Primeras Paginas El Viaje de Mallki

En una pequeña chacra, cerca de una mina en los Andes del Perú, vivía un niño llamado Mallki. Vivía con su mamá, su papá

Views 34 Downloads 0 File size 1MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

En una pequeña chacra, cerca de una mina en los Andes del Perú, vivía un niño llamado Mallki. Vivía con su mamá, su papá, la gata Malú, el joven pato Martín, las gallinas turuleques y el chancho Don Pedro. Cerca de la chacra de Mallki había otras, igual de pequeñas, pero que juntas formaban una gran comunidad, como una familia. Los hombres trabajaban en la mina o llevando sus ovejas a pastar. Todos los niños y niñas, hombres y mujeres eran muy trabajadores, entre todos se ayudaban y se querían mucho. Todos… bueno, no todos. Mallki no trabajaba, no ayudaba y no quería a nadie. Era un dormilón, un comelón y —además— era malo, muy malo. Nunca le daba de comer al chancho Don Pedro y siempre le sacaba la lengua a la gata Malú: «Feo, muy feo» pensaba Malú. —¡Auuuu…! —gritaba Malú cuando Mallki le jalaba la cola. Y no contento con molestar a Malú, no dejaba de patear a las gallinas turuleques y no le hacía caso al joven Pato Martín.

9

Libro Viaje a Mallqui.indd 9

3/4/08 2:54:52 PM

«Yo no pienso congelarme la nariz» pensaba Mallki metido en su cama mientras todos los niños, durante la época de las largas vacaciones, subían hasta las alturas para ayudar a llevar las ovejas a pastar. Era la estación de lluvias y nieve y hacía mucho frío en esos altos lugares. Precisamente arriba había una laguna que los niños llamaban La Laguna de los Espejos porque el agua era tan clara que podían verse la cara cuando se asomaban para mirar los peces. Pero había algo más que los niños esperaban cada año con gran ilusión: la llegada de una gran bandada de patos, los patos Ujujuy. Estos patos venían volando desde lejos, muy lejos. La laguna era un lugar de descanso durante su gran viaje migratorio por la ruta interandina. Cuando paraba de llover, los patos cantaban con un sonido ronco muy parecido a la voz de un hombre grande: ujujuy, ujujuy, ujujuy. Los niños no tenían miedo. Les gustaba ese sonido cálido, profundo, extraño. Sentían que había vida y que los patos estaban contentos a pesar del frío. Entonces ellos también se sentían contentos. Ya debes haberte dado cuenta que Mallki era muy diferente de los demás niños y niñas de su comunidad: él no conocía La Laguna de los Espejos ni a los patos Ujujuy.

10

Libro Viaje a Mallqui.indd 10

3/4/08 2:54:57 PM

11

Libro Viaje a Mallqui.indd 11

3/4/08 2:55:03 PM

12

Libro Viaje a Mallqui.indd 12

3/4/08 2:55:08 PM

Sin embargo, una mañana, como todas las mañanas, muy temprano, cuando toda la comunidad ya estaba despierta y los niños se alistaban para ir al colegio Mallki no estaba. «¿Y Mallki?» se preguntaban todos. Nada ni nadie lograba despertarlo. Él seguía durmiendo. Entonces, las mariposas decidieron hacerle cosquillas. Mallki abrió un ojo y vio el ala de una de ellas haciéndole cosquillas en la nariz: —¡Achíss! —estornudó. Pero enseguida se hizo el dormido. «¡Atraparé a esas tontas mariposas!», pensó. Las mariposas, al ver que no se despertaba, lo intentaron de nuevo. ¡Zazz! Mallki sacó las manos de debajo de las sábanas y atrapó a la más valiente. —¡No vayas a aplastar mis alas! —rogó la mariposa. En eso, Mallki escuchó un extraño silbido y del susto soltó la mariposa. «¡Bah! Nada. Debe haber sido el viento» pensó Mallki. De pronto, el silbido se escuchó otra vez, pero más fuerte que la anterior. Mallki cerró los ojos porque no era muy valiente cuando de sustos se trataba. Cuando al fin se atrevió a abrirlos, se encontró cara a cara con un muqui.

Libro Viaje a Mallqui.indd 13

3/4/08 2:55:17 PM