Propuesta de un método eficiente, económico y casero para el cultivo de Cannabis con fines medicinales.

31.Mayo.2015 • Módulo: Energía Y Consumo De Sustancias Fundamentales • Profesor: Juan Gabriel Cadena López • Equipo: Jes

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31.Mayo.2015 • Módulo: Energía Y Consumo De Sustancias Fundamentales • Profesor: Juan Gabriel Cadena López • Equipo: Jesús Cruz Sánchez, David Fernando Cruz Arellano, Jocelyn Jiménez Valencia, Octavio A. Reyes Rivera, Rodrigo Mendoza Sánchez.

 

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Propuesta de un método eficiente, económico y casero para el cultivo de Cannabis con fines medicinales.

 

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1. Introducción En el año 2000 se estimó que entre el 7% y el 10% de la población mundial podrían ser consumidores de Cannabis, ya sea con fines medicinales o recreativos (Bobes J, et al. 2000). La cantidad de usuarios medicinales dentro de este amplio porcentaje se desconoce, sin embargo, se sabe que el Cannabis puede ser una alternativa terapéutica para tratar el asma bronquial, la epilepsia, la anorexia y diversos dolores gracias a sus propiedades analgésicas (Lorenzo P, et al. 2000). Sin embargo, el estatus ilegal del Cannabis aún prevalece alrededor del mundo. Así, los consumidores medicinales y recreativos se enfrentan a un mercado ilegal violento y sin ningún tipo de regulación sanitaria, donde el uso de pesticidas inadecuados en el cultivo de Cannabis para consumo humano (Sullivan N, 2013) podría derivar en daños a la salud en este amplio sector de población. En esta investigación nos hemos propuesto evaluar dos métodos de cultivo de Cannabis, uno en interior y el otro en exterior, en función de su eficiencia, economía y facilidad para implementarse en casa con fines medicinales. Se utilizarán biopreprados para el control de plagas y la obtención de nutrientes específicos así como abono orgánico. Encontrar un método de cultivo con estas características podría ayudar a los consumidores con fines medicinales a evitar favorecer al mercado ilegal y los posibles riesgos a la salud que ello implica.

2. Marco Teórico El uso del Cannabis fue conocido en China hace unos cinco mil años. Fue utilizado para la obtención de fibra y de aceite. Sus propiedades curativas aparecen reflejadas en varios tratados médicos de una notable antigüedad. En la India, formaba parte de algunos rituales religiosos y fue utilizada por sus propiedades curativas, práctica que se ha conservado hasta muy recientemente (Ramos AJA, 2000). También se ha descrito su utilización por los asirios, los escitas o los persas. Existe una controversia sobre si fue conocido por los judíos y los egipcios. Tampoco está muy claro el que su uso, salvo con fines industriales, estuviera muy extendido entre los griegos y los romanos. Al principio de la era cristiana, Plinio “el viejo”, Discorides y Galeno describieron sus posibles aplicaciones médicas. Los árabes lo utilizaron en medicina y a nivel recreativo. Sin embargo, su popularidad no fue la misma en cada uno de los países de cultura islámica, llegando incluso a estar prohibido en situaciones históricas concretas (Ramos AJA, 2000). Durante el siglo XIX, la presencia colonial inglesa en la India y la expedición de Napoleón a Egipto, sirvió para la difusión por Europa, y posteriormente por los Estados Unidos, de las aplicaciones médicas y lúdicas del Cannabis. Su uso en la practica medica

 

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fue declinando a lo largo del siglo XX, ante la aparición de otros compuestos con mayor eficacia terapéutica (Ramos AJA, 2000). El Cannabis contiene más de 80 tipos diferentes de fitocannabinoides, entre los cuales el Tetrahidrocannabinol (THC) es el principal responsable de los efectos psicoactivos. El THC se une a proteínas específicas en el cerebro, los receptores CB1 y CB2. El primero se encuentra principalmente en el sistema nervioso central, mientras que el segundo predominantemente en el sistema inmune. Los endocannabinoides son sustancias naturales que se unen a estos receptores. Los receptores de cannabinoides, los endocannabinoides y las enzimas involucradas en la síntesis y degradación de estas sustancias, forman el sistema endocannabinoide. La activación de los receptores afecta las acciones de varios neurotransmisores, tales como la acetilcolina, dopamina, glutamato, GABA, serotonina, norepinefrina y opioides endógenos. Bajo circunstancias normales, los receptores son activados por endocannabinoides. Esta activación inhibe la liberación excesiva de neurotransmisores. Los cannabinoides son compuestos liposolubles, lo que los previene de viajar largas distancias dentro del cerebro. Como consecuencia de esta característica, los endocannabinoides están idealmente adaptados para procesos fisiológicos locales a pequeña escala. El Tetrahidrocannabinol imita los efectos de los endocannabinoides. En contraste con estas sustancias, el THC no se rompe rápidamente en el sitio en que opera, y no sólo trabaja en sitios específicos sino que activa simultáneamente todos los receptores a lo largo del cerebro (Niesink R, et al. 2013). Por otro lado, el mecanismo por el cual otro de los fitocannabinoides del Cannabis, el Cannabidiol (CBD) ejerce sus efectos no son conocidos con precisión, pero está claro que las acciones farmacológicas del CBD surgen de muchos mecanismos distintos. El CBD se une débilmente con los receptores CB, pero es capaz de antagonizar los efectos del THC, incluso cuando se encuentra en pequeñas dosis. Al inhibir la degradación del cannabinoide endógeno anandamida, el CBD intensifica y prolonga su efecto. La presencia de la anandamida previene al THC de interactuar con los receptores CB. El CBD también interactúa con varios receptores CB descubiertos recientemente, y es agonista para el receptor 5-HT, lo que podría explicar algunos de sus efectos antipsicóticos y ansiolíticos. A través de su efecto en las concentraciones intracelulares de calcio, el CBD también podría proteger a las neuronas contra los posibles efectos neurotóxicos del THC (Niesink R, et al. 2013). Los efectos del CBD y el THC en las funciones cerebrales parecen ser opuestos y, por lo tanto, necesarios como contrapeso para lograr una disminución en las consecuencias psiquiátricas de su consumo (Bhattacharyya S, et al. 2010). Por un lado, por ejemplo, el THC, el componente psicoactivo principal de la marihuana, produce efectos ansiogénicos y de tipo psicótico. En contraste, el CBD parece

 

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tener propiedades anti psicóticas y ansiolíticas (Morgan C, et al. 2010). En otro caso, tienden a auto medicarse Cannabis los pacientes con la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, un desorden crónico, reincidente y remitente caracterizado por respuestas inflamatorias excesivas en el tracto gastrointestinal. El tratamiento combinado con CBD y THC ha provocado efectos benéficos de la misma magnitud que los que se lograron con dosis más altas de THC en ausencia de CBD (Jamontt JM, et al. 2010). Esto puede indicar que el CBD es útil para regular los efectos negativos de altas dosis de THC en incluso para añadir beneficios. En suma, mientras que el THC es un buen relajante muscular y estimulante del apetito, también reduce la presión intraocular, distorsiona la percepción del tiempo y tiene fuertes efectos psicotrópicos. En cambio, el CBD, además de reducir estos efectos adversos y potenciar los benéficos, también es un poderoso anticonvulsivo, ansiolítico, antipsicótico, antioxidante neuroprotector y anticarcinógeno (Atakan Z. 2012). Los principales procesos patológicos en los que bien el Cannabis o los fitocannabinoides parecen haber demostrado en grado variable alguna eficacia terapéutica son: • •

Náuseas y vómitos asociados a la quimioterapia anticancerosa. Espasticidad muscular. o Esclerosis múltiple. o Lesiones de médula espinal. o Trastornos del movimiento.

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Dolor. Anorexia. Epilepsia. Glaucoma. Asma bronquial (Lorenzo P, et al. 2000).

3. Justificación Se estima que entre un 7-10% de la población mundial podrían ser consumidores regulares de Cannabis, la mayoría de ellos en regiones donde su uso es ilegal (Bobes J, et al. 2000). En México, en el año 1998, se estimó que el 4.7% de la población general había usado Cannabis alguna vez en su vida, mientras que en el caso de los estudiantes, la cifra se elevaba al 5%. Se estimó también que 682,000 personas de entre 12 y 34 años habían consumido algún tipo de droga en los últimos 12 meses (Secretaría de Salud, 1998). El número de usuarios netamente medicinales, así como estadísticas más detalladas acerca del consumo de Cannabis en los países donde aún es ilegal, son datos tan escasos como de difícil acceso. Sin embargo, la gran difusión mediática que ha conseguido el Cannabis a partir de los descubrimientos relacionados con sus propiedades terapéuticas, así como el debate político alrededor de su legalización, invitan a suponer que su uso como alternativa medicinal y recreativa, experimenta un aumento considerable.  

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Estos usuarios medicinales y recreativos de Cannabis no sólo se ven expuestos a la inseguridad y violencia relacionadas a este producto a través del mercado ilegal. Es esta misma ilegalidad la que mantiene al cultivo de Cannabis lejos de cualquier tipo de control de calidad. En un estudio llevado a cabo en el año 2013 se encontraron residuos de pesticidas tóxicos usados para el control de plagas en cultivos ilegales de Cannabis (Sullivan N, 2013), lo que podría representar un grave problema de salud pública en el futuro. Un método de cultivo eficiente, económico y casero de Cannabis podría representar una alternativa viable para la población consumidora de este producto con fines medicinales y recreativos, que actualmente se enfrentan a un mercado peligroso y violento así como a probables daños a la salud derivados del cultivo ilegal no regulado.

4. Metodología Se sembrarán 9 semillas de Cannabis, germinadas durante 4 días en algodón húmedo, en sustrato comercial para jardinería. Se utilizarán 3 para un Sistema Interior, 3 para un Sistema Exterior y 3 como control que se mantendrán a la intemperie sin ningún tipo de cuidado. Se analizará el crecimiento diario de todas las plantas durante 1 mes mediante una bitácora que incluirá medición de altura, de PH del sustrato, humedad del sustrato y luz del sistema (en el caso del sistema interior). También se incluirán observaciones especiales. Se analizará el sustrato comercial en busca de nutrientes antes de la siembra y una vez terminado el periodo de análisis de crecimiento (en esta ocasión se analizarán por separado los sustratos de los dos sistema y el control). 4.1 Sistema Interior Este sistema consiste en:

 



Una caja de huevo convencional (90x30x40cm) forrada con papel plateado para envoltura de regalos.



Dos lámparas fluorescentes compactas (CFL, comúnmente conocidas como “Focos Ahorradores”) de 40W cada una. El empaque refiere entre 1400 y 1600 lúmenes por cada una y una temperatura de 6500K. Estas lámparas oscilan entre los 400-700 nm en el espectro electromagnético (Sager, J.C. et al. 1997). Con la luz fluorescente, especialmente con la luz blanca-fría, las plantas crecen “normalmente” y aproximadamente en proporción al crecimiento de las plantas en exterior (Massa GD, et al. 2006).

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Un ventilador convencional para enfriar el sistema y ayudar al flujo de CO2 y O2 en el sistema.



En este sistema las plantas se regaran cada que el sustrato empiece a secarse con agua del grifo cuyo PH se medirá cada semana.

4.2 Sistema exterior En este sistema las plantas se mantendrán a la intemperie, se regarán únicamente mientras la lluvia no mantenga húmedo el sustrato. Se medirá el PH del agua de lluvia recolectada. 4.3 Control de plagas y abono. Se analizarán la efectividad y las propiedades nutricionales de distintos tipos de bioperparados y abonos orgánicos como: •

Enraizante a base de germinado de lenteja. o Preparado con la siguiente receta: Se germinaron 2 cucharadas de lentejas en un recipiente cubriéndolas de agua durante 4 días. Se cortaron las raíces incipientes del germinado para propiciar la producción de Auxina y se volvieron a germinar durante 4 días más. Las lentejas germinadas nuevamente, así como las raíces cortadas y el agua en las que se germinó se licuaron hasta obtener una pasta. La pasta se drenó y se diluyo en 1lt de agua. Se aplicará durante el proceso de germinación en el sustrato. §



Este biopreparado sirve como promoror del crecimiento de la raíz. En 1970 se encontró Ácido Indolacético en extractos de plántulas de lenteja (Lens culinaris). La presencia del Ácido Indolacético en grandes cantidades en las plántulas de lenteja, mostró que este compuesto natural es la Auxina (Hormona de crecimiento vegetal) principal que controla el crecimiento de raíz en las lentejas (Takahashi N, 1988).

Estiercol de conejo. o La composición media de las deyecciones de conejos en % de producto fresco son: N=0.7-2, P=1.3-5, K=0.2-1.2, Ca=0.9-3 (Universitat Autònoma de Barcelona, 2011).



Macerado de chile y ajo como control de plagas. o Preparado con la siguiente receta: Se licuaron 5g de chile jalapeño y 5g de ajo (Allium sativum) y se mantuvieron en maceración en 100ml de alcohol

 

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de 90% durante 7 días. Se filtró el macerado y se diluyó en 1lt de agua. Se aplicará cada semana sobre los dos sistemas a fin de evitar plagas. §

Esta biopreparado controla estados adultos de afidos “pulgones” (Myzus persicae), ácaros “arañita roja” (Tetranichus urticae), “mosca blanca” (Bemiscia tabaco/Trialeurodes vaporarioum), “minador” (Lyriomiza sp) y “trips” (Franklineilla sp). Actúa como inscticida por contacto y como fagorepelente (Suquilanda M. 2010).

También se propondrá el uso de modificadores de PH orgánicos en caso de ser necesario.

5. Hipótesis Un método de cultivo eficiente, económico y casero ayudaría a los consumidores medicinales de Cannabis a producirlo sin depender del mercado ilegal y las consecuencias a la salud derivadas de sus métodos de cultivo.

6. Objetivo general •

Proponer un método eficiente, económico y casero para el cultivo de Cannabis con fines medicinales.

7. Objetivos específicos • •

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Conocer los requerimientos nutricionales del Cannabis. Analizar la efectividad de distintos tipos de biopreparados caseros para el control de plagas y la obtención de nutrientes específicos, tales como: o Enraizante a base de lentejas. o Estiércol de borrego. o Control de plaga a base de chile y ajo. o Etc. Comparar el cultivo en interior con el cultivo al aire libre. Analizar la efectividad de los focos ahorradores comunes (lámparas fluorescentes) en la producción de energía luminosa para los procesos fotosintéticos en las distintas etapas del Cannabis. Conocer la proporción de fitocannabinoides (THC y CBD) presentes en la marihuana “regular” proveniente del narcomenudeo mexicano.

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8. Referencias   Atakan Z. (2012). Cannabis, a complex plant: different compounds and different effects on individuals. Ther Adv Psychopharmacol (2012) 2(6) 241–254. Bhattacharyya S, Morrison P, Fusar-Poli P, et al. (2010). Opposite Effects of D-9Tetrahydrocannabinol and Cannabidiol on Human Brain Function and Psychopathology. Neuropsychopharmacology, 35, 764–774. Bobes J, Calafat A. (2000) De la neurobiología a la psicología del uso-abuso del Cannabis. En Monografía del Cannabis (pp. 7-18). Jamontt JM, Molleman A, Pertwee RG, Parsons ME. (2010). The effects of D9tetrahydrocannabinol and cannabidiol alone and in combination on damage, inflammation and in vitro motility disturbances in rat colitis. British Journal of Pharmacology, 160, 712– 723. Lorenzo P, Leza JC. (2000) Utilidad terapéutica del Cannabis y derivados. En Monografía del Cannabis (pp. 149-168). Massa GD, Emmerich JC, Morrow RC, Burget CM, Mitchell CA. (2006). Plant-­‐growth   Lighting  for  Space  Life  Support.  Gravitational  and  Space  Biology  19(2).   Morgan C, Freeman T, Schafer G, Curran V. (2010) Cannabidiol Attenuates the Appetitive Effects of D9-Tetrahydrocannabinol in Humans Smoking Their Chosen Cannabis. Neuropsychopharmacology, 35, 1879–1885. Niesink RJM, van Laar MW. (2013). Does cannabidiol protect against adverse psychological effects of THC?. Frontiers in Psychiatry, Addictive Disorders and Behavioral Dyscontrol, 4, 130. Ramos AJA, Fernández RJ. (2000) Uso de los cannabinoides a través de la historia. En Monografía del Cannabis (pp. 19-30). Secretaría de Salud. (1998). Diagnóstico Y Tendencias Del Uso De Drogas En México. Recuperado el 31 de Mayo del 2015 de: http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/CDM1-6.htm Sager, J.C., McFarlane, J.C. 1997. Radiation. In: Plant Growth Chamber Handbook. (Langhans, R.W . and Tibbitts, T.W., Eds.) Iowa State University: North Central Regional Research Publication No. 340, Iowa Agriculture and Home Economics Experiment Station Special Report no. 99, pp. 1-29. Sullivan N, Elzinga S, Raber JC. (2013). Determination of Pesticide Residues in Cannabis Smoke. Journal of Toxicology, 2013, 378168, 6. Suquilanda M. (2010). Biopreparados para el manejo sostenible de plagas y enfermedades en la agricultura urbana y periurbana. FAO.  

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Takahashi N. (1988). Chemistry Of Plant Hormones. CRC Press, Inc. Universitat Autònoma de Barcelona. (2011). Agenda del cunicultor: El estiércol del conejo. Recuperado el 2 de Junio del 2015 de: http://ddd.uab.cat/pub/cunicultura/cunicultura_a1978m8v3n14/cunicultura_a1978m8v3n14 p165.pdf  

     

 

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