Por La Tierra y Por La Raza

J U A N A B . G. D E M E N D O Z A . jPOR LA TIERRA YPOR LA BBBUOTECA DC MEXICO. D. F . RAZAl MEXICO. 1924. PU

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J U A N A B . G. D E M E N D O Z A .

jPOR LA TIERRA YPOR

LA

BBBUOTECA DC

MEXICO.

D. F .

RAZAl

MEXICO.

1924.

PUBLICACI6N AUTORIZADA POR EL CONSEJO. PRIMERA EDICION.

PROPIEDAD RESERVADA.

J POR LA TIERRA Y POR LA RAZA*

5.

Ha rauchos Siglos Tenochtitlan espera que retorne Quetzalcoatl. Esta esperanza, firme comouna rcca en el alma de los indios, nadie sabe, nadie quiere comprenderla. Es logico. Solo un indio comprende el alma de su Raza. Los extranos han tornado por Mitologia lo que es una realidad Los indios esperan que retorne Aquel que lanzo sus f lechas a lo Infinito y del Caos . herido por ellas arranco el Dia y la Noche. ^Fantasia? No; Realidad, y Realidad muy bella; Realidad sobre la que ha caido como un aluvion de arena amontonada por los Siglos, la Mentira. Debajo de ese aluvion se remueve esta Raza inextinguible como la Verdad. Quizas la Humanidad entera se remueve asi £No esperan los creyentes la llegada de un Mesias? iPor que no han de esperar los creyentes al Mesias por la misma razon que les indios esperan a Quetzalcoatl?

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iDonda esta la mirada que penetre la inmensa sombra que los Siglos proyectan sobre la tierra? ^Quien puede asegurar que la Torre de Babel no se alzo sobre el primer Teocal-li del Mundo? Lo cierto es que los civilizadores han amontonado mas mentiras que arenas amontonaron los Siglos, y del Teocal-li dormido en las prof undidades del Tiempo solo se desprende esta verdad: Tenochtitlan espera que retorne Quetzalcoatl. Esto parecera demasiado mistico o falto de sentido, y sin embargo, nada hay mas logico ni mas positivo que lo dicho: TENOCHTITLAN ESPERA QUE RETORNE QUETZALCOATL.

Aunque entre las sombras se haya perdido el sentido real de esta esperanza, cs facii comprenderlo. Basta con oir lo que dicen los Caxcanes so­ bre el particular. Ellos dicen esto: • "NUESTROS TEOCALIS NO TIENEN TORRES; NUESTROS MAYORES NO LE ALZARON TEMPLOS A LA UNIDAD DIVINA, SINO A LA DUALIDAD CREADORA."

Esta sencilla aclaracion es la clave de todos los * misterios, el secreto de todos los tiempos, la reve­ lation de todas las verdades. y Que nuestros Teocalis sin tor res fueron la ' primera manifestation intelectual, lo dice bien cla- a ro el hecho de ser la torre una superposition, y maS'S claroque este hecho arquitectonico, mas altoy mas fuerte que esta razon toral lo dice la Humanidad en todas sus lenguas; el Teocal-li ha dado su cimiento a todos los Templos, su nombre a todas las Religiones,su paternidad a todas las Teogonias: TEO; esta silaba, sola, superviviendo a los cataclismos,

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flotando en los naufragios, destacandose entre los errores, agarrandose~a todas las lenguas, hace de los hombres de nuestra Raza los primeros pobladores de la Tierra y de su civilization la primera Ci­ vilization del Mundo. El retorno de e3a Civilization es lo que nuestra Raza espera. Inactiva por la privation de sus mediosdelacha, pero inquebrantable en sus propositos, de pie, cruzados los brazos,indiferente y muda, espera; ineonmovibte como sus montanas y como sus montanas firme en su esperanza, espera, no al mitologico Dies de las leyendas, si no a la Realidad que ha de venir. Y los creyentes en el Mesias tambien esperan esta misma Realidad, a la que se ha dado un caracter religioso que no tiene, para hacer de ella una quimera irrealizable, desfigurandola de tal modo que ya ninguno la reconoce. Los Caxcanes agregan: "Para explicarlo con claridad nos hace falta •fenestra lengua, la que hablaba de estas cosas, la le brutalmente nos arranco la Conqui^ta, pero si |b podemos decirlo claramente con nuestra lengua .\uti\ada, lo diremos como se pueda con nuestra fngua postiza, con esta lengua extrana que ni siAera sabe pronunciar el nombre de los nuestros, Jue no sabe decir donde f ue Chicomostoc ni donde esta Huehuechocayan; que nopodra decir nunca que cataclismo nos disperso, ni a que sitio fueron arrojados nuestros hermanos, que lejos de nosotros formaron otra familia, articularon otros sonidos y creyeron en otros Dioses.... Lo diremos a s i . . . .en

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esta lengua e x t r a n a . . . " Y los Caxcanes cuentan sus tradiciones luminosas: "Viviamos aqui; lo reconozco por las estrellas; estaban alii, en ese mismo sitio. Habia un la go muy grande junto a la montana. Habia palmas y cactus. En el cactus mas grande tenia su nido el Cuahutli que sabia ir hasta ilhuicatl y que admirabamos por eso. Eramos hermanos todos, hijos de Quetzalcoatl y Xochiquetzal. Nuestros padres estaban tristes; no lo comprendiamos hasta que empezabamos a estar tambien como el los, tristes; porque no sabiamos para que eran todas las cosas que veiamos sin comprender, distantes como las estrellas, misteriosas como Yoali. Y laego aquella extension que no alcanzabamos a recorrer, aquellas montaiias que nunca se movian... .Nosotros mismos, ipara que eramos?. nos devoraban las fieras Amabamos los penascos del laga porque en elios nos librabamos de las serpientes y del ocelotl, pero el lago nos daba miedo cuando rugia azotando la montana. De arriba, del ilhuicatl, caia agua tambien y nos atormentaba, porque la montana, a veces, nos daba abrigo, pero en sitios tan estrechos que no ca biamos en ellos. Por eso advertimos que nuestros cuerpos eran grandes, casi tan grandes como el cac­ tus en que anidaba el cu&hutli. La montana tenia huecos grandes tambien, pero esos eran de las fieras. Una vez, no recuerdo cuando, soplaba el aire tan fuerte que las aguas del lago se hacian pedazos

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sobre las rocas, y en el monte se arrancaban los arboles y se derrumbaban los penascos; estaba oscuro, muy oscuro; el trueno era tan formidable que la montana se extremeciaal repetirlo; los rayos arran­ caban trozos de nubes para echarlos sobre nosotros, hechos agua. El lago rugia, parecia que quisiera alcanzarnos y devorarnos tambien como las fieras. Tuvimos miedo y huimos a la montana, pero las fieras tenian miedo tambien como nosotros y nos disputaban los huecoa, hasta los pequefios huecos donde otras veces nos guarecimos. Seguimos huyendo, aterrorizados. En la oscuridad no lo advertimos... una fiera se llevo al mas pequeno de nuestros hermanos. Cuando hubo luz vimos que Xochiquetzal lloraba todavia en el sitio donde habia desaparecido. Nuestra tristeza fue tan grande como las montanas y tan sombria como yoali; nos extranaba que en nuestro interior no resonara algo como el trueno de la tempestad. Quetzalcoatl callaba, pero de sus ojos se desprendia algo como el rayo; de pronto corrio hacia la montana y lo vimos poner una sobre otra las piedras que desgajo la tempestad, haciendo con ellas como el otro lado de una cueva, hasta tocar en lo alto, dejando apenas algo como quiyahuac por donde entramos todos. Vimos que se es­ taba bien y nos quedamos alii. Por la noche Quet­ zalcoatl puso una piedra grande cerrando la quiyahuac, y las fieras no nos encontraron. Con el otro sol vimos que nada nos habia sucedido y danzamos de alegria. Quetzalcoatl dijo: "Las fieras no volveran a llevarse a mis hijos".

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Xochiquetzal trajo las primeras f lores del palo del cuervo, y llorando todaria se las ofrecio a Quetzal­ coatl, agradecida porque ya no lloraria mas por sus hijos desaparecidos. Despues todos pusimos piedras en las otras cuevas y las fieras no nos encontraron ni tuvimos que dormir mas sobre las rocas del lago; solo cuan­ do alguno de nosotros se dormia por mucho tiempo, lo llevabamos como ante3, a dormir al lago para que el cacalotl y las fieras no vinieran por el, porque dejandolo en la cueva, aunque pusieramos la piedra grande para tapar la quiyahuac, el ocelotl y las demas fieras se hacian pequeiios, entraban por las junturas, y en pedazos, pequenos tambien, se llevaban al que se dormia asi. Estabamos contentos; y cuando el palo del cuervo florecio de nuevo y metzitli estuvo tan bella como en la primera noche que nos albergo la cueva, quisimos celebrarlo danzando como la primera vez. Pusimos en la primera cueva una alfombra de cacalotxuchil para que descansara Xochiquetzal, y sobre aquel lecho de flores aparecio el pequeno hermano nuestro que las fieras se llevaron en la noche de la tempestad. El pequeno tambien estaba contento; sonreia, y metzitli lo beso en la frente. Quetzalcoatl lo llamo Xochipilli, (Principe de las Flores) y nuestro regocijo fue tan grande que solo pudimos expresarlo cantando como canta el totoli en el coahuitl. Maravillados por el retomo de nuestro herma­ no, le consagramos el lugar donde se verified su

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reaparicion, y alii fue XOCHIPILLAN. (1) Alliestaba tambien la primera cueva y en memoria de todo esto, repetiamos el canto del totoli y danzabamos en serial de regocijo cada vez que florecia el palo del cuervo y metzitli daba toda su luz. Como ya no teniamos que huir de las fieras, Quetzalcoatl nos enseno a recoger frutos y guardarlos en las cuevas, y aprendimos tambien de el muchas cosas. Era como el Tahtli de todos, y cuan­ do se durmio lo Uevamos al lago lo mismo que a Xochiquetzal, para librarlos del cacalotl y del mixtli. Despues y para siempre, aquel de nuestros hermanos que sabia ensenarnos cosas buenas era como el Tahtli que dormia en el lago, y le llamabamos tambien asi, Quetzalcoatl. Aprendimos a hacer arcos, a disparar flechas, a hacer hondas y tilmas del cayatl. Uno de nues­ tros hermanos, Tequepanohua, sabia hacer las cue­ vas mejor que todos nosotros; les^quitaba las asperezas y eran solidas y bonitas. Otro habia domesticado un mazatl. Recogiamos frutos y los guardabamos para cuando los drboles no daban mas, pero a veces el agua o el frio no nos dejaban recoger frutos ni cazar pajaros, y algunos de nuestros hermanos no sabian hacer arcos ni hondas, ni cuevas como las que hacia Tequepanohua, pero teniamos de todo porque (1) Sucbipila, cvrrupci6n de XOCHIPILLAN, nombre de origen mitotigico y que significa: Flores"

"Lugar

del Dios de las

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cambi&bamos lo que tenian unos por lo que neeesitaban otros, pero un dia Tezcaltipoca rino con Te­ quepanohua a causa de esto. Tezcaltipoca queria tener una cueva hecha por Tequepanohua y este la hacia a cambio de los frutos que necesitaba, pero Tezcaltipoca le daba menos frutos cada vez, y un dia le dio tan pocos que Tequepanohua se f ue a cazar aves para comer, y cuando volvio, Tezcaltipoca rino con el. Como no queriamos que rineran los 11 evamos con Quetzalcoatl para que el dijera lo que habian de hacer. Quetzalcoatl dijo que Tezcaltipoca diera los frutos bastantes y Tequepanohua acabara la cueva, pero renian de nuevo porque Tezcaltipoca daba menos frutos cada vez y Tequepanohua hacia la cueva muy pequefia, tan pequena que Tezcaltipoca no cabia en ella. Otros de nuestros hermanos aprendieron a renir tambien, y Quetzalcoatl ya no nos ensenaba nada, ocupado en arreglar las rinas de todos. Unos hermanos nuestros rineron como las fie­ ras cuando se nos echaban encima y fue preciso llevarlos al lago tambien. Entonces Quetzalcoatl nos llamo a todos a la cueva y nos dijo que el Tahtli que dormia en el lago haciendo aquella cueva habia logrado que las fieras no nos devoraran, pero que el no sabia hacer otra cueva para que nuestros herma­ nos no se devoraran entre si como las fieras; que lo mejor era que reunieramos en la cueva todo lo que tuvieramos para darle a cada uno lo quenecesitara, y para que la provision no se acabara, cada sol llevaramos todos lo que hubieramos hecho o los frutos

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que hubieramos reunido. El que no llevara nada, no recibiria tampoco nada de lo que hubiera en la cueva. Cuando lo hicimos asi, no hubo ma3 riiias y teniamos abundancia de provisiones. Solo Tezcal­ tipoca pedia siempre mas de lo que necesitaba, pe­ ro como teniamos bastante y no queriamos renir, no haciamos caso de esto. Quetzalcoatl no tenia que ocuparse mas en arreglar las riiias y aprendio muchas cosas que nos enseno. Nos dijo por que el agua hacia vivir las plantas que nos daban frutos, quitandoles la sed como a nosotros, y nos dijo tambien como el sol da­ ba a los arboles calor, como a nosotros cuando te­ niamos frio. Comprendimos que el Agua y el Sol eran como Xochiquetzal y Quetzalcoatl, y para que no se olvidara esto que habiamos aprendido, del la­ go donde ellos dormian llevamos la "Piedra del Agua", que sacamos del fondo,y la "Piedra del Sol" que arrancamos del creston mas alto, las pusimos dentro de la cueva y les dedicamos danzas, para que no se olvidara nunca y lo supieran todos los que vinieran despues de nosotros. Como la primera cueva guardaba las provisio­ nes y los recuerdos, le deciamos el TEOCAL-LI. Ella y todo lo que contenia significaba para nosotros el origen de la vida. Dentro de ella nos habiamos salvado delas fieras; sus piedras nos recordaban a Xochiquetzal y a Quetzalcoatl, y al Agua y al Sol que daba vida tambien; ydesdeque llevamos las provisones alii, nada nos hacia falta ni nuestros her manos renian por ellas.

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El Teocal-li nos inspiro veneration y por eso l a danza que le dedicabamos era la mas grande d e nuestras fiestas. Le deciamos la "Danza del Xu­ chil" porque eran las flores del cuervo las que nos indicaban con su aparicion la epoca en que se h a ­ bia hecho la primera cueva. Nos recordaban tam­ bien la maravillosa reaparicion de nuestro hermano y para que no se olvidara que la ternura de Xochi­ quetzal y la f uerza de Quetzalcoatl daban la vida, al celebrarse la "Danza del Xuchil" se unian los que se amaban como se amaron ellos. Por esto la "Danza del Xuchil" es para nos­ otros la fiesta de los Dioses, del Amor y delas Flores.

Quetzalcoatl advirtio que las estrellas caminaban, y en las noches,cuando no llovia ni habia nubes en el cielo, subiamos sobre el Teocal-li para verlas. Advirtio tambien que una, muy palida y muy bella, no caminaba nunca. Una noche vimos que alia en lo alto una estre11a se hizo pedazos que vimos caer al otro lado de la montana. Los buscamos, en las noches, pero no los encontramos nunca. Buscabamos los pedazos de la estrella rota, cuando una piedra que cayo de la montana despidio luz tambien como la estrella. Llevamos la piedra al Teocal-li, pero no despe_ dia luz. Quetzalcoatl, que la habia visto caer, descubrio que haciendo chocar contra ella otra pie­ dra era como despedia luz, y todas las noches iba-

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mos al Teocal-li, para ver como Quetzalcoatl arrancaba luz de la piedra. Luego ocurrio una cosa que nos asombro: una chispa de luz se prendid* al tlahtohcayatl d e l Tahtli y fue haciendose grande. Quetzalcoatl quiso cogerla pero la chispa leprodujo un dolor muy fuerte en la mano y el, asustado, arrojo el tlahtohcayatl, que fue a caer en la quiyahuac del Teocal-li. El aire avivo la chispa de tal modo que se hizo grande, grande, hasta levantarse como una ala de luz. Entonces sentimos que daba calor como el sol. Cuando desaparecio, del tlahtoh­ cayatl solo quedo" una cosa como polvo de tierra. Quetzalcoatl, asombrado, meditaba sobre aquello que no podia explicarnos. Ya no nos atreviamos a tocar la piedra, hasta que un dia Quetzalc6atl, regocijado, nos llamo a todos para que vieramos co­ mo de otras piedras como aquella, haciendolas chocar, tambien brotaban chispas que prendidas a la yerba seca alzaban alas de luz y calentaban como el sol. Luego todos tuvimos de aquel calor en nuestras cuevas cuando hacia frio, y en memoria del descubrimiento dejamos en la cueva la piedra que produjo la primera chispa, la pusimos sobre un tronco, como a las otras y la llamamos Tecpatl. El tronco donde pusimos la "Piedra del Fuego" se cubrio de hojas, echo raices, crecio y la envolvio de modo que ya no pudimos desprenderla de alii ni quitar el coahuitl, que formo parte de la cueva. En la fiesta del f uego todos arranc&bamos chispas de luz de Tecpatl. Como las fieras no nos devoraban ya, ni el frio

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ni el agua nos atormentaban, ibamos menos a dor­ mir al lago y aumentamos de tal modo que no cabiamos en las cuevas y en aquel sitio ya no habia rocas que tuvieran huecos para construir otras. Fue preciso buscarlos mas alia de Chicomostoc. Le 11amabamos asi a aquel lugar por haber en el Siete Cuevas nada mas. Alia en otra montana que tenia huecos se construyeron las otras cuevas para que vivieran otros de nuestros hermanos y se hicieran tambien Teo­ calis y se pusieron en ellos piedras del Agua, del Fuego y del Sol, y en cada lugar donde habia cue­ vas asi, habia tambien un Tahtli que era como Quetzalcoatl en Chicomostoc. Todas estas cosas que dirigia Quetzalcoatl, los descubrimientos que hizo y lo que nos enseiiaba, hicieron tan agradable nuestra vida, que le estabamos agradecidos y lo venerabamos. No permitiamos que el fuera a recoger frutos como nosotros pa­ ra guardar en el Teocal-li, porque mejor queriamos oir lo que nos hablaba y que nos ensefiara a ver co­ mo caminaban alia en lo alto las estrellas. Tambien nos habia ensefiado a arrancar sonidos del acatl para alegria de nuestras fiestas, y esto nos agradaba tanto, que separabamos para el los mejores frutos y para su penacho las mejores plumas. Tezcaltipoca lo aborrecio por eso, y una vez delante de todos nosotros le dijo que el, Tezcaltipo­ ca, si podria encontrar y traer al Teocal-li el Tec­ patl que no se apaga nunca. —lY de donde lo traeras?—Le dijo Quetzal­ coatl.

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—jDe all£, de lo alto!—Responds Tezcaltipo­ ca. Quetzalc6atl sonri6. Nosotros miramos con aaombro a Tezcaltipoca, no comprendiendo como podria hacer lo que nabia dicho. —iC6mo haras para llegar alld?—preguntamos. —Haciendo un Cu6; basta con poner mas piedras sobre el Teocal-li. Venid todos aqui cuando llegue el otro sol—nos dijo Quetzalc6atl. Y cuando llego el otro sol estuvimos todos en el Teocal-li. Quetzalcoatl puso en su arco la mejor flecha, nos hizo subir al Teocal-li y dirigiendose a Tezcal­ tipoca le dijo: —jMira! — Y disparo la flecha con tal fuerza que no la vimos caer. Se clavo en el S:>1. Luego dijo: —Tu no puedes ir mas alia de donde van las flechas de Quetzalcoatl; £como podras alcanzar el Tecpatl que no se apaga nunca?... ^Podras traer la flecha que partio de mi arco para clavar3e en el sol? —Tu flecha y todo lo que esta" en lo alto puedo al­ canzar— respondio Tezcaltipoca. — Vamos alevan* tar el Cue. Pero ninguno quiso poner mas piedras sobre el Teocal-li. Entonces Tezcaltipoca nos llamo aparte y nos dijo que all£, en lo alto, estaba Uno que te­ nia la luz del Tecpatl que no se apaga nunca; el que mandaba el Sol, el Agua y I03 Vientos; el que ponia los frutos en los drboles y mandaba el rayo. Que ese era el que daba la vida y lo daba todo, y que Uegando a donde e3taba el, no tendriamos que recoger mas frutos para guardaf en la cueva por.

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que alia no se acababan nunca, ni tendriamos que ir al lago porque alia nadie se dormiria mas. Algunos lo creyeron y Tezcaltipoca les ofrecio los frutos que tenia guardados para que lo ayudaran a poner piedras sobre el Teocal-li. Pero no habian puesto bastantes cuando los frutos se les acabaron y quisieron que les dieramos de los que habia en el Teocal-li. Quetzalcoatl se nego a darselos por­ que no habian llevado nada en todos los soles que habian pasado mientras ellos ponian piedras para hacer el Cue. Les explicaba que la vida nos la daban a nosotros y a los drboles el Aguay el Sol que cafan sobre la Tierra, y el Aire que se llevaba las fle­ chas de los arcos y las piedras de las hondas, y to­ do lo que era asi como el Dia y la Noche, y disparaba sus flechas a lo Infinito para demostrarlesque no podia ir mas alia. Pero Tezcaltipoca les decia que habia que lle­ gar a donde estaban las estrellas, para no tener que recoger frutos, ni ir a dormir al lago cuando viniera el cacalotl, por que alia ninguno se dormia asi. Que subiendo por el Cue vendrian cuando quisieran, bajando tambien por el. Los que creyeron esto quisieron por fuerza coger frutos del Teocal-li, porque aquellos frutos eran de todos, pero como ellos no irian a recoger mas, ocupados en hacer el Cue para alcanzar las estre­ llas, lo que nosotros recogieramos no bastaria, y luego los drboles ya no darian mas. Propusieron que Tequepanohua hiciera el Cue y ellos le ayudarian para llegar mas pronto, pero Tequepanohua dijo-que el no podria^ hacer un Cue

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que subiera mas alto que las flechas de Quetzalcoatl. Tezcaltipoca insisti6 en que se ditribuyeran los frutos entre los que quisieran poner piedras sobre el Teocal-li para alcanzar las estrellas. Quetzalcoatl se opuso, se dividieron nuestros hermanos, y los que estaban con Tezcaltipoca quisieron entrar por fuerza y tomar los frutos. Quetzalc6atl puso la piedra grande para tapar la quiyahuac, y entonces Tezcal­ tipoca se le echo encima como se echaban las fieras sobre nosotros. Acudimos a su def ensa, pero lo mismo hicieron los de Tezcaltipoca y renimos todos. Quetzalc6atly Tezcaltipoca, luchando, llegaron a la orilla del lago y el agua arrebato a Quetzalc6atl y se lo llevo para librarlo de Tezcaltipoca, co­ mo se llevaba a los que se dormian para librarlos del cacalotl y de las fieras. Muchos se f ueron tras el. Entonces Tezcaltipoca mando a los que quedaron que cogieran los frutos del Teocal-li y pusieran mas piedras sobre el. Pero no alcanzaban las estrellas todavia cuan­ do el Teocal-li se hundio y fue precisollevar al lago a muchos de los que cayeron junto con las piedras, porque no se movian mas, como los que se quedaban dormidos. Tezcaltipoca entonces obiigo a Tequepanohua a construir otro Teocal-li para levantar sobre el el Cue que habia de llegar a lo alto. Tezcaltipoca clavaba una flecha en el pecho de los que no querian hacerlo y cuando se dormian no dejaba que los Uevaramos al lago y el cacalotl y las fieras venian por ellos. Esperabamos que volviera Quetzalcoatl y los

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que se fueron con 61, y entre tanto hacfamos lo que Tezcaltipoca queria. Quetzalcoatl no volvia; Tequepanohua llevaba ya muy alto el Cue\ pero no alcanzaban las estre­ llas todavfa cuando el lago donde estaba Quetzal­ coatl llego al Teocal-li y se lo llevo tambien. Las aguas ya no se fueron de Chicomostoc, y Tezcaltipoca se fue a otro de los lugares donde habitaban nuestros hermanos y quiso que Tequepa­ nohua levantara alii otro Cue, pero entonces no lo obedecieron mas que algunos de los que habianJdo de Chicomostoc. Tezcaltipoca les dijo que el podia mas que Quetzalcoatl, que hicieran el Cue y no necesitarian mas ni de Quetzalcoatl ni de las cosas que ensenaba, y que entre tanto, el les daria senales a los que trabajaran en el Cue para que las dieran por frutos al Tahtli de aquel Teocal-li para que el a su vez las diera a los que recogian los frutos y, se sirvieran de ellas para subir a lo alto cuando el Cue estuviera concluido, lo mismo que si hubieran trabajado en el. Los que no querian ir a recoger frutos porque les parecia mas comodo que se les dieran por levantar el cue, alii donde no tenian que luchar con las fieras en los montes, hacian caso de Tezcaltipoca, y los suyos querian] obligarlos amenazandolos con clavarles flechas en el cuerpo. Riiieron todos otra vez y cuando parecia que no iba a quedar ninguno para llevar al lago a los que quedaban dormidos en la rina, el lago llego otra vez rugiendo y aizando montanas de agua que arrastraba a los hombres y a las cosas, llevandoselas, como si el lago quisiera

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que todo fuera a dormir en el. Huimos todos de alii. Tezcaltipoca decia que se habia enojado el que mandaba el agua porque no queriamos levantar el Cue, y que luego mandaria tanbien rayos y quitaria las montaiias de donde estaban para que no tuvieramos donde salvarnos. Otros creian que era Quetzalcoatl que venia con el lago donde estaba para llevarse todos los Teocalis para que Tezcaltipoca no les pusiera piedras encima ni pusiera sobre el Tecpatl de Chicomost6c ni sobre las piedras del Agua y del Sol aquellas cosas desconocidas que el decia y que nos daban miedo. Cuando Tezcaltipoca dijo que el lago venia a llevamos a todos porque se habia enojado el que mandaba el agua, y que mandaria rayos sobre nossotros y quitaria las montaiias, fue tan grande el espanto, que huimos, huimos sin saber a donde. Descansabamos en las alturas, pero el lago seguia tras de nosotros y continuabamos huyendo para que no nos alcanzara. Muchos desaparecian. Cuando despues de muchos soles el lago dejd de perseguirnos, no sabiamos de los que faltaban, ni sabiamos tampoco donde estaba ya Chicomost6c, ni donde estabamos nosotros. Seguimos "caminando para encontrar frutos; vivimos otra vez en los penascos, sobre los arboles, y en los huecos de las montafias donde no habia fie­ ras. Pasaron muchos, muchos soles, no sabriamos cuantos. Vinieron otros, de parejas que se unian sin las ceremonias y sin las alegrias de la "Danza del

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Xuchil". Nos parecia todo tan extraiio y tan triste que no podiamos vivir y quisimos volver a Chico­ mostoc, saber si ya habia vuelto Quetzalcoatl, por­ que del lago volvian todos los que entraban en 61 asi, sin dormirse; Quetzalc6atl no se habia dormido en el lago, volveria, estabamcs seguros de que volveria. Guiandonos por el tecpatl que no se apaga nun­ ca, volvimos al sitio donde fue Chicomostoc, pero no estaba el lago, ni el cuahutli, ni el cactus, ni el Teocal-li—solo habia un Cax un gran Cax he­ cho de montaiias — Seguros de que aquel era el sitio, porque alld en lo alto estaban las mismas estrellas que veiamos desde el Teocal-li, nos quedamos en el Cax, pero como no estaba el lago del que esperabamos que volviera Quetzalcoatl, otros de nuestros hermanos f ueron a buscarlo mientras nosotros nos quedamos alii donde fue Chicomostoc. Nosotros fuimos pues, los CAXCANES, "los que acamparon en el Cax", y nuestros hermano3 que fueron a buscar el lago donde estaba Quetzal­ coatl, son los que se establecieron "junto al agua", An£huac, donde ayer fue la Gran Tenochtitlan.

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II. Y calla la Tradici6n luminosa para que hable la Historia oscura, sirviendose de signos desconocidos, de sonidos extranos, que no pueden articu­ lar las lenguas mutiladas, paralizadas por la crueldad que quiso hacerlas hablar a su antojo o enmudecer. (iQue nombre y que proporciones tendra este crimen entre los civilizadores?) Y trabajosamente, entre las mentiras que la obligan a contar, la Historia de nuestra Raza dice al oido de los suyos, que alia, donde el cuahutli del ilhuicatl se reflejaba en las aguas del lago silencioso, los indios esperaban que volviera Quetzalc6atl. Entre tanto, los que acamparon en el Cax, los bravos y nobilisimos caxcanes, reconstruian, y el venerado Teocal-li sin torre se alzo de nuevo en Chicomostoc. Aqui, la Historia de muchos Siglos ha quedado sepultada entre las ruinas; arrancadas y dispersas algunas de sus hojas, esculpidos en la inmortalidad de la piedra y de la gloria algunos signos reveladores, dan la clave de ese secreto que los tiem-

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pos han salvado de sacrilegas profanaciones. Y ya que el tiempo ha hecho esta piadosa obra de salva­ tion, hay que reservar para nosotros solos ese tesoro, hasta que podamos presentarlo al mundo en toda la plenitud de su belleza. No hay que dar lugar a que alii donde la Verdad puso un signo que los extranos no alcanzan a comprender, el artificio lo altere para dar una idea falsa de su significado. No tenemos ninguna prisa por que se conozca lo que solo a nosotros puede interesarnos, lo que so­ lo para nosotros tiene valor. No tenemos ningun interes en que los extranos lean lo quefueescrito solamente para nosotros, puesto que solo nosotros podemos comprenderlo, y solo el brazo fuerte del indio puede continuar la ejecucion de la obra y solo su indomito valor puede defenderla. Cuando manos enemigas no empuiienla demoledora piqueta que ha pretendido destruir todo lo nuestro, cuando la riqueza de nuestro pasado este a cubierto de la rapifia y pueda ser disfrutada por sus legitimes herederos, cuando esa riqueza no pue­ da ser convertida en oropel sin valor por los interesados en depreciarla, cuando nosotros mismos sepamos apreciarla y defenderla, entonces, de cada pagina hoy dispersa, de cada signo hoy oscuro, brotara como un torrente de luz para inundar la vida de luz y de belleza. Mientras tanto no hablemos mas que lo indis­ pensable por el momento. Sobre el punto historico a que necesitamos referirnos, hay que dejar la palabra a los que se re-

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servaron el derecho de usarla, y conste que ni siquiera citamos al Rev. Las Casas, a algtin otro historiador que en descargo de su conciencia de conquistadores, de cuando en cuando hacian justicia a los indios, sinoque citamos al fanatico Fr. Frejes, autor de la "Historia breve de la Conquista de los Estados Independientes del Imperio Mexicano". De lo escrito y publicado por Fr. Frejes e n . . . 1839 transcribimos los fragmentos que aparecen ^ntre comillas. "Esta Historia se contrae solamente en la Con­ quista delos antiguos Estados Independientes del Imperio Mexicano, que son las antiguas provincias de Guadalajara, Zacatecas, Sonora, Sinaloa, NuevoLeon,Tamaulipas, Durango, Chihuahua, Coahuila y Texas; Colima, Nuevo Mexico, Nayarity Ca­ lifornia". "La Sierra principal que se extiendepor ambas Americas de Sudeste a Norte, vino a ser como centro de los Estados que son asunto de mi Historia. Ella demuestra la exactitud de los calculos geol6gicos del sabio aleman Kirvan sobre las corrientes de las aguas del Diluvio, que formaron estas Cordi­ lleras de montes por haber venido de las partes austral es a las septentrionales". A lo que agregamos nosotros, que esas misma3 cordilleras que confirman la exactitud de l o s calculos de Kirvan, confirman tambien la Tradi­ tion del agua que arrebat6 el primer Teocal-li en Chicomost6c

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"Las costumbres de los indios de estos Estados han sido medias, sin declinar en excesos: se les advierte algun vicio en la bebida de licores, pero aun esto sucede rara vez. Para este y los demas vicios degradantes son muy vergonzosos y por lo mismo m&s faciles para enmendarlos. De sus virtudes en general se puede decir que no hay gentes en el mundo mas suceptibles de la buena moral y politica. Los jueces entre los indios son integros y a la vez rigurosos en el castigo de los delitos; los padres y las madres son muy amantes de sus hijos, y estos de de sus padres; los esposos mas fieles que los de otras naciones". "Los autores que han escrito tantos vicios de los indios, o no los conocieron, o equivocaron con ellos las castas. Pudiera objetarse a lo dicho de los indios que lo que de ellos se recomienda lo han adquirido despues de la conquista; pero si en particu­ lar hemos de estar a la historia antigua de eBtos reinos, hallaremos que respectivamente poseyeron las mismas virtudes morales y politicas en tiempo del gentilismo: aun puede asentarse sin temor de errar, que CIERTAS APTITUDES LAUDABLES QUE POSEIANLAS HAN PERDIDO DESPUES DE LA CONQUISTA, HABIENDO HECH3 ANTES CON ELLAS GRANDES PROGRESOS".

"Como sefiores de los empleos y duenos de la tierra, se hallaban comprometidos a protejer las artes y ciencias con reglamentos y leyes, y asi no fue extrafio que hubiera entre ellos, CON MAS GE-* NERALIDAD QUE AHORA, muchos filosofos, retdricos, musicos, poetas, astr61ogo3, arquitectos, y

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aun teologos. Despues de la conquista, como los mas quedaron reducidos a la miseria, no han podido descubrir sus talentos, y a pesar de esta abyeccion en que han vivido, los indios que han tenido quien los proteja, han hecho en la sociedad un papel brillante en la facultad a que se han dedicado". "Cuando eran gentiles estas naeiones, no es extrano que se equivocaran en los principios de la moral y la religion, y con todo esto vemos en la His­ toria que solamente con la luz natural ALCANZARON QUE HABIA UNA DEIDAD Y LA ADORABAN E INVOCABAN SIN FIGURA QUE LA REPRESENTARA."

Esta observation del historiador que citamos demuestra que la fantasia no entro para nada en la tradition que cuenta la invention de Tezcaltipoca de la Deidad desconocida, y demuestra tambien que a pesar de ser la tal invention la cosa mas perjudicial que pudo inventarse, ni el mismo Tezcalti­ poca se atrevio a establecer el SISTEMA REPRESENTATIVO dando a su Deidad alguna figura que la representara, sino que "ADORABAN E INVOCABAN SIN FIGURA QUE LA REPRESENTARA". Hay que fijarse bien en esto, "Por ultimo no se pueden dar otras pruebas mas convincentes de lo expuesto que los mismos monumentos de civilization que encontraron entre los indios los conquistadores: ellos hallaron hermosas ciudades, suntuosos edificios, magnificos tem­ plos, y TODO CUANTO PUEDE INVENTAR LA CULTURA MAS SOBRESALIENTE".

"Si despues de la Conquista de Mexico no se

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encontro tanta poblacion fue efecto de varias causas que la Historia no refiere. La primera fue la multitud de indigenas que sacaron los primeros conquistadores a vender por esclavos a otras partes: esta es una verdad, pues fue uno de los capitulos principales sobre los que se formo causa a Nufio de Guzman cuando sicndo Gobernador de Panuco remitia barcos cargados de indios a vender a las islas que ya otros espanoles habian despoblado; la segunda causa fue la guerra y estragos que hicieron en estas infelices naciones los espanoles;la tercera, los trabajos de minas a que luego que entraron los espanoles los aplicaron y que no podian resistir sus fuerzas y morian sin remedio; la cuarta, porque los que no morian en las guerras o trabajos de minas, espiraban en los caminos y poblado* por el enorme trabajo de conducir cargas, cuya dificil operation descmpenaban muchas veces las mujeres;la quinta, las enfermedades consiguientes a tantos trabajos y las que causo generalmente un deforme cometa que aparecio por los anos de 1531. La sexta y ultima causa de la des poblacion fue EL DESTIERRO A QUE SE CONDENARON LAS INUMERABLES TRIBUS QUE SE RETIRARON AL NORTE Y A LAS SIERRAS INMEDIATAS PARA DEFENDERSE DE LAS AGRESIONES DE LOS ES­ PANOLES; y en donde con la mudanza del clima y

los pocos viveres, se han disminuido notablemente". Frejes se refiere en seguida a "la primera po­ blacion de este hermoso continente" tomando como primera poblaci6n la que cuenta Clavijero como "transmigraciones de los tulcecas y despues de los aztecas" de los que dice que: "no cabe dudade que entraron por el Noroeste .

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La tradicional caminata emprendida por los indios para volver a Chicomostoc, esta" confirmada por la narration que hizo Xacanaltayarit a Pantecal, quien a su vez la refirio a Nufio de Guzman so­ bre que: " . . . de lo m&s interior del Norte de una pro vincia llamada Aztlan, salieron varias familias en diversos tiempos y entraron poblando las provincias de Sonora, Sinaloa, Acaponeta, Santispac, Ja­ lisco, Ahuacatlan, Tonalan y Colima, y que pasando por la sierra de Michoacan, fueron a poner su asiento y capital de su gobierno a Texcoco: QUE POR SEGUNDA VEZ SALIERON OTRAS GENTES Con mu-

chas familias que entraron invadiendo la Sierra Madre, y saliendo por Guadiana, Zacatecas, Comanja y Queretaro, poblaron la laguna de Mexico". Esto que el P. Frejes toma por "primera po­ blacion" no es mas que el retorno de los indios en busca de susprimeras poblaciones, lo que queda confirmado plenamente con el hecho que cita Arlegui en su "Cr6nicade la Prov. de N. P. Sn. Franckco"y es el siguiente: "Las Siete Cuevas —dice Arlegui—, estan cer ca de Villanueva, en el lugar conocido por LOS EDIFICIOS, al suroeste de Zacatecas, pero estas no son las primitivas, se les Uam6 asi para conmemorar el recuerdo de las primitivas". Esta reconstruction de Chicomost6c fue hecha por los Caxcanes, que mejor que seguir buscando el lago y el aguila, y mejor que esperar la vuelta de Quetzalc6atl, se dedicaron a reconstruir lo que aquel habia construido, en todos sentidos, pues

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tambien restablecieron la institution de los Quetzales con todos su3 sistemas de organization y de ensenanza, como puede verse por las mismas revelaciones a que se refiere el P. Frejes: "Decia tambien el cacique Pantecal que por el mismo conducto sabia que LAS PRIMERAS NACIONES GUARDABAN LA LEY NATURAL, que les indios NO adoraban idolos". Esta revelation hecha por un indio que fuSbautizado por Fr. Juan Padilla y apadrinado por Nufio de Guzman, quita la vaguedad de la leyenda a la tradition que habia de la organization social de Chicomostoc, donde Quetzalcoatl estableci6 LA OB­ SERVANCE DE LAS LEYES NATURALES.

Y continua el P. Frejes diciendo que: "De los templos y adoratorios que edificaron estas naciones para sus fdolos, aun se encontraron en tiempo de la Conquista algunos: todos fueron deniolidos por los espanoles, y otros se hallaron yadestruidos, como sucedio con el que se encontrd entre los llamado8 ahora edificios de la Quemada o Villanueva cerca de Zacatecas. En la description de los Esta­ dos en particular se hara tambien la de este templo que ha Uamado la atencion de muchos en todos tiempos. Lo que ahora debo exponer, son los fundamentos que hay para sentar que EN EL ESTADO DE ZACATECAS HUBO ANTES DE LA CONQUISTA DE LOS ESPANOLES ALGUNAS GUERRAS DESASTROSAS QUE CONSUMIERON MUCHA POBLACION Y PROBABLEMENTE FUERON GUERRAS DE RELIGION".

De 544 a 1170 hay mas de seis Siglos en que nada se sabe de los Caxcanes, y solo la tradition re-

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fiere que los descendientes de Tezcaltipoca volvieron a combatir contra los habitantes de Chicomos­ toc, y destruyeron una vez m&s la reconstruction que ellos habian hecho. Lo que el P. Frejes toma por*"guerrasde religion" fueron guerras de orga­ nization, pero es natural que un fraile no conciba otras guerras que no sean de religiOn, ya que ellos han mezclado a todo la religiOn, y todo quieren que este o haya estado subordinado a la religion. De lo que ocurriO en esos seiscientos aiios no hay noticias porque ninguno de los historiadores de la conquista iba a interesarse por averiguar lo que hubiera ocurrido, pero entre los Caxcanes se sabe todavia que en los geroglificos que contenian la historia del Cax, se consignaban las guerra3 entre los pueblos de Mazapil, Tepechala (Tepetzala) y Tzacatzotlah, (Zacatecas) refiriendo como los teultecos trataban de edificar el Teocal-li pretendido por Tezcaltipoca. El mismo nombre del actual pue­ blo del Teul es una corruption de "Teol-oc", OTRO TEMPLO, palabra con que los de la regiOn designaban el lugar donde los tezcaltipocas querian alzar el otro templo, a causa de lo cual renian tan encarnizadamente que los descendientes de Tezcaltipoca fueron arrojados hasta la sierra de Nayarit, y los que quedaron en el Teol (Teul) guardaron tai rencor a los Caxcanes que cuando Tenamaxtle los in­ vito a batirse con los espanoles en el MixtOn, los teultecos lo entregaron, "porque siendo.restos de los prOfugos trataron sin duda de vengar sus agravios en la ocasiOn que tuvieron". No deja de tener importancia observar que k s

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que pretendian la ereccidn de un templo a la Divinidad fueron los que mas contribuyeron a la ruina del pais. "De los monumentos historieos, y cuantos tes­ timonies antiguos se encontraron en la conquista de los Estados, ninguno indica el fausto y la opulencia de los Emperadores de Mexico, por lo que todos convienen que los reyes y jefes de estas naciones, (se refiere a los Estados independientes) GOBERNABAN A SUS StJBDITOS MAS BIEN COMO PADRES DE UNA FAMILIA QUE COMO SOBERANOSI LA POLITICA SENCILLA DE SU GOBIERNO CONSPIRABA A LA FELICIDAD DE QUE DISFRUTABAN LOS StJBDITOS DE UN TERRI­ TORY TAN FERAZ". "La sobriedad de los soberanos y jefes corre3pondia a la de los subditos, DE QUIENES NO HAY NOTICIAS DE QUE SACRIFICASEN VICTIMAS HUMANAS A SUS DIOSES. GUSTOSAMENTE CONTRIBUIAN AL SUSTENTO Y DECORO DE SUS SUPERIORES, Y ENTRE SI MISMOS SE OBSEQUIABAN COMO MIEMBROS DE UNA MISMA FAMILIA. Tales eran en lo general los indi-

genas de los Estados independientes del Imperio: si a algunos toca menos las calificaciones odiosas que muchos autores han hecho de los indios, es a los habitantes que poblaron estos Estados". Refiriendose a las verdaderas causas que sostenian la conquista y a lo que esta representaba pa­ ra los espanoles, Fr. Frejes agrega: "Era Espafia tan pobre, que como consta en las Historias, Felipe II f u6 el primero que uso medias de seda entre los reyes espanoles. Se celebraban funciones solemnes y se hacian grandes fiestas

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sobre el redito de seis o diez reales del producto anual de legados piadosos". En cuanto a la benignidad de los espanoles. el mismo autor dice: "En opinion de muchos autores, Fernando de Cortes fue el conquistador m&s politico y humano que vino a la America, y por lo que sabemos de la Historia sobre las hazanas de este jefe, ya se podra inferir cuales serian los demas, y principalmente los que pasaron a la conquista de los Es­ tados Independientes". A lo que la Sra. Maria Emilia Beltran y Puga Marcayda agrega: "Esos autores seran los espano­ les apasionados, no los mexicanos; para ellos y sus hijos todos fue el aventurero mas afortunado merced al tiempo en que hizo su conquista; pero e* y sera el mas grande de sus verdugos". El ano de 1540 en que los caxcanes decidieron hacer la guerra a los conquistadores fue de meros preparativos que fueron otras tantas carnicerias en las que perecieron a millares los indios, librandose las batallas definitivas en 1541, en la forma que relata el mismo historiador Frejes: "Se agravaban mas los cuidados con lasjioticias que sucesivamente recibia el gobernador interino Cristobal Onate del descontento de los indigenas: se le did aviso de que los Caxcanes del Norte formaban un f uerte no lejos de Juchipila, en el cerro llamado del Mixton, para salir de alii a invadir la Ciudad de Guadalajara". (Hay que tener presente que los espanoles pretendieron fundar la Ciudad de Guadalajara en Nochistlan, donde efectivamente, la fundaron por tres veces, y no menos efectiva-

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mente los Caxcanes los obligaron a levantarla otras tantas, retirandola cada vez mas hasta quedar don­ de aetualmente se encuentra.) Esta ultima noticia exalto mas a los espanoles por tener mas cerca al enemigo: luego determino Ofiate destacar sobre los Caxcanes un trozo de'veinticinco espanoles y trescientos auxiliares de Tonal&n y Tlajomulco a las 6rdenes de Miguel Ibarra, que puestos en orden marcharon, y llegando al rio de Juchipila encontraron los pueblos solos y abandonados, porque los in­ dios se habian reunido todos con los disidentes del Mixton. Es este un cerro muy alto y quebrado, tanto que lo hacen inaccesible las grandes penas de que se forma". "Alii se hallaban los indios en gran numero el sabado de ramos de 1541; se acercaron los espano­ les lo suficiente para intimarles rendition: no obedecieron ellos, y solamente respondieron que el dia siguiente contestarian. Los espanoles no estuvieron tan listos que se pudieran escapar de un asalto a la madrugada, que vulgarmente llamamosalbazo: les acometieron los indios con tal furor por todas partes, que les pusieron en la mas vergonzosa dis­ persion; cada uno de los soldados huyo por donde pudo y no se juntaron hasta cerca de Tlacotan. A la vez salia Ofiate con refuerzos de la Ciudad, por aviso de los primeros indios que llegaron diciendole habia acabado toda la division. Ibarra escapo con solo catorce espanoles, y de los indios auxiliares de Tonalan y Tlajomulco murieron ciento cincuenta. El jefe derrotado le insto a Ofiate no pasase adelante y que solo se tratase de resguardar la ciudad:asi

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se hizo, luego salieron extraordinarios pidiendo auxilio a todos los pueblos amigos y aun aCompostela y Mexico, Francisco Vazquez Coronado traia lo mejor del ejercito conquistador por Sonora y a mas se le negaron a Ofiate de todas partes, porque solamente consultaban los nuevos establecimientos su seguridad particular. Diego Vazquez que fuS a pedir el auxilio a Mexico, consiguio del Virrey D. Antonio Mendoza que mientras juntaban un ejercito capaz de asegurar para siempre la paz deseada en los reinos nuevamente conquistados, se pusiese un expreso a Pedro de Alvarado que debia hallarse en las costas de Colima, con la armada que habia sacado de Guatemala con destino a las Californias, pa­ ra que diese pronto auxilio al gobernador de la N. Galicia, antes que los indios sublevados acabasen con todo3 los espanoles y destruyesen los nuevos es­ tablecimientos. Al mismo tiempo, estrechandose las necesidadas de Ofiate, determino por si mismo pe­ dir a Pedro de Alvarado el auxilio, y al ef ecto mando a Juan de Villarreal para que imponiendole de la necesidad extrema en que se hallaban, lo comprometiese a venir a la def ensa". "Con tan fundadas esperanzas de un pronto auxilio no se descuido Ofiate de mandar las pocas tropas que le habian quedado para que los indios se entretuvieran. Salio con este objeto Miguel Ibarra para Teocaltiche, encontro S0I03 los pueblos, y gabedor de que estaban reunido3 los sublevados en el Pefiol de Nochistlan, temerariamente se dirigio al f uerte donde ya habia una multitud de guerreros dispuestos a pelear como en el Mixton. Prevalido

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de la autoridad que podia tener sobre algunos des los que alii se hallaban por ser encomendero de Teocaltiche solicito hablarles disimulandoles la falta que habian cometido; les hablo efectivamente, con cariiio, y les pidio de comer; ellos le respondieron que SI QUERIA COMER QUE TRABAJASE 0 LO FUESE A PEDIR AL MIXTON. Solo quiero vuestra amistad, les replico Ibarra, y los exhortaba a la paz y a que bajasen del fuerte a sus pueblos. Convencidos los indios de que los compaiieros de Ibarra eran pocos y ellos eran ya muchos, descargaron sobre 61 una tempestad de flechas y piedras; mas el espaiiol con serenidad se retiro al pueblo. Alii pudo hablar con un cacique amigo que se empefio en disuadir a Ibarra de la empresa que habia tornado, porque en su opinion perecerian pronto to­ dos los espanoles: le hizo ver que se trataba de hahacer reuniones de valientes en varios puntos, por­ que los naturales estaban desididos a morir antes que rendirse al yugo de una domination extranjera, y tenian por jefe a D. Diego Zacatecas, General muy valiente y experto; esto determino a Ibarra a solicitar una entrevista con dicho jefe, y llamado al intento por el cacique amigo, salio D. Diego persuadido de que se trataria de hacerle algunas proposiciones; pero viendo que solo se trataba de que se rindiese, se irrito tanto que alii mismo dio la voz de alarma. Ibarra huyyeron muerto; pero despues de algunas diligencias conocieron que solo estaba desmayado. Volvio del letargo y les dijo que tomase uno su casaca y baston para imponer respeto a los enemigos que aun no dejaban de seguir el alcance; pero siendo estos ya pocos en numero, se retiraron con los demas a celebrar el triunfo conseguido. Luego dispusieron

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log espanoles una parihuela para conducir en hombros a su jef e, preguntado que" le dolia, respondio: el alma; llevadme a donde la cure con la penitencia; lo sucedido ya no tiene remedio, esto merece quien se junta con tales hombres como Montoya. Lo condujeron luego al pueblo de Atenguillo y rcconocieron habersele quebrado algunos huesos, por lo que luego se creyo incurable su mal. Oiiate sabedor de la desgracia de Alvarado, se apresuro a llegar al pueblo; su sorpresa fue extraordinaria al saber que habian muerto mas de treinta espanoles, y que el general no tenia remedio. Puesto en su presenciase vieron ambos sin poder hablar una palabra, sofocados del dolor. Oiiate le ech6 los brazos y Alvarado prorrumpior Que remedio hay, amigos, curar el al­ ma es lo que conviene. Yotuve la culpa por no creer a quien conocia mejor que yo la gente y el terreno. Yo me siento muy malo y pido por Dios me lleven a la ciudad para disponerme a morir" A consecuencia de esto D. Pedro de Alvarado murio el 4 de Julio de 1541. "Los jefes de los destacamentos que dej6 en varios puntos de la N. Galicia, ee quedaron a las ordenes del Gobernador, y la armada se volvid con poca tripulacidn a Guatemala. Celebren otros historiadores la memoria de este y otros conquistadores mientras yo los compadezco, porque ignoro si los excesos que cometieron en la conquista de estos Es­ tados, podran hacer contraste seguro para el bien de sus almas " "La impresion que causd la murrtede Alvara­ do en Mexico y en los pueblos ccnquUtados de la

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N. Galicia fue extraordinaria; pero no por e&o se contuvieron los demas conquistadores en provccar la venganza de los indios, y enfurecidos los bandos de una y otra parte, se empeoraron las cosas. Las fortalezas que los indios habian levantado en vari< s puntos se cubrieron con un numero grande de guerreros de los muchos putblcsque se ltvaitaicn, dando muerte a los encdrgados de las encomiendas y aun a algunos Misioneros. Onate trato de fortificar la ciudad mientras venia el socorro, que con mas empeiio pidio a Mexico, y solamente de&lscata una que otra partida descubierta para observar los movimientos del enemigo. Entre tanto que efcto sucedia, llego de Mexico el capitan Juan de Monzivais con cincuenta so I dados de caballeria. Con esto y las noticias de estar form an do Mendoza un ejer­ cito para salir por si mismo a destruir las fortslezas de los indigenas sublevados en la N. Galicia se alentaron las esperanzas de los pueblos pacificos, que ya desfallecian y trataban de deRamparar sus hogares." "El 27 del mismo m^s se dejaron vtr los valley de Tlacotan y Mascuala llenos deguerreros que venian a tomar venganza de tantcs agravios. Bien prevenidos los espanoles para defenderse, salieron de la ciudad a recibirlos y este movimiento impelid a aquellos valientes a echarse ciegos sobre las trincheras. Fueron recibidos con una descarga de ca­ non y fusiles, y ya se deja en tender cual seria el resultado. La sangre de los indios llego a correr por las calles de la ciudad; a tanto llego la temeridad 198 indigenas, que sin orden ni combinacidn al-

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guna asaltaban la plaza y eran vfctimas de su arrojo inconsiderado. Resistido vigorosamente el asal* to y muertos cuantos se acercaron o entraron a la ciudad, salio por todas direcciones la caballeria haciendo mayore3 destrozos hasta que se retiraron los indios; pero como prometieron volver y habian muerto alguno3 espanoles, y a m£3 demoraba el auxilio de Mexico, quedo la ciudad en la mayor consternation." "El siguiente dia fue el 28 de Septiembre, y a propuesta de Ofiate y por unanimidad de votos del Ayuntamiento y vecinos se juro por patron de la ciudad a Sr. San Miguel. Bajo sus auspicios se resolvio tambien trasladar la ciudad TERCERA VEZ al valle de Atemajac al punto ya de antemano reconocido." "Activo cuanto pudo el Virey D. Antonio de Mendoza las providencias necesarias para formar un ejercito capaz de contener la sublevacion gene­ ral que en el norte de la N. Galicia habian promovido los caxcanes. Salio en persona a fines del ano de 1541 mandando el ejercito que fu6 de treintamil hombres. Sin el menor embarazo atravesd los terri­ tories de Mexico y Michoacan y al entrar por Coynan que asi se llamaba lo que hoy forman los partidos de la Piedad y de la Barca, encontro a los in­ dios hechos fuertes en el cerro de Pajacuaran, que estaba cortado en varias partes por albarradas de piedras. Aqui se habian propuesto los valientes de Coynan y Cuitzeo embarazar el paso del ejercito mexicano; y si les fuera posible destruirlo. Les intitnd el Virey que se rindieran y les perdonaria para

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que se retirasen a sus pueblos. Su contestation fue la de que estaban resueltos a morir o veneer." "Como a la vez se observase que no tenian agua en el fuerte, y que a horas excusadas bajaban varias partidas a subirla en cantaros, se les fraguo por medio de los indios auxiliares la traicion mas vil que se podia imaginar. A horas incomodas prepararon los sitiadores iguales partidas de indios con cantaros de agua del mismo rio que proveia a los del fuerte.; ellos tuvieron aquellas tropas por suyas y cuando menos lo pensaron se encontraron dentro del fuerte con sus enemigos, estando ellos desprevenidos. Los auxiliares tirando los cantaros y armados de punales, hicieron la carniceria mas horri­ ble. No hubo necesidad de mas para veneer a aquellos valientes; porque conocido el engano entro con ellos el furor y la desesperacion mas inauditay cruel. Por no rendirse se mataban unos a los otros, algunos se colgaban de los arboles y se echaban psra abajo.de los crestones y hasta las mujeres y nifios los precipitaban consigo. Las tropas espafiolas mas bien subieron a contener la mortandad que a pelear, y libertaron cosa de dos mil indios de doce mil que eran lbs sublevados. El asesor de la guerra que debia serlo un tigre, consulto la pena de muerte pa­ ra los dos mil cautivos, pero Mendoza satisfecho con la sangre que Fe habia derramado, los did por libres, mandandoles se fuesen a su pueblo. jLastimoso espectaculo por cierto, el que presento el cerro despues de la action; pero incapsz de mover los corazones de los que se deleitaban en contar las victimas de su ambition!".

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'Did aviso el Virey a Ofiate de lo sueedido y de su aproximacidn, salio el Gobernador a recibirlo, llegd a su presencia y recibid las mayores demostraciones de aprecio del jefe de la Nueva Es­ pafia. Entraron en materia sobre los fuertes del Pe­ nol de Nochistlan y del Mixton. Yo y lo mios, dijo el Virey, venimos a militar bajo las ordenea de V. no sea que nos suceda lo que al Adelantado por haberse separado de las instrucciones de V. No le vi­ no mal esta expresion a la van id ad de Onate, que en el acto expuso al jefe la necesidad que habia de sujetar mas a los indios de lo que prescribian los decretos de los reyes de Espafia. Le dijo que las li­ ber tad es tenian insolentados a los indios, y que lo primero que se habia de hacer, era declararlos indistintamente esclavos; le hizo presente la urgencia de atacar lo m&s pronto posible las fortalezas de Nochistlan y el Mixton. Estos indios, decia, cuantos mas mueren se multiplican mas; en doce anos de conquista habremos matado en la N. Galicia quince mil hombres, y ahora tenemos mas de se*senta mil solamente en el Penol. Cuando decia esto Oiiate no advertia que por las crueldades que cometian los jefes y encomenderos se habian desidido los indigenas a preferir la muerte a la mas ominosa esclavitud, despues de haber sido privados de sus senores naturales, sus propiedades y sus posesiones." "Despues de algunos diassalid el ejercito del Virey para Nochistlan por Temacapulin y Mesticacin, haciendo alto en donde le parecia conveniente al jefe. Encontraronse los pueblos abandonados,

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pero con algunos depositos de provisiones. Se did vista al Penol que por la multitud de los combatientes adornados de adargas y penachos de plumes de colores parecia un ramillete. A cuatro leguas se oia el vocerio y alaridos con que los indios acosturn bran como hasta ahora exitar su valor. Distribuyo* Mendoza su ejercito bajo la mejor disciplina, y atentd su real como con venia; mandd a Ibarra a intimar rendition a los indios del fuerte, solicito el enviado al jefe que ya he dicho era D. Diego Zacatecas, conocido tambien en la Historia con el nombre de TENAMAXTLE. Yo os intimo, les dijo Ibarra, a nombre de nuestro rey, a que bajeis del Penol de paz y os retireis a vuestros pueblos. Tenamaxtle He respond id con intrepidez: "Yo tambien os requiero a nombre de los valientes que mando, para que os vayais en paz a Castilla. Nosotros estamos en nuestras tierras, y habeis venido de muy lejos a destruirnos." Ibarra le contesto* que el Virey de Mexi­ co era el que lo mandaba con aquella embajada, y que alii estaba a la cabeza del ejercito, que tuviera entendido que si no se rendian, los hacian esclavos. Esto irrito demasiado los tnimos del jefe y los subalternos que estaban presentes y dijo D. Diego: debeis estar locos, pues por solo vuestro querer habeis venido a provocarnos cuando estamos desididos a morir o veneer en defensa de nuestraspropiedades." "Despues hacienoles cargo de la sangre que se derramase rompio el fuerte el ataque, haciendo Tenamaxtle una sena a sus soldados para que avanzasen. El parlamentario huyd precipitadamente, y fue tarta la voceria y ruido de las descargas de

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piedras, que se extremecieron los valles. Despues de otras embajadas despachadas como la primera, determino Mendoza a los tres dias romper el fuego sobre la fortaleza. Quince dias continues defendieron sus libertades y las de toda la nacidn en este punto los indigenas, con tanto valor y esfuerzo, que decia Mendoza: Vergiienzaes noshayan tenidotan­ to tiempo en continua action sin desalojarlos de su puesto, y creo que antes de vencerlos han demudar el cerro de su lugar a nuestro campo. Y era asi, porque de tantas piedras que despedian forma ban sus trincheras, y ganando terreno desalojaron al Virey del punto que tenia." "Por ultimo estos imperte>ritos defensores de su patria se rindieron porque les falto el agua de un pequeno manantial que habia en el fuerte, y por la defection de uno de los principales caciques, que a horas excusadas se saiio de la fortaleza con dos mil indios y sus respectivas familias." "Murieron en el sitio, que duro veinte dias, mil guerreros, se dispersaron algunos y otros fueron a engrosar las filas de los defensores de la for­ taleza del Mixton. Quedaron solo mil prisioneros encargados a la guarda de Miguel Ibarra; este se desatendio de los inftlices y les did libertad, por cuyo hecho fue acusado de traicion ante el Virey, pero se disimulo este de la acusacion; tal vez ha­ bian procedido de acuerdo para poner en libertad a los prisioneros pornotenercon quealimentarlos." 'Temiendo justamente los espanoles que por el refuerzo que recibian los sublevados del Mixton con los dispersos de Nochistlan se aventurase el

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l u e n exito de la accidn que meditaban sobre aquel punto, inmediatamente movieron el campo. Ya los atposentadores habian provisto de viveres y forrajes los puntos intermedios, y el ejercito llego en tres dias al frente del Mixton, que esta cerca de Juchipila. Aqui le ocurrio a Mendoza el escrdpulo mas raro que podia tener un conquistador, y juntando a sus subalternos les consultd: «si seria justo hacer aquella guerra a los indios.» A pesar de ser tan imprudente la consulta, no fue tan unanime la contestation por lo que se observo y se dira despues." "Comenzo el ataque de la fortaleza, en la que habia mas de cien mil combatientes. Esta extraordinaria multitud fue una de las causas que contribuyeron a acelerar la conclusion del sitio, porque no habia los bastimentos necesarios para tanta gente. Fue tal la desesperacion con que alii pelearon los indios, que se bajaban precipitadamente y se metian hasta clavarse en las puntas de las espadas y lanzasde los espanoles por medio del cuerpo y caian muertos a sus pies. Los indigenas del Teul cometieron entonces la mas vil traicion que se pudo ima* ginar contra sus hermanos y companeros de armas. Es el caso que convocados a la defensa de la patria se mostraron primero indiferentes: viendo los ge­ nerates indigenas su desentendimiento, les mandaron una embajada como merecian, amenazandolos para despues de la accidn y prodigandolf s algunas injurias. El resultado fue ir los tulteccs a la reu­ nion del Mixton en numero de mil; pero antes de esto se pusieron de acuerdo con los jefes espanoles

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para hacer tfaicidn; Uegaron al fuerte diciendo que los venian a ensenar a pelear. Al comenzar el ataque bajaron a la vanguardia, y tirando ellos al aire y correspondiendo lo mismo los castellanos, vinieron a su defensa los demas indios en gran numero, que fueron luego victimas del fuego del canon y fu­ sil que les disparaban los enemigos. Pronto se desidio la accidn por los espanoles, murieron en este si­ tio mas indios que en las batallas anteriores, y probablemente alii acabaron su can-era los mas valerosos jefes, porque no se supo mas de ellos." * * *

Esta batalla del Mixton decidio los destinos del pais. Despues de ella quedaban ocultos en las quiebras del cerro algunos miles de indios resueltos a morir de hambre antes que entregarse a sus ene­ migos. El Virrey mandd a sus soldados que los acabaran. jCdmo debieron recordar los tiempos de la tradition en que las fieras les disputaban los hue­ cos de las montaiias! Algunos frailes hicieron desistir al Virrey tie su propdsito, y con los supervivientes del Mixton se f undo nuevamente Juchipila en el lugar donde hoy se encuentra. Hay algo mas que calla este historiador, a pe­ sar de estar consignadoen el manuscrito deque tomd sus datos: enterados los conquistadores de la influencia que la «Fiesta del Xuchil* habia tenido en la decision de los caxcanes, se propusieron extinguirla, y por m£s de un siglo fueron perseguidofl los indios que no dejaron de celebrar su m^s'bella fiesta traditional.

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Cuenta el recopilador que consigna el hecho, que «los indios que eran sorprendidos bailando una danza a la que eran muy aficionados y que inspiraba especial rencor a los espanoles, morian irremisiblemente, sin consideration al sexo ni a la edad.» Algo como un extremecimiento de las sombras, pasa, al imaginar aquellas hecatombes Los nobles y valerosos caxcanes aguardando, en los suntuosos plenilunios del mes de Junio, en la sombria noche de su esclavitud, para ir en silenciosa pere­ grination hacia donde florecia el «palo del cuervo», mudo el acatl, entonar a media voz y danzar calladamente, arrojando sin ruido la magica esfera cuyos giros formaban el lazo sutil que unia las al­ mas ver a los que se amaban ettrecharse temblando de amor y de miedo a mismo tiempo iCuantas veces los sorprendio la muerte en su pri­ mer abrazo! Incluimos aqui un trozo del son indigena cuyo compaz fue para los caxcanes vencidos la danza del amor y de la muerte al mismo tiempo. En justicia a los descendientes de aquella no­ ble raza, hay que advertir que en Juchipila celebren todavia la traditional «fiesta del Xuchil,» por mas que aun se lucha por extinguirla degenerandola al tratar de conf undirla con una fiesta religiosa o haciendola pasar por un plebeyo regocijo popular, pa­ ra que se olvide que la «danza del xuchil* debe tener la solemnidad que corresponde a lo consagrado por el martirio.

PEDAZO DE LEYENDA ROTA QUE ENCONTRE EN LAS ASPEREZAS DEL CAX, DANZA DEL XUCHIL, ALMA DE MI RAZA, ;,DONDE ESTA EL CAXCAN QUE ESPERAS PARA QUE HAGA DE TUS NOTAS UN TOQUE DE COMBATE 0 UN HIMNO DE REDENCION?

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Los dispersos del Mixton se internaron al Nor­ te refugiandose en las serranias de lo que antes fue Guadiana, despues Nueva Vizcaya y ahora Estados de Durango y Chihuahua, permaneciendo alii, en la misma actitud rebelde desde 1541 hasta 1882. j Mas de tres siglos de gloriosa rebeldia! Mas de tres siglos vividos como en tiempo de la tradi­ tion, disputando a las fieras un hueco en la monta­ na y a los hombres una cumbre en la civilization. No deb a entenderse por esto que en 1882 se extinguiera por completo la lucha, las indios del Norte no abdican asi de sus derechos; en esa epoca la lucha solamente dejo de ser continua y unifcrme, entrando en un periodo de intermitencias que se ha prolongado hasta nuestros dias, y que puede concluir inesperadamente. I Quien sabe lo que en el alma misteriosa del indio haya forjado el dolor? . Por lo que toca a la persistente defensa que continuo desde 1541, el mismo historiador citadq refiere que: "Desde ese tiempo comenzaron los in­ dios a hacer incursiones y avances sobre los espa­ noles, bajando de las Sierras a donde se habian ido muchos." "LasMisiones que sefundaron con posteriori-

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dad no fueron tan felices como las primeras porque fue preciso establecerlas con el auxilio de las armas porque los indios promovieron sublevaciones pareiales contra sus dominadores, retirandose en gran numero a las Sierras y Provincias internas, y unid».s a las Naciones que las habitaban, sistemaron la defensa de su territorio, saliendo en guerrillas frecuentes por varias direcciones a destruir los pue­ blos colonizados." Y todavia Fr. Frejes que tan compasivo quiereaparecer, selamenta en esta forma: "Han pasado tres siglos en la practica del propuesto sistema, y solamente se ha conseguido extender el area de los Departamentos, en lo mas imaginariamente, a costa de inmensos sacrificios, sin haber expensado los gas103 con los emolumentos que han producido tan dilatados territorios, ni MENOS HABER RECIBIDO LA RELIGION NI LA CIVILIZACI^N LAS NACIO­ NES LIMITROFES. Nuestra suerte ha empeorado, y

actualmente nos encontramos sin Presidios, sin Misiones, y sin las tropas suficientes para contener a los barbaros que han destruido ya muchas Colon ias que disfrutabamos muchos anos pacificamente." Fr. Frejes incurre frecuentemente en curiosas contradicciones; en otra parte desu obra se asombra de que los indios aceptaran «una religion y una civilization que les trajeron los espanoles en la punta de la espada y en la boca del canon», y luego lla­ ma barbaros a los habitantcs de un pais en el que habia, segun e lmisrnoconfiiesa, ITODO CUANTO PUE­ DE INVENTAR L \ CULTURA MAS SDBRESALIENTE.»

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Lo cierto es que la Historia escrita por los conquistadores esta* intentional y lamentablemente falseada. El mismo Fr. Frejes refiriendose a esas falsedades dice: "Fue efecto necesario de esa falta de noticias que los primeros historiadores de la conquista no pudiesen tener otros datos y testimonios que los adquiridos de los indios, que, en lo mas, debian ocultarles la verdad, y por los mismos espanoles que exajeraban los sucesos o los disminuian por la emu­ lation que hubo entre ellos desde un principio." Siguiendose unos a otros estos historiadores, no pudieron ser exactos, sino en las noticias que dieron del Imperio Mexicano, de los Estados Feudales y de las tierras que invadieron de transito a la Capital. Y aunque salieron muchos indigenas del interior a reconocer a los espanoles, la conmocidn general que hubo por la invasion extranjeia, y los diversos intereses que dividiercn en partidas a los naturales, los separo tambien en opiniones, y rel?cionaban los sucesos con forme a la pasion que los dominaba" "Por otra parte siguiendose unos a otros los historiadores mas exactos, y algunos adulterando los hechos y cuantas noticias recibian a vista de sus intereses, no pudieron dejar a la posteridad sino el trabsjo de hacer la critica de su Historia." "Si hemos de explicarnos con mas claridad, debemos confesar, que unos por indemnizarse de los atentados que cometieron, otros com prometidos por sus mismos paisanos para los propios fines, al­ gunos por recomendarse en la Corte y todos gene-

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ralmente para adquirir alguna recompensa, escribieron solamente lo que los ponia a salvo de un severo castigo o llenaba los deseos de su corazon." "Los conquistadores yencomenderos no pensaban sino en DESTRUIR Y ANIQUILAR A LOS INDIOS PARA ENRIQUECERSE A SI MISMOS."

Despues de esta confesion hecha por un con­ quistador, (y fraile por anadidura,) nada hay que agregar sobre lo que de los indios «cuenta la His­ torian. Esas falsedades de la Historia han tenido pa­ ra nosotros consecuencias mas funestas que la con­ quista misma. A causa de ellas ni nosotros mismos nos reconocemos, pero las rectificaciones a que dan lugar no seran de menores consecuencias para los que creyeron en la impunidad de la mentira.

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III. Y de la Tradition, luminosa como Tonali, y de la Historia. oscura como Yoali, surge la Actualidad, como otro Sol en la vida del Cax. Inesperada resurrection de nuestra RAZA que se pone en pie, f uertemente abrazada al signo revelador que anuncia a Tenochtitlan el retorno de Quetzalcoatl. De sus Tradiciones, de su Historia y de su Actualidad los CAXCANES habian asi: £E1 origen de la Creation? iQue sabemosL. no tenemos medios de investigarlo ni somos bastante audaces para hacer afirmaciones sin fundamento. No creemos en el origen divino del hombre ni de las cosas porque nada hay que lo demuestre. Ciertas facultades relativamente superiores a las de otras especies, no bastan para considerar al hom­ bre como producto de una naturaleza distinta a la suya. Si admitieramos esto nos encontrariamos con que los demas animales e s t o en el mismo caso, puesto que muchas especies de ellos tienen esa relativa superioridad de facultades. Si existiera la Divinidad, por el solo hecho de serlo nada tendria de comun con el hombre; asi es

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que aun admitiendo esa existencia, no seria ella la f uente de nuestro origen. Por lo demas, no discutimos el punto; si hay sobre la tierra esos hombres de origen divino, que los haya en buena bora; su mismo origen los aparta de nosotros que somos sencillamente humanos. Conforme a su origen ninguna cosa material les pertenece. Nadie tiene que satisfacer mas necesidades que aquellas que le impone su naturaleza; ellos pueden pasarse perfectamente sin las cosas materiales que para nosotros son indispensables; pueden vivir «divinamente» nutriendose de la esencia divina que los produjo, como vivimos nosotros del fruto de la tierra que nos did vida. No tenemos un punto de comparacion bastante preciso para distinguir lo humano de lo divino, pe­ ro ellos mismos atribuyen a su Divinidad la suma perfection inmaterial, y aunque no sabemos hasta que punto lo inmaterial pueda existir, encontramos contradictorio que esa suma perfection divina produzca obras tan imperfectas, que destruyen toda idea de diferencia entre la perfection divina y la imperfection humana; obras tan subordinadas a la materia que lo divino, de admitirse como lo presentan, tendria todas las penosas abyecciones de la esclavitud irredimible. Francamente ni por vanidad querriamos ser de origen divino, y menos todavia hacerlo creer, porque muy insignincante debe ser el hombre que busca algun valor fuera de si mismo y para considerarse superior a las demas espeeie* se inventa un origen problematico que a nadie puede satisfacer.

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En cuanto a nuestro origen mitologico, no solo estamos satisfechos, sino hasta envanecidos de 61. Mientras otras en otras mitologias la Humanidad desciende de algo tan repulsivo como la serpiente del Paraiso, o de cualquiera otra cosa tan fea como esa, en la ruestra, en la Mitologia de esta Raza de inocencias primitivas, la Humanidad desciende de un Ave y de una Flor. Somos los hijos de Xochiquet­ zal .-• bello mito de purezas impecables que did a nuestra existencia cuanto de ^spiritual puede ha­ ber en el vuelo y el perfume elevandose sobre las groserias de la materia. Nada tan bello, tan ideal y tan puro &61o en la lengua nativa puede hablarse de esto * *

Respecto a la aparicidn del hombre sobre la Tierra, creemos que se verified al mismo tiempo en diversos puntos. No hay razdn para suponer que un solo punto del globo tuviera el privilegio de producir esta especie, pero si estamos seguros de que nuestra region fue de las primeras en producirla. Si no se ha Ilegado a precisar nada sobre el particular, es porque los sabios investigadores se empenan en buscar comodamente dentro de sus academias el parecido del hombre con el hombre, para deducir de alii su procedencia. Es verdad que

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el hombre se parece mucho asu esqueleto, pero mas se parece a la naturaleza de la region que lo produjo; de alii que no siempre pueda conoeerse la pro­ cedencia de una raza por la semejanza de los craneos o de cualquier hueso que se parezca a otro. Y aun admitiendo que ese procedimiento precisara el origen de una raza, nada diria de sus propiedades, dato importantisimo, tan intimamente ligado a la procedencia, que sin el la investigation queda trunca y sin aplicacion utiF al progreso. Nuestra Raza, a pesar de las modificaciones sufridas, conserva notables semejanzas con la na­ turaleza de su region, FORMA PARTE DE ELLA, de tal modo, que basta con observar un poco para convencerse de que los caxcanes no pueden ser mas que del Cax, ni pueden aclimatarse en otra region como no sea para vegetar. Sin duda que otras razasen nuestro mismo pais tienen otra procedencia; bien notables son las diferencias que lo estan diciendo asf; pero no tenemos el proposito de hablar de otras razas, ni es esta una investigation de sabios quenoshaga llenar muchas paginas de erudition, -un poquito indigesta,- para demostrar al mundo la pureza de nuestro origen. Al tratar esta cuestion no queremos mas que hacer notar un error: el error que pretende hacer del hom­ bre y de la Tierra productos artificiales, como si la Creation pudiera tener su Genesis en la Incubadora!Internacional. Desconociendo la causa y el objeto de ese prof undo sentimiento de adhesion regional que se rnanifiesta ha^ta en la mas rudimentaria sensibilidad, FC

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se intents combatirio, para nulificar sus efectos, en vista de que esos efectos no entran en los calculos de la casta que ha especulado siernpre con el lamentable desconocimento que la Humanidad tiene de si misma. En nombre de la civilization, dicen, hay que combatir hasta extinguirlo ese sentimiento salvaje que slza la frontera y cierra el paso a los intereses y a los hombres de otros paises. Y proponen un mismo patron para la Humanidad entera, asi como quien vacia piezas en un solo molde, sin mas destino que ir al mercado consignados a la misma razdn social: «Loyola Sucesores», como si todavfa pudiera creerse que aparte de los empresarios, el resto de los hombres no son mas que pacotilla con un so­ lo valor, como si la Creation entera no tuviera mas objeto que el de producir automata s, a los que arbitrariamente se les puede imprimir el movimiento y dar el destino que se quiera. Entendemos que la Creation tiene una finalidad mas alta, y aun que no alcancemos a comprenderla y menos a precisarla, si advertimos que la variedad de sus productos indica bien claramente la divensidad de destinos. Aun cuando para una mis­ ma especie exista una misma finalidad, es indudable que la diversidad de razas demuestra la diversidad de medios para llegar a esa finalidad. Y limitandonos al estrechisimo horizonte que alcanza a percibir la vista humana, jpor que" han de sujetaree todos a la misma action automatica para llegar al mismo fin? Lo primero es comprobar que el fin a que se pretende llegar es bueno, y luego, a noso-

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tros, lo mas que puede exigirsenos es que lleguemos, sin pretender que lo hagamos en tal o cual forma o por tal o cual medio, ya que muy hien pudiera ser que no llegaramos nunca al fin que nos correspond^ por I03 medios con que otras razas llegarian en seguida. Quizas esta sea la causa de mu­ chos fracasos. La naturaleza misma nos ha dotado de una f uerza de resistencia contra esas arbitrariedades al dotarnos de un nacionalismo tan fuerte que ha obrado prodigios. Esa f uerza, mal gastada hasta aqui, si se quiere, es un valor superior en mucho a otros valores del mercado international cuyos emprosarios pugnan en todas forrnas por entrar en posesion de los intereses que «el salvajismo» defiende. El nacionalismo no es una invention; tiene su origen en la misma razon de afinidad que todas las cosas; esa ley de afinidad, principio de toda forma y fuente de todo sentimiento, no se limita a la ma­ teria inanimada, en la que solo busca el elemento propicio para depositar lo sensible. Esa ley no deja de existir ni de ejercer su influencia al efectuarse la separation de los cuerpos, al contrario, su influen­ cia aumenta en razon directa de la sensibilidad adquirida por la transformation, y constituye una con­ dition precisa para el desarrollo, ya que este no tiene mas objeto que el de preparar la transforma­ tion de la materia. Esa ley que da origen a la formacidn de espe­ cies y a la agrupacion de razas en un proceso de selection, no desliga lo sensible de lo insensible, ni labora sus productos indiferentemente, lo mismo

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aqui que alia, sino que especializa su production conforme a las propiedades regionales, con particularidades absolutamente locales; y de esa rela­ tion que se mantiene a traves de todas las transformaciones, se origina el sentimiento de adhesion que es tanto mas vivo cuanto mas directamente la vida tomo de lo inanimado sus elementos de ma­ nifestation, elementos que indudablemente son los mas propios para que esa vida llene la misidn a que esta llamada en el misterio de la Creation. La raza autoctona no debe prescindir de ese sentimiento que impulsa su desarrollo y proteje su conservacidn, antes bien debe cultivarlo y aprovecharlo mejor. Herida o debilitada en ese sentimien- ( to, se atrofia como todo lo que esta privado de las conciciones precisas para desarrollarse. No explicandosela de otro modo, por desconocer su causa, a esa atrofia producida por la violencia de un desarraigamiento o una invasion que impone al ser humano condiciones de vida contrarias a las que le son propias, se le llama «decadencia», y aun llega a decirse que ese estado decadente es de­ finitive o precursor de la extincion, cuando, a ser posible, bastaria con devolver cada raza a su centro y dejarla en el pleno goce de sus elementos pro­ pios para que recobrara su primitivo vigor, destruido por la action deprimente o absorvente de las invasiones o los trasplantes. Los elementos de nutrition y las formas de des­ arrollo no se limitan a la lactancia y al crecimiento, aun que es verdad que pueden pasar desapercibidos para quienes no concedan a la naturaleza y a

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la Creaci6n entera mas objeto que el de fabricar esqueletos y por esta razon no tengan en cuenta lo indispensable que es para cada raza conservar en propiedad su region natural, sus elementos de nu­ trition. Pero si tal concepto tienen de la Vida, deben abandonarlo todo, comenzando como.es debido, por dejarnos en paz, sin meterse a modificarnos, ya que para esqueletos como quiera estaremos bien. A la decadencia, no sdlo de algunas razas, sino de la especie en general, se llegara sin duda si se continua el arbitrario traslado de individuos fuera de sus regiones, como se ha hecho hasta aqui, por inconsciencia o petulancia del hombre que se considera absolutamente desligado de la naturaleza y cree que puede trasplantarse impunemente por el solo hecho de que ho tiene raices como los drboles. Habria que saber con precision hasta que punto el hombre difiere y puede prescindir de los elementos que lo crearon en esta materia demuestran mas sabiduria los hortelanos que los civilizadores. Para nadie es un secreto la suspension de ruestro desarrollo; esa suspension impuesta por condiciones que nadie toma en cuenta, es atribuida a nuestra «inferioridad de raza»; esto no es muy tierto pero es muy cdmodo. El sabio investigador no tiene que hacer mas que ponernos una etiqueta que diga: «animal inferior*, para salvar el prestigio de su sabiduria que no quedaria del todo bien si dijera: «hombre desconocido» como debiera decir, por­ que la ciencia ignora todo lo que no se produce en sus laboratorios, y la civilization desconoce todo lo que no se somete a sus calculos, cuando una y otra

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estan al servicio de la oligarquia international. De alii que no encuentren, o ho quieran ericontrar, la razon de nuestra resistencia a dejarnos modelar en cualquier patron o formar en cualquier columna numerica en calidad de ceros cuya nulidad solo sirva para aumentar el valor de cualquier numero habilmente colocado a nuestra izquierda. No; no formaremos en esas columnas. Y tampoco somos materia trasplantable ni adaptable. Es­ to contrariara un poco a los que hacen calculos so­ bre nuestra posible adaptacidn; es muy sensible, pero nos petrificaremos antes que adaptarnos. Tambien so hacen calculos sobre nuestra posi­ ble extincion, pero esta RAZA, fuertemente autoctona, para la que la Naturaleza no ha agotado sus elementos generadores, NI SE ADAPTA NI SE EXTIN-, GUE. Quizas llegue a extinguirse cuando desaparezca la region que la produce; valdria la pena hacer la prueba; £por que no intentar la desaparicion del

Cax?... ;Seria tan facil!... No hay otro medio de que el calculo encuentre el resultado que busca, porque mientras el Cax exista, los CAXCANES seran como han sido siempre, defensores de esta region donde todo lo que vive les ha dado algo de su propia vida, donde algo nuestro tiene el cactus arraigado a las asperezasdel suelo, las montaiias que «no semueven nunca», el torrente que solo va por las profundida, • des del Cax. Se dira que esto es muy sentimental; nosotros decimos que esto es muy natural. Para sabios y civilizadores somos desconocidos porque buscan en nosotros no unaPRODUCCiON, sino una REPRODUCCI6N. j Alia" ellos! Lo que hay en nos-

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otros e3 propiamente nuestro; nada hemos adquirido del artificio civilizador; nuestros sentimientos no se han fabricado en ningun laboratorio, ni son producto de teorias importadas de cualquier parte, son de nuestro ambiente, son de esta naturaleza que nos ha nutrido con su vigor, son de nuestra re­ gion, son del Cax Por lo demas no creemos ser los tinicos poseedores de ese sentimiento nacionalista, fuerza que impulsa el desarrollo, salvaguarda la conservation y ennoblece la3 batallas; bien sabemos que es pro pio de todos los seres animados, rationales o irracionales, propio de todas las especies y de todas las razas, aun de aquellas que «reprodujo» el acaso de un encuentro como un excedente que en su fecundidad arrojo la vida en cualquier parte; aun de aquellas que por la violencia con que han sido traspiantadas o mezcladas han perdido sus caracteristicas y con ellas su verdadera f uerza. Los mismos hijos del acaso que al acaso van porque ese es su origen, tienen predilecciones por determinada re­ gion; solo hay una casta desprovista en absolute de ese sentimiento: la de los individuos de origen Bimiesco. En estos es mas fuerte el espiritu de imi­ tation que el sentimiento de adhesion. Ese espiri­ tu de imitation directameLte trasmitido por sus progenitores, tambien es muy natural en ellos, es una herencia legitima de la mas pura procedencia. Los efectos de ese espiritu imitativo si que debieran combatirse, pero es muy dificil hacerlo; J cualquiera convence a un mono de que esta haciendo el ridiculo!... y cualquiera convence a un hombre

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de que esta haciendo el mono cuando el cree que esta haciendo el «hombre civilizado* * *

De lo dicho hasta aqui sobre esta cuestidn no se infiere una repulsa de nuestra parte para la realization de un propoiito de fraternidad interna­ tional que seria la mdsaltaexpresidn del perfeccionamiento humano, pero esa fraternidad dista mucho de ser la imposition de normas, la expropiacidn de elementos, la nulificacion de voluntades a que se pretende reducirnos por todos los medios ycon to­ dos los pretextos, tanto con el pretexto de civilizarnos matando nuestra civilization, como con el de enriquecernos apoderandose de nuestras riquezas, y el de modificar nuestra mentalidad arrancandonos el corazon. Esto y no otras cosas han hecho y pretenden seguir haciendolas, por riguroso turno, los conquistadores de ayer que para apoderarse de nuestra patria la declararon suya, en nombre del Rey, y para continuar el despojo la declaran hoy • inexistente en nombre de la International. Sobre este punto debemos advertir que estos conquistadores modernos se parecen tanto a los otros, a los antiguos, que no se distinguen unos de otros, del mismo modo que no se distingue la Roma Negra de la Rusia Roja, como no se puede distinguir tampoco la Humanidad hija [de la Iglesia, de la Humanidad hija de la Incubadora International, que lo mismo que la Iglesia, aspira al dominio del Mundo, y no pudiendo como esta apoderarse del es­ piritu, pretende apoderarse de la materia con el

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mismo fin. No es la primera vez "que la Compaiiia de Jesus emplea procedimientos opuestos para lle­ gar al mismo resultado. Hay en verdad una analogia tan completa en­ tre la Compafiia de Jesus y la Tercera Internatio­ nal, que no es facil encontrar entre uua y otra nila diferencia de un detalle, como no sea en la indumentaria de sus esbirros. No hablamo3 por el solo gusto de hacerlo, en otro lugar haremos la exposi­ tion completa del concepto que tenemos de los jesuitas rojos, advirtiendo que nuestra animadver­ sion para ellos no se extierde a los que de buena fe creen en la International. No es la primera vez que un disfraz engana a las multitudes. Con la misma buena f e que algunos creen aho­ ra, otros creyeron ayer en todos los errores que habiles predicadores de las abuenas nuevas» han sabido llevar a las conciencias preparadas ya por la desesperacidn para recibirlo todo con tal que se les presente como una esperanza de salvation.

** Continando sobre el motivo de este capitulo, hay que entender que el nacionalismo que sentimos y def endemos no es la caricatura que de el se conoce con el nombre de «patriotismo». Es algo menos artificial que todo eso y algo mas consciente queun instinto puramente animal. Hemos procurado conocer la f uente de ese sentimiento y la hemos encontrado en la unica parte donde podia estar: en la Naturaleza misma. Hemos comprendido su razon de

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ser y creemos que no nos esta permitido romper arbitrariamente la relation que la Naturaleza establece entre los hombres y las cosas de las que se to­ man elementos de existencia dispueitos ya para facilitar el desenvolvimiento y la transformation de la materia en determinado sentido del que indudablemente proceden facultades, aptitudes y transformaciones que son exclusivamente de dotation natural. No nos consideramos autorizados en ninguna forma para alterar el procedimiento natural de nuestro propio desarrollo aplicando un procedi­ miento artificial, necesariamente defectuoso. Nuestro pacionalismo tampoco es el «patriotismo oficial», entiendase bien. Para nosotros la patria no es la region politica; para nosotros LA PATRIA ES LA REGION NATURAL.

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IV. De nuestras Tradiciones hay algunas que parecen enlazar podei osamente nuestro pasado al pasado de otros paises y de otros hombres que no conocemos. Parece como si las Tradiciones y la His­ toria de todos los pueblos de la Tierra formaran un solo capitulo que no concluye todavia. Algo de israelita tiene la dispersidn de las Siete Tribus Nahuatlacas en Chicomostoc. La erection del cue sobre el Teocal-li y el desacuerdo que origino entre los nuestros, tiene gran semejanza con la conocida Ieyenda de la Torre de Babel "que los hijos de Noe quisieron edificar para escalar el cielo y por cuya temeridad fueron castigados con la confusion de las Jenguas." El simbolo parece decir a todos que no fue precisamentejla confusion de las lenguas, sino la confusion de las ideas la causa de que los hombres ya no pudieran entenderse, al tratar de establecer dos sistemas de organization absolutamente opuestos y que tan radicalmente variaban los destinos humanos. Como

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esa confusion persiste y es comun a todos los pue­ blos, no es extrafio que la Tradition sea tambien comun aun variando en detalles. Nuestra esperanza en el retorno de Quetzal­ coatl es algo muy semejante a la esperanza de los creyentes en el advenimiento de un Mesias Salva­ dor, y para nosotros es indudable que esa esperan­ za se refiere al retorno de la Institution que representa" Quetzalcoatl. ** En cuanto a las Tradiciones exclusivamente nuestras, desfiguradas porapasionados detractores, maltratadas por interpretes de brocha gorda, incomprendidas por la superficialidad arqueologica, * aparecen como concepciones de una mentalidad oscura en la que no germinara mas que la monstruosidad. Hay que ver esto: alii donde nuestros sabios escribieron «Huehuetlapalan», los arquedlogos tradujeron: «Atoyatl-Eztli», sin cuidarsepara nada de la dif erencia que hay entre la Via Lactea y un Rio de Sangre. El pequeno «Huitzitzil-lin», que por espiritual nacio desprovisto de carnes, y por simpatieo simbolizo las victorias del Amor, es presentado como el monstruoso Huitzilopochtli, insasiable bebedor de sangre humana. El Aguila, simbolo de nuestra Raza, cuya for­ ma sirvid de base a todo un sistema astrondmico, y que en el Codice representa a la Ciencia dominan-

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do al Tiempo, en el escudo nacional aparece devorando una serpiente, y se le mue«tra a la nifiez en las escuelas rodeada de una leyenda sm sen ido. Es­ to sin contar con el ultimo sacr eg o ofic al que ha hecho del Cuauhtli del Ilhuicatl, con sus alas s empre abiertas en la inmensidad, un pajarraco grotesco y corcovado que claudicante se dobla sobre sus garras, impotente para escalar el cielo. Por lo demas, esta p rte de nuestra vida men­ tal no es un mero tradicionalismo; las tradiciones nuestras no nacieron de la revelation,, nacieron de la verdad demostrada; cada una de ellas es una sa­ bia ensenanza; tanto es asi que para recobrar el esplendor de nuestra civilization y de nuestra prosperidad perdidas, no tenemos que hacer mas que restaurar nuestra** ensenanzas tradicionales. Ya se dira por alii que retrocedemos al emplear este procedimiento, porque en concepto de algunos la Humanidad ha avanzado tanto en el cam no de su perfection, que actualmente no se parece en na­ da a la Humanidad del pasado; ahora dicen que tiene «nuevos horizontes», «nuevos mtereses», «nuevas ideas», «nuevos sistemas», «nuevas verdades», y hasta se habia por alii de la «Humanidad nueva» . • (jnuevecita!) cuyos problemas, nuevos tambien por supuesto, no podran resolverse por procedimientos tan anticuados como los tradicionales. Se habra avanzado mucho, probablemente, y nosotros sin advertirlo nos hemos atrazado tanto como un megalito, pero lo cierto es que en la actualidad nos encontrarnos con el resto de la Humani­ dad exactamente en el punto de la Tradition, ante

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el mismo problema secular y librando la misma se­ cular batalla entre dos sistemas secularisimos tam­ bien. Hasta ahora no tenemos noticia de que la Hu­ manidad hay a luchado por otra causa desde la mas remota antiguedad hasta nuestros dias, ni sabemos que pueda haber mas a"e dos sistemas de funcionamiento social, el que se basa en el DERECHO NA­ TURAL y el que se equilibra en el derecho artifi­ cial, ni sabemos que el ser humano quiera otra co­ sa que no sea volver a la placidez de los tiempos primitivos cuando los hombres no habian inventado la Iglesia ni la Internacional para dominar al mundo con sns mentiras. Por deseo de "volver a la pla­ cidez de los tiempos primitivos" no debe entenderse la supresion de adelantos y descubrimientos que hacen la vida agradable y comoda y contribuyen a su perfection; (esa supresion es predica de ciertos chifiados que andan por alii diciendo que las papas se han de comer crudas. Por supuesto que no esta­ mos muy seguros de que la tal propaganda no tenga mas de mala fe que de inofensiva chifladura.) Asi es que se esta exactamente donde se esta­ ba hace muchos Siglos; se quiere exactamente lo que se queria hace muchos Siglos, y los problemas de hace Siglos tienen exactamente las mismas soluciones que hubieran tenido hace Siglos. Esto desinflara un poco la vanidad de los importadores de aideas nuevas», de los inventores de «problemas nuevos», de los descubridores de mun*