Peter Pan

Lo que en décadas anteriores era un comportamiento inusual, actualmente corresponde a un patrón muy común. Se trata del

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Lo que en décadas anteriores era un comportamiento inusual, actualmente corresponde a un patrón muy común. Se trata del llamado “Síndrome de Peter Pan”, el que según el destacado psicólogo catalán Antoni Bolinches representa el carácter del 50% de los hombres. Inmadurez, inseguridad y egoísmo son algunas de las características de aquellos que padecen el síndrome del hombre que se niega a crecer. Situación preocupante, pues esta actitud interfiere negativamente tanto en la relación de pareja como en el plano sexual. De acuerdo a lo explicado por Antoni Bolinches, autor del libro “Peter Pan puede crecer”, el carácter de estos hombres está determinado por la inseguridad y las carencias afectivas de la infancia, lo que tarde o temprano les pasa la cuenta en la adultez. “La mitad de los hombres son Peter Pan y su presencia afecta a la totalidad del sexo femenino”, es decir, todas han tenido un Peter Pan en su vida, indica el experto en declaraciones recogidas por ABC. En su reciente publicación, Bolinches señala que un hombre que no quiere crecer siempre mantendrá relaciones insanas y asegura que existen 5 rasgos que lo definen, estos son: Alta necesidad afectiva, egocentrismo, poca tolerancia a la frustración, falta de autocrítica y problemas para aceptar relaciones de igualdad con el sexo femenino. Por otro lado, el especialista afirma que en el ámbito sexual “los hombres Peter Pan se autoafirman en función de los orgasmos que producen, se dedican al sexo más de lo que quisieran. Tienen buena fe y se empeñan en que ella disfrute”. La causa tendría su origen en el cambio del comportamiento sexual de la mujer actual, pues ellas son cada vez más exigentes. Si bien esta situación podría ser ideal para muchas mujeres, Bolinche asegura que es fatal porque con el tiempo ese hombre “sufrirá la inhibición del deseo sexual, algo mucho más difícil de solucionar”. Pero no todo está pérdido, el psicólogo catalán explica que la salida puede estar en “encontrar el término medio en el que ambos queden suficientemente satisfechos”. A ello, agrega que un Peter Pan necesita una mujer madura y cariñosa, que sea capaz de reforzar su comportamiento. De esta forma, lo ayudará a crecer y a entender que debe evolucionar. Ahora, te dejamos con una clasificación de 4 perfiles de hombres que no quieren crecer, mencionados en el libro de Antoni Bolinches: 1. Seductor: Tiene un autoestima alta, sólo le interesa gustar y generalmente tiene éxito con las mujeres. Es esta última condición la que lo hace ser mejor seductor que amante, pues se caracteriza por no satisfacer a la pareja. Su obsesión es con la conquista. Es más, Bolinche afirma que un hombre así le es indiferente provocar placer, por lo tanto, si tuviera un problema sexual no se esforzaría por resolverlo. 2. Narcisista: Busca mujeres atractivas para reforzar su imagen. Funciona mejor que el seductor en el plano sexual y se interesa en entregar placer y estar bien físicamente. 3. Intelectual: Esta contento con su personalidad, pero no con su cuerpo. Generalmente usa su inteligencia para dominar en la relación. Busca chicas sumisas. Bolinches asegura que “un narcisista nunca iría con una chica poco agraciada, el intelectual sí, pero se justifica por ello: no es guapa, pero funciona bien en la cama, pensaría”. 4. Servicial: Según el psicólogo es el mejor para la mujer, pero el que ninguna quiere, ya que la mayoría prefiere al Seductor. Este hombre no está satisfecho ni física ni intelectualmente. Eso hace que se esfuerce al máximo por complacer a la pareja en el plano sexual, porque teme ser abandonado.

El síndrome de Peter Pan es un trastorno del desarrollo de la personalidad, donde el sujeto se niega a asumir el paso del tiempo y desempeñar un rol de adulto. Este síndrome no está aceptado como patología por el DSM. El término fue acuñado por el psicólogo Dan Kiley en 1983. El término síndrome de Peter Pan se emplea para designar un trastorno de la personalidad, y aparece por primera vez en el libro “The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up” (1983), del Dr. Dan Kiley. Este síndrome no se encuentra aceptado en el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). Dicho síndrome se caracteriza por la presencia de ciertos aspectos de inmadurez, social y psicológica, acompañados por disfunciones sexuales. Es aplicado a pacientes de sexo masculino, que presentan una personalidad narcisista e inmadura. Mientras el sujeto crece, su percepción interna del yo, permanece en la infancia. Según Kiley, quien presenta dicho síndrome, posee rasgos de rebeldía, cólera, irresponsabilidad, narcisismo, dependencia, y no aceptación del envejecimiento, manipulación, y creencia de trascender las normas y leyes. No poseen capacidad de empatía y no se abren al mundo de los adultos. La sintomatología de este síndrome ha estado presente en la psicología, en toda caracterización neurótica, lo que Kiley hace, no es más que asignarle un nombre. Freud hace referencia a la fijación, aludiendo al estancamiento en el desarrollo de la personalidad, que se verifica en individuos que padecen esta sintomatología. Por lo que no existía una categorización hasta la designación de Kiley. Pero el síndrome de Peter Pan, no constituye una psicosis, es un trastorno neurótico, o caracterológico. El propio Kiley reconoce las dificultades para corregir estas conductas Tratamiento del síndrome de Peter Pan: Los tratamientos empleados para el síndrome de Peter Pan, son los correspondientes a toda neurosis estructurada, pero es difícil de concretar, puesto que el sujeto que experimenta este trastorno, no acepta su infantilismo y se niega a modificar sus conductas. No existe el deseo de abandonar el mundo de la infancia, ni una conciencia del fracaso en la aproximación al mundo adulto. Se presenta una dificultad de aceptar las normas y la necesidad de tomar responsabilidades, o forjar vínculos maduros con los demás. Síntomas del síndrome de Peter Pan: Suelen presentarse crisis depresivas, angustia, ansiedad. El paso de los años no parece ser advertido por el sujeto, pero su protección desaparece momentáneamente en ciertas circunstancias, provocando un sentimiento de vacío. Existe una nostalgia por la etapa infantil , lo que afecta la autoestima. Puede presentarse conjuntamente con patologías psiquiátricas específicas como las paranoides, neurosis, obsesiones, histeria. El tratamiento debe ser doble, psicopatológico y de carácter.