Practicas clinicas en animales domesticos

Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia Notas de curso de la asignatura: ³3UiFWLFDV&OtQLFDV en animales de granja

Views 109 Downloads 9 File size 5MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia Notas de curso de la asignatura: ³3UiFWLFDV&OtQLFDV en animales de granja ´

Principios de la investigación clínica en bovinos.

Junio 2012. 1

A U T O R ES: M en C. EDUARDO M. SIERRA LIRA M en C. JOSÉ A. ERALES VILLAMIL M en C. JORGE L. PUERTO NÁJERA MSc. ROGER I. RODRÍGUEZ VIVAS MSc. FRANCISCO J. ARANDA CIREROL M en C. DELFINA ZAPATA VILLALOBOS M en C. MARCO A. TORRES LEÓN MSc. ROSA M. RAMÍREZ PORRAS

2

ÍNDI C E ,1752'8&&,Ï1««««««««««««««««««««««««««« C A PÍ T U L O I. M anejo y sujeción«««««««««««««««««««« I.1) Restricción física I.2.) Restricción química C A PÍ T U L O I I. Signos clínicos generales««««««««««««««««. 11 II.1) Fiebre y la regulación de la temperatura corporal. II.2) Vómito y diarrea, equilibrio ácido-básico e hidro-mineral. II.3) Anemia, disnea y fallo valvular cardiaco, hematopoyesis. II.4) Ictericia y ascitis, función hepática. II.5) Respuesta inmune. C A PÍ T U L O I I I. M etodología de la investigación clínica«««««««««« Diagnóstico presuntivo. III.1) El proceso Salud-Enfermedad III.2) Historia Clínica. III.2.1) Obtención de datos básicos III.2.2) La historia clínica como protocolo de trabajo - Datos generales del propietario y sitio de origen - Datos del paciente - Examen físico. a) Técnicas propedéuticas como herramientas de la exploración física. b) Examen Físico General. c) Pruebas básicas de laboratorio clínico - Biometría hemática (BH) - Coproparasitoscópico (CPC) - Examen general de orina (EGO) III.3) Obtención de muestras biológicas para examen de laboratorio a) Sangre b) Fecales c) Orina C A PÍ T U L O I V . E xamen físico especial. Pruebas complementarias«««««..70 Plan inicial. IV.1) Examen especial por aparatos y sistemas. C A PÍ T U L O V . Diagnóstico definitivo«««««««««««««««««91 Diagnóstico diferencial y Pronóstico. V.1) Pruebas complementarias (patología clínica). V.2) Exámenes de gabinete. Rayos X, ultrasonido y endoscopía. C A PÍ T U L O V I. E xamen anatomo-patológico«««««««««««««104 VI.1) Necropsia. a) Identificación de cambios post mortem. b) Tipos de exudados y trastornos circulatorios en órganos c) Trastornos celulares en órganos. 3

d) Reporte de necropsia A NE X O. - Glosario de términos médicos««««««««««««««««««« R E F E R E N C I AS««««««««««««««««««««««««««

4

Introducción: La Universidad Autónoma de Yucatán ha propuesto un nuevo modelo educativo basado en la teoría de conocer para hacer (MEFI, UADY, 2011), con el objeto de mejorar el nivel de conocimientos y habilidades de los alumnos para el ejercicio profesional. El modelo educativo propuesto, ha adoptado muchos de los principios del constructivismo, fundamentado en teorías que señalan que el aprendizaje se debe enfocar a la resolución de problemas, con un fuerte compromiso social y ecológico. Frente a esta perspectiva, la labor académica pretende orientarse hacia la facilitación de las experiencias educativas que estimulen al estudiante a aprender haciendo. Basándose en esto, hemos decidido ofrecer este manual de propedéutica clínica a estudiantes de la carrera de medicina veterinaria y zootecnia y a los profesionistas que inician su ejercicio un documento sencillo donde puedan encontrar información resumida de utilidad práctica para orientar el diagnostico de las enfermedades en sus pacientes. La misión del Médico Veterinario Zootecnista, es mantener la salud animal y su productividad, colaborando con esto a proteger la salud pública. Para ello, precisa obtener información clínica verídica y confiable, que le permita proporcionar al paciente atención médica oportuna. El conocer que causa una enfermedad, como se desarrolla y que hacer para combatirla y prevenirla de la manera más adecuada, se convierten entonces en motivos de la " investigación clínica " , la cual incluye para lograr tal fin, tres aspectos básicos del caso: su historia natural, condiciones del ambiente circundante y las manifestaciones de la respuesta orgánica a la agresión o alteración presente. Considerar solo la información más evidente para fundamentar un diagnóstico y la toma de decisiones, puede conducir a errores, aún con el examen físico detallado y un interrogatorio cuidadoso, por si mismos, pueden ser insuficientes, si no se complementa la investigación con el laboratorio clínico o las pruebas de gabinete. Los conocimientos acumulados al estudiar cada caso, si son producto de una investigación metódica y rigurosa, permitirán desarrollar en el quehacer cotidiano, experiencia y habilidades (competencias profesionales), con bases científicas. Por último, es necesario considerar que la producción, productividad y rentabilidad, son solo consecuencias de preservar el bienestar de los animales (salud física, mental y el balance con el ecosistema).

Eduardo M. Sierra Lira.

5

C A PÍ T U L O I M A N E J O Y SUJ E C I Ó N M en C. Jorge L uís Puerto Nájera M en C. José A. E rales V illamil

La atención de los problemas de salud animal, tanto a nivel individual, como poblacional, reviste especial importancia en todas las sociedades, por ser un medio para asegurar la producción sustentable y el bienestar de los animales destinados a proveer bienes de salud a la población humana. Las enfermedades de los animales se consideran como uno de los mayores obstáculos para la producción eficiente y el bienestar animal. El propósito del examen clínico es identificar las anormalidades clínicas presentes y los factores de riesgo que determinan la presentación de la enfermedad en el animal o en las poblaciones animales. A partir de esta información se puede determinar la causa probable de enfermedad, así como los órganos y sistemas involucrados, localización, tipo de lesión presente y proceso fisiopatológico. La severidad de la enfermedad puede ser deducida de la información obtenida durante el examen clínico. Sin el examen clínico adecuado y un diagnóstico acertado, es improbable lograr el control y determinar el pronóstico de la enfermedad, ni proporcionar el bienestar animal óptimo (Jackson y Cockcroft, 2002). Para apoyar o confirmar nuestro diagnóstico es necesario tomar muestras, identificarlas, preservarlas, enviarlas al laboratorio en cuestión, solicitar los análisis pertinentes e interpretar los resultados adecuadamente. Para poder realizar el examen clínico, la toma de muestras, administración de fármacos, biológicos y fluidos, sea cual fuere la vía, es imprescindible contener físicamente al animal, mediante el manejo, sujeción y en algunas ocasiones el derribo, esta contención deberá realizarse en donde lo requieran los animales, ya sea en una clínica o en el lugar donde se encuentren alojados éstos, ese lugar puede contar o no con instalaciones, como potreros, callejones, corrales de diferentes tamaños, embudos, mangas de manejo, báscula y prensa, en otras ocasiones podemos vernos en la necesidad de trabajar en ranchos donde solo tengan un corral grande con un bramadero en el centro, pero de cualquier manera debemos preservar la integridad humana y la del animal. Existen una gran variedad de métodos a seguir para lograr la contención física de los animales y lograr nuestros objetivos, procurando siempre el bienestar animal. No existe un solo método de contención que sea igualmente efectivo en cada caso, porque los animales reaccionan individualmente de diferentes maneras a los diferentes métodos. Animales bien entrenados pueden ser muy fáciles de manejar y examinar. Otros pueden ser de temperamento sanguíneo, irritables, ansiosos o miedosos con respecto al clínico, (aun cuando sean examinados en su propio ambiente), hiperexcitables al ser llevados a la clínica y en algunos casos muy peligrosos de manejar por el daño que pudieran causarse y causarnos. Por lo tanto uno debería siempre tener a la mano tantos métodos de contención como sea necesario para obtener el efecto deseado (Radostits et al ., 2000). En este capítulo se considerarán datos útiles básicos, que van desde la forma de aproximarse, al animal, tipos de reatas a usar, como lazar, amarrar, derribar, administrar fármacos, biológicos y fluidos, tomar muestras y por último liberar al animal de forma segura, tanto para el MVZ., como para el animal. 6

Antes de empezar a trabajar con los animales es necesario revisar que es Etología y sentar las bases de como se relaciona ésta con el manejo de los animales. C O N C E P T O Y C A M P O D E EST U D I O D E L A E T O L O G Í A El concepto de Etología se utiliza para referirse a la observación y descripción detallada del comportamiento animal con el fin de conocer la manera en que los mecanismos biológicos funcionan. Aborda el estudio de la conducta espontánea tal y como la emite un individuo íntegro en su medio ambiente natural. Pretende describir la conducta natural, explicar cómo se produce (sus causas próximas), que función adaptativa cumple (su para qué) y su filogenia (su porqué) o evolución. En otras palabras, el objetivo de la Etología es describir el repertorio de conductas características de la especie y, para cada una de las conductas descritas, explicar la causalidad, la ontogenia, el valor adaptativo y la evolución (Fraser y Broom, 1997; Galindo, 2004; Rodero, 2004). La etología es la precursora del manejo adecuado de los animales, al hablar de etología nos referimos al estudio biológico del comportamiento de los animales y al hablar de manejo animal nos referimos a la aplicación de estos conocimientos biológicos para lograr la mejor manera de arrear a los animales ³0XFKDFKRVHOVHFUHWR de arrear ganado es que la manada nunca se dé cuenta de que se le está obligando. Que todo lo que el ganado haga, sea hecho YROXQWDULDPHQWH´ $GDPV  y conducirlos desde los potreros hasta los corrales, aproximarnos, lazar, sujetar, derribar y manipular a los animales, según sea el caso. O BSE R V A C I Ó N D E L A N I M A L A D IST A N C I A Antes de acercarse al bovino, el clínico debe realizar una observación del animal a distancia. Idealmente este procedimiento debe ser realizado con el paciente en su medio ambiente natural, esto nos permite monitorear su comportamiento natural, sin sujetar ni alterar al animal. El comportamiento que manifieste el paciente, debe ser comparado con el patrón de comportamiento de otros miembros del grupo, los animales enfermos tienden a separarse del hato. En el manejo del rancho, generalmente al animal que presenta alguna conducta anormal se le separa del grupo y se espera la llegada del clínico para su evaluación. Las observaciones, se hacen con mayor frecuencia en estas condiciones, y deben incluir; comer, beber, orinar, defecar y respuestas a estímulos externos. Al paciente, si está echado, se debe hacer que se levante y camine, para poder observar su postura cuadripestación y forma de caminar para detectar anormalidades clínicas, lo cual nos proporciona información valiosa y deberá realizarse con calma y sin prisa (Jackson y Cockcroft 2002). A PR O X I M A C I Ó N Si se cuenta con un vaquero o cuidador, que son las personas que generalmente manejan el ganado, le debemos pedir amablemente que sujete al animal. Si este manejo tiene que hacerlo el clínico, lo primero que debe hacer es preguntar cual es el temperamento del animal, observar y tomar precauciones. Dada la condición de animales de presa de los bovinos, lo primero que hacen es tratar de huir, pero si están en corral, al verse impedidos para escapar, pueden tornarse agresivos sobre todo cuando están separados del grupo o en el caso particular de las hembras que tienen becerro al 7

pie. Es importante hablarle al animal para reducir su nivel de estrés al advertir nuestra presencia como persona desconocida. 8QDSUHJXQWDLPSRUWDQWHHV³7RGDODJHQWHVHYHLJXDO para los animales o puede un DQLPDO QRWDU OD GLIHUHQFLD HQWUH ODV SHUVRQDV´ OD UHVSXHVWD HV GHILQLWLYDPHQWH Vt HO ganado bovino reconoce a las personas por sus caras o el color de su ropa y su altura, ésta última característica la utiliza para discriminar entre gente. Houpt A. Catherine. (2005) R EST R I C C I Ó N F ÍSI C A T ipos de reatas a usar. Es muy importante conocer las herramientas (reatas) con las que podemos contar y poder decidir cual utilizar en determinado momento, de acuerdo a las características del animal que vayamos a manejar, clima, características mismas de las reatas y sus diferentes tipos, en cuanto a los materiales utilizados para su fabricación, tipo de corchado, longitud, resistencia, dureza, maleabilidad, etc. Reata. Sinonimias (rope en inglés, cuerda, soga, lechuguilla, pita, mecate, lazo, lía) Tipos: Vaqueras o Charras (henequén, ixtle, seda, cuero crudo, nylon y pabilo o algodón) se usan mayormente para lazar. Industriales o de trabajo (henequén, seda, nylon y algodón) Se usan para lazar y amarrar. Fig. 1 Figura 1.- Algunos tipos de reatas.

Charra de Ixtle

Vaquera de Seda

Vaquera y Charra de Algodón

8

Partes de la reata (rozadera, ojo o hembrilla, botón, guía, lazada, aros y punta. Fig. 2 Figura 2.- Partes de la reata. Punta o mota.

Aros.

Lazada.

Guía.

Botón.

Ojo o hembrilla.

Rozadera.

C A R A C T E R ÍST I C AS D E D I F E R E N T ES T IP OS D E R E A T AS Las reatas hechas de nylon y seda tienen las ventajas de que no se ponen duras cuando se mojan y si se enlodan, se pueden lavar y seguir trabajando con ellas pero tienen las desventajas de que no pesan y por lo tanto no se puede lazar de lejos y los nudos que se hacen con ellas no son seguros, en cualquier momento pueden desanudarse y soltarse los animales, sin nosotros desearlo. Por otra parte las reatas hechas de henequén, ixtle, algodón, pabilo y cuero crudo tienen las desventajas de que no se pueden mojar o enlodar, ni lavar pues se pudren y quedan inservibles, porque en cualquier momento se pueden romper y poner nuestra vida en riesgo si es que tenemos lazado a un bovino bravo, pero tiene la ventaja de que se puede lazar a grandes distancias porque tienen muy buen peso. Las mejores reatas para amarrar son las de henequén que no sean vaqueras o sea que tengan el corchado flojo. LA ZAR Existen básicamente dos formas vaqueras para lazar; remolineando y sin remolinear, dentro de cada una hay muchas variantes, cada persona debe usar o adoptar la que le funcione de acuerdo a la circunstancia y posición del bovino. A M ARRAR Después de lazar al bovino debemos pegarlo al bramadero y entablarlo (amarrarlo del cuello pegado al bramadero) o solo sujetarlo para que con otra reata le hagamos los nudos y amarres para poder derribarlo. D ERRIB A R Una vez derribado el bovino procedemos a amarrarle uno, dos, tres o los cuatro miembros (aborregarlo) en decúbito lateral izquierdo, derecho, dorsal o esternal, según

9

sea el caso para la labor médica que necesitemos realizar, utilizando básicamente el nudo conocido como ballestrinca (cochinero) Una vez completada esta faena ya está el bovino en condiciones adecuadas para la toma de muestras, aplicación de fármacos, biológicos y fluidos. Cuando trabajamos en ranchos con instalaciones, utilizamos corrales, corraletas de manejo, embudos, mangas y prensa en combinación con nudos y amarres necesarios según se requiera.

Fig. Restricción física

10

C A PÍ T U L O I I SI G N OS C L Í N I C OS G E N E R A L ES M V Z. Esp. Cert. E duardo M . Sierra Lira, M en C.

I I.I) F I E B R E Y R E G U L A C I Ó N T É R M I C A. El calor corporal es un subproducto de las múltiples reacciones bioquímicas metabólicas de las células y tejidos de la economía interna, contribuye a mantener la estabilidad biológica y sobrevivencia de los animales homeotermos. La pérdida y la ganancia de calor, son productos de la dinámica actividad orgánica, alternándose delicadamente para lograr bienestar, gracias a los centros térmicos reguladores situados en el sistema nerviosos central. En condiciones patológicas la temperatura corporal se mueve fuera de los límites fisiológicos permitidos para su equilibrio ambiental interno y externo, convirtiéndose en una condición de defensa o de reacción a una agresión extraordinaria. La fieb re es un signo clínico común en las enfermedades provocadas por microorganismos patógenos, sus toxinas o productos de la degradación de los tejidos dañados del paciente, sirviendo como una alarma inmunológica o mecanismo físico limitante de la reproducción microbial. En estudios recientes, se ha encontrado que aún de exudados inflamatorios estériles, se puede extraer un material capaz de inducir fiebre (pirógeno) al inocularlo a otro animal, por ser reconocido por el organismo receptor como material extraño. El estudio fisiopatológico de la termorregulación, utilizando los métodos y las herramientas clínicas físicas y bioquímicas, permite entender e interpretar los mecanismos patológicos sobre los que se basa el diagnóstico de las diversas enfermedades de los animales domésticos y la toma racional de decisiones terapéuticas para su resolución (Ford, 1992). F isiología de la termor regulación La termorregulación se activa en forma emergente durante la fiebre, por medio de un mecanismo termostático que reside en la parte anterior del hipotálamo, conectado al exterior por los receptores nerviosos periféricos e interpretado a nivel central. Al cambiar la temperatura corporal, los receptores cutáneos e internos envían información al termostato situado en el cerebro (hipotálamo), el cual efectúa ajustes adecuados a lo largo de las vías aferentes, modificando así la generación o disipación del calor (Ruckebush et al ., 1994). Estos mensajes sirven, no sólo para informar al individuo de la temperatura externa, con lo que puede realizar acciones voluntarias, sino que también desencadena una serie de acontecimientos que se oponen al cambio peligroso de la temperatura interna y de este modo, la mantienen constante (Langley, 1969; Hafez, 1972). Puede variar mucho a pesar de los mecanismos homeostáticos que tratan de mantenerla dentro de los límites fisiológicos de cada especie animal (promedio de 38º C), en el límite inferior se conoce como hipotermia y en el superior hipertermia (Ruckebush et al ., 1994). En cambio, durante la fieb re parece haber un desplazamiento hacia arriba del punto regulador (hipertermia), de manera que el cuerpo activa diversos mecanismos de disipación del exceso del calor, realizándose fisiológicamente por medio de la vasomoción, sudoración, jadeo, escalofríos y búsqueda de refugio (Ford, 1992). El ascenso de la temperatura es regulado por mecanismos de ret roalimentación negativa, de modo que raras veces la fiebre supera 41º C, pero en ciertos estados hipertérmicos 11

(febriles), como golpe de calor o hipertermia maligna por anestesia, el mecanismo de control central deja de funcionar y la temperatura puede alcanzar niveles letales (Blood et al ., 1988). Pérdida de calor. El cuerpo pierde calor por ir radiación, conducción y convección: -La i r radiación es un fenómeno electromagnético, que difunde al ambiente en forma de ondas de disipación. -La conducción difunde por contacto con otras superficies, cediendo calor por diferencia de temperaturas (de mayor a menor). -La convección disipa por movimiento de aire o agua sobre la superficie corporal (piel y pelo), considerando que mientras más rápido sea el movimiento del aire o agua más calor se pierde. Otro importante mecanismo es, la ci rculación de la sangre que fluye a todos los órganos del cuerpo, distribuyendo el calor metabólico y manteniendo constante la temperatura, recoge el exceso y lo lleva a la superficie para su eliminación o redistribución, previniendo la pérdida indebida (Ruckebush et al ., 1994). Los vasos sanguíneos se encuentran a diferentes profundidades de los tejidos, las arterias son más profundas que las venas, recubiertas por músculo y grasa, siendo las arteriolas o capilares los sitios donde se realiza el intercambio de nutrientes. Las arteriolas funcionan como válvulas que se abren (vasodilatación) o se cierran (vasoconst ricción) variando su diámetro (vasomoción), de acuerdo a las necesidades de los tejidos irrigados, regulando no solo el flujo de sangre, sino que también el acarreo del calor metabólico. Existe un interesante mecanismo que sirve para volver a calentar la sangre a medida que se enfría en su paso por las venas de las extremidades y la superficie corporal, denominado contracorriente, que consiste en el intercambio de calor entre dos corrientes que se mueven en direcciones opuestas (Langley, 1969). En los animales homeotérmos, hay órganos como la glándula suprarrenal, regulada por el sistema nervioso que segrega adrenalina, esta hormona es transportada por la sangre a todas partes del cuerpo incrementando el metabolismo basal y por consiguiente liberación del calor. En ambiente frío se incrementa también el apetito y en ambiente cálido se inhibe, combinando en ciertas condiciones los mecanismos mencionados con la humectación de la piel y la evaporación (Palmer, 1969; Green, 1972). Existen otras glándulas que se activan cuando hay clima frío, en particular la tiroides, la cual provoca una elevación general, marcada y prolongada de la velocidad del metabolismo, generando más calor. Es necesario mencionar el importante papel de colaboración que juega la disipación del calor por vía renal a través de la eliminación de orina y las heces fecales (Ruckebush, 1994). F isiopatología de la termor regulación. El hipotálamo cumple una función primordial en la detección de las modificaciones de la temperatura corporal profunda y en la iniciación de las respuestas de regulación apropiadas. Todavía no se conoce bien la manera en que el hipotálamo recibe y transmite la información necesaria para regular la temperatura dentro de los estrechos límites prescritos por la salud. Los experimentos de destrucción y estimulación del hipotálamo, revelan que la temperatura normal requiere dos porciones hipotalámicas distintas: un á rea anterior que controla la disipación del calor corporal

12

por vasodilatación, sudoración y jadeo, y un á rea posterior que controla la generación y conservación del calor por vasoconstricción y escalofrío (Palmer, 1969). La temperatura varía en las distintas regiones del cuerpo, la central es más alta periférica o cutánea es más baja. En el hombre existe una variación circadiana que asciende a 1.1º C., varía de acuerdo a ciertos estados fisiológicos conocidos como el embarazo, ciclo menstrual y edad avanzada, así como también la variación por reposo y durante la digestión de los alimentos, en la gente sana. En el terreno de lo anormal o patológico, se conoce de la existencia de numerosas sustancias llamadas ³SLUyJHQRV´ como pueden ser: virus, bacterias Gram positivas, endotoxinas de bacterias Gram negativas, hongos patógenos, complejos antígeno-anticuerpo, así como antígenos que producen estados de hipersensibilidad y ciertas sustancias inorgánicas productoras de fiebre. Cada pirógeno exógeno es capaz de liberar un mediador aparentemente común OODPDGR³SLUyJHQRHQGyJHQR´ 3(), que es una proteína producida por los leucocitos del huésped, que sería idéntica a la interleucina 1 (cofactor esencial en la iniciación de las respuestas inmunes). Algunos investigadores pensaron que los PE, provenía de los granulocitos, pero se ha comprobado que la producción de los PE que los monocitos son también importante fuente (Ford, 1992). En animales con hipersensibilidad reta rdada para ciertos antígenos, los linfocitos liberan unas sustancias llamadas linfocinas, que son causa de la síntesis y de la liberación de los PE a partir de los macrófagos. Ciertas líneas de células tumorales que son fagocíticas y derivan de neoplasias histiocísticas, mielomonocíticas y lifomatosas, pueden producir espontáneamente los pirógenos endógenos. No se conoce todavía el papel que juegan las p rostaglandinas en la fiebre, se sabe que es mediadora en las células neuronales de los centros termorreguladores hipotalámicos, funcionando como un transmisor central en la iniciación de la fiebre, sin ser un elemento constante (Tyzard, 1995). F ieb re como mecanismo de defensa. En condiciones naturales de infección es improbable que el aumento de temperatura corporal por sí misma, influya de manera directa sobre el microorganismo invasor. La fiebre puede iniciarse por una inflamación que obedezca a causas desconocidas, la mayoría de los casos clínicos pueden caracterizarse por la anamnesis, el examen físico y el juicio clínico de rutina. En la práctica clínica, ciertos sistemas orgánicos se asocian de manera característica con signos vagos o poco precisos entre ellos figuran cáncer, autoinmunidad e inflamación. La fiebre se manifiesta en mamíferos, peces, reptiles, anfibios y aves, por lo tanto se ha considerado que surgió temprano en la evolución de las especies y se mantuvo en todas las clases de vertebrados, como un fenómeno de adaptación y defensa (Amstutz, 1980). C lasificación clínica de la temperatu ra corporal: - Temperatu ra normal: dentro de los límites fisiológicos del animal sano (rango) según la especie, edad, estado fisiológico, hora del día y dinámica de ejercicio. - H ipotérmia: Por debajo del límite de la temperatura normal (se considera estado patológico). - H ipertérmia: En el límite superior de los valores fisiológicos (se considera estado fisiológico). - F ieb re: Rebasado el límite máximo superior de los valores fisiológicos, se puede interpretar como leve, moderada y alta (se considera francamente patológico). - H iperpiréxia: Fiebre en límites letales para el paciente. 13

(MacBryde, 1975) T ipo de fiebres por su duración. - Intermitente: Cuando la fiebre baja a límites normales y vuelve a subir a ciertos intervalos de tiempo. - Remitente: La fiebre varía del punto crítico (máximo de fiebre) a niveles inferiores todos los días durante el curso de la enfermedad, pero siempre de con la permanencia de fiebre. - Recidivante: Es la que presenta breves períodos febriles intercalados con temperatura normal, con uno o más días de intervalo. (Ford, 1992) I I.2) V Ó M I T O , D I A R R E A Y D ISN E A , E Q U I L I B R I O Á C I D O±B ÁSI C O E H IDR O M IN ER A L. MVZ. Esp. Cert. Eduardo M. Sierra lira, M en C.

La regulación del contenido ácido-básico del organismo animal, cuenta con la participación integral de los sistemas respiratorio, renal y sanguíneo. Esta actividad conjunta entre los tres sistemas, permite que el contenido de ácidos y álcalis que son vertidos al organismo, sean regulados de manera muy precisa, evitando así que el pH orgánico sea alterado de manera considerable. Est ructura y función de los sistemas respi ratorio, renal y sanguíneo: El sistema respiratorio está constituido por las vías respiratorias altas que involucran a las fosas nasales, senos aéreos, naso-faringe y tráquea, así como las vías respiratorias bajas que están formadas a partir de la tráquea por un árbol bronquial (bronquios y bronquíolos), conducto alveolar, saco alveolar y alvéolos. Su función en el equilibrio ácido-básico, es la de regular ya sea la expulsión o la retención de ácido FDUEyQLFR VHJ~Q ODV ³QHFHVLGDGHV´ GH S+ RUJiQLFR El sistema renal está formado macroscópicamente por los riñones, los uréteres, la vejiga, la uretra y el meato urinario. En los riñones encontramos la unidad funcional del filtrado sanguíneo que es la nefrona, así como con los túbulos contorneados proximales, distales, el asa de Henle (lugar donde se realiza la mayoría de las resorciones y excreciones) y los túbulos colectores. La función renal de manera muy general en la regulación ácido ± básica es la de excretar o reabsorber iones hidrógeno, sodio, moléculas de agua y iones bicarbonato y fosfato (Burton, 1977). Para el caso del sistema sanguíneo, este está formado por el corazón con cuatro cavidades (dos aurículas y dos ventrículos), así como por el circuito para la circulación mayor y pata la circulación menor. Ambos circuitos están integrados por una seria de vasos sanguíneos representados por las arterias, arteriolas, capilares arteriales, venas, vénulas y capilares venosos. Cabe recordar que en el circuito menor, las arterias conducen sangre venosa y las venas sangre arterial. La función de la sangre en el equilibro ácido-base, es la de transportar los ácidos o bases a los pulmones o a los riñones, así como participar en una función tampón a partir de las proteínas plasmáticas y la hemoglobina del eritrocito (Ford, 1992). F isiología del sistema respi ratorio y sanguíneo en la regulación ácido-básica:

14

Esta regulación por parte del sistema respiratorio, depende en parte de actividad del sistema nervioso, como son los quimiorreceptores centrales que se localizan alrededor de la parte media del bulbo raquídeo. Este tipo especial de neuronas responde a un alto contenido de ácidos en la sangre por medio de la estimulación al aumento de la respiración, mientras que una presencia de un alto contenido de álcalis hace que estos receptores depriman la frecuencia respiratoria. El aumento en la respiración favorece la eliminación del bióxido de carbono de los alvéolos, lo que a su vez permite la eliminación de ácido carbónico de la sangre. También disminuye la formación de iones hidrógeno debido a la disociación del propio ácido carbónico que como ya se mencionó se formó por la hidratación catalítica del CO2. Es necesario decir que en cuanto a mecanismos ácido ± básicos, el dióxido de carbono forma pro hidratación el ácido carbónico que posteriormente se separa en ión bicarbonato y ión hidrógeno. Aumentos en la concentración de CO2 a nivel de la sangre, elevan la tensión de este mismo elemento a nivel de liquido intersticial del bulbo y del líquido cefalorraquídeo, en ambos este CO2 reacciona con el agua para formar iones hidrógeno, lo que puede bajar el pH de la sangre una vez que estos llegan a ella (Cunningham, 1999). Así mismo un aumento de la concentración de CO 2 en la sangre, con la consecuente elevación de la producción de ácido carbónico, provoca una notable elevación de la ventilación pulmonar. La concentración de dióxido de carbono, que como se sabe es un producto final no realmente dañino del metabolismo celular, afectan en gran medida las reacciones químicas de las células y el pH tisular. Los estados anormales del pH orgánico relacionados con la función respiratoria son: un pH muy bajo (acidemia) después de hipercapnia (Hipoventilación) y un pH elevado (alcalemia) posterior a hipocapnia (Hiperventilación). De manera generalizada se puede también señalar que el pH sanguíneo por debajo de 7.45 también denota un estado de acidosis donde la proporción de ácidos no volátiles a volátiles está por debajo de 20 a 1. Un pH sanguíneo mayor de 7.45 conduce a un estado de alcalosis, la proporción de ácidos no volátiles a volátiles es superior de 20 a 1. Durante la satisfacción normal de los requerimientos de oxigeno por parte de los tejidos y la posterior expulsión del CO 2 a través del aire espirado, no existe mucha variación del pH orgánico, debido a la eficacia de los mecanismos de amortiguación que poseen los sistemas corporales en el animal, estos mecanismos están representados por el de ácidos orgánicos o sistema hemoglobina reducida ± oxihemoglobina y el de ácido carbónico ± bicarbonato (Burton, 1977). Los cambios en el componente respiratorio o ácidos volátiles, se puede medir a través de la concentración de ácido carbónico. Los defectos primarios en la ventilación de los alvéolos con tensión de dióxido de carbono aumentada o disminuida, son los procesos denominados de manera respectiva: acidosis respiratoria y alcalosis respiratoria. La cantidad total de base amortiguadora en sangre completa es de casi 48 mmol por litro. Cerca de la mitad de estos son por lo general iones bicarbonato (25 mmol/L) en plasma y la otra mitad es hemoglobina. Siempre que la porción de bicarbonato de la base amortiguadora o componente metabólico, es mayor que lo normal, hay alcalosis metabólica y hay acidosis metabólica cuando es menor de lo normal. Las alteraciones primarias en el componente metabólico tienden a compensarse por medio de cambios rápidos en el componente respiratorio para reajustar la proporción bicarbonato ± dióxido de carbono a 20. De manera inversa las alteraciones primarias en el componente respiratorio dan como resultado ajustes metabólicos que se establecen menos rápido mediante el aparato urinario (Burton, 1977). F isiología del sistema renal en la regulación ácido-básica:

15

El sistema renal, juntamente con el respiratorio, constituyen un sistema amortiguador fisiológico capaz de donar o captar iones hidrógeno. Los pulmones excretan ácidos débiles con rapidez como el CO2. A su vez, los riñones regulan con un paso lento los índices de excreción de bases (Moléculas o iones que captan iones de hidrógeno) y la resorción selectiva de cationes e iones. La función renal es entonces conservar el equilibrio ácido ± básico para evitar mayores cambios en el pH por ajuste de la concentración de bicarbonato de los líquidos extracelulares. En animales normales, la cantidad de bicarbonato en el filtrado glomerular conforme entra en el túbulo proximal es de casi 24 mmol/L. Esto refleja un GAP aniónico relacionados con los aniones residuales o no medidos en el plasma, entre los que se incluyen fosfatos, sulfatos, ácidos orgánicos aniónes proteínicos. Debido a que en este GAP aniónico no se incluye generalmente al potasio, el valor de esta brecha es de 11 mmol/L. Una brecha aniónica mayor indica la presencia de aniones no identificados, los cuales corresponden a un ácido (ácido láctico o cuerpos cetónicos), lo que produce acidosis. La mayor parte de este bicarbonato filtrado se reabsorbe de manera pasiva en el túbulo proximal por un SURFHVRGH³FDUUXVHO´TXHLQFOX\HWDPELpQODDEVRUFLyQGHLRQHVVRGLR\ODVHFUHFLyQGH iones hidrógeno. En otras palabras, la recuperación de bicarbonato sódico del filtrado tubular se acopla a una acidificación oculta que no cambia el pH tubular. En el filtrado el bicarbonato sódico se disocia en iones sodio y aniones bicarbonato. Un anión bicarbonato se une a un ión hidrógeno secretado de manera activa hacia el lumen tubular para formar ácido carbónico inestable, el cual se convierte de inmediato en agua y dióxido de carbono. El CO2 penetra pasivamente la membrana celular luminal y se reúne con agua como ácido carbónico que se disocia en bicarbonato e iones hidrógeno. Este bicarbonato formado de nuevo se difunde al líquido peritubular y el ion hidrógeno se bombea fuera de la célula para iniciar un nuevo ciclo de recuperación de bicarbonato (Eckert et al., 1998). F isiopatología del vomito. El vómito es la expulsión forzada del contenido gástrico por la boca. Representa un reflejo protector para la expulsión de materiales dañinos desde el aparato digestivo, aunque puede ser el signo de debut de numerosos trastornos sistémicos no digestivos y efecto secundario de numerosos fármacos. D I A G N ÓST I C O D I F E R E N C I A L . En una definición precisa los vómitos deben diferenciarse de: x Regurgitación, propia de algunas enfermedades esofágicas (estenosis benignas o malignas, diverticulos, acalasia, etc.), se define como la expulsión retrógrada de alimentos no digeridos. x Rumia, es propia de los poligástricos, se trata de una forma de regurgitación después de cada comida, siendo los alimentos parcialmente procesados, requiriendo una segunda masticación y el resto normalmente deglutido. Otros conceptos que conviene delimitar son: x Nauseas: Se trata de una sensación física y psíquica desagradable que alude al inevitable deseo de vomitar, sin que necesariamente se consiga. x Arcadas: Se definen como contracciones rítmicas y violentas de la musculatura respiratoria que suelen anticipar al vómito. F ISI O PA T O L O G I A D E L V O M I T O .

16

El mecanismo que a nivel central dirige el vómito se constituye por dos unidades: - Centro del vómito: Se encuentra en la porción dorsal de la formación reticular, lateral al tronco cerebral. Se excita directamente a partir de los impulsos viscerales aferentes iniciados en tracto gastrointestinal. - La zona gatillo quimiorreceptora: Se localiza en el suelo del cuarto ventrículo. Para causar el vómito esta zona requiere la que el centro del vómito esté intacto. El centro del vomito es el protagonista del vómito, iniciando y coordinando dicho acto, la zona gatillo es una estructura que modula ciertos impulsos dirigidos al centro del vómito. Tradicionalmente se ha considerado que la dopamina sea el neurotransmisor de la zona gatillo quimiorreceptora, así los agonistas dopaminérgicos (L-dopa, apomorfina, bromocriptina) pueden desencadenarlos mientras que los agentes antidopaminérgicos (metoclopramida, clebopride, haloperidol o domperidona) tienen poder antiemético (Borrow, 1976). Las vías eferentes que parten del centro del vómito son principalmente somáticas ejerciendo su acción a través de tres vías: 1. Los nervios frénicos 2. Los nervios raquídeos que inervan a músculos intercostales y abdominales. 3. Fibras eferentes del nervio vago dirigidas a la faringe, la laringe, estómago e intestino. La causa más frecuente de alcalosis metabólica es el vómito, durante el cual se pierde el contenido gástrico rico en H3. En los rumiantes, la torsión y dilatación del abomaso provoca también alcalosis, ya que los H + quedan atrapados en el. La alcalosis metabólica puede ser secundaria a depleción de potasio (K+), ya que bajos niveles de K+ en sangre (hipopotasemia) originan un aumento en la excreción de H + por el riñón. La perdida de H+ del cuerpo produce amortiguadores, así, aumenta la concentración plasmática de (HCO5) y la base tampón total. También aumenta el exceso de base y el pH, lo que causa la reducción de ventilación (disnea). E TIO L O G IA D E L V O M I T O. Resulta complicado establecer una clasificación de las causas del vómito desde un punto de vista patogénico, la dificultad radica en el hecho que no en todas las ocasiones podemos precisar lo que lo desencadena. En la relación de causas, hay que incluir no sólo aquellas provenientes del aparato digestivo, sino las de casi todos los órganos de la economía, sistema nervioso vegetativo y las alteraciones de carácter funcional o psicógeno (Ford, 1992). A continuación establecemos un listado de condiciones que frecuentemente se asocian a los vómitos: 1) Trastornos del SNC a) Por aumento de presión intracraneal Neoplasia Hidrocefalia Meningitis Encefalitis b) Por trastornos laberínticos: Laberintitis aguda Enfermedad de Meniére.

2) Fármacos y sustancias químicas a) Etanol b) Morfina c) Teofilina d) Quimioterápicos 3) Procesos abdominales quirúrgicos: a) Oclusión intestinal b) Peritonitis c) Colecistitis aguda y crónica d) Apendicitis agudas. 17

4) Procesos abdominales no quirúrgicos a) Gastroenteritis b) Ulceras gástricas y duodenales c) Hepatitis aguda d) Pancreatitis aguda 5) Trastornos psicógenos a) Anorexia nerviosa b) Bulimia 6) Embarazo a) Hiperemesis gravídica b) Eclampsia c) Emésis gravídica banal 7) Enfermedades infecciosas

a) Sepsis 8) Trastornos urológicos a) Cólicos nefríticos b) Obstrucción de la vía urinaria 9) Trastornos cardiológicos a) IAM b) Insuficiencia cardiaca congestiva 10) Trastornos metabólicos o endocrinos a) Uremia b) Insuficiencia adrenal c) Hipertiroidismo d) Cetoacidosis diabética. 11) Intoxicaciones etílicas o medicamentosas

F isiopatología de la diar rea. La digestión normal de los nutrientes comienza en el estómago y continúa en la primera porción del intestino delgado, mediante las enzimas pancreáticas, la bilis y las enzimas proteolíticas presentes en las células de la mucosa intestinal. En la segunda y tercera porciones del intestino delgado y en el intestino grueso se lleva a cabo la absorción del agua presente en el material que está siendo digerido y como resultado se forma la materia fecal. La diarrea es un aumento en la cantidad de agua en la materia fecal, acompañado de una mayor frecuencia y mayor volumen de las heces. A su vez la diarrea puede ser aguda o crónica. La más común es la aguda, en general requiere solo tratamiento sintomático y se resuelve sola. Cuando este tratamiento no es suficiente, el problema persiste y se transforma en crónico. En estos casos es necesario hacer un diagnóstico más preciso para poder instaurar el tratamiento específico (Kelman, 1982). 1) Diarrea aguda: tiene un comienzo repentino y puede estar acompañada por vómitos, dolor abdominal, depresión, fiebre, falta de apetito y deshidratación. Las causas pueden ser: - Infecciosa: provocada por virus, como el Parvovirus (es muy severa, con abundante sangre y vómitos), o parásitos. Esta última puede ser más o menos grave según qué parásito la provoque (coccidios, giardias, gusanos redondos o planos), la edad del paciente y su estado sanitario. - Tóxica o metabólica: en estos casos la diarrea suele ser solo uno de los signos clínicos que se observan. Los demás síntomas dependen del tóxico o de la enfermedad que padezca el animal. - Alimentaria: es la más común. Puede ser provocada por una cantidad excesiva de comida, por comer algo en mal estado, por un cambio brusco en la dieta o por sensibilidad del animal a algo que ingirió. Los casos leves de diarrea aguda en general se resuelven con ayuno de 24 hs y dieta estricta. Los más severos requieren un tratamiento de sostén como administrar suero, antibióticos y reguladores del tránsito intestinal, entre otros.

18

Diarrea crónica: es cuando una diarrea se prolonga por más de dos o tres semanas. Siempre se debe hacer un examen completo y una historia clínica exhaustiva. A veces son necesarios diversos análisis y estudios funcionales. Casi siempre se observa pérdida de peso (pero no siempre), pelo opaco, apetito variable, vómitos. La diarrea puede ser continua o intermitente. Las causas pueden ser una enfermedad inflamatoria del intestino, un síndrome de mala absorción, desórdenes funcionales del intestino, alteraciones metabólicas o tumores. Sería muy largo incluir la descripción de cada tipo, pues algunas diferencias son pequeñas y difíciles de comprender sin un conocimiento profundo de la fisiología de la digestión. En todos los casos de diarrea, una parte importante del tratamiento es una dieta fácilmente digerible parDTXHORVLQWHVWLQRV³GHVFDQVHQ´ (Kelman, 1982). F isiopatología de la disnea. Es el síntoma respiratorio más frecuente y, muchas veces, es la única señal clínica de múltiples enfermedades cardio respiratoria. Puede ser definida como la necesidad consciente o no, de aumentar el trabajo respiratorio, resultando en un esfuerzo muscular mayor del normalmente necesario para producir ventilación e intercambio gaseoso satisfactorio. En condiciones normales, el mecanismo ventilatorio no es percibido, a no ser cuando, voluntariamente, eO ³SDWUyQ LQGLYLGXDO´ GH UHVSLUDFLyQ (frecuencia, amplitud y ritmo) sería, pues, una función involuntaria. El conocimiento clínico de la dificultad respiratoria es condición básica en la definición de disnea subjetiva. Individuos normales, después de grandes esfuerzos, aumentan la frecuencia y la amplitud respiratorias, llegando a utilizar todo el volumen de reserva inspiratoria, sin que se quejen de disnea. En estos casos la sensación correspondiente al esfuerzo muscular aumentado no llega a ser percibida como incapacidad de ventilar satisfactoriamente. Evidentemente ello está relacionado con la costumbre de someter a esfuerzos de determinada intensidad (Ganong, 1990). Por otro lado, la disnea implica insuficiencia respiratoria, persistiendo la necesidad de aumentar el esfuerzo después de cada movimiento inspiratorio. Se han formulado múltiples teorías en el intento de explicar el defecto fisiológico responsable de la sensación incómoda. Campbell cree que es la desproporción entre el esfuerzo muscular realizado y el nivel de ventilación efectivamente producido. Otros llegan a postular que debe atribuirse a las alteraciones del tono muscular de los músculos respiratorios; la desproporción entre tensión muscular requerida y la longitud de las ILEUDVVHUtD ODUHVSRQVDEOHGH ODVHQVDFLyQGH ³QRVDFLHGDG´ YHQWLODWRULD :LGGLFRPEH HVWXGLDQGRUHFHSWRUHVSXOPRQDUHVFUHHTXHVHUtDOD³LUULWDFLyQ´GHHVWRVUHFHSWRUHVTXH por un mecanismo reflejo, produciría hiperpnea y broncoconstricción, responsable de la disnea. Sin duda persistimos en el terreno hipotético y el mecanismo básico es aún desconocido y no ha sido explicado (Slauson y Cooper, 2002). Como la sensación de disnea es función cortical, también es posible de ser influida por múltiples factores individuales y ambientales. Una de las causas más frecuentes del síntoma es la ansiedad, responsable de un tipo especial de disnea inspiratoria, con suspiros, vinculada con perturbaciones neuróticas, motivo por el cual se le denomina psicogénica o ³QHXURJpQLFD´ Las pruebas de la función respiratoria 19

adquieren gran importancia para la evaluación del compromiso de la misma causado por la enfermedad en estudio y relacionado con el grado de disnea. Se deben evaluar: la ventilación, distribución, perfusión, relación ventilación-perfusión y difusión. Los índices de velocidad espiratoria forzada, ventilación máxima voluntaria (MBC) y los estudios funcionales durante el esfuerzo y después del mismo revisten especial interés. En el caso de que las pruebas funcionales resulten normales, la disnea debe estar relacionada con uno o vario de los siguientes factores: - Ansiedad. - Debilidad muscular. - Sensibilidad anormal de los receptores pulmonares. Algunas veces la disnea es un mecanismo compensatorio de alteraciones de trasporte de gases en la sangre o de desequilibrios acido-básicos: - Hipoxia, generalmente relacionada con anemia. - Acidosis metabólica. Cuando está relacionada con enfermedad orgánica, corresponde a uno de los siguientes tipos: - Enfermedades ventilatorias: síndromes obstructivos o restrictivos. - Enfermedades de perfusión, incluyendo estasis pulmonar. - Enfermedades de desequilibrio ventilación/perfusión. - Enfermedades de la difusión. (Kelman, 1982). E quilib rio hidro-mineral. Distribución y composición de fluidos corporales. El total del agua corporal se encuentra contenida en dos grandes compartimientos: Fluido intracelular (FIC) y fluido extracelular (FEC). Este último a su vez se divide en fluido intravascular, el cual es el plasma, fluido intersticial, el cual es el fluido fuera de los vasos y entre las células de los tejidos corporales y fluidos trans celulares, que son fluidos especializados formados por procesos de transporte activo más que una trans sudación pasiva desde le plasma como el caso del fluido intersticial. Los fluidos trans celulares incluyen fluidos como de las glándulas salivares, páncreas, hígado, árbol biliar, glándula tiroides, piel, gónadas, membranas mucosas del tracto respiratorio y digestivo, riñones, así como líquido cerebroespinal, fluidos del ojo y contenidos del tracto gastrointestinal. Se han realizado muchas investigaciones para determinar el volumen de los fluidos en los diferentes compartimientos corporales, a pesar de que existen diferencias debido al método utilizado se pueden hacer algunas observaciones generales: x x x

Cuando se expresa como porcentaje del peso corporal, la distribución relativa del fluido en los compartimientos es similar para todas las especies animales domesticas y el hombre. El total de agua corporal es mucho mayor en animales jóvenes que en adultos, y Mucha de la diferencia en el total de agua corporal entre animales de la misma especie se debe a variaciones en la grasa corporal, debido a que la grasa es un tejido pobre en grasa, grandes cantidades de grasa reducen la proporción de peso corporal que es agua, esto también ayuda a explicar las diferencias entre animales jóvenes y adultos (Slauson y Cooper, 2002). 20

Composición de los fluidos corporales. La composición de los fluidos corporales puede observarse en el cuadro 1, los valores se obtuvieron de estudios en humanos, sin embargo pueden aplicarse de manera general a la concentración de solutos real, encontrada en muchos animales. Estos valores varían de una parte del cuerpo a otra, de un día a otro, y entre individuos, también existen diferencias significativas entre especies, algunas de las cuales son aparentes desde el punto de vista de los valores de la química del suero en las pruebas del laboratorio clínico. Los principales iones del FEC son el sodio, cloruro y bicarbonato. En contraste los principales iones en el FIC son el potasio, magnesio, fosfato y proteína. Aunque la célula es permeable al sodio y potasio la marcada diferencia en la concentración de estos cationes que se encuentra en la mayoría de las células se debe a la bomba de sodio-potasio, la cual elimina sodio dentro de las células y concentra el potasio en su interior. Cuadro 1. Composición de electrolitos de los fluidos corporales.

Constituyente Cationes Sodio Potasio Calcio Magnesio

Suero (mEq/l) 142.0 4.3

Total Aniones Cloro Bicarbonato Fosfato Proteína Otros

fluido intersticial fluido intracelular (músculo) (mEq/l) (mEq/l) 12.0 150.0

5.5 1.1 _____ 149.9

2.4 1.1 _____ 153.0

4.0 34.0 _____ 200.0

104.0 24.0

117.4 27.1

4.0 12.0

2.0

Total Tomado de Rose (1977).

145.1 4.4

2.3 14.0 5.9 _____ 149.9

40.0 0 6.2 _____ 153.0

54.0 90.0 _____ 200.0

A bsorción de agua. El ingreso de agua al organismo depende de la condiciones ambientales (humedad ambiental, temperatura atmosférica), edad de los animales, composición de la dieta, volumen de producción láctea y condiciones generales de vida (ejercicio y metabolismo general). Además en el organismo del animal el agua se origina al oxidarse el hidrógeno de los alimentos Distribución de agua. El agua se absorbe rápidamente en el intestino delgado lo cual provoca una dilución temporal de la sangre. En especies como los rumiantes, el rumen constituye un reservorio de liquido lo cual hace que la excreción de agua sea bastante más dificultosa que en los monogástricos. A partir de la sangre el agua penetra a los diferentes compartimientos del organismo (Ganong, 1990). 21

E xcreción de agua. La eliminación de agua se realiza desde los pulmones con el aire expirado, por la piel con el sudor, por el intestino con las heces y por los riñones con la orina, además en hembras lactantes también se pierde agua con la leche. Los movimientos de agua y otras moléculas entre los diversos compartimientos corporales dependen de los procesos de difusión, filtración, osmosis, presión hidrostática y transporte activo (Dukes y Swenson, 1978). F uerzas osmóticas. Dentro de los procesos mencionados anteriormente, las fuerzas osmóticas determinan en gran medida el volumen de líquido dentro del organismo y la distribución del mismo en los diferentes compartimientos corporales. Debido a que las barreras existentes entre los diferentes compartimientos son en casi todas las instancias, totalmente permeables al agua, es la distribución de solutos la que determina la distribución del agua. La cantidad de agua corporal es un reflejo de la cantidad total de solutos en el cuerpo que retiene el agua. La absorción de agua en el intestino y en los túbulos renales es un proceso pasivo determinado por la existencia de gradientes osmóticos. En el animal normal, el sodio extracelular y el potasio intracelular son los determinantes principales del volumen de fluido contenido en dichos espacios respectivamente. A su vez el sodio es el esponsable de la cantidad total de agua en el cuerpo. El confinamiento de las proteínas plasmáticas al interior de los vasos sanguíneos resulta en una fuerza osmótica pequeña la cual atrae agua al interior de los vasos, esto se compensa con las fuerzas hidrostáticas en los vasos las cuales tienden a impulsar agua en la dirección opuesta (Macbryde y Black, 1975). F isiopatología de la presión osmótica. El centro regulador de la osmolaridad está localizado en el núcleo supraóptico del hipotálamo. Los cuerpos celulares nerviosos responden a cambios en la osmolalidad efectiva de la sangre por medio de cambios en la secreción de la hormona adrenocorticoide (ADH). Esto es probablemente ocasionado por cambios en el volumen del FIC, por ejemplo, cuando la osmolalidad del plasma es elevada, el agua es extraída de las células receptoras y el volumen intracelular se reduce, la osmolalidad intracelular se incrementa y se libera la ADH, lo contrario ocurre cuando la osmolalidad esta reducida. Debido a que la ADH regula la excreción de agua por el riñón una secuencia beneficiosa de eventos ocurre. El centro hipotalámico es el regulador de la sed y estos centros también son estimulados por las fluctuaciones osmolares, por lo que cuando ésta se eleva en el plasma, resulta un incremento de la sed (Duke s y Swenson, 1978). Deshidratación. La deshidratación es un estado patológico resultante de la reducción clínica significativa del total de agua corporal. Los riesgos de deshidratación seria ocurren cuando el acceso al agua está restringido, o cuando el sistema nervioso central está deprimido resultando en que el animal no beba agua o exista incapacidad para beber o tragar, estos procesos usualmente son compensados por las funciones del riñón e 22

intestino los cuales disminuyen la excreción de agua. Más grave causa de deshidratación es la pérdida incontrolable de agua del cuerpo. El vomito y la diarrea, poliuria, sudoración excesiva, e incluso la polipnea son causas de una gran pérdida de agua. Es importante distinguir entre deshidratación, hipovolemia y shock. Hipovolemia es la reducción anormal del volumen de sangre y el shock es un síndrome clínico resultante de la perfusión capilar inadecuada. Las tres condiciones pueden coexistir pero no son sinónimos. Contraria a la deshidratación tenemos la sobrehidratación la cual normalmente ocurre por la excesiva administración de fluidos (iatrogénica), esta puede ocasionar una hipervolemia la que desencadenaría en stress cardiovascular, edema pulmonar y perturbaciones nerviosas. E dema. Clínicamente se dice que hay edema cuando el volumen del líquido intersticial se expande en más del 10% de su volumen normal. El edema debe ocurrir cuando la presión intracapilar se eleva, cuando se reduce la concentración plasmática de proteínas, cuando hay obstrucción del drenaje linfático, cuando la permeabilidad capilar es aumentada por inflamación o alergia y cuando hay una expansión generalizada del líquido extracelular, consecutiva a la retención de sodio (Macbryde y Black, 1975).

23

A N E M I A , D ISN E A Y F A L L O V A L V U L A R C A R D I A C O , H E M A T O P O Y ESIS. MVZ. Esp. Cert. Eduardo M. Sierra Lira, M en C. MVZ. Francisco J. Aranda Cirerol, MSC.

La hematopoyesis, o producción de sangre, es un proceso que se da en el saco vitelino del feto. Posteriormente el proceso se lleva a cabo por otros órganos, como el hígado fetal, la médula ósea, e inclusive el bazo, los nódulos linfáticos y el timo. Finalmente cuando llega a término el desarrollo del feto, la hematopoyesis se restringe, prácticamente, a la médula ósea roja. En la médula ósea, a partir de una célula precursora pluripotente, se originan células hematopoyéticas y linfopoyéticas multipotentes de distintas líneas celulares, las que darán origen a eritrocitos, granulocitos, no granulocitos y plaquetas. Parte de los linfocitos se forman también en la médula ósea, mientras que el resto se origina en los tejidos y órganos linfoides (nódulos linfáticos, timo y bazo), que también son órganos hematopoyéticos. Los órganos hematopoyéticos están compuestos por un estroma de tejido conectivo reticular (el timo contiene además componentes epiteliales), es decir, una red de células y fibras reticulares; además se encuentran gran número de células libres, principalmente las células sanguíneas y sus precursores, junto a vasos sanguíneos, linfáticos y nervios. La formación de los eritrocitos y los granulocitos implica una importante diferenciación de los precursores más primitivos, mientras que la transformación citológica relacionada con la formación de los linfocitos y los monocitos es menos notable. Las células maduras son liberadas al torrente sanguíneo y circulan luego por los vasos sanguíneos. Los leucocitos abandonan el torrente sanguíneo puesto que fundamentalmente ejercen su acción en el tejido conectivo donde eventualmente, luego de la transformación a otros tipos de células sanguíneas se reutilizan en la producción de nuevas células, principalmente el contenido de hierro de los eritrocitos, que fácilmente puede faltar en el organismo. Otro de los componentes celulares de la sangre son las plaquetas, que en los mamíferos normalmente se les conoce como trombocitos y tienen mucha importancia en la hemostasia, en la detención de la hemorragia y en la retracción del coágulo. Cabe señalar que la diferenciación de las distintas células sanguíneas a partir del hemocitoblasto, es irreversible, es decir, una vez tomado el compromiso hacia un "destino celular" determinado, no se puede regresar al origen ni se puede cambiar por otro camino distinto de diferenciación celular (Macbryde y Black, 1975). F ases de la hematopoyesis. La primera fase de la hemopoyesis o hematopoyesis en el embrión se produce en ORV³LVORWHVVDQJXtQHRV´GHODSDUHGGHOVDFRYLWHOLQR(QODVHJXQGDIDVHRIDVHKHSiWLFD todavía en los comienzos del desarrollo, aparecen centros hematopoyéticos en el hígado, que durante cierto tiempo es el principal órgano productor de elementos formes de la sangre fetal, y en los tejidos linfoides. La tercera fase de hemopoyesis fetal tiene lugar en la médula ósea y en otros tejidos linfoides. Después del nacimiento la hemopoyesis se produce en la médula roja de los huesos y en los órganos linfoides. Los eritrocitos y los leucocitos se forman en la médula ósea; los linfocitos se desarrollan en los otros órganos linfoides. V ida media y lugares alternativos de producción de las células sanguíneas.

24

Las células sanguíneas tienen una vida media finita, pero en animales sanos el número de células en circulación se mantiene a un nivel constante, esto se conserva mediante la producción de células desde la médula ósea, en lugares medulares. Cuando existe una mayor demanda, la producción puede realizarse en el bazo, el hígado y los nódulos linfáticos, conocidos como lugares extramedulares  (Andrews, et al . 2004). Leucocitopoyesis. Los leucocitos son células típicas que poseen núcleo, citoplasma y otros orgánulos celulares y todos son móviles en cierto grado. Mientras que los glóbulos rojos realizan su función principal en la sangre, los glóbulos blancos la abandonan y se desplazan al interior de los tejidos para realizar sus funciones. El número total de leucocitos es bastante menor que el de los eritrocitos y varía en las diferentes especies animales; los cinco diferentes tipos identificables de leucocitos se clasifican en dos grupos principales, tomando como base la presencia o ausencia de gránulos citoplásmicos específicos. Los que contienen gránulos citoplásmicos específicos son los granulocitos y los que carecen de ellos son los agranulocitos. Una valoración significativa de la sangre comprende un recuento diferencial, en el que se determina el porcentaje de cada uno de los cinco diferentes tipos de células (Schalm, 2006). G ranulopoyesis. Es la producción de granulocitos, que incluye células de las series de neutrófilos, basófilos y eosinófilos. Las células de la línea de los neutrófilos son el tipo predominante de granulocitos presentes. El primer precursor del granulocito reconocible en la médula ósea es el mieloblasto, que se divide para formar dos promielocitos o gránulos primarios. Los promielocitos se dividen para producir mielocitos; en esta fase dejan de producirse gránulos primarios y se forman gránulos secundarios, que son más grandes que los gránulos primarios. El mielocito sufre dos divisiones y la progenie resultante madura y se transforma en metamielocitos, a partir de esta fase las células ya no se dividen. Los metamielocitos se transforman en neutrófilos en banda, que son redondos y más pequeños que los metamielocitos. El neutrófilo en banda madurará y se convertirá en un neutrófilo segmentado. Los eosinófilos y los basófilos maduros, así como sus precursores, aparecen en poca cantidad en la médula ósea normal. Su desarrollo es igual al de los neutrófilos, hasta la fase de mielocito, que es cuando los mielocitos eosinófilos y basófilos pueden distinguirse de los mielocitos neutrófilos por el color de los gránulos secundarios de color rojizo en los eosinófilos y azul purpúreo en los basófilos. La última fase del desarrollo es el eosinófilo y el basófilo maduros (Schalm, 2006). Agranulocitos. Los dos tipos distintos de agranulocitos, el linfocito y el monocito, carecen de granulaciones citoplásmicas específicas, aunque con frecuencia contienen gránulos azurófilos inespecíficos. Los agranulocitos se caracterizan además porque tienen un núcleo esférico, oval o dentado, pero no es lobulado. Linfocitos.

25

Son los agranulocitos más abundantes, el porcentaje de linfocitos en la sangre depende de la especie; del 20 al 40% en el perro, gato y caballo; del 60 al 70% en los rumiantes, y del 50 al 60% en el cerdo. Se caracterizan por un alto índice núcleo/citoplásmico; el núcleo suele ser redondo y de una densidad suficiente para obscurecer al nucléolo. El citoplasma es claro, basófilo y puede contener algunos gránulos inespecíficos azurófilos, sin embargo su presencia es variable. Por lo general el núcleo está delineado por un área de heterocromatina condensada que produce una difracción de la luz a través del citoplasma(Andrews, et al . 2004). Monocitos. El citoplasma de los monocitos es bastante más abundante que el de los linfocitos y es de color azul grisáceo pálido, con IUHFXHQFLD FRQ XQ DVSHFWR³JUDQXORVR´(Q PXFKRV casos hay presentes gránulos azurófilos pulverulentos. El núcleo puede ser oval, en forma de riñón o de herradura. La cromatina nuclear se tiñe más débilmente que en el linfocito. Existen uno o más nucléolos, pero no son visibles en las extensiones teñidas. M egacaricitopoyesis o producción de plaquetas. La megacariocitopoyesis es única comparada con el desarrollo de las células sanguíneas restantes. Los megacarioblastos son los primeros precursores morfológicamente reconocibles, de la línea de los megacariocitos en la médula ósea. El megacarioblasto se diferencia en promegacariocito, que es más grande que el megacarioblasto. Del promegacariocito surge el megacariocito y en el citoplasma de estos se forman las plaquetas partir de una estructura conocida como proplaqueta, esta se fragmenta en varias plaquetas, que son células pequeñas con forma discoidal que no tienen núcleos y tienen un citoplasma rosa pálido que algunas veces, contienen gránulos inconfundibles de color púrpura. E ritrocitos. Los glóbulos rojos de los mamíferos, que normalmente solo se producen en la médula ósea por medio de un factor humoral, la eritropoyetina, presentan el aspecto de un disco circular bicóncavo y carecen de núcleo. Ciertos estados patológicos pueden estimular la eritrogénesis en el hígado, bazo y ganglios linfáticos. Otras de las características de los eritrocitos es que no contienen ADN ni ARN, no sintetizan hemoglobina y se componen de 65% de agua, 33 % de hemoglobina y contienen enzimas, coenzimas, carbohidratos, P, S, Zn, Cu, k, Sr, Mn, Al, Ag, U, Na, Ca, Mg, Co, HCO3 -, PO4 ---, ADP, ATP, vitaminas, urea, ácido úrico, creatinina y creatina. El eritrocito adulto a perdido su capacidad de sintetizar proteínas su limitado metabolismo es apenas suficiente para sustentarlo durante los cuatro meses que dura su vida en la circulación. Los eritrocitos transportan oxigeno y dióxido de carbono y esta función está relacionada con la hemoglobina, que también es la sustancia que le da su característico color rojo, debido a la falta de organelos los eritrocitos pierden la capacidad de sintetizar nuevas membranas, por lo que al perder parte de su plasmalema en la circulación, especialmente durante el pasaje por el bazo, se modifica su forma hasta hacerse casi esférica, esto implica que no son capaces de soportar grandes deformaciones y se hacen más frágiles (Schalm, 2006). H ematopeyesis y eritropoyetina. 26

La eritropoyetina se deriva de un factor conocido como globulina-beta2, sintetizado en el hígado y que se transporta al riñón. En el racimo glomerular, el profactor se convierte en eritropoyetina activa por una enzima renal, el factor eritropoyético renal. La secreción de eritropoyetina se estimula por la altitud, los andrógenos, las sales de cobalto, la hipoxia renal y las hemorragias. Los estrógenos inhiben la producción de eritropoyetina. La vida media de la eritropoyetina es de casi cinco horas. El hígado inactiva la eritropoyetina, que también se encuentra en la orina. A N E M IA. C ambios orgánicos en la anemia. La anemia puede considerarse como una expresión de: 1) lisis de los eritrocitos (anemia hemolítica); 2) pérdida de sangre por hemorragia o por la acción de parásitos hematófagos; 3) falla en la producción adecuada de eritrocitos por una deficiencia nutricional o por disminución en la eritrogénesis. Por otra parte, pueden darse varias definiciones para el término anemia, como las siguientes: Disminución por debajo del número de la cantidad normal de eritrocitos por microlitro, del valor de la Hb y del volumen del paquete celular (VPC), disminución en la masa total de eritrocitos circulantes por debajo de los valores normales en un animal, disminución en el número de los eritrocitos circulantes o de la concentración de Hb, deficiencia de eritrocitos. Sin embargo, debe considerarse que la anemia no es una enfermedad y tampoco un diagnóstico per se, sino un signo de enfermedad subyacente (Reagan, et al . 1999). C lasificación de las anemias. -Anemias Responsivas o Regenerativas: Para clasificar una anemia como responsiva o no responsiva el clínico debe basarse en el dato eritrocítico obtenido con un recuento hematológico completo (RHC), en particular el extendido de sangre periférica. El signo más relevante de las anemias responsivas, es la presencia de cantidades aumentadas de eritrocitos jóvenes no nucleados en la circulación. -Anemia posthemorrágica. Los cuadros anémicos, posthemorrágicos están provocados generalmente por traumatismos inducidos por agentes físicos o biológicos. Estos procesos tienden a ser normocíticos y normocrómicos, y el valor del hematócrito es normal. El grado y desarrollo del cuadro anémico depende fundamentalmente de la naturaleza de la hemorragia, por lo que se distinguen dos tipos: posthemorrágico agudo y crónico. -Anemia hemolítica. La abundante destrucción de glóbulos rojos es causa corriente de anemia regenerativa en el animal adulto. La destrucción de hematíes tiene lugar por fagocitosis a cargo del sistema de fagocitosis mononucleares (Hemólisis extravascular). En algunos trastornos, sin embargo, la destrucción de eritrocitos acontece principalmente en el sistema vascular sanguíneo (hemólisis intravascular). La respuesta regenerativa a la anemia hemolítica es por lo común más intensa que la respuesta estimulada por la pérdida de sangre, ya que el hierro procedente de los hematíes hemolizados es eficazmente reciclados para la eritropoyesis. La superior actividad de la médula ósea puede provocar una elevada granulopoyesis. Puede producirse un desvío a la izquierda de carácter regenerativo similar al que se observa en las enfermedades infecciosas. Esta respuesta se observa con más 27

frecuencia en la anemia hemolítica auto inmunitaria. La respuesta regenerativa viene indicada por una acusada reticulocitosis (o policromasia), anisocitosis aumentada y presencia de unos pocos hematíes nucleados. Al valorar la magnitud de la respuesta regenerativa a la anemia deben tenerse presente varios factores. Los reticulocitos o células policromatófilas son los principales indicadores de la respuesta regenerativa. Hacen falta varios días para observar en la sangre una repuesta regenerativa; la repuesta más acusada tiene lugar en el lapso aproximado de una semana. Cuanto más grave es una anemia, mayor será la repuesta regenerativa (Schalm, 2006). -Anemia por déficit de hierro. En los animales domésticos es raro que la anemia ocasionada por deficiencia nutricional se presente como enfermedad primaria. Lo más común es que acompañe a padecimientos que producen anorexia, debilitamiento, o alteraciones metabólicas, y que afecte a la digestión o a la absorción de los nutrientes -A nemias no regenerativas. Normalmente se destruyen miles de millones de eritrocitos cada hora y a menos que la eritropoyesis no pueda responder a este ritmo, se produce una anemia. Las anemias por disminución de la eritropoyesis (insuficiencia medular) son las más frecuentes en los animales domésticos. -A nemias debidas a enfermedades crónicas. Son las más comunes, ya que pueden incluir cualquier estado inflamatorio crónico de origen infeccioso y no infeccioso, las nefropatías crónicas y las hepatopatías. El mecanismo subyacente es multifactorial. Se presenta un componente hemolítico con acortamiento de la vida media de los eritrocitos, trastornos de la liberación del hierro almacenado, respuesta inadecuada de precursores eritroides de la médula ósea a la eritropoyetina y aumento inadecuado de eritropoyetina como respuesta a la anemia. La hemólisis puede guardar relación con la estimulación inespecífica de las células. La ferramina y la capacidad total para fijar y transportar hierro están disminuidas y la saturación de éste tiende a ser baja. El hierro almacenado en los macrófagos está aumentado, en tanto que está disminuido en las células eritroides. La longevidad de los eritrocitos también está disminuida. Las hepatopatías tóxicas, infecciosas o algunas cirrosis se acompañan a menudo, de una anemia que se atribuye a insuficiencia de la médula ósea (Schalm, 2006). -A nemias debidas a deficiencias nutricionales: Son poco frecuentes en los animales domésticos. La deficiencia de hierro es lo más común y puede deberse a dietas con cantidades inadecuadas de este metal, trastornos de la absorción intestinal de éste y pérdida de hierro por hemorragia o hemólisis intravascular, entre otras. Los lechones, por lo regular, son deficientes en hierro debido al bajo suministro del metal durante la lactancia. Estos animales se vuelven anémicos y débiles con retraso del crecimiento, disnea y letargo alrededor de las tres semanas de edad, si no se les administra hierro. En otras especies, la deficiencia de hierro se debe principalmente a hemorragias crónicas, como las causadas por parásitos hematófagos, sangrado crónico del tubo digestivo o del aparato urinario. En estos casos, el frotis de sangre periférica muestra eritrocitos microcíticos e hipocrómicos. La deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico es rara en los animales. Sin embargo, entre las causas que se han podido descubrir, figuran diversos fármacos y sustancias químicas mielotóxicas (benceno, cloranfenicol, 28

vincristina, fenilbutazona, estreptomicina, etc.), radiaciones ionizantes, ciertas infecciones virales, lesión inmunológica de células precursoras, de la médula ósea. La insuficiencia aislada de las células precursoras eritroides se llama aplasia eritrocítica pura, la cual también cursa con anemia secundaria pero sin leucopenia ni trombocitopenia. La anemia hemolítica es tan grave que causa hemoglobinuria y puede ocasionar una nefrosis hemoglobinúrica y depresión de la función renal. La anemia aplásica causada por toxinas, derivadas de un proceso supurativo, por ser una manifestación secundaria, mejora con la supresión de la causa, al igual que las anemias debidas a deficiencias nutricionales (Reagan, et al . 1999). Las respuestas primarias ala hipoxia tisular, causada por anemia, son un aumento del gasto cardiaco debido al aumento del volumen sistólico y de la frecuencia cardiaca y el descenso del tiempo de circulación. También se produce la desviación de la sangre periférica hacia el tejido esplénico. En los estados terminales, en los que la hipoxia de los tejidos es muy intensa, puede existir un aumento moderado de la actividad respiratoria. Finalmente, si la actividad de la médula ósea no está afectada, la eritropoyesis es estimulada por la baja tensión de oxígeno en los tejidos. F A L L O V A L V U L A R C ARDIA C O. MVZ. Esp. Cert. Eduardo M. Sierra Lira, M en C.

El corazón tiene cuatro válvulas: tricúspide, pulmonar, mitral y aórtica. Dichas válvulas aseguran que la sangre fluya a través del corazón y sus pulmones en una sola dirección. Cada válvula cardiaca consiste en dos o tres valvas o velos (cúspides) relativamente finas, flexibles, que abren y cierran para regular el flujo sanguíneo.  Las valvulopatías o enfermedades de las válvulas cardiacas pueden resultar de una gran variedad de circunstancias como: infecciones, calcificaciones, anomalías congénitas y traumas. Suelen ocurrir más a menudo en la válvula mitral o en la aórtica.

Fig. Anatomía del corazón.

29

Fig. Válvulas cardíacas.

La enfermedad valvular aórtica habitualmente resulta a causa de la acumulación de los depósitos de calcio (calcificación) en una válvula que ha estado ligeramente deformada desde el nacimiento. El calcio es un mineral transportado en su sangre. A medida que el calcio va acumulándose en la válvula, ésta va haciéndose más gruesa y rígida. Cuando la válvula se queda completamente rígida y pierde su movilidad ya no abre completamente, reduciendo el flujo sanguíneo. A esto se le llama estenosis aórtica. Pero las válvulas cardiacas pueden asimismo dilatarse y sus velos flotar, perdiendo su habilidad para cerrar completamente y coaptar (insuficiencia). Cuando esto ocurre, la sangre refluye hacia atrás, a través de la válvula en dirección errónea (Rosenberger, et al . 1979). El diagnóstico preliminar de una valvulopatía se hace en base a unos síntomas comunes, como: x Disnea (asfixia) durante la noche o con esfuerzos moderados. x Hinchazón de las patas anteriores y posteriores. x Mareos. x Palpitaciones Durante la exploración física el médico puede encontrar un sonido anormal en el corazón (soplo), así como una silueta cardiaca aumentada de tamaño en la radiografía de tórax. Con la ecocardiografía, eco/doppler color, se obtiene una información precisa del estado y funcionamiento de las válvulas y cámaras cardiacas o sea, el diagnóstico se puede confirmar por audición de los sonidos cardiacos o imagen. Esto último mostrará qué válvula o válvulas están funcionando mal, si son estenóticas o insuficientes, cómo funciona el músculo cardiaco y si las arterias coronarias son normales (Jackson y Cockcoft, 2002).

30

I C T E R I C I A Y ASC I T IS, H I G A D O . MVZ. Esp. Cert. Eduardo M. Sierra Lira, M en C.

El hígado juega, pues, un papel muy importante en los mecanismos de defensa del organismo (barrera inmunológica, detoxificante de numerosas sustancias), así como en la homeostasis metabólica. Tiene una enorme capacidad de reserva, de manera que la disfunción hepática solamente se manifiesta tras una pérdida grave de masa celular hepática. El hígado también tiene la capacidad de regenerarse tras la pérdida de hepatocitos, proceso regulado por los factores de crecimiento como insulina, glucagón y factor de crecimiento de los hepatocitos. Consta de dos lóbulos principales (derecho e izquierdo) que están divididos por un ligamento llamado falciforme, y un tercer lóbulo más pequeño llamado cuadrado. El hígado es uno de los dos órganos, junto con los pulmones, que reciben aporte de sangre de dos vías. Recibe la mayor de esta sangre (85 %) por la vena porta que drena casi toda la sangre del intestino. Esto asegura que todos los nutrientes absorbidos vayan directamente al hígado donde pueden ser almacenados para su utilización cuando sea necesario. El hígado recibe el otro 15 % de la sangre de las arterias hepáticas. Este segundo suministro también es importante porque la sangre arterial está muy oxigenada, a diferencia de la sangre venosa que llega a través de la porta (Rosenberger, et al . 1979). x x x x x x x

Las funciones del hígado son: Producción de bilis Metabolismo de los hidratos de carbono Metabolismo de lípidos Síntesis de proteínas plasmáticas Eliminación de hormonas Transformación de amonio en urea (la urea es el principal producto de desecho proveniente del metabolismo de las proteínas. Muy rica en nitrógeno, se forma en el hígado y se elimina por la orina). x Formación de factores coagulantes x Deposito de glucosa, hierro y vitamina B12 x Detoxificación de la sangre (medicamentos) Toda la bilis producida por el hígado es recolectada en los conductos hepáticos derecho e izquierdo. Ambos conductos se unen en un conducto hepático común, que al unirse al conducto cístico de la vesícula biliar se denomina conducto colédoco. El colédoco desemboca junto al conducto pancreático en el duodeno. Ambos conductos se funden y forman la llamada ampolla de Vater. Alrededor de esta ampolla esta el esfínter de Oddi, que regula el tránsito de la bilis y jugo pancreático al duodeno. El esfínter de Oddi es un complejo de fibras musculares lisas que atraviesan las paredes del duodeno. En el lapso entre comidas, el esfínter esta contraído, con lo que previene el reflujo del duodeno hacia el conducto Colédoco. Cuando el quimo ingresa al duodeno, el esfínter se relaja permitiendo el paso de bilis y enzimas pancreáticas (Kaneko, 1989). La disfunción hepática puede ser primaria, pero con frecuencia el hígado se ve afectado de forma secundaria por desórdenes de otros sistemas orgánicos, ya que el hígado interviene en muchos procesos metabólicos y detoxificantes. Puesto que los síntomas de enfermedad hepática (ya sea primaria o secundaria) son inespecíficos, cuando se detecta la enfermedad ya es en estadios 31

avanzados. Para seguir la evolución de la enfermedad hepática suele ser necesario determinar los parámetros de laboratorio. L a ictericia consiste en el color amarillento de la piel, las membranas mucosas y la esclerótica (parte blanca) del ojo que se produce debido a una alta concentración en sangre de una sustancia denominada bilirrubina, un subproducto de los glóbulos rojos viejos. Aparece en muy diversas enfermedades. El color de la piel depende del nivel de bilirrubina. Si está moderadamente elevado, el color es amarillento, mientras que cuando el nivel es alto, tiende a adquirir un color marrón. ¿Cómo se origina la bili r rubina? La bilirrubina procede principalmente de la destrucción de la hemoglobina que se encuentra en los glóbulos rojos. Esto se produce cuando los glóbulos rojos envejecen y son destruidos en el hígado, bazo y médula ósea. Desde su lugar de origen, la bilirrubina pasa a la sangre, donde circula transportada por una proteína llamada albúmina. Después es captada por las células del hígado y penetra en su interior. Allí se transforma en bilirrubina conjugada mediante su unión con ácido glucurónico y luego es eliminada mediante la bilis formada por el hígado. De este modo, siguiendo las vías biliares pasa al intestino, donde es transformada en urobilinógeno por las bacterias intestinales y eliminada con las heces, dándoles su color característico. Una pequeña parte del urobilinógeno es reabsorbido en el intestino y eliminado por el riñón con la orina. Por tanto tenemos dos tipos de bilirrubina: la conjugada y la no conjugada (Trigo, 1993; Smith, 2002). Fig. Formación de la bilirrubina.

32

C ausas de la ictericia. x Altas concentraciones de bilirrubina en sangre imposibilitando el poder eliminarla, por ejemplo, en casos de anemia hemolítica, en la que los glóbulos rojos se destruyen con rapidez, liberándose grandes cantidades de bilirrubina (anaplasmosis, piroplasmosis, leptospirosis, entre otras). x Daño en el parénquima hepático que impide que la bilirrubina sea eliminada de la sangre y transformada en bilirrubina conjugada acumulándose en el organismo. x Obstrucción de los conductos biliares que disminuye el flujo de bilirrubina a través de ellos, desde el hígado hasta los intestinos. Esta obstrucción puede ser debida a cáncer, cálculos biliares o inflamación de los conductos biliares. La disminución de la conjugación, secreción o flujo de la bilirrubina por los conductos biliares recibe el nombre de colestasis. No obstante, la colestasis no siempre da lugar a ictericia. H epatitis crónica activa (H C A). La causa más frecuente de ascitis, es la Cirrosis, produciéndose por la incapacidad de los vasos que se encuentran dentro del parénquima hepático de distenderse por el endurecimiento del tejido, entorpeciendo su flujo e incrementando la presión hidrostática, causando la extravasación plasmática, formando el acumulo en la cavidad o ascitis. Los principales signos que se presentan son: apatía, disminución del apetito, vómitos, disminución de la resistencia, polidipsia, ascitis ocasional, ictericia ocasional, diarrea y pérdida de peso. Para el diagnóstico diferencial, los signos suelen ser bastante inespecíficos, de forma que debe tenerse en cuenta un amplio abanico de posibles causas diferenciales. Diagnóstico La polidipsia se observa con una frecuencia notable (cerca del 75% de los casos). El examen físico no suele mostrar hallazgos específicos. Todos los enzimas hepáticos están más o menos aumentados. Normalmente existe hipoalbuminemia (Kaneko, 1989). El diagnóstico solamente se puede hacer mediante biopsia hepática. Es importante evaluar la respuesta al tratamiento mediante biopsias hepáticas (ej. cada 6 semanas). El tratamiento debe mantenerse hasta que no exista duda alguna sobre el cese de la hepatitis, ya que si el tratamiento se deja demasiado temprano, la hepatitis se volverá a presentar. El tratamiento suele durar algunos meses, en ocasiones durante más de medio año. Si no existe tratamiento, la CAH evoluciona hacia la cirrosis. C ir rosis. Los síntomas más frecuentes son apatía, disminución de la resistencia, disminución del apetito, vómitos, diarrea, pérdida de peso y ascitis. Aunque la cirrosis se puede presentar a cualquier edad, suele afectar a animales jóvenes (promedio de 2 años de edad). La presencia de ascitis clara, incolora en ausencia de pérdida de proteínas a través del intestino (diarrea) u orina permite pensar en una cirrosis. Los enzimas hepáticas suelen estar moderadamente elevados, pero en ocasiones la elevación es muy ligera. Existe hipoalbuminemia, en ocasiones hiperbilirrubinemia (conjugada), el test de tolerancia al amoníaco está alterado, como suele estarlo también la coagulación sanguínea. La desventaja de una biopsia hepática percutánea es la dificultad a la hora de puncionar un hígado duro y fibrótico, mientras que la biopsia ciega de un nódulo hiperplásico puede mostrar un cuadro histológico bastante normal. El diagnóstico puede hacerse macroscópicamente durante la laparoscopia, y una biopsia guiada por 33

laparoscopia nos lo puede confirmar. Diagnóstico diferencial de la ascitis: congestión portal, hipoproteinemia, tumores, peritonitis (bilis, orina, quilo normalmente tras un traumatismo), fibrosis portal, hepatitis neonatal y encefalopatía. El pronóstico último es desfavorable, pero con un buen tratamiento sintomático es posible alargar la vida del animal durante un período bastante prolongado (Benjamín, 1988; Trigo, 1993).

34

F ISI O L O G I A D E L A R ESPU ES T A I N M U N E Q.F.B. Delfina de las M. Zapata Villalobos

La función fisiológica de todas las respuestas inmunitarias específicas es la eliminación de los antígenos extraños. Los mecanismos en virtud de los cuáles linfocitos específicos reconocen y responden a antígenos extraños, involucran las fases de reconocimiento y la activación de las respuestas inmunitarias. Las fases iniciales de las respuestas inmunitarias específicas son el reconocimiento del antígeno por parte de los linfocitos y las respuestas de éstos a los antígenos. Se inicia con la participación de los anticuerpos, que son los receptores para el antígeno y las moléculas efectoras de los linfocitos B. Intervienen la estructura y expresión de los genes de los anticuerpos, la generación de la diversidad de los anticuerpos y el desarrollo de las células B. Interviene también el reconocimiento del antígeno por la célula T, los aspectos bioquímicos y genéticos del complejo principal de histocompatibilidad (MHC) cuyos productos son los componentes integrales de los ligandos que las células T reconocen específicamente. La estructura del receptor para el antígeno de la célula T, el desarrollo de los linfocitos T maduros en el timo, la respuesta de los linfocitos B ante el antígeno el desarrollo de las respuestas inmunitarias a nivel de órganos y las características especiales de las respuestas inmunitarias en las diferentes localizaciones anatómicas, son algunos de los eventos importantes en el perfecto funcionamiento de las respuestas inmunes. Los mecanismos efectores que son reclutados y estimulados por el sistema inmunitario innato y por los linfocitos activados por el antígeno involucran la función de las citoquinas, producidas por los linfocitos T y por algunas células no linfoides. Estas moléculas son mediadores solubles de la inmunidad innata y de la inmunidad específica. El sistema inmunitario es un sistema de defensa sumamente complejo, es decir puede reconocer y responder a invasores extraños, y aprender de la experiencia de manera que el cuerpo responda con mayor rapidez y eficacia cuando se exponga al invasor en una segunda ocasión. Sin embargo una de las razones de la enorme complejidad del sistema inmunitario es que debe realizar un esfuerzo considerable para garantizar que solo ataque a los tejidos extraños o anormales y que sea tolerante con los propios o normales del cuerpo. Hay varios mecanismos distintos que aseguran el establecimiento de la autotolerancia. Además las respuestas inmunitarias deben regularse minuciosamente para garantizar que su cantidad y calidad sea la apropiada. Desde el punto de vista fisiológico, esta tolerancia (falta de respuesta específica de un individuo contra un antígeno) va dirigida contra los antígenos de tejidos normales (Tizard, 1998). A utoinmunidad fisiológica Aunque el control del sistema inmunitario requiere que se suprima la mayor parte de las células autorreactivas, no debe suponerse que todas las respuestas autoinmunitarias sean malas y produzcan enfermedad. Algunas respuestas inmunitarias contra autoantígenos tienen actividades fisiológicas importantes, que incluyen la formación de anticuerpos por medio del reconocimiento de los idiotipos propios del cuerpo y la eliminación de células viejas. Los sitios de unión de antígenos de las moléculas de inmunoglobulina pueden funcionar como epitopos (idiotipos) y provocar la producción de autoanticuerpos (Roitt, et al.1985).

35

Inducción a la autoinmunidad. En las enfermedades inmunitarias no se conocen los mecanismos precisos de debilitamiento de la autotolerancia. Estas enfermedades parecen desarrollarse en forma espontánea y aleatoria. Es raro que las causas predisponentes sean tan obvias. Sin embargo, es probable que participen varios elementos clave, como por ejemplo, La célula T no tolerante puede ser influenciada por el antígeno, como es el caso del antígeno de síntesis reciente, del antígeno liberado en algún punto intracelular, del antígeno bien transformado, del antígeno de reacción cruzada etc., y al ocurrir esto se desarrolla una respuesta autoinmunitaria. También hay pérdida del control de las células T por parte de otros factores como ocurre por una infección viral, por defectos genéticos y algunas veces por neoplasias. Queda claro que los mecanismos que normalmente previenen el desarrollo de células T tolerantes no funcionan. Muchos factores ambientales y genes diferentes contribuyen a esta falla, la cual no siempre es completa. E xposición de antígenos ocultos. La principal hipótesis acerca del desarrollo de la autoinmunidad sugiere que se inicia cuando las células T no tolerantes encuentran autoantígenos que antes estaban ocultos. La tolerancia de las células T solo puede desarrollarse si éstas se exponen a cantidades suficientes de antígenos para que sean reconocidos por las células T que se someten a selección negativa en el timo o que presentan anergia en otros tejidos. A ntígenos ocultos en células o tejidos. Muchos autoantígenos se encuentran en sitios donde no se pueden encontrar linfocitos circulantes. Por ejemplo, tal vez estén ocultos en el sistema nervioso central o en los testículos, sitios en los que normalmente no visitan los linfocitos. Cuando estos epítopos escondidos se revelan, pueden desencadenar un ataque inmunitario. En el caso de los testículos durante la pubertad se desarrollan nuevos antígenos, mucho después de que se formó el sistema de células T y adquirió tolerancia a los autoantígenos. A ntígenos producidos por cambios molecula res. La producción de algunos autoanticuerpos puede desencadenarse por el desarrollo de epítopos nuevos en proteínas normales. Dos ejemplos de autoanticuerpos producidos de ésta manera son los factores reumatoides y las inmunoconglutininas. Los factores reumatoides son anticuerpos que se dirigen contra epítopos de otras inmunoglobulinas. Las inmunoconglutininas son autoanticuerpos dirigidos contra los componentes del complemento, en especial C2 y C4. A ntígenos producidos por mimetismo molecula r. Es la situación que se presenta cuando un agente infeccioso o parásito tiene epitopos en común con su huésped. Cuando esto sucede, los anticuerpos o células T dirigidos contra el organismo pueden reaccionar con los antígenos normales, y así desencadenar la autoinmunidad. En condiciones normales, las células T mantienen la tolerancia ante un epítopo específico. Aunque no son tolerantes las células B no responderán a un epítopo si no hay células T auxiliares funcionales. Sin embargo, las 36

células B autorreactivas pueden unirse a algún autoantígeno unido a un antígeno extraño y reciben el estímulo de la célula T específica para el antígeno extraño. Ejemplos de mimetismo molecular se observan en casos de Tripanosoma cruzy que contiene antígenos que tienen reacción cruzada con las neuronas y miocardio del mamífero (Sumtion, 1991). A lteraciones en la transformación de antígenos. Una célula T puede no desarrollar tolerancia hacía un antígeno por el solo hecho de que éste no se haya transformado en forma eficiente. Si ocurre un fenómeno que mejore el proceso, podrá iniciarse una respuesta autoinmunitaria. Por ejemplo, algunas células transformadoras de antígenos son mucho más eficaces que otras. La transformación (procesamiento) de antígenos puede iniciarse en sitios de inflamación, y los anticuerpos modifican este proceso al igual que las citocinas. Por lo tanto, una vez que se desencadena una respuesta, podrá sostenerse por sí misma conforme la reacción inmunitaria se vuelva cada vez más eficiente, como debe ser su destino. Aunque muchas respuestas autoinmunitarias se desencadenan por respuestas de las células T ante epítopos ocultos, se requiere una actividad sostenida para que se desarrolle la enfermedad. La causa más probable de una falla de los mecanismos normales de control del sistema inmunitario (Roitt, et al.1985). Bases genéticas de las enfermedades autoinmunitarias. Aunque virus u otros agentes infecciosos pueden desencadenar respuestas inmunitarias, queda claro que no todos los individuos infectados desarrollan las enfermedades autoinmunitarias. Esto depende principalmente de factores genéticos del individuo. Los genes más importantes en la regulación de la autoinmunidad son los que están dentro del complejo de histocompatibilidad mayor (MHC). Los estudios en poblaciones, sobre todo en humanos, han demostrado que casi todas las enfermedades autoinmunitarias guardan relación con la presencia de ciertos genes del MHC clase II. Se supone que es un prerrequisito esencial para cualquier enfermedad autoinmunitaria que el autoantígeno se transforme y se presente en forma adecuada en una molécula de MHC. Por lo tanto, la estructura del surco de unión al antígeno de clase II determinará si un autoantígeno específico desencadenará una reacción inmunitaria. M ecanismos de daño hístico en la autoinmunidad. H ipersensibilidad tipo I. Se conoce como hipersensibilidad tipo I a las reacciones inflamatorias agudas mediadas por moléculas de IgE , las cuáles se unen a las células cebadas y basófilos . Las reacciones se deben a la liberación de moléculas farmacológicamente activas, originada por dicha célula. Parecería ser que no existe algún beneficio cante éstas reacciones, pero el caso es que ciertas características de este tipo de hipersensibilidad indican que cumple con una función útil desde el punto de vista biológico. x

Es probable que la reacción inflamatoria aguda que se produce en estos trastornos desempeñe una función importante en la eliminación de los antígenos.

37

x

Este tipo de hipersensibilidad suele vincularse con los antígenos de los helmintos y parece contribuir de manera importante a la resistencia a dichos parásitos. .

La hipersensibilidad tipo I tiene como mediadores a los anticuerpos tipo IgE. Los antígenos que inducen la formación de dichos anticuerpos, casi siempre llegan a través de mucosas y piel. Aunque la hipersensibilidad .tipo I puede ser beneficiosa ante los parásitos, una respuesta inapropiada de IgE puede ocasionar problemas clínicos importantes (Tizard, 1998). La IgE es una inmunoglobulina termolábil, con estructura convencional de 4 cadenas ( los ligeras y dos pesadas). Posee dos tipos de receptores, uno de alta afinidad (Fc epsilon RI) y otro de baja afinidad ( Fc epsilon RII) también se conoce como CD23. Del primero existen hasta 10 a l 5ª potencia por célula, el primero tiene mucha afinidad por la IgE. Las células cebadas y los basófilos son células que poseen un citoplasma rico en gránulos que contienen diversos tipos de enzimas. Las células cebadas del tejido conectivo son ricas en heparina e histamina, en contraste con las células cebadas de las superficies mucosas que son ricas en sulfato de condroitina, en lugar de heparina, tiene poca histamina y producen diferentes leucotrienos y prostaglandinas. Respuesta de las células cebadas a los antígenos. Cuando se une la IgE al receptor FceRI de la célula cebada, a causa de la presencia del antígeno, se establece un enlace y se desencadenan una serie de reacciones que culminan con el desplazamiento de los gránulos a la superficie celular y la liberación de sus gránulos a los tejidos circundantes. También se inicia la producción de muchos factores mediadores de la inflamación así como citocinas diferentes. Se activan varias cinasas de tirosina, luego se activa a la fosfolipasa C lo que conduce a la producción de diacilglicerol y trifosfato de inocitol. Se aumentan los niveles de calcio y se activan varias cinasas de proteína. La alergia a la leche del ganado bovino es un trastorno autoinmunitario en el cuál la caseína alfa de la leche, que en condiciones normales sólo se encuentra en la ubre, llega a la circulación general y estimula una reacción inmunitaria. Esto sucede cuando se retrasa la lactación y la presión intramamaria impulsa a las proteínas de la leche a la circulación, Por algún motivo, la reacción inmunitaria estimulada por la caseína alfa la median células Th2 y se producen anticuerpos IgE. H ipersensibilidad tipo I I. Los eritrocitos al igual que las células nucleadas tienen antígenos característicos en la superficie celular. Sin embargo a diferencia de los antígenos de histocompatibilidad, los de la superficie de los eritrocitos no participan en la transformación antigénica, aún cuando si influyen en los trasplantes y rechazo de injertos. Los autoanticuerpos dirigidos contra antígenos de la superficie celular pueden producir lisis con ayuda del complemento o de las células citotóxicas. Si los autoanticuerpos se orientan hacía los eritrocitos, entonces puede producirse anemia hemolítica autoimunitaria. Si atacan a las plaquetas, se producirá una trombocitopenia, si atacan a las células tiroideas, tiroiditis. En una de las formas de esta reacción en seres humanos con tirotoxicoides, los autoanticuerpos contra los receptores para TSH estimulan la actividad tiroidea en lugar de ser mediadores en su destrucción. Los receptores son un blanco de ataque autoinmunitario común. Además del receptor TSH 38

los anticuerpos también atacan al receptor de acetilcolina en la miastenia grave y al receptor de insulina en algunas formas de diabetes (Roitt et al. 1985). En los casos de hipersensibilidad a los fármacos los eritrocitos pueden destruirse por tres mecanismos. En el primero, el fármaco y el anticuerpo pueden combinarse de manera directa y activar el sistema del complemento. Los eritrocitos serán destruidos en un efecto circunstancial de proximidad, a medida que los componentes activados del complemento se unan a las células vecinas. En segundo, algunos fármacos pueden unirse firmemente a las células, en especial a las de la sangre. Por ejemplo, la penicilina, quinina, L-dopa. Ácido amino salicílico y fenacetina pueden adsorberse sobre la pequeña superficie de los eritrocitos. Una vez modificadas éstas células, pueden ser reconocidas como exógenas y eliminadas por una respuesta inmunitaria, la cual favorece la aparición de una anemia hemolítica. No es rara la anemia hemolítica secundaria en caballos. Así como los fármacos pueden adsorberse a los eritrocitos y hacer que parezcan inmunitariamente exógenos, también pueden hacerlo antígenos bacterianos, como los lipopolisacáridos, virus como los de la anemia infecciosa equina, ricketsias del tipo de anaplasma y protozoarios como tripanosomas y babesias. Estos eritrocitos alterados que se consideran como exógenos son lisados por los anticuerpos y el complemento. H ipersensibilidad I I I. Aquí los autoanticuerpos forman complejos inmunitarios cuando se unen a los antígenos, y dichos complejos pueden participar en reacciones de hipersensibilidad de tipo III. Por ejemplo, sucede en lupus eritematoso sistémico del perro, enfermedad en la cual se produce una amplia variedad de autoanticuerpos, de los cuáles los más importantes atacan los ácidos nucléicos y proteínas relacionadas. En los animales afectados se forman complejos de DNA y anticuerpos que se depositan en los glomérulos donde provocan glomerulonefritis. De manera similar en la artritis reumatoide, los complejos inmunitarios que se forman entre el factor reumatoide (el anticuerpo) y la IgG (el antígeno) se depositan en las articulaciones y al fijar el complemento contribuyen a la reacción inflamatoria local. H ipersensibilidad I V. En las enfermedades autoinmunitarias, muchas de las lesiones están intensamente infiltradas de células mononucleares y es probable que los linfocitos t autosensibilizados contribuyan a la patogenia de enfermedades de este tipo .Aunque las células T citotóxicas pueden producir daño hístico en forma directa, la producción de citocinas por estas células dentro de una lesión también puede contribuir en gran medida al daño hísitco. Un ejemplo es la producción de IL-1 en los macrófagos de los islotes en ratones diabéticos. A su vez la IL-1 estimula la síntesis de óxido nítrico, el cual contribuye al proceso citotóxico. El factor de necrosis tumoral alfa que liberan estas células eleva las moléculas de adhesión celular, como las selectinas y así facilita la migración de neutrófilos hacía los tejidos. Las citocinas pueden contribuir de manera directa al daño de los tejidos y el patrón de citosina que producen las células Th1, las citocinas, las IL-2 e interferón gama que producen tenderán a fomentar los efectos citotóxicos y a los macrófagos activados. Por el contrario, si se desencadena una respuesta Th2, habrá tendencia a la síntesis de anticuerpos y al desarrollo de IgE o una alergia (Roitt et al . 1985).

39

C A PÍ T U L O I I I M E T O D O L O G Í A D E L A I N V EST I G A C I Ó N C L Í N I C A MVZ. Esp. Cert. Eduardo M. Sierra Lira, M en C. MVZ. Cert. José A. Erales Villamill, M en C. MVZ. Esp. Alfredo F.J. Dájer Abimheri, Mphill.

E l proceso Salud-Enfermedad: un enfoque fisiológico. Antes de comenzar una investigación clínica, es necesario que comprendamos, lo más claro posible, el siJQLILFDGR GH ORV WpUPLQRV ³VDQR \ HQIHUPR´ \ HVWHPRV seguros sobre lo que queremos decir con ellos. Para presentar un punto de partida en el estudio de la salud, se propone a manera de marco conceptual la siguiente reflexión académica: Salud podríamos entenderla, como el resultado del equilibrio orgánico, producto de innumerables procesos físicos y químicos que se realizan y coexisten en la intimidad de las células, tejidos y sistemas corporales, organizados en plena armonía anatomo-funcional que responda a las exigencias de un ambiente exterior cambiante. Para mantener el equilibrio, existen numerosos mecanismos fisiológicos de autorregulación que permiten amortiguar los efectos de los diversos estímulos del medio circundante, condicionantes de la armonía psíquica y física de los individuos. Genéticamente, los animales nacen con patrones de conducta predeterminados (instinto), sin embargo, también aprenden y acumulan experiencia durante la vida (adquirida), necesaria para la sobrevivencia y adaptación a condiciones concretas. En otras palabras, su conducta instintiva es enriquecida por la experiencia, generándose ésta por la interacción con el ambiente, la cual conserva y transmite de generación en generación por la herencia. La capacidad de ajuste de las funciones orgánicas y conductas, la denominamos adaptación; ésta se mueve entre límites biológicos flexibles, característicos de cada especie animal (parámetros), dependiendo de la relación que tenga con los factores del ambiente biológico, físico y tecnológico. Condicionado a la vez, por los esquemas social, económico, político y cultural del sector poblacional en que se desarrolla el sistema de producción animal (Sierra y Oplistil, 1992). El daño orgánico o las alteraciones patológicas, pueden manifestarse con diversos grados de severidad, provocando en algunos casos, la incapacidad del organismo de responder eficientemente a la agresión de una noxa (agente), con el consecuente deterioro de su estado físico (enfermedad), mismo que lo conduciría a la reducción de su productividad y pérdidas económicas, de acuerdo al curso de la enfermedad y su convalecencia. Por lo tanto, el fenómeno enfermedad lo podríamos considerar, como la incapacidad orgánica para mantener su equilibrio anatomo-funcional. En este marco debemos considerar, que la investigación se podría realizar en un individuo o población, aún sin manifestar signos aparentes de alteración morbosa, pero con indicadores variables del nivel de producción. Entonces podríamos entender, que la salud es un proceso dinámico, tan cambiante como todos los elementos que constituyen el ambiente exterior de los seres vivos y que en la lucha por conservar el balance entre los sistemas internos, se suceden constantemente estados alternos de salud y enfermedad. Los límites entre lo normal (fisiológico) y lo anormal (patológico) son tan tenues y confusos, que es conveniente un planteamiento integral que observe un enfoque conceptual, para diferenciar en la práctica, las diversas formas de alteración de la salud. No olvidando, que debe ser evaluado en un contexto integral de los posibles factores condicionantes (biológico, social, cultural, económico y tecnológico) que permita guiar eficientemente las investigaciones sobre el estado clínico40

productivo de las poblaciones animales y las repercusiones que esto pudiera tener para el hombre (Smith, 2002). Entre el animal considerado clínicamente sano, el animal en transición de lo sano a lo enfermo o viceversa y el animal clínicamente enfermo, se conjugan una serie de elementos a considerar durante la investigación, que hace indispensable apoyarse en una metodología que nos lleve a un diagnóstico, como la opción más sólida para opinar sobre la alteración del estado de salud, tanto individual como de hato. Para tal fin se proponen los siguientes modelos conceptuales, generados con propósitos académicos para apoyar la integración de los conocimientos en los estudiantes que empiezan su educación profesional (Sierra y Oplistil, 1992).

1- Animal adaptado o clínicamente sano 2- Animal en proceso de adaptación (subclínico o convaleciente) 3- Animal no adaptado o clínicamente enfermo 1- Animal adaptado: Es aquel capaz de conservar el equilibrio orgánico en relación con él mismo y su medio externo y expresar eficientemente su potencial productivo (clínicamente sano).

Fig.1. Clínicamente sanos

2- Animal en proceso de adaptación: Es el individuo en proceso de recuperación del equilibrio, después de haber sido alterado por un agente nocivo (convaleciente); o, el individuo que se encuentra reaccionando a una agresión presente sin signos observables (período prepatente); y por último, el individuo que pudiera estar controlando de manera no visible la enfermedad (enfermo subclínico).

Fig.2. Enfermos subclínicos (deficiencia de proteína)

3- Animal no adaptado: Es el individuo cuyo balance orgánico ha sido alterado de manera temporal o definitiva, manifestando cambios en su conducta y productividad 41

normal (período patente), con la aparición de signos clínicos observables de manera directa o indirecta (enfermo clínico). El desarrollo progresivo de la enfermedad sin recuperación espontánea del equilibrio anatomo-funcional o psíquico, pudiera poner en riesgo la vida, si no es auxiliado el paciente terapéuticamente con oportunidad, conduciéndolo ocasionalmente a la muerte (Sierra y Oplistil, 1992).

Fig.3. Animal con parálisis del tren posterior

Fig.4. Hembra con metritis

Hoja clínica (protocolo de trabajo). La hoja clínica es la herramienta fundamental del diagnóstico, esta formada por la recopilación ordenada y secuenciada de la información referente al estado de salud de un individuo, plasmada en un protocolo que registra los datos pasados, presentes y del desenlace final de un caso clínico, o sea, la historia de su evolución. Es decir, toda la información que sea recopilada durante la investigación deberá ser registrada por escrito en el protocolo de trabajo denominado ³Hoja clínica o +LVWRULD&OtQLFD´, y si se considera necesario, deberá ser acompañada de diagramas, dibujos, fotografías, gráficas, etc., en orden por aparato o sistema orgánico, al igual que todos los datos clínicos relevantes y los resultados obtenidos de las pruebas diagnósticas realizadas (físicas, instrumentales o de laboratorio), así como el plan terapéutico y los resultados de la aplicación de éste hasta su total restablecimiento, muerte, sacrificio o desecho (Radostitis, et al ., 2002) .

Fig.5. Examen físico de un bovino

Debe iniciar por el registro de los datos del propietario del animal, rancho o empresa (reseña del propietario), seguido por la identificación de todas las características naturales o adquiridas propias del paciente (reseña del paciente), para hacerlo inconfundible en medio del rebaño o grupo al que pertenece. Es bien conocida y 42

documentada la influencia que tiene la raza a la que pertenece un animal sobre su predisposición a ciertas enfermedades, o algunos padecimientos articulares, originados por su naturaleza genética. Así como la influencia que pudieran tener el sexo, la edad o la función zootécnica, que marcan momentos de especial susceptibilidad en la vida de los animales para adquirir un padecimiento. Es por esta razón que es tan importante, relacionar las condiciones del medio en que vive (reseña del ambiente) y las circunstancias particulares de la aparición de cierto evento morboso en un momento especial de existencia (anamnesis). Estos datos permiten orientar la investigación dando base a un diagnóstico primario o presuntivo, el cual usamos como un marco referencial para el examen físico general y para interpretar las pruebas básicas. Con esta información, podemos elaborar una lista de problemas, en la cual organizamos los signos presentes en el paciente, y de aquí, elaborar una segunda lista o maestra, para discernir el grado de riesgo a la vida que representan esos signos (Smith, 2002). A continuación, se diseña un plan de comprobación diagnóstica o inicial, donde se plasma la estrategia metodológica para buscar más información por medio de exámenes físicos especiales, pruebas de laboratorio o gabinete más precisas, cirugías exploratorias, que permitan confirmar la hipótesis de trabajo (diagnóstico presuntivo), y como consecuencia, tendremos la oportunidad de elaborar el plan terapéutico y las notas de progreso. Obtención de datos básicos. a) Reseña del propietario. Domicilio del propietario y empresa pecuaria (dirección): - Datos del propietario (nombre, dirección particular, teléfono, fax, celular, correo electrónico, etc.) - Datos del predio (dirección, municipio, nombre de la granja o rancho; giro comercial, tipo de explotación, tipo de tenencia de la tierra, extensión territorial, extensión de las instalaciones utilizadas, fuentes de agua, etc.). b) Reseña del ambiente. Geografía y C lima (macroclima y microclima. - Tipo(s) de suelos, de acuerdo a su textura, contenido orgánico, pH, drenaje, presencia de cuevas u otras oquedades. - Agua, fuente de obtención (cenotes, aguadas, ríos, pozos u otros cuerpos de agua dulce) y calidad sanitaria. - Vegetación, nativa e inducida. - Pastizales, cantidad en relación al número de unidades animales en alimentación, tipo de control de malezas y plagas, tipo y fuente de fertilización de los suelos, etc. - Sitios y forma de desecho, tratamiento de excretas y cadáveres. - Clima de la región (Temperatura media, humedad, dirección de los vientos dominantes, etc.). - Clima dentro de las instalaciones (Temperatura, humedad, ventilación, dirección de los vientos dominantes, drenaje, dimensión de las sombras, espacio vital, luminosidad, acumulo de materia orgánica, etc.). - Construcciones, materiales, diseño de las instalaciones, capacidades, durabilidad, mantenimiento, etc. - Almacenaje de alimentos, concentrados, piensos, premezclas e ingredientes para elaboración in situ de alimentos y de alimentos adquiridos fuera de la empresa. - Cercanía de otras unidades de producción, ranchos, granjas, patios, corrales de tránsito, cuarentenas (Rosenberger, et al. 1979). 43

c) Reseña del paciente: - Datos de identidad del Paciente (Nombre, número de registro, marca o fierro, señas físicas particulares, especie, raza, sexo, edad, función zootécnica, etc.). Identificación: Nombre y/o número. Para diferenciación entre los animales de un propietario o empresa pecuaria, se utilizan variadas estrategias de identificación, desde los nombres hasta los tatuajes. En ocasiones no es suficiente o posible, usar determinadas técnicas de marcaje, por cuestiones del tamaño del hato, económicas, de cultura, capacitación, entre otras, y se diferencian los animales por señas naturales como: color del pelaje, manchas en cara o cuerpo, cuernos o ausencia de ellos, defectos físicos o por marcas adquiridas, como tatuajes, marcas a fuego o frío, aretes, perforaciones, cortes en lugares específicos, pinturas, etc. Señas naturales. En cada raza existen una serie de condiciones que las asociaciones criadores nacionales e internacionales imponen a los animales para ser juzgados y calificados en exposiciones ganaderas, por lo tanto, los colores, su combinación, posición, tamaño de las manchas, largo de las orejas, estatura, forma de la cabeza y cuerpo, aplomo y peso a determinada edad, son algunos de los atributos que pueden identificar y diferenciar a un animal de otro, cuando se trata de individuos de raza pura. Sin embargo, la mayoría de los animales que encontramos en el campo son animales híbridos, pues los criadores buscan mejorar sus rendimientos de producción con las cruzas de razas, propiciando que aparezca una amplia gama de combinación de colores, tamaños y formas corporales, que tenemos que caracterizar con el fin de realizar un registro inconfundible en la historia clínica. Para efectos clínicos lo importante de la genética de un paciente, es su predisposición genética a padecer alguna patología, por ejemplo: Por el color, padecer carcinoma del párpado en animales con borde palpebral despigmentado (Smith, 2002).

Fig.1.Vacas con cuernos cortos y sin cuernos

Fig.3. Vaca color blanco con negro

Fig.2.Vaca con cuernos largos

Fig.4. Becerro Café oscuro con estrella en la frente.

44

M arcas adquiridas (F ier ros, tatuajes, aretes, colla res). Generalmente son las que el propietario determina que son útiles para identificar a sus animales, como marcas inferidas por quemadura de la piel con hierros candentes, tatuajes en las orejas o mucosa oral, aretado o collares, entre otros, utilizando números, letras o combinados. Además existe las marcas que surgen de los accidentes o manejos a los que los animales hayan sido expuestos durante su vida, como las cicatrices, mutilaciones o deformidades corporales (Radostitis, et al., 2002).

Fig.1.Identificación por arete

Fig.3.Identificación con collar  

Fig.2. Identificación con fierro a calor

Fig.4. Identificación por tatuaje

 

Identificación con marca temporal

45

Raza:

Bos indicus. Son las razas tipo cebuínas, provenientes del continente asiático, se caracterizan por su joroba, orejas largas y colores claros, aunque estos son rasgos variables de acuerdo a la raza y su pureza. Son animales muy frecuentes en climas cálidos y templados por su rusticidad y mayor resistencia a enfermedades transmitidas por las garrapatas que los individuos de razas europeas.

Brahman

Nelore

Guzerat

Sardo negro

Indobrasil

Gyr

Bos taurus. Son las razas provenientes del continente europeo, se caracterizan por su no tener joroba y orejas largas, en colores predominan los obscuros pero no son raros los claros, aunque estos son rasgos variables de acuerdo a la raza y su pureza. Son animales muy frecuentes en climas fríos, templados y menos frecuentes en cálidos por su poca resistencia al calor y humedad extrema y a enfermedades transmitidas por las garrapatas. Sin embargo, son muy apreciados en los climas cálidos para mezclar con razas cebuínas, con el objeto de aumentar la productividad en carne y leche, pues la mayoría de ellas son razas especializadas y de alto rendimiento, lo que las hace muy exigentes en sus necesidades de vida (Smith, 2002).

Holstein Frisan

Romagnola

Salers

46

Hereford

Belgian Blue

Angus

Suizo

Charolaise

Santa Gertrudis

Beef master

Chiniana

Tropicarne

Brangus

Pied montés

Limousine

Sexo: Existen algunas patologías que se manifiestan de acuerdo a la función que los individuos realizan por su sexo (hembra o macho) en los centros de producción, como producción de leche, vientre, semental o engorda. Hay que considerar que existen gérmenes que tienen predilección por algún en particular como los órganos sexuales, por ejemplo la bacteria del género Brucella infecta el útero de hembras gestantes y en los machos los testículos. Otras enfermedades no infecciosas como la paresis puerperal se presentan en las hembras inmediatamente después del parto, caracterizándose como una reducción de los niveles orgánicos disponibles de calcio, fósforo y magnesio principalmente, lo cual conduce a flacidez de la musculatura de las extremidades posteriores y por lo tanto postración del animal, entre otros signos clínicos.

47

E dad:

Hembra

Macho

La dentadura tiene en especial varios aspectos de interés para el veterinario, pues no solo es sitio de diagnóstico para enfermedades relacionadas con la nutrición mineral, trastornos mecánicos de la digestión gastrointestinal, entre otros, es además buen indicador de la edad de los animales. La presencia, aparición, tiempo de cambio y su desgaste son quizá, los aspectos más relevantes en su evaluación, por ejemplo: en el becerro recién nacido los dientes frontales de leche o temporales se encuentran, pero están cubiertos por la mucosa oral, en las semanas siguientes emergerán mostrándose las piezas dentales que deben ser de color blanco nacarado. El cambio de los dientes temporales empieza alrededor de los 21 meses (dos años), siendo los primeros en mudar los centrales, los siguientes son mediales a los 30 meses y posteriormente los laterales a los 39 meses o cuatro años de edad. Con el objeto de hacerlo más gráfico abajo se presenta la siguiente secuencia de imágenes dentales de los bovinos, considerando que estas fotografías son de ganado Bos taurus de raza lechera y con una alimentación balanceada parta cubrir sus necesidades nutricionales, con esto se quiere decir que existen cambios en la dentadura que es necesario considerar con criterio cuando se haga la evaluación de animales que han tenido una pobre nutrición por períodos prolongados de su vida, así como en bovinos con diferentes funciones zootécnicas, como es el caso de los alimentados para engorda intensiva, pues la dietas muy altas en carbohidratos propician el deterioro temprano de la dentadura (Jackson y Cockcoft, 2002). También en el caso de toros de Lidia, o destinados a la fiesta brava, el reglamento mexicano que regula este evento, menciona que los toros deben ser animales no menores de cuatro años de edad, provocando sanción al criador el vender animales con menos edad. Hay que ser cuidadosos por que las formas de alimentación y las mejoras genéticas han influido notablemente en la velocidad de su crecimiento, por lo tanto, animales con pesos estándar de acuerdo a las normas legales de la fiesta brava, pueden no tener la edad reglamentaria (4 años). Toros de Lidia

48

Determinación de la edad en toros de Lidia por el desarrollo de la dentición:

Animal de aprox. 4 años de edad.

Determinación de la edad por el desarrollo de la dentición: (Tomado de: Rosenberger et al., 1979)

Dentición del recién nacido.

Dentición de aproximadamente 2 años.

Dentición a los 5 meses.

Dentición de 6 años.

49

Dentición de 16 años.

Dentición sobre los 18 años.

F unción zootécnica: La raza de los bovinos no solo los identifica con el producto que nos pueden brindar como, leche o carne, sino también con algunas patologías que se presentan con mayor frecuencia en ellos por predisposición genética o por el manejo especial que reciben de acuerdo a su función productiva. Por ejemplo, en el ganado especializado en producción lechera es más común encontrar mastitis o infección de la glándula mamaria, en cambio en ganado de raza cárnica como el Hereford, es más común el carcinoma orbital (ojo rosado o pink eye), debido a la frecuente despigmentación del borde cutáneo de los párpados. Así mismo, el tipo de alimentación que se utilice para el sistema de manejo zootécnico elegido, pastoreo, dieta intensiva (concentrado de granos) o mixtas donde inclusive se pudieran usar desechos de la cosecha, rastro o de otras especies animales, son elementos relacionados con patologías.

Ganado productor de carne

Ganado productor de leche

E xamen físico. Existen diferentes métodos para realizar el examen clínico de un paciente, no importa como se llame, lo fundamental es que sea un método lógico, de pasos secuenciados, con orden en la recolección de la información, que las técnicas para la recolección de los datos sean pertinentes al evento, para que permitan orientar nuestro diagnóstico presuntivo, diferencial y confirmativo, el pronóstico, recomendar una terapia racional y diseñar un plan de medicina preventiva efectivo. Es recomendable seguir los pasos del método científico, 1) observar, 2) recolectar información, 3) analizar la información y 4) concluir. En la fase de observación, se pretende apropiarse de toda la información que permita caracterizar el suceso o sujeto a conocer, sin intervenir en él, pero con orden y lógica, aprovechando el bagaje de información previa. En cambio en la fase de recolección, hay que elaborar una estrategia metodológica que permita generar información suficiente contenida en los elementos investigados que marquen los indicios de interés clínico para sustentar un diagnóstico presuntivo (hipótesis de trabajo). En la fase tres, se pretende relacionar la información obtenida de manera lógica, con la nueva (complementaria), de tal forma que se pueda construir un mapa que ubique los elementos participantes en el evento y su interrelación, 50

con el objeto de sustentar, un diagnóstico diferencial, considerando: sistemas, órganos, tejidos, células, vías de ingreso y eliminación, respuesta orgánica específica e inespecífica, interrelación entre sistemas y por último la relación con los componentes climáticos, geográficos, sociales, culturales, económicos y biológicos del ecosistema. La fase cuatro, pretende definir el diagnóstico (confirmativo) para diseñar razonablemente un plan que integre las medidas de control (tratamiento individual y/o grupal) y prevención. El examen clínico orientado a problemas o ECOP, realiza los pasos del examen clínico orientado desde el principio, al diagnóstico diferencial, o sea, que la secuencia de la investigación va descartando posibles problemas, enfocándose de esta manera a los eventos de mayor riesgo para la vida del paciente. El ECOP, esta formado por cuatro etapas: primera recolección de datos básico (reseñas, anamnesis, examen general y pruebas básicas); segunda, elaboración de la lista de problemas y la lista maestra (recopilación y ordenamiento de los datos clínicos importantes de acuerdo a su impacto y trascendencia en el bienestar y la vida del paciente); tercera el establecimiento del plan inicial, en el cual se elabora la estrategia para obtener la información que consolide el diagnóstico definitivo (exámenes y pruebas especiales ) y cuarta, las notas de progreso del paciente (información de la evolución del paciente ante el tratamiento elegido), esto nos permite confrontar nuestro diagnóstico definitivo, y en caso de no ser satisfactorio, reconsiderarlo y cambiar o modificar nuestro tratamiento (Jackson y Cockcoft, 2002). En resumen, cualquier método elegido es bueno, mientras considere los pasos necesarios para obtener información suficiente para basar nuestro criterio diagnóstico (anamnesis, exámenes físicos general y especial, laboratorio clínico y gabinete), y tomar decisiones inteligentes y razonables para la resolución del problema. a) Anamnesis (información previa). Reseña histórica de todos los datos clínicos del rancho y del caso, anteriores a nuestra visita o presencia ante el paciente(s) (como, cuando, donde empezó el problema, sistema de manejo zootécnico, factores asociados a su aparición, programa de ventas, fuente de alimentos, programa de alimentación, vacunas recibidas, enfermedades anteriores, datos del último parto, fecha del último manejo, cambios en la dieta, fecha y lugar de nacimiento, lugar de procedencia, fecha de ingreso o incorporación al hato, indicadores de producción, parámetros del rancho, etc.). - Curso la enfermedad: Es el tiempo transcurrido desde la aparición de los primeros signos del cuadro hasta el desenlace, de acuerdo al tiempo de establecido un padecimiento y su desarrollo, podríamos clasificarlos en: - Sobreagudos: De unas horas hasta dos días. - Agudos: De tres a catorce días. - Subagudos: De dos a cuatro semanas. - Crónicos: Más de cuatro semanas. La clasificación nos ayuda a establecer la dinámica de evolución y la severidad de la enfermedad, colabora al diagnóstico diferencial, al excluir algunas enfermedades de la lista de maestra, a considerar el riesgo epidemiológico para su difusión temporal y territorial, y a estimar las oportunidades del paciente ante su problema (pronóstico). - Naturaleza y asociación de circunstancias que acompañan a la enfermedad: Información que nos permite asociar datos o factores de riesgo con los hechos reales, contrastado con la literatura consultada y a nuestra experiencia, sobre la posible causa, sitio y grado de la alteración, por ejemplo: herida punzo-cortante o cirugía reciente 51

+ infección focal de la herida + espasmos musculares + protrusión del tercer párpado + tenesmo + rigidez de la locomoción anterior y posterior = Probable Tétanos. - Probable origen del padecimiento: Información que permiten orientar hacia la probable causa del cuadro clínico, por ejemplo: - Alimentación : cantidad, tiempo de recibirlo, composición de la ración, calidad de los ingredientes, origen, cambios en la ración, horario de alimentación, lugar donde se proporciona el alimento, higiene del proceso y de la administración del alimento, etc. - Manejo general : higiene ambiental e individual, especialización del personal asignado para el manejo, diseño y material de las instalaciones, organización del rebaño o grupos, traumatismos, etc. - Manejo especializado por función zootécnica: leche, cría, carne, doble propósito, etc. - Tratamientos previos: tipos de medicamentos, vías de aplicación, dosis, intervalos entre aplicaciones, duración del tratamiento, cirugías, biopsias, etc. - Programa de inmunizaciones: vacunas recibidas. - Donde apareció por primera vez el padecimiento: casa, corral, potrero, paridero, etc. - Coincidió con inseminación, monta natural, destete, vacunación, marcaje, transporte, parto, cirugía, cambio de pastizal, cambio climático, cambio de dieta, ingreso al hato; aplicación de desinfectantes, insecticidas, fertilizantes, pinturas, etc. - Es la primera vez que el paciente presenta el o los signos (recurrente o no). - Apareció en uno o más animales al mismo tiempo o en un período de tiempo (epizootico, enzoótico, panzoótico, esporádico, aislado, etc.). - Etc. (Jackson y Cockcoft, 2002) b) Técnicas propedéuticas: Son las formas ordenadas y metódicas de recoger información clínica primaria, a través de nuestros sentidos para recopilar datos que ayuden a caracterizar la patología presente. Para ello podemos usar o no, instrumentos que mejoren nuestra percepción de los signos evidentes como el termómetro clínico, el estetoscopio, martillo, plesímetro y lámpara. Las apreciaciones de nuestros sentidos en el momento de ser aplicadas en forma metódica y ordenada se constituyen en técnicas propedéuticas y fuentes confiables de información para fundamentar una opinión diagnóstica presuntiva. Las técnicas de mayor utilidad clínica son: -Inspección -Palpación -Percusión -Auscultación -Olfación - Inspección: Este método comprende todo lo que se observa a simple vista o con la ayuda de algún instrumento que magnifique nuestra visión (con luz y/o lentes de aumento), se realiza en dos formas: directa e indirecta. La primera utiliza solo la vista y la segunda, se apoya en aparatos o instrumentos que optimizan la percepción de los sentidos, como lupas, lámparas, espéculos, etc. Se realiza generalmente de cabeza a cola, observando la integridad física y motriz, coloración, condición corporal, simetría, conformación, piel, pelo, mucosas, orificios naturales, estructuras óseas, locomoción, comportamiento

52

individual y posturas corporales. Se debe asociar el olfato para identificar aromas, en secreciones y excreciones, que caracterizan la piel, pelo, mucosas u orificios naturales. Fig. Inspección de la conformación anatómica externa.

- Palpación: La palpación es la sensación recibida por el tacto, informa de anomalías proyectadas a la superficie del cuerpo. Se puede dividir en superficial y profunda, en directa e indirecta. La técnica en la forma directa, indica que se deben apoyar las yemas de los dedos ligeramente doblados y, si es necesario, hacerlo por varios segundos o minutos, utilizar la mano o los nudillos. La temperatura cutánea también se puede percibir, aplicando el dorso de la mano, comparando con otras áreas de la piel circunvecinas, para evitar errores en la interpretación. En caso de utilizar guantes, se considera indirecta, como se puede realizar en las cavidades bucal, vaginal o rectal. Se puede palpar consistencia, sensibilidad, extensión, situación, forma, movilidad, temperatura, así como los cambios de resistencia: blando, pastoso, firme, duro, fluctuante, o crepitante. Se puede presionar la superficie corporal con la mano extendida o con el puño, con el fin de realizar contacto profundo con órganos o estructuras más internas (palpación profunda) e inclusive provocar movimientos bruscos de pendulación de órganos móviles como los abdominales con el objeto de investigar su contenido, consistencia, tamaño o sensibilidad (sucución) (Jackson y Cockcoft, 2002).

Fig. Palpación de ubre

53

- Percusión: Con esta técnica se hace vibrar una región corporal por medio de golpes producidos con la punta de los dedos (forma directa) o con el auxilio de un martillo clínico y un plesímetro (forma indirecta). La calidad del sonido de rebote indica la consistencia, dimensión e integridad anatómica estructura del órgano explorado. Existe una variante que se usa frecuentemente en grandes especies (particularmente en bovinos), que consiste en aplicar golpes cuidadosos y firmes con la ayuda de un martillo de cabeza grande de hule, sobre regiones específicas del abdomen, evitando agresividad, con la intención de evaluar la sensibilidad profunda de órganos adyacentes a la pared abdominal. Se recomienda realizarla de preferencia en un lugar silencioso y considerar la fuerza y gentileza de la percusión aplicada de acuerdo a la región corporal y al temperamento del paciente, con el objeto de evitar daño o incomodidad al paciente y con esto mejorar su colaboración al procedimiento de la investigación física. Sonidos a la percusión: - Mate: De intensidad escasa y corta duración, producido al percutir porciones sólidas, compactas y sin aire, como por ejemplo músculo cardíaco. - Timpánico: Se produce en órganos huecos, provistos de gas con presión en sus paredes, similar al que se escucha en un tambor y puede dar la impresión de sonido metálico cuando la presión es muy intensa. - Claro: Se produce en órganos huecos, con gas, pero a diferencia del anterior, no existe presión variable, normalmente es constante. También le llaman resonante o como el caso de los pulmones, se denomina sonido pulmonar. Entre los sonidos mencionados se puede encontrar algunas variantes de su significado diagnóstico, generalmente son mezclas y con facilidad por falta de experiencia se pueden confundir, tales como: submate (las zonas de un estómago lleno de alimento sólido) o subtimpánico (sonido de pequeñas cavidades de llenas aire como los alvéolos pulmonares).

Fig. Percusión con martillo y plesímetro clínico.

- Auscultación: Consiste en escuchar los sonidos producidos por la actividad normal de un órgano, a fin de apreciar la calidad de su estado anatomo-funcional. Se puede realizar de una forma directa o indirecta: en la primera se aplica el oído a la pared del cuerpo, teniendo cuidado de si se trata de un animal sucio o con enfermedades de la piel, aplicar un paño limpio antes de apoyar nuestra cabeza. Tiene la ventaja de que se puede usar en cualquier momento, pero la desventaja de un acercamiento excesivo con los animales que puede ser riesgoso para nuestra integridad física. El segundo o indirecto, utiliza el estetoscopio o fonendoscopio, con su auxilio aislamos el sonido de una región específica, no tenemos un contacto físico muy estrecho con los pacientes y podemos prácticamente aplicarlo en cualquier sitio del cuerpo que deseemos, amplificando los sonidos. 54

Sonidos a la auscultación: E xternos. - Estertores: Sonido producido por una breve pero poderosa espiración a través de la nariz, generalmente se asocia a inflamación de la mucosa nasal, irritación, acumulo de secreciones (catarla o rinitis fibrinosa) o presencia de cuerpos extraños. - Estornudos: Producido por una breve respiración y una violenta expulsión de aire que arroja moco acuoso o denso, esto ocurre generalmente por irritación de la mucosa nasal, acumulación de secreciones bronquiales o introducción de cuerpos extraños en la nariz. - Tos: Expulsión violenta de aire por la apertura repentina de la glotis, se pueden presentar una o más veces consecutivas o ataques paroxísticos, dependiendo de la causa (secreciones bronquiales, polvo, cuerpos extraños, golpes en la tráquea, ejercicio exhaustivo, inhalación de humo, inflamación pulmonar por infección o parasitismo, acompañados por enfisema o pleuritis. - Estenosis: Producido por constricción de las vías respiratorias anteriores (tráquea y bronquios) durante la inspiración y espiración forzada, su resonancia varía de acuerdo al sitio de localización y al tipo de secreción (seroso, fibrinoso, mucoso, purulento). - Estenosis nasal: Producido por obstrucción mecánica del orificio nasal (moco, coagulo, cuerpo extraño, parásitos, inflamación o tumor), lo cual provoca una inspiración y espiración forzada, pudiendo ser uni o bilateral, acompañada de boqueo, disnea, con respiración predominantemente abdominal. - Estenosis faríngea: Produce sonidos vibratorios como estertores por constricción de la faringe, acompañado frecuente mente con incremento de tamaño de los nódulos linfáticos retrofaríngeos, cuerpos extraños, abscesos en la pared muscular o nódulos, parálisis muscular faríngea y coma. - Estenosis laríngea: Produce sonidos vibratorios en el cuello como gruñidos o rugidos, puede ser causado por secreciones membranosas, inflamación, procesos necrótico purulentos, edema de la mucosa laríngea, compresión por abscesos de tuberculosis o actinomicosis. - Estertores traqueales: Los sonidos se escuchan como ronroneo, lo cual se puede provocar o incrementar al presionar la tráquea en la parte anterior o percusión con el mango del martillo clínico, puede ser producido por inflamación de la mucosa o colapso de anillos cartilaginosos traqueales. - Gemido: Generalmente se presentan durante la espiración en animales con procesos pulmonares inflamatorios, acompañados con enfisema, neumotórax, trauma de la pared torácica o por dolor abdominal (timpanismo, reticulitis o reticulopericarditis traumática) y también en forma normal se pueden escuchar en hembras durante la labor de parto eutócico o distócico (Rosenberger, 1979). Internos. - Vesicular: Es el sonido normal del parénquima pulmonar en la parte más ancha del órgano (porción dorsal), en el resto del campo se escuchan sonidos mixtos vesiculares y bronquiales, - Bronquial: El sonido normal, es de flujo tubular cavitario, que debe de ser claro, limpio y sin arrastres. - Murmullo: Sonido normal que se presenta generalmente por ligeras irritaciones de bronquiolos por efecto de ambientes polvosos, muy fríos o muy calientes, sin una patología específica presente, no considerándose de interés clínico. - Crepitante: Sonido áspero de carácter patológico, que se escucha como roces burbujeantes en enfisemas (similar a frote de papel celofán). 55

- Roce: Sonido de carácter patológico, pueden ser secos o húmedos que se escucha como frote de papel lija, burbujeo o arrastre de arena, común en pleuritis o pleura neumonías. - Húmedo: Sonido de carácter patológico, que se escucha como efervescencia en los bronquios por arrastre de contenido de secreciones acuosas o exudados fibrinosos, generalmente asociado a edemas pulmonares, hemorragias recientes con sangre líquida, bronconeumonía catarral incipiente o neumonía por aspiración. - Sibilancia: Sonido de carácter patológico, que se escucha como un silbido generalmente asociado a la espiración, por la estenosis de la luz bronquial con salida forzada del aire. Es necesario evitar durante el apoyo del estetoscopio en la superficie corporal, arrastrar el tambor por la piel, pues el pelo produce sonidos accesorios indeseables que interfieren con la audibilidad de los sonidos de interés clínico.

Fig. Auscultación con estetoscopio.

- Olfación: El registro de información por los órganos de los sentidos constituye un conjunto indisoluble, durante la inspección, la palpación o la auscultación tenemos un contacto tan estrecho con el paciente que resulta imposible evitar percibir diversos aromas u olores de significado clínica. De una forma directa podemos identificar por la olfación a una hembra de cualquier especie con metritis o piómetra abierta, en el brete durante la ordeña a una vaca con aliento cetónico, diferenciar una diarrea infecciosa de una no infecciosa, un alimento en descomposición o con alguna sustancia aromática indeseable. Esto nos indica, como en el caso de todos los demás métodos propedéuticos que se necesita entrenar la percepción para hacerla confiable y con la experiencia diferenciar lo normal de lo anormal y guiar nuestro examen físico. c) E xamen físico general (estado presente). Iniciamos con la evaluación de la conducta del animal, postura, simetría corporal y condición corporal. El examinamos el exterior corporal del paciente por medio de la inspección, evaluando la condición de piel, pelo, faneras, orificios naturales, secreciones, excreciones, nódulos linfáticos, postura, conducta individual y social, condición corporal, simetría corporal muscular y esquelética. Se puede asociar la olfacción a la inspección para mejorar la percepción de las anomalías que pudieran alterar la integridad anatomofuncional de los epitelios y cavidades corporales. Posteriormente continuamos con el Trias, que incluye 1) frecuencia respiratoria, 2) pulso y 3) temperatura corporal), en poligástricos podemos realizar además, la medición de la frecuencia ruminal (Rosenberger, 1979). - Conductas individual y social: La inspección nos brinda información esencial sobre la percepción y coordinación sensorial y motriz del paciente, manifestaciones de cada individuo como una expresión del 56

bienestar orgánico y relación con su entorno. Podemos observar la conducta de descanso, consumo de alimentos y agua, ante el clima prevalente en el momento del examen, la reacción ante la presencia de personas u objetos diversos (huida y defensa), sexual, etc., considerando su temperamento habitual (agresivo, flemático o hiperactivo), para definir y dimensionar los cambios patológicos como: apatía, excitabilidad, depresión, dolor, incoordinación, parálisis, entre otras. Con respecto a la conducta social, observar su reacción y tolerancia a individuos de su misma especie u otra diferente, incluyendo al ser humano, al manejo cotidiano al que se le somete y a las instalaciones donde se le aloja. Es importante señalar que, la observación del paciente se debe iniciar lo más lejos posible para evitar que nuestra presencia modifique su conducta y después, debemos acercarnos para evaluar las reacciones a nuestra presencia.

Fig. Conducta individual en consumo de alimento.

Fig. Conducta social en pastoreo (grupo).

- Postura: Al igual que la observación de la conducta, es un examen que se realiza inicialmente a distancia y después, dentro del área de percepción del animal. Cada especie tiene una conducta postural definida que la característica, por ejemplo para caminar, defecar u orinar, de cortejo para el apareamiento, comer, tomar agua, pararse, echarse, equilibrio corporal, respirar, retozar y rumiar, entre otras. Las posturas no habituales o diferentes, pueden indicar alteraciones de interés clínico, por ejemplo: encorvar la espalda podría estar relacionada con dolor abdominal, tenesmo, anuria; abrir los codos, con reticulitis traumática, pleuritis; extremidades abiertas, dificultad para mantener el equilibrio; extremidades anteriores o posteriores ubicadas hacia el centro del cuerpo, dolor en alguna pata. etc. En este momento se puede observar también la simetría corporal, o sea, la morfología músculo esquelética y órganos pares del animal, calificando por comparación consigo mismo o con otros animales del mismo grupo. Imaginariamente dividimos el cuerpo del paciente por líneas sagital y transversal, para comprobar que cada órgano es simétrico con su homólogo, el lado izquierdo con el derecho, la parte anterior con la posterior (Blood y Henderson, 1986).

Fig. Apoyo en tres extremidades.

57

- Condición corporal (estado nutricional). El estado corporal de un animal varía de acuerdo a su especie, edad, sexo, preñes, raza y función zootécnica, tiene un patrón zootécnico y médico considerado normal o ideal, de este aspecto se determina lo que llamamos condición corporal, la cual calificamos con la ayuda de una tabla que facilita y uniformiza el criterio de evaluación. Es un criterio que trata de establecer una calificación del desarrollo muscular de un individuo, en relación a la calidad y cantidad de la dieta que recibe. Para tal efecto, se observan las masas más evidentes como son: cuello, hombros, espalda y piernas, nos podemos apoyar en estándares de la especie, de acuerdo a su edad, sexo, estado fisiológico y función zootécnica. Existen varias clasificaciones publicadas, pero para efectos de prácticos y homogenizar criterios, se pueden utilizar cinco grados, como se muestra a continuación: 1) M ala. Animal con severa depresión de la musculatura de la base de la cola (grupa), muy pobre masa muscular de cuello, hombros, costillar, espalda, cadera y piernas.

2) Regular. Animal con depresión de la musculatura de la base de la cola (grupa), reducida masa muscular de cuello, hombros, costillar, espalda, cadera y piernas.

3) Buena. Animal de cuerpo anguloso, con mínima depresión de la musculatura de la base de la cola (grupa), masa muscular suficiente para cubrir los huesos de cuello, hombros, costillar, espalda, cadera y piernas.

58

4) M uy Buena. Animal con la musculatura turgente de la base de la cola (grupa), masa muscular de cuello, hombros, costillar, espalda, cadera y piernas muy bien desarrollada. Cuerpo con aspecto redondo.

5) Obeso. Animal con la musculatura de la base de la cola (grupa) exuberante, excesiva acumulación de grasa corporal, exuberante masa muscular de cuello, hombros, costillar, espalda, cadera y piernas. Cuerpo con excesivo acumulo de grasa corporal.

- Simetría corporal. De la misma forma, la simetría del cuerpo de los animales tiene un patrón característico que debemos conocer para evaluar y reconocer los cambios que pudieran asociarse a una patología determinada. Por ejemplo, la circunferencia del vientre de un bovino adulto es ovalada con ligera protuberancia más evidente del lado izquierdo, debido a la presencia del rumen, sin embargo, esta forma varía de manera normal debido al nivel de repleción del órgano y más todavía cuando se produce una acumulación patológica de gases o líquidos (timpanismo gaseoso o espumoso) o dislocación de alguna de las cavidades gástricas. De igual manera hay que considerar que variará en una hembra normal durante la gestación debido al crecimiento del feto y el incremento de líquidos en las membranas fetales. Pero también, por ejemplo, habrá cambios visibles entre otros casos, por fractura de costillas, ruptura de la pared muscular del tórax (hernia), donde el paciente puede mostrar una anormal depresión o protuberancia en su superficie. De igual manera, por la presencia de un absceso situado en piel, tejido celular subcutáneo o en masa muscular superficial en cualquier región corporal visible, mostraría una protuberancia anormal, hallazgos que nos pudieran señalar la posible causa o efecto de un traumatismo, infección o penetración de un cuerpo extraño, entre otras agresiones (Blood y Henderson, 1986).

59

Fig. Abdomen prominente del lado derecho por gestación.

-T rías (signos vitales): Se recomienda sea el primer contacto físico con el paciente para evitar dentro de lo posible alterar la conducta y los signos vitales, conservando la confiabilidad de los datos obtenidos. La medición de los valores fisiológicos de la Frecuencia Respiratoria (FR), el Pulso (P) y la Temperatura Rectal (TR), se utilizan con el objeto de hacer una evaluación muy general del equilibrio orgánico del paciente. Son valores vitales, por lo tanto su modificación puede indicar la presencia de un esfuerzo extremo o una patología por ejemplo: en un corral sin sombra, los animales están expuestos a la radiación solar en las horas críticas del día, por lo tanto el cuerpo incrementa su temperatura (hipertermia) por absorción ambiental de excesiva radiación calórica. Para conservar la homeostasis, el sistema termorregulador, activa los mecanismos de pérdida de calor emergentes, para enviar el calor excesivo, que la sangre ha recogido del cuerpo, hacia los pulmones para eliminarlo al medio externo, induciendo un incremento de la presión sanguínea, el pulso y la frecuencia respiratoria. Esta reacción también la vamos a encontrar en presencia de una infección, los gérmenes pirógenos (causantes de fiebre) generalmente induce la elevación de la temperatura corporal, como un mecanismo defensivo, con el objeto de dificultar la vida y reproducción de los gérmenes dentro del organismo, provocando de la misma manera que el caso anterior, alteración del pulso y la frecuencia respiratoria (Amstutz, 1980). 1) F recuencia respiratoria: Los movimientos respiratorios en un animal sano o enfermo se pueden observar a distancia, sin alterar su conducta o comportamiento, inspeccionado principalmente los flancos o costillares. La frecuencia de los movimientos respiratorios (FR), se registra por el número de inspiraciones o espiraciones por minuto. También nos podemos apoyar en el estetoscopio, auscultando la pared torácica, o con un espejo colocado frente a los ollares del paciente, donde se verá el sombra de vapor que deja el aire espirado cada vez que se repite el ciclo respiratorio (inspiración-pausa-espiración). En general se consideran como valores referenciales normales en bovinos adultos una frecuencia de 15 a 35 movimientos por minuto y en becerros, de 20 a 50 por minuto. Hay que considerara con mucha atención, que la frecuencia puede variar por muchas causas, por ejemplo hora del día, gestación, reciente consumo de alimentos, temperatura o humedad ambiente o deshidratación.

60

Fig. Medición de la FR. por auscultación.

Fig. Medición de la frecuencia respiratoria por exhalación.

El incremento o reducción de la frecuencia (polipnea u oligopnea), ritmo o intensidad de los movimientos respiratorios puede indicar un proceso patológico que se debe investigar con detenimiento para deducir si es producto de una alteración primaria del tracto respiratorio o es reflejo de una alteración en un órgano o sistema ajeno, sin olvidar que no existe ningún cambio en el medio interno del cuerpo que se pueda aislar, o sea, todos tiene relación anatómica o funcional. 2) Pulso: A la onda de expansión de la pared arterial provocada por el paso de un volumen determinado de sangre, se le denomina pulso (P). Con motivo del examen físico, se prefiere medir y evaluar la calidad del pulso en las arterias más superficiales del cuerpo, como, la rama mandibular interna o externa de la arteria facial, la medial en la porción frontal del brazo, la femoral en la cara interna superior del muslo o la coccígea en la cara inferior de la cola en el tercio superior. La medición la efectuamos por palpación, apoyando la punta del dedo medio o índice sobre la pared superficial del vaso. En general, se consideran como valores referenciales normales en toros adultos pesados una frecuencia de 60 a 70 pulsaciones por minuto, en vacas adultas 60 a 90, en novillos 70 a 90, en vaquillas (primer parto) 65 a 80 y becerros no destetados 90 a110. El pulso al igual que la respiración puede variar por diversas causas como por ejemplo, gestación, calor o frío, altitud, repleción estomacal, deshidratación, anemia, ejercicio o estado de alarma, entre otras. Generalmente la frecuencia del pulso y la frecuencia del latido cardíaco son la misma, sin embargo pueden ocurrir diferencias como pulso lento en presencia de contracción ventricular débil, insuficiencia cardiaca o en extrasístole. Cualquier desviación notable de la frecuencia del pulso implica una alteración de la salud del paciente, haciendo indispensable un examen especial minucioso del sistema cardiovascular. Para su evaluación se puede usar la palabra nemotécnica FIRDA, que está formada por las letras iniciales de los elementos a examinar: frecuencia, intensidad, ritmo, delimitación y amplitud.

Fig. Medición del pulso en arteria facial.

61

3) Temperatura rectal: Se evalúa con la ayuda del termómetro clínico, que para medicina veterinaria tienen una escala de 42 a 43 grados centígrados (°), la temperatura corporal se mide por vía rectal (TR) en todas las especies animales, teniendo la precaución de colocar la punta que contiene el mercurio hacia un lado para permitir que entre en contacto con la pared intestinal y no quede atrapado en el bolo fecal, pues esto provocaría error en la lectura, ya que se reduciría aproximadamente en medio grado (Amstutz, 1980).

Fig. Medición de la temperatura rectal.

Investigación clínica de la F ieb re: a) E xamen clínico. El primer paso para investigar fiebre de origen desconocido, es hacer una reseña completa de los antecedentes históricos (anamnesis) y detallar el examen físico minucioso, iniciando por las trias y continuando por cada órgano y sistema corporal. Cuando los signos son vagos, no se debe pasar por alto ningún sistema, intentando localizar áreas o zonas de dolor (inflamación o lesión), cambio de temperatura, volumen, aspecto, alteración motriz o de la sensibilidad (Amstutz, 1980). b) E xamen generales de laboratorio. Pruebas en sangre: - Hemograma (formulas roja y blanca) - Proteínas séricas (Fibrinógeno, albúmina, globulinas y su relación) - General de orina - Perfiles hepático y renal (enzimas). La fieb re es un signo clínico constantemente encontrado en las enfermedades provocadas por microorganismos patógenos, ya que es causada por las toxinas o los productos de la degradación de los tejidos dañados del paciente, por lo tanto, el proceso febril, actúa como una alarma inmunológica o mecanismo físico limitante de la reproducción microbial. El ascenso de la temperatura se regula por medio de mecanismos de retroalimentación negativa, de modo que raras veces la fiebre supera 41º C, pero en ciertos estados hipertérmicos (febriles), como serían el golpe de calor o la hipertermia maligna por anestesia, el mecanismo de control central deja de funcionar y la temperatura puede alcanzar niveles letales. En estudios recientes, se ha encontrado que incluso de los exudados inflamatorios estériles, se puede extraer material capaz de inducir fiebre (pirógeno) al inocularlo a otro animal, por ser reconocido por el organismo receptor como material extraño al mismo. El estudio fisiopatológico de la termorregulación, utilizando los métodos y las herramientas clínicas físicas y bioquímicas, permite entender e interpretar los mecanismos patológicos sobre los que se 62

basa el diagnóstico de las diversas enfermedades de los animales domésticos y la toma racional de decisiones terapéuticas para su resolución (Smith, 2002). - E xploración de piel, pelo, mucosas, orificios naturales y linfonodos. a) Piel: En la piel se superponen dos capas: una cubierta superficial de tejido escamoso estratificado (epidermis) y una capa más profunda de tejido conectivo denso, de conformación irregular (dermis o corion). En la dermis se encuentran arterias, venas, capilares, linfáticos, fibras nerviosas, folículos pilosos, glándulas sudoríparas y sebáceas, así como los músculos erectores. La hipodermis se encuentra bajo la dermis, la que permite el deslizamiento de la piel. Las funciones principales de la piel son: protección o limitación de la pérdida de agua, protección mecánica contra agentes nocivos físicos y químicos, participación en los mecanismos termorreguladores, sensibilidad, secreción de sudor y sebo. Aquí se deben considerar la exploración de los orificios naturales de nariz, ojos, boca, oídos externos, prepucio, vagina y de las faneras o partes córneas de la piel como: cuernos, pezuñas, cascos y espejuelos en el equino. Se evalúa su consistencia, integridad, color, aroma, forma y su desarrollo por edad.

Fig. Lesión necrótica en la piel de la ubre.

Fig. Erosión de la piel.

b) Pelo: Se debe considerar la especie, raza, nutrición, clima y los cuidados de limpieza e higiene que se proporcionen al animal. En condiciones normales el pelo debe ser liso y aplanado sobre la superficie de la piel, brillante y elástico. Con los cambios de estación durante el año se produce fisiológicamente muda de pelo (primavera e invierno). El erizamiento transitorio del pelo es una reacción nerviosa propia de los estados emocionales de alarma ligada a la liberación de adrenalina (excitación, miedo, cólera, etc.), presentándose durante procesos espasmódicos (escalofríos), fiebre y urticarias.

Fig. 3. Aspecto de la condición de piel y pelo

Fig. 4. Aspecto de la lesión de piel y pelo

63

La despigmentación del pelo en ciertas zonas puede deberse a: deficiencias nutricionales, parasitismo, deficiencias de cobre en la dieta o exceso de molibdeno. El pelo hirsuto se aprecia áspero, de color mate y seco, principalmente por deficiencias nutricionales y parasitismo. En ocasiones, el pelo se aprecia frágil (tricorrexis), o pequeñas hinchazones irregulares (tricorrexis nudosa), donde generalmente tiende a romperse, esto puede deberse a trastornos metabólicos o tóxicos. c) M ucosas visibles: En los animales saludables la mucosa palpebral (párpados), membrana nictitante (tercer párpado), del hocico, orificios nasales, boca, lengua, anal, vagina y prepucio, se deben notar a la inspección brillantes, turgentes, húmedas, suaves, íntegras y de color rosado pálido. Los cambios de color como por ejemplo: amarillo (ictérico) por trastornos hepáticos o por intensa destrucción de glóbulos rojos; azul (cianótico) por trastornos de ventilación pulmonar; rojo azuloso (congestión) por intoxicación que interfieren en la unión del oxígeno con la hemoglobina y blanco (anémico) por reducción de la cuenta total de eritrocitos. Con respecto a su integridad se inspecciona la presencia de úlceras, pústulas, heridas, erosiones, costras, cicatrices o hemorragias (Smith, 2002).

Fig. 5. Mucosa palpebral

Fig. 6. Mucosas labios y encías.

d) Linfonodos: Se procede a comprobar su elasticidad (grado de hidratación) e integridad (edemas, hematomas, nodulaciones o enfisemas), palpando además, las estructuras anexas como son los vasos sanguíneos superficiales y especialmente los ganglios linfáticos. Los principales ganglios externos palpables son: en cabeza submaxilar, parotídeos y retro faríngeos; cuello y tórax preescapulares (en pequeñas especies los axilares); abdomen los subilíacos o precrurales; en testículos los escrotales y en ubre los supramamários o retromamários (especies pequeñas los poplíteos). Por palpación rectal en grandes especies los mesentéricos y en la bifurcación de la aorta los ilíacos internos (Fig. 1). Se evalúa a la palpación de ganglios: tamaño, movilidad, textura, conformación, sensibilidad y temperatura.

1

2

4

2

3

64

Fig. 4. Principales nódulos linfáticos del bovino para la exploración clínica. 1) Parotídeo, 2) Retrofaríngeo, 3) Mandibular, 4) Pre escapular, 5) Sub Ilíaco, 6) Supramamario, 7) Poplíteo.

Fig. Palpación de los linfonódulos Fig. Palpación de linfonódulos Parotídeos. Preescapulares.

Fig. . Palpación de linfonódulos Subilíacos.

PR U E B AS B ÁSI C AS D E L A B O R A T O R I O C L Í N I C O . Sangre: - O btención, conservación, envío de muestras y examen. Los bovinos tienen aproximadamente un volumen sanguíneo del 7% del peso corporal, en recién nacidos es relativamente más alto (115 ml/kg) que incluye un volumen plasmático de 35 a 45 ml/kg. Sitios para venopunción: - Bovinos: vena yugular, vena caudal, vena mamaria, vena auricular. - Equinos: venas yugular y digital - Ovinos y caprinos: venas yugular, caudal, auricular. - Porcinos: venas yugular, caudal, auricular, cava anterior. - Caninos y felinos: venas yugular, safena, radial, cava anterior. - Aves: venas radial, digital, cava anterior, punción de crestas y barbillas. - Animales de laboratorio: venas caudal, seno conjuntival, cava anterior y corazón. (Benjamin, 1988). Se deben tomar las siguientes precauciones para evitar la hemólisis de las muestras de sangre: - Evitar agujas y/o jeringas húmedas - Evitar vaciar bruscamente la muestra a través de la jeringa - Evitar el calentamiento de la muestra. Las muestras de sangre deberán conservarse siempre en refrigeración (4 a 7° C) y evitar el manejo brusco para impedir la hemólisis de la muestra.

65

Fig. 8. Venopunción yugular en bovino

Fig. 9. Venopunción coccígea en bovino.

Fig. 10. Equipo Vacutainer para venopunción

- Biometría hemática. Pueden ocurrir cambios en diversas circunstancias, por ejemplo: cuando hay hemorragias agudas o crónicas, deshidratación, reacciones alérgicas o infecciones (bacterianas, virales o parasitarias). La detección de muchos cambios patológicos, así como el estudio de la función normal del organismo a través de la sangre, es posible realizarlo con la caracterización y cuantificación de sus componentes celulares y bioquímicos. La biometría hemática nos permite evaluar: oxigenación celular, actividad de las defensas celulares y humorales, hidratación, intoxicaciones y la función de los órganos hematopoyéticos, entre otros. Para hacer el estudio se elabora un frotis de sangre, en el cual se coloca en un extremo del portaobjetos una pequeña gota de sangre. Se lleva un portaobjetos extensor en un ángulo aproximado de 30 grados hasta que entre en contacto con la gota de sangre e inmediatamente se corre este portaobjetos extensor en dirección contraria, lo que permitirá así la extensión del frotis. Se debe procurar no realizar un frotis de sangre demasiado grueso y este no debe tocar los extremos del portaobjetos, ya que en caso contrario se dificultará su examen. En los eritrocitos hay que observar el tamaño, la forma, la reacción a la coloración, las inclusiones intracitoplasmáticas y si existe o no la presencia de núcleo, sobre todo cuando se estudian los eritrocitos de mamíferos. En los leucocitos se examina el tipo de madurez y se estudia todas las anormalidades del núcleo y del citoplasma. En general se localizan cinco tipos diferentes de leucocitos en la sangre, esto son los del grupo de los granulocitos y los del grupo de los agranulocitos. En el primer grupo tenemos a: los neutrófilos, los eosinófilos y los basófilos, en el segundo grupo están los linfocitos y los monocitos. Los neutrófilos poseen una vida máxima de 14 días en la circulación general y participan en la fagocitosis de bacterias principalmente. El citoplasma de los neutrófilos es incoloro o se tiñe de un rosa muy pálido y muestra una serie de gránulos dispersos en esta estructura. Su núcleo se tiñe de azul o violeta oscuro y se encuentra dividido en lóbulos, generalmente hasta cinco.

66

Para contar los eritrocitos o los leucocitos, se utiliza un hemocitómetro o cámara de Neubawer, en esta cámara encontramos un área rayada que esta diseñada para facilitar el conteo de los dos tipos de glóbulos sanguíneos. Cabe mencionar que la profundidad de esta cámara una vez armada es de 0.1 mm. En la actualidad existen equipos automatizados que pueden hacer este conteo de células sanguíneas en un tiempo muy corto y con resultados confiables. Para el caso de los eritrocitos, su valor nos indica patrones de policitemia que pueden relacionarse con algún proceso que involucra la deshidratación del animal y por otro lado nos acusa la presencia de anemia. La cifra normal de referencia para eritrocitos en el ganado bovino es de 5 a 10 millones de eritrocitos por mm3. Conocer el número de leucocitos en el paciente nos refiere a situaciones en las cuales el animal presenta algún problema de inmunosupresión, que es el caso para las leucopenias, que están asociadas a las enfermedades virales, o en otro caso a algún tipo de infección, como sucede en las leucocitosis. Estas últimas pueden ser originadas por bacterias o parásitos. La cifra de referencia para el caso de los bovinos es de 4 mil a 12 mil leucocitos por mm3 (Shalm, 2006).

Fig.

Valores de referencia para ganado adulto: x No. de eritrocitos x Hemoglobina (Hb) x Hematocrito (Ht) x Volumen globular medio (VGM) x Concentración media de Hemoglobina globular (CMHG) x x x x x x

No. de Leucocitos Linfocitos Eosinófilos Basófilos Neutrófilos segmentados Neutrófilos no segmentados

Fig.

5 a 8 millones/mm3 8 a 12 g/100 ml 30 a 40% DȝP 26 a 34% 5 a 10 mil/mm3

67

E xcremento (coproparasitoscópico). - Obtención, conservación, envío de muestras y examen. Las muestras deberán estar libres de contaminantes físicos, empleando siempre que sea posible la toma de muestras frescas directamente del recto del animal; se deben evitar muestras de materia fecal vieja que presente deshidratación pues ello dificulta la suspensión en los líquidos de diagnóstico, cambiando además la estructura propia o fase evolutiva del huevecillo e interfiriendo en el diagnóstico (Rodríguez et al., 1994). El número de animales a muestrear varía de acuerdo a las características de la población y al tipo de estudio a realizar. Con las variables controladas se determina estadísticamente el tamaño de muestra, conociéndose de antemano las pruebas estadísticas para su análisis, sobre todo cuando se intente hacer estudios epidemiológicos. Para el diagnóstico parasitario de un grupo de animales se recomienda obtener una muestra representativa de la población, considerando los distintos estratos en que se divide dicho grupo de animales, como es la edad, estado reproductivo, tipo de explotación, etc. Las muestras deberán ser enviadas en frascos de vidrio o bolsas de polietileno selladas y debidamente identificadas; procurar refrigerar las muestras o agregar una solución de formaldehído al 5% (4 partes de heces por 1 de formol), para evitar su descomposición cuando no vayan a ser analizadas en corto tiempo (Rodríguez, et al ., 1994).

Fig.9. colección de materia fecal directo del recto.

O rina (examen general). - O btención, conservación, envío de muestras y examen. Un bovino puede orinar 5 o 6 veces al día, eliminando un volumen aproximado de 6 a 12 litros, considerando que debería ser un promedio de 1 ml./kg./hr. Se puede colectar en el momento espontáneo de orinar, en forma inducida por estimulación de vulva, perineo, prepucio o por masaje rectal, sin embargo, muchas muestras pueden contaminarse y no servir para algunos exámenes como por ejemplo bacteriológicos, consecuentemente, se deberán tomar por cateterización o por punción vesical, previo lavado y desinfección vaginal para no provocar problemas colaterales. A la orina se le deben hacer evaluaciones físicas, químicas y microscópicas, es conveniente contar con un especulo vaginal, para facilitar la cateterización y no lastimar al paciente, pues esto puede introducir contaminantes como sangre que conduciría a una interpretación errónea de los resultados del análisis.

68

Fig. 10. Colección de orina por estimulación manual en el macho bovino.

En el examen físico se evalúa, el color, el aroma, la viscosidad y la transparencia de la orina, la cual debe tener normalmente una densidad de 1.020 a 1.040 y un pH (concentración de iones hidrógeno) de 7.0 a 8.0, los cambios por debajo de estos valores pueden indicar infección bacteriana y por encima, trastornos alimentarios por ejemplo exceso de proteínas en la dieta o metabólicos como acumulación de cuerpos cetónicos o acidosis láctica del rumen. En el químico, esto puede requerir en algunas ocasiones de recolección de la orina hasta por 24 hrs. dependiendo de cual elemento se quiera medir. Los componentes que normalmente se evalúan son presencia de proteínas, hemoglobina, mioglobina, cuerpos cetónicos, pigmentos biliares, minerales, glucosa y tóxicos. Por último en el examen microscópico, se buscan sedimentos, células del propio tracto, leucocitos, eritrocitos, bacterias y cristales de diversas sales (fosfatos, ácido úrico, carbonato de calcio, etc.). En campo, es muy útil analizar la orina con la ayuda de tiras reactivas elaboradas para este fin, las cuales pueden medir diferentes componentes de la orina (Benjamín, 1988).

69

C A PÍ T U L O I V PL A N I N I C I A L MVZ. Esp. Cert. Eduardo M. Sierra Lira, M en C.

E xamen físico por órgano, aparato y sistema. a). Examen del sistema nervioso. El sistema nervioso, involucra a todos los órganos de la economía corporal, se encuentra dividido en dos grandes secciones: sistema nervioso central y sistema periférico. El primero, incluye el encéfalo y médula espinal, están recubiertos por el cráneo y la columna vertebral, e internamente por las meninges, por lo que no es fácil el acceso para un examen clínico directo. El segundo sistema incluye los nervios craneales y espinales, sus ganglios y órganos terminales. Desde el punto de vista funcional se divide en nervioso autónomo y nervioso voluntario (relación de la vida); el autónomo (visceral) a su vez se divide en sistema simpático (toracolumbar) y sistema parasimpático (cráneo sacro) y su función es mantener el medio interno orgánico dentro de límites bien definidos. No se trata de dos sistemas de inervación distintos, al contrario el sistema nervioso autónomo y el voluntario se unen en su porción central y se dividen en la periferia por sus funciones. Por lo tanto es indispensable una observación minuciosa del comportamiento y de la postura del paciente, donde podemos encontrar alteraciones por disminución, incremento o anormalidad del sensorio o de la motricidad (Green, 1972). - Comportamiento normal: El mundo interno del animal, sentimientos y pensamientos, no son desconocidos. Se sabe que manifiestan malestar o bienestar, juega, elige, medita, y muchos sentimientos humanos como miedo, alegría, cariño, etc., no le son del todo extraños. El componente psíquico del animal, contrario a lo que ocurre en el hombre, se forma de manera muy simple, limitándose a aquellas sensaciones que aseguran el normal desarrollo de una mínima capacidad de discernimiento (juicio por cuyo medio se percibe y declara la diferencia entre las cosas). Si los animales se comportan bajo diferentes condiciones de vida en forma adecuada, se debe, por una parte, a la acción de los hábitos e inclinaciones (por excitaciones externas o internas, secreciones internas, catabolitos, hambre, celo y estímulos nerviosos) y, por otra parte, a los instintos, que son la capacidad de efectuar determinados movimientos con la ayuda de mecanismos heredados, aun sin intervención de la conciencia y sin necesidad de aprendizaje, cuando las condiciones externas son adecuadas. - Comportamiento anormal: Los trastornos se manifiestan por reacciones anormales del animal frente a circunstancias ambientales corrientes como comida, bebida, ordeño, cepillado, echar la cama, comportamiento del personal, compañeros del establo o de pastoreo, frente a las moscas, etc. Las variaciones de la conducta se expresan porque el paciente reacciona con mayor o menor intensidad ante estos fenómenos. La excitación (aumento de la irritabilidad) se caracteriza por agitación, intranquilidad, miedo, agresividad, incremento de los movimientos de defensa, motilidad más vigorosa de ojos y orejas, y en casos graves por vocalizaciones, ataques de furia, espasmos por causas insignificantes o hasta sin motivo visible. La depresión (irritabilidad disminuida) se manifiesta por desgano en los movimientos, aislamiento, inapetencia, permanencia en pie o echado con la cabeza caída y 70

la mirada fija sin brillo, sin mover las orejas o sin defenderse de las moscas, y según el grado de signos, puede distinguirse apatía, somnolencia o coma (todas las funciones abolidas excepto la respiración y circulación) (Ford, 1992). - Postura: Es el resultado de la acción conjunta de huesos, articulaciones, músculos, ligamentos, tendones, vasos sanguíneos y nervios. El sistema nervioso posee a nivel central y en el oído medio dispositivos que le permiten al animal la percepción espacial de su cuerpo, o sea, en que posición se encuentra de acuerdo al terreno que ocupa. Las extremidades están provistas de sensores que se denominan propioceptores, los cuales informan al cerebro de la postura y la fatiga de los tejidos blandos que soportan la suspensión ósea. El oído medio, informa del equilibrio del cuerpo con respecto al horizonte visual del animal, es decir si el apoyo es simétrico, si se encuentra de pie o de cabeza, postrado en su costado derecho o izquierdo. La inspección de la postura se realiza con el animal parado, caminando, echado e incorporándose, nos permite detectar una posición corporal anormal, es decir, si apoya más una extremidad que otra, si cambia el perfil del dorso por modificación de la posición de cabeza, cuello, columna vertebral, hombros o cadera. Los animales cuadrúpedos deben apoyar en el suelo uniformemente las cuatro extremidades, manteniendo una abertura entre las patas, suficiente para equilibrar su apoyo; la cabeza, cuello, columna vertebral, hombros y cadera deben estar alineados con respecto a un eje longitudinal cráneo caudal y por último, se debe inspeccionar el aplomo de las extremidades. Por ejemplo podemos identificar como posturas anormales: cabeza y cuello girados hacia un costado, tal como sucede en hipocalcemia de la vaca lechera; cabeza y cuello extendidos hacia delante con protrusión de la lengua, tal y como sucede en pleuroneumonías; extremidad anterior posicionada hacia dentro del eje longitudinal del cuerpo descansando el peso corporal en cruzada sobre la otra extremidad, por fractura de la tercera falange; Columna vertebral encorvada (xifosi o lordosis) por dolor abdominal por reticulitis traumática; codos abiertos para aliviar la presión torácica en casos de reticulopericarditis traumática; animales sentados con las extremidades posteriores abiertas hacia los lados, por lesión de columna lumbar o sacra. También son patológicos los arqueamientos hacia adentro o fuera de los huesos largos de las extremidades, así como el abultamiento de las articulaciones, ambos casos producen acortamiento de la longitud y por lo tanto el cuerpo adopta una postura de anormal (Rosenberger, 1979). - E xploración ósea. C ráneo: Se realiza la inspección de la forma y volumen del conjunto, debiéndose comparar con el lado opuesto (simetría); en la palpación, la temperatura de la piel, presencia de de líquidos acumulados (sangre, pus o plasma), pérdida de la integridad de los huesos del cráneo o presencia de masas tumorales; en la percusión, sensibilidad (dolor) e integridad de los órganos tubulares o cavidades incluidas en su estructura, al cambiar los sonidos normales (timpánicos) por sonidos de diversa tonalidad dependiendo de la patología (mate, semi mate, semi timpánico, etc.) Columna vertebral: Se inspecciona con el animal en pie, iniciando por la región cervical, considerando su conformación, alineación latero-lateral (simetría) y ventro-dorsal, continuando en tórax y lumbares (lordosis, xifosis o escoliosis); en la palpación, se revisan las apófisis espinosas, transversas, cuerpos vertebrales, su movilidad y sensibilidad. Las regiones 71

sacras y lumbar, se pueden explorar por vía rectal, palpando si hay separaciones óseas (dislocaciones), abultamientos y dolor, además se pueden investigar la presencia de crepitaciones óseas (fracturas), rigidez de la columna (osificaciones, calcificación de los discos, protrusión de discos intervertebrales), flacidez o espasmo muscular espinal, espondilitis y tétanos, entre otros. Tórax y cadera: Se debe inspeccionar y palpar la integridad de la pared torácica, considerando costillas, sus articulaciones y músculos intercostales, con lo cual podemos identificar hernias, fracturas expuestas y no expuestas, cuidando observar heridas con relación a neumotórax abierto o cerrado, deformaciones debidas a deficiencias nutricionales o alteraciones genéticas. Es un complemento a la exploración de los órganos respiratorios, cardiovasculares y digestivos. Con respecto a la cadera, hay que evaluar la integridad y simetría del cinturón pélvico y las crestas coxales, donde es común encontrar fracturas por traumatismos, cuando el daño se encuentra en las ramas del íleon generalmente produce deformación del canal del parto lo cual de acuerdo a su severidad, podría incapacitar a una hembra para el parto eutócico. Pero si el daño se encuentra en las tuberosidades coxales, no afectan el canal óseo, pero se evidencia una asimetría en la grupa del animal Jackson y Cockcroft, 2002). - Sensibilidad al dolor. La sensibilidad de la piel al dolor varía según las regiones, son muy sensibles: labios, nariz, dedos, piel del espacio interdigital, axila, cara interna del muslo, ano, párpados, glándula mamaria y prepucio. La exploración de la sensibilidad superficial y profunda, se realiza después de taparle los ojos, picando con un con un objeto de extremo romo o agudo (alfiler, pluma, lápiz, etc.) o por palpación con presión moderada, percutiendo, comprimiendo. Se consideran signos de reacciones dolorosas los sonidos como los gemidos, gruñidos y quejidos o los movimientos acompañados de mirada hacia el lado doloroso, cuando no se cubren los ojos. El dolor más intenso se acompaña de reacciones de defensa y ataque como huida, mordidas o patadas. Las reacciones dolorosas muy intensas se manifiestan incomodidad extremas acompañadas por polipnea, taquicardia, sudoración, dilatación pupilar. Sensibilidad térmica: Tiene escasa significancia, porque los animales responden a los estímulos térmicos como a los dolorosos. Se explora aplicando primero objetos calientes y luego fríos, respondiendo a estímulos muy dolorosos, cuidando que no dañe al animal la temperatura de los instrumentos. Sensibilidad táctil: Los animales no reaccionan a estímulos de contacto si no hay dolor, aunque dependiendo de la zona del contacto y del temperamento característico, pues de manera normal ellos pueden producir movimientos vibratorios de la piel (paniculación) como respuesta al tacto (Cunningham, 1999).

72

Reflejos: Un reflejo es la actividad inmediata e involuntaria inducida en un músculo o glándula, en respuesta a un estímulo. La actividad puede estar ausente, disminuida o exagerada. Un reflejo está disminuido o ausente cuando el órgano efector está dañado. Los reflejos están exagerados cuando no actúa la acción inhibidora del cerebro o del hipotálamo, o cuando está excitado el arco reflejo o su centro. Los reflejos pueden dividirse en tres grupos: reflejos superficiales, relacionados principalmente con la protección de las superficies corporales; reflejos profundos, localizados en tendones, músculos y articulaciones que intervienen en la mecánica del equilibrio y locomoción; reflejos orgánicos, relacionados con las funciones fisiológicas de la nutrición, cuya detección no es posible desde un punto de vista clínico. Reflejos superficiales: 1. Reflejo corneal: Al tocar con suavidad y de improviso la córnea, se produce una protusión de la membrana nictitante y oclusión enérgica de los párpados. Los nervios que lo generan son las fibras sensoriales de la rama oftálmica del quinto par craneal y de las fibras sensoriales 2. Reflejo pupilar: Es la dilatación o contracción de la pupila mediante un estímulo luminoso. Los nervios interesados son el segundo y el tercer par craneal. 3. Reflejo del dorso: Consiste en una flexión del dorso cuando se pellizca la piel (pruebe de la cruz). 4. Reflejo perineal : Es una contracción de la musculatura perineal, producido al pellizcar los pliegues cutáneos de esa región. Reflejos profundos: 1. Reflejo patelar: Sólo es posible si el animal está echado y se investiga al golpear el tendón rotuliano. 2. Reflejo tarsiano: Con el animal echado y flexionado del miembro, al golpear el tendón de Aquiles se produce la contracción vigorosa del músculo gastrocnemio (Macbryde y Black, 1975). - E xploración neurológica: La exploración neurológica sistemática descrita a continuación, se basa en la investigación de la actividad refleja, es decir, en las respuestas obligadas. Dicha actividad depende de la integridad de conducción del estímulo en las vías aferente y eferente del arco reflejo, y de las neuronas internunciales. Síndrome de nervio cerebral: I. O lfatório. En su afección faltan los movimientos de defensa al soplar humo en la nariz o al exponer la nariz a olores fuertes o irritantes. I I. Nervio óptico. La ceguera es el signo más importante. Se atrae la atención del animal moviendo un objeto blanco como un pañuelo o dejando caer pequeños trozos de algodón delante del paciente. El campo visual derecho está representado en la corteza cerebral del hemisferio izquierdo y viceversa. I II. Nervio oculomotor. Inerva tres grupos principales de músculos: a) inervación del músculo elevador del párpado, su parálisis produce una ptosis (incapacidad para elevar el párpado); b) debido a que inerva los músculos externos del ojo su parálisis restringe los 73

movimientos del ojo hacia abajo y hacia afuera; c) su parálisis afecta a la contracción pupilar, la prueba se realiza mediante el reflejo luminoso: se tapa el ojo algún tiempo y se ve la contracción al destaparlo. I V. Nervio patético. Este nervio lleva los impulsos al músculo oblicuo superior del ojo; su parálisis imposibilita los movimientos del globo ocular hacia abajo, con lo cual el ojo es desviado hacia adentro y hacia arriba. V. Nervio trigémino. Está formado por la rama oftálmica (transmite estímulos a: globo ocular, membrana nictitante, glándulas lagrimales, párpado superior y piel de las regiones temporal y frontal), rama maxilar (estímulos a párpado inferior, mucosa nasal, paladar duro y blando y dientes de la mandíbula superior) y rama mandibular (músculos bucinadores, linguales y masticatorios). La parálisis de las tres ramas del quinto par craneal, ocasiona pérdida de la sensibilidad en todos los órganos y tejidos citados. V I. Nervio motor ocular lateral o abducen. Además de inervar al músculo recto lateral del ojo, el nervio abducen participa con el oculomotor en la inervación del músculo retractor ocular. Cuando se toca la córnea se desencadena un reflejo de contracción del retractor ocular y de los músculos rectos, que motiva la retracción del ojo dentro de la órbita al desplazarse la almohadilla grasa retro ocular, que a su vez determina el movimiento del tercer párpado o membrana nictitante. Esta acción se denomina reflejo nictitante. Hay que complementar el examen neurológico con el examen oftalmológico, auxiliándose con el oftalmoscopio. V I I. Nervio facial. Su principal función es conducir los estímulos motores a los músculos de la cara, labios, mejillas, nariz y oído externo. Se llama nervio de la expresión, porque mantienen el tono de los músculos faciales que caracterizan la fisonomía del individuo. La parálisis del nervio facial origina una expresión típica. El pabellón auricular aparece caído, el ojo abierto, el labio superior desviado hacia un lado, mientras que el inferior cuelga, la saliva gotea de la boca y hay una manifiesta dificultad para deglutir los alimentos. V I I I. Nervio auditivo. Se divide en dos ramas: nervio auditivo (sentido del oído) y nervio vestibular (mantenimiento del equilibrio). La parálisis bilateral del primero produce sordera. La parálisis unilateral del segundo determina oblicuidad de la cabeza, movimientos incoordinados y el animal suele caer hacia el lado enfermo. Hay que complementar el examen neurológico, auxiliándose con el otoscopio. I X. Nervio glosofaríngeo. Su disfunción se traduce en dificultad para deglutir y bramar. X. Nervio vago. Su disfunción provoca trastornos de la deglución, ruido estenótico laríngeo, falta del reflejo de la tos, neumonía, aceleración del pulso, atonía ruminal y abomasal. X I. Nervio espinal o accesorio. Inerva los músculos trapecio, esternocéfalico y braquiocefálico. Sus lesiones van seguidas de la afección de dichos músculos. X I I. Nervio hipogloso. El signo más característico de su lesión es la parálisis de la lengua, se atrofia, disminuye de tamaño, el epitelio se arruga y con frecuencia la lengua cuelga fuera de la boca (Macbryde y Black, 1975.

74

Hay que complementar el examen neurológico con el examen de la cavidad oral, auxiliándose con el laringoscopio y si es necesario, con sondas naso esofágicas, esofágicas o endoscopio. Movilidad: Los músculos se encuentran bajo la influencia del sistema nervioso, ya que reciben inervación que actúa sobre el sarcoplasma que les da tono, pudiendo encontrar ausencia de reflejo, hipo reflexia o hiper reflexia. Entre los principales trastornos están los siguientes:

Parálisis: Indica pérdida de la función de los nervios motores o sensitivos. Paraplejia: Parálisis de las extremidades posteriores, parcial o total. Hemiplejia: Parálisis de las extremidades del mismo lado. Cuadriplejia: Parálisis de las cuatro extremidades del paciente. Ataxia: Incoordinación muscular o de marcha, con desviaciones en la dirección, rapidez, uniformidad y fuerza. x Tetania: Estado generalizado en el que existe un espasmo muscular tónico, excitación y jadeo; no debe confundirse con el tétanos. x Paresia: Parálisis parcial, indica que el músculo o músculos son incapaces de contraerse de manera normal, la contracción se debilita. Puede ser local o general. x Vértigo: Hay un desequilibrio causado por la sensación de movimientos y desubicación, generalmente acompañado por incoordinación. x x x x x

- Movimientos involuntarios: Los movimientos circulares, de manecilla de reloj y movimientos de empuje son los más comunes y se presentan en una gran variedad de enfermedades que directa o indirectamente afectan al sistema nervioso del animal ((Macbryde y Black, 1975).

Fig. 5. Paraplejia en bovino (rabia paralítica bovina).

Investigación de las alteraciones involuntarias: - Estudio del líquido cefalorraquídeo. Se toma una muestra del líquido cuando hay evidencia de signos nerviosos en el animal, sospecha de meningitis, encefalitis y cuando los signos clínicos tengan menos de tres meses de duración (si tienen más tiempo es difícil encontrar evidencia química y biológica). Para obtener líquido cefalorraquídeo se rasura un área de 5 cm. de alrededor del punto donde se puncionará. Después de la antisepsia, se introduce una aguja de calibre 18 ó 20 por 5 pulgadas de largo en forma perpendicular en el espacio existente entre el Atlas y 75

el Axis, o entre el Axis y la primera vértebra cervical, atravesando las capas de la duramadre y aracnoides hasta llegar al espacio subaracnoideo, sitio donde se extrae el líquido cefalorraquídeo. La cantidad a extraer es de 2 a 5 ml., mediante una jeringa estéril, depositándolo en un tubo Vacutainer sin anticoagulante. Los estudios que se realizan son : Examen físico (color, aspecto turbidez, densidad, coagulación - normalmente no coagula) ,químico (globulinas, proteínas, glucosa y otras), citológico (tipo de células existentes)y bacteriológico. Es importante el uso de guantes de hule/ látex / plástico (Palmer, 1969). b). Examen físico del sistema locomotor. El aparato locomotor está constituido por músculos, ligamentos, tendones, huesos, nervios y vasos sanguíneos. Se encuentra estructurado en uniones articulares óseas y musculares, como sucede con las extremidades anteriores que se encuentran sujetas al tórax por músculos y ligamentos y en el caso de las extremidades posteriores, que se encuentran unidas de hueso a hueso (articulación coxo femoral). El examen de este sistema se realiza con el animal parado y en recumbencia lateral. Esto nos permite examinar al paciente estático, en movimiento durante la locomoción y realizar movimientos pasivos involuntarios forzados, para comprobar el tono de los músculos, ligamentos, articulaciones, la integridad nerviosa (sensibilidad y motricidad) y alimentación vascular. Durante la marcha se pueden identificar tres tiempos: acomodamiento y flexión de la extremidad; extensión del miembro y apoyo del peso corporal; y por último, propulsión. Las articulaciones funcionan como amortiguadores y ejes de rotación, evitando las torsiones y las concusiones excesivas durante las diversas etapas de la marcha. Inspección: Se observa la posición de cabeza, cuello, columna vertebral, miembros y cola, así como la coordinación, ritmo, estabilidad y comodidad durante la locomoción. Calificamos los movimientos voluntarios, la postura y la simetría. El examen se debe realizar en dos etapas: dinámica y estática.

Fig.6. Exploración de extremidades

Palpación: Se comprueba la integridad de los tejidos duros y blandos, su sensibilidad, reflejos y desplazamiento. Auscultación: Este método nos auxilia tanto en forma directa como indirecta (con o sin estetoscopio), captando los sonidos característicos que se pueden presentar durante las luxaciones o dislocaciones de dos o más huesos como se puede apreciar en la rodilla, cadera y estructuras digitales. Por lo general, las claudicaciones de aparición súbita están en relación con un traumatismo (paso en falso, accidentes, heridas de otro origen), fisuras o fracturas, desgarre de tendones, ligamentos o músculos (tendón de Aquiles, ligamento 76

cruzado lateral de la rodilla, músculo gastrocnemio), esguince o luxación de una articulación o una parálisis nerviosa (hemiplejía o paraplejía). Las claudicaciones de aparición paulatina señalan un proceso patológico de incremento lento (inflamación, degeneración, tumor, etc.). En vacas viejas de alta producción y sementales se observan procesos de descalcificación y neuritis (parálisis espástica), que también producen alteraciones en la locomoción.

Fig. 7. Tejidos blandos y duros de la extremidad anterior del bovino.

C lasificación de las claudicaciones (cojeras): - Cojera de soporte: Involucra estructuras primarias de soporte de las extremidades con disminución del tiempo de duración del contacto pezuña-suelo.

Fig.8. Crecimiento excesivo de las pezuñas con pérdida del aplomo.

- Cojera de movimiento oscilatorio: Involucra principalmente una articulación o un ligamento, resulta de la tendencia a reducir la severidad del dolor, zancada alterada. - Cojera mecánica: Producida por ruptura muscular, ligamentosa o daño a un cordón nervioso, es involuntaria. - Cojera mixta: Combinación de los tipos anteriores, desafortunadamente es la más frecuente (Rosenberger, 1979).

77

E xamen radiológico. Los rayos X son radiaciones electromagnéticas de alta energía y ondas de baja amplitud, los cuales producen un fenómeno de luz visible capaz de penetrar materia sólida, lo que permite una imagen fotográfica en negativo útil para investigación clínica de estructuras corporales internas. Se utiliza cuando se sospechan alteraciones esqueléticas como fracturas, luxaciones, espondilitis, hernia del disco intervertebral, calcificación de discos, osificación de meninges, problemas de articulaciones y órganos blandos tratados con medios de contraste radiográfico (bario, yodo radioactivo, aire, etc.). Las imágenes que se observan son sombras en matices que van de negro absoluto a blanco, con una gama intermedia de tonalidades de gris. Los equipos de radiología emiten rayos X, por un tubo de cristal al alto vacío que contiene dos electrodos sellados, el cátodo (-) y el ánodo (+), por donde pasan partículas de corriente de alto voltaje (medidos en kilovolts) produciendo los rayos X y generando gran cantidad de calor residual. Existen tres tipos de aparatos de radiología: portátil, móvil y fijo, que varían en a su kilo voltaje, mili amperaje y tamaño. El primero es útil para el examen animales pequeños o para las extremidades de los grandes, el segundo permite explorar la cabeza, el cuello y las extremidades de los animales grandes y el tercero, se usa para estudios de todas las partes del cuerpo, incluyendo tórax y cavidad abdominal (Han et al, 1997). La mielografía o introducción de sustancias radio opacas en el espacio subaracnoideo de la médula espinal, es útil para localizar tumores o cuando hay hernia del disco intervertebral. Para aplicar el examen radiológico es importante conocer las posiciones radiográficas (consultar libro especializado), pues las posiciones imprecisas pueden generar interpretaciones erróneas (Douglas y Williamson, 1980).

Fig. 9. Exposición radiológica lateral de la extremidad anterior en bovino.

E xamen por ultrasonido. La ecografía se utiliza en medicina para obtener imágenes de los tejidos blandos en forma no invasiva, el equipo (transductor) emite ondas sonoras de alta frecuencia y baja intensidad, dirigidas a un área específica del paciente, donde interaccionan con las interfases del tejido. Algunas ondas rebotan hacia el transductor (eco) y otras penetran más profundamente, las ondas eco son analizadas por el ordenador y convertidas en imagen en una escala de grises o color. Es una excelente herramienta diagnóstica asociada a la radiología, pues nos permiten la visualización y exploración médica del interior del organismo a investigar. Para describir los hallazgos del estudio con ultrasonido, se utiliza una terminología muy sencilla, como por ejemplo: ecogénico o ecoico, significa que el sonido es bien reflejado hacia el transductor, las áreas ecogénicas se perciben de color blanco en la pantalla. Sonolúcido, nos indica que la 78

mayor parte del sonido penetró a tejidos más profundo, o sea que atravesó el área estudiada, y se percibe en la pantalla de color gris oscuro. El término anecócico, se emplea para describir el tejido que transmite todo el sonido hacia áreas más profundas, no reflejando nada hacia el transductor, se ven en pantalla de color negro y suelen corresponder a estructuras llenas de líquidos (Han et al., 1997). Colores característicos en la imagen del ultrasonido. Ecogénico o ecoico

Sonolúcido

Anecoico

b). Examen físico del sistema cardiovascular. El corazón es el órgano central encargado del movimiento de la sangre y se divide en dos cuerpos perfectamente coordinados, corazón derecho e izquierdo. La porción derecha o venosa, está formada por las aurículas y las venas cavas, se comunica con el ventrículo por medio de la válvula tricúspide, que impide el reflujo hacia la aurícula. De aquí surge la arteria pulmonar, formada en su origen por las válvula semilunares. El corazón izquierdo, posee una aurícula a la cual desembocan las venas pulmonares, una válvula aurículo ventricular (bicúspide o mitral), un ventrículo con músculos más poderosos que los del lado derecho y una arteria aorta con tres pliegues en su inicio, llamadas válvulas semilunares aórticas. El corazón no es un órgano de actividad ininterrumpida, descansa en forma periódica y regular. Su trabajo consiste en: contracción auricular, contracción ventricular, descanso auricular y descanso ventricular, donde todo el corazón está inactivo, en seguida la aurícula inicia otro ciclo (Smith, 2002).

Fig. 1. Cavidades y estructuras internas del corazón.

La exploración del corazón es vital, se sabe que los trastornos en su funcionamiento pueden ser de origen reflejo, como ocurre en una neumonía. En estas afecciones el corazón se ve sometido a un esfuerzo extra progresivo para vencer la natural resistencia del pulmón. Por otra parte, las toxemias y las septicemias pueden ocasionar alteraciones del músculo cardiaco, de los vasos sanguíneos y del centro vasomotor. La anemia y los procesos cardiovasculares como el mal de las alturas, corpulmonare, 79

fasciolasis y nefritis tienen también un efecto directo sobre el corazón hipertrofiándolo (en pequeñas especies podemos mencionar también microfilarias).

Fig. 2. Campo de auscultación, palpación y percusión cardiaca, delimitada detrás del brazo por la segunda línea del campo pulmonar y la línea correspondiente al sexto espacio intercostal.

La delimitación del campo de auscultación, percusión y palpación, se encuentra entre las costillas tercera y sexta o sea, entre el segundo y quinto espacio intercostal. Por detrás del codo izquierdo y debajo del campo pulmonar del mismo lado (Rosenberger, 1979). E xamen: - Exploración del corazón, el examen físico del corazón puede realizarse mediante inspección, palpación, auscultación y percusión. - Inspección. En la inspección la región cardiaca se observa detrás del codo izquierdo (articulación escapulo-humeral). No hay aquí evidencia visible de la función cardiaca, a menos que el choque de punta del corazón sea tan exagerado que produzca tremor de la pared torácica, lo que solo sucede en casos excepcionales. - Palpación. En la palpación la palma de la mano se coloca sobre el área cardiaca de cada lado. Es útil combinar la palpación con la inspección ya que los datos clínico combinados ayudan al diagnóstico. La palpación permite valorar la fuerza y extensión del impulso cardiaco. En la hipertrofia cardiaca acompañada de insuficiencia, aumenta el área en la que se percibe el máximo impacto (punta máxima), desplazándose el corazón, hacia la parte posterior como puede ser en los casos de ascitis, hepatomegalia y distensión del rumen, hacia la parte posterior. Cuando el corazón se ha dislocado alejándose de la pared torácica (pericarditis, hidropericardio, hidrotórax, neoplasia mediastínica o pulmonar) en forma unilateral, el latido de punta puede desaparecer en un lado e intensificarse en el otro. - Auscultación. Sus fines son: determinar el volumen e intensidad de los tonos cardiacos, su ritmo y carácter o calidad y, secundariamente, la existencia de ruidos anómalos producidos por el latido o asociados a éste.

80

- Sonidos cardiacos normales: Los ruidos cardiacos se producen en momentos distintos, los sonidos sistólicos (egreso de sangre del corazón) coincide con la contracción muscular ventricular y el cierre de las válvulas atrio ventricular (sonido músculo-valvular); es un sonido profundo y fuerte. El segundo sonido o diastólico es un sonido más corto, claro y débil, es producido por el cierre de las válvulas semilunares (sonido valvular). El primer sonido cardiaco se ausculta mejor sobre los ventrículos y el segundo sobre el base del corazón. Para la auscultación de las válvulas del corazón se trazan tres líneas imaginarias en sentido horizontal: una a la altura de la articulación del hombro (escapulo humeral), otra en la punta de la articulación del hombro (olécranon) y la última a la mitad de estas dos. De esta forma se escuchan, de lado izquierdo, el sonido mitral en el quinto espacio intercostal a la altura de la línea del codo; el aórtico en el cuarto espacio intercostal sobre la línea media; la válvula pulmonar en el tercer espacio a la mitad entre la líneas media y línea de la articulación del codo y del lado derecho, el sonido de la tricúspide en el tercer espacio intercostal a la mitad entre las líneas media y línea de la articulación del codo. -Sonidos cardiacos anormales: Todo sonido que se escucha durante la auscultación, fuera de los sonidos de sístole y diástole, debe considerarse anormal. El punto de localización debe indicarnos la estructura alterada y si es endo o exógeno el sonido anormal. -Sonidos endógenos: Los endocárdicos se denominan comúnmente soplos y suelen deberse a lesiones valvulares y trastornos funcionales del corazón que dificulta el paso de la sangre y su salida a los grandes vasos. Los soplos se pueden clasificar en: pre sistólico, sistólico y diastólico. -Sonidos exógenos: Son producidos por alteraciones estructurales o funcionales extra cardiacas como pericarditis traumática, leucosis, ruptura del diafragma con entrada de vísceras al tórax, etc. (Smith, 2002). c). Examen físico del sistema respiratorio. El aparato respiratorio de los mamíferos consta de vías aéreas anteriores (fosas nasales, cornetes, orofarínge, laringe, tráquea), vías posteriores (bronquios, bronquiolos, bronquiolos capilares y alvéolos), pleura parietal y visceral, caja torácica, músculos intercostales, diafragma, arteria y vena pulmonar, nervios aferentes y eferentes; ganglios mandibulares, parotídeos, cervicales, preescapulares, mediastínicos y axilares. El ciclo respiratorio consta de inspiración, pausa y espiración. La respiración incluye todos los procesos químicos y físicos mediante los cuales un organismo intercambia gases con el ambiente. Este intercambio es principalmente oxígeno, bióxido carbónico, agua (vapor) y calor. El intercambio entre el aire alveolar y la sangre se denominan, respiración externa y el intercambio entre la sangre y los tejidos, respiración interna. El acto de captar aire hacia el interior de los pulmones se denomina, ventilación. El desarrollo de enfermedades del sistema respiratorio en los animales domésticos, es un proceso multifactorial, donde se mezclan los elementos medio ambiente físico y microbiológico; higiene; nutrición; edad y raza; sistema de manejo y confort, como algunos de los factores principales que pueden interactuar en el huésped produciendo el complejo circulo estrés-infección-respuesta inmune, que caracterizan el comportamiento clínico y epidemiológico de las diversas enfermedades que afectan individuos o grupos. En animales de granja, como el cerdo, la tendencia en los sistemas de manejo comercial actuales, es la de formar grupos lo más compactos posible para optimizar el uso de las instalaciones (corrales o potreros), facilitar el manejo e intensificar de esta manera la producción. Este tipo de condiciones ambientales, aún en granjas tecnificadas y con un 81

buen nivel sanitario, son favorables para el desarrollo de las enfermedades respiratorias de origen infeccioso, produciendo los denominados Complejos Respiratorios (Smith, 2002). Es común la asociación de agentes morbosos como sucede con las bacterias, virus y hongos, donde unos abren la puerta de acceso al organismo facilitando la invasión, colonización y la manifestación del potencial patógeno de otros, siendo el resultado final de esta interacción, el desarrollo de afecciones clínicas con impacto negativo de diversos grados en los índices de producción. En el mismo sentido, los daños inferidos a los tejidos provocan la reducción del intercambio gaseoso, tanto en la respiración externa como en la interna, conduciendo a cambios en la conducta normal de los animales enfermos. Los cuadros clínicos se pueden manifestar con curso agudos o crónicos con signos de disnea, edema, taquicardia, adinamia, fiebre, anorexia, emaciación progresiva, deshidratación, cianosis, postración y eventualmente la muerte, dependiendo en gran medida de la patogenicidad y virulencia de los agentes y de la resistencia de los individuos. El edema y la congestión pulmonar son trastornos hemodinámicos, sucesos terminales de una amplia variedad de enfermedades; en los casos crónicos es un hallazgo frecuente por disfunción del hemicardio izquierdo, en el cual la aurícula y el ventrículo izquierdo no pueden bombear de forma eficiente sangre que proviene de los pulmones. Por otra parte la causa de muerte en una insuficiencia respiratoria aguda, con hipoxia tisular grave es el fallo del corazón derecho . Por razones clínicas, las causas del edema pulmonar puede dividirse en: cardiogénico, con un incremento de la presión sanguínea auricular izquierda y el no cardiogénico, con una presión pulmonar venosa normal (Smith, 2002).

Fig. 1. Bronquios pulmonares y vasos sanguíneos para intercambio gaseoso.

Delimitación del campo de auscultación y percusión pulmonar: El campo pulmonar en bovinos esta delimitado dorsalmente por el borde lateral del músculo dorsal; cranealmente por la escápula, húmero y músculos del hombro; caudalmente (por el lado izquierdo) las costillas 11, 10, 9, 7; por el lado derecho (por la presencia del hígado) 10, 10, 9, 7. El campo pulmonar preescapular en los animales gordos se encuentra por encima y delante de la articulación escapulohumeral, con un ancho de 3 a 9 cm. sin llegar más allá de la mitad de la escápula, en los animales delgados es más fácil de acceder.

82

11 10

9 7

Fig. 2. Referencias anatómicas para delimitar el campo izquierdo de auscultación, percusión y palpación pulmonar. Líneas negras horizontales indican los puntos de corte de los espacios intercostales del lado izquierdo y referencia de linfonódulos, diferenciando el derecho cuya fórmula será 10, 10, 9, 7. Líneas rojas referencias óseas, línea ovalada guinda el rumen, línea ovalada negra el nódulo linfático sub iliaco. En azul se presentan las líneas que unen los espacios intercostales correspondientes que delimitan la frontera del campo pulmonar con el digestivo.

El sonido normal a la auscultación se puede considerar de dos tipos: el murmullo vesicular (pulmonar) y el respiratorio bronquial o mixto. Los sonidos anormales son, estertores húmedos, estertores secos, estertores crepitantes, roce pleural, fluctuante o de ola (en presencia de líquidos). La metodología que se sigue para percutir y auscultar en los espacios intercostales es, de borde dorsal del campo hacia el codo (arriba a bajo) y de dirección craneal a caudal (de adelante hacia atrás). Se utiliza el martillo clínico y el plesímetro, se aplican de dos a tres golpes, apoyando firmemente el plesímetro sobre la piel del animal y sujetando el martillo con los dedos índice, medio y pulgar, permitiendo un movimiento de balanceo, con el brazo en alto apuntando con el codo hacia el paciente, evitando pegar con la palma de la mano sobre la piel, para no producir ruidos accesorios que oculten la acústica. El estetoscopio, se usa con la misma metodología direccional, tratando de concentrarse para eliminar (en nuestra mente) los sonidos accesorios que se escuchan de aparato digestivo y corazón ( Radostitis, et al., 2002). Tipos de respiración: - Costo-abdominal : Normal, sin embargo, el componente abdominal es dominante. - Costal : Anormal cuando está debilitada la acción del diafragma, por ejemplo parálisis, hernias, abscesos, presión visceral, líquidos o neoplasias en cavidad abdominal y peritonitis. - Abdominal: Anormal, se presenta principalmente cuando hay dolor intenso en tórax por ejemplo: pleuritis, miositis intercostal, fractura costal, pericarditis, neumonías y parálisis de los músculos intercostales. Se califica: - Ritmo: Duración y regularidad de los componentes del ciclo respiratorio. - F recuencia : Número de ciclos. - Intensidad: Profundidad o amplitud. - Particularidades de la respiración : Eupnea, disnea, hiperpnea, bradipnea, apnea y respiración sincopal. - Simetría: Relación entre los dos orificios nasales.

83

d). Examen físico del sistema digestivo. La función primordial del tracto digestivo es realizar la digestión y absorción de los nutrientes y la eliminación de los productos residuales. Aunque las funciones bioquímicas y mecánicas son similares en las diversas especies animales existen diferencias anatómicas y fisiológicas que deben considerarse en el momento de realizar el examen clínico especial de este sistema orgánico. El estómago de los rumiantes y el ciego en los herbívoros es una modificación del tracto digestivo que permite a los animales utilizar eficientemente la celulosa gracias a la acción fermentativa microbial. Este aparato padece de afecciones patológicas directas e indirectas. Entre las directas podemos mencionar las alteraciones de tipo digestivo o indigestiones como por ejemplo: timpanismos gaseosos o espumosos, flatulencias, putrefacción del contenido gástrico, acidosis gástrica, alcalosis gástrica, entre otras. De tipo indirectas, como en las parasitosis gastrointestinales, cuerpos extraños, tumores, intususcepciones, vólvulos, torsiones, desplazamientos, etc. Inspección: Se inspecciona la integridad de las estructuras de la cavidad bucal: los dientes (tipo, desgaste, deformidades), las encías, la lengua, orofarínge, glotis, esófago hasta la entrada del tórax, conformación del abdomen y el ano. Se califica el aroma del aliento, la humedad de las mucosas, el comportamiento de acuerdo a la especie, posturas características y el bolo fecal. Palpación: Realizamos la palpación de estructuras de la boca, de la glotis, esófago, pared abdominal y órganos adyacentes (estómago, hígado, intestinos) y recto. Nos podemos apoyar con la sonda esofágica para complementar el examen y extraer muestras de contenidos que nos permita más exactitud de las interpretaciones, al igual en movimientos vigorosos que podemos provocar al mover violenta, pero gentilmente, la pared abdominal para sacudir el contenido ruminal o líquidos extra viscerales acumulados en la cavidad abdominal. En los bovinos empleamos técnicas complementarias como la prueba de la vara para comprobar la sensibilidad por la lesión o presencia de cuerpos extraños traumáticos, perforantes, en algún compartimiento estomacal. Esta prueba se basa en la aplicación de un vara fuerte y lo suficientemente larga para cruzar por debajo y de lado a lado al paciente, a la altura del cartílago xifoides, sujeta en cada extremo por una persona y levantándose la vara para presionar vigorosamente al animal y posteriormente y de manera repentina, dejar de presionar el pecho del bovino, con el objeto de percibir su reacción al movimiento de pendulación que se provoca en las vísceras abdominales. Auscultación: Escuchamos los sonidos gástricos, en especial en animales poligástricos, donde es posible identificar el sonido de cascada de la contracción de las curvaturas mayor y menor del rumen y el desplazamiento del contenido alimentario (sonido largo, pausa y sonido corto); también se puede escuchar los movimientos intestinales y en las hembras gestantes, sonidos fetales, en etapas específicas de la gestación. Percusión: Se pretende diferenciar las estructuras abdominales sólidas (hígado por ejemplo) de las cavitarias con gas o líquido de diversas densidades (compartimientos estomacales en poligástricos), la sensibilidad, localización y dimensión de la zona percutida. Generalmente nos apoyamos en martillos de cabeza de goma pesada, con el fin de impactar, pero sin lastimar los tejidos del paciente. Se tiene que analizar el líquido ruminal o estomacal y las 84

heces fecales, para contar con información complementaria suficiente sobre las características anatómicas y funcionales del sistema. Así también se debe considerar la posibilidad de realizar una paracentesis (punción abdominal) durante la exploración (Rosenberger, 1979).

Fig.1. Aplicación de la sonda gástrica por vía nasal en bovino.

Métodos de exploración complementarios: En muchas ocasiones es indispensable recurrir a técnicas de investigación más o menos invasivas, como punción, biopsia o endoscopia, con el objeto de ser más exactos en nuestro examen y tener elementos de juicio con calidad para sustentar un diagnóstico (Trigo, 1993). - Punción (centesis): La abdominocentesis consiste en perforar la pared de una cavidad corporal o un órgano interno mediante una aguja hueca o cánula y jeringa, con el objeto de extraer una muestra biológica (sangre, exudado o trasudado), liberar algún contenido indeseable o aplicar un fármaco. Las muestras se analizan por medios de laboratorio químicos, físicos, microscópicos o microbiológicos. Se denomina la técnica iniciando con el nombre de la región anatómica y añadiendo la terminación centésis, por ejemplo: de tórax, toracocentesis; de ciego, cecocentesis; de abdomen, abdominocentesis; de vena, venopunción o venocentesis, etc. - Biopsia: Se utiliza cuando se requiere diagnóstico del daño histológico rápido y preciso, lo cual se puede relacionar con una causa o agente probable. La combinación de la biopsia, los hallazgos de laboratorio, anamnesis y el examen físico, permiten un diagnóstico integral más concreto. Los instrumentos para realizar una biopsia se clasifican en dos tipos: de aspiración y de perforación. Los de aspiración están diseñados para tomar una porción del tejido por vacío o succión y los de perforación, para quitar un fragmento del tejido por corte o sección (Trigo, 1993). - Endoscopía: Es la inspección de una cavidad mediante un visor, llamado endoscopio, el cual tiene una fuente de luz blanca y fría, un ocular (lente de aumento) y una bomba que insufla gas (CO2, óxido nitroso, aire, etc.) o líquidos estériles, dependiendo de la cavidad donde se requiera el trabajo (laparoscopia, broncoscopía, artroscopia, etc.). Esta técnica se considera de mínima invasión y lesión a tejidos, en comparación con las técnicas quirúrgicas tradicionales y es en la actualidad de invaluable utilidad para diagnóstico, como para tratamiento. 85

- Ultrasonido: Se aplica en vecindad directa con el órgano que se pretende estudiar o dentro del mismo (útero, recto, extremidad, tubos respiratorios, etc.). Este bombardeo de ondas de baja frecuencia, visualiza en una pantalla de video los contornos y la masa tisular del órgano en estudio (órganos tubulares, parenquimatosos, ligamentos, etc.) (Smith, 2002). e) E xamen físico del sistema u rinario. El examen de la orina y de los órganos responsables de la formación y excreción de esta, encierran un gran valor diagnostico para el medico veterinario zootecnista; pues sirven para identificar enfermedades y desordenes funcionales en órganos tales como riñones, uréteres, vejiga y uretra. La inspección del aparato urinario se basa en la palpación de las partes de la uretra que son accesibles desde el exterior, también se evalúa por palpación rectal, vaginal, endoscopia y laparoscopia. Las enfermedades del sistema urinario en los animales pueden ser identificados en base a signos tan simples como los son las anormalidades en la micción y las alteraciones en el aspecto de la orina, es indispensable observar estos puntos para lograr un buen diagnostico. La ingesta de líquidos por el animal debe ser observada para encontrar si existen excesos en la ingesta (polidipsia), una disminución (oligodipsia) o ausencia (adipsia) (Rosenberger, 1979). Las características de la micción también deben de ser registradas, cuando la frecuencia de micción esta aumentada se habla de una poliuria, oliguria cuando esta disminuida y anuria cuando la micción esta ausente. El estado general del animal debe de tomarse en cuenta, la cavidad oral debe ser revisada por si existen olores anormales que podrían relacionarse con patologías del aparato urinario, como el olor a amoniaco en una insuficiencia renal aguda. Por su proximidad con el sistema urinario, el aparato genital también debe de ser evaluado, aunque sobre este punto se hablara posteriormente (Slauson y Cooper, 2002). En bovinos, los riñones pueden ser evaluados por palpación rectal, aunque el riñón izquierdo es más fácil de localizar, deben se evaluarse diferencias en tamaño, consistencia, adherencias y sensibilidad. Una laparotomía exploratoria o una laparoscopia son herramientas valiosas en el examen de los riñones. Los uréteres son difíciles de evaluar por vía rectal, la experiencia es indispensable para lograr esto de manera fácil. La vejiga también puede ser examinada por vía rectal y ocasionalmente por la vagina, y se evalúa el tamaño (se podría comparar el tamaño normal con un balón de voleibol, y el tamaño anormal con un balón de fútbol o mas grande), adherencias (la vejiga no debe tener ninguna estructura adherida a su superficie), sensibilidad, posición (se consideran posiciones anormales la invaginación, el prolapso y la torsión de la vejiga) y consistencia (pared delgadas cuando esta vacía y fluctuante cuando esta llena). Una inspección mas precisa puede realizarse con la ayuda de un endoscopio insertado por la uretra (cistoscopia). El orificio uretral de la hembra bovina puede ser visto con la ayuda de un especulo vaginal, en el macho bovino se puede realizar una palpación indirecta a través de recto (porción pélvica) o usando una sonda. La orina debe observarse para llegar a un diagnostico acertado, la apariencia de la orina fresca o recién colectada es dato importante, el examen de la orina debe realizarse bajo tres aspectos: físico, químico y microscópico. Las hembras bovinas orinan de 5 a 8 veces al día, el volumen diario puede ser de 6 a 12 litros o mas de orina (1 ml. de orina por kilogramo de peso vivo) Los machos bovinos orinan con menos frecuencia que las hembras (Radostitis et al ., 2002). 86

Dificultad y anormalidades en la micción. Pueden ser resumidos como un conjunto de afecciones que provocan dolor o incomodidad durante la micción. Los animales pueden presentar posturas anormales en el acto de orinar cuando cursan por una disuria, por ejemplo, los machos bovinos estiran los miembros posteriores, y con dolor y contracciones abdominales orinan gota a gota. La disuria esta asociada principalmente a problemas en la uretra, en rumiantes machos, especialmente en carneros la causa mas común de disuria es la obstrucción del tracto urinario por cálculos o urolitiasis obstructiva (Tasker, 1980). Colecta de la orina. Para obtener la orina en las hembras se recomienda la cistocentesis y la utilización de sondas uretrales, no se deben sondear animales con infecciones vaginales o uterinas, y en los machos se utiliza la estimulación sobre el prepucio con un mano para lograr una micción espontánea. A pariencia general de la orina. x V iscosidad. la orina fresca tiene un gran parecido con el agua en cuanto a consistencia, si la consistencia cambia y se vuelve gelatinosa o viscosa se relaciona con pielonefritis, si se encuentran burbujas persistentes en la orina y estas tiene un tono amarillo-verdoso se relaciona con problemas en el hígado. x

Color. Normalmente la orina es de color amarillo oscuro, aunque se aceptan tonos paja o ambarinos, colores diferentes a estos están relacionados con patologías. - Amarillo claro/ sin color + poliuria = insuficiencia renal - Amarillo intenso/ muy oscuro + oliguria = desordenes generalizados, cuadros febriles. - Café claro/ café rojizo = pigmentos biliares (desordenes en hígado) - Rojo/ café rojizo/ café intenso = excreción renal de los pigmentos sanguíneos (hemoglobinuria) o de los pigmentos musculares (mioglobinuria) debido a una hemólisis intravascular masiva - Rojo turbio + Sangre = eritrocitos (hematuria) (Stockhan y Scott, 2002).

x

T ranspa rencia y cuerpos ext raños. La orina normal es clara y transparente, con un cariz brillante; cuando sales indisolubles (orgánicas e inorgánicas) o elementos corpusculares (proteínas, eritrocitos, células epiteliales, cristales de sales) se encuentran presentes en la orina, esta se torna oscura y hasta cierto punto turbia, es importante evaluar el cambio de apariencia, es muy evidente cuando la orina cambia de clara y transparente a opalescente y lechosa.

x

O lor. El olor de la orina no encierra un gran valor diagnostico, aunque algunas desviaciones del olor normal pueden orientarnos hacia alguna patología, como en la cetosis y en la infecciones del tracto urinario, por ejemplo (Slauson y Cooper, 2002).

Propiedades físicas de la orina. La orina es una solución acuosa de muchos metabolitos de desecho como creatinina y urea en gran cantidad, fármacos, hormonas inactivas o activas, etc. El 87

aspecto dependerá entre otros factores de la presencia o ausencia de células, de los metabolitos de la bilirrubina y de la dieta. Las propiedades físicas de la orina son la osmolaridad, la gravedad especifica y la concentración de iones hidrógeno (pH). Propiedades químicas de la orina. El examen químico de la orina es utilizado para determinar y cuantificar las sustancias que el organismo desecha normal o anormalmente. La orina normalmente es un liquido claro amarillento cuyo pigmento se llama urozantina, ligeramente ácido y tiene un olor débil. Es un liquido formado por el riñón que al pasar la sangre por éste, la filtra en una proporción del 99% y el resto, o sea el 1%, lo deja pasar como orina, hacia la vejiga, esto quiere decir que la orina es tan sólo un filtrado de los componentes químicos del suero (Kaneko, 1989). f). E xamen especial de piel. El examen de la piel es muy importante para el diagnóstico, ya que su apariencia puede ayudar a conocer el estado de salud o de enfermedad, porque no sólo se modifica su aspecto en el curso de sus propios trastornos, sino también como consecuencia de enfermedades sistémicas o de otros órganos. La piel se examina por inspección y palpación. La inspección se realiza por observación directa o indirecta, y en ocasiones se recurre a procedimientos de laboratorio como histopatología, examen microscópico de elementos parasitarios y micóticos y cultivos de agentes infecciosos. La palpación se realiza pasando las yemas de los dedos sobre al superficie de la piel, con la exploración y palpación se encuentra un gran número de lesiones que es importante reconocer y diferenciar, ya que pueden tener un origen primario o secundario. Las de origen primario son la reflexión directa o el resultado de una enfermedad. Las lesiones secundarias son cambios evolutivos en la piel dictados por el curso de las mismas lesiones primarias y modificadas por infecciones secundarias, traumatismos y terapia de drogas. Estas últimas lesiones pocas veces dan un diagnóstico específico (Coles, 1986). 1). Lesiones primarias. - M ácula. Área circunscrita igual o menor a 1 cm. con cambio de color. - Pápula. Elevación sólida circunscrita de la piel que varía de menos de 0.1 cm. a 1 cm. de diámetro. - Placa. Lesión macular de más de 1 cm. de diámetro. - Vesícula. Es una pequeña elevación del epitelio superficial de la piel, cuyo interior está ocupado por trasudado o linfa. - Pústula. Vesícula llena de liquido, no denota necesariamente una infección bacteriana, y puede desarrollarse en una secuencia natural a partir de una vesícula. - Ampolla. Lesión similar a la vesícula pero más grande. - Nódulo. Pápula grande, por lo general dura, se palpa en la dermis profunda o tejido subcutáneo. - E ritema (ronchas). Hinchazón localizada, causada por infiltración serosa cuyo signo es un puntilleo rojizo, como en la urticaria. - Absceso. Inflamación supurativa, por lo general rodeada por una cápsula de tejido conjuntivo, conocida como membrana piógena. - F legmón. Infiltración purulenta no circunscrita en la piel y tejido subcutáneo. Al tacto se siente caliente y de consistencia dura y puede abarcar una zona amplia. - Neoplasia. Proliferación descontrolada de tejido sin función útil. - Vitíligo. Despigmentación por secreciones persistentes, generalmente en nariz y ojos. 88

-

-

Enfisema. Aumento de volumen por acumulación de aire u otros gases en tejido subcutáneo. Con la mano se comprime la piel y debajo de ella se desplazan como almohadillas gaseosas que producen un sonido crepitante. Pueden ser de origen exógeno o aspiratorio como el que es se produce en heridas, y endógeno o séptico como en las clostridiasis por efecto de las toxinas. Higroma. Acumulación subcutánea de trasudado en la región dorsal de la articulación del carpo (Jubb, et al ., 1993).

Fig. 1. Absceso provocado por inyección.

2). Lesiones secundarias. - A lopecia. Pérdida de pelo en una o varias zonas de piel afectada. - Escama. Hojuela, como de salvado, de la capa superficial de la epidermis imperfectamente cornificada que cae con facilidad. - Costra. Masa firme, compuesta por exudado inflamatorio seco y restos epiteliales o de sangre. - E rosión. Pérdida de capas celulares superficiales, pero las capas celulares permanecen intactas. - Ulcera. Falta de tejido que se extiende con más profundidad que las erosiones y alcanza la dermis. - Fisuras. Defectos lineales que alcanzan la dermis con frecuencia. - Cicatriz. Proliferación de tejido conjuntivo fibroso en el lugar de una lesión que destruyó el corion de la piel. - Liquenificación. Engrosamiento de la piel con exageración del rayado normal, por lo general producida por irritaciones crónicas. - Acantosis. Aumento de la cantidad de melanina dentro de la piel, asociada con hiperqueratosis. - Hiperqueratosis. Engrosamiento excesivo del estrato córneo debido a la proliferación de células queratinizadas, asociada al contacto constante con superficies ásperas, sustancias químicas, por deficiencias o excesos alimentarios. - Paraqueratosis. Queratinización incompleta de las células de la epidermis caracterizada por la retención del núcleo. Las células se encuentran poco adheridas - Edema. El edema cutáneo es un aumento de volumen causado por difusión de un trasudado en los espacios tisulares. A la palpación muestra una consistencia pastosa y al presionar con el dedo la huella permanece algún tiempo (signo de Godete).

89

Fig. 1. Úlcera en piel.

Fig. 2. Costra

Por otro lado, en un examen clínico es conveniente revisar otra serie de términos y pruebas necesarias: - E lasticidad. La elasticidad de la piel se comprueba levantándola y soltándola para que forme un pliegue. Esto se realiza en la región del cuello, espalda y costillas. En condiciones normales la piel regresa de inmediato. La reducción de su elasticidad puede deberse a vejez, deshidratación, mala nutrición, etc. - Prurito. Puede ser generalizado o localizado. Para diagnosticarlo basta ver los frotamientos del animal y dónde se lame. Además, para dar evidencias de éste, se rasca ligeramente la piel sensación recibida se revela por manifestación de bienestar. - Calor. Se percibe colocando el dorso de la mano sobre la piel; revela la distribución de la sangre en casos de problemas locales, además puede dar un indicio de la temperatura interna del cuerpo, si no se tiene un termómetro a la mano. - Actividad de las glándulas sebáceas. Los animales deben tener un pelo brillante y lustroso por la apariencia de la grasa cutánea (sebo), que proporciona características repelentes a la humedad. La secreción puede disminuir o aumentar, en este último caso se sentirá un aroma rancio y algunas veces penetrante. La reducción de la secreción puede indica deficiencias nutricionales, infestaciones parasitarias, enfermedades crónicas, estados febriles, dando al pelo una apariencia opaca, sin brillo y con aspecto de sucio. - Sudor. La humedad de la piel se puede mantener gracias a la secreción de las glándulas sudoríparas o sebáceas (dependiendo de la especie animal y su tipo de transpiración). - H iperhidrosis. Es el aumento de la secreción de sudor, puede deberse a polipnea, intoxicaciones, metabolismo de algunos elementos dietéticos, manifestaciones de dolor o respuesta fisiológica a cambios ambientales o ejercicio. - A nhidrosis. Es la escasa o nula sudoración y se observa en la fiebre prolongada y diarreas intensas (deshidratación). La secreción cutánea puede tener olor amoniacal, como consecuencia de una uremia (Trigo, 1993).

90

C APÍ T U L O V D I A G N ÓST I C O D E F I N I T I V O MVZ. Esp. Cert. Eduardo m. Sierra Lira, M en C. MSc. Francisco J. Aranda Cirerol M en C. Delfina de las M. Zapata Villalobos MSc. Rosa Ramírez Porras Dr. Roger I. Rodríguez Vivas

Pruebas confirmatorias. El laboratorio clínico puede ser usado para determinar algunos indicadores del estado de homeostasis del paciente animal que nos permitan arribar al diagnóstico de una patología o asumir el buen curso de las intervenciones quirúrgicas en nuestros pacientes. Este uso del laboratorio, debe de encaminarse a la solicitud de pruebas que nos muestren el estado de salud del paciente. Este empleo del laboratorio se hace a través de la unidad operativa que se debe de establecer entre el médico tratante o cirujano y el laboratorio mismo. Es necesario recordar que es muy importante que el laboratorio con que se trabaje cuente con experiencia, proporcione datos fidedignos y que use un calendario de control de calidad lo que nos asegura el nivel del laboratorio que se emplea. En el caso muy particular del laboratorio clínico indicadores de salud que pueden ser utilizados como información general o preoperatorio del paciente son: Número total de eritrocitos o porcentaje de eritrocitos, Número total de leucocitos, Hematocrito, Número total de plaquetas, Determinación de fibrinógeno, y Determinación de la concentración de proteínas plasmáticas (Duncan, 1994). Todas las muestras deberán ser enviadas al laboratorio en contenedores individuales perfectamente sellados e identificados, siempre se conservaran en refrigeración a 4qC hasta su llegada al laboratorio. Es importante incluir con la muestra la siguiente información: x x x x x x x x x x

Especie. Fecha Tipo de muestra. Tiempo de haber tomado la muestra. Conservación. Si se aplicó algún tratamiento previo a los animales. Signos que presentó el animal. Si hubo casos anteriores con la misma signología clínica. Hallazgos a la necropsia. Diagnóstico presuntivo.

Disciplinas médicas y tipos de muestras que pueden examinar. -Patología clínica (sangre, orina, leche, líquido ruminal, líquido cefalorraquídeo, tejidos, secreciones). - Selección y obtención de la muestra. La sangre arterial también puede utilizarse para fines diagnósticos, como es el caso en los bovinos que aquí nos ocupa. Se deben tomar en cuenta algunas 91

consideraciones, como son: a).- Cuando la muestra está hemolizada, los datos no son confiables, b).- Si la muestra presenta coágulos, por muy pequeños que estos sean es de esperar que interfieran con los resultados y c).- En el caso de muestras obtenidas de animales que fueron sometidos a un manejo intenso, los resultados diferirán de aquellos obtenidos en muestras de animales que se muestrearon en reposo. - E l hematocrito o volumen globular aglomerado. Esta prueba se refiere a la obtención en porcentaje de la columna de glóbulos rojos aglomerados. Para este resultado se puede utilizar el método del tubo de Wintrobe o como se describirá a continuación el microhematocrito, el cual produce una buena aglomeración de las células hemáticas en todas las especies animales, es de rápida ejecución y requiere poca cantidad de sangre. Esta determinación, al igual que la del conteo de los glóbulos rojos, nos deja saber que tan adecuadamente podemos esperar la oxigenación de los tejidos durante el acto quirúrgico. El valor de referencia para los bovinos es de 24 a 46 por ciento.

Fig.1. Hematocrito

- Plaquetas y fibrinógeno. Como indicadores de los procesos de coagulación podemos solicitar al laboratorio clínico la determinación de la concentración de fibrinógeno plasmático y el número total de trombocitos o plaquetas. Podemos señalar también que el tiempo de sangrado es otro indicador que podemos emplear antes de comenzar la cirugía. Este tiempo debe caes en el rango de 1 a 5 minutos como máximo. En el caso del fibrinógeno, es una proteína globular que en los bovinos presenta una reacción febril, esto es, cuando existe algún tipo de infección en los vacunos este componente sanguíneo se eleva, lo que puede ser usado junto con el conteo de leucocitos como indicador de la presencia de alguna infección. El fibrinógeno participa en la producción de fibrina para la formación del coagulo y evitar hemorragias cuando los tejido son seccionados. El valor de referencia para los bovinos es de 200 a 500 miligramos por decilitro de fibrinógeno plasmático. En el caso de las plaquetas, estas son el resultado de la fragmentación de una célula madre conocida como megacariocito. Estos fragmentos, también llamados trombocitos, participan en los procesos de coagulación, cuando algún vaso sanguíneo es seccionado como sucede en la cirugía. Los trombocitos deben activarse para poder cumplir con su cometido, ésto se hace cuando lanzan proyecciones conocidas FRPR ³SURFHVRV´ /D FLIUD de referencia para el caso de bovinos es de 250 a 500 mil trombocitos por mm cúbico.

92

Fig.2. Agregación plaquetarìa

- Proteínas plasmáticas o séricas totales. Las proteínas sanguíneas (ya sea plasmática o sérica), pueden determinarse por refractometría o por colorimetría. En el primer caso se usa un aparato conocido como refractómetro de Goldberg, que puede ser incluso usado a nivel de campo. El otro método requiere de enviar la muestra al laboratorio para su procesamiento. Las proteínas en sangre pueden ser usadas para referirlas al nivel de nutrición del animal, la integridad del trabajo hepático, los procesos de coagulación, el estado inmunológico y la deficiente función hepática o renal. El valor de referencia para los bovinos es de 6.74 a 7.46 gramos por decilitro (Zeile, 1984). La medición de los elementos químicos que componen los diferentes líquidos del organismo es una parte integral del examen que se realiza para conocer la naturaleza de las enfermedades. Estos análisis junto con los procedimientos de laboratorio, el examen físico completo y la historia clínica del paciente ayudan al veterinario a llegar al diagnóstico definitivo, en emitir un pronóstico y valorar la eficiencia del tratamiento. La precisión y utilidad de los resultados del análisis químico dependen del cuidado para recolectar la muestra y efectuar las determinaciones. - Química sanguínea. Las determinaciones de química sanguínea se realizan midiendo la cantidad de energía radiante absorbida por una solución con la ayuda de un espectrofotómetro. Para trabajar con la química clínica con fines de diagnóstico, es necesario separar la porción líquida del tejido sanguíneo, esto es, en caso de utilizar sangre con anticoagulante, se deberá centrifugar la muestra para obtener el plasma. En el caso de sangre sin anticoagulante, se deberá esperar a la formación del coágulo y permitir su retracción para poder separar el suero de esta muestra. Cabe hacer mención que una vez separadas las partes líquidas, estas podrán ser congeladas para su posterior procesamiento. E xamen general de orina. El proceso más importante que ocurre en el riñón es la formación de la orina, comienza cuando la arteria renal penetra en el riñón por la pelvis renal. Su sangre lleva las sustancias de desecho que recoge por el cuerpo. La arteria se ramifica y se dirige hacia la zona de la corteza renal. Allí da lugar a multitud de glomérulos, que son una especie de «grumos» formados por capilares. Parte del plasma sanguíneo sale del glomérulo y penetra en la nefrona. El plasma va recorriendo todos los túbulos que forman la nefrona, a fin de que las sustancias útiles que han pasado a su interior sean devueltas a la sangre. Las sustancias de desecho, en cambio, quedan en el interior de la nefrona y dan lugar a la orina. La orina de cada nefrona llega al túbulo colector y se dirige a la pelvis renal, de donde sale a través del uréter hacia la vejiga y hacia el 93

exterior. La mayor parte de la orina es agua. Además, contiene diversas sales minerales, sobre todo cloruro sódico, y urea, una sustancia que se produce durante el metabolismo de las proteínas y que constituye nuestro principal producto de excreción. El riñón es capaz de controlar la concentración de la orina. De este modo, regula la concentración de los líquidos internos. Cuando el organismo está bien hidratado, la orina que se produce es bastante diluida, contiene mucha agua. En cambio, cuando el organismo dispone de poca agua, la orina está muy concentrada, pues la nefrona devuelve a la sangre buena parte del agua que entra en su interior, para no perderla. No obstante, la orina no se puede concentrar indefinidamente; por ejemplo, no puede ser más concentrada que el agua de mar. Es por ello por lo que no podemos beber esta agua, pues para poder expulsar la sal que contiene, perderíamos por la orina más agua de la que hubiéramos tomado (Zeile, 1984). El examen general de orina (EGO) es una prueba de gran importancia para el clínico, sin embargo esta prueba, al igual que la coprologica, son vistas con cierto recelo, debido al tipo de muestra que se analizan. Para algunos, no pasa de ser una simple rutina engorrosa, donde lo único que se puede realizar es la lectura de tiras reactivas y la vista al microscopio, pero el uro análisis es algo más que la simple impregnación de la tira y la observación del sedimento, es la aplicación de todos nuestros conocimientos y el empleo de todos nuestros recursos dentro del laboratorio para proporcionar al médico y al paciente resultados de y con calidad. Este trabajo no pretende abarcar todas las pruebas alternativas, solamente aquellas que debido a su importancia es preciso confirmar o descartar por un método más especifico, así mismo, se piensa que los reactivos aquí empleados se tienen en todos los laboratorios. Claro que en cada laboratorio se pueden implementar otras técnicas de acuerdo a sus recursos y necesidades. Tabla  1.  Principales  constituyentes  de  la  orina.   Constituyente

Valor

Albúmina

< 15-30 mg/l

Calcio

100-240 mg/24h

Creatinina

1.2-1.8 mg/24h

Glucosa