Reflexiones Para El Alma Tomo 1

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Reflexiones para el alma tomo 1 Amigos esta vez les traigo estas reflexiones que estaban en un libro de un hombre llamado Jose Luis Prieto espero que sean de su agrado quizás algunos conozcan pero es lindo recordarlo

Desequilibrio

Existe una maravillosa relación entre tres seres, que ya de por sí son interesantes: las nutrias marinas, el kelp y los erizos de mar. El kelp es la planta marina de mayor crecimiento, ya que crece un promedio de cincuenta centímetros diarios y su frondosidad se mezcla y entrecruza formando bosques que llegan desde las profundidades marinas hasta la superficie. Los erizos se alimentan del kelp y podrían hacerlo desaparecer por completo a no ser por la intervención de las nutrias marinas, que se alimentan de una gran cantidad de erizos de mar y así regulan su número. Estos tres seres convivían en una equilibrada armonía hasta mediados del siglo XIX, donde los hombres comenzaron a cazar nutrias marinas por el valor de su piel. A principios del siglo XX las nutrias se encontraban al borde de la extinción y los erizos, liberados de su natural depredador se multiplicaban y por lo tanto diezmaban los bosques marinos de kelp hasta casi su extinción. Pero entonces ocurrió algo interesante. La naturaleza volvió a autorregularse dándole una nueva oportunidad a este fantástico ecosistema. Al disminuir notablemente los bosques de kelp los erizos comenzaron a morir masivamente a causa de la falta de alimento. Al reducirse considerablemente la cantidad de erizos, los bosques de kelp volvieron a multiplicarse otra vez. Y como cuando eso ocurrió las nutrias ya estaban protegidas, el equilibrio volvió lentamente a restablecerse. Al crecer el kelp volvían los erizos, mientras la colonia de nutrias iba creciendo. Entonces el hombre volvió a aparecer en escena. A mediados del siglo XX la zona comenzó a ser seriamente contaminada por la presencia de nuevas poblaciones en las zonas costeras. Muchos animales fueron víctimas de esta contaminación y los erizos, se alimentaban de ellos. Este exceso de alimento volvió a beneficiar a los erizos que aumentaron su número en forma progresiva y alarmante. La gran cantidad de erizos no tardó mucho en poner en peligro los bosques de kelp, pero aún cuando desaparecía, la contaminación impedía que los erizos murieran de hambre masivamente. Los hombres decidieron tomar cartas en el asunto convenciendo a los buzos deportivos zonales de bajar a los fondos marinos armados con martillos para destrozar a los erizos, seguros de que esta medida ayudaría a su regulación. Obviamente no resultó así. Ya que es ridículo y hasta contradictorio que se ayude a la naturaleza asesinando a martillazos a un animal. La destrucción causada por los buzos sólo aumentó la catástrofe sufrida por la contaminación pero no logró detener el avance de los erizos. El hombre tratando de arreglar lo que el hombre descompuso suele ser el principio del desastre ya que solemos creer que, como seres pensantes, podremos encontrar la solución y promover el equilibrio. Cuando la verdadera solución es que simplemente dejemos en manos de Dios hacer lo que El sabe hacer como nadie. La naturaleza necesita de todos los seres vivos para que haya un equilibrio ecológico, cuando uno de ellos se extingue, se produce una inestabilidad en el sistema. De la misma manera, cada uno de nosotros necesitamos darle a Dios el lugar que debe ocupar en nuestra vida, porque si vivimos sin tenerle en cuenta, los resultados son evidentes.

El camión de basura

¿Con qué frecuencia permites que la estupidez y la insensatez de otras personas cambien tu estado de ánimo? ¿Te enfadas cuando otro conductor comete un error de transito, un empleado te trata irrespetuosamente, cuando alguien se burla de ti, o un jefe te exige injustificadamente más trabajo de lo que te corresponde hacer? Hace varios años, como de costumbre subí a un taxi para ir a mi trabajo, habíamos entablado una conversación con el conductor y de repente, sin saber por qué otro automóvil, se cruzó tan bruscamente, que para no causar una tragedia, el conductor del taxi tuvo que girar el auto y frenar súbitamente. Milagrosamente no ocurrió nada, pero el conductor del vehiculo que había cometido la imprudencia, se bajo bruscamente de su auto y comenzó a gritar e insultar al taxista. El taxista, a pesar de lo injusto de la situación, sonrió, levantó su mano y lo saludo muy amablemente diciéndole lo siento, que Dios le bendiga y que tenga un buen día y luego sin decir nada más retomó la marcha. Sorprendido por esta actitud, le pregunte: -Porque le ha respondido así, esa persona por poco destruye su automóvil y además casi nos envía a los dos al hospital. Entonces el taxista me dio una lección que jamás olvidaré, me dijo: -Muchas personas son como el camión de la basura. Están cargados de enojo, odio, frustración, resentimiento... y ante cualquier situación aprovechan para descargarla. -Pero, porque lo hacen ante una situación como esta, si usted no le ofendió y solo fue su culpa. -Lo hacen ante la primera oportunidad, porque necesitan eliminar de su interior toda la basura acumulada, porque ya no hay lugar para más. Desde aquel día no he vuelto a permitir que los camiones de basura, tomen el control de mis sentimientos y mucho menos de mis reacciones. Aprendí, que sonreírles a los insatisfechos, malhumorados y frustrados es la mejor medicina que puede ayudarles a cambiar su perspectiva de la vida.

El banquero y el pescador

Un banquero y experto en inversiones, estaba en el muelle de un pequeño pueblo caribeño, cuando llegó un pescador en su bote. Dentro del bote había varios atunes amarillos bastante grandes y el banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó: -¿Cuánto tiempo le tomo pescarlos? -Muy poco tiempo, respondió el pescador. -¿Porqué no se quedó más tiempo pescando, podría haber traído mas peces? Preguntó el banquero. -Si, seguramente, pero esto es suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de mi familia, dijo el pescador -Pero permíteme que te pregunte, dijo el banquero ¿qué haces con el resto de tu tiempo?, -Después de pescar, descanso un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta, luego acompaño a mi esposa hacer las compras y por las noches me reúno con los amigos para pasar un buen rato conversando. Llevo una vida tranquila y despreocupada, dijo el pescador. -Mira, yo soy un especialista en marketing y asesor de grandes empresas y podría ayudarte a desarrollar un negocio. Lo que tendrías que hacer, es dedicar más tiempo a la pesca y con los ingresos podrías comprar un bote más grande. Al tener un bote más grande puedes pescar mucho más que ahora, de manera que duplicarías las ganancias. Con el tiempo podrías comprar varios botes y tener empleados que pesquen para ti. El siguiente paso es que en lugar de vender el pescado a un intermediario, lo podrías vender directamente a la empresa que distribuye el pescado una vez envasado y empaquetado y con el tiempo podrías tener la distribución para la provincia o el país entero. Claro cuando eso ocurra, tendrías que dejar este pequeño pueblo para instalarte en la gran ciudad, desde donde manejarías tu empresa, sin tener que salir a pescar. -¿Pero, cuánto tiempo hace falta para que ocurra todo eso? Preguntó el pescador. -Entre diez y quince años, dijo el banquero. -¿Y luego qué? Dijo el pescador. -Después se puede anunciar una IPO (Oferta Inicial de Acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te harás millonario.

-¿Y luego qué? Le preguntó sonriendo al banquero. -Luego te puedes retirar. Te compras una casita en un pueblecito de la costa, donde puedes descansar, dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, ir con tu esposa de compras y reunirte con tus amigos y familiares para pasarlo bien. Dijo el banquero. -¿Acaso no es eso lo que ya tengo? Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene pero que muchas veces no vemos. La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos y no sentirnos mal por aquello que no tenemos.

El Tesoro

Era un día cualquiera cuando un pobre labrador escuchó un ruido bajo la rueda del arado; desconcertado miró y descubrió un tronco lleno de monedas de oro. Toda una fortuna para él. El hombre arrastró el tronco hasta su rancho y lo enterró profundamente en su jardín. Pasaron los días y no sabía qué debía hacer con toda esa fortuna. Imaginó todo lo que podría comprar y decidió dejarlo enterrado durante un tiempo prudencial y usarlo poco a poco. Con ese tesoro, cualquier cosa podía resolverse y por fin tenía una seguridad ante cualquier imprevisto, calamidad o dura temporada. Pero contar con ese tesoro, no sólo le dio seguridad, también cambió el carácter de nuestro hombre, que empezó a mostrarse relajado y de ser una persona gruñona y taciturna, pasó a ser un hombre chispeante y agradable. Su temor e intolerancia dejaron paso a la confianza, la fe y la compasión. De hecho, empezó a ver la vida como una experiencia hermosa y feliz, sabiendo que, aunque lleguen cosas duras, sería capaz de hacerles frente. Toda la vida de este hombre, dio un giro radical para su propio bien y el de su familia, amigos y allegados, llegando incluso a transformar el estado de la comarca, pues al volverse un hombre esforzado, positivo e influyente, su marco de acción se engrandeció sustancialmente, tanto que la abundancia y la prosperidad caracteriza ahora su vida. Y así pasaron los años, hasta que le llegó el tiempo de partir. Antes de expirar, reunió a sus hijos y les reveló su increíble y bien guardado secreto. Después de eso, ya podía morir en paz. Al día siguiente, muy temprano, sus hijos cavaron afanosamente en el lugar indicado, y encontraron el tronco. Pero, para sorpresa de todos, estaba totalmente vacío. Lo que nadie nunca supo, es que las monedas habían sido robadas por unos aventureros desde hacía más de 10 años. ¿Cuál es el verdadero tesoro? No fue el hecho de SER rico lo que dio seguridad y felicidad a nuestro héroe, sino más bien el PENSAMIENTO de que tal riqueza existía y que estaba a su disposición, lo que despertó una nueva actitud en él. Esta historia nos da una perspectiva acerca del poder que tienen nuestros pensamientos. Cuando tengamos la sensación de que somos desgraciados, rechazados, olvidados, no merecedores de algo, o decididamente malvados, pensemos si no estamos otorgando un poder especial a nuestros pensamientos.

Las siete maravillas

Un grupo de estudiantes de Geografía, estudiaban las Siete Maravillas del Mundo. Al término de la clase, se les pidió que hicieran una lista de las que ellos consideraban las Siete Maravillas del Mundo, en el día de hoy. A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente: LAS PIRÁMIDES DE EGIPTO... EL TAJ MAHAL DE LA INDIA... EL GRAN CAÑÓN DE ARIZONA... EL CANAL DE PANAMÁ… EL EMPIRE STATE DE NUEVA YORK... LA BASÍLICA DE SAN PEDRO EN ROMA… LA MURALLA CHINA… Mientras votaban, el maestro notó que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista. Así que le preguntó si tenía algún problema para hacer su elección. La joven tímidamente respondió: Sí, un poco; no puedo decidirme pues son tantas las maravillas. El maestro, le dijo: -Bueno, dinos lo que has escrito, tal vez podamos ayudarte. -Creo que las Siete Maravillas, más importantes de este mundo son: PODER TOCAR... PODER SABOREAR... PODER VER... PODER ESCUCHAR... PODER SENTIR... PODER REIR... PODER AMAR. Al terminar de leerlas, todos los presentes quedaron en un absoluto silencio, nadie supo qué contestar. Siempre nos sorprendemos por las maravillas arquitectónicas que hizo el hombre a través de los siglos, restando importancia a todas aquellas que Dios hizo a través de la creación, como si estuvieran ahí por casualidad.

Los pavos no vuelan

Un campesino encontró en el campo un huevo de un tamaño tan grande, que nunca había visto antes algo parecido, así que decidió llevárselo a su casa. -¿Será de avestruz? Preguntó a su familia. -No, no es demasiado grande, Dijo el abuelo. -¿Y si lo rompemos?, Propuso el hijo. -Romperlo sería una lástima, porque entonces nunca sabremos a que ave pertenece, dijo el padre. -Así que finalmente decidieron colocarlo debajo de una pava que en ese momento estaba empollando. Cuenta la historia que a los quince días nació entre los pavitos, el enigmático pichón, al principio nadie pudo reconocer a que variedad de ave pertenecía, lo único que era evidente es que era el más grande entre todos sus compañeros, su plumaje era mucho más oscuro y devoraba la comida que le ponían con mucha avidez. Una vez crecido, cuando llegó el tiempo de levantar el vuelo, miro a su madre y le dijo entusiasmado: -Bueno, ha llegado la hora de volar, ¿me acompañas? La pava sorprendida por la proposición, le explicó: -Mira, los pavos no vuelan. Tienes que tener cuidado y no comer tan apresurado, porque te sienta mal y después dices tonterías. El misterioso pichón, se quedó en silencio un poco confundido. Pero el pichón cada vez que terminaba de comer, les decía a sus hermanos: -¡Vamos, vamos a volar! Hasta que uno de los pavitos le explico: -Los pavos no volamos, solo podemos caminar, ese es nuestro destino, así lo decidió Dios cuando nos creo. Haciendo caso a sus hermanos, nuestro misterioso amigo se dedicó todo el tiempo hacer todo lo que los demás hacían, caminar por un corral cercado, comer y dormir.

Pero un día el veterinario del pueblo pasó por la granja y el granjero, aprovechó la situación para pedirle que identificara a la misteriosa ave. En cuanto la vio pudo reconocer de inmediato que se trataba de un cóndor. El cóndor ha nacido para volar por encima de los mil metros de altura, pero este en particular no lo hizo porque escuchó más la opinión de su entorno, que lo que él mismo sentía en su interior.

¿Con quien luchamos?

Un viejo ermitaño, una de esas personas que por amor a Dios se retiran a la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia, se quejaba a menudo de que tenía demasiado trabajo. Un día una de las personas que le visitó, le preguntó: ¿Cómo es posible que tenga tanto trabajo si está solo en medio de la nada? El ermitaño contestó: Tengo que adiestrar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y domar un león. El visitante miró alrededor esperando ver algunos animales, pero no vio a ninguno. ¿Y dónde están todos estos animales? Preguntó. Entonces el ermitaño le dio una explicación que enseguida comprendió: Estos animales, están en nosotros, los tenemos todos los habitantes de este mundo. Los dos halcones, que son mis ojos, se lanzan sobre toda presa, sea buena o mala y tengo que domarlos para que sólo se lancen sobre la buena. Las dos águilas que con sus garras hieren y destrozan, son mis manos y tengo que entrenarlas para que se dediquen a servir a los demás y para que ayuden sin herir. Los conejos, que son mis pies, siempre quieren ir a donde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles y tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya sufrimientos, problemas o cualquier cosa que les cause disgusto. Aunque es más difícil vigilar a la serpiente, que es mi lengua, porque aunque se encuentra encerrada en una jaula de treinta y dos barrotes, apenas se abre la puerta, siempre está lista para morder y envenenar a todos los que la rodean. Si no la vigilo de cerca, puede hacer mucho daño. El burro es muy obstinado, nunca quiere cumplir con su deber. Es mi cuerpo que siempre está cansado y al que le cuesta muchísimo asumir y llevar las cargas de cada día. Y finalmente necesito domar al león, que es mi corazón. Él quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es muy vanidoso y orgulloso.

El mago y el ratón

Era un extraordinario y famoso mago. Un día, mientras paseaba vio a un ratoncito y se le ocurrió hacer algo realmente importante con él. -Se dirigió entonces al frágil ratoncito y le dijo: -Has pasado por mi camino y me ha cautivado tu fragilidad, así que ya no serás más un ratón, te voy a convertir en la más bella de las mujeres, la más habilidosa y la más llena de todas las virtudes. Y al instante se convirtió, en una bella doncella. -Ahora ¿qué deseas?, pídeme lo que quieras. Le dijo el mago. La doncella, le respondió: -Quiero casarme con el ser más poderoso del mundo. Muy bien, dijo el mago: -Te casarás con el Sol, él es quién da luz y calor a todo el planeta. Pero entonces intervino el Sol y dijo:

-No soy tan poderoso, piensa que unas cuantas nubes pueden cubrirme y ocultar mi luz y mi calor. EL mago reflexionó y dijo: -Es cierto, entonces, te casaras con las Nubes que son capaces de dejar sin luz y calor al Sol y que nos dan la lluvia tan indispensable para la vida. Pero las Nubes respondieron: -No es tanta nuestra fuerza o importancia, ya que el viento nos lleva de un lado al otro, a su antojo. Nuevamente el mago, dijo: -Es cierto, te casaremos con el Viento. Pero el Viento que estaba oyendo la conversación, dijo: -Yo no tengo tanto poder como pensáis. Una montaña puede detenerme e impedirme que pase al otro lado y solo puedo quedarme donde ella decida. El mago se quedó razonando nuevamente: -Entonces te casarás con la Montaña, nadie la podrá mover. Pero la montaña, respondió: -Yo no soy la más poderosa de la tierra. Date cuenta que un simple ratoncito puede excavar y roer donde más le gusta y hacer su madriguera dentro de mí. Después de escuchar al Sol, las Nubes, el Viento y la Montaña el mago sin decir ni una sola palabra convirtió a la bella mujer nuevamente en un ratoncito. El ratoncito viendo el mago alejarse comprendió que: "Nadie es más fuerte y nadie es mejor, Dios creo todo lo que existe de acuerdo a un plan divino desde la eternidad y ordenó todas las cosas en su lugar. Cada uno de nosotros somos parte de un plan estratégicamente diseñado, tanto el ratoncito, como tu y yo somos sumamente importantes para que todo se cumpla según su propósito”

Reflexiones para el Alma Aca les dejo una recopilacion de unos cuentos que aparecen en el libro reflexiones para el alma la mayoria son fabulas que la verdad te dejan pensando Amigos de Verdad Un hombre transitaba por un camino con su caballo y su perro, cuando de pronto se encontraron en medio de una tormenta muy fuerte. Para cubrirse, se refugiaron debajo de un enorme árbol, pero cayó un rayo y los tres murieron. El hombre no se dio ni cuenta de lo que había pasado y prosiguió su camino con sus dos amigos, sólo sabía que los tres estaban sedientos. En un lugar del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza. En el centro había una fuente de donde manaba abundante agua cristalina, así que el hombre se dirigió a quien custodiaba la entrada: -Buenos días. ¿Cómo se llama este lugar tan bonito? -Esto es el Cielo. Sin hacer mucho caso dijo: Tenemos mucha sed, necesitamos beber. -Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera y le señaló la fuente. -Pero mi caballo y mi perro también tienen sed. -Lo siento mucho dijo el guardián, pero aquí no se permite la entrada a los animales. El hombre, a pesar de tener muchísima sed, dijo que no bebería si sus amigos no lo podrían hacer, se despidió del guardián y siguió. Después de caminar un buen tiempo cuesta arriba, ya exhaustos, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una vieja puerta que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles, había un hombre descansando. -Buenos días, dijo el caminante. El hombre respondió con un gesto.

-Tenemos mucha sed. -Hay una fuente entre aquellas rocas, dijo el hombre, indicando el lugar. Podéis beber toda el agua, que necesitéis. El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y bebieron hasta saciarse. El peregrino volvió atrás para dar las gracias al hombre. -Podéis volver siempre que queráis, le respondió. A propósito, ¿cómo se llama este lugar? -El Cielo. -¿El Cielo? ¡Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que el Cielo estaba allí! -Aquello no es el Cielo, es el Infierno, contestó el guardián. El caminante quedó perplejo. -¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta falsedad debe provocar grandes confusiones! -¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar… a sus mejores amigos

A donde Mirar Una empresa estaba en una difícil situación, las ventas iban mal, los trabajadores y colaboradores estaban desanimados y la situación financiera del negocio era extremadamente crítica. Era preciso hacer algo para revertir la situación. Nadie quería asumir responsabilidades. Por el contrario, el personal sentía el desamparo y la rápida extinción de la empresa. Ellos consideraban que alguien debía tomar la iniciativa para revertir la situación. Un día, cuando los funcionarios y los trabajadores llegaron al trabajo, encontraron en la portería un cartel que decía: " En el día de ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de nuestra empresa. Usted está invitado a participar de los funerales en el salón de deportes." Todos sintieron tristeza ante la muerte de un compañero, pero a la vez tuvieron curiosidad por la persona que frenaba el crecimiento de la empresa. La agitación en el salón de deportes era muy grande por lo que fue preciso llamar a seguridad para organizar a los asistentes. A medida que las personas se aproximaban al féretro la ansiedad aumentaba. Se preguntaban - ¿Quién será el que entorpecía el progreso de nuestra empresa? Uno a uno, se aproximaban deseosos de conocer al personaje en cuestión. Pero al acercarse al féretro quedaban pasmados y en absoluto silencio, no se lo podían creer, jamás hubiesen imaginado lo que había dentro… ¡Había un espejo!.., en el que se reflejaba la cara de cada uno que lo mirara.

Reflexión: Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento, tú mismo. Tú eres la única persona que puede perjudicar tu vida. Cuando tú fallas, no intentes hallar otros culpables. Si permites que Dios transforme tu corazón, las derrotas se convertirán en triunfos y las frustraciones en éxitos. El guiará tu vida y jamás tendrás que depender de tus propios instintos.

El Sol y el Viento El sol y el viento discutían sobre cuál de dos era más fuerte. La discusión fue larga, porque ninguno de los dos quería ceder. Viendo que por el camino avanzaba un hombre, acordaron en probar sus fuerzas utilizándolas contra él. Vas a ver, dijo el viento, como con sólo echarme sobre ese hombre, desgarro sus vestiduras. Y comenzó a soplar cuanto podía. Pero cuantos más esfuerzos hacía, el hombre más oprimía su capa, gritando contra el viento, y seguía caminando. El viento encolerizado, descargó lluvia y nieve, pero el hombre no se detuvo, sino que se aferraba más a su capa. Comprendió el viento que no era posible arrancarle la capa. Sonrió el Sol mostrándose entre dos nubes, recalentó la tierra y el pobre hombre, que se regocijaba con aquel dulce calor, se quitó la capa y se la puso sobre el hombro. Ya ves, le dijo el Sol al Viento, como con bondad se consigue más que con violencia. Reflexión: Los seres humanos deberíamos pensar profundamente acerca de nuestras acciones. Utilizamos la violencia, la ironía, la agresividad, la sorna y la burla para tratar de lograr nuestros objetivos. No nos damos cuenta de que, la mayoría de las veces, con esos métodos, son más difíciles de alcanzarlos. Una sonrisa siempre puede lograr mucho más que el más fuerte de los gritos. Y basta con ponerse por un momento en el lugar de los demás para comprobarlo. ¿Que prefieres, una sonrisa o un insulto?... ¿una caricia o una bofetada?... ¿una palabra tierna o una ironía?... Pensemos que los demás seguramente prefieren lo mismo que nosotros... Entonces tratemos a nuestros semejantes de la misma manera en la que nos gustaría ser tratados... Así veremos que todo será mejor. Que el mundo será mejor. Que la vida será mejor, y que harás feliz a Dios. El Carpintero y la Vida Un carpintero, estaba a punto de jubilarse. Le comunicó a su jefe, la decisión de dejar el negocio de la construcción, para poder llevar una vida más placentera junto a su esposa y así disfrutar los últimos años de su vida. Su jefe, lamentó perder al mejor empleado. Pero antes de que se retirara definitivamente de su trabajo, le pidió que construyera una última casa. El carpintero, accedió por compromiso. No puso mucho esmero, ni entusiasmo en el trabajo, como en otras épocas, no cuidó los detalles. Así que la construcción, no se veía muy bien, incluso los materiales que usó eran de inferior calidad. Una vez finalizado el trabajo, el carpintero invitó a su jefe a visitarla. Hicieron un recorrido por la casa y al finalizar, le entregó a él las llaves de la puerta y le dijo: Querido amigo, esta casa es tuya. Es mi regalo por todos los esfuerzos que pusiste en la empresa, durante 40 años. El carpintero, con las llaves en sus manos y sus ojos llenos de lágrimas, agradeció el regalo, pero se sintió avergonzado, como nunca antes por esa actitud que le llevó a cometer ese tremendo error.

¡Qué desafortunada manera de terminar su carrera! Si el carpintero hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho con absoluta dedicación. Ahora, no tenía otra opción que vivir en la propia casa que él había construido y no precisamente de la mejor manera. Lo mismo se puede aplicar a nosotros. Construimos nuestras vidas de manera distraída, haciendo las cosas de cualquier manera, cuando deberíamos poner la máxima atención y cuidado. Muchas veces, no damos lo mejor en nuestro trabajo, con nuestra familia, con nuestros amigos. Y no nos damos cuenta de que tenemos la vida que nosotros mismos hemos construido. Construyámosla con sabiduría. “Tu vida hoy, es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado… Tu vida mañana, será el resultado de tus actitudes y elecciones hechas hoy” El Anillo del Rey Hubo una vez un rey, que convocó a los sabios de la corte para explicarles algo: Estoy fabricando un costoso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes del mundo y quiero guardar en él, un mensaje que pueda ayudarme en momentos de extremo peligros. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que pueda guardarse debajo del diamante en el anillo. Los sabios de la corte, eran grandes eruditos. Podrían haber escrito grandes mensajes, pero escribir uno pequeño sería muy difícil. Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían solucionar el problema. El rey, tenía un siervo muy anciano. Cuando la madre del rey murió, siendo este pequeño, este siervo cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera su hijo. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también le consultó. No soy sabio, erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje, le respondió el siervo. Durante mi larga vida en el palacio, he conocido muchas personas. En una ocasión, me encontré con un religioso que había sido invitado por tu padre y yo estuve a su servicio. Como gesto de agradecimiento por mis servicios, me dio un mensaje. Entonces el anciano, lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey, diciéndole: No lo leas, ahora, mantenlo guardado en el anillo, solo debes abrirlo cuando todo lo demás haya fracasado y te encuentres en una situación extrema. Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido, el rey perdió su reino y tuvo que huir de sus enemigos para salvar su vida. Estaba solo y sus perseguidores eran numerosos, cuando llegó al final del camino, se dio cuenta de que no había salida. Frente a él solo había un precipicio imposible de cruzar, pensó que había llegado el fin. No podía volver atrás porque sus enemigos estaban ya cerca, tan cerca que podía escuchar el trotar de sus caballos. No había salida. De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró el mensaje, simplemente decía: “NADA ES PERMANENTE, TODO PASA”.Mientras leía, se dio cuenta de que estaba envuelto en un gran silencio. Los enemigos que lo perseguían, debieron haberse perdido en el bosque, porque poco a poco dejó de oír a sus caballos. El rey, se sintió profundamente feliz y agradecido por lo sucedido. Dobló el mensaje y volvió a ponerlo en el anillo. Inmediatamente reunió a sus ejércitos y reconquistó su reino. El día que entró victorioso al palacio, fue recibido por su pueblo con una gran celebración y quiso que su amado anciano, estuviera a su lado. Éste aprovechó la oportunidad, para decirle: Vuelve a leer el mensaje.¿Qué quieres decir? preguntó el Rey. Ahora soy un ganador, la victoria está de mi parte, la gente celebra mi vuelta, no estoy en una situación peligrosa. Escucha dijo el anciano, este mensaje, también es para momentos como estos. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientas victorioso. Es para cuando eres el último; pero también para cuando eres el primero. El Rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “NADA ES PERMANENTE, TODO PASA” y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, ya no había más orgullo, ni ego, ni arrogancia, todo había desaparecido. El rey, comprendió el mensaje y se convirtió en otra persona.

Entonces el anciano le dijo: Recuerda que todo pasa, nada es permanente. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos, como parte de la vida, con toda humildad. Dios permitirá que pases momentos difíciles y de alegría, pero recuerda: ”El Señor siempre estará contigo” El Hombre sin Rostro Esta historia nos muestra claramente que la Fe y el deseo de vivir, supera cualquier problema u obstáculo. Esta historia está basada en un hecho de la vida real. Años atrás, un hombre decidió llevar a su familia desde New York hasta Australia, en busca de una mejor oportunidad económica. La familia se componía de su esposa y de dos hijos adolescentes. Uno de ellos, soñaba con ser trapecista en un circo y el otro quería ser actor. Este último, mientras esperaba una oportunidad, trabajaba en el puerto de la ciudad. Una noche de regreso a su casa, el joven fue asaltado. Se resistió y fue agredido brutalmente. Le desgarraron el rostro y le golpearon por todo el cuerpo. Cuando despues de algunas horas la policía le encontró, le consideraron muerto, hasta que después de unos minutos observaron que el joven hacía esfuerzos para poder respirar y le llevaron urgentemente al hospital más cercano. El equipo médico, se encontró con un joven que ya no tenía rostro. Sus ojos estaban desgarrados, su cráneo, piernas y brazos fracturados, su nariz estaba perdida en su cara, todos sus dientes rotos y su mandíbula desprendida. Como la prioridad era salvarle la vida, aunque permaneció cerca de un año en aquel hospital, al salir su cuerpo estaba recuperado, pero su rostro todavía era repulsivo. Ya no era aquel joven hermoso al que todos admiraban. Comenzó a buscar trabajo, pero siempre era rechazado debido a su aspecto. Un empresario llegó a sugerirle que participara en un espectáculo de circo, debía representar: “El Hombre Sin Rostro” Llegó a pensar en el suicidio, luchó con esta idea durante 5 años, hasta que un día entro en una Iglesia, buscando algo de alivio. Vio al sacerdote que estaba orando, y se puso a su lado, siguiendo sus oraciones. El sacerdote, al verlo, se interesó por él, estaba impresionado y se propuso ayudarle a recuperar su rostro. El joven comenzó a asistir a la iglesia con frecuencia, era un hombre agradecido y siempre le pedía a Dios que le diera paz interior y misericordia para ser cada día un hombre mejor. Después de un tiempo, el sacerdote por medio de sus influencias logró conseguir gratuitamente el servicio del mejor cirujano plástico de Australia. El cirujano estaba impresionado con el joven, tanto por todo lo que le había ocurrido como por su demostración de Fe y Esperanza. Se dispusieron para él, los mejores servicios médicos y el joven comenzó a recuperarse milagrosamente. Dios lo bendijo con una bella esposa, varios hijos y éxito profesional. ¿Quieres saber quién es este joven? Mel Gibson El resto de la historia ya la sabemos, su vida fue inspiración para la película cinematográfica: “El Hombre Sin Rostro“ Ahora es un hombre admirado no solo por su éxito en el cine, sino también como un hombre que entregó su vida a Dios y es un gran testimonio y un ejemplo de que si esperamos con confianza y Fe, Dios puede actúar en medio de nuestras necesidades, de maneras que superan nuestra comprensión. Somos muchos los que no conocíamos esta historia, que por cruel y triste nos deja una lección que todos deberíamos de aprender. El sacerdote que en aquel momento ayudó a Mel Gibson, fue el instrumento que Dios usó. Confiemos en Dios, para El nada es imposible. El Adoquin Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar último modelo. De repente sintió un estruendoso golpe en la puerta, se detuvo y al bajarse vio que un adoquín le había hundido la carrocería de la puerta de su lujoso auto y además tenía el cristal destrozado.

Se subió nuevamente a su automovil, pero al cabo de unos metros y lleno de rabia, dio un brusco giro y regresó a toda velocidad al lugar donde vio salir el adoquín que acababa de arruinar su magnífico auto. Salió del auto de un salto y agarró por los brazos a un chiquillo. Le empujó contra el auto gritandole a toda voz: ¿Qué crees que haces con mi auto?. Enfurecido, continuó recriminándole al chiquillo: ¡Es un auto nuevo, y ese adoquín que lanzaste va a costarte muy caro!. ¿Por qué hiciste eso?. Por favor, señor, por favor. ¡Lo siento mucho!, no sabía que hacer, dijo el niño. Le lancé el adoquín porque nadie se detenía. Las lágrimas caían por sus mejillas, mientras señalaba hacia la otra calle. Mi hermano tropezó, y se cayó de su silla de ruedas. Se cayó al suelo y no puedo levantarlo. Sollozando, le preguntó al ejecutivo: ¿Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla?, se ha dado un fuerte golpe y pesa mucho para mi solito...soy muy pequeño. Avergonzado y emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó nuevamente en su silla de ruedas; sacó su pañuelo de seda para limpiarle las heridas que se había hecho y despues de ver que se encontraba bien, se incorporó para irse. El niño le dio las gracias con una sonrisa de esas que no se pueden describir. Dios lo bendiga, señor y muchas gracias le dijo. El hombre se quedó por unos instantes viendo como se alejaba empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta que llegaron a una humilde casa. Aquel ejecutivo aún no ha reparado la puerta del auto. La ha mantenido estropeada, para acordarse que no necesita ir por la vida tan rápido Para que la próxima vez que alguien le necesite para algo, no tenga que lanzarle un adoquín. Dios normalmente nos avisa y previene susurrándonos en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un adoquín para que le prestamos atención. Tu eliges: Puedes estar atento al susurro de Sus palabras. . . o recibir un adoquín cuando menos te lo esperes. El Alpinista Juan un joven de 25 años, era alpinista profesional. Los peligros y la conquista de las alturas eran su gran desafío y su meta era conquistar las cimas más altas. Desde muy pequeño tenía un gran sueño, llegar a la cima del Monte Everest. Este sueño lo llevó a prepararse durante muchos años y cuando creyó saberlo todo y se sintió preparado para la gloria, decidió lanzarse a la aventura. Hasta aquí todo estaba bien, solo había un gran problema, este tipo de desafíos debe realizarse en grupos de por lo menos cuatro personas, especialmente la escalada del monte Everest, que es de las más difíciles del mundo. Pero Juan era un tipo muy orgulloso y quería toda la gloria solo para él, así que decidió escalar sin ningún tipo de compañía y así cumplir su deseo de figurar en el libro de los record. Una mañana muy fría, cuando todavía no había salido el sol, con pasos muy firmes como un verdadero profesional, comenzó el ascenso. Todo transcurría muy normal y Juan ya se imaginaba sus fotos en las primeras planas de los diarios de todo el mundo. Pero al atardecer, se dio cuenta de un gran detalle que no había tenido en cuenta, esa noche no habría luna y la oscuridad comenzaba a invadir la montaña cuando todavía no había llegado al lugar de descanso, donde tenía que pasar la noche. A pesar de esta circunstancia trato de mantener la calma. Todo se le hacía muy difícil hasta que de pronto, una piedra cedió bajo sus pies provocándole una caída de cientos de metros. Cuando parecía que su muerte era inminente, sintió un fuerte tirón en su cintura y se quedó colgado de la cuerda que lo sostenía. La noche era muy oscura, no se podía ver nada, y para peor había comenzado a nevar. Juan estaba asustado y gritó varias veces pidiendo auxilio, pero solo escuchaba su propia voz, por el eco de la montaña. Cuando todo parecía perdido, se encomendó a Dios y gritó con todas sus fuerzas: Señor....Sálvame....Señor...Sácame de aquí... Desde el cielo se escucho, una voz como un trueno, que le decía: Bien hijo, accederé a tus ruegos, saca tu cuchillo, corta la cuerda y estarás a salvo. Juan, escuchó con atención lo que Dios le había dicho, pero dudó y en lugar de cortar la soga, se aferró a ella durante el resto de la noche. Por la mañana, los miembros del grupo de rescate encontraron el cuerpo de un hombre congelado, colgado y aferrado a una soga a solo 50 centímetros del suelo.

Jesús dijo: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" “No andes en tinieblas, la luz de Cristo puede alumbrar tu camino, confía en El y corta tu cuerda cuando te lo pida, El siempre estará a tu lado para sostenerte” El Zapatero La historia cuenta que había un zapatero que no podía cubrir sus mínimas necesidades con lo que ganaba en su trabajo. Un día llego Jesús y le pidió que le arreglara sus sandalias, que estaban muy deterioradas. Jesús le dijo: te puedo dar lo que quieras si me las arreglas. El zapatero lo miró con desconfianza y le dijo: ¿Me puedes dar tu el millón de dólares que necesito para ser feliz? Entonces Jesús le dijo: Te puedo dar 100 millones de dólares, pero a cambio tendrías que darme tus piernas. El zapatero respondió: ¿De qué me sirven 100 millones si no tengo piernas? Pero Jesús insistió: Te puedo dar 500 millones de dólares, si me das tus brazos. ¿Pero Señor qué puedo hacer con 500 millones y sin brazos?, ni siquiera podría comer solo. El Señor le habló de nuevo y dijo: Te puedo dar 1.000 millones si me das tus ojos. El zapatero, contestó: ¿Qué puedo hacer yo con tanto dinero si no podría ver a mis hijos, a mi esposa y las cosas bellas de este mundo? Jesús con una dulce sonrisa le dijo: Tú dices que eres pobre, pero te he ofrecido ya 1.600 millones de dólares y los has rechazado. ¿No te das cuenta lo rico que eres?, que no cambiarías por todo el dinero del mundo las partes de tu cuerpo. Es importante dejar de ver las riquezas que nos rodean y que no podemos obtener, y agradecer profundamente a Dios por nuestra salud y, sobre todo, por nuestra vida, que son las joyas más valiosas que podemos poseer. “Él nos da esas riquezas que sólo podemos disfrutar si aceptamos que Él viva en nuestro corazón” Paradigma de la Riqueza Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que éste viera cuán pobre era la gente de campo. Pensó que así comprendería el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos. Estuvieron por espacio de un día y una noche en una granja con una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje, mientras regresaban a casa, el padre le preguntó a su hijo: -¿Qué te pareció el viaje? ¡¡Muy bonito Papá...!! -¿Viste qué tan pobre y necesitada puede ser la gente? - ¡¡Si...!! -¿Y qué aprendiste...? -Vi que nosotros tenemos un perro en casa y ellos tienen cuatro. -Que nosotros tenemos una piscina de 25 metros, pero ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. -Que nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio para alumbrar la noche, pero que ellos tienen las estrellas. -Que nuestro patio llega hasta el borde de la casa, pero el de ellos tiene horizonte. -Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia, mientras que a ti y a mamá, como siempre están trabajando, casi nunca tienen tiempo para mí y apenas los veo. Al terminar el relato, el padre se quedó mudo... y su hijo agregó: ¡¡Gracias Papá por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser...!!

Rompecabezas

Un científico, vivía con preocupación todos los problemas del mundo. Estaba decidido a encontrar por todos los medios una solución. Pasaba días en su laboratorio, en busca de respuestas. Cierto día, su hijo de 7 años, invadió su lugar de trabajo, dispuesto a ayudarle a encontrar esa ansiada solución. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera distraer su atención. Encontró una revista, donde había un mapa del mundo, ¡justo lo que precisaba! Con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos y se los entregó al niño con un rollo de cinta, diciendo: Hijo, como te gustan tanto los rompecabezas, te voy a dar el mundo en pequeños pedazos, para que lo repares. El científico pensaba, quizás demore meses, quizás nunca lo logre, por lo menos, me dejará tranquilo por un tiempo; pero no fue así. Pasada algunas horas, escuchó la voz del niño: Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo. Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. ¡No puede ser, es imposible que a su edad, haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes! Levantó la vista de sus anotaciones, con la certeza de que vería un trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo había sido capaz? Hijito, tú no sabías cómo es el mundo, ¿cómo lograste armarlo? Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi del otro lado la figura de un hombre. Así que le di la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y me di cuenta que había arreglado al mundo. "Si yo cambiara, cambiaría el mundo"

El Amor y La Locura Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades del hombre. Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: - ¿Vamos a jugar a las escondidas?! La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse preguntó: - ¿A las escondidas?... ¿y cómo es eso? - Es un juego -explicó la LOCURA- en que yo me tapo la cara y comienzo a contar uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego. El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA, la ALEGRÍA dió tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar... la VERDAD prefirió no esconderse, para qué? si al final siempre la hallaban, y la SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse... - Uno, dos, tres... -comenzó a contar la LOCURA. La primera en esconderse fue la PEREZA, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino, la FE subió al cielo y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos...

¿Que si un lago cristalino?, ideal para la BELLEZA. ¿Que si la hendija de un árbol?, perfecto para la TIMIDEZ. ¿Que si el vuelo de la mariposa?, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD. ¿Que si una ráfaga de viento?, magnífico para la LIBERTAD... Así, la GENEROSIDAD terminó por ocultarse en un rayito de sol. El EGOÍSMO en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero sólo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arcoiris), y la PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes. El OLVIDO... se me olvidó dónde se escondió... pero eso no es lo importante. Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado... hasta que divisó un rosal... y enternecido decidió esconderse entre sus flores. - Un millón!!!- contó la LOCURA y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a tres pasos de una piedra. Después se escuchó la FE discutiendo con Dios en el cielo sobre Zoología... La PASION y el DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró la ENVIDIA y, claro, pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO. El EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo. Él solito salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA y con la DUDA resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de que lado esconderse... Así fue encontrando a todos... al TALENTO entre la hierba fresca, a la ANGUSTIA en una oscura cueva, a la MENTIRA detrás del arcoiris... (mentira, si ella estaba en el fondo del océano) y hasta al OLVIDO... que ya se le había olvidado que estaba jugando a los escondidos... pero sólo el AMOR no aparecía por ningún sitio. La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas... y cuando estaba dándose por vencida divisó un rosal y las rosas... Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó... Las espinas habían herido en los ojos al AMOR; la LOCURA no sabía qué hacer para disculparse...lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces; desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra:

EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA. Aferrarse a la vida Un fotógrafo que hacía la cobertura de una intervención quirúrgica para corregir un problema de espina bífida realizada en el interior de un útero materno, un feto de apenas 21 semanas de gestación, una auténtica proeza médica, nunca imaginó que su máquina fotográfica registraría, tal vez, el más elocuente grito en favor de la vida conocido hasta ahora Mientras Paul Harris realizaba la cobertura en la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, Estados Unidos, de la que se consideró una buena noticia en el desarrollo de éste tipo de cirugías, captó el momento en que el bebé sacó su mano pequeñita del interior del útero de la madre, tratando de tomar uno de los dedos del médico que lo estaba por operar. La foto, espectacular, fue publicada por varios diarios de los Estados Unidos y su repercusión cruzó el mundo hasta llegar a Irlanda, donde se tornó en una de las banderas más fuertes en contra de la legalización del aborto. La pequeña mano que conmovió al mundo, pertenece a Samuel Alexander, cuyo nacimiento debió haber ocurrido el pasado 28 de Diciembre (el día de la foto él tenía apenas 5 meses de gestación). Cuando pensamos bien esto, la fotografía es más que elocuente. La vida del bebé estaba, literalmente pendiendo de un hilo. Los especialistas sabían que no conseguirían mantenerlo vivo fuera del útero materno y que deberían tratarlo dentro, corrigiendo la anomalía fatal y volver a cerrar el útero para que el bebé continuase con su crecimiento normalmente Por todo eso, la imagen fue considerada como una de las fotografías médicas más importantes de los últimos tiempos y el recuerdo de una de las operaciones más extraordinarias registradas en el mundo.

Ahora, Samuel se convirtió en el paciente más joven que haya sido sometido a éste tipo de intervenciones, y es posible que, ya fuera del útero de la madre, Samuel Alexander Arms apriete nuevamente la mano del Dr.Bruner. La presentadora de televisión Justine McCarthy dijo que es imposible no conmoverse con la imagen poderosa de ésta mano pequeñita que aprieta el dedo de un cirujano y nos hace pensar en como una mano puede salvar vidas. La vida, el regalo más hermoso depende de todos nosotros!!! ACa la foto impresionable: http://www.ultraguia.com.ar/UltraSociales/ParaPensar/Aferrarse.jpg Diferencia entre Cielo e Infierno Un discípulo preguntó al maestro: -Maestro ¿Cual es la diferencia ente el Cielo y el Infierno? Y el maestro respondió: -Es muy pequeño y, sin embargo, de grandes consecuencias. Vi un gran monte de arroz cocido y preparado como alimento. En su derredor había muchos hombres hambrientos casi a punto de morir. No podían aproximarse a él, pero tenían en sus manos largas cucharas de 3 metros de longitud. Llegaban a llenarlas con el el arroz, pero no conseguían llevárselo a las bocas, porque las cucharas eran muy largas. Así, hambrientos y moribundos, juntos pero solitarios, seguían padeciendo un hambre eterna. Eso era el Infierno. Vi otro gran monte de arroz, rodeado de muchos hombres hambrientos pero llenos de vitalidad. Tampoco conseguían llevarse el arroz a la boca porque sus cucharas también eran muy largas, pero en vez de llevarlos a la propia boca, se servían el arroz unos a otros. Así acallaban su hambre insaciable, juntos y solidarios, gozando a manos llenas de los hombres y de las cosas. Eso era el Cielo".