Proyecto Tesla

Proyecto Tesla Gabriel A. Bertolini Agradecimientos: En primer lugar a mi esposa Graciela y a Leo (mi Golden malcriado

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Proyecto Tesla Gabriel A. Bertolini

Agradecimientos: En primer lugar a mi esposa Graciela y a Leo (mi Golden malcriado) por haberme permitido quitarles tanto tiempo. A mi familia por haberme alentado y hacerme las lecturas del borrador. A mis amigos que me dieron ánimo para terminarlo y que me tuvieron que aguantar hablando del libro. A amigos que ya no están pero que me facilitaron conocer muchos de los lugares donde se ambienta la novela.

Sinopsis Nikola Tesla se une con Jules Verne para toda la eternidad. Lanza un desafío al futuro, alguien sabrá descifrarlo. Angelo Ricci es el elegido, pero el ser el tercer eslabón no le trae más que problemas. La NSA, el CESIS, la DGSE, el MOSSAD, la AFI, el CNI; todos quieren el secreto para ellos solos, por las buenas o por las malas. En medio de todos, dos amigos; mucha gente y pocos en quien confiar. Tesla, un científico a quien todos engañaron y robaron sus descubrimientos en vida, nunca hubiera imaginado que sus increíbles inventos, en vez de traer Paz y unir las Naciones, traerían una carrera que se llevaría por delante a quien sea. Algunos son buenos y parecen malos, otros son malos y parecen buenos; no hay que fiarse de nadie. CONSIDERACIONES LEGALES Queda prohibida, sin la autorización expresa y por escrito de la Editorial, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo privado o público. Texto con Propiedad Intelectual Registrada y todos los Derechos Reservados.

ACLARACIÓN: Todos los personajes son absolutamente ficticios y creación de mi mente salvo Nikola Tesla de quien he intentado respetar toda la descripción histórica que se posee de su carácter y particularidades. Cualquier parecido en el nombre de los protagonistas de esta novela, con una persona real, no es más que fruto de la casualidad. Las localizaciones geográficas en su mayor parte responden a lugares reales solo alterados en algún caso por necesidad del relato. Las organizaciones nombradas existen, pero la forma de actuar y el carácter de sus integrantes son fruto de mi imaginación y en ningún caso se corresponden con la vida real. Los países intervinientes tienen situaciones políticas y gobiernos imaginarios que pueden haber tenido en su pasado o tendrán en su futuro o jamás tendrán. Todo en la novela responde a elucubraciones que tenemos los escritores y en ningún caso han sido tomados de hechos reales, lo que no quita que puedan ocurrir o hayan ocurrido. G.A.B.

Para todo aquel que desee ampliar la lectura con Mapas interactivos y Links es altamente recomendable ir a su Web: http://gbertolini.wix.com/libros

o a su página de Facebook: https://www.facebook.com/guardianesdetesla

PRÓLOGO Nueva York, 7 de enero de 1935, 7:30 hs. Era una fría mañana con nieve que cubría las calles de Nueva York ese 7 de enero de 1935, Nikola Tesla no lo sabía pero su existencia terrenal terminaría en esa misma fecha 8 años más tarde. Vivía desde hacía poco en la suite 3327 de dos habitaciones (que en realidad era la unión de los cuartos 3327 y 3328 contiguos) del piso 33 del Hotel New Yorker en la esquina de la calle 34 y la octava avenida y no era una casualidad, siempre movía los hilos de su vida a través del número 3 y sus múltiplos; era una manía más de su complicada personalidad. El hotel era un feo pero gigantesco edificio compuesto por bloques rectangulares que se iba afinando hacia arriba hasta terminar en un gran letrero con el nombre del establecimiento. Con 2500 habitaciones, 5 restaurantes y 43 plantas era el mayor hotel de la ciudad por esos años. Construido al estilo de Art Decó no era bello de día pero a la noche con su gran iluminación, imponía su presencia en la silueta del Distrito Garment de Manhattan; para ello poseía la planta privada más grande de energía que proveía 2.200 KW. de corriente continua. Se levantó y, como si de una estudiada coreografía se tratase, comenzó su diaria rutina que consistía en ir a ver si su fiel compañera se encontraba en la ventana de costumbre; allí estaba, una blanca paloma aterida de frío y casi inmóvil se acurrucaba en un rincón del alféizar protegida del viento helado y de las nevadas recibiendo parte del calor del cuarto que se filtraba afuera. 1

Nikola Tesla era un ser complejo, adoraba las mujeres y las respetaba mucho pero jamás se había casado, posiblemente le hubiera resultado muy difícil encontrar a alguien que conviviese con sus peculiaridades. Delgado hasta parecer cadavérico, de etnia serbia, con cabellos negros y siempre peinados con raya al medio y con bigotes muy cuidados, tenía una elegancia que aún conservaba a sus casi 8 décadas de vida. Esa mañana abrió un poco las cortinas ya que el cielo totalmente cubierto dejaba pasar muy poco Sol y el día se encontraba semi-obscuro, situación que lo favorecía ya que últimamente la luz intensa lo molestaba tanto que solía estar todo el día casi en penumbras. El Gerente recibía numerosas quejas de su parte por los pequeños ruidos que ocasionaban los viajeros hospedados en sus cercanías, así que optó por no ocupar las habitaciones alrededor de la 3327, nadie a la derecha, ni a la izquierda, ni arriba, ni abajo, de esa manera tenía a su “raro” huésped conforme; incluso hizo quitar el timbre que sonaba cuando llegaba el ascensor a la planta 33. El cuarto de Tesla era atendido por 4 empleados hombres que no cambiaban salvo al completar sus turnos entre ellos, habían sido adoctrinados para esta función exquisitamente. El científico no soportaba a las personas con sobrepeso y era muy sensible a los olores corporales y a la higiene en general, por lo que los empleados del Yorker antes de acceder a su habitación, se lavaban muy cuidadosamente las manos para acudir a servirle. Generalmente comía en su suite y últimamente no salía más que lo estrictamente indispensable. Su comida consistía en platos sencillos siempre 2

vegetarianos ya que desde hacía muchos años no comía nada proveniente de los animales por los que profesaba una verdadera adoración. Probablemente haya sido uno de los primeros veganos de los que se tenga noticia. Hoy iba a ser un día especial, ya lo había decidido; tenía mucho que hacer, su gato de la infancia, Macak se le había aparecido en sueños y le había indicado el camino que debía seguir. Era común que recordara en sueños muchos episodios de su ajetreada vida. Su niñez se le presentaba siempre con el recuerdo de la muerte en un accidente de equitación de su hermano mayor Dane, cuando él contaba con tan solo 5 años de edad, también recordaba a sus 3 hermanas mujeres y a sus progenitores, un padre sacerdote ortodoxo y una analfabeta pero muy memoriosa madre que siempre le apoyaron y ayudaron mucho. Desde joven estuvo ligado a estudios de Ingeniería eléctrica y trabajos relacionados con la electricidad. Primero se trasladó a Francia y finalmente a Estados Unidos para ser explotado vilmente por Edison, un hombre sin escrúpulos que robó inventos y patentes de otros para su propio beneficio. Cansado de esta situación comenzó a abrirse camino en forma independiente gracias a su enorme inteligencia y visión de cosas para las cuales el mundo aún no se encontraba preparado. Tesla poseía una educación exquisita que le permitió relacionarse con lo mejor de la sociedad de esa época. Hoy vestía de traje negro con camisa blanca y corbata de seda en colores grises. Algo de la ropa que aún le quedaba de sus buenas épocas. Sonaron dos golpes muy suaves en la puerta, el desayuno estaba aquí. Siempre era lo mismo, así que 3

no esperaba nada especial; entró Robert, un tejano muy simpático que hablaba como cantando, estaba impecablemente vestido y olía suavemente a jabón; con sus 75 kg. y su metro ochenta entraba en los cánones permitidos del señor Tesla. Robert apreciaba a Nikola Tesla, tenía una charla muy interesante y lo trataba como a un igual, con respeto y deferencia así que esa mañana le había traído algo diferente. -¡Buenos Días ingeniero Tesla!. ¿Ha dormido bien?. Preguntó el tejano. -Ni bien ni mal, Robert; he dormido y a mis 78 años eso ya es mucho; gracias por preguntar igual. Contestó Nikola. -Me he permitido traerle algo especial; el cocinero hoy ha hecho unos panecillos dulces que se veían tan bien que le he traído algunos para que los pruebe. Dijo el mayordomo levantando un cubreplatos de acero inoxidable que dejó a la vista unas pequeñas bolas recién hechas que olían de maravilla. Nikola Tesla abrió los ojos en forma desmesurada y comenzó a respirar febrilmente. Con un hilo de voz le dijo: -Robert, le agradezco mucho su intención pero creo que ha olvidado usted algo. No puedo tomar objetos esféricos y eso incluye a lo comestible. En ese momento el empleado se dio cuenta de su error y disculpándose repetidamente volvió a taparlos y retrocediendo le dijo: -No tardaré ni 3 minutos y tendrá lo de costumbre, prometo que no lo olvidaré la próxima vez. Dicho esto salió casi corriendo de la habitación pero sin olvidar cerrar la puerta muy despacio. 4

El que luego sería reconocido como un genio en muchas áreas se quedó pensando. Empezó a enumerar mentalmente sus fobias y manías actuales que incluían cosas tan diversas como una repulsión física e irracional hacia las joyas y especialmente a las perlas, a los cabellos, incluso a veces a los suyos mismos y a una lista de objetos o formas muy ecléctica. ¿Sería normal esa actitud?. Estaba claro que por lo menos no era común, al menos no era algo nuevo, siempre había tenido “particularidades” a lo largo de sus años y cada vez sumaba nuevas cosas. En fin, ya era un hombre de mucha edad para la media de vida en esos años y lo poco que le quedaba tendría que ser soportado; eso era otra cosa, ¿Hasta cuándo lo soportarían?; ya no tenía casi dinero a pesar de haber sido un hombre rico en algunos momentos de su vida pero parece que el Hotel lo había tomado en custodia y sería su hogar hasta el final. Los pocos dólares que le entraban al ingeniero provenían de un estipendio que le daba el Gobierno Yugoslavo. Regresó a su escritorio frente a la ventana y comenzó a hacer lugar y tirar unos papeles para dejarlo limpio. Tenía un trabajo que hacer y ya se había entretenido demasiado con el tema del desayuno pero no quería comenzar antes de saber que no sería interrumpido hasta el mediodía así que se sentó a esperar. En cinco minutos regresó el hombre de Texas y golpeó suavemente otra vez la puerta. -Pasa, por favor Robert. El tejano avergonzado preparó rápidamente el desayuno en la mesa de comer y ya se retiraba cuando el ingeniero le volvió a hablar. 5

-Robert, no podré empezar a trabajar hasta tanto no vuelvas a por la vajilla así que, ¿Por qué no te quedas aquí conmigo hasta que termine de desayunar?, sólo serán 10 minutos y deseo preguntarte algo. -Señor, si no le molesto aquí me quedaré y puede preguntarme lo que desee. -Siéntate, por favor aquí al lado mío. Le dijo indicándole la única silla que quedaba libre. El empleado del New Yorker se sentó con la espalda muy recta al lado del casi octogenario. -Gracias hijo. Tengo que pedirte un favor. Mañana a esta hora tendré unos libros que quiero regalar a mi hermana Milka. ¿Podrías alcanzárselos a ella?. Desde ya que te pagaré. El tejano sabía que el anciano no tenía prácticamente dinero pero lo apreciaba mucho por su humildad y le respondió: -No es necesario que usted me pague nada y yo le llevaré los libros cuando usted me lo pida. -Nuevamente Gracias, este Hotel me lleva hasta el último dólar, jaja. Dijo el científico con un muy poco habitual sentido del humor. El empleado pensó si no sería una muestra de que estaba muriéndose; pero aunque en ese momento no lo sabía, aún le quedarían ocho años más sirviendo a ese extraño personaje. Hablaron de la nevada y Tesla, como siempre, le contó de sus nuevas inquietudes que consistían en fotografiar los pensamientos. Era bien conocido por sus teorías extravagantes y novedosas pero también por sus increíbles inventos por lo que nunca podían dejar de escucharse sus charlas ya que muchas veces

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encerraban grandes adelantos que el resto de los mortales ni se imaginaban. Terminado el desayuno diez minutos más tarde, el empleado recogió todo y lo dejó solo. El ingeniero se sentó frente a su escritorio. Por la ventana veía que continuaba nevando cada vez con mayor intensidad, mejor, así justificaba su encierro. Se disponía a hacer algo que jamás había hecho y era poner por escrito una de sus teorías. Su memoria era fotográfica y realmente poseía una virtud que bien podía compararse con un superpoder ya que ningún otro habitante de la Tierra lo tenía. Nikola podía leer un libro entero en poco tiempo y años después recordarlo íntegro y hasta saber el número de página donde había un gráfico que le interesara. Esta memoria sin duda lo ayudaba a hablar perfectamente 9 idiomas entre otras cosas. Hacía unos años, exactamente en 1921, un periodista de American Magazine, M.K. Wisehart le preguntó por esa extraña habilidad de percibir en su mente los inventos antes de llevarlos a la práctica y Tesla contestó: “-Llegué a la conclusión de que podía visualizar cosas diferentes. No necesitaba modelos, ni esquemas, ni experimentos, todos ellos estaban en mis pensamientos claramente. Esa habilidad de visualizar la obtuve en mis intentos infantiles de librarme de imágenes penosas; considero que he desarrollado un modo nuevo de materializar las ideas y planes creativos. Ese procedimiento tendría que ayudar a todos aquellos que tienen fuertes poderes de percibir cosas, no importa si se trate de los peatones, la gente trabajadora o los artistas. La mayoría empieza su labor 7

sin preparación alguna, por ejemplo, cuando tienen que cumplir una tarea. En este caso se pierden muy pronto en montón de detalles, en lugar de seguir la idea central; aunque sus intentos pueden dar resultado, la calidad no sería la misma. Ahora desearía presentar mi procedimiento: cuando tengo ganas de elaborar una idea, entonces la tengo en mis pensamientos por meses o años. Cada vez que puedo empiezo mi viaje a través de mi mundo de percepciones y sin ningún esfuerzo consciente pensando en el problema. Es una fase de "ideas tranquilas". Después sucede el período cuando pienso de diferentes posibilidades de resolver el problema; en esta fase concentro mi espíritu a la limitación del campo de investigación. Cuando empiezo a tratar el problema conscientemente, todas sus peculiaridades, a menudo siento que estoy al punto de resolverlo. Este es un sentimiento maravilloso porque entonces sé con gran seguridad que he resuelto el problema y que va a cumplirse mi idea. El sentimiento es tan real como si resolviera realmente el problema. He llegado a la conclusión que en ese momento la solución ya está presente en mi subconsciencia, aunque pase cierto tiempo hasta que se realice en mi mente. Antes de hacer el esquema en el papel, ya tengo la idea en mis pensamientos. En los pensamientos puedo hacer cambios en un aparato y mejorarlo, aún puedo ponerlo en marcha en pensamientos. A mis asistentes les puedo decir las dimensiones exactas de cada pedazo aislado, haciendo los esquemas escritos, y cuando se completan todos los pedazos, ellos caben como si las dimensiones fueran tomadas de un esquema ya antes planteado. No importa si un aparato funciona en pensamientos, o si lo hiciera en mi laboratorio. Los inventos elaborados de 8

este modo han funcionado muy bien, durante 30 años y no se les ha hecho ni un sólo cambio. Mi método es diferente, no me precipito al trabajo real. Cuando tengo una idea, empiezo erigiéndola en mi imaginación. Cambio la construcción, hago mejoras y manipulo el dispositivo en mi mente. Es absolutamente irrelevante para mí si pruebo mi turbina en pensamientos o en mi taller. Incluso noto si está desequilibrada. No hay ninguna diferencia, los resultados son los mismos. De este modo puedo desarrollar rápidamente y perfeccionar un concepto sin tocar nada. Cuando he ido tan lejos como para incorporar al invento cualquier mejora y veo que no hay ningún fallo por ninguna parte, le doy forma concreta a este producto final de mi cerebro. Invariablemente, mi dispositivo funciona tal como había concebido que debería hacerlo, y el experimento sale exactamente como lo había planeado. En 20 años no ha habido una sola excepción. La puesta en práctica de una idea rudimentaria tal y como se hace generalmente, sostengo, no es sino un gasto de energía, dinero y tiempo” Esto da una idea de lo especial que era este ingeniero; sus colegas necesitaban de muchos planos y gráficos antes siquiera de maquinar una simple pieza de engranaje. Volviendo a nuestra habitación de Hotel, encontramos al científico concentrado en dibujar y escribir en unas hojas de finísimo papel, el proceso podría compararse a sacar una foto de su mente y plasmarla en el papel. Tesla había llevado a la práctica infinidad de inventos revolucionarios, entre los más importantes podríamos nombrar a la corriente alterna, la radio, la 9

transmisión inalámbrica, aviones de despegue vertical, submarinos eléctricos, armas de destrucción masiva, radiotelescopios, etc. Además era el creador de los fundamentos de grandes desarrollos que permitieron dar un salto cualitativo a la humanidad que adelantó la ciencia de manera exponencial. Él consideraba valiosos sus aportes y sabía que había hecho millonario a muchos delincuentes como Edison, Marconi y otros pseudo-científicos que le habían robado sus ideas y se las habían apropiado. Pero tenía un as en su manga, mejor dicho en su mente; había un invento que realmente podía marcar la diferencia entre una sociedad esclava y una libre, en todos los aspectos. Ese invento era el que él estaba escribiendo; ¿Por qué lo hacía?. Porque la sociedad le había demostrado que aún no estaba preparada para este avance. Ya le había enviado una carta al Presidente Wilson ofreciéndole la construcción de un rayo tan poderoso que destruiría todo en un radio de 320 Km. y ni siquiera le habían contestado. En su interior sabía muy bien lo que la gente pensaba de él, que era un loco, un soñador o un desequilibrado de algún tipo; pero no se podía esperar otra cosa de una población mundial donde solo el 0.1% podía entender lo que era un campo electromagnético. Tendría que pasar tiempo, bastante tiempo para que alguien pudiera comprenderlo y hacer uso de ciertos inventos suyos. Hacía 4 años en 1931 había viajado a Buffalo N.Y. para instalar en un automóvil eléctrico Pierce-Arrow un dispositivo que le permitía obtener energía del entorno para funcionar; a pesar de que las pruebas fueron un éxito total, acusaron en los periódicos locales, a Tesla, de ser un siniestro personaje aliado con fuerzas oscuras del universo. Esta 10

ignorancia molestó tanto al ingeniero que desarmó todo y se volvió a Nueva York sin comentario alguno. Nikola fue muy amigo del escritor Mark Twain hasta su muerte en 1910 y admiraba a Jules Verne de quien poseía todos sus libros. Consideraba a Verne como a una versión de sí mismo literaria y pensaba que quien leyese sus libros tenía que ser una mente inquieta y creativa a su vez para ver más allá del entretenimiento que proporcionaban sus relatos; 30 años ya habían pasado de su muerte en 1905 y cada vez se le valoraba más, quizá así también pasase con él. Hoy él iba a unirse con Jules Verne para siempre, hasta que quizá la persona indicada los separase. Su obsesión había sido siempre el aprovechamiento de la energía que nos rodea, la eléctrica, la magnética, la solar; era un ferviente defensor de la energía gratuita y a pesar de que le había dado al mundo entero la posibilidad de electricidad gratuita e ilimitada los “poderosos” de siempre lo habían ignorado y ridiculizado. La torre Wardenclyffe fue un gran éxito y a pesar de que era capaz de extraer la energía del entorno gratuitamente y distribuirla o quizá, precisamente por eso, terminó siendo demolida hacía casi 15 años atrás. ¡Sí!. Él lo había conseguido y lo había demostrado, podía proveer gratuitamente de electricidad a cada uno de los habitantes de la Tierra a coste cero pero, claro está, esto terminaría con el negocio para Edison y otros muchos que se habían adueñado de la electricidad y no lo permitieron. Como todas las ideas que se forjaban en su mente, era brillante. El dispositivo que había diseñado podía proveer movimiento giratorio o rectilíneo con fuerzas

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que iban desde fracciones hasta ilimitados HP 1 teóricos con ningún consumo de energía externa más que aquella que se encontraba en el medio ambiente debida a la radiación cósmica. Sólo había un hueco en su razonamiento, sino ya lo hubiera construido, pero Tesla notaba que el tiempo se le acababa y la tecnología del momento no le ofrecía soluciones. Quizá en un futuro aquella persona que lo encontrase y entendiese, pudiese contar con la pieza que a él le faltaba. Él ofrecía al mundo futuro el 99 % de un invento que traería Paz y progreso a todos los rincones del planeta, y eso siempre fue su objetivo. Podía ocurrir que siempre faltase ese 1% y nunca se pudiese hacer realidad pero en su interior sentía que en algún lugar en el futuro se encontraba una persona de buen corazón que aportaría el ingrediente faltante de la receta. Toda la mañana estuvo escribiendo y dibujando, quería ser lo más detallista posible y eso le resultaba difícil por haber sido siempre una persona que resolvía los problemas más complejos dentro de su cabeza; a veces dibujaba solo una parte de un motor para explicarle a un ayudante lo que tenía que construir pero el resto de las piezas las tenía en su mente. En una oportunidad diseñó una turbina en su interior y cuando la puso en marcha dentro de su cerebro vio que giraba descentrada por una pieza pequeña mal diseñada; así de perfecta era su imaginación.

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N del A: Abreviatura en inglés de Horse Power que es una unidad de potencia. 12

Revisó una y otra vez las explicaciones y el dibujo porque sabía que sólo él podía hacerlo. Parecía mentira lo simple que era, todo el invento ocupaba dos hojas; un invento que representaría la diferencia entre barbarie y civilización puesto en una lectura de 10 minutos. Con paciencia cortó las hojas con una cuchilla afilada y se levantó para ir a la biblioteca. Allí tenía los libros que más atesoraba, éstos lo habían acompañado a lo largo de sus innumerables mudanzas por laboratorios y habitaciones de hotel. Casi no escribía pero le gustaba tomar pequeñas notas para perfeccionar sus inventos y llevaba una especie de Diario personal que rellenaba de manera irregular. En muchas oportunidades había tenido que dejar atrás como garantía de pago baúles llenos de esas notas, pero no le preocupaba porque todo lo necesario lo llevaba memorizado en su cabeza. Poseía muchos libros con dedicatoria de científicos y escritores, así como una completa colección con todos los libros de Verne que era uno de los pocos lujos que se había permitido comprar. Tomó entre sus manos el libro correspondiente a “L'Île mystérieuse”, era un bello ejemplar con grabados que reflejaban los distintos pasajes del relato así como planos correspondientes a la isla y a los inventos realizados para sobrevivir en ella. Tesla había conseguido un papel muy parecido al utilizado para los grabados en la impresión original en una imprenta de la calle 32 a solo 200 metros del hotel. Abrió el libro por la mitad y buscó una página equidistante entre dos grabados consecutivos. Con mucho cuidado extendió una franja muy fina de goma arábiga a lo largo de cada una de las dos hojas que acababa de escribir y las pegó como si de dos grabados más del libro se tratara. Era 13

un buen trabajo y solo alguien que leyera y mirara los grabados con atención podía descubrir que no tenían nada que ver con la novela. Volvió a colocar el libro en la biblioteca en su lugar y satisfecho se sentó mirando caer la nieve por la ventana a esperar la comida del mediodía con una sonrisa en sus labios. El resto del día se dedicó a pensar en el tema que ocupaba ahora su mente que era la obtención de material radioactivo a partir de minerales que no lo eran. A la madrugada siguiente antes del amanecer estuvo dándole vueltas al tema de darle la colección de Julio Verne a su hermana y decidió que por el momento se la quedaría y ya decidiría qué hacer con ella. Cuando Robert vino con el desayuno le preguntó cuándo le daría los libros para llevar a su hermana y él respondió que por el momento no hacía falta llevárselos y nunca más se volvió a hablar del tema.

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Nueva York, 7 de enero de 1943, 7:30 hs. Robert llegó a la habitación 3327 del New Yorker como venía haciéndolo cada día de los últimos 10 años con el desayuno del Ingeniero Tesla en una bandeja. El anciano duraría muy poco tiempo más, se había deteriorado mucho los últimos tiempos y su salud era muy frágil. Lo que es aún peor, su mente ya no era lo de antaño y él se lo había encontrado hablando solo muchas veces y su charla era confusa y difícil de seguir. Según había podido averiguar tenía 86 años cumplidos ya que su cumpleaños era en julio y era la persona, que él haya conocido, más longeva; no sabía de nadie que hubiese superado los 80 años en su entorno. Se acercó a la puerta y golpeó dos veces, poco a poco había tenido que golpear cada vez más fuerte a lo largo de los años a pesar de la recomendación del científico que pedía que todos los sonidos a su alrededor fueran bajos en intensidad. Junto con otros achaques de la edad había desarrollado una sordera progresiva que acentuaba su ensimismamiento e introspección. Esta vez esperó un poco más que de costumbre y volvió a golpear un poco más fuerte, siguió esperando y golpeó una tercera vez acompañándolo de un llamado junto a la rendija de la puerta. -¡Ingeniero Tesla, el desayuno!. Dijo en voz alta el empleado del hotel. No recibió ninguna contestación ni sonido del interior del cuarto. Descendió en el ascensor con el pecho oprimido porque temía lo peor y para él no se trataba de otro huésped cualquiera, le había tomado tanto cariño como a su propio abuelo. 15

Mr. Shadow, el Gerente del New Yorker se encontraba hablando con el personal de limpieza cuando acudió Robert a su lado aún con la bandeja del desayuno en su mano izquierda. El Gerente estaba impecable como todos los días, vestía un chaleco rayado encima de su camisa blanca almidonada con sus pantalones de color negro. -¡Señor!. El Ingeniero Tesla no contesta en su habitación. Le comunicó el tejano al Gerente. Éste sin decir una palabra se dirigió a su oficina y regresó unos segundos después a su lado con unas llaves en su mano y le dijo: -Señor Stanley, deje la bandeja encima de esa mesa y sígame. -Sí señor. Contestó el empleado. Subieron las 33 plantas en ascensor guardando completo silencio. Al llegar, el Gerente le dijo: -Quiero que sea usted testigo de todo lo que ocurra de ahora en más y que luego lo recuerde tal cual suceda. En esta oportunidad, el Mr. Shadow golpeó una sola vez fuertemente y al mismo tiempo casi gritó –¡¡Señor Nikola Tesla!!. Nada, silencio total. -Estoy esperando 2 minutos, ¿Lo ve Señor Stanley?. Dijo mostrándole el reloj de bolsillo a su empleado. Éste asintió brevemente con la cabeza. El Gerente sacó una llave de su bolsillo, la introdujo en la cerradura y la hizo girar. Entraron ambos al cuarto que estaba totalmente a obscuras y abrieron las cortinas para que entrase la poca luz que a esas horas venía del exterior.

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Inmediatamente lo vieron, estaba tirado en el suelo cercano a la puerta del baño. El Gerente tomó el auricular del teléfono de la mesilla al lado de la puerta y dijo: -Telefonista, habla Mr. Shadow; avise a la policía que el Ingeniero Tesla ha muerto en su habitación, que vengan inmediatamente. Mirando a Robert Stanley que estaba congelado y boquiabierto frente al cadáver le indicó: -Sr. Stanley, está en camino la policía y nos preguntará como lo hemos descubierto, así que reaccione y compóngase antes de que lleguen. No era ni el primero y seguramente tampoco sería el último huésped del New Yorker que moría dentro del hotel, así que el Gerente tenía muy claros todos los pasos a seguir; lo que no sabía era que éste no era un muerto más. A las 8:35 hs., o sea 17 minutos después del llamado, se presentaron ¡7 personas! con trajes negros que parecían hermanos mellizos en el hall del hotel. Preguntaron por el Gerente y se dirigieron como en un ballet al piso 33. Cuando salieron del ascensor, en la puerta de la habitación se encontraban los dos descubridores del muerto. -Buenos días Mr. Shadow. Entendemos que ha muerto el Ingeniero Tesla. Dijo un hombre alto con pelo muy corto. -En realidad, aún no sabemos siquiera si está muerto. Respondió el directivo del hotel. -¡Cooper!. Constate el estado de Mr. Tesla. Gritó mirando hacia unos de sus hombres. 17

Uno de los mellizos se adelantó, se agachó junto al cuerpo y en 15 segundos dijo: -Está muerto Oficial. Sentenció el hombre de traje. -Perdón, pero, ¿Son ustedes la policía?. Preguntó Mr. Shadow un poco confundido. -Oficial Smith, del FBI. Se presentó el rubio alto, mostrando una placa dorada con las letras F B I en bajorrelieve. -Nosotros nos haremos cargo a partir de ahora; pueden bajar a tomar un café o continuar el día como acostumbren, les avisaremos cuando terminemos. Continuó. Totalmente sorprendido el Gerente del hotel preguntó: -¿No es necesario que le expliquemos cómo lo encontramos?. -Está claro que el Sr. Tesla ha muerto debido a sus años, ya haremos constar que fue encontrado por ustedes, no se preocupen. Le explicó el agente. Dicho esto se dio vuelta y empezó a dar órdenes a todos los mellizos. Robert Stanley y John Shadow bajaron hasta la entrada del hotel en silencio y al llegar a la planta baja el Gerente dijo a su empleado: -Robert, tiene el día libre a partir de ahora. -Señor, si me lo permite me gustaría quedarme aquí sentado en el lobby2 para saber que harán con el cuerpo del Ingeniero cuando termine el FBI.

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N del A: Se usa normalmente para la zona abierta en la entrada de un hotel. 18

Expresó tímidamente el oriundo de Texas con su canto melodioso, cuando bajaba todas sus defensas aparecía su acento más marcado que nunca. -No hay problemas si es eso lo que desea, pero manténgase apartado sin molestar a los demás. Dicho esto se dirigió directo a la oficina. En su cabeza tenía muchas preguntas sin respuesta. Durante sus 25 años en el hotel habían muerto varios clientes en sus habitaciones y siempre se trataba de lo mismo, llegaba la policía, los interrogaba por dos o tres horas y al fin se llevaban el cadáver. Pero, ¿El FBI?, ¿Qué tenía que ver el FBI con un muerto común en su hotel?. ¿Y eso de Smith?, más les valía venir encapuchados. En fin, el que menos sabe es el que mejor está. Robert se sentó en un mullido sofá y presenció el desfile interminable a lo largo de todo el día. Primero llegó por fin la Policía, pero solo se ocuparon de reservar dos ascensores para ellos solos y de desocupar espacio para dos grandes camiones negros en la puerta; aparentemente no les estaba permitido subir a la habitación 3327. Al poco tiempo bajaron una camilla con una bolsa negra que sin dudas contenía el cadáver de Nikola Tesla. Ante la pregunta de adonde era llevado respondieron que no sabían, y probablemente así fuese para los portadores de la camilla. Luego como si de hormigas se tratase (la analogía era muy buena debido al color negro de sus trajes) comenzó el trasiego de hombres con bolsas hacia los camiones. Alrededor de las 17 horas bajó el Oficial alto y rubio que fue el primero en llegar, según Robert que no se había movido de su sitio en todo el día (un compañero del hotel le había alcanzado un

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sandwich y una Coca Cola a eso de las 13 hs.) el oficial no había bajado nunca hasta ese momento. El tejano se acercó y le preguntó: -Señor, ¿Dónde será el funeral del Ingeniero Tesla?. A lo que el Oficial respondió: -Calculo que dentro de 5 días podrá celebrarse su funeral sin problemas pero desconozco el lugar. Por cierto, ¿Puede avisar Mr. Shadow que ya puede limpiar la suite de Nikola Tesla?. Dicho esto dio media vuelta y se retiró, y junto con él también se fue uno de los misterios ocultos por todos aquellos que ostentan el poder. Cansado y hambriento, Robert, se dirigió a la oficina del gerente y justo cuando estaba por golpear la puerta, ésta se abrió saliendo Mr. Shadow. -Señor, me ha dicho el FBI que ya puede limpiar las habitaciones del difunto. -¿Desea subir conmigo, Señor Stanley?. Le preguntó el encargado del New Yorker y a continuación sin esperar una respuesta fue hacia los ascensores seguido de su empleado. Al entrar por segunda vez en ese día a las habitaciones donde había morado Tesla los últimos diez años, se encontraron con un panorama muy distinto al de la mañana. Solo quedaban todos sus libros en completo desorden sobre el escritorio y la ropa del anciano encima de la cama. -Quizá quiera quedarse con algún recuerdo del Señor Tesla. Dijo Shadow señalando el escritorio, a lo que el camarero respondió:

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-Si le parece bien querría quedarme con su colección de novelas de Jules Verne. -Señor Stanley, creo que no es secreto que el Gobierno yugoslavo le pasaba un pequeño estipendio al ingeniero que apenas alcanzaba para pagar su comida, así que me parece mejor que conserve su pluma como recuerdo y mientras yo, intentaré vender estos libros para saldar algo de la deuda que quedó en el hotel. El empleado agradeció a su jefe igual y se llevó la pluma de una humilde y agradable persona que terminó sus días solo y endeudado en una de las injusticias históricas más grandes de la humanidad. El Gerente descendió a su oficina y personalmente llamó por teléfono a una librería en la 6ta. Avenida que se encargaba de comprar lotes de bibliotecas privadas para luego vender en su establecimiento.

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Nueva York, 7 de enero de 1957, 7:30 hs. Samuel Hersh era un judío que poseía una librería donde se compraban y vendían libros por unidad o por lotes en cantidad. Tenía una tienda que ya contaba con 14 años de vida en la 6ta. Avenida. Había comenzado con un pequeño local que agrandó con la compra del contiguo al suyo gracias a un golpe de suerte que había tenido en el año 1943. Ese año en horas de la tarde de un frío día de enero lo había llamado el Gerente en persona del gigantesco hotel New Yorker para preguntarle si deseaba comprar unos libros que habían quedado olvidados por un huésped en una habitación. Siempre listo para comprar barato y vender caro, que era su filosofía de vida, cerró la tienda con un cartel de “Vuelvo en 10 minutos” y se dirigió al hotel a pie. A pesar del frío no se puso ningún abrigo porque no deseaba que se le gastase durante las horas de trabajo. Al llegar allí se dio a conocer y enseguida apareció el Director quien lo acompañó ascensores arriba hasta una habitación con mucho movimiento donde se afanaban varias mujeres del personal de limpieza, llegados al cuarto le señaló un escritorio lleno de libros y le dijo que se podía quedar con ellos por 30 U$S. Samuel evaluó rápidamente la situación y su olfato judío le indicó que estaba en la habitación de alguien que se había ido sin pagar y el Gerente intentaba saldar parte de esa deuda con la venta de los libros. Enseguida le respondió: -Señor, ¿Pretende quizá quedarse con la comida de mis hijos también?. Estos libros a pesar de ser muchos no podré venderlos sino a lo largo de muchos años y encima hay más de 70 escritos en francés, lengua que 22

en New York no habla nadie. Le doy 10 U$S y yo mismo me ocuparé de llevármelos ahora mismo si me presta un carro de esos donde llevan la ropa sucia las mucamas. Como el día había sido muy largo y quería terminar con todo de una buena vez, aún sabiendo que el librero lo estaba estafando vilmente, consintió y dejó que el judío se llevara los libros. Samuel Hersh pasó todo el día siguiente clasificando los libros. Su sorpresa fue mayúscula cuando descubrió que una gran cantidad estaban firmados por los propios escritores dedicados a un tal Nikola Tesla que creía recordar que era un loco que había acusado al gran Edison públicamente de ladrón. En realidad lo único que le interesaba eran las firmas de Mark Twain, Rudyard Kipling, John Muir o Julian Hawthorne entre otros. Rápidamente se dio cuenta de que tenía una mina de oro en sus manos. Separó los ejemplares firmados incluso muchas veces del resto de tomos del mismo autor, con total desprecio por los libros en sí y comenzó a hacer febriles llamadas a otros colegas libreros y coleccionistas a quienes finalmente logró venderles todos los ejemplares firmados por una suma cercana a los 30.000 U$S en total que era una fortuna en esa época. Probablemente los mejores libros desde un punto de vista de un bibliófilo, que era la colección completa de Jules Verne fueron relegados a un rincón de la librería con otros libros escritos en otros idiomas como polaco o ruso donde juntaron polvo hasta hoy, catorce años después. Samuel Hersh se había aburguesado mucho después de aquel gran golpe, compró el local contiguo, empleó a estudiantes a quienes pagaba una miseria y 23

duraban menos que un centavo en manos de un borracho; quienes le ayudaban en la librería. En realidad eran quienes trabajaban, se desplazaban a casas particulares a comprar, además de clasificar, ordenar y limpiar los libros, como también barrer, ir a comprar la comida al dueño, atender a los clientes que entraban a la tienda y todo esto por 4 dólares diarios que era menos de la mitad de un sueldo decente. Pero eran tiempos duros con muchos desempleados y pocos trabajos. Esa mañana miró el reloj y decidió quedarse en la cama algo más de tiempo ya que Anne, su nueva empleada tenía llaves y podía abrir la tienda sin su ayuda. A las 10 de la mañana llegó a la tienda y como siempre todo estaba mal hecho, esos libros no iban ahí, faltaba barrer, etc. Seguramente Anne engrosaría dentro de poco tiempo la extensísima lista de exempleados desde que había abierto el negocio. -Señor Hersh, ha llamado alguien que preguntó si tenía algún libro para vender. Se trata de un librero que recién ha abierto y necesita material para llenar su tienda; dijo que no importaba si eran extranjeros ya que estaba en un vecindario en donde vivían de todo menos estadounidenses, dejó un número de teléfono. Le indicó la empleada. No pensaba llamarlo “qué trabajen duro como él si querían salir adelante” pensó el judío. Pero de pronto vio la oportunidad de hacer lugar y transformar todos los libros extranjeros en dinero contante. Lo llamó y acordó un precio de 100 U$S por cada 50 libros que eligiera de la zona que le indicaría en su local.

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Al día siguiente llegó un hombre bajo, simpático que llenó varias cajas con libros en español, polaco y alemán que sabía vendería bastante fácil entre su vecindario; incluso se llevó una colección de 70 novelas de Jules Verne por el sólo hecho de que le gustaron aunque sabía que le costaría mucho vender.

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Nueva York, 7 de enero de 1977, 7:30 hs. Hoy era el primer día en que la tienda que había comprado, abriría las puertas con él como nuevo dueño. Isaac Ratcliff después de largas negociaciones con el anterior propietario de una librería en el renovado vecindario otrora repleto de inmigrantes y hoy de jóvenes profesionales en ascenso, había conseguido comprar una hermosa compra-venta de libros donde se mezclaban los libros antiguos con los últimos BestSeller’s. Le había costado una pequeña fortuna pero era un negocio que facturaba varios miles de dólares al mes y su anterior dueño había decidido que Florida tenía un mejor clima para irse a vivir con su mujer y disfrutar de la pesca y la playa ahora que sus hijos estaban todos casados. Al llegar al luminoso local pensó que una revisación del inventario que había heredado sería una excelente manera de comenzar el día mientras sus empleados se ocupaban de la clientela. En la pared había colgadas varias fotos de lo que parecía ser la misma tienda pero en los años 60. El propietario, por lo visto, había sabido llevar el negocio de una pequeña librería hasta lo que era hoy adaptándose a los cambios que imponía esa parte de New York. En este barrio se apiñaban hacía 20 años una mezcla de muchas nacionalidades representadas por grupos reducidos de inmigrantes de todo el mundo y poco a poco comenzó a avanzar una nueva configuración demográfica constituida por jóvenes abogados, corredores de bolsa, psicólogos y otros profesionales que encontraban las viviendas lo suficientemente económicas para comenzar su vida 26

laboral sin grandes erogaciones de dinero. Así el barrio hoy era totalmente distinto, con casas refaccionadas, modernas y todo el vecindario fue mutando hacia una clase media más acomodada. En este ambiente, la librería, pasó de vender recetas de cocina en polaco a textos jurídicos y comerciar con antiguos ejemplares de gran valor bibliófilo. Isaac, notó que los libros guardaban un orden específico; las novedades delante, los específicos más atrás, luego los usados y finalmente en el fondo aquellos libros que hacía 20 años, fueron los que levantaron la librería. De los libros escritos en otras lenguas solo quedaban muy pocos pero había una colección de Jules Verne en francés que llamó la atención de Isaac Ratcliff. No era muy lujosa pero poseía en su interior unos bellísimos grabados que la hacían muy bonita; decidió en ese momento que cuando pudiese la traería más adelante para que llamara la atención de algún potencial comprador, ya que podía sacarle un buen dinero. El único problema es que eran 70 libros y ocupaban mucho espacio pero luego los ubicaría.

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Nueva York, 7 de enero de 1997, 7:30 hs. Bernard Ponté estaba de paseo en Estados Unidos. Un viaje que había concebido en parte para negocios y otro poco de placer. Su esposa aún dormía en la espaciosa cama del hotel, pero anoche habían decidido que este día cada uno iría por caminos diferentes. Ya había comprado varias decenas de libros que había escogido en librerías a lo largo y ancho de Nueva York; desde ya no se trataba de libros comunes. Bernard era un librero anticuario que poseía una atestada librería en el Quartier Latin en París y se dedicaba a la compra-venta de libros que por una causa u otra valiesen más que su valor intrínseco ya sea por estar firmados por personas famosas, por ser ediciones de muy poca tirada, primeras ediciones o simplemente por alguna característica que los hiciese únicos. Allí en París tenía una caja de guantes descartables a la entrada y todo aquel que desease revisar sus ejemplares debía ponerse unos para preservar aquellos libros que fuesen los más frágiles. Dos días atrás, un colega le había recomendado una librería que quedaba un poco alejada del centro pero que merecía la pena ser visitada. Hoy iría mientras su mujer haría las compras de último momento antes de partir de vuelta a Francia. Se vistió con ropa muy elegante y se acomodó encima un abrigo de esos que cuestan varios cientos de francos en su país ya que el frío en estas fechas en New York no deja lugar al descuido, igual estaba soleado pero el astro calentaba menos que una vela de cumpleaños. Luego del desayuno, en la puerta del hotel se subió a un taxi que lo dejó en la puerta de una gran librería muy moderna con grandes vidrios que iban del 28

techo al suelo. No era el tipo de lugar en donde conseguía los libros que le interesaban a él pero ya que estaba ahí, entró. Comenzó a mirar en las mesas cercanas a la entrada pero solo estaban los libros de moda y de mayor venta en ese momento, además se ofrecía la posibilidad de consultar los catálogos en pantallas distribuidas por el local, nuevamente pensó que no estaba en el lugar indicado. Bernard era muy metódico y eso es lo que le había generado muchas ganancias, así que continuó mirando en cada mesa y en cada pared como si buscase algo en particular. Llevaba aproximadamente una media hora buscando por todos lados cuando comenzó a ser mirado por los empleados con atención. El empleado más antiguo de la librería que ya contaba con 45 años de edad le dijo al joven con acné que había empezado a trabajar hacía solo 2 meses: -Acércate y pregunta a ese señor si le podemos ayudar en algo. Sin responder nada el chico se acercó a Bernard y en baja voz le preguntó: -¿Podemos serles útiles en algo, señor?. A lo que contestó Bernard con fuerte acento francés: -Desearía revisar algunos libros antiguos por si encuentro alguno de mi interés. El joven le indicó con la mano al mismo tiempo que le decía: -Por aquí señor. Tenemos una sección especialmente dedicada a libros usados. Bernard lo siguió al interior y ya por el olor, ahora sí, notó que se encontraba en el lugar apropiado. 29

-Desde aquí al final hay libros usados que quizá le interesen. Si encuentra algo que quiera llevar puede dejarlo dentro de una de estas cestas y luego nos la trae a la zona de cajas. -Merci. Respondió Bernard por la fuerza de la costumbre. El empleado antiguo estaba conversando con Isaac Ratcliff que era el dueño de la librería desde hacía 20 años y el joven se acercó a ellos. -¿Qué buscaba?. Preguntó quien lo había enviado. -Creo que es un canadiense, que busca libros usados. Tiene un acento francés muy marcado así que dudo que encuentre algo en ese idioma que le interese. Respondió el chico. El joven, al escucharle hablar asoció su acento con aquellos de habla francesa más cercanos a su país. Al oír esto a Isaac le hizo clic algo en su cabeza. Recordó la bella colección de Jules Verne que tenía desde que había abierto la tienda y a nadie parecía interesarle a pesar de que tenía unos bellos grabados, y pensó que si era hábil podría vendérsela a este hombre. Se acercó lentamente hasta donde se encontraba mirando y se presentó: -Buenos días señor, me llamo Isaac Ratcliff y soy el propietario de esta librería. -Buenos días. Mi nombre es Bernard Ponté. También poseo una librería pero en París. Me dedico principalmente a la compra y venta de libros que posean algo especial, ya sabe, algo fuera de lo común. Dijo con un acento que no dejaba lugar a dudas sobre su origen. -Quizá tenga algo que puede interesarle, sígame por favor.

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A pesar de sus planes respecto a la colección, nunca había encontrado ese tiempo para hacerle lugar más adelante, así que se encontraba relegada a un rincón en el final del negocio. Lo llevó al lugar, tomó uno de los libros y abriéndolo en una página cualquiera se lo ofreció al probable comprador con estudiada ceremonia como si de una gran joya se tratase. Cuando el francés lo vio, Isaac sabía que la había vendido. Bernard no pudo ocultar que le brillasen los ojos con deseo de tenerlo. -Es una antigua colección con las novelas de Jules Verne escrita en francés y con grabados hechos en el año 1920. La tengo desde hace 20 años y sin duda en estos años no ha hecho más que aumentar su valor como antigüedad. Explicó el norteamericano. Monsieur Ponté examinaba con mucha atención el libro y fue tomando uno a uno el resto de los tomos hasta que había visto unos 10. -¿Todos están en estas condiciones?. Preguntó el librero francés. -Sí, en su momento los revisé uno por uno y ví que estaban completos y no les faltaba ninguna página. Bernard no paraba de mirar el libro que tenía en la mano y por un momento Isaac pensó que lo estaba leyendo ahí en la tienda. -¿De qué valor estaríamos hablando si me llevara la colección completa?. Al señor Ratcliff, aunque sabía que estaba a un paso de vender esos viejos libros la pregunta lo tomó por sorpresa. ¿Qué valor sería el adecuado?. Por un lado que no perdiese dinero y por otro que no asuste al comprador. Esos libros llevaban tanto tiempo ahí que nadie se había preocupado por actualizar su precio. 31

Cualquier valor sería dinero fresco ya que estos libros habían venido con la compra de la librería hacía 20 años y probablemente no se presentaría otra oportunidad para quitarse de encima 70 libros escritos en francés antiguo. -Creo que un precio razonable serían 1.000 dólares por todos. -Señor, debo llevarme estos libros al otro lado del Atlántico y eso cuesta dinero, si yo pagase eso no podría ganar nada vendiéndolos. Le ofrezco 500 dólares. Isaac sabía que podrían llegar a valer muchísimo más en Francia pero él jamás los llevaría allí para venderlos. No quería que los libros quedasen en su tienda de por vida. -Si me da 700 dólares ahora mismo se los hago llegar al hotel en que se encuentre hospedado embalados mañana a primera hora. El francés pensó que de conseguir venderlos en París haría un excelente negocio así que respondió: -De acuerdo, me parece bien. En poco menos de 15 minutos se había desprendido de unos libros que llevaban 20 años en sus manos y cuyas posibilidades de venderlos eran muy escasas. Se saludaron cortésmente y ninguno de los dos era consciente que acababa de cambiar de manos un tesoro invaluable.

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París, 7 de enero de 2007, 7:30 hs. Angelo Ricci terminaba de despertarse en la habitación del hotel Champs Elysées Plaza de París, una Suite Prestige con vistas a la Rue de Berri de setenta metros cuadrados. Le gustaba viajar y cuando lo hacía no se fijaba en gastos; además podía permitírselo. Alexis, su esposa, dormía a su lado y él se levantó a mirar por la ventana. Aún era de noche y las aceras brillaban, no llovía pero debía haberlo hecho en la noche. Miró en el termómetro exterior que había en un rincón del cuarto y vio que marcaba -3ºC, o sea que era muy probable que si seguía lloviendo cayera nieve. En París muchas veces por la polución la nieve no se acumulaba aunque la temperatura estuviera por debajo de 0ºC, pero cuando ganaba la nieve lo hacía por más de 24 horas generalmente. Fue y se preparó un café para despertarse, siempre comenzaba sus días temprano, era la hora en que mejor se encontraba, su biorritmo arriba del todo y con los sentidos agudizados. Afortunadamente París tenía un ritmo de vida que se acomodaba más a su persona, la gente se levantaba temprano, comía temprano y cenaba temprano; para él era lo más parecido a los horarios ideales de rutina. Esta costumbre a veces le traía problemas en España, donde vivía; pero las 14 horas era la hora de recomenzar el trabajo a la tarde y no de sentarse a una mesa a empezar a comer. Hoy tenían planeado salir a dar una vuelta por el Quartier Latin alrededor del Boulevard Saint-Michel y la Place Saint-André-des-Arts; era una especie de ritual para ellos, siempre disfrutaban todo un día en ese 33

barrio cuando estaban en París. Compraban algún libro interesante y comían en un pequeño restaurante en una mesa afuera con el bullicio de la calle; tenía toldos y estufas exteriores así que lo podían hacer verano e invierno. Alexis era un animal de tarde, tardaba mucho en tener la conciencia activa por la mañana y parecía que se moviese en cámara lenta hasta que desayunaba y volvía a la vida. Angelo la movió suavemente hasta despertarla y dejó que la naturaleza siguiese su curso sin hablar ni una palabra. Su esposa se levantó y sin siquiera mirarlo se metió en el cuarto de baño. Después de desayunar en el hotel, un chauffeur los llevó en un automóvil también provisto por el establecimiento, totalmente sin cargo. Angelo era un huésped que venía no menos de 60 días al año y siempre se hospedaba en las mejores suites por lo que gozaba de ciertos privilegios especiales y era muy respetado por su buen trato y educación para con todo el personal en el hotel. A indicaciones de Angelo los dejó en la rive droite 3 justo antes del Pont Neuf. Eran una pareja muy elegante que parecía salida de un desfile de ropa, en Francia solían vestir mucho más formal que en España donde quedaban mucho más disimulados con unos abrigos deportivos de nylon y plumas que con sobretodos de paño de Armani. Cruzaron atravesando el extremo de L’Ile de la Cité llegando a la Rue Dauphine al otro lado y comenzaron su caótica y errática caminata por el Quartier Latin a la izquierda. Siempre llevando un paso muy lento 3

N del A: Ribera derecha del río Sena que atraviesa París. 34

disfrutando de los olores y del fresco aire, parecía que el tiempo mejoraría y se veían algunos trozos celestes entre las nubes. Al ir caminando por la Rue Séguier vieron una tienda sin rótulo con un pequeño escaparate donde se veían algunos libros. -¿Entramos aquí?. Preguntó Alexis. A eso de las 11 de la mañana entraron en una librería de frente estrecho pero larga como 50 metros hacia las entrañas de la manzana. Estaba atestada de libros hasta el techo y en la puerta había una caja de guantes desechables con un cartel que indicaba que estaban disponibles para aquellos que deseasen revisar los libros. Solo mirando algunos ejemplares Angelo se dio cuenta de que no estaba en una librería corriente. A pesar de llevar visitando Paris por muchísimos años e infinidad de veces jamás había entrado en este lugar y lo lamentó ni bien comenzó su búsqueda en las mesas. Vio que tenían libros muy especiales y originales. Encontró una colección de 5 libros que narraban episodios aeronáuticos de la Segunda Guerra Mundial en donde habían tomado parte Pilotos franceses e inmediatamente los llevó 5 metros más adelante donde había una caja y un hombre sentado detrás con no menos de 5 monitores que mostraban todos los rincones de la larga tienda con sendas cámaras. -Parece que no podré llevarme ni un BD4 sin que usted se entere. Le dijo con una sonrisa en los labios.

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N del A: Band Dessiné=Revistas de Cómic. 35

Inmediatamente el dueño, Bernard Ponté; miró las manos de este cliente y vio que se había puesto un par de guantes de la caja de la puerta y eso le indicó que estaba ante una persona respetuosa de las reglas. A muchas personas que entraban a la librería había que recordarles constantemente que no se trataba de una venta de libros callejera, de las que había muchas en el barrio; aquí los libros eran valiosos y generalmente su precio era discutido entre personas que conocían el mercado. -Magnífica elección, es una colección que acabo de comprarle al nieto de uno de los protagonistas de estos libros. Si se fija en el Tomo 3 que es donde aparece, hay una dedicatoria del editor para él. Probablemente formarían parte de los ejemplares que el editor regalaba a los protagonistas de los relatos. Angelo abrió el Tomo indicado y efectivamente ahí estaba. Supo que tenía que comprarlos. -Me parecen magníficos, yo también vuelo y estas historias a veces me ponen la piel de gallina. -¿Vuela en Le Bourget?. Preguntó Bernard, refiriéndose a un Aeropuerto al norte de Paris muy conocido por sus Festivales aéreos bianuales. -No, no. Vivo en España y normalmente vuelo en ese país aunque ahora he venido con un pequeño avión al Aérodrome de Saint-Cyr-l’École al oeste de Versailles. -Pero usted no es español, habla el francés como un nativo de aquí y eso en un español no suele darse, señor… -Ricci, Angelo Ricci. Le dijo extendiéndole la mano derecha quitándose el guante. 36

-Ahhh, italiano. Me llamo Bernard Ponté. -Casi señor Ponté, soy argentino pero de origen italiano. Mientras ambos hombres continuaban charlando, Alexis recorría la librería. En un momento dado se acercó a ellos y dijo: -Perdón por la interrupción pero he visto algo que creo que puede interesarte, Angelo. Mirando al dueño, Angelo pidió disculpas y siguió a Alexis al interior de la librería. En un lateral, ocupando tres estantes había varios libros iguales con tapas de cartón y bastante descoloridos. Ricci tomó uno del medio e inmediatamente se quedó boquiabierto. Se trataba de las novelas de Jules Verne ilustradas con grabados de época magníficos. Buscó el último Tomo y como se estilaba antiguamente en las colecciones, al final de la última página figuraba un año: 1930. Probablemente se tratase de una edición hecha con motivo de los 25 años de su muerte que había ocurrido en 1905. Desde donde estaba y aprovechando que el local se encontraba vacío, llamó a Monsieur Ponté. Éste se acercó con parsimonia hasta donde se encontraban ellos sabiendo por el lugar en el que se encontraban qué era lo que les había llamado la atención. -Dígame algo de esta colección Monsieur Ponté. -Esta colección la compré hará unos diez años en Estados Unidos. Se trata de 70 libros con las novelas de Jules Verne con grabados realizados a principios del siglo XX. Sobre todo los grabados son de una excelente calidad. Si le interesa podría dejárselos en un buen precio ya que su encuadernación no está en muy buen estado y es hora de que tengan un nuevo hogar. Dos 37

mil euros creo que es un precio muy bueno por toda la colección. Angelo también lo pensaba y accedió inmediatamente. Sin contestar nada al librero, giró y dirigiéndose a Alexis le dijo: -Alexis, a dos calles de aquí en el Boulevard se encuentra esa tienda donde tú siempre miras los bolsos, ¿Sabes cuál te digo?. Alexis asintió con la cabeza. -Bien, ¿Irías, por favor, a comprar un bolso con ruedas para llevarnos los libros?. Fíjate el tamaño de la colección completa y ten en cuenta que quepan todos. Yo mientras termino el arreglo económico con el señor Ponté. Alexis miró la colección completa estimando su volumen y salió a realizar el encargo. Bernard, sorprendido por la falta de regateo de parte del argentino quedó avergonzado pensando que se había aprovechado en el precio y deseaba arreglarlo de algún modo. -Señor Ricci, creo que me sentiría igual de bien pagado si dentro del mismo precio acepta llevarse también aquellos otros 5 libros que había elegido de aeronáutica. Tómelo como una atención de mi establecimiento. -Bernard, acepto de muy buen grado su obsequio y hoy estoy 75 veces más feliz. Dijo Angelo en referencia a la cantidad de libros que se llevaba. -Sé lo que los franceses aprecian el dinero en efectivo y por eso voy a responder a su gesto con otro de mi parte.

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Dijo Ricci sacando una cara cartera de cuero y extrayendo cuatro billetes de 500 Euros. Los ojos del francés se iluminaron y pensó que el buen presentimiento con el que se despertó esta mañana era justificado. -Venga por aquí, por favor, que prepararemos la factura. Mientras el francés rellenaba los datos para la factura, regresó Alexis e introdujeron todos los libros en el bolso con ruedas que había comprado. Se despidieron intercambiando sendas tarjetas y Bernard Ponté le dijo algo que solo mucho más adelante comprendió Angelo. -Si alguna vez no encuentra la salida en Francia yo puedo ayudarle a encontrar el camino o mejor dicho conozco a quienes lo pueden ayudar. En ese momento Ricci pensó que se refería al caos de calles, avenidas, autopistas y circunvalaciones para salir de París y no reparó en que el francés había dicho Francia y no París. Salieron de la tienda bromeando y riendo, arrastrando el carro con los libros. -Vamos ahora mismo de Philippe. Dijo Angelo. -Estará por cerrar. -Entonces vamos de prisa, jaja Philippe era un encuadernador conocido de Angelo Ricci al cual en muchas oportunidades le había comprado libros que la gente dejaba para encuadernar y luego no iba a buscar nunca. En el camino Angelo pensaba que debería autoenviarse los libros a Madrid porque el avión en el que había venido era pequeño y las dos plazas libres que le quedaban en el Velocity estaban ocupadas por

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las maletas y alguna cosa más que habían comprado en este viaje. Philippe vivía en una casa-taller así que siempre estaba en el domicilio. Apretaron un botón de un interfono y al cabo de 10 segundos oyeron: -Está cerrado. -Philippe, soy Angelo. -Aún así sigue cerrado. El humor de Philippe no había cambiado. Angelo le sonrió a Alexis y dijo a la rejilla del interfono. -Si no abres me iré con 70 libros para encuadernar a casa de Antoine y no sé si querré volver a verte. Antoine era otro encuadernador que ambos conocían aunque Ricci jamás le había comprado ni llevado trabajo. Se oyó un zumbido y Angelo y Alexis entraron directamente al taller en penumbras. Desde el fondo vino Philippe con cara de pocos amigos y directamente pidió: -A ver esos benditos libros. Alexis abrió el bolso, tomó uno de los libros y se lo alcanzó al encuadernador. Philippe le dio varias vueltas, lo abrió y lo revisó con atención. -Está bastante mal por fuera pero el libro en sí está impecable. ¿Son 70 en realidad?. -Sí. Respondió Angelo. -¿Qué quieres?. Podría hacer un buen trabajo con tapas de cartón o podría hacer 70 obras de arte en cuero.

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Angelo solo lo pensó un segundo. Adoraba esa colección a pesar de haberla tenido solo unas horas en su poder. -Quiero que cuando alguien la vea, la desee. -Ayer me llegó un cuero color verde ingles que creo que sería ideal. Con el nombre de la novela en dorado y en el lomo una fina línea color bordeaux; quedarían magníficos. Philippe amaba su trabajo y encaraba cada proyecto con pasión y poniendo lo mejor de sí. -Serían unos 200 Euros por libro, o sea 14.000 Euros y un mes de trabajo. -Philippe, no puedo esperar tanto, los quiero en diez días. -¡¡Imposible!!. Para eso tendría que tomar al menos a dos ayudantes. -¿Qué te parecen 20.000 Euros?. ¿Con eso podrías tomar a dos ayudantes?. -¡Contigo siempre es igual!. Encima ahora tendré que daros de comer porque a esta hora terminaréis en un Mc Donald y eso no lo puedo permitir en mi conciencia. Acto seguido, Alexis pasó los cinco pequeños libros de aeronáutica a su propio bolso y pasaron al interior de la tienda. A pesar de lo que indicaba el exterior, el interior de la vivienda era de un buen gusto y lujo inimaginables para quien viese el frente de la casa. Pasaron a través del salón en donde se podía ver lo último en tecnología de audio y video y llegaron al comedor donde se apreciaba que ya estaba comiendo Philippe solo. De la cocina salió una señora con delantal y vestida impecablemente debajo.

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-Madame Perrier. Sí, por favor, no digáis “igual que el agua”. Presentó Philippe. -Se encuentra a prueba y esta situación de dos invitados sorpresa servirá para evaluarla. Explicó el francés; sin que el comentario pareciese molestar a la señora Perrier. -Hay una especie de cooperativa de mujeres chef que se ofrecen para cocinar en las casas de personas o familias que, como es mi caso, adoramos la buena cocina pero no sabemos cocinar. Podemos tenerlas a diario o llamarlas cuando las necesitemos. Madame Perrier, por ejemplo, viene todos los días dos horas por la mañana y dos horas por la noche; aunque hoy seguro que tendré que pagarle horas extras. Madame Perrier, estos son amigos míos y es muy probable que no coman bien desde la última vez que estuvieron en Francia así que sorpréndalos con lo que tengamos en existencia y hasta puede traer una de esas botellas de vino que le tengo prohibido tocar. La señora, sonrió, conocedora de que estas muestras de mal humor formaban parte de una persona entrañable y magnánima como pocas. -Monsieur, haré lo posible porque no olviden esta comida. Y así fue; la comida fue excepcional consistió en una entrada de poêlée d’escargots à la crème d'ail persillée et bière et miel5, un principal de cuisses de canard en confit sauce aux girolles6, mousse au chocolat blanc7 de postre y como siempre el cierre con 5

N del A: Caracoles fritos con crema de ajo, cerveza y miel. N del A: Patas de pato confitadas con salsa de hongos. 7 N del A: Mousse de chocolate blanco. 6

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un trozo de fromage de chèvre frais8. Volvieron al hotel ahítos a las 15:30 horas. Angelo no hacía más que hablar y pensar en sus libros. Alexis sabía que los próximos diez días serían bastante monotemáticos. Unos diez días después Angelo recibió según lo prometido 70 bellos libros con una nota que decía: “Angelo, en el Tomo correspondiente a L'Île mystérieuse había un par de grabados pegados como si hubiesen sido agregados a último momento pero yo los incorporé al resto del libro para que no se despegaran, espero que sea de tu agrado como han quedado todos los libros” Angelo hacía varios días que tenía el lugar reservado en su oficina para toda la colección y no veía la hora de tenerla en su sitio así que no dio demasiada importancia a la nota pero se admiró de lo detallista que era el encuadernador y archivó en su memoria el dato. Poseía todas las novelas en una barata colección sin grabados, con papel amarillento y letra pequeña que había leído hace tiempo íntegra pero tenía pensado volver a leer todos y cada uno de los libros que había recibido hoy. Colocó los libros por orden alfabético en su librería y luego metió el primero en el maletín para llevárselo a su casa.

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N del A: Queso fresco de cabra. 43

Madrid, 7 de enero dos años antes de la fecha actual, 7:30 hs. Esta tarde había regresado temprano de su empresa y sacó el libro que había traído de la oficina unos días antes para continuar leyendo. Aquellos libros que había comprado de Jules Verne eran una real maravilla pero se tardaban en leer mucho tiempo ya que los grabados eran tan bellos que a veces se pasaba largos minutos mirando cada uno. Como los tenía ordenados alfabéticamente había llegado a la “L” y ahora le dedicaba toda su atención a L'Île mystérieuse. Desde pequeño esta novela lo había cautivado, la cantidad de inventos que habían desarrollado para poder subsistir en una isla desierta eran una muestra del ingenio de un visionario como era Verne. En esta colección cada invento estaba dibujado y explicado en un grabado y Angelo le dedicaba mucho tiempo a analizar cada uno. Ya estaba por la mitad del libro más o menos cuando giró el libro para poder analizar mejor el grabado. Lo primero que vio es que la letra era diferente al resto de los grabados e incluso hasta las líneas del dibujo eran distintas y en ese momento recordó la nota de Philippe el encuadernador. “Veamos que grabados merecieron la pena ser agregados a último momento”, pensó. Su mente científica se dio cuenta que había dibujos de piezas que no se encontrarían en una isla desierta y se levantó asustado del sofá donde leía. -¿Pero qué es esto?. Dijo en voz alta detectando un curioso dispositivo. Pasó muchas horas hasta las 4 de la mañana en que lo venció el sueño analizando las dos hojas de 44

grabados del libro y revisando si había otras similares. Parecían ser las dos únicas hojas con grabados de este tipo. Su esposa, Alexis, sabía que cuando se sumergía en la etapa creativa era mejor no molestarlo así que trató de parecer invisible toda esa tarde-noche. Por su parte Angelo a la mañana siguiente con apenas 3 horas de sueño se fue a la oficina en un estado de alerta anormal por el poco descanso que había tenido. Entró, saludó a Montse, su secretaría y fue directo a la fotocopiadora donde copió los dos grabados; a continuación con una fina cuchilla cortó los dos grabados del libro y los metió en la caja fuerte, por último devolvió el libro a la estantería. Ya sabía que pasaría mucho tiempo hasta que pudiese volver a leer tranquilo.

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PRIMERA PARTE La absorción de Tritón Madrid, actualidad, 22:00 hs. Capítulo 1 El radial VOR9 estaba seleccionado en el OBI10 y faltaban 6 millas para la cabecera de pista del aeropuerto de Anchorage, por lo menos eso era lo que indicaba el DME11. Verificó que la frecuencia del ILS12 estuviera sintonizada en la radio de navegación principal y mirando a la pantalla central en su panel de instrumentos centró la barra que indicaba su trayectoria en relación al ILS, cuando lo consiguió se relajó un poco. -Establecido en el localizador, Tritón 01. Dijo a través de un micrófono inalámbrico colgado de su cuello y apretando un botón rojo en el cuerno izquierdo del mando del avión. -Tritón 01, autorizado a aterrizar en pista 07 izquierda, temperatura 12 grados, visibilidad horizontal 2.000 metros, QNH 1015, viento de los 350 a 30 nudos,

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N del A: Radiobaliza para la Navegación Aérea del inglés VHF Omni Directional Radio Range. 10 N del A: Indicador de Rumbo del inglés Omni Bearing Indicator. 11 N del A: Equipo medidor de distancias del inglés Distance Measuring Equipment. 12 N del A: Sistema de aterrizaje por instrumentos del inglés Instrumental Landing System. 46

verifique el Glide Slope13 que va un poco alto, vuelva aterrizado. -Autorizado a aterrizar, copiadas las condiciones, corrigiendo altitud, volvemos en tierra, Tritón 01. El viento cruzado de 30 nudos hacía que llevar al Learjet sobre la prolongación del eje de pista imaginario fuese una tarea casi imposible, sin embargo el pitido de la baliza exterior del ILS indicaba que ya sólo quedaban 4.5 millas para llegar a destino y que estaba en el camino correcto, no era cosa de abandonar ahora. Volvió a mirar la indicación de la trayectoria vertical y corrigió descendiendo un poco. Angelo sudaba a mares, un problema que desde pequeño era motivo de broma entre sus amigos, pero su pericia a los mandos de ese complicado avión estaba logrando lo que parecía a priori una labor dificilísima. Un poco menos de gas en los aceleradores para reducir la excesiva velocidad y en medio de las sacudidas laterales, la baliza media suena indicando que está a tres millas de un buen café. Angelo repasa mentalmente la lista para aterrizar y baja 15º los flaps; ha volado con este avión más horas que nadie; la pista brilla en la oscuridad acechante por un lado y acogedora por otro. Al acercarse a tierra el efecto de su rozamiento hace que las rachas sean más inesperadas; mezclada con el radiofaro de la baliza interna comienza a sonar una insistente chicharra, pero ya es tarde, la masa de acero descontrolada va como en un tobogán cayendo a 140 nudos con el tren de aterrizaje metido aún en sus entrañas.

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N del A: Parte del ILS que indica la trayectoria vertical del avión. 47

El ruido es ensordecedor y Angelo no puede creer lo que ven sus ojos.

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Capítulo 2 Se pone de pie y estirando la espalda hace crujir todos los huesos de la columna anquilosada por la tensión; a pesar del calor que siente, fuera continúa nevando, mira por el ventanal lamentándose eternamente. Después de haberlo llevado desde Vancouver y haber luchado con ese maldito viento, no recordar sacar el tren era un error de principiante que él jamás cometería en circunstancias normales, pero desde luego, él no se encontraba en circunstancias normales; el stress de las últimas semanas estaba minando su autodominio. En este marzo especialmente frío, seguramente sería la última nevada del invierno. Aunque recordaba haber visto nevar en Madrid hacía muchos años en abril del 2.000 no era muy habitual ver nevar más allá de febrero. Tenía poco más de 40 años, nacido en Argentina, de padres italianos del norte, con ojos azul claro que parecía que todo lo veían. Tenía un porte llamativo, su presencia emanaba una autoridad innata. Desde afuera se lo veía recortado delante de los juegos de luces que hacía su salva-pantalla, disparado por haber dejado a su costoso ordenador sin atención durante más de 6 minutos, decían que no era bueno dejar los puntos iluminados en el mismo lugar en el monitor pero da la impresión que las máquinas ya se nos quejan por dejarlas solas. A Angelo le habían configurado especialmente una computadora con un procesador X8, suficiente capacidad y rapidez como para mover varios de los programas más exigentes a la vez, Unidades de almacenamiento para guardar todo lo imaginable, Una 49

pantalla muy fina y curvada de altísima definición que ocupaba toda una pared, dos más a los costados formando un ángulo envolvente, varios lectores y grabadores para almacenamiento externo ultra rápidos, un par de dispositivos láser para impresión y scanner y toda una parafernalia de periféricos de audio y vídeo que le permitían comunicarse con todo el mundo en voz e imagen a tiempo real, por lo menos así le habían dicho, porque, además de las pruebas hechas en su momento inicial, él no lo había utilizado jamás para esas cosas tan mundanas; prefería extraerle a cada uno de sus electrones toda su energía en esa fábrica de fantasía que era su simulador de vuelo con mandos iguales a los que se encontraría en un modelo real, ahí descargaba su adrenalina; como decía él, para no hacerlo en la calle. Se conectaba a la red mundial de vuelo online donde miles de Pilotos y Controladores reales volaban en condiciones muy similares a la realidad e incluso muchos entrenaban para luego utilizarlo en sus profesiones en la vida real. La simulación era tal que muchas veces las mismas fábricas de los aviones reales eran las que hacían los modelos que se utilizaban en forma virtual. La ciudad de Madrid aparecía abandonada, un poco por el frío, otro poco por la hora y porque desde su piso 20 casi no se veía hacia abajo a causa de la nevada; él no debería estar solo pero Alexis no estaba y sus reales amigos se encontraban a 12.000 km. de distancia. Poseía este apartamento de 140 m2 en una torre en el centro de Madrid para cuando necesitaba quedarse en la ciudad para levantarse temprano o para no regresar a su casa en La Florida cuando no estaba Alexis, para no sentir la soledad. 50

No era nada espectacular pero estaba en un edificio de “alto standing” y estaba 24 horas vigilado por un portero que no dejaba pasar a nadie que no estuviese invitado y después de verificar con el anfitrión directamente. Constaba de tres habitaciones, una con cama matrimonial para ellos dos, otra con dos camas de una plaza y otra acondicionada como despacho para poder trabajar ahí; también tenía una amplia y luminosa cocina y un gran salón con palier de entrada en donde se encontraba ahora mismo. Todo amoblado con un estilo moderno y brillante con predominancia de metal, cuero y vidrio; mirase donde uno mirase se veía que sus propietarios no eran personas a las que les faltase el dinero precisamente. Dejó el ordenador en “stand-by14” y encendió el televisor que ocupaba casi toda la pared de enfrente, como siempre no había nada interesante que ver; para él la televisión ya no era más que un modo de manejar a las masas ignorantes, decirles quienes eran los buenos y quienes los malos en un conflicto internacional, decidir por uno la ideología adecuada o la marca de pantalones de moda, dar información tendenciosa en cualquier aspecto siempre que favorezca los intereses de las minorías que ostentan el poder de los medios de información o desinformación, como se quiera ver; sin embargo, existía mucha gente a la que le costaba decidir y le bastaba encender la televisión para que le dijesen que posición debía tomar, ¿Para qué pensar?, si es lo que dijeron en TV; es más, mañana pagarán un montón de dinero y se abonarán a 14

N del A: En reposo, con todo apagado pero presto a reaccionar a cualquier acción del usuario. 51

un servicio de televisión por satélite diferente para que les digan lo mismo pero de 40 maneras distintas; de cualquier forma su monotonía le ayudaba a pensar. El teléfono sonó en el rincón izquierdo del ventanal que tenía asignado desde que lo instalaron los de la compañía telefónica, aunque jamás Angelo lo había utilizado desde ahí pues tenía cinco inalámbricos distribuidos por todo el piso. -Dígame. -¿Señor Ricci?. -Sí. -Soy el señor Du Prai, presidente de Infocom, disculpe la hora pero hemos estado reunidos con los ejecutivos de la empresa hasta ahora y decidimos modificar la oferta original que hemos hecho por su empresa. ¿Me oye?. -Sí, perfectamente (Apagó el televisor). -Si hemos de hacer la operación, por una cuestión de mercado, tenemos cierta prisa en concretarla. Angelo sabía a qué se refería, estaba por salir un nuevo procesador que revolucionaría el mundo de la informática, pero antes él tenía que decidir que hacer consigo mismo. -Señor Du Prai, no estamos hablando de vender un coche, hay 1.000 empleados y una red nacional en juego; como comprenderá no puedo darle a usted una respuesta telefónica. No sé como ha conseguido mi número particular pero le sugiero que se vaya a descansar y nos encontremos mañana a las 7:30 en mi despacho (Angelo se regía por los horarios de trabajo del resto del mundo y no de España para complicación de sus empleados que debían comer a las 12 y no a las 2:30 como se acostumbraba en España).

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Angelo se quedó esperando pues, como suponía, el clic de la comunicación iba a ser más fuerte de lo acostumbrado, y no lo decepcionó. Él, a continuación, presionó el botón que decía " end ". Estaba harto de la rutina y la oferta era más que tentadora, ése no era el problema, tenía todo lo que podía necesitar y más aún, el problema que le impedía decidirse de una vez, era qué iba a hacer después. Estaba, desde luego, ese viaje tranquilo que tantas veces había postergado y prometido a Alexis, pero, ¿Y después?. Era mucho dinero, pero eso de ponerlo en un Banco como le habían sugerido sus asesores, no iba con su forma de ser, él era activo por naturaleza y tenía que emprender algo, fabricar alguna cosa, un negocio, que no sea de papeles, eso sí que no, un negocio donde se pudieran tocar las cosas, donde hubiese empleados, no porque le interesasen esas doctrinas sociales que dicen que hay que invertir el dinero para que haya más trabajo, sino porque le gustaba organizar a la gente, decirles qué hacer, y disfrutar viendo como esos pequeños engranajes hacían funcionar una máquina mucho más compleja. El problema era no saber qué iba a hacer una vez que liquidase su Imperio Informático. Aunque hacía dos años que tenía dando vueltas en su cabeza algo tan grande que le dio miedo en su momento y le daba miedo pensarlo ahora; aunque inconscientemente sabía que en realidad estaba vendiendo todo porque ya se había decidido a cambiar el mundo aunque no sabía como hacerlo, todavía.

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Capítulo 3 Recordaba como había comenzado todo eso. De familia italiana emigrada, como muchos otros, había nacido, se había criado y había estudiado en Argentina. Allí también había comenzado su vida profesional con un próspero negocio de ordenadores hasta que un amigo (un "chanta15" como dicen ahí) le dijo: "Tenés que irte a España, los Gallegos (así se les llama a todos los españoles vengan de donde vengan) están en la Edad de Piedra en informática y podrías forrarte 16 ". Así que cambió sus aspiraciones de irse a países con gran desarrollo en ordenadores y típicos puntos de emigración de los argentinos como EEUU, Canadá, Australia o Francia; por algo más sólido, ya que en esa época estaba muy interesado en hacer dinero y el solo hecho de pensar que podría aprovecharse de un mercado virgen le seducía de un modo especial. Los comienzos no fueron fáciles, tuvo que luchar con la total ignorancia local en el tema pero poco a poco España también sucumbió a la tentación de las máquinas y primero en las empresas y luego lentamente en los hogares los ordenadores se fueron haciendo algo común. Empezó fabricando los antiquísimos 486 en un pequeño local de Argüelles, un barrio madrileño, y descubrió el modo de poder extender su red de ventas aunque la gente, como ocurría generalmente, no tuviese ni idea de lo que vendía; y el secreto fue el sistema de franquicias que se amplió muy rápido a partir de las grandes ciudades 15

N del A: Localismo argentino que se aplica a personas a las que se les da bien engañar a otros para obtener dinero. 16 N del A: Ganar mucho dinero. 54

como Barcelona, Valencia y Bilbao hasta llegar a más de 500 tiendas en muy breve tiempo. Esto lo hizo multimillonario rápidamente y, en un país donde el dinero de la persona le da su valía personal, consiguió que su entorno social se viese plagado de gente de todas las especies humanas, oportunistas, indeseables, estafadores y unos pocos sinceros. Actualmente Angelo era casi un solitario, su forma de ser, como dice él, es demasiado Argentina; directo en sus observaciones sobre los demás no se calla nada, sincero y dispuesto a perder su dinero o su bienestar si de hacer el favor a un amigo se trata, no encuentra en España quienes actúen igual que él, los "amigos" que hizo aquí no respondieron en momentos difíciles cuando los necesitó y eso ha hecho que, siendo una persona que creía en las demás, se transformara en un escéptico que ya "no quiere" amistades, se conforma con sus amigos de la niñez aunque vivan muy lejos. No tenía socios y, a pesar de que delegaba en otros las múltiples funciones de la empresa, le gustaba fiscalizar personalmente cada área. Esto era muy bueno para la compañía pero no tanto para las personas que le rodeaban ya que los hacía sentir siempre muy controlados; solo unos pocos habían llegado a trabajar en armonía con él. Era un hombre alto y de físico musculoso aunque nunca había hecho nada de ejercicios intensos para mantenerse. De pelo castaño y piel blanca, era un hombre que tenía el porte de aquellos nacidos para mandar, como un Capitán de Barco o un Comandante de Línea Aérea. A sus 42 años aparentaba diez menos y eso le otorgaba una ventaja adicional aparentando ser mucho más inexperto que lo que realmente era. 55

Capítulo 4 El señor Du Prai y cuatro de sus más altos ejecutivos traspusieron las puertas del ascensor en la planta trece de la Torre Picasso en el Centro Azca en Madrid cuando eran las 7hs. 14min., esto le había costado un enorme sacrificio y fuerza de voluntad pero, si Ricci quería que fuese temprano, él llegaría antes. Du Prai vestía un caro traje de tres piezas en el cual no se lo veía completamente cómodo, daba la misma impresión que cuando vemos a un deportista, al que acostumbramos ver en ropa deportiva, vestido de gala; tres venían con trajes normales y uno vestía una chaqueta que se notaba hecha a medida y muy cara pero encima de un jersey de cuello alto lo que daba un aspecto de informalidad de la alta sociedad. Montse, una hermosísima y simpática catalana les saludó -Buenos días, el señor Du Prai y sus ejecutivos, supongo, tengan a bien sentarse, por favor, el señor Ricci les recibirá enseguida. Se distribuyeron en sillones comodísimos de cuero que se encontraban a la izquierda del inmenso escritorio de la secretaria. En las paredes se encontraban varios grabados de época que se notaba que eran copias pero tenían marcos de muy buena calidad. La distribución permitía a la secretaria verlos a todos pero dándoles una falsa sensación de intimidad. Todo el gran ambiente olía muy aséptico e higiénico. Las instrucciones que había recibido a través de su teléfono móvil en forma de mensaje de texto ya le habían explicado lo que tenía que hacer. En Tritón Computer todo era muy sofisticado, Angelo era un amante de la electrónica y cada empleado era provisto 56

de un Smart-Phone17 que les permitía comunicación por Internet instantánea y la empresa estaba dividida en grupos de chat que formaban un árbol de comunicación donde cada departamento estaba en contacto con el resto de tal manera que los empleados podían comunicarse en forma individual o colectiva cuando quisiesen. Por ejemplo, si un empleado del departamento de Ventas necesitaba saber si ya había salido un pedido podía preguntarlo directamente a una persona en concreto que trabajase en Expedición o bien hacer la pregunta a todo el departamento para que contestase la persona correcta. Todos sabían que, antes incluso de lavarse los dientes, debían consultar si había mensajes dirigidos a ellos, un sistema de jerarquías numéricas (0=Angelo a 9=personal de limpieza) y prioridades (1=inmediato a 5=puede dejarse para mañana) bastaba para indicarles quien y para cuando enviaba y quería ejecutada la orden. Por eso esta mañana Montse había recibido el siguiente mensaje: Ir a las 7. Recibir a Sr. Du Prai. No hacer pasar hasta 7 hs 30 min. bajo ningún concepto. 0 (la jerarquía de Angelo) -1 (máxima prioridad que significaba, si no se cumple, a la calle). Du Prai saboreaba, ya con antelación, la satisfacción que tendría, cuando Angelo, llegase después que ellos y tuviese que disculparse, era una buena manera de empezar las negociaciones, con el otro arrodillado, como recordaba a los criados de sus padres en su niñez en Argelia. Era de tez morena, pelo negro y ojos marrones, ni muy alto ni muy bajo; todo él muy común, lo que no era normal era su mirada de ave 17

N del A: Teléfono móvil inteligente. 57

de presa, a veces solo con mirarlos hacía que la gente cambiase de opinión. El reloj de la pared no hacía ningún ruido, pues era electrónico, pero casi se podía oír el tictac imaginario de sus agujas, toda la habitación parecía que había sucumbido a una extraña extracción de ruidos ya que Montse escribía en un teclado, pero era uno de esos "touch" que no generan ningún sonido. Du Prai, recordaba cuanto había de cierto en aquello que le enseñaban en el Lycée de tiempo psicológico y tiempo real en la literatura. Quince minutos pueden ser muy pocos si son los que faltan para que salga un avión y aún estamos en el taxi o increíblemente largos en una habitación sin hablar, sin nada que hacer, nada que ver y encima nada que oír. El roce de sus ropas era lo único que rompía la monotonía, el segundero parecía que estaba siendo frenado por una misteriosa fuerza. La única persona que disfrutaba de esta espera era Du Prai quien aguardaba que en cualquier momento se abriesen las puertas del ascensor para dejar pasar a un arrebolado señor Ricci con las marcas del afeitado aún en su cara, helado por el frío de este marzo muy duro en Madrid. Envuelto en estas ensoñaciones no había oído que la secretaria les había dicho que pasaran al tiempo que tocaba seguramente algún botón oculto que abrió una maciza puerta de roble, la cual tenía todo el aspecto de abrirse como una puerta normal y corriente, y sin embargo sin hacer ningún ruido, como todo aparentemente ahí, se corrió para mostrar una visión digna de la mejor película de Hollywood. Al levantarse echó una mirada al reloj y vio que la manecilla del segundero pasaba por el 12 marcando exactamente las 7:30 horas.

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Capítulo 5 De pie, recortado en un cielo que ya estaba perdiendo su negrura profunda para dar lugar a esos tonos más claros que anuncian la venida del día, se encontraba Angelo, para desgracia de Du Prai, inmaculado con un traje de corte moderno, proveniente desde luego del país que mejor viste a los hombres, Italia, y de su diseñador preferido, Giorgio Armani. Su cabello siempre perfectamente cortado, su metro noventa (que numerosos problemas en camas, portales, tejados y transportes le provocaba en España diseñada para una estatura media de la gente muy inferior), su reloj Breitling Aerospace de titanio bicolor, deportivo y distinguido a la vez, parte de su colección de relojes de alta gama, sus zapatos Pepo's argentinos, su porte atlético y sus manos cruzadas levemente sobre el último botón de su chaqueta, le daban un aspecto muy lejano del que esperaba encontrar Du Prai, que fue el que inconscientemente y para vergüenza suya sintió como un calor especialmente intenso le subió por la espalda como ese que se siente cuando alguien está leyendo por encima del hombro una carta de amor no dirigida a él. Los cinco visitantes traspusieron la puerta y pudieron ver el aspecto de ese despacho, que sin ser lujoso mostraba al buen observador que los negocios que allí se llevaban eran fructíferos sin duda. Los muebles eran todos de madera noble hechos a medida y traídos especialmente de un pueblo de L'Aquitaine francesa donde trabajaba un ebanista al cual sus 70 años no le habían quitado esa habilidad que solo se observaba en los maestros italianos del siglo XVI, claro está que ya se reserva nada más que el trabajo fino 59

encargado por sus clientes más respetados dejando a sus aprendices el resto. El escritorio era todo un centro de control que contaba con tres monitores, cinco teléfonos, interfonos, CPU's, y toda una parafernalia electrónica que ella sola, consumía lo mismo que cuatro viviendas familiares, eso sí, con la obsesión de Angelo por el orden, todo era escamoteable de manera que quedaba una superficie inmaculadamente limpia y libre. Los sillones estaban tapizados con el mejor cuero que un amigo de Argentina le enviaba y que hacían que la oficina oliese como una cabaña de caza en Canadá, acogedora y cálida. Las maderas eran de una tonalidad obscura y los tapizados más claros, contrastando fabulosamente. Ante este panorama los ejecutivos de Infocom quedaron petrificados en la entrada dejando sólo el suficiente espacio para que detrás de ellos, imperceptiblemente, se volviese a cerrar la puerta. -Adelante. Dijo amigablemente Angelo. -No esperaba tanta gente, así que si les parece bien pasaremos a la sala de juntas donde estaremos más cómodos. Dicho esto, levantó levemente una mano señalando en la dirección donde segundos antes había una biblioteca y ahora desplazada ésta se podía ver una amplia habitación con una mesa y cómodos sillones para 22 personas. Aquí se invertían las tonalidades, siendo la mesa de madera clara lacada y los sillones de cuero marrón obscuro. El señor Du Prai encabezó la comitiva que pasó, cerrándola Angelo, que vio en los otros la indecisión para sentarse en la enorme mesa.

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-Esta mesa está diseñada para que se sienten las partes negociadoras una a cada lado con sus directores en las cabeceras, pero hoy una de esas partes es unipersonal, así para que no nos encontremos tan lejos ¿Qué les parece si me siento en un extremo y ustedes tres a un lado y dos al otro?. De esta manera obtenía hábil y disimuladamente una ventaja posicional y psicológica sobre los otros. -Antes que nada, buenos días y les agradezco su puntualidad. Esta empresa ha llegado a ser lo que es gracias a una férrea disciplina de organización. Aquí no existe esa rara costumbre española de media hora para el café o el almuerzo. Los ejecutivos o al menos tres de ellos, evidentemente españoles por su forma de vestir, se miraron imperceptiblemente. -En todos los sitios hay una máquina de café y bollos pagados, desde luego, por Tritón que se encuentran en un extremo de la oficina, aquél que desee algo obviamente tendrá que recorrer ese trayecto ida y vuelta lo que, sin duda, disuade de hacerlo más de una o dos veces por día; en contra de eso, aquí se trabajan 6 horas diarias con sábados y domingos libres. Todo esto, sabía Angelo, que no venía al caso ni tenía porque decirlo, pero estas condiciones de trabajo agradaban a sus empleados y aunque él sabía que el día después de la venta, Du Prai y su gente, podían cambiar absolutamente todo, creía que les debía por una cuestión de lealtad a sus empleados, esta intempestiva descripción de la vida en su empresa. -Y hablando de café, ¿Qué desean para desayunar?. Preguntó Angelo. Los cuatro ejecutivos miraron a su jefe que dijo: 61

-Si no es molestia creo que un café solo me vendría bien. Y mejor que bien, pues el madrugón y el cálido ambiente le estaban amodorrando. Los otros cuatro pidieron lo mismo. Este truco lo había empleado muchas veces Angelo para saber qué papel jugaban los acompañantes cuando se trataba de hablar con más de una persona, y esta vez nuevamente le confirmaba lo que en un principio suponía, los ejecutivos venían de meros oyentes, las decisiones las tomaría Du Prai, había gente que pensaba que ir solo a un sitio significaba debilidad cuando era todo lo contrario, aunque se corría el riesgo de equivocarse y no tener quien nos lo diga pero él había fundado esta empresa completamente solo y la vendería de la misma manera. Angelo tocó un extremo de la mesa donde seguramente algún sensor al tacto activaba un interfono y dijo: -Montse, por favor, tráenos 5 cafés solos y para mí lo de siempre. Nunca olvidaba las buenas maneras con sus empleados, y ellos sabían que en el momento en que no fuesen tratados de esa forma se debería a que no formarían parte de Tritón al día siguiente. Se puso de pié, y haciendo una seña con la mano a Du Prai, viendo que éste empezaba a levantarse dijo: -No, por favor, quédense sentados que voy a mostrarles algo que podrán ver todos desde donde están.

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Capítulo 6 Jamás entraría de lleno en tema hasta no tener la certeza de no ser interrumpido por ninguna causa. Se dirigió hacia una parte de la biblioteca que contenía unos libros magníficamente encuadernados en cuero color verde inglés con una finísima línea bordeaux horizontal; aún recordaba el largo camino que habían recorrido para llegar ahí. Los había encontrado en una librería del barrio latino en París en la Rue Séguier, lo que más le llamó la atención fueron sus grabados que estaban hechos sobre otro tipo de papel que las hojas de texto y no habían sufrido el paso del tiempo poniéndose amarillos como éstas, con lo cual destacaban por su claridad de líneas y calidad de trabajo. Era la colección completa, unas 70 obras, de Jules Verne; su esposa Alexis le decía: -Sus tapas de cartón están dobladas. Pero Angelo ya había tomado la decisión y sabía que serían suyas, las compró a muy buen precio y se las llevó directamente esa misma tarde, a pesar de la hora, a un encuadernador que conocía por haberle comprado alguna vez aquellos libros que la gente lleva a encuadernar y olvida ir a recoger; pero claro, 70 libros son muchos, así que Alexis tuvo que ir a comprar un carro para llevárselos; ella estaba acostumbrada a su vehemencia e impaciencia; y riendo por las calles llegaron a casa del encuadernador, un gruñón llamado Philippe, a quien tuvo que pagarle unas diez veces el valor de los libros por su trabajo, pero el resultado era magnífico, no solo los había encuadernado sino que estaban tan renovados que no parecían los mismos, y además, cosa muy importante para Angelo, lo había hecho en un tiempo récord. 63

Lo que no sabía ninguno de los de Infocom, pero sí, Angelo es, que esos libros podrían cambiar al mundo. Mientras recordaba esto, camino a la pared donde estaban los libros, sentía que diez ojos lo seguían y comenzó a hablar: -¿Conocen a Jules Verne o Julio Verne en español?. Todos asintieron. -Pero, ¿Han leído a Julio Verne?. Bien sabía Angelo que eso era más difícil pues según las últimas encuestas el 60 % de los españoles jamás ha leído un libro completo. Du Prai respondió por todos. -Creo que todos hemos visto alguna película de sus libros, o el clásico con David Niven, "La vuelta al mundo en 80 días", o alguna de las versiones de "Viaje al centro de la Tierra" o alguna otra; pero ¿Qué tiene eso que ver con lo nuestro?. -Tenga un poco de paciencia Monsieur Du Prai. Respondió Angelo. Ahora sí que realmente sentía calor en este cuarto, el director de Infocom se encontraba como si fuese un escolar al que le llaman la atención y esa sensación no le gustaba en absoluto; cada vez odiaba más a este maniquí de Printemps18. -La forma de escribir de Verne es muy predecible. Continuó Angelo. -No así lo que escribe que es sublime y maravilloso en la llamada literatura de aventuras y ficción solo comparable a Clive Cussler o Michael Crichton en la actualidad; los personajes de Verne son muy directos en sus observaciones y Jules Verne jamás se ha privado de decir nada, así se tratase de la crítica a un 18

N del A: Famosas galerías de compras de Francia. 64

país, raza, creencia o religión; por eso posteriormente fue tildado de derechista. Pero algo que nunca dejaba de hacer era describir y presentar a sus personajes al principio del libro aunque jugasen un papel secundario. Señor Du Prai, aún no conozco ni el nombre de sus acompañantes y usted quiere empezar a hablar. Du Prai sabía que tendría que tragar esa reprimenda también pero ésta era justificada, ¿Cómo se le había olvidado?. Sabiendo como era Ricci de puntilloso eso era un error fatal. La cosa es que todo había empezado mal esta mañana. Debería haber entrado como una tromba y haber apabullado a Angelo con presentaciones y comentarios para tomar el control de la reunión, sin embargo le permitió que tomara el control total y ahora se encontraba en una posición de desventaja tan grande que si Angelo fuese listo, y lo era, la aprovecharía en la negociación. Debía entrar en su juego en vez de oponerse. -Es verdad, ha sido un error imperdonable; este de mi izquierda es el jefe de personal de Infocom el Sr. Gimenez Contreras. -Con un solo apellido es suficiente, los dobles apellidos suenan ridículos y anacrónicos. Interrumpió Angelo. -Bien, a su lado, el Dr. Estevez, director del departamento legal; el de enfrente es nuestro contable el Sr. Moreno y por último nuestro genio en informática el Sr. Tempolini. -Sí, pasa, por favor, Montse. Dijo Angelo mirando hacia la puerta donde se había materializado su secretaria como una holografía. Traía cinco tazas iguales, un pequeño jarrito, un azucarero y una bandeja de frutas confitadas fácilmente

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identificables como de la famosísima "griffe" Fauchon 19 en la Place de la Madeleine de París que le enviaban todas las semanas, todo esto sobre una bandeja que colocó en una esquina de la mesa. -¿Lo sirvo o lo hace usted?. Preguntó Montse, con su voz melodiosa y sensual. -No, déjalo que ya lo haré yo. Respondió Angelo, acercándose a su sitio en la cabecera. Una a una fue repartiendo las tazas aprovechando una ventaja sicológica más como si se tratase de una madre repartiendo la comida. Aunque parecía no haber escuchado a Du Prai cuando los presentó, dio a cada hombre su taza llamándolos por su nombre uno por uno. -Lo mío no es nada especial, simplemente se trata de café americano que es más suave, claro y sabroso que cualquier variedad que se consuma aquí; el aroma y el sabor de un buen café nada tiene que ver con su color. Afirmó, mirando al fondo de su jarrito. Se puso tres abundantes cucharadas de azúcar y acto seguido tomó una fruta glaseada de la fuente.. -Muy bien señor Du Prai, ahora sí, tratemos el tema por el cual están ustedes aquí esta mañana.

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N del A: Probablemente uno de los mejores lugares del mundo donde comprar delicatessen. 66

Capítulo 7 Du Prai miró por la ventana hacia la claridad que ya indicaba otro día nublado como suele ocurrir en invierno que encadena hasta diez o quince días sin sol en Madrid y pensó que al fin empezaba lo bueno. -Señor Ricci, en líneas generales y según nuestros abogados y asesores fiscales, Tritón se encuentra en condiciones ideales para ser comprada y ya están firmados todos los papeles importantes y los no tanto lo serán en cuanto nos pongamos de acuerdo en unos pequeños detalles sin importancia; como le adelanté por teléfono, tenemos objeciones con respecto a ciertas condiciones particulares de venta que usted agregó al contrato. En primer lugar, creemos que un plazo de treinta días para retirar sus cosas de las oficinas es demasiado, segundo, no podemos garantizar los puestos de trabajo actuales por cinco años ni mucho menos, tercero no podremos cambiar de inmediato, como usted exige, el nombre de los ordenadores. En contrapartida creemos que no hay ningún problema en asegurarle una actualización de diez ordenadores para su uso personal exclusivamente cada seis meses mientras dure nuestra compañía al frente de esta empresa y además podrá venir aquí siempre que lo desee para visitar las oficinas. Du Prai dijo todo esto sin respirar como si se lo hubiese ensayado mucho y temiera olvidarse de decir algo. -Señor, iré respondiendo una a una a sus objeciones. Como pueden ver ustedes. Dijo Angelo para de esta manera incluir a los otros ejecutivos que no habían abierto la boca y señalando en derredor con su mano. 67

-Esta oficina está llena de artículos personales que nada tienen que ver con la empresa y era mi deseo ocuparme personalmente de embalarlos para llevármelos, pero si es necesario mas urgencia, en una semana prometo dejar este despacho limpio para ser utilizado, aunque tampoco me molestaría que a lo largo de esa semana comenzasen a trabajar estando yo aquí. -Me parece bien. Respondió Du Prai sin darse cuenta siquiera que la maniobra de Ricci apuntaba a poder vigilar la transición desde una actitud pasiva al menos por una semana. -Con respecto a los puestos de trabajo quiero una contraoferta temporal de garantía total de conservación. Angelo sabía que cinco años era una barbaridad impensable pero se conformaría con mucho menos, por eso se había tomado tanto margen. -Esperábamos eso y pensamos que un año de inmovilidad del personal es suficiente. Contestó Du Prai. Angelo fijó la vista en sus amados libros y pensó que era un tiempo razonable para que aquellos empleados que no se adaptasen a la nueva empresa pudiesen buscarse otros horizontes. -De acuerdo. Respondió espirando fuertemente como si concediese un gran favor. -En el punto del nombre de los ordenadores. Continuó diciendo. -No puedo ceder pues no dudo (Aunque sí lo hacía) que Infocom mantendrá un alto nivel en la calidad de los productos pero en nuestra marca iba incluida una responsabilidad personal mía en cuanto a la perfección de los componentes, cosa que me ha costado mucho dinero porque jamás he aceptado electrónica de segunda selección. Como dejaré de estar al frente es lógico que conmigo se vaya mi marca que además está 68

registrada lo que implica que de dejarla debería venderla, hecho que no está contemplado en el presente contrato. Du Prai miró por primera vez a los ejecutivos que estaban con él y Angelo vio que debían decidir algo sin estar él presente así que sin que nadie le pidiese nada dijo: -Si pueden disculparme, debo darle un encargo a mi secretaria. Se levantó y lentamente se dirigió a la puerta falsa que comunicaba con su despacho, un zumbido indicó que también había salido de él.

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Capítulo 8 El presidente de Infocom tenía los ojos fijos en la espalda de Ricci y en cuanto salió le dijo a Estevez: -¿Es verdad?. ¿Podría reclamarnos el pago del nombre?. -Sí, legalmente puede hacerlo. -¿Y si lo usáramos igual sin su permiso?. -Yo no lo aconsejaría señor, si entablase una demanda, nos la ganaría con seguridad y sería aún más costosa que pagar su patente. -¿Cuánto nos costará cambiar el nombre?. ¿Y cuánto mercado perderemos debido a este cambio?. Preguntó mirando la calva de Moreno que ya se afanaba buscando entre sus papeles la respuesta para su jefe. Sudaba y sus gafas parecían empañarse con el esfuerzo pero los folios que contenían esos dichosos números no se dignaban ponerse al alcance de sus manos regordetas. -Bueno, ¿Qué?. Si no es demasiada molestia me gustaría tener la respuesta hoy. Dijo Du Prai agriamente. -Aquí están. Masculló Moreno, levantando en su mano derecha a los dichosos papeles como si hubiera accedido a un gran premio en un Bingo; y quizás así había sido. -Tendremos que cambiar todos los frontales de los productos, pero eso no significa demasiado pues es lo mismo que si sacáramos un nuevo producto, con respecto al mercado, no lo sé. -En síntesis, señor Du Prai. Interrumpió Tempolini, un fino italiano de Milano, que aún se preguntaba que hacía con estos inútiles y el prepotente argelino. Parecía desconectado con su 70

notebook abierto y tecleando constantemente con esa semi sonrisa en la cara. -Que el no usar su nombre le cuestan, extrapolado en un año, unos siete millones (Todos sabían que hablaba de euros) y el hacerlo sin su permiso pueden significar quince millones como mínimo; ¿Quiere los detalles?. -No, lo que quería era lo que me ha dicho, por lo tanto nos tiene agarrados de los pelos. ¿Podemos permitirnos ese gasto de más?. Dijo, mirando al temeroso Moreno. -Sí, pero eso redundará en contra de nuestros beneficios a lo largo del primer año. Respondió el interpelado. -Creo... Comenzó diciendo el italiano. -No Tempolini, no me importa lo que usted crea, ahora déjenme pensar un minuto. El milanés calló y reprimió su genio impulsivo volviendo rápidamente a su ordenador.

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Capítulo 9 Entretanto, Angelo estaba con su secretaria sentado en la esquina del escritorio escuchando toda la conversación a través de un sistema que además permitía ver todo lo que ocurría en su despacho. Él pensaba lo que debe de haberse divertido su secretaria durante las visitas de Alexis, cuando entraba con ese brillo verde fosforescente en los ojos que indicaba que venía dispuesta a todo. -Como ves, Montse, todo marcha a pedir de boca. Dijo Angelo. -No como a mí me gustaría. Respondió mirándolo con sus ojos color celeste turquesa que parecían iluminarlo todo. -Montse, me he asegurado que todos los empleados sigan en sus puestos de trabajo como si estuviese yo. -Sí, pero tú no estarás. Dijo tuteándolo, sabiendo que solo le quedaban unos pocos minutos para que la relación jefe-empleado acabase definitivamente. Sorprendido, Angelo; ante esta demostración de familiaridad y cariño le tocó suavemente su cara y le dijo: -No temas, todo te irá bien. Te lo prometo. -No tengo miedo, es solo que no me gusta el cambio. Dando por acabada la conversación, Angelo se puso de pie y entró nuevamente.

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Capítulo 10 -Señor Ricci. Dijo Du Prai. -Tritón, a partir de este momento ha dejado de existir como marca de ordenadores, y si usted está de acuerdo, nuestra gente preparará con los suyos el contrato de venta final y definitivo para que se firme mañana. Angelo tomó conciencia que este era el momento, el minuto, el segundo, más importante de su vida, todo lo que había luchado y penado se transformaba en una cuenta en un banco de Andorra (los impuestos así lo aconsejaban), bien era que tenía muchos ceros pero solo era papel, no había que levantarse temprano ni trabajar en domingo para que siguiese ahí, simplemente estaba. Una sensación de tristeza se apoderó de él, hasta ahora todo había sido como un desafío más, conseguir el mayor precio, las mejores condiciones, el doblegar a Du Prai; pero ahora la realidad lo abrumaba. Aunque nadie lo había obligado a nada, recordó que también le apetecía un cambio y que el desafío de planear que hacer ahora era muy atrayente, eso le provocó tal flujo de adrenalina que una sensación de furor lo acometió como una locomotora. -Esto es todo por nuestra parte. Dijo el de Infocom. -No, esto no es todo. Respondió Angelo. ¿Qué nuevos problemas se avecinaban?. Pensó Du Prai. -¿Estáis felices con la operación?. Preguntó tutéandolos el ya ex dueño de Tritón. -Desde luego, era para nosotros un objetivo importante. 73

-Bien, entonces para mí falta algo mucho más importante que cualquier papeleo, y es el acuerdo desde el punto de vista humano que consiste quizás en un apretón de manos, un abrazo, o tal vez... -¡Montse!. Llamó por el intercomunicador. -Voy señor Ricci.

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Capítulo 11 Solo diez segundos después apareció con seis altas copas de champagne en una bandeja de plata que sin duda tenía preparada hacía tiempo. Como efecto adicional el recién naciente sol se coló por un agujero entre las nubes que cubrían prácticamente todo el cielo e iluminó con un brillo de volcán en erupción la sala de juntas, Du Prai respiró y por fin comprendió que todo había acabado y podía relajarse y abandonar esa postura de duro negociador, además la visión de las copas le recordó cuanta falta le hacía un poco de alcohol aunque fuese tan temprano. -Además de bella parece que esta chica es muy eficiente, creo que nos llevaremos bien. Dijo mirándola con cara de lobo hambriento. -Soy una profesional que cumple estrictamente con su trabajo, espero lo recuerde siempre. Respondió Montse de una manera tan cortante que hizo que Angelo la mirase extrañado pues jamás se había expresado de esa forma con él. -Vamos a ver, tengo aquí algo especial reservado para momentos especiales. Interrumpió Angelo un intercambio que podría acabar en la primera reducción de personal de la era Infocom. Mientras Montse se retiraba cogió una botella de "La Grande Dame" de La Veuve Cliquot Ponsardin cosecha 1988 de un pequeño frigorífico y mostrándosela a todos sirvió un cuarto de copa a cada uno como correspondía, mientras decía: -Esta fue una muy buena cosecha en la región de Reims de donde proviene este champagne.

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Todos cogieron una copa y Du Prai paseaba la vista, de su copa con tan poca cantidad, a la botella que aún contenía tres cuartas partes. -Porque esto redunde en beneficio de ambas partes. Dijo Angelo levantando su copa que vibró en el aire como oro con el sol. Todos brindaron y Du Prai le tendió la mano, cosa que Ricci agradeció pensando que probablemente se había equivocado juzgándole tan duramente en su interior. Lamentablemente el tiempo le demostraría que no era así.

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Capítulo 12 Salieron, y Angelo estaba pensando en la semisonrisa de Tempolini al estrecharle la mano cuando entró Montse. -Ya todo se ha acabado, ¿Verdad?. Preguntó la bellísima catalana. -O todo está por comenzar, según como se vea. Respondió Angelo. -Sí, realmente es así, pero no puedo evitar sentirme con ganas de llorar. -Ven, acércate y acabemos con esta botella aunque aún no sean las nueve de la mañana pues después me tomaré el día libre. -Tú sí, pero a mí todavía me quedan muchas horas por delante. Respondió con cara contrita, Montse. -En eso te equivocas, pues tú eres aún "mi" secretaria privada y si yo me voy y no te necesito, tú también puedes irte. -Haber sabido antes, que así eran las reglas, y cuantos días libres me hubiera tomado. Bromeó Montserrat pensando en lo bien que había sonado lo de "mi" secretaria. Angelo fue hasta su biblioteca y tomó dos copas de cristal que estaban de adorno y las llenó ofreciéndole una a la alta rubia. -Creo, que preferirás que sepan un poco a polvo antes que beber en una de las de tus nuevos jefes. ¿No?. Preguntó con sorna, Angelo. -¡Qué gracioso!. Pero no me importaría beber de la tuya. Le dijo mirándole a los ojos. 77

Angelo, no sabiendo si era por beber a estas horas con el estómago vacío o por no haberse detenido nunca a observarla con detenimiento, se perdió en la inmensidad del mar profundo de los ojos de Montse que se recortaban en el marco dorado del pelo atravesado por los horizontales rayos de sol matinales y silenciosamente la besó, preguntándole: -¿Por qué me seduces sabiendo que estoy casado con Alexis?. -Porque quiero agradecerte todos estos años, porque me gustas o porque estoy medio borracha, elige; y ahora vete y vuelve en cinco minutos que tengo un regalo para ti. Obedientemente Angelo dio media vuelta y salió de la sala de Juntas y de su despacho deteniéndose en el escritorio de Montse donde giró un pequeño cartelito que decía "Vuelvo en cinco minutos, siéntese y espere Por Favor"; no quería que el último día en la empresa su secretaria lo recordara como un día donde él no le haya permitido un pequeño descanso para charlar y hacerle un regalo a su jefe, encendió el contestador a través del ordenador y regresó a la sala. ¿Qué sería el regalo?. Esperaba que fuese un buen libro, era lo que más le gustaba, o quizá un dólar de plata para su colección.

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Capítulo 13 Pero no, cuando entró a la sala se encontró con la mesa completamente limpia y a Montse sentada encima con la falda subida y el sol descubriendo entre sus piernas unos rizos que brillaban como hilos de cobre. -Esto no significa nada, Angelo, tu vida seguirá igual y la mía también pero quiero que nos despidamos de esta forma, sabes que no haría ni haré esto jamás con nadie, he tenido un solo novio y sé que valgo demasiado como mujer para no regalarme nunca, pero tú me gustas y yo sé que también te gusto; disfrutemos y despidámonos con un hasta luego sabiendo que no nos quedaremos con ganas de nada en nuestra relación. Angelo se dio cuenta en ese momento cuantos días había deseado a su secretaria pero era algo así como cuando veía a un bonito avión en la televisión, ni pensaba en tenerlo, le gustaba y listo. Se besaron larga y apasionadamente. -Espera. Dijo la catalana. -Sepárate un metro. Montse se quitó la camisa y dos hermosos pechos, quizá no muy grandes pero con dos pezones de un tamaño desusual que ocupaban tres cuartas partes del frente hicieron su aparición. -Creo que mis padres me hicieron casi perfecta físicamente. ¿Verdad?. Lentamente se quitó toda la ropa, a veces la naturaleza se comportaba de una manera muy caprichosa y daba todo lo mejor de sí en una sola persona, ocurría que había mujeres que no tenían que preocuparse por nada de lo que otras padecían toda la 79

vida, Montse no tenía prácticamente vello salvo algunos filamentos rubios y tan suaves que daba hasta placer tocarlos y su piel era tan tersa como si acabase de nacer, sin marcas, sin acné, sin grasa, sin celulitis, toda ella olía a vida sana como un anuncio de yoghurt. Disfrutaron los dos de ambos sin darse un momento de respiro hasta que quedaron exhaustos y satisfechos. -Ya sé como sabes hasta por dentro. Dijo. -Y eso nos unirá más que cualquier promesa de amor o amistad, pase lo que pase siempre te seré fiel cuando me necesites. -Sabes que soy un poco especial, Montse, pero tú también lo eres y eso nos hace unidos. Gracias por el regalo, ha sido lo mejor que podrías haber elegido, te recordaré como en un sueño toda la vida. Vístete y vete, continúa tu vida y regresa mañana a tu trabajo, recuerda que tendrás nuevo jefe y debes hacer buena letra desde el principio, inténtalo, si no funciona, podrás recurrir a mí siempre que lo desees y ya encontraremos algo. La besó suavemente y sabía que aunque se fuese de la empresa jamás lo llamaría para pedirle nada pero era algo que debía decirle. La dejó sola en la sala y regresó a su despacho; minutos después pasó ella y con un "au revoir" dejó grabada en la mente de Angelo su imagen que tardaría mucho tiempo en volver a ver.

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SEGUNDA PARTE Nuevos amigos Capítulo 14 Cuando Montse salió del despacho de Ricci una persona se encontraba sentada hojeando una revista en un sillón de espera. -Señor... -Tempolini. Dijo desde el sillón el interpelado. -Quisiera entrar a hablar con el señor Ricci, si se encuentra en condiciones de recibirme claro está. Ví el cartel de esperar y aunque no fueron cinco minutos, como no tengo prisa decidí aguardar el tiempo necesario. Aclaró con esa semi sonrisa en la cara que parecía estar fija en él que no permitía determinar cuando hablaba con ironía y cuando no. Montse lo miró fijamente y pensó que en otras circunstancias le hubiera gustado conocerlo mejor. El italiano medía un metro ochenta y cinco, era de pelo obscuro y ojos color cielo como muchos ítalos del norte, de complexión fuerte, siendo como los típicos milaneses, el modelo ideal para lucir un traje. Su aspecto muy cuidado y sus manos impecables indicaban que era una persona más dedicada a trabajos con uso de la inteligencia que con las manos. -Señor Ricci, aquí está el señor Tempolini, uno de los ejecutivos que vino con el señor Du Prai de Infocom que espera para hablar con usted. -Que pase. Dijo Angelo a través del interfono.

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Se abrió la puerta y Tempolini pasó al tiempo que Montse se sentaba para recoger sus cosas y notaba que su asiento estaba caliente. ¿No era éste el experto en informática?. ¿Y si había descubierto como ver lo que ocurría dentro y lo vio todo por el monitor?. ¿Debía avisarle a Angelo?. No él ya lo supondría y tomaría las medidas necesarias, de cualquier forma ahora ya no podía hacer nada; recogió sus cosas y llamó al ascensor. -Señor Ricci, he olvidado mi notebook a propósito para que esa fuese mi excusa para regresar aquí pues quería hablar con usted. Hemos vuelto a tratarnos de usted; pensó Angelo, lo que significa que este hombre quiere hablar en serio. -Señor Tempolini, no sé lo que usted quiere decirme pero sé lo que yo quiero hacer y es irme ya mismo de aquí. ¿Qué opina de los deportes?. ¿Practica alguno?. Preguntó Angelo, mientras recogía su teléfono móvil. -Me gustan los deportes individuales como el tenis o el ciclismo aunque lo que realmente me agrada es todo aquello que tenga motor. En Milano tengo un pequeño ultraligero20 biplaza, el cual trato de disfrutar al menos una vez al mes. Respondió el italiano. Angelo no sabía si lo que acababa de decir era para congraciarse con él, ya que seguramente habrían estudiado sus gustos y aficiones y sabrían de su locura por los aviones pero, pensándolo bien, esos datos lo más probable es que se los hubiese guardado para sí mismo Du Prai. 20

N del A: Categoría de avión ligero, generalmente para una o dos personas. 82

-Muy bien, precisamente tenía "in" mente ir a volar esta mañana. ¿Le parece bien acompañarme a charlar con las nubes de fondo?. ¿O debe regresar a su empleo en Infocom?. Le interpeló Angelo mirando fijamente los ojos del ítalo, y lo que vió lo satisfizo enormemente ya que apareció ese brillo de deseo y pasión que él mismo tendría ante una invitación de ese tipo. Este hombre comenzaba a simpatizarle. -Probablemente al término del día ya no tenga empleo, así que eso no me preocupa y mis ansias por volar son tales que hasta me he olvidado lo que venía a decirle. Si me permite pasaré a buscar mi ordenador a la sala de juntas y cuando quiera nos vamos. Entró, recogió su notebook que seguramente Montse había vuelto a dejar en su sitio y regresó al despacho donde le esperaba Angelo en la puerta con una cazadora de cuero y un bolso de deportes en la mano. -Vayamos con ese ascensor que es el que nos lleva al garage donde tengo mi coche. Dijo Angelo señalando una puerta más pequeña. -Señor Ricci, si le dá igual preferiría ir en mi automóvil, me gusta conducir. Recalcó con énfasis Tempolini y agregó, -Está en el aparcamiento de Raimundo Villaverde debajo del Corte Inglés21. -De acuerdo vamos allá.

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N del A: Cadena de famosos almacenes españoles de compras. 83

Capítulo 15 No sabía muy bien porque quería ir en su coche pero la verdad es que tampoco le molestaba que lo hiciese ya que viendo conducir a una persona se puede conocer bastante a ésta. Salieron de la torre al aire gélido de la incipiente mañana y se dirigieron rápidamente hacia la esquina. Angelo sabía que no había ninguna necesidad de aparcar tan lejos pero era un error muy común de aquel que no conocía, el pensar que ese era el aparcamiento más cercano, cuando todo el subsuelo del Centro Azca tenía cientos de plazas para coches. Prácticamente no hablaron en todo el trayecto y solo dejaron de echar vapor por la nariz cuando salieron del ascensor en la planta subterránea del estacionamiento. Tempolini se dirigió con decisión a una magnífica Ferrari F-50 color amarillo. -Sé lo que estará pensando. Dijo el italiano. -¿Cómo un sueldo en Infocom puede dar para un automóvil así?. Provengo de una familia con mucho dinero, mi padre posee una fábrica de autopartes que últimamente también se dedica a pequeñas piezas para aviones en Milano y a tiempo parcial le mantengo todo el sistema informático de su empresa, trabajo que tampoco pagaría esto. Dijo señalando a la estupenda máquina -Pero mi padre es de la idea que hay que disfrutar las cosas a la edad adecuada y este coche no se disfruta igual a los 35 que a los 70 y me lo ha regalado; me gusta mi independencia, pero un regalo así no se puede negar, además que nos llevamos magníficamente bien con mi padre. 84

Angelo se sentó en su butaca que era tan baja que parecía que uno estaba semi acostado en el suelo. Pensó que el interior no era muy lujoso, su Jaguar XJR lo era más y valía diez veces menos. Salieron y Tempolini preguntó: -¿Voy a Cuatro Vientos22?. -No, hay que ir por la Nacional II en dirección a Guadalajara, mis vuelos de rélax, como los llamo yo, los hago desde un campo de vuelo muy tranquilo, opero de Cuatro Vientos solo cuando no tengo otra opción, a veces hay que esperar sentado en la cabina hasta veinte minutos para salir, con tanta escuela de vuelo y salidas y entradas privadas; no es que a mí me guste llegar y salir, quiero tener mi tiempo para chequeo, análisis meteorológico y todo eso, pero una vez puesto en rodaje prefiero irme al aire cuanto antes. ¿Le molesta hacer unos pocos kilómetros?. -En absoluto, lo que me molesta es que no nos tuteemos, me llamo Lucca. La agilidad con la que se movía entre el horrible tráfico matinal por la Castellana y la avenida América le indicaron a Angelo que la fama que tienen los italianos de nacer con un volante en las manos no era injustificada. Al entrar a la autovía Angelo preguntó extrañado: -¿Es que le ocurre algo al coche que vas tan despacio?. -No, va de maravilla y no voy tan despacio, estoy yendo a 120 Km/h, lo que ocurre es que al ser un motor tan grande casi va al ralentí; jamás supero los límites de velocidad en carreteras tan transitadas, lo considero 22

N del A: Aeropuerto cercano a la capital madrileña que suele utilizarse bastante para aviación deportiva. 85

una irresponsabilidad y digno de mentes sin mucha inteligencia, no es necesario utilizar el raciocinio para ejecutar un movimiento del pie hacia abajo que es lo que se necesita para ir más rápido, pero sí lo es para evaluar la relación entre la velocidad, la distancia, el rozamiento del coche en el pavimento y la capacidad de reflejo a distintas velocidades así como otras cosas que hacen falta para conducir un coche a altas velocidades, y no hablo de 300 Km/h; si una curva está diseñada por un ingeniero para tomarla a 120 y lo hacemos a 140, el margen de seguridad permitirá que no derrapemos, pero, si por ejemplo, a un camión delante nuestro se le hubiese caído una piedra e intentásemos esquivarla ya habremos gastado ese margen en un exceso de velocidad, por lo que lo más probable es que acabemos en el campo, y eso no sería nada si estuviésemos solos pues pagaríamos por el riesgo asumido, pero lamentablemente casi nunca es así. Angelo comprendió de inmediato lo que quería explicar Lucca pues, él mismo, muchas veces había intentado hacer entrar en razón a otros con los mismos argumentos. Recordaba una vez una conversación en un bar de Torrejón de Ardoz, uno le contaba a otro, como siendo analfabeto, había conseguido el carnet de conducir a través del partido del alcalde sin examen ni preguntas, luego la conversación derivó en una competencia por contar quien tardaba menos tiempo a su pueblo de Jaén; las cifras daban una media de 150 Km/h y, desgraciadamente, Angelo sabía que eran ciertas por propia experiencia, pues a él en la carretera lo adelantaba todo el mundo y tenía por costumbre mirar la matrícula de aquellos que pasaban como aviones a su lado porque luego sabía que encontraría a más de uno en la misma área de servicio donde él 86

paraba, pero con cinco minutos más para tomar un café, sí, bastaba un simple cálculo de cinemática para demostrar que la ganancia de tiempo era mínima en relación del riesgo corrido, pero muchos de éstos ni siquiera habían oído hablar jamás de la palabra cinemática. Lucca cada vez le caía mejor, era arriesgado (no cualquiera se hubiera atrevido a volver para hablarle), inteligente y hábil. Angelo quería aclarar de una vez por todas quien era este hombre y para que equipo jugaba y decidió ponerlo a prueba. -Lucca, ¿Sabes mucho de ordenadores, verdad?. -Sí, estoy a años luz de lo que sabe Du Prai, y no estoy presumiendo, pero mentiría si dijera lo contrario. Respondió el italiano. Era una buena respuesta pero Angelo no quería ir al terreno de negocios otra vez, por lo menos, aún no. -Me refiero concretamente a sistemas de vídeo y escucha remota. -Sé a que te refieres, pero esta mañana lo que transmitían en el canal de Tritón era de índole muy privada y he preferido leer unas interesantes revistas de la sala de espera; en lo que a mí respecta ocurra lo que ocurra en un futuro entre nosotros quiero que sepas que no aspiro a vender ninguna exclusiva a las revistas del corazón y el tema está olvidado. Le había gustado la respuesta, no había negado haberlo visto pero no le dio importancia. Angelo pensó. "Me estoy volviendo confiado, le creo". Por otra parte quería saber para qué había vuelto. Le preguntó: -Lucca, hoy, como ya sabes, he tenido una mañana agitada y deseo disfrutar del vuelo sin pensar en nada, así que querría que me dijeses para qué has vuelto a mi despacho para aclarar todo antes de llegar. 87

-Bien, veo que te gustan las cosas claras y eso ha ayudado a decidirme en estos minutos. Como te decía en Tritón, no deseo trabajar más con Du Prai y eso significa que estoy en paro. Sé que tú también, pero también sé que no será por mucho tiempo, eres inquieto y comenzarás un nuevo proyecto, sólo quería que sepas que puedes contar conmigo. Estarás pensando "¿Y este amor a primera vista a qué se debe?". No es a primera vista, he seguido muy de cerca esta compra, he hecho todas las investigaciones sobre tu persona que me ha encargado Du Prai y he visto como actúas, no son elogios sino, simplemente, que creo que haríamos un buen equipo. Tómate tu tiempo, yo no necesito trabajar, lo hago para sentirme vivo y puedes preguntar en Infocom que pongo toda mi energía en ello si creo que merece la pena. Angelo se quedó pensando cuando la vibración de su móvil lo sacó de sus cavilaciones; miró el display y decía "Alexis". -Cariño, has vuelto, ¿Dónde estás?. Esperó por unos segundos y respondió. -Voy camino al aeródromo, ya acabó todo, te contaré a la hora de comer en casa. -Debes girar a la derecha y luego cruzar la autopista hacia la izquierda como si fueses a la estación de tren de Guadalajara. Le indicó a Tempolini. -Para acabar lo que hablábamos debo advertirte que aún no he pensado en nada y quizá me dedique a ver como los intereses aumentan mi capital y jamás empiece una nueva actividad. -El tiempo lo dirá, ahora vamos a disfrutar de esta mañana que parece que será fría pero que al fin se irán las nubes que han cubierto los cielos de los últimos días. 88

Capítulo 16 Se desviaron hacia Yunquera de Henares desde donde se ve La Muela de Alarilla, lugar preferido de los practicantes de parapente los fines de semana; siempre hablando de aviones y con una confianza nacida de compartir las mismas aficiones, cuando llegaron al desvío de Robledillo de Mohernando, el italiano dijo: -Parece muy poco transitada esta carretera. -Lo es, y sobre todo un día de semana en donde no pasa casi nadie. Respondió Angelo. -¿Quieres ver las posibilidades de una Ferrari?. Preguntó Tempolini. -Desde luego. Dijo el ex empresario, ajustando su cinturón de tres puntos hasta quedar adherido a su butaca. La frenética carrera de muy pocos kilómetros lo sometió a varias "g" hacia un lado y otro y le confirmó varias cosas; primero, que Lucca Tempolini no era un novato en las carreras de automóviles, a pesar de desconocer la carretera totalmente, llevaba el coche muy cerca de su límite; segundo, que la Ferrari se comportaba de una manera magnífica en la montaña aunque su diseño se ajuste más a la velocidad en circuito y tercero, que ambos disfrutaban como niños con la velocidad y el riesgo calculado. Finalmente llegaron al aeródromo triste y abandonado, muy distinto de aquellos que recordaba de Buenos Aires con piscina, restaurante y pistas de tenis pero con lo que a él más le interesaba, una pista. Ahí solo estaba una persona a la que Angelo le tenía aprecio, era un soñador, un chico gallego llamado Pablo 89

de profesión biólogo el cual había montado una escuela de vuelo de ultraligeros con sus ahorros para costearse lo que a él le gustaba, volar; hacía vuelos para filmar documentales, bautismos de vuelo y cualquier cosa que le pagara la gasolina para volar gratis. Bajo y robusto, con mucho cabello, parecía mucho más joven de la edad que tenía. Poseía una cara especial con cejas muy pobladas y se podría decir, que según los cánones de belleza masculina, no era muy atractivo. Angelo solo le había conocido una novia a la cual ya hacía más de dos meses que no veía y suponía que era parte de la historia sentimental de él. No quería preguntar nada que pudiera incomodarlo así que simplemente esperaba que se lo contara un día de estos. El campo constaba de 5 hangares en L, uno lo alquilaba Angelo, otro sospechaba que le había sido cedido a Pablo para que a cambio cuidase el aeródromo, el que estaba en un extremo era de una Escuela de Vuelo con casi nula actividad y los otros dos eran ocupados por diversos propietarios particulares que rentaban un sitio para guardar sus aviones. Todos accedían a una plataforma común desde la que se accedía a la pista. -Pablo, ¿Se puede salir hoy?. ¿Cómo lo ves?. Preguntó Angelo sólo por iniciar la conversación, pues se apreciaba claramente que los stratus dejaban entrever grandes claros a través de los cuales aparecían esos cirrus tan perfectos que solamente se ven en los 10.000 metros de los días invernales y anuncian una atmósfera que se va estabilizando. -Angelo, estaba por llamarte, ví en el Alfa November (eran las últimas dos letras de la matrícula del avión de Angelo en Código Aeronáutico) una manchita de aceite

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debajo del motor derecho que no me gusta nada. ¿Quieres verla?. Contestó Pablo sin responder a ninguna de las preguntas que Angelo le hacía pues sabía que en realidad era una forma de saludarlo. -Claro, oye, disculpa, he venido con un amigo (o eso espero que llegue a ser, se dijo para sí mismo) y quiero presentártelo. Pablo, Lucca. Ambos se dieron la mano y se miraron estudiándose mutuamente pues los dos pensaban qué tendría de especial el otro para que Angelo lo haya honrado con su amistad. Entraron a un hangar bien iluminado donde resaltaba el bello avión de Ricci, un Diamond DA42 Twin Star cuatriplaza con dos motores que se había hecho montar especialmente para él, dos Lycoming IO390 A3A6 de 210 HP cada uno que le daban una velocidad de crucero de 200 nudos. Lo había comprado en una operación en donde le aceptaron en parte de pago, un Velocity que poseía antes de éste. Pablo quitó los seguros del capot del motor con mucho cuidado sabiendo que era un elegido ya que Angelo jamás dejaba que tocasen su avión salvo que fuera Pablo o él mismo. Pablo señaló el sitio debajo del filtro de aceite por el que caía un finísimo hilillo del negro líquido. -Aquí está, además me parece que este no es el filtro que tenía antes. Dijo Pablo secando la manchita con un trapo. -Muy observador, pero mientras tú estabas en Vigo tuve que cambiarle el aceite y aquí no han conseguido el filtro original y me han puesto uno que según dijeron era exactamente lo mismo, pero por lo visto, no es así. -En la aeronáutica jamás se hace una cosa así en ningún lugar del mundo. 91

Terció en la conversación, Lucca. -Sí pero aquí hay muchos chapuzas. Contestó Angelo. -¿Se puede usar así?. Le preguntó a Pablo. -Sí, se puede, pero no lo subas a muchas revoluciones para que no aumente la presión demasiado; la semana que viene te haré traer dos filtros de Estados Unidos originales. -Todos a empujar que lo sacaremos fuera. A Angelo ya no le importaba nada, estaba como un drogadicto al que le ponen la heroína adelante y sólo deseaba volar. Sacaron el avión a la plataforma y Lucca se alejó unos cuantos pasos al igual que Pablo, pues ambos sabían que comenzaba la parte más importante de cualquier vuelo para un piloto y era esa extraña comunión secreta entre el hombre y la máquina donde el hombre se comprometía a traerla de vuelta de una pieza y el avión a cambio le compensaría con esos minutos mágicos en tres dimensiones. Sacó de arriba del avión varias cosas, entre ellas un anemómetro Kestrel 5500 con el que midió la intensidad y dirección del viento volviendo a dejarlo dentro de la aeronave. Angelo procedió a un examen exhaustivo de todas las piezas móviles y puntos críticos de la estructura según rezaba una lista de chequeo prevuelo que llevaba en una tablet en la mano izquierda mientras que en la derecha llevaba una linterna Maglite Tactical de Led recargable que se colgaba del bolsillo cuando tocaba todo lo que tenía que comprobar. Los otros dos hombres deseaban preguntarse muchas cosas pero mantuvieron un silencio sepulcral mientras Angelo acababa con una tarea que requería de toda la concentración; un tornillo flojo, una pieza suelta o 92

faltante o una pequeña grieta podían cortar ese perfecto equilibrio de presiones y velocidad que hacen que un avión vuele y eso casi siempre en el aire traía al menos graves preocupaciones; todo el que vuela sabe que más tarde o más temprano algún amigo o conocido cometerá un error que puede ser fatal. Transcurrieron diez largos minutos hasta que Angelo le dió una vuelta completa a todo el avión deteniéndose en multitud de sitios. Guardó la tablet en la cabina, la linterna en su bolsillo y rompió el silencio. -Pablo, solo estaremos dando vueltas por aquí arriba, por favor enciende tu radio por cualquier cosa y en mi bolso hay tres cervezas a las cuales no les vendría nada mal unos cacahuetes de esos que nos gustan para cuando volvamos, yo iré a cambiarme. Lucca, lo siento pero solo tengo un mono de vuelo de Nomex, tú tendrás que ir con chaqueta. A mí me gusta no tener que preocuparme por manchas de aceite o gasolina en mi traje. Pablo y Angelo seguían ese ritual desde siempre, a ambos les gustaban unos cacahuetes salados con miel que comían entre charlas de aeronáutica, meteorología o naturaleza y Pablo guardaba lo que parecía una provisión interminable de este fruto seco que solo consumía estando en compañía de Angelo, a veces lo acompañaban con cerveza, otras con café o vino, todo dependía del humor que el ex dueño de Tritón tuviese, ya que era él quien suministraba la bebida. Pablo comprendió que algo especial había ocurrido pues rara vez bebían alcohol, pero jamás él cogía algo diferente a Ricci, era como una especie de pacto implícito que ambos respetaban a rajatabla. Tomó las cervezas, las guardó en el frigorífico y se dedicó a esperar el regreso de su amigo. 93

Capítulo 17 -Madrid Control, Eco Charlie Alfa November en plataforma de Robledillo para vuelo local. -Alfa November, autorizado vuelo local por debajo de nivel 050, Pista activa 01, temperatura 11 grados, QNH23 1011, viento de 020 a 10 nudos, mantenga comunicación con aeródromo en 23.5. -Autorizados vuelo local por debajo de nivel 050, copiadas condiciones, pasamos a 23.5, Alfa November. Lentamente, Angelo llevó el bimotor a la cabecera de la pista 01 y le pasó la tablet de chequeo a Lucca diciéndole: -Ya que eres Piloto te toca leer. Con la ayuda de Lucca hicieron todo el chequeo final antes del despegue y se fueron al aire. Potencia máxima en ambos motores y alcanzaron rápidamente V1, rotación y en una increíble corta distancia se encontraban con las ruedas en el aire. Tren adentro y flaps arriba. El avión austríaco era un dechado de tecnología, con materiales compuestos en toda su estructura, winglets en las puntas de ala y una cabina con instrumentación totalmente digital con pantallas en toda su superficie. -¡Guauuu!. Exclamó Lucca. -Fue un despegue STOL, ¡Nos hemos elevado en menos de 600 pies!.

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N del A: Presión al nivel del mar deducida matemáticamente de la existente en el aeródromo, considerando la atmósfera con unas condiciones estándar, es decir sin tener en cuenta las desviaciones de la temperatura real con respecto a la estándar. 94

-Sí, este avión tiene instalados unos motores, que creo que no lleva ninguno de los que hay en vuelo, que le dan unas performances bastante superiores a todos los de este modelo. A cambio de eso el consumo es bastante elevado pero como dicen, no hay amor sin sufrimiento. Contestó Angelo. Angelo poseía tres aviones en vuelo, este Diamond DA42 que ocupaba la escala intermedia, Un Piaggio P180 Avanti II para 8 pasajeros que utilizaba para los desplazamientos de trabajo y que ahora debería replantearse el tenerlo y un Elitar Sigma anfibio que era un biplaza para vuelo deportivo y turístico. Además había comprado un bellísimo y antiguo Nardi Riviera FN333 para restaurar pero aún no había encontrado el tiempo para empezar. Guardaba el Diamond y el Sigma en Robledillo y el Piaggio en un hangar de Cuatro Vientos; el Nardi estaba en una nave en un polígono industrial de Ajalvir que había alquilado a nombre de Pablo y del que nada sabían ni siquiera Alexis. Abajo se sucedían el Pico Ocejón y su entorno, los pueblos negros, el embalse de Beleña, Majaelrayo, la sierra "pobre" y la de Aiyon, pueblos con castillos como el de Jadraque, Atienza, Ita, la muela de Alarilla con sus parapentes, Sigüenza con su parador y su "Doncel", Imón y sus minas de Sal, etc. Angelo apreciaba el silencio de Lucca, ya tendrían tiempo de charlar, ahora ambos estaban disfrutando de lo que más les gustaba; solo hacían algún comentario cuando algo lo merecía realmente. Al cabo de una hora,

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ya purificados por el vuelo emprendieron el regreso realizando un circuito estándar24 para la pista 01. Angelo hizo una larga pierna inicial para que Lucca pudiera ver bien el aeródromo desde el aire, sacó el tren, puso dos puntos de flaps y en final se dedicó a regular los motores para hacer una aproximación manteniendo la velocidad exacta; alguna vez un instructor de vuelo le dijo que los motores debían ir al ralentí en la aproximación final pero Angelo consideraba que eso no era una religión, el mejor aterrizaje era aquel donde el avión bajaba como en un tobogán hasta tocar pista manteniendo siempre la misma velocidad; y si para eso era necesario ir compensando con el o los motores, pues para eso estaban. Tocaron suavemente en el punto de contacto y rodaron a la pequeña plataforma del aeródromo, satisfechos y felices.

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N del A: Trayecto de tres piernas antes de aterrizar. La primera paralela a la Pista, la segunda perpendicular y la última con la Pista enfrente listos para aterrizar en ella. Siempre girando 90º entre una y otra hacia la izquierda. 96

Capítulo 18 En una mesita plegable esperaba Pablo con las cervezas y los cacahuetes. Angelo bajó del avión y se fue directo a mirar debajo del motor derecho y también miró bajo el izquierdo. -Pablo, el izquierdo no pierde pero igual cambiaremos los dos filtros. Ya sentados los tres alrededor de la pequeña mesa, Angelo le dijo a Lucca: -¿Qué te parece el avión?. -¡¡Una maravilla!!. Al lado de mi ultraligero es una nave espacial. -¿Qué licencia tienes, Lucca?. -En realidad puedo volar casi de todo, porque he sumado muchas horas en el Bonanza de mi padre y me he habilitado para vuelo nocturno, instrumental, hidroavión, multimotor, incluso tengo licencia de Piloto de helicóptero y soy instructor de vuelo tanto de avión como de helicóptero. En realidad se me da bastante bien y a mi familia nunca le ha faltado el dinero para pagarme los cursos así que he obtenido la licencia de transporte de línea aérea y sumo unas 2.000 horas en avión y unas 1.000 horas en helicóptero. Lucca no había abierto la boca hasta ese momento y Angelo pensó que era porque sus conocimientos aeronáuticos eran limitados; jamás sospechó que estaba ante un Piloto tan experimentado, como sólo había dicho que tenía un ultraligero, pensó que hasta ahí llegaba. Aparentemente tenía muchísima más experiencia que él e incluso volaba helicópteros, aeronave que Angelo jamás había volado. Durante el

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corto vuelo, ni siquiera le había ofrecido volar el Diamond y él tampoco lo había pedido. Pablo lo miraba como si en minutos nomás se hubiera transformado en un marciano. -Esto cambia un poco toda la perspectiva, ¿Verdad, Pablo?. -Y yo que pensaba engancharlo para darle unas clases de perfeccionamiento, adiós negocio. Dijo Pablo con una sonrisa. En un momento Angelo supo lo que iba a hacer. -A veces no tengo tiempo suficiente para mantener en vuelo a mis tres aviones. Empezó a explicar mientras bebía un trago de cerveza. -Pablo, me ayuda volando el Sigma pero su licencia no le permite volar el bimotor o el Piaggio y el condenado se resiste a seguir estudiando. Dijo, mirando de reojo al gallego. -¿Qué opinas si te habilitas a ambos aviones y me ayudas a utilizarlos?. Le preguntó a Lucca. -Conozco a un Instructor que podría habilitarme a ambos aviones en un par de horas en cada uno pero necesito los dos manuales antes para estudiarlos. En unos diez días, ahora que no tengo trabajo, podré estar en condiciones de hacer los vuelos. -Tengo todo lo necesario digitalizado, le diré a Montse que te lo envíe. Dijo por la fuerza de la costumbre. -Perdón, ya luego te lo envío yo. Ponme en este papel tu e-mail. Rectificó. En ese momento le vino como una especie de tristeza inexplicable; se dio cuenta que los días a partir de hoy podían llegar a hacérsele muuuuy 98

largos, sin nada que planificar ni supervisar. En el fondo de su mente bullía un plan que tenía desde hace dos años y al cual aún no le había encontrado la solución pero que iba a resolver más tarde o más temprano. En realidad la fortuna o el destino lo había transformado en alguien especial y tendría que asumir ese papel, le gustase o no. -Pablo, ¿Por qué no os váis los dos a dar una vuelta en el Sigma que yo tengo que hacer unas llamadas mientras?. -Le estaba por decir eso mismo a Lucca. Angelo se dio cuenta que ambos hombres se habían caído bien y parecía que se conocían desde hacía mucho más tiempo que un par de horas. Recogieron los envases de cerveza para tirar y plegaron la mesita y las sillas y las llevaron dentro del hangar. Mientras Lucca y Pablo se ocupaban de sacar el pequeño anfibio, Angelo salió a caminar por la carretera que pasaba por delante del aeródromo. Justo antes de utilizar el teléfono móvil, sonó con una melodía que indicaba que era un e-mail de Tritón que decía: “Mañana 11 de la mañana firma de Contrato definitivo en las oficinas de Infocom, por favor acusar recibo” Así lo hizo y a continuación llamó a Alexis. -Hola cariño, ya está todo, soy un desempleado con algunos céntimos más en mi cuenta. -¡Me alegro!. Pero no pareces especialmente feliz, ¿Ya te has arrepentido?. Respondió Alexis. -Aún no, no iré a comer pero me gustaría que cenáramos esta noche en el restaurante de La 99

Castellana, el que está en un caserón antiguo y nunca recuerdo como se llama. -¿El de Robin?, Coplas y Toreros. No le gustaban ninguna de las dos cosas pero la comida en el lugar era excelente gracias al amigo de ellos, Robin Maray y mientras ni cantaran ni torearan seguiría yendo. -Exactamente, ¿Te viene bien a las 21 ahí?; yo estaré todo el día fuera y llegaré sucio y cansado a la cena pero es mejor así porque con la adrenalina que he descargado si voy a casa no volveré a salir luego. Cualquier cosa estaré localizable en el teléfono. Nos vemos a la noche. -Hasta las 21. Le recordó su esposa y colgaron. Ricci llamó a Montse a su móvil particular. -Montse, no regresaré en todo el día, creo que Tritón puede seguir funcionando un día sin mí y cualquier decisión necesaria retrásala hasta la tarde de mañana y que la tomen ellos. Sé que te dí el día libre pero como muchas cosas las manejas electrónicamente quería que supieras que mañana estoy citado a las 11 en la oficina de Infocom para la firma final y definitiva y una vez que verifique que se han hecho los depósitos correspondientes en el Banco ya no tendré nada que ver y ellos deberán tomar sus primeras decisiones en la empresa. Le comunicó a su secretaria; ambos sabían quienes eran “ellos”. -Claro Angelo, ningún problema. Si algún día me necesitas llámame. -Desde luego, somos un equipo; el mejor. Dicho esto colgó y ninguno de los dos hizo mención de nada que haya cambiado entre ambos. 100

Angelo levantó la vista y vió pasar el “huevo volador”, como le llamaba al Elitar Sigma con cariño. Necesitaba que alguien lo ayudara a tomar una importante decisión, es más, no era precisamente una decisión, necesitaba a alguien que le diera ideas de cómo llevar a cabo un plan que revolucionaría el mundo. Mucha carga para una sola persona, tenía que compartirlo y estaba convencido que el destino le había ayudado a resolver esta cuestión. Había matrimonios que duraban 20 días después de 10 años de noviazgo y por el contrario también había parejas que se habían conocido y en el mismo día se habían casado y habían continuado unidos toda la vida. Él por su parte, iba a dejar rodar su impulso natural pero lo haría con mucho cuidado.

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Capítulo 19 Volvió a la plataforma frente al hangar y esperó a que sus amigos aterrizaran. Cuando Pablo bajó del pequeño anfibio tenía una cara radiante y Angelo se dio cuenta que los vínculos entre Lucca y el gallego se habían estrechado durante el vuelo. -Angelo, ¡Es un puto Barón Rojo!. Gritó Pablo con admiración refiriéndose a Lucca. -Si todo lo vuela así estamos ante un ave reencarnada, jaja. Me dice que jamás había volado este modelo de avión pero no le creo. Ha hecho maniobras imposibles que no sabía que el Sigma pudiese hacer. El instructor de ultraligeros estaba realmente exultante, sin duda los italianos tenían una comunión especial entre la máquina y el hombre y éste se lo había demostrado. Este pequeño hecho confirmaba que no se había equivocado al ofrecerle los otros aviones para que los volase; esperaba no equivocarse tampoco en los planes que le daban vuelta en la cabeza. -Este hombre está loco, jaja. Lo que pasa es que se parece mucho al ultra que tengo en Italia y tenía ganas de quitarme las telarañas. El mío tiene un Rotax 912 de 80 Hp y los 30 de diferencia con éste Simonini Victor 2 Super que tiene 110 HP y pesa solo 52 Kg se notan bastante en estos aviones ligeros y te permiten hacer muchas más cosas. Angelo había pensado muchas veces en Pablo como compañero en algún nuevo proyecto pero el gallego era muy tranquilo y le faltaba el ímpetu que tenía Lucca. Lo apreciaba mucho pero siempre ocuparía el mismo lugar en su vida.

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Entraron ambos aviones al hangar y luego de intercambiar los datos personales entre Lucca y Pablo y arreglar unas cuestiones de dinero entre el gallego y Angelo, se quitó el mono de vuelo y se encaminaron a la Ferrari para regresar a Madrid. -¿Quieres conducirla?. Si vas a prestarme tus aviones yo voy a prestarte mis juguetes también. Preguntó el italiano. -Desde luego. El conducir tan cercano al suelo, con una dirección tan sensible y con un embrague de competición, además de los 513 HP que entregaba el V12 hacían del coche una máquina a la que había que acostumbrarse y así se lo dijo Angelo. -Es verdad, no se parece a ningún otro coche, es casi un automóvil de carreras. Te contaré algunas cosas de él, si quieres. -Claro, quizá me compre uno, jaja. -No podrías salvo que yo te vendiese el mío. Se construyeron 349 coches y solo se podía adquirir si antes se había sido propietario de al menos dos Ferrari. Tienen prácticamente garantía de por vida siempre que lo conduzca el propietario autorizado así que intenta no romper nada, jaja. Costó más de medio millón de dólares y se podía elegir entre 5 colores que en orden descendente por la cantidad que se hicieron eran el rosso corsa típico de Ferrari, el giallo módena que es este amarillo, el rosso barchetta que es un rojo más oscuro, el argento nurburgring que es un plateado y el nero daytona que es un negro brillante. Alcanza los 160 km/h en unos 6 segundos que es más o menos lo que otro deportivo tarda en llegar a 100 km/h llegando a una velocidad final de más de 300 km/h y además de todo esto, ¡Es hermoso!. 103

-¡Sin duda!. ¡Es una bella macchina!. ¿Qué te parece si comemos en un restaurante de Alcalá de Henares que conozco?. ¿O tienes algun compromiso previo?. -Me gusta hacer las cosas lo mejor posible, así que dame un minuto. Dicho esto tomó la notebook de detrás del asiento y la abrió. Estuvo escribiendo unos minutos mientras avanzaban por la Nacional II hacia Madrid. -Ya está. Hacía tiempo que la tenía preparada así que solo fue ponerle la fecha y algunos detalles más. Acabo de enviar mi carta de renuncia incondicional e irrevocable a Infocom, así que ya no tengo que ir a trabajar ni esta tarde ni nunca más con Du Prai. Podemos ir donde quieras. -Lucca, espero que no hayas renunciado por nada que me incluya; por el momento no puedo emplearte y ni siquiera sé si haré algo en el futuro. -Quédate tranquilo, solo ha sido una coincidencia de tiempos. El mío con Infocom estaba caducado y el conocerte solo hizo que tomara impulso. Lo único que compartimos ahora es que ambos estamos sin trabajo, jaja. ¡Vamos a por esa comida con buena charla!. La Ferrari tomó la salida a Alcalá y diestramente Angelo fue hasta un restaurante en las afueras con mucho sitio para aparcar en su misma puerta. Era un poco temprano para los horarios españoles de comida pero le extrañó ver tan pocos automóviles. Entraron y se les acercó una joven vestida de negro con una chaqueta y pantalones varoniles que igual no masculinizaban su bella figura. El restaurante, sin ser lujoso, estaba muy bien decorado y todo estaba impecable. Las persianas eran controladas electrónicamente para regular la luz exterior y tanto 104

mesas como sillas eran las que uno encontraría en la casa de una familia de clase media acomodada que soportaban cómodamente las largas sobremesas. La cristalería, menaje y cubertería estaban personalizadas con el nombre del establecimiento y un dibujo de trazos en donde se podían ver perfiles de distintas ciudades alemanas. Al contrario que en el 90% de los restaurantes españoles no había pantallas de televisión y la sala olía a perfume en vez de a cocción de comidas; todo esto dejaba afuera a muchos potenciales clientes que aprovechaban la comida afuera para ver los partidos de fútbol, muy común en España. La clientela era siempre de personas que iban a disfrutar de la buena cocina y bebida, además de la charla con sus compañeros de mesa. Si venían menores que no se comportaban correctamente se les advertía a sus padres y si la cosa continuaba se los invitaba a irse muy cortés pero perentoriamente. A pesar de esto solía estar casi siempre con sus mesas al completo. -Buenos días, señores. ¿Son de Tarvax?. -No . ¿Por qué?. Preguntó Ricci. -Es que hoy no serviremos a nadie que no venga de allí, el restaurante está completamente reservado para una comida de esta empresa. Sus mejillas se pusieron rojas al decirles esto. En eso se oyó una estruendosa voz desde el interior. -¡¡¡Cabrón!!!. ¿Es justo que vengas a visitarme solo una vez al mes?. Era raro encontrarlo al mediodía porque sólo venía por las noches pero ahí estaba el dueño quien solía conseguirle las cosas más exquisitas para satisfacer el paladar exigente de Angelo. Un enorme alemán 105

nacionalizado hacía varios años español, después de haber hecho mucho dinero en la “antigua” Andorra de los bajos precios en electrónica. Su exceso de peso no le quitaba agilidad para moverse con una gracia felina. La barba recortada le daba un aire intelectual de profesor universitario de física. -¡Helmut!. No pensaba encontrarte a estas horas de madrugada, jaja. La joven se hizo a un lado y miraba a uno y a otro sin entender absolutamente nada. -Almudena, este es Angelo Ricci, para él siempre está abierto mi restaurante aunque tenga que comer de pie en la cocina. Esta es mi Maître25 y Sommèliere26 recién egresada de l'ÉcoleFrançaise deGastronomie en período de pruebas. Dijo con perfecto acento francés, ya que era un amante de la cocina gala y solo buscaba estudiantes españoles de esa escuela de París. -¿Y Alexis?. Preguntó Helmut. -¿No te habrás separado de esa preciosidad, no?. Si es así dime su teléfono porque haré uso de mi oportunidad. -No Hel, ella no vino pero está todo bien entre nosotros; hoy vine con un amigo en una comida de camaradería. Te presento a Lucca. 25

N del A: Responsable de planificar, organizar, desarrollar, controlar y gestionar las actividades que se realizan en la prestación del servicio en un Restaurante o similar. 26 N del A: Persona encargada de sugerir en un restaurante una variada cantidad de productos como aguas, aceites, vinagres, bebidas espirituosas, sales, infusiones, cafés, puros, etc. Pero donde realmente sobresale es en la elección de los vinos que maridarán con la comida. 106

-Mucho gusto, un amigo de Angelo es mi amigo. Hoy tenemos todo el restaurante alquilado por una única empresa que cumple 20 años de su fundación pero ya mismo preparamos una mesa en el reservado más alejado porque se me ocurre que pueden ser ruidosos. ¿Sabéis cuál es la ventaja para vosotros?. Que tenemos un montón de delicatessen frescas que podréis probar. Almudena, ¿Les ayudas a que se pongan cómodos?, que yo voy a hablar con Jaime. Jaime era otro alicantino egresado de la misma escuela de Francia que era su actual Chef. Almudena comenzó a dar órdenes a los camareros y camareras que había en gran número libres ya que aún no habían llegado los de la empresa. En unos minutos se encontraron instalados cómodamente en un reservado en mangas de camisa y sin corbata. Lucca entretanto no había abierto la boca más que para saludar brevemente al alemán. El dueño se acercó a la mesa de ambos y consultó: -He hablado con Jaime y ha accedido a preparar unos platos especiales para vosotros fuera del menú fijo que tiene la empresa pero me ha dicho que solo lo hace por ti y que luego vendrá a saludarte cuando haya dado salida al plato principal. Pregunta si tu amigo tiene algún tipo de dieta especial por salud ya que sabe que tú comes hasta tuercas si están bien aderezadas y el menú será de su propia elección sin ninguna intervención vuestra. Lucca dándose por aludido se adelantó a responder. -Puedo comer los tornillos que sobren de las tuercas de Angelo, eso sí, si están bien condimentadas. Dijo completamente serio.

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Al alemán comenzó a batírsele su enorme barriga cervecera y dos segundos después estalló en una risotada que debe haberse escuchado desde la casa de Cervantes27. Cuando pudo reponerse dijo: -Me gusta su estilo. Un poco más alejada Almudena sonreía y miraba a Lucca fijamente y éste la miró también. Cuando se alejaron ambos de la mesa, Angelo en voz baja y como para sí mismo, dijo: -Ummm, me parece que vamos a beber buen vino de ahora en más. -No se te escapa una, ¿Eh?. Es verdad, es guapa y yo estoy libre para elegir lo que me guste; ya veremos.

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N del A: Alcalá de Henares es la ciudad que vio nacer a Miguel de Cervantes. 108

Capítulo 20 Los ruidosos empleados de la empresa llegaron casi todos juntos y se fueron ubicando en las mesas reservadas sin prestarles atención. Entretanto llegó a la mesa de ellos una tabla de madera con una variedad de al menos 16 quesos y unas 4 salsas junto con panes diversos que Angelo sabía eran fabricados por el Chef. Detrás estaba Almudena con una botella de sauternes del Château Raymond-Lafonde la Famille Meslier de 1998 que abrió con mucha ceremonia y que, como suponía Angelo, dio a probar a Lucca en primer término mientras describía uno por uno todos los quesos y salsas en forma muy profesional. Éste asintió mirándola fijamente a los ojos y ella le sonrió cuando él solo dijo una palabra. -¡Delicioso!. Sin saber muy bien si se lo decía a la Sommèliere o al vino. Cuando volvieron a quedar solos Lucca exclamó: -¡Cuando tenga que salir a comer afuera debo ir contigo!. Te atienden como a un dignatario, comes lo mejor de lo mejor y las mujeres más bonitas te dan la mejor bebida. -En lo de las mujeres ha sido una casualidad, jaja. Continuaron comentando cada uno de los quesos de la mesa, algunos eran conocidos por Lucca aunque con diferente nombre. Angelo le preguntó por su familia y descubrió que Lucca era hijo único pero no notaba muchas de las características típicas de no tener hermanos. Su madre y padre vivían juntos en una casa a orillas del lago di Annone a unos 50 km al norte de Milano. En un momento de la conversación cuando ya

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se había establecido un nivel de intimidad que les resultaba cómodo a ambos, Angelo le preguntó: -Tengo que hacerte una extraña pregunta que muchas veces he pensado cuando desarrollaba cosas en Tritón. Continuó. –¿A quien se lo darías si tropezaras con un invento que puede causar el fin de la sociedad tal como la conocemos?. -No te comprendo bien cuando dices el fin de la sociedad. ¿Un arma poderosa o un adelanto que beneficie dramáticamente a todos los habitantes del planeta?. -Quizá ambas cosas. ¿Y cuándo dices a quién, te refieres a una persona, una empresa o un país?. -Lo que sea. -Bien… Se quedó pensando Lucca. –Si realmente fuera revolucionario, está claro que no lo daría a una sola persona, quizá tampoco a una empresa y lo de un país mmmm… No puedo responderte ahora, quizá tendría que pensarlo un poco. No sé como se te ocurrió la pregunta pero si realmente deseas una respuesta debes darme tiempo. -Ok, en realidad me gustaría oír tu opinión, te lo dejo para que lo pienses. Lucca se levantó para ir al servicio y Angelo, se quedó mirando al grupo de hombres que se divertían en las mesas del salón mientras un camarero limpiaba la mesa de ellos. Cuando regresó el italiano y se sentó, como una acción cronometrada trajeron una fuente con una ensalada de foie tibio con endivias, ananá, y manzana

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según describió la Maître28. A continuación pusieron un plato delante de cada uno y la Maître continuó diciendo: -Me dijo el señor Helmut que le dijera a usted – dirigiéndose a Angelo. –Que son tuercas y a usted que son tornillos, ambos bien condimentados. Aunque el suyo parezca carpaccio con salsa de trufas negras del Périgord y acompañamiento de caracoles de batata y el suyo mollejas a la cebolla de verdeo con cilindros de patata. He hecho poner, como verán, dos pequeños platos vacíos por si desean compartir o hacer degustar al otro el propio plato. Para beber recomiendo un SaintÉmilion de Château Ausone del 2.000 que es un grand crus classés A. Hecho esto, fiel a su costumbre sirvió un poco en la copa de Lucca para que diera su conformidad a la botella. A Angelo le gustaba este lugar porque a pesar de ser muy formal y lujoso, permitía esas pequeñas licencias, como compartir un plato ,que hacen de la comida una experiencia mucho más deliciosa. La comida continuó con una charla entre ambos que permitió calibrarse perfectamente el uno al otro. Angelo se encontraba muy conforme con todas las contestaciones y cada vez se convencía más que su elección era adecuada. El postre consistió en una mousse de chocolate blanco con pistacchios de la Comuna de Bronte en Italia, para ambos y finalizaron la comida con dos espresso y una copa de Bellini hecho con Prosecco del Véneto. Al fin apareció en la puerta de la cocina, Jaime, imponente con su sombrero de Chef e inmaculada 28

N del A: A pesar de que el femenino de “maître” es “maîtresse”, cuando se trata de la función en un restaurante se suele utilizar “maître” en ambos casos. 111

chaqueta cerrada con enormes botones plateados y pantalón, blancos ambos. El griterío por parte de los comensales de la empresa fue atronador y el cocinero agradeció con una reverencia que hizo redoblar el aplauso. Terminado el show se acercó a la mesa de Angelo a darle un abrazo. -¿Heu menjat bé29?. Preguntó en valenciano, sabiendo que Angelo lo hablaba perfectamente. -Com a reis però hui parlarem en castellà que el meu amic és italià30. -D'acord però ja s'ensenyarà a parlar-ho31, jaja. Lucca lo felicitó y comentaron la comida exaltando sabor por sabor y quedó muy sorprendido cuando el italiano le preguntó si la salsa de la molleja tenía un toque de albahaca. -Tiene usted un buen paladar, pocos lo hubieran notado. Respondió complacido. Una vez que se hubo ido, Angelo llamó a un camarero y le pidió la cuenta; el camarero respondió que el dueño enviaría la factura a Tritón como siempre. Sabiendo que la mitad de las veces no enviaba nada, el argentino pidió que viniese Helmut a la mesa. Cuando llegó el alemán Angelo le dijo: -Helmut, acabo de vender Tritón y si envías la factura a la empresa temo que los nuevos dueños no quieran pagarte una comida mía, jaja.

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N del A: ¿Habéis comido bien?. N del A: Como Reyes pero hoy hablaremos en castellano que mi amigo es italiano. 31 N del A: De acuerdo, pero ya aprenderá a hablarlo. 30

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Helmut ni se inmutó, probablemente por su origen alemán más acostumbrado a que las empresas se compran y venden, le respondió: -Me alegro mucho por ti si eso te hace feliz y por mi parte eso significa que te tendré más seguido en el restaurante así que también recibo la noticia con beneplácito. Con más razón, imagínate que dirían mis colegas si se enteraran que le cobro a un desempleado, aparte –dijo bajando la voz y acercándose a la mesa. – Ya se los he cobrado a los de la empresa esa que están borrachos y no entienden nada, jaja. Angelo sabía que eso era imposible en el alemán que era una de las personas más correctas que conocía pero no podía discutir con él y le agradeció prometiéndole visitarlo con Alexis en breve. Cuando ya habían llegado a la puerta Angelo se paró en seco y le dijo a Lucca: -¿Perdón, quieres ir a hablar con esa niña tan guapa antes de irnos?. -No hace falta, ya me dio su teléfono y dirección cuando fui al servicio. Le respondió levantando un papel que guardaba en su bolsillo. -Jaja, y yo que pensé que eras tímido. -Te agradezco una de las comidas más exquisitas que he tenido y encima gratis, jaja. Angelo sabía que seguro no era verdad viniendo de una familia adinerada y de un país donde se le rendía culto a la buena comida, pero no sabía si producto de la bebida o de un sentimiento real, pasó el brazo por los hombros de Lucca y se fueron así abrazados y riendo como dos grandes amigos de toda la vida hasta la Ferrari. -¿Te llevo a buscar tu coche?. 113

Preguntó Tempolini. -No, aún es temprano y quiero que conozcas algo. En Torrejón de Ardoz toma el desvío hacia Ajalvir.

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Capítulo 21 La esposa de Angelo Ricci, Alexis, era una preciosa mujer con el cabello castaño claro y ojos miel casi transparentes de nacionalidad egipcia por nacimiento pero hija de argentinos. Su padre había sido cónsul en El Cairo y ella había nacido ahí mientras cumplía con ese puesto. Era muy refinada y estaba acostumbrada a vivir bien, en realidad nunca había tenido que vivir de otra manera más que dentro de una familia de clase mediaalta. A sus 30 años tenía un cuerpo de modelo más bien de 20 años, con un aura de delicadeza y femineidad que cautivaba apenas se la conocía. Le gustaba mucho viajar y si Angelo tenía mucho trabajo se iba sola o con alguna amiga. No hacía mucho había regresado de un viaje a Sardegna donde solía ir mucho con Angelo, pero esta vez había ido con una amiga que era la hija del cónsul francés en Valencia que era 8 años más joven que ella pero con la que se llevaba muy bien. Cuando ambas caminaban juntas por la calle no había ser humano masculino, y a veces hasta femenino, que no se diera vuelta a mirarlas. Ambas estaban viendo las fotos que habían sacado en el viaje y recordando cada momento vivido. -Parece que al fin Angelo se desprendió de la empresa y podremos disfrutar un poco de viajar juntos aunque sé que en breve emprenderá algún otro negocio, está en su naturaleza. Le comentó a Juliette, su amiga. -Conociéndolo, seguro que poco tardará en encontrar de que ocuparse, aunque ahora seguro que lo veremos más seguido. 115

Alexis sabía que a Juliette le gustaba su marido pero confiaba en que no se desbordaran las aguas; la francesa era bastante más liberal en su forma de pensar pero hasta ahora Angelo había sabido manejarla no cediendo y tampoco ofendiéndola. Se encontraban en el cuarto preferido de Alexis que era una espaciosa sala donde ella tenía todos sus “juguetes”. -Él no sabe que yo lo sé pero desde hace dos años está embarcado en algún proyecto secreto que supongo que ahora encarará con todo el fervor y tiempo que antes no disponía por su dedicación a Tritón. Solía charlar libremente con su amiga contándole cosas que hacían a la intimidad de su pareja porque Juliette era muy discreta y nunca se había enterado que la francesa hubiese contado nada de lo que ella le decía a ninguna otra amiga común. Cuando terminaron de charlar, llevó a su amiga con el coche a Atocha circunvalando la ciudad por la M30. Angelo y Alexis vivían en la calle Lasarte de la Urbanización de La Florida al oeste de Madrid por la A6. Al cabo de una hora y treinta y ocho minutos, Juliette estaba en Valencia gracias al AVE 32 que recorría los casi 400 km en ese tiempo. Ambas hacían ese recorrido al menos una vez a la semana como si viviesen en diferentes barrios de la misma ciudad y así era en realidad ya que el tráfico que había en Madrid hacía que que el desplazarse a veces a pocos kilómetros dentro de la ciudad representase mucho más tiempo que eso. Cuando llegó a la estación de Joaquín Sorolla en el centro de Valencia la esperaba su padre como siempre 32

N del A: Tren de Alta Velocidad español. 116

a quien se le abrazó como una chiquilla que volvía del colegio. Hablaron de Alexis y Angelo y en un momento Juliette, le contó a su padre de la venta de Tritón. Como cónsul encargado de negocios estuvo sumamente interesado en esa operación e interrogó a Juliette hábilmente sin despertar las sospechas de ésta tal como había aprendido en la DGSE33 a la cual aún pertenecía en las sombras.

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N del A: Servicio de Inteligencia de Francia del francés Direction Générale de la Sécurité Extérieure. 117

Capítulo 22 Después de girar a la derecha una vez pasada la Base Militar de Torrejón de Ardoz, siguieron por delante de un gran Centro Comercial y continuaron en dirección a Ajalvir. Poco antes de llegar al pueblo entraron a un Polígono Industrial con varias naves azules iguales y Angelo le fue indicando al italiano hasta detenerse en una de las del centro, con un mando a distancia desconectó la alarma y entraron por una puerta lateral. El galpón era grande y estaba inmaculadamente limpio, esta era una constante en todas las cosas de Angelo, limpieza y orden. En los laterales se encontraban metros y metros de mesas de trabajo con tableros repletos de herramientas encima de ellas sobre la pared. Al fondo, en una especie de sala separada se veía como un pequeño laboratorio donde se notaba que se hacían trabajos más delicados. Ricci encendió las luces y en el centro se destacaba el Nardi Riviera FN333 que tenía en restauración. -¡¡¡Dios, es bellísimo!!!. Exclamó Lucca. Poseedor de ese buen gusto para el diseño como la mayoría de los italianos, apreciaba un avión diseñado por la factoría propiedad de los tres hermanos Nardi en los años 50 y que aún hoy impactaba por su belleza de líneas. Tempolini dio varias vueltas alrededor de él y metió la cabeza dentro de la cabina y del motor.-¡Está en un estado excelente!. Ni siquiera está roto el tapizado, parece nuevo. -Es nuevo. Los hermanos Nardi fabricaron unos pocos a principios de los años 50 pero al no poder continuar con la producción por falta de presupuesto vendieron la licencia a SIAI-Marchetti en el año 1959. 118

Éstos fabricaron varios aviones que vendieron a Estados Unidos, Noruega, Suecia y Australia. En Estados Unidos la empresa Southwest Airmotive se ocupó de armar varios aviones enviados desde Italia desarmados y los entregaba a sus clientes. Uno de los últimos que llegaron en el año 1964 tenían que entregarlo a un cliente de Chicago, pero grande fue la sorpresa cuando arribaron a la casa del hombre que lo había comprado y éste había muerto. Lo familiares no sabían nada del avión y al principio rechazaron el que fuese armado en su casa, pero cuando les explicaron que todo estaba pagado, accedieron y luego lo introdujeron dentro de uno de los grandes garages de la finca para quedar ahí hasta el año 2008 cuando con la crisis inmobiliaria uno de los nietos del original comprador de este avión se vio obligado a vender la casa con avión incluido. La inmobiliaria que se ocupó de la venta pertenecía a un compañero mío de la escuela secundaria que se afincó en Chicago a principios de los 90 y con el cual mantenemos contacto aún hoy en día, cuando vio el avión y sabiendo de mi pasión, me llamó y pude comprárselo al nieto por muy poco dinero antes de que se vendiera la casa. Lo traje y lo metí en esta nave; aún no ha volado desde que salió de Sesto Calende, cerca de Milano y ya recorrió medio mundo ida y vuelta, jaja. En realidad no lo estoy restaurando sino que le estoy haciendo una revisión completa antes de ponerlo en vuelo. Su motor, un Continental IO-470 de 250 HP aún no había recibido una gota de aceite y eso me preocupaba porque ha pasado mucho tiempo; hace unos días un mecánico aeronáutico que he contratado, le ha puesto todos los líquidos y lo pusimos en marcha un par de horas y todos los parámetros se han 119

mantenido perfectos. Aún quedan muchas pruebas por hacerle pero no veo la hora de llevarlo al aire. -¿Y eso?. Señaló Lucca al fondo de la nave. -Es una moto. -Sí eso ya lo veo, pero no es una moto, es LA moto. Es una Ducati 1299 Panigale S. El sueño de los amantes de las dos ruedas. -Es mi niña mimada. La última vez que estuve aquí había venido con ella y como se largó una tormenta, el mecánico me llevó a casa en su coche. Hoy me la llevaré de vuelta y mañana iré en taxi al centro para llevarme el coche que dejé en el aparcamiento de Tritón. -Parece que ambos somos amantes de lo mejor, la diferencia es que yo no gano lo suficiente para pagármelo pero tengo un padre que suple esa deficiencia y tú compras todo con tu dinero. -He tenido que hacerlo porque mi padre falleció hace ya mucho tiempo y parece que una transferencia de dinero desde arriba le costaba mucho, jaja. De pronto, el semblante de Angelo se puso serio y su tono de voz más bajo. -Lucca, todo esto que te he mostrado no es por lo que hemos venido aquí. -Te has puesto misterioso. -Ven conmigo. Le dijo guiándolo hacia un pequeño banco de pruebas en el fondo. Ahí estaba montado un cilindro gris con una caja negra adosada detrás y por delante sobresalía un eje con un engranaje. De todo el artilugio salían varios cables que terminaban en una consola con una gran pantalla plana táctil. -Quiero que te quedes aquí al lado un momento. 120

El italiano se situó donde le indicaba. Se dirigió a la consola que encendió y esperó a que se iluminase la pantalla. Tocó en varios puntos de la pantalla y miró al italiano. -¿Qué te parece?. -¿Qué me parece, qué?. No veo nada. -Efectivamente, no pongas los dedos pero el “motor” está girando; en estos momentos está produciendo… Miró la pantalla. –Unos 247 HP redondeando. -¡Increíble!. No se oye nada. Este motor eléctrico es fantástico, ¿Cuánto pesa?. Lucca, como conocedor de las máquinas había hecho una pregunta clave. -Unos 5 kg. sólo, y unos 12 kg. con una reductora. El italiano lo miró con los ojos como dos pelotas de golf y la boca abierta. -¡No es posible!. Estamos hablando de unos 25 HP por kg. de peso. -En realidad no, este motor es el primer prototipo, con unos pocos ajustes e incrementando muy poco el peso podría obtener 500 HP o más. Angelo hablaba lentamente y con voz calmada pero Lucca respiraba profundamente y parecía necesitar una silla. -Ok, Lucca, vamos a sentarnos. Al mismo tiempo apagó todo dejando la pantalla a obscuras. -Voy a explicarte algo que no sabe nadie, ni siquiera mi esposa. Parece algo raro debido a que no llevamos ni 24 hs conociéndonos pero el peso se me ha hecho difícil de llevar y necesito alguien en quien confiar y espero no equivocarme contigo. Solamente te diré

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algunas cosas para que te vayas hoy, lo pienses tranquilo y en unos días volveremos a hablar. Has visto un motor revolucionario pero aún no te he dicho nada. Esto forma parte de una Caja de Pandora 34 que he mantenido cerrada por dos años. Si decidimos seguir adelante no podremos calibrar las consecuencias y puede que se nos escape de las manos. No hay mejor forma de esconder algo que a la vista de todo el mundo. Habrás notado que no está oculto ni siquiera está tapado por una funda. El mecánico me preguntó que era y le dije que estaba arreglando un motor eléctrico antiguo para modernizarlo y ya no preguntó más. Alguno que ha venido a esta nave como Pablo se han ido pensando que era otro de mis pasatiempos y nada más. Cuando estábamos en el restaurante te he hecho una pregunta, ¿La recuerdas?. Lucca asintió con la cabeza. -Bien, tu respuesta es importante. Yo ahora regresaré a mi casa; mañana firmaré los últimos papeles de la venta y quizá mañana mismo a la tarde me vaya de viaje con Alexis. No sé por cuanto tiempo, pero cuando regrese quiero que tengas una respuesta preparada para mí. A partir de ahí pondremos o pondré si has decidido no acompañarme, una rueda en funcionamiento tan grande que espero que no nos aplaste. Tienes un empleo a partir de ahora. Cuando vuelva también tendrás la opción de renunciar si crees que quieres vivir una vida tranquila; aunque te parezca mentira aún no sabes nada y podremos seguir siendo amigos sin ninguna relación comercial. Si decides 34

N del A: Artefacto de la Mitología griega. "Abrir una caja de Pandora" significa una acción en apariencia pequeña o inofensiva, pero que puede acarrear consecuencias catastróficas. 122

subirte al barco piensa que no va a ser un Crucero de placer sino un viaje en Zodiac35 con olas de 20 metros de altura. -Angelo, quiero irme y pensar en todo esto porque mi cabeza está a punto de estallar, tienes mis teléfonos, mi mail y mi dirección en esta tarjeta. Dijo, extendiéndole una tarjeta de presentación particular. -Es la que doy a las chicas que me gustan así que esos datos son de fiar, jaja. Cuando regreses contactaremos y veremos como seguimos, mientras tanto deja todo arreglado para que yo pueda habilitarme a tus aviones y si quieres que pueda entrar aquí para terminar con el Nardi. Angelo le alargó un pequeño control remoto y un papel. -Este es el mando de la alarma y debajo está el código, ven aquí cuando quieras. En Robledillo, Pablo te facilitará el acceso al Diamond y mañana llamaré a Cuatro Vientos para que puedas utilizar el Piaggio. Esta noche te envío los manuales. Ahora vete y nos vemos a mi regreso. Se pusieron de pie y se abrazaron. Angelo vio alejarse al italiano con los hombros bajos y pensó si no le había dado demasiado en que pensar para un solo día; quizá se arrepintiera de haber regresado a su oficina a hablar con él esta mañana; solo había sido esta mañana, parecía que habían pasado meses. Se quedó solo, pensando en lo tranquila que estaba toda su vida ahora. ¿Por qué tenía que cambiar eso?. Él sabía la respuesta; porque no podía estar sin hacer nada, porque se lo debía a una mente magistral, porque 35

N del A: Marca de embarcaciones neumáticas. 123

se lo debía a la humanidad y porque, como decía la fábula36; “estaba en su naturaleza”. Sabía que cuando él lo decidiese, todo cambiaría y no sabía para donde saldrían las balas, pero tenía que hacerlo; mientras tanto disfrutaría de su cena con Alexis esta noche, firmaría mañana el Contrato Final y se iría de vacaciones; quizá hasta se fuesen en moto a pasear por Europa y visitar amigos. Iban a ser probablemente los últimos días tranquilos antes de pasar a la acción. Angelo no sabía hasta que punto este pensamiento iba a ser profético. Miró la hora en su Breitling y vió que era temprano, así que decidió ir a su casa en vez de ir al restaurante directo. Se puso los pantalones de cordura encima de los que llevaba y el abrigo con refuerzos de kevlar arriba de la chaqueta; completó su indumentaria con unas botas y unos guantes, guardó los zapatos en una mochila de pecho y salió de la nave. Menos mal que Lucca estaba tan asombrado que no notó lo fundamental: El motor no tenía alimentación alguna.

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N del A: Se refiere a la fábula de la rana y el escorpión. 124

TERCERA PARTE Vacaciones Capítulo 23 Regresó a su casa en La Florida en moto y gritó llamando a Alexis. -Al fin me ha dado tiempo de venir a bañarme y cambiarme. Sólo tardo unos minutos. Le dijo dándole un beso y levantándola en andas. Poseían una casa muy amplia de dos plantas con todas las comodidades para su uso y diversión. A veces les costaba encontrarse debido a la cantidad de cuartos que poseían y siempre estaban a los gritos para saber donde estaba el uno y el otro. El exterior constaba de 4 plazas de garage bajo tierra, una piscina con techo corredizo y un salón de usos múltiples donde comían carnes asadas en una parrilla de grandes dimensiones o pizzas hechas en un horno de barro construido especialmente para ese fin. Ella se había puesto un conjunto de pantalón y chaqueta muy refinado que Angelo no pudo dejar de admirar. -Parece que llegué tarde, ya estás vestida. Le dijo. Aunque en el fondo quería más que nada darse una buena ducha que borrara las huellas de ese día tan especial. Ella lo miró y le sonrió haciendo que la habitación duplicara su luz. -No creo que a la vuelta de la cena tenga que dormir vestida, así que ya tendrás tu oportunidad. Una de las muchas virtudes de Alexis era que podía estar lista para una cena de gala en 10 minutos, no se maquillaba ni se hacía grandes arreglos en el cabello 125

aunque luego el resultado fuese como si hubiera pasado todo el día embelleciéndose. -Ve llamando un taxi que hoy tenemos que celebrar y no quiero conducir ni que tú conduzcas después de haber bebido alcohol. Gritó desde la ducha. Se vistió informalmente con una cazadora de tela Armani porque estaba cansado de haber llevado todo el día un traje y abrió el cajón de sus relojes. Esta era otra de sus pasiones, ahí tenía unos 30 relojes, cada uno escogido personalmente por él mismo aunque algunos habían sido regalos de su entorno pero sabiendo exactamente que comprarle; había un Breitling Emergency color coral, un Richard Mille RM 39-01, un Citizen Blue Angels Skyhawk, un Rolex Cosmograph Daytona Oyster Everose Gold, un Tissot T-Touch Expert Solar y otros de diferentes estilos y calidades. A los 30 minutos salían en taxi rumbo al centro. Aún no habían hablado casi nada y aprovecharon el viaje para que Alexis le contara de su viaje con Juliette. En un momento dado, Angelo cambió la cara y se golpeó en la frente con la mano abierta. -¡Por Dios!. Con todo el día que tuve no he llamado para reservar una mesa en el restaurante. -Ya casi hemos llegado, así que ahora es tarde para lamentarse, veremos si la magia de Angelo Ricci sigue funcionando. Dijo su esposa sin dar muestras de a que se refería con esa magia. Llegaron, pagaron el taxi y entraron en el salón. Era un restaurante un poco raro, por un lado tenía un aire de antiguo, con mucha madera y suelos ajedrezados y por otro se veía tecnología en todos los rincones. Pero lo importante no era lo que se veía sino lo que estaba 126

oculto detrás de unos cristales que mostraban toda la cocina, allí dirigía su reino un chef francés, amanerado y delicado que muchos confundían sus preferencias sexuales y pensaban que era gay, aunque nada más lejano de la realidad. Robin Maray se estaba afirmando como la figura emergente más prometedora de la cocina tradicional aggiornata37. Con raciones abundantes era capaz de servir un cocido madrileño con un emplatado y un sabor que emocionaba hasta las lágrimas. Conocía a Angelo y Alexis de una reunión en la Embajada francesa a la cual habían sido invitados gracias a los contactos de los padres de Juliette cuando ellos vivían en Madrid hace varios años. Enseguida vieron que ambos eran amantes de la buena cocina y se seguían encontrando una vez por mes para salir de cacería como decían; en realidad lo que hacían era salir a cenar juntos a los restaurantes nuevos para descubrir a perlas nuevas en las cocinas. A estas salidas no iba Alexis ya que Robin no tenía novia fija y siempre estaba degustando como decía él. Angelo le había conocido muchas compañeras de una noche y siempre eran de lo más selecto de la sociedad y preciosidades. Estas “amigas” eran dejadas siempre en sus casas antes de emprender la “caza”. De estas incursiones salió la mano derecha en la cocina de Maray, Hasan, cuando después de comer en un restaurante de comida afgana, con la artimaña de que traían un mensaje para la familia del chef lo hicieron salir de la cocina y ahí nomás, Robin lo convocó a una prueba en Coplas y Toreros para el día siguiente y desde ese momento no se había despegado de su lado. Robin poseía una gran parte del restaurante 37

N del A: Cocina con ingredientes tradicionales pero hechos con técnicas modernas. 127

aunque le había hecho prometer a Angelo que guardara el secreto porque prefería seguir siendo solo el chef, así los problemas de empleados y otras cosas que no eran de su interés se derivaban a una sociedad desconocida, que era la propietaria visible. Ni bien abrieron la puerta se acercó un Maître vestido íntegramente de rojo. -Madame et Monsieur Ricci, ¡Qué sorpresa!. Mientras decía esto repasaba mentalmente la lista de reservas pero no recordaba que estuvieran anotados. En ese momento vieron que Robin hacía señas como si estuviera cantando una ópera por detrás del cristal insonorizado saludándolos. El Maître se dio cuenta y sabía que tendría que ubicarlos en alguna parte. -No tenemos reserva y si eso significa un problema no hay inconveniente, saludaremos a Robin y nos vamos.-Declaró Angelo. -En absoluto, tenemos una mesa libre que es ideal para ustedes. El Maître ya pensaba a quien sacrificar de la lista de reservas aunque rogaba que hubiese una cancelación de última hora, sino había una pareja de extremeños que solían venir muy mal vestidos y hablaban con voz altísima que podían sufrir un “fallo del sistema” y los mandaría a un restaurante cercano que casi vivía del overbooking38 de Coplas y Toreros. Los ubicó en una mesa que no era muy buena en cuanto a la vista ya que no estaba junto al cristal que 38

N del A: Técnica de marketing generalmente utilizada por las Aerolíneas que consiste en vender más pasajes de los que disponen para asegurarse volar siempre llenos. 128

daba a la calle, pero se encontraba en una esquina un poco apartada de las demás y brindaba una intimidad extra que debido a lo que tenían que hablar les venía muy bien. El Maître retiró disimuladamente la tarjeta con el nombre de quien había reservado la mesa y les dijo: -Enseguida les envío un camarero y luego cuando sepan lo que comerán regreso para la bebida. -No hace falta; la bebida será la misma comamos lo que comamos. Una botella de Armand de Brignac Rosé, ¿Estás de acuerdo, Alexis?. -¿Cómo poder negarme a una partida de cartas?. Dijo Alexis, sonriendo pícaramente; haciendo alusión al As de Spades, el típico logo de esa marca de champagne francés. Enseguida sonó el móvil de Angelo y éste movido por la costumbre no pudo evitar mirarlo pese a la mirada de desaprobación de su esposa. Era un mensaje de Robin que decía que tenía una noche muy cargada pero que se ocuparía de nuestros platos personalmente y que lo llamaría para cenar en la semana. Inmediatamente le contestó diciendo que les mandara para comer lo que él quisiera. Desde la cocina vieron que Robin leía el mensaje y levantaba ambos pulgares expresando su conformidad. La gran organización del restaurante permitió que ya avisado el camarero, sólo viniese para poner una degustación de panes con diferentes dip39 para untar y mojar. Luego vino el maître con el champagne que abrió ceremoniosamente para curiosidad de las mesas 39

N del A: Salsas generalmente frías para acompañar pan o aperitivos. 129

cercanas ocupadas por españoles que se preguntaban quienes serían esa pareja que cenaba con champagne de 700€ la botella. La cena consistió en un carpaccio de carne vacuna exquisitamente aderezado con hierbas, de primero, y un principal que era un trozo de pernil de cerdo con salsa de almendras y roquefort de Aveyron que traía especialmente Robin cada mes. El postre fue un delicioso baklava con helado que se deshacía en la boca. Durante la cena Angelo le contó el loco día que había tenido y que estaba por comenzar a comercializar un nuevo motor. Alexis, siempre muy despierta para los negocios, le aconsejó que antes lo patentara para luego no lamentarlo. Ya había pensado en eso y tenía todo listo para hacerlo, pero en su cerebro decidió dejar todo a un lado hasta su regreso de vacaciones. Acuerdan dar una vuelta en moto por Europa y visitar a los amigos desperdigados por ahí. Invierno era la mejor estación según ellos, para pasear en moto, bien abrigados y sintiendo el aire frío en la cara; sólo se detenían ante una nevada fuerte o lluvia en abundancia. En ese caso paraban en un hotel y esperaban a que mejorasen las condiciones climáticas. También le habló largamente de Lucca Tempolini diciéndole todo lo que recordaba de sus comentarios y contestaciones para que su esposa pudiera evaluarlo aunque sea por lo que él le decía, ella, al contrario de la desconfianza natural que tenía hacia los desconocidos, le dijo que quizá había encontrado un nuevo amigo. Decidieron dormir en el apartamento del centro para no tener que volver a La Florida y así él estuviese más cerca de la oficina al otro día. Ella, por su parte se llevaría el pequeño Alfa Romeo 4C Spider de su 130

propiedad que había dejado en el centro antes de salir de viaje con Juliette; así quedaban los dos coches en la casa cuando Angelo regresara con el Jaguar. A la mañana siguiente, Angelo realizó la última visita a Tritón como Gerente-Director-Propietario. Todo fue más rápido de lo que pensaba; Saludó a Montse y se dio cuenta en ese momento que lo que había pasado ayer solo había pasado una vez y nunca más podría volver a suceder, quería a esa chica mucho como para arruinarle y arruinarse la vida con histeriqueos de adolescentes; ella debía encontrar alguien para ella sola porque se lo merecía. -Du Prai me dejó dicho que te dijera que lo llamaras en cuanto llegues pero me pareció más por obligación que por ganas de verte; ahora está dando vueltas por la planta del polígono industrial de Chamartín incordiando a todo el mundo. -No te preocupes, ahora lo llamo y le diré que me tengo que ir urgente así no viene; no me apetece verlo. Por favor, avísale a nuestro abogado que venga con los papeles así terminamos de una vez. Du Prai y sus abogados habían dejado todo firmado, así que en quince minutos dejó legalmente de poseer Tritón y tener mucho dinero y tiempo. Se dirigió a la caja fuerte y sacó una serie de papeles importantes que guardaba así como dos grabados de incalculable valor y una gran carpeta que metió en su portafolios. Dejó abierta la puerta para que viniese un cerrajero y cambiara la combinación para los nuevos dueños. -Montse, por favor, llama a esa empresa que usamos para las mudanzas y dile que empaquen y vacíen mi despacho y lleven todo al garage cerrado que poseo aquí en el subsuelo, tú tienes una copia de las 131

llaves. Remárcales que les va la vida y el empleo en esta mudanza, si le hacen un rasguño a alguno de mis libros tendrán que pagar por ello. La secretaria no esbozó ni una sonrisa porque sabía que hablaba completamente en serio. -Terminaré de combinar algunas cosas y casi con seguridad mañana salga de viaje con Alexis por unos 20 o 30 días; si necesitas cualquier cosa durante ese tiempo llámame al celular. Saludó con un gran abrazo a su secretaria y quedaron en llamarse más tarde. Libre de ese peso se dirigió a la oficina de patentes con un legajo que llevaba dos años preparando. En él constaban los fundamentos básicos de aquello que llevaba desarrollando en secreto durante los últimos 24 meses. Era lo necesario como para patentarlo pero no los suficientes detalles como para copiarlo o fabricarlo. Sin embargo el título era sugerente “Transformación de la radiación cósmica en potencia motora”. Parecía más un desvarío de un profesor loco que algo viable comercialmente y eso es lo que pretendía. Había hecho muchas visitas a la Oficina de Patentes preguntando y repreguntando que se necesitaba para patentar algo y le habían explicado que también se podían patentar las ideas sin necesidad de que estas fueran cosas practicables para que luego alguien no pudiese explotar comercialmente la idea que había tenido uno. Así que reunió todo lo que la ley obligaba y dejó muchos huecos que nadie podía llenar. Lo que llevaba no era más que un montón de ideas inconexas que necesitaban mucha ciencia ficción para ser realidad.

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Lo que nadie sabía era que había recibido una ayuda de alguien único en el mundo y la historia, que fue capaz de llenar esos huecos.

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Capítulo 24 Jaime Ferro Benítez era un mediocre empleado típico de la administración, cansado y desencantado de su trabajo. Todos los días llegaba a las 8 hs de la mañana y comenzaba la clasificación de las patentes presentadas, a las 9 hs se tomaba un café que duraba una media hora y a las 10:30 hs se retiraba una hora a “almorzar” que en España significaba como una minicomida antes del mediodía; a las 14 hs se tomaba 90 minutos para comer y a las 16 hs se iba a su casa. O sea que como muchos administrativos en España no es que fuera a morir de un ataque al corazón en su empleo pero igual siempre se quejaba de lo poco que ganaba y las pocas posibilidades de ascender dentro de la oficina. Era cuñado de Du Prai, casado con su hermana menor y siempre estaba pidiéndole trabajo a su pariente. Du Prai para quitárselo de encima le había dicho que le pagaría 500 Euros al mes si se comprometía a informarlo de las patentes nuevas que se presentasen relacionadas con la informática. Hasta el momento sólo le había sido útil una vez en donde hasta le había fotocopiado todo un legajo con un curioso dispositivo externo que se conectaba y trabajaba como un procesador adicional descargando de trabajo al principal y acelerando la máquina. Jaime sabía que lo que hacía era ilegal pero los 500 Euros le venían muy bien y además que tampoco vendía armas, solo algún chisme para su cuñado al que parecía que ponía muy feliz. Hacía cosa de un mes Du Prai lo había llamado diciéndole que estuviese atento con cualquier patente informática que presentase un tal Angelo Ricci así que 134

esa mañana una vez que de mesa de entradas le hubieron pasado un legajo con ese nombre, algo le hizo clic en la cabeza y llamó inmediatamente al número de Infocom. -¿Buenos días, podría hablar con el señor Du Prai?. -¿De parte de quién?. -De su cuñado. -Ahh, mire nuestras oficinas se están mudando pero puede llamar a su cuñado a las nuevas, al siguiente número 91 588 16. Le indicó una telefonista que habían dejado en Infocom para que filtrase las llamadas que se recibieran ahí y derivase las importantes. Jaime agradeció y llamó al nuevo número. -¿Podría hablar con el señor Du Prai?. -Un momento, le paso. Dijo la telefonista. -Buenos días. Contestó una voz de mujer. -Sí, buenos días, ¿Podría hablar con el señor Du Prai?. Volvió a repetir. -En estos momentos se encuentra reunido ya que acaba de llegar de la planta. ¿Puedo ayudarlo en algo?. -No, simplemente dígale que habló su cuñado y que tengo algo respecto a Angelo Ricci y que lo volveré a llamar en media hora. ¿Está bien?. -Sí, perfecto, a esa hora estará desocupado. Montse colgó el teléfono y se preguntó, ¿Cómo era que el cuñado de Du Prai conocía a Angelo y qué querría decirle?. Pasó la siguiente media hora decidiendo lo que haría. Al cabo de unos 40 minutos volvió a sonar el teléfono y Montse descolgó. 135

-Sí, buenos días. -Buenos días soy el cuñado de Du Prai otra vez. -Ya le paso. Dijo Montse dejando su línea abierta y encendió la grabadora digital que registraría todo en una tarjeta de memoria. -Señor Du Prai, su cuñado por la línea 1. Habló a un intercomunicador. -Pásemelo. Respondió Du Prai, sin decir por favor o señorita Montse, cosas que nunca olvidaba Angelo. -¡Cuñaoooo!. Gritó Jaime. -Jaime, ¿Cómo estás?. Preguntó el nuevo dueño de Tritón. -Parece que cada vez amasas más pasta 40, ahora tengo que pasar por dos mujeres antes de que me atiendas el teléfono, jaja. -Dime, ¿Tienes algo para mí?. Preguntó sin hacer caso de las bromas. -Hoy a la mañana estuvo ese italiano del que me has dado el nombre, a ver… Ricci. Du Prai, pegó un salto en el sillón y preguntó: -¿Presentó algo?. -Sí pero es un legajo gordo y creo que debe pesar más de 500 gramos. Dijo en clara alusión a los 500 Euros que recibía mensualmente. -¿Cuánto más crees que pesa?. -Yo creería que el doble. -De acuerdo, esta noche tráeme las fotocopias a casa. 40

N del A: Familiarmente, ganas más dinero. 136

Jaime se arrepintió inmediatamente de no haber pedido más. -Muy bien, nos vemos esta noche. Montse desconectó todo, se guardó la tarjeta de memoria en el bolsillo de su camisa y colocó otra. No quería llamar a Angelo desde Tritón así que esperaría a la tarde cuando saliera de trabajar. Cuando por la tarde habló con Angelo que estaba con los preparativos del viaje, éste no le dio importancia y le explicó que efectivamente había presentado a patentar un invento pero que era de los que no le interesarían a Du Prai y rió para sus adentros pensando que cuánto temor tenía que tenerle para que pusiera espías hasta en la oficina de patentes. Le agradeció mucho a Montse y le prometió que la llamaría al regresar del viaje si no había novedades antes. El argelino esa noche, tuvo que invitar al tonto de su cuñado y a su hermana a cenar, y al finalizar se lo llevó a su despacho para que le mostrara lo que le había traído. Al principio se desilusionó mucho porque vio que no era nada de informática pero luego recordó a un andaluz medio lelo que trabajaba en el ministerio de industria, energía y turismo al cual debía el favor de haberle informado que Tritón estaba en venta. Le pasaría el legajo a éste y su deuda quedaría saldada, quizá mereciesen la pena los 1.000 Euros. Al día siguiente, ni bien entró, le dio a Montse el legajo y le dijo: -Vendrán a buscar esto a lo largo de la mañana. Entrégaselo cuando te lo pidan y dame 10 minutos para 137

acomodarme en la oficina y llama a esta persona de mi parte en el Ministerio de Energía. Explicó a Montse entregándole un papel con un número telefónico. -Sí, señor Du Prai. Cuando cerró la puerta, Montse abrió la carpeta por la primera página y vió el nombre de Angelo y se dio cuenta que serían las fotocopias de la Oficina de Patentes, así que preparó todo para oír y grabar la llamada a ese hombre misterioso del Ministerio; parecía que esa tarjeta de memoria iría llenándose de grabaciones interesantes. En realidad la llamada no tuvo nada de interesante, Du Prai le dijo a un tal Charlie que tenía algo para él y le dio la dirección de la oficina para que viniera a buscarlo y eso fue todo.

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Capítulo 25 Charlie López Bernal era un empleado del Ministerio a tiempo parcial, allí no hacía nada importante, solo era una tapadera para su verdadero “trabajo” que era ser agente del CNI41 (una especie de Servicio de Inteligencia español), aunque si había que juzgar a todo el CNI por este hombre, lo de inteligencia estaba de más. Carlos había obligado a todo su entorno a llamarlo Charlie, quizá queriendo remedar a los agentes de la CIA americanos a los que admiraba. Había leído por encima los documentos de la Oficina de Patentes y poco había entendido pero decidió que era muy importante y que esta investigación era el pasaporte para un ascenso meteórico en la CNI, podría llegar a ser el Director si todo le salía bien. Escaneó y guardó el Legajo en su móvil para tenerlo a mano si le hacía falta consultarlo en algún momento, además que tenía la foto De Angelo Ricci y le ayudaría a reconocerlo. Llamó a su compañero subordinado, otro andaluz con menos luces que él aún, y cuando ya tenía toda la estrategia anotada en un papel hizo el primer movimiento, para la tarde probablemente tuviese un nuevo sueldo y un nuevo puesto. En presencia de su compañero, llamó por teléfono a la casa de Angelo y luego de darse a conocer pomposamente como agente del CNI, pidió hablar con el señor Ricci. Una empleada de la limpieza a la que no se le había movido un pelo por las credenciales de Charlie, le dijo que no estaba, no sabía donde estaba y 41

N del A: Centro Nacional de Inteligencia. 139

no sabía cuando volvería; en una palabra no sabía nada. Arruinado el primer paso tomó una decisión muy rápida; le indicó a su compañero que montara en su coche y se apostara en la puerta de la casa de Angelo Ricci y le avisara cuando regresase ya que no sabía si volvería en una hora, un día o un mes. Jesús llegó a la urbanización de La Florida a la puerta de la casa de Angelo y aún con su poco raciocinio se dio cuenta de que destacaba más que una mosca en la nata. Los automóviles ahí eran guardados en sus cocheras y en la calle no había ninguno, salvo ocasionalmente de algún Servicio Técnico. A la media hora se le acercó la seguridad privada seguramente avisados por algún vecino y él tuvo que identificarse y dijo que estaba ahí esperando al señor Ricci para comunicarle una noticia importante de su familia. En los días subsiguientes ya se transformó en parte de la urbanización al que saludaban todos y algunos hasta sabían su nombre. Desde luego nada le dijo a Charlie y éste siguió pensando que era una vigilancia de incógnito. Encima como todo se deforma cuando pasa de boca en boca, era conocido por el de la CNN en vez del CNI y algunos le decían “el periodista”.

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Capítulo 26 Angelo y Alexis la pasaban muy bien cuando estaban de vacaciones, recorrieron muchas ciudades y visitaron infinidad de amigos en Italia, Francia y Alemania. Comieron en espléndidos restaurantes y durmieron siempre en buenos hoteles; hablaron mucho y Angelo terminó por contarle la historia completa de su proyecto secreto. Una tarde en que el sol caía en el horizonte rápidamente como suele hacerlo en invierno a las tres de la tarde en Europa; después de un día inusualmente templado para la fecha, estaban recostados en el césped del Parc Citroën en la ribera izquierda del Sena en el XVe arrondissement de París, Angelo comenzó el relato. -¿Recuerdas qué compré una colección en París de libros de Jules Verne hace unos años?. Comenzó. -Sí. Respondió ella. -Pues bien, comencé a releer los libros y dentro de L'ÎleMystérieuse encontré unos grabados que no se correspondían con la novela. Alexis sonrió a sus espaldas, él siempre tan detallista. -Al principio no tenía ni idea de que se trataba pero los revisé detenidamente con una gran lente de aumento y había numerosas instrucciones en un inglés con términos bastante antiguos, así como muchos dibujos con explicaciones. Ya sabes como soy de curioso, me lo tomé como un puzzle a resolver. Al principio después de unos días, descubrí que una parte 141

se trataba de un motor eléctrico con muy pocas piezas internas que poseía como unas pequeñas aletas sobre un eje. Estas aletas estaban formadas por varios metales raros en capas. Por lo que estaba escrito, reaccionaban a la inducción de una corriente con muchísimos Volts pero muy pocos Ampère produciendo un micro campo gravitatorio por turnos que hacía que girase el eje del motor. Esto de por sí me dejó perplejo y me dí cuenta que estaba ante un invento que podría revolucionar el mundo tal como lo conocemos. Aquella persona, Institución o país que tuviese esta información se transformaría inmediatamente en líder mundial. Era de una simpleza extraordinaria pero, si funcionaba, sería algo genial. Dejaríamos de depender de los combustibles fósiles. Esta simpleza también lo hacía muy vulnerable; supongamos que alguien presenta esta innovación en forma de motor, bastaría desarmarlo para copiarlo. Ya no el motor sino los principios bajo los que funcionaba era lo que dejaba estupefacta a una mente científica. Vamos a tomar un café a Les Deux Magots en la Place Saint-Germain des Prés y te sigo contando que ya está haciendo frío. Subieron a la Ducati y fueron hacia el centro pero a esa hora ya comenzaba el horario en que el tráfico de París se hace odioso y tardaron más de lo normal. Aunque sus cascos estaban comunicados inalámbricamente mantuvieron el silencio hasta llegar al Café. Consiguieron una minúscula mesa debajo de una estufa en la acera al lado de unos ejecutivos exitosos 142

que estaban tomando una copa de champagne antes de volver a su casa de los suburbios y cuando les trajeron sus capuccinos retomaron la charla. -¿Dónde estaba?. Preguntó Angelo. -En que eran fáciles de copiar. Respondió Alexis. -Sí, bien. Pensé en construir uno y decidí hacerlo en la nave de Ajalvir. El primer problema que enfrenté fue conseguir los metales extremadamente raros que se utilizaban en las aletas internas. Pero después de muchos llamados telefónicos fui obteniéndolos uno a uno con la excusa de que eran para unos circuitos de computadores. Hice construir las piezas por separado en distintas tornerías sin darle a cada una más que un dibujo técnico de la pieza; inventé mil usos diferentes que fui utilizando para mentir en los talleres. Cuando conseguí unir todo en algo que giraba reparé en algo a lo que le había prestado poca atención hasta el momento y era la energía necesaria para hacer reaccionar los metales; se trataba de la necesaria para alimentar a una ciudad. Ya me parecía demasiado bueno para ser realidad. Fue cuando empecé a prestarle atención a la segunda página de grabados del libro. Ahí estaba explicado todo el proceso para conseguir esa energía ilimitadamente extrayéndola del medio ambiente. Estudié mucho este segundo grabado para que no me pasase lo mismo que con el motor y descubrí una pequeña caja dibujada que decía “Unidad de control y estabilización energética” en inglés, un nombre ampuloso y extraño. Sólo explicaba que debía ser capaz de regular el flujo de energía a la velocidad de la luz.

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En esos momentos comencé a pensar que descubrir a quien correspondía todo esto era muy importante para poder discernir si todo era un entretenimiento de algún aficionado a Verne o si era real. En realidad desde un inicio asocié la antigravedad con Nikola Tesla y cuando le sumé la producción de energía por la radiación cósmica me confirmó, por lo menos teóricamente, su autoría. Volví a reexaminar ambos grabados y al fin en ambos descubrí la prueba irrefutable, disimulado entre los dibujos de las piezas estaban una N grande que abrazaba con un lado curvo a una T; sus iniciales. En uno de los dibujos como si fuera una sombra muy pequeña estaba la firma completa como acostumbraba hacerla él, con nombre y apellido. La época coincidía y telefónicamente pude rastrear hacia atrás los libros hasta ubicarlos en Estados Unidos donde se pierde el rastro. Así, pues que se trataba de inventos de Tesla, esto daba una nueva dimensión al asunto porque el Ingeniero había hecho demostraciones públicas de ambos principios explicados en los grabados. Lo único que seguía intrigándome era esa caja misteriosa. Después de darle muchas vueltas en mi cabeza todas las piezas calzaron en su sitio. Tesla no poseía la tecnología por la época que le tocó vivir, para fabricar una unidad que pudiese controlar el flujo de energía a la velocidad de la luz y había enviado sus inventos al futuro. Como una botella arrojada al mar con un mensaje esperando ser leído por quien la encontrase. Nikola Tesla, esperaba que Verne fuese leído por una mente inquieta y aquel que dedujese todo el resto, bien podía o no estar en condiciones de aportar la pieza

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que faltaba. Al fin y al cabo había muchas formas de viajar en el tiempo y ésta era una de ellas. Fue una medida desesperada de viajar en el futuro y llevar a la práctica el invento más grande jamás concebido por y para la humanidad. Alexis, construí una unidad informática que ocupa el lugar de la caja misteriosa y regula la energía a la velocidad de la luz con lo cual puedo fabricar motores con potencia teórica ilimitada que pueden funcionar de manera perpetua además de las aplicaciones que pueden derivarse de ambos principios. Solo pensar en las armas que podrían fabricarse con una provisión de energía casi ilimitada da escalofríos. Es imposible no recordar el famoso Rayo de la Muerte que inventó Tesla. Pero temo que con esto haya destapado la Caja de Pandora. Ahí, en un Café de París, una noche de invierno Alexis acababa de enterarse de hechos que cambiarían el mundo. Lo que no se sabía si para bien o para mal.

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Capítulo 27 Lucca, en ausencia de Angelo ocupaba sus días entre viajes a Cuatro Vientos, a Robledillo de Mohernando y a Ajalvir, matizado con cenas en el restaurante de Helmut en Alcalá donde trabajaba la Sommèliere que había conocido ahí y a la que había llamado al día siguiente de la comida con Angelo en ese lugar. Almudena era un oasis de tranquilidad además de una belleza sobria que si bien no despertaba suspiros de pasión a su paso, era agradable verla moverse entre las mesas. Prácticamente en una semana había logrado adaptarse a ambos aviones aunque el Piaggio había resultado ser mucho más complejo de lo que pensaba. Era una maravilla de la tecnología, tanto por dentro como por fuera; todo en él era innovador. Su cabina llamada “glass cockpit” debido a la presentación de todos los parámetros de vuelo y motor en pantallas se parecía más a un videojuego que a un avión real. Lucca había estudiado cada minuto del día todos los sistemas; al lado de esto el Diamond había sido un juego de niños. Por el contrario, la adaptación al vuelo había resultado muy placentera tanto en un avión como en el otro. Había realizado más de 50 aterrizajes y despegues, incluso había hecho una navegación hasta el aeropuerto de Parayas en Santander con el Instructor en el Piaggio, ida y vuelta en una mañana; habiendo hecho toda la programación del vuelo en el FMC42 (Computador parecido a un GPS de automóvil pero donde se puede programar también la trayectoria

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N del A: Del inglés Flight Management Computer. 146

vertical entre otras muchas cosas) y utilizando todas las características del Piloto Automático. Ahora que estaba más tranquilo estaba cada minuto libre que tenía metido en la nave industrial en el Polígono de Ajalvir. Ahí había realizado muchas cosas que sorprenderían a Angelo cuando regresara. Había contratado a un ingeniero aeronáutico además del mecánico que ya tenía Ricci y casi tenía al Nardi totalmente armado y revisado; solo se había negado a desarmar el motor totalmente que era lo que sugería el mecánico, Lucca tenía otra cosa en mente pero necesitaba la aprobación de Angelo para eso. Ya habían pasado 29 días desde que el antiguo dueño de Tritón se había ido de vacaciones y no habían hablado ni una sola vez por teléfono salvo un breve mensaje de texto que había recibido el italiano anteayer que decía “estoy en Madrid en 2 días”. Lo esperaba con ansias como a un hermano que hace tiempo no se ve y tenía muchas cosas que hablar con él.

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Capítulo 28 Cuando Angelo y Alexis llegaron a su casa de La Florida en las afueras de Madrid, el “periodista” Jesús se encontraba charlando animadamente con una joven encargada de la limpieza en un chalet vecino, por lo que el arribo de la Ducati no fue advertido. El agente de la CNI continuó con su rutina sin advertir absolutamente nada. Al día siguiente, cuando Angelo salió de la casa en su moto, Jesús se encontraba desayunando dentro de su coche, que ya parecía más un basurero que un automóvil. Con la sorpresa de verlo en la dirección contraria a la que lo esperaba, volcó su café encima y el contenido de la petaca que contenía anís de Chinchón, el cual iba a verter en su taza, fue a parar a los pantalones. Un churro aceitoso quedó incrustado debajo de la palanca del freno de mano y fue medio aplastado por ésta, cuando Jesús la bajó. Puso el coche en marcha rápidamente y salió en su persecución. La Ducati se alejaba rápidamente mientras él trataba de llamar por teléfono a su compañero Charlie, y aceleraba sin conseguir que el vehículo adquiriera velocidad. De pronto, de las ruedas traseras comenzó a salir humo y en ese momento advirtió que debido a parte de su desayuno atrapado debajo del freno de mano, no había podido quitar totalmente a éste. Consiguió hablar con Charlie cuando de una casa salió una asistente gritando: –¡¡Se quema el coche del periodista!!. Cuando Charlie recibió la llamada se encontraba en la cama aún porque para algo él era el jefe. -Qué ocurre?. Preguntó. 148

-Que Ricci acaba de salir de su casa. -De entrar dirás. -No, de salir, debe tener una entrada por otro lado. Afirmó, sabiendo que la casa tenía una sola entrada pero tratando de que su compañero no se diera cuenta de lo que había pasado. -Pues, supongo que lo estarás siguiendo, ¿No?. -En realidad, no. El coche se acaba de averiar. Charlie miró al cielo raso de su habitación tratando de atravesarlo y llegar a atraer la atención del Ser Supremo. -¡Busca una solución, ya!. Te espero en una hora en el Ministerio. Ahora comenzamos a movernos y no hay tiempo que perder. Sentía como que todas las series americanas que había visto en su vida, acudían a su mente; y sus héroes de la pantalla le indicaban qué era lo que tenía que decir y hacer. Jesús, mientras tanto bajaba del coche en el momento que tres o cuatro mangueras convergían hacia él de los solícitos vecinos que intentaban que no se incendiase su coche. Cuando se dieron cuenta que era solo humo y no había fuego por ninguna parte ya era tarde para Jesús que se encontraba totalmente empapado y aterido de frío. Menos mal que alguien gritó: -¡Una manta para el periodista!.

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CUARTA PARTE La persecución Capítulo 29 Angelo se había despertado temprano, como siempre y había desayunado solo en la cocina mientras empezaba a hacer rodar pequeñas piedras que podrían terminar en un alud. Estaba vestido con ropa para moto porque pensaba utilizar la Ducati que era mucho más ágil en el tráfico matinal. El día había amanecido templado tirando a fresco como correspondía a la fecha en que estaban; ya a fines de abril se notaba la primavera. La empleada que tenía hacía más de 8 años, comenzó a contarle una historia de un periodista que vivía en un coche en la urbanización, pero Angelo con mucha diplomacia escapó de, lo que él consideraba, chismes del servicio doméstico y cuando tomó el teléfono para llamar, la empleada cesó en su charla. Llamó en primer término a Lucca y lo citó en la nave de Ajalvir. Luego devolvió la llamada a Montse que ésta le había hecho hacía unos días. En principio era su intención emplearla y sacarla de Tritón, pero luego de que su ex secretaria le comentara todo lo que había averiguado, acordaron de común acuerdo que ella seguiría trabajando para averiguar qué estaba ocurriendo. Antes de que se levantara Alexis, salió en su moto con mil cosas en la cabeza, tantas que ni siquiera advirtió el coche del agente del CNI cuando pasó a su lado. Circunvaló Madrid por la M-40 norte hasta enlazar con la Nacional II y de esa forma se evitó cruzar todo 150

Madrid que a esas horas era como un gran agujero negro que se tragaba las horas en atascos increíbles. Cuando llegó a la nave de Ajalvir vio estacionada la Ferrari de Lucca en la puerta. Entró y le dio un gran abrazo al italiano sintiendo que eran amigos de toda la vida, mucho más que algo racional era un sentimiento que le obligaba a pensar que podía confiar en él más que en cualquier otra persona de las que se había cruzado en su vida en España a lo largo de los años pasados. Lo que más le llamó la atención fue el Nardi que dentro de la nave parecía una gran mole; estaba impecable, por dentro, por fuera y por donde se lo mirase brillaba, parecía que recién había salido de la fábrica; solo el capot, por detrás y arriba de la cabina, estaba abierto y se notaba que no tenía motor ni hélice. Lucca le miraba el rostro y analizaba cada gesto de Angelo. -Angelo, sé que este era TU proyecto y que deseabas restaurarlo en persona, pero me pareció que llevabas un poco de retraso y decidí echarte una mano. Espero que no te moleste. -¿Molestarme?. ¡Me parece que has hecho un trabajo excepcional!. No sabía que eras ingeniero aeronáutico. -Y no lo soy, en tu ausencia contraté a uno que me ayudó mucho, sobre todo con el magnaflux que como ya sabrás es un ensayo de materiales no destructivo para detectar fisuras y otros problemas en la estructura, pero te adelanto que le pagué de mi bolsillo, jaja. El avión se encuentra en condiciones de vuelo salvo por el detalle de que no tiene motor. Ven por aquí que quiero mostrarte otra cosa.

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Lo llevó del brazo hacia el fondo del galpón donde Angelo hacía las pruebas del motor de Tesla. De lejos, ya el argentino vio que habían cambiado muchas cosas. -Me he tomado el atrevimiento de husmear un poco más en este motor tuyo. He hecho muchas mejoras, o eso creo yo, en el software de control. Además conseguí unificar en una sola pieza los tres conjuntos: el motor en sí, la “fuente” de energía y la unidad de control. Explicó señalando un pequeño ovoide parecido a una pelota de football americano pero un 30% más grande que ésta totalmente cromada y brillante. -En realidad tengo algunas ideas que podrían mejorar cada una de las tres cosas pero para eso necesito saber más. La última vez que hablamos sobre esto, estaba realmente abrumado y hasta podría decirse, asustado. Poco a poco lo fui digiriendo y ahora estoy en condiciones, no de saber cómo funciona todo esto, sino de saber al menos de qué se trata. No me habías dicho que la energía necesaria provenía de una de estas unidades “misteriosas”. He conseguido descifrar que tenemos al motor en sí, la unidad que suministra energía y una unidad electrónica que regula esta energía. Luego está el software del que te hablaré en un momento. -Es así, Lucca. Habló Angelo y continuó. -Antes de irme no quise seguir explicándote más cosas porque me pareció que estabas un poco sorprendido y quise darte tiempo para que lo asimiles despacio. El motor y la unidad de energía son inventos pertenecientes a Tesla … -¡¡¡¿Tesla?!!!. 152

Interrumpió el ítalo. -¿El archienemigo de mi compatriota Marconi?. Continuó. -Efectivamente. Por una cuestión fortuita que no viene al caso pero que en alguna cena te contaré en detalle, conseguí los planos para construir estas cosas directamente de puño y letra de Nikola Tesla. Faltaba la unidad electrónica de control y el software que desarrollé en secreto yo solo. En realidad, los principios de funcionamiento ideados por una mente tan genial como la de Nikola Tesla, también se me escapan a mí. Solo fabriqué el motor y la unidad de energía siguiendo fielmente los planos pero no termino de entender a fondo como y porque funcionan. Sé que podrán mejorarse mucho cuando alguien llegue a entender la física revolucionaria que los rige. Cómo verás se trata de unos artilugios que pueden revolucionar a la humanidad actual. Energía gratuita en cantidades ilimitadas y motores silenciosos con emisiones cero. No sé si es la salvación o la condena de este planeta, no sé si se matarán más o menos por estos inventos. -Es increíble, Angelo; parece sacado de una novela de ciencia ficción. En realidad bastante de esto había descubierto husmeando en este prototipo pero ahora tengo el panorama mucho más claro. A lo que me dediqué casi exclusivamente es a mejorar el software de control, ya sabes que eso es mi campo. Luego lo que hice es armar el “paquete” con las tres cosas y hacerlo más compacto. El software que rediseñé puede hacer muchas más cosas que el anterior. -Me imagino, el mío era un poco primitivo, es decir casi lo justo para ver si estos inventos funcionaban, jaja. -Mira. Dijo Lucca, señalando la pantalla táctil. 153

-Ahora puedes variar no solo las RPM desde una hasta 20.000, sino también la potencia del motor de un décimo de HP a 1.000 HP en este modelo. En ambos casos está más que nada limitado por una cuestión de materiales, tamaño y construcción que por el principio en sí. Creo que ambos extremos, tanto el inferior como el superior, se podrán superar cuando todo esto evolucione. Otra de las cosas que ahora puedes hacer es invertir el sentido de rotación, prácticamente en forma instantánea. Pensando en su aplicación en los aviones habría que considerar hélices de varias palas para que esta virtud se aproveche. Además no necesita ningún tiempo de calentamiento, en cuanto lo enciendes, ya puedes salir. En otras palabras esto no es un motor sino que es un motor a medida que puede transformarse en el que quieras con solo mover un dedo. ¡¡¡Diossss!!!. Lo estoy diciendo y ni yo mismo me lo creo. He estado pensando que podríamos decirle a tu mecánico que no venga más y nosotros montaríamos el motor Tesla en el Nardi para probarlo, ¿Qué te parece?. -Me parece una excelente idea; es muy probable que podamos mejorar todas las performances originales de este avión. Los hermanos Nardi deberían volver a nacer para verlo, jaja. El entusiasmo de ambos era contagioso. Continuaron conversando casi todo el día salvo una hora que es lo que tardó Lucca en ir en la moto de Angelo hasta el Centro Comercial de Parque Corredor a buscar para comer a eso de las 12 del mediodía. Trajo unas costillas asadas y una botella de vino Rioja, que si bien no era comparable a un buen Chianti de la provincia de Siena, combinaba con esas costillas de 154

Centro Comercial. Algo iba aprendiendo de su novia Sommèliere. Angelo habló por teléfono con Alexis y quedaron en que la llamaría más tarde para cenar los tres juntos. Un poco antes de las 15 horas estaban agotados, no física sino mentalmente. Angelo decide dejar nuevamente ahí su moto y permitir que Lucca lo lleve a su casa en la Ferrari, para presentarle a Alexis y descansar un poco antes de la cena. Antes de tomar la N II en dirección a Madrid deciden parar 10 minutos a tomar un café en el Centro Comercial, una decisión que le costaría muy cara a Angelo.

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Capítulo 30 Jesús, con sueño, mojado y resfriado acepta que un empleado doméstico lo lleve al centro de Madrid en el Land Rover que utilizaban para ir al Supermercado a hacer la compra semanal de una casa vecina. Desde arriba del vehículo llama a su superior sabiendo la que le esperaba. -Charlie, lo he perdido. -¡¡¡INÚTIL!!!. ¡Más me valía trabajar con un asno!. ¡Ven para aquí inmediatamente!. Carlos López Bernal tomó el teléfono y llamó a la Guardia Civil, a la Policía Nacional, a la Policía Municipal y hasta a los bomberos. Escaneó la foto que venía en el legajo de la Oficina de Patentes y la envió a todos los cuerpos, solicitando que se le informe de inmediato si se lo encontraba y no hacer nada por iniciativa propia. También comunicó que se movía en una moto de la marca Ducati de la cual había muy pocas en toda España y probablemente fuera la única de ese modelo en Madrid. A eso de las 12 del mediodía una patrulla le comunicó que creían haber visto una moto así estacionada en el Centro Comercial de Parque Corredor. Decidió ir él mismo con Jesús que ya había regresado, al cruce del acceso al Centro Comercial con la N II para evitar que se le escapase hacia uno u otro lado. Alrededor de las 13 horas le dijeron que alguien estaba llevándose la moto así que se puso en estado de alerta sabiendo que era imposible que se le escapase.

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-Tú mira la subida hacia Guadalajara que yo vigilo el acceso a Madrid. Le dijo a Jesús que no había abierto la boca en toda la mañana asumiendo que todo este lío había sido por su culpa. Así se hicieron las 13:30 horas sin novedad. No había pasado ni un scooter. -¿Cuánto se tarda en llegar aquí desde el Centro Comercial?. Preguntó más para sí que a Jesús, aunque este se consideró interpelado y respondió. -Unos cinco minutos. Quizá se fue hacia el otro lado. Se atrevió a opinar. -¿Hacia qué otro lado?. Si no hay otro lado, ¿O sí?. ¿Se puede ir hacia el otro lado?. Dijo, mirando un mapa que sacó del coche oficial. -Para el otro lado hay unos pueblos pequeños. ¿Qué va a ir hacer por esos pueblos?. No, seguro que ha vuelto y no lo han visto, habrá olvidado algo. Tomó el móvil y rellamó al número de la Guardia Civil de donde le habían avisado de la moto. -¿La moto ha regresado?. Casi gritó por el micrófono. -¿Qué moto y quién es usted?. Sepa que este es un móvil de uso oficial. Respondió el teniente de la Guardia Civil que tenía mucha más formación profesional que Charlie. -Soy López Bernal del CNI y hace media hora me han llamado de este número. -Muy bien, señor. Entienda que esto se trata de una colaboración así que estaría bien que nos indicara que es lo que necesita y veremos si podemos ayudarlo. Usted no puede dar órdenes a nuestro personal hasta 157

que no se nos comunique lo contrario oficialmente. En respuesta a su pregunta, la moto se ha ido y no ha regresado. De esta forma se establecieron correctamente los lugares que cada uno ocupaba. Tragando bilis, Charlie, se dio cuenta que por las malas no conseguiría nada. -Perdone usted, es que estoy muy nervioso. ¿Podría avisarme si vuelve a aparecer la moto o la persona que estamos buscando?. -Desde luego, forma parte de nuestro trabajo. Así volvieron cada uno a mirar para un lado y transcurrió otra media hora más. -¿Dónde ha ido?. No se pudo haber esfumado. Esperaremos una hora más y luego veremos. Jesús, que a pesar de que ya se le había secado más o menos la ropa, todavía sentía frío en el cuerpo en este día de fines de abril en plena primavera pero un poco fresco; no lo contradijo aunque tenía ganas de un carajillo43 antes que seguir de pie al lado de una carretera. Mientras tanto en el Centro Comercial, Angelo y Lucca acababan de llegar en la Ferrari para tomar un café. Atraídos por el poco común vehículo la pareja de Guardias Civiles miraron a quienes descendían de él. De inmediato el teniente sacó de su bolsillo la foto que le habían dado en el cuartel con el pedido del CNI, su ojo entrenado se había dado cuenta del parecido con el acompañante de la Ferrari.

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N del A: Bebida que consta de café con brandy, ron u orujo. 158

-Ahí está el tío al que están buscando los espías del CNI. -Efectivamente. Confirmó su compañero, mirando también la foto. -Ya llamaremos al maleducado ese que nos llamó hace un rato, dejemos que se cueza un poco en su salsa. Cuando Angelo y Lucca salieron y volvieron a montar en el coche el Guardia civil tomó el teléfono oficial y llamó a Charlie. -Su hombre está a bordo de una Ferrari amarilla que va para su QTH44. Cuando recibieron la llamada, los empleados del Ministerio ya estaban a bordo del Ford Focus oficial de 10 años que había conocido mejores momentos, listos para irse pensando que lo habían perdido otra vez. -Muchas Gracias. Respondió Carlos y le dijo a Jesús, saltando fuera del coche. -Mira hacia donde van que vienen en una Ferrari amarilla. -¿Y la moto?. Preguntó Jesús. -¡Qué coño sé yo de la moto, la habrán cambiado pelo a pelo por el coche!. Gritó enfadado Charlie. Efectivamente, en 3 minutos más apareció el llamativo vehículo que inocente de todo enfiló hacia Madrid. Eran las 15:15 hs.

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N del A: Código Q internacional utilizado por las Fuerzas de Seguridad o Armadas entre otros. En este caso significa el lugar donde están Charlie y Jesús. 159

Los dos aprendices de espías fueron corriendo al asiento del conductor en cuanto vieron que la Ferrari tomaba el acceso hacia Madrid. Llegó primero el jefe que abrió bruscamente la puerta dándole en la cara a Jesús que rebotó hacia atrás cayendo con la nariz ensangrentada y un corte en la mejilla debajo del ojo. -Déjate ya de historias y sube o te dejo aquí mismo. Le gritó Carlos. Con dificultad el andaluz se levantó y subió del otro lado cuando ya la Ferrari se perdía de vista en la autopista.

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Capítulo 31 Los amigos, ajenos a todo se habían incorporado al lento tráfico de la autopista sin prisas. Detrás, los empleados estatales se afanaban por recuperar el terreno perdido. En un momento dado tanto corrieron que casi se los llevan por delante. Lucca vio por el espejo retrovisor que se le venía encima un coche que frenó a último momento muy cerca de su paragolpes trasero. -Creo que el seguro se ha salvado de pagar una buena suma de reparación. Los dejaré pasar si tienen prisa. Le comentó a Angelo a su lado, apartándose y cambiando de carril a la derecha. Para su sorpresa, el coche también cambió de carril y siguió pegado detrás. Volvió a cambiar de carril yéndose al más lento a la derecha, pero el otro coche lo copió. -O son unos imbéciles o tenemos un problema. Dijo en voz alta, el italiano. Angelo sabía que cuando diera los primeros pasos en el camino que había decidido recorrer, empezarían los problemas, pero no pensó que serían tan rápido. Dedujo que, o bien alguien se había ido de la lengua en la Oficina de Patentes, o la persona que tenía a su lado lo había traicionado; ya que se fiaba totalmente de Alexis y nadie más sabía de su nueva empresa. En el Focus Jesús preguntó. -¿Como piensas hacer que se detenga?. -Cómo he visto que hacen en las películas.

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Respondió Charlie, sacando su Glock 1745 reglamentaria. En realidad se las daban como parte de su equipo reglamentario pero jamás ningún agente del CNI había tenido que utilizarla. Comenzó a hacerle luces a la Ferrari y sacó la mano con la pistola por la ventanilla en una autopista atestada de vehículos de ciudadanos que iban o volvían de sus trabajos. Lucca lo vio inmediatamente por el espejo lateral y le dijo a Angelo. -¡¡Nos está amenazando con una pistola!!. Gritó. Angelo, rápidamente evaluó la situación y decidió huir, no solo del coche perseguidor sino de todo el mundo. Por el momento no sabía en quien confiar. -Acelera y tuerce aquí hacia el Parque Juan Carlos I. No creo que dispare con tanta gente alrededor. Le dijo tranquilamente. En su cerebro tenía un plan pero no quiso decirle nada a Lucca. La Ferrari en los primeros 100 metros ya le había sacado 50 que pronto se transformaron en 500. Al entrar en la rotonda que lleva al Campo de las Naciones Lucca preguntó: -¿Y ahora?.¿ No nos convendría salir a la autopista que seguro ahí les sería imposible alcanzarme?. -No, frena ahí mismo junto a la acera. ¡Sigue tú a la autopista!. Gritó mientras se bajaba y echaba a correr hacia el interior del Parque. Lucca quedó estupefacto al principio, pero luego comprendió que él serviría de anzuelo mientras Angelo

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N del A: Pistola de calibre de 9 mm hecha de polímero de gran calidad y de origen austríaco. 162

escapaba. Perdió varios segundos que sirvieron para que el Ford se acercara por detrás. Desde la autopista Angelo había visto que en el Parque se desarrollaba algún tipo de Muestra o Festival con globos aerostáticos cautivos en los que paseaban a la gente; los colores vibrantes y la altura a la que estaba elevado el globo permitían que se lo distinguiese desde varios kilómetros. Corrió hacia el Montgolfière que se encontraba en el suelo haciendo el recambio de pasajeros. El Piloto estaba apartado unos metros bebiendo una Coca Cola reponiendo líquidos, mientras una joven ayudaba a subir a una familia a la barquilla. El globo tenía un gancho que lo sujetaba al suelo de cada lado. Saltó al interior antes de que nadie se diera cuenta que pasaba y desenganchó los cierres de cada lado al mismo tiempo que abría el quemador. El globo comenzó a elevarse lentamente al tiempo que desde tierra la familia que se había quedado sin subir comenzó a gritar y señalarlo. Angelo pensó que tendrían mucho entusiasmo por la experiencia de la manera en que gritaban, pero con el fuerte ruido de los quemadores era imposible oír ninguna otra cosa. Viendo que Charlie frenaba quemando caucho junto a la acera, Jesús le preguntó. -¿Y la Ferrari?. -Joder, ¿Y la moto?. ¿Y la Ferrari?. Me tienes hasta los cojones con los vehículos. Cuando todo termine te pondré un concesionario. Síguela tú que yo me bajo aquí. Charlie había visto desde lejos que Angelo bajaba del coche y se internaba en el Parque y era a él al que quería, no tenía ni la más remota idea quien era el del 163

coche italiano, pero esto le quitaría de en medio también a Jesús que lo único que hacía era incordiarlo. Cuando se acercó vio a la gente gritar y señalar el globo y comprendió enseguida quien estaba a bordo del aerostático. Se unió al grupo que tiraba hacia abajo de una soga y comenzó a hacer fuerza él también. Angelo notó que el globo se iba frenando y de repente empezó a descender, se asomó por el borde de la canasta y descubrió el origen del problema; varias personas tiraban hacia abajo de una soga que lo unía al suelo. En el frenesí de la huida se había olvidado que se trataba de un globo normal que habían transformado en cautivo gracias a una soga de unos 50 metros que era lo máximo que se elevaba. Rápidamente extrajo de la funda que llevaba en el cinturón, su inseparable Leatherman Surge46 y sacando la cuchilla dentada cortó la soga con tres afilados vaivenes. Remedando los dibujos animados, al ceder de golpe la tensión de la soga, el grupo que tiraba cayó en un revoltijo de brazos y piernas.

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N del A: Multiherramienta de bolsillo que utiliza el Ejército estadounidense. 164

Capítulo 32 Angelo como todo amante de las actividades adrenalínicas y adinerado, había tomado clases de muchos tipos de deportes llamados de riesgo o, mejor dicho, con riesgo controlado. Entre ellos, el vuelo con globo; hacía casi 15 años en un verano en el centro sur de Francia, en La Roque-Gageac, había obtenido su licencia de aeronauta, más tarde ayudó durante un mes entero a pasear turistas a un amigo que poseía dos globos y cuyo socio se había fracturado una pierna en un accidente de coche. Eso le había dado mucho dominio que sumado a su gran conocimiento de la meteorología y geografía, lo hacían un muy buen Piloto. Una vez que vio que estaba libre y que continuaba ascendiendo sin trabas, evaluó la situación. Observó que se desplazaba en dirección ESE a una velocidad de unos 40 o 50 km/h a juzgar por como se movía la tierra bajo él; necesitaba más velocidad si quería poner tierra por medio con sus perseguidores así que encendió los quemadores para subir y buscar alguna capa de aire que se moviese a mayor velocidad ya que él se movería junto con ella. Al cabo de unos minutos decidió revisar el globo para ver que tenía y para su sorpresa descubrió una Tablet de 7” en el medio de un pequeño tablero donde se encontraban algunos medidores de presión del propano y un termómetro del aire dentro de la envoltura. La encendió y automáticamente apareció una aplicación de navegación aérea llamada Fly is Fun que le mostraba su trayectoria y varios datos de navegación muy útiles, la batería estaba llena así que la dejó encendida. Su velocidad era de 80 km/h con respecto al suelo y subiendo así que continuó su ascenso, a 4.000 165

pies ya tenía una velocidad de 150 km/h y comenzaba lentamente a descender así que cerró los quemadores para mantener esa altitud; había dado con una capa de aire que se movía rápidamente, eso presagiaba un cambio de clima violento pero para ese momento esperaba estar en tierra. La idea era alejarse unos kilómetros, quizá hasta Cuenca y descender para tranquilizarse y pensar el siguiente paso. Era el momento de ver como estaba de propano para ver si habría suficiente. Una vez alcanzada la altitud que se quería se reducía mucho el consumo ya que consistía en pequeños encendidos cuando la temperatura del aire caliente bajaba unos grados para seguir manteniendo el nivel de vuelo. Fue moviendo los tanques de propano para ver si estaban llenos y cuando apartó uno, que estaba semi tapado por una lona que probablemente fuera la funda del globo, asomó una rubia cabecita con una sonrisa enorme que dijo: -¡Hola!. -¡Diosss!, ¡Casi muero de un susto!. Eso provocó una risa cristalina que lo desarmó.

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Capítulo 33 En el Parque Juan Carlos I todo era confusión. Habían llegado dos policías municipales que se multiplicaban para oír a todos. Unos se quejaban del robo de un globo, otros decían que habían secuestrado a su hija de 11 años, otro les mostraba unas credenciales que no habían visto nunca y les pedía plena colaboración. Carlos López Bernal quería imponer su autoridad pero no sabía muy bien que hacer. Para peor había vuelto Jesús diciéndole que, como era de esperar, había perdido a la Ferrari. Menos mal que no preguntó por el globo porque sino ahí nomás lo volteaba de una hostia. Mientras tanto, aunque aún se veía, el globo se iba alejando cada vez más. Otros dos lugares en donde se había producido una mini crisis era en los aeropuertos de Barajas y Torrejón de Ardoz ya que la trayectoria del globo había atravesado las sendas de aproximación de, prácticamente las 4 pistas del Aeropuerto Internacional y la pista militar de la Base Aérea. Debido a los infructuosos intentos de hablar por radio con el aeróstato y viendo que continuaba su vuelo hacia una zona mucho menos conflictiva, decidieron reanudar las actividades normalmente y denunciar posteriormente al infractor. Los policías decidieron que lo más importante era el secuestro de la pequeña así que se concentraron en eso. Los padres explicaron que estaba tan ansiosa por subir, que había sido la primera en saltar al interior de la barquilla y que luego sucedió todo tan rápido que estaban seguros que estaba a bordo. 167

Charlie se dio cuenta que estaba perdiendo el tiempo mientras el globo seguía su camino alejándose. Miró en derredor y descubrió un stand al aire libre donde se encontraba un helicóptero según él. Se acercó y preguntó de mal modo: -¿Quién está a cargo aquí?. -No sé muy bien a qué se refiere con lo de “a cargo” pero como soy el único presente de la empresa supongo que yo. Contestó un hombre con un mono de vuelo atestado de bolsillos y marcas de publicidad. -Soy agente de la CNI y esto es de interés nacional. Le explicó con un diálogo sacado de sus series favoritas y mostrando su insignia. El hombre que jamás había oído hablar de la CNI miró con atención lo que se le mostraba y preguntó: -¿Qué se supone qué debo hacer yo?. -Brindarme la máxima colaboración. -Usted dirá. Dijo escéptico y no muy convencido de nada de lo que le decía este payaso, pero decidió continuar a ver a donde iba a parar. -¿Quién es el conductor de ese helicóptero?. -Señor, en primer lugar en la aeronáutica no hay conductores sino Pilotos y en segundo lugar aquí no hay ningún helicóptero. Pero el Piloto soy yo mismo. -¿Y eso qué es?. Preguntó Carlos, señalando a una aeronave pequeña. -“Eso” es un girocóptero. -Da igual; ¿Vuela?. -Así dicen los ingenieros aeronáuticos que lo han diseñado. -Pues bien, en marcha entonces. -Jajaja. Rió el Piloto. –Para traer en vuelo este Magni Gyro M24 Orión han hecho falta 50 cm. de alto 168

de papeles presentados ante la autoridad aeronáutica 3 meses antes y solo se nos ha autorizado llegar e irnos en fecha, hora y ruta preestablecidas. -Se lo ordeno yo y me responsabilizo por todo. El Piloto reprimió su primer impulso que fue echar de una patada a este títere y luego lo pensó mejor y llegó a la conclusión que todo esto terminaría con mucha publicidad que les vendría muy bien. Era un emprendimiento que se había hecho con mucho sacrificio para que se les diera la representación de estas aeronaves italianas en España. Él probablemente saldría bien parado sea cual sea el resultado de esta locura ya que casi se puede decir que estaba siendo secuestrado. -De acuerdo. Respondió. -Tú sube atrás. Le gritó López Bernal a Jesús. -¡Un momento!. ¿Qué cree que es esto?. ¿Un taxi?. Sólo tiene 2 plazas, salvo que uno de los 2 quiera empezar a pilotar hoy. El Piloto completó los depósitos de gasolina y recorrió la aeronave revisando todos los puntos de chequeo para desesperación de Charlie que pensaba que era como un automóvil, uno se sube y se va. El globo ya no era visible en el cielo y sabía que a cada minuto que pasaba, se alejaba más. Carlos López Bernal se debatía entre llamar a sus superiores o seguir por su cuenta. Si lo comunicaba sabía que la operación pronto se le iría de las manos pero los medios con que contaría serían mucho mayores. Decidió que seguiría un poco más por sí solo e iría viendo. Tomó un mapa aeronáutico que había encima del panel del Orión y con ayuda de su móvil trazó una línea

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imaginaria con la dirección aproximada que había seguido el globo. -Ve con el coche a Valencia. Le dijo a Jesús que no sabía muy bien que hacer ni donde ir. Eso lo sacó de su ensimismamiento y al tener un objetivo salió disparado al parking donde había dejado el coche. El girocóptero despegó en menos de 100 metros en una parte despejada del Parque y se elevó rápidamente. -Vaya lo más bajo posible así no interferimos con el Aeropuerto de Barajas. Al ver que el Piloto no respondía se lo volvió a repetir mirándolo y notó que éste llevaba puestos unos auriculares que decían Davis Clark en su costado. El Piloto sin mirarlo siquiera le señaló otro par que había colgados en medio de ambos. Charlie se los puso y le repitió la orden. -Lo que usted diga. Respondió y comenzó a bajar y volar rozando los techos de las naves de los polígonos industriales que iban sobrevolando. Charlie empezó a tener náuseas pero se contuvo de decir nada. En Barajas un controlador había visto por un instante una marca que desapareció al poco de brillar, decidió que por el día de hoy no quería llenar más informes así que miró a su alrededor y no abrió la boca al ver que sus compañeros no habían visto nada o no decían nada como él. A las afueras y al sur de Alcalá de Henares viendo que habían dejado atrás los Aeropuertos volvió a hablarle al Piloto. -Ya puede ascender a ver si vemos al globo.

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Al poco tiempo el Piloto señaló un punto en el horizonte y dijo: -Allí está, más arriba que nosotros y muy rápido por lo visto; va como surfeando al frente frío, por delante de él empujado por los vientos en altura. Charlie miró al lugar señalado pero no veía nada. -Muy bien, dele alcance. -Vamos a ver, creo que se equivocó al secuestrar esta aeronave. Le dijo haciendo hincapié en “secuestrar”. -Si quería alcanzar el globo debería haber secuestrado un caza F-18, nosotros ya lo hemos visto, podemos seguirlo y poco más. A partir de ahora dependemos de que el viento nos ayude a nosotros más que a ellos; la diferencia es que el globo vuela “con” el viento, o en otras palabras, el viento y el globo son la misma cosa, en cambio a nosotros el viento puede tirarnos como una hoja en otoño si nos oponemos demasiado a él. El globo tenía propano para varias horas ya que recién empezaba con los vuelos de la tarde así que bajará cuando quiera el aeronauta. Sentenció lacónicamente mirando a su compañero de viaje que ya pensaba que su idea no estaba resultando tan genial como parecía en un principio.

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QUINTA PARTE Escape en globo Capítulo 34 Angelo miraba la hermosa carita de rizos rubios que disfrutaba de esta aventura sin ningún tipo de preocupación. No quería asustarla así que con mucha tranquilidad y voz contenida le preguntó: -¡Hola preciosa!. ¿Cómo te llamas?. -Ingrid. Dijo, muy orgullosa de su nombre.-¿Y tú?. -Angelo. ¿Qué haces aquí?. -Íbamos a pasear con mis padres en este globo pero me parece que usted se olvidó de recogerlos. Aparentemente la niña pensaba que él era el Piloto que los llevaría y Angelo decidió seguirle la corriente. -Dime una cosa Ingrid, ¿No tendrás por casualidad el número de móvil de tus padres?. -Sí, siempre lo llevo cosido aquí por si me pierdo y lo olvido porque me lo he aprendido de memoria. Una costumbre de cuando era pequeña pero ellos son felices así y los dejo. Mi novio se ríe de mí. Le respondió mostrándole el revés del cuello de su vestido, y efectivamente ahí había un número de móvil escrito. Por lo visto no era tan pequeña como parecía si hablaba de novio. -Es bueno no contradecir a los padres y hacerles creer que tienen razón. Dijo guiñándole un ojo a Ingrid. -Jajaja. Me gustas. Le respondió la bella rubiecita. -Dime, bonita, ¿Qué edad tienes?. -11 años casi 12. Angelo sacó su teléfono y lo marcó poniéndoselo al oído mientras abría un poco el quemador para no

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perder altura. Al otro lado al primer tono respondió un hombre. -¿Quién es?. Dijo una voz con fuerte acento alemán. -Señor, es difícil de explicar pero soy la persona que está al lado de su hija en el globo. Ella está perfectamente y disfrutando de la experiencia, primero me gustaría que hablara con ella. Le pasó el teléfono a Ingrid y le dijo que era su papá. -¡Hola papá!. Estoy con Angelo en el globo. Le contó rápidamente y luego mirando a Angelo con su sonrisa pícara se desplazó a la otra punta de la canasta donde ya no podía oírla. Al rato le devolvió el teléfono. -Papá quiere hablar contigo. -Escúcheme bien, mi hija parece estar muy feliz en su compañía. Hemos ensayado todo un sistema de códigos para estas situaciones y sé que se encuentra a gusto realmente. No sé que es lo que está pasando pero le advierto que si le ocurre algo a ella usted será el único responsable y le garantizo que llegará un momento en que odiará haberse robado ese globo. -Señor … -Haggelmann. Sí, soy alemán como habrá notado por mi acento pero vivo hace varios años en Madrid. -Bien, señor Haggelmann, soy una persona de bien que se ha visto empujada a esta situación; no pretendo ni haré jamás daño a Ingrid, pensé que el globo estaba vacío cuando lo tomé, digamos, prestado. Será recompensado económicamente por este contratiempo, no se preocupe. Pero me gustaría que fuese ahora mismo a Alcalá de Henares y se dirigiese al restaurante Olivos de Prusia de un compatriota suyo llamado Helmut y le pregunte por Angelo Ricci que soy yo, él 173

responderá por mí. La dirección del restaurante la verá en su GPS sin problemas y sino todos lo conocen en Alcalá aunque pocos puedan permitirse el ir. Lo único que le pido es que confíe en mí y no les dé este número del que le llamo a nadie. -Señor Ricci, no necesito dinero; tengo el suficiente para esta vida, voy a confiar en usted por lo menos hasta llegar al restaurante, ya continuaremos la charla. Cortó la llamada y le dijo a su mujer que se apartara de los policías que iban a comenzar a interrogarlos y subrepticiamente se fueron alejando hacia su coche para salir disparados hacia el restaurante. Angelo llamó inmediatamente a Helmut y le contó parte de la historia obviando las cosas fundamentales y le pidió que atendiera bien a la pareja que todos los gastos corrían por su cuenta. A su vez Helmut le respondió que no se preocupara. Acostumbrado a volar, vio la pequeña figura de una aeronave que lo seguía a lo lejos y pensó que el plan inicial de bajar a los pocos kilómetros se desvanecía. -Ingrid, ¿Te agrada volar?. -Desde luego, he nacido para esto y quiero ser piloto cuando crezca, igual que tú. Dio como respuesta, sonando extraña en una niña de su edad; hablaba como si tuviera varios años más. Se notaba una educación exquisita en la pequeña, se podía pensar que uno estaba hablando con alguien de al menos 10 años más. -Pues, si estás de acuerdo, ahora que ya hemos hablado con tu padre, disfrutaremos de un largo vuelo y te iré enseñando muchas cosas de aeronáutica pero antes deberíamos solucionar el tema de la altura porque ahí abajo te pierdes de ver muchas cosas interesantes.

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Dicho esto tomó una pequeña cesta con herramientas que había en un rincón y poniéndole encima la funda del globo plegada consiguió un escalón al que subió a Ingrid para que ella también pudiera apreciar el paisaje. Miró el reloj que había elegido para ese día, un Richard Mille 39-01, muy lujoso pero lamentaba no haberse puesto el Garmin D2 Bravo o un Smart-Watch47 que llevaban GPS que hubieran sido más útiles. Eran las 16:10 hs y por el momento se mantenía un cielo diáfano y buena temperatura. Volvió a mirar a la aeronave sin poder identificarla a esta distancia pero no notó que la distancia entre ellos disminuyera y se tranquilizó pero esto complicaba bastante las cosas. Apagó la Tablet con la aplicación de navegación para ahorrar batería no sin antes asegurarse que seguía una trayectoria recta sin desviarse del rumbo inicial que llevaba. Estimó que cruzaría la sierra de Albarracín y pasaría cerca de Teruel, dentro de unas dos horas y media o tres llegaría a la costa de Castellón y tendría que tomar una decisión si es que no había aterrizado antes. Entretuvo a Ingrid describiendo todo lo que veían desde el aire y ella le contó muchas cosas de su vida, estableciendo una relación cada vez más cómoda a cada minuto que pasaba; preguntaba mucho sobre el viento, la velocidad, la temperatura y demostraba una inclinación muy marcada a las ciencias y el pilotaje natural. Angelo pensó si sería verdad eso que se decía que Piloto no se hace sino se nace. 47

N del A: Reloj inteligente con pantalla que permite conectarse a un Smart-Phone y realizar llamadas o enviar mensajes entre otras cosas. 175

Llamó a Alexis y le contó más o menos lo que estaba ocurriendo y su desconfianza de todo el mundo, quedaron en que por su propia seguridad, apagaría el móvil y que ella se compraría ya mismo uno de prepago nuevo y le mandaría el número por WhatsApp; él a su vez haría lo mismo cuando pudiera para tener una forma de comunicarse segura. Charlie, seguía con la vista el globo y atosigaba al Piloto con preguntas e imposiciones que no eran ni escuchadas ni obedecidas. Jesús, su compañero estaba ya en la Nacional III en dirección a Valencia a toda la velocidad que permitía el viejo Ford. El que estaba superado por los acontecimientos era Lucca.

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Capítulo 35 Después de la breve carrera para huir del Focus, Lucca aparcó en un amplio parking de un Centro Comercial para pensar que hacer a continuación. No iba a llamar a Angelo hasta dentro de un buen rato para dejarle que se concentrara en escapar. No sabía muy bien que era lo que estaba ocurriendo; en primer lugar quienes eran los perseguidores pero supuso que al ir armados o eran fuerzas de seguridad o eran delincuentes peligrosos, en segundo lugar porque los perseguían y luego venían muchas preguntas como: Si querían matarlos o solo apresarlos, si todo esto estaba relacionado con Tesla y sus artilugios; cosa que suponía que sí, en el caso de apresarlos, que pretendían de ellos, si el interés era solo Angelo o él también estaría en peligro y algo que en el fondo lo reconcomía era si Angelo pensaría que él tenía algo que ver con la persecución. La forma de bajarse del coche fue muy brusca y sin explicaciones como si huyera también de él. En realidad no podía culparlo, visto desde su lado, él tampoco confiaría en nadie. Vio que se dirigía directo a la zona donde había gente reunida. Lo que sí tenía claro era que pensara lo que pensara el ítalo-argentino, él no tenía nada que ver y debía ayudarlo, pero no sabía como. Desde la autopista él también había visto el Globo aerostático y estaba casi seguro que Angelo lo había utilizado para escapar. Su amigo se encontraría a bordo y en dirección a la costa mediterránea según podía ver por el movimiento de las nubes y no tenía ni idea donde bajaría, por el momento no podía hacer nada en ese aspecto. Quizá sería bueno que fuese a la nave de Ajalvir a preservar 177

sus secretos, pero no podía hacerlo con ese coche tan llamativo así que se puso en marcha y se dirigió lo más rápido que pudo sin llamar la atención a su garaje en el centro de Madrid para dejarlo allí. En su apartamento recogió un bolso con una muda de ropa e implementos de aseo básicos por si eran necesarios. Al cabo de una hora y cuarto estaba a bordo de un Toyota que había alquilado a Hertz en la esquina del apartamento donde vivía, nuevamente sobre la N II en dirección a la nave industrial. Tomó su móvil y llamó a Angelo. “El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura” Dijo una voz femenina conocida por todos. Esto podía significar muchas más cosas en su caso, que lo hubieran apresado y tuviesen su móvil, que él lo hubiese apagado voluntariamente, que estuviese muy alejado de las redes de telefonía móvil o en la posibilidad de que se hubiera estrellado aunque no quería pensar en eso. No sabía si Ricci sabía pilotar globos o no, nunca lo habían comentado. Decidió llamar a Alexis, su esposa. Cuando encendió el móvil se dio cuenta que Angelo jamás le había dado su móvil, ni siquiera el número de su casa. Lo que sí tenía era el número de su antiguo despacho en Tritón y lo marcó. -Buenos días, Infocom. -¿Señorita Montse?. -Sí, ¿Quién habla?. -Soy Lucca Tempolini, nos conocimos durante la operación de venta de Tritón a Infocom, no sé si me recuerda. -Sí, perfectamente señor Tempolini, sé que se hizo muy amigo de mi antiguo jefe. 178

-Bien, Montse, espero que usted se encuentre bien. Angelo tiene su móvil apagado y querría comunicarme con su esposa, Alexis. ¿Podría darme su número o pasarle el mío que aparecerá seguramente en su identificador para que me llame?. -Sí, señor ahora mismo llamo a Alexis y le paso su número. -Muchas Gracias, Montse. Le debo una copa. Dijo esto sin pensarlo, desde el primer momento había pensado en ella casi como en una posesión privada de Angelo y más después de haber visto la relación estrecha que tenían. Pero le gustaba, era hermosa y la invitación fue como si se le escapara sola. -No es necesario, señor, pero no voy a darle una negativa cuando me invite. Buenas tardes. Al cabo de 5 minutos recibió la llamada de Alexis. -Lucca, he hablado con mi marido y me ha dicho que por el momento prefiere seguir huyendo solo pero nosotros mantendremos el contacto por si es necesario ayudarlo. Yo cambiaré mi número pero te enviaré el nuevo para que sigamos en comunicación. -De acuerdo, voy hacia donde creo que está el origen de todos estos problemas. Hasta pronto. Alexis aunque no sabía cómo se habían enterado los que lo seguían ni quienes eran, no creía que Lucca lo hubiera traicionado y decidió mantener una puerta abierta. Lucca llegó a la nave industrial sin problemas y pensó que haría para esconder todo eso. Tendría que esconder el prototipo y todos los equipos informáticos que habían llevado a su desarrollo, quizá también el Nardi en el que había comenzado a hacer algunas modificaciones. No era fácil esconder tal volumen de 179

cosas. Salió fuera para tomar aire y ver si se inspiraba y daba con una solución. Hacia la esquina vio una nave que tenía un cartel de alquiler en el frente que tenía el gran portalón abierto y tuvo una idea. ¿Dónde se esconden mejor las cosas?. Delante de los ojos. Fue corriendo hacia la esquina justo cuando un hombre estaba cerrando la puerta. -Disculpe, señor. ¿Es usted quién alquila la nave?. -Sí, he venido a ver como lo habían dejado los inquilinos anteriores. ¿Está interesado?. -Sí, hago trabajos de mecánica aeronáutica y necesito espacio. Dijo, sin especificar demasiado. -Pero me urge que pudiera disponer hoy mismo para traer algunas cosas. -No hay problema si tiene el dinero, jaja. Respondió el propietario, riendo. Al cabo de una hora habían acordado todo y a falta de los papeles definitivos firmados, habían intercambiado dinero por llaves en el cercano Centro Comercial al que se habían acercado para retirar efectivo de un cajero automático. Lucca sabía que el propietario notó su prisa y se había aprovechado, pero no eran tiempos de ahorro. Consiguió hacer un contrato temporal de 6 meses con opción de extensión a 2 años. Lo puso a nombre de su madre a la que luego le pediría que le enviara un mail con su DNI. Regresó con el coche al Polígono y en media hora había trasladado todo lo pequeño que pudo meter en el Toyota, quedaba el Nardi. Eran las 17:35 horas y ya no quedaba casi nadie en el Polígono así que decidió 180

esperar un poco más mientras coordinaba telefónicamente con una grúa de plataforma para las 18 horas. Cuando llegó la grúa, hicieron dos viajes con el fuselaje primero y las alas después llevando ambas cosas tapadas con una gran lona hasta la otra nave que distaba 50 metros. El italiano pagó a la grúa y cerró la nave de Angelo que ahora parecía un taller más sin nada que lo ligase a los experimentos que se habían llevado a cabo ahí dentro. Confiaba en que los perseguidores tardaran un poco más antes de empezar una cacería en gran escala aunque su amigo ya estaba teniendo problemas a 300 kilómetros de allí en línea recta.

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Capítulo 36 Angelo estaba agotado en el globo, eran la 17:20 horas y llevaba casi 2 horas tratando de entretener a Ingrid, ocupándose de la navegación y del pilotaje del globo además de no dejar de vigilar el progreso de la aeronave perseguidora. Había echado una mirada al mapa móvil de la Tablet y había visto que se encontraba un poco al sur de Teruel en la parte de las sierras más altas, para sobrepasarlas había tenido que gastar gas y elevarse a unos 6.500 pies y perdido bastante velocidad con respecto al suelo ya que aquí arriba soplaba menos viento aunque, por suerte, en la misma dirección. -¡Mira, Angie!. Gritó Ingrid y señaló hacia atrás. -¡Viene un helicóptero!. Efectivamente, al ir más lento los perseguidores habían ganado terreno. El ítalo-argentino miró en la dirección indicada y enseguida notó que la distancia había disminuido bastante. También le agradaba mucho que la pequeña lo llamara con un diminutivo, aunque parecía más bien un nombre femenino, en bocas de la niña sonaba muy bien. -Ing, no es un helicóptero, se parece pero se llama girócoptero aunque algunos suelen decirle autogiro pero no es demasiado correcto. Tienen muchas diferencias pero la principal es que en los heli el rotor superior que es la hélice grandota que tiene arriba, está propulsado por el motor y en los giro, es libre y gira por efecto del movimiento hacia adelante que le imprime la hélice horizontal pequeña que ves atrás.

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Había tratado de simplificar la explicación lo máximo posible pero sin perder realidad y exactitud porque sabía que a esa edad los niños son una esponja y asimilan mucho más de lo que uno piensa. Angelo sacó el móvil y buscó un número en su directorio. -Juliette, habla Angelo. La francesa, lo sabía porque había visto su nombre en la pantalla y estaba muy emocionada de recibir esa llamada aunque no era para nada de lo que ella podía imaginarse. -¡Aló mon amour!. Le dijo con una confianza que a veces molestaba a Alexis. -Necesito que me hagas un favor. -Lo que tú quieras. -No preguntes nada aunque te parezca extraño. Cómprame un chip telefónico de prepago pero que sea con conexión a Internet y envíale el número a Alexis por WhatsApp diciéndole que es mi nuevo teléfono, ven hacia …, espera un instante. Miró la pantalla de la Tablet y con el dedo trazó una recta que seguía la trayectoria que llevaba. -Ven hacia Castellón, luego te llamo y te digo exactamente donde. Tendrás que hacerte cargo de una amiga que me acompaña en el viaje, tiene 11 años pero parece de 16 así que os llevaréis bien. Los padres irán a buscarla así que entretenla hasta que ellos lleguen, luego te llamará Alexis para combinar bien. Por favor, no digas nada a nadie; si te es muy necesario el saber que ocurre, quizá Alexis te aclare algunas cosas pero es mejor que sepas lo mínimo posible. -No te preocupes, cuenta conmigo.

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Juliette estaba entusiasmada de participar en toda una aventura así que se despidió de sus padres y se fue a realizar todos los encargos de su amigo. Angelo a su vez llamó a Alexis y la puso al tanto de todo y le pidió que hiciera los llamados a Juliette y a los padres de Ingrid para tranquilizarlos y combinar el reencuentro con su hija que si todo iba bien sería en poco tiempo más. Liberado ya de todos los arreglos se preocupó de su perseguidor. En el tiempo empleado en todos los llamados habían ocurrido varias cosas. El girocóptero estaba ya tan cerca como para que Ingrid lo saludase con la mano y las sierras estaban comenzando a ser más bajas en su descenso de altura hacia el mar. Dejó que el globo descendiera y al alcanzar las capas más bajas notó que su velocidad volvía a aumentar otra vez alejándose nuevamente poco a poco del girocóptero. La idea era aterrizar, dejar a Ingrid en manos de Juliette y quizá huir en el coche de ésta antes de que los perseguidores aterrizaran detrás de ellos. Estaba casi seguro de perderlos ya que ellos estaban a pie pero desconocía cuantos medios tendrían a su alcance y quizá cuando bajase lo esperase una fila de coches de policía y ahí acabaría su huida. -Ingrid, en un rato aterrizaremos … -¡¡Nooooo!!. Gritó la pequeña. -Siiiiii Respondió Angelo, riendo; al fin y al cabo tenía 11 años.

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-Nos espera una amiga que te llevará con tus padres. Esos hombres del girocóptero, no sé porque pero quieren atraparme así que deberé irme antes de que aterricen. -Si te quieren hacer daño a ti es porque son muy malos y no los quiero. -No sé si son malos o están equivocados pero dado que me han perseguido tanto tiempo estarán enfadados y no quiero que me atrapen. ¿Harás lo que te pida cuando lleguemos a tierra?. -Sí pero tienes que prometerme que nos veremos otra vez. -De eso no te quepa duda, te quiero mucho y estarás a mi lado siempre. -Yo también te quiero mucho. Le dijo tirándole los brazos y dándole un beso húmedo en la boca. -Bien, entonces. ¡A por ellos!. Sabía que Ingrid lo obedecería porque a pesar de su edad era muy madura y tenía conciencia clara de los hechos. Ya se veía el Mediterráneo a lo lejos y esperaba no pasarse de la costa porque el mar se veía muuuuuy grande.

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Capítulo 37 Charlie estaba ya harto de volar en esa bicicleta, como la había bautizado para sus adentros. Llevaba como 3 horas zarandeado y, para decir verdad, tenía bastante miedo suspendido solo por ese gran ventilador. Lo único que lo mantenía activo era que hubo un momento en que pareció acercarse mucho al globo aunque luego se volvió a alejar. Aparentemente el Piloto no lo podía oír porque le había hablado varias veces y no le había contestado; lo que no sabía era que el Piloto había desconectado el auricular correspondiente a él. Aún no tenía claro el camino a seguir pero la costa del Mediterráneo se acercaba y el globo había ido descendiendo por lo que suponía que aterrizaría en la costa. No sabía si llamar a los periodistas o a sus superiores; temía que si daba parte de su operación, alguien se quedaría con todo el mérito. En realidad Carlos López Bernal, no tenía ni idea del alcance de lo que estaba persiguiendo; todo había sido muy vertiginoso y él no entendía nada de ingeniería como para evaluar las consecuencias del legajo que le había dado Du Prai. Sabía que era algún tipo de máquina revolucionaria pero desconocía qué tanto. El hecho de que Angelo Ricci saliera huyendo le indicaba que esto era algo gordo pero no sabía porque. Él, en un principio sólo quería interrogarlo para saber de que se trataba su invento y que consecuencias traería para España si se desarrollase. Pero en vez de detener el coche y someterse mansamente había escapado como un venado amenazado. Eso solo podía

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significar una cosa y era, que “tenía cola de paja”, como decían sus abuelos; o sea que tenía algo que ocultar. Todo esto pensó en esas 3 horas de viaje aéreo accidentado. Ahora se había decidido por aguantar un poco más y esperar a detenerlo en tierra para llamar a sus superiores o a los periodistas o quizá ambas cosas. Si algo había hecho bien era digitalizar los planos y lo fundamental de la presentación en la oficina de Patentes para luego enviárselo como mail a el mismo para tenerlo a mano en su Smart-Phone; para que luego digan que no era astuto. Volviendo de su ensoñación notó que el Piloto le señalaba algo, un poco más adelante del globo; como por arte de magia escuchó nuevamente hablar al hombre. -Está usted de suerte porque parece que aterrizarán en el Aeródromo del Pinar al norte de El Grao de Castellón. De haber aterrizado en una ladera o cualquier otro lugar sin un sitio apropiado para nosotros, los hubiéramos perdido. Estamos al borde de la autonomía de este trasto así que hasta aquí llega su autobús, señor. Será mejor que me pase sus datos para enviarle la factura de toda esta aventura. Charlie metió la mano en su bolsillo y le dio una tarjeta con el escudo de España de las que estaba tan orgulloso. -Llame mañana a la oficina y le indicarán como hacer para restituirle sus servicios. Hacia atrás a lo lejos ya se veían algunos rayos que indicaban que habían ido por delante del frente todo el tiempo pero que no tardaría en largarse a llover porque en cuanto bajasen perderían la poca ventaja que le llevaban a la tormenta. 187

Eran las 18:15 horas y, por lo que podía ver a lo lejos en dirección al globo, en 10 minutos todo habría terminado para bien o para mal porque el aeróstato bajaba como en un tobogán hacia la pista del aeródromo.

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Capítulo 38 Montse no sabía muy bien que hacer con las grabaciones en la tarjeta de memoria y decidió enviar los archivos de voz a Alexis y a Angelo con una nota explicándoles las condiciones en que habían sido grabadas las conversaciones telefónicas. Alexis estaba a punto de apagar su teléfono para introducir el nuevo chip que había comprado dentro de su móvil que permitía la utilización de 2 tarjetas SIM simultáneamente, cuando sonó el ringtone programado para avisar de que había recibido un mail de un contacto marcado como “importante”. Escuchó los archivos de las llamadas que le había enviado Montse y enseguida dedujo que la filtración no había venido por parte de Lucca sino que todo se debía al argelino que le había comprado la empresa a su marido. Satisfecha de saber que se podía seguir confiando en el italiano introdujo el flamante chip y lo llamó inmediatamente con su número nuevo. -Lucca, soy Alexis con el nuevo número, guárdalo para seguir en contacto. Alguien de la Oficina de Patentes vendió a Du Prai el legajo que presentó Angelo ahí, y éste se lo entregó a un empleado del Ministerio de Energía. Creo que son estos quienes lo están persiguiendo, cuando sepa más te volveré a llamar. Estaría bien que tuvieses preparado el Piaggio por si hay que ir a buscar a Angelo y trasladarlo a algún sitio. -Bien, ahora mismo voy a Cuatro Vientos a preparar el avión. Colgó y se dirigió con el Toyota al Aeródromo que se encontraba al sur de Madrid, lejos de donde se 189

encontraba pero al que, gracias a las nuevas circunvalaciones, se llegaba bastante rápido, a esa hora ya había terminado la hora punta de regreso del trabajo y había menos tráfico. Había comenzado a llover y por el color del cielo se anunciaba una tormenta. El P-180 estaba equipado para volar instrumental sin problemas pero no era el avión lo que le preocupaba sino su poca experiencia con él. Por su lado Alexis hizo otro llamado que no sabía que consecuencias iba a tener pero parecía una buena idea; llamó a su padre y le contó todo. Sabiendo que era imposible científicamente, pensaba que algún gen egipcio se le había pegado por el simple hecho de haber nacido en El Cairo. Tenía siempre esa rapidez de pensamiento en momentos en que era necesario planificar cosas en secreto; la conspiración tan típica de la época de los faraones se le había arraigado como parte de su ser. Decidió quedarse en Madrid para servir de nexo y centro de control en la huida de su marido, presentía que esto acababa de comenzar y tenía razón. Llamó a un viejo abogado de la ex empresa de su esposo en el cual confiaba mucho y le dio algunas indicaciones para preservar el dinero y bienes de ellos. Volvió a llamar a Juliette para saber las últimas novedades y se acomodó esperando lo que casi seguro sería una larga noche.

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Capítulo 39 Angelo ya había decidido el lugar donde tomaría tierra que era al norte del Aeródromo del Pinar que le traía buenos recuerdos pues iba todos los años en el aniversario de su creación a comer con camaradas del aire a los que veía solo una vez al año pero con los que guardaba muy buena relación. Aún a riesgo de tener el teléfono intervenido sabía que debía hacer un par de llamadas importantes. Tomó el móvil y llamó a Juliette por un lado y al Presidente del Aeroclub por el otro para que la dejaran pasar. Enseguida volvió a marcar el número de Juliette. -Juliette, estoy a unos 10 minutos del Aeródromo. ¿Dónde te encuentras?. -Estoy en la puerta y me están abriendo la barrera ahora mismo. -Bien, quizá necesite tu coche así que deberás volver con Ingrid en taxi. -No hay problema; tiene bastante gasolina. -Nos vemos en unos minutos, ya debes de poder verme si miras en dirección a Madrid. Efectivamente, el globo se recortaba contra el cielo negro de la tormenta que venía detrás. Seguramente en Madrid, Guadalajara y Teruel ya estaría lloviendo. Al ir descendiendo fueron perdiendo velocidad y nuevamente el girocóptero se había ido acercando mucho, ya podía ver a sus 2 ocupantes. Igual calculaba que mientras ellos aterrizaran perderían el suficiente tiempo para que él se pudiera subir al coche y huir. De lo que se estaba dando cuenta era que casi con seguridad tendría que pagar un globo nuevo a su propietario sea quien sea, porque no habría 191

tiempo de atarlo y el viento cada vez soplaba más arracheado y casi con seguridad el globo terminaría en el agua destrozado. -Escucha bien, cariño. Dijo a la niña. -Ni bien toquemos tierra quiero que saltes y corras al lado de mi amiga Juliette. Te prometo que luego nos veremos en cuanto pueda liberarme de esta gente que me persigue. -No te preocupes Angie, haré exactamente eso y sólo ocúpate de que no te atrapen. ¿Realmente tenía la edad que decía?. Era una maravilla de ser humano, recordaría decírselo a sus padres. -Dame otros 2 besos antes de que tenga que ocuparme de tantas cosas que ya no tendré tiempo. Adelante veía el coche de Juliette a un lado de la pista, estaba más oscuro de lo que correspondía por la hora del día debido a la tormenta que se avecinaba. El girocóptero estaba muy cerca pero aún contaría con esos minutos extra que le daría el aterrizaje de ellos. La velocidad de traslación era alta y el contacto con la tierra no sería de los más suaves. -Ing, envuélvete con la funda del globo y afírmate bien en ese rincón. La pequeña hizo inmediatamente lo que le pidió su amigo. ¡Ufff!. Qué rápido corría el suelo bajo la barquilla, pensó Angelo. Pasó muy cerca del Camí del Serradal y tocó tierra, no una sino muchas veces, inclinándose la canasta en cada golpe peligrosamente. Antes de detenerse, el

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impacto casi lo arroja fuera pero logró aferrarse del borde de la barquilla en el último momento. Miró inmediatamente hacia Ingrid que le hizo seña con su manito con el pulgar hacia arriba. ¡Era increíble!. Sintió la voz de Juliette que le decía: -¡Salut, mes chers amis!. Buen aterrizaje si lo comparamos con el de la caída al agua de una morsa, jaja. Ingrid se quitó de encima la funda y saltó fuera en una acrobacia espectacular para su edad, se sacudió el polvo y sonrió. -Hola Juliette, si eres amiga de Angie lo eres también mía. -¿Angie?, me gusta. Dijo la francesa. Y le tendió la mano. El globo comenzaba a inclinarse hacia el suelo peligrosamente y casi por reflejo Angelo abrió el quemador para sostenerlo; no sabía que eso lo salvaría de ser atrapado. El girocóptero, al contrario de lo que pensaba Angelo había aterrizado haciendo gala de sus capacidades casi en forma vertical con lo que la ventaja que pensó que tendría mientras aterrizaba, se esfumó en un instante. Prácticamente tocaron tierra uno detrás del otro y Charlie saltó de su aeronave ni bien vio que se detenía y corrió hacia el globo. El ítalo-argentino lo vio venir corriendo y en un instante calculó que no llegaría al coche ni a ningún otro lado así que su única oportunidad estaba en el aire. Abrió los quemadores y el globo comenzó a subir lentamente. Juliette le tiró un bolso dentro de la barquilla y le gritó: 193

-¡Ahí tienes el móvil, comida y algunas otras cosas!. Carlos López Bernal nunca fue un deportista y llegó cansado al lado del aeróstato cuando éste ya estaba a un par de metros del suelo, saltó y toco la canasta con las puntas de los dedos pero no tenía fuerzas para nada más. El globo se elevaba rápidamente y se desplazaba en dirección al mar; por detrás, la tormenta parecía que lo empujaba hacia el Mediterráneo. En el terreno al lado de la pista 8 pares de ojos lo miraban cada uno con sus propios pensamientos. A Juliette le preocupaba mucho el destino de su amigo, no sabía adonde iría a parar y si no sería ésta la última vez que lo vería. Charlie estaba confundido y no sabía muy bien que hacer a continuación. El Piloto inconscientemente hacía fuerzas para que el agente que lo había traído hasta ahí no pudiera alcanzar al globo. Una hermosa carita se veía surcada por dos enormes lagrimones y le dijo a Juliette: -No te preocupes, me prometió que volvería a verme, estará bien. Es el mejor Piloto del mundo y llegará a Turquía si es necesario. Juliette la miró sorprendida. Su edad no se correspondía con su entereza y además sus conocimientos de geografía eran muy superiores al de muchos adultos. Pensó que era otra más del club de enamoradas imposibles de Angelo. Lo que no sabía Ingrid era que esto no se trataba de “La Vuelta al Mundo en 80 días” ni mucho menos; la realidad indicaba que poco le quedaba a Angelo en el aire. 194

Sus hermosos ojitos verdes no dejaron de mirar hasta que ya no se vio más entre la lluvia que caía y la oscuridad repentina de la tarde.

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Capítulo 40 Para Angelo todo se redujo a sus instintos, se fue al aire sin pensar en nada más. Ahora que la costa ya estaba vertical bajo él empezó a razonar que quizá no había tomado la decisión adecuada. Al fin y al cabo todo se trató de escapar desde un principio pero, ¿Qué podían hacerle realmente si lo detenían, más que interrogarlo?. Está bien, él era portador de un secreto que quizá cambiara el mundo o más que eso, cambiaría el Orden Mundial y transformaría a quien poseyera su invento en una nación o grupo preponderante y su uso debía estar en manos de personas muy inteligentes. Pero de ahí a matarlo… A juzgar por como habían llevado a cabo su persecución casi lo tranquilizaba el que no lo hubiesen alcanzado; no parecían ser de los más beneficiados en IQ (Coeficiente intelectual). Sería como darle a un mono una Sig Sauer48 cargada. Tanteó uno por uno los tanques de propano y calculó que no iría muy lejos. Estimó sus posibilidades, podía bajar en el agua relativamente cerca de la costa y esperar a ser rescatado pero eso era volver al punto de partida. Encendió la Tablet y evaluó la trayectoria que había seguido desde que despegó, con el dedo, y la extrapoló hacia adelante. De continuar con la misma dirección en el viento pasaría por las islas Columbretes y eso significaba una posibilidad, podría bajar y esperar un 48

N del A: Marca de pistolas semiautomáticas alemanas de gran precisión. 196

rescate ahí de su propia gente. Las islas, según recordaba de una visita que había hecho, eran un archipiélago protegido como Reserva Natural en donde vivían algún que otro Guarda y a veces algún grupo de estudio. Eso sí, tendría que atinarle a la Illa Grossa que era la mayor de todas con forma de C. Una vez en tierra vería la manera de comunicarse con Alexis. ¡¡¡Alexis!!!. Tenía que llamarla antes de alejarse y perder la cobertura. Abrió un poco el gas para no perder altura y se metió en la canasta. Abrió el bolso que le había dado Juliette, dentro había unos sandwiches de pan sin corteza, una Ginger Ale, y otras cosas que luego revisaría. Rebuscó hasta dar con una carpeta de tapa dura que contenía un chip telefónico, lo extrajo y abrió su celular para meterlo dentro. Encendió su teléfono móvil y lo primero que miró fue el indicador de batería que ya tenía dos pequeños rectángulos blancos que indicaban que comenzaba a agotarse. Se felicitó por haberlo apagado después de hablar en cada ocasión. No más encenderlo entró un WhatsApp de Alexis con un número, lo marcó y esperó impaciente. -¿Cariño?. Escucha con atención. No he podido bajar en Castellón así que sigo en el globo por encima del mar. Los peores temores de Alexis vinieron a su garganta en forma de sabor amargo. -Estimo que podré aterrizar en las Columbretes, intentaré comunicarme de alguna manera desde ahí. Permanece atenta. Llama a Juliette y te contará más detalles, ella tiene a la pequeña. Tranquiliza a los padres que están en lo de Helmut. -No te preocupes, no dormiré y tengo todo cargado con suficiente batería y 3 más cargadas para que nos 197

comuniquemos entre todos. Lucca es de fiar, la filtración vino por otro lado; le pasaré tu nuevo número. Tú ahorra batería y cuelga. Un beso. No le dio tiempo a decir nada más, su esposa siempre tan inteligente y práctica. Hizo lo que le indicó y apagó el móvil. Se asomó y volvió a dar gas para ascender un poco, por suerte ahora no tenía interés en tener mucha velocidad ya que nadie lo perseguía. Sintió mucha tranquilidad al saber que tenía alguien más en quien confiar, sobre todo el italiano que estaba tan involucrado en todo esto, deseó que no le pasara nada por su culpa. Miró el reloj y marcaba las 18:40 horas, pensó que le sería muy útil si hubiera traído su Breitling Emergency que le permitía ser localizado gracias a una baliza que se encendía al desplegar la antena desde el lateral del reloj, este sistema ya había demostrado su eficacia en situaciones reales y había salvado mucha vidas. Encendió brevemente la Tablet para ahorrar batería y vio que ya había recorrido la mitad de camino hacia las Columbretes que estaban a solo 30 NM de la costa; puso el borde del teléfono para seguir una línea recta según la trayectoria que traía y evaluó que pasaría casi por encima de la Illa Grossa aunque casi podía ser mucho en este caso. Se puso a comer los sandwiches y se dedicó a navegar. La costa no se veía, pero toda una línea de bruma y las luces esporádicas de los rayos le indicaba que ya llovía en la tierra que había dejado atrás. Podía ver el grupo de islas por delante, la mayor, con su forma característica, estaba quedando un poco al sur de adonde apuntaba el globo. Comenzó a descender con la intención de tocar tierra en la punta norte de la isla. 198

Enseguida calculó que no pasaría por encima de la tierra sino a unos 200 metros de la costa. Era mucha distancia para nadar y al mar no se lo veía calmo, la tormenta que venía lo agitaba como una sopa hirviendo en un caldero, sin dirección determinada. Volvió a abrir los quemadores y se fue al aire otra vez, donde por el momento estaba seguro. Encendió la Tablet otra vez y estimó que si se mantenía en ese rumbo y con esa velocidad “chocaría” con la isla de Mallorca en una hora y media aproximadamente. Volvió a apagarla para conservar la batería. La tormenta era una complicación pero a la vez tenía una ventaja importante en esta situación, el viento sería constante por lo menos hasta que lo sobrepasase el frente. Encendió el móvil y vio que no tenía cobertura, como era de esperar así que lo apagó. Empezó a preparar algunas cosas. Abrió el bolso que le había dado Juliette y encontró un bóxer, una camiseta y calcetines térmicos, así como unas zapatillas deportivas, quitó la Tablet de su soporte y junto con el teléfono, sus documentos y la ropa, envolvió todo en un trozo de la funda del globo que cortó con la tijera de su Leatherman. Volvió a envolverlo todo con otro trozo y metió el bulto dentro del bolso. Se asomó por el borde de la canasta, abrió un poco el gas y se dio cuenta que se había largado a llover a su alrededor, el mismo globo lo protegía a él del agua que caía y no lo había notado. La lluvia empezó a provocar varios efectos en el aeróstato, primero enfriaba la superficie y a su vez el aire que contenía y las gotas que se adherían y 199

mojaban el nylon Ripstop y el Hyperlast, aunque éste era impermeable; pesaban y agregaban varios kilos. Tomó uno por uno los tanques que se encontraban vacíos y los desconectó del resto arrojándolos al mar. Esta operación terminó por deprimirlo ya que le hizo ver que sólo quedaban uno y medio, o sea que su aventura terminaría o en Mallorca o en el mar pues no quedaba más para seguir adelante. Al desprenderse de peso el globo se mantuvo más estable en el aire pudiendo ahorrar un poco de gas al no perder altura. Había refrescado bastante y hasta pensó en un momento dado en ponerse la ropa que le había dado su amiga francesa pero decidió dejar todo armado como estaba y aguantar un poco el frío. Miró hacia adelante y pensó que no debía elevarse mucho porque con este clima hasta podía pasar por encima de toda Mallorca sin verla. Se recordó a sí mismo que encendería la Tablet dos veces durante la primer hora y luego cada 10 minutos; eso le daría una idea exacta de donde estaba. El mar debajo estaba poco amigable y su negrura no hacía presagiar nada bueno si tenía que caer en él. Muchas veces había oído que el Mediterráneo no era un mar realmente, que más parecía un gran lago, que las tormentas verdaderas eran las del Pacífico; sin duda quienes habían dicho eso no habían nunca visto la furia de este “pequeño” mar. Se puso a pensar lo que haría si salía de ésta y no quiso que lo asaltaran malos pensamientos que solían atraer a las desgracias. La vela del globo se deformaba por los golpes de viento y eso no era bueno. Miró hacia adelante tratando

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de atraer la costa de Mallorca aunque sabía que aún le faltaba mucho para llegar a verla.

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Capítulo 41 Charlie se quedó perplejo, no podía dejar de mirar el globo que se alejaba hacia el mar. Cuando reaccionó, giró sobre sí mismo y se encaró con Juliette: -¡¡¿Dónde va?!!. -¿Pardon?. -¡¿Qué adónde se dirige el del globo?!. Volvió a gritarle mostrándole una placa que decía Ministerio del Interior - CNI - Je ne sais pas que c'est ce que vous dites. Je ne parle pas espagnol49. Dijo Juliette en su mejor imitación de francesa perdida. Al mismo tiempo se dio media vuelta y comenzó a caminar junto a Ingrid hacia el coche pensando en la identificación que acababa de ver. Carlos López Bernal aún no había entendido que un aeróstato no va donde quiere el Aeronauta sino más bien donde quieren los vientos. Volvió al girocóptero y le gritó al Piloto. -¡Sígalo! -¿Qué parte no ha entendido de que no tengo combustible?. Además de que esta aeronave solo puede volar en condiciones buenas de meteorología y durante el día. Condiciones que no se cumplen en ninguno de los dos casos. Es casi de noche y ya comienza a llover. Le adelanto que le pasaré el costo del hotel, taxis, la comida, el combustible y un plus por el tiempo que me ha hecho perder.

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N del A: No sé que me está diciendo. Yo no hablo español. 202

Charlie pensó que justificar esos gastos eran el menor de los problemas que tenía; pateó el suelo y llamó a su compañero. -¿Dónde estás, Jesús?. -Entrando a Valencia como me has ordenado. -No entres, toma la circunvalación y ven a Castellón. Estoy en el Aeródromo al norte del Grao. Jesús no sabía donde era eso pero en Castellón ya preguntaría. Tardaría unos 45 minutos en llegar por la autopista. En realidad el que viniese su compañero no le iba a solucionar nada pero por lo menos tendría un coche para moverse. Miró hacia el girocóptero y vio que el Piloto estaba terminando de atarlo bajo la lluvia y lo saludaba con la mano. ¡Bien! Tenía que tomar una decisión importante. Sus recursos actuando solo eran muy limitados, no le quedaba otra que llamar a sus superiores pero no les contaría todos los detalles. Buscó el número del Director de su área y lo marcó en el móvil mientras corría hacia los edificios a guarecerse de la lluvia que ya caía en forma violenta. -¿Hernández?. -No, su primo hermano. ¿Quién coño voy a ser, agente López, si llama por un número de seguridad codificado?. Contestó, al ver el identificador de llamadas. El Director conocía a cada uno de los agentes a su cargo y sabía de las capacidades intelectuales de los mismos. -Creo que dí con algo importante que atañe a la seguridad de nuestra Nación. Dijo pomposamente. -Explíquese. 203

-Ahora mismo estoy en Castellón hasta donde perseguí a un sospechoso de poseer secretos para construir una súper arma. Acaba de escapar en un globo y … -Eh, ehhh. Un momento, ¿Usted está detrás del robo del globo, secuestro de una niña y persecución a punta de pistola?. Lo están pasando por todas las cadenas de televisión. -Ehhh… No exactamente. -No me toque los cojones López, ¿Tiene o no tiene que ver?. -Digamos que sí. -Por lo visto en la televisión no está llevando las cosas en forma discreta, ¿No?. -Puede ser que se hayan desmadrado las aguas un poco. Le estoy enviando ahora mismo un archivo que contiene algo de la información de este caso. Le dijo haciéndose el misterioso y enviándole el único archivo que tenía que contenía el legajo de la Oficina de Patentes. Hernández calló y miró por arriba lo que le había enviado comprendiendo que, al menos era algo extraño. -Escúcheme bien y no siga cagándola, López. ¿Dónde está exactamente?. -En el Aeródromo del Pinar al norte de Castellón. -Bien, quédese ahí hasta que lleguemos nosotros, ¿Está solo o con el inútil de Jesús Hidalgo?. -Él está llegando. -Me parecía que necesitaría su ayuda. Dijo irónicamente el Director. -Pues los dos quietecitos ahí hasta que lleguemos o los llamemos. Ahora sí que la sensación era de estar perdiendo el control de la situación total y completamente. Se 204

acurrucó en un rincón donde no llovía y se dispuso a esperar a Jesús que llegaría en cualquier momento.

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Capítulo 42 Eran alrededor de las 19 hs. y Alexis no paraba de darle vueltas en la cabeza a toda la situación. En realidad no terminaba de entender lo que estaba ocurriendo. Se suponía que España era un país civilizado, la gente no iba persiguiendo a los demás a punta de pistola. Si querían hablar con su marido no tenían más que pedírselo, ¿A qué venía la locura de perseguirlo como si fuese un delincuente?. En principio no le había dado tanta importancia al invento/descubrimiento de su esposo; pensaba que como todas las cosas terminarían por ser racionalizadas y utilizadas de forma correcta, pero parecía que esto; o era muy grande o la gente estaba muy loca. Se recostó en la cama rodeada de todos los móviles y tablet esperando los acontecimientos, decidió dormirse ya que suponía que iba a ser una larga noche. Antes llamó a los padres de la niña alemana y les dijo que estuvieran preparados para salir en avión a Valencia a buscar a su hija que ya se encontraba en casa del cónsul francés. Esto les dio tranquilidad y confianza, comprendieron que habían sido víctimas de las circunstancias y no estaban en manos de un loco. También habló con Lucca y le advirtió que estuviese preparado con el avión listo en el Aeropuerto de Cuatro Vientos. Lucca, por su parte, se había dirigido raudo al Aeropuerto. En la cafetería de la Estación Aérea, que estaba por cerrar, había comido unos sandwiches y bebido una Coca Cola; compró varios emparedados y bebidas más y se dirigió a Plan de Vuelo. Allí rellenó un

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Plan de Vuelo para el Piaggio dejando en blanco los pasajeros y el destino, solo por adelantar las cosas. Caminó bajo la lluvia que ya se había transformado en una fina llovizna y se dirigió hacia el hangar donde guardaban al caro avión, lo sacó a la plataforma con el carro eléctrico y le quitó todos los cobertores de las tomas de los turbohélices, del pitot y otros sitios sensibles, realizó el checklist externo del avión y pidió por radio el camión de combustible. Rellenó los depósitos y le aseguraron que podría despegar a la hora que quisiese pero que ya no contaba con control de tráfico por lo que lo haría bajo su responsabilidad. Se metió en el avión, se fijó en que tenía el móvil encendido y se recostó en los cómodos asientos de cuero, al rato estaba dormido descansando el cuerpo después de un día que había tenido de todo menos paz.

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Capítulo 43 El que no tenía paz era Angelo. Las cosas se iban deteriorando una detrás de otra. La tormenta arreciaba y era noche cerrada; a pesar de que el globo se movía con el aire, la atmósfera estaba tan convulsa que las rachas de viento tenían diferentes direcciones a cada segundo. En un breve instante en que pudo desatender el pilotaje, encendió la tablet y vió que se había desviado hacia el sur de la isla de Mallorca pero que aún “chocaría” con ella. Lo extraño era que ya se encontraba cerca pero aún no veía ni una luz hacia donde se suponía que se hallaba la costa; la lluvia más allá de la protección que brindaba el globo era una cortina de agua que no dejaba ver nada. El globo estaba soportando mucho peso de agua y Angelo tenía que mantener los quemadores casi constantemente encendidos para mantenerse por encima de las olas. Tiró el anteúltimo depósito de propano al agua y todo lo que no se encontraba agarrado a la estructura del globo. Estaba utilizando el último tanque que no estaba completamente lleno así que solo le quedaban algunos minutos. Empezó a pensar en un plan que le alargase la estadía en el aire hasta llegar a la costa. Se quitó el cinturón y lo enganchó a la “bolsa” que había hecho con sus pertenencias, se la pasó por el pecho y por debajo de las axilas, así si tenía que abandonar el globo tendría las manos libres y no perdería ninguna de sus cosas. Al quitarse el cinturón tuvo que quitarse también la multiherramienta Leatherman pero la enganchó a la barquilla porque podría hacerle falta aún. Se quitó también los zapatos y los calcetines pero nada más 208

porque la temperatura había bajado varios grados y sentía frío. Encendió una vez más la tablet y vio que estaba muy cerca de la costa pero no la veía. El propano ya tenía una llama amarillenta que indicaba que quedaba muy poco, su poder calórico no era el mismo y el globo no ascendía más; cuando notó que empezaba a descender tomó una decisión crucial. Cerró el gas y el silencio del quemador dejó pasar otros sonidos más inquietantes, el del viento y el temporal que soplaba a su alrededor. Arrojó el último tanque de propano y con eso consiguió unos metros de respiro pero enseguida volvió a descender lentamente. Ya no había mucho por hacer así que se trepó al borde de la barquilla y sacó la multiherramenta de su funda y con ella cortó una de las cuerdas que la unían al globo lo más abajo que pudo y le hizo un lazo que apretó en la muñeca izquierda. Luego fue serrando las otras cuerdas hasta que la barquilla colgó de la cuerda del lado en donde él estaba parado, parecía increíble lo bien que estaban construidos estos artilugios que una sola cuerda estaba soportando el peso de la barquilla y el de él mismo. Era increíble la tranquilidad con la que estaba haciendo todo esto, se sentía con el espíritu en calma. Nunca había sido muy espiritual sino más bien científico, pero este estado era una sensación placentera; le permitía tomar decisiones que ejecutaba paso a paso como si estuviese en el simulador en su casa. Tampoco jamás había practicado yoga o cualquier otra disciplina de meditación pero quizá la terapia podía llegar por otros canales diferentes, la mente humana era muy compleja.

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Se veía colgado desde afuera como si él estuviese filmando y no fuera el protagonista. De pronto un ruido extraño lo sacó de sus ensoñaciones, miró hacia abajo y vio que la barquilla en el extremo más bajo tocaba por momentos el agua y frenaba el avance del globo. Esto era todo, esperar a hundirse con el globo o cortar la última cuerda. No tenía que pensar mucho, cortó la última cuerda e inmediatamente salió catapultado al cielo. La aceleración fue tan grande que le hizo soltar la Leatherman y la soga que lo unía al globo se le clavó en la muñeca haciéndole doler fuertemente hasta sacarle sangre. La barquilla se hundió unos 30 metros más abajo en las oscuras aguas y el globo con su pasajero colgante quedaron suspendidos equilibrando las fuerzas otra vez. Con la mano libre consiguió tomar otra de las cuerdas que había cortado y aligerar la presión en la mano izquierda que ya comenzaba a ponerse color violeta. El aire dentro del globo se había enfriado mucho y no producía fuerza ascensional, primero lentamente y luego más rápido cayó hacia las aguas unido a su pasajero en un ritual tragicómico. Angelo comprendió en un instante lo que ocurría y sabía el final de esta ópera, eso de que en los últimos instantes pasaba su vida como en una pantalla de cine era verdad. Recordó a sus padres, a Alexis, a los padres de ella, a amigos que hacía años que no veía y extrañamente recordó a Lucca. Sintió el agua helada primero en los pies y luego en todo el cuerpo y una oscuridad lo cubrió todo.

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SEXTA PARTE Mallorca Capítulo 44

Marciano Amador se encontraba en el suelo con la nariz sangrando después de haber recibido un golpe de un marroquí que estaba de pie a su lado. -¡Como te vea otra vez guiñarle el ojo a mi mujer te mató de un palazo!. Le dijo el moro a Marciano y a juzgar por la herramienta que tenía en su mano que no era ni más ni menos que una pala, era para tomar en serio la advertencia. Otra vez el ojo, desde adolescente venía sufriendo con ese tic, y es que no era un tic cualquiera, cuando le ocurría se le contraía todo el costado de la cara y le daba un aire pícaro con una sonrisa muy natural que costaba hacerle entender a la gente que era involuntario. Increíblemente, de pequeño, padecía un tic nervioso y las maestras le recomendaron una y mil veces a sus padres que lo llevaran a tratar pero, o bien por desidia, o por falta de dinero nunca lo habían hecho y fue empeorando hasta convertirse en esta mueca que le ocasionó mil y un problemas. Una vez una joven profesora de la secundaria lo denunció por acoso sexual, menos mal que el aspecto físico de la profesora ayudó a que se desestimara, ya

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que nadie pensaba que podía ser acosada ni por el yeti50. Tuvo sus ventajas, también hay que decirlo; el aspecto de Marciano no era el de un modelo masculino y las jóvenes no hacían cola en su puerta pero su guiño… Una hermosa malagueña que iba a su mismo Instituto llegó a salir un par de veces con él ya que le dijo a sus amigas que nadie se había atrevido a ser tan osado con ella como para guiñarle el ojo así. Pero esto eran excepciones, en general le traía problemas como en el día de hoy. Desde el suelo comprendió que ya estaba harto, harto de trabajar en la huerta de sus padres al lado de gente que en muchos casos ni hablaba español, harto de ganar poco dinero, harto de no tener un futuro claro y harto de estar harto. Vivía en la provincia de Murcia donde si no se trabajaba en la agricultura existían pocas oportunidades de hacerlo en otra cosa. Ese día contó el dinero que tenía ahorrado detrás de un ladrillo de su habitación y se trazó un plan. Todos los días después de la jornada de trabajo se trasladaba al pueblo para tomar clases en un Autoescuela y con esfuerzo consiguió sacar una licencia para conducir transporte público. Atento a las ofertas de trabajo consiguió empleo finalmente en una empresa de autobuses que hacía el recorrido desde su pueblo hasta Cartagena, el problema es que hacía un viaje de ida a la mañana temprano y regresaba a la

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N del A: Monstruo imaginario solitario que supuestamente habita en el Himalaya. 212

tarde-noche lo que significaba pasarse todo el día en Cartagena sin poder hacer otra cosa. Al cabo de un tiempo se dio cuenta que viajaba casi la misma gente todos los días y fue haciéndose conocido por todos, especialmente por un rudo pescador con el que trabó amistad. Éste viajaba en el autobús de la mañana, pescaba todo el día y regresaba a la noche habiendo vendido ya todas sus capturas a 4 restaurantes a los que visitaba con el género antes de subir al autobús. Poseía una pequeña barca pero equipada con todo lo necesario para realizar su trabajo. Un día lo invitó a pescar a Marciano y éste pensó que la compañía de autobuses tampoco lo obligaba a estar todo el día aburrido en los talleres de la empresa así que aceptó. Esto se fue convirtiendo en una costumbre, de tal manera que los lunes, miércoles y viernes salía a pescar con su amigo y así sin darse cuenta aprendió el duro oficio de la mar51. Un martes en que no pescaba, un compañero en el taller de la empresa le comentó, mientras reponía el aceite del motor, que una empresa mallorquina buscaba conductores de autobuses. El panorama de bellas playas y mujeres lo sedujo en un instante y llamó por teléfono al número que le facilitó el compañero. Le hicieron las preguntas de rigor y entre ellas, si hablaba alemán. En las islas Baleares es tan grande la colonia alemana que se habla más alemán que español, por lo que casi todos los prestatarios de servicios hablan ese idioma. Marciano respondió que sí aunque

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N del A: Entre la gente que vive del mar es común que transformen la palabra de masculina a femenina, de ahí el artículo “la”. 213

no hablaba ni entendía ni una sola palabra en esa lengua. Le avisaron para hacerle una prueba y tan seguro estaba de conseguir el empleo que vendió sus pocas pertenencias, recogió todo el dinero que tenía ahorrado y se fue a Mallorca. Allí entre guiño y guiño a las empleadas que lo entrevistaron consiguió el trabajo además de alguna cita pasajera. Un día de verano, caluroso, unos pocos meses después de haber empezado a conducir los autobuses, haciendo el recorrido habitual frenó para recoger a una pasajera de gran porte. Hasta el momento no había tenido que hablar ni una sola palabra por lo que su falta de conocimiento de alemán había pasado desapercibido completamente, en realidad si no hubiese hablado español tampoco nadie lo hubiera notado; cuando alguien le decía algo se ponía nervioso y hacía un guiño que daba por terminada la conversación antes de iniciarla. Esta abundante señora estaba muy maquillada pero nada que no sea muy frecuente entre las señoras de media edad alemanas. Sonriente, le dijo algo de lo que no entendió absolutamente nada y con nervios porque le siguiera hablando, le salió su mejor guiño. La señora empezó a hablar muy rápido y él no sabía si le estaba haciendo proposiciones o se había enfadado, volvió a guiñar, pero nada más porque no sabía que hacer. La cosa fue a más y no paró hasta la terminal donde se levantó de su asiento y al pasar junto a la alemana ésta le pellizcó el trasero; el guiño fue enorme y casi salió corriendo mientras la señora le gritaba llamando la atención de todo el mundo. Ese fue el final, la alemana presentó una queja, se descubrió que no hablaba alemán y decidieron 214

prescindir de él. Un poco desilusionado pero también relajado recogió sus cosas de la pensión en que vivía y se dirigió hacia la costa. Cuando las cosas tienen que ocurrir, ocurren. El mismo día que llegó a un pueblo pesquero, tomando un café en el único bar en que hablaban español, se enteró de que un viudo quería volver a la península con sus hijos y necesitaba dejar a alguien en la casa del cuidador de su chalet para conservar la propiedad. Fue allá, se ofreció y llegaron a un acuerdo. Al día siguiente se acercó al puerto y hablando con unos y con otros lo guiaron hasta un anciano que vendía su barca de pesca. A juzgar por el aspecto de ambos, parecían tener los mismos años aunque el anciano hablaba de su barca como si fuera una lancha Lamborghini Aventador pero por suerte no estaba muy actualizado con los precios y llegaron a un acuerdo. De esta forma, Marciano, volvió a ejercer la pesca como medio de vida. Desde hacía ya 2 años salía todas las mañanas, pescaba todo el día y regresaba a la noche a vender sus capturas a los 5 restaurantes que lo esperaban para ofrecerlo en sus menúes.

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Capítulo 45 Esta mañana Marciano había salido más tarde que de costumbre, pues el motor diésel de la barca se negaba a arrancar. En los dos años que hacía que tenía esta barca había trabajado mucho para dejarla en un estado navegable, le había sustituido muchos listones de madera y había arreglado la pequeña cabina de tal manera que podía salir a pescar en verano o en invierno, con lluvia o sin ella ya que era casi hermética a las inclemencias exteriores. El motor tenía sus caprichos pero solo a la hora de comenzar a funcionar, una vez que lo hacía lo acompañaba con su runrún todo el día sin problemas, jamás se le había parado. La barca era muy marinera como dicen los pescadores, y se comportaba estupendamente bien con oleaje intenso, y eso era bueno para él porque le permitía pescar casi en cualquier clima; igual jamás se alejaba más que unos pocos kilómetros de la costa. Hoy había salido a eso de las 11 así que había decidido quedarse un poco más tarde aunque el pronóstico anunciaba tormentas por la tarde. A eso de las 18:30 hs. se había puesto muy oscuro y había comenzado a llover, al principio tímidamente y luego de una manera despiadada. El oleaje comenzó a mover la barca para todos lados y pensó en dar por finalizado el día y volver a puerto porque se estaba poniendo feo pero como vio que no empeoraba y las sardinas se estaban dando bien con ese ambiente convulsionado decidió seguir un poco más para compensar el haber salido tan tarde. De chico siempre le habían atraído las tormentas, los rayos, los truenos, las nubes oscuras en rápido

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movimiento como envolviéndose a sí mismas y el viento impiadoso soplando en todas direcciones. En la barca se estaba bien, la cabina no dejaba pasar ni viento ni agua y daba la sensación de que estaba a salvo de todo; le había arreglado la calefacción que provenía del mismo motor y se estaba caliente y seco. Se encontraba a unos pocos 200 metros de la costa pero entre la tormenta y que estaba unos kilómetros al sur del puerto no se veía ninguna luz en esta zona un poco despoblada. Ya eran alrededor de las 20 hs. y comenzó a vestirse con el impermeable para recoger la última redada de sardinas mientras miraba por la ventana de la cabina.

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Capítulo 46 Al caer, Angelo, notó la oscuridad y sabía que se debía a la vela del globo que estaba cayendo encima de él; rápidamente reaccionó y aflojó el lazo de su muñeca sangrante para separarse del fiel amigo que lo había acompañado en su aventura, uno de los dos iba a morir en breve. El agua estaba helada y le atontaba los sentidos pero debía actuar rápidamente para escapar de las garras de la tela del globo que lo iba atrapando para hundirlo con ella. Contrariamente a lo que el sentido común indicaba se sumergió lo más profundo que pudo y nadó contrario al viento, cuando ya no pudo contener más el aire salió justo a tiempo para ver como el último jirón de color se hundía en las revueltas aguas. ¿Por qué había hecho esto?. Probablemente por instinto o quizá recordó lo aprendido en sus épocas de paracaidismo; los amigos ocasionales españoles lo criticaban por hacer cursos de un montón de cosas inútiles según ellos; hoy uno de esos cursos inútiles le había salvado la vida. Pasó revista de la situación, la muñeca le ardía muchísimo por el agua salada pero a cambio de eso le había dejado de sangrar, le dolía la pierna que probablemente había golpeado el agua de cualquier manera pero por el momento no tenía que apoyarla, tenía aún su petate que esperaba que siguiera siendo impermeable, la corriente lo arrastraba hacia la dirección donde se suponía que se encontraba la costa y le estaba entrando mucho sueño. Sabía lo que estaba ocurriendo, estaba sufriendo de hipotermia; la temperatura de su cuerpo descendía en 218

forma peligrosa y si no llegaba a la costa antes lo que pasaría es que se dormiría primero y luego poco a poco sus funciones vitales se irían deteniendo hasta que ya no despertaría jamás; pensándolo bien no era una mala forma de morir pero aún no estaba dispuesto a entregarse a la Parca52. Hizo memoria tratando de recordar otras cosas de supervivencia del curso de paracaidismo, era importante no cansarse así que recordó como hacer para flotar. Se quitó con mucho esfuerzo los pantalones, los ató por las piernas con un nudo cuadrado, se los colocó alrededor del cuello con la bragueta bien cerrada hacia abajo y los llenó con agua y aire haciendo ondas en el agua. Con la mano derecha que era la que tenía sana, cerró la cintura y con eso tenía un salvavidas improvisado que lo ayudaría a aguantar más tiempo en el agua. Pasó así varios minutos sin ver más que agua a su alrededor y comenzó a dormirse otra vez, ya casi no podía mover las piernas del frío y la mano herida estaba anquilosada. Cantó a los gritos, movió la cabeza de un lado a otro y apeló a todos los trucos conocidos para no dormirse pero Morfeo53 ganaba terreno a cada minuto hasta que ocurrió. Casi sin darse cuenta se durmió y perdió la conciencia.

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N del A: Utilizado aquí con el significado de muerte. N del A: Dios griego de los sueños. 219

Capítulo 47

Marciano vio mientras se cambiaba un punto rojo que se recortaba entre las oscuras nubes a unos 100 metros al norte de donde se encontraba. Parecía esos dibujos que hacen cuando a un niño se lo lleva un globo al cielo colgado de su hilo. Se apresuró a cambiarse y salió a recoger la red, la práctica hizo que en pocos minutos tuviese la captura a bordo, entró a la cabina y aceleró el motor que tosió un poco pero respondió levantando la proa en dirección a lo que veía. Mientras llegaba vio, que lo que parecía un globo, tocaba el agua, y poco a poco se hundía delante de sus ojos a unos 50 metros. Al ver que no podría recuperar nada comenzó a dar la vuelta a la barca para dirigirse al puerto al fin, aún le quedaba vender el pescado. Entre dos senos de olas entrevió un trapo flotando un poco más atrás y la curiosidad hizo que automáticamente moviera el timón en esa dirección, cuando estaba a unos 5 metros se dio cuenta que lo que estaba viendo era la cabeza de lo que él pensaba era un cadáver y empezó la lucha interior entre salir huyendo de ahí y no decir nada o acercarse para asegurarse; ¿Y si no estaba muerto aún?. Decidió acercarse un poco más para verlo de cerca, cuando estaba al lado de su borda puso el motor en punto muerto y trabó el timón. Salió de la cabina y se acercó a la cabeza, en ese momento ya sea por el oleaje producido por la barca o porque tenía que ser así, escapó el aire del salvavidas que tenía en el cuello y comenzó a hundirse. 220

Instintivamente, Marciano metió la mano en el agua helada y a unos 40 centímetros de la superficie agarró el pelo de la cabeza y tiró hacia arriba; quizá por el dolor ocasionado, al salir fuera del agua la cabeza tosió y gritó asustando a Marciano que lo soltó inmediatamente guiñándole el ojo con picardía. Angelo despertó súbitamente y lo primero que vio fue a un hombre que le guiñaba el ojo a la vez que le hacía una sonrisa lasciva, en un instante se preguntó si no se había salvado la vida para caer en manos de un depravado psicópata. Pasado el susto inicial de ambos, el pescador lo ayudó a salir del agua y lo subió a la barca junto con el pantalón en el cuello. Angelo no podía casi caminar, estaba semi congelado y además tenía una muñeca muy inflamada y una pierna que le dolía enormemente al apoyarla. Medio a la rastra apoyado en Marciano, fueron hasta la cabina y entraron. Marciano lo dejó apoyado en un rincón y fue hacia los comandos, aceleró y enfiló rápido hacia el muelle del puerto donde lo amarraba habitualmente. La cabina olía a pescado y a mar, era vieja, estaba medio despintada pero a Angelo le pareció una suite del Villa Magna54, cálida y acogedora. Marciano, los últimos años pasaba mucho tiempo solo y estaba bien así, hablaba cada vez menos con la gente y se estaba convirtiendo en una persona de poca charla y silenciosa. Aún no habían cruzado una palabra y Angelo, aunque no tenía ganas de hablar se vio en la obligación de presentarse. 54

N del A: Hotel de cinco estrellas de la ciudad de Madrid. 221

-Buenas Noches. Dijo con una voz carrasposa producto del agua salada que había tragado. -Me llamo Angelo, muchas gracias por ayudarme. Marciano, se dio vuelta para mirarlo, le guiñó un ojo y le dijo: -Yo soy Marciano. Angelo pensó que había pasado de un depravado psicópata a un depravado psicópata loco como una cabra. Pero aunque este señor fuera de Marte, por el momento parecía simpático y no le había hecho ningún daño y eso era bastante más de lo que podía decir de los últimos terrestres con los que había tenido contacto últimamente. Se relajó y se puso sobre el pecho el bulto que había preparado con sus cosas que para sorpresa de él no había perdido en toda la odisea. El reloj RM 39-01 en su mano izquierda estaba por detrás de la herida y le apretaba el brazo debido a la hinchazón que tenía, se lo aflojó poniéndolo en el último agujero y colgó su mano inflamada del cinturón que tenía terciado sobre su pecho encima del bulto. Se quitó del cuello el pantalón mojado y lo ató también al cinturón. No volvieron a hablar hasta que Angelo notó que disminuían la velocidad y el balanceo del barco; el pescador salió tres o cuatro veces de la cabina antes de entrar y apagar los motores del barco. Sin decir una palabra, lo ayudó a levantarse y lo medio cargó fuera de la cabina, era un hombre delgado pero fibroso y fuerte; hizo todo esto condimentado con varias guiñadas de ojo que empezaron a hacerle comprender a Angelo que se trataba de algo involuntario ya que seguía sin hablarle nada. Lo llevó al asiento del acompañante de una pequeña furgoneta blanca que estaba estacionada al 222

lado del muelle. Angelo lo vio ir y venir al barco trayendo varias cajas de madera repletas de pescados color plata, hasta que finalmente subió al coche y lo puso en marcha. -Lo llevaré a mi casa para que se bañe y coma algo. Le dijo lacónicamente. -Muchas Gracias, señor … -Ya se lo dije antes, Marciano, me llamo Marciano y puede quitar el señor que me pone incómodo. -Gracias Marciano, entonces. Circularon unos cinco minutos hasta llegar a un hermoso chalet y Angelo lo miró preguntando cómo con una pequeña barca de pesca podía juntar tanto dinero y tener una casa así. Marciano se dio cuenta y aclaró enseguida. -Mi casa no es esa, es la pequeña del costado, soy el cuidador de la grande y en realidad la pequeña tampoco es mía, forma parte de mi paga. Lo dejaré para que se duche mientras yo me voy a entregar el pescado que ya es tarde, en la cocina hay café y embutido; traeré un poco de pan cuando vuelva. Todo esto lo dijo de una vez como si le costase, y así era; se sentía un poco incómodo teniendo que hablar. -No se preocupe, Marciano, si me deja en un hotel le estaré muy agradecido igual; no es necesario que me lleve a su casa. -Por aquí no hay hoteles así que después de asearse, si quiere llama un taxi y se va donde quiera. Angelo se sentía débil y dolorido y decidió no discutir con este pobre hombre que le había salvado la vida y asintió con la cabeza. Nuevamente lo ayudó a entrar en la casa y le indicó brevemente donde estaba todo para ducharse y 223

hacerse un café, por suerte ya había parado de llover y parecía que lo peor de la tormenta había pasado. Sin decir nada dio media vuelta y regresó a la furgoneta. Lo primero que hizo Angelo fue abrir el bulto y encender el móvil, entró en Internet y revisó los horarios de los barcos que salían de Palma de Mallorca hacia la península, había dos por la mañana a las 8:30 hs. y a las 9:30 hs.; el primero iba a Valencia y el segundo a Barcelona. Decidió regresar en el primero así que lo siguiente que hizo fue llamar a Alexis. No llegó ni a sonar una vez completa. -Hola cariño, estoy en algún lugar de Mallorca. Me encuentro bien y después del baño que me daré cuando cuelgue estaré mejor aún. -Diosss, Gracias. Atinó a decir Alexis. Angelo notó que estaba llorando así que continuó. -He estado mirando el horario de los barcos y tomaré uno que sale 8:30 hs. Y llega a Valencia a eso de las 16 hs., así que por favor, sácame un billete por la web que yo ya casi no tengo más batería en el móvil y estaría bien que tú y Lucca me esperasen en Valencia mañana con el Piaggio que tengo un plan. -No te preocupes, cariño, ahí estaremos con ropa limpia para ti y la mejor merienda que te puedas imaginar.

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Capítulo 48 Alexis, puso en marcha las cosas. Llamó a Lucca y le avisó que saldrían a eso de las 10 de la mañana siguiente, también llamó a la familia de Ingrid que estaba a punto de salir a buscarla a Valencia y decidieron esperar a hacer el viaje con ella. Le avisó a Juliette para que los esperara al día siguiente en el Aeropuerto y llamó también a Montse para tenerla al tanto y tranquilizarla. Lucca, después de hablar con Alexis consideró que tenía tiempo de ir a su casa, ducharse y descansar un poco en la cama, así que echó llave al avión pero lo dejó fuera en la plataforma, cerró el hangar y fue en busca de su coche alquilado al Parking. Eran casi las 22 hs. cuando llegó el superior de los agentes del CNI, junto con otro más, al aeródromo de Castellón. Había mirado en el viaje, en detalle lo que Carlos López Bernal le había enviado y a pesar de que no entendía nada de lo que vio, ciertas palabras claves como energía ilimitada y cosas así le hicieron comprender que podía ser algo muy serio. Encontró a Charlie dentro del automóvil en el que había venido Jesús desde Madrid, ambos cansados y semi dormidos. Bajaron del coche para hablar y Hernández sin saludar les dijo: -Vayan al Puerto del Grao que allí los espera una patrullera del SEMAR55 para llevarlos a Mallorca. -¿Ustedes no vienen?. 55

N del A: Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Cuerpo de Seguridad español con jurisdicciónen el mar. 225

A Hernández no le hacía ninguna gracia pasarse 5 horas en el mar aunque ahora parecía que la tormenta iba desapareciendo, pero menos gracia le hacía que estos dos inútiles volvieran a perder a Ricci. Sopesando los pro y los contra dijo: -Sí, nosotros también vamos a ir pero vayan yendo hacia el Puerto, identifíquense y suban a la patrullera. En ese momento se le ocurrió que podría hacer algo que les facilitaría la búsqueda y llamó al canal estatal de televisión enviándoles la foto de Ricci que estaba en el legajo que le había enviado López. El texto de búsqueda que les pasó incluía una recompensa por información de 2.000 euros aunque él no podía disponer de dinero para esas cosas sin pedir autorización a sus superiores, porque él también los tenía. En fin, ya se ocuparía de eso más tarde. Terminado todo eso se subieron al coche y se dirigieron al Puerto del Grao para subir a la Patrullera. En el Puerto estaban Charlie y Jesús mirando para todos lados abajo del coche. -¿Y la lancha?. Preguntó Jesús. -¡Joder!. Ya empezamos de nuevo con las preguntas de los vehículos. Estoy mirando igual que tú. Cuando llevaban 10 minutos mirando para todos lados vieron unas luces de un coche que les hacía señas y se acercaba a ellos. -¿Qué hacen en el puerto deportivo?. Preguntó Hernández por la ventanilla. -Jesús, que quería conocerlo. Contestó Charlie. -¿Ya lo conoció?. Preguntó Hernández mirando a Jesús. -Sí señor. Respondió éste.

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-Pues bien, entonces súbanse los dos cagando leches al coche y sígannos. En el muelle del SEMAR se veía la Patrullera Río Nansa M47 brillante e impecable, una embarcación Clase Rodman-66 con una eslora de 20.5 metros y una velocidad de 30 nudos con un alcance de 500 millas. Se la veía imponente con sus reflectores encendidos para facilitar la tarea de sus 16 tripulantes que trabajan en todos los rincones de la embarcación preparándola para la travesía. El Comandante Candelaria miraba desde la Patrullera, en la escalerilla de ascenso, como los agentes les indicaban a dos vehículos donde aparcar y supuso que eran los chupatintas del Ministerio. Odiaba recibir órdenes de estamentos civiles que jugaban a los espías que, para ser sinceros, España no espiaba a nadie y a nadie le importaba lo que hicieran; con lo que seguro éste era otro delirio de algún iluminado del gobierno. Bajaron 4 hombres y subieron corriendo por la escalerilla hasta casi chocar con el Comandante que bloqueaba toda posibilidad de paso a bordo. -¿Señores?. Dijo Candelaria poniendo la mano sobre la pistolera. Al mejor estilo de Los Tres Chiflados56, fueron chocando unos contra otros hasta quedar todos amontonados frente al Comandante. -Soy el Agente Especial Hernández y estos son mis hombres. Pregonó el primero con altanería. -Muy bien, y yo el Comandante Candelaria, amo y señor de esta embarcación. Esto es como una iglesia, 56

N del A: Célebre trío de humor que actuó entre 1922 y 1970. 227

aquí no se hace nada de lo que yo no tenga conocimiento; si quieren respirar, me piden permiso, si quieren ir al baño, me piden permiso, si quieren hablar, me piden permiso y no sigo más pero espero que ya se hayan hecho una idea de como funcionarán las cosas las próximas 5 horas. Se les van a asignar 4 cómodas butacas y no se moverán de ahí en todo el viaje, no se puede fumar ni caminar. No hace falta que llamen a ningún superior porque yo ya tengo mis órdenes que son llevarlos a Mallorca, pero a bordo nadie y cuando digo nadie es NADIE, tiene autoridad más que yo y mi tripulación, así que si mi último marinero en jerarquía les dice que se arrojen al agua, se arremangan los pantalones y se tiran. Esta Patrullera se paga con los impuestos de todos los españoles y no voy a ser yo que la dañe por culpa de un tercero. ¿Queda todo claro?. Los cuatro se miraron unos a otros pensando que las cosas serían diferentes y que la Patrullera sería algo así como un taxi que estaría a las órdenes de ellos para hacer lo que quisieran pero como necesitaban salir cuanto antes asintieron y dieron un paso para intentar pasar. -No, parece que no entendieron. Si quieren subir a bordo deben pedir permiso. Hernández tragó saliva y recordó al idiota de su cuñado que les obligaba a toda la familia a hacer lo mismo para subir al velero que tenía en Benidorm. -Permiso para subir a bordo, señor. -Permiso concedido, ese tripulante los guiará. Dijo señalando a un compañero Uno a uno cumplieron con el mismo ritual y fueron conducidos a sus lugares. Charlie pensó que 5 horas podían ser muy largas.

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Aproximadamente a las 23 hs. comenzaron el cruce hacia las Baleares.

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zarparon

y

Capítulo 49 Angelo entró al baño y abrió la ducha que lo correspondió con una abundante lluvia, reguló la temperatura con el agua fría, lavó sus pantalones y su camiseta con abundante agua dulce y los escurrió con todas las fuerzas de que era capaz con una muñeca que parecía un balón de la NFL57. Tiró a la basura sus calzoncillos, luego de la ducha se secó con una toalla que encontró en un cajón del mueble que había en el baño y se puso el bóxer, la camiseta y los calcetines térmicos que Juliette le había puesto en el bolso, ¿Cuándo fue eso?. Parecía que habían pasado semanas y tan solo había sido en la tarde de este mismo día. Caliente y seco colgó su ropa lavada frente a la estufa del salón y fue a la cocina a prepararse café y pensar que hacer a continuación. Pasó revista a su estado físico y llegó a la conclusión que tenía dos “averías” importantes y varias menores que podía desechar. Lo peor era su muñeca que había sido cortada y lacerada por la soga al quedar colgado del globo, aparentemente no había infección pero estaba muy inflamada, le dolía bastante y tenía la movilidad reducida aunque no notaba nada roto porque podía moverla en todas direcciones si soportaba el dolor. Se apuntó mentalmente pedirle un poco de alcohol o agua oxigenada al pescador para la herida cortante. El segundo problema que tenía era su pierna derecha que había golpeado con fuerza en el agua y se 57

N del A: Liga que nuclea al Fútbol Americano. El balón con el que se juega tiene forma ovalada. Del inglés National Football League. 230

le había doblado en el impacto, probablemente forzando sus articulaciones. Tanteó con cuidado de apoyarla y vio que podía caminar aguantando el dolor en rodilla y tobillo pues era soportable aunque decidió no forzarla y apoyarla lo menos posible. Bien, lo otro era pensar en irse de la casa de este hombre pero por el momento estaba sin ropa así que decidió preparar la mesa y esperar a Marciano, ¿Marciano era el nombre?, sí, así le dijo que se llamaba; y luego decidiría donde irse. Marciano hizo la ronda por los restaurantes habituales y en uno de ellos estaba puesta en el televisor la TVE58. No veía mucha televisión pero en la pantalla había una foto que le llamó la atención. Se parecía mucho al hombre que había rescatado del agua. No tenía volumen pero en una banda lateral a la foto se veía la bandera de España la palabra información, debajo un teléfono y lo que más le gustó, RECOMPENSA en rojo y 2.000 euros debajo. Se anotó el número en una servilleta por las dudas y siguió al restaurante que estaba a 200 metros más adelante por la calle principal mientras pensaba que hacer. El hombre no parecía peligroso y era muy educado pero también había muchos ladrones de guante blanco. Los 2.000 euros le vendrían muy bien si tenía que desarmar finalmente el motor de la barca. -Oye, Fred. Le gritó al alemán españolizado dueño del establecimiento. -¿Me prestas el teléfono?. -Sí, si la llamada es local. 58

N del A: Televisión española. La cadena estatal más importante de España. 231

En realidad no sabía si era local o no pero llamó al número que tenía en la servilleta y habló durante 5 minutos mientras el alemán le preparaba el dinero del pescado. No sabía siquiera si el hombre que había rescatado, había seguido su consejo y se había marchado a un hotel. En fin, ya estaba hecho, solo restaba esperar los acontecimientos. En la vida había que sobrevivir.

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Capítulo 50 Cuando llegó a su casa, se encontró con la mesa servida y al náufrago en calzoncillos y camiseta esperándolo. -¿Le ha ido bien en la venta?. Preguntó Angelo. Marciano, casi hasta se asustó, no estaba acostumbrado a que lo interpelaran acerca de su trabajo y en realidad acerca de nada. -Sí. Contestó lacónicamente. -Espero que no le moleste pero estoy esperando que se me seque la ropa para irme. Dijo Angelo, viendo que su interlocutor no tenía muchas ganas de tenerle cerca. -No me molesta, puede quedarse a dormir si quiere y partir mañana por la mañana. El ofrecimiento lo tomó por sorpresa porque parecía más lo contrario. -Muchas Gracias, me hace un favor porque estoy muy cansado. Me tiraré aquí nomás en el salón en el sofá y temprano me marcharé para llegar a Palma a eso de las 8 de la mañana. Por cierto, ¿A qué distancia se encuentra?. -A 35 minutos cruzando la montaña y bastante más por la carretera de la costa, pero todos los taxis van por el camino corto. Angelo intentó varias veces más entablar conversación sobre cualquier tema pero abandonó al darse cuenta de que estaba frente a una persona parca y poco sociabilizada. Comieron en silencio pan con embutido, olivas preparadas, queso y encurtidos que se veía que eran especies que recibía en parte de pago de los restaurantes a los que vendía sus pescados. 233

Terminados de cenar, Angelo intentó volver a hablar con Alexis pero su teléfono ya no tenía batería y él no podía cargarlo sin los cables que estaban a un mundo de distancia allá en su casa de Madrid. Pensó en utilizar la tablet que había rescatado del globo pero era un modelo que no aceptaba los chip de telefonía. Decidió relajarse, tomó un café con su amigo mudo entre guiño y guiño y después de ayudarlo a limpiar la mesa y la cocina, se tiró en el sofá a descansar. Puso la alarma de su reloj a las 6:30 hs. Y dió por finalizado el día en donde había sido amenazado con un arma, volado en globo muchos kilómetros, casi ahogado en un mar tenebroso y finalmente haber sido rescatado por la versión de Bourne59 sin glamour. Nuevamente se puso a pensar qué estaba ocurriendo y no lo entendía. Parecía que lo perseguían unos mafiosos pero no eran muy profesionales que digamos, él que no era ni un espía ni nada que se le parezca, se les había escabullido fácilmente. Lo que tenía claro era lo que quería hacer a continuación y debía charlarlo antes con Alexis y Lucca, pero sin la presión de estar perseguido por lo que tenía en mente los pasos a seguir para conseguir un respiro y planificar las cosas. Pensando una cosa y otra fue perdiendo la conciencia hasta que se durmió profundamente; su cuerpo necesitaba recuperar fuerzas urgentemente. En el cuarto de al lado, Marciano también estaba pensando. Estaba medio arrepentido por haber delatado a este hombre, no le preguntó nada porque no 59

N del A: Personaje de ficción creado por Robert Ludlum hosco y huraño que fue llevado a la pantalla por Matt Damon. 234

quería saber nada; pero se lo veía una persona de bien y quizá solo lo buscaban por televisión porque su familia lo había perdido. Igual, mucho ya no podía hacer, después de pedirle todos los datos le dijeron que llegarían alrededor de las 6 de la mañana a su casa y ahí terminaría la historia, sería 2.000 euros más rico y se iría a revisar el motor de la barca.

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Capítulo 51 Al principio, Charlie y sus compañeros se enfrascaron en sus móviles pero luego se perdió la cobertura y algunos dormitaron y otros hablaron entre ellos ignorados por el resto de los tripulantes que estaban ocupados cada uno en su función. A las 4 de la mañana casi simultáneamente sonaron los móviles de todos anunciando que volvían a tener cobertura. Hernández vio que además tenía una llamada perdida, al ver que se trataba de la telefonista que había dejado encargada de recibir las llamadas de la población que podía haber visto a Ricci, se apresuró a llamarla. La telefonista le contó todas las llamadas pero especialmente la de un señor no muy culto de la costa mallorquina que parecía ser la más prometedora y que casi con seguridad era la pista que los llevaría a atrapar al ítalo-argentino. Le pasó todos los datos y Hernández consultó en un mapa online donde se encontraba la dirección del informante. -Señor Comandante, disculpe usted, ¿Puedo hacerle una pregunta?. -Dígame. Respondió Candelaria que estaba tan despierto como cuando habían salido. -¿Podría llevarnos a un pequeño puerto de la costa de Mallorca en vez de a Palma?. -Pensé que había quedado claro. Mis órdenes son llevarlos a todos a Palma de Mallorca, desembarcarlos y regresar a Castellón y eso es exactamente lo que haré. Hernández sabía que no sacaría más que eso y se calló la boca. Buscó en Internet una compañía de taxis y llamó solicitando un coche en el puerto para llevarlos

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a los 4 al pequeño pueblo de la costa en cuanto llegaran. Cuando les anunció a sus compañeros que tenían una sólida pista, Charlie comprendió que ya no era su operación y que había sido desplazado al lugar en el que siempre estaba, atrás de todo. Jesús por su parte no había dormido ni un minuto ocupado en mirar todo de aquella Patrullera, adoraba los barcos. El compañero de Hernández poco habia hablado y era quizá el que más había dormido estirado en su cómoda butaca; él seguía órdenes y eso le aseguraba su sueldo con tranquilidad y sin sobresaltos. A las 5 de la mañana llegaron al puerto de Palma y unos y otros se despidieron con la esperanza de no volverse a ver en la vida, por un lado los agentes y por el otro el Comandante Candelaria y su tripulación. Fueron hacia la salida de esa zona militar del puerto donde los esperaba un taxi que al decirle que venían en una Patrullera de la Guardia Civil del Mar, sabía donde ir a esperarlos. El taxista tenía cara de haberse levantado recién y el humor correspondiente. -No quiero que nadie diga nada arriba del taxi, ni una palabra. ¿Entendido?. Preguntó Hernández. Los tres asintieron con la cabeza. En un minuto estuvieron arriba del taxi, Hernández delante y los otros tres detrás con Charlie en el medio, en el peor lugar, como siempre. El taxista estaba malhumorado y no tenía ganas de hablar a esa hora de la madrugada y eso les convino a todos que callaron hasta llegar al chalet a las 5:45 hs. Pagaron y bajaron en silencio.

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Algún gallo madrugador cantó y aparte de eso solo se oía el motor del taxi que se alejaba. Esperaron a que ya no se oyera y Hernández dijo: -Somos cuatro y él solo uno así que no creo que haya problemas, nadie saque las armas; hagamos esto con elegancia. Sacó su teléfono y envió un mensaje al teléfono móvil que había dado el informante.

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Capítulo 52 Marciano había dormido de a ratos, esperando que en cualquier momento llamaran a su puerta o a su teléfono que había puesto en vibrador por las dudas. Oyó el brrrrrr de su móvil y supo que le había entrado un mensaje, rápidamente lo tomó de la mesa de luz y leyó. “Estamos en la puerta, salga” Se puso unas bermudas y una camiseta, salió de su cuarto y pasó sin hacer ruido por el salón donde dormía su rescatado. Abrió la puerta de calle y vio a cuatro hombres que lo miraron fijo a lo que él respondió con una batería de guiños. -Hombre, me alegro que le resultemos simpáticos pero no venimos a tomar café. Dijo en voz baja el agente. -¿Dónde está nuestro hombre?. -Durmiendo aquí en el salón. Respondió Marciano señalando la habitación con un guiño. -Joder, ya me está cansando este tío con sus guiñitos. Dijo Charlie al oído de Jesús. Entraron todos y se pusieron alrededor del sofá donde dormía Angelo ajeno a todo. -Encienda las luces. Le indicó Hernández al pescador que hizo un guiño y le dio al interruptor. La estancia se llenó de luz y Angelo abrió los ojos viendo a cuatro caras que lo miraban desde lo alto, había una especialmente que le resultaba conocida. Se incorporó inmediatamente y se sentó en el sofá esperando que hablaran.

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-Señor Angelo Ricci, somos agentes del CNI. Se adelantó Charlie mostrando su identificación intentando retomar el mando de la situación. El argentino miró la identificación y supuso que sería algún organismo estatal por el escudo y las letras doradas. Al fin sabía quienes lo perseguían, no era ni bueno ni malo pero por lo menos no eran mafiosos ni terroristas de ningún grupo irregular. -Queda usted detenido por posesión de secretos militares y resistencia a la autoridad y otros actos ilegales. Continuó Charlie. -Perdón, ¿Usted está loco?. Me habla de actos ilegales cuando sin mediar palabra sacó una pistola en medio de una autopista llena de automóviles con gente inocente a bordo; cuando con esa misma pistola corrió en medio de un parque lleno de niños, cuando secuestró un girocóptero para obligarlo a perseguirme por media España. Si necesitan hablar conmigo, hablaremos pero saquen a este cazurro60 de mi vista. -Deje de decir gilipolleces López Bernal, no estamos en una película americana, váyase afuera a ver si viene el lechero. Le gritó Hernández. -Aquí no hay … Empezó a decir Marciano y se calló de repente fulminado por la mirada del agente al que le guiñó un ojo. Charlie salió de la casa con una furia asesina pero no sabía a quien asesinar. -Muy bien, señor Ricci. Vístase y nos iremos ahora mismo a la península, ya hablará tranquilo con quien corresponda. Intentaré conseguir un avión que nos lleve directo a Madrid sino tomaremos el barco de las 9:30 a Barcelona. 60

N del A: Rudo, tosco, torpe, ignorante y simple. 240

Hernández sabía que ya había estirado bastante la soga y dudaba que le pusieran a su disposición un avión así que sabía que la opción clara sería ir a Barcelona en barco porque había visto que a pesar de que salía una hora después llegaba a la ciudad condal 61 casi a la misma hora que el que iba a Valencia y en Barcelona tenían oficinas. -Me gustaría saber cual es la razón por la que los tengo que acompañar y en calidad de qué voy a ir. -Le pedimos que venga para que nos aclare algunas cosas y vendrá como invitado del Estado español. -De acuerdo. Ricci se puso los pantalones y la camiseta que se habían secado frente a la estufa encima de su ropa interior así como las zapatillas deportivas que Juliette había tenido el buen tino de poner en el bolso. Pensó que no tenía nada que quisiera decirle al Estado español pero por el momento no tenía muchas opciones que no incluyeran la violencia y decidió seguirles la corriente y no alertarlos. Por un momento imaginó que su invento cayera en manos de esta gente y le corrió un frío por la espalda. Agarró su móvil, la tablet y sus documentos y se los guardó también. -Señor, llame dos taxis. Dijo Hernández, mirando a Marciano. -Antes me gustaría que me den mis 2.000 euros. Contestó el murciano. Hernández se había olvidado de eso. Sacó una tarjeta de su bolsillo y se la dio diciendo: 61

N del A: Denominación antonomástica conque se suele aludir a la ciudad de Barcelona por haber sido capital del condado de Barcelona. 241

-Llame a ese número y le pagarán. Ahora llame a los taxis. Dependiendo de como saliera todo esto el murciano tenía alguna posibilidad remota de cobrar ese dinero. Cuando salieron al fin de la casa era ya de día pero a esas horas estaba fresco. Angelo salió apoyado en Jesús exagerando su cojera. Cuando pasaron al lado de Marciano, Angelo le dijo: -No se preocupe, es solo dinero, sigo agradeciendo que me haya salvado la vida. Marciano, muy nervioso y enfadado con él mismo solo atinó a guiñarle el ojo. -Joder con el guiño, me da mal fario62. Dijo en voz baja, Jesús. -No te preocupes, a mí me lleva guiñando el ojo desde anoche y no me ha pasado nada. Le dijo Angelo a Jesús y ambos se rieron.

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N del A: Expresión andaluza que significa mala suerte. 242

Capítulo 53 Se repartieron en los taxis, Charlie en el asiento delantero, con Jesús y Angelo en el trasero de un taxi y Hernández con su compañero en el asiento trasero del otro. -Ni una palabra en el viaje. Le dijo el jefe a Charlie. Cuando estuvieron sentados, Charlie le repitió a Jesús: -Ya has oído, ni una palabra. Cuando se dio la vuelta, Angelo le guiñó un ojo al mejor estilo de Marciano a Jesús que no pudo contener la risa. -¿De qué coño te ríes?. Le gritó Charlie. -Nada, una cosa que me acordé. Respondió Jesús. Llegaron a eso de las 7:30 hs. al puerto de Palma a la terminal de los barcos que iban a la península. Estaba en primer lugar un ferrie rápido que iba a Barcelona y un poco más atrás el barco que haría la travesía a Valencia que salía una hora más temprano. Se sentaron en la sala de espera y Hernández se fue a hablar con las autoridades de la naviera a las que tuvo que convencer de que les dieran sitio para 5 personas y resultó más sencillo de lo que esperaba; incluso les ofrecieron un desayuno que a estas horas era como música celestial y un camarote donde podrían llevar a su “detenido”. A las 8 de la mañana los llamaron para que embarcaran y Hernández le dijo a Charlie: -Visto que usted quiere estar en todo, usted se irá al camarote con el señor Ricci y nosotros nos iremos a desayunar mientras tanto. Después de zarpar iremos turnándonos para acompañarlo.

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-Mejor que vaya Jesús al camarote con el argentino que ya luego lo sustituyo yo. No iba a desperdiciar el desayuno que ya estaba saboreando por acompañar a un sumiso que no había dado muestras de irse en ningún momento y la jerarquía para eso estaba. Descendieron Jesús y Angelo hacia la cubierta inferior donde se encontraba el camarote al que los guiaba un tripulante vestido de camarero. Jesús era una persona afable que sabía el lugar que ocupaba en la escala de los seres humanos y ya en el colegio había descubierto que tenía compañeros mucho más listos que él; no era inteligente pero tampoco pretendía serlo y eso era lo bueno. Tranquilo y, se diría que hasta feliz, acompañó a Angelo a las entrañas del barco. Entraron a un camarote que contaba con baño y dos camas, olía a limpio y estaba impecable. -Si voy al servicio, ¿No intentarás nada raro, no?. Le preguntó el andaluz. -En absoluto, quédate tranquilo; igual recuerda que estoy viajando en calidad de invitado por lo que tu responsabilidad es acompañarme y nada más. Contestó Angelo. Y así fue, cuando salió Jesús del baño,Angelo estaba sentado tranquilamente mirando la televisión. -¿Qué cama prefieres?. Le dijo al Agente. Sorprendido por la pregunta, el de Andalucía dijo: -Esta mismamente63 que está más cerca del mueble-bar, jaja. Dicho esto lo abrió y atacó con todo lo que había dentro.

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N del A: Utilización incorrecta muy extendida del adverbio entre los españoles de baja cultura. 244

Angelo se tiró en su cama y comenzó a contarle toda una historia que iba inventando sobre la marcha de que era un huérfano y bla bla bla. A los 10 minutos, con el ronroneo del motor del barco, lo calentito del camarote, todo lo que había comido, la noche sin dormir y la monotonía de la voz de Angelo; terminaron con la resistencia de Jesús que comenzó a roncar sonoramente. Angelo, se calló, miró su reloj y vió que eran las 8:12 hs.

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Capítulo 54 Salió lentamente del camarote sin hacer ruido aunque por el tenor de los ronquidos de Jesús pocas eran las probabilidades de que se despertara. Subió por unas escaleras que se encontraban a su derecha y desembocó en un extremo del salón comedor. Allí se hallaban los otros tres agentes dando buena cuenta de unos emparedados de boquerones y tortilla 64 con vino y cerveza por lo que alcanzaba a ver desde ahí, a pesar de ser las primeras horas de la mañana. El salón ocupaba toda la planta en la que se encontraba y estaba rodeado de ventanales con cristales por tres de los cuatro costados, pero él estaba en la pared opuesta en la que estaba la barra que era la única que no tenía ventanas. Volvió a bajar y caminó por un pasillo en dirección a lo que suponía era el otro extremo del salón. Subió por la escalera y se asomó, aún podrían verlo pero si conseguía caminar dos metros sin que lo vieran estaría a salvo; lo ayudaba que ya estaba subiendo la gente que viajaría en ese barco. Miró el reloj y eran las 8:16 hs., no podía entretenerse más. Esperó a una familia ruidosa que estaba subiendo y se lanzó sin mirar a ningún lado. No escuchó ningún grito ni nada irregular así que fue directo a la escalera por la que estaba subiendo la gente similar a un finger65 de avión. Toda la atención y seguridad estaba dirigida a cuidar que no subiera nadie sin billete pero alguien que 64

N del A: Extraña combinación de un pan cortado al medio con pescado en vinagre o tortilla de patatas a las que son muy aficionados los españoles. 65 N del A: Pasarela de acceso cerrada, generalmente plegable por lo que también se la suele llamar “manga”. 246

caminaba contracorriente no disparaba las alarmas; parecía que había olvidado algo y bajaba a recogerlo. En pocos minutos estaba en la terminal y corría cojeando y soportando el dolor hacia el barco que salía en minutos hacia Valencia, esa zona ya estaba vacía y estaban cerrando y quitando el finger. -¡Un momento!. Gritó Angelo. -Ya está cerrado señor. Le indicó un señor joven vestido con el traje azul de la naviera frente a un monitor de ordenador. -Soy el señor Ricci y tengo reserva en este viaje, por favor, fíjese. -¿Con doble c?. ¿Angelo?. Preguntó el empleado mirando la pantalla. -Sí, ese soy yo. -¿Tiene su DNI, por favor?. -Claro, aquí está. El empleado estaba viendo en la pantalla que este señor tenía pagada la mejor suite del barco que rara vez se vendía debido a su alto precio. -Tiene la suite Gran Lujo, señor. Por esta vez lo dejaremos embarcar debido a esta razón pero recuerde la próxima vez de venir con mayor antelación. -Desde luego, señor, he tenido muchas dificultades para llegar. -¿Lleva equipaje?. -No, no llevo más que mi persona. Dijo con una sonrisa. El empleado recién ahora lo miró con atención y lo que vio le pareció un millonario excéntrico que había pasado una noche divertida, vestía zapatillas, un pantalón todo arrugado, y una camiseta encima de una térmica; aunque todo era de marca y de las buenas y tenía una mano hinchada y enrojecida. 247

-Pase, al final del pasillo lo esperan. Dijo, dándole su tarjeta de embarque que era de color dorado y decía en grandes letras azules “Suite Gran Lujo”. Angelo agradeció mentalmente que su mujer fuese siempre tan espléndida y luego recordó que ella jamás viajaba de otra manera, así era ella, de buena cuna. Fue guiado por un empleado que llevaba en el costado izquierdo de su pecho un plástico que decía Miguel, Suite Gran Lujo. Éste lo había estado esperando todo el embarque y pensaba que ya no vendría. -Soy Miguel y estoy a su disposición para lo que necesite señor, ¿Viaja solo?. Dijo con un amaneramiento muy notorio. -Sí, Miguel; muchas gracias. Lo único que me gustaría es un desayuno con mucha fruta que tomaré después de darme un baño. ¿Puedes traerme ropa de la tienda del barco?. Quizá una muda de ropa interior, unos náuticos, un pantalón y una camisa con un jersey de hilo. Dejo en tus manos los colores pero que sea discreto y combinen. Miguel abrió la puerta de la Suite y pensó que quién sería este señor que compraba en la tienda del barco en la que solo adquiría ropa algún que otro alemán adinerado ya que los precios eran mucho más altos que los que se encontraban en tierra. -¡Alto!. Póngase ahí en el medio, derecho. Le indicó el centro de la habitación. -¿Qué pasa?. Preguntó asustado Angelo mientras veía como lo estudiaba Miguel. -Te estoy midiendo, cariño. ¿Cómo te voy a traer ropa sino?. Le dijo con esa familiaridad que solo no ofende cuando se dice con la gracia y el modo de una mujer atrapada en un hombre. 248

Angelo se quedó quieto unos segundos y le hizo una sonrisa a Miguel que lo desarmó. -Gracias Miguel, mi esposa no querrá verme mal vestido. Dijo, poniendo cada cosa en su sitio pero sin ofenderlo y entregándole la Stratus Rewards Visa Black Card una de las más exclusivas tarjetas de crédito. Miguel lo señaló con el dedo índice como disparándole, le sonrió y salió de la suite. Angelo miró por la ventana como se alejaba el Puerto y con ello también sus captores. Sabía que podrían hacer dar una vuelta al barco pero no creía que descubrieran nada hasta que una vez que zarparan ellos fuera alguien a sustituir a Jesús. Jesús, lo lamentaba por él pero bien podría defenderse diciendo que nadie le dijo que iba detenido y en realidad así era. Llamó por el teléfono de la habitación preguntando si era posible que le trajeran un cable para recargar su teléfono, le preguntaron la marca y se lo enviarían a través de Miguel. Cuando se pagaba 30 veces lo que costaba un billete normal todo era posible. Cuando salió de la ducha se sentía renovado, ya casi no cojeaba y la hinchazón en su muñeca iba remitiendo. Encontró sobre la cama toda la ropa y aprobó la elección de Miguel, todo en blanco y negro y de buena calidad. Sobre la mesa estaba un magnífico desayuno con todo tipo de frutas más café, leche y muchas cosas de un típico desayuno americano pero en plan sano. También había una nota en una caligrafía impecable al lado de su tarjeta de crédito que decía. “Si algo no te gusta o no es de tu talla, me llamas. En la mesa hay un Diclofenac66 para esa muñeca, 66

N del A: Droga antiinflamatoria no esteroide y por lo tanto de venta libre. 249

¡TÓMALO!”. Este Miguel le gustaba, tenía humor y se fijaba en todo; lo compensaría al final del viaje si encontraba a bordo un cajero automático de donde sacar efectivo con su tarjeta. Después de desayunar y probarse la ropa que le quedaba perfecta se acostó y se durmió enseguida. La noche de pocas horas mal dormida y los nervios le estaban pasando factura.

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Capítulo 55 Eran las 10:30 de la mañana y ya hacía una hora que habían zarpado de Palma. Al almuerzo le siguió una ronda de copas de anís y cognac y a esa le siguió otra con lo que en la mesa todo eran bromas cuando Charlie haciéndose el responsable les dijo: -Voy a sustituir a Jesús así viene a desayunar. Bajó al camarote y abrió la puerta, estaba a obscuras y Jesús molido de la noche en vela seguía roncando en lo más profundo de sus sueños. Miró en la otra cama y dentro del baño pero no encontró a Ricci en ninguna parte. Zarandeó a Jesús al tiempo que le gritaba. -¡¿Dónde está el detenido?!. -¿Qué detenido?. -¡No te hagas el gilipollas!. ¿Dónde está el argentino qué tenías que cuidar?. -Nadie me dijo que lo debía cuidar sino acompañar. Se defendió Jesús. -Habrá ido a dar un paseo por el barco, ¿Dónde va a ir en un barco, al agua?. Charlie no contestó y salió hecho una furia hacia el comedor. Cuando llegó con la cara desencajada, los otros se dieron cuenta que algo no funcionaba. -Por favor, López; no me diga que ya no tenemos a Ricci. Predijo Hernández. -Tiene que estar a bordo, nadie ha bajado del barco y ya estamos en el mar, tenemos que buscarlo. -No, no “tenemos”; lo buscarán usted y su compañero por todo el barco y cuando lo encuentre lo esposará a lo largo de todo el viaje. Pasarían más de 3 horas hasta que se dieran por vencidos y hubiesen molestado a todos los viajeros del barco sin encontrar a Angelo por ningún lado. Les 251

quedaba la esperanza de que al llegar al puerto de Barcelona lo pudiesen apresar al descender. Hernández se sentó en un rincón a pensar. Ricci podía estar en el barco aunque aún no lo hubiesen encontrado pero también podía haberse bajado antes de salir. Abrió Internet en su celular y miró los horarios de las navieras, Había un barco que salió a Valencia una hora antes que ellos, muy justo pero podría haber subido a bordo. Una vez en Valencia pensó qué haría él, trataría de poner tierra de por medio de la forma más rápida y la forma más rápida sería en avión. Miró los horarios de los vuelos comerciales que saldrían esa tarde, solo había uno que iba a Dublin en una empresa de bajo coste, mmmm. ¿Y si se iba en un vuelo privado?. Recordó a un agente de la NRO67 que una vez había conocido en una capacitación de interpretación de imágenes satelitales que era el único que hablaba español de los americanos porque tenía orígenes mexicanos. Éste le dijo que si alguna vez necesitaba alguna búsqueda satelital que lo llamara; claro que fue dicho en un contexto de compañeros de curso y no sabía si le respondería. Buscó en su móvil el número y vio que comenzaba por +1703, seguro que no sería barato pero el móvil lo pagaba la CNI. Llamó con pocas esperanzas y lo atendió una voz de hombre en inglés, se apresuró a hablarle en español y se presentó. El otro no lo recordaba pero al fin se acordó y lo identificó. No fue fácil, al pedirle si podía detectar por satélite los aviones que saliesen del Aeropuerto de Valencia a lo largo de una ventana de 2 horas, el 67

N del A: Oficina Nacional de Reconocimiento del inglés National Reconnaissance Office. Es una de las 5 grandes Agencias de Inteligencia estadounidenses. 252

americano le respondió que si querían podían ver hasta la matrícula pero tenía que justificar para qué lo necesitaba. La desesperación de Hernández por arreglar un poco la situación hizo que con reticencia al principio y luego más fluídamente terminara contándole toda la historia, incluso le envió el legajo de la Oficina de Patentes que había recibido de López. Stetson Calderón, que así se llamaba el susodicho, lo primero que hizo, nada más colgar, fue llamar a sus compañeros de la NSA68 e informarlos de todo lo hablado con el español y esto desencadenó una marea gigante. Hernández pensó que esto solo era una corazonada y decidió no decir a nadie su plan por lo que no mandó a ningún agente a esperar el barco a Valencia, si había ido allí lo sabría en breve. La cosa se había complicado realmente, en Barcelona los estaba esperando el Director del CNI y no tenían que darle más que una cuenta de gastos enormes sin justificación alguna que la oficina ya había empezado a pagar con reclamaciones de una empresa de girocópteros y otra de paseos en globo. El futuro de los 4 agentes estaba señalado, lástima que señalaba a la calle. El resto del viaje fue muy duro; Hernández no paraba de hablar por teléfono, Charlie seguía caminando por todo el barco furibundo, probablemente si hubiera caminado de Palma a Barcelona por encima del agua hubiera hecho menos kilómetros, el 68

N del A: Agencia Nacional de Seguridad del inglés National Security Agency. Una de las dos principales Agencias de Inteligencia estadounidenses junto con la CIA. 253

compañero de Hernández se lamentaba de su mala suerte y Jesús era el único que no se preocupaba mucho, comió y durmió todo el resto del viaje, la tranquilidad de los ignorantes. Los pasajeros de ese barco nunca olvidarían las dos horas y media que tardaron en desembarcar en el puerto de Barcelona y las demandas a la empresa lloverían durante más de seis meses después.

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SÉPTIMA PARTE Huída a Francia Capítulo 56 A eso de las 14 hs. Y cuando ya faltaban solo dos horas para llegar al Puerto de Valencia, Angelo despertó sorprendido por todo lo que había dormido. Se miró la muñeca y vio que el Diclofenac había hecho su trabajo porque ya no estaba tan inflamada y le dolía mucho menos, la herida había comenzado su camino de cicatrización. Se levantó y al ir al baño notó que la pierna también había mejorado y que ya podía apoyarla sin sufrir grandes dolores. Como si hubiese una cámara vigilándolo se escucharon unos suaves golpes en la puerta. -¡Adelante!. Entró Miguel que estaba tan inmaculado como cuando habían salido. -¡La Bella Durmiente ha despertado!. Angelo rió la ocurrencia y lo invitó a pasar al camarote. -Miguel, ¿Sería posible que me trajeras algo de comer o ya es muy tarde?. -Nunca es tarde si la dicha es buena69, jaja. Ningún problema. ¿Qué desea comer el señor?. Miguel pasaba del tuteo al trato de usted sin mediar transición y todo parecía natural en él. -Te dejo que me escojas el menú, con la ropa has acertado; por cierto, muchas gracias, me gusta mucho.

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N del A: Antiguo refrán. 255

-No te gustará cuando te llegue el cargo a la tarjeta, jaja. Dio media vuelta y se fue. Angelo aprovechó la intimidad para llamar a Alexis y confirmar que lo estuviese esperando. Ella le contó que estaba con Lucca y que ya habían propiciado el reencuentro de Ingrid con sus padres. Éstos si bien no estaban felices, comprendieron la situación e incluso el señor Haggelmann se había ofrecido a ayudarlo si lo necesitaba ya que tenía muchos amigos influyentes. A la que tuvieron que llevarse casi a la rastra había sido a Ingrid que quería quedarse a esperarlo, pero al fin ha transigido con la promesa de que le vería pronto. A Juliette y a su familia tuvo que ponerlos al tanto bastante de todo lo que estaba pasando porque se encontraban muy preocupados, pero le dijo que no se preocupase que siempre habían sido muy discretos con lo que se les había contado. Colgó y se relajó, todo había sido muy vertiginoso y necesitaba pensar con tranquilidad. No sabía si realmente se encontraba en peligro o si solo se trataba de una situación difícil de manejar. Por las dudas no era bueno involucrar a Alexis, no se lo había dicho pero no pensaba llevarla con él en el avión, se lo diría personalmente. Lucca sí que vendría, podía ser bueno contar con un aliado y ayuda extra si las aguas se desbordaban. Luego de golpear entró Miguel con un carrito que iba dejando detrás de él un aroma que embriagaba. -¿Qué me has traído eximio caballero?. Bromeó Angelo mientras veía maniobrar con destreza a Miguel acomodando la comida en la mesa.

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-Bien, de entrada una ensalada César70 con gambas, plato principal un filete de emperador71 a la plancha con una omelette de fromage bleu d’Auvergne72, o como se diga. Dijo simpáticamente leyendo tal cual estaba escrito. -No te preocupes que no es clase de francés. -Ahhh, pensé que era inglés. Dijo, y los dos se echaron a reír con ganas. -Oye, ¿Qué haces si el que ocupa esta suite es extranjero?. -Yoo, nada. Viene mi compañera italiana que habla hasta en esperanto, jaja. -Bien, sigamos, ¿Y el postre?. -Tiene un nombre raro pero son mangos con crema de leche batida con azúcar. -Exquisito. ¿Hay un cajero automático en el barco?. -Sí. -¿Podrías ir y sacar 500 euros en efectivo con mi tarjeta?. -Sí, pero no nos permiten hacer eso. -Bueno, no quiero comprometerte. Te diré la verdad, quiero dártelos por todas las atenciones que has tenido conmigo pero no tengo dinero en efectivo. -Guauuuu. Eso tiene arreglo. Cuando me des la tarjeta para pagar las comidas diré que carguen esos 500 euros de propina para mí y ellos me lo acreditan en mi sueldo. Nunca tuve problemas. ¡Te agradezco muchísimooo!. Mi novio y yo nos daremos una buena 70

N del A: Ensalada con lechuga, picatostes, queso, anchoas, tomate en dados, maíz y otras mil variantes. 71 N del A: Pez con carne parecida a la del Pez Espada. 72 N del A: Tortilla de huevos con queso azul de la región de Auvergne en el centro de Francia al oeste de la ciudad de Lyon. 257

cena en el mejor restaurante de Valencia en tu honor. Toma, esta es mi tarjeta, llámame si necesitas algo; mi novio es Auxiliar de a Bordo de Iberia y podría pasarte a primera si algún día viajas con él. Ahora te dejo comer en paz. Angelo comió y luego pasó el resto del viaje recostado en un sofá navegando por Internet y dando forma a un plan que llevaba en la cabeza. A las 16:05 horas llegaron a Valencia y a las 16:30 estaba en la Terminal rastreando con la vista a Alexis al mismo tiempo que buscaba caras sospechosas.

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Capítulo 57 Cuando Alexis lo vio no pudo contenerse y corrió el breve trecho que los separaba. Angelo le correspondió abriendo los brazos y recibiéndola con fervor, Lucca se fue acercando y esperó a que se separaran. Lo abrazó y le dijo: -No vuelvas a hacerme esto amigo, casi muero de los nervios estos días. Estamos juntos en esto y vamos a aguantar el vendaval unidos. -Tienes razón, pero no sabía quién era el enemigo. Saco en limpio de esto que ahora sé en quién confiar y mi lista se reduce a muy pocas personas. Vamos ya al Aeropuerto que aquí no estamos seguros, solo lo estaremos moviéndonos, por el momento. Salieron del Puerto de Valencia y se dirigieron en taxi al Aeropuerto. En el viaje trataron de hablar crípticamente y lo menos posible, se estaban poniendo paranoicos y en todos veían a espías del CNI. Hablaron del bonito día que era después de la tormenta del día anterior y fue objeto de burlas por parte de los dos debido a su ropa. Cuando llegaron al Aeropuerto de Manises una media hora después, se dirigieron directo a una de las cafeterías públicas a pedido de Angelo. Angelo miraba en todas direcciones y parecía un conejo asustado, eligieron una mesa en un rincón desde la que se veía todo el bar incluida su entrada, había mucha gente y eso era lo que buscaba. Alexis miraba como cojeaba y ya había reparado en su muñeca aún irritada y lastimada aunque la inflamación había remitido bastante, pero no abrió la boca. -Bueno, esto es una síntesis de mis últimas horas que creo que es lo que interesa, no tenemos mucho 259

tiempo así que lo resumiré lo mejor posible. Luego me preguntaréis lo que queráis. Ambos asintieron con la cabeza y no dijeron nada. Se acercó un joven camarero al que le pidieron tres cafés y Angelo empezó a contarles. -Mi viaje en globo tuvo un final abrupto y no muy cómodo en el que saqué una muñeca muy lastimada y una pierna golpeada pero sin gravedad. Dijo señalando ambas cosas. Alexis le tomó la muñeca y le hacía suaves caricias mientras Angelo seguía hablando. -Me rescató un pescador que luego me denunció a una especie de Servicio de Inteligencia español, éstos llegaron de madrugada y me llevaron detenido porque las autoridades querían hablar conmigo, eran los mismos que nos amenazaron a punta de pistola a Lucca y a mí. ¿Recuerdas Lucca?. -Sí, en la autopista. -Exacto. Los pude burlar en el Puerto de Mallorca y ahora supongo que están en Barcelona no muy contentos. Tengo que irme del país y pensé en nuestros amigos de Bagnères de Bigorre. Dijo mirando a Alexis. -El otro día hablé con ellos y me dijeron que estarían hasta principios de mayo en París y que dispusiéramos del apartamento si queríamos, que la llave la tiene, como siempre, el portero. Contestó Alexis. Esperaron a que el camarero terminara de servir los cafés y Lucca le pagó para no volver a ser interrumpidos. -¡Genial!. Ahí podré decidir los pasos siguientes porque esto ha sido muy vertiginoso pero tengo una idea. Antes tenemos que irnos. Alexis, lo siento pero no podrás venir. Se está transformando en algo muy peligroso y nos serás mucho más útil en Madrid. 260

-Tranquilo, Angelo, había pensado lo mismo; aún contra todo lo que dicta mi corazón. Alguien tiene que estar fuera de foco para poder organizar las cosas. Si tienes que seguir huyendo hasta que consigamos normalizar la situación tienen que haber un cerebro que no esté bajo presión. Quizá me quede unos días aquí en casa de Juliette. -Perfecto. Lucca, si no quieres venir, no te culpo, pero tampoco te voy a ocultar que me vendría bien otra opinión si me siento acorralado otra vez. -¡No me lo perdería por nada del mundo!. ¡Unas vacaciones pagadas en los Pirineos franceses!. Dijo en tono de broma, Lucca. -Bien, cariño nos comunicaremos vía WhatsApp con los nuevos números. Ahora vámonos ya, mientras podamos. Dio un sorbo a su café y le dio un largo beso a su esposa , luego se encaminaron hacia la zona de vuelos privados donde estaba el Piaggio. Ya habían salido los vuelos de la tarde y la Terminal estaba medio vacía. -Lucca, haz todo el papeleo. Yo te esperaré sentado como un pasajero más, cuando tengas todo listo me levantaré e iré detrás tuyo rápidamente para salir en el menor tiempo posible. Pon en el Plan de Vuelo que vas con un copiloto, A. Ricci, solo con la inicial, aquí tienes mi licencia; destino: Aeropuerto de Ossun o TarbesLourdes-Pyrénées, código ICAO, LFBT. Suelen prestar menos atención a un tripulante que a un pasajero; con suerte todavía no estarán todas las alertas levantadas. No me mires con esa cara, tengo almacenada en el FMC del Piaggio la ruta, he ido muchas veces, va casi solo, jaja. En 15 minutos salió Lucca de las oficinas y le hizo una seña a Angelo para que lo siguiera. Ëste se levantó 261

mirando a todos lados y se unieron hacia las puertas que daban a la parte interior del Aeropuerto. Allí había un cansado Guardia Civil que miró brevemente las licencias y les deseó buen viaje. Por ahora todo bien. Cuando estaban a punto de subir en el Piaggio vieron venir corriendo a una persona que vestía el uniforme de los empleados de Rampa con algo en la mano con lo que los señalaba. -Haremos como la última vez, Lucca; tú los distraes y yo corro. El empleado estaba a unos 10 metros cuando vieron que lo que llevaba en la mano era una carpeta y gritaba algo así como por favor. -¡Comandantes!. Por favor, ¿Podrían firmar esta petición?. Es por los compañeros despedidos por reducción de plantilla. Ambos respiraron hondo y Angelo le dijo: -¿Le importa si firma él mientras yo voy haciendo el Checklist?. -No, perfecto. Muchas Gracias. Enseguida le mando un par de Marshall para agilizar la salida a pista. Consiguieron estar en el aire en 10 minutos, parecía como que todo el Aeropuerto se había confabulado para que despegaran lo antes posible.

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Capítulo 58 A más de 6.000 kilómetros de ahí en un búnker del Condado de Fairfax, Virginia en los Estados Unidos. Stetson Calderón recibió una voz en los auriculares que llevaba puestos desde que entraba hasta que terminaba su jornada laboral. -Tengo un positivo en Manises 1 de Bird 12. Escuchó decir a un operador que monitorizaba la información que recibían de los satélites. -Adelante. Stestson se puso atento aunque ya era la quinta alerta que recibía desde el Aeropuerto de Manises en Valencia. -Un Piaggio P-180 Avanti II con… un momento; sí, Piloto y Copiloto con destino al Aeropuerto de TarbesLourdes-Pyrénées, acaban de despegar. -¿Dónde es eso?. -Francia, en la zona de los Pirineos, frente a la pequeña población de Ossun, a veces se lo conoce por Aeropuerto de Ossun también por eso. Dijo el operador invisible a través de los auriculares. Stetson, que se llamaba así por la afición de su padre mexicano a los famosos sombreros vaqueros de ese fabricante, sabía que el operador consultaba rápidamente cualquier cosa en los fabulosos ultrarrápidos ordenadores Cray a los que tenían acceso. -De acuerdo, interesante, es el primer vuelo privado con destino al extranjero. Mantenga la vigilancia sobre Manises una hora más. -Sí, señor. Calderón salió de la sala principal y se dirigió a unos pequeños despachos que poseían lo más avanzado en encriptación de comunicaciones. Se sentó frente a una pantalla y tocó con el dedo un icono que 263

decía NSA. Se bajó el micrófono que llevaba adosado a sus auriculares, a la altura de sus labios y dijo: -Tenemos un positivo en Manises 1 que parece interesante, se dirige al Aeropuerto de Tarbes en Francia, es un Piaggio Avanti II con dos tripulantes a bordo. -Gracias, por favor, siga atento hasta que lo desactivemos. Jason Summers a pesar de su nombre era oriundo de Minnesota73, provenía de St. Paul, una de las gemelas74. Como el clima de su ciudad de origen, era frío y calculador, algunos decían que tenía un chip en vez de cerebro. Era capaz de tener 3 y 4 operaciones en desarrollo simultáneamente y saber exactamente que pasaba en cada una de ellas. Se encargaba de Operaciones en Europa que pudiesen significar un riesgo para el modo de vida americano, en realidad manejaba muchas cosas que luego iba dirigiendo a los departamentos correspondientes; jamás había trabajado en el “campo75” pero era un excelente organizador de tareas. Estaba sentado en su despacho en la planta 16 de la espectacular torre acristalada de la Base de la NSA en las instalaciones militares de Fort Meade en el Estado de Maryland. Él era uno más de los miles de empleados que tenía la Agencia de Inteligencia 73

N del A: Se hace alusión al significado de summer que significa verano y al clima extremadamente frío del Estado de Minnesota. 74 N del A: La capital del Estado de Minnesota es St. Paul aunque forma un nucleo urbano con Minneapolis, una a cada lado del río Mississippi; llamadas por eso “las gemelas”. 75 N del A: Se denomina Agente de Campo cuando la persona actúa directanmente en el lugar en el que se desarrolla el operativo. 264

americana para preservar los principios bajo los que se regía Estados Unidos. Había recibido los documentos enviados por Stetson Calderón de la NRO sobre un dispositivo extraño patentado por una persona que él había derivado inmediatamente a la división de tecnología en la quinta planta. Éstos se habían comunicado con él y le dijeron que, o era obra de un desequilibrado, o podía ser algo que había que vigilar muy de cerca. Era todo un desarrollo que parecía estar basado en inventos de Nikola Tesla. Luego lo llamaron de la novena planta y eso significaba “órdenes”. Le dijeron que montase un operativo para hablar con esa persona, tenían que traerlo a Fort Meade para interrogarlo tranquilamente ahí. Summers supuso que “invitar” a un culto e inteligente italiano (por lo menos era la nacionalidad que figuraba en la carpeta que ya se había abierto a su nombre) a charlar en Estados Unidos no sería muy complicado. A diario tenía que vérselas con terroristas asesinos de un sinnúmero de nacionalidades y religiones, los cuales no sentían ningún aprecio por los Estados Unidos y encima los consideraban sus enemigos. Revisó en la pantalla de la computadora una lista de agentes en todo el mundo y encontró a dos “durmientes76” que vivían en Toulouse al sur de Francia a los que haría desplazar a Tarbes para someter a vigilancia o hablar llegado el caso con el italiano. ¿Cuál era su nombre?. Revisó unos papeles que tenía en la punta derecha del escritorio y leyó su nombre: Angelo

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N del A: Agentes que sin trabajar a diario para una Agencia pueden ser activados en determinado momento si son necesarios. 265

Ricci, ítalo-argentino, ahh no era italiano puro, poseía la doble nacionalidad. Ese nombre… Miró en el informe que ya le había llegado de la NRO vía Intranet77 y leyó el nombre de la tripulación del Piaggio, ¡Ahí estaba!, A. Ricci. ¡Te tenemos!. Calculó lo que tardarían los agentes desde Toulouse y vio que no llegarían antes de que aterrizara el avión pero una aeronave tan cara no se abandona y supuso que volverían a salir con el Piaggio en las próximas horas así que planificó todo para una vigilancia del avión en el Aeropuerto más que de la persona. Ricci iría hacia ellos y no al revés, por lo que sabía del caso, éste huía de los españoles pero no de todo el mundo. Ya tenía todo en marcha como le gustaba a él.

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N del A: Red de trabajo codificada y cerrada para uso de los Servicios de Inteligencia nada más y no abierta al público. 266

Capítulo 59 Los agentes del CNI español jamás recibieron ninguna información de la NRO o de la NSA pero como el único que sabía de ese pedido de ayuda era Hernández, éste se cuidó muy bien de decir nada y supuso que su “amigo” americano no había detectado nada que fuera útil para ellos. El Director de la CNI no sabía muy bien como tratar todo esto, en realidad no tenía mucha práctica en operaciones de campo y los hombres bajo sus órdenes menos, así que si tomaba la decisión de echar a todo el mundo involucrado a la calle, esto sería un boomerang que le volvería envenenado porque al final él era el responsable del fracaso. Tomó una decisión muy salomónica, pagó las cuentas de todo este enredo con una artimaña planificada con el contable de la Agencia, dejó a todo el mundo en su puesto y eliminó todo rastro de que hubiese existido alguna vez una operación contra un tal Ricci. Estas decisiones muchas veces son las culpables de que nada mejore y todo siga igual pero ayuda a seguir comiendo gambas en el bar de la esquina a costa del estado. Los que eran ajenos a todo esto eran Lucca y Angelo que aún se creían perseguidos por los españoles y no veían la hora de entrar en espacio aéreo francés. A bordo del avión, Alexis le había preparado una merienda tal cual le había prometido, que contenía todo lo que le gustaba a Angelo. Había lychees,

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rambutanes78, sandwiches de miga de pan negro con jamón crudo y queso roquefort, nutella y para beber, yoghurt de maracuyá. Lo compartió con Lucca mientras éste le contaba los cambios en Madrid; le habló del traslado de todo lo que había en Ajalvir a la nave de enfrente y algunas ideas que se le habían ocurrido con respecto al motor. En realidad le habló de unas ideas que tenía con respecto a la obtención de energía del entorno, si el motor era revolucionario, esto otro abría unas posibilidades que no tenían fin. Ambos se quedaron callados pensando que cada vez era más difícil pensar en que hacer con todo esto. -¿Y si no decimos nada y lo dejamos como un desvarío mío que no tiene ningún asidero real?. Preguntó Angelo. Se miraron a los ojos y Lucca fue el primero en hablar. -No podemos hacerlo. Se lo debemos al mundo, a los que vendrán detrás de nosotros. Podemos cambiar el planeta y lo sabes, Angelo. El bienestar de todos los habitantes de la Tierra estaría al alcance. Lo que no se me ocurre es como sustraerlo de las ambiciones particulares de los hombres y de los países. -Tengo una idea que te explicaré luego más tarde en el Spa. -¿En el Spa?. ¿No te irás a aprovechar de un inocente muchacho de campo italiano, no?. Preguntó Lucca y ambos se pusieron a reir ruidosamente. -Sabía que hacía bien viniendo contigo. Gracias Lucca.

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N del A: Frutos pequeños de color blanco amarillento muy dulces originarios del sudeste asiático. 268

-De nada, no dejemos que nos superen los acontecimientos y seamos felices. Cuéntame de ese Spa que aún tienes 10 minutos antes de entrar en espacio aéreo francés y me quiero distraer del miedo de ver aparecer un EF-18 Hornet del Ejército del Aire Español por la ventanilla en cualquier momento, no puedo dejar de pensar que estamos pasando por encima de la Base Aérea de Zaragoza. -Siempre que venimos a Bagnères de Bigorre con Alexis lo primero que hacemos es ir a Aquensis, unas termas con unas instalaciones muy modernas en varios niveles y con piscinas para todos los gustos. Es muy relajante e invita al descanso y la meditación. ¡Luego cenaremos en el mejor lugar que hayas visto jamás!. -Mira que conozco buenos restaurantes, ¿Eh?, jaja. -Ahí está el tema, no es un restaurante y es difícil que hayas podido comer ahí pero Alexis me envió un mensaje que me dice que ya arregló todo para nosotros. Según la pantalla, había llegado el momento de entrar en espacio aéreo francés. -Si no te molesta, Lucca, voy a hacer las comunicaciones que estoy acostumbrado al aeropuerto. Sintonizó la radio en 128.8 Mhz y dijo en francés: -Buenas tardes Pyrénées aproximación Eco Charlie Golf Alfa Bravo con nivel de vuelo 180 sobre Alfa 34 en descenso preparados para comenzar procedimiento STAR TALOL2T para ILS pista 20 de Tarbes con 200 indicada -Golf Alfa Bravo buenas tardes responda en 1780. -Respondemos en 1780.

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-Golf Alfa Bravo está en contacto radar. Autorizados directo TALOL desde GAUDE descenso a 100 y reduzca a 180 de indicada. Vuelva en TALOL. -Reduciendo a 180 y en descenso a 100 directos a TALOL desde GAUDE. Volvemos en TALOL. Golf Alfa Bravo. Siguiendo las indicaciones de radio y las cartas que tenían a bordo presentadas en pantalla fueron navegando con seguridad y tranquilidad ya sabidos dentro de Francia. A los pocos minutos volvió a llamar. -Pyrénées aproximación Golf Alfa Bravo vertical TALOL con 100 y 180 indicada. -Golf Alfa Bravo. Por radial 094 de VOR tango bravo oscar hasta bloquear con 3.000 pies QNH 1014. Vuelva 5 antes de VOR. Angelo colacionó la comunicación y dejó que Lucca se fuera ocupando de todas las tareas de pilotaje. Lo observaba y le parecía mentira las pocas horas que llevaba de vuelo con este avión. -Pyrénées aproximación Golf Alfa Bravo a punto de bloquear VOR de Tarbes con 3.000 pies. -Golf Alfa Bravo pase con torre de Tarbes en 19 05. Buen aterrizaje. -Gracias Pyrénées aproximación pasamos a 19 05. Cambió la frecuencia a 119.05 Mhz y llamó. -Torre de Tarbes, buenos días Eco Charlie Golf Alfa Bravo con destino su aeropuerto sobre VOR TBO con 3.000 pies listos para procedimiento Z para ILS de pista 20. -Golf Alfa Bravo buenas tardes lo tenemos en pantalla. Por radial 258 hasta interceptar Localizador con 3.000 pies. Autorizados a aterrizar pista 20 turno número 1. QNH 1014 condiciones CAVOK velocidad a discreción vuelva establecido. 270

-Autorizados a aterrizar pista 20 volvemos establecidos copiadas condiciones. Golf Alfa Bravo. -¿Has oído no Lucca?. Dijo Angelo mirando a su compañero. -Alto y claro. Maniobraron el avión con maestría hasta ponerlo en dirección a la pista donde iban a aterrizar. -Torre de Tarbes, Golf Alfa Bravo, establecidos en Localizador. -Golf Alfa Bravo, autorizados a aterrizar pista 20 QNH 1014 CAVOK mantenga distancia con tráfico precedente. Vuelva aterrizado. -Tenemos tráfico a la vista, autorizados a aterrizar pista 20. Volvemos aterrizados. Hicieron las comprobaciones previas al aterrizaje ocupándose Angelo de todo lo secundario como bajar el tren de aterrizaje, flaps, etc. y le dejó a Lucca el pilotaje que llevaba el avión como un Cessna 182. Tocaron tierra en forma impecable y Angelo aplaudió como hacen los pasajeros de línea cuando el Piloto aterriza suavemente y Lucca sonreía satisfecho. -Sí que eres un puto Barón Rojo como dice Pablo, ¿Eh?. -No es para tanto, jaja. Me gusta volar y me llevo bien con las máquinas. Angelo levantó una mano y llamó por la radio. -Golf Alfa Bravo aterrizado. -Golf Alfa Bravo aterrizó 19:42 hs. Pase a Ground en 21.8. Buena estadía. -Gracias, pasamos a 21.8. Finalmente siguieron las últimas indicaciones que los llevaron a aparcar en un lugar alejado de la plataforma; en otra oportunidad hubiera protestado por la lejanía pero hoy prefería la mayor discreción posible. 271

Capítulo 60 En el momento que tocaron tierra a más de 6.000 kilómetros de distancia saltaron las alarmas. Stetson Calderón recibió en los auriculares la comunicación de que el objetivo de Manises 1 había aterrizado en Francia e inmediatamente llamó al Agente Summers de la NSA al tiempo que enviaba un informe por escrito en la Intranet. Jason Summers se puso en marcha y averiguó que sus Agentes venían en viaje desde Toulouse y que llegarían en unos 40 minutos, les reservó una habitación en Lourdes por si necesitaban quedarse a dormir. Si bien Tarbes estaba a 11 kilómetros y Lourdes a 15 kilómetros, pensó que la ciudad que era destino de miles de peregrinos diarios de todo el mundo, era mucho más discreta y sus hombres pasarían desapercibidos; 4 kilómetros no hacían diferencia y daban mayor seguridad. Así funcionaba su cabeza, pensaba en todo. Habló con la Agencia de Inteligencia francesa, la DGSE y solicitó cobertura para dos hombres en vigilancia en la Aeroestación y ésta accedió a dársela. Entre las Agencias de países amigos había cierta colaboración que se daba con cuentagotas y dentro de lo que se podía, se apoyaban mutuamente. Al cabo de 15 minutos le informaron que debían presentarse en la Estación de abastecimiento de combustible del Aeropuerto de Tarbes donde los proveerían de ropa como para pasar por empleados del Aeródromo. Expidió la información y las órdenes a los agentes que consistían en convencer a Angelo Ricci de que los acompañara a los Estados Unidos, si éste se resistía 272

debían esperar nuevas órdenes. Summers sabía que a pesar de tener entrenamiento, los agentes que estaba enviando no eran personas que estuvieran acostumbrados a actuar en el “campo” pero llegado el caso ya pensaría en otra cosa. Nunca adelantaba acontecimientos, le había pasado de pensar en todas las contingencias que se le podían dar en una operación y luego darse aquella en la que no había pensado así que hacía años que decidió ir paso a paso de acuerdo a los acontecimientos y no le había ido nada mal; él bajo presión usaba las neuronas como electrones de un ordenador. Miró la hora en un reloj que tenía en una pantalla de 26 pulgadas en la pared del costado. Éste era la versión moderna de los relojes redondos con el nombre de la ciudad abajo que aparecían en todas las películas antiguas de espionaje. La pantalla tenía la hora en 6 puntos diferentes del globo pero poseía un software que le daba en un instante la hora en cualquier lugar del mundo. Además resaltaba con un borde rojo brillante el reloj del lugar en donde había una operación en marcha y con bordes en otros colores para lugares de operaciones que aún no se habían cerrado. El reloj central con borde rojo mostraba las 20:03 hs. y debajo decía “Tarbes”. Estaba seguro que dormirían en las cercanías y que hasta mañana no habría ningún movimiento aunque el Aeropuerto funcionaba las 24 hs., de cualquier manera haría que durmieran por turnos para que uno siempre estuviese cerca del avión. Le encantaba esa sensación de manejar desde lejos toda la operación, parecía un ejecutante de

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Theremin79. Llegado el caso tenía algunos agentes permanentes en Francia que podría movilizar para traer por las buenas o por las malas al italo-argentino a los Estados Unidos. Desde la División de tecnología lo estaban apremiando porque a medida que analizaban más a fondo el legajo veían la necesidad de hacerle muchas preguntas. Entró otro informe por la Intranet de la Agencia de Reconocimiento firmado por Stetson Calderón. Del Aeropuerto de Valencia había despegado un Dassault Falcon 200080 francés poco tiempo después que el Piaggio de Ricci y casualmente también había aterrizado hacía unos minutos en el Aeropuerto de Tarbes. Demasiada casualidad y las casualidades no le gustaban nada porque casi siempre traían problemas. Revisó con atención a los Pilotos y al único pasajero que traía. Con la matrícula del avión rastreó vuelos anteriores y confirmó que los Pilotos eran los habituales de ese avión que solía hacer muchas horas al año recorriendo Europa. El pasajero figuraba como un empleado de la fábrica de aviones Socata que tenía su sede en el Aeropuerto de Tarbes-Lourdes-Pyrénées casualmente. Parecía normal, quizá sí, fuera una casualidad después de todo. Que él supiese los que estaban detrás de la persecución de Ricci eran los españoles y éstos no habían dado más muestras de vida hasta el momento, aparte el avión tenía matrícula 79

N del A: Instrumento musical inventado por el ruso Lev Termén que se ejecuta interfiriendo campos electromagnéticos con las manos pero sin hacer contacto físico con ninguna parte del instrumento. 80 N del A: Avión tipo Ejecutivo fabricado por Francia similar a los Cessna Citation o Learjet pero con mayores prestaciones. 274

francesa, con tripulación francesa y pasajero francés. Si la operación fuera más importante no dejaría este cabo suelto flotando por ahí pero no creía que este tipo fuera tan importante como para que despertara el interés de los franceses. Con los problemas que tenían en Francia, con los musulmanes fanáticos atentando en su territorio, dudaba que se distrajesen con otras cosas.

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Capítulo 61 Una vez apagados los sistemas del avión, Angelo se dirigió a las gavetas de la parte trasera del Piaggio que abrió y según las instrucciones de Alexis por WhatsApp, encontró un bolso que contenía ropa para él incluidos dos shorts de baño, también estaba un SmartWatch que su esposa sabía que le gustaba llevar cuando viajaba ya que tenía GPS y un mapa móvil con base de datos aeronáutica que con muchísima voluntad, dado lo pequeño de su cuadrante, le permitía navegar de un punto a otro. Dejó el reloj que traía, un Richard Mille, en un cajón con combinación y se puso el Smart-Watch que además le servía para hablar por teléfono o recibir mensajes gracias a su conexión con el Smart-Phone que llevaba en el bolsillo . También sacó el bolso que había traído Lucca que mostraba lo previsor que era el italiano, y se lo entregó. Angelo, al ver que su salida del Aeropuerto había sido como siempre, se tranquilizó. Incluso hubo varios empleados que lo saludaron ya que lo conocían de haberlo visto muchas veces por ahí. Tomaron un taxi y se acomodaron para el corto viaje de 21 kilómetros hasta Bagnères de Bigorre. Ingresaron por la Avenue du Général Leclerc hasta la Place de Lafayette y finalmente por Ailée des Coustous bordeando la hermosa arboleda del boulevard que divide la calle. El taxi los dejó en un antiguo edificio pero en estado impecable de conservación donde los amigos de Angelo y Alexis tenían el apartamento. Nada más bajar del taxi salió del edificio Antoine el portero que lo conocía muy bien.

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-¡Monsieur Ricci!. Ils ont déjà averti moi qui viendrait à vous. J'ai tout prêt81. -Mercie, Antoine. Lucca, un ami italien82. Dijo presentando al italiano. Continuaron hablando en francés hasta que llegaron al apartamento y les mostró que había comprado bebida y comida para ellos. Sabía que eso era solo una inversión porque Angelo solía dejarle unas propinas formidables. El apartamento era de un gusto exquisito, 200 m2 de la mejor decoración que se puede comprar con dinero. En realidad era como dos apartamentos unidos, contaba con uno principal y otro más pequeño para invitados que es a donde se dirigieron primero a dejar los bolsos. Regresaron al salón principal que tenía un ventanal con una vista espléndida al Boulevard desde una cuarta planta, estaba cálido e indicaba que Antoine ya se había ocupado de calefaccionarlo. Su suelo de madera noble brillaba como si fuera un espejo marrón e invitaba a andar descalzo. Cumplieron con las necesidades naturales, se bebieron una Coca Cola cada uno y Angelo le dijo a Lucca: -Deberíamos salir enseguida para ir a los baños porque sino se nos hará tarde para cenar, salvo que no quieras ir y prefieras quedarte aquí descansando o mirando televisión o lo que desees. -Tengo mucha ilusión de ir a las Termas, no deberías haberles hecho tanta publicidad. -Muy bien, ¿Tienes un short de baño?. -No pensé que iríamos a la playa, jaja. 81

N del A: Señor Ricci!. Ya me han avisado que vendría. Tengo todo preparado. 82 N del A: Gracias Antoine. Lucca, un amigo italiano. 277

-No te preocupes, Alexis me ha puesto dos. Si no eres muy pretencioso te quedará más o menos bien. Vamos ya que desde aquí son diez minutos de caminata por la Rue des Thermes hasta Aquensis. Salieron del edificio, saludaron a Antoine y comenzaron a caminar en dirección al edificio donde se encontraban las Termas. La edificación en donde se encuentra Aquensis está a unos 200 metros de Les Grands Thermes sobre la Rue du Pont d’Arras y fué terminada en 1886, lo que comenzó con una piscina cubierta, que en su momento llegó a ser la más grande de Europa de 20 por 13 metros, terminó en lo que es hoy en día, un gran centro termal, modernizado y con todo tipo de tratamientos relacionados con sus aguas curativas. Después de su gran rehabilitación en la primer década del Siglo XXI, se convirtió en un lugar de referencia para tomar baños termales. Desde afuera ya es una belleza ver el edificio que conserva su fachada original pintado de celeste y blanco. Al entrar a la zona de la piscina principal no se puede dejar de mirar hacia arriba donde un complicado sistema de columnas de madera como ramas de árboles sostienen el techo de cristal. Además de la piscina principal hay dos más pequeñas, una de las cuales tiene música submarina, también cuenta con gran cantidad de gabinetes para masajes y tratamientos en la planta superior que dan a una balconada que rodea la piscina principal y saunas, Hammam y gimnasio completan un complejo para el mejoramiento de la salud y el descanso. Después de entrar y cambiarse en los vestuarios se dirigieron a instancias de Angelo a la terraza donde había unas pequeñas piscinas redondas de agua

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caliente a la intemperie muy aptas para hablar sin oídos indiscretos.

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Capítulo 62 -Muy bien, Lucca. ¿Conocías Bagnères de Bigorre?. -No, es una hermosa ciudad. ¿Se encuentra cerca de la montaña, verdad?. -Si, a aproximadamente unos 25 kilómetros se encuentra la estación de esquí de La Mongie y el Pic du Midi que es una montaña donde se encuentra un Observatorio muy famoso, También en dirección a la montaña se asciende al Puerto del Tourmalet testigo de grandes gestas del Tour de France. -Y este lugar es fantástico. Dijo Lucca señalando en derredor. -Sí, te traje aquí por el placer de darnos un baño en aguas termales y además para aprovechar poder hablar un poco tranquilos, luego continuaremos durante la cena. -Me parece perfecto. Hasta hace poco era un desempleado aburrido y hoy soy un fugado de los Servicios de Inteligencia, jaja. -Es verdad, mi vida también ha cambiado mucho en estos días. He pensado que esto puede estar haciéndose público entre personas que sin duda no sabrían qué hacer con nuestros descubrimientos. Lucca percibió la generosidad de Angelo al decir “nuestro descubrimiento” aunque él solo había ayudado a desarrollar el motor que era solo un eslabón de algo mucho más grande. -Tengo un plan del cual quiero tu opinión al respecto antes de empezar a ponerlo en práctica. Creo que necesitamos que se conozca pero no globalmente. Mi idea inicial de darlo a conocer públicamente no funcionaría. Había soñado con una gran Conferencia de 280

Prensa a donde asistieran representantes de todos lo países pero es una utopía. Cada uno trataría de usarlo para su beneficio y la ambición humana es desmedida, por ejemplo dos países en guerra no lo usarían para firmar la paz y vivir en armonía sino para inventar una arma para someter al otro. Así que he pensado que tiene que ser un país con acceso a secretos que no haya divulgado. Hoy en día aquellos países con la tecnología suficiente para hacer bombas atómicas son mis candidatos, incluso lo podría ampliar a todos aquellos que formaran parte de alguna alianza que podría utilizarlas. ¿Por qué?. Simplemente porque poseen el poder de destruir lo que quisieran y sin embargo no lo hacen. Eso significa que tienen los suficientes controles internos como para dominar a algún loco que se escapara de la jaula. ¿Me sigues?. -Sí, y estoy de acuerdo pero yo también le he dado vueltas al asunto y no sabría en qué país u Organismo confiar. -Yo tampoco pero creo que como todas las cosas madurará en breve. Estoy seguro que esto está por explotar de una manera u otra y ahí podremos evaluar las intenciones de los postulantes. Nos han pasado cosas extrañas, Lucca. La salida del Aeropuerto de Manises en Valencia fue de las más rápidas y expeditas que he tenido en un Aeropuerto español y la llegada aquí igual de rara. He venido muchas veces y la primer pregunta que te hacen es si vas a pernoctar y no nos la hicieron, nos hicieron poner el avión en el extremo más alejado frente a los talleres y yo jamás vi un avión privado aparcado tan lejos, salvo que estuviese en reparación. No sé si estoy paranoico o todo esto son casualidades, pero alguien nos está cuidando y no sé

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por qué. Puede que Francia sea una escala o el final del viaje pero me parece que estamos cerca de descubrirlo. -Entiendo lo que quieres decir. Estoy pensando en esto como un problema matemático. Opción A: Nos ayudaron a escapar los franceses mismos; Opción B: Hay un tercer país involucrado que quiere contactarnos en un país neutral; Opción C: No se trata de países sino de intereses privados; Opción D: Hay algún Organismo detrás de esto. La pregunta es: ¿Debemos quedarnos quietos o tenemos que movernos?. -Me parece que ni una cosa ni la otra. ¿Qué te parece si mañana nos dirigimos al Aeropuerto y con mucha calma y bien a la vista, preparamos un plan de vuelo aaaa…, digamos… ¿Berna en Suiza?. -Me parece excelente idea, si alguien nos quiere contactar lo hará antes de que salgamos y sino Suiza siempre es un buen lugar neutral para hablar. Luego decidiremos que hacer paso a paso. O sea que nos transformaremos en carnadas humanas y hablando de eso y como ya tenemos un plan, ¡Vamos a cenar que me muero de hambre!. Espero que no me hayas engañado y el lugar al que vamos sea tan especial como dices. Dijo Lucca tocándose el estómago. -Espera y verás.

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Capítulo 63 Regresaron al apartamento y se prepararon rápidamente para ir a cenar. Era una noche plácida y fría, típica de la montaña, el cielo estaba plagado de estrellas como solo puede verse en los Pirineos. Angelo llamó a un taxi que los llevó por la Route des Cols en dirección a Campan y a unos pocos kilómetros del límite de la ciudad se detuvo en lo que parecía una casa particular. Pagó y descendieron del automóvil. Al contrario de lo que uno haría en una casa particular, no llamaron a la puerta sino que entraron directamente. -Parece que esta gente confía en sus vecinos. Dijo Lucca. -Jaja, sí. Hay delincuencia como en todo el mundo hoy en día, pero en esta ciudad y más aún en la zona rural se vive muy tranquilo, igual hoy nos esperan y posiblemente hayan dejado abierto por eso. Ambos iban vestidos con una informalidad de esas en las que se puede apreciar el buen gusto y calidad de la vestimenta. Angelo estaba vestido con casi todo de marca Giorgio Armani; llevaba una prenda a medio camino entre una camisa y un polo de mangas largas pero no muy abrigada porque sabía que dentro se estaría con una temperatura muy agradable, encima se había puesto un abrigo sport combinado de cuero y tela con unos pantalones de fina pana y unos zapatos Arkcano que compraba a través de su web originarios de Argentina que eran de un diseño exquisito. Todo era en tonos tostados desde un beige muy claro en los detalles de la tela del abrigo hasta un marrón oscuro en los zapatos argentinos cosidos a mano. Lucca en cambio se había vestido mucho más deportivo, con una Lacoste y pantalones Dolce y 283

Gabbana con un abrigo camuflado corto que lo hacía parecer un cazador canadiense. Atravesaron la puerta interior y Angelo gritó en francés. -¡Buenas noches!. ¿Hay alguien?. De adentro salió un hombre con aspecto muy saludable de aproximadamente unos 50 años impecable y acicalado y perfumado como solo pueden estar los franceses. -¡Angeloooooo!. ¡Vous vous attendiez! ¡Angelo est arrivé!83. Grito hacia adentro de la casa. -¡Thierry!. ¡Quelle joie de vous revoir!. Je vous présente mon ami italien84, Lucca. -Yo no hablo italiano pero sí un poco de español. Dijo con acento Thierry. -Por mí ideal, ya casi no me acuerdo como se hablaba el italiano, jaja. Respondió Lucca. Tenía ese don de gente que no se aprende sino que se nace con él; inmediatamente decía algo que hacía sentir bien a su interlocutor y se ganaba su aprecio instantáneo. Al entrar al comedor estaba toda la familia en fila esperando para saludar a Angelo. -¡Atención!. Dijo el padre de familia dirigiéndose a la fila. -Angelo ha venido con un amigo italiano que habla español así que hoy todo el mundo habla en español. En primer lugar estaba la madre de Thierry que quería a Angelo como a un hijo más. -Mi querido, Alexis no te está dando bien de comer. Estás delgado como un palo. Ya hablaré con ella. Por 83

N del A: Os estábamos esperando! Ha llegado Angelo!. N del A: Qué alegría de volver a verte! Te presento a mi amigo italiano. 84

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cierto, gracias por el sombrero que recibí esta tarde, es precioso. -Maminou, por eso vengo aquí, ponme al día con tus exquisiteces. Me alegro que te haya gustado el sombrero pero ya sabes que esas son cosas de Alexis que es la regalona. Angelo suponía que Alexis se había encargado de comprarle algo por Internet en alguna tienda de Bagnères y había hecho que se lo llevaran. Detrás estaba la elegante pero muy tímida esposa de Thierry y a continuación el hijo de 17 años al que Angelo le había dado clases de vuelo un verano hacía dos años. Dio un beso a la mujer y le dijo: -Tú estás cada día más bella, ¡Qué suerte ha tenido Thierry de verte antes!. -No digas eso. Le dijo abrazándolo fuerte y poniéndose de todos los colores. -¡Clostermann!. Le gritó al joven, aludiendo al as de la aviación francesa. ¿Cómo va esa carrera de Piloto?. -Bien Angelo, Gracias por haberme mostrado este mundo, cada vez adoro más volar. En 15 días competiré en un Campeonato Regional de Vuelo a Vela, ¿Te quedarás a verme?. -No creo, Paul, estoy solo de paso, quizá me vaya mañana. Pero avísame la próxima vez y vendré desde donde esté solo a verte, te lo prometo. Finalmente quedaba una belleza natural que era la hija mimada por todos. Cherrelle tenía 13 años y ya tenía el porte y el cuerpo de una Top Model. La minifalda ajustada acentuaba sus curvas más de 20 que de 13 años. -¡Cherrelle!. ¿Se puede ser tan bella?. No me digas que ya tienes novio porque ahora mismo subo al Pic du Midi y me arrojo al vacío.

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-¡Mon oncle préféré85!. ¿Quién es tu amigo?. Le dijo al oído en voz apenas audible al abrazarlo. -Luego te cuento. Contestó Angelo igual de bajo. -Bueno sentémonos para cenar. ¿Sabe Lucca como funciona mi casa?. Preguntó Thierry. -Ahora mismo se lo explico, si no te molesta hoy nos sentaremos los dos en la mesa pequeña. -Ningún problema ya les paso los platos. Una vez sentados en la mesa Lucca preguntó: -¿Qué es eso de cómo funciona mi casa?. -Jaja. Bueno, a ver por donde comienzo. Esto es una “ferme”, o sea una granja; si quieres antes de comer damos una vuelta por la propiedad y luego sigo explicándote. -Me gustaría. Se levantaron y Angelo le dijo a Thierry: -Thierry, me gustaría hacerle una recorrida rápida por la propiedad a mi amigo. -Estás en tu casa, mientras terminamos de preparar todo. Salieron por la puerta del fondo y Angelo comenzó a hablar. -Esta propiedad era de la familia de la esposa de Thierry; ellos la modernizaron y la convirtieron en lo que es hoy en día. De pronto se iluminó todo como si fuera de día gracias a unos potentes reflectores de LED. -Thierry tiene miedo que nos fracturemos una pierna, jaja. Al fondo de todo tienen 5 hectáreas de viñedos y toda esta zona es como muchas fábricas juntas en miniatura. Crían cerdos, cabras, ovejas y aves. Tienen un huerto que ocupa casi media hectárea. 85

N del A: Mi tío preferido! 286

Fabrican quesos y otros derivados de la leche, vinos, aceite, todo tipo de encurtidos, embutidos y dentro pan. Todo, absolutamente todo lo que comas o bebas esta noche está hecho aquí, con métodos naturales, ancestrales y sin ningún tipo de aditivos. Vamos adentro que está fresco y te sigo contando. De pronto una masa oscura salió de un rincón y se abalanzó encima de Angelo, Lucca no sabía qué hacer o como defenderlo aunque veía que el ítalo-argentino se reía como loco. -¡Pilou!. Ya está bien, yo también te quiero mucho y te extrañaba pero pesas demasiado para mí. Lucca, te presento a Pierre Louis que es esta bola de pelo de 50 kilos. Pierre Louis al que todos llamaban Pilou, era un golden de pelaje claro, hermoso y sano que amaba a todos los seres humanos que tenían la entereza de soportar sus lamidos y su alegría desbordante. Finalmente Angelo lo dejó en el suelo y Pilou descubrió a Lucca que lo miraba. Se abalanzó sobre él y le dio el mismo tratamiento. Era un animal que transmitía alegría y era imposible enfadarse con él aunque el saldo de los encuentros con él fuera siempre ropa sucia y un obligatorio paso por el baño para lavarse la cara debido a sus efusivas muestras de afecto. Regresaron los tres a la casa y al entrar estaba Cherrelle a un costado que tomó a Angelo de un brazo y lo detuvo. Pilou sabía que solo lo dejaban pasar al comedor si la gente que había ahí lo quería así que aprovechó la oportunidad. -Vete a la mesa que ya voy yo. Le dijo Angelo a Lucca. -Dime preciosura. Inquirió mirando a Cherrelle. -Cuéntame de tu amigo. ¿Es soltero?. ¿Tiene novia?.

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-Ma chérie, mi amigo creo que tenía una relación pero ahora mismo me parece como que estuviese a años luz de distancia. Pero, ¿Has pensado en la edad que tienes tú y la que tiene él?. Si te pusiera una mano encima iría preso, jaja. -No, si yo lo seduzco. Dijo agitando sus hermosas y largas pestañas. -Diossss, los hay que tienen suerte. -Contigo me he dado por vencida y necesito otros horizontes, jaja. Angelo se separó de Cherrelle y pensó que Thierry tendría graves problemas en breve si es que ya no los estaba teniendo con su fogosa hija. Esta niña actuaba muy por encima de la edad que tenía o él se estaba poniendo viejo muy rápidamente u hoy las cosas eran diferentes, es probable que todo eso junto. Mientras se lavaba la cara y las manos se dio cuenta que no había visto a Lucca llamar en ningún momento a Almudena, la camarera del restaurante de Helmut, pero sí se la pasaba mandando mensajes por WhatsApp, en fin, no eran cosas suyas, se secó y entró al comedor. Se acercó a la mesa y vio a Lucca rodeado por Pilou y Cherrelle. -¿Has visto, mon oncle?. Pilou lo adora, y yo adoro lo que él elige. Dijo Cherrelle. Angelo le guiñó un ojo y ella se fue felinamente hacia la mesa grande. -¿Es mi impresión o está flirteando conmigo?. Preguntó Lucca. -No, no es tu impresión, la has flechado a primera vista, jaja. -No creo que su padre aprobase esta relación, jaja. Pilou se había acomodado en medio de ambos y parecía un comensal más. 288

-Te continuaré contando. Dijo Angelo. -Esto es un proyecto familiar y la idea es que además lo parezca. Trabajan unas 20 personas que dependen de este emprendimiento aunque la mayoría lo hace de día en la atención del viñedo y las distintas elaboraciones. Ahora habrá … unos tres trabajando. -Especificó mirando hacia la cocina acristalada. Ayudan en la cocina aunque verás que la Jefa de Cocina es la abuela. Es un restaurante al que solo se puede venir por invitación o conocimiento y a pesar que la familia cena todas las noches solo abre los días que hay reserva. El aforo es de unas 20 personas como máximo pero ese número se alcanza si se trata de un grupo único, es decir que jamás reservan a dos familias distintas por ejemplo. No hay Menú, la idea es cenar lo mismo que la familia, a veces si somos Alexis y yo nos sentamos a la mesa con ellos y otras que preferimos estar solos nos arman esta mesa. Desde luego el precio no es barato pero al término de la cena te darás cuenta que vale cada centavo que te cobran, el ambiente es el de una familia bien avenida, suelen estar amigas de Cherrelle o amigos o la novia del hijo. En la mesa nunca hay problemas, todos ríen y la pasan bien y la gente que viene a cenar se siente traspasada por ese buen humor y muchos comentan que han venido con tristeza por alguna causa y se han ido felices y recargados. Es una experiencia completa más que algo gastronómico. La comida no consta de grandes emplatados o ingredientes exóticos, tampoco de técnicas extrañas como nitrógeno líquido o esferificaciones86 de alginato sino que es “comer en casa”; en cuanto a la cantidad es 86

N del A: Técnicas de cocina moderna para conseguir texturas y sabores diferentes. 289

todo lo que puedas soportar o cuando se acabe, al más puro estilo de tenedor libre. Ahora acomódate y relájate que veo venir a la abuela y ya comenzamos. No digas que no a nada y déjate llevar.

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Capítulo 64 Por primera vez, Lucca levantó la vista y apreció el lugar. La mesa y las sillas eran las de una casa de familia, no era mobiliario de restaurante, los manteles de tela, la cubertería de metal brillante, nada de plástico y las copas compradas de a docena y no de a cajas. Los suelos de parquet con cuadros en las paredes pintados al óleo por autores que seguramente tendrían algún reconocimiento. El hogar que los calentaba ocupaba casi toda una pared. Si la abuela que venía caminando se congelara podría ser un cuadro perfecto del Renacimiento. -Quiero que probéis unos tomates agridulces que me parece que han sido exitosos porque el otro día vino un señor que me dijo además os he traído una tabla de quesos, encurtidos y embutidos nuestros que Angelo conoce muy bien. La abuela le hizo una seña a un joven que esperaba detrás para servir de una botella. -Este vermouth es un poco diferente al de siempre, Angelo, pero te gustará, el balance de hierbas es de la Edad Media en una receta que encontré en Internet. Sí, ¿Que me miráis?. Una se tiene que modernizar y aprovechar la tecnología para adquirir cultura en el área que le interesa, además desde que estoy viuda en algo tengo que ocupar mi tiempo, jaja. La abuela se fue a sentar a la mesa grande donde estaba toda la familia y dos de los empleados, solo quedaba uno que iría acercando los platos a las dos mesas mientras comía en intervalos charlando con los demás a través de la ventana de cristal que había abierto que comunicaba ambos ambientes.

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-Los quesos son principalmente de cabra pero también hay alguno de vaca que fabrican con la leche que les provee una granja vecina porque ellos no tienen vacas. Los embutidos no tienen nombre porque son originales de recetas de ellos, son por ejemplo, el chorizo con anís o la longaniza de ojos grandes o cosas así. Los encurtidos son los experimentos de la abuela y son simplemente espectaculares, tienen vinagre en general pero los hay muy suaves también como las olivas dulces esas. Espero que te guste y no hablo de Cherrelle sino de la comida, jaja. -¡Me encanta!. Y hablo de las dos cosas, jaja. Rió Lucca. Pilou miraba a uno y a otro pero no ladraba ni se acercaba más de la cuenta a la mesa. -Si quieres le puedes dar algún trozo de embutido o queso pero no tiene hambre, lo que quiere es estar cenando con nosotros. Le indicaba Angelo con el dedo a la cabeza del perro. De la mesa venían risas y mucha charla en francés. Lucca estaba extasiado mirándolos. -¿No te gusta?. Le preguntó Angelo. ¿Te molesta el ruido?. -En absoluto. Estaba pensando en las mesas de domingo allá en casa de mis abuelos y me dí cuenta cuánto las extraño. La próxima vez que venga habré aprendido algo de francés para sentarme con ellos. Esto es embriagador. Gracias Angelo, es la mejor experiencia gastronómica que he tenido; ahora entiendo el éxito de este lugar, no se trata de dinero. Cuando trajeron el primer plato compuesto principalmente de Foie Gras y tomates verdes caramelizados, Lucca no pudo dejar de emitir un suspiro de admiración. 292

-¡Hasta visualmente es una poesía de color!. -Uyyy, ya hablas como poseído y aún ni has probado el vino, jaja. Hablando del vino, te advierto que no habrá grandes maridajes. Los vinos son los que hacen aquí y no es mucha la variedad, pero suficiente. La especialidad enológica es este rosado dulce ligeramente gasificado que está en la jarra y del que tomaría cinco litros porque va con todo. -¡El vino es simplemente espectacular!. Jamás había bebido algo similar, todo es suavemente, suavemente dulce, suavemente gasificado, suavemente rosado. -Para los postres nos traerán un champagne que hacen ellos que te volverá loco. Dijo Angelo evocando con los ojos semicerrados. El plato principal eran unas costillas de cabra con vegetales asados ligeramente ahumados que obligaban a chupar los huesos ante la desazón de Pilou. Frente a esos ojos color miel poco se podía hacer y terminó recibiendo una costilla a escondidas de Thierry que no quería que comiera sobre el parquet; al finalizar Pilou con el huesito, Angelo simuló la caída de la servilleta para limpiar el suelo de grasa mientras Pierre Louis le lamía la nuca. Esto era la magia del lugar. Se comía como en un restaurante de Trois Étolies Michelin87 pero en el comedor de la abuela. El postre era una especie de flan con queso de cabra que a Lucca le recordó a la panna cotta por la textura, rodeado de frutas frescas de estación.

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N del A: Las Estrellas de la Guía Michelin se dan en función de la calidad de un restaurante considerando muchos factores, el máximo es poseer tres. 293

Cuando trajeron los quesos, que es con lo que termina cualquier comida en Francia, abrieron una botella de champagne que hizo honor a la fama que le había hecho Angelo. -Espero mañana no despertar con demasiada resaca, jaja. Exclamó Lucca. -El secreto aquí es beber de todo pero en pequeñas cantidades, igual está fabricado tan naturalmente, sin nada agregado, que jamás te provoca dolor de cabeza. Ahora están experimentando con las cervezas y seguramente el año que viene saldrá otro producto especial. Lo hacen por ampliar un poco pero el francés bebe vino y no bebidas de bárbaros, jaja. Finalmente para el café se pasaron a la mesa principal donde sirvieron los licores de la abuela que eran uno más rico que el otro. Lucca no se enteraba de nada de lo que hablaban aunque Cherrelle se le había arrimado para traducirle y su perfume ya lo estaba trastornando y agradeció cuando Angelo dio por terminada la velada. Discretamente le entregó la tarjeta de crédito a Thierry que de la misma manera se la llevó para devolvérsela a los pocos minutos, firmó el ticket y no se habló ni de adiciones, ni de precios ni nada que se le parezca. Angelo se puso de pie y en francés les agradeció a todos; también hizo lo mismo Lucca pero en español. Cuando se iban hubo reparto de besos y en el momento que Lucca besaba a Cherrelle, esta le giró la cara y lo besó en la boca. -Te espero aquí cuando quieras, en el bolsillo tienes mi número en un papel. Le dijo la joven al oído. -Me servirás de guía la próxima vez que venga. Dijo Lucca para felicidad de Cherrelle. 294

En la puerta los esperaba un taxi que seguramente había sido llamado por Thierry. -¡Ufffff!. Hermosa criatura pero es una diablesa, no dudo que meterá en problemas a más de uno en esta ciudad, jaja. Dijo Lucca en referencia a Cherrelle. Cuando llegaron al apartamento el taxista no quiso cobrarles porque ya se ocupaba de eso el restaurante. Se durmieron pensando en el oasis que habían tenido en Bagnères de Bigorre, pero se acabaría mañana y cada vez jugaban en una Liga Superior.

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Capítulo 65 A la mañana mientras desayunaban, Angelo le comunicó a Alexis los lineamientos de su plan y vio que Lucca escribía muchos mensajes que eran contestados de inmediato. -Disculpa, Lucca, sé que no es de mi incumbencia pero, ¿Mantienes aún relación con Almudena, la niña del restaurante de Helmut?. -Como siempre, estás atento a todo, jaja. Sé que me lo preguntas por los mensajes que envío y recibo. No, Angelo, no es a Almudena a quien le escribo. Es una excelente persona pero vemos la vida desde ópticas distintas, ella es sumamente sedentaria y su sueño es que tengamos un restaurante con ella de Sommèliere en algún lugar de Madrid y ya sabes que yo soy mucho más activo, moriría metido en un restaurante. -¿Y bien?. Dijo Angelo viendo que Lucca quería continuar hablando pero no se animaba. -Bien, con la que me escribo tanto es con Montse, tu antigua secretaria. Aún no hemos salido juntos ni una vez pero hemos avanzado mucho en nuestra relación a través de los mensajes y ahora sí que tengo muchas ganas de estar con ella y creo que ella también de estar conmigo. -¡Me parece fantástico y te felicito!. Montse es espectacular, te sorprenderá en muchos aspectos y me parece la compañera ideal para tí y tú para ella. Cuando encarrilemos nuestras vidas deberéis estar juntos sin duda. Le dio un gran abrazo y Lucca notó que era sincero y realmente pensaba lo que le había dicho.

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-Eso sí. Agregó Angelo. -Me alegro que ya no trabaje para mí porque el tiempo que ocupa mandándote mensajes es mucho más que el que destina a su trabajo, jaja. -No está cómoda con su trabajo pero eso es otro tema que ya hablaremos. -Lucca dile por favor que si el argelino la está molestando en cualquier aspecto que deje de trabajar ya mismo que yo le seguiré pagando el mismo sueldo aunque no haga nada para mí. -Gracias, Angelo, ya se lo he dicho yo también y prefiere quedarse un poco más por si se entera de algo. -Bien, Lucca, llamaré a un taxi y comencemos a jugar. A los pocos minutos estaban a bordo de un taxi en dirección al Aéroport de Tarbes-Lourdes-Pyrénées. -Bueno Lucca, tratemos de actuar normal pero estemos atentos mirando a todos lados para notar cosas extrañas. Entraron a la pequeña Terminal aproximadamente a las 10 horas y se dirigieron a la zona de vuelos privados que Angelo conocía muy bien. Antes tomaron un café en la luminosa cafetería amarilla esperando que alguien se les acercara pero nadie se dignó mirarlos siquiera. Rellenaron un plan de vuelo con destino a Berna y charlaron con un Piloto inglés conocido de Angelo que estaba de paso por el Aeropuerto en un vuelo chárter. -Por el momento no hay ningún movimiento. Le susurró Lucca. -Tranquilo, no sé porque pero tengo un extraño presentimiento de que no somos tan ignorados. Cuando salieron al exterior dispuestos a hacer una larga caminata hasta el lejano avión vieron que se les 297

acercaba alguien a paso rápido vestido con la ropa de los trabajadores de rampa. -Perdón señores. ¿Podrían firmar una petición para unos compañeros que han sido despedidos?. Les dijo en francés poniéndoles delante una planilla sujetada en una madera por la parte superior. Angelo y Lucca se quedaron petrificados. -¿Usted no tiene un hermano gemelo por casualidad que junta firmas para lo mismo en Valencia?. Le dijo Angelo habiendo reconocido al mismo que los había interpelado en el aeropuerto de Manises. -Es muy probable pero ahora firmad lentamente y escuchadme. Id al Aérodrome de Tarbes - Laloubère, ¿Sabéis dónde está?. Angelo afirmó con la cabeza. -Bien, ahí a esta hora no hay casi nadie y alguien acudirá a hablaros; aquí no os acerquéis al Piaggio que os están esperando. Eso es todo. Empezáis a correr peligro físico, no os fiéis de nadie. -¿Quién lo envía?. Preguntó Angelo. -Ahora no hay tiempo. Iros lo más rápido posible. Dicho esto se escurrió por una de las puertas y los dejó solos en la plataforma mirándose sin saber muy bien que hacer.

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OCTAVA PARTE Operación Gardel Capítulo 66 Eran poco más de las 4 de la madrugada en Fort Meade, Maryland, USA, cuando un asistente despertó a Jason Summers en el cuarto de descanso que tenía en su oficina. Su familia estaba acostumbrada y sabía que cuando tenía mucho trabajo se quedaba a dormir en su despacho, no tenían ni idea cual era el puesto de trabajo pero conociendo que trabajaba en Fort Meade suponían que era muy importante para el país y lo asumían sin preguntas. -Señor, hay novedades en la Operación Gardel. Al saber Summers que Angelo Ricci era ítalo-argentino le había puesto el nombre del más famoso cantor de tangos de toda la historia. -Voy para allá. Contestó inmediatamente despierto. Su ropa era un compendio de arrugas y él mismo ya no olia tan bien, tomó nota de eso para aprovechar en cuanto tuviera un intervalo, darse una ducha rápida ahí mismo en el baño con el que contaba. Se levantó rápidamente y se sentó frente a la computadora desde la que gobernaba todos los hilos de la gente involucrada. Vio inmediatamente un mensaje en rojo proveniente de uno de los hombres en el Aeropuerto de Tarbes. “Llegaron al Aeropuerto, esperamos instrucciones” Se puso los auriculares y situó la flecha del ratón sobre el nombre del agente que había enviado el mensaje.

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-Smith 1. Informe de situación. Llamó sabiendo que su voz sería escuchada en el oído del Agente como si estuviese a su lado y no a 6.000 kilómetros. -Señor, acaban de llegar al Aeropuerto y se dirigían hacia aquí cuando fueron interceptados por un empleado de Rampa con el cual están hablando, parece que les solicitan firmas para algo. -Bien, no los pierda de vista. Trate de hablar con ellos cuando pasen a su lado y dígale a Ricci que deseamos hablar con él, el otro individuo no nos interesa y no lo transportaremos. Ya tengo combinado todo para que vengan aquí. ¿Dónde se encuentra Smith 2?. Preguntó Summers por el segundo Agente. -Estaba entrando a la terminal hace 2 minutos para unirse a mí. -Smith 2. ¿Dónde se encuentra?. Dijo Jason Summers cliqueando sobre el otro Agente. -Dentro del Aeropuerto. Contestó inmediatamente. -Quédese ahí. Los objetivos están entre usted y Smith 1. -Ok, aquí me quedo. Hubo unos minutos de silencio hasta que se lo escuchó a Smith 1 por los auriculares. -Vuelven a entrar a la Terminal, repito van hacia Smith 2. -Atento Smith 2, van hacia usted; déjelos pasar y sígalos. Dijo Summers. -Van a paso rápido hacia los taxis. -Smith 2, suba al siguiente taxi y sígalos. Smith 1 permanezca donde está por si vuelven, puede que simplemente hayan olvidado algo. Smith 2 esperó a que subieran a un taxi y luego subió al siguiente diciendo lo que llevaba esperando desde que había entrado a la NSA. 300

-Siga a ese taxi, por favor. El taxista miró al pasajero que le hablaba con acento inglés y preguntó. -Oiga, no quiero problemas, no soy detective y no juego a ser policía. Pregunte para atrás si alguno de mis compañeros lo quiere llevar no tengo problemas en que me saltee. Smith 2 no se esperaba esto. En las películas siempre funcionaba, es más, generalmente tocaba un taxista indio medio loco que salía disparado detrás del otro vehículo. Tuvo que improvisar un poco de ingeniería social porque el otro taxi ya había arrancado y se alejaba. -Señor, lo comprendo y no pretendo meterlo en problemas pero uno de los señores de adelante es mi cuñado y mi hermana sospecha que la está engañando y lo que es peor cree que con el otro hombre que va con él. Solo quiero saber adonde van, no tiene que alcanzarlo ni nada raro, solamente deténgase detrás cuando paren y yo me bajaré de su coche. Viendo que el taxista seguía mirándolo no muy convencido agregó: -Dejándole 100 euros de propina por la molestia. Eso sí que pareció funcionar. -De acuerdo, en cuanto vea algo raro se baja pagándome la tarifa y los 100 euros extras también. Le dijo mirándolo por el espejo retrovisor. -Me parece un acuerdo perfecto. Convino Smith 2, pensando que ser Agente no resultaba tan fácil en la vida real como en los cursos de capacitación que le daban. Partieron con retraso pero al salir de la zona techada enseguida vieron al otro taxi que tomaba la route de Lourdes en dirección hacia el centro de Tarbes pero en el desvío en vez de ir hacia donde pensaban 301

todos que irían, que era de vuelta hacia Bagnères de Bigorre siguieron hacia el centro de Tarbes. Avanzaron por la Avenue Aristide Briand hasta la rotonda de la N21 que ahí ya se llama Boulevard Claude Debussy y en la siguiente rotonda doblaron a la derecha yendo directo al Aerodrome de Tarbes-Laloubère. -Creo que su cuñado va a tomar otro avión. Sentenció el taxista.

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Capítulo 67 Angelo y Lucca después de unos segundos de sorpresa e indecisión salieron del Aeropuerto y se subieron a un taxi. -Buenas tardes. Dijo Angelo en francés y continuó. -¿Podría llevarnos al Aeródromo de Tarbes pero no por la N-21 desde aquí, sino ir por la carretera de Lourdes y recién al sur de Tarbes subir a la N-21 por un par de kilómetros?. -Desde luego. Parece que usted conoce bien por aquí. ¿Es de Tarbes?. Respondió el taxista. -No , pero conozco la zona. Angelo había pensado que sería más fácil ver si los seguía algún coche en una carretera más pequeña y menos concurrida. Disimuladamente miró hacia atrás y no vio ningún coche detrás de ellos. Recién cuando entraron a la carretera de Lourdes vio a lo lejos otro taxi pero no parecía querer alcanzarlos y mantenía la distancia. Mantuvieron silencio porque no querían hablar delante de nadie pero morían de ganas de comentar entre ellos lo que estaba ocurriendo. Unos veinticinco minutos después llegaban al pequeño Aeródromo al costado de la ciudad de Tarbes. Cuando estaban pagando vieron al fondo de la calle que giraba un taxi. Ricci pensó que era mucha casualidad y se lo señaló con la cabeza a Lucca. -Movámonos rápido. Le indicó a su amigo. Ni bien entraron a las instalaciones del Aeroclub, a la derecha sentado en un sillón y leyendo el periódico, estaba un típico Piloto francés de los grabados antiguos, con sus bigotes largos y curvados hacia arriba de cara afable y tranquila. Iba vestido con un mono de aviador militar lleno de bordados. El ambiente estaba 303

fresco y agradable, olía a madera y libros antiguos; en las paredes había infinidad de cuadros y láminas colgadas de temáticas aéreas diversas. El Piloto bajó Le Figaro88 y preguntó en francés: -¿Messieurs Ricci y Tempolini?. -Efectivamente. No queremos apresurarlo pero creemos que alguien viene detrás nuestro, señor… Interrogó Angelo. -Coronel Clermont, Laurent Clermont. Retirado, claro. No perdamos tiempo que tengo todo listo para partir. Síganme. -¿Partir, a dónde?. Preguntó Angelo. -Ya hablaremos Monsieur Ricci, ya hablaremos. El Coronel tenía unas largas piernas y no era fácil seguirlo. Los llevó hacia un Robin DR.400 que los esperaba en la plataforma sin cruzarse con nadie. En menos de 4 minutos se encontraban sentados dentro y el Coronel mascullaba leyendo la lista de chequeo y verificando los diversos instrumentos e interruptores que tocaba; la práctica hizo que solo tardara un minuto y ya le daba arranque al motor. Vieron que salía alguien por la puerta que daba a la pista del Aeroclub por donde acababan de salir ellos y les hacía señas acercándose peligrosamente a la aeronave. -¿Lo conocen?. Preguntó Clermont. -En absoluto y no tenemos interés tampoco en hacer nuevos amigos. Respondió Angelo. -Entonces nos vamos. Dio motor al tiempo que pisaba fuertemente un pedal haciendo girar el avión bruscamente y arrojando un pequeño tornado encima del perseguidor que cayó al suelo tapándose la cara

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N del A: Periódico francés de tendencia política de derecha. 304

con las manos para evitar que le golpearan los ojos las pequeñas piedrecillas levantadas por la hélice. -Muy bien, señores, trataremos de normalizar un poco todo esto. Por favor, ajústense los cinturones y colóquense los auriculares. Les dijo señalando ambas cosas mientras se dirigían a una velocidad vertiginosa hacia una de las cabeceras. Como ambos eran Pilotos sabían muy bien hacer ambas cosas y dejaron de prestar atención mientras el Coronel comunicaba con la Torre de Control pero cuando solicitó la autorización para un vuelo VFR con destino a Ajaccio, Angelo se dio la vuelta y lo miró a Lucca que puso una cara de “Yo no sé nada”. -Tranquilos. Dijo Clermont por los auriculares. Tenemos unas tres horas y media de vuelo y gran parte de ellas sobre el mar así que podrán preguntar lo que quieran y yo responderé lo que sepa. Casi al unísono alzaron los hombros como diciendo “en fin, tampoco es que podamos elegir” y se relajaron mirando hacia adelante sin interrumpir la operativa de despegue que estaba realizando el Coronel.

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Capítulo 68 Cuando Smith 2 los vio descender del taxi le ordenó a su taxista que frenase, le pagó la cifra exorbitante que le pidió más los 100 euros y descendió. Ya había visto donde entraban y apresuró el paso para no perderlos, cuando entró al Aeroclub no vio a nadie y recorrió el lugar sin encontrarlos. Avisado ya por la radio, Jason Summers preguntó: -¿Los ha encontrado?. -No los veo por ningún lado pero no hace ni tres minutos que entraron aquí y no han vuelto a salir. Contestó Smith 2. -Fíjese si no hay otra salida por detrás. -Hay una puerta metálica, parece cerrada pero probaré. Al abrir la puerta escuchó el ruido de un motor y sospechó lo peor. -Creo que han subido a un avión. No puedo entender como han hecho para contratar una aeronave en forma tan rápida y que ésta estuviese lista para volar inmediatamente. Me acercaré. -Si ya están a bordo no puede hacer nada, no los alertemos aún más. ¿Me oye?. Smith 2. ¿Me oye?. Summers no podía saber que en ese momento su Agente estaba en medio de un vendaval tirado dando vueltas en el suelo intentando recomponerse. -Señor, están despegando. Lo siento, no lo he podido evitar. Transmitió cuando pudo volver a acomodarse la radio. Jason Summers sabía que no estaba tratando con verdaderos Agentes de Campo sino más bien con colaboradores poco entrenados.

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-Tranquilo Smith 2, nadie puede evitar que un avión despegue si éste ya tiene los motores en marcha. Diríjase a la Oficina de Plan de Vuelo e invéntese una historia y vea si puede averiguar adonde se dirigen. Bien, Summers se dio cuenta que las cosas estaban girando hacia lo que era una verdadera operación de extracción clandestina, así que empezó a pensar en otras soluciones. Adelantándose a los hechos y mientras esperaba la averiguación de Smith 2, recorrió la lista de Agentes entrenados y en activo que tenían en Europa en estos momentos disponibles. Había pocas opciones, iba a tener que improvisar, como muchas veces. Smith 2 se arregló la ropa y se dirigió hacia lo que parecía el único despacho con gente en ese momento. El día se estaba nublando y no sería raro que en esa región comenzase a lloviznar. Se acercó al vidrio de la puerta y golpeó suavemente mirando hacia adentro. -¡Pase!. Se escuchó desde dentro. -Buenos días, señor. Estaba viendo para alquilar un avión que me llevase a Toulouse. Dijo como con timidez Smith 2. -¿Ahora mismo?. Preguntó el empleado. -Si fuese posible. -Normalmente para esos vuelos solemos utilizar el Robin que acaba de despegar, lo usamos para un poco de todo, clases de vuelo, paseos y algo de taxi aéreo. ¡¡¡Bingo!!!. Pensó Smith 2, por primera vez en toda la mañana iba a tener suerte. -¡Uyyy!. Qué pena, ¿Sabe si tardará mucho en volver?. Preguntó. -Creo que con suerte volverá hoy a última hora porque le encargaron al Coronel un vuelo a Ajaccio. -¿Ajaccio, Córcega?. 307

-Sí, claro. Respondió medio molesto como diciendo si existía alguna otra Ajaccio. -Bueno, Gracias. Regresaré mañana si es que puedo arreglarlo. Smith 2 extendió la mano y saludó al empleado. Había dejado abierto el micrófono con Maryland así que ni bien salió de la oficina, preguntó: -¿Ha oído señor?. -Sí, Agente; lo felicito por su ingenio. Ya no tiene nada que hacer ahí, regrese con Smith 1 en el Aeropuerto y vuelvan a sus domicilios. Quedarán en alerta hasta que se les avise que vuelven a estar inactivos. Hizo una serie de círculos con diferentes radios que le indicaban los Agentes cercanos a Ajaccio que estaban disponibles. Lo que vio no le gustó nada. El único Agente disponible en forma inmediata era Deion Maloouf, un afroamericano nacido en Louisiana que hablaba francés aprendido de su abuela materna. Trabajaba haciendo la limpieza en la Base de Submarinos de Toulon e informaba de todos los movimientos que realizaba la Armada francesa. En el Puerto de Toulon se estacionaba más del 60% de toda la Flota francesa y Deion sabía hasta cuando una Fragata salía a probar los motores. Francia y Estados Unidos eran aliados en lo militar, ambos pertenecientes a la NATO89, pero a veces no eran tan aliados en lo político; así que se mantenían en una vigilancia pasiva con hombres de Agencias de Estados Unidos en Francia y hombres de la DGSE en Estados Unidos. 89

N del A: Alianza militar de Occidente del inglés North Atlantic Treaty Organization. 308

Lo que le preocupaba era el Agente, sabía que era violento y necesitaba siempre hacer daño o recibir daño físico. Era de complexión robusta con muchos kilogramos de más provenientes en su mayor parte de la grasa acumulada en su estómago. Pesaba más de 120 kilogramos con solo un metro setenta de estatura, era poco ágil y había llegado a la NSA casi por accidente. Lo había detenido la DEA90 cuando vendía droga en su ciudad natal y ante los lloros de Deion decidieron utilizarlo como infiltrado para llegar a los peces más gordos. Al principio sin confiar mucho en él pero luego dándole cada vez más responsabilidad. En esos tiempos Deion no estaba gordo y en la DEA decidieron darle entrenamiento como Agente a lo que el afroamericano respondió bien aprendiendo defensa personal y el manejo de armas. En una operación importante tuvieron que “quemarlo91” y ya no supieron que hacer con él así que cuando la NSA les consultó si tenían a alguien que hablase francés para un Servicio breve en Francia se lo endilgaron rápidamente. La brevedad del Servicio no fue tal y Deion se fue acostumbrando demasiado a la excelente cocina francesa y su inteligencia no le daba más que para hacer la limpieza de tal manera que ahora estaba muy cómodo donde vivía. Cuando necesitaba sacar afuera un poco de violencia se acercaba a los bares más sórdidos del cercano Puerto de Marseille y pegaba o se dejaba pegar según el grado 90

N del A: Agencia de Control de Drogas estadounidense del inglés Drug Enforcement Administration. 91 N del A: Cuando un infiltrado es descubierto por los delincuentes se dice que está quemado y ya no puede utilizarse más. 309

de alcohol que tenía en sangre. Era muy inestable pero necesitaba a alguien ya mismo en Córcega. Tomó el teléfono y lo llamó a su móvil a 6.500 kilómetros de distancia. El celular sonó unas 3 veces antes de contestar en francés. -¿Allô?. -¿Deion?. Soy tu primo de Maryland. Dijo Summers con una frase ya pactada. -Llámame en cinco minutos. Salió corriendo de la oficina en la que estaba limpiando hacia los vestuarios, se cambió, lo que en él significaba ponerse otras bermudas y una camiseta sin manchas de comida y se colocó lo que supuestamente era un IPOD92 en sus oídos pero que en realidad era una radio táctica. Tomó su Browning High Power Mark III93 con silenciador y dos cargadores y la metió en una bolsita cerrada con un cordón. Al salir por la puerta de la Base dijo que se sentía descompuesto pero que volvería mañana. Era un empleado poco problemático y le tenían más lástima que otra cosa; pasaron el bolso por la cinta y como de costumbre nadie miró la pantalla, atravesó por debajo del scanner y le desearon que se mejorase. Ya fuera de la Base de Submarinos unos cinco minutos después, escuchó en sus oídos. -Señor Maloouf, tenemos trabajo para usted pero el tiempo está corriendo y debe moverse rápido. Hay dos personas volando en estos momentos en un avión pequeño cuatriplaza en dirección al Aeropuerto de Ajaccio, Napoleón Bonaparte. Uno de ellos y, es el que 92

N del A: Dispositivo para almacenar y oir música. N del A: Pistola de 9 mm muy fiable de construcción estadounidense. 93

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nos importa, se llama Angelo Ricci. Lo queremos y hay que traerlo de inmediato a los Estados Unidos, creemos que no se resistirá y no deseamos hacerle daño pero utilice la fuerza justa para traerlo sin dilación. Después de decir esto Jason Summers se arrepintió pero ya era tarde para volver atrás. Continuó: -Vaya al Aeropuerto de Toulon-Hyères y diríjase a la ventanilla de alquiler de helicópteros Heli-Fran, ahí lo esperarán para llevarlo a la isla de Córcega. Le estaré dando más instrucciones por el camino pero ahora, muévase. Mientras hablaba había entrado en la web de HeliFran y le había reservado un helicóptero Bell 407 que saldría dentro de media hora y lo pondría en Ajaccio en una hora más. Sabía que en el Robin tardarían al menos 3:30 horas en llegar así que eso le daba algún margen para preparar algo en Ajaccio que les permitiese llevarse a Angelo sin más demoras. La pieza a la que más miedo le tenía en toda la operación era el Agente Maloouf, pero no tuvo muchas opciones. ¿O sí?. Se le acababa de ocurrir una idea. Tomó el teléfono.

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Capítulo 69 -¿Yael?. -¿Qué le ocurre a mi gran amigo allende los mares?. Preguntó, mirando el identificador de llamadas, Yael Peretz, un diplomático en Israel pero al que en realidad su sueldo lo pagaba el MOSSAD94. -Si vamos a hablar de la familia espera que te llamo en 30 segundos. -Hazlo, por favor. Respondió Jason Summers desde su oficina en Fort Meade. Al cabo de 20 segundos sonaba su teléfono. -Esta es una línea segura y codificada. Dijo Peretz. -Amigo, necesito a un hombre para que haga de niñera de un Agente mío el cual es adepto a destruir más que a construir, jaja. -Parece que estamos escasos de personal, jaja. A ver si empiezan a destinar más presupuesto a la Seguridad Nacional. ¿Dónde lo necesitas?. Preguntó poniéndose serio de repente, sabiendo que el tiempo siempre es escaso en la Inteligencia. -En Ajaccio, Córcega. -Déjame ver … Se oía que tecleaba rápidamente. Tengo a alguien que habla poco pero es muy efectivo. ¿Qué necesitas que haga exactamente?. -Quiero que sirva de catalizador por si a mi hombre se le va la cabeza. La misión que tiene es de traer a un inteligente ítalo-argentino al que queremos interrogar pero es un ciudadano normal, pacífico y no va armado. No quiero que se le haga daño pero es imperativo que sea traído cuanto antes. Está llegando en … unas dos horas al Aeropuerto y mi Agente llegará en unos 50 94

N del A: Agencia de Inteligencia Israelí. 312

minutos. Dijo mirando el reloj. -Tendrán un poco más de una hora para planear algo. -Ok, amigo; me debes una. El Agente se llama Jaron Levin y está basado en Ajaccio así que estará en el Aeropuerto en media hora. Envíame los códigos de la radio vuestra para que podáis comunicaros con él. -Muchas Gracias, ya te pagaré el favor. Te envío todos los datos que tu hombre necesita incluida una foto de mi Agente que se llama Deion Maloouf. Summers sabía que el MOSSAD tenía Agentes por todo el mundo, gozaban de mucho más presupuesto que el que ellos dedicaban a educación; daban a la Seguridad de su pequeño Estado mucha importancia. Solían ayudarse mutuamente cuando era necesario sin hacerse muchas preguntas. Menos mal que era así, si los judíos se enterasen del secreto que guardaba Angelo en su cabeza serían capaces de hacer cualquier cosa con tal de ser poseedores de algo que los posicionara al frente del planeta. Los judíos no solían pararse ante nada para obtener algo y ya lo habían demostrado muchas veces a lo largo de la historia. Jason Summers, un poco más tranquilo se apresuró a disponer los medios de extracción lo más directo posible a los Estados Unidos. Envió un Learjet 70 basado habitualmente en Roma que pertenecía a una compañía de Aerotaxis pero que estaba siempre disponible para la Agencia. Llegaría en media hora al Campo dell’Oro, que era el antiguo nombre por el que aún era conocido el ahora denominado Aéroport Napoléon Bonaparte de la ciudad de Ajaccio en Córcega. De ahí estaba viendo a que base americana en Europa lo llevarían con el Lear, aún estaba coordinando hacia donde despegarían en Estados

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Unidos, pero es que todavía no sabía adonde lo llevarían para interrogarlo. Lo que comenzó como una pequeña operación había ido aumentando hasta transformarse en un gran gasto para el Tío Sam95 que tendría que justificar con resultados, menos mal que desde la división de tecnología lo habían vuelto a llamar diciéndole que era apremiante el hablar con el tal Ricci; eso significaba que merecerían la pena los esfuerzos. Le envió un mensaje a su agente, que ya debería estar en vuelo a la isla, con los datos del contacto israelí y las órdenes de que la operación debía hacerse coordinadamente con éste. Se relajó un poco y fue a hacerse un café con leche para desayunar. Esperaba terminar todo hoy mismo para poder irse a dormir esta noche a su casa, pero el destino lo esperaba con otros planes.

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N del A: Personificación que se suele hacer del Gobierno de los Estados Unidos. 314

Capítulo 70 Deion Maloouf llegó al Aéroport de Toulon-Hyères y buscó la oficina de Heli-Fran, no había nadie en la ventanilla de atención y Deion comenzó a llamar a gritos para que saliera alguien. Él era un Agente en misión y debían estar todos a su disposición, ¡Inmediatamente!. Lentamente salió de adentro una hermosa joven que se puso delante del afroamericano y mirándolo de arriba a abajo le preguntó en francés: -Señor, Buenos Días; no es necesario que alce la voz, estamos todos muy cerca aquí. ¿Le puedo ayudar en algo?. Era más una pregunta retórica que otra cosa. La joven no dejaba de mirar el atuendo y el aspecto de Maloouf, sus bermudas de tiro bajo que lo hacían parecer un metro más bajo de lo que era y la camiseta ceñida a su inmenso abdomen lo semejaban más a un pordiosero que un potencial cliente para un vuelo privado en helicóptero. Llevaba una pequeña bolsa colgada en su mano que había conocido mejores épocas y que parecía ridícula al lado de un cuerpo tan grande. Habían recibido un llamado que los advertía que iría un cliente para ir a Córcega en helicóptero por negocios al que no debían revisar y hacer pasar urgente, incluso ya estaba pagado el viaje, pero casi podía jurar que no era éste. -Soy Deion Maloouf y se suponía que me estaban esperando. Retrucó el Agente.

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La bonita joven pensó que de haber sido un cómic hubiese aparecido un globo96 diciendo ¡PLOP!, y ella hubiera caído hacia atrás de la sorpresa. Esperaba a un joven ejecutivo trajeado impecablemente higienizado y oliendo a perfume. En vez de eso había llegado una inmensa porción de carne y grasa que ahora que iba pasando el tiempo empezaba a sentir un fuerte olor a lavandina mezclado con sudor y cuerpo humano con varios días sin aseo; inmediatamente pensó en el Comandante que debería estar encerrado en la cabina del helicóptero con él a lo largo de una hora y recordó que era Arnoux, ¡Uyyyy!, muy mala combinación. Se sobrepuso a toda esa información negativa que le enviaban sus sentidos y dijo: -Sí, señor. Lo esperábamos, tenga a bien rellenar estos papeles y saldremos de inmediato. Deion, la miró y tomó conciencia de la bellísima mujer que lo estaba atendiendo y ya fantaseaba en lo que haría en esa hora de viaje; James Bond lo envidiaría. -Por lo de “saldremos” entiendo que nos acompañará. Quiso congraciarse el enorme afroamericano. -No, señor. Viajará usted solamente con el Comandante y el Primer Oficial. Tendrá la cabina para usted solo, será un viaje muy placentero seguramente. ¡Diosss!. No viajaría con este ser ni que fuera para escapar de Alcatraz97. Tenía que poner sobre aviso a Arnoux de lo que transportaría, él siempre se refería en 96

N del A: Recurso gráfico que se suele utilizar en los cómic para encerrar expresiones, diálogos o sonidos relativos al guión. 97 N del A: Antigua prisión hoy ya cerrada, frente a la costa de la ciudad de San Francisco, famosa por su alta seguridad. 316

broma al ganado cuando hablaba de sus pasajeros, pero hoy era algo muy cercano a la realidad. Después de completar la burocracia necesaria para realizar este tipo de vuelos condujo a Deion a una pequeña sala de espera. -Espere, por favor, aquí y enseguida lo llamarán para embarcar en el helicóptero. Dijo la joven y salió corriendo a la plataforma para hablar con los Pilotos que estaban realizando el chequeo prevuelo de la aeronave. Escuchó cuando ya casi estaba fuera, gritar al señor Maloouf que tenía mucha prisa. Se acercó al Comandante y le informó: -Ha llegado tu pasajero. -Bien, ¿Qué tal es?. Pregunto él. -Hubiera deseado que no me preguntaras nada. Es una enorme, y cuando digo enorme es ENORME, persona de color, maleducado, vestido como un homeless y que huele igual a la Estación de Reciclaje de basura de Toulon. Os espera un viaje de lo más agradable. Ironizó. Arnoux la miró fijo a los ojos y vio que hablaba en serio. Era una excelente persona y muy buen Piloto pero no tenía muy buen humor, como decían sus compañeros, “tenía pocas pulgas98”. -¿No es una broma?, ¿Verdad?. -No, no lo es. Respondió la joven. Lo respetaba mucho, incluso habían tenido alguna aventura juntos que no prosperó pero que no lesionó su relación de amistad y laboral. -¿Ya está pago el viaje?. Preguntó el Piloto.

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N del A: Expresión popular que significa que no se tiene paciencia ni tiempo para soportar tonterías. 317

-Sí, incluso les hemos cobrado un plus por viaje urgente. -Entonces terminemos con esto cuanto antes. Tráelo, por favor. La joven fue a por la mole humana a la cual vislumbraba de pie a través del cristal, impaciente. -Por aquí. Le indicó, aunque era evidente que tenía que ir hacia el helicóptero. Cuando lo vio venir, Arnoux pensaba en como iba a hacer para que pasara por la puerta de la aeronave y si iba a poder subir la pequeña escalerilla. Esperó junto a la puerta a que llegara. -¿Usted es el Piloto?. Preguntó el afroamericano. -Buenos días, señor. Dijo, haciendo hincapié en el “buenos días” y sin contestar a la pregunta. -¿Qué hace que no sale ya?. -Le voy a decir algo para que le quede claro. No soy su chófer, el dinero que han pagado, porque usted no ha pagado nada sino que se ha hecho una transferencia internacional, se puede devolver de inmediato. Eso, ¿Qué significa?; que usted se queda aquí de pie en el momento que yo lo decida y no vamos a ninguna parte. Tengo suficiente clientela que me permite mantener esta empresa porque además de ser Piloto soy un socio. Por otro lado, no creo que usted pase por la puerta así que creo que será mejor que flete un avión de carga. Ha sido un gusto conocerlo. Arnoux dio media vuelta y le hizo una seña a su Primer Oficial que estaba del otro lado. -¿Qué hace pedazo de imbécil?. Dijo sin poderse contener al oído de Deion Maloouf, su superior Jason Summers, que había escuchado todo desde el otro lado del Atlántico. -Lo quiero en 2 minutos a bordo del 318

helicóptero así que pida perdón, ruegue o haga lo que sea necesario para que eso suceda. ¿Quién era ese Summers para insultarlo?. Pensó Deion. Algún día iba a poner a todo el mundo en su sitio. El gordo afroamericano hacía tiempo que estaba cambiando su carácter, más parecido a cuando se dedicaba a la vida de delincuencia, rebelde e imprevisible que hasta sus propios camaradas traficantes le temían. Se apartó un poco para que no lo oyeran hablar. -Señor, usted está sentado en un despacho cómodamente y yo me estoy jugando la vida y no sé ni siquiera por qué. Si pretende que siga adelante dígame al menos qué es lo que tiene ese Ricci que nos interesa tanto. Jason Summers no daba crédito a lo que oía. ¿Habría escuchado mal o este Agente estaba cuestionando sus órdenes?. Se estaba arrepintiendo de haberlo movilizado a la velocidad de la luz pero ahora ya no había tiempo de volver atrás. Aparte, ¿Jugarse la vida?; ¿Viajar en un helicóptero privado era jugarse la vida?. -Escúcheme bien. Le dijo. -Voy a conservar la grabación de esta conversación y ya hablaremos sobre el tema, se lo aseguro. A Ricci lo queremos porque probablemente posea las claves para que un país, una organización o una persona se posicione al frente del mundo; y es todo lo que le voy a decir. Ahora suba a ese helicóptero, ¡YA!. Deion se sonrió y quedó satisfecho. Dio unos paso en dirección al Piloto del helicóptero y le dijo con una sonrisa. -¡Comandante!. Sabía que a esta gente le gustaba ese trato. -Quiero que me disculpe, he tenido una mala 319

noche. ¿Le parece bien que empecemos de nuevo?. Hagamos un trato, si logro pasar por la puerta, me lleva. Le dijo mostrándole todos los dientes en un amago de risa. Arnoux, lo miró despreciativamente y evaluó las complicaciones que tendría si no lo llevaba y decidió subir al gordo. -Suba. Le dijo sin hacer ningún amague de ayudarlo. El afroamericano subió la pequeña escalerilla con una agilidad que parecía impropia de ese físico, tiró dentro el bolsito y poniéndose de perfil, rozando por todos lados entró a la cabina y levantando el apoyabrazos se sentó en dos butacas a la vez. -Estoy listo. Gritó desde dentro. -Como si me importara. Masculló Arnoux y se dirigió a su puesto de la derecha haciéndole indicaciones a su primer Oficial para que hiciese lo mismo por la izquierda. Cuando estuvieron atados con los cinturones y los auriculares puestos, se miraron señalando la nariz y poniendo mala cara. Se apresuraron a encender el helicóptero para que el aire acondicionado limpiase el olor a criadero de cerdos que ya había a bordo.

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Capítulo 71 El despegue del Aeródromo de Tarbes había sido intempestivo y vieron como quedaba una persona tirada en el suelo por detrás del avión. A esta altura estaba claro que estaban siendo perseguidos y ayudados, no quedaba claro quienes eran los protagonistas en ambos bandos. Los españoles era raro que se aventuraran fuera del país, no contaban ni con los medios económicos ni humanos para actuar más allá de sus fronteras. Quedó comprobada la falta de entrenamiento y seriedad con la que ejercían de espías improvisados. Pero si no eran ellos, ¿Quiénes eran los que los perseguían y cómo habían llegado al conocimiento de que ellos sabían algo importante?. Todo esto pensaba Angelo mientras esperaba que alcanzaran la altitud de crucero a nivel 10099 en el que realizarían el resto del viaje, para preguntarle al Coronel algunas cosas que lo tenían muy intrigado. Al contrario del helicóptero que ya volaba hacia Ajaccio, ellos estaban a bordo de un avión muy limpio y el Piloto estaba recién bañado y afeitado al igual que ellos con lo que el ambiente era muy agradable. -Coronel Clermont, como imaginará queremos hacerle algunas preguntas. Dijo Angelo por el micrófono asociado a los auriculares. -No hay problemas, pero no depositen muchas esperanzas en lo que les pueda contestar. -En primer lugar adonde vamos y también me gustaría saber quien paga nuestro paseo. 99

N del A: Nivel de Vuelo es la altitud en pies que señala el altímetro cuando está regulado con la presión de 1013 mb con dos ceros menos, en este caso FL 100 significan 10.000 pies de altitud. 321

El Coronel lo miró evaluando su persona pensando que podía contar y que no y empezó a hablar. -Señor Ricci, porque, ¿Usted es Ricci, verdad?. Ricci asintió. -Sí señor. -Bien, nos dirigimos a la isla de Córcega, para ser exactos al Aéroport Napoléon Bonaparte de la ciudad de Ajaccio. Es un vuelo un poco arriesgado en este tipo de avión pero, como digo yo, los aviones no tienen porque caerse así que, da un poco lo mismo lo que haya abajo, agua o tierra. De cualquier forma es un vuelo que no haría nadie que vuele por placer pero, ¿Qué es la vida sin un poco de riesgo?, jaja. Su risa era profunda y sincera, sin duda un buen tipo. -A la vuelta igual me tomaré mi tiempo, cruzaré a Toulon y vendré por tierra disfrutando del paisaje de la Côte d’Azur, tampoco es cuestión de forzar la suerte. Aprovechemos que están los gastos pagados. Aquí viene la segunda parte de la pregunta. Llamaron al Aeroclub y pidieron hablar conmigo directamente, no estaba pero de alguna forma consiguieron mi teléfono particular y me llamaron a mi casa. Preguntaron si estaba dispuesto a hacer el vuelo y no pusieron objeción cuando les pasé el precio, en realidad me arrepentí de no haber pedido más; somos un Aeroclub pobre al que no le viene nada mal algo de dinero extra. Pagaron con una transferencia a la cuenta del Aeroclub y eso es lo que puedo decir de la gente que me contrató. Ahora, si no les importa, me gustaría un poco de reciprocidad y desearía saber por quienes me estoy jugando la vida cruzando medio Mediterráneo en un monomotor de Escuela de Vuelo. -Coronel, si voy a serle sincero, no sé ni porque nos persiguen ni porque nos ayudan y menos, quienes. 322

Somos empresarios de España pero no somos españoles ninguno de los dos, últimamente hemos desarrollado un producto que parece de interés de mucha gente y nos hemos visto obligados a huir. Explicó Angelo tratando de no mentir pero tampoco dando más información de la necesaria. -Voy a aportaros un poco de luz. Dijo, tutéandolos. Cuando me llamaron preguntaron por “hibou100”, ese era mi indicativo101 en la Armée de l’Air102 debido a los vuelos de inteligencia que hacía nocturnos. Eso significa que alguien estuvo hurgando en archivos que no están al alcance de todo el mundo. Quien os está protegiendo es alguien con acceso a rincones ocultos y con poder para mover muchos hilos, creo que están intentando sacarles de los focos del escenario para poder hablar tranquilos con vosotros. Es muy probable que en Córcega podáis estar más aislados y todo se aclarará. Os recomiendo que os relajéis y aprovechéis llamar por móvil y enviar mensajes todo antes de que nos alejemos de la costa porque luego no tendremos señal hasta llegar casi a Ajaccio. Después os contaré algunas anécdotas, si es que os gustan las historias aeronáuticas. -Coronel, ambos somos Pilotos y, podríamos decir que con bastante experiencia; entre los dos tenemos 5 aviones que volamos personalmente y las historias aeronáuticas son algo que nos apasionan y disfrutamos como niños así que ya puedes ir preparando las mejores para nosotros, jaja.

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N del A: Hibou significa Búho en francés. N del A: Nombre en código para comunicaciones radiales. 102 N del A: Fuerza Aérea de Francia. 101

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-De acuerdo pero dejemos lo de Coronel y llamadme Laurent e intercambiemos los mejores cuentos de aviones. Les dijo el Coronel entusiasmado pensando que iba a ser un día muy entretenido. El clima se presentaba bastante despejado una vez que iban saliendo de la influencia de la montaña y solo había una fina capa de cirrus altos que provocaban un halo al Sol e iluminaban todo con una luz blanca muy intensa. Se acomodaron en el pequeño avión y siguiendo el consejo del experimentado Piloto, Angelo se comunicó con Alexis contándole las novedades y hacia donde iba, Lucca no llamó a nadie pero estuvo enviando mensajes un buen rato.

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Capítulo 72 Jaron Levin llegó al Aeropuerto Napoleon Bonaparte a la media hora de haber recibido el llamado de su superior. Había sintonizado su radio táctica con los códigos que le dieron y enseguida recibió comunicación desde Estados Unidos. -Señor Levin, ¿Me recibe?. Preguntó Jason Summers desde su oficina de la NSA en Fort Meade. -Fuerte y claro. Respondió el israelí. -Me llamo Jason Summers y en las próximas horas seré su consultor para que reciba órdenes, me gustaría que dentro de lo posible se me informe de cualquier movimiento que desee hacer. -Ningún problema, señor. Dígame que espera de mí. -En breve llegará un Agente nuestro en helicóptero desde Toulon y una hora después aproximadamente arribará un pequeño Robin DR.400 con dos hombres a bordo como pasajeros además del Piloto. Solo nos interesa el de la foto que le he enviado a su SmartPhone; si no es posible separarlos prefiero a ambos antes que a ninguno. Nuestro Agente ya tiene las órdenes para subirlo a un Learjet de Taxi aéreo que estará por llegar de Roma. Sus órdenes son cooperar con nuestro Agente todo lo que pueda para que todo suceda sin violencia y con la mayor deferencia hacia el individuo que tienen que transportar. No es un delincuente ni terrorista de ninguna especie, es alguien de quien necesitamos algo y lo prefiero de buen humor y cooperador. Nuestro hombre tiene tendencia a usar la violencia y descontrolarse un poco, no deje que esto ocurra. Coordine con él la mejor manera de realizar esta

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extracción pacífica. Una vez que Ricci esté a bordo del Learjet, puede dar por terminada su misión. -Entendido, voy a ir coordinando algunas cosas con mis contactos en el Aeropuerto antes de que llegue su Agente. La respuesta breve del judío le dio la tranquilidad que necesitaba a Summers de saber que al menos tendría a uno de los hombres bajo su mando obediente. El israelí llevaba varios años estacionado en Ajaccio y como sus funciones eran casi siempre como enlace, se había sabido rodear de gente clave en el lugar donde realizaba la mayoría de sus misiones, que era precisamente el Aeropuerto. Era un hombre de cara afable y aniñada que no parecía resultar una amenaza para nadie, sin embargo los que habían tenido la mala suerte de subestimarlo, lo lamentaban. Conocía a muchos empleados con los que habló y le permitieron permanecer en la Plataforma a la espera de las aeronaves. Esto le costaba muchas invitaciones y algunas veces reparto de cajones de kiwis y mangos traídos de Israel, pero cada vez que tenía que recurrir a ellos, no lo habían desilusionado y se había podido mover libremente por las instalaciones sin preguntas, lo que justificaba esos gastos. Hoy iba vestido con un cómodo pantalón de algodón y una camisa de manga larga que ocultaba una pistola Jericho 941 Polymer que llevaba pegada al cuerpo bajo su brazo izquierdo. Sus amigos en el Aeropuerto le permitieron pasar sin problemas hasta la zona de vuelos privados con la seguridad mucho más relajada. Para Jason Summers en Estados Unidos había sido todo un placer descubrir que su “nuevo” Agente ya tenía todo aceitado en el Aeropuerto, le había evitado tener 326

que pedir oficialmente colaboración francesa y en estos casos cuanto menos gente estuviera enterada, mejor. A pesar del subnormal de Maloouf, quizá todo terminara saliendo bien. Jaron Levin vio llegar al helicóptero que transportaba a Deion Maloouf desde lejos y lo esperó en un lugar cercano a donde le habían dicho que lo harían aterrizar. Sin parar completamente los motores, vio abrirse las puertas del helicóptero y asistió al espectáculo que fue ver salir a semejante hombre por una puerta que demostraba ser unos 50 centímetros más pequeña de lo que hubiera sido lo ideal; primero salió un bolsito colgando de una mano regordeta y después de varias contorsiones logró pasar por la puerta del Bell 407 y tanteando dio con el patín para descender de un salto ya que nadie acercó una escalerilla como había sido al partir del continente. Cuando se había alejado solo unos pasos la aeronave aceleró, despegó y se fue hacia la zona de repostaje de la Terminal Aérea; parecía como que estaban felices de haber descargado al afroamericano y no pudieran esperar para alejarse de él. Deion había hecho un viaje en completo silencio porque no le habían hablado y las pocas veces que él intentó entablar una conversación, nadie le había contestado. Cuando aterrizaron le dijeron que bajara y eso fue todo. El israelí se acercó al enorme gordo y se presentó. -Mucho gusto, me llamo Jaron. Dijo escuetamente. -Yo soy el Agente Maloouf y espero que ya tenga claro como nos manejaremos de ahora en más. -¿Me recibe alguno de los dos?. Interrumpió Summers desde la NSA. Los Agentes durante una 327

operación tenían obligación de mantener abierto el canal de comunicación pero no estaba seguro de que lo estuviesen haciendo. -Yo lo recibo perfecto. Contestó Jaron. El gordo no hizo seña alguna de que lo hubiese escuchado. -Dígale, por favor que conecte su radio. Le indicó al judío para que se lo dijera al afroamericano. Éste le hizo señas y Deion encendió la radio. -¿Están los dos a la escucha?. Volvió a preguntar. -Sí. Contestaron al unísono. -Muy bien, entre ustedes no hay jerarquía, eso significa que ambos solo recibirán órdenes mías y el resto lo harán de común acuerdo. Tienen poco más de una hora para pensar y coordinar la mejor manera de hacer esto fácil y sin problemas. -No sabía que esto fuera una operación conjunta. Replicó el gordo. -Usted no tiene que saber nada. Le dijo Summers que seguía molesto con su Agente y no quería perder autoridad sobre éste. -Solo cumpla órdenes. El haber sido reprendido “delante” del otro Agente hizo que se le subiera la bilis pero se calló y sin decir nada comenzó a caminar hacia los edificios seguido del israelí. Cuando llegaron a la pequeña sala bastante más silenciosa que el exterior, el del MOSSAD comenzó a hablar. -En función de mi experiencia, sé que todos los vuelos privados arriban a esta zona y son introducidos en esta sala en principio, luego, con el equipaje en la mano, que dudo que estos hombres traigan; son llevados hacia un mostrador donde le revisan los documentos y finalmente los dejan salir al exterior. Desconozco si los vienen a buscar pero nos 328

enteraremos cuando se acerque la hora de llegada. De cualquier manera a quienes vengan a buscarlos no los dejarán pasar aquí por lo que me parece el mejor lugar para abordarlos, esta misma salita, lo que nos permitirá llevarlos directamente al Learjet y sacarlos casi sin que nadie se dé cuenta. -Aquí nos verá todo el mundo, no creo que sea buena idea. El Agente de la NSA ya comenzaba a crear problemas con sus objeciones. -Después de un vuelo de más de cuatro horas lo primero que querrán hacer es ir al servicio, que si no me equivoco son esas puertas ahí al costado y ese será el lugar ideal para llevárnoslo. Aún a su pesar, Jaron pensó que no carecía de lógica y dio por válida la idea. -Me parece bien. Cuando lleguen usted entrará al baño y los esperará dentro y yo me quedaré fuera por cualquier cosa. Creo que tenemos un plan. Siéntese que yo iré fuera a esperarlos. -Primero quiero comer algo o me desmayaré aquí mismo. Le respondió Maloouf al que le faltaba su buena parte de las 4.000 calorías diarias que ingería. -Vamos al restaurante. De ninguna manera pasearía por el Aeropuerto con el elefante este, eso sería como ir vestido de mujer y bailando lambada; aunque pensándolo bien quizá eso llamara menos la atención. -Quédese aquí que yo le traeré comida del restaurante, ¿Qué prefiere?. -Tráigame 3 hamburguesas completas con un litro de Coca-Cola. -De acuerdo, veré que le consigo. -No crea que no aprecio lo que está haciendo. Oyó el israelí que le decía Summers por su auricular.

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Pensó que iba a ser una operación con un colega pero el afroamericano no dio lugar a tuteo ni confianza y casi prefirió que fuera así, el olor que despedía el afroamericano era nauseabundo y prefería tenerlo lejos. Inconscientemente cuando salió se olió bajo los brazos para confirmar que el olor no provenía de él. Llegó el Learjet desde Roma, repostó combustible y quedó listo para salir con la APU103 encendida. Las órdenes desde Estados Unidos eran que rellenaran un plan de vuelo con destino a la Base de Operación conjunta de Morón de la Frontera en España y así lo hicieron.

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N del A. Turbina pequeña que suministra potencia auxiliar para mantener los sistemas en funcionamiento y a su vez proveer la energía necesaria para poner en marcha los motores. Del inglés: Auxiliary Power Unity. 330

NOVENA PARTE Un jugador menos Capítulo 73 Eran ya poco más de las 15:30 horas, pero a pesar de lo largo del viaje, se la habían pasado muy bien y habían forjado unos vínculos fuertes con el Coronel; entre anécdota y anécdota no tuvieron tiempo de sentir aprehensión con el mar debajo durante tantas horas. El Coronel incluso llegó a contarles sus últimas aventuras como entusiasta aeromodelista que era a lo que últimamente dedicaba más tiempo. Parecían tres amigos en un vuelo dominguero de Aeroclub. Las sospechas de que tenían algún padrino desconocido se confirmaron cuando los recibieron con total prioridad en la aproximación del Aeropuerto. -Creo que estamos cerca de conocer algunas cartas de los otros jugadores de la mesa. Dijo Angelo a sus compañeros de viaje, siendo uno de los últimos comentarios antes de tocar tierra. Justo después de rodar al lugar que les indicaron e inmediatamente después de frenar, le pidieron al Coronel que cambiara de frecuencia a 123.450 Mhz que es una frecuencia para hablar entre Pilotos no oficial pero conocida por todos en todo el mundo. Nada más cambiar de frecuencia se oyó por los auriculares de los tres. -Buenos días, señores. Los estaba esperando pero parece que hay otras personas esperándolos también así que me gustaría que bajaran y se dirigieran a la sala que está enfrente donde me acercaré para guiarlos y salir rápido de la Terminal sin dar oportunidad a nadie de hacer otra cosa, estoy solo pero fuera está mi chófer, 331

no pensábamos necesitar a nadie más. Coronel, en cuanto bajen aleje el avión que no queremos que lo secuestren. -No creo que vayan muy lejos con el combustible que queda. Respondió el Coronel. -Pero así lo haré. Se escucharon dos chasquidos en la radio que indicaban que habían oído y finalizaba la conversación. Intercambiaron contactos con el Coronel Clermont y bajaron del Robin nerviosos pero a la vez con ansiedad de terminar de una vez. El Robin se alejó lentamente hacia la zona de reabastecimiento de combustible. Cuando iban caminando hacia el edificio Lucca comentó: -Antes que nada yo necesito pasar por el baño porque estoy llegando al límite de mi resistencia, jaja. -Lo mismo yo. Además de tener un hambre feroz. Dijo su amigo. Al entrar vieron a una persona leyendo un periódico que ni levantó la vista hacia ellos rodeado de restos de comida por todos lados y más allá de la puerta de cristal hacia un costado apoyado en un mostrador y aparentemente hablando con alguien a quien no se alcanzaba a ver a otro hombre que al verlos entrar los saludó y comenzó a caminar hacia ellos. Angelo le hizo la seña internacional de “un minuto” con el dedo índice apuntando hacia la palma de la otra mano y él otro respondió con el pulgar hacia arriba, dando a entender que no había problema y continuó hablando. Miraron a un costado localizando la puerta de los servicios y fueron hacia allí casi corriendo después de haber pasado toda la mañana sin orinar. Entraron y no había nadie en los mingitorios adonde se dirigieron. Enseguida notaron un fuerte mal olor y fruncieron la 332

nariz pero tenían una prioridad absoluta. Ambos hicieron un ahhhh de satisfacción al vaciar sus vejigas y se miraron riendo. -¡Vuelvo a poder pensar!. Dijo Angelo. -Jajaja. Rió Lucca. Mientras se lavaban las manos oyeron el ruido del agua vaciándose en uno de los reservados y antes de que pudieran pestañear, Angelo sintió en la cintura algo duro y un fuerte olor al tiempo que le hablaban al oído. -Quiero que se quede quieto y me acompañe hacia afuera. Le dijo Deion. Angelo se secó las manos lentamente y miró a Lucca a los ojos. Lucca advirtió la maniobra del gordo pero se quedó muy quieto e incluso se mojó la cara haciendo ver que no se había dado cuenta de nada. Cuando pasaban por detrás de él giró sobre sí mismo y le pegó en donde supuestamente estaba su mano con la pistola pero no calculó el volumen de la barriga que se deformó y onduló amortiguando el feroz golpe que le había dado. Rápidamente el gordo le apuntó al pecho y disparó. Un ruido ahogado como un cachetazo se oyó en el espacio reducido y Lucca cayó hacia atrás abriendo la puerta del reservado con su peso y golpeando su cabeza contra la taza del inodoro. Angelo alcanzó a darse cuenta que su amigo ya no se contaría entre los que verían con sus ojos el anochecer del día de hoy y de inmediato se tiró encima sin importarle nada de lo que le pudiera hacerle el gordo de piel marrón obscura. Tomándolo de un brazo como si fuera un muñequito lo levantó en el aire y volvió a hablarle.

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-¿Ve lo que pasa cuando la gente no se queda quieta?. Salgamos de aquí rápido. Por la radio que Deion se había quitado de su oído, un desesperado Summers gritaba una y otra vez. -¡¡Maloouf!!. ¿Qué ocurre?. ¿Qué es ese ruido?. Ante la falta de comunicación bilateral, le dijo al judío. -Vaya de inmediato con mi Agente, algo ha ocurrido. El israelí que ya había oído el tamponazo típico de un arma con silenciador se estaba levantando cuando Summers le hablaba al oído. Cuando iba a abrir la puerta de los Servicios, una mole obscura con un hombre que parecía pequeño delante le tapó el camino. -¿Qué ha ocurrido?. Preguntó. -Nada, que las personas no me tienen respeto; pero ya está resuelto. Vamos hacia el Learjet. -Ok, vaya hacia el avión y suba usted también, por favor. Le pidió por el auricular, Summers al Agente israelí. -Lo que sea, ya no tiene solución y debemos completar la misión. Angelo estaba como en shock, lloraba en silencio por su amigo y era incapaz de pensar o moverse por sí mismo; caminaba como un autómata en medio de los dos hombres, ya no sentía ni el olor a podrido. Avisados por la radio el Learjet estaba poniendo sus motores en marcha y los tres hombres subieron por la escalerilla desplegable del avión. Hubo un momento que habría resultado gracioso de no ser por la situación. Entraron primero Angelo y el israelí y del afroamericano tuvo que tirar hacia adentro el auxiliar masculino encargado de cerrar la puerta, no había manera de que pasase en forma normal y se tuvo que poner de perfil. 334

Inmediatamente después cerraron la puerta y comenzó a moverse. Sentaron a Angelo delante y se ubicó el Agente del MOSSAD a su lado y detrás la mole del afroamericano que sonreía y ya buscaba a las auxiliares de a bordo que se habían refugiado en la parte trasera detrás de una cortina. -¿Qué pasa?. ¿Nadie me va a servir una copa y algo de comer?.

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Capítulo 74 Muchas cosas ocurrieron hasta que el Mundo se puso a girar tranquilamente de nuevo. En tierra, la persona que esperaba a Angelo y Lucca, interrumpió la charla con la bonita corsa con la que estaba hablando en el mostrador al oír los motores del Learjet acelerarse y corrió hacia la plataforma. Vio que el avión ya iba camino de la cabecera y volvió a entrar, localizó los Servicios y entró para asegurarse que aún seguían dentro. Vio las piernas de Lucca que sobresalían de un reservado y al acercarse notó el enorme charco de sangre que se extendía por el costado del hombre. Habló por un micrófono que llevaba en el mismo auricular y se tiró encima del herido rompiendo su camisa tratando de encontrar el orificio desde el cual manaba la sangre. No pasaron más de 2 minutos cuando llegaron los servicios paramédicos del Aeropuerto y no más de 12 cuando llegó la primera de 3 ambulancias que fueron arribando con las sirenas a todo volumen. En Estados Unidos, Jason Summers sabía que le esperaban muchas horas de justificación e informes. La muerte de un italiano en suelo francés por uno de sus Agentes no se iba a poder ocultar mucho tiempo y él sabía que la Inteligencia francesa era de las mejores del Mundo. Ya había pedido colaboración a la DGSE y éstos iban a relacionar rápido todos los hechos, encima en su propio territorio; mucha suerte tendría si lograba que no se transformase en un incidente internacional y se pasara página. Se tranquilizó y cuando el Learjet estaba en el aire comenzando su vuelo de una hora y cuarenta minutos a 336

Nivel 420 a Morón de la Frontera en España, habló con el Agente del Mossad. -¿Qué pasa con nuestro hombre?. ¿Está fuera de control?. Bajando mucho la voz y casi escondiéndose le contestó. -Yo diría que está al borde, empieza a sentirse como Superman y eso es malo para todos. Si no estuviera yo, creo que ya hubiese matado al objetivo. El pobre hombre está totalmente ido, es muy probable que su Agente le haya disparado al amigo que venía con él. Va armado con una pistola con silenciador y dudo que se la podamos quitar ya que ésta es la que lo hace sentir superior. -Muy bien, Jaron. Sé que lo que le voy a pedir está por fuera del alcance de lo que inicialmente iba a ser su trabajo pero ya sabe como es nuestro oficio. Me gustaría contar con usted hasta llegar a Estados Unidos, una vez allí lo primero que haremos es guardarlo104 bien. Intentaré que le den una pistola en la Base de Morón. -Por eso no se preocupe, nunca salgo sin mi Jericho. Solo tengo el cargador puesto pero espero que no me hagan falta más balas. -De acuerdo, intentaremos no matar a nadie más. De pronto una vaharada de mal olor con un golpe de aire llegó precediendo el manotazo que le dió en el hombro al Agente Levin.

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N del A: En la jerga significa ponerlo preso o vigilado sin abogados por medio. 337

-¡¡Heyyy!!. ¿Qué te pasa picha cortada105?. ¿Hablando con papá?. -Agente Maloouf, no vuelva a tocarme o lo lamentará, mejor dicho, ya no lamentará nada más en su vida. ¿Está claro eso?. El hombre de origen africano, sea por la calma con la que le habló el judío o por su mirada, entendió que no iba a poder someter a ese hombre así que se sentó e intentó otra táctica. Se volvió a colocar el auricular en su oreja y dijo: -¿Ha oído eso, Summers?. El judío me ha amenazado. ¿Desde cuando se puede amenazar a un Agente de la NSA?. -Parece que ha decidido volver a comunicarse conmigo, Maloouf. Escuche bien, tengamos la fiesta en paz, no moleste a nadie y traiga a Estados Unidos al objetivo sin hacerle ningún daño, es muy valioso. Relájese y coma y beba algo que en cuanto lleguen a Morón de la Frontera, en España los estará esperando un Boeing C-17 Globemaster III donde harán el resto del viaje y ya sabe que las raciones militares no suelen ser lo que se dice deliciosas. Summers había optado por una táctica diferente en vez de reprenderlo y deseaba tenerlo al alcance con la misión cumplida para evitar mayores desastres, entonces le caería como un tren en marcha. Por una frecuencia diferente se comunicó con el avión y ordenó que le sirvieran lo que quisiera. Temerosa, una Auxiliar de a Bordo se le acercó y preguntó con voz suave. -Señor, ¿Qué desea comer?. 105

N del A: Hace referencia a la costumbre judía de circuncidar a los varones. 338

-¡¡Todo!!. Gritó Deion. -Tráigame todo lo que se pueda comer en este avión de ricos y una botella de champagne del mejor, que paga el tío Sam. Al judío de enfrente una chuleta de cerdo106, jajaja y al aburrido de adelante no le traiga nada que no tiene hambre. Parecía que se desequilibraba minuto a minuto cada vez más. Jason Summers que había oído los gritos por la radio esperaba que una botella de champagne lo sedara y no al revés porque entonces sí que se vería en problemas. Angelo estaba alelado. Pensaba y repensaba en cada momento del pasado y maldecía el instante en que Lucca lo había abordado en su oficina. ¿Por qué no se había callado lo de Tesla y hubiera seguido con sus investigaciones privadas?. Quiso hacer el bien, quiso compartirlo con todos y había matado a un hombre. Siempre se había preciado de ser un poco frío, todo emigrante debía serlo para sobrevivir, pero quizá ya no lo era tanto como cuando tenía 20 años y sentía la muerte de Lucca muy hondo, como la de un ser querido. Tenía que pensar en su propio problema. ¿Quiénes eran estos hombres?. Parecían poderosos porque tenían a su disposición el avión en el que viajaban y nadie les hacía preguntas. El negro gordo asesino estaba desequilibrado y se notaba a la distancia que el otro trataba de contenerlo pero no se veía que tuviera ninguna autoridad sobre él. Si quería salir de esto tenía que pensar y rápido; lo primero era alejarse del gigante, luego aunque tardara toda una vida se vengaría de 106

N del A: Hace alusión a la fobia a comer carne de cerdo por los judíos ya que lo consideran un animal impuro. 339

Lucca. Estaba en un jet ejecutivo, con los ojos anegados en lágrimas no había podido ver de que modelo se trataba pero los asientos decían Bombardier así que sería un Learjet de la serie 70 para arriba; no sabía adonde iban pero miró por la ventanilla y vio al Sol casi al frente así que siendo casi las cuatro de la tarde, estaban viajando hacia el sud oeste, ¿Otra vez España?. ¿Serían españoles de nuevo?. No lo creía por varias razones, la primera era que sus dos acompañantes hablaban inglés o francés entre ellos dependiendo el momento, la segunda eran los medios con que contaban y por último que aún siendo violentos, se los notaba muy profesionales. Esto no sería como cuando escapó en Mallorca, no los engañaría tan fácil. Tendría que decirle a Alexis lo de Lucca. Sacó el móvil y cuando lo estaba encendiendo, el hombre que estaba sentado a su derecha, se le abalanzó y se lo quitó de la mano. -Vamos a portarnos bien. Le dijo. -¡Traiga eso para acá!. Gritó el gordo desde atrás dirigiéndose al otro hombre. Agarró el Smart-Phone, miró la pantalla como cuando un simio mira un espejo, se encogió de hombros y se lo guardó en el bolsillo. Angelo, con mucho disimulo y muy lento, se puso a juguetear con el Smart-Watch en su muñeca y consiguió apagar el móvil gracias al enlace inalámbrico que tenía entre ambos; no sabía cuando iba a necesitar utilizarlo y quería ahorrar el máximo de batería en ambos dispositivos. El enorme mono que estaba sentado detrás suyo hacía todos los ruidos imaginables y otros también mientras comía y bebía como un poseso; menos mal que los olores de la comida se mezclaban con su olor corporal y lo disimulaban un poco. En alguna parte 340

había leído que el aire de un avión presurizado se renovaba completo cada tres minutos y aún así toda la aeronave olia a chiquero. Aunque le era casi imposible intentó dormir para recuperar el máximo de fuerzas, tenía hambre pero no iba a pedir nada. Estaba claro que de un jet volando no iba a poder escapar así que esperó mejores oportunidades.

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Capítulo 75 A las 17 horas comenzó a ver unas costas por la ventanilla que le parecieron Menorca, Mallorca e Ibiza, así en fila, y finalmente divisó una costa y casi podía asegurar que era la costa valenciana. Si estaba en lo cierto, por la dirección que traían estimaba que pasarían por Sevilla si no cambiaban de rumbo y luego, ¿Qué?. ¿El Golfo de Cádiz?. Por la autonomía de este avión no creía que se internaran en el Atlántico así que su destino estaría en algún lugar entre Valencia y Cádiz en el interior de España. Eso lo tranquilizó un poco porque huir en España le facilitaría las cosas ya que la conocía muy bien. Al poco de haber entrado a tierra otra vez, sintió en su estómago que comenzaban a descender, venían alto quizá por encima de los 35.000 pies así que si empezaban el descenso ahora su destino estaría alrededor de Granada o Sevilla. -Ajústense los cinturones. Se oyó decir al Comandante, nada de la perorata típica de un vuelo de línea, simplemente una indicación. Le hubiera gustado darse la vuelta para ver como el gordo se ajustaba el cinturón pero no le parecía una buena idea ponerlo más de mal humor. De reojo vió que el hombre a su lado se lo ajustaba obedeciendo así que él también lo hizo. Echó una mirada por la ventanilla y al cabo de unos minutos cuando pudo distinguir algunas cosas de tierra entre los huecos de las nubes, le pareció distinguir las típicas plantaciones de olivos andaluzas. La tierra se fue acercando y la transición entre el campo y lo que parecían unas instalaciones aeroportuarias importantes fue instantánea, casi sin darse cuenta habían aterrizado. Miró por la ventanilla suya y vio 342

muchas aeronaves militares, estaba en una Base sin duda; o sea que al final sí que lo habían secuestrado los españoles. Quizá al no estar capacitados para hacerlo ellos habían contratado a unos sicarios para que hicieran todo el trabajo sucio, o sea que volvía a estar en la casilla número uno como en un gigantesco juego de la oca107. Recibió un golpe tan fuerte en la parte trasera de la cabeza que le hizo morder la lengua. -¡Ahora quietecito!. Solo te moverás hacia donde te diga y cuando te lo diga. No le hacía falta mirar para saber por el olor que le había hablado el afroamericano asesino. -¡Heyy!. Tranquilo que no hacen falta los golpes. Le dijo el israelí. -¡A mí no me digas lo que tengo que hacer con el blanquito manteca!. Ya puedes tomarte el avión de vuelta. -Tranquilo Agente Maloouf que nos interesa que esté de humor para cooperar. No es ningún enemigo nuestro sino muy por el contrario. Dijo Summers por los auriculares. -¡Ahí está el otro!. Si lo que querían era invitarlo a un viaje de placer hubiera venido algún jefote de oficina, pero no, mandan al negrazo para que haga el trabajo y luego no les gusta como está hecho. -Atento Levin que creo que deberá actuar antes de tiempo. Le comunicó por los auriculares en frecuencia privada al Agente israelí.

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N del A: Juego de mesa donde hay que recorrer 63 casillas con diferentes premios o castigos hasta llegar a la meta antes que el rival. 343

-Oye Deion. ¿Sabes lo que hacemos los del MOSSAD cuando finalizamos una misión?. Preguntó tuteándolo al americano. -Les cobran los gastos108, jajajaja. Rió su propia broma. -No, al contrario. Los jefazos nos pagan con una semana de vacaciones en una playa que tenemos privada con las mejores mujeres judías que están a nuestra disposición 24 horas. Podría arreglarlo para que se haga extensivo a tí, si quieres venir. Al fin y al cabo estamos juntos en esto. Pero terminemos esto a gusto de los que ordenan y no compliquemos una misión sencilla con tonterías. Intentó convencerlo con una táctica diferente, Jaron. -Mira cerdito, sé lo que intentas hacer pero no soy tonto. Igual te tomo la palabra y mejor que no me estés mintiendo. Le apuntó con el índice y dio por finalizada la conversación. Por lo menos lo había sacado de esa actitud matona y empezaron a descender del avión uno detrás del otro. El afroamericano se puso de perfil y empujando con las manos fue saliendo poco a poco. Angelo se retrasó un poco y aprovechando las contorsiones del americano se dio la vuelta y le preguntó al israelí: -¿Dónde estamos?. -En la Base de Morón de la Frontera. Respondió escuetamente el judío. Así que eso era, no le había errado por mucho al lugar pero no se le había ocurrido que estaban en la Base de Operación Conjunta americano-española. Por 108

N del A: La broma hace alusión a la fama que tienen los judíos de miserables. 344

lo tanto eran los estadounidenses los que estaban detrás de todo esto. No sabía bien porqué pero, no le extrañaba. Siempre que había algo que pudiese proporcionarles poder, ahí estaban los de Estados Unidos, para bien o para mal. En el fondo habían sido una opción a considerar para darles a conocer su descubrimiento pero luego lo descartó debido a las muchas alianzas obscuras de su gobierno con grupos de poder que actuaban a las sombras y regían los destinos del Mundo. Podían ser verdad o no, pero él no correría esos riesgos si le daban opción; prefería algo más “doméstico”, algo donde lo que se acordase se cumpliera por todas las partes sin presiones.

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Capítulo 76 Abajo de la pequeña escalerilla del Learjet, esperaban cuatro soldados de la Policía Militar armados como si viniera el terrorista más buscado, curiosamente le prestaban más atención al gigante marrón que a Angelo. Un Capitán dijo con voz autoritaria: -Síganme, a partir de ahora son huéspedes en nuestro transporte y nos gusta que las cosas se hagan a nuestro modo. Por favor, Agentes; entreguen las armas al Teniente, se las devolveré al llegar a destino. No hace falta más potencia de fuego que la nuestra para transportar a un solo hombre invitado. Dijo señalando sus fusiles de asalto M4A1. El Agente del MOSSAD inmediatamente sacó su Jerichó y se la entregó al Oficial que se la solicitaba. -¿Y por qué tengo que entregar mi arma si vamos a ir en un transporte militar?. Yo también estoy autorizado a llevar armas en Estados Unidos. Protestó el Agente Maloouf. -No me ha entendido Agente. Usted puede estar autorizado a llevar armas hasta dentro de la Capilla Sixtina pero en mi avión, no. ¿Queda claro?. Entregue su pistola. Le replicó el capitán poniendo su fusil en posición horizontal al igual que sus hombres, dejando claro quien iba a ordenar y quien a cumplir en las próximas horas. El gordo sacó de la bolsa su enorme pistola con silenciador, que no lo parecía tanto en sus manos, pero a último momento volvió a meterla y entregó la bolsa completa. -La quiero igual que como está. Dijo en un último alarde de querer imponer autoridad.

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-Cada uno de nosotros tiene asignado un mínimo de 5 armas diferentes, créame cuando le digo que no nos hace falta su pistola de juguete. Se la devolveremos cuando lleguemos. Aclaradas todas las posiciones fueron caminando rodeados de los militares hacia un gigantesco Boeing C17 Globemaster III. Entraron por la rampa trasera y lo que se encontraron no se parecía en nada a un avión comercial, era un enorme túnel con filas de asientos plegables que miraban hacia el centro del cilindro en vez de estar hacia adelante. Este avión permitía multitud de configuraciones para transportar casi cualquier cosa, hasta otros aviones dentro de su voluminoso fuselaje pero si para algo no estaba preparado era para que un pasajero viajase cómodamente en un vuelo transatlántico. En particular, en este caso había venido de Estados Unidos trayendo unos todoterrenos militares para utilizar dentro de la base. La solicitud de la Agencia de Inteligencia NSA había sido cursada rápidamente y Jason Summers incluso había hablado directamente con el Coronel de la Base explicando las particularidades de este traslado quien a su vez se los había comunicado a sus subordinados que ahora sabían muy bien que el problemático era el gordo afroamericano aunque el trasladado fuese el elegante ítalo-argentino. De las cuatro Bases Militares de Operación Conjunta entre Estados Unidos y España que había en territorio español solo quedan la de Morón de la Frontera cercana a Sevilla y la de Rota en Cádiz, ambas en Andalucía. Las de Torrejón de Ardoz cercana a Madrid, y la de Zaragoza ya han pasado a control total

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español sin quedar ninguna Unidad militar americana en ellas. La Base de Morón ocupa a aproximadamente unos 3.000 norteamericanos que viven y desarrollan su actividad profesional allí, entre civiles y militares. Dentro había unos 20 soldados ya ubicados en los asientos plegables de los costados hacia la proa del avión. Tenían cara de cansados y delante de cada uno tenían un enorme saco de transporte que en los militares era el equivalente a las maletas de la vida civil. A ellos los ubicaron hacia el centro del avión. Cuando Deion Maloouf vio las minúsculas banquetas plegables empezó a gritar: -¿Cómo mierda esperan que meta mi culo en una silla para la Barbie109?. -Tiene razón, no esperábamos que tuviésemos que llevar a King Kong, son aviones para gente normal. Respondió el Capitán y el resto de su Unidad le rió la broma. Sin apenas darse cuenta, Angelo se sonrió también y sin previo aviso, fruto de las humillaciones sufridas desde que había llegado a la Base, el negro le dio un revés que hizo que cayera hacia un costado manchando con un chorro de sangre el costado del avión. Inmediatamente lo encañonaron 4 fusiles de asalto mientras el Capitán le daba una patada girando todo su cuerpo impactando en la cabeza del afroamericano con sus botas de combate. Éste sintió el golpe y dobló las rodillas aturdido. -Ya está bien, ballenato. Le dije que no quería problemas y parece que no lo entiende así que vamos a 109

N del A: Muñeca rubia famosa por su estilizada figura. 348

optar por otra cosa. Me ha dado la justificación para poner la mayor distancia entre su cuerpo que huele a podrido y nosotros. ¡Levántese!. -¡No puedo!. Ha atacado a un Agente Federal y estoy gravemente herido. -¿Atacado?. ¿Usted está loco?. Si se ha tropezado y caído solo. ¿No es verdad, soldados?. -Sí, señor. Gritaron al unísono. Maloouf vio que no iba a sacar nada en limpio y se levantó lentamente. Se acercaron un par de soldados rápidamente a auxiliar a Angelo y lo ayudaron a sentarse, incluso uno de ellos abrió un botiquín de campaña y empapó un algodón en un líquido que introdujo en la nariz del argentino y paró la hemorragia de inmediato. Por la puerta que daba a la cabina salió el Piloto que era un Mayor y con voz grave dijo: -¿Qué es lo que ocurre, Capitán?. Los quiero a todos sentados y callados durante todo el vuelo. Son doce horas con dos escalas antes de que lleguemos a la Base NAS de New Órleans y no quiero absolutamente nada que turbe mi espíritu. Pongan el saco de patatas atado al final del avión. El Piloto tenía una cámara que grababa toda la zona de carga y seguramente el Mayor había visto todo. Dos soldados acompañaron al Agente Maloouf hacia el fondo del avión, lo hicieron sentar en el suelo y lo ataron con las mismas cintas que utilizaban para asegurar la carga. Se acercó el Capitán y le dijo: -Dado que no puede sentarse en las butacas y el Mayor exige que estén todos con el cinturón de seguridad puesto al despegar tendrá que ser así. Luego del despegue puede desatarse pero no lo quiero caminando por el avión, aquí se quedará todo el vuelo 349

salvo que quiera ir al baño y por la salud de todos nosotros solo espero que sea nada más que para orinar. Va a estar vigilado por dos de mis hombres que han estado durmiendo todo el día así que permanecerán despiertos el viaje entero. No haga nada raro y dentro de doce horas cada uno seguirá su camino, habiendo cumplido con nuestras respectivas misiones sin rencores. ¿Está claro, Agente Maloouf?. El Capitán era un profesional y le habló sin ningún tipo de sentimientos en medio, había tenido que pegarle una patada pero eso solo representó una reacción necesaria, no le importaba absolutamente nada del futuro, presente o pasado del afroamericano. -¡Clarísimo!. Contestó Deion con una furia contenida a punto de salir fuera. El Capitán esperaba que el cansancio de tantas horas de viaje lo aplacara. -Ustedes, soldados; uno en una butaca de cada lado del avión, con el Agente enmedio. Hizo una señal militar que significaba que estuvieran muy atentos y se dirigió a la parte delantera del avión, marcó una combinación en un armario y sacó dos pistolas eléctricas Taser X2 que entregó a los dos soldados que vigilaban al negro; si fuese necesario un muy alto voltaje lo dejaría tranquilo en forma inmediata. Angelo y todos en el avión habían escuchado y seguido atentos el desarrollo de toda esta comedia. A Ricci lo único que le importaba de todo lo que había oído era que iban a una Base en Louisiana. Entre una cosa y otra no salieron hasta las 22 hs. A poco de despegar unos soldados repartieron unas raciones de comida que consiguieron aplacar el hambre que tenía, lo único que había ingerido fue el desayuno por la mañana y una botella de agua a bordo del 350

Learjet. Intentó hablar con el soldado que tenía a su lado pero era un chico joven cumpliendo con su primer destino en el extranjero y no tenía idea de nada salvo que ya había hecho esa misma ruta y le contó que harían una escala en las islas Azores en la Base de Lajes Field a la que llegarían en unas dos horas y media, repostarían combustible y harían un largo tramo de unas seis horas casi en el límite de la autonomía hasta Fort Bragg en Carolina del Norte donde volverían a repostar para llegar en una hora y media más a la Base de NAS JRB en New Órleans. Lo dejó en paz porque no merecía la pena acosarlo ya que no sabía mucho más y miró al Agente israelí sentado enfrente que le sonrió en el primer gesto humano que le veía, como si ambos estuvieran compartiendo la misma desgracia y quizás así era.

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Capítulo 77 El viaje había empezado complicado pero gracias a la profesionalidad de los militares, transcurrió sin novedad que destacar, salvo una hora y media después de despegar antes de llegar a la primer escala cuando al Agente Maloouf le dio una necesidad ineludible y tuvo que ir al Servicio. Primero no podía entrar y tuvieron que empujarlo dos soldados desde afuera y después no podía salir y estuvo con la puerta abierta más de cinco minutos forcejeando hasta que a un soldado se le ocurrió pasar una cinta por detrás de él y tirando dos soldados de cada extremo desde afuera consiguieron destrabarlo. La consecuencia de esto fue que el mal olor se extendió por todo el fuselaje hasta despertar incluso a aquellos que habían logrado conciliar el sueño. Durante el reabastecimiento no se le permitió bajar a nadie y estuvieron en tierra el tiempo justo para ejecutar la operación que en el caso de Lajes, debido a que había que completar todos los depósitos, fueron más de 2 horas. Cuando llegaban a New Órleans, el interior del C-17 se comenzó a iluminar con las primeras horas del día, un día que traía más incertidumbre para unos que para otros. Jason Summers se había comunicado por radio con el israelí cuando aterrizaron en territorio americano y éste estuvo hablando unos minutos alejado momentáneamente de su custodio. Le informó que el Agente de la NSA estaba muy impredecible y Summers prometió enviar a un Agente armado para que los fuera a buscar a la Base, de ahí los trasladarían a un piso

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franco110 en el centro de la ciudad donde ya se harían cargo ellos. Esto tranquilizó al judío y le hizo una seña levantando el pulgar a Angelo para indicarle que todo iba bien. Ricci agradeció el gesto sonriendo al Agente israelí. Angelo después del golpe inicial había estado mareado y casi lo agradeció porque hizo que durmiera casi todo el viaje; ahora estaba despierto y atento otra vez. Deion Maloouf no es que fuera inteligente pero tenía esa astucia que se desarrolla cuando hay que sobrevivir entre tiburones y era consciente de lo que estaba ocurriendo. Lo habían desautorizado casi por completo y estaban esperando llegar a los Estados Unidos para apartarlo de la operación de una vez por todas, si el Agente que lo acompañaba en vez de ser israelí hubiera sido de la NSA, ya lo hubieran mandado de vuelta a limpiar baños a Toulon, o quizá peor, de vuelta a la calle habiendo firmado un alto de papeles con contratos de confidencialidad. ¿Qué tendrá este italiano para que le interese tanto al Tío Sam?. Le habían dicho que era algo importante que podía cambiar muchas cosas. En su simple cerebro durante doce horas se estaba formando una idea. El tipo estaba demostrado que era un blandengue, lo había sacudido varias veces como un trapo de cocina y ni había abierto la boca; le tenía miedo. Eso era lo que siempre había tenido, la gente le temía, no sabía bien porqué pero enseguida infundía miedo y le encantaba esa sensación de poder. Sacarle 110

N del A: Vivienda de propiedad estatal para uso de una o varias Agencias Federales. 353

lo que quería saber al imbécil bien vestido sería sencillo, el israelí era otra cosa, tenía esos ojos que ni pestañearían si tenía que meterle un tiro en la frente. Todavía no sabía como, pero tendría que poder ser capaz de sacar ventaja de esta situación. Encima la casualidad o la suerte había hecho que fueran a parar a New Órleans, una ciudad donde él se había desempeñado como delincuente antes de entrar a trabajar para la DEA primero y luego para la NSA y que conocía como su propia casa. De su familia no sabía nada desde hace muchos años pero aún le quedaban muchos amigos que, si habían tenido suerte y habían logrado sobrevivir, le debían muchos favores. En el fondo de su cabeza empezó a forjarse un plan que tenía muchos factores imprevisibles pero él era mejor que un camaleón para adaptarse a las circunstancias, solo tenía que estar atento a las oportunidades. Lo primero era salir del control de los militares que lo tenían más corto que a un pitbull111.

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N del A: Raza de perros famosa por su ferocidad. 354

DÉCIMA PARTE Louisiana Capítulo 78 El avión aterrizó a las 5 de la mañana hora local, debido a haber volado hacia el oeste le habían ganado varias horas al día, un poco más tarde de lo previsto por el tiempo perdido en las Azores. Ellos fueron los últimos en bajar, no los dejaron moverse hasta que el avión se vació, los hicieron subir a un camión y los dejaron en el estacionamiento de la Base; siempre acompañados por el Capitán y los cuatro hombres de la Policía Militar que ya acusaban el cansancio de tantas horas viajando, además del Jet-Lag112. Cuando se bajaron del camión Deion interpeló al Capitán. -¿Dónde está mi arma, soldadito de plomo?. -Se la darán en el puesto de guardia cuando lo atraviesen para salir de la Base. Que tengan un buen día. Dijo cortante y dio media vuelta sin oportunidad a mantener ninguna conversación. El día estaba bastante nublado con la amenaza de lluvia pero eso era bastante común en esta ciudad y a veces se mantenía así por una semana sin llegar a llover nunca. Había olor a humedad en el ambiente y la ropa se pegaba al cuerpo.

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N del A: Descompensación horaria del cuerpo humano que se da cuando se atraviesan varios husos horarios en un vuelo y que es mucho más acusada cuando se viaja en dirección al oeste que es el caso de los protagonistas. 355

A poca distancia estaba un Lincoln Town negro con las puertas abiertas y un hombre con traje que los esperaba. Deion no había vuelto a ponerse la radio bidireccional para hablar con Summers pero éste escuchaba todo a través de la del Agente israelí y esperaba que el afroamericano llegara al piso franco para desarmarlo y hacerse cargo de Angelo. El Agente, un hombre que aún a través del traje se notaba que tenía un físico trabajado, con el pelo rubio muy corto; estiró la mano que fue estrechada por el judío y por Angelo pero no por el enorme negro. -Buenos días, me llamo Stewart. Los conduciré al centro donde podrán bañarse, cambiarse y comer algo en un apartamento nuestro. -No tanta charla y vamos ya que me muero de hambre. Le espetó Maloouf. Subieron todos al vehículo, el Agente del MOSSAD se sentó delante y para desdicha de Angelo el gordo se ubicó detrás del conductor en el asiento trasero con él. El olor a cuero y a productos de limpieza del impecable automóvil perdió inmediatamente la batalla frente al nauseabundo aroma que despedía Maloouf. Nada más entrar, todos abrieron las ventanillas a pesar de la humedad y el calor que ya comenzaba a hacer en estos fines de la primavera, aunque fuese tan temprano; pero cualquier aire era más respirable que el de la cercanía del Agente de la NSA. -Parece que a alguno le hace falta el baño en forma urgente. Dijo Stewart. -¿Qué coño quieres decir con eso?. Preguntó Deion y nadie contestó nada. -Ya me empieza a caer mal el blanquito este.

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Llegaron a la puerta de salida y un soldado se arrimó a la ventanilla comparando unas fotos que tenía en una tablet con los integrantes del coche. Miró una y otra vez la pantalla y entregó en mano la bolsa a Maloouf con su pistola y luego hizo lo mismo con la Jericho del judío. Ni bien estuvieron fuera de la Base Deion revisó su bolsa y tal cual sospechaba, los cargadores y la pistola no tenían ninguna munición. El israelí puso una bala en la recámara y colocó el seguro como hacía siempre. -Mira por donde, estos culo estrechos me acaban de robar. Angelo que estaba a su lado vio a lo que se refería pero los dos Agentes que iban delante no entendieron que quería decir y tampoco le preguntaron nada. Para ahorrase el tráfico matinal de Russell Drive ,el conductor tomó por Concord Road que estaba muy solitaria a esa hora de la mañana, cuando estaban a un lado de la pista de atletismo todo ocurrió en apenas 2 segundos. Maloouf envolvió el cuello del chófer con un alambre que había sacado de la bolsa y éste frenó instintivamente, llevando sus manos al cuello intentando aliviar la presión que sintió instantánea, Angelo trató de llegar a la cabeza del enorme simio pero su intento terminó cuando el negro le propinó un codazo en la cara que lo dejó mareado en un rincón del lujoso coche. -A tí que no se te ocurra tomar tu pistola porque con un centímetro más este la palma aquí mismo. Le dijo al israelí. -Tranquilo Maloouf que nadie está en contra tuya, ya casi terminamos y nos esperan unas vacaciones en la playa. Intentó nuevamente actuar con la táctica que le había dado resultado antes. 357

-Déjate ya de historias, pito cortado, que eso no te lo crees ni tú. Saca la pistola con dos dedos de tu mano izquierda y déjala encima del apoyabrazos. El Agente del MOSSAD hizo lo que le indicaba aunque no sabía si era la mejor decisión, pero esperaba reconducir las aguas antes de que nadie saliera herido aunque el chófer ya estaba boqueando y los ojos se le salían de las órbitas. Todo indicaba que era una bravuconada más del Agente desquiciado así que disimuladamente sacó el seguro de su arma y la dejó lo más cerca suyo que pudo. -Ehh, tontín, empuja la pistola más hacia atrás y pon el cañón hacia tí. Todo transcurrió muy rápido. El gordo estiró los brazos seccionando prácticamente el cuello del chófer y al mismo tiempo tomó el arma y le disparó a la cabeza al Agente israelí. La ventanilla por detrás de él quedó roja con sangre y restos de masa encefálica. Angelo se hizo pequeño en el extremo opuesto del asiento del enorme Lincoln Town. Nunca había visto morir a un hombre asesinado en forma violenta y en solo unas horas ya había visto a tres. El olor a cordita del disparo quedó flotando en el aire y la cabina del automóvil se llenó de humo. Los oídos le zumbaban del ruido y había quedado medio sordo. No podía oírlo pero vio como el enorme negro se reía a carcajadas. De pronto vio que lo señalaba y le hacía la mímica de conducir un volante. -¡Pasa delante y conduce!. Gritó. Bajó del coche y pensó en salir corriendo pero seguro que no daría ni tres pasos antes de que le metiera cuatro tiros en la espalda. No podía subir al puesto del conductor porque el chófer con la cabeza colgando ocupaba el asiento. 358

Desde el asiento de atrás Deion Maloouf tomó al chófer de la ropa y lo arrojó a la otra butaca encima del Agente israelí como si fuera un muñeco de trapo. Puso la palanca del cambio automático en D y aceleró suavemente, sintió el cañón de la pistola en el cuello y pensó que todo acabaría mal. -Sigue todo recto, ya te diré cuando frenar y deja de temblar que me pones nervioso. Cruzaron la carretera 23 que recorre toda la costa siguiendo el curso del Mississippi y se introdujeron en una zona en obras a la que todavía no había llegado ningún trabajador, de pronto apareció el río y a la derecha unos árboles que formaban un pequeño bosque costero. -Ve ahí y estaciona al lado de los árboles. Le señaló Maloouf. -Baja y ayúdame a tirar la basura, te estaré apuntando y lo mismo me da dejar dos cuerpos que tres así que pórtate bien. Abrieron la puerta del conductor y arrastraron primero al israelí y luego a Stewart bajo los árboles. Deion le sacó la corbata al chófer y con ella limpió la ventanilla, luego fué a la puerta del lado del conductor y bajó y subió las ventanillas manchadas varias veces. -Hay que ver lo sucia que es la gente. Regresó al bosque apuntando a Angelo, le arrancó al israelí la radio del oído y antes de aplastarla en el suelo dijo: -Summers, supongo que ha oído todo así que hágame el favor de mandarme la liquidación porque ya no quiero trabajar más en la Agencia, jajaja. Se subió al coche y se sentó en el asiento de atrás solo.

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-Muy bien mariquita italiano, será mejor que empecemos a llevarnos bien porque pasaremos algún tiempo juntos. Sacó de su bolsillo el teléfono de Angelo y le preguntó: -¿Cómo funciona esto?. Se lo pasó por arriba del asiento. Angelo lo encendió y una catarata de sonidos llenó el silencio de la mañana, estaban entrando todos los mensajes que habían llegado mientras estuvo apagado. -Ponlo para que pueda llamar. Tú mientras toma la avenida y ve yendo hacia el centro. Lo tomó en su mano gigante y marcó un número que se acordaba de memoria, quizá el único que sabía de memoria pero si contestaban sería suficiente; sus gordos dedos se arreglaron para ir apoyándose en los números de la pantalla que salían de lo más recóndito de su cerebro, cuando tenía otra vida a la que estaba regresando. Sonó una y otra vez, cuando estaba a punto de cortar una voz somnolienta dijo: -Será mejor que hayan matado a mi madre porque sino mataré a la tuya.

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Capítulo 79 Klevon Savage era un afroamericano que ejercía toda la variedad de delincuencia que se puede encontrar. Desde tráfico de drogas, prostitución, impuesto a comerciantes para protección, apuestas ilegales; en fin, todo aquello que pudiese generar dinero. Dirigía una banda que ayudaba a que New Órleans tuviera la fama de ser una de las tres ciudades más peligrosas del mundo, a lo largo de los años se había hecho cada vez más violenta y sus hombres mataban por 20 dólares. Él decía que debía hacer honor a su apellido y así se comportaba113. Klevon era delgado, con ese físico típico de los fumadores de crack, más cerca de la muerte que de la vida sana, siempre vestía unos pantalones largos de hilo con una Lacoste114 y un sombrero de paja que él decía que le daban distinción. Se ponía muchos accesorios de oro de dudosa autenticidad y manejaba sus “negocios” desde una inmensa mansión del barrio de Tremé que el mundo del hampa respetaba porque sabían a quien pertenecía. Se comentaba que Klevon había matado a todos sus ocupantes para tomar posesión de ella y quizá fuera cierto, estaba ubicada en la zona este del barrio, donde no se atrevía a entrar ni la policía. En el momento de la llamada de Deion hacía apenas un par de horas que se había acostado y atendió porque era el número privado al que solo accedían algunos elegidos. 113

N del A: En inglés savage significa salvaje, no domesticado. N del A: Marca de ropa francesa cuyo artículo más famoso es la camisa Polo por la cual se asocia la marca solo con esa prenda. 114

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-Oye negrato, si hay alguien que va a matar a otro, seré yo si no abres los ojos y ayudas al hermano Deion como es debido. En un instante el traficante se irguió en la cama y preguntó: -¿En serio eres Deion o es una broma de algún mal nacido?. -Soy el mismo al que mientras te sostenía la mano en tu agonía, le has dicho que seríamos hermanos para toda la vida y que estabas en deuda conmigo hasta que uno de los dos muriese. Savage supo entonces que aquel colega, que desapareció de la noche a la mañana como tragado por la Tierra, había reaparecido de la misma manera y se cobraría la deuda. Deion le había pasado todos sus negocios y le había presentado a lo más graneado de los bajos fondos de esa época, lo había hecho respetar y prácticamente lo nombró su heredero antes de desaparecer. Eso ayudó mucho a que le temiesen, porque por aquellos días, “bomba Dei”, como le llamaban, empezaba a unificar a los traficantes de New Órleans y su desaparición repentina hizo que muchos creyesen que Klevon, su heredero, lo había matado y tirado al río. Otros comentaban que Maloouf los había traicionado y los había vendido a la DEA y sus propios compañeros lo habían matado. Algo de todo eso era lo que en realidad había ocurrido. Mientras lo había reclutado la DEA fue descubierto en una operación y los Agentes que trabajaban con él tuvieron que matar a todos los traficantes que lo habían identificado y llevarse lejos a Deion; al único que no permitió que mataran los de la DEA fue a su amigo Klevon que aunque herido sobrevivió gracias a él que lo protegió. Nunca nadie supo muy bien lo que había pasado con él 362

pero se fueron acostumbrando a su ausencia y Klevon tomó el testigo, ampliando y extendiendo su propia “organización”, sin quedarle claro tampoco lo que había pasado con su amigo pero disfrutando del poder que eso le había otorgado y olvidándose del asunto hasta esta mañana. -Deion, ¡Qué alegría!. ¿Dónde estás hermano mío?. En realidad no era que le provocase mucha alegría sino más bien presentía que esa llamada lo que le traería serían problemas. -Klevon, estoy en New Órleans y necesito un automóvil y una casa donde pueda llevar a un invitado al que vamos a tener que ayudar a que nos cuente algunas cosas que nos pueden hacer muy ricos. El traficante no era que necesitase más dinero, en realidad ya no sabía en que gastar el que tenía y lo último que necesitaba era a un fantasma de su pasado dando vueltas por su casa. -¿Sabes donde está el Oakwood Center?. -Sí, por la Westbank Express. -Exacto, en diez minutos verás en el aparcamiento un Cadillac Escalade rojo en el que te estaré esperando. Por lo visto le iban bien las cosas, los 4X4 Cadillac no eran un vehículo económico; mejor pensó Maloouf, le hacía falta un hombre con recursos y contactos. -Oye, prefiero que vengas solo, quiero hablar contigo y nadie más y trae un poco de lo bueno para festejar el encuentro. -De acuerdo. Afirmó Klevon.

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Capítulo 80 -Tú, culo blanco. Gritó dándole un golpe desde atrás en la cabeza a Angelo con la pistola. -Cuando te lo diga dobla a la derecha. Angelo ya estaba harto de los golpes, estaba todo manchado de sangre con heridas abiertas, tenía un montón de chichones al que acababa de sumar uno más y la violencia de este hombre no tendría fin. Estaba claro que frente al poderío físico animal no iba a poder hacer nada así que tendría que hacer uso de aquello en que sabía que era muy superior a él, la inteligencia; pero para eso tenían que dejar de estar en movimiento. Mientras estuvieran de un lado para otro con la pistola en la nuca, no sería fácil. Había oído la conversación y por lo visto se encontrarían con un amigo del afroamericano y cambiarían de coche; quizá el otro hombre fuese más razonable y pudiera convertirlo en aliado para huir. Cada pocos minutos sonaba algún sonido extraño en el teléfono al que Maloouf ignoraba pero a Angelo le informaba que el roaming115 de su móvil funcionaba y que había mucha gente tratando de saber donde estaba. Siguieron un rato por esa avenida y luego lo hizo girar a la derecha por una especie de autovía de tres carriles por la que continuaron unos pocos kilómetros hasta entrar en el aparcamiento de un centro comercial que apenas se estaba despertando. Ni bien entraron vieron el Cadillac que destacaba impecable de un color rojo sangre. Ricci esperaba que esto no fuera una premonición. Se bajó un proyecto de 115

N del A: Capacidad de los teléfonos móviles de funcionar en otros países distintos al del origen. 364

persona medio disfrazado de chulo116 de serie B caminando igual que los que cantan hip hop o Rap balanceando los brazos como un simio dándole la razón a la teoría de la evolución. Angelo bajó y detrás se ubicó el ex Agente siempre apuntándole con la pistola. Los dos delincuentes intercambiaron una serie de palabreríos y gestos más propios de animales que de seres humanos y ascendieron al lujoso coche, Angelo en el asiento del acompañante y Deion en el asiento trasero. -Colega, tendrás que darte un baño, que apestas, jaja. Dijo el delgaducho afroamericano. -No creo que huela tanto pero una ducha para relajarme no me vendría mal. Contestó el gordo un poco molesto. -¿Quién es el blancucho este?. Interpeló señalando a su costado. -Ya te lo contaré. ¿Ahora dónde vamos?. -Tengo una casa en el Lower Ninth Ward que está alejada de todo y me la vigilan mis muchachos por todos los costados, nadie entra en el barrio sin que yo lo sepa. ¿Sabías que yo ahora soy el puto amo de New Órleans?. -Veo que te van bien las cosas pero ahora solo quiero meterme una pipa117 y descansar tranquilo sin tener que vigilar a este mamón. -A eso vamos hermano, a eso vamos, jaja.

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N del A: Proxeneta, que vive de las mujeres prostituídas. N del A: Se refiere a fumar una pipa de crack que es una mezcla de cocaína y bicarbonato de sodio, muy adictiva y utilizada por los estratos bajos de la sociedad. 117

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Continuaron circulando sin hablar por barrios cada vez más deteriorados hasta una de las zonas más afectadas por el huracán Katrina en el 2005, se veían restos de casas por todos lados. Klevon saludaba en cada esquina a otros seres parecidos a él pero se notaba que todos le rendían respeto, por lo menos en esa parte de la ciudad. Entró con el coche a un garaje abierto a un lado de lo que se veía había sido una bonita casa allá lejano en el tiempo. El Sol ya estaba calentando y a pesar de la temprana hora se notaba la humedad que mojaba la ropa, olía a barro y a agua en el ambiente. Lo bajó el enorme negro a los golpes y sin dejar de pegarle lo condujo detrás de su amigo al interior de la casa. Por dentro, la vivienda, se encontraba mejor de lo que cabía esperar viendo el exterior. -¿Qué te parece tu casa, hermano?. Le preguntó el delgado traficante. Seguro que era otra casa ocupada pero se veía que al delincuente le gustaba mostrarse magnánimo con su ex “maestro”. -Muy buena, muy buena. Me gusta sobre todo este escritorio. Dijo sentándose en una silla detrás de un bonito mueble de madera noble. -Desde aquí podría dirigir una revolución, jaja. En ese momento volvió a emitir un breve sonido, el móvil de Angelo, que el negro llevaba en el bolsillo. -¡Joder con esta mierda!. Dijo sacándolo del bolsillo y dejándolo encima del escritorio. -Jajaja, hermano, hoy todo se dirige con estos aparatos, tú lo que pasa es que estás un poco atrasado pero ya te pondré al día. Ven, trae a tu siamés y mételo en este cuarto. No tiene ventanas y la única puerta es ésta que comunica con este despacho. Fumemos un rato y luego hablaremos de negocios. 366

-Eso me parece lo más inteligente que has dicho hasta ahora, jaja. Agarró a Angelo de los pelos y medio lo arrastró hacia la habitación. El aguante de Ricci estaba en sus límites, giró sobre sí mismo y esta vez estiró mucho el brazo alcanzando con el canto de la mano la nuez de Adán en el cuello del gigantón. El efecto inmediato de esto fue que Deion soltó el arma y se llevó las manos al cuello al tiempo que hacía un esfuerzo sobrehumano para que le pasara el aire por la tráquea; se empezó a poner rojo y se arrodilló en el suelo. El otro negro, asustado recogió el arma y le disparó a Angelo a una distancia de no más de 5 metros; el impacto lo impulsó hacia atrás y cayó solo dentro del cuarto. Klevon cerró la puerta de una patada y soltó el arma agachándose al lado de su amigo. -Oye, calma. Respira lentamente. Este cabrón ya no joderá a nadie más. En realidad no sabía donde le había dado pero le gustaba la figura de salvador de su “hermano”. Poco a poco Maloouf fue recuperando la capacidad de respirar pero tardó más en poder hablar. -Abre esa puerta que si está muerto esa mierda lo volveré a matar y sino va a estarlo por primera vez. Logró mascullar en voz baja. -Tranquilo, ya le he disparado y ahí dentro no nos molestará, muerto o no. Golpearon la puerta de la casa en ese instante, interrumpiendo la conversación. -¿Quién es?. Gritó Klevon. -Jefe, hemos oído un disparo. ¿Se encuentra bien?. Preguntaron desde fuera.

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-Sí, luego tendréis que venir a limpiar pero ahora dejadnos en paz, no volváis a molestarnos que tenemos negocios que tratar. Los dos afroamericanos que se habían acercado a la casa se alejaron de la puerta y volvieron caminando a una propiedad vecina. -Este blancucho me ha arruinado el día. Dijo ya con voz más normal, el ex Agente de la NSA. -No tiene porque ser así. Mira prepararé unas pipas y nos olvidaremos de todo. ¿Qué te parece?. Dicho esto se sentaron en un sofá uno al lado del otro y se dedicaron al ritual de la preparación de la droga. En cuanto comenzaron a fumar el crack ya nada más les importó.

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Capítulo 81 Angelo cayó hacia atrás después de recibir el disparo por parte de Klevon Savage, no sabía donde le había dado pero por suerte habían dejado la luz encendida y notó un fuerte dolor en el muslo que le resolvió la duda. Miró a su pierna y vio que sangraba profusamente, quiso romper su pantalón pero no pudo así que se acostó en el suelo y se lo quitó. La sangre no venía de la parte delantera del muslo sino de atrás, se tocó e intentó darse vuelta para mirar pero no llegaba a ver bien. El disparo se había introducido por el costado del muslo derecho y había atravesado el músculo limpiamente pero por suerte, gracias a la mala puntería del traficante, la herida era de solo cinco centímetros de largo desde el orificio de entrada hasta el de salida. Instintivamente miró el muro detrás suyo y ahí vio la bala incrustada en la nívea pared. El problema era la sangre que salía, se quitó los calzoncillos y se los ató tapando el orificio de salida que era por donde fluía el vital líquido. Se estaba mareando porque llevaba sin dormir bien muchas horas y apenas había ingerido alimento, la pérdida de sangre no contribuía para nada. Sabía, por lo que había escuchado que en la habitación de al lado se estaban drogando y no quería perder esa oportunidad. Se colocó los pantalones y trató de ponerse de pie sin éxito; lo intentó dos o tres veces pero el dolor era tan intenso que corría el riesgo de desmayarse y eso era lo último que deseaba. Pensaba y repensaba que podía hacer para escapar y no tenía muchas posibilidades; no conocía a nadie de total confianza en los Estados Unidos y menos 369

en esa ciudad del sur. Miró la hora en su Smart-Watch y vio que marcaba las 7:46, ¿Sería la hora local?, suponía que sí a juzgar por la luz que había visto al llegar. ¡Qué inteligente era ese reloj!. Un momento, si su Smart-Phone no se encontraba lejos podría utilizar el enlace inalámbrico entre estos para poder enviar mensajes a través del WhatsApp. Se acercó lo más que pudo a la puerta y escuchó a los dos delincuentes hablar incoherencias lo que significaba que ya estarían fumando crack; pensó por un instante, incluso abrir la puerta y tomar directamente su móvil, era probable que ni se enteraran pero con una pistola por ahí y el gatillo fácil que tenían ambos, lo desestimó. Comenzó a pasar en su reloj inteligente los contactos de WhatsApp hasta dar con Alexis. No tenía ni idea de la diferencia horaria pero esperaba que tuviera encendido algún dispositivo para recibir mensajes. Vio que se había establecido la unión entre su teléfono y su reloj. Los mensajes de texto en su reloj se dictaban y un sofware los convertía en texto que leía el receptor, así que preparó el dispositivo y dijo en voz baja: -¿Estás ahí?. A pesar de lo bajo que habló inmediatamente en la pantalla salió el texto perfecto y él aceptó el envío. Si alguna vez salía de esto tendría que felicitar a los fabricantes de este artilugio. En España eran las 13:50 pero Alexis no dormía, no comía, no leía; en síntesis no hacía nada sin su tablet y móvil esperando que Angelo se pusiera en contacto. Aunque su marido ignorase todo, ella no había estado ociosa y tenía varios planes listos para usarse de acuerdo a la situación. Algún día esperaba contarle todo lo ocurrido en estas horas. 370

El móvil y su tablet emitieron un sonido de mensaje entrante, de inmediato miró la pantalla del que tenía más cerca y leyendo escribió: Economizando lo máximo posible para no perder tiempo. Cuando Angelo a 6.500 kilómetros de distancia leyó eso, no pudo evitar que se le cayeran unas lágrimas. Volvió a hablarle a su pequeño reloj. -Urge ayuda. Estoy preso en coordenadas. Manipuló la pantalla, leyó las coordenadas geográficas de su gps y las leyó en voz alta. -29, 57, 48 norte y 90, 00, 33 oeste. Confirmó el envío y siguió: -Casa grande roja, dos guardias dentro, fuera más gente. Nuevamente confirmó y continuó: -Herido, no camino. Delincuentes peligrosos. Envió esto último y esperó. Al cabo de dos segundos pudo leer. Alexis abrió el Google Earth119 y puso las coordenadas suponiendo que las primeras cifras eran grados, luego minutos y segundos, que se posicionaron al otro lado del Atlántico en New Órleans, Estados Unidos; a pesar de lo lejano, no la sorprendió, se esperaba algo por ahí y de inmediato tomó el teléfono y puso en funcionamiento una gran caja de engranajes. Sabía que debería muchos favores pero la vida de su marido estaba en juego. -¿Papá?. Dijo al teléfono. 118

N del A: Siglas que en los mensajes de texto significa “Te quiero mucho”. 119 N del A: Software con mapas e imágenes de todo el mundo. 371

UNDÉCIMA PARTE Un jugador más Capítulo 82 Rodolfo Miguez había estudiado en un exclusivo colegio privado trilingüe pero su curiosidad y facilidad para las lenguas hizo que con solo 18 años ya hablara cinco idiomas además del español nativo. Terminó la carrera de derecho en dos años y medio porque, como decía él era muy fácil, solo hacía falta un poco de memoria y justo antes de empezar a estudiar ingeniería mecánica como un nuevo desafío, un hecho cambió el rumbo de su vida con tan solo 21 años. Nacido en Argentina en la Capital Federal de ese país, hoy llamada Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No es muy común escuchar hablar de Agencias de Inteligencia en los países latinoamericanos, no porque no existan, sino porque suelen ser de muy poco desarrollo utilizadas más bien como organismos de poder para los “iluminados” de turno que suelen gobernar esos países desde hace décadas. Rodo, como lo llamaban los amigos, vivía en un exclusivo barrio y acostumbraba bajar a desayunar todas las mañanas al mismo bar. Se había comprado con el dinero prestado por sus adinerados padres un hermoso piso desde el que veía hasta la Pista de Aeroparque desde sus balcones; él estaba devolviendo ese dinero a un ritmo más rápido del que todos pensaban ya que desde hacía un año trabajaba en uno de los bufetes más importantes de abogados y era toda una joven celebridad muy bien pagada. Pero su capacidad no pasaba desapercibida para aquellos que estaban a la caza de este tipo de jóvenes prodigios. 372

Una mañana estaba leyendo el periódico mientras tomaba su acostumbrado capuccino con un tostado 120 cuando alguien le habló. -Disculpe, Doctor121 Miguez, ¿Podría hablar un minuto con usted?. -Señoooor … Dijo bajando el Clarín122. -López123. Terminó el desconocido muy rápidamente y ya sonaba a falso antes de que acabara de decirlo. -Señor López si es por trabajo, por favor, llegaré a mi oficina en media hora. -No, Doctor, no es por trabajo, pero puede resultar interesante para usted si desea oírme. Rodolfo lo miró bien y decidió darle una oportunidad aunque sabía que esto no era ninguna casualidad, desgraciadamente su inteligencia dejaba poco lugar para el engaño de los demás. -Sientese Señor López, ¿Desea tomar algo?. Ofreció Miguez. -Un café nomás. Dijo el interpelado y Rodolfo le hizo la seña al camarero que en Argentina significaba un café pequeño, que consistía en una C con una abertura de unos cinco centímetros entre el pulgar y el índice de la misma mano. -Dígame de que desea hablarme. 120

N del A: Sandwich de pan de miga con jamón y queso, de forma triangular, tostado hasta alcanzar un color marrón claro uniforme. 121 N del A: A los abogados en Argentina se les llama Doctores aunque en realidad no tengan ningún doctorado. 122 N del A: Periódico de tendencia política de derecha con una gran tirada en Argentina. 123 N del A: López es uno de los apellidos más comunes en Argentina, como si fuera Smith en Estados Unidos. 373

-Doctor Miguez, hablo en representación de otras personas que a su debido tiempo sabrá quienes son si seguimos adelante. Sabemos que se desempeña de forma excepcional como abogado y que tiene una muy buena formación académica. También sabemos que está por comenzar un nuevo desafío para usted que será hacer la carrera de ingeniería en sus ratos libres. Queremos ofrecerle un empleo y a su vez la oportunidad de estudiar la carrera técnica que desee pero en Estados Unidos. Estamos en condiciones de ofrecerle el doble del sueldo que usted gana ahora y … -Señor López. Interrumpió Rodolfo. Un trabajo no se ofrece en un bar y me gustaría saber como ha o han averiguado mi sueldo ya que no es algo que sea precisamente público. -Doctor, apuntaré aquí en la servilleta un número y usted me dirá. Mientras el camarero ponía el café pedido López anotó una cifra. Miguez, miró el número y coincidía hasta la última cifra con el último recibo de sueldo de él. -Buen número de magia. Dijo. -Pero si pretende que sigamos hablando tendrá que decirme algo más y luego me iré y nos encontraremos mañana a la misma hora para desayunar. ¿Qué le parece?. -Doctor, pertenezco a la AFI, Agencia Federal de Inteligencia de Argentina; eso es lo que somos “nosotros” y nos gustaría que trabajase con nosotros. El Doctor Miguez destacó en su privilegiado cerebro solo una palabra de lo que le había dicho y era “con” dijo con nosotros y no “para” nosotros, y eso le gustó. Lo miró fijamente y le volvió a repetir levantándose de la silla y sonriendo. -Hasta mañana Señor López y, por favor, no se le olvide su nombre, no me gusta que la gente cambie de 374

nombre y no vaya a ser que mañana se me presente como González. Ese fue el comienzo del reclutamiento de Rodolfo Miguez como Agente de Inteligencia del AFI, en realidad en esos días llevaba otro nombre. Además de los estudios académicos que fueron de su interés, siguió cursos avanzados de armas, defensa personal, pilotaje de aeronaves y vehículos náuticos, buceo, algunas paramédicas. Todo esto pagado en parte por el país y en parte de su propio bolsillo. Su afán de conocimientos era insaciable y no tenía nada que ver con su trabajo. Aprovechó la oportunidad que se le ofrecía de vivir en los Estados Unidos y formarse en un montón de áreas que nunca parecían suficientes para su inteligencia ávida de nuevas experiencias. Todo lo terminaba en tiempo récord y con las mejores calificaciones. Vivió en varias ciudades pero últimamente estaba asignado al Consulado de Argentina en la ciudad de Miami y se dedicaba a “cazar” a argentinos que venían a lavar dinero a esta ciudad. En realidad era muy bueno en lo que hacía, como era de esperar, pero su trabajo hoy en día, no le gustaba. Había empezado como un espía tecnológico cuya misión era frecuentar los ambientes académicos de Estados Unidos y enterarse de ideas revolucionarias útiles para su país, eso le gustaba, se codeaba con lo más graneado de la mecánica, la física y las matemáticas; solía trabajar solo y tenía una oficina asignada en la Embajada en Washington. Había intervenido en algunas operaciones para descubrir, perseguir y detener a algunos ladrones de guante blanco e incluso estuvo haciendo algunos trabajos free-

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lance124 para otras Agencias; se estaba convirtiendo en una celebridad en ese submundo. Cumplía con muchos atributos muy útiles todos juntos en una sola persona, era muy culto, estaba muy bien formado, poseía conocimientos en varias áreas de tecnología y encima tenía un entrenamiento físico y operacional de muy alto nivel. En cualquier país del Primer Mundo se hubiera aprovechado para muchas funciones importantes pero trabajaba para un país latinoamericano como Argentina y eso significaba que estaba a merced de los vaivenes políticos del momento. La política regía los actos y la vida de Latinoamérica. Actualmente se ocupaba, por orden del Gobierno socio-comunista que estaba a 8.000 kilómetros en Buenos Aires, de perseguir a los pobres empresarios que no comulgaban con el régimen que hacían malabares para sacar algo de dinero del país antes de que se lo expropiara el propio Estado. No poseía ideología política concreta pero estaba más cerca de los sistemas que premiaban a los esfuerzos personales que aquellos en donde se repartía todo quedando la mayor parte en los bolsillos de los que repartían. Por lo tanto, últimamente tenía cada vez mayores “fracasos” y se le “escapaba” más gente. Recibía muchas llamadas de atención del Consulado, ahora ocupado por un grupo de ignorantes sin formación ninguna que vivían a cuerpo de Rey a costa de los impuestos de los que trabajaban en el paraíso socialista que les vendían en Argentina. A él no le preocupaba en absoluto, ya que tenía 20 ofrecimientos de empleo por mes pero prefería quedarse para entorpecer aún más la labor de un 124

N del A: Trabajos sin relación de dependencia, por cuenta y cargo de la persona misma. 376

Gobierno que estaba destruyendo a su país; quería aportar su grano de arena para que cambiara la situación que estaba llevando a la pobreza más absoluta a la misma gente que los apoyaba y al enriquecimiento de la clase política a través de la corrupción más profunda. Los puestos cuyos sueldos se pagaban con el dinero del Estado se multiplicaban y eran ocupados por personas sin ninguna preparación por el solo hecho de comulgar con el “modelo” que les vendían. Con sus 38 años actuales y la cultura e inteligencia que poseía ya no podían engañarlo tan fácil. Casi era que se estaba convirtiendo en una ayuda para aquellos a los que supuestamente debía perseguir, los aconsejaba y al mismo tiempo estaba creando un fondo en el extranjero que ayudaría a la oposición cuando se hubiesen dado las condiciones de revertir la situación. Cuando recibió la llamada, puso en marcha a sus contactos, que eran muchos, y dos horas después de haber hablado por teléfono se encontraba en el Aeropuerto Louis Armstrong de New Órleans gracias a un amigo que tenía, dueño de una de las Escuelas de Vuelo y taxi aéreo más importantes de Miami. También hizo otras llamadas que sirvieron para combinar la vuelta de inmediato desde New Órleans a Miami. Buscó en Internet quien vivía en la casa correspondiente a las coordenadas que había recibido y vio que los impuestos y servicios más antiguos venían a nombre de una persona y los más modernos como la televisión por cable estaba a nombre de un tal Savage. Lo llevaron en un Cessna Citation X en un vuelo desde Fort Lauderdale que había contratado un adinerado jugador para que lo llevaran a Las Vegas; no fue difícil incluir New Órleans como una de las escalas 377

para reabastecimiento. El vuelo estaba a punto de salir cuando recibieron la llamada de Rodolfo Miguez así que le dijeron al cliente que tenían que esperar a un inspector de la FAA125 que les iba a inspeccionar en el vuelo pero que bajaría en la primer escala. Así fue, llevaba un bolso en donde transportaba un botiquín muy bien provisto además de una pistola FN Five-seveN USG con silenciador Gemtech y 4 cargadores con 20 municiones cada uno de 5.7 mm x 28 capaces de perforar hasta chalecos antibalas. Llevaba también un mono con logotipo de una compañía de reparación de electricidad y varios cables de colores. Al llegar a la Terminal de vuelos privados del Aeropuerto y proviniendo de un tramo doméstico 126, presentó su pasaporte diplomático y salió en cinco minutos sin que le revisaran absolutamente nada. Se dirigió a una oficina de alquiler de vehículos y en 10 minutos más después de rellenar los formularios y haber pagado con la tarjeta de crédito salía a la autopista 10 en una furgoneta blanca con las coordenadas recibidas cargadas como destino en el GPS del automóvil. Aceleró por encima del límite apelando a la buena suerte y en 20 minutos se introducía en el barrio donde estaba la casa con las coordenadas que le habían dado. Desde que lo habían llamado por teléfono solo habían transcurrido un poco menos de 3 horas; eran casi las 11 de la mañana en ese momento. Paró en una esquina solitaria y se puso el mono, revisó su confiable pistola, le enroscó el silenciador, 125

N del A: Oficina para la regulación de la aviación civil del inglés Federal Aviation Administration. 126 N del A: Vuelos con origen y destino dentro del mismo país. 378

metió los cargadores en sus bolsillos y a continuación hizo unos ejercicios respiratorios de concentración que bajaron sus pulsaciones y prepararon su cuerpo para la sobredosis de adrenalina que estaba seguro recibiría en unos minutos. Colocó los cables de manera que sobresalieran fuera del bolso y volvió a arrancar. En esos momentos y sin que él supiera nada, una llamada de teléfono alertaba a los dos delincuentes que vivían en la casa de al lado de Klevon Savage que una furgoneta blanca con una sola persona había entrado al barrio.

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Capítulo 83 Angelo había estado escuchando hablar a los dos negros de incoherencias, probablemente por efecto de la droga y poco a poco había ido decayendo la conversación hasta que hacía cosa de una hora y media se habían callado y se oía roncar terriblemente fuerte al que creía que era su secuestrador. Tenía ganas de ir al baño y muchísimo apetito. La pierna le dolía cada vez más y tenía miedo de que se le estuviera infectando la herida, se la había revisado una vez y vio que se le estaba poniendo todo azul alrededor del orificio de entrada. Por suerte había dejado de sangrar y se quitó el calzoncillo bañado en sangre que reemplazó por su camiseta ajustando más suavemente alrededor del muslo. Tuvo mucho cuidado de que no se le cayera la cartera, increíblemente después de todo lo vivido aún conservaba la cartera en el bolsillo del pantalón con la que había salido de su casa hacía muuuucho tiempo. Volvió a cambiarse sin la ropa interior e intentó levantarse apoyándose en los muebles, a pesar del fortísimo dolor logró ponerse en pie e intentó abrir la puerta muy lento y despacio, como suponía estaba sin llave y en cuanto tuvo dos centímetros de rendija miró hacia afuera. El gordo dormía pero el flaco miraba al techo con los ojos abiertos aunque sin mucha conciencia tampoco. El mal olor de afuera penetró en su pequeña estancia y casi se arrepintió de haber abierto. No sabía lo que tardaría en llegar la ayuda pero sí sabía que tenía que aguantar hasta ese momento. Lo primero era vaciar su vientre y su vejiga porque quería estar preparado para moverse rápido y sin necesidades cuando vinieran a rescatarlo. Buscó el rincón más 380

alejado y procedió a aliviarse. Ahora ya no sabía donde olía peor, las situaciones extremas solían asilvestrarlo a uno y todo se resumía a la supervivencia. Estaba pensando que si tenía oportunidad mataría a los dos hombres que estaban afuera y eso lo hizo filosofar sobre el ser humano; al fin y al cabo si se daban ciertas condiciones todos nos empezábamos a parecer. Hace unos días él era un empresario aseado y civilizado que había sido secuestrado por un salvaje maloliente que mataba con la naturalidad con la que él saludaba. Hoy ya eran dos fieras que olían igual y ambas dispuestas a matarse entre sí. Lo extraño de esto es por qué no había sido al revés y ambos no se habían transformado en empresarios civilizados. Miró su reloj, eran las once menos diez de la mañana y el gordo había dejado de roncar hacía unos minutos. Se puso alerta cuando oyó que hablaban detrás de la puerta. De pronto se abrió y allí estaba Deion Maloouf con la pistola en la mano mirándolo fijamente a los ojos con sus pupilas aún muy dilatadas. -¡¡Joder!!. ¡Qué olor a mierda!. Angelo no pudo evitarlo, desde el suelo le contestó: -Mira quien habla. -No te hagas el gracioso y ven aquí. -Mira, si me hubiera podido mover ya estaría a 100 kilómetros de este lugar. El afroamericano se acercó y agarrándolo del pelo lo arrastró fuera de la habitación, al pasar por la puerta golpeó su herida contra el marco y no pudo evitar emitir un grito de dolor. -Deja de llorar, mariquita que aún no he empezado. Diciendo esto le asestó un cachetazo que le hizo escupir sangre al italo-argentino que quedó con el oído zumbando, donde había recibido el golpe. 381

Comprendió que de no recibir ayuda pronto, el animal que tenía enfrente lo mataría, porque no tenía conciencia de su fuerza desbocada. Ya estaba pensando en lo que le diría en el momento en que empezara el interrogatorio para minimizar los daños cuando se abrió la puerta principal de la casa y dijeron: -Buenos días. Con una voz calmada y serena.

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Capítulo 84 Rodolfo fue avanzando lentamente según las indicaciones que emitía el GPS y cuando estaba llegando al destino, paró, tomó el bolso y se bajó de la furgoneta, de la casa de al lado salían a su encuentro dos afroamericanos delgados. -Buenos días, hermanos. Dijo con acento de la clase trabajadora del sur. -Nos llamó el señor Savage para arreglar unos enchufes. ¿No sabéis cuál es la casa?. Los hombres vieron que efectivamente del bolso salían unos cables y visto que sabía el apellido de su jefe, se tranquilizaron y uno de ellos le dijo: -Nosotros no somos tus hermanos, pero Savage vive ahí mismo. Señalaron a la casa roja. -Gracias “señores”, entonces. Les dijo con una sonrisa que hizo que ambos sonrieran también. Lentamente abrió el portón trasero de la furgoneta e hizo que acomodaba unas cosas subiendo y bajando aunque dentro estaba completamente vacío; quitó todo lo que contenía el bolso dejándolo dentro del coche y solo conservó la pistola con el silenciador puesto. Los hombres se aburrieron a los pocos segundos y retrocedieron hasta su casa siempre mirándolo. Rodolfo abrió el bolso y metió la mano dentro como si buscara algo aunque en realidad tenía a la Five-seveN por la empuñadura lista para disparar dentro de la bolsa. Cuando estuvo en la galería, fuera de la vista de sus vecinos, tiró el bolso a un costado y abrió la puerta principal diciendo: -Buenos días.

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Capítulo 85 -¿Y este pavo de dónde salió?. Dijo el ex Agente. -Lo más importante no es de dónde haya venido sino que ya estoy aquí. Señor Ricci, quédese tirado como una babosa en el suelo. Replicó el argentino. Ricci se desplazó a un rincón y se acostó boca abajo. -Vosotros dos, dejad las armas y levantad las manos. No veía las dos manos del más delgado pero no quería sorpresas. Igual era un gran conocedor de la naturaleza humana y sabía como terminaría esto; tenía frente a sí a dos perdedores al margen del dinero que tuviesen. Klevon tenía un gran instinto de supervivencia y se colocó detrás de la mole de su amigo, Deion aún seguía con el arma en la mano pero apuntaba hacia abajo. -¿Y si no, qué?. ¿Crees que con esa pistolita de juguete podrás matarnos a ambos?. Puede que me des con alguna bala pero luego yo te meteré 5 en tu cuerpo blanco. Era verdad en circunstancias normales pero no lo era con el arma que llevaba Rodolfo Miguez y con la puntería excepcional que tenía el Agente argentino. Todo terminó bastante rápido; cuando Maloouf subió la pistola para dispararle, Rodolfo le disparó tres balas de 5.7 mm en menos de un segundo, las primeras dos parecían como que había fallado y dieron en medio de su pecho una al lado de la otra y la tercera le atravesó su cerebro a más de 2.000 ft/s ingresando por el medio de los ojos. Todo esto haciendo menos ruido que la caída de un libro al suelo. El gigante jamás llegó a levantar la pistola hasta una altura que pudiese representar un peligro para el 384

Agente argentino. El enorme negro cayó hacia adelante en vez de hacia atrás por una cuestión de física y encima de él cayó el cadáver del narcotraficante que acababa de descubrir que los proyectiles de 5.7 mm que dieron en el pecho de Maloouf iban destinados a él. Estaban fabricados para atravesar un chaleco antibalas laminado y un poco de grasa apenas les quitó algo de su energía, atravesando incluso el flaco cuerpo de Klevon para terminar incrustándose en el escritorio que tanto le había gustado hacía unas horas a Deion. Un disparo fortísimo resonó en la habitación. Inmediatamente Rodolfo giró sobre sí mismo al tiempo que identificaba el origen. Una mano asomaba con un antiguo revolver humeante por un extremo de la puerta semi abierta y logró vislumbrar los ojos que le apuntaban a través del breve espacio que quedaba del lado de las bisagras. La bala del revólver había pasado a más de 50 centímetros del argentino. Hizo nuevamente tres disparos al centro de la puerta, se escuchó un grito y el revólver desapareció cayendo hacia abajo. Otro que había descubierto la penetración de los proyectiles de una Five-SeveN, una puerta era lo mismo que lo que representaba un papel en el camino de una bala de 9 mm normal. Rodolfo corrió hacia la puerta, pateó el revólver y vio al segundo hombre que corría hacia la casa probablemente para buscar más potencia de fuego. Se encontraba a unos 10 metros y en rápida sucesión le disparó los 14 proyectiles que aún le quedaban en el arma. Al principio parecía que no le había dado porque seguía corriendo pero unos metros más adelante cayó muerto antes de llegar al suelo. Le había dado 12 de las 14 balas que le habían atravesado el cuerpo a gran velocidad casi como si no hubiera existido. 385

Mientras regresaba adentro introdujo en su arma un nuevo cargador de 20 proyectiles, cargó la primera y puso el seguro. -Señor Ricci, ¿Se encuentra bien?. Preguntó hacia el interior. -Sí, si obviamos algunos detalles. ¿Me puedo levantar?. -Sí, tenemos que salir rápido de aquí, supongo que el revólver se debe haber oído hasta en el lago Pontchartrain127. Angelo se levantó con mucho dolor, lo primero que hizo fue agarrar su teléfono de arriba de la mesa y luego dio unos pasos en una pierna hacia la puerta. Al verlo Rodolfo en que condición se encontraba, se acercó y le dijo: -Apóyese en mí que iremos más rápido. Salieron de la casa y, al menos por el momento no se acercaba nadie; probablemente un disparo fuese algo más común de lo que se esperaban por ese barrio. Subieron a la furgoneta, Angelo por el portón trasero y Rodolfo en el lugar del conductor. Despacio y sin llamar la atención fueron avanzando e incluso Miguez saludó por la ventanilla a alguno de los habitantes que habían salido a la puerta de su casa para ver a que se debía el ruido del solitario disparo. Rodolfo Miguez se encontraba tranquilo, seguramente la ciudad estuviese un poco más tranquila con cuatro delincuentes menos. Más bien pensaba en todas las vidas de gente normal que quizá hubiese salvado en un futuro. Había sido una buena operación hasta ahora y se concentró en que terminara bien. 127

N del A: Lago en cuyas orillas se asienta la ciudad de New Órleans. 386

Capítulo 86 Se incorporó al tráfico de St. Claude Ave. Y una vez que cruzó el puente, ya más tranquilo buscó un lugar a la derecha para aparcar detrás de otras furgonetas similares que parecía que pertenecían a una lavandería cercana. Eran las 11:37 horas y tenían tiempo aún. Se bajó de la furgoneta y abrió el portón trasero. -Quítese los pantalones, por favor, quiero ver la herida. -Eso espero, no vaya a ser que sobreviví a un tiroteo para ser violado. Dijo Angelo. Se miraron, era obvio que el otro no esperaba esas muestras de humor después de lo que había pasado. Empezaron a sonreír y terminaron riendo a carcajadas dando escape a toda la tensión acumulada. -Me llamo Rodolfo Miguez, pero mis amigos me llaman Rodo y así quiero que me llamés vos. Le dijo con el voseo típico de los argentinos. -Yo soy Angelo Ricci y me llaman…, bueno siempre me han llamado Angelo pero hace poco me dijeron Angie y me gustó. -Que sea Angie, entonces. Ahora que ya entramos en confianza, a ver ese muslo, jaja. A Angelo le gustó de inmediato este hombre y ya era la segunda vez que le ocurría esto en los últimos tiempos. El recuerdo de Lucca lo entristeció y su semblante cambió enseguida. El Agente de la AFI se dio cuenta de inmediato y dijo: -Qué, ¿Duele mucho?, y no me refiero al dolor de la herida sino a otro que parece que te sobrevino de pronto.

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Miguez utilizaba a menudo la ingeniería social128 y no se lo podía engañar, veía a través de la gente como si pudiese leer los pensamientos. -Si tenemos oportunidad, ya te contaré. Rodolfo le quitó la camiseta sucia, abrió su botiquín y procedió a limpiar la herida lo mejor que pudo con agua oxigenada por fuera y hasta donde pudo acceder por dentro. Le puso abundante sulfamida y tapó todo con varias capas de vendas limpias; terminó con un vendaje adhesivo que le dejó la pierna en mucho mejor estado. Le aplicó una inyección de analgésico fuerte y otra de antibióticos. En todo este proceso, Angelo no abrió casi la boca; soportó el dolor y el ardor sin emitir ni un quejido. También el Agente Miguez le limpió todas las heridas que tenía en la cabeza y hasta le dio un peine para que empezara a parecerse a una persona otra vez. Rodolfo se quitó el mono y se lo dio, diciéndole: -Ponte esto que está un poco más limpio que tu ropa y huele algo mejor, jaja. Tiraremos la ropa en ese contenedor. Luego acomódate que pararé en un starbucks así comemos algo que aún es temprano. Angelo se abstuvo de preguntar, ¿Temprano para qué?. Y se dijo que sus condiciones eran mucho mejores que hacía una hora, así que se dejó llevar. Se cambió de ropa, pasó su cartera y el Smart-Phone a un bolsillo del mono, acomodó la cabeza encima del bolso de Rodolfo y se adormeció casi antes de que Miguez volviera de tirar la ropa y arrancara el coche de nuevo. 128

N del A: Es la práctica de obtener información confidencial a través de la manipulación de usuarios legítimos, dicho de otra manera, la forma de hacer que otros hagan lo que uno quiere. 388

A las 12:10 horas pararon en el Starbucks129 de Terry Parkway, bastante lejos del lugar del tiroteo y muy cercanos al lugar de donde partirían hacia Miami de vuelta. Rodolfo puso la furgoneta en el estacionamiento de la cafetería y se bajó a buscar algo. Regresó a los 5 minutos con una bandeja que tenía dos cafés humeantes y dos panini grillados que olían que embriagaban a esa hora. Abrió con la mano libre el portón de la furgoneta y vio que Angelo estaba dormido completamente, volvió a cerrar y decidió darle unos 10 minutos más de sueño antes de llegar a destino. Colocó la bandeja en el asiento del acompañante y salió a la avenida. Tomó por la Belle Chasse Highway y salió a la derecha por Engineers Road hasta Coquille Road al fondo donde estaba la base de hidroaviones de Southern Seaplane.

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N del A: Cadena de cafeterías y comida rápida con sucursales en todo el mundo. 389

Capítulo 87 Estacionó la furgoneta cerca del canal, llamó a la oficina de alquiler de coches para indicarles donde podrían recoger el vehículo y volvió a bajar con la bandeja en la mano. Abrió el portón y gritó: -¡Arriba Bella Durmiente!. Final del trayecto. Siéntate despacio para evitar marearte y comamos algo antes de que te de una sorpresa. Angelo despertó y el olor del café y la comida consiguió ponerlo otra vez en movimiento. -¿Dónde estamos?. Preguntó. -Seguimos en New Órleans, pero por pocos minutos más. Nos vamos a Miami en un transporte que creo que te gustará por lo que me han contado. Angelo se sentó y comió como un desesperado el panini, alternando con tragos de café caliente que le supieron a gloria. - Muy bien, ahora desciende despacio apoyándote en mí que solo tendremos que caminar unos metros. Ahí nomás frente a ellos había un hermoso hidroavión Dornier Seastar pintado de naranja brillante. Era un bimotor con las hélices en línea, es decir que una empujaba y la otra tiraba, con los motores encima del ala en la parte más alta del avión. Tenía una cabina muy espaciosa que admitía diferentes configuraciones de acuerdo al uso que se le iba a dar; en este caso eran 12 plazas para transporte de pasajeros. Rodolfo, con sus contactos se había enterado que esta nueva Aerolínea estaba haciendo unos vuelos de prueba para comenzar viajes regulares desde la antigua Terminal de Chalk’s Airlines en la isla Watson frente a la 390

ciudad de Miami hasta varias ciudades norteamericanas cercanas del Golfo de México. En este caso se trataba de evaluar la posibilidad de que New Órleans fuese uno de los destinos programables. Por lo visto, habían viajado 4 personas; Piloto y Copiloto, más dos socios de la nueva empresa. Cuando vieron que se acercaban, caminaron hacia ellos dos bronceados caballeros vestidos con ropa de marca. -Hablé con Rudy y me dijo que quizá podrían darnos un aventón hasta Miami. Les dijo Rodolfo cuando estaban a una distancia de 5 metros. -Sí, los estábamos esperando; nos dijo Rudy que si no llegaban 12:30 horas nos fuéramos. Contestó uno de los dos extendiendo la mano para saludarlos. Rudy era el tercer socio de este emprendimiento y era amigo de Miguez desde hacía muchos años. -Rudy está volando el otro Seastar hacia Pensacola pero te manda saludos. De lejos, el Piloto que había terminado el chequeo de la aeronave prevuelo, pegó un grito: -Pero si es nada menos que “pato” Miguez, jaja. -Sabía yo que mi buena suerte se estaba terminando. Respondió Rodolfo. Cuando el otro estaba cerca, Rodolfó lo advirtió: -Ni se te ocurra darme un abrazo de los tuyos porque si suelto a este pobre hombre se irá al suelo. El grandullón le dijo: -¡Quita de ahí!. Y empujó a Rodolfo sosteniendo a Angelo él solo y llevándolo casi en el aire hasta el avión. -Soy el Capitán Jersey y soy el responsable de que tu amigo se haya habilitado a los hidroaviones. Por cierto, le enseñé bien. Dijo guiñándole un ojo a Angelo. 391

-Me llamo Angelo y quizá algún día me puedas prestar un rato a esta belleza. -¡No me digas que eres de la Cofradía!. -Sí. Respondió Ricci. -Es más, tengo dos hidroaviones, uno pequeño y otro que creo que te gustaría. -Mi Dios, tendré que lucirme entonces. ¿Estás cómodo así?. Preguntó poniéndole las dos piernas arriba del asiento de al lado. -Perfecto Capi. Subieron todos a bordo y a los pocos minutos estaban recorriendo el canal a 150 km/h para virar enseguida hacia el este en dirección a Miami. Abajo quedaba una ciudad con un poco menos de delincuencia y desgraciadamente con dos hombres buenos muertos, también, porque Angelo no olvidaba al Agente israelí y al de la NSA que los había venido a buscar cuyos cuerpos seguirían en el bosque al lado del río. Rodolfo se cambió al asiento doble detrás de Angelo y le dijo: -Supongo que quieres mil respuestas pero tu cuerpo necesita descanso y fuerza para reponerse de las heridas así que te diré ahora lo fundamental para que no estés con una incertidumbre que no te permita descansar. -¿Cómo sabes siempre lo que el otro quiere?. Preguntó Angelo. -Soy un estudioso de las reacciones humanas y me es útil en mi trabajo. Tu esposa es la hija del Cónsul Etchegoyen y yo trabajé con él, es alguien a quien quiero, aprecio y respeto mucho. Hace unos días me llamó y me dijo que quizá necesitase mis servicios en 392

alguna parte del mundo, le dije que solo me tenía que llamar e iría donde me dijese. Hoy a la mañana, me llamó angustiado, pero la fortuna hizo que estuvieses relativamente cerca y monté esta operación en minutos. Con este avión solo tardaremos unas tres horas y media en llegar a Miami, si podemos partiremos en el vuelo de esta noche a Buenos Aires. ¿Que por qué a Buenos Aires?, en realidad solo me dijeron que corres mucho peligro y que tenía que hacerte de niñera en algún lugar en donde nadie pudiera encontrarte por una semana o diez días. Aquí en Estados Unidos conozco varios sitios donde podríamos ir pero da la casualidad que algunos de los que más te buscan, según me dijo el Cónsul, son de una Agencia norteamericana así que vamos a poner tierra de por medio porque la NSA tiene brazos muy largos y sobre todo en su propio territorio. También me dijeron que descanses tranquilo, que están trabajando mucho para resolver todo este tema en forma definitiva. Yo no sé cual es el “tema” y no quiero saberlo; en mi profesión lo que no se sabe no se puede decir. Una última cosa, vamos a necesitar documentos para salir del país, gira la cara hacia la luz, ahí perfecto. Le sacó una foto con su celular. -Enviaré esta foto con instrucciones a mi gente que te harán un pasaporte auténtico para que salgamos sin problemas de Estados Unidos. También necesitaremos algo de dinero y unas tarjetas de crédito; la tuya si aún la conservas no nos servirá de nada. Ahora intenta dormir en estas horas, ya te despertaré cuando lleguemos. -Rodo, mi Smart-Phone está totalmente descargado, ¿Podrías conseguirme un cargador?. -Déjame ver el modelo. Anotó algo en su propio teléfono. -Listo, nos estará esperando en Miami 393

también. Igual no te preocupes que envié un mensaje a tu suegro y todos saben que estás bien. -Rodo. ¡Gracias!.Le dijo, Angelo. Rodolfo no contestó, le tocó el brazo y se fue a la cabina a hablar con su instructor amigo.

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Capítulo 88 Jason Summers había oído todo lo que había ocurrido a través de la radio del Agente del MOSSAD hasta que Maloouf la había roto seguramente. Sabía que todo se había desmadrado, lo que parecía una misión rutinaria de convencer a una persona a hablar con ellos había desembocado en una vorágine de terror y asesinatos. Inmediatamente había movilizado a más hombres ante la locura que se iba apoderando de su Agente pero pensó que el israelí con la ayuda del chófer podrían manejarlo hasta llegar al piso franco. No fue así y ahora tenía más problemas en vez de menos. La Operación original había pasado a un segundo plano, suponía que el pobre ítalo-argentino, si aún vivía, estaría pasándolo muy mal. En el fondo sentía el peso de pensar que todo era su responsabilidad. Había tenido que apelar a toda la diplomacia con los franceses para solucionar el “problema” en el Aeropuerto de Ajaccio. Ahora tuvo que decidir entre avisar a la Policía en New Órleans o solucionar esto a través de la NSA. Prefirió enviar a sus hombres a las localizaciones donde el GPS del Lincoln Town había indicado que el vehículo se había detenido. Primero sus hombres preguntaron en la puerta de salida de la Base y ahí les confirmaron que estaban los cuatro hombres en el coche y que tal como les habían ordenado, les dieron las armas, sin munición al gordo y completa la Jericho al otro. La segunda parada que indicaba el registro del GPS del coche era en Concord Road al costado de la pista de atletismo, allí no vieron nada especial, ni en la calle ni en los alrededores. Por último fueron a la orilla del río y al revisar los alrededores, encontraron los cuerpos del 395

Agente del MOSSAD y del chófer con la cabeza casi separada del cuerpo. Lo llamaron inmediatamente, Summers consultó con sus superiores y decidieron dejar todo en la intimidad de la Agencia. Ahora sí que debería un favor al MOSSAD, el perder un Agente entrenado era para la Agencia israelí una cosa muy seria y a pesar de que comprenderían los riesgos de cualquier operación, seguro que le costaría muchas “colaboraciones” en el futuro. La cuarta localización era en un aparcamiento de un Centro Comercial donde encontraron al Lincoln Town que se llevaron con una grúa a los talleres que poseía la Agencia en Houston, a unos 560 kilómetros para investigarlo a fondo. El otro sobresalto se produjo cuando lo llamaron a su oficina para informarle de la recepción de una comunicación de la Policía de New Órleans que les comunicaba del hallazgo del cadáver de una persona con credenciales de la NSA. Inmediatamente detectaron que estaba activo en una misión dirigida por él y tuvo que responder a muchas preguntas. En el fondo estaba feliz, a pesar de que sus superiores lo estaban complicando con muchas preguntas, eso era algo que él podía manejar y los problemas internos que eso le generase no iría más allá de rellenar varios informes. Lo importante era que la bomba se había desactivado. Llamó a la Policía de New Órleans y pidió hablar con el detective asignado al caso, éste le informó que había habido un tiroteo en una zona de un barrio que estaba ocupado por delincuentes y como resultado de eso había cuatro muertos, entre ellos el Agente de la NSA. Sabía por experiencia propia que no valía la pena 396

hacer preguntas en esa zona ya que las respuestas eran siempre las mismas, nadie había oído ni visto nada. Si les parecía bien podían cerrar el tema como un ajuste de cuentas entre facciones dentro de la delincuencia organizada de la ciudad. En estos momentos ya tenían más de 10 muertos en lo que parecía una guerra por la sucesión pues uno de los muertos era el jefe supremo de “negocios” que implicaban muchos millones de dólares. Summers no quiso saber nada de hacerse cargo del cuerpo y le dijo al detective que hiciera lo mismo que con los otros, lo enterrara, lo incinerara o lo que fuera. El Policía colgó haciéndole una broma sobre cobrarle doble por el tamaño y el olor de su hombre. Cerró la operación Gardel en la computadora y si tenía oportunidad empezaría una nueva, con otro nombre y otros Agentes; quería pasar página cuanto antes. Angelo Ricci no estaba entre los muertos, eso le indicaba que no creía que hubiera sido ningún ajuste de cuentas, sino que uno o más hombres entrenados se lo habían llevado. Intentó hacer un cerco para dar con él aunque sabía que no serviría de nada si estaba siendo ayudado por gente profesional. No recibió ningún “positivo” de los Aeropuertos cercanos, ni de los controles de carreteras y autopistas pero bien sabía que si fuera él no habría utilizado esos medios de transporte teniendo todo un mar por el que irse. Comenzó a enviar Agentes por toda la costa a uno y otro lado de la ciudad. Angelo no se había ido por el mar pero sí algo parecido, y Summers tardaría aún un poco en dar con esa posibilidad; cuando lo hiciese el rastro de Angelo habría desaparecido completamente. 397

Jason Summers, el veterano Agente, tendría que asumir que era la primer misión en la que fracasaría total y completamente. Había habido operaciones que se le habían torcido pero siempre pudo sacar algún provecho, pero en este caso había invertido muchos medios humanos y materiales para un resultado nulo en todos los aspectos. Su orgullo no le permitía hacer borrón y cuenta nueva y se prometió seguir buscando a Ricci en segundo plano hasta dar con él. Él en ese momento no lo sabía, pero la partida estaba perdida, solo un golpe de suerte ajeno a sus esfuerzos le devolvería la esperanza.

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Capítulo 89 Acuatizaron en la costa de la isla Watson cuando eran las 16:30, todo eran saludos y promesas de reencuentro dentro del avión y Angelo se prometió no olvidar a todos aquellos que lo habían ayudado y los iba almacenando en su memoria prodigiosa. Cuando subieron a tierra por la rampa ya los estaba esperando un taxi que los llevó a la casa de Rodolfo donde los esperaba su grupo más íntimo y que le era totalmente fiel fuera de la gentuza que dirigía el Consulado ahora. Los mejores profesionales del Consulado habían sido reemplazados por ineptos que contaban el cuento del socio-comunismo desde los vehículos de lujo y los restaurantes que pagaba el ya esquilmado pueblo argentino donde gran parte, con su ignorancia, justificaba que sus líderes les hablaran con relojes de 30.000 U$S en sus muñecas, mientras ellos se morían de hambre. En la soberbia que da el poder en personas con bajísima cultura y formación, ya que la mayoría de ellos no pasaba de estudios secundarios; no se daban cuenta que las oficinas se movían gracias a las personas que ocupaban los escalones más bajos de la jerarquía. Esta gente eran los aliados de Rodolfo Miguez y eran también aquellos que estaban aportando su granito de arena para cambiar el rumbo político de Argentina. Ni bien llegaron, casi sin hablar, una mujer grandota con aspecto de enfermera ayudó a caminar y guió a Angelo hasta el baño donde lo asistió para desvestirse, dejó que disfrutara de un baño que contribuyó a quitarle no solo la suciedad sino que, al civilizarlo, le permitió volver a aceptarse a él mismo. Cuando terminó, salió de 399

la habitación envuelto en una toalla, ayudado por la mujer y vio en el dormitorio encima de la cama que había un montón de ropa limpia y nueva. La enfermera le tapó la herida con vendas limpias y volvió a inyectarlo con antibióticos y analgésicos. En el baño se había mirado en el espejo y al margen de algunas hinchazones y heridas sin importancia que empezaban a cicatrizar, no estaba tan mal. El quitarse la sangre seca y la suciedad habían mudado su aspecto de animal salvaje a ser humano. Desde la puerta habló Rodolfo. -Angie, te he puesto ropa mía para que escojas, creo que te irá bien; luego ya compraremos cosas a tu gusto. Tenemos solo una hora para irnos así que te sugiero que te apures, dentro de lo posible, todo lo que puedas. -Muchas Gracias, otra vez. La mujer lo sentó en la cama y se fue de la habitación. Angelo eligió un conjunto de ropa que se fue poniendo y, para satisfacción suya, vio que no le quedaba tan mal. Cuando terminó notó que le habían dejado también unas muletas que tomó y ensayó caminar con ellas, alegrándose al ver que volvía a ser independiente. Salió de la habitación totalmente renovado. Fuera olía de maravilla, le habían preparado una comida caliente que le pareció más rica que una lamprea130 del pueblo de Arbo con vino Albariños. Pidió disculpas y se puso a comer como un poseso. 130

N del A: Animal que se alimenta de la sangre de los peces a los que se adhiere y constituye un plato gourmet muy exclusivo por su precio, especialmente en la región de Galicia en España. 400

Repuestas sus necesidades básicas, le pidió a Rodolfo si podía pedir a todas las personas que había en la casa que vinieran al comedor. Allí se acomodaron, la enfermera que lo había atendido, una cocinera, un señor de 70 años que luego supo que le había confeccionado la documentación y un amigo de Rodolfo que iba y venía por la casa organizando todo. -Disculpad que no he ido a hablar uno por uno con vosotros pero mi movilidad es aún reducida. Quería agradeceros a todos lo que habéis hecho por mi sin conocerme ni saber nada de mí. Habéis conseguido entre todos que yo volviese a parecerme a un ser humano y quiero que sepáis que cuando normalice mi vida no me olvidaré de vosotros. -Angie, estos son mis amigos y así como ellos saben que pueden contar conmigo para lo que sea, yo sé que cuento con ellos para que me echen una mano. Ahora sigamos con los planes que aún no hemos terminado. En esta mesa el genio de Rubén nos ha preparado un juego de documentos para tí, lo ha hecho como se hacen los genuinos así que no son falsificaciones sino más bien documentos apócrifos. Hay un pasaporte a nombre de Gustavo Ertipi que es una persona real, Primer Oficial de Aerolíneas Argentinas, él tiene licencia 10 días y no regresará hasta la semana que viene. Cuando pases por Migraciones no sonará ninguna alarma porque lleva tu foto y no hay nada raro, serás un tripulante más que regresa en su Aerolínea de civil. El pasaporte lleva los sellos y las visas necesarias. Luego te ha hecho una credencial de Aerolíneas Argentinas así pasas por la parte de tripulaciones. Este muchacho es la primer vez que viene a Miami así que casi no hay riesgo de que 401

alguno se de cuenta que no coincide la cara con el nombre. La tripulación del vuelo de Aerolíneas Argentinas que sale 18:40 horas está avisada y nadie dirá ni preguntará nada. He preferido que no tengas tarjeta de crédito y te acompañaré en todo momento así que si necesitaras comprar algo me lo dices y ya está, no utilices bajo ningún concepto tu propia tarjeta. Aquí está tu cartera y el celular lo dejaremos cargando hasta último momento. Te hemos armado una pequeña maleta con ropa que llevarás en la cabina. Yo viajaré con pasaporte diplomático y pasaré sin problemas. Ya hemos llamado por teléfono y hay dos sitios libres en Clase Cóndor que nos han reservado así que viajaremos como nos merecemos, jaja. El resto de las butacas de Primera Clase van ocupadas por todos analfabetos del Gobierno que viajan a costa de los impuestos de los argentinos así que te sugiero que no hables con nadie en el avión. Muy bien, tú descansa y nosotros seguimos con algunos detalles que estamos combinando. Angelo se acomodó al lado de la mesita donde estaban sus cosas y tomó su celular para llamar a Alexis con el cable del cargador puesto. Apenas llegaba a ponérselo en el oído pero se estiró todo lo que pudo. No sonó mas que un tono y descolgaron. -¿Cariño?. Preguntó Angelo. -Sí, mi amor. Esperaba tu llamada pero hablemos breve porque según me han dicho ahora tendré que tirar el chip de telefonía. ¿Cómo estás?. -Estoy bien aunque he estado mejor, jaja. Me llevan lejos según me han dicho. -Sí, lo sabemos. Será mejor que no hablemos en unos días pero cuando podamos hacerlo ya será con 402

una solución para todo esto. Será duro pero dicen que es lo mejor para nosotros. -No sé a quienes te refieres con lo de nosotros pero confiaré en tí como siempre. No me olvides. Pidió Angelo. -Jamás, me obligan a colgar. Un beso enorme. -Otro. Ambos cortaron y cuando levantó la vista, Rodolfo lo miraba. -Tranquilo, estamos haciendo las cosas bien. Hasta aquí he trabajado como Agente del AFI, a partir de ahora lo hago como amigo, incluso me he inventado la enfermedad de un pariente en Argentina para acompañarte. No me preguntes nada pero te prometo que saldrás de esta. Dijo el Agente. -Confío en todos ustedes, en realidad no me queda otra, no puedo salir corriendo, jaja. -Por seguridad, quita el chip del teléfono y tirémoslo también, luego compraremos otro. Angelo hizo lo que le pedía y se dio cuenta que él no había cambiado el número de celular en 10 años y en los últimos días ya lo había sustituido 2 veces.

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DÉCIMOSEGUNDA PARTE Patagonia argentina Capítulo 90 Estaban en Edge Water y a las 17:30 horas salieron en un taxi en dirección al Miami International Airport, llegaron en media hora y Rodolfo le dio las indicaciones necesarias para entrar por la puerta de tripulaciones y se llevó ambos equipajes. Angelo estaba muy familiarizado con los Aeropuertos y sus instalaciones y tras algunas breves y concretas preguntas dio con la sala de espera de los Pilotos, pasando sin ningún problema los controles gracias a su documentación. Allí preguntó por la tripulación del vuelo AR 1305 en el Airbus 330-200 y le indicaron a un Comandante que conversaba con otro. Se mantuvo al margen hasta que el otro saludó al Comandante y se retiró. -Comandante, soy su Primer Oficial de reemplazo. Le dijo con una sonrisa mostrándole la credencial de Aerolíneas Argentinas. Mirando las muletas, el Piloto le contestó: -Dudo que pueda apretar los pedales. Se miraron y ambos se pusieron a reir. -Estaba avisado de su llegada, me contaron que también es Piloto. Siéntese. Le señaló un sillón. -Sí, tengo algunas aeronaves pero nada tan grande como lo que usted lleva. Poseo dos Anfibios, un Elitar Sigma y un Nardi Riviera, un Diamond DA-42, y un Piaggio P-180 Avanti II. -Guau, el Piaggio, si no me equivoco, lleva un FMC como mi Airbus. Dijo haciendo referencia a la computadora de a bordo.

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-Sí, básicamente es la misma, solo que controla menos sistemas, pero para navegar se programa muy parecido. -Ya sabe lo que dicen de los Airbus, solo tienen un interruptor que dice On/Off que hasta un mono retrasado lo puede volar, jaja. Se mofó de él mismo, el Comandante. -Pensé que tendría que llevar a algún sindicalista ignorante del Partido, últimamente transporto a todos gratis, no sé como sobrevive esta empresa. Vamos, subamos al avión, ¿Puedo ayudarlo?. -No, está bien, me voy acostumbrando, lo sigo. El Comandante se acercó a un mostrador y dijo en inglés. -Caroline, por favor, ¿Podría llamar a un asistente para que suba a mi Primer Oficial de reemplazo al avión?. -Desde luego Comandante. Contestó la empleada. -Vendrán a buscarlo porque dudo que pueda subir las escaleras con las muletas. Ha sido un gusto, ya nos veremos en el avión. Si quiere en 10 minutos le enseñó a volar el Airbus, jaja. Le extendió la mano y Angelo se la estrechó sin soltar las muletas. -Muchas Gracias. Me encantaría, pero no sé si estoy preparado para bajar el interruptor, jaja. Contestó Ricci, haciendo referencia al anterior chiste del Comandante. Al cabo de unos pocos minutos lo vinieron a buscar en una silla de ruedas y lo subieron en un pequeño ascensor hasta la puerta del avión, a partir de ahí lo acompañó una Auxiliar hasta el asiento que le correspondía donde a su lado ya estaba leyendo Rodolfo.

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-Ventajas de un pasaporte diplomático, jaja. Te he dejado el lado de la ventanilla. Dijo el argentino. -Gracias, me gusta mirar hacia afuera. El vuelo transcurrió sin sobresaltos, entre visitas a la cabina por parte de ambos, bromas y buena comida y bebida que habían subido en el cátering de Miami. También Angelo durmió varias horas que le sirvieron para recuperar fuerzas.

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Capítulo 91 Llegaron a las 5 de la mañana aproximadamente y salieron del avión primeros, nuevamente a Angelo lo vino a buscar un asistente que lo transportó en silla de ruedas al interior de la Terminal pero esta vez venía a su lado, Rodolfo. Estaba nublado e incluso caía una fina llovizna en estos primeros días de mayo. Tuvieron que moverse rápido pues a las 7 horas salía el vuelo que debían tomar hacia su nuevo destino, esta vez era Bariloche, en el sur de la Argentina a 1.600 kilómetros de distancia de Buenos Aires y éste salía de otra Terminal diferente a la que habían arribado ya que era un vuelo de cabotaje y no internacional. Fueron a los Servicios donde Rodolfo volvió a inyectar a Angelo para no cortar la cadena antibiótica, a partir de ahora seguiría un tratamiento vía oral. -Me traes de sorpresa en sorpresa, pensé que nuestro destino era Buenos Aires y ahora resulta que es Bariloche al que no voy hace como… 12 años. Le dijo Angelo cuando el asistente los dejó solos. -¿Y si te digo que tampoco nuestro destino es Bariloche?, jaja. -Solo te pido que no sea muy lejos a pie, jaja -Ok, vayamos que tengo que hacer la magia del cuerpo diplomático y el Piloto para que nos lleven. Afortunadamente era temporada baja y los pudieron acomodar en Clase Club ya que este vuelo no llevaba Primera Clase por ser un avión pequeño, en concreto un Boeing 737-700 con winglets. Cuando se aproximaban a Buenos Aires, Angelo, sin saber bien porque pensó en su hermano. No tenían padres ya que ambos habían muerto con poca 407

diferencia hacía unos 10 años pero eso tampoco había conseguido unirlos. Eran la antítesis el uno del otro, a pesar de que su hermano solo le llevaba un par de años jamás habían compartido nada, ni amigos ni salidas ni paseos ni nada. Su hermano había estudiado sociología y le habían “comido” la cabeza, como decía él, con utopías y mentiras. Ya joven se había afiliado al Partido Radical que era de extracción socialista y trataba de convencerlo de que el socialismo y la izquierda eran la panacea del mundo. Después de ardorosas peleas que no conducían a nada dejaron de discutir y cada uno siguió su camino, cuando venían las amistades de la Facultad de su hermano, con los pelos largos, piercing y tatuajes; Angelo huía lo más lejos posible como si tuvieran lepra. Incluso antes de recibirse de Licenciado en Informática, Angelo ya había fundado con un amigo una empresa dedicada a las computadoras, así que comenzó a ganar dinero muy joven mientras su hermano hablaba de las maldades del capitalismo fumando un porro con sus amigos. Angelo frecuentaba buenos restaurantes y lugares con bellas mujeres lo que comenzó a despertar la envidia de su hermano mayor y fue catalogado de oligarca, capitalista, materialista y otros insultos similares hasta que fue muy difícil la convivencia y Angelo se alquiló un apartamento con independencia económica total de sus padres. Al poco tiempo se trasladó a España a vivir y ya supo cada vez menos de su hermano, solo lo que le contaba su madre. De lo último que se enteró era que vivía en pareja, sin casarse, en un apartamento de alquiler y ambos daban clase en la misma Universidad que los había 408

formado; la vida no lo había tratado bien pero quizá era feliz porque eso era lo que él había proclamado siempre. La madre le había pasado su dirección y teléfono antes de morir en un intento de conseguir un acercamiento entre ellos, pero de eso hacía unos 10 años atrás. Mientras descendía el avión que los traía de Miami a Ezeiza, había pensado que quizá lo llamase pero ahora que sabía que seguían viaje se le fueron las ganas y continuó hacia adelante porque eso es lo que él había hecho siempre y su hermano por el contrario se movía en círculos lentamente en el mismo lugar. Rodolfo había hecho algunas llamadas y en un momento dado le dijo que ya tenían su siguiente transporte y que le iba a gustar, aunque sin aclarar mucho más. El vuelo salió muy poco demorado y llegó a las 9:45, toda una proeza pues casi nunca cumplían con los horarios previstos.

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Capítulo 92 El cielo se fue despejando a medida que iban hacia la Patagonia Argentina y el sur de la República se les presentaba majestuoso. Pudieron ver los kilómetros y kilómetros de campos completamente llanos, algunos dedicados a la agricultura y otros a la ganadería. De ahí abajo era de donde provenían los millones de toneladas de granos de maíz, de trigo, de soja y las mejores carnes que se pueden encontrar en el Mundo entero. Cruzaron por encima de la ciudad de Neuquén y hacia el Este vieron el famoso valle de Río Negro con inmensas plantaciones de frutas, especialmente manzanas, aunque ahora se había diversificado un poco y hasta tenían excelentes vinos de la región. Hacia el Oeste se extendían miles de hectáreas de campos petrolíferos. Parecía increíble que un país con estas riquezas tuviese problemas para alimentar a su población, sin duda el “modelo” de izquierda populista que gobernaba, no estaba dando solución para aprovechar la riqueza de sus suelos. Pasaron por encima de la Central Hidroeléctrica del Chocón con un gigantesco Embalse de unos 830 km2 llamado Ezequiel Ramos Mexía que es el lago más largo de América del Sur con una superficie comparable a la de la ciudad de Berlín. Finalmente casi siguieron el curso del Río Limay hasta aterrizar en el Aeropuerto de Bariloche a orillas del Lago Nahuel Huapi. En el viaje habían hablado bastante poco, solo comentaban lo que se iba sucediendo debajo de las alas. Ambos ya se encontraban cansados y reservaban fuerzas para la última etapa del viaje hasta llegar al destino planificado por el Agente argentino. 410

Después de aterrizar, recordaron que no habían pedido asistencia para Angelo pero éste, con un poco de lentitud, consiguió bajar la escalerilla sin problemas con ayuda de las muletas mientras Rodolfo se encargaba de las pequeñas maletas. Entraron a la Terminal y volvieron a meterse hacia la zona de vuelos particulares. La licencia de Piloto de Miguez y la credencial de Aerolíneas Argentinas de Ricci fueron las llaves para entrar a las dependencias no públicas del Aeropuerto. -¡Al fin!. Era hora, muchos de los que venían en tu vuelo ya están en el hotel, jaja. Uyyy, perdón. Dijo al ver que Angelo se movía lento con las muletas. Discúlpeme, solo era una broma para mi amigo Rodo. -No se preocupe, esto es algo pasajero, Gracias a Dios; pienso en la pobre gente que tiene alguna discapacidad permanente y me da escalofríos. Contestó Angelo. -Angelo, mi amigo Rupert, un suizo con mucho de la rudeza alemana, bastante de la locura italiana y una pizca de la finura francesa, jaja. Rupert, Angelo, un ítalo argentino con algo de mala suerte los últimos tiempos que vamos a intentar cambiar. Presentó Rodolfo. Se dieron mutuamente la mano y se sonrieron. -A lo nuestro, que tengo trabajo, no como algunos, jaja. Ahí frente a la torre tienes el Buccaneer, le llené los depósitos y lo revisé todo; si vais a volar muchas horas te sugiero que revises el aceite periódicamente. Sigue tirando un poco a la derecha, así que hay que trimarlo131 desde el despegue. No lo necesito hasta 131

N del A: El Trim es un Compensador generalmente de actuación eléctrica que permite aplicar pequeñas correcciones en la actitud del avión según la necesidad. 411

dentro de un mes que tengo clientes, lo único que te pido es que me lo traigas de vuelta aquí. Como siempre, hay un vacío legal en cuanto al uso de los hidroaviones en este país, o mejor dicho hay una abundancia de leyes, disposiciones, ordenanzas y otras cosas, que se superponen unas a otras; así que si vais a acuatizar hazlo lejos de los Guardaparques132. En San Martín133 sigue siendo jefe de la Prefectura134 de ahí, el Prefecto135 Bermudez que tú ya conoces así que puedes acuatizar en el lago Lácar sin problemas, te sugiero que ni comuniques con Chapelco Torre 136 así te evitarás que algún analfabeto, de los que abundan últimamente en los puestos que regala el Partido, te ponga trabas. Toma la documentación del avión y las llaves, en Plan de Vuelo, rellena uno para vuelo local y luego lo cancelas desde el aire para que no larguen los perros137, jaja. -Te sabes todas las trampas, Rupert, jaja. Dijo Rodolfo. -Dime lo que te debo del combustible.

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N del A: Esta zona de la Patagonia Argentina tiene muchas zonas declaradas Parques Nacionales y cada una tiene varios Guardaparques encargados de hacer cumplir ciertas leyes dentro de su área. 133 N del A: Se refiere a la ciudad de San Martín de los Andes. 134 N del A: Prefectura Nacional Argentina, es el cuerpo encargado de la vigilancia de las vías navegables interiores y dentro del Mar argentino. 135 N del A: Jerarquía de Oficial Superior dentro de la Prefectura Nacional Argentina. 136 N del A: Forma familiar de referirse a la Torre de Control del Aeropuerto de San Martín de los Andes. 137 N del A: Se refiere a que no se activen los Servicios de Búsqueda y Rescate. 412

-No, nada; luego me lo devuelves lleno igual. Dame un abrazo y que tengáis buen vuelo. Abrazó a Rodolfo y dio la mano a Angelo. Miguez no se había equivocado con él, lo conocía desde hacía muchos años. Tenía un grupo de “cabañas” que era como llamaban aquí a pequeñas viviendas con comodidades normalmente para un máximo de 6 personas que solían ocupar un predio de terreno único, muy cercanas unas de otras y administradas por una oficina central; una especie de Appart-Hotel pero con más comodidades e independencia. Entre los servicios que ofrecía estaba el de trasladar a sus pasajeros a lugares inhóspitos para pescar o simplemente gozar de la naturaleza y esto lo realizaba en su propio hidroavión. Cuando Rodolfo venía, sabía que si no estaba utilizándolo en ese momento, podía volar en el hidroavión lo que quisiera. Ni una sola vez les había preguntado a que venían o que estaban haciendo, el suizo hacía honor a su nacionalidad y era la discreción en persona. Por eso es que entre su clientela estaban políticos que venían con amantes e incluso un juez que venía con una pareja gay; él jamás traicionaba la confianza depositada en su secreto. Se dirigieron a la oficina de Plan de Vuelo donde Rupert, que era muy conocido ahí, había dejado instrucciones para que les facilitaran el papeleo. Al fin salieron a la plataforma y a la sombra de la Torre de Control se encontraba el anfibio. Se trataba de un antiguo pero bien conservado Lake Buccaneer LA-4-200 con capacidad para 4 personas incluido el Piloto. El suizo tenía en sus genes la meticulosidad alemana y la aeronave estaba muy cuidada e inspeccionada, en una palabra, estaba impecable hasta el último detalle. 413

-¿Te gusta?. Le preguntó Rodolfo. -¿Qué si me gusta?. Casi hasta me he olvidado que estoy huyendo de medio Mundo, jaja. Se me ha pasado el cansancio y el sueño que traigo después de tantas horas de vuelo. ¡Vámonos al aire, ya!. -¡Es que somos como niños, jaja!. Exclamó Rodolfo mientras ponía las maletas en el asiento de atrás y comenzaba la vuelta alrededor del avión haciendo el chequeo pre vuelo con la cartilla que había sacado de adentro del avión. Angelo a su vez se iba acomodando y, no sabía si era por la emoción, pero notaba que la herida le dolía cada vez menos. -Siéntate en el puesto de la izquierda que yo he volado tanto en este avión que me da lo mismo volarlo de la derecha si me das una mano, porque hacia el oeste están las mejores vistas. Le gritó Rodolfo. Angelo sabía a que se refería porque conocía la zona y las montañas bonitas estaban a la izquierda según volaban hacia el norte.

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Capítulo 93 Despegaron a las 10:30 horas con un día que prometía Sol hasta la tarde aunque días atrás ya había habido una gran nevada precediendo a las que vendrían en este invierno que se anunciaba bueno para las muchas Estaciones de Esquí de la región. La temperatura era baja y les indicó a ambos que tendrían que comprarse ropa más abrigada en cuanto tuvieran un poco de tiempo. Ni bien salieron por la cabecera 29, Angelo pudo apreciar por su ventanilla a la ciudad de Bariloche que con sus más de 100 mil habitantes la convierten en la más poblada de los Andes Patagónicos. Esto le trae sus grandes problemas sociales también, con muchos barrios periféricos de personas con bajos recursos y muchas dedicadas a la delincuencia. Desde varios metros de altura todo se ve maravilloso y, por suerte, las miserias humanas quedan ocultas por las capas de aire resaltando solo lo bello geográficamente. El lago Nahuel Huapi debajo, azul, grande y profundo; mirando hacia el horizonte al Oeste se ve cercano el Cerro Tronador y más allá, al sur, el bellísimo Volcán Osorno y el Volcán Calbuco cuya erupción en abril del año 2015 trajo muchos problemas a la zona con su vertido de más de 200 millones de toneladas de ceniza. Un poco más al Norte se puede ver el también bonito Volcán Puntiagudo. Y hacia adelante en medio del lago se ve la Isla Victoria con su inmensa Hostería donde pueden dar de comer a varios cientos de comensales en forma simultánea. El Buccaneer es tan rápido que apenas da tiempo para ver una vez los lugares. En pocos minutos de vuelo más ya están sobrevolando el Bosque de Arrayanes que dio 415

lugar a un mito que decía que Walt Disney se había inspirado ahí para hacer la película Bambi, enfrente se ve a la ciudad de Villa la Angostura, hoy totalmente recuperada después de haber quedado cubierta casi completamente por las cenizas de la erupción del volcán Puyehue en junio del 2011. Este volcán y su cordón asociado llamado Caulle provocó uno de los mayores perjuicios económicos a la zona cercana donde destacan las ciudades de Villa la Angostura, San Martín de los Andes y Junín de los Andes aunque se pudieron recoger cenizas hasta en lugares tan alejados como Nueva Zelanda. Hoy Angelo ve que el Volcán Puyehue está tranquilo sin muestras de haber sido el culpable de tantas desgracias. Hacía mucho que no volaba por la zona y está hipnotizado. -¿Cuánto hace que no venías por aquí?. Pregunta Rodolfo. -Unos 10 años a Bariloche y unos 7 a San Martín de los Andes. Angelo ya se había dado cuenta luego de la charla de Rupert y la dirección que estaban tomando, que ese sería su destino. -¿Quieres ver algo que seguro no has visto?. Nos retrasará unos 20 minutos nada más. -¡Desde luego!. Rodolfo cortó el motor y comenzaron un descenso en espiral sobre el Lago Espejo Grande, del lado chileno se veían al menos dos lagos más que se encontraban a mayor altura y que conectaban cada uno con el de abajo a través de una cascada formando un sistema parecido al de esos adornos de mal gusto, donde una bombita de agua llenaba un cuenco superior que al llenarse se derramaba sobre uno inferior el que a su vez hacía lo propio con otro debajo y así en cuatro o

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cinco niveles distintos hasta llegar al último desde el cual recogía el agua la bomba para recomenzar el ciclo. Debajo en un rincón del lago se veía una magnífica playa marrón oscuro formada en la desembocadura de un río que vertía sus aguas al lago. Cuando tuvieron poca altura, Rodolfo observó el movimiento de las olas para saber la dirección del viento y encaró el agua en una suave aproximación final hasta tocarla y deslizarse unos metros hasta haber franqueado esa frontera en donde el avión se transforma en una torpe embarcación. Fueron navegando hacia la playa hasta que se escuchó un ruido a papel de lija cuando el casco rozó la superficie del fondo. Rodolfo detuvo completamente el motor y después de unos segundos ambos se quitaron los auriculares con supresor138 para oír el ruido de las pequeñas olas en el casco con el fondo de infinidad de trinos de aves diferentes que se intensificaron al abrir las puertas del avión hacia arriba como alas de gaviota. -Este es un lugar solitario al que no se puede acceder por tierra, es una desembocadura de un río de deshielo que no se ve desde el lago porque queda tapado por esta isla. Dijo Rodolfo, señalando a la izquierda por encima de Angelo. -Dado que solo se puede acceder por el agua y desde allí no se ve, no viene nadie y no me extrañaría que no haya sido visitado en años. -Es un lugar que se parece más a la superficie de la Luna que de la Tierra. Una gran playa formada por arena que invita a tirarse a tomar el Sol. Dí que no 138

N del A: Sistema activo que suprime las frecuencias que emite el motor consiguiendo una audición mucho más clara dentro de la cabina. 417

puedo con esta maldita herida en la pierna. Expresó Ricci extasiado mirando hacia afuera. -Bien, la razón por la que he bajado a mostrarte esta playa y no tomé ningún recaudo, es precisamente por eso. La última vez que vine aquí, hace casi un año, tuve que rescatar a una amiga que traje a este mismo sitio y tuve que decir adiós a cualquier sueño romántico que pudiese haber albergado hasta ese momento, jaja. Mira bien lo que voy a hacer. Tomó el ancla del avión y la arrojó hacia la costa por la ventana abierta. Inmediatamente se hundió en la arena y tiró de la soga. -¡Ooooopp!. ¡La ha absorbido!. Dijo sorprendido Angelo. -Efectivamente, no es arena, es ceniza volcánica; para ser más exactos piedra pómez pulverizada de la erupción del Puyehue. Prácticamente es menos densa que el agua y flota en ella. Al acumularse se compacta más o menos y da un aspecto de playa pero si la pisas terminas hundiéndote más de un metro como si fueran arenas movedizas. Lo aprendí cuando mi amiga se hundió y casi desaparece entre gritos de que pretendía matarla. Tuve que sacarla llena de ceniza y mojada con esta agua que siempre está muy fría. En el viaje de vuelta a San Martín de los Andes no dijo ni una sola palabra, en realidad hasta el día de hoy no dijo ni una sola palabra, jaja. ¿Es un lugar curioso, no?. -Claro que sí, hasta tiene un poco de fantástico. Vámonos que me ha entrado algo de aprehensión. Rodolfo tiró del ancla y luego empujó hacia atrás con el remo hasta quedar de nuevo flotando en el agua. Puso en marcha el motor y rodeó la isla hasta salir al agua abierta del lago donde aceleró y despegó

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volviendo al medio donde el Buccaneer era el Rey, el aire. Cortaron camino por el lago Traful, a cuyas orillas se encuentra el pueblo de Villa Traful con prácticamente ninguna industria más que el Turismo para el que trabaja la mayoría de la población directa o indirectamente haciendo dulces, cervezas y otras cosas artesanalmente. Hicieron en el lago frente al pueblo tres o cuatro acuatizajes cediéndole los mandos en varias oportunidades a Angelo y éste demostró tanta pericia en el pilotaje del anfibio como la que tenía Rodolfo aunque no podía utilizar los pies de lo que se encargaba el mismo Miguez. A los casi 230 km/h de crucero del Buccaneer no tardaron en pasar a la zona más poblada de los lagos cercanos a San Martín de los Andes como el Falkner, Villarino, Hermoso a la izquierda y Meliquina a la derecha, y finalmente avistaron el lago Lácar cuyas costas sirven de esparcimiento a la población de la ciudad. Rodolfo llamó por celular al Oficial de la Prefectura amigo para que no los incordiaran sus subordinados al acercarse a la costa. Hoy era uno de esos raros días de viento Puelche139 por lo que el acuatizaje lo hicieron con la ciudad al frente. Redujo la velocidad y se fue acercando lentamente a la costa, sacó el tren y aceleró el último tramo para subir a la pequeña franja de playa. Angelo bajó del avión y Rodolfo le tiró las pequeñas maletas mientras Ricci se acomodaba con las muletas.

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N del A: Viento que sopla de Este a Oeste al contrario de los dominantes de la zona. 419

Unos marineros de la Prefectura se habían acercado con un bote inflable para resguardar la operación y Rodolfo les hizo señas que aparentemente entendieron porque se apartaron dejándole espacio al avión para maniobrar y volver al agua. Se acercó a una boya y lo ató fuertemente asegurando además un par de anclas en lugares destinados para el amarre. Lo cerró bien y se subió al bote que lo devolvió a la costa. -Bueno, Angie, ¡Comienzan tus vacaciones!. Dijo Rodolfo con alegría. Cruzaron a pie la calle y entraron a unas “cabañas” que había frente al lago. Demoraron muy poco en registrarse y de común acuerdo, aunque era el mediodía, decidieron acostarse para descansar después de haber cruzado medio planeta de Norte a Sur. Para Angelo iba a ser su primer sueño relajado y en una cama desde hacía mucho tiempo.

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Capítulo 94 Despertaron cuando casi era de noche, se bañaron y se pusieron la poca ropa de recambio que traían. Al hacerlo, Angelo vio que su herida estaba mejorando mucho, en realidad era un agujero de lado a lado del muslo pero la bala no había roto más que carne y piel; al controlar el principal problema que era la infección, cicatrizaba sin problemas. Las reglas seguían vigentes para Angelo, no podía comunicarse por unos días con nadie y aunque moría de ganas de hablar con Alexis, confiaba en Rodolfo y las respetó. -Hoy iremos a cenar a un lugar que a mí me agrada mucho. ¿Te parece bien?. Preguntó Miguez. -Soy todo tuyo, jaja. Le respondió Angelo. Llamaron a un taxi que los llevó a pocas “cuadras” que era una medida muy utilizada en Argentina para las distancias urbanas donde cada una equivalía a unos 100 metros. Pagó el Agente del AFI cuyo cerebro parecía controlar todos los parámetros y tenía dinero argentino en cantidad suficiente para hacer frente a lo demandado por el taxista. El restaurante se encontraba a pocos metros de una de las dos Plazas principales que había en la ciudad. Tenía mucha madera y poseía un asador acristalado que se veía desde la calle donde ya iba tomando color un cordero con denominación de origen, patagónico. -Aquí puedes comer cualquiera de las tres comidas típicas de la ciudad: truchas, cordero o ciervo; todas preparadas de varias maneras diferentes y beber alguna de las cervezas artesanales que fabrican en 421

industrias familiares de la zona o algún buen vino de reconocimiento internacional mendocino o incluso de la provincia de Neuquén. Entraron y eligieron una mesa desde donde se veía la calle y la puerta del establecimiento. Les dejaron las Cartas de comidas y la de bebidas para que escogieran lo que iban a cenar. Angelo eligió una trucha al roquefort como plato principal y Rodolfo un lomo de ciervo con hongos de pino así que el vino tuvo que ser un punto intermedio para que maridase con ambos platos y escogieron un cabernet suave de Bodega Aleanna, Gran Enemigo Single Vineyard Gualtallary Cabernet Franc2011; un vino con más de 95 puntos en casi todos los ránking del Mundo. De entrantes pidieron un plato de ahumados muy típicos de la región con arrollados de queso y jamón, y una variedad muy abundante de embutidos, quesos y pescados ahumados en frío y en caliente con una cerveza regional con bajo contenido de alcohol tipo Lager. De postre fueron una copa de 15 variedades de frutos del bosque naturales con crema Chantilly140 para Angelo y un panqueque141 con rhum y dulce de leche142 para Rodolfo y terminaron con una copa de champagne patagónico Deseado Rosé de familia Schroeder 2010 excelente y café americano143 en jarro.

140

N del A: Crema de leche batida con azúcar y esencia de vainilla. 141 N del A: Crêpe fina enrollada. 142 N del A: Dulce caramelizado de leche exquisito, muy común en Argentina. 143 N del A: Preparación muy típica de Argentina muy suave pero con todo el sabor del café servida en pequeños jarros con asa. 422

Hablaron de todo un poco y Angelo le pidió permiso para llamar a su hermano, no sabía porque pero, desconocía siquiera si estaba vivo y como era alguien ajeno a todo, pensó que podría verlo sin problemas. Rodo accedió e incluso buscaron su número a través del Smart-Phone de Miguez. Lo llamó y para sorpresa de Angelo, a su hermano le agradó el llamado y quedaron en que, si lo deseaba, Angelo lo invitaba un par de días a San Martín de los Andes con todo pagado. Su hermano dijo que intentaría arreglar las cosas para el fin de semana próximo. Satisfechos con la primer comida en paz, regresaron a dormir, escondidos de todos los perseguidores; situación que no iba a durar mucho.

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Capítulo 95 Al otro día combinó con su hermano que llegaría en avión al mediodía del siguiente. Volaron un rato por los lagos del Norte visitando el Huechulafquen con sus subsidiarios, el Paimún y el Epulafquén, siempre con la mirada atenta de una de las montañas más bonitas como lo era el Volcán Lanín. A este pico de 3747 metros se ascendía con relativa poca dificultad y con un entrenamiento de un año aproximadamente se podía intentar, con la ayuda de Guías especializados, su ascenso con una casi garantía de éxito para una persona normal; incluso todos los años se realizaba una escalada por parte de un grupo de discapacitados entrenados. Ambos hombres intercambiaron historias de sus respectivas ascensiones cuando eran más jóvenes. Su presencia es imponente ya que está medio aislado de otros picos cercanos y se yergue como un triángulo con nieves eternas hasta su cima muy marcada. Realizaron varios acuatizajes en los lagos en zonas fuera de la vista de los Guardaparques para evitar dar explicaciones y regresaron satisfechos después de volar y llenar las retinas de paisajes inigualables. Rodolfo realizaba constantes llamadas e intercambiaba mensajes durante todo el tiempo en el que se encontraban en la ciudad pero Angelo jamás preguntaba nada. Un día él le dijo que todas las piezas iban encajando en el rompecabezas pero no se extendió en más explicaciones. El segundo día transcurrió con buenas comidas en los selectos restaurantes y una caminata por la Avenida San Martín que atravesaba el casco urbano de Este a Oeste a lo 424

largo de unos 1.000 metros de tiendas con las mejores marcas de ropas y dos Plazas de una hectárea con especies vegetales autóctonas donde cada noche se realizaba algún acto social. Se compraron ropa nueva y Rodolfo demostró tener tan buen gusto como Angelo. Angelo ya caminaba sin las muletas y ahora casi sin dolor necesitaba hacer ejercicio para fortalecer nuevamente la pierna. Al tercer día al mediodía llegó el hermano de Angelo proveniente de Buenos Aires en el vuelo diario que unía la ciudad con la capital del país. Rodolfo se mantuvo al margen y dejó que los hermanos se volvieran a relacionar sin la intervención de una tercera persona. Adriano Ricci, que así se llamaba el hermano de Angelo se sorprendió del buen aspecto de su hermano, no así, el informático que encontró a su hermano envejecido y amargado. Al principio costó romper el hielo pero poco a poco retomaron el hilo con los recuerdos de la familia. Adriano le contó que vivía con la misma mujer y alquilaba la misma casa, casi como esas personas que detenían el tiempo a su alrededor hasta que morían sin haber dejado más huella que la que deja una hoja en el otoño. Hizo algunos comentarios que indicaban que los años le iban desilusionando de todo aquello en que creyó de joven cuando pensaba que Cuba era el mejor país del Mundo pero aún conservaba en su cabeza muchas de las tonterías que escuchaba decir a algún líder comunista. El cuarto día de Angelo fue de sobresaltos. A la mañana alquilaron tres bicicletas y se fueron a recorrer los bosques cercanos, en un momento dado, la bicicleta de Adriano quedó trabada y él voló por los aires sin grandes consecuencias afortunadamente. Cuando 425

fueron a levantar la bicicleta vieron que se había frenado a causa de un alambre que estaba tendido de uno a otro árbol cruzando el sendero. Gracias a que la bicicleta era de rodado 29 y muy alta, el alambre dio a la altura del manillar y no le hizo daño físico a Adriano más que la caída en sí. Era una costumbre de algunos Mapuches144 que ocupaban las tierras en la zona para desalentar a la gente que pasara cerca de sus precarias y poco higiénicas viviendas. Ya había habido muchos heridos graves e incluso un joven decapitado por esta costumbre. Otras formas de desalentar a la gente a pasear por dentro del Parque Nacional era dispararles con rifles de aire comprimido provocando muchas heridas a los inocentes paseantes. Regresaron a la ciudad y el hermano de Angelo justificaba estos actos diciendo que eran pueblos desplazados por el avance de la civilización blanca que los había condenado a vivir en la montaña y otros razonamientos parecidos. Parecía que el reloj volvía hacia atrás y Angelo volvía a oír las mismas tonterías que hacía 20 años. Quiso decirle que lo que realmente ocurría es que los que hacían esto eran unos asesinos borrachos que habían sido malcriados por un modelo que hasta le regalaba la televisión satelital que veían en las pantallas que robaban en las casas de la ciudad. Pero se calló, se calló porque sino era volver a lo mismo, así que a la tarde tuvo otra idea para que su hermano se sintiera bien. Alquilaron un coche para recorrer los lagos en forma más segura y se fueron a recorrer la ribera Norte 144

N del A: Pueblo indígena que se cree que tiene su origen al otro lado de las montañas en lo que hoy es Chile. 426

del lago Lácar, cuando ya casi regresaban, dejaron el vehículo estacionado al costado de la carretera de ripio que estaba casi intransitable para los parámetros del Primer Mundo y descendieron a pie hasta la playa del lago que consistía en una extensión de pequeñas piedras con unas mini islas cercanas a la costa y a pesar de que hacía frío, invitaba a pensar lo magnífico que sería ese lugar en los meses de verano para pasar el día ahí. Los acontecimientos de la mañana habían sido olvidados y hasta se podría decir que los tres hombres “armonizaban” entre sí. Se quedaron una media hora recorriendo el lugar y unos niños de unos 5 años, pobladores de estos lugares dadas las facciones físicas , morenos, con ojos rasgados, nariz ancha y muy poca estatura con las piernas arqueadas los entretenían con sus charlas y no querían que se fueran. Fueron muy simpáticos y ayudó a que Adriano diera toda una charla acerca de lo buena que era esta gente y nuevamente culpó a todo el resto de seres humanos por la situación en la que tenían que vivir. Cuando llegaron de vuelta a su automóvil, los críos habían desaparecido y el vehículo tenía una ventanilla rota y se habían robado absolutamente todo lo que pudieron llevarse arrancando hasta el GPS que venía a la derecha del conductor. Ahora entendían las “atenciones” de los niños, solo eran utilizados para retrasarlos mientras sus parientes desfalcaban el coche. Por un lado Angelo estaba furibundo pero por el otro sentía pena por esos menores que ya eran criados en un entorno de delincuencia y que su futuro estaba hipotecado, lo curioso es que no les hacía falta nada económico pero ancestralmente se robaban el ganado entre ellos y las costumbres seguían, aunque modernizadas. 427

Lo único que tuvo de bueno es que Adriano no volvió a abrir la boca para defender a esta gente, quizá sirviese para que se llevara estas experiencias y se las contase a sus amigos que los defendían sentados en una casa a 1.600 kilómetros de donde vivían estos pobladores. La realidad es que no todos actuaban así pero a ellos los habían perjudicado dos veces en el mismo día. Al regreso tuvieron que hacer todas las denuncias policiales y en la oficina de alquiler les dijeron que tenían que pagar todo porque ellos tenían un cartel que advertía que estaba prohibido meterse por esos caminos con el vehículo de alquiler por el peligro de los robos. Angelo empezó a protestar pero Rodolfo lo calmó y pagó lo que le decían para evitar entrar en una escalada de discusión. Al siguiente día partió Adriano a su casa más abatido que cuando llegó, la vida real le estaba derrumbando todos los ideales uno a uno y es difícil vivir sin nada que defender para una persona que siempre había tenido a quien idolatrar. A los 15 años la cara del Che Guevara adornaba gran parte de su indumentaria, a los 18 se informó mejor de la vida de su héroe y descubrió que era un asesino serial que mataba sin razón alguna a cualquiera y fue sobreviviendo con guardaespaldas hasta que lo fusilaron en Bolivia y entonces dejó de usar la ropa que lo identificaba. Estos hermanos jamás podrían estar juntos, sus cerebros estaban muy distantes en capacidad, inteligencia y comprensión pero Angelo lo había intentado; por su parte quedaba tranquilo. A partir de estos días con su hermano, a Adriano, el sociólogo, los hechos le fueron derribando día a día 428

su ideología, los años pasaron y no volvió a ver a Angelo pero su concubina fue testigo cuando poco antes de morir, Adriano le confesó que se había equivocado durante toda la vida y que debería haber hecho caso y seguir el camino detrás de su hermano menor.

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Capítulo 96 Durante los días siguientes, Angelo notó que su amigo Rodolfo estaba callado y los mensajes y llamados se habían multiplicado. Cada vez que su teléfono celular sonaba, Rodo se apartaba y hablaba en voz baja. Ese día habían planificado ir a volar en el hidroavión pero el Agente argentino le dijo que no se encontraba bien y que prefería ir a desayunar y hablar un rato con Angelo. Fueron a una cafetería en una calle paralela a la costa del lago pero a 100 metros de éste, donde servían todo tipo de infusiones, café y chocolate en muchas variantes acompañados de dulces caseros que eran una delicia. -Angelo, se vienen unos días complicados. Acaban de avisarme que nos pisan los talones, me parece casi imposible por la manera en que hemos hecho este viaje pero creo que algo se me ha escapado. Tendría que explicarte un poco de la situación de este país para que me entendieses. Actualmente es como si convivieran dos países en uno; dos formas de ver, ya no la política sino la vida misma. Una es el “modelo” socialista que nos intentan vender desde el actual gobierno, se han dedicado a regalar puestos de trabajo inventados a sus acólitos sin fijarse si tienen o no la formación necesaria. Por ejemplo, muchas Aerolíneas del Mundo no vendrían al país si supieran que son regulados por Controladores145 con una semana de formación o

145

N del A: Personal de las Torres de Control que normalmente siguen unos cursos que varían de dos a cinco años de duración. 430

Marshalls146 que son puestos en las Rampas147 con solo unas indicaciones. También regalan unas subvenciones a todo aquel que responda a la ideología del gobierno y han implementado impuestos a la agricultura y ganadería de tal manera que el 60% de los que se produce va a parar a los bolsillos de los corruptos que están en el gobierno, así las arcas del país se han ido vaciando y actualmente y en forma literal el país no tiene más dinero. Esto ha provocado que un 50% de la población con inteligencia ya no cree ni quiere este “modelo” y está gestándose un cambio para remover a esta lacra del gobierno. En síntesis, hoy en día la mitad del país vive sin trabajar gracias al dinero de la otra mitad que trabajan y el estado se encarga de robarles para ellos y repartir el resto; los primeros son los votantes que mantienen este sistema y los segundos, cansados, intentarán dar la vuelta a la tortilla en las próximas elecciones. Dentro de cada estamento hay gente de las dos facciones y parece una versión de “Durmiendo con su enemigo148” en plan país. Yo estoy trabajando con aquellos que quieren cambiar el rumbo de esta Nación y aporto mi grano de arena desde mi puesto en el Consulado de Miami pero estas cosas no se mantienen en secreto y tengo muchos enemigos dentro mismo de la Agencia de Inteligencia que está plagada de vagos e inútiles que antes vendían 146

N del A: Reguladores del tráfico en tierra de las Aeronaves responsables de todo el movimiento al que obedecen los Pilotos en las fases de entrada y salida de los aviones de los lugares de aparcamiento. 147 N del A: Zona del Aeropuerto donde los aviones son estacionados, descargados y cargados, repostados o embarcados. 148 N del A: Película del año 1991 con Julia Roberts. 431

el cartón que recogían de la calle y hoy tienen su propia oficina a la que no van salvo el día de cobro. La división es una cuestión cultural y de inteligencia, a un lado tocan el bombo y beben cerveza que les regala el gobierno, al otro, estudian, trabajan y llevan adelante lo que queda del país. Bien, este es el panorama general. En ese contexto me ha avisado un compañero fiel que algunos de esos Agentes inútiles vienen a San Martín de los Andes para intentar secuestrarte y entregarte a la NSA de Estados Unidos. No es algo que me quite el sueño ya que será muy fácil engañarlos y evadirlos pero estamos justo en el comienzo del final de solucionar tu problema y esto representa una molestia añadida. Hoy sé de tus problemas mucho más de lo que sabía en Estados Unidos. En tu ignorancia, tu gente en Europa, y yo aquí, hemos montado un gran plan que comenzaba hoy, iba a ser bastante sencillo pero ahora se complicará algo aunque lo superaremos. En el vuelo de este mediodía llegarán dos personas muy importantes en las que tendrás que confiar. Uno se llama Guy Lemery y es un importante Agente de la Agencia de Inteligencia francesa, la DGSE y el otro es Andrea Bottano de la Inteligencia italiana, el CESIS149. En un principio iban a pasar unos días con nosotros para explicarte todo el plan pero creo que habrá que moverse más rápido. Tendrás que confiar en ellos como confías en mí y en tu gente de Europa.

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N del A: Agencia de Inteligencia de Italia cuyas siglas en italiano significan Comitato Esecutivo per i Servizi di Informazione e Sicurezza. 432

Volvió a nombrar a su “gente” en Europa y Angelo no sabía bien a que se refería pero tenía preguntas más importantes que hacer. -Lo primero que quiero saber es si puedo confiar plenamente en estos Agentes. Preguntó Ricci. -Veamos, son Agentes de Inteligencia y nunca puedes confiar en ellos completamente porque estamos entrenados para intrigar y engañar antes que nada, pero en el caso de Andrea, trabajé con él en alguna operación conjunta y es una persona muy inteligente y de fiar, el francés en cambio es de alto nivel y no lo conozco bien pero pensamos que podemos confiar en él. Es hasta casi muy probable que vuelen en el mismo avión que los Agentes, entre comillas, argentinos. Aunque pensándolo bien, estos, seguro vendrán en un vuelo privado con alguno de los jet ejecutivos que posee el país y del que todos los corruptos del gobierno hacen un uso casi particular. Lo que no puedo acertar a darme cuenta es quien los está informando, porque nadie, salvo los más cercanos a este plan sabían donde estábamos. No quiero empezar a ponerme paranoico y sospechar de todo el mundo implicado porque la presencia de un topo, daría la respuesta a todas las preguntas pero vamos a seguir adelante sin volvernos locos pensando en un traidor interno. Mañana tendrás que ponerte en marcha otra vez pero esperemos que sea la última, te irás con los dos nuevos compañeros y yo me encargaré de desviar la atención de los dos mamertos150 que vengan a buscarnos. -Eh, eh; espera un poco, vas muy rápido. Si mal no entiendo mañana nos separaremos y yo vuelvo a no

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N del A: Tontos, lelos, inútiles e ineptos para todo. 433

saber cual es mi destino. Empezaba a estar cómodo aquí en tu compañía. Alzó la voz, Angelo. -Más o menos es la síntesis, pero no es tan así. Primero, puedo decirte tu destino, no vas detenido, secuestrado ni preso; vas a dar los primeros pasos para volver a conseguir tu libertad casi igual que la que tenías antes aunque con alguna variante en tu vida. Tu destino inicial es París, ibas a ir en vuelo desde Ezeiza en Buenos Aires pero tuvimos que cambiar los planes por tu seguridad. A partir de ahí no tendrás tiempo ni de respirar hasta completar el plan, pero estarás acompañado con tu gente. Ahí está otra vez mi gente. Pensó Angelo. -Segundo. Continuó Rodolfo. -Si hacemos bien las cosas no será la última vez que me veas pero creo que a esta ciudad… Hizo una seña en redondo con la mano derecha. -Sí que no podrás volver, por lo menos en un futuro cercano. Ricci, afirmó con la cabeza, estaba tranquilo, se encontraba confiado y sobre todas las cosas creía en las personas que estaban moviendo los hilos de su destino. -Bien, ya que no volveré en mucho tiempo, me gustaría hacer un último vuelo por los alrededores. -Angelo, tengo que combinar varias cosas para el viaje de mañana y me va a llevar toda la tarde pero te diré una cosa. Llévate el Buccaneer, tú lo vuelas mejor que yo y seguro que recuerdas toda la operativa, disfruta y pasea porque aquí no me sirves para nada, yo recibiré a los Agentes europeos y cuando regreses te los presentaré. Encima del tablero están las listas de chequeo plastificadas. Sal desde el lago Lácar y regresa al mismo sitio, nadie te preguntará nada pero si

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vas a algún Aeropuerto no sé lo que podría ocurrir; por favor, hazme caso en esto. -Quédate tranquilo que ya sé como son los malos y no quiero volver a encontrarlos, jaja. -Ok, terminemos de desayunar mientras me terminas de contar de esa vez que se te paró un motor en el Diamond arriba de Marruecos y luego, cada uno a lo suyo. Al final del desayuno, Angelo, se fue hacia el lago para sacar al Buccaneer de su aburrimiento. Iba a ir a pedir que lo llevaran con el bote hasta el avión a los de Prefectura, como le había indicado Rodolfo, pero al ver a una familia que estaba a punto de salir con la lancha, les preguntó si podían alcanzarlo y todo fue menos público. No tuvo inconveniente en poner a volar al viejo avión y puso proa al Sudoeste hacia el lago Hermoso. Rodolfo, por su parte dedicó cada minuto a combinar y pulir el plan alternativo.

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Capítulo 97 Cuando regresó ya era tarde para la comida del mediodía porque en Argentina se regían por horarios europeos pero no por los de España. Era imposible conseguir que le diesen de comer a uno, más allá de las 13 horas, así que fue directo a una cafetería donde comió un exquisito sandwich de salmón rosado ahumado que acompañó con un refresco de sauco 151 que realizaban en el mismo establecimiento como algo artesanal. A eso de las 16 horas regresó a la vivienda que compartía con Rodolfo y se encontró con su amigo y dos hombres más que lo esperaban. -El señor Guy Lemery y el señor Andrea Bottano. Presentó Rodolfo. -A tí no hace falta presentarte porque seguro saben más que tú mismo de tu persona, jaja. -Mucho gusto, señor Ricci. Tenía ganas de conocerle en persona. Dijo el francés con acento pero en perfecto español. -Poco sé de lo que está ocurriendo pero la Informática me ha enseñado a tener paciencia y confianza en los resultados. Veo que usted habla español. Señor Bottano, ¿Usted también?. -Sí, aunque con acento diferente, jaja. -Bien, supongo que me estaban esperando para explicarme los pasos a seguir a partir de ahora. -Sí, Angelo, voy a hablar yo y trataré de simplificarte el plan. Los Agentes han conseguido hospedarse aquí mismo en la “cabaña” contigua. No sé bien cómo pero los Agentes de la AFI por encargo de la NSA ya están aquí y nos tienen vigilados en este mismo momento. 151

N del A: Pequeñas bayas de color negro violáceo con las que se realizan infinidad de preparados comestibles o medicinales. 436

Angelo se sobresaltó y al notarlo, Rodolfo continuó. -Tranquilo, no harán nada porque son solo dos e inútiles como suponía, dos simios hubieran sido más efectivos, éstos se les parecen físicamente pero no son tan inteligentes, jaja. He conseguido después de remover cielo y tierra un vehículo 4X4 más o menos en buen estado que ya tengo aparcado en la puerta y podrán devolver en el Aeropuerto de La Araucanía que está cercano a Temuco en Chile, desde allí se los devolverán a la agencia de aquí por un acuerdo que tienen con un alquiler de vehículos chileno. En ese Aeropuerto tomarán el vuelo de las 13:30 horas con destino a Santiago de Chile y desde allí el avión directo a París que sale a las 17:10 horas y llega mañana a las 11 de la mañana hora local. Es un viaje largo pero creo que merecerá la pena para no dejar rastros. Hoy nos acostaremos temprano, pediremos la cena aquí de algún delivery152 y no saldremos para no dar ninguna oportunidad de que actúen los dos bobos que están dentro del coche enfrente; éstos creen que están en una película americana, no se dan cuenta que en Argentina nadie espera dentro de un coche y que debido a la alta inseguridad que hay, ya estarán llamando a la policía los dueños de todos los hoteles de la zona. Los tres hombres asintieron dando conformidad al plan y luego hablaron de cualquier tema genérico que los entretuvo durante el resto de la tarde y la cena. Angelo se dio cuenta de que eran dos personas muy 152

N del A: Sistema de servicio a domicilio que existe en Argentina para una infinidad de productos y fundamentalmente comida de todo tipo. 437

cultas e inteligentes con las cuales se podía hablar de cualquier tema, pensó que el viaje sería ameno en la compañía de los Agentes europeos.

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DÉCIMOTERCERA PARTE Europa Capítulo 98 Al otro día a las 6 de la mañana, Rodolfo lo despertó suavemente. -Angelo, tendremos que modificar un poco los planes. Estos idiotas se han muerto de frío y siguen en la puerta. ¡Ejecutaremos Plan B!, jaja. Los Agentes ya están despiertos y están saliendo con el coche a la playa de Quila Quina a unos kilómetros de aquí sobre la costa del lago Lácar, ya se la cargué en el GPS del coche. En cuanto haya luz saldremos con el Buccaneer. También te armé la maleta pequeña con algo de ropa. Tráela, por favor, que nos la llevaremos. -Ok, me levanto en dos minutos. -Tómate tu tiempo, si quieres dúchate y aféitate, así estás listo para el viaje. Angelo, se aseó y en 20 minutos se encontraba en el comedor donde el desayuno estaba servido. -Los europeos ya han salido y estos continúan esperando que salgamos. He arreglado con los de Prefectura para que nos vengan a buscar en cuanto amanezca. Desayunaron tranquilos y a las 7 de la mañana aún no se veía el Sol pero había luz suficiente para darse cuenta que el astro tampoco saldría a lo largo del día. Incluso caía una fina llovizna muy típica de esta zona de montaña; era raro que hubiese tormenta con actividad eléctrica, sino más bien, lo normal era lluvia fina y continua, a veces a lo largo de dos meses o más, un día tras otro. 439

A las 7:15 golpearon la puerta dos marineros de la Prefectura. Los cuatro juntos cerraron la puerta de la cabaña y cruzaron la calle hacia el lago donde los esperaba un tercer hombre con el bote para llevarlos hasta el anfibio. Los dos Agentes argentinos no habían dormido casi nada y tuvieron que dar explicaciones dos veces a la Policía. Cuando vieron que eran acompañados por la Prefectura no quisieron entrometerse y decidieron esperar a que regresasen con el avión, mientras tanto podrían desayunar tranquilos sabiendo que a la vuelta se los podrían llevar tranquilos. Los latinoamericanos no tenían ningún entrenamiento pero sabían manejar un arma y eso era todo lo que pensaban que les hacía falta. Quince minutos después tenían el Buccaneer en marcha y se desplazaban hacia el centro del lago. -Vamos a despegar pero solo iremos hasta la playa de Quila Quina que está a unos pocos kilómetros sobre la costa sur del lago Lácar pero lo suficientemente lejos de la ciudad para que no nos vean. Allí ya tienen que estar llegando Guy y Andrea con el 4X4, tú te irás con ellos y seguiremos a partir de ahí con el plan original. Dentro de una hora volveré con el avión y les haré ver bien que tú ya no desciendes y volveré a salir hacia Bariloche para devolver el anfibio a Rupert. -¡Es una muy buena idea!. Contestó Angelo y le palmeó la espalda a su amigo. Acuatizaron cercanos al muelle de Quila Quina y sacaron el avión a la playa que está a su lado. Ya

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estaban ahí los europeos que se acercaron en cuanto pararon el motor. -¡Menos mal que son solo 20 kilómetros!. Dijo el italiano. -Si había 5 kilómetros más de carretera como esta se hubiera roto la otra mitad del 4X4, jaja. -Tómatelo con calma, Andrea, porque ahora tienes que volver a hacerlos y luego te esperan otros 20 kilómetros del lado argentino antes de llegar a la frontera que son similares a estos, luego del lado chileno está todo pavimentado e impecable y podrán mejorar el promedio. Así son las carreteras que tenemos los bolivarianos153, jaja. Salid cuanto antes que os espera mucho viaje. Todos se abrazaron con Rodolfo y Angelo le preguntó: -¿Está en tus planes que nos volvamos a ver?. -No puedo decirte mucho más, Angie, pero quizá sea antes de lo que piensas. -No sé como agradecerte, me has salvado la vida una vez y probablemente me la estés volviendo a salvar. -Una cena en el mejor restaurante de Europa no estaría mal, jaja. Los europeos con Angelo subieron al 4X4 y se alejaron recorriendo el camino de vuelta a San Martín de los Andes. Los Agentes argentinos, que esperaban al avión, ni prestaron atención al 4X4 cuando volvieron a pasar por el Puerto de la ciudad. 153

N del A: Aquí se usa en forma irónica, ya que hace referencia al término que acuñó un presidente venezolano para todos los países sudamericanos con políticas socialistas o comunistas. 441

Capítulo 99 Jason Summers jamás pensó que volvería a tener noticias de Angelo Ricci tan pronto. Su secretaria le avisó que tenía una llamada de un tal Guy Lemery que deseaba hablar con él respecto a un ítalo argentino que estaba perdido. -Paseme la llamada, por favor. Dijo a la empleada. -¿Señor Summers?. Preguntó alguien en inglés con acento francés. -Sí, ¿Con quién tengo el gusto?. Preguntó sabiendo que alguien que llegaba hasta su oficina llamando desde afuera tenía que ser alguien con muchos contactos. -Le habla Guy Lemery de la Agencia de Inteligencia Francesa DGSE. La NSA y nosotros ya hemos colaborado en otras ocasiones en nuestro pasado. Tenemos entendido que se les escapó un pájaro de la jaula. -Puede ser. Pero ya hemos implementado los medios para devolverlo a su sitio. -No lo dudo pero resulta que yo sé exactamente donde se encuentra en este mismo momento. Parece que en un futuro cercano quiere regresar a Francia y no deseamos que eso ocurra así que estaría bien que se lo llevasen ustedes antes de que pise suelo francés. -Me interesa, pero me preocupa lo que se me pedirá a cambio. -Ya se lo he dicho, no lo queremos en nuestro país y esperamos que ustedes hagan el trabajo de impedirlo. En realidad, mis superiores no lo quieren en Francia y yo no estoy capacitado para impedirlo solo, así que pensé que ya que nuestros deseos pueden ser

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satisfechos en forma simultánea, a usted le interesaría la información. -Lo escucho Monsieur Lemery. -Angelo Ricci se encuentra en la ciudad de San Martín de los Andes en la Patagonia Argentina, le sugiero que abra el Google Earth. Deme un e-mail codificado y le podré enviar hasta la habitación exacta del hotel donde está. Summers se apresuró a darle lo que le pedía y al colgar se puso a buscar toda la información posible sobre ese remoto lugar. No podría montar una operación como Dios manda en el poco tiempo que tenía así que decidió utilizar un poco de Ingeniería Social a alto nivel. Llamó al Director de la AFI en Buenos Aires, éste al saber que lo llamaban de la NSA casi hasta se puso firme junto a la silla. Como bien sabía Summers, en los países socialistas los odiaban hasta que los trataban de igual a igual. Al principio fue complicado ya que no encontraban en las oficinas de la AFI a nadie que hablara inglés fluídamente y fuese personal superior; con suerte había alguno con los estudios secundarios. Todas las personas capacitadas, desde que estaba el actual gobierno, trabajaban en el área privada y no para el Estado. Al final Summers pudo hacer el requerimiento y el propio Director a través de la traductora le prometió que enviaría a dos de sus mejores hombres y le entregarían al tal Ricci en territorio estadounidense. El Agente de la NSA puso un guardia frente al teléfono con perfecto dominio del español para que se pudiera comunicar directamente con los Agentes de Campo en todo momento a través de sus teléfonos 443

móviles, y así estar informado del progreso de la operación. Los Agentes solo tardaron unas horas en encontrarse con Ricci a la vista en esa lejana ciudad, pero le dijeron que estaba acompañado y que si quería montarían una operación armada para llevárselo. Summers casi gritó en su oficina al traductor para que les diga que bajo ninguna circunstancia quería armas en esa operación. Ya tenía muchas muertes que justificar desde que había empezado todo esto. Los Agentes permanecieron toda una noche de guardia pero no pudieron separar a Ricci de la gente con la que se encontraba, así que cuando le comunicaron que se iban temprano en el avión, les dijo que esperaran su oportunidad al regreso. Eso ocurrió un par de horas después pero solo bajó un hombre del anfibio que no era Ricci. Los argentinos le preguntaron si interrogaban al otro hombre que ellos desconocían que era compañero en la AFI, y Summers les dijo que no. Lo último que le informaron fue que el hombre se había vuelto a ir a la media hora de llegar en el hidroavión y ya no había regresado. Otra vez se había escurrido como la arena entre los dedos. Intentó llamar a Lemery pero en París nadie supo decirle donde estaba y su celular estaba desconectado. ¡Paciencia!, se dijo para sus adentros; ya volvería a llamar y esta vez no enviaría a nadie, así estuviese en la Antártida, iría él mismo en persona para traérselo a los Estados Unidos. Como dice el refrán, si quieres que algo se haga bien, hazlo tú mismo. Empezó a organizar todo a nivel familiar y profesional para poder partir en forma inmediata hacia cualquier parte del Globo; también llamó a un Agente muy competente con

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el cual ya había trabajado con anterioridad, para que lo acompañase.

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Capítulo 100 Eran las 10:30 horas de la mañana cuando llegaron a la frontera. Rodolfo se había encargado de toda la tapadera, le había confeccionado con bastante habilidad una credencial de Guía de Pesca a Angelo a nombre del pobre Piloto al que había sustituido Ricci que sin saberlo estaba viajando por todos lados ya que aún conservaba su pasaporte y con él iba a viajar. Los europeos supuestamente eran clientes suyos a los que llevaba a uno y otro lado de la cordillera buscando las mejores truchas. Rodolfo le había comprado a un Guía real en San Martín de los Andes un montón de equipamiento usado que había pagado a precio de nuevo pero hubiera sido muy sospechoso si todos los aparejos fueran a estrenar. Al final todas las preocupaciones fueron infundadas porque en la frontera nadie les preguntó nada y ni siquiera les revisaron el automóvil; hacía frío y a los empleados tanto de Gendarmería154 como de Aduana no les apetecía salir al exterior. De pronto a Angelo se le ocurrió pensar que es increíble cuantas cosas se deterioran en un país cuando nadie está preparado para su puesto de trabajo y solamente van a cobrar; esta frontera como muchas otras de la Nación era un colador por el cual se podría pasar con un elefante rosa y nadie se enteraría. Del lado chileno las cosas fueron diferentes, el edificio mismo era mucho más moderno y funcional, estaba muy bien indicado todo el proceso burocrático y de seguridad que había que seguir pero igual pasaron sin mucha dificultad. Estaba claro que

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N del A: Policía fronteriza en Argentina. 446

aquellos que perseguían a Ricci no querían alertar a medio Mundo para su búsqueda. Hacia el mediodía llegaron sin sobresaltos y por unas carreteras espléndidas en infraestructura y paisaje a la ciudad de Pucón. A pesar de que de este lado de la cordillera, lo que era una llovizna se transformó en una lluvia persistente, no tuvieron contratiempos por la buena señalización. Angelo ya conocía esta ciudad por haber estado varias veces pero los europeos quedaron sorprendidos del entorno en el cual se ubicaba. Se podría decir que poseía dos costas, ya que la ciudad tenía una gran península hacia el lago Villarrica que la dividía en dos. En un lado se encontraba su Puerto y en el otro una inmensa playa que podría rivalizar con cualquiera del Mediterráneo. Hacia ésta fueron a indicaciones de Angelo para comer en un gran hotel cuyos ventanales dan al lago lo que hacía de la experiencia gastronómica también una sensación intensa visual. Después de haber degustado unos excelentes mariscos, siguieron viaje costeando el lago hasta la ciudad de Villarrica con el volcán del mismo nombre a mano izquierda siempre omnipresente con su cráter lanzando humo al cielo para que nadie olvide que está activo. A las 14:30 horas llegaron al Aeropuerto de La Araucanía cercano a la ciudad de Temuco con el tiempo justo para tomar el Airbus 320 de la compañía Sky Airlines que partía a las 15:10 horas y que en una hora los dejaría en Santiago de Chile. Eran unas instalaciones ultramodernas que se habían inaugurado hacía muy poco para sustituir al viejo Aeropuerto de Maquehue que ahora solo atendía vuelos civiles y un par de Aeroclubes. Las reservas que les había hecho 447

Miguez estaban esperándolos y después de devolver el 4X4 embarcaron para hacer el corto vuelo. En todo lo que llevaban de viaje hablaron de muchos temas pero no tocaron la razón de porque se encontraban haciendo este viaje los tres juntos. Angelo se moría de curiosidad y había intentado preguntarles cosas pero los dos Agentes no quisieron dar ninguna respuesta, así que se limitó a dejarse llevar y esperar los acontecimientos. Cuando llegaron a las 16:15 horas al Aeropuerto Arturo Merino Benítez tuvieron que desplazarse rápidamente para embarcar en el avión de Air France con destino a París que tenía pronosticada su partida a las 17:10 horas. Era uno de los vuelos más largos que se realizaban en el Mundo, sin escalas, durante 14 horas en el espectacular Boeing 777-300 ER, el jet bimotor más grande del mundo. El “Triple 7”, como era conocido en la aeronáutica, era una maravilla de ingeniería que era capaz de volar 6 horas o más con un solo motor lo que le permitía una seguridad en la operación muy alta, razón por la cual era utilizado para estos largos vuelos. El Aeropuerto de Santiago de Chile es una de las Terminales más modernas y eficientes de Latinoamérica lo que ayudó a que se movieran con rapidez hasta llegar a la zona internacional y embarcar en el avión de Air France. Ya dentro de la aeronave los condujeron a las enormes butacas individuales de Primera Clase que tenía reservadas el Agente francés. Por el respeto y deferencia con el que era tratado Guy Lemery estaba claro que poseía documentación que lo identificaba como una figura importante en su país.

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Angelo aprovechó para descansar y prepararse para las sorpresas que le esperaban en Europa. Durmió gran parte de las horas de vuelo y solo se despertó para recibir las comidas exquisitas que les sirvieron durante el trayecto. Llegaron a París a las 11 de la mañana y Angelo disfrutó de toda la aproximación al Aéroport RoissyCharles de Gaulle mirando la ciudad de París que amaba profundamente. Estaba inquieto porque no sabía lo que lo esperaba pero intuía que iba por buen camino para terminar de huir.

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DÉCIMOCUARTA PARTE Reencuentro Capítulo 101 El no llevar equipaje y viajar en Primera Clase les facilitó la pronta salida hacia las salas exteriores. Tuvieron que atravesar igual la zona de recogida de equipajes y entraron por una puerta lateral que tenía un gran cartel que decía “Accès interdit aux personnes non autorisées155”; estaba claro que Guy Lemery era una “persona muy autorizada” porque mostró una placa al uniformado que se encontraba del otro lado y éste cedió el paso a los tres hombres sin abrir la boca. No pasaron por ningún control y nadie les solicitó la documentación. Nada más salir a la zona pública del Aeropuerto, el Agente francés dio media vuelta, se detuvo y le dijo a Angelo: -Monsieur Ricci, usted ahora avanzará solo hasta la zona donde está la gente esperando a los viajeros de nuestro vuelo; Andrea y yo iremos detrás suyo. Por favor, sabemos que la impresión que sufrirá será muy intensa, pero intente mantenerse calmado para no llamar la atención. Yo llevaré su pequeña maleta así se desplazará más cómodo. -Me está asustando, Agente Lemery. -Perdón, no era mi intención; quizá debería decirle que la impresión será buena y no mala. Vaya tranquilo. Será un momento que recordará como una anécdota feliz de la vida.

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N del A: Prohibido el paso de personas no autorizadas. 450

Angelo no alcanzaba a comprender bien lo que quería decirle el francés pero hizo lo que le indicó. Entregó su maleta y fue caminando despacio hacia la gente. Aún cojeaba un poco, resultado de la herida de bala en el muslo y se encontraba realmente cansado, pero la ansiedad que sentía tapaba todas las otras molestias. Cuando estaba a unos 10 metros del grupo de gente vio los hermosos ojos color miel clara de Alexis en el mismo instante en que ella lo había descubierto. Alexis corrió a su encuentro y se abrazaron en forma tan estrecha que parecían una sola persona. Ambos lloraban tanto que no podían hablar. Se mantuvieron abrazados tanto tiempo que parecía que los relojes se habían detenido en ese instante. Al fin se separaron y Alexis le dijo: -¡Te quiero tanto, cariño!. Solo el trabajo para verte de nuevo consiguió mantenerme activa y expectante para que llegase este momento. -Yo también te quiero, Alexis. No he dejado ni un instante de pensar en tí. Vámonos ya donde sea porque necesito muchas respuestas que seguramente podrás darme solo tú. -Ahora mismo, ya tenemos nuestra habitación en el Champs Elysées Plaza de París, pero antes déjame saludar a tus niñeras. Dicho esto se aproximó a los dos Agentes y extendiendo la mano los saludó diciendo: -Guy, Andrea; solo quiero deciros, Gracias. Angelo asistía a este saludo dándose cuenta que dada la familiaridad que notaba de su esposa con los Agentes, había cada vez más interrogantes dando vueltas en su cerebro.

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-Querido Angelo, quiero que cierres los ojos un momento, por favor. Te diré cuando puedas volver a abrirlos. Angelo obedeció inmediatamente y Alexis hizo una seña hacia el grupo de gente que seguía esperando a sus amigos y familiares. Giró a su marido sobre sí mismo y le dijo: -Ya puedes abrir los ojos. Ahí, de pie, a un metro de él se encontraban Montse, su ex secretaria y… Lucca.

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Capítulo 102 -¡Diossssss!. ¡Estás vivo!. Los dos hombres se abrazaron y ambos lloraban de la emoción, las mujeres los miraban con una sonrisa en los labios. -¡Tú también!. No volvamos a separarnos, hermano. Le dijo el italiano. Cuando se separaron, Angelo reparó en Montse que se había mantenido en un segundo plano y la atrajo hacia sí, abrazándola y diciéndole a los dos Agentes que aguardaban detrás suyo: -Esta es mi familia, señores. No puedo tener mejor suerte, ¿Verdad?. Mirando a Montse le dijo: -Estás bellísima y por lo que veo tú y Lucca estáis juntos y eso no puede ponerme más feliz. -Señor Ricci, cuando sepa la historia completa y lo que estas personas y otras han hecho por usted, le costará la mejor cena que jamás haya pagado, jaja. -Por favor, vámonos que necesito estar a solas con ellos. Abrazó a Alexis por un lado y a Lucca por el otro y comenzó a caminar hacia la puerta. -Angelo. Dijo el Agente italiano. -Nos falta atar algunos cabos así que por el momento, nos moveremos todos juntos. Fuera hay unos Citroën C5 negros que nos llevarán a todos a descansar. Se dirigieron hacia afuera y aparcados en los sitios reservados donde solo se lo permiten a unos pocos elegidos, efectivamente, había dos Citroën C5 con sus chauffeurs preparados junto a las puertas. -Angelo, sé que estás muy impaciente por saber mil cosas pero mejor que lo hablemos tranquilos en el

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hotel. El coche puede estar vigilado. Susurró Alexis, mientras caminaban, al oído de su marido. -De acuerdo. Respondió éste y no volvieron a hablar hasta llegar al hotel. En la acera de la Rue de Berri del hotel Champs Elysées Plaza de París, se separaron, Guy Lemery dijo que se iba a su casa con la familia; esto fue curioso porque a veces uno piensa que estas personas no tienen a nadie que los espere. Andrea se hospedaba en una habitación más económica del mismo hotel y ellos cuatro subieron a dos suites contiguas que había reservado Alexis en vez de la Suite Prestige que solían ocupar con Angelo. Quedaron con los Agentes que al día siguiente desayunarían todos juntos para ultimar detalles de lo que restaba ejecutar del plan. Entraron todos a la Suite de Angelo y Alexis y se sentaron cómodamente en los sillones, lo único que quería el ítalo argentino era poder encontrar las respuestas a las mil preguntas que guardaba en su cabeza. -Muy bien, chicos. No me torturéis más. ¿Por dónde empezamos?. Preguntó ansioso Ricci. -Son las 12:25 horas. ¿Qué os parece si pedimos algo para comer aquí mismo en el hotel?. Dijo Alexis siempre práctica y organizadora. -Tranquilo amado mío, podemos hablar mientras comemos, jaja. Dijo al ver la cara de ansiedad de su esposo.

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Capítulo 103 -Voy a comenzar yo e iremos avanzando poco a poco. Empezó a hablar Alexis luego de haber llamado para encargar la comida. -Cuando tú habías desaparecido en el mar con el globo, me di cuenta que todo esto se estaba escapando de nuestras manos y necesitábamos ayuda. En primer lugar llamé a mi padre y le comenté por encima el problema y me explicó la situación política en Argentina y que bajo ningún concepto debíamos compartir el secreto con los actuales gobernantes de ese país porque era como darle a un mono una ametralladora cargada y sin seguro. Como me encontraba en Valencia y fui a dormir a casa de Juliette, en la cena el padre de mi amiga me preguntó a qué se debía mi mal humor y de repente se me ocurrió que no sería mala idea que alguien con influencias como el papá de Juliette, Monsieur Gustave Crozier, supiera todo el tema por si podía ayudarnos. Resultó que el Cónsul correspondió con la confesión de un secreto también y para sorpresa de todos en la mesa, porque ni su familia lo sabía ; confesó que trabajaba part-time156 para el Servicio de Inteligencia francesa, la DGSE. Angelo escuchaba concentrado y abría los ojos como dos lunas. Alexis continuó. -Así fue que decidió intervenir con su Agencia y ayudarte en principio, a escapar de los españoles, y luego a proporcionarte la posibilidad de llegar a un acuerdo con Francia para el uso de tu descubrimiento. 156

N del A: Trabajos que se realizan en forma ocasional y no en jornadas laborales completas y diarias. 455

El famoso sindicalista que te has cruzado con Lucca en el Aeropuerto de Valencia, primero, y en el Aeropuerto de Tarbes, luego; ese que pedía firmas, jaja; era un enviado a través de Gustave para allanarles el camino, pero las cosas se empezaron a torcer al aparecer un tercer grupo aparentemente de otra Agencia. En ese momento la DGSE vio prioritario que escaparas a un sitio donde pudieran sentarse a hablar tranquilos y os facilitó la huída a Córcega con la ayuda del Coronel Clermont, un viejo Agente francés discreto y confiable. En ese momento golpearon la puerta con la comida y Lucca fue a abrir a la camarera que coqueteó descaradamente con el italiano. Montse que se dio cuenta, despachó a la empleada en forma rápida y expeditiva al tiempo que amenazaba entre dientes a Lucca con cosas impensables si intentaba solo sonreír. Cuando la camarera cerró la puerta detrás de ella, todos miraron a Montse y se echaron a reir y al final hasta ella se unió a las risas. Se sirvieron y decidieron hablar de tonterías hasta el momento del café para que Alexis también pudiese comer. Lucca como buen italiano fue el encargado de preparar las diferentes variantes de café que cada uno le pidió en la kitchenette157 de la suite. Al fin todos volvieron a prestar atención a la continuación del relato de Alexis. -Bien, ¿Por dónde iba?, ahh sí, os mandamos en viaje a Ajaccio. Quiero aclarar que antes de dar cualquier paso, el papá de Juliette me consultaba 157

N de A: Pequeña zona de cocina asociada, generalmente, a apartamentos pequeños. 456

absolutamente todo y me pedía mi parecer; por eso es que digo “os mandamos”. Ayyy, Ajaccio, que mal la pasamos ahí, sobre todo Lucca. Un Agente de la NSA, hoy sabemos que eran ellos, le disparó a Lucca y éste…, espera que te cuente esa parte él. -Bien, para ser sincero, la primer parte de lo que voy a relatar es lo que luego me contaron porque yo no estaba para enterarme de nada. Al dispararme el gordo maloliente acertó en mi omóplato, que atravesó limpiamente, la fuerza del disparo me tiró hacia atrás y golpeé con la cabeza en la base del inodoro que fue lo que en realidad hizo que perdiera el conocimiento. Al oír y ver todo este movimiento, un Agente de la DGSE que había venido a buscarnos, entró rápidamente al baño y se ocupó de tapar la herida para que dejara de sangrar y llamó a los médicos del Aeropuerto. Ellos hicieron las primeras curas y luego me llevaron a un hospital donde me hicieron muchos estudios para determinar el alcance del golpe en la cabeza que al final revestía más gravedad que la herida de bala. En todo este tiempo el Coronel no se movió de al lado de mi cama y fue el enlace con Alexis que no paraba de llamar al menos 20 veces al día, jajaja. Finalmente fue el mismo Coronel el que me llevó de vuelta al continente y regresé a España para trabajar en tu rescate. Mientras estaba en la cama, con tiempo para pensar, se me ocurrió una idea. Mi padre tiene muchas relaciones políticas en Italia, le son necesarias para poder funcionar comercialmente con su fábrica, así que le llamé. Le dije que necesitaba hablar con alguien del CESIS de confianza y con la mente abierta a cosas nuevas. La persona indicada era Andrea Bottano a quien yo además ya conocía como amigo de la familia, pero del cual pensaba que solo era un empleado del Gobierno italiano. Andrea escuchó mi 457

relato con atención y no fue necesario mostrarle nada porque confió en mi palabra, decía que si yo me lo había creído es que era cierto. Los franceses ya estaban medio al tanto del tema porque hubo que decirles algo para que se involucraran, sobre todo después del atentado a mi persona en Córcega. Hicimos una primer reunión a la cual asistieron Alexis, el papá de Juliette, Guy Lemery, Andrea Bottano y yo. Decidimos que no era mala idea que fuesen dos los países custodios del secreto, incluso Guy y Andrea se conocían con anterioridad y acordaron mantener todo esto en un nivel al que solo accedieran ellos dos sin hacer nada del conocimiento público. Ambos ocupaban un puesto dentro de sus respectivas Agencias que les permitirían utilizar recursos sin tener necesidad de dar demasiadas explicaciones. Pero yo sabía que aún así se nos podía ir de las manos y la solución me vino sola. Entre los varios llamados que recibí para darme ánimo luego de mi “accidente”, recibí uno especialmente interesante. La familia de un amigo de la infancia se radicó en Mónaco hace muchos años y éste fue introduciéndose en la política local hasta ser hoy uno de los 15 miembros del Conseil Communal que es algo así como el Ayuntamiento o Municipalidad de la CiudadEstado. Cuando este amigo se comunicó conmigo le pedí hablar con él y fui con el Elitar Sigma; perdón Angelo por el intensivo uso que le di al anfibio, jaja, hasta el Puerto de Fontvieille en la costa monegasca. En media hora le expliqué lo que quería que no es ni más ni menos que Mónaco nos sirva de catalizador entre los dos países que más injerencia tiene en la vida social, económica e incluso militar del pequeño estado y esa misma mañana hablamos con el Ministre d’État que es algo así como el Presidente. Debe ser uno de los 458

pocos lugares del Mundo al que se puede acceder a su Presidente con tan poca antelación. Hicimos una segunda reunión en Mónaco Ville en la cual participaron los mismos que en la primera más el Ministre d’État y se acordó que nos radicáramos todos en la pequeña Nación donde podríamos desarrollar todo el legado de Tesla sin interferencias extrañas y protegidos de ambiciones foráneas. Nos dieron un taller muy bien equipado que cuenta con dos viviendas colindantes muy cómodas en el barrio de La Condamine en el Boulevard Rainier III; eran de una antigua familia que se los alquilaba a una pequeña bioquímica y ahora harán lo mismo con el Estado que nos lo cederá a nosotros; es decir, ¡Qué viviremos gratis!, jaja. -¡¡Es increíble todo lo que habéis trabajado en mi ausencia!!. Interrumpió Angelo. -¡Y aún falta!, jaja. Acotó Alexis. -Con la ayuda invalorable de Montse, hemos vendido casi todas nuestras propiedades en España. La casa de La Florida y el apartamento en Madrid están a la venta y como estaban a nombre de la sociedad he dejado todos los papeles firmados para que se puedan vender sin problemas, ya nos avisarán. Los coches y la moto los he vendido a un compra-venta de automóviles asesorada por Lucca. Tu amigo Pablo de Robledillo de Mohernando ya te ha vendido el Diamnod DA-42 y casi ha negociado el Elitar Sigma aunque no entiende muy bien porque quieres vender todo; estaría bien que le hicieras una llamada cuando estemos tranquilos en Mónaco. El Piaggio P-180 Avanti II sigue en el Aeropuerto de Tarbes y tienes que ir a buscarlo y traerlo a Nice que será más fácil venderlo. Por otra parte la Ferrari de Lucca ha decidido conservarla porque está a nombre de la empresa del padre y en Mónaco no llama 459

la atención. Prácticamente hemos borrado el rastro de tu nombre y el de Lucca para que sea muy difícil encontrarlos. Ahora, por favor, llama a mi padre que quiere hablar contigo y luego al papá de Juliette. Por la mañana, a las 8 horas os pasará a buscar el chauffeur de Guy Lemercy y tú con Lucca os iréis a desayunar con él porque desea hablaros en privado, nosotras bajaremos a desayunar juntas en el comedor del hotel. -No puedo más que agradeceros todo lo que habéis hecho aunque tendré que pasar el duelo por algunas cosas materiales que quería mucho. La culpa es toda mía por haberos embarcado en esta aventura sin saber muy bien en que os estaba metiendo. Solo tengo una pregunta, Alexis. ¿Dónde está mi colección de libros de Julio Verne?. -Sabía que lo preguntarías y ya están en la biblioteca de la casa que ocuparemos en La Condamine.

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Capítulo 104 Angelo le pidió el celular a Alexis y se comunicó con su suegro. -Querido suegro, aquí estoy, bien, gracias a usted. -Mi hija, se puede haber equivocado pero no deseaba que se quedara viuda, jaja. Hablando en serio, ¿Cómo está la herida?. -Bien, ya casi es solo un mal recuerdo. Quería decirle que la persona que envió, Rodolfo Miguez, es un ser magnífico que se ocupó de mí en todo momento, además es un profesional en lo suyo. Sin él, es muy probable que a estas horas estuviese flotando en el Mississippi. Cuando todo esto termine quisiera verlo para agradecerle como es debido. -Hijo, seguro que no faltará oportunidad. Cuida a mi hija. -No se preocupe, es lo más preciado que tengo. La llamada a Gustave Crozier, el papá de Juliette fue lo que hizo a continuación. -Buenas tardes Señor Cónsul. -Buenas tardes, Angelo; esperaba su llamado. Espero haber hecho las cosas bien y todo marche según lo previsto. -Bien, es poco. Nos ayudó a huir de España y nos ha salvado la vida directa e indirectamente a mi amigo italiano y a mí. -No será tan así. Escuche con atención porque aún no hemos terminado y se avecinan tiempos duros. Mañana no olvide hablar con el Agente Lemery durante el desayuno y todo lo que le diga está avalado por mí. Si tiene alguna duda y necesita hablar con alguien vaya a donde compró su colección más preciada de libros; el 461

librero es una persona de mi mayor confianza, déjese guiar por él. Angelo no entendió muy bien de que estaba hablando el Cónsul pero supuso que por la mañana se le aclararía el panorama. -Así lo haré, se los debo a todos vosotros. ¿Cómo está mi sobrina preferida?. Preguntó refiriéndose a Juliette. -Enamorada de usted, como siempre. Si no lo ayudaba, perdía una hija así que no me quedó mucha alternativa. -Ya conocerá un hombre que me desbancará rápidamente, jaja. -Seguimos en contacto, Angelo; buenas tardes. Angelo se quedó pensativo. Lo poco que le dijo el Cónsul, le preocupó. Él pensaba que todo estaba terminando pero por lo que le dijo el francés aún restaba un capítulo. Aún recordaba cuando el librero del Quartier Latin le entregó su tarjeta diciendo: , o algo similar y parece que, según le indicó el Cónsul, sería necesario ir a visitarlo. Nada podría hacer hasta mañana así que se relajó y dijo: -Ahora abramos una botella y brindemos. Dirigiéndose al frigobar de donde sacó una botella de champagne Laurent Perrier. Después de brindar, Montse y Lucca se fueron achispados a su Suite y al fin quedaron solos Angelo y Alexis que dedicaron un par de horas para poner al día sus cuerpos. Por la noche bajaron a cenar al comedor del hotel porque llamó Andrea, el Agente italiano y se 462

les unió sugiriéndoles que no era conveniente salir a ningún restaurante. Finalmente se fue cada uno a su habitación a esperar lo que les deparaba el siguiente día.

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Capítulo 105 Eran las 8 horas en punto cuando Angelo y Lucca estaban en la puerta del hotel otra vez juntos. Angelo lo miró y pensó que quizá, sí, tenía un hermano que compartía sus mismos pensamientos. No siempre en la vida la familia era la que deseábamos, a veces estaba perdida y había que encontrar a los parientes. Su hermano real jamás podría estar a su lado, como había podido comprobar hacía poco, y Lucca casi había perdido la vida por seguirlo en su aventura; quizá era esto lo que ocurría realmente. A pesar de la incertidumbre que sentía, estaba feliz. A las 8:02 horas se acercaron los ya familiares Citroën C5 negros, el primero se detuvo y mientras el chauffeur daba la vuelta al coche se disculpó diciendo: -Perdón por la tardanza, ha sido culpa del tráfico matinal. Angelo miró instintivamente su reloj Tissot TTouch Expert Solar, distinguido y sport a la vez, que Alexis le había traído para cambiar por su trajinado Smart-Watch, y vio que solo pasaban dos minutos de las 8 y pensó que su jefe sería muy estricto para que tuvieran que disculparse por solo 2 minutos. -No hay problema. Le respondió automáticamente. Subieron y fueron conducidos directamente a La Piscine como eran llamados los cuarteles generales de la DGSE en el Boulevard Mortier 141 en el XXe arrondissement, llamados así por la cercanía a las piscinas de Tourelles de la Federación Francesa de Natación. Detrás de ellos siempre venía el segundo automóvil, Angelo sospechaba que no era para transporte sino una Guardia extra de seguridad. Al 464

llegar, el chauffeur apretó algún dispositivo inalámbrico que ocultó los pilones en el suelo y abrió una pesada puerta blindada a través de la cual se accedía a las entrañas de la sede de la DGSE. Una vez en el interior, fueron sometidos a una exhaustiva revisión, tanto ellos como los automóviles e incluso los dos chauffeurs que seguramente pasaban por ahí varias decenas de veces por día. Por algún extraño servicio de credenciales ultrarrápidas, al cabo de cinco minutos aparecieron sendas tarjetas plásticas con banda magnética con sus respectivas fotografías que debieron colgarse del cuello según las indicaciones que les dieron. Fueron conducidos a través de innumerables pasillos hasta que los dejaron en presencia de una secretaria que los recibió con una espléndida sonrisa. -Señores Ricci y Tempolini, supongo. Buenos días. En un momento los recibirá el señor Director Lemery. Dijo en francés de La Sorbonne158. Aparentemente Guy Lemery era Director de alguna dependencia de la Agencia de Inteligencia y a juzgar por el tamaño del antedespacho, de una importante. Lemery los recibió también con una sonrisa y los hizo sentar en unos sillones que demostraban que Francia era un país con su economía en orden. Permanecieron dentro algo más de dos horas y media y cuando salieron parecían dos fantasmas. Estaban blancos y sus rostros mostraban miedo y preocupación. Guy Lemery les “prestó” los automóviles para que se movieran por París y fueran donde quisieran siempre 158

N del A: La mejor Universidad de Letras y Humanidades del Mundo ubicada en la ciudad de París. 465

que lo hicieran acompañados por los conductores que estaba claro que eran algo más personas que sabían conducir un vehículo. Al volver a salir del Cuartel de la DGSE Angelo se inclinó hacia adelante y le dijo al conductor si podía llevarlos al Quartier Latin y hacia allí fueron conducidos sin discusión. Al llegar aparcaron con la mitad del coche sobre las estrechas aceras del barrio dejando el paso justo para otro vehículo y demostrando que las prohibiciones viales no eran algo que existiese para ellos. Uno de los hombres se dirigió hacia la esquina donde estaba un Policía y mostrándole la cartera abierta le señaló los vehículos, el uniformado hizo la venia y se acercó hacia los Citroën. Cada vez se daban más cuenta que habían pasado a formar parte de un grupo de personas que estaba un escalón por encima del peatón común de la calle. Lucca y Angelo entraron al local y los dos hombres permanecieron en la puerta. Lucca no había hecho ningún comentario ni pregunta y se dejaba llevar suponiendo que Angelo tenía sus buenas razones para ir ahí. La librería estaba tal cual la recordaba Angelo, un local estrecho con la caja de guantes desechables en la puerta y el inescrutable Bernard Ponté en el centro del local. -¡¡Buenos días, señor Ricci!!. ¡Qué alegría que haya regresado a mi establecimiento!. Extendió la mano y estrechó la de ambos mientras Angelo los presentaba. -Señor Ponté, el señor Tempolini. -Mucho gusto señor Tempolini, ¿Otro ítalo argentino?. -No, solo ítalo, jaja. Respondió Lucca.

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Angelo se adelantó a mirar las pantallas de seguridad que abarcaban el local y vio que se encontraba vacío en este momento. -Estamos solos, señor Ricci. Los esperaba. Nuestro amigo común de Valencia me advirtió ayer de que vendrían. Dijo el francés refiriéndose sin dudas al papá de Juliette. -No quiero interrumpir su jornada laboral y hacerle perder dinero, así que iré directamente al grano. Tengo mis dudas respecto a una persona y necesito que alguien de fuera me de referencias. Últimamente tenemos muchas relaciones con un tal Guy Lemery y nuestro futuro depende de la confianza que podamos depositar en él. Sabemos cual es su empleo y que la confianza es un bien más bien escaso en esa profesión, pero nuestra vida está en juego y depende de usted el que pueda dormir esta noche. -Señor Ricci, llevo más de 30 años en la “empresa” y jamás he oído que el señor Lemery haya traicionado a nadie, y eso, como usted bien ha dicho, no es sencillo de encontrar en nuestro oficio. Creo, y adquiero la responsabilidad de la afirmación, que pueden confiar plenamente en él. Ahora, ¿Desea ver algún libro de aeronáutica?. Con esto, Angelo se dio cuenta que se había terminado la conversación sobre el tema. Estaba aprendiendo que entre los Agentes de Inteligencia las palabras no eran algo que se gastase en forma demasiado abundante. -Tal vez dentro de poco pueda venir a que me muestre algún libro que pueda interesarme. Le estoy sumamente agradecido por su información. -Ya sabe donde encontrarme. 467

Se despidieron y subieron a los coches siempre acompañados de los hombres de traje. Cuando estuvieron sentados adentro, se abrazaron y Angelo dijo: -¡Allá vamos, hermano!.

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Capítulo 106 -Parece que no se ha asociado con los más listos del Planeta, los actuales Agentes del AFI de Argentina son más bien de Desinteligencia. Dijo al teléfono codificado, Guy Lemery desde su oficina de la DGSE. -Efectivamente, cometí un error de cálculo pero no volverá a ocurrir. Tengo todo preparado para salir yo mismo en persona hacia donde me indique. Contestó Jason Summers en la oficina de la NSA al otro lado del océano. -Creo que tendrá una última oportunidad antes de que queden tan protegidos que no se podrá acceder a ellos nunca más. Tenga en cuenta que la única documentación que existe es la que ya posee. La clave son Ricci y Tempolini, es más, creo que tendrían que estar juntos, porque lo que saben es complementario lo uno de lo otro. -Sí, la documentación es la que presentó Ricci a la Oficina de Patentes española y a pesar de que es muy prometedora y nos ilusiona mucho, no sirve en sí para nada. Mi gente está como loca porque el ítalo argentino les de las claves para pasar en limpio todo. Por eso es que resulta tan importante que venga a Estados Unidos y esté de un humor colaborador. -Nuestro acuerdo sigue tal cual lo hemos hablado. Todo lo que redunde en algún tipo de beneficio económico tendrá que ser compartido conmigo. Yo les facilito el acceso a Ricci y ustedes me dan un retiro cómodo de por vida. No olvide nunca que la DGSE es grande y poderosa, no me costaría nada dar con Ricci otra vez y esconderlo bajo tantas capas de tierra que no volverían a verle nunca más el pelo.

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-No se preocupe Lemery, nunca traicionamos a nuestros aliados, tiene mi palabra personal en este tema. Ahora, por favor, dígame a que lugar del Mundo tengo que trasladarme. -He tratado de ponérselo lo más fácil posible. Mañana a las 14 horas aproximadamente tendrá que estar en el Aéroport de Nice, ¿Es factible para usted?. Ricci y Tempolini vendrán en el Piaggio P180 Avanti II que usted ya sabe que es propiedad de nuestro objetivo, desde Tarbes. Los estoy ayudando y vigilando constantemente con dos hombres porque si les pasara algo, todo desaparecería con ellos, no hay planos, ni fórmulas, ni manuales; la información que nos sirve está en sus cerebros. -Podré estar sin problemas, ahora mismo me está esperando un avión militar para transportarme a Nice. ¿Vendrá usted?. -¡Desde luego!. No me lo perdería por nada del Mundo. Cuando aterrice estaré a su lado para que lo esperemos juntos y las cosas no vuelvan a salir mal. Dijo el francés haciendo referencia a hechos que le dolían mucho al americano. -¿Vendrá solo?. -No, me acompañará uno de mis mejores hombres en el Campo. Ya he trabajado con él y es tranquilo y de fiar. -Recuerde que no quiero nada de violencia, juguemos bien las cartas y ambos hombres volverán contentos con ustedes dos. Están huérfanos, solos y desorientados; ofrézcales seguridad y tranquilidad para ellos y sus familias, y lo acompañarán al fin del Mundo. -Así lo haremos, con la violencia no me ha ido muy bien últimamente; aún sigo llenando informes. -Muy bien, nos vemos mañana por la tarde en el Aéroport de Nice. Cuando aterricen diríjanse a las 470

oficinas de Air France y pregunten por mí, los estaré esperando y sino alguien los conducirá directamente a la torre de control desde donde podremos ver la aproximación y aterrizaje del Piaggio P180 en primera fila. -Hasta mañana. Se despidió el Agente de la NSA.

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Capítulo 107 El día era espléndido, parecía más un día otoñal que invernal; con apenas un abrigo fino se podía estar a la intemperie y el Sol brillaba en lo alto omnipresente. Lucca y Angelo llegaron al Hotel donde los estaban esperando Montse, Alexis y Andrea, el Agente italiano, que preguntó. -¿Ha sido provechosa la charla con mi colega francés?. -No sé si provechosa es la palabra, quizá inquietante se ajuste mejor. Contestó Angelo. -Bien, yo debo dejarlos por el momento. Nos vemos en Mónaco. Dicho esto el italiano dio media vuelta y se introdujo en un taxi. -Bueno, nosotros podemos hacer lo que queramos hasta las 14 horas más o menos que es cuando nos llevarán a tomar nuestros vuelos; Lucca y yo iremos en un vuelo de HOP! que sale a las 16:10 horas hacia Tarbes a buscar el Piaggio y vosotras iréis en el vuelo de las 16:20 horas de Air France a Nice. Sugiero que demos una vuelta y luego vayamos a comer a un tres estrellas159 que le tengo ganas hace rato, L’Ambroisie160, en la Place des Vosges, bajo las galerías de la acera, lo que los españoles llaman soportales. Eso sí, tendremos que ir acompañados todo el rato por un par de hombres de Lemery por nuestra 159

N del A: Sistema de calificación de la Guía Michelin que va de una a tres estrellas, muy difíciles de conseguir y de conservar. En el momento de la escritura del libro este restaurant poseía 3 estrellas y 4 tenedores; lo máximo posible. 160 N del A: En español, Ambrosía, que se cree era la comida y bebida de los Dioses en la Mitilogía Griega. 472

seguridad. El francés me aseguró que eran profesionales y que ni los notaríamos una vez que bajásemos de los coches. Podríamos bajar de los automóviles en el Boulevard Bourdon e ir caminando por la orilla del Canal hasta la Place de la Bastille, luego bajo los árboles del Boulevard Beaumarchais y entramos a la Place des Vosges por la Rue de Mule. -¡Ayyy!. ¡Me encanta la idea!. Gritó Montse. -Podré ver la Place de la Bastille. Lucca, tenemos que volver a París, es la ciudad más bonita del Mundo. Hay muchísimo para ver y recorrer. Montse estaba muy ilusionada porque solo había pasado una vez en un viaje que había hecho de Barcelona a Bruselas en coche pero no había llegado a ver casi nada de la ciudad y París era mucho París. Era una ciudad de contrastes, con barrios en donde se podía “oler” el dinero y otros donde no era aconsejable quedarse cuando el Sol dejaba de iluminar. Tenía innumerables rincones que enamoraban al visitante hasta el punto de hacer que éste deseara quedarse ahí para siempre. Además París tenía algo que la hacía única y era la exquisita creación del Ingeniero Gustave Eiffel, su torre; más que un símbolo de la ciudad era una de las edificaciones más bonitas del Mundo. Solo aquellas personas que han tenido la suerte de verla y visitarla lo pueden entender. Cuando uno está bajo una de sus arcadas toma realmente dimensión de su tamaño; si antes de llegar a la ciudad solo se había visto por fotos o filmaciones quedará inmediatamente emocionado hasta las lágrimas por esta “dama” de 300 metros. Montse había sucumbido al encanto de París quedando enamorada para toda la vida y eso que no era una chica de pueblo; había nacido y vivido en 473

Barcelona y trabajado en Madrid muchos años, pero París no se podía comparar a ninguna ciudad. Subieron a las habitaciones y cada uno trajo su pequeño equipaje que colocaron en los vehículos para ir directamente a Orly desde el restaurant. Salieron contentos y recorrieron el trayecto propuesto por Angelo siempre con la sombra de los dos Agentes de la DGSE a una distancia prudencial que no les incomodaba pero que podían acudir rápidamente a su lado. Comieron espléndidamente como se espera cuando uno se sienta en un establecimiento de tan alta calificación y casi como dos parejas en viaje de placer rieron y disfrutaron de la mutua compañía. Los Agentes los llevaron al Aeropuerto de Orly, al sur de la ciudad por las autopistas y a las 15:30 horas estaban las dos parejas en sus preembarques respectivos. El vuelo de Lucca y Angelo salió con un poco de retraso a las 16:14 horas hacia Tarbes y el de Montse y Alexis puntual a las 16:21 con destino a la Côte d’Azur.

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Capítulo 108 El CRJ 700 de HOP! Airlines, una subsidiaria de Air France, llegó al Aéroport de Tarbes-Lourdes-Pyrénées poco más de las 17:30 horas. Ya era casi de noche pero solicitaron permiso para ir a ver el avión que habían dejado allá lejos en un rincón hacía lo que parecía una eternidad. Cuando estaban a apenas unos 10 metros se acercó un operario de entre las sombras preguntando: -¿Es usted el propietario?. -Sí, así es. Respondió Angelo. -Bien, nos llamaron para que lo tuviéramos listo y reaprovisionado. Se veía que el brazo de Lemery ya se había anticipado. -Muchas Gracias. Igual saldremos mañana antes del mediodía. -Ahh, perfecto. Las reparaciones ya han terminado y está todo listo. Angelo y Lucca se miraron sin saber muy bien a que reparaciones se refería el operario. -¿Sabe usted cuales fueron esas reparaciones?. -No, yo solo me ocupé de prepararlo para el vuelo. -Gracias otra vez, nos veremos mañana. El hombre volvió a la zona edificada y ellos dieron toda una vuelta alrededor del avión antes de encaminarse hacia allí también. Cuando ingresaban a la Terminal vieron una cara conocida que se les acercaba. El sindicalista que aparentemente siempre estaba en los Aeropuertos donde estaban ellos les sonrió y dijo: -No sé si volver a pedirles una firma, jaja; solo quería comunicarles que yo personalmente me 475

encargué de que todo estuviera en orden para el vuelo de mañana. -Se lo agradecemos y ahora querríamos pedirle un último favor. Necesitamos un taxi que nos transporte con seguridad a Bagnères de Bigorre. -Estaba por decirles que fuera hay un automóvil con chauffeur que está a su servicio. Mañana también los traerá al Aeropuerto. Es un… -No me diga nada. Interrrumpió, Angelo. -Es un Citroën C5 negro. -¡Efectivamente!, ¿Cómo lo sabía?. -Es que ya voy tomándole la mano a esto de los espías, jaja. Se despidieron y salieron a la búsqueda del automóvil con conductor. En Bagnères de Bigorre, como un Ballet, casi ejecutaron los mismos pasos que en su anterior visita sin olvidarse de una visita a los baños termales. Esta vez estaban muy ensimismados, cada uno pensando en sus cosas y decidieron cenar en un restaurant en el centro y no fueron a casa de los amigos de Angelo porque el humor no era el mismo que en el anterior viaje. Por la mañana, al bajar encontraron al Citroën en la puerta que los llevó directo al Aeropuerto. Con la ayuda del operario que ya sabían que era un Agente de la DGSE hicieron todas las comprobaciones al avión y a las 10:52 horas quedó asentado el despegue en la Torre de Control de Tarbes. Muchas veces en los meses sucesivos se repasarían las grabaciones de las comunicaciones y el Registro de Vuelos de ese día.

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DÉCIMOQUINTA PARTE El Plan Capítulo 109 Ese mismo día en el sur de Francia, el clima amaneció fresco y con el cielo límpido salvo algunos cirrocúmulus que podían predecir algún cambio en las próximas 24 o 36 horas. Guy Lemery se había levantado temprano en un apartamento que la DGSE conservaba en Saint-Jean-Cap-Ferrat sobre la Avenue Jean Mermoz después de una operación contra un traficante de armas de medio pelo al que tenían alojado a cargo del Estado en Fleury-Mérogis161. Eran las 8 horas pero a pesar de que estaba a solo 15 kilómetros del Aéroport de Nice, sabía que a veces se ponía pesado el tráfico y se podía demorar una hora en recorrer la corta distancia. Desayunó y se preparó para lo que podía ser el día más significativo de su carrera; no lo había buscado pero cuando se le presentó no dudó en montar la operación más importante de su vida. Al salir notó en su nariz el aire salado con olor a pescado que venía del pequeño puerto deportivo que se encontraba cruzando la calle. Se había vestido elegante pero con ropa sport, nada de traje y corbata que en esta zona de veraneo llamaría más la atención que un cerdo verde. Subió a su coche y partió en dirección al Oeste por la costa, por el Promenade des Anglais, en vez de subir a la Corniche. Arribó a la Terminal y se dirigió directamente al pequeño aparcamiento detrás de la Torre de Control al que se accedía por el Boulevard Maryse Bastié; mostró 161

N del A: Famosa cárcel en los suburbios del sur de París. 477

sus credenciales para poder acceder y le asignaron una plaza de estacionamiento que reservaban para visitantes VIP. Entró a las dependencias y aunque ya estaba todo coordinado, habló con el encargado de ese día para evitar problemas, no quería que nada saliese mal. Una vez que se aseguró que los esperarían sin inconvenientes y ultimar los detalles, preguntó cual era la manera más rápida de acceder a la zona de pasajeros y le respondieron que se encontraba bastante lejos, en realidad, en el otro extremo de los edificios por lo que le asignaron una furgoneta del Aeropuerto con chófer para que pudiese acortar el trayecto yendo por la calle de circulación interna, estaría a su servicio hasta que se fuera. Bajó a nivel de la Plataforma y encontró la furgoneta donde le habían indicado, se subió y se dirigió a la Terminal de pasajeros. Después de un corto paseo a través de la parte trasera de todas las edificaciones llegó a la parte baja de la construcción circular más conocida de la Aeroestación. Descendió y al entrar a la zona pública descubrió a varios de sus hombres que ya se encontraban en sus puestos de vigilancia, ninguno de ellos hizo el menor gesto de que lo conocieran a pesar de que su cara era famosa en la DGSE. Entre una cosa y otra se habían hecho las diez de la mañana, la hora en que había quedado con los Agentes estadounidenses en las oficinas de Air France a través de un mensaje que se habían intercambiado. Al ingresar a la oficina vio a dos hombres bien vestidos con cara de agotamiento sentados en la pequeña zona de espera y supuso que serían ellos, pero decidió seguir los pasos correctos. Se acercó al primer escritorio y mostrando su credencial se dio a conocer. 478

-Señor Lemery, esos hombres de ahí, lo están esperando. Le comunicó una bella empleada. -Muchas Gracias, preciosa. Le gustaba elogiar a las mujeres y lo hacía en cuanto se le presentaba la oportunidad. La joven le sonrió y él quedó satisfecho de ver que le había dado la razón para que eso sucediera. Se dirigió al encuentro de los hombres y a medida que se acercaba los evaluó. Uno era alto y con un cuerpo que denotaba ciertos cuidados y ejercicios, quizá algo de running162 o bicicleta; el otro en cambio era más bajo pero con un físico más propio de varias horas en gimnasio que aerobismo al aire libre. Rápidamente ubicó a cada uno con el físico adecuado. -Buenos días señor Summers. Dijo extendiendo la mano hacia el más alto y hablando en inglés. -Buenos días, supongo que usted es Monsieur Lemery. Contestó efectivamente el Agente Summers. -Así es, su acompañante es … -El Agente Tennyson. Presentó el americano a su compañero. Ambos se dieron la mano y los tres juntos comenzaron a caminar hacia afuera de las oficinas hacia el amplio hall del Aeropuerto. -Tengo una furgoneta en la Rampa que nos llevará rápidamente a la Torre de Control, pero tenemos tiempo de tomar un café si lo desean. Según me han dicho, el Plan de Vuelo rellenado en Tarbes estima el despegue alrededor de las 11 horas y tardarán unos 40 minutos en llegar aquí así que aún disponemos de unos minutos antes de que arriben. Los ubicarán en uno de los parking para vuelos privados y los trasladarán luego a la 162

N del A: Ejercicio que consiste en correr a un ritmo sostenido generalmente realizado al aire libre. 479

terminal que está debajo y a la derecha de la Torre por lo que podremos esperarlos y ser los primeros en hablar con ellos, incluso he dispuesto que se nos preste un cómodo despacho para que no seamos interrumpidos por nadie. -Me parece perfecto y dado que poco podemos hacer más que esperar, un café sería perfecto; llevamos muchas horas de viaje encima. Habló Summers por los dos, dejando claro que el otro Agente era inferior en rango.

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Capítulo 110 Se dirigieron hacia la espléndida cafetería cuyos ventanales permitían abarcar gran parte de la Plataforma y Pistas del enorme Aeropuerto. Charlaron de cosas banales y luego bajaron para ser transportados hacia la Torre de Control. Subieron en el ascensor y una vez arriba les pidieron que hicieran silencio y se sentaran en un rincón desde donde podían ver toda la operativa de la torre pero no molestarían a los que allí trabajaban. El Aéroport de Nice era el tercer Aeropuerto de Francia solo precedido por los dos de París, transportaba aproximadamente 15 millones de pasajeros por año y todas sus instalaciones eran monstruos adaptados a ese volumen de gente. La Torre de Control no era una excepción y varios controladores por turno se encargaban de dirigir el gran baile aéreo sin ocasionar sobresaltos a nadie, ni en tierra ni en aire. Todos estaban concentrados en su estresante trabajo y no prestaron mucha atención a los invitados. El guía que los condujo les mostró al controlador que se iba a encargar del vuelo de su interés, quien les hizo una seña con la mano a modo de saludo para todos. Le explicaron que El Piaggio tenía una matrícula que Summers anotó en una libreta y que cuando la escucharan por los altavoces sabrían que eran ellos. Generalmente no ponían los altavoces salvo que fuera una emergencia pero esta vez por deferencia a ellos estarían conectados con su controlador. A las 11:26 horas se oyó en francés por los altavoces: -Tour de Nice, Eco Charlie Golf Alfa Bravo. -Adelante Alfa Bravo.

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-¡Son ellos!. Casi gritó Summers. Inmediatamente levantó la mano pidiendo disculpas. -Vertical de NDB Mike Uniform Sierra con Nivel 100 efectuando procedimiento STAR BIRGO 6C esperando ILS 04, Alfa Bravo. -Inicie procedimiento para ILS 04 Lima según carta 11-1. Temperatura 13 grados, visibilidad horizontal 10 kilómetros o más, QNH 1012, viento de los 020 a 10 nudos. Tráfico precedente un Citation. Avise con tráfico a la vista o establecido en el localizador. El Piaggio colacionó la transmisión y quedó en silencio. A los pocos minutos volvió a oirse la voz desde el avión. -Nice Control tengo problemas con el motor número 1, funcionamiento intermitente, me alejo de la costa según procedimiento con rumbo 095. -Autorizado rumbo 095. Le despejo el Área. Pase a frecuencia 121.5163. -En 121.5. En la torre ya se notaba el hormigueo de un problema, nadie desatendía su trabajo pero estaban con un oído atentos a las comunicaciones del avión en problemas. -Desaceleramos al mínimo operativo y apagamos el motor número 1. Alfa Bravo. -Asignamos prioridad, comunique intenciones Alfa Bravo. Ambos lados de la radio demostraban tranquilidad y profesionalidad. 163

N del A: Frecuencia que es asignada a nivel internacional para emergencias aeronáuticas. 482

-Vamos a proceder a girar y aproximarnos con rumbo 320, aún continuamos con intención de aterrizar en su Aeropuerto pero lo haremos visual de acuerdo a circunstancias. Alfa Bravo. -Autorizado a aproximación con rumbo 320, demoramos otros aviones y liberamos espacio para que pueda operar. ¿Nos tiene a la vista?. -Aún no, vamos a hacer silencio de radio unos minutos para realizar todos los procedimientos de emergencia, volvemos en breve. Alfa Bravo. -Esperamos su regreso. Los Agentes se miraron mientras en la Torre se desarrollaba toda una actividad que ponía en funcionamiento los protocolos de aterrizaje de emergencia. Ya se empezaban a oír fuera algunas sirenas y ruido de motores de camiones. Los Controladores habían desviado a sus vuelos y estaban cerrando el espacio aéreo correspondiente al Aéroport de Nice dando prioridad a la aeronave en emergencia. Cuando desaparecieron de la pantalla del radar todos los puntos luminosos menos el correspondiente al Piaggio que venía lentamente hacia la Terminal, sentaron al hombre encargado de hablar con ellos en el centro de la torre y el resto permaneció en silencio a su alrededor. -Alfa Bravo, ¿Me recibe?. Pasaron unos segundos sin respuesta. -Alfa Bravo, ¿Me recibe?. Volvió a repetir el operador. -Aquí Alfa Bravo. Se escuchó por los altavoces con voz débil e interferencias. -Se lo oye más bajo y con interferencias Alfa Bravo.

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-Tenemos problemas eléctricos. Los tenemos a la vista. Todos se apresuraron a levantarse y mirar por los ventanales de la Torre hacia el mar. -Ahí están. Gritó señalando hacia un punto uno de los controladores. -Alfa Bravo, ya los vemos. Hagan el último esfuerzo y los esperamos con café. Por unos segundos hubo silencio mientras el avión se agrandaba en las ventanas. Los tres Agentes estaban congelados mirando la aeronave aproximarse desde el mar en forma casi perpendicular a la costa. Ninguno abría la boca y solo se oía el crepitar de la radio. Al fin llegó lo que nadie quería oír. -¡Mayday, Mayday, Mayday!. Se detuvo motor número 2, nos precipitamos al mar. Por los ventanales ya se podía ver claramente a unos dos kilómetros como el Piaggio se inclinaba hacia el agua.

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Capítulo 111 Todo el Aeropuerto tenía la vista fija en la aeronave que caía hacia el mar, incluso, con ese olfato que tiene el ser humano para las desgracias, también los pasajeros que esperaban su vuelo en la Terminal principal estaban pegados a los ventanales semicirculares mirando expectantes. Los corredores y ciclistas a lo largo del Promenade des Anglais detuvieron su ejercicio y miraron hacia el mar sin saber bien porque. En 10 segundos ocurrieron muchas cosas; para los que estaban mirando fue como una bola de fuego naranja que se envolvía a sí misma, e inmediatamente un hongo de humo hacia arriba, los que no miraban escucharon poco después el trueno. El aire se movió y la onda recorrió los aproximadamente dos mil metros en unos 10 segundos golpeando la cara de los que observaban al aire libre hacia el mar. Los vidrios de los edificios costeros vibraron e incluso un ventanal que ya tenía reseca la silicona que lo mantenía en su sitio se cuarteó de arriba a abajo. En un primer momento a la gente le gustó, a todos nos gusta cuando vemos la destrucción de algo grande, pero luego muchos pensaron en quienes podrían venir a bordo y se escuchó como un ¡Ohhh! sobrehumano que era la unión de todas las gargantas juntas. En la Torre, al igual que en todas partes, primero se vio la bola de fuego e instantes después vibró la gran superficie de vidrio. El Controlador que era el enlace de comunicación soltó un: ¡Mierda!, que se escuchó en todos los rincones. Alguien recobró la compostura y

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llamó a la Base del helicóptero de la Préfecture Maritime estacionado en Nice y a la SNSM164. Los tres Agentes no sabían muy bien que hacer pero lo que tenían claro es que ahí estaban de más. Se giraron y fueron saliendo y descendieron hacia la zona pública de la Terminal para vuelos privados donde había un gran revuelo alrededor de dos jóvenes mujeres que no paraban de llorar y gritar. Jason Summers había estudiado muy bien el dossier cada vez más grueso de Angelo Ricci y reconoció de inmediato a su bella esposa que si mal no recordaba se llamaba Alexis. La otra seguramente sería la esposa del acompañante de Ricci en el avión. Estaban rodeadas de unos paramédicos que intentaban calmarlas y algunos curiosos de los que siempre hay, que aman estar en primera fila ante las penurias de otros. -Ahí tenemos a dos nuevas viudas. Vayamos fuera, que necesito aire. Dijo Guy Lemery a los dos hombres que lo acompañaban. Salieron del edificio y comenzaron a andar por el costado de la Terminal hacia la zona de las aerolíneas. El primero que abrió la boca fue el Agente que acompañaba a Summers. -¿Habrán muerto?. Preguntó. Los dos hombres se detuvieron en seco y lo miraron a la cara. -¿Usted cree que de ese hongo de fuego y humo puede alguien salir con vida?. Igual lo sabrá en una 164

N del A: Société Nationale de Sauvetage en Mer. Asociación civil de búsqueda y rescate que opera en toda Francia a través de sus voluntarios. 486

media hora cuando regresen los helicópteros y lanchas que fueron hacia el lugar pero dudo que encuentren algo más grande que un dado después de esa explosión. Le respondió el francés. -Por cierto, que explosión gigantesca, ¿No?. Opinó Summers. -Deberían venir con bastante combustible a bordo, seguramente cuando se investigue sabrán cuanto cargó en Tarbes al salir. Respondió Lemery. -¿No pudo haber sido un atentado?. Preguntó Summers. -Ahora mismo no descartaría ninguna hipótesis pero, si es así, tiene que ser algo muy elaborado para que ellos no notaran nada anormal en el avión; era suyo y Ricci conocía cada pieza de esa aeronave. -¿Eso como nos deja, Lemery?. Preguntó Summers. Sin contestar a la pregunta, Lemery les dijo a ambos. -¿No sería mejor que su hombre se adelantara para organizar y preparar la partida de regreso?. Supongo que será lo mismo que tenían planificado pero ahora será nada más que para ustedes dos. -Sin duda. Tennyson, por favor, vaya avisando a la tripulación de nuestro avión que despegaremos en cuanto ellos estén listos. -Si señor Summers. Lo espero en la misma sala a la que arribamos. Cuando el agente estaba a unos diez pasos y ya no podía oírlos, Lemery le indicó unos bancos a su homólogo americano y se sentaron.

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-Summers, hechos mierda. Dijo el francés. El estadounidense lo miró y levantó las cejas como expresando que no entendía lo que le decía. -Me preguntó que cómo nos dejaba el accidente y le acabo de responder. En una bola de fuego se acaba de evaporar la gran oportunidad de la humanidad y la mía particular también. Se tardó un siglo en que nos llegara este regalo de Nikola Tesla y parece que nunca volverá a ver la luz. Al decir esto se arrepintió de inmediato, no recordaba si los estadounidenses estaban al tanto del origen del descubrimiento tal como se lo había contado Ricci a él. -Nosotros seguiremos trabajando con lo que tenemos y tal vez podamos descifrarlo. Si surge algo lo tendré al tanto. -Le agradezco el gesto pero, para serle sincero, no creo que puedan avanzar mucho. Ricci era lo suficientemente inteligente para mostrar el envoltorio pero no el caramelo. Solo él era la clave para poder entender esto, no hay planos ni documentos que se puedan consultar. -¿La esposa no sabrá algo?. Pregunto ansioso el Agente de la NSA. -Summers, no sea iluso. Deje en paz a la viuda. Para “saber” algo como usted dice hace falta ser una mente privilegiada que entienda y desarrolle lo que Ricci presentó a la Oficina de Patentes española. Su mujer, Alexis, según hemos investigado no es más que una niña bien, malcriada y acostumbrada a vivir entre algodones, no una científica. -Tiene razón, es la desesperación de haber estado tan cerca y no haber podido terminar bien algo que costó muchas vidas, esfuerzo y dinero. En fin, me voy 488

como quien dice, con el rabo entre las piernas. Es el fracaso más grande de mi carrera; puede que incluso me cueste el puesto, pero nada puedo hacer al respecto; los muertos no hablan. -Yo casi me felicito de haber encarado todo esto como algo privado, sin dar intervención a la Agencia. En la DGSE no perdonan estos fracasos y en estos momentos estaría en la calle. Se levantó y el americano hizo lo mismo. -Summers, lamento todo esto; lo tenía bien planificado pero el diablo metió la cola. -No se preocupe Lemery, con la fatalidad siempre tenemos la batalla perdida. Seguiremos en contacto. -Desde luego, infórmeme si decide dar algún paso que involucre a mi país. Se dieron la mano y se separaron en direcciones opuestas. Guy Lemery tomó el móvil y ordenó seguir al americano hasta que subiera a su avión de vuelta al otro lado del océano. Al cabo de una hora los Agentes ya estaban fuera del espacio aéreo francés, camino de su Base en España. Ahora tendría que ocuparse de las viudas y rellenar informes, muchos informes.

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EPÍLOGO En algún lugar del Mediterráneo 15 km. frente a Nice, 11:30 hs. -¡Allá vamos hermano!. No la caguemos ahora. Ponte de pie y revisa que tengas todo en orden, prepara todo ahí detrás; saltaremos juntos así que no te vayas, jaja. Ya veo el Nardi ahí abajo, está precioso, has hecho un trabajo magnífico con el anfibio. Angelo estaba nervioso y se le notaba, en cambio Lucca estaba tranquilo y sereno. Cada uno afrontaba de manera distinta este momento cúlmine de sus vidas. -Aún no has visto nada, quedarás sorprendido de esa belleza. Contestó Lucca haciendo referencia al hidroavión. -Ya me contarás. Habían salido hacía unos 40 minutos de Tarbes con el Piaggio en dirección a Nice y todo iba según lo planeado. Simularon la emergencia en uno de los motores y seguían con el teatro. -Desaceleramos al mínimo operativo y apagamos el motor número 1. Alfa Bravo. Comunicó Angelo a la Torre de Control de Nice -Asignamos prioridad, comunique intenciones Alfa Bravo. Contestó el Controlador. -Vamos a proceder a girar y aproximarnos con rumbo 320, aún continuamos con intención de aterrizar en su Aeropuerto pero lo haremos visual de acuerdo a circunstancias. Alfa Bravo. -Autorizado a aproximación con rumbo 320, demoramos otros aviones y liberamos espacio para que pueda operar. ¿Nos tiene a la vista?. 490

-Aún no, vamos a hacer silencio de radio unos minutos para realizar todos los procedimientos de emergencia, volvemos en breve. Alfa Bravo. -Esperamos su regreso. Redujo la velocidad hasta solo 8 km/h por encima de la velocidad de pérdida165 y presionó el botón verde de la caja negra que le habían introducido por encima de la columna de aceleración. -Esperemos que este artilugio funcione como dijo el Coronel. Gritó hacia atrás del avión para que lo oyera Lucca. Rápidamente se desenganchó el cinturón de seguridad y se levantó, ya lo estaba esperando Lucca con el paracaídas preparado, introdujo los brazos por los huecos que le ofrecía su amigo y ajustó todas las hebillas. Se puso el casco para saltos de alta cota aunque en este caso era más para protección de la velocidad que de la altura. Ya se habían puesto los trajes de neoprene antes de despegar dentro del avión así que por último se ató el Seadoo Seascooter Pro 166 que pesaba unos cinco kg. A la cintura y le levantó el pulgar interrogante a Lucca que respondió de la misma manera. Abrieron la puerta por la que entró un viento y ruido que ya hicieron imposible toda conversación y 165

N del A: Velocidad a la cual las aeronaves ya no generan la suficiente sustentación y se precipitan al suelo por acción de la gravedad salvo que vuelvan a acelerar y recuperen el empuje hacia arriba. 166 N del A: Propulsor eléctrico pequeño para desplazarse por el agua sin esfuerzo. 491

agachado con la cabeza hacia abajo como zambulléndose para evitar golpear con el ala; primero se arrojó Lucca y por último Angelo. En un principio el Seadoo le golpeaba la pierna que más tarde vería el resultado en forma de moretones violáceos, pero luego se desplazó hacia arriba y comenzó a flotar a su espalda. Tiró de la anilla para abrir su paracaídas direccional y cuando su caída se redujo a unos pocos m/s volvió a tomar conciencia del mundo que lo rodeaba. Un poco más al sur veía el paracaídas de Lucca, abajo a la derecha estaba el Nardi y dirigiéndose al norte directo a la costa iba el Piaggio que había dejado de orbitar alrededor de ellos. Vio que Lucca maniobraba su vela para acercarse y él a su vez hizo lo mismo para caer lo más cerca posible del Nardi. Apenas tocó el agua con los pies se desprendió del paracaídas para evitar enredarse y a su lado vio que Lucca hacía lo mismo. Con pocas brazadas el italiano se puso a su lado y le dijo: -¡Es increíble pero resultó!, Jajaja. La adrenalina lo había puesto exultante. -¡Somos los mejores!, jaja. Contestó Angelo golpeándole la mano a su amigo con la suya. -Muy bien, tómate de mis pies que el Nardi está solo a unos 100 metros. Le indicó Ricci. Encendió el propulsor eléctrico que con apenas un zumbido los remolcó hacia el anfibio. Mecido por las pequeñas olas, estaba el Riviera impecable como salido de fábrica ayer. Por la puerta abierta asomaban dos pies descalzos y una caña de pescar.

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-Me habían dicho que con la carnada apropiada podría pescar cualquier cosa pero nunca pensé que se referían a esto. -¡¡Rodo!!. Gritó Angelo. -Otra vez juntos, espero que esta vez no te vayas tan rápido. Respondió alcanzándole el propulsor y subiendo al borde de la puerta abierta. -Te están llamando desde hace unos minutos. Le dijo el argentino a Angelo. -Pásame, por favor, la radio que aún tenemos que terminar la comedia. Rodolfo Miguez, el Agente argentino, después de la partida de Angelo hacia Chile, había volado con el Buccaneer a Bariloche e inmediatamente había comenzado con las conexiones aéreas que terminaron depositándolo en España donde recogió el Nardi según todas las indicaciones de Lucca y se encontraba en el punto de recogida hacía un par de horas que aprovechó para pescar, sin éxito, por lo que se apreciaba. Le alcanzó la radio a Angelo y éste poniéndose a un costado para que el italiano subiese, transmitió: -Aquí Alfa Bravo. -Se lo oye más bajo y con interferencias Alfa Bravo. Respondieron de la Torre de Control. -Tenemos problemas eléctricos. Los tenemos a la vista. Como en una coreografía ensayada, Angelo habló por una radio VHF en una frecuencia terrestre. -Solo dime cuándo. -Unos minutos más. Se escuchó la contestación. Esperaron los tres en tensión. -¡Ahora!. Dijeron por la radio terrestre.

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Angelo apretó el PTT167 de la radio que lo comunicaba con la Torre de Nice y dijo: -¡Mayday, Mayday, Mayday!. Se detuvo motor número 2, nos precipitamos al mar. -¡Listo!. Ya no existimos más. Ahora saca dos cañas más que hoy me parece que no comemos nada si te dejamos pescar a tí. Dentro de un par de horas cuando todo se calme volaremos hacia el Port de Fontvieille en Mónaco. A las 14 horas se sentaron dentro y cuando el Nardi se empezó a mover sobre el agua, Angelo cayó en la cuenta que solo se oía el ruido de la hélice al batir el aire pero nada más. -¡Diosss!. ¡Le has puesto nuestro motor!. Dijo a Lucca girando en el asiento y mirándolo a la cara. -¡Exacto!. Te dije que te esperaban sorpresas en el Nardi, jaja. Es una versión mejorada, en teoría tenemos motor para transportar 20 pasajeros aunque solo quepan 4, y podemos dosificarla a gusto. Como afirmando lo que decía sintieron un tirón hacia atrás que los pegó al asiento y en pocos metros estaban en el aire. Era una sensación muy extraña volar sintiendo casi solo el sonido del aire en las palas de la hélice. -Aún hay mucho movimiento alrededor de los restos del Piaggio así que iremos a cinco metros del agua paralelos a la costa y luego viraremos 90 grados para entrar en el Puerto desde el mar. Con lo ocupados que están, la nula emisión de calor de nuestro motor y su silencio, ni se enterarán que existimos porque a esta altura sobre las olas no dejamos huella radar. 167

N del A: Dispositivo de la radio que se presiona para hablar y se suelta para escuchar. 494

Explicó Rodo que volaba el Nardi como si lo hiciera hace años.

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Promenade des Anglais y Avenue des Grenouillères en Nice, actualidad, 11:38 hs. El Coronel estaba acostumbrado a cumplir órdenes y cuando llegó a Nice, se dirigió directo al bar en donde debía contactar a una persona según le habían dicho. Algunos días atrás le habían ido a ver para preguntarle cosas de aeromodelismo, cuando se aseguraron que tenía los conocimientos que suponían, le presentaron todo el plan. ¿Se animaría a transformar un avión de verdad en uno radiocontrolado?. ¿Podría manejarlo a una distancia de unos 20 kilómetros?. ¿Tardaría mucho en acondicionar el avión?. Las respuestas fueron sí, sí y unos dos días si había dinero suficiente y le proveían las piezas rápido en el lugar; respectivamente. Luego le explicaron que el avión era el Piaggio P180 Avanti II que se encontraba en el Aéroport de Tarbes-Lourdes-Pyrénées que a pesar de estar en un parking lejano ya había dado mucho que hablar en el ambiente por lo particular de su aspecto y lo caro que era. El Coronel dejó su ocupación diaria de clases de vuelo en el Aérodrome de Tarbes-Laloubère y se dedicó de lleno al proyecto que supo era para ayudar a los hombres que él había transportado a Córcega y que tan bien le habían caído. Increíblemente fue más sencillo de lo que pensaba. El estar tan avanzado tecnológicamente el Piaggio, ayudó a la transformación. Lo probó repetidamente e incluso subió al Robin del Aeroclub, se alejo a 25 kilómetros y con la ayuda de un alumno constató que 496

los comandos se movían respondiendo a sus órdenes. Los hombres que lo contactaron, extendieron su pedido inicial, haciendo uso de sus conocimientos de explosivos y pidiéndole que instalara 2 kg. de Semtex168 que deberían explotar al presionar un botón del radiocontrol. Encontró a su contacto que se sentó junto a él a beber un anisette169 y en un momento dado dejó una llave con un llavero plástico que contenía un pequeño papel con una dirección y un número de oficina. Hablaron del tiempo y otras cosas banales y luego se fue. El Coronel pagó y salió en búsqueda de un taxi que lo llevó a un edificio de oficinas de alquiler frente al Aeropuerto de Nice. Subió en ascensor hasta la última planta y entro a la oficina que se encontraba vacía a excepción de una mesa y un sillón. Sobre la mesa había un monitor de alta definición de 32 pulgadas, que encendió de inmediato y un sofisticado comando de radiocontrol con el cual ya estaba familiarizado; ambas cosas formaban parte de un caro sistema de Rc FPV 170 que no era ni más ni menos que un radiocontrol en donde uno comandaba un avión viendo por la pantalla como si estuviese sentado en la cabina. También estaba una radio base con una antena de alta ganancia que también puso en funcionamiento.

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N del A: Explosivo plástico checo con alto poder de detonación. 169 N del A: Licor de anís de unos 40 grados mezclado con agua. 170 N del A: Sistema de comando a distancia utilizado para drones con aplicaciones militares o civiles. Del inglés First Person View. 497

Este sistema lo ponía un poco nervioso porque era como pilotar a ciegas, pero confiaba en tener a la vista el avión para el tramo final. Luego de unos ajustes apareció en la pantalla el mar y debajo, superpuestos, unos instrumentos digitales que consistían en un altímetro, un velocímetro y un girocompás que indicaba la dirección. En la esquina inferior derecha había una pequeña ventana con un mapa móvil que le mostraba donde se encontraba el avión. Habló por la radio e hicieron unas pruebas de comandos básicas para asegurarse de que el sistema funcionaba sin problemas. Cuando se lo ordenaron desde el avión tomó el control total y comenzó a trazar círculos alrededor de unas coordenadas a lo largo de dos minutos. Luego de eso puso rumbo 320º y se dirigió a la costa. Atento a la radio miró por la ventana y divisó el Piaggio acercándose a la costa. Con un ojo veía como pasaban los números de las coordenadas acercándose al objetivo en el mapa móvil. -Solo dime cuándo. Escuchó que le decían por la radio. -Unos minutos más. Contestó. Cuando estaba a unos segundos del punto marcado como objetivo dijo por la radio: -¡Ahora!. Esperó unos segundos y cuando llegó al lugar elegido en el mapa móvil apretó el botón que detonaba la carga explosiva a bordo del Piaggio. De inmediato vio la bola naranja y el humo elevarse hacia el cielo en un punto mar adentro. Diez segundos después sintió el ruido y la presión del aire sobre el ventanal de la oficina.

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-Allá van cinco millones de euros al fondo del mar. Dijo en voz baja el Coronel apagando todos los artefactos electrónicos. Su trabajo había terminado.

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Mónaco, actualidad, 20 hs. La mesa ocupaba gran parte de una esquina del taller vivienda que ahora era la residencia permanente de Angelo. Desde los primeros escalones de una escalera que subía a la segunda planta podía verlos y escucharlos a todos como en una película; estaban eufóricos. Solo faltaba el Ministre d’État de Mónaco que se había disculpado por compromisos previos pero que había prometido almorzar con ellos y un representante de la Casa Real al día siguiente; al fin y al cabo era el representante del Gobierno que pagaba todas sus cuentas. En un rincón estaban charlando en voz baja Rodo con Juliette, ella reía como una tonta y él le tocaba el cabello; sin duda ahí estaba naciendo algo. El Coronel charlaba animadamente y gesticulaba con las manos contando seguramente su última aventura radiocontrolada a su audiencia compuesta por el Agente italiano, Andrea Bottano y el papá de Juliette, Gustave Crozier. Los padres de Alexis hablaban con la bella Ingrid a quien había traído Juliette desde Valencia, esta vez con permiso de sus padres alemanes que se reunirían con ellos al día siguiente. Desde el episodio con el globo habían pasado mucho tiempo juntas y eran como hermanas, la una muy aniñada y la otra muy adulta para su edad, encontrándose en el punto medio y disfrutando de la mutua compañía. Hoy que Juliette parecía dedicarse más a Rodolfo que a ella, se había sentado a conversar con el Cónsul argentino y su esposa. Por último, el grupo que más ruido hacía era el compuesto por su esposa, Lucca, Montse y Guy Lemery, el Agente de la DGSE. 500

-Y tú dabas golpes con el puño en el suelo… Se escuchaba decir a Montse con lágrimas en los ojos de tanto reír. -Ahhh porque tú eras muy discreta gritando como una gitana arrodillada en el suelo y mirando al cielo, jajaja. Le contestaba Alexis. -Dos locas exageradas que daban más risa que pena. Me tuve que llevar a los americanos afuera rápido antes de que se dieran cuenta del teatro. Recomiendo que ambas tomen clases si es que van a seguir con esto, jaja. Le explicaba el Agente francés a Lucca. -El pobre Andrea estaba desorientado en Argentina y no paraba de preguntarme “-¿Cómo dieron con nosotros?”; pero yo no podía confiarle que el topo de toda la operación era yo, que le estaba dando información al americano para ganarme su confianza. Siempre supe que sería un juego de niños escapar de la Inteligencia de Argentina. Ahora, si nos llegaban a atrapar, me hacía el Camino de Santiago 171 en patineta, jaja. Continuaba explicando Lemery su participación en el plan. La verdad era que Angelo tenía ganas de llorar de felicidad al ver a tanta gente que le era fiel hasta la muerte. Muchos habían abandonado todo por seguir a su lado y como mínimo tenían que guardar silencio de por vida acerca de su persona. Lucca y él tenían nuevo nombre, cortesía de la DGSE. Su nueva identidad a 171

N del A: Ruta de peregrinaje hacia la ciudad de Santiago de Compostela en España que comprende muchas variantes pero que en todos los casos se trata de muchos kilómetros. 501

prueba de cualquier investigación era la de un monegasco llamado Chevalier Larocque y Lucca era un Torinés llamado Enzo Nardini, nombre que Lucca adoró por su parecido al del hidroavión. Tenía una copa en la mano que golpeó con una llave que tenía en el bolsillo. Todos dejaron de estar absortos, por un momento en sus respectivas conversaciones y lo miraron atentos. -Buenas noches a todos. Antes que nada quiero deciros que os amo a cada uno de vosotros. Ingrid corrió, lo abrazó y le dijo muy suave: -Yo también te amo. -Todos de una manera u otra os habéis jugado la vida por mí y eso no se puede agradecer con palabras. Paseó la mirada entre Lucca y Rodo. -Mi esposa que no podría ser mejor que lo que es porque no existiría, mi amiga Montse que tiene que mentir a su familia en Barcelona, cada día. Bueno en realidad no sé si miente por mí o por Lucca, jaja. Todos rieron también. -Guy, Andrea que son los mejores en lo que hacéis; para que luego digan que los espías no son de fiar, ¿Eso no era una novela de Le Carré?, bueno, no importa. Dijo despertando risas otra vez. Quería decirles todo esto pero no deseaba que se quebrara ese buen ambiente de camaradería y alegría. -Coronel… -¡Laurent!. Gritó el Coronel. -Laurent. Corrigió Angelo. -Ha sido una suerte haberte conocido y no creo que exista sobre la tierra alguien tan capacitado como para hacer lo que has hecho en tan poco tiempo, y tan bien. Adorados padres 502

políticos míos, os debo la vida y no es una fórmula del idioma, os la debo de verdad. Dijo mirando a los papás de Alexis. -Gustave, un Agente que ha sabido mover los hilos correctos para que hoy estemos aquí, eternamente agradecido. ¿A quién no he nombrado?. Preguntó mirando alrededor. -¡Juliette, Julieeeeetteee!. Gritó al ver que la amiga de su esposa estaba mirando a Rodolfo y todos se echaron a reír. -Bueno, iba a decir algo bonito para tí pero me parece que ya tienes quien te va a colmar de elogios en las próximas horas. Gustave, no frunza el ceño que mi amigo es de fiar. Dijo al papá de Juliette que estaba incómodo viendo como su joven hija estaba entregada en cuerpo y alma a otro hombre, debería acostumbrarse y se sonrió. -Dejé para lo último a mis hermanos, Lucca y Rodo; por ellos me jugaría mi vida y este trío será inseparable en el futuro y para siempre. No hace mucho pensaba que no quería más amigos porque nadie me merecía la pena, y en poco tiempo me he hecho con dos seres únicos, Gracias Dios por ponerlos en mi camino. -Hoy es la hora cero, comenzamos una etapa en donde nos moveremos a un nivel que ningún mortal llegará si tenemos éxito en ocultarlo del mundo. Desarrollaremos cosas que los seres humanos solo verán dentro de siglos, nos ocuparemos de mejorar la vida de muchas personas que ni siquiera sabrán porque, somos el futuro. El futuro que nos entregó el pasado, un hombre único, un ente biológico que es probable que no vuelva a repetirse jamás, una combinación de células que dio vida a una mente extraordinaria, un cerebro que se encontraba muy lejos 503

adelante en el tiempo, hoy sigue estando muy lejos y han pasado cien años. Hay veces que la biología nos permite gozar de estos hombres y mujeres, Leonardo Da Vinci, Newton, Lorentz, Poincaré, Maxwell, Planck, estos últimos plagiados por el otro gran “ladrón” de la ciencia que fue Einstein que junto a Edison y Marconi pasaron a la historia como creadores o descubridores de las ideas de otros. Galileo Galilei, Descartes y Copérnico fueron otros grandes genios de los que cada tanto aparecen para hacernos dar saltos cualitativos que se tardaría siglos en dar, en poco tiempo. El hombre por el cual estamos hoy todos aquí fue Nikola Tesla, probablemente el científico más extraordinario de la historia, junto al amor de la literatura de Jules Verne nos convocó para que fuéramos los custodios de sus secretos. -Así como hoy han muerto oficialmente Angelo Ricci y Lucca Tempolini y han nacido Chevalier Larocque y Enzo Nardini, también hemos nacido nosotros. Nosotros somos Los Guardianes de Tesla y a eso nos dedicaremos, a preservar y proteger su legado. Para finalizar quería hacer una pregunta dirigida a Guy Lemery que fue el de la idea, ¿Si el seguro no paga el Piaggio, quién me lo va a reembolsar?, jajaja.

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Playa de Larvotto en Mónaco, un mes después, 10 hs. Las cuatro estaban de pie como en un catálogo de belleza del sexo femenino. De espaldas todas parecían de edades similares. Hacía dos días habían llegado Juliette e Ingrid para vacacionar con los Guardianes. Alexis, Montse, Juliette e Ingrid a pesar de su corta edad, volvían locos a los ocupantes de la playa masculinos; no podían ser más bonitas si se hiciera un casting para Playboy. De pronto se giró Ingrid que poseía un sentido especial con el ítalo argentino y parecía que sus mentes siempre estaban conectadas. -¡Chevi!. Gritó, habiéndose acostumbrado rápidamente a su nuevo nombre y corriendo a darle un beso. -¿Quieres venir a volar?. Le preguntó. Ni bien había llegado, Chevalier le estaba dando clases de vuelo; el primer día volaron 4 horas en total entre la mañana y la tarde y ayer habían sido 5 más. Efectivamente Ingrid tenía, como decía el título del libro de Richard Bach, “El don de volar” y faltaba poco para que la dejara salir sola con el Nardi. -Claro. Respondió abrazándole fuerte. Al contrario de muchas chicas de su edad no tenía vergüenza en mostrarle su afecto en público. -Eh, eh, que me estoy poniendo celosa. Dijo Alexis riendo. -Nos vemos para comer. Les dijo el nuevo monegasco. Echaron a andar hacia el coche y sonó el móvil de Larocque. 505

-Dígame. Si Guy. Esta noche a las 20 horas en el taller. Nos vemos. Ingrid lo miró interrogante. -Tranquila, iremos a volar igual pero a partir de esta noche sospecho que se acabaron las vacaciones.

FIN

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