merecer ser amada”(esta es la escena del sueño de las dos mujeres ¿?) • más lejano, un mandato de mi abuela a mi mamá, que mamá se hubiera casado y separado y vuelto a casar con papá y le fue mal otra vez, de eso mi abuela dijo “ya te fue mal una vez, esta vez a aguantar algo así como “no mereces ser amada”. • el peso familiar de la línea femenina materna y como infl uyó en mis elecciones, mujeres maltratadas, haciéndose cargo del ma tri mo nio, el hombre 64

bohemio. Es mi historia, la de mi ma tri mo nio y no se me ocu rría que yo podía merecer otra historia. • màs liviana, me he sacado un peso de encima. • veo una pantalla negra y la palabra FIN. Vuelve a la escena original y dice que no está triste, que está calma y siente un espacio abierto en el corazón “se me une ese man da to con la situación de abuso y se cierra la historia”. SEXTA SESIÓN Decido hacer un trabajo de despedida con el padre y la madre, ambos fallecidos, para cerrar el tema con ellos. Luego me dice que anduvo bien, que hizo varias cosas: pudo ponerle a su hija límites en un situación bastante seria y se siente mucho más fuerte espiritualmente, en su trabajo. Con relación a su cuerpo dice que se le pasaron los complejos. En vista de estos cambios producidos decidimos dar por terminado el tratamiento. Evaluamos todas las escenas traumáticas listadas y trabajadas y las encontramos en cero, y muchas de ellas que no fueron tra ba ja das, habían sido igualmente reprocesadas espontáneamente. Las creencias negativas reprocesadas fueron: • No soy aceptable • Soy culpable • Soy una tonta • No merezco ser amada. Las creencias positivas instaladas fueron: • Soy querible • Soy inocente • Merezco ser amada. DISCUSIÓN Fue un tratamiento en donde se abordaron importantes si tua cio nes traumáticas pasadas y consecuencias actuales de las mismas en 6 sesiones, con absoluta remisión de la sintomatología plan tea da y de otros síntomas adyacentes que presentaba la paciente. Analía siguió muy bien. Tuve ocasión de verla en varias oportu ni da des meses después de fi nalizado el tratamiento, ocasiones en que me manifestó los excelentes resultados del mismo. Este caso probablemente sea atípico, tanto en la velocidad de los resultados obtenidos como en ciertas características del mismo. Una mujer altamente motivada y muy inteligente, además venía ya con una semi comprensión de la relación entre sus traumas y su vergüenza. Típico de la dismorfofobias, en cambio, era que no te nía conciencia de la misma dado que estaba convencida de lo des agra da ble del rasgo físico.

Este caso pertenecería al grupo de los TDC de origen mixto: traumático por un lado e, inducido por la madre que padecía de la misma preocupación, por otro. Estos casos de dismorfofobia son de mucha más fácil re so lu ción, con restitutio ad integrum, que aquellos ligados al TOC (tras tor no obsesivo-compulsivo) donde el origen del TDC podría llegar a ser de causa biológica como lo es el TOC. C A S O S C L Í N I C O S.

CASO 1: MARIANA DR. MIGUEL ANGEL BIANUCCI

Mariana, tiene 44 años, 4 hijas. Tres son del primer ma tri mo nio, tienen veinte, dieciocho y quince años y la cuarta hija de dos años, la tuvo con su actual pareja. Viene del interior del país, con sus cuatro hijas, a radicarse en Buenos Aires con el padre de la hija menor. A los tres meses de vivir aquí comienza con dolores de es pal da, insomnio, tristeza, sus hijas mayores extrañan el lugar de ori gen y no se adaptan a la nueva casa, a los colegios, no tienen ami gos. Tratan de conversar acerca de esta nueva vida. Poco a poco se incrementan los dolores de espalda y la triste za se convierte en depresión. La venida a Buenos Aires a ella tam po co le gusta, ha sido una mala elección. La relación con su actual pareja no es lo que ella hubiese que ri do o imaginado, existen problemas de dinero, del trato con las hi jas, con las cuatro, y la desatención que siente hacia ella em peo ra su estado psicológico y entra en una franca depresión. Con sul ta a un psiquiatra y la medican. Pasa el tiempo y no mejora, al contrario, aumentan las peleas en la casa siente que todo se le va de las manos, permanece acos ta da gran parte del día. En la ciudad donde ella vivía, trabajaba. Pidió el traslado, y acá esta con licencia médica, porque no se encuentra con fuerzas su fi cien tes para ir a trabajar. Concurre a mi consultorio acompañada por su pareja y un amigo de ambos. La traen para internarla en una clínica psi quiá tri ca, porque ya no saben que hacer con ella y la medicación, su mi nis tra da por otro colega, según ellos, no le hace efecto. Su estado físico muestra una delgadez importante. Me dice que no puede comer, ni dormir, que no se aguanta levantada ni acos ta da, que no puede cuidar de su casa, de sus hijas ni su pareja. Estoy frente a una emergencia, en lo individual, y en lo fa mi liar. Me relata brevemente su historia vital

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Su padre ha fallecido hace muchos años. Su madre vive, y po día contar con ella en forma relativa aunque habitaban en casas cercanas. De sus hijas, la mayor estudia en Buenos Aires en la UBA, la segunda esta terminando el secundario, la tercera esta en segundo año de la secundaria, la menor iba a un grupito de infantes antes de la mudanza, ahora todavía no. Con su ex esposo tiene una escasa relación, ya que ella se separó porque era muy agresivo y la maltrataba, aunque a las hijas las cuida bien y es cariñoso. El dinero que les pasa alcanza para lo que ellas necesitan. A su actual pareja lo describe como frío, distante, amarrete, que se ocupa de sí mismo y poco de ella, de las hijas y la casa. Todo este relato, que comienza en forma más o menos tranquila, se va transformando poco a poco en lágrimas y luego en llanto desconsolado. Comienza a decir desesperanzada que tiene miedo a morir, por que se siente débil y no puede más con este estilo de vida y que la medicación ya no le hace nada. Le explico brevemente el modelo EMDR y las variantes de estimulación bilateral y acepta el golpeteo en ambas palmas de las manos, que realizo con unos palitos chinos. Rechaza los mo vi mien tos oculares y la estimulación auditiva. Empezamos a trabajar con los golpeteos en las palmas, la pa cien te lloraba, cada vez que paraba para escuchar algún co men ta rio, pensado, sentido u oído, negaba con la cabeza sin emitir pa la bra, el llanto iba en aumento, yo continuaba con la estimulación bilateral, ella no retiraba las manos, que estaban en posición de cuen co. A la sexta serie de estimulaciones, Mariana, se contrae des de el bajo vientre y emite un alarido que me sobresalta. A pesar de la sorpresa continuo con la estimulación y comienza decir “Me acor dé de todo lo que me hicieron” T: (sin interrumpir la estimulación) Bueno, vayamos ahí. M: Todos los abusos sexuales que recibí. T: Entremos en ese tema M: Desde chica...(Ahora no llora, suspira profundo, silencio, ojos cerrados). T: (Sigue la estimulación) ¿Que aparece? M: Allá, en la casa que vivía con mis padres. (Habla en forma entrecortada) T: ¿Qué pasa? M: Tenía entre cuatro y cinco años y había unos vecinos más gran des que yo, de diez o doce años, que vivían al

lado y la casa se co mu ni ca ba por el fondo donde jugábamos. Primero me tocaron he hicieron que los tocara y luego me penetraron en la cola. Me asusté y me fui corriendo para mi casa. Me quedé aterrorizada y tuve miedo de contarle a mis padres. T: Sigamos con eso. M: Me sentía con mucha culpa, a la noche no podía dormir. Continuo con series de golpeteos, ella no comunica nada. De re pen te su cuerpo se contrae, profundo suspiro y dice: M: Me acuerdo que después a los doce años cuando estaba por em pe zar la secundaria, en un cumpleaños de quince que me habían in vi ta do, los primos de la que cumplía me invitaron a jugar, en la parte de arriba de la casa y ahí me abusaron, me taparon la boca para que no gritara. (Comienza a llorar de nuevo) Continuo con la estimulación. Un largo silencio. Luego de va rios sets sigue en silencio o diciendo: Nada. Continuo con la estimulación. Mariana suspira profundamente. Abre los ojos se sonríe y res pon de: M: Estoy aliviada, no sé porque me apareció todo esto ahora, nun ca se lo conté a nadie. T: ¿Y los dolores corporales, pecho y espalda? (Se mueve como si se hubieran destrabados sus músculos) M: Mejor. (Suspira profundo) T: Cuando comenzamos tu angustia y dolores estaban en 10 ¿aho ra en que número quedaron? Mariana se queda en silencio y luego de una introspección dice: Entre 3 o 4. Retira las manos. T: ¿Y la paz que querías tener, como está? M: Esta apareciendo, me siento mejor. T: Dame tus palmas nuevamente (Hago un par de estimulaciones cortitas) De 1 que es falso a 7 que es verdadero. ¿Cuan creíble es esa paz ahora? M: Entre 4 o 5” Sonríe, estira sus brazos y sus piernas. “Qui sie ra dormir”. T: Bueno este es un comienzo, todavía estamos con un 3 o 4 de sensaciones que no se fueron, las podemos guardar en una cajita hasta la próxima entrevista para cuando vos quieras abrirla. Había pasado una hora y veinte minutos. Cuando abro la puerta del consultorio, en la sala de espera, es ta ban la pareja y el amigo que me miraban con cara demudada. El amigo me pregunta que tenían que hacer. Les comunico que debían ir a su casa y que Mariana quería descansar. 66

Se quedan sorprendidos, ellos traían a la paciente para internarla. Los acompaño hasta la puerta, el amigo deja que Mariana y su pareja vayan adelante y vuelve hacia mí y me pregunta: ¿Doc tor, que pasó adentro? Nos asustamos cuando escuchamos el grito de Mariana. Le respondo que eso a veces puede suceder, es una descarga, y que Mariana estará mejor, que cualquier pregunta que tengan me llaman por teléfono. Quiero aclarar que Mariana nunca se dio por enterada de ese grito desgarrador. En la segunda entrevista, continuamos trabajando el mismo tema de la primera hasta que la perturbación bajo a 0. En las entrevistas sucesivas fue trayendo fundamentalmente sus problemas con la sexualidad, la falta de orgasmo en sus rela cio nes y con su primer casamiento que había sido un fracaso por que su ma ri do era violento y la obligaba a tener sexo, si no quería le pe ga ba. Ella se callaba y accedía. Todos los relatos estaban cargados de culpa, re sen ti mien to y llanto. Nuevamente aparece como una mujer abusada, dentro del ma tri mo nio. A través de la estimulación bilateral (EMDR) pudo ir desensibilizando y resignifi cando sus emociones, sensaciones y creen cias. El tema de hacer silencio y permanecer callada ante agresio nes o abusos ha sido uno de los confl ictos más renuentes a reprocesar. Mariana fue mejorando paulatinamente. Apareció luego el con fl icto actual, que su pareja era impotente, que no le gustaba la casa donde habitaba que “era soñada, que no se la merecía” pero que ella había hecho mal en mudarse desde el interior y se sentía cul pa ble con las hijas por haberlas traído a un lugar no deseado por ellas. Comenzó a pensar en regresar a su lugar de origen. Mientras tanto, sus dolores fueron desapareciendo, su cuer poy su vestimenta aparecían más cuidados, empezó a ir a la pe lu que ría y a plantearle a su pareja que empezaran a preparar la mu dan za de retorno. Luego de largas conversaciones entre ellos, se dieron cuenta de la equivocación o apresuramiento en venir a un lugar sin haberlo pensado profundamente y decidieron que continuarían como pa re ja, como antes, él viajando cada tanto a visitarlas. Recuperó el sueño tranquilo y fue disminuyendo la me di ca ción que le suministraron. Disminuyó su angustia y sus dolores físicos y pudo reinsertarse laboralmente. Se logró el objetivo de esta parte del tratamiento, en un total de 10 entrevistas con EMDR.

Luego de algunas semanas de instalada en su lugar de origen me escribió un e-mail relatando como se sentía y que continuaba con sus actividades a pleno.

CASO 2: RICARDO DR. MIGUEL ANGEL BIANUCCI

Ricardo de 42 años, pareja de Mariana, concurre a la con sul ta después de cuatro meses que ella volviera a su lugar de origen. MOTIVO DE CONSULTA Insomnio, angustia. Está disgustado con su forma de vida y no puede encarar algunos cambios en su vida debido a que trabaja mucho y no le quedan fuerzas para hacer nada más. ANTECEDENTES El padre, vive. La madre falleció luego de una larga dolencia, cáncer óseo. Ambos estaban separados. Casi no tie ne contacto con su padre. Está especialmente resentido con él. Tiene recuerdos de sus exi gen cias y maltratos a toda la familia. Lo llevaba a practicar de por tes y se quejaba de su desempeño. El recuerda que cuando jugaba observaba al padre para ver que cara ponía, si lo aprobaba o no. Ricardo se hizo cargo de su madre cuando estuvo muy enferma y la acompañó hasta último momento. El padre cuando se separó fue a vivir con una mujer co no ci da de la familia, relación que tenía hacia ya muchos años, con la que vive en la actualidad. A Mariana la conoce en uno de sus viajes al interior y cada quince días viaja a visitarla; luego de un año tienen una hija. Preparan su venida a la Capital, donde, unos meses des pués, deciden separarse. Me cuenta que Mariana sigue bien. Esporádicamente va a visitar a su hija. Como antecedentes orgánicos recuerda lumbalgias a re pe ti ción y que estuvieron por operarlo de hernia de disco lumbar. DIAGNÓSTICO: Síndrome depresivo ansioso TRATAMIENTO El tratamiento de Ricardo duro 16 sesiones. Con técnicas de Integración Cerebral: EMDR y Técnica de los Anteojos. Luego de tomarle el protocolo básico, cambia el motivo de con sul ta: su angustia era por una situación de abuso sexual ocurrida en su infancia, casi pubertad, realizado por un maestro de la pri ma ria en un día de un festejo particular en su escuela. Como esta historia no la había hablado con nadie, salvo con Mariana, la cuenta en medio de transpiración y con voz entrecortada. Le propongo que trabajemos con EMDR, acepta e iniciamos las sesiones con estimulación bilateral con 67

golpecitos en las palmas de las manos o tapping, el método preferido por el paciente. Recién en la tercera sesión pudimos empezar a trabajar con la técnica propiamente dicha debido a que en el inicio tenía dificul tad en regresar a la escena original y se ponía incómodo. Al comienzo empecé con la Técnica de los Anteojos, y desde atrás de ellos pudo empezar a reprocesar con intensa abreacción de llanto a medida que daba detalles de los acontecimientos. Al comienzo la perturbación que había empezado con 6 o 7 saltó a 10 o más de haber sido posible. Su sensación de dolores en la espalda iba en aumento y sentía calambres en las piernas. Poco a poco en sucesivos cambios rápidos de los anteojos em pe zó a sentirse mejor y más relajado corporalmente, la desensibilización fue efi caz, como asimismo el reprocesamiento. La sensación era de haber trabajado con intensidad y aunque la perturbación estaba entre 3 o 4 el tiempo de sesión fue prolongado y deberíamos continuar en otra entrevista. En la sesión octava pude retomar con EMDR, especialmente lo hice para ver como reaccionaba al no tener los anteojos, que al comienzo fueron una protección. Cerraba los ojos y podía ir expresando lo que sentía entre serie y serie de estimulaciones bilaterales, especialmente aparecían imá ge nes de reproche del padre y enojo del paciente con el abusador. En la sesión doceava al llegar me comenta que le había relata do al padre lo que le había pasado de niño. Se lo dijo por teléfono llorando, el padre le respondió que a él no le gustaba el colegio que había ido. Sin mediar una palabra de consuelo o de comprensión por su angustia. El paciente estaba muy deprimido, empezamos a trabajar con EMDR y luego de llorar con desconsuelo por la reacción de su pa dre empezó a suspirar y decir que lo comprendía porque había sido educado muy rudamente por su abuelo. En las sesiones siguientes su material cambió, pasó a ver su relación con Mariana y su presunta “impotencia sexual”. Nuevamente comenzó a tener reacciones psicosomáticas de ca lor y transpiración abundante a medida que seguíamos con la estimulación bilateral. Me pidió si podíamos volver a los anteojos. Accedí y el relato fue el de un hombre abusado por su pareja, con relaciones sexuales violentas, especialmente cuando estuvieron aquí en Buenos Aires, él trataba que fueran más suaves, tiernas.

Mariana lo arañaba, mordía y golpeaba en la espalda, razón por la cual, Ricardo, el paciente no podía sostener la erección. Este ma te rial nunca apareció en el procesamiento de Mariana. Ricardo luego de la desensibilización y reprocesamiento del abuso padecido en la infancia y las secuelas actuales pudo empe zar a cambiar su actitud con los amigos y amigas que comenzó a contactar. También pudo empezar a cuidar de su cuerpo, primero con caminatas y luego con deportes, chequeando si tenía o no lumbalgias que fi nalmente desaparecieron. Asimismo pudo tomar contacto con diferentes grupos sociales. El seguimiento lo realicé cada dos meses al principio y en la actualidad me contacta por mail para contarme que sus relaciones sociales siguen muy bien. CASO 3 - MARIA: TRATAMIENTO DE UN TRAUMA RE CIEN TE POR VIO LA CIÓN CON EMDR LIC. SUSANA NOFAL

ANTECEDENTES María, estudiante de 22 años, consulta 2 meses después de su frir un asalto en el que fue violada, para tratamiento con EMDR. Presentaba estado de hiperalerta, sentimientos de aislamiento, preocupación obsesiva por todo lo que le había pasado, pesadillas, sensibilidad aumentada con respecto a los demás, desesperación y desesperanza y muchos de los síntomas físicos del estrés como la difi cultad para dormir, para concentrarse, irritabilidad, y dolor de cabeza. Me contó con la cara desencajada por la angustia: “Estábamos casi todos con lindos preparativos para festejar los 80 años de mi abuela. Los ladrones entraron a la tarde, junto con la gente del catering... . “Fue una situación caótica, mi madre se arrodillaba, rogaba y llora ba... mi prima asmática respiraba con difi cultad... mi padre tra tan do de tran qui li zar a los chorros diciendo que se lleven todo lo que quieran y que se vayan. “Los 3 tipos grandotes nos apuntaban con revólveres... Ataron a to dos los demás y los encerraron… a mí me dejaron buscando mis joyas... Uno se metió en mi pieza y me dijo: …´Desvestite rapidito, nena, date vuelta y no me mirés…´ después me dijo ´Te callás o te mato…´ Me violó en 5 minutos, mientras decía, con aliento a alcohol: ´No te preocupés, soy un tipo sano.. y no te voy a lastimar…´ Todos estaban en una ha bi ta ción cercana y si decía algo podía terminar en una catástrofe... Tenía una te rri ble sensación de miedo y asco…!” “No solo me afectó la violación, sino después recordar per ma nen te men te casi todas las imágenes de lo que 68

sucedió. Tengo terror de que me vuelva a pasar.. Me cuesta llegar o salir de mi casa, estar sola y dormir. Me quiero ir a cualquier otro lado. (Evitación) “Siento que se me puede meter alguien de noche. Estoy pendiente de los ruidos, y no puedo dormir, cuando lo hago tengo pesadillas y me des pier to sobresaltada. Me cuesta concentrarme para estudiar y tra ba jar, y también tengo ataques de llanto o malhumor. “Fuimos a hacer la denuncia a la policía y a medicina legal. Me shockeó mucho eso. Ahora también le tengo miedo a la policía… Por suerte, ya me indispuse y los análisis de SIDA dieron bien. “Yo era una chica feliz y optimista… y ahora soy solitaria, depresiva, desconfi ada. Todo lo relaciono con algo trágico… Estoy loca?... ..Soy otra...” Hay una alteración en las creencias, los esquemas y la iden ti dad de María. Agregó con desesperanza: “No sé si podés ayudarme a sacarme es tos miedos y no vivir tan perseguida …” DIAGNÓSTICO Escalas de evaluación: La escala de disociación (DES) no dio resultados signifi cativos. Se registraron puntajes muy altos de trauma severo en la Escala de Impacto de Eventos. El diagnóstico es de trastorno por trauma reciente. TRATAMIENTO Le pedí que me dibuje algo sobre lo que le pasaba. En ese primer dibujo muestra, el impacto psíquico en las imágenes o simbolismos, de algunos componentes de su situación traumática: aislamiento, disociación, confusión, tristeza, evitación (ver valija). (María – Ver Dibujo 1) Antes de empezar el reprocesamiento le pedí que pensara en un lugar donde se había sentido segura y tranquila y lo anclé, como un referente desde el cual partir o para volver en cualquier mo men to que sintiera ansiedad. Para identifi car los puntos de intervención pregunté cuales eran jerárquicamente las peores partes del recuerdo de lo que le pasó, qué pensaba de ella ahora mirándose ese momento, qué sintió y en qué lugar del cuerpo. Ella comenzó a focalizar y a reex pe ri men tar los aspectos esenciales de los peores recuerdos de la situación amenazante vivida. Fue asociando, desensibilizando y reprocesando, todos y cada uno de sus componentes. Una de las imágenes que tenía era de “gente queriendo entrar a su casa desprotegida, amenazada, acorralada o lastimada… Me de cía: es como estar durmiendo en una plaza.. La peor parte fue la ima gen del tipo atrás mío con olor a vino en el

momento de la violación.” Dijo: “Estoy indefensa. No soy la misma persona ““querría sentir que pue do defenderme, pero ahora creo que es falso’ Al pensar en el tema sentía “un miedo o terror que me paraliza…” con un puntaje máximo de 10, lo siento “en la garganta y en esta parte del brazo donde me agarró al violarme. Sabes una cosa?... . desde entonces me ha quedado “insensible”. Con respecto a la conexión cuerpo-mente: vemos cómo la emo ción y la sensación física disociada y experimentada en el mo men to del trauma quedan almacenadas en su cuerpo –no en su brazo precisamente, sino en su cerebro- en la red neurofisiológica que contiene toda la información de sensaciones, pensamientos, emo cio nes, en los cuales focalizamos “como un paquete” en el tra ta mien to. María fue desensibilizando y reprocesando. Por medio de la estimulación bilateral las sensaciones traumáticas de in sen si bi li dad, asco y rechazo, que fueron descendiendo en sus niveles de perturbación y recuperó la sensación del brazo. María decía: “Nunca tuve problemas en defenderme, pero el día del asalto no pude ¿Qué hubiera pasado si lo hacía? Ellos tenían armas y eran muy fuertes. El que tiene el arma tiene el poder…”.“Me sentía indefen sa e impotente. Siento vergüenza y culpa. Quizás pude de fen der me y me entregué, estaba como en “piloto automático…” Podemos ver cómo el mecanismo de defensa útil para preservarse fue la disociación. Estaba trabada con sentimientos de vergüenza y culpa, con la idea de que podría haberse defendido. Usé una intervención llamada en EMDR entretejido cognitivo para ayudarla a desbloquear estos sentimiento y sus pensamientos repetitivos, de indefensión y vulnerabilidad. Le pregunté: “¿Te parece que realmente podías defenderte con otro, grandote y armado…? ¿Alguien puede tener control en esa situación?” Ella me contestó: “Me imagino que cualquiera actuaría de la mis ma forma para sobrevivir..” En este momento se produjo una abreacción y empezó a sollozar, y decía: “Pediría por favor que se vayan y no lastimen a nadie. Les ofrecería todo lo que tengo. Me duele decirlo, pero sé que me entregué sin chistar por miedo a que me maten o maten a alguien de mi familia.” Aparecieron sentimientos de enojo, angustia y dolor mientras seguía diciendo:“¿Por qué me violó a mi? ¿Por qué existe esta gente enferma? ¿Por qué tanta injusticia? ¿Por qué todo?” 69

Siguió desensibilizando y reprocesando escena por escena, to das las emociones, imágenes, pensamientos, sensaciones de trau ma y ansiedad, focalizando en las peores partes hasta llegar a una resolución adaptativa: “Creo que no tenía alternativa!. Estas cosas pasan. No me voy a volver loca, voy a salir de esto.” Después de que todos los momentos en que se sintió vulnerable fueron reprocesados, fueron apareciendo los pensamientos y sen sa cio nes positivas: “¿Sabés? Se me fueron las pesadillas y esos pen sa mien tos e imágenes repetitivas del asalto o violación… Ya no estoy pen dien te de los ruidos y de la gente que me mira por la calle…””No siento taquicardia cuando me acerco a la zona de mi casa…tampoco evito ca mi nar por mi barrio.” Le instalé recursos de autoefi cacia, control, autocuidado, fuer za y alternativas desarrollados en el presente y visualizados en la resolución de situaciones futuras. Comentó:”Mi familia dice que soy otra persona y es cierto. Mi ca be za hizo un giro de 180 grados.” La resolución adaptativa llevó a la aceptación de la realidad, sabía que se preservó y ahora estaba a salvo. Aprendió que tiene recursos inteligentes para usar en otros desafíos de la vida: “Ahora creo que lo manejé con inteligencia y co ra je. Estoy bien y tranquila y en tantas otras cosas lindas ahora. Pla nean do mi casamiento, la luna de miel, continuar mis estudios, or ga ni zar mi nueva casa, en fi n. Aprendí a vivir con esto…” Al despedirse la última sesión me dijo agradecida: “Pensar que antes estaba tan desesperada !. Estoy muy bien y tranquila, puedo es tar sola en mi casa ahora…! “ “Aprendí a disfrutar intensamente de cada momento, y de todo lo que tengo, a cuidarme yo y a los demás. La vida tiene esto bue no y esto malo, el secreto es aprender a superarlo”. En este segundo dibujo ella muestra el cambio realizado en las representaciones de su mente, la desensiblización, el reprocesamiento y la integración de la información producida en el tratamiento. (ver dibujo 2 - María) Le pedí que lea lo siguiente: Salmo del Sobreviviente (Ochberg, 1989) Fui victimizado. Estuve en una pelea que no fue justa. Yo no pedí la pelea. Perdí. No hay que tener vergüenza por perder ese tipo de peleas, sino por ganarlas.

He alcanzado el nivel de superviviente y ya no soy esclavo del estado de víctima. Miro hacia atrás con tristeza antes que con odio. Miro hacia delante con esperanza antes que con des es pe ra ción. Puede ser que nunca me olvide Pero no necesito acordarme constantemente. CONCLUSIONES El tratamiento de María con EMDR duró seis sesiones de 90 minutos, una vez por semana. A los tres meses volvió luego de haberse casado. El seguimiento mostró la efectividad y los efectos positivos del tratamiento. Continuaba asintomática y estable, y había profundizado la capacidad de insight y desarrollo emocional. (María – ver dibujo 3) CASO 4. AURELIA: TRASTORNO DE PÁNICO, DE COMIENZO EN LA EDAD ADULTA, COMO CON SE CUEN CIA DE UN ABUSO SEXUAL INFANTIL. DRA. RAQUEL C FERRAZZANO DE SOLVEY

MOTIVO DE CONSULTA Aurelia de 21 años, consulta en mayo de 2004. Está en tra ta mien to psicoterapéutico hace cerca de un año por ataques de pá ni co, sin ninguna mejoría en el cuadro. Universitaria, próxima a recibirse, vive con sus padres y dos hermanos varones y mayores que ella, en los suburbios de la capital. Las relaciones familiares son muy buenas. Goza de excelente salud y aparentemente no tiene mayores problemas en su vida. Sus síntomas comenzaron súbitamente en el mes de febrero de 2003. Se angustiaba, le faltaba el aire, se sentía ahogar y tenía taquicardia y lloraba sin motivo alguno. Empezó a adelgazar, se le caía mucho el pelo, se mareaba en la cama acostada, tenía sen sa cio nes raras de “mariposas” en el estómago, y nauseas. Tenía mie do de no poder controlar estos ataques de ansiedad y perder el control de su vida y que eso le perjudicara en su carrera. Fue medicada con ansiolíticos lográndose una cierta mejoría del cuadro, pero este había comenzado otra vez con intensidad hacía unas pocas semanas. ANTECEDENTES Cuando estaba en segundo año del secundario, a los 14 años de edad, tuvo un período de bulimia. No se sentía bien, se veía gorda, vomitaba todos los días. Le duró unos 10 meses y el cuadro remitió solo. Un año y medio antes, en diciembre 2001, había fallecido su abuela materna que vivía con ellos, y fue una pérdida muy do lo ro sa para toda la familia, 70

especialmente para su madre. En este mo men to Aurelia había superado el duelo sin complicaciones. Dos meses antes de comenzar con su cuadro de pánico, en di ciem bre de 2002, se puso de novia. La relación era muy buena y estaban muy enamorados. Los primeros meses cuando estaba con su novio tenía “profundos suspiros” y no sabía porque. En febrero de 2003 comienza con los ataques de pánico. Se es ta ba sintiendo muy tironeada entre su novio y su madre, que le re cla ma ba que no estaba lo sufi ciente en casa, y por su mejor amiga que también le reclamaba atención. Se sentía bastante culpable con ellas dos. Durante el año 2003 había ido 3 meses a trabajar a los Estados Unidos, y en ese tiempo casi no había tenido síntomas de an sie dad. Al volver a la Argentina le comenzaron otra vez y hace unas semanas aún con mayor intensidad, los tenía casi todos los días sin que mediara, aparentemente, ningún desencadenante. Se describe como “muy exigente conmigo misma, y me culpo por cosas a las que otros no le darían mayor importancia”. El 2003 fue también un año muy exigente en su carrera. DIAGNÓSTICO Las pruebas de diagnóstico complementarias que se tomaron no arrojaron ningún resultado especial y se diagnostica un Tras tor no de Pánico. TRATAMIENTO El tratamiento de Aurelia duró 7 sesiones y 1 de seguimiento, con una frecuencia de una semana o 15 días. Se usaron las Te ra pias de Avanzada. Comenzamos el tratamiento focalizando en el primer ataque de pánico que ocurrió “en el sillón de mi casa, viendo TV con mi novio”. En el curso del reprocesamiento aparece como tema importante la relación con su madre, una persona bastante posesiva y de pen dien te de sus hijos y su marido. Por ser Aurelia la única hija mujer, se sentía muy culpable de su noviazgo en relación con su madre, por sentir que la abandonaba. Aparece el recuerdo de un viaje a Brasil cuando tenía 5 años, donde hubo un incidente con la madre, a raíz del cual ella la sintió muy egoísta y posesiva y reprochándole algo que no sabía muy bien de que se trataba. En las siguientes sesiones se desensibilizaron los ataques de pánico y cada una de las sensaciones de ansiedad aparentemente relacionadas con diversas situaciones de las relaciones familiares. Los síntomas de Aurelia iban mejorando.

Habían pasado más de 15 días sin ningún incidente de ahogo, y estábamos por dar por terminado el tratamiento, cuando en la sex ta y última sesión Aurelia me cuenta que estaba planeando para la semana siguiente, unas vacaciones junto con su novio en el sur, pero que no le iba a decir nada a su madre que iba a vivir con él, sino que iban a estar en hoteles separados. Tiene miedo y culpa por mentirle y que su madre se entere y se enoje. Al regreso de esas vacaciones me cuenta que tuvo un incidente de ahogo durante ellas. Decidimos volver a trabajar el tema pues pensé que aún había material sin reprocesar. Usamos la Técnica de los Anteojos, focalizando simplemente en la sensación de ahogo. Después de unas cuantas vueltas, le vie ne el recuerdo del comienzo de sus relaciones sexuales en el verano de 2003 y súbitamente aparece con nitidez un incidente, com ple ta men te olvidado por ella hasta ese momento, que le ocurrió en el viaje a Brasil de los 5 años y que muy llamativamente, no había aparecido en la sesiones anteriores, a pesar de haber re cor da do algo de ese mismo viaje. Se trataba de un intento de abu so sexual que había tenido en la playa. Se había alejado de su familia pa sean do por unos médanos, cuando aparece un jo ven ci to negro y con artimañas intenta que ella le practique una fellacio. Asustada cuando el pene del abusador casi le toca la cara, sale corriendo y llega jadeante, con el corazón palpitante y casi sin aliento a la sombrilla donde se encontraba su familia. Avergon za da y con miedo a una reprimenda no les cuenta nada del in ci den te y rompe a llorar diciendo, para justifi carse por la culpa que sentía, que casi se había perdido. Es llamativa la coincidencia entre los síntomas del pánico y las sensaciones físicas provocadas por la carrera (ahogos, falta de aire, palpitaciones) con los sentimientos de culpa hacia su madre y el miedo a la reprimenda. Esta situación traumática, fue re editada otra vez por el comien zo de sus relaciones sexuales, pero con completa amnesia de la relación guardada con la situación de abuso original y causa, oculta para su conciencia, de su pánico. CONCLUSIONES Una vez reprocesado este recuerdo desaparecieron de fi ni ti va men te los síntomas de Aurelia y terminamos el tratamiento. Tuve noticias de ella en estos últimos meses, sigue bien y libre de toda sintomatología. 71

CASO 5. LAURA: TEPT POR VIOLACIÓN Laura de 26 años vive con el marido con quien esta casada des de hace dos años. Está iniciando la carrera de psicología y tra ba ja junto con su marido. MOTIVO DE CONSULTA Consulta por una violación sucedida hace 5 años, que la mantuvo en un estado de estrés constante desde entonces. Presenta alteraciones del sueño y pesadillas. Está medicada con alprazolam y paroxetina. Llega por derivación del médico psiquiatra que la trata. Dice que no puede disfrutar de la relación sexual con su marido, y tiene miedo además a salir a la calle, porque ve en cada hombre que se cruza la cara del violador. Se logró identifi carlo y el violador está preso y sentenciado. ANTECEDENTES La paciente relata que desde el episodio de la violación, nunca pudo recobrar su alegría y siente su cuerpo como sucio y le pro du ce vergüenza y rechazo mantener relaciones sexuales con el ma ri do, por ese motivo las tiene muy esporádicamente DIAGNÓSTICO: Trastorno por estrés postraumático. TRATAMIENTO Se usa para el tratamiento EMDR, y este se com ple ta en dos se sio nes de una hora y media de duración. Primera sesión: Antes de empezar directamente con el reprocesamiento, hice una instalación de recursos (con estimulación bilateral y con hipnosis ericksoniana). El objetivo era prepararla para abordar el tema, y permitirle experimentar la efi cacia del método, para que esto le dé la confi anza y la se gu ri dad ne ce sa rias para el reprocesamiento de un tema tan traumático. Ella elige como recursos fuerza, seguridad, protección. Le pre gun to en qué situaciones de su vida sintió que tuvo estos recursos, apa re cen con facilidad escenas en que, efectivamente éstos es tu vie ron pre sen tes. Los instalamos. Luego la llevo a un estado de tran ce, con técnicas de hipnosis ericksoniana, y en ese estado pro fun di zo la ins ta la ción de estos recursos, amplifi cando y po ten cian do las escenas ele gi das y los recursos incorporados. Para concluir la sesión y fi jar más lo trabajado, le hago es cu char música con estimulación bilateral. Me comenta que nota un cambio, que reconoce a los recursos como propios. Está relajada.Se siente bien. Segura de querer se guir ade lan te. Segunda sesión: La paciente regresa a la semana siguiente y dice que ya se sintió distinta durante esos días, que algo cambió, que está más serena y confía en que es posible un cambio. Se mues tra con fi a da en el

método y con excelente disposición. Está com ple ta men te de ci di da a reprocesar el tema de la violación. Le pido que elija una escena o imagen, elige la del violador lle ván do la al fondo de una casa abandonada. Mientras ella piensa que la van a encontrar muerta. Dice de eso “no me puedo proteger”, y qui sie ra “estar a salvo ahora”.La emoción es de miedo y el grado de per tur ba ción ac tual es de 10 puntos, con sensación de parálisis y frío en todo el cuerpo. Le sugiero un lugar seguro, y desde ese lugar le propongo que visualice los recursos instalados en la sesión anterior, que reviva las escenas nítidamente, corroboro que estén presentes todos los sentidos en este ejercicio. Al reprocesar recuerda la escena con detalles, relata que en el fondo de la casa había una pileta con agua sucia, y ella temía ser arrojada a la pileta, no sabía qué le podía pasar, pensaba que no había límites posibles para lo que estaba viviendo. Recuerda que era el mes de octubre y que hacia frío. Tiene una abreacción bastante importante, que calmo con el lugar seguro, reforzando las imágenes de seguridad y protección, e inmediatamente entra espontáneamente en un trance hipnótico ligero, por lo que continuo profundizando su trance a través de sugestiones basadas en la técnica ericksoniana. En ese estado le pido elija dos asistentes que serán personas co no ci das por ella, que pueden ser amigos, familiares o pro fe sio na les, y le digo que ellos serán los encargados de hacer toda la tarea de pro ce sar. Que por lo tanto ella no tiene que hacer nada, sólo observar lo que hacen sus asistentes. Que se imagine que está en un cine, ob ser ván do se a sí mis ma dentro de un tren en mo vi mien to, proyectada en esa pantalla de cine, y a su vez desde ese tren puede observar las imá ge nes que le muestran sus asistentes en otra pantalla, le reitero que ellos son quienes están realizando todo el trabajo de reprocesamiento.(doble di so cia ción). Observo que su trance se profundiza, por lo que le propongo una señal ideomotora para comunicarme con ella, Le digo que ob ser ve las imágenes que pasan, desde arriba del tren, que las imá ge nes se alejan”hasta desaparecer para siempre”, y le pido que cuan do vea una ima gen agradable o neutra me avise levantando el dedo índice de su mano derecha, así lo hace, entonces le pregunto la per tur ba ción con la señal ideomotora, ¿es 10, 9 8…etc? Ella res pon de 8, y le sugiero que vuelva a la imagen inicial, y que observe a sus asistentes realizar todo al tra ba jo, desde arriba del tren y a su vez observarse observando, en el cine. Le digo nuevamente que las imágenes que aparecen se 72

alejan “hasta des apa re cer para siem pre”, repito esta frase varias veces durante todo el reprocesamiento. También le digo que me avise cuando apa rez ca una imagen agra da ble o neutra, le van tan do el dedo índice de su mano derecha. Lo hace, entonces vuelvo a preguntarle y la perturbación era de 7. Repito lo mismo varias veces, siempre ella respondiendo con señal ideomotora. La perturbación va bajando lentamente: 7, 6, 5, 3, 1, 0. Al terminar el reprocesamiento, la saco lentamente del estado de trance, se recupera, abre los ojos, y me dice: “¡qué sensación tan agradable, no recuerdo que pasó, pero siento mi cuerpo limpio, bien, hacía mucho que no sentía esta sensación corporal, pensé que nunca la volvería a sentir!” Le pregunto qué recuerda, me responde: “Lo único que recuerdo es a mi marido y a mi mamá que estaban cada uno a un lado de una pantalla, y me decían: “¡mirá, Laura no hay nada, está todo blanco!!!” “Eso es todo lo que recuerdo y ahora siento muchas ganas de estar con ellos, abrazarlos y decirles que los amo. No sé por qué siento esta ur gen cia, pero quiero ir ya mismo a verlos!!” Cerramos la sesión. Volvió a las dos semanas, para contarme que estaba muy bien, que en esas semanas el tema de la violación había pasado a ser un tema más, en su vida, que estaba mejorando mucho la relación sexual con el marido, que ya no le importaba buscar la cara del violador en los hom bres que se cruzaba por la calle, y que un día vio de casualidad un hombre parecido y pensó:”que suerte, este hombre seria adecuado como referencia en caso de que me pidan des cri bir al violador en el juicio”. Pero no sintió molestia alguna ante este pensamiento. Además, me dijo que estaba intrigada por saber si frente a mi consultorio pasaba un tren, porque desde el día en que hicimos aquella sesión viene a su mente insistentemente el sonido nítido y claro de un tren. SEGUIMIENTO A los dos meses me llamó para decirme que es ta ba muy bien, que el médico psiquiatra le retiró la medicación, y que un día de estos vendría a verme para repetir aquella ex pe rien cia de re la ja ción tan agradable y placentera. En los últimos años, EMDR ha signifi cado un aporte de gran importan cia para la psicoterapia sexual, que viene a sumarse a los procedi mien tos terapéuticos más tradicionales. Estos con ti núan siendo un ex ce len te modo de proveer al consultante con los re cur sos que necesita.

Obviamente, no todos los casos tratados son exitosos, pero sí lo son en una altísima proporción. A modo de ilustración se pre sen tan los siguientes.

DISFUNCIÓN ERÉCTIL: CASO JAVIER Javier es un joven de 19 años, estudiante universitario, cuya descripción se ajusta a lo que Rosetta Forner plantea como la identidad másculina del S. XXI, el «hombre metroemocional»: sensible, tierno, afectuoso, comprensivo, capaz de estar en contacto con sus emociones y expresarlas, responsable, culto. Pero también es un miembro de nuestra cultura y comparte ideas que están muy arraigadas, por ejemplo la de que relación sexual y coito son términos equivalentes. Acorde a este concepto se considera virgen a pesar de que ha tenido encuentros sexuales con sus novias, ya que no ha podido realizar una penetración. Presenta disfunción eréctil: a veces logra la erección y a veces no, pero aún cuando la logra y mantiene, frente al intento de penetración la pierde. Cada vez le afecta más este problema lo cual es fácil de comprender si tomamos en cuenta que su primera novia lo abandonó por este motivo luego de casi dos años de relación. Un par de meses antes de la consulta conoció a una chica con la que ha tenido algunos encuentros sexuales. En estas ocasiones la experiencia anterior se ha hecho sentir; ha tenido algunos fracasos por los que se siente avergonzado y preocupado por la opinión que su actual novia pueda tener de él. Cuando le pregunto acerca de la primera vez en la vida que le ocurrió, hace referencia a su iniciación sexual, a la que llama «el día D», día que marca un antes y un después en su vida. Recuerda que cuando uno de sus amigos cumplía 15 años, el padre de éste decide hacerle «un regalo muy especial». Este regalo consistía en llevarlo a un prostíbulo para «debutar». Se suman a la «excursión» varios adolescentes y Javier también participa, aunque en el camino se pregunta «por qué diablos está ahí» y se siente «muy nervioso». Ya en el lugar le parece «todo horrible, las mujeres un desastre», mientras espera su turno. Comenzamos el reprocesamiento con EMDR focalizando en este recuerdo que le producía una ansiedad muy intensa, un nudo en el estómago y una valoración muy negativa de sí mismo. A medida que trabajábamos fueron apareciendo distintas imágenes del episodio, bien nítidas las palabras 73

del padre de su amigo, su malestar mientras se dirigía al lugar, la sensación de profundo rechazo que sintió cuando ingresó al prostíbulo, él esperando. Recuerda que cuando llegó su turno estaba sumamente ansioso, se sacó la ropa y se acostó junto a la mujer. Terminó su tiempo –que para él fueron años- y no pudo tener una erección. Lo único que le preocupaba era «que la mujer no fuera a decir nada de lo que pasó». Poco a poco comenzó a verse de afuera: «es difícil poder en esa situación... yo no sé como otros pueden... a mí me traumatizó ir... sabía que no iba a poder... me gusta que haya sido así». Comprendió que su «nerviosismo» se debió principalmente a que no quería estar en esa situación y se sintió orgulloso por no haber respondido como los demás (como él cree que respondieron los demás). También entendió que su situación actual no tenía ninguna similitud con ésta. Estas refl exiones le produjeron un gran alivio. El cambio de perspectiva lo llevó a que le contara a su novia su experiencia de «la primera vez» y le permitió estar tranquilo cuando estuvo nuevamente en una situación sexual. Como es de imaginar, su funcionamiento sexual no se vio interferido, logró una muy buena erección que se mantuvo durante la penetración y ambos pudieron disfrutar del encuentro. Meses después continuaba teniendo una sexualidad satisfactoria. Le hubiera gustado que hubiera sido así también con su primera novia. Lo que le ocurrió a Javier, lamentablemente aún le ocurre a muchos otros jóvenes varones. Si bien la iniciación sexual másculina ha cambiado algo en el sentido de que son menos los hombres que actualmente se inician con prostitutas y más los que lo hacen en el contexto de un vínculo afectivo, todavía la quinta parte lo hace en circunstancias similares, aunque no en todos los casos les resulta tan traumático. También hacen sufi cientes estragos las exigencias poco realistas de «nunca fallar y estar dispuestos a tener relaciones sexuales bajo cualquier condición». No siempre la resolución de una disfunción eréctil es tan rápida como en esta ocasión. Así lo podemos apreciar en el siguiente caso.

MATRIMONIO NO CONSUMADO – CASO FRANCISCO Francisco, de 35 años, consulta por una disfunción eréctil que le ha impedido consumar su matrimonio, con todo el peso que esta situación –más frecuente de lo que se cree–, trae consigo. Como en la mayoría de los casos, es un secreto bien guardado por la pareja. Más que un problema a nivel individual, se trata de una entidad que afecta a ambos. Su esposa lo vive con una intensa angustia, matizada por sentimientos de ira y vergüenza. A pesar de ello, mantienen una buena relación en la que hay afecto, compañerismo y mutuo apoyo. Están casados desde hace 12 años, luego de 2 de noviazgo en el que no se plantearon tener relaciones sexuales. Dice Francisco: «no sé si por demasiado respeto o por temor a que me rechazara... Una de las cosas que me motivó fue precisamente que era una chica muy bien... Había sido educada para llegar virgen al matrimonio». Comienza su vida sexual a los 14 años con una amiga del barrio y, a partir de los 16, mantiene relaciones sexuales placenteras con prostitutas. Nunca pudo explicarse lo que le pasó: «Llega la noche de bodas. Entro a fallar... ¿Cómo me pasa con ella? Probamos de distintas maneras... Quedé traumatizado desde esa noche». (Tal vez fue por la vieja contraposición: mujeres «malas» con las que se puede tener sexo – mujeres «buenas» para casarse). Su vida sexual se ha ido empobreciendo, quedando prácticamente reducida a «intentarlo». El erotismo ha desaparecido. A veces, luego de los intentos fallidos, tienen sexualidad sin coito que no les resulta satisfactoria desde el punto de vista emocional. El grado de erección que alcanza es variable, a veces buena, pero se pierde frente al intento de penetración. En ocasiones la puede recuperar y en otras no. Las veces que logra una nueva erección, vuelve a perderla al intentar penetrar. Le planteo recuperar el erotismo, la seducción, quitar el énfasis puesto en la erección. Le indico que no pueden intentar el coito y le propongo trabajar con EMDR. Comenzamos a reprocesar «la noche de bodas» que era la primera y peor situación que podía recordar. Se veía a sí mismo sin control, sintiendo la cabeza muy pesada, sin poder entender qué le pasaba, lo que le producía una gran angustia. Fueron apareciendo imágenes de la cara de su esposa, la desilusión de ambos, la ansiedad, «la cabeza a punto de estallar por la cantidad de pensamientos», el miedo a lastimarla. Poco a poco se fue calmando, surgieron recuerdos positivos de su noviazgo, los paseos que hacían juntos, uno de los 74

cuales había elegido como fuente de paz. Terminó la sesión tranquilo, pensando que era capaz de controlar la situación. En siguientes sesiones aplicamos EMDR a distintas escenas de fracaso; literalmente habían sido cientos de veces a lo largo de los años, aunque obviamente no tuvimos que reprocesarlas todas. En la última, pusimos el foco en el momento que intentaba penetrar y se le aparecía el recuerdo de la noche de bodas. Sentía el pene congelado y lo abrumaban sentimientos de impotencia y debilidad. Con la estimulación bilateral surgió la obligación de lograrlo, la desesperación por tener una buena erección, el llanto, la angustia y los reproches de su esposa, el temor a sus reacciones, una sensación de ardor en el pecho que fue reemplazada por un estallido de energía, una vibración que se fue atenuando, dejándolo agotado y en calma, con la idea de que podía confi ar en sí mismo. Semana tras semana iba sintiéndose con mayor disposición, menos ansioso, dándose tiempo para dar y recibir placer, con una visión más positiva acerca de la sexualidad; el recuerdo de la noche de bodas se presentaba sólo ocasionalmente. También a su esposa la notaba más distendida y a ambos «más sueltos, más unidos, con más ganas». Habíamos establecido que iban a intentar la penetración cuando se sintieran preparados, con deseo de hacerlo y sin presión, seguro de que si surgía algún inconveniente, lo iba a poder superar con la ayuda de lo aprendido en la psicoterapia. Finalmente y luego de varios meses de tratamiento lo lograron: «no aparecieron nervios ni pensamientos negativos. Estaba positivo, sin ningún fantasma, volviendo a ser el que era a los 18. Sabía que podía». Desde ese momento han pasado años. Uno de los últimos comentarios de Francisco fue: «Me asombra la transformación que tuve» (refi riéndose a su reacción frente a un fallo ocasional). La terapia lo que me dio fue dejar el pasado y ponerme en el presente. Estoy viviendo el presente».

DESEO SEXUAL INHIBIDO – CASO JULIA Se trata de una mujer de 42 años, profesional universitaria, casada desde hace 10 y con un hijo de 8. La sexualidad de la pareja es el campo de batalla donde se expresan las frustraciones surgidas en otras áreas. Esta pareja que tuvo una buena sexualidad en sus primeros años –antes y después del matrimonio- llega a la consulta, como tantas otras, pensando en la separación si no se soluciona el problema. Julia plantea que no siente deseo sexual por su esposo y que esto le ocurre desde la época en que estaba embarazada. Relata que durante el embarazo se entera a través de una amiga que su marido le es infi el. Siempre había pensado que si esto le llegaba a ocurrir, se separaría. Sin embargo, el hecho de que estaba próximo el nacimiento de su hijo, la hace cambiar de idea. La relación se ha ido deteriorando a medida que pasa el tiempo. Hay continuos reproches, discusiones y agresiones verbales recíprocas. Para Julia su marido es el único culpable de la infi delidad, que considera una «doble traición» a ella y a su hijo. El acepta su responsabilidad pero señala que la relación estaba mal desde antes, «ella se dedicaba mucho a su trabajo y yo me sentía abandonado». Partiendo de la hipótesis de que gran parte del problema se resolvería si Julia podía asumir otra actitud frente al hecho, le propongo aplicar EMDR para reprocesar «el momento en que se entera». Comenzamos centrándonos en el inmenso sentimiento de ira que le provoca, en sus «ganas de matarlo». Con la estimulación bilateral va surgiendo su visión negativa de los hombres como «malos y egoístas», «todo estaba bien y no le alcanzó. Se ve a sí misma rechazada desde siempre por un hombre. Recuerda que nunca se sintió querida por su padre que estaba obsesionado por el sexo y procuraba todo el tiempo quedarse solo con su madre para tener relaciones sexuales. También aparecen recuerdos de un tío que la abrazaba y la sentaba en su falda y que ahora califi ca de abuso. Contacta con sentimientos de abandono, de desvalimiento, que contrastan con su comportamiento actual de castigo. Comprende que ahora puede defenderse y es ella la que está castigando a su marido, «haciéndole pagar por lo que hizo él y por todos los otros» y que de esta manera también se está castigando a sí misma. Cuando retomamos este tema para seguir trabajándolo, admite que «tal vez tenía razón al sentirse abandonado», que su dedicación al trabajo podía 75

entenderse como muestra de desinterés, pero «se equivocó en la forma en que intentó resolverlo». De todos modos, concluye que no puede seguir así y es capaz de ver algunos aspectos positivos de su esposo y recordar buenos momentos («como me escuchaba y me cuidaba»). Tal como señalara Helen Kaplan, constatamos una vez más que el mecanismo principal de la inhibición del deseo sexual, es la desconexión de los factores positivos del otro. Al contactar con ellos e ir lentamente dejando de lado su rencor, empieza a surgir tímidamente su deseo, puede verse más «como una mujer con sexo», tomar la iniciativa y tener un encuentro sexual «que salió bien». En las siguientes sesiones continuamos aplicando EMDR a distintas imágenes de ella teniendo relaciones sexuales con su esposo, hasta la total recuperación de su deseo. En la primera, partió de sentimientos de fastidio y asco, con una sensación intensa de rechazo en la vagina y llegó a sentir afecto y «una sensación cálida... como de cosquilleo en las manos y los brazos... como si quisiera abrazarlo», con el consiguiente efecto benefi cioso que esto trajo para el vínculo de pareja.

VAGINISMO – CASO JIMENA Jimena es una joven estudiante de 20 años que consulta por vaginismo (contracción involuntaria de los músculos perivaginales que hace difi cultosa o imposible la penetración) y dispareunia (dolor en el coito). Comenzó su vida sexual hace 4 años con su novio actual y disfrutó de ella hasta hace un año y medio. A raíz de una situación donde sintió que «algo la lastimó», se constituyó un vaginismo secundario que actualmente no le permite disfrutar de su sexualidad. Al principio no le dio mucha importancia, siguió teniendo relaciones sexuales por un tiempo, pero con molestias. Paulatinamente se fue agravando; frente al más mínimo roce en el área genital, siente un dolor «impresionante» y desde hace aproximadamente cinco meses evita los encuentros sexuales, ya que terminaban casi siempre en el llanto y la angustia de ambos. En el último año consultó a diferentes médicos que la trataron por distintos cuadros clínicos, permaneciendo sin cambios la situación sexual. Como ocurre en la mayoría de las disfunciones sexuales, la persecución de un resultado –ya sea erección, orgasmo o penetración vaginal-, genera un monto de ansiedad adicional que compromete la respuesta y el bienestar de ambos. Por lo tanto, lo primero que nos planteamos fue descomprimir la situación, reemplazando la actitud de sexualidad productiva por la

de acercamiento, intimidad y erotismo, indicándole que no intentaran el coito y dándole recursos para el manejo de la ansiedad, en caso de que surgiera. Comenzamos el reprocesamiento con EMDR focalizando en la primera vez que le pasó. Se vio a sí misma impotente, frágil, «con algo mal ahí» (refi riéndose a la vagina) lo que le produjo autocompasión y angustia; tratando de soportar el dolor. Recordó su primera experiencia sexual donde también le dolió y sangró abundantemente. Comentó: «esta vez no me permití parar... la primera vez te puede doler pero después de años no... ». Asimismo recordó que en experiencias posteriores la incomodidad fue desapareciendo y aprendió a disfrutar plenamente. A través de este proceso comprendió que podía recorrer un camino similar, yendo a su propio ritmo, siempre que pudiera expresar lo que estaba sintiendo. Esto le dio mucha tranquilidad y confi anza en sí misma para superar el problema. Continuamos aplicando EMDR a diferentes escenas relacionadas con el dolor en la penetración. A medida que avanzamos en el tratamiento se fue sintiendo cada vez más cómoda en las situaciones sexuales prescritas; la angustia ya no aparecía, sentía agrado y excitación sexual en los juegos sexuales. Se le indicó que eligieran ellos el momento para realizar el coito, sin presiones de ningún tipo. En una próxima sesión me comentó: «cuando hubo roce sentí deseos de ser penetrada... Estaba tranquila. Lo disfruté... Antes estaba pendiente todo el tiempo de en qué momento iba a pasar eso. No me excitaba para nada», lo que obviamente agravaba la situación. CONCLUSIONES FINALES Junto con el desarrollo de los fármacos orales inhibidores de la 5 fosfodiesterasa, en particular el sildenafi l, utilizados para tratar la disfunción eréctil – que cuando están bien indicados constituyen un recurso de primer orden-, la aplicación de EMDR al tratamiento de las disfunciones sexuales ha signifi cado el avance más espectacular en los últimos años. Permite acortar los tratamientos, ya de por sí breves, especialmente en aquellos casos en que es posible detectar experiencias traumáticas que están en la base de la disfunción. No solo los graves eventos traumáticos sufridos en la infancia, sino cualquier evento que para la persona tenga esa connotación. Cuando la experiencia no ha sido elaborada adecuadamente, el más mínimo elemento que recuerda a la situación traumática puede bastar para poner en marcha las respuestas cognitivas, emocionales, conductuales y sexuales disfuncionales. 76

Durante el reprocesamiento con EMDR se reelabora e integra la experiencia con otras informaciones, anteriores o posteriores a ella, lo que produce el reemplazo de las creencias y emociones negativas por una percepción más realista y positiva de sí mismo y una mayor autoconfi anza y seguridad. Al producirse este cambio más velozmente que con otras técnicas, nos habilita más temprano para proveer a los consultantes, a través de las intervenciones propias de la psicoterapia sexual, los recursos, estrategias y habilidades –cuando así se requiere- para poder resolver el problema y desarrollar una sexualidad más plena y satisfactoria. EMDR al abreviar las intervenciones terapéuticas, posibilita aliviar más rápido el sufrimiento de la persona que padece el problema y el de su pareja, con el consiguiente alivio general.

El abordaje de Peter Levine y su Somatic Experiencing (Experiencia Somática, 1999) establece que los síntomas traumáticos son consecuencia de un residuo de energía con ge la do que no ha podido ser descargado y que permanece atra pa do en el sistema nervioso. Considera a los síntomas como válvulas de se gu ri dad de la energía estancada. Peter Levine realizaba ob ser va cio nes con animales salvajes y notaba que aquellos, pese a estar ex pues tos a múltiples situaciones traumáticas a manos de sus depredadores, son capaces de reasumir su tranquilidad habitual una vez pasado el peligro. El animal realiza una serie de sacudidas por las que libera el exceso de tensión y recupera el pleno control de su cuerpo. En casos de peligro extremo puede entregarse a ex pe rien cias de paralización o inmovilización, una respuesta fi sio ló gi ca sumamente instintiva por la que el animal amenazado entra en un estado alterado de conciencia en el que no experimenta do lor. Según Peter Levine “para completar el signifi cativo curso de ac ción biológico, el organismo precisa el temblor y la agitación espontánea que observamos en todo el mundo animal”. La forma de vencer el trauma, no es enfrentándolo de un modo directo relatando detalladamente todo lo sucedido, ya que esto podría producir más retraumatizaciones. Utilizando el sentido de la percepción y las sensaciones corporales, más que los pen sa mien tos y las emociones, podemos acceder a los síntomas traumáticos de un modo más seguro, desatando y liberando las energías que estaban retenidas. Para ello contamos también con los

micromovimientos y las respuestas instintivas del cuerpo. Babette Rothschild también utiliza la conciencia corporal en conjunción con el EMDR para el procesamiento del trauma. Implementa una serie de técnicas corporales para modular las res pues tas de excitación (arousal) durante el trabajo terapéutico. Para fi nalizar ilustraré este artículo con una breve viñeta clí ni ca. Una mujer de 65 años, con rasgos muy marcados de autoexigencia y una imposibilidad para tomarse las cosas más livianamente, desea trabajar este tema en una sesión. Quiere po der disfrutar más y dejar de correr para cumplir todas sus obli ga cio nes. Durante el procesamiento observo que ella realiza una se rie de movimientos intensos con los pies, como si estuviera fre nan do con toda su fuerza. Se lo marco y le propongo caminar y parar tranquilamente, sin necesidad de frenar, sintiendo esta sensación con todo su cuerpo. Acompaño este ejercicio con estimulación auditiva bilateral. Experimenta sensaciones de tranquilidad y na tu ra li dad. Repetimos este movimiento varias veces lo que lleva a un sensible aumento de la validez de la creencia positiva y a una mayor incorporación de la misma a su vida diaria. En efecto, va rios años después continúa pudiendo disfrutar de actividades pla cen te ras tales como el canto, el piano y el yoga, los cuales, hasta ese momento, no ocupaban un lugar en su vida. En síntesis y para concluir, el campo del trabajo con el cuerpo se presenta como un fructífero terreno en el cual seguir investigando y aprendiendo nuevos abordajes integradores que sirvan para el mejor tratamiento de nuestros pacientes, dejando atrás la antigua dicotomía mente-cuerpo. LAS ENFERMEDADES DEL ESTRÉS Y EL TRAUMA La relación estrés crónico- enfermedad ha sido bien estudiada desde comienzos del siglo pasado (Seyle, 1936, Lázarus, 1986, y otros) Las consecuencias para el cuerpo-mente de la ac ti va ción sostenida o crónica de la respuesta de estrés o alarma son bien conocidas. Un grupo de enfermedades refl ejan pre do mi nan te men te la exposición sostenida a niveles elevados de hormonas corticoadrenales, como parte del rol regulador del cortisol sobre el eje hipotalámicopituitario-adrenal en la respuesta de estrés. Al gu nos ejemplos son: el aumento de la secreción de cortisol resulta en hiperglucemia, que de sostenerse puede producir una suba de insulina, que puede terminar en diabetes de tipo 2. Niveles altos de cortisol 77

también se relacionan, al igual que en la depresión, con desmineralización ósea. Para el sistema cardiovascular, el au men to de la actividad simpática, combinado con la hiperglucemia e hiperinsulinemia favorece la hipertensión y condiciones metabólicas nocivas al aumentar el colesterol y el LDL, y disminuir el HDL, favoreciendo arteriosclerosis. Los picos de presión arterial son particularmente nocivos. Otros efectos patológicos es pe cí fi cos del exceso de cortisol comprenden la supresión inmune, úlcera y obesidad. Todas estas se conocen en la literatura médica como “enfermedades de estrés”. La relación entre los efectos a largo plazo del trauma y enferme dad ha sido menos estudiada. Se sabe, y está estudiado y do cu men ta do, (especialmente en TEPT bélico) que víctimas de TEPT presentan una gran variedad de problemas de salud. Sin em bar go, el trauma puede también contribuir a las causas de una can ti dad de procesos de enfermedades crónicas, muchos de ellos de etio lo gía des co no ci da. En el siguiente caso clínico, donde la relación trauma y en fer me dad se muestra claramente, la utilización de distintos abordajes terapéuticos en diferentes momentos para distintos ob je ti vos, per mi tió alcanzar resultados satisfactorios. El motivo de consulta no tenía nada que ver con enfermedad somática. Mariana, de 28 años, es casada, con una hija de dos años y medio. La entrevista la solicita el marido, Alberto, de 37 años. Mariana había sido referida a terapia por el pediatra de su hija, a pocos meses del nacimiento Presentaba ansiedad, estrés agu do, llanto, irritabilidad, difi cultades de relación con la bebita, no toleraba sus demandas, no la pudo amamantar. Fue tratadacon te ra pia tradicional durante algo más de un año, sin resultados; más bien Mariana empeoraba cada vez más, y al momento que me consultan por recomendación de su terapeuta, había dejado te ra pia y se negaba a seguir. Presentaba un cuadro de alta ansiedad, explosiones, irritabilidad, descontrol, impaciencia con su hija, mal tra to verbal, peleas continuas en el matrimonio, la vida en familia era “un infi erno”. No quería más terapia. Alberto, sufrido y aguantador, exigía terapia como condición de seguir con el ma tri mo nio. Ante esta situación, los cité juntos. Al tratar de recabar al gún tipo de historia, en esa primera entrevista, punteada por llan to en Mariana, discusiones y últimatums, obtengo pocos datos: que ha bían estado casados 5 años, con buena relación hasta el na ci mien to de la beba. Mariana había venido

a estudiar a Bs As a los 18 años, dejando padre, madre y hermana mayor en el interior. Sen si ble, creativa, inteligente y capaz laboralmente, Alberto 10 años mayor que ella, exitoso y aparentemente muy independiente, se gu ro y capaz. Desde el nacimiento de la nena no tenían relaciones sexuales, el confl icto se iba ahondando rápidamente. Para el te ra peu ta, marido y pediatra, Mariana estaba fi jada en el lugar de emocionalmente inestable, inmadura, “no sirve como madre”. Para ella misma, era “un monstruo”. Era visible el estado de sufrimiento y desesperanza de ambos. No fue posible ahondar en datos de historia. A pesar de una presuntiva estimación de TEPT, y ante lo explosivo de la situación, decidí que las condiciones no estaban dadas para iniciar un tra ba jo individual con Mariana. Estimé que un abordaje sistémico ini cial permitiría “limpiar el campo”: cambiar una situación contextual que originaba permanente retraumatización. Además, el sufrimiento de todos los miembros de la familia era alto y debía ser aliviado con rapidez. Tres psicoterapias individuales paralelas no hubiese resultado ni práctico ni útil. Trabajamos con la pareja durante seis meses con entrevistas semanales, con objetivos de cam biar el lugar de Mariana en la familia, fortalecerla como madre, (la creencia “no sirvo” era sostenida por un funcionamiento sistémico actual que la confi rmaba permanentemente), cambiar las pautas de interacción, y reestablecer la confi anza y colaboración en la pareja. Para ayudar a este proceso, intercalamos en cuanto fue po si ble, en esta primera etapa, entrevistas individuales en que tra ba ja mos con Técnicas de Energía para reducir el nivel de ansiedad, dis mi nuir la reactividad, controlar la impulsividad, lograr mayor equi li brio y momentos de calma donde Mariana podía conectarse me jor consigo misma. Usamos respiración, EFT (Emotional Freedom Technique) y TAT (Técnica de Acupresión de Tapas). Cuando estos objetivos se hubieron logrado, empezamos la eta pa del trabajo individual, que implicaba abordar traumas pa sa dos que se habían gatillado con el nacimiento de la hija. Entusiasmada por la marcha del proceso y los logros ob te ni dos hasta ahí, cometí el serio error de no completar en ese mo men to una historia detallada y completa. Todo el trabajo realizado hasta el momento se encuadraba en la segunda fase del Modelo EMDR, la etapa de la preparación. La completamos con trabajo con es ta dos del yo y con más instalación de recursos. 78

Una vez que estimé que estaba lista, comenzamos con EMDR, (con estimulación bi la te ral ocular en su mayor parte) para el reprocesamiento traumático. Fueron apareciendo, con mucho sufrimiento, situaciones traumáticas de infancia que fuimos desensibilizando y reprocesando. Una muy importante, que se gatilló con el na ci mien to de la hija, fue un accidente de su hermana mayor cuando ella te nía 6-7 años, don de no logró prestar la ayuda que su padre le re que ría. Otras si tua cio nes traumáticas posteriores confi rmaron creen cias de “no sirvo”, “soy culpable”, “soy un desastre”, “no tengo perdón”. Trabajamos con EMDR durante ocho meses más, com ple tan do el proceso y lográndose los objetivo. Había logrado una muy buena relación, armónica y afec tuo sa con su hija, satisfacción con si go misma como madre, reestablecimiento de buena relación ma tri mo nial; la capacidad de disentir y afi rmarse sin tener que pe lear, mejorada capacidad de re la ción con los otros, y en el trabajo, y mejoramiento de la relación con su familia de origen. Seguimos trabajando con Terapias de Energía, funda mentalmente TAT, con fi nes de crecimiento y enriquecimiento personal. Des pués de la interrupción por el verano, me cuenta que las buenas con di cio nes se mantienen. Dice querer seguir con el tratamiento, aúnque yo no lo estimo necesario, expresando satisfacción de cómo se siente aho ra, “como si hubiera salido de una pesadilla”. Expresa, además, cuanto signifi ca para ella no depender del Migral y la medicación antiarrítmica. En cuanto me re cu pe ré de mi sorpresa y susto, empecé a indagar, lo que debería haber hecho un año y medio antes y que nunca hice, sobre sus condiciones de salud. Me entero entonces de una psoriasis, con un primer ataque fuerte cuando vino a estudiar a Bs As, de furunculosis recurrentes, de gas tri tis casi continua, y migrañas muy fuertes, la mayoría inhabilitantes, que duraban uno o dos días. Esto, en for ma casi per ma nen te en los últimos años, a pesar de la medicación casi cons tan te. Desde hacía más de seis meses Mariana no había tenido síntomas de ninguna de ellas, y no tomaba más medicación. No quería ter mi nar el tratamiento, por miedo a que vuelvan los problemas fí si cos. Al seguimiento, un año más tarde, este buen estado de salud se mantiene: no ha vuelto a aparecer ninguno de ellos. El alivio de las enfermedades, ya crónicas, que si bien no

graves le condicionaban una mala calidad de vida, aceptada por Mariana como inevitable, no fue nunca un objetivo terapéutico; de hecho, yo ni sabía que existían. Mi error de trabajar sin saber cosas tan importantes y por lo tanto no poder tenerlas en cuenta, sin embargo, tuvo como con se cuen cia positiva comprobar que fue el trabajo con EMDR, de reprocesamiento traumático, y el trabajo con las Terapias de Ener gía, lo que modifi có el funcionamiento global de Mariana, lle ván do lo de limitado, confi ctico, con sufrimiento y enfermo, a un fun cio na mien to armonioso, “en salud” y a potencial pleno.

LOCUS DE CONTROL El concepto de «locus de control» refl eja la actitud de los in di vi duos hacia eventos desgraciados en términos de afrontamiento. Wallston, Walston y De Vellis (1978) aplicaron al área de la salud las escalas originales creadas por Rotter(1966) de medición del locus de control interno y externo, desarrollando la «Multidimensional Health Locus of Control Scales». (Escala Multidimensional de Locus de Control en Salud). Las personas con un «locus de control» interno son las que creen que son ellos los que tienen la capacidad de determinar sus propios éxitos y fracasos. Por lo tanto, tendrán hacia la en fer me dad una respuesta funcional y adaptativa de afrontamiento ac ti vo: implica la capacidad percibida de control sobre la situación sumada a la expectativa de buenos resultados. («No tengo que ceder a esto o me voy a empeorar», «Tengo que ver y decidir que tengo que hacer para mejorar»). Las personas con un locus de control externo, toman una ac ti tud pasiva frente a la enfermedad, ya que creen que no ellos no tienen que ver con los resultados: el éxito o fracaso del tratamiento depende de otros. Pueden conferir el poder o control a «otros po de ro sos», generalmente al médico («Yo hago lo que me dicen») o al azar: la suerte, el destino, o Dios, determinan el desarrollo y re sul ta do de la enfermedad («Cuando te llega la hora, te llega», «Con suer te, por ahí me salvo de esta») La externalidad o internalidad del locus de control va a infl uir en la forma en que las personas usan los recursos del sistema de salud. Las personas con locus de control externo no buscarán una segunda opinión, ni se informarán sobre las alternativas y po si bi li dad a las que pueden acceder, al menos que su médico se lo su gie ra; no harán preguntas sobre prácticas y procedimientos, y su ob je ti vo no será tanto curarse, como ser «buenos pacientes». 79

Pedro, quien posee un buen locus de control interno y un estilo per so nal afrontador, dice después de la radioterapia posterior al cáncer de próstata: «Me pasó un terremoto pero yo decido cómo vivo de acá en más. Hay cosas que se perdieron y cosas que puedo hacer. Si de mí depende, me voy a concentrar en disfrutar todo lo posible cada día». María, ante un largo proceso de recuperación de un tumor en páncreas, dice: «Bueno, no puedo comer casi nada de lo que comía antes. Vamos a explorar qué cosas ricas puedo hacer con lo poco que sí puedo comer: voy a buscar un curso de cocina».

BENEFICIO SECUNDARIO DE LA ENFERMEDAD La enfermedad es una situación vital que fácilmente conlleva al gu na ganancia o benefi cio secundario. Por ejemplo en muchos pa cien tes la enfermedad se convierte en la única oportunidad que sien ten que tienen para ser mimados, queridos y cuidados, aún si esto es a ex pen sas del cansancio de los demás. Esto se trans for ma rá en ton ces en un obstáculo para la curación, ya que el paciente se resistirá in cons cien te men te a la misma. María Eugenia, 29, constantemente se comparaba con sus hermanos y amigas porque sentía que recibía poco de sus padres. Tenía una pos tu ra de gran resentimiento frente a la vida. Fue arrollada por un tren, con gravísimas secuelas, requiriendo una internación muy prolongada du ran te la cual re ci bió toda la atención de sus familiares. Se refi ere a este pe río do posterior al accidente como «la etapa más feliz de mi vida». La re cu pe ra ción, por lo tanto, se extendió por más tiempo del necesario. Judith, 40, con esclerosis múltiple, en una relación matrimonial disfuncional preexistente al desencadenamiento de la en fer me dad, siente hacia su marido un gran resentimiento y hostilidad que no pue de expresar abiertamente. Durante la noche debe despertarlo fre cuen te men te porque necesita orinar y no es capaz de mo vi li zar se sola has ta el baño. Sin embargo, durante un breve viaje de su ma ri do pudo descansar durante casi toda la noche sin tener que levantarse. En personalidades evitativas que no pueden hacer frente a si tua cio nes vitales percibidas como difíciles o irresolubles, la en fer me dad resulta entonces una salida posible que lo pone al abrigo de tener que hacer aquello que más le cuesta.

IMPACTO DE LA ENFERMEDAD SOMÁTICA SEVERA SEGÚN LA PER SO NA LI DAD PREVIA Cada persona tiene su UNICA y particular manera de responder a la enfermedad. Un aspecto de capital importancia en el tratamiento es lograr que el paciente pueda utilizar a pleno las he rra mien tas con las que cuen ta para afrontar la enfermedad, revisando y optimizando sus recursos internos y ex ter nos, y/o desarrollando otros nuevos. Contamos para ello con los valiosos aportes de Milton Erickson y los protocolos de EMDR de Desarrollo e Instalación de Recursos (Leeds & Korn). En la esfera emocional nuestra primera tarea será nor ma -li zar las emociones: validando todas las reacciones emocionales que se presentan en el paciente. Apuntamos a que aprenda a lograr una expresión afectiva que no pase por la supresión de aquellas emo cio nes y confl ictos relacionados con el enfermar, alcanzando una adecuada modulación afectiva, disminuyendo las ex plo sio nes de ira o la impulsividad. Sabemos que las emociones negativas pue den gatillar estados fi siológicos nocivos, de donde se des pren de la importancia de un buen manejo de las mismas. Las Terapias de Energía son particularmente útiles para esta tarea. Muchas veces a partir de una enfermedad, las personas hacen un profundo análisis de sus vidas. El terapeuta puede, si las ca rac te rís ti cas psicológicas del paciente lo permiten, ayudar a re pen sar el signifi cado de la misma como un toque de atención, como una luz amarilla alertando sobre aspectos de la vida que no funcionan como deberían. Cuando el paciente tiene la valentía de hacerlo, se produce un gran crecimiento personal. La toma de conciencia de la dedicación casi exclusiva al traba jo, en detrimento de los vínculos familiares, el escaso tiempo ocio so, los múltiples compromisos desgastantes, la carencia de pro yec tos, son aspectos valiosos a reconsiderar. En efecto, la enfermedad puede muchas veces ser un nuevo punto de partida para vivir una vida plena de signifi cado. Cuestionaremos y estimularemos también la posibilidad de tener un rol diferente al mantenido durante toda la existencia. Algunas personas tienen un esquema de personalidad marcado por el autosacrifi cio, en donde la satisfacción de las necesidades de los demás es prioritaria. La tarea de aprender a cuidarse o priorizarse a si mismo, es fundamental. 80

Analía, 39 años, hace un total replanteo de su vida tras haber sido diagnosticada con cáncer de mama. Toma conciencia de que en los últimos años ha priorizado las necesidades de los demás frente a las propias, y, a partir de este descubrimiento, comienza a realizar cambios muy importantes. Norberto, 60 años, ha ocupado siempre en la familia el rol de cuidador y proveedor. Tras un infarto y operación de bypass, teme dedicarse a sus deseos más genuinos porque cree que su familia no lo tolerará. En cuanto empieza a tomar conciencia de esto y a adop tar conductas diferentes, aparecen dos frentes que se le oponen: el familiar, que resiente esta nueva posición, y el personal, que lo lle va a catalogarse como «peor persona» que antes de su en fer me dad, debido a que se considera ahora un egoísta. Esta pérdida del rol anterior, junto con las otras pérdidas im plica das en la enfermedad, afectan necesariamente la autoestima. Resignifi car en este momento el sentido de su vida y ocupar roles y lugares nuevos en consecuencia, valorizándose de manera di fe ren te, será un aspecto central del tratamiento. Todos estos aspectos redundarán en el logro de la mejor calidad de vida posible. Sabemos que una vida plena y una fuerte autoestima, estimulan un buen funcionamiento del sistema inmunitario. Habiendo ayudado al paciente a aceptar y mejorar su presente, a modifi car lo que trae de su pasado que ya no le sirve, buscaremos abrir una perspectiva de futuro en una persona que no la en cuen tra. Los pacientes excepcionales no son los que tratan de no morir, sino los que tratan de vivir con proyectos hasta el fi n. MODELOS PSICOTERAPÉUTICOS EN EL ABORDAJE DEL PACIENTE CON EN FER ME DAD SOMÁTICA Ya hemos mencionado la relación entre estrés, trauma y en fer me dad somática. El almacenamiento en la memoria somática del impacto de eventos traumáticos, cuya intensidad y signifi cación impide su procesamiento total, puede devenir a largo plazo en síntomas físicos y enfermedad. Estas consideraciones fundamentan la elección de los modelos terapéuticos que utilizamos en el abor da je del paciente con enfermedad somática (Ver capítulo «El Pro ce so del Enfermar»). Si comprendemos el síntoma de la enfermedad en el marco de la totalidad personal (continuum mentecerebro-cuerpo) – his tó ri ca-sistémica del paciente, debemos entonces contar con ins tru men tos

adecuados y variados que abarquen estos múltiples aspectos, ya que ningún modelo psicoterapéutico puede dar cuenta por si solo de la complejidad del fenómeno de la enfermedad. NECESITAMOS POR LO TANTO CONTAR CON: • Modelos de abordaje del trauma, que permitan la re so lu ción del congelamiento traumático y del estado de disociación, y el reprocesamiento del contenido del trauma. Al ser el trauma a ve ces resultado de eventos preverbales, en esos casos los métodos de tratamiento que asumen que las personas siempre pueden hablar de sus traumas y por lo tanto recurren a «terapias verbales», re sul tan a menudo de limitado valor. Más aún, para Peter Levine, Scaer, van der Kolk y otros, todo trauma es fundamentalmente no verbal. Deben integrarse las huellas disociadas de la ex pe rien cia traumática, es decir las sensaciones físicas, pánico e in de fen sión, superando el círculo vicioso de evitación propio de la ex pe rien cia traumática crónica. • Estrategias para integrar los hemisferios cerebrales. Cada uno de nuestros hemisferios cerebrales tiene diferentes funciones, diferentes ópticas sobre una situación y recursos específi cos. • Métodos para dar signifi cado cognitivo a recuerdos y sensa cio nes amenazadoras almacenadas en la memoria implícita. • Métodos que permitan la descarga de tensión corporal acu mu la da en la memoria somática. • Métodos para reestablecer el fl uido balance y equilibrio ener gé ti co en el cuerpomente. • Técnicas para recuperar la percepción corporal y el contacto con el propio cuerpo, entender los mensajes «ocultos » del mis mo, escucharlos y descifrarlos. • Métodos que permitan encontrar y reforzar herramientas per so na les que ayuden a transitar la enfermedad y aumentar la resiliencia. • Modelos que permitan abordar e intervenir en los sistemas actuales en los que el paciente está involucrado (familia, trabajo, sistema de salud, etc.) para entender la signifi cación de la en fer me dad en la trama de relaciones familiares, abordar procesos que puedan estar manteniéndola o bloqueando su recuperación; y para crear redes de sostén que lo ayuden a enfrentar y manejar los efec tos de la enfermedad en él y en su entorno signifi cativo. • Métodos grupales conformados por personas que comprar ten una misma patología coordinados ya sea por un profesional o por un par. Investigaciones neurofi siológicas recientes han per mi ti do descubrir por qué los lazos sociales reducen la ansiedad y el estrés 81

postraumático. La ocitocina, un neuropéptido, ha sido asociada con el nacimiento, la lactancia, el com por ta mien to sexual y los la zos so cia les. Posee propiedades analgésicas y endorfínicas, y se se gre ga ría cuando las personas comparten entre sí sus experiencias traumáticas. A) MÉTODO EMDR Desensibilización y Reprocesamiento por medio del Mo vi mien to Ocu lar es una de las terapias de avanzada de alta efi ca cia, que per mi te acortar notoriamente los tiempos de tratamiento. ¡Sa be mos cuan importante es el factor tiempo en las en fer me da des gra ves como el cáncer! Cuando una experiencia supera las capacidades de pro ce sa mien to de un individuo, y una enfermedad grave a menudo lo hace, esta capacidad natural se bloquea, la información no es procesada y da entonces lugar a síntomas. Determinados modos de fun cio na mien to, emociones, creencias del pasado quedan almacenados en el cuerpomente como resultado de situaciones traumáticas. Estos per ma ne cen ligados entre sí y se ligan además con la problemática somatopsíquica del presente. EMDR es de gran efi cacia para abordar los trastornos emo cio na les causados por el trauma que signifi ca una enfermedad crónica o aguda, ya que se trata, por excelencia, de una terapia para el tra ta mien to del trauma. Emplea protocolos específi cos para tras tor nos somáticos (F.Shapiro) y para el dolor (M. Grant). El EMDR se basa en tres vertientes: pasado, presente y futuro. Tres tiempos básicos en una persona que sufre una enfermedad. El presente se encuentra plagado de difi cultades, sufrimiento, limitaciones y do lor. El futuro puede aparecer gris y acotado. En el pasado suelen estar las claves de las situaciones de estrés o traumas que pueden actuar como gatillos de la enfermedad. Es una herramienta de prevención: primaria, secundaria y ter cia ria. En su carácter de prevención primaria posibilitará el reprocesamiento de aquellos traumas del pasado que pueden ha ver producido el comienzo muy incipiente de la enfermedad (ver Scaer). Usamos EMDR como instrumento de prevención secundaria cuan do utilizamos como blanco las condiciones actuales que pueden es tar infl uyendo en la enfermedad, tales como condiciones de vida nocivas (tabaquismo, irritabilidad, depresión, etc.). Hacemos

pre ven ción ter cia ria, cuando tratamos de limitar los daños pro du ci dos por la en fer me dad al reprocesar las experiencias traumáticas pro du ci das por la misma. En todos los casos apuntamos a evitar la apa ri ción de recidivas. Para muchos pacientes el reprocesamiento de estos aspectos psi co ló gi cos lleva a la desaparición de los síntomas y/o al mejoramiento de su calidad de vida. El EMDR complementa el tratamiento médico, no lo sustituye. Con EMDR el terapeuta ayudará al paciente a crear un plan de acción para registrar las necesidades reales más urgentes mi dien do las con se cuen cias colaterales de su enfermedad en la familia, el trabajo, las fi nanzas, las relaciones sociales, las experiencias mé di cas, los im pe di men tos físicos y personales. Además de los traumas presentes relacionados con la forma de sobrellevar la enfermedad, la internación o los tratamientos, se de ben tener en cuenta los factores emocionales actuales que ac túan po ten cian do la sintomatología, tales como la culpa por el en fer mar, los sen ti mien tos acentuados de vulnerabilidad o discapacidad, los de des am pa ro y desesperanza, entre tantos más. BLANCOS TRAUMÁTICOS A DESENSIBILIZAR Y REPROCESAR EN LOS TRAS TOR NOS SOMÁTICOS • Ansiedades y temores relacionados con recuerdos del pa sa do o situaciones del presente generadas por la enfermedad que pue den impedir al paciente ocuparse adecuadamente. • El miedo a posibles impedimentos personales y físicos como efec to de los tratamientos, al deterioro progresivo/recurrencia/muer te. • Otras emociones actuales como desamparo, desesperanza, depresión, resentimiento, culpa, vergüenza, rabia, desaliento. • Los recuerdos del pasado: relacionadas con la enfermedad como por ejemplo, enfermedades previas o intervenciones mé di cas. • Impacto y shock del primer diagnóstico y el pronóstico. • Decisiones sobre alternativas de tratamientos que deben ser tomadas rápidamente. • Creencias en relación a la salud y la ayuda posible que la me di ci na puede prestarle. • Angustia por los factores económico-sociales del enfermar. • Alteraciones y limitaciones en el estilo de vida. • Impacto en la red social: la enfermedad vivida como un es tig ma, o con vergüenza, culpa, desesperanza. 82

• Difi cultades en los controles médicos y los tratamientos pe rió di cos. • Tratamientos: sus difi cultades y efectos secundarios. Las re caí das. • Efectos del dolor y la fatiga CREENCIAS NEGATIVAS Y POSITIVAS USUALES EN EL TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS SOMÁTICOS CON EMDR

Paradigmático del EMDR es identifi car, desensibilizar y reprocesar las creencias («si... .pero») que puedan bloquear el pro ce sa mien to, transformándolas en creencias deseadas por el pa cien te y que en lugar de limitar, brinden posibilidades. Lo mismo sucede con las conductas derivadas de reacciones disfuncionales de la familia o de la incomprensión, rechazo o indiferencia del sistema médico. Después de limpiar todo el material negativo del pasado, y me jo rar las posibilidades en el presente, el terapeuta estimulará la proyección al futuro: para que pueda pensar que tiene una vida por delante se le solicita al paciente que imagine un video de su vida desde el presente a 5 años en un estado saludable, con estimulación bilateral y una cognición positiva asociada. Esto permite crear imágenes positivas que mejoran el sistema inmunológico. Dentro del protocolo de enfermedad somática, las visualizaciones sobre los tratamientos necesarios para la curación (al modelo de Simonton y Bernie Sieguel) tienen un papel fundamental. A fi nes de mejorar las posibilidades del paciente en el presente se le asignan tareas, solicitándole que lleve un control díario de su cuidado personal para mejorar su autoefi cacia y autocontrol. Para una persona que padece una enfermedad grave es de vital importancia sostener la antorcha de la esperanza, con fe en los proyectos y cambios que a partir del enfermar pueda ser necesario realizar en su vida. En enfermedades terminales es importante anticipar el proceso del buen morir ayudando al paciente a dejar sus cosas en orden, reprocesar culpas y solucionar confl ictos pendientes familiares para que pueda irse en paz. Graciela 40 años consultó derivada por su oncólogo después de una operación de cáncer de cuello de útero. Oriunda de una provincia del interior, había tenido una niñez do lo ro sa y teñida de autosacrifi cios. A los 9 años su madre a la que estaba muy ligada, murió de cáncer y su padre se deprimió tor nán do se al co hó lico y violento. Cubrió la sensación de desamparo sobreadaptándose y haciéndose cargo de llevar

adelante la casa y la crianza de sus 4 her ma ni tos. Sus necesidades y emociones fue ron suprimidas. De jovencita se convirtió en la amante de un comerciante casado con el que trabajaba. Las situaciones de abuso vividas y el secreto de las mismasrealimentaban las experiencias de indefensión y desamparo de su niñez. Con el tiempo pudo dejar esa relación. Había quedado embarazada un año atrás de su novio, hombre mayor con hijos de un anterior matrimonio y con pocas ganas de compromiso, quien le retiró su apoyo, desconfi ando de ella. Sintiendo que no iba a poder criar un hijo sola se sintió obligada a abortar. Quedó desvastada, rompiendo esa relación de siete años. Al momento de la consulta era directora de un jardín de infantes y contaba con amigas y dos hermanos viviendo cerca. En el tratamiento se desensibilizaron y reprocesaron las vivencias de pérdida, el desamparo e impotencia frente a la enfermedad que reactivaban aquellas de la niñez y adolescencia, con vivencias de abandono y abuso. Se establecieron las conexiones entre el punto de vista adulto y las viejas creencias distorsionadas de la juventud. Las emociones y creencias fueron cambiando de: «Soy la responsable» a: «No hubo quien me proteja!»... »Cómo pudo aprovecharse de una jovencita!» con aparición de sentimientos de enojo. De la tristeza y dolor por lo sufrido a la aceptación... «Hice lo mejor que pude.» Se registraron también cambios en los síntomas y las sensaciones corporales. Mejoraron los problemas digestivos, las sensaciones de náuseas y vómitos, y también los dolores de cabeza. Comenzó a sentirse bien de salud. En los controles médicos se evidenció una mejoría del sistema inmunitario. Después de hacer un trabajo de duelo y despedida con el hijo que no pudo tener, por el útero que ya no tenía y por su madre, pasó del desamparo inicial a la comprensión de que tenía que cuidarse. Se registraron cambios positivos en el comportamiento y el afecto. Incorporó mejores hábitos de cuidado corporal y disfrute. Pudo pedir y aceptar ayuda emocional y material de sus hermanos y amigos. La estimulación del sistema adaptativo de procesamiento de información (con EMDR) ayudó a vincular el pasado con lo que le sucedía en el presente y a afrontarlo desde una perspectiva adulta. 83

Esto permitió ampliar su mirada y cambiar su proyección de cara al futuro. Al seguimiento tres años después se ha casado con un viudo con hijos chicos a los que se dedica con mucho amor y su salud sigue estable. B) TERAPIA SISTÉMICA EN LA ENFERMEDAD SOMÁTICA La Medicina Familiar Sistémica resulta de la aplicación de los principios de la teoría sistémica al área de la salud. Enfoca la enferme dad, la prestación de salud, y la organización de los agentes prestadores en un paradigma integrativo. Su fundamento es el llamado modelo bio-psico-social, que caracte ri za a la enfermedad como un fenómeno multidimensional: nuestras experiencias biológicas, psicológicas y sociales interactúan y se infl uyen mutuamente de modos complejos. Postula que los aspectos biológicos, psicológicos y sociales de una persona son determinantes de su salud, aparición de en fer me dad, su curso, y a menudo, del pronóstico. Los procesos familiares pueden infl uir en la aparición, evolución y resultado de enfermedad en un miembro del sistema fa mi liar, y viceversa, la enfermedad puede generar disfunción en la familia, o aumentar la preexistente. A su vez, esta alteración del contexto fa mi liar y social impacta sobre el paciente enfermo, pu dien do en tor pe cer el proceso de curación, o afectarlo ne ga ti va men te. Esta re la ción circular recursiva es particularmente importante en las en fer me da des severas, con riesgo de vida, y en las crónicas, que se ex tien den en el tiempo. La relación entre cierto tipo de estructura familiar y el desarro llo y mantenimiento de enfermedades tales como asma infantil, diabetes, dolor crónico y anorexia ha sido muy estudiada. La re la ción entre sistema familiar, sistema social, salud y enfermedad apa re ce muy claramente en la salud infantil. Por esto, un conocimiento operativo de los conceptos teóricos y de las técnicas de abordaje de la teoría familiar sistémica, puede aumentar la efectividad terapéutica de todos los agentes de salud, médicos, enfermeras, etc., no solo de los psicoterapeutas. El siguiente caso es un buen ejemplo de cómo la dinámica fa mi liar puede sostener la enfermedad poniéndola al servicio del man te ni mien to de una estructura disfuncional. Se trata de una familia formada por el padre, 20 años mayor que la madre, y dos hijos varones adolescentes, de estructura muy aglutinada, con el poder muy cen tra li za do en el padre.

Sufrió éste un infarto del miocardio, que fue vivido por la familia como una sentencia segura de muerte próxima, persistiendo esta creencia intacta a través de los años a pesar de la recuperación que le permite llevar actualmente, 10 años más tarde, una vida normal y activa (para su edad). Se cree un enfermo grave, y vive como si lo fuera. La familia se organizó alrededor de la enfermedad del padre, que pasó a ocupar un lugar de aún mayor poder y protagonismo. El aglutinamiento se acentuó. El disenso, oposición o crítica al pa dre están implícitamente prohibidos. Cualquier confl icto debe ser su pri mi do, el miembro que se atre va a expresarlo o actuarlo escon si de ra do «asesino». Cuando se evidencian difi cultades ma tri mo nia les rá pi da men te se forma una fuerte alianza pa dre-los dos hi jos. La es truc tu ra se hace cada vez más rígida. Los hijos no se independizan, trabajando toda la familia en el negocio del padre. Diez años des pués del infarto, en el momento de la consulta de la madre por gas tri tis, la enfermedad cardíaca continúa siendo el miembro más im por tan te del sistema familiar: el padre sigue con si de rán do se y sien do con si de ra do como un enfermo grave, la madre sufre de tras tor nos de ansiedad, gastritis, dolor crónico y eventualmente depresión, y los hijos siguen sin ningún logro de autonomía ni ninguna po si bi li dad de oposición. La en fer me dad, somática y emocional, es el modo de vida de los miembros de esta familia. El abordaje terapéutico debe tomar en cuenta estas ca rac te rís ti cas del funcionamiento familiar, para ayudar al paciente y a la fa mi lia, a lograr desarrollos más funcionales. Va a tener que ac tuar, tam bién, en interfaz con el sistema de salud interviniente. Sin embargo, una advertencia: si el terapeuta no tiene la forma ción y experiencia necesarias para trabajar con familias rígidas (y las familias con alta incidencia de enfermedades somáticas ge ne ral men te lo son) o muy disfuncionales, debe derivarla a un te ra peu ta entrenado en este tipo de sistemas. C) EXPERIENCIA SOMÁTICA® El trauma implica a menudo, un encuentro con la muerte y des pier ta, respuestas extraordinarias, tanto en sus posibilidades ne ga ti vas, de enfermedad, como en las positivas de resiliencia y trans for ma ción. Su naturaleza misma, incluyendo el hiperalerta, la di so cia ción y el congelamiento, está basada en los comportamientos de su per vi ven cia. Sus síntomas son el resultado de una respuesta in com ple ta, altamente 84

activada frente a la amenaza, la que queda con ge la da en el tiempo. Al permitir que se descongele, y por lo tanto, se complete, el trauma puede ser curado. Peter Levine, con doctorados en Biofísica Médica y en Psi co lo gía, se ha dedicado durante treinta años al estudio del estrés y el trauma. Sus observaciones sobre las respuestas fi siológicas de los animales salvajes, sujetos a constantes peligros por parte de sus predadores en su medio natural, lo llevaron a constatar que, pese a este medio hostil, ellos no desarrollan síntomas de estrés postraumático. Observó que la clave de esto radica en la uti li za ción de una serie de mecanismos innatos para regular y descargar los altos niveles de hiperactivación producidos por los com por ta mien tos defensivos de supervivencia, logrando volver rá pi da men te a su estado normal tras la amenaza. Cuando el peligro pasó, comienzan a experimentar una serie de sacudidas o temblores de tejido muscular, cuya fi nalidad es la de regular y descargar los estados de activación del sistema nervioso producidos por el pe li gro. Al rato, retoman sus actividades como si nada hubiera pa sa do. Los seres humanos también nacemos con estos mismos me ca nis mos regulatorios instintivos, a cargo de nuestro cerebro reptiliano más primitivo, pero a medida que crecemos la parte ra cio nal de nuestro cerebro, el neocortex, inhibe su funcionamiento. Esta res tric ción impide la descarga completa de las energías de su per vi ven cia que permanecen bloqueadas en el cuerpo y en el sistema nervioso dando lugar a diferentes síntomas corporales y de Tras tor no por Estrés Postraumático, producto de los intentos del cuer po de manejar y contener esta energía que no ha sido des car ga da. Dice Peter Levine: «El trauma puede ser el infi erno en la tie rra, y transformado, es un regalo divino». De él podemos redespertar con nuevas energías que nos permitan conectarnos plenamente con el fl ujo vital del «aquí y ahora». La «Experiencia Somática®», es un abordaje breve y natural para la resolución y curación del trauma. Emplea la toma de conciencia de las sensaciones corporales para ayudar a las personas a «renegociar» y reintegrar partes fragmentadas y congeladas del yo que han adoptado la forma de síntomas, o enfermedad somática. Para ello es posible usar las sensaciones corporales como una guía capaz de revelar dónde sentimos el trauma y asimismo para que nuestros recursos instintivos, temporariamente sofocados, nos di ri jan hacia la descarga completa de esa energía retenida, y por ende, a la curación. Esto se logrará pendulando, es decir, mo vién do se lentamente hacia

delante y hacia atrás entre el recuerdo del trauma y las energías curativas, integrándolas gradualmente has ta que las energías sean liberadas y transformadas, aprendiendo cómo regular sensaciones perturbadoras o intensas, generando otras más positivas y descubriendo recursos corporales. El objetivo es establecer, trabajando con ejercicios, un foco experiencial en el cuerpo y sus más sutiles sensaciones, una ma ne ra «sentida» de experimentar el cuerpo y las sensaciones ligadas al trauma. Los componente emocionales y cognitivos de la ex pe rien cia pasan a un segundo plano Esto permite curar el trauma tal como está almacenado, establecer una conexión rica y compleja con nuestro cuerpo, abandonar el intento por controlar y entrar en un estado más instintivo del ser. Todo esto redundará en una me jor conexión con el fl ujo de energía vital. Betty, 49, fue abandonada por su marido durante el embarazo de su segunda hija, hace ya 15 años. Luego de este suceso traumático de sa rro lló obesidad mórbida e hipertensión arterial. Continuaba fantaseando y soñando con su regreso, pese a que él ya había formado una nueva fa mi lia y tenía otro hijo, y por otra parte no visitaba a sus otros dos hijos. No podía sentir rabia o eno jo, emociones necesarias para poder seguir ade lan te y romper de fi ni ti va men te la relación afectiva. Parte del proceso terapéutico consistió en conectarse con la experiencia traumática de la partida de su marido y atender a sus sensaciones corporales. Un esbozo de enojo aparecía localizado en sus pier nas. Gradualmente Betty co men zó a descargar esta emoción por medio de patadas lanzadas al aire y destinadas a completar una defensa que en su mo men to fue ab so lu ta men te abortada. D) TERAPIAS DE ENERGÍA Comprende un grupo amplio de diversos enfoques y mé to dos terapéuticos que tienen una base común: el concepto de energía, propio del pensamiento científi co actual, y de casi todas las cien cias de todas las épocas. Encontramos escritos referentes a ener gía ya en la medicina china, 2600 años A.C. Todos estos métodos utilizan intervenciones en los sistemas de energía humana, integradas a intervenciones psicológicas, ar ti cu la das en un formato determinado de tratamiento. Estos sistemas de energía comprenden: El campo bioenergético: el ser humano es una matriz de cam pos de energía multidimensionales interactuantes. Nuestros pen sa mien tos generan constantemente patrones de energía eléc tri ca que producen la 85

liberación de hormonas, neurotransmisores y otras substancias químicas en el cuerpo, que sentimos como emo cio nes. La primera manifestación de una emoción, ya sea positiva o ne ga ti va, es un cambio en el estado eléctrico del cuerpo. Cuando hay una disrupción en el fl uir eléctrico del organismo, por ejemplo a raíz de una emoción intensa, de una situación traumática, de un dolor corporal fuerte, lo sentimos. Si la disrupción electroquímica continúa, puede llevar a perturbación emocional, y even tual men te, a trastornos físicos. Cuando se soluciona la disrupción eléc tri ca, la perturbación termina o se alivia gradualmente. Este campo bioenergético, que rodea a todos los seres vivos, es equivalente, en otras culturas, al concepto de aura. Existen centros de concentración de receptores eléctricos y químicos que reciben, procesan, y distribuyen información (ener gía) desde y hacia el medio ambiente, y dentro del cuerpomente. La ubicación en el cuerpo de estos centros (C. Pert, 1997) tiene una notable correspondencia con los «chakras» del cuerpo de energía. Los patrones de vías de circulación energética dentro del cuerpomente corresponden a los meridianos de la medicina china. Se ha demostrado, (en laboratorio), que la acupresión en pun tos determinados de estos meridianos en la superfi cie corporal neu tra li za la alteración en el sistema eléctrico del cuerpo, de te nien do la reacción química en cadena, liberándonos de perturbación fí si ca y emocional. Al presionar suavemente en esos puntos, re cep to res neurales bajo la piel convierten la presión en impulso eléctrico que se trasmite a su vez al cerebro. Se desactiva la respuesta de alarma del simpático, activándose los mecanismos regulatorios de feedback, o sea, la respuesta de calma del parasimpático. Esta va acompañada de la liberación de opiáceos endógenos, que tienen un efecto analgésico. Es fácil ver por que estos métodos resultan particularmente úti les en el tratamiento del paciente con enfermedad somática. Son rápidos, efectivos, acceden a áreas y mecanismos a los que no llega ningún otro modelo de psicoterapia, favorecen el equilibrio y la autorregulación, utilizan los propios recursos del paciente, pro mue ven la participación activa de éste en su cu ra ción, y optimizan cual quier otra forma terapéutica con la que se los combine.(ver Cap. 2). Son métodos muy efectivos en la regulación del dolor y de la ansiedad, y están libres de efectos colaterales

nocivos. Para el pa cien te con enfermedad somática que generalmente recibe ya tanta medicación, resulta muy benefi cioso contar con técnicas analgésicas y ansiolíticas no químicas, sencillas, inocuas, y muchas de ellas autoadministrables. Las principales Técnicas de Energía que utilizamos en el aborda je de la enfermedad somática, son: TFT (Terapia del Campo del Pensamiento, Roger Callahan), EFT (Emocional Freedom Technique, de Gary Craig), TREE (Técnicas de Reactivación Energética Emocional de Solvey y Geraiges) y TAT (Técnica de Acupresión de Tapas). Esta última, en nuestra ex pe rien cia, nos ha resultado particularmente útil, en el tratamiento del paciente con colon irritable. CASO CLÍNICO Alejandra, de 30 años, casada, dos hijos, una nena de tres años y un bebe de un año, comienza a sentir muy fuertes dolores ab do mi na les, a veces postrantes, sin encontrar causa que los explique. Es diagnosticada con el Síndrome de Colon Irritable y tratado du ran te unos meses, sin alivio. Cuando los dolores no ceden y aún empeoran, decide ella misma volver a consultar a la terapeuta que la había atendido de recién casada, 5 años antes. En ese tratamiento había trabajado con EMDR un trauma de los 16 años, cuando un hermano menor había muerto en un in cen dio. Tra ba ja mos de entrada con la técnica de TAT. En la primera sesión «apareció» su dolencia actual relacionada con una si tua ción menor, a la que no le había dado ninguna signifi cación y casi ni siquiera registrado, donde su hijo de un año, estuvo en potencial peligro de lastimarse por un pequeño accidente doméstico. Se gui mos trabajando el miedo por sus hijos con Tapas durante cinco sesiones quincenales más. A la tercera los dolores habían des apa re ci do. Cuando un año más tarde me comuniqué con ella, me re fi e re que sigue usando Tapas en momentos difíciles, o ante algún leve dolor que apareciera «aúnque fuera porque comí mucho».

DOLOR Según la Asociación Internacional para el Estudio del Do lor, se defi ne al dolor crónico como una experiencia sensorial y emo cio nal desagradable, asociada a una lesión tisular existente o po ten cial, y descripta siempre en función de dicha lesión. Esta de fi ni ción abarca tanto el aspecto orgánico-anatómico como el fi sio ló gi co, al decir que conlleva una parte sensorial pero que también implica el sufrimiento emocional(1) Se debe diferenciar el dolor agudo del crónico. En primer lugar el agudo le sirve como alarma o defensa al 86

organismo de que algo no funciona correctamente (ej. una apendicitis). El dolor crónico en cambio es inútil.Otra diferencia sustancial entre ambos, es que el dolor crónico tiene múltiples causas, mientras que el agudo ge ne ral men te proviene de una sola. El dolor crónico está acom pa ña do además de factores emocionales tales como depresión, an sie dad, miedos, estrés. La historia del componente psico-emocional en el dolor crónico ha variado en el tiempo desde explicaciones puramente organicistas al comienzo, hasta teorías comportamentales, cognitivas, psicoanalíticas, etc., llegándose actualmente a un consenso donde están implicados factores emocionales, ambientales, sociales, eco nó mi cos y familiares, que se suman a las causas orgánicas.(2). En el paciente que sufre de dolor crónico, puede existir una en fer me dad o trastorno psicológico previo y, ante una patología or gá ni ca dolorosa, la persona puede responder de manera exa ge ra da.(5) Existe también la posibilidad que el dolor sea percibido por el paciente como una fuente de benefi cios secundarios, afectivos o emocionales y hasta aún económicos (aquellos que están en litigio judicial y que demandan una compensación por el dolor causado por un accidente laboral, por ej.). La idea frecuente entre los familiares o las personas que ro dean al paciente con dolor crónico, es que éste magnifi ca la in ten si dad del mismo para obtener el benefi cio de la atención, com pa sión o afecto de ellos. Esto si bien es factible que suceda, no quita que la intensidad del dolor existe y es lo que el paciente siente, sea cual fuere la causa, aún si es para obtener benefi cios. DOLOR CRÓNICO Y TRAUMA PSÍQUICO: COINCIDENCIAS NEUROLÓGICAS 1. Ambos producen cambios en el sistema nervioso central por estrés. 2. En ambos están implicadas las estructuras centrales del ce re bro; amígdala, hipocampo, tálamo, corteza cingulada anterior y cor te za frontal. 3. La amígdala forma parte del componente afectivo del dolor y participa junto con el hipocampo, de la memoria del dolor y el trau ma psíquico. 4. Fenómenos neurológicos similares se observan en personas con estrés post traumático y dolor crónico, especialmente en tálamo, amígdala, corteza anterior cingulada, con lateralización del he mis fe rio derecho.

5. En ambos hay una alteración del periodo REM (Rapid Eye Movements) del sueño, clave en el reprocesamiento del trauma. 6. El dolor crónico produce un alto nivel de estrés, lo que induce un bajo nivel de serotonina, la cual inhibe la transmisión de la nocicepcion, por lo tanto hay aumento de la sensibilidad al dolor. CASOS CLÍNICOS Dr. Daniel Asís

PACIENTE 1. CEFALEA DE HORTON Se trata de un hombre de 64 años, quien padece de cefalea de Horton, también llamada “Cluster headache” o “cefalea en ra ci mo”. Los síntomas que presenta es un dolor unilateral de tipo neu rál gi co, que afecta sobretodo el ojo y la región temporal, sin etio lo gía conocida, que aparece generalmente de noche y dura al gu nas ho ras, con poca respuesta a la medicación. A veces desaparece du ran te me ses o años, para retornar. El paciente comienza hace 12 años con dolor, sin lograr ningún alivio importante con el tratamiento, hasta que 2 años después, el dolor desaparece espontáneamente. El lo atribuye a un cu ran de ro. El dolor había aparecido luego de la “traición “de uno de sus hijos, que le robó plata y llevó su negocio a la quiebra. Hace 4 años sufre la muerte de otro de sus hijos por un accidente, y 2 años des pués recomienza su dolor con gran intensidad, con un puntaje de 10 en la Escala Visual Análoga (EVA) para medición del dolor. Presenta ideas de suicidio, y no hay ninguna respuesta al tra ta mien to con ven cio nal. En la primera sesión, se le aplica acupuntura, y se le plantea tra tar con EMDR la muerte del hijo. A esto él responde:”no, yo quiero llevar ese dolor siempre conmigo”; le planteo como opción tra tar solo el sín to ma del dolor con el protocolo de dolor y EMDR, que parte de la re pre sen ta ción interna de su dolor, sin tocar el tema de la muerte del hijo. Se comienza entonces a reprocesar, desde la imagen que tiene de su cefalea a la que describe como “un manojo de gusanos rojos, con la sen sa ción que va a explotar”. Transcurre el reprocesamiento durante la sesión, hasta que la imagen se va desdibujando para quedar fi nalmente, en un color blan co y con el paciente relajado. Se le entrega un CD con sonido bilateral, con una voz que lo guía siguiendo el protocolo de dolor, para realizar la misma se cuen cia diaria men te en su casa. A la segunda sesión, una semana después, el paciente relata que sólo tuvo una crisis nocturna de dolor, de menor intensidad que las anteriores, y de corta 87

duración y que evalúa en el rango de 6 en la EVA Se le practica solamente acupuntura. A la semana siguiente al comienzo de la sesión, manifi esta mu cha angustia, con la emergencia de recuerdos sobre el hijo fa lle ci do, y acepta tratar con EMDR el tema. Al término de la misma el paciente se muestra con una gran relajación y alivio. A los cuatro meses del tratamiento el paciente continua libre de dolor y sin necesidad, por lo tanto de medicación. PACIENTE 2. FIBROMIALGIA Una mujer de 59 años con diagnóstico de fi bromialgia. Esta “en ti dad” es una patología dolorosa, muy frecuentemente diagnosticada como tal, con síntomas clínicos tan abarcativos como: do lo res generalizados, trastornos del sueño, fatiga y depresión. Existen criterios para díagnosticarla como los descriptos, pero no hay un valor biológico alterado que certifi que la existencia de la enfermedad; lo único corroborado es que estos pacientes pre sen tan alteraciones en las ondas NO REM del sueño, de manera que experimentos hechos con estudíantes a quienes se privó de estos periodos de sueño, reprodujeron los síntomas de Fibromialgia al cabo de 11 días. Volviendo al caso de la paciente, esta manifi esta los síntomas descriptos desde hace 4 años, sin respuesta a los numerosos tra ta mien tos implementados. Actualmente está medicada con ansiolíticos y antidepresivos. Al indagar en su historia clínica surge el haber sufrido durante su infancia de repetidos episodios de violencia física por parte de su padre. La EVA del dolor es al comienzo de 8, en una escala de 1 a 10. Se elige tratarla con EMDR siguiendo el protocolo habitual del dolor. Se tratan en sesiones posteriores, también con EMDR los episodios traumáticos de su niñez, y la representación interna de su dolor, poniendo énfasis en las sensaciones físicas que manifi esta la paciente. Se le entrega un CD con estimulación bilateral sonora y guía del protocolo de dolor, para que continúe reprocesando las sensaciones dolorosas diariamente en su casa. Al cabo de 6 sesiones, la escala EVA descendió a 4 puntos, y la medicación se ha reducido a la mitad. PACIENTE 3. DOLOR NEUROPÁTICO POR TRAUMATISMO Paciente de 59 años que recibe un golpe en la cabeza, con pér di da del conocimiento, por un trozo grande de mampostería des pren di do de un balcón. En la Resonancia Magnética Nuclear se constata una lesión medular a nivel cervical alto, que le produce

dolor irradíado a am bos brazos de tipo neuropático (quemante), con cefaleas intensas. El tratamiento farmacológico sucesivo con Carbamazepina, Gabapentina, y ansiolíticos reduce levemente su dolor, por lo que el neurólogo le sugiere tratamiento con acupuntura. La paciente está en situación económica precaria, no puede tra ba jar, tiene 3 hijos y todos los costos del tratamiento son pagados por su abogado a cuenta de la futura indemnización. Al no responder como se esperaba a la acupuntura, le sugiero tratamiento con EMDR. De su historia surge un intento de violación cuando tenía 14 años, por parte del hijo de la amante de su padre. Durante el ata que, al que ella resiste fuertemente, es golpeada por el atacante con un objeto contundente en la cabeza, que la deja inconsciente. A los 23 años durante su segundo embarazo es golpeada por su marido, se cae y se golpea la nuca contra una mesa quedando inconsciente. Se comienza en la primera sesión con EMDR con la escena del intento de violación, logrando al término de la misma gran se da ción. La paciente presenta a posteriori una leve mejoría del sueño (recordar que el sueño es indicador de mejoría del dolor). En la siguiente sesión se practica EMDR, con foco en los episo dios reiterados de violencia conyugal. La paciente reprocesa hasta llegar al golpe y conectarlo con el dolor de cabeza y el dolor cer vi cal ac tual. Como dato notable, y nos preguntamos si causal, nos llama la atención la coincidencia de traumas psíquicos junto con golpes en la cabeza. A la siguiente sesión la paciente manifi esta un aumento del do lor, aúnque con disminución del nivel de ansiedad y mejoría del sueño; al mismo tiempo relata contratiempos en la negociación de su indemnización.(recordar la contraindicación relativa de tratar el dolor o enfermedades cuando hay litigio judicial o benefi cios se cun da rios de la enfermedad o el dolor). Como balance fi nal, al cabo de 6 sesiones el nivel de dolor cedió sólo un 20 % según la paciente con un nivel de ansiedad menor logrando una reducción de ansiolíticos en un 50 %. La impresión fi nal, es que a un nivel inconsciente, la paciente necesita su dolor para lograr el benefi cio económico, ya que su si tua ción laboral actual con un futuro de probable incapacidad re la ti va, le genera una gran ansiedad y la indemnización por el ac ci den te será mayor mientras mayores sean las consecuencias del mismo. 88

En estos casos, donde el benefi cio secundario del síntoma blo quea el éxito del tratamiento, lo óptimo es esperar los resultados del litigio judicial, y una vez cerrado este tema abordar el síntoma. PACIENTE 4. DOLORES CERVICALES Y LUMBARES Noris L. paciente de 64 años, de profesión costurera, se queja de dolores cervicales y lumbares desde hace años que han aumentado en los últimos meses, conjuntamente con episodios de cistitis a re pe ti ción, que dan exámenes de orina negativos para gérmenes. Tratada con medicación habitual no sólo no encuentra alivio sino que manifi esta intolerancia gástrica a los fármacos. La in ten si dad del dolor en la E.V.A. es de 8 puntos. Derivada para tratamiento del dolor con Acupuntura, en su his to rial se encuentra la muerte de la hija hace 18 años por Leucemia. Le propongo tratar con acupuntura su dolor y tratar su «dolor del alma» (dicho por ella), con EMDR. Como la paciente tiene difi cultades en su visión, y debe estar acos ta da por el tratamiento de acupuntura, me coloco en su cabe ce ra y realizo la palpación de ambos lóbulos de la oreja. Para los neófi tos debo recordar que en la técnica llamada Auriculoterapia en su somatotopía el lóbulo de la oreja co rres pon de a los lóbulos de la corteza cerebral, y cuando encontramos do lor a la palpación es signo de sufrimiento del Sistema Nervioso Cen tral. El Dr. Paul Nogier, descubridor del método lo llamó en los años 60, la «Cicatriz Psíquica», ya que, sostenía que la oreja guar da en su ló bu lo la información de los traumas psíquicos. Estudios posteriores de Resonancia Magnética Nuclear Funcio nal, confi rmaron las observaciones del Dr. Nogier. En la práctica se observa que un paciente traumatizado siente dolor en el borde del lóbulo y al término de las sesiones de EMDR, éste dolor des apa re ce. Volviendo a la paciente arriba descripta, se encuentran muy do lo ro sos ambos lóbulos, se le practica EMDR, haciendo tapping muy suave sobre los lóbulos de la oreja de acuerdo al protocolo para re cuer dos traumáticos. Al cabo de 20 minutos la per tur ba ción se re du ce a 0, llegando la paciente a un estado de profunda relajación. A la palpación ambos lóbulos están sin dolor (¿Podría empezar a pen sar se en este signo como un dato objetivo de la efec ti vi dad de EMDR?) En la tercera sesión la E.V.A. desciende a 3 puntos, y desaparecen los

síntomas de la cistitis (¿ Lloraba por la vejiga? Fue una imagen que se me cruzó) . Al comenzar la siguiente sesión paciente me comenta que una hermana de ella, más anciana, murió hace unos meses (coincidentemente con el recrudecimiento de los dolores) y me pide el mismo tratamiento de esos toques en la oreja. Le pido en ton ces que busque el recuerdo más doloroso de la muerte de su hermana y la paciente comienza a angustiarse. Al mismo tiempo que palpo los lóbulos realizo entonces una compresión alternada, (que es do lo ro sa) de los mismos y en minutos las imágenes, sen sa cio nes y emo cio nes negativas desaparecen, con una gran re la ja ción de la paciente. El seguimiento a un año es auspicioso dado que la paciente sólo se queja de dolores esporádicos no intensos, y nunca más tuvo sig nos de cistitis. Este caso lo he descrito, con la intención de animar a los Psicólo gos a incursionar en técnicas no convencionales y que, según mi numerosa experiencia han probado potenciar el tratamiento con EMDR. El pensar que se está sufriendo de una enfermedad física que parece no tener explicación agrava la condición del paciente y au men ta la ansiedad y autoobservación, que desencadena en de pre sión, abuso de sustancias psicoactivas, somatización y mayor an sie dad. A lo expuesto anteriormente, se le suman los múltiples aprendiza jes relacionados con la experiencia de dolor, tales como com por ta mien tos maladaptativos, el rol del enfermo en la familia, el tema de la ganancia secundaria: evitar responsabilidades, pre sio nes, oportunidad de cuidarse a sí mismos o ser cuidados por otros, la propia identifi cación con el dolor. Muchos pacientes comentan: “hace tanto tiempo que siento dolor de cabeza que si no lo tuviera más, no me reconocería a mí mismo...””... fue parte de mi vida por tanto tiempo, que no sé quien soy yo sin él”.”de madrugada me despierto y sin querer lo busco, ... está en la sien?... detrás del ojo?”. El tratamiento del dolor con EMDR apunta al reprocesamiento de la información nociceptiva y del afecto relacionado, como com po nen te esencial a reprocesar. La constante redirección de la aten ción lleva a cambios neurofi siológicos tendientes a corregir los de fec tos de lateralidad hemisfèrica 36y modular la producción de determinadas sustancias (serotonina, noradrenalina, cortisol, etc) capaces modifi car la percepción del dolor.37 El EMDR brinda la posibilidad de entrar en redes de memorias emocionales y procesar una amplia gama de 89

recuerdos per tur ba do res, desde traumas de la niñez, procedimientos médicos, re ac cio nes familiares y fundamentalmente los propios pensamientos catastrófi cos vinculados con el pasado y el futuro, procesando los miedos, ansiedades y el sufrimiento. Cuando el terapeuta y el pa cien te logran enfocarse en las creencias, miedos, percepción nociceptiva y las emociones, se abarcan todas las dimensiones del dolor. Es por este motivo muy valioso saber cual es la opinión del paciente sobre los diagnósticos dados (cuando los hay), así como conocer su hipótesis personal acerca de lo que les está ocurriendo, la cual proporciona excelente material de trabajo para el tra ta mien to. Cualquier modifi cación que se haga en alguno de estos ítems altera la percepción del dolor mismo y permite un cambio, no sólo en su percepción, sino también en las creencias negativas con res pec to a la enfermedad, fomentando el desarrollo de ca na li za cio nes saludables tanto para pensamientos, como para acciones y emociones negativas. El EMDR permite reprocesar los recuerdos relevantes, si tua cio nes presentes y temores futuros relacionados con experiencias médicas, limitaciones personales y factores sociales, ya que el dolor crónico no sólo afecta al que lo padece, sino también a su familia y amigos, los cuales pueden tener reacciones adversas que oscilan desde el cansancio, fastidio, tratar de minimizar el padecimiento o hasta alejarse. Tal realidad puede hacer que el paciente tema ex pre sar lo que le ocurra o que se sienta presionado para mantener una máscarada optimista de su padecimiento. Otro aspecto a tener en cuenta cuando se trabaja con pacientes con dolor, es contemplar el hecho de que el mismo esté dentro de los límites tolerables para la persona, ya que de no ser así ésta se encontrará tan estresada y dolorida que difícilmente podrá con cen trar su atención en el reprocesamiento de la información nociceptiva. De la misma manera que se procede con otro tipo de pa to lo gías, es fundamental no sólo concentrarse en el dolor y el sufri mien to que evoca, sino también considerar todo lo que rodea a la historia del paciente tales como recuerdos traumáticos no re suel tos, no sólo los relacionados con tratamientos médicos sino tam bién los vin cu la dos con la enfermedad misma, que infl uyen en la ex pe rien cia de dolor. Tanto los pacientes que sufren de dolor, como los terapeutas que nos dedicamos a tratarlos, queremos que el dolor se vaya, y por completo, y lo más rápido posible. Con respecto a esto es muy im por tan te

ajustar las expectativas, tanto del paciente como del te ra peu ta, a la realidad. Esto no solo en lo referente al número de se sio nes, las cuales son más numerosas que en los casos de TEPT, sino también en cuanto a la remisión completa del dolor. La mayoría de los pacientes que he atendido lleva un promedio de 15 a 20 años de dolor. Hay casos en que este no llega a solucionarse totalmente, pero aún en los casos en los que la sintomatología física no llegue a remitir por completo, si se puede lograr la creación de recursos psicológicos que puedan permitir un mejor control del dolor y una mejor calidad de vida. MIEMBRO FANTASMA CASO 1 Dr Pablo Solvey

Una niña de nueve años había sufrido recientemente la amputación de una pierna a la altura de la rodilla a causa de un sarcoma óseo. Tenía fuertísimos y constantes dolores en el fantasma del miembro amputado. Estaba internada sola, sin su madre, en una Fundación para niños carenciados y con cáncer provenientes de lugares distantes del país, en Bogotá, Colombia. Para su tratamiento se aplicó el método EMDR. Después de una primera y única sesión de trabajo, que duró menos de una hora, el dolor había desaparecido completamente. Se focalizó el tratamiento en las situaciones traumáticas de estar separada de su familia; el recuerdo del procedimiento quirúrgico de la amputación y luego específi camente en la percepción del dolor fantasma. La paciente siguió sin molestias durante los seis días en que se pudo continuar con el seguimiento. (12) CASO 2 Dra. Raquel C. Ferrazzano de Solvey

Una señora de 70 años había sufrido la amputación de una pierna, por debajo de la rodilla, debido a una gangrena vascular de origen diabético. Habiendo trascurrido un año desde la amputación, seguía sintiendo fuertes dolores en los dedos del pie inexistente, que le difi cultaban enormemente la adaptación a la pierna protésica, debiendo desplazarse por este motivo en una silla de ruedas con la consiguiente dependencia de su familia que esto le generaba. Se eligió aplicar una serie de técnicas de las Terapias de Avanzada para su tratamiento. Este se completó exitosamente en dos sesiones de una hora y media de duración cada una. 90

En la primera sesión se usó EMDR y la Técnica de “1 ojo por vez". Se comenzó a desensibilizar la historia de su enfermedad, el recuerdo traumático del diagnóstico de gangrena y la operación de la amputación con todas sus consecuencias: la visión (traumática) del muñón, el tener que depender de la silla de ruedas, el aprender a caminar con muletas, y luego la confl ictiva situación que tenía con la pierna ortopédica que intentaba usar infructuosamente. Al terminar esta primera sesión el dolor había cedido en más del 50%. La segunda y última entrevista, fue dedicada por entero a desensibilizar las sensaciones dolorosas remanentes en los dedos inexistentes con EMDR y EFT (Emotional Freedom Technique). Al término de esta segunda sesión el dolor había cedido completamente. La paciente se mantuvo totalmente libre de molestias hasta su fallecimiento, ocurrido varios años después. (12) CASO 3. Dr. Pablo Solvey Una joven había perdido muy recientemente un dedo de la mano en una situación de extrema violencia, le fue cortado en un secuestro extorsivo, y rodeada de otras circunstancias emocionalmente traumáticas. Las sensaciones fantasma, consistentes en una picazón persistente debajo de la uña y un dolor en la punta y en el pulpejo del dedo perdido, comenzaron unas pocas semanas después de la amputación. Se eligió en primer lugar, empezar a trabajar con el método EMDR y la “Técnica de los Anteojos” . Se desensibilizaron todas las circunstancias altamente traumáticas del incidente del secuestro, al estar en riesgo no sólo su integridad física, sino su vida: cuando le fue cortado el dedo, las múltiples intervenciones médicas posteriores sufridas en el muñón, y el duelo por el miembro perdido. Dadas las características altamente traumáticas del incidente, esto llevó cerca de dos meses de trabajo, con completo éxito en la desensibilización del cuadro, no lográn dose sin embargo todos los resultados esperados con respecto a las sensaciones dolorosas del dedo fantasma, que persistían en algún grado. Estas persistentes sensaciones fantasmas dolorosas se abordaron luego específi camente, con EMDR y EFT con mucha mejoría, aunque el cuadro no remitió por completo. Se decidió por lo tanto aplicar la Técnica del Espejo, ideada por el Dr. V. S. Ramachandran.(7g). Nuestra paciente realizó los ejercicios en el espejo, y al cabo de diez días las sensaciones fantasma desaparecieron por completo manteniéndose la curación hasta el presente (mas de tres años). Ciertos

dolores y sensaciones neurálgicas que tenía en la punta del muñón, al no ser sensaciones fantasma sino reales y propias de la cicatriz, lentamente fueron cesando. CASO 4 Dr. Sergio Solvey

Un paciente de 65 años, varón, diabético, había sufrido tres meses atrás, la amputación de la pierna izquierda por debajo de la rodilla, por una infección. Tenía fuertes dolores y prurito fantasma. Se aplicó directamente la Técnica del Espejo del Dr. V. S. Ramachandran. Se le dio la indicación de hacer los ejercicios dos veces por día, durante diez minutos cada vez. Al volver a la próxima entrevista 20 días mas tarde, el paciente reportó la desaparición completa de las sensaciones tanto de dolor como de picazón.

TÉCNICA DEL ESPEJO

DEL DR. V. S. RAMACHANDRAN

Consiste en poner un espejo en un plano sagital, en una mesa enfrente del paciente, de manera que el espejo queda perpendicular al pecho del mismo. Le pedimos al paciente que posicione su miembro fantasma, por ej. el brazo izquierdo, a la izquierda del espejo y que imite la postura del brazo izquierdo (faltante) con el brazo derecho a la derecha del espejo. Luego se le pide que mire el lado derecho del espejo, de modo de ver el refl ejo en el mismo de su mano derecha (intacta) superimpuesta ópticamente en la localización del brazo izquierdo (faltante). Al refl ejarse en el espejo, lo izquierdo se vuelve derecho y viceversa. El miembro queda entonces refl ejado en el espejo “en una postura especular y simétrica”. Es decir la persona ve refl ejada en el espejo la imagen especular del miembro faltante, en donde su mano derecha es la izquierda y viceversa. El ejercicio consiste, en colocar el miembro sano exactamente en la misma postura simétrica (y especular) que tendrían las posturas “fantasma” del miembro ausente. Esto quiere decir que si el miembro fantasma estuviera en pronación, contracturado o extendido, por ejemplo, el miembro sano deberá colocarse exactamente en la misma postura. Al observar el paciente la imagen en el espejo, el refl ejo del miembro sano estará ópticamente ocupando el lugar de la localización del inexistente, de modo que tiene la “ilusión óptica” de que el fantasma ha reaparecido. Si el miembro perdido es el izquierdo, el paciente “ve” en el espejo…el miembro izquierdo completo. Para reafi rmar la corrección le pedimos que haga movimientos simétricos con ambas manos, o miembros, tales como aplaudir o dirigir una orquesta mientras mira 91

el espejo del lado en que aparece la “reconstrucción” de su fantasma. Dice Ramachandran refriéndose a un caso: “Imaginemos su asombro, y el nuestro, cuando no solo vió el miembro fantasma moverse, sino que lo ‘sintió’ asimismo moverse...he repetido este experimento con numerosos pacientes y al parecer el feedback visual anima al fantasma de modo tal que comienza a moverse como nunca lo había hecho anteriormente, con frecuencia por primera vez en años. Muchos pacientes han encontrado que este control voluntario, súbitamente logrado de movimiento de su fantasma, produce alivio de los espasmos o de las posturas incómodas que causaban gran parte del dolor tremendo en el fantasma.” (7b) El cerebro decodifi ca la nueva información en forma automática, sin que el paciente necesite creerlo, de hecho la persona obviamente sabe que es una ilusión…pero el cerebro no la cuestiona. En efecto, Ramachandran describe a varios pacientes con gran dolor a causa de un puño fantasma “cerrado y contracturado”, a quienes se aplicó este procedimiento y que lograron “abrirlo” poco a poco luego de observar repetidas veces en el espejo como se abría lentamente el puño real, símil especular de su fantasma, también poco a poco. Esta técnica requiere ejercicios de repetición diaria de cinco a diez minutos de duración, por espacio de dos o tres semanas (7g). Con respecto a las sensaciones y al dolor, algunos estudios señalan que las células cerebrales de la corteza somato-sensorial, que antes recibían las señales sensoriales aferentes de los receptores nerviosos de la parte recientemente amputada, se “encienden o disparan” demasiado cuando la entrada “normal” de señales se extingue. Esto puede resultar en la sensación que el miembro sigue en su lugar. Otra explicación concomitante es que el cerebro genere constantemente una imagen virtual del cuerpo completo para comprobar que todo está intacto y en su debido lugar, imagen con la cual se comparan las señales sensoriales entrantes. La imagen virtual del cuerpo completo genera una actividad neuronal espontánea y la sensación de un miembro fantasma podría partir de allí. (2,9) Hay sujetos que relatan que pueden experimentar vívidamente movimientos voluntarios de sus miembros inexistentes, presumiblemente porque señales eferentes de órdenes motoras enviadas al fantasma, son monitoreadas en el cerebelo y en los lóbulos

parietales, y si bien con el paso del tiempo esto desaparece, y el miembro fantasma se percibe inmóvil y paralizado, probablemente como dijimos por la ausencia prolongada de confi rmaciones visuales o táctiles y propioceptivas acerca de los movimientos. (7g) Las alucinaciones, la imaginación y la visión real son en esencia la misma cosa en lo que respecta al cerebro. Si miramos un escáner del cerebro de una persona mientras genera una imagen interna, veremos actividad en las mismas áreas del cerebro, de la visión y el reconocimiento, que se activarían si estuviera mirando la imagen externa “real”. A veces el cerebro, o bien lee mal la información entrante creando así una ilusión, o bien genera sus propios estímulos como podría ser el caso del miembro fantasma, y los interpreta como si estos estuvieran viniendo desde afuera. Cuando esto sucede puede no haber manera alguna, aparte de la deducción lógica, que la persona sepa si lo que está percibiendo está realmente en el mundo exterior o está solo en su propia mente (2,9). Sin embargo, en general se activan mas neuronas sensoriales en respuesta a estímulos externos que a experiencias sensitivas internas. Una explicación mas actualizada del mismo V.S.Ramachandran, (7b) fue construida a partir de una observación casual hecha en un paciente con el brazo izquierdo amputado desde el codo. Este estaba sentado en su consultorio, con los ojos vendados, mientras Ramachandran le tocaba suavemente diferentes áreas del cuerpo y le preguntaba donde percibía el contacto. Todo se desarrollaba de acuerdo a las expectativas, hasta que al tocarle la mejilla izquierda, el paciente exclamó “...oh Dios! Me está tocando mi pulgar izquierdo...”, es decir su pulgar fantasma. El paciente estaba tan sorprendido como el médico. Luego, al tocarle el labio superior, se produjeron sensaciones en su índice fantasma, y tocando el maxilar inferior, las sensaciones se producían en el meñique fantasma. Existía un mapa completo y sistemático de la mano fantasma... en su cara! La conclusión a la que arribó Ramachandran fue que la explicación estaba en la anatomía del cerebro. Dice: “...las señales de tacto de la superfi cie de la piel del lado izquierdo del cuerpo están representadas en el hemisferio cerebral derecho, en un área vertical de tejido cortical llamada el giro post central.

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“En realidad hay diferentes mapas, pero en aras de la simplifi cación podemos asumir que hay sólo uno, llamado S1, en el giro post central. Este es una representación fi el de la superfi cie de todo el cuerpo, casi como si hubiera una pequeña persona en la superfi cie del cerebro, llamado el homúnculo de Penfi eld. ...ahora bien, hay una peculiaridad, y es que la representación de la cara en este mapa de la superfi cie del cerebro está justo al lado de la representación de la mano, y no al lado del cuello como se podría esperar. La cabeza se ve dislocada (porqué esto es así, no es muy claro, tal vez tenga que ver con la fi logenie, o bien la manera en la cual el cerebro se desarrolla en la vida fetal o en la primera infancia, pero el hecho es que está dislocado). Esto me dio el indicio de lo que estaba ocurriendo. Cuando un brazo es amputado,se dejan de recibir en la corteza señales correspondientes a la mano. El cerebro se vuelve hambriento de señales sensoriales aferentes, y las señales sensoriales aferentes de la piel de la cara, ahora invaden el territorio adyacente que ha quedado vacío, que corresponde a la mano perdida. Las señales de la cara son entonces mal interpretadas (por extensión vecina) por los centros superiores del cerebro como provenientes de la mano perdida.” Ramachandran describe dos pacientes a quienes posteriormente a la amputación de una pierna, le aparecieron sensaciones referidas en el pie fantasma al serles tocados los genitales. Un caballero relató que sensaciones eróticas eran referidas del pene al pie, lo que provocaba que sus orgasmos fueran mas intensos de lo que solían ser. Esto presupone un cruce de conexiones, en caso de amputaciones. También se han descrito muchos casos de dolor referido de la cara al pie o brazo amputados. De sumo interés para nosotros es “el cruce de cables” entre genitales y pies, pues sería una explicación mas coherente del pie como zona erógena, y de por qué existirían tantos fetiches del pie. Preferimos la explicación anatómica, a la improbable teoría freudiana de que los fetiches de pie ocurren porque los pies se parecen al pene.(7,c,f) . Estos experimentos en miembro fantasma se inspiraron en parte por los estudios fi siológicos pioneros de Mike Merzenich, Patrick Wall, John Kaas, Tim Pons, Ed Tab and Mike Calford. (7c) “La especifi cidad de estas señales es tan marcada que si aplicamos un cubo de hielo o agua caliente a la cara, se producirá una sensación en el dedo fantasma de frío o de calor. Un paciente... cuando el agua comenzó a

gotear por su cara la sintió también goteando en su brazo fantasma. Cuando’ levantó’ su brazo (fantasma) estaba sorprendido de percibir que las gotas de agua ‘subían’ por él contrariamente a las leyes de la física”. “Para comprobar esta hipótesis del ‘remapeo ‘ o ‘entrecruzamiento de cables’ se usa la técnica de diagnóstico por imágenes llamada MEG o Magneto Encefalografía, que muestra qué partes del cerebro son estimuladas cuando distintos puntos del cuerpo son tocados. “En efecto, encontramos que en este paciente (y en otros amputados de brazo como él), al tocar su cara se activaba en el cerebro, no sólo el área correspondiente a la cara, sino también la región de la mano del mapa de Penfi eld. “Esto es muy diferente de lo que aparece en una persona normal, donde tocando la cara se activa tan solo la región facial de la corteza. Obviamente ha existido algún ‘cruce de cables’ en el cerebro del paciente y esto nos permite hacer un correlato entre los cambios de la anatomía cerebral con la fenomenología”. “Esta ligazón entre la fi siología y la psicología es uno de los principales objetivos de las neurociencias cognitivas”.(14) Se ha descrito, que gente que tenía paralizado un miembro, el que luego le fue amputado, percibe un fantasma doloroso pero paralizado, es decir su fantasma no responde al estímulo del ‘movimiento’, algo que sí sucede con otros fantasmas. Con la técnica del espejo, no solo se remite el dolor, sino que se recupera la supuesta ‘movilidad’ del fantasma. (14). Actualmente varios autores, han mostrado resultados prometedores en la reducción de la parálisis post accidente vascular con la técnica del espejo.(16, 17, 18) que parece también funcionar adecuadamente en cierto tipo de dolores de miembros no amputados.(7c) . McCabe y col. probaron la Técnica del Espejo con nueve pacientes con Distrofi a Simpática Refl eja (Causalgia), enfermedad extremadamente dolorosa de alguno de los miembros, que lo inmoviliza totalmente y que nace de una pequeña injuria o corte. El dolor está totalmente fuera de proporción, no tiene cura y dura para siempre. Ellos usaron espejos con los pacientes, mientras que con un grupo control usaron plexiglas, que no refl eja imagen alguna. El grupo control no mejoró en lo mas mínimo, mientras que el grupo que usó el espejo lo hizo totalmente.(15)

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TRAUMA Y MIEMBRO FANTASMA Nos planteamos dos interrogantes, ambos de difícil respuesta y ambos profundamente imbricados. El primero se refi ere al lugar que ocupa el trauma en la génesis de este curioso fenómeno, y nuestra primera refl exión es dubitativa. Desde luego en forma instintiva nos inclinamos a pensar que difícilmente este fenómeno pueda ser producto de algo que no implique un trauma. Sin embargo, para poder afi rmar que el trauma psíquico participa en la génesis del fenómeno del miembro fantasma deberíamos poder comparar una casuística de amputaciones traumáticas y otras no traumáticas. Pero ¿como sería esto posible?; ¿Es que acaso podríamos suponer que la pérdida de una parte de nuestro propio cuerpo no resulta, de por sí, un trauma? La única diferencia que podríamos encontrar es que puede haber amputaciones cuyo trauma desarrolla cuadros de estrés postraumático y otras que no lo desarrollan, pero en ambos casos hay un trauma. Afi rmar que el trauma psíquico está en el origen del miembro fantasma, o no lo está, requeriría mas investigaciones sobre el tema. El segundo interrogante es si se trata de un fenómeno psíquico, o mejor dicho mental, o es un fenómeno orgánico, cerebral. En otros términos ¿es un área que atañe al psicólogo, al psiquiatra, al neurólogo ó al traumatólogo? Estas preguntas nos remiten a lo que Antonio Damasio llama en su libro: “El error de Descartes”. Este error consistió en sostener la existencia de una mente aislada de un cuerpo, lo que llevó en el último cuarto del siglo XX a dos metáforas intentando explicar la forma de conceptualizar esta dualidad. La primera consistía en decir que la mente es el “software” y el cerebro el “hardware”; y la segunda, en decir que el cuerpo es un vehículo, soporte y medio de transporte del cerebro, que es el lugar de ubicación del sujeto y el que comanda al vehículo. Antonio Damasio, refuta estas dos lecturas diciendo: “Aún hoy se favorece el concepto de una acción aislada de cerebro y cuerpo y se suele descartar la idea de que el organismo todo interactúe con el entorno. Sin embargo cuando vemos, oímos, palpamos, gustamos u olemos, en la interacción con el medio participan el cerebro y el cuerpo propiamente tal” (12). Es irrelevante la pregunta de si el fenómeno del miembro fantasma es mental o corporal porque es ambas cosas a la vez.

La sensación y el dolor fantasma son el producto de la unidad mente-cuerpo. Sabemos que los trauma “psicológicos” dejan huellas cerebrales y corporales que intervienen y modifi can estructuras cerebrales y neuroquímicas. A la inversa, los traumas”físicos” producen y se acompañan, indefectiblemente, de una respuesta emocional. Por todo ello siguiendo a Damasio sería sesgado hablar de trauma psíquico o físico, el trauma es uno solo e incluye tanto la parte física como la psíquica del ser humano, e incluso, como decía Lord Nelson, su alma. CARACTERÍSTICAS Y TRATAMIENTO DEL PACIENTE CON PATOLOGÍA CARDIOVASCULAR

El tratamiento psicológico plantea varias difi cultades. En pri mer término se trata en su mayoría, de una población remisa a la psicoterapia. Suelen concurrir a la consulta instados por sus fa mi lia res, en general las atribuladas esposas que sufren la irritabilidad acentuada de sus maridos, y que observan que ellos continúan fu man do y/o bebiendo en exceso. En segundo término son de ri va dos por sus médicos por presentar un estado depresivo o síntomas físicos no atribuibles a la enfermedad misma entre los cuales pue den fi gurar las crisis de pánico. La predominancia de mecanismos de supresión, negación, evitación y las rígidas defensas caracterológicas, explican el porqué de esta reticencia. La capacidad de introspección suele estar muy disminuida y ser resistida por el paciente, por lo cual la terapia deberá enfocarse en un principio en la psicoeducación tendiente a la modifi cación de los factores de riesgo coronarios, y más adelante, cuando la con fi an za en el terapeuta haya permitido establecer una buena alian za, se podrán comenzar a explorar factores más profundos ligados al carácter y a las defensas, a los afectos y a su modalidad de ex pre sión. La omnipotencia, producto de la llamada Personalidad Tipo A, y la necesidad de estar y mantener el control hacen también difícil la “entrega” y confi anza en un profesional de la salud mental. “Yo no estoy loco, lo mío es solo del corazón”, “Yo no creo en los psicólogos, solo te sacan la plata…mis problemas me los resuelvo yo”, dicen. Sin embargo es mucho lo que se puede hacer, y las in ter ven cio nes dependerán del momento de la consulta. EN LA UNIDAD CORONARIA Debido al predominio de la angustia y la frecuencia de una ele va da inestabilidad emocional, las estrategias terapéuticas se cen tra rán, en brindar calma, confi anza y estabilización afectiva. 94

Tam bién es importante la relación con el equipo médico y de en fer me ría ya que pueden surgir muchos confl ictos relacionados con las ma nio bras médicas, el retaceo de la información y el cuidado del paciente. No olvidemos que se encuentra aislado del apoyo y el sostén de sus familiares, justamente cuando más los necesita. La contención de la familia es también un elemento importante. A veces, se da el caso contrario: el paciente está tranquilo, pero es la familia quien com plica la situación con constantes demandas y quejas, o sobreprotegiendo al mismo y tratándolo como un in vá li do. Un gran número de las técnicas de este libro, las Terapias de Avanzada, pueden ser usadas con el paciente con patología cardía ca. Entre las estrategias de estabilización, destinadas a poner en marcha el funcionamiento del sistema parasimpático y desactivar el sistema simpático están: 1) El ejercicio del Lugar Seguro10, centrado en encontrar un lu gar de relajación y tranquilidad, más que uno de seguridad ab so lu ta, debido a que el paciente se encuentra en un lugar sumamente amenazante y con riesgo de vida. La exploración de las creencias religiosas permite agregar imágenes divinas que actúan como fuer tes fi guras de protección y esperanza, a la vez que facilitan la po si bi li dad de “entregarse” y abandonar el control. 2) Ejercicio del “Recurso Corporal” (Body Resourcing”11) por medio del cual se busca transformar una sensación de angustia, in tran qui li dad o temor sentida en el cuerpo, en otra diferente a partir de encontrar una zona corporal tranquila y a la que se le adjudica un color. 3) El Abrazo de la Mariposa12 de (EMDR) se hace colocando las manos cruzadas sobre el pecho a la vez que se golpetea suave y alternadamente sobre los hombros junto con la repetición de pa la bras positivas. 4) Ejercicio de “Heart Coherence”13 o “Coherencia Cardíaca”, destinado a modifi car el ritmo cardíaco, a fi nes de lograr una ma yor regularidad. Un ritmo cardíaco sano, coherente, está cons tan te men te cambiando de frecuencias más lentas a más altas. A esto se le llama variabilidad. Este ejercicio consiste en colocar la mano sobre el corazón y rememorar una experiencia de gratitud, amor o logro personal. Estas experiencias producen la mayor coherencia cardíaca, brindándole al paciente, instantáneamente, una sen sa ción de calma. 5) Visualizaciones14: se le pide al paciente que va a ser sometido a algún procedimiento quirúrgico o invasivo, que se observe a sí mismo atravesando esa experiencia

exitosamente, con todo lo que necesita para lograrlo (un paciente se calmaba si imaginaba a su cirujano diciéndole en el quirófano: “Hago cinco operaciones de estas por día”.). Posteriormente se le solicita que se visualice de aquí a dos meses, ya totalmente recuperado y gozando de buena salud. 6) Respiración profunda en cuatro tiempos, y si es factible, res pi ra ción abdominal (esto no siempre es posible ya que requiere un re-aprendizaje difícil de lograr en poco tiempo). EN LA SALA DE INTERNACIÓN Si recién conocemos al paciente en la sala de internación, luego del cateterismo, la angioplastía o la cirugía, se evaluará el grado de estabilidad y fortaleza, el monto de angustia, el funcionamiento familiar y las creencias y fantasías con respecto al futuro. El pa cien te posquirúrgico ya ha atravesado la peor parte: ha salido vivo de la experiencia y tal vez ya haya pasado las primeras 48 horas en Unidad Coronaria. Esto implica que se le habrá retirado el respirador, los drenajes, y si todo funciona bien estará ya en la sala. En los casos en los que el paciente no se encuentre es ta bi li za do se practicarán las técnicas mencionadas anteriormente. Pero la mayor parte de las veces esto no es necesario, siendo más im por tan te focalizar sobre los miedos futuros y los cambios requeridos para que no vuelvan a producirse eventos cardiovasculares. Es fre cuen te encontrar las siguientes creencias autolimitantes: “A partir de esto que me pasó soy un inválido”. “No voy a poder alzar nunca más a mis nietos”. “No voy a poder tener una vida sexual”. “Voy a tener que dejar de trabajar”. “No sé como hacer para disminuir mi actividad, todo lo que hago es importante". “Si dejo de ser la cabeza de familia, ellos no lo van a tolerar y yo me voy a sentir débil”. “No puedo permitirme ser vulnerable”. “No voy a poder dejar de fumar nunca”. Es posible ver en esta lista aquellas que implican temores produci dos por disminución en las funciones, como a las que aluden a las di fi cul ta des para cambiar patrones de vida recurrentes. Es muy importante advertirle al paciente sobre la necesidad de que a la vez que hace una convalecencia física por lo cual no sería bueno que volviera a correr a los pocos días de la cirugía, que tam bién debe hacer una adecuada convalecencia psicológica, dándose tiempo para re cu pe rar se plenamente de su mente. Esto permite que el paciente re ti re los intereses y 95

preocupaciones del mundo externo y de la vida co ti día na (por ejemplo el trabajo) para con cen trar sus energías en la cu ra ción del cuer po. Implica la to le ran cia de cierta pasividad y de pen den cia, de un “no hacer nada”. Muchos pacientes con patología cardiovascular podrán sentir que esta postura amenaza su másculinidad o su sensación de control, por lo que “se esforzarán” en recuperarse, obstaculizando, paradojalmente, el na tu ral proceso de curación. A un paciente su médico le había dicho que caminara, y entonces él se dedicaba minuciosamente a contar sus pasos mientras daba vuel tas al re de dor de la mesa del living un número determinado de veces por día. Esto le generaba un grado de exigencia y ansiedad que ter mi nó re per cu tien do negativamente, ya que tuvo una com plica ción posquirúrgica. A fi nes de lograr este estado de adecuada convalecencia psicofísica es importante controlar el número de visitas, ya que és tas pueden llegar a abrumar o cansar al paciente, en especial si no se atreve a limitarlas. Otro factor a tener en cuenta es la retraumatización que se pro du ce cuando los amigos y familiares indagan reiteradamente acer ca de la intervención y lo vivido por el paciente durante la in ter na ción. Este se encuentra contando su sufrimiento una y otra vez, sin poder despegarse de él y dejarlo atrás. TRAS EL ALTA Siendo una población, como dije reticente a la consulta psicoló gi ca, es bueno advertir al paciente y a la familia sobre dos si tua cio nes de riesgo tras la vuelta a casa, pasado un mes de la cirugía. Una es la persistencia de una excesiva irritabilidad que hace que el paciente estalle ante el mínimo estímulo y otra es la existencia de un estado depresivo. Ambas situaciones pueden afectar la salud cardíaca. Una vez fi nalizado el período agudo posquirúrgico inmediato, algunos pacientes buscan ayuda psicológica debido a la presencia de síntomas de TEPT (Trastorno por estrés postraumático). Imá ge nes penosas del postoperatorio, pesadillas recurrentes, pen sa mien tos negativos intrusivos, sensaciones físicas diversas que lo ate mo ri zan, evitación de los controles médicos necesarios, etc. El temor de volver a padecer otro evento es casi inevitable en esta población, y produce estados de mucha angustia, tiñendo la vida de la persona, impidiéndole disfrutar del hecho de estar vivo.

Aníbal, recientemente operado, duerme todas las noches con una decena de almohadones adoptando una postura semisentada. De no hacerlo así, la sensación al reclinar su espalda para apo yar se en la única almohada hace que vea la luz que se encuentra a la cabecera de su cama, que le trae a la memoria inmediatamente, las luces de la Unidad Coronaria, disparando un cuadro de in ten sa angustia que le impide conciliar el sueño. El mejor abordaje terapéutico inicial para esta población es la modalidad grupal. Existen varias investigaciones clínicas que han demostrado menor morbilidad, mejor calidad de vida, y hasta cier to punto, menor mortalidad para aquellos pacientes que han re ci bi do psicoterapia de grupo, comparado con un grupo control15. Ofre ce grandes ventajas frente a la terapia individual por la posibilidad de identifi carse con otros que padecen de la misma enfermedad, y la red de apoyo social que se genera entre los miembros del grupo, donde las soluciones creativas encontradas por algunos miembros para enfrentar situaciones cotidíanas son utilizadas por el resto como estímulos para el cambio personal, además de las estrategias de afrontamiento de las situaciones problemáticas y técnicas de relajación, enseñadas por los coordinadores. Los resultados obtenidos son altamente promisorios. Dis mi nu yen notoriamente las recidivas o nuevos eventos, las medidas sub je ti vas del estrés, los estados de TEPT o TEA (Trastorno por estrés agudo), y los miedos típicos a padecer nuevos eventos que llevan a una atención exagerada sobre los signos corporales y se logra un aumento en la calidad de vida defi nida por un mayor estado de satisfacción personal, un estado de ánimo más positivo, el acceso a actividades placenteras que antes estaban restringidas, y la crea ción y fortalecimiento de redes de apoyo social y conexiones interpersonales. Las investigaciones neurofisológicas recientes16 sobre la función y acción de la ocitocina, permiten comprender el efecto benefi cioso del tratamiento grupal. En los casos de estrés postraumático esta hormona es metabolizada por la amígdala. Cuando compartimos nuestros recuerdos traumáticos con otros que tuvieron la misma experiencia, nos vinculamos a ellos. Cuando hacemos lazos sociales, la cíngula anterior del cerebrose activa y metaboliza la ocitocina, permitiendo regular las funciones de la amígdala. Una respuesta de confi anza y tranquilidad y una disminución de los síntomas de TEPT son el resultado de este proceso. Es aconsejable también que los pacientes busquen ayuda in di vi dual para manejar los temores y las 96

necesidades de adaptación a la enfermedad y para manejar hábitos nocivos, como el ta ba quis mo o la obesidad. En estos casos, las técnicas y abordajes tratados en este libro serán de suma utilidad. Mencionaré algunas: 1- Las Técnicas de Integración Cerebral (EMDR, Técnica de los Anteojos, Técnica de Un ojo por vez): para desensibilizar momentos traumáticos vividos, siempre con la cautela necesaria de saber que el paciente se encuentra sufi cientemente estabilizado en el plano emocional y cardiovascular. 2- Las Terapias de Energía (EFT, TAT, TREE) son de gran uti li dad ya que producen una disminución sintomática sin correr ries gos de una retraumatización. 3- La Terapia de Hipnosis Ericksoniana permite abordar pa cien tes con un alto grado de control racional. 4- Técnicas de relajación y visualizaciones, para poner en mar cha el sistema parasimpático y crear imágenes positivas de mejoría y curación. CONCLUSIÓN El tratamiento del paciente con patología cardíaca se inscribe den tro de los programas de prevención secundaria y terciaria. Apun ta a la modifi cación de los factores de riesgo, a la dis mi nu ción de emo cio nes negativas, tales como la ira, la ansiedad, el te mor y la des es pe ran za y, fundamentalmente, al logro de una me jor calidad de vida. Esta requiere, para ser valedera, de una pro fun da re es truc tu ra ción del sentido de la vida. Implica muchas veces re nun ciar a un “hacer” compulsivo, para trocarlo por un “ser”. Este ser ha aprendido a sen tir sus afectos y gozar de las pequeñas grandes cosas y se anima a mirar y comunicar sus sentimientos regulando sus murallas pro tec to ras, encontrando, poco a poco, fuentes antes inexploradas de pla cer. La posibilidad de embarcarse de lleno en esta aventura, signada en un principio por la reticencia en el paciente y las di fi cul ta des del manejo de esta población por el terapeuta, va dejando paso –poco a poco, pero sostenidamente– a un proceso su ma men te gratifi cante para ambos componentes de la díada. Es, sin duda, una aventura desafi ante que merece ser vivida, a pleno, como lo es la vida en su totalidad. TERAPIAS DE AVANZADA EN PACIENTES ONCOLÓGICOS Y EN LA ETAPA FI NAL DE SUS VIDAS Ser diagnosticado con cáncer somete a las personas a si tuacio nes de profundas crisis, haciendo que presenten trastornos adaptativos, an sie dad, depresión, etc. Cuando a esto se le suma el diagnóstico de incurabilidad, la crisis se hace más profunda y los

tiempos te ra péu ti cos se re du cen de manera considerable. Aproximadamente el 50% de las personas enfermas ge ne ran me ca nis mos adaptativos que les permiten afrontar el impacto del diagnóstico y los tratamientos, mientras que el otro 50% presenta tras tor nos psi co ló gi cos y psi quiá tri cos: depresión, ansiedad, in som nio, tras tor nos de adap ta ción, fobias, pánico. La Dra. Francine Shapiro hace mención en su libro, que el EMDR pue de ser usado, además de para otras afecciones, para el control del dolor, fobias, ansiedad generalizada, pánico, rabia, culpa y para ela bo ra ción de duelos. Todos estos, sentimientos y síntomas que se dan en pacientes con enfermedades graves. Tenemos que tener en cuenta que el diagnóstico de cán cer cons ti tu ye un evento traumático. Las Terapias de Avanzada pueden ser usadas en: • manejo del distrés • ansiedad y ataques de pánico • miedos, fobias y trastornos del sueño • control del dolor y la disnea • tristeza • efectos colaterales de la radioterapia y qui mio te ra pia • autoestima (imagen corporal, sexualidad) • emociones negativas • motivación • preparación prequirúrgica • resolución de problemas futuros pendientes (aceptar dete rioro físico, limitaciones, despedirse de los seres que ri dos) • aceptación de la muerte. • ayudar a elaborar duelos.

TRABAJANDO CON LOS DUELOS En el caso de pacientes oncológicos, el proceso de en fer me dad permite a los familiares prepararse en forma an ti ci pa da para el evento fi nal, lo que no signifi ca que este no sea igualmente do lo ro so. Shock, descreimiento, des es pe ra ción y negación pueden ocu rrir aún cuando la muerte es esperada, y más aún si ésta ocurre de manera in es pe ra da. Todos estos son procesos que el terapeuta pue de acom pa ñar. El duelo normal, generalmente se resuelve solo, sin tra ta -mien to, en un período que puede ir entre los 12 y los 24 meses. En general la intensa emoción experimentada se va a atenuado con el trans cur so de tiempo mientras la persona se desensibiliza a ciertos as pec tos de la pérdida, y el procesamiento de la información co mien za a nor ma li zar se integrando la experiencia con más 97

recuerdos y menos reviviscencia. En el caso de los duelos com plica dos, esta in te gra ción no se logra y quedan detenidos en algún punto de su evolución. Las Terapias de Avanzada permiten integrar esta ex pe rien cia de duelo traumática. Para ello hay que tener claro cuáles son las eta pas del duelo normal y los objetivos en cada una de ellas. PRIMERA ETAPA Puede haber entumecimiento afectivos, des crei mien to, enojo, ansiedad, insomnio, alucinaciones visuales de la persona muerta, sensación de vul ne ra bi li dad, shock. Objetivos: ayudar a ex pe ri men tar el dolor de la pérdida y aceptar la realidad de la misma. SEGUNDA ETAPA Puede haber sensación da falta de ob je ti vos en la vida. Ob je ti vos: aceptación de la muerte. Ajus tar se a un entono donde falta la persona fallecida. TERCERA ETAPA Posibilidad de desarrollar nuevas re la cio nes e intereses. Objetivos: reubicación e integración de la persona fa lle ci da dentro de la visión del futuro, donde ocupe un lugar im por tan te pero central. De acuerdo a la etapa del duelo que esté trascurriendo la per so na, es el objetivo sobre el que hay que focalizar el tratamiento. En la etapa 1 se trabaja con el protocolo de EMDR para trauma. En general, encontramos creencias negativas cargadas de culpa (“no hice lo sufi ciente”, “debí haber es ta do allí en el momento que murió”, etc.). En la etapa 2, la aceptación de la ausencia del ser querido es uno de los objetivos más difíciles de lograr. La ver da de ra acep ta ción es defi nitiva, el saber que por doloroso y difícil que sea, la persona nunca va a volver ni se la va a poder ver más. Y hay temor de, y miedo a olvidar los bue nos momentos, y puede existir la creencia que si dis mi nu ye el dolor la persona va a ser olvidada.

CASOS CLÍNICOS CASO 1. PATRICIA Paciente de sexo femenino, 42 años, casada, 2 hijos de 17 y 19 años. Tiene un hermano mayor casado, y sus padres están vivos. Diagnosticada hace 4 años con cáncer de mama, al momento de la consulta había terminado la radioterapia de las metástasis cerebrales. Como secuela de las mismas, estaba con la visión bo rro sa no modifi cada por el tra ta mien to. También presentaba me tás ta sis pulmonares múl ti ples. Siempre había sido muy activa y como con se cuen cia de la alteración de la visión, se encontraba muy li mi ta da para realizar

actividades domésticas. No podía salir sola de la casa y todo esto la sumía en una total sensación de inutilidad, dependencia de los otros y culpa por ser una carga. Lloraba con frecuencia, pero a solas, para no hacer sufrir más a su familia. Sus padres se habían mudado a su casa para poder cui dar la dado que el marido trabajaba todo el día. Se usó el protocolo de EMDR, haciéndola focalizar en un mo men to reciente donde se hubiera sentido inútil. La cognición ne ga ti va era “soy una inútil” y la emoción, que sentía en el pecho era de angustia. La perturbación inicial fue de 10 puntos. Que ría “poder aceptar ser cuidada y no sentirme una carga”. Se trabajó con estimulación sensorial bilateral alternada en las palmas de las ma nos, ya que, habiendo metástasis cerebrales, está siempre presente la posibilidad de una convulsión y como no hay documentación acerca de qué consecuencias podría tener el movimiento ocular como desencadenante de las mismas, siem pre en pacientes con tumores o metástasis cerebrales, se usa este tipo de estimulación sensorial. En poco rato apa re cie ron sentimientos de serenidad y relajación. A la sesión siguiente, una semana después, le pregunté cómo le había ido y me respondió que esa misma tarde había tratado de hacer una tarea doméstica y se le habían caído las cosas de las manos, y que no le había importado tener que pedir ayuda a uno de sus hijos para concluirla. A pesar que el deterioro físico fue en aumento y falleció 4 meses después, nunca más le reapareció el sentimiento de inutilidad.

CASO 2. CRISTINA Paciente de sexo femenino, 40 años, casada, 2 hijos de 12 y 14 años con diagnóstico de un cáncer de pulmón con metástasis óseas. Era la menor de 5 hermanos (4 mujeres y 1 varón). Sus padres estaban vivos. Vivía con su familia en el interior, pero decidieron trasladarse a Buenos Aires para tratarse ya que ella no estaba confi ando en la asistencia médica brindada en su ciudad de residencia y porque acá estaba su familia de origen. Debido a la quimioterapia, pre sen ta ba alopecia generalizada de cuero cabelludo, lo que la hacia sen tir se fea y usaba una peluca que, debido al calor le picaba y mo les ta ba. Pudo trabajar con éxito con EMDR el “sentirse horrible” y aceptarse sin pelo. Pero 2 meses después de haber concluido con el tratamiento médico al que aparentemente había respondido bien, comenzó a tener trastornos visuales y se le díagnosticaron me tás ta sis cerebrales y poco después metástasis en la pleura. 98

Comenzamos a trabajar con EMDR aspectos relacionados con el fi nal de su vida. Esto incluía la información a sus hijos que había resultado muy difi cultosa hasta ese momento debido a opiniones encontradas entre los miembros de la familia. Esto abrió la po si bi li dad de una despedida genuina, que pude comprobar per so nal men te, por haber estado junto a ellos horas antes de su muerte.

En la sesión siguiente me dice que ya no usa el pañuelo para dor mir, que permitió que el esposo la vea durante el día sin la pe lu ca, pero aún no puede salir a la calle ni enfrentar a sus hijas. Siente que si está sin pelo va a ser el foco de la mirada de todos (la alopecia es el “estigma” del paciente oncológico, es la muestra visible de la en fer me dad)

CASO 3. MARTA

Paciente de 47 años operada de cáncer de mama en enero de 2006. Viuda desde hace 3 años. Su esposo falleció de cáncer. Ma dre de 3 hijas a las que refi ere como muy presentes. Tiene que co men zar qui mio te ra pia y dice estar “superada por toda la situación”, es decir por los análisis clínicos, los estudios, la espera y la mala experiencia que tuvo con la enfermedad de su esposo. Dice de todo esto “no puedo enfrentarlo”, tiene mucho miedo y una sensación física de peso en la espalda. El grado de perturbación era muy alto. Trabajo con estimulación sensorial bilateral en las manos, a pe di do de ella ya que me dice que puede concentrarse mejor en la si tua ción. Va refi riendo sentirse paralizada ante todo lo que le esta pasan do. Aparece miedo y fi nalmente logra ver una imagen don de se encuentra rodeada por sus hijas. La perturbación desciende. Tra ba ja mos esta imagen. Se empieza a sentir menos excitada, más tranquila y la perturbación sigue descendiendo. Se instalan éstas sensaciones y terminamos la sesión. A la sesión siguiente está más optimista y dice que siente que va a poder, que aún necesita apoyo y contención terapéutica pero que ahora le parece que será posible lograrlo. CONCLUSIÓN Los objetivos de aplicar las Terapias de Avanzada como EMDR y las Terapias de Energía en pacientes oncológicos y en etapa ter mi nal de sus vidas son: • Que puedan procesar y ver la experiencia traumática desde una perspectiva diferente. • Que puedan generar estrategias de afrontamiento que les permitan adaptarse a situaciones permanentemente cambiantes y límites, como es la muerte. • Ayuda a liberar emociones bloqueadas y modifi car los sen ti mien tos negativos sobre las experiencias que les toca atravesar. • En el caso del duelo, ayuda a integrar de manera más efectiva y menos dolorosa las distintas etapas del mismo.

Paciente de 59 años de edad, casada, 2 hijas una nieta de 2 años. Diagnosticada con un carcinoma de mama hace 3 años y medio. Consulta por no poder aceptar su alopecia. Ella había realizado quimioterapia en su primer tratamiento, manifestando que también esta situación le había producido mucha angustia, a tal punto que hasta dormía con un pañuelo. Antes de enfermar trabajaba como cosmetóloga y lo estético, tanto en lo relacionado con la caída del pelo como la mastectomía, que alteraban su imagen corporal, eran elementos perturbadores y generadores de mucha angustia. Decía “no me acepto” (sin pelo) con una emoción de gran an gus tia e impotencia. Tenía opresión en el pecho y le gustaría “acep tar me tal cual soy ahora”. Empezamos a trabajar con EMDR, con una perturbación muy alta acerca del tema. Le pido que se visualice frente a un espejo y no logra ver su imagen. Trabajo con movimientos oculares. Después de la primera serie de movimientos dice estar bloqueada, y sigue sin poderse visualizar. Con las siguientes series de movimientos oculares, em pie za a relajarse y ya puede ver su imagen, pero dentro de su casa. La perturbación comienza a descender. Seguimos trabajando y se sigue relajando y manifi esta que des apa re ce la angustia, pero aparece un sentimiento de impotencia. Luego se impone la idea: “tengo que superarlo” Continuando con la estimulación bilateral, refi ere una imagen de cómo era ella antes del cáncer: elegante, siempre arreglada, usando tacos bien altos. Y esta imagen se le contrapuso con la que le devuelve ahora el es pe jo: sin pelo, sin una mama, adelgazada y con pocas ganas de arre glar se. Trabajamos con esta imagen. Recupera la tranquilidad, aún no pue de imaginarse sin peluca fuera de su casa, pero ya siente que puede mos trar se así frente a sus hijas y esposo y además, tiene más ganas de arreglarse. Se instalan las sensaciones de paz y mayor optimismo y termina mos la primera sesión, con un descenso importante de la per tur ba ción.

CASO 4. GRACIELA

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TRASTORNOS SOMÁTICOS CASOS CLÍNICOS Lic. Alicia E. Ceresa. Dra. Raquel C. Ferrazzano de Solvey. Dr. Pablo Solvey

ACÚFENOS Dra. Raquel C Ferrazzano de Solvey

Un hombre de 68 años de edad, es derivado por el ORL en agos to de 1995. Padece de un zumbido en el oído por otoesclerosis coclear desde 1980. El cuadro comenzó con una hipoacusia súbita del oído derecho, y con el tiempo fue logrando una cierta mejoría. En octubre del año 1994, debe ser operado de una adenoma de próstata, y luego de la operación sufre la infección de un testículo, que a pesar del tratamiento con antibióticos, se le debe extirpar. Un tiempo después la hipoacusia empieza a empeorar y se acom pa ña de una parestesia permanente del lado derecho de la cara. El zumbido del oído le produce una gran molestia, haciéndole decir al paciente:”No puedo más!” “No vale la pena vivir así!”. El grado de perturbación subjetiva es de 8. (Entre 0 y 10). Se decide trabajar con EMDR focalizando en el síntoma (zum bi do) y en la creencia negativa expresada. Al poco de comenzar el reprocesamiento comenta acerca de una situación matrimonial reciente: a los dos meses de su operación de próstata su esposa recibe una cuantiosa herencia que les permite dejar de trabajar y vivir de rentas. Poco después sufre la orquitis post operatoria, con la ablación del testículo. Sus sentimientos acerca de la herencia de su esposa son de gran desvalorización personal y dice:“soy un mantenido”. Detrás de esto está el hecho que ese dinero además es manejado por la familia de su esposa “esto es como una cachetada a mi hombría”. A continuación se reprocha no haber sido más exi to so laboralmente en su vida, por las condiciones relativamente mo des tas en las que vivían antes de recibir la herencia, re pro chán do se, “toda mi vida es un fracaso” afi rma. Todo este material se reprocesa a lo largo de tres sesiones, don de además se le ayuda a hacer la reestructuración cognitiva de la evidencia positiva de que pudo mantener a su familia (tiene tres hijos) honesta y dignamente y pudo dar a cada uno de sus hijos una carrera universitaria, revalorizándose en consecuencia su pa pel como cabeza de familia. Ya en la segunda hora de trabajo desaparecieron las parestesias de la cara. Se logró reducir la perturbación de las creencias ne ga ti vas acerca de sí y al fi nal de la tercera sesión el paciente dice: “es toy 10 puntos”!. Se efectuó una sesión más de seguimiento, permaneciendo la mejoría del paciente. A pesar que los

zumbidos del oído continúan en algún grado, por ser una lesión orgánica, han disminuido no ta ble men te y el paciente dice de ellos “no le doy más importancia de la que tienen, puedo vivir con ello”. Ya han pasado más de 10 años de este tratamiento. Sigo en con tac to con el paciente a través de su familia, y a pesar de haber sido operado unos años después de un by pass coronario, nunca más volvió a mencionar el tema de los zumbidos de oído ni a quejarse de ellos.

COLON IRRITABLE. CASO MAXIMILIANO Dra. Raquel C. Ferrazzano de Solvey

Este es un caso de un colon irritable resuelto en dos sesiones de tra ba jo con EMDR. Maximiliano, de 19 años consulta en noviembre de 1995 por un colon irritable diagnosticado hace un año. Tiene náuseas, diarreas oca sio na les, dolores de estómago y cólicos. Cuando empieza el tratamiento se encuentra terminando el úl ti mo año del colegio secundario, poco después será la fi esta de egresados y está por comenzar al año siguiente el curso de ingreso a la carrera de Medicina. Sus episodios comenzaron luego de una infección in tes ti nal, presuntamente por comida en mal estado, el año anterior, al fi nalizar el penúltimo año de su escolaridad. A través de un cuidadoso interrogatorio surge que los episodios de cólicos y diarreas se producen claramente ante situaciones de cambio o fuertemente emocionales, tales como las relacionadas con la des pe di da de sus compañeros de colegio y el futuro ingreso a la uni ver si dad. Es pon tá nea men te me dice; “no lo puedo asimilar, el de ser adulto, el ser uni ver si ta rio, no sé como lo voy a enfrentar, tengo miedo de no poder tener éxito”. Se decide usar EMDR, focalizando en la sintomatología colónica y en la creencia negativa autorreferencial: “no lo puedo enfrentar”. La perturbación era de 8 puntos (en una escala de 0 a 10, donde 10 era la máxima perturbación). La creencia positiva elegida fue “pue do enfrentarlo”. Se reprocesa el tema en una hora de trabajo hasta lograr la re duc ción total de la perturbación. A la sesión siguiente trabajamos la despedida de su ado les cen cia. La creencia negativa elegida fue “son todas pérdidas” con una per tur ba ción de 9 puntos. La creencia positiva elegida fue “se abre una nueva etapa en mi vida”. Se logra reprocesar completamente el tema en la se sión. Damos por terminado el trabajo y lo cito para un mes des pués, para el seguimiento. La sintomatología había re mi ti do com ple ta men te. 100

Tuve oportunidad de ver a Maximiliano varias veces durante su carrera, la que completó con todo éxito y sin recurrencia de los síntomas. Actualmente es un profesional de éxito.

JAQUECAS CRÓNICAS I Dra. Raquel C. Ferrazzano de Solvey

Una mujer de 48 años consulta por jaquecas crónicas desde los 27 años de edad. Como antecedentes familiares, su madre padecía del mismo mal. Empezaron cuando habían nacido ya a sus tres hijos. Había perdido un total de 6 embarazos, el último hacía tres años, por incompatibilidad sanguínea con el marido a nivel de subgrupo. Las jaquecas presentan un aura de somnolencia y pesadez en la cabeza. Son gatilladas por disgustos, estrés, exceso de trabajo y humo de cigarrillo. Cabe agregar que esta señora había sido muy fumadora. Dice acerca de ellas: “como yo no puedo decir que no, el cuerpo me para con las jaquecas”. Desde hace años “vive” li te ral men te con dolor de cabeza y usa y abusa de analgésicos. En la primera sesión se toma como blanco el aura. Se decide usar EMDR La creencia negativa es “me odio, no puedo hacer nada”con un sentimiento de impotencia y una perturbación de 10 pun tos (en una escala de 0 a 10). La creencia positiva elegida fue: “puedo respetar lo que mi cuerpo me pide”. Reprocesa muy rápidamente su rigidez, su perfeccionismo, la mala relación que tiene con su hija de 26 años y las difi cultades de poner límites a su hijo de 13. “yo me enchufo”, “no lo puedo supe rar”, “quiero quedar bien con todos’”soy demásiado sensible a todo” “me mato trabajando”son algunas de las creencias negativas que aparecen en el curso del trabajo. Surge el tema económico actual. Su marido perdió una situación brillante económicamente y están ahora con difi cultades, y ella tiene sentimientos de culpa por no ganar más dinero para ayudarlo. En la segunda sesión, diez días después, me relata que estuvo sin dolores de cabeza, salvo una vez en que invitados a su casa fumaron mucho. A raíz de este comentario, decido abordar el tema de la autoridad y su difi cultad en poner límites, pues sabiendo ella que el humo del cigarrillo le hace mal, no pudo poner límites a sus invitados para preservarse. La creencia negativa es “soy muy blan da”. Trabajamos con la Técnica de los Anteojos. Después de media hora de reprocesamiento la perturbación desciende y expresa que se siente capaz de poner límites sin culpas.

En la tercera sesión, una semana después sigue sin jaquecas. Ya lleva cerca de 20 días de alivio. Ahora comenta acerca de la situación económica y de sus ideas de ruina. Decido trabajarlo con la técnica de Un Ojo por Vez. La perturbación acerca del tema eco nó mi co era de 8 puntos con ambos ojos. Con el ojo izquierdo tenía sentimientos de ruina y de muerte. Con el ojo derecho le apa re ce el recuerdo de cuando le taparon un ojo por estrabismo, de niña, y se llevaba las paredes por delante, sintiéndose muy des va li da. La per tur ba ción sube a 10 cuando recuerda esta escena, y decidimos se guir reprocesándola con EMDR. Recuerda sus días de estudíante, cuando creía que no iba a poder recibirse, y sus sentimientos de impotencia “no valgo nada / no puedo/ no tengo de re cho”; “soy im po ten te”. Reprocesa estas creencias y las liga a su situación positiva actual de profesional exitosa. Sus sentimientos de culpa bajan no ta ble men te apareciendo la creencia positiva “hago lo mejor que puedo”. En una sesión 15 días después seguía sin jaquecas. Hasta el momento, dos años después, no se presentaron más jaquecas de ese calibre.

JAQUECAS CRÓNICAS II Un hombre de 52 años, consulta por migrañas crónicas, en los últimos diez años, que le aparecían dos veces por semana, con una peculiar periodicidad: cada sàbado y miércoles. Comenzaban con un pródromo de luminosidad en su ojo derecho, el dolor le duraba por 24 hrs. y nada le calmaba. También mencionó el fuerte im pac to que le había causado la muerte de tres amigos muy cercanos, que se habían producido en el lapso de dos años, y los tres habían fallecido de linfoma. Debido a que sólo teníamos dos sesiones para trabajar, por las vacaciones de verano que se acercaban, decido focalizarme en las pérdidas de sus amigos, cuya perturbación era de 8 puntos (sobre 10) para dejar para después de las vacaciones el tema de las ja que cas. En dos sesiones de EMDR, se reprocesan varios temás de pérdidas afectivas importantes en su vida, hasta que la perturbación baja a un nivel ecológico para el caso. Al regreso de sus vacaciones, sorprendentemente sus migrañas habían disminuido en un 90%, parte de ello posiblemente se debía a la disminución del estrés laboral por el período de descanso. Sin embargo, un incidente desgraciado había sucedido, su esposa fue diagnosticada con un cáncer de mama. A raíz de esto sus migrañas retornaron, pero con una intensidad y frecuencia del 50% menos que antes. Abordamos el tema de los dolores de cabeza focalizando en el aura de luminosidad solamente, ya 101

que no pudo encontrar una creen cia negativa con respecto a este, cuya perturbación era de 8 puntos (sobre 10), y esta baja rápidamente en una sesión, siéndole im po si ble al fi nal de la misma recuperar el recuerdo del aura. En una sesión posterior se reprocesa el tema de la en fer me dad de la esposa. Al retornar la semana siguiente, las migrañas habían des apa re ci do, y tres meses después se encontraba libre de ellas.

FIBROSITIS Dr. Pablo Solvey

Una estudíante de 21 años, consulta por fi bromiositis, un tras tor no caracterizado por fatiga crónica, dolores musculares y sue ño no reparador. El trastorno incluye dolores en determinados puntos del cuerpo, llamados “puntos gatillos” y los que los sufren pueden dor mir un periodo normal de tiempo, pero se despiertan cansados. Tienen, además, incrementada la frecuencia alpha (ondas lentas) en el EEG, es un tipo de registro llamado “alpha-delta”, y no al can zan a los niveles delta (profundos) del sueño. Dos sesiones de EMDR le permitieron calmar sus dolores mus cu la res y lograr un sueño reparador. Como no encontramos nin gu na creencia negativa, que ella pudiera elicitar, simplemente se hizo foco en la sensación de cansancio al despertar. No apa re cie ron re cuer dos, solo sensaciones kinestésicas. Cuando terminó la primera sesión, ella dijo: “me siento como si me hubiesen masajeado el cerebro”. El problema retornó, sin embargo, ocho meses después, y luego de dos sesiones más de EMDR, desapareció. Hace 4 meses de esto y aún no ha retornado. Seguimos en es tre cho contacto con la pa cien te (1996).

INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO Lic. Alicia E. Ceresa

Pablo tiene 33 años, casado, sin hijos. Ejecutivo exitoso; ingresa de urgencia con diagnóstico de infarto agudo de miocardio anterior extenso, cuadro muy grave. Es sometido a una angioplastia coronaria primaria con colocación de un stent. Al quinto día por una com plica ción se lo reopera por la posibilidad de riesgo mortal. Sale de la cirugía, con una evolución lenta, con severo défi cit car día co y pro nós ti co malo. Recibió antidepresivos desde el primer día del infarto. Está en estado de shock, con terror; embotamiento; variados síntomas de aumento de la activación (arousal); malestar sig ni fi ca ti vo; sensación de futuro desolador, ideas de muerte. El equipo mé di co solicita

rapidez y efi cacia. El Plan terapéutico se desarrolla de la si guien te forma: • Tres sesiones durante la hospitalización • Tres sesiones en su domicilio • Tres sesiones en consultorio A - Durante la hospitalización En la primera sesión en Unidad Coronaria, al día siguiente de su operación, me impacta su mirada de terror y de dolor pro fun do, su mano fría y sus temblores. En un momento en que cierra los ojos percibo que deja de temblar, su rostro imperceptiblemente se relaja y dice: “Al cerrar los ojos estoy más tranquilo, mi cuerpo se tranquiliza”. Decido comenzar por la creación del lugar seguro e instalación de recursos, sin abordar ningún tipo de material traumático. Su mi ra da “agarrada” a la mía nos vincula. La segunda y tercera sesión se destina para buscar y crear re cur sos, trabajando con varias Instalaciones Positivas antes de co men zar a procesar el material traumático, potenciado por la hos pi ta li za ción. Al lograr bajar la activación se logra instalar una “di so cia ción útil”, evitando que se desate una intensa emoción disruptiva. B - En su domicilio Las tres sesiones se trabajan con la técnica de Un Ojo por Vez por la presencia de shock, “atascados” en una porción del campo visual, bloqueando la integración del recuerdo traumático. Lo in vi to a pensar en “la situación en los peores momentos”. Encuentra tres “peores momentos” a modo de fotos y los califi ca en función del impacto emocional. Se comienzo por el primero. El nivel de perturbación registrado al comienzo es muy bajo en ambos ojos: 1 y 3 (sobre una escala de 0 a 10). La hipótesis es que está disociado por el shock; trabajamos hasta remover el shock, y lograr la aparición de la emoción y sensación física. Al tratar de recordar los “peores momentos” sólo tiene fotos, no logra relatarlos en secuencia: son los referidos a los momentos del infarto y pos te rio res, incluyendo la operación de urgencia. Va reduciendo las reacciones físicas y emocionales vividas duran te el infarto. Sólo después del desbloqueo y reprocesamiento del trauma el paciente puede convertir las fotos en un relato autobiográfico. En la tercera sesión comienza a darse cuenta de que lo que está trabajando es como una película. De pronto ex cla ma: ¡“Ahora tengo una película, veo todo en movimiento!”. Agrega: “Siento alivio en el cuerpo”. Se cumple un mes de su infarto. 102

C -En el consultorio Decido continuar las tres sesiones restantes con EMDR, aplican do el Protocolo de Acontecimientos o Traumas Recientes. Ya está en condiciones de historiar el suceso; comenta que no hay un aspecto más perturbador en su memoria, todos lo son. Dice: “Estoy en peligro de muerte”; la perturbación es 10 puntos (sobre 10). Reprocesa sus emociones correspondientes, las exigencias de perfección, su carrera profesional meteórica, las expectativas del entorno puestas en él: la angustia va dando paso a la lástima y a la tristeza; las son “Soy intocable”, “Soy perfecto”, “Soy invulnerable”, “Merezco morir” van cediendo y permitiendo que aparezcan otras: “Soy capaz de vivir fallado”; “Merezco vivir”; “Soy vulnerable” que, contrariamente a lo esperado, lo tranquiliza, lo hace vivenciarse como un ser humano que necesita protegerse y dejarse proteger. Haber accedido a la creencia limitante (a pesar de la paradoja que representa) en su vulnerabilidad permite ligarla a su situación ac tual “Todo terminó; ya estoy a salvo”, “Merezco vivir”. Al fi nalizar la segunda sesión me comenta que por primera vez pudo leer y concentrarse en una película. Considero que está lo gran do una mayor estabilización del proceso y que esto es un in di ca dor de un inicio de consolidación de la memoria. SEGUIMIENTO A los siete meses del infarto sus médicos están sorprendidos de su excelente evolución, con una mejora signifi cativa de su estado general y de su capacidad cardíaca, estudiada con angiografía. Las reacciones fi siológicas y psicológicas relacionadas con el mie do por el trauma vivido, se han extinguido. Afi rma que la terapia le permitió discriminar pasado y presente. La sensación de incontrolabilidad sobre su cuerpo y su vida fue dando paso a la recuperación de su sentido de control. En el presente tiene proyectos de vida: un cambio laboral y te ner un hijo.

FOCUSING Y TIC.

CASO CLÍNICO

Paciente de sexo femenino de 55 años de edad. Pertenece a la clase media, es profesional. Sistema familiar actual y relaciones entre los miembros de la familia: Divorciada, en la actualidad disfruta de una buena relación con su segunda pareja. Tiene dos hijos nacidos de su primer matrimonio con quienes mantiene una relación estrecha.

Motivo de Consulta: Eritematoso Sistémico.

Se

le

diagnosticó

Lupus

12. P. Levine, Waking The Tiger, North Atlantic Books, Berkeley, CA, 1997.

Después de haber intentado tratamientos psicoterapéuticos convencionales quiere comenzar con sesiones de Focusing porque desea decodifi car qué le está diciendo el cuerpo desde esta enfermedad. Objetivos de la Terapia: • Favorecer un ámbito propicio de confi anza y seguridad para que la paciente pueda aproximarse a sus trastornos somáticos, y por medio de esa vinculación poder decodifi car y comprender la información proveniente del cuerpo. • Intentar disminuir la intensidad de los síntomas (en la medida de lo posible) • Reactivar sus recursos personales tendientes a una mejor calidad de vida tanto en la esfera afectiva, social y profesional. Breve síntesis de la historia del paciente: La paciente comienza a los 49 años con intensos dolores articulares en hombros, codos, manos, cadera y pies, que no cede con analgésicos comunes. Unos meses después, presenta eritema en ala de mariposa además de un síndrome de Reynaud, cianótico con prurito y dolor intenso. Se le realizan exámenes de laboratorio para buscar células LE, test del Látex y anticuerpos anti-ADN que resultan negativos. Al año siguiente aparecen parámetros de laboratorio positivos leves. El médico clínico que la trata decide medicarla 8 meses después con Cloroquina a una dosis de 400 mg/dia. La paciente tiene una buena respuesta al tratamiento farmacológico. Situaciones traumáticas del pasado: Es testigo de una larga enfermedad invalidante y muerte de su madre a la edad de siete años, quedando a cargo de la abuela paterna hasta que su padre vuelve a casarse y ella pasa a vivir con él y su nueva esposa. Realizó tratamiento psicológico psicoanalítico durante 5 años en el que abordó su relación confl ictiva con su padre y el tema de sus pérdidas afectivas tempranas. momentos sobre-adaptada, autoexigente, con un excelente desempeño profesional que la llevó a ser exitosa en el ámbito laboral. Redes de sostén actuales: Afectivas: Buena relación de pareja con la que construyen proyectos en común. El ámbito profesional funciona como una red de contención importante. Proceso Psicoterapéutico: La paciente viene a la consulta en noviembre de 2004 con expectativas de hacer procesos de Focusing para conocer más 103

profundamente lo que siente en su cuerpo. Ella denota una marcada facilidad para conectarse con las sensaciones corporales y simbolizarlas, alcanzando lo que desde focusing llamamos el “cambio sentido” que favorece el desbloqueo del proceso abriéndolo y dinamizándolo. Tiene trastornos del sueño y se despierta totalmente contracturada, con manos en garra y dolores articulares generalizados. Asumo esta experiencia como un evento global y la invito a entrar en su espacio interior para focalizar en la resonancia corporal de esa experiencia traumática actual. Al mismo tiempo le propongo entrelazarlo con EMDR con estimulación auditiva bilateral alternada. TRASCRIPCIÓN DE FRAGMENTOS DE SESIÓN P-“Esta experiencia de despertarme con tanto dolor y doblada sobre mi misma, me hace sentir como si tuviera dos cuerpos, uno el que me acompaña de día en mi vida cotidiana, y otro que es como mi cuerpo nocturno, que se dobla y me asusta con su forma dolorida…” T-La invito a que pueda chequear cual de los dos cuerpos (partes) necesita ser escuchado en primer término. P-“Siento que necesito escuchar primero a mi cuerpo dolorido de la noche…” T-Le sugiero que se fi je si estaría bien invitar a esa sensación de “cuerpo dolorido de la noche” a que resuene en su espacio interior y que pueda sentarse a su lado, simplemente para contactarse con ella, sin querer modifi carla. P- “Sí, estoy sintiendo que por primera vez me puedo sentar a su lado y mirarlo…” T- Le pregunto si estaría bien invitar a la sensación sentida a que le haga saber qué es lo que “no quiere para ella”. P-“no quiere que viva como en pedazos…” T-“¿Porque qué pasaría si vivieras en pedazos?” P- “Me terminaría destrozando a mí misma…y eso seria como derrumbar la estructura de mi propio cuerpo” T- “Fíjate ahora si estaría bien invitar a esta sensación “de cuerpo dolorido de la noche” a que te haga saber qué es lo que quiere que acontezca en tu vida”. P- “Lo que quiere es que los huesos vuelvan a tener savia fresca...” T- “¿Y que pasaría entonces si los huesos volvieran a tener savia fresca?” P- “La savia fresca tiene la fuerza para unir mis huesos…y ahora siento que vuelven a ser míos…es como si sintiera que vuelvo a ser una…” T- “¿Cómo se siente ahora el cuerpo?”

P- “Hay un alivio en la espalda. Ahora es fl exible. Siento como que me prometiera que voy a descansar por la noche sin dolor”. La invito con la Técnica de los Anteojos a volver a la imagen inicial y refi ere que no hay perturbación tanto en hemisferio derecho como en el izquierdo. Chequeo la perturbación de la imagen inicial con los dos ojos y es cero. COMENTARIOS: El Tratamiento llevó 13 sesiones que se desarrollaron durante el lapso de 6 meses. Se usaron Focusing y Técnicas de Integración Cerebral combinadas (EMDR, Técnica de los Anteojos y Técnica de 1 ojo x vez). Se logró: a) EMDR y la Técnica de los Anteojos ayudaron a focalizar la atención de un modo más claro y con menos distracciones. b) Los procesos de Focusing se hicieron más profundos y rápidos. c) Actuaron sinergicamente teniendo la paciente la experiencia de ser “testigo interior” de su propio cambio. d) La paciente denota una marcada mejoría en sus parámetros clínicos, se mantiene la medicación a dosis mínima. e) No volvió a hacer episodios nocturnos de dolor articular intenso. f) Expresó: “Siento que algo adentro se desató dentro mío y me doy cuenta que este dolor es para cambiar mi modo de estar en la vida…me siento curada…estoy feliz”.

EL MÉTODO DE ENSUEÑO Se solicita al paciente, en una habitación en suave penumbra, que se recueste cómodamente en el diván o que adopte una po si ción confortable en su sillón, que cierre los ojos y que respire li bre men te. Pueden utilizarse técnicas habituales que ayuden a una re la ja ción no muy profunda y cuando se lo observa tranquilo y dis ten di do, se le pro po ne que se imagine en una situación de ter mi na da llamada “ima gen de partida” y que deje fl uir libremente sus imá ge nes y que vaya relatando de la manera más completa posible todo lo que le va aconteciendo en su viaje imaginario. El terapeuta lo va acom pa ñan do (mientras escribe lo más textualmente posible el relato) e interviene cuando lo siente conveniente preguntando para ob te ner más información, sugiriendo algún recurso y es ti mu lan do la producción imaginaria de las maneras que se adecuen a ese de ter mi na do momento del ensueño. El paciente mientras ensueña vive intensamente su viaje junta men te con una gran movilización catártica. El material tiene la forma de un viaje: con un principio, 104

un desarrollo, una cul mi na ción y un fi nal. En caso de que el viaje se detenga en alguna de estas instancias, es el terapeuta el que tiene que estimularlo para continuar y poder cerrar la historia. En las sesiones subsiguientes, el terapeuta al releerle el material ensoñado al paciente y a través de preguntas o sugerencias, lo va estimulando para que pueda interpretar sus imágenes a través de un proceso de simbolización y comprensión de sus imágenes. De esta manera el paciente, al mismo tiempo que su terapeuta, van descubriendo y corriendo el velo del misterio cifrado en sus sím bo los, metáforas y parábolas que conforman el material ensoñado. Una vez fi nalizado este árido, pero atrapante trabajo, se continúa con sesiones dedicadas a discutir el material puesto de ma ni fi es to a través de la epifanía del misterio de lo simbolizado. Recién entonces puede sugerirse realizar un nuevo Ensueño. La característica particular de ensoñar es que estimula la integra ción de ambos hemisferios cerebrales ya que el hemisferio de re cho genera el lenguaje imaginario- simbólico y el izquierdo a tra vés de la palabra lo “nombra” y lo transmite al terapeuta. O sea que la imagen es nombrada en el momento que se genera y la pa la bra se carga así de sentido, emoción y sentimiento. Con estas ca rac te rís ti cas es “comunicada” a quien escucha, transformándose en un discurso de profunda autenticidad. En este sentido podemos decir que el Ensueño es un método que participa de todas las condiciones de la comunicación. El fenómeno de ensoñar solo puede producirse entre dos. Por lo tanto es necesario: • Un soñante - Emisor • Un terapeuta - Receptor • Un mensaje - el argumento del Ensueño • Un medio - el Espacio Imaginario • Un Código - El lenguaje simbólico La comunicación establecida con su correspondiente feedback se daría con las siguientes características: el paciente se comunica con imágenes que cargan de sentido a las palabras con que son nombradas y el terapeuta se expresa en sus intervenciones con palabras que tienen la cualidad de estimular la producción de imá ge nes en el paciente. Algo debe quedar claro y es que el paciente es el que ensueña y se interpreta. El terapeuta es un acompañante que solamente está para intervenir en caso de necesidad y nunca debe interpretar a riesgo de trasvasar su propia confl ictiva ya que las imágenes son de contenido universal y a cada uno nos dicen algo.

IMÁGENES DE PARTIDA Llamamos imágenes de partida a las situaciones de simbolismo colectivo o extraídas del propio ma te rial del paciente, que el te ra peu ta propone para iniciar un viaje imaginario. Existen una serie de imágenes estudiadas estadísticamente que generan un des en ca de na mien to de ciertas temáticas afectivas profundas pero la crea ti vi dad, tanto del te ra peu ta como del paciente, permite proponer las que surjan es pon tá nea men te en el momento de ensoñar. Entre las de simbolismo colectivo podríamos nombrar: • Descender por una escalera desconocida y explorar a donde conduce. • Recorrer un castillo • Descender al fondo del mar y explorarlo. • Conocer a la Bruja de las Profundidades • Ascender por un camino que se va alejando de la tierra. Y podríamos nombrar muchas más pero excedería la extensión de este artículo. También pueden extraerse de ensueños anteriores del mismo paciente así como de sus sueños nocturnos.

ESPACIO IMAGINARIO Es el que se genera en el instante que la actividad imaginaria comienza a desencadenarse. Es el es ce na rio donde se pone en jue go la dinámica del Ensueño. Su di men sión no tiene límites y se extiende 360 grados alrededor del ensoñante. Es donde el paciente pone en escena toda su vida afectiva, sus recursos, sus li mi ta cio nes, su deseo y todos sus con te ni dos reprimidos y represados. Es allí donde el viaje imaginario tiene lugar y donde el terapeuta in gre sa ría para estimular la pro duc ción imaginaria para aprovechar la riqueza del ensueño. Es allí donde aparecen las inhibiciones, los miedos, los confl ictos se cre tos, las oscuridades profundas del mis te rio y las fortalezas y recursos desconocidos. La creatividad del lenguaje con que se ex pre sa el material emergente y los mo vi mien tos dentro del espacio imaginario, sugeridos por el terapeuta y efec tua dos por el pa cien te, son los que proveen a este Método su ca li dad oblativa y transformadora. El espacio imaginario es un cosmos multidireccional. Podría mos decir, para simplifi car, que según las coordenadas arquetípicas, tiene un plano horizontal por cuyo centro cósmico (arquetipo del centro del mundo) pasa el eje cósmico o axis mundi que uniría el plano superior o celestial con el plano horizontal o terrenal y con el plano inferior o del inframundo. 105

O sea que los movimientos que se deben sugerir al paciente son desplazamientos hacia adelante, ha cia atrás, hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia abajo y hacia las alturas. Los movimientos de descenso van en la búsqueda de lo más represado, lo más arcaico y angustiante, los confl ictos y complejos históricos, así como al encuentro con tesoros y valores de índole es pi ri tual atrapados y quitados de la conciencia por obra del su fri mien to. Las imágenes son tenebrosas, angustiantes, atemorizantes y los mundos visitados se presentan oscuros con muy escasa lu mi no si dad. Lo mismo ocurre con la sugerencia de desplazarse hacia la iz quier da en plano horizontal. Hacia la derecha, por lo general se ha llan salidas de situaciones traumáticas halladas en otros pla nos del espacio imaginario. Los movimientos ascensionales han sido por excelencia los me jor estudíados por Desoille y es a partir de ellos que desarrolló su teoría oblativa, de sublimación y transmutación del dolor y desarro llo de una imaginación moral. Las imágenes en oposición a las de des cen so, son luminosas, incandescentes, de gran expansión espiritual y proveedoras de paz, armonía y acompañadas de una profunda sen sa ción de liberación y bienestar. El terapeuta debe intentar que el paciente, durante su ensueño, recorra el plano horizontal de su escenario, haga profundos des cen sos en la medida de su capacidad y que van a ser luego se gui dos de movimientos ascensionales en búsqueda de zonas y mun dos ce les tes y luminosos. VALOR DE LA PRIMERA ENTREVISTA Tanto el primero como el segundo Ensueño tienen un muy cla ro valor diagnóstico y pronóstico ya que en ellos el paciente, no solo muestra su su fri mien to sino que también expone sus recursos, for ta le zas y su pro pio pronóstico. Por eso es aconsejable que el te ra peu ta en estas instancias intervenga lo menos posible para per mi tir que el pa cien te se pueda mostrar en su más profunda des nu dez, y a partir de ello poder desarrollar la estrategia y las tácticas terapéuticas. ASPECTOS COMUNES CON LAS TERAPIAS DE AVANZADA La sincronización ínter hemisférica se obtiene al unir la pa la bra (hemisferio izquierdo) con la imagen (hemisferio derecho). Esto genera una potenciación y sinergia de función que liberaría la car ga del confl icto. En las Terapias de Integración Cerebral, se ob tie nen efectos similares.

El desplazamiento en el Espacio Imaginario en sus distintas di rec cio nes horizontales, verticales y oblicuas se obtendría efectos similares a los movimientos oculares con el EMDR. En este momento estoy explorando las posibilidades de trabajar con Terapias de Avanzada, a partir de imágenes y situaciones ima gi na rias traumáticas halladas en los ensueños de mis pacientes. Encuentro una interesante correspondencia entre ambos métodos en cuanto a la des-inscripción del trauma del sistema nervioso cen tral y el re-diseño de una nueva inscripción desprovista de su car ga traumática.

OTRAS TÉCNICAS USADAS EN EL ABORDAJE DE LOS PACIENTES Lic. Cristina Bluthgen.Lic. Carina Mitrani. Lic. Susana Nofal

INSTALACIÓN DE RECURSOS Son intervenciones terapéuticas estratégicas implementadas sistemáticamente antes y durante el tratamiento, para ayudar a los pacientes a desarrollar y/o fortalecer recursos positivos que pueden ser necesarios para afrontar el reprocesamiento de ma te rial disfuncional o situaciones per tur ba do ras tanto emocionales como ligadas a la enfermedad y los tra ta mien tos médicos re que ri dos. Las estrategias de desarrollo de recursos focalizan en el uso de imágenes, historias, humor, juego, ensayo de experiencias de sea bles, etc. para introducir representaciones de si mismo y de los otros que permiten al paciente construir mejores modelos adaptativos de respuesta y defensas. Comenzaremos por buscar los recursos del propio paciente, es ti mu lan do el recuerdo y el relato de experiencias positivas, enlas que debió utilizar una determinada cualidad (determinación, for ta le za, etc.) para reforzar estos as pec tos. Proseguiremos con ex pe rien cias de sus rasgos valiosos con otros (criar hijos, cuidar plan tas). Si el paciente es incapaz de re cor dar o acceder a recursos po si ti vos propios podremos utilizar experiencias con otras personas admiradas que poseen estos ras gos deseables o recurrir a per so na jes de fi cción/arquetipos que tie nen estos aspectos valorados (ac to res, personajes de novelas, per so na jes mitológicos, etc.).

DIBUJOS Hay un dicho Chino: “Una imagen vale más que mil pa la bras”. Los dibujos que solicitamos a nuestros pacientes, suelen de pa rar asombrosos e inesperados descubrimientos, que hubieran pasado desapercibidos al profesional 106

solamente con la narrativa del su je to. Los dibujos refl ejan predominantemente contenidos del he mis fe rio derecho, no controlables por el conciente. Por lo tanto, constituyen un puente y, a la vez, una guía, para acceder a las profundidades del psiquismo. Tanto la expresión del esquema cor po ral como las microkinesias implicadas en el acto de dibujar, son particularmente reveladoras y útiles en trastornos que involucran principalmente al cuerpo. Las producciones gráfi cas permiten descubrir traumas del pa sa do, confl ictos actuales, creencias y actitudes frente a la vida, al problema del paciente o la enfermedad. Una vez que estos han sido develados, podrán ser abordados por medio de la terapéutica apropiada. Irene, 40 años, diagnosticada con cáncer de mama se dibuja a sí misma recorrida por una serie de líneas violetas y naranjas que representan su sistema inmunitario y la protección de sus células sanas frente a los efectos agresivos de la quimioterapia. El te ra peu ta observó que en este dibujo, y en otro más, una mitad de su cabeza no está recorrida por estas líneas. Le solicita entonces que ponga su mano sobre esta zona de su cuerpo, cierre los ojos y vea lo que aparece en su mente. Surge una imagen de sí misma, cuan do a los 9 años, se encontraba en el patio de su casa en su pueblo natal, y sentía una profunda sensación de no pertenecer. En efec to, esta vivencia de no haber formado parte la acompañó durante todo su crecimiento, y la pudimos encontrar en situaciones de su vida previas a la declaración de la enfermedad. Uno de los pioneros en el uso de los dibujos como herramienta díagnóstica y terapéutica para el cáncer fue Carl Simonton. A par tir de la consigna dada al paciente de dibujarse a sí mismo, su en fer me dad, el tratamiento y sus recursos, diseñaba visualizaciones adaptadas a cada persona para aumentar las posibilidades de curación. Mario, 70, Un paciente con cáncer terminal dibujó un avión yendo al cielo donde había una cruz con el nombre de su mujer (muerta meses antes). El terapeuta supo que no tardaría en morir. La acción terapéutica consistió en ayudarlo a terminar al gu nos asuntos no resueltos y trabajar con sus hijos para que se pre pa ra ran a aceptar la inevitabilidad de su muerte y lograran una buena despedida.

RELAJACIÓN Como hemos mencionado anteriormente, la reacción al estrés involucra la activación del sistema nervioso simpático y la con si guien te liberación de adrenalina y noradrenalina. Estas producen vasoconstricción, tensión muscular e inquietud y tensión generalizadas. Para contrarrestar estos efectos adrenérgicos, contamos con un mecanismo natural de equilibrio: nuestro sis te ma parasimpático, aliado invalorable de las anheladas respuestas de calma y relajación. Es posible ejercer un determinado control voluntario sobre nues tro sistema nervioso autónomo por medio de ejercicios de re la ja ción destinados a activar el sistema parasimpático. Cuando esto sucede el metabolismo, el rimo cardíaco y la respiración se hacen más lentos, la presión sanguínea y la tensión muscular. VISUALIZACIONES. IMAGINERÍA GUIADA Nuestra habilidad para imaginar o recordar imágenes con “el ojo de la mente” ha jugado un papel signifi cativo en la evolución y desarrollo de la cultura humana ya que nos libera de los confi nes del presente inmediato para permitirnos planifi car, especular y refl exionar. La base neuronal del recuerdo visual, y el interrogante acerca de si posee el mismo basamento neuronal que la percepción visual, ha sido un tema de estudio polémico entre científi cos de las neurociencias y la psicología. Kreiman, Koch y Fried han estudiado recientemente la ac ti vi dad de las neuronas de los lóbulos temporales mediales mientras los sujetos miraban o imaginaban. Se ha llegado a la conclusión de que la percepción de la información sensorialutiliza los mismos caminos neuronales de información que están también implicados durante el recuerdo de esa información en la imaginación. Mucho antes de estos estudios, Carl Simonton fue uno de los principales pioneros en la utilización de visualizaciones eimaginería guiada para el cáncer. Stephanie Simonton descubrió, gracias a su formación enpsi co lo gía motivacional, que las personas creaban imágenes mentales de eventos deseados para modifi car sus expectativas acerca de determinados eventos futuros. Al mismo tiempo que los Simonton exploraban este abordaje, en 1960 científi cos en USA investigaban la acción del biofeedback, que consistía en una serie de procedimientos destinados a cam biar, y registrar por medio de aparatos específi cos, la actividad ce re bral, la presión arterial, el ritmo cardíaco y otras funciones cor

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po ra les que no dependen normalmente del control de la voluntad. Además del biofeedback y el neurofeedback, los instrumentos actuales de medición como el PetScan, el fMRI, permiten co rro bo rar lo siguiente: todo cambio en un estado fi siológico se acompaña de un cambio correspondiente en el estado emocional y mental, consciente o inconsciente, e inversamente, todo cambio en un es ta do mental o emocio nal, consciente o inconsciente, se acompaña de un cambio apropiado en el estado fi siológico. De aquí se desprende el gran poder que pueden tener las visualizaciones curativas. Sabemos ya que la salud depende de nuestras creencias y expectativas y de los mensajes que nuestra mente inconsciente envía al mentecuerpo. Por medio de las visualizaciones, diseñadas a la medida de cada paciente, éste imagina los procesos corporales requeridos para su curación. A través de un trance hipnótico buscamos crear un es ta do de la mente que sea receptivo y sirva para catalizar los de sea dos cambios en el cuerpomente. Por ejemplo los pacientes con cán cer podrán visualizar un ejército de agresivos glóbulos blancos ata can do las células malignas y eliminándolas del cuerpo. La edad, la posibilidad de comprensión, el tema y el modo de representación predominante del paciente (visual, auditivo, kinestésico), determinarán el estilo particular de cada vi sua li za ción. Estas pueden ser realizadas en circunstancias especiales, (en fren tar una quimioterapia), para lograr un mejor resultado te ra péu ti co con menores efectos secundarios y facilitar procesos cu ra ti vos (por ejemplo frenar las respuestas autoinmunes exacerbadas en la esclerosis múltiple) y para manejar el miedo a las recidivas y a la muerte. José, 55 años, con un cáncer de Oat cells, imaginaba su pecho cu bier to de hormigas. En la visualización veía poderosos insecticidas des tru yen do estos insectos. Mario, 60 años, con esclerosis múltiple visualizaba a los glóbulos blancos como guerreros ninjas que salían a detener la autodestrucción, con la misión de defender las partes dañadas de su cuerpo y fortalecer la inmunidad. Una variante de la visualización, es la técnica de la imaginería guiada. Según Jeanette Achtenberg las imágenes positivas son un puente en la curación. Activan vivencias del hemisferio derecho y permiten ligar las experiencias pasadas de logros con imágenes sensoriales, ricas y detalladas, y con los afectos correspondientes, para proyectar resultados positivos

en situaciones futuras. Es útil para estimular el autodescubrimiento de recursos internos exis ten tes y anteriormente utilizados. Frecuentemente la imaginería guiada involucra metáforas e historias con analogías de la situación vivida y su posible reso lu ción. Esteban, de 38 años, ingeniero, se imagina desconectando la central de control donde se almacena el dolor o el distrés emo cio nal para reducir su malestar.

MEDITACIÓN Es un proceso que consiste en dejar de atender a las ur gen cias cotidíanas y así ser capaces de advertir nuestros pen sa mien tos y sentimientos más profundos, lograr relajación, paz de conciencia, ecuanimidad y lucidez espiritual. El objetivo es for ta le cer el cuerpomente, liberándolo de las interferencias emo cio na les. Hay varias formas de realizarla: concentrar la atención y todos los sentidos en la respiración, en un vocablo o sonido simbólico (mantra), o en una imagen (luz de la vela).

APERTURA ESPIRITUAL Es una fuerza poderosa en salud para sobrellevar un pro ble ma o una enfermedad crónica. De difícil defi nición, implica la conexión con lo trascendente, lo que va más allá del individuo: un poder superior, la naturaleza, el arte o la creatividad. Frecuentemente es experimentada con un nivel personal de fe, entrega, serenidad, compasión, perdón y gratitud. Puede ser des cri to como «estar presente en el momento y plenamente”. Elizabeth Kübler Ross, quien dedicó su vida al acom pa ña mien to de pacientes terminales, proponía atender a nuestros cuatro cuadrantes: el físico, el emocional, el mental y fi nalmente el es pi ri tual, para permanecer en nuestro sendero. En la enfermedad terminal, la resolución de los temás pendien tes permite hacer todo lo necesario para prepararse para “el buen morir”. La acción de un terapeuta especializado, en este último y trascendente tramo de la vida, facilita la transición y dis mi nu ye la angustia y la soledad propias de este momento, estimu la das por el sistema hospitalario, la internación en unidades de cuidados in ten si vos y el tabú existente en nuestra sociedad frente a la muerte.

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TRATAMIENTOS DE UNA SOLA SESIÓN Lic. Susana Brusa. Dra. Raquel C. Ferrazzano de Solvey. Sumitra Geraiges. Dra. Elba López (Montevideo, ROU). Lic. Cristina Rauch de Ferrazzano. Dr. Pablo Solvey. Lic. Lucía Traverso.

Nuestro sueño, como dijimos en el prólogo, era curar un pacien te en una sesión. Hemos tenido un cierto número de casos en los cuales esto ha resultado ser cierto. Inicialmente, medio en broma y medio en serio, nos pre gun ta mos ¿ si curamos en una sesión, de qué vamos a vivir? Hasta que encontramos la solución: en lugar de tener 100 pacientes de 10 sesiones tendríamos 1000 de una sesión. Veamos algunos casos:

ACCESOS DE TOS CON BRONCOESPASMOS Lic. Cristina Rauch de Ferrazzano

A fi nes de septiembre del 2003, Gonzalo de 14 años llega al con sul to rio traído por su madre por sugerencia del bedel del co le gio. Estaba cursando noveno año y a esa altura ya se sabía que tenía problemas en once materias, de las que se llevaba uno, dos o tres módulos de cada una a diciembre. Además, o como con se cuen cia, no estaba bien conceptuado. Como se acostaba tarde, a la mañana se quedaba dormido y en clase solía estar cansado. Tam bién, junto a cuatro compañeros, hacía algunas bromas “pesadas” que mo les ta ba a alumnos y docentes. Fue entrevistado por el ga bi ne te de psicopedagogía del colegio, quien concluyó que Gonzalo “no asu mía su responsabilidad de alumno”. En la última entrevista con los directivos de la escuela, le ha bían sugerido que consultara con un terapeuta. Estaban muy des con cer ta dos con su actitud y pesimistas en cuanto a que lograra pasar de año. Y, aúnque aprobara todas las materias porque no podía empezar el próximo año adeudando alguna, su madre es ta ba pre ocu pa da de que no lo re-inscribieran por su conducta y por la can ti dad de materias con las que tenía dificultades todos los años. Gonzalo tiene una hermana estudíando en el exterior y un herma no mayor, universitario, que repitió el mismo año que Gon za lo está cursando ahora. El admiraba a su hermano y lo con si de ra ba muy inteligente, en cambio él se consideraba “medio tiro al aire”. Si lo tenía por más inteligente que a sí mismo y si su hermano había repetido ese año, su creencia podría ser que a él le tendría que ir igual o peor. Su padre, empresario destacado, por razones de trabajo vive en un país limítrofe y los visita cada dos semanas. Su madre, ex tran je ra, sin familia propia ni política que la apoye en Buenos Ai res, es la única contención de los jóvenes. Su relación con Gonzalo es tensa en este

momento, debido a que ella no logra que se duer ma tem pra no (ella tampoco lo hace) y a la mañana lo tiene que llamar muchas veces para que se levante, generando un malestar mutuo que lleva a discusiones continuas. La relación con su her ma no es buena aúnque últimamente el clima familiar que él ha creado, hace que también discutan. A pesar de que venía presionado y poco motivado para ini ciar un tratamiento, durante la entrevista mostró su nerviosismo abier ta y francamente. Parecía ser hábil y, salvo matemáticas, no pa re cía tener difi cultades de aprendizaje. En la primera y única sesión con EMDR, hice primero una instalación del lugar seguro con una relajación muy breve. Pudo encontrar muchas situaciones en la que se sintió querido, seguro y contenido. De allí surgió su hermano como una fi gura admirada, y que además consideraba muy inteligente. Indagando sobre sus conductas con sus profesores y com pa ñe ros y como se desenvolvía en sus estudios, Gonzalo consideró que su difi cultad se debía a que se “desconcentraba muy rápido”, lo que en realidad signifi caba que se ponía a jugar con la computadora o mirar televisión y se le hacía muy difícil dejar esos estímulos para ponerse a estudiar. También me contó, con cierta preocupación, que tenía asma. Consultado con su madre, resulta que el asma no fue diagnosticada como tal. Eran más bien una serie de accesos de tos con broncoespasmos que se presentaban cuando lo retaban, cuando se le negaba un pedido, durante discusiones entre sus pa dres y ocasionalmente cuando tenía un cuadro gripal. Solía toser durante mucho tiempo, tanto que su madre se irritaba. Si la tos no menguaba, ella lo llevaba al sanatorio. Lo que le había dicho su médico era que si no se lo controlaba, en algún momento podría hacer un cuadro asmático. Le propuse trabajar con EMDR ofreciéndole dos opciones, una era sobre los accesos de tos que le preocupaban y la otra sobre el fracaso escolar. Eligió trabajar “su asma” pero acordamos que no lo llamaría así hasta que un médico se lo diagnosticara como tal. Antes de empezar, le recuerdo algunas pautas acerca de respirar inhalando profundamente, para relajarse ya que jadenado hiperventila. Tema a trabajar: las “ganas de toser” Imagen: “Yo tirado en la cama tosiendo” Creencia negativa: “No lo puedo controlar” Creencia positiva:” Puedo tener control” 109

Emociones: “angustia” (cambia el tono de voz, se pega con los nudillos en el pecho se toca la garganta, tose una vez y empieza a tragar saliva) Por sus manifestaciones físicas, le atribuyo bastante perturbación al tema. Localización de las sensaciones corporales: Garganta y pecho (carraspera) En tres series de movimientos oculares se produce la desensibilización completa del tema, es lo que llamamos una res pues ta polar. (las fl echas indican cada serie de movimientos ocu la res). • “De chiquito me llevaban al pediatra, yo tenía nueve meses, por la tos, me contaron. Me dura una semana o dos y pasa.” • “La vez que me tuvieron que internar… la cara de mi mamá... y mi papá que no llegaba.” • “Un día me quedé tirado en la cama… me canso... no me puedo levantar…”. T: Le pregunto si piensa que puede controlar las ganas de toser y me contesta que si, que es posible. Le hago hacer una vi sua li za ción, donde se ve con mucha energía, saltando arriba de la cama de sus padres, y con toda su familia junta (un recuerdo de su in fan cia) y lo instalo. No refi ere más perturbación acerca del tema. Dedico el resto de la sesión para informarle acerca del “ofi cio de ser alumno”, lo que esperan sus profesores de él. Le hago pre gun tas acerca de que haría él si estuviera en lugar de ellos. Concluimos que no alcanza con estudiar, que a los profesores hay que tratarlos como a la mayoría de los adultos: hay que decirles lo que quieren escuchar, hay que caerles bien y sobre todo que es mala idea dis cu tir o burlarse de alguien que tiene el poder de ponerle una nota a uno. Gonzalo se fue un poco sorprendido pero muy divertido. Después no vino más, la cantidad de profesores particulares y el tiempo de estudio se lo impidieron. A través de su madre, pude hacer el seguimiento de Gon za lo. Ese año, el 2003, aprobó todas las materias. Al año siguiente, subió sus notas y solo llevó un módulo en dos materias a diciembre y las aprobó. A la fecha (2006) mejoró su promedio y no tiene difi cultades con ninguna materia. Nunca más, desde la sesión de EMDR volvió a tener accesos de tos. Se trata de un caso que había puesto en la carpeta de aquellos pacientes que vienen una o pocas veces y luego dejan el tra tamien to. Si no fuera por que su madre es mi paciente, seguramente no habría sabido más de él. Me sorprendió el cambio radical que tuvo y

que sostiene hasta la fecha. ¿Atribuirlo a una sesión de EMDR y a una charla refl exiva? Podría ser arriesgado pero acertado, por que los que trabajamos con adolescentes sabemos de su ma leabi li dad y rapidez para el cambio. ¿Es posible que Gonzalo haya sido permeable a ese “entretejido cognitivo” que tuvimos en la última sesión, lo haya probado en la escuela y le haya dado buenos resultados, razón por la que lo man tu vo en el tiempo?. Bien pudo eso haber dado sus frutos ya que Gonzalo en estos tres años ha cambiado el concepto que sus pro fe so res y compañeros tenían de él y se ha transformado en alguien muy querible y responsable. Otro factor de cambio positivo podría ser el hecho de que para esa época se puso de novio con una compañera de colegio. Esa relación sigue hasta la fecha pero no parece incentivar mucho a Gonzalo a estudiar ni a mejorar su relación con los adultos. Por último, las crisis familiares que provocaban en él esos in ter mi na bles accesos de tos, han desaparecido. Creo que parte de los cambios pueden atribuirse a la madura ción de Gonzalo, a su nueva habilidad interpersonal, a su reciente relación afectiva, pero el hecho de que en tres años no haya hecho un cuadro de tos, cuando tenía un mínimo de dos o tres episodios en el año, es un fuerte indicador de que se puede atribuir a la única sesión de EMDR.

TARTAMUDEZ Dra. Elba López (Montevideo-Uruguay)

Maria, 32 años cocinera profesional tiene mucha di fi cul tad para relacionarse socialmente. Relata que lo que más la per tur ba para vincularse es que se pone tartamuda, por este motivo evita vin cu lar se o va muy tensa a encuentros sociales pensando: “voy a tar ta mu dear, que vergüenza!! y se van a reír de mi”. Esto le pasa a díario, en cualquier circunstancia donde no co noz ca o tenga poco trato con la persona, hablando por teléfono también. Le pido una imagen que para ella fuera representativa de esta situación y me dijo: “si, yo tengo la imagen muy clara del día que empecé con este problema, estaba en la escuela, tenía 6 años y mientras cantaban el himno nacional yo me movía para los costados, pues estaba aburrida, la maestra me vio y se enojo, al volver a clase a mi y a otros dos compañeros nos puso frente a la clase nos retó y a mi me sacudió de un brazo gritándome fuerte: habla, habla, porque te portaste así!!!, yo me quedé muda, no pude hablar ni decir nada...”, concluye María. La per tur ba ción que estaba sintiendo con ese recuerdo era máxima, con vergüenza y mie do, con la sensación de temblor y frío en las pier nas. 110

Describe la imagen como muy clara y "reciente". Decido usar EMDR para reprocesar el tema. Durante el primer movimiento ocular, comienza a llorar desconsoladamente, estaba muy tensa y con fuerte temblor en ma nos y piernas; le pregunto que más viene y me dice que mucha an gus tia, opresión en el pecho y miedo. Seguimos con la estimulación bilateral y la angustia comienza a disminuir y la emo ción de miedo también, al igual que el temblor en manos y piernas. La imagen comienza a volverse más lejana, la ve como de afue ra. Luego pasa a estar menos visible y quieta, sin color ni mo vi mien to y le cuesta evocarla. Seguimos con movimientos oculares y en un mo men to comienza a reírse. Luego le aparece algo de opresión en el pecho, hasta que cesa toda la perturbación y siente un gran alivio y relajación. Hasta el momento actual, varios meses después de la sesión, no ha vuelto ha tar ta mu dear en ninguna situación social, ni al hablar por te lé fo no. Relata sentirse más cómoda y relajada en situaciones que antes la ponían muy tensa. Esta muy contenta con el resultado. Ese fue el resultado de una única sesión de EMDR.

PSORIASIS EN GOTA Sumitra Geraiges

Juana de 21 años, consulta por problemas en la piel, manchas blan cas que se fueron extendiendo por todo el cuerpo y que fueron diagnosticadas como una psoriasis en gota. Llevaba entre 4 y 5 me ses de tratamientos médicos dermatológicos pero el cuadro no re mi tía ni se aliviaba. Hija única, con una mala relación con su madre, con quien com pe tían mucho y a quien Juana desvalorizaba. Gran amor por su padre abogado, muy mimada por él, que había estado enfermo y fallecido después de algunos años de su enfermedad. En la primera sesión le pregunté a Juana que situación emocio nal traumática podía haber tenido en los últimos tiempos, antes de la aparición de su problema. Me contó acerca de la enfermedad de su padre y que en una oportunidad en que él había venido a vi si tar la a Bs. As. donde ella esta estudíando, estaba resfriada y el se contagió. Poco después de eso se agravó al grado que tuvieron que internarlo, y a los pocos días murió. Ella estaba totalmente con ven ci da que había muerto por su culpa. Al poco tiempo le empezó a brotar la psoriasis. Así que decidí trabajar con esa “culpa” con EMDR. La escena elegida fue cuando lo llevaron a terapia in ten si va, con una perturbación de 10 puntos. Reprocesó el duelo por la muer te del padre, sus

sentimientos de culpa y su relación con la madre. Al fi nal de la sesión estaba mucho más tranquila, pudo entender que se había muerto por sus problemas de salud anteriores y no por su culpa, y quedamos en volver a vernos en una semana. Cuando vino a la semana estaba radiante, y me mostró feliz sus brazos y su torso: en el ínterin las manchas de psoriasis habían desaparecido casi totalmente. Venía del consultorio del médico dermatólogo que la había estado tratando y, como no se había animado a decirle que había hecho este tratamiento, el médico que do muy contento pensando que habían sido sus remedios los que la liberaron de la psoriasis. Volvía a verla siete u ocho meses después de esa segunda sesión y me contó que nunca más había vuelto a tener síntomas de psoriasis, que había mejorado mucho su relación con la madre, y que ya no sufría culpa por la pérdida de su padre como meses atrás, que podía recordarlo con amor y nostalgia pero ya sin ese tremendo dolor que le causaba esta culpa.

FOBIA A LOS PERROS Dra. Raquel C. Ferrazzano de Solvey

Paulina de 56 años, quien presentaba un trastorno de ansiedad generalizado, comenta en una sesión que padece de toda su vida a una fobia a los perros. Nunca tocó un can y cuando ve uno tiene que cruzar la calle para que no le pase cerca, con miedo a ser mor di da. Había tenido de niña un susto grande con uno. Abordamos la fobia con EMDR. Me llevé a mi perro al con sul to rio y lo escondí en la secretaría. Primero trabajamos imaginariamente su temor y cuando este disminuyó casi a cero, le pregunté si acep ta ría que un perro se acercara, como me res pon dió que sí, fui a buscar a Pirata, una perra blanca y dulce con un parche en un ojo, y me paré en la puerta con la perra atada con la correa. Aceptó que en tra ra y luego de dos o tres series de estimulación bilateral, la tocó. Y dijo “que suavecita!”. En la siguiente sesión me contó que había ido a la casa de su her ma na que tiene un ovejero alemán, al cual siempre tenían que en ce rrar antes que ella llegara. Esta vez hasta dejó que el animal se le parara en dos patas apoyado en sus hombros!.

FOBIA A LOS INSECTOS Dra. Raquel C. Ferrazzano de Solvey

Un niño de 5 años es traído por sus padres por presentar desde hace varios meses una fuerte fobia a todos los insectos, en par ti cu lar a las polillas. No quiere ir al jardín de infantes, no quiere ir los fi nes de semana al club y tiene miedo constante en su casa que 111

una polilla salga del placard. No encontramos, aparentemente, nin gu na si tua ción traumática que la explique, la fobia se le fue ins ta lan do de ma ne ra insidiosa. En la primera y única sesión que tuve con el pequeño, y que duró treinta minutos trabajamos con dibujos. Mientras el dibujaba los bi chos, yo le hacía estimulación bilateral auditiva. Los dibujos fueron cambiando, de garabatos en blanco y negro el primero a co lo res bri llan tes y a dibujar una mariposa, mientras me cantaba en voz alta una canción del arco iris que le habían enseñado en el co le gio, y lo dibujaba. Luego me dijo que ya no lo asustaban más los bichos y que no eran malos. Quedamos con los padres en ver la evolución. Ese fi n de semana fue al club sin problemas, el lunes fue al colegio sin problemas ...y colorín, colorado este cuento se ha aca ba do.

ATAQUE DE PÁNICO Dr. Pablo Solvey

Un interesante caso del uso de los sueños en la curación com ple ta de un trastorno de pánico fue el de Ethel, periodista de 70 años, que vivía sola. Su cuadro había comenzado cuatro meses antes con gran an sie dad y miedo ante el temor de caer involuntariamente hacia un lado, desplomarse, haciendo el papelón de su vida. Estas ideas se acompañaban de una fuerte respuesta corporal, consistente en taquicardía, palpitaciones y sudoración. Como consecuencia evitaba toda vida social y pidió licencia en el trabajo. Se la había estudíado médicamente sin hallar ninguna pa to lo gía orgánica que explicara el cuadro. Al ser interrogada, Ethel no encontró ninguna relación entre el comienzo de su cuadro y algún hecho signifi cativo de su vida. En su primera sesión, casi como al pasar, me dijo “… desde que tengo este cuadro, tengo un sueño que se me repite, dos o tres veces por semana: …es de noche, y estoy en una estación de ferrocarril esperando la llegada de un tren que me lleve a mi casa. Pasa el tiempo y el tren no llega, yo comienzo a angustiarme preguntándome cómo haré para vol ver a casa. El tren continúa sin venir, la desesperanza aumenta, la noche es cada vez más oscura, y no se ve un alma. De pronto a lo lejos veo venir lentamente un taxi desocupado. Aliviada, le hago señas, pero el conductor no me ve y pasa de largo lentamente. Yo me desespero y me despierto empapada en sudor…” le producía una gran desesperanza. Luego de repasar mentalmente el sueño cuatro o cinco veces con estimulación bilateral, comenzaron a

producirse pequeños cam bios en la emoción y en los detalles: la oscuridad no era tanta, ha bía más luz, las imágenes eran menos nítidas y surgieron nuevos detalles, como carteles luminosos, un reloj en la estación, etc. La emoción fue cambiando de desesperanza a impaciencia, y la per tur ba ción bajando, hasta que después de unas series de estimulación bilateral pasando el sueño mentalmente, el fi nal de este cambió en forma espontánea y para gran sorpresa de Ethel, el conductor del taxi la vio y se detuvo, ella subió y dio la dirección de su casa adon de fue llevada, con gran alivio de su parte y dimos por fi nalizada la sesión. Al volver, una semana después, me comentó que a partir de la sesión anterior, no había tenido ningún otro ataque, que había aumentado su radio de autonomía en torno a su domicilio, que el sueño no se había repetido y que la idea de caerse había cedido casi completamente, por lo cual se sentía muy aliviada. Continuó diciendo que estaba muy preocupada desde hacía unos meses por un decreto del gobierno, que había reducido el monto de los topes jubilatorios, y que por lo tanto pasaría a cobrar un 35% menos de jubilación de lo que estaba cobrando, lo cual le causaba gran pre ocu pa ción por su futuro, cuando dejara de trabajar. Presumiblemente esta situación de ansiedad frente al futuro, fue la causante de sus ataques de pánico. Pudo reintegrarse a su trabajo sin problemas y dimos por terminado el tratamiento. En un seguimiento efectuado unos años más tarde todos estos cambios se mantenían.

DEPRESIÓN ANSIOSA Dr. Pablo Solvey

Una mujer de 44 años me pide hora muy urgente, y para ese mismo día. Llega acompañada de su esposo, llorando, mesándose las manos en un desborde completo de ansiedad. El cuadro tenía cerca de un mes de evolución y estaba en tratamiento psicológico, sin presentar cambios. Me explica que el marido hacía meses que estaba desocupado, y le habían ofrecido recientemente un puesto importante en Ushuaia (a tres mil kilómetros de su ciudad). El esposo, que había acep ta do obviamente el cargo, tenía que estar catorce días allí y siete días con su familia, y así consecutivamente. La señora comprendía la necesidad de él de aceptar ese trabajo de hecho el marido se iba dos días más tarde- pero le era intolerable la idea de estar separada de él. Le daba mucho miedo

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y sentimientos de catástrofe. Me dijo: “yo sé todo lo que. me va a decir, ya me lo han dicho y sé que tienen razón pero no aguanto la idea” yo le respondí que no le iba a decir nada, y que íbamos a probar otra cosa. Opté por usar la Técnica de los Anteojos, mientras ella me iba contando la situación, combinando con EFT en algunos momentos. Poco a poco se fue calmando, cesó el llanto y la gran inquietud, pudo expresar sus emociones más coherentemente y hasta sonrió al pensar en la cara de su marido cuando la viera tan aliviada, diciendo: “no me va a reconocer”. Esa fue la única vez que la ví. En seguimientos te le fó ni cos en los meses siguientes, la situación se mantuvo estable.

FOBIA A VOLAR Dr. Pablo Solvey

Una joven mujer consulta porque en dos semanas tenía que to mar un avión para un viaje con el marido, que la conminaba a hacerlo. Estaba aterrorizada. La fobia empezó pocos años atrás sin ningún episodio que le llamara la atención. En su adolescencia so lía volar sin problemas a Paraguay lugar de residencia del padre. Agrega que en la actualidad cuando está cercana a algún vuelo, que no puede eludir, sueña siempre lo mismo: “el avión carretea pero no levanta vuelo, desplazándose por las calles de la ciudad oscuras y tenebrosas” con gran angustia. Ante mi pregunta me aclara que esto es anterior al famoso accidente de LAPA. Usé la Técnica de los Anteojos, con la escena del sueño. Como persistía algo de ansiedad pasamos a estimulación bilateral con la misma escena. Finalmente esta cambia y el avión levanta vuelo en una cancha de golf. Se fue del consultorio medio incrédula, y me llamó a la vuelta de su viaje diciéndome que había volado tran qui la, sin medicación y sin angustia.

DEPRESIÓN Dr. Pablo Solvey

Una mujer concurre con una depresión mayor, moderada, que según manifi esta tiene que ver con su hija (mayor de edad), que la maltrataba permanentemente sin que ella pudiera defenderse ni ponerla en su lugar. Esta situación se venía prolongando desde hacía un par de años. Estaba medicada con antidepresivos, y ha bía pasado por varios tratamientos psicológicos sin encontrar so lu ción al problema. Opté por aplicarle la Técnica de los Anteojos mientras ella me contaba esta historia. Esto me llevó una buena parte de la sesión.

Luego, busqué y resolví el shock y la incredulidad, acerca del maltrato de su hija con la técnica de Un ojo por Vez, fi nalizando con una vuelta de EFT. Se fue tranquila y sonriente, no la volví a ver pero mantuvimos varios contactos telefónicos, donde me aclaró que después de la sesión se le había ido totalmente la depresión, dejó la medicación, le puso límites a su hija tomando distancia de ella y aceptando una realidad de la relación que había sido anteriormente inaceptable.

CRISIS DE DESFALLECIMIENTOS Lic. Susana Brusa

Llega a la consulta un hombre de 72 años, muy atento, amable y muy confi ado en que podría resolverle su problema, ya que su médico de cabecera le había explicado que lo iba a tratar con una metodología de avanzada en psicoterapia. Presenta desde hace dos años “descomposturas” (tal como él las denomina) que se producen alrededor de los días 20 de cada mes, al atardecer. Comienzan con dolores en el bajo vientre, vó mi tos, diarreas, descenso brusco de la presión arterial, y desde un año a esta parte han ido empeorando debiendo ser internado cada vez que padece estas crisis, que van acompañadas de pérdida del conocimiento (crisis vagales). El médico tratante no encuentra causa clínica para esta sintomatología, motivo por el cual, y ante el agravamiento y per sis ten cia del cuadro, decide esta opción terapéutica. El paciente está casado hace 45 años, su esposa es 10 años me nor, tienen 3 hijos, 6 nietos (entre uno y 18 años), tiene una familia muy armoniosa, y según él mismo destaca todos “son sanos y muy unidos”, se acompañan en las buenas y en las malas, y tienen un gran sentido del humor. Su hijo mayor sufrió un accidente de moto en la adolescencia, la amputación de una pierna, lo cual no le impidió ser una persona que mira el futuro. Se casó, mantiene una familia con dos trabajos, que llena de orgullo al padre. Este fue un evento traumático en su vida muy importante; otro suceso traumático importante es la muerte de su madre cuando él tenía 25 años en sus brazos por una reacción alérgica a la penicilina (shock anafi láctico). Hace un año y medio fue operado de próstata, con anestesia general. Por la misma época decide vender su negocio y comenzar los trámites jubilatorios, que a la fecha no han concluido. Esta ci ru gía es un evento importante en su vida, ya que marca un antes y un después tanto en lo laboral como en su performance sexual, muy importante en su vida de pareja. Aparecen 113

en ese momento crisis de angustia y fue medicado con antidepresivos. A sugerencia del médico toma Viagra, aúnque siente que su potencia sexual no es la misma. Se realizó una única sesión con EMDR utilizando como dispa ra dor las “descomposturas”. En el momento de los vómitos, el pa cien te se decía de las mismas“no puedo tener control” con una per tur ba ción muy alta, por el dolor en los intestinos. La emoción al recordarlo es de angustia, y la sensación corporal localizada en la zona abdominal y garganta. En la primera serie los movimientos oculares fueron di fi cul to sos pues el paciente mantiene fi jos los ojos, recién en la tercera serie comienza a seguir el movimiento ocular, y a continuación con la progresión de la sesión se va relajando completamente hasta deslizarse en la silla, los brazos a los lados del cuerpo. Luego del reprocesamiento la perturbación acerca del tema desciende a 1. Finalizamos la sesión con la instalación del lugar seguro (ca mi nar en el campo, aire fresco, olor a pasto, fl ores de colores, mucha tranquilidad). A la siguiente entrevista relata que se siente mucho mejor, que su expectativa está cumplida. En dos meses de esta única sesión de EMDR no han vuelto a aparecer las crisis. Se chequeó su estado con él y con el médico.

ATAQUES DE ANSIEDAD DE 12 AÑOS DE EVOLUCIÓN Lic. Lucía Traverso

Berenice es una abogada de 36 años que concurre a la consulta por tener ataques de ansiedad con sensación de ahogo. Refi ere que la primera vez que le sucedió se encontraba en un avión próxima a partir. Berenice tiene un nivel cultural y educativo óptimo. Habla tres idiomás y no tiene difi cultad en las relaciones públicas. Dice tener cierta inhibición en el desarrollo de su profesión ya que con cu rre a las mediaciones (es abogada mediadora) con temor debido a sus ataques de ansiedad. Había realizado varios viajes a Europa con anterioridad a la crisis, siempre en compañía de sus padres y esa era la primera vez que lo hacía con una amiga para celebrar que ambas habían obtenido su título universitario. El episodio había ocurrido 12 años antes de la consulta. Ella ha bía logrado viajar nuevamente en avión para irse de luna de miel a París, 7 años después de la primera crisis, y estaba “pasada” (según sus palabras) de medicación. Obviamente no había dis fru ta do el tra yec to de ida y su estadía estuvo empañada con la idea de tener que subir de nuevo al avión para volver.

Después de ese viaje nunca más pudo hacer otro y la sola idea le despierta un importante malestar. Durante 12 años las crisis de ansiedad se presentaron en forma inesperada y con frecuencia variable. Hace dos años intentó un tra ta mien to sin resultados. Instalé el lugar seguro y procedí a trabajar con EMDR. La descripción de la escena que eligió para empezar era la de ella sen ta da en el avión con sensación de encierro y ahogo, palpitaciones, su do ra ción y pensando “que alguien me saque de ahí”, “Siento que algo me aprieta el cuello”, con un altísimo nivel de perturbación. La emoción no logró identifi carla y la sensción física estaba en la gar gan ta. Las manos de Berenice, al comenzar el reprocesamiento, tem bla ban sin que pudiera detenerlas y presentaba una rigidez cor po ral notable. Por momentos se agarraba el cuello como si se es tu vie ra ahogando. La situación era muy tensa y fue la paciente que he tra ta do con EMDR que ha tenido reacciones corporales más no ta bles. A los 8 minutos de trabajo la paciente se relajó, afl ojó sus manos, las que paulatinamente habían dejado de moverse, modifi có su rostro y relató dos experiencias gratas. Dijo: “No lo puedo creer, ya siento que nada me aprieta ni me ahoga, se diluyó, se desdibujó... no lo puedo creer... desapareció!!. El reprocesamiento se había hecho exclusivamente de manera kinestésica. La perturbación frente a la escena había desaparecido completamente. Volví a verla una semana después. Permanecía asintomática. Desde entonces mantengo contacto con ella para control y nunca más volvió a tener esos síntomas. Su desarrollo profesional y de relaciones sociales ha mejorado mucho. A veces yo como terapeuta también me digo: “No lo puedo creer... pero sucede y es maravilloso”.

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