Primer Trabajo de Latifindio

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO PARA EL PODER POPULAR DE EDUCACION UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA – HUGO RAFAEL CHAVEZ FRIAS MISION SUCRE - ALDEA UNIVERSITARIA “JEAN FIRMÍN” MATURIN, ESTADO MONAGAS

6to Semestre de Estudios Jurídicos

LUCHAS CAMPESINAS Y LEY DE TIERRAS

EL LATIFUNDIO COMO MEDIO DE PRODUCCIÓN GENERADOR DE PROBLEMAS SOCIALES

Facilitadora: Abogado Yamileth Cabello Alumnos: Betancourt; Damáns Francisco Portillo; Rolando

########### Maturín, 08 de Abril del 2013 ############ INTRODUCCION

El latifundio es un problema estructural que afecta a la mayoría de los países de América Latina y cuyo origen se remonta al sistema colonial de concesión de tierras. Es, además, un problema que acentúa la exclusión social y reafirma el sistema de desigualdades sociales que impera en nuestro continente.

Nuestra

Venezuela no se escapa de esta enfermedad inoculada por el capitalismo. Los productos agrícolas fueron una pieza fundamental como ingreso al fisco; sin embargo, el mal diseño de este modo de producción destruyo las aspiraciones del grueso de campesinos. Empobreciendo mas las zonas rurales provocando el desplazamiento de sus habitantes a las grandes ciudades en busca de alternativas. Estas migraciones, provocaron el nacimiento de barriadas en los bordes urbanizados creando lo llamado cinturón de miserias. La lucha por la tierra origino el uso de enviados de la muerte (Sicarios) utilizados por el poder feudal a fin de deshacerse de los campesinos luchadores.

El Latifundio Como Medio de Producción Generador de Problemas Sociales Si bien es cierto que el Latifundio es un Medio de Producción,

debemos

entender que guarda una relación muy estrecha con el sistema de Producción Latifundista de los siglos pasados, cambian los personajes; pero sigue siendo un medio de explotación. Entonces Conceptualizamos como Latifundio, a las grandes extensiones de tierras útiles que se encuentran en manos de un solo propietario o de unos pocos propietarios, que disfrutan de elevado prestigio social y decisivo poder político. Generalmente, las utilizan en ganadería o en la agricultura típica de las sociedades tradicionales y no necesariamente acorde con las verdaderas posibilidades agrícolas de la zona. Pongamos como ejemplo algunas extensiones de tierra al sur del Estado Monagas; según los entendidos, poseen buenas tierras, con una capa vegetal de un metro de profundidad, es decir, con una real vocación agrícola. Sin embargo, estas tierras fueron dedicadas solo a ganadería, en desmedro de otras actividades como la de agricultura. Por otro lado, la pequeña propiedad rural está en manos de campesinos pobres, que no tienen los medios suficientes para desarrollar una explotación racional. Generalmente son tierras de poca utilidad, y quienes las trabajan viven muy cerca del nivel de supervivencia. El latifundio adoptó en épocas de la colonia una forma semi-feudal, ubicándose

en

las

plantaciones

y

en

las

haciendas:

los

terratenientes

monopolizaban las tierras y el excedente de la producción, y los campesinos se convertían en trabajadores explotados al extremo, a veces, casi en calidad de esclavos. Cuando estas formas de producción dejaron de ser convenientes para la estructura económica, se plantearon cambios. A los pequeños propietarios o a los campesinos sin tierras se les dijo que eran momentos de rupturas y se habló de reforma agraria. Venezuela no fue la excepción. Lo cierto es que los grandes latifundistas

buscaban

adaptarse

a

los

nuevos

tiempos,

estimulando

la

modernización de la explotación agrícola. Finalmente, los beneficios sólo estuvieron al alcance de los grandes propietarios y los campesinos se quedaron sin tierras: se convirtieron en el gran proletariado rural, que alimentó los cinturones de miseria de las ciudades latinoamericanas.

¿Qué dicen las estadísticas? Según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), estas cifras revelan la crisis de la tierra en el mundo: 38% de la población rural de América Latina y el Caribe está constituida por pequeños propietarios; 31% por trabajadores sin tierras; 27,1% por grupos étnicos y 5% por pequeñas comunidades de pescadores artesanales. De esta manera Podemos evidenciar, la pre - existencia de la división en el sector social, que precisamente generan conflictividades al paso del tiempo; lo cual, iremos detallando en el transcurso del tema.

La Industrialización de la Producción Rural y la Exclusión del Campesino Al contrario de los países centrales, donde la burguesía nacional se obligó a democratizar la propiedad de la tierra, como forma para estimular el desarrollo de las fuerzas productivas, aunque capitalistas. En los países dependientes del hemisferio Sur; las élites locales, totalmente dominadas por el colonialismo y por el imperialismo, adoptaron otras formas de desarrollo capitalista. Precisamente el modelo de desarrollo capitalista adoptado por las élites dependientes se basó en la existencia de la gran propiedad latifundista, que pasó a dedicarse a los productos de exportación que interesaban a los países centrales. Por eso, en nuestros países se fortaleció la gran propiedad latifundista porque: al colonialismo antes, y después al imperialismo, sólo le interesaban la mano de obra y materias primas agrícolas baratas. Y no se preocuparon en desarrollar el mercado interno y mucho menos las fuerzas productivas locales. En esos marcos, a parte del desarrollo capitalista dependiente, los problemas sociales solamente se agravaron en los últimos siglos. Hoy se puede decir que el problema agrario, como veían los clásicos, desde el nacimiento del capitalismo, persiste en la mayoría de los países periféricos y aún más en Latinoamérica. El problema agrario existe y tiene sus raíces en el modelo de desarrollo capitalista

adoptado

históricamente

por

nuestras

élites

colonizadas

y

dependientes. Pero, en la última década se agravó aún más, con la adopción de las políticas económicas llamadas neoliberales. La agroindustria multinacional productora de alimentos para el mercado nacional, impulsa una forma de subordinación sobre los productores rurales que consiste en imponer precios bajos a los bienes que utiliza como insumos, sin que exista ningún tipo de apoyo o subsidio que compense al productor. Esta forma de explotación excluyente lleva a la quiebra a los agricultores y provoca el declive de la producción de alimentos básicos en nuestro país. Se trata de una forma de subordinación que en lugar de reproducir a los explotados los excluye. Por su parte, la agroindustria multinacional exportadora impulsa cultivos muy rentables pero solamente para un reducido grupo de grandes empresarios, productores de frutas, flores y hortalizas para la exportación basados en la utilización de elevada tecnología y una fuerte concentración del capital. El carácter selectivo de dicha agroindustria impide que el grueso de los productores acceda a este tipo de cultivos. Sustentada en estas dos formas de dominio de la industria sobre la agricultura, la fase agro-exportadora neoliberal se caracteriza por el hecho de que la exclusión rural constituye su esencia y por tanto va generando a su paso un enorme descontento social. Junto con esta fase ha surgido un nuevo ciclo del movimiento campesino latinoamericano que pugna por la inclusión democrática de los excluidos. Por otro lado, la exclusión económica de los productores rurales veló los mecanismos de explotación a los cuales estaban sujetos, lo que llevó a desestimar las visiones sustentadas en la subordinación social. En consecuencia surgieron teorías que consideran superados los enfoques que reivindican las tendencias económicas generales, las visiones histórico-estructurales y las posiciones críticas del capitalismo.

El Éxodo Rural y Los Cinturones de Miseria El desplazamiento del campo a la ciudad tradicionalmente se ha considerado uno de los factores más importantes para el crecimiento urbano, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. Las investigaciones demuestran como la dimensión urbana ha aumentado su importancia a nivel mundial en las últimas décadas: la población urbana ha crecido sin precedentes. En efecto, actualmente, este tipo de migración se produce a menudo; muchísimas personas se mudan a las ciudades por diferentes razones: en el medio rural carecen las posibilidades de empleo y escasean los servicios asistenciales, de formación y de comercio (factores económicos, sociales y culturales a la base del éxodo rural). La población venezolana se desplaza de un estado a otro o de una ciudad a otra, debido a varios factores: primero, la masa poblacional busca áreas de mayor estabilidad económica, con mejores fuentes de trabajo, para así obtener un nivel de vida más aceptable; y segundo, en los núcleos urbanos existen mejores oportunidades educativas y efectivos servicios públicos. Cabe destacar que aunque las personas campesinas o agricultoras tuviesen los recursos necesarios para vivir en el campo, emigrarían. Pero hay que distinguir entre diferentes situaciones. En efecto, una ciudad próspera y floreciente atrae a la gente rural y a los jóvenes sobre todo. Las ciudades ofrecen lo que es más difícil lograr en el campo y garantizan condiciones de vida adecuadas: existe una mayor oferta de servicios asistenciales, culturales y formativos; además, los transportes y las comunicaciones son más eficientes. Mientras que para los adultos y los viejos que viven desde siempre en el campo es más difícil mudarse a la ciudad: las tradiciones y las costumbres dificultan el desplazamiento hacia el medio urbano. Más sin embrago, es importante subrayar que estos tipos de migraciones producen efectos a escala global, nacional y regional: lo que pasa en el campo tiene repercusiones en la ciudad, y viceversa.

Se estima que de cada 10 habitantes de las ciudades más importantes de Venezuela, es éxodo rural de primer o segundo grado, esto a consecuencia del grado de abandono y deterioro de las poblaciones rurales, lo que ha provocado el éxodo incontrolable hacia las ciudades generando ese crecimiento anárquico que representan los barrios y los cinturones de miseria que adornan el país, ciudadanos que hasta ayer producían alimentos para ellos y el resto de la sociedad y que ahora se han convertido en seres improductivos asalariados o subempleados que exigen un espacio físico urbano, consumen agua, luz, servicios públicos básicos y congestionan las ciudades. Parece que humanizar y descongestionar las ciudades debe comenzar por solucionar este grave problema del éxodo rural y esto se puede lograr volcando el presupuesto nacional hacia la provincia estimulando las actividades no solo agrícolas o agroindustriales sino la pequeña y mediana industria, los artesanos y financiar toda aquella actividad económica que genere bienes y empleo, hay que incentivar a los ciudadanos para que retornen a sus terruño(el buen hijo vuelve a su casa) pero que se le garantice posibilidades de empleo, vivienda, educación, servicios básicos y puedan recibir el financiamiento oportuno para consolidar sus proyectos personales . Un cinturón de miseria son esos asentamientos que generalmente empiezan con una invasión de terreno, por los desposeídos (los pobres que no pueden comprar ni rentar una casa) y bueno, como veras pues como no están legales no tienen acceso a drenaje, alumbrado público, pavimentación, seguridad y todos los servicios que la gente q tiene mucha iniciativa puede obtener. Por lo mismo que viven en esas condiciones tan precarias, pues se piensa que es gente que no tiene la cultura suficiente para acceder a un empleo bien remunerado ni tiene los estudios para ello, por su misma pobreza, no tiene carro, el consumo es poco para necesitar que les ponga una tienda cerca, por lo mismo la inseguridad es mayúscula en los alrededores.

El Latifundio y su Relación con el Narcotráfico Mediante la compra paulatina y solapada de tierras, los narcotraficantes han logrado hoy lo que no consiguieron a finales de los 80 mediante los atentados terroristas. A través de la compra ilegal de tierras, el sometimiento de las comunidades campesinas y la cooptación de las élites locales en buena parte del país, los narcos han conseguido el debilitamiento de las instituciones y la captura de sus propósitos de interés general y beneficio público; todo ello con el agravante de que, en apariencia, las cosas siguen funcionando como antes. Ahora, el territorio en manos de esta nueva empresa (poca gente, de amplio poder económico y demás…), Se ha convertido en grandes extensiones de plantaciones de coca y mariguana (materia prima) para la industria ilícita de narcóticos,

procesados

en

sendos

laboratorios

ubicados

en

las

mismas

propiedades. Este ejerció de cultivo a gran escala se efectúa en la actualidad en nuestros países latinoamericanos, generando dividendo que no benefician al campesinado; si no que más bien acentúan la esclavitud y la dependencia. Por otro lado, grandes extensiones de tierra latifundistas, han servido como trampolín para la venta y distribución al por mayor, de droga procesada o semi procesada. En ellas construyen pistas clandestinas de aterrizaje, donde se descarga el material comercial y se carga aditivos para su elaboración, además del suministro de combustibles. Es importante resaltar que existe una red mafiosa que opera, donde a demás de la complicidad de latifundista, se involucran funcionarios.

Modos Alternativos de Solución de Conflictos Rurales Para entrar en este tema, es necesario definir a que conflictos rurales se hace referencia. Considerando inicialmente que Millones de campesinos han perdido sus tierras, tradiciones y comunidades. Muchos emigraron a las grandes ciudades. Otros optaron por resistir y pelear por su derecho a la tierra y enfrentar

en minusvalía los abusos del poder y la violencia indiscriminada propiciada por latifundistas. En virtud a ello; tenemos en primer lugar, los estamentos que rigen la materia, Dentro de este orden jurídico se encuentran, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (Arts. 253 y 258) Y La Ley de Tierras

y

Desarrollo Agrario, entre otras. Cuyos Procedimientos se realizan a través de su Órgano Judicial como lo es el Tribunal Agrario. Por otro lado es menester hacer referencia a los modos, métodos o formas Alternativas de Solución de Conflictos Rurales, Planteamiento de la ONU en unas de sus recientes asambleas, en la cual se ratifican los procedimientos de Conciliación, Mediación, Arbitraje entre otros. Sin embargo, todos ellos han sido manejados desde el punto de vistas capitalista, no dado en el punto para ser verdaderas soluciones a los conflictos de la ruralidad. Estos modos alternativos deben ir más allá de querellas legales.

EL SICARIATO El sicariato en el campo, es una situación de años en nuestro país, situación que se recrudeció desde que comenzó la aplicación de la Ley de Tierras en el 2001, cuando más de 50 compañeros fueron asesinados en los campos de Barinas”. Es uno de los mecanismos que ha utilizado el poder feudal en complicidad con los gobiernos capitalistas, para silenciar la lucha de campesinos valientes que se decidieron transitarla a fin de recuperar sus tierras y proteger sus costumbres. Es que la desigualdad en el acceso

la tenencia a de tierra ha incidido

históricamente en la violación sistemática de los derechos fundamentales del campesinado.

Causa extremada preocupación la aparición organizada del sicariato con el consecuente aumento de asesinato de dirigentes campesinos e incluso a funcionario del Estado. Materializado selectivamente, aumentado la tensión en el agro. De quedar impunes, sentarían un grave precedente y pudiera provocar un espiral de violencia. En Brasil, por ejemplo, una decisión del gobierno de Lula da Silva de combatir el trabajo esclavo en el campo, provocó una reacción desproporcionada por parte de los latifundistas, a través de sus bandas armadas. A su ya larga historia de asesinato de campesinos, sumaron, por primera vez, el de tres auditores del Ministerio de Trabajo que inspeccionaban haciendas en busca de peones rurales sometidos a situación de esclavitud. “Estamos en el siglo XXI y no es posible que se mate para defender trabajo esclavo”, dijo Lula desde Ginebra. Pero esta situación en Brasil tiene una matriz estructural que la hace posible: la propiedad de la tierra en forma de latifundio, que se mantiene por la ausencia (en toda la historia de Brasil) de una verdadera reforma agraria. Desde que se enarboló en los sectores rurales de Venezuela la bandera de tierra y hombres libres, esta consigna se ha convertido en una sentencia de muerte para el campesinado, que ha pagado con su sangre la osadía de pretender una contención de defensa. Se hace cada vez más necesario una firme articulación de defensiva a nivel nacional de todo el movimiento campesino venezolano, movimientos sociales, colectivos organizados y pueblo en general para detener este liquidar sistemático de los dirigentes agrarios y sus familias. Es una guerra. Esta planteada, desde las esferas de poder latifundista organizado y con un brazo armado, el sicariato.

LAS INVASIONES CAMPESINAS

En la lucha por el trabajo y la vivienda, las invasiones de tierras y de inmuebles urbanos han estado presentes en todas las sociedades durante siglos. El inicio del capitalismo en Inglaterra se caracterizó por el despojo violento de los campesinos de sus tierras, lo que los convirtió en vagabundos desposeídos que luego fueron “entrenados” en la disciplina del trabajo asalariado. Se entiende que en esas circunstancias de privaciones y explotación se produzcan luchas campesinas por el disfrute laboral de la tierra. Otro tanto ocurre en las grandes ciudades, donde los “sin techo” tratan de procurarse una vivienda que los cobije, sobre todo cuando existen centenares de viviendas no utilizadas, cuya presencia es una afrenta a las necesidades no cubiertas de un sector importante de la población. En un proceso popular y revolucionario, sin embargo, las invasiones son inexplicables, pues se supone que dicho gobierno está precisamente al servicio de los más pobres y de satisfacer prioritariamente las necesidades de tierra de los campesinos y de viviendas del pueblo urbano, para lo cual aprueba leyes y financia proyectos y programas. El nuevo Estado asume, de esa manera, el compromiso ineludible de saldar una deuda, diferida por años, con los más pobres. Estas razones hacen innecesaria e inconveniente la práctica de las invasiones durante la vigencia de todo proceso revolucionario, a menos que con ellas se persigan otros objetivos.

CONCLUSIÓN

Estamos claro que el LATIFUNDIO, es un medio de producción con características de explotación, es una enfermedad heredada de los 200 años de capitalismo que tienen nuestros países latinoamericanos. Que en el transcurrir del tiempo fue acentuando las diferencias sociales y agudizando sus pugnas y conflictividades. Hoy es una enfermedad monstruosa, que además de estar relacionada con el sicariato, paramilitarismo y el narcotráfico. Es un foco de desestabilización para la seguridad de la Nación. Los modos alternativos para la solución de estos conflictos no son suficientes para atacarla. La esperanza del campesinado y de las zonas rurales están sujetas a la suerte del resto en el país, de manera tal en que se pueda desarrollar un plan de desarrollo socialista, donde se garantice la ocupación productiva de todos, a través de aplicación de estrategias y mecanismos para asegurar nuestra plena independencia a todo nivel ( Alimentaria, Medica, Educativa, Tecnológica, entre otras) contenidas en los cinco puntos estratégicos que plantea nuestro gobierno revolucionario, como legado del Líder Eterno Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.