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Reflexiones al hilo del Apocalipsis

REFLEXIONES AL HILO DEL APOCALIPSIS (Primera Parte) Antonio Yagüe

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Reflexiones al hilo del Apocalipsis

A Carmen mi mujer y a todos los que, como ella, me alentaron a escribir este libro

© 1999 by Antonio Yagüe. Prohibida la reproducción total o parcial sin permiso del Autor Pedidos a [email protected] Página

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INDICE PRÓLOGO ................................................................................................. 7 PREFACIO ............................................................................................... 10 INTRODUCCIÓN....................................................................................... 12 CAPÍTULO 1: ESTRUCTURA GENERAL DEL APOCALIPSIS ... 15 1.1. UN APARENTE DESORDEN ................................................................. 15 1.2. UN COMIENZO QUE ES UN RESUMEN HISTÓRICO................................. 18 1.3. EL DESARROLLO DE LA HISTORIA CENTRAL ....................................... 18 1.4. UN FINAL CONSOLADOR ................................................................... 20 CAPÍTULO 2: DE LA LLEGADA DEL DÍA DE YAHVEH.............. 24 2.1. EL DÍA Y LA HORA ............................................................................ 24 2.2. SEÑALES EN LA SAGRADA ESCRITURA ANTERIORES AL APOCALIPSIS 27 2.2.1. FENÓMENOS NATURALES............................................................... 30 2.2.2. AMBIENTE SOCIAL. ....................................................................... 33 2.2.2.1. Epocas históricas que sirven de modelo ................................. 33 2.2.2.2. Ataque a la institución familiar y la vida................................ 35 2.2.2.3. Enfriamiento de la fe y la apostasía. ...................................... 36 2.2.2.4. Predicación del Evangelio en todas las naciones. .................. 38 2.2.2.5. Abundancia de profetas buenos y malos................................. 39 2.2.2.6. Temores, terrorismo, hambre y peste. .................................... 42 2.2.3. APARICIÓN DEL ANTICRISTO ......................................................... 44 2.2.3.1. El que lo retiene ..................................................................... 45 2.2.3.2. La etapa inicial clamorosa..................................................... 49 2.2.3.3. La abominación de la desolación ........................................... 50 2.2.3.4. La derrota .............................................................................. 53 CAPÍTULO 3: DEL DÍA DEL SEÑOR EN LA SAGRADA ESCRITURA .......................................................................................... 55 3.1. AMANECER DE UNA NUEVA ÉPOCA ................................................... 55 3.2. EL JUICIO DE LAS NACIONES: LA PUERTA DE ENTRADA....................... 58 3.2.1. Una reunión con ayuda especial ............................................... 58 3.2.2. El orden del día de la reunión................................................... 59 3.2.3. El presidente de la reunión ....................................................... 61 3. 3. PRIMERA CONSECUENCIA: UN NUEVO ORDEN SOCIAL........................ 62 3.3.1. Ordenación supranacional como Reino. ................................... 62 3.3.2. Un reino que surge del interior del hombre. ............................. 64 3.3.3. Un tejido social con origen trinitario........................................ 66 3.4. SEGUNDA CONSECUENCIA: UN NUEVO ORDEN ESPIRITUAL. ................ 70 3.4.1. La conversión de todo Israel. .................................................... 70 3.4.2. La restauración del Sacrificio Perpetuo................................... 72 Página

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3.5. TERCERA CONSECUENCIA: UN NUEVO ORDEN MATERIAL ................... 76 3.5.1. La libertad de los hijos de Dios................................................. 76 3.5.2. La resurrección, transformación y glorificación del cuerpo...... 78 3.5.3. La nueva creación..................................................................... 84 CAPÍTULO 4: UN AUTOR MUY ESPECIAL .................................... 88 4.1. SOBREABUNDANCIA DE LA PALABRA DE DIOS .................................. 88 4.2. SIMBOLOGÍA RICA Y PROFUNDA........................................................ 92 4.3.VISIÓN INTRODUCTORIA ................................................................... 96 4.3.1. DE QUIÉN, QUÉ Y PARA QUIÉN........................................................ 96 4.3.2. EL GUÍA DE LAS VISIONES ............................................................ 101 CAPÍTULO 5: UN RESUMEN DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA ............................................................................................................... 107 5.1. INTRODUCCIÓN A LOS MENSAJES A LAS SIETE IGLESIAS. .................. 107 5.2. JUICIO DIVINO SOBRE LA ERA CRISTIANA......................................... 108 5.3. VISIÓN GENERAL DE LAS DISTINTAS ETAPAS ................................... 110 5.4. EL MENSAJE A EFESO: LA IGLESIA APOSTÓLICA............................... 112 5.5. EL MENSAJE A ESMIRNA: EL FUNDAMENTO DE LOS MÁRTIRES.......... 116 5.6. EL MENSAJE A PÉRGAMO: EL PROFETA DEL DESIERTO. .................... 118 5.7. EL MENSAJE A TIATIRA: EL ENDIOSAMIENTO DE LA RAZÓN.............. 121 5.8. EL MENSAJE A SARDIS: EL DÍA DE YAHVEH. ................................... 126 5.9. EL MENSAJE A FILADELFIA: EL DÍA DEL SEÑOR............................... 129 5.10. EL MENSAJE A LAODICEA: EL FIN DE LA HISTORIA. ........................ 132

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Prólogo UNA LECTURA “INTERNA” DE LA SAGRADA ESCRITURA Decía Chesterton –y ya hace casi un siglo- que el problema de nuestra época no radicaría en que la gente no creyese en nada....sino en que creyese en demasiadas cosas. La observación parece ahora especialmente pertinente ya que en el quicio final del milenio –que, por cierto, concluye en diciembre del 2.000 y no a finales de 1999- estamos asistiendo de nuevo a un espectacular baratillo de la cábala y la superchería. La era de la tecnología finaliza –y quizás no sea una paradoja- en una comercialización deleznable e intencionada de las “ciencias” ocultas. Al margen de que, evidentemente, existen intereses en el fomento de esa “nueva era” de lo espiritual el fenómeno responde a una lógica y no es casual. La mitotecnología, la confianza ciega en que la multiplicación de canales de acceso que suponen la combinación del teléfono, el ordenador y el televisor, las “autopistas” y la explosión de la información iban a potenciar, en la misma dimensión, la capacidad del conocimiento humano han conducido, inevitablemente, a la mayor perplejidad que hayan conocido probablemente los hombres a lo largo de la historia. Estamos, pues, ante un fenómeno causal, que no deriva sólo de la quiebra de la mito-tecnología y de las consecuencias prácticas de esas “filosofías” comp-utópicas, que lo confiaban todo al aumento de la capacidad de proceso –que se duplica cada 35 días- y han conducido a ideas tan idílicas como las de algunos educadores convencidos de que la calidad de la enseñanza no mejorará hasta que todos los colegios no estén conectados a Internet o a admiraciones tan bobaliconas como la de muchos padres absolutamente fascinados por la destreza de sus pequeñuelos al teclado informático como si no supieran que la partitura más simple para la mano izquierda de un piano es mucho más compleja –porque requiere matices- y mucho más enriquecedora –porque es precisa una interpretación- que el manejo del programa informático más avanzado. Y a medida que esos tópicos –que se han convertido en los nuevos totems de nuestra cultura pululan en el ambiente- los ciudadanos de la llamada Sociedad de la Información parecen desconcertados y, en lugar de “infopistas” aceleradas, que acaban por marear, haciendo bueno aquello del mayo fracés del 68 –“nunca habíamos corrido tanto hacia ninguna parte”, y ahí tenemos –asómense Ustedes si no a los “chats” de Internet- a una legión planetaria de cibernautas mareados que buscan desesperadamente Página

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pistas, criterios, salidas para salir para el mareo o una especie de Biodramina intelectual con cuyo encapsulado está haciendo por cierto el agosto más de un “espìritualista” de ocasión. La verdadera paradoja de nuestra época –y creo que Chesterton estaría de acuerdo aunque sospecho que la observa desde un lugar en el que, lamentablemente para nosotros , no tiene que escribir tanto para ganarse la vida- es que ese aluvión de hechos sin sentido, de datos sin explicación, hábilmente orquestados con frecuencia por expertos en manipulación, nos está llevando con frecuencia al absurdo de una situación en la que parece que, a medida en que nos informamos más, parece como si conociésemos menos. Es decir, que la explosión de los “medios” a lo que ha conducido, en parte, es a una inusitada floración de “mediums” que produciría sonrojo en aquellos tiempos medievales que con excesiva simplificación tendemos a considerar oscurantistas. Sobre todo si consideramos la esperpéntica retahila de curanderos y adivinos a la violeta que realizan espectaculares piruetas de “surfing” mental cabalgando olas de tan largo alcance como las de las ondas hertzianas de la televisión. Y en ese contexto, se sirven a diario, a través de los medios múltiples combinados –por supuesto, “ligth”, es decir, sin- con ingredientes batidos desde Nostradamus a un supuesto hechicero brasileño o un testamento ignoto del apóstol San Juan, en los que, al parecer, todo vale siempre que no engorde (la razón, por supuesto) que elevarían a los hechiceros antiguos al nivel de “master” en prospectiva y planificación estratégica. Decía el periodista Jacques Duquesne, un comentarista sui generis , “externo”, de la Sagrada Escritura que el milagro o la profecía –al menos el milagro o la profecía tal y como las entendemos hoy- eran una cosa extraña que causaba sorpresa en el mundo antiguo. El hombre que no conseguía dominar la naturaleza trataba de conquistarla por la magia, de traficar con las fuerzas oscuras que la gobernaban. Lo magos, los brujos, los sacerdotes encargados de los ídolos se afanaban en “negociar” con esas fuerzas para conjurar la suerte y leer el futuro. Y es esa negociación la que, en nuestra época paradójica de naufragio de la razón en la singladura cibernáutica, nos desconcierta tanto como a Ulises en nuestro nuevo viaje a Itaca sobre todo cuando la inquietud por lo que pueda pasar – y hay motivos para estar inquietos en el mundo en que vivimos- se conjura con la superchería más banal hasta extremos esperpénticos cuya primera consecuencia – probablemente buscada- es que la personas sensatas acaben por desentenderse y, por tanto, se despreocupen...¿ en beneficio de quién ?.

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En ese peligroso magma cultural en el que el último “best seller” parece más novedoso que el Nuevo Testamento me parece especialmente relevante que se publique un libro como el que el lector tiene en sus manos que aventura nada menos que una interpretación del Apocalipsis. Entre otras razones porque su autor, a quien conozco desde que compartíamos apasionadas discusiones en nuestros estudios de geológicas, es un científico y muy poco dado, por cierto, a elucubraciones que no se tramen sobre una sólida arpillera racional y empírica. Cuando me pidió que escribiera un prólogo para el libro me mostré renuente, porque no me considero en absoluto autorizado para comentar siquiera disquisiciones teológicas o exégesis de los textos sagrados. Sin embargo, cuando leí el texto accedí, entre otras razones porque, aunque el autor aborda el comentario desde ambas perspectivas, su libro hace honor precisamente a las primeras palabras de San Juan que él cita en la introducción y en las que, lejos de presentar el Apocalipsis como un texto esotérico, inextricable, se invita a todo tipo de gentes a leerlo y a sacar fruto de su lectura. En ese sentido, porque hace el Apocalipsis un poco más inteligible, el libro de Antonio Yagüe es una apasionante guía para la lectura de uno de los textos de mayor contenido espiritual, poder simbólico y belleza literaria de la historia de la humanidad; una guía que puede interesar incluso –y podría decir que especialmente- a los lectores que no se aproximen al Apocalipsis desde una perspectiva de fe. José Luis Carrascosa

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Prefacio Los momentos actuales de la historia tienen, a mi parecer, cierta semejanza con aquellos que discurrían por el año 1491, hace más de cinco siglos. En aquel momento, los hombres cultos de la época, los científicos, los gobernantes y el pueblo llano pensaban que la Tierra era plana y que el Sol giraba a su alrededor. Es verdad que antiguos geómetras, con experimentos simples, habían probado lo contrario, pero la evidencia diaria de las desmesuradas distancias y de cada nuevo amanecer, habían cubierto de polvo la verdad. El común de los mortales vivía seguro en su error, y sobre él asentaban con naturalidad la organización de sus vidas, la economía, las comunicaciones y la relación entre las naciones. Un año más tarde, en 1492, un hecho nada complejo y relativamente fortuito, el descubrimiento de América, cambió radicalmente la visión sobre el mundo en que vivían: la Tierra no era plana sino redonda. El concepto olvidado se hizo patente y a su luz se remozó la actividad de las naciones, cambiaron sus economías, se abrieron nuevos horizontes y pronto la sociedad se podía decir que era radicalmente distinta. Del mismo modo, nuestros días parecen buscar sin rumbo otro cambio radical de la historia. ¿Cuál será el suceso que desencadenará esta vez la transformación? No lo sabemos. Es más, podría asegurar que será una sorpresa, algo inesperado. Sin embargo, en esta ocasión me permito aventurar cuál será el redescubrimiento olvidado por el polvo que levantaron los siglos y que de nuevo se hará patente: el centro de la vida no es el “sol-hombre” sino el “Sol-Dios”. Este será, a mi parecer, el nuevo giro Copernicano que recibirá la humanidad para salir de su actual atolladero, de su visión plana, chata y adquirir así perspectiva y volumen. Este libro explora el proceso de cambio hacia esa nueva etapa histórica por el camino de la Sagrada Escritura, especialmente a través de la reflexión sobre el libro del Apocalipsis. No pretendo que mis consideraciones sean la única interpretación de los textos sagrados, porque la riqueza de la Palabra de Dios es inextinguible. Por tanto, no trato de polemizar sobre aspectos más o menos acertados de mi interpretación. Lo único que pronto comprobará es, que detrás de cada línea hay una reflexión detenida, un trabajo cuidado y que nada ha sido puesto al azar. Sería interminable hacer una referencia a las fuentes que originaron en mi una u otra reflexión. Sin embargo no quiero dejar de manifestar aquí que soy deudor en mis pensamientos de muchos autores del presente y del Página 10

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pasado. Muchos de ellos son santos, beatos o venerables, algunos son sabios del mundo o maestros de piedad heroica, otros sencillamente personas reconocidas por su valía profesional o dueños del menos común de todos los sentidos: el sentido común. De entre todos ellos me gustaría hacer especial mención al Beato Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, de quién aprendí, entre otras muchas cosas, a profundizar en la vida de oración y a tratar de divinizar las mil ocasiones que lo ordinario ofrece cada día. Doctrinalmente me siento alumno de Santo Tomás de Aquino, cuyas obras he releído en diferentes periodos de mi vida. El ejemplo y la predicación del Papa Juan Pablo II han iluminado también con frecuencia mi reflexión sobre estos tiempos. Por último, el conocimiento de los principales anuncios de nuestra Madre la Virgen en los últimos siglos, como los de Guadalupe, Lourdes, Fátima o Tre Fontane, laten en el fondo de muchas elaboraciones de este libro. Pero ante todas ellas, el recurso asiduo al texto bíblico, manantial de aguas claras que saltan hasta la vida eterna, ha sido el tamiz que ha esclarecido con mayor frecuencia las ideas que provenían de una u otra fuente, con el profundo convencimiento de que la Revelación divina terminó al morir el último apóstol y después, todo lo que se produce está en el nivel de las explicaciones, de las aclaraciones a lo que ya estaba revelado. La norma que siempre ha presidido esta actitud de vuelta a las verdaderas fuentes ha sido mantener absolutamente la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y a la Tradición. De ese modo debe interpretarse primera y únicamente cualquier afirmación de las contenidas en este libro. Este texto huye deliberadamente de academicismos y formalismos en la cita de otras fuentes que no sean la propia Sagrada Escritura. Con ello busco centrar primariamente cualquier reflexión en la Palabra de Dios, a la vez que dar agilidad al estilo y conseguir una mejor transmisión del mensaje que deseo llevar al ánimo del lector.

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Introducción Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella1. Esta solemne promesa de felicidad al comienzo del libro del Apocalipsis no debería corresponder a lo poco conocido que es este libro sagrado. Aunque mucho se ha escrito sobre el último libro que compone la Sagrada Escritura, sin embargo, para el cristiano medio, es prácticamente desconocido. Incluso muchos, piadosos y cultos, prefieren no adentrarse en sus imágenes, ante el riesgo de quedar como el negro en el sermón: con los pies fríos y la cabeza caliente. No se me esconde que pretender cambiar esta imagen de complejidad es tarea difícil. Me animo a hacerlo por la promesa que el mismo Dios hace en el versículo con que iniciaba este párrafo. Curiosamente en él resuena ya el eco de la sabia actitud que San Lucas nos cuenta de nuestra Madre: María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón2. En esta disposición me parece que se encuentra la clave que desvela las oscuridades del libro. Dios, que es la Luz misma, no hizo escribir un libro de los que compone la Sagrada Escritura para oscurecer nuestras mentes. Si aceptamos que es un texto de Dios, hemos de convenir que en este libro Sagrado también hay mucha Luz, con mayúscula. Pero hace falta que nos acerquemos con actitud de humilde búsqueda a Jesús, el Cordero único digno de tomar el libro y abrir sus sellos3. Como nuestra Madre, que meditaba en su corazón los hechos, a primera vista incomprensibles, de la historia de la Salvación. Como los apóstoles que se acercaban al Señor a pedirle: explícanos la parábola4. Y obtenían en ese trato más personal y directo, que supone un interés y un amor por conocer la verdad, la respuesta que no se daba a los demás: A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás sólo en parábolas, para que viendo, no vean y, oyendo, no entiendan5. Sin duda el Apocalipsis está lleno de secretos y misterios, de imágenes y parábolas aún por descifrar. Más aún, el mismo autor divino repite su actitud ante las muchedumbres que le escuchaban y se complace en sellar el significado de muchas de sus palabras: me disponía a escribir, cuando oí una voz del cielo que decía: «Sella lo que han dicho los siete 1

Apocalipsis 1,3 Lucas 2,19 3 Apocalipsis 5,9 4 Mateo 15,15; Marcos 4,10; Lucas 8,9 5 Lucas 8,10 2

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truenos y no lo escribas»6. ¿A qué entonces intentar desvelarlos? Cierto que podríamos perder el tiempo. Como decía el sabio rabino Gamaliel, nos encontraríamos luchando contra Dios7. Pero no es menos cierto que los sellos son para abrirlos en el momento y del modo oportuno. Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa (...) y os anunciará lo que ha de venir8. Y Jesucristo, llegado el momento de tomar el libro y abrir sus sellos9, anuncia que el Espíritu nos hablará lo que (le) oiga10. Sin duda no es con un lenguaje común, pero tampoco es complejo o de eruditos pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos de Dios11 y ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios12. La oración, el trato personal con Dios, es la actitud que abre paso a la Luz que la divina Sabiduría quiso poner en esas líneas: Y me dijo: No selles las palabras proféticas de este libro, porque el Tiempo está cerca13. El libro que tiene entre las manos quiere guiar algunos pasos de este proceso personal e intransferible. Cada persona es irrepetible y su encuentro con el Creador es único: al que tenga sed, yo le daré del manantial del agua de la vida gratis14. Alguien dijo que Dios solo sabe contar hasta uno, que no tiene fotocopiadora. Estas páginas se han hecho con la intención de facilitar la andadura por el camino del trato personal con Dios, a partir del texto del Apocalipsis. Quizá desvelará algunos de mis descubrimientos y reflexiones pero estoy seguro que los más importantes, los que llegarán al fondo de Vd. mismo, los obtendrá, como decía el poeta, “haciendo camino al andar”. La empresa es atractiva y la remuneración está asegurada: el que tenga sed, que se acerque, y el que quiera, reciba gratis agua de vida15. Pero también me atrevería a decir, aún a riesgo de adelantar algunas de mis conclusiones, que esta tarea es ahora más apremiante que en otras épocas de la historia porque mira, vengo pronto. Dichoso el que guarde las palabras proféticas de este libro16, porque el Tiempo está cerca17.

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Apocalipsis 10,4 Hechos 5, 39 8 Juan 16, 12-13 9 Apocalipsis 5, 9 10 Juan 16, 13 11 1 Cor 3, 19 12 1 Cor 1, 27 13 Apocalipsis 22, 10 14 Apocalipsis 21, 6 15 Apocalipsis 22, 17 16 Apocalipsis 22, 7 17 Apocalipsis 1,3 y 22,10 7

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Con el fin de conseguir el objetivo del libro, comenzaré por mostrar brevemente la distribución general del Apocalipsis para que los árboles no nos impidan ver el bosque. La estructura interna de sus capítulos es más sencilla de lo que a primera vista puede parecer. Luego, con mayor detalle, describiré la íntima relación que tiene el Apocalipsis con otros pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento. Sería imposible entender el Apocalipsis sin relacionarlo con el libro del Génesis, los escritos del profeta Daniel o las mismas narraciones de la Pasión de Nuestro Señor. Por último, aplicaré la lupa a cada sección del bosque y, si fuere necesario a cada árbol. Los hay maravillosos. Trataré incluso de la armoniosa relación de algunos de ellos con el entorno que le rodea. Sin embargo, es imposible describirlo todo, porque además de prolijo, rompería con la finalidad principal de esta obra que sólo es enseñar a pasear por este vergel. El resto del camino lo debe hacer cada lector, con su personal interés y amor a la Verdad. Precisamente esta sencilla y profunda actitud es el antídoto que San Pablo dio para no sucumbir en los terribles vaivenes que nos esperan en el núcleo de los tiempos apocalípticos. En su segunda carta a los Tesalonicenses dice que la venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos, y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado. Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira, para que sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad18. Estoy seguro que disfrutará en el recorrido. En muchas ocasiones se encontrará a sí mismo pronunciando aquel grito de muchedumbres inmensas e incontables de toda nación, raza, pueblo y lengua unidos a los ángeles: alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén19. En otros momentos gritará con los que sufren y sufrieron ¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre de los habitantes de la tierra?20. En otros, probablemente volverá a considerar en toda su hondura aquella petición que Jesús nos enseñó en el Padrenuestro: venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo21. En cualquier caso, llegará al convencimiento de que Dios es el Señor de la historia y de que su poder no ha menguado en nuestros tiempos tan especiales. 18

II Tesalonicenses 2, 9-12 Apocalipsis 7,12 20 Apocalipsis 6,10 21 Mateo 6,10 19

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Capítulo 1: Estructura general del Apocalipsis 1.1. Un aparente desorden Antes de comenzar a explorar el contenido del Apocalipsis conviene tener algunos datos que sirvan para centrar algunos aspectos básicos del desarrollo del libro. Estas referencias son como describir el ambiente y los motivos que componen una obra de arte. Es completamente diferente enfrentarse a una pintura o una sinfonía si se conocen previamente ciertos datos que la enmarcan en una época, el estilo particular al que pertenece, su motivo principal y, si es posible, elementos de la vida del autor que influyeron en su obra. Todo esto ayuda a adaptar nuestra capacidad de observar y entender mejor la obra artística, quizá centrar la observación en los aspectos más relevantes, valorar adecuadamente la inspiración que lo motivó, en definitiva, comprender mejor el mensaje que transmite su autor. Desde esta perspectiva, el Apocalipsis es el último libro de los que componen la Sagrada Escritura, por tanto, su autor último es Dios. Fue escrito por el Apóstol San Juan hacia el final de su vida, en los últimos años del primer siglo de nuestra era. Lo escribe, como dice en el mismo libro, en la isla llamada Patmos22, en donde se hallaba desterrado por causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús23. El libro originalmente fue escrito en griego y consta de 22 capítulos. Cada uno de ellos cabe holgadamente en una o dos páginas de tamaño mediano. No es, por tanto, un texto largo o de gran extensión para una narración ordenada. Sin embargo, la primera vez que se lee, a las pocas páginas se tiene la impresión de estar perdido. El argumento es cambiante, nada rectilíneo. No se sabe por qué se introduce una escenografía en un punto dado y no en otro. Los personajes aparecen y desaparecen sin una clara solución de continuidad. Las alegorías y metáforas abundan, pero inicialmente tampoco aclaran un hilo narrativo. En definitiva, la primera impresión es ciertamente caótica y descorazonadora. Nuestra mentalidad, habituada al argumento ordenado del razonamiento de la cultura occidental, recibe un choque inmerecido para el interés que puso en la lectura. Desde el comienzo se percibe que la comprensión del texto no va a ser cosa fácil, por lo que toda ayuda y explicación serán bienvenidas.

22 23

Apocalipsis 1, 9 Apocalipsis 1, 9 Página 15

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Sin caer en extremos de erudición, que no son el objeto de este libro, no resulta sobrante hacer un pequeño bosquejo inicial que disminuya los efectos poco positivos del primer impacto. Digo disminuir y no eliminar porque sólo después de algunas relecturas comienzan nuestras neuronas a hacerse al estilo y paladear la tremenda profundidad que encierra. Poco a poco se entiende que aconseje al que tenga sed, que se acerque, y el que quiera, reciba gratis agua de vida24. Toda Palabra de Dios, tiene siempre un sentido inagotable y está hecha para los hombres de todas las épocas. San Pablo explica que toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia25. De este modo, es claro que el estilo que encierra el mensaje de los distintos libros sagrados es variado, pero nunca fruto de la casualidad. Se podría asemejar al cuidadoso diseño de los frascos que encierran preciadas esencias. En el caso del Apocalipsis esta envoltura, además de original, resulta pronto atractiva y adecuada al valioso contenido. En nuestro caso, el autor sagrado lo salvaguarda advirtiendo que si alguno añade algo sobre esto, Dios echará sobre él las plagas que se describen en este libro. Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en este libro26. En la lectura de cualquier libro de la Biblia convergen siempre varios sentidos o interpretaciones. La primera referencia debe ser al sentido o interpretación literal, sobre el cual se basan todos los demás posibles sentidos. En realidad esto no es más que aplicar el sentido común, tanto como razonablemente es posible. No se puede hablar de simbolismos si primero no se entiende el objeto real base de la alegoría. Aún más: no se podría plantear la parábola de una perla de gran valor27, de un grano de mostaza28 o de una red que se echa en el mar29, si estos objetos no existieran realmente. Por tanto, de manera general debe decirse que el simbolismo se apoya en la literalidad, no que la excluye. En ocasiones, el estilo alegórico del Apocalipsis hace difícil visualizar un sentido literal propiamente dicho, como por ejemplo, cuando el autor ve surgir del mar una Bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas30. Sin embargo esto no debe llevar al extremo contrario de abandonar constantemente la explicación literal y buscar sólo metáforas 24

Apocalipsis 22, 16 II Timoteo 3, 16 26 Apocalipsis 22, 18-19 27 Mateo 13, 46 28 Mateo 13, 31 29 Mateo 13, 47 30 Apocalipsis 13, 1 25

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siempre que encontremos algún pasaje que parezca oscuro. Así, por ejemplo, cuando se cita una primera resurrección31 sin carácter universal, no debe olvidarse sin justificación el principio de literalidad. En realidad, debe probarse que no son posibles ambos sentidos, el literal y el simbólico. Así pues conviene mantener un equilibrio para comprender el doble significado material y espiritual, externo e interno, no excluyentes entre sí, sino complementarios, de muchos hechos narrados en el Apocalipsis. A veces es más clara una interpretación que la otra, pero casi siempre un segundo esfuerzo nos hará entender el significado del sentido más oculto y complementario.

Figura 1: Estructura del Apocalipsis

La temática del Apocalipsis puede agruparse de muchas formas. En este caso, quiero hacerlo asemejándolo a un arco de medio punto. Puedo imaginarlo de una pequeña iglesia románica, de una catedral, o de un puente. El arco es aquí la narración principal. La bóveda del arco, está sustentada sobre un pilar a cada lado. El izquierdo y el derecho lo forman los 3 primeros y los 3 últimos capítulos del libro. Las narraciones correspondientes a cada uno de los dos apoyos del arco principal, tienen 31

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sentido por sí mismas. Sin embargo, su temática adquiere pleno significado con relación a la narración del arco. El argumento de la historia de cada columna es diferente del relato del arco central. El arco se desarrolla en los 16 capítulos centrales del libro. Esta primera diferenciación reduce algo la dificultad de comprender el argumento del Apocalipsis. Como veremos más detalladamente, los motivos de las tres historias principales del Apocalipsis son, sucesivamente, la historia de la Iglesia, en los tres primeros capítulos. Al arco principal, del capítulo 4 al 19, le corresponde la narración del Día de Yahveh. Por último, los tres capítulos finales narran el desarrollo del Día del Señor. Ambos términos, día de Yahveh y del Señor, son frecuentes en la Sagrada Escritura y, en contra de lo que pudiera parecer, no se trata de vocablos sinónimos. Ahondar en los motivos que justifican esta distinción cae fuera de los objetivos de este libro32.

1.2. Un comienzo que es un resumen histórico. El libro del Apocalipsis comienza con una breve presentación de su objeto y las circunstancias en que es escrito. El autor sagrado pasa enseguida a escribir unas cartas a las siete iglesias de Asia33 Menor. Muchas son las investigaciones que han tratando de ajustar los pocos datos conocidos de aquellas primeras comunidades cristianas al diagnóstico que de cada una de ellas hace el Apocalipsis. Sin menospreciar esas interpretaciones del corto plazo, literales en lo geográfico y temporal, también se ha defendido desde los tiempos patrísticos que éstas siete iglesias corresponden a siete épocas sucesivas del desarrollo de la Iglesia en la historia. Sin duda ésta explicación parece más concorde con el espíritu profético del libro, a la vez que invita a indagar en qué época de las descritas nos encontramos, a qué iglesia del Apocalipsis pertenece nuestro tiempo. Más adelante en este libro trataré este asunto pero, sería conveniente que para entonces, usted tuviera ya cierta opinión procedente de su propio análisis en presencia de Dios. De este modo, comienza a ejercitarse en el objeto de este libro que es convertir el texto sagrado en orientación asidua para su comunicación personal con Dios.

1.3. El desarrollo de la historia central El motivo central del Apocalipsis es la descripción del periodo histórico denominado en toda la Sagrada Escritura como el Día de Yahveh. Isaías presenta este especial momento histórico con términos grandiosos: 32 33

Véase p. ej., Auclair, R (1984-87) L’Apocalypse. 3 Vols. 1046 págs. Ed. Stella. Québec. Apocalipsis 1, 4. Página 18

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He aquí que el Día de Yahveh viene implacable, el arrebato, el ardor de su ira, a convertir la tierra en yermo y exterminar de ella a los pecadores34. Casi todos los profetas mayores y menores hablan de ese Día y siempre con tintes dolorosos. Día grande y terrible, ¿quién lo soportará?35. Día de ira, de venganza de Dios sobre el mal en el mundo, día de angustia y de aprieto, día de devastación y desolación, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla36. Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el Día de la ira de Yahveh, cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada; pues él hará exterminio, ¡y terrorífico!, de todos los habitantes de la tierra37. Pero también día en el que hay esperanza para los que cumplen la Voluntad de Dios: Buscad a Yahveh, vosotros todos, humildes de la tierra, que cumplís sus normas; buscad la justicia, buscad la humildad; quizá encontréis cobijo el Día de la cólera de Yahveh38. Y sucederá que todo el que invoque el nombre de Yahveh será salvo, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá supervivencia, como ha dicho Yahveh, y entre los supervivientes estarán los que llame Yahveh39. Día doloroso, pero Día de esperanza como nos aseguró el Señor ya que cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación40. El relato central del Apocalipsis amplía el conocimiento sobre el Día de Yahveh que nos da el Antiguo Testamento, no sólo porque no hace nada el Señor Yahveh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas41, sino porque Dios revela progresivamente sus verdades. En el siguiente capítulo trataré con más detalle las citas bíblicas anteriores al Apocalipsis, pero la visión que tenemos del Día de Yahveh después del Apocalipsis es mucho más detallada y completa. En esta descripción introduce elementos que no estaban disponibles hasta la llegada del Nuevo Testamento: el Cordero, la Mujer vestida de sol, los 24 Ancianos, etc. Con el paso de los años, está predicho por el profeta Joel que habrá nuevas ayudas del Cielo, para estar alerta y comprender los planes divinos del Día de Yahveh pues vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y realizaré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego, columnas de humo. El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de 34

Isaías 13, 9 Joel 2, 11 36 Sofonías 1, 15 37 Sofonías 1, 18 38 Sofonías 2,3 39 Joel 3, 5 40 Lucas 21, 28 41 Amos 3, 7 35

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Yahveh, grande y terrible42. Incluso están predichas por el profeta Malaquías otras ayudas especiales de Dios, como la aparición del profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible43; designado en los reproches futuros, para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob44. La narración del Día de Yahveh se hace en los 16 capítulos centrales del Apocalipsis. Para describir los acontecimientos aparecen entrelazados dos tipos diferenciados de analogías. La más clara sigue la historia de un dragón, dos bestias y una prostituta que luchan contra la Mujer vestida de sol y su descendencia. El mal está así dirigido por una imitación antitética de la Trinidad divina y de la Madre de Dios. La segunda analogía la forman tres metáforas sucesivas: sellos, trompetas y copas. Cada una de ellas es un grupo que consta de 7 elementos que desencadenan acontecimientos diversos sobre la tierra. De algún modo, el orden de estos sucesos marca una cierta cronología del Día de Yahveh. El reloj queda completado con la historia de la lucha entre la Mujer y el dragón que se desarrolla paralelamente. El escenario de ambas analogías es la Tierra, pero en ocasiones la narración salta al Cielo que no es ajeno al desarrollo de los acontecimientos sino que los observa y dirige según una estrategia divina que busca la conversión de los hombres a Dios.

1.4. Un final consolador El Apocalipsis termina con la narración del Día del Señor que como hemos dicho no es sinónimo del Día de Yahveh. De hecho llamamos Día del Señor o Domingo, palabra que no existe en la Biblia, al día de descanso del trabajo ligado al séptimo día de la Creación y al día de victoria que va unido a la Resurrección del Señor. De algún modo, el Día de Yahveh es comparable al preámbulo doloroso de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, mientras que el Día del Señor es el gozo y la alegría posterior. San Juan ve los acontecimientos del Apocalipsis en éxtasis el día del Señor45. Desde esa atalaya futura puede describir el desarrollo de los hechos “previos” con detalle y del “presente” en que se encuentra, en virtud del éxtasis que Dios le ha concedido.

42

Joel 3, 1-4 Malaquías 3, 23 44 Eclesiástico 48,10 45 Apocalipsis 1,10 43

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La situación de séptimo día, por semejanza con los siete días del proceso de la Creación y al igual de aquel día que bendijo Dios (...) y lo santificó46, sugiere que este periodo del Día del Señor también será especialmente rico en gracias de Dios. De hecho el Apocalipsis comienza por el encierro de la Serpiente antigua - que es el Diablo y Satanás - y lo encadenó por mil años 47. Continua afirmando de algunos hombres que revivieron y reinaron con Cristo mil años48, y describe, por último, la nueva Jerusalén, que baja del cielo, de junto a Dios49 para sustituir al mundo viejo (que) ha pasado50. La nueva ciudad está regada por el río de agua de Vida, (...) que brota del trono de Dios y del Cordero51 y noche ya no habrá; no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos52. En resumen, una situación radicalmente diferente de la etapa anterior del mundo como hasta ahora lo hemos conocido y del propio Día de Yahveh. Por otro lado, la situación de séptimo día también parece sugerir, según una tradición fundada en las enseñanzas de algunos Padres de la Iglesia y no pocos místicos y santos, que es el último periodo de la historia de los hombres sobre la Tierra. Según esta hipótesis, la historia estaría constituida hasta ese momento por seis días y como ante el Señor un día es como mil años y, mil años, como un día53, aproximadamente 6000 años sería el tiempo del hombre desde Adán sobre la tierra. Las cronologías bíblicas más firmes confirman aproximadamente esta cuenta. El año judío 5760 coincide con el 2000 de nuestra era cristiana. Hacia el año 1000 antes de Cristo se sitúa la construcción del templo de Salomón, hacia el 1500 la salida de Egipto, hacia el 2000 el nacimiento de Abraham, hacia el 2350 el diluvio y con anterioridad la época de los patriarcas hasta le creación de Adán unos 4000 años antes del nacimiento de Cristo. Esta interpretación también parece apoyar la distinción entre el proceso de hominización y el de humanización. El primero nada tendría que ver con la creación del hombre sino, en el mejor de los casos, con la preparación de su parte material, polvo del suelo54. El segundo proceso es el que narra la Biblia de creación del hombre con intervención directa de 46

Génesis 2, 3 Apocalipsis 20, 2 48 Apocalipsis 20, 4 49 Apocalipsis 21, 2 50 Apocalipsis 21, 4 51 Apocalipsis 22, 1 52 Apocalipsis 22, 5 53 II Pedro 3, 8 54 Génesis 2, 7 47

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Dios que insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente55. Hasta no hace mucho, se identificaba frecuentemente a Adán y Eva con los padres de unos feos homínidos, cuyos huesos fósiles datan millones de años. Esta asociación suponía un salto mental que, en realidad, carece de apoyo científico y escriturístico. Emparejar la belleza de Adán y Eva, creación directa de Dios a su imagen y semejanza56, no encajó nunca bien con los resultados evolucionistas de pseudo monos encorvados. Tampoco engranaba bien esta teoría el hecho de que la sabiduría y ciencia del hombre, que poco después de salir de las manos de Dios puso nombre a todos los animales57, solo fuera capaz de fabricar toscos utensilios de piedra. En realidad, al mirar con detalle la Sagrada Escritura hay otros datos que apoyan la diferencia entre hombres y homínidos. Fue Abel pastor de ovejas y Caín labrador58, es decir, la segunda generación de hombres, a pesar del daño provocado en su naturaleza por el pecado, ya cultivaba la tierra y pastoreaba ganados. Este punto muestra un aprendizaje fuera de la lentitud de las leyes evolucionistas. Además, cuando Caín fue castigado por matar a su hermano Yahveh puso una señal a Caín para que nadie que le encontrase le atacara59. Fuera del Paraíso, parece indicarse la existencia de homínidos cuyo origen no seguía los pasos de la creación de Adán y Eva. Más adelante veremos algún ejemplo más que confirma esta interpretación. En ocasiones, la ciencia ha sido utilizada como arma arrojadiza de un inculto sectarismo que desprecia a Dios como obstáculo para el progreso del conocimiento. Al seguir esta síntesis histórica, fácilmente puede deducirse que, aproximadamente cada dos mil años, hay un salto en la relación del hombre con Dios. En el primer bimilenio, tras el pecado original, el hombre tiene básicamente un conocimiento natural de Dios y, en consecuencia, le ofrece un culto natural consistente en el ofrecimiento de los frutos de la tierra. En el segundo bimilenio, Dios escoge para Sí un pueblo al que se revela con profundidad, con el que establece una alianza y habita en un templo donde acepta oraciones y sacrificios. Al comienzo del tercer bimilenio, Dios da al hombre a su mismo Hijo unigénito y éste se ofrece en sacrificio para la redención del hombre, sellando así con él una alianza eterna de amor. 55

Génesis 2, 7 Génesis 1, 26 57 Génesis 2, 19 58 Génesis 4, 2 59 Génesis 4, 15 56

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Concuerda de este modo la esperanza de que en el entorno del cambio de bimilenio, se produzca un nuevo acercamiento de Dios al hombre sobre la base de los dos acercamientos anteriores. Esta situación sería la nueva Jerusalén profetizada en los 3 últimos capítulos del Apocalipsis. La transición también ahora estaría marcada por sucesos muy especiales, como lo estuvieron las dos ocasiones anteriores: en este caso es el denominado Día de Yahveh.

Figura 2: Cronología bíblica del hombre sobre la Tierra

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Capítulo 2: De la llegada del Día de Yahveh 2.1. El día y la hora Como ya hemos visto en el capítulo anterior, la época denominada en la Biblia Día de Yahveh, se trata de un periodo histórico, especial y no muy extenso, que desemboca en otra época conocida como Día del Señor, que probablemente será el Domingo de la historia del hombre sobre la tierra. San Juan, al inicio del Apocalipsis dice que cae en éxtasis el día del Señor60 y escribe lo que desde allí ve, en un libro61 que es el último del Nuevo Testamento. En realidad, no sólo escribe sobre ese Domingo histórico sino desde él y de todo lo relevante que sucede hasta llegar allí. Jesús, en su predicación, también profetizó sobre esos hechos más especiales de la historia. Independientemente de lo que anunció, concluye diciendo que de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre62. En el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre63. Con estas sencillas palabras Nuestro Señor dejó claro que es una pérdida de tiempo elucubrar sobre fechas concretas en las que ocurrirán los importantes sucesos de ese momento histórico. Sólo Dios Padre conoce cuándo sobrevendrán. Por si acaso, los apóstoles le volvieron a preguntar antes de la Ascensión: «Señor, ¿es en este momento cuando vas a restablecer el Reino de Israel?» El les contestó: A vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad64. De este modo, quiso acabar con toda curiosidad malsana. Podríamos decir que dejó sin exclusiva a cierta prensa de los siglos venideros. Sin embargo, Jesús no dijo simultáneamente que “afortunados los despreocupados”. Tampoco recomendó cambiar de tema o pasar la página, sino que a renglón seguido mandó estar atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento65 Precisamente, la misma imposibilidad de conocer la fecha es la razón para vigilar, no para inhibirse o desentenderse. Por el humo se conoce donde está el fuego, dice el refrán español. Del mismo modo, para vigilar es necesario conocer las señales que Dios mismo ha transmitido, indicadoras de esos momentos de la historia, y... 60

Apocalipsis 1, 10 Apocalipsis 1, 11 62 Mateo 24, 36 63 Mateo 24, 44 64 Hechos 1, 6-7 65 Marcos 13, 32 61

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abrir bien los ojos. De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que El está cerca, a las puertas66. En cierta ocasión, al tratar de una cuestión semejante, Jesús llegó a tachar de hipócritas a los que no percibían las señales anunciadas sobre los tiempos de su primera venida al mundo: Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: "Va a llover", y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: "Viene bochorno", y así sucede. ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?67 No le faltaba razón a Nuestro Señor. Poco después, como decimos en el Credo, murió y resucitó al tercer día según las Escrituras. El mismo se lo había explicado a los Apóstoles. Tomando consigo a los Doce, les dijo: «Mirad que subimos a Jerusalén, y se cumplirá todo lo que los profetas escribieron para el Hijo del hombre; pues será entregado a los gentiles, y será objeto de burlas, insultado y escupido; y después de azotarle le matarán, y al tercer día resucitará»68. No era la única vez que se lo había explicado, pero ellos nada de esto comprendieron69, probablemente porque chocaba frontalmente con las ideas que se habían forjado. La noche del Viernes Santo y el Sábado Santo sólo la Virgen que guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón70, mantuvo la fe en la resurrección. En realidad, también tuvieron memoria de las profecías los enemigos de Jesús que le habían crucificado y al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato y le dijeron: «Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: "A los tres días resucitaré." Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: "Resucitó de entre los muertos", y la última impostura sea peor que la primera». Pilato les dijo: «Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis»71. Los discípulos habían olvidado las profecías, en el momento que más falta les hacía, para superar la situación con fortaleza. Por el contrario, los enemigos de Jesús las conocían muy bien y actuaron conforme a ellas.

66

Mateo 24, 32-33 Lucas 12, 54-56 68 Lucas 18, 31-33 69 Lucas 18, 34 70 Lucas 2, 19 71 Mateo 27, 62-65 67

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El Día de Yahveh es un nuevo Sábado Santo en la historia de la Iglesia. Para que la historia no se repita no hay más remedio que estar atentos a ciertos signos de los tiempos, indicadores de esos momentos que se encuentran en la Sagrada Escritura. Es seguro que también ahora Jesús y la Virgen intentan explicarnos de mil maneras el significado de los textos Sagrados. Es cierto que muchos cristianos, desde los Tesalonicenses del tiempo de San Pablo hasta ciertas confesiones protestantes de nuestros días, han caído en actitudes desasosegadas o fatalistas, cuyo efecto real ha sido de cierto descrédito general sobre la materia, como en el famoso cuento de “Pedro y el lobo”. Pero, como ocurre también en el cuento, un día llega el lobo y se come a las ovejas. Así pues, para evitar un nuevo gran olvido en ese próximo Sábado Santo, conviene dar el marco adecuado al problema con una actitud serena que está a medio camino entre la despreocupación y la angustia, entre la indiferencia y el temor enfermizo. Sin duda Dios necesitará combatientes avisados para la batalla del Día de Yahveh. En ella, más que nunca se podrá comprobar que nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas72. Serán momentos en que se necesitará ser especialmente prudentes como serpientes73 ya que, de modo muy particular, los verdaderos cristianos estarán como ovejas en medio de lobos74. Y así se entiende que Dios guarde para sí las fechas concretas en que sucederán ciertos hechos significativos, pues, cuanto menos, es un conveniente silencio estratégico para dar la batalla al enemigo; y simultáneamente nos enseña a ser sencillos como palomas75 y confiados en sus manos providentes. Así pues, tenemos que sustituir la pregunta de cuándo serán los momentos, por la pregunta sobre cuáles serán sus señales indicadoras. Este es el modo adecuado de adentrarse en el conocimiento de la aparición del Día de Yahveh en la historia. A la luz de estos avisos será posible deducir posteriormente una cierta sucesión de acontecimientos del periodo, aunque no unas fechas concretas. Dios ha iluminado ampliamente nuestra necesidad de vigilar, a través de distintas profecías y, especialmente, en la propia Sagrada Escritura. Nuestro momento histórico de cultura católica, después de 2.000 años, se caracteriza por un gran desconocimiento general de la Sagrada Escritura. 72

Efesios 6, 12 Mateo 10, 16 74 Mateo 10, 16 75 Mateo 10, 16 73

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Es raro encontrar un fiel que haya leído completa la Biblia o que la medite con asiduidad. Por lo general, sólo se conoce escasa y fragmentariamente. De este modo el aceite76 de la Palabra de Dios no da luz a nuestro espíritu y la vigilancia se parece mucho a aquella de las cinco vírgenes necias. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite77. No llevaban combustible para mantener encendida su luz mucho tiempo. Estuvieron un cierto rato esperando al esposo de un modo insensato. Parecía que cumplían con su deber pero, en realidad, perdían el tiempo, se adormilaron y se durmieron78. Lógicamente, les pilló por sorpresa la hora del aviso. A media noche se oyó un grito: "¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!"79. Intentaron entonces resolver su carencia, pero no era cuestión que se pudiera resolver en un momento. Ya no hubo tiempo. El tiempo que antes habían dilapidado, con apariencia de bondad y entrega. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta80. De nada sirvió llamar. El novio les contestó: “En verdad os digo que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora”81. Las profecías de Dios tienen una razón de ser, contienen una luz y con ella una utilidad y una finalidad para nuestra salvación, ya que, de otro modo, simplemente no existirían. Jesús lo recalcaba con acentos trágicos a los más íntimos en la Ultima Cena: Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis82. No concederles importancia o despreciarlas es una necedad material y espiritual, que tiene algo de juego de ruleta rusa. Atender a ellas, por el contrario, es muestra de sensatez y cordura. Por tanto, conozcamos qué se ha dicho en la Sagrada Escritura sobre esos apasionantes momentos históricos. Como ya hemos dicho, Jesucristo mismo profetizó sobre ellos, por tanto los juzgó importantes, a pesar de que sucederían al menos veinte siglos después de su vida en ésta tierra. 2.2. Señales en la Sagrada Escritura anteriores al Apocalipsis Aunque el objeto de este libro es el Apocalipsis, es necesario mostrar algunas de las señales que hay anteriores en los demás libros de la Sagrada Escritura, con el fin de comprender que el Apocalipsis no es algo suelto, sino que forma una unidad con los demás libros sagrados y que 76

Mateo 25, 3 Mateo 25, 2-3 78 Mateo 25, 5 79 Mateo 25, 6 80 Mateo 25, 10 81 Mateo 25, 12-13 82 Juan 14, 29 77

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mutuamente se iluminan. De algún modo las señales de otros libros bíblicos, al ser previas al Apocalipsis, introducen y dan un marco a lo que en él se va a escribir. El Apocalipsis toma en ocasiones símbolos y figuras ya utilizados y los lleva más allá, completándolos con nuevos elementos, especialmente con símbolos de la época cristiana recientemente iniciada. Los libros previos de la Sagrada Escritura son como la melodía de una sinfonía que se toca con todos los instrumentos en el Apocalipsis. Por tanto, conocer este substrato previo, prepara la audición para que luego suene en nuestros oídos con riqueza de matices algo que ya resulta familiar y gusta enriquecer. De algún modo, las señales que da la Palabra de Dios sobre la llegada del Día de Yahveh son conocidas y citadas no sólo en los tratados de Teología, sino en muchas obras maestras de la literatura y la cultura universal. Santo Tomás de Aquino mencionó algunas de estas señales en su Tratado sobre los Novísimos83 en un breve epígrafe al hablar sobre el juicio final. Pero también Haendel al componer en el año 1742 el libreto del Oratorio sobre El Mesías, exclusivamente con citas de la Sagrada Escritura, las eligió con un continuo recuerdo hacia esos momentos, dando su música a los textos sagrados que recitan el Tenor, el Bajo, la Soprano o el Coro. Así dice Yahveh Sebaot: Dentro de muy poco tiempo sacudiré yo los cielos y la tierra, el mar y el suelo firme, y sacudiré a todas las naciones y vendrá el deseado de todas las naciones84 ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? Porque es él como fuego derretidor (...) Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata; y ofrecerán al Señor sacrificios con justicia.85 ¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria! ¿Quién es ese rey de gloria? Yahveh, el fuerte, el valiente, Yahveh, valiente en la batalla. ¿Quién es ese rey de gloria? Yahveh Sebaot, él es el rey de gloria86. ¿Por qué se agitan las naciones, y los pueblos mascullan planes vanos? Se yerguen los reyes de la tierra, los caudillos conspiran aliados contra Yahveh y contra su Ungido: «¡Rompamos sus coyundas, sacudámonos su yugo!» El que se sienta en los cielos se sonríe, Yahveh se burla de ellos.(...) Con cetro de hierro, los quebrantarás, los quebrarás como vaso de alfarero87. Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?88.

83

Suplemento Summa Teológica q. 73-74 Ageo 2, 6-7 85 Malaquías 3, 2-3 86 Salmo 24, 7-10 87 Salmo 2, 1-4 y 9 88 Romanos 8, 31. 84

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Como regla general todos los textos proféticos son más susceptibles de ser comprendidos, conforme el tiempo de su realización se acerca. En pura lógica, el entorno histórico y social del momento en que se cumple una profecía se ajusta exactamente a ella. Esto no significa que todos consigan entender las profecías a tiempo. Ya ocurrió así en los tiempos de nuestro Señor con la mayoría del pueblo judío y, especialmente, con su clase dirigente y culta. Rigurosamente hablando, es innegable que hoy estamos más cerca del cumplimiento de las profecías sobre el Día de Yahveh que en tiempos antiguos de Israel o de la primitiva cristiandad. Los momentos históricos anteriores contendrán las semillas que facilitan y provocan su llegada. Por tanto, nuestros días contienen mayor claridad que cualquier tiempo más antiguo para entender si se avecina la consumación del Día de Yahveh en la historia. En general, las señales sobre el Día de Yahveh están desperdigadas aquí y allá en la Sagrada Escritura y hay que hacer un esfuerzo, como Haendel, para ponerlas conexas de modo que se vea el conjunto. En esta tarea es necesario tener en cuenta los diversos sentidos que un mismo texto puede tener en la Sagrada Escritura. En ocasiones, la comprensión literal, es primaria y evidente. Así, por ejemplo, cuando en el discurso escatológico89, nuestro Señor dice que aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre90. En otras ocasiones la cuestión requiere un mayor esfuerzo de asociación, como cuando Jesús hace ver que la profecía de Daniel sobre la abominación de la desolación91 que parecía ya cumplida en tiempos de Antíoco Epifanes, tendrá otro momento de cumplimiento en ese periodo de la historia. Por último, hay señales que se pueden deducir a partir de situaciones semejantes en la historia de la Salvación que son modelo o tipo de lo que ocurrirá más tarde. Por ejemplo, la época del Exodo es la transición entre una situación de esclavitud y la libertad del Pueblo elegido, mientras que el Día de Yahveh es también un periodo de tránsito hacia nuestra liberación92, por ello, en éste periodo es de esperar muchas semejanzas con los avatares pasados en la salida de Egipto. De hecho, cuando San Pablo recuerda a los Corintios los hechos que vivieron los hebreos en esas circunstancias históricas concluye que todo esto que les sucedió (...) fue escrito para instruir a los que vendrían en los últimos tiempos93.

89

Mateo 24; Marcos 13. Mateo 24, 30. 91 Daniel 9, 27. 92 Lucas 21, 28 93 1 Corintios 10, 11 90

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2.2.1. Fenómenos naturales El primer grupo de señales es el relativo a los fenómenos naturales que acompañarán el Día de Yahveh, porque la creación, sirviéndote a ti, su Hacedor, se embravece para castigo de los inicuos94. Inicialmente, la Sagrada Escritura cita en la Tierra grandes terremotos95 en varias partes del planeta, incluido un gran terremoto en el suelo de Israel96. En términos sismológicos modernos un terremoto es importante cuando alcanza magnitud 7.0 en la escala de Richter y un gran terremoto cuando supera 8.0. Entre 1900 y 1995 la media anual de los primeros es de 18 por año en todo el mundo y 1 por año de los segundos. Sin embargo entre 1970 y 1995 sólo tres años han superado el valor medio (1970, 1971 y 1992) por lo que, en principio no parece que el número de grandes terremotos haya aumentado en nuestro tiempo. Sin embargo los daños de un terremoto dependen no solo de la intensidad del movimiento sino también del lugar en que ocurra, de la densidad de población, del tipo de construcciones y hasta de la hora en que se produzca. Entre los diversos tipos de desastres naturales, es sabido que los daños producidos por terremotos, son los que más tardan en repararse. La Sagrada Escritura no dice que aumentará el número de terremotos sino que más bien parece referirse a la intensidad, que superará lo conocido, y a sus efectos devastadores sobre grandes zonas habitadas. Y un violento terremoto, como no lo hubo desde que existen hombres sobre la tierra, un terremoto tan violento. La Gran Ciudad se abrió en tres partes, y las ciudades de las naciones se desplomaron; y Dios se acordó de la Gran Babilonia para darle la copa del vino del furor de su cólera97. En relación con estos desastres, San Lucas habla de que las gentes quedarán perplejas por el estruendo del mar y de las olas98. Es conocida la asociación que existe entre terremotos y grandes olas, denominadas tsunamis, que devastan especialmente las costas. El profeta Jeremías precisa que Babilonia quedó cubierta por el tropel de sus olas y vinieron a quedar sus ciudades devastadas99. Más adelante el Apocalipsis dará 94

Sabiduría 16, 24 Lucas 21,11 96 Ezequiel 38,19; 97 Apocalipsis 16, 18-19 98 Lucas 21, 25. 99 Jeremías 51, 42-43 y 55 95

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nuevas pistas sobre la identificación de Babilonia en los tiempos del día de Yahveh. No hay que olvidar que el Día de Yahveh será tiempo de tribulación para la Iglesia. En el evangelio hay un episodio relativo a una calamidad natural, que siempre se interpreta unido a las dificultades de la barca de Pedro. De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por las olas100. El episodio, que tiene la connotación de que Nuestro Señor recriminó ¿por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?101, termina con la pasmosa conclusión de que hasta los vientos y el mar le obedecen102. Por ello, no extrañaría que en esos tiempos se desencadenasen con más frecuencia de lo normal, tormentas y ciclones con las lógicas secuelas de inundaciones asociadas. En este sentido, el profeta Isaías asegura que barrerá el granizo el refugio de mentira y las aguas inundarán el escondite103. No obstante, este fenómeno siempre se restringirá a áreas localizadas porque después del diluvio Dios prometió a Noé que no volverá nunca más a ser aniquilada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra104. Quizá San Pedro y el profeta Isaías aluden a esta promesa divina cuando escribe que los cielos y la tierra presentes (...) están reservados para el fuego105, pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria106. Pero en los tiempos en que se acerca ese momento de esa transformación en nuevos cielos y nueva tierra107, en otras partes del mundo ocurrirán sequías prolongadas. El profeta Ezequiel tiene una visión sobre una tierra que no ha tenido lluvia ni inundación en el día de la Ira108. Con frecuencia en la Biblia, el castigo de la impiedad es la falta de lluvia. Salomón al dedicar el Templo de Jerusalén a Dios ora diciendo que cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia porque pecaron contra ti, si oran en este lugar (...) envía lluvia sobre tu tierra109. El profeta Elías dijo al impío rey Ajab que no habrá estos años rocío ni lluvia más que cuando mi boca lo diga110. Por el Apocalipsis sabemos que los dos testigos que aparecerán

100

Mateo 8, 24 Mateo 8, 26 102 Mateo 8, 27 103 Isaías 28, 17 104 Génesis 9, 11 105 II Pedro 3, 7 106 Isaías 65, 17 107 II Pedro 3, 13 108 Ezequiel 22, 24 109 I Reyes 8, 35-36 110 I Reyes 17, 1 101

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durante los años finales del Día de Yahveh, también tienen poder de cerrar el cielo para que no llueva los días en que profeticen111. Dentro del grupo de señales naturales hay un segundo tipo de fenómenos que están relacionados con los astros del firmamento y nuestro planeta. Por una parte, el Sol disminuirá su luz y con él, el brillo de la Luna. Así el profeta Isaías señala que el Día de Yahveh viene implacable (...) cuando las estrellas del cielo y la constelación de Orión no alumbren ya, esté oscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna112. Por su parte, el libro de Joel menciona que el sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de Yahveh113. Los evangelios de San Mateo y San Marcos narran que el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor114, mientras que San Lucas transcribe como palabras del Señor que habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas115. Pero, por otro lado, también Jesús menciona que las estrellas, en plural, caerán del cielo116 y se sobreentiende que será sobre la Tierra. El fenómeno que dio fin a la existencia de los dinosaurios sobre la Tierra, parece que, en cierta medida, puede volver a repetirse dentro del Día de Yahveh. Curiosamente, desde finales de los años 80, los geólogos han descubierto las evidencias del impacto de grandes meteoritos en la Tierra. Más adelante han comprobado que en distintas épocas se ha repetido esa catástrofe con más o menos intensidad. Hoy las agencias espaciales, la prensa científica y la industria cinematográfica se encargan de explicarnos que nada tiene de improbable un cataclismo de este tipo, y de describir sus efectos con todo lujo de detalles. Si ocurriera, el polvo resultante podría llegar a oscurecer el sol, la luna y las estrellas por un cierto tiempo y, si el impacto es en el mar, se producirían olas como nunca antes ha visto el hombre.

111

Apocalipsis 11, 6 Isaías 13, 9-10. 113 Joel 3,4. Ver también 2,10 y 4,15. 114 Mateo 24, 29; Marcos 13,24 115 Lucas 21, 25. 116 Mateo 24, 29.; Marcos 13, 25. 112

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2.2.2. Ambiente social. 2.2.2.1. Epocas históricas que sirven de modelo Un segundo grupo de señales son las relativas a la descripción del ambiente social, que reinará en los tiempos del Día de Yahveh. Estas señales son especialmente abundantes y describen en conjunto una época de decadencia moral cuya degradación será la mayor conocida en la historia. Cuando Jesús se refiere a ella la compara con dos momentos históricos anteriores terribles: el que desembocó en el diluvio117 y el que destruyó Sodoma118. Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos119. En el texto de San Mateo, se subraya que los hombres, ocupados en sus quehaceres, no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos120. La descripción del Génesis sobre aquellos momentos tiene mucho de actual. La maldad del hombre cundía en la tierra, y todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro mal de continuo121. También ahora asistimos a una globalización del mal. Los promotores de vicio y corrupción tienen planes globales, usan herramientas de difusión mundial, y no descansan en idear nuevos modos de hacer llegar la perversión hasta el último rincón. La tierra estaba corrompida en la presencia de Dios: la tierra se llenó de violencias. Dios miró a la tierra, y he aquí que estaba viciada, porque toda carne tenía una conducta viciosa sobre la tierra122. Sodoma y Gomorra eran ciudades envidiables de la vega del Jordán, toda ella de regadío, como el jardín de Yahveh123. Sin embargo su situación moral también se degradó hasta la brutalidad, y con un descaro tal que muestran sus pecados en vez de esconderlos124, hasta el punto que Dios no encontró allí 10 justos125 para evitar el castigo: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día que salió Lot de Sodoma, Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se 117

Mateo 24, 38-39, Lucas 17, 27; II Pedro 2, 5. Lucas 17, 28-29; II Pedro 2, 6; Judas 0, 7. 119 Lucas 17, 26-27 120 Mateo 24, 38-39 121 Génesis 6, 5. 122 Génesis 6, 11-12 123 Génesis 13, 10 124 Isaías 3, 9 125 Génesis 18, 32 118

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manifieste126 El castigo fue de tal magnitud que al finalizar, Abraham dirigió la vista en dirección de Sodoma y Gomorra y de toda la región de la redonda, miró, y he aquí que subía una humareda de la tierra cual la de una fogata127. Azufre, sal, calcinación es su tierra entera; no se sembrará ni germinará ni hierba alguna crecerá en ella128. En los dos casos se dan semejanzas y diferencias. Entre las semejanzas están el habituarse de la sociedad ante la situación de mal comían, bebían, compraban, vendían,...129 -, la sorpresa con que llega el castigo para los hombres, el exterminio de la mayoría de los habitantes y la salvación de un resto de justos. Las diferencias, por el contrario, están en el modo en que se ejecuta el castigo. En el caso del diluvio el castigo es por agua, mientras que en Sodoma y Gomorra es por fuego. ¿Cuál de los dos será el modo reservado al castigo del Día de Yahveh? Al terminar el diluvio Dios prometió a Noé no volver a herir a todo ser viviente como lo he hecho130. Establezco mi alianza con vosotros, y no volverá nunca más a ser aniquilada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra131. Por tanto, un nuevo castigo no será por agua, ni tan exterminador para los hombres como en el caso del diluvio. Por el contrario hay muchas citas en la Sagrada Escritura que apuntan a un castigo por fuego. El profeta Isaías precisa que Babilonia -de la que más tarde hablará el Apocalipsis - la flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea, será semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios132. También San Pedro enseña el paralelismo y la trascendencia futura de la situación inmoral que se vivió en aquellas dos ciudades que Dios condenó a la destrucción (...), reduciéndolas a cenizas, poniéndolas como ejemplo para los que en el futuro vivirían impíamente133. San Pablo da multitud de detalles acerca del perfil moral de la mayoría de los hombres del periodo del Día de Yahveh. Los hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes a los padres, ingratos, irreligiosos, desnaturalizados, implacables, calumniadores, disolutos, despiadados, enemigos del bien, traidores, temerarios, infatuados (endiosados, engreídos), más amantes de los 126

Lucas 17, 28-30. Génesis 19, 28 128 Deuteronomio 29, 22. 129 Lucas 17, 28 130 Génesis 8, 21 131 Génesis 9, 11 132 Isaías 13, 19 133 II Pedro 2, 5-6 127

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placeres que de Dios, que tendrán la apariencia de piedad, pero desmentirán su eficacia (la de la piedad)134. El apóstol San Judas Tadeo, primo del Señor, añade algunos adjetivos semejantes: Hombres sarcásticos que vivirán según sus propias pasiones impías. Estos son los que crean divisiones, viven una vida sólo natural sin tener el espíritu135. San Pedro corrobora las descripciones anteriores y añade el matiz de su actitud arrogante ante los avisos de Dios: Hombres llenos de sarcasmo, guiados por sus propias pasiones, que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de la creación». Porque ignoran intencionadamente que hace tiempo existieron unos cielos y también una tierra surgida del agua y establecida entre las aguas por la Palabra de Dios, y que, por esto, el mundo de entonces pereció inundado por las aguas del diluvio136.

2.2.2.2. Ataque a la institución familiar y la vida Las características de los hombres anteriores pueden referirse a muchas épocas históricas de los últimos 20 siglos. Sin embargo, hay un rasgo en estas descripciones proféticas que es ciertamente específico de nuestro tiempo y que quizá lo señalan. Es evidente que siempre ha habido hombres egoístas, soberbios, y avaros, pero San Pablo señala además a la familia como institución atacada cuando pone en los hombres de ese tiempo la característica de rebeldes a los padres. En pocos momentos históricos como en los actuales ha habido un esfuerzo tan intenso a escala mundial por vaciar de contenido la institución familiar. La extensión universal de las leyes civiles de divorcio es específica de la segunda mitad del siglo XX. Jesús explicó que Moisés dio una ley del divorcio a los israelitas, por la dureza de vuestro corazón137 y concluyó que lo que Dios unió, no lo separe el hombre138. De aquí se deduce que nunca como ahora se ha endurecido el corazón del hombre, hasta el extremo que ya comienza el reconocimiento de derechos matrimoniales a las parejas de homosexuales en muchos países. 134

II Timoteo 3, 1-5 Judas 0, 17. 136 II Pedro 3, 2-6. 137 Marcos 10, 5 138 Marcos 10, 9 135

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Lo mismo puede decirse de la institucionalización social del aborto, promovida con verdadero sarcasmo, cuyas consecuencias mortales hoy son ya las más importantes numéricamente en la historia del hombre desde sus orígenes. Los esfuerzos para instaurar la eutanasia son la extensión natural de una degradación del valor de la vida y de la familia como su primer garante. Este es un cumplimiento bastante exacto de lo que San Pablo describía como hombres rebeldes a los padres, desnaturalizados e implacables139. 2.2.2.3. Enfriamiento de la fe y la apostasía. Otra característica del ambiente social del Día de Yahveh según la Sagrada Escritura es la apostasía, es decir, cristianos que abandonan de hecho su fe, y estamos hablando de la fe católica. San Pablo tuvo que aclarar a los Tesalonicenses que el día de la segunda Venida del Señor no era aún cercano en aquellos momentos en los que hablaba. Para ello argumentó que primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición140. La apostasía parece un hecho generalizado, preparatorio de la aparición del Anticristo, de quien más adelante veremos las abundantes señales que lo describen. La apostasía, que San Pablo predice, no se produce por una persecución sanguinaria, al menos inicialmente, sino por un ambiente de hombres irreligiosos, más amantes de los placeres que de Dios141, que viven una vida sólo natural sin tener el espíritu142. En nuestros términos modernos, diríamos que sería una pérdida de la fe, debida a los halagos del materialismo. El ambiente materialista predicho no sólo seduce a la periferia de los cristianos sino que se introducirá en el núcleo practicante, desnaturalizándolo a través de fieles que tendrán la apariencia de piedad, pero desmentirán (con su vida infructuosa) su eficacia143 Quizá serán estos los que dice San Judas que crean divisiones144 y los que señala San Pedro que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de la creación»145. O simplemente les parece que Dios es lejano, indiferente o ajeno a la historia del hombre y, como dice Sofonías, piensan: ¡Total, 139

II Timoteo 3, 4 II Tesalonicenses 2,3. 141 II Timoteo 3, 4-5 142 Judas 0, 17. 143 II Timoteo 3, 1-5 144 Judas 0, 17. 145 II Pedro 3, 2-6. 140

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Yahveh no hace ni bien ni mal!146. De un modo u otro, el resultado será entonces una disminución importante de los que viven bajo los principios cristianos y que una parte importante de los que mantengan la “etiqueta” lo será bajo un contenido edulcorado, manifiesto principalmente en la falta de frutos buenos. De nuevo, alerta nuestro Señor: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Así que por sus frutos los reconoceréis147. El fenómeno de la apostasía irá en aumento a lo largo del Día de Yahveh. Jesús dice que al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará148. Ya hemos visto que el enfriamiento del amor penetrará hasta la misma institución familiar, que tiene su origen en el amor. Y el concepto de institución familiar es extensible también a las instituciones eclesiales que incluyen ese aspecto dentro de su modo organizativo. Por tanto, será un proceso de progresiva pérdida de los frutos que arrojaba el mandamiento nuevo149 y, por tanto, de disminución de vocaciones para estas familias de la Iglesia y del número de seguidores de la fe cristiana inalterada. Como en toda evolución gradual, fácilmente ocurrirá una familiarización con el fenómeno, asociado a una pérdida de la sensibilidad sobre la magnitud del hecho mismo. Algo semejante sucede a los pasajeros de un tren, que sólo perciben la velocidad a la que van cuando miran fuera por la ventanilla o sufren un brusco frenazo. La cúspide de este proceso será la aparición del hombre impío, el hijo de perdición150, y desembocará en un periodo final de contraste inevitable y persecución virulenta en que os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre151 hasta el punto que Jesús mismo llegó a preguntarse si cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?152.

146

Sofonías 1,12 Mateo 7, 15-17 y 20 148 Mateo 24, 12 149 Juan 13,34 150 II Tesalonicenses 2, 3. 151 Mateo 24, 9 152 Lucas 18, 8 147

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2.2.2.4. Predicación del Evangelio en todas las naciones. Otra de las señales que la Sagrada Escritura menciona sobre el ambiente social del Día de Yahveh es una predicación del Evangelio extensa e intensa: se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones153. También durante los difíciles tiempos del Día de Yahveh, debe cumplirse uno de los principios de la economía divina: donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia154. Por ello, si el mal alcanza proporciones mundiales, el antídoto deberá hacerlo igualmente. Este proceso de siembra del bien, paralelo al de la apostasía, también parece que será gradual, aunque de signo opuesto. En los momentos actuales la sana doctrina, directamente predicada por los labios del Papa, ha sido oída en la mayor parte de las naciones de la tierra por multitud de personas, de todo credo y condición. Este es otro fenómeno que tampoco antes había ocurrido en los veinte siglos de historia de la Iglesia. Pero, por alguna razón que luego veremos, el Papa parece que no podrá seguir actuando así cuando crezca más la apostasía. Más tarde, podríamos decir que en condiciones de mayor apostasía, Dios tendrá que enviar al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible155 para continuar la necesaria evangelización. El libro Segundo de los Reyes narra cómo Elías fue arrebatado al cielo en un carro de fuego156. Posteriormente, está presente con Moisés en la Transfiguración del Señor, en el monte Tabor, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén157. Los discípulos conocían los designios de las Escrituras sobre la futura misión de Elías y le preguntaron a Jesús: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?» Respondió él: «Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo158. Y además les explicó lo que el ángel Gabriel159 había dicho a Zacarías sobre el Precursor: que iría delante de él con el espíritu y el poder de Elías160. Lo que resta en el futuro a la misión de Elías está marcada en los reproches futuros, para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob161. Él hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no 153

Mateo 24,14; Marcos 13, 10 Romanos 5, 20. 155 Malaquías 3, 23 156 II Reyes 2, 11. 157 Lucas 9, 31. 158 Mateo 17, 10-11 159 Lucas 1, 19 160 Lucas 1, 16 161 Eclesiástico 48, 10. 154

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sea que venga yo a herir la tierra de anatema162. Así pues, cuando se dé su predicación tendrá un acento especial en la reconstrucción de la familia como pieza clave de la vuelta del mundo hacia Dios. Elías no estará entonces sólo en su tarea. También la Sagrada Escritura enseña que Henoc agradó al Señor, y fue arrebatado, ejemplo de penitencia para las generaciones163. El apóstol San Judas dice hablando sobre los hombres del fin de los tiempos que Henoc, el séptimo después de Adán, profetizó ya sobre ellos: «Mirad, el Señor ha venido con sus santas miríadas para realizar el juicio contra todos y dejar convictos a todos los impíos de todas las obras de impiedad que realizaron y de todas las palabras duras que hablaron contra él los pecadores impíos»164. En este caso, su predicación tendrá un fuerte componente para mover a la conversión a través de la penitencia. Más adelante veremos que el Apocalipsis da otros datos sobre la misión de Elías y Henoc y sus resultados. Con ellos es muy probable que otros muchos buenos cristianos prediquen, con la palabra y el ejemplo, de modo que se contraponga de nuevo un proporcionado testimonio al de los abundantes falsos profetas de ese tiempo. Al frente de los esfuerzos de todos estos testigos, en aquel tiempo se levantará Miguel, el gran jefe que defiende a los hijos de tu pueblo165. El Apocalipsis166 también muestra a éste Arcángel al frente del ejército que vence al Dragón. Por eso en esos tiempos será muy conveniente la devoción a este Arcángel para volver a “defendernos en la batalla y (...) lanzar al infierno a Satanás y a todos los malignos espíritus que andan por el mundo para la perdición de las almas”167

2.2.2.5. Abundancia de profetas buenos y malos Otra de las señales predichas del ambiente social del Día de Yahveh es la abundancia de profetas buenos y malos. De nuevo, ésta dualidad muestra el anterior principio de economía de la gracia que enseñaba San Pablo. Empezaré por los rasgos que se dan de los falsos profetas de los que el mismo Jesús avisa que surgirán muchos falsos profetas, que engañarán

162

Malaquías 3, 24. Eclesiástico 44,16 164 Judas 0, 14-15. 165 Daniel 12, 1. 166 Apocalipsis 12, 7 167 De la Oración a San Miguel al final de la Misa. 163

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a muchos168. Es innegable que una de las facetas que está llegando a definir el ambiente de nuestra época es un florecer del negocio mágico y profético a través de videntes, adivinos, lectores de cartas, etc. que ofrecen sus servicios públicamente a cualquier incauto a través de la prensa, radio, televisión y toda clase de chiringuitos. Pero también dice Nuestro Señor que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces169. En este modo de proceder es posible ver otros fenómenos específicos de nuestra época como el florecimiento de sectas, cuyo estilo es directamente robar las ovejas más flacas, menos formadas del rebaño de Cristo. También es el estilo del sincretismo naturalista y enigmático que propone el movimiento Nueva Era (New Age) que se considera la superación histórica de las religiones anteriores. Sus seguidores ya se cuentan por cientos de millones. No hay tienda de discos, librería o vídeo club de moda sin un stock importante de títulos promovidos por sus seguidores. El hecho de que estos nuevos falsos profetas resulten un buen negocio, indica que la clientela es abundante. Quizá la misma abundante clientela que ahora pierde la verdadera fe, por el fenómeno de la apostasía. Sin embargo como el proceso es gradual, tras una primera fase de introducción, podríamos decir, dirigida al gran mercado, surgirán falsos cristos y falsos profetas y realizarán señales y prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible, a los elegidos170. Lógicamente hay que pensar que para engañar a los elegidos, las señales y prodigios vendrán imbuidas de elementos sagrados creíbles tales como estigmas, éxtasis, mensajes del otro mundo, curaciones, vidas austeras, interés por los necesitados, personajes con aureola sagrada, etc., que vendrán (...) usurpando mi nombre y diciendo: "Yo soy el Cristo", y engañarán a muchos171. Ante esta situación es conveniente tener criterios para el discernimiento personal porque sólo el que persevere hasta el fin, ése se salvará172. Más adelante veremos algunos hechos históricos anunciados que facilitarán este discernimiento, pero hablando en términos genéricos, Jesús ya previene que entonces, si alguno os dice: "Mirad, el Cristo está aquí o allí, no lo creáis. (...) Así que si os dicen: "Está en el desierto", no salgáis; "Está en los aposentos", no lo creáis173. Sin duda esto se refiere también a manifestaciones del Anticristo y sus apóstoles-secuaces y para 168

Mateo 24, 11 Mateo 7, 15 170 Mateo 24,24; Marcos 13, 22 171 Mateo 24, 5. 172 Mateo 24,13. 173 Mateo 24, 23 y 26. 169

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nadie es ya un secreto que ya ocurre lo que literalmente dice la cita anterior del Evangelio de San Mateo, desde mediados de la década de los años 80, aunque todavía en reuniones limitadas. Además Jesús advierte de que ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas174. El estilo de los halagos y la vida fácil es contrario a la cruz que todo cristiano debe cargar para seguir a Jesús. Por otro lado, San Juan en su primera carta señala que podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios; ese es el del Anticristo175. Pero es San Pablo quién da la razón última de este poder seductor maligno y, con ella, un buen antídoto para no quedar atrapado en estas falacias. La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos, y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado176. La clave está en el amor a la verdad que debe ser intachable. La verdad no admite concesiones. Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno177. Aquí podría decirse que está la raíz del mal de nuestra época. Mantiene las apariencias, pero desvirtúa los contenidos. Si es necesario, tuerce el lenguaje. En nombre de la libertad, establece sus cadenas. Identifica verdad con ley humana. Llama amor al libertinaje. Introduce la cultura de la muerte a través de la compasión. Sustituye caridad, por solidaridad. Sólo mide el éxito en dinero. Desnaturaliza la economía real con la economía financiera que confunde la rentabilidad con la plusvalía. No busca conocer al Creador con la ciencia, sino conseguir un poder que le permita decir, “somos dioses”. Está ávida de trascendencia, pero que no quiere oír hablar de un Dios personal. Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira, para que sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad178. Para contrarrestar el efecto seductor de los falsos profetas, simultáneamente la Sagrada Escritura a través del profeta Joel muestra un fenómeno paralelo semejante pero de signo contrario pues Yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, 174

Lucas 6, 26. I Juan 4, 2-3. 176 II Tesalonicenses 2, 9-10 177 Mateo 5,37. 178 II Tesalonicenses 2, 11-12 175

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vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días179. Efectivamente, también se puede decir que en las dos últimas décadas de nuestro siglo se ha propagado como nunca antes en la historia el fenómeno de las apariciones de la Virgen. De nuevo, casi se puede decir que no hay nación en la que no se hayan dado éste fenómeno con carácter público. Incontables milagros del cuerpo y del alma son los frutos que avalan la mayor parte de estas manifestaciones. Y, sin embargo, lo que más llama la atención no es que Nuestra Madre se aparezca. Esto ha ocurrido en todas las épocas de la historia, como dan fe miles de santuarios y advocaciones marianas esparcidos por todo el mundo, cada uno con su historia peculiar. Lo que resulta más característico de ésta época es la propia avalancha de apariciones, con fondo común en sus mensajes de maternal advertencia ante el olvido generalizado de las Leyes de Dios y, en consecuencia, una llamada a la conversión y el arrepentimiento. Podría decirse que es un mensaje en línea con las señales y advertencias de la Sagrada Escritura para el Día de Yahveh. Más adelante veremos en el Apocalipsis claramente expuesta la lucha que se entabla entre la Mujer y el Dragón en el Día de Yahveh.

2.2.2.6. Temores, terrorismo, hambre y peste. Para terminar este rápido resumen de señales relativas al ambiente social, pueden citarse algunas sorprendentes, como cuando el profeta Isaías dice que cada cual se asusta de su prójimo180. Efectivamente, quizá nunca como en nuestro tiempo haya habido tanto gasto en seguridad. Compañías de vigilancia, guardaespaldas, detectores de metales, puertas blindadas, y un largo etcétera forman parte del paisaje ordinario del final del siglo XX. Asimismo dice Jesús que habrá guerras y rumores de guerras181 que quizá no define sólo a nuestra época, pero añade el término revoluciones182 que señala más claramente nuestro tiempo porque, desde la Revolución francesa, la guerra-revolución es un tipo de contienda que ha asolado el mundo. Esta modalidad ha sido usada especialmente para extender la ideología marxista, que ha sembrado y sigue sembrando, a lo largo de este 179

Joel 3, 1-2. Isaías 13, 8. 181 Mateo 24,6; Marcos 13,7; 182 Lucas 21,9 180

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siglo, el mundo de dolor. Una modalidad o subproducto muy específico de nuestros días de la guerra-revolución es el terrorismo, del que casi puede decirse que ningún país de la tierra se libra. También dice Jesús que habrá hambre en diversos lugares183, y, de nuevo, éste aspecto no sólo señala a nuestra época, pero es innegable que la extensión e intensidad de las hambrunas de la segunda mitad del siglo XX no se habían conocido en la historia. El término tercer mundo, que se acuñó en los años 60, engloba a tres cuartas partes de la humanidad definidas por su pobreza material. Por otra parte, la falta de solidez real de la economía financiera, en la que se apoya hoy el primer mundo, aún puede hacer extender el hambre a lugares que hasta ahora han sido ricos. De algún modo el fenómeno del paro en las sociedades opulentas occidentales, es un aviso de ésta posible situación. Nuestro Señor, por último, también cita la peste184 como una característica del ambiente social de aquellos días. Es cierto que en nuestro tiempo se ha alcanzado una esperanza de vida mayor que en otras épocas en muchos lugares de la Tierra. Pero también es cierto que la vulnerabilidad a enfermedades erradicadas vuelve a aparecer, así como otras desconocidas hasta ahora. Por otro lado, además de las tradicionales epidemias de la humanidad, en nuestros días ha aparecido una nueva con especial virulencia, no limitada a un clima o región de la tierra, extendida en pocos años por toda la tierra. Esta nueva peste, inevitablemente recuerda aquel texto del libro de la Sabiduría: para que aprendiesen que, por donde uno peca, por allí es castigado185. En efecto, su difusión está ligada principalmente a conductas contrarias a la Ley de Dios de hombres disolutos, más amantes de los placeres que de Dios186, que viven según sus propias pasiones impías187 .

183

Mateo 24, 7 Lucas 21, 11. 185 Sabiduría 11, 16 186 II Timoteo 3, 1-5 187 Judas 0, 17. 184

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2.2.3. Aparición del Anticristo A pesar de las importantes señales anteriores, descriptivas del ambiente social y de la hostilidad de la naturaleza, Nuestro Señor pide que ¡no os alarméis!188, no sólo porque esa actitud es pueril sino porque serán sólo el comienzo de los dolores del alumbramiento189 del Día del Señor. El parto en sí, requerirá dolores mayores, que no son otros que la aparición del Anticristo190: el hombre impío, el hijo de perdición191. El reciente Catecismo de la Iglesia Católica, del año 1992, señala que antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de muchos creyentes. La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra desvelará el “Misterio de iniquidad” bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la del seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne192. Sobre este triste personaje, la Sagrada Escritura traza un perfil detallado, que luego quedará completado en el Apocalipsis. El desarrollo histórico de su reinado está resumido en el libro de Daniel. El concertará con muchos una firme alianza una semana; y en media semana hará cesar el sacrificio y la oblación, y en el ala del Templo estará la abominación de la desolación, hasta que la ruina decretada se derrame sobre el desolador193. En esta famosa profecía, en que al profeta Daniel se le revelan que setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa para poner fin a la rebeldía194, cada día es un año. De este modo los judíos pudieron conocer el tiempo en que nacería el Mesías. Si se mantiene la misma analogía de un año por día, el reinado del Anticristo parece que podría durar 7 años, de los cuales sólo en la segunda mitad se manifestaría abiertamente su maldad, que terminará con la victoria de Jesucristo y con ella la aparición de la época denominada Día del Señor.

188

Mateo 24, 6; Marcos 13, 7. Marcos 13, 8. 190 I Juan 2, 18; 2, 22; II Juan 0, 7. 191 II Tesalonicenses 2, 3. 192 Catecismo de la Iglesia Católica, nº. 675 193 Daniel 9, 27 194 Daniel 9, 24 189

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2.2.3.1. El que lo retiene La llegada del Anticristo está retenida por alguien que San Pablo da por conocido: Vosotros sabéis qué es lo que ahora le retiene, para que se manifieste en su momento oportuno. Porque el ministerio de la impiedad ya está actuando. Tan sólo conque sea quitado de en medio el que ahora le retiene, entonces se manifestará el Impío195. Aunque San Pablo no descubre quién es el que impide la aparición del Impío, es claro que el Papa es la piedra196 segura sobre la que Jesucristo edificó su Iglesia y al que dio el encargo de apacentar sus corderos197 y sus ovejas198. En consecuencia, este texto de San Pablo parece apuntar a que el Papa que reine en esa época debe ser apartado de su trono para que aparezca el Anticristo. Esto debe ser compatible con la promesa de Jesús de que las puertas del Hades no prevalecerán contra ella199, es decir, contra la Iglesia. Así pues, en esos días parece que la barca de la Iglesia, por algún tiempo presumiblemente corto, deberá navegar sin patrón, como en aquella tempestad en que Jesús se acercó a la barca de los apóstoles caminando sobre las aguas. El príncipe de los apóstoles dudó y pidió una prueba. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!» Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?» Subieron a la barca y amainó el viento200. En el mismo sentido el profeta Zacarías añade otra señal, que Jesús aplica en el discurso de la Ultima Cena201, al inminente momento de su Pasión pero que, en origen, Zacarías asigna su cumplimiento durante el Día de Yahveh. ¡Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeños! Y sucederá en toda esta tierra - oráculo de Yahveh - que dos tercios serán en ella exterminados (perecerán) y el otro tercio quedará en ella202. Posiblemente, con esta auto-referencia Jesús quería señalar primeramente un cierto paralelismo entre su Pasión y la que sufriría la Iglesia durante el día de Yahveh, ya que la Iglesia debe seguir los pasos de la vida de su Maestro. Pero por tratarse originariamente de una profecía para el día de Yahveh, además, contiene un anuncio para el Papa 195

II Tesalonicenses 2, 6-8 Mateo 16, 18. 197 Juan 21, 15. 198 Juan 21, 16-17 199 Mateo 16, 18 200 Mateo 14, 29-32 201 Mateo 26,31; Marcos 14, 27 202 Zacarías 13, 7-8 196

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que reine inmediatamente antes de la llegada del Anticristo, que implica un ataque a su persona con la finalidad de dispersar las ovejas que están unidas a él y embestir contra los más débiles en la fe. También en la Pasión del Señor hubo una conjura, planeada con tiempo, para ejecutar la “herida” que finalmente acabó Jesús. En principio, la acción debía ser llevada a cabo a escondidas, sin el estruendo que luego se produjo; decían (...): «Durante la fiesta no, para que no haya alboroto en el pueblo.»203. Y si aquellos hechos son modelo de los del día de Yahveh, habría que pensar también en una conjura con apoyo final dentro del entorno cercano al Papa, tipo Judas Iscariote. Posiblemente, San Juan en su primera epístola ya avisa de estos acontecimientos cuando cita que los precursores del Anticristo salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros204. Sin embargo, la profecía de Zacarías no dice que se mate al Pastor, sino que se le hiere. La diferencia entre ambas acciones es sustancial y sirve para distinguir la situación de Jesús, de la que sufrirá el Pastor del día de Yahveh. En el caso de Jesús el objetivo era claramente la muerte: y resolvieron prender a Jesús con engaño y darle muerte205. Sin embargo, en la época del día de Yahveh la muerte parece que no produciría la dispersión de las ovejas buscada por la conjura, pues ya se ha dado la experiencia de 2000 años en que la elección de un nuevo Papa acaba pronto con la ausencia del Pastor fallecido. Por tanto, la herida que puede producir dispersión en las ovejas debe ser moral más que física. La herida debe contener un elemento que pueda remover la piedra206 que le retiene207, es decir, poner en duda y destruir el Magisterio del Pastor, que ha hablado abiertamente ante todo el mundo208. Hay muchos posibles escenarios que pueden ajustarse a estas premisas básicas. El lector puede imaginar los suyos. Un ejemplo, podría ser una dimisión del Papa obtenida en condiciones tales que pudieran ser tergiversadas como abandono de la propia labor pastoral. Esto sería suficiente para retorcer con motivo aparente la doctrina sostenida por él, y consecuentemente abrir la puerta del aprisco de modo que el lobo hace presa en ellas y las dispersa209.

203

Mateo 26, 5 1 Juan 2, 19. 205 Mateo 26, 4 206 Mateo 16, 18. 207 II Tesalonicenses 2, 8 208 Juan 18, 20 209 Juan 10, 13 204

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En cualquier supuesto, habría un periodo en el que coexistirían el verdadero Pastor herido moral y/o físicamente que da su vida por las ovejas210, con un asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, que ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas211. Como profetiza también Zacarías, yo voy a suscitar en esta tierra un pastor que no hará caso de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni se ocupará de la sana, sino que comerá la carne de la cebada, y hasta las uñas les arrancará212. Efectivamente. Para ser precisos, y por seguir las semejanzas con la vida de Jesucristo, la aparición del Anticristo estará precedida por un Precursor, antitipo de San Juan Bautista, que le allanará el camino. El Apocalipsis le designa claramente como el Falso Profeta213, es decir con una evidente apariencia sagrada. Su misión será señalar al Anticristo, con palabras como las que previene Jesús: si alguno os dice: "Mirad, el Cristo está aquí o allí, no lo creáis. (...) Así que si os dicen: "Está en el desierto", no salgáis; "Está en los aposentos", no lo creáis214. Este individuo, ligado en su misión al hombre impío, será el primero cronológicamente en aparecer y, por tanto, el que directamente aproveche la situación del Pastor herido, más que el propio Anticristo que, como lobo215, aparecerá un poco más tarde. Y, ya antes vimos que desde una posición con aureola sagrada, se realizarán falsos prodigios apuntando a engañar a los elegidos: surgirán falsos cristos y falsos profetas y realizarán señales y prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible, a los elegidos216. En este caso, podría decirse que esas señales y prodigios buscarían “recoger ovejas” que previamente dispersó su conspiración contra el Pastor. Una característica adicional del escenario de complot para herir al Pastor es que permite a los conjurados controlar los resortes de la propia estructura eclesiástica para facilitar la entrada al lobo. Al darse esta hipótesis, es también seguro que el Falso Profeta o Pastor impostor, arrebatará el lugar geográfico del verdadero Pastor, es decir, Roma. Por tanto, estará a la cabeza del aparato visible de la Iglesia, lo cual introducirá un componente de mayor confusión aún, puesto que es con el que estamos acostumbrados los cristianos a colaborar. 210

Juan 10, 11 Juan 10, 12-13 212 Zacarías 11, 16 213 Apocalipsis 16,13; 19,20; 20,10 214 Mateo 24, 23 y 26. 215 Juan 10, 12 216 Mateo 24,24; Marcos 13, 22 211

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Inicialmente, no es desatinado pensar que la estrategia incluirá entonces el “ruido” necesario para que las ovejas del Pastor herido “vean razonable” no seguirle y cambien de pastor. Posteriormente, los cristianos que decidan seguir al Pastor herido serán tachados de herejes por la nueva autoridad “oficial”, con el bombo y platillo que sea necesario. Así, pronto los seguidores del Pastor herido serán perseguidos, por el ambiente social y por una opinión pública, fácilmente manipulable, como malos cristianos, probablemente como reaccionarios, insumisos y anticuados. Las contrariedades pueden no terminar ahí. Volviendo al símil de estos tiempos con la Pasión de Nuestro Señor, hemos de recordar que durante buena parte de ella y en su Muerte no estuvo presente el apóstol Pedro. Quizá el Pastor herido ya deteriorado por tantas circunstancias adversas, muera en el exilio y por algún tiempo no se pueda proveer un sucesor por las dificultades intrínsecas del momento. Nuestra Madre fue la que mantuvo la fe en los momentos duros del Calvario y San Juan el único de los apóstoles que estuvo presente para sostenerla en el dolor. La Providencia divina sin duda terminará actuando en tal situación límite, ya que Jesús prometió que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo,217 y sobre esta piedra edificaré mi iglesia.218 Por impensable que pueda parecer hoy la situación límite anterior, si existiera una sola posibilidad de que ocurran estos sucesos en nuestro tiempo, conviene estar prevenidos porque en ellos estará en juego la integridad de nuestra fe y, por tanto, la salvación eterna de nuestra única e irrepetible alma. Una situación segura de “ruido” orquestado no es la mejor para tomar decisiones acertadas. Los hechos podrían incluso ocurrir simultáneos a alguna de las anunciadas guerras - revolución, señal de la naturaleza y/o señales y prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible, a los elegidos219. En ese caso, el dilema de cada cristiano será seguir al Pastor herido o a su sustituto, al Falso Profeta, que, salió de entre nosotros; pero no eran de los nuestros220. Para atinar en el juicio es útil que cada cristiano de esa época realice personalmente una simulación interior de la situación antes de que ocurra, como en una película o un videojuego. Esto ayudará a tomar la decisión antes de que tenga motivos para ofuscarse, a actuar correctamente en los momentos difíciles y a ayudar a otros siguiendo el consejo del profeta Isaías: Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes. Decid a los de corazón cobarde: 217

Mateo 28, 20 Mateo 16, 18 219 Mateo 24,24; Marcos 13, 22 220 1 Juan 2, 19. 218

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¡Animo, no temáis!221, pues probablemente cuando sucedan los hechos ninguno tendrá tiempo, ni serenidad suficiente, para reflexionar. Es parte de la estrategia del lobo venir en la noche, para tener la ventaja adicional de la sorpresa. Pese a tantas advertencias, desafortunadamente las posibilidades de que muchos cristianos escojan mal en aquel momento de encrucijada histórica son altas. Como criterio sencillo podría concluirse que cuando llegaran a ver al Pastor herido, mas que nunca, esa sería la señal de que deberían seguirle, cueste lo que cueste, pase lo que pase, vean lo que vean. De otro modo, con la mejor voluntad e imperceptiblemente, ya habrán caído en el rebaño del, entonces próximo a aparecer, Anticristo.

2.2.3.2. La etapa inicial clamorosa Sea cual fuere la posición sagrada que adopte el Falso Profeta, al poco tiempo hará su aparición triunfal el Anticristo. Cuál será la vía concreta de éxito que utilice para acceder a una situación de liderazgo social y político es desconocida, sin embargo Jesús profetizaba a los judíos: Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis222. Por tanto, es seguro que su posición será de líder de la nación de Israel y del mundo entero, a través de concertar con muchos una firme alianza223. Y no es lógico pensar que una alianza con muchos se fragüe en un momento. El mismo Falso Profeta es una muestra de la anticipación con la que se habrá preparado la alianza para conseguir el éxito global. En realidad, para conseguir un éxito global, hace falta una preparación mundial, una globalización de las tendencias culturales, de la economía, de los medios de difusión de noticias,... Pero esto no significa necesariamente una situación mundial positiva, sino más bien lo contrario. Por semejanza con el modelo de Jesucristo, el Anticristo debe aparecer como salvador, pero al revés que Nuestro Señor hará hincapié en los aspectos externos, mundanos, de la liberación del hombre: de la pobreza material, del hambre de pan, de la guerra entre ejércitos, de la esclavitud social, etc. Para tener éxito en este planteamiento material, es conveniente que el mundo esté sumido en problemas materiales como una crisis económica, inusuales contiendas bélicas, etc. Y aún más

221

Isaías 35, 3-4 Juan 5, 43. 223 Daniel 9, 27 222

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conveniente sería dar muestras de “eficacia” en resolver estos problemas “humanos”. El Apocalipsis nos dará más adelante nuevas pistas sobre las vías y circunstancias que utilizará para ser aceptado, e incluso deseado, por una gran mayoría de la población del mundo. Por el momento, el profeta Zacarías sólo asegura que vienen los días en que yo haré que Jerusalén sea para todos los pueblos una copa de vino que hace perder los sentidos224. El éxito del Anticristo hace recordar aquella última tentación de Satanás en el desierto en que muestra a Jesús su poderío global en todos los reinos de la tierra; y le dijo el diablo: «Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero. Si, pues, me adoras, toda será tuya»225. La unión entre el Anticristo y Satanás será la más grande posible. Por tanto, nada tiene de extraño que acepte sus proposiciones, obtenga sus beneficios y San Pablo concluya que la venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos226.

2.2.3.3. La abominación de la desolación Como manifiesta claramente a Jesús en el desierto, el fin último de este esfuerzo de Satanás es recibir la adoración del mundo entero debida a Dios. Todas las acciones del Anticristo y el modo de ejercer el poder están orientados hacia ese fin. En media semana (de años), sin duda con la ayuda del Falso Profeta, hará cesar el sacrificio y la oblación, y en el ala del Templo estará la abominación de la desolación227. La supresión de la Santa Misa sacrificio perpetuo228, que es la real exhibición incruenta del cruento Sacrificio de la Cruz, es su gran objetivo estratégico. Desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot229. Sin su celebración constante, desaparecerán o disminuirán notablemente las gracias que desde entonces han venido diariamente al mundo por la aplicación del único Sacrificio Redentor de 224

Zacarías 12, 2. Mateo 4, 8-9; Lucas 4, 5-7 226 II Tesalonicenses 2, 9. 227 Daniel 9, 27 228 Daniel 11, 31 229 Malaquías 1, 11 225

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Jesucristo. Sin ese torrente de bendiciones su labor diabólica será fácil. Y podrá instalarse él mismo, abominación de la desolación predicha por el profeta Daniel230, en el Lugar Santo231, es decir, es muy probable que su efigie sea instaurada en los templos para recibir adoración. Y en el lugar del sacrificio puso la iniquidad y tiró por tierra la verdad; así obró y le acompañó el éxito232. Tratará de cambiar los tiempos y la ley233, y como el estilo de Satanás no es precisamente el de la libertad, con la ley cambiada a su favor es previsible que sea obligatorio prestar físicamente ese acto de adoración externo. Es fácilmente comprensible que, a partir de ese instante, se desate abiertamente la persecución de los verdaderos cristianos: os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre234 Así se entiende que Jesús señale ese momento a los suyos para que entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; el que esté en el terrado, no baje a recoger las cosas de su casa; y el que esté en el campo, no regrese en busca de su manto235. Esta vez el consejo de huir no se restringirá geográficamente a Judea, como ocurrió en la destrucción de Jerusalén del año 70, porque aquello fue modelo de la próxima situación, ya que ahora el odio estará en todas las naciones236. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en día de sábado237. Entre los cristianos que no estén suficientemente precavidos, muchos se escandalizarán238, es decir, seguirán el pecado de idolatría hábilmente propuesto por los falsos profetas y el Anticristo como solución aparente a sus problemas239. Se traicionarán y odiarán mutuamente240, quizá como en otras épocas de la historia cristiana, hasta el punto de que entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán241. Tan intensa será la persecución que Nuestro Señor dice que si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días242. El libro de Daniel señala que los santos serán entregados en sus manos por un tiempo y 230

Mateo 24,15; Marcos 13, 14. Mateo 24,15; Marcos 13, 14. 232 Daniel 8, 10-12 233 Daniel 7, 25 234 Mateo 24, 9. 235 Mateo 24, 16-18 236 Mateo 24, 9 237 Mateo 24, 19-20 238 Mateo 24, 10 239 Catecismo de la Iglesia Católica, nº. 675. 240 Mateo 24, 10 241 Mateo 10, 21 242 Mateo 24, 22 231

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tiempos y medio tiempo243. Quizá esta medida, si el tiempo es igual a un año, signifique, como anteriormente, media semana de años244. En toda situación de persecución hay, a pesar de todo, aspectos positivos que quedan indeleblemente grabados. Los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre y yo le responderé; diré: ¡El es mi pueblo!; y él dirá: ¡Yahveh es mi Dios!245 O como dice San Pedro: por lo cual rebosáis de alegría, aunque sea preciso que todavía por algún tiempo seáis afligidos con diversas pruebas, a fin de que la calidad probada de vuestra fe, más preciosa que el oro perecedero que es probado por el fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor, en la Revelación de Jesucristo246. Así, por ejemplo, es previsible que los cristianos acosados seguirán en el empeño de convertir al mundo ayudados por Elías y Henoc, probablemente porque el Pastor herido no pueda actuar o haya muerto sin que haya sido posible elegir otro. También entonces, como en los tiempos del Exodo y de otras persecuciones históricas en que los santos hijos de los buenos ofrecieron sacrificios en secreto247, la Santa Misa se dirá en situación de catacumbas, dando fuerzas al pequeño resto perseguido. Asimismo, en plena persecución los hebreos perseguidos establecieron unánimes esta ley divina: que los santos correrían en común las mismas aventuras y riesgos248, de modo que quizá se cumplirá entonces a la letra entre ellos lo que Jesús mandó: si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, yendo en este caso tras el efímero triunfo del Anticristo, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta249. Como decía el apóstol Santiago el Menor: considerad, hermanos, lo que han sufrido los profetas que hablaron en nombre del Señor y tomadlos como modelo de paciencia. Fíjaos que llamamos felices a aquellos que fueron capaces de perseverar. Oyeron hablar de la constancia de Job y sabemos lo que al final el Señor hizo por él, pues el Señor es compasivo y misericordioso250. 243

Daniel 7, 24-25 Daniel 9, 27 245 Zacarías 13, 9 246 1 Pedro 1, 6-7 247 Sabiduría 18, 9. 248 Sabiduría 18, 9. 249 Mateo 16, 24-27 250 Santiago 5, 9-11 244

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2.2.3.4. La derrota El éxito evidente en el mundo del Anticristo llevará a los elegidos a clamar incesantemente a Dios justicia, noche y día251, y a sus seguidores a sentir la tranquilidad de la victoria y, en consecuencia, a decir “paz y seguridad”. Entonces mismo, de repente, vendrá sobre ellos la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta; y no escaparán252. Como ladrón en la noche253. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre254. El hombre bajará sus ojos orgullosos y su soberbia se irá al suelo; sólo Yahveh será exaltado aquel día. Pues Yahveh Sebaot tendrá su día contra todo orgullo e insolencia255. Probablemente, como en tiempos del Exodo, en que aquella noche fue previamente conocida por nuestros padres, para que se confortasen al reconocer firmes los juramentos en que creyeron256, haya algún tipo de aviso a los elegidos, de modo que se pongan a salvo del momento álgido de la ira divina. El profeta Daniel oyó esta conversación orientadora sobre el tiempo que todo esto durará: «¿Hasta cuándo la visión: el sacrificio perpetuo, la iniquidad desoladora, el santuario y el ejército pisoteados?» Le respondió: «Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas (6 años, 3 meses y 14 días): después será reivindicado el santuario»257 Y un poco más adelante el interlocutor divino le dice: Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominación de la desolación: mil doscientos noventa días (3 años, 6 meses y 15 días). Dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y cinco días (3 años y 8 meses)258. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre – la Cruz que vuelve a salvar -; y se golpearán el pecho todas las razas de la tierra – produciendo una conversión que dejará al Diablo sin gran parte de su botín para el infierno - y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria259. La hora de la verdad habrá llegado y la gran mayoría de los hombres se convertirán, si bien quizá ya sólo servirá 251

Lucas 18, 7 1 Tesalonicenses 5,3. 253 1 Tesalonicenses 5,2. 254 Mateo 24, 44. 255 Isaías 2, 11-12 256 Sabiduría 18, 6 257 Daniel 8, 13-14 258 Daniel 12, 11-12 259 Mateo 24,30; Marcos 13, 26 252

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para salvar su alma. No obstante, algunos se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado (...) y prefirieron la iniquidad260. El castigo anunciado habrá llegado y entonces los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán261, ya que los cielos y la tierra presentes, (...) están reservados para el fuego y guardados hasta el día del Juicio y de la destrucción de los impíos262. En medio de tinieblas y no-luz, será un día sombrío, sin el menor destello263. En aquel momento, sucederá en toda esta tierra - oráculo de Yahveh - que dos tercios serán en ella exterminados (perecerán) y el otro tercio quedará en ella264. Aproximadamente, con las cifras de nuestra época, esto significa que 4.000 millones de seres humanos morirán. Nada semejante se ha visto antes en la historia. Haré que el hombre sea más escaso que el oro fino, y la humanidad más que metal de Ofir265. Yo he exterminado a las naciones, sus almenas han sido derruidas, he dejado desiertas sus calles, sin un transeúnte; han sido arrasadas sus ciudades, no queda hombre ni habitante266.

Figura 3: Cronología del día de Yahveh

260

II Tesalonicenses 2, 10-12 II Pedro 3, 12. 262 II Pedro 3, 7. 263 Amós 5, 20. 264 Zacarías 13, 8. 265 Isaías 13, 12. 266 Sofonías 3, 6 261

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Capítulo 3: Del Día del Señor en la Sagrada Escritura 3.1. Amanecer de una nueva época Tras la tempestad viene la calma, tras la noche el amanecer o tras el invierno la primavera. Si sólo pensáramos en las dificultades, nos paralizaría el temor. Los montañeros mantienen su esfuerzo por la ilusión de alcanzar la cima y disfrutar de nuevos paisajes. Tratar de la bonanza posterior al Día de Yahveh es necesario para fortalecer la esperanza. Comprender el sentido de las dificultades ayuda a sobrellevarlas. Pensar en el Día del Señor no es superfluo, sino el mejor antídoto para dar sentido a los duros días que le precederán. Del mismo modo que alimentar nuestra esperanza en el Cielo es provechoso para mantener la perseverancia en el esfuerzo diario, pensar en el Día del Señor cambia las preocupaciones por el advenimiento del Día de Yahveh en una sonrisa. Así pues, conocer los detalles que da la Sagrada Escritura sobre esa verdadera nueva era, alegra nuestro corazón y lo llena de alabanza, porque Dios no abandona el mundo a su suerte, sino que saca de los grandes males, grandes bienes. El objeto del Día de Yahveh no es el castigo ni la destrucción, sino obtener a través de esa situación un bien, porque Yahveh reprende a aquel que ama, como un padre al hijo querido267. Cómo a hijos os trata Dios, y ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige?268 Porque Yahveh es tardo a la cólera y rico en bondad, tolera iniquidad y rebeldía; aunque nada deja sin castigo269. Una vez pasado el castigo, en el que brilló su Justicia, volverá a brillar su Misericordia con los hombres. Mas tú con todas las cosas eres indulgente, porque son tuyas, Señor que amas la vida, pues tu espíritu incorruptible está en todas ellas270. Amas a todos los seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo habrías hecho271. Como después del diluvio, restablecida la Justicia, Dios dará un nuevo paso de reconciliación con el hombre, de intimidad en las relaciones con sus creaturas. Perfectamente justo Noé fue hallado, en el tiempo de la ira se hizo reconciliación. Gracias a él tuvo un resto la tierra, cuando 267

Proverbios 3, 12 Hebreos 12, 7 269 Números 14, 18 270 Sabiduría 11,38 – 12,1 271 Sabiduría 11, 24 268

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llegó el diluvio272. El resto, no tan pequeño en esta ocasión, será también ahora testigo de un resurgir interior y exterior, más radiante que nunca en la historia. Que el desierto y el sequedal se alegren, regocíjese la estepa y la florezca como flor; estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de júbilo.(...) Se verá la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios.273 Los aspectos profetizados del nuevo amanecer son indudablemente muy atractivos. Sin embargo no se pueden anticipar falsamente. Los frutos maduran a su tiempo y el reino de Dios no es una excepción sino que es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo274. Su llegada, como veremos un poco más adelante, será consecuencia de una conversión personal interna. La estrategia demoníaca de imitar a Dios, como modo de captar a los hombres, engaña al mostrar la meta sin pasar por el camino correcto. El Anticristo, sus precursores y sus secuaces, invocan en su llegada, el advenimiento de una nueva época, de una nueva era sin sufrimiento, en paz y armonía. Pero, aíslan los aspectos visibles de la levadura interna que los produce. De ahí que también es posible confundir la llegada del Día del Señor con muchos anuncios que hará el Anticristo y sus seguidores, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces275. Sin una atenta vigilancia, los anuncios de una nueva era podrían llevarnos a cambiar al Rey de reyes y Señor de señores276 por el Príncipe de este mundo277. Nos podría captar el poder y la gloria278 de todos los reinos de la tierra279 en vez del reino de Dios (que) no vendrá con muestra exterior (...) porque el reino de Dios está dentro de vosotros280. Equivocaremos el mensaje de “paz y seguridad”281 exterior del Impío con la paz interior de Jesús que no nos la da como la da el mundo282. En definitiva, podremos amar el Reino de Dios como lo amó Judas Iscariote que torció su primer afán porque era ladrón283. Así cedió ante el poder material de los sumos sacerdotes y los escribas (que) buscaban cómo hacerle desaparecer284 a Jesús, de modo que entonces Satanás entró en 272

Eclesiástico 44, 17 Isaías 35, 1-2 274 Lucas 13, 21 275 Mateo 7, 15 276 I Timoteo 6, 15 277 Juan 12, 31; 14, 30 y 16, 11 278 Mateo 4, 8-9; Lucas 4, 5-7 279 Mateo 4, 8-9; Lucas 4, 5-7 280 Lucas 17, 20-21 281 1 Tesalonicenses 5,3. 282 Juan 14, 27 283 Juan 12, 6 284 Lucas 22, 2 273

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Judas, (...) y se fue a tratar con los sumos sacerdotes y los jefes de la guardia del modo de entregárselo285. Esta nueva época va a estar determinada por un conjunto de acciones de Dios que es necesario describir separadamente. Sin embargo, aunque cada instrumento de una orquesta suene bien individualmente, la sinfonía suma de todos ellos es lo que vamos a percibir. Por tanto, conviene no perder la visión de conjunto en lo que sigue, para entender lo mejor posible el ambiente que vamos a vivir de los nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia286.

285 286

Lucas 22, 3-4 II Pedro 3, 13 Página 57

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3.2. El juicio de las naciones: la puerta de entrada. 3.2.1. Una reunión con ayuda especial Después del castigo de la destrucción de los impíos287, el mundo habrá quedado en un estado caótico. Es fácil pensar en un paisaje inicial desolador, con montones de cadáveres por todas partes: habrá víctimas de Yahveh en aquel día de cabo a cabo de la tierra; no serán plañidos ni recogidos ni sepultados más: se volverán estiércol sobre la haz de la tierra288. En esa dura y difícil situación, la intervención de Jesucristo no habrá terminado pues aún enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro289. Elegidos al menos porque han pasado el rubicón del Día de Yahveh en la historia y han llegado a la otra orilla en la que se abre un horizonte insospechado. Pero antes de seguir adelante, se dará una reunión muy especial. En aquellos días, en el tiempo aquel, cuando yo cambie la suerte de Judá y Jerusalén, congregaré a todas las naciones y las haré bajar al Valle de Josafat290. Desde pocos años antes de la llegada del hombre a la luna, estamos acostumbrados a ver acontecimientos que ocurren en cualquier lugar del planeta, a través de la televisión. En realidad son reuniones virtuales que congregan no sólo a los presentes sino a miles de millones de hombres. Así vemos acontecimientos deportivos, una boda o un entierro de relevancia. Sin embargo, éste no será el caso de aquella reunión, ya que los medios de comunicación actuales no parece que puedan funcionar inmediatamente después de una catástrofe que origine miles de millones de muertos. Es muy probable que falte la electricidad, entre otras muchas cosas. Del mismo modo, hay que pensar que en las duras condiciones de esos momentos, no es posible reunir físicamente a 2.000 millones de hombres. Por tanto, Jesucristo advierte que habrá una ayuda especial de los ángeles, para su convocatoria, su concentración y, quizá también, para su desarrollo. En cualquier caso, el texto de San Mateo, que también reproduce San Marcos, muestra claramente una verdadera reunión que incluye presencia física, no una reunión virtual mundial, a la que asistirán los elegidos. También es posible entender por elegidos una parte representativa y significativa de los que han sobrevivido. Esto no cambia la importancia de 287

II Pedro 3, 7. Jeremías 25, 33 289 Mateo 24,31; Marcos 13, 27 290 Joel 4, 2 288

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la reunión, ni la implicación en ella de todos los que han sobrevivido al Día de Yahveh, ni sus conclusiones. Lo que no puede confundirse esta reunión es con otra semejante que se dará más adelante, al fin del mundo, porque aunque en aquella otra también serán congregadas delante de él todas las naciones,291 asistirán a ella no solo los elegidos sino todos los hombres y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.292 San Pablo conjura a Timoteo en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos293. Uno de los artículos del Credo de los Apóstoles, que resume nuestra fe católica, dice que Jesucristo vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. La interpretación tradicional de este texto es en el sentido de que los muertos resucitarán antes del juicio final y, por tanto, todos los hombres que formaron parte de la humanidad en cualquier época estarán presentes en él. Sin embargo, no se puede excluir que éste artículo del Credo contiene también implícitamente una mención a los dos grandes juicios de la historia. Al primer juicio, el juicio de las naciones, sólo asisten los que han quedado vivos, los elegidos294, tras el desenlace del Día de Yahveh. Al segundo juicio, o juicio final, que tendrá marcado acento personal, no pueden ya quedar excluidos los muertos.

3.2.2. El orden del día de la reunión. Las temáticas de tan singulares reuniones históricas serán diferentes. La primera es la que nos ocupa principalmente. Lógicamente incluirá un análisis de los tremendos hechos recientemente vividos. Aunque cada asistente habrá sacado ya sus propias imborrables conclusiones personales de los acontecimientos vividos, el hecho de esta reunión mundial significa que deben sacarse otras enseñanzas más generales, del desarrollo de las relaciones sociales, a escala global, para continuar la andanza de la historia. La sociedad internacional inmediatamente anterior hizo posible el reinado del Anticristo, la cumbre histórica del mal. Sus fundamentos, en alianzas de carácter global, despersonalizaron al hombre, facilitaron su separación de Dios y resultaron, en conjunto, una solución gravemente errónea, que exige una seria reconsideración.

291

Mateo 25, 32 Mateo 25, 32 293 II Timoteo 4, 1 294 Mateo 24,31; Marcos 13, 27 292

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Será un especial balance en juicio con ellas (con las naciones), acerca de mi pueblo y mi heredad, Israel295, antes de que la historia continúe. En realidad Israel ha jugado siempre un papel importante en la historia pero especialmente en los días del Anticristo. Jerusalén ha sido su sede y para todos los pueblos una copa de vino que hace perder los sentidos296 No obstante, el orden del día no puede limitarse al examen de unas relaciones internacionales que determine exclusivamente un cambio de estructuras políticas, por profundo y renovador que resulte. Nuestro Señor sabe bien que del corazón (del hombre) salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias.297 Puesto que la historia debe continuar, para no tropezar por tercera vez en la misma piedra, como sucedió antes del diluvio y del castigo por el fuego, se repasarán también ciertos elementos cuya expresión social apoya la determinación interior del corazón del hombre al bien. En consecuencia, es lógico incluir la consideración de pilares espirituales y sociales que se estropearon en el huracán del Día de Yahveh. Los mandamientos de la ley de Dios, el Sacrificio perpetuo, la familia y la Iglesia son valores que volverán a resplandecer en lugar que les corresponde. En realidad, el análisis de estos principios y sus consecuencias, denominado por su contenido juicio de las naciones, marcará un final de los tiempos, como hasta entonces los habremos conocido. Así manifestaré yo mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán el juicio que voy a ejecutar y la mano que pondré sobre ellos298. En él veremos claramente que nadie es bueno sino sólo Dios299. El hombre sólo es y será bueno en la medida en que, como Nuestro Señor y su Madre, su alimento (sea) hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra300. El juicio de las naciones es una reflexión dentro de la historia, a diferencia del juicio final, que como su mismo nombre indica, marcará el fin del mundo. La temática del último juicio tiene otro momento y, por tanto, otro objetivo y un carácter distinto, principalmente referido al examen definitivo de los comportamientos personales porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en 295

Joel 4, 2-3 Zacarías 12, 2. 297 Mateo 15, 19 298 Ezequiel 39, 21-22 299 Lucas 18, 19 300 Juan 4, 34 296

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la cárcel, y vinisteis a verme.301 Ahora, sin embargo, es necesario afianzar el interior del hombre y el orden social que debe presidir una nueva época, como fruto de una conversión interior.

3.2.3. El presidente de la reunión Es lógico pensar que Jesucristo mismo presidirá la reunión, ya que es el convocante y el vencedor de la batalla que planteó el Anticristo. He aquí mi Siervo, a quien elegí, mi Amado, en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará el juicio a las naciones302. Asimismo el Credo nos asegura que Jesucristo ha de venir a juzgar a los vivos. La tarea de juzgar es propia del Hijo y la ocasión es suficientemente singular para que su autoridad se muestre en primera persona, sin delegar en alguien. El Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre303. Su presencia es garantía de juicio justo. Juzgo según lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado304. El mismo San Pedro lo menciona en la homilía del primer bautizo de gentiles: nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos305.

301

Mateo 25, 35-36 Mateo 12, 18 303 Juan 5, 22-23 304 Juan 5, 30 305 Hechos 10, 42 302

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3. 3. Primera consecuencia: un nuevo orden social 3.3.1. Ordenación supranacional como Reino. La potestad de juzgar supone la categoría de Rey. La justicia se imparte, en los países monárquicos, en nombre del Rey. Y ésta será la primera consecuencia de la magna reunión: Jesucristo es el nuevo Rey. Por tanto, la entidad supranacional de referencia ya no será más una organización de naciones, sino el Reino de Jesucristo, de la cual se sentirán, a su vez, beneficiarias. La verdad y la justicia no estarán sujetas a la ley de los votos, ni al dominio de unas pocas naciones poderosas. En sus días florecerá la justicia, y dilatada paz hasta que no haya luna; dominará de mar a mar, desde el Río hasta los confines de la tierra. Ante él se doblará la Bestia, sus enemigos morderán el polvo306. La Bestia, identificada en el Apocalipsis como el Anticristo, acaba de caer, dando paso al cumplimiento de esta profecía del salmista. Las naciones como entidades históricas subsistirán en su mayoría, es decir, no desaparecerán como consecuencia del juicio de las naciones, pero rendirán tributo. Además de la potestad judicial, Jesucristo también ejercerá, como Rey, la potestad legislativa, pues de Sión saldrá la Ley307. He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las naciones308. Sin duda su yugo será suave y su carga ligera309 pues dice que pondré mis leyes en su mente, en sus corazones las grabaré310. De nuevo, la ley humana no será un instrumento adaptable a la voluntad del gobernante de turno, como en tiempos del Anticristo, algo meramente externo desconectado del ser natural del hombre. Asimismo ostentará el poder ejecutivo. Pero Jesucristo gobernará de un modo muy diferente a como actúan hoy los gobernantes, ya que será un verdadero modelo de servicio para los súbditos, Camino, Verdad y Vida311, que no ha venido a ser servido, sino a servir312. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas313. Al final, todo punto de apoyo para cambiar el mundo, parte del corazón humano. Jesucristo, modelo de amor, 306

Salmo 72, 7-11 Isaías 2, 3 308 Isaías 42, 1 309 Mateo 11, 30 310 Hebreos 8, 10 311 Juan 14, 6 312 Mateo 20, 28 313 Mateo 11, 29 307

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dará nuevos gobernantes al mundo formados en el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento314. Gobernar, también en lo humano, será conducir a los hombres a Dios viendo detrás de cada acción de gobierno más allá de lo material. Os pondré pastores según mi corazón que os den pasto de conocimiento y prudencia315. Gobernantes que pedirán como Salomón un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal,316 que unirán ciencia humana y piedad sobrenatural, fortaleza de padre y cariño de madre. Los reyes de Tarsis y las islas traerán tributo. Los reyes de Sabá y de Seba pagarán impuestos; todos los reyes se postrarán ante él, le servirán todas las naciones317. A la cabeza de estas naciones, rejuvenecidas en sus planteamientos, dice también el Salmo anterior que estará Tarsis y sus reyes. De sobra es conocido que Tarsis es el nombre de la antigua ciudad de Cádiz, fundada por comerciantes fenicios en tiempos del Antiguo Testamento, y que corresponde hoy a España. ¿Por qué este lugar preeminente para nuestra nación? Prefiero dejar al lector que escoja entre las muchas circunstancias de nuestra historia pasada, presente o del próximo futuro la que prefiera. Hay muchas donde escoger. Entre otras, la de ser madre de otras muchas naciones cristianas allende los mares y quizá por eso mencionadas conjuntamente con los reyes de Tarsis como las islas para llevar el tributo. También el profeta Isaías alude a esta vocación histórica de nuestro país pues ve venir los navíos de Tarsis en cabeza, para traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro318. Plata y oro que durante tantos siglos vinieron de allende los mares de esas nuevas tierras y cuya suma de hijos constituye hoy el idioma mas hablado de la cristiandad. En definitiva, el juicio de las naciones será el punto de partida, entre otras muchas cosas, de un nuevo ordenamiento jurídico mundial que bien puede llamarse Reino, con un Bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores319. Ese será el Reino que durante dos mil años todos los cristianos hemos pedido a Dios Padre que viniera, en la oración del Padrenuestro. Reino en el que se hará su Voluntad así en la tierra como en el Cielo320, porque nos habrá librado del malo321, es decir, del demonio, de acuerdo con otras dos peticiones de la misma oración.

314

Efesios 3,19 Jeremías 3, 15 316 I Reyes 3, 9 317 Salmo 72, 7-11 318 Isaías 60, 9 319 I Timoteo 6, 15 320 Mateo 6, 10 321 Mateo 6, 13 (cfr. Vulgata: sed liberanos a malo, y no, a male. Cfr. en inglés: but deliver us from evil) 315

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A su vez las naciones que compondrán ese Reino no serán nuevas pero sí estarán rejuvenecidas, por un nuevo talante de los gobernantes, unas nuevas leyes positivas en conformidad con la Ley de Dios y una inserción novedosa en un nuevo orden internacional. De algún modo, la intervención divina en el Día de Yahveh y el juicio de las naciones les habrá hecho aprender de sus pasados errores, pues la nación y el reino que no se sometan a ti perecerán, esas naciones serán arruinadas por completo322.

3.3.2. Un reino que surge del interior del hombre. Mantener la posibilidad de un Reino temporal de Jesucristo puede parecer arriesgado ya que en alguna ocasión Jesús actuó en contra de este planteamiento. Así ocurrió cuando, después de una multiplicación de panes que había dado de comer al menos a 5.000 hombres, dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo323. Asimismo, en otra ocasión, después de haber curado a diez leprosos, de los que uno sólo volvió a darle gracias, le preguntaron unos fariseos: ¿Cuándo vendrá el reino de Dios? Les respondió. El reino de Dios no vendrá con muestra exterior. No dirán, helo aquí o helo allá. Porque el reino de Dios está dentro de vosotros324. Sin embargo, en otras ocasiones Jesús dejó abiertamente que se le tributaran honores de Rey. Así, por ejemplo, cuando en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.»325 Después de las indagaciones oportunas, resueltas mediante las profecías de la Sagrada Escritura, dieron con él y entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.326 Oro por ser Rey, incienso por ser Dios y mirra por ser hombre. Así aceptó el homenaje de sus corazones que se manifestaba al exterior. Más tarde, hacia el final de su vida pública, al enterarse la numerosa muchedumbre que había llegado para la fiesta, de que Jesús se dirigía a Jerusalén, tomaron ramas de palmera y salieron a su encuentro gritando: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, y el 322

Isaías 60, 12 Juan 6, 15 324 Lucas 17, 20-21 325 Mateo 2, 1-2 326 Mateo 2, 11 323

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Rey de Israel!»327 «Bendito el Rey que viene en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en las alturas.»328 Estas proclamaciones sentaron muy mal a los fariseos que le dijeron «Maestro, reprende a tus discípulos.»329 Y en vez de corregirlos, Jesús respondió: «Os digo que si éstos callan gritarán las piedras.»330 Entonces los fariseos se dijeron entre sí: «¿Veis cómo no adelantáis nada?, todo el mundo se ha ido tras él.»331 Pocos días más tarde los desairados tuvieron ocasión de revancha y gritaron: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se enfrenta al César.»332 En efecto, Pilato le interrogó en el pretorio sobre este punto del que le acusaban los judíos: «¿Eres tú el Rey de los judíos?»333 La respuesta de Nuestro Señor, fue inequívoca en mostrar su condición de Rey: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero ahora mi Reino no es de aquí.»334 Curiosamente muchas traducciones de este versículo han evitado la palabra ahora, que está en la versión Vulgata y Neo-Vulgata de la Biblia oficiales de la Iglesia. Este texto sagrado implicaría dos momentos de manifestación sucesiva de su realeza en el mundo: un momento primero sólo espiritual, que no preocupaba y que utilizó como excusa Pilato, y otro posterior de pleno poder, como consecuencia de la maduración en los hombres de su doctrina espiritual. Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.»335 La respuesta confirmó a Pilato que Jesús no era un Rey a quien temer en aquel momento. Y ese extraño planteamiento de reinado, fue para él motivo de mofa. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura; y, acercándose a él, le decían: «Salve, Rey de los judíos.» Y le daban bofetadas.336 Y, por último, lo utilizó como justificación pública de la condena pues Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.»337 327

Juan 12, 12-13 Lucas 19, 38 329 Lucas 19, 39 330 Lucas 19, 40 331 Juan 12, 19 332 Juan 19, 12 333 Juan 18, 33 334 Juan 18, 36 335 Juan 18, 37 336 Juan 19, 2-3 337 Juan 19, 19 328

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En aquellos momentos, ni los judíos deseaban aquella inscripción, ni Pilato entendió lo que Jesús explicaba. Entonces como ahora, Jesús busca primeramente ser Rey de los corazones. En la etapa histórica anterior al Día del Señor, el reino de Dios está dentro de vosotros338. San Pablo precisa que nosotros poseemos las primicias del Espíritu339, es decir que aún falta algo para completar ese reino que ahora está dentro de nosotros. Las primicias son un avance de lo que se completará más adelante. Jesús describió en una parábola cómo la manifestación del Reino de los Cielos va de menos a más, de dentro a fuera: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo»340 O de modo semejante, como semilla que brota, el Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol341. Una vez que se desarrolla, ese reino de los Cielos ya no se podrá ocultar, y trasciende hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas342. La transformación de lo que tú siembras no revive si no muere343. Y el proceso del Día de Yahveh será como la muerte para la semilla del reino de los Cielos. En la etapa histórica del Día del Señor la semilla del reino de Dios se convertirá en una realidad viva en toda la tierra; así en la tierra como en el Cielo344 De este modo Dios Padre concede la petición del Verbo de Dios humanado, de la que nos hizo participar a todos los cristianos con la oración del Padrenuestro.

3.3.3. Un tejido social con origen trinitario. Al tratar de los acontecimientos del Día de Yahveh, vimos el ataque destructivo hacia la familia, que formaba parte de los preparativos de la aparición del Anticristo. El divorcio y el aborto son los principales elementos del ataque. La situación llegará a un punto tal de degradación, que la predicación del profeta Elías se centrará en este aspecto y obtendrá 338

Lucas 17, 20-21 Romanos 8, 23 340 Lucas 13, 21 341 Mateo 13, 31-32 342 Mateo 13, 31-32 343 1 Corintios 15, 36 344 Mateo 6, 10 339

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un cierto éxito pues hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres345. En el nuevo orden social de la época del Día del Señor, el modelo familiar tiene que brillar con esplendor nuevo. La familia está en el origen mismo de la creación del hombre. El sexto día de la creación dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra.346 El uso divino del plural es la primera manifestación explícita de la Trinidad. Y esa semejanza se plasmó, entre otras cosas, en la estructura familiar, copia de la familia trinitaria, como célula social primaria de la humanidad. Desde entonces, la sociedad formada por padres e hijos bendíjolos Dios, y díjoles Dios: Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla.347 Esta bendición se repitió después del castigo del diluvio. Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra348. Y la función de la familia sobrevivirá hasta la época del Día del Señor y recibirá de nuevo en ella una bendición especial pues ni tendrán hijos para sobresalto. Serán raza bendita de Yahveh ellos y sus retoños con ellos349. La familia como modelo de sociedad, tiene unas propiedades poco comunes, entre las sociedades que vemos hoy día. Con palabras del Papa Juan Pablo II, en la familia sus componentes son apreciados por lo que son, no por lo que tienen. Este principio conlleva un modo de obrar en sus miembros basado en el amor y el profundo respeto a la persona. En pocas palabras, es el antídoto para los procesos de concentración, de gigantismo global, que ya vimos despersonalizaron al hombre y dieron paso al Anticristo. La estructura familiar tiene la ventaja de que aunque crezca y se multiplique, nunca pierde ese fondo de apreciación humana por lo que se es y no por lo que se tiene. La familia será en la época del Día del Señor el verdadero modelo para construir organismos sociales más complejos. Si en ellos no se refleja un ambiente de familia les faltará como el oxígeno para subsistir, porque ningún ambiente despersonalizado subsistirá, ya sea el de sociedad anónima, de cuartel, o de convento. Así pues, las entidades profesionales, científicas, educativas, culturales, recreativas, benéficas, laborales, económicas, políticas, religiosas y de todo orden, buscarán su modelo de 345

Malaquías 3, 24. Génesis 1, 26 347 Génesis 1, 28 348 Génesis 9,1 349 Isaías 65, 23. 346

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desarrollo estructural en las particularidades que le sean aplicables del modelo familiar. A la luz de este principio, de la estructura de Reino supranacional y de los datos de la Sagrada Escritura, se puede intentar vislumbrar algunos elementos de la vida social ordinaria y diaria de la nueva etapa histórica. Entre otras cosas, y aunque parezca increíble desde una perspectiva humana de tantos siglos, el profeta Isaías asegura que la humanidad habrá aprendido para siempre la lección de los horrores de la guerra y forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra350. El presupuesto de Defensa (o Ataque), bajo el nuevo gobierno del Señor, desaparecerá y con él los ejércitos y la carrera militar. La desaparición del estamento militar es novedosa en la historia humana pues hasta ese momento siempre han existido ejércitos, soldados y guerras. Una parte importante de la actividad económica mundial gira en torno a los gastos de Defensa. La reorientación de este esfuerzo inversor traerá grandes beneficios a la actividad humana. La paz real y duradera será garantía de estabilidad para los proyectos y empresas nobles de los hombres. Curiosamente “paz y seguridad”351 era algo que prometía el Anticristo y sin embargo, como veremos más adelante en el Apocalipsis, su gobierno terminará con una tremenda guerra mundial. El profeta Isaías también describe otros rasgos del trabajo diario de esta nueva época. Edificarán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán su fruto. No edificarán para que otro habite, no plantarán para que otro coma, pues cuanto vive un árbol vivirá mi pueblo352. Todo indica que la actividad económica y, por tanto, el dinero seguirá existiendo aunque no será ya el guía de la sociedad. La empresa, quedará lejos de conceptos despersonalizados como sociedad anónima o multinacional. Primariamente será un núcleo de trabajo y ayuda recíproca, espiritual y material, que guiará su acción por el amor, como lo ve la encíclica laborem exercens. El beneficio económico será necesario, pero no el conductor principal de su actividad. Dentro de su sector de actividad, su orientación primaria será el desarrollo integral de las personas que la forman. También aquí el espíritu de familia, considerar a las personas por lo que son, será la base de su ordenamiento. Todo trabajo, 350

Isaías 2, 4 1 Tesalonicenses 5,3. 352 Isaías 65, 21-22 351

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productivo, asistencial o estructural, podrá encuadrarse en estas nuevas empresas con alma que velarán por el hombre y por los hombres. El amor a Dios en el corazón de cada persona dará valor sobrenatural a las labores materiales más humildes o elevadas, con las que el hombre volverá a cuidar del jardín del Edén353. El ambiente de familia trasladado al lugar de trabajo hará amable cualquier esfuerzo. Ambos unidos generarán la ilusión por el quehacer que impide la rutina material y encuentra siempre nuevos modos de cumplir mejor la tarea diaria, de modo que mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos. No se fatigarán en vano.354 Antes que me llamen, yo responderé; aún estarán hablando, y yo les escucharé. Lobo y cordero pacerán a una, el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará de polvo, no harán más daño ni perjuicio en todo mi santo monte - dice Yahveh355.

353

Génesis 2, 15 Isaías 65, 23 355 Isaías 65, 23-25 354

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3.4. Segunda consecuencia: un nuevo orden espiritual. 3.4.1. La conversión de todo Israel. Acabamos de ver que un nuevo orden social no se puede entender sin una conversión del corazón. De algún modo la conversión más difícil de conseguir en la historia es la del propio pueblo consagrado a Yahveh (...); elegido (...) para que sea el pueblo de su propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra356. Al menos 7 veces se le llama en el Antiguo Testamento pueblo de dura cerviz357. De la boca de Jesús brotaron lamentos profundos por esta cerrazón: ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis querido!358 Y, sin embargo, dice San Pablo que los dones y la vocación de Dios son irrevocables359. Por ello, el profeta Ezequiel anuncia que esa dureza de corazón es sólo transitoria pues os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne360. Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros361. En este momento histórico del final del Día de Yahveh, en el que la Justicia divina ha restablecido la parte temporal del orden social transgredido por los pecados de los hombres, quedan otras promesas de Dios por cumplir. Entre ellas, las relativas al pueblo escogido de Israel. El Señor no renuncia jamás a su misericordia, no deja que se pierdan sus palabras ni que se borre la descendencia de su elegido, el linaje de quien le amó no extirpa. Por eso dio a Jacob un resto, y un brote a David salido de él362. Así pues, entonces se cumplirá este misterio, (...): el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo363. Todo Israel es sin duda una referencia al reino completo de Israel, que incluye doce tribus, es decir al reino de David y Salomón, anterior a la división de Israel en dos. San Pablo dice que terminará el endurecimiento de una parte de Israel, refiriéndose a la tribu de Judá. Esa es la única que se opuso a la venida del Mesías, a la extensión del Evangelio, enemigos para 356

Deuteronomio 7, 6 Exodo 32, 9; 33, 3 y 5; 34, 9; Deuteronomio 9, 6 y 13; Baruc 2, 30 358 Mateo 23, 37 359 Romanos 11, 29 360 Ezequiel 36, 26 361 Isaías 55, 9 362 Eclesiástico 47, 22 363 Romanos 11, 26-27 357

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vuestro bien364, y cuya actitud fue insuflada durante el Día de Yahveh a todas las naciones, por medio de las alianzas que llevaron al poder al Anticristo. Esa parte de Israel se convertirá, porque os digo que ya no me volveréis a ver hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!365. La otra parte del reino de Israel, el reino del Norte, reaparece misteriosamente en este momento histórico. Así dice el Señor Yahveh: He aquí que voy a tomar el leño de José (que está en la mano de Efraím) y las tribus de Israel que están con él, los pondré junto al leño de Judá, haré de todo un solo leño, y serán una sola cosa en mi mano. He aquí que yo recojo a los hijos de Israel de entre las naciones a las que marcharon366, para formar de nuevo con sus hermanos de Judá el todo Israel. ¿Dónde están estas tribus perdidas, que muchos investigadores han tratado de encontrar sin éxito? Obviamente, la historia ha mantenido ocultas las trazas geográficas de la dispersión de los israelitas que formaron el reino del Norte. Por exclusión, al no estar entre los judíos, están, en sentido amplio, entre los gentiles. Pero la caída de los judíos, o reino del Sur, al rechazar la Primera venida del Mesías, porque la salvación viene de los judíos367 ha traído la salvación a los gentiles368. En ese caso, habría que pensar que las tribus extraviadas están hoy entre los gentiles que han recibido la salvación, es decir, lo que hoy son naciones cristianas. De ellas saldrán para volver a formar el todo Israel con un único destino histórico, pues no volverán a formar dos naciones, ni volverán a estar divididos en dos reinos369, que los dones y la vocación de Dios son irrevocables370. Ya habíamos visto en un apartado anterior de este capítulo que, al establecerse el nuevo orden social, Tarsis era nombrada como la primera nación que traerá sus tesoros ante el nuevo Rey. Pero el profeta Isaías aún dice más, ya que relaciona a Tarsis con los hijos perdidos del reino de Israel, pues ve juntarse los navíos de Tarsis en cabeza, para traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro, por el nombre de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel, que te hermosea371. En consecuencia, parece que España es la principal de esas naciones cristianas, en las que las sucesivas vicisitudes de la historia ha ocultado una presencia importante de 364

Romanos 11, 28 Mateo 23, 39 366 Ezequiel 37, 19-21 367 Juan 4, 22 368 Romanos 11, 11 369 Ezequiel 37, 22 370 Romanos 11, 29 371 Isaías 60, 9 365

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las tribus del Reino del Norte o Reino de Israel, entre los distintos pueblos formadores de su sangre. Ante esto sólo cabe admirarse con San Pablo y decir, ¡oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!372 Y, si su caída ha sido una riqueza para el mundo, y su mengua, riqueza para los gentiles ¡qué no será su plenitud! Porque si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?373 ¡Cómo una resurrección entre los muertos! El entramado social que, a través de la globalización inicialmente introducida con suavidad y más tarde impuesta por el Anticristo, había asfixiado al hombre dejándolo en manos de Satanás, ahora cambiará radicalmente. Nunca Israel colaborará en toda la historia como entonces con los planes de Dios. No se contaminarán más con sus basuras, con sus monstruos y con todos sus crímenes; (...) los purificaré, y serán mi pueblo y yo seré su Dios; (...) obedecerán mis normas, observarán mis preceptos y los pondrán en práctica374. Si su oposición anterior trajo la cumbre histórica del mal, su conversión traerá la cima de todo lo bueno. Arte, cultura, ciencia, medios de comunicación, economía, justicia y política, serán otros tantos campos en los que se difundirá su conversión interior. Nadie hará daño, nadie hará mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahveh375.

3.4.2. La restauración del Sacrificio Perpetuo En un momento preeminente de la magna reunión del juicio de las naciones es seguro que se restablecerá solemnemente el Sacrificio perpetuo que el Anticristo abolió. La Misa, por su poder salvífico, fue el objetivo central de la acción del Anticristo. Ahora una vez vencido, Jesucristo mismo, allí presente, será el oficiante en esa ocasión de una Misa muy particular y emotiva, cumpliendo lo que anunció después de instituir la Eucaristía: os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre376.

372

Romanos 11, 33 Romanos 11, 12 y 15 374 Ezequiel 37, 23-24 375 Isaías 11, 9 376 Mateo 26, 29. 373

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La restauración de la Misa, será un hito en la historia de los beneficios espirituales para los hombres de la nueva época. Sobrenaturalmente hablando, ningún efecto positivo puede desligarse de los méritos de la Pasión y Muerte de Jesucristo. La Misa es revivir realmente aquellos sufrimientos salvíficos para aplicarlos de nuevo a las necesidades actuales de la obra de la Redención. Por tanto, de algún modo, en ella están presentes todos los misterios de la historia de la salvación. Especialmente ligados a la Misa están los frutos actuales necesarios para la santificación de cada alma, de los que ya poseemos las primicias. Por tanto, estrictamente hablando, no se puede producir tras el juicio de las naciones un nuevo orden espiritual, sino un completar o madurar de dichas primicias. En concreto, el modelo o finalidad de todo crecimiento espiritual es la identificación plena con Cristo: no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí377. En realidad, Jesucristo es siempre el celebrante no visible de cualquier Misa. El sacerdote presta su voz a una fórmula que se dice en primera persona, Mi Cuerpo378 y Mi Sangre379, pero que no se refiere al oficiante sino al Cuerpo y Sangre del mismo Cristo. Sin embargo, en esta especial ocasión histórica, Jesucristo visiblemente de nuevo presidirá el sacrificio incruento ya que cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga380. Es muy probable que Jesucristo, en vez de limitarse al acto central de consagrar las especies sacramentales como en la Ultima Cena, siga el rito litúrgico de la Iglesia, que tras 20 siglos y por inspiración divina, arropa hoy al momento central de la Consagración. Este aspecto no es secundario puesto que, además de confirmar con su actitud las disposiciones de la Iglesia en esa materia, siguiendo ciertas oraciones de ese rito podemos entrever algunos de los sucesos espirituales que pueden tener su raíz en esta singular Misa de restauración. En efecto, al igual que en ese momento histórico se cumplen las peticiones de una oración de Jesucristo que es el Padrenuestro, podemos pensar que también se concederán otras peticiones contenidas en las oraciones litúrgicas del rito de la Misa. Si la eficacia de nuestra oración, está sólo limitada por la fe ya que todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis381, la eficacia de la oración de Jesucristo, por ser Dios, es total. Podemos decir que si Dios se pide a sí mismo algo, no puede dejar de concederlo. Por tanto, podemos imaginar 377

Gálatas 2, 20 Lucas 22, 19 379 Lucas 22, 20 380 1 Corintios 11, 26 381 Marcos 11, 24 378

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los efectos de la concesión de algunas peticiones litúrgicas existentes en el rito de la Misa, para comprender ciertos aspectos de la vida en éste nuevo periodo histórico. Pondré como ejemplo una oración del Ofertorio de la Misa que va unida a la acción de mezclar en el cáliz unas gotas de agua con el vino. La que hoy se recita es la parte final de una oración anterior más completa. Aunque el sentido de ambas es igual, prefiero emplear la versión realzada con el fin de facilitar la comprensión de la misma petición. El texto dice así: ¡Oh Dios!, que de modo admirable creaste la substancia del hombre, y la reformaste de manera aún más admirable, concédenos por el misterio de este agua y este vino, que participemos en la divinidad de Aquel que se dignó participar de nuestra humanidad. Más adelante veremos alguno de los efectos novedosos de participar de la divinidad de Jesucristo, pero en cualquier caso, podemos sospechar que ahora aún somos incapaces de comprenderlos todos, y si entrevemos algunos estos son inconmensurables. La venida visible del Señor para vencer al Anticristo y realizar el juicio de las naciones no durará mucho en el tiempo, porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre382. Por tanto, como Jesús debe volver a irse, no nos dejará solos: se irá y se quedará. De nuevo la reserva eucarística, volverá al lugar preeminente que le corresponde en la vida cristiana, iluminando todas las acciones de los cristianos en esa nueva etapa de la historia. Mi morada estará junto a ellos, seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y sabrán las naciones que yo soy Yahveh, que santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre383. De este modo, sin necesidad de caer en extremos milenaristas, se puede pensar en una presencia eucarística de Jesucristo, posiblemente más realzada y fructífera que la actual, como Rey de esta nueva etapa histórica, de modo que podrá calificarse la época subsiguiente como un verdadero Reinado Eucarístico. El objeto del Sacramento de la Eucaristía es nuestra transformación espiritual para asemejarnos a Dios. Ese objetivo coincide profundamente con la tercera petición del padrenuestro, que ahora se concede a Jesucristo: hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo384. Imaginar lo que ambas potencialidades, el efecto transformador de la Eucaristía y la identificación de nuestra voluntad con la divina, pueden conseguir en las almas ya dispuestas y acrisoladas por la tribulación del Día de Yahveh, es 382

Mateo 24, 27 Ezequiel 37, 27-28 384 Mateo 6, 10 383

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algo que escapa a nuestros pobres conceptos actuales de unión entre el alma y Dios. Los dones de Dios, adaptados como siempre a las disposiciones de cada uno, serán una auténtica efusión de nueva Pentecostés, pero abarcando en esta ocasión a todos los hombres vivos. En este momento histórico adquiere un nuevo sentido aquel deseo ardiente de Nuestro Señor: he venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!385. Como en la primera venida del Espíritu Santo, un fuego material debía complementar o dar paso a la acción del fuego espiritual sobre cada hombre. Asociada a la nueva tierra que esperamos, dice San Pedro que hay nuevos cielos386. El plural de éste término indica que no se trata del orden material sino del espiritual ya que no se puede hablar de cielo físico en plural. Por tanto, no están hablando San Pedro, ni el profeta Isaías387, en plural por equivocación. Los nuevos cielos son aquellos en los que habita la justicia388. Hablar aquí de justicia en el sentido jurídico terrenal tampoco encaja. Justicia en sentido bíblico significa santidad. Los nuevos cielos son, por tanto, el interior de cada hombre, en los que se cumplirá aquello que vivía San Pablo: y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí389. De ese modo se entenderá con claridad que el reino de Dios está dentro de vosotros390 y que es el origen del nuevo orden social que ya vimos y el nuevo orden material que trataremos a continuación.

385

Lucas 12, 49 II Pedro 3, 13 387 Isaías 65,17 y 66, 22 388 II Pedro 3, 13 389 Gálatas 2, 20 390 Lucas 17, 20-21 386

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3.5. Tercera consecuencia: un nuevo orden material 3.5.1. La libertad de los hijos de Dios. El nuevo orden social y las nuevas gracias del orden espiritual compensarán con creces la difícil situación soportada durante el Día de Yahveh. Pero aún queda una tercera sorpresa que mostrará que no habrá sido estéril ese tiempo de crisol. Jesús mismo avisaba que la importante purificación del Día de Yahveh era para cobrar ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación391. El Verbo de Dios humanado no podía referirse, con palabras tan trascendentes, sólo a la liberación del Anticristo. Jesús hablaba de otra liberación más ansiada y honda. Algo más profundo debe ocurrir entonces, para las aspiraciones de los cristianos de cualquier época, independientemente de que hubieran vivido o no ese periodo histórico tan breve. En términos de liberación, Jesucristo vino a liberarnos del pecado, porque todo el que comete pecado es un esclavo392. San Juan Bautista, ve a Jesús venir hacia él y dice: He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo393. En consecuencia el castigo de la muerte apareció en el mundo, pues el salario del pecado es la muerte394. Y la muerte afectó a todo el hombre: al plano espiritual del hombre mediante la condenación a estar separado eternamente del la fuente de la vida395, y al plano material mediante la corrupción de la carne. Jesucristo nos liberó de ambas secuelas por los méritos de su Pasión y Muerte. En efecto, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos396. A los ojos de la fe, la liberación del pecado y sus efectos espirituales ya son evidentes y actuales. Así por ejemplo, los patriarcas del Antiguo Testamento y los justos que murieron antes de Jesucristo, no pudieron entrar en el Cielo sino que tuvieron que esperarle. Por el contrario, ahora ya tenemos abiertas esas puertas y actualmente ya no existe esa espera. En una palabra, los efectos espirituales de la liberación del pecado son ya patentes.

391

Lucas 21, 28. Juan 8, 34 393 Juan 1, 29 394 Romanos 6, 23 395 Salmo 36, 10 396 Romanos 5, 19 392

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Sin embargo, hoy aún permanece el efecto material del pecado, es decir la muerte corporal. Por el pecado entró la muerte (en el mundo)397, pues Dios dijo a Adán, polvo eres, y al polvo volverás398. En consecuencia, desde el mismo Adán, terminado nuestro tiempo en la tierra, la parte no material del hombre se separa del cuerpo. Sin embargo, la liberación de ese castigo también ha sido obtenida por la Pasión y Muerte de Jesucristo, aunque todavía no ha sido concedida. Jesucristo anuncia que cuando empiecen a suceder estas cosas, es decir el Día de Yahveh, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación399. La liberación, que aún queda por conceder, de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios400. La corrupción es una servidumbre, parte de nuestra esclavización al demonio. El rescate de nuestro cuerpo debemos verlo como verdadero rescate de las garras del diablo porque por envidia del diablo entró la muerte en el mundo401. Y así, nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, pero no su completo desarrollo, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo402. ¡El rescate de nuestro cuerpo403! ¡El rescate de la parte material del hombre! El rescate que le hacía gritar a San Pablo, ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?404 Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros.405 Y con esta nueva y poderosa renovación del Espíritu Santo se cumplirá que es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad.406 Porque como dice también el apóstol San Juan, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es407. El rescate de nuestro cuerpo corruptible es algo que está en la misma médula de nuestra fe expresado en el Credo bajo la afirmación creo en la 397

Romanos 5, 12 Génesis 3, 19 399 Lucas 21, 28 400 Romanos 8, 21. 401 Sabiduría 2, 24 402 Romanos 8, 22-23. 403 Romanos 8, 23. 404 Romanos 7, 24 405 Romanos 8, 11 406 1 Corintios 15, 53 407 1 Juan 3, 2 398

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resurrección de los muertos. Ya Job expresaba con una vibración indescriptible: Yo sé que mi Redentor está vivo (...). Tras mi despertar me alzará junto a él, y con mi propia carne veré a Dios. Yo, sí, yo mismo le veré, mis ojos le mirarán, no ningún otro408. También los Macabeos en pleno martirio confesaban que el Rey del mundo a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna409. Y su madre les arengaba con un valor y belleza sin igual con esta consoladora verdad: «Yo no sé cómo aparecisteis en mis entrañas, ni fui yo quien os regaló el espíritu y la vida, ni tampoco organicé yo los elementos de cada uno. Pues así el Creador del mundo, el que modeló al hombre en su nacimiento y proyectó el origen de todas las cosas, os devolverá el espíritu y la vida con misericordia, porque ahora no miráis por vosotros mismos a causa de sus leyes»410. ¿Quiere esto decir que la llegada del Día del Señor será el momento de la resurrección de los muertos? Siempre hemos pensado que la resurrección de los muertos será al final del mundo, justo antes del Juicio Final. Si fuera ahora, al principio del último día de la gran semana de la historia, ¿qué sentido habrá tenido que inmediatamente antes dos tercios serán en ella exterminados411? ¿Primero se exterminan dos tercios de los habitantes de la tierra e inmediatamente, a continuación, resucitan? Obviamente no tendría sentido. Por tanto, pensar así significaría fusionar y confundir en el tiempo sucesos y simplificar fenómenos que, una atenta lectura de la Sagrada Escritura, muestra separados y mucho más ricos.

3.5.2. La resurrección, transformación y glorificación del cuerpo ¡Mirad! Os revelo un misterio: No moriremos todos, mas todos seremos transformados412. San Pablo menciona en este texto claramente la idea de transformación, y no la de resurrección. No es una equivocación: es evidente que existe una diferencia entre ambas. Resurrección es volver a la vida una vez que se ha muerto. Transformación es cambiar la condición corruptible del cuerpo sin pasar por la muerte. Ambos procesos tienen en común la situación final incorruptible o inmortal del cuerpo, pero varían en el punto de partida: uno desde la situación de muerte y otro desde la vida.

408

Job 19, 25-27 II Macabeos 7, 9 410 II Macabeos 7, 22-23 411 Zacarías 13, 8. 412 I Corintios 15, 51 409

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Asimismo, también San Pablo distingue varios momentos en los que se produce la resurrección: Cristo como primicias; luego los de Cristo en su Venida. Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino.413 En otras palabras, muestra que habrá un momento histórico de resurrección anterior al final del mundo, para los de Cristo en su Venida. De este modo, al igual que al morir Jesús en el Calvario se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron414, el final de la Pasión de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, conllevaría también una resurrección semejante de justos. Más adelante veremos que el Apocalipsis habla de una resurrección primera415 para una parte de los hombres, ya que los demás muertos no revivieron hasta que se acabaron los mil años416. En cualquier caso, los justos que resucitaron en la muerte del Señor, parece que después de un tiempo breve en que se aparecieron a muchos417, subieron al Cielo. Por tanto, lo mismo puede ocurrir para los que resuciten en la resurrección primera. Inicialmente podría pensarse que el momento de la transformación es el juicio final, es decir, al final del mundo y del Día del Señor. Sin embargo, San Pablo señala que en un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados418. La señal del momento es el sonido de la trompeta. Habíamos visto que la convocatoria del juicio de las naciones la hacían sus ángeles con sonora trompeta419. Más adelante veremos que también las trompetas en manos de ángeles son frecuentes en el Apocalipsis, pero siempre suenan antes del día del Señor. Por tanto, la transformación que anuncia San Pablo para todos, parece que no será al final del mundo sino al comienzo del Día del Señor. Por otra parte ya hemos visto que la historia del hombre sobre la Tierra no termina con el final del Día de Yahveh, sino que el otro tercio quedará en ella420. Para esos elegidos se abre una nueva etapa prometedora: nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia421. En ese caso, la transformación del cuerpo de los elegidos que vivirán en esta nueva época es para seguir viviendo en la tierra nueva o renovada, pero tierra y no Cielo, al fin y al cabo. Por tanto, aunque las personas que vivan en esa época hayan dado un paso importante de cara a su definitivo 413

1 Corintios 15, 22-25 Mateo 27, 51-53 415 Apocalipsis 20, 5 416 Apocalipsis 20, 5 417 Mateo 27, 53 418 I Corintios 15, 52 419 Mateo 24, 31 420 Zacarías 13, 8. 421 II Pedro 3, 13 414

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destino, aún no estarán en él, aún no habrán llegado a la meta de la eterna bienaventuranza. En otras palabras, el mérito obtenido a través de las buenas obras será aún parte necesaria en la vida de estos hombres transformados. De hecho el profeta Isaías da una pista que indica que no todos conseguirán la felicidad eterna ya que el que no alcance los cien años será porque está maldito422. Hemos considerado también que los hombres de esa época trabajarán, no sólo porque forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas423, sino porque edificarán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán su fruto. No edificarán para que otro habite, no plantarán para que otro coma, pues cuanto vive un árbol vivirá mi pueblo, y mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos424. También nacerán nuevos hombres en este estado incorruptible ya que no se fatigarán en vano ni tendrán hijos para sobresalto, pues serán raza bendita de Yahveh ellos y sus retoños con ellos425. Todas estas características de la vida de los hombres transformados hace recordar lo que habría sido la condición de Adán y sus descendientes si no hubieran pecado. Parece como si se rehiciera la creación inicial en la nueva tierra del Día del Señor. En efecto, Adán y Eva eran inmortales, aunque su permanencia en el paraíso terrenal, o jardín del Edén más propiamente, no era eterna. Tras un tiempo de mérito, accederían a la plena posesión de Dios en el Paraíso celestial, ya que fueron creados en el paraíso terrenal “ut operaretur”, es decir, para trabajar, pues al hombre Dios lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivase y lo guardase426. Sin embargo, al pecar, Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los vistió427. Y con el nuevo vestido le echó Yahveh Dios del jardín de Edén428. Quizá en esas túnicas de piel puede verse nuestra carne mortal presente, de la que creemos firmemente que un día seremos liberados, para adquirir otra nueva incorruptible. Para los elegidos que sobrevivan al Día de Yahveh la adquirirán muy probablemente a través de la transformación, el mismo día que aparezcan los nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia429. Los demás, la obtendrán a través del proceso de resurrección al final del mundo. El hecho de que se adquiera 422

Isaías 65, 20 Isaías 2, 3 424 Isaías 65, 21-22 425 Isaías 65, 23 426 Génesis 2, 15 427 Génesis 3, 21 428 Génesis 3, 23-24 429 II Pedro 3, 13 423

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antes o después no merma para nada su característica específica de materia incorruptible. Quizá también esas túnicas de piel corruptible que ahora llevamos son las que durante muchos años han hecho identificar falsamente el proceso de hominización con el de humanización. Diversos momentos de la vida de Jesús iluminan un poco más cómo puede darse esta realidad. En el monte Tabor, al transfigurarse, su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz430. Jesús habla de ese brillo como el sol a los apóstoles cuando les explica la parábola de la cizaña, diciendo que así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.431 Ambas situaciones muestran que el cuerpo incorruptible, ya sea transformado o resucitado, no es el máximo grado de bienaventuranza material posible. Existe otro superior que supone brillar como el sol, que es un nivel mayor de belleza de la que poseía Adán cuando fue creado y que estaba llamado a alcanzar. Ese estado de la materia que brilla como el sol, se llama glorificación. Por contraposición también puede decirse que el cuerpo incorruptible puede recibir punición a pesar de su incorruptibilidad: ser echado en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes432. Ese estado de la materia es el propio de la condenación. Por tanto, adquirir la inmortalidad o incorrupción de nuestra parte material, no es más que una liberación de la esclavitud de la corrupción que nos impuso el pecado original. Pero el nuevo cuerpo incorruptible no es tampoco nuestro estado final. La pervivencia eterna de ese cuerpo será más gloriosa o dolorosa según nuestras obras hayan sido merecedoras de premio o castigo, independientemente de que esas obras hayan sido ejecutadas en la tierra actual, en la nueva tierra o, para los que vivan la transición, en ambas. En el proceso de la Resurrección de Jesús pueden verse más detalles que nos ayudan a comprender la diferencia entre cuerpo incorruptible y cuerpo glorificado. Cuando Jesús resucita del sepulcro, los guardias que han puesto los judíos se pusieron a temblar y se quedaron como

430

Mateo 17, 2 Mateo 13, 40-43 432 Mateo 13, 50 431

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muertos433, pero no ante el aspecto del Señor, al que no se dice que vieran resucitado, sino ante la presencia imponente del Angel del Señor (que) bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve434. Pocos minutos más tarde, María Magdalena no reconoce a Jesús por una luminosidad especial, sino por la entonación de la voz al llamarla por su nombre: ¡María!435. Jesús mismo le dice que todavía no ha subido al Padre436. A las pocas horas, los dos discípulos que iban a Emaús, hablan con él durante unas tiempo largo y solo le reconocen cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando437. Esa noche, cuando se aparece ante los apóstoles, estaban al principio sobresaltados y asustados, (porque) creían ver un espíritu438. Pero Jesús mismo les disipa sus dudas, sin aparecer ningún brillo especial en su cuerpo: mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo439. La cuestión no era fácil, pues como los apóstoles no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer? Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos440. Unos días más adelante, junto al Mar de Tiberíades, ninguno de los apóstoles que estaban pescando reconoce a Jesús por un aspecto brillante como el sol, aunque estaba en la orilla, sino por el recuerdo de otra pesca maravillosa e inesperada anterior. Mientras llegan a la orilla, Jesús les prepara unas brasas y les dice: «Venid y comed» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor441. Ningún aspecto especial. Solo la capacidad de presentarse inesperadamente delante de ellos y desaparecer. Sin embargo deja que vean los apóstoles en Betania su Ascensión definitiva al Cielo pues sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo442, en presencia de ellos, y una nube le ocultó a sus ojos443. Esto sugiere que Cristo pasó por un estado de resurrección de la carne antes de su glorificación definitiva cuando se sentó a la diestra de 433

Mateo 28, 4 Mateo 28, 2-3 435 Juan 20, 16 436 Juan 20, 17 437 Lucas 24, 30 438 Lucas 24, 37 439 Lucas 24, 39 440 Lucas 24, 41-43 441 Juan 21, 12 442 Lucas 24, 51 443 Hechos 1, 9 434

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Dios444. El cuerpo de Jesús en ese periodo que media entre la Resurrección y la Ascensión podría ser el modelo de la transformación de los cuerpos del comienzo del Día del Señor. Esto puede ayudar para explicar la distinción entre resurrección o transformación y glorificación del cuerpo. Las dos primeras producirían como resultado volver al estado incorruptible e inmortal de Adán anterior al pecado original, mientras que la glorificación del cuerpo sería algo posterior dependiente del mérito, del premio o castigo que recibimos por nuestras obras. De este modo podría decirse que la nueva tierra sería como un nuevo jardín del Edén, que para habitarla requiere una nueva materia incorruptible, transformada, semejante a la que Adán y Eva tuvieron allí antes de pecar. En esta nueva tierra se desarrollará el nuevo orden social o Reino de Jesucristo. Sin embargo, esta materia incorruptible todavía debe recibir la glorificación para brillar como el sol445 en el caso de los que Jesús llamará en el juicio final benditos de mi Padre446, o el castigo eterno de los que llamará malditos447 aquel día final cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad448.

Figura 4: Proceso de Restauración Redentora del hombre

444

Marcos 16, 19 Mateo 13, 43 446 Mateo 25, 34 447 Mateo 25, 41 448 1 Corintios 15, 24 445

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3.5.3. La nueva creación Habíamos comenzado este capítulo con el primer hecho singular tras el aniquilamiento del Anticristo y su sistema asociado. En realidad, hemos visto que el juicio de las naciones no sólo efectúa un análisis del periodo histórico anterior sino que da paso a un nuevo orden social, un nuevo orden espiritual y un nuevo orden material. En una palabra, una nueva creación, pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria; antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear449. Sin embargo, hasta aquí puede dar la impresión de que los hombres somos meros sujetos pasivos de estos cambios. Nada más lejos del modo de actuar habitual de Dios en la economía de la Redención. Es verdad que la primera creación se produjo por la sola Voluntad de Dios. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.450 Pero la Redención tras la caída exigió la participación de la voluntad del hombre, primeramente mediante el hágase en mi según tu palabra451 que pronunció la Virgen María. Después Jesucristo bajó del cielo, no para hacer su voluntad, sino la voluntad del que le ha enviado452, y al entrar en este mundo453, dice: ¡he aquí que vengo (...) a hacer, oh Dios, tu voluntad!454, y llega hasta el extremo de humillarse a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz455. Del mismo modo, parece probable que, antes de ejecutar Dios sus nuevos pasos en los planes de la Redención, será necesario que el hombre libremente diga hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.456 Un poco más arriba hemos considerado aquel encuentro de Jesús ya resucitado con sus discípulos en el Mar de Galilea. Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?457 La pregunta se repitió dos veces más hasta que se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.»458 En realidad Pedro, ya había llorado amargamente459 arrepintiéndose de su triple negación en la 449

Isaías 65, 17-18 Génesis 1, 3 451 Lucas 1, 38 452 Juan 6, 38 453 Hebreos 10, 5 454 Hebreos 10, 7 455 Filipenses 2, 8 456 Mateo 6, 10 457 Juan 21, 15 458 Juan 21, 17 459 Lucas 22, 62; Mateo 26, 75 y Marcos 14, 72 450

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casa del Sumo Sacerdote460. Sin embargo, Jesús no deja de pedirle tres actos de amor antes de confirmarle apacienta mis ovejas461. Del mismo modo, antes de dar paso al Día del Señor, Dios pedirá a los hombres por tres veces que confirmen su Amor a Dios. La primera ocasión la veremos más adelante, al tratar sobre el Apocalipsis, cuando el segundo Angel (toque) su trompeta462. La segunda oportunidad, ya la vimos al tratar del momento en el que el Anticristo en el lugar del sacrificio puso la iniquidad y tiró por tierra la verdad; así obró y le acompañó el éxito463, pues decía que es previsible que sea obligatorio prestarle físicamente un acto de adoración externo o, de lo contrario, huir del mundo civilizado. El Apocalipsis explicará que hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre464. Por tanto, aceptar o negar la marca de la Bestia será una segunda coyuntura universal de aceptación o rechazo a Dios. La tercera confirmación universal, que devuelva a Dios lo que la desobediencia de Adán le quitó, puede ser en el momento del juicio de las naciones. Parece razonable que, a la vez que se restaura la Misa, el sacrificio perpetuo465 en que se aplican los méritos infinitos del Sacrificio del Calvario, se requiera un acto interior, como participación real de cada hombre, unido al único y eterno Sacrificio Redentor de Cristo. Los textos del rito litúrgico dan pie a profundizar en este tercer sí del resto elegido de la humanidad. Así por ejemplo, la anáfora que cierra el Canon, reza: Por Él, con Él y en Él, a ti Dios Padre Omnipotente, en unidad con el Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos Amén. Entonces será cuando realmente se habrán puesto las bases para dar fin a unos tiempos y obtener de Dios los tres nuevos órdenes social, espiritual y material. Como un corolario necesario de la liberación de nuestro cuerpo de muerte466, y que este ser mortal se revista de inmortalidad,467 parece justo que se produzca también el rescate de la creación material que no pecó, pero que Dios sometió junto al pecado de Adán: maldita será la tierra por 460

Mateo 26, 58 Juan 21, 17 462 Apocalipsis 8, 8 463 Daniel 8, 10-12 464 Apocalipsis 13, 16-17 465 Daniel 11, 31 466 Romanos 7, 24 467 1 Corintios 15, 53 461

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tu causa468. Una liberación que ansía la creación entera (que) gime hasta el presente y sufre dolores de parto469. Entonces será cuando, habrán terminado los dolores del alumbramiento470, hasta el punto que podremos decir con San Pablo que estimamos que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros471 cuando la creación entera termine su ansiosa espera (...) por la revelación de los hijos de Dios472. De algún modo podríamos decir que Dios habrá concedido las siete peticiones del padrenuestro, en un orden de acontecimientos inverso al de las súplicas. Todo empezó con su victoria sobre el Anticristo, que también nos libró del Malo. Después, con nuestro sí personal a Dios, rechazo de la tentación de soberbia, la profunda transformación del orden social, material y espiritual, que consigue santificar el nombre de Dios. Y así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos473. Un corolario de todo lo anterior es que se puede hablar con toda propiedad de un final de los tiempos, como hasta ahora los hemos conocido, distinto del fin del mundo. El cambio en nuestro mundo al final del Día de Yahveh será tan radical y profundo que, sin poder decir que es el fin del mundo, bien merece ser llamado fin de los tiempos. Quizá en la nueva época, la oración más apropiada para el cristiano, una vez obtenidas las peticiones del padrenuestro, sea la alabanza que dirigió nuestra Madre la Virgen, sin pecado concebida, en agradecimiento a Dios ante la salutación de Isabel: ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor! Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, (...) porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, 468

Génesis 3, 17 Romanos 8, 22-23. 470 Mateo 24, 8 471 Romanos 8, 18. 472 Romanos 8, 19. 473 Romanos 5, 19 469

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dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como había anunciado a nuestros padres – en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»474

474

Lucas 1, 46-55 Página 87

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Capítulo 4: Un Autor muy especial 4.1. Sobreabundancia de la Palabra de Dios Después del panorama que hemos visto en los dos capítulos anteriores, parece difícil dar aún más detalles sobre el Día de Yahveh y el Día del Señor. Hasta aquí la Sagrada Escritura nos ha instruido con señales abundantes sobre la preparación de esos momentos históricos, su desarrollo, culminación y consecuencias. Y sin embargo, Dios aún quiere prevenirnos más, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis475. Parece como si lo que va a suceder en esos tiempos fuera tan increíble para la mentalidad de los hombres que han de vivir esa época, que Dios quiere enriquecer aún más las profecías anteriores. Un posible motivo puede ser que la mentalidad racionalista imperante en esos momentos será tan cerrada que Dios pone un empeño especial en avisar. Sin duda, cierta imponente obstinación ocurrirá en esos días ya que después incluso de castigos y fenómenos únicos, los hombres blasfemaron del Dios del cielo por sus dolores y por sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras476. Curiosamente, en nuestra época es cuando han surgido lo que podríamos llamar milagros para racionalistas. Entre ellos, es especialmente notable la efigie oculta en la Sábana Santa que desveló la fotografía, un descubrimiento prácticamente de nuestro siglo. Ocurre algo semejante con la imagen de la Virgen de Guadalupe en la que la ampliación fotográfica de los ojos ha descubierto reflejados en la cornea a los personajes que asistieron a la escena que narra la tradición, desde hace 500 años. En ese esfuerzo de Dios por conseguir el regreso del hijo pródigo racionalista que estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado477, recientemente ha salido a la luz pública otro descubrimiento semejante, relativo al texto de la Sagrada Escritura478. Bajo el texto hebreo masorético original existe otro texto oculto en forma cifrada. Para desbloquear el código, era necesario el ordenador, una herramienta de nuestra época. Con su ayuda se coloca el texto original, de 300.000 letras, en líneas de igual longitud: 100, 200, o cualquier otra cifra deseada de caracteres. Una vez escogida la longitud de línea, con frecuencia, aparece a modo de crucigrama en las líneas verticales, nombres 475

Juan 14, 29 Apocalipsis 16, 11 477 Lucas 15, 32 478 Michael Drosnin (1999) El código secreto de la Biblia. Editorial Planeta. 244 páginas. (Traducción del original en inglés aparecido en 1997). 476

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de personajes y sucesos relevantes, de distintas épocas de la historia del mundo, incluida la nuestra. Y no sólo esto, sino que además en las cercanías de cada palabra vertical o incluso cruzándola, aparecen sucesos directamente relacionadas con ella, como fechas de nacimiento y muerte, profesión o cargo, descubrimientos que hizo el personaje, etc. Lo que hace unos años estaba reservado pocos a sabios matemáticos y expertos en cifrado de los mejores servicios secretos del planeta, cualquiera puede comprobarlo hoy día por sí mismo con la ayuda de uno de los programas que se comercializan para ordenadores personales que actúan como lectores rápidos de estos crucigramas. En realidad, este texto alternativo no es un texto fatalista respecto a los acontecimientos futuros, pues la Sagrada Escritura, cuyo autor principal es Dios, no puede tener una lectura diferente “por delante” que “por detrás”. La información que es posible almacenar en estas combinaciones de “crucigramas” es gigantesca, pero aún puede ser infinitamente mayor si consideramos que también es posible hacer “cubigramas”, siguiendo el mismo principio de agrupamiento. Las direcciones en que se podrían leer estos “paquetes” serían entonces semejantes a las de un holograma. La información que pueden albergar los posibles “cubigramas” sería infinita, hasta el punto de contener todos los hechos históricos y sus posibles alternativas, incluyendo la vida de cada uno de los hombres. Recuerdan estas posibilidades a aquellos cuatro Vivientes llenos de ojos por delante y por detrás479, que rodean al trono de Dios, en los que la Tradición siempre vio a los 4 evangelistas. Ciertamente, es viva la Palabra de Dios480. Tan viva, que probablemente contiene en sí todo lo que el mundo ha vivido, vive y vivirá. En este descubrimiento suena el eco de la presencia por extensión de Dios en la creación, dando el ser a todo lo que es o puede existir. Nuestro conocimiento de la Palabra de Dios, aunque certero es limitado. El nombre de la segunda Persona de la Santísima Trinidad es el Verbo, que significa la Palabra: en el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios481. Nada tiene de extraño que en la Palabra de Dios, transmitida por vía escrita u oral, haya una presencia misteriosa de Dios, que va más allá de lo que inicialmente imaginábamos. La hierba se seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece por siempre482. San Juan al principio de su 479

Apocalipsis 4, 6 Hebreos 4, 12 481 Juan 1, 1 482 Isaías 40, 8 480

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Evangelio dice que en la segunda Persona de la Santísima Trinidad estaba la vida483, la vida que ahora vemos palpitar al descubrir que en ese texto está escrita más historia de lo que una primera lectura descubrió, en el mundo estaba, (...) y el mundo no la conoció484. De algún modo, la Iglesia enseña esta verdad al decir que el alimento espiritual del cristiano se contiene en el Pan y la Palabra. Y la Palabra se hizo carne485. Y el Pan se hace Carne para nuestro alimento, cada día en la Misa. Allí se repite incruentamente el Sacrificio de la Cruz y, en esa acción trascendente la fe nos deja ver ambas formas de invisible presencia divina, que actúan para darnos la Vida486 con mayúscula, porque el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo487 y si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros488. Pero volvamos al Apocalipsis de nuevo, donde parece como si Dios quisiera no dejar ningún posible cabo suelto, ninguna sombra de duda o excusa para dejar de creer, antes y cuando suceda. Incluso él mismo, el Alfa y la Omega, principio y fin489 y Señor de la historia, actúa en primera persona y presenta las visiones que San Juan va a narrar. Podemos decir que no fía a terceros esta delicada tarea. El Apocalipsis en verdad complementa con primor hasta los mínimos detalles nuestra información. Los detalles son importantes, también para la fe. Los detalles construyen la diferencia entre la chapuza y la calidad, entre la vulgaridad y el cariño. San Juan lo sabía por propia experiencia. Él era el predilecto de Jesús, el que Jesús amaba490. Había acompañado más de cerca que ningún otro de los doce apóstoles al Señor en los duros momentos de su Pasión y Muerte. Había estado muy cerca de la Virgen en el Calvario, durante la sepultura y el propio Sábado Santo. Y, sin embargo, fue un detalle aparentemente insignificante el que hizo aparecer su fe en la Resurrección. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; (...) y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte (...); vio y creyó491. ¿Qué significado tuvo para San Juan aquel sudario plegado aparte? No lo sabemos, pero el detalle dio en el blanco, el detalle le hizo “caer en la cuenta” de lo que hasta ese momento no entendía. Muchas veces nuestro proceso de comprender la verdad, sigue el mismo 483

Apocalipsis 1, 4 Juan 1, 10 485 Juan 1, 14 486 Juan 14, 6 487 Juan 6, 51 488 Juan 6, 53 489 Apocalipsis 1, 8 490 Juan 13, 23; 19, 26; 21, 7 y 21, 20 491 Juan 20, 6-8 484

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camino. Un detalle es como el interruptor que da paso a la luz y desencadena nuestra adhesión a las realidades divinas, a las realidades más reales.

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4.2. Simbología rica y profunda Antes de comenzar la descripción del Apocalipsis conviene presentar el sentido de algunas estructuras que subyacen a lo largo del libro sagrado a modo de falsilla o marco de referencia. Es como la música que acompaña y arropa el desarrollo de una melodía principal. No es el núcleo de la composición, pero sin su sonido, la sinfonía quedaría descarnada. Dicen los melómanos que, al poner la atención en ese acompañamiento, se percibe mejor el motivo principal y, con ello, la armonía del concierto. Cualquier libro de la Sagrada Escritura por ser Palabra de Dios tiene una validez perenne para los hombres de todos los tiempos, porque la hierba se seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece por siempre492. El Apocalipsis con frecuencia se ayuda del uso de una simbología abundante para conseguir ese lenguaje que va más allá. Los textos sagrados utilizan con asiduidad este recurso a las metáforas y comparaciones, pues tienen gran fuerza evocadora y permiten reprofundizar continuamente su contenido a través del estudio y la meditación. Salomón pronunció 3000 parábolas y proverbios493. En alegorías escribe el pasado y el futuro pues en parábolas (Dios) va a evocar los misterios del pasado494, y por medio de los profetas hablaré en parábolas495. A Jesús también le gustaba este método de enseñar y sin parábolas no les hablaba496, hasta que un día los discípulos le preguntaron, ¿por qué les hablas en parábolas?497. La respuesta parece dura: Es que a vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene se le dará y le sobrará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden498. ¿Qué tenían los apóstoles, que no tuvieran los demás? Evidentemente el interés que mostraba su constante cercanía a Jesús, el deseo de aprender sus palabras en la intimidad. Exactamente lo mismo que recomienda Dios al lector de la Biblia: penetra en los repliegues de las parábolas, (...) y en los enigmas de las parábolas insiste499. Lo que está escrito en el mismo comienzo del

492

Isaías 40, 8 I Reyes 5, 12 494 Salmo 78, 2 495 Oseas 12, 11 496 Marcos 4, 34 497 Mateo 13, 10 498 Mateo 13, 11-13 499 Eclesiástico 39, 2-3 493

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Apocalipsis: Bienaventurado el que lee y los que escuchan las palabras de esta profecía y guardan lo que está escrito en ella500. El uso de simbología no quiere decir que el Apocalipsis sea un texto chicle que se ajusta a cualquier análisis. Los símbolos tienen la capacidad de evocación y adaptación a múltiples interpretaciones válidas, pero con fundamento literal, histórico o escatológico. A través de los símbolos, se transmite una luz, un mensaje, pero no cualquier mensaje. Sin embargo, tampoco hay que esperar un código de equivalencias absoluto, a modo de diccionario. Tras una primera orientación analítica y de fidelidad a la Tradición, la oración, de nuevo, aparece como el guía más oportuno para desentrañar su profundo significado vivificante. El primer elemento de ayuda para descifrar esta rica simbología está en un conocimiento contextual del resto de la Sagrada Escritura. El Apocalipsis hace una constante referencia al Antiguo Testamento. Está saturado de sus citas textuales y contextuales. Casi se podría decir que se presenta como relectura asimilada del Antiguo Testamento. De sus 404 versos, 278 aluden con referencias explícitas al Antiguo Testamento (68,8%). Por ello, he creído necesaria la larga introducción de los dos capítulos anteriores. Un elemento frecuente en la simbología es el fondo numérico que acompaña a las descripciones. Cada número tiene un significado que no es fruto del azar. No son simplemente iglesias de Asia, estrellas, candeleros de oro o Espíritus de Dios, sino siete iglesias de Asia501, siete estrellas502, siete candeleros de oro503 o siete Espíritus de Dios504. Bajo el número siete encontraremos además siete antorchas de fuego505, siete sellos506, siete cuernos507, siete ojos508, siete Angeles que están en pie delante del trono de Dios509, siete trompetas510, siete truenos511, siete cabezas512, siete diademas513, siete plagas514, siete copas de oro515, siete colinas516 y siete 500

Apocalipsis 1, 3 Apocalipsis 1, 4 502 Apocalipsis 1, 16 503 Apocalipsis 1, 20 504 Apocalipsis 3, 1 505 Apocalipsis 4, 5 506 Apocalipsis 5, 1 507 Apocalipsis 5, 6 508 Apocalipsis 5, 6 509 Apocalipsis 8, 2 510 Apocalipsis 8, 2 511 Apocalipsis 10, 3 512 Apocalipsis 12, 3 513 Apocalipsis 12, 3 514 Apocalipsis 15, 1 515 Apocalipsis 15, 7 501

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reyes517. En total diecisiete elementos aparecen directamente conectados al número siete. Pero indirectamente, sin ser nombrado, también aparece en otras ocasiones, como cuando una multitud de Angeles alaba a Jesucristo y decían con fuerte voz: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza518. Los atributos mencionados son también siete, aun cuando no aparece expresamente citado el número siete. ¿Qué significa el número siete? Plenitud de vida, fruto de la unión de dos números con significado vital. El tres, que hace referencia a la vida de Dios en sí mismo, es decir, la Trinidad; y el cuatro, que indica la vida que Dios produce fuera de sí mismo, es decir, la Creación. El número tres es raíz, a lo largo de toda la Sagrada Escritura, por ser reflejo de la Trinidad divina. Es un número que está impreso en toda la creación espiritual y material. Nueve (3 x 3) son los coros de los ángeles y tres las dimensiones del espacio material: largo, ancho y alto. Tres son los estados de la materia: sólido, líquido y gas. Pasado, presente y futuro definen la evolución temporal. Ternaria es la antropología bíblica: cuerpo, alma y espíritu. Que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo519. Ternaria la estructura de la familia y tres las potencias del alma: memoria, entendimiento y voluntad. Complementariamente el número cuatro (3+1), que muestra a la Trinidad con la Virgen María, Madre de Dios. Ella es la puerta por la que Dios sale de sí mismo “ad extra”, la puerta que permite la Creación, ya que Jesucristo es por quien todo fue hecho520, y por quien son todas las cosas521. Y así la Creación también se expresa, sale de su dimensión estática, a través de la cuarta dimensión, el tiempo. Del mismo modo podría hablarse de otros números como el doce, que supone otra plenitud porque suma tres veces el número cuatro. El 17, apunta a Jesucristo ya que junta el uno de Dios con el siete del hombre. El 6 lo toma el enemigo de Dios, el diablo, como muestra de su soberbia para ser el doble que Dios. Sin querer hacer aquí una extensa numerología cabalística, es evidente que los números tienen un significado no casual, 516

Apocalipsis 17, 3 Apocalipsis 17, 3 518 Apocalipsis 5, 11 519 1 Tesalonicenses 5, 23 520 Credo de los Apóstoles 521 1 Corintios 8, 6 517

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que el autor sagrado quiso utilizar como un elemento más de la transmisión de su mensaje. Análogamente hay un significado implícito en el uso del color de los objetos. Así el blanco aparece en cabellos522, caballos523, piedrecitas524, trono525 y nubes526, y principalmente en las vestiduras527 pero siempre asociado a la victoria sobre el mal. El color negro aparece lógicamente en contraposición de hechos trágicos pero más frecuente en esos hechos es el color rojo y sus semejantes escarlata, sangre o fuego. Dentro del lenguaje utilizado en el Apocalipsis se puede llegar a hacer un análisis detallado de cada palabra, los contextos en los que aparece y la relación entre ellos. Como el propósito de este libro no es la erudición exegética sino provocar una atracción por las cosas de Dios y, a través de ella, encender la piedad, solo haré mención de un ejemplo más. Se trata de la palabra guerra que aparece seis veces en el texto apocalíptico y, curiosamente, en todos los casos, el promotor de ella es directamente Satanás o sus secuaces. Por último, hay que poner atención en el tratamiento del tiempo que va más allá de un desarrollo cronológico simple. La acción no es algo lineal y creciente sino más parecido a un desarrollo en espiral, que según una perspectiva lateral avanza siempre, pero desde un plano frontal da impresión cíclica de avance, retroceso y repetición.

522

Apocalipsis 1, 14 Apocalipsis 6, 2; 19, 11 y 14 524 Apocalipsis 2, 17 525 Apocalipsis 20, 11 526 Apocalipsis 14, 14 527 Apocalipsis 3, 5 y 18; 4, 4,; 7, 9 y 13; 19, 8 y 14 523

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4.3.Visión Introductoria 4.3.1. De quién, qué y para quién.

Capítulo 1 1

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y envió a su Angel para dársela a conocer a su siervo Juan, 2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. 3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. 4

Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; 5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6 y ha hecho de nosotros un Reino de Sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. 7 He aquí que viene acompañado de nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. 8

Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. 9

Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. 10 Caí en éxtasis el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que veas, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

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Este es el comienzo solemne del libro. Jesucristo es su origen, nosotros sus siervos, los destinatarios. El contenido son las cosas que deben suceder pronto528. La inmediatez de la palabra pronto hay que considerarla, en primer lugar, según el eterno presente de todas las cosas para Dios. Pero además hay una urgencia relacionada con el mensaje de la profecía529 que contiene el libro. El Apocalipsis se dirige a las siete iglesias que están en Asia530. Más adelante veremos que éste es un símbolo que se puede referir a toda la historia de la Iglesia, dividida en siete épocas. Por tanto, son cosas que van a suceder pronto, porque cualquier momento de la historia de la Iglesia puede encontrar algo específico para él, dentro del texto del Apocalipsis. Esto no significa que cualquier cosa que dice el Apocalipsis se puede aplicar indistintamente a cualquier periodo histórico, ni que todos los momentos históricos tengan una misma atención en el texto del libro sagrado. Sencillamente, que hay un mensaje para cada periodo futuro, aunque cada uno con distinta fuerza y extensión, según la necesidad. La atención especial se pone en lo más próximo al Día del Señor, en que ha sido arrebatado San Juan a sus visiones. El periodo cuyo tiempo está cerca531, es el Día de Yahveh y su final pues he aquí que viene acompañado de nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén532. En el primer versículo aparece también algo sorprendente. Hay un intermediario de toda ésta revelación que se describe como su Angel533. Es un Angel especial que vuelve a aparecer al final del libro porque el Señor Dios, que inspira a los profetas, ha enviado a su Angel para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto534. Yo, Jesús, he enviado a mi Angel para daros testimonio de lo referente a las Iglesias535. Para descubrir su identidad podemos pensar que en el Nuevo Testamento es la Virgen quién es realmente enviada como mensajera de Dios. Sus epifanías marcan el camino del pueblo cristiano desde el Pilar de Zaragoza en tiempos apostólicos, pasando por los Santuarios de medio mundo como Guadalupe, Lourdes o Fátima. 528

Apocalipsis 1, 1 Apocalipsis 1, 3 530 Apocalipsis 1, 11 531 Apocalipsis 1, 3 532 Apocalipsis 1, 7 533 Apocalipsis 1, 1 534 Apocalipsis 22, 6 535 Apocalipsis 22, 16 529

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En otros dos lugares del libro aparece un Angel no identificado, con un poder especial, cuya acción es posible asimilarla a Nuestra Madre. El primer momento aparece como un Angel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Angeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra y al mar: No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios536. Esta acción de proteger con el sello de Dios vivo parece especialmente maternal. El segundo caso es aún más claro, porque muestra un claro paralelismo con la victoria de la Mujer sobre el Dragón. Luego vi a un Angel que bajaba del cielo y tenía en su mano la llave del Abismo y una gran cadena. Dominó al Dragón, la Serpiente antigua - que es el Diablo y Satanás - y lo encadenó por mil años. Lo arrojó al Abismo, lo encerró y puso encima los sellos, para que no seduzca más a las naciones hasta que se cumplan los mil años. Después tiene que ser soltado por poco tiempo537. La posibilidad de que la Virgen esté simbolizada en el Apocalipsis por más de una figura, y no sólo como la Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza538, concuerda con el caso del mismo Jesucristo, que no sólo aparece como Hijo del Hombre539, sino como Cordero540 a lo largo de todo el Apocalipsis. El hecho de que desde el principio del libro del Apocalipsis se haga mención a que Jesucristo envió a su Angel para dársela a conocer (la Revelación) a su siervo Juan541, parece querer recordar la Mediación Universal de María, por la cual nos vienen todas las gracias que Jesús nos ganó con su Redención y su especial protección al pueblo cristiano. Precisamente en las épocas más difíciles de la historia de la Iglesia, la intercesión de su omnipotencia suplicante ha sido determinante para resolver felizmente las dificultades. Los tiempos del Día de Yahveh son los más difíciles de la historia, por lo que acudir bajo la protección de su manto entonces, será sin duda el mejor refugio. Con esta protección que el autor divino quiere apuntar desde el principio se entiende que sea bienaventurado el que lee, y los que oyen las 536

Apocalipsis 7, 2-3 Apocalipsis 20, 1-3 538 Apocalipsis 12, 1 539 Apocalipsis 1, 13 540 Apocalipsis 5, 6 541 Apocalipsis 1, 1 537

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palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas542. En otras palabras, la intención del autor divino no es causar un temor apocalíptico con este libro de la Sagrada Escritura. El adjetivo apocalíptico tiene hoy ciertas connotaciones catastróficas y, en consecuencia, temibles, que son ajenas totalmente al contenido real del libro. El Apocalipsis es el libro de la profunda consolación divina ante la tribulación, no del temor, ni del miedo. Quizá pueda ayudarle a comprenderlo su propio sentimiento actual, si ha leído en este libro los capítulos anteriores relativos al Día de Yahveh y al Día del Señor. En esta primera parte del capítulo inicial siempre está presente de fondo el número tres y lo que con ello se quiere significar, en cuanto a presencia de la Trinidad. Quizá al poner de este modo el texto Sagrado se comprenderá con más claridad cómo late detrás del texto la divinidad trina. Juan ha dado testimonio de: - la palabra de Dios - el testimonio de Jesucristo - todas las cosas que ha visto Bienaventurado: - el que lee - los que oyen - los que guardan las cosas que en ella están escritas Gracia y paz a vosotros de parte de: - el que es, el que era y que ha de venir - los siete espíritus que están delante de su trono - Jesucristo - el testigo fiel - el primogénito de los muertos - el soberano de los reyes de la tierra La gloria y el poder por los siglos de los siglos al que: - nos amó - nos lavó de nuestros pecados - ha hecho de nosotros un Reino de Sacerdotes para su Dios y Padre. Viene acompañado de nubes y: - todo ojo le verá - y los que le traspasaron - y todos los linajes de la tierra 542

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Yo soy: - el que es (Testigo fiel) - el que era (Primogénito de entre los muertos) - el que ha de venir (Soberano de los Reyes de la Tierra) Yo Juan vuestro hermano y copartícipe en: - la tribulación - el reino - la paciencia de Jesucristo Para los objetivos de este libro interesa resaltar la breve descripción de las tres etapas de la historia de la humanidad que se hace en este prólogo a partir de Jesucristo, que primeramente nos amó y por eso nos creó, nos puso en el Jardín del Edén543 y nos probó. Después nos lavó de nuestros pecados con su sangre mediante su Pasión y Muerte. Por último, ha hecho de nosotros un Reino de Sacerdotes con la restauración total del mal que introdujo el pecado. Quizá esto último también es una pista sobre el tipo de organización del nuevo orden social que surgirá tras el Día de Yahveh. Los israelitas pasaron por un tipo de ordenación semejante antes de la época de los jueces y los reyes, con Moisés y Aaron. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor544. En muchos lugares veremos a Jesucristo como Señor de la historia, pero aquí se da un paso más. Dios se muestra como dueño del tiempo. Dios ha hecho el tiempo como cuarta dimensión en la que se desarrolla la misma Creación. Por tanto, la lógica consecuencia es pensar que el tiempo es de Dios y que a Dios debe volver sin despilfarrarlo. Nosotros lo tenemos sólo en préstamo. Cuando hablamos de “nuestro tiempo”, no es nunca en modo absoluto, porque en realidad es algo que Dios nos da para administrarlo. No tenemos más cantidad que la que Dios quiera darnos. Y debe volver a Él, en vez de dilapidarse, mediante una buena gestión, es decir, mediante su santificación. Si nos lamentamos de “nuestros tiempos” comenzamos a perderlo, porque no tenemos otro tiempo que el presente para gestionarlo hacia Dios. Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza545. El tiempo, este tiempo, es un talento que Dios da y de cuya administración depende que un día nos diga: ¡Bien, siervo bueno y fiel! (...) entra en el gozo de tu señor.546

543

Génesis 2, 15 Apocalipsis 1, 8 545 Salmo 34, 2 546 Mateo 25, 23 544

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4.3.2. El guía de las visiones 12

Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13 y en medio de los siete candeleros, como a un Hijo de hombre, vestido de túnica talar, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. 17

Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. 19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas. 20 El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias. San Juan en su éxtasis comenzó oyendo una gran voz detrás547 de él. Tras oír las primeras instrucciones, lógicamente se vuelve para ver la voz que hablaba conmigo548. Primero oye y después contempla. Así es el proceso de entrar en el trato personal con Dios, de guardar en el corazón las cosas que Dios transmite. Las verdades reveladas hay que reflexionarlas en la presencia de Dios para interiorizarlas y que, de este modo, puedan fructificar. Jesús mismo es el que nos va a enseñar esta lección tan especial. El maestro que tenemos es un privilegio. Mejor que un premio Nobel, que un santo o que un rey: es el mismo Señor de la historia. Su presentación es adecuada al momento. Cualquiera con su modo de presentarse transmite un primer mensaje sobre sí mismo. Lo mismo que nosotros no nos vestimos igual para asistir a una reunión de trabajo o a un suceso deportivo, Jesús aparece ante nosotros con rasgos propios de la clase que va a impartirnos. Al analizarlos en detalle descubrimos una concordancia con la materia que va a transmitir a lo largo del libro. El aula por la que se mueve es el lugar de los siete candeleros de oro,549 que son las siete iglesias550, es decir, la Iglesia a lo largo del tiempo. 547

Apocalipsis 1, 10 Apocalipsis 1, 12 549 Apocalipsis 1, 12 548

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El conjunto de la descripción externa de nuestro maestro551 es la propia de un hombre singular, ciertamente único y grandioso: vestido de una túnica talar552, cabeza y cabellos blancos (...) como la nieve553, rostro como el sol554, ojos como fuego555, voz como trompeta556, como de grandes aguas557, de su boca salía una espada aguda de dos filos558, sus pies de metal precioso acrisolado559 y tenía en su mano derecha siete estrellas560. El vestido de túnica talar, y ceñido por el pecho con un cinto de oro , es una vestidura Sacerdotal, algo semejante a la sotana papal, para hacernos ver que Él es el Sumo Sacerdote del Reino de sacerdotes que ha hecho de nosotros, para su Dios y Padre nuestro562. De nuevo una alusión a un orden social todavía no instaurado. El Día del Señor es la época en que se verá este orden social en pleno desarrollo, por tanto, la vestidura de Sumo Sacerdote equivale a la vestidura de Rey de ese nuevo Reino. Sumo Sacerdote será entonces sinónimo de soberano de los reyes de la tierra563, y con ese atributo se presenta Jesús. 561

Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve . Es el color de los cabellos que los hombres adquieren con los años, unido a la madurez, serenidad y sabiduría de la experiencia. Los mejores maestros son los que van a lo esencial porque han asimilado las materias tras un largo tiempo y saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo565. 564

Sus ojos como llama de fuego566. Pocas frases describen mejor una mirada llena de contenido. El fuego devorador del amor en el corazón, sale al exterior a través de una mirada llena de calor y humanidad. Mirada que embelesó a San Juan desde su juventud o que movió interiormente a la conversión de los pecados personales, como cuando se volvió y miró a 550

Apocalipsis 1, 20 Juan 3, 2 552 Apocalipsis 1, 13 553 Apocalipsis 1, 14 554 Apocalipsis 1, 16 555 Apocalipsis 1, 14 556 Apocalipsis 1, 10 557 Apocalipsis 1, 15 558 Apocalipsis 1, 16 559 Apocalipsis 1, 15 560 Apocalipsis 1, 16 561 Apocalipsis 1, 13 562 Apocalipsis 1, 6 563 Apocalipsis 1, 5 564 Apocalipsis 1, 14 565 Mateo 13, 52 566 Apocalipsis 1, 14 551

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Pedro, y recordó Pedro las palabras del Señor: «Antes que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces.» Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente567. Miradas de fuego parecidas debieron sentir en su alma María Magdalena, la Samaritana, Zaqueo o el apóstol Mateo. Mirada a la vez capaz de llenarse de compasión de la muchedumbre, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas568, y curó a sus enfermos569. Corazón que sale a sus ojos cuando llora al pensar en los días que vendrán570 sobre la Ciudad Santa o cuando, también arrasados de lágrimas, muestran profundo dolor por Lázaro, el amigo muerto, hasta el punto de hacer exclamar a los judíos: «Mirad cómo le quería»571. Mirada, que aún henchida por la sangre del sufrimiento en la Cruz, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo»572. Y con Ella nos dio a los cristianos lo mejor que tenía. Pero mirada que penetra con la Verdad de Dios lo más íntimo del ser y fijando su mirada en él, le dijo: (...) tú te llamarás Cefas - que quiere decir, "Piedra"573. Y si la Verdad lo requiere, también mira con ira, apenado por la dureza de su corazón574 inflexible. Sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno . Pies de material fuerte, que indica firmeza y seguridad en el lugar que están, que no son llevados aquí y allá como una caña agitada por el viento576 de la última moda. Durante su vida en la tierra, los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.»577 Porque debe él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies578. Y ¿a qué ángel dijo alguna vez: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies?579 575

Pero para los que le aman, ponerse a sus pies es ocasión de misericordia para sus enfermedades del cuerpo pues traían a los cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos; los pusieron a sus pies, y él los 567

Lucas 22, 61-62 Marcos 6, 34 569 Mateo 14, 14 570 Lucas 19, 42-44 571 Juan 11, 36 572 Juan 19, 26 573 Juan 1, 42 574 Marcos 3, 4-5 575 Apocalipsis 1, 15 576 Mateo 11, 7 577 Marcos 3, 11 578 1 Corintios 15, 25 579 Hebreos 1, 13 568

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curó580. También ante sus pies, uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, (...) le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva.»581 Y del mismo modo ante sus pies se postra una mujer pagana, sirofenicia de nacimiento (...) cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo582. Ellos y otros muchos obtuvieron la curación de sus enfermedades poniéndose ante sus pies, aunque no siempre, como aquel leproso, viéndose curado, volvieran glorificando a Dios en alta voz583. A sus pies otros embelesados oían sus palabras. Como María, hermana de Marta, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra584 de modo que mereció oír del Señor María ha elegido la parte buena, que no le será quitada. Como nosotros, que deseamos leer y escuchar las palabras de esta profecía y guardar lo escrito en ella, porque el Tiempo está cerca585. Su voz como estruendo de muchas aguas586. Voz potente de la que manan en cascada a lo largo de este libro, abundantes y continuas revelaciones de agua viva587 que rememoran aquella promesa junto al pozo de Sicar: todo el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.588 Por si aún no entendíamos el cambio que este agua puede producir en nuestros corazones, poco tiempo después, el último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba. El que crea en mí, como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva. 589 Y al final del libro del Apocalipsis de nuevo dice el Señor, el que tenga sed, que se acerque, y el que quiera, reciba gratis agua de vida. Como la samaritana respondemos, Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed590, pues mi alma es como una tierra que tiene sed de ti.591

580

Mateo 15, 30 Marcos 5, 23 582 Marcos 7, 25-26 583 Lucas 17, 15 584 Lucas 10, 39 585 Apocalipsis 1, 3 586 Apocalipsis 1, 15 587 Juan 4, 10 588 Juan 4, 14 589 Juan 7, 37-38 590 Juan 4, 15 591 Salmo 143, 6 581

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Tenía en su diestra siete estrellas592. El enigma de lo que Jesús tiene en su mano se resuelve pocas líneas después porque el misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra,(...) son los ángeles de las siete iglesias593. A su vez, los ángeles de las siete iglesias son los destinatarios de las cartas que Jesús va a escribir en el siguiente capítulo, a modo de autoridad que preside cada una de las iglesias. Por ello, parece lógico concluir que lo que tiene Jesús en su mano diestra es el Papado como institución e individualmente cada uno de los Pontífices. De algún modo es un eco de aquella promesa de asistencia especial hecha a San Pedro en el momento de constituirle cabeza de la Iglesia: Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.594 Es un primer aviso de la importancia de la guía del Papa en los tiempos para el que se escribe el libro. Pronto veremos una concreción mucho mayor del Apocalipsis sobre este extremo. De su boca salía una espada aguda de dos filos595. Esta espada, en palabras de San Pablo, es la Palabra de Dios (...) más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu596. El símbolo al que se une la Palabra de Dios parece apuntar a una distinción entre el alma y el espíritu que enriquece nuestra presente visión antropológica dual: cuerpo y alma. En efecto, San Pablo recomienda a los Tesalonicenses que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserven sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo597. También nuestra Madre en el Magnificat distingue claramente entre ambos: Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador598. Sin duda esta distinción tendrá relevancia para comprender mejor algunos de los hechos de los tiempos para los que preferentemente está escrito el Apocalipsis. Su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza599. La señal del brillo del rostro de Jesús, ya sabemos a qué se debe. Corresponde a la realización de la promesa de glorificación del cuerpo: entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre600. Nuestro Señor no 592

Apocalipsis 1, 16 Apocalipsis 1, 20 594 Mateo 16, 18-19 595 Apocalipsis 1, 16 596 Hebreos 4, 12 597 I Tesalonicenses 5, 23 598 Lucas 1, 46-47 599 Apocalipsis 1, 16 600 Mateo 13, 43 593

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sólo ha alcanzado ya la transformación de su cuerpo material en incorruptible tras la Resurrección sino también la glorificación de su cuerpo transformado, después de la Ascensión. El color blanco de la cabeza y los cabellos con que empezaba San Juan esta descripción es color de triunfo, lo cual refuerza aún más la descripción de esta glorificación. No es de extrañar que ante la descripción precedente San Juan cayera como muerto a sus pies601. Cualquiera de nosotros también se habría desmayado ante tanta gloria y majestad. Nuestros ojos no están acostumbrados a tanto. Los israelitas temían morir por solo ver al ángel del Señor. San Juan ya se había caído en su primera experiencia de ver la gloria del Señor, pues había estado presente en la Transfiguración del Señor en el monte Tabor. Sin embargo, Jesús ahora se acerca y puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas602. Acabamos de ver que la mano diestra era la que tenía las siete estrellas, que es el Papa. Poner la mano diestra es hablar a través del Papa para decir no temas. Evidentemente entre todos los Papas de la historia hay uno particularmente cercano que comenzó su pontificado en octubre de 1978 con estas mismas palabras: No tengáis miedo. ¡Abrid la puertas a Cristo! Al llegar aquí, descubrimos hasta qué punto el Apocalipsis esta escrito para nuestros días más que para cualquier otro tiempo. Su consideración detenida es sencillamente, urgente. La ayuda de este Papa en concreto es, si cabe, más importante que nunca dentro del contexto de los tiempos. La unión a él es lo que nos permite no temer a los tiempos graves que ya vivimos. En resumen, el mensaje de nuestro guía es no temer porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.603 Por muy difíciles que sean los tiempos, Jesús venció al mundo y nosotros vamos a participar de esa victoria. Una vez más, cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.604 Jesús en un último rasgo de su aparición se muestra como el que tiene las llaves de la muerte y del Hades605 y ambas las va a utilizar a nuestro favor en este rubicón histórico para llevarnos a la otra orilla, radicalmente distinta, de la historia: la época del Día del Señor.

601

Apocalipsis 1, 17 Apocalipsis 1, 17 603 1 Juan 5, 4 604 Lucas 21, 28 605 Apocalipsis 1, 17 602

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Capítulo 5: Un resumen de la historia de la Iglesia 5.1. Introducción a los mensajes a las siete iglesias. Con las cartas a las siete iglesias que Jesús mismo escribe a otras tantas comunidades cristianas del Asia Menor, comienza el desarrollo de la trama del libro. De acuerdo con mi personal división del Apocalipsis, que apunté en el primer capítulo, estas cartas forman uno de los dos pilares que sustentan el arco imaginario de la narración central del libro Sagrado. Se trata de dos capítulos cuyo contenido es una descripción con sentido completo en sí misma. Dentro de los posibles estilos de escribir, el género literario epistolar es el estilo de tono más personal. Es también el más asequible, el que admite una mayor variedad de contenidos, y un lenguaje más directo e interpelante. Todos hemos escrito cartas en nuestra vida. Con el desarrollo actual del correo electrónico, parece florecer más la escritura de cartas. Pero especialmente las cartas son importantes cuando nos separamos de nuestros seres queridos. Todos conocemos lo que significan las cartas en esos momentos, en cuanto instrumento de unión, que hacen presente al ausente. Jesús ha tenido que irse y nos deja, además de su Presencia Real en la Sagrada Eucaristía y de su Vicario en la tierra, esta otra forma de presencia tan humana. En las Sagradas Escrituras las cartas son un elemento frecuente. Sus autores son reyes, gobernadores, profetas, sacerdotes, apóstoles y, entre ellos, el mismo San Pedro, primer Papa. Varios libros del Nuevo Testamento son sencillamente cartas escritas por San Pablo. Sin embargo, las únicas cartas que conocemos dictadas por Jesús, son éstas del Apocalipsis. Con ellas, puede decirse que Nuestro Señor quiere, entre otras cosas, hacerse presente en cada una de las etapas de la historia de la Iglesia y enviarles un mensaje no genérico, sino específico para su tiempo, con un tono personal, amoroso, intimo. Este hecho, por sí solo, merece que pongamos en ellas toda nuestra atención. La estructura de estas siete cartas es sencilla y muy semejante a cualquiera de las que nosotros mismos podemos escribir. Comienza Jesús presentándose, a continuación expone el núcleo de aspectos buenos y malos de cada carta, sigue con los consejos que le sugiere cada situación y, por último, se despide con palabras de ánimo y esperanza.

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5.2. Juicio divino sobre la era cristiana Desde la época de los Padres de la Iglesia, uno de los modos que se han usado para interpretar y explicar estos dos capítulos ha sido en clave histórica. Según ésta exégesis, bajo el recurso literario de las siete cartas, se compendia un repaso breve pero completo de la historia de la Iglesia, agrupada en siete etapas sucesivas. En apoyo de esta interpretación está el hecho de que la limitada repartición geográfica de las siete iglesias destinatarias comparada con el área por la que entonces ya estaba extendido el mensaje de Jesucristo. Tampoco sus destinatarios son significativos por ser comunidades de mayor importancia o preeminentes como podrían ser las de Roma, Corinto, Tesalónica, Antioquía, Alejandría, etc. Asimismo, estas siete iglesias no sólo son destinatarias de estas cartas sino de todo el libro pues San Juan recibe la orden de escribir en un libro lo que veas, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia606. Por tanto, no tiene tanto sentido escribir una profecía607 para comunidades cristianas muy localizadas, que el devenir de la historia ha hecho desaparecer. El paso del tiempo también enriquece la interpretación históricoeclesiástica. Por el contrario, la lejanía del primer siglo ha hecho que se desconozcan detalles que facilitarían una lectura más literal. También ahora la atribución de cada carta a una u otra etapa histórica puede hacerse de un modo más argumentado que antes. Esto es lógico, debido a que algunas etapas ya se han convertido en historia y, las restantes, estamos más cerca de su cumplimiento que nuestros antepasados y, por tanto, ahora tenemos más elementos de juicio para comprender su cercanía. Por supuesto, ésta no es la única interpretación posible del contenido de estas siete cartas, ni siquiera desde el punto de vista histórico. Sin embargo, entre otras posibles, ésta es la que ahora ilumina mejor las reflexiones del presente libro. La brevedad de las siete cartas como compendio de una historia de milenios, indica que se menciona lo más representativo de cada periodo, lo principal según el autor divino. Los historiadores han escrito ríos de tinta sobre tan extenso periodo, y es difícil ponerlos de acuerdo sobre qué consideran esencial. La visión que Dios da es la mejor respuesta a esa pregunta y nos da la posibilidad de mirar a la historia de los últimos 2.000 años con los ojos de la Verdad, con los ojos de Dios. La interpretación divina sobre la historia es la más profunda y tiene más interés que bibliotecas enteras escritas por los hombres.

606 607

Apocalipsis 1, 11 Apocalipsis 1, 3 Página 108

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En el periodo del Antiguo Testamento la intervención directa o indirecta de Dios sobre la historia quedó escrita con detalle y de este modo podemos conocer su juicio sobre acontecimientos que protagonizaron los patriarcas, caudillos, jueces, reyes, sacerdotes o profetas, de la antigüedad. Precisamente ese conocer el pensamiento de Dios es guía de aprendizaje para el pueblo escogido. De algún modo, también ocurrió esto en los primeros 100 años de nuestra era, a través de los escritos del Nuevo Testamento. Al cerrarse la Revelación, con la muerte del último apóstol, podríamos decir que se acabó esa fuente de información directa sobre el juicio que Dios tiene de la historia posterior. Sin embargo, la interpretación histórica de las cartas a las siete iglesias del Apocalipsis vuelve a romper el silencio de Dios sobre la historia. El esfuerzo por profundizar en ellas, tiene como premio conocer la visión que tiene el Señor de la historia sobre los últimos 19 siglos. Innumerables análisis se han realizado de los hechos acontecidos en este tiempo. Unas lecturas han sido más imparciales, otras más torcidas o interesadas, unas ponen el acento en un aspecto y otras mueven el foco hacia otro lugar. Sin embargo, ninguna puede ser tan acertada y verdadera como la que ha hecho el mismo Dios. Probablemente, ahora comprobaremos la distancia que hay entre lo que los hombres pensamos de nuestra propia andadura y lo que Dios dice, porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos - oráculo de Yahveh608.

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Isaías 55, 8 Página 109

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5.3. Visión general de las distintas etapas Asignar la etapa correspondiente a cada carta, no prejuzga una extensión de plazo temporal en cada una de ellas, ni implica duración semejante, ni tampoco define un tipo de transición más o menos brusca entre periodos. Más bien busca establecer tramos históricos significativos, con características semejantes en el desarrollo de la vida de la Iglesia. Por tanto, mientras unas etapas pueden permanecer pocas décadas, otras lo hacen varios siglos. Todo depende de los hechos definitorios a que se vinculan y la velocidad con que se producen los cambios que causan su desaparición, dando paso al siguiente periodo histórico. La presentación que Jesús hace de sí mismo, es variable y adecuada al tono del resto de cada carta. Lo mismo que cuando nosotros escribimos en unas ocasiones cartas más serias y en otras más familiares. Sin embargo, es en la narración de lo bueno y lo malo y en los consejos que proporciona, donde más fácilmente se observa la relación con una u otra época de la vida de la Iglesia en la historia. Una primera mirada a las cartas descubre que el autor sigue un orden correlativo a lo que ha sido la historia en estos siglos, por lo que es fácil seguir el camino. Las cartas se dirigen sucesivamente a las iglesias en Efeso (1ª), Esmirna (2ª), Pérgamo (3ª), Tiatira (4ª), Sardes (5ª), Filadelfia (6ª) y Laodicea (7ª).

Figura 5: Balance de fidelidad de las siete iglesia del Apocalipsis

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Sorprende que en el conjunto de las cartas hay dos iglesias, por tanto, dos épocas, a las que Jesús no reprocha ninguna mala conducta: son la 2ª (Esmirna) y la 6ª (Filadelfia). Por el contrario, de la 7ª iglesia (Laodicea) Jesús no alaba nada, y de la 5ª (Sardes), casi nada. De este modo se podría decir que el juicio divino distingue etapas históricas en las que se vive con mayor fidelidad el mensaje cristiano que en otras. Esto choca con cierta mentalidad igualitaria respecto a la bondad del hombre y en consecuencia de la fidelidad al mensaje cristiano en épocas anteriores. Sin embargo, la observancia del evangelio que se deduce del contenido de estas siete cartas seguiría más o menos una gráfica a lo largo de la historia como la siguiente. El progresivo descenso de la fidelidad cristiana que manifiesta Jesús en sus cartas a la tercera, cuarta y quinta etapa de la historia de la iglesia, no significa que no haya en ellas ciertos aspectos positivos, sino el balance o resultante de ambos tipos acciones que conviven simultáneamente. En efecto, de la tercera afirma que retienes mi nombre, y no has negado mi fe609. En la cuarta, hay quienes no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás610 y en la quinta hay unas pocas personas en Sardes que no han manchado sus vestiduras611. Pero, como ahora veremos en detalle, el recuento final de esas etapas es progresivamente más duro. Sin duda, habrá muchos que les parecerá severo este juicio o quizá no estén de acuerdo con el veredicto, pero yo no seré quién se atreva a enmendar la plana al Juez divino. En la gráfica anterior, me he adelantado a sugerir una primera duración para cada etapa y, por tanto, una cierta asignación histórica de momentos buenos y malos. Con ello no quiero decir que esta interpretación sea la única posible. En lo que sigue, el emparejamiento que muestro de cada iglesia con una época, lo apoyo en hechos de la era cristiana que a mi parecer son los que mejor pueden interpretar el contenido de cada carta. Algunos se mencionan de modo paralelo en otros libros de la Sagrada Escritura y, en parte, ya hemos tratado de ellos en los capítulos anteriores. Según todo ello, parece que el Día de Yahveh encaja mejor en la etapa de la Iglesia de Sardes (5ª) y el Día del Señor en la de Filadelfia (6ª). Veamos, en detalle, cada una de las cartas y lo que de ellas extraemos.

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Apocalipsis 2, 13 Apocalipsis 2, 24 611 Apocalipsis 3, 4 610

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5.4. El mensaje a Efeso: la Iglesia apostólica

Capítulo 2 1

Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: 2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. 7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios. La primera etapa de la iglesia (Efeso) queda situada en la época apostólica, de arduo trabajo y paciencia612 para comenzar a extender el cristianismo. Esta primera etapa de la vida de la Iglesia está también narrada en el libro de los Hechos de los Apóstoles, por lo que se hace más fácil relacionar los aspectos definitorios o significativos que indica esta primera carta. En primer lugar, esa tarea inicial la Iglesia de los primeros cristianos conversos, señala Jesús que ha trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado613. Buena parte de los sufrimientos de aquella época fueron probar a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos614. Estas dificultades provenientes de los que se dicen ser apóstoles, y no lo son615 quedan abundantemente descritas en las cartas de San Pablo y en Los Hechos de los Apóstoles. Con frecuencia, el origen de estas dificultades procede de los que se dicen ser judíos, y no lo son616, pero no son los únicos. Entre los peligros que San Pablo enumera que ha pasado por anunciar el Evangelio menciona no sólo peligros de los de mi raza617, que en alguna ocasión denomina falsos hermanos que solapadamente se

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Apocalipsis 2, 2 Apocalipsis 2, 3 614 Apocalipsis 2, 2 615 Apocalipsis 2, 2 616 Apocalipsis 2, 9 617 2 Corintios 11, 26 613

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infiltraron para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud618, sino también peligros de los gentiles619. Ya desde el principio de su predicación, los apóstoles tuvieron que padecer de estos que se dicen ser judíos, y no lo son620, como una prolongación de lo que Judas hizo sufrir a Nuestro Señor. Sin embargo, San Pablo ve la mano de Dios detrás de esta persecución originada por un celo mal entendido de los judíos, cuando no por una torpe continuación de la aversión demoniaca que les llevó a crucificar a Jesús, ya que aclara a los cristianos de Roma que simplemente son enemigos para vuestro bien621. En su estrategia de persecución a los cristianos, los falsos judíos se aliaron con frecuencia con el poder de los romanos y sus gobernadores. Así cuando San Pedro da gracias después de su liberación milagrosa dice: «Ahora me doy cuenta realmente de que el Señor ha enviado su ángel y me ha arrancado de las manos de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo de los judíos»622. Pablo y Bernabé en la isla de Chipre, al comienzo mismo de su ministerio, encontraron a un mago, un falso profeta judío, llamado Bar Jesús,(...) que se les oponía (...) intentando apartar al procónsul de la fe623. Más tarde, en Antioquía de Pisidia, el éxito de la predicación de San Pablo ante los gentiles produjo que los judíos incitaron a mujeres distinguidas que adoraban a Dios, y a los principales de la ciudad; promovieron una persecución contra Pablo y Bernabé y les echaron de su territorio624. Poco después también tuvieron que huir de Iconio porque se alzaron judíos y gentiles con sus jefes para ultrajarles y apedrearles625. No contentos con ello, a la siguiente etapa de Licaonia vinieron de Antioquía e Iconio algunos judíos y, habiendo persuadido a la gente, lapidaron a Pablo y le arrastraron fuera de la ciudad, dándole por muerto626. Situaciones semejantes tuvieron que padecer por causa de los judíos en Tesalónica627, un par de años más tarde en Corinto628, luego en Efeso629, Jerusalén630, Cesarea631 y, quizá, finalmente en Roma632. 618

Gálatas 2, 4 2 Corintios 11, 26 620 Apocalipsis 2, 9 621 Romanos 11, 28 622 Hechos 12, 11 623 Hechos 13, 6-12 624 Hechos 13, 50 625 Hechos 14, 5 626 Hechos 14, 19 627 Hechos 17, 5 628 Hechos 18, 629 Hechos 20, 1 630 Hechos 23, 10 y 20 619

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San Pablo recuerda estos sufrimientos en muchas de sus epístolas. A los Corintios les decía que estaba informado de (...) que existen discordias entre vosotros. Me refiero a que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo». ¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo? 633 Tiempo después tuvo que insistirle aún con mayor claridad pues temía que, al igual que la serpiente engañó a Eva con su astucia, se perviertan vuestras mentes apartándose de la sinceridad con Cristo. Pues, cualquiera que se presenta predicando otro Jesús del que os prediqué, y os proponga recibir un Espíritu diferente del que recibisteis, y un Evangelio diferente del que abrazasteis ¡lo toleráis tan bien! Sin embargo, no me juzgo en nada inferior a esos «superapóstoles»634. A los Gálatas también hubo de amonestarlos San Pablo con encendidas frases: ¡Oh insensatos Gálatas! ¿Quién os fascinó a vosotros, a cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado? (...) Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros. (...)El celo que ésos muestran por vosotros no es bueno; quieren alejaros de mí para que mostréis celo por ellos (...) ¡Hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros635. En las demás cartas a las iglesias del Apocalipsis, la constante de la persecución de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás636, está en el origen de muchos de los problemas con que se encuentra la Iglesia en sus cinco primeras etapas. En la sexta etapa, parece que estos problemas terminan, pues yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado637. Podríamos decir que esta entrega es la descripción, desde otra perspectiva, del hecho de la conversión de todo Israel anunciada por San Pablo y los profetas que vimos en el tercer capítulo. En aquella primera etapa de la vida de la Iglesia no todo fue un ejemplo, ya que Nuestro Señor le dice que tengo contra ti, que has dejado tu primer amor638. Aquel amor del comienzo dentro de la Iglesia era tal 631

Hechos 25, 6 Hechos 28, 16 633 1 Corintios 1, 11-13 634 II Corintios 11, 3-5 635 Gálatas 3,1; 4, 11 y 17 y 19 636 Apocalipsis 2, 9 637 Apocalipsis 3,9 638 Apocalipsis 2, 4 632

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que la multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos639. Sin embargo, algunos años más tarde este amor entre los cristianos se degradó hasta el punto que San Pablo se quejaba de que cuando os reunís, pues, en común, eso ya no es comer la Cena del Señor; porque cada uno come primero su propia cena, y mientras uno pasa hambre, otro se embriaga. ¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O es que despreciáis a la Iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué voy a deciros? ¿Alabaros? ¡En eso no los alabo!640 . Aunque se podrían extraer muchas otras consideraciones de lo que Jesús escribe a la iglesia de esta primera época del cristianismo, no es el objeto de este libro ser exhaustivo, sino más bien dar ideas suficientes que sirvan al lector para explorar por sí mismo y hacer sus propios hallazgos.

639 640

Hechos de los Apóstoles 4, 32 1 Corintios 11, 20-22 Página 115

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5.5. El mensaje a Esmirna: el fundamento de los mártires. 8

Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto: 9 Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. 10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte. El consejo de ser fiel hasta la muerte641 que Jesús da a la iglesia en Esmirna (2ª), presentándose ante ella como el que estuvo muerto y vivió642, invita a emparejar esta carta con la época de consolidación de la Iglesia en la sociedad del Imperio Romano. Este provocó diez grandes persecuciones oficiales del poder establecido, que Jesús parece predecir al decir que el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días643. De nuevo, la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás644 está en el origen de la persecución, según el texto sagrado. Cuenta el historiador Suetonio, que los judíos fueron expulsados de Roma por el emperador Claudio hacia el año 50, por los disturbios internos motivados por un cierto “Cresto”. Once años más tarde, cuando San Pablo llega a Roma por apelar al tribunal del César, es recibido por los judíos de la ciudad que “lo que de esa secta sabemos es que en todas partes se la contradice”645. San Pablo les iba exponiendo el Reino de Dios, dando testimonio e intentando persuadirles acerca de Jesús, basándose en la Ley de Moisés y en los Profetas, desde la mañana hasta la tarde646. El resultado fue el de siempre, unos creían por sus palabras y otros en cambio permanecían incrédulos647, de modo que en desacuerdo entre sí mismos, ya se marchaban648. Se sabe que los judíos tenían acceso a la casa imperial a través de Popea, la esposa del emperador, y cuando Nerón mando quemar Roma, tres años más tarde, casualmente el chivo expiatorio fueron los cristianos. 641

Apocalipsis 2, 10 Apocalipsis 2, 8 643 Apocalipsis 2, 10 644 Apocalipsis 2, 9 645 Hechos de los Apóstoles 28, 22 646 Hechos de los Apóstoles 28, 23 647 Hechos de los Apóstoles 28, 24 648 Hechos de los Apóstoles 28, 25 642

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La idea sirvió de ejemplo y precedente para muchos desastres del imperio, durante dos siglos y medio, hasta el punto que Tertuliano, hacia el año 210, llegó a escribir que “no hay calamidad pública ni males que sufra el pueblo de que no tengan la culpa los cristianos. Si el Tíber crece y se sale de madre, si el Nilo no crece y no riega los campos, si el cielo no da lluvia, si tiembla la tierra, si hay hambre, si hay peste, un mismo grito resuena enseguida: ¡los cristianos a las fieras!”. El sólo hecho de ser cristiano era motivo de condenación a muerte. En definitiva, la Iglesia de Esmirna gracias a su tribulación, y pobreza649 es de hecho rica, al contrario de lo que ocurrirá más tarde con la iglesia tibia de la séptima etapa que aunque dice soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo650. El efecto final de la sangre de los mártires fue la semilla de nuevos cristianos. El Emperador Constantino promulga la libertad religiosa en el año 313 mediante el edicto de Milán y en el año 380, el emperador Teodosio establece el catolicismo como la religión oficial del Imperio.

Figura 6: Hipótesis interpretativa sobre la distribución temporal de las siete iglesias

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Apocalipsis 2, 9 Apocalipsis 3, 17 Página 117

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5.6. El mensaje a Pérgamo: el profeta del desierto. 12

Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: 13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. 14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. 15 Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. 16 Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. 17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Desde la época de los mártires hasta nuestros días han transcurrido casi 17 siglos de historia de la Iglesia. En este tiempo la doctrina de Cristo ha ejercido su influencia innegable en el desarrollo de la historia de muchas naciones y pueblos y, en general, en la cultura de gran parte de la humanidad. Sin embargo, bajo la perspectiva de las tres siguientes cartas de Jesús, esas épocas se caracterizan por un progresivo deterioro de la doctrina cristiana. La descripción de la etapa de Pérgamo (3ª) se asemeja a Balaam651 modelo de corruptor, la etapa de Tiatira (4ª) a la reina Jezabel652 prototipo de idólatra en la Sagrada Escritura y la etapa de Sardes (5ª) a un cadáver con nombre de que vives653. Balaam es un personaje de la época en que los Israelitas finalizan su camino por el desierto hacia la Tierra Prometida. Los moradores de las tierras por las que atraviesa el pueblo elegido temen que pasen por ellas y se enfrentan a Israel. Los amorreos han sido destruidos por ese motivo y, del mismo modo cayó la región de Basán con su rey Og a la cabeza. Luego partieron los israelitas y acamparon en las estepas de Moab, al otro lado del Jordán, a la altura de Jericó654. Los moabitas y su rey Balaq vieron todo lo que había hecho Israel con los amorreos y (...) tuvo miedo Moab de los israelitas655. Entre las medidas de defensa, su rey decidió solicitar la ayuda de un profeta llamado Balaam que moraba en sus tierras, diciéndole: Ven, por favor, maldíceme a ese pueblo, pues es más fuerte que yo, a ver 651

Apocalipsis 2, 14 Apocalipsis 2, 20 653 Apocalipsis 3, 1 654 Números 22, 1 655 Números 22, 2-3 652

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si puedo vencerle y lo arrojo del país. Pues sé que el que tú bendices queda bendito y el que maldices, maldito656. El profeta recibió en su casa del desierto a los enviados pero dijo Dios a Balaam: «No vayas con ellos, no maldigas a ese pueblo porque es bendito»657, por lo que se marcharon sin el profeta. Insistió el rey y Dios le permitió ir, pero no pudo maldecir a Israel, sino que tuvo que bendecirlo por tres veces. No obstante, a pesar de ello proporcionó una estrategia al rey que siguiendo el consejo de Balaam658 logró corromper a los Israelitas, de modo que el pueblo se puso a fornicar con las hijas de Moab. Estas invitaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses, y el pueblo comió y se postró ante sus dioses. Israel se adhirió así al Baal de Peor, y se encendió la ira de Yahveh contra Israel659. La consecuencia fue la destrucción de los moabitas, incluido su rey y el profeta inmoral, pero desde entonces Balaam quedó señalado en la historia de Israel como prototipo y maestro de corrupción. A partir del conocimiento de este modelo histórico se pueden buscar paralelismos para identificar por qué Jesús dice a la Iglesia de Pérgamo que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación660. Históricamente, después de la época de la Iglesia de los mártires, se da otro profeta del desierto que dice conocer al verdadero Dios y superar la religión cristiana. Se trata de Mahoma cuya doctrina niega la Trinidad en Dios y la divinidad de Jesucristo. En realidad, la estrategia de la herejía, de la perversión doctrinal, comenzando por la negación de la divinidad de Jesucristo, que implica la ineficacia redentora de su muerte, fue la que Satanás procuró de forma intensiva al ver que fracasaba la táctica de hacer mártires. Es el famoso binomio que reaparece constantemente a lo largo de la historia y que, más adelante en el Apocalipsis, veremos cómo llega a su punto culminante en los estilos de actuación de la Bestia que sale del mar661 y la Bestia que surgía de la tierra662.

656

Números 22, 6 Números 22, 12 658 Números 31, 16 659 Números 25, 1-2 660 Apocalipsis 2, 14 661 Apocalipsis 13, 1 662 Apocalipsis 13, 11 657

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Históricamente el arrianismo, que niega la divinidad de Jesucristo, es el primer gran movimiento herético por su difusión. Jesús se presenta en esta carta como guardián que tiene la espada aguda de dos filos663. Esta espada recta es la Palabra de Dios (...) más cortante que espada alguna de dos filos664. Su poder es el poder de la Verdad y exige arrepentimiento, pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca665. En efecto, los Concilios de esta época, tuvieron que luchar contra los intentos de fuertes adulteración de la doctrina cristiana sobre la divinidad de la Persona del Hijo (Nicea, año 325), la divinidad de la Persona del Espíritu Santo (Constantinopla, año 381), la maternidad divina de María (Efeso, año 431), y la integridad de las dos naturalezas divina y humana en Jesucristo (Calcedonia, año 451). También en esta etapa, la cuestión del Filioque, palabra incluida para aclarar las relaciones intratrinitarias en el símbolo de fe niceno-contantinopolitano (III Concilio de Toledo, año 589), termina causando, en el año 1054, la profunda división en la cristiandad entre Oriente y Occidente, que aún perdura. Pero es el nuevo Balaam de la historia, el que retoma y lleva más lejos los profundos errores de las medias verdades. El sistema que construye corrompe fácilmente a una gran parte de la cristiandad especialmente en el Este de Asia y Africa. Dónde es necesario, con ayuda del alfanje curvado, somete a los cristianos que no ceden como Antipas mi testigo fiel que fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás666. Entre las consecuencias de su moral y organización social, sobresale la pérdida del valor de la mujer como persona y la primacía de su condición de objeto, clara copia de la doctrina de Balaam.

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Apocalipsis 2, 12 Hebreos 4, 12 665 Apocalipsis 2, 14 666 Apocalipsis 2, 13 664

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5.7. El mensaje a Tiatira: el endiosamiento de la razón. 18

Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto: 19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. 20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. 21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. 22 He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. 23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. 24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; 25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. 26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; 28 y le daré la estrella de la mañana. 29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Jesús se presenta a esta época de la Iglesia con el título de Hijo de Dios que en la etapa anterior fue ampliamente atacado por las enseñanzas del nuevo Balaam, el profeta del desierto, y de las herejías precedentes. Los ojos como llama de fuego668 parecen indicar un amor dispuesto a una vigilancia y defensa especial de la verdad clave doctrinal que se ha conculcado anteriormente. Los pies semejantes al bronce bruñido669 es decir, material consistente, son contrapuestos a aquellos otros, parte de hierro y parte de arcilla670, de la estatua imponente que veía el rey Nabucodonosor en su sueño que le interpretó el profeta Daniel. 667

El material de los pies de Jesús hablan de una posición de fortaleza que surge de la Verdad. Pronto veremos que es el antídoto frente a las componendas de esta época, más bien compuesta por una amalgama frágil de elementos no mezclables, como los de la estatua del sueño del rey de Babilonia. Y del mismo modo que en aquel sueño, mientras el rey miraba, una piedra se desprendió, sin intervención de mano alguna, vino a dar a 667

Apocalipsis 2, 18 Apocalipsis 2, 18 669 Apocalipsis 2, 18 670 Daniel 2, 33 668

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la estatua en sus pies de hierro y arcilla, y los pulverizó (...) y el viento se lo llevó sin dejar rastro671, ahora parece que ocurrirá así con muchos miembros de la iglesia en esta época. La carta a la Iglesia de esta cuarta época muestra aspectos positivos que conviven con otros muy negativos, que son tolerados. La tolerancia con el error, es característica durante todo este periodo. Hasta el final de él, hay obras de amor, y fe, y servicio, y (...) paciencia que permanecen y son más que las primeras672. Sin embargo, la tolerancia con el error actúa como elemento de corrosión, de infiltración del enemigo en la Iglesia, para que Jezabel, (...) enseñe y seduzca a mis siervos673. La estrategia de la tolerancia con el error no funciona tampoco como teórica herramienta de conversión al bien, pues le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse674. Incluso la situación se convierte en piedra de tropiezo para algunos buenos porque con ella adulteran675, es decir, realizan un doble juego en su vida, manteniendo una pretendida fidelidad exterior, a la vez que hacen concesiones ocultas facilitadas por la convivencia tolerante. Para entender cuál es el error de esta época es necesario comprender quién era Jezabel cuya imagen domina la parte negativa de esta etapa de la Iglesia. Esta mujer que vivió en la época final del reino del Norte de Israel, era hija de Ittobaal, rey de los sidonios676, uno de los pueblos limítrofes de Israel, cuyo dios era el ídolo Baal. Por primera vez un rey de Israel, Ajab, se había casado con una mujer pagana y pronto se dejó llevar por sus influencias, de modo que alzó un altar a Baal en el santuario de Baal que edificó en Samaría, capital de su reino, y aumentó la indignación de Yahveh, Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel que le precedieron677. No hubo quien se prestara como Ajab para hacer el mal a los ojos de Yahveh, porque su mujer Jezabel le había seducido678. La megalomanía excéntrica de Jezabel y su afán idolátrico la llevó a mantener a los 450 profetas de Baal679. El profeta Elías fue el enviado de Dios para advertirles de su actitud, con un signo que repetirá en el Día de Yahveh: no habrá estos años rocío ni lluvia más que cuando mi boca lo 671

Daniel 2, 34-35 Apocalipsis 2, 19 673 Apocalipsis 2, 20 674 Apocalipsis 2, 21 675 Apocalipsis 2, 22 676 1 Reyes 16, 31 677 1 Reyes 16, 32-33 678 1 Reyes 21, 25 679 1 Reyes 18, 19 672

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diga680. Al cabo de tres años, Elías retó a demostrar el poder de los profetas de Baal mediante una prueba en el monte Carmelo. El desenlace, además de dejar en ridículo a los idólatras, terminó con la vida de todos ellos y la vuelta de la lluvia. Obviamente, Jezabel hizo todo lo posible por acabar con Elías pero finalmente ella misma terminó inesperadamente defenestrada, pisoteada por los caballos y comida por los perros, según había profetizado681 el mismo Elías. Jezabel, es una idólatra apasionada, que mantiene la liturgia pagana en todo su esplendor. En la carta a la iglesia en Tiatira, ella misma se autodefine y entroniza soberbiamente como profetisa, que es tanto como decir guía del pueblo. El paralelismo recuerda inexcusablemente a aquella otra coronación, en tiempos de la revolución francesa, de la diosa razón. En realidad, el protagonismo de la razón enfrentada a Dios, como Jezabel, es una constante de la historia contemporánea que comienza hacia el siglo XIV; se desarrolla sin temor de Dios, como Jezabel, en el Renacimiento, produciendo frutos amargos que fracturan nuevamente la unidad de la Iglesia; florece en la revolución francesa, instigadora, como Jezabel, de persecución contra los santos y, por último, eclosiona sus semillas amargas y crueles, como Jezabel, en nuestro mundo contemporáneo a través del rastro de una cultura de la muerte. Las consecuencias negativas de la carta, fruto de su falta de arrepentimiento, se distribuyen, a cada uno según vuestras obras682. Primeramente a Jezabel yo la arrojo en cama683. La razón sufrirá la enfermedad como consecuencia de sus torpezas. Es fácil observar los resultados progresivamente degenerados de una ciencia que trabaja fuera de las normas morales (armas de destrucción masiva, manipulaciones embrionarias,...), de unas manifestaciones artísticas que han llegado a ser ininteligibles para el común de los mortales (arte abstracto, música heavy,...), de una sociedad que se enfrenta a Dios encerrándolo dentro de los límites de lo privado (democracias partitocráticas, estatalismo asfixiante, monetarismo despersonalizador, leyes de divorcio y aborto, difusión de las drogas y la criminalidad,...). En segundo lugar, Dios pone a los que con ella adulteran en gran tribulación684. Los que conocen la Verdad y pretenden hacer componendas con ella han sufrido una gran tribulación porque nadie puede servir a dos 680

1 Reyes 17, 1 1 Reyes 21, 19 682 Apocalipsis 2, 23 683 Apocalipsis 2, 22 684 Apocalipsis 2, 22 681

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señores685. Los frutos de desorientación que el racionalismo produjo en los cristianos, en el clero y hasta en los mismos pastores quedaron bajo el nombre de Modernismo. La encíclica Pascendi del Papa San Pío X es una descripción viva y dolorosa de hasta qué punto llegó esta gran tribulación. Por último, tras el castigo de los padres, se anuncia que a sus hijos heriré de muerte686. Es una advertencia de que la siguiente época histórica heredará las consecuencias peores del endiosamiento malo de la razón. Al igual que Ajab el rey esposo de Jezabel consiguió dilatar el castigo a la siguiente generación por haberse humillado en mi presencia687, las peores consecuencias de los errores del racionalismo se sufrirán en la siguiente etapa de la historia, como si se tratara de un proceso de incubación del mal o de una bomba de relojería. No hace falta glosar mucho esta realidad, patente para todo aquel que viva en nuestra sociedad contemporánea. En el siguiente versículo, la carta de Jesús desenmascara con leve ironía a los que han difundido, y quizá originado, esa doctrina, (...) que ellos llaman las profundidades de Satanás688. Utiliza su propio lenguaje oscurantista para mostrar activo a un grupo al servicio de la doctrina de Satanás, que tiene cierto carácter ocultista. Son grupos que pretenden conocer las profundidades de Dios con la ciencia que hincha689 mientras desnaturalizan sus verdades de amor y remedan la simbología de sus parábolas o la profundidad de su liturgia, para ponerla al servicio de Satanás. Curiosamente, en esta época tan alejada del tiempo en que vivió Jesucristo en la Tierra, todavía subsiste el núcleo de estos grupos, con la doctrina de las profundidades de Satanás690, en los sucesores de aquel Sanedrín691 que condenó a muerte a Jesús, la sinagoga de Satanás692. Son los mismos que daban miedo a muchos compatriotas de Jesús aun entre los magistrados693, pues los judíos se habían puesto ya de acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo, quedara excluido de la sinagoga694. Sin embargo, este grupo persistente en su actuación histórica contra Jesucristo, que tendrá en la victoria momentánea del Anticristo su dominio culminante, tiene ya sus días contados como queda reflejado en la carta a la 685

Mateo 6, 24 Apocalipsis 2, 23 687 1 Reyes 21, 29 688 Apocalipsis 2, 24 689 1 Corintios 8, 1 690 Apocalipsis 2, 24 691 Mateo 26, 59 692 Apocalipsis 3, 9 693 Juan 12, 42 694 Juan 9, 22 686

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iglesia en Filadelfia (6ª etapa). Y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón695.

695

Apocalipsis 2, 23 Página 125

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5.8. El mensaje a Sardis: el Día de Yahveh.

Capítulo 3 1

Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. 2 Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. 3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. 4 Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. 5 El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. 6 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Jesús se presenta a esta época como el que tiene los siete espíritus de Dios , es decir, la plenitud del Espíritu Santo, y las siete estrellas697, que son los Angeles de las siete Iglesias698. La plenitud de los dones del Espíritu Santo y la asistencia que Jesús mismo prometió al Papa están detrás de su presentación porque ambas van a ser críticas y entrar en juego, para llevar la nave de la Iglesia ante la gravedad de las borrascas que se han fraguado anteriormente y que van a desembocar en esta etapa crítica de la historia de la Iglesia. 696

La primera frase que Jesús dedica a la iglesia en Sardes es simplemente patética: tienes nombre de que vives, y estás muerto699. Recuerda a aquel otro fuerte reproche «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!700 La época de la Iglesia de Sardes es principalmente apariencia generalizada, tras la cual poco queda vivo del mensaje que Jesús vino a traer al mundo. Resulta fácil ver aquí las consecuencias de muerte anunciadas a los hijos de la Iglesia de Tiatira, que vimos en el apartado anterior. Y volviendo un poco más atrás en este libro, recordar aquellos tiempos precursores del Día de Yahveh, semejantes a los que provocaron el diluvio y la aniquilación de Sodoma y Gomorra. Estos sepulcros blanqueados 696

Apocalipsis 3, 1 Apocalipsis 3, 1 698 Apocalipsis 1, 20 699 Apocalipsis 3, 1 700 Mateo 23, 27 697

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hablan mucho de aquel triste enfriamiento de la fe promovido por los falsos profetas del racionalismo que ha desembocado en una apostasía generalizada o en un vago afán de trascendencia sin un Dios personal. La carta para esta época también deja ver con nitidez la importancia de la labor del Pastor que retiene701 al Anticristo, al pedirle Jesús, afirma las otras cosas que están para morir702. La labor de difusión del Evangelio, directamente anunciado por el Pastor en todo el mundo, parece ser la respuesta fiel a esta llamada. Son tiempos difíciles. ¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!, resuena el mensaje del Pastor universal en nuestros días, haciendo también eco al profeta Isaías: fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes. Decid a los de corazón cobarde: ¡Animo, no temáis!703 También recuerda Jesús a la Iglesia en esta época se vigilante704. Primeramente se refiere a la rectitud de la doctrina que has recibido y oído; y guárdalo. El racionalismo heredado de la época de Tiatira ha dejado una impronta profunda, por ello Jesús le pide claramente arrepiéntete. Pero también se debe vigilar con aquella actitud de la Virgen que guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón705, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre706. En efecto, en la carta a la época de Sardes hay una mención clara a una venida del Señor puntual y exclusiva, que tiene la principal característica de aquella venida inesperada de Jesús al final del Día de Yahveh para realizar el Juicio de las naciones: si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti707. No hay duda de que Jesús quiere rememorar aquí su propio anuncio de que como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre708. El resto fiel del Pueblo de Dios perseguido por el Anticristo en esa época también queda aludido en esta carta pues Jesús le dice que tienes unas pocas personas en Sardes que no han manchado sus vestiduras709. La mancha que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos710, tendrán al adorar la imagen de la Bestia711 o al aceptar de la 701

II Tesalonicenses 2, 6 Apocalipsis 3, 2 703 Isaías 35, 3-4 704 Apocalipsis 3, 2 705 Lucas 2, 19 706 Mateo 24, 44 707 Apocalipsis 3, 3 708 Mateo 24, 27 709 Apocalipsis 3, 4 710 Apocalipsis 13, 16 711 Apocalipsis 13, 15 702

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Bestia una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre712. Esas personas que resistan al duro imperio de la Bestia andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas713. De nuevo, estas vestiduras blancas vuelven a recordar el nuevo orden material al que accederán todos los que vivan en la etapa posterior del Día del Señor, pero con una promesa añadida relativa al nuevo orden espiritual exclusiva del fruto de la victoria en los tiempos difíciles, puesto que al que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

712 713

Apocalipsis 13, 16-17 Apocalipsis 3, 5 Página 128

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5.9. El mensaje a Filadelfia: el Día del Señor. 7

Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 8 Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9 He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. 10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. 11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. 12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Después de encajar la comparación de las cartas anteriores, la siguiente etapa, descrita en la carta a la iglesia de Filadelfia, debe coincidir con la época del Día del Señor. De algún modo, hasta aquí la tarea de aplicar a cada carta una época de la historia era posible apoyarla en hechos que ya han ocurrido. A partir de aquí, la historia todavía no se ha cumplido, por tanto, aunque existen textos paralelos proféticos, la interpretación tiene un mayor componente de incertidumbre. Jesús se presenta a esta etapa de la Iglesia como el Santo714, propio de una época en la que parece va a dominar la santidad del Pueblo cristiano; el Verdadero715, porque los errores habrán sido disipados por la fuerte luz del Juicio de las Naciones; el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre716, porque éste es el momento en el que un Angel que bajaba del cielo (...) tenía en su mano la llave del Abismo y una gran cadena. Dominó al Dragón, la Serpiente antigua - que es el Diablo y Satanás - y lo encadenó por mil años. Lo arrojó al Abismo, lo encerró y puso encima los sellos, para que no seduzca más a las naciones hasta que se cumplan los mil años717.

714

Apocalipsis 3, 7 Apocalipsis 3, 7 716 Apocalipsis 3, 7 717 Apocalipsis 20, 1-3 715

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Nuestro Señor no tiene ningún reproche para los cristianos de esta época. El ha puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar718, probablemente la puerta de la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo719, y que recuerda el nuevo orden material, que baja del cielo y se instaura en esta tierra en el Día del Señor, pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria; antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear720. Los mismos nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia721, que nos recordaba San Pedro, concretados en los tres nuevos órdenes social, espiritual y material del Día del Señor. Los cristianos en esa época reciben la alabanza de Nuestro Señor pues aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre722. Detrás de esa poca fuerza parece intuirse una Iglesia purificada del peso de las estructuras temporales que se le adhirió poco a poco en las etapas históricas anteriores y que a la larga facilitaron su nombre de vivo723 puramente exterior, olvidando en parte la actividad menos exterior de haber guardado mi palabra724. En esta época es cuando queda vencida y desenmascarada la actividad de continua oposición histórica de los falsos judíos a la doctrina de Jesucristo. He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado725. Como decía el profeta Ezequiel su dureza de corazón será sólo transitoria pues os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne726. Es el momento de la conversión de todo Israel porque os digo que ya no me volveréis a ver hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!727. Sin embargo, esta época no deja de ser momento de mérito para alcanzar el Cielo. Aún se darán pruebas y dificultades, especialmente la 718

Apocalipsis 3, 8 Apocalipsis 21, 2 720 Isaías 65, 17-18 721 II Pedro 3, 13 722 Apocalipsis 3, 8 723 Apocalipsis 3, 2 724 Apocalipsis 3, 8 725 Apocalipsis 3, 9 726 Ezequiel 36, 26 727 Mateo 23, 39 719

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última, cuando se terminen los mil años, porque será Satanás soltado de su prisión728. Para entonces, por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra729. Entonces ya estará cerca el fin del mundo pues he aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona730.

728

Apocalipsis 20, 7 Apocalipsis 3, 10 730 Apocalipsis 3, 11 729

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5.10. El mensaje a Laodicea: el fin de la historia. 14

Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: 15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. 20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Jesús se presenta como el Amén731. Nada más claro para decir que estamos ante la etapa final de la historia. Y en esta época conclusiva, también hace referencia al modelo de referencia que él es para todo lo creado y el testimonio de la Verdad que ha dado durante toda la historia. Sorprende que ese periodo final vuelve a ser un periodo oscuro para la Iglesia. Resulta difícil imaginar que se llegue a desvirtuar la época del Día del Señor que ha supuesto una regeneración de las consecuencias del pecado en los órdenes social, espiritual y material, a la vez que un encadenamiento del Diablo. Lo cierto es que se llega a una situación en que eres tibio, y no frío ni caliente, por lo que te vomitaré de mi boca732. Para entender las posibles causas de esta situación, la carta anterior de Filadelfia hablaba de una hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.733 Por otra parte, la tibieza es algo a lo que se puede llegar sin especiales tentadores, por pura desidia en el cumplimiento de los propios deberes, lo cual concuerda con el Diablo encerrado en el Abismo (...) para que no seduzca más a las naciones hasta que se cumplan los mil años734. Pero además hay que considerar que inmediatamente después tiene que ser soltado por poco tiempo735. Cuando se terminen los mil años, será Satanás soltado de 731

Apocalipsis 3, 14. Apocalipsis 3, 16 733 Apocalipsis 3, 10 734 Apocalipsis 20, 1-3 735 Apocalipsis 20, 3 732

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su prisión y saldrá a seducir a las naciones de los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, y a reunirlos para la guerra, numerosos como la arena del mar736. Cualquiera que sea la causa, lo cierto es que el flojo testimonio de la iglesia de Laodicea en la séptima y última etapa, ese último decaimiento no es repetición de la historia, no se produce como en la 5ª etapa de Sardes por el final de un proceso de prostitución doctrinal iniciado por el tentador737, ni un mal guardar lo que has recibido y oído738, sino que su origen está en la tibieza de los hombres, ¡ojalá fueses frío o caliente!739, o en una nueva seducción a las naciones de los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, y a reunirlos para la guerra740. Parece que la tibieza estará unida a una actitud arrogante y soberbia de falta de reconocimiento de su situación. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.741 El fin de la historia está cerca. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo . Ya no hay mucho tiempo. Razón de más para insistir en el amor de Jesús a todos y si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo743. Pocos textos son más sugerentes de la intimidad que quiere mantener Nuestro Señor con los suyos. El premio entonces ya no puede ser otro que sentarse conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Este trono está en el Reino del Padre, porque este mundo habrá acabado para siempre. Será la consecuencia de oír en el Juicio Final de la boca del Rey a los que están a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.744 742

736

Apocalipsis 20, 7-8 Mateo 4, 3; 1 Tesalonicenses 3, 5 738 Apocalipsis 3, 3 739 Apocalipsis 3, 15-16 740 Apocalipsis 20, 7-8 741 Apocalipsis 3, 17-18 742 Apocalipsis 3, 20 743 Apocalipsis 3, 20 744 Mateo 25, 34 737

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Reflexiones al hilo del Apocalipsis (Parte II)

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REFLEXIONES AL HILO DEL APOCALIPSIS (Segunda Parte) Antonio Yagüe Página 2

Reflexiones al hilo del Apocalipsis (Parte II)

A Casimiro, in memoriam

© 2002 by Antonio Yagüe. Prohibida la reproducción total o parcial sin permiso del Autor Pedidos a [email protected]

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Reflexiones al hilo del Apocalipsis (Parte II)

INDICE INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA PARTE ........................................................ 5 CAPITULO 6. EL CIELO ANTE EL DÍA DE YAHVEH ...................... 8 6.1. POR UNA PUERTA ABIERTA ................................................................... 8 6.2. EL TRONO DE LA TRINIDAD ................................................................ 12 6.3. EL QUE ESTÁ SENTADO EN EL TRONO .................................................. 13 6.3.1. El lenguaje de las piedras preciosas. .......................................... 14 6.3.2. Signos de Alianza........................................................................ 15 6.3.3. Los 24 ancianos. ......................................................................... 18 6.4. EL QUE ESTÁ DELANTE DEL TRONO..................................................... 22 6.5. EL QUE ESTÁ EN MEDIO DEL TRONO Y EN TORNO AL TRONO ................ 24 6.6. LA GEOGRAFÍA DEL TRONO ................................................................ 31 CAPÍTULO 7: UN LIBRO MISTERIOSO ............................................ 36 7.1. LAS RAZONES DEL SECRETO ............................................................... 37 7.2. EL MODO DE DESVELAR LOS SECRETOS. .............................................. 38 7.3. ALABANZAS QUE RESUMEN EL CONTENIDO DEL LIBRO. ....................... 40 CAPÍTULO 8: PERSONAJES DEL DÍA DE YAHVEH ...................... 43 8.1. PROTAGONISTAS DEL CIELO Y EL INFIERNO ........................................ 43 8.2. PROTAGONISTAS EN LA TIERRA. ......................................................... 45 8.3. LOS VENCEDORES. ............................................................................. 48 CAPÍTULO 9. SÍMBOLOS SEPTENARIOS QUE RELATAN ALGUNOS HECHOS .............................................................................. 52 9.1. LOS CINCO PRIMEROS SELLOS ............................................................. 54 9.2. EL SEXTO SELLO: UN AVISO EXTRAORDINARIO. .................................. 57 9.3. LAS CUATRO PRIMERAS TROMPETAS. .................................................. 67 9.3.1. Primera Trompeta: daños en la tierra......................................... 70 9.3.2. Segunda Trompeta: daños en el mar ........................................... 73 9.3.3. Tercera Trompeta: daños en los ríos........................................... 76 9.3.4. Cuarta Trompeta: daños en la atmósfera.................................... 77 9.4. LA QUINTA TROMPETA: EL ASCENSO DEL FALSO PROFETA................... 80 9.5. LA SEXTA TROMPETA: LAS GUERRAS INCITADAS POR LA BESTIA DEL MAR ................................................................................................................ 88 9.6. UN CONTRAPESO A TANTO MAL .......................................................... 95 10. UN PRIMER ENCUADRE CRONOLÓGICO .............................. 106

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Introducción a la Segunda Parte Iniciar la lectura de este libro supone conocer un conjunto de conceptos poco difundidos entre los cristianos que expuse en su primera parte. Al escribirla, puse un especial interés en su utilidad y comprobar la ortodoxia de aquellas ideas. Para ello acudí con minuciosidad a su fundamento en la Sagrada Escritura. También procuré conocer y seguir interpretaciones acordes con la Tradición, expuestas en los escritos y predicaciones de una abrumadora mayoría de los Santos Padres de los primeros siglos del cristianismo. Algunas quizá estaban un tanto olvidadas bajo una capa de polvo de siglos o un temor mal entendido a los textos sagrados. Ordenar aquellas ideas con un lenguaje adecuado a nuestro tiempo fue mi mayor aportación. Por elemental prudencia, antes de publicar aquellas ideas, contrasté mis opiniones con personas doctas en la materia y especialmente sometí el texto al examen diocesano establecido por la Iglesia para asegurar que nada obsta a la fe. Al obtener a los pocos meses la aprobación, que figura en el comienzo de aquel libro, tuve la alegría personal del que experimenta el reconocimiento a su trabajo. También me pareció que aquella sencilla bendición de nuestra Madre la Iglesia iba más lejos y abría ventanas para que la luz y el aire entraran en una estancia enrarecida por los temores. Sin ruido, como todo lo importante, revitalizaba sólidas bases de nuestra fe, que busca comprender la época especialísima en que vive. Con ella, animaba a los cristianos que languidecen, con el Espíritu que duerme en el fondo de su alma, diciéndoles como a aquellos paralíticos del evangelio, ¡levántate y anda!1 La aportación profunda de aquella primera parte era saber que caminamos hacia una nueva época en la que eclosionarán tres nuevos órdenes: social, material y espiritual. A través de ellos tendrá pleno sentido la liberación2 que Nuestro Señor Jesús, cabeza de todo hombre3 en quien Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud4, vino a traer al mundo y conquistó para nosotros mediante la sangre de su cruz5 en la plenitud de los tiempos6, hace unos 2.000 años. Las dificultades de unos pocos años de transición purificadora son bienvenidas ante el profundo cambio histórico que se avecina. El corazón descansa al saber que la corrupción que hay en 1

Mateo 9, 5; Marcos 2, 9; Lucas 5, 23; Juan 5, 8 Lucas 21, 28 3 1 Corintios 11, 3 4 Colosenses 1, 19 5 Colosenses 1, 20 6 Gálatas 4, 4; Hebreos 9, 26 2

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el mundo por la concupiscencia7 será barrida y su constante promotor, el Príncipe de este mundo será echado fuera8, encadenado por mil años9, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni gritos, ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado10. Si no ha leído, por tanto, aquella primera parte, le recomiendo que lo haga en cuanto sea posible. Allí se describen los antecedentes de la Escritura Sagrada que encuadran el Apocalipsis, así como una interpretación de sus tres primeros capítulos que no se repetirán aquí. Ambas suministran el conocimiento básico para entender el resto del libro. De hecho comienza esta parte con el capítulo 6 como mera continuación de lo escrito anteriormente. Aquí aparecerán nuevos detalles del desarrollo del Día de Yahveh y del Día del Señor, que buscan fortalecer a los que vivan ese tiempo de prueba, con el deseo de que aviven más aún su esperanza en Dios, que siempre permite el mal para obtener un mayor bien. El Apocalipsis es el libro de la Consolación, no del miedo, ni del terror. Espero que la lectura de estas reflexiones, sigan dando paso a las suyas en este sentido. Si lo consigo, este libro estará en consonancia con el original que le sirve de pauta. Si, por el contrario, algo de lo que aquí escribo no le produce ese sentimiento de paz, a pesar de la posible aflicción, se debe solamente a mis defectos para transmitir el sentido profundo del texto sagrado, y ya desde ahora, le pido disculpas por ello.

7

II Pedro 1, 4 Juan 12, 31 9 Apocalipsis 20, 2 10 Apocalipsis 21, 4 8

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4

Después tuve una visión. He aquí que una puerta estaba abierta en el cielo, y aquella voz que había oído antes, como voz de trompeta que hablara conmigo, me decía: "¡Sube acá, y te mostraré las cosas que han de acontecer después de éstas!" 2

Al instante caí en éxtasis; y he aquí un trono estaba puesto en el cielo, y sobre el trono uno sentado. 3 Y el que estaba sentado era de aspecto semejante al jaspe y a la cornalina, y alrededor del trono había un arco iris semejante al aspecto de la esmeralda. 4 También alrededor del trono había veinticuatro tronos, y sobre los tronos vi a veinticuatro ancianos sentados, vestidos de vestiduras blancas, con coronas de oro sobre sus cabezas. 5

Del trono salen relámpagos y fragor y truenos. Y delante del trono arden siete antorchas de fuego, las cuales son los siete Espíritus de Dios. 6 Y delante del trono hay como un mar de vidrio, semejante al cristal. Junto al trono, y alrededor del mismo, hay cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. 7 El primer ser viviente es semejante a un león, y el segundo ser viviente es semejante a un becerro, y el tercer ser viviente tiene cara como de hombre, y el cuarto ser viviente es semejante a un águila volando. 8 Y cada uno de los cuatro seres vivientes tiene seis alas, y alrededor y por dentro están llenos de ojos. Ni de día ni de noche cesan de decir: "¡Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso, que era y que es y que ha de venir!" 9

Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honra y alabanza al que está sentado en el trono y que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos; y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11 "Digno eres tú, oh Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder; porque tú has creado todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas."

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Capitulo 6. El Cielo ante el Día de Yahveh 6.1. Por una puerta abierta Antes de pasar a describir la acción del Día de Yahveh, San Juan sitúa dos breves capítulos, de tan solo 11 y 14 versículos, con una dinámica propia y aparentemente desentendida del mismo Día de Yahveh. Sin embargo, una lectura más atenta nos enseñará que está íntimamente ligado a él. La narración comienza presentando una puerta abierta en el cielo11 que le permite ver algo del mismo Cielo a San Juan. Es posible comprender el simbolismo que encierra la imagen de una puerta si pensamos lo que la define como tal, y algunas circunstancias como dónde está, cuándo aparece, cómo se encuentra, etc. Toda puerta es una vía de comunicación que habilita el intercambio entre dos lugares contiguos pero separados. En el caso de nuestra puerta estos lugares son el Cielo y la tierra. El pecado creó la separación entre los dos lugares e impidió a los hombres el acceso al Cielo. Mediante la Redención el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo12, restauró los destrozos del pecado y abrió de nuevo esta comunicación. Yo soy la puerta13 dice Jesucristo de sí mismo. Y también la Iglesia canta a la Virgen Ianua Coeli, Puerta del Cielo, porque a través de Ella nos viene el Salvador. Por tanto, en Nuestro Señor y su Madre está un primer simbolismo de esta puerta. La puerta ahora está abierta. Por tanto, debemos entender que la visión se da cuando ya se ha producido la Redención. Se puede concretar más el momento ya que en todo el Apocalipsis sólo se menciona otra puerta abierta14. Es en el capítulo anterior, en la carta que Jesús dirige a la Iglesia de Filadelfia. Es una puerta abierta puesta por Nuestro Señor, que nadie puede cerrar15, premio a la conducta de la Iglesia en esa época porque, aunque tienes poco poder, has guardado mi Palabra y no has renegado de mi nombre16. Abierta quizás en el mismo juicio a las naciones17 con que comienza esta época de la vida de la Iglesia, que coincide con la que otros libros sagrados denominan Día del Señor. 11

Apocalipsis 4, 1 Juan 1, 29 13 Juan 10, 7 y 9 14 Apocalipsis 3, 8 15 Apocalipsis 3, 8 16 Apocalipsis 3, 8 17 Mateo 12, 18 12

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La circunstancia de que exista solamente otra puerta abierta permite pensar que ambas visiones se refieren a la misma puerta. En ese supuesto, la puerta abierta contiene también una clave temporal que a su vez encaja con lo que oye San Juan a través de esa puerta abierta. Es un canto de alabanza que cuatro Vivientes18 recitan ante el trono de Dios: Santo, Santo, Santo, Señor, Dios Todopoderoso, "Aquel que era, que es y que va a venir"19. La mención a Aquel (...) que va a venir, apunta al preciso momento de la historia, previo pero cercano a la etapa de la Iglesia de Filadelfia, de una venida de Nuestro Señor como ladrón20. Es decir, la visión muestra un entorno histórico del juicio de las naciones, en el que la vía de comunicación que se abrió entre el Cielo y la tierra tras la Redención, se reafirma de un modo que nadie la puede nunca más cerrar. La apertura de la puerta es la vida de la gracia que todo hombre puede recibir desde la muerte de Jesús. Pero, por fin llega la época en que la puerta abierta no se puede cerrar o, en otras palabras, que no se podrá dejar de ver ya el Cielo desde la tierra porque has guardado mi Palabra y no has renegado de mi nombre21. La apertura de esta puerta, antes de permitir el paso de San Juan, le facilita ver toda una escena que hay detrás, en el propio Cielo. En realidad, la apertura de la puerta siempre actuó como lente para sanar cierta miopía que producen las circunstancias de aquí abajo porque ahora vemos en un espejo, en enigma22.. Pero ver completamente las cosas del Cielo, significa adquirir un nuevo modo de ver pues sabemos que, cuando se manifieste, (...) le veremos tal cual es23. En la época de Filadelfia, no solo no se puede dejar de ver, sino que se verá con mayor plenitud. Sin embargo, ver a Dios de este nuevo modo no es gratis. San Juan, al mismo tiempo escucha una voz conocida, aquella voz que había oído antes, como voz de trompeta24. La voz le da una orden, que muestra camino para acceder a la nueva comunicación con la realidad divina: Sube acá25, le dice Jesús. Ascender cuesta esfuerzo, ya sean unas escaleras o una montaña. Subir, mediante el esfuerzo de purificación, se pide a todos los hombres que han de gozar de ver a Dios tal cual es. Y no es una excepción esa nueva puerta que se abrirá poco más adelante en la historia. sino que todo el que 18

Apocalipsis 4, 8 Apocalipsis 4, 8 20 Apocalipsis 3, 3 21 Apocalipsis 3, 8 22 1 Corintios 13, 12 23 I Juan 3, 2 24 Apocalipsis 4, 1-2 25 Apocalipsis 4, 1-2 19

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tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, como él es puro26. A nadie se le ahorra la purificación necesaria para hacerse merecedor de ver a Dios tal cual es. En la época histórica actual, la purificación previa a la visión de Dios se alcanza a través de la aceptación y ofrecimiento de las situaciones de la vida terrena, de una estancia más o menos prolongada en el Purgatorio o de ambas sucesivamente. Probablemente, las circunstancias especiales de una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla27, que marcan el tránsito de la época de Sardes a la de Filadelfia, actuarán como instrumento purificador muy singular para aquellos que vivan el Día de Yahveh. De hecho, el Apocalipsis muestra poco más adelante a una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, (...) con palmas en sus manos28, que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero29. De algún modo el genero humano repite la parábola del hijo pródigo. Un día, al entrar el pecado en el mundo y por el pecado la muerte30, la humanidad salió de la casa del Padre, aquel jardín del Edén en el que Yahveh Dios le puso31 y poseía una gran familiaridad con Dios. Para volver a recobrar en el Día del Señor ese lugar en el que fue creado y que así Dios convierta el desierto en Edén y la estepa en Paraíso de Yahveh32, parece necesario que antes debe pasar necesidad33 y apacentar puercos34, en la gran tribulación del Día de Yahveh, de modo que piense: me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti, ya no merezco ser llamado hijo tuyo35. Como en la parábola, para comprender lo absurdo de aquel alejamiento serán necesarias las peores circunstancias exteriores. Solo después surgirá el arrepentimiento, la vuelta sobre nuestros pasos y el abrazo de reconciliación con el Padre que conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente36. Y se celebrará una fiesta muy especial porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida37.

26

I Juan 3, 3 Mateo 24, 21 28 Apocalipsis 7, 9 29 Apocalipsis 7, 14 30 Romanos 5, 12 31 Génesis 2, 15. 32 Isaías 51, 3 33 Lucas 15, 14. 34 Lucas 15, 15 35 Lucas 15, 18-19 36 Lucas 15, 20 37 Lucas 15, 24 27

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Pero subir no solo incluye el aspecto costoso de la purificación. También supone la gratificación de alcanzar planos de visión superiores. Desde allí se contempla un panorama espléndido. San Juan cuando sube, a través de la puerta abierta ve algo que le produce al instante su embelesamiento hasta caer en éxtasis38. La subida por el camino de la purificación y de la íntima oración personal, alcanza contemplar a Dios: un modo de oración para todo cristiano, sencillo, intuitivo, íntimo y silencioso que une al que ora de modo connatural con el objeto contemplado. La contemplación y la intuición son modos de conocimiento, complementarios al razonamiento, que no incluyen formulación verbal contrastable. Por este medio Jesús, Verbo divino39, escoge mostrar a San Juan las cosas que han de acontecer después de éstas40. Para mostrar estas cosas posteriores y más altas Dios desea emplear un modo que supera las categorías predominantemente empíricas y racionalistas anteriores, las de la época histórica de Jezabel y los que con ella adulteran que fueron arrojados en gran tribulación41. Para alcanzar la época de la plena visión por la puerta abierta, otro estilo primario de conocimiento debe predominar en el hombre sobre la razón y así alcanzar la necesaria percepción superior. Nuestra Madre, que conservaba todas estas cosas en su corazón42, es el modelo de oración que alcanza las profundidades de Dios. En resumen, esta puerta abierta que nadie podrá cerrar, refleja una profundización de las relaciones entre Dios y el hombre. Jesucristo y la Virgen son los modelos para purificar lo caduco, y llevar a plenitud el plan de Restauración divino que comenzó tras el diluvio universal y continuó en la primera venida de Nuestro Señor Jesucristo. En el capítulo 3 ya se apuntó la aparición de este nuevo orden espiritual en esta época. Así pues lo que San Juan ve en el Cielo es un momento concreto de la historia, cercano al Día de Yahveh y no la eternidad una vez consumado este mundo tenebroso43. Pero ¿qué descubre? ¿Cuál es el objeto que arrebata el ser a San Juan? ¿Qué ve tras la puerta?

38

Apocalipsis 4, 1-2 Juan 1, 1 40 Apocalipsis 4, 1-2 41 Apocalipsis 2, 22 42 Lucas 2, 19 43 Efesios 6, 12 39

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6.2. El trono de la Trinidad Lo que ve detrás de la puerta está centrado alrededor de un trono44, el trono de Dios. Todo trono introduce en un ambiente de majestad, honor y respeto, porque es el asiento de quien reina. Al que lo ocupa le corresponde regir, legislar y juzgar. Le rodea una corte de súbditos nobles siempre atentos a loos deseos del que lo ocupa. El arte de los materiales que lo componen realza su importancia. San Juan describe el interior y el exterior del trono de Dios. El conjunto es un reflejo del binomio Creador - creación. En el íntimo interior se describe la triple distinción de Personas divinas, con imágenes separadas para cada una de ellas que hablan del origen de la Vida. Dios Padre aparece sentado en el trono45, Dios Hijo se muestra doblemente en medio del trono y en torno al trono46, y Dios Espíritu Santo está delante del trono47. La unicidad de la naturaleza divina queda reflejada por estar situadas dentro de un círculo delimitado por un arco iris alrededor del trono48 que apunta a la Virgen, Madre de Dios y puerta por la que Dios sale de sí ad extra hacia la Creación. En el exterior, una inmensa muchedumbre de criaturas en cercanía diversa al trono, que abarcan ángeles49, hombres y toda criatura del cielo y de la tierra, de debajo de la tierra y del mar y todo lo que hay en ellos50.. La visión del trono refleja un Dios personal, trino en personas, y no un ser abstracto y solitario. La profundidad de la distinción personal interna de Dios es manantial de Vida, al tiempo que es inalcanzable a nuestro entendimiento. Esa Vida trinitaria se refleja constantemente en la Creación a través de la historia desde aquel primer plural con que decide hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra51. La Encarnación es el momento cumbre de esta realidad divina. El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios52. También a lo largo de todo el Apocalipsis se hace notar esta manifestación diferenciada de cada una de las Personas de la Santísima Trinidad. Veremos como cada una de las divinas Personas transmite su impronta de Vida a la Creación de un modo específico. 44

Apocalipsis 4, 5 Apocalipsis 4, 2 46 Apocalipsis 4, 6 47 Apocalipsis 4, 5 48 Apocalipsis 4, 3 49 Apocalipsis 5, 11 50 Apocalipsis 5, 13 51 Génesis 1, 26 52 Lucas 1, 35 45

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6.3. El que está sentado en el Trono Lo primero que capta la atención de San Juan es el que está sentado en el trono53. Inicialmente no tiene palabras para describirle. Acaba de ver a Dios cara a cara54. No tiene nada de extraño que sea lo primero que centra su interés. Lo contrario nos habría decepcionado. En realidad todos deseamos llegar al Cielo porque ansiamos ver la faz de Dios55. Con palabras del salmista: Tiene mi alma sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver la faz de Dios?56 En el pasado, hasta cierto punto, tuvo este privilegio Moisés, a quién Yahveh trataba cara a cara57, como habla un hombre con su amigo58. También nuestros primeros padres tuvieron ese trato de amistad con Dios en el Paraíso ya que Yahveh Dios (...) se paseaba por el jardín a la hora de la brisa59. Y también todos tenemos esta oportunidad de cercanía a Dios, en el claroscuro de la fe, a través del trato con Jesús, Dios y hombre verdadero, en la oración personal y especialmente en la Eucaristía, concebida como memorial vivo de amor pues nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos60. Curiosamente, los tres ejemplos anteriores tienen cierta relación con los tiempos del Día de Yahveh. Durante esa época, los cristianos caminarán como en un nuevo éxodo espiritual a través del desierto provocado por una humanidad especialmente beligerante contra Dios. La esperanza de este periodo es llegar una nueva tierra prometida: la nueva creación61 del Día del Señor, una recuperación del Paraíso. Este mundo nuevo supondrá la liberación62 completa de los efectos del primer pecado, obtenida mediante el único Sacrificio de la Cruz y su aplicación constante a través de la Misa. A ejemplo de Moisés, que oraba a Dios cara a cara, para subsistir en aquellos tiempos difíciles, el resto fiel del pueblo cristiano en este nuevo éxodo tendrá que prodigar el trato con Dios como habla un hombre con su amigo63, con ese amigo tan especial que da su vida por sus amigos64.

53

Apocalipsis 4, 2 1 Corintios 13, 12 55 Salmo 42, 3 56 Salmo 42, 3 57 Deuteronomio 34, 10 58 Éxodo 33, 11 59 Génesis 3, 8 60 Juan 15, 13 61 II Corintios 5, 17 62 Lucas 21, 28 63 Exodo 33, 11 64 Juan 15, 13 54

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Reflexiones al hilo del Apocalipsis (Parte II) 6.3.1. El lenguaje de las piedras preciosas.

Y el que estaba sentado era de aspecto semejante al jaspe y a la cornalina65. San Juan se ha quedado absorto y embelesado por la visión de Dios cara a cara. Algo parecido a aquella tarde en que, con otro discípulo de Juan Bautista, conoció al Señor, le siguió, vieron donde vivía y se quedaron con Él aquel día66. Esta vez el medio que encuentra para describir lo que ve es el lenguaje de las piedras preciosas. Transparencia, brillo, intensidad de reflejos y colores purísimos se unen en la armonía cautivadora de las joyas. Todos las admiramos hasta el punto de utilizarlas como expresión de belleza y amor. Es frecuente que distintas joyas marquen los acontecimientos más cargados de significación de nuestras vidas. Al recurrir a éste símbolo, San Juan también quiere fundir amor, perpetuidad y hermosura. Cualquier joya está inseparablemente unida a la expresión de los más íntimos y nobles sentimientos del hombre, cuando tiene intención de inmortalizarlos. La primera gema con la que San Juan describe a Dios, el jaspe, es cuarcífera, de aspecto moteado (jaspeado), veteada y de colores verde a rojizo. Formaba también parte del pectoral que Dios mandó elaborar para las vestiduras sacerdotales de Aarón67 con doce piedras preciosas. Quizá estas características particulares añaden a los tres elementos comunes de toda joya (belleza, amor y permanencia), una referencia al origen sin principio y continuo flujo sin fin de la vida en Dios, pues el Padre tiene vida en si mismo68 y vive por los siglos de los siglos69 y a la condición sagrada que en consecuencia tiene la misma vida. La segunda piedra preciosa con que asemeja al que está sentado en el trono es la cornalina. Se trata de otra variedad del cuarzo tipo ágata, que añade básicamente el color rojo. Se trata del color del amor apasionado. Con él introduce la idea del amor de Dios Padre por toda la creación, pues no solo vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien70, y que todo ha sido creado con un fin71, sino que además amas a todos los seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo habrías hecho72. Ese Amor se extiende a la conservación y continuo mantenimiento en la

65

Apocalipsis 4, 3 Juan 1, 39 67 Éxodo 28, 20 y 39, 13 68 Juan 5, 26 69 Apocalipsis 4, 10 70 Génesis 1, 31 71 Eclesiástico 39, 21 72 Sabiduría 11, 24 66

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existencia pues en Él vivimos, nos movemos y existimos73. Y cuando el hombre, por desobediencia, destruyó su obra creadora e introdujo la muerte, Dios Padre restauró el orden inicial de la Creación mediante la obra de la Redención y no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros74, para que siendo nuestro Camino, la Verdad y la Vida, pudiéramos volver a Él pues nadie va al Padre sino por mí75. A través de este sencillo pero evocador y sublime lenguaje, San Juan deja descrito al que está sentado en el trono como suprema, eterna y sagrada fuente de Vida y Amor. Pocas descripciones tan completas, arrebatadoras y breves de Dios Padre como ésta.

6.3.2. Signos de Alianza.

La visión continúa desde su epicentro de atención hacia fuera. Dos importantes señales naturales rodean al trono. Inicialmente se percata de un arco iris semejante al aspecto de la esmeralda76. Poco después también señala que del trono salen relámpagos y fragor y truenos77. Ambas señales tienen un rico significado en las relaciones de Dios con el hombre El arco iris siempre tiene algo de fascinante. Al finalizar el castigo del diluvio, el arco iris se convirtió en la señal de la alianza (...) entre Yo (Dios) y toda carne que existe sobre la tierra78. Al estar ahora unida al trono, recuerda aquella alianza con su creación, que no volverá nunca más a ser aniquilada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra79. Aún más. Esta señal de alianza, tal como la vio también el profeta Ezequiel rodeando al trono de Dios era algo como la forma de la gloria de Yahveh80. De aquella primera alianza con toda carne, Dios pasó más tarde a otra más específica con Abraham y su descendencia: he aquí mi alianza contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos81 (...) Yo te daré a ti y a tu posteridad la tierra en que andas como peregrino, todo el país de Canaán, 73

Hechos 17, 28 Romanos 8, 32 75 Juan 14, 6 76 Apocalipsis 4, 3 77 Apocalipsis 4, 5 78 Génesis 9, 17 79 Génesis 9, 11 80 Ezequiel 1, 28 81 Génesis 17, 4 74

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en posesión perpetua, y yo seré el Dios de los tuyos82. Esta alianza se renueva en Isaac y Jacob. Sus descendientes emigran a Egipto y cuatro siglos después se encuentran en situación ciertamente penosa. Al oír el gemido de los israelitas reducidos a esclavitud por los egipcios83, Dios se acordó de su alianza y les dijo a través de Moisés: Yo soy Yahveh; Yo os libertaré de los duros trabajos de los egipcios, os libraré de su esclavitud y os salvaré con brazo tenso y castigos grandes. Yo os introduciré en la tierra que he jurado dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, y os la daré en herencia. Yo, Yahveh84. En el camino que les lleva hacia la tierra en que serán libres, al llegar al monte Sinaí, Dios fija la Ley en la que se concreta su alianza. Para este momento cumbre de renovación del pacto, Dios reserva otro tipo de comportamiento grandioso en la naturaleza. Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar85. A lo largo del Apocalipsis los truenos, relámpagos, trompetas y el arco iris no solo aparecen en el Cielo sino también en la tierra. Su aparición puede significar un nuevo momento cumbre relativo a las Alianzas entre Dios y los hombres. La aparición de los signos de ambas alianzas indica que en los sucesos que se avecinan están implicados toda carne y el pueblo elegido, cada uno a su modo e interrelacionados,. El aspecto verde esmeralda del arco iris, marca positivamente de esperanza el resultado final de los acontecimientos. El devenir de la historia del pueblo elegido desembocó en que ellos no permanecieron fieles a mi Alianza, y entonces también Yo me desentendí de ellos, dice el Señor86. Para reparar esa trasgresión Dios prepara una nueva Alianza y la comienza a anunciar a través del profeta Jeremías: he aquí que días vienen - oráculo de Yahveh - en que yo pactaré con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una nueva alianza; no como la alianza que pacté con sus padres, cuando les tomé de la mano para sacarles de Egipto; que ellos rompieron87. Yo mismo restableceré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy Yahveh, para que te acuerdes y te avergüences y no oses más abrir

82

Génesis 17, 8 Éxodo 6, 5 84 Éxodo 6, 7-8 85 Éxodo 19, 16 86 Hebreos 8, 9 87 Jeremías 31, 31-32 83

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la boca de vergüenza, cuando yo te haya perdonado todo lo que has hecho, oráculo del Señor Yahveh88. Jesús, al instituir la Eucaristía, como anticipo de su Sacrificio en la Cruz, hace referencia inequívoca a este misterio de la nueva Alianza: Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros89. Y remacha la Epístola a los Hebreos que al decir nueva, declaró anticuada la primera90, como Sumo Sacerdote de los bienes futuros (...). Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna91. Entonces, si la redención de Jesucristo es eterna ¿por qué razón ve San Juan nuevos símbolos de alianza en la época final de Sardes? San Pablo explica que el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo92. Ese endurecimiento temporal de Israel - hemos celebrado alianza con la muerte, y con el seol hemos hecho pacto93,- y su posterior conversión está predicha por el profeta Isaías que también asegura que será rota vuestra alianza con la muerte y vuestro pacto con el seol no se mantendrá94. Un día, como río violento a quién el espíritu del Señor empuja95, vendrá de Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades. Y esta será mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados96. Por tanto, no se trata de otra Alianza más, sino del momento de dar entrada a todos los hombres en la nueva y eterna alianza de Jesucristo. Los gentiles recuperaron a través de la Cruz la amistad con Dios, mientras que todo el pueblo respondió: «¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»97 . San Pablo escribe a los cristianos de Roma que así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes contra Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su rebeldía (de los judíos), así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia. Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia98. De este modo se puede interpretar 88

Ezequiel 16, 62-63 Lucas 22, 20 90 Hebreos 8, 13 91 Hebreos 9, 11-12 92 Romanos 11, 25-27 93 Isaías 28, 15 94 Isaías 28, 18 95 Isaías 59, 19 96 Romanos 11, 25-27 97 Mateo 27, 25 98 Romanos 11, 30-32 89

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que los signos de Alianza indican que los judíos van a volver a entrar en ella. Esto remacha los que ya tratamos sobre la conversión del pueblo judío asociada a estos tiempos. Ahora bien, el arco iris nos lleva a pensar en que la plenitud de la Nueva Alianza va a llegar a toda carne, es decir a la propia creación que fue salvada del diluvio y no solo a los hombres. Esto reafirma nuestro conocimiento de que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria; antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear99. Y así como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecen en mi presencia (...) así permanecerá vuestra raza y vuestro nombre. Así pues, (...) vendrá todo el mundo a prosternarse ante mí - dice Yahveh. Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá su fuego no se apagará, y serán el asco de todo el mundo100.

6.3.3. Los 24 ancianos.

Alrededor del trono101, en la misma ubicación que el arco iris de aspecto semejante a la esmeralda102, y una de las dos posiciones de los cuatro vivientes se encuentran veinticuatro tronos. Y sentados en los tronos, veinticuatro Ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro sobre sus cabezas103. La coincidencia de colocación en el escenario hace pensar que estos ancianos tienen una estrecha relación de dependencia con la Alianza y por tanto con la mediación sacerdotal de Nuestro Señor y la mediación materna de la Virgen. Su atuendo tiene dos características: vestiduras blancas y coronas de oro . La primera de ellas, la vestidura blanca, es atuendo del mismo Dios. Y un Anciano se sentó; su vestidura, blanca como la nieve105. Todos los que portan este color en sus vestiduras participan en cierto grado de la santidad de Dios. Así por ejemplo también es vestidura de ángeles como el que abrió el Sepulcro del Señor en su Resurrección. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve106. 104

99

Isaías 65, 17-18 Isaías 66, 22-24 101 Apocalipsis 4, 4 102 Apocalipsis 4, 3 103 Apocalipsis 4, 4 104 Apocalipsis 4, 4 105 Daniel 7, 9 106 Mateo 28, 3 100

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Jesucristo mostró en el Tabor cuando se transfiguró (...) su rostro (...) brillante como el sol y sus vestidos (...) blancos como la luz107; muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo108. Aquella primera transfiguración mostró un anticipo de la gloria del cuerpo transformado en inmortal en su Resurrección y glorificado en su Ascensión. Su cuerpo resucitado es modelo de nuestro cuerpo futuro pues Él transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas109. Por tanto, podemos considerar que la vestidura blanca en el Apocalipsis es símbolo de la transformación del presente cuerpo mortal en el futuro incorruptible. Ese nuevo estado material será necesario para participar de la santidad de Dios. Así se entiende que como vestidura de hombres sea parte del premio que Nuestro Señor promete en su carta enviada a la época de Sardes110: el vencedor será así revestido de blancas vestiduras111. A unos pocos que no han manchado sus vestidos112 les dice que andarán conmigo vestidos de blanco; porque lo merecen113. La clave temporal del momento histórico en que aparecerá esta transformación corporal una vez más es el final de la época de Sardes, es decir el entorno del Día de Yahveh. En la visión del trono la presencia de los veinticuatro ancianos también se hace notar inmediatamente antes de los relámpagos y el fragor de truenos114 que salen del trono. De nuevo esto apuntaría que éste reducido grupo habría obtenido la condición incorruptible antes de comenzar los duros momentos del Día de Yahveh. Queda indagar acerca de las coronas de oro115 que forman parte de su indumentaria. En el Apocalipsis, Jesucristo, bajo la apariencia de uno como Hijo de hombre, también llevaba en la cabeza una corona de oro116. En la Sagrada Escritura es parte del atuendo del rey117, y de las vestiduras sagradas de Aarón118. A la vuelta de Babilonia, Dios manda hacer una para el Sumo Sacerdote Josué119. Estas coronas se conservan en el tesoro del Templo 107

Mateo 17, 2 Marcos 9, 3 109 Filipenses 3, 21 110 Apocalipsis 3, 1 111 Apocalipsis 3, 5 112 Apocalipsis 3, 4 113 Apocalipsis 3, 4 114 Apocalipsis 4, 5 115 Apocalipsis 4, 4 116 Apocalipsis 14, 14 117 Salmo 21, 4 118 Eclesiástico 45, 12 119 Zacarías 6, 11 108

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hasta que el año 143120, Antíoco entró con insolencia en el santuario y se llevó el altar de oro, y todo el ajuar, incluidas las coronas121. Este hecho es figura de la abominación de la desolación predicha por el profeta Daniel122, que Jesús profetiza como cumbre de la impiedad en el futuro de la historia, dentro de los hechos del Día de Yahveh. En resumen, las coronas de oro atribuyen a los veinticuatro ancianos un componente sagrado y regio. Esto recuerda el modelo de orden social que Dios deseaba para su pueblo elegido, al instaurar la antigua Alianza en el Sinaí: seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa123. Aquel proyecto divino quedó truncado y mas tarde recompuesto por Jesucristo, (...) el Príncipe de los reyes de la tierra (...) que nos ama (...) y ha hecho de nosotros un Reino de Sacerdotes para su Dios y Padre124. Ahora, las alabanzas a Jesucristo de los veinticuatro ancianos ven convertido en realidad aquel proyecto: y has hecho de ellos para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes, y reinan sobre la tierra125. A todo lo largo del Apocalipsis la principal actuación de estos 24 ancianos, reyes y sacerdotes, es adorar a Dios con gestos126 y palabras127. También intervienen para confortar128 al propio San Juan y explicarle algunos aspectos de sus visiones. Ellos saben, por ejemplo, quiénes forman una muchedumbre inmensa129 que ve delante del trono. En esta primera visión intervienen, tras cuatro vivientes cuya significación veremos enseguida, para alabar el poder creador de Dios que se manifiesta y opera ya en la transformación de sus propios cuerpos: Digno eres tú, oh Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder; porque tú has creado todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas130. Mucho se ha especulado sobre la identidad de estos 24 ancianos. Con frecuencia se han atribuido a los 12 patriarcas que dieron origen a las tribus de Israel y los 12 apóstoles de nuestro Señor. Sin embargo, los elementos de juicio anteriores dificultan pensar en los antiguos patriarcas, cuya santidad no es clara. Asimismo, incluir a San Juan en el grupo exigiría una bilocación. Muchos personajes del Antiguo Testamento y santos posteriores 120

I Macabeos 1, 20 1 Macabeos 1, 22 122 Mateo 24, 15 123 Exodo 19, 5-6 124 Apocalipsis 1, 5-6 125 Apocalipsis 5, 10 126 Apocalipsis 4, 10 127 Apocalipsis 19, 4 128 Apocalipsis 5, 5 129 Apocalipsis 7, 9 130 Apocalipsis 4, 9-11 121

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son acreedores a tener un puesto entre ellos. Tampoco se puede excluir la posibilidad de que alguno o varios vivan en la misma época de Sardes. Las opciones son amplias y cada lector puede sugerir una. Entre otras se puede pensar que estos tronos están ocupados por otros tantos Papas, sacerdotes de vestidura blanca y reyes con tiara de Sumo Sacerdote, que vivieron en épocas anteriores a la Iglesia de Filadelfia, y durante su pontificado mostraron especial veneración a ambos pilares de la relación del hombre con Dios, es decir, a la Eucaristía y a la Virgen.

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6.4. El que está delante del Trono. Junto a Dios Padre deben encontrarse las otras dos Personas de la Trinidad Beatísima. La primera que ve San Juan es el Espíritu Santo. Delante del trono arden siete antorchas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios131. La imagen de fuego representando al Espíritu Santo viene del mismo día de Pentecostés. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo132. Con esto se cumplía la profecía de Juan Bautista: aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego133. Los siete espíritus adornan el modo de presentarse Jesucristo en la carta a la época de Sardes, ya que es el que tiene los siete Espíritus de Dios134. El profeta Isaías describe cada uno de ellos. Reposará sobre Él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh135. En estos dones se encierra la plenitud de la acción del Espíritu Santo en las almas. Poco más adelante también asemeja los siete espíritus de Dios a siete ojos136, dando a entender que son como nuevas capacidades de ver que se dan al alma. Los siete espíritus son enviados a toda la tierra137, que indica una efusión importante de dones del Espíritu Santo en la época de Sardes. Aquella que veía el profeta Joel pues yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones138. Sin embargo, San Juan también contempla delante del trono como un mar transparente semejante al cristal139. Ese mar tan especial y particular aparece en dos ocasiones más que completan su descripción. La primera es como un mar de cristal mezclado de fuego140. La segunda forma un río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero141. Ambas peculiaridades de estar mezclado de fuego y ser agua de 131

Apocalipsis 4, 5 Hechos 2, 3-4 133 Mateo 3, 11 134 Apocalipsis 3, 1 135 Isaías 11, 2 136 Apocalipsis 5, 6 137 Apocalipsis 5, 6 138 Joel 3, 1 139 Apocalipsis 4, 6 140 Apocalipsis 15, 2 141 Apocalipsis 22, 1 132

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Vida tienen una interpretación común al cristal, desde el punto de vista de los acontecimientos especiales de esta época. A pesar de tanta efusión del Espíritu Santo, los males en esa época aumentan y provocan dolor en los justos de esta tierra, en las almas del Purgatorio y en los santos el Cielo de modo que sus ojos destilan ríos de lágrimas, porque tu ley no se guarda142. A estos ríos producidos por lágrimas de dolor de criaturas se une al dolor de Dios - Hombre, que lloró ante la incredulidad de Jerusalén143 y el cadáver de su amigo Lázaro144 y así se forma el mar que ve San Juan. En sus fuentes es agua mezclada de fuego que quema los ojos de los que aman a Dios. Después, el frío del mundo y de los corazones alejados de Dios, la congela y cristaliza. El dolor en esta vida deja de ser un misterio y adquiere su sentido pleno cuando se une de modo corredentor al plan salvífico de la Cruz. Así el dolor adquiere trascendencia porque completa lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia145. La Iglesia, militante, purgante y triunfante, une su dolor al Sacrificio Redentor por excelencia para que se transforme en Vida. Por su eficacia algún día más adelante llegará la nueva aurora que convertirá el agua mezclada con fuego en agua de Vida, en río fluyente en el que a una y otra margen del río, hay árboles de Vida, que dan fruto doce veces, una vez cada mes; y sus hojas sirven de medicina para los gentiles146. No se trata de un mar de cristal salado, cuya agua no sacia y deja baldíos los terrenos que empapa sino que todo el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás147.

142

Salmo 119, 136 Lucas 19, 41 144 Juan 11, 35 145 Colosenses 1, 24 146 Apocalipsis 22, 2 147 Juan 4, 14 143

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6.5. El que está en medio del Trono y en torno al Trono Al comienzo de este capítulo vimos a Jesucristo como guía de la visión de San Juan. Esta es una primera forma de presencia de la segunda Persona de la Santísima Trinidad, pero si prestamos un poco más de atención descubriremos también otra representación dentro del esplendor del simbolismo trinitario de la propia visión del trono. En efecto, el trono aparece rodeado por 4 enigmáticos Vivientes. Su nombre indica con precisión que en ellos la Vida es la principal característica de su ser. Esto solo puede decirse con propiedad de Dios mismo; el Viviente por antonomasia es Dios. Dijo Dios a Moisés: «Yo soy el que soy.» Y añadió: «Así dirás a los israelitas: "Yo soy" me ha enviado a vosotros.»148 La vida marca su distinción con los demás dioses. Yahveh es el Dios verdadero; es el Dios vivo y el Rey eterno149. Multitud de historias entrañables recuerdan esta diferencia sustancial entre Yahveh y los dioses de otros pueblos. Así por ejemplo cuando Elías se burlaba de ellos, los 450 profetas de Baal, y decía: «¡Gritad más alto, porque es un dios; tendrá algún negocio, le habrá ocurrido algo, estará en camino; tal vez esté dormido y se despertará!»150. Esta es la verdad más sagrada. y omnipresente que alimenta desde su raíz la piedad del pueblo elegido y la liturgia cristiana: Tiene mi alma sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver la faz de Dios?151 Los 4 Vivientes están llenos de ojos, por delante y por detrás152, que ya vimos significa la plenitud de dones del Espíritu Santo. Tienen cada uno seis alas153. Isaías vio a unos serafines que se mantenían erguidos por encima del trono del Señor154 con esta característica. Sin embargo, su posición respecto al trono no es la misma que la de los Vivientes del Apocalipsis. Cada uno de ellos se identifica por su rostro. El primer Viviente, como un león; el segundo Viviente, como un novillo; el tercer Viviente tiene un rostro como de hombre; el cuarto Viviente es como un águila en vuelo155. Para descifrar la identidad de estos enigmáticos rostros, la exégesis los ha identificado desde los primeros siglos con los 4 Evangelistas. En otras 148

Éxodo 3, 14 Jeremías 10, 10 150 1 Reyes 18, 27 151 Salmo 42, 3 152 Apocalipsis 4, 6 153 Apocalipsis 4, 8 154 Isaías 6, 2 155 Apocalipsis 4, 7 149

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palabras, la presencia de la segunda Persona de la Trinidad junto al trono, y alrededor del mismo, estaría como Palabra sagrada y viva, expuesta en los Sagrados Evangelios. El nombre de la segunda Persona de la Santísima Trinidad es el Verbo o la Palabra y la Palabra era Dios156. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres157. Su forma de transmitir la vida divina a la Creación es doble. La primera, como Palabra eterna a través de la Sagrada Escritura llena de Sabiduría para el hombre. Pero también actúa de un segundo modo al encarnarse e irrumpir en la plenitud de la historia cuando la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros158. Esa presencia se prolonga en la historia, velada pero real, mediante el Sacramento de la Eucaristía, que es a la vez alimento de vida eterna, pues el que coma este pan vivirá para siempre159, y memorial de su Sacrificio Redentor, pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga160. Por tanto, es posible una segunda interpretación de los Vivientes asociada a los 4 fines del sacrificio perpetuo de la nueva Alianza, la Misa. El primer Viviente, como un león161. El león es el rey de los animales. El patriarca Jacob atribuyó este símbolo regio a uno solo de sus hijos y así profetizó su supremacía. Cachorro de león es Judá;(...) No se irá de Judá el báculo, el bastón de mando de entre tus piernas, hasta tanto que se le traiga el tributo y a quien rindan homenaje las naciones162. El Apocalipsis, al otro extremo de la historia, completa el símbolo: mira, ha triunfado el León de la tribu de Judá, el Retoño de David163. También el león es símbolo de fuerza temible, ávido de presa164, al acecho escondido (...) en su guarida, al acecho para atrapar al desdichado165. Con esa imagen describe San Pedro a vuestro adversario, el Diablo, que ronda como león rugiente, buscando a quién devorar166. Por tanto, el león es una representación de realeza unida a un formidable poder. Como rugido de león la indignación del rey167, resume el libro de los Proverbios.

156

Juan 1, 1-3 Juan 1, 4 158 Juan 1, 14 159 Juan 6, 56-58 160 1 Corintios 11, 26 161 Apocalipsis 4, 7 162 Génesis 49, 8-10 163 Apocalipsis 5, 5 164 Salmos 17, 12 165 Salmos 10, 9 166 1 Pedro 5, 8 167 Proverbios 19, 12 157

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La Tradición ha visto en San Marcos esta imagen del primer Viviente. Su Evangelio comienza con la predicación del Bautista como voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas168. Este anuncio de conversión resulta especialmente necesario en los momentos de la época de Sardes: acuérdate (...) de cómo recibiste y oíste mi Palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti169. Venida inesperada para restablecer el orden debido ante los que desprecian sus leyes, que se hace presente con todo el divino poder ante sus enemigos. Uno de los cuatro fines del Sacrificio de la Misa es restituir el honor sustraído por el ultraje a la majestad de Dios, a través de la adoración perfecta de Jesucristo. En el Antiguo Testamento el lugar tradicional de adoración era el Templo de Jerusalén, pero un día Jesús refiriéndose a sí mismo asumió y excedió esa función del Templo ya que hay aquí algo mayor que el Templo170. Para mayor claridad respondió a los fariseos: Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré171. Con esto indicaba inequívocamente que el sacrificio redentor de su Cuerpo y Sangre es el verdadero y nuevo lugar de adoración. Donde la Misa se celebra, allí está el nuevo templo, porque realiza sus funciones de modo perfecto. A la samaritana, Jesús le enseña que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre172. Con la renovación incruenta del Sacrificio del Calvario desde el sol Levante hasta el Poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre (...) una oblación pura173. Gracias a la unión con el misterio de la Pasión y Muerte de Jesucristo llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad174. Por tanto, la adoración verdadera y completa ya no depende del tiempo ni un lugar sino que requiere la previa conversión del espíritu del hombre a la verdad y su unión al sacrificio redentor de Jesucristo. Así queda perfeccionado el simbolismo tradicional del primer Viviente porque el mensaje inicial de conversión del evangelio de San Marcos se orienta hacia el fin de la adoración perfecta que en el Sacrificio de la Misa se realiza. El segundo Viviente como un novillo175. Se trata de un animal ligado en toda la Sagrada Escritura al sacrificio de expiación por los pecados del 168

Marcos 1, 3 Apocalipsis 3, 3 170 Mateo 12, 6 171 Juan 2, 19 172 Juan 4, 23 173 Malaquías 1, 11 174 Juan 4, 23 175 Apocalipsis 4, 7 169

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pueblo. Normalmente utilizado para sacrificios de holocausto, es decir, que se consume completamente. Cada día ofrecerás un novillo en expiación como sacrificio por el pecado176. La Tradición ve en San Lucas un símbolo de este Viviente porque comienza su evangelio con un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo de Abías, (...) que oficiaba delante de Dios, en el turno de su grupo177. A Zacarías le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso178. De modo paralelo, mediante el Sacrificio del Calvario Jesucristo penetró en el santuario, pero a diferencia de la Antigua Alianza lo hizo de una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna179. De este modo, también el simbolismo tradicional del segundo Viviente se completa con el Sacrificio de la Misa porque apunta a ella a través de su fin expiatorio. El tercer Viviente tiene un rostro como de hombre180. De nuevo la Tradición atribuye a San Mateo este símbolo porque comienza su evangelio con el libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham181. De este modo pone de manifiesto que Jesucristo es Hijo del hombre182 porque con el hombre entronca a través de la sangre de la Virgen María y la genealogía de José, hijo de David183, esposo de María184 aunque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo185, y por ello será santo y será llamado Hijo de Dios186. Las primeras palabras que conocemos de nuestra Madre tras el misterio de la Encarnación son de profundo agradecimiento: Engrandece mi alma al Señor, y se alegra mi espíritu en Dios mi salvador187. Los ángeles también se llenaron de agradecimiento, cantando gloria a Dios en las alturas188 San Pablo exulta por lo que supone la Encarnación de Jesucristo: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, (...) en Cristo; (...) eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de 176

Éxodo 29, 36 Lucas 1, 5 y 8 178 Lucas 1, 9 179 Hebreos 9, 12 180 Apocalipsis 4, 7 181 Mateo 1, 1 182 Mateo 16, 13 183 Mateo 1, 20 184 Mateo 1, 16 185 Mateo 1, 20 186 Lucas 1, 35 187 Lucas 1, 46-47 188 Lucas 2, 14 177

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Jesucristo. En realidad toda la creación se alegra y agradece la Encarnación de la segunda Persona de la Santísima Trinidad. Jesucristo, además de ser el Primogénito de toda la creación189., restaura el orden creado por su Sacrificio Redentor y en él asume y resume la acción de gracias a Dios de todas las criaturas. Dice el Salmo que el que ofrece sacrificios de acción de gracias me da gloria190. Al instituir el sacramento memorial de su Pasión, Jesús lo hace después de dar gracias191. Eso mismo significa la palabra Eucaristía: acción de gracias. Así, la Santa Misa incluye entre sus fines dar gracias a Dios por todos los beneficios recibidos y muy especialmente por los derivados de la propia Encarnación de Jesucristo. ¡Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!192 De nuevo, la imagen tradicional del tercer Viviente se completa con la Santa Misa al hacer referencia a su finalidad de dar gracias perfectas a Dios, por la alegría que nos producen todos sus beneficios. Por último, el cuarto Viviente es como un águila en vuelo193. Esta imagen se atribuye a San Juan porque su evangelio comienza con la descripción más elevada de la Trinidad y desciende desde allí a la tierra. En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.(...) La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo194. Desde esta alta perspectiva, se ve fácilmente que nada vale sino Dios. Sin embargo, el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron195. La necedad de los hombres es infinita cuando abandonamos la luz de Dios. Para evitar este descalabro, es necesario pedir ayuda para no perder de vista lo más básico y trascendental: la perla de gran valor196, cuyo alto precio es todo lo que tiene197 el hombre. En el Sacrificio de la Misa, Jesús mismo, la Palabra eterna, es quien ruega por las necesidades verdaderas de cada uno de los hombres, que no sabemos elegir lo que nos conviene. Pedís y no recibís porque pedís mal, con la intención de malgastarlo en vuestras pasiones198. Y, sin embargo, mediante su oración, de su plenitud hemos recibido todos, y gracia sobre 189

Colosenses 1, 15 Salmo 50, 14-15 y 23 191 1 Corintios 11, 24 192 1 Corintios 15, 57 193 Apocalipsis 4, 7 194 Juan 1, 1 y 9-11 195 Juan 1, 1 y 9-11 196 Mateo 13, 46 197 Mateo 13, 46 198 Santiago 4, 3 190

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gracia199. Bajo esta óptica de poco frecuente realismo, la Misa es el lugar más adecuado para pedir todo lo verdaderamente necesario para encauzar nuestra vida hacia ese tesoro escondido200 y conseguirlo. Una vez más, se desarrolla y completa el simbolismo tradicional al apuntar hacia la Misa, bajo su finalidad de pedir gracias. En resumen, la imagen de los 4 Vivientes, perpetuamente activos, inicialmente engarza con cada uno de los Evangelistas a través del comienzo de cada uno de los evangelios, pero se puede perfeccionar elevando la referencia a cada uno de los 4 fines de la Misa. La Palabra marca el camino para que a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios201 Y desde su inicio ya apunta al hecho salvador de la humanidad y de la creación. Por eso también son Vivientes, porque señalan el hecho que rescata de la muerte y devuelve a la vida. Cada día, a través de la Misa pasa a nuestro lado ese hecho trascendental, sin hacer ruido, como suele suceder ordinariamente con las cosas de Dios. Su grandeza queda oculta a los ojos del mundo. Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños202. Los 4 Vivientes alaban sin descanso día y noche203, como el continuo ofrecimiento de la Misa, sacrificio perpetuo204 de la Nueva Alianza, desde el sol levante hasta el poniente205. Su alabanza, como la de la Misa, afirma un retorno que en esta época final de Sardes, sabemos que ya es próximo. Y repiten (...) "¡Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso, que era y que es y que ha de venir!"206 La época final de Sardes se caracteriza por una lucha evidente entre los que preparan la aparición del Anticristo, incluido el Falso Profeta, contra unos pocos que no han manchado sus vestidos207, que recuerdan a un nuevo resto de Israel208. Esta lucha tiene su momento más difícil cuando 199

Juan 1, 16 Mateo 13, 44 201 Juan 1, 12 202 Mateo 11, 25 203 Apocalipsis 4, 8 204 Daniel 11, 31 205 Malaquías 1, 11 206 Apocalipsis 4, 8 207 Apocalipsis 3, 4 208 Miqueas 2, 12; Sofonías 3, 13 200

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el hombre impío, el hijo de la perdición209 instaure la abominación de la desolación erigida en el lugar Santo210, es decir, la abolición del Sacrificio perpetuo211. Para el enemigo de Dios es lógico centrar la lucha en ese objetivo porque todos los frutos espirituales y materiales surgen del Sacrificio Redentor de Jesucristo y de su repetición incruenta. Cada Misa es una nueva derrota del poder Maligno porque revive aquel Sacrificio y aplica sus méritos infinitos de redención a las situaciones generales y necesidades particulares de los hombres. Parece signo inequívoco de la cercanía de los tiempos anunciados observar cómo en nuestra época han quedado desdibujadas ideas tan básicas en el acerbo de la mayoría de los cristianos. Con frecuencia se omite el núcleo de renovación sacrificial de la Misa para resaltar otros aspectos secundarios como la reunión fraternal, el banquete espiritual o la celebración eucarística dominical. Estas y otras simplificaciones semejantes se intercambian indefinidamente para formar un conjunto de combinaciones reduccionistas que sólo facilitan la confusión, la estrategia de distracción o, como ahora se prefiere decir, la desinformación.

209

II Tesalonicenses 2, 3 Mateo 24, 15 211 Daniel 11, 31 210

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6.6. La geografía del Trono Ahora que ya hemos desentrañado algunos significados de los diferentes símbolos que componen la visión del trono, podemos atender a su disposición en el escenario para obtener nuevas luces que se deducen al analizar sus interrelaciones espaciales. La composición de las figuras en un cuadro determinan lo que tiene más importancia y lo que resulta secundario. La colocación de los elementos genera la armonía que transmite una obra de arte y consecuentemente su belleza. San Juan describe ciertas relaciones espaciales en la visión que tienen importancia para el mensaje que transmite. En el centro, sentado en el trono, está Dios Padre. En medio, ocupando también el trono, los 4 Vivientes símbolo de la divinidad de Dios Hijo. Pero estos 4 están a la vez alrededor del trono, es decir fuera de él, como símbolo de la humanidad del Verbo encarnado. Al estar dentro y fuera al mismo tiempo, se evoca un movimiento. Este flujo es semejante a la función de la Misa que continuamente reconcilia al hombre con Dios. Estar alrededor describe una circunferencia, o anillo que es símbolo de Alianza perpetua: la que Jesucristo realiza entre Dios y la creación, entre Dios y sus obras “ad extra” como primogénito de toda la creación e imagen del Dios invisible212. Delante del trono siete lámparas de fuego símbolo al Espíritu Santo. La tercera Persona de la Santísima Trinidad, se encuentra en posición diferente del Padre y del Hijo, pero dentro del círculo íntimo de la divinidad. Alrededor, y también en íntima relación con el círculo de la Trinidad pero no dentro, el arco iris, que es imagen de la Virgen. Su posición muestra una relación directa de unión y semejanza con la humanidad de Dios Hijo (Madre de Dios) y con sus funciones (Corredentora). De nuevo, la forma redonda de anillo indica su desposorio con el Espíritu Santo, o, completado con el semicírculo vertical del arco, cúpula que señala al templo y sagrario de la Santísima Trinidad, o corona que simboliza su reinado sobre todo lo creado, o tiara como Madre, defensora y conductora de la Iglesia. Círculo íntimamente unido a Dios pero exterior, por lo que cualquier obra “ad extra” de Dios debe pasar por éste anillo que lo rodea. Así pues también Medianera de todas las gracias o, en la dirección opuesta, Abogada de los pecadores ante Dios. Los colores del arco iris, su gran belleza, resultado del ornato de los dones y las virtudes del Espíritu Santo. Su aspecto como la esmeralda de color verde, un rayo de esperanza para la época histórica de final de Sardes en la que se está desarrollando la visión.

212

Colosenses 1, 15

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Sentados alrededor del trono 24 Ancianos. Posición que tiene que ver con la función sacerdotal de Jesucristo en la Eucaristía y con la mediación materna de la Virgen. Muy probablemente estos tronos están ocupados por Papas que mostraron especial amor a la Eucaristía y a la Virgen. Toda relación espacial es susceptible de ser representada gráficamente. Así lo intenté, después de haber escrito las líneas anteriores. El resultado fue la siguiente figura:

Independientemente de lo acertado de utilizar las palabras como símbolo de lo que representan, sorprende que al mirar la figura desde lejos existe una gran semejanza con la Sagrada Forma. La sorpresa inicial dio paso a un nuevo simbolismo oculto. La Eucaristía es el trono de la Trinidad entera y de algún modo misterioso está presente en ella la Virgen. Asimismo, una vez más, la Eucaristía aparece como clave de los tiempos centrales del Apocalipsis. Página 32

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. Y cada vez que los Vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono y vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro Ancianos se postran ante el que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y arrojan sus coronas delante del trono diciendo: "Digno eres tú, oh Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder; porque tú has creado todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas."213 Los 24 Ancianos unen su canto de reconocimiento a la alabanza que la continua reiteración del Sacrificio de Jesucristo en la Misa devuelve a Dios. Es lógico porque en ella surgen y se aplican todos los frutos de la Redención y, especialmente la vestidura blanca que disfrutan como primicias de la nueva creación, porque tú has creado todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas214.

213 214

Apocalipsis 4, 9-11 Apocalipsis 4, 9-11

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5

1

Vi también en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro, escrito por el anverso y el reverso, sellado con siete sellos. 2Y vi a un Ángel poderoso que proclamaba con fuerte voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y soltar sus sellos?» 3

Pero nadie era capaz, ni en el cielo ni en la tierra ni bajo tierra, de abrir el libro ni de leerlo. 4Y yo lloraba mucho porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro ni de leerlo. 5Pero uno de los Ancianos me dice: «No llores; mira, ha triunfado el León de la tribu de Judá, el Retoño de David; él podrá abrir el libro y sus siete sellos.» 6

Entonces vi, de pie, en medio del trono y de los cuatro Vivientes y de los Ancianos, un Cordero, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios, enviados a toda la tierra. 7Y se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono. 8 Cuando lo tomó, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos. 9Y cantan un cántico nuevo diciendo: «Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos porque fuiste degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; 10y has hecho de ellos para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes, y reinan sobre la tierra.» 11

Y en la visión oí la voz de una multitud de Ángeles alrededor del trono, de los Vivientes y de los Ancianos. Su número era miríadas de miríadas y millares de millares, 12y decían con fuerte voz: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» 13

Y toda criatura, del cielo, de la tierra, de debajo de la tierra y del mar, y todo lo que hay en ellos, oí que respondían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y potencia por los siglos de los siglos.»

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Y los cuatro Vivientes decían: «Amén»;

y los Ancianos se postraron para adorar.

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Capítulo 7: Un libro misterioso La visión del capítulo anterior continúa sin intermedios. Seguimos aún ante el trono y la trinidad que acabamos de describir. Nada indica que se haya desplazado el momento histórico de la visión. Por tanto, nos hallamos ante la circunstancia del final de la época de Sardes. El que está sentado en el trono tiene un libro en la mano derecha215. Ahora se trata de la mano derecha de Dios Padre. En el Apocalipsis, siempre la mano derecha hace o tiene algo significativo. Jesucristo tenía las siete estrellas que son los Ángeles de las siete Iglesias216. Más adelante un Ángel (...), levantó al cielo su mano derecha y juró (...) ¡Ya no habrá dilación!217. La última cita es para indicar uno de los lugares en que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca218 sin la cual nadie pueda comprar ni vender219. En el caso de Dios Padre, tiene un libro, escrito por el anverso y el reverso, sellado con siete sellos220. Es un libro antiguo, escrito en pergamino como muchos de los anteriores a la época de la imprenta, enrollado para permitir su archivo y conservación. Contiene mucha materia porque se ha necesitado escribir por ambas caras. ¿De qué libro se trata? Al indagar en la Sagrada Escritura encontramos precedentes de libros propios de Dios. Dios manifiesta a Moisés en el monte Sinaí, después de perdonar el pecado de idolatría del pueblo escogido, que tiene un libro. En él refleja los nombres de cada hombre según su comportamiento. Al que peque contra Mí, le borraré Yo de mi libro221. San Pablo incluye en ese libro a los que lucharon por el Evangelio a mi lado, (...) cuyos nombres están en el libro de la vida222. Y Jesús promete a los vencedores de la época de Sardes, que no borraré su nombre del libro de la vida223. El Apocalipsis indica que este libro se abrirá al final del mundo, cuando se terminen los mil años224 y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras225. 215

Apocalipsis 5, 1 Apocalipsis 1, 20 217 Apocalipsis 10, 6-7 218 Apocalipsis 13, 6 219 Apocalipsis 13, 7 220 Apocalipsis 5, 1 221 Éxodo 32, 33 222 Filipenses 4, 3 223 Apocalipsis 3, 5 224 Apocalipsis 20, 7 225 Apocalipsis 20, 12 216

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Sin embargo, aunque no es imposible que sea el libro de la vida el que ahora ve San Juan en la mano derecha de Dios Padre, es más probable que se trate de otro libro diferente, relativo a las sucesos generales que se vivirán en los tiempos finales de Sardes. De hecho, cuando el libro se abra, veremos que describe acontecimientos singulares. Al profeta Ezequiel le dieron en visión también un libro enrollado semejante escrito por el anverso y por el reverso226. Su contenido lo resumió en tres palabras: lamentaciones, gemidos y ayes227. Éste libro tiene más posibilidades de ser el que buscamos. En el Apocalipsis aparecen estos tres elementos. Curiosamente a ambos profetas les ordenan comerse el libro. Lo comí y fue en mi boca dulce como la miel228, pero se me amargaron las entrañas229. Sin embargo, sea cual fuere su contenido de lamentaciones, gemidos y ayes nadie los conoce, de momento, porque el libro está sellado con siete sellos230.

7.1. Las razones del secreto Los posibles motivos de la existencia de estos sellos serían principalmente dos. El primero se debería sencillamente a que no hubiera llegado aún el momento de desvelar el significado completo de estas visiones. Así se lo explican al profeta Daniel. Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del Fin231. Sin embargo, el tiempo de ambas visiones del Apocalipsis y de Daniel debe estar ya cercano porque ambas relatan el momento del tránsito entre la época de Sardes y la de Filadelfia, cuando se abolió el sacrificio perpetuo y sacudió el cimiento de su santuario232, es decir, del fin del tiempo233 como hasta ahora lo hemos conocido aunque no del fin del mundo234. Por tanto, el tiempo del Fin en el que debería conocerse el significado de la profecía sellada está próximo. Si no se desvelara, la profecía pierde su componente de aviso para la conversión. La otra razón por la que aún puede permanecer cerrado el significado del libro es la falta de merecimientos para conocerlo. Toda revelación será para vosotros como palabras de un libro sellado (...) por cuanto ese pueblo 226

Ezequiel 2, 9-10 Ezequiel 2, 9-10 228 Ezequiel 3, 3 229 Apocalipsis 10, 10 230 Apocalipsis 5, 1 231 Daniel 12, 4 232 Daniel 8, 11 233 Daniel 9, 12 234 Mateo 13, 40 y 28, 20 227

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se me ha allegado con su boca, y me han honrado con sus labios, mientras que su corazón está lejos de mí235. Este alejamiento ocurre abundantemente en las cercanías del Día de Yahveh. Es el momento de la apostasía236 universal. Por tanto, esto justifica que los sellos, el significado de las profecías, continúen cerrados al comienzo de la visión de San Juan. No obstante, Dios cumple siempre sus promesas y ni una sola ha fallado237. Por tanto, finalmente veremos que los sellos se abrirán, pero de modo selectivo pues ningún impío comprenderá nada; sólo los doctos comprenderán238. Así pues en los momentos críticos y difíciles la mayoría no comprenderá las profecías, debido a su alejamiento real de Dios o a su falta de doctrina. Como también ocurrió en tiempos de Jesús cuando les decía a los fariseos ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?239

7.2. El modo de desvelar los secretos. Para desvelar el contenido del libro, se presenta un problema adicional a la existencia de los mismos sellos. No hay nadie digno de abrir estos cerrojos del libro. No es cosa que cualquiera pueda hacerlo. Y vi a un Ángel poderoso que proclamaba con fuerte voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y soltar sus sellos?» Pero nadie era capaz, ni en el cielo ni en la tierra ni bajo tierra, de abrir el libro ni de leerlo240. El nivel de secreto de este libro parece ir en contra de las mismas reglas de actuar de Dios porque no hace nada el Señor Yahveh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas241. Y así no es de extrañar que San Juan lloraba mucho porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro ni de leerlo242. En realidad, lo único que sucede es que se necesita a un Profeta muy especial para desvelar la categoría de los secretos de este libro, al Profeta por excelencia. El libro es el mismo Apocalipsis. Sus primeras palabras lo descubren. Revelación de Jesucristo; se la concedió Dios para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto243. Uno de los Ancianos explica a San Juan que solo puede abrir los sellos el León de la tribu de Judá, el 235

Isaías 29, 11 y 13 II Tesalonicenses 2, 3 237 Josué 23, 14 238 Daniel 12, 10 239 Lucas 12, 56 240 Apocalipsis 5, 2-4 241 Amós 3, 7 242 Apocalipsis 5, 4 243 Apocalipsis 1, 1 236

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Retoño de David244. Estos son títulos propios de la Realeza de Jesucristo sobre Israel y los gentiles pues Isaías dice: aparecerá el retoño de Jesé, el que se levanta para imperar sobre los gentiles. En él pondrán los gentiles su esperanza245. Sin embargo, a continuación en vez de ver un león o un personaje poderoso y arrogante, Jesucristo se muestra bajo la figura de Cordero como degollado246. De este modo se quiere distinguir entre los títulos que le dan el poder y el modo de ejercerlo. Decid a la hija de Sión: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino247. Rey manso y humilde de corazón248, Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo249. La imagen de Cordero como degollado hace referencia directa al Éxodo, al momento culminante de la intervención de Dios para librar de la esclavitud a su pueblo, al sacrificio de la Pascua de Yahveh, que pasó de largo por las casas de los israelitas en Egipto cuando hirió a los egipcios250. Aquel sacrificio fue figura del sacrificio de nuestro cordero pascual, Cristo251. La Eucaristía hoy, en su forma de sacrificio, revive la Nueva Alianza en mi sangre252. Por tanto, la aparición del León de la tribu de Judá, el Retoño de David253 bajo la imagen de Cordero como degollado254 es una nueva y clara alusión a la Misa como lugar ligado a la apertura de los sellos. Una vez más aparece la peculiar importancia de la Eucaristía como elemento clave en los tiempos del Día de Yahveh. Ahora relacionada con la misma apertura de los sellos como la fuente para obtener las luces de interpretación necesarias que nos permitan discernir las señales de los tiempos255 y guiarnos en la tempestad. La asistencia frecuente a la Santa Misa y la meditación de los textos sagrados en la presencia de Jesucristo Sacramentado ha sido siempre manantial de inspiración para los santos de todas las épocas. Si cabe, en estos tiempos, será aún más luz para el camino. La Eucaristía es en el Día de Yahveh luminoso sello en la frente, en el pensamiento, de los siervos de nuestro Dios256. 244

Apocalipsis 5, 5 Romanos 15, 12 246 Apocalipsis 5, 6 247 Mateo 21, 5 248 Mateo 11, 29 249 Juan 1, 29 250 Éxodo 12, 27 251 1 Corintios 5, 7 252 Lucas 22, 20 253 Apocalipsis 5, 5 254 Apocalipsis 5, 6 255 Mateo 16, 3 256 Apocalipsis 7, 3 245

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La descripción del Cordero se completa con siete cuernos y siete ojos . Los cuernos son sinónimo de plenitud de poder, por semejanza al poder que les da a ciertos animales como el búfalo que con ellos acornea a los pueblos258. Los ojos, que son los siete Espíritus de Dios, enviados a toda la tierra259 hablan de su capacidad de ver y vigilar todo lo que ocurre en la tierra. Uno de esos siete espíritus, el espíritu de sabiduría260, es especialmente apto para la misión de abrir los sellos pues , todo lo observa, penetra todos los espíritus,(...) conoce el pasado y conjetura el porvenir, sabe interpretar las máximas y resolver los enigmas, conoce de antemano las señales y los prodigios, así como la sucesión de épocas y tiempos261. 257

7.3. Alabanzas que resumen el contenido del libro. Finalmente Jesucristo, se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono262. Dios Padre entrega a su Hijo amado, en quien me complazco263 y que le ha glorificado264, el libro que hasta ahora había conservado y a nadie había entregado. Como en el Tabor, cabe pensar que repite el consejo: escuchadle265. Jesucristo va a continuar su tarea de enseñar mediante la apertura del libro y el desarrollo de los acontecimientos, como aquella vez que al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas266. Todos los seres de la creación agradecen la llegada de este esperado momento de la historia en que Jesús va a completar sus enseñanzas. Las alabanzas que produce en todos la entrega del libro preludia algo importante. Los sellos ya no van a poder ocultar por más tiempo la ansiosa espera de la creación que desea vivamente la revelación de los hijos de Dios267. Cada uno de sus componentes se expresa con una alabanza particular. Los primeros en hablar, postrados delante del trono, son los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos. Tenía cada uno (...) copas de oro 257

Apocalipsis 5, 6 Deuteronomio 33, 17 259 Apocalipsis 5, 6 260 Isaías 11, 2 261 Sabiduría 7, 23 y 8, 8 262 Apocalipsis 5, 7 263 Mateo 3, 16 y 17, 5 264 Juan 12, 28 265 Mateo 17, 5; Marcos 9, 7; Lucas 9, 35 266 Marcos 6, 34 267 Romanos 8, 19 258

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llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos268. Urgen a Dios con la oración que durante milenios ha perfumando el mundo. Como si concentraran en este momento de la historia una parte crucial de las plegarias de los cristianos de todos los tiempos. La oración abarca cualquier aspecto posible de la vida. Sin embargo, el tema de fondo en la plegaria común durante dos mil años, en copas de oro269 y hasta que vuelva270 es algo que aún no ha sido concedido y que el mismo Jesús nos enseñó a pedir: venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo271. Lo ratifica el contenido del cántico nuevo272 que entonan. El cántico ahora es nuevo, porque llega el momento esperado de su realización completa para los hombres que fueron comprados con su sangre: hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación273, a los que ahora llega el tiempo en que reinarán sobre la tierra274. La apertura del libro y el desarrollo de sus acontecimientos va a desembocar en un Reino de Sacerdotes, que reinarán sobre la tierra275, haciendo su Voluntad así en la tierra como en el cielo276. Más adelante, el Apocalipsis describe esta nueva época en la tierra como la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios277. Advirtamos que esta Ciudad Santa será un don de Dios, pues bajaba del cielo, en vez de algo que los hombres finalmente construyamos con nuestra sabiduría y esfuerzo. A continuación, una multitud de Ángeles alrededor del trono278, devuelven al Cordero una alabanza de siete elementos, con fuerte voz: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza»279. Corresponden a otros tantos privilegios que el Maligno en la época del Anticristo le va a querer negar. Así por ejemplo, en esta época el Príncipe de este mundo280 impondrá un poder terrible y dantesco durante 42 meses281, hasta el extremo de influir sobre toda raza, pueblo, lengua y nación282. En ese mismo periodo atesorará la riqueza material hasta el punto de que nadie pueda 268

Apocalipsis 5, 8 Apocalipsis 5, 8 270 1 Corintios 11, 26 271 Mateo 6, 10 272 Apocalipsis 5, 9 273 Apocalipsis 5, 9-10 274 Apocalipsis 5, 9-10 275 Apocalipsis 5, 10 276 Mateo 6, 10 277 Apocalipsis 21, 2 278 Apocalipsis 5, 11 279 Apocalipsis 5, 12 280 Juan 12, 31 281 Apocalipsis 13, 5 282 Apocalipsis 13, 7 269

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comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre283. Pretenderá oscurecer la sabiduría a través de una suplantación del Magisterio eclesiástico pues tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como una serpiente284. Utilizará la fuerza para hacer que fueran exterminados cuantos no adoraran la imagen de la Bestia285. Robará el honor debido a Dios pues los hombres blasfemaron del Dios del cielo por sus dolores y por sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras286. Asimismo usurpará la gloria propia del estado de Resurrección porque infundirá aliento a la imagen de la Bestia, de suerte que pudiera incluso hablar la imagen de la Bestia287 y obtendrá la alabanza debida sólo al poder de Dios ya que cuando su llaga mortal se le curó; entonces la tierra entera siguió maravillada a la Bestia. Y se postraron ante el Dragón, porque había dado el poderío a la Bestia , y se postraron ante la Bestia diciendo: «¿Quién como la Bestia? ¿Y quién puede luchar contra ella?»288 Por último, toda criatura alaba la victoria final del Cordero que restablecerá el orden de la creación. Y toda criatura, del cielo, de la tierra, de debajo de la tierra y del mar, y todo lo que hay en ellos, oí que respondían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y potencia por los siglos de los siglos.»289 Todas la Creación fue rescatada del poder del diablo mediante el Sacrificio Redentor de Jesucristo, y ahora ya está cerca el momento de la total liberación290. Y los cuatro Vivientes, que lo representan decían: «Amén»291. Y los Ancianos, que nos preceden en la fe, se postraron para adorar . Y lógicamente, cada uno de los que seguimos a Cristo, al completar estas consideraciones. 292

283

Apocalipsis 13, 17 Apocalipsis 13, 11 285 Apocalipsis 13, 15 286 Apocalipsis 16, 11 287 Apocalipsis 13, 15 288 Apocalipsis 13, 3-4 289 Apocalipsis 5, 13 290 Lucas 4, 18 y 21, 28 291 Apocalipsis 5, 14 292 Apocalipsis 5, 14 284

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Capítulo 8: Personajes del día de Yahveh 8.1. Protagonistas del Cielo y el infierno En lo que resta de los dieciséis capítulos centrales del Apocalipsis se desarrolla una lucha terrible entre el Cielo y el Infierno, cuyo escenario principal es la Tierra. Entre los protagonistas se da un paralelismo completo de personajes del Cielo y del Infierno. Los actores de la Tierra también siguen un paralelismo antitético. Nada tiene de extraño que el diablo quiera imitar a su modo a Dios, creando siempre una estructura paralela pero opuesta. Por tanto, de manera general, cada uno de ellos tiene su equivalente opuesto. El siguiente gráfico trata de representar de una manera esquemática este despliegue de actores en el triple ámbito del Cielo, la Tierra y el Infierno .

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La cúspide en el Cielo es el trono de la Trinidad. En el centro del trono Dios Padre que está sentado293, como quien domina el escenario. Del trono salen relámpagos y fragor y truenos294. La parodia del Mal sitúa en el extremo opuesto un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas295, la Serpiente antigua que es el Diablo y Satanás296, el seductor del mundo entero297. A continuación Dios Hijo, representado de diversas maneras pero preferentemente como Cordero como degollado, que tenía siete cuernos y siete ojos298, aunque también se le llama León de Judá299, etc. Su antítesis surge del mar como una Bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas, y en sus cuernos diez diademas, y en sus cabezas títulos blasfemos (...) se parecía a un leopardo, con las patas como de oso, y las fauces como fauces de león 300. Para imitar al Cordero degollado que estuvo muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos301, la historia de esta Bestia relata que una de sus cabezas parecía herida de muerte, pero su llaga mortal se le curó; entonces la tierra entera siguió maravillada a la Bestia302. Del mismo modo que Dios Hijo es igual al Padre, venció y se sienta con su Padre en su trono303, a esta primera Bestia el Dragón le dio su poder y su trono y gran poderío 304. Y se postraron ante el Dragón, porque había dado el poderío a la Bestia , y se postraron ante la Bestia diciendo: «¿Quién como la Bestia? ¿Y quién puede luchar contra ella?»305 Para falsificar a la tercera Persona de la Trinidad, Dios Espíritu Santo, antorcha de fuego306, que desciende sobre los apóstoles en Pentecostés en unas lenguas como de fuego307, y que habló por los profetas, como dice el Credo, aparece una segunda Bestia que surgía de la tierra y tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como una serpiente. Ejerce todo el poder de la primera Bestia en servicio de ésta, haciendo que la tierra y sus habitantes adoren a la primera Bestia, cuya herida mortal había sido

293

Apocalipsis 4, 2 Apocalipsis 4, 5 295 Apocalipsis 12, 3 296 Apocalipsis 20, 2 297 Apocalipsis 12, 9 298 Apocalipsis 5, 6 299 Apocalipsis 5, 5 300 Apocalipsis 13, 1 301 Apocalipsis 1, 18 302 Apocalipsis 13, 3-4 303 Apocalipsis 3, 21 304 Apocalipsis 13, 1 305 Apocalipsis 13, 3-4 306 Apocalipsis 4, 5 307 Hechos 2, 3 294

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curada. Realiza grandes señales, hasta hacer bajar ante la gente fuego del cielo a la tierra308. Nuestra Madre aparece no sólo en el arco iris que rodea el trono sino también como una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz309. Entre los posibles simbolismos de su dolor está el alumbramiento de la nueva época. Ese sufrimiento de Corredentora adquiere en el Apocalipsis un lugar principal a través de una batalla particular contra el Dragón, que luego describiremos. Para oponerse aparece una Gran Ramera310 vestida de púrpura y escarlata, resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas; llevaba en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y también las impurezas de su prostitución311, que se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús312. Los ángeles buenos y malos son parte constante de la acción en el Apocalipsis. Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos313. El jefe de los demonios es el Ángel del Abismo, llamado en hebreo «Abaddón», y en griego «Apolíon»314.

8.2. Protagonistas en la Tierra. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, imagen del Dios invisible315, que se encarnó por obra del Espíritu Santo, tiene una antítesis encarnada denominada la imagen de la Bestia316 o Anticristo317 en otros textos de San Juan. Como un mal remedo del misterio central de nuestra fe, por mediación de la segunda Bestia se le concedió infundir el aliento a la imagen de la Bestia, de suerte que pudiera incluso hablar la imagen de la Bestia y hacer que fueran exterminados cuantos no adoraran la imagen de la Bestia318. 308

Apocalipsis 13, 11-13 Apocalipsis 12, 1-2 310 Apocalipsis 17, 1 311 Apocalipsis 17, 4 312 Apocalipsis 17, 6 313 Apocalipsis 12, 7-8 314 Apocalipsis 9, 11 315 Colosenses 1, 15 316 Apocalipsis 13, 15 317 1 Juan 2, 18 318 Apocalipsis 13, 15 309

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Jesucristo tuvo un Precursor, un hombre, enviado por Dios (...) para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él319. Del mismo modo la farsa del Mal tiene un personaje denominado falso profeta320 con estas funciones. Su nombre de falso profeta exige anterioridad a la imagen de la Bestia, es decir el Anticristo, y muy probablemente una posición sagrada. El Apocalipsis concreta que había realizado al servicio de la Bestia las señales con que seducía a los que habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen321. La parte más importante del espectáculo de señales que este pseudo-mago sagrado ofrecerá consiste en hacer bajar ante la gente fuego del cielo a la tierra322. El objeto de estos números circenses será que los habitantes de la tierra hagan una imagen en honor de la Bestia que, teniendo la herida de la espada, revivió323. En el lado del bien aparecen tres profetas en el Apocalipsis. El primero es el propio apóstol Juan. Entonces me dicen: «Tienes que profetizar otra vez contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes»324. Al considerar esta misión es inevitable recordar aquella respuesta de Jesús a San Pedro a orillas del mar de Galilea una vez resucitado: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme.» Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: «No morirá», sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga»325. Asimismo aparecen dos testigos cubiertos de sayal326 que profetizan durante 1260 días327. Ellos son los dos olivos y los dos candeleros que están en pie delante del Señor de la tierra. Si alguien pretendiera hacerles mal, saldría fuego de su boca y devoraría a sus enemigos; si alguien pretendería hacerles mal, así tendría que morir. Estos tienen poder de cerrar el cielo para que no llueva los días en que profeticen; tienen también poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y poder de herir la tierra con toda clase de plagas, todas las veces que quieran328. La identidad de estos dos testigos como Elías y Henoc ya fue tratada en el capítulo 2.2.2.4. de este libro, dedicado a uno de los signos de los últimos tiempos: la predicación del evangelio en todas la naciones. 319

Juan 1, 6-7 Apocalipsis 16, 13 321 Apocalipsis 19, 20 322 Apocalipsis 13, 13 323 Apocalipsis 13, 14 324 Apocalipsis 10, 11 325 Juan 21, 22-23 326 Apocalipsis 11, 3 327 Apocalipsis 11, 3 328 Apocalipsis 11, 4-6 320

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Para copiar a estos tres predicadores de la boca del Dragón, de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta, salían tres espíritus inmundos como ranas. Son espíritus de demonios, que realizan señales y van donde los reyes de todo el mundo para convocarlos a la gran batalla del Gran Día del Dios Todopoderoso329. Continuando el orden descendente encontramos en la tierra a 144.000 sellados330 con el sello de Dios vivo331 que siguen al Cordero a dondequiera que vaya, y han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero332. Para contrarrestar este sello en la frente333, la Bestia de la tierra (...) hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre334. Sobre estos sellos de uno y otro tipo hemos trataremos más adelante. Por último, en esta rápida enumeración de personajes se habla de dos multitudes de signo opuesto. La primera es una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.(...) Son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero335. Frente a ellos hay otra muchedumbre que también va a sufrir el rigor de los tiempos conociendo sus motivos pero sin arrepentimiento. Y los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, se ocultaron en las cuevas y en las peñas de los montes. Y dicen a los montes y las peñas: «Caed sobre nosotros y ocultadnos de la vista del que está sentado en el trono y de la cólera del Cordero. Porque ha llegado el Gran Día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse?»336. A pesar del desarrollo de los acontecimientos no se convirtieron de las obras de sus manos; no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni caminar. No se convirtieron de sus asesinatos ni de sus hechicerías ni de sus fornicaciones ni de sus rapiñas337. Si no cambian, pertenecerán al reino de la Bestia pues aunque se mordían las lenguas de dolor, no obstante, 329

Apocalipsis 16, 13-14 Apocalipsis 7, 4 331 Apocalipsis 7, 2 332 Apocalipsis 14, 4 333 Apocalipsis 7, 3 y 9, 4 334 Apocalipsis 13, 16-17 335 Apocalipsis 7, 9 y 14 336 Apocalipsis 6, 15-17 337 Apocalipsis 9, 20 330

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blasfemaron del Dios del cielo por sus dolores y por sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras338. Al final del proceso todos los que componen esta segunda multitud son exterminados por la espada que sale de la boca del que monta el caballo339, y se describe con dos metáforas su final. La primera es el gran banquete de Dios340 en el que hay carne de reyes, carne de tribunos y carne de valientes, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de toda clase de gente, libres y esclavos, pequeños y grandes341. La segunda es la vendimia de la viña de la tierra para el gran lagar del furor de Dios342 Y brotó sangre del lagar hasta la altura de los frenos de los caballos en una extensión de 1.600 estadios343. El destino de cada uno de ellos es ser atormentado con fuego y azufre, delante de los santos Ángeles y delante del Cordero. Y la humareda de su tormento se eleva por los siglos de los siglos; no hay reposo, ni de día ni de noche, para los que adoran a la Bestia y a su imagen, ni para el que acepta la marca de su nombre344.

8.3. Los vencedores. La victoria en los difíciles tiempos del Día de Yahveh está ligada a la victoria del sacrificio de Jesucristo. En el Apocalipsis se menciona a los vencedores mediante dos imágenes: la vestidura blanca y el sello de Dios vivo. Al tratar sobre las vestiduras blancas345 de los 24 Ancianos consideramos momentáneamente que este vestido formaba parte de un premio a los vencedores de la época de Sardes. Ahora indagaremos otros portadores de la vestidura blanca para saber quienes vencerán, es decir, quiénes vivirán al otro lado del Día de Yahveh en la historia. Tras aquellos veinticuatro ancianos, otro grupo a los que se entrega un vestido blanco346, son los degollados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron347. Estos mártires están bajo el altar348 y 338

Apocalipsis 16, 10-11 Apocalipsis 19, 15 y 21 340 Apocalipsis 19, 17 341 Apocalipsis 19, 18 342 Apocalipsis 14, 19 343 Apocalipsis 14, 20 344 Apocalipsis 14, 10-11 345 Apocalipsis 4, 4 346 Apocalipsis 6, 11 347 Apocalipsis 6, 9 348 Apocalipsis 6, 9 339

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claman justicia de su sangre. Su referencia temporal es al abrirse el quinto sello349, o sea dentro del Día de Yahveh con que termina la etapa de Sardes. Cuantitativamente, Sardes es la época que más mártires ha producido en la historia. Especialmente si se considera la abundancia de los que, en esta época, perdieron su vida antes de nacer. Se pusieron a gritar con fuerte voz: «¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre de los habitantes de la tierra?»350. Tiene sentido que para estos inocentes no nacidos hacer justicia sea tener la oportunidad de vivir y merecer para Dios en la nueva tierra. Otro grupo que aparece con una vestidura blanca es una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua351. Para que no quepa duda sobre el motivo y momento que obtienen ese premio, un Anciano le explica a San Juan que esos son los que vienen de la gran tribulación352. Su mérito está en que han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero353. En otras palabras, se han arrepentido, han borrado sus manchas de la vida anterior y así participan de la Redención de Jesucristo, en los duros momentos en que en el mundo se instauró el diabólico poder de la abominación de la desolación354. También son vencedores y reciben la vestidura blanca premio a la época de Sardes, unos pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos de blanco; porque lo merecen355. A diferencia del grupo anterior, este grupo se ha mantenido limpio y sin embargo se le entrega el mismo premio. Parece que coincide este grupo con 144.000 sellados356 con el sello de Dios vivo357, que siguen al Cordero adonde quiera que vaya y han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero358. El sello es la Eucaristía, Dios vivo. Jesús lo dice claramente después del milagro de la multiplicación de los panes. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello359. Sin duda este sello se les otorga por manifestar un 349

Apocalipsis 6, 9 Apocalipsis 6, 9 351 Apocalipsis 7, 9 352 Apocalipsis 7, 14 353 Apocalipsis 7, 14 354 Daniel 9, 27 355 Apocalipsis 3, 4 356 Apocalipsis 7, 4 357 Apocalipsis 7, 2 358 Apocalipsis 14, 4 359 Juan 6, 27 350

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especial amor a este Sacramento, en tiempos en que es menospreciado y, más adelante, públicamente abolido en su forma de sacrificio perpetuo360. La Eucaristía tiene el poder de vivificar eternamente, no como el otro alimento de origen celestial que comieron vuestros padres, y murieron361; si uno come de este pan, vivirá para siempre362. Jesús no se refiere aquí a la muerte espiritual, ya que no se puede dudar de la salvación eterna de muchos israelitas que comieron el maná, como Moisés o Josué. Por tanto, la interpretación primaria de la vida que proporciona la Eucaristía es la vida divina es decir eterna363, porque el que me coma vivirá por mí364. En el hombre esto incluye, de una u otra forma pero necesariamente, la vida material. Queda precisar que este grupo de 144.000 recibe el sello inmediatamente antes de causar daño a la tierra y al mar365, es decir, poco antes o durante los acontecimientos del sexto sello. Nada se dice para este grupo de que su transformación material asociada la reciban antes o después de la gran tribulación. La única pista que tenemos es que han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero366. La idea de primicia indica anterioridad en el tiempo. De aquí puede deducirse que aunque siempre que aparece la vestidura blanca, es decir la transformación corporal, es en torno al Día de Yahveh, sin embargo, no se puede asegurar que los distintos grupos implicados la reciban en el mismo momento. Dios suele introducir las gracias de la economía de la salvación primero con unos pocos, luego con muchos y finalmente con todos. Así por ejemplo, primero transmite sus designios de amor a Abraham, después al pueblo elegido y, por último, a todas las gentes367. Asimismo enseña San Pablo que Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron368. En otras muchos ocasiones actúa así como al resucitar que se apareció a Cefas y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez369. El Apocalipsis parece también sugerir que se dará un orden semejante en la obtención de la vestidura blanca, siempre dentro del entorno del Día de 360

Daniel 11, 31 Juan 6, 58 362 Juan 6, 51 363 Juan 6, 54 364 Juan 6, 57 365 Apocalipsis 7, 2 366 Apocalipsis 14, 4 367 Mateo 28, 19 368 1 Corintios 15, 20 369 1 Corintios 15, 5-6 361

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Yahveh, tras Jesucristo y la Virgen María que ya tienen cuerpo inmortal desde hace 20 siglos. Los primeros podrían ser los 24 ancianos que tienen la vestidura blanca antes de que surjan los relámpagos y el fragor de truenos370, es decir, antes del desarrollo del núcleo de los acontecimientos del Día de Yahveh. Posteriormente, los 144.000 sellados que son rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero371. De algún modo se puede decir que los hombres de estos dos primeros grupos existen antes, aunque son de después a modo de semilla de los nuevos cielos y la nueva tierra. Más adelante obtendrán la vestidura los degollados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron372 y, por último, la muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas373, que vienen de la gran tribulación374.

370

Apocalipsis 4, 5 Apocalipsis 14, 4 372 Apocalipsis 6, 9 373 Apocalipsis 7, 9 374 Apocalipsis 7, 14 371

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Capítulo 9. Símbolos septenarios que relatan algunos hechos Además de los personajes, el Apocalipsis describe los hechos del Día de Yahveh con más detalle que el resto de los libros de la Sagrada Escritura. Parte de esta narración se realiza agrupando tres subconjuntos de siete hechos cada uno. El primer subconjunto de acontecimientos ocurre tras la apertura de unos sellos, el segundo se desata con el sonido de unas trompetas y el último tras el vertido de unas copas.

El hecho de ser tres los septenarios señala hacia la Trinidad. Cada septenario de acciones pertenece preferentemente a una de las Personas divinas. Para identificarlos, además del orden de aparición que establece una funcionalidad, existen otras referencias que apuntan a su origen. Así los sellos los hemos visto en el libro que Dios Padre sentado en el trono tiene en la mano derecha375. Las trompetas han aparecido en la voz como de trompeta376 que tiene Jesucristo. Por último, las copas llenas de la ira o el furor de Dios recuerda que todo pecado y blasfemia se perdonará a los 375 376

Apocalipsis 5, 1 Apocalipsis 1, 10 y 4, 1

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hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada377, pues los que labran maldad y siembran vejación, eso cosechan. Bajo el aliento de Dios perecen éstos, desaparecen al soplo de su ira378. Mucho se ha discutido sobre la sucesión temporal de estos septenarios en el día de Yahveh. En mi opinión los tres subconjuntos se solapan cronológicamente en su desarrollo, pero los tres terminan simultáneamente para dar paso al inicio del Día del Señor, de acuerdo con un orden que propongo en el gráfico anterior. El orden propuesto es una sucesión justificada pero no pretende reflejar un calendario de fechas. Su argumentación está en la particular interpretación de los distintos fenómenos que describo en los siguientes capítulos. En adelante puede ayudar volver a este gráfico y usarlo como referencia, especialmente si en algún momento se siente confundido ante la abundancia de los sucesos. En el capítulo 10, se presenta otro gráfico complementario que también puede ayudar a este fín. Al menos para los sellos y las trompetas la estructura general de los siete hechos presenta una clara distinción de 4 + 3. Esta estructura sugiere los motivos de la plenitud del número siete ya descritos. La plenitud de la vida que se halla en el significado profundo del número siete es fruto de la unión de otros dos números con significado vital. El tres, hace referencia a la vida intra-trinitaria, eterna o atemporal, de Dios en sí mismo. El cuatro, indica la vida que Dios crea y mantiene fuera de sí mismo, ligada al tiempo. Por tanto, acorde con esta hipótesis, en el desarrollo de cada septenario sólo cuatro de los siete hechos ocurrirían sucesivamente, mientras que los tres restantes pueden sobrevenir en cualquier momento. Equiparar los sucesos narrados en cada elemento del septenario con hechos concretos siempre es algo sujeto a la riqueza del símbolo y admite numerosas interpretaciones válidas. La que aquí se sugiera no pretende ser la única posible. El criterio utilizado ha sido extraer interpretaciones acordes con los signos de cercanía al Día de Yahveh en otros libros de la Sagrada Escritura y respetar el sentido literal del texto sagrado. Además, al interpretar todos los hechos de los septenarios se ha considerado la doble perspectiva visible o exterior e interior o espiritual, siguiendo el sabio principio de que lo material y su sentido místico trascendente siempre van unidos en la palabra de Dios. En otras palabras, lo material es un reflejo o consecuencia de lo espiritual.

377 378

Mateo 12, 31 Job 4, 8-9

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9.1. Los cinco primeros sellos La descripción de los hechos unidos a la apertura de cada uno de los cuatro primeros sellos va unida un símbolo ligado con aparición de un caballo y su jinete, mientras que los tres restantes se construyen sobre metáforas diferentes. De acuerdo con la perspectiva de desarrollo temporal propuesta, los acontecimientos ligados a los cuatro caballos serían sucesivos, mientras que los tres restantes ocurren desligados de este orden. Inicialmente, cada uno de los cuatro primeros sellos pueden interpretarse como propiedades que definen un periodo, más que acontecimientos puntuales. Cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, oí al primero de los cuatro Vivientes que decía con voz como de trueno: «Ven». Miré y había un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; se le dio una corona, y salió como vencedor, y para seguir venciendo379. Podría interpretarse como una época anterior y cercana al Día de Yahveh en sentido estricto, en la que la mayor parte de la historia humana visible tiene éxito y la mentalidad general es optimista. Años de expansión económica que no parecen tener límite. Líderes con fuerte personalidad gobiernan las principales naciones del mundo y la Iglesia. Espiritualmente se afianza un desarrollo e implantación de nuevos carismas nacidos en el mismo siglo. Sin embargo, son años en que se multiplican por todo el mundo los avisos de nuestra Madre del Cielo porque el mundo cae como caballo desbocado en el materialismo egoísta. El Papa recurre a Ella con dos años marianos extraordinarios. Las bases del optimismo no son sólidas, porque se olvida cada vez más a Dios. El hombre malo se muestra atrevido, el recto afianza su camino. No hay sabiduría, ni hay prudencia ni hay consejo, delante de Yahveh. Se prepara el caballo para el día del combate, pero la victoria es de Yahveh380. Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo Viviente que decía: «Ven». Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande381. Tras el primer periodo alocado, este segundo caballo da paso a una época más cercana al Día de Yahveh en la que se desatan guerras étnicas y civiles por doquier. En la década final del siglo XX se cuentan hasta un total de 78 conflictos sangrientos de carácter étnico, de un total de 81 en todo el mundo. Europa, Asia, África y América se han desangrado especialmente en estos años en guerras limitadas de carácter civil. Oiréis 379

Apocalipsis 6, 1-2 Proverbios 21, 29-31 381 Apocalipsis 6, 3-4 380

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también hablar de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado, no os alarméis! Porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin382. En la Iglesia también se encuentran patentes dos tendencias aunque todavía bajo una sola Cabeza visible por lo que su enfrentamiento es soterrado. En palabras de San Juan muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora. Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros383. Recuerdan estos momentos aquellos en que la conjura interna se prepara con un fin: heriré al pastor y se dispersarán las ovejas384. ¡Despierta, espada, contra mi pastor, y contra el hombre de mi compañía!, oráculo de Yahveh Sebaot. ¡Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeños! Y sucederá en toda esta tierra - oráculo de Yahveh- que dos tercios serán en ella exterminados (perecerán)385. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer Viviente que decía: «Ven». Miré entonces y había un caballo negro; el que lo montaba tenía en la mano una balanza, y oí como una voz en medio de los cuatro Vivientes que decía: «Un litro de trigo por denario, tres litros de cebada por un denario. Pero no causes daño al aceite y al vino»386. Tras la época de guerras localizadas aparece una época exterior de crisis económica mundial. Habrá terremotos en diversos lugares, habrá hambre: esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento387. Por tanto, el desarrollo de esta crisis marca ya el comienzo del Día de Yahveh en sentido estricto. En el aspecto espiritual, el hambre encaja con aquella dificultad para encontrar la buena doctrina en las cercanías del Día de Yahveh. He aquí que vienen días - oráculo del Señor Yahveh - en que yo mandaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yahveh. Entonces vagarán de mar a mar, de norte a levante andarán errantes en busca de la Palabra de Yahveh, pero no la encontrarán388. Pues he aquí que Yo voy a suscitar en esta tierra un pastor que no hará caso de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni se ocupará de la sana, sino que comerá la carne de la cebada, y hasta las uñas les arrancará. Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto Viviente que decía: «Ven». Miré entonces y había un caballo pálido; el que lo montaba se llamaba Muerte, y el Hades le seguía. Se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con la espada, con el hambre, con la peste y 382

Mateo 24, 6 1 Juan 2, 18-19 384 Marcos 14, 27 385 Zacarías 13, 7-8 386 Apocalipsis 6, 5-6 387 Marcos 13, 8 388 Amós 8, 11-12 383

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con las fieras de la tierra389. La muerte y el infierno siguen al Anticristo, el Hombre impío, el Hijo de perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios390. Como ya vimos, inicialmente es aclamado como salvador y como hombre que soluciona los problemas mundiales del hambre y las guerras que existían en su llegada. Sin embargo, después de este primer periodo mostrará su verdadero rostro infernal como abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo391. Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán mutuamente. Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos. Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará392. De los protagonistas del quinto sello ya hablamos al tratar de los vencedores en el capítulo 8.3. Vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron393. Estos degollados recuerdan a la multitud de mártires que el siglo XX ha dejado como huella peculiar en la historia. Pero también recuerdan aún con más propiedad a las almas de aquellos a los que no se les ha dado la oportunidad de vivir porque han sido eliminados en el propio seno materno. Por ello se pusieron a gritar con fuerte voz: «¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre de los habitantes de la tierra?»394. Nadie con más razón que ellos pueden pedir a Dios justicia y obtener como respuesta la vestidura blanca, la vida otorgada en el Día del Señor a los vencedores que vienen de la gran tribulación395 cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla396. Dentro del periodo de la cercanía al Día de Yahveh, en cualquier momento es posible oír este grito de los que su vida no traspasó los límites del seno materno y como respuesta, que esperasen todavía un poco, hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos que iban a ser muertos como ellos397.

389

Apocalipsis 6, 7-8 II Tesalonicenses 2, 3-4 391 Mateo 24, 15 392 Mateo 24, 9-13 393 Apocalipsis 6, 9 394 Apocalipsis 6, 10 395 Apocalipsis 7, 14 396 Mateo 24, 25 397 Apocalipsis 6, 11 390

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9.2. El sexto sello: un Aviso extraordinario. A pesar de la importancia de los anteriores, el sexto sello es especial y distinto. Los hechos que ocurren al abrirlo se dividen en portentos exteriores y manifestaciones internas. Ambos hechos afectan a todos los hombres, a los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres398. No hay estamento social o régimen político al que deje de concernir. El conjunto de acontecimientos es tan insólito que dejan en todos los hombres una convicción interna, un aviso íntimo, de que ha llegado el Gran Día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse?399 Este comentario unánime nos sirve para afirmar que la apertura de este sello marca el comienzo exacto del Día de Yahveh en sentido estricto. Día de ira el día aquel, día de angustia y de aprieto, día de devastación y desolación, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla400. Hay un antes y un después de los hechos del sexto sello. Podríamos calificar los hechos externos relativos al sexto sello como la primera catástrofe en nuestro planeta de origen cósmico de la que somos conscientes que ocurre en tiempos históricos. Es verdad que los tiempos del Éxodo son figura, y (...) aviso de los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos401. Quizá algunas de las plagas allí narradas fueron consecuencia de una catástrofe sideral, pero la historia no lo ha relacionado así con seguridad. En todo caso, hoy consideramos como catástrofes de origen astronómico las extinciones masivas de final de la era geológica Secundaria, pero nunca algo ocurrido en el entorno de los últimos 6.000 años. Sin embargo, cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera suelta sus higos verdes al ser sacudida por un viento fuerte; y el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidos de sus 398

Apocalipsis 6, 15 Apocalipsis 6, 17 400 Sofonías 1, 15 401 1 Corintios 10, 11 399

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asientos402. El violento terremoto no implica específicamente una causa cósmica. Al contrario, todos lo terremotos que hemos conocido tienen una causa interior en la corteza o manto del planeta. Sin embargo, el sol negro y al mismo tiempo la luna como sangre, unidos a las estrellas del cielo que cayeron sobre la tierra implican un fenómeno astronómico con un origen común. Un objeto cuya órbita cruza entre la tierra y el sol y, en algún momento, lo tapa como en un eclipse total. Un objeto de poca luz, menor que el sol pero que al reflejarse en la luna, produce una coloración como la sangre. Una estrella del tipo enana marrón, a cuya categoría pertenecen el 70% de las estrellas del universo podría

cruzar perpendicularmente el plano de la eclíptica en el que giran los planetas alrededor del Sol. Son estrellas con masa importante aunque insuficiente para producir reacciones nucleares visibles en el exterior en forma de luz blanca como la de nuestro Sol. Su paso sería relativamente rápido, una pocas horas, pero suficientes para producir una catástrofe cuya magnitud dependería de su masa, temperatura y distancia a la que se acerque a nuestro planeta. En la literatura científica, de las dos últimas décadas se ha propuesto la hipotética existencia de una estrella semejante, compañera del Sol, que ha sido bautizada con el nombre de Némesis. Podemos tomar este nombre como referencia en los gráficos y posteriores descripciones, sin que por ello se quiera afirmar que la Sagrada Escritura endosa las

402

Apocalipsis 6, 12-14

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particularidades de las hipótesis científicas sobre este objeto, ni que al usar ese nombre tomamos partido en las discusiones que el tema ha suscitado. Nuestro Señor también profetizó este acontecimiento: el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas403. El paso del objeto es lo bastante cercano como para arrojar sobre la Tierra material cósmico asociado a ella de calibre aparente al de higos verdes. En su caída estos pequeños meteoritos producen algo parecido a una lluvia de estrellas fugaces y no extraña que muchos fragmentos alcancen la superficie y queden como testigo futuro del suceso. Entre estos restos del tamaño de higos verdes estarán muy posiblemente los de la mayor parte de los satélites artificiales que orbitan nuestro planeta. Sin embargo, el fenómeno no se limita a unos meros fuegos artificiales. El astro debe tener mucha masa porque lo primero que produce al acercarse es un violento terremoto. A diferencia de otros terremotos en el Apocalipsis, no se dice su localización. Puesto que se trata de un terremoto simultáneo al paso de un astro, su origen último está en la atracción diferencial que produce el objeto sobre las capas de diferente densidad del interior de la Tierra. Los geólogos sabemos que el núcleo central es mucho más denso que el manto o la corteza superficial de la Tierra. Por tanto la fuerza de atracción gravitatoria es mayor para el centro de la Tierra y esto provoca tensiones extraordinarias en la delgada corteza de los continentes. El fenómeno que lo origina es global por lo que es lógico pensar que este terremoto afectará a todo el planeta. De hecho, S. Mateo anuncia para entonces que en diversos lugares habrá terremotos404. Para corroborar el aspecto masivo del astro que se aproxima el texto sagrado indica que el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, es decir, algo así como ver que llega la noche en pleno día. Esto exactamente es como lo describió el profeta Amós. Sucederá aquel día - oráculo del Señor Yahveh - que yo haré ponerse el sol a mediodía, y en plena luz del día cubriré la tierra de tinieblas405. Por tanto, esto corrobora que el paso del astro es próximo a la dirección perpendicular al plano de la eclíptica en el que giran los planetas alrededor del sol. La atracción gravitatoria de este astro producirá un vuelco de la Tierra y entonces todos los montes y las islas fueron removidos de sus sitios406.

403

Mateo 24, 29 Mateo 24, 7 405 Amós 8, 9 406 Apocalipsis 6, 14 404

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Esta rotación afectará a la posición relativa del campo magnético terrestre en toda la tierra. Consecuentemente se alterarán los fenómenos electromagnéticos incluida la misma electricidad y su suministro. Esto puede producir desastres secundarios como por ejemplo, detenerse todas las máquinas incluidas las que se desplazan, la avería de alguna central nuclear, el descontrol de sistemas automáticos, etc. Muchos de los desastres que recientemente se pensó que podía producir el cambio de milenio en los ordenadores, serán ahora realidad al alterarse el mismo fenómeno de la electricidad. El conjunto de consecuencias asociadas al fenómeno astronómico producirá un impacto perdurable en la vida y mentalidad de cada hombre. Nuestro planeta mantendrá una inclinación del eje de giro respecto al plano de rotación alrededor del sol y por tanto la sucesión de las cuatro estaciones porque mientras dure la tierra, sementera y siega, frío y calor, verano e invierno, día y noche, no cesarán407. No obstante el cambio de hemisferio, dependiendo de la nueva inclinación del eje de la Tierra, puede variar el orden de las estaciones. Así pues sería posible que si el vuelco ocurre en mitad del invierno pasáramos a la mitad del verano y luego al otoño y de nuevo al invierno. O en escenarios más beneficiosos, se alterarán la duración de las estaciones y su intensidad sin cambiar inicialmente de estación. En cualquier caso el ciclo de las cosechas sufrirá, y los vendavales asociados al 407

Génesis 8, 22

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vuelco las arruinarán. En ésta devastación global podría tener origen el hambre y carestía que predijo la apertura del tercer sello (...): Un litro de trigo por denario, tres litros de cebada por un denario408. También S. Mateo confirma que habrá hambre409. Como la dirección general del vuelco es Norte-Sur también se puede esperar que los vientos huracanados soplen en esa dirección preferencial, si bien el sentido dependerá de la estación del año en que se produzca el vuelco. Análogamente hay que esperar una fuerte marea asociada al vuelco, cuyos efectos se harán sentir mas intensamente en las costas de dirección Este-Oeste, como por ejemplo las del Mar Cantábrico o la Costa del Sol españolas, que en las Norte-Sur, como Portugal o Valencia. Muy probablemente ningún país quedará situado en la latitud simétrica exacta respecto a la que tenía anteriormente. Por tanto, el clima de

toda región cambiará de acuerdo con su nueva latitud, mas fría o más calurosa. Asimismo, la nueva latitud de las masas polares producirá un deshielo de gran magnitud con la consiguiente subida progresiva del nivel del mar y replanteamiento de las líneas de costa. El llama a las aguas del 408 409

Apocalipsis 6, 5-6 Mateo 24, 7

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mar, y sobre la haz de la tierra las derrama410, predijo el profeta Amós para el tiempo en que hace oscurecer el día en noche411. Sin embargo este efecto puede ser compensado por la masa helada que deberá crearse en los nuevos polos. Dependiendo de cual de los dos fenómenos sea más rápido, se dará una progresiva e imparable bajada del nivel del mar y después subida o viceversa. Este efecto se dejará notar a las pocas semanas en gran número de ciudades costeras de orografía plana o de baja cota topográfica, tales como Valencia, Sevilla, Cádiz, Roma, Londres, París, Copenhague, Washington, Nueva York, Miami, Buenos Aires,... Aunque el ascenso sea pequeño en términos absolutos o lento, los alcantarillados de esta ciudades dejarán de realizarán su función evacuatoria y la vida en ellas se hará insalubre. La intensidad dependerá de muchos factores, pero es seguro que en grandes regiones quedará muy alterada la posición de la línea de costas. El oscurecimiento del sol, el polvo cósmico remanente y la posible desviación temporal de la órbita de la Tierra añadirán una generalizada bajada de las temperaturas, cuyos límites son difíciles de predecir. En la nueva posición deberemos acostumbrarnos a ver recorrer el Sol por el camino inverso al que siempre conocimos: saldrá por el Oeste y se pondrá por el Este. Esto altera el Oriente (orto) y Occidente (ocaso). Asimismo el Norte estará hacia lo que antes era Sur y viceversa. Según esto, es posible que debamos reinterpretar los textos que se refieren en la Sagrada Escritura a los puntos cardinales a partir del comienzo del Día de Yahveh. Así por ejemplo, cuando el profeta Isaías ve un guerrero antes del juicio de las naciones que pone orden. ¿Quién ha suscitado de Oriente a aquel a quien la justicia sale al paso? ¿Quién le entrega las naciones, y a los reyes abaja? Conviértelos en polvo su espada, en paja dispersa su arco412. Temerán desde Occidente el nombre de Yahveh y desde el Oriente verán su gloria, pues vendrá como un torrente encajonado contra el que irrumpe con fuerza el soplo de Yahveh413. En la dirección del nuevo Oriente es la que están situadas las naciones cristianas. De esa dirección vendrán a reunirse las tribus dispersas del reino del Norte que la historia ocultó. Mira hacia Oriente, Jerusalén, y ve la alegría que te viene de Dios. Mira, llegan tus hijos, a los que despediste, vuelven reunidos desde oriente a occidente, a la voz del Santo, alegres de la gloria de Dios414. En esta nueva posición es curioso comprobar que Fátima, un lugar de profundo eco por los avisos marianos que comporta, cambiará su lugar en el ocaso de un viejo continente y época para situarse en el amanecer de la geografía de una nueva época. 410

Amos 5, 8 Amos 5, 8 412 Isaías 41, 1-2 413 Isaías 59, 19 414 Baruc 4, 36-37 411

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Una primera lección espiritual asociada a todos estos fenómenos naturales es de carácter general. Los hombres con sus leyes globales quisieron dar la vuelta a la Ley de Dios. La naturaleza se comporta de la misma manera con el hombre y vuelca el planeta. La humanidad al alejarse de Dios perdió el norte y el norte ahora queda trastocado físicamente. El enfriamiento espiritual en la Iglesia y la conspiración para herir al Pastor da como resultado la pérdida de la luz y calor del sol de la sana doctrina. Y la naturaleza también oculta la luz de su sol y deja como consecuencia un enfriamiento en todo el planeta. Pero además hay una segundo tipo de hecho asociado al vuelco, de carácter personalísimo y espiritual. Simultáneamente a la corta duración del fenómeno natural se produce un estremecimiento interno en todos los hombres, cuya causa es que se han encontrado a la vista del que está sentado en el trono y han comprobado la cólera del Cordero415. No existe un antecedente histórico semejante. Toda la humanidad ve a Dios. La forma de asemejar el vuelco del planeta al de un libro que se enrolla416 recuerda que en la carta a la Iglesia de Sardes nuestro Señor promete a los vencedores que no borraré su nombre del libro de la vida417. Ante la vista de Dios, se desenrolla el libro de la vida de cada uno, que contiene las obras que hicimos y por las cuales algún día seremos juzgados418. Simultáneamente al vuelco de la Tierra se dará este aviso espiritual de dimensiones a la vez globales y personales previo al desarrollo de los difíciles acontecimientos del Día de Yahveh. Ver a Dios conlleva verse en Dios, comprobar nuestra fealdad frente a su Belleza, nuestra suciedad frente a su Pureza, nuestro egoísmo frente a su Amor infinito y entonces comprender en toda su dimensión el sentido trascendente de cada acto de nuestra vida. Es algo análogo al juicio particular posterior a la muerte, que tiene cierto parecido a lo que muchas personas sintieron cuando han estado a punto de perecer en un accidente. En los últimos segundos ven con nitidez y detalle la película de su vida. El tiempo subjetivo se estira durante este suceso que es un prolegómeno consciente de su inmediato juicio personal. Si este juicio continúa adelante, sabemos que el alma ve sus imperfecciones y pecados, comprende la distancia que le separa de Dios y de gozar de su Grandeza, para la que ha sido creada y toma el camino del lugar de premio, purificación o castigo, que en consecuencia le corresponde. 415

Apocalipsis 6, 16 Apocalipsis 6, 14 417 Apocalipsis 3, 5 418 Apocalipsis 20, 12 416

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Ante este hecho anunciado en la Palabra de Dios, único en la historia, conviene tener una prudente actitud de preparación personal. No me refiero a cuestiones materiales de acopio de víveres o refugios seguros. De ese aspecto secundario se preocupa Dios, como ocurrió en tiempos del primer Éxodo en que para preservar a tus hijos de todo daño, la creación entera, obediente a tus órdenes, se rehizo de nuevo en su propia naturaleza419 y todo esto les acontecía en figura, y fue escrito para aviso de los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos420. Por tanto, es el aspecto interior el que se debe preparar entonces pues resultaría insensato presentarse a un juicio de modo atolondrado y sin defensor. La Virgen es nuestra mejor Abogada. El juez divino no tiene más remedio que mirar con benevolencia su recurso. Ella prepara con antelación la defensa de nuestra causa a través de íntimas recomendaciones que nos espolean a poner los medios para llegar al momento de ver a Dios, lo más limpios posible. El hecho también insólito de que después de este juicio interno y real se siga viviendo supondrá hacerlo con el empuje mismo de haber visto a Dios. Ver a Dios no deja indiferente al corazón del hombre. En caso positivo, ver a Dios produce una sed insaciable de Dios mismo. Haber conocido con claridad lo que debemos enmendar para acercarnos a Él, será lo más semejante a vivir con la llama de amor purificadora con la que viven las almas del Purgatorio. Como ellas desearán completar la vida viviendo exclusivamente por amor su Voluntad. Los que antes no conocían a Dios, por uno u otro motivo de la vida, lo buscarán en adelante con ansia, mendigarán quién les hable de Él. Los instructores formarán aquel cuerpo de 144.000 sellados rescatados de entre los hombres como primicias para Dios que siguen al Cordero a dondequiera que vaya421. Los discípulos integrarán aquella muchedumbre inmensa de toda lengua, raza, pueblo y nación (...) que vienen de la gran tribulación422 Pero también se dará la respuesta negativa en muchos hombres. Esto les causará desesperación y endurecimiento del corazón y así dicen a los montes y las peñas: Caed sobre nosotros y ocultadnos423.. Ambas determinaciones frente a la visión de Dios van a marcar el desarrollo del Día de Yahveh como un tiempo de características históricas difíciles. A partir de entonces nada será como antes. La indiferencia no 419

Sabiduría 19, 6 1 Corintios 10, 11 421 Apocalipsis 14, 4 422 Apocalipsis 7, 9 y 14 423 Apocalipsis 6, 16 420

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cabrá. Cada hombre estará claramente ante la disyuntiva de seguir o rechazar a Dios a quien ha visto. Algo semejante a la prueba que ocurrió en el Cielo con los ángeles. Como resultado se producirá una mayor radicalización entre las manifestaciones personales y sociales del Bien y el Mal y una lucha más intensa entre ambos. La batalla será a cara descubierta, aflorará sin tapujos con toda su crudeza. Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días424. Pues entre otras cosas, Yahveh tomará su celo como armadura, y armará a la creación para rechazar a sus enemigos425. Y como el resultado de este juicio particular no es la muerte, todos los hombres perciben y se dan cuenta de que se encuentran ante unas circunstancias históricas nuevas, de que ha llegado el Gran Día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse?426. La llegada del día de Yahveh es patente a todos los ojos. En la primera parte de este libro habíamos considerado que para llegar a este momento histórico debía ser quitado de en medio el que ahora le retiene427, mediante la conspiración anunciada por el profeta Zacarías: ¡Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeños!428. Esta confabulación sustituirá al Pastor bueno que da su vida por las ovejas429, por el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas,(...) y no le importan nada las ovejas430. El nombre de este personaje en el Apocalipsis es el Falso Profeta431. Este ataque a la Cabeza visible de la Esposa de Cristo es semejante a cuando los Sumos Sacerdotes y los ancianos del pueblo432 judío resolvieron prender a Jesús con engaño y darle muerte433. Al consumarse aquella traición en la persona del Hijo de Dios, la naturaleza respondió con un fenómeno astronómico al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona434, tembló la tierra y las rocas se hendieron435, de modo que todas las gentes que habían acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho436. 424

Mateo 24, 22 Sabiduría 5, 17 426 Apocalipsis 6, 16 427 II Tesalonicenses 2, 7 428 Zacarías 13, 7 429 Juan 10, 11 430 Juan 10, 12-13 431 Apocalipsis 16,13; 19,20; 20,10 432 Mateo 26, 3 433 Mateo 26, 4 434 Lucas 23, 44, Mateo 27, 45 435 Mateo 27, 51 436 Lucas 23, 48 425

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La semejanza de los acontecimientos naturales de ambas situaciones históricas es una muestra más de su paralelismo. Jesús mientras cargaba con su Cruz profetizó este momento a las mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron! Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos!»437 Son las mismas palabras que ahora anuncia el sexto sello. Y dicen a los montes y las peñas: «Caed sobre nosotros y ocultadnos de la vista del que está sentado en el trono y de la cólera del Cordero438. Y termina Jesús con un lamento que es al tiempo otro anuncio; porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»439

437

Lucas 23, 27-30 Apocalipsis 6, 16 439 Lucas 23, 31 438

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9.3. Las cuatro primeras trompetas. Tras los sellos, un segundo conjunto de hechos del Día de Yahveh aparecen bajo el común denominador del toque trompetas por ángeles. El momento en que comienzan a sonar estas trompetas es al abrir el séptimo sello440. La colección de sucesos que forman todas ellas es la propia realización del último sello. Al sonar cada una, no sólo marca la realización de un hecho físico-natural externo y visible sino que describe una situación social y el eco asociado de una llamada personal de conversión. Las tres dimensiones son consecuencia y desarrollo del nuevo rumbo que imprime el sexto sello en la historia. El hecho de quedar abierto el séptimo y último sello indica que el conocimiento de los hechos del libro del Apocalipsis se deja al alcance de los hombres. Lo que resta ya no se mantiene en secreto, sino que se anuncia abierta y públicamente. Llega el tiempo en que lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados441. Esta es la diferencia entre el sello que guarda el contenido de modo sigiloso y la trompeta que anuncia de forma rotunda y notoria. ¿Qué produce este cambio en la forma de proceder de Dios? La respuesta está en el cambio de mentalidad que ocasiona en los hombres los acontecimientos recientes del sexto sello442. La combinación ya descrita de fenómenos externos e internos será tan traumática que cambiará el modo de pensar de los hombres, en el sentido de abrirse a la evidencia de lo sobrenatural. Todo hombre habrá tenido experiencia sensible, personal e intransferible del Ser perfectísimo, observador veraz de su corazón443, que nos ha puesto en la existencia con el don precioso de la libertad, para amarle o rechazarle con todas sus consecuencias. En adelante ya no cabrá pensar desacertadamente: (...) por azar llegamos a la existencia y luego seremos como si nunca hubiéramos sido; (...) al apagarse, el cuerpo se volverá ceniza y el espíritu se desvanecerá como aire inconsistente444. Aunque la libertad no habrá desaparecido y todavía por cierto tiempo habrá quien diga venid, y disfrutemos de los bienes presentes, gocemos de las criaturas (...) oprimamos al justo pobre, (...); sea nuestra fuerza norma de la justicia,

440

Apocalipsis 8, 1 Mateo 10, 27 442 Apocalipsis 6, 12 443 Sabiduría 1, 6 444 Sabiduría 2, 1-3 441

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que la debilidad, como se ve, de nada sirve445, no será sin un alto nivel de incongruencia personal y alienante radicalización. Cada persona comprenderá con claridad las consecuencias en la historia personal, social y de la naturaleza de haber seguido o no la Ley de Dios. Será patente nuestra relación con el reciente desastre natural, porque la creación, sirviéndote a ti, su Hacedor, se embravece para castigo de los inicuos446.Todos seremos entonces absolutamente conscientes de la dimensión trascendente del hombre. Nuestro ser experimentará la realidad con una desconocida profundidad. Cada nuevo amanecer con el oriente cambiado y el caminar del sol en sentido inverso al que siempre se conoció, será un recordatorio inexcusable. No obstante es de esperar que los enemigos de Dios, como en los tiempos actuales, se esfuercen por acallar la evidencia. El materialismo y su laxismo concomitante siempre quisieron encerrar la dimensión espiritual del hombre en la esfera personal. Ahora que los acontecimientos sacan al hombre de esa absurda cárcel de siglos, redoblarán los esfuerzos por volverlo a encerrar. Como los magos de Egipto447 intentarán persuadir a los hombres que aquellos fenómenos, en especial la visión interna personal de Dios, son fruto de una simple alucinación colectiva ante unos hechos puramente naturales, previsibles, aunque poco corrientes. Es posible que la prensa del día siguiente describa cómo el cambio magnético asociado al vuelco de la Tierra afecta al sistema nervioso y sensitivo de muchas personas hasta el punto de hacerles sufrir alucinaciones, e incluso algunos decir que han vuelto a vivir hechos de su vida pasada o haber visto a Dios. A pesar de estos esfuerzos, que harán dudar a muchos, el devenir creciente de los hechos terminará como en Egipto por hacer confesar a los magos: ¡es el dedo de Dios!448. Al término los artificios de la magia resultaron ineficaces; con gran afrenta quedó refutado su pretendido saber, pues los que prometían expulsar miedos y sobresaltos de las almas enloquecidas, enloquecían ellos mismos con ridículos temores449. Por tanto, en adelante el Apocalipsis muestra este crescendo que, entre otras cosas, va a hablar a los hombres de un modo diferente, más claro respecto a su dimensión espiritual. Esto es lo que indica la aparición de las trompetas. A partir del sexto sello se muestran los ángeles con profusión, que hasta entonces habían permanecido prácticamente limitados al trono de 445

Sabiduría 2, 6-11 Sabiduría 16, 24 447 Éxodo 7, 22 y 8,3 448 Éxodo 8, 5 449 Sabiduría 17, 7-8 446

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Dios. También surgen frecuentes señales extraordinarias en el cielo, que antes nunca se habían producido. Aparecen una mujer450, un dragón451, siete ángeles452, un jinete sobre un caballo blanco453, sin que se mencione extrañeza por parte de los hombres. El mundo sobrenatural que normalmente rodeó al hombre con silencio externo, se manifiesta ahora de modo creciente, dejando ver con claridad que lo externo y lo interno, lo material y lo espiritual no son ámbitos inconexos o mundos aislados, tal y como el hombre se empeñó al organizar la sociedad durante los siglos anteriores. También en esto se experimenta y comprueba que se ha llegado a una etapa histórica diferente. Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo, como una media hora...454. Silencio para dejar a la tierra meditar y asimilar lo que ha ocurrido. Silencio para comprobar si tiene el efecto deseado en la conversión de los hombres que Dios desea a través de los acontecimientos del sexto sello. Silencio expectante que no deja de tener preparado el siguiente acto en caso de una respuesta contraria. Vi entonces a los siete Angeles que están en pie delante de Dios; les fueron entregadas siete trompetas455. Pero no un silencio inactivo sino de oración, en espera de frutos de conversión en los hombres. Otro Angel vino y se puso junto al altar con un badil de oro. Se le dieron muchos perfumes para que, con las oraciones de todos los santos, los ofreciera sobre el altar de oro colocado delante del trono. Y por mano del Angel subió delante de Dios la humareda de los perfumes con las oraciones de los santos456. Sin embargo, en poco tiempo, como una media hora, el silencio se torna en estupor ante la respuesta negativa de la mayoría de los hombres y en fascinación ante los portentos que, en consecuencia, se vienen encima. Y el Angel tomó el badil y lo llenó con brasas del altar y las arrojó sobre la tierra. Entonces hubo truenos, fragor, relámpagos y temblor de tierra457. La naturaleza va a entrar de nuevo en fase de intensos fenómenos atmosféricos y telúricos que preceden a otras catástrofes globales. También en el Éxodo, cuando los israelitas llegaron al monte Sinaí, al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el 450

Apocalipsis 12, 1 Apocalipsis 12, 3 452 Apocalipsis 15, 1 453 Apocalipsis 19, 11 454 Apocalipsis 8, 1 455 Apocalipsis 8, 2 456 Apocalipsis 8, 3-4 457 Apocalipsis 8, 5 451

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campamento se echó a temblar (...) Todo el monte Sinaí humeaba, porque Yahveh había descendido sobre él en el fuego. Subía el humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia458. En este nuevo éxodo de la humanidad hacia la nueva tierra prometida, la presencia de Dios ya se ha hecho evidente para el hombre. El sexto sello ha sido la nueva zarza459 ardiente que ha recordado al hombre que Dios es el que es460. Ahora el sonido de las siete trompetas461 va a rememorar también las sucesivas plagas, cuyo último fin es librarle de la mano de los egipcios y (...) subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa462.

9.3.1. Primera Trompeta: daños en la tierra

Tocó el primero... Hubo entonces pedrisco y fuego mezclados con sangre, que fueron arrojados sobre la tierra: la tercera parte de los árboles quedó abrasada, toda hierba verde quedó abrasada463. La dimensión física externa de esta primera trompeta es una calamidad que afecta al mundo vegetal. Es semejante a la séptima plaga de los tiempos del Éxodo de Egipto. Dijo Yahveh a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, y que caiga granizo en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los ganados y sobre todas las hierbas del campo que hay en la tierra de Egipto.» Extendió Moisés su cayado hacia el cielo, y Yahveh envió truenos y granizo; cayeron rayos sobre la tierra, y Yahveh hizo llover granizo sobre el país de Egipto. El granizo y los rayos mezclados con el granizo cayeron con fuerza tan extraordinaria que nunca hubo semejante en toda la tierra de Egipto desde que comenzó a ser nación. El granizo hirió cuanto había en el campo en todo el país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. El granizo machacó también toda la hierba del campo, y quebró todos los árboles del campo. Tan sólo en la región de Gosen, donde habitaban los israelitas, no hubo granizo464. El origen físico de un granizo tan exterminador, mezclado con rayos y fuego en Egipto o con sangre y fuego en el día de Yahveh puede estar en condiciones atmosféricas, poco frecuentes pero posibles, conocidas por la 465

458

Éxodo 19, 16 - 18 Éxodo 3, 2 460 Éxodo 3, 14 461 Apocalipsis 8, 6 462 Éxodo 3, 8 463 Apocalipsis 8, 7 464 Exodo 9, 22-26 465 Exodo 9, 24 459

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ciencia, y que se repitieron recientemente en diversos países. Quizá estas condiciones se produzcan con mayor facilidad debido a las consecuencias a medio plazo del encuentro con el astro del sexto sello. Desde luego, algo más adelante hacia el final del día de Yahveh volverá a producirse un gran pedrisco, con piedras de casi un talento de peso466. En la historia estas condiciones ya se han producido en otras ocasiones, como en la batalla de Israel contra los amorreos en tiempos de Josué. Mientras huían ante Israel (...) Yahveh lanzó del cielo sobre ellos (...) grandes piedras, y murieron. Y fueron más los que murieron por las piedras de granizo que los que mataron los israelitas a filo de espada467. Pero también hay una dimensión social en el simbolismo del incendio que destruye la tercera parte de los árboles468, que se deduce a partir del significado del árbol en los evangelios. El árbol está frecuentemente ligado al fruto porque por el fruto se conoce el árbol469. Y ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego470. Dar fruto es hacer la voluntad de mi Padre celestial471 y que la semilla se desarrolle semejante a un grano de mostaza, que (...) creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas472. En los tiempos cercanos al día de Yahveh con demasiada frecuencia Nuestro Señor, como en aquella higuera junto al camino (...), no encontró más que hojas473 en muchos árboles y éstos se quedaron poco a poco sin aves que anidaran en ellos. Ahora llega el momento en que muchas instituciones eclesiales, la tercera parte de los árboles474, que antes estaban llenas de vida espiritual y mas tarde decayeron, perecerán abrasadas475 por los acontecimientos. Pero más grave aún es la desaparición de toda hierba verde476. La hierba está ligada en los evangelios al trigo. Así la semilla del sembrador del Reino de Dios es primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga477. También cuando otro sembrador sufrió sabotaje y brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña478. En esta 466

Apocalipsis 16, 21 Josué 10, 11 468 Apocalipsis 8, 7 469 Mateo 12, 33 470 Lucas 3, 9 471 Mateo 7, 21 472 Lucas 13, 19 473 Mateo 21, 19 474 Apocalipsis 8, 7 475 Apocalipsis 8, 7 476 Apocalipsis 8, 7 477 Marcos 4, 28 478 Mateo 13, 26 467

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parábola, la hierba buena al tiempo de la siega era trigo para mi granero479. Del trigo se hace el pan y cuando Jesús en una ocasión hace el milagro de multiplicar los panes les mandó que se acomodaran todos por grupos sobre la verde hierba480. Este milagro es figura de la institución de la Eucaristía. Por tanto, la destrucción de toda hierba verde al tocar esta primera trompeta pone en evidente relación la progresiva falta de amor y adoración a la Eucaristía en los tiempos anteriores al día de Yahveh, con la destrucción de la tercera parte de los árboles481, es decir, de muchas instituciones eclesiásticas antes fructíferas. En consecuencia, la Eucaristía también se vuelve un bien escaso, que estará cerca de la extinción, permitiendo el crecimiento del poder del mal en el día de Yahveh. También es posible pensar en una dimensión interna personal asociada a esta primera trompeta, de hielo y fuego, que es la misma contraposición de dos elementos que no pueden coexistir. Hay que escoger entre quedarse congelado, paralizado ante las exigencias de conversión que propuso la vista del que está sentado en el trono y de la cólera del Cordero482 o dejarse transformar interiormente por el fuego483 que prende Jesús y que ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!484. La decisión interna de conversión que planteó el sexto sello ya no se podrá demorar ponerla en práctica. Los acontecimientos exteriores harán valorar el Pan Eucarístico, probablemente escaso por entonces, que alimenta el horno interior, el fuego del Espíritu Santo. Sin ese fuego interior, tarde o temprano se será pasto del otro fuego exterior que quema la paja (...) con fuego que no se apaga485. Pues si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden486. La advertencia es semejante a la que sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día que salió Lot de Sodoma, Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste.487

479

Mateo 13, 30 Marcos 6, 39 481 Apocalipsis 8, 7 482 Apocalipsis 6,16 483 Mateo 3, 11 484 Lucas 12, 49 485 Mateo 3, 12 486 Juan 15, 6 487 Lucas 17, 28-30 480

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Reflexiones al hilo del Apocalipsis (Parte II) 9.3.2. Segunda Trompeta: daños en el mar

Los efectos en la naturaleza del toque de la segunda trompeta es una calamidad que afecta a las aguas marinas. Tocó el segundo Ángel... Entonces fue arrojado al mar algo como una enorme montaña ardiendo, y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Pereció la tercera parte de las criaturas del mar que tienen vida, y la tercera parte de las naves fue destruida488. El origen físico de esta montaña ardiendo puede ser astronómico, en forma de un gran asteroide, o terrestre, en forma del colapso y hundimiento de una isla volcánica. Ambos fenómenos son conocidos por la ciencia y han sido descritos con detalle. Uno u otro producirían un gigantesco maremoto que afectaría no solo a la tercera parte de las naves sino también a miles de kilómetros de costas. Más adelante, el propio Apocalipsis describe exactamente este efecto secundario al tratar de la caída de Babilonia. Un Ángel poderoso alzó entonces una piedra, como una gran rueda de molino, y la arrojó al mar diciendo: «Así, de golpe, será arrojada Babilonia, la Gran Ciudad, y no aparecerá ya más...»489. La pista sobre cuál es esta Gran Ciudad a la que llegará un maremoto en los tiempos de día de Yahveh la da el propio Apocalipsis. Se trata de una ciudad extraordinariamente rica cuyos mercaderes eran los magnates de la tierra490, resplandeciente de oro, piedras preciosas y perlas491, con (...) lujo desenfrenado492 y con cuya opulencia se enriquecieron cuantos tenían las naves en el mar493. Su poderío la hizo altanera y dice en su corazón: Estoy sentada como reina y no soy viuda y no he de conocer el llanto494. Al son de sus dictados y hechicerías se extraviaron todas las naciones495, del vino de sus prostituciones han bebido todas las naciones, y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con su lujo desenfrenado496 Pero todo desaparece inesperadamente y en una hora ha sido arruinada tanta riqueza!497 y toda magnificencia y esplendor se han terminado para ti, y nunca jamás aparecerán498. Los que presencien aquel momento se quedarán a distancia horrorizados ante su suplicio, llorando y 488

Apocalipsis 8, 8 Apocalipsis 18, 21 490 Apocalipsis 18, 23 491 Apocalipsis 18, 16 492 Apocalipsis 18, 3 493 Apocalipsis 18, 19 494 Apocalipsis 18, 7 495 Apocalipsis 18, 23 496 Apocalipsis 18, 3 497 Apocalipsis 18, 17 498 Apocalipsis 18, 14 489

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lamentándose499. Como en la primera plaga de Egipto, el agua se tiñe de sangre, pero en esta ocasión afecta a un tercio del mar. Tras este suceso, el mundo queda sin el principal valedor del estilo materialista de conducir la sociedad y la escena quedará preparada para ser avasallada por el final de la historia de la Bestia (...) con las patas como de oso, y las fauces como de león500. Por un tiempo una de sus cabezas parecía herida de muerte, pero su llaga mortal se le curó501. Entonces el camino queda libre para que la tierra y sus habitantes adoren a la primera Bestia, cuya herida mortal había sido curada502, mediante un ungüento del que hablaremos en el capítulo 9.5. Como en la trompeta anterior, además de la dimensión exterior física existe otra de índole social que nos habla de hechos de consecuencias profundas. En esta ocasión la tercera parte del mar se convirtió en sangre503. En los evangelios el mar es el lugar de la pesca pues es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases504. Y no sólo en la parábola ya que cuando acabó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar505. Al terminar la faena Jesús dijo a Simón: No temas. Desde ahora serás pescador de hombres506. El mar de Tiberíades es escenario de las primeras vocaciones. Al convertirse ahora en sangre un tercio del agua del mar indica que el ambiente propio de los peces se ha deteriorado y cabe esperar una importante disminución de las vocaciones. La desatención hacia la Eucaristía quemó a muchas instituciones eclesiásticas en la trompeta anterior y ahora, como consecuencia, en todo el mar se restringe la pesca de nuevas vocaciones, que son su renuevo generacional. Pero también a la orilla del mar de Galilea ocurrió el último triple afianzamiento en la vocación de Pedro: apacienta mis corderos, (...) apacienta mis ovejas507. En esa tarea de apacentar, Jesús es el modelo. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas508. Y como por una coincidencia, que no lo es, cuando Jesús acababa de dar la vida por sus ovejas, (...) uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua509. Es la única vez que aparecen juntas sangre 499

Apocalipsis 18, 15 Apocalipsis 13, 2 501 Apocalipsis 13, 3 - 4 502 Apocalipsis 13, 12 503 Apocalipsis 8, 8 504 Mateo 13, 47 505 Lucas 5, 4 506 Lucas 5, 10 507 Juan 21, 17 508 Juan 10, 11 509 Juan 19, 34 500

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y agua en los evangelios. Con esta unión ahora, el Apocalipsis quizás nos quiere también apuntar que el momento de la montaña ardiendo coincidirá con el final de la vida del Pastor herido, cuya presencia en su cátedra de Roma retenía el comienzo del día de Yahveh. A partir de entonces probaremos la amargura de la soledad, la amargura vaticinada en la tercera trompeta y el consiguiente descenso de luz profetizado en la cuarta trompeta, por la propia dificultad de elegir un Pastor bueno en presencia del falso profeta. La dimensión interna personal del mar y de las naves recuerda aquel «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar»510. Lo que el cristiano puede pescar en su interior es la Vida, el mismo Dios pues si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él511. Es, por tanto, una llamada al recogimiento interior del alma para buscar a Dios y ser preservado en esas circunstancias difíciles exteriores, en que la naturaleza destruye países enteros y el ambiente espiritual se llena de dificultades, como enseguida veremos más detenidamente.

510 511

Lucas 5, 4 Juan 14, 23

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9.3.3. Tercera Trompeta: daños en los ríos

Tocó el tercer Ángel... Entonces cayó del cielo una estrella grande, ardiendo como una antorcha. Cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre los manantiales de agua. La estrella se llama Ajenjo. La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y mucha gente murió por las aguas, que se habían vuelto amargas512. El fenómeno de un objeto cayendo del espacio ha sido descrito por la ciencia como habitual en la escala de tiempo geológico. Se tienen multitud de pruebas de este tipo de suceso. A partir de las huellas en las formaciones geológicas y de cálculos matemáticos se han podido reconstruir los efectos de estos impactos en la Tierra. Algunos, por su tamaño han producido verdaderas extinciones en el número de especies del planeta. La industria cinematográfica ha simulado el suceso en multitud de ocasiones. Las agencias espaciales tienen programas de búsqueda sistemática de objetos siderales que pueden impactar con la Tierra. La luna y otros planetas de nuestro sistema solar presentan multitud de cráteres que evidencian impactos de estos objetos. Los astrónomos han llegado a seguir en directo el choque de un cometa contra Júpiter el pasado año 1996. Después del paso de la estrella marrón del sexto sello los hombres quedarán mucho más concienciados de esa posibilidad cercana. La clave física de lo que produce la amargura asociada a esta estrella quedó desvelada no hace muchos años. El nombre Ajenjo, aparece en la versión latina de la Biblia Vulgata como Absinthius, en inglés como Wormwood, en francés como Absinthe y en ruso como Chernobyl. La amargura será muy probablemente la radiactividad que se asocia hoy mundialmente a este nombre. Quizá el choque de este astro sea en las cercanías de algún almacén de armas nucleares o de una central nuclear. En el Éxodo, después de que el ejército del Faraón quedó engullido por las aguas del mar, los israelitas caminaron tres días por el desierto sin encontrar agua. Luego llegaron a Mará, pero no pudieron beber las aguas porque era amarga (...) El pueblo murmuró contra Moisés, diciendo: «¿Qué vamos a beber?» Entonces Moisés invocó a Yahveh, y Yahveh le mostró un madero que Moisés echó al agua, y el agua se volvió dulce513. Quizá, en este nuevo éxodo el madero514 de la Cruz sea el modo por el que las aguas sean nuevamente regeneradas físicamente.

512

Apocalipsis 8, 10-11 Éxodo 15, 22-25 514 I Pedro 2, 24 513

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La dimensión eclesial de esta trompeta en la que cae una estrella grande del firmamento, podemos deducirla porque las puso Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra515. Alumbrar es lo propio del Verbo divino pues la Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo516. Las estrellas que Dios puso para regir la noche, porque es eterno su amor517 y las cuenta (...) y llama a cada una por su nombre518 son figura de los sacerdotes. Jesús anunció para estos días que las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas519. Ya habíamos visto caer ya instituciones eclesiásticas y disminuir las vocaciones. Ahora son sacerdotes los afectados y las consecuencias afectan a los manantiales de agua que son símbolo de la vida espiritual que se trasmite mediante los sacramentos que ellos confeccionan. La estrella que ahora cae es única y especial, con poder sobre la reglamentación de los sacramentos, porque su influjo mortal alcanza silenciosamente a estas fuentes de la vida espiritual. Su nombre es señal de una mortífera contaminación invisible a los ojos de los hombres. Nada cambia en la apariencia externa del agua, que incluso continúa manando. Sin embargo, del mismo modo que el organismo del hombre expuesto a la radioactividad se quema poco a poco y sin darse cuenta, así las almas y el propio tejido eclesial sucumbe ante esa corrupción nada aparente en su origen. Así pues, es posible que cuando caiga esta estrella física coincida con que la tercera parte de las aguas sacramentales queden trastornadas y subvertidas y mucha gente murió por las aguas, que se habían vuelto amargas520.

9.3.4. Cuarta Trompeta: daños en la atmósfera.

Tocó el cuarto Ángel... Entonces fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas; quedó en sombra la tercera parte de ellos; el día perdió una tercera parte de su claridad y lo mismo la noche521. El fenómeno narrado afecta a la luz de todos los astros. Esto encaja como las consecuencias en la tierra de la catástrofe anterior puesto que si fuera daño directo en el sol, éste afectaría proporcionalmente a la luna, pero no al resto de las estrellas. Sin embargo el 515

Génesis 1, 17 Juan 1, 9 517 Salmo 136, 9 518 Salmo 147, 4 519 Mateo 24, 29 520 Apocalipsis 8, 10-11 521 Apocalipsis 8, 12 516

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polvo y el humo del choque del astro Ajenjo contra la tierra es suficiente para obscurecer el paso de la luz de cualquier astro. La primera consecuencia de esta merma de luz es el enfriamiento de nuestro planeta. La bajada de temperaturas se añade a la alteración del orden de las estaciones que provocó el vuelco del planeta en el sexto sello. La recuperación de la naturaleza entendida como nuestro hábitat primario, del ritmo de las cosechas, de los ganados, de las industrias básicas del sector primario puede ser cuestión de décadas, si no vuelve a mediar una acción extraordinaria de Dios. Una vez más hemos de considerar que los fenómenos externos no son más que consecuencia de los internos. Ahora es la luz la que falta a la sociedad porque sus leyes se apartaron de la Luz de Dios, pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras 522. En consecuencia, la naturaleza oculta su luz a los hombres. En el Paraíso, Dios había castigado a la serpiente a ser maldita entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida523. El polvo ahora abunda en la atmósfera y es comida de los hombres, por haberse dejado llevar al terreno de la serpiente, pues si desoyes la voz de Yahveh tu Dios, y no cuidas de practicar todos sus mandamientos y sus preceptos (...), Yahveh dará como lluvia a tu tierra polvo y arena, que caerán del cielo sobre ti hasta tu destrucción524. El ambiente será asfixiante. Como en tiempos del Éxodo es posible que el polvo de la tierra produzca hasta cuatro plagas subsiguientes. Primero el polvo se convirtió en mosquitos sobre todo el país de Egipto;(...) y hubo mosquitos sobre los hombres y sobre los ganados525. Después apareció un enorme enjambre de tábanos (...) y la tierra fue devastada por los tábanos526. A continuación sobre los ganados del campo, sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre la vacadas y sobre las ovejas; habrá una grandísima peste527. Y por último el polvo fino sobre todo el territorio de Egipto, formará erupciones pustulosas, en hombres y ganados, por toda la tierra de Egipto528. De los tiempos del Éxodo podemos sacar otra lección. A pesar de su globalidad, toda la serie de calamidades fue selectiva según los dos modos de reaccionar de los hombres, porque el Señor sabe librar de las pruebas a 522

Juan 3, 20-21 Génesis 3, 4 524 Deuteronomio 28, 15 y 24 525 Éxodo 8, 13 526 Éxodo 8, 20 527 Éxodo 9, 3 528 Éxodo 9, 9 523

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los piadosos y guardar a los impíos para castigarles en el día del Juicio529. La del pueblo escogido, minoritario y obediente a Moisés, fue librado de las plagas milagrosamente a fin de que sepas que yo soy Yahveh en medio de la tierra530. Sin embargo, el Faraón y los siervos que no hicieron caso de la palabra de Yahveh531 sufrieron todos sus efectos. Lo mismo que fue para sus enemigos un castigo, fue para ellos en su apuro un beneficio532. De este modo convenciste a nuestros enemigos de que tú eres el que libras de todo mal: a ellos picaduras de langostas y moscas los mataban, - y bien merecían que bichos tales los castigasen - sin que remedio hallaran para su vida; a tus hijos, en cambio, ni dientes de serpientes venenosas los vencieron, pues vino tu misericordia en su socorro y los sanó533. En este nuevo Éxodo multitud de hombres endurecerán su corazón, que se volverá ilusoriamente hacia la búsqueda de otro salvador, de modo que el ascenso de una solución falsa tendrá el terreno abonado para que fructifique el engaño y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado534. Entre ellas, la falsa solución frente a la escasez y el hambre: que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre535. La cartilla de racionamiento que hemos visto en tantas guerras y post-guerras volverá, pero en esta ocasión la tecnología digital permitirá que sea implantada en el propio cuerpo, como ya se hace habitualmente para identificar animales de compañía. Y seguí viendo: Oí un águila que volaba por lo alto del cielo y decía con fuerte voz: «¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra, cuando suenen las voces que quedan de las trompetas de los tres Ángeles que van a tocar!»536. Uno de los cuatro Vivientes que estaban en la visión del trono era como un águila en vuelo537. Vimos que la Tradición interpreta bajo el símbolo del águila al evangelista San Juan, que es el mismo autor del Apocalipsis y a quien se le dice en otro momento del libro: tienes que profetizar otra vez contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes538. Esta segunda misión en los tiempos del día de Yahveh clarifica las palabras 529

2 Pedro 2, 9 Éxodo 8, 18 531 Éxodo 9, 21 532 Sabiduría 11, 5 533 Sabiduría 16, 8-10 534 II Tesalonicenses 2, 10 535 Apocalipsis 13, 16 - 17 536 Apocalipsis 8, 13 537 Apocalipsis 4, 7 538 Apocalipsis 10, 11 530

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de nuestro Señor a Pedro: si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa?539. Del mismo modo que Elías fue preservado para ser enviado antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible540, para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob541, el apóstol San Juan parece tener también una misión que cumplir en estos difíciles tiempos.

9.4. La quinta trompeta: el ascenso del Falso Profeta. Como en el caso de los sellos, las cuatro primeras trompetas encajan en una sucesión ordenada. Sin embargo las tres últimas corresponden a la intemporalidad. En su momento, propusimos uno de los posibles desgloses del número siete como muestra de plenitud de vida (3+4): la vida interna divina, trinitaria (3); y vida externa por la que Dios sale de sí a través de la Virgen, Reina de la Creación (3+1). Así se explicaría la diferencia entre cuatro elementos del septenario que están sujetos a la sucesión del tiempo y otros tres componentes que no lo están. A su vez, estas últimas trompetas son descritas con mayor detalle, como en el caso de los tres últimos sellos. Tocó el quinto Ángel... Entonces vi una estrella que había caído del cielo a la tierra. Se le dio la llave del pozo del Abismo. Abrió el pozo del abismo y subió del pozo una humareda como la de un horno grande, y el sol y el aire se oscurecieron con la humareda del pozo542. La estrella caída recuerda inmediatamente a aquella de la tercera trompeta. Es sólo una estrella, como en aquel caso. Si seguimos la hipótesis del simbolismo que entonces apuntamos, podríamos pensar que se trata de un sacerdote, pero al que se le da una llave por lo que indica que tiene un rango especial. Las llaves son para abrir y cerrar. Jesús le dio a San Pedro las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos543. Pero en este momento la llave que tiene este personaje sagrado es la llave del pozo del Abismo. Utilizando su poder sagrado abrió el pozo del abismo, un lugar tenebroso del que nada bueno cabe esperar. Viene de nuevo a la memoria la 539

Juan 21, 22 Malaquías 3, 23 541 Eclesiástico 48, 10 542 Apocalipsis 9, 1-2 543 Mateo 16, 19 540

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profecía del pastor que no cumple su deber. Pues he aquí que yo voy a suscitar en esta tierra un pastor que no hará caso de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni se ocupará de la sana, sino que comerá la carne de la cebada, y hasta las uñas les arrancará544. La profecía comienza llamándole pastor insensato545 y termina denominándole pastor inútil que abandona las ovejas546. La Vulgata traduce pastor et idolum. De todos los adjetivos, es el de ídolo el que mejor refleja una conducta personal de adorar el poder político mundano, con el que estará en estrecha connivencia y sometimiento. La actitud de este personaje es la de hipocresía que nos previno Jesús: guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces547. Falso Profeta548 se denomina en el Apocalipsis al personaje, íntimamente ligado al Dragón y a la Bestia que surge del mar549, que había realizado al servicio de la Bestia las señales con que seducía a los que habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen550. El es la encarnación de la Bestia de la tierra (que) tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como una serpiente551. Los dos cuernos son el atributo del poder sagrado representados en la forma de la tiara del Sumo Sacerdote. Pero su lenguaje es falso porque su unión a los objetivos de la Bestia del mar es total. Ejerce todo el poder de la primera Bestia en servicio de ésta, haciendo que la tierra y sus habitantes adoren a la primera Bestia, cuya herida mortal había sido curada552. Su ascenso a la escena mundial se produce como fruto del complot del que ya hablamos, que anuncia el profeta Zacarías. ¡Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeños!553. Ese es el objetivo del falso pastor: que el lobo hace presa en ellas y las dispersa554. Al contrario que el buen pastor (que) da su vida por las ovejas555, éste es pastor asalariado, que no es pastor556, porque no entra por la puerta557, que es Jesús, y no le importan nada las ovejas558. 544

Zacarías 11, 16 Zacarías 11, 15 546 Zacarías 11, 17 547 Mateo 7, 15 548 Apocalipsis 19, 20 549 Apocalipsis 13, 1 550 Apocalipsis 19, 20 551 Apocalipsis 13,11 552 Apocalipsis 13, 12 553 Zacarías 13, 7 554 Juan 10, 12 555 Juan 10, 11 556 Juan 10, 12 557 Juan 10, 9 545

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Abrió el pozo del abismo (...) y el sol y el aire se oscurecieron559. La respuesta de la naturaleza recuerda ahora al momento de la apertura del sexto sello, que ya describimos, y paralelamente al momento en el que murió nuestro Señor en que, al eclipsarse el sol560, desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona561. Entonces también el sol se puso negro como un paño de crin562. Ahora, en esta situación histórica puede decirse que se repite místicamente la Pasión de nuestro Señor en su Esposa la Iglesia, cuya vida se conforma a la del Esposo y sigue sus huellas. En realidad cada cristiano debe identificarse con Cristo y también el conjunto de todos los miembros, del cuerpo místico de Jesucristo que es la iglesia563. Los tiempos de esta pasión colectiva, vivida por la Iglesia, serán especialmente perceptibles en su cabeza visible, es decir, en el Vicario de Cristo que es el Papa. Así, las palabras de nuestro Señor a Pedro en su aparición después de resucitado junto al lago Tiberíades, adquieren un sentido trascendente y profético para la institución del Papado. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras564. De la humareda salieron langostas sobre la tierra, y se les dio un poder como el que tienen los escorpiones de la tierra565. Ambos animales son de pequeño tamaño pero, agrupados o aisladamente, tienen un alto y rápido poder destructivo. Pero no se trata ahora de dañar a la tierra sino que se les dijo que no causaran daño a la hierba de la tierra, ni a nada verde, ni a ningún árbol; sólo a los hombres que no llevaran en la frente el sello de Dios566. San Pedro explica en qué consiste su modo de arrasar y el veneno que inoculan: los falsos profetas introducirán herejías perniciosas y (...)atraerán sobre sí una rápida destrucción567. La estrategia que siguen es destruir la Iglesia por la herejía. Las herejías y errores de los seguidores del falso profeta llegarán a ser muy numerosos, omnipresentes, semejantes a una plaga de langosta de modo que supondrá un cisma de hecho y un difícil momento de prueba para la fe de los cristianos. El panorama será de sistemática auto-destrucción de la doctrina conservada en los graneros de la Iglesia durante muchos siglos. La verdad quedará ocultada por el humo de 558

Juan 10, 13 Apocalipsis 9, 1-2 560 Lucas 23, 44 561 Mateo 27, 45 562 Apocalipsis 6, 12 563 Colosenses 1, 24 564 Juan 21, 18 565 Apocalipsis 9, 3 566 Apocalipsis 9, 4 567 2 Pedro 2, 1 559

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Satanás que se introducirá dentro de la Iglesia. He aquí que vienen días (...) en que yo mandaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yahveh. Entonces vagarán de mar a mar, de norte a levante andarán errantes en busca de la Palabra de Yahveh, pero no la encontrarán568. El error no será fruto de un incremento casual sino de una preparación minuciosa porque la apariencia de estas langostas era parecida a caballos preparados para la guerra569. Se trata, pues, de un plan de batalla, de un error fomentado conscientemente por el movimiento conspirador que toma el aparato oficial con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces570. Por eso necesitan ponerse sobre sus cabezas (...) coronas que parecían de oro571, coronas sacerdotales semejantes a las que llevan los 24 ancianos que están ante el trono de Dios. Para que les sigan las ovejas también se disfrazan con rostros (...) como rostros humanos572, llenos de intenciones aparentemente bondadosas, aceptadas mayoritariamente. De este modo muchos seguirán su libertinaje y, por causa de ellos, el Camino de la verdad será difamado573. Sin embargo la realidad, tras esa apariencia agradable, como cabellos de mujer574, esconde dientes (...) como de león, corazas como de hierro y colas parecidas a las de los escorpiones, con aguijones, y en sus colas, el poder de causar daño a los hombres durante cinco meses575. Y para completar el esfuerzo de aturdimiento embaucador generan el estrépito de carros de muchos caballos que corren al combate576. Es el ruido que produce una invasión simultánea de una alianza de tropas comunistas e islámicas, que veremos en el siguiente capítulo. Así ya no queda duda de quién está tras el escenario, pues tienen sobre sí, como rey, al Ángel del Abismo, llamado en hebreo «Abaddón», y en griego «Apolíon»577, y en castellano destructor, exterminador y extraviado. A pesar de lo duro del momento, y como ocurrió en el caso de las plagas de Egipto, Dios inmuniza de las picaduras a los que llevan en la frente el sello de Dios578. Ya hemos visto que esta particular señal la recibieron un grupo de 144.000579 personas poco antes, en el momento del 568

Amos 8, 11-12 Apocalipsis 9, 7 570 Mateo 7, 15 571 Apocalipsis 9, 7 572 Apocalipsis 9, 7 573 2 Pedro 2, 2 574 Apocalipsis 9, 8 575 Apocalipsis 9, 9-10 576 Apocalipsis 9, 9 577 Apocalipsis 9, 11 578 Apocalipsis 9, 4 579 Apocalipsis 7, 4 569

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sexto sello580. Coinciden con aquellos pocos que no han manchado sus vestidos (en Sardes). Ellos andarán conmigo vestidos de blanco; porque lo merecen581. Los mismos que, más adelante, se dice que siguen al Cordero a dondequiera que vaya, y han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero582. No se trata ahora sólo de un nuevo resto583, como antaño hizo Dios con Israel, que mantiene pura la doctrina y la moral, sino de unas primicias. Estás consistían en una ofrenda al Señor de los primeros frutos de la cosecha en la tierra prometida, tras el éxodo. Cuando, después de entrar en la tierra que yo os doy, seguéis allí su mies, llevaréis una gavilla, como primicias de vuestra cosecha, al sacerdote584. En las primicias hay una relación con la ansiada tierra prometida, un sentimiento de alegría porque entonces guardarás la fiesta de la Siega, de las primicias de tus trabajos, de lo que hayas sembrado en el campo585. A la vez, las primicias tienen un carácter sagrado al ser tomadas y ofrecidas por el sacerdote en el lugar elegido por Yahveh tu Dios para morada de su nombre586. Los tres significados, fiesta, elección sagrada y tierra prometida, son elementos de la nueva época en la que habrá nueva tierra587, en la que has hecho de ellos para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes588, y entonces enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado589. Pero no hay primicias sin una cosecha más amplia que se obtiene a continuación. Y si las primicias son santas, también la masa590 de la que proceden, y en la que tendrán que actuar como la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo591. La cosecha de santidad con la que estarán relacionadas estas primicias será la muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos592. Esos son los que vienen

580

Apocalipsis 6, 12 Apocalipsis 3, 4 582 Apocalipsis 14, 4 583 Miqueas 2, 12 584 Levítico 23, 10 585 Éxodo 23, 16 586 Deuteronomio 26, 2 587 II Pedro 3, 13 588 Apocalipsis 5, 10 589 Apocalipsis 21, 4 590 Romanos 11, 16 591 Mateo 13, 33 592 Apocalipsis 7, 9 581

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de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero593. La imposibilidad de padecer la picadura de estas langostas es un privilegio de estos que forman las primicias, porque para el resto de los hombres a las langostas se les dio poder, no para matarlos, sino para atormentarlos durante cinco meses. El tormento que producen es como el del escorpión cuando pica a alguien594. El tormento de la duda es el que propio de una prueba para la fe. Padecimiento análogo al que sufrieron los apóstoles cuando murió nuestro Señor porque también entonces era hora de triunfo momentáneo para el poder de las tinieblas595. Jesús, como vacuna para la picadura les profetizó lo que ocurriría durante su Pasión y Muerte, pero ellos preferían pensar: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!596». No podía caber aquello en su cabeza. Nuestro Señor corrigió duramente ese modo de discurrir porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres597. Este modo de pensar como hombres, hizo necesario, aunque inútil, que el Señor repitiera su anuncio dos veces más. Ellos nada de esto comprendieron; estas palabras les quedaban ocultas y no entendían lo que decía598. Parecía que no fuera con ellos. En aquellos momentos, la semilla caía sembrada en pedregal, (...) que oye la Palabra, y al punto la recibe con alegría; pero no tiene raíz en sí mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumbe enseguida599. Los apóstoles aún tardaron en comprender el fondo de su llamada: si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame600. En consecuencia, el complot contra Nuestro Señor les pilló sin la necesaria preparación interior y consiguió el objetivo inicial de dispersar las ovejas del rebaño601. El que más decidido parecía a dar su vida, negó conocerle hasta tres veces 602 aquella misma noche. Análogamente, los escollos de esos tiempos interpelarán de un modo especial a los cristianos que los vivan, intentando que piensen como hombres -¡De ningún modo te sucederá eso!603. O mantenerlos sentado

593

Apocalipsis 7, 14 Apocalipsis 9, 5 595 Lucas 22, 53 596 Mateo 16, 22 597 Mateo 16, 23 598 Lucas 18, 34 599 Mateo 13, 20-21 600 Mateo 16, 24 601 Mateo 26, 31. 602 Juan 13, 38; Lucas 22, 61; Marcos 14, 72; Mateo 26, 75 603 Mateo 16, 22 594

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junto a la lumbre604, calentándose605, quizá junto al televisor, con un acoso repetido que puede terminar por ceder y jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre de quien habláis!606». Por el contrario, ante la prueba de fe que contiene una situación límite escándalo para los judíos y necedad para los gentiles607, el Señor recomienda a sus íntimos: Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil608. En María nuestra Madre, como siempre, está la solución. ¡Bienaventurada tú que has creído, porque se cumplirá lo que te fue dicho de parte del Señor!609 Ella fue la única que mantuvo la fe en la Resurrección, sin la cual vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe610. Olvidándose de ello, en aquellos días, buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos611. Pensar como hombres es olvidar que los tiempos de la Pasión adquieren su sentido profundo en la posterior resurrección en que desembocan. Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto612. San Pablo acude a la misma imagen para explicar que no hay profunda transformación si no se pasa por ese duro trance. ¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere613. Y lo que surge, nadie diría que procede de la semilla: se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza614. De esa Iglesia en situación de muerte aparente, como la de su Señor, porque las puertas del Hades no prevalecerán contra ella615, surgirá su resurrección en la siguiente etapa histórica, la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo616. El todo está formado de partes y si una verdad es cierta para el todo también lo es para cada uno de sus elementos. De acuerdo con éste axioma, se deduce que la Pasión de la Iglesia será la suma de la que ocurrirá también en sus hijos e instituciones y también en cada no de ellos causará un 604

Lucas 22, 56 Marcos 14, 67 606 Marcos 14, 71 607 I Corintios 1, 23-24 608 Mateo 26, 41 609 Lucas 1, 45 610 1 Corintios 15, 14 611 Apocalipsis 9, 6 612 Juan 12, 24 613 1 Corintios 15, 36 614 1 Corintios 15, 42-43 615 Mateo 16, 18 616 Apocalipsis 21, 2 605

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verdadero renacer. En particular cada camino espiritual que, dentro de la Iglesia, conduce a la santidad según su peculiaridad específica, para poder permanecer debe pasar esta dolorosa y gozosa transformación. En consecuencia, se podría decir que los difíciles tiempos de la gran tribulación617 llevan aparejados una espiritualidad y complementaria que actúa como germen, catalizador y transformador, de cualquier otra previa, para obtener de cada una de ellas su expresión más plena y así formar parte del engalanamiento de la nueva Jerusalén. Una vez más, querer huir de este padecimiento, será simplemente pensar como hombres y no dar mucho fruto618. El contenido de la espiritualidad del día de Yahveh es descubrirnos el sentido profundo de la Cruz. Llave que abre y signo que reconcilia todas las cosas, pacificando, (...) lo que hay en la tierra (trazo horizontal) y en los cielos619 (trazo vertical). Cruz dolorosa en esta etapa de la Redención, pero Cruz victoriosa, que derrota al Maligno y a sus obras y, por tanto, Cruz gloriosa en la siguiente etapa de la historia de la Redención. ¡Cruz fiel!, árbol nobilísimo, según la liturgia del Viernes Santo. Árbol de Vida620 prefigurado ya en el Génesis en el centro del Paraíso. Árbol bueno621 que renueva cada día sus frutos buenos622 de Vida en la Misa. Árbol de la Vida623 que ve San Juan en la nueva Jerusalén gloriosa, que produce sus frutos cada mes624 y así será medicina para todas las naciones625 renovadas. La meditación y práctica de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, descubren que el día de Yahveh llama a una asociación especial con la tarea de Corredención que Dios tiene reservada para la Esposa del Cordero626. Esta verdad arroja luz sobre los especiales acontecimientos de la época y permite seguir el consejo del Señor: Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil627. Conocer los hondos sentimientos de Jesucristo en su prueba definitiva ayuda a copiarlos en nuestras vidas con la fidelidad con que lo hizo Nuestra Madre y superar todos los dolores porque el primer ¡Ay! ha pasado. Mira que detrás vienen todavía otros dos628. 617

Mateo 24, 21 Juan 12, 24 619 Colosenses 1, 20 620 Génesis 2, 9 621 Mateo 12, 33 622 Mateo 7, 17 623 Apocalipsis 22, 14 624 Apocalipsis 22, 2 625 Apocalipsis 22, 2 626 Apocalipsis 21, 9 627 Marcos 14, 38 628 Apocalipsis 9, 5 -12 618

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9.5. La sexta trompeta: las guerras incitadas por la Bestia del mar Tocó el sexto Ángel... Entonces oí una voz que salía de los cuatro cuernos del altar de oro que está delante de Dios; y decía al sexto Ángel que tenía la trompeta: «Suelta a los cuatro Ángeles atados junto al gran río Eufrates.»629 Se trata del río formado por uno de los cuatro brazos630 en que se dividía la corriente que nacía en el Edén y que sirvió a Dios para poner límite a la tierra prometida a Abram631 para sus descendientes. La región existente entre dos de ellos, el Tigris y el Eufrates, es Mesopotamia y allí se construyó Babilonia632, la ciudad en la tierra de Babel633. Después del diluvio, los hijos de Noé comenzaron a repoblar la tierra y todo el mundo era de un mismo lenguaje e idénticas palabras. En aquel empeño (...) hallaron una vega en el país de Senaar y allí se establecieron634. Era precisamente aquel territorio entre el Tigris y el Eufrates. Pero allí pronto volvió a surgir la soberbia del hombre y dijeron: «Ea, vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la cúspide en los cielos, y hagámonos famosos, por si nos desperdigamos por toda la haz de la tierra.»635. El fruto, de la incoherencia de actuar sin Dios, fue un nuevo deterioro para el género humano: confundamos su lenguaje, de modo que no entienda cada cual el de su prójimo. Y desde aquel punto los desperdigó Yahveh por toda la haz de la tierra, y dejaron de edificar la ciudad636. Unos mil seiscientos años más adelante, Dios se sirvió de aquella ciudad, flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea637, para someter durante 70 años al pueblo elegido a causa de sus continuas desobediencias. La cautividad en Babilonia supuso un hito en la memoria histórica del pueblo judío. La genealogía de Jesucristo, divide el tiempo del pueblo elegido en tres jalones separados entre sí por catorce generaciones638. El primero abarca unos 900 años desde Abraham hasta David, el siguiente unos 400 años hasta la deportación a Babilonia y el último, hasta Cristo, unos 600 años. 629

Apocalipsis 9, 13-14 Génesis 2, 10 631 Génesis 15, 18 632 II Reyes 2, 24 633 Jeremías 51, 29 634 Génesis 11, 1-2 635 Génesis 11, 4 636 Génesis 11, 7-8 637 Isaías 13, 19 638 Mateo 1, 17 630

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Por estas circunstancias, el simbolismo de Babilonia quedó como una ciudad de cautividad, suntuosa y plena de costumbres idolátricas con dioses de plata, de oro y de madera, que son llevados a hombros y que infunden temor a los gentiles639. En la historia del nuevo pueblo de Dios, análogamente aparece una Gran Babilonia640 teñida, como en el Antiguo Testamento, de sus mismas propiedades, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra641 que se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús642. A ambas ciudades les llega el momento de soltar a sus prisioneros. A la antigua en el año primero de Ciro, rey de Persia643. A la nueva, cuando ya sea inminente su destrucción, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas644. Además, a causa de su idolatría, a ambas ciudades les está reservado un castigo destructor. Babilonia, (...) será semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios. No será habitada jamás ni poblada en generaciones y generaciones, ni pondrá tienda allí el árabe, ni pastores apacentarán allí645. Y respecto a la moderna, también Dios se ha acordado de sus iniquidades646 Por eso, en un solo día llegarán sus plagas: peste, llanto y hambre, y será consumida por el fuego647. Sin embargo, parece que aún no ha ocurrido ninguna de estas dos destrucciones. La antigua Babilonia sufrió diversas conquistas tras el cautiverio de los judíos: primero los persas de Ciro y sucesivamente Alejandro el Magno, los persas sasánidas y los romanos de Trajano. Pero todos la mantuvieron como gran ciudad, foco cultural y de poder. Durante varios siglos, Babilonia no dejó de ser la ciudad más rica y el más importante centro comercial de Asia occidental. En el siglo VII después de JC, llegó la conquista de los musulmanes, que la integró dentro de la civilización árabe con el nombre de Bagdad y la trasladó a unos 100 kilómetros, siempre dentro de la tierra de Babel648. Más tarde invadieron Mesopotamia los turcos otomanos en el siglo XVI y los ingleses en la primera guerra mundial para desembocar en la actual Irak. Bagdad, continuación de Babilonia en la historia, nunca perdió su importancia como centro político y comercial. Por ello, aún no se puede decir que han salido de 639

Baruc 6, 3 Apocalipsis 14, 8 641 Apocalipsis 17, 5 642 Apocalipsis 17, 6 643 Esdras 1,1 644 Apocalipsis 18, 4 645 Isaías 13, 19-20 646 Apocalipsis 18, 5 647 Apocalipsis 18, 8 648 Jeremías 51, 29 640

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ella los árabes, ni por tanto que se haya cumplido la profecía de Isaías. Yo me alzaré contra ellos - oráculo de Yahveh Sebaot – y suprimiré en Babilonia el nombre y resto, hijos y nietos - oráculo de Yahveh649. En el caso de que sea correcta esta interpretación, solo queda preguntarse cuándo podría ocurrir la destrucción de ambas Babilonias. La respuesta obviamente es en algún momento del día de Yahveh, antes de que llegue el día del Señor. Antes de responder con más detalle, volvamos a la actuación que la antigua Babilonia promueve cuando suena la sexta trompeta. El toque suelta a los cuatro Ángeles atados junto al gran río Eufrates650, que liberan un temible ejército con una tropa de caballería de doscientos millones651. En aquella región se asienta desde hace siglos la religión musulmana por lo que se trata de tropas islámicas que probablemente actuarán bajo el exclusivo concepto musulmán de guerra santa: ganar la salvación personal por la violencia. Esto añade un punto de irracionalidad y ferocidad a las acciones de combate. En efecto, la guerra que se origina es la más importante de la historia pues acaba por matar a la tercera parte de los hombres652. El objetivo primordial de estas hordas es fácil pensar que sea el resto del mundo, en especial el cristiano. La magnitud de este ejército y el alcance de sus actividades llevan a pensar que estas acciones no son una casualidad histórica, sino que el enfrentamiento está sustentado por el Dragón infernal y apoyado por sus dos Bestias. Mardoqueo las vio en sueños como dos enormes dragones (...) prestos ambos al combate; que lanzaron un gran rugido, y a su voz todas las gentes se dispusieron a la guerra para luchar contra el pueblo de los justos653. La primera de ellas, la Bestia del mar tiene el estilo de perseguir a Dios mediante la fuerza. La segunda, la Bestia de la tierra, por el contrario, se opone a Dios inoculando el materialismo sincretista. Ambas promueven movimientos mundiales que culminan con la aparición del hombre impío654 y el Falso Profeta655. Ambos personajes son la quintaesencia de sus respectivos movimientos y los lideran hasta el punto de ser la encarnación personal de ambos estilos o vicios de la verdadera libertad de los hijos de Dios656: la tiranía de la fuerza y el permisivismo que todo lo disuelve.

649

Isaías 14, 22 Apocalipsis 9, 13-14 651 Apocalipsis 9, 15-16 652 Apocalipsis 9, 15-16 653 Ester 1, 1d-1k 654 II Tesalonicenses 2, 3 655 Apocalipsis 19, 20 656 Romanos 8, 21 650

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Lógicamente este primer ejército corresponde al estilo de la Bestia del mar que se parecía a un leopardo, con las patas como de oso, y las fauces como fauces de león657. Esta amalgama de animales feroces recuerda a la unión de países en los que en el último siglo se reprimió por la fuerza todo recuerdo de Dios. Para ello se instrumentaron gobiernos ateos y militaristas, que intentaron extenderse por todo el planeta. Al cabo de cierto tiempo una de sus cabezas, quizá la más significativa, parecía herida de muerte658 y la influencia del comunismo ateo disminuyó notablemente en todo el mundo. Sin embargo, el Apocalipsis asegura que algún tiempo más adelante su llaga mortal se le curó659. ¿Qué medicina utilizó para conseguirlo? El ejército del Eufrates que aparece en esta trompeta nos da la pista. El ungüento maravilloso fue cambiar su actitud atea por otra en que, sin dejar de usar la fuerza, proclama que él mismo es Dios660. Es un cambio de estrategia necesario para la aparición del Adversario que no es ateo sino la misma impostura religiosa, que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios661. Para hacer creíble un cambio de estrategia tan sorprendente usó como aliado al nuevo Balaam662 de la historia, un nuevo profeta del desierto que desde el siglo VII inocula el más activo de los venenos doctrinales, el error que define a la imagen de la Bestia del mar663, es decir al Anticristo. ¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo664. El Islam aparentemente tolera la existencia de Jesús, pero sólo lo soporta como un profeta más y, en consecuencia, niega su naturaleza divina y la Trinidad de Personas en Dios. Esa es exactamente la característica que define al Anticristo según San Juan. La alianza del comunismo con el Islam, es el paso estratégico más conveniente no sólo para acercarse al estilo religioso del Anticristo, sino para permitir al mismo tiempo a la Bestia hacer la guerra a los santos y vencerlos665, como cuando Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás666.

657

Apocalipsis 13, 2 Apocalipsis 13, 3 659 Apocalipsis 13, 3 660 II Tesalonicenses 2,4 661 II Tesalonicenses 2,4 662 Números 22, 12 663 Apocalipsis 13, 15 664 1 Juan 2, 22 665 Apocalipsis 13, 7 666 Apocalipsis 2, 13 658

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Pero se trata de una alianza circunstancial que intenta amalgamar dos elementos irreconciliables: una ideología atea con otra religiosa. Por tanto, la unión no puede durar mucho. En algún momento se partirá y quedará eliminada la ideología atea que no va con el Anticristo, ya que él busca proclamar que él mismo es Dios667. En otras palabras, el comunismo debe tener su fin después del breve restablecimiento que supondrá su coalición con el Islam. Su ocaso tras la derrota de sus ejércitos no significará la desaparición de la Bestia del mar, sino su ascenso final del Abismo, pero entonces ya camina hacia su destrucción668. El profeta Ezequiel nos ayuda a comprender cómo se producirá esta confederación comunismo - Islam y su posterior destrucción. Será al fin de los días; yo te haré venir entonces contra mi tierra para que las naciones me conozcan, cuando yo manifieste mi santidad a sus ojos, a costa tuya, Gog669. Gog es un país del extremo norte, que vendrás de tu lugar, tú y pueblos numerosos contigo, todos montados a caballo, enorme asamblea, ejército innumerable670. El ejercito todos bien equipados, (...) y diestros en el manejo de la espada671 se dirige más que hacia un país concreto, contra mi pueblo Israel672. Como en ocasiones anteriores, hay que recordar que la profecía habla en términos de reinos bíblicos y no de naciones actuales. Así pues, Israel hace referencia a las diez tribus del reino del Norte que la historia ha dado por perdidas pero que ya dijimos en otro lugar que se encuentran probablemente entre las actuales naciones cristianas. Por eso se indica que el temible ejército se dirige contra una tierra abierta673, en el centro de la tierra674, habitada por gente tranquila que habita en seguridad. Habitan todos en ciudades sin murallas, sin cerrojos ni puertas675. El motivo que pone en marcha la maquinaria de esta guerra no es para vengar una afrenta sino para saquear, y hacer botín676. Los pueblos que comercian con Tiro asentada a la entrada del mar677, Sabá, Dedán, los mercaderes de Tarsis y todos sus leoncillos te dirán: «¿A saquear has venido? ¿Para hacer botín has concentrado tu asamblea? ¿Para llevarte el oro y la plata, para apoderarte de ganados y haciendas, para hacer un

667

II Tesalonicenses 2,4 Apocalipsis 17, 8 669 Ezequiel 38, 16 670 Ezequiel 38, 15 671 Ezequiel 38, 3 672 Ezequiel 38, 16 673 Ezequiel 38, 11 674 Ezequiel 38, 12 675 Ezequiel 38, 11 676 Ezequiel 38, 12 677 Ezequiel 27, 3 668

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gran botín?»678. En otra ocasión anterior ya hemos visto que Tarsis se corresponde con la actual península Ibérica. En el siguiente capítulo daremos más detalles. Del mismo modo, la nueva Tiro se correlaciona con la tierra de mercaderes marítimos que dan origen a la Gran Ciudad, con cuya opulencia se enriquecieron cuantos tenían las naves en el mar679. Sobre estos nuevos retoños de pueblos antiguos tú subirás, avanzarás como un huracán, como un nubarrón que cubrirá la tierra, tú y todas tus huestes, y los numerosos pueblos que están contigo680. Pero ante estos perversos planes681, estallará mi furor. En mi cólera, en mis celos, en el ardor de mi furia lo digo: Sí, aquel día habrá un gran terremoto en el suelo de Israel. Temblarán entonces ante mí los peces del mar y los pájaros del cielo, las bestias del campo y todos los reptiles que serpean por el suelo, y todos los hombres de sobre la haz de la tierra. Se desplomarán los montes, caerán las rocas, todas las murallas caerán por tierra682. Estos hechos recuerdan a la catástrofe astronómica que provoca el gran terremoto del sexto sello. Es como si los elementos interrumpieran la invasión a la inversa del nuevo Napoleón y entonces convocaré contra él toda clase de terrores, oráculo del Señor Yahveh. Volverán la espada unos contra otros. Le castigaré con la peste y la sangre, haré caer una lluvia torrencial, granizos, fuego y azufre, sobre él, sobre sus huestes y sobre los numerosos pueblos que van con él683. En el toque de la primera trompeta, también hubo pedrisco y fuego mezclado con sangre684, por lo que podría coincidir con el momento de esta derrota. La posibilidad de victoria que significarán los hechos extraordinarios de la naturaleza, entendidos como ayuda extraordinaria de Dios, cambiará la moral de los naciones invadidas inicialmente y como enardecidos los habitantes de las ciudades de Israel saldrán a quemar y a entregar a las llamas las armas, pavesas y escudos, arcos y flechas, mazas y lanzas685. Los que iban a ser desvalijados, saquearán a sus saqueadores y harán botín de sus depredadores, oráculo del Señor Yahveh686. De los restos del temible ejército harán fuego (...) durante siete años. No irán ya a buscar leña en el campo, ni la recogerán en el bosque, porque harán el fuego con las

678

Ezequiel 38, 13 Apocalipsis 18, 19 680 Ezequiel 38, 9 681 Ezequiel 38, 10 682 Ezequiel 38, 18-20 683 Ezequiel 38, 21-22 684 Apocalipsis 8,7 685 Ezequiel 39, 9 686 Ezequiel 39, 10 679

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armas687. Incluso el lugar de la derrota queda desvelado: en los montes de Israel caerás tú, tus huestes y los pueblos que van contigo688. En definitiva, a través de esta derrota la Bestia del mar pierde al aliado comunista y se refugia en el Islam. Más adelante recuperará su fuerza en el momento del toque de la sexta trompeta en que fue exterminada la tercera parte de los hombres por estas tres plagas: por el fuego, el humo y el azufre que salían de sus bocas. Porque el poder de los caballos está en su boca y en sus colas; pues sus colas, semejantes a serpientes, tienen cabezas y con ellas causan daño689. La mortandad producida por esta nueva y última gran guerra indica que estamos cerca del momento final del día de Yahveh cuyo resultado final es que dos tercios serán exterminados690. Por tanto, al menos hay que distinguir dos guerras importantes en el día de Yahveh de magnitud creciente. Ocurre igual con otros muchos fenómenos que se repiten en el día de Yahveh. Por ejemplo, los daños de la segunda trompeta y de la segunda copa son en el mar, pero en la primera la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Pereció la tercera parte de las criaturas del mar que tienen vida691 y en la segunda copa el daño aumenta y el mar (...) se convirtió en sangre como de muerto, y toda alma viviente murió en el mar692. La tercera trompeta afecta a la tercera parte de los ríos y sobre las manantiales de agua693, mientras que la tercera copa cae sobre los ríos y sobre los manantiales de agua694 sin limitaciones. Análogamente ocurre con los daños al sol que trae la cuarta trompeta695 y la cuarta copa696. Detrás de este modo de actuar se ve la misericordia de Dios porque como Padre que es de todos les concedías, con un castigo gradual, una ocasión de arrepentirse; aun sabiendo que era su natural perverso, su malicia innata, y que jamás cambiaría su manera de pensar697. Inicialmente la estrategia no fructifica pues los demás hombres, (...) no se convirtieron de las obras de sus manos; no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni caminar. No se convirtieron de sus asesinatos ni de sus hechicerías ni de sus fornicaciones ni de sus rapiñas698. 687

Ezequiel 39, 10 Ezequiel 39, 3-5 689 Apocalipsis 9, 17-18 690 Zacarías 13, 8 691 Apocalipsis 8, 8-9 692 Apocalipsis 16, 3 693 Apocalipsis 8, 11 694 Apocalipsis 16, 4 695 Apocalipsis 8, 12 696 Apocalipsis 16, 8 697 Sabiduría 12, 10 698 Apocalipsis 9, 19-21 688

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9.6. Un contrapeso a tanto mal Las circunstancias del comienzo del día de Yahveh son objetivamente calamitosas, hasta el punto de que puede preguntarse si, dentro de las dificultades, permanecerá algún vestigio visible de esperanza. Hasta aquí solo se ha descrito el comienzo de ese difícil periodo y sabemos que todavía quedan por vivir otras difíciles circunstancias naturales, guerras y la misma aparición del Anticristo. El camino empieza a ser muy empinado y, aunque ciertamente merecido, sorprende un abandono tan absoluto de Dios respecto a la humanidad. Dios, en las más difíciles circunstancias de la historia ha guardado siempre un resto para reconstruir la situación. Y como predijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos dejara un resto, como Sodoma hubiéramos venido a ser, y semejantes a Gomorra699. Para indagar sobre este aliento de aire fresco debemos recordar que al final del día de Yahveh Dios reunirá a Jacob todo entero700, de la división que sufrió en tiempos de Roboam hijo del rey Salomón, y desde entonces Israel está en desobediencia contra la casa de David hasta el día de hoy701. Pero sabemos que esta situación cambiará y vendrá de Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades702. Aquel día volverá el Señor a mostrar su mano para recobrar el resto de su pueblo que haya quedado de Asur y de Egipto, de Patrós, de Kus, de Elam, de Senaar, de Jamat y de las islas del mar. Izará bandera a los gentiles, reunirá a los dispersos de Israel, y a los desperdigados de Judá agrupará de los cuatro puntos cardinales703. Esto quiere decir que entonces aparecerán las diez tribus del Reino del Norte de las que se ha perdido su memoria histórica. Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo recojo a los hijos de Israel de entre las naciones a las que marcharon. Los congregaré de todas partes para conducirlos a su suelo. Haré de ellos una sola nación en esta tierra, en los montes de Israel, y un solo rey será el rey de todos ellos; no volverán a formar dos naciones, ni volverán a estar divididos en dos reinos704. Sin embargo, para entonces, espiritualmente el todo Jacob estará en situación de Resto de Israel. Dios siempre ejecuta sus planes de salvación a través de personas escogidas. Abraham705, Moisés706, David707, y Jesucristo708 el Verbo 699

Romanos 9, 29 Miqueas 2, 12 701 II Crónicas 10, 19 702 Romanos 11, 25-27 703 Isaías 11, 11-12 704 Ezequiel 37, 21-22 705 Génesis 17, 15 706 Éxodo 3, 11 707 1 Samuel 16, 13 708 Hebreos 10, 10 700

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encarnado son ejemplos de este proceder. La mentalidad democrática de nuestros tiempos no comprende fácilmente que los modos de actuar Dios en la historia son jerárquicos y no fruto de una decisión entre iguales. Así la vida y los seres creados no dependen de sí mismos sino del Señor de la misericordia, que hiciste el universo con tu palabra709. Entre todas las especies creadas con vida Dios hizo una sobre todas las demás y con tu Sabiduría formaste al hombre para que dominase sobre los seres por ti creados710. A su vez, entre todos los seres creados Jesucristo es Primogénito de toda la creación711. Los hombres en particular provienen de un primer y único Adán del que pensó luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada»712. El resultado fue la primera mujer cuyo nombre da de nuevo idea de jerarquía y dependencia. El hombre llamó a su mujer «Eva», por ser ella la madre de todos los vivientes713. Cuando Dios promulgó su ley universal que ya estaba impresa en el corazón de los hombres mandó respetar esta dependencia natural: honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra714. Para el gobierno de su pueblo elegido siempre Dios eligió patriarcas, caudillos, jueces o reyes. Para organizar y gobernar la Iglesia, Jesús eligió a Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia715 . Cuando nos enseñaba a orar, la petición era venga tu Reino716 y siempre que predicaba o enviaba a predicar hablaba del reino de los Cielos717. Para la importante misión histórica de reunir a Jacob también está anunciada la aparición de una persona escogida. Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una718. Pero quizá porque ahora hay que recoger a los hijos de Israel de entre las naciones a las que marcharon719, la misión de ese personaje excede los límites del pueblo escogido. Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra720. Es decir su misión incluye la reunión de las tribus de Jacob pero abarca también ser guía para llevar a la salvación al mundo entero. 709

Sabiduría 9, 1 Sabiduría 9, 2 711 Colosenses 1, 15 712 Génesis 2, 18 713 Génesis 3, 20 714 Éxodo 20, 12 715 Mateo 16,18 716 Mateo 6, 10 717 Mateo 3, 2; 10, 7 718 Isaías 49, 5 719 Ezequiel 37, 21-22 720 Isaías 49, 6 710

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En este nuevo Éxodo en el que el pueblo de Dios es liberado de la esclavitud global a través de los procelosos acontecimientos del día de Yahveh y que desembocarán en una tierra nueva, es lógico que exista un nuevo Moisés721 que guíe los pasos del pueblo por el desierto y paralelamente un nuevo Aarón722 a su lado como Sumo Sacerdote. La relación en el pasado entre ambas misiones fue muy estrecha según el mandato de Dios: Tu le hablarás y pondrás las palabras en su boca; yo estaré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer723. Pero a diferencia de los tiempos del Éxodo ahora ambos personajes pasarán no solo por el desierto sino que también entrarán en la Tierra prometida, en la época del día del Señor porque finalmente todos los reyes se postrarán ante él, le servirán todas las naciones724. La condición desde la que esta persona realizará su misión histórica será la de rey. Así, de este modo llegará el tiempo de cumplirse la petición del Padrenuestro venga tu Reino725 que el Apocalipsis ve cumplida al final del día de Yahveh: reinarán con él mil años726. Como atributo de su realeza la Sagrada Escritura cita un cetro de hierro727. El objeto en su mano es bastón de mando728, pero también es báculo729 en el que apoyarse. También a Moisés, Dios le dio para su misión un cayado730 propio de pastor porque con él has de hacer las señales731. En las tres primeras plagas de Egipto en realidad lo usó Aarón, pero después fue siempre Moisés. A su señal llegaban las plagas, se dividió el mar para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto732, sacó de una peña en el desierto agua para que beba el pueblo733 y orando con él en la cumbre de un monte Josué derrotó a Amalec y a su pueblo a filo de espada734. Las profecías sobre este rey comienzan en la misma bendición de Jacob a los doce patriarcas antes de morir. No se irá de Judá el báculo, el bastón de mando de entre tus piernas. hasta tanto que se le traiga el 721

Éxodo 2, 10 Éxodo 4, 14 723 Éxodo 4, 15 724 Salmo 72, 11 725 Mateo 6, 10 726 Apocalipsis 20, 6 727 Salmo 2, 9 y Apocalipsis 12, 5 728 Génesis 49, 10 729 Génesis 49, 10 730 Éxodo 4, 17 731 Éxodo 4, 17 732 Éxodo 14, 16 733 Éxodo 17, 6 734 Éxodo 17, 13 722

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tributo y a quien rindan homenaje las naciones735. Mas tarde, Balaam es llamado para maldecir a los israelitas pero no puede y profetiza: lo veo, aunque no para ahora, lo diviso, pero no de cerca: de Jacob avanza una estrella, un cetro surge de Israel736. Unos siglos más adelante, Dios asegura a David que tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí; tu trono estará firme, eternamente737. Y el profeta Isaías, cuatro siglos después de desaparecer el esplendor de Salomón, ve un día en que la raíz de Jesé estará enhiesta para estandarte de pueblos, las gentes la buscarán, y su morada será gloriosa738. Ciertamente será descendiente del rey David, pues el Señor no renuncia jamás a su misericordia, no deja que se pierdan sus palabras ni que se borre la descendencia de su elegido, el linaje de quien le amó no extirpa. Por eso dio a Jacob un resto, y un brote a David salido de él739. Todas estas profecías, aunque se aplican ciertamente a Jesucristo, no puede decirse que hablan literalmente de su primera venida pues lo verán reyes y se pondrán en pie, príncipes y se postrarán por respeto a Yahveh, que es leal, al Santo de Israel, que te ha elegido740. Por tanto, podría tratarse de un rey posterior a la primera venida de nuestro Señor, vicario en el ámbito del ordenamiento social de la plena potestad regia de Jesucristo, lo mismo que el Papa es Su vicario en el ámbito del ordenamiento espiritual de Su plena potestad sacerdotal. El momento de su aparición lo hace coincidir el Salmista con tiempos en que se agitan las naciones, y los pueblos mascullan planes vanos y se yerguen los reyes de la tierra, los caudillos conspiran aliados contra Yahveh y contra su Ungido741. Por tanto son tiempos en los que ya la doctrina del Ungido742 con mayúscula, es decir Jesucristo, está presente y se ha difundido por el mundo. Contra ella y contra Yahveh atacan los reyes de la tierra743. En esos tiempos va a aparecer un rey con cetro de hierro744 que va a romper esas coyundas745 y sacudir el yugo746 de los poderes terrenales conjurados: los quebrantarás, los quebrarás como vaso de alfarero747. El plan de Dios ha preparado y consagrado a mi rey, (...) mi hijo, (...) engendrado hoy748 al que daré en herencia las naciones, en propiedad los 735

Génesis 49, 10 Números 24, 15-19 737 II Samuel 7, 16 738 Isaías 11, 11 739 Eclesiástico 47, 22 740 Isaías 49, 7 741 Salmo 2, 1-2 742 Salmo 2, 2 743 Salmo 2, 1 744 Salmo 2, 9 745 Salmo 2, 3 746 Salmo 2, 3 747 Salmo 2, 9 748 Salmo 2, 6-7 736

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confines de la tierra749. Serán días en que Yahveh a la vez que se sonríe y se burla de ellos750, les enseña su cólera y en su furor los aterra751. La situación claramente apunta hacia el día de Yahveh y coincide con un nacimiento que narra el Apocalipsis cuando una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz (...) y dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro752. La aparición de este rey fuerte se trata de una gracia especialmente obtenida por mediación de la Virgen, pero con dolor espiritual, es decir, complementario y diferente de la maternidad divina de Jesucristo, que nos obtuvo sin padecer dolor físico. Esta mediación de la Mujer vuelve a aparecer en la historia ahora que la misión del Hijo varón incluye no sólo el triunfo externo sino también que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra753. Además del momento, la Sagrada Escritura también da pistas sobre el lugar desde el que vendrá este personaje. El profeta Isaías habla claramente de Tarsis pues que los barcos se juntan para mí, los navíos de Tarsis en cabeza, para traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro, por el nombre de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel, que te hermosea754. Como en el caso de nuestro Señor, puede que a algunos les extrañe este lugar de origen y digan como los fariseos: ¿También tú eres de Galilea? Indaga y verás que de Galilea no sale ningún profeta755. En realidad su nacimiento fue en Belén756, en la ciudad de David757, pero Dios quiso que viviera en Galilea y fuera llamado nazareno758. Paralelamente ahora Tarsis puede ser el lugar de vida y su origen estar en otro que así permita entroncar con David a través de una de las muchas estirpes reales europeas que descienden de él, como la francesa, española o portuguesa. Tarsis aparece en la Sagrada Escritura como nombre de persona, hijo de Jafet, y como un lugar de abundancia con oro, plata, marfil, monos y pavos reales759. Salomón en su esplendor tenía naves que navegaban a Tarsis con los siervos de Juram, y cada tres años venía la flota de Tarsis 749

Salmo 2, 8 Salmo 2 4 751 Salmo 2, 5 752 Apocalipsis 12, 5 753 Isaías 49, 6 754 Isaías 60, 9 755 Juan 7, 52 756 Mateo 2, 1 757 Lucas 2, 4 758 Mateo 2, 23 759 1 Reyes 10, 22 750

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trayendo oro y plata, marfil, monos y pavos reales760. Durante más de cuatro siglos, desde el siglo X a.C. hasta Ezequiel en el siglo VI a.C. aparece el nombre de esta ciudad en los textos sagrados. Se trata de un puerto de mar lejano ligado al comercio, especialmente a través de Tiro en la costa fenicia: plata, hierro, estaño y plomo daba por tus mercancías761. La mayoría de los historiadores ligan este puerto a la civilización de Tartessos, en el sur de la Península Ibérica y más concretamente en alguna de las dos desembocaduras que entonces tenía el río Guadalquivir y que probablemente, como profetizó Isaías, desapareció por alguna catástrofe o por la conquista cartaginesa: cultiva tu tierra, hija de Tarsis: no hay puerto ya762. Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza763. Sin embargo otras ciudades de aquel reino como Gades (Cádiz) y Huelva, perduraron. El hecho de mencionar el estaño, tan necesario para el cobre, hizo pensar que podía estar situado en las islas Británicas, pero en la Península existe este mineral junto con el plomo. Entre otras, las minas de Río Tinto comenzaron a explotarse en el siglo IX a.C y se sabe que los Celtas de Galicia comerciaban con estos minerales en el siglo VI a.C. con los fenicios a través de Gades. Asimismo, también hoy todavía existen monos en Gibraltar. En definitiva, Tarsis señala a la Península Ibérica como lugar en el que surgirá ese caudillo y legislador de las naciones764. Si seguimos una vez más el paralelismo propuesto por San Pablo de estos tiempos con los del Éxodo, Tarsis sería ahora el lugar equivalente a Gosén765 entonces. Esto tiene su importancia ya que durante las plagas de Egipto, esa zona en la que vivían los israelitas desde que llegaron a Egipto, quedó inmune de sus efectos, a fin de que sepas que yo soy Yahveh en medio de la tierra766. Del mismo modo puede esperarse aquí en el día de Yahveh una mitigación o ausencia de los dolores que las plagas y catástrofes producirán en el resto del mundo. Para ello también es necesario que la aparición de este rey y los primeros acontecimientos del día de Yahveh produzcan en Tarsis una conversión de los corazones que justificaría esta actitud de Dios, porque el Señor sabe librar de las pruebas a los piadosos y guardar a los impíos para castigarles en el día del Juicio767. Estas condiciones harán posible que sea en este nuevo Gosén donde se refugie en

760

II Crónicas 9, 21 Ezequiel 27, 12 762 Isaías 23, 10 763 Isaías 23, 14 764 Isaías 55, 4 765 Génesis 47, 27 766 Éxodo 8, 18 767 2 Pedro 2, 9 761

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sus últimos días el Pastor herido. Y también es probable que sea ahí donde aparezca, cuando Dios quiera, el nuevo Pastor bueno cuya figura fue Aarón. El modo en que ejercerá su gobierno este rey tiene doble connotación. De una parte la fuerza con que vencerá a todos los enemigos de Dios, especialmente al Anticristo, en la primera parte de su reinado. Ante él se doblará la Bestia, sus enemigos morderán el polvo (...) todos los reyes se postrarán ante él, le servirán todas las naciones768. Sus empresas se contarán por victorias, quienquiera que te ataque, contra ti se estrellará769. Ningún arma forjada contra ti tendrá éxito, e impugnarás a toda lengua que se levante a juicio contigo770. Temerán desde Occidente el nombre de Yahveh y desde el Oriente verán su gloria, pues vendrá como un torrente encajonado contra el que irrumpe con fuerza el soplo de Yahveh771. Dominará de mar a mar, desde el Río hasta los confines de la tierra772. Entre esas victorias guerreras la primera será la que tendrá contra la invasión de Gog773 y pueblos numerosos774 contra mi pueblo Israel775 que anuncia la profecía de Ezequiel y que comentamos en el apartado anterior. Allí en los montes de Israel776, de este Israel reino del Norte oculto y reaparecido en la historia en las viejas naciones cristianas, el nuevo caudillo777 será el que trabará una batalla tras un gran terremoto778 y caerás tú, tus huestes y los pueblos que van contigo779. Asimismo, años después tras otras batallas, se dará la batalla final del día de Yahveh, la gran batalla del Gran Día del Dios Todopoderoso780 en el lugar llamado en hebreo Harmaguedón781, que será ganada por los reyes del oriente782. Para entonces, el nuevo oriente de Tierra Santa, tras el vuelco de la Tierra producido en el sexto sello, estará en el Occidente actual, es decir donde aún está Tarsis. Así también se entiende que el profeta Isaías, identifique Tarsis con el oriente, cuando debería ser al contrario. ¿Quién ha suscitado de Oriente a 768

Salmo 72, 6-10 Isaías 54, 15 770 Isaías 54, 17 771 Isaías 59, 19 772 Salmo 72, 6-10 773 Ezequiel 38, 16 774 Ezequiel 38, 15 775 Ezequiel 38, 16 776 Ezequiel 39, 4 777 Isaías 55, 4 778 Ezequiel 38, 18-20 779 Ezequiel 39, 3-5 780 Apocalipsis 16, 14 781 Apocalipsis 16, 16 782 Apocalipsis 16, 12 769

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aquel a quien la justicia sale al paso? ¿Quién le entrega las naciones, y a los reyes abaja? Conviértelos en polvo su espada, en paja dispersa su arco783. En la dirección del nuevo oriente es la en que están situadas las naciones cristianas. De esa dirección ve el profeta venir a reunirse las tribus dispersas del reino del Norte que la historia ocultó. Mira hacia Oriente, Jerusalén, y ve la alegría que te viene de Dios. Mira, llegan tus hijos, a los que despediste, vuelven reunidos desde oriente a occidente, a la voz del Santo, alegres de la gloria de Dios784 El arma más poderosa de las que empuñará este rey victorioso no será una nueva bomba destructiva, sino una espada afilada que de su boca sale para herir con ella a los paganos785 Así cuando la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta (...) los demás fueron exterminados por la espada que sale de la boca del que monta el caballo786. Detrás de esta espada está un modo especial de convencer a los hombres. Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón787. El corazón es lo que está alterado en la mayoría de los hombres de las cercanías del día de Yahveh. El corazón es donde nace el reino porque el reino de Dios está dentro de vosotros788. Con su espada mostrará primeramente al mundo el profundo engaño en que quiso hacernos caer el Anticristo. Es el triple engaño que el diablo planteó a Jesucristo en el desierto. Pan gratis, admiración por el espectáculo y dominio sobre el mundo. De nuevo su espada recordará a la humanidad que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios789, que no tentarás al Señor tu Dios790, y que al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto791. Se comprende que el mejor modo de aniquilar al Anticristo no sea mediante un proyectil sino que de su boca sale una espada afilada792 es decir, palabras que hieran su soberbia. Su tremendo orgullo no podrá resistir el ¡serviam! pronunciado libremente y al Señor tu Dios adorarás793.. Su 783

Isaías 41, 1-2 Baruc 4, 36-37 785 Apocalipsis 19, 15 786 Apocalipsis 19, 20-21 787 Hebreos 4, 12 788 Lucas 17, 21 789 Mateo 4, 4 790 Mateo 4, 7 791 Mateo 4, 10 792 Apocalipsis 19, 15 793 Mateo 4, 10 784

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destrucción se consigue por su propia incapacidad para soportar la adoración al verdadero Dios. Como su padre, el Diablo, en su pecado encontrará su castigo o como dice el libro de la Sabiduría: por donde uno peca, por allí es castigado794. Además, la espada del rey tendrá otros tres objetivos. El primero la defensa de la Eucaristía, en su doble aspecto de presencia real y renovación del sacrificio de Jesucristo, principal objetivo de la acción del Anticristo. Consecuentemente hará valorar la cruz como medio de corredención y así enseñará a dar sentido a los abundantes sufrimientos del día de Yahveh. Por último mostrará la esperanza que aguarda al mundo tras ese momento difícil de la historia: la nueva Jerusalén. En definitiva, como guerrero de Dios su principal espada será la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios795 con la que hará una vibrante exposición del amor de Dios Padre que nos vino a mostrar Jesucristo, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos796. Tras la victoria sobre el Anticristo, habrá dilatada paz hasta que no haya luna;(...) todos los reyes se postrarán ante él, le servirán todas las naciones797. Aquel día la raíz de Jesé estará enhiesta para estandarte de pueblos, las gentes la buscarán, y su morada será gloriosa798. Lo verán reyes y se pondrán en pie, príncipes y se postrarán por respeto a Yahveh, que es leal, al Santo de Israel, que te ha elegido799. Vendrán a ti de lejos pueblos numerosos, y los habitantes del confín del mundo, al Nombre del Señor, tu Dios, llevando en sus manos los obsequios para el Rey del Cielo800. Y salió una voz del trono, que decía: «Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos y los que le teméis, pequeños y grandes.» Y oí el ruido de muchedumbre inmensa y como el ruido de grandes aguas y como el fragor de fuertes truenos. Y decían: «¡Aleluya! Porque ha establecido su reinado el Señor, nuestro Dios Todopoderoso801. Su reinado trascenderá la primera época de campañas militares. Vencido el Anticristo, él será legislador de las naciones802. Bajo su reinado se enderezará la moral para que se cumpla el deseo de nuestro Señor: si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor803. Asimismo se 794

Sabiduría 11, 16 Efesios 6, 17 796 Juan 17, 26 797 Salmo 72, 6-10 798 Isaías 11, 10 799 Isaías 49, 7 800 Tobías 13, 11 801 Apocalipsis 19, 5-7 802 Isaías 55, 3 803 Juan 15, 13 795

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enseñará la recta doctrina sin tergiversaciones y sin temores pues a sus enemigos es el amor de la verdad (lo) que les hubiera salvado804. Por tanto, no es de extrañar que una característica de su reinado sea que florecerá la justicia805. En sentido bíblico la justicia no solo indica un orden legal justo sino que tiene la connotación de santidad. Sus leyes reestablecerán lo que la soberbia del hombre restó a Dios a través de las leyes de las naciones. En su persona se cumplirá que el deseo de la Sabiduría conduce a la realeza. Si, pues, gustáis de tronos y cetros, soberanos de los pueblos, apreciad la Sabiduría para reinéis eternamente806. Sus leyes además de justas serán santas y sabias, fruto de su personal unión con Dios. Por eso pedí y se me concedió la prudencia; supliqué y me vino el espíritu de Sabiduría. Y la preferí a cetros y tronos y en nada tuve a la riqueza en comparación de ella807. En consecuencia, como a Salomón en su momento, con ella me vinieron a la vez todos los bienes, y riquezas incalculables en sus manos808. Los que estén bajo el influjo de este personaje comenzarán a paladear con antelación en el día de Yahveh los beneficios de la nueva Jerusalén que baja del cielo809, que es la meta de su reinado. Desde el comienzo, su Sabiduría, espejo sin mancha de la actividad de Dios e imagen de su bondad810, se proyecta hacia la ya cercana nueva Jerusalén, ciudad maravillosa cuyo material es de oro puro semejante al vidrio puro811, en la que mana el río de agua de Vida, brillante como el cristal812, y en la que noche ya no habrá (...) porque el Señor Dios los alumbrará813 con su luz eterna814. Los que vivan a su lado comenzarán a experimentar anticipadamente que Dios enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas815. Finalmente, los beneficios serán para todos los supervivientes del día de Yahveh y reposará la verdadera alegría en la nueva tierra816. Su misión habrá permitido la llegada de las bodas del 804

II Tesalonicenses 2, 10 Salmo 72, 6 806 Sabiduría 6, 20-21 807 Sabiduría 7, 7-8 808 Sabiduría 7, 11 809 Apocalipsis 3, 12 810 Sabiduría 7, 26 811 Apocalipsis 21, 18 812 Apocalipsis 22, 1 813 Apocalipsis 22 814 Sabiduría 7, 26 815 Apocalipsis 21, 4 816 Isaías 66, 22 805

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Cordero, y su Esposa817. En resumen, la dignidad y majestad de este personaje nos hace llegar a pensar que pudiera ser aquel ante el que San Juan se equivoca en el Apocalipsis. Entonces me postré a sus pies para adorarle, pero él me dice: «No, cuidado; yo soy un siervo como tú y como tus hermanos que mantienen el testimonio de Jesús. A Dios tienes que adorar.» El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía818.

817 818

Apocalipsis 19, 8 Apocalipsis 19, 10

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10. Un primer encuadre cronológico Como colofón de estos primeros capítulos y aunque parezca prematuro, creo oportuno hacer un primer intento de ordenar cronológicamente la abundancia de hechos considerados hasta aquí. Al situar en el tiempo el conjunto de fenómenos de los capítulos anteriores se tiene un primer molde aún flexible en el que encajar nuevos hechos que aparecerán más adelante y ayudar así a interpretarlos. Por otra parte, la cronología no es un calendario, es decir no indica fechas concretas para los hechos sino la sucesión y duración aproximada. Así por ejemplo, el fuego de una hoguera no puede darse antes de estar la leña preparada. Y una vez encendido podremos aventurar cierta duración de la lumbre si sabemos el tipo de leña, grado de humedad y la fuerza del viento. A la cronología le falta precisar los intervalos entre ciertos sucesos y afinar la duración de ciertos eventos para ser un calendario. Por tanto la cronología no pretende señalar aquel día y hora, del que nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre819. La cronología del cumplimiento de las señales profetizadas es ordenar temporalmente y en la medida de lo posible, para que al ver una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: "Va a llover", y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: "Viene bochorno", y así sucede820. La perspectiva temporal es útil para complementar el entendimiento de los procesos porque de la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca821. Antes de comenzar conviene precisar la distinción entre día de Yahveh en sentido simbólico o amplio y en sentido literal o estricto. El primero admite muchas acepciones temporales, pues se trata de aplicar el simbolismo de lucha entre el bien y el mal en la historia a un periodo concreto, con mayor o menor encaje. Así por ejemplo es perfectamente válida y admitida por muchos exegetas la interpretación de que los tiempos de cumplimiento del Apocalipsis están relacionados con la caída del imperio Romano, como lo sustenta San Agustín, o con los tiempos de la Revolución Francesa. Una de estas interpretaciones simbólicas más reciente toma el comienzo de este periodo del día de Yahveh en un periodo que comenzaría 819

Mateo 24, 36 Lucas 12, 54-56 821 Mateo 24, 32-33 820

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en el año 1917, por la coincidencia en este año de tres acontecimientos singulares, de importancia capital para la preparación del cambio de época. El primero es la declaración Balfour, emitida por el gobierno británico, que reconoce a los judíos el derecho a crear un hogar nacional en su tierra de origen y más adelante servirá para la creación del actual estado de Israel. Así se cumple la profecía de nuestro Señor de que los judíos serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles822. La segunda son las apariciones de la Virgen en Fátima a tres pastorcillos recordando al mundo algo tan bíblico como la importancia de la oración y del cumplimiento de los mandatos de Dios para evitar los castigos divinos personales y sociales. Mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no me quiso obedecer; yo les abandoné a la dureza de su corazón, para que caminaran según sus designios. ¡Ah!, si mi pueblo me escuchara, si Israel mis caminos siguiera, al punto yo abatiría a sus enemigos, contra sus adversarios mi mano volvería. (,,,) y a él lo sustentaría con la flor del trigo, lo saciaría con la miel de la peña823. Por último, en ese año se produce la revolución bolchevique en Rusia y con ella la instauración visible del estilo de la Bestia del mar: combatir a Dios por la fuerza. Pero la cronología a la que ahora quiero ceñirme, y que sin duda existirá, es la relativa al día de Yahveh en sentido estricto, es decir la que supone un cumplimiento literal de la profecía del Apocalipsis. Esta se inicia con los acontecimientos del sexto sello824, que al verlos todos los hombres afirman que ha llegado el Gran Día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse?825; y finaliza el día en que Nuestro Señor venga como ladrón826 para realizar el juicio de las naciones827, con el que se da paso al día del Señor y que es distinto del juicio final cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad828. La duración total del periodo se construye a partir de la profecía de Daniel sobre el tiempo que mantendrá su hegemonía el Anticristo que concertará con muchos una firme alianza (durante) una semana829. Como luego veremos, esto no significa que la duración del día de Yahveh sea igual a la del Anticristo, sino que al menos será la que dura la aparición de este 822

Lucas 21, 24 Salmo 81, 12-17 824 Apocalipsis 6, 12 825 Apocalipsis 6, 17 826 Apocalipsis 16, 15 827 Joel 4, 2; Mateo 12, 18 828 1 Corintios 15, 24 829 Daniel 9, 27 823

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personaje. Sobre la interpretación de la duración de esta semana, hay que tomar ciertas precauciones y apoyarse en otros textos que hablan de la duración de este periodo. Por ejemplo, Nuestro Señor se refiere a este periodo diciendo que dentro de él ocurrirá la abominación de la desolación predicha por el profeta Daniel830, en el Lugar Santo831. El momento en que se dará este hecho abominable es la mitad del periodo del propio Anticristo, ya que en media semana hará cesar el sacrificio y la oblación, y en el ala del Templo estará la abominación de la desolación832. También el Apocalipsis da pistas, pues la media semana la equipara a 1.260 días833 y a 42 meses834 que son 3 años y medio. Así dice que a la Bestia se le dio poder de actuar durante 42 meses835 y también que la Bestia persiguió a la mujer y ésta huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada 1.260 días836. Por tanto, tiene sentido pensar que la duración real de la semana completa se mida en años y así pensar que el Anticristo actuará durante 7 años. Pero esa no es toda la duración del día de Yahveh, porque su precursor, el falso profeta, requiere también un tiempo antes del propio Anticristo para prepararle el camino. Éste inicia su andadura cuando subió del pozo una humareda como la de un horno grande, y el sol y el aire se oscurecieron837, es decir en el entorno de la apertura del sexto sello en que también el sol se puso negro838. Ese cierto tiempo adicional, que el falso profeta necesita para terminar de preparar el camino del Anticristo y seducir a los habitantes de la tierra con las señales que le ha sido concedido obrar al servicio de la Bestia839, también forma parte del día de Yahveh en sentido estricto. En conclusión, el tiempo total del día de Yahveh es la suma de el tiempo de preparación del escenario en solitario del Anticristo por el falso profeta más otros siete años de actividad conjunta. Sea cual fuere la suma de ambas cifras en los designios eternos de Dios Padre, sabemos que por su Misericordia el periodo inicialmente previsto se acortará porque si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días840. En el cronograma adjunto, he supuesto sobre estas bases y sin otro fundamento ni finalidad distinta que la de tener una escala visible de dibujo, que el periodo dura unos 10 años. No debe 830

Mateo 24,15; Marcos 13, 14. Mateo 24,15; Marcos 13, 14. 832 Daniel 9, 27 833 Apocalipsis 12, 6 834 Apocalipsis 13, 4 835 Apocalipsis 13, 4 836 Apocalipsis 12, 6 837 Apocalipsis 9, 2 838 Apocalipsis 6, 12 839 Apocalipsis 13, 14 840 Mateo 24, 22 831

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dársele más valor a este número que estar dentro de lo admisible por la indeterminación en las hipótesis anteriores. Un modo de colocar los sucesos cronológicamente es dividir el tiempo del día de Yahveh en tres etapas: comienzo, intermedio y terminación. A la primera corresponderían los hechos en el entorno temporal del sexto sello, mientras que a la última, los acontecimientos cercanos al desenlace y juicio de las naciones. Los restantes, de momento los asignamos al periodo que denomino genéricamente como intermedio. Respecto al periodo inicial, sorprende la cantidad de acontecimientos ligados al entorno del sexto sello. Acabamos de mencionar que el ascenso del falso profeta coincide con esos momentos. Consecuentemente también quedaría ligado a ese tiempo el desenlace del complot para herir al Pastor841 bueno. Asimismo, durante el terremoto universal que se produce en el sexto sello se frena la invasión de Gog y pueblos numerosos, todos montados a caballo, enorme asamblea, ejército innumerable842, contra mi pueblo Israel843. La situación de un fuerte terremoto en momentos de invasión de una tierra sagrada tiene un paralelismo simbólico con el momento de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor. En aquel entonces siendo Poncio Pilato procurador de Judea844 representaba el imperio de Tiberio César845 invasor y como Roma se había reservado el derecho de la pena capital, los judíos, sin hallar (...) ningún motivo de muerte pidieron a Pilato que le hiciera morir846. Cuando se ejecutó la sentencia sobre el inocente y fue llevado como una oveja al matadero; y como cordero, mudo delante del que lo trasquila847, sobrevino entonces el terremoto... y se llenaron de miedo848. En ese momento del nuevo terremoto aparece también el caudillo849 de Tarsis850 que enseguida derrota a la cabeza del imperio comunista que sojuzgó en el último siglo a gran parte del mundo. Ya vimos que los sellos, las trompetas y las copas tienen una relación temporal entre sí. Nuestra hipótesis es que los tres conjuntos de sucesos terminan al mismo tiempo, en el momento de comenzar el día del Señor. Los hechos relativos a las trompetas y las copas quedan todos dentro del periodo del día de Yahveh en sentido estricto mientras que los sellos podrían 841

Mateo 26, 31 Ezequiel 38, 15 843 Ezequiel 38, 16 844 Lucas 3, 1 845 Lucas 3, 1 846 Hechos 13, 28 847 Hechos 8, 32 848 Mateo 27, 54 849 Isaías 55, 4 850 Isaías 60, 9 842

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corresponder mayoritariamente al periodo anterior o día de Yahveh en sentido amplio.

Los fenómenos naturales asociados a las cuatro primeras trompetas pueden ser consecuencias del fenómeno astronómico ligado al sexto sello. Es fácil asociar al paso de una estrella enana marrón, el pedrisco y fuego mezclados con sangre, que fueron arrojados sobre la tierra851, como se indica en la primera trompeta. A su vez, la atracción diferencial gravitatoria de la estrella sobre el núcleo denso de nuestro planeta explicarían no solo el violento terremoto852 ligado al sexto sello, sino también poco tiempo después, el colapso de un edificio volcánico que se describe en la segunda trompeta como caída al mar de algo como una enorme montaña ardiendo853. A este derrumbe se le puede unir un maremoto cuyos efectos devastadores se sufren en Babilonia, la gran ciudad (...) arrojada al mar854, y con ella desaparece el imperio materialista que gobierna el mundo. No mucho más tarde, aún reciente el paso de la estrella del sexto sello, llega como parte del material cósmico asociado, el astro Ajenjo855 que narra 851

Apocalipsis 8, 7 Apocalipsis 12, 6 853 Apocalipsis 8, 8 854 Apocalipsis 18, 21 855 Apocalipsis 8, 11 852

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la tercera trompeta. Este impacta en tierra emergida y sus consecuencias son de contaminación radiactiva sobre el agua de los ríos en la tercera parte de la Tierra. A la vez, su desintegración envuelve en polvo todo el planeta y el día perdió una tercera parte de su claridad y lo mismo la noche856. Por tanto la tercera y cuarta trompetas serían casi simultáneas en el tiempo. En resumen, desde el momento que se abre el sexto sello, en muy poco tiempo hay un rápido crescendo de los desastres naturales, con características nunca experimentadas por la humanidad. Estas catástrofes tendrán otras consecuencias sociales importantes pues afectan al proceso natural de producción de cosechas, a las condiciones de distribución de materias primas, energía, mercancías y a la difusión de las telecomunicaciones. Es previsible que la economía mundial sufra un colapso y el hambre llegue hasta los países más ricos. Un litro de trigo por denario, tres litros de cebada por un denario857. Nuestro Señor profetizó que habrá hambre: esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento858. Si además ocurre, la destrucción de Babilonia, la Gran Ciudad, por el maremoto de la segunda trompeta, la economía globalizada se quedará sin su locomotora. Tampoco estarán en condiciones de sustituirla Europa o el imperio ruso que han entrado en guerra. La invasión del nuevo Israel859 para saquear y hacer botín860 afectó al corazón de Europa y el sexto sello la interrumpió destruyendo al invasor con una lluvia torrencial, granizos, fuego y azufre, sobre él, sobre sus huestes y sobre los numerosos pueblos que van con él861. En resumen, el ordenamiento social en poco tiempo sufrirá un vuelco radical respecto al que se conocía antes del sexto sello. Los dos grandes imperios que dominan actualmente el mundo desaparecen al comienzo del día de Yahveh por causas diferentes. La sociedad mundial queda profundamente herida, en condiciones de aceptar un salvador que prometa paz, pan y diversión para reconstruirla. Sólo el caudillo862 de Tarsis863 actuará como contrapeso de este poder, manteniendo un lugar864 de y para la Mujer865, que a la vez es su Madre, en el desierto, (...) lejos del Dragón866.

856

Apocalipsis 8, 12 Apocalipsis 6, 5-6 858 Marcos 13, 8 859 Ezequiel 38, 16 860 Ezequiel 38, 12 861 Ezequiel 38, 21-22 862 Isaías 55, 4 863 Isaías 60, 9 864 Apocalipsis 12, 14 865 Apocalipsis 12, 14 866 Apocalipsis 12, 14 857

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Espiritualmente tras abrirse el sexto sello, la Iglesia luz del mundo también queda herida sin el silbo amoroso del Pastor867 bueno y comienza a ser guiada visiblemente por un asalariado que no es pastor868. De este modo las ovejas se han dispersado, por falta de pastor, y se han convertido en presa de todas las fieras del campo; andan dispersas869. Mi rebaño ha sido expuesto al pillaje y se ha hecho pasto de todas las fieras del campo por falta de pastor, porque mis pastores no se ocupan de mi rebaño, porque ellos, los pastores, se apacientan a sí mismos y no apacientan mi rebaño870. La falta de amor por las ovejas, de vivir aquel mandamiento nuevo871 promulgado al tiempo de la institución de la Eucaristía, también se une ahora a la baja consideración de la piedad Eucarística que culminará en pleno día de Yahveh con la abominación de la desolación872 o desaparición visible de la misma Eucaristía en la Iglesia oficial guiada entonces por un pastor necio873. La consecuencia de abrasar toda hierba verde874 desencadena sucesivamente la desaparición de la tercera parte875 de las instituciones eclesiásticas, arboles876 que antes daban cobijo a las criaturas del aire, corta el renuevo que suponen las nuevas vocaciones, criaturas del mar que tienen vida877, y vuelve amargas878 las fuentes sacramentales para la generalidad del pueblo cristiano, especialmente las dos que riegan y regeneran con frecuencia la vida espiritual, la Penitencia y la Eucaristía, quizá porque difícilmente se encuentren sacerdotes libres del cataclismo producido por la estrella amarga. La falta de la luz de la Palabra y el polvo levantado por esta hecatombe harán durante un tiempo asfixiante la vida espiritual hasta que llegue el momento en que Dios determine, voy a reunir a Jacob todo entero, voy a recoger al Resto de Israel; los agruparé como ovejas en el aprisco, como rebaño en medio del pastizal879. En esta dura época espiritual, que inicialmente se oscurecerá aún más al morir el Pastor herido, Dios enviará a sus fieles el apoyo de dos testigos que profeticen durante 1260 días880, pero a los que finalmente cuando hayan terminado de dar testimonio, la Bestia que surja del Abismo les 867

Mateo 26, 31 Juan 10, 12 869 Ezequiel 34, 5 870 Ezequiel 34. 8 871 Juan 13, 34 872 Mateo 24, 15 873 Zacarías 11, 15 874 Apocalipsis 8, 7 875 Apocalipsis 8, 7 876 Apocalipsis 8, 7 877 Apocalipsis 8, 9 878 Apocalipsis 8, 10-11 879 Miqueas 2, 12 880 Apocalipsis 11, 3 868

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hará la guerra, los vencerá y los matará881. Quizá cuando estos dos testigos desaparezcan y todavía dentro del día de Yahveh sea cuando Dios suscitará la nueva misión de San Juan: Tienes que profetizar otra vez contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes882. Posiblemente esto era lo que pensaba nuestro Señor cuando a orillas del Tiberíades le respondió a Pedro: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme.883» Entonces el resto perseguido de la Iglesia recuperará un Pastor bueno. Y (...) oí un Aguila que volaba por lo alto del cielo y decía con fuerte voz: «¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra, cuando suenen las voces que quedan de las trompetas de los tres Angeles que van a tocar!»884 Sea directamente el apóstol o una persona sentada de nuevo en la cátedra de Pedro con el espíritu de especial amor de este discípulo, finalmente se le dieron a la Mujer las dos alas del águila grande885, es decir la protección de un Pastor y de un caudillo. Poco faltará entonces para que finalice el día de Yahveh y comience el día del Señor tras una última gran batalla del Gran Día del Dios Todopoderoso886, en Harmaguedón887. Para ese momento final de transición a una nueva época radicalmente diferente de la historia queda el aviso de nuestro Señor. Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela y conserve sus vestidos, para no andar desnudo y que se vean sus vergüenzas888.

FIN DE LA SEGUNDA PARTE

881

Apocalipsis 11, 7 Apocalipsis 10, 11 883 Juan 21, 22 884 Apocalipsis 8, 13 885 Apocalipsis 12, 14 886 Apocalipsis 16, 14 887 Apocalipsis 16, 16 888 Apocalipsis 16, 15 882

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