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88 El Imperio romano b i e n con la prudencia evidente de que A u g u s t o hizo gala en O r i e n t e . Para borrar e

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El Imperio romano

b i e n con la prudencia evidente de que A u g u s t o hizo gala en O r i e n t e . Para borrar el recuerdo del desastre padecido en el año 53 a.C. por Craso en Carres, frente a los partos, usó su d i p l o macia y, sin gota de sangre, recuperó en el año 20 a.C. las á g u i -

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las de las legiones vencidas e hizo liberar a los prisoneros toda-

EL S I G L O D E

AUGUSTO

vía retenidos por el enemigo. Se i m p u s i e r o n reyes favorables a R o m a en A r m e n i a , tradicionalmente país vasallo de los partos. Pero t u v i e r o n muchos problemas para mantenerse en el poder,

N i la política exterior de A u g u s t o , con sus éxitos y sus dudas,

y la influencia de R o m a sobre el reino fue bastante incierta. E n

n i su «reordenación» de la administración i n t e r i o r habrían bas-

este frente, era evidente que el príncipe había abandonado u n

tado para asegurar la g l o r i a d el príncipe, cuyo nombre ha que-

proyecto de César en el que él m i s m o estaba i m p l i c a d o cuando

dado u n i d o al c o n j u n t o del siglo en el que v i v i ó . Si durante

residía en A p o l o n i a , como hemos visto. Su acción en esta re-

m u c h o t i e m p o se ha hablado, y se sigue hablando todavía, de

g i ó n d e l m u n d o consistió esencialmente en una gestión «ad-

u n «siglo de A u g u s t o » es porque este t i e m p o fue también el de

ministrativa» de los territorios: supresión del reino desmem-

V i r g i l i o , H o r a c i o , T i t o L i v i o y algunos otros, y ello c o n t r i b u y e

brado, del Ponto y u n i d o en parte a la p r o v i n c i a de B i t i n i a y en

a considerarlo como u n o de los períodos en que el espíritu h u -

parte a la de Galacia; transformación de Judea en una p r o v i n -

mano alcanzó sus más elevadas expresiones.

cia confiada a u n procurador. Estos países formarían una especie de escudo protector y eventualmente más tarde una base de p a r t i d a para la conquista del m u n d o .

Un siglo de poetas

Se ve que la política oriental de A u g u s t o aplica los mismos p r i n c i p i o s que su política en la Galia y en España, incluso en

D e hecho, el «siglo de A u g u s t o » marca el apogeo de la litera-

Germania: una actuación impuesta por la situación heredada

t u r a latina y lo que debía ser su clasicismo. Pero si nos i n c l i n a -

de la R e p ú b l i c a , donde no faltaban las incoherencias y donde

mos por dejar de lado las ideas recibidas, se hace evidente que

Roma parecía i m p o t e n t e para salvar la distancia que separa la

la persona de A u g u s t o y su acción personal apenas t u v i e r o n

conquista de la asimilación. ¿Acaso, después de ese alto en el

parte en ello. E n realidad, t o d o estaba preparado para este flo-

c a m i n o , el i m p e r i o estaba dispuesto a retomar la conquista o

r e c i m i e n t o con a n t e r i o r i d a d a su persona. La poesía h a b í a

iba a detenerse y l i m i t a r s e a una romanización parcial d e l m u n -

comenzado su renovación de la mano de C a t u l o , m u c h o antes

do? E l p r o b l e m a estaba planteado.

del n a c i m i e n t o del f u t u r o emperador. C a t u l o había adaptado las formas de la lírica griega y había demostrado que la lengua latina se prestaba bastante b i e n a la expresión del s e n t i m i e n t o amoroso. Y Catulo no fue jamás u n «cesariano» ferviente. M u rió m u c h o antes de que surgiera el p r i n c i p a d o . Si Cornelio Ga-

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El siglo de Augusto

El Imperio romano

l i o llegó a ser uno de los «mariscales de O c t a v i o » , r o se debió

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desde la época del t r i u n v i r a t o , conservaba en g r a n med id a su

a su d o m i n i o del género elegiaco, en el cual se h a b í i ilustrado

independencia e s p i r i t u a l ; descendiente y parte activa de la más

en una época en que O c tavio compartía el poder con A n t o n i o ,

antigua nobleza, desaprobaba sin reservas las innovaciones del

y además su g l o r i a poética no i m p i d i ó ser acusado y condenado

nuevo régimen. E n eso era b i e n d i s t i n t o de Mecenas, p a r t i d a r i o

cuando era prefecto de E g i p t o . E l p r o p i o V i r g i l i o había t e n i d o

desde el p r i n c i p i o de una monarquía. Mésala y Mecenas «pro-

como p r i m e r protector a u n lugarteniente de A n t o n i o , A s i n i o

tegían», uno y o t r o , a los poetas, pero lo hacían con diferente

Polión, que gobernaba la Cisalpina. N o se unió al nuevo líder

espíritu. E n la órbita de Mésala encontramos a T i b u l o , poeta

hasta después de la paz de B r i n d i s , que cantó como u n nuevo

del amor, y a la poetisa Sulpicia, que canta su pasión por el be-

comienzo del m u n d o . H o r a c i o , al comienzo de su carrera poé-

llo Ceriato, y también a u n joven poeta que sólo conocemos por

tica, era abiertamente republicano. C o m b a t i ó al lado de B r u t o

el apodo de L i g d a m o . Es en este g r u p o donde O v i d i o realizó

en la batalla de Fil ip p o s y durante u n t i e m p o desempeñó el pa-

sus comienzos. A l l í poco i m p o r t a b a la política. Se continuaba

pel de poeta en la oposición y transmitió graves críticas acerca

la tradición de C a t u l o , la de u n l i r i s m o « g r a t u i t o » .

de la nueva sociedad surgida de las guerras civiles. Sólo su amistad con Mecenas lo unió al nuevo poder. ¿Es necesario recordar que el más notable poeta de la segunda g e n e r a c i ó n , O v i -

El círculo de Mecenas

d i o , acabó su v i d a en el e x i l i o , deportado por el p r í n c i p e en persona por razones misteriosas, probablemente de (orden p o l í tico?

El círculo de poetas reunidos alrededor de Mecenas está d o m i nado por la fuerte personalidad y el genio de V i r g i l i o , q u i e n

Los poetas de este siglo se diga lo que se d i g a , no están al

después de sacrificarse a la complacencia de los «nuevos poe-

servicio de A u g u s t o , n i t a n siquiera, de forma m;ás general,

tas» y componer piezas ligeras, descubre una nueva fuente de

al servicio de su ideología. C o n mayor razón no pue