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Página |1 Este artículo demuestra que el Dios es un Espíritu Santo, quién utiliza su espíritu santo para hacer su voluntad. También comentamos brevemente la doctrina de la Trinidad.

¿Quién es el Espíritu Santo? El tema del Espíritu Santo debe tratarse con mucho cuidado, cuanto más al recordar que el Señor Jesucristo dijo que el pecado imperdonable es la blasfemia contra este. (Mat. 12:31) Por esta y otras razones, debemos siempre reconocer que no le es posible al hombre, por sí mismo, entender cabalmente “las cosas profundas de Dios”, a no ser que El mismo le conceda entenderlas. Como hombres espirituales debemos “examinar todas las cosas, reconociendo que los caminos de Dios son inescrutables. Así, es importantísimo liberarnos de la actitud de creer ser los poseedores de la verdad absoluta, menospreciando la opinión sincera de otros cristianos. (1 Corintios. 2:9-16; Ro 11:33) La corriente mayoritaria del cristianismo, los trinitarios, afirma que el Espíritu Santo es una persona, la cual forma parte de un solo Dios, el cual comprende tres entidades divinas, esto es El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. Por otra parte los Unitarios, los Testigos de Jehová, los Cristadelfianos y la Iglesia de Dios Unida, Pentecostales unitarios, entre otros, perciben al Espíritu Santo como la “esencia de Dios”, su “fuerza activa” o el “poder de Dios”, algunos de los cuales la definen como una fuerza impersonal. En nuestro estudio de las escrituras, hemos tratado de liberarnos de ambos conceptos con el propósito de llegar a una conclusión estrictamente bíblica, consultando los escritos cristianos tempranos. Lo que hemos visto es que los argumentos bíblicos que llevan a concluir que el Espíritu Santo es una persona son contundentes, pero que también los argumentos contrarios, que afirman que es el poder de Dios, tienen el mismo mérito lógico y documental. ¿Cómo es esto? Analicemos los argumentos. El Espíritu Santo es una persona porque realiza funciones que solamente una persona podría realizar. Por ejemplo hablar, revelar, disponer, decidir, ser testigo y enseñar. Esto se hace patente en especial en la lectura de algunos pasajes del libro de los Hechos de los apóstoles. (Hechos 8:29; 9:31; 10:19; 11:12; 13:2; 15:28; 16:6,7; 5:52: Lucas 2:26; 12:12) Por otra parte en el mismo libro de los Hechos, se nos dice que los discípulos se “llenaron de Espíritu Santo”, ante lo cual se argumenta que debe ser una fuerza impersonal, por cuanto no es posible llenarse de una persona. Además se citan pasajes como el del libro de Juan, donde Jesús sopla sobre los discípulos y les dice “reciban Espíritu Santo”. Se argumenta que Jesús no les estaba infundiendo “una persona”, sino el poder que Dios le había dado. De la misma forma, en apoyo de este argumento, se menciona el hecho de que el Espíritu Santo proviene tanto de Jesús como del Padre, y que hasta los apóstoles podían transmitirlo mediante el bautismo y la

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imposición de manos. (Juan 1:33; 20:22; 3:34; 3:5; Hech. 1:5, 2:4; 2:17,18; 2:33,38; 4:8; 4:25,31; 7:5; 8:18; 9:17;10:47; 11:24; 13:9; Luc. 1:15,41,67; 3:16,22; 4:1,14,18; 11:3; Realmente, y como el lector imparcial podrá apreciar, la línea argumental que propone que el Espíritu Santo no sea una persona, sino más bien el poder de Dios, tiene mayor mérito aparente que la posición tradicional, y mucho más respaldo de textos bíblicos. Solamente pensemos que muchos de los textos en que se personifica al Espíritu Santo, pueden explicarse simplemente como eso, una personificación literaria. Bajo esta óptica la conclusión fácil sería decir que el Espíritu Santo no es una persona sino la “fuerza activa” de Dios (Génesis 1:2 TNM ruajh: Espíritu o Aliento de Dios). No obstante, es notable el hecho de que los resultados de recibir esta “fuerza activa” por así decirlo, no son nada impersonales, sino que más bien, esta “fuerza activa”* dota al recipiente de poderes que implican raciocinio y comunicación de ideas. Por ejemplo, se nos manda no preocuparnos por lo que hemos de decir cuando estemos ante personas de autoridad, porque “el espíritu les enseñará lo que deben decir”. (Lucas. 12:11,12) Y se dice que Pablo estaba “lleno de Espíritu Santo” cuando hablaba y predicaba. (Lucas 13:9) Por esta razón consideramos incorrecto el comparar al Espíritu Santo con la “energía eléctrica”, la cual sí es una fuerza impersonal, por cuanto los resultados de esta fuerza dependen únicamente del aparato que la utilice. Por ejemplo, en un radio producirá los resultados que se esperan de un radio, igual en una televisión o en un foco. Pero nunca la energía eléctrica hará que un radio hable de manera razonada otras cosas que no sean la mera transmisión de las palabras de la fuente, que conteste preguntas directamente cuando se las planteamos, o que un foco se prenda y apague por si solo dando un mensaje en clave Morse. El Espíritu Santo, en cambio, nos hace hablar y actuar de acuerdo con la voluntad personal de Dios. Quizás por esto último se le añade el término “activa”, a la palabra fuerza, para definirlo. Si vamos a decir que el Espíritu Santo es una fuerza, una mejor analogía serían las ondas de radio, o televisión, que, aunque son una fuerza, están controladas por una estación de transmisión, desde donde un administrador hace que dichas hondas logren el resultado deseado, a la distancia. Como ya se mencionó, respecto a los textos donde el Espíritu Santo adquiere características de una persona, se argumenta que es simplemente una personificación literaria, tal como cuando, en lenguaje poético, podemos decir que la creación nos dice que Dios existe. O que las leyes físicas dan testimonio de la sabiduría de Dios. ¿Qué podemos concluir de este debate lógico que ha desunido a los cristianos por tantos siglos? La conclusión a la que hemos llegado es que la expresión “espíritu santo” tiene varios significados, según el contexto en que se lea.

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DIOS ES UN ESPIRITU SANTO Por ejemplo, al leer Juan 4:24 leemos que “Dios es un Espíritu y que los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad” También leemos que Dios es “santo, santo, santo” (Rev. 4:8). De estos dos versículos podemos llegar a la conclusión inequívoca de que el Padre es un “Espíritu Santo”, o que “Un Espíritu Santo” es Dios. En la misma línea lógica concluimos que si Dios es un “Espíritu Santo” y Dios es una persona, entonces “un Espíritu Santo es una persona”. RV dice en 2 Corintios. 3:17,”Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad” En este versículo notamos claramente las dos diferentes acepciones de la expresión “espíritu santo”, primero “el Señor es el Espíritu” (RV) o “Jehová es el Espíritu” (TNM), en armonía completa con Juan 4:24: “Dios es un Espíritu”, y luego donde “hay espíritu” (RV) o donde “está el espíritu (TNM), lo cual está en armonía con Juan 1:33 “donde veas el espíritu descender y permanecer” (TNM). En el mismo versículo, se define al Espíritu como una persona, y como una “fuerza activa de parte de Dios o controlada por Dios, la cual vino de Dios y permaneció en Cristo. En el siguiente versículo (2 Corintios. 3:18), Pablo nos habla refiriéndose a cuando Moisés bajo de la montaña y su rostro emitía rayos, por haber estado en la presencia de Dios. Nos dice que nosotros también “reflejamos la gloria de Dios y somos transformados en la misma imagen de gloria en gloria, exactamente como lo hace Jehová el Espíritu.” Al ir este versículo a continuación del 17, se refiere a lo mismo, al poder de Dios que se manifiesta en sus hijos. Sus hijos son aquellos que se esfuerzan por hacer su voluntad, y es mediante la fuerza activa de Dios, o su espíritu santo, que nos manifestamos, de muy diversas formas, como tales hijos. (Lea el artículo: ¿Quién es su profeta? ) Por obra del espíritu nos manifestamos “de gloria en gloria”, o de diversas maneras, tal como Jehová se manifiesta de diversas formas, porque es “Yo seré lo que seré” o “el causa que llegue a ser”. Así, Jehová (el Señor) es El Espíritu (Santo), o su persona misma, y envía su espíritu santo a hacer su obra. Moisés, al bajar de la montaña estaba lleno de “espíritu santo” o del poder de Dios (su fuerza activa), y por esta razón su cara “emita rayos. Mientras tanto, en ese mismo instante, Jehová, “El Espíritu Santo”, se encontraba en la montaña. LOS ANGELES SON ESPIRITUS SANTOS Por otra parte, también leemos que los ángeles son “espíritus”, y que los ángeles son santos, por tanto los ángeles son “espíritus santos”. Por eso podemos decir que las fuerzas espirituales de Dios son el “espíritu santo”, en el sentido de que son una de las formas (“de gloria en gloria”), en que el poder o fuerza activa de Dios se manifiesta a favor nuestro. (Hebreos1:14, 2 Corintios 3:18)

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Esto nos llevaría a concluir, por ejemplo, que cuando la biblia dice que “el espíritu de Dios” se estaba “moviendo sobre las aguas”, en realidad se refiere a los santos ángeles participando en la creación y preparación de la tierra, moviéndose de acá para allá; de igual forma, cuando vemos en las calles, de casa en casa, en las plazas públicas y en medios de comunicación masiva a cristianos de diferentes opiniones y afiliaciones, predicando el evangelio y dando a conocer el Reino de Dios, propiamente decimos que el “espíritu de Dios” se está manifestando, que es una obra del “espíritu santo.” (1 Corintios 12:1-3) Así mismo, cuando la biblia dice que el espíritu santo dijo tal o cual cosa, puede referirse a que un ángel habló de parte de Dios o que Dios mismo habló directamente. De igual modo, leemos que la escritura fue inspirada por “espíritu santo”, pero fueron hombres los que la pusieron por escrito. Es decir Dios actuó en ellos mediante su poder o un ángel de Dios dio una revelación directa. Este es el caso, por ejemplo, del apóstol Juan, quien recibió del mismo Jesucristo y de sus ángeles el libro de Apocalipsis o Revelación, pero fue inspirado por el poder de Dios a escribir sus cartas y su evangelio, en ambos casos el espíritu de Dios actuó. Otro ejemplo es la Ley que Moisés recibió mediante ángeles. (Hechos 7:53) Por otra parte, Jesús mismo estaba lleno de espíritu santo y la biblia nos dice que de él salía poder. Un ejemplo de esto es cuando la mujer enferma tocó el fleco de su prenda de vestir y fue curada. O, cuando sopló sobre ellos y dijo “reciban espíritu santo”. En este caso, es ineludible concluir que “espíritu santo” es el poder de Dios, un poder que nos mueve a actuar de acuerdo con su voluntad, que realiza milagros de acuerdo con la voluntad de Dios y que se canaliza a través de Jesús. (Juan 20:22; Lucas. 8:43-46) LA ENERGIA Y EL ESPIRITU SANTO Toda energía proviene de Dios, de hecho las personas que no hacen la voluntad de Dios, se mueven y viven en virtud de energía procedente de Dios. No obstante, no podemos referirnos a esta energía como Espíritu Santo. El poder que nos da “el espíritu santo” está ligado a la voluntad de Dios, y no puede ser utilizado para el mal. Por tanto, cuando se dice que los discípulos en la fiesta de pentecostés, se “llenaron de espíritu santo”, se quiere decir que se llenaron del poder de Dios. Y cuando se dice que al bautizarse los discípulos recibieron espíritu santo, se nos dice que recibieron poder de parte de Dios. Más, cuando se dice que “el Espíritu Santo dijo” se refiere a que Dios envió un emisario angélico con instrucciones, que El mismo hablo, que Jesús habló, o que un humano habló o escribió bajo la influencia del poder de Dios. Concluimos por lo tanto, que el Espíritu Santo es la persona de Dios mismo (no distinta), y que el espíritu santo es el poder o fuerza activa de Dios, la cual no es una fuerza impersonal, sino una fuerza que actúa dirigida por la persona de Dios mismo. Por esta razón, el Espíritu Santo es Dios (Jehová), pero tanto el Padre (Jehová) como su Imagen (el Hijo) son fuente del “espíritu santo”, o la “fuerza activa” de Dios, el poder de Dios. No obstante, el Hijo "recibió de parte de Dios (el Padre) el espíritu santo prometido". Es decir que la fuente absoluta de espíritu santo es solamente El Padre Jehová Dios.

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LA TRINIDAD Bajo esta conclusión no hay lugar para la doctrina de la trinidad, la cual fue formulada recién en el cuarto siglo de nuestra era y la cual declara que existe una persona distinta al Padre y al Hijo, llamada Espíritu Santo, y que esta es igual y co-eterna con el Padre y el Hijo, los cuales, aunque son tres personas separadas o distintas, no son tres dioses separados o distintos, sino un solo dios verdadero. El concepto mismo de un Dios trino, era completamente ajeno al pensamiento cristiano primitivo y es el resultado de décadas de elucubraciones filosóficas en base a la lectura del texto bíblico. Si le planteáramos la trinidad a Justino Mártir, a Policarpo o a Ireneo, estos nos considerarían herejes. Esta doctrina ha llevado a que los cristianos abandonen el uso del nombre personal de Dios el Padre, y consideran que Jesús es el nombre de Dios, cuando el nombre Jesús era un nombre muy común en el primer siglo, mientras que Jehová es y ha sido el único nombre de Dios. Aún hoy hay muchos hombres que se llaman Jesús. Tanto es esto cierto que Jehová, “lo ensalzó (a Jesús) a un puesto superior, y bondadosamente le dio el nombre (El Cordero de Dios) que esta encima de todo otro nombre.” (Filip. 2:9; Rev. 5:12) No obstante, hoy en día hay quienes conciben la trinidad en términos de manifestación, y entienden que Dios se manifiesta a la humanidad de tres formas, directamente, mediante Cristo, y mediante el espíritu santo, el cual es su poder. Si queremos llamar a esto último trinidad resulta incorrecto, porque la doctrina de la trinidad es en realidad otra cosa. Diríamos mejor, no que Dios es Trino sino tri-facético. Este concepto armoniza mejor con la opinión apostólica, pero debe evitarse porque en ninguna parte de la escritura encontramos este tipo de razonamiento. Liberándose de ideas preconcebidas, es fácil darse cuenta que el Padre es el Dios y Espíritu Absoluto por cuanto es el Dios del Hijo, y que el espíritu santo es su poder. (Efesios 1:17) (Lea por favor el artículo, “¿Quien es el Padre?” y “¿Quién es el Hijo?” El cristianismo y el judaísmo, en un principio eran una misma religión y el concepto cristiano de Dios es el mismo que el concepto judío. ¿Cuál es este concepto? “Jehová es un solo Jehová” FIN DEL ARTÍCULO *”Fuerza activa” es un término descriptivo, no bíblico utilizado mayormente por los Testigos de Jehová, no se lo encuentra en la escritura, salvo en la traducción interpretativa de Genesis 1:2 de la TNM, ese texto dice literalmente "el aliento de Dios", que casi la generalidad vierte "espíritu de Dios". Por tanto, aunque es un término descriptivo útil, no debería utilizarselo en una traducción literal, como lo es TNM.

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**Algunos opinan que 1Pedro 3:18 parece dar a entender que resucitó en calidad de espíritu, contradiciendo el texto citado, pero en realidad lo que dice es que gracias al espíritu o mediante este fue resucitado. Más aún NIV traduce que “fue revivificado por el Espíritu” en armonía con Hechos 2:32 Preguntas para reflexionar 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

Aunque se llama al Padre Un Espíritu Santo, ¿significa esto que el espíritu santo es una persona distinta al Padre? Si Jesucristo es Dios de igual forma que lo es el Padre, ¿Por qué se dice que fue ensalzado y que su nombre le fue dado? ¿Se podría ensalzar al Padre? ¿Quién dio su nombre al Padre? Si hemos de adorar a Dios con espíritu, es el espíritu un medio de adorar a Dios? Si el espíritu es un medio para adorar a Dios, es correcto adorar al espíritu santo u orarle en lugar del Padre? Si el espíritu santo es un ayudante que proviene del Padre, ¿es el Padre mismo quien nos está ayudando o es una persona distinta a Él? Si el Señor Jesucristo sopló espíritu santo sobre sus discípulos, y después, unos días después se les concedió más espíritu en forma de lenguas de fuego, ¿cómo puede referirse la biblia a una persona y no al poder de Dios?