Peron

Asignatura: Historia Económica Argentina Alumna: Dominguez Yanina Gisel – Legajo 5/0243/11 Al desaparecer Yrigoyen, lo

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Asignatura: Historia Económica Argentina Alumna: Dominguez Yanina Gisel – Legajo 5/0243/11

Al desaparecer Yrigoyen, los oligarcas y extranjeros reconstruyen su potencial poder sobre el territorio argentino para así ejercer su tutela sobre el país y despojar el pensamiento y obrar yrigoyenista. Las tensiones internas de este régimen condujeron a una crisis política interna que se resolvió cuando un sector del ejército forzó un golpe militar el 4 de junio de 1943, encabezado por el Gral. Rawson, quien había derrocado a Castillo, presidente del país en ese momento. Sin embargo, no llegó a asumir porque los jefes golpistas rechazaron el gabinete propuesto y en su lugar nombraron a Ramírez. Una asociación militar, el GOU (Grupo de Oficiales Unidos), comenzó a ganar posiciones en el gobierno. En 1944, presionado por las fuerzas opositoras y ante una crisis en el gobierno, Ramírez delegó el mando al Gral. Farrell. Al asumir la presidencia, designó vicepresidente al coronel Juan Domingo Perón, quien se había desempeñado al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión y ministro de Guerra. Perón comenzó a desplegar una intensa actividad dirigida a evitar la protesta social y ganar adhesiones obreras.

Primer gobierno de Perón (1946-1951) En las elecciones de 1946, gana la fórmula Perón-Quijano, postulada por el Partido Laborista, contra la de la Unión Democrática, la fórmula Tamborini-Mosca. Este primer periodo fue de expansión y consolidación del sindicalismo dominado por el Estado. La imposición de una jerarquía estatal de control y subordinación se basó en la supresión de cualquier oposición abierta, como en la expansión de todos los sectores sindicales hacia nuevas áreas de la industria. Desde la presidencia, Perón continuó con las políticas sociales que beneficiaron tanto a la clase trabajadora como al empresariado nacional, sobre todo industrial. Luego del triunfo electoral disolvió los tres partidos que se habían creado para sostener su candidatura: Laborista, Unión Cívica Radical Junta Renovadora y el Partido Independiente, para unificarlos en una sola organización política, llamada primero Partido Único de la Revolución y luego simplemente Peronista o Justicialista. Se profundizó la política de sustitución de importaciones mediante el desarrollo de la industria liviana que se venía impulsando desde la década anterior.

Política económica peronista En 1946, el país se encontró con una fuerte reserva en oro y divisas extranjeras originadas por las constantes exportaciones a los países en guerra, sin la contrapartida de importaciones. La acumulación de saldos favorables en la balanza comercial en forma de oro en custodia en el exterior y de divisas depositadas en bancos de los Estados Unidos y en el Banco de Inglaterra, alcanzó a 1.697 millones de dólares. Ante la perspectiva nacional e internacional, al país se le planteó un serio dilema político y económico: volver al viejo esquema de vender productos agropecuarios y comprar manufacturas industriales o iniciar una política de sustitución de importaciones para lo cual sería necesario auspiciar desde el gobierno una política protectora de la actividad industrial. El gobierno peronista se inclinó por una paulatina política de sustitución de importaciones (básicamente industria liviana). En consecuencia, la Argentina inició su "crecimiento hacia adentro". El gobierno peronista fundamentó todas las medidas económicas en la necesidad de "romper los lazos de dependencia". En tal sentido se intensificó el control estatal sobre las transacciones económicas, al tiempo que se declararon propiedad del Estado todas las riquezas del subsuelo y se dictaron leyes de protección y estímulo a la industria nacional. Para consolidar y expandir el proceso de industrialización con independencia y fuerte mercado interno, según el criterio elegido, fue menester crear algunos instrumentos o determinados procedimientos: tales fueron la reestructuración del Banco Central, la creación del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), e1 rescate de la deuda externa, el impulso del Banco de Crédito Industrial y Fomento Minero, las nacionalizaciones de ciertas empresas extranjeras, no por 2

ser extranjeras sino porque el pago de sus servicios hipotecaba el valor de nuestras exportaciones (en alguna ocasión llegó a comprometer el 38% de las exportaciones), la expansión de la flota mercante y la creación de la aviación comercial argentina, entre las más importantes.

El primer Plan Quinquenal de Gobierno (1947-1951) Debía establecer la orientación económica del país en el periodo 1947-1951. Esto se hizo teniendo en cuenta una serie de pautas por las que el Estado debía asumir las tareas de: 

determinar las necesidades previsibles de materias primas de origen nacional, combustibles, energía eléctrica, maquinarias y transportes y verificar el estado y grado de eficiencia de los sistemas de producción, exportación y distribución de esos elementos.



establecer un programa mínimo de cinco años de las obras e inversiones necesarias para asegurar un suministro adecuado de materias primas, combustibles y equipos mecánicos, y desarrollar racionalmente la industria y agricultura del país.



descentralizar la industria, fomentando nuevas zonas; diversificar la producción y emplazar dichas zonas adecuadamente en función de las fuentes naturales de energía, las vías de comunicaciones, los medios de transporte y los mercados consumidores.

En los puntos esenciales del Primer Plan Quinquenal se planteaba: 

la transformación de la estructura económico-social por la expansión industrial.



la reducción de los factores de vulnerabilidad externa a través del rescate de la deuda externa pública y privada y la nacionalización de los servicios públicos.



la elevación del nivel de vida de la población mediante una redistribución de la riqueza y un plan general de obras y servicios públicos referidos a sanidad, educación y vivienda.



el empleo de parte de las ganancias generadas por los términos de intercambio muy favorables de que gozaba el país, junto con las reservas de oro y divisas acumuladas durante la guerra, para la financiación del programa.



el mantenimiento de una política nacionalista frente a los organismos internacionales de la posguerra, aprovechando la coyuntura favorable.



una amplia movilización de los recursos nacionales, la aceleración de la capitalización industrial, el fomento de la creación de un importante mercado de consumo interno y máxima utilización de la fluidez brindada al sistema bancario, para independizarse de las fluctuaciones de la balanza de pagos. Nacionalización de servicios públicos

En 1947 los ingleses ofrecieron en venta los ferrocarriles. El temor de que las libras esterlinas bloqueadas en Inglaterra se desvalorizaran, sumado a que el gobierno argentino entendía que gran parte del éxito del plan económico dependería de las vías férreas, decidieron la compra de los ferrocarriles (1948). Para ello se utilizó parte del dinero bloqueado y parte a cuenta de futuras exportaciones de carne. La operación de compra incluyó valiosas propiedades y servicios anexos independientes que también pertenecían a las ex compañías inglesas: puertos, empresas eléctricas, de aguas corrientes, de tranvías, de transporte automotor, empacadoras de frutas, de petróleo, una destilería, los expresos Villalonga Furlong, campos, chacras experimentales y varios hoteles. La Compañía Primitiva de Gas (de capitales británicos) pasó a .depender de la Dirección Nacional de Gas del Estado (1946). Esta adquisición se complementó con la construcción de un gasoducto desde Comodoro Rivadavia con la intención de sustituir el carbón que se importaba de Inglaterra por el gas proveniente del sur. También se creó la empresa Agua y Energía Eléctrica que absorbió a algunas empresas extranjeras cumpliéndose un plan de ampliación de usinas 3

hidroeléctricas en distintos puntos del país, lo que multiplicó la producción de energía eléctrica. Casi conjuntamente con esa operación se intensificó la explotación del carbón de Río Turbio. En 1946 pasó a manos del Estado la empresa United River Píate Telephone Company Limited perteneciente a un consorcio norteamericano (ITT), que los argentinos conocían como Unión Telefónica. A las adquisiciones mencionadas se sumaron otras: Flota Mercante del Estado (creada en tiempos del Presidente Castillo) a la que se le adicionaron embarcaciones del grupo Dodero. También se creó Aerolíneas Argentinas (1950) sobre la base de la Flota Aérea Mercante Argentina (FAMA). Esto obligó a construir nuevos aeropuertos, entre ellos el de Ezeiza. Con el fin de regular la comercialización de los productos agrícolas se creó el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI) que tuvo a su cargo todo el control del comercio exterior. Como hemos visto, el Estado entró en posesión de vastos recursos económicos. A esto se sumó un rígido control de cambios, pero al sobrevaluarse el tipo de cambio se observó el deterioro de algunos sectores industriales y del campo así como un incremento de las tasas inflacionarias. La compra de empresas estaba lejos de ser un proceso compulsivo. Las propias compañías extranjeras querían desprenderse de sus activos en Argentina, pues percibían que su ciclo estaba agotado, y habían dejado de invertir. Nacionalización del Banco Central y la política monetaria Poco antes de entregar el poder a las nuevas autoridades, el gobierno de Farrell sustituyó el directorio mixto de esta entidad, compuesto por representantes del Estado, de los bancos privados nacionales y de los extranjeros, por otro de carácter enteramente nacional. De esta forma, el BCRA quedaba nacionalizado. De inmediato, se adoptó una serie de disposiciones orientadas a canalizar el crédito a través de bancos especializados, como el Banco de Crédito Industrial, hacia la industria y la minería; el Banco de la Nación Argentina, hacia actividades agrarias y comerciales, y el Banco Hipotecario Nacional, para impulsar la creación de viviendas. La Caja Nacional de Ahorro Postal, por su parte, procuraría captar el pequeño ahorro en todas sus formas, otorgando, sobre todo, préstamos de consumo. También se nacionalizaban los depósitos realizados en los bancos privados. De esta manera, se busca poner bajo control del Estado todas las fuentes de creación de dinero del sistema. Se estableció, además, la garantía del Estado de todos los depósitos efectuados tanto en bancos oficiales como privados. Con ello, se perseguía brindar una garantía absoluta a los depositantes, orientar la política crediticia hacia las actividades juzgadas por el gobierno como prioritarias, y reducir el costo del dinero mediante la disminución de las tasas de interés. El peso de las demandas del sector público, la expansión de créditos al sector privado, el financiamiento del sector industrial y el rescate de la deuda externa, sumadas a la inflación de posguerra que vivía la economía mundial, constituyeron el principal factor de incremento de la circulación monetaria. La política de ingresos Se apuntaba a un agresivo programa de industrialización, pero se consideraba, al mismo tiempo, que el funcionamiento del capitalismo de libre mercado conducía a una creciente desigualdad en la distribución de los ingresos. Como consecuencia, se reavivaba el problema del desempleo. Esto generaría graves tensiones sociales, sumado a la amenaza latente del comunismo. El Estado debía establecer normas de regulación que apuntaran a mitigar la lucha entre capitalistas y asalariados por la distribución del excedente. Una de las políticas de ingreso era una redistribución del ingreso desde el capital hacia el trabajo, cuyo beneficiario directo era la clase obrera. Otra política era desde el sector agropecuario hacia las actividades urbanas. 4

El mejoramiento de la condición social de los trabajadores contrastó con el estancamiento de la clase media. Sus remuneraciones y estilos de vida se acercaron. A su vez, la redistribución tuvo un fuerte impacto sobre las categorías de menores ingresos, permitiendo una elevación de la calidad de vida. Creación del IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio) Con el fin de redistribuir el ingreso desde el agro hacia la industria, se creó el IAPI, que absorbió las funciones de la Junta Reguladora de Granos y encaró problemas específicos de la comercialización externa de las cosechas argentinas. El IAPI se transformó en el único comprador de los cereales y oleaginosas, a los precios de adquisición fijados por el Estado y, luego de separar una parte para el consumo interno, procedía a vender los saldos exportables, monopolizando las exportaciones agropecuarias. El IAPI era un sucesor de los organismos creados por el régimen conservador, pero ampliaba sus funciones al negociar directamente con los representantes de los países compradores, procurando obtener las mejores condiciones para la Argentina. Asimismo, el productor agrícola se habría de enfrentar a un único comprador, el Estado, disolviéndose la agobiante dependencia que lo ataba a comercializadores e intermediarios. Pero, en contrapartida, el IAPI retribuyó al productor con dinero argentino calculado al valor oficial, implicando una transferencia de ingresos desde el campo hacia las actividades urbanas, hecho que produjo un áspero conflicto entre el agro y el gobierno. El IAPI adquiría la cosecha después de anunciar el precio y la iba colocando en el exterior según se lo juzgara más conveniente. Pagaba a los agricultores en 1947 el 33% del precio que regía en el mercado internacional y lo vendía al valor. El productor debía pagar por sus compras 3 veces más de lo que recibía por ventas, esto ocasionó el descontento general. La situación se agravó por la política de retener productos exportables a la espera de la alza de precios. Los recursos del IAPI sostuvieron la política de nacionalizaciones y ampliación de los servicios públicos, el fomento de la industrialización y la adquisición de productos importados. Ejercía también el control del uso de las divisas a través de tipos de cambio múltiples, permisos de importación y fijación de cuotas. Por su acción reguladora de los precios de artículos de consumo interno, el IAPI fue un instrumento de contención inflacionaria, sobre todo en los artículos de primera necesidad. Rescate de la deuda externa De acuerdo al decreto del 15 de junio de 1946, se rescatan los empréstitos contraídos con el exterior por los gobiernos nacionales, provinciales y municipales. Estos empréstitos estuvieron originados en la necesidad de cubrir gastos ordinarios de las administraciones anteriores.

Segundo gobierno de Perón (1952-1955) El 4 de junio de 1952 Perón inició su segundo período. En él se consolidó el control monolítico del Estado sobre los sindicatos y su incorporación en el movimiento peronista. La nueva política económica obligó a realizar severas restricciones. La crisis política en curso se agravó con la muerte de Eva Perón. La Iglesia Católica comenzó a mostrarse como un baluarte de oposición, cuando en los primeros años había mostrado su apoyo. Se sancionaron en el Congreso leyes que establecieron la separación de la Iglesia y el Estado. El 16 de junio de 1955 se produjo un bombardeo por parte de la aviación naval sobre la Casa de Gobierno, hecho que aparentemente perseguía la muerte de Perón y que causó un elevado número de muertos y heridos. Por la noche, la Curia y varias iglesias fueron incendiadas. El oficialismo se presentaba débil y la oposición fortificada. El 16 de setiembre un movimiento cívico-militar con epicentro en Córdoba encabezado por el general Lonardi, produjo la caída del gobierno peronista: Perón se embarcó hacia el exilio. 5

Política económica peronista El segundo plan quinquenal comenzó a implementarse en 1953, tuvo como objetivos el aumento de la producción agraria e industrial, la reducción de las importaciones y la promoción de la austeridad en el consumo, de modo de facilitar el ahorro. Pero el plan sufrió fuertes embestidas. A la caída de los precios agrícolas se sumó importante sequía en los años 1951-1952, y ello afectó a la producción rural y a la acción del IAPI. Entonces, recrudecieron las protestas de la burguesía agraria contra la política del gobierno, que favorecía a la industria. Por el lado de la industria, las cosas no estaban mejor: el crecimiento se había detenido en varias ramas y se dieron claras señales de estancamiento de la producción. La burguesía industrial había aprovechado la protección estatal para controlar el mercado interno, pero detuvo la inversión en nuevas tecnologías, por lo que sus industrias habían devenido ineficientes y obsoletas. Desde 1953 varias medidas intentaron revertir la situación cambiando la política económica: se alentó el ingreso de empresas extranjeras, se abrió la explotación petrolera en la provincia de Santa Cruz a una compañía norteamericana (la Standard Oil de California) y se congelaron los salarios por dos años al impedirse la renovación de los convenios colectivos de trabajo. Plan de Estabilización de 1952 La situación económica a principios de 1952 era crítica: escasas reservas e insuficiencia de saldos exportables se combinaban con la necesidad de incrementar la importación de bienes y productos industriales. Teniendo en cuenta la voluntad del gobierno de tratar de mantener los niveles de ocupación y actividad, el problema que se planteaba era conservar la reasignación de recursos efectuada en los primeros años de la gestión gubernamental, procurando reactivar, al mismo tiempo, el sector rural. En esa coyuntura se formuló el Plan de Estabilización, modificando la orientación económica que había tenido vigencia en el periodo anterior. El Plan contemplaba una serie de medidas destinadas al control de la inflación y la recuperación del sector externo, y centradas en la restricción del consumo, el fomento del ahorro y el aumento de la productividad. Éstas eran concebidas como el primer paso para superar la “crisis de desarrollo”. La adhesión al gobierno por parte de los sindicatos y de los trabajadores explica en gran medida el éxito del Plan. El objetivo de contener la inflación fue alcanzado prontamente. El sector externo también comenzó a recuperarse. El Segundo Plan Quinquenal (1953-1957) En líneas generales se proponía: 

mantener el equilibrio entre precios y salarios, y estimular el desarrollo económico general.



un programa de inversiones estatales y privadas destinado a resolver las necesidades básicas del país en lo referente a materias primas, energía y transporte, y bienes de capital.



proseguir la política de sustitución de importaciones.



fomentar el incremento de la productividad agrícola-ganadera.



conceder un papel complementario al capital y al crédito extranjero como factores de cooperación y estímulo al desarrollo económico.



aumentar la capacidad de importación del país a partir de una decidida política de exportaciones que generara las divisas necesarias.



coordinar la participación de empresarios y trabajadores en la planificación y ejecución de la política económica del país, determinar el papel de la empresa privada frente al 6

intervencionismo estatal, consolidar el cooperativismo y frenar la intermediación artificial de las actividades primarias. Daba preeminencia a las actividades primarias: agricultura y ganadería, y tendía al aumento de la industrialización. Su acción económica abarcaba: la acción agraria, la acción forestal, minería, combustibles, hidráulica y energía eléctrica; régimen de empresa e industria; el comercio exterior, comercio interno, política crediticia, política monetaria y política impositiva. Como paralelo a estos cambios podíamos encontrar un mejoramiento de la infraestructura es decir, en los caminos, los transportes, obras sanitarias y los suministros de agua potable. Este segundo plan se podía observar como sujeto a un gran optimismo ya que tendía suponer que el estado podía llegar a crear los fondos necesarios para su implantación mediante el recurso de los empréstitos públicos y el de los impuestos. Otro rasgo de optimismo derivaba de que el plan daba por sentado que el capital privado, tanto interno como externo, podía ser atraído a los fines de cooperar en la puesta en marcha de dicho plan. Por otra parte se podía observar claramente el interés de Perón, ya que, entre otras cosas, este cambio económico lo alejaba del nacionalismo que había marcado su política hasta entonces. Este cambio surge meses después dando a luz algunos de sus posibles alcances, lo cual sucede cuando Perón en 1953 solicita al Congreso la promulgación de la Ley de Inversiones Extranjeras en el ámbito de producción petrolera. El cumplimiento de las metas previstas por el Plan exigía un gran esfuerzo de financiación por parte del Estado y los recursos provendrían fundamentalmente de títulos de la deuda pública y de organismos públicos, como el IAPI. También se preveía la participación del capital privado interno y externo, y a éste último estaba destinada la Ley de Inversiones Extranjeras de 1953. Este Plan quedó frustrado por la crisis económica y el derrocamiento de Perón. Ley de Inversiones Extranjeras Las normas que regulaban el régimen de repatriación de capitales a partir de 1947, desalentó la radicación de capitales extranjeros. Las inversiones británicas eran las más importantes, pero el proceso de nacionalizaciones las redujo drásticamente, trasladando el predominio relativo al capital norteamericano. La Ley de Inversiones Extranjeras se sancionó en 1953. Disponía beneficios especiales para inversiones en industria y minería, aunque quedaban excluidas escasas actividades. El Poder Ejecutivo podía eximir total o parcialmente el pago de derechos aduaneros a maquinarias, equipos y otros bienes vinculados a la puesta en marcha de la industria. Hasta 1955, momento en que cesó su vigencia, 14 empresas extranjeras se radicaron en la industria. Los contratos petroleros Finalizada la Guerra Mundial, el país tenía dificultad para aprovisionarse de equipos de perforación, instrumentos de refinación y repuestos. Hacia 1954, la participación de YPF en el mercado argentino era del 60%, seguida por Shell con un 15-20% y por la Standard Oil con un 13%. La producción de combustibles no se expandió conforme a las necesidades del país. El déficit de combustible estaba calculado en un 50%. Las dificultades se tradujeron en un incremento de las importaciones. Gran parte de las importaciones de YPF se satisfacían por medio de la Royal Dutch Shell, la Anglo Iranian Company y la Standard Oil. Mientras tanto, algunas misiones norteamericanas arribaron al país con el propósito de establecer convenios para la explotación de los yacimientos petrolíferos nacionales, por ejemplo: Atlas Corporation de Texas, Petroargentina SA, Standard Oil de Nueva Jersey. Finalmente se efectivizó un precontrato con la California Argentina de Petróleo SA, subsidiaria de la Standard Oil de California.

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Estas negociaciones levantaron críticas que contribuyeron al debilitamiento del gobierno. Los críticos señalaban que no generarían ahorro de divisas, no aumentarían inmediatamente la producción y eran lesivas a la soberanía nacional.

Tercer gobierno de Perón (1973-1974) En noviembre de 1970 radicales, peronistas y otros partidos más pequeños firmaron un documento, "La Hora del Pueblo", que reclamaba la vuelta a la normalidad constitucional a través de elecciones sin proscripciones, y establecía garantías para las futuras mayorías y minorías políticas. El 17 de noviembre de 1972, Perón retornó al país luego de diecisiete años de exilio. A los 78 años, Juan Domingo Perón inició su tercera presidencia constitucional. Sus objetivos de reorganizar el partido, pacificar el país y emprender la reactivación económica no pudieron ser concretados. En julio de 1974, Perón fallecía y la presidencia fue asumida por su esposa María Estela Martínez. Durante su gobierno sobrevino un serio deterioro económico e institucional. Rodeada por un circulo de consejeros, en el que habría de sobresalir el ministro de Bienestar Social José López de Rega, a quien se sindica como inspirador de la organización ultra derechista la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), la nueva presidente resultó incapaz para resolver los problemas que asolaban al país, pues a la crisis económica se sumaron planteos sociales y violentos atentados terroristas. El 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas depusieron a la presidente. Una Junta Militar tomó el poder: se inició así el denominado Proceso de Reorganización Nacional.

Política económica peronista La cartera de economía quedó a cargo de José Bel Gelbard, bajo cuyo mando se intentaba restablecer la alianza social que diera origen al peronismo, es decir, la conjunción entre la pequeña y mediana empresa de capital nacional y “mercadointernista” y el movimiento obrero, nucleado en la CGT. El Estado debía volver a jugar un rol decisivo a través del financiamiento de la producción nacional y de estímulos que fortalecieran a los sectores locales sobre el capital extranjero. La política económica de Gelbard no consistía sólo en la aplicación de instrumentos y medidas económicas, sino que estaba cimentada en el Pacto Social. El nuevo gobierno debió afrontar un marco estructural claramente distinto al que existía 18 años antes. Para retomar los lineamientos económicos de esa época necesitaba formular un acuerdo político que permitiera establecer las condiciones necesarias para el crecimiento económico, la redistribución del ingreso a favor de los asalariados, el fortalecimiento del mercado interno, las restricciones a la operatoria del capital extranjero y la industrialización. Pacto social El pacto social fue firmado el 8 de junio de 1973. Se realizó entre las bases obreras representadas en el sindicalismo (nucleadas en la CGT) y el empresariado argentino (nucleado en la CGE Confederación General Económica) su contenido tenían como objetivo concertar la política económica nacional entre los tres sectores clave de la Economía: el Gobierno, la Industria y los Sindicatos. Para consolidar el crecimiento económico nacional se necesitaba tanto del crecimiento del mercado interno (tesis apoyada por empresarios y trabajadores) como de las exportaciones tradicionales de la República (las que en la coyuntura eran favorecidas). Los puntos principales del Pacto fueron:  

Congelamiento de los precios (para detener el principio de hiperinflación que amenazaba al país). Alza general de sueldos ($200 mensuales), para que los conflictos laborales cesen. 8



Suspensión de la Negociación colectiva sobre el salario durante 2 años. La política económica de José Bel Gelbard

La idea optimista que Perón siempre había tenido del país y de sus riquezas potenciales se incrementó durante su larga residencia en Europa. Su proyecto "Argentina Potencia" respondía al concepto de que en un mundo necesitado de alimentos, pronto vendría la oportunidad argentina. Gelbard fue el ministro encargado de implementar el Plan económico. Tomó medidas dentro de la tradición del justicialismo: nacionalizar los depósitos bancarios a fin de que todo el crédito fuera orientado desde el Banco Central; dictar una ley de inversiones extranjeras más limitativa que la entonces vigente; dar incentivos a las exportaciones industriales (que constituían el 20% del total de exportaciones) y nacionalizar el comercio exterior a fin de facilitar los intercambios intersectoriales. La coyuntura internacional era especialmente favorable. Los envíos de productos argentinos al Mercado Común Europeo recibían precios excepcionales que generaron un superávit del comercio exterior de 1.030 millones de dólares. Este verdadero récord histórico le permitió a Gelbard resolver los reclamos sin alterar el compromiso de inflación cero; 1973 cerró bien, con menos desempleo y menos inflación, además de nuevos mercados para los productos nacionales en países socialistas. Precisamente cuando la situación empezó a mejorar, el panorama externo se complicó: el barril de petróleo crudo, que permanecía estable y barato, fue aumentado por la OPEP, organismo formado por los grandes países productores de dicho combustible. En los países consumidores se generó una inflación que se trasladó de manera inexorable a las economías dependientes, como era el caso de la Argentina: los industriales se encontraron con que los insumos importados valían más y que ellos no podían aumentar los precios por culpa del Pacto Social. Al principio el gobierno contaba con recursos como para absorber las quejas y mantener fijo el precio del dólar. Pero en 1974 el Mercado Común Europeo suspendió sus compras y el superávit comercial desapareció. Por consiguiente el Pacto empezó a desmoronarse, atacado desde dos flancos: de un lado actuaban los sindicalistas peronistas, obligados a moderar sus reclamos, mientras los gremialistas marxistas conseguían aumentos de salarios en negociaciones sindicales por rama de industria. Entre tanto los productos desaparecían de los comercios, se acumulaban fuera del alcance de los consumidores y pasaban al mercado negro. Por otra parte, si bien las empresas se habían comprometido a no mover los precios por dos años, los habían aumentado previamente en forma desmedida. Gelbard se propuso doblegar a los grandes productores agropecuarios mediante una nueva ley Agraria que aumentaba los impuestos a la tierra libre de mejoras y promovía las inversiones rurales. El proyecto que autorizaba la expropiación de los predios improductivos provocó la alarma de los estancieros. ¿Vendría la socialización de los medios de producción a la Argentina? La Sociedad Rural que firmó el Pacto Social en 1973, y Confederaciones Rurales que no lo firmó, se movilizaron contra la ley Agraria. Tenían apoyo de la central obrera, la cual también anhelaba, aunque por razones distintas, terminar con Gelbard. Éste dimitió a fines de 1974, cuando Perón había muerto y el gobierno de Isabel soportaba presiones de toda índole. A partir de allí se sucederían otros cinco ministros de Economía en sólo nueve meses, además de devaluaciones, desabastecimiento, aumentos salariales, alta inflación, huelgas de obreros y lockout patronales. En síntesis, el plan económico pasó por dos etapas en las que sus alcances y resultados quedaron claramente diferenciados. La primera de ellas tuvo como punto de partida la firma del Pacto Social y se extendió hasta julio de 1974, casi de manera simultánea con la muerte de Perón. La segunda, que sufrió permanentes marchas y contramarchas, concluyó en 1976, con la llegada de una nueva dictadura militar. Durante la primera fase predominó la estabilidad de precios, al tiempo que mejoraron notoriamente las cuentas externas y se produjo un significativo crecimiento económico. Por el contrario, en la segunda, hicieron eclosión todas las contradicciones del Pacto Social, y se caracterizó por la inestabilidad y una acelerada inflación.

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