Que Le Paso a Esos Versiculos

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INDICE ¿Qué les pasó a esos versículos? Una Biblia que aprueban El pasaje espurio de Juan 7:53–8:11. Manipular serpientes en la adoración... ¿es eso lo que Dios aprueba? Las serpientes en los ritos religiosos ayer y hoy Marcos, Conclusión larga y conclusión corta ¿No indica Marcos 16:17, 18 que la facultad de curar a los enfermos sería una marca de identificación de los creyentes? Un antiguo manuscrito bíblico examinado a la luz de la tecnología espacial ¿Sería verdad que enfermos y personas con incapacidades físicas se sanaban en las aguas de Betzata cuando aquellas aguas se revolvían, como da a entender Juan 5:2-7? Si así era, ¿qué poder efectuaba aquellos milagros? Base para la Traducción del Nuevo Mundo Adiciones posteriores al texto inspirado ¿Qué es lo primero... su iglesia, o Dios? ¿Quiénes son los “tres que dan testimonio”?

Una Biblia que aprueban

w78 1/10 págs. 11-15 ¿Qué les pasó a esos versículos? ¿Qué les pasó a esos versículos? Recientemente, una señora escribió: “Estimada Sociedad Watch Tower, Al estudiar la Biblia noté que algunos versículos no están allí, pero están en la Versión del Rey Jaime, como Mateo 18:11; 23:14; Lucas 17:36. Nadie me pudo explicar por qué faltan. ¿Pudieran aclararme esto? Sinceramente, L.G.” ¿No concuerda usted en que ésta era una solicitud válida? El libro de Revelación advierte: “Si alguien quita algo de las palabras del rollo de esta profecía, Dios le quitará su porción de los árboles de la vida.” Sí, el remover una parte verdadera de la Biblia sería asunto serio. (Rev. 22:19) Pero ¿había sucedido esto? Veamos. En la traducción de la Biblia que esta señora estaba usando faltaban algunos versículos, pero ¿qué versión era? Pudiera haber sido cualquiera de varias versiones recientes. Por ejemplo, esos versículos no están en estas Biblias en inglés: Common Bible (La Biblia Común, una edición ecuménica para católicos y protestantes), la New English Bible (Nueva Biblia Inglesa): y, en español y en inglés: la Traducción del Nuevo Mundo, usada por los testigos de Jehová, y la Biblia de Jerusalén, católica, para mencionar algunas. ¿Sabe usted por qué se omiten estos versículos? Puede ser que se pregunte: „¿Le falta algo a mi Biblia?‟ En una palabra, la respuesta es: No. En realidad estos versículos no son parte de la Biblia, aunque muchas traducciones de alguna antigüedad los han tenido. Para algunas personas pudiera parecer escandaloso el oír que ciertas palabras, frases y hasta versículos enteros que aparecen en Biblias a las cuales se da extenso uso no son auténticos. Por eso, es bueno que se dé alguna explicación. Desde el comienzo, déjenos asegurarle que hay evidencia abundante en prueba de que el texto de la Biblia es confiable. Por ejemplo, es mucho más confiable y exacto que los escritos aceptados de Tácito, Tucídides o Heródoto. La evidencia consiste en muchos miles de manuscritos griegos antiguos que se pueden investigar en busca de la prueba de que el texto básico o fundamental

de su Biblia es precisamente lo que se escribió originalmente. Los más antiguos de estos manuscritos también suministran la sólida razón para que ciertas palabras, expresiones y versículos hayan sido omitidos de traducciones recientes. Es muy interesante examinar esa razón. LA COPIA DE MANUSCRITOS Como usted quizás sepa, los manuscritos originales de los libros del “Nuevo Testamento” (las Escrituras Griegas Cristianas) no están disponibles hoy para ser usados por los traductores. Nadie ha descubierto un libro de la Biblia “autografiado,” por decirlo así, por los apóstoles Pablo, Juan u otros. Pero es patente que poco después de la escritura de los originales los cristianos primitivos comenzaron a hacer copias para usarlas. Por lo general los copistas ejercieron un cuidado extremado para asegurarse de que su obra fuera una copia exacta de los escritos originales. Hoy muchos correctores de pruebas ejercen un cuidado similar. Pero probablemente usted haya visto que en los periódicos y libros modernos sí aparecen errores tipográficos, como los de un error ortográfico, o la omisión o repetición de una línea. Si esas pequeñas fallas de imprenta ocurren a pesar de nuestros adelantos técnicos actuales, se puede comprender que pudieran ocurrir al estarse copiando a mano libros enteros de la Biblia. Las copias posteriores, las más alejadas de las originales, tendían a tener más errores. Considere cómo pudiera suceder esto. Pudiera ser que un escriba que estuviera muy familiarizado con el Evangelio de Mateo, al copiar el Evangelio de Marcos o Lucas, tendiera a usar la fraseología que tan bien conocida le era por su estudio de Mateo. Pudiera ser que no notara que una oración usada por Mateo no se hallaba en el relato paralelo por Marcos o Lucas. Por eso, quizás añadiera la oración en el margen. Sin embargo, pudiera suceder que un copista posterior introdujera aquella oración en el texto principal de Marcos o Lucas, por creer que estaba allí originalmente, puesto que hacía que hubiera más estrecha concordancia entre los relatos. Por ejemplo, en el relato que da Lucas de la Oración del Señor (o el “padrenuestro”) algunos manuscritos añaden “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Sin embargo, el peso de la evidencia sugiere que esto se tomó del relato de Mateo y se colocó aquí, y en traducciones modernas de la Biblia esto se omite de Lucas 11:2. (Mateo 6:10) Como usted puede ver, estas armonías hechas por escribas con motivos sinceros tendían a añadir material. Ahora, dirijamos nuestra atención al siglo 16, precisamente antes de que se hicieran algunas de las más extensamente conocidas traducciones al inglés. La invención de la imprenta con el uso de tipo movible permitía hacer libros en grandes cantidades y a menos costo, y estimuló el interés en la Biblia. En vez de tener las Escrituras solamente en las traducciones latinas que por largo tiempo se habían usado en la iglesia romana, los eruditos y doctos empezaron a clamar por ejemplares en griego, el idioma en el cual se escribió el “Nuevo Testamento.” En 1515 un impresor suizo, percibiendo que tenía una excelente oportunidad para

negocio, envió un mensaje a Desiderio Erasmo, un prominente erudito holandés, en el cual le pedía que preparara en corto tiempo para impresión un ejemplar o copia del “Nuevo Testamento” en griego. Graphic Guide to Modern Versions of the New Testament (Guía gráfica a las versiones modernas del Nuevo Testamento), de Herbert Dennett, explica lo que sucedió: “Sin embargo, esta tarea se emprendió con poco tiempo para ella, y se ejecutó con prisa. Erasmo usó sólo media docena de manuscritos, y, de éstos, uno sólo era moderadamente antiguo y confiable. Ninguno de sus manuscritos contenía todo el Nuevo Testamento, y algunos versículos que no estaban en ninguno de ellos fueron de hecho traducidos de nuevo por Erasmo [en retroceso] del latín al griego. Este texto publicado fue revisado posteriormente con la ayuda de unos cuantos manuscritos más, pero el resultado de esto tuvo poco efecto en la obra.”—Pág. 119. Pues bien, ¿por qué debería interesarle particularmente esto que parece una simple nota al pie de la página en la historia de la erudición? ¿Qué diferencia pudiera significar para nosotros hoy el que el texto de Erasmo se basara „principalmente en dos manuscritos inferiores del siglo doce,‟ como recientemente lo expresó cierto profesor? Lo significativo de esto es que fundamentalmente el texto griego de Erasmo condujo directamente a lo que se ha llegado a conocer como el “texto recibido” (textus receptus). De este texto se hicieron muchas traducciones, entre ellas la del Rey Jaime o Versión Autorizada, en inglés. Pero sir Frederic Kenyon comentó lo siguiente acerca del “texto recibido”: “El resultado es que el texto aceptado en los siglos dieciséis y diecisiete, a los cuales nos hemos apegado debido a que naturalmente vacilamos en cuanto a cambiar las palabras que hemos aprendido como las de la Palabra de Dios, está en verdad lleno de inexactitudes, muchas de las cuales se pueden corregir con absoluta certeza por medio de usar la información mucho más extensa que tenemos a nuestra disposición hoy día.”—Our Bible and the Ancient Manuscripts (Nuestra Biblia y los manuscritos antiguos), pág. 162. REFINANDO EL TEXTO En el siglo dieciséis, Erasmo solo tenía unos cuantos manuscritos griegos de fecha tardía con los cuales trabajar. Pero no ha sucedido así en los siglos diecinueve y veinte. Durante este tiempo se han descubierto miles de antiguos manuscritos y fragmentos griegos. Para 1973, el total de manuscritos griegos conocidos era de 5.338, y se siguen hallando más. Varios de los principales manuscritos de la Biblia en griego, tales como el Códice del Sinaí y el Códice del

Vaticano, se remontan al siglo cuarto. Algunos son más antiguos todavía. Por ejemplo, un fragmento del evangelio de Juan data de alrededor de 125 E.C. A medida que la pequeña corriente de manuscritos griegos antiguos que se iban descubriendo se convirtió virtualmente en una inundación, los doctos y eruditos pudieron compararlos con ojo crítico. Este criticismo textual no se debe confundir con la “alta crítica,” que tiende a restar respeto a la Biblia como la Palabra de Dios. El criticismo textual envuelve una comparación cuidadosa de todos los manuscritos de la Biblia conocidos, con el fin de determinar la lectura verdadera u original y eliminar cualesquier añadiduras. Para ilustrar cómo funciona esto, imagínese lo que sucedería si usted quisiera que 200 personas hicieran una copia manuscrita de un escrito hecho del puño y letra de alguien. La mayoría de estas personas cometería errores, algunos de poca importancia y otros más significativos. Pero no todos cometerían los mismos errores. Entonces, si un individuo alerta tomara las 200 copias y las comparara, podría aislar o determinar los errores. Un error en uno o dos saltaría a la vista debido a que no estaría en los demás 198 que tendrían la lectura correcta. Así, con esfuerzo, este individuo podría salir con un escrito exacto del documento original aunque nunca lo hubiese visto. Aunque otras personas se habían esforzado anteriormente por refinar así el texto del “Nuevo Testamento,” a fines del siglo diecinueve dos doctos de Cambridge, B. F. Westcott y F. J. A. Hort, produjeron un texto refinado que ha obtenido amplia aceptación. Se publicó en 1881; sin embargo, recientemente un profesor dijo: “Westcott y Hort hicieron su trabajo tan cuidadosamente y con tan excepcional aptitud que desde entonces la obra textual o ha sido una reacción a la de ellos o ha ido en dirección de ponerla en práctica. . . . Lo significativo es que hasta los que tendían a disentir con el [método] de Westcott y Hort publicaron textos griegos que diferían muy poco del de ellos.”—Christianity Today, 22 de junio de 1973, pág. 8. Este texto refinado por Westcott y Hort se ha usado como texto básico para varias traducciones recientes, entre ellas la Traducción del Nuevo Mundo. ALGUNOS VERSÍCULOS “QUE FALTAN” Con la información anterior como fondo, estamos mejor capacitados para examinar algunos de los versículos que al principio pudieran haber dado la impresión de faltar de traducciones recientes de la Biblia. Anteriormente mencionamos que pudiera suceder que, de otro lugar, un escriba añadiera una oración o versículo a un relato que estuviera copiando. Eso se puede ver fácilmente en Marcos 9:43-48. En muchas versiones de las más modernas se omiten los versículos 44 y 46, y a veces se añade una raya para indicar la omisión, como en la Traducción del Nuevo Mundo. El texto de esos dos

versículos dice: “donde su cresa no muere y el fuego no se apaga,” exactamente lo que dice en el versículo 48. Aunque algunos manuscritos griegos contienen los versículos 44 y 46, varios manuscritos de más antigüedad, y de autoridad, no los contienen. La evidencia sugiere que un escriba o escribas simplemente repitieron el versículo 48, quizás hasta por accidente. Por eso, el omitir los versículos 44 y 46 en una Biblia moderna de ninguna manera envuelve dejar fuera parte de la Palabra de Dios, pues la misma oración está en el versículo 48. Pero ¿qué se logra con la omisión de los dos versículos dudosos? El relato se refina y se da como a Marcos se le inspiró a escribirlo. En otros casos los “versículos que faltan” obviamente han venido de otros libros de la Biblia. Algunas ediciones de la Biblia ayudan al lector a ver esto, porque imprimen en una nota al pie de la página el texto del versículo omitido, como se hizo en ciertas ediciones de letra grande de la Traducción del Nuevo Mundo. Si usted no tiene esta ayuda, puede comparar su Biblia moderna con la Versión Valera o una traducción similar de las antiguas. Por medio de esa comparación usted puede confirmar para su propia satisfacción que lo que se omite puede ser simplemente un versículo repetido de otro lugar o libro. Por ejemplo, note Romanos 16:24 y compárelo con el versículo 20 y los pasajes de conclusión en casi cualquiera de los libros escritos por el apóstol Pablo. Usted verá que, en Romanos 16:24, evidentemente algún copista añadió una expresión de cierre como la que Pablo incluyó en casi todos sus libros. Quizás el pasaje más polémico que se ha removido de traducciones recientes que son fieles a la evidencia que presentan los manuscritos antiguos es una parte de 1 Juan 5:7. En el pasado, con frecuencia se acudía a este texto para apoyar la doctrina de la Trinidad, que no tiene base en las Escrituras. Acerca del pasaje espurio, la Biblia de Jerusalén, católica, dice: “El texto de los vv. 7-8 está recargado en la Vulg. por un inciso (más abajo, entre paréntesis) ausente de los mss griegos antiguos, de las antiguas versiones y de los mejores mss de la Vulg., y que parece una glosa marginal introducida tardíamente en el texto: “Pues tres son los que dan testimonio (en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno; y tres son los que dan testimonio en la tierra): el Espíritu, el agua y la sangre, y estos tres son uno.” Porque este versículo viene de un tiempo mucho más tardío que el tiempo en que se escribió la Biblia, y es de naturaleza tan claramente espuria, muchas traducciones modernas ni siquiera lo tratan como hacen con otros versículos que se omiten. Finalmente, podemos mencionar un par de porciones de la Biblia, más largas, con relación a las cuales la evidencia que suministran los manuscritos no les parece totalmente convincente a los doctos. El final del libro de Marcos, desde el versículo 9 en adelante, es una de éstas. Otra es Juan 7:53-8:11, acerca de la mujer a quien sorprendieron en adulterio y que vino a Jesús. Este relato apareció

por primera vez en algunas versiones en latín antiguo, y, en manuscritos griegos posteriores, está en otros tres lugares de los Evangelios. En muchas traducciones se incluyen estas dos porciones, pero se les separa del texto principal, a veces por medio de ponerlas entre corchetes o en un tipo de letra más pequeño. CONFIANDO EN LA BIBLIA Esta consideración de algunos versículos aislados que obviamente no son parte de la Biblia inspirada no debe dejar a nadie con dudas en cuanto a la autenticidad de la Palabra de Dios. En vez de socavar la confianza en las Escrituras, esto debe servir para subrayar el hecho de que Dios ha conservado su Palabra en un estado notablemente puro. Después de haber hecho una investigación cuidadosa, el docto F. J. A. Hort llegó a esta conclusión: “Por lo tanto no es superfluo declarar explícitamente que la mayor parte de las palabras del Nuevo Testamento quedan por encima de todos los procesos discriminatorios del criticismo, porque están libres de variación, y solo tienen que ser transcritas. . . . La zona entera de variación entre lecturas que se han admitido hasta ahora en los textos impresos, o que probablemente se hayan de admitir alguna vez, es comparativamente pequeña; y gran parte de ésta se debe simplemente a diferencias entre las ediciones tempranas no críticas y los textos que se han formado dentro del último medio siglo con la ayuda de la evidencia documental de valor inapreciable que ha salido a la luz recientemente.” Añadió: “En la variedad y plenitud de la evidencia sobre la cual se basa, el texto del Nuevo Testamento subsiste absoluta e incansablemente solo entre los escritos antiguos en prosa.” Sir Frederic Kenyon concordó plenamente, y declaró: “Al fin, reconforta el descubrir que el resultado general de todos estos descubrimientos y todo este estudio, es el de fortalecer la prueba de la autenticidad de las Escrituras, y nuestra convicción de que en nuestras manos tenemos efectivamente, en integridad sustancial, la Palabra de Dios.” [Notas] Haga estas comparaciones: Mat. 18:11—Luc. 19:10; Mat. 23:14—Mar. 12:40— Luc. 20:47; Mar. 7:16—Mar. 4:9, 23—Luc. 8:8; Mar. 11:26—Mat. 6:14; Mar. 15:28—Luc. 22:37; Luc. 17:36—Mat. 24:40; Luc. 23:17—Mat. 27:15—Mar. 15:6 1 Cor. 16:23; 2 Cor. 13:14; Fili. 4:23; 1 Tes. 5:28; 2 Tes. 3:18.

(Mateo 18:11) —— (Lucas 19:10) Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido”. (Mateo 23:14) —— (Marcos 12:40) Ellos son los que devoran las casas de las viudas y por pretexto hacen largas oraciones; estos recibirán juicio más pesado”. (Lucas 20:47) y que devoran las casas de las viudas y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán juicio más pesado”. (Marcos 7:16) —— (Marcos 4:9) Entonces agregó la palabra: “El que tiene oídos para escuchar, escuche”. (Marcos 4:23) El que tiene oídos para escuchar, que escuche”. (Lucas 8:8) Otra parte cayó sobre la tierra buena, y, después de brotar, produjo fruto de a ciento por uno”. Al decir estas cosas, procedió a clamar: “El que tiene oídos para escuchar, escuche”. (Marcos 11:26) —— (Mateo 6:14) ”Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes; (Marcos 15:28) —— (Lucas 22:37) Porque les digo que esto que está escrito tiene que realizarse en mí, a saber: „Y fue contado con los desaforados‟. Porque lo que tiene que ver conmigo está realizándose”. (Lucas 17:36) —— (Mateo 24:40) Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado, y el otro será abandonado; (Lucas 23:17) —— (Mateo 27:15) Ahora bien, de fiesta en fiesta era la costumbre del gobernador poner en libertad un preso a la muchedumbre, el que quisieran. (Marcos 15:6) Ahora bien, de fiesta en fiesta este solía ponerles en libertad un preso, que ellos solicitaban. (1 Corintios 16:23) Que la bondad inmerecida del Señor Jesús esté con ustedes. (2 Corintios 13:14) La bondad inmerecida del Señor Jesucristo y el amor de Dios y la participación en el espíritu santo estén con todos ustedes. (Filipenses 4:23) La bondad inmerecida del Señor Jesucristo [esté] con el espíritu que ustedes [manifiestan]. (1 Tesalonicenses 5:28) La bondad inmerecida de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes. (2 Tesalonicenses 3:18) La bondad inmerecida de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.

ÍNDICE

w74 15/3 pág. 190 Una Biblia que aprueban El pasaje dudoso de Marcos 16:9-20 ha sido restaurado al texto regular pero con un espacio en blanco y una nota al pie de la página que dice en explicación: “Algunas de las autoridades más antiguas terminan el libro al fin del versículo 8.” Y de modo similar Juan 7:53-8:11 ha sido restaurado al texto, con una nota al pie de la página que dice: “Las autoridades más antiguas omiten 7.53-8.11.” Se ha seguido una norma similar en varios casos de porciones más breves. Versículos que fueron omitidos en el texto de la RSV, pero que aparecían en las notas al pie de la página, ahora se hallan en el texto con notas al pie de la página, que declaran que algunas autoridades los excluyen. Por consiguiente, a menos que el lector tenga cuidado, estará considerando todas estas porciones dudosas como parte del texto inspirado de la Biblia. Claro está que los protestantes cedieron más que los católicos en esto. ÍNDICE

it-2 pág. 147 Juan, Las buenas nuevas según El pasaje espurio de Juan 7:53–8:11. Estos doce versículos obviamente se han añadido al texto original del evangelio de Juan. No se hallan en el Manuscrito Sinaítico ni en el Manuscrito Vaticano núm. 1209, aunque sí aparecen en el Códice de Beza del siglo V E.C. y en manuscritos griegos posteriores. Sin embargo, la mayoría de las primeras versiones los omiten. Es evidente que no son parte del evangelio de Juan. Un grupo de manuscritos griegos coloca este pasaje al final del evangelio de Juan; otro grupo lo pone después de Lucas 21:38, lo que apoya la conclusión de que es un texto espurio y no inspirado. ÍNDICE

g73 22/11 Manipular serpientes en la adoración... ¿es eso lo que Dios aprueba? Si estas palabras en Marcos 16:17, 18 acerca de manipular serpientes y no ser dañados autorizan a los cristianos a hacer eso, ¿qué hay acerca de las

otras cosas que se mencionan en esos versículos? ¿No deberían los seguidores de Cristo también poder beber veneno y no morir? ¿Y qué hay acerca de poder curar a la gente meramente poniendo sus manos sobre ella? Estas son preguntas pertinentes, ¿no es cierto? ¿Escrito por el discípulo Marcos? ¿A qué conclusión llevan todas estas preguntas? A que en alguna parte debe haber un error. De hecho, eso es lo que casi todos los modernos eruditos de la Biblia han concluido, a saber, que esas palabras —y no solo esas palabras sino todo lo que aparece en Marcos 16:9-20— no las escribió Marcos sino que fueron añadidas por una mano posterior. ¿En qué se basan los eruditos para llegar a esa conclusión? En la evidencia tanto externa como interna. Ante todo, está el significativo hecho de que dos de los más antiguos y más respetados manuscritos de la Biblia, el Vaticano 1209 y el Sinaítico, no contienen esta sección; concluyen el evangelio de Marcos con el versículo ocho. También hay varios manuscritos antiguos que contienen una conclusión corta de solamente un versículo más después del ocho; y otros manuscritos contienen las dos conclusiones. Así es que, algunos manuscritos terminan con el versículo ocho, otros tienen una conclusión corta, otros tienen una conclusión larga, y algunos hasta dan las dos conclusiones. Además de este testimonio de los manuscritos griegos, todos los cuales se combinan para arrojar dudas acerca de que Marcos haya escrito algo más allá del versículo ocho, varias de las más antiguas versiones (o traducciones) no contienen los versículos en cuestión. Entre éstas están antiguas versiones siríacas, armenias y etíopes. No es extraño que la conocida autoridad en manuscritos, el Dr. Westcott declarara que “los versículos que siguen [9 al 20] no son parte de la narración original sino un apéndice.” Entre otros conocidos eruditos que comparten la misma opinión están Tregelles, Tischendorf, Griesbach y Goodspeed. Eusebio, un historiador eclesiástico y Jerónimo, un traductor de la Biblia apoyan este testimonio de los manuscritos griegos y de las versiones. Eusebio escribió que la conclusión más larga no se encontraba en las “copias exactas,” porque “en este punto [versículo 8] se fija el final del Evangelio según Marcos en casi todos los ejemplares del Evangelio según Marcos.” Y Jerónimo, que escribió en el año 406 ó 407 E.C., dijo que: “En casi todos los MSS. griegos falta este pasaje.” Es muy pertinente aquí lo que la New Catholic Encyclopedia (1966), tomo 9, página 240, dice acerca de estos versículos: “La tradición de los manuscritos indica que el Evangelio originalmente terminaba en 16.8, pero que la conclusión más larga que está incorporada en la Vulgata fue añadida más tarde, llegando a ser ampliamente aceptada en el transcurso del siglo quinto. . . . Su vocabulario y estilo difieren tan radicalmente del resto del Evangelio que parece casi imposible que lo compusiera Marcos. . . . Marcos 16.1-8 es una conclusión satisfactoria para el Evangelio pues declara el cumplimiento de la profecía de la resurrección de Jesús.”

¿El estilo de Marcos? Note que la New Catholic Encyclopedia arguye que el vocabulario y estilo de Marcos 16:9-20 difieren tan radicalmente del Evangelio de Marcos que parece casi imposible que Marcos haya escrito esos versículos. Sí, el estilo de Marcos es llano, directo; sus párrafos son cortos y las transiciones son sencillas. Pero en esta conclusión, como lo menciona la Encyclopedia, “tenemos una serie de declaraciones cuidadosamente arreglada, cada una con su propia expresión introductoria.” Bien se le ha asemejado a un pedazo de raso roto prendido a un rollo de tela de fabricación casera. También está el asunto del vocabulario. En los versículos 9 al 20 se usan palabras que no ocurren en ninguna otra parte del Evangelio de Marcos, algunas palabras que no ocurren en ninguno de los otros Evangelios, algunas que no ocurren en ninguna otra parte de las Escrituras Griegas Cristianas. Estos versículos están compuestos de 163 palabras griegas, y, de éstas, 19 palabras y dos frases no ocurren en ninguna otra parte del Evangelio de Marcos. O, dicho de otra manera, en estos versículos hay 109 palabras diferentes, y, de éstas, 11 palabras y 2 frases solo ocurren en estos versículos. Pero la prueba más conclusiva de que Marcos no pudo haber escrito estos versículos y de que no son parte de la inspirada Palabra de Dios es su contenido. Como ya se ha declarado, no hay evidencia de que los seguidores de Cristo hayan podido beber veneno mortífero sin ser dañados, como se declara en el versículo 18. Aun en el caso del manipular serpientes es muy evidente que los manipuladores hacen todo lo que pueden para impedir que éstas los muerdan, y solamente las manipulan por cinco minutos a la vez. Además, estos versículos dudosos declaran que los once apóstoles rehusaron creer el testimonio de dos discípulos a quienes Jesús había encontrado en el camino y a quienes él se había revelado. Pero, según el relato de Lucas, cuando los dos discípulos hallaron a los once y a los que iban con ellos, éstos dijeron: “¡Es un hecho que el Señor fue levantado y se apareció a Simón!”—Luc. 24:13-35. Por lo tanto en vista de todo lo anterior, ¿a qué conclusión llegamos? Que Marcos 16:9-20 no es parte de la Palabra inspirada de Dios, y eso por las siguientes razones: (1) Estos versículos no se hallan en los dos manuscritos griegos más antiguos y más estimados ni tampoco en otros. (2) Tampoco se hallan en muchas de las mejores y más antiguas traducciones y versiones de la Biblia. (3) Eruditos antiguos como Eusebio y Jerónimo declararon que eran espurios. (4) El estilo de estos versículos es completamente diferente al de Marcos. (5) El vocabulario que se usa en estos versículos es distinto al de Marcos. (6) Y, lo que es más importante, el contenido de estos versículos contradice a los hechos y al resto de las Escrituras. Con respecto a estos versículos dudosos, se podría señalar que los añadidores no solo hicieron un trabajo muy deficiente sino que es muy posible que hayan partido de una premisa equivocada. ¿Por qué? Porque en realidad Marcos pudo haber concluido su Evangelio en lo que ahora es el versículo ocho. Entre los

que declaran que esto muy bien pudo haber sido, especialmente en vista del estilo brusco de Marcos, están Eusebio, Jerónimo y la New Catholic Encyclopedia así como Aid to Bible Understanding. Ciertamente hay consecuencias graves, hasta la muerte para algunos, cuando se hacen añadiduras a la Palabra de Dios, pasando por alto las repetidas advertencias. (Deu. 4:2; 12:32; Pro. 30:6; Rev. 22:18) Por otra parte, “el dicho de Jehová dura para siempre.”—1 Ped. 1:25. [Nota] Con respecto a este pasaje, una nota en la Biblia de Jerusalén dice: “No se puede demostrar que haya tenido a Marcos por autor.” ÍNDICE

g 3/10 pág. 23 Las serpientes en los ritos religiosos ayer y hoy Los manipuladores de serpientes fundamentan su práctica en el pasaje de Marcos 16:17, 18, que en parte dice: “Con las manos tomarán serpientes”. La ReinaValera y otras versiones bíblicas tradicionales incluyen estos versículos como parte del texto original. Sin embargo, otras versiones como la Reina-Valera Actualizada, la Versión Popular y la Nueva Versión Internacional señalan que estos versículos no aparecen en la mayoría de los manuscritos más antiguos del evangelio de Marcos. ÍNDICE

it-2 págs. 312-313 Marcos, Las buenas nuevas según Conclusión larga y conclusión corta. Hay quien ha pensado que Marcos 16:8 —que termina con las palabras “Y no dijeron nada a nadie, porque temían”— es demasiado brusco para ser la conclusión original de este evangelio. Sin embargo, en vista del estilo general de Marcos, no hay por qué razonar de ese modo. Los eruditos Jerónimo y Eusebio de Cesarea, del siglo IV, coinciden en que el registro auténtico concluye con las palabras “porque temían”. (Jerónimo, carta 120, pregunta 3, publicada en la obra Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinorum, Viena y Leipzig, 1912, vol. 55, pág. 481; Eusebio, “Ad Marinum”, I, publicado en la obra Patrologia Græca, París, 1857, vol. 22, col. 937.) Varios manuscritos y versiones añaden una conclusión larga o una corta después de estas palabras. La conclusión larga, compuesta de doce versículos, se halla en el Manuscrito Alejandrino, el Códice Ephraemi Syri Rescriptus y el Códice de Beza Cantabrigense. También aparece en la Vulgata latina, la Curetoniana

siriaca y la Peshitta siriaca. No obstante, se omite en el Manuscrito Sinaítico, el Manuscrito Vaticano núm. 1209, el Códice Sinaítico y la versión armenia. Ciertos manuscritos y versiones posteriores contienen la conclusión corta. El Códice Regio, del siglo VIII E.C., incluye ambas conclusiones, colocando en primer lugar la conclusión corta. Antepone una nota en cada conclusión, en la que dice que estos pasajes se hallan en algunas fuentes, aunque no reconoce la autenticidad de ninguna de ellas. Al comentar sobre las conclusiones larga y corta del evangelio de Marcos, el traductor de la Biblia Edgar J. Goodspeed observó: “La conclusión corta conecta mucho mejor con Marcos 16:8 que la larga, pero a ninguna de las dos se la puede considerar como parte original del evangelio de Marcos”. (The Goodspeed Parallel New Testament, 1944, pág. 127.) ÍNDICE

rs pág. 100 - pág. 101 Curación ¿No indica Marcos 16:17, 18 que la facultad de curar a los enfermos sería una marca de identificación de los creyentes? Mar. 16:17, 18: VV (1904): “Estas señales seguirán á los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios: hablarán nuevas lenguas: Alzarán serpientes; y si bebieren cosa mortífera, no les dañará: sobre los enfermos pondrán las manos, y sanarán.” Estos versículos aparecen en ciertos manuscritos y versiones de la Biblia de los siglos V y VI E.C. Pero no aparecen en los manuscritos griegos más antiguos, el Sinaítico y el Vaticano 1209 del siglo IV. El doctor B. F. Westcott, autoridad en manuscritos de la Biblia, declaró que “los versículos [...] no son parte de la narración original, sino un apéndice” (An Introduction to the Study of the Gospels [Introducción al estudio de los Evangelios], Londres, 1881, pág. 338). En el quinto siglo, Jerónimo, traductor de la Biblia, dijo que “en casi todos los códices griegos falta este pasaje” (The Last Twelve Verses of the Gospel According to S. Mark [Los últimos doce versículos del Evangelio según S. Marcos], Londres, 1871, J. W. Burgon, pág. 53). La New Catholic Encyclopedia, (1967), dice: “Su vocabulario y estilo difieren tan radicalmente del resto del Evangelio que parece casi imposible que Marcos mismo lo haya compuesto [a saber, los versículos 920]” (tomo IX, pág. 240). No hay ninguna constancia de que los cristianos primitivos hayan bebido veneno ni manejado serpientes para probar que eran creyentes.

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g88 8/5 pág. 27 Un antiguo manuscrito bíblico examinado a la luz de la tecnología espacial Algo de especial interés es la conclusión de Marcos. ¿Termina en Marcos 16:8, o existen más versículos, como ocurre en varios otros manuscritos antiguos? Si Marcos 16:8 apareciese al final de una página, se podría pensar que faltaba alguna página más con más versículos. La página obtenida por el proceso computadorizado muestra que Marcos 16:8 está hacia la mitad de la columna de la izquierda. Luego hay una fila de pequeños círculos seguidos de un espacio en blanco, y debajo comienza Lucas. Esto demuestra claramente dónde terminó el libro. No falta ninguna página ni versículo. ÍNDICE

w88 1/9 pág. 31 Preguntas de los lectores Preguntas de los lectores ▪ ¿Sería verdad que enfermos y personas con incapacidades físicas se sanaban en las aguas de Betzata cuando aquellas aguas se revolvían, como da a entender Juan 5:2-7? Si así era, ¿qué poder efectuaba aquellos milagros? En realidad el relato de Juan 5:2-9 no deja establecido si en un estanque de la antigua Jerusalén sucedían o no sucedían curaciones milagrosas. De un solo milagro podemos estar seguros de que sucedió allí: el que ejecutó Jesucristo cuando sanó a un hombre que había estado enfermo por 38 años. Podemos aceptar este milagro, porque el informe de él está en las Escrituras inspiradas. (2 Timoteo 3:16.) Pero muchas personas de la Jerusalén de aquel tiempo creían que allí habían sucedido otros milagros, tal como hoy muchos creen que en ciertos santuarios se efectúan curas milagrosas. Note lo que la Biblia en verdad dice, y lo que en realidad no dice: “Pues bien, en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, hay un estanque designado en hebreo Betzata, que tiene cinco columnatas. En estas yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y los que tenían miembros secos.———— Pero estaba allí cierto hombre que llevaba treinta y ocho años en su enfermedad. Al ver a este hombre acostado, y dándose cuenta de que ya por mucho tiempo había estado enfermo, Jesús le dijo: „¿Quieres ponerte bien de salud?‟. El enfermo le contestó:

„Señor, no tengo un hombre que me meta en el estanque cuando se revuelve el agua; y entretanto que yo voy, otro baja antes que yo‟. Jesús le dijo: „Levántate, toma tu camilla y anda‟. Con eso, el hombre inmediatamente se puso bien de salud, y tomó su camilla y echó a andar”. (Juan 5:2-9.) El estanque al que se hace referencia estaba cerca de la “puerta de las ovejas”, que evidentemente se hallaba en la parte nordeste de Jerusalén cerca del monte donde estaba el templo. (Nehemías 3:1; 12:39.) En excavaciones recientes en esta zona los hallazgos muestran que allí había dos estanques antiguos; fragmentos de columnas y basas indican que en los días de Herodes allí había un edificio que tenía columnatas, como dice Juan 5:2. Pero ¿qué creía la gente de entonces que podía suceder allí? Observe la raya larga en la cita de Juan 5:2-9 que se da en la columna anterior. Algunas versiones de la Biblia incluyen un pasaje adicional que numeran Juan 5:4. Esa añadidura dice más o menos así: “Porque un ángel del Señor bajaba al estanque de sazón en sazón y agitaba el agua; el primero que entonces se metía allí después de la agitación del agua sanaba de cualquier enfermedad que le aquejara”. Sin embargo, varias versiones modernas de la Biblia, entre ellas la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, omiten este pasaje. ¿Por qué? Porque según toda probabilidad no se hallaba en el Evangelio de Juan. Una nota a pie de página en la Biblia de Jerusalén dice que “los mejores testigos omiten” este pasaje. Con la expresión “los mejores testigos” se quiere decir los manuscritos griegos antiguos, tales como el Códice Sinaítico y el Vaticano 1209 (ambos del siglo IV E.C.), y versiones tempranas en siriaco y latín. Después de mencionar que „el versículo 4 no se encuentra en los mejores textos manuscritos‟, The Expositor’s Bible Commentary añade: “Por lo general se considera una glosa que se introdujo para explicar la agitación intermitente del agua, vista por el pueblo como posible fuente de curación”. Así que la Biblia no dice en realidad que un ángel de Dios ejecutara milagros en el estanque de Betzata. Pues bien, ¿había curaciones milagrosas cuando el agua se agitaba? Hoy nadie puede decir eso con seguridad. Puede ser que de alguna manera se desarrollara una tradición que aseguraba que algunos enfermos o personas con incapacidades físicas se habían sanado allí. Al esparcirse los relatos de supuestas curaciones, puede que personas desesperadas que anhelaban curación empezaran a congregarse allí. Sabemos que esto ha sucedido en diversos lugares en nuestros tiempos, hasta cuando no ha habido prueba documentada de curaciones divinas. Pero no debemos ver con escepticismo la curación que el Hijo de Dios efectuó en el estanque de Betzata. Sin siquiera entrar en el agua, el hombre fue curado instantáneamente por el Gran Médico. El hecho documentado de que él podía hacer aquello debe darnos razón para estar a la espera de las curaciones que realizará durante el Milenio que se acerca. Él sanará y ayudará a volver a la perfección a los humanos fieles. (Revelación 21:4, 5; 22:1, 2.)

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w71 15/2 págs. 120-121 Base para la Traducción del Nuevo Mundo Lo ya dicho explica muchas de las diferencias entre la Traducción del Nuevo Mundo y la Versión Valera y otras versiones antiguas. Las diferencias más notables constan de cosas que aparecen en las versiones más antiguas que no se encuentran en las versiones posteriores o que se muestran solo en las notas al pie de las páginas. ¿A qué se debe eso? A que la mayoría de los errores de los copistas son añadiduras al texto más bien que omisiones. Así, hoy los doctos bíblicos concuerdan en que los últimos doce versículos del Evangelio de Marcos (16:9-20) y los primeros once versículos del capítulo ocho del Evangelio de Juan no formaban parte de los escritos originales. Tampoco formaban parte de ellos las palabras “en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra,” que se encuentran en 1 Juan 5:7, 8 en las versiones Valera y Torres Amat. ÍNDICE

w72 15/1 pág. 57 ¿Deben ayunar los cristianos? ADICIONES POSTERIORES AL TEXTO INSPIRADO Sin embargo, quizás alguien pregunte: Cuando los discípulos de Jesús no entendían por qué no habían podido expulsar a cierto demonio, ¿no dijo Jesús: “Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno”? (Mar. 9:29, Versión Valera [9:28, Torres Amat]) No, él no dijo esto, porque los más antiguos y mejores manuscritos no incluyen las palabras “y ayuno.” Evidentemente estas palabras fueron añadidas por copistas de la Biblia. Parece que estos copistas abogaban por el ayuno y lo practicaban y por eso añadieron referencias a ello repetidas veces donde no se encontraban en copias más tempranas. Esto es cierto no solo en el caso de Marcos 9:29 sino también de Mateo 17:21, donde insertaron la entera oración citada arriba; de Hechos 10:30, donde a Cornelio se le hace decir que ayunaba; y de 1 Corintios 7:5 (Versión Autorizada), donde se dice que Pablo lo recomendó a los matrimonios.

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w70 15/6 pág. 358 ¿Qué es lo primero... su iglesia, o Dios? El hecho de que es necesario hacer tal selección se puede ilustrar bien al examinar la doctrina misteriosa de la “Trinidad.” Este es un dogma básico de la Iglesia Católica Romana, y se requiere que todas las doscientas y más iglesias que pertenecen al Concilio Mundial de Iglesias crean en el concepto trinitario de “un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.” No obstante, no se puede hallar la palabra “trinidad” en ninguna parte de la Biblia, y del único versículo que contiene una expresión clara de este dogma (1 Juan 5:7 en la Versión Torres Amat católica y en la Versión Valera protestante) se reconoce que es una añadidura espuria al texto inspirado. La fraseología insertada no aparece en traducciones recientes, como la Versión Latinoamericana y la Hispanoamericana protestantes o la Biblia de Jerusalén, católica, que declara en una nota al pie de la página: “El texto . . . entre paréntesis [en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno] . . . ausente de los mss griegos antiguos, de las antiguas versiones y de los mejores mss de la Vulg[ata], . . . parece una glosa marginal introducida tardíamente en el texto.” Evidentemente se hizo que estas palabras fueran „introducidas tardíamente en el texto‟ para satisfacer una necesidad apremiante: no había prueba clara para la doctrina de la “Trinidad” en ninguna otra parte de la Biblia. ÍNDICE

g70 22/5 pág. 27 ¿Quiénes son los “tres que dan testimonio”? POR muchos, muchos años los versículos bíblicos de 1 Juan 5:7, 8 se usaban con el propósito de probar la Trinidad. Esto se debía a que contenían las palabras: “El Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son una misma cosa.” (Torres Amat) Según la doctrina de la Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas en un solo Dios, coeternas e iguales en poder, gloria y sustancia. Sin embargo, hoy rara vez se usan así estos versículos. ¿Por qué? Porque, como explica una reciente versión católica romana, la Biblia de Jerusalén, en una nota al pie de la página, “el texto de los vv. 7-8 está . . . ausente de los mss [manuscritos] griegos antiguos, de las antiguas versiones y de los mejores mss de la Vulg. [Vulgata],” y que por lo tanto “parece una glosa marginal introducida tardíamente en el texto.” En otras palabras, es espurio. ÍNDICE

w74 15/3 pág. 190 Una Biblia que aprueban El pasaje dudoso de Marcos 16:9-20 ha sido restaurado al texto regular pero con un espacio en blanco y una nota al pie de la página que dice en explicación: “Algunas de las autoridades más antiguas terminan el libro al fin del versículo 8.” Y de modo similar Juan 7:53-8:11 ha sido restaurado al texto, con una nota al pie de la página que dice: “Las autoridades más antiguas omiten 7.53-8.11.” Se ha seguido una norma similar en varios casos de porciones más breves. Versículos que fueron omitidos en el texto de la RSV, pero que aparecían en las notas al pie de la página, ahora se hallan en el texto con notas al pie de la página, que declaran que algunas autoridades los excluyen. Por consiguiente, a menos que el lector tenga cuidado, estará considerando todas estas porciones dudosas como parte del texto inspirado de la Biblia. Claro está que los protestantes cedieron más que los católicos en esto. ÍNDICE

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