PSICOLOGÍA SOCIAL DE LA MUCHEDUMBRE Y DE LA MODA

PSICOLOGÍA SOCIAL DE LA MUCHEDUMBRE Y DE LA MODA Kimball Young Biblioteca del hombre contemporáneo. Editorial Paidós. Bu

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PSICOLOGÍA SOCIAL DE LA MUCHEDUMBRE Y DE LA MODA Kimball Young Biblioteca del hombre contemporáneo. Editorial Paidós. Buenos Aires. Título del original en inglés: Social Psychology Publicado por Appleton Century-Crofts, Inc. Nueva York, 3ª Ed. 1956. Versión castellana de Irma Calderón. Impreso en la República Argentina. Queda hecho el depósito que previene la Ley Nº 11.723 1ª edición, 1969. Copyrigth de todas las ediciones en castellano by Editorial Paidós S.A.I.C.F Defensa 599, 3er. Piso – Buenos Aires.

Primera parte: EL COMPORTAMIENTO DE LAS MUCHEDUMBRES

CAP 2 LA SOCIEDAD DE MASAS Y EL COMPORTAMIENTO DE LA MUCHEDUMBRE. La naturaleza de la sociedad de masas. Pág. 40, líneas 11 – 41, línea 14. “Las características más importantes de la sociedad de masas pueden sintetizarse de la siguiente manera: 1) Se acentúa la racionalidad, la división de trabajo, la impersonalidad de los contactos sociales y la afirmación de sí mismo. Se carece de una cálida intimidad entre los individuos y de la emotividad derivada de la unidad, que es posible hallar en la familia y en otros grupos primarios. 2) Estas condiciones nutren un sentimiento de inseguridad personal, soledad, anonimia, un sentimiento de carácter incompleto de la respuesta, y una ausencia de las normas sociales. El sociólogo francés Émile Durkheim creó el concepto de anomia (anomie) que denota esta condición. 3) A partir de estas condiciones de anomia e impersonalidad, surge un fuerte deseo de relaciones sociales que restablezcan algo de la calidez emocional y del sentimiento de seguridad, que resultan tan necesarios. 4) Existe una generalizada actitud que subraya la igualdad de necesidades y satisfacciones entre las masas. 5) A pesar del acento puesto sobre la racionalidad, implícita en el sistema industrial, la alta división del trabajo, y en el sistema de recompensas individuales, como salarios, productos y prestigio, hay un notable incremento del pensamiento y la conducta del carácter irracional y emocional.”

CAP 3 PSICOLOGÍA DEL AUDITORIO.

Segunda parte: LA MODA CAP 1 LA CULTURA Y LA MODA. Pág 63, línea 18 -25 “Por ejemplo, las normas sociales requieren o demandan el uso de ropas. El estilo particular del vestido o la cantidad de ropa que se usa en un momento particular es dictado por las condiciones de la moda de la época. En tanto pauta cultural, la moda es una especie de ritual social que, según se supone, las personas obedecen. Los dictados de la moda pueden ser muy severos.” Agnes Brooks, hizo una investigación de las formas de las faldas, desde 1760 a 1937. CAP II LA MODA EN LA MASA Y EN LA CLASE. La difusión de las modas Pág 69, línea 1-6 “En nuestra época resulta muy evidente la democratización de la moda. Lo que hoy la mujer de clase alta ha calificado como de último estilo, mañana estará en el mercado de la clase media, y pasado mañana se hallará a disposición del comprador masivo de status pequeño burgués o más bajo.” La moda y el orden económico. Pág 72-línea 31, Pág 74 – línea 7. “Paul M. Gregory trató de demostrar que, en relación con el mercado, la moda es antieconómica. Vale decir, Gregory afirma que los cambios de la moda son producidos en gran medida por los diseñadores, los fabricantes y quienes hacen publicidad de los negocios de venta al por menor. En primer lugar, sostiene que los fabricantes provocan una gran sucesión de cambios en la moda al producir bienes ostentosos. En segundo lugar, indica que sobre los grupos de menores ingresos se ejerce una verdadera imposición, o explotación, pues ellos tienden a imitar los diseños de la moda para mejorar su status. Gregory también cree que la rotación frecuente de los elementos de la moda también destruye su utilidad. Por último,

sostiene que la moda y el cambio de la moda “da lugar a una competencia monopólica a través de la diferenciación de las mercancías producidas por los vendedores rivales, y que ellas crean nuevas imperfecciones en el funcionamiento del mercado al aprovechar e intensificar la ignorancia del consumidor”. En síntesis, de acuerdo con la economía tradicional, Gregory piensa que la venta de manías y modas tiende a impedir la elección racional. Si bien esta idea de la elección racional no encuentra fundamento en los estudios psicológicos de la conducta humana, es todavía sostenida por los defensores de la economía clásica. Gregory agrega: “A la larga, la libre elección del consumidor es más seriamente limitada por la moda que por la diferenciación común según marcas, puesto que los comerciantes generalmente no ofrecen los bienes considerados “fuera de moda”, aún cuando la gente los quiera. […] En esta forma […] limita la genuina variedad puesta a disposición de los consumidores”9 Estas concepciones, en primer lugar, olvidan totalmente el carácter irracional de gran parte del comportamiento humano. En segundo lugar, no comprenden que los cambios de la moda, aunque dirigen la atención hacia nuevas vestimentas, también contribuyen a la interacción del individualismo y del conformismo” Pág. 74, línea 19 - 36. “ Es probable que los extremos de la moda sean un aspecto de nuestra vida de rápido cambio y de nuestro contexto social algo superficial. Desde un punto de vista social, la tentativa de imponer a las personas cambios en la moda es, al parecer, insensata; no obstante, los diseñadores y los fabricantes tratan naturalmente de descubrir las tendencias de la moda y estimular nuestro deseo de estar al día. Los anunciadores modernos explotaron todos los principios de la sugestión y de la persuasión a fin de favorecer los cambios de estilo. Apelan al esnobismo, al deseo de mantenerse a la altura de los Jones, al espíritu de aventura y a la observancia de la convención social. Estas incitaciones manifiestas se basan en la psicología correcta. Constituyen métodos deliberados de poner en práctica los principios de control social.” Pág. 75, línea 11 – 23. “Otros estudiosos de la economía y del cambio de la moda trataron de descubrir algunas posibles correlaciones entre el cambio de los estilos y las variaciones de los ciclos comerciales. Por ejemplo, precisamente antes de la depresión de 1929 se cambiaron los vestidos estrechos y las faldas cortas por vestidos mucho más amplios y faldas más largas. Evidentemente, la confección de estas últimas supone el uso de una cantidad mucho mayor de material. Nos encontramos así ante una curiosa situación en la cual, por una parte, hay una declinación general de la productividad comercial, y sin embargo, por la otra, los fabricantes de vestidos se hallan en una situación próspera. Muchos artículos escritos respecto de esa época trataron de demostrar que el cambio representó una reacción psicológica ante los efectos de la depresión económica. Se sostuvo que las personas que pasan por tiempos malos tratan de sostener su yo mediante adornos. Ello ocurrió en períodos anteriores de declinación económica. No obstante, un serio intento realizado por Agnes Brooks Young demostró la imposibilidad de determinar esa correlación.” Pág. 78, línea 17 – 32

“ Millestein se refiere a los lentos cambios registrados en las ropas masculinas. Recuerda que el Departamento de Investigación de Columbia demostró en una de sus investigaciones que los hombres no tienen predisposición a vestir ropas que sean nuevas. Sienten cierta ansiedad o temor de estar demasiado bien vestidos. Millestein trata de averiguar por qué ello es así y porqué los hombres son conservadores, e indica tres factores que podrían explicar esos hechos. Primero, existe una pauta cultural respecto de lo que es masculino. Segundo, está la pauta del trabajo. Y, tercero, existe una fuerte presión favorable al conformismo. La posibilidad de ser considerados diferentes preocupa más a los hombres que a las mujeres.” Pág. 81, línea 27 – 81, línea 2. “ Al parecer, cada vez que se presenta un cambio notable en la moda, sale una persona con la idea de que es un hecho muy desafortunado que las mujeres sean tan tontas como para seguir esas tendencias irracionales. Ciertas minorías alborotadoras han hablado mucho acerca de la reforma de la indumentaria. Los médicos ocasionalmente hacen observaciones relativas al carácter antihigiénico de algunos tipos de indumentaria. Sin embargo, nunca debe olvidarse que la fuerza de la moda radica en los sentimientos y en las emociones, y no en el intelecto” Pág. 81, líneas 8 - 14 “En la moda - así como en el prejuicio, la conducta de masas, la opinión pública y la mayor parte de las actividades sociales- los hombres y las mujeres manifiestan una combinación de elementos ilógicos e impulsivos junto con los elementos racionales. Gran parte de la moda está dominada por el pensamiento fantástico, no por el lógico.” Pág, 83, línea 29 – pág. 84, línea 18. “Por supuesto, todo este análisis nos lleva a preguntarnos si la sociedad de masas no puede poner fin al cambio de la moda. Ello estaría relacionado con la constante estandarización de determinados productos. Además podría reflejar toda presión ejercida a favor del conformismo y la unidad en las sociedades de masas. En la medida en que conservemos la tendencia actual a acentuar el individualismo y la lucha por la conquista de status más altos, puede dudarse de que la sociedad de masas destruya el cambio de la moda según lo conocemos. Probablemente, eso podría ocurrir sólo si tuviésemos un tipo de gobierno muy regimentado y autoritario. Mientras gocemos de libertad individual, no hay muchas probabilidades de que se ejerza ese control. Por otra parte, sería un error pasar por alto los aspectos dictatoriales de la moda misma. Observamos este hecho al considerar el tipo de demanda y control masivos que se presentan en la moda. Hay un tipo de dominación que no podemos olvidar. Sin embargo, ello no equivale a lo que podríamos prever en caso de tener un gobierno autoritario que predeterminase las ropas y los estilos de la indumentaria que deberían seguir.”

CAPÍTULO III – PSICOLOGÍA DEL VESTIDO. Individualismo y conformismo.

Pág. 85, líneas 1- 6. “En cuanto a la personalidad, uno de los aspectos más interesantes de la moda consiste en que ella proporciona una buena interacción entre el sentimiento de individualismo y diferenciación por una parte y, el conformismo social que es necesario para estar a la moda.” Hablan de un autor que trabaja con esto llamado Cobliner. Pág. 86, líneas 6- 26 “El sociólogo alemán George Simmel analizó esta paradoja del siguiente modo 13 : Para el establecimiento de la moda son esenciales dos tendencias sociales, a saber: la necesidad de unión por una parte, y la necesidad de aislamiento por otra. Si uno de estos dos elementos falta, la moda no se formará, su imperio acabará bruscamente […] Del hecho de que la moda como tal no puede nunca generalizarse mucho, el individuo deriva la satisfacción de saber que su adopción representa algo especial y sorprendente, mientras que al mismo tiempo se siente interiormente apoyado por un conjunto de personas que se esfuerza por lo mismo, y no, como es el aso con otras satisfacciones sociales, por un conjunto de personas que hace realmente la misma cosa.

La moda proporciona así a la personalidad un agradable equilibrio entre el deseo de conformismo, seguridad y solidaridad social, y el deseo de distinción, individualidad y diferenciación. El dominio entero de la moda depende de este equilibrio siempre cambiante entre el individualismo y el conformismo” La moda y la expasión del yo. Pág. 87, líneas 9 - 22 “Una segunda teoría afirma que el empleo de vestimentas se originó en las demandas humanas de el pudor. Algunos autores incluso llegaron a sostener que el pudor tiene una especie de fundamento instintivo, en particular respecto de la tendencia de cubrirse los órgano sexuales. Una vez más, difícilmente pueda afirmarse que esta teoría es respaldada por los hechos. En realidad, el tema de qué partes del cuerpo deben cubrirse y qué partes deben mostrarse – es decir, toda la doctrina del pudor- está ligado esencialmente con ese aprendizaje cultural que se relaciona con el desarrollo de la conciencia o superyó” Pág. 87, líneas 22 -29 “Una teoría mucho más justificable es la afirmación que las razones básicas de la aparición y el mantenimiento de la indumentaria se hallan en sus características decorativas. (…) Es interesante señalar que William G. Summer consideraba que la vanidad es uno de los motivos más profundos del hombre.” Pág. 89, líneas 8 – 17

“Toda la atracción del la moda y del cambio de la moda representa una extensión del yo. El individuo puede tratar de enaltecerse al máximo al usar ropas modernas y estar a la moda. Evidentemente, la indumentaria y los adornos constituyen puntos de anclaje del yo. Al aumentar los atractivos del individuo o al extender la propia forma física, la vestimenta puede considerarse como un importante aspecto de la conciencia de sí mismo.” Pág. 89, líneas 25 – 28 “En términos psicológicos, el deseo de cambio en la moda se asocia con un interés por divergir, por no confundirse con los demás. Los estilos que se usan demasiado tiempo terminan por aburrirnos.” Pág. 91, líneas 16 – 20 “Es probable que el deseo de cambio se relaciones con nuestros deseos egoístas de aprobación social. Arraigado quizás en los hábitos infantiles de exhibirse, de ponerse de manifiesto, llevamos este deseo hasta nuestra vida adulta.” Pág. 92, líneas 22 – 32 “La moda también es un medio para compensar nuestro sentimiento de inferioridad. Cuando vestimos a la última moda, se nos señala como pertenecientes a la élite. Como observó George Simmel, “vemos por todo esto que la moda proporciona un campo ideal para los individuos de naturaleza dependiente, cuya autoconciencia requiere, sin embargo, cierto grado de prominencia, atención y singularidad. La moda eleva aun al individuo sin importancia, y lo hace representativo de una clase, personificación de un espíritu colectivo.”