P.E.C Material de Lectura

Proyecto Escolar Comunitario El Fondo de Población de las Naciones Unidas (PNUD) considera que “el objetivo básico del d

Views 68 Downloads 4 File size 317KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Proyecto Escolar Comunitario El Fondo de Población de las Naciones Unidas (PNUD) considera que “el objetivo básico del desarrollo humano es ampliar las oportunidades de los individuos para hacer que el desarrollo sea mas democrático y participativo. Una de ellas es el acceso e ingreso a la educación, a la salud y a un entorno físico limpio y seguro. A cada individuo debe dársele también la oportunidad de participar a fondo en las decisiones comunitarias y de disfrutar de la libertad humana, económica y política.” No cabe duda sobre el papel que todos los países le asignan a la escuela, al afirmar que es la organización dinamizadora de la formación integral de todos los involucrados en el proceso educativo. Al respecto Blas Gimeno (1981) señala que “en última instancia, el desarrollo que interesa es el de las personas. Si perdemos esto de vista, corremos el riesgo de llegar a ser países ricos y aun poderosos pero poco desarrollados”. Frente a esta realidad, el Estado asigna un papel preponderante a las Instituciones educativas, en conjunto con la familia y la comunidad, como una organización que puede llevar adelante las tareas que contribuyan a la construcción de las condiciones favorables para el desarrollo de la sociedad y del ciudadano y ciudadana que queremos. Para cumplir con este cometido hay que transformar la escuela y la Biblioteca como un todo, su organización y su cultura. Esta transformación requiere un proyecto vinculado con los procesos propios del hecho educativo, es decir, lo institucional y lo social, lo académico y lo cultural, lo organizativo y lo comunicacional y la prioridad de lo vivencial por lo normativo. De esta manera cada Institución, de acuerdo con su historia de vida académica, cultural y comunitaria y en función de la Política Educativa debe diseñar un conjunto de actividades planificadas de manera colectiva y dirigida a resolver los principales problemas pedagógicos, organizativos y sociales de la institución en relación con su entorno. Visto así, el Proyecto Escolar Comunitario (PEC) proporciona espacios que ayudan a explicar las intenciones e intereses de todas las personas comprometidas en la institución escolar y en el contexto donde se ubica dicha institución, negociando propuestas en función de los principios organizativos y de los objetivos en que coinciden para imprimirle identidad a las Instituciones Educativas para que funcionen en forma coherente e integrada. Por otra parte, en el proyecto se concretan y se plantean todas las acciones en las que participa la institución y sus desarrollos se materializan en la vida escolar. De acuerdo con la realidad de la institución, sus necesidades, recursos, fortalezas, debilidades y características específicas, en el PEC se formulan acciones pedagógicas, culturales, recreativas, deportivas, artísticas, tecnológicas, científicas, de salud y sociales desde una perspectiva integral, diversificada y en el marco de una acción cooperativa. En este orden de ideas el Proyecto Escolar Comunitario (PEC) como producto de la construcción colectiva, implica la observación e investigación, planificación y coordinación, para la ejecución y evaluación de todas aquellas acciones previstas para lograr los objetivos propuestos a nivel: académico, administrativo y comunitario, con el propósito de alcanzar una educación integral, diversificada, de calidad para todos y todas. A fin de atender a la Política Educativa y para la construcción de La Nueva Escuela (la escuela que queremos), el PEC gestiona acciones que permiten atender las necesidades detectadas, fortalecer las experiencias alcanzadas e incorporar nuevas propuestas que propicien las transformaciones requeridas para convertirse en UNA ESCUELA: • Como espacio para la vivencia de los derechos humanos y la construcción de la paz. • Como espacio de la comunidad y participación ciudadana. • Como espacio para la producción, mantenimiento y protección ambiental. • Como espacio para la creatividad. • Como espacio de salud integral y calidad de vida. • Como espacio para las innovaciones pedagógicas. • Como espacio para la formación de una conciencia crítica para el análisis de los contenidos divulgados por los medios de comunicación social y comunicación alternativa

• Como espacio para las tecnologías de la información y comunicación (TIC). • Como espacio para la diversidad y la interculturalidad.  

Como espacio de posibilidades donde se integren y coadyuven en la biblioteca el desarrollo y la innovación curricular. Como espacio donde se posibilite alcanzar metas de transformación social mediante la acción profesional. Aspectos a considerar en el PEC

Identidad institucional La identidad remite a la concepción actual de la biblioteca y de la escuela y sus cualidades; tomando en cuenta: - Personal. - La historia de la Biblioteca , la escuela y su evolución. • La comunidad de su entorno (Construcción del diagnóstico participativo comunitario). • El colectivo que conforma la institución. • La organización escolar: matrícula, personal, servicios, organigramas, flujograma. • Funcionamiento. • Planta Física. Visión La visión describe la situación futura deseada, las aspiraciones del colectivo de la institución y del entorno, el horizonte de la acción educativa en unidad y diversidad en concordancia con la construcción Política Educativa. Misión Describe la razón de ser de la misma, por la que fue concebida por el Estado, expresando el compromiso en su función dentro de su especificidad. Valores Marco axiológico intercultural que rige la vida de la escuela. Metodología Análisis Situacional de la institución como una totalidad flexible y contextualizada en la comunidad para revertir la situación actual, en la situación deseada. En este aspecto se llevará a cabo el proceso de análisis de resultados obtenidos en la recolección de información, expresado en los diagnósticos realizados en cada uno de los aspectos atendidos en la identidad institucional, los cuales van a ser considerados por la matriz FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas): Matriz FODA FORTLEZAS Lo propio que nos permite:  Aprovechar las oportunidades.  Enfrentar, neutralizar o atenuar las amenazas.  Eliminar,neutralizar las debilidades.

DEBILIDADES Lo propio que nos impide:  Enfrentar, neutralizar o atenuar las amenazas .  Hacer que (ocasionar) no se presenten, alejen o desaparezcan las oportunidades.  Nos imposibilitan o dificultan para aprovechar la soportunidades.

OPORTUNIDADES

ESTRATEGIAS FORTALEZAS OPORTUNIDADES  ¿Cómo utilizar nuestras fortalezas para aprovechar las oportunidades?  ¿Cómo incrementar nuestras fortalezas para aprovechar mejor las oportunidades?  ¿Qué hacer con nuestras fortalezas para que se presenten nuevas oportundades?

 Algo en el entorno no propio, pero es convertible en propio.  Se nos presentan como esando a nuestro alcance para ser aprovechadas dentro de un periodo de teimpo más o menos largo.  Para aprovecharlas tenemos que hacer algo, no estar pasivos, utilizando nuestro actual balance de fortalezas y debilidades..  Si la oportunidad “nos espera” podemos incrementar nuestras fortalezas o disminuir nuestras debilidades para luego aprovecharlas , de otro modo no es una oportunidad. AMENAZAS

ESTRATEGIAS DEBILIDADES OPORTUNIDADES  ¿Qué hacer para, aprovechando las oportundades, eliminar o disminuir nuestras debilidades?  Qué hacer para eliminar o disminuir nuestras debilidades y así hacernos más capaces para aprovechar las oportunidades?

ESTRATEGIAS FORTALEZAS OPORTUNIDADES

ESTRATEGIAS OPORTUNIDADES AMENAZAS  ¿Qué hacemos para transformar amenazas en oportunidades?  ¿Qué hacer para enfrentar, neutrlizar o atenuar las amenazas aprovechando las oporunidades?

ESTRATEGIAS DEBILIDADES AMENAZAS

Algo en el entorno que:  Puede obtaculizar o interferir con la consecusion de de nuestro objetivo.  Puede debilitarnos por su acción logro buscado.

 ¿Cómo utilizar nuestras fortalezas para enfrentar, neutralizar o atenuar las amenazas?

 ¿Qué hacer para disminuir nuestras debilidades y hacernos más capaces para enfrentar, neutralizar o atenuar las amenazas?

impidiendo el

ESTRATEGIAS FORTALEZAS DEBILIDAES  ¿Qué hacer para disminuir o eliminar nuestras debilidaes, aprovechando nuestras fortalezas ?  ¿Qué ahcer para desarrollar las fortalezas que nos permitan disminuir o eliminar nuestras debilidades?

COMBINACIONES QUE NOS RESULTAN DE LAS ENRECRUCES EN LA MATRIZ

Establecimiento de objetivos y metas Los objetivos expresan lo que se quiere lograr en la institución, tomando en cuenta los resultados obtenidos en el análisis situacional, a fin de garantizar su factibilidad y viabilidad. En las metas se establecen las acciones a desarrollar especificando el tiempo y el espacio, así como su logro cuantificable. Construcción de acciones A partir de los resultados y metas propuestas, y en función de las prioridades, se formulan las acciones comunitarias, las de carácter académico y administrativas, de manera que permitan alcanzar la Biblioteca que queremos. Los compromisos para la acción Este aspecto constituye la interacción de todos actores y autores, el compromiso que asume cada quien producto de su participación en la construcción del proyecto educativo. El mismo, surge a partir de la motivación y de los recursos que tienen los autores y actores, como un equipo de trabajo para aportar alternativas de solución a la consecución de un objetivo que apunte a una meta. Evaluación Diseño de un plan de evaluación que garantice el control y seguimiento de las acciones, de manera que se pueda el medir el logro de los objetivos. Consideraciones generales Es importante señalar que la propuesta de planificación, ejecución y evaluación de las acciones llevadas a cabo por la institución constituyen el PEC institucional y debe ser aprobado por la comunidad. La función de la Biblioteca Escolar en la Enseñanza y el Aprendizaje para Todos La biblioteca escolar proporciona información e ideas que son fundamentales para desenvolverse con éxito en nuestra sociedad contemporánea, basada en la información y el conocimiento.

Proporciona a los alumnos competencias para el aprendizaje a lo largo de toda su vida y contribuye a desarrollar su imaginación, permitiéndoles que se conduzcan en la vida como ciudadanos responsables. Consideramos a la Biblioteca escolar como un pre-requisito para la calidad de la enseñanza debemos considerar un análisis critico del rol actual que cumplen las mismas considerándola como un espacio d posibilidades y de coadyuva a la innovación curricular. Por lo tanto la B.E. pasa a ser un espacio organizado puesto a disposición de la comunidad educativa respondiendo a las nuevas necesidades curriculares, proyecto pedagógico institucional y demanda social. El modelo de la Biblioteca Escolar que requiere cada institución no puede formularse al margen de la pregunta sobre el modelo pedagógico con el que se piensa dicha institución y de las condiciones sociales y políticas de las que se parten. En este marco el rol de las alianzas institucionales(escuela – biblioteca) se vuelve fundamental para repensar líneas de acción pedagógica. La Misión de la Biblioteca Escolar La biblioteca escolar ofrece servicios de aprendizaje, libros y otros recursos que permiten a todos los miembros de la comunidad escolar forjarse un pensamiento crítico y utilizar eficazmente la información en cualquier formato y medio de comunicación. Las bibliotecas escolares están conectadas con la vasta red de bibliotecas e información, de acuerdo con los principios del Manifiesto de la UNESCO sobre las Bibliotecas. El personal de la biblioteca ayuda a utilizar los libros y otras fuentes de información, desde los relatos literarios hasta los documentos plasmados en todo tipo de soportes (impresos, electrónicos u otros) y accesibles directamente o a distancia. Estos materiales complementan y enriquecen los libros de texto, así como los materiales y métodos pedagógicos. Se ha demostrado que, cuando los bibliotecarios y los docentes cooperan, los alumnos logran alcanzar niveles más altos en conocimientos básicos, lectura, aprendizaje, solución de problemas y competencias en materia de tecnologías de la información y la comunicación. A los servicios de la biblioteca escolar deben tener acceso por igual todos los miembros de la comunidad escolar, sin distinción de edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, lengua, condición social y situación profesional. Hay que ofrecer servicios y materiales específicos a los que no están en condiciones de utilizar los servicios y materiales de biblioteca corrientes. El acceso a los servicios y las colecciones debe basarse en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y no deberá estar sometido a ningún tipo de censura ideológica, política o religiosa, ni tampoco a presiones comerciales. La biblioteca escolar es un elemento esencial de cualquier estrategia a largo plazo para alfabetizar, educar, informar y contribuir al desarrollo económico, social y cultural. Habida cuenta de que la biblioteca escolar es de la incumbencia de la autoridades tienen apoyo mediante legislaciones y políticas específicas. Las bibliotecas escolares deben contar con un fondo bibliotecario para adquisición de, materiales, tecnologías e instalaciones. Además, han de ser gratuitas. La biblioteca escolar debe ser una interlocutora esencial en las redes locales entre la escuela, la comunidad y el estado. Objetivos de la biblioteca escolar “La biblioteca escolar es parte integrante del proceso educativo”. Los objetivos enumerados a continuación son fundamentales para desarrollar los conocimientos básicos, los rudimentos en materia de información, la enseñanza, el aprendizaje y la cultura, y representan los servicios esenciales de toda biblioteca escolar:  Respaldar y realizar los objetivos del proyecto educativo escolar y del plan de estudios.  Fomentar en los niños el hábito y el placer de la lectura, el aprendizaje y la utilización de las bibliotecas a lo largo de toda su vida.  Ofrecer oportunidades para realizar experiencias de creación y utilización de información a fin de adquirir conocimientos, comprender, desarrollar la imaginación y entretenerse;  Prestar apoyo a todos los alumnos para la adquisición y aplicación de capacidades que permitan evaluar y utilizar la información, independientemente de su soporte, formato o medio de difusión, teniendo en cuenta la sensibilidad a las formas de comunicación que existan en la comunidad;  Facilitar el acceso a los recursos y posibilidades locales, regionales, nacionales y mundiales para que los alumnos tengan contacto con ideas, experiencias y opiniones varias;  Organizar actividades que estimulen la concienciación y la sensibilización en el plano cultural y social;

 



Trabajar con el alumno, el docente y las familias para realizar el proyecto educativo institucional. Proclamar la idea de que la libertad intelectual y el acceso a la información son fundamentales para ejercer la ciudadanía y participar en una democracia con eficiencia y responsabilidad; Fomentar la lectura y promover los recursos y servicios de la biblioteca escolar dentro y fuera del conjunto de la comunidad escolar.

Para cumplir estas funciones, la biblioteca escolar debe formular políticas y crear servicios , seleccionar y adquirir materiales, facilitar el acceso material e intelectual a las fuentes de información adecuadas. Funcionamiento y gestión Para garantizar un funcionamiento efectivo y responsable de la biblioteca escolar:    

Se debe elaborar una política de sus servicios a fin de definir objetivos, prioridades y prestaciones, en función del plan de estudios de la escuela; Es necesario que su organización y mantenimiento se efectúen con arreglo a las normas profesionales; Es necesario que sus servicios sean accesibles a todos los miembros de la comunidad escolar y que sean funcionales en el contexto de la comunidad local; Se debe estimular la cooperación interinstitucional, de los padres y la comunidad en general.

La Biblioteca Escolar debe aportar sustancialmente para el cumplimiento de estas tareas: 

Procesos de enseñanza-aprendizaje: apoyo a lo largo de todo su recorrido (desde la preparación de la clase por parte del profesor hasta el estudio y la realización de trabajos por parte de los alumnos fuera del horario de clases).



Extensión cultural conectando la escuela con la sociedad y atendiendo a algunas de las grandes finalidades educativas: la paz, la tolerancia, la salud... (transversales).



Corrección de las desigualdades mediante el ofrecimiento deservicios universales y programas compensadores específicos desde la biblioteca. El cumplimiento eficaz de estos tres bloques de tareas exige que las BE estén dotadas de los elementos nucleares básicos: ESPACIOS, TIEMPOS Y PROYECTOS.

Siendo los espacios (infraestructura material y personal) y los tiempos (dedicaciones horarias) necesidades objetivas comunes a todas las bibliotecas (existen normas y recomendaciones internacionales), los proyectos son los que distinguen los diversos modelos o maneras o estilos de trabajo, que traslucen concepciones diferentes del para qué, el qué y el cómo de las Biblioteca Escolar.  Hay estilos más técnicos, más dependientes de los requisitos propios de una biblioteca y más dependientes también de la biblioteca pública: es un modelo BIBLIOCENTRICO, que casa muy bien con la idea tecnocrática del currículo. 

Hay estilos más centrados en el niño y en sus presuntas necesidades (tal y como las ve la psicología) de desarrollo cognitivo y afectivo: es el modelo practico, paidocéntrico y psicologista, que utiliza básicamente la literatura infantil y juvenil para conseguir su objetivo esencial: la literariedad y la educación en valores. Necesitan una biblioteca, pero no sacralizan sus normas y la hacen girar en torno a sus objetivos.



Hay estilos más atentos a la realidad social y a la necesidad de inducir y trabajar por cambiar aquellas realidades más negativas con un horizonte de transformación y de mejora social: es un modelo socio céntrico, que llamamos CRÍTICO EDUCATIVO.

El modelo crítico-educativo es en realidad un modelo “profesional”, pues por un lado trata de mejorar la sociedad impugnando sus aspectos más negativos (pobreza, injusticia, discriminaciones, desigualdad, violencia...) con la vista puesta en una sociedad futura (todo proyecto educativo es un proyecto de sociedad futura) y por otro lado considera a la escuela como un "espacio de la posibilidad", es decir, como un espacio donde es posible alcanzar algunas de nuestras metas de transformación social mediante la acción profesional. Es un modelo que trata de hacer realidad lo que en los preámbulos y declaraciones de principios se queda tan sólo en palabras.

Este modelo profesional asume una serie de funciones y de tareas y desarrolla sus servicios de manera diferente a los otros modelos: 

En cuanto al apoyo al currículo, a los procesos de enseñanza-aprendizaje, la nota distintiva es el SERVICIO DE APOYO AL ESTUDIO, universal-igualdad de oportunidades-, en el horario establecido de atención de la biblioteca.



En cuanto a la extensión cultural, su nota distintiva es conectar la institución con la sociedad y poner el acento en el carácter de estructura de acogida de sus actividades ofreciendo un marco de integración sociocultural (a través por ejemplo del Club de Amigos de la Biblioteca y sus diversas secciones) a aquella cohorte de alumnos cuya cultura de procedencia es poco compatible con la cultura escolar.



En cuanto a la corrección de las desigualdades, su nota distintiva es el marcado énfasis que se hace en esta cuestión, poniendo a su servicio las estructuras y programas de la biblioteca y llevando a cabo acciones de discriminación positiva con determinados colectivos. La idea fundamental es que la herencia sociocultural no influya en el futuro, no niegue un futuro mejor a ninguno de nuestros alumnos-usuarios-lectores. Nuestras bibliotecas pueden y deben poner a disposición de todos los medios necesarios para acceder a los instrumentos que posibilitan el éxito escolar, singularmente, como se ha dicho, un servicio de apoyo al estudio, cuya misión básica es prestar ayuda individualizada a quien la solicita; se trata, para decirlo claro, de resolver las dudas que por cualquier razón tengan los alumnos, de estimularles y ayudarles a hacer sus tareas, de orientarles en sus trabajos, de ayudarles a profundizar, a buscar los materiales e información que necesiten, invitarles a usarlos, facilitarles el uso de Internet, del ordenador y la impresora para confeccionarlos..., y todo ello por las tardes, fuera de su horario lectivo. Aquella atención y aquel apoyo que los profesores no pueden prestar individualmente en sus clases por razones obvias (y que los chicos afortunados encuentran en su entorno familiar), los ha de prestar la biblioteca a todos aquellos que libremente decidan beneficiarse de ellos.

¿Qué debemos analizar para proponer innovaciones y cambios que se fomenten desde la Biblioteca Escolar, agrupados por sus funciones esenciales? Instruir:     

Facilitar al docente preparar sus clases con materiales muy diversos, liberándose de la exclusividad del libro de texto. Ofrecer un espacio y recursos para desarrollar clases de forma diferente a la clase tradicional que se desarrolla en el aula. Facilitar al usuario-lector un espacio y medios para su trabajo personal y en grupo que superan con creces los habitualmente disponibles en el medio familiar. Ofrecer un servicio de información, orientación y apoyo al estudio personalizado, a demanda del alumno, que incrementa notablemente la calidad de la educación y contribuye de manera decisiva a la igualdad de oportunidades. Facilitar y animar el uso de las nuevas tecnologías como instrumentos de trabajo y de nuevas formas de aprendizaje.

Extender la cultura:    

Fomentar la literariedad a través de actividades informales o lúdicas que impliquen lecto - escritura. Ofrecer espacio de características óptimas para el desarrollo de la interdisciplinariedad y la multiprofesionalidad en actividades que se ofrezcan al alumno de manera habitual. Fomentar la extensión cultural de manera muy ágil y abierta que responda al programa o a las necesidades pedagógicas y comunitarias. Desarrollar la interacción entre iguales la cooperación y la integración social mediante el fomento de un ocio creativo y un consumo cultural de calidad y controlado.

Corregir las desigualdades.   

Crear estructuras de acogida y de integración socio-cultural. Propiciar espacio adecuado para la interacción y colaboración interintitucional y multiprofesional (docentes, , bibliotecarios, instituciones y voluntarios…) Crear el espacio adecuado para el desarrollo de actividades lúdicas relacionadas con la lectoescritura y las nuevas tecnologías.



Facilitar el espacio en que se pueden corregir las esenciales desigualdades que producen en los alumnos sus medios familiares de procedencia, tanto desde el punto de vista del “medio” cultural como de los apoyos académicos de que pueden disponer.

Para leer y consensuar: NUEVE PUNTOS PARA DIALOGAR SOBRE LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES . 1.- Existe una extendida, implícita y errónea identificación esencial entre la biblioteca escolar y la biblioteca Pública. . Surgen muchos planteamientos que conviene cuestionar es la identificación implícita entre la biblioteca pública que se sitúa en la esfera del tiempo libre del usuario (aunque pueda utilizarse también para trabajar), tiene un público voluntario que realiza actividades elegidas a la carta, no selecciona ni evalúa al usuario y no expende títulos, y la biblioteca escolar que se sitúa en el tiempo de trabajo (aunque pueda usarse también en la esfera del ocio) ,y por eso su primera función reconocida es apoyar el desarrollo de los NAP y los currículos) tiene un público cautivo ya que la escolarización es obligatoria, no permite una formación a la carta, selecciona y evalúa a sus usuarios-alumnos y expende títulos. “A la biblioteca escolar se va a estudiar, a trabajar en grupo, a adquirir conocimientos, pero también es un espacio de sociabilidad que fomenta un ocio creativo (la lectura en primer lugar) al que los alumnos acuden voluntariamente y deciden las actividades en las que desean participar”. Es un espacio con personalidad propia, con ciertas especificidades. Por ello, bibliotecas públicas y bibliotecas escolares no pueden tener el mismo objetivo fundamental: el objetivo fundamental de cada una es diferente, aunque se compartan otros muchos objetivos, y convendrá revisar esta confusión, tan extendida que hasta es aceptada por importantes miembros de la administración educativa. 2 - En amplios círculos de maestros y bibliotecarios está muy arraigada la idea errónea de que la escuela debe fundamentalmente fomentar en los niños el hábito lector, el “amor a la lectura” (lectura recreativa-literaria), cuando la escuela debe ante todo fomentar el hábito de estudio. Es función primordial y básica de la biblioteca y de escuela procurar que los alumnos adquieran habilidad lectora, y de hecho las deficiencias en este campo fundamental están en la base del fracaso escolar, pues es obvio que la lectura es una de las esenciales fuentes de adquisición del conocimiento académico. Dicho lo cual, conviene afirmar que son las habilidades y el hábito de estudio lo que la biblioteca y la escuela debe fomentar; hábito de estudio que no puede tenerse sin leer pero que no puede identificarse solamente con el hábito de lectura recreativa. Esta afirmación general puede y debe matizarse para los diversos niveles de la escolarización y la edad de los alumnos; la educación primaria , cuando los contenidos académicos que el chico debe adquirir son sencillos pero relevantes , y la secundaria, donde los contenidos son muchos y complejos, constituyen realidades diferentes; si en el primer caso la lectura recreativa tiene un formidable papel formativo que puede incluso colmar gran parte de sus objetivos, en el segundo caso los objetivos sólo se cumplen (y sólo se superan los exámenes) mediante el estudio y el trabajo intelectual, es decir, mediante la lectura productiva. Es, por tanto, inexacto que en la escuela y la biblioteca no se lea o que la escuela no fomente el hábito lector. No hay hábito de estudio y de trabajo intelectual sin hábito lector. Combátase el fracaso escolar con efectivas políticas de compensación y de apoyo y posiblemente se elevará el porcentaje de lectores; esta es una esencial contribución que la biblioteca y la escuela puede deben hacer a la cuestión esencial de la extensión del hábito lector, y conjuntamente en el ámbito que le es propio y contribuyendo a una mayor igualdad de oportunidades y a la justicia social. 3.-El discurso sobre la biblioteca escolar debe ser unitario en cuanto a su naturaleza y finalidades básicas, pero es necesario distinguir claramente los objetivos concretos y los servicios prioritarios que se deben prestar, según el nivel educativo y la edad del alumnado/usuario/lector. Es necesario establecer una clara diferencia entre la biblioteca escolar primaria y la de los niveles siguientes de enseñanza, a la vez que es necesario garantizar una continuidad entre ambas ya que es el mismo alumno, la misma persona, la que pasa de un nivel a otro. Se trata, por tanto, de una diferencia de grado, de énfasis, en consonancia con la naturaleza y objetivos de cada etapa educativa. Se crea una estructura de tres patas: habilidad -competencia- lectora (y de escritura), hábito lector y habilidades y hábito de estudio, que bien pueden distribuirse de modo que las dos primeras

predominen en los dos primeros ciclos, y el hábito de estudio y los contenidos más académicos queden para el tercer ciclo; si la lectura recreativa puede predominar en los primeros ciclos (modelo práctico de biblioteca escolar, que implica una didáctica especial adecuada y pertinente para esos), en el último la transición hacia las exigencias de la Educación secundaria debe marcarse con claridad, de modo que cada vez sea mayor el énfasis en las habilidades y hábito de estudio. En la Biblioteca escolar secundaria se debe tener ya un marcado perfil institucional hacia lo que es propio de ese nivel: el estudio y todo lo que ello significa que es apoyar al alumno y la tarea docente. Todo esto acarrea importantes consecuencias en el ámbito de la gestión, de los servicios y de las necesidades de equipo de trabajo, claramente diferentes en ambos casos. 4.- La formación de usuarios o educación documental es fundamentalmente (pero no exclusivamente: la parte más genérica y la relacionada con la propia biblioteca es competencia de ella) una cuestión que atañe a las didácticas especiales, pues ninguna disciplina puede ser aprendida sin recurrir a sus respectivas metodologías, fuentes y bibliografía. Deberá, por tanto, figurar en la programación de cada asignatura. La biblioteca, y dentro de ella un equipo conformado por el bibliotecario y el docente tendrán la responsabilidad de la extensión de los conocimientos. La formación de usuarios o educación documental se ha desarrollado mucho en los últimos años en la biblioteca y se debe extender a la escuela, ampliando sus horizontes y sus contenidos, tratando de abrir un espacio en el currículo obligatorio, más allá (y al margen) de los contenidos transversales y de los procedimentales de las didácticas especiales. Esta tendencia a crecer ha llegado al punto de presentar a la formación de usuarios como una asignatura esencial que debe estar presente a lo largo de la educación primaria y secundaria, ofreciéndose al respecto programaciones completas (con sus objetivos, contenidos, materiales y evaluación de la que debe participar el docente. Esta opción viene acompañada de la idea de que el desarrollo de esta asignatura debe ser tarea del bibliotecario, y sólo de los profesores en ausencia de éste cosa que requiere algún razonamiento más que el débil argumento de que como los recursos están en la biblioteca la tarea corresponde al bibliotecario. Y este refuerzo se ha pretendido encontrar señalando que los profesores no están preparados para impartir estas habilidades, lo que es una generalización inadmisible: justamente la metodología, fuentes y bibliografía es un elemento esencial para la formación en cualquier disciplina y por eso todos los currículos conocidos asignan la mayoría de los contenidos de la educación documental a los profesores (especialistas) de cada área o asignatura. El bibliotecario no tiene una formación tan generalizada que le permita formar al alumnado en la localización, valoración, contraste y uso de la información de todas las áreas del currículo? Por lo tanto el acompañamiento del docente es fundamental. Por lo expuesto, habría que insistir en que la educación documental es esencialmente una competencia de las didácticas especiales, y que a la biblioteca conviene dejarle lo que justamente le corresponde, que es una formación de usuarios de carácter general y circunscrita a lo que su nombre indica. Así, tras señalar que la educación documental debe perseguir que los alumnos sean autónomos en su proceso de aprendizaje, algunos autores precisan que ello implica tres perspectivas: metacognitiva (“los alumnos se planifican, organizan, controlan y evalúan a sí mismos”); motivacional (“tienen sentimientos de autoeficacia y un interés intrínseco en la tarea”) y conductual (“seleccionan, estructuran y crean entornos favorables para optimizar el aprendizaje”). De cualquier modo, justo será subrayar que lo expuesto es una sugerencia que favorecerá la tarea del alumno, de los bibliotecarios que se verá reflejada en el aula. 5.- La biblioteca escolar es una cuestión de la escuela. Por lo tanto, sus funciones básicas son colaborar de una forma específica, que es diferente a la del aula, a instruir, extender la cultura y corregir las desigualdades de origen y adquiridas que presenta el alumnado. En este sentido, el apoyo al estudio prestado en la biblioteca fuera del horario lectivo del alumnado es un rasgo definitorio de la biblioteca escolar en todos los niveles de enseñanza. En cuanto a las funciones de la biblioteca escolar y su papel en el proyecto educativo, conviene recordar, además de lo dicho en el punto 3, que la biblioteca escolar es un espacio de aprendizaje, y por ende su papel se enmarca en la contribución a lograr los tres grandes objetivos que las sociedades democráticas asignan a esa institución: Instruir, extender la cultura y corregir las desigualdades de origen y adquiridas. Estas son las funciones esenciales de la biblioteca escolar y de la escuela, el para qué común a partir del cual se debe formular el qué, el cómo y el cuándo, que han de ser diferentes en los distintos ámbitos escolares; no es lo mismo el aula que la biblioteca, aunque algunos crean que ésta es una mera prolongación de aquella, de modo que sus programaciones, sus didácticas y sus tiempos responden a su peculiar naturaleza y deben ser diferentes. Y como es natural, las programaciones, las prioridades, los recursos y los medios humanos que se destinen deben estar en consonancia con el proyecto educativo de cada institución.

Todas las decisiones son legítimas y responden a casuísticas y circunstancias diferentes; lo que importa es la coherencia interna entre declaraciones y programaciones y la conciencia clara en relación a lo que suponen las decisiones que se toman. “En este punto es importante insistir en la cuestión del apoyo a los procesos de enseñanza/aprendizaje, es decir, el apoyo al desarrollo del currículo del que habla el Manifiesto de la UNESCO. Estos procesos se inician cuando los profesores preparan e imparten sus clases, continúan cuando los alumnos realizan sus trabajos y estudian, y terminan con las evaluaciones; y en todos estos pasos debe estar la biblioteca prestando su ayuda a unos y otros”. Ello significa que la biblioteca deberá atender al docente en sus demandas de materiales y de espacios y recursos para preparar y desarrollar algunas de sus clases, y que deberá apoyar al alumno en el momento de realizar sus deberes y estudiar. Este servicio de apoyo al estudio, que necesariamente habrá de prestarse durante todo el trayecto de aprendizajes. Pero además, puesto que apoyo al estudio ya disponen algunos en sus casas y medios familiares , al prestarse con carácter universal y poner a disposición de todos lo que sólo algunos tienen, cumple una función esencial y muy relevante en la igualdad de oportunidades. En realidad, este servicio personalizado y especializado de apoyo al estudio y de orientación general en el desarrollo de las tareas escolares, al que se acude libre y voluntariamente, es uno de los elementos esenciales que caracterizan a una biblioteca, y podría convertirse en un servicio básico, junto con otras medidas necesarias, para afrontar el fracaso escolar. Es necesario enfatizar la idea de que la escuela debe tratar de prevenir los procesos de exclusión social que un importante segmento del alumnado podría sufrir en el futuro; en este sentido, la biblioteca se revela como un lugar idóneo para desarrollar actividades de integración, prevención y apoyo con la participación de instituciones y profesionales que habitualmente colaboran con la escuela. 6.- Las funciones esenciales del bibliotecario escolar son de carácter pedagógico. En lo que se refiere a la naturaleza y funciones del bibliotecario escolar se parte del acuerdo común de que tiene y debe seguir teniendo doble formación (pedagógica y bibliotecológica). Y todo ello en consonancia con la idea de que las funciones esenciales del bibliotecario escolar son de carácter pedagógico porque está al servicio de los objetivos de la escuela. A pesar de que a muchos pueda resultarles obvio, lo cierto es que las propuestas sobre las funciones del bibliotecario escolar se interpretan de manera muy diferente según el modelo de biblioteca que se tenga en la cabeza. De allí que haya quien defina en la función técnica de documentalista y especialista en información y nuevas tecnologías (bibliotecario “multimedia”) o quien crea que su función clave es la formación técnica de los usuarios y otros que agreguen la función pedagógica que combina perfectamente con cualquiera de los dos perfiles. La pregunta es : “¿Es la información o es el alumno el núcleo de la función de la bibliotecaria escolar?”. 7.- Los proyectos institucionales para el desarrollo de las bibliotecas escolares son deficientes, confusos en sus objetivos, por lo que resultan siempre periféricos y nada eficaces. Se puede observar que los proyectos de desarrollo de bibliotecas escolares son confusos y no presentan continuidad ni evaluaciones que permitan ajustar los objetivos. Los mismos ignoran los elementos estructurales básicos y definitorios (espacios, tiempos y proyectos), por lo que los esfuerzos se pierden o prácticamente no se rentabilizan. Y es que no se puede pretender crear este servicio esencial sin ideas claras plasmadas en una normativa y política institucional. Alguna bibliotecas priorizan la organización (selección, catalogación, informatización...), dinamización (animación a la lectura y formación de usuarios), literatura infantil y juvenil y nuevas tecnologías que, como se razonó en la primera proposición, son claramente insuficientes para definir la biblioteca escolar que pretendemos. 8.- En un país como el nuestro, donde en todos los sitios las acusadas desigualdades sociales son estructurales y estructurantes, la biblioteca escolar, por exigencias profesionales, cívicas y éticas, puede y debe esforzarse por jugar un papel compensatorio esencial. A pesar de todos los esfuerzos realizados en los últimos años, permanecen enquistadas las viejas y las nuevas desigualdades en nuestro sistema educativo, “una herida que no cierra” y que provoca, a su vez, una prolongación de las desigualdades en el futuro. Esta preocupante situación exige de la escuela democrática esfuerzos suplementarios para poder cumplir con sus objetivos esenciales, en lo que las bibliotecas escolares aparecen como uno de los instrumentos de mayor relevancia. Como se ha señalado en la 5ª proposición, la corrección de las desigualdades es una de las misiones fundamentales de un determinado modelo de biblioteca escolar y de escuela, justamente por la vía de reforzar y convertir en universales determinados servicios y funciones, como son las estructuras de integración sociocultural, las estructuras académicas de orientación y apoyo al

estudio, el acceso a las nuevas tecnologías y a todo tipo de recursos educativos, en un amplio horario dentro y fuera del lectivo de los alumnos. Se trata, por tanto, de universalizar y reforzar aquellas prestaciones cuya disponibilidad fuera de la escuela distingue unos de otros y privilegia a unos frente a otros. Esta opción democrática no es, como algunos podrían pensar, fundamentalmente ideológica, sino esencialmente cívica que, en el marco escolar, se materializa en una opción profesional que ha de ser profesionalmente articulada y desarrollada. La tarea de construir una biblioteca escolar volcada en la corrección de las desigualdades en la escuela de una sociedad democrática como la nuestra no es, por tanto, una cuestión de militancia o, como a menudo se oye, de voluntarismo, sino una cuestión de profesionalidad. 9.- La biblioteca escolar no puede pensarse exclusivamente como un equipamiento necesario para mejorar la calidad de la escuela actualmente existente, sino que debe ser entendida como un instrumento de cambio e innovación en la escuela, como un elemento desestabilizador de rutinas y tradiciones y como fuente de nuevas propuestas de organización del trabajo, de los espacios y de los tiempos escolares. Es cierto que una biblioteca escolar tal y como aquí se entiende no puede surgir o mantenerse en una escuela donde el libro de texto, la lección magistral y el aula sean los protagonistas exclusivos de los procesos de enseñanza. En realidad, la marginalidad actual de las bibliotecas es más producto de la marginalidad en la que las sitúan los docentes que de la simple desidia descontextualizada de la administración educativa. Sin embargo, de esta idea no se deduce que haya que esperar a que se renueve la escuela para recrear las bibliotecas, pues las bibliotecas pueden también pensarse como medios potentes para ir induciendo esos cambios. Sin creer de que, ya que la escuela no cambia la biblioteca, una biblioteca como la que pensamos puede cambiar la escuela, es necesario señalar que aquellas escuelas que han logrado poner en marcha la biblioteca prestan un mejor servicio a los alumnos y sus familias que las que carecen de ella. La experiencia nos demuestra que si la biblioteca presta servicios útiles y ayuda realmente a los alumnos a resolver sus dudas, a trabajar, a usar las nuevas tecnologías etc. tiene una demanda suficiente y creciente que justifica los recursos que en ella se invierten. Pero, por otro lado, la biblioteca, en la medida en que cuestiona rutinas y tradiciones corporativas, en la medida en que no es percibida como integrante de la cultura escolar dominante, tiene dificultades para desarrollarse en la escuela. Por lo tanto, se trata es de tener claro que la biblioteca escolar debe mostrarse eficaz y útil y debe promover los cambios sin la pretensión de creerse capaz de darle la vuelta a la escuela, pero simultáneamente debe tener los apoyos suficientes y la claridad de ideas bastante como para que la escuela no la cambie a ella. La biblioteca escolares un potente instrumento de innovación y de cambio, ha de ser capaz de ofrecer alternativas posibles a las didácticas predominantes, de ser el espacio de la posibilidad, y de incorporar cada vez a más docentes en sus proyectos, pero siempre con la conciencia clara de que los cambios en la institución escolar son muy lentos y complejos. 78

El profesional de la información, vol. 12, nº 1, enero–febrero 2003

Las bibliotecas escolares: soñar, pensar, hacer SE HA ESCRITO MUCHO EN ESPAÑA recientemente sobre las bibliotecas escolares, fundamentalmente en publicaciones periódicas, aunque también han aparecido en el mercado varias monografías de distinto calado sobre el tema.

¿Era necesaria una obra más?, ¿realmente aporta algo la presente a lo ya dicho en las monografías y en los artículos precedentes? Vayamos por partes y descubramos desde fuera hacia adentro, si se me permite el símil, las capas de esta cebolla. En un primer acercamiento al libro de Guillermo Castán se observan ya elementos diferenciales entre ésta y las obras anteriores.

Una mirada al índice de contenidos nos indica que no estamos frente a un manual prácticodescriptivo ni a una guía rápida para construir e implementar una biblioteca en el entorno escolar. La mayor parte de la literatura reciente está, por el contrario, orientada a la práctica y adolece del sustrato teórico suficiente para que la praxis germine y tenga una implementación vigorosa, coherente y sólida. La introducción confirma esta inicial percepción y marca de manera precisa el objetivo de la investigación llevada a cabo por el autor, que en síntesis es enriquecer las bases de la reflexión sobre el modelo de biblioteca escolar que requiere este momento y este país. El cuerpo de la obra desarrolla acertadamente este propósito y distribuye su contenido en dos bloques. En una primera parte se propone un acercamiento a las experiencias, contextualizadas en un marco general tramado con plante amientos teóricos acerca de la educación, la escuela y la biblioteca. El segundo bloque, de marcado carácter conceptual, analiza las fuentes para la elaboración de un modelo de biblioteca escolar y se cierra con una categorización de los modelos que se observan en las experiencias presentadas anteriormente. La reflexión se asienta en un bien trazado análisis que antepone la necesidad de responder al para qué de las bibliotecas escolares a la preocupación de resolver el cómo. Un análisis rico porque se construye desde la confrontación y la complementariedad de 3 fuentes de diverso carácter que se muestran como pilares del paradigma de biblioteca escolar por construir. Estos 3 pies sobre los que el autor asienta la trébede de la biblioteca escolar son las fuentes socioeconómicas y culturales, las curriculares y las biblioteconómicas. Se defiende la necesidad de crear el modelo de biblioteca escolar con las mimbres de estos 3 frentes para urdir una trama consistente, eficaz y perdurable. Un planteamiento que sirve también para realizar un minucioso análisis crítico de la práctica desarrollada en los países del entorno europeo y de las experiencias en España. Avala el rigor del estudio, además de la reconocida experiencia del investigador, la completa bibliografía contrastada, que se recoge en un apéndice final y se observa en el aparato crítico que enriquece el cuerpo de la obra. Este rigor, además, no está ceñido con la legibilidad, puesto que el autor ha conseguido, a pesar de la densidad conceptual de la obra, redactar un texto de amena lectura, con claridad en la exposición nítida de los conceptos y desarrollo de las argumentaciones. «El objetivo de la investigación es enriquecer las bases de la reflexión sobre el modelo de biblioteca escolar que requiere este momento y este país» En estos tiempos en los que prima la práctica y se rehúye la teoría se agradecen incursiones arriesgadas como la presente. Y digo arriesgadas porque el pseudo pragmatismo ha calado hondo en nuestra sociedad y lamentablemente los trabajos teóricos se despachan alegremente como fútiles y sin pudor se consideran a menudo una pérdida de tiempo. Pero lo cierto es que por muy importantes que sean los modelos prácticos, sin un modelo conceptual teórico basado en un análisis serio de la realidad y un objetivo soñado hacia el que caminar, las bibliotecas escolares nunca saldrán del varadero en el que se encuentran. Y este trabajo, sin duda, es una buena aportación para seguir avanzando. Luis Miguel Cencerrado Malmierca, coordinador del Centro de Documentación e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez de Salamanca. Hacia un perfil de usuarios lectores en la biblioteca: docentes, estudiantes y padres El desarrollo lector tiene más que ver con las posibilidades y modos de exposición a la cultura letrada que con la edad evolutiva. Así, podemos entender que habrá niños, jóvenes, adultos, padres que se comportan como lectores iniciales, en proceso o habituados independientemente de su edad cronológica. Son más bien los intereses temáticos y los escenarios de encuentro entre el texto y su lector los que cambian. Intereses y escenarios... éstas son las puntas para empezar a delinear un perfil de usuarios de la biblioteca, o sea, de lectores en la biblioteca.  ¿Qué lee un docente? ¿Qué lee el alumno?  ¿Leen los padres?  ¿Qué tipo de lectores son?  ¿Cómo provocar encuentros entre textos y lectores?  ¿Cuál es el rol de la biblioteca y los bibliotecarios como mediadores de estos encuentros? Cualquier respuesta siempre tendrá que ver con dinámicas de comunicación que permitan establecer puntos de entendimiento entre los partícipes de esta problemática: libros, lectores, bibliotecas y mediadores. Para ello, la biblioteca debería:  Concebirse como un lugar de encuentro donde autores y lectores conversan.  Establecer canales y estrategias de comunicación con sus usuarios, de modo tal que pueda producir: Diversidad de ofertas de lecturas: literarias, científicas, didácticas, de

entretenimiento. Multiplicidad de escenarios: salas acogedoras, espacios informales, encuentros con autores, charlas de extensión cultural, capacitación diversa, etc.  Asumir un rol democratizador combinando el derecho de sus usuarios al conocimiento y al goce por la recreación.  Entender al usuario de la biblioteca como el verdadero constructor de lecturas y no como mero consumidor pasivo de los bienes culturales.  Instar al goce y participación en la reflexión, difusión y propuestas para el diseño de desarrollo de actividades de la biblioteca. Definir el perfil del usuario, el público real de la biblioteca, requiere de una explícita comunicación interna hacia dentro de la institución, y una fluida comunicación externa que asuma como propias las necesidades y posibilidades del contexto social y cultural donde opera. BIBLIOGRAFÍA: -BREZMES, MILAGROS (2003): “Compensación de desigualdades y Trabajo Social en una biblioteca escolar. Balance de una experiencia de tres años”. En 11ª Jornadas de Bibliotecas Infantiles, Juveniles y Escolares. Ed. Fundación -Germán Sánchez Ruipérez, Salamanca. -BREZMES, MILAGROS y CASTÁN G. (2002): “Trabajo interdisciplinar en la Biblioteca. A la búsqueda de un ‘espacio de la posibilidad’”. En Educación y Biblioteca, 130, pp. 22-30. -CASTÁN, G. (2002): Las bibliotecas escolares. Soñar, pensar, hacer. Díada Editorial, Sevilla. -CASTÁN, G. (2004): “Diez tesis para el debate sobre las bibliotecas escolares”. En Educación y Biblioteca, 139, pp.44-55. -CORONAS, M. (2000): La biblioteca escolar: un espacio para leer, escribir y aprender. Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Navarra. Pamplona. -LUGILDE, Rubén y otros (2002): “Trabajo Social y Educación: Prevenir la exclusión”. En Notas de Trabajo Social, 5, pp. 15-19. -MARCHESI, Álvaro y PÉREZ, Eva María. “La compresión del fracaso escolar”. En Marchesi, A. y Hernández Gil, C. (coords): El fracaso escolar. Una perspectiva internacional. Madrid. Alianza, 2003, pp. 25-50. -OSORO, K. (coord., 1998.): La biblioteca escolar: un derecho irrenunciable. Ediciones de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, Madrid. PROGRAMA DE FORMACION DE USUARIOS LECTORES EN LA BIBLIOTECA Natalia Duque Cardona Resumen. El advenimiento de órdenes sociales posmodernos tales como la Sociedad de la Información ha planteado nuevos retos y visiones de mundo a la biblioteca pública, como consecuencia de esto los modos de nombrar a quienes visitan las instituciones bibliotecarias ha cambiado pasando de lectores a usuarios de la información hasta llegar en la actualidad a denominarlos como clientes o consumidores. A la par de este fenómeno las prácticas bibliotecarias asociadas a los procesos de formación de quienes asisten a la biblioteca se han visto modificadas, ocasionando una diferenciación ente los programas de formación de usuarios y de lectores. La biblioteca pública debe reconocer los retos que le impone la posmodernidad sin dejar de lado los preceptos modernos sobre los que ha sido fundada y que hoy día constituyen sus funciones sociales. Este artículo pretende generar una propuesta que integre en un solo espacio ambos procesos formativos donde la condición lectora del ser humano prima. Se pretende entonces realizar una mirada integradora y sistémica de los programas bibliotecarios que propenda por el desarrollo humano integral donde se promueva la formación de seres humanos críticos y reflexivos de sí mismos y de su propio entorno a partir de una propuesta de un programa de formación de usuarios lectores. Palabras clave. Lectores, Usuarios de la Información, Usuarios Lectores, Formación de Usuarios, Formación de Lectores, Formación de Usuarios Lectores, Biblioteca Pública, Sociedad de la Información. Introducción. “La lectura estimula, enciende, aviva, y es como soplo de aire fresco sobre la hoguera resguardada, que se lleva las cenizas, y deja al aire el fuego. Se lee lo grande, y si se es capaz de lo grandioso, se queda en mayor capacidad de ser grande (Martí, 1853-1895/2001i, p. 21)”

A partir del artículo se pretende realizar una reflexión acerca del modo en que hoy día las bibliotecas públicas llevan a cabo sus programas de formación, de usuarios y lectores, de modo independiente, ocasionando con esto una caracterización de quienes hacen uso de la biblioteca arbitraria; lectores y usuarios de la información. A demás desconociendo la dimensión lectora que todo ser humano tiene. Tiene como propósito primordial el generar una confrontación de las prácticas bibliotecarias con las necesidades y demandas provenientes no solo de los usuarios lectores, sino también de un proyecto de sociedad y biblioteca que necesita repensarse permanentemente para no deformarse. La reflexión se enmarca en posturas desde las cuales se concibe la biblioteca pública como organización social y la lectura como estrategia de transformación socio-cultural que desde la institución bibliotecaria se propone y ejecuta. Para meditar al respecto, se parte del rastreo bibliográfico donde se espera encontrar algunos presupuestos teóricos referentes a las representaciones sociales acerca de los lectores, usuarios de la información y los programas de formación de usuarios y lectores. La estructura del artículo parte del planteamiento del problema; la disociación de las prácticas de formación bibliotecarias de lectores y usuarios de la información. A continuación se realiza una aproximación teórica a las categorías principales que fundan los cimientos para el desarrollo de la situación problémica. Paralela a la construcción teórica se plantea el punto de vista del autor referente al problema y la visión que este concibe para proponer al respecto nuevos modos de proceder. Para concluir se presenta una propuesta de un programa de formación de usuarios lectores y las conclusiones obtenidas a partir de la reflexión constante del tema. Se le recomienda al lector abordar este documento con mentalidad abierta, partiendo de la premisa bajo la cual el bibliotecólogo se concibe como un profesional responsable de intervenir en dinámicas sociales que propendan por generar individuos críticos y responsables de asumir los desafíos propios de su realidad. Planteamiento del problema La situación problemática que aborda el artículo es la independencia con que hoy día se llevan a cabo las prácticas bibliotecarias de formación en cuanto a usuarios de la información y lectores, dejando de lado la condición lectora como una característica inherente al ser humano. Tesis Las principales posturas frente a la situación problemática son: 1. La lectura es un fenómeno social que transforma y atraviesa transversalmente los procesos de formación llevados a cabo en la biblioteca pública y por tanto a quienes acuden a ella. 2. Todos los usuarios de la biblioteca pública son lectores. 3. Los programas de formación de usuarios de la información y de formación de lectores no deben ser independientes, debe plantearse un programa de formación de usuarios lectores que contribuya al cumplimiento de las funciones sociales de la biblioteca pública y propenda por la formación de un ser humano crítico y responsable de sí mismo y de su propio contexto. Desarrollo de los argumentos Los lectores son el corazón de la biblioteca pública, y por tanto su razón de ser, como tal deben considerarse el punto de partida para el desarrollo e implementación de prácticas bibliotecarias acordes con las demandas, necesidades y deseos del ser humano. Es poca la bibliografía encontrada en torno al tema de los lectores, ya que como materia particular son un tema poco abordado en las Ciencias Sociales, éstos se tratan como parte implícita de los temas de lectura, escritura, educación, entre otros. En vista de la situación se realizo la lectura de algunos textos centrada en las relaciones que los autores pudieran establecer con la condición de lector, la visión de lo qué es ser lector y las taxonomías propuestas para abordar el tema del lector. Posteriormente se extrajeron hipótesis implícitas y explicitas en relación con el tema de los lectores, a partir de las cuales se plantean algunas propuestas. A continuación se presentan las hipótesis extraídas de los materiales estudiados. En la obra del Licenciado Juan Pablo Hernández Carvajal, Animación a la lectura: consideraciones y propuestas, se encontraron algunas referencias implícitas en torno al tema del lector, las cuales se presentan a continuación como hipótesis . H1. La condición lectora del ser humano es innata y comienza desde el vientre materno H2. Los lectores evolucionan según las etapas de desarrollo (interactuar) en que se encuentren: vientre materno, hogar, mundo exterior o escuela H3. A lo largo de la historia a quienes dominaban el acto de leer “hilvanaban las palabras escritas con sus modulaciones” y lo compartían con otros a partir de la narración oral se consideraron primeros lectores. H4. La clasificación de los lectores está ligada a los métodos de enseñanza de la lectura y a los formatos y soportes de lectura

En el capítulo uno de la obra del Bibliotecólogo Luis Bernardo Yepes Osorio , la promoción de la lectura: conceptos, materiales y autores, aparecen algunas referencias acerca del lector. Las hipótesis extraídas del texto son: H5. La lectura natural es aquella que el niño hace desde su nacimiento H6. Los métodos de enseñanza de la lectura traen como consecuencia un lector polivalente o un lector monovalente. Hasta el momento solo algunas luces se han dado acerca una posible tipología de lectores y de las características que estos tienen, sin embargo aún no hay una definición clara de lo que significa ser lector. En la obra de los bibliotecólogos Edilma Naranjo y Didier Álvarez, La animación a la lectura: manual de acción y reflexión, se propone una posible definición para el lector. “(…) concebimos al lector como sujeto individual pero también como sujeto colectivo. En especifico lo entendemos como quien puede descodificar y comprender el pensamiento contenido en un texto” La definición en general da cuenta de un actor, sin embargo considero que al entrar a tratar el tema del proceso lector se hace necesaria mayor claridad referente al tema del texto, puesto que muchos teóricos podrían entender por este término todo aquello relacionado con lo impreso, dejando de lado propuestas contemporáneas asociadas a nuevos modos de leer. Los bibliotecólogos, Álvarez y Naranjo, proponen también una clasificación para el lector basada en una perspectiva evolutiva y genética del hombre: 1. “Los que empiezan a leer. Quienes se enfrentan al aprendizaje de la lectura y la escritura. Pueden ser niños integrados a los procesos de la escuela regular, o adultos en alfabetización. Su principal característica es la dependencia que aun tienen de la descodificación. 2. Los que dominan la descodificación. Los lectores que ya dominan la descodificación y escriben con una mínima efectividad 3. Lectores comprensivos y para la vida. Aquellas personas que utilizan la lectura y escritura para la vida. Es decir, que no la reducen a los procesos de escolarización sino que la integran cotidianamente al proceso de individuación y socialización” Por último se aborda el texto del Bibliotecólogo Didier Álvarez, De leer, un viaje por la promoción de la lectura, donde los referentes conceptuales se clarifican un poco más. “El lector es quien, desde su realidad interna, da cuenta y construye el sentido del texto al que se enfrenta en un cierto contexto de lectura. El lector actúa frente al texto partiendo de su propio mundo interno, por tanto es claro que en la lectura lo que se lee no está por entero en el texto, sino también y diríase ante todo que en nuestra cabeza” Las lecturas anteriores dan cuenta de una preocupación local por el tema de la lectura7, sin embargo los desarrollos continúan siendo pocos. Las dos últimas obras, cuyos autores son bibliotecólogos, son las que más se han arriesgado a dar una posible definición acerca de lo que es un lector y de su posible clasificación. En cuanto al concepto de lector, me permito hacer uso de algunas ideas de los bibliotecólogos Álvarez y Naranjo, las cuales articuladas a mis concepciones darán como resultado una propuesta propia para el concepto. El lector puede pensarse como una dimensión interna del ser humano asociada a la herencia innata a través de la cual el hombre puede decodificar, comprender y asimilar el pensamiento Ambos textos provienen de bibliotecólogos egresados de la Escuela Interamericana de Bibliotecología, lo cual da cuenta de un interés por parte de esta institución por abordar fenómenos sociales asociados a la cultura escrita. contenido en un texto. Entendiéndose el texto como un sistema coherente de elementos que puede ser percibido a través de los sentidos (imagen, olor, sonido, sabor, sensación). El texto adquiere significado de acuerdo al contexto en que este inmerso. Siendo así, no se estaría reduciendo el texto a un soporte, formato o género, lo cual da una visión mucho más amplia de la lectura y por tanto del leer y el lector. De este modo, leer puede entenderse como el proceso mediante el cual un ser humano logra decodificar, comprender y asimilar el mensaje que un texto le proporciona. Debido a la necesidad de pensar el lector de un modo mucho más amplio y no reducir su campo de acción, los aprendizajes que en éste pueden darse y los alcances que puede tener a partir de una condición lectora, se hace pertinente proponer una taxonomía que permita identificar las diferentes condiciones por las que pasa el lector y que hacen que este sea un proceso marcado por la evolución de condiciones socio-culturales. La propuesta no tiene en cuenta condiciones estadísticas. Tampoco condiciones provenientes del mundo editorial y mucho menos de consumismo. La invitación es a pensar la condición olvidada del hombre como ser humano, reivindicando su condición con la lectura. La clasificación se plantea como un proceso que pasa por etapas de desarrollo (necesariamente no cronológicas), dependientes del modo en que se da inicio a la vida social. Se considera el

desarrollo de la condición lectora desde el mismo momento en que el hombre comienza a hacer parte del mundo, comienza a existir como “ser humano” 1. Los que empiezan a leer (lector en gestación). Se refiere al individuo que ha sido concebido, es decir al embrión que yace en un vientre materno, el cual es su primer texto. La lectura que éste realiza es apenas una primera aproximación al acto de leer, puesto que lo relevante del caso, es la decodificación natural que efectúa de su entorno inmediato y de cómo hacer para subsistir. La lectura que realiza el feto, es innata, puede decirse que es un instinto, sin embargo aunque sea una pauta hereditaria la información de esas primeras lecturas queda albergada en el cerebro, labrando un primer peldaño de lo que en general será su camino por el mundo de cultura escrita. 2. Los que se zambullen en el leer (lector natural). Es el individuo que fuera del vientre materno comienza las primeras relaciones con el mundo externo. Adquiere el lenguaje y con esto nuevas formas de leer y comprender el mundo. 3. Los que dialogan con el leer (lector alfabetizado). Una vez en contacto con el mundo externo, con un nivel comunicativo básico y fuera del núcleo familiar que lo acogió, el lector comienza un proceso de socialización, en el cual, entre muchas otras actividades, comenzará un proceso educativo. El lector alfabetizado es entonces aquel ser humano que ha desarrollado las habilidades de leer y escribir, de tal modo que le es posible decodificar un sistema de signos escritos (como grafemas). 4. Los que comprenden el leer (lector crítico). En esta tipología esta el ser humano que ha desarrollado las habilidades de leer y escribir, pero que además ha comenzado a establecer una relación dialógica con el texto. Los vínculos que entre lector y texto se dan permiten al lector preguntarse qué hay más allá de ese sistema de signos, permitiendo con esto generar ideas acerca de lo que se lee, plantear opiniones de la lectura (ya sea de un texto escrito, una obra de arte, una imagen, un video, una riña callejera) y hasta variar el punto de vista que se tiene respecto a algo. 5. Los que se leen y leen (lector critico y de la realidad). En esta categoría se ubica al ser humano que a través de su desarrollo en el trasegar por la lectura ha encontrado una forma no solo de comprender el mundo sino también de habitar la realidad. Este tipo de lector, es aquel que lee constantemente todo aquello que le rodea, aquel que comprende el lenguaje mudo del mundo que habita y usa las comprensiones para generar significados y habitar su contexto. Ahora que hay una propuesta conceptual para el lector voy a centrarme en esa condición lectora que tienen quienes visitan o hacen uso de las bibliotecas públicas, lo que actualmente se considera en bibliotecología como usuarios de la información. Para la reflexión de esta segunda parte considerare a los usuarios desde su dimensión lectora. El término usuarios según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, se refiere a la persona que hace uso frecuente de algo. Por lo cual usuario de la información sería aquel individuo que hace uso frecuente de información, sin embargo ¿no hacemos todo uso frecuente de la información? ¿No requerimos día a día realizar una lectura continua de nuestro propio entorno extrayendo información con el fin de interactuar con el mundo que habitamos? El término usuarios de la información aunque a simple vista puede parecer sencillo de entender, tiene un trasfondo (asociado a la información) que limita su condición. Sin desconocer que el cambio de paradigmas y nuevos modos de nombrar a los lectores corresponden a la adaptación que la biblioteca pública ha venido surgiendo en las últimas décadas, a continuación se pretende hacer una reflexión de lo que el término usuarios de la información conlleva en el contexto bibliotecológico y una propuesta de concebir a los usuarios desde su dimensión lectora, con el propósito de no perder de vista los cambios que trae consigo la Sociedad de la Información y las implicaciones que estas modificaciones pueden causar en los lectores. Para comenzar, se retoma la propuesta encontrada en el artículo, Dentro de la biblioteca Glo-cal: ¿usuarios, clientes o simplemente público?, de Manuela Sevilla, propone que “es quien ordinariamente usa o utiliza algo, lo que llevado al campo de la información serían personas que habitualmente consumen información, es decir son habituales de las bibliotecas saben realizar tareas de búsqueda, selección, análisis, síntesis, comparaciones etc.” En esta definición se ve claramente que los individuos recurren a las bibliotecas a realizar tareas asociadas a la manipulación de información, la cual se halla en los materiales que la biblioteca alberga. Para que un usuario pueda llevar a cabo su propósito debe hacer una lectura consciente de los materiales que están a su disposición, buscando con esto dar satisfacción a sus necesidades. Ahora observando la propuesta de Israel A. Núñez Paula en su artículo Uso y definiciones de los términos relativos a los usuarios o clientes, se tiene que el usuario de la información se “referirse a una persona, a un grupo o una entidad (usuario corporativo). Se usa para designar a quien utiliza la información o los servicios de información. Es un término genérico y abarcador. Suele orientarse el significado del término a los que reciben la acción de los trabajadores de la información”. La propuesta de Núñez, tiene elementos que deben ser rescatados. El trabajador de la información o bibliotecólogo es uno de ellos. Este profesional es el encargado de impactar directamente en el

usuario de la información, de igual modo que sucede con la dupla bibliotecólogo y lector. Además considero que los Usuarios de una biblioteca, independiente del tipo de información que manipulen, no pierden su condición de lectores. La información es entonces, a mi modo de concebir la propuesta de usuarios, un calificativo que ocasiona cierto malestar al momento de pensar en el usuario desde su dimensión lectora, puesto que está limitando al individuo que visita la biblioteca al uso exclusivo de un recurso. En la búsqueda de posibles definiciones que permitan generar un análisis comprensivo de los usuarios de la información, retomo parte de los resultados de la investigación Evolución y tendencias de la formación de usuarios en un contexto latinoamericano: “Desde la década de 1930 -aproximadamente- al usuario se le ha considerado como el centro y razón de ser de las unidades de información, a partir de la idea formulada por Louis Shores de que la “biblioteca debe estar centrada en el usuario (…) es una persona que presenta un vacío o carencia de conocimiento, y en las bibliotecas, es para quien se organiza la información. Por lo tanto, por usuario de la información se entiende a la persona que presenta un vacío de conocimiento que pretende superar y para ello utiliza información que posiblemente le permitirá producir nueva información y conocimiento”. Tal como lo formula Shores, la biblioteca debe estar centrada en el sujeto que hace uso de esta, él propone que sea el usuario, yo considero después de reflexiones anteriores que debe ser el usuario lector, pues si se abandona es condición se estará desconociendo la dimensión que el ser humano por excelencia tiene para acceder a la información y generar conocimiento. Por usuario lector se entenderá a partir de ahora aquellos individuos que hacen uso de la biblioteca, con el propósito de satisfacer no solo demandas informativas asociadas a información documental, sino también necesidades, deseos o pulsiones asociadas a su condición de ser humano. El usuario lector, es aquel individuo que a partir de su dimensión lectora interactúa según su propósito (formativo, recreativo, educativo) con los recursos que la biblioteca pone a su disposición. El usuario lector es aquel individuo que interactúa con la información de modo tal que después de un proceso de lectura genera comprensiones internas del texto de acuerdo a su contexto, aportando con esto a la construcción de sí mismo y de sus propios universos. Siendo así, el tejido entre usuarios de la información y lectores, aunque débil e invisible para algunos, es en realidad un tejido fino y visible que está influenciado por la dimensión lectora del ser humano. El usuario de la información, tal como se concibe en bibliotecología, es un usuario lector, sin embargo no todos los lectores son usuarios de la información desde el punto de vista de la disciplina bibliotecológica, pues no todos hacen uso de los recursos informativos de la biblioteca. En las bibliotecas públicas se da generalmente la posibilidad a los usuarios de la información, que en adelante llamare usuarios lectores, la posibilidad de acceder a programas de formación, sin embargo esto se hace desarticulado de los procesos de formación lectora , aunque llevan implícita mucha información de este proceso. A continuación se estudiará un poco el tema de la formación de usuarios para dilucidar posteriormente como puede ser esta una forma de contribuir a la formación lectora y cómo independiente del nombre que reciban los programas están encaminados a las funciones sociales de la biblioteca pública. Retomando la propuesta del Bibliotecólogo Didier Álvarez, en cuanto a las funciones sociales que cumple biblioteca pública, se tiene que estas son: 1. Funciones culturales o simbólicas 2. Funciones educativas o de formación 3. Funciones políticas o de ciudadanización 4. Funciones económicas o de productividad. Esta es otra de las consecuencias que trajo consigo el cambio de configuración social, pasar de la Modernidad a la Postmodernidad. Las cuatro funciones propuestas están transversalmente atravesadas por el tema de la lectura y a su vez deben integrarse “para no perder su esencia y desvanecerse”. De aquí que sin importar el modo de nombrar al conjunto de acciones encargadas de promover, desarrollar o afianzar ciertos saberes en los usuarios lectores debe tenerse claro cuál es el propósito central de la biblioteca como organización social. El aporte que desde la biblioteca se intenta hacer a través de los programas de formación, es impactada por los cambios que trae consigo la nueva configuración de sociedad, lo cual ocasiona que en la biblioteca se piensen programas y prácticas acordes con las modificaciones sociales. Entre los programas que surgen están los de formación de usuarios de la información. De acuerdo con el trabajo de las bibliotecólogas Nora Elena Rendón y Edilma Naranjo, Evolución y tendencias de la formación de usuarios, “El término formación de usuarios hace referencia al conjunto de actividades orientadas hacia el desarrollo de habilidades, competencias y conocimientos en los miembros de una sociedad para que usen la información en cualquier lugar del mundo, independiente del formato y el soporte.” La formación de usuarios es una labor que debe planearse, puesto que es un proceso que involucra personas con una serie de necesidades relacionadas con la información y por eso es fundamental conocer sus experiencias y conocimientos al respecto, lo cual permitirá la búsqueda de la transformación continua de sus necesidades de información y por ende, en muchas ocasiones, de la persona misma”

La formación de usuarios tal como se lleva a cabo en las bibliotecas públicas es un proceso orientado al desarrollo de ciertas competencias que permiten al usuario lector accesar a la información de tipo documental que requiere para satisfacer necesidades o demandas. El proceso de formación de usuarios trabaja entonces con elementos asociados a la condición lectora del ser humano (pues de lo contrario no sería posible llevarla a cabo) pero no los potencializa (el fortalecimiento lector se da en los programas de formación lectora). Para afianzar como tal las prácticas lectoras del usuario lector la biblioteca ha creado espacios a los cuales ha nombrado como programas de formación de lectores, asociados en su gran mayoría a programas de promoción lectora (horas del cuento, clubes de lectura, talleres literario) y por otro lado desarrolla los programas de formación de usuarios. Considero que contar con una diferenciación de los programas de formación de usuarios lectores y programas de formación lectora, en la biblioteca pública ocasionan una mirada desarticulada de los procesos que los usuarios lectores pueden desarrollar en la institución. Programa de Formación de Usuarios Lectores Planteo entonces una propuesta donde se conjuguen ambos programas y cuyo propósito este orientado a las funciones sociales de la biblioteca pública. “(…) el proceso de formación requiere de una metodología propia para ofrecer un conjunto de actividades de aprendizaje que le exigen al formador, conocimientos pedagógicos relacionados con la didáctica para lograr que el usuario desarrolle habilidades y competencias que le permitan hacer uso de los servicios de una unidad de información y participar, de ser posible, en la evaluación y mejoramiento de estos” Dicha propuesta no solo debe apuntar al desarrollo de habilidades asociadas con el uso de sistemas y servicios de información, sino también al fortalecimiento de dimensiones socioculturales, políticas y educativas que permiten al hombre pensarse, comprenderse y reconstruirse. Pensado de este modo un programa integro involucraría ambas prácticas bibliotecarias hoy día desarticulado: formación de usuarios y formación de lectores. El desarrollo de la propuesta toma como referencia la obra, Lineamientos y directrices para la formación de usuarios de la información, de las bibliotecólogas Arredondo, Rendón y Naranjo. La formación de usuarios lectores debe entenderse como un proceso de acciones continuas y permanentes, entre las que se encuentra el intercambio de experiencias y conocimientos, encaminados a la transformación permanente del ser humano, desde su dimensión lectora. Cambios logrados a partir de la comunicación de saberes adquiridos y desarrollados mediante la asimilación de la información obtenida de una lectura crítica. Para que el proceso formativo pueda llevarse a cabo como se plantea es necesario el acompañamiento de un formador, promotor de lectura, con conocimientos pedagógicos que permita generar un proceso permanente de enseñanza-aprendizaje. Los programas de formación de usuarios lectores deben ser pensados y diseñados a largo plazo, puesto que éstos tendrán unos niveles que permitirán al usuario lector avanzar en su proceso formativo, fomentado en el individuo una actitud crítica, analítica y reflexiva del mundo que le rodea y por tanto de la información que puede extraer no solo de los materiales bibliográficos sino también de su propio contexto. De este modo no se está limitando al usuario lector a desarrollar competencias exclusivas del manejo de información documental, sino de la información entendida desde la propuesta de Rojas Rendón. No puede desconocerse en los programas de formación, la necesidad de pensar en habilidades técnicas-funcionales como la alfabetización informática o digital, pues estas son exigencias de la configuración social en la que está inmerso el hombre, sin embargo debe tenerse presente que “las habilidades para acceder y usar la información deberán estar estrechamente relacionadas con dos objetivos: incrementar y ampliar las habilidades de escritura y lectura, y la modernización cultural, como requisito para formar parte y participar de manera activa en el desarrollo de la Sociedad de la información”. Para proponer un modelo de formación de usuarios lectores, se hace necesario en primera instancia responder a la pregunta ¿para qué se planea un programa de formación de lectores? En términos generales el para qué se resumiría en ayudar a la biblioteca a lograr sus objetivos y metas, a cumplir con las funciones sociales que la institución se ha planteado. Un programa de formación de usuarios lectores permitirá vincular preceptos modernos y contemporáneos en un mismo espacio sin desconocer al lector y al usuario de la información. Para llevarlo a cabo debe existir un proceso de planeación, en el cual deben considerarse ciertos interrogantes que darán la pauta para las acciones a seguir. Las preguntas enumeradas a continuación son parte del antes que debe tenerse en cuenta en los programas de formación de usuarios de la información, claro está que en este caso se adaptan a la propuesta de formación de usuarios lectores: 1. Cuál es el objeto del programa de Formación de Usuarios Lectores –FUL-. La necesidad de generar un punto de convergencia entre la formación de usuarios y la formación de lectores, aportando con esto a la construcción de ideales modernos en el hombre a la vez que se promueve la inserción del sujeto en un contexto contemporáneo.

2. Para qué se realiza. Para contribuir al cumplimiento de las funciones sociales de la biblioteca pública 3. Qué actores están interesados en asistir. Usuarios lectores. los cuales corresponden a la comunidad en general. Todos los usuarios de la biblioteca pública son lectores 4. Quién lo llevará a cabo. Formadores Promotores de lectura. Para ser formador de un programa de FUL es indispensable ser promotor de lectura, lo cual no implica lo contrario, puesto que se puede ser promotor de lectura sin ser formador de usuarios lectores 5. Desde dónde se realiza el programa. Desde la teoría crítica de la sociedad 6. Qué se va a enseñar. Contenidos con-sentido que apunten a satisfacer necesidades y demandas del usuario lector 7. Cómo se va a enseñar. Desde la metodología de la Investigación Acción Participación y estrategias del programa PRYCREA. Con claridades de este tipo, se hace indispensable caracterizar el programa de formación de usuarios lectores, a partir de sus elementos. 1. Contexto Social. Debido a su importancia, por ser el lugar donde convergen los actores principales de los programas de formación de usuarios lectores, éste es el primer elemento que permitirá caracterizar a los programas, pues dependiendo del lugar en que este ubicada la biblioteca y por tanto los usuarios de ésta, las características de cada programa podrán variar según sea el comportamiento de los elementos contextuales. Sería ideal que las bibliotecas públicas tuvieran la posibilidad de realizar no solo estudios de usuarios sino de comunidades que les dieran un panorama más amplio acerca del entramado social. 2. Actores. Estos son Usuarios Lectores y Formadores Promotores de lectura. - Usuarios lectores. La caracterización de este actor está basada al igual que toda la propuesta en la condición lectora del ser humano. La idea es que la biblioteca identifique a todos sus usuarios como lectores, y de acuerdo al estudio de comunidad se dé cuenta en qué momento del proceso lector se encuentran para diseñar programas acordes con sus necesidades y demandas. - Formadores promotores de lectura. Este actor se caracteriza teniendo en cuenta las competencias que debe tener una persona que se enfrente de cara con los programas de formación de usuarios lectores. “ para los procesos de formación (…) se recomienda contar además de bibliotecólogos, con un grupo interdisciplinario integrado por licenciados en pedagogía o en educación, psicólogos, ingenieros de sistemas, administradores, sociólogos, antropólogos (…) usualmente cada una de las personas mencionadas anteriormente puede cumplir roles diferentes como el diseño de un programa, de plataformas, la planificación, la realización o evaluación, partiendo siempre de que el bibliotecario, como coordinador debe estar familiarizado con el modelo pedagógico desde el que se fundan y establecen los programas”. Es indispensable que desde la biblioteca tal como lo proponen las bibliotecólogas Naranjo, Rendón y Giraldo se tenga en cuenta un trabajo multidisciplinario, puesto que esto hará que los programas de formación propendan por estar más cerca de las necesidades y demandas reales de los usuarios lectores. No puede creerse que los programas de formación son competencia exclusiva del bibliotecólogo, es necesario hacerse de otros saberes para afianzar y complementar la labor. No obstante, considero que independiente de la profesión que tenga un individuo perteneciente al equipo de trabajo de los programas de formación de usuarios lectores, hay una cualidad no negociable con la que debe contar el individuo; ser promotor de lectura. En el caso particular de los programas de formación de usuarios lectores que imparte la biblioteca pública, se hace indispensable que quien vaya a estar inmerso en propuestas de este tipo tenga un interés particular por la lectura porque de lo contrario su aporte estaría desarticulado no solo de los propósitos del programa sino de la biblioteca misma. Las demás características a nivel aptitudinal y actitudinal pueden ser retomados de los lineamientos y directrices para la formación de usuarios de la información. Se destacan entre ellas: A nivel aptitudinal A nivel actitudinal Conocimientos de pedagogía y didáctica Motivación e interés por la labor educativa. Manejo de métodos de investigación social. Creatividad de proponer nuevos temas Dominio del tema que se va abordar Disposición para trabajo en equipo. Manejo de la comunicación de modo que sea clara, oportuna y precisa. Habilidad para motivar y entusiasmar a los usuarios lectores. 3. Objetivos. Los objetivos del programa de formación de usuarios lectores deben estar centrados en las funciones sociales de la biblioteca pública, de este modo no se estará dejando por fuera preceptos modernos y retos contemporáneos, al igual que debe estar apoyado en el análisis de

comunidad realizado por la biblioteca donde las necesidades, demandas e intereses de los usuarios puedan enfocarse en las funciones sociales, por lo cual existirían: - Objetivos culturales - Objetivos educativos - Objetivos políticos - Objetivos económicos 4. Niveles del programa formación de usuarios lectores (FUL). Los niveles “se definen para establecer, sentir y notar el cambio de un estado al otro en proporción al avance del logro de los objetivos y metas (…) el proceso de formación se organiza para lograr el cambio paulatino” Los niveles van de la mano de las etapas del proceso lector en que se encuentren los usuarios, es por esto que en ellos aparecen elementos fundamentales asociados con la condición innata del leer; como la inmersión del hombre en el mundo social a través de la lectura, necesidades y demandas del ser humano como usuario lector, la transformación de lo leído en nueva información o conocimiento entre otras. Para el caso se proponen los siguientes niveles: - El leer y su importancia (sensibilización). Primer nivel de los programas de formación de usuarios lectores, es necesario concienciar acerca de la importancia que tiene el leer no solo desde la funcionalidad que da el estar alfabetizado sino desde la autonomía que promueve en el ser humano el poder conocer y entender su propia realidad. En esta primera etapa se debe generar una confrontación en el usuario que permita mostrarle la importancia de la lectura para acceder a la información contenida no solo en elementos tangibles sino también intangibles. - El leer como camino (identificación). Segundo nivel en el que se pretende una vez se tenga claridad sobre la importancia de la lectura, identificar el leer como un camino, como un pasaje que da la opción de reconocer las necesidades, demandas e intereses del usuario. Es el caso de requerir algún tipo de instrucción que permita desarrollar habilidades específicas. - El leer como puerta de acceso a la información (orientación). “la orientación es considerada como el proceso de dirigir, guiar, es decir, mostrar a las personas el camino que conviene seguir” . En este nivel el usuario a partir de la lectura crítica va a poder decidir cuál es la opción pertinente para satisfacer sus necesidades, demandas e intereses. “sus objetivos básicos son dar respuesta a los interrogantes claves como: qué deseo hacer, qué puedo hacer, qué voy hacer. Es en este nivel que los usuarios lectores pueden ser seres humanos críticos y responsables de su propia realidad, de sus decisiones y de su trasegar. - El leer como estrategia de cambio (transformación). Puede considerarse como el nivel más alto del proceso de formación de usuarios lectores, en el cual el usuario ya no solo decodifica grafemas, comprende textos en contexto, crítica su realidad y entorno; sino que a partir de las habilidades y competencias que ha adquirido a lo largo del proceso lector usa lo que lee, la información y conocimiento, que obtiene de los textos para transformar su entorno y generar nuevos textos. 5. Contenidos con – sentido (textos en contexto). “los contenidos de un programa de formación (…) se establecen para dar respuesta a las necesidades e intereses de formación e información de los usuarios de la biblioteca” los contenidos además deben apuntar a reafirmar la importancia del proceso lector del ser humano. Cada programa según su objetivo especifico tendrá unos contenidos que deben estar contextualizados en la comunidad, el contexto, el modelo pedagógico y el saber especifico que desea trasmitirse, no será lo mismo proponer un programa de formación de usuarios lectores en tecnologías de la información y la comunicación que en habilitación política. Sin embargo siempre debe tenerse mucho cuidado con el tema de los contenidos que son lo que hace en gran medida que el programa se lleve a buen término. La caracterización hecha, tiene como propósito el proponer una visión integradora de los programas de formación lectora con los de formación de usuarios, atravesada transversalmente por la lectura como eje articulador de los procesos de formación. Conclusiones: En la actualidad la biblioteca pública imparte de manera individual programas de formación de usuarios de la información y programas de formación lectora, lo que ocasiona que los ideales modernos de la biblioteca se enfrenten cara a cara con los retos contemporáneos de la Sociedad de la Información sin encontrar un punto de convergencia. Esto se ve manifestado en las prácticas de animación lectora que se llevan a cabo dejando de lado saberes provenientes de otras disciplinas necesarios para conseguir una formación de lectores integra, como por ejemplo saberes provenientes de la sociología, educación, didáctica, entre otras. Lo mismo veo que sucede al pensar en realizar programas de formación de usuarios de la información, por ejemplo de alfabetización digital e informática donde se enseña desde la biblioteca a usar funcionalmente ciertas herramientas multimediales, sin embargo en el aprendizaje de saberes contemporáneos se

dejan de lado preceptos modernos que propenden por no generar mayor deshumanización en los procesos. A modo de conclusión considero que las prácticas bibliotecarias realizadas desde la biblioteca pública no deben desconocer las funciones sociales de la institución y mucho menos el carácter lector de todos sus usuarios. A la vez, la biblioteca debe generar relaciones activas con otras áreas del saber que le permitan responder de manera idónea a las necesidades y demandas de una configuración social posmoderna, no deshumanizando los procesos y permitiendo con esto la revolución de paradigmas, la adquisición de nuevas visiones de mundo, la aprehensión de una actitud crítica. Quedan entre líneas propuestas, visiones y convicciones que esperan en el lector motivar a la deconstrucción de antiguas concepciones para promover desde la biblioteca pública, a través de la lectura, espacios donde se reconstruya la conciencia social y se promuevan transformaciones en el ser humano y en la sociedad que pausen el contexto deshumanizante en el que nos hemos inmerso. La bibliotecología como ciencia social, no puede evadir la responsabilidad que tiene de aportar soluciones a los fenómenos neoliberales de la Sociedad de la Información. Bibliografía (2006).

Evolución y tendencias de la formación de usuarios. Medellín: Universidad de Antioquia, Escuela Interamericana de Bibliotecología. (2007). Modelo de programa de formación de usuarios de la información para las bibliotecas públicas de Medellín. Medellín: Universidad de Antioquia, Escuela Interamericana de Bibliotecología ABELL, Ángela [et. al]. Alfabetización en Información: la definición de CILIP (UK). En: Boletín de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios. No. 77 (dic. 2004); p. 79-84. Disponible en: Citado el 23 de agosto de 2010. ÁLVAREZ, Didier. De leer, un viaje por la promoción de la lectura: guía metodológica. Medellín: Escuela Interamericana de Bibliotecología, 2008. ALVÁREZ ZAPATA, Didier y NARANJO VÉLEZ, Edilma. La animación a la lectura: manual de acción y reflexión. Medellín: Universidad de Antioquia, Escuela Interamericana de Bibliotecología, 2003. 58 p. BAWDEN, David. Revisión de los conceptos de Alfabetización Informacional y Alfabetización Digital. En: Anales de documentación. No. 5 (2002); p.361 – 408. Disponible en: Citado el 23 de agosto de 2010. CABRER, Flor; DONOSO, Trinidad y MARÍN, María Ángeles. El proceso lector y su evaluación. Barcelona: Laertes, 1994. 219 p. CHARTIER, Roger. El concepto del lector moderno. http://www.cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/8_3_chartier.shtml ESCOLAR SOBRINO, Hipólito. El lector, la lectura y la comunicación. España: Anaba, 1972 FREIRE, Paulo y MACEDO, Donaldo. Alfabetización: lectura de la palabra y lectura de la realidad. Barcelona: Paidos, 1987. GIRALDO GIRALDO, Yicel Nayrobis y ROMÁN BETANCUR, Gloria Elena. La biblioteca pública: nuevas metáforas sociales para comprender su identidad y presencia en la sociedad contemporánea. Presentada en la Universidad de Antioquia para obtener el título de Magíster en Educación y desarrollo humano. En: Las representaciones de los niños y las niñas sobre la biblioteca pública como ambiente educativo para el encuentro ciudadano: un estudio en la comuna uno de la ciudad de Medellín. Medellín: Universidad de Antioquia, 2008. GIROUX, Henry A. Introducción: la alfabetización y la pedagogía de la habilitación política. En: Alfabetización: lectura de la palabra y lectura de la realidad / Paulo Freire, Donaldo Macedo. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia; Barcelona: Paidos, 1989; p. 25-50. HERNÁNDEZ CARVAJAL, Juan Pablo. Animación a la lectura: consideraciones y propuestas. Colombia: Comfenalco Antioquia, 2004. 238 p. LENERO, Martha. Qué sabemos de los lectores: En: La Gaceta del Fondo de Cultura Económica. No. 376 (abr. 2002). p. 27-28. MARTIN, William J. The Global Information Society. Londres: ASLIB, 1995. 233 p. MONFASANI, Rosa E. y CURZEL, Marcela Fabiana (2006). Usuarios de la información: formación y desafíos. Buenos Aires: Alfagrama. MORENO, Víctor. Lectores competentes. España: Anaya, 2004. 132 p. NARANJO VÉLEZ, Edilma; RENDÓN GIRALDO, Nora Elena y otros (2006). Lineamientos y directrices para la formación de usuarios de la información. Medellín: Universidad de Antioquia, Escuela Interamericana de Bibliotecología. NUÑEZ PAULA, Israel (2000). Usos y definiciones de los términos relativos a los usuarios o clientes. Revista Interamericana de Bibliotecología, (23) 1-2, 107-121. PENNAC, Daniel. Como una novela. PETIT, Michèle. Lecturas: del espacio intimo al espacio público. México: Fondo de Cultura Económica, 2001. 169 p. RENDÓN ROJAS, Miguel Ángel. Bases teóricas y epistemológicas de la bibliotecología. México: UNAM, CUIB, 2005. 183 p. Sevilla, Manuela (2007). Dentro de la Biblioteca Glo-cal: ¿Usuarios, clientes o simplemente público? Revista General de Información y Documentación, (17) 2, 95-102

YEPES OSORIO, Luis Bernardo. La promoción de la lectura: conceptos, materiales y autores. Colombia: Comfenalco Antioquia, 2001. 252 p. Estudiante de Maestría en Educación, énfasis en Estudios Interculturales Universidad de Antioquia. Bibliotecóloga de la Universidad de Antioquia. Promotora de Lectura Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra. Investigadora del grupo Información, Conocimiento y Sociedad en la línea Biblioteca, Educación y Ciudadanía. [email protected] 1

HERNÁNDEZ CARVAJAL, Juan Pablo. Animación a la lectura: consideraciones y propuestas. Colombia: Comfenalco Antioquia, 2004. 238 p. 2

Las hipótesis planteadas forman parte de las propuestas que plantean en el material Animación a la lectura: consideraciones y propuestas; Luis Humberto Sánchez Cano (Lectura en el hogar) y Consuelo Marín Pérez (La lectura en voz alta). 3

YEPES OSORIO, Luis Bernardo. La promoción de la lectura: conceptos, materiales y autores. Colombia: Comfenalco Antioquia, 2001. 252 p. 4

ALVÁREZ ZAPATA, Didier y NARANJO VÉLEZ, Edilma. La animación a la lectura: manual de acción y reflexión. Medellín: Universidad de Antioquia, Escuela Interamericana de Bibliotecología, 2003. 58 p. 5

6 ÁLVAREZ, Didier. De leer, un viaje por la promoción de la lectura: guía metodológica. Medellín: Escuela Interamericana de Bibliotecología, 2008.

Sevilla, Manuela (2007). Dentro de la Biblioteca Glo-cal: ¿Usuarios, clientes o simplemente público? Revista General de Información y Documentación, Vol. 17, No. 2, p. 95-102 8

NUÑEZ PAULA, Israel (2000). Usos y definiciones de los términos relativos a los usuarios o clientes. Revista Interamericana de Bibliotecología, (23) 1-2, 107-121. 9

Escuela Interamericana de Bibliotecología. Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas. Evolución y tendencias de la formación de usuarios en un contexto latinoamericano. http://bibliotecologia.udea.edu.co/formausuarios/ 10

12 ÁLVAREZ ZAPATA, Didier; NARANJO VELEZ, Edilma. Línea de biblioteca pública: propuesta curricular. Maestría en Ciencia de la Información. Universidad de Antioquia, Escuela Interamericana de Bibliotecología. Medellín: 2006; p. 6. [mimeógrafo]

13 Entendida esta con la propuesta planteada al inicio del texto 14 Naranjo Vélez, Edilma; Rendón Giraldo, Nora Elena y otros (2006). Evolución y tendencias de la formación de usuarios. Medellín: Universidad de Antioquia, Escuela Interamericana de Bibliotecología. 16 NARANJO VÉLEZ, Edilma; RENDÓN GIRALDO, Nora Elena y otros (2006). Lineamientos y directrices para la formación de usuarios de la información. Medellín: Universidad de Antioquia, Escuela Interamericana de Bibliotecología. p. 16 17 Ibid., p. 24 18 Ibid., p. 31 19 LOPERA LOPERA, Hernando. Orientación, instrucción y educación: conceptos claves en la educación de usuarios. Medellín: mimeógrafo, 2001 (trabajo elaborado dentro del curso Educación de usuarios del programa de bibliotecología de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia)